Cáncer de Cérvix
Cáncer de Cérvix
Cáncer de Cérvix
Definición
Es la neoplasia maligna del cuello uterino.
Esta clasificación se modificó cuando Barnon y Richart reportaron que la historia natural de las
displasias leves y moderadas era diferente a la de la displasia severa y del carcinoma in situ,
teniendo estos dos últimos una evolución similar. Se reclasificó a las lesiones de esta forma:
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Un estudio de 1968 reporta la progresión de los diferentes estadios de NIE (sin tratamiento):
Se estima que un 30% de los carcinomas in situ no tratados progresa a cáncer invasor.
Esta distinción conceptual entre lesiones de bajo y alto grado es útil pero imperfecta, ya que existe
un continuo de cambios sin un claro punto de quiebre. A nivel microscópico las células de LIE de
bajo grado son anormales pero terminalmente diferenciadas. Las células atípicas progresan hacia
la superficie, producen queratina, mueren y se descaman, tal como lo hacen las células normales.
La progresión hacia las LIE de alto grado se caracteriza por mayor atipia nuclear y la falla en la
diferenciación de las células en niveles progresivamente superiores del epitelio. El carcinoma in
situ representa el reemplazo total del epitelio por células transformadas, atípicas e inmortales.
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Sistema Bethesda (2001):
Tipo de muestra.
Indicar si se trata de una citología convencional, en medio líquido u otra.
Adecuación de la muestra.
Satisfactoria para evaluación.
Insatisfactoria para evaluación … (especificar la razón).
Rechazada (especificar la razón).
Procesada y examinada, pero insatisfactoria para evaluación (especificar la razón).
Revisión automática.
En caso de un análisis automatizado, especificar el dispositivo y el resultado.
Pruebas auxiliares.
Breve descripción de los métodos y resultados de forma fácil para el clínico.
Diagnóstico Descriptivo.
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Consenso de Bethesda 2001 para el manejo de anomalías citológicas.
ASC-US
Casos especiales:
• En las mujeres post menopáusicas con ASC-US puede usarse estrógenos vaginales y
repetir el PAP una semana después de terminado el tratamiento. Si se obtienen dos
resultados negativos separados por 4 a 6 meses, pede volver a su control anual. Si el
resultado es ASC-US o superior, debe ir a colposcopía.
• Las pacientes inmunodeprimidas (lo que incluye a todas las portadoras de HIV,
independiente del recuento de CD4, carga viral o terapia antiretroviral) con ASC-US deben
ser referidas para colposcopía.
• Las pacientes embarazadas se tratan igual que las no embarazadas.
Las pacientes con diagnóstico de ASC-H deben ser derivadas a colposcopía. Si el resultado de la
colposcopía y biopsia es positivo, se trata de acuerdo a los hallazgos. Si el resultado es negativo,
se recomienda revisar las placas de la citología y de la biopsia. Si se mantiene la discrepancia, se
controla la paciente con PAP a los 6 meses o se realiza análisis del DNA HPV.
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Infección por Virus Papiloma Humano (HPV).
Epidemiología
Su incidencia es variable, dependiendo del desarrollo del país. En Estados Unidos se calcula que
esta alcanza a 8-10/100.000 mujeres por año. En Chile, a diferencia de los países desarrollados, la
incidencia de cáncer de cuello uterino es alta, estimada en 17 / 100.000 mujeres (1.600 casos al
año).
En EEUU, el 3% de las muertes por cáncer se debe al cáncer de cuello uterino. En Chile este
porcentaje es del 18%.
En Chile, la tasa de mortalidad por esta causa ha disminuido lentamente a través de los últimos
años, alcanzando a un 8,9 / 100.000 mujeres en el año 2000 (INE-MINSAL).
En el año 2000 fallecieron en nuestro país 683 mujeres, siendo ésta la cuarta causa de muerte por
cáncer en la mujer. Sin embargo, ocupa el primer lugar en la tasa de años potencialmente
perdidos, calculándose en 129 / 100.000 mujeres (INE-MINSAL).
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La edad promedio de presentación del cáncer invasor es de 54 años; las NIE se presentan en
promedio a los 40 años, lo cual sugiere que la transformación maligna del epitelio escamoso
requiere un período de latencia largo.
Factores de riesgo: RR
Etiopatogenia
La causa biológica del cáncer de cuello uterino es desconocida. Numerosos estudios han
demostrado la asociación entre un agente infeccioso sexualmente transmitido, el que actuaría
sobre el epitelio cervical, determinando su transformación maligna. La zona clave de acción de este
agente es la “zona de transformación”, en la cual ocurre el proceso de metaplasia desde la
adolescencia. Si bien la metaplasia (reemplazo del epitelio columnar endocervical por epitelio
escamoso exocervical por estímulos varios como, por ejemplo, presencia de estrógenos y
progesterona, medio vaginal ácido, el coito, etc.) es un hecho fisiológico, la exposición de esta
zona a agentes carcinogénicos aparentemente resulta en NIE.
Los agentes implicados en la carcinogénesis del cáncer de cuello uterino son varios, incluyendo
Trichomonas, Chlamydia, DNA del espermio, etc., pero lejos el más aceptado es el Virus Papiloma
Humano (HPV).
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Rol del HPV en el desarrollo del cáncer de cuello uterino:
Hay más de 80 tipos de HPV, caracterizados de acuerdo a su homología de DNA. El HPV 1 causa
las verrugas plantares profundas. Los tipos 2 y 4 las verrugas cutáneas comunes. Los tipos 6 y 11
producen condiloma acuminado así como pólipos laríngeos. (Cancer (Suppl) 1995, 76 (10), 1888-
901).
Los HPV de alto riesgo se asocian con NIE II, NIE III y cáncer invasor: 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45,
51, 52, 56, 58, 59, 68, 73 y 82. Tipos de probable alto riesgo son 26, 53 y 66. Los tipos de bajo
riesgo son: 6, 11, 40, 42, 43, 44, 54, 61, 70, 72, 81 y CP6108. (NEJM 2003, 348(6), 518-27).
La asociación epidemiológica entre infección HPV y cáncer de cuello uterino cumple con los
criterios epidemiológicos de causalidad:
• La gran mayoría de las mujeres con cáncer de cuello uterino o NIE son HPV positivas,
comparadas con grupos controlados.
• La infección por HPV precede y predice la neoplasia cervical; incluso podría dar pronóstico en
pacientes con la enfermedad.
• El HPV causa una serie de carcinomas mucocutáneos, particularmente tumores anogenitales.
• El HPV puede inducir lesiones neoplásicas en animales.
• Los tipos de HPV con la mayor capacidad de transformación in vitro (16 y 18) son también los
que más se asocian con cáncer desde el punto de vista epidemiológico.
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• Las infecciones por HPV explican la mayoría de la epidemiología establecida para el cáncer
de cuello uterino.
Las NIE y los carcinomas invasores frecuentemente albergan el HPV (90-95% según variadas
series). La infección por HPV es muy prevalente; se detecta en más o menos un tercio de las
universitarias americanas y en el 8% de los hombres entre los 15 y 49 años.
El genoma del HPV está generalmente como episoma en las NIE, pero en el invasor está integrado
al genoma celular. Los tipos de HPV de alto riesgo producen las proteínas E6 y E7, las cuales son
críticas en la transformación maligna por su capacidad de unirse e inactivar las proteínas P53 y Rb
respectivamente. Estas últimas son proteínas supresoras de la carcinogénesis, y su inactivación
lleva a una entrada disregulada de las células a la fase S. La proteína E-6 inactiva la P53 por
aumento de su degradación, resultando en niveles intracelulares insuficientes. Se ha visto en los
cánceres no infectados por HPV que la P53 esta inactivada por mutación. Por lo tanto, la
inactivación de la proteína P53, ya sea por unión a ella o por mutación, parece ser el componente
central del proceso de transformación maligna del cáncer de cuello uterino.
Diagnóstico
Evaluación:
• Anamnesis.
• Examen físico.
• Citología cervical.
• Colposcopía.
• Biopsia.
• Cono.
• Radiografía de tórax.
• Pielografía de eliminación
• Cistoscopía (estadios III y IV)
• Rectosigmoidoscopía (estadios III y IV)
• TAC de abdomen y pelvis.
Síntomas y signos:
Citología cervical:
El examen de Papanicolaou permite detectar lesiones preinvasoras del cuello uterino, así como
carcinomas invasores pre-clínicos, condiciones que pueden ser eficazmente tratadas. Estudios de
cohorte han demostrado reducciones de la incidencia y de la mortalidad de cáncer de cuello que
varían entre un 60 y un 90%. En los Estados Unidos, entre 1973 y 1998, la incidencia bajó de 14,2
a 7,5 / 100.000 mujeres, mientras que la mortalidad cayó de 5,2 a 2,5 / 100.000 mujeres.
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El intervalo apropiado para el examen de Papanicolaou es discutido. En general, se acepta que si
se obtienen tres a cuatro frotis anuales negativos durante cuatro años, se puede luego espaciar la
frecuencia cada tres años. Sin embargo, Miller reporta un aumento del riesgo de desarrollar cáncer
de cuello uterino invasor de de 1,72 y 2,06 si se compara una frecuencia de 2 vs 1 y 3 vs 1 años
respectivamente. No hubo diferencia al comparar frecuencias de 2 vs 3 años. (JAMA, Enero 2003).
El Papanicolaou es un examen de pesquisa y por ende no hace diagnóstico. Hasta en los mejores
centros tiene un 20 % de falsos negativos, tendiendo a la reducción de esta cifra hasta acercarse a
un 5% en los mejores casos, optimizando especialmente la obtención de la muestra. En aquellos
casos en que este examen muestre alteraciones que así lo ameriten, debe continuarse con estudio
colposcópico y toma de biopsias dirigidas.
Colposcopía:
En la colposcopía el cérvix es visualizado
con poco aumento, permitiendo la
visualización y biopsia de lesiones
sospechosas.
La imagen de la izquierda muestra la
apariencia del cérvix en una paciente con
un PAP que informó una LIE de alto
grado. La lesión que rodea al agujero
cervical es apenas visible.
En la imagen de la izquierda se
muestran las alteraciones visibles en la
colposcopía, características de un
epitelio atípico: mosaico y vasos
atípicos de neoformación.
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Cono:
Histología
Tipo
Frecuencia (%)
Otros:
Carcinoma indiferenciado.
Linfoma.
Melanoma.
Estadificación
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Estadificación FIGO:
Estadio 0:
Carcinoma in situ, carcinoma intraepitelial.
Estadio I:
I A1: Tumor con invasión estromal en una profundidad < 3 mm. Extensión superficial < 7 mm.
I A2: Tumor con invasión estromal en una profundidad > 3 y < 5mm. Extensión superficial < 7 mm.
I B1: Tumor con invasión estromal en una profundidad > 5 mm, con un diámetro menor de 4 cm.
I B2: Tumor con invasión estromal en una profundidad > 5 mm, con un diámetro mayor de 4 cm.
Estadio II:
II A: Tumor que compromete hasta 2/3 superiores de vagina, sin compromiso parametrial.
II B: Tumor que compromete parametrios, pero no hasta tabla ósea, con o sin compromiso vaginal
hasta 2/3 superiores.
Estadio III:
III A: Tumor que compromete hasta el tercio inferior de vagina, sin compromiso parametrial hasta
tabla ósea.
III B: Tumor que compromete parametrios hasta tabla ósea, con o sin compromiso vaginal.
Estadio IV:
IV A: Tumor que invade mucosa vesical o rectal.
IV B: Metástasis a distancia.
Tratamiento
Estadio 0 (carcinoma in situ, CIS):
Generalidades:
Corresponde a la lesión que abarca el 100% del espesor del epitelio cervical. No debe haber
invasión del estroma cervical. El compromiso glandular no indica severidad del proceso.
Tratamiento:
La terapia a elegir dependerá del deseo de fertilidad de la paciente así como de las posibilidades
de un adecuado seguimiento en los casos en que se prefiera efectuar un tratamiento conservador.
Se debe realizar un cono y estudio del canal cervical.
Si el cono es insuficiente, es decir que el borde de sección quirúrgico esté cercano al borde de la
lesión (< 3 mm) o se encuentre comprometido, hay alternativas:
• Realizar un nuevo cono si el remanente de cuello lo permite.
• Histerectomía total en aquellas pacientes en que no sea prioritario conservar la fertilidad.
• Seguimiento estricto con estudio colposcópico y biópsico seriados.
Estadio I A1:
Generalidades:
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El diagnóstico se debe efectuar por cono que descarte una lesión mayor.
Tratamiento:
Si el borde de sección está alejado del borde de la lesión el cono puede ser considerado como
terapéutico. Si la paciente no desea fertilidad y, además, no existe la posibilidad de un adecuado
seguimiento, se debe plantear la posibilidad de una histerectomía simple extrafascial como
tratamiento definitivo.
Si el cono ha sido insuficiente corresponde efectuar una histerectomía radical modificada, ya que la
profundidad de invasión aún está indeterminada.
No se plantea como parte del procedimiento la linfadenectomía, puesto que la probabilidad de
linfonodos pelvianos comprometidos es de 0.5% aproximadamente.
Estadio I A 2:
Estadio I B:
Generalidades:
La división de esta etapa se justifica por el hecho que lesiones menores o iguales a 3 cm de
diámetro mayor tienen una baja incidencia de metástasis linfática pelviana (21%), así como bajo
porcentaje de compromiso microscópico parametrial, por lo cual son susceptibles de ser tratadas
primariamente con cirugía; en cambio, en lesiones de mayor tamaño, debido a la mayor frecuencia
de compromiso linfático pelviano (35%) o parametrial, es preferible iniciar el tratamiento con
radioterapia y reservar la cirugía para aquellos casos en que exista respuesta parcial o nula a
aquélla.
Tratamiento:
I B 1:
El tratamiento primario debe ser la histerectomía radical más linfadenectomía pelviana. Se
efectuará radioterapia complementaria sólo en aquellos casos en que la anatomía patológica revele
metástasis ganglionares pelvianas, compromiso microscópico parametrial o márgenes de sección
cercanos o insuficientes.
Se efectuará radioterapia como tratamiento primario en aquellos pacientes con contraindicación
médica para efectuar cirugía (la edad no constituye un factor de contraindicación quirúrgica).
Desde el punto de vista de los resultados, en esta etapa el tratamiento quirúrgico y la terapia
radiante son similares.
I B 2:
Se efectuará radio-quimioterapia en forma primaria, la cual consiste en radioterapia externa a
pelvis con Cisplatino semanal, más braquiterapia (terapia intracavitaria).
Una vez finalizada la radioterapia externa con quimioterapia concomitante semanal y efectuada la
primera braquiterapia, estos pacientes se evalúan en comité para decidir si corresponde una
segunda aplicación de cesio intracavitario o cirugía complementaria, la cual se efectuará en todos
los casos en que la respuesta a la radioterapia no sea completa (reducción clínica del tumor <50%
de su tamaño inicial). También se efectuará cirugía complementaria en los casos en que no se
logró realizar braquiterapia por estenosis cervical infranqueable o por expulsión o retiro prematuro
del dispositivo de braquiterapia. En estos casos la cirugía complementaria corresponde a una
histerectomía radical modificada, con el objetivo de extirpar con seguridad la lesión central.
Estadio II A:
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Dentro de este grupo podemos tener dos tipos de pacientes. El primero corresponde a aquellas en
las cuales el compromiso vaginal es inicial, extendiéndose el tumor en forma incipiente a alguno de
los fondos de saco vaginales y en que la lesión cervical es de pequeño volumen, denominándose
como IIA mínimos. En estos casos se podrá hacer manejo quirúrgico, planteándose como
tratamiento una histerectomía radical más linfadenectomía pelviana o ir a un tratamiento de
radioterapia primaria y evaluación posterior.
En tanto, el resto de las lesiones correspondientes a esta etapa tienen como tratamiento primario la
radioterapia externa pelviana concomitante con quimioterapia (Cisplatino 40 mg por metro
cuadrado de superficie corporal una vez por semana) más braquiterapia seguidos de una
evaluación.
Este esquema de tratamiento se aplica de igual forma para las etapas mayores, es decir hasta la
etapa IV A (tumores cervicales localmente avanzados).
Estadio II B - III B:
Estadio IV A:
Generalidades:
Extensión de la enfermedad hacia recto o vejiga, en ambos casos se debe certificar el compromiso
del órgano mediante biopsia, una rectoscopia que describa compromiso extrínseco por
compresión sin compromiso de mucosa rectal o sin biopsia rectal que lo compruebe no es Etapa IV
A, así mismo una cistoscopía que describa compresión extrínseca vesical o edema buloso vesical,
no corresponde a etapa IV A y se debe demostrar compromiso vesical por biopsia.
Tratamiento:
En la terapia del estadio IV A hay dos alternativas:
Los casos en los cuales el compromiso rectal o vesical es inicial y la enfermedad en cérvix es de
pequeño volumen y no existe compromiso de parametrios, es decir en lesiones centrales de
pequeño volumen (entidad rara): se les podrá ofrecer un tratamiento quirúrgico, el cual será una
exenteración pelviana anterior, posterior o total si la enfermedad compromete vejiga, recto o
ambos respectivamente.
El resto de las pacientes en esta etapa en que no se pueda ofrecer un tratamiento quirúrgico
primario irá a radio-quimioterapia, tal como se describió anteriormente.
Estadio IV B:
En cualquiera de los casos el manejo es solo de tipo paliativo, considerando tanto terapia de tipo
médico orientada al manejo del dolor y manejo general del enfermo como el manejo del tumor y
sus secuelas, para lo cual se puede utilizar radioterapia en casos seleccionados. También se
puede irradiar la pelvis como forma de controlar el sangrado genital.
Es posible emplear algunas técnicas quirúrgicas para controlar secuelas de la enfermedad o de sus
tratamientos, como son las fístulas vésico-vaginales, vésico-rectales o vésico-recto-vaginales,
entre las cuales se incluyen colostomías simples o húmedas, urostomías y otras.
La quimioterapia, basada en Platino puede ser utilizada en casos seleccionados, con resultados en
general pobres.
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• producir un efecto citotóxico directo.
Pronóstico:
Fletcher, en el M.D. Anderson, reporta la supervivencia a 5 años en 2.000 pacientes tratadas con
radioterapia, por estadio:
I 91
II A 83
II B 66
III A 45
III B 36
IV 14
Seguimiento
• Examen físico cada tres meses por dos años, luego cada cuatro meses por un año y cada
seis meses por otros dos años. Posteriormente, en forma anual.
• Citología cervical o vaginal en cada control.
• Radiografía de tórax y tomografía axial computada (TAC) de abdomen y pelvis cada seis
meses por dos años y luego anualmente.
• Educación acerca de síntomas y signos relacionados a recidivas.
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