Loreto Ossandon Teoria Movimientos Sociales Ambientales
Loreto Ossandon Teoria Movimientos Sociales Ambientales
Loreto Ossandon Teoria Movimientos Sociales Ambientales
1
PRESENTACIÓN _________________________________________________________ 4
CAPÍTULO I_____________________________________________________________ 7
CAPÍTULO II ___________________________________________________________ 37
A. Los primeros atisbos medio ambientales: de los cincuenta a los setenta _____________ 54
1. La política intervencionista de Estados Unidos y las estrategias para superar el
subdesarrollo. ________________________________________________________________ 54
2. El Estado: Administración y gestión de recursos para el desarrollo. ______________ 55
3. Emergencias de las primeras organizaciones chilenas ecologista/ambientalistas. 55
4. El subdesarrollo versus la problemática ecologista/ambientalista. _______________ 57
2
B. La polarización política, el nuevo modelo económico y guetthoización del movimiento 59
1. La conquista democrática del sueño socialista y el temor intervensionista
estadounidense. ______________________________________________________________ 59
E. Los gobiernos de la concertación: Nuevo escenario para los verdes chilenos _______ 71
1. El nuevo contexto internacional y las nuevas implicancias para los países en
desarrollo. ____________________________________________________________________ 71
2. La recuperación de la democracia y la consolidación del modelo de desarrollo
neoliberal. ____________________________________________________________________ 72
3. Los verdes desde optimismo a la proposición.___________________________________ 74
4. Los cambios y la nueva estructuración verde. ___________________________________ 77
CONCLUSIONES ________________________________________________________ 79
3
PRESENTACIÓN
“Los actores sociales y los movimientos tienen un doble rol: por un lado
son sistemas colectivos de reconocimiento social, que expresan identidades
colectivas viejas y nuevas, con contenidos culturales y simbólicos
importantes. Por otro, son intermediarios políticos y no partidarios, que
traen las necesidades y demandas de las voces no articuladas a la esfera
pública, y las vinculan con los aparatos institucionales del Estado. El rol
expresivo en la construcción de identidades colectivas y de reconocimiento
social, y el rol instrumental que plantea un desafío a los arreglos
institucionales existentes, son esenciales para la vitalidad de la
democracia. Más que ver con la incapacidad de cooptarlos por parte de los
partidos políticos como fracaso de la democracia, los movimientos y
organizaciones extrapartidarios deben ser vistos como una garantía de un
tipo de consolidación democrática que incluye un mecanismo de
autoexpresión de sus fronteras y autoperpetuación que asegura una
consolidación democrática dinámica”. (Jelin.1994: 106).
“América Latina vive la hora de las alianzas, los bloques, las coordinadoras
y los frentes, donde los movimientos sociales ocupan un lugar central. En
contraste con la visión de una fragmentación de actores se imponen en la
región una realidad del surgimiento, antes que división de nuevos actores,
que ensayan iniciativas de convergencia política bajo la hegemonía
popular”. (Aceves. 1994: 83).
4
El cambio de contexto y del tipo societal al que se enfrentan los
Movimientos, hace que el carácter de las reivindicaciones ya no sea el
mismo. Las temáticas abordadas por los Nuevos Movimientos han estado
centradas, tal como se ha dicho con anterioridad en reivindicaciones
culturales, con un fuerte contenido simbólico, referido principalmente al
tema de la identidad. Sin embrago, América Latina se encuentra en
procesos aún incipientes, por lo cual las reivindicaciones de los Nuevos
Movimientos están orientadas hacia desafíos sociales, como son la
exclusión social (Movimiento indígena, Movimiento de Mujeres), el
deterioro acelerado del medio ambiente (Movimiento ambientalista) y la
creciente distancia entre las instituciones del Estado y la sociedad civil.
5
En cuanto a la metodología que ha utilizado este proyecto se debe señalar
que en su origen este proyecto estaba conformado por fuentes primarias y
secundarias, mas en el transcurrir de esta investigación se tuvo que optar
por considerar sólo fuentes de carácter secundario. La división hecha en
este trabajo de acuerdo las diversas corrientes que componen el
Movimiento Ecologista/Ambientalista chileno, hizo que el diseño de las
fuentes primarias (entrevistas) diera cuenta de esta conformación. Se
eligieron a través de un mecanismo de bola de nieve, distintos liderazgos
de las corrientes identificadas. Cabe señalar que estas entrevistas, sin
embargo, resultan insuficientes para dar cuenta del desarrollo histórico
del movimiento, debido a la falta de herramientas de análisis que fue
posible advertir en los propios entrevistados, que pudiera dar cuenta de los
contextos, oportunidades de surgimiento y desarrollo del fenómeno
investigado. Por esta razón, la investigación fue complementada con
información secundaria recolectada a través de bibliografía, documentos
institucionales, folletos, sitios webs, etc. Esta información fue
sistematizada y analizada por medio de una ficha de vaciado.
6
CAPÍTULO I
Para Marx, Engels y Lenin la acción social está basada en una fuente
real y material, las estructuras del capitalismo. La destrucción de estas
estructuras es la única vía de solución a las demandas de la acción
colectiva. Es decir, las soluciones están mediadas por la revolución
social y no por el reformismo del sistema. (Aceves 1994; Melucci 1988;
Ritzer 1993).
7
B. Los enfoques teóricos de la acción colectiva: El desarrollo de la
sociología clásica.
8
las normas de un grupo, sustituir valores y normas que considera
ilegítimas por unas nuevas fundadas sobre una legitimación
alternativa. Es decir, el comportamiento inconforme ataca la estructura
misma de los fines. En el caso de Smelser el comportamiento colectivo
surge desde la existencia de: recursos y estructuras que posibilitan
dicho comportamiento; un desequilibrio del sistema y una creencia
generalizada estimulante de la conducta colectiva. Los
comportamientos colectivos para este autor son, entonces,
desequilibrios de un sistema provocados por estímulos externos. Desde
esta lógica los conflictos son sólo procesos secundarios de adaptación.
(Aceves 1994; Melucci. 1988).
9
corriente es Francesco Alberoni, quien centra su teoría en el cuándo,
cómo y por qué surge la acción colectiva. Sin embargo esta perspectiva
en general y Alberoni, en particular, no consideran a los movimientos
en su desarrollo. (Aceves. 1994)
10
efectúa desde una relación hermenéutica con la ideología o la
autoconciencia de los actores colectivos. En vez de eso, toma una
perspectiva más propia del organizador de un movimiento involucrado
en los imperativos de una movilización, por un lado, y la visión general
de un observador del ambiente político, por el otro”. (Cohen. 1985: 11-
12)
11
ochenta nace una línea teórica que establece como nuevo movimiento a
las acciones colectivas desde una concepción temporal. Es decir, el
momento en que surgen o tiene auge estas acciones. Es así como
autores como Rieschmann, Fernández Buey (1994) y Gunder Frank y
Fuentes (1990) señalan que muy pocos movimientos pueden ser
identificados como Nuevos Movimientos Sociales, puestos que son
escasos los movimientos que responden a necesidades que han sido
generadas por el reciente desarrollo mundial. Según estos autores se
perfilan como nuevos movimientos los ecológicos verdes y los pacifistas.
12
destacan un sin número de autores, entre los que se encuentra
Melucci. Este autor crea su planteamiento desde las críticas a la
postura marxista, el accionalismo (del cual es heredero, por ser
discípulo de Touraine) los análisis estructurales (Habermas) la
movilización de recursos (Olson) y los intercambios políticos (Tilly).
Todas estas posturas según Melucci no logran explicar a cabalidad la
acción colectiva en las sociedades complejas actuales. Los movimientos
sociales más que en otros tiempos han cambiado, especialmente se han
dirigido a un terreno no político. (Aceves. 1994).
13
orientación pragmática e institucional. Cuestión que le da un
importante valor político en las sociedades occidentales actuales, en
cuanto son un elemento democratizador de la vida cotidiana y la
expansión de las dimensiones civiles de la sociedad. Los Movimientos
Sociales Contemporáneos son un importante agente de transformación
social y portadores de una nueva visión. Es decir, los movimientos
sociales son profundamente políticos en un nuevo sentido, son agentes
democratizadores que no buscan alcanzar el poder del Estado y menos
suplantarlo. (Laraña y Gusfield. 1994; Gunder Frank y Fuentes. 1990;
Guadynas. 1994; Cohen. 1985; Castells. 1999; McAdams. 1999;
Touraine. 1997; Johnston, Laraña y Gusfield. 1994)
14
1. Las oportunidades políticas de los Nuevos Movimientos Sociales.
15
sociedades civiles fuertes que pueden desarrollar libremente
formas de participación amplias y moderadas, como es la
existencia de partidos políticos de los movimientos y reuniones
de discusión con el Estado. (Tarrow. 1999).
16
número de grupos que son objetos de la represión se
encuentran regímenes que van desde lo selectivo a lo difuso.
En cuanto al momento de represión policial los regimenes
pueden ser preventivos o reactivos. Pueden ser duros o
blandos, de acuerdo al grado de fuerza utilizada. Y pueden ser
sucios o legales en relación a si los procedimientos utilizados
son legales y democráticos. La adopción de una forma u otra
en el ámbito de la represión está en directa relación con el
papel desempeñado por las burocracias en la implementación
de las políticas. (Della Porta. 1999).
17
movimientos pueden lograr percibir las oportunidades que les
brinda el contexto en el que están inmersos. Es decir, una
oportunidad no será tal si no es reconocida por el movimiento,
tanto a nivel de su marco estratégico, como de su marco
interpretativo. Las oportunidades políticas se incrementan
sólo si existe una interacción entre estos elementos, los
cambios estructurales y las percepciones del movimiento.
(Tarrow. 1999; McAdam, McCarthy, y Zald, 1999)
18
Las oportunidades políticas de carácter cultural. La existencia de
factores o procesos culturales pueden crear oportunidades
políticas adecuadas para la acción colectiva. Entre los elementos
que estas oportunidades se encuentran.
19
de acuerdo a las nuevas circunstancias. (McAdam, McCarthy, y
Zald. 1999; Gunder Frank y Fuentes. 1990).
20
opuestas o simplemente rechazan las innovaciones que
amenazan los privilegios y/o la identidad cultural de los
grupos (Cohen. 1985). En este sentido, surge como importante
para los movimientos la construcción de la identidad que
hacen de sus adversarios, pues éstas orientan el análisis de
los actores de los movimientos sociales sobre los puntos
débiles y la fortaleza de éstos. Sin embargo en la medida que
los movimientos son exitosos y optan por una estructura
institucional, tienden a perder la identificación de sus
adversarios. (Laraña y Gusfield. 1994; Araujo. 2002; Kriesi.
1999).
21
fijado como movimiento. De este modo la racionalidad
estratégica juega un rol fundamental en la construcción de los
diagnósticos, los pronósticos y las motivaciones. Es decir, es
de gran relevancia para la construcción de los submarcos
estratégicos, los cuales influyen en la creación de los marcos
interpretativos. (Araujo 2002; Gárate 2000; Hunt, Benford y
Show 1994; Zdravomyslova. 1999).
22
Es preciso indicar que el tipo de estrategias adoptadas por los
movimientos están fuertemente influenciadas por los medios
de comunicación, las fuentes de financiamiento y los poderes
fácticos.
23
Por otra parte, los recursos también determinarán el grado de
integración de un movimiento con su medio organizacional. Es
decir, el grado de integración de éste con las bases, sus
aliados y las autoridades. Los movimientos que cuentan con
una mayor diversidad en sus fuentes de recursos serán más
independientes de sus bases, de sus aliados y de las
autoridades. No obstante, cabe indicar que algunos
movimientos pretenden integrarse al sistema establecido, por
lo cual será más dependiente de las autoridades y más
independiente de las bases y sus aliados. Situación que a
largo plazo termina por debilitarlos y hacerlos desaparecer.
(Kriesi. 1999).
24
sus propósitos, debe contemplar la realización de alianzas en
estas dos direcciones.
25
conjugan diversos tipos de estructuras. Es así como los
Movimientos Sociales Contemporáneos ponen a su disposición
las ventajas movilizatorias de la descentralización y las
ventajas tácticas de la centralización. Un ejemplo son los
movimientos sociales organizados, que están altamente
profesionalizados y pueden estar vinculados con
organizaciones de base formadas por voluntarios y, al mismo
tiempo, contar con organizaciones de apoyo, vía aportes
financieros o de infraestructura. (Jenkins. 1988: Kriesi. 1999).
Entre los movimientos que optan por una u otra vía, se tiene
que los movimientos instrumentales tomarán más el camino
de la institucionalización o la radicalización; mientras que los
movimientos subculturales o contraculturales tomarán más el
camino de la comercialización o la involución. (Kriesi. 1999).
26
redes informales, las cuales en su expresión más mínima
están integradas por familias o redes de amistades. En este
tipo de organización las fracturas más comunes están dadas
por desacuerdos en las estructuras básicas de la vida
cotidiana. Los movimientos sociales de estructuras
intermedias, son movimientos o segmentos de un movimiento
que presta ayuda técnica o apoyos. De acuerdo a esto,
podemos ver que tiene estructuras flexibles de acuerdo a la
instrumentalización de la que formen parte en un determinado
momento y la participación en alguna actividad o movimiento
propiamente tal, es indirecta o accidental. Los movimientos
sociales organizados poseen estructuras formales y complejas,
como son las redes de instituciones u organizaciones que
trabajan o tienen interés en alguna problemática. Los
movimientos sociales híbridos, son aquellos que mezclan
estructuras formales e informales. Este tipo de movimientos
presentan un alto grado de organización, pues en el seno de
este movimiento confluyen una amplia gama de instituciones
y/u organizaciones. Los movimientos sociales de coalición, son
aquellos que se estructuran de acuerdo a las bases
organizacionales de dos movimientos. Estas estructuras
tienden a ser más duraderas y en general ponen en contacto
movimientos sociales organizados con otras organizaciones
comunitarias o con redes de simpatizantes más difusas. Desde
aquí se pueden dar estructuras movimentistas más globales.
(McCarthy. 1999; Della Porta. 1999; Rutch. 1999;
Klandermans y Gloslinga. 1990; Kriesi. 1999).
27
solidariedad afectiva hacia el grupo o movimiento. (Aceves.
1994). Esta condición genera que estos movimientos tengan
una escasa división de trabajo, difusa especificación de roles y
una descentralización en la toma de decisiones. No obstante,
el desarrollo del movimiento irá afiatando los compromisos de
los agentes movilizadores, adquiriendo un mayor grado de
profesionalización, una clara división del trabajo y una
especificación de los roles al interior del movimiento.
28
y el marco interpretativo carezca de coherencia. (McCarthy.
1999; Kriesi. 1999; Rutch. 1999).
29
Para el análisis de los Movimientos Sociales Contemporáneos desde
los marcos interpretativos se deben considerar los siguientes
aspectos:
• Las ideologías son las “(…) creencias que sirven para justificar
u oponerse a un orden político determinado, además para
interpretar el mundo desde lo político”. (Zald. 1999: 371). Es
decir, la ideología es la herramienta por medio de la cual los
movimientos generan diagnósticos, soluciones, tácticas,
pronósticos e implicancias del problema al interior de sucesos
históricos políticos. Es preciso señalar que, de acuerdo a este
rol político, la ideología puede ser o no un elemento que
integre los marcos interpretativos de un determinado
movimiento social.
30
• Los actores. Éstos intentan definir los temas conflictivos,
inventar metáforas, atribuir culpas, definir tácticas. Las
rupturas y contradicciones culturales sólo generan acción en
el ámbito de lo político, en la medida en que se las define en el
marco de un proceso activo de reconstrucción cultural llevado
a cabo por los movimientos. (Zald. 1999). En este sentido, la
creación de marcos interpretativos desde la oportunidad
política es uno de los elementos fundamentales de los marcos
de acción colectiva. (Gamson y Meyer. 1999).
31
otras que les permitan ampliar los discursos a las audiencias.
(McCarthy; Smith, y Zald. 1999).
32
como una preocupación de esta agenda, pueden lograr
influir en la agenda gubernamental y la audiencia. Esta
es la razón por la que los movimientos tienen en cuenta
a los medios de comunicación, aunque sean conscientes
de su incapacidad para implementar una estrategia
deliberada. (McCarthy, Smith y Zald. 1999).
33
o La Agenda Gubernamental. Es la agenda compuesta por
los temas que el gobierno de turno deberá cumplir. Esta
agenda es altamente centralizada y estructurada, por lo
cual la entrada de las temáticas movimentistas es
altamente dificultosa. En esta dirección, los
movimientos deben saber identificar las oportunidades
para introducir sus temas. Estas oportunidades están
dadas por el cambio de los temas conflictivos en las
agendas gubernamentales, situación en la cual los
movimientos pueden ejercer presión para introducir sus
temáticas. Los métodos directos utilizados por los
movimientos para influir en esta agenda son: litigios, el
trabajo con agencias ejecutivas, control de agencias y
contactos con ministros o funcionarios. En tanto, los
métodos indirectos son: correos publicitarios, estudios
sobre registros electorales, política de lobby, testimonios
comisión legislativa, proyectos leyes y reuniones con los
responsables públicos. (McCarthy, Smith y Zald. 1999).
34
por tanto, más prudente según esta forma de entender la
oportunidad, puesto que el riesgo de pérdida es mucho mayor
que las posibilidades de obtener algún tipo de ganancia. En la
línea de la futilidad, la inactividad es elegida porque se evalúa
que no existen caminos para impedir, anular o producir un
cambio. Desde esta óptica, cualquier tipo de acción no es sino
una pérdida de tiempo y de recursos, todo intento acaba en
nada. (Gamson y Meyer. 1999).
35
cuando definen lo que es una oportunidad política”. (Gamson
y Meyer. 1999: 404).
36
CAPÍTULO II
37
estos intercambios desiguales asumen formas específicas, pues
depende de los objetos de intercambio y de la calidad y cantidad que
posean de éstos los agentes en juego en cada uno de los campos.
38
Esta dependencia no sólo se ha afianzado; sino que se ha transformado
en un núcleo duro al interior del sistema capitalista. Esto se debe a que
a este tipo de dependencia se le ha agregado un nuevo elemento. Este
nuevo componente, a decir de Castells (1999), es la variable tecnológica
y científica. Esta variable implica que el grado de desarrollo de las
economías está intrínsecamente relacionado al desarrollo tecnológico y
científico que tienen los países. Este desarrollo tecnológico está
determinado por los recursos invertidos por los países en el avance y
desarrollo de la tecnología y la ciencia, así como también en el grado de
inversión que se haga en éstas. Es decir, entre más recursos dispongan
los países más factible es que desarrollen e inviertan en tecnología y
ciencia, ahondándose la brecha entre países desarrollados y los en vías
de desarrollo.
39
El otro efecto provocado es la vulnerabilidad social. Esta vulnerabilidad
puede a decir de Cepal (2000) ser vista bajo tres aspectos. El primero
tiene relación con el mercado del trabajo, el cual tiende a concentrar las
mayores ofertas de trabajo en puestos de baja calificación y
remuneración; siendo a la vez estos empleos de alta flexibilidad,
precarios e inestables. En este punto la disociación de la dimensión
económica de la social se refleja en que el crecimiento económico, muy
por el contrario de lo que podría pensarse, no conlleva a una mejora en
la calificación de los puestos de trabajo ni en las remuneraciones de los
empleados.
40
crecimiento económico y la inserción en los mercados internacionales; y
los impactos ambientales de tales actividades productivas. En este
marco, la inequidad social se traduce también en inequidad
socioambiental, debido a que son las comunidades y sectores más
desfavorecidos los que padecen, en mayor medida, los impactos de la
externalización de costos ambientales en el marco del desarrollo y
crecimiento económico. Asimismo, esta situación da pie y argumentos
al surgimiento de nuevas demandas sociales, lo cual se expresa tanto
en un fortalecimiento de las demandas tradicionales de los sectores
ambientalistas y ecologistas, como en la incorporación de esta
dimensión en las agendas de movimientos sociales o ciudadanos
tradicionales.
41
con anterioridad, los patrones de socialización han dejado de ser
puramente locales y guiados por la tradición. Se han adoptado nuevas
estructuras que entran a formar parte de la socialización, una
socialización global que ingresa a sus mecanismos de comunicación e
información global. De este modo al decir de varios autores, las
identidades colectivas han dejado de estar ancladas en la pertenencia
de clase y en la nación, pasando a conformar identidades plurales,
donde los sujetos pasan a forman distintas posiciones identitarias
flexibles. De este modo la acción colectiva, ya no se sostendría más,
desde la forma tradicional.
42
humana fue cambiando radicalmente, haciéndose independiente de los
ciclos y ritmos naturales. Es decir, se separa al hombre del hombre,
cuestión que se expresa en la fragmentación de los tiempos de la vida
humana en tiempo desarticulados. (Larraín. 1993).
43
Desde estos primeros síntomas, comenzó también a manifestarse la
necesidad de poner esta problemática como una preocupación de
carácter internacional. Es así como la coordinación internacional
comienza a abrirse camino desde finales del siglo XIX logrando su
primer encuentro hacia el año 1923 en París, con la celebración del
Primer Congreso Internacional para la Protección de la Naturaleza y
registrándose el primer movimiento. Esto indica que los primeros
movimientos tuvieron una preocupación netamente conservacionista,
razón por la cual aún estos primeros movimientos distan de lo que será
la constitución del Movimiento Ecologista/Ambientalista actual. Por
eso, desde la emergencia del primer movimiento a lo que existe en la
actualidad media un salto cualitativo, que va desde la conservación
hacia la conciencia ecológica global. Situación que no se producirá
hasta la segunda mitad del siglo XX y muy señaladamente a partir de
los años setenta. Desde ese momento, se forma un nuevo movimiento
que viene a responder a una situación socioecológica radicalmente
nueva. En este nuevo contexto, las viejas organizaciones
conservacionistas adoptan el mapa cognitivo que impera (nueva
interpretación del problema). (Riechmann y Fernández Buey. 1994).
44
La unión de estas dos corrientes pone al movimiento como una opción
de cambio real, que resignifica el mundo actual proponiendo la
construcción de una nueva racionalidad en la política, la economía, lo
social y lo cultural. (Guadynas. 1994; Leff. 1985). El Movimiento
Ecologista / Ambientalista, de acuerdo a lo conceptualizado por
Fernández Buey (1994), Leff (1989) y Guadynas (1994), es el espacio en
que los actores se conjugan en la actividad movimentista luchando por
un mejor ambiente y una mejor calidad de vida para los seres
humanos. De este modo según Leff (1985), el movimiento surge como
una defensa llana de lo tradicional frente a los valores de la
modernidad; como una conciencia del costo social y ecológico; y como
una preocupación por la degradación del potencial ambiental. En este
sentido, las primeras reivindicaciones no lograron conformar un
movimiento social como tal. Aunque estas dos corrientes confluyen con
una gran fuerza posicionando el tema medio ambiental como una
preocupación de la comunidad internacional.
45
sociedades, pues la preocupación por la pobreza, el desempleo, el
hambre, etc, son de mayor importancia como para hacerse parte de los
temas de los Estados desarrollados. De este modo es posible
comprender que la preocupación social por el medio ambiente en
Latinoamérica no se da en la década de los setenta; sino que surge
hacia fines de los ochenta y principio de los noventa, cuando estos
países detectaron que las crisis ecológicas están afectando -más
directamente- a las poblaciones de los países pobres que a las
poblaciones de los países ricos, debido a la constante transferencia de
tecnología e industrias altamente contaminantes o con elevado riesgo
para la vida de la población y otras especies animales y vegetales, desde
los países ricos del Norte a los países pobres del Sur. (Rieschmann y
Fernández Buey. 1994).
46
El Desarrollo Sustentable pasa a ser, en este contexto, el eje primordial
de los Movimientos Ecologistas/Ambientalistas, en el sentido que se
debe buscar el desarrollo desde la base de satisfacer las necesidades de
las generaciones presentes, sin comprometer la satisfacción de las
necesidades de las generaciones futuras, para lo cual se requiere
emprender un cambio a nivel político, económico, social y cultural. Es
decir, una mirada proyectada hacia el futuro de los países vinculados a
la problemática.
47
de estos estratos, son por lo general sectores que están directamente
afectados por alguna crisis ecológica, por lo cual se integran desde su
inmediatez como sujetos- víctimas del daño ambiental. Así, los temas
globales estarán puesto desde la clase elítica y los temas locales serán
una prioridad más ligada con sectores locales o de base.
48
función y el deber de reestablecer la tranquilidad y la seguridad de la
ciudadanía, por ende debían detentar el poder en nombre de vigilar y
garantizar el orden social.
“El golpe militar no sólo significó poner fin a una larga tradición
democrática, sino a una tradición igualmente larga de control de los
partidos políticos sobre las organizaciones sociales.(...) Los partidos
ofrecían apoyo político y ayuda organizacional, jurídica y a veces
también financiera y, a cambio exigían adhesión y disponibilidad en
acciones propagandísticas y en las opciones estratégicas y tácticas. Un
complemento a esta influencia de los partidos políticos era el fuerte
enfoque hacia el Estado en prácticamente todas las movilizaciones
sociales. Los partidos funcionaban como intermediarios brokers, frente
al Estado”. (Salam. 1998: 92).
49
estos antecedentes y el reconocimiento de la incapacidad de sobrellevar
la situación económica y dirigirla hacia la instalación de un nuevo
modelo, el neoliberal, aparecen algunos economistas de derecha
ofreciendo sus servicios al nuevo Régimen. Estos asesores económicos
serán conocidos, hasta la actualidad, como los Chicago Boys y fueron
ellos, los que entrada la década de los ochenta tomarán las directrices
económicas del país. (Boeninger. 1998).
2Trabajo que consistía en trabajar 15 horas semanales con una paga de un tercio de
salario mínimo.
50
hacia el Estado, por acciones dirigidas hacia “afuera” y por su lealtad a
partidos políticos. Generalmente era de tamaño reducido, sobre todo
apegadas a estrategias de autoayuda, de carácter informal y
participativo e independientes de las influencias ideológicamente
coloreadas por la política partidaria”. (Salam. 1998: 93).
51
implica su ausencia de la esfera pública y política del país, debido a que
Pinochet ya había dejado el gobierno con una serie de garantías que le
iban a permitir seguir presente en la esfera pública y política. Con la
Constitución de 1980, aseguró su permanencia pública como
Comandante en Jefe del Ejército y, posteriormente, cuando sus
funciones militares cesaran éste pasaría a conformar parte de la
estructura legislativa. Pinochet se convertiría en un Senador Vitalicio
que actuaría dentro del Congreso Nacional. De este modo y a juicio de
Guillaudat y Mouterde (1998) Pinochet continuó imponiendo su
voluntad al interior de los primeros Gobiernos de la Concertación.
52
Si bien el panorama de esta década se presenta favorable para los
Gobiernos de la Concertación, existen algunos problemas provocados
por la dictadura y el gobierno autoritario de Pinochet que los nuevos
gobiernos deben cargar en sus espaldas, pero que no logran dar con
una solución real. Chile, a mediados de la década de los noventa,
comenzaba a sentir un malestar en torno a los temas de equidad social,
justicia en la distribución del ingreso, la violación a los derechos
humanos, la deuda social, los costos ambientales del modelo productivo
y las discriminaciones de género.
53
CAPÍTULO III
54
1969; mientras el porcentaje privado sólo se incrementa en un 3,2%.
(Aylwin, Bascuñan, Correa, Gazmuri, Serrano y Tagle. 1996).
55
Espiritualismos. De estas tres corrientes algunas reflexiones estarán en la
base de lo que constituirá el futuro Movimiento Ecologista/Ambientalista.
• El Ecocentrismo
• El Ambientalismo
56
• Los Nuevos Espiritualismos
57
la administración y gestión de los recursos naturales y sobre la
“concepción de desarrollo”, los imperativos que las consecuencias del
subdesarrollo plantean más la ausencia de una sensibilidad social sobre
los impactos de la industrialización sobre el medio ambiente y/o la
incapacidad o imposibilidad de elaborar un discurso cautivador de
audiencia, impiden que estas emergentes organizaciones cristalicen en un
movimiento social. Así las primeras demandas verdes no logran permear la
sociedad chilena de la época ni posicionar en ella los marcos
interpretativos que propugnaban.
El período que va desde los años cincuenta hasta fines de los sesenta
terminará sin embargo con algunos logros que constituirán la génesis de lo
que actualmente representa y significa el Movimiento
Ecologista/Ambientalista. Cada organización desarrollará una temática
particular y un primer elemento de consenso. Las diferentes
organizaciones ecologistas/ambientalistas van a ir sistematizando una
estrategia común a partir del consenso en la necesidad de desarrollar
actividades de protección y conservación de las especies en peligro. Así, se
desarrollan centros de reflexión y de protección y más tarde, de
conservación.
58
escena social las demandas por necesidades de tipo inmateriales. Chile en
este período, no se encontraba preparado para dar el paso de las
necesidades materiales a las necesidades inmateriales y, desde esta misma
lógica no existen elementos que permitan vincular los impactos del
desarrollo industrial local con los impactos globales, que este modelo de
desarrollo tiene. Es decir, mientras no se solucionen las necesidades
materiales locales más urgentes, difícilmente se podía pasar a tematizar
necesidades inmateriales y globales. Pero, como se verá más adelante, se
podrá encontrar fórmulas que logren unir ambas necesidades en un
mismo marco interpretativo.
59
económico, social o cultural) y no sólo proteger o conservar el medio
ambiente.
60
otros miembros de Silo fundarán el partido Los Verde hacia fines de la
década de los ochenta. La segunda iniciativa que es el Grupo Arica,
creado por el boliviano Oscar Ichazo. Este grupo estuvo principalmente
orientado a promover la vida en comunidad, la meditación y el ayuno en el
desierto.
61
económica y tecnológica entre los países desarrollados y los en vía de
desarrollo.
62
Banco Santiago, las dos entidades principales, tienen pérdidas
equivalentes a 4 a 5 veces su capital” (Meller. 1996: 234-235).
63
3. El nacionalismo verde.
64
Una nueva iniciativa verá la luz en 1979 cuando Guillermo Geisse, decide
que la temática medio ambiental debe salir del enclaustramiento
académico y crea el Centro de Investigación del Medio Ambiente, CIPMA.
La importancia de esta institución reside en el proyecto que vehicula, se
trata para ellos de conjugar los intereses empresariales con los intereses
de preservación del medio ambiente y la política. Actualmente el CIPMA
actúa como administrador medioambiental.
65
crecimiento del 5,5%, reducción de la inflación a un 20% y reducción de
las tasas de desempleo. (Meller 1996).
Este clima de crisis social y política genera una gran tensión. Esta
situación abre paso para el desarrollo más acabado de Los Nuevos
Espiritualismos. Es así como la incipiente reflexión de los años sesenta,
encarnada por Lola Hoffmann se institucionaliza en 1982 con Iniciativa
Planetaria (Aldunate. 2001). “La aguda crisis política que vive Chile está
permanentemente obligando a las personas a definirse en función de la
dictadura o de la izquierda. Lejos de eso, la Iniciativa Planetaria se plantea
como una nueva opción, como una vía de escape a la tensión que aflige a
nuestros círculos políticos y sociales. (…) Al margen de derecha o
izquierdas, la iniciativa, tan conciliadora y pacifistas como inocente,
propone rechazar la confrontación y buscar una síntesis que permita
terminar con las diferencias que separan a los chilenos. En un folleto de
1984 declara estar “preocupada de formar consenso entre los distintos
pensamientos políticos, religiosos, científicos”, por lo cual no se define
como “otra organización o movimiento al cual pertenece”. En definitiva, la
construcción de este grupo se realizó al margen de la coyuntura política, lo
66
cual, con la perspectiva de los años puede oler a escapismo” (Aldunate.
2001:168-169). Cabe indicar que si bien Iniciativa Planetaria intentó salir
de la polarización política (izquierda-derecha), todo espacio de asociación
fue considerado como una oportunidad política para la articulación de
diversos actores de izquierda. El espacio otorgado para la articulación de
los actores de izquierda lleva a esta organización a unirse a la reflexión
académica, generando reflexión y cuestionamiento del modelo de
desarrollo neoliberal. Esta unión cristalizará en 1982 con Manfred Max-
Neef y la creación del Centro de Alternativas al Desarrollo (CEPAUR),
organización que marcará un hito en la ecología internacional con su
perspectiva de Ecología Económica. Esta organización congregó a actores
que provenían de los socialismos vedados, de la izquierda decepcionada y
relegada por el régimen pinochetista. Entre los nombres que destacan se
encuentran Antonio Elizalde, Martín Hopenhayn, Luis Razzetto y Luis
Weinstein. (Aldunate. 2001).
67
Instituto de Ecología de Chile, como se señalara anteriormente (década de
los setenta). Este período continuarán con la tarea ya comenzada de
conservar y proteger a especies en peligro, pero igualmente realizan
denuncias y presentan recursos de protección en defensa del Lago
Chungará, ante el intento de extraer sus aguas en 1985; la denuncia y
recurso de protección contra los microbuses por la contaminación de
Santiago en 1987; la denuncia pública y presentación de recursos de
protección legal para impedir que la empresa Pacific Chemical Eng,
ingresara desechos tóxicos a la región de Antofagasta en 1989; y la
campaña por la restitución de la Araucaria como Monumento Natural en
todo el territorio nacional (Aldunate. 2001; www.codeff.cl)
68
oposición al Régimen Pinochetista. El clima político y social de malestar
debía ser canalizado y orientado a poner fin a este régimen, lo que requería
de espacios para educación de las bases en vista de la acción popular; la
educación cívica que permitiera preparar a la población para el plebiscito
de 1988 y las elecciones de 1989. De está lógica nace el Canelo de Nos en
1985, quienes emprenden campañas de educación ciudadana popular
contra el Régimen Autoritario.
69
El esquema del movimiento ecologista/ambientalista chileno podría
graficarse de la siguiente forma3:
Ecocéntrico
Social Reformista
C C
C C
Antropocéntrico
70
E. Los gobiernos de la concertación: Nuevo escenario para los verdes
chilenos
71
que no hipotequen el futuro de la humanidad. Este es el origen del
concepto de “Desarrollo Sustentable”. El Desarrollo Sustentable postula
como objetivo ético y solidario con el futuro la idea de que la satisfacción
de las necesidades de las generaciones presentes, no puede comprometer
la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras, lo cual
requiere de un cambio a nivel político, económico, social y cultural. Este
concepto vendrá a ser el eje estructurador del campo
ecologista/ambientalista, de los movimientos verdes, reemplazando, así, el
anterior eje estructurador, el conservacionismo.
72
durante largo tiempo. El contexto nacional en el que se llevan a cabo las
negociaciones para que los militares reconocieran el veredicto de las
urnas y lo aceptaran, crea un estado de tensión social que hace temer por
el éxito del proceso de democratización. Los movimientos sociales se
repliegan atentos ante la situación y tratan de no fragilizar la nueva
democracia. Este período de tensión de la transición posterga la acción
colectiva y trae como consecuencia que el repliegue desmovilizara por
cierto tiempo toda la actividad organizacional y movimientista que existía
hasta entonces. (Guillaudat y Mouterde. 1998; Fernández. 1998).
73
3. Los verdes desde optimismo a la proposición.
74
segundo gobierno de la Concertación, el gobierno de Eduardo Frei Ruíz-
Tagle (Aldunate 2001. Claude. 1999).
75
provocó una polarización del electorado, por lo cual las candidaturas de
partidos más pequeños no tuvieron buenos resultados; tanto es así que la
mayor parte de los partidos más pequeños salieron de los registros de
legalidad electoral, pues no lograron alcanzar la votación mínima para
seguir existiendo dentro del sistema.
4Integró en sus inicios el Grupo Iniciativa Planetaria, el cual fue creado y liderado por su
madre Lola Hoffmann
76
negociador frente al Estado. Esta situación llegó a poner en jaque la
identidad, el desarrollo y la cualidad de sociedad civil del movimiento.
77
Este nuevo concepto dará a la estructuración del campo verde y por ende
del movimiento un nuevo centro, el desarrollo sustentable. Este concepto
tal como ha sido señalado se dirige a generar un cambio a nivel político,
económico, social y cultural. Cada una de estas variables tendrá al interior
del campo verde y del movimiento un mayor o menor peso. Peso que
vendrá a dar la estructuración del campo en cuatro cuadrantes: la ecología
profunda, la ecología reformista o cultural, el ambientalismo (económica) y
la ecología política. De este modo el movimiento en la primera mitad de los
noventa se estructura de la siguiente forma.
Ecocéntrico
Social Reformista
S S
S S
Antropocéntrico
78
CONCLUSIONES
79
sus derechos. Sin embargo, cabe indicar que ninguno de los actores que
componen el campo medio ambiental chileno se siente identificado con
alguna categoría social y es más asumen una pertenencia al campo desde
una dimensión psicológica cultural. Es decir, una preocupación global por
el medio ambiente. La identidad política también es diversa, el Movimiento
Ecologista / Ambientalista Chileno al igual que el Movimiento
Internacional integra tanto perspectivas de izquierda como perspectivas de
derecha. Característica que podría hacer pensar en una anulación de la
variable política, pero desde el desarrollo de este trabajo se puede indicar
que este Movimiento responde a una nueva forma de hacer política, donde
operan en los distintos frentes de la política tradicional. Es decir,
responden a un pluralismo ideológico pragmático. Es por esto que el
movimiento puede desenvolverse tanto en el Régimen Militar, como en los
Gobierno democráticos de la Concertación. Son capaces de medir sus
oportunidades de acción y modelar sus mapas cognitivos en la búsqueda
de conquistar sus objetivos como Movimiento, los cuales también
responden a los ciclos de vida de éste.
80
y ecosistemas naturales para un beneficio directo y tangible de las
poblaciones humanas. El hombre se posiciona desde esta perspectiva
como un ser superior en vista de que ha sido creado por un poder
supremo, por lo que todo lo que hay en el medio ambiente ha sido creado o
existe para su uso y goce. El polo radical será la perspectiva que desee
llevar los planteamientos ecologistas a una “revolución”, a una
transformación que implica un cambio profundo en las relaciones con el
medio ambiente. Por último el polo reformista es el enfoque que plantea no
una “revolución” para lograr los objetivos, sino que se necesitan aplicar
medidas que permitan corregir lo existente. (Aldunate. 2001).
El cruce de estos dos ejes dará origen a cuatro subcampos, los cuales
estarán unidos por un centro que es el punto común entre ellos. El
esquema de este campo y sus marcos interpretativos podría graficarse de
la siguiente forma.
Ecocéntrico
Social Reformista
S S
S S
Antropocéntrico
81
desarrollados”. (…) En suma, toda la ecología superficial quedará
reconocida por su resistencia a integrar políticas que acojan la idea de que
el ser humano no es el impune poseedor del mundo, sino uno más de sus
componentes”. (Aldunate. 2001:52). El movimiento de la ecología
profunda, un fenómeno social en marcha viene a llenar el vacío que deja la
ecología superficial y lo hace a través del reconocimiento de principios
claves postergados, como diversidad, complejidad, autonomía,
descentralización, simbiosis e igualitarismo. (Aldunate. 2001). La ecología
profunda enfatiza la naturaleza como un valor en sí; siendo el hombre una
parte más de este todo natural. Este valor que representa la naturaleza,
implica que la conservación y protección se realice con una mirada más
allá de los beneficios que reporta la naturaleza. (Gárate 2000; Aldunate.
2001) El mundo natural para este enfoque posee un valor intrínseco. Valor
que nos hace cuidar de él no sólo porque le reporte un beneficio al
hombre, poniendo de esta forma una ética del valor no humano. En este
sentido los ecologistas profundos otorgan un valor propio y objetivo a la
naturaleza. (Gárate 2000).
82
El planteamiento que hacen los ecologistas políticos frente a la
problemática medio ambiental y al modelo de desarrollo capitalista hace
que en el contexto sociopolítico mundial y latinoamericano sea mirado con
cierta desconfianza por parte de algunos sectores (Larraín. 1993). Esto
principalmente por su semejanza revolucionaria (en el sentido de cambio
radical) con el modelo socialista y/o comunista. En este sentido los
ecologistas políticos pueden ser percibidos como los nuevos detractores del
capitalismo avanzado.
Por lo tanto, para los ecologistas políticos en general, las soluciones medio
ambientales deben dirigirse por la vía de una nueva propuesta global de
sociedad, que elimine la sociedad capitalista actual. Para ello es necesario
propiciar la movilización popular, a través de la reconstrucción o el
despertar de la Sociedad Civil, es decir del Movimiento. Es decir, que desde
este enfoque el movimiento trasciende los objetivos y estrategias de las
luchas sociales tradicionales. Sin embargo, esto no libera a este subcampo
de las raíces históricas de las luchas campesinas, obreras y populares por
la defensa de sus condiciones de existencia. (El Canelo de Nos. 1992;
Larraín. 1993; Guadynas. 1994; Leff. 1989; Salazar 1997).
83
Para los Ecologistas Políticos el modelo de desarrollo neoliberal ha entrado
en crisis provocando además del daño ambiental, empleos precarios,
drogadicción, delincuencia, una inequitativa distribución del ingreso y
altos índices de pobreza. Desde este marco se aceptar que los problemas
sociales y el deterioro ambiental son efectos paralelos e interactuantes de
un mismo proceso global de crecimiento desquelibridado. En este contexto
el desarrollo de los ecologistas políticos será más nutrido y complejo al
interior de los países del tercer mundo, puesto que son los países que
tienen puesta su mayor preocupación en los problemas sociales y en las
necesidades materiales. (Salazar 1997; Comisión de Desarrollo y Medio
Ambiente de América Latina y el Caribe 1992; Leff. 1985).
84
calidad de vida y el uso de instrumentos de la gestión, pero con una
potente expresión ciudadana. Sólo por la vía de la participación de las
personas será posible superar el marco meramente tecnológico que el
ambientalismo en general ostenta (…) En suma, el reformismo propuesto
por Luc Ferry constituye un novedoso esfuerzo del sistema cuestionado
por iniciar una corriente al interior de la democracia lo suficientemente
realista como para aceptar que el objetivo de satisfacer las crecientes
demandas ciudadanas no se cumplirá de la mano de un ambientalismo
meramente tecnocrático. (Aldunate. 2001).
Este cuadrante está compuesto por lo general por pequeños grupos locales
muy diversificados, que son englobados en redes mayores. Son grupos
locales pequeños por el hecho que su objetivo estratégico apunta a
provocar un cambio cultural, por lo cual el trabajo de esta corriente está
fundamentalmente orientado al trabajo de acción medio ambiental
concreta. Es decir, toman el papel de actores sociales promoviendo el
cambio cultural necesario para una sociedad sustentable5, denunciado el
problema, concientizando y formando alianzas con los más diversos
sectores y grupos posibles, proponiendo soluciones conjuntas y
emprendiendo medidas desde sus potencialidades locales para contribuir a
la solución del problema.
5 Eduardo Guadynas se refiere a este grupo como los contrahemógicos y señala que se
caracterizan por vincular las temáticas medio ambientales con elementos sociales. Sin
embargo a la luz de la investigación se puede ver que los agentes que componen este
cuadrante, más que dar un énfasis en lo social, lo ponen en lo cultural. Esto debido a que
apuntan a realizar cambios en la mentalidad de los agentes, para cambiar sus acciones
sociales, pero no postulan el ordenamiento social.
85
Ecológica Atacama GAEDA; red Eco 90 (1998); Movimiento Furiosos
Ciclistas MFC (1996).
86
organizaciones para certificar la producción sustentable de los productos
que entrarán al mercado internacional (requisito que es solicitado por la
comunidad internacional para entrar a sus mercados).
87
Todas estas subcorrientes “(…) conservan un vínculo fuerte con el sistema,
dado principalmente por el respaldo financiero que reciben de los
gobiernos. (…) son como verdaderas bisagras entre la sociedad civil y el
interés de las instituciones. A través de ellas, los bancos, los empresarios y
los gobiernos se aseguran un grado crucial de influencia en la toma de
decisiones verdes a nivel nacional e internacional”. (Aldunate 2001: 39).
88
protección del mundo animal y de la flora. Podemos decir que la primera
perspectiva que se desarrolla y sistematiza ideas es la corriente
Ecocéntrista, cuyos marcos interpretativos centrarán su problemática en
la degradación y destrucción del medio ambiente, poniendo como punto la
valoración de los recursos naturales en igual estatus que el hombre. Se
definen en oposición a aquellos que pretenden una supuesta supremacía
del hombre por sobre los ecosistemas. Las organizaciones conformadas en
este período y pertenecientes a esta sensibilidad son los Amigos de los
Animales (1955) que se transforman posteriormente en el Comité Pro
Defensa de la Flora y Fauna, CODEFF, (1968).
89
teoría señala que una institucionalidad fuerte lleva a la radicalización de
las acciones colectivas).
90
será entendida como la tematización de las no oportunidades y, la
necesidad de elaborar marcos interpretativos más acabados.
Los Estados Unidos percibe esta situación con preocupación, pues teme
que el sur del continente se transforme en una nueva referencia
anticapitalista y anti-estadounidense que pusiera en peligro su hegemonía
política y económica en la región. El fantasma de Cuba comienza a incidir
en la correlación de fuerza dentro de Chile y en la región.
91
En este contexto de polarización política y de preocupación política y social
frente a la superación de las condiciones del subdesarrollo, las
organizaciones ecologistas/ambientalistas, seguirán al igual que en la
década anterior, elaborando marcos interpretativos que les permitan llevar
su preocupación a una audiencia mayor.
92
La reflexión para la construcción de marcos interpretativos al interior de
las instituciones se verá apoyada desde el ámbito internacional con una
opinión pública que comienza a manifestarse frente al deterioro del medio
ambiente, desarrollándose las primeras acciones colectivas en los países
desarrollados. Estas acciones colectivas salen del estricto marco
conservacionista, pasando a constituirse en acciones
ecologistas/ambientalistas, propiamente tales. Es decir, buscan ejercer un
cambio en algún plano de la sociedad (político, económico, social o
cultural) y no sólo proteger o conservar el medio ambiente. Esta creciente
preocupación, generada por la sociedad civil de los países desarrollados,
lleva a la Comunidad Internacional a realizar en 1972 el Primer Encuentro
sobre El Medio Ambiente Humano en Estocolmo, Suecia. Cabe señalar que
esta preocupación internacional fue interpretada desde la lógica de los
países subdesarrollados como un nuevo mecanismo de los países
desarrollados para mantener la brecha entre el desarrollo y el
subdesarrollo. De este modo la preocupación medio ambiental no tiene
cabida social ni política dentro de los países subdesarrollados como Chile.
Sin embargo, podría interpretarse que la presión internacional dada por
este Encuentro caló en el Gobierno, pues en el año 1972 se crea la
Corporación Nacional Forestal (CONAF), cuya perspectiva central será el
conservacionismo, antropocéntrico. Es decir, conservar en pro de la
humanidad. La temática medio ambiental en Chile, podría inferirse,
comienza a tener un respaldo internacional. Respaldo que será crucial
para los éxitos del Movimiento en el futuro.
93
caminos de expresión. La concentración del poder político en manos de la
Dictadura y la falta de mecanismos o poderes de control, unido a una
política de represión y persecución desarticuló las organizaciones de la
sociedad civil, cuando no las aniquiló. Sólo a mediados de los ochenta se
generan las condiciones para el posicionamiento de una oposición política
organizada y articulada, al régimen.
94
encuentren en peligro medio ambiental, desde una lógica nacionalista.
Desde este marco cognitivo esta corriente emprenderá acciones de
protección del Alerce y de la Isla de Pingüinos de Algarrobo aduciendo
motivos de valor nacional y de defensa de la Patria. La identidad
visibilizada como opositora serán aquellos que no comprendan la
necesidad de proteger las especies en peligro.
95
aceptan en su seno a los sectores de la sociedad civil con quienes
convergen en tales perspectivas.
La represión con la que actúa el Régimen Militar frente a los diversos tipos
de asociación existentes en el Período de la Unidad Popular implica que las
alianzas con partidos políticos como con otros actores no sea tematizada
como una oportunidad política, pues estas alianzas no le permitirían a las
organizaciones impulsar sus marcos interpretativos y serían objeto de la
persecución de actual régimen.
96
Este período vendrá a marcar una nuevo ciclo de las organizaciones medio
ambientalistas en Chile, pues como ha sido posible visibilizar en esta
etapa las organizaciones han elaborado marcos interpretativos y empiezan
a construir de acuerdo a éstos estructuras de movilización que les
permitan introducir su temática en el ámbito de lo público, a través de
estrategias dirigidas, principalmente hacia la obtención de ciertos
compromisos por parte de las autoridades. Esta época será el comienzo del
auge de esta temática. Es el comienzo, pues aún las organizaciones medio
ambientales no cuentan con una racionalidad estratégica que les permita
actuar coordinadamente y con una estructura centralizada de acciones,
aunque existe una coordinación implícita que les permitirá lograr algunos
éxitos.
Por otra parte, la década de los ochentas, marcada por los procesos de
ajuste estructural y la consolidación del Régimen Autoritario a partir de
reformas políticas sustantivas -como la nueva Constitución Política(1980)-,
desemboca en una fuerte crisis económica y un progresivo
cuestionamiento de la autoridad desde sectores políticos cada vez más
articulados desde la resistencia y la crítica. A pesar de los esfuerzos
realizados por el régimen para superar la crisis económica de principios de
los ochentas, no logra resolverla fundamentalmente por el impacto social
que esta genera. A la crisis socio-económica se agregan los conflictos
políticos y el cuestionamiento internacional a la legitimidad del régimen.
La crisis erosiona la imagen de invulnerabilidad del régimen, lo que abre
un espacio para expresión de los conflictos y descontentos hasta entonces
amordazados y comienzan a surgir las primeras acciones colectivas de
protesta: estudiantes, trabajadores, mujeres, etc. (Boeninger 1997).
97
en general y no en pro de la vida humana exclusivamente. Las estructuras
de movilización saldrán en este período desde lo estrictamente
institucional a la esfera pública. Así se unirán a la campaña internacional
por la defensa de las ballenas en 1985, defenderán el Lago Chungará
(1985), campañas contra la contaminación ambiental de Santiago (1987),
denuncia por el ingreso de desechos tóxicos en Antofagasta (1985) y la
defensa de la Araucaria (1989). Sin embargo, estas estructuras de
movilización también estarán impregnadas en este período por una
perspectiva nacionalista que no pone en juego la estabilidad del régimen
político autoritario y por lo tanto, encuentran acogida en la esfera
institucional. En este marco se crea la Comisión Nacional de Ecología
(CONADE) y que ésta haya incorporado las demandas de esta vertiente:
declarar al Lago Chungará Reserva Nacional, implementar acciones
tendientes a combatir la contaminación de Santiago (microbuses deben
poner sus tubos de escape en la parte posterior superior de éstos), declarar
a la Araucaria Monumento Natural de todo el territorio nacional, etc.
98
viene de actores de izquierda. Este último dirigirá sus estructuras de
movilización en la educación popular para la acción, desde la preparación
cívica que permitiera educar a la población para el plebiscito de 1988 y las
elecciones de 1989.
99
Ecocéntrico
Social Reformista
C C
C C
Antropocéntrico
100
ambiente. Preocupación que es puesta desde una racionalidad estratégica,
ya que como ha sido posible apreciar, el Movimiento se encuentra en los
distintos frentes del conflicto político y social de época, mas todos logran a
través de sus estrategias colocar el tema ecológico/ambientalista en la
esfera pública. Cuestión que marca dos características de los Nuevos
Movimientos Sociales, el no responder a la política clásica teniendo
heterogeneidad política en sus adeptos como en sus estrategias y el actuar
en distintos frentes por una misma misión.
101
Este contexto se realiza en 1992 con un gran impacto político y social La
Cumbre de la Tierra o Río 92. Esta reunión de Estados organizada por
Naciones Unidas será el hito de legitimación a nivel mundial de las
demandas y reivindicaciones, logrando consolidar una agenda de
compromisos entre los Estados partes. La Cumbre de Río constituye un
paso adelante en la medida de que se establece que la problemática
medioambiental no es sólo un problema de los países desarrollados, sino
que es un tema global que impacta también a los países en desarrollo. No
obstante, las diferencias existentes entre los países desarrollados y los
envías de desarrollo, en el marco de un modelo neoliberal hegemónico, no
permiten consensuar estrategias que posibiliten asumir el problema con
las medidas y urgencias requeridas (Larraín 1993). Sin embargo esta
Cumbre logra posicionar a nivel mundial el concepto de Desarrollo
Sustentable. El Desarrollo Sustentable postula como objetivo ético y
solidario con el futuro la idea de que la satisfacción de las necesidades de
las generaciones presentes, no puede comprometer la satisfacción de las
necesidades de las generaciones futuras, lo cual requiere de un cambio a
nivel político, económico, social y cultural. Este concepto se transformará
en punto central del campo ecologista/ambientalista desde los noventa
hasta la actualidad, tanto en Chile como a nivel internacional. No obstante
este concepto se encontrará un tanto vació al no existir una sola forma de
visibilizar la problemática. En este sentido será un desafío para el
Movimiento para las décadas venideras llenar este concepto de contenido.
102
como consecuencia que el repliegue desmovilizara por cierto tiempo toda la
actividad organizacional y movimientista que existía hasta entonces.
(Guillaudat y Mouterde. 1998; Fernández. 1998).
103
Sin embargo, en el transcurso de este período las prioridades ambientales
resultaron supeditadas a las prioridades económicas y sociales promovidas
por los gobiernos de la Concertación, en el marco de la continuidad de un
modelo de desarrollo orientado al crecimiento económico sostenido en base
al patrón exportador de materias primas; y en el marco de una progresiva
globalización económica, que exige al país alcanzar ciertas metas de
crecimiento y estabilidad para integrarse al panorama económico
internacional.
104
Desde allí se configura un escenario a partir del cual sectores más críticos
del ambientalismo y ecologismo optan por constiuirse como referentes
políticos alternativos al gobierno. Se realiza de manera racional una
evaluación de oportunidades y en dos ocasiones postulan candidatos a la
presidencia, teniendo claro que en virtud de la correlación de fuerzas
políticas y las características del sistema eleccionario, dichas candidaturas
constituían una expresión simbólica de poder en la sociedad civil y
cumplían con el objetivo de sentar un precedente para la negociación de
una agenda propia del sector. En torno a estas candidaturas, fue posible
articular agendas y programas de trabajo, fortaleciendo la articulación del
movimiento y la visibilización de objetivos comunes. La escasa oportunidad
de conseguir un lugar en la presidencia, además, permitía al sector
legitimarse como un actor político dispuesto a participar del sistema
democrático, sin perder pie como movimiento social, puesto que en la
práctica, no se verían enfrentados a la situación de administración del
Estado y por ende, podían permanecer como un sector crítico a los
gobiernos de turno. Probablemente en la primera ocasión, a mediados de
los ’90, el clima político resultó favorable al logro de estos objetivos. Sin
embargo, en la segunda mitad de los ’90 el movimiento perdió fuerza y se
produjo una suerte de dispersión, que no fue posible revertir con la
segunda postulación presidencial, enfrentada a fuertes candidaturas
presentadas tanto por el gobierno como por la oposición, en una pugna
que terminó opacando las candidaturas alternativas.
105
El análisis de este proceso permite advertir el curso que pueden
desarrollar movimientos sociales no tradicionales, cuyas estructuras de
movilización, oportunidades y agendas no siguen la estructura clásica de
la dinámica del conflicto de clases, y exceden los márgenes de la acción de
los partidos políticos como expresión de las demandas de la sociedad civil.
Lo que sucede con el sector ambientalista y ecologista evidencia la
importante diversidad al interior del movimientos social y los diversos
factores que inciden en su consolidación.
106
Por otra parte este estudio aporta un marco teórico interesante para los
estudios de nuevas formas de acción colectiva tanto en Chile como en otro
lugar. Es una contribución para el futuro de la reflexión sociológica en esta
materia.
107
Bibliografía
108
Calderón, Fernando “Los movimientos sociales en América Latina: entre la
modernización y la construcción de la identidad”, en Quesada, Fernando.
Filosofía política I: ideas políticas y movimientos sociales. Madrid: Consejo
Superior de Investigación Científica. Editorial Trota, 1997
109
Comisión de Desarrollo y Medio Ambiente de América Latina y el Caribe.
Nuestra propia agenda. Banco Interamericano y Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo. 1992.
110
Garzón Laura. "Los ecologistas en pie de Guerra" en El Mercurio. 1 de
Febrero 1998.
Gunder Frank André y Fuentes, Marta. “Diez tesis sobre los movimientos
sociales”, en Bejar, Rafael; Fernández, Otto; Torregrosa, María Luisa
(Compiladores). El Juicio al Sujeto: Un análisis global de los movimientos
sociales. FLACSO. México. 1990.
111
Jelin, Elizabeth. “¿Ciudadanía emergente o exclusión? Movimientos
sociales y ONG en los años noventa”, en Revista Mexicana de Sociología.
UNAM. México. Año LVI/Nº 4. 1994.
112
McAdam, Dough. “Cultura y movimientos sociales”, en: Laraña, Enrique y
Gusfield Joseph. Los nuevos movimientos sociales: de la ideología a la
identidad. Madrid: Editorial Madrid CIS,1994.
McCarthy, John D., Smith, Jackie y Zald, Mayer "El acceso a la agenda
pública y a la agenda del gobierno: medios de comunicación y sistema
electoral", en: Mc Adam, D., Mc Carthy, J. y Zald, M. Movimientos Sociales:
perspectivas comparadas. Madrid: Editorial Istmo, 1999.
113
Miliband, Ralp. “Análisis de clases”, en Giddens, Anthony y Turner,
Jonathan. La Teoría Social Hoy. Madrid España. Editorial Alianza. 1987.
114
Salam, Tom. “La base social persistente. Nuevos movimientos sociales en
América Latina: Cambio, resistencia y lentitud”, en Revista Proposiciones
28. Sur profesionales. Santiago 1998.
115
Zúñiga, Manuel. El movimiento ecologista chileno (1968-1998).Aportes para
una teoría de los nuevos movimientos sociales. Tesis Facultad de Filosofía y
Humanidades de la Universidad de Chile. 1999.
116