Qué Es El Hombre. y El Superhombre. Nietzsche y La Antorpología Filosófica
Qué Es El Hombre. y El Superhombre. Nietzsche y La Antorpología Filosófica
Qué Es El Hombre. y El Superhombre. Nietzsche y La Antorpología Filosófica
Vamos a empezar esta última sesión, retomando algunas cuestiones que aparecieron en
la sesión tercera, en la que nos dedicamos a ver la crítica nietzscheana a la noción de
conciencia cartesiana, ya que la conciencia, ya sea desde el punto de vista del
conocimiento o desde el de la moral, has sido considerada por la tradición filosófica
como el núcleo esencial del hombre, como lo más propiamente humano, la conciencia
como fundamento del hombre racional. Sin embargo, a diferencia del otro día, lo que
veremos es, precisamente, esta dimensión antropológica de la conciencia, y como
Nietzsche será crítico con ella, proponiendo, por medio de la noción de übermensch, de
superhombre una superación de lo humano así entendido. Sin embargo, como la
intención última de este curso era mostrar la relevancia del pensamiento de Nietzsche en
la actualidad, acabaré presentando las líneas generales de la polémica que en los últimos
años ha revitalizado el pensamiento de Nietzsche en el seno del llamado
posthumanismo.
Vamos ver rápidamente una primera cuestión. El pensamiento en torno a la pregunta por
el hombre se desarrolla en Nietzsche como una antropología antihumanista, es decir, un
discurso antropológico que va a comenzar negando, precisamente, el punto de apoyo de
un discurso sobre el hombre que se ha presentado como paralelo al desarrollo del
discurso de la metafísica y que en buena medida se soporta en él.
Desde este punto de vista, se habría establecido que hay un núcleo invariable,
incondicionado, en el hombre, en cada individuo, la conciencia, de ella se desprende,
“cualitativamente”, todo aquello que diferencia al hombre del animal: estas dos esferas
serían precisamente el pensamiento, del que se derivan las facultades del conocimiento,
por un lado y, por otro lado, toda la esfera de la volición, de la voluntad, es decir, la del
libre arbitrio, por tanto, libres y racionales.
En este sentido, no quiero dejar de señalar la relación que se abre en Nietzsche entre la
antropología filosófica y la cultural, que en su época está sentado las bases de sus
desarrollos. Particularmente en las obras del periodo intermedio, en Humano,
demasiado humano, en Aurora y el La ciencia jovial, podemos encontrar alusiones a
estudios culturales a la comparación de diferentes culturas, de diferentes religiones, de
diferentes estilos artísticos, con la intención precisamente de reproducir, en la medida de
lo posible, la generación de individuos que Nietzsche llamaría, fuertes, creativos.
II
Vamos a ver ahora en qué manera el pensamiento de Nietzsche estará presente en los
debates actuales, tema que quizás sea el de más interés. En 1999, el filósofo alemán
Peter Sloterdijk dictó una conferencia en el marco de un Simposio sobre «La filosofía
en el final del siglo», que tituló Normas para el parque humano. Una respuesta a la
«Carta sobre el humanismo» de Heidegger” 1. Este interesante texto toma como punto
de partida la hipótesis de que “Como dijo una vez el poeta Jean Paul, los libros son
voluminosas cartas a los amigos” 2. A partir de esta idea, el Humanismo es presentado
por Sloterdijk como “una telecomunicación fundadora de amistades que se realiza en el
1
SLOTERDIJK, Peter. Normas para el parque humano. Una respuesta a Carta sobre el humanismo de
Heidegger. Madrid: Ediciones Siruela, 2000.
2
Ibid, pág. 19
medio del lenguaje escrito”3. Las adhesiones amistosas a toda esta cultura libresca y
escritural han servido al Humanismo para convertirse y consolidarse como la principal
forma de “humanizar” al hombre, educándolo e inhibiendo sus instintos animales a
partir de determinadas lecturas.
Bien, ¿qué considera Sloterdijk que se encuentra en la base del fenómeno Humanista y
que podría llamar nuestra atención actualmente? Sloterdijk afirma que se trata de que:
Este texto nos acerca a la cuestión relevante para nosotros: el hecho de que los hombres
sean «animales sometidos a influencia» y el hecho de que la tarea del Humanismo sea la
de “hacerles llegar el tipo correcto de influjos”, tiene, a nuestro juicio, como punto de
partida filosófico, la radical división entre naturaleza y cultura, que lleva aparejada todo
el entramado metafísico-moral, que Nietzsche denunciaría a lo largo de su obra, y por el
que la moral y la educación son entendidas como dispositivos correctores de las
desviaciones hacia la animalidad que sufre la verdadera naturaleza humana, es decir,
cuya tarea fundamental es la actualización de algo que sólo potencialmente se encuentra
en nosotros: la humanidad.
3
Ibid.
4
Ibid, pág. 23
5
Ibid, pág, 29
6
Ibid, págs. 32-33
empequeñecedora”, aparecido en la tercera parte de Así habló Zaratustra7, Sloterdijk
señala que es Nietzsche quien:
“… pretende llamar por su nombre a los que hasta ahora han ostentado el
monopolio de la cría –los curas y los profesores que se presentaban como los
amigos del hombre–; Nietzsche pretende nombrar su silenciada función y
lanzar un debate de otro tipo, en términos de historia universal, entre diferentes
criadores y diferentes programas de cría. Éste es el conflicto básico postulado
por Nietzsche de cualquier futuro: la disputa entre los criadores del hombre en
dirección a lo pequeño y los criadores hacia lo grande; podría decirse también:
entre los humanistas y los superhumanistas, entre los amigos del hombre, y los
amigos del superhombre.” 8
Ahora bien, ante el fracaso del humanismo para educar, se abre, como señala Sloterdijk,
gracias a Nietzsche, “un gigantesco territorio en el cual habrá de llevarse a cabo la
determinación del hombre del futuro” 9. Aunque todo el discurso nietzscheano sobre el
ultrahumano –o superhombre– y sobre el Zaratustra no tuviera ninguna validez, afirma
Sloterdijk, sin embargo – y el siguiente texto es fundamental para entender la apertura al
posthumanismo–:
Ahora bien, continúa Sloterdijk, así las cosas, el problema de fondo no es la lectura
como forma de educación, sino la lectura selectiva como forma de dominación.
“[…] cabría entonces definir a los hombres de otros tiempos como aquellos
animales, de los cuales unos leen y saben escribir, y otros no. De aquí sólo hay
un paso –si bien muy ambicioso– hasta la tesis de que los hombres son
animales de los cuales unos crían a sus semejantes, mientras que los otros son
criados […]”11
7
NIETZSCHE, Friedrich. Así habló Zaratustra, en Obras completas II. Ed. de G. Cano; Trad. y notas de
J. R. Hernández. Madrid: Gredos, 2009; pág. 205 y sigs.
8
SLOTERDIJK, Op. cit., pág. 64
9
Ibid, pág. 66
10
Ibid, págs. 66-67
11
Ibid, pág. 67
De este modo, coherente con su demanda de no apartar la mirada ante estas cuestiones,
Slotedijk se pregunta si no habría llegado ya el momento de utilizar otros medios dentro
de esas antropotécnicas, es decir, las biotecnologías como formas de selección, como
forma de convertir al animal humano en ser humano.
Bien, simplemente quería señalar como Nietzsche es un pensador que inaugura muchas
de las cuestiones que nos interpelan en la actualidad.
12
HABERMAS, Jürgen. El futuro de la naturaleza humana ¿hacia una eugenesia liberal?, Barcelona:
Paidós Ibérica, 2002.