Resumen Cap 1 Salvese Quien Pueda

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RESUMEN CAPITULO 1 SALVESE QUIÉN PUEDA

Santiago Peña Nieves - 597796

Presentado a: Henry Duran Pérez

Automatización Industrial
NRC: 789

Ingeniería Industrial

marzo

2021
CAPITULO 1 - UN MUNDO DE DESEMPLEADOS

Carl Benedikt Frey y Michael A. publicaron un estudio pronosticando que 47% de los

empleos podría desaparecer en los próximos 15 o 20 años por la automatización con respecto

a 702 ocupaciones laborales.

Varios economistas antes de Frey y Osborne ya habían alertado en años recientes sobre

los posibles efectos disruptivos de los robots y la inteligencia artificial. Ya en 2003,

economistas como Maarten Goos y Alan Manning de la London School of Economics habían

advertido que el avance exponencial de la tecnología estaba empezando a crear una

polarización laboral en la que sólo sobrevivirán los trabajadores con mayor y con menor

educación. La mayoría de quienes están en el medio se quedarán desempleados, decían. En

su libro Lousy and Lovely Jobs, Goos y Manning afirmaban que las máquinas inteligentes

pronto podrán reaccionar ante situaciones inesperadas, y eso les permitirá sustituir no sólo a

quienes hacen trabajos rutinarios, sino también a quienes realizan labores complejas.

La lista de empleos en peligro abarca “los que tienen que ver con almacenar o procesar

información, desde trabajos de oficinistas hasta las áreas de ventas y servicios. la formación

académica y las habilidades como la creatividad, la originalidad, la inteligencia social y

emocional serán clave para las profesiones del futuro. “si nuestro trabajo puede explicarse

fácilmente, puede automatizarse, si no, no”, en efecto, los algoritmos y los robots son mejores

que los humanos en hacer tareas repetitivas y previsibles, todos nuestros empleos tienen por

lo menos una parte de actividades que se automatizarán.

La agricultura era la industria que más gente empleaba en muchos países hasta hace poco

y desapareció por completo como la principal fuente de trabajo. si la automatización del


campo con los tractores y las computadoras revolucionó la industria agrícola y obligó a

millones de personas a buscar nuevos empleos, lo mismo ocurrirá con la revolución de los

robots y la inteligencia artificial. Los avances tecnológicos se suceden tan rápidamente que

anestesian nuestra capacidad de asombro.

Muy pronto, los robots van a estar no sólo en los hoteles, sino también en las calles, en las

escuelas, en los hospitales, en los despachos de abogados y en todas partes. los robots han

dado un salto mayúsculo gracias a que son cada vez más baratos y a que la inteligencia

artificial y el cloud computing. los robots ya están siendo entrenados para trabajar como

vendedores de carros en las sucursales de Nissan en Tokio y ya atienden a los clientes en

centros comerciales de varias ciudades de Japón.

La automatización de los restaurantes ya es evidente en Estados Unidos y Europa. Según

voceros de la industria, el principal motivo por el que los restaurantes se están automatizando

no es para ahorrar costos, sino para satisfacer a sus ya que prefieren hacer sus pedidos en las

tabletas electrónicas o a través de sus celulares, también el internet y la inteligencia artificial

están sacudiendo el mundo de las finanzas, generando nuevas formas de invertir, prestar y

transferir dinero.

Hasta los médicos tendrán que acostumbrarse a convivir con robots. La tecnología

reemplazará 80% del trabajo que hacen los médicos hoy en día, empezando por los

diagnósticos, los gurúes de la tecnología médica coinciden en que la medicina va a dejar de

ser una práctica basada en la experiencia y el olfato profesional de los médicos y se convertirá

en una ciencia basada en datos aportados por máquinas inteligentes. Las nuevas tecnologías

permitirán que hagamos cada vez más estudios médicos en casa y que no tengamos necesidad

de ir a un consultorio médico u hospital. A medida que los robots se vuelven más diestros y
más baratos, hasta la anestesia en las operaciones la hará un robot. Los farmacéuticos tendrán

que reinventarse tanto o más que los médicos.

En el área de educación, ya hay robots en el mercado que prometen realizar varias labores

que hoy día desempeñan los docentes.

Los tecnoescépticos tienen serias dudas de que todos estos adelantos tecnológicos nos

conduzcan a un mundo feliz. Pronostican un enorme aumento del desempleo, argumentando

que el viejo axioma según el cual la tecnología siempre ha creado más trabajos que los que

ha destruido ya no es válido. Hoy en día, los trabajos de los vendedores, guardias de

seguridad, cajeros de supermercados y hasta cirujanos están siendo amenazados por robots y

algoritmos de un día para otro, sin darles mucho tiempo para reinventarse.

El ejemplo clásico que han usado los tecno optimistas es el de los cajeros automáticos de

los bancos. En la década de 1980, cuando comenzaron a proliferar los cajeros automáticos,

cundió el pánico entre los empleados bancarios. Muchos pronosticaron que las nuevas

máquinas para retirar dinero acabarían muy pronto con los trabajadores bancarios. Lo que

ocurrió, en cambio, fue que la aparición de los cajeros automáticos hizo que los cajeros

humanos pasaran a realizar otras labores más sofisticadas, como ofrecer préstamos e

hipotecas, o a otras tareas de vinculación con los clientes. Eso permitió que los bancos

ampliaran su negocio, abrieran más sucursales y emplearan a más gente. Lo mismo sucedió

con Amazon que compró más robots y contrató a más gente. Las nuevas tecnologías hacen

aumentar el empleo de tres maneras, dice un estudio titulado El próximo boom de la

productividad, de los economistas Michael Mandel y Bret Swanson, en primer lugar, generan

empleos directos para los trabajadores que manufacturan sus productos; en segundo lugar,

generan empleos indirectos al propiciar plataformas como la del iPhone, que permiten que
millones de emprendedores inventen aplicaciones que a su vez se convierten en nuevas

empresas; y en tercer lugar, aumentan la productividad, lo que abarata los costos y libera más

dinero para que las empresas y los consumidores puedan invertir en otras cosas.

Se pronostica que se crearán millones de empleos en el sector de manufactura en los próximos

años. La próxima etapa de la revolución informática se dará con nuevas plataformas de

internet que permitirán a los emprendedores crear nuevas empresas en el sector

manufacturero, el transporte, la educación, la agricultura y varias otras industrias.

De acuerdo sobre si las nuevas tecnologías crearán más trabajos que los que destruirán, todo

parece indicar que habrá una mayor desigualdad social, porque la gente con más estudios

estará mejor preparada para adaptarse a los cambios tecnológicos y trabajar en los nuevos

empleos que se crearán. A medida que los robots y otras máquinas inteligentes reemplacen a

cada vez más trabajadores manuales, vendedoras, recepcionistas y empleados

administrativos que realizan tareas rutinarias, crecerá la brecha social entre quienes tengan

una sólida formación académica y quienes no la tengan. Habrá no sólo mayor desempleo,

sino también peores salarios para quienes no accedan al estrato superior.

Con los robots que están realizando cada vez más trabajos y aumentando enormemente la

productividad, el trabajo humano será cada vez menos importante, dice Bostrom. Podríamos

estar yendo hacia un mundo inmensamente rico, donde la gente no necesite trabajar, o sólo

algunos que así lo quieran trabajarán en las artes, las humanidades, los deportes, la

meditación y otras actividades destinadas a hacernos la vida más placentera, la

automatización del trabajo y los robots podrían llevarnos a un futuro triste, o a un mundo

feliz, donde ya nadie tenga que trabajar contra su voluntad o en trabajos indeseables. Para

poder llegar a la meta de una sociedad de desempleados felices, se tendría que resolver dos
problemas básicos: el desafío tecnológico de que las máquinas inteligentes hagan lo que

queremos que hagan, y el desafío económico de que los trabajadores que pierdan sus empleos

por las nuevas tecnologías tengan un ingreso garantizado.

La automatización del trabajo traerá consigo un enorme aumento de la productividad que

abaratará los productos y producirá un crecimiento económico beneficiará a todos. Por más

que los tecno optimistas tengan razón en decir que las nuevas tecnologías crearán muchos

empleos indirectos, hay un hecho indudable: las empresas manufactureras de hace dos o tres

décadas empleaban mucha más gente que las empresas de datos de nuestros días y daban

muchas más prestaciones sociales que los trabajos de servicios en la actualidad. La

transformación a un mundo automatizado será cruel y creará terremotos sociales, como ya

los está produciendo en muchos países industrializados.

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