Bolivarianismo y Antibolivarianismo
Bolivarianismo y Antibolivarianismo
Bolivarianismo y Antibolivarianismo
ANTIBOLIVARIANISMO
BOLIVARIANISMO Y ANTIBOLIVARIANISMO
POR
I
INTRODUCCION
No existe intelectual político o artista latinoamericano que no se haya planteado el
abordaje de la figura de Bolívar. Desde perspectivas, literarias, históricas, artísticas,
documentales, cinematográficas o de multimedia, los temas relativos a Bolívar y su
época ocupan un espacio fundamental en el universo cultural latinoamericano. En
este artículo nos proponemos estudiar el surgimiento y evolución del culto y la
detracción bolivariana. Estas dos posiciones opuestas han sido mantenidas por
políticos e intelectuales latinoamericanos, desde la época de Bolívar hasta hoy. En el
trayecto evolutivo el culto excesivo a la figura heroica ha sido la tónica dominante.
En Venezuela uno podría preguntarse ¿Qué es lo que no se llama Bolívar? Desde el
Aeropuerto Internacional de Caracas, pasando por su Plaza Mayor, en todos los
pueblos antiguos de Venezuela, salvo raras excepciones, hay una calle Bolívar, y
una Plaza Bolívar, que son las antiguas plazas mayores y las calles mayores o reales
del período hispánico, rebautizadas así, en el siglo XIX, por un decreto del General
Antonio Guzmán Blanco, fechado el 18 de noviembre de 1872[1]. El gobierno de
Chávez decidió llamar a algunas de las escuelas públicas venezolanas bolivarianas, la
moneda de curso legal devaluado es el Bolívar. Hay una entidad federal llamada
Estado Bolívar, y su capital f se llama Ciudad Bolívar, desde el 24 de julio de 1846,
cuando la ciudad de Angostura recibió oficialmente el nombre de Ciudad Bolívar, por
decreto del 31 de marzo de 1845, aprobado por el Congreso Nacional, a petición de
34 vecinos notables de Angostura [2], tres años después de haber trasladado los restos
de Bolívar de Santa Marta a Caracas.
Existe la Universidad Simón Bolívar y hasta tenemos variaciones con los
sinónimos. Si no se llama Bolívar la calle, la Universidad, la plaza, o el organismo
público o privado, decidimos bautizarlo con el nombre del Libertador, que es lo
mismo. Hoy, hasta la República cambió de nombre, ahora se llama República
Bolivariana de Venezuela. Todavía los venezolanos no hemos empezado a llamarnos
bolivarianos venezolanos, que será el nuevo gentilicio. En efecto, el título 1, artículo
4 de la Constitución vigente dice: “La República Bolivariana de Venezuela es un
Estado federal descentralizado en los términos consagrados por esta Constitución, y
se rige por los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad,
concurrencia y corresponsabilidad [3]. En ésta Constitución encontramos constantes
invocaciones a Bolívar, a sus doctrinas y a sus principios recogidos en varios de sus
artículos.
Con el paso del tiempo el culto a la figura del Libertador aumentó, por lo que Bolívar
se convirtió prácticamente en el único factor aglutinante de las nacionalidades
liberadas de la tutela española, por la acción de sus ejércitos. Es por ello que tan
bolivarianos somos los venezolanos como los colombianos, los ecuatorianos y los
bolivianos, los panameños y en menor devoción los peruanos. Y todos le rendimos
culto y veneración; tanto es así, que hasta nos disputamos los homenajes. Y si
bien es cierto que Bolívar llenó con sus empresas militares un espacio histórico
fundamental de la fragua nacional latinoamericana, consideramos que el uso
excesivo, por no decir abuso, de un bolivarianismo fervoroso, mítico, casi religioso,
devoto, lo está convirtiendo en un estorbo, que nos impide comprender la correcta
evolución de nuestras sociedades.
II
LOS ORIGENES DEL BOLIVARIANISMO Y ANTIBOLIVARIANISMO
El primero de los mitos bolivarianos es la tradición oral muy extendida que sostiene
que los merideños le otorgaron el título de Libertador al General Bolívar, cuando
entró a la ciudad, el 23 de mayo de 1813, a comienzos de la campaña admirable. El
origen de este mito se lo debemos adjudicar al notable escritor merideño Don Tulio
Febres Cordero, quien en 1913, con motivo del centenario de la campaña admirable,
le dio forma escrita a una tradición oral, por la que Bolívar fue aclamado como
Libertador en la plaza pública de la ciudad de Mérida [8] . Posteriormente, esta
tradición oral, recogida por el escritor merideño, fue aceptada por el historiador
Cristóbal Mendoza, e incorporada a un discurso, dado el 18 de mayo en 1963, en el
Paraninfo de la Universidad de los Andes, con motivo de cumplirse el
Sesquicentenario, de la entrada de Bolívar a dicha ciudad [9]. De esta manera, la
tradición oral recogida por Febres Cordero y difundida por Cristóbal Mendoza, dos
autoridades intelectuales venezolanas, fue aceptada por Augusto Mijares, quien la
incorporó a su obra y se convirtió en verdad[10]. Y aunque los merideños no le
otorgaron el título de Libertador a Simón Bolívar, sino, meses después los
caraqueños. La gente cree lo primero, así como en la zona de Barlovento la tradición
popular sostiene que Bolívar nació en Birongo y Jesucristo en Capaya [11].
Tradiciones orales éstas últimas que también son creídas por la población
barloventeña.
El hecho cierto es que el título de Libertador, con el cual Bolívar pasó a
la historia, le fue otorgado por la Municipalidad de Caracas, cuyo cuerpo, reunido el
14 de octubre de 1813,: ...”por voto unánime aclamaron al C. [ciudadano] Simón
Bolívar por Capitán General de los Exércitos (sic), y lo condecoraron con el título de
Libertador de Venezuela.” [12] . Este es el título real, con el que el General Bolívar
fue recordado por la historia y es el punto de partida del culto oficial bolivariano, que
se ha mantenido hasta la actualidad. Con este título se le han levantado monumentos
en buena parte del mundo. Hay estatuas de Bolívar en Nueva York, Madrid,
Barcelona, Israel, Bogotá, Caracas, Lima. Asimismo, hay varias poblaciones con el
nombre de Bolívar en USA, en los estados de Missouri, Ohio, Mississippi, y
Tennessee . Existió un sombrero llamado Simón Bolívar, un cometa con su nombre
y el barco de Lord Byron también se llamó Simón Bolívar. Lo que nos hace pensar
que Bolívar es el venezolano más universal de todos los tiempos y que su mito
arranca de ése 14 de octubre de 1813, cuando la Municipalidad de Caracas oficializó
su culto, al otorgarle el título de Libertador.
Uno de los mayores enemigos del Libertador fue el médico caraqueño José Domingo
Díaz, redactor de la Gaceta de Caracas, quién al referirse al Libertador utiliza
adjetivos como: insurgente, iluso, loco, incapaz, vanidoso, inculto etc. La mayoría de
estos calificativos los podemos encontrar en: Recuerdos sobre la Rebelión de
Caracas, obra en la que Díaz recogió varios de los artículos publicados en la Gaceta
de Caracas, junto con redacciones hechas en Madrid, ciudad donde murió en 1834,
alejado de su tierra natal, cuando se retiró este realista caraqueño, para morir dentro
del país que el consideraba suyo, la Monarquía Española [14].
III
En el caso americano la situación era todavía mas grave. Las trece
colonias que se independizaron de Inglaterra, a finales del siglo XVIII, conformaban
una pequeña franja de la costa este de lo que hoy conocemos como los Estados
Unidos. Canadá se unificó mucho mas tarde y los demás países que pertenecían a la
América Española entablaron un proceso de desintegración regional, sin advertir que
mientras Estados Unidos, pese a la guerra de secesión entre el norte y el sur,
mantuvo su unidad y se expandió, la otra América se atomizó en pequeños estados,
más fáciles de dominar por el colonialismo del siglo XIX, que en vez de ser político,
era económico. El mundo anglosajón jugó con nuestros países el viejo juego romano
de divide y vencerás, con lo que la América de habla castellana dejo de ser española,
para sufrir el imperialismo primero británico y después norteamericano.
Es por ello, que no tuvieron más remedio que acudir al muerto mas célebre de
la gesta emancipadora, que estaba en Santa Marta. Es así como Bolívar pasó a
convertirse en el elemento unificador de la Nación, convertido en Padre de la Patria.
Todos sus hijos debíamos reverenciarle. En el caso específico de Venezuela fue el
caudillo del movimiento separatista José Antonio Páez, primer Presidente de
Venezuela, el que apoyó la idea del traslado de los restos mortales de Simón Bolívar
a Caracas. Todo era, no debemos dudarlo, una maniobra política. El 13 de diciembre
de 1842 llegaron al puerto de La Guaria los restos mortales del Libertador, fueron
desembarcados el 15 , traslados a Caracas el 16, el 17 de diciembre de 1842 se dio
comienzo a la ceremonia oficial en el templo de San Francisco[16].
Después del traslado de los restos mortales del Libertador de Santa
Marta a la Catedral de Caracas, se institucionalizó el culto oficial bolivariano y fue
auspiciado por el gobierno central. En tiempos de Guzmán Blanco llegó a la cúspide
la instrumentación política de la exaltación bolivariana, al coincidir el gobierno de
Guzmán con el centenario de la muerte de Simón Bolívar, en 1883. En los
preparativos del centenario, Guzmán decretó la creación del Panteón Nacional, el 27
de marzo de 1874. El Panteón Nacionala se hizo restauranado la antigua iglesia de la
Santísima Trinidad de Caracas, construida a finales del Siglo XVIII, casi totalmente
destruida por el terremoto de 1812. Se eligieron las ruinas de éste templo para
Panteón Nacional por estar separadas en ese entonces del casco urbano de Caracas.
La reconstrucción se hizo con un proyecto del Ingeniero José Gregorio Solano y fue
el primer edificio neogótico de Venezuela. La ceremonia oficial de inauguración fue
el 28 de octubre de 1875. Los restos del Libertador se trasladaron desde la Catedral
de Caracas, el 28 de octubre de 1876, día de San Simón [17].
Y eso es lo que hizo Guzmán, decidió que la canción Gloria al Bravo
Pueblo se convirtiese en Himno Nacional. Construyó la Sede del Congreso Nacional,
estableció la primera oficina del correos, auspició la fundación de ferrocarriles y
celebró con bombos y platillos el Centenario del Nacimiento del Libertador, llamando
a la gente para inagurar la Exposición Nacional, acto en el cual se expusieron todas
las actividades hechas por Venezuela. Esta ceremonia fue considerada como un acto
de desagravio que Caracas y Venezuela le hacían al Libertador. Por primera vez se
declaraba día de fiesta nacional el 24 de julio, día del nacimiento del Libertador. El 2
de agosto de 1883 fue inaugurada oficialmente la exposición nacional en la que
Fernando Bolívar, sobrino y secretario del Libertador, recibió en la entrada del
edificio construido para la exposición al presidente de la república, el llamado
Ilustre Americano Antonio Guzmán Blanco [18].
NOTAS
[17] Ver Diccionario de Historia de Venezuela, Caracas Fundación Polar 1988, Tomo
3, pp. 30
[19] Memorias del General O´Leary. Publicadas por su hijo Simón B. O´leary.
Caracas, Imprenta de la Gaceta Oficial 1879, 32 vol. hay reedición facsímil moderna
en 33 volúmenes.
[20] Documentos para la historia de la vida pública del Libertador de Colombia,
Perú y Bolivia. Puestos en orden cronológico con adiciones y notas. Caracas
imprenta de “La Opinión Nacional”, 1875-1877. Hay edición moderna.
[21] Sobre las Obras de Guzmán Blanco y el Centenario del Libertador ver
Nicolás Perazzo Guzmán Blanco y el Centenario del Libertador “Boletín de la
Academia Nacional de la Historia” (Caracas ) Vol. LXVI, Nº 262 (abril-junio de
1983) pp. 444 –446. Antonio Guzmán Blanco: Actas de la Colocación de la Piedra
Fundamental de la Estatua del Libertador. “Boletín del Archivo General de la
Nación” (Caracas) Vol. LXIX, Nª 236-237 (enero-diciembre 1979), pp. 148-150.
Jorge W. Villacres: Los Proyectos Bolivarianos de los Presidentes Antonio
Guzmán Blanco y Eloy Alfaro. “Boletín de la Academia Nacional de la Historia”,
(Caracas ) Vol. XLIX Nº 193, (enero-marzo 1966), pp 40-53. Programa del
Centenario de Simón Bolívar Decretado por el General Antonio Guzmán
Blanco. “Boletín del Archivo Histórico U.C.V. ( Caracas ) Nª 1 (1983), pp. 49-69.
http://nuevashistoriasbligo.bligoo.com.ve/bolivarianismo-y-antibolivarianismo
(Descargado el 14 de julio 2013)