Cuatro Voces Que Nos Piden Evangelizar
Cuatro Voces Que Nos Piden Evangelizar
Cuatro Voces Que Nos Piden Evangelizar
Isaías 6:1-9.
INTRODUCCIÓN:
Esta persona se puede decir que es un evangelizador, porque lleva “alegres nuevas” o
buenas noticias, aunque la descripción corresponde a una persona que, corriendo desde
el frente de una batalla, cruzando entre las montañas de Israel, venía a decir a la gente de
los pueblos que la guerra ha terminado y que su rey favorito es el vencedor.
Eso es evangelizar. Ir a toda prisa a llevar la buena noticia. Cuando alguien viene y te
dice: Tengo una buena noticia para ti; es como que te esté diciendo: Tengo evangelio
para ti. Aunque la buena noticia no es un asunto acerca de Dios, ni sea una noticia
cristiana, o religiosa, por el hecho de ser buena noticia, en esencia su contenido es
evangelio, aunque no se trate del Evangelio de la salvación de Dios, porque evangelio
simplemente quiere decir: Buena noticia.
¿Alguna vez te han dado una buena noticia?, o ¿alguna vez has ido a decir una buena
noticia a alguien? Eso es llevar un evangelio, eso es originalmente evangelizar. Es ir a
llevar una buena noticia.
En el cristianismo, la mejor buena noticia fue conocida aquí en la tierra cuando un ángel
vino a visitar a unos pastores de ovejas en las cercanías de Belén, diciendo: “… he aquí
os doy nuevas de gran gozo” (Lucas 1:10).
En otras palabras, el ángel vino a evangelizar a los pastores. Cuando las mujeres
descubrieron que Jesús había resucitado, leemos en Mateo 28:8 que ellas “fueron
corriendo a dar las nuevas a sus discípulos” Y lo que dijeron al dar la buena noticia
eso es evangelizar. Evangelizaron a los discípulos.
Cuando ellas vieron a Jesús, él les dijo: “id, dad las nuevas a mis hermanos” (Mateo
28:10), o sea que fuesen a decirles que él estaba vivo otra vez, eso es evangelizar.
Con esto quiero explicar que evangelizar o llevar buenas noticias no es algo que
comienza en la época de Jesús, sino que se ha hecho desde tiempos más antiguos, que se
puede rastrear desde los inicios de la humanidad, descubriendo que el primer evangelista
es Dios mismo quien trajo a la humanidad la primera buena noticia con respecto a la
salvación del ser humano, cuando Él directamente le dijo a la serpiente antigua: “Y
pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te
herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15).
Con estas palabras Dios da la buena noticia que el diablo que hizo pecar a Eva y a Adán,
será finalmente vencido por un hijo descendiente de Eva. Este hijo, fue Jesús.
En nuestro texto bíblico, tenemos el caso del mismo profeta Isaías quien tiene una
experiencia santificadora,… Una visión especial de la gloria de Dios. En aquella visión,
él fue enviado a llevar buenas noticias. Se puede decir que él fue enviado a evangelizar.
Pero, antes de ir a llevar las buenas nuevas, Isaías escuchó cuatro voces que le dieron a
entender que era urgente la evangelización.
Basado en su experiencia, voy a predicarles que: Hay cuatro voces que están pidiendo
que con urgencia los hijos de Dios vayamos a evangelizar.
¿Cuáles son esas cuatro voces que están pidiendo con urgencia a los creyentes que vayan
a evangelizar?
La primera voz que está pidiendo que con urgencia los hijos de Dios vayan a
evangelizar, es:
Esa voz vino de arriba. ¿De quién? Del Señor que está “sentado sobre un trono alto
y sublime” (Isaías 6:1).
Esa “voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?” (Isaías
6:8), y que dijo a Isaías: “Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por
cierto, mas no comprendáis” (Isaías 6:9).
Cuando Dios quiere dar una buena noticia, siempre da su mandamiento como se lo
dio a Isaías diciéndole: “Anda, y di a este pueblo”. Isaías tenía un mensaje que por
mandato de Dios tenía que ir a decir.
Era una buena noticia que les cambiaría la vida, pero que si la rechazaban, entonces
experimentarían situaciones difíciles como personas pero también como pueblo
entero.
Jesucristo, el Hijo de Dios, con toda la autoridad, nos encargó el Gran Mandamiento
para los cristianos, tanto para sus primeros discípulos, como para toda su iglesia
llevemos las buenas nuevas de la salvación eterna.
Su mandamiento fue: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, …”
(Mateo 28:19-20a). Este es el mandamiento vigente que nos toca cumplir ahora,
moviéndonos a evangelizar.
La segunda voz que está pidiendo que con urgencia los hijos de Dios vayan a
evangelizar, es:
Luego, mientras escuchaba a Dios preguntar: “¿A quién enviaré, y quién irá por
nosotros?” (Isaías 6:8), Isaías estaba usando su conciencia acerca de la necesidad
que hay de personas para llevar buenas noticias donde hace falta.
Es por eso, que él nos dice: “Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí” (6:8).
La tercera voz que está pidiendo que con urgencia los hijos de Dios vayan a
evangelizar, es:
No hubiese tenido sentido para Isaías, ni tendría sentido para nosotros, el haber
escuchar solamente, aunque sea a Dios mismo diciendo: “¿A quién enviaré, y quién
irá por nosotros?” (Isaías 6:8), si no fuera por un claro entendimiento de la
condición perdida de la gente a la que somos enviados.
Uno no podría responder como Isaías, diciendo “Heme aquí, envíame a mí” (Isaías
6:8c), si no hay una conciencia clara de servicio a Dios y al mismo tiempo al
prójimo, cuya alma está en peligro de perderse.
Así que, junto con el mandamiento de Dios, y junto con la conciencia analítica y
personal, tenemos que observar y reflexionar en la condición espiritual, económica,
política, ya social, del ser humano.
Así nos damos cuenta de la gran necesidad que tiene de escuchar las buenas noticias
que Dios tiene para su vida. Ellos necesitan ser evangelizados.
Jesús mientras predicaba el evangelio del reino, mientras llevaba las buenas noticias
de Dios, dice san Mateo que: “… al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas;
porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. /
Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos.
/ Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:36-38).
Al ver no solo a las multitudes, sino a cada persona en particular, Jesús siendo el
mejor evangelista que hayamos tenido, se podía percatar de la condición espiritual de
cada persona que él miraba, las veía como ovejas “desamparadas y dispersas” a
merced del lobo.
Ahora, nos toca a nosotros, escuchar la voz de la gente necesitada del amor de Dios,
que en su condición no sabe qué hacer; pero que usted ya sabe que lo único que
cambiará sus vidas es la buena noticia de Dios,… que en Jesucristo hay
transformación de la vida presente, y salvación en la vida futura.
La cuarta voz que está pidiendo que con urgencia los hijos de Dios vayan a
evangelizar, es:
En el contexto de Isaías, la buena noticia que tenía que llevar era que a pesar de que
el rey Usías había muerto, el Verdadero Dios todavía vive, y se encuentra en su
función de soberano de todo cuanto existe. Isaías mismo le había visto “sentado
sobre un trono alto y sublime” (Isa. 6:1),
El mensaje que Isaías capto en la visión fue: “No se preocupen de que haya muerto e
rey Usías, o si el sucesor va a ser cruel contra ellos, ¡Dios está en su Trono, listo
para regirlos con justicia!
Jesús, ilustra esta realidad del sufrimiento eterno con el caso del Rico y Lázaro. Que
cuando él muere, se va al lugar de tormento eterno, y desde allí se da cuenta que no
es nada fácil ni agradable, aunque se lo advirtieron.
Entonces, comienza a pedir ayuda para calmar su sufrimiento, pero ya nada se puede
hacer por él.
Tenemos que pensar en los millones de personas que en este momento se encuentran
en el infierno mismo, y que no se encuentran disfrutando de reposo después de una
vida que no les fue nada fácil aquí en la tierra.
Millones que se encuentran atormentados, y sin duda deseando que sus familiares no
vayan a llegar donde ellos están. Estarán rogando a gritos que alguien lleve el
evangelio de Jesucristo a sus seres queridos.