Resumen Plateresco-Cambio de Siglo
Resumen Plateresco-Cambio de Siglo
Resumen Plateresco-Cambio de Siglo
El gótico en pintura
España presenta como particularidad el trabajo en colectivo, esto tiene desventajas como por
ejemplo: desigualdades en el trabajo de muchos maestros. Por ello las mejores obras son las de
juventud. Se definen en los inicios del gótico pictórico en España dos estilos fundamentales:
El estilo franco-gótico o gótico Lineal (primera mitad del siglo XIV). Pintura que incorpora
métodos de la vidriería, matizado por movimientos culturales que se crean alrededor de Alfonso
X el sabio, y cierta apertura hacia temas profanos, etc. Se ilustran miniaturas tratadas con mayor
flexibilidad tanto en temas como en posturas.
La ilustración de libros.
La pintura sobre tabla.
La pintura mural.
El estilo italo-gótico (Segunda mitad del s. XIV). La región de Cataluña despunta como una
de las regiones más importantes dentro de la producción artística española, en especial
Barcelona.
Ferrer Bassá (1285?-1348?): experimenta con amplitud y representación del paisaje.
Apertura hacia la representación de una determinada escenografía, con una técnica
muy depurada. Búsqueda de la volumetría y naturalismo de los rostros. Iniciador de la
llamada pintura italo-gótica en España. estilo de dibujo tosco y brillante colorido.
Ramón Destorrens (c.1351-1362): se ve elegancia de las formas como pintor de
retablos y dibujo más depurado que el anterior por su procedencia miniaturista.
Los hermanos Jaime y Pedro Serra: Trabajo circunscrito en Cataluña. Perfilación de
tipos fisonómicos luego reiterados por otros artistas. Es usual el retablo, con una
distribución jerárquica de los personajes. Importante la centralidad del tema. Figuras
compactas.
Pintura purista.
- Influencia directa de los maestros italianos.
Leonardo:
- Hernando Yánez de la Almedina (Castilla). Seguidor de Leonardo, trabaja el
esfumato, da seguridad a los contornos, etc.
- Hernando de Llanos (Castilla).
Rafael:
- Pedro Machuca (Toledo). (?-1550)
- Vicente Masip (Valencia, prc. siglo XVI- cap. 1550). Pintor español, creador de un
lenguaje renacentista, de influencia rafaelesca, que predominó en la escuela
valenciana hasta finales del siglo XVI. De origen valenciano, desarrolló su actividad
artística en la zona levantina, creando un taller muy activo en el que se formó su hijo
Juan de Juanes. Educado en el conocimiento del arte italiano, país al que quizá viajó,
definió un estilo solemne y clásico, de armoniosas composiciones y modelos
idealizados. Entre sus obras destaca el retablo de Segorbe.
- Vicente Juan Masip - Juan de Juanes (Valencia? - 1579). Tuvo gran éxito popular.
Partiendo de su estilo evolucionó después a un concepto más avanzado, de formas
suaves y técnica más blanda, que enriqueció con el conocimiento de la estética
manierista, en un muy probable viaje a Italia entre 1555 y 1563. Asimismo, en su
pintura puede apreciarse una clara inclinación hacia el idealismo formal, la
monumentalidad de los personajes y el equilibrio compositivo, cualidades todas del
renacimiento clásico imperante en Italia en las primeras décadas del siglo XVI.
También fija temas para la cultura española como la sagrada familia, por ejemplo
“Ecce Homo”, “La Eucaristía”, temas que logran inspirar y enraizarse en el espectador.
Elaboraciones personales.
- Luis de Morales (el divino). Representa mucho a la Virgen María, en muchas
formas, dando de ella una visión cercana, amorosa. En su pintura se ve una marcada
influencia del renacimiento italiano. Sus personajes tienen expresiones patéticas,
elementos goticistas, cuello alargado, pómulos salientes y en el tema mariano los
párpados muy grandes. Sus obras tienen una clara espiritualidad. Por ejemplo en San
Sebastián se ve el misticismo, realismo y expresionismo que marcan la pintura
española de la época.
- El Greco aporta a España grandes elementos como la expresión que la tradición ha
continuado. Su pintura es expresiva e intensa. El tema fundamental es el religioso,
aunque se desvía en algunos momentos a otros temas. Sacrifica la anatomía y la
proporción en beneficio de la expresión, que en él adquiere un valor fundamental. Esto
le lleva a alargar notablemente las proporciones de las figuras con la intención de
aumentar el dramatismo de sus obras. Hay falta de profundidad, de relieve y de
claroscuro y sus tonos son más bien fríos. Sus figuras son rígidas y se dice que están
por encima de la realidad, de ahí que se le considere un pintor místico. Una de sus
obras más representativas es “La Santísima Trinidad”. Se observa gran esplendidez en
el color y hondo realismo. Los colores son brillantes y la luz recae directamente sobre
el cuerpo yaciente de Cristo. Otro cuadro bien importante es “El Entierro del Conde de
Orgaz” que es una obra monumental. Las figuras de la parte inferior demuestran su
insuperable capacidad de retratista y los colores de la parte inferior su capacidad como
colorista. Los colores son variados y brillantes y el ambiente está perfectamente
recreado dando la impresión de silencio, poesía y sobrenaturalidad. Se evidencian el
alargamiento de figuras y el horror vacui, rasgos típicos de El Greco, que habrán de
acentuarse en años posteriores. La pintura “Laocoonte y sus Hijos” es un cuadro de
tema mitológico que representa la escena de la leyenda cuando son devorados por las
serpientes. En cuanto a características formales, las figuras presentan alargamiento y
desproporción a tal punto que ocupan el centro de la composición. Hay una gran
carga dramática en los rostros de los personajes: dolor, angustia, desesperación…El
fondo nos remite a un paisaje que algunos catalogan como Toledo, y sobre todo cabe
destacar la utilización del color difuminado en manchas. Es evidente el rechazo del
pintor por el naturalismo de las formas. También pintó una maravillosa vista de Toledo
llamada “Vista y Plano de Toledo”. Es la única obra que El Greco reproduce con pura
representación paisajística. Desde un punto de vista bajo, la mirada va hacia atrás de
una colina ascendente hacia el centro de la ciudad, con el alcázar y la catedral. A las
líneas dinámicas corresponde una diagonal que atraviesa el Valle del Tajo y la muralla.
El Greco no busca plasmar detalles representativos sino contornos difuminados. Se
destacan los monumentos iluminados por una luz fantasmagórica. La subjetividad de
esta vista llega a cambiar los edificios de ubicación, y a inventarse un paisaje
escarpado que fascina por su visión inmersa en lo irreal, que parece de tormenta, algo
onírico.
- El Escorial construido en tiempos de Felipe II, fue decorado por pintores escogidos
por el rey entre los cuales resaltan dos figuras fundamentales.
- Juan Fernández de Navarrete, el mudo: uno de los primeros artistas que
ensaya el tenebrismo en España por su violento uso del claroscuro. En su obra
puede apreciarse la evolución de su estilo desde un gusto romanista, de preciso
dibujo y técnica abigarrada, hasta el uso de una factura suelta y un color
suntuoso de origen veneciano, junto a un creciente interés por la realidad y por
los contrastes luminosos, que preludiaban ya el arte barroco.
- Alonso Sánchez Coello realizó la serie de retratos del Escorial que asienta la
tradición retratista española. Creó un canon basado en la dignidad de las
posturas, en la exquisitez del dibujo de los rostros y ropajes. Canon que va
desde su maestro Antonio Moro hasta el propio Velázquez. Es el creador de la
tipología del retrato cortesano en España. Del Moro aprendió composición y
minuciosidad técnica y de Tiziano color y elegancia, aunque es absolutamente
personal su capacidad para plasmar la condición humana y la presencia física
del retratado. Sánchez Coello, aunque es conocido fundamentalmente como
retratista, pintó también temas religiosos, dentro del estilo manierista, mesurado
y piadoso, definido por la decoración del monasterio de El Escorial (retablo de la
iglesia de San Eutropio de El Espinar, 1574, y parejas de santos en los altares
de la basílica de El Escorial, 1580-1582).
Plateresco:
Estilo artístico español que floreció durante el primer tercio del siglo XVI, que se corresponde
con la primera fase del renacimiento. Aunque sus principales manifestaciones son
arquitectónicas, actualmente se estudia como un estilo ornamental y no como un sistema
constructivo o artístico con identidad propia. Durante los últimos años del siglo XV y primeros del
XVI la situación política española —ausencia de una burguesía consolidada y escasa aceptación
del humanismo—, el auge del gótico final y la fuerza de la tradición mudéjar impidieron la
implantación del renacimiento italiano. Tan sólo se introdujeron ciertos elementos ornamentales,
que podían incorporarse sin dificultad a edificios de tipología gótica. Dicha confluencia se puede
constatar en obras tales como:
- Junto con el cardenal Mendoza tuvo gran influencia en la introducción del Renacimiento en
España Bartolomé Ordóñez. Aunque no nos referimos al Renacimiento florentino, sino a un
gusto común al de las provincias italianas, al menos durante las primeras décadas.
El término plateresco fue acuñado en el siglo XVII por el escritor español Ortiz de Zúñiga al
comparar la minuciosa decoración de este periodo con el oficio de los plateros y orfebres. Sus
elementos característicos son las formas ornamentales de candelieri, grutescos, cresterías,
bucráneos y putti (cupidos), las columnas abalaustradas rematadas con capiteles corintios o
compuestos decorados de modo fantástico, los arcos de medio punto y también los carpaneles
de tradición gótica, los medallones con cabezas clásicas en las enjutas de los arcos, las pilastras
y los paramentos almohadillados.
El motivo decorativo fundamental será el grutesco: se caracteriza por una decoración
excesiva con horror vacui y que usa motivos imaginativos para la decoración. Es una decoración
caprichosa a base de bichas, cornucopias, odas, etc.
Entre los ejemplos más destacados cabe señalar el patio del hospital de la Santa Cruz
(Toledo), obra de Alonso de Covarrubias, y la Universidad de Alcalá de Henares (1514-1553, en
Madrid). En Castilla sobresale la ciudad de Salamanca, con numerosas e importantes obras
platerescas como la fachada de la Universidad (1514-1529), el patio del colegio de los
Irlandeses, el palacio de Monterrey (1539-1566) del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón y la
fachada del convento de San Esteban (1530-1537), obra de Juan de Álava. Este último también
realizó la fachada de la catedral de Plasencia (Cáceres). En Andalucía merece una atención
especial el ayuntamiento de Sevilla, obra, entre otros, de Diego de Riaño.
- Existen 4 focos fundamentales para el estudio de la producción artística del Plateresco. Estos
no son homogéneos, ni transitan de la misma manera, pues dependen de la influencia que recibe
cada uno:
Foco Burgalés:
Uno de los fundamentales del plateresco, aplica los principios renacentistas. Entre sus obras y
arquitectos fundamentales se hallan:
Puerta de la Pellejería:
Gusto por determinada simetría, órdenes clásicos, recubierta con decoración vegetal. Tiene
frontón con escenas de la Virgen típicas del estilo, que a veces incluye obispos. Está ubicada en
la catedral de Burgos, a esta portada desemboca la Escalera Dorada de Diego de Siloé.
Foco Leonés:
Caracterizado por elegancia y esbeltez de los elementos que incorpora. Son edificios que han
ganado en simetría, ahora más axial. El arquitecto fundamental de esta región es Juan de
Badajoz y su obra más emblemática es el convento de San Marcos.
Foco Toledano:
Alonso de Covarrubias (1488-1570)
Es uno de los más atractivos. Se acerca a arquitectura desde la escultura. Del primer
plateresco por estilo, aunque por fecha es del segundo.
Foco granadino
Pedro Machuca (?-1550)
Pintor y arquitecto español. Su única, pero universal, obra de arquitectura es el palacio de
Carlos V, un imponente edificio renacentista encargado por el emperador como residencia en la
Alhambra de Granada.
Palacio de Carlos V
Planta circular que respeta las formas geométricas en la estructuración de una simetría pura,
características del renacimiento clásico. En planta destaca la armoniosa relación entre el
cuadrado exterior, sólo roto en una de las esquinas por una capilla ochavada, y el patio circular
inscrito en él. Se trata de un edificio de planta cuadrada que introduce como elemento innovador
un patio circular. Todo él está girado respecto a la trama principal de los patios y edificios
Nazaríes de la Alhambra. El patio tiene un diámetro aproximado de 30 m, con una composición
de alzados adintelados a base de dos órdenes superpuestos. El aspecto global es de bastante
ligereza, en contraste con la poderosa pesantez de las fachadas, más próximas al espíritu
romano. Combina dos órdenes superpuestos: el inferior dórico-toscano y el superior jónico,
separados por un entablamento de triglifos y metopas. El cuerpo bajo está cubierto por una
bóveda de cañón construida en piedra ligera, lo que podría explicar su estructura adintelada. Los
principales materiales utilizados son la piedra caliza arenisca rojiza en todo el palacio y el
mármol grisáceo en las portadas.
Arquitectura civil:
Gusto de renacimiento, se expande a través de la nobleza. Entre las obras fundamentales de
esta arquitectura se encuentra el Palacio de Calahorra, Lonja de los Mercaderes (Granada) que
presenta uso de columnas salomónicas y la Universidad de Oñate (País Vasco). Esta última
ilustra de modo desigual la comprensión del plateresco, aún muy apegado al período medieval,
el uso de materiales de la región también determina un remedo al gótico.
Pintura barroca:
1) La escuela valenciana. Ribera.
2) La escuela andaluza. Zurbarán. Murillo.
3) La escuela madrileña. Velázquez.
Contexto histórico del Barroco
Contrarreforma: Movimiento que tuvo lugar en el seno de la Iglesia católica apostólica
romana en los siglos XVI y XVII.
Acontecimientos políticos: Surgimiento y consolidación de la Monarquía Hispánica.
Después de Los Reyes Católicos comienza el reinado de la Casa de Austria o
Habsburgo (siglos XVI y XVII)
Siglo de Oro: Siglos XVI y XVII. Gran desarrollo de la literatura, la música y las artes
plásticas.
3. Escuela madrileña:
Diego de Silva Velázquez: el más importante pintor de esta etapa es sin duda alguna
Velázquez. Todo su arte se apoya en la realidad, pero una realidad más sentida que
observada. Ama la realidad y esto se observa desde el punto de vista de que los
temas mitológicos los representa como escenas de la cotidianeidad. El arte de
Velázquez resuena en un ambiente sereno y tranquilo. Pintó mucho a lo largo de su
vida y se podría separar su obra en varias etapas. Una de sus pinturas más conocidas
realizada durante su estancia en Italia es “Venus y Cupido” o “La Venus del Espejo”.
Se basa sobre todo en el tema del desnudo femenino. Expresa muy bien esta obra la
reacción del espíritu moderno sobre el ideal clásico, ya que el modelo es la realidad. El
espejo permite esa doble representación del personaje, de espaldas y de frente, muy
del gusto barroco y que dada su posición obliga a la mujer a mirar hacia el espectador.
Un cuadro bien interesante lo constituye “La Rendición de Breda” o “Las Lanzas” con
el que Velázquez supera a otros pintores de batallas. Resalta la hidalguía del vencedor
evitando la humillación del vencido. El ambiente alcanza gran profundidad y
transparencia, equilibrándose las figuras y el medio. “Las Meninas” constituye un gran
compendio de pintura: luz, espacio, ambiente, retratos, vida cortesana, etc. La figura
del centro es la infanta Margarita Teresa, hija del rey Felipe IV, flanqueada por dos
meninas o damas de honor. A la izquierda del cuadro está el propio Velázquez frente a
un enorme lienzo, en el que quizá esté pintando al rey y a la reina, que aparecen
reflejados en el espejo del fondo y que ocupaban, por lo tanto, el lugar donde ahora se
encuentra el espectador del cuadro. La figura que baja la escalera en el extremo
opuesto de la habitación sirve para acentuar el plano horizontal. La posición de las
figuras, así como el hecho de autorretratarse en el cuadro, la ideó Velázquez para que
el espectador se sintiera parte del cuadro, como si la escena sucediera en ese
momento preciso y ante sus ojos. “Las Hilanderas” es otro cuadro de gran empeño de
Velázquez. También aquí la luz y la atmósfera constituyen materia de largo
razonamiento. Es la obra de más vaporosidad y etérea concepción del gran autor. Es
la representación de un tema mitológico en la parte posterior y en la anterior una
escena cotidiana, el taller de hilados que nos adentra en la realidad. También realizó
muchos retratos de enorme naturalismo y minuciosidad en los detalles. Es el caso de
“El enano Sebastian de Morra”.
Juan Sánchez Cotán: (1560-1627), pintor español creador de la tipología del
bodegón en España. Fue un pintor de escaso mérito en los temas religiosos, que sin
embargo tenía unas extraordinarias dotes como bodegonista. Se formó en el rico
ambiente cultural toledano de finales del siglo XVI, donde eran especialmente
apreciadas las novedades, como las naturalezas muertas compradas en Flandes por
los coleccionistas. Son muy pocas las naturalezas muertas que se conocen de su
mano, pero él fue quien definió las cualidades y características del bodegón español,
que se mantuvieron sin grandes variaciones a lo largo de gran parte del siglo XVII. Son
obras en las que representa muy pocos elementos, —frutas, hortalizas y aves—, que
aparecen colgados o alineados sobre el alféizar de una ventana, tratados con preciso
dibujo y denso modelado, mientras una intensa luminosidad los destaca sobre un
oscuro fondo, acentuando así su realismo y plasticidad. Según la mayoría de los
especialistas, Sánchez Cotán pinta estos objetos con un sentido religioso, buscando
en ellos, no su apariencia concreta, sino la acción creadora de Dios, idea también
recogida en la literatura de la época.
Racionalismo y neoclasicismo:
Siglo XVIII: Suerte de cansancio, de aletargamiento. De esta tradición. Luego del siglo de oro
del barroco. Producto de la incomprensión de la tradición española. En parte por el cambio
dinástico de Habsburgo a Borbón.
En la primera mitad del siglo XVIII y bajo el gobierno de Felipe V, aparecen los primeros
pintores franceses de la Corte. Entre los que se hayan:
René Houasse (¿-1730): Destaca por ser un gran colorista. Prefirió los temas de la
vida diaria. Destaca sobre todos por el tratamiento del paisaje. Entre sus obras se
haya “Luis XIV”.
Jean Ranc (¿-1735): Retratista de la corte borbónica. Se caracteriza por la regularidad
de la ejecución y la frialdad académica. Es un retratista ampuloso que ensalza la figura
del monarca. Entre sus obras está retrato de “Felipe V” y “La hija de Felipe V”.
Louis Michel van Loo (Tolon, 1707-1771): Su pintura presenta gran protocolo, una
ampulosidad ceremoniosa, una paleta impersonal y un color dosificado.
En la segunda mitad del siglo y bajo Fernando VI (1746-1759), se observa una predilección
por la pintura italiana especialmente con Corrado Giaquinto (Escuela napolitana). Es este
también el momento de la creación de la “Real Academia de las tres nobles artes de San
Fernando”, con ella se establecen normas, concursos, además de la institución del Premio de
Roma.
En el tercer cuarto del siglo y bajo el reinado de Carlos III, ocurre de modo circunstancial en
Madrid (1762) una centralidad artística en la Europa de su tiempo. Los principales artistas de
este momento serán Mengs, Giaquinto y Giovanni Battista Tiepolo (1696-1770) los cuales
trabajarán juntos en Madrid.
Giovanni Battista Tiepolo (1696-1770): pintor italiano considerado como el principal maestro
de la escuela veneciana y el mejor muralista del estilo rococó. Estudió con diversos pintores
venecianos, pero la mayor influencia la recibió de su compatriota y colega Pablo Veronés. El arte
de Tiepolo se centró principalmente en la creación de grandes frescos y pinturas al óleo sobre
techos y paredes diseñados en armonía y consonancia con el ornato y decoración de la
arquitectura rococó imperante en aquel momento. En ellos representará convincentes escenas
de la vida cotidiana así como místicos temas bíblicos y mitológicos. La composición es
dramática, la línea fluida y elegante, el color luminoso y delicado y el tratamiento de la luz
sumamente atmosférico. La plasticidad y luminosidad de su estilo, junto con el agradable
colorido de tonos pastel que utiliza en sus obras, siguieron siendo populares incluso después de
que los arquitectos comenzaran a levantar edificios en un estilo mucho más austero y severo
durante la etapa neoclasicista. Tiepolo pintó también tablas al óleo, sobre todo retablos, en las
que muestra el mismo gusto por las formas elegantes y el colorido suave y delicado de sus obras
murales. Tiepolo pintó también pequeños bocetos al óleo, innumerables dibujos e imaginativos
aguafuertes. Para poder llevar a cabo toda esta ingente labor, contó con la ayuda de sus hijos
Giovanni, Domenico y Lorenzo. En 1762, por invitación de Carlos III, Tiepolo y sus hijos viajaron
a España con el encargo de decorar el palacio real de Madrid. En la sala de guardias
alabarderos de dicho palacio pintó la Apoteosis de Eneas, en la antecámara la Apoteosis de
España y en el techo del salón del trono el magnífico fresco de la Grandeza de la monarquía
española (1762-1767). Tiepolo murió el 27 de marzo de 1770 en Madrid.
Inicios del siglo XIX, se observa una pervivencia del rococó y el academicismo.
Academicismo (rococó / ecléctico): Vicente López Portaña (1772-1850), realizó
numerosos retratos de las personalidades más destacadas de su época. Entre todos
ellos sobresale el de Francisco de Goya (1826). Otras de sus pinturas son San
Sebastián socorrido por Santa Irene y Alegoría de la institución de la orden de Carlos
III. Muestra la línea del academicismo en los inicios del XIX. Se radica como pintor de
la corte tras Goya, está concentrado en el retrato en el que se enfoca en elementos
que ayuden a resaltar al retratado. Primer Pintor de Cámara de Fernando VII. Presenta
limitada originalidad y una asombrosa objetividad. Controló TODA la política de
Fernando VII relacionada con las artes.
Neoclasicismo: no todo con ideología davidiana.
- Elementos formales del neoclasicismo difundido a través de las Academias.
- Neoclasicismo davidiano:
- José de Madrazo (1781-1858): inició la corriente pictórica historicista con temas
de exaltación patriótica. La teatralidad y el carácter escenográfico propios del
género que cultivó, así como la frialdad con la que define a sus personajes, le
sitúan entre uno de los mejores representantes de la pintura neoclásica. También
cultivó el retrato con una ausencia de aparatosidad y suntuosidad inusuales en la
época. Fue pintor de cámara del rey Carlos IV. Entre sus obras destacan Cristo
ante el sumo sacerdote y La muerte de Viriato, el cual es uno de los cuadros más
representativos de la pintura neoclásica española, en esta obra se pueden apreciar
la grandilocuencia y teatralidad características de la tendencia historicista.
- José Antonio Ribera (1779-1860): Presenta mayor cercanía con David. es uno de
los pocos artistas davidianos españoles, es autor del célebre cuadro Cincinato
abandona la labranza para dictar leyes en Roma (Museo de Cáceres).
El retrato y la pintura religiosa: los principales exponentes de esta tendencia son Antonio
María Esquivel y José Gutiérrez de la Vega. Ambos cultivan la pintura religiosa y el retrato con
una orientación ecléctica de mirada al pasado. Tienden al neo-murillismo con una mirada
romántica de la obra de Murillo.
Antonio María Esquivel (1806-1857): pintor romántico español, especialista en retratos.
Aunque cultivó diversas temáticas, las obras de mayor calidad, las que le dieron el éxito, fueron
sus retratos, que se encuentran entre lo mejor de la pintura romántica española. Obra de
severidad técnica: Prima el dibujo sobre el color. En su obra Retrato del marqués de Bejons se
observa el prototipo de la aristocracia liberal del reinado isabelino.
José Gutiérrez de la Vega (1791-1865): Máximo exponente de la interpretación romántica de
Murillo. En sus obras se ve una dependencia de los modelos murillescos por ejemplo en Alegoría
del Nuevo Testamento o en La última comunión de San Fernando.
Mientras tanto en Madrid se observa una confluencia de diversos estilos entre los que se
hayan el neo-murillismo, el purismo y el costumbrismo de veta brava.
El costumbrismo de veta brava estará caracterizado por una recuperación de la obra de
Goya, tomada como punto de partida y no como imitación. De Goya se tomarán los aspectos
pintorescos de su obra, el mundo interior del hombre y su expresionismo técnico. Sus principales
exponentes serán Eugenio Lucas Velázquez y Leonardo Alenza
Leonardo Alenza (1807-1843): Estilo sobrio y amargo con tintes satíricos ocasionales.
Cuadros costumbristas inspirados en la obra de Goya. Es uno de los artistas más interesantes
del último tercio de siglo, cuya pintura, y más aún el dibujo, poco o nada tienen que ver con los
tópicos españoles. Algo evidente en sus pinturas Sátira del suicidio romántico o El viático.
Eugenio Lucas Velázquez (1817-1870): Su obra, que fue objeto durante años de los estudios
de Enrique Lafuente Ferrari, fue durante décadas o bien confundida con la de Francisco de Goya
o bien considerada, únicamente, una mala copia del maestro aragonés. Los análisis del ya citado
Lafuente Ferrari, y después los de Juan Antonio Gaya Nuño han situado al pintor en el lugar que
le corresponde, no sólo un epígono avanzado de Goya, sino también un introductor de los modos
que conducirán, poco después, al impresionismo. Presenta una técnica abocetada, color pastoso
y fuerza expresiva además de un énfasis en lo grotesco expresivo. Esto se puede ver en su obra
La lavativa.
Este costumbrismo luego transita hacia el paisaje romántico el cual deviene de “género
menor” a género legitimado y favorecido dentro de la producción pictórica a la vez que va desde
una orientación clasista hacia la concepción nostálgica y grandiosa del la pintura inglesa. Su
principal exponente será Jenaro Pérez Villamil.
Jenaro Pérez Villamil (1807-1854): establece una concepción romántica del paisaje a través
de un gusto pintoresco por las ruinas, la superioridad de la naturaleza frente al hombre, la
evocación orientalista y que ve el viaje como fuente de inspiración y recopilación documental.
Junto a esto la mayoría de sus cuadros presentan una pátina dorada como en Procesión en el
santuario de la Virgen de Covadonga.
Más tarde se observa un giro hacia la estética realista dado por la pintura de historia, el
paisaje y las exposiciones universales de Bellas Artes.
La pintura de Historia se pone de moda con las exposiciones nacionales de pintura y
escultura. Tiene una definición reiterativa e histórica. Además deviene moda e instrumento de
propaganda. Se caracteriza por las grandes dimensiones, captar el momento de historicidad y
conjugar varias tematizaciones. Sus principales exponentes son José Casado del Alisal (1832-
1886) y Antonio Gisbert (1835-1902).
Realismo:
La pintura de historia se establece como una puerta para la vuelta al realismo velazqueño. La
obra Testamento de Isabel la católica de Eduardo Rosales marca el inicio del realismo. En
España el realismo tomará el nombre de realismo velazqueño por su carácter atmosférico y
espacial. Este movimiento también se caracteriza por un dibujo seguro y una gama de color
reducido.
Eduardo Rosales (1836-1873): pintor español nacido en Madrid, especializado en el género
de la pintura histórica. Entra en contacto con el grupo de los nazarenos y se perfecciona su
sentido del dibujo y comienza a pintar en tonos fríos y gamas pálidas. Abandona pronto la pintura
religiosa para centrarse en la histórica, tomando como punto de referencia la pintura del siglo de
oro español. Obras como Testamento de Isabel la católica resumen el carácter grandilocuente de
la escena tratado con toda minucia. Su obra es realista pero tiene elementos que anticipan el
impresionismo, lo cual se ve en su retrato de Maximina Martínez de Pedrosa, esposa del pintor.
Su línea histórica, de la que no se apartará nunca, le lleva a pintar obras como La presentación
de don Juan de Austria o Doña Blanca de Navarra, donde la ambientación tan naturalista
desplaza toda retórica. En su fase final, donde se dedica a la acuarela, evolucionará hacia un
tipo de obras como la del Desnudo de mujer o en el retrato del Violinista Pinelli donde se
aproxima al impresionismo por el tipo de pincelada suelta y deshecha, y que anuncia en Rosales
un pintor de la modernidad.
El paisaje realista será la otra tendencia importante del momento, el cual tendrá un interés por
la luminosidad y los efectos de esta sobre el paisaje. Sus figuras principales son Carlos de Haes
y el catalán Ramón Martín Alsina (1835-1933) una de sus obras más relevantes es Born Vell.
Carlos de Haes (1829-1898): pintor español de origen belga. Su actividad artística estuvo
dedicada fundamentalmente a la pintura de paisaje realista. Pintaba al aire libre, con una técnica
precisa y delicada, vinculada a la estética tradicional de la escuela flamenca. Su arte, atento a la
realidad y ajeno a la elaboración del estudio, supuso una extraordinaria novedad tras el
subjetivismo que había imperado en el paisaje romántico. Su importancia reside en su extensa
producción pictórica —más de cuatro mil cuadros y apuntes de tema paisajístico— y en su labor
docente. Sus paisajes, sin añadidos anecdóticos, son generalmente sencillas vistas campestres
y de montaña, en los que muestra un especial interés por los efectos lumínicos, abriendo el
camino al impresionismo, por el que se adentrarían muchos de sus discípulos. Destaca entre su
extensa producción Los picos de Europa, obra en la que se observa la captación de la naturaleza
con una fidelidad y realismo próximos a la observación geográfica que lo caracterizó.
Cambio de siglo
Al periodo de la historia del arte que abarca desde 1881, año en que se inician las colecciones
del MNCARS y fecha de nacimiento de Pablo Picasso; hasta 1925, que se ha socializado como
el «inicio» de la modernidad en el caso español porque se celebró la exposición de la Sociedad
de Artistas Ibéricos se le ha dado en llamar, en pintura, Cambio de Siglo.
Caracterizado por la superposición de orientaciones estilísticas diferentes que generan cierta
confusión. Es un fenómeno nuevo de paralelismos y falta de unidad. Quizás la propia dificultad
que esto representó para enfrentar su estudio con una óptica tradicional, sea causa -entre otras
razones más justificadas- del cierto desdén con que ha sido vista esa pintura. Desconcierta un
poco que hasta ahora las corrientes artísticas del siglo XX -siendo herederas de este fenómeno-
no hayan arrojado suficiente luz para comprender que el siglo XIX, a la vez que epílogo del arte
tradicional en lo que a las normas representativas naturalistas se refiere, fue también prólogo de
una cierta liberación de las tutelas estilísticas, producidas en el presente.
Existe en este momento un mayor desarrollo de la individualidad de los artistas que exploran
en su subjetividad. A la vez producen un arte que intenta retomar los conceptos
trascendentalistas del mismo, la misión del arte. Predominio del simbolismo y decadentismo. En
España aparecen escuelas regionales. Es una época de internacionalización del arte, por su
pérdida del sentido de nacionalidad. El artista se considera a sí mismo un intelectual, teoriza
sobre arte.
El núcleo vasco: fuerte raigambre castiza. Es un espacio protagonizado por los hermanos
Ramón y Valentín Zubiaurre y también por Zuloaga. En este contexto surge la Asociación de
Artistas Vascos (1911) con el propósito de fomentar el desarrollo del arte en el panorama
nacional y de promocionar la producción de sus miembros en el terreno internacional.
Caracterizada por la subjetividad.
Ignacio Zuloaga (1870-1945): pintor español que junto con José Gutiérrez Solana representa
la vertiente costumbrista de la pintura española de principios del siglo XX, aunque a diferencia de
éste, su paleta es más brillante y su visión de los tipos y de las costumbres del campo castellano
es menos pesimista. Entre sus obras fundamentales se haya El Cristo de la Sangre, en el que
retrata con acritud la idiosincrasia del pueblo español. La crudeza de sus pinceles le llevó a ser
rechazado en varias ocasiones por la crítica nacional. Rehusó el impresionismo y buscó un
lenguaje propio más acorde con la tradición de la pintura realista española. En la mayoría de sus
retratos el horizonte se sitúa en un punto bajo respecto al espectador y el retratado se sitúa en
primer plano y hecho a escala natural ocupa casi todo el alto de la pieza.