La Religion Católica Vindicada de Las I

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936 M523 La religion catolica
Columbia University
in the City of New York

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LA RELIGION CATOLICA

VINDICADA DE LAS IMPOSTURAS RACIONALISTAS

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TOO EL REAL
No. 8 .
El autor se reserva todos los derechos consignados en la Ley .

B
Tipografia de los Huerfanos. Juan Bravu . 5.
LA

RELIGION CATÓLICA

VINDICADA

DE LAS IMPOSTURAS RACIONALISTAS

POR

EL PADRE JOSÉ MENDIVE


de la Compañía de Jesús

PRECEDIDA DE UN PRÓLOGO

POR

D. JUAN MANUEL ORTI Y LARA


Catedrático de Metafísica de la Universidad de Madrid

Segunda edicion corregida y aumentada por el autor


Kam
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CON LICENCIA DE LA AUTORIDAD ECLESIÁSTICA

MADRID
LIBRERÍA CATÓLICA DE GREGORIO DEL AMO
Calle de la Paz , núm. 6
1887
40 13778

OBRAS DEL MISMO AUTOR

Lógica , un tomo.
Ontologia , un tomo.
Cosmologia , un tomo.
Psicologia , un tomo.
Teodicea , un tomo.
Ética general , un tomo.
Derecho natural , un tomo.
De estas mismas obras hay otra edicion en latin .
NÓS D. CIRIACO MARÍA SANCHA Y HERVÁS ,
POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SANTA SEDE APOS
TÓLICA , OBISPO DE MADRID -ALCALÁ , CABALLERO GRAN
CRUZ DE LA REAL Y DISTINGUIDA ÓRDEN AMERICANA
DE ISABEL LA CATÓLICA , CONSEJERO DE INSTRUCCION
PÚBLICA , ETC., ETC.

Por el presente y por lo que á Nós corresponde,

damos nuestra licencia para que pueda imprimirse

y publicarse la obra titulada La Religion Ca


tólica , vindicada de las imposturas racio

nalistas, que ha escrito el Reverendo P. José Men

dive, de la Compañía de Jesús, y desea editar el

Sr. D. Gregorio del Amo, vecino de esta Corte,


mediante que de nuestra órden ha sido examinada
rio
detenidamente Y nada contiene que sea contra

al dogma católico Y sana moral.

En testimonio de lo cual, expedimos el presente

rubricado de nuestra mano , sellado con el mayor

de nuestras armas y refrendado por nuestro Secre


tario de Cámara y Gobierno en Madrid á 14 de

Noviembre de 1887.

Ciriaco María , Otigo de Madrid - Seala.

Hay un sello .

Por mandado de S. E. I. el Obispo mi Señor,


Dr. José Barba Flores,
Canónigo Secretario .
1
1
PRÓLOGO

CUANDO traté de dar por primera vez á luz el libro


que ahora se presenta de nuevo al público , no pude
menos de experimentar en mí un cierto temor de que
permaneceria siempre ignorado en algun oculto rincon de las
Jibrerías . Una obra séria , escrita por un autor español desco
nocido у
dada á luz en nuestra patria , donde en la actualidad
no se leen con gusto , por desgracia, sinó periódicos , novelas
y otras producciones semejantes, llevaba todas las trazas de
correr muy mala suerte en el campo de las letras . Sin embargo,
pronto ví con agradable sorpresa que mis temores habían sido
infundados: la prensa católica lo alabó grandemente y excitó la

curiosidad de los que, amantes de su Religion , deseaban ardo


rosos tener armas con que rebatir á los enemigos del Cristia
nismo. El Popular, en su número del 21 de Marzo de 1883 ,
escribia de ella entre otras cosas lo siguiente: “ Son tan bellas
las teorías que emite para refutar los errores racionalistas y
demuestran tanta erudicion y fuerza analítica , que no dudamos
en calificar esta obra de monumental en las esferas de la cien
cia . El erudito Sr. Caminero, en el núm . 351 del periódico La
Union Católica , despues de haber hecho notar que mi libro .

“ no deja apenas sin contestacion ninguno de los ataques del


famoso filósofo ( Draper ) y da á la vez una apologia de la Re

ligion Católica , que durará como tal , áun en el terreno de las


ciencias físicas y naturales, por muchos años , mientras estas no
sufran un cambio casi radical : , añade que “ las más sanas doc
VIII Prologo.

trinas teológicas y filosóficas, y los más sérios estudios de

cuanto se ha publicado en los últimos tiempos en materia de


ciencias naturales dan á este libro un interés excepcional para
cuantos lo lean ; „ y concluye por fin su artículo crítico con

estas palabras: “ Tenemos verdadera complacencia en recomen


dar encarecidamente esta obra á cuantos sientan algun decai

miento ó tentacion en fuerza del clamoreo , general hoy,


contra nuestra santa Religion ; y á los que por vocacion ó celo
tengan necesidad de armarse en su defensa , La Ilustracion

Católica , en su número del 25 de Marzo de 1883 , escribía

en esta forma: “ El libro del P. Mendive es , al mismo tiempo


que una refutacion completa y acabada del libro de Draper,
una apologia del Catolicismo, destinada a vivir y á perpetuar
se entre los estudiosos. En ella hace gala el autor de grandes
conocimientos teológicos y filosóficos, y de haber estudiado
las ciencias físicas y naturales en todos sus monumentos de
alguna importancia, así de los antiguos como de los modernos
tiempos. „ El sábio Sr. Sardá y Salvany, en su excelente Revis
ta Popular, correspondiente al 29 de Marzo del mismo año ,

escribia las siguientes líneas : “ Doctrina maciza y abundante,


expuesta en correcto y castizo lenguaje, conocimiento nada
comun de las ciencias eclesiásticas ad mentem D. Thomae,

y no menos sorprendente dominio de las profanas al uso del 1

dia y á tenor de los más recientes descubrimientos ; he aquí


lo que desde el primer momento se echa de ver en este libro ,
uno de los más contundentes que ha descargado la apologia
católica española sobre el desventurado libro de Draper ...
Cuantos problemas pueden ofrecerse sobre Dios , el hombre y
el mundo , están tocados en él , ó de propósito ó por inciden
cia ; de suerte que tal obra resulta , por este lado , verdadera y
completa enciclopedia religiosa . „ Finalmente, iguales elogios
le han prodigado A Ordem en Portugal, La Scienza Italiana

en Italia , y otras publicaciones católicas en Austria y Alema


nia . Pero el mayor de todos ellos , segun mi juicio, es el que
Prólogo. IX

la edicion , no obstante la seriedad de las materias que el libro


trata y la falta de adornos retóricos con que han sido todas
ellas expuestas, se haya agotado en tan breve espacio de tiem
po. Esto yo no me lo explico sinó recurriendo al amor de la

Religion y al deseo de defender nuestra fe , que todavía arde


en los corazones españoles . Este amor y este deseo son sin
duda los que han hecho necesaria una segunda edicion de esta

obra , que ahora presento nuevamente al público corregida y


aumentada con notables adiciones ; entre las cuales no merece

el último lugar el capítulo ix , que ha sido añadido todo en


tero para que se vea más claramente que los misterios del Ca
tolicismo no pueden en manera alguna ser atribuidos á las an
tiguas religiones de la India y del Egipto . Si con ella consigo
ayudar á mis compatriotas á pelear por nuestra sagrada Reli
gion , proporcionándoles armas con que derriben por tierra el
monstruo fiero del racionalismo, juntamente con su hijo genui

no , esa hidra de cien cabezas , llamada herejía liberal , mis


deseos se verán completamente satisfechos.

PROLOGO Á LA PRIMERA EDICION

ARA dar anticipadamente alguna idca fiel y verdadera de


la presente obra , bastarianos repetir las siguientes pala
bras con que le pone término su esclarecido autor : “ He
mos recorrido , dice en efecto el Padre Mendive , los puntos más
culminantes de la ciencia , donde se reunen , como en otros tantos
focos luminosos , las verdades todas de la Filosofia . En los tres gran
des objetos del saber humano , Dios , el mundo y el hombre, hemos
comparado las doctrinas capitales de la ciencia con las enseñanzas
del Catolicismo ; y lejos de hallar oposicion alguna entre aquélla y
éste , hemos demostrado en cada uno de dichos ramos , que el con
flicto entre la verdadera ciencia y el Catolicismo , blanco de los ata
ques del autor de los conflictos, es de todo punto imposible . , Pero
habiendo aceptado el honor de escribir algunas lineas , por vía de
introduccion ó prólogo á este magnífico libro , para presentarlo en
ellas a las personas amantes del saber con el honor que le corres
ponde, segun el juicio que hemos formado de su mérito , no nos pa
rece bastante decir, que en él están discutidas y resueltas magistral
mente las cuestiones más graves é importantes de la Filosofía na
tural y de más alta sabiduría en sus relaciones con la fe divina , y
demostrada la concordia intima y perfecta que reina entre las ense
nanzas de la revelacion y los teoremas y conclusiones de las cien
cias ; sinó ademas nos parece justo indicar , por lo menos , algunos
de los antecedentes y razones que hacen de esta obra uno de los
más preciosos é importantes monumentos que el génio verdadera
mente científico, formado é iluminado por la sabiduría cristiana , ha
erigido últimamente en nuestra patria.
No es á la verdad cosa nueva impugnar á la Religion Católica
sus enemigos más ó ménos declarados , invocando los fueros de la
razon y de la ciencia , y calumniando las doctrinas reveladas acu
XII Prólogo a la primera edicion .

sándolas de enemigas irreconciliables de esas dos fuentes de luz y


de progreso . Desde los primeros siglos del Cristianismo, esa fué la
táctica de la falsa sabiduría pagana : poner enemistades entre la ver
dad predicada por los Apóstoles y las sentencias de los filósofos
griegos , sin advertir que entre estos últimos no hay conformidad
ninguna , que ninguno de ellos enseñó ninguna verdad sin mezclar
en su doctrina muchos errores , y por consiguiente que no era razon
considerar lo que enseñaron como norma y criterio de lo verdadero
y de lo bueno , y mucho menos oponer los delirios y falacias de la
filosofía gentílica á una sabiduría del todo celestial , enseñada por la
misma Verdad en persona , donde no solamente se contienen los
más altos conceptos á que puede elevarse el espíritu humano , sinó
tambien dogmas y misterios incomprensibles, que sobrepujan abso
lutamente la luz de nuestro entendimiento. Gracias a la providencia
de Dios, aquella perversa traza , ideada por los enemigos de la Reli
gion Cristiana para desacreditar al Cristianismo ante los ojos de las
personas instruidas en las artes y disciplinas humanas , convirtióse
luego en ocasion de luminosas apologías , en las cuales hubo de
mostrarse la verdad católica confirmada y vindicada por las mismas
ciencias a las que decían sus enemigos que era contraria . ¿ Quién
hay que no recuerde á este propósito los nombres de Tertuliano ,
Clemente , Justino y otros ilustres campeones de la fe, ante los cua
les hubieron de reconocerse vencidos y humillados los sofistas de
su tiempo ? Y a este tenor, siempre que en la sucesion de los tiem
pos ha comparecido algun pseudo -sabio enemigo de la revelacion
divina , la providencia del Señor ha suscitado hombres superiores
en razon de sus singulares talentos y de las luces adquiridas con el
estudio , que las consagraron noblemente á defender la Religion con
tra las falsedades é imposturas de los nuevos Celsos, no ménos ma
lignos , aunque por ventura ménos temibles que el antiguo sofista
de este nombre . No sería difícil comprobar esta ley admirable con
que la historia da testimonio al especial cuidado que tiene Dios del
humano linaje considerado en el orden intelectual , ó sea en sus re
laciones con la verdad ; mas tratando de lo que pasa en nuestros
días , y nos toca tan de cerca , reduciremos esta consideracion a los
términos estrictos del hecho que ha dado ocasion á esta hermosa
apologia de la verdad que tenemos ante los ojos .
El caso á que me refiero es el ignominioso libro que escribió al
gunos años atrás el famoso Juan Guillermo Draper , Catedrático de
Fisiologia de la Universidad de Nueva York , con el título de His
Prólogo á la primera edicion . XIII

tory of the conflicts between Religion and Science. Esta obra, tradu .
cida del inglés á otras lenguas , inclusa la española , y reimpresa
muchas veces , ha circulado y circula profusamente, difundiendo por
todas partes la ponzoña de sus errores contra la fe y contra la ciencia
misma entre las clases sociales principalmente que se tienen por
ilustradas . Meditando acerca del éxito extraordinario de la obra de
Draper, se presenta por sí misma ante los ojos una cuestion que á
primera vista no parece fácil de resolver . Convienen generalmente las
personas que gozan de verdadera autoridad científica , en que de la
Historia de los supuestos conflictos entre la Religion y la Ciencia
del profesor anglo - americano están desterrados , no solamente la
verdad , sino áun el simple conocimiento de uno de los términos de
ese soñado antagonismo , hasta el punto de mover á compasion la
ignorancia y los desatinos de Draper acerca de los misterios y de
más doctrinas pertenecientes al depósito de nuestra santísima fe .
Recientemente ha demostrado un sabio italiano , que la obra del
autor yankee estriba toda ella en equívocos , no atreviéndose el des
dichado soñador de conflictos á definir los términos religion y cien
cia, entre los cuales los supone; que en la historia de la Iglesia , no
hay suceso que, al ser tocado por Draper, no sea truncado ó desfi
gurado, ó de donde no saque algun puñado de cieno que poder
arrojar á la faz santísima de la misma Iglesia ; que abunda en supo
siciones falsas y gratuitas, como es hacer incrédulos a todos los sa
bios que en el mundo han sido ; que sus errores no tienen número ,
y son tan graves que no respetan los principios más seguros de
humano discurso , cuales son el de causa y el de sustancia ; que en
el suyo brilla la lógica por su ausencia , reduciéndose todos sus ar
gumentos á miserables soſismas; que al través de ellos se echan de
ver las preocupaciones de que está Draper poseido, entre las cuales
descuella el indianismo , ó sea el pensamiento preconcebido de de
rivar al Cristianismo de las fábulas de la India ; y por último, que la
tal historia no es de los conflictos entre la Religion y la ciencia ,
sino entre Draper y la verdad . Ahora , i no es, por ventura, extraño
y hasta inverosímil que la obra de semejante embaucador y sofista,
tan ignorante en cosas de Dios y del alma racional del hombre, como
dispuesto por su propia malicia á falsificar la historia humana y la
filosofia natural , haya conseguido tan grande como funesto presti
gio en la Europa de nuestros dias, que tanto se precia de ilustrada,
y que tal tejido de sofismas groseros vengan ocupando de algunos
años á esta parte , distrayéndolos de sus graves estudios y disquisi
XIV' Prologo a la primera edicion .

ciones científicas à tantos sabios católicos como vienen desplegando


en la obra de confundir á Draper, convenciéndole de impostor , las
fuerzas de su ingenio, y las riquezas de su erudicion y sabiduría ?
Pero bien considerado el caso con todas sus circunstancias, no
es ciertamente para maravillar á ninguna persona reflexiva. El se
creto de dicho prestigio está en haber recogido el pseudo -sabio
americano en su obra todas las especies falsas diseminadas bajo di
versas formas en libros y autores panteistas , materialistas , escépti
cos, fatalistas, ateos y demás enemigos de la verdad , formando de
todas ellas un como archivo de los errores modernos, expuestos de
manera que sin dejar de imponerse al comun de los lectores bajo
el nombre y con ciertos caractéres y grandes pretensiones de cien
cia , cautivan su imaginacion con el estilo propio de los malos vul
garizadores modernos. Mirada por este aspecto , la historia de los
consabidos conflictos entre la religion y la ciencia del fisiólogo Dra
per es verdaderamente original , y no sin motivo se ha gloriado este
autor en ser “ franco y puntual relator de la ( soñada ) contienda, ,
recogiendo y apuntando en su memorial todo lo que puede decirse
y se ha dicho en nombre de la ciencia , tomado en vano , contra la
verdad y la santidad de la religion católica ( contra quien únicamente
han sido inventados los tales conflictos ), y jactándose " de que nadie
trató hasta ahora la cuestion bajo este concepto , „ y de que “ por
aquí se explica su actualidad y palpitante interés, superior al de
ninguna otra cuestion . ,, Añádase á esto , que el mundo está desde
hace mucho tiempo preparado por los maestros y predecesores de
Draper – la mayor parte de ellos vulgarizadores de errores y sa
zonadores de blasfemias - para recibir al por mayor todo género
de imposturas, y dejará de maravillar que tal obra haya tenido éxito
semejante.
Esta misma razon ha obligado a los sabios á descender á la arena
de la polémica , y á no desdeñarse de medir sus armas con tan ruil
adversario : así lo pedian la causa de la religion , el amor de las mu
chas almas que sin esta defensa podrian caer rendidas y morir á los
piés de los sofistas, y el honor y los intereses de la verdadera cien
cia , que no puede ni debe hacer jamás paces con la impiedad , ni
servir a los enemigos de la religion sin suicidarse y quedar sus res
tos cubiertos de ignominia . Muchos son ya los atletas que cuenta
la sagrada causa de la verdad en esta gloriosa lucha , entre ellos no
pocos españoles , alguno de los cuales ha adquirido por su ilustre
victoria un nombre esclarecido ; mas ahora sólo se atrae nuestras
Prólogo o la primera edicion . XV

miradas y nos obliga a tributarle un homenaje de singular y mere


cida estima , el sabio escritor que despues de haber honrado á La
Ciencia Cristiana con luminosísimos articulos en defensa de la reli .
gion , desconocida y ultrajada por Draper , los saca nuevamente á
luz, revisados con singular esmero y diligencia , y reunidos y aumen
tados con un indice copioso , en la magnifica obra en dos volúme
nes , que tenemos delante de los ojos. A la cual no se la debe con
siderar sin embargo como simple refutacion del sofista anglo
americano, hecha a semejanza de algunas otras cuyos autores han
seguido á Draper capítulo por capítulo , rebatiéndole con fuerza y
precision, sin dejarle, como dicen , hueso sano ; sinó además de esto
forma la presente obra un ordenado conjunto de disertaciones ó
estudios , como hoy se dice , donde se ven tratadas con gran copia
de erudicion y doctrina , á la luz de la más alta de las ciencias hu
manas, ilustrada con lumbre divina , y servida de los conocimientos
físicos y de la historia , la cuestiones principales acerca de Dios , del
universo y del hombre . El ilustre Padre Mendive compara á la cien
cia con el Catolicismo en sus relaciones con los puntos más graves
y debatidos hoy dia tocantes á esos objetos, y de esta compara
cion , precedida del estudio y consideracion detenida de sus térmi
nos , saca siempre la misma consecuencia , conviene á saber , la más
perfecta conformidad que concebirse puede entre la razon y la fe,
entre el humano saber, considerado en la inmensa amplitud de sus
dominios, y las luces superiores de la revelacion divina y sobrena
tural, cuyo incorruptible tesoro se ha dignado confiar la Verdad
misma por esencia á la Iglesia católica . Bajo este concepto la obra
del Padre Mendive es una verdadera apología del Catolicismo , y
por cierto muy completa y acomodada a las necesidades de nuestra
época; porque no hay apenas ninguna objecion de las que hoy sue
len oponerse á la revelacion divina, que no esté aqui victoriosamen
te refutada , ni hipótesis alguna falsa , de cuantas oponen los mo
dernos incrédulos á los hechos referidos en los sagrados libros, por
seductora que parezca , que no venga por tierra en el presente , ni
sombras , en suma , que no huyan ante la luz con que se muestran
aquí las verdades que debe tener y profesar todo fiel cristiano para
recorrer con paso firme el campo ilimitado del humano saber . Justo
es asimismo añadir, que con ser grande el valor apologético de esta
obra, no es ciertamente el único que atesora; todo el que la lea como
debe ser leida , con pausa y consideracion , y con amor á la verdad
y al estudio que pide su investigacion , le reconocerá además este
XVI Prólogo á la primera cdicion .

otro valor muy subido: que cada uno de sus capítulos viene a ser
un tratado suficientemente extenso, de rica y selecta doctrina, claro
y gallardo en la forma del decir, donde nada se afirma sin pruebas ,
ni se combate sin razones siempre sólidas , que no permiten dudar
de la verdad de las conclusiones al lector de buena fe. Erudicion ,
escogida ; filosofía, la del Angel de las escuelas y su eximio exposi
tor el Padre Suarez ; los datos científicos , y áun técnicos , tomados
de las ciencias físicas y naturales en copia más que suficiente , apor
tados con rara discrecion , como por quien no es ciertamente pere
grino ni mucho menos en ellas . Por todo lo cual , aunque habida
consideracion a su estructura, no sea esta obra rigurosamente didác
tica , pero en el fondo lo es muy de verdad ; y asi desearíamos que
fuese puesta singularmente en las manos de la juventud estudiosa ,
despues, sobre todo , de terminar sus estudios filosóficos, como com
plemento y confirmacion de ellos , y como rico arsenal de armas
ofensivas y defensivas, de que todos habemos menester en tiempos
de tanto peligro como son éstos para la fe y áun para la simple
luz natural de la razon .

Viendo, pues , y considerando la amplitud y excelencia de esta


hermosa obra , gocémonos en la bondad del Señor , y demos gra
cias a su benignísima Providencia que así vuelve por su causa y
cuida de su Santísima Iglesia y de la salud de sus hijos , valiéndose
del saber y de los talentos y demás dones con que se ha dignado
de prevenir y enriquecer á aquellos á quien destina para capitanes
y caudillos en esta lucha constante y cada vez más viva entre la
verdad y la mentira disfrazada de ciencia ; entre la razon á un mis
mo tiempo católica y científica , y el sofisma á un mismo tiempo
grosero y criminal; entre la civilizacion y el progreso verdadero,
penetrado y vivificado por el espíritu de la ciencia transfigurada por
el Cristianismo, y el falso progreso , que consiste en echar a Dios
del entendimiento y del corazon de los hombres , y tornarlos en es
clavos de la carne , en viles instrumentos de sus viles seductores.
Gocémonos , repito , en contar una obra apologética más de la reli
gion , un nuevo monumento consagrado á ella por mano de la ver
dadera ciencia , del cual resulta gloria para Dios , honor para nues
tra patria , y fruto suave y exquisito para los que quieran apacentar
en él su entendimiento . No es otra , ciertamente , la corona que en
este mundo pretende su docto y piadoso autor .

J. M. Orti ? Lara .
1

<
INTRODUCCION

s un hecho constantemente observado en la historia de la

Iglesia , que nuestra sagrada Religion , desde sus primeros


E principios, nunca ha dejado de ser fuertemente combatida

por las tumultosas pasiones de los hombres. Apenas vió la luz del
dia en Jerusalen , cuando se vió forzada á refugiarse en el desierto
de la gentilidad , perseguida por aquella bestia feroz del judaismo ,
que pretendía ahogarla en su misma cuna , avergonzado de su es
pantoso deicidio y temeroso de su propia ruina. Colocada luego en
medio del paganismo , sufrió por espacio de trescientos años los más
violentos ataques , que jamás ha sostenido en el mundo institucion

alguna inventada por los hombres , pudiéndose decir con toda ver
dad que el Cristianismo es una religion levantada sobre las tumbas

de sus propios mártires . Triunfante ya con su paciencia inquebran


table de la idolatria , como había triunfado desde sus primeros pasos

de la Sinagoga, se vió enredada en otro género de combate mucho


más peligroso y temible que el anterior , siendo acometida de sus
mismos hijos; los cuales , rebeldes á sus celestiales enseñanzas , pug

naban por destruirla con el fuego de la discordia . Mas al fin salió


vencedora tambien en esta tercera refriega, y la orgullosa herejía
quedó postrada á sus plantas, siguiendo las huellas de sus predece
sores y recorriendo el camino trazado por el dedo de la Providen
cia á los perseguidores del verdadero Cristianismo.
2 Introduccion .

Aquella multitud innumerable de sectas anticatólicas , que , como

ramos secos y estériles, fueron cortadas por Jesucristo , en la dila


tada série de los siglos , del árbol fecundo y lozano de su Iglesia ,
perdieron bien pronto con su separacion la vitalidad antigua, y más
ó ménos tarde entraron en su natural período de descomposicion ,

hundiéndose para siempre en las eternas tinieblas del olvido . De la


misma herejía protestante , lanzada al mundo en estos últimos tiem

pos por el orgullo y liviandad de un fraile apóstata , no queda ya


más, en realidad , que el espíritu de rebelion puramente destructor
y comun á todo revolucionario , incluso el ángel de las tinieblas ; es
píritu que, analizado con atencion por la humana inteligencia , viene
á resolverse por necesidad en el puro y escueto racionalismo de los
impios . Las sectas protestantes, en la actualidad , no tienen otro ele

mento de vida que la accion calculada de los Gobiernos , los cuales


le tienden su mano protectora, deseosos de conservar en los pueblos
algunos principios de religiosidad necesarios para la conveniente
sancion de las leyes . El día que los Gobiernos les retiren su favor y
hagan con ellas lo que ejecutan de ordinario con el Catolicismo,
todas ellas perecerán sin remedio ; y los miembros que las compo
nen vendrán naturalmente á colocarse , ó bajo la égida suave y
bienhechora del Catolicismo, ó bajo la bandera horrible de la Re
volucion, capitaneada por el racionalismo .

Asi vemos que la herejía ha corrido ya la misma suerte de sus


padres, el judaismo y la idolatría , y que, próxima á espirar, entrega
hoy su espada al racionalismo , para que éste , al sucederle en el ofi
cio de hacer la guerra á la Religion Católica , la esgrima con denue
do y valentía en contra de todo lo sobrenatural , peleando contra
todo cuanto se dice haber bajado del cielo . En efecto, el nacimiento

de nuevas herejías en nuestros tiempos se ha hecho de todo punto


imposible : dado el estado presente de la sociedad , en el mundo de
las ideas ya no puede haber más que dos campos : el campo del
racionalismo, dirigido por Satanás , enemigo por excelencia de todo
lo sobrenatural, y por consiguiente el primero de los racionalistas,
y el campo del Catolicismo, presidido por Jesucristo en la persona
Introduccion . 3

del Pontífice Romano , defensor de todo lo sobrenatural , y guarda


por excelencia en la tierra de todo lo celestial y divino .

El racionalismo y la Iglesia se hallan hoy día frente á frente, para


disputarse la primacía en la humana sociedad : ese nuevo enemigo
es el que ahora se presenta en la arena , pertrechado de cuantas ar
mas ha podido recoger en los inmundos arsenales del judaismo, del
paganismo y de la herejía: con ellas se levanta orgulloso y lleno de
arrogancia , desplegando con sin igual altanería la pomposa bandera

de la ciencia , y amenazando pulverizar por completo con el ariete de


sus afirmaciones esa gran roca de granito, que no han podido derri
bar en el espacio de diez y nueve siglos los más poderosos de la tier
ra. La Esposa de Jesucristo , gracias a Dios , no teme á este nuevo
adversario . Si bien no desconoce por una parte la grandeza de la lu

cha que le espera , aguarda por otra con calma sus ataques , confiada
en la celestial promesa de su divino Fundador, cumplida fielmente
en la dilatada série de los tiempos , y verificada hoy más que nunca
por ÉI en medio de la horrible persecucion que en todo el mundo
padece . Tan léjos se halla de manifestar flaqueza enfrente de su ene
migo , que sin zozobras de ninguna clase le sale al encuentro en su
camino , segura de que , mediante la proteccion del Todopoderoso ,
ha de triunfar, ahora como siempre , en la pelea .
La ciencia , ha dicho con mucha verdad el ilustre conde de Mais

tre, es el enemigo más formidable de cuantos se pueden presentar


en el palenque contra una doctrina falsa que pretende pasar por ver
dadera . El Catolicismo sabe muy bien esta verdad ; mas confiado
en la justicia de su causa , y seguro de la proteccion del cielo , que
vela en su favor, lejos de ocultar á los sábios sus doctrinas , las
presenta ante la faz de todo el mundo , repitiendo aquella voz ce
lestial que oyó un día el gran sábio de Hipona : Tolle , lege ; tolle,

lege ; toma , lee ; toma , lee .


Una sola cosa pide a los que se llegan á contemplarlo puestos á
las almenas del bando contrario , á saber : que no lo juzguen ántes
de haber examinado los fundamentos de su verdad , y que no lo
examinen sin haberse primero despojado de los impuros afectos
4 Introduccion .

que suelen oscurecer la luz clara y serena del humano entendimien


to . Esta peticion no puede ser más razonable ; pues las pasiones del
ánimo mal dirigidas perturban el uso de la razon , y los juicios pre
concebidos sobre una materia cualquiera impiden examinarla con
ojos verdaderamente imparciales, siendo a veces causa de los erro
res más funestos.
Esta falta de imparcialidad , estos juicios innobles anticipados, son
los que más poderosamente influyen , de ordinario , en la inteligen
cia de los racionalistas para que no vean la verdad palpable del Ca

tolicismo , si es que alguna vez se llegan á hacer sobre ella un de


tenido estudio . Y decimos : si es que se llegan , porque la soberbia

de estos señores no les permite , por lo regular , acometer un traba


jo de esta especie . Para ellos el Catolicismo no merece la atencion
de los sábios : es una cosa ya juzgada en la historia , y cuyas ridicu

las creencias sobre el origen del hombre ya han entrado , por fin,
en el número de las fábulas antiguas . El Catolicismo, exclaman , ya
pasó para no volver jamás ; ya en la opinion de los sábios no es más
que una sombra vana disipada por los vividos fulgores de los des
cubrimientos modernos, que han puesto en claro su falsedad y dañosa
supercheria .
Así hablan y escriben estos filósofos sapientísimos , nuevos após

toles de la humanidad , echados por el destino á este mundo para


que saquen con sus luminosas lucubraciones al género humano del
misero error en que tristemente yace . Porque es de saber que los
tales pozos de ciencia han averiguado , por fin , que ya el Dios per
sonal y consciente de los cristianos es una de tantas fábulas que
hay que desterrar de las conciencias de los hombres ; porque no
existe otro Dios que el destino , fuerza ciega de la materia cósmica ,
condenada por su misma naturaleza á hacer y deshacer incesante
mente los mundos con los séres en ellos contenidos .

Uno de estos nuevos Colones de la ciencia filosófica -religiosa aca


ba de dar á luz en el Nuevo Mundo una obra portentosa de esta es

pecie , en que el Catolicismo queda para siempre postrado y hundi


do en tierra bajo el peso de sus manifiestos errores . Si hemos de
Introduccion . 5

creer á este confeccionador de nuevas drogas filosóficas ', la reli


gion católica es un cierto paganismo pulimentado, mantenido hasta
ahora en el mundo por el arte admirable de un cierto poder políti
co espiritual, tan enemigo siempre de las luces como favorecedor

del despotismo . Según afirma en su luminoso prólogo , nos halla


“ en vísperas de una revolucion intelectual, en la cual las
lecturas frívolas tienen que dejar el puesto a una literatura austera
y grave con la fuerza y la pasion que le comunicarán los intereses

de la Iglesia en peligro ; , y á ser verdad lo que escribe en el último


capitulo , “ el Papado ha pasado como el hombre por las luchas de

la infancia , ha desplegado su energía en la edad de la madurez , y


cumplido su tiempo , cae en la debilidad y en el humor enojoso de
los ancianos ; su juventud no puede ser renovada ; solamente le que
da la fuerza del recuerdo ;, de suerte que así como Roma pagana

cubrió , “ por mucho tiempo todavía , con su sombra al mundo nue


vo y lo marcó con su sello , así tambien Roma cristiana proyecta
.
sobre la Europa , al morir , su sombra gradualmente borrada . ,
¡ Lástima grande que el portentoso profeta americano no pueda
ver con sus ojos tan admirable suceso , como deberá ser, sin duda ,
la muerte del Catolicismo! Pero es el caso que la prediccion drape
rina se viene ya haciendo desde el siglo y de la Iglesia , y ésta sigue
viviendo todavía , y dando por todo el mundo pruebas nada equí
vocas de su vitalidad у lozanía . “ Piensan , „ decía San Agustín con

tra los racionalistas de su tiempo , “ que la religion cristiana vivirá


en este mundo hasta cierto tiempo , y que despues dejará de exis
tir; pero se engañan , porque permanecerá mientras el sol alumbre
á los mortales ,
¡ Ah ! Si los racionalistas no trajeran a la palestra , para luchar
contra la Iglesia , otras armas que las que les suministra lealmente

su flaca razon ó su bien probada experiencia , poco cuidado nos da

1 El Sr. Draper es un quimico americano, y sin duda , entre los experimentos de


sus retortas , ha dado por carambola con la piedra filosofal, que ha tenido á bien co
municarnos en su famoso producto intitulado : Los conflictos entre la ciencia y la reli
gion . ¡ Pobre Geroncio !
6 Introduccion .

rían todos sus argumentos. Pero saben muy bien estos amantes
apasionados de lo visible que por esta vía alcanzarían muy poco

contra la Religion Católica . Conservan muy presente aquella obser


vacion de Nubius , que “ al Catolicismo no se le acaba con picares
cas chanzonetas ó con ilógicas deducciones ; porque tiene la vida
más fuerte que todo esto ; y despues de haber luchado con los más
implacables y terribles adversarios , los ha visto sucumbir, llegando

con frecuencia á derramar agua bendita sobre la tumba de los más


encarnizados ' . , Por eso procuran con este impío director de la Re
volucion y jefe principal de la Alta Venta acudir á medios más su
tiles , valiéndose principalmente de los que corrompen el corazon ,

para llegar así á la corrupcion de la inteligencia .


Estos medios no ha descuidado ciertamente el autor arriba men

cionado , mientras que con sus palabras asegura no haber tenido


otro intento sinó el de citar á la religion ante el tribunal de la lilo
sofia . Porque , al paso que por una parte amontona calumnias y fal
sedades , no sólo contra Papas respetables , sino tambien contra Pa
dres santísimos y venerandos de la Iglesia , á quienes los cristianos
rendimos culto en los altares , no cesa por otra de predicar el posi
tivismo, incitando á los hombres á que no se cuiden sinó de gozar

cuanto puedan de la vida presente , por ser ella la única real y ver
dadera , y no tener el alma humana nada que esperar ni temer des
pues de haberse desatado de las ligaduras de su cuerpo .

Hecha abstraccion de estas impiedades , y atendiendo tan sólo al


dictámen de la ciencia , el libro de Draper es muy poca cosa ; y si

nada más sólido tienen los racionalistas que oponer a nuestra ado

rable Religion , desde luégo podemos asegurar que el racionalismo


viene al mundo tan miserable é impotente como han venido los pa
dres que le dieron el sér , es decir, el judaismo , la idolatría y la
herejía .
Despues de muchas alharacas y baladronadas con que se jacta

1 Puede verse el importante documento de las sociedades secretas aquí aludido en


la excelente obra de Crétineau-Joly, L'Eglise en face de la Révolution , libro 11 , tomo 11,
pág . 82 y siguientes.
Introduccion .

ban de poder demostrar el origen meramente natural del Cristianis


mo , nos salieron , no há muchos años , con una triste novela en que,
á fuerza de truncar los textos de los Evangelios , se forjó Renan su
personaje ideal y fantástico, acomodado al gusto de sus amigos .
Ahora nos viene Draper con el mismo objeto , colocándose en el
pomposo campo de la ciencia ; y en lugar de argumentos para com
batir en ella al Catolicismo , nos saca únicamente las puras y netas

afirmaciones de sus aliados . Quiere aparentar imparcialidad , dicien


do que lo que se ha propuesto en su obra es “ exponer de una ma
nera imparcial y clara las opiniones y los actos de los dos partidos

( católico y racionalista ) , que están frente á frente;„ y ya en el pró


logo mismo de su obra canta victoria en favor de los racionalistas,
y nos presenta al Catolicismo siempre derrotado en cuantos con
Alictos ha tenido durante diez y nueve siglos con la ciencia . En su
ciego furor contra esta Religion purísima y santísima , nada encuen
tra en ella grande y elevado , y hasta se atreve á posponerla á la
repugnante y carnal religion de Mahoma. Cierto que la religion de

este impostor se halla mucho más en armonía con los gustos y as


piraciones de estos nuevos sábios que el espiritualismo sublime de
la fundada por Jesucristo . ¿ Qué han de hacer, decir y desear estos

hombres que se imaginan tener su procedencia del mono , y suspi


ran por la llegada de un tiempo en que pueda el género humano
practicar sin ningun rebozo ni miramiento las mismas costumbres
que vemos en este animal tan deshonesto y tan obsceno .
No nos detendremos en este escrito á deshacer la cadena de im
posturas y falsedades que contra el Catolicismo ha formado el autor

de Los conflictos entre la ciencia y la religion , amontonando hechos,

ó imaginarios , ó torpemente desfigurados, para denigrar al Pontiſi


cado . Nuestro fin es vindicar á la Religion de las falsedades que le
imputan los racionalistas en el terreno de la ciencia , presentándola
en perpétua lucha con ella , como si alguna vez hubieran existido
esos conflictos que su representante Draper se imagina. Por esta ra
zon , de los hechos aludidos por este autor consideraremos tan sólo
aquellos que , á ser en realidad de verdad cuales en la citada obra
8 Introduccion .

se suponen , estarían en pugna manifiesta con uno de los dogmas de


la Iglesia más fundamentales, cual es la infalibilidad de los romanos
Pontifices cuando hablan ex cathedra sobre materias morales y reli

giosas . Con respecto a los demás , nos contentaremos con observar


que la Religion Católica es , no sólo una doctrina , sinó tambien una

sociedad compuesta de hombres frágiles y miserables , capaces de


ser vencidos por el tumultuoso desconcierto de las pasiones , como
pueden serlo los demas hombres que se hallan fuera del Cristianis
mo ; y que , por consiguiente, nada tiene de extraño el que, en me
dio de tan grande multitud de Papas , se haya encontrado alguno
ménos ajustado á las reglas de la moralidad , a pesar de que , como

jefe de toda la cristiandad , estaba obligado á practicarlas más que


otro alguno . Notaremos, sin embargo, con el ilustre conde de Mais
tre, que el Pontificado , aun considerados todos los defectos que se
hayan podido advertir en algunos poseedores de esta sublime dig
nidad , está muy lejos de avergonzarse ante los ojos del género hu
mano ; porque estos defectos, mirados desde la altura “ adonde es

preciso elevarse para considerar todo el conjunto de tan grandiosa


y saludable institucion , se presentan tan diminutos , que ni siquiera
pueden ser sentidos por el ojo del observador ,
Nuestra atencion , pues , se limitará exclusivamente á demostrar
la armonía que reina y por necesidad debe reinar entre el Catolicis

mo y la verdadera ciencia , instituyendo al efecto un parangon , si


quiera sea breve y superficial, como lo pide la naturaleza de este

escrito , entre las doctrinas que él enseña y las que demuestra la ra


zon humana en su propio terreno ; es decir, en el estudio de aque
llas tres grandes cuestiones que constituyen el objeto de la filosofía :
Qué es Dios ? Qué es el hombre ? ¿ Qué es el mundo . De esta ma
nera habremos demostrado al autor de Los conflictos, y á cuantos
tengan la desgracia de participar de sus sentimientos, que los tales
conflictos no existen ni pueden existir sinó en la cabeza de los que
con demasiada precipitacion , poco estudio de la Religion Católica

1 Maistre, Del Papa , lib. II , cap. v.


Introduccion .. 9

y demasiado deseo de vivir á sus anchuras , afirman que todo lo so


brenatural , incluso el mismo Dios , autor de la naturaleza , no es sinó

un vano fantasma creado por la tímida ignorancia de nuestros ante


pasados . Pero antes de entrar en materia estableceremos primero la
nocion de la verdadera ciencia , para ver si merece tan honroso nom
bre lo que el autor que motiva estas líneas nos representa como tal ,

sin pararse siquiera á traernos la más ligera prueba que justiſique su


conducta . Esto obtenido, comenzaremos nuestro trabajo por la cues

tion preliminar relativa al criterio de la verdad ; cuestion que Dra


per, con malísimo método , ha dejado para el capítulo vi de su
obra , es decir , casi para el fin ; pues toda ella no consta sinó de doce
capítulos , de los cuales el último es una recapitulacion de lo dicho

en todos los anteriores , puesta enfrente de la doctrina católica , re


presentada en el Syllabus y en la Encíclica Quanta cura .

1
LA RELIGION CATÓLICA

VINDICADA DE LAS IMPOSTURAS RACIONALISTAS

CAPÍTULO PRIMERO

LA CIENCIA VERDADERA Y LA CIENCIA MODERNA .

Ada más comun entre los filósofos de nuestros tiempos que


apellidar con el nombre de ciencia á todos y cada uno de
los ramos á que pueden aplicarse los conocimientos hu
manos. Hasta el primer año de latinidad , en que los niños apenas
comienzan á vencer los primeros rudimentos de la gramática latina ,
se le ha condecorado por algunos con el fastuoso nombre de Filo
sofia ; los cuales, en consecuencia , deberían tambien llamar ciencia
al estudio del francés y del aleman, y lo que es más ridículo toda
vía, al estudio del arte zapateril y al de confeccionar todo género de
guisados .
La ciencia no es una señora de tan baja condicion , que la haya
mos de llevar arrastrando por los talleres , por las oficinas y por
cualquier rincon de la casa, llamando sabios á los zapateros y sas
tres, porque saben bien su oficio , ó á los dómines y maestros de
primeras letras, porque poseen bien la gramática , ó entienden mu
cho de caligrafía, y pueden enseñar á los niños las cuatro reglas fun
damentales del cálculo : sumar , restar, multiplicar y partir . Los ver
daderos sabios siempre han distinguido con mucha diligencia entre
las nociones de ciencia y de arte, colocando las artes , aunque fue
sen liberales y de las más nobles y levantadas , en un lugar muy in
12 La ciencia verdadera

ferior respecto del que corresponde á lo que con razon merezca el


título de ciencia . Sabido es que ya los antiguos , con Pitágoras y
Filon , daban el nombre de rudimentos (Tportalosuuata ) y preparativos
para el estudio de la Filosofia , en la cual hacían consistir la verda
dera ciencia, á las siete artes liberales : gramática, retórica, dialécti
ca , música, aritmética , geometría y astronomía , llamadas tambien
por ellos circulares (@yxux.xx.), porque constituían á la sazon el
circulo de la enseianza de los ninos ( έγκυκλιος παιδεία) .
La verdadera ciencia tiene un objeto mucho más elevado que el
perteneciente a un arte cualquiera ; el cual , por el mero hecho de
hallarse en esta categoría , no puede pasar más allá del humilde ran
go de coleccion de reglas sacadas de la experiencia y observacion
para hacer alguna determinada cosa , que así definen generalmente
el arte . La ciencia es un conocimiento, no como quiera, sinó meta
físico y a priori , ó sea sacado de la contemplacion de la naturaleza
interna de las cosas . Scientia est cognitio rerum per causas : la cien
cia es un conocimiento de las cosas por sus causas , decían los anti
guos al querer darnos la definicion de la ciencia ! .
" La Sabiduría,,, escribe Séneca queriendo darnos una descripcion
de la ciencia por antonomasia, ó sea de la Filosofía , " la sabiduría
nos enseña la naturaleza de Dios, qué son los infiernos, qué los lares
y los genios, qué se hace de las almas despues de esta vida, dónde
viven ellas despues de partirse de este cuerpo , qué hacen allí , qué
pueden, qué quieren. Estos son los principios y rudimentos por los
cuales se llega , no á una fiesta cualquiera religiosa , donde se mani
fiestan los misterios de la religion conocidos de toda la gente plebe
ya, sinó al mismo templo de los dioses , y por los cuales se nos abre
de par en par el mundo mismo con toda su grandiosidad ... Despues
vuelve su consideracion á los orígenes mismos de las cosas , á la ra
zon eterna, que se halla grabada en la totalidad del conjunto , y á la
fuerza germinal y formadora de cada uno de los seres . Luego co
mienza a hacer sus investigaciones sobre la naturaleza del alma , so
bre su orígen , sobre su duracion , sobre las partes que la constitu
yen . Por fin, de las cosas corporales se levanta al estudio de las in
corpóreas, y discute los argumentos que se aducen en favor de la
verdad . ,

1 Véase á Clemente Alejandrino, Strom ., lib. 1, cap. xx ; á Orígenes, Epist, ad Gre


gor . Thaumaturgum ; á Filon , De Cong . erud . quaerendi gratia .
2 Epist. 9o .
y la ciencia moderna. 13

Hasta aquí el filósofo español, una de las mayores lumbreras de


la filosofía pagana . Otro tanto decía Plutarco ' definiendo la Filoso
fía con estas palabras: Os www xal avOpérivwv ÈTLS thun, un conocimien
to claro y cierto de las cosas divinas y humanas. En los mismos tér
minos se expresaba tambien Ciceron en el libro il De Officiis, ca
pítulo 11 ; y no sólo Ciceron , mas tambien Clemente Alejandrino 2 ,
y Orígenes 3 , y cuantos han escrito sobre esta materia .
Mas si la ciencia por razon de su objeto se diferencia en gran
manera del arte , áun del más elevado y sublime , por versar este
sobre las simples reglas del bien obrar en alguna determinada ma
teria , y elevarse aquélla hasta la interna constitucion de los séres,
buscando siempre el por qué de las cosas ; no se halla menos distan
te de la opinion , la cual es una cierta manera de conocer imperfecta
y deleznable , como fundada en meras razones probables , que fácil
mente pueden perder su valor en presencia de otras nuevas más
fuertes y poderosas , y que nunca logran avasallar la inteligencia
excluyendo de su asiento la duda .
La ciencia es un conocimiento claro y evidente , incompatible por
lo mismo con duda alguna razonable a causa de la certeza absoluta
que en sí encierra . De donde resulta que quien llega á adquirir
ciencia sobre alguna cosa , no puede ya andar fluctuando sobre la
verdad de la misma , ahora abrazándola como verdadera , ahora
rechazándola como falsa , lo cual sucede en la opinion ; se une á
ella firmísimamente con todas las fuerzas naturales de su inteligen
cia, sin que pueda tener en esto ningun influjo la voluntad para ha
cerle decir lo contrario ; porque entonces ve la cosa con los ojos del
espíritu de la misma manera que ve los objetos materiales con los
ojos del cuerpo , sin que pueda darse en tales actos error alguno , ni
peligro de equivocarse.
Vemos , pues , que el carácter propio de la ciencia verdadera es
la inmovilidad del entendimiento en adherirse á la verdad conocida;
y que , por consiguiente , no merece ni puede merecer el nombre de
tal la adhesion imperfecta y fluctuante , que tenga un filósofo cual
quiera en orden a un determinado objeto todavía no condecorado
con la luminosa auréola de la evidencia . Quien sabe verdaderamente
una cosa , no dudará nunca de ella , por más que vengan cien mil

I De Placitis philosophorum , lib . 1 , Præn ., tomo IV . , part . 2 .


2 Strom ., lib . I, cap. v.
3 Contr. Celsum . , lib. 111 , cap. LXXII .
.
14 La ciencia verdad
e ra
ſilósofos á persuadirle lo contrario ; no la rechazará jamás como
falsa, aun cuando se amontonen infinita copia de razones , que tien
dan á persuadirle su falsedad ; porque entonces ve que aquello no
puede ser de otra manera , sinó como él lo percibe , y que por lo
mismo todos cuantos juzgan de otro modo se hallan en un error
manifiesto .
Esta inmovilidad , sin embargo , no es tal que no sea dable al en
tendimiento humano hacer nuevos progresos en el conocimiento de
aquella verdad , que sabe ó conoce con evidencia ; lo que únicamen .
te impide , es la posibilidad de rechazarla como falsa , ó de destruir
el edificio científico sobre ella fabricado como sobre base firme y
duradera. Guardada esta condicion , el entendimiento puede ir siem
pre ahondando más y más en el conocimiento de aquella verdad , y
descubriendo en ella relaciones nuevas que añadan mayores perfec
ciones al edificio comenzado . En este sentido es muy cierto y ver
dadero que todas las ciencias son susceptibles de progreso ; porque
así no se hace sinó aumentar y perfeccionar el tesoro de los cono
cimientos adquiridos ; el cual siempre puede crecer más y más en
cualquier ramo del saber , siendo infinito el número de verdades que
están encerradas en cualquiera parte del mundo espiritual , de la
misma manera que carece de término el número de radios que po
demos trazar en un círculo cualquiera .
La ciencia , propiamente hablando , no consiste en un conocimien
to aislado que podamos tener sobre alguna determinada materia ,
por grande que sea la luz de la evidencia con que haya sido él con
cebido ; la ciencia es más bien un cierto conjunto armónico de ver
dades ciertas y evidentes , intimamente unidas y entrelazadas las
unas con las otras , y pertenecientes todas ellas á un determinado
ramo del saber. Así , por ejemplo , todos aquellos conocimientos
claros y evidentes que tienden por su propia naturaleza a darnos
una idea cabal y completa de la intima esencia de nuestra alma,
constituyen un sistema de verdades llamado ciencia psicológica , ó
Psicologia ; otro tanto podríamos decir de los relativos á la natura
leza de Dios , del mundo , del derecho, de las leyes físicas y de otros
mil objetos propios de determinados estudios , los cuales forman sus
propias y determinadas ciencias.
Aún más : como todos los conocimientos humanos , principal
mente cuando llegan a un alto grado de perfeccion, guardan cierta
relacion intima entre sí, no habría dificultad en conceder á los filóso
fos modernos que todas las ciencias particulares se enlazan y eslabo
y la ciencia moderna. 15

nan mútuamente , formando una especie de organismo total que po


demos llamar , en cierto sentido, la ciencia universal, o simplemente
la ciencia . Esto ya lo habían enseñado en los pasados tiempos Bona
Spes y Pico de la Mirándola ; y el agudo filósofo Arriaga , de la
Compañía de Jesus , á mediados del siglo xvii , tratando de la reduc
cion de todas las ciencias á una sola , nota sábiamente que no hay
dificultad en hallarla en la forma indicada , con tal que se dé por
supuesto que algunas ciencias particulares , v . gr . , la Medicina y las
Matemáticas , se hallan tan distantes entre sí , que el estudio de la
una no es necesario , ni como complemento , ni como condicion an
tecedente , para el estudio de la otra .
Hé aquí en breves palabras la nocion genuina de la verdadera
ciencia : hé aquí tambien los caractéres que á la ciencia son propios
y esenciales , por razon de la certeza y evidencia con que deben
presentarse adornadas todas sus verdades , á saber : la fijeza é inmo .
vilidad absoluta en todo cuanto á ella propiamente pertenece ; in
movilidad y fijeza , que no pugnan en manera alguna con el progre
so de los humanos conocimientos , sinó ántes bien son una condi
cion previa y esencial para el mismo ; de suerte que la ciencia no
puede avanzar un solo paso en sus descubrimientos benéficos sin
la fijeza é inmovilidad referidas.
Ahora bien : jhay acaso algo de esto en lo que se denomina
la ciencia moderna: ¿Hay algo de fijeza y estabilidad en todo cuan
to nos han traido al mundo los modernos sábios ? Yo veo á estos
hombres , en verdad , darse mútuamente á boca llena el nada mo
desto epiteto de sábios ; veo que á cada paso nos están atronando
los oidos con el altisonante nombre de ciencia . Pero en medio de
todaş sus alharacas y clamoreos , yo encuentro en sus teorías filosó
ficas muy poco que se pueda llamar fijo y estable. Oigoles cacarear
á cada instante los progresos admirables llevados por ellos á cabo
en el estudio de la Filosofía ; pero en medio de sus fanfarronadas no
advierto , por lo regular , sino vanos sistemas , hipótesis más ó mé
nos brillantes, sueños fantásticos que pasan cual leves y fugitivas
sombras , castillos de naipes , finalmente , derrumbados en tierra por
el más suave soplo de la razon severa y escudriñadora . En la cien
cia moderna, á lo menos en su parte filosófica , hay poco de sólido
y firme; su condicion principal es la volubilidad , la mudanza conti
nua , la duda perpétua , el tejer y destejer de la famosa tela de la
mujer de Ulises.
Vino Kant al mundo de la ciencia con su Critica de la razon pu
16 La ciencia verdadera

ra , pretendiendo invertir los polos del saber y fijar las columnas de


Hércules en el mundo de los humanos conocimientos ; mas lo que
hizo fué encerrar al espíritu humano en el círculo estrecho de un
ubjetivismo absoluto , que nada le permite afirmar con certeza sobre
todo cuanto se encuentre más allá de la triste region de los fenóme
nos. Sucedióle Fichte, y este filósofo estrechó todavía más los cir
cunscritos límites de su antecesor , diciendo en su loco escepticismo :
“ No existe el sér . Yo mismo no existo ... En rededor de mí todo se
ha transformado en un extraño sueño , sin que haya una vida real
que soñar , ni un espíritu para formar este sueño 1 .
A Fichte siguió Schelling , continuando la misma tarea de cons
truir la ciencia ; y de tal manera la construyó que , rompiendo cual
brillante mariposa el duro capullo en que se había encerrado el Yo
puro de su antecesor , se lanzó atrevido á la sublime region del
absoluto , en cuyas alturas se cernió muy á su sabor batiendo las
alas de su imaginacion fogosa. Viene despues Hegel , el gran inven
tor de la idea -nada , y encuentra hallarse fundados sobre la arena
movediza de la fantasía tanto el subjetivismo del uno como el obje
tivismo del otro , y arroja al mundo su idea metamórfica , union y
centro del sujeto y del objeto , verdadera materia prima capaz de
transformarse en todas las cosas : naturaleza en la primera excursion
que hace al ponerse á sí misma ; espíritu en la segunda al adquirir,
con el progresivo desarrollo de su nada , conciencia de si propia;
humanidad más tarde en la tercera , al juntar en uno la naturaleza y
el espíritu ; Dios , finalmente , en la última verificada hasta el presen
te , convirtiéndose en centro supremo de toda la idealidad particular
y en síntesis universal de todo lo particular finito .
Aparece al fin de todos Krause , poseido del mismo espíritu re
formador ; y queriendo lucir sus habilidades con un sistema nuevo ,
segun lo exige la moda de la ciencia moderna , reconstruye todo lo
edificado por sus antecesores , despues de haber destruido , por su
puesto , el edificio por ellos levantado . Para esto nos regala nada
ménos que la sabrosísima vista real, dándonos de barato la precio
sa percepcion yo de que ninguno tiene conciencia , y que él consi
dera como el primer punto de su jornada , llevándonos despues por

i " L'être n'est pas. Moi-même je ne suis pas... Autour de moi la réalité s'est
transformée en un songe bizarre , sans qu'il y ait une vie réelle à rêver , un esprit pour
en rêver .. ( Destination de l'homme de Fichte, traduit de l'allemand par M. Barchou de
Penhoen . – La Science.)
y la ciencia moderna . 17

una especie de túnel tenebroso molestados á cada paso por los es


pantables fantasmas de la duda , y sacándonos por fin , cual otro In
genioso Hidalgo , á los espaciosos campos de Montiel , donde po
damos tener la dicha de gozar á manera de bienaventurados la vista
clara del Supremo Sér , á Dios mismo en su propia esencia , y de
hallarnos en Él “ esenciados y fundados , convertidos en modifica
ciones y determinaciones suyas , y levantados á la sublime catego
ría de dioses . Porque es de saber que este filósofo , que tan tímido
y modesto se presenta al principio , admitiendo únicamente la per
cepcion de su propia personalidad y dudando de cuanto le rodea,
despues , calentado con el discurso , no teme lanzarse , como su
maestro Schelling , á la vista real del Infinito . Y se atreve á más
todavía ; porque , diciendo y enseñando que el Sér Supremo funda y
esencia en sí mismo a todas las esencias y realidades finitas , no pone
en el mundo sino un solo sér , del cual son simples modificaciones ó
determinaciones todas las realidades particulares , al modo que el
círculo es una mera determinacion del espacio que le contiene , y la
redondez una modificacion de la cera que la sustenta . Y todo esto
nos lo espeta el pretendido filósofo, sin que ninguno haya sentido
en sí mismo la tal vista real , sin que haya barruntado siquiera al
guna razon sólida para inferirla , y mucho menos todavía para ha
cernos á nosotros , míseros insectos que nos arrastramos por la tier
ra , partículas de la Divinidad , maneras de ser del mismo Dios , ó
sea Dios mismo en tan limitada forma determinado . ¿ Se habrá vis
to jamás delirio tamaño en el mundo ? Esto es lo que hallamos siem
pre por último resultado en estos novísimos constructores de la
ciencia .

Y es esto filosofar ? pregunto yo ahora. ¿ Es acaso siquiera alguna


cosa que de lejos se le parezca ? ¿ Ó no lleva más bien en sus mane
ras los visos más inequívocos de una juguetona y bulliciosa poesía ?
Ensueños vanos son á la verdad estos discursos , propios de quienes
pretenden pasar por filósofos sin haber saludado los umbrales de la
verdadera filosofía , ó bien ardides astutos para ocultar con el manto
de la aparente profundidad científica el ateismo horrible que devora
las entrañas de una gran parte de estos filósofos.
Este ateismo disfrazado , envuelto con la capa del panteismo, ma
terialismo , panenteismo y otros nombres parecidos , es la idea ma
dre que acarician con predileccion en el día los enemigos de lo so
brenatural y los ardientes encomiadores de la filosofia moderna . Uno
de ellos es , á no dudando , el desventurado autor de Los conflictos
2
18 ra
La ciencia verdade
entre la ciencia y la religion , quien con palabras harto significativas
viene á decir . en sustancia , que Dios en realidad no es sino el ani
ma mundi enseñado por los antiguos filósofos proclamadores del
materialismo, ó mejor dicho , que la Divinidad es el Dios imperso
nal de Hegel , ó sea el conjunto de fuerzas materiales que agitan y
tienen en movimiento á esta inmensa máquina del mundo . Pero de
esto hablaremos más adelante : por ahora bástenos tan sólo haber
probado que la ciencia moderna no es verdadera ciencia , sino una
novela continuada , donde , á vuelta de aparentes discursos filosófi
cos y de continuas dudas, se presentan en la escena nuevos perso
najes a medida que van desapareciendo los antiguos, donde todo
cambia sin interrupcion á manera de sueños fantásticos, donde nin
gun carácter se presenta de verdad .
Esto lo reconoce el mismo Draper ; pero juguete él mismo de esa
volubilidad del pensamiento humano, declama furioso contra el Ca
tolicismo , diciendo que con la inmovilidad de sus doctrinas impide
al filósofo moverse en el campo de la ciencia , como si la inmovili
dad no fuese la base fundamental y la condicion primera del mismo
movimiento . ¿ Qué seria de un tren , por ejemplo, si al emprender su
marcha no ofreciesen los rails un fundamento sólido, si se separasen
el uno del otro , torciéndose y desencajandose : Su efecto natural é
inevitable sería el descarrilamiento, la ruina del tren y de los pasa
jeros por él conducidos. Esto mismo sucede á la ciencia , si en ella
no se consiente nada estable ; su fin último en este caso es el escep
ticismo , la destruccion de la ciencia misma con la sustitucion de las
vanas y mal fundadas opiniones .
¿ Y es ésta la ciencia que se opone al Catolicismo ? ¿ Y de esta
ciencia se dice que entre ella y la religion existen y han existido
conflictos : Ciertamente , entre esta ciencia y el Catolicismo existen
conflictos verdaderos ; buena prueba de ello son las definiciones del
concilio Vaticano, que ha reprobado sus afirmaciones. Pero conflic
tos de esta clase en nada dañan á la Religion , porque son los con
flictos que tiene la verdad con el error, la luz con las tinieblas. “ Tú
varias, podemos decir á esta mentida ciencia como Bosuet decía al
Protestantismo; tí varias, y lo que varia no es la verdad . , Mas si
este fantasma de ciencia, ó ciencia de falso nombre , como justamen
te la llama el citado Concilio 1 , puede estar en pugna con la Reli
gion , no puede empero de ninguna manera suceder otro tanto res

1 Constit , dogmat. De Fide , 1. 4 .


y la ciencia moderna. 19

pecto de la verdadera ciencia ; la cual , por ser verdad , está fundada ,


del mismo modo que la Religion, en Dios, fuente y origen de todo
lo verdadero ; y por estar fundada en Dios , como la Religion mis
ma, no puede ménos de hallarse en armonía con ella, como todo lo
que emana de Dios, armonía por excelencia .
El vano fantasma de contradiccion entre la religion y la ciencia,
dice sábiamente el mismo Concilio 1 , toma su origen muy principal
mente de no haber sido entendidos y explicados los dogmas de la fe
segun la mente de la Iglesia, ó de que se tienen por axiomas de la
razon cosas que no pasan de ser vanas opiniones.
Esta verdad importantísima quedará bien evidenciada, lo espera
mos , en el discurso de esta obra ; y de ella es buen testigo el con
trahecho libro de Draper, como lo iremos demostrando al tratar de
cada uno de los conflictos que su desmañado autor se ha forjado en
su calenturienta fantasía . Pero antes es preciso advertir una cosa
muy importante , que pone muy en claro lo ruinoso y pestilencial de
esta mal llamada ciencia . Los filósofos alemanes, jefes de esta revo
lucion filosófica, en su vano empeño de dar a la ciencia una unidad,
de que no es capaz miéntras vive el hombre sobre la tierra , se han
creado un ideal de unidad, que no es otra cosa , en sustancia , sinó el
desnudo y escueto panteismo . Fichte puso el Yo puro , el ideal abs
tracto de su propia personalidad , por fuente y origen de toda la rea
lidad ; Schelling hizo esto mismo con el Absoluto ; Hegel con la
Idea ; Krause , en fin , con el Sér . Para Fichte , todas las ciencias no
son sino meras determinaciones del Yo puro ; para Schelling, meras
determinaciones ó modalidades del Absoluto ; para Hegel y Krause
meras determinaciones de la Idea y del Sér. De este modo las
ciencias tienen verdadera unidad , porque en realidad no son muchas ,
carecen de multiplicidad , son una misma cosa mirada bajo diferen
tes aspectos, el gran Pan que se nos presenta vestido de diferentes
ropajes; pero esta unidad es la unidad absorbente que acaba por
destruir á toda pluralidad y hace imposible al mismo organismo
científico que se pretende establecer .
No es cosa rara en la historia del espíritu humano la aparicion de
estas monstruosidades causadas por la exageracion de una idea en
si buena y verdadera. Los comunistas por una parte , y Bonald por
la contraria , han sostenido en política esa clase de unidades absor
bentes, destructoras de toda multiplicidad , y contrarias á la idea de

1 En el lugar próximamente citado.


1

20 La ciencia verdadera y la ciencia moderna.


una verdadera república . Dios nos libre de vanas utopias , que no
sirven sinó para echar á perder las causas más legítimas.
No se me oculta que los amigos de Krause protestarán contra
esto , diciendo que ellos admiten pluralidad de esencias , y con ello
pluralidad tambien de ciencias correspondientes al estudio de las
esencias dichas. Pero semejante protesta hace en mi poquísima im
presion, sabiendo que , en sentir de Krause , todo conocimiento par
ticular mio no es sinó una modalidad del conocimiento único , total
y permanente , que tengo en la vista continua del Sér ; así como
toda esencia finita y particular no es más que un modo de ser de la
Esencia única , que las “ esencia , á todas , y de las cuales ella no se
distingue sinó como la sustancia de los modos que la determinan .
Pero ya es tiempo de que pasemos á tratar del criterio de la verdad ,
para ver si puede ó no existir conflicto en órden á la determina
cion del mismo entre la Religion y la verdadera ciencia .
CAPÍTULO II

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL CRITERIO


DE LA VERDAD .

A constitucion dogmática , , escribe Draper en el capítulo


último de su obra, censurando la doctrina del concilio Va
ticano relativa á la fe sobrenatural y divina , “ pide desde
luego que se reconozca que la Iglesia romana obra por orden de
Dios y en virtud de un mandato que le ha sido entregado especial
y expresamente . En nombre de esta gran autoridad exige de los
hombres la sumision intelectual, y de las naciones la subordinacion
del poder civil . Mas una tan alta pretension debe apoyarse en las
más positivas credenciales; son precisas pruebas claras , fuertes,
exactas; pruebas que sea imposible poner en cuestion . Sin embargo ,
la Iglesia declara que no someterá sus títulos al arbitraje de la ra
zon humana ; pide que sean admitidos y reconocidos como artículos
de fe ... Se podría decir con verdad que todo el documento entero
es una instancia apasionada hecha a la razon para obtener de ella
que se sacrifique al cristianismo romano . Colocadas en puntos de
vista tan diferentes, es imposible que la ciencia y la religion vean
las cosas lo mismo . Tampoco se puede llegar á una conclusion co
mun sinó dirigiéndose á la razon como al juez supremo y último .
Hay muchas religiones en el mundo , y de ellas algunas más vene
rables aún por la antigüedad y por el número de sus adheridos que
la Iglesia romana. ¿ Cómo hacer una eleccion entre ellas si no es va
liéndose de la razon ? La religion y la ciencia se ven muy forzadas
á someter ambas sus discusiones y sus pretensiones á su tribunal.
Contra esta necesidad protesta el Concilio del Vaticano . Coloca la
fe por cima de la razon . Pretende que constituyen dos medios dis
tintos de llegar al conocimiento ; que corresponde el uno á los mis
22 El Catolicismo y la ciencia

terios y el otro á los fenómenos. Proclamando la preeminencia de la


fe, ofrece al espíritu , que los rechaza , el milagro y las profecias. Por
otra parte , la ciencia se aparta de lo incomprensible y se refiere a la
máxima de Wiclef : “ Dios no obliga al hombre á que crea lo que no
puede comprender . , A falta de credenciales suficientemente claras
en poder de su adversario , examina la ciencia si hay en la historia
del Papado y en las biografías de los Papas algo con que sostener
su pretension á una mision divina , algo que justifique el dogma de
la infalibilidad del Papa , algo que merezca á éste la pronta obedien
cia que sería debida a un Vice - Dios. ,
“ Ciertamente , dice en el capítulo viii , si se admiten los principios
fundamentales del cristianismo italiano , la consecuencia lógica es un
Papa infalible . No es necesario insistir sobre lo que hay de antifilo
sófico en esta concepcion . Basta conocer la historia del Papado y
leer las biografías de los Papas . Aquélla da ejemplos de todos los
errores á que están sujetos los poderes de la tierra ; éstas son con
demasiada frecueneia la historia de las vergüenzas y de los crímenes
de la humanidad . ,
Hé aquí las ideas del racionalismo respecto al criterio de la ver
dad enseñada por la Iglesia ; ideas enteramente falsas y fundadas en
un principio absurdo , erróneamente atribuido á la Iglesia Católica.
Figúranse los racionalistas que la Iglesia exige de tal manera la fe á
sus enseñanzas, que á ellas deba todo el mundo asentir ciegamente
y sin previo exámen de ninguna clase , como si nuestro entendi
miento fuera una potencia absolutamente sujeta á los antojos de la
voluntad para afirmar ó negar sin tón ni són cuanto á ésta se le ocur
riese mandar . Mas la cosa en realidad sucede muy de otra manera :
la fe que pide la Iglesia á sus enseñanzas debe ser una fe, no necia ,
sinó racional , conforme á aquellas palabras del Apóstol : Rationabi
le obsequium vestrum ' .
Quiere si la Iglesia que el asentimiento prestado á sus definicio
nes sea firme, exento de toda duda, absoluto é incondicional; pero
antes ha de hallarse ya el ánimo de quien la escucha conveniente
mente preparado, para que este su asentimiento sea prudente y fun
dado en las reglas de la sana razon natural. Esta preparacion es vá
ria, segun la variedad de sujetos á que ella puede dirigirse . En los
que ya son católicos y tienen por verdadera la divinidad de la Igle
sia romana, y por consiguiente admiten la infalibilidad de la Iglesia

Rom ., cap . xi , vers . I.


tocante al criterio de la verdad . 23

docente , la disposicion prévia consiste en estar intimamente persua


didos los fieles de que la Iglesia no yerra ni puede errar en sus defi
niciones dogmáticas. A estos no tiene la Iglesia que presentarles
credenciales , puesto que ellos mismos la reconocen como maestra
suya, y como maestra infalible en las cosas propias de su mision .
Las credenciales las debe presentar a aquellos solamente , que pre
tende introducir en su seno , haciéndolos miembros suyos , cuales son
los herejes y los gentiles .
Los primeros , cuando no son incrédulos y permanecen todavía
en alguna secta cristiana , sin haberse pasado al racionalismo , ó al
judaismo, ó al mahometismo , conservan la intima persuasion de que
la Religion fundada por Jesucristo es de origen divino y por consi
guiente verdadera . A éstos así dispuestos les dice la Iglesia : “ Vol
ved al redil que habeis malamente abandonado ; vuestra comunion
no es la verdadera Iglesia de Jesucristo , sinó un miembro cortado
de la misma : por tanto , permaneciendo en ella, vais camino de per
dicion , segun aquellas palabras del divino Maestro : El que no está
conmigo, está contra mi ' ; el que no oyere á la Iglesia, sea tenido en
la clase de los gentiles y publicanos 2; el que desprecia á mis envia
dos me desprecia á mí mismo, y despreciándome á mi desprecia al
Padre celestial, cuyo enviado soy 3. Si quereis entrar en camino de
salvacion , volved á mí , que soy la verdadera Iglesia ; estais en un
error creyendo lo contrario : escudriñad las Escrituras, ellas os da
rán testimonio de mi verdad 4 ; escudriñad tambien el sentir de la
primitiva Iglesia, que vosotros admitis ser verdadero , y en él vereis
la prueba inequivoca de mi verdad : poned , por fin , en mi misma los
ojos, volviendo desapasionados vuestra atencion a las condiciones
características que me adornan con mi unidad , con mi santidad , mi
catolicidad ; y si no quereis obstinaros neciamente en vuestro error,
vereis con toda evidencia que yo, y no otra, soy la verdadera espo
sa de Jesucristo . ,
Este es el lenguaje de la Iglesia con respecto á los herejes: no les
pide á éstos , como á los católicos , que se sometan sin exámen pré
vio de ninguna especie á sus decisiones , sinó , por el contrario , les
exhorta primero á que la examinen con detencion , á que miren con

1 Math ., cap. Xin , vers . 30.


2 Id ., cap . XVIII, vers , 16 .
3 Luc., cap . x , vers. 16 .
4 Joan ., cap. V, vers. 39.
24 El Catolicismo y la ciencia

diligencia las credenciales inequívocas de su divinidad , que les pre


senta en el testimonio de las Escrituras admitidas por ellos como
divinas; en la profesion de fe de la primitiva Iglesia , tenida por ellos
por santa é inmaculada en sus creencias ; en los caractéres propios ,
en fin , de que vive ella misma adornada , y que dan á conocer cla
ramente su interior vida , espiritual y santa , al modo que los buenos
colores y demas manifestaciones externas de un indivíduo revelan á
las claras la robustez y fuerza de su vida interior , material y corpórea .
Antes , pues , de pretender someterlos á sus decisiones , procura
la Iglesia que adquieran la disposicion de ánimo que abrigan los ca
tólicos , haciéndoles abandonar el error en que están con respecto á
la naturaleza de la Iglesia católica , y obligándolos a reconocer este
error por medio de pruebas manifiestas, que ellos no pueden racio
nalmente recusar. ¿ Puede haber en esto alguna pugna con lo que
dicta la sana razon ? Pero pasemos a la consideracion de los que han
renunciado enteramente á Jesucristo , ó no lo han conocido jamás ,
por ser gentiles, judíos ó racionalistas.
A éstos los supone ya la Iglesia persuadidos de la existencia de
Dios , la cual , como dicen los teólogos católicos, es uno de los
preámbulos de la fe. Si los encuentra empero manchados de erro
res con respecto á esta verdad , procura persuadirles con razones
naturales la absurdidad del error en que están , hasta que por fin
admitan como hombres racionales esta verdad fundamental, que nin
gun entendimiento medianamente desarrollado puede ignorar sin
cometer gravísimo pecado . Puestos ya en este estado , les anuncia
que ese Dios , criador de cielos y tierra , y provido gobernador de
los hombres, se ha dignado favorecer á éstos de una manera espe
cial y gratuita, haciéndoles una revelacion sobrenatural que les sir
va de guía segura y fácil en el camino de la salvacion eterna , y les
añade que la mision de publicar al mundo esta su palabra se la ha
dado á ella misma , fundándola para este efecto ; porque el fundador
de esta sagrada Religion y nuncio enviado por Dios para que reve
lase é hiciese patente á los hombres su palabra , llamado Cristo Je
sus , eligió doce Apóstoles que fuesen las columnas de su Iglesia , y
les encargó el oficio de continuar su obra por todo el mundo hasta
la consumacion de los siglos , dándoles al mismo tiempo la comision
de elegirse sucesores en el oficio de predicar y gobernar á los fieles;
pues ellos , como que estaban sujetos a la mortalidad , no habían de
vivir sobre la tierra sinó muy pocos años , y su Iglesia había de du
rar tanto como el humano linaje.
tocante al criterio de la verdad. 25

Anunciado ya así el hecho de la divina sobrenatural revelacion ,


como los hechos libremente ejecutados no se pueden ver ni probar
a priori, y se deben atestiguar con otros hechos que pongan en cla
ro la veracidad y ciencia del que los narra , la Iglesia aduce en tes
timonio de la revelacion dicha y de ser verdad cuanto ella anuncia,
ó sea presenta como credenciales positivas de su embajada los he
chos sobrenaturales sucedidos en la fundacion del Cristianismo, y
ejecutados por Dios en testimonio de ser Él mismo quien hablaba
á los hombres por medio de su enviado , el divino Mesías . Estos he
chos son : 1. ° Las profecías contenidas muchos años antes en los li
bros de los judíos , los cuales las conservan todavía en nuestros tiem
pos con suma religiosidad . En estas profecías se halla prometido que
Dios había de suscitar en la nacion judía un gran profeta nada infe
rior á Moisés, y cuyas doctrinas debían ellos seguir ' ; profeta que
había de rescindir el pacto de la antigua ley con la promulgacion de
otra nueva más perfecta ”, y había de abrogar el sacerdocio levítico
creando otro segun el orden de Melquisedech , mucho más perfecto
y excelente que el judáico 3 ; profeta admirable y santo que , junta
mente con el sacerdocio , había de abolir los sacrificios cruentos de
la ley mosaica , sustituyendo á todos ellos uno solo infinitamente
más puro y agradable á la divinidad 4 , y había de desterrar del mun
do la idolatría con la predicacion de un Dios único , dueño de todo
lo criado s ; profeta deseado de las gentes , que había de venir al
mundo cuando faltase el cetro de la tribu de Judá 6 , 1 cuando empe
záran á cumplirse las setenta semanas de Daniel ? , y que había de
ser llevado al suplicio por los mismos de su nacion % , saliendo des
pues triunfante del sepulro ' , subiendo así resucitado y glorioso á
los cielos 10 , y enviando desde allí sobre sus discípulos al Espíritu

1 Prophetam ( dice el Deuterononio , cap. xvi , vers. 15 ) de gente tua et de fratri


bus tuis sicut me , suscitabit tibi Dominus Deus tuus ; ipsum audies.
2 Isai., cap. XXXII , vers . 31 .
3 Ps. cix , vers . 4 ; Isai., cap . LXVI , vers. 18 y 19 .
4 Dan ., cap. ix , vers. 26 ; Malach ., vers . 1o y II .
5 Genes ., cap. xxii , vers , 18 , y cap. xxxxix , vers . 10 ; Ps. 11 , vers. 8 ; Isai., capi
tulo xxxxix , vers, 6 , y cap . 11 , vers. 2 ; Sophon ., cap. mi, vers . 9 ; Zachar., cap. xm ,
vers . 2.
6 Genes., cap xxxxIx , vers. 10 .
7 Dan ., cap. IX , vers , 24.
8 Id ., ibid . , cap . xxvi : Zachar ., cap . xi , vers . 10 , XIII , vers . 6.
9 Ps. XV , vers . 10.
IO is. LXVII , vers. 19 ; Ps. cix , vers . I,
26 El Catolicismo y la ciencia

Santo , para que los iluminase con su luz é inflamase con su ardor,
y ellos así dispuestos predicasen con valor el Evangelio por todo el
mundo sin temor alguno á la muerte !
2. ° El cumplimiento exacto de todas estas profecias en el Funda
dor del Cristianismo , el cual era precisamente de nacion judio , vino
al mundo cuando el pueblo hebreo había perdido su independencia,
comenzando a formar una provincia romana , y á ser regido en parte
por un presidente ó gobernador de Roma, y en parte por el idu
meo Herodes , que no pertenecía á la nacion hebrea . Por esta razon
los mismos judíos , al ver esto , clamaban que ya había llegado el
tiempo de la venida del Mesías 2 .
Fundó Jesus su Iglesia , y por medio de ella ha desterrado la ido
latría del mundo , ha abolido el sacerdocio antiguo, creando otro
nuevo , cuyos sacerdotes no deben por necesidad pertenecer a la
tribu de Aaron , sinó que pueden ser de todas las gentes de la tier
ra ; ha dado fin tambien á los sacrificios sangrientos , poniendo en
su lugar el único sacrificio de la Misa , que fuese conmemorativo de
su pasion y muerte , sufrida voluntariamente por los pecados de los
hombres.
Nuestro Señor Jesucristo ademas fué conducido al suplicio por la
envidia y malas artes de los de su nacion , y resucitó despues al ter
cero día , como Él mismo lo había predicho 3 , subiendo a los cielos
con su propia virtud 4 , y mandando desde alli á sus discípulos el
Espíritu Santo , segun se lo había prometido 5 .
3. ° Los milagros públicos y evidentes hechos por Jesucristo á la
faz de todo el pueblo judaico en testimonio de su mision .
4. ° La multitud innumerable de milagros hechos por sus Após
toles y discípulos, segun El mismo lo había anunciado , para llevar
á cabo la propagacion del Evangelio y el establecimiento del Cris
tianismo.
5. ° El testimonio de los doce Apóstoles de Jesucristo , que vi
vieron y conversaron con su divino Maestro , le vieron hacer los mi
lagros que narran , le oyeron la doctrina que despues, deseosos de
cumplir su mandamiento , pregonaron por todo el mundo; le llora
ron muerto en una cruz , y luego a los tres días le contemplaron re

I Joël, cap. II , vers . 28.


2 Matth ., cap . II .
3 Matth ., cap . XXVIII , vers. 6 , 12 , 40.
4 Act ., cap . 1 , vers . 9 .
5 Id ., cap . 11 , vers . 24 ; Joan ., cap. xiv , vers , 16 , 17 ,
tocante al criterio de la verdad 27

sucitado , y á los cuarenta le admiraron en su ascension a los cielos .


6. ° El establecimiento del Cristianismo por todo el mundo de
una manera tan rápida y maravillosa , como a todos es notorio, sin
género alguno de fuerza, y por soła la persuasion, siendo sus prego
neros solos doce pescadores , viles á los ojos del mundo, ignoran
tes , destituidos de toda proteccion humana; áun más , obligados á
luchar contra todos los poderes combinados de la tierra .
7. ° En fin , la misma sublimidad y perfeccion de la doctrina
cristiana , evidentemente verdadera en todas sus partes accesibles á
la razon humana , y evidentemente creible en todos sus misterios
sobrenaturales " .
Estos son los hechos que presenta la Iglesia en testimonio de su
origen divino , y como credenciales positivas de su mision sobrena
tural sobre la tierra , á cuantos se acercan á considerar la naturaleza
de su fundacion ; hechos irrefragables, que hacen tan evidente su
divinidad , que es imposible rechazarlos sin una temeridad extrema
ó sin una ceguera espiritual sumamente culpable . Principalmente
esta culpabilidad es más palpable en personas ilustradas , que tienen
bastante cultivada la razon para sentir el peso de la evidencia moral
por ellos producida .
Fundado en estos hechos, decía sábiamente Ricardo de San
Victor hablando con Dios : “ Señor , si erramos en creer los dog
mas de nuestra Religión , en verdad que el error á tí mismo debe
atribuirse ; porque con tan grandes señales y prodigios , y con por
tentos de tal naturaleza los vemos confirmados, que sólo en tí pu
dieron tener su origen ? . „ A estos hechos se refería el profundisimo
filósofo San Agustin cuando, al dar cuenta de los motivos que le
tenían en la Iglesia de Jesucristo , se expresaba con estas palabras :
“ Muchas cosas hay que me tienen con justísima razon en el gremio
de la Iglesia Católica : me tiene el consentimiento de los pueblos y
naciones ; me tiene la autoridad incoada con los milagros, nutrida
con la esperanza , aumentada con la caridad , consolidada con la
antigüedad ; tiéneme la sucesion de los sacerdotes desde el mismo
Pedro apóstol , á quien encomendó despues de su resurreccion el

1 Pueden verse sobre la divinidad del Cristianismo los autores siguientes : Euse
bio César. , Demonst. evang.; Huet, Demonst. evang .; Houtteville , La religion chrét.
prouvée par des faits ; Bullet, Hist. de l'établ. du Christ, tirée des seuls auteurs juifs et
payens ; Duvoisin , Demonst. evang .; Mayer , Specimen defensionis et expositionis histo
riae Jesu Christi ; Jansens , Hermeneutica , tomo ii , pár . 256 , etc.
2 Ricardo de San Victor , lib . i D. Trinit., cap . II .
28 El Catolicismo y la ciencia

Señor sus ovejas para que las apacentase, hasta el Obispo que hoy
nos rige ; tiéneme , en fin , el mismo nombre de católica que lleva
la Iglesia , el cual , no sin causa entre tantas herejías, ella sola ha
logrado poseer ' n
No es , pues , verdadero , sinó ántes bien debe reputarse eviden
temente falso , el que la Iglesia Católica exija un asentimiento ente
ramente ciego é irracional á sus deſiniciones, puesto que da a todos
los que quieran examinarla pruebas inequívocas é irrecusables de su
divinidad , las cuales hacen prudente el acto de entrar en su seno
y de admitir con un asentimiento enteramente firme, como revela
dos por Dios , cuantos dogmas sobrenaturales creen y profesan los
fieles.
Tan distante se halla de ser irracional el acto indicado , que para
emitirlo debe primero constar con certeza el hecho de la revelacion .
¿ Y quién puede llamar irracional el acto de fe sobre un hecho his
tórico de certeza indubitable ? “ Para que el objeto de la fe , escribe
Suarez hablando de esta materia ? , se halle suficientemente pro
puesto á la razon , debe presentársele evidentemente creible , como
dicho por Dios , y por consiguiente infalible y cierto . , “ Aún más,
añade ; no basta para esto que se le presente evidentemente creible,
sinó es necesario que lo vea la razon evidentemente más creible que
cualquier otro objeto ó doctrina á él contraria . „ Es verdad que en
la fe cristiana el entendimiento dice : Creo , porque Dios, verdad
suma y sabiduria infinita , lo ha revelado ; pero antes de este acto
firmísimo y sobrenatural , imperado por el piadoso afecto de la vo
luntad , ha debido preceder otro con que diga el entendimiento : Es
cierto el hecho de la revelacion divina ; y así hay completa evidencia
de que la voluntad puede imperar con prudencia un acto de fe hrmi
simo sobre ella .
Aún más ; el acto de fe, si bien se mira , no lleva por condicion
esencial el que su objeto sea propuesto por la autoridad de la Igle
sia . Si tal acaeciera , admitiríamos los Católicos los dogmas de la
existencia de la Iglesia y de su infalibilidad porque la Iglesia lo define
asi ; porque lo esencial al acto de fe ha de hallarse por fuerza en
todos у cada uno de los actos de esta clase . Mas esto no puede ser,
porque el dogma de la existencia de la Iglesia y el otro de su infa
libilidad no los creemos porque la Iglesia los propone y define.

+ 1 San Agustin , lib . cont. epist. Fundamenti, cap . iv.


2 Suarez. De Fide, disp. 4 , sect . 2 , núms. 4 y 6 .
1

tocante al criterio de la verdad . 29

Jamás la Iglesia ha definido que ella es una sociedad sobrenatural é


infalible en la definicion de los dogmas revelados ; esto lo supone
siempre conocido y cierto entre sus hijos por todos aquellos moti
vos de credibilidad que la presentan á ella misma como verdadera
mente divina , y fundada por Dios para servirles de guía segura é
infalible en el camino de la salvacion . Fundada en esta suposicion
de hallarse así ciertos los fieles de su infalibilidad, y cierta tambien
ella misma del referido dón sobrenatural que la asiste , habla á sus
hijos como maestra infalible , exígeles con justicia la profesion ex
terna de la fe propuesta a los mismos en sus infalibles definiciones,
y amenaza a los refractarios con arrojarlos de su seno como á re
beldes y como á herejes cuantas veces ellos con su rebeldía por
sí mismos se aparten de su comunion , rechazando alguno de los
dogmas del Cristianismo !
Y esto es cabalmente lo que ha hecho la Iglesia en el concilio
Vaticano , de que tanto se ha escandalizado el Sr. Draper por no
haber penetrado bien su mente , confirmando así la doctrina del
mismo Concilio . Éste en sus definiciones se dirigía a sus hijos , es
decir , á los Católicos ; y hablando á Católicos , no podía proceder de
otra manera : debía advertirles que los dogmas definidos por él los
habían de creer sin hacer de ellos un prévio exámen inquisitivo , en
que anduviesen dudosos de su verdad : porque obrando de este
modo , rechazarían por eso mismo , de hecho , el dogma fundamen
tal del Catolicismo sobre la verdad de la Iglesia , y dejarían de ser
fieles de Jesucristo .

I Aliqui negant , escribe el cardenal de Lugo ( tract. De Fide, disp. 1 , sect. 12,
n. 250-251 ) , posse credi sine Ecclesiae propositione... Dico tamen primo , Ecclesiae
propositionem non esse conditionem ex natura rei requisitam ad credendum , sed
sufficere interdum propositionem hominis privati proponentis objectum cum debitis
circumstantiis ut reddatur prudenter credibile . Haec est communis inter recentiores. ,
En la misma seccion escribe lo siguiente ( n . 247 ) : “ Suppono primo non praerequiri
ad credendum audire res fidei ab Ecclesia, ut habente antecedenter auctoritatem infal
libilem in proponendo ex asistentia Spiritus Sancti , et cognoscere in Ecclesia hanc
auctoritatem propter asistentiam Spiritus Sancti , ita eam gubernantis, ut numquam
possit proponere aliquid falsum . , Véase toda esta seccion de Lugo , que es muy im
portante , para entender cómo creen los Cristianos racionalmente los misterios de la
fe. Téngase presente, sin embargo , la proposicion xxi de las condenadas en el Sylla
6
bus, que dice : La Iglesia no tiene potestad para definir dogmáticamente que la
religion de la Iglesia Católica es la única verdadera . , Es de fe que fuera de la Iglesia
Católica no hay salvacion ; y está claro que tanto esta como cualquiera otra verdad
revelada pueden ser objeto de una definicion dogmática.
30 El Catolicismo y la ciencia
Mirado así, como debe mirarse , el criterio de la verdad seguido
por la Religion , ¿ qué le puede oponer el escritor americano para de
cir con razon que entre ella y la ciencia existe un conflicto perpétuo
desde la aparicion del Catolicismo en el mundo ? Nada absolutamen
te : la Religion , en esta parte , enseña lo que la más pura y sana filo
sofía ; y así , es de todo punto imposible que tenga con la ciencia
verdadera colision alguna. El acto de fe del Católico se resuelve, por
razon de los actos prévios que esencialmente requiere , en los mo
tivos de credibilidad ; y éstos , por ser hechos sensibles , y en cuan
to á la sustancia naturales , y sólo sobrenaturales en cuanto al modo
con que son producidos , entran en la esfera propia de la razon hu
mana , la cual los discute y examina para ver , en primer lugar , si
son hechos reales y no fingidos ó aparentes ; en segundo , si son so
brenaturales, esto es , incapaces de ser producidos por las fuerzas de
la materia , y tales , por consiguiente , que arguyan indefectiblemen
te la accion de una causa espiritual suprasensible , á la cual deben
su existencia ; en tercero , finalmente , si además de sobrenaturales
son divinos , esto es , producidos inmediata ó mediatamente por
Dios, de forma que deban ser considerados como una especie de
sello de la Divinidad , que hace fe de ser Dios mismo quien mani
fiesta aquella revelacion ó doctrina , en cuya confirmacion se ejecu
tan . Para lo cual tiene la razon filosófica sus reglas de buena crítica,
que no pueden fallar siendo bien aplicadas ; una de las cuales es que
cuando lo que se da por milagro va evidentemente contra verdades
manifiestas de la sana razon , entonces el hecho maravilloso podrá
ser , si se quiere, real y no fingido , podrá tambien ser sobrenatural
ó suprasensible , pero en ninguna manera será divino , esto es , pro
ducido por Dios ; porque Dios no es autor de la mentira , y en este
caso , si fuese Dios mismo ó un ángel , ministro suyo , quien en nom
bre de Dios produjese aquel efecto sobrenatural dirigido á confir
mar una doctrina evidentemente falsa, Dios seria causa de nuestro
error y testigo de una falsedad, lo cual repugna á su santidad infinita .
Por lo dicho se ve que cuando Draper, para burlarse , bien ne
ciamente por cierto , de la fuerza demostrativa de los milagros, ape
la á las palabras de un escritor árabe que decía : “ Si uno me afirma
que tres son más que diez , y añade en prueba de esto , voy á con
vertir este palo en una serpiente, admiraré su habilidad , pero no
quedaré por esto convencido '; , cuando razona de este modo , repi

J Draper, lug. cit. , cap . ll.


tocante al criterio de la verdad. 31

to , no toca en lo más mínimo la teoría católica sobre el criterio ; lo


que hace es forjarse, á manera del Ingenioso Hidalgo , un monstruo
imaginario , para tener el gusto de partirle por medio de un solo
tajo y arrogarse luego la gloria de ser un vencedor de gigantes. Si
alguien me viene haciendo cosas sobrenaturales , que tiendan á per
suadirme como verdaderas cosas manifiestamente contrarias á mi
razon , como sucede hoy día con los fenómenos espiritistas y como
sucedía en tiempo del paganismo algunas veces con los ídolos ; á
este tal le diré , despues de asegurarme que sus hechos son reales y
suprasensibles, que la causa de los mismos no puede ser Dios, por
que Dios no puede hacer nada para atestiguar cosas que pugnen
con mi razon .
Véase , pues , si el católico usa ó no de un criterio verdaderamente
racional en la adhesion firme que presta á las cosas de la fe, mani
festadas por el órgano infalible de la Iglesia su madre . Para conocer
en particular los dogmas revelados , se sirve , en verdad , de un cri
terio externo á su razon individual, cual es el magisterio de la Igle
sia ; pero antes de abrazar esta Religion , el criterio interno de su
propia razon , el criterio filosófico , ó sea la evidencia de sus juicios
propios y racionales, le ha dicho que el Catolicismo es una religion
verdaderamente revelada por Dios , y que , por lo tanto , tiene es
trechísima obligacion de entrar y perseverar en su seno , creyendo
los sagrados dogmas que el Catolicismo encierra . Ahora bien ; entre
estos dogmas , uno y muy principal es el de la infalibilidad de la
Iglesia en el oficio que ella tiene de enseñar á sus súbditos la doc
trina de Jesucristo y las cosas pertenecientes a la salvacion eterna.
Luego su misma razon natural , ó sea su criterio filosófico interno é
individual, le dice que admita sin examen prévio ejecutado por sí
mismo , lo que la Iglesia infalible le propone como revelado ó
como necesariamente ligado con la revelacion , porque ya sabe de
antemano que lo asi propuesto ha de ser verdadero necesariamente .

El racionalista , y lo mismo sea dicho del protestante , no tiene


por cierta la existencia de semejante dogma , y así queda abando
nado á su propia razon : vive muy contento ciertamente con poder
por esta causa abrazar como verdadero y rechazar como falso lo
que más se le antoje , pero yace miserablemente convertido en víc
tima de sus extravíos y hecho presa por fin del escepticismo des
garrador. Como no le gustan los milagros al racionalista , antes los
cree de todo punto imposibles, así por las ideas absurdas y materia
listas que se ha formado acerca de la naturaleza de Dios y del mun
32 El Catolicismo y la ciencia

do , como por el deseo que tiene de vivir en la tierra entregado á


sus antojos; por esto establece aquella máxima de no creer lo que
no puede comprender , aunque se lo asegure el mismo Dios . Pero
esta máxima es altamente impía , pues parte del principio absurdisi
mo en toda sana filosofía de que no hay verdad alguna superior á
la razon humana , lo cual quiere decir en otros términos que la ra
zon humana es la fuente de toda verdad , única diosa que deben re
conocer los hombres.
Y ciertamente no es otra la doctrina del racionalismo moderno ,
vanamente condecorado por Draper con el honroso nombre de
ciencia ; pues todo él está reducido á un panteismo detestable , pro
ductor de un fatalismo universal , que hace imposibles , tanto los mi
lagros obrados en la naturaleza por la libre voluntad de su autor ,
como la misma libertad humana con la moralidad que le es consi
guiente .
Pero estos absurdos ya quedarán suficientemente combatidos ,
cuando tratemos más adelante de los tres puntos que constituyen el
estudio de la Filosofia , á saber : qué es Dios , qué es el mundo, qué
es el hombre . Por ahora baste el haber evidenciado que el Catoli
cismo y la verdadera ciencia se hallan tan perfectamente acordes
tocante al criterio de la verdad , que es imposible de todo punto que
pueda surgir entre ambos conflicto alguno sobre esta materia ; por
que ambos dicen y enseñan una misma cosa , ni pueden tampoco
enseñar otra diferente siendo la doctrina por ellos enseñada una
doctrina de eterna verdad .
Una cosa , empero , quiero notar antes de concluir este capítulo,
y es que el Sr. Draper , al no admitir los milagros y las profecias
porque los rechaza el espiritu , debe referirse sin duda al espíritu ra
cionalista , enteramente impio y ateo , no al de la verdadera Filoso
fía , que los ha admitido siempre juntamente con la idea de un Dios
personal y distinto del mundo. La idea de que puede hacer Dios mi
lagros está naturalmente grabada en el corazon del hombre, y no se
la arrancarán de él con sus impías doctrinas los ateos de ningun
tiempo , porque ella le es tan necesaria como la misma confianza que
tiene por instinto natural en su Providencia .
A esto añadiré otra observacion , y es que el referido autor re
chaza la infalibilidad del Papa porque en la historia del Pontificado
se figura encontrar ejemplos de todos los errores á que han estado
sujetos los diferentes Pontifices Romanos ; y no sabe el ignorante
que los defensores más acérrimos y más poderosos del galicanismo,
tocante al criterio de la verdad. 33

enemigos declarados de la infalibilidad pontificia , y algo más enten


didos por cierto que Draper en esta materia , no pudieron hallar en
toda la historia de los Papas sinó dos hechos en que se atreviesen
á fijar con alguna especie de razones aparentes su confianza . Estos
hechos son la conducta del papa Liberio en la condenacion del
arrianismo , y la del papa Honorio en la causa de los Monotelitas.
Así es que el conde de Maistre en su tratado Del Papa , en que
pretende defender la doctrina católica relativa a las prerogativas de
los Romanos Pontífices en órden al gobierno de la Iglesia , no se
hace cargo sinó de estos dos argumentos .
El Sr. Draper , sin duda , entendiendo la infalibilidad de un modo
enteramente suyo , y atribuyendo a los Papas errores que propia
mente no les pertenecen , y que cuando más , fueron sostenidos por
algun padre ó doctor católico, personas particulares y falibles cuando
siguen su razon individual ; se ha forjado una multitud de errores
papales que no tienen otro fundamento sinó su ignorante imagina
ción ; si es que en su malicia , ardorosamente materialista y apasio
nada por lo positivo de este mundo , no ha querido ir contra la
verdad , escribiendo con la pluma lo que en su interior no sentía .
Otro tanto se diga de lo que escribe sobre las vergiienzas y los cri
menes hallados por él en las biografias de los Papas .
Se hace ruido con estos palabrones , se hace creer á los cándidos
é ignorantes lectores que los Papas , en efecto , han sido el azote de
la humanidad , y con esto ya se tiene conseguido el proposito de
calumniar á la Religion . La ciencia , sin embargo , es harto más séria
y severa que todo esto , para que preste , no digo asenso , pero ni
siquiera atento oido á semejantes charlatanes , que tienen tan per
vertida la inteligencia como corrompido el corazon .
CAPÍTULO III

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE Á LA IDEA DE DIOS ,

echamos una rápida ojeada por los filósofos de la anti


güedad , hallaremos que muchos de ellos tuvieron ideas
muy pobres y miserables sobre la naturaleza de Dios.
Anaximandro , el primero quizá de los filosofos ateos , no admitió
más que una materia eterna é infinita , incorruptible por una parte y
dotada por otra de un cierto movimiento natural, de donde hacía
tomar origen á ciertas cualidades ó formas sustanciales , que luego ,
merced á los movimientos casuales de la misma materia , perecen

como habían nacido. Leucippo y Demócrito conservaron en el fondo


la doctrina materialista de Anaximandro ; empero juzgaron modifi
carla por aquella parte en que se enseñaba el nacimiento y destruc
cion de las formas sustanciales, apoyándose en aquel su tan grato
principio : Ex nihilo nihil fit, et in nihilum nihil potest reverti. Así
que , quitada toda forma de la especie dicha, no consintieron sinó la
desnuda y escueta materia, diseminada por el espacio infinito en di
ferentes especies de átomos armados de ganchos y puestos en con
tinuo movimiento para formar, al entrechocarse , las diferentes
agrupaciones de moléculas , y con ellas la multitud innumerable de
mundos que ahora pueblan los espacios .
A éstos siguió Straton , al cual no satisfacía completamente la
dicha teoría , porque no encontraba en ella la explicacion del senti
miento y vida que vemos reinar en los hombres , animales y demas
séres vivientes; y así puso la materia dotada de cierta actividad
vital , la cual , colocada en convenientes circunstancias por la casua
lidad de los sucesos , había de tener en unas partes movimiento
puramente mecánico , en otras sentimiento , en otras , finalmente,
inteligencia y conciencia de sus propios actos .
El Catolicismo y la ciencia tocante á la idea de Dios. 35

Mas como esta doctrina , con su origen casual de las cosas , no


explica la regularidad de las acciones que vemos en toda la natura
leza , los Estóicos , admitiendo el principio animador de la materia
excogitado por Straton , le atribuyeron una naturaleza plástica , di
ciendo que en toda esta universidad de cosas visibles se oculta una
cierta fuerza formatriz de los séres con regularidad y armonía , así
como la fuerza interior que se halla en las plantas ejerce sus funcio
nes con regularidad , desarrollándose gradualmente y llevando sus
efectos á una cierta y determinada perfeccion.
Esta fuerza, segun ellos , era inconsciente , desnuda de razon y de
sentido , pero capaz de producir con sus evoluciones ciegas y fatal
mente ejecutadas tal combinacion de partes materiales , que de ellas
resulte , ora el sentido en los brutos , ora la razon y juicio entre los
hombres . Segun esta teoría , Dios no es propiamente un sér , sinó la
fuerza formatriz de los particulares individuos de la naturaleza , y
subsistente en ellos mismos á manera de principio vital inconscien
te , que los anima é informa.
Otro tanto sucede hoy día entre los secuaces de la ciencia mo
derna. Unos , como Proudhon y toda la caterva de filósofos mate
rialistas , proclamando abiertamente el ateismo , dicen con el mayor
descaro que Dios es un mito , que el Dios real y verdadero son las
fuerzas de la materia. Otros , como Espinosa , Schelling , Hegel y
todos los demás panteistas de nuestra época , echándola en sus lu
cubraciones filosóficas de sábios y profundos pensadores , escriben
con el mayor aplomo que el último término de sus investigaciones
científicas ha sido eonvencerse intimamente de que la Filosofia no
hay que buscarla sinó entre los sapientísimos Bracmanes de la
India , donde se profesa la ciencia del Sér universal , del gran Pan ,
que lo abraza todo y lo contiene todo en su insondable seno , del
Dios impersonal , en una palabra , que no es nada y por medio de
la evolucion viene á ser todas las cosas . Otros , como Krause y to
dos los de su escuela , sacan á Dios de las nebulosidades de la im
personalidad inconsciente , y le dan una conciencia de su propio sér
semejante á la nuestra ; pero queriendo juntar en uno la unidad ab
sorbente del panteismo con la multiplicidad variada del materialis
mo , sostienen que la esencia absoluta é ilimitada de Dios recibe en
si todas las esencias finitas, esenciándolas y fundándolas y convir
tiéndolas en meras determinaciones y limitaciones suyas . Por donde ,
rechazando el panteismo como inadmisible , proclaman la doctrina
del panenteismo; segun la cual Dios no es propiamente el mundo ,
30 El Catolicismo y la ciencia

pero el mundo está en Dios como una manera de ser suya , como
una determinacion y limitacion de la divina esencia . Otros , final
mente , como los Deistas , confiesan la existencia de un Dios perso
nal y creador del mundo ; pero le niegan su Providencia , diciendo
que Dios no se mete para nada en el gobierno de sus criaturas, sinó
que á todas las ha abandonado á sí mismas , como si no fueran co
sas suyas , para que cada una haga y obre segun sus fuerzas y corra
la suerte que le depara el acaso .
Así hablan y escriben los que en nuestros días quieren pasar pla
za de sábios y despreciando la Religion de Jesucristo se presentan
ante los humildes mortales como los grandes sacerdotes de la cien
cia . Empero a todos ellos el Concilio Vaticano opone las enseñan
zas siguientes , que hallamos escritas en el capítulo primero de la
Constitucion Dei Filius : “ La Santa , Católica , Apostólica, Romana
Iglesia cree y confiesa que hay un solo Dios vivo y verdadero , Cria
dor y Señor del cielo y de la tierra , omnipotente , eterno , inmenso ,
incomprensible , infinito en su entendimiento , voluntad y toda suerte
de perfeccion : el cual , siendo una sustancia singular , enteramente
simple é inconmutable, debe ser predicado real y esencialmente dis
tinto del mundo , sumamente bienaventurado en sí y por sí , é inefa
blemente excelso sobre todas cuantas cosas hay y pueden ser con
cebidas además de Él . Este solo verdadero Dios con su bondad y
omnipotente virtud , no para aumentar su bienaventuranza, ni para
adquirirla, sinó para manifestar su perfeccion por medio de los bie
nes , que concede á sus criaturas , con libérrimo consejo crió de la
nada en el principio del tiempo tanto la corporal como la espiritual
criatura , esto es , la angélica y la mundana , y además la humana,
comun entre ambas en cierto modo y compuesta de cuerpo y es-
píritu ' . Y todo cuanto crió , Dios lo conserva y gobierna , tocando
del un fin al otro fuertemente y disponiendo todas las cosas suave
mente ? . Porque todas las cosas están desnudas y abiertas á sus
ojos 3 , áun aquellas mismas que han de existir por la libre accion
de las criaturas . 79
Como se ve, entre las doctrinas de la Religion Católica y las de
la ciencia moderna hay una oposicion radical , que no puede ser
mayor ; pero no por eso tienen que espantarse los Católicos , pues la

1 Concil. Lateran . , IV , c. 1 , Firmiter .


2 Sap. , VII , 1.
3 Hebr ., IV , 13 .
tocante á la idea de Dios. 37

ciencia moderna no es lo mismo que la verdadera ciencia . ¿ Qué es


lo que nos dice la verdadera ciencia en órden á la naturaleza divi
na ? Lo mismo que nos enseña la Iglesia en las palabras del Concilio
Vaticano que acabamos de mencionar. ¿ Puede ser verdadera cien
cia la que borra á Dios del número de las verdades filosóficas, ó la
que le convierte en un ser quimérico , cúmulo de todas las contra
dicciones y absurdos , lo cual es lo mismo que destruirle ? No cierta
mente : porque sin Dios no hay ciencia posible ; toda verdad eterna
é inmutable perece, quitado Dios , que es la fuente de toda verdad .
Y sin embargo, eso -hacen los ateos negando la existencia de Dios ;
eso tambien los panteistas , los panenteistas y los deistas, presentán
donos un Dios monstruoso, que no es Dios ni es nada , sino un puro
ente de razon , síntesis de groserísimos errores . ¿ Con qué derecho
pues pueden venir esos autores diciendo que el Catolicismo se halla
en pugna abierta con la ciencia ? “ Dejad en pie la ciencia y no la des
truyais con vuestros absurdos sistemas, les respondemos nosotros ,
ántes que intenteis oponerla al Catolicismo. ,,
Pero digamos algo más en particular sobre cada uno de estos
errores . Y comenzando por el ateismo , ¿ quién no ve que su absur
didad es grandísima y que no tiene su orígen sinó en la pura per
versidad del corazon humano ? La existencia de Dios es tan mani
fiesta, que casi no se necesita discurso alguno para conocerla . " Pre
gunta á las bestias y te lo enseñarán , dice elocuentemente Job ; á las
aves del cielo y te lo dirán . Habla con la tierra y te responderá ; y
te lo referirán los peces del mar. Quién ignora que la mano del
Señor hizo todas estas cosas ?? , Los cielos y la tierra en efecto es
tán proclamando á voz en cuello las glorias de su divino Hacedor; y
se necesita grandísima perversidad de corazon para empeñarse en
no querer oir esta voz, obstinándose en afirmar que todo cuanto en
el mundo vemos con toda su magniſicencia y hermosura es una
simple obra del acaso . Por eso dice con mucha razon San Juan Cri
sóstomo que " el cielo calla, pero con su sola presencia da una voz
más fuerte que la de la trompeta. ,
Esta voz vivisima la siente en sí con grandísima fuerza todo el
linaje humáno , el cual por esta causa ha tenido siempre por unos
monstruos detestables y mirado con una especie de horror á los
Ateos. De aquí es que ni un solo pueblo se ha encontrado ja

1 Job, xn , 7-9.
2 S. Crisost. Homil. , ad popul. Antioch ., n . 2 .
38 El Catolicismo y la ciencia

más en el mundo, en que no aparezca profundamente grabada la


idea de Dios . “ Si viajas por la tierra , decía ya en su tiempo Plutar
co , podrás encontrar ciudades sin muros , sin letras , sin reyes , sin
casas, sin riquezas, sin dinero . Pero una ciudad sin templos , donde
no se ore , ni se ponga por testigo a la divinidad , ni se hagan sacri
ficios , ni se practiquen actos de religion , no la ha visto nadie nun
ca ' „ Y lo que dijo en su tiempo el filósofo griego , lo podemos re
petir ahora con la misma verdad nosotros : no hay pueblo alguno ,
por salvaje que sea y por rezagado que se halle en el camino de la
civilizacion , que no tenga por cierta la existencia de Dios . Muchos
han errado ciertamente sobre su naturaleza , cayendo en las absur
didades del politeismo y teniendo por dioses á viles y bajas criatu
ras ; pero la existencia de la divinidad ha sido siempre y lo será para
todos una cosa enteramente cierta .
¿ Quiénes son , pues, los Ateos para levantarse contra esta voz
universal, perenne y constante de todo el género humano ? ¿ Qué ra
zones tienen para intentar corregir el juicio de la humanidad entera
y apagar el grito espontáneo con que todos los hombres proclaman
la existencia del divino Hacedor ? Ninguna absolutamente ; si no nos
quieren dar por razones los innobles afectos de que está poseído su
corrompido corazon , deseando que no exista Dios para no verse
obligados á temerle y darle algun dia cuenta de su perversa conduc
ta , y para poder vivir en este mundo entregados á sus abominables
apetitos .
Digo más : están ellos ciertos siquiera de lo que con tanta ase
veracion afirman ? : Han llegado á persuadirse de que en efecto Dios
es un puro ente de razon creado por la ignorancia de los hombres ?
No los creais ; aunque tal os aseguren . Ellos , para darse aire de sá
bios y despreocupados , os dirán que no abrigan sobre ello la me
nor duda . Pero otra cosa les queda en su interior ; lo que tienen, sí ,
es deseo de persuadirse que no hay Dios , afan de buscar razones
para convencerse . Mas con todos sus deseos y mentidas razones
no logran , cuando más, sinó alucinarse por un momento ; pasado
el cual, la duda renace de nuevo al instante y les hace sentir palpa
blemente la inutilidad de sus esfuerzos.
Dicen que la ignorancia de las leyes de la naturaleza es la que ha
dado origen á la creencia de los pueblos en la existencia de Dios .
Mas ¿ qué ignorancia es esa , que en todos los hombres del mundo

I Plutarco , Contra Colst . Epicur.


tocante á la idea de Dios. 39

ha producido el mismo efecto ? ¿ Qué ignorancia es esa , que áun des


pues de disipada , sigue todavía engendrando la misma creencia ?
Porque los sabios han estudiado las leyes de la naturaleza ; y su es
tudio , lejos de disipar la tal creencia , la ha confirmado por el con
trario , haciéndoles ver que es una locura no rendirse en esto al gri
to espontáneo de la naturaleza .
En todos tiempos ha habido ciertamente alguno que otro ateo
entre los filósofos. Pero ¿ qué cosa disparatada hay que , como escri
bía Ciceron , no la haya dicho algun filósofo ? La generalidad de los
filósofos, digo más, su totalidad moral siempre ha tenido á los tales
por unos hombres excéntricos , estrafalarios, raros , destituídos de
toda autoridad y enteramente despreciables , porque iban contra la
luz clara y manifiesta de la evidencia .
Añaden que la idea de Dios se debe á la astucia de los primeros
legisladores. Pero ¿ cómo es que todos los legisladores dieron en esa
misma astucia ? ¿ Cómo es que los pueblos todos sin excepcion ha
llaron tan racional su invento , que lo recibieron sin la menor difi
cultad ? ¿ Cómo es que esta invencion se les ha podido meter tan in
timamente en las entrañas, que no hay fuerza alguna capaz de arran
cársela ; pues forma, por decirlo así , parte de la misma naturaleza
humana ? Porque el hombre es naturalmente religioso , y la irreligio
sidad no nace en él sinó con la corrupcion del corazon , con el in
flujo pestilente de los vicios . ¡ Ah ! que los legisladores veían en sus
súbditos grabada la idea de Dios por el mismo Autor de la natu
raleza : у ellos no hicieron más que aprovecharse de ella para dar
sancion á sus leyes : porque veían que la autoridad humana es
enteramente ineficaz é impotente , si no se halla apoyada por la
divina .
Y hé aquí otro argumento irrefragable contra los Ateos , al cual
ninguno puede dejar de rendirse , si no se empeña en ir contra la
más clara evidencia . La idea de Dios es tan necesaria entre los hom
bres , que sin ella no hay órden , ni moralidad , ni derechos , ni de
beres, ni autoridad posible . Suprimid la idea de Dios. ¿ Qué funda
mento dais á vuestras leyes ? ¿ en qué haceis descansar la moralidad ?
de dónde tomais el origen del deberá dónde acudis para dar
apoyo a vuestros derechos ? Todo esto cae ' por el suelo como co
lumna arrancada de su pedestal . Sin el precepto de Dios , que manda
vivir conforme á razon , dictando los superiores leyes justas y útiles
á sus súbditos , obedeciendo éstos religiosamente á sus superiores
en lo que legítimamente mandan , respetando finalmente cada uno
40 El Catolicismo y la ciencia

los derechos de sus semejantes, ¿ quién hay que se halle realmente


obligado á ninguna cosa ?
Sin Dios la moral del hombre es un nombre vano , que no tiene
significacion ninguna verdadera ; los vicios y las virtudes , meros
fantasmas, que se deben desterrar del mundo para no buscar sinó
el placer de los sentidos á la manera de los brutos . Porque ¿ qué
ha de buscar un hombre ateo , que no tiene otro norte ni guía sinó
el egoismo , que no ama ni puede amar sinó los bienes materiales
de la tierra , que nada espera ni teme despues de la presente vida ,
fugaz y pasajera ? Decidle al ateo que atienda á los dictámenes de
la razon , que siga los encantos de la virtud , que haga la guerra con
energia á sus pasiones para hacerse dueño de sí mismo . “ Todo eso
es música celestial ,, os responderá él muy sereno ; “ los dictámenes
de la razon me dicen á mí que goce cuanto pueda en este mundo,
porque solamente en él puedo satisfacer el instinto innato de gozar . ,
“ La virtud y la honestidad , os añadirá , son cosas muy bellas para
pensadas y puestas en el campo de la mera idealidad ; pero no ofre
cen atractivo suficiente para quien sólo ansia felicidad maciza . ,,
“ Las pasiones , os dirá concluyendo su discurso , son la parte más
principal del hombre ; porque ellas le indican qué es lo que debe
buscar para ser feliz: y si necesitan el freno de la razon , este freno
no ha de ser para domarlas y amortiguarlas , sinó para enderezarlas
y darles ordenadamente pábulo , de modo que la razon sea un mero
sirviente suyo y no el amo de la casa que las ponga bajo su juris
diccion y dominio .
Esto os responderá el ateo , y su respuesta no puede ser más
consecuente ; porque para él no puede haber otros bienes reales y
macizos sinó los materiales de esta vida. “ Salid de la idea de un
Dios justo , decía en uno de sus momentos lúcidos el impío Rousseau ,
yo no veo más que injusticia, hipocresía y mentira entre los hombres,
El interés particular , que en la concurrencia le estimula necesaria
mente sobre todas las cosas , enseña á cada uno de ellos á cubrir el
vicio con la máscara de la virtud . Que todos los hombres labren
mi dicha á sus expensas , que todo sea para mí solo , que el género
humano muera , si es preciso , en el dolor y en la miseria para evi
tarme un momento de disgusto ó de hambre . Tal es el lenguaje
interior de todo incrédulo , cuando piensa . Sí , yo lo sostendré toda
W
mi vida : el que dice en su corazon : no hay Dios „ y habla de otro
modo ; no es sinó un embustero ó un insensato . Y Voltaire : « EI
ateo , escribe , falso , ingrato , calumniador , ladron , sanguinario , ra
tocante á la idea de Dios . 41

zona y obra consecuentemente , si está seguro de la impunidad por


parte de los hombres . Porque , no creyendo en Dios , este monstruo
es él mismo su Dios : así inmola á su propia persona todo lo que le
sirve de obstáculo 1 . Y en otra parte : “ Yo no quisiera , añade,
tener cuestion con un principe ateo , que tuviese interés en hacerme
machacar en un mortero ; porque estoy bien seguro que sería ma
chacado . No querría , si fuera soberano , tener cuestiones con ateos
cortesanos cuyo interés fuese envenenarme ; porque me sería preciso
estar haciendo todos los días uso del contraveneno . Es, pues, abso
lutamente necesario para los principes y para los pueblos , que la
idea de un sér supremo , criador y gobernador , remunerador y ven
gador, esté profundamente grabada en los ánimos ? . »
Sin esta idea , en efecto , la sociedad no es sinó un rebaño de
fieras, que se disputan hambrientas la misma presa , que no buscan
sinó su propio bien , que no se recatan finalmente de hacer el mal y
de dañar á sus semejantes sinó contenidas por la fuerza brutal del
más poderoso y valiente. Digo más : los individuos de una sociedad
atea deben ser aún peores que ſieras; porque , poniendo su razon al
servicio de las pasiones , harán con ella muchos más estragos en la
república que el que pueden hacer las fieras guiadas por sus natura
les instintos .

Vése , pues , con toda evidencia que es absolutamente necesario


admitir la existencia de Dios : porque sin Dios no puede en manera
alguna subsistir el orden moral, y sin órden moral no hay sociedad
humana posible , la cual , sin embargo , es natural al hombre .
Y si del órden moral pasamos al fisico, vendremos á las mismas
consecuencias . Porque , como podemos concebir este magnífico
orden del mundo , que llena de admiración á quien lo contempla ,
sin una inteligencia sapientísima y poderosisima que lo haya ideado
y producido ? Vanamente recurren los ateos al acaso para expli
carlo , diciendo que ha podido tener su origen en el casual concurso
de los átomos . ¡ Como puede la casualidad , fuerza ciega y destituída
de toda intencion anticipada , producir efectos tan maravillosos , que
superan con mucho la maravillosidad de cuantos puede producir el
hombre con toda su inteligencia ? Aún más : para sólo entender ple
namente el admirable artificio , que reina en el más mínimo de los
séres naturales, en un mosquito, por ejemplo, se necesita una inteli

1 Voltaire , Homilie sur l'Atheisme.


Voltaire , Diction . philos., art , Atheisme.

1
42 El Catolicismo y la ciencia

gencia penetrante ayudada de un estudio profundísimo; y para pro


ducir el mundo entero con toda su multitud innumerable de mara
villas estupendas , i no será necesaria inteligencia alguna ? En verdad
que para proferir tamaño absurdo se necesita estar muy obstinado
en el error y empeñarse en querer palpar espesisimas tinieblas en
plena luz del medio día. ¿ Y quién ha dado al hombre la inteligen
cia y la libertad , si todo cuanto hay en el mundo es obra del ciego
acaso ?
Pero no discutamos más esta materia ; que ha de ser despues
tratada más largamente, cuando hablemos del mundo . Vengamos
al órden metafísico , el cual tambien , lo mismo que el físico y el
moral, nos dice á grandes voces que es preciso admitir la existen
cia de Dios y que el ateismo es un absurdo evidente á todas luces .
Y principiando por las ideas puras , de dónde vienen la universa
lidad , la inmovilidad y la eternidad de que se presentan siempre
adornadas estas ideas á todos los hombres ? Desde que el mundo es
mundo , digo más , desde toda la eternidad ha sido siempre verda
dero , y lo será perpétuamente , que el sér repugna al no sér , que el
bien no puede estar en armonía con el mal , ni la virtud con el vicio ;
que nada puede existir sin razon suficiente y ningun efecto sin su
causa proporcionada , y así otras mil cosas á este tenor . ¿ Quién da
la inmovilidad y perennidad á estas verdades universales en medio
de la variacion y mudanzas continuas á que están sujetas las cosas
todas de este mundo sensible ? Cavilese cuanto se quiera ; la causa
de esto no la encontraremos sinó en que existe una Razon univer
sal , inmutable y eterna , fuente perenne de toda verdad , asiento
inmoble de todos los ideales , segun los cuales han sido modeladas
todas las cosas criadas , inmenso foco de donde parten los rayos que
vienen á iluminar nuestras débiles inteligencias. La verdad absoluta
está muy por encima de nuestra flaca razon , á ella deben rendirse
y ajustarse todas las inteligencias finitas como á un sér superior suyo
que las avasalla y las hace felices con la presencia de su soberana
lumbre . La verdad , por tanto , no puede ser hija de inteligencia al
guna limitada y variable , sinó que debe tener su asiento en una in
teligencia infinita , inmoble y perpétua , que abrace dentro de la in
conmensurabilidad de su esencia una é ilimitada , de una manera
purísima y perfectísima , la variada multiplicidad de las esencias fini
tas. Esta inteligencia es la divina ; á ella se refería con razon el gran
filósofo de Hipona , cuando decía : “ Si ambos vemos que es verdad
lo que tú dices , y asimismo que es verdad lo que yo digo , ¿ dónde ,
tocante á la idea de Dios. 43

dí , vemos esto ? Ni yo en tí , ni tú en mí , sino ambos en aquella in


conmutable verdad , que está sobre nuestras inteligencias ' . ,
Pero vengamos á otro género de ideas metafísicas, que con razon
podemos llamar mixtas ; porque no pertenecen al órden ideal puro ,
sinó que participan algo del físico y concreto , que nos suministran
las cosas criadas . En todas las sustancias de este mundo sensible
vemos algunas propiedades cuya consideracion pertenece a la Metafi
sica , á saber : su dependencia de otro en el existir, su mutabilidad en
los modos de ser, su condicionabilidad en su existencia y en sus
operaciones. Todos los séres de este mundo visible son producidos
por otro ; cada uno de ellos existe , porque ha recibido de otro la
existencia. Esto lo conocemos por la misma experiencia ; no hay sér
en la tierra que no tenga recibida la existencia de otro sér ; y esto
acaece tambien à la tierra misma , razon por la cual se fatigan tanto
los geólogos en indagar su manera de formacion. Lo que decimos
de la tierra , lo podemos afirmar de todos los demás cuerpos celes
tes y de los seres que en ellos habitan . ¿ Quién ha dado á estos seres
la existencia ? Algun sér , cuya existencia dependa á su vez de otro ?
En tal caso con respecto á este sér haríamos la misma pregunta ; y
así no pararemos hasta que demos con un ser que no haya recibido
su existencia de nadie , que exista en virtud de su existencia propia ,
que sea , por consiguiente , el Sér Supremo, la causa de todas las
causas , la causa primera , el Sér absolutísimo, actualísimo y perfec
tísimo , de quien todo sér finito recibe su perfeccion particular y á
quien nadie puede dar perfeccion alguna , porque él es la fuente de -
toda perfeccion , en una palabra , la Divinidad. Y henos aquí con
ducidos por este nuevo camino al conocimiento de la existencia de
Dios ; las propiedades metafísicas de los séres criados nos llevan in
faliblemente á Dios , lo mismo que las demás cosas finitas que hemos
considerado en los argumentos precedentes; y así es purísima ver
dad que todo cuanto nos rodea en este mundo nos anuncia á gran
des voces la existencia del divino Hacedor . ¿ Qué tiene que oponer
el ateo á este invencible razonamiento ? ¿ Recurrirá á la série infinita
de séres producidos por otro ? Esta misma série no es concebible
sin un sér no producido por nadie , del cual haya recibido la exis
tencia ; porque la série entera es un sér condicional , dependiente de
otro en el existir, é incapaz , por lo tanto , de darse á sí mismo la
existencia. Pero, ¿ para qué detenernos tanto en una cosa tan mani

1 San Agustin , Confession ., lib. xii , cap . xxv .


44 El Catolicismo y la ciencia

fiesta ? No fomentemos con nuestros argumentos la necia vanidad


del ateo ; que se cree algo porque ve que se le refuta ; y no pára con
esto mientes en la futilidad de los suyos propios 1. Pasemos á decir
dos palabras sobre sus compañeros los Panteistas .
Estos admiten la existencia de un sér absolutamente necesario ,
que apellidan con los nombres de Absoluto , Incondicional, Dios, etc. ,
pretendiendo así separarse de los Ateos . Pero, logran acaso conse
guir esta separacion ? No : su intento es absolutamente vano ; por
que en realidad el panteismo no es sino un ateismo disfrazado. Los
panteistas hablan de Dios ; pero el dios por ellos proclamado no es
en realidad sinó la colectividad de los seres finitos, existente por si
misma y en virtud de su propia esencia ; y esa colectividad es la
única que admite el ateo , cuando niega la existencia del divino Ha
cedor . Abranse los libros de los Panteistas , examinense las obras de
Espinosa , de Schelling, de Hegel , y de cuantos han opinado como
ellos ; y se verá claramente que su Dios no tiene de tal sinó el nom
bre , y que en todo lo demás se diferencia radicalmente del Dios real
y verdadero . No nos detendremos ahora en refutar largamente el
panteismo ; porque esta materia la dejamos para cuando tratemos
de la naturaleza del mundo . Pero bastan algunas sencillas reflexio
nes para hacer ver con toda claridad que los Panteistas , lejos de
presentarnos una idea de Dios tal cual es en sí , lo desfiguran por el
contrario horriblemente no dejando de él sinó el solo nombre . En
efecto : el Dios real y verdadero es un sér enteramente simple , in
finito en su perfeccion , incapaz de recibir ni de perder perfeccion
alguna, absolutamente inmutable tanto en el modo de sér como en
el sér mismo ; pues todos estos atributos corresponden al primer Sér,
al Sér por excelencia , al que todo lo tiene en virtud de su esencia
propia, al que todo el género humano define diciendo que es lo me
jor y más perfecto que podemos decir y pensar. Los Panteistas, por
el contrario , hacen á Dios verdaderamente compuesto de diversas
partes ; ponen en él toda la multitud de límites é imperfecciones,
que vemos en las sustancias finitas; le convierten en un sér pura
mente potencial , que necesita ir siempre desarrollándose y perfec
cionándose á manera de pobre y miserable criatura ; lo sujetan final
mente á una serie de continuas transformaciones , como si fuera la
variacion misma . El Dios real y verdadero es santo por esencia y

| De esta materia hablaremos despues más largamente , cuando tratemos sobre el


origen del mundo.
tocante á la idea de Dios. 45

aborrece toda inmoralidad , todo vicio ; porque nada hay más digno
y que más propiamente convenga á la Divinidad que el amor á la
virtud y el ódio y detestacion del vicio ; es libre ademas en la pro
duccion de sus criaturas, porque él se basta á sí propio y no tiene
necesidad de ninguna cosa distinta de él mismo para ser feliz у di
choso . Mas los panteistas lo encenagan con todas las inmundicias
de los vicios , haciendo que todos ellos queden divinizados , por ser
la misma sustancia divina la que produce y quiere tanto los actos
deshonestos como los honestos ; y por lo que toca á la libertad , la
borran de Dios completamente, convirtiéndolo en una especie de
máquina, que obra siempre arrebatado de un irresistible impulso , sin
poder dejar de hacer en cada momento cuanto en aquel mismo
momento ejecuta. El Dios real y verdadero , finalmente , es funda
mento de la moralidad y del derecho , fuente primaria de toda obli
gacion , remunerador de los buenos y castigador de los malos , por
que todas estas cosas deben afirmarse de aquel sumo Sér, que es
principio y fin de todos los seres . Mas con el Dios de los panteistas
toda moralidad desaparece , no hay derechos , ni deberes , ni leyes ,
ni castigos de ningun género ; porque todo absolutamente , sin ex
cepcion alguna, queda sujeto al horrible y desolador fatalismo , que
hace imposible la libertad en todas partes . Véase , pues , si tenemos
razon para afirmar que los panteistas no logran separarse con sus
sistemas de los Ateos ; porque en realidad el panteismo no es sinó
un verdadero ateismo disfrazado .
¿ Y qué decir de los Panenteistas ? Los Krausistas con su panen
teismo piensan , ó á lo menos afirman , que están libres de todo
cuanto acabamos de escribir contra los Panteistas . Pero semejante
afirmacion es puramente vana ; porque el sistema de Krause es tan
panteista como el de Espinosa ó el de cualquier otro partidario del
trascendentalismo germánico. A Krause le podemos oponer lo
mismo que en boca del filósofo romano ' oponía Velleyo á Platon,
burlándose de su doctrina relativa á la naturaleza de Dios , doctrina
por la cuai había convertido Platon á Dios en alma del mundo , y
había hecho de la mente divina y de la materia un solo y único
sér ( Koguos ) , lo que nosotros llamamos mundo. Como Velieyo ri
diculizaba la tal doctrina diciendo que , segun ella , Dios sería redon
do , y que mientras tenía unos miembros ardiendo , los otros estarian
helados de frío , así tambien del krausismo nos es lícito á nosotros

1 Lib. 1 , De Natura Deorum .


cismo
46 El Catoli y la ciencia

afirmar que pone un Dios maquinador de conspiraciones con los re


volucionarios , y castigador furioso de las mismas con los gobernan
tes , fornicador con los deshonestos al mismo tiempo que ama ar
dientemente la castidad con los limpios y puros ; y finalmente , obra
dor de todas cuantas contradicciones podemos imaginar en el vasto
campo de los séres quiméricos y absurdos.
Ciertamente, aquello de no admitir en el orden de la realidad otra
cosa real y positiva sinó la divina esencia , aquello de hacer á la
esencia absoluta de Dios esencia de todas las esencias , fundamento
de todo lo real , y sujeto donde todo lo finito descansa á manera de
modificacion y modo de ser suyo , y para poner un ejemplo , como
descansa en mi inteligencia el pensamiento de ella emanado , es
panteismo tan puro y neto como puede serlo el de Hegel y Espinosa .
En vano los Krausistas , para librarse de esta infamante nota de
panteismo, han dicho que ellos no son panteistas , sinó panenteis
tas , poniendo todo lo finito en Dios , pero no confundiéndolo con
Él. En vano tambien Sanz del Río en España , y Thiberghien en
Bélgica , al hacerse propagadores de este sistema , han querido pur
garlo de esta inmunda mancha , diciendo en el capítulo que ambos
ponen sobre la relacion del mundo con Dios, que el mundo no es
Dios ni parte integrante de su divino sér , porque Dios está sobre
todo lo finito , como el espacio sobre cuantas figuras limitadas se
quieran en el trazar . En vano , en fin , para distinguirse de Espinosa
ha dicho el autor de la Metafísica ideal, Sanz del Río , que el filó
sofo holandés no admitía sinó una sola sustancia , mientras que Krau
se establece innumerables , atribuyendo este carácter á todos y á
cada uno de los séres finitos. Semejantes escapatorias son de ningun
valor ante los ojos de la sana Filosofía , y no parecen tener otro ob
jeto que deslumbrar á los poco advertidos , para hacerles caer en el
lazo del error con mayor facilidad .
Ningun panteista ha dicho jamás con palabras tan crudas y des
embozadas que Dios es el mundo , y nada más que el mundo; ántes
al contrario , han procurado todos ellos envolver su ponzoña en
teorías más ó ménos fascinadoras, que le sirviesen de atractivo y la
hiciesen tragar á sus lectores sin sentirla .
Cuando los Krausistas afirman que el mundo está en Dios, y que ,
por consiguiente , ellos no son panteistas , sinó panenteistas ; dirían
una verdad , si con aquella partícula en quisieran significar la rela
cion de dependencia real y verdadera, que tiene el mundo de Dios ,
no menos en cuanto a su conservacion y al ejercicio de su actividad
tocante á la idea de Dios. 47

propia , que en cuanto al principio de su sér ; relacion , digo , de sier


vo á señor , del artefacto al artífice, y que , para valerme de un
ejemplo manual , se asemeja á la que tiene el baston con respecto
al dueño que lo hizo , siendo en verdad una propiedad suya, tenien
do en sí la forma que de él ha recibido , y hallándose en sus manos
y á su disposicion para que haga de él y de sus cualidades naturales
el uso que mejor le pareciere.
En este sentido , altamente filosófico y verdadero , tambien el
Catolicismo enseña que el mundo está en Dios , sirviéndose de aque
llas palabras de San Pablo : In ipso enim vivimus , et movemur , et su
mus ! . Omnia per ipsum et in ipso creata sunt, et ipse est ante omn
nes , et omnia in ipso constant 2. Mas no es ésta la relacion que los
Krausistas intentan expresar por medio de la referida partícula, sinó
otra muy diferente ; la cual hace al mundo de la misnia naturaleza
de Dios , convirtiéndole en propiedad suya , al modo que mi pensa
miento es propiedad de mi inteligencia , de donde emana y en donde
existe como en su propio sujeto y como uno de sus particulares mo
dos de ser. En esta relacion precisamente consiste el panteismo . Por
ella el mundo no es Dios , como ni mi pensamiento tampoco es mi
sér , pero es un modo de ser de Dios , como mi pensamiento es un
modo de ser mío , identificado conmigo mismo .
Esto y no otra cosa es lo que intentaba manifestar Espinosa,
cuando negaba la pluralidad de sustancias y sostenía que no hay sinó
una sola con diferentes atributos . El , en efecto . decía que Dios es
un Sér , cuyos dos únicos atributos primarios son el espíritu y la ex
tension , ambos infinitos en su propia linea , y por consiguiente infi
nitos de segundo órden , puesto que infinito simplemente dicho , y
por todas partes tal , no existe ni puede existir otro que la sustan
cia divina , la cual los abraza á entrambos. Estos atributos, por ra
zon de su infinidad peculiar, son , cada uno en su propia línea, el
sujeto de todos los particulares espíritus y particulares cuerpos que
existen ; los cuales a su vez , por existir en el espíritu y en la exten
sion ilimitados , son verdaderos atributos suyos , y en consecuencia
atributos tambien secundarios de la sustancia divina . Finalmente ,
cada uno de los particulares espiritus y cuerpos es sujeto de los in
finitos estados que pueden tener , y tienen en efecto , con el progre
sivo desarrollo de su peculiar actividad , siendo por lo mismo los

1 Act ., cap. xvii , vers. 28.


2 Colos ., cap. 1 , vers. 16-17 .
cismo a
48 El Catoli y la cienci

tales estados atributos propios de estos espiritus y cuerpos particu


lares , y atributos tambien terciarios de la sustancia divina .
Como se ve , Espinosa no niega que haya pluralidad de sustancias ,
porque solo la sustancia divina sea sujeto y fundamento de las pro
piedades que de ella emanan y que en ella existen ; pues concede
esta misma facultad de ser sujeto de sus propias emanaciones, no
sólo á sus dos atributos primarios , el espíritu y la extension , sinó
tambien á las dos clases de atributos secundarios, ó sea á los dife
rentes cuerpos y espíritus particulares , que pueblan el universo . La
verdadera causa de negar esta pluralidad la toma de que sólo la
sustancia divina es sujeto de propiedades ó atributos , sin ser ella á
su vez atributo ó propiedad de otra cosa más alta , en la cual radi
que y se halle fundada como en su propio sujeto, que es precisa
mente la propia nocion de sustancia .
Admitido esto , juntamente con la doctrina por él establecida de
ser el espíritu y la extension modos de ser de la sustancia divina , y
los espíritus y cuerpos finitos modos de ser del Espíritu infinito y de
la extension ilimitada , así como las acciones particulares de los
cuerpos y espíritus finitos se consideran como modos de ser de estos
mismos cuerpos y espíritus ; no tendría dificultad Espinosa en ad
mitir pluralidad de sustancias , con tal que se llamasen de segundo
y de tercer órden . Así , á la sustancia divina la llamaría sustancia
de primer orden y propiamente dicha , porque está en sí misma y
no tiene un sujeto que le sirva de fundamento. A los dos atributos
espíritu y extension los llamaría sustancias de segundo órden ; porque,
mientras están debajo de los espíritus y cuerpos particulares, que
son modos de ser suyos , ellos a su vez existen en la sustancia di
vina , constituyendo su propio modo de ser. A los espiritus finitos y
á los cuerpos determinados les daría el calificativo de sustancias de
tercer órden ; porque sustentan á sus propias modalidades , al paso
que son ellos mismos sustentados por las sustancias de segundo
órden . A las modalidades de los espíritus finos y de los cuerpos
particulares no les podría dar el epíteto de sustancias; porque ellas
no sustentan á otras modalidades, sinó son puramente sustentadas,
así como la sustancia divina es puramente sustentante.
¿ En qué , pues , se diferencia el sistema de Krause del de Espinosa,
cuando aquél , llamando fundamento y causa , y tambien esencia , á
lo que éste llama sustancia , dice que no hay más que una sola
esencia absoluta , de la cual son modificaciones y determinaciones
todas las esencias relativas, como el modo lo es de la sustancia á

1
tocante á la idea de Dios. 49

que está unido , y con la cual forma un solo y único sér ? ¿ Por ven
tura no diría Espinosa, como Krause , que el espíritu no es Dios,
sinó que está en Dios como la propiedad ó atributo en su sustancia,
como lo fundado en el fundamento, y que cuanto se dice del espí
ritu ha de entenderse de la extension ó naturaleza y de la síntesis de
entrambos, ó sea de la humanidad ? ¿ No diría , lo mismo que Krause,
que mi yo no es Dios , sinó una propiedad de la humanidad , y por
consiguiente tambien de Dios , pudiendo por lo tanto concluir con
toda verdad que una accion mia , por ejemplo, es la última modalidad
de Dios , el último estado con que la Esencia absoluta se determina
en el sentido de una particular determinacion suya , llamada mi yo,
mi propia personalidad ?
Por eso Krause y sus discípulos , lo propio que Espinosa , rechazan
con todas sus fuerzas la idea católica de la creacion , ó bien de pro
duccion ex nihilo sui et subjecti , y establecen como único género de
causalidad posible la emanacion panteística , que deja á la cosa ema
nada formando un solo y único sér con el principio emanante ; y
proclaman como axioma de filosofía el tan amado principio de los
ateos y panteistas : Ex nihilo nihil fit, et ad nihilum nihil potest
reverti. Por eso dice Sanz del Rio en su Metafisica ideal que si
fuera cierto pertenecer á la esencia de nuestra alma el estado de
continua sucesion de sus actos , llamado vida , podríamos concluir
a priori que la vida de nuestra alma existe siempre desde la eter
nidad y existirá perpétuamente , porque las esencias son una ema
nacion de Dios , tan eterna y necesaria como el mismo Dios. Por
eso afirma tambien Thiberghien , otro discípulo de Krause , que el
mundo es tan eterno y tan necesario como el mismo Dios , y que
tanta imposibilidad se encuentra en que viva Dios sin el mundo ,
como en que exista el mundo sin Dios ; porque el mundo pertenece
á la esencia de Dios , y es de todo punto imposible que un sér exista
sin la esencia que le constituye . Por eso asegura Sanz del Rio que
todo sér, incluso el hombre y áun el mismo Dios , realiza indefec
tiblemente en cada momento aquella porcion de su esencia , que sólo
en aquel determinado momento es realizable ó factible, estable
ciendo de esta manera el fatalismo más completo , propio del siste
ma de la emanacion panteística , y no concediendo á Dios y á la
voluntad humana sinó una libertad de nombre , colocada en realizar
con espontaneidad en cada momento lo que en aquel determinado
momento le es únicamente realizable , como que aquello se halla
únicamente contenido en el estado próximo anterior. Por eso ...
4
1
50 El Catolicismo y la ciencia

¿ pero para qué fatigarnos en demostrar una cosa que se está mani
festando por sí misma , cuando el krausismo nos dice que una sola
y una misma es la esencia de Dios y de todas las demás cosas?
Sustancia y esencia no son dos cosas realmente distintas , sinó una
sola , mirada por nuestro entendimiento de dos diferentes lados. Si
pues una misma es la esencia de Dios y de todas las demás cosas,
una misma será tambien la sustancia.
Y así , en efecto , el concilio Vaticano con el mismo rayo hiere
al espinosismo y al krausismo , escribiendo en el cánon 3 , De Deo
rerum omnium creatore : “ Si alguno dijere que una sola y misma es
la sustancia ó esencia de Dios y de todas las cosas , sea anatemati
zado . ,
Mas vengamos ya por fin á los Deistas. Estos señores se forjan
allá en su fantasía un Dios muy particular, que nada tiene de tal
sinó el haber dado la existencia á sus criaturas ; un Dios á lo mo
derno , que reina y no gobierna , que acabada su obra criadora no
hace sinó pasearse y divertirse allá en las alturas , sin tener nada
que ver con sus súbditos , como suelen hacer acá en la tierra los re
yes constitucionales ; un Dios que ha dado la existencia al mundo y
luego le ha abandonado á su propia suerte, sin cuidarse ya más de
él , como suelen hacer las madres descastadas , que dejan desampa
rados á sus hijos despues de haberlos sacado de sus entrañas ; un
Dios , finalmente, á quien tanto le importa que sus criaturas sean
infelices como dichosas , que sigan ardorosas la belleza de la virtud
como que corran desaladas tras las torpezas é inmundicias del vicio .
¿ Es este el Dios real y verdadero , el Dios que reconoce y aprueba
la razon , el Dios que confiesa y alaba , llevado del impulso de la
misma naturaleza , el género humano ? Basta hacer la pregunta para
ver en ella la respuesta : el Dios real y verdadero dista tanto del de
los Deistas como la luz de las tinieblas . Los Deistas podrán idearse,
si así les place , un Dios á su gusto , que les deje obrar en este mun
do como se les antoje , sin temor de experimentar ni en esta vida ni
en la otra los rigores de su justicia. Pero el Dios real y verdadero,,
el que reconoce la sana razon y proclama á una voz el género hu
mano , no se contentará con dar el sér á sus criaturas y conservar
selo ; sinó que cuidará además, como provido padre , de gobernar
las y conducirlas sábiamente, segun la condicion y naturaleza de
cada una , á sus propios fines. Lejos de mostrarse indiferente al bien
y al mal , á la virtud y al vicio , prohibirá severamente todo pecado
y encargará la guarda de sus mandamientos , castigando con graves
tocante á la idea de Dios. 51

penas á los infractores de su santísima ley y remunerando con premios


dignos de su largueza á los que con diligencia le sirven . ¿ Dónde es
tarían la santidad de Dios , su justicia, su sabiduría , su prudencia,
si no obrase de esta suerte ? ¿ Hemos de hacer á Dios ménos hones
to y prudente en el gobierno del mundo que lo es un padre de me
diana virtud y prudencia en el gobierno de su familia ? ¿ Hemos de
negar á Dios la perfeccion que advertimos en una pobre avecilla al
verla fatigarse por sus polluelos ? Un Dios sin providencia y sin cui
dado alguno de remunerar la virtud y de castigar el vicio es un dios
de palo, que ni oye , ni ve , ni sirve para nada bueno , y sí solamen
te para dejar tranquilos á los malvados , que sólo tratan de regoci
jarse en esta vida , atropellando siempre que se les antoja á los ino
centes . El Dios real y verdadero ha de ser, no sólo criador, sino tam
bien conservador y gobernador de todas las cosas , conduciéndolas
á sus fines y dando a los hombres al fin de su vida su merecido .
Aquí , en este lugar de prueba y de merecimiento , podrá permitir
que cada uno use como guste de su libre albedrío , y que los malos
en fuerza de este mismo uso persigan y ejerciten por algun tiempo
á los buenos , lo cual al fin no será para éstos sinó ocasion de ma
yor corona . Pero pensar que á unos y á otros ha de dejar para
siempre sin ejercer con ellos su soberana justicia , es verdaderamen
te una locura.
Concluyamos, pues , diciendo que la idea verdadera de la divini
dad no se encuentra en la ciencia moderna, sinó en el Catolicismo ; y
que si entre éste y aquella hay verdadera oposicion en orden a la
naturaleza divina, esto , lejos de humillar, ensalza y engrandece á la
Religion de Jesucristo ; porque la ciencia moderna no ha proferido
sobre la naturaleza de Dios sinó solemnísimos disparates.

4
CAPÍTULO IV

VANAS CAVILACIONES DE DRAPER SOBRE LA DOCTRINA


DEL CAPÍTULO PRECEDENTE .

o que dejamos expuesto en el capítulo anterior demuestra


hasta la última evidencia la absoluta imposibilidad de que
L.
exista conflicto alguno entre la religion verdadera , cual es
el Catolicismo, y la verdadera ciencia , en órden á la naturaleza di
vina ; puesto que la idea de Dios dada por aquella es la más alta y
sublime idea , que puede adquirir esta con todo el trabajo de su na
tural discurso . Conoció esto muy bien Draper en el último capítulo
de su obra al ponerse ante los ojos la idea majestuosa de Dios , pre
sentada por el concilio Vaticano . Por eso , sin saber qué hacerse en
presencia de un argumento tan evidentemente contrario á sus gra
tuitas afirmaciones, acudió á un muy pobre recurso, que al fin no le
ha servido sinó para poner en claro su crasa ignorancia áun en el
ramo de las cosas históricas , donde parece haber colocado su fuerte.
Dícenos el pretendido crítico que tal idea la había tomado el Ca
tolicismo de la filosofía, y que el Dios del concilio Vaticano no es
el Dios de la Edad Media , sino el Dios de la filosofía , posterior á
ella . “ Otra contradiccion característica de la Constitucion dogmáti
ca , escribe , es el homenaje forzado que rinde á la inteligencia hu
mana . Define las bases filosóficas del Catolicismo, pero vela los ras
gos desagradables á la razon de la fe popular . Habla de los atributos
de Dios, el criador de todas las cosas, en términos que corresponden
á una concepcion sublime; pero se abstiene de hablar del Dios Eter
no , nacido de una mujer y de la esposa del carpintero, convertida
en reina de los cielos . El Dios que ella pinta no es el Dios de la
Edad Media , sentado en su trono de oro rodeado de coros de ángeles,
sinó el Dios de la filosofía. La Constitucion nada dice de la Trinidad,
Vanas cavilaciones de Draper , etc. 53

nada del culto a la Virgen María , que virtualmente se encuentra en


ella condenado ; nada de la transubstanciacion ; nada de la invoca
cion á los Santos . Este acto lleva en todas sus páginas el sello
del pensamiento del siglo , la marca del progreso intelectual del
hombre ' . ,

Hasta aquí el autor de Los conflictos entre la religion y la ciencia ;


el cual ha mostrado bien en este lugar su crasa ignorancia , como
decíamos , y su poca maña para ocultarla . Hubiera evacuado la cita
del concilio Lateranense IV, celebrado en plena Edad Media ?, indi
cada allí por el mismo concilio Vaticano al describir en breves ras
gos la naturaleza de Dios y darnos de él la idea que el mismo Dra
per apellida sublime; y se habría evitado el bochorno de soltar la
tan evidente falsedad de que el Dios del concilio Vaticano no es el
Dios de la Edad Media , sinó el Dios de la filosofia. Oiga lo que
nos dice el concilio Lateranense IV en el capítulo Firmiter á que
nos remite el Vaticano en su capítulo I de la Constitucion dogmáti
ca De Fide, donde trata de Dios, criador de todas las cosas . “ Fir
memente creemos y sencillamente confesamos , dicen los Padres del
concilio Lateranense citado, que no hay sinó un solo Dios verdade
ro , eterno , inmenso é inconmutable , incomprensible , omnipotente
é inefable , Padre , Hijo y Espíritu Santo . Hay ciertamente en Él
tres personas, pero una sola esencia , sustancia ó naturaleza absolu
tamente simple. El Padre no procede de nadie , el Hijo de sólo el
Padre , el Espiritu Santo de entrambos juntamente , sin principio
siempre y sin fin ; el Padre es engendrante , el Hijo engendrado , el
Espíritu Santo procedente ; los "res son consubstanciales y coecua
les , coomnipotentes y coeternos , un solo principio de todas las
cosas, un solo Criador de las cosas visibles é invisibles , de las espi
rituales y corporales ; quien con su omnipotente virtud creó de la
nada juntamente en el principio del tiempo una y otra criatura , á
saber : la angélica y la mundana , y además la humana , como parti
cipante de entrambas , compuesta de espíritu y de cuerpo . ,
¿ Es otra acaso la idea de la Divinidad dada en la Edad Media por
el concilio Lateranense IV , que la dada en nuestros tiempos por el

1 Draper en el capítulo último de su obra anteriormente citada.


2 El concilio Lateranense IV fué celebrado el año 1215 : en el fueron condenados,
entre otros , los errores de los albigenses, los atribuidos al abad Joaquin y los de Al
marico , Llamó á los de este último más una locura que herejía ; y adviertase que el
fundamental de todos los de este novador era el panteismo profesado hoy dia por los
Racionalistas; Almarico no iba en zaga á los Panteistas de nuestros tiempos,
54 Vanas cavilaciones de Draper

concilio Vaticano ? ¿ No son , al contrario , unos mismos los términos


con que se expresan uno y otro Concilio, de suerte que se puede
decir con verdad haber copiado el Vaticano del Lateranense sus pa
labras ? Pero la Constitucion dogmática de aquél , replica Draper,
nada dice de la Trinidad. Nada dice , en verdad , sobre este asunto ;
y la razon de ello es bien clara para quien tenga presente el propó
sito del concilio Vaticano , que era precaver á los fieles de los erro
res modernos enseñados por los Racionalistas. Estos filósofos, lejos
de atacar el misterio de la Trinidad , quieren hacer de él una verdad
filosófica para constituir sobre su asiento el sistema general del pan
teismo, aplicando a la relacion entre Dios y el mundo lo mismo que
los Católicos decimos en órden á la esencia divina y á las tres dis
tintas personas .
Por esto el concilio Vaticano, siguiendo religiosamente las huellas
de los anteriores Concilios en la constante y sábia conducta de no
dar definicion alguna sinó cuando la necesidad de los fieles lo exige,
enseña con mucho cuidado en la referida Constitucion que hay dos
géneros de conocimientos : uno natural , y otro sobrenatural; doctri
na diametralmente contraria a la que profesa el racionalismo para
acabar con la Iglesia , y con todo lo sobrenatural. “ Tambien ha te
nido , dice en el cap . iv De fide et ratione , y tiene el perpétuo con
sentimiento de la Iglesia católica , que hay dos órdenes de verda
des , distintas por razon , no sólo de su principio , sinó del objeto
tambien ; por razon del principio, porque el uno lo conocemos con
la razon natural , y el otro con la fe divina ; por razon del objeto ,
porque ademas de aquellas cosas á que puede llegar la razon na
tural, se proponen a nuestra fe misterios escondidos en Dios que,
á no mediar una revelacion divina , nosotros no pudiéramos cono
cer. , Y luégo, en el párrafo correspondiente de los cánones , pro
pone , en primer lugar, el que pertenece á esta diferencia esencial
que media entre ambos órdenes , natural y sobrenatural , diciendo :
“ Si alguno dijere que en la revelacion divina no se contiene misterio
alguno, verdadero y propiamente dicho , sinó que pueden todos los
dogmas de la fe ser entendidos y deducidos con evidencia por la
razon convenientemente impuesta en los principios naturales , sea
anatematizado .
Por lo demás, el concilio Vaticano no oculta su fe, aun en la mis
ma Constitucion dogmática citada , sobre el profundísimo misterio
de la santa y augusta Trinidad ; puesto que comienza precisamente
su preámbulo confesando la divinidad del Padre y del Hijo , y hace
sobre la doctrina del capítulo precedente. 55
luego muchas veces mencion del Espíritu Santo y de su divinidad
en todo el discurso de los capítulos .
Por lo que hace al culto de la Virgen María y de los Santos, está
muy lejos de tener sobre él la más mínima dificultad ó vergüenza,
habiéndose hallado presidido por un Papa que , con grande gozo de
la cristiandad , definió el dogma de la Inmaculada Concepcion de
María, y elevó al honor de los altares, rodeado de gran multitud de
Obispos, un considerable número de Mártires.
El concilio Vaticano ciertamente hubiera concluído cualquiera de
sus Constituciones dogmáticas, comportándolo así la naturaleza del
asunto en ellas tratado, con aquellas mismas palabras que se leen
al fin de la Encíclica Quanta cura , emitida por Pío IX contra los in
mundos errores del racionalismo moderno . “ Empero para que Dios
con más facilidad acceda a nuestras súplicas y á las vuestras , y á los
ruegos y deseos de todos los fieles, dice allí el inmortal Pontifice,
pongamos con entera confianza por medianera para con Él á la In 1

maculada y Santísima Madre de Dios María, que ha destruído todas


las herejías en el universo mundo ... y que, como Reina que se halla
á la diestra de su unigénito Hijo , Nuestro Señor Jesucristo , cubierta
de oro y variadas vestiduras , todo lo podrá alcanzar de Él con sus
ruegos . Pidamos tambien la intercesion del bienaventurado Pedro ,
Principe de los Apóstoles, y de su co - Apóstol Pablo , y de todos
los Santos del cielo ,, etc.
¿ Cómo pensar del concilio Vaticano otra cosa, cuando en él se ha
definido la infalibilidad del Papa, y con ella todo cuanto los Roma- i
nos Pontifices han enseñado en la Iglesia como Pastores universales
del rebaño de Jesucristo, y lo que es más todavía , si cabe, cuando
la misma Constitucion dogmática citada han aprobado y llenado
de elogios al santo concilio de Trento , en que fueron condenados
los errores de los protestantes, y entre ellos particularmente los que
se refieren al culto de la Virgen Maria, al de los Santos y al de sus
reliquias ?
Solemnemente ridículo y digno de lástima por su ignorancia se
muestra el escritor americano, cuando nos asegura que el no haber
mencionado el Concilio en su Constitucion la Trinidad , ni el culto
de María, ni las reliquias, ha sido un acto que lleva en todas sus pá
ginas el sello del pensamiento del siglo, la marca del progreso inte
lectual del hombre . El progreso intelectual del hombre en el siglo xix
en materia de conocimiento de Dios y de sus cosas , no ha hecho
más que repetir neciamente los mismísimos errores de Almarico, ca
56 Vanas cavilaciones de Draper , etc

lificados de locura por el concilio Lateranense IV . En efecto ; estos


errores se reducían á decir que Dios no era otra cosa que la materia
prima ( la idea -nada de Hegel), de la cual emanan todas las cosas y
en la cual todas se convierten ; que por consiguiente todo hombre
es tan verdadero hijo de Dios , como lo había sido Jesucristo ; que
el pan eucarístico es Dios á la manera que lo son todos los demás
panes del mundo ; que lo mismo había hablado Dios por boca del
infame Júdas ú otro hombre cualquiera que por boca de los Profe
tas ; que la Religion cristiana de aquel tiempo estaba corrompida, y
que á ella se le debía sustituir otra en que , dejados á un lado los
Sacramentos , el sacrificio y todo el culto externo , se había de en
tregar cada uno á los afectos del corazon ; y, finalmente , que todo
cuanto uno hiciese á impulsos del santo amor , ora fuesen estupros,
ora adulterios , ora cualquiera otro género de maldades, se debía te
ner por honesto, etc. , etc. ! .
¿ Qué le parece á Draper de todo este progreso intelectual des
arrollado á principios del siglo xu ? Vamos, que los modernos en
esta parte no han ido mucho más allá. Y sepa el profesor de la uni
versidad de Nueva York que Almarico no debió su admirable y por
tentoso desarrollo intelectual á las luces de la filosofía árabe ; por
que Almarico sacó todos sus inventos de los libros de Aristóteles,
traidos de Constantinopla y vertidos del griego al latin . Y sepa tam
bien que este amante de la ciencia era clérigo , como Kopérnico y
la mayor parte de los sábios , que él nos cita entre los antiguos para
hacer guerra á la Religion ; la cual les había comunicado aquel mis
mo saber у ciencia de que algunos abusaron enseñando torpes erro
res, como acaeció á Almarico .
Pero de esto hablaremos más detenidamente en su propio lugar,
así como tambien del culto que profesa la Iglesia á los Santos y á
sus reliquias. Ahora pasaremos á tratar en el capítulo siguiente de
lo que enseña la Religion católica acerca de lo sobrenatural, para
decir despues algo de los misterios que tanto espantan á los Racio
nalistas.

I Véase á Rigordo en el año de 1209 , autor contemporáneo de Almarico , y tam


bien á Cesáreo Heisterbacense, Dialog. 1 , lib. v, cap. xxi, donde se trata más á la lar
ga de estos mismos errores .
CAPÍTULO V

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE Á LO , SOBRENATURAL .

EMOSTRADA ya la naturaleza de Dios en el capítulo tercero


de este nuestro trabajo, y puesta en claro contra los Pan
D
teistas la distincion completa que existe entre Dios y el
mundo, fácil cosa es hacer ver á nuestros lectores la imposibilidad
absoluta de conflicto alguno entre la Religion y la ciencia en órden á
lo sobrenatural .
Desde luego hay que advertir que Dios , por razon de su esencia
absolutísima é infinitamente perfecta, se halla á infinita distancia de
todos los seres creados, y es en sí mismo un Sér verdaderamente
sobrenatural. Dios, en efecto , se encuentra en una esfera infinita
mente superior á cuanto en el mundo existe y puede existir, siendo
ÉI por su misma esencia el absolutísimo , el actualísimo , el infinita

mente acabado en todo género de perfecciones , la fuente siempre


inexhausta de toda realidad, mientras que toda criatura, por el mis
mo hecho de serlo, es naturalmente imperfecta, se halla sujeta á
contínua variacion en su sér, depende de Dios en todos los momen
tos de su existencia y en el ejercicio de todas sus potencias, despues
de haber recibido de Él todo cuanto tiene y posee .
Por esto los Padres de la Iglesia , y con ellos el Angel de las es
cuelas, Santo Tomás, colocan la nocion del Supremo Hacedor sobre
la de todas sus criaturas ; y al intentar expresarla , advierten con
mucha sabiduría que Dios, propiamente hablando , no puede ser de
finido ; porque Él es el infinito , el inmenso , el incomprensible, de
suerte que las más sublimes inteligencias creadas no tienen sinó
ideas muy incompletas de aquella infinita belleza , bondad y poder,
que en ÉI se encuentran de una manera maravillosa, absolutamente
apartadas de todo criado entendimiento . Por eso tambien advierten
ismo
58 El Catoli
c y la ciencia

que, cuando hablamos de Dios, son tanto más verdaderas nuestras


palabras, cuanto más negamos de Él todo cuanto vemos y cono
cemos de este universo visible ; porque Dios , hablando con todo
rigor, no es cuerpo , ni espíritu, ni sustancia, ni sér, sinó sobrecorpo
ral, sobreespiritual, sobresustancial, sobreesencial y sobre cuanto
podemos afirmar ó concebir acerca de cualquiera criatura. Y esto
significó el mismo Dios en la Sagrada Escritura cuando, al imponer
se á si propio el nombre con que Moisés le había de anunciar a los
hijos de Israel, se llamó El que es, o no , como traducen los Setenta,
ó sea el que propiamente es, el que es por excelencia , el que de tal
manera es, que en su comparacion las criaturas todas son como si
no fueran .
Mas no es Dios el único objeto reconocido como sobrenatural
entre los Católicos ; la Religion cristiana profesa ademas otra clase
de sobrenaturalidad de órden finito, la cual consiste , como el mismo
nombre lo indica, en hallarse la cosa así llamada en una esfera su
perior a la de todas las fuerzas y exigencias de la naturaleza , ora
en cuanto al modo en que la tal cosa natural es producida , ora en
cuanto a la sustancia de la cosa misma , llamada por esta razon in
trinsecamente sobrenatural. Porque lo intrinsecamente sobrenatural
no pertenece á este órden de cosas que nosotros llamamos natu
rales, sinó á otro muy superior y puesto sobre nuestra misma in
ligencia ; de manera que, á no revelárnoslo Dios nuestro Señor , nos
otros no podríamos tener nocion alguna de ÉI , si no es por aquel
concepto general de que nuestra inteligencia es limitada y la esencia
divina carece de límites , debiendo , por consiguiente, contener en su
seno un número infinito de verdades para nosotros inaccesibles y de
todo punto sobrenaturales.
Esto da lugar á que se establezcan dos especies de cosas sobre
naturales : unas extrinsecamente tales por razon del modo sobrena
tural y contrario a las tendencias propias de la naturaleza con que
son producidas; otras intrinsecamente , por ser la misma cosa en sí
sobrenatural y tener su propio asiento en otro órden más superior y
elevado , que los Teólogos llaman justamente divino, porque todas
estas cosas intrinsecamente sobrenaturales participan de la condi
cion de la esencia divina en cuanto que tambien ellas son superiores
á toda humana y áun angélica inteligencia.
Con ejemplos se entenderá mejor lo que queremos manifestar. El
que venga al mundo un hombre por la vía general de la union entre
el padre y la madre es una cosa natural ; puesto que este efecto lo
tocante á lo sobrenatural. 59
hace continuamente la naturaleza humana ayudada del concurso
general de la Causa primera , que siempre presta su influjo corres
pondiente a los efectos de las segundas , siendo éstas sin él incapa
ces de producir la más mínima accion . Mas, si en lugar de ser hecho
este hombre por via de generacion , lo produce Dios con la fuerza
omnipotente de su palabra ; él en sí , aunque producido por fuerza
sobrenatural, siempre será el mismo que si hubiera nacido de mujer
por obra de varon ; el modo solamente habrá variado, siendo natural
en el caso de generacion ordinaria , y sobrenatural en el caso de
cualquier otro género de produccion .
Tenemos , pues, un ejemplo de una cosa sobrenatural en cuanto
al modo, y no en cuanto a la cosa en sí . Perdona Dios los pecados
á un pecador arrepentido, y le infunde en su alma con su omnipo
tente virtud la gracia santificante, con la cual queda hecho amigo
de Dios y heredero de la gloria ó vision beatifica , en ninguna ma
nera debida á la naturaleza humana : aquí ya tenemos por lo ménos
dos cosas intrinsecamente ó en sí mismas sobrenaturales , á saber:
la gracia santificante y la vision beatifica, dones enteramente inde
bidos á la naturaleza humana ; la cual de sí misma y con el concurso
general de la causa primera, por mucho que se perfeccione, nunca
puede llegar á un conocimiento de Dios que no sea abstractivo, ó
bien sacado de la contemplacion del universo .
Otro ejemplo para aclarar más el asunto . Adan en su creacion
recibió de Dios la ciencia infusa sobre una grande variedad de obje
tos ; de los cuales unos se podían conocer por via del discurso
natural , otros, al contrario , siempre hubieran quedado desconocidos
al humano discurso , si Dios no los hubiera revelado ; el conocimiento
de los primeros objetos era sobrenatural sólo en cuanto al modo,
porque aun sin revelacion divina Adan , con el desarrollo progresivo
de su razon , los hubiera podido adquirir , y sólo el modo de adqui
rirlos por revelacion divina era sobrenatural ; al contrario , el cono
cimiento de los segundos era absoluta é intrínsecamente sobrena
tural , porque no los pudo en manera alguna obtener sinó por re
velacion .
Esta es la doctrina del Catolicismo tocante á lo sobrenatural , en
señándonos el concilio Vaticano, en el cap . iv de la Constitucion
dogmática De Fide, segun ya lo dejamos observado en el capítulo
precedente , que hay dos órdenes de conocimientos , unos naturales
y otros sobrenaturales, y que éstos segundos pueden ser tales, ya
en cuanto al modo con que son producidos , ó sea por parte del
60 El Catolicismo y la ciencia

principio eficiente, ya en cuanto a la cosa misma producida , ó sea


por razon del objeto , incapaz de ser conocido por otra vía que la
sobrenatural .
Cuando una cosa sobrenatural , en cuanto al modo , es un efecto
sensible y divino , esto es , producido por Dios como causa principal,
si no efectiva, al menos imperante , aunque intervengan tambien en
su produccion como causas instrumentales las causas segundas;
entonces este efecto recibe el nombre de milagro. Cuando es un
conocimiento sobrenatural de una cosa futura, que ha de ser libre
mente ejecutada por alguno , y que , por consiguiente , sólo Dios
puede revelar , siendo el conocimiento cierto de las cosas futuras una
propiedad exclusiva de la Divinidad ; entonces este conocimiento
recibe el nombre de profecia . En fin , una verdad sobrenatural , que
sólo por via de revelacion divina puede ser conocida , recibe el
nombre de misterio ; porque ella de suyo es una verdad oculta á la
investigacion humana ; y áun despues de revelada , sólo se conoce
en cuanto a su existencia, mas no en cuanto a su esencia ; porque
con la revelacion se nos dice , sí , que aquella cosa existe , mas no
cómo es en sí misma ; al modo que un ciego de nacimiento sabe por
la narracion de otros hombres dotados de buena vista que hay co
lores en el mundo , mas no conoce qué son ellos en sí y cómo exis
ten , siendo para esto último necesaria una intuicion sensible de que
él carece .
Ahora bien ; ¿ qué tiene que decir la ciencia verdadera contra tal
doctrina ? ¿ Es posible qne existan conflictos sobre ella entre la reli
gion y la ciencia ? Ciertamente , si por ciencia hubiéramos de enten
der los delirios y desatinos de la filosofía panteista , ya refutada en
los capítulos precedentes , lo sobrenatural sería imposible .
En el sistema panteista no existe sinó un solo ser que se des
envuelve por infinitos lados y bajo infinitas formas por un ciego é
irresistible impulso de su propia esencia : nada hay allí sobrenatural;
todo es naturaleza pura , fatalismo desolador . Mas entendiendo por
Dios lo que la recta y sana filosofia nos dice que entendamos , á
saber : un sér infinito en su perfeccion , libérrimo en los actos que
miran á la existencia y acciones de sus criaturas, omnipotente para
hacer de ellas lo que juzgue más apto al conseguimiento de los fines,
que su absoluta independencia se proponga con libre eleccion ; en
este caso la ciencia misma nos dice que entre ella y la Religion cris
tiana no puede haber conflicto alguno por esta parte ; porque la Re
ligion cristiana enseña , ni más ni ménos , aquello que se debe ense
tocante á lo sobrenatural. 61

ñar , y que demuestra con su lumbre natural la humana razon misma.


En efecto , ésta nos dice que son posibles los milagros y las profecías;
que son posibles y existen de hecho reales y verdaderos misterios;
ó sea verdades para nosotros incomprensibles .
Los filósofos racionalistas , cuando oyen hablar de estas cosas,
se echan á reir neciamente , dando por supuesto , y teniendo por un
axioma de la ciencia , el principio de que lo sobrenatural es de todo
punto imposible . En vano les pedireis pruebas de lo que contra
todas las leyes de la ciencia suponen , porque su esclarecida razon
ni siquiera se dignará descender á semejantes paparruchas.
Un orador famoso de nuestros tiempos , el Rdo . P. Félix , ha
provocado á estos profundos sábios desde lo alto de la catedra sa
grada á que manifiesten al mundo las poderosísimas razones con
que se han demostrado á si propios la imposibilidad de lo sobrena
tural, prometiéndoles proclamarlas desde allí mismo y publicarlas
ante la faz del mundo entero . Estas razones están todavía por apa
recer , y no aparecerán jamás ; porque no las tienen los Racionalis
tas , ni las pueden tener , á no ser que recurran al sistema fatalístico
y absurdo de los Panteistas. Así que bien seguros podemos estar los
Católicos por esta parte , y bien podemos despreciar sus antifilosófi
cas afirmaciones, fundadas únicamente en su necia soberbia.
Pero la caridad cristiana no se contenta con poseer la verdad ;
gusta además de hacerla conocer á los otros , para que se aprove
chen de sus fulgores y no anden tristemente en tinieblas . Por eso
demostraremos á los Racionalistas, si es que quieren buscar la ver
dad y proceder como filósofos, que la posibilidad de los milagros
y profecías, y la existencia de los misterios es una cosa evidente en
filosofía. En efecto , ¿ qué es un milagro ? Una suspension de las le
yes de la naturaleza. La ley del fuego es quemar el objeto puesto á
conveniente distancia ; la ley del cuerpo pesado es caer y moverse
hácia el centro de atraccion ; la de la vida corporal disolverse y re
ducirse á polvo el cadáver que ella ha abandonado , y así de otras
mil leyes que cada dia está descubriendo la Física . ¡Puede Dios sus
pender una ley de esta naturaleza ? Es evidente que sí . Para esto
bástale suspender el concurso necesario por parte suya , con lo cual
ya no podrá obrar la causa segunda. Suspendido este concurso , la
causa segunda, por necesaria que sea en el obrar , y por preparado
que tenga el objeto en que haya de ejercer su accion , no producirá
su efecto ; porque le falta uno de los requisitos esenciales para la
posibilidad de su accion , cual es el concurso de la causa primera;
62 El Catolicismo y la ciencia

como si pusiéramos, por ejemplo , un ojo perfectamente dispuesto


de su parte para producir la vision , y luégo no apareciese la luz ,
uno de los coagentes con que la tal vision ha de ser producida.
Si el sol , v . gr. , fuese libre en emitir sus rayos luminosos sobre la
tierra , ó en mandarlos á cierta y determinada parte de ella , mientras
que a todos los demás objetos se los negase , įno diríamos que el
sol tiene en su mano el suspender la vision natural del ojo ó el pro
ducirla , el hacer que mientras los demás hombres viesen los obje
tos , uno ó varios fuesen incapaces de producir el mismo efecto , á
pesar de no padecer lesion alguna orgánica en aquel sentido ? Pues
lo que es el concurso de la luz para producir la vision , eso y mucho
más es el concurso de la causa primera con respecto a todas las se
gundas para que éstas puedan producir sus naturales efectos. Ahora
bien ; Dios presta libremente este concurso , aunque siempre de una
manera conforme á su infinita sabiduría ; y prestándolo libremente,
lo puede negar á un determinado individuo de cierta especie par
ticular de séres , v . gr . , al fuego A , miéntras que a todos los demas
individuos de la misma especie se lo concede ; en cuyo caso el fue
go A no quemará las materias combustibles que se le arrojen,
v . gr. , un hombre , miéntras los demás fuegos abrasarán todo cuanto
encuentren .
Aún más : puede la Causa primera no querer concurrir con el mis
mo fuego A á la combustion de tal objeto determinado , v . gr . , Pe
dro , hallándose resuelta á hacer lo contrario con respecto a todos
los demás objetos. Por lo cual podrá suceder que , miéntras el fuego
A tiene entre sus llamas á Pedro sin poder ejercer de hecho sobre el
su accion combustiva , abrasará furiosamente á cuantos se le arri
men . Y esto es precisamente lo que sucedió en el horno de Babilo
nia , donde al mismo tiempo que el fuego no podía hacer el menor
daño á tres jóvenes hebreos , que fueron arrojados en él por no
haber querido adorar la estátua del Rey Nabucodonosor , abrasó con
rapidez maravillosa á los ministros del Rey , que para arrojarlos se
habían arrimado á dicho fuego; ejemplo que infinitas veces se repi
tió , con otros muchos de la misma indole , en la fundacion del Cris
tianismo, siendo por esta razon llamados magos y encantadores los
Cristianos.
Hácense una grande ilusion los Racionalistas cuando , para atacar
la posibilidad de los milagros , nos dicen que las leyes de la natura
leza son invariables , constantes y uniformes . Cierto que lo son : mas
esta invariabilidad , constancia y uniformidad no quedan alteradas ni
tocante á lo sobrenatural. 63

destruidas , cuando Dios hace un milagro. Porque la uniformidad,


constancia é invariabilidad no consisten precisamente en que deter
minadas causas naturales produzcan determinados efectos, sinó en
que los produzcan cuando se hallan en las condiciones requeridas
para su produccion ; y siendo una de estas condiciones el concurso
de la Causa primera , el cual falta en el caso del milagro , no se pue
de decir que se altera ó destruye la invariabilidad dicha .
Las causas naturales , en la hipótesis de querer Dios negarles su
concurso para cierta y determinada accion , son verdaderamente im
potentes para producir esta misma accion , y así resulta de ellas el
fenómeno que en dicha hipótesis por necesidad debe suceder . Lé
jos , por consiguiente, de destruirse ó alterarse la regularidad dicha,
lo que se hace con el milagro es confirmarla . Lo que sucedería en
la hipótesis enunciada , si produjese la causa natural sin el concurso
ordinario de Dios el mismo efecto que las otras causas de su espe
cie producen con este concurso , sería destruir la ley suya de obrar ,
consistente en producir ciertos y determinados efectos bajo ciertas
y determinadas condiciones . La razon es clara , puesto que , varia
das las condiciones esenciales de la causa , todavía ésta continuaría
produciendo los mismos efectos.
Así , pues , con respecto á los fenómenos de la naturaleza , debe
mos establecer con la recta y verdadera ciencia las dos siguientes
leyes naturales, que indican el modo de obrar necesario de las cau
sas segundas puestas bajo las condiciones esenciales de su accion :
1. * Las causas naturales producen necesariamente ciertos y de
terminados efectos, cuando se encuentran bajo todas sus condicio
nes esenciales , entre las cuales debe contarse muy particularmente
la de querer concurrir con ellas á su accion la Causa primera .
2. Las causas naturales dejan de producir necesariamente los de
terminados efectos indicados, cuando les falta alguna de las condi
ciones esenciales para los mismos ; y la ausencia de estos efectos
será un verdadero milagro cuando la única condicion esencial para
obrar que les falta es la sustraccion del concurso divino , que por
razones de su infinita sabiduría les puede negar la Causa primera.
Ante estas leyes naturales evidentísimas, no tienen otro recurso
los Racionalistas que enmudecer, si quieren proceder como filóso
fos; ó afirmar resueltamente que la Causa primera no puede negar
á las segundas la cooperacion , que por parte suya se requiere, para
que ellas puedan obrar ; ó en fin , deben sostener que las causas se
gundas no necesitan el concurso de la Causa primera para producir
64. El Catolici y la ciencia
smo
sus naturales efectos, sinó que ellas solas se bastan para producir
los sin depender , por consiguiente , en el obrar de la Causa prime
ra . Mas estas dos últimas proposiciones son absurdas á todas luces
y destruyen la idea de Dios , que con la verdadera ciencia y la sana
filosofía nosotros hemos demostrado en los capítulos anteriores con
tra los Panteistas y Ateos .
Con la misma facilidad con que hemos evidenciado la posibilidad
de los milagros, podemos evidenciar tambien la posibilidad de la
revelacion divina y la existencia de los misterios . En cuanto á lo
primero , baste notar : 1. °, que Dios sabe muchas verdades que nos
otros ignoramos , y que , por consiguiente , no le faltan cosas que
poder revelar ; 2.º, que en los tesoros de su omnipotencia no le fal
tarán medios seguros y ciertos de hacer penetrar en nuestra mente
sus ideas ; puesto que áun entre nosotros , criaturas miserables é im
perfectísimas, un hombre puede instruir á otro trasladando a su in
teligencia las ideas que él mismo tiene en la suya propia ; 3. °, en fin,
que un tal magisterio no es indigno de la majestad divina , ni argu
ye imperfeccion en Dios ; perteneciendo ántes bien al cuidado de su
providencia atender a las necesidades de sus criaturas , y dirigirlas
hácia su propio fin por los medios acomodados á su particular na
turaleza .
Entre estos medios , el principal con respecto al hombre , es el di
vino magisterio ; pues entre los mismos hombres, esto es lo que pide
el buen orden y disposicion de las cosas , que los más sábios instru
yan á los ignorantes . Sería un error muy grosero pensar, como pre
textan sin embargo los enemigos de la revelacion divina , que Dios
manifestaría con la revelacion de su doctrina alguna imperfeccion
en su manera de proceder, como si se tratase de perfeccionar en
cierta manera y de acabar con su revelacion sobrenatural la obra
que no había podido sacar perfecta de sus manos . No : Dios no hace
la revelacion , porque no haya podido sacar en un principio perfecta
su criatura; no necesita andar echando remiendos á sus obras á guisa
de poco instruido artífice. Lo que puede , sí , es producir obras de
mayor o menor perfeccion absoluta ; como puede un artifice huma
no hacer un artefacto primoroso, y luego otro más basto y acomo
dado á otros fines ménos elevados .
Y esto es lo que ha hecho Dios , en efecto , produciendo un cier
to número de especies de séres , unas más perfectas que otras ; entre
las cuales descuella por su perfeccion la especie humana , hallándose
a la cabeza de todas las otras visibles y naturales ; que de lo que
tocante á lo sobrenatural. 65

atañe á los Ángeles , puros espíritus y mucho más perfectos que los
hombres, no puede tener conocimiento cierto la razon humana aban
donada á sí misma , sinó , cuando más , alguna más ó ménos fundada
conjetura por los fenómenos sobrenaturales, que a veces producen
los espiritus en el mundo sensible . Pues bien ; la especie humana por
su propia naturaleza es débil y miserable en cuanto al conocimiento
de la verdad , segun lo prueban con la mayor evidencia los esfuer
zos inútiles , que ha practicado durante tantos siglos para conse
guirla . Es esto tan verdadero , que no han faltado filósofos ( y de
ellos hace tambien mencion Draper en su obra ) , que creyeron ser
absolutamente imposible al hombre venir con el trabajo de su propia
razon á ponerse en posesion de la verdad absoluta . Aunque en esto
tambien se excedieron los tales escritores , llamando absoluta y
físicamente imposible lo que no envuelve sinó una imposibilidad mo
ral, y ésta hablando tan sólo de un cuerpo completo de verdades mo
rales y religiosas sin mezcla alguna de error ; que por lo que hace á
alguna que otra verdad , áun del mismo órden moral y religioso , no
se puede dudar , sinó que la razon humana puede con bastante faci
lidad conocerla con certeza , ¿ cuánto más llegándose á esto el estu
dio voluntario y la meditacion continua ?
Siendo , pues , la razon humana de su propia condicion flaca y
pobre de fuerzas para la invencion de las verdades , que más le im
porta saber , nada tiene de extraño el que Dios quiera suplir esta su
imperfeccion natural con el magisterio gratuito de su revelacion;
ántes es muy conforme á razon que así lo haga , siendo Él tan mi
sericordioso y tan liberal en dar de sus dones con abundancia á sus
criaturas.
Con esto queda demostrada hasta la última evidencia la posibili
dad de la revelacion divina ; y no sólo la posibilidad , mas tambien
la suma conveniencia de la misma .
Mas jy los misterios ? se replicará. Los misterios , responderemos
nosotros , tambien los puede Dios revelar ; y no faltan razones de
sumo peso , que persuaden la gran conveniencia de que sean reve
lados á los hombres algunos de ellos , aquellos principalmente que
atañen á la intrínseca naturaleza de Dios y al orden de la providen
cia , que el Criador haya tenido á bien escoger entre los infinitos
posibles . De esta manera será mejor conocido de sus criaturas, y al
conocimiento se seguirá el amor , y éste traerá consigo mayor ala
banza y gloria de la majestad divina.
La existencia de los misterios , hablando en general y sin bajar
5
66 El Catolicismo y la ciencia

al caso concreto de cada uno , es lo más evidente que podemos


desear , supuesta la naturaleza de Dios , ya demostrada en lo que
llevamos escrito . Dios , en efecto , por razon de su infinita perfec
cion , contiene en su seno un sinnúmero de verdades sumamente
recónditas é inaccesibles à las débiles fuerzas de la flaca razon hu
mana . Tanto más , que á nuestra razon no le corresponde por natu
raleza un conocimiento intuitivo de la esencia divina , sinó solamente
abstractivo , y tal que no nos muestre á Dios en sí mismo , sinó en
sus propios efectos; los cuales nos hagan rastrear algo de lo mucho
é infinitamente grande que hay en Él . De aquí resulta que todo
cuanto constituye á Dios en su propia esencia es para nosotros un
verdadero misterio ; y que mientras vivamos en esta peregrinacion
terrestre , quedará siempre para nosotros velado con las venerandas
sombras de la fe, al modo que por fe y no por intuicion debe cono
cer los colores un ciego , á quien no ha cabido nunca la dicha de
ver la luz del día .
Agréguese á esto , que la misma naturaleza con sus misterios na
turales nos induce a juzgar que en el tesoro infinito de la naturaleza
divina , infinitamente superior á cuantas naturalezas criadas puedan
imaginarse, existen de hecho gran número de verdades del todo
inaccesibles á nuestra limitada inteligencia . ¿ Quién ha sabido ó sabrá
jamás cómo se junta nuestra alma inmortal con el cuerpo corrupti
ble ; cómo de una pequeña cantidad de materia hedionda y asque
rosa depositada en el útero de la mujer resulta al cabo de algun
tiempo un hombre formado y perfecto ; cómo de un mismo alimento
introducido en el estómago y luégo convertido en sangre por la
fuerza vital del animal , se van repartiendo por todas sus partes las
moléculas convenientes para que se formen los huesos, la carne y
las demás partes del cuerpo ?
Pues por lo que hace á la conveniencia de la revelacion de los
misterios dichos , ésta se hace manifiesta considerando que con ella
obtiene Dios el obsequio propio de nuestro entendimiento , el cual
ningun sacrificio ejecuta rindiéndose á la evidencia de la verdad , y
entonces se somete verdaderamente á Dios , cuando le dice : “ Señor,
vuestro entendimiento es infinitamente superior al mio : vos veis cosas
que á mí me es de todo punto imposible entender con mis fuerzas
naturales : lo que vos veis , y yo no veo , me mandais creer , dicién
dome que existe : yo lo creo y rindo mi juicio . „ El entendimiento
humano con este acto rinde á la Divinidad el culto más sublime y
elevado que puede tributarle ; porque con él confiesa abiertamente
tocante á lo sobrenatural. 67

el atributo que más conviene á Dios con respecto á sus criaturas : la


incomprehensibilidad .
Los Racionalistas, tan llenos siempre de sí mismos como poco
amantes de sujetar su razon al mismo Dios , cual si fueran iguales á
ÉI y en nada necesitaran de sus divinas enseñanzas, no quieren creer
sinó lo que ven : es decir, nada, porque lo que se ve no se cree . Si
aplicasen este su principio general á las cosas humanas , que sería
del mundo ? Si nadie hubiera de creer sinó lo que viera con sus pro
pios ojos, ¿ qué sería de la sociedad ? Hasta los vínculos más sagrados
que nos unen con los demas hombres, cuales son los vínculos de
familia, perecerían en este caso . Porque ¡ cómo sabemos , si no es
por la fe llana y sencilla que traemos desde la niñez , que son nues
tros padres y hermanos aquellos que pasan en la sociedad con el
nombre de tales ? Véase , pues, qué principios tan absurdos se ven
precisados á establecer los que, para atacar los misterios de nuestra
sagrada Religion , niegan la conveniencia de la revelacion divina .
Pero aún hay una razon poderosa, que nos revela la gran conve
niencia de la revelacion en órden á las verdades indicadas . Con la
revelacion nos manifiesta el Altísimo así la naturaleza interna de su
divino sér, enteramente impenetrable á nuestro flaco entendimiento ,
como los admirables consejos de su sapientísima providencia ; ha
ciendo que de esta suerte prorrumpamos en actos de admiracion y
alabanza á su divina Majestad, actos que jamás hubiéramos podido
producir abandonados a nuestra propia ignorancia .
Pero se dirá : " Si Dios quiere hacernos el beneficio de darnos á
conocer su interior vida divina , ¿ por qué no nos da la vision intui
tiva de sí mismo ? Así, conociéndole más perfectamente, le alabaria
mos con más intensidad . , ¿ Por qué ? La razon es muy obvia y evi
dente : héla aqui . Miéntras estamos en este mundo , nos hallamos en
un estado de prueba ; vivimos en esta peregrinacion para conquis
tarnos con nuestros propios méritos una corona , la corona de nues
tra felicidad ; { nos la había de dar Dios sin méritos de nuestra parte ,
cual si fuéramos unos séres destituídos de razon y de libertad ? Pues
para este estado de merecimiento no conviene la vision de la divina
esencia , la cual nos quitaría la libertad necesaria para amar á Dios
con aquel dominio de nuestros propios actos que ahora tenemos .
Quien ve á Dios cara a cara, como le ven los bienaventurados en el
cielo , no puede menos de amarle . A este tal le es imposible servirle
con aquella potestad de elegir entre el bien y el mal , que es al hom
bre connatural en este mundo.
68 El Catolicismo y la ciencia

No se me oculta que la vision beatíſica no quita absolutamente la


libertad para obrar el bien dentro de la esfera de la honestidad y sin
poder salir jamás de ella cometiendo algun pecado . Por esta causa
opinan gravísimos teólogos que el estado de via no nos es absoluta
mente necesario para merecer , sinó que de potencia absoluta podría
un bienaventurado merecer aumento de gloria esencial . Pero na
die negará tampoco que con la vision de la divina esencia se dismi
nuye en gran parte la indiferencia para elegir entre dos objetos ho
nestos , sufriendo la voluntad una suerte de presion moral para que
elija siempre lo más perfecto ? . Por eso es tan dificil de explicar la
libertad de Jesucristo en los mismos actos libres que ejercía en este
mundo como viador , teniendo al mismo tiempo en su humanidad
santísima , como comprehensor, la vision de la divina esencia. La
vision beatifica , por consiguiente , no debía dársenos en este lugar
de merecimientos y en esta palestra de la virtud ; convenía , por el
contrario , que nos fuese reservada para la otra vida , en que fuese
concedida como digno premio á los que en ésta se han humillado
ante Dios sometiéndose á su revelacion , creyendo lo que no ven ,
por ser Dios, verdad infinita , el que lo cuenta , y ajustando la con
ducta á las mismas verdades reveladas .

1 “ Vera igitur sententia est , , escribe el P. Jesuita Martinez de Ripalda en su ex


celente tratado De Ente supernaturali, disp. 77 , sect . 2 , n. 14 “ quae statum viae re
quirit ad meritum solum ex lege Dei , beatisque in patria meritum gloriae essentialis
concedit de potentia absoluta . „ Y luego cita en favor de esta doctrina á Suárez , Co
nink , Granado , Zumel , Becano y otros varios. Aún más : defiende el referido autor
como más probable en la misma disputacion , sect. I , que los bienaventurados mere
cen de hecho con sus actos libres premio de gloria accidental para sí mismos , y algu
nos favores de parte de Dios para los que todavía estamos aquí en este lugar de com
bates . En favor de su opinion cita á Santo Tomás , San Buenaventura , Gabriel,
Alberto Magno , Soto , Vazquez y otros varios. Por aquí verá Draper si los Católicos
ponemos en el cielo la fastidiosa inmovilidad de una misma y perpétua escena , ó si
dejamos tambien allí al espíritu con su facultad libre de interrumpir y variar sus actos,
como no sea el de la vision de Dios , que siempre es el mismo. ¡ Cuánta ignorancia en
estos sábios sobre lo que reprueban en nuestra sagrada Religion ! ¡ No merecerían alto
desprecio sus necedades ? Pero la caridad cristiana lleva con paciencia y compasion su
miserable ceguera : Dios les alumbre.
2 Véase sobre esto á Santo Tomás, in 2 Sent. , dist. 25 , q . I, a 4. Utrum libertas
arbitrii augeatur vel minuatur ,
CAPÍTULO VI

REALIDAD HISTÓRICA DE LOS MILAGROS OBRADOS EN EL ESTA


BLECIMIENTO DEL CRISTIANISMO ; VANAS OBSERVACIONES DE
DRAPER SOBRE ESTA MATERIA .

ESPUES de haber demostrado en el capítulo precedente de


una manera general la verdad de la doctrina católica sobre
los milagros, sobre la revelacion sobrenatural y sobre la
existencia de los misterios , cumple ahora á nuestro propósito hablar
de estas mismas cosas en particular, haciendo aplicacion de ellas á
la Religion católica , para ver si por esta parte puede encontrar algo
contra ella la razon humana y convencerla de falsedad en sus afir
maciones. Convídanos á ello el libro del autor americano tantas ve
ces citado , el cual, partiendo , como buen racionalista , de la falsa
idea de que repugna in terminis y es una pura quimera todo lo so
brenatural, da por vanas supersticiones todos los milagros creidos
por los Cristianos, atribuyendo el triunfo del Cristianismo sobre la
idolatría al natural desarrollo de la razon humana , y á las circuns
tancias políticas de haber pasado el pueblo romano de la forma re
publicana á la monárquica en el mismo momento que se presentó al
mundo la religion fundada por Jesucristo .
“ La República victoriosa , escribe en el capítulo 11 hablando de
la ciudad de los Césares , “ había traido á Roma los dioses de los
pueblos vencidos . Con una desdeñosa tolerancia permitió que fue
sen todos adorados. La alta autoridad de que cada divinidad parti
cular había gozado en su propio país desapareció en medio de la
turba de dioses y de diosas venida de todos los rincones del mun
do . Ya , como hemos visto , los descubrimientos geográficos y la
crítica filosófica habían quebrantado profundamente la fe de las eda
des antiguas. La política romana acabó de destruirla. Los Reyes
70 Realidad histórica de los milagros obrados

tambien habían desaparecido ; las dinastías particulares de los reinos


conquistados habían dejado el puesto á un Emperador universal.
Considerando la estrecha ligazon que ha existido siempre entre las
ideas religiosas , era natural que el politeismo manifestara una ten
dencia á reducirse al monoteismo . Por consiguiente , comenzóse á
tributar honores divinos al Emperador muerto primeramente , y más
tarde al Emperador vivo . La facilidad con que se creaban así los
dioses tuvo un poderoso efecto moral . A medida que se hacían
dioses nuevos , se extendía el ridículo sobre los antiguos , Las encar
naciones en Oriente , las apoteósis en Occidente , poblaban rápida
mente el Olimpo . Allí los dioses descendían del cielo y tomaban
forma humana ; aquí se elevaban de la tierra y se colocaban entre
los dioses . No fué el escepticismo griego el que volvió escéptica á
Roma ; las locuras religiosas contribuyeron más que todo á zapar la
religion .
„ En una de las provincias de Asia , en Siria , algunos hombres de
humilde condicion se habían asociado con un objeto de caridad y
de religion . Sus doctrinas estaban en armonia con aquel sentimien
to de fraternidad universal , nacido de la paridad de situacion entre
los reinos conquistados . Eran las doctrinas enseñadas por Jesus...
Los preceptos de caridad y de fraternidad humana que había Él en
señado sobrevivieron á este acontecimiento ( de su muerte ). En vez
de dispersarse los discípulos , se organizaron. Se asociaron con la
base del comunismo , poniendo cada uno en la comunidad sus bie
nes y ganancias . De estos ensayos nació una sociedad nueva y to
dopoderosa ; nueva , porque nada semejante había existido en la an
tigüedad ; poderosa , por cuanto las iglesias particulares , al princi
pio aisladas , no tardaron en confederarse en un interés mútuo . Y
por esta organizacion el Cristianismo ha obtenido todos sus triun
fos políticos...
ܰ‫ ܕܕ‬Misioneros que se desparramaron en todas direcciones a la vez
apresuraron su propagacion. Ninguna de las antiguas filosofías se
había valido de semejante medio . ,
Aquí tenemos la doctrina del profesor americano sobre el esta
blecimiento del Cristianismo. Con ella se pretende explicar de una
manera natural , y sin intervencion de milagro alguno , el grande y
maravilloso acontecimiento de la propagacion rápida del Cristianis
mo con el derrumbamiento de la idolatría . Pero ; qué superficialidad
reina en toda la explicacion ! ¡ Qué portentosa mala fe para ocultar
con diligentísimo arte todo aquello que por su grandiosidad y por
en el establecimiento del Cristianismo. 71

el aparato de su sobrenaturalidad podría crear algunas dificultades


al lector sobre la suficiencia de la tal explicacion ! Ni una palabra se
dice de los innumerables milagros, que hizo durante su vida nuestro
adorable Salvador para probar al pueblo hebreo su mision divina.
Nada se dice tampoco del gran milagro de su resurreccion , prome
tido en vida a los judíos como el último y el más evidente testimo
nio de ser Él aquel famoso y prepotente Salvador , que desde tantos
siglos atrás estaban esperando. Nada de los portentos inauditos
obrados por sus Apóstoles en la conversion del mundo y dirigidos
á probar á los hombres que la religion del Crucificado venía verda
deramente del cielo . Nada de la espantosa resistencia que encontró
en los hombres esta religion para establecerse por fin triunfante en
el mundo con el derrumbamiento de la idolatría . Nada de los tor
rentes de sangre que tuvieron que derramar los Cristianos para de
fender la verdad de los hechos sobrenaturales por ella anunciados,
dejando admirados con su fortaleza nunca vista á sus mismos ver
dugos. Nada , en fin , del odio y execracion universal, que pesaba
entonces por todas partes sobre el nombre cristiano .
Para escribir de este modo la historia , no hay necesidad de fati
garse mucho en estudiar todas las circunstancias de los sucesos , y
en meditar atentamente acerca de la naturaleza de las causas que
bayan podido influir en ellos . Para esto basta dejarse llevar algun
tanto de la imaginacion , fingir escenas á su propio talante sin curar
se nada de su verdad histórica . Así se escribe la filosofía de la his
toria : ¡ esto se llama filosofar! Mejor, sin embargo , diríamos que
esto es poetizar y crear ideales de mera fantasía. De que la desen
frenada ambicion de algunos romanos haya introducido en el mun
do , al tiempo de venir á él Nuestro Señor Jesucristo , una cierta mo
narquía universal , se quiere inferir gratuitamente la tendencia tam
bien universal de los pueblos conquistados por el pueblo romano á
desamparar el politeismo y á poner en el cielo un monarca pareci
do al de la tierra , derribando de sus tronos á los infinitos reyezue
los celestiales. ¡ Como si en los tiempos anteriores a la dominacion
romana no hubieran existido en el mundo monarquías semejantes,
sin notarse en los pueblos conquistados tendencia alguna al abando
no de sus propios dioses !
Pues qué, { no fueron grandes las monarquías de Nabucodonosor
en Babilonia , de Ciro en Persia , de Alejandro Magno en Macedonia ,
de Antioco en gran parte del Asia , sin que en los pueblos á ellos
sometidos se advirtiese el fenómeno que atribuye a la romana el
72 Realidad histórica de los milagros obrados

químico de Nueva - York ? Ya mucho antes que los Emperadores


romanos fuesen adorados en vida como dioses, venía sucediendo
esto mismo entre los pueblos más civilizados ; y sin embargo la idea
del monoteismo estaba tan lejos de germinar en aquellos pueblos,
que á Sócrates le costó el beber la cicuta su atrevimiento de pro
clamarla ; y Platon , para evitar esta misma desgracia en su propia
persona , se vió precisado á servirse de enigmas en sus cartas . “ Me
hallo en la precision , escribía á Dionisio , de apelar á ilos enigmas
para hablarte , á fin de que , si llega á caer esta carta en manos de
algun profano, no pueda ser entendida ..
Esto es lo que sucedía trescientos años antes de Jesucristo , des
pues que el gran Nabucodonosor había hecho levantar en el campo
Dura , provincia de Babilonia, una estátua colosal para ser adorado en
ella como Dios en vida . Esta dificultad de proclamar públicamente
el monoteismo experimentaban aquellos grandes filósofos, cuando el
gran Alejandro había sido saludado como Dios en vida por los pue
blos de Oriente y Occidente sujetos á su monarquía , cuando este
honor lo tributaban los referidos pueblos hasta á los generales de
este gran conquistador. ¿ Como no se inclinaban entonces al mono
teismo ? ¿ Cómo era, por el contrario, tan peligroso el publicarlo ?
“ Alejandro ,, escribe Riancey hablando de estos sucesos ?, " había
sido Dios al otro lado del Helesponto : en ménos de veinte años ob
tuvieron este mismo honor, al uno y al otro lado de dicho lugar, no
sólo él , mas tambien sus mismos generales . La brillante Aténas dió
á los demás el ejemplo; y su vil adulacion , digna mercancía de la
democracia antigua, ofreció sacrificios al dominador de la tierra, á
Demetrio , aquel dios salvador , cuyas palabras todas sin excepcion
eran santas, y cuyos decretos igualmente eran sagrados. Los Reyes
no vieron esto con malos ojos. Era cosa dulce para la vanidad hu
mana ver á todo un pueblo postrado á sus plantas , y oirse llamar
con el nombre de bajado del cielo ( catabaites), vestirse á la manera
de Baco, y gozarse á la par con los privilegios celestiales y con las
adoraciones de la muchedumbre . ¿ Qué negarían á este ídolo los
atenienses y las señoras de Aténas ? Este derecho divino no era de
un precio mediocre á los ojos de aquel , que tomaba los lugares
más sagrados del Partenon para teatro de sus obscenidades y orgías .

1 φραστέον δή σοι δι ' αινιγμών ίν' άν τι ή δέλτος ή πόντου , ή γής εν πτυχαιίς


μάθη , ο αναγνoυς μη γνώ .
2 Riancey, Histoire du monde, tom . iv, lib. ix , par. Il . cinquième période.
en el establecimiento del Cristianismo. 73

Con la ayuda del orgullo por una parte, y con el influjo de las baje
zas siempre infatigables por otra , las divinidades se aumentaron de
una manera prodigiosa . Los Reyes habían sido hijos de dioses en
un principio : el bastardo Lago era hijo de Júpiter ; Seleuco , hijo de
Apolo ; y para prueba mejor de la filiacion , todos los seleucidas lle
vaban sobre el muslo la marca del anillo grabado con un áncora,
que el dios había dejado en el lecho de su madre. Despues de su
muerte habían sido mandados sus restos al cielo ; hízose de ellos dio
ses vivos, y no se vieron por todas partes, así en Siria como en Egip
to , como en Pérgamo y áun entre los Partos, sinó dioses salvadores,
dioses presentes y manifiestos, dioses vencedores. Entonces sobre las
medallas aparecían las coronas radiantes, las águilas, los lotos, los
cuernos de Ammon . Entonces se solicitaba el honor de ser la Cané
fora de una Arsinoe, la Athlófora de una Berenice ó de una Cleó
patra, cuyos desarreglos se consagraban con el título de diosa de la
fertilidad. ,
Este era el mundo trescientos años antes de Jesucristo , y sin em
bargo las tendencias al monoteismo, que sueña el autor de Los con
flictos entre la ciencia y la religion, eran completamente nulas . Lo
que produjo este estado de cosas en la gente ilustrada, tanto griega
como romana, no fueron tendencias al monoteismo, sinó a la nega
cion completa de la Divinidad y al refinamiento consiguiente de los
goces sensuales . El epicureismo era la filosofía que más privaba en
toda la gente principal de la sociedad, que es la que suele dar el
tono a las otras clases y acaba de ordinario por hacérselas semejan
tes en las ideas у costumbres .
Reconoce esta evidentísima verdad el mismo autor á quien esta
mos refutando. En el mismo capítulo citado , hablando sobre este
asunto , escribe las siguientes palabras: “ Cuando el Imperio hubo
llegado al apogeo de su grandeza en el sentido político y militar,
había tambien alcanzado el colmo de la inmoralidad bajo el punto
de vista religioso y moral . Había llegado a ser profundamente epi
cúreo . Su máxima favorita era , que la vida debe ser una fiesta , en
la cual no entre la virtud más que como condimento del placer , y
la templanza como medio de duracion. Salas de festin rebosando en
oro y pedrerías, esclavos espléndidamente adornados, las seduccio
nes de las mujeres más disolutas, baños magníficos, espectáculos y
combates de gladiadores, eran entónces los nobles objetos de la
ambicion romana . Los conquistadores del mundo habían llegado á
adorar solamente la fuerza. ,
74 Realidad histórica de los milagros obrados

¿ Eran estas ideas tan propicias al planteamiento subitáneo y ma


ravilloso de la idea del verdadero Dios , que como chispa eléctrica
se propagó por todas las partes del inmenso Imperio romano al im
pulso de la predicacion evangélica de doce humildes pescadores?
Lo que en ellas encuentro yo , por el contrario , es una tendencia
intensísima de oposicion , para que no cundiese en las masas y arran
case con su inmaculado y heróico espiritualismo á los hombres de
sus abominables placeres . Lo que noto antes bien es que á la con
servacion de tal estado de cosas conspiraban fuertemente las pasio
nes humanas de todos cuantos formaban aquella voluptuosa y ma
terializada sociedad . Los Emperadores estaban interesados en la tal
conservacion , porque en ella gozaban de los honores celestiales y
gobernaban en la tierra como señores omnipotentes ; los sacerdotes,
porque explotaban á su sabor con aquella religion tan grosera la
necia credulidad del vulgo , viviendo de sus sacrificios y ofrendas;
la gente amiga de placeres , porque con tan inmundas divinidades
nada tenían que violentarse para ser perfectos imitadores de sus
dioses , y porque las ideas de otra vida más perfecta que la presente
eran para ella vanas ilusiones de rústicos necios ; los pobres é igno
rantes , que formaban la gran mayoría de la sociedad , porque se
hallaban bien con aquellas divinidades antiguas, y sobre tenerlas en
su ignorancia por verdaderas , contemplaban en ellas sus propias
pasiones divinizadas, pudiendo entregarse por consecuencia , á su
imitacion , á la práctica de los placeres más obscenos y al libertinaje
más desenfrenado ; los filósofos, en fin , ya por acomodarse , segun
su costumbre , en esta parte al gusto de la multitud hablándole de
sus divinidades en la forma por ella apetecida , ya por querer hala
gar á los Emperadores, ya por la secreta envidia de no haber sido
ellos los primeros en proclamar la idea de Dios , viéndose en esto
precedidos y sobrepujados por unos pobres é ignorantes galileos,
gente vil , en su concepto , y la más detestable por sus crímenes ; ya
sobre todo , y muy principalmente , por parecerles una insigne ne
cedad la fe en un Dios hecho hombre y colgado en una cruz por los
pecados de los mortales .
Esta idea era enteramente nueva para ellos , y tal que les causaba
una especie de horror , como lo notó el apóstol San Pablo , cuando
al hablar del concepto que de Cristo tenían formado los judíos y
gentiles , escribía á los fieles de Corinto estas palabras : “ Los judíos
nos piden milagros , los griegos buscan sabiduría ; mas nosotros pre
dicamos á Jesucristo crucificado , escándalo para los judíos y nece
en el establecimiento del Cristianismo. 75

dad para los gentiles , pero Cristo de Dios y virtud y sabiduría de


Dios para los que de entre los judíos y gentiles han sido llamados
á la fel.
Por eso el Cristianismo no pudo alcanzar pacífica posesion en el
mundo sinó despues de una lucha la más encarnizada y pertinaz que
se vió obligado á sostener contra todos estos elementos durante el
largo período de tres siglos enteros ; lucha terrible y nunca vista en
los fastos de la historia , en la cual los cristianos combatían derra
mando voluntariamente su sangre , y perecían á manos de sus ver
dugos en medio de los tormentos más inauditos , sin oponer la menor
resistencia á sus verdugos , sinó ántes bien rogando por ellos al Dios
de las misericordias; lucha maravillosa , en que la sangre de los
cristianos se derramaba á torrentes y perecían á millares en los ca
dalsos los discípulos del Crucificado , muy contentos y gozosos de
padecer muerte afrentosa por testificar la divinidad y santidad de la
revelacion cristiana ; lucha sorprendente sobre toda ponderacion , en
que la horribilidad de los tormentos , lo cruel y duro de las perse
cuciones , lo ignominioso del nombre cristiano , lo penoso é inaguan
table de la miseria y pobreza sufrida por abrazarse con la cruz de
Cristo , no retraía á los hombres de correr á bandadas al Cristianis
mo , pudiendo decir con esta ocasion Tertuliano que la sangre ver
tida en el suplicio para testificar á Jesucristo era semilla de nuevos
cristianos: Sanguis martyrum semen est christianorum .
Y adviértase que en tan atroz persecucion por parte de los gen
tiles , tanto los Emperadores como los sacerdotes , así el pueblo como
los filósofos , trabajaron con una tenacidad verdaderamente infernal
para acabar con aquella peste de la República , como ellos llamaban
á los discípulos de Cristo . Era ésta tan buena disposicion de ánimo
para abandonar los falsos dioses y abrazarse con el Dios de los cris
tianos ? ¿ Era esto desarrollarse espontáneamente en los pueblos la
tendencia hacia las ideas del monoteismo ; cuando , al cabo de tanto
tiempo de lucha , y á pesar de hallarse el Cristianismo en gran ma
nera floreciente en medio de tan horrorosas persecuciones, aboga
ban todavía los filósofos del paganismo , Celso , Porfirio , Juliano,
por los ridículos dioses de Platon ?

| 1 Cor . , cap . 1 , vers. 22-23 . Véase el importante capítulo Christianisme et paga


nisme de la excelente obra alemana de Franz Hettinger , traducida al francés por los
Sres . Julian Lalobe de Felcourt y J. B. Jeaunin , Su título es Apologie du Christianis
me, par Franz Hettinger ; consta de cinco tomos en 4.° ; el articulo citado se halla en
e último tomo. Esta obra se halla ya traducida á nuestra lengua.
76 Realidad histórica de los milagros obrados

Fácilmente se fabrica una idea brillante con el objeto de ilusionar


á los lectores , dejando sin explicar los hechos de la historia , que ,
mirados de frente y en su totalidad , sobrecogen y espantan con su
grandeza. Se quiere presentar el establecimiento del Cristianismo en
el mundo como una cosa meramente natural ; para esto se le des
poja de todo aquello que pudiera chocar en su desenvolvimiento
con las pasiones de los hombres y con los dictámenes orgullosos de
la falsa filosofía . Se saca á plaza solamente lo que podía en alguna
manera favorecerle, si estuviera aislado de todo lo demás repug
nante y dificil, á saber : la idea del monoteismo , tan racional y con
forme á la razon humana , y la feliz casualidad ( ? ) de unirse firme
mente entre sí las particulares iglesias , y formar de esta manera un
solo cuerpo compacto y poderoso ; y con esto ya se tiene el efecto
explicado. Mas ¿ por qué no decir una sola palabra de la oposicion
que encontraban los dogmas del Cristianismo , en especial el de la
cruz , en las inteligencias de los sábios ? ¿ Por qué callar la contra
riedad absoluta que existía entre todas las doctrinas y costumbres,
así morales como religiosas, del Cristianismo y de la religion paga
na ; de manera que , para establecerse aquél en la sociedad y ser
ésta derrumbada, era preciso practicar la revolucion más espantosa
y enteramente radical que jamás habían conocido los siglos , impo
sible de ocurrirsele á filósofo alguno de cuantos hasta entonces ha
bían existido , más imposible todavía de ser realizada con las puras
fuerzas naturales , y emprendida sin embargo , y ejecutada por doce
miserables pescadores , ignorantes , desconocidos , y desprovistos de
toda humana proteccion y amparo ? ¿ Por qué no decir ni una pala
bra de los diez y ocho millones de mártires , que tuvo que ver sa
crificados en el tormento la Religion cristiana durante el espacio de
tres siglos para quedar por fin dueña del campo contra el paganis
mo ? ¿ Por qué pasar en silencio aquella profecía de Jesucristo , en la
cual estaba vaticinado este triunfo , diciéndose que habia de ser qui
tado á los judíos el reino de Dios, ó sea la Iglesia , para ser entre
gado a la gentilidad , la cual con esto habia de practicar obras de
gran santidad , y añadiéndose que cuantos fuesen contra este reino
así establecido quedarían destrozados , y que á cuantos él acometiese
quedarian enteramente deshechos ?? ¿ Por qué no contar la tan asom
brosamente rápida propagacion del Cristianismo al través de estos
invencibles obstáculos , que ya el mismo apóstol San Pablo pudo

I Matth ., cap . xxi , vers, 43-44.


en el establecimiento del Cristianismo. 677

escribir a los romanos diciéndoles que su fe era anunciada en el uni


verso mundo ' , y el evangelista San Marcos pudo escribir en su Evan
gelio que los Apóstoles , en cumplimiento de su mision , encomen
dada por Jesucristo al subirse á los cielos , predicaron por todas
partes, cooperando el Señor y confirmando con milagros su palabra ?
Estos son hechos tan soberanamente grandes , tan humanamente
incomprensibles, que en vano pretenderán los Racionalistas paliar
los y disimularlos con sus artificiosas omisiones . En vano se preten
derá tampoco explicarlos , si no es recurriendo á la única explica
cion aducida por los Cristianos . La realidad de los milagros hechos
por Jesucristo y sus Apóstoles en prueba de su divina mision se
impone aquí con una fuerza irresistible . En efecto ; el argumento de
San Agustin no tiene vuelta , y en vano se atormentarán los incré
dulos para darle una solucion satisfactoria . Si la Religion cristiana
se estableció en el mundo , al cabo de tres siglos de encarnizada
lucha , sin haberse verificado en su favor milagro alguno ; verdade
ramente este fenómeno es de los más milagrosos que se pueden
imaginar en el mundo , y supera su maravillosidad á los mismos mi
lagros creidos por los Cristianos.
¿ Así se derraman torrentes de sangre para defender unos hechos
falsos é inventados , cuales dicen los Racionalistas haber sido los ac
tos sobrenaturales atribuidos á Jesucristo ? Pasan de diez y ocho mi
llones los mártires que dieron la vida en medio de los más exquisi
tos tormentos para atestiguarlos. Se creerá acaso posible que tan
tos hombres hayan sido tan necios despreciadores de su vida , que
fuesen á perderla por defenderlos sin estar plenamente convencidos
de su verdad , sin ver en los que se los anunciaban pruebas eviden
tes é irrecusables de su divino orígen ? Estas pruebas eran los mila
gros manifiestos y palpables, que veían con sus mismos ojos ejecu
tarse en confirmacion de ellos .
Finalmente , han intentado Dodwel , Gibbon , Guizot , Bayle y
otros escritores , disminuir el número de los mártires cristianos; pero
el sábio Ruinart ha salido al encuentro de todas sus cavilaciones,
trayendo en su excelente obra intitulada Las verdaderas actas de los
mártires, documentos irrefragables que confirman la opinion comun
de los fieles.
Otro tanto se ha querido hacer con la propagacion portentosa
del Cristianismo , rebajándola y disminuyéndola para que pudiese

1 Rom ., cap. 1 , vers . 8.


78 Realidad histórica de los milagros obrados

entrar en la esfera de los fenómenos naturales . Pero este intento es


tan marcadamente absurdo , que sólo él basta , sin otro documento
alguno , para convencer á los Racionalistas de su mala fe. Ya San
Pablo escribía en su tiempo á los Romanos que la fe por ellos pro
fesada era anunciada en el universo mundo ; y San Mateo refiere en
su Evangelio que los Apóstoles predicaron la buena nueva por to
das partes , confirmando Dios su predicacion con milagros manifies
tos. San Pedro recorre el Ponto , la Galacia , la Bitinia , la Capadocia 1
y los pueblos del Asia ; funda por sí mismo la iglesia de Antioquía ;
manda á su discípulo Márcos á Alejandría para que haga lo mismo
en aquella ilustre ciudad , y establece definitivamente su Cátedra en
Roma , para ejercer en ella el primado de jurisdiccion sobre toda la
Cristiandad por medio de sus sucesores hasta el fin del mundo . Los
demás Apóstoles predicaron tambien cada uno en aquella parte del
mundo que le tocó por suerte, fundando allí sus iglesias de cristianos .
Es un error muy grave el del Sr. Draper decir que las condicio
nes políticas determinaron los límites de la nueva religion , siendo
éstos los del Imperio romano " . Eusebio y Teodoreto nos refieren
que el Evangelio había pasado más allá del imperio de los Césares .
Este último nombra á los Escitas, á los Sármatas , á los Indios , á
los Etiopes , á los Persas , á los Chinos , á los Hircanos, á los Bac
trianos , a los Bretones , á los Cimbros , á los Germanos , recapitulan
do su narracion con estas palabras : Atque, ut semel dicam , omne
hominum genus nationesque omnes induxerunt piscatores nostri et
publicani, ut Cruciſixi leges acciperent ?. En Arabia se celebraron
Concilios ya en los tiempos de Origenes , siendo este sábio llamado
á ellos como doctor ; en Persia , ya desde el cuarto siglo , sufrió gran
des persecuciones la Iglesia , la cual por lo mismo debía ya hallarse
allí muy extendida . San Justino , hacia la mitad del segundo siglo
del Cristianismo, escribe en su Diálogo con Trifon , n . 117, las si
guientes palabras : “ No existe clase alguna de gentes , ya sean de
los griegos, ya de los bárbaros , ya de cualquier nombre que sean ,
como los hamaxobios , que habitan en carros , ó los nómadas , que
no tienen casas , ó los scenitas, que pastorean los rebaños y viven
en tiendas , donde no se hagan gracias al Padre y Criador de todos
por el nombre del Crucificado . , De la misma suerte hablan San

1 Draper, l. c . , cap. 11 .
2 Véase á Teodoreto , serm . 9, De legibus; y á Eusebio , Demonstrat. evang .,
libro ill , cap. vii .

1
en el establecimiento del Cristianismo. 79

Ireneo , Clemente Alejandrino ' y Tertuliano 3 , autores , como se


sabe, de los primeros siglos .
Pero volviendo a la autenticidad de los milagros obrados por
Jesucristo y sus Apóstoles, hasta los mismos gentiles y judíos la han
reconocido , teniendo por verdaderos los hechos narrados en los
Evangelios. Así, segun Tácito 4 , Suetonio 5 y Josefo , por el tiempo
en que nació Jesucristo se habia esparcido el rumor , ya antiguo y
constante, de que por entonces debía salir de entre los judíos un con
quistador que hiciese á su pueblo dueño de todo el mundo.
Suetonio cuenta en otro lugar 7 , que ya bajo el imperio de Cláu
dio las disputas de los judíos relativas á Jesucristo habían sido causa
de que se les expeliese de Roma . El aparecimiento de muchos fal
sos mesías es tambien notado por Josefo y Celso 8 Josefo escribe,
como San Lúcas, que bajo el presidente Quirino se intentó hacer un
catastro de toda la Judea, lo cual excitó una sedicion general 9 Ju
liano habla de la misma cosa sin ponerla en duda 10. Macrobio re
fiere como un hecho público y notorio en la ciudad de Roma la
matanza de los niños inocentes y del mismo hijo de Herodes ejecu
tada por este tirano en la Judea por quitar la vida á Jesucristo " .
Celso hace mencion de este mismo hecho sin poner oposicion algu
na 12. Calcidio , filósofo platónico del cuarto siglo , refiere con señales
de veneracion y estima la aparicion de la estrella que condujo a los
Magos al pesebre donde se hallaba reclinado el divino Infante , y la
adoracion que postrados éstos le rindieron 13. Celso , conforme en
esto con los Judios , acusa á Jesus de haber aprendido la mágia en
tre los Egipcios, adonde se habían retirado con él sus padres por
huir de la persecucion de Herodes 14. La predicacion , virtudes y

1 Iren ., lib. 1. Cont, haeres., cap . x, n . 2 .


2 Clem . Alexand . , Stromat., lib. vi , cap. xvIII.
3 Tertul., Apologet ., cap. XXXVII .
4 Tácito, Hist., lib. V., cap. 13 .
5 Sueton . , in Vespas.
6 Josefo, De bello jud ., lib. vi , cap. XXXI.
7 Suetonio, in Claudio.
8 Orígenes, Contra Celsum , lib . 1, 0. 50.
9 Josefo, Antigüedades judaicas, lib . xviii, cap . i.
10 S. Cirilo Alejand . , lib . vi , Contra Julianum .
il Macrobio, Saturnal., lib. I, cap. iv.
12 Origenes, Contra Celsum , lib. I, n. 58.
13 Calcidio, Comment, in Tim .
14 Origenes, Contra Celsum , lib. 1, núms . 28 y 67 .
80 Realidad histórica de los milagros obrados

muerte injusta del Bautista nos las cuenta Josefo en sus Antigüeda
des judáicas 1. De los milagros de Jesucristo ha bla Celso en sus dos
primeros libros , ocultándose bajo la persona de un judío ? .
Bergier, despues de copiar por extenso las mismas palabras de
Celso referidas por Orígenes, cuyos lugares acabamos de citar, dice
con profunda verdad y exactitud maravillosa : " Celso , como se ve,
no era más comedido en sus palabras que los incrédulos de nuestros
días; ellos han copiado sus objeciones y su estilo . Este filósofo tenía
á la vista el Evangelio , cuya historia sigue sumariamente . Opone á
los milagros de Jesucristo : 1.º, que no son atestiguados sinó por sus
mismos discípulos , los cuales los han exagerado notablemente ; 2.º,
que Jesus los ha obrado por medio de la mágia con la invocacion y
auxilio de los demonios ó génios; 3. ', que otros impostores han he
cho tambien cosas semejantes, á las cuales prohibe Jesucristo pres
tar fe. En cuanto a su resurreccion , dice Celso que sus discípulos no
vieron sinó un fantasma, ó que han inventado ellos una patraña para
engañar á sus secuaces 3 ,
Así discurria aquel filósofo incrédulo , atribuyendo a la mágia los
milagros de Jesus . Por lo que hace al fantasma soñado por este ra
cionalista en el delirio de su impía incredulidad , bien podemos decir
que fantasmas como éstos , que dan origen en el mundo á hechos
tan portentosos y saludables , deben ser de una condicion muy es
pecial . Ciertamente , cuando Jesucristo se apareció á sus discípulos
en el cenáculo , y en presencia de ellos comió parte de un pez y de
un panal de miel que le presentaron á peticion suya , cuando se les
volvió a aparecer nuevamente á la orilla del lago de Tiberiades y
les dió á comer unos peces , que tenía asando en el fuego, con gran
des muestras de cariño y de amable benevolencia , debió ser la ilu
sion de estos pobres hombres muy extraordinaria ; pues se les des
aparecieron el pez y el panal , juntamente con la vision que se los
había devorado , y ellos a su vez mataron sabrosamente el hambre
con sombras у fantasmas de peces , asados tambien en sombras y
fantasmas de fuego.
Del deseo vano de engañar á sus secuaces atribuido á los Após
toles nada se diga , cuando sabemos que todos ellos dieron su vida

1 Josefo, Antigüedades judaicas, lib. xviii , cap. vii.


2 Origenes, Contra Celsum , lib. vi, núms , 28 y 38 ; lib. 1. 1. 41 y siguientes; lib.
II, n. 47 .
3 Bergier. Tratado hist.-dogmat., etc. , parte tercera, cap. 11 , a. 1, pár. 8.
en el establecimiento del Cristianismo. 81

y su sangre por atestiguar la verdad de los hechos que referían , sin


esperar de su muerte , fatigas y trabajos utilidad alguna. A seme
jantes necedades responderá siempre el sentido comun con aquella
profunda sentencia de Pascal : “ Gústanme los testigos que se dejan
degollar 1. ,
Nada diremos de Porfirio , de Hierocles y del apóstata Juliano; :
porque no queremos alargarnos demasiado en este capítulo ; nada
tampoco de los Judíos , en cuyos libros talmúdicos se admiten como
ciertos los milagros de Jesucristo en razon de hechos verdadera
mente sobrenaturales. Véalos quien guste todos reunidos en Bergier,
párrafos 8 , 9 y 10 del lugar citado , donde hallará los testimonios
más claros de todos estos gentiles y judíos en favor de la verdad
de los milagros dichos , en razon de hechos reales y obrados por
fuerza superior a la de los agentes de la naturaleza ,
Inútil juzgo detenerme en probar que los Padres de los primeros
siglos tenían tambien por verdaderos los hechos , que se encuentran
narrados en los cuatro Evangelios : sobre la verdad de estos hechos
descansaba su fe y la de toda la Iglesia , como descansa en nuestros
dias. Consulte , quien quiera convencerse de la verdad de nuestro
aserto , á San Clemente romano , á San Ignacio mártir , á San Poli
carpo y á Papias , autores del primer siglo , coetáneos de los mismos
Apóstoles y discípulos suyos ; á San Justino, filósofo y mártir ; á
Atenágoras, San Ireneo , Clemente Alejandrino , Tertuliano , erudi
tos todos y sábios , los cuales vivieron desde principios del siglo
segundo hasta principios del tercero ; á Eusebio Cesariense , histo
riador de gran nota , y á Origenes , de pasmosa erudicion y sabidu
ría , en el tercer siglo de la Iglesia ; y así se puede ir continuando
el catálogo, descendiendo por los siglos posteriores hasta nues
tros días.
Despues de todo esto y nótese que no hemos tocado todos los
argumentos que aducen los católicos para probar el divino origen
de nuestra sagrada Religion ? —qué pueden valer las levisimas
bagatelas , á que recurre el profesor americano para burlarse de los
milagros ? ; Que en la Edad Media se recurria al milagro como único
medio de comprobar la inocencia ; que los milagros abundan entre

1 J'aime des témoins qui se font égorger. ( Pensées de Pascal. )


2 Véase sobre esta materia la reciente obra del P. Perrone, intitulada : De D.
N. Jesu -Christi divinitate adversus hujus aetatis incredulos , rationalistas et mythicos,
libro III .
6
82 Realidad histórica de los milagros obrados

os cristianos , cuando no son necesarios , y luego , en el tiempo de


la necesidad , no se hace ni uno sólo ; y que así sucedió , cuando los
Persas se apoderaron de Jerusalen y se llevaron la santa Cruz ! A
que vienen semejantes paparruchas ? Si los bárba ros en la Edad
Media recurrian al milagro por medio del duelo , del agua fría y del
fuego para comprobar la inocencia ; mirada la cosa en sí , obraban
bárbaramente y como ellos eran , porque se ponían á tentar á Dios
con tal género de conducta . Cuando más , su ignorancia y su pueril
simplicidad los excusaria , no viendo ellos pecado en tales acciones .
Por lo demás , ¿ cuándo ha enseñado la Iglesia semejante manera
de comprobar la inocencia ? Saquen los Racionalistas algun docu
mento oficial de algun Concilio universal presidido y gobernado por
el Papa , ó del Papa mismo hablando ex cathedra , sobre esta mate
ria y aprobando tal género de acciones . Entonces, y sólo entonces,
habrán probado que la Iglesia enseña y aprueba tal modo de inves
tigar la verdad , tan irracional y contrario a las leyes de la sana
prudencia . Mientras no hagan esto , pierden el tiempo miserable
mente en necias declamaciones, sin tocar á la Iglesia en lo más
minimo.
¡ Ah ! que en los documentos oficiales dichos hallarían todo lo
contrario de lo que ellos desean , es decir , la expresa reprobacion y
prohibicion de tales barbaridades . Por eso gustan más de calumniar
al Cristianismo, atribuyendo a la Iglesia lo que no es sinó de algunos
ignorantes miembros suyos.
Todavía es más necio lo que se dice de la abundancia de mila
gros en tiempo de ninguna necesidad , y de la absoluta escasez en
los casos necesarios . Dios hace los milagros cómo y cuándo más le
agrada á su infinita sabiduría , y para los fines que El se sabe en su
sapientisima providencia . Nada , pues , tiene de extraño el que quiera
hacer alguno para atender á las súplicas ó necesidades particulares
de algunos, mientras deja á los enemigos de su Iglesia triunfar vic
toriosos en lo material , destruir los templos y apoderarse de las
cosas más sagradas por motivos altísimos que Él se sabe ' . Los Ca

1 Sabido es que los Católicos recobraron la cruz del Salvador , habiendo vencido
Heraclio en tres batallas consecutivas á Cosroes , cuando éste se hallaba muy enva
leptonado con sus triunfos. Sabido es tambien que este malvado rey persa fué asesi
nado por su hijo mayor de resultas de las tres mencionadas derrotas. ¿Por qué no cuenta
esto Draper, ya que tanto se afana en ponderar los descalabros de los ejércitos cris
tianos sufridos en tiempo de Cosroes ? La imparcialidad no es lo que más caracteriza
á los Racionalistas . Sobre los designios de la Providencia en permitir las guerras,
en el establecimiento del Cristianismo. 83

tólicos no juzgamos de las personas y de las cosas por la prosperi


dad material que las acompaña , sinó por la virtud y santidad de que
se presentan adornadas . Lejos de valernos de un tal criterio , tene
mos siempre fijas en la memoria y en el corazon aquellas palabras
del Apóstol : Todos los que quieren vivir piadosamente ajustando su
vida á la de Cristo Jesus, padecerán persecucion '; y aquellas otras
de nuestro divino Salvador : En el mundo tendreis apretura ? ; no es
mejor el discipulo que su maestro ; si me han perseguido á mi , tam
bien á vosotros os perseguirán 3. Lo que sabemos, sí , con certeza
es que de todas estas tribulaciones cada uno puede , si quiere , salir
triunfante ; no , llenándose de riquezas y de bienes temporales , que
Jesucristo no ha venido al mundo á enseñarnos la manera de enri
quecernos , sinó adornándonos de virtudes , que son los bienes más
apreciables y dignos del hombre , procurando especialmente adqui
rir la preciosa y heróica virtud de la paciencia . Por eso oimos fre
cuentemente en la Misa aquellas palabras de nuestro divino Salvador :
In patientia vestra possidebitis animas vestras.
Lo que sabemos sí tambien , es que la Iglesia en todos tiempos
ha de ser combatida , pero nunca vencida . Porque la Iglesia , cual
roca inmoble colocada por la mano de Dios en medio del Océano
de este mundo , perpétuamente alborotado por las pasiones hu
manas , verá siempre estrellarse á sus plantas las embravecidas
olas que los hombres perversos levantan contra ella , enfureciéndo
se un momento en vista de sus santísimas amonestaciones, y des
apareciendo luégo para no reaparecer jamás . Las puertas del
infierno no prevalecerán contra ti 4 , le ha dicho su divino Funda
dor . Tú eres , le añade , la piedra desprendida del monte del cielo
sin industria de hombre 5 , y te hallas colocada en el mundo para
signo de los pueblos 6 , signo de salud y de resurreccion para muchos.
de contradiccion y de escándalo y ruina para otros 7. Tú eres la
piedra , le ha dicho en fin , que hará pedazos á todo cuanto diere

léanse dos cartas bellísimas de Donoso Cortés , para quien la guerra es en el plan di
vino un instrumento de expiacion y un medio de civilizacion de los pueblos,
1 II Tim ., cap. iii , vers . 12 .
2 Joan . , cap. xvi , vers. 33 .
3 Matth ., cap. x , vers. 24.
4 Matth ., cap. xvi , vers. 18 .
5 Dan ., cap. ll , vers . 34.
6 Isai., cap. xi , vers . 10.
7 Luc . , cap. 11 , vers . 34 .
84 Realidad histórica de los milagros obrados

contra ella , y desmenuzará y convertirá en polvo á aquello sobre que


ella cayere !
Esto es lo que sabemos los Católicos ; y lo estamos leyendo, no
sólo en todas las páginas de la historia antigua , sinó tambien en los
hechos todavía recientes de la nuestra . La Iglesia tiene hoy apre
tura , cual nunca la ha tenido despues de la derrota del paganismo ;
pero con la divina virtud del que la sostiene cumpliendo su celestial
promesa, vence siempre, quedando en pié firme y vigorosa en medio
de las idas y venidas de las doctrinas racionalistas é impias , que , á
manera de olas hinchadas, se presentan un momento en el alboro
tado mar del mundo para bramar desaforadas contra ella y luégo
deshacerse por completo , abatidas con el viento del desprestigio y
con la sucesion de otras nuevas de la misma especie 2 .
No quiero dejar aquí sin el debido correctivo la insigne calumnia
con que el depravado escritor americano mancha la memoria del
santísimo y sapientisimo Doctor de la Iglesia San Ambrosio . En el
capítulo viu de su desventurado libelo escribe de este ilustre Doctor
que en su disputa contra los arrianos presentó posesos que, al con
tacto de las reliquias de ciertos mártires, se pusieron á dar grandes
gritos diciendo que la doctrina del concilio de Nicea relativa á la
Trinidad era verdadera ; pero que los arrianos le acusaron de haber
sobornado á estos testigos infernales con una gruesa suma de dinero .
Y luégo, uniendo su acusacion a la de los herejes dichos, concluye
con este epifonema: Empesaban ya á estar en uso las ordalias. —
¿ Dónde se ha visto semejante género de crítica, decir que acusaron
simplemente los enemigos á su adversario , sin notar que probasen
con testimonios fehacientes la legitimidad de su acusacion ; y luego
pronunciarse en favor de éstos , aunque se sepa ser la persona acu
sada de una conducta intachable , y que no habría cometido una
iniquidad por todo el oro del mundo . Pero tal manera de discurrir
es muy frecuente en los enemigos de la Religion Católica , cuando
se trata de poner argumentos contra ella . Lo cual prueba una falta
completa de razones sólidas para opugnarla , puesto que se recurre
á tan miserables artificios. ¿ Pero de qué sirven tan oprobiosas ini

1 Matth . , cap . xxi , vers . 44 .


2 Véase en la citada obra del P. Perrone , vol. 1 , sect, altera, el párrafo 3.º del
artículo 2.0 perteneciente al cap . xi . En dicho párrafo, intitulado De multiplici Chri
sti victoria ex cujusvis speciei incredulis , verán tratado magníficamente nuestros lecto
res este asunto de la victoria que está adquiriendo la Iglesia en nuestros días contra
todos los esfuerzos de la incredulidad reunidos.
en el establecimiento del Cristianismo. 85

quidades ; sinó es para poner más en claro la verdad purísima que


defendemos, y que siempre han defendido los católicos ?
San Ambrosio no presentó en disputa alguna poseso de ninguna
clase, ni sobornó tampoco á gente perversa para que inventase mi
lagros en favor del Cristianismo . Lo que sucedió fué que en tiempo
de este Obispo venerable fueron descubiertos los sagrados cuerpos
de los Santos Gervasio y Protasio , que yacían desconocidos en la
basílica de Milán ; y como con ocasion de este descubrimiento los
mártires dichos hubiesen hecho vários milagros reales y verdaderos,
que los arrianos no podían negar , siendo ellos incapaces al mismo
tiempo de hacer otros semejantes, dieron estos herejes en decir que
San Ambrosio había sobornado á los testigos con dinero . Mas el
pueblo , que veía con sus ojos lo que pasaba , y presenciaba el hecho
real y verdadero de haber adquirido la vista repentinamente, con
sólo el contacto de las dichas reliquias , un ciego de nacimiento , á
quien siempre había conocido destituido de ella, supo muy bien á
qué atenerse : despreció las calumnias de los herejes, y se confirmó
en la fe de Jesucristo , cesando desde entonces de perseguir al Santo
la reina de Sirmio , Justina, patrocinadora de los arrianos .
Oigamos cómo cuenta todo el suceso Paulino , amanuense del
mismo San Ambrosio, en una carta que, despues de muerto el San
to , dirigió á San Agustin refiriéndole en breve lo más principal de la
vida, virtudes y milagros del insigne Obispo, segun la había presen
ciado con sus mismos ojos.
La citada carta se encuentra á la cabeza de las obras del Santo ,
sirviendo de biografía del mismo , y puede verse en la Patrologia
latina de Migne , tomo xiv de toda la coleccion , y primero de las
obras de San Ambrosio . Dice así, en los números 14 , 15 y 16 : “ Por
este mismo tiempo se aparecieron al sacerdote ( Ambrosio ) los san
tos mártires Protasio y Gervasio . Porque se hallaban colocados en
la basílica , en que hoy están los cuerpos de los mártires Nabor y
Félix ; pero miéntras estos dos santos mártires eran celebrados con
mucha frecuencia de gente que visitaba sus reliquias , permanecían
desconocidos tanto los nombres como los cuerpos de los mártires
Protasio y Gervasio , en tanto grado que por encima de sus sepul
cros pasaban cuantos querían llegarse á las rejas con que eran de
fendidos de todo atropello los sepulcros de los santos Nabor y Félix .
Pero apenas fueron sacados los cuerpos de los santos mártires,
y colocados en literas, muchos enfermos recobraron milagrosamen
te la salud ; y un ciego , de nombre Severo, el cual hoy día sirve re
86 Realidad histórica de los milagros obrados

ligiosamente en la misma basílica llamada Ambrosiana, adonde fue


ron trasladados los cuerpos de los mártires, no bien hubo tocado el
vestido de éstos , cuando de repente recibió la vista . Los que habían
sido curados de la posesion del demonio , que se había apoderado
de sus cuerpos, volvían á sus casas dando a Dios muchas gracias .
Con estos beneficios de los mártires crecía la fe de la Iglesia Católi
ca , y á medida de este crecimiento , iba disminuyendo la perfidia de
los arrianos.
,, Por fin , desde este tiempo comenzó á apaciguarse la persecu
cion , que se encendía con el soplo y furor de Justina , empeñada en
que fuera echado de la iglesia el sacerdote ( Ambrosio ) .
Sin embargo , dentro del palacio la multitud de arrianos , que en
él vivía con Justina , hacía burla de tanta gracia como Dios se había
dignado conceder á su Iglesia por los méritos de los mártires de Je
sucristo ; y decía que el venerable varon Ambrosio había ganado
con dinero á algunos hombres , para que fingiesen hallarse atormen
tados de los espíritus inmundos , y añadiesen á esto sentirse ellos
mismos apremiados no menos de Ambrosio que de los mismos
mártires .
Mas esto decían los arrianos con boca judaica , mostrándose
poco inferiores á los judíos . Porque éstos decían del Señor que lan
saba los demonios en nombre de Beelcebub ( Lucas , cap . xi , v. 15 ) ,

y ellos afirmaban de los mártires y del sacerdote de Dios no ser


echados los espíritus inmundos por la gracia de Dios que obraba en
ellos , sinó haber sido forjada una mentida posesion diabólica por
unos hombres comprados con dinero . Porque los demonios daban
voces diciendo : Ya sabemos que sois mártires, y los arrianos repli
caban : No sabemos que seais mártires ...
Empero Dios , que acostumbra ser liberal con su Iglesia en la
concesion de sus gracias , no permitió que fuesen sus Santos insul
tados por largo tiempo de esta gente perfida. Porque uno de la mis
ma multitud arriana arriba indicada , arrebatado súbitamente del es
píritu inmundo , comenzó á clamar que , en la misma forma que él
era atormentado , así lo serían tambien cuantos negasen á los márti
res ó no creyesen en la Trinidad enseñada por Ambrosio . Pero los
arrianos , confundidos con esta voz , en lugar de convertirse y hacer
una penitencia digna de tal confesion , añadieron el homicidio á la
perfidia : mataron á aquel hombre y le arrojaron en una piscina . ,
Hasta aquí las palabras de San Paulino, por las cuales se ve cla
ramente qué juicio debemos formar de la conducta observada por
en el establecimiento del Cristianismo. 87

el libre pensador de Nueva York . No revientan de escrúpulos esta


clase de gentes : ántes bien la calumnia les parece muy aceptable ,
cuando con ella pueden inferir algun daño a la Iglesia de Jesucristo .
Una sola cosa podría poner en duda la divinidad de los milagros
obrados por Jesucristo y sus Apóstoles , y áun hasta obligarnos á
rechazarla y á tener estos hechos maravillosos por obras del espí
ritu maligno, si llegára á hacérsenos palpable y manifiesta : esta cosa
es la falsedad intrinseca de los dogmas cristianos . Si los enemigos
del Cristianismo nos hiciesen ver con sus razones filosóficas ser fal

sos los dogmas enseñados por Jesucristo y conservados en la Igle


sia Católica ; entonces , al instante , convendríamos con ellos en que
las tales obras maravillosas no fueron verdaderos milagros , y afir
maríamos con Celso y con los Judíos deberse atribuir a la mágia y
á la operacion diabólica .
į Mas aducen tales argumentos los Racionalistas ? La doctrina en
señada por Jesucristo , y conservada en su Iglesia mediante el ma
gisterio vivo de su Vicario el Pontífice Romano, es acaso abierta
mente opuesta a la sana razon humana ? Los Racionalistas , por
supuesto , lo afirman con mucha aseveracion , teniendo los misterios
cristianos por cuentos ridículos y absurdos ; mas en lo de aducir ra
zones que demuestren la rectitud de sus juicios , no se hallan tan
fuertes y contundentes . Veamos qué es lo que dice la sana filosofia
acerca de estos dogmas examinados á la luz de la razon natural.
Pero esto pide ya capítulo aparte .
CAPÍTULO VII

CONFORMIDAD DE LOS MISTERIOS DEL CATOLICISMO


CON LA SANA RAZON .

N vano aduciríamos los Católicos , como lo dejamos apun


tado al concluir el precedente capítulo , hechos verdade
E ramente sobrenatural
es , cuya realidad no pueda ninguno
poner en duda , producidos en favor del Cristianismo , si las doctri
nas profesadas por esta Religion fuesen irracionales , ó sea contra
rias á la sana filosofía . El origen del Cristianismo en este caso debería
en verdad ser atribuido á una causa sobrenatural o suprasensible,
pero inmoral y perversa . Afortunadamente en el Cristianismo no
hay que temer un error semejante: sus doctrinas morales son las
más puras y espirituales ; tanto , que han logrado arrebatar por su
misma belleza , sumamente encantadora y sublime , á sus mismos
enemigos .
Las especulativas , ó lo que pudiéramos llamar su Teología , en
lo que concierne á las verdades de un órden puramente natural, son
á todas luces verdaderas, y además profundamente filosóficas. Nin
guno ha expuesto con más verdad y profundidad las ideas relativas
á la naturaleza de Dios , del mundo y del hombre que la Religion
Cristiana.
Solamente , pues , resta inquirir cuál sea la condicion de los mis
terios pertenecientes á dicha Religion , para que tengamos una idea
exacta de la proporcion que guarda toda la doctrina de Jesucristo
con los dictámenes de la sana razon humana .
Entre estos misterios , los más fundamentales y que forman , por
decirlo así , la base de toda la religion enseñada por nuestro adora
ble Salvador, son los tres siguientes : el de la Santísima Trinidad , el
de la Encarnacion del Verbo, y el de la Redencion del género hu
Conformidad de los misterios del Catolicismo, etc. 89

mano , caido de su primer estado por el pecado de nuestros prime


ros padres . El primero de estos tres misterios nos revela la natura
leza interna de Dios , y nos dice cómo es Él para sí mismo sin
relacion alguna á sus criaturas: cosa que nosotros nunca hubiéramos
podido descubrir con los discursos de nuestra flaca razon , no sién
donos posible otro conocimiento de la divina esencia , sinó el que
formamos por conceptos generales y abstractos , basados en la con
templacion de las cosas criadas , pequeñísimos efectos de su infinito
poder y pálidos destellos de su luz inaccesible.
Para conocer a Dios como es en sí , nos sería necesaria la intui
cion inmediata de su divina esencia ; y esta intuicion el alma humana
no la puede obtener con sus solas fuerzas naturales , por ser éstas de
su propia condicion discursivas con respecto a las esencias de todos
los seres suprasensibles , y mucho más respecto del Sér por exce
lencia , infinitamente superior a todos los demás , por grandes y le
vantados que sean .
La razon humana no puede conocer a Dios sinó levantándose á
ÉI por sus criaturas, y formando , por consiguiente , un concepto de
la Divinidad , que diga esencialmente relacion á los objetos criados,
como cuando se nos representa bajo los conceptos de Sér no pro
ducido por otro , primero , absolutamente necesario , fuente y origen
de todos los demas , infinitamente superior en perfeccion á todos los
séres finitos capaces de salir de sus manos , etc. , etc. Conceptos son
estos todos , que siempre llevan envuelta en sí alguna comparacion
por parte de nuestro entendimiento , con la cual enunciamos cuanto
excede la perfeccion divina , oculta á nuestra intuicion , á la perfec
cion de todas las criaturas , efectos suyos.
El misterio de la augustísima Trinidad , por el contrario, nos le
vanta mucho más arriba en este conocimiento , manifestándonos , si
bien por vía de revelacion oscura y al través del misterioso velo de

la fe , lo que Dios es en sí y para sí en el piélago insondable de su


realidad absoluta . Él nos dice por una parte que Dios en la esencia
es uno , y que , por tanto , la pluralidad de dioses es un absurdo, no
habiendo más que un solo Dios verdadero y vivo , Criador y Señor
del universo, omnipotente y eterno , inmenso é incomprensible , do
tado de entendimiento y voluntad , é infinito en todo género de
perfeccion
Pero al mismo tiempo nos añade por otra que en esta esencia

1 Concil. Vatic. , Const, dogm . De Fide, c . 1 ; Concil . Later . IV , c. Firmiter .


90 Conformidad de los misterios del Catolicismo

única , sin el menor detrimento de su unidad simplicísima y de su


perfeccion absolutísima , subsisten tres personas , íntimamente rela
cionadas entre sí , y unidas con estrechísima lazada , Padre la una ,
Hijo la otra , y Espiritu Santo la tercera ; que el Padre es principio
del Hijo y lo engendra eternamente de su propia sustancia , contem
plándose y entendiéndose á sí perfectamente ; y que estas dos divi
nas personas , mirándose y complaciéndose la una en la otra con
inefable contento y gozo , se aman infinitamente : de donde resulta
un amor reciproco y sustancial , llamado Espíritu Santo , el cual pro
cede de entrambas como de único principio ; que todas tres son
iguales en todo , eterno el Padre , eterno el Hijo, eterno el Espíritu
Santo ; omnipotente el Padre , omnipotente el Hijo, omnipotente el
Espíritu Santo ; Dios y Señor el Padre , Dios y Señor el Hijo, Dios
y Señor el Espíritu Santo ; sin que por esto sean tres eternos , como
ni tampoco tres omnipotentes, ni tres dioses , ni tres señores ; por
que todas tres subsisten en una y misma divinidad , con la cual per
fectísimamente se identifican , sin perder empero la mútua y real
distincion !
El segundo de los tres misterios indicados nos da a conocer el
sapientísimo plan de la divina Providencia en el gobierno de los
hombres ; cosa tan importante para todos nosotros , y que , sin em
bargo , ninguna inteligencia criada es capaz de comprender, por la
alteza suma y profundidad maravillosa que en si encierra . Por él sa
bemos que Dios en tanto grado umó al mundo , que dió á su unigé
nito Hijo, para que todo el que cree en Él no peresca , sinó tenga la
vida eterna ; porque no le envió su Hijo para que le jusgase, pidién
dole cuenta de sus perversas acciones , sinó para que por Él se sal
vase , recibiendo la vida eterna 2. Por él somos advertidos del dón
inestimable de nuestra redencion , por el cual hemos sido sacados de
las tinieblas á la luz , de la muerte á la vida , del cautiverio de Sata
nás á la libertad preciosa de los hijos de Dios , y comprados con la
sangre y muerte de Aquel que , siendo por naturaleza inmortal, se
vistió voluntariamente de nuestra carne mortal y pasible , y recibió
en ella gustoso, clavado en una cruz , el castigo de nuestras iniqui
dades , tomando sobre sus espaldas los pecados de todos los hom
bres 3.

1 Concil . Lateran ., l. cit.; Símbolo Ambrosiano.


2 Joan ., cap. III , vers. 16-17 .
3 Isai., cap. LIII, vers. II.
con la sana razon . 91

Y este exceso de amor y misericordia es lo que se encierra en el


tercer misterio , el cual se refiere a la redencion del humano linaje,
mediante la muerte y méritos de Nuestro Señor Jesucristo , y al es
tado de perdicion en que los hombres yacían á consecuencia de
aquel primer pecado , que derramó su veneno mortífero sobre toda
la descendencia de Adan y Eva. En aquella lamentable tragedia,
que tuvo lugar en los jardines del Paraíso , caímos todos miserable
mente de la soberana altura y dignidad á que habíamos sido levan
tados en un principio por el divino Hacedor, sin merito alguno de
nuestra parte , y sin requerirlo así tampoco la humilde condicion de
nuestra naturaleza . Porque los bienes grandísimos y sobre toda pon
deracion apreciables de que con aquel pecado fuimos despojados,
dones eran sobrenaturales y al hombre no debidos . Este , de su pro
pia condicion , es un sér compuesto de alma y cuerpo , y como tal
se halla naturalmente sujeto a la influeneia de los agentes externos
que le rodean . Los movimientos de la sensibilidad , las enfermeda
des del cuerpo , los dolores y tristezas del alma , y la misma muerte
corporal , son efectos naturales del organismo sensible que le cons
tituye , y á que vive intimamente unida su alma . No le corresponde
por naturaleza el que no se levanten contra su voluntad ciertos sen
timientos y afectos en la parte inferior de su sér, á que no le es li
cito rendirse . Estos sentimientos no son sinó los gritos de las
potencias sensitivas, que advierten á la razon la presencia de ciertos
bienes materiales que pueden ser abrazados en algunos casos , para
que vea ella si en aquellas determinadas circunstancias pueden ser
por ella honestamente apetecidos . Ellos en sí mismos no son peca
dos , ni se peca tampoco por padecerlos ó sentirlos , sinó únicamente
por darles entrada en la voluntad , aprobándolos y complaciéndose
en ellos , ó ejecutando las acciones á que ellos inducen , cuando no
es lícito practicarlas.
Otro tanto se diga de la gracia santificante y de los derechos
que ella confiere tocante á la posesion de la eterna bienaventuran
za , bienes todos puestos muy por encima de nuestra natural bajeza.
Porque al hombre no corresponde , como premio de sus acciones
virtuosas , practicadas con las solas fuerzas de su natural albedrío
en esta vida , la vista clara de la divina esencia en la otra con aquel
gozo inefable que hace felices á los moradores del cielo , sinó un
conocimiento de la Divinidad muy inferior a esta vision dichosa,
aunque más perfecto que el presente , y más lleno de gozo y bien
andanza que cuantos bienes poseemos en este mundo .
92 Conformidad de los misterios del Catolicismo

Todos estos eran bienes sobrenaturales y no debidos á nuestra


natural condicion . Por lo cual enseñan los doctores con Santo To
más ' que aquella sujecion del cuerpo al alma , y de las potencias
inferiores á la razon , con que fué criado el primer hombre , y con
que hubiéramos venido todos al mundo á no haber mediado la la
mentable desgracia del pecado original , no era debida á la natura
leza humana , ni formaba parte de su integridad natural. Y funda
dos en este mismo principio , advierten que un hombre puesto en
el estado de pura naturaleza no se diferenciaría de los que ahora
vienen al mundo anchados con la culpa original , sinó en una ma
nera semejante á la que se distinguen , con respecto a las vestidu
ras corporales , dos personas enteramente desnudas , de las cuales
la una ha sido despojada en castigo de sus maldades, al paso que
la otra nunca las ha tenido . En cuanto á lo físico que en ellas que
da , ambas son completamente iguales : nada les falta de lo natu
ral , ambas tienen todo cuanto pertenece a la integridad perfecta de
su sér ; la diferencia sólo está en cierta cosa moral, con que en la
una la desnudez es una simple carencia de vestidos, y en la otra
una verdadera privacion , con despojo de lo anteriormente po
seido ?.
Si esto es así , como no cabe la menor duda de que lo es , segun
lo dejamos indicado ; ignorancia más que supina demuestra el
tristemente célebre autor de Los conflictos entre la ciencia y la reli
gion cuando , para censurar á ésta porque tiene entre sus doctrinas
el dogma del pecado original , nos sale diciendo que la mortalidad
del hombre es una cosa natural . ¿ Qué doctor católico ha habido
jamás en el mundo que haya enseñado lo contrario ? Ántes bien,
¿ qué miembro hay de la Iglesia Católica, que no sepa ser al hom
bre la muerte un efecto natural , causado por la disolucion del or
ganismo corpóreo , y que el dón de la inmortalidad , concedido por

I Hé aqui las palabras del Santo Doctor, segun se encuentran en su Summa Teolo
gica ( 1 p. q. 95 , a. 1 ) : « Manifestum est quod illa subjectio corporis ad animam et
inferiorum virium ad rationem non erat naturalis ; alioquin mansisset post peccatum ,
cum etiam in daemonibus naturalia post peccatum permanserint, ut Dionys. dicit. 4
De div , nom , »
2 Véase á Suarez y á Ripalda; al primero en el Prolegómeno IV á sus libros de
Gracia , y al segundo en sus dos libros compuestos contra los errores de Bayo , y
puestos , por via de apéndice , á sus Disputationes de Ente supernaturali. Los Teólo
gos disputan sobre si en el estado de la naturaleza pura el hombre sería ménos tenta
do por el de:nonio de lo que lo es en la naturaleza caída ; pero nada hay de cierto en
esta parte . Véase á Suarez , l. cit ., cap. IX .
con la sana razon . 93

Dios á nuestros primeros padres , fué un beneficio enteramente gra


tuito , de que se hicieron indignos por su pecado ? La existencia del
pecado original y de los efectos por él causados en nuestra natura
leza no es cosa que debamos investigar con el estudio de esta natu
raleza misma , como pretende neciamente el ignorante profesor. Los
efectos dichos se hallan fuera del orden natural , y por tanto no nos
puede constar su existencia con el estudio de la simple naturaleza
humana ; la cual hubiera podido muy bien ser criada en un princi
pio con las mismas enfermedades naturales , que ahora trae al nacer
como efectos de dicho pecado . El único medio posible de conocer
los es recurrir a la tradicion de los pueblos , fundada en los hechos
de la revelacion primitiva ; por lo cual la Iglesia no puede obrar con
mayor prudencia y sabiduría cuando , para darnos de ellos noticia,
nos trae el testimonio de las Santas Escrituras .
Pero dejemos esta cuestion á un lado , y pasemos á averiguar
lo que forma el objeto de este capítulo . Tenemos ya expuestos en
brevísimas palabras los tres principales misterios de nuestra Religion
sacrosanta . Ahora pregunto yo a todos los Racionalistas del mundo:
jen los misterios dichos encuentra acaso la razon humana algo que
los haga evidentemente reprobables y contrarios á las verdades de
la sana filosofía ? Puédense esforzar cuanto gusten en demostrarnos
lo ; bien seguros estamos de que no lo conseguirán jamás. La razon
nos dice , es verdad , que es un absurdo la doctrina del politeismo ;
pero esta doctrina tambien la condena abiertamente la Iglesia Cató
lica , proponiéndonos entre sus creencias la existencia de un solo
Dios. Ella nos dice y enseña que la naturaleza divina es numérica
mente una , y que no existe por consecuencia más que un solo Dios
verdadero.
A esto añade en seguida que la tal única y simplicísima esencia
subsiste en tres personas realmente distintas ; cosa que nosotros no
podemos comprender, porque no tenemos intuicion de esta esencia
perfectísima, sinó una nocion imperfecta , parecida a la que tiene un
ciego acerca de los colores. Pero, aunque no entendemos el cómo
de la cosa , bien vemos que no aparece contradiccion alguna en los
términos ; porque los conceptos de esencia y de persona son dis
tintos.

Dirán los Racionalistas que , esto no obstante , echamos por tier


ra con el tal misterio el principio de identidad ; porque siendo una
misma cosa la esencia y las personas , éstas permanecen distintas
entre sí . Pero á esto responderemos nosotros que el tal principio es
94 Conformidad de los misterios del Catolicismo

muy verdadero cuando se refiere a objetos finitos , en los cuales su


intrinseca y esencial limitacion hace que el uno no pueda tener la
misma naturaleza numérica del otro ; pero que no há lugar cuando
se trata de un medio infinitamente perfecto , cual es la divina esen
cia ; la cual , en virtud de su ilimitada perfeccion , es comunicable , la
misma en número , á las tres divinas personas , distinguiéndose de
cada una por cierta manera virtual , no formal ó real . Porque esta
esencia absolutísima , como unidad perfectísima que es , y origen de
toda suerte de variedad , encierra en su simplicidad maravillosa cuan
to bueno se encuentra en las criaturas , á saber : el principio de dis
tincion у el principio de identidad , identificándose en todo el senti
do de la palabra con cada una de las tres distintas personas , y
distinguiéndose de ellas virtualmente ; de manera que viene á ser
fundamento de verdadera multiplicidad en Dios , sin detrimento de
su infinita unidad .
De esta suerte desaparecen de la Divinidad aquella soledad é inac
cion que tanto ofenden á los Panteistas de nuestros tiempos. Para
que Dios no sea un sér solitario y una sustancia inactiva por toda
la eternidad , recurren estos filósofos á la peregrina idea de suponer
al mundo emanando perpétuamente de la sustancia divina , al modo
que los rayos del sol brotan sin cesar de la sustancia y actividad de
este astro desde el momento en que principió á existir . El misterio
augusto de la Trinidad beatísima nos presenta á estas tres divinas
personas puestas en perenne é indisoluble sociedad y accion : al
Padre engendrando perpétuamente al Hijo , al Hijo siendo engen
drado del Padre desde toda la eternidad , al Padre y al Hijo unién
dose siempre con un estrecho é inefable lazo de amor, y producien
do al Espíritu Santo , y a esta Santísima Persona constituyendo el
vínculo sagrado y estrechísima lazada con que las otras dos apreta
damente se abrazan . Qué accion más excelente , ni que compañía
más soberana podemos atribuir al Supremo Sér, que la compañía y
accion profesadas por el Catolicismo ?
Ante tan admirable y portentosa emanacion , qué viene á ser la
emanacion panteista ? En verdad que si tan sublime y profunda doc
trina , cual es la que profesa la Religion Católica en este incompren
sible misterio , la hubieran hallado nuestros Racionalistas en los li
bros de Platon ó de otro cualquiera ſilósofo ; digo más : si los mis
mos Cristianos se la atribuyeran á Jesucristo , teniéndole no más que
por un puro hombre , dotado de alta penetracion y sobresaliente en
sus concepciones filosóficas, entonces el misterio de la Trinidad se
con la sana razon . 95

ría lo más grande y arrebatador que jamás ha entrado en entendi


miento humano . ¡ Cómo se desharían en elogios y alabanzas nuestros
filósofos para poner sobre las nubes al privilegiado mortal , que tan
alto supo elevarse en sus especulaciones metafísicas ! ¡ Cómo nos ex
hortarian , llenos de científico entusiasmo , á que todos admiráramos
este incomparable portento del genio de la humana filosofía ! Pero
esta idea se dice ser venida de Dios mismo , revelada al mundo por
la divina sabiduría y no inventada por el hombre ... ¡ Ah ! en este
caso no presenta ya á la razon humana sinó contradicciones y ne
cedades . ¡ Triste razon humana , que así hace cambiar la faz á los
objetos que contempla, segun cambian los gustos y afectos de
quien la posee !
¿ Pero en el misterio de la Encarnacion por lo menos no encon
trará la mente del filósofo algun contrasentido ? ¡ Dios hombre, Dios
nacido de una mujer, colgado de los pechos de su madre , llorando
en un pesebre, clavado y muerto en una cruz ! ¿ No son todas estas
cosas eminentemente absurdas ? Absurdísimas , si las entendiéramos
dichas de la misma divinidad , pretendiendo significar con ellas que
la sustancia divina se ha convertido en humana, y que así converti
da ha salido del vientre de una mujer, ha pasado por todas las inco
modidades у estrecheces de la infancia , comunes á todos los niños,
y ha sufrido los dolores de su pasion, acabada en un afrentoso pa
tíbulo . Pero el dogma católico no enseña tamaños disparates , sinó
al contrario , altamente los reprueba . Basta saber el Catecismo para
conocer con toda evidencia que en el misterio de la Encarnacion
profesa la Iglesia Católica una doctrina muy diferente . Allí se dice
á todos los cristianos que Dios, para ejecutar este misterio, de la pu
risima sangre de la Virgen María formó un cuerpo perfectísimo,
creó un alma de la nada, y á este cuerpo y alma se unió el Hijo de
Dios, comenzando de esta suerte á ser Dios y hombre verdadero el
que antes era sólo Dios.
El Verbo divino ninguna mudanza sufrió en su divinidad al tomar
carne en las entrañas de la inmaculada Virgen : en cuanto Dios, tan
impasible é inmortal se quedó despues de encarnado , como antes
estaba ; si tuvo madre , si lloró en un pesebre , si padeció hambre y
sed y cansancio , si fué azotado, coronado de espinas, clavado en
una cruz y muerto entre dos ladrones , todo esto lo tuvo en cuanto
hombre, todo lo recibió en su santísima Humanidad , á que estaba
hipostáticamente unido , subsistiendo la naturaleza humana y la di
vina en una sola persona, cada una segun el modo suyo propio .
96 Conformidad de los misterios del Catolicismo

Qué, en nosotros mismos, no experimentamos que , por razon de


la union intima y sustancial del alma con el cuerpo , somos mortales
é inmortales, terrenos y espirituales, sensibles é inteligentes, y otras
cosas á este tenor , entre sí opuestas y contrarias ? Pues una cosa
parecida sucedió al Verbo humanado , el cual , por el mero hecho
de unirse hipostáticamente á su santísima Humanidad, haciendo que
las dos naturalezas, divina y humana, subsistiesen en una sola per
sona divina , recibió en sí las propiedades de entrambas ; de suerte
que, siendo Dios desde toda la eternidad por razon de la divina,
comenzó a ser hombre en el tiempo por razon de la humana, desde
el momento en que por un acto de su libérrima voluntad se unió
estrechísimamente á ella con la union sustancial y física en que está
puesto todo este misterio .
¿ Qué encuentra aquí la razon humana contrario á sus principios
naturales ? Nada absolutamente. Sus principios naturales no le dicen
que la naturaleza humana deba subsistir por fuerza en una persona tam
bien humana, sin que por virtud divina pueda hacerse lo contrario;
lo que únicamente aseguran , es que en el curso ordinario de los
acontecimientos los hombres existen con la personalidad humana
que á su naturaleza corresponde . Pero una cosa es lo natural y otra
lo esencial; sin esto segundo ninguna cosa puede existir en el mun
do , pero sí sin lo primero . Así, esencial es al fuego ser lo que es y
no otra cosa ; y sin esto jamás podrá existir en la naturaleza , ni áun
por virtud divina ; porque un fuego sin fuego es un absurdo mani
fiesto ; pero bien puede existir sin quemar los combustibles que se
le arrojen, por más que esta accion le sea una cosa natural.
Los Racionalistas confunden siempre estos dos conceptos de
natural y esencial , fundados en aquel absurdo principio , que niega
implícitamente á la Divinidad , á saber : Lo que está sobre mi rason
es contra mi razon , un absurdo. La union de la naturaleza humana
con el Verbo , por la cual es aquélla levantada á subsistir en éste , no
subsistiendo ya en personalidad propia , es una cosa sobrenatural y
puesta sobre las fuerzas de nuestra flaca inteligencia, pero no absur
da ni repugnante á las leyes inmutables del pensamiento . El absurdo
estaría en que Dios con esta union recibiese alguna mudanza en su
propia esencia ; pero ya hemos dicho que el Verbo con ella se queda
absolutamente el mismo : la mudanza no existe sinó en la humani
dad , la cual subsiste en el Verbo por una manera indebida á su na
turaleza .
Pues viniendo ahora á la conveniencia de este misterio , ¿ quién ;
con la sana razon . 97

puede negar que ella sea grandísima y sobre toda ponderacion apre
ciabilísima? Porque con el brillan de una manera especial los atributos
divinos : la caridad de Dios se muestra en su mayor esplendor , lle
gando á tan grande exceso por remediar las miserias humanas , como
es hacerse Dios hombre mortal y pasible . Este misterio es el grado
de comunicacion suma entre Dios y su criatura ; es , por decirlo así,
el esfuerzo más grande de la omnipotencia infinita , que ha llegado
așí á juntar en uno los extremos más distantes , cuales son lo finito
y lo infinito ; es la manifestacion más sublime , tanto de la misericor
dia divina como de la justicia , apareciendo en él la grande malicia
del pecado al mismo tiempo que lo extraordinario de su remedio .
Además , la Encarnacion del Verbo nos da la clave para soltar
todas cuantas dificultades se nos presentan en vista de los innume
rables males que afligen al género humano . Porque ella nos revela
la causa de todos estos males , que es el pecado original ; y junta
mente tambien la razon de haber permitido el Señor este mismo
pecado en nuestros primeros padres , cual fué el tomar de allí mismo
ocasion para hacernos un beneficio sumamente apreciable , el bene
ficio de encarnarse por nosotros y redimirnos , levantándonos más
alto por el misterio de la cruz de lo que nos había levantado en el
Paraíso con la vestidura de la gracia .
Pero esto ya nos conduce á que digamos algo sobre el tercer
misterio arriba indicado, ó sea sobre el misterio del pecado original .
Sabido es , por lo que dejamos escrito en el capítulo anterior, que el
estado de integridad concedido por Dios á los hombres en la per
sona de nuestros primeros padres , Adan y Eva , era un dón gra
tuito y superior á las exigencias naturales del género humano .
Pero aunque por lo mismo podía Dios nuestro Señor habérselo
negado desde un principio , y criarlos por esta parte en estado de
pura naturaleza , no se puede negar sinó que el tal dón era conve
niente en gran manera , para que el hombre pudiese practicar la vir
tud sin dificultad y conseguir holgadamente el fin de su felicidad
eterna . Y como Dios suele ser muy liberal en el repartimiento de
sus dones , y acostumbra conceder á sus criaturas , principalmente
al hombre , mucho más de lo que es debido a la flaca naturaleza de
las mismas; de aquí es que se hace muy probable a cualquier filó
sofo , que raciocina guiado por los solos principios de la sana razon
natural, haber concedido el Criador gratuitamente en un principio
á los hombres el referido dón , y haberlo éstos perdido despues con
sus pecados .
7
d
98 Conformida de los misterios del Catolicismo

En efecto ; nota muy bien el Ángel de las Escuelas, Santo To


más, que mirando al desórden que generalmente reina en la humana
naturaleza , tal cual hoy día se encuentra en el mundo , se puede in
ferir con probabilidad la caída del género humano de un cierto es
tado de integridad , en que fuera colocada en un principio . “ Peccati
originalis, escribe en el libro iv Cont. gent., cap . Lii , in humano ge
nere probabiliter quaedam signa apparent... Si quis recte consideret,
satis probabiliter poterit aestimare , divina providentia supposita,
quae singulis perfectionibus congrua perfectibilia coaptavit , quod
Deus superiorem naturam inferiori ad hoc conjunxit, ut ei domina
retur, et si quod hujus dominii impedimentum ex defectu naturae
contingeret , ejus speciali et supernaturali beneficio tolleretur. ,
Por esto los mismos filósofos gentiles , destituidos de la divina re
velacion , con sólo mirar este desórden concibieron fundadas sospe
chas de que el hombre , al salir de las manos de Dios , no debió
sentir en sí mismo esta rebeldía é inclinacion al mal , que ahora trae
mos todos desde el seno de nuestras propias madres .
Pues lo que la humana filosofía, guiada por los solos principios
de la luz natural , llegó fundadamente á sospechar , y jamás pudo
ver con evidencia abandonada á sus propias fuerzas, esto mismo nos
lo enseña la Religion Cristiana en el misterio del pecado original,
en que ahora nos estamos ocupando . Ella nos dice que el estado de
felicidad existió verdaderamente en un principio, merced á la gra
tuita liberalidad de Dios nuestro Señor ; pero que el género humano
lo perdió en la persona de nuestros primeros padres , quedando con
esto sujetos los hombres á la ley de la concupiscencia , y á todos
los males traidos por aquel primer pecado . Ella nos enseña además
que si nuestros primeros padres , Adan y Eva , nos perdieron con
su pecado , Jesucristo , Hijo de Dios vivo, nos ha salvado con su re
dencion , pagando en la cruz las deudas del humano linaje, y ha
ciendo que un hombre santísimo nos trajese la vida de la gracia , así
como un hombre prevaricador, en quien todos pecamos , nos la ha
bía quitado .
¿ Quién , al considerar esta enseñanza de la Iglesia , no se asom
bra viendo la conformidad de sus dogmas con lo que está recla
mando nuestra propia razon en vista de los males que sufre la hu
mana naturaleza ? Verdaderamente , el que considera sin pasion los
tres misterios indicados , la admirable armonía en que ellos se en
cuentran , lo sumamente razonables que se presentan en su conjunto
á la razon humana , ¿ cómo puede dejar de exclamar asombrado:
con la sana razon , 99

Digitus Dei est hic , aquí está el dedo de Dios , esto es verdadera
mente sublime y encantador, esto lleva el sello más marcado de la
verdad , esto conduce naturalmente á persuadir que los tales miste
rios han sido en efecto revelados por el Dios de las misericordias ?
¡ Desventurados los Racionalistas , que , en medio de tanta luz , se
ciegan temerarios por su propia voluntad , y no quieren ver lo que
está patente á los ojos de todo el mundo !
Nosotros entre tanto creemos haber demostrado con la mayor
evidencia la maravillosa conformidad que reina entre los misterios
de nuestra sagrada religion y los dictámenes de la razon humana.
Lo cual , junto con lo que llevamos expuesto en los precedentes
capítulos , manifiesta con toda claridad , sin dejar lugar á la duda
prudente de hombre alguno cuerdo y razonable , el divino origen
del Cristianismo . Porque una religion tan sublime en sus dogmas
sobrenaturales, tan verdadera en todo cuanto enseña , sin mezcla
del más mínimo error ; tan altamente benéfica á la humanidad , y
que cuenta en su favor, para su fundacion y conservacion continua
en el mundo , con una multitud de hechos maravillosos y sobrena
turales , como son los milagros y las profecías, no puede ser sinó
hija verdaderamente del cielo . Los efectos revelan siempre a sus
causas naturales y correspondientes ; y un efecto tan grande , tan
sublime , tan sobrenatural y tan divino , como es la Iglesia de Jesu
cristo , no puede tener por causa sinó á un agente de la misma
clase , esto es , la fuerza omnipotente é infinitamente benéfica de la
divina esencia 1 .

1 Sobre los misterios de la Encarnacion y Redencion puede verse , entre otras , la


importante obra de Donoso Cortés , titulada : Ensayo sobre el catolicismo, el liberalis
mo y el socialismo, en cuyo libro tercero se hallarán cosas muy importantes, si bien
do siempre tratadas con aquella exactitud teológica que hubiera sido de desear en
tan delicadas materias.
CAPÍTULO VIII

FALSO ORIGEN ATRIBUIDO Á LOS MISTERIOS DE LA RELIGION


CRISTIANA POR LOS RACIONALISTAS

EMOSTRADA ya en los capítulos precedentes la divinidad del


Cristianismo, excusado parecería detenerse á refutar el
falso orígen , que asignan los Racionalistas á sus misterios
у demas doctrinas en el contenidas. Sin embargo , creemos conve
niente disipar sus vanas cavilaciones de una manera directa y ex
presa , porque con ello ganará mucho en evidencia la verdad de
nuestra demostracion . Dejemos para otro capítulo la nota de paga
nismo lanzada por Draper contra la Iglesia Católica , á la cual con
sidera él , y con razon , como la verdadera encarnacion de la idea
cristiana, negando este hermoso carácter á las sectas protestantes .
En éste y en el siguiente nos ocuparemos tan sólo en los misterios ,
examinando el origen que los enemigos de la religion les señalan .
Y comenzando por el autor que acabamos de mencionar , piensa
el incrédulo racionalista que el misterio de la Santísima Trinidad
tuvo su origen en Alejandría con el levantamiento de Arrio y con la
proclamacion de la naturaleza de Jesucristo puramente creada , é
infinitamente remota , por lo tanto , de la naturaleza divina. “ En la
disputa sobre la Trinidad , escribe en el capítulo 11 , que estalló pri
mero en Egipto el Egipto era la tierra de las Trinidades el

principal punto del litigio consistía en definir la relacion del Hijo.


Había en Alejandría un sacerdote , de nombre Arrio , candidato
desairado para el Episcopado , que tomó por punto de partida de
su argumentacion que el Hijo no había existido siempre , porque el
Padre es necesariamente más viejo que el Hijo ,
Semejante idea de considerar á Arrio como el primer promotor
de las disputas relativas á la Trinidad , y de atribuir, por consiguiente ,
Falso origen atribuido por los racionalistas, etc. 101

á los católicos residentes a la sazon en Egipto , la tierra de las Tri


nidades, la invencion del mencionado dogma , es verdaderamente
peregrina , y arguye una ignorancia más que mediana en la historia
eclesiástica y una intencion marcada de negar a priori todo lo so
brenatural. Arrio se puede decir que no hizo sinó metodizar y poner
bajo una forma más ordenada la herejía antitrinitaria sostenida por
una infinidad de dogmatizadores helénico -judáicos desde el primer
siglo de la Iglesia . Arrio comenzó á dogmatizar hácia principios del
siglo iv , y ya en los siglos anteriores habían existido muchos here
jes impugnadores de este misterio . En el siglo ui topamos con
Noeto, el cual decía ser Cristo el mismo que el Padre y el Espiritu
Santo, confundiendo en una sola las tres sagradas personas ! . Sabe
lio en este mismo siglo sostenia que el Padre , el Hijo y el Espiritu
Santo no son sinó una sola persona con diferentes nombres 2. Lo mis
mo venía á enseñar tambien en dicho tercer siglo Pablo de Samo
sata 3 .
Remontándonos más arriba en los anales de la historia eclesiás
tica , hallamos á Esquines y Práxeas ; los cuales , segun nos refiere
Tertuliano 4 , enseñaban lo mismo que en el siglo siguiente Noeto,
Sabelio y Pablo Samosateno . Aún más : en el siglo 1 , y en tiempo
de los mismos Apóstoles , profesó esta doctrina herética Simon
Mago , diciendo que él era quien en tiempo de Moisés había dado la
ley á los hebreos en el monte Sinai ( esto es , el Padre ), quien en tiem
po de Tiberio se había visiblemente mostrado bajo la forma del Hijo,
y quien vino despues bajo el titulo de Espiritu Santo envuelto en len
guas de fuego 5 .
Todos estos herejes querían amalgamar el dogma fundamental
del Cristianismo con la doctrina judáica de la unidad de persona
por una parte , y con el platonismo por otra, que ponía en Dios
ciertas emanaciones virtuosas, por medio de las cuales se unía la
esencia de la divinidad con la materia, la armonizaba y reducía á
órden sacándola del cáos primitivo, y hacía , finalmente , de todo el

I San Agustin , lib. De Haeres ., cap. xxxvI ; San Epifanio , herejía 57.
2 Teodoreto, lib . 11 , Fabularum haereticarum .
3 San Epifanio , herejía 65.
4 Tertuliano , lib. De praescriptionibus, cap . Liu ; lib. Contra Praxean , cap. I.
5 San Agustin , lib. De Haeres., cap. 1 , in nota . Véase á Petavio , De Incarnatione,
tomo 1 , cap. 11 , donde se da cuenta de las herejías de Cerinto, Carpócrates , de los
Ebionitas, Helceseos, etc., nacidas en el primer siglo , por negar la divinidad de Je
sucristo.
102 Falso origen atribuido por los racionalistas

universo un verdadero hijo suyo , perfectísimo por extremo, y subli.


mísima manifestacion de su divino sér . Por esta razon Tertuliano
se irrita justamente contra las doctrinas de Platon , diciendo que sus
errores habían ocasionado graves daños á la Iglesia por medio de
los sectarios imbuidos en ellas. “ Doleo , escribe ( lib . De anima, ca
pítulo xxl ), bona fide Platonem haereticorum omnium condimen
tarium esse factum . ,
Véase , pues , si el dogma de la Trinidad augusta nació en Ale
jandría á principios del siglo iv , al calor de las repugnantes doctri
nas del Egipto , la tierra clásica de las Trinidades. Había que dar
algun colorido a la narracion , y se recurrió al misero artificio de la
poesía para ocultar bajo su manto brillante la ignorancia del histo
riador . Debía haber sabido el autor de Los conflictos, que los Padres
del Concilio Alejandrino, al condenar en el siglo iv á Sabelio , de
cían sobre el dogma católico de la Trinidad : Así lo confesaron los
Santos Padres, y nos encargaron que lo creyésemos y profesáse
mos 2. No debía ignorar este sábio que lo mismo proclamó el con
cilio II de întioquía , celebrado en el siglo il contra Pablo Samo
sateno 3 ; que enseñaron en términos expresos este adorable miste
rio ya en el primer siglo de la Iglesia Clemente romano, Papa , en
su carta primera á los fieles de Corinto ; San Ignacio Mártir en su
carta á los Magnesianos , y en otras no ménos auténticas ; y final
mente , San Policarpo en su famosa carta , que era leida en todas las
Iglesias de Oriente 4 .
Basta leer el libro de Tertuliano contra Praxeas para ver con toda
evidencia cuán absurda es la afirmacion de Draper al asentar que en
Alejandría fué donde se fraguó el mencionado dogma bajo el influjo
de las doctrinas religiosas del Egipto . Tan acertado anda en esto el
profesor americano , como en lo que afirma sobre el pecado origi
nal . Está visto : la mania de este escritor es la misma de aquellos
médicos , que allí piensan hallarse el origen del mal , donde éste se
manifiesta de una manera palpable . El pelagianismo tuvo su origen

1 Véase sobre esta materia á Petavio , De divinis dogmatibus, tomo Ii , lib . I , y á


Prudencio Maran , presbítero y monje de la Congregacion de San Mauro , en la segun
da parte de su prefacion a las obras de San Justino , cap . 1 , Patrología griega de Mig
ne , tomo vi .
2 San Dionisio, en la epístola sinódica contra Pablo de Samosata. Véase á Labbe,
tomo 1 , pág. 854.
3 Véase á Labbe , tomo 1 de los Concilios , pág. 843 .
4 Eusebio Cesar . , lib . iv, Histor. eccles., cap . xv.
á los misterios de la Religion cristiana. 103

en África en tiempo de San Agustin por las imaginaciones de un


monje inglés, llamado Pelagio. Pues ya esto basta á este sapienti
simo autor para escribir que el dogma del pecado original y el de
la necesidad del bautismo no datan sinó del tiempo de San Agus
tin . ¿ Y lo que nos dice en el Evangelio de San Marcos ( cap . XVI,
versículo 16 ) el mismo Jesucristo con aquellas palabras : El que cre
yere y fuere bautizado será salvo, pero el que no creyere se conde
nará ? ¿ Y lo que este mismo Señor nos anuncia en el Evangelio de
San Juan diciendo : Quien no renaciere con el bautismo y el Espíritu
Santo, no puede entrar en el reino de Dios ( Joan . , cap . v, vers. 5 );
el pan que yo daré mi carne es , que yo he de entregar á la muerte
por la vida y salvacion del mundo ( Joan . , cap . vi , vers . 52 ) ? ¿ Y lo
que nos pregonan los santos Apóstoles sobre la muerte de Jesús por
la salvacion del mundo , sobre la muerte de todos los hombres en
Adan , y la resurreccion de todos ellos en Cristo ? , sobre que todos
hemos sido redimidos con la sangre de Jesucristo y comprados con
este precio tan grande 3 ? ¿ Nada dicen todas estas doctrinas sobre
el pecado original, sobre el estado feliz en que fué el hombre puesto
en un principio, y sobre la reposicion en el mismo por los méritos,
pasion y muerte de nuestro adorable Salvador ? Además , si el mun
do no necesitaba de redencion , y si este dogma fué inventado en
tiempo de San Agustin por los Cristianos, contra quienes se levantó
Pelagio , ¿ por qué los Cristianos llamaron desde los primeros tiem
pos de la Iglesia á su Maestro el Salvador del mundo . ¿ Por qué , para
darse entre sí á conocer en aquellos tiempos de persecucion sin ser
entendidos de los gentiles, recurrían á la pintura de un pez , á causa
de contenerse el símbolo entero del Cristianismo en el nombre grie
go tylus, con que esta clase de vivientes se significaba, y cuyas le
tras eran las iniciales de los siguientes títulos de Jesucristo: 'Invous
XPLOTOS, Deou ulos, Eutne, Jesucristo, hijo de Dios, Salvador 4 ?

1 II Cor ., cap. v , vers . 14 ; I Tim ., cap. II , vers. 6 .


2 Roni., cap. v , vers . 12-21 .
3 II Cor ., cap. vi, vers . 20 ; 1 Petri, cap. 1 , vers. 18.
4. Sobre el jeroglífico del pez (exOus ), así como tambien sobre otros relativos al
Cristianismo, véase la excelente Hagioglypta de Juan L'Hereux , anotada últimamente
por el P. Rafael Garrucci, de la Compañía de Jesús, autor tambien de una potabilisi
ma obra de esta clase recientemente dada á luz , intitulada : Storia della arte cristiana
nei primi secoli della Chiesa . Tertuliano cita este jeroglífico en el libro De baptismo,
capitulo 1 , diciendo : “ Sed nos pisciculi secundum exOuv nostrum Jesum Christum in
qua nascimur, nec aliter quam in aqua permanendo salvi sumus. , Véase la erudita
pota á este lugar de Tertuliano en Migne , Pat, lat., tomo 1 , pág. 1.198.
104 Falso origen atribuido por los racionalistas
Vanamente recurre el desventurado incrédulo al Apologético de
Tertuliano , diciendo que allí nada se encuentra de estas cosas, y
que por consiguiente la fe del Cristianismo entonces no abrazaba el
dogma del pecado original ó de la caída del primer hombre . Aun
que así fuera, que nada dijese Tertuliano en su Apologético sobre
esta materia , nada se concluiría contra el dogma dicho, y no fuiría
la consecuencia que de esto infiere el desgarbado lógico . Tertuliano
podría tener sus razones para obrar de esta manera , y su silencio
no valdría absolutamente nada en presencia de los grandes gritos,
que dan sobre este asunto las Santas Escrituras y tambien los San
tos Padres anteriores al mismo Tertuliano . Entre éstos dice San
Ireneo en el lib. 11 Contra las herejías, cap . xv , núm . 3 : A todos vino
á salvar Cristo , áun á los niños y párvulos que por él renacen á la
vida de Dios. Y en el libro v, cap . xv, núm . 3 : Porque en aquella
formacion de los hombres en Adan , escribe , fueron éstos hechos en
pecado, por eso necesitaban del baño de la regeneracion . Lo mismo
hablan San Justino ' y San Ignacio, mártir “ .
¿ Pero es verdad que Tertuliano nada dice de este misterio en su
Apologético ? Léase el magnífico capítulo xxi de esta obra , donde
habla el escritor africano de la mision celestial de Jesucristo , donde
enseña abiertamente y en términos expresos la divinidad de las tres
augustas personas que existen en Dios, constituyendo una sola esen
cia , donde prueba con evidentes argumentos la divinidad del Cris
tianismo. Allí , al hablar del motivo de la Encarnacion del Verbo ,
dice estas terminantes palabras: “ Vino, pues , el que estaba anun
ciado que había de venir á restaurar la disciplina y á iluminarla,
aquel Cristo , hijo de Dios . El maestro , pues , y dueño de esta gra
cia y disciplina , iluminador y alumbrador del género humano , era
anunciado hijo de Dios, , etc. Qué significan las palabras maestro y
árbitro de la gracia con que somos hechos hijos de Dios; qué las
otras iluminador y alumbrador del género humano, sinó el oficio de
Redentor, con que había venido Cristo al mundo ? ¿ Qué , en fin , la
mision de restaurar la disciplina antigua , sinó la de sacar al hombre
del pecado cometido en Adan ? Mas si se quieren palabras de Ter
tuliano en que se exprese con mayor claridad todavía el dogma del
pecado original y la salvacion del hombre mediante la redencion de
Cristo , léanse en el libro suyo De testimonio animae, el cap . 11 ,

1 S. Just . , Dial., cum Triphone , n. 88 .


2 S. Ignat. , Epist. ad Trallianos.
á los misterios de la Religion cristiana. 105

en el otro De carne Christi los capítulos xvi y xvii , en el De resur


rectione carnis el cap . xxxiv , en el libro v Contra Marcion el capi
tulo xvii , y finalmente , en el libro De anima , el cap . xxxxi . Para no
ser demasiado molesto , citaré solamente las palabras del libro De
testimonio animae : “ Satanam denique , escribe á los gentiles , in
omni aversatione et aspernatione et detestatione pronuntias, quem
nos dicimus malitiae angelum , totius erroris artificem , totius saecu
li interpolatorem , per quem homo a primordio circumventus, utprae
ceptum Dei excederet , et propterea in mortem datus, exinde totum
genus de suo semine infectum , suae etiam damnationis traducem
fecit. , ¿ Se puede exponer en términos más explícitos el dogma del
pecado original , y la fe universal del pueblo cristiano sobre el refe
rido dogma ?
Por eso los Racionalistas más avisados no caen en aberraciones
tan enormes. Palpando la evidencia de la fe universal y perpétua del
Cristianismo sobre los tres mencionados misterios , se esfuerzan por
remontarse más arriba que la religion misma de Jesucristo , y averi
guar las fuentes de donde tomó , segun ellos imaginan , nuestro ado
rable Redentor la idea de los misterios que al presente nos ocupan .
Renan , en la novela infame que compuso para forjar al gusto de su
fantasía la vida de Jesucristo , pinta á nuestro adorable Salvador
como un hombre de elevado ingenio , pero sencillo en extremo y
falto de la ciencia práctica del mundo , juntando con esta sencillez
é inexperiencia la hermosura de un alma poética é impresionable .
Llevaba en esto el racionalista francés el marcado objeto de que su
personaje ideal , a la vista de los encantadores paisajes de su lugar
natal , pudiese sentirse vivamente poseido de ideas grandiosas y su
blimes , creerse á sí mismo el Mesías , y pretender, por fin , comuni
car á su pueblo estos mismos sentimientos suyos , haciendo que le
reconociesen como el Enviado de Dios anunciado por los Profetas.
Mas esta teoria eminentemente superficial, que hace de Jesucristo
un pobre iluso , y funda las concepciones más sublimes del Cristia
nismo , nunca soñadas ni imaginadas por los filósofos más profun

1 Véase la disertacion de D. Le Nourry, puesta en la coleccion de Migne al prin


cipio de las obras de Clemente Romano . En ella , despues de exponer las herejías de
Simon Mago , de Menandro , de Cerintho , de Ebion y de los Nazarenos, coetáneas á
los mismos Apóstoles , hace ver este autor, en el cap. ix , como por la condenacion que
hacia la Iglesia de estas herejías en el primer siglo mostraba tener entre las verdades
más fundamentales de la fe la divinidad de Jesucristo. ¡ Tan lejos estuvo la Iglesia de
crear este dogma en los siglos posteriores !
106 Falso origen atribuido por los racionalistas

dos , así como tambien la moral más pura y elevada que jamás co
nocieron los siglos , en la sola espontaneidad de una imaginacion
nada ilustrada , no ha merecido generalmente de los sábios , áun ra
cionalistas y nada afectos al Cristianismo , sinó el más alto y solem
ne desprecio .
Los pensadores de Alemania é Inglaterra esperaban algo más que
una novela para satisfacer sus ánsias de derrumbar el Cristianismo.
Así es que han creido necesario recurrir á otro sistema , y el inglés
Ernesto Bunsen ha dado á luz en 1865 , posteriormente al famoso y
harto célebre por desgracia libro Vida de Jesus, una obra en dos
volúmenes en octavo , cuyo título , traducido al español , es el si
guiente : La doctrinu secreta de Cristo y la llave de la ciencia , é his
toria de los Apócrifos. En la revista intitulada : Revue de Deux Mon
des , nos ha dado M. Emilio Burnouf, en el número correspondiente
al 1.º de Diciembre del mismo año , un resúmen de la citada obra
bajo el epígrafe de Les origines du Christianisme d'après M. Ernest
Bunsen , haciendo de paso un elogio de la misma , y dando ya por
demostrada la tésis , que el escritor inglés se ha propuesto poner en
evidencia al publicar sus pensamientos. Citaremos de este resúmen
lo que hace á nuestro propósito , para que se entienda bien la men
te del autor, y nosotros le podamos hacer las observaciones corres
pondientes. " El Zend - Avesta , dice , encierra de una manera explíci
ta toda la doctrina metafísica de los cristianos , la unidad de Dios,
del Dios vivo , el Espíritu , el Verbo , el Mediador, el Hijo engendra
do por el Padre , principio de la vida para el cuerpo y de santifica
cion para el alma . Él contiene la teoría de la caída y de la reden
cion por la gracia , la coexistencia inicial del Espíritu inſinito con
Dios , un esbozo de la teoría de las encarnaciones , la doctrina de la
fe , la de los ángeles buenos y malos , conocidos bajo los nombres
de amschaspantas y de darvantas, la de la desobediencia al Verbo
presente en nosotros y la de la salvacion . En fin , la religion del
Avesta excluye todo sacrificio sangriento expiatorio , y al pasar á
los israelitas debía por necesidad suprimir la muerte del cordero pas
cual , reemplazándola con una víctima ideal . Esto es , en efecto , lo
que tuvo en un principio lugar entre los esenios y los terapeutas , y
despues entre los cristianos ,
Explicada así, segun se lo imagina el articulista con su idolatrado
Bunsen, la gran conformidad de ideas filosóficas entre la doctrina
de Zoroastro y la de Jesucristo, pasa á exponernos el modo en que
pudo penetrar la doctrina del Iran hasta el más oculto seno de Eu
á los misterios de la Religion cristiana. 107

ropa . Para esto nos habla de la inanera siguiente : " En tiempo de


la cautividad de Babilonia, la religion persa , cuyos dogmas se hallan
contenidos en el Avesta , dió origen á una secta oculta entre los ju
díos, cuya doctrina , transmitida por la tradicion oral , se manifiesta
de tiempo en tiempo , pero de una manera incompleta . La secta
apareció dos siglos antes de Jesucristo con el nombre de esenios, y
bien pronto con el otro de terapeutas, cierta clase de religiosos que
vivían reunidos en los conventos . La doctrina apareció en un prin
cipio en el Libro del Eclesiástico de Jesus , hijo de Sirach , en el Li
bro de la Sabiduría , y en las alteraciones introducidas en la Biblia
por los traductores griegos , llamados los Setenta . La secta y la doc
trina habían adquirido un gran desarrollo bajo los Ptolomeos, cuan
do llamaron la atencion un siglo antes de nuestra era con la lucha
de Hillel y Schammai . La doctrina secreta había pasado casi ente
ra , pero recibiendo alguna alteracion , á los libros del judío helenizan
te Filon , el cual vivía en Alejandría en tiempo de Jesucristo .
Esta es la doctrina que Jesus enseñó secretamente á sus disci
pulos , sobre todo á Pedro , Santiago y Juan , mandándoles tenerla
oculta para tiempos mejores, mientras que él mismo , por medio de
la predicacion , preparaba las almas á recibirla. Los Apóstoles la con
servaban secreta en Jerusalen , al modo de los esenios de otro tiempo ,
cuando Pablo , que la conocía, se tomó la mision de esparcirla entre
los gentiles , es decir , entre los griegos y romanos principalmente .
Recogida por San Lucas, no comenzó a establecerse con solidez en
Roma, sinó despues de la destruccion de Jerusalen y de la muerte
de Pedro y Pablo .
Entre tanto la ignorancia que se tenía de los cristianos dió ori
gen á las opiniones disidentes que atacaban la doctrina , negando
las unas (ebionitas) la divinidad de Cristo , y atacando las otras (mar
cionitas) su humanidad . La Iglesia estaba sólidamente establecida:
llegó el momento propicio para la publicacion del secreto, y entón
ces fue cuando, a mediados del siglo ni, fué entregado á los fieles en
su propia lengua el Evangelio segun San Juan . El misterio , pues,
había sido guardado en secreto durante setecientos años : todo este
intervalo había sido necesario para que los pueblos de Occidente se
pusieran en estado de aceptar los principios de fe legados por Zo
roastro . ,
Desde luego se ofrece contra esta teoría una dificultad gravísima
que la destruye por completo . Jesucristo, segun ella , no sería sinó
un feliz impostor, que habría logrado con sus malas artes persuadir
108 Falso orígen atribuido por los racionalistas

al mundo que le tuviese por hijo de Dios ; y en esta impostura ha


brían entrado tambien sus discípulos como agentes principales para
hacerla triunfar en el mundo . Ademas , los hechos evangélicos no
serían sinó una novela compuesta por los mismos Apóstoles para
mejor persuadir al mundo la divinidad de su Maestro ; y por no ex
tendernos en otras consideraciones que molestarían á los lectores,
San Pablo , sin saberse de qué manera , habría debido entrar en la
conspiracion, uniéndose á los discípulos de Jesus , y trabajando con
ellos , para que todos los hombres de la tierra tuviesen por verda
dero hijo de Dios á aquel perverso galileo , que jamás habían visto
sus ojos en toda su vida . Ahora bien ; todos estos hechos así enu
merados son absolutamente absurdos , y más increibles mil veces.
que no la fundacion del Cristianismo tal cual la creemos los Cris
tianos .
La persona adorable del Salvador aparta tan lejos de si toda
idea de impostura , que el impío enan no ha podido ménos de re
chazar tamaño absurdo . Por eso ha pintado á Jesucristo como un
iluso . El mismo Rousseau ha visto con evidencia lo absurdo de
una tal hipótesis , que presentaría al fundador del Cristianismo como
el tipo más acabado de la hipocresía y de la maldad más abomina
ble. Así , nos ha dejado este incrédulo una descripcion tan encanta
dora de su vida y virtudes , que nos ha parecido ponerla aquí para
consuelo de los fieles y baldon eterno de todos los Racionalistas.
“ ¡ Qué dulzura , escribe este impío filósofo pintando á Jesus ' , qué
pureza en sus costumbres , qué gracia encantadora en sus ins
trucciones ! ¡ Qué elevacion en sus máximas ! ¡ Qué profunda sabi
duría en sus discursos ! ¡ Qué presencia de espíritu , qué delicadeza у
qué exactitud !.¡ Qué imperio sobre sus pasiones ! ¿ Dónde está el
hombre , dónde está el sábio , que sepa obrar , sufrir y morir sin
debilidad y sin ostentacion ? Cuando Platon pinta su justo imagina
rio cubierto de todo el oprobio del crímen , y digno de todos los
premios de la virtud , pinta rasgo por rasgo á Jesucristo ; la seme
janza es tan marcada , que todos los Padres la han sentido , y no es
posible padecer en esto equivocacion . ¡ Qué preocupaciones , qué
ceguera no son necesarias para osar comparar al hijo de Sofronisca
con el hijo de María ! ¡ Qué distancia del uno al otro ! Sócrates , mu
riendo sin dolores , sin ignominia , sostuvo hasta el fin fácilmente su
papel ; y si esta fácil muerte no hubiera sido honrada por su vida,

I Rousseau , Emilio , tomo III, lib . iv.


á los misterios de la Religion cristiana . 109

se dudaría si Sócrates con todo su ingenio fué otra cosa que un


sofista. ¡ Dicen que el inventó la moral ! Otros antes que él la habían
puesto en práctica ; él no hizo sinó poner en lecciones sus ejem
plos ... Mas Jesucristo , ¿ dónde había tomado entre los suyos esta
moral elevada y pura , de que él solamente nos ha dado las leccio
nes y los ejemplos ? Desde el seno del más furioso fanatismo la más
alta sabiduría se hizo escuchar, y la sencillez de las más heróicas
virtudes honró al más vil de los pueblos . La muerte de Sócrates ,
filosofando tranquilamente con sus amigos , es la más dulce que se
puede desear ; la muerte de Jesus espirando en los tormentos , inju
riado , burlado , es la más horrible que se puede temer . Sócrates,
tomando la copa emponzoñada , bendice al que , llorando , se la
presenta ; Jesus , en medio de un suplicio horrible , ruega por sus
verdugos encarnizados . Sí ; si la vida y la muerte de Sócrates son
de un sábio , la vida y la muerte de Jesus son de un Dios . ,
Así el impío filósofo de Ginebra , cediendo , lo mismo que Renan ,
á los encantos de la persona del Salvador, y no pudiendo concebir
en ella la más mínima señal de superchería y ficcion . ¿ Y qué ficcion
y superchería había de cometer el que sufrió tan pacientemente por
sostener la verdad de los hechos que anunciaba, la muerte más hor
rible y afrentosa que se le podía presentar ?
Y todavía es más inconcebible la muerte de sus Apóstoles , su
frida por la misma causa . ¿ Qué móvil pudo impulsar á estos em
baucadores ( pues tales deben ser los Apóstoles en la hipótesis de
Bunsen y de Burnouf) á emprender tan difíciles caminos por mary
tierra , á sufrir tantas privaciones y fatigas, á padecer en fin la mis
ma muerte , en medio de los tormentos más terribles , por amar tan
perdidamente a su maestro ? Y cómo, entre tantos discípulos como
tuvo Jesucristo , y que participaban sin duda del secreto de su doc
trina , no hubo ni uno sólo que revelára la conspiracion fraguada
por su ambicioso Maestro ? Todos, al contrario , murieron , ó su
frieron tormentos suficientes para recibir con ellos naturalmente la
muerte ; y nadie , nadie reveló los pretendidos misterios á ellos solos
comunicados . ¿ Qué es esto , sinó que los tales misterios en realidad
no existían , y que los Apóstoles predicaron sencilla y francamente
aquello mismo que de su Maestro habían aprendido , sin celar á los
fieles cosa alguna ?
Se ha dicho que Jesucristo tenía sus conversaciones secretas con
sus discípulos , y que en ellas les comunicaba la ciencia que ocultaba
á los demás. Pero esto no ha nacido sinó de una mala inteligencia
110 Falso origen atribuido por los racionalistas

de los Evangelios , y de no haberlos estudiado cual conviene. Jesu


cristo , es verdad , tenía sus conversaciones particulares con sus dis
cípulos ; pero en ellas no hacía más que aclararles las dudas , que de
las instrucciones generales y públicas se les habían quedado ; para
lo cual les explicaba , como ellos mismos se lo suplicaban , las pará
bolas y ejemplos que había propuesto a la multitud .
Tan lejos estaba el divino Maestro de querer que sus discípulos
tuviesen ocultas aquellas explicaciones , que , ántes al contrario , les
encargaba que las hiciesen públicas , diciendo : “ Lo que os digo en
las tinieblas , decidlo á la luz del día ; y lo que oís aquí , predicadlo
sobre los tejados, „ esto es , á la faz de todo el mundo ! . Por esto
pudo responder á Anas con plena seguridad y confianza , siendo
interrogado en juicio : “ Yo públicamente he hablado al mundo : yo
siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo , á donde todos
los judíos se reunen , y nada he hablado en oculto . ¿ Qué me pre
guntas á mí ? Pregunta á los que me han oido qué es lo que les he
hablado ; ellos saben bien cuanto les he dicho ? . 99
No puede ser más infundada por otra parte la hipótesis de supo
ner á Jesucristo iniciado en la secta de los Esenios . Jesucristo , en
primer lugar, había vivido siempre en el hogar doméstico, no había
frecuentado las escuelas , ni se había agregado á corporacion algu
na . Esto era tan evidente , que todos le conocían como el hijo del
carpintero, y áun le llamaban tambien así 3. Y porque estaban cier
tos de que no había recibido instruccion alguna de nadie , exclama .
ban llenos de admiracion al oirle decir cosas tan altas : ¿ De dónde á
éste tanta ciencia y virtud sobrenatural de hacer milagros . Y esto
lo decían los de su misma patria , los que le conocían perfecta
mente , y sabían muy bien que aquello no le había venido de ins
truccion humana . Hé aquí las palabras de San Mateo : Viniendo
( Jesus ) á su patria, enseñaba á sus paisanos en sus sinagogas; de
suerte que , admirados , decían : De dónde á éste esta sabiduría
y virtudes
Acaso no es éste el hijo del artesano ? Por ventura no se llama
Maria su madre, y sus hermanos Santiago, José , Simon y Judas ."
Y sus hermanas ino están todas entre nosotros ? ¿ De dónde pues á
éste todas estas cosas . Y esta misma admiracion , segun cuenta San

I Matth ., cap. x , vers. 27 .


2 Joan ., cap. XVII , vers , 20-21 .
3 Marc., cap . vi , vers. 3 .
á los misterios de la Religion cristiana. 111

Juan ' , mostraban tambien los judíos en general , diciendo : Cómo


sabe éste letras , cuando no las ha aprendido :
Si Jesucristo hubiera estado afiliado a la secta de los Esenios , tal
modo de hablar del pueblo hebreo, y en particular de sus paisanos,
hubiera sido de todo punto imposible . Porque los Esenios , antes de
iniciar á un aspirante á su secta en los misterios de ella , exigían tres
años de probacion , lo cual no podía hacer Jesucristo sin saberlo
todos los de su tierra .

Además , los miembros de esta corporacion estaban divididos en


varias clases, y los ancianos entre ellos tenían tanta superioridad
sobre los jóvenes , que ni siquiera se dejaban tocar por ellos ; si esto
hubiera sucedido alguna vez , se hubieran creido manchados y ne
cesitados de purificacion . Por otra parte , todos estaban obligados
con juramento a guardar con suma diligencia el secreto sobre las
cosas de su secta , que al ser iniciados se les exigía , segun cuenta
Josefo a ; y las faltas en esta materia hubieran sido severamente cas
tigadas, puesto que empleaban gravísimos castigos contra aquellos
que se hacían indignos de su profesion , y nada los hubiera hecho
más indignos de ella que la infraccion de dicho juramento . ¿ Cómo ,
pues , hubiera podido Jesucristo , jóven de solos treinta años , que
brantar tan impunemente este sagrado acto , publicando el secreto
que se supone , reuniendo discípulos y formando escuela aparte de
la referida secta , sin que el juicio de los ancianos se hubiera levan
tado contra él , y sin que le hubiese aplicado una pena proporcio
nada á su delito ? Sin embargo, de un acto de esta clase no queda
rastro alguno , ni en los libros de los Cristianos , ni en los de los Ju
díos . Fuera de que los Esenios no eran gente dada á profundos es
tudios , ni por lo mismo eran capaces de poseer en su seno una
doctrina tan alta como es la del Cristianismo.
Cuál haya sido la materia de su secreto es cosa que no se ha po
dido averiguar jamás, porque ellos fueron en guardarlo con extre
mo diligentes. Quizá formaron parte de ella ciertas doctrinas su
persticiosas relativas á los Ángeles , que San Pablo reprueba como
cuentos de viejas 3 ; pues Josefo nos cuenta que estos sectarios con

1 Joan ., cap. vil , vers. 15. El Evangelio , siguiendo la costumbre de los hebreos,
llama hermanos y hermanas de Jesus á sus parientes . No han faltado , sin embargo,
algunos necios que , fundados en este lenguaje de la Escritura , han proferido barba.
ridades descomunales sobre esta materia,
2 Antiquit. hebr ., lib. XVIII , cap . ij .
3 I Tim ., cap . IV , vers. 7 .
112 Falso origen atribuido por los racionalistas

servaban consigo los libros de su secta y los non :bres de los Ánge
les '. Y ciertamente dan fundamento para pensar de esta manera
los errores sobre los Eeones ( auwves ), ó sea sobre cierta especie de
genios nacidos unos de otros , que fueron propalados por los Gnós
ticos en los primeros siglos de la Iglesia , segun sabemos por San
Ireneo 2. Porque esta herejía tiene mucha relacion con la otra de
Cerinto , de nacion judío , el cual enseñaba en el primer siglo de la
Iglesia , cuando todavía no había muerto San Juan Evangelista , que
en Jesucristo se debían distinguir dos cosas , á saber : la persona pu
ramente humana , la cual había tenido origen al nacer de su Madre
María , y una cierta virtud celestial, que había venido sobre él en el
momento del bautismo , y luego lo había abandonado para volverse
al cielo al tiempo de su pasion ; virtud en la cual , segun él , consis
tía el verdadero Cristo .

Como quiera que esto sea , no puede caber la menor duda , aten
didas las razones indicadas , que Jesus no pudo tomar su celestial
doctrina de la secta de los Esenios ; porque ni Jesus tuvo relacion
con ella , ni esta secta era capaz de tanta sublimidad de doctrina
como se encierra en el Cristianismo . Y esto se confirma todavía mu
cho más , si consideramos que San Pablo , fariseo de profesion, se
gun él mismo nos cuenta 3 , y por consiguiente , no iniciado en la
secta de los Esenios , estaba tan instruido en la doctrina de Jesu
cristo como los demás Apóstoles sin haber visto en vida al Salva
dor, ni conversado con él , ni con sus discípulos , ántes habiendo
buscado en un principio con grande furia á los cristianos para apri
sionarlos y llevarlos cautivos á Jerusalen 4 .
Si pues la doctrina de Jesucristo era el secreto robado á los Ese
nios , ¿ quién faltó nuevamente al juramento de estos sectarios para
instruir al Apóstol en lo que de otra manera no podia saber ? ¡ Ah !
Que San Pablo nos cuenta otra manera muy diferente de venir en
conocimiento de la divinidad del Cristianismo . Él nos refiere que ,
cuando iba con más furor en perseguimiento de los cristianos , en
tonces le convirtió Dios Nuestro Señor , dándole por revelacion di
vina claro conocimiento de la verdad . Para que nadie dude de su
relato , pone á Dios mismo por testigo de que no miente 5 .

1 Josefo, De hello judaico, lib . 111 , 8-9 .


2 Contra haeres ., lib. 1 , cap . 1 .
3 Philip ., cap. ill , vers. 5 .
4 Galat., cap. 1 , vers . 13 .
5 Galat., cap. 1 , vers . 20 .
á los misterios de la Religion cristiana. 113

¿ Se querrá decir tambien que el santo Apóstol había entrado en


la conspiracion de engañar al mundo , haciéndole creer la divinidad
de un hombre que ni había visto siquiera en vida , y que á sus ojos
no podía pasar, en la hipótesis que estamos examinando , sino por
el más ambicioso y más perverso de todos los hombres ? ¡ Ah ! ¡ Bien
claro testimonio tenemos en el mismo santo Apóstol de que no pro
cedía en su predicacion con tan ruines intenciones ! Él mismo nos
dice , todo lleno de candor y sinceridad , que si Cristo no ha resuci
tado, es vana su predicacion y vana tambien la religion por él pro
fesada ' , y que , en tal caso , los cristianos somos los más dignos de
lástima entre todos los hombres 2 .
Un hombre como San Pablo , que no desea sinó padecer tribula
ciones , cárceles , tormentos , porque todos crean en Jesucristo ; que
no tiene puesta su gloria sinó en la Cruz y en los padecimientos de
su pasion ; que quiere ser una cruz para el mundo así como el mun
do lo es para él ; un hombre de esta clase , repito , no puede obrar
de otra manera sinó plenamente persuadido de que Jesus , cl funda
dor del Cristianismo , el maestro de los Apóstoles , con quienes ha
conferenciado él despues de su conversion 3 , es el Mesías anunciado
por los Profetas, el Hijo verdadero y natural de Dios , como él lo
anuncia en sus cartas y lo predica por todas partes .
Y pues de la doctrina de San Pablo estamos escribiendo , ¿ cómo
es que los Apóstoles Pedro y Santiago no se levantaron contra él
al ver que iba, contra el mandato de su Maestro , haciéndole Hijo
de Dios antes de tiempo , y no esperando a que los ánimos de los
ſieles estuviesen preparados , como dicen nuestros adversarios que
hizo San Juan , dejando su Evangelio escrito para que fuese publi
cado en tiempo y sazon por los iniciados en los altos misterios del
Cristianismo ? Porque San Pablo , despues de su conversion , y des
pues de haber estado predicando durante catorce años la divinidad
del Salvador, fué á Jerusalen á verse con San Pedro y Santiago y
conferir con ellos su Evangelio , para que no acaeciese haberse fati
gado en vano ó fatigarse de esta manera en adelante. Y conferido su
Evangelio, fué aprobado de los demás Apóstoles, y asi conferido y
aprobado lo anunciaba á los fieles de la Galacia + ,

1 I Cor ., cap. XV , vers . 14 .


2 Id ., ibid . , vers . 19.
3 Galat., cap. 1 , vers. 18-19.
4 Galat., cap . 11 , vers . 1-2 .
8
114 Falso origen atribuido por los racionalistas

Injustamente han pretendido los enemigos del Cristianismo ima


ginar diferencias de doctrina entre San Pedro y San Pablo , con
ocasion de la conducta ménos prudente que uso San Pedro en An
tioquía con los cristianos recien convertidos . Lo que hubo allí , no
fué diferencia de doctrina, sinó diferentes apreciaciones en la reso
lucion de cuestiones prácticas tocante á lo que convenía hacer para
no escandalizar con ciertas acciones , buenas y honestas en sí , á
ciertos judíos convertidos y débiles todavía en la fe.
Otro tanto se diga del libro de la Sabiduría y del Eclesiástico ,
que quieren presentar como de diferente doctrina que el Pentateuco
у los Profetas. La diferencia supuesta no es sinó imaginada , y los
dos libros dichos eran no ménos venerables en Jerusalen que Ale
jandría . Y como es imaginaria la diferencia dicha , tambien lo es la
oposicion que se ſinge entre la version de los Setenta y el Antiguo
Testamento hebreo . Los Hebreos usaron durante muchos años in
diferentemente de uno y otro texto , antes y despues de la venida
de Jesucristo , sin sonar siquiera la menor oposicion entre ellos . Más
tarde, al verse apremiados por los Cristianos con los argumentos
que de la version dicha, como libro más conocido que el texto he
breo , sacaban contra ellos , haciendo palpable á todo el mundo así
el cumplimiento de las profecías en Jesucristo como la divinidad del
Verbo , comenzaron á recusar la version de los Setenta por inexacta
é infiel con respecto al original hebreo .
Esto es lo que hubo y nada más , aunque el tal recurso poco les
vale, ni ha valido nunca á los Judíos ; porque los testimonios relati
vos al Mesías y á su divinidad se hallan todavía con más fuerza y
energía en el original hebreo que en la version de los Setenta .
Por lo que hace a Filon, ninguna necesidad tenemos para expli
car sus doctrinas , de recurrir a la secta de los Esenios . Vivía en Ale
jandría, y allí estudió la filosofía de los Platónicos , que tiene , por
su idealismo , alguna semejanza con la sublimidad de la Religion
Cristiana . Aunque, en realidad de verdad , la doctrina de Platon se
halla muy distante de la cristiana en lo que atañe al Verbo , hijo de
Dios . El platonismo no es en sustancia sinó el mismo panteismo de
los orientales un poco pulimentado . El Aoyos de Platon dista inſini
tamente del Aoyos cristiano . Aquél es la misma esencia y razon di
vina unida a la materia cósmica , animándola, ordenándola y for
mando con ella un solo y único sér llamado Kóguos, ó sea Mundo;
éste, por el contrario, es la segunda persona de la Trinidad beatisi
ma , creadora, juntamente con las otras dos , del mundo y de cuan
á los misterios de la Religion cristiana. 115

tas sustancias en él se encierran , quedándose ella en sí misma y en


el seno del Eterno Padre , sin unirse en manera alguna á la univer
salidad de las cosas 1 .
Y hénos aquí conducidos como por la mano á lo último que nos
falta todavía que tratar en este capítulo para defender los dogmas
del Cristianismo, y rechazar las vanas cavilaciones novísimamente
fabricadas por el inglés Bunsen y por el francés Burnouf en la teoría
en que nos estamos ocupando . ¿ Es verdad que los dogmas del Cris
tianismo se encuentran en la doctrina de Zoroastro , y que de ella
han podido ser derivados ?
La doctrina religiosa de los Iranios fué quizás en un principio más
pura que la de los otros pueblos , si exceptuamos el hebreo , al cual
no han llegado ni con mucho los demas 2. Mas si la miramos cual
se encontraba al tiempo en que los hebreos fueron transportados por
Nabucodonosor á Babilonia , hallaremos que ya la idea de un solo
Dios estaba sumamente desfigurada. Entonces los Persas admitian
el dogma de los dos principios , uno del bien , llamado Ormusd, y
ótro del mal , llamado Ahriman . Estos dos principios , segun su
creencia, y segun la doctrina del Zend - Avesta, eran entre sí indepen
dientes y contrarios en todos sus afectos é inclinaciones . Al princi
pio del bien, sin embargo, lo consideraban como más poderoso, y á
1
él creían que se había de rendir por fin Ahriman en lo último de los
tiempos.
Como se ve, aquí implícitamente se admitía la doctrina del Dios
único, porque en el mero hecho de considerar como inferior en po
der al principio del mal , ya confesaban que no era verdadero Dios .
Pero esta consecuencia estaban ellos muy lejos de sacarla ; ni la hu
biera sacado tampoco el que , yendo a aquellas tierras de otra parte,
no hubiera llevado ya en sí mismo la idea de un solo principio pro
ductor de todo lo demás .
A entrambos principios supremos atribuían los Persas la produc
cion de todos los seres creados , y no á uno solamente ; ni consta
tampoco que la misma produccion de los seres hecha por estos dos
principios fuese para los Iranios verdadera produccion ex nihilo , ó
sea creacion.
Aún más: la misma naturaleza de Ormuzd se halla en el Avesta

I Véase la Prefacion de Maran á las obras de San Justino , que dejamos indicada
más arriba.
2 Hace observar tambien esto el Sr. Ayuso en su importante obra : Los pueblos
iranios y Zoroastro.
116 Falso origen atribuido por los racionalistas

tan mal definida , ó mejor dicho , tan confundida con la de los otros
séres , que en realidad no se da allí otra idea de este principio sinó
la que tienen los Panteistas de la India . Ormuzd es creador , sí , de
ángeles buenos y de arcángeles , portadores de buenos pensamien
tos á los hombres , así como Ahriman lo es de ángeles malos , lla
mados devas, portadores de pensamientos malos ; pero al mismo
tiempo tiene cuerpo como los demas séres sensibles y se halla iden
tificado con el sol , astro que aparece honrado en el Avesta como lo
más alto que se puede imaginar. Tiene ademas varias esposas , que
no se sabe de dónde toman su origen , y , por ſin , viene á conver
tirse en una misma cosa con una suerte de genio suyo , el cual no
parece ser sinó lo más subido de la divinidad , y una especie de
alma que anima y da vida al mismo Ormuzd , muy diferente por
tanto del Verbo y del Espíritu Santo cristianos ' .
Ni esto basta tampoco : los elementos , los astros , el fuego , el
agua , la tierra , el sol , la luna , Sirio , divino conductor de las estre
llas, las horas , las diversas épocas del año , eran para los Persas ó
Iranios otros tantos dioses . Todos ellos tenían tambien su propio
genio , así como tampoco le faltaba el suyo á cada uno de los hom
bres , guardando con ellos la misma clase de proporcion que en el
sistema platónico guardan las Ideas, sustantivas y subsistentes en sí
mismas , con cada uno de los individuos de su espeeie . De suerte que
la doctrina del Avesta es , en sustancia , un puro panteismo, como lo
era en general la de todos los pueblos gentiles , emanando de la Di
vinidad cierta multitud , más ó ménos numerosa , de dioses y de dio
sas particulares , más o menos poderosos , pero siempre independien
tes entre sí , y no presentándose esta Divinidad absoluta , fuente y
origen de las divinidades particulares , con los caractéres bastante
definidos para que se la pudiese distinguir de todas ellas ? .
; Y de esta innumerable multitud de dioses y diosas , de este pan

I Véase en La Controverse del año 1881 , nn. XXIII y XXIV, la refutacion de estas
ideas de M. Burnouf, hecha magistralmente por el ilustre Profesor de la Universidad
de Lovaina , Mons. de Harlez , en dos excelentes artículos intitulados : Les origines
persanes ou indoues de la Religion révélée.
2 La doctrina de los sacerdotes egipcios , escribe Rohrbacher ( Hist. uni , de
l'Eglise , tomo 1 , lib . vr), haciendo un extracto de las doctrinas de Guigniaud , Creu
zer y Göerres , asi como tambien la de los brahmanes de la India y la de los magos
1
de la Persia , se presenta bajo la doble forma de una teogonia y de una cosmogonía;
1
está fundada , en sustancia , sobre un panteismo, ora físico , ora intelectual , ora mez
clado de entrambos.

i
1
á los misterios de la Religion cristiana . 117

teismo grosero se quiere hacer derivar la doctrina pura y elevadí


sima del Cristianismo ? ¡ A qué cosas no induce el deseo de atacar
la realidad y existencia de lo sobrenatural! En las religiones de los
gentiles nada se encuentra que á mil leguas se acerque á los dog
mas altísimos de nuestra sagrada Religion ; de manera que la misma
comunidad de doctrinas que , en cuanto al fondo , existe en todos
ellos respecto de la revelacion primitiva , no puede ser descubierta
sinó por uno que ya de antemano sepa su existencia . Sin embargo ,
para no afirmar que el Cristianismo es la simple evolucion natural
de la Religion judáica y de cuanto en los libros sagrados del Anti
guo Testamento hallamos ya más o menos abiertamente anunciado,
cosa la más clara del mundo , recurren los Incrédulos á mil inven
ciones fantásticas y buscan relaciones que son imposibles de en
contrar.
¿ Se quieren pruebas manifiestas de que las doctrinas religiosas
del Cristianismo no son más que el desarrollo progresivo de lo que
ya estaba contenido de una manera más o menos clara en los libros
del Antiguo Testamento ? Pues de ellas apuntaremos algunas. Para
traerlas у desenvolverlas todas, sería preciso aducir cuantos argu
mentos forman los Teólogos católicos sobre los dogmas de la Tri
nidad , de la Encarnacion , del pecado original y de las jerarquías
angélicas. En el primer versículo del Génesis ya tenemos aquel be
reshit bará Elohim het ashamaim vehet haaretz , en el principio las
divinidades ( Dios ) creó el cielo y la tierra ; donde se pone el nomi
nativo de la oracion en plural ( Elohim ), y el verbo en singular
( bará ), señal no muy oscura del dogma de la Trinidad , Dios uno
en esencia y múltiple en personas " . En el tercer capítulo del mismo
libro hallamos anunciada la caída del primer hombre y la promesa
de un Libertador . Pondré enemistades , dice el Señor á la serpiente,
ó bien al demonio , que de ella se había servido como de instrumen
to , pondré enemistades entre ti y la mujer, entre tu semilla y la
suya ; ella quebrantará tu cabeza , y tú armarás asechanzas á su
calcañal .
Esta idea de un celestial Libertador era antiquísima en todos los

1 Puede verse bien tratado este asunto en la obra ya citada del P. Perrone,
vol . 1 , cap. 11. Puede verse tambien á Drach . Deuxième lettre d'un Rabin converti aux
Israelites ses pères ; item De l'harmonie entre l'Église et la Synagogue, t . 1 , cap. 1. Al
gunos no ven en este lugar sinó un plural de majestad ; pero les falta el fundamento
para opinar de este modo , pues ninguna prueba traen que satisfaga.
2 Génes., cap. III , vers. 15.
118 Falso orígen atribuido por los racionalistas

pueblos primitivos , y dice de ella Plutarco que se la encuentra por


todas partes sin saber de dónde ha venido " .
En el mismo Génesis se nos presenta tambien bajo el velo de mis
teriosas sombras , en aquella maravillosa aparicion de los tres ánge
les hecha por el Señor al patriarca Abraham ; en la cual ahora es un
ángel solo el que allí figura , ahora son tres 2. En el salmo xxxii , ver
sículo 6 , se hace conmemoracion del Verbo con que Dios ha criado
los cielos , y del Espíritu de su boca , con que ha establecido la vir
tud de los mismos 3. En el primer capítulo del Génesis se habla del
Espíritu de Dios , que era llevado sobre las aguas , ó que las estaba
fomentando y vivificando , segun vierten otros 4. Y en el cap . XXII
del mismo libro se le promete a Abraham que de su descendencia
ha de nacer el que ha de quebrantar la cabeza de la serpiente , y por
cuyo medio ha de derramar Dios sus bendiciones sobre todas las
gentes 5. En el Deuteronomio promete el Señor “ suscitar un Pro
feta, legislador como Moisés , á quien los Judíos estarán obligados a
obedecer 6. , En el salmo cIx , vers . I , dice el Padre Eterno á su

Hijo, el Mesías , que “ se siente á su diestra hasta que ponga bajo su


escabel á todos sus enemigos . „ En Isaías 7 dice el Mesías que el
Espíritu del Señor está sobre Él, „ que por esta razon “ hále un
gido y enviado á evangelizar á los pobres , y á sanar á los contritos
de corazon . »
Pero ¿ para qué fatigarnos multiplicando textos del Antiguo Tes
tamento , que hablan en términos expresos del Padre , del Verbo,
del Espíritu de Dios , del pecado original , del Salvador y del Legis
lador del mundo, etc. , etc. ? Baste por todos el siguiente lugar de
Isaías ; el cual , por haber existido y muerto en Judea antes del cau
tiverio de Babilonia , no puede manifiestamente haber recibido sus
magníficas inspiraciones de los libros de Zoroastro , ó mejor dicho ,
de sus doctrinas ; porque es muy incierto todavía si se conserva nada
de lo escrito por este filósofo , habiendo sufrido tantas alteraciones
la religion que el profesó 8 .

1 Plutarco, De Iside et Osiride. ( V. Perrone , De Incarnat., n . 13. )


2 Génes., cap . XVIII.
3 Verbo Domini , dice , coeli firmati sunt , et spiritu oris ejus omnis virtus eorum .
4 Génes., cap. 1 , vers. 2.
5 Génes., cap. XXII , vers. 18 .
6 Deut. , cap. xvill , vers . 15 .
7 Isai., cap . LXI , vers. i .
8 Véase el cap. i de la obra de Ayuso arriba citada.
á los misterios de la Religion cristiana. 119

Dice , pues , el inspirado Isaías en los capítulos LII , LIII y Liv de


su profecía : “ Preparó el Señor su santo brazo , viéndolo todas las
gentes , y todos los términos de la tierra verán al Salvador de nues
tro Dios. Retiraos , retiraos , salid de ahí ; no toqueis cosa amanci
llada : salid de en medio de ella , purificaos los que traeis los vasos
del Señor. Porque no saldreis en tumulto ni en fuga apresurada,
porque el Señor irá delante de vosotros , y os congregará el Dios
de Israel. Mirad que mi siervo tendrá inteligencia , ensalzado y ele
vado será, y sublimado en grande manera . Como muchos se pas
maron sobre tí , así será sin gloria su aspecto entre varones , y su
figura entre los hijos de los hombres. Éste rociará muchas gentes ,
sobre él cerrarán los reyes su boca ; porque le vieron aquellos á
quienes no se contó de él , y los que no le oyeron le contemplaron .
¿ Quién ha creido lo que no ha oido ? ¿ y el brazo del Señor á quien
ha sido revelado ? Y subirá como ramito delante de él , y como raíz
de tierra sedienta ; no hay buen parecer en él ni hermosura , y le vi
mos y no era de mirar, y le echamos menos : despreciado y el pos
trero de los hombres , varon de dolores , y que sabe de trabajos; y
como escondido sų rostro y despreciado ; por lo que no hicimos
aprecio de él . En verdad tomó sobre sí nuestras enfermedades , y él
cargó con nuestros dolores ; y nosotros le reputamos como leproso
y herido de Dios y humillado . Mas él fué llagado por nuestras ini
quidades , quebrantado fué por nuestros pecados : el castigo para
nuestra faz fué sobre él , y con sus cardenales fuímos sanados . To
dos nosotros como ovejas nos extraviamos , cada uno se desvió por
su camino ; y cargó el Señor sobre él la iniquidad de todos nosotros .
El se ofreció, porque él mismo lo quiso, y no abrió su boca ; como
oveja será llevado al matadero , y como cordero delante del que lo
trasquila enmudecerá ; y no abrirá su boca . Desde la angustia y
desde el juicio fué levantado en alto : su generacion quién la con
tará ? porque fué cortado de la tierra de los vivientes , por la mal
dad de mi pueblo lo he herido . Y á los impios dará por sepultura
y al rico por su muerte ; porque no hizo maldad ni hubo malicia en
su boca . Y el Señor quiso quebrantarle con trabajos: si ofreciere su
vida por el pecado , verá una descendencia muy duradera , y la vo
luntad del Señor será prosperada por su mano . Por cuanto trabajó
su alma , verá y se hartara : aquel mismo justo, mi siervo , justificará
á muchos con su ciencia , y él llevará sobre sí los pecados de ellos .
Por tanto le daré por su porcion á muchos , y repartirá los despo
jos de los fuertes; porque entregó su alma á la muerte , y con los
120 Falso origen atribuido por los racionalistas
malvados fué contado ; y él cargó con los pecados de muchos , y
por los transgresores rogó . Regocíjate, estéril , que no pares ; canta
alabanza y grita la que no parías ; porque muchos los hijos de la
desamparada , más que los de aquella que tiene marido, dice el Se
ñor . Ensancha el sitio de tu tienda y extiende las pieles de tus pa
bellones , no seas escasa : haz largas tus cuerdas y refuerza tus esta
cas . Porque te extenderás á la derecha y á la izquierda , y tu prole
heredará las gentes y poblará las ciudades desiertas . No temas , no
serás avergonzada , ni sonrojada ; pues no tendrás de qué afrentarte;
porque te olvidarás de la confusion de tu mocedad , y no te acor
darás más del oprobio de tu viudez . Porque reinará en tí el que te
crió , el Señor de los ejércitos es el nombre de él ; y tu Redentor, el
Santo de Israel , será llamado el Dios de toda la tierra ' .
¿ Se puede dar un testimonio más claro del Mesías , de su humilde
venida primera, de su inocencia inmaculada , de su muerte sufrida
por la salvacion del mundo, de los gloriosos triunfos de su pasion
con el establecimiento de su Iglesia universal y perpétua , de su di
vinidad , en fin , reconocida y confesada en toda la tierra ? Cotéjese
el carácter de Jesucristo descrito por Rousseau con el que en este
pasaje le atribuye Isaías, y se verá una conformidad tan pasmo
sa que deja sobrecogido al corazon de espanto . Isaías, seiscientos
años antes de la venida de Jesucristo , no parece escribir su profe
cía sinó sentado á la cumbre del Calvario , despues de haber visto
morir á su Redentor y de haber presenciado los triunfos de la Igle
sia , su Esposa , con el derrumbamiento de la Sinagoga y de la
idolatria .
Al leer estas inspiradas páginas del Profeta , cesen ya los Racio
nalistas de decirnos que la Religion Católica ha tomado sus dogmas
de la doctrina de Zoroastro; confiesen , por el contrario , que todos
ellos no son otra cosa sinó el desenvolvimiento y explicacion de
cuanto estaba contenido en los libros de los Profetas, ó bien el cum
plimiento fiel de la palabra dada por Dios al pueblo hebreo de man
darles un Libertador espiritual , que librase á sus almas del cautive
rio del demonio , y lavase con la sangre de su pasion las manchas
contraidas por todo el género humano con sus culpas , y las que en
adelante habían de ser contraidas por los pecadores .
Si hemos de decir que una de estas dos religiones , la hebrea ó la
persa , ha copiado de la otra ( lo cual , sin embargo , ninguna necesi

1 Isaías , desde el vers. 10 del cap . lii hasta el vers . 6 del cap, Liv.
121
á los misterios de la Religion cristiana.
dad tenemos de afirmar, puesto que ambas pudieron haber tomado
los dogmas verdaderos de la revelacion primitiva , y los tomaron
efectivamente ); más bien debemos creer que los Persas han sido
ilustrados por los Hebreos , que éstos por aquéllos . Estos , los He
' breos , ya ántes de la cautividad de Israel producida por Salmana
sar, poseían una religion muy pura y espiritual , como puede verse
en los libros santos anteriores á aquella desgracia ; mientras que los
Persas habían ya desfigurado la tradicion primitiva horriblemente,
introduciendo en su reino el politeismo más absurdo con la multitud
innumerable de dioses y diosas , que por el mismo tiempo domina
ban entre los Asirios y Babilonios , comarcanos suyos . Habían per
dido la idea del verdadero Dios , nocion tan obvia y conforme a la
razon ; y se habían de conservar entre ellos más claras y expresas
que en el pueblo hebreo, de contínuo ilustrado por los Profetas,
otras cosas más difíciles de entender, cuales eran : la creacion , la
existencia temporal de lo malo , la resurreccion , el destino del alma
despues de la muerte , la eficacia de las buenas obras, el purgatorio,
la sabiduría subsistente y otras doctrinas análogas?
Sabemos que los Persas introdujeron una reforma en su religion ,
corrompida poco a poco con el contacto de los pueblos vecinoš.
¿ Cuál fué el origen de esta vuelta hacia las ideas primitivas? Proba
bilisimamente las nociones esparcidas de la religion del pueblo is
raelítico, llevado cautivo á Ninive en tiempo de Salmanasar, dos si
glos antes de la victoria de Ciro contra los Babilonios , destructores
del Imperio de los Asirios ó Ninivitas. El pueblo de Israel se espar
ció entónces entre las naciones del Oriente para no volver jamás á
verse reunido alrededor de la ciudad de Samaria en su antiguo
asiento ; y esparciéndose, llevó á todas partes las ideas exactas de
la Divinidad.y del Mesías libertador que esperaba, con todo lo de
mas que pertenecia á su religion, infinitamente más pura que la de
los otros pueblos orientales, entre quienes se hallaba desparramado .
Con esto se debieron renovar las reminiscencias de la tradicion pri
mitiva entre todos aquellos pueblos , reminiscencias que produjeron
mayor efecto en el país del Iran .
Bien puede ser que entonces, y ántes de la cautividad de Babilo .
nia sufrida por los Judios, se levantase entre los Persas algun hom
bre fuertemente impresionado del deseo de hacer volver á su pue
blo á las ideas primitivas, que veia profesar á los Israelitas dispersos
y que este reformador se llamase Zoroastro, el llamado Spitama por
algunos para distinguirle de otro más moderno en su manera de
122 Falso origen atribuido por los racionalistas

opinar " . Pero este Zoroastro , si acaso existió , no es ciertamente el


Zoroastro famoso , filósofo de Persia y fundador de la religion pro
fesada por los Arios. El Zoroastro fundador de la religion persa vi
vió dos siglos más tarde , en tiempo de Darío Histaspes , sucesor de
Cambises en el Imperio persa ; el cual gobernó despues de Ciro, á
quien se debe la fundacion de dicho Imperio con la destruccion de
Babilonia . Los Persas en los siglos mi, iv y v antes de la venida de
Jesucristo , segun nos refiere el Sr. Ayuso apoyándose en escritos
griegos muy antiguos, preguntados por la época en que vivió el fun
dador de su religion , respondían que bajo el rey Vistaspa ó Histas
pes ? . Ahora bien ; el rey Histaspes por excelencia , ó sea el más
grande y poderoso de este nombre y que debe por lo tanto ser so
breentendido cuando se le llama de este modo , es Dario , sucesor de
Cambises, á pesar de la conspiracion del falso Smerdis para usurpar
le el trono , apaciguador de los levantamientos producidos en Su
siana, Babilonia , Armenia y Media bajo Fraortes , y derrotador en
diez y nueve batallas de sus numerosos enemigos .
El autor que acabamos de citar no tiene por verdadero este jui
cio, fundándose en que Darío Histaspes, segun consta de las inscrip
ciones cuneiformes persas poco há descifradas, profesaba la religion
de Zoroastro con ardor, llamando á Ahuramazdá ú Ormuzd el Gran
de, el Omnipotente, el Dios de la sabiduría, de la luz y de la verdad.
Mas este fundamento sirve de muy poco , á nuestro parecer , para
apoyar la opinion indicada ; porque el celo de Darío por la religion
antigua y por el culto de Ormuzd se explica perfectamente, diciendo
que á el fué movido por algun hecho extraordinario que no se había
visto en las edades pasadas, anteriores al advenimiento de Ciro y
de Cambises.
Y ciertamente este hecho se presentó muy palpable y visible en
la persona de Daniel , gran profeta del pueblo judío , y cautivo jun

1 La opinion general , sin embargo , es que no ha habido sinó un solo Zoroastro .


“ Todo está lleno de incertidumbre en lo que toca á este hombre célebre , dice J. B.
Glaire ( Dic. univ . des scienc. ecclesiast ., art. Zoroastre). Se podrían contar más de seis
Zoroastros si atendiéramos á los diversos autores que sobre esto han escrito ; pero la
opinion casi general es que no ha habido más de uno , muy antiguo . La mayor parte
de los escritores persas y árabes lo creen de origen judío , 6 al menos educado en la
Judea por alguno de los Profetas . ¿ Quién sabe si es el profeta Daniel, predicador
del verdadero Dios en Babilonia y Persia á la sazon ? No han faltado quienes han opi
nado de esta suerte.
2 Ayuso, Estudios sobre el Oriente. — Los pueblos iranios y Zoroastro, art. 1 , pági
na 12 .
á los misterios de la Religion cristiana . 123

tamente con él en Babilonia bajo los reyes babilonios, medos y per


sas . Sabemos , por lo que se cuenta en el libro i de Esdras, que este
rey concedió al pueblo judío la licencia para edificar el templo de
Jerusalen acordada por Ciro , y retirada despues por Artajerjes. Y
no se contentó con esto, sinó que ofreció ademas cuantiosos dones
para su reedificacion y para el culto del verdadero Dios, á quien no
dudó llamar Dios del cielo ! .
Los judíos tuvieron gran cabida con los reyes persas , como la
habían tenido con los babilonios ; y eran sumamente respetados por
su religion y santidad , entre éstos , Daniel , Esdras y Nehemías , como
consta en los libros de Daniel y de Esdras. Era , pues, natural que,
con el influjo religioso de estos hombres santos y profetas de Dios
se moviesen Darío y los Persas en general , á volver á las tradiciones
antiguas , ya de nuevo alteradas despues de los muchos años que
habían corrido desde la anterior reforma.
Este mismo influjo sintieron por entonces los habitantes de la
China , pues de aquel mismo tiempo son Lao- Tseu y Confucio ; el
primero de los cuales conoció á Daniel en Babilonia , y llevó a su
nacion la noticia de que, dentro de cinco siglos, había de venir " del
Occidente al mundo la consumacion de toda sabiduría , el Sábio por
excelencia , el gran Salvador , „ noticia que repetía tambien Confucio .
En la misma ciudad debió ver tambien á Daniel Zoroastro ; por
que entonces Babilonia era el emporio de las ciencias, y á ella acu
dían todos los descosos de saber algo , hasta que fué derruida por
los Persas .
Animado allí Zoroastro á desterrar las novedades introducidas en
la religion de su patria con lo que veía y oía del pueblo judío , y en
especial del gran profeta Daniel , emprendería la reforma religiosa,
desterrando las absurdidades nuevas , pero dejando otras muy anti
guas ; para lo cual hallaría proteccion en Darío . Este mismo rey nos
dice, en la inscripcion de Bisuntun ? , que durante la expedicion de
Cambises al Egipto el pueblo cayó en la impiedad , y las falsas
creencias cobraron gran pujanza en los paises de la Persia , de la
Media y de otras provincias . En lo cual muestra el celo que tenía de
restaurar la religion antigua , relativamente más perfecta, aunque
idolátrica tambien y fundada en la multiplicidad de los dioses , cada
uno propio de un solo pais .

I Esdras, lib . 1, cap . vi.


2 Puede verse esta inscripcion en Riancey . Hist. univ ., tomo II, lib . II , párrafo 1.º
124 Falso origen atribuido por los racionalistas

Parece, pues , imaginaria la antigüedad que atribuye Ayuso á Zo


roastro , diciendo que vivió unos dos mil anos antes de Jesucristo .
¿ Dónde estaban entonces los Histaspes ? Dario no pone en la ins
cripcion de Bisuntun ya citada sinó ocho ascendientes suyos que hu
biesen obtenido el poder real ; de ellos sólo su padre era Histaspes ,
Por otra parte, la opinion de que Zoroastro vivió en tiempo de Darío
es la que generalmente se sigue . Véase á Riancey en el tomo terce
ro de su historia ( lib . II , cap . II , pág . 70 , edic . Paris, 1870) . El Señor
Ayuso se ha dejado alucinar por ciertos escritos persas , que parecen
de época muy antigua, cuando no fueron hechos sinó pocos siglos
antes de Jesucristo . Al reformarse la religion persa en tiempo de
Zoroastro , escribiéronse libros religiosos en el idioma antiguo para
dárseles más autoridad ; lo mismo se hizo más tarde hacia la prime
ra mitad del siglo ni de la Iglesia . Así , para quien no se halle bien
versado en las antigüedades de la Persia, podrían pasar estos libros
por antiquísimos y de época muy anterior a la de la cautividad de
los judíos en Babilonia, siendo así que en realidad muchos de ellos
son muy posteriores al aparecimiento del Cristianismo.
En estas obras , relativamente modernas, se ven no pocas huellas
de las ideas judáicas y cristianas. Lo cual es muy natural ; pues du
rante los primeros siglos de la Religion Cristiana floreció mucho en
Siria la Universidad de Edesa, fundada ó al menos acrecentada por
San Efren ; y á esta'Universidad, donde reinaban las ideas cristianas,
acudían , entre otros, los estudiosos de la Persia . Una de estas obras,
de composicion bastante reciente , como nota el sábio orientalista
Le- Hir , intitulada Minokhired , ó sea Sabiduria celestial, da mani
fiestos indicios dc haber ejecutado su autor algunos plagios en los
libros sagrados de los Cristianos . La armadura espiritual del parsi
está allí descrita con las mismas palabras de San Pablo en la epistola
á los Efesios, cap . iv , vers . 13. Allí es donde por primera vez, á jui
cio de Spiegel , traductor del Avesta , aparece en los monumentos
del Mazdeismo la sabiduría subsistente y personal .
Aun el mismo Avesta dista mucho de la antigüedad que algunos
le atribuyen . Hé aquí lo que sobre este particular escribe el sábio
orientalista Mons . de Harlez : “ Ya no estamos en aquellos tiempos
en que se consideraba la composicion del Avesta como anterior en
doce ó veinte siglos al comienzo de la era cristiana . Se ha llegado

I Pueden verse sobre el Mazdeismo los luminosos artículos que escribió Le-Hir en
su excelente obra Études bibliques, los cuales nos han servido mucho en esta materia.
á los misterios de la Religion cristiana . 125

aun á fijar la data de su redaccion en los primeros siglos de nuestra


era . El mismo Avesta lleva en sí ciertas datas , ciertos como jalones,
que permiten determinar aproximadamente su antigüedad . »
Hé aquí los tugares del Avesta que pueden ser referidos á una
época determinada :
" 1.° El Fargard I , 22 , en el cual el nombre de la ciudad de
Bakhtri , conservado intacto en las inscripciones de Darío ( Beh . I , 16 ;
III , 13 ) , aparece bajo la forma alterada Bakehdhi , no puede subir
más arriba que el siglo segundo de la era antigua . No es probable
que este pasaje haya podido estar separado de todo lo restante: por
lo tanto todo es de la misma época . ,
2. ° “ Los SS 130-154 del Fargard IV , que condenan al apóstol del
celibato y de la abstinencia y que segun la tradicion deben aplicarse
á Mazdak , sectario que vivía á fines del siglo v p . Ch. En rigor se
podría ver en ellos una protesta contra el budhismo , que se intro
dujo en el norte de la Persia durante el segundo siglo a. Ch .: pero
no se puede ir más allá . ,
3.0 " El Yacna XIX , donde se dice que la ciudad de Ragha ó de
Rai no está sometida sinó al poder sacerdotal: esta indicacion nos
lleva al tiempo de los reyes partos , es decir, á las proximidades de
la era cristiana . ,
4.° “ El Yesht de Mithra ( 11 ) , el cual en su última redaccion no
parece que haya podido preceder a la renovacion del culto de este
Genio y al lustre que le dieron los últimos reyes Aqueménidas , in
troductores de este culto en Persia. Por consiguiente, cuando más,
podrá ser del tercer siglo . ,
5. ° “ El Yesht de Anahîta , el cual se halla en el mismo caso que
el precedente . Este canto contiene ademas una pintura de la diosa,
única en su género en el Avesta , y que verosimilmente no es sinó la
descripcion de la estátua que le erigió Artajerjes Memnon contra los
principios religiosos de sus súbditos . ,,
6. ° « Los pasajes arriba citados, donde se hallan indicios de una
civilizacion avanzada , puesto que un estado semejante de adelanta
miento no ha podido recibir su desarrollo sinó con el contacto de
la Asiria.
“ Una presuncion , cuya fuerza no puede ser desconocida , nos es
casi impuesta por el silencio de dos autores griegos , que tuvieron la
mejor proporcion para conocer las cosas de la antigua Persia . He
rodoto , que visitó la Media y á los magos , y fué testigo de sus prác
ticas ; y Jenofonte, que vivió en Persia y procuró por todos los me
126 Falso origen atribuido por los racionalistas

dios realzar y hacer admirar la sabiduría persa ; ambos ignoran la


existencia de Zoroastro y de su nombre . Sin embargo , la leyenda
avéstica no podía entonces estar relegada á las montañas del norte ;
porque los magos, que fueron sus promotores , y en cuyo nombre fué
contado Zoroastro apenas fué conocido , gozaban á la sazon de fa
vor en la corte de Persia . ,,
“ Hay además otro hecho que no permite referir á tiempos remo
tos la composicion del Avesta , el cual consiste en la descomposi
cion del lenguaje , en que este libro ha sido escrito . Decimos des
composicion y no alteracion . El griego de Homero , por ejemplo , se
halla muy alterado y muy distante de la lengua primitiva , pero no
en estado de descomposicion : las formas en él son fijas, aunque
múltiples y á veces tomadas de varios dialectos . Otra cosa muy dis
tinta sucede en el Avesta : en él las formas son flotantes y tienden
á desaparecer ; así los temas en u tienen el genitivo de singular en
aus , eus , aos , avo , ó vo; el vocativo en v , au , ao , à y ô ; el instru
mental baja hasta u . Fuera de esto , los casos se confunden unos
con otros : el acusativo hace veces de nominativo - acusativo , como
en esta expresion “ yatha dâmân fraestâis , ( tamquam creata pul
cherrimis ), como las más hermosas criaturas . Este hecho se presen
ta con demasiada frecuencia para que pueda ser atribuido á error
del copista . Ciertamente es preciso no inferir con demasiada preci
pitacion del estado de un lenguaje su edad ; pero aquí no se pue
de tampoco defender que este estado del idioma avéstico date de
tiempos lejanos. Ni áun el antiguo persa bajo los últimos Aque
ménidas llegó á tanto : hállase en él cierta perturbacion en las for
mas de radicales , por ejemplo bûmâm por bûmîm , terram ; ó la
supresion de la forma del genitivo , que precede al nombre de que
va regido : Darayavus khsâyathiyahiya , Darius regis filius, pero
nada más. ,
“ Otra fuente de induccion se encuentra en la comparacion de las
condiciones intelectuales de los demás pueblos . Es creible que el
Iran septentrional haya sobrepujado a todas las naciones en el ca
mino de la filosofia , áun á la Grecia , la cual podía ciertamente pre
tender el cetro de la inteligencia ? El brahmanismo filosófico no sube
más arriba que el siglo v ; la filosofía griega no comienza realmente
sino en el siglo vi ó á lo más en el vir ; ¿ y se querrá que los habitan
tes de los montes del mar Caspio ó del Korassan se hayan adelan
tado en mil y áun más años á los sábios de las regiones más ilus
tradas ? Esto nos parece del todo increible ; y si algun autor griego
á los misterios de la Religion cristiana . 127

lo piensa es que se ha creido de ligero , fiándose en la simple pala


bra de los magos , ' : »
Con esto ya se ve cuán manifiestamente caen por tierra las vanas
teorías de Bunsen y de Burnouf sobre la doctrina oculta de los
Esenios ; pues los Persas , lejos de suministrar á los Cristianos, por
medio de estos sectarios, la idea de la sabiduria subsistente y perso
nal, y lejos tambien , por consiguiente , de haber dado origen á los
dos libros de la Sabiduría y del Eclesiástico , no han podido adquirir
estas ideas sinó en tiempos relativamente muy posteriores , merced
al contacto que tuvieron con los judíos y los cristianos .
No quiero poner fin á este capítulo sin aducir un nuevo argumen
to convincente en pro de la doctrina que contra Bunsen y Burnouf
en él he defendido; argumento que expone tambien el gran orienta
lista francés de que poco há hemos hecho mencion . Toda su fuerza
está fundada en la conducta que observaron los Persas en el cuarto
siglo de la Iglesia con relacion á los cristianos . Sabemos por Sozó
meno a la horrible persecucion que en Persia levantó contra los
cristianos Sapor II entre los años 310 y 380 de la era de Jesucristo :
son innumerables los fieles que en aquel tiempo perecieron , en me
dio de los tormentos más espantosos , por defender la verdad de la
Religion cristiana . Si la doctrina por ellos profesada hubiera sido la
misma que venian creyendo los Persas desde un tiempo inmemorial ,
sobre todo entonces que acababan de hacer la reforma religiosa,
volviendo con tanto ardor a la profesion de las ideas antiguas, įhu
biera sido posible tan atroz y prolongada persecución ? De ninguna
manera: los Persas hubieran recibido con los brazos abiertos á los
Cristianos, y lejos de atormentarlos con los tratamientos más horri
bles , los hubieran colmado de honores y regalos . Los perseguían ,
porque la doctrina del Cristianismo echaba por tierra cuanto ellos
habían torpemente adorado y respetado como lo más digno de ado
racion , es decir, el dogma absurdo de los dos principios , y la religion

1 La Controverse , 16 de Octubre 1881 , artículo : " Les prétendues origines persanes,


etcétera :, de Harlez,
2 “ Cum autem tempore progrediente, escribe en el libro II, cap. VIII de su His
toria, numerus eorum ( christianorum ) vehementer cresceret adeo ut conventus agere,
et sacerdotes ac diaconos habere coeperint ; haec res non mediocriter offendebat ani
mos magorum , qui , velut tribus aliqua aut sacerdotalis stirps , successione quadam ,
religionem persarum inde fere ab initio administraverant. , Y luego cuenta lo suce
dido en la persecucion levantada por Sapor, el cual estaba empeñado en que los cris
tianos , dejando su Religion , adorasen al sol .
128 Falso origen atribuido por los racionalistas, etc.

grosera de la idolatría . Concluyamos , pues , con lo que dejamos


asentado al principio de este capítulo , á saber: que los dogmas de
la Religion Cristiana no tienen otro origen sinó el que ella misma
les señala , el origen de la divina revelacion . Guste ó no guste á los
Racionalistas , esta es la pura verdad , y verdad ciertísima , que nadie
puede negar sin renunciar completamente a su razon , ó lo que es lo
mismo , sin dejar de ser racional en sus juicios y decisiones .
CAPITULO IX

OTROS ORÍGENES ATRIBUIDOS FALSAMENTE


POR LOS RACIONALISTAS Á LOS DOGMAS DEL CRISTIANISMO .

o dicho en el precedente capítulo es más que suficiente para


demostrar que los dogmas de la Religion cristiana no han
podido tener su origen ni en las doctrinas religiosas del
Iran, ni en las de ningún otro pueblo pagano, que haya florecido en
el mundo antes de la venida de Jesucristo ; sinó que deben ser atri
buidos a la revelacion divina manifestada sucesivamente por los Pa
triarcas, por los Profetas y por nuestro divino Redentor al pueblo
hebreo . Sin embargo, para que la demostracion sea más completa
y tengan al mismo tiempo nuestros lectores algo determinado que
oponer á los que , en su odio contra todo lo sobrenatural , acuden
en nuestros días a las fábulas de la India y del Egipto , ansiosos de
hallar en ellas los orígenes de nuestra Religion , haremos ver aquí
brevemente cuán sin fundamento es lo que ciertos Racionalistas han
escrito sobre este asunto .
M. Emilio Burnouf , para quien la India es la cuna del género hu
mano , y en sentir del cual los Vedas se cantaban ya en aquella re
gion miles de años antes que en Egipto hubiese ciudad alguna , en
un libro lleno de falsedades y titulado : La ciencia de las religiones,
escribe lo siguiente : “ Los cristianos hablan del Cristo, de su madre ,
de la cruz , del Evangelio , etc. Mas qué cosa es el Cristo ? ¿ qué su
madre ? qué la cruz ? Nada de esto saben ellos y nada pueden res
ponder. Nosotros vamos , ó por mejor decir, la ciencia se lo va á
enseñar . Estas ideas , estas creencias son ecos lejanos de las doctri
nas de la india antigua. La madre del Cristo es la madre de Buddha ;
el Cristo mismo es el dios Agni, el dios -fuego de los Vedas ; la cruz
es una nueva forma de los leños por medio de los cuales producian
130 Otros orígenes atribuidos por los racionalistas

los Aryas primitivos el fuego del sacrificio .,, M. Jacolliot , cuya ig


norancia y mala fe han sido puestas en manifiesta evidencia por
Mons . de Harlez en un libro que lleva por título : La Biblia en la
India ' , entre otras impertinencias se ha atrevido á decir que la vida
y hechos de nuestro Señor Jesucristo están calcados sobre la vida
у hechos de un fabuloso personaje indio , hijo de Brahma , anuncia
do de antemano en los libros santos del Indostan , concebido en las
entrañas de una virgen , perseguido desde su nacimiento , venido al
mundo para la redencion del humano linaje y llamado finalmente
con el nombre de Jeseus Christna como nuestr o adorable Salvador,
El racionalista aleman , llamado Doctor Mario, suponiendo como
Jacolliot y Burnouf que la India es la fuente y origen de todas las
sociedades humanas, ha tratado de demostrar que en la Trimurti
indiana compuesta de Brahma , Vishnu y Siva se hallan los prime
ros orígenes de la Trinidad cristiana . Otros , finalmente , han apela
do á las tríadas de Egipto , señalando la de Isis , Osiris y Horo , como
la madre de nuestra Trinidad sacrosanta . A los cuales parece ha
berse querido arrimar en nuestra patria el tristemente célebre pro
fesor Morayta , diciendo en su discurso de apertura pronunciado el
año 1885 en la Universidad central de Madrid , que " la religion fa
raónica no reconoció en sus orígenes la influencia de otra alguna
más perfecta ( pág . 18 ) , y añadiendo que el pueblo egipcio “ adivinó ,
aunque imperfectamente, el monoteismo , y explicó la nocion de la
Trinidad por tantas religiones admitida ( pág . 86 ) . ,
Para refutar brevemente y con el orden debido todos estos erro
res , vamos por partes , y preguntemos en primer lugar : ¿ Es verdad
que los Vedas de la India tienen la alta antigüedad que les atribuyen
los autores citados ? De ninguna manera . “ La ciencia séria , escribe
el sabio Profesor belga , Mons . de Harlez , ha hecho justicia contra
toda tentativa de señalar á los Vedas una época muy remota . El
Yajur Veda , que no es el más reciente , está reconocido haber sido
redactado en el siglo mu ántes de Jesucristo . El Rig- Vida , que es el
más antiguo de los cuatro, ha sido compuesto durante un período
de tiempo , que comienza lo más tarde en el siglo xiv y se extiende
quizás hasta el v . ( Véase A. Weber , Akademische Vorlesungen
üeber die Indische Litteratur Geschichte, 2. edic . , Berlin , 1876 , pa
ginas 17-43 . ) En cuanto al libro de las leyes de Manú , probable
mente es posterior al siglo 11. En el libro I se trata de los Palhavas,

1 La Bible dans l'Inde, par M. de Harlez.


á los dogmas del Cristianismo. 131

cuyo nombre bajo esta forma no puede ser más antiguo que el se
gundo siglo después de Jesucristo . Fâiminî, á quien Jacolliot hacía
anterior á Sócrates, vivía despues del gramático Pânini, el cual es
cribía al fin del primer siglo de nuestra era . ( Véase A. Weber, op.
cit., págs . 234 , 338 , 357. ) ' » .
Véase en qué para la remota antigüedad de los Vedas : el Penta
teuco es más antiguo que ellos ciertamente , pues se remonta hasta
los tiempos de Moisés . Esto sólo basta para demostrar que los dog
mas cristianos no pueden tener su origen en los tales libros . En el
Pentateuco se hallan ya todos ellos anunciados , aunque de una ma
nera obscura , que será después poco a poco declarada con nuevas
revelaciones , sin que en ello intervengan para nada las doctrinas re
ligiosas de los pueblos paganos. La religion de Moisés gira toda en
tera sobre la idea de un Mesías libertador, que es anunciado ya en
el Génesis 2 y en el Deuteronomio 3, y forma en todos los tiempos
posteriores desde David hasta Malaquias el objeto principal de los
Profetas. Esta idea del Mesías desenvuelta totalmente por el mismo
Mesías en persona conforme a lo que estaba ya anunciado en los
libros del Antiguo Testamento , es la que ha revelado al mundo el
dogma de la Santísima Trinidad , el de la Encarnacion , el de la Re .
dencion y todos los demas que constituyen la sustancia del Cristia
nismo . Pero vengamos ya á otra cuestion .
¿ Qué razones hay para afirmar que María , madre de Jesus , es la
misma que Maya , madre de Buddha ? Ninguna absolutamente. Bur
nouf se funda en la semejanza de entrambos nombres . Pero esta se
mejanza es nula : porque el verdadero nombre de María es Miriam ,
que así se llamaba entre los hebreos ; y Miriam con Maya no tiene
nada de parecido . Fuera de que la r de María , ó Mariam como la
llama San Lúcas , difícilmente podrá ser derivada de la y de Maya,
siguiendo las reglas de la Filología. Mucho menos se podría apelar
á la significacion de dichos nombres : porque el de Maya significa
ilusion , y el de Maria señora . Y si queremos buscar sus raíces, Maya
viene del sanscrito mâ , que significa formar ; y María , del hebreo
rum , que quiere decir ser alto, excelso ó sublime. Alguno podría
pensar que María es una copia de Maya , porque tambien de Maya

1® Harlez , en La Controverse, de 1.º de Enero de 1882 , articulo Pretendues origi


nes indoues du Christianisme , p. 14 .
2 Génes., III , 15 .
3 Deuteron ., XVIII , 15.
132 Otros orígenes atribuidos por los racionalistas

se cuenta que concibió sin obra de varon y quedando virgen al fun


dador del buddhismo. Pero semejante pensamiento va totalmente
fuera de camino. Porque , si bien Buddha ó Çakyamuni es anterior
en algunos siglos á Jesucristo , pero no lo es la leyenda de que nació
milagrosamente de madre vírgen , ántes esta leyenda es posterior al
advenimiento del cristianismo ; y así en el caso de afirmar que hay
plagio , más bien debemos decir que los Buddhistas copiaron de los
Cristianos y dieron a su Buddha la perfeccion que oían pertenecer
á Jesucristo . Lo cual no se hace muy difícil de creer ; porque por
una parte , el cristianismo fué predicado en la India por el apóstol
1
Santo Tomás , formándose iglesias que perseveraron despues largo
tiempo , hasta que se apoderaron de ellas los herejes nestorianos ; y
por otra , los naturales de aquel país han sido siempre muy propen
sos á engalanar á sus dioses con todo cuanto han podido idear de
maravilloso y estupendo. Consta , pues , que la identificacion de la
Virgen María con la madre de Buddha es una mera puerilidad , que
sólo puede tener cabida en la cabeza de quien á todo trance se em
peña en poner neciamente entre los personajes fabulosos y míticos
á nuestro Señor Jesucristo .
¿ Es más fundado lo que asienta Burnouf acerca de nuestro divino
Salvador , diciendo que Jesus es el dios- fuego de los Vedas ? Esta
es una puerilidad tan grande y áun mayor que la precedente . ¿ En
qué se funda tan extraña afirmacion ? Oigamos al soñador raciona
lista : " El Cristo, escribe , es el dios - fuego de los Vedas , porque
este dios se llamaba Agni y el Cristo ha sido calificado de Agnus
Dei. „ ¡ Poderoso razonamiento ! No sabe el zurcidor de persona
jes ideales que quien le dió esta calificacion , ó sea San Juan Bau
tista , no hablaba en latín sino en arameo , y que , por consiguiente ,
no usó la palabra Agnus, sino la de emroh , al llamar á Cristo cor
dero ? ¿ Y qué tiene que ver Agni ó fuego con cordero de Dios, para
identificar a nuestro divino Salvador con el Dios del fuego? Si San
Juan llamó á Jesucristo cordero , no pretendió hacer con esto la más
minima alusion á fuego alguno : lo que quiso significar solamente
fué que en el ara de la cruz había de ser Jesus inmolado por los pe
cados de los hombres , como verdadero cordero inocente significado
ya desde el tiempo de Moisés por el cordero pascual de los Judios .
¿ Y por dónde habían de saber los Apóstoles que existiese entre los
Judíos la creencia en semejante dios Agni , para tomar de ella su
modelo ? Fuera de que M. Burnouf, en su argumento , supone que
Jesus es un personaje ideal , fingido á su talante por los Apóstoles
á los dogmas del Cristianismo. 133

para engañar con él á Judíos y Gentiles. Cabe en persona de juicio


semejante suposicion ? ¿ Tan necios eran los Judíos de aquellos tiem -
pos , que nunca acudieron á este medio para librarse de la ignomi
nia que pesaba sobre sus cabezas con la sola memoria del cristia
nismo ? ¿ Tan despreciadores de la vida eran los hombres en los
primeros siglos de la era cristiana , que con sólo oir anunciar la
mentida existencia de aquel hombre fantástico , corrían á bandadas
á la Iglesia cristiana , abandonando su religion para ir á derramar su
sangre y perder sus vidas , en medio de horribles tormentos , por la
defensa de un puro mito , que acababa de ser inventado por unos
miserables pescadores de Galilea ? Tan rematadamente locos eran
los Apóstoles que , sabiendo ser falso y de pura invencion todo
cuanto como testigos oculares anunciaban en todas las partes del
mundo entonces conocido , sin embargo, todos sellaron con su pro
pia sangre la verdad de sus asertos, sufriendo gustosos por su fin
gido Jesus los tormentos atroces del martirio ? De suposiciones
como ésta poco tiene que temer , ciertamente , la Religion cris
tiana ! .

Y por aquí se entenderá tambien cuán sin sustancia es lo que


añade el mismo autor diciendo que la cruz de Cristo no es sinó
una nueva forma de los leños con los cuales producían los Aryas
primitivos el fuego del sacrificio . , Si ; que Jesus es un personaje
ideal , que ni ha predicado en Jerusalen , ni ha sido cruciſicado en el
Gólgota ; y su muerte en el ara de la cruz es una pura ficcion , per
suadida sin embargo como cosa verdadera á los Judíos , que ellos
han visto con sus propios ojos! ¡ A dónde llegan los delirios de los
que con fanático furor se empeñan en declarar la guerra á todo lo
sobrenatural y en no admitir los indubitables dogmas de la revela
ción cristiana ! Y si el misterio de la Cruz no es sino un simple mito
conmemorativo del sacrificio ofrecido al dios del fuego por los an
tiguos Aryas , ¿ cómo es que la Iglesia el día del sábado santo , al
celebrar el misterio de la renovacion del fuego sagrado , ccha mano
del pedernal y no apela á los dos leños de que se servían para pro
ducirlo los Aryas primitivos ? ¿ Cómo es que en ese mismo día , al
cantar en la solemne Angélica los triunfos de su divino Fundador y

1 Véase sobre esta materia el contundente sermon de la resurreccion , del P. Cár


los Frey de Neuville contra los lucrédulos ; sermon que recomendamos á los Predica
dores para que se sirvan de él contra los Incrédulos de nuestros días , en nada dife
rentes de los del siglo pasado.
134 Otros origenes atribuidos por los racionalistas

-su resurreccion gloriosa , nada dice que , ni áun remotamente , se re


fiera al fuego de los Aryas ? Porque en las ceremonias de dicho día
la Iglesia sólo canta la resurreccion de Jesus y los bienes que con
ella ha traído á los hombres el Triunfador divino , comparando la
noche de la resurreccion con aquella otra noche en que , purificados
los Judíos con la sangre del cordero pascual , recobraron su libertad,
saliendo precipitadamente de Egipto . Convénzase , pues , el mal
aconsejado racionalista de que la gloriosa cruz de los Cristianos
nada tiene que ver con los inmundos é impúdicos leños de los an
tiguos Aryas .
Pero vengamos ya al imaginado Jezeus Christna de M. Jacolliot .
No es ciertamente este autor el primero que ha pretendido ver en
Jesucristo una simple copia del mitológico personaje Kristna : ya en
el Diccionario comparativo de todas las religiones , escrito por el
abate Bertrand y publicado en 1850 por Migne , leemos lo siguiente
en el vocablo Krichna : “ Paralelo de Krichna con Jesucristo.
Nuestros lectores habrán observado sin duda , sobre todo en el pri
mer parágrafo , ciertas analogias bastante extraordinarias entre lo
que se cuenta de Krichna durante su juventud y los primeros he
chos históricos del Evangelio. Esta concordancia y estas semejan
zas son todavía mucho más numerosas , cuando se llega á entrar en
los pormenores de la vida de Krichna: las cuales no han dejado de
ser advertidas por los indianistas ilustres , sacando de ellas cada uno
consecuencias opuestas , segun que fuera enemigo ó favorable al
cristianismo . , Pero M. Jacolliot ha querido sobrepujar a todos los
de su clase en el oficio de inventor . Porque no se ha contentado
con cambiar el nombre de Kristna en Chrisina , sinó que se ha
atrevido además á añadir el otro de Jezeus; para que así juzgasen
sus lectores que Jesucristo ( Jesus Christus) no es sinó el mismo Je
zeus Christna , adorado por los Indios como octava encarnacion de
Vishnu , la más célebre y la más popular en la India . Mas que ha
conseguido con semejantes falsificaciones ? Nada , sinó engañar á al
gunos ignorantes . En primer lugar, Jezeus y Christna son nombres
manifiestamente importados de fuera á la lengua sanscrita de los
antiguos indios : puesto que el sanscrito no tiene s ni eu , ni perniite
que las letras K ó Ch vayan antes de r ; cosas todas que se necesi
tarían , sin embargo, para que los dos nombres citados pudiesen per
tenecer a dicha lengua . Además , consta positivamente , como nota
el citado abate Bertrand , que el culto dado á Kristna no comenzó
sinó en el siglo vi de la era cristiana , después que la Religion de
á los dogmas del Cristianismo. 135

Jesucristo había tenido muchos discípulos y sido muy conocida por


largos siglos en el Indostan . Lo cual da manifiestos indicios de que
los Bracmanes , al ver que en su region hacía muchos progresos el
cristianismo, revistieron de nuevos caracteres parecidos á los del
niño Jesus á un personaje histórico muy antiguo llamado Kerchna,
como lo habían convertido ya en una encarnacion de Vishnu en
otros tiempos más antiguos para oponerse á la propagacion del bud .
dhismo . Finalmente , que el personaje Kristna se halla formado so
bre el modelo de Jesucristo y no al revés , si bien difiere mucho
de él en todo el conjunto , es cosa tan evidente , que todos los sá
bios lo reconocen , áun aquellos mismos que son extraños a toda
idea religiosa y más bien hostiles que favorables al cristianismo .
Véase por ejemplo á A. Weber ' , Angelo de Gubernatis ? , Dow
son 3 y Reinaud 4. Pasemos ya á lo de la Trinidad indiana .
La Trimurti indiana es una triada de dioses llamados Brahma,
Vishnu y Siva : de los cuales el primero representa la fuerza creativa
de la Divinidad , el segundo la conservativa y el tercero la destruc
tiva. Estos tres dioses , si bien tanto ahora como siempre , desde su
origen , representan entre los Indios tres divinidades perfectamente
distintas; sin embargo , son considerados como cosas que mútua
mente se completan , formando un todo necesario é inseparable ;
razon por la cual aparecen á veces en las estatuas como reunidos
en un solo cuerpo con tres cabezas . ¿ Cuál es el origen de esta Tri
murti ? Hasta ahora muchos habían creído que era preciso ver en
ella una idea desfigurada del dogma de la Santisima Trinidad reve
lado por Dios en los primeros tiempos á Adan y Eva , cabezas del
género humano ; y así lo habían enseñado generalmente los defen
sores del tradicionalismo religioso . Pero el eminente profesor de la
Universidad de Lovaina , Mons . de Harlez , hace observar que éste
es un grande error, debido a las apreciaciones de los primeros sans
critistas; los cuales no estaban en disposicion de distinguir los libros
nuevos de la India de los más antiguos . “ La India antigua , añade ,
no ha tenido jamás la menor nocion de la Trinidad divina : el Dios
uno у trino no ha sido nunca conocido en ella . La Trimurti ha te
nido el origen que dejamos aquí indicado , y ha nacido en la Edad

1 Weber Krshna geburts , Fest. Abh , d. K. Academie , Berlin , 1867 .


2 Enciclopedia indiana , pág . 242 .
3 Classical Dictionary, art, Vishnu Krsna.
4 Memoire geographique, historique et scientifique sur l'Inde, p. 119-123 .
136 Otros orígenes atribuidos por los racionalistas

Media. No se la encuentra sinó en los Puranas y en los libros de


pendientes de ellos , los cuales datan de la mitad de la Edad Me
dia '. ,, En efecto , como observa el ya citado escritor , Vishnu es ya
nombrado en los Vedas , cuando Brahma no había sido todavía ima
ginado por los Indios : para los cuales Vishnu no era entonces sinó
un dios secundario , personificacion accesoria de la fuerza generatriz
y conservadora del Sol . En la mayor parte de los Brahmanas y en
las Leyes de Manú , ó sea en los libros de los Brahamanitas, Vishnu
es todavía un dios inferior, puesto muy por debajo de Brahma. En
la Bhagavad -gita , en el Harivansa y en los demás libros Vishnuitas ,
por el contrario , Vishnu es el dios supremo , el sér universal . Siva
es desconocido en los Vedas; en los libros posteriores parece con
fundirse con el dios de las tempestades llamado Rudra ; despues se
distingue de él у comienza á ser a su vez en ciertos libros la divini
dad principal , el sér universal .
Esto prueba claramente que los tres referidos dioses estuvieron
separados y sin formar triada alguna por largos años , hasta que los
Bracmanes , mucho tiempo despues de la difusion del Evangelio, con
el fin de juntar en uno todas las sectas , hicieron de ellos una sola
tríada , dejando á los ſieles libertad para que diesen culto á aquel de
los tres que más les agradase . Esta amalgama , en lo perteneciente
al punto doctrinal , á los Bracmanes no les importaba nada ; porque
ellos profesaban el panteismo, y así á sus iniciados les decían que
Brahma, Vishnu , Siva y todos los demas dioses , en realidad no
cran sinó una misma cosa ; y en lo relativo á la práctica , les era su
mamente provechosa ; porque así quedaban todas las sectas debajo
de su jurisdiccion , y ellos permanecían seguros en la sublime altura
de su casta . Véase, pues, cuán lejos está la Trinidad cristiana de ser
una derivacion de la indiana , cuando probablemente la noticia del
Evangelio dió márgen á los Bracmanes para juntar en uno los tres
mencionados dioses ; como se habían aprovechado de él para hacer
más alegre y más placentero a su ya antes transformado Kerchna .
Vengamos, finalmente, á las tríadas egipcias . No se necesitan lar
gos discursos , ciertamente , para hacer ver que no tienen relacion
alguna con la Trinidad cristiana . En primer lugar, todas ellas están
compuestas de un padre , una madre y un hijo, cosa enteramente
opuesta a la Trinidad sobredicha . En segundo lugar, las relaciones

1 C. de Harlez , La personalité historique du Christ, etc .; artículo publicado en la


Controverse de 16 de Mayo de 1882 .
á los dogmas del Cristianismo. 137

genealógicas entre los miembros de las tales tríadas y los de la


Santísima Trinidad son tambien muy diversas. En la teogonía egip
cia el dios abstracto no es sinó un sér único sin segundo, infinito,
eterno , inefable, incomprensible , que no ha sido engendrado por
nadie , pero tampoco se perpetúa sinó á la manera de los hombres,
esto es , por generacion , haciendo el esposo concebir á su esposa un
hijo, que es el mismo padre. Por eso en la tríada tebana , primer es
labon de toda la inmensa cadena de dioses egipcios , Amon es el
marido de su propia madre Muth ; y en la tríada compuesta de
Osíris , Isis y Horo , los cuales formaban el último anillo de dicha
cadena , Horo es el nuevo Osiris , que ha nacido de Isis para ocupar
el lugar de su padre . En tercer lugar, las tríadas egipcias no son
tales sinó de nombre ; puesto que en realidad forman grupos de
cuatro ó más dioses , que tienen intima relacion entre sí . Así Osiris,
Isis y Horo están intimamente relacionados con Tifon , hermano de
Osíris , con Nephty , esposa de Tifon , con Harpocrates , otro hijo de
Osiris llamado dios del silencio , y con Anubis , hijo de Nephty y
Tifon . Por lo cual el mismo Doctor Mario confiesa que , para obte
ner la Trinidad venerada en Egipto, hay que formar la agrupacion
de los ocho dioses siguientes : Osíris , Tifon , Nephty, Horo, Harpo
crates , Amon , Phtha y Kneph . En cuarto lugar , la idea expresada
por las tríadas egipcias no tiene absolutamente nada que ver con la
de la Trinidad cristiana; pues toda ella se reduce á significar los
efectos del Sol y de las tinieblas en la madre Tierra , siendo aquél
la causa de la fecundidad y de la alegría, y éstas por el contrario,
las de la muerte y de la tristeza . Osiris es simplemente el Sol ; que
se pone y va á su ocaso despues de haber fecundado á la tierra y
alegrado á los mortales con su luz y calor. Tifon es el genio de las
tinieblas , que reinan en la Tierra durante la noche y despues de la
puesta del Sol , llevando consigo la suspension de la vida y el sueño
de los vivientes . Isis es la Tierra , que en su movimiento diurno re
coge los miembros esparcidos de su marido Osiris y le hace renacer
en su hijo Horo . Finalmente, el mismo modo con que se fueron for
mando en Egipto las diversas agrupaciones de dioses, indica clara
mente que las tales tríadas son cosa muy distinta de la Trinidad
cristiana. En efecto, los dioses de Egipto al principio no eran ado
rados en todo el país , sinó uno en un nomo particular y otro en otro :
Amon recibía culto en Tebas; Phta , en Menfis ; Rah , en Heliópolis;
Khem , en Coptos ; Osíris , en Them , etc. El mismo Set ó Tifon en
un principio no fué otra cosa que un dios dañino y maléfico , siendo
138 Otros orígenes atribuidos por los racionalistas

muy celebrado por los Egipcios por haber dado la muerte á la ser
piente Anophis , símbolo del mal y de las tinieblas , como nota
M. Pierret ' . Despues un cambio de dinastía lo derribó de su altura,
convirtiéndolo los vencedores de dios bueno y benéfico en malo y
perverso, por haber sido el dios de los vencidos .
Y por dónde habían de influir las tríadas egipcias en la forma
cion de nuestra Trinidad sacrosanta ? ¿ Por Moisés ? En los libros de
Moisés nada hay que pueda referirse á ellas: en el Pentateuco reina
un monoteismo purísimo , diametralmente opuesto a aquella innu
merable turba de dioses , que inundaba el Egipto al tiempo de salir
de él ya libre de su esclavitud el pueblo hebreo . ¿ Por Jesucristo ?
Jesucristo no pudo aprender nada de los Egipcios : cuando salió de la
tierra de los Faraones para volver a su patria , era todavía emasia
do niño para que humanamente hablando pudiese aprender ciencia
alguna ; y despues no salió nunca de su país . ¿ Por los discípulos del
Salvador ? El dogma de la Santísima Trinidad fué ya anunciado
antes que lo predicaran los Apóstoles ; lo anunció el mismo Salva
dor, el cual fué precisamente puesto en el ignominioso madero de
la cruz por los de su nacion , porque se presentaba ante ellos como
Mesías y verdadero Hijo de Dios ; y encargó á sus discípulos que
bautizasen á todas las gentes en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo, ó sea de las tres divinas Personas.
No se cansen , pues , en vano los Racionalistas buscando en los
dogmas cristianos orígenes que en ninguna manera les correspon
den . El Cristianismo todo entero con toda la colectividad de sus
dogmas no es otra cosa que el desarrollo espontáneo de la Religion
judáica con el advenimiento del Mesías, que en ella estaba ya mu
chos siglos antes anunciado, y con el cumplimiento exacto de las
divinas profecías, como dejamos probado en el capítulo precedente .

1 Pierret , Petit Manuel de Mythologie.


-
CAPÍTULO X

FALSÍSIMA IMPUTACION HECHA POR DRAPER Á LA RELIGION

CATÓLICA DE HABERSE PAGANIZADO CON EL ADVENIMIEN


TO DE CONSTANTINO .

on lo dicho en los dos precedentes capítulos queda demos


trado hasta la última evidencia , si mucho no nos equivo
@ camos , no poderse atribuir a la doctrina de las religiones
paganas el origen de los misterios cristianos . Veamos ahora en el
presente si es verdad lo que el racionalista Draper, con sus queridos
maestros los protestantes , asienta contra nuestra inmaculada Reli
gion , diciendo que al advenimiento de Constantino , con la política
indiferentista de este principe , se fundió con el paganismo y se
transformó en una religion semipagana . Oigamos al mismo Draper,
para que podamos examinar mejor la exactitud de sus afirmaciones.
Dice así en el cap . II del ya varias veces citado librejo : “ Hay dife
rencia del Cristianismo en los tiempos de Severo al Cristianismo en
los de Constantino . Muchas doctrinas corrientes en el segundo pe
ríodo eran en el primero desconocidas. Dos causas produjeron la
amalgamacion de la religion cristiana con el paganismo : primera ,
las necesidades políticas de la dinastía ; segunda, la marcha adopta
da por la nueva religion para procurar su propia expansion .
1. “ Aunque el partido cristiano fué bastante fuerte para dar un
dueño al Imperio, no fué jamás lo bastante para destruir á su ene
migo , el paganismo . El término de la lucha entre ellos fué una fu
sion de principios . El Cristianismo no se pareció en esto al maho
metismo , el cual aniquiló completamente á sus adversarios é hizo
reinar sus doctrinas sin mezcla . Constantino hizo ver constantemen
te en su conducta que se creía obligado á ser el soberano imparcial
de todo su pueblo entero , y no quería ser solamente el representan
1

140 Falsisima imputacion hecha por Draper

te coronado de una faccion afortunada. Si elevó iglesias cristianas,


restauró tambien templos paganos. Si dió oidos al clero , escuchó
del mismo modo á los aruspices . Si reunió el concilio de Nicea , tri
butó honores a la estátua de la Fortuna. Si recibió el bautismo, hizo
grabar una medalla que llevaba su título de dios . Su estátua , eleva
da sobre una grandiosa columna de porfido en Constantinopla , era
una antigua imágen de Apolo , cuyas facciones fueron borradas para
poner en su lugar las del Emperador, y alrededor de su cabeza , fi
gurando rayos de gloria , fueron colocados clavos , que se decía ha
ber servido en la crucifixion de Cristo . Juzgando que era preciso
acordar compensaciones al partido pagano , vió con favor el movi
miento idolátrico en su corte . Eran los jefes de este movimiento los
mismos miembros de su propia familia . ,
2. “ El Emperador, como hombre ocupado únicamente en asun
tos humanos , y para quien eran de poca importancia las opiniones
religiosas , pensó que lo mejor para el Imperio , para los partidos be
ligerantes y para sí mismo , era que cristianos y paganos se fusiona
sen y se dejáran amalgamar lo más posible . Parece que los cristia
nos más sinceros no eran , por otra parte , opuestos á esto . Elena,
madre del Emperador, ayudada en esto por las mujeres de la corte,
trabajó la primera en operar la amalgamacion . Para contentar su
deseo se sacaron de una caverna de Jerusalen ... la cruz del Salvador
у las de los dos ladrones . Se comprobó la autenticidad por medio
del milagro . Se instituyó un verdadero culto a las reliquias . A me
dida que transcurrían los años , la fe descrita por Tertuliano se cain
biaba en otra ménos pura y más cargada de ornamentos . Se fundía
con la mitología griega . El Olimpo se reformaba; solamente los
dioses habían cambiado de nombres. Las provincias cuya influencia
en el Estado era más poderosa llegaron hasta hacer admitir sus
antiguos mitos . Se comenzó á concebir la Trinidad conforme a las
tradiciones de Egipto. No solamente fué restablecido con nuevo
nombre el culto de Isis , sinó que reapareció su misma imágen de
pié sobre el cuarto de luna . La bien conocida figura de esta divi
nidad , que tiene entre sus brazos al niño Horo , ha llegado hasta
nosotros en las bellas creaciones artísticas de la Madonna y del
Bambino .
Se tomó todo el aparato del viejo culto ; se introdujeron en la
Iglesia un ritual pomposo , magníficas vestiduras , la mitra: ... se ele
varon iglesias sobre todas las tumbas de los mártires , se las consa
gró con ritos imitados de los Pontifices de Roma . Las fiestas у las
á la Religion católica . 141

conmemoraciones de los Santos se multiplicaron con los pretendi


dos descubrimientos de reliquias . El ayuno se hizo el gran medio
de ahuyentar al demonio y de aquietar la cólera de Dios. Se erigió
en virtud de primer orden el celibato . Se hicieron peregrinaciones
á Palestina y á la tumba de los mártires. Se trajo de los Santos Lu
gares polvo y tierra , que se vendía á precios enormes , como anti
doto contra los demonios . Se encomió la virtud del agua bendita .
Se introdujeron en las iglesias imágenes y reliquias, á las cuales se
rindió culto como hacían los paganos . Se pretendió ( ellos tambien
habían pretendido ) que se realizaban prodigios y milagros en cier
tos lugares. Las almas de los bienaventurados fueron invocadas , y
se creía que vagaban errantes por la tierra , y particularmente alre
dedor de las tumbas . Se multiplicaron los templos , los altares , los
hábitos de penitentes . Se inventó la fiesta de la Purificacion de la
Virgen para satisfacer á los que echaban de menos los lupercales
ó fiestas de Pan . El culto de las imágenes , de partículas de la ver
dadera cruz , de huesos , clavos y otras reliquias , verdadero culto
fetichista , fué consagrado . , “ La canonizacion reemplazó á la apo
teósis : los santos Patronos sucedieron a las divinidades tutelares .
Luégo vino el misterio de la transubstanciacion , ó cambio del pan
у del vino por el sacerdote en cuerpo y sangre de Cristo . A me
dida que pasaba el tiempo , la paganizacion se completaba cada vez
más.

Hé aquí el capítulo de culpas formado por Draper á la Iglesia


Católica , siguiendo en esto , como decíamos , la conducta de sus le
gítimos padres , los protestantes ; los cuales , á su vez , no hicieron
en esta materia sinó repetir neciamente las acusaciones de Fausto y
Vigilancio hechas á los Católicos en el siglo v , y victoriosamente
refutadas en el mismo por las dos lumbreras de la Iglesia , San
Agustin y San Jerónimo . Dos cosas tenemos que vindicar en este
capitulo : la conducta guardada por el gran Constantino con res
pecto a la profesion de fe cristiana , tal cual nos la presentan los
actos ciertísimos de su vida pública , y la seguida por la Iglesia du
rante la dominacion de este principe . Obrando de esta suerte segui
remos paso por paso al calumniador racionalista , que se atreve a
repetir sin vergüenza las calumnias ya por otros lanzadas contra el
primer protector del Cristianismo y contra la misma Religion Cató
lica , y cien mil veces refutadas con argumentos de todo punto irre
fragables.
Comencemos por la primera . ¿ Es verdad que Constantino el
142 Falsísima imputacion hecha por Draper

Grande fué un verdadero indiferentista en materia de religion , que


sólo cuidaba de sus asuntos temporales , y que , no creyendo más
' en el Cristianismo que en la religion pagana , trató de fundir á en
trambas religiones en una sola ? Si preguntamos á los Racionalistas,
ellos nos responderán que si ; mas si hacemos esta misma pregunta
á la historia de los hechos reales y nada imaginarios , la respuesta
que obtendremos será muy diferente .
No es Draper el primero de los incrédulos que ha osado echar
este borron sobre la conducta de Constantino ; ya en esto le han
precedido otros de su clase , que han usado su mismo lenguaje, sin
duda por el deseo de tener compañeros en la maldad y en la irreli
gion . Entre otros , el francés A. Beugnot, en su obra intitulada:
Histoire de la destruction du paganisme, al cap . ni del libro 1 , dice
tambien , como Draper , que Constantino jamás empleó el poder de
que disponia para atacar a la religion nacional , y que espera poder
disipar los errores difundidos como á placer sobre este punto de la
historia por Eusebio y los que le han copiado.
Mas , gracias a Dios , no habrá necesidad de recurrir á error al
guno para defender en esta parte á tan religioso principe : los do
cumentos públicos y auténticos le defenderán bastantemente. En
primer lugar , es un hecho cierto y averiguado que la conversion de
Constantino se debe á la celestial aparicion que tuvo de aquella cruz
luminosa formada en el aire, donde se leían las siguientes palabras:
In hoc signo vinces : con esta enseña vencerás. Es verdad que Mos
heim , Chauffepié ' , la Enciclopedia ? , Mater 3 y otros modernos han
osado ponerlo en duda ; pero Duvoisin , en una disertacion dada á
luz en 1744 , ha dado pruebas irrefragables que lo demuestran , y lo
mismo ha hecho Bergier en su Diccionario Teológico, en la palabra
Constantino.
Este principe , no bien hubo triunfado de su rival Majencio, cuan
do ya al instante comenzó á dar muestras de favor al Cristianismo .
En 312, de concierto con Licinio, dió una ley en que mandaba cesar
la persecucion contra los Cristianos , y permitía á éstos libertad
completa para tener sus reuniones religiosas y hacer lo que mejor
les pareciese para el acrecentamiento de su Religion . Esto fué el
mismo año en que derrotó á Majencio; y así , se puede decir que

I Supplément au Diction . de Bayle.


2 En la palabra Vision de Constantino .
3 Hist. univ . de la Iglesia , tomo I.
á la Religion católica . 143

ésta fue su primera disposicion ó accion política despues de su en


tronizamiento , ejecutada en accion de gracias por el triunfo obtenido
y en testimonio de su nueva fe , contraria á la religion del Imperio.
A comenzar desde el año 314 dió públicos y manifiestos testimonios
del alto desprecio en que tenía al paganismo ; desprecio que , en
sentir del mismo M. Beugnot , ya de muy antiguo conservaba este
príncipe en su corazon . Como prueba de este desprecio no consin
tió que se celebrasen los juegos seculares , en los cuales cifraban los
paganos la prosperidad de todo el Imperio. Otro tanto ejecutó , pre
sentada la ocasion en que , segun las costumbres del pueblo romano ,
debía celebrar las fiestas de Júpiter. Por su clase de emperador y
pontifice supremo , debía él presidirlas marchando al frente de sus
tropas al Capitolio, puesto que a la sazon se hallaba en Roma . Cons
tantino rechazó con desden tal usanza , y no quiso presentarse á las
dichas fiestas: dejó , sí , obrar á los sacerdotes paganos para que las
celebrasen , si quisiesen , por no exasperarlos demasiado ; pero pro
curo al mismo tiempo que se tornaran todas aquellas ceremonias en
ridiculas !
En los años 319 y 321 promulgó leyes muy severas contra los que
fuera de los templos públicos ejerciesen el arte divinatorio , ó sea
contra los aruspices , las cuales pueden verse en el Código Teodo
siano , lib . ix , tít . xvi , 1. 1 , 2. La primera de estas leyes, su fecha el
1. ° de Febrero, prohibe á los aruspices, bajo pena de ser quemados
vivos , la entrada en cualquier casa particular para ejercer su minis
terio de agoreros ; y á las personas que les llamen para este mismo
fin les impone las penas de confiscacion de bienes y deportacion .
Y para que se animen los ciudadanos á delatar á los criminales , el
acusador es en ella declarado digno de premio. En la dirigida por
este Emperador á Elpidio se manda á los jueces , á las corporacio
nes y á los habitantes de las ciudades que no trabajen los domin
gos ; encuéntrase en el Código de Justiniano , lib. III , tít. xii , 1. 3 , y
es del año 321 , anterior a la derrota de Licinio . Hállase otra ley del
mismo , dada en Cerdeña en Junio de 321 , aunque más templada en
la forma que la anterior 2 .
Y si tales disposiciones dictaba Constantino cuando se veía pre
cisado á tener miramientos con Licinio , compañero suyo en el Im
perio y pagano en religion , bien se deja entender cuál sería su con

I Zósimo, lib . 11.


2 Cod , Theodos., lib, II , tít. VII , 1. I.
144 Falsísima imputacion hecha por Draper

ducta respecto a la Religion cristiana despues de la derrota y muerte


de su rival . Así es que todos los escritores convienen en que ésta
fué desde entonces mucho más favorable á los cristianos . En efecto ,
la victoria obtenida contra este tirano le dejó dueño absoluto del
mando , y le decidió á declararse públicamente enemigo de los falsos
dioses . Ya en 313 había igualado en dignidad a los sacerdotes cris
tianos con los de los ídolos , emprendiendo así poco a poco su tarea
de ir acabando con suavidad y sin tumultos con la antigua religion '.
Mas despues que con la muerte del pagano Licinio no tenía ya por
esta parte obstáculos que superar," ni miramientos que guardar, du
rante toda su vida , que duró hasta el año 337 , colmó de favores á
los cristianos , edificando iglesias , dotándolas con rentas sacadas de
su erario y honrando extremadamente á los sacerdotes . En el Có
digo Teodosiano se hallan insertas muchas leyes de esta clase , que
dan testimonio de la gran religiosidad de este Emperador por este
tiempo .
Y no se contentaba con favorecer al Cristianismo , sinó que pasa
ba más adelante , y hacia abiertamente la guerra á la idolatria . Él
mismo compuso un edicto latino , que hizo publicar en todos los
pueblos del Imperio ; en el cual representaba la ceguera que sus pre
decesores habían tenido en el culto de los falsos dioses, y exhorta
ba á sus súbditos muy extensamente á adorar al único Criador del
Universo , y á poner su esperanza en su unigénito Hijo Jesucristo,
el Salvador del mundo . Tráelo traducido al griego Eusebio, en la
vida de Constantino , lib . II , cap . xlvii. Vése en el mucha piedad , y
son admirables las acciones de gracias que allí rinde á Dios . Deja á
los paganos sus templos y la libertad de seguir sus antiguas menti
ras, pero asegurando al mismo tiempo que se duele de su error y
que desea que todos abracen la verdad . Concluye, en fin, con estas
memorables palabras , dignas de un principe cristiano , y que debie
ran ponderar bien cuantos han tenido la osadía de pintarle como
un hombre político atento únicamente á sus intereses materiales, é
indiferente por lo demás en materia de religion . ¡Oh! Dénos Dios
muchos principes tocados de esta clase de indiferencia , que no es
sinó el Catolicismo más puro , más prudente y más sincero.
Dice , pues , así: “ Por lo demas, nadie se propase á cometer trope
lias con los otros , dejándose llevar de sus particulares sentimientos,
sinó ayude cada uno á su prójimo como mejor le diere Dios á en

Euseb., Histor ., lib. x , cap. vii ; Cod . Theodos., lib . xvii , tit. 11 , 1. 2 .
á la Religion católica . 145

tender; y si esto no pudiere , déjelo . Porque una cosa es emprender


voluntariamente la defensa de la verdad peleando por la inmortali
dad , y otra forzar a abrazarla con el terror de los suplicios . He di
cho todas estas cosas , y he disertado sobre ellas con mayor ampli
tud y prolijidad de la que pedía el propósito de nuestra mansedum
bre , porque no quería ocultar ni disimular la verdad de mi fe. Prin
cipalmente cuando algunos , segun llega á mis oidos , dicen que han
sido completamente arrancados los ritos y ceremonias de los tem
plos y la potestad de las tinieblas . Esto ciertamente aconsejaria yo
á todos los hombres , si esta conspiracion y rebelion violenta del per
verso error , para ruina y perjuicio de la reparacion del género hu
mano , no estuviera demasiado arraigada en los ánimos de algunos.,
Así acaba el gran Constantino su edicto , manifestando a todos
los súbditos de su vasto Imperio los ardientes deseos que le abrasa
ban de aniquilar por completo los ritos y ceremonias de la supersti
cion pagana , llamada por él con mucha exactitud potestad de las
tinieblas, у añadiendo que, á no temer irritar demasiado á los que
todavía se hallaban tan apegados á ellos, y traer así daños mayores
al Imperio , ya todos estos ritos y ceremonias hubieran completa
mente desaparecido.
Quien tanto deseo mostraba de acabar con los ritos gentilicos , 110
podía menos de coartar cuanto pudiese la facultad que los gentiles
habían tenido de hacer sus sacrificios y ceremonias religiosas. Así
es que mandó cerrar las puertas de los templos paganos y no per
mitir la entrada en ellos , ni á los soldados , ni á los demás ciudada
nos ; y prohibió todo género de sacrificios gentilicos , segun nos lo
refiere el mismo Eusebio en el lib . IV , cap . xxii de la vida de este
principe, vedando á todos con continuas leyes y constituciones sacri
ficar á los idolos, consultar curiosamente a los adivinos y erigir ido
los ' . Dió además una ley mandando que cesasen ya en adelante de
existir cierta clase de sacerdotes andróginos de Alejandría , los cua
les celebraban con torpísimas obscenidades las fiestas del río Nilo .
Bien es verdad que Libanio , en su oracion pro templis, cuenta
que , no sólo en Roma , sinó tambien en la populosa ciudad de Sera
pis , eran permitidos los sacrificios paganos . Pero esto puede muy
bien conciliarse con lo que escribe Eusebio , diciendo que las leyes
de Constantino, por cierta prudencia política, no eran ejecutadas en

| Euseb . , Hist ., l. cit, cap . xxv . Lo mismo escriben Teodoreto, lib . v , capítulo xx ;
Orosio, lib . vii, cap . XXVIII , y Sozómeno , lib . II , cap . XVII .
10
146 Falsísima imputacion hecha por Draper

todas partes , contentándose el Emperador con que constase su vo


luntad á todo el Imperio , y luego advirtiendo secretamente a sus
subalternos que allí donde su aplicacion hubiera de traer graves in
convenientes no se llevase á ejecucion . Esto es lo que algunos opi
nan ; mas otros explican las leyes de Constantino en el sentido de
que sólo se prohibieron con ellas los sacrificios particulares , y no los
públicos , por no ir de prisa en el aniquilamiento de la idolatría con
peligro de exacerbar demasiado los ánimos de los gentiles , que to
davía formaban un partido respetable, y de ocasionar de este modo
graves disensiones en el Imperio .
Como quiera que esto sea , siempre se infiere con evidencia que
el ánimo de Constantino estaba muy lejos de mostrarse indiferente
en materia de religion , sinó que hacía cuanto estaba buenamente en
sus manos para acabar con la idolatría . Para esto se valió de una
política sábia y prudente , teniendo siempre puesta la mira en pro
ceder por medios suaves , pero firmes y constantes , no dando nun
ca ocasion á tumultos populares, y aspirando sin cesar al deseado
término de acabar para siempre con el error pagano .
Sin embargo, muy probable parece que esta segunda interpreta
cion , segun la cual sólo los sacrificios privados fueron prohibidos,
debe ser completamente rechazada ; y de este parecer es tambien el
gran crítico Tillemont , el cual en el tomo iv de su Historia de los
Emperadores , art. liu de la vida de Constantino , se expresa en estos
términos : “ Personas muy hábiles creen que cuando Constantino
prohibió sacrificar, se ha de entender esto de los sacrificios particu
lares que se hacían en las casas, y no de los sacrificios públicos en
los templos . Pero semejante interpretacion no está tan fundada como
debiera , porque no se alegan sinó leyes de los años 319 y 321 , como
si Constantino no hubiera podido , una vez llegado a quedar dueño
absoluto del mando , y. ya más fortificada su fe, hacer lo que antes
no había tenido valor de ejecutar. Y sin embargo , esto es lo que se
ve por las mismas leyes que se alegan . Porque él tolera todavía los
aruspices. Y esto no obstante , no sólo nos aseguran Eusebio , y So
zómeno despues de él , que prohibió generalmente con una misma
ley el uso de los sacrificios y de las adivinaciones , sinó tambien Zó
simo dice que trabajó para abolir el arte de predecir las cosas futu
ras... Libanio asegura que Constantino nada cambió en la religion
pagana , que todo se hacía como ántes en los templos , y afirma en
términos formales que nada había inmutado en los sacrificios. Pero
á la autoridad de Libanio nosotros oponemos la de los hijos mismos
á la Religion católica. 147

de Constantino , los cuales ( Cod . Theod ., lib . vi , tít . x , l . 2 , pági


na 261 ) , prohibiendo la supersticion y aboliendo la locura de los sa
crificios, declaran que ellos no hacen sinó seguir la ley de su padre
y ordenar su ejecucion . Sozómeno dice tambien que , siguiendo ellos
las leyes y el ejemplo de Constantino , su padre , prohibieron los sa
crificios, la adoracion de los idolos , y cualquier otro ejercicio de la
religion pagana. »
Hasta aquí Tillemont , cuyo raciocinio , fundado en las leyes de
los hijos de Constantino y en el testimonio de Sozómeno , parece
del todo convincente .

Parece , pues , cierto que Constantino prohibió , no sólo los sacri


ficios privados , sinó tambien los públicos ; y si no mandó arruinar
los templos , esto fué porque la supersticion pagana estaba todavía
muy arraigada , como observa Teodoreto ( lib . v , cap . xx ) . Mas si
no los arruinó , los despojó completamente , dejando á los adorado
res de los ídolos solamente las paredes y los mismos ídolos , feos y
deformes, desnudos de todas sus alhajas, para socorrer la pobreza
de los menesterosos . Esto nos consta por lo que escribe Eusebio '
y por confesion de Juliano apóstata.
Aún más : el mismo Libanio lo dice expresamente en la citada
oracion pro templis. El despojo fué llevado tan adelante , que hizo
el Emperador sacar de los templos todas cuantas estatuas de arte
en ellos se encontraban , para embellecer con ellas á Bizancio , su
nueva corte. Lo cual fue ejecutado a las mil maravillas por los de
pendientes de Constantino ; y así se veían en las calles, plazas y sa
lones de Constantinopla , y no en los templos , las estatuas más pri
morosas y estimadas de los dioses antiguos. Allí aparecían los
célebres Apolos de Scithia y de Sminthia , los tripodes de Delfos,
las Musas de Helicon , el famoso Pan consagrado por todas las ciu
dades de la Grecia despues de la guerra de los persas. Hizo aún
más: demolió los vestibulos de algunos templos , desmanteló otros
para que ellos mismos se viniesen al suelo ; algunos demolió hasta
los cimientos . Entre estos últimos los más célebres fueron los de
Afaco y Heliópolis en la Fenicia , y el de Eges en la Cilicia. Se atre
vió á dar este paso , á pesar de la gran celebridad de que gozaban ,
y de la estimacion en que eran tenidos , sobre todo el segundo , á
causa de sus pretendidos milagros , porque en ellos se cometían obs
cenidades horribles, que ni siquiera pueden ser contadas. En los dos

1 Eusebio , Vida de Constant., lib . I , cap . I.


148 Falsisima imputacion hecha por Draper

primeros era adorada Vénus; y bien se deja entender qué cosas ha


rían los sacerdotes y los adoradores de esta diosa , tipo de la des
honestidad . El tercero estaba dedicado á Esculapio , y á él acudian
las enfermas para que el dios las visitase y curase durante la noche
en el templo , abusando con este artificio torpemente los sacerdotes
de la credulidad de aquellas miserables. Dannos noticia de estos he
chos Eusebio ! , Sócrates ? , Sozómeno 3 , y el mismo Eunapo , sofis
ta gentil , el cual dice que Constantino elevó templos á los cristia
nos y arruinó los más ilustres de los gentiles.
Véase , pues , si con todo lo que acabamos de escribir de Cons
tantino, ciertísimo y fuera de toda duda , tendremos razon para afir
mar que este principe no fué cual le pintan los Racionalistas , sinó
cristiano de corazon y muy cristiano. Y si no le faltaron tampoco
sus defectos, muchos de ellos empero fueron debidos á su misma
hombria de bien . No pudiendo juzgar mal de los demas , á todos los
creía sinceros; y así cometió algunos desaciertos , engañado por los
hipócritas , que se ſingian amantes de la virtud , estando interior
mente llenos de malicia 4 .
¿ Con qué razon , pues , podrá decir el profesor de Nueva - York
que Constantino fué indiferentista en materia de religion , y que á
su política fusionista se debe la paganizacion del Cristianismo ? ¡Con
qué razon asegura que restauró templos paganos, el que derribó
cuantos pudo ; que escuchó á los aruspices , el que dió leyes tan se
veras contra los que fueran á consultarles ; que tributó honores á la
estatua de la Fortuna , el que tan irrisoriamente trató á los ídolos;
que vió.con favor el movimiento idolátrico , el que en un edicto pú
blico dado a los numerosos súbditos del Imperio exhorta a todos a
que dejen las tinieblas de la idolatría , encarga á los cristianos que
hagan cuanto puedan para convertir con sus razones á los gentiles,
y aſirma, en fin , que con gusto acabaría con todos los ritos y cere
monias gentilicas de un solo golpe , si esto no trajera graves tras
tornos al Imperio ?

I Euseb . , Praepar, evangel., lib . IV , cap . xvi; Vida de Constant., lib . 111 , capitu
los XXXV , LVI y Lvii .
2 Sócrates , lib . 1 , cap. XVIII.
3 Sozómeno, lib. v, cap. X.
4. Véase sobre este asunto la excelente Vida de Constantino (lib. iv, cap. iv ), escrita
el siglo pasado en italiano por el jesuita Gustá , barcelonés; como Masdeu , hermano
suyo en religion y amigo íntimo, como el mismo Masdeu nos lo cuenta en su Historia
de España .
á la Religion católica . 149

Abusan torpemente los Racionalistas de ciertos hechos de Cons


tantino , que en circunstancias especiales de su crítica posicion no
podía menos de ejecutar. Constantino , mientras tuvo el mando di
vidido con el gentil Licinio, no podía proteger tan francamente al
Cristianismo como lo hizo despues . Aun despues de la muerte de
este tirano no podía acabar de un golpe con la idolatría , y la pru
dencia dictaba que no fuese más violento en atacarla . En el mismo
Senado , si bien se encontraban muchísimos senadores cristianos ,
pero tambien había otros muchos obstinados en su gentilismo , los
cuales en la sala de su reunion tenían la estatua de la Fortuna y le
rendían culto en corporacion , sin que el Emperador lo pudiese re
mediar . Era esto tributar honores á la estatua de la Fortuna ? Sí ,
como tributa honores á la usura uno que , forzado de la necesidad ,
se presenta en casa de un logrero á pedirle dinero prestado. Cons
tantino jamás tomó parte en el supersticioso culto que tributaban
los senadores paganos a la referida estatua ; antes por el contrario :
mostró bien á las claras , y en público , que el tal culto era vano y
digno de reprobacion . Otro tanto se diga de la consulta de los arús
pices . El Senado pagano continuaba en sus supersticiones antiguas
lo mismo que antes del advenimiento de Constantino ; una de ellas
era la de consultar los aruspices : el Senado hacia todas aquellas
cosas, pero el príncipe nada tenía que ver con ellas; las toleraba , y
nada más ' .

Es verdad que en las mismas leyes arriba citadas contra los arús
pices se les permitia ejercer en los templos públicos sus funciones
divinatorias, y que en la promulgada el 321 ordenaba el Emperador
se le diese cuenta de cuanto observaban aquellos agoreros . Peroesto ,
como sapientísimamente observa el ya citado P. Gustá ? , lejos de
probar que Constantino diese oidos á los aruspices, demuestra todo
lo contrario . Porque en la primera de dichas leyes llama expresa

1 Vita di Constantino il Grande , tomo 11 , Esame critico su diversi fatti della Sto
ria di Constantino, etc. , párrafo 4. Se dopo l'apparizione della croce abbia seguitato Cons
tantino ad idolatrare.
2 " No puede ponerse en duda : escribe Baronio al año 312 , párrafo 67 , que un
principe que aparece siempre tan celoso por la gloria del Cristianismo no haya trata
do de inspirarlo a los romanos , en cuanto lo permitía la prudencia , en una ciudad de
quien se puede decir haber sido el centro y el asilo de la idolatría. Porque ésta reinó
alli, sobre todo entre los senadores , hasta Teodosio el Grande. „ “ Esto , añade Tille
mont ( Vida de Constantino, art. 28 ) , obligó á Constantino y á sus sucesores á tolerar
muchas cosas que no podian aprobar . ,
150 Falsisima imputacion hecha por Draper
1
mente supersticion al arte divinatorio ( superstitioni sune servire cll
pientes ); en la segunda dice que falsamente piensan los paganos
traerles utilidad el tal uso de adivinar ; mas , pues tan empeñados
están en ello , vayan á las aras públicas y celebren alli las solemni
dades de costumbre ( quod vero id vobis existimatis conducere , adite
aras publicas et delubra , et consuetudine vestra celebrate solemnia );
en la tercera , finalmente , quiere Constantino que se le dé cuenta de
cuantas observaciones hagan los aruspices en las funciones públicas ,
no porque creyese aquellas cosas que él mismo llamaba en público
supersticiones , sinó porque quería impedir que con los falsos agüe
ros de aquellos funcionarios del Senado pagano y enemigos del
Cristianismo se soliviantasen los ánimos de los gentiles y se produ
jese alguna revolucion contra su persona. Ya que no podia impe
dirlos en sus funciones divinatorias y supersticiosas , porque así lo
quería el Senado, trataba á lo menos de refrenar la malicia de los
agoreros haciendo que pasasen las observaciones por su mano , y
que de esta manera no abusasen ellos de la credulidad pública con
peligro de armarse grandes alborotos . Por esta razon de augurarse
en las tales funciones públicas sobre la misma suerte de los Prínci
pes reinantes , con peligro de grandes trastornos en el Estado, lle
garon á prohibir estas funciones los mismos emperadores paganos
Tiberio , Alejandro Severo y otros . Constantino no se manifestó tan
duro , pero supo precaver con mucha prudencia el daño que de allí
podía resultar.
Tambien sobre la estatua de la Fortuna han esparcido los ene
migos del Cristianismo muchas falsedades contra Constantino . Zó
simo dice que hizo fabricar dos templos en la plaza mayor de Cons
tantinopla para dos estatuas , una de la Fortuna y otra de Cibeles .
Serían dos nichos para precaverlas de la intemperie, si es que no
miente el autor gentil , no pocas veces cogido en actos de esta es
pecie. La crónica de Alejandría cuenta que Constantino , al salir de
Roma , se llevó el Palladium , colocándolo luego sobre la gran co
lumna de porfido puesta en medio de la Plaza Mayor ; pero seme
jante asercion no la funda sinó en el testimonio de algunos bizan
tinos , que habían recibido la cosa por tradicion meramente vaga .
Tillemont trae ésta y otras cosas semejantes sobre la tal estatua en
la nota 59 á la Vida de Constantino , despreciándolas como infun
dadas é indignas de crédito . El título que pone á dicha nota es el
siguiente : Quelques actions idolâtres mal attribuées à Constantin .
Mayor dificultad podría ofrecer lo que dicen algunos autores
á la Religion católica . 151

sobre el título de Soberano Pontifice atribuido por los gentiles á


Constantino . Algunos católicos , como Baronio , son de opinion que
lo tomó efectivamente para gozar en pro del Imperio de las gran
des prerogativas que este título le confería , sin hacer uso empero
de esta dignidad ; por lo cual piensan que no cometió acto de ido
latría. Otros, con Tillemont ' y Gustá 2 , rechazan esta sentencia ,
diciendo que el referido Príncipe jamás tomó ni aceptó semejante
título . Ciertamente , las razones que estos dos últimos alegan , prue
ban con toda evidencia ser infundada la asercion de sus adversarios;
porque los argumentos por éstos aducidos sólo demuestran que los
gentiles siguieron dando este título tanto á Constantino como á
otros Emperadores posteriores , y aun al mismo Graciano , el cual
evidentemente lo rechazó , mas no que ellos lo aceptasen y mucho
ménos que lo tomasen .
Parece claro además que los Emperadores cristianos jamás acep
taron el título en cuestion , por más que apareciese en inscripciones,
en monedas y en otros documentos públicos levantados espontánea
mente por los gentiles ; porque Sozómeno escribe de Juliano , como
una cosa nueva y desacostumbrada , que se atribuyó el oficio de
Sumo Sacerdote , indicando de una manera implícita que ya con la
conversion de Constantino á la Religion cristiana había cesado de
pertenecer aquel cargo á los Emperadores . Lo cual se hace más
patente todavía considerando que entre tantas leyes imperiales como
salieron de los Emperadores cristianos , y que se pueden ver en el
Códice de Teodosio y Justiniano , jamás se apropian ellos el referido
título . ¿ Hubieran procedido los referidos Emperadores de esta suerte,
si hubiesen aceptado el oficio de Sacerdotes Sumos que los gentiles
les ofrecían ? Cierto , antes de Constantino bien se arrogaban el
título mencionado en los documentos oficiales.
Lo que hizo Constantino , y lo mismo se diga de sus sucesores ,
fué dejar á los gentiles que pusiesen por su propia voluntad el dicho
título en las inscripciones , monedas y otras cosas públicas que ellos
mismos determinaban , y no aceptarlo él nunca por no parecer mez
clarse de manera alguna en sus actos idolátricos. Aunque el oficio
de Sumo Sacerdote del verdadero Dios , criador de cielo y tierra
hecha manifestacion pública de que detestaba la idolatría , bien lo
podía haber tomado con respecto á los gentiles ; porque éstos,

1 Vida de Constantino , art, 28 .


2 Esame critico , etc. , pár . citado .
152 Falsisima imputacion hecha por Draper , etc.

como todavía no eran cristianos , estaban fuera del dominio de la


Iglesia , y eran capaces de tener un Sacerdote Sumo para el culto
público de la verdadera Divinidad .
De una manera análoga debe razonarse sobre el otro cargo que
hace Draper á Constantino , de haber hecho grabar una moneda que
llevaba el título de dios . Constantino no hizo nunca grabar mone
das de esta especie; esto lo haría el Senado ó algun otro entre los
gentiles , y él los dejaría hacer segun su conciencia obstinada en el
error, habiendo advertido á todo el mundo que él no reconocía otro
Dios verdadero y real que el Dios enseñado por los Cristianos .
Lo que el profesor americano añade de la estatua de Apolo con
vertida en estatua de Constantino con sólo mudarle las facciones
del rostro , lejos de ir en contra de nuestro propósito le favorece in
finitamente ; pues con semejante accion quedaría demostrado el
poco apreció que hacia el Emperador de los dioses de la gentilidad .
El hecho empero no parece cierto , al ménos en su totalidad, porque
de los clavos con que fué crucificado el Salvador escribe Sozómeno
las palabras siguientes: “ Quod ad clavos attinet quibus corpus Chri
sti crucifixum erat , memorant imperatorem ex illis sibi confecisse
galeam et frenum equi . , Más cierto es lo que narra Tillemont,
apoyado en Eusebio y otros autores , diciendo : “ En la principal
sala del palacio , Constantino hizo poner en el medio del techo una
cruz , toda de riquísima pedrería engastada en oro . Veiase en la
Plaza Mayor una estatua de Constantino y otra de Elena , y en me
dio una cruz , con esta inscripcion : Jesucristo , solo Santo y solo Se
ñor, para la gloria de Dios su Padre ? . ,,

1 Sozóm ., lib . 11 , cap. 1.


2 Tillemont , Vida de Const . , art . 65 .
CAPITULO XI

CONTINÚA LA MISMA MATERIA QUE EN EL PRECEDENTE . DE

MUESTRASE CÓMO LA IGLESIA NADA HA INNOVADO JAMÁS


EN LOS SAGRADOS DOGMAS.

CABAMOs de ver cuán limpio se halla el gran Constantino de


la mancha que se le imputa de haber paganizado á la Igle
A
Asia . Ya es tiempo de que pasemos á tratar de la segunda
cuestion , mucho más importante que la primera por verse en ella
atacada nada menos que la santidad é infalibilidad de la Iglesia mis
ma. Es verdad que el Cristianismo en el siglo iv , deseoso de atraer
se á si á los secuaces de la idolatría, se fusionó con esta supersti
cion , convirtiéndose en una religion semipagana, como pretenden
los protestantes, y con ellos sus hijos legitimos , los racionalistas ?
Nada hay más absurdo que esta proposicion , y sin embargo ha te
nido eco entre los protestantes merced á los perversísimos medios
de que se han valido los principales autores del protestantismo para
propalarla y denigrar á la Iglesia católica . A ser verdad lo que los
protestantes aseguran , los Racionalistas habrían triunfado, diciendo
que la religion de Jesucristo es un fenómeno meramente natural , tan
natural como todos los demas que se encuentran en la historia del
espíritu humano , y añadiendo que , por lo mismo , debe estar sujeta '
á las mismas mudanzas que las otras cosas naturales, por hallarse
apoyada únicamente en la frágil y mudable naturaleza humana .
En efecto : si la Iglesia se hubiera paganizado en el siglo iv , en
tónces mismo hubiera dejado de existir la Religion de Jesucristo ,
saliendo falsa su profecía de que contra su Iglesia no habían de pre
valecer las puertas del infierno , y de que , a pesar de todos los ata
ques de sus enemigos , ella se había de extender por todo el mundo
y permanecer en la tierra mientras durase el género humano. Una
154 Falsísima imputacion hecha por Draper

religion así paganizada y envuelta en los torpes errores de la idola


tría no puede llamarse con verdad Religion de Jesucristo ; y no ha
biendo durante tantos siglos otra religion en el mundo que la pro
fesada por los Católicos , es fuerza decir en la hipótesis protestante
que la Religion de Jesucristo dejó de existir en el siglo iv .
Dos cosas asientan los protestantes contra la Iglesia católica,
ambas soberanamente falsas y dichas solamente con la mira de jus
tificar su rebelion , fundada en el demasiado amor que los domina
de vivir á sus anchuras sin freno alguno de Superior que los gobier
ne en materia de religion . La primera es que el culto tributado por
los Católicos á los Santos y á sus imágenes y reliquias es idolatrico
é ilícito ; y la segunda , que este culto idolátrico fué introducido por
los cristianos del siglo iv . Veamos cómo ponemos en claro la vani
dad de tamañas acusaciones, procurando empero la brevedad ; por
que , a pesar nuestro, nos vamos alargando mucho más de lo que
quisiéramos .
Por lo que hace á la primera , la cosa no puede ser más manifies
ta . Si nosotros rindiéramos á todas estas cosas el mismo culto que
rendimos a la Divinidad , tendrían razon los protestantes en acusar
nos de idolatría ; mas sucede todo lo contrario : nosotros adoramos
á Dios solamente , y no á los Santos , ni á la Santísima Virgen si
quiera. La adoracion es un culto en que reconocemos públicamente
á Dios Criador y Conservador de todo cuanto poseemos y pode
mos poseer, dueño absoluto de cielo y tierra, é infinitamente distan
te de todos los Santos , Ángeles , Arcángeles, de la misma Virgen
Santísima , y aun de la Santísima Humanidad de nuestro Señor Je
sucristo . Este culto confesamos que estamos obligados a tributar á
la Divinidad todos los seres racionales criados , áun la misma Madre
de nuestro Señor Jesucristo , y el mismo Jesucristo en cuanto hom
bre , ó sea por la parte que tiene comun con nuestra propia na
turaleza , criada y finita, y absolutamente dependiente de la Divi
nidad . Este culto es absoluto y tributado á Dios por sí mismo , y
por su mérito intrínseco absolutamente suyo , y no dependiente de
otro alguno ; pues todo cuanto tiene Dios, de sí mismo lo tiene ; y
ningun otro se lo ha podido dar, siendo El principio y fin de todas
las cosas .

Por eso de suyo no conviene sinó á la Divinidad únicamente,


porque toda bondad de cualquier otra cosa es siempre una bondad
criada , cierto destello del divino Sér y una cierta especie de parti
cipacion suya . Así que , cuando honramos á los Santos y á la San
á la Religion católica . 155

tísima Virgen , y áun á la misma Humanidad Santísima de Cristo , no


les damos un culto enteramente igual , sinó en alguna manera inferior
y más modesto ! . Á los Santos los honramos como á siervos de
Dios muy queridos y como á amigos suyos, que , por razon de la
gracia y amistad que gozan en la bienaventuranza del soberano
Señor de cielos y tierra , pueden alcanzarnos de El con sus ruegos
muchos beneficios.

¿ Puede haber en esto alguna idolatría ? En reconocer pública


mente que Tôs Santos son en el cielo siervos de Dios muy queridos ,
y séres muy encendidos en su amor , adornados de su gracia santi
sima , con la cual son y serán perpétuamente inmaculados , exentos
de todo pecado y felices con la vista y posesion plena del Soberano
Bien , ¿ puede acaso haber sombra alguna de idolatría ? Y en rogar
les que pidan á Dios por nosotros , como buenos amigos nuestros ,
hermanos en Jesucristo y miembros de una misma Iglesia , pues los
que caminamos al cielo , y los que allí nos esperan deseosos de
nuestra salvacion , á una sola Iglesia pertenecemos," á la Iglesia de
Jesucristo , ¿ puede por ventura encontrarse la más mínima mancha
del citado error ?

Si así fuera, mucho ménos podríamos pedir aquí en la tierra


unos a otros que nos encomienden a Dios , que rueguen á su Divina
Majestad por nuestro bien y por el próspero suceso de nuestros
negocios ; porque los justos de este mundo no viven tan seguros de
la amistad y gracia de Nuestro Señor como los bienaventurados en
el cielo . Sin embargo , San Pablo pide frecuentemente oraciones á
los fieles, tanto para sí mismo como para los demás miembros de
la Iglesia , y áun para los Reyes y Emperadores paganos . Ruégoos,
hermanos , escribe á los fieles de Roma 2 , que me ayudeis con vueS
tras oraciones delante de Dios. Ruego , pues , ante todo , dice á San

1 No quiere decir esto , sin embargo , que nosotros no rindamos culto de latría
á la Humanidad Santísima de Cristo en cuanto hipostáticamente unida al divino
Verbo ;, pues esto seria un error manifiestamente contrario á lo enseñado por los
PP . del concilio Alejandrino , donde se dice que con una sola adoracion adoramos á
todo Cristo . Lo que sí únicamente significa , es que en esta misma adoracion única se
encierra , por parte de nuestro afecto interno , un diverso modo de adorar la divinidad
y la humanidad de Cristo . Esto es lo que enseña expresamente el Damasceno (orat, I,
De imag . ) con estas palabras: Non materiam , sed materiae auctorem adoro, qui propter
me materia factus est... materiam vero , per quam mihi salus parta est, colere non de
sinam , non tamen ut Deum ; ahsit . Vease á Lugo , De Incarnat. , disp. 34 , sect. 2 , nú .
meros 32 y 33 .
2 Rom ., cap . XV , vers . 30 .
150 Falsísima imputacion hecha por Draper

Timoteo ' , que se hagan súplicas, oraciones, peticiones, acciones de


gracias por todos los hombres , por los Reyes , etc. En el lib . 1 de los
Reyes , cap . vi , vers. 8 , vemos que todo el pueblo en masa se en
comienda en las oraciones de Samuel , diciéndole: No ceses de clamar
por nosotros al Señor , Dios nuestro , para que nos salve de la mano
de los filisteos . Lo mismo cuenta la Escritura de Loth , con respecto
á los dos ángeles que se le aparecieron , diciendo que , postrándose
en tierra , los adoró y les dijo : Suplicoos , señores, etc. ? . Lo cual
hizo tambien Josué , como consta en la misma Escritura 3 .
En verdad que los protestantes se empeñan , llevados de su furor
anticatólico, en destruir uno de los dogmas más hermosos , más
consoladores y mas evidentemente conformes á la razon humana,
cual es la comunion de los Santos , profesada desde el primer siglo
de la Iglesia, y puesta en el Símbolo de los Apóstoles como una de
las cosas que debe saber y profesar todo cristiano . En virtud de
esta verdad bellísima, y en extremo consoladora , todos los fieles
somos miembros de un mismo cuerpo mistico de Jesucristo : el cual
cuerpo místico tiene en la tierra , como quien dice , sus pies y sus
manos, y trabaja en ella por medio de los fieles, que todavía corren
presurosos con el ejercicio de sus buenas obras á la Santa Sion , en
esta patria bienaventurada descansa su Cabeza , Jesucristo , junto con
los miembros principales y más felices que ya están gozando segu
ros de su felicidad , solícitos solamente de la nuestra ; en el Purga
torio , finalmente , lavan sus culpas hasta obtener su completa puri
ficacion y limpieza aquellos que han salido ya de esta vida de prueba,
y hallándose en gracia de Dios no han llevado la pureza convenien
te para presentarse al instante delante de su divino Hacedor .
¿ Qué cosa más bella, sublime y consoladora al mismo tiempo que
esta doctrina ? Por ella los Angeles y los Santos del cielo , los justos
que se hallan acabando de purificar sus manchas en el Purgatorio , y
los que aquí luchamos , deseosos de alcanzar la virtud , contra la
concupiscencia de nuestra sensualidad y de nuestras malas pasicnes,
somos ciudadanos de una misma ciudad excelentísima , la Sionc
lestial ; sólo que los unos han llegado ya á ella despues de un pe
noso viaje; los otros se esfuerzan por obtener en ella puerto seguro ,
donde descansen de sus trabajos y fatigas; los otros, finalmente ,

1 I Timoth . , cap . II , vers . 1 .


2 Genes . , cap . xix , vers . 1 .
3 Josué, cap . 1 , vers . 15 .
á la Religion católica . 157

están próximos a tomar ya posesion de la misma, entrando felices en


el lugar de sus deseos.
¿ Qué mucho , pues , que todos estos miembros se unan espiritual
mente , se ayuden en sus necesidades por medio de la comunicacion
mútua de sus deseos y pensamientos, recurriendo unos por otros al
que está sentado á la diestra de Dios Padre , Jesucristo , cabeza de
toda la Iglesia , y por Jesucristo al Senor absoluto de todo lo criado
y de la misma Humanidad del Verbo , Dios uno en la esencia у trino
en las Personas ? Pues qué , ¿ no estamos haciendo esto continua
mente en la sociedad civil , cuando rogamos unos por otros, cuando
interceden éstos por aquellos con el Poder supremo de la nacion ,
sin que por eso á este Poder se le disminuya lo más mínimo su
grandeza ? ¿ Por qué , pues , no sucederá otro tanto en la sociedad
espiritual? ¿ Por ventura los Santos no son en ella los próceres que
asisten de continuo al palacio del principe soberano de la gloria , y
nosotros los pobres necesitados que vivimos en regiones más apar
tadas ? ¿ Por qué , pues , no podremos hablar con ellos en nuestras
oraciones , reconociendo y confesando su felicidad y su valimiento
para con Dios , y pidiéndoles interpongan sus oraciones en nuestro
favor por los méritos de Jesucristo ?
Nada hay aquí que no sea santo , sublime y consolador al mismo
tiempo . Confiésalo abiertamente el hombre más grande que han te
nido los protestantes , el profundo Leibnitz , el cual en su Sistema
teológico ( pár. 35, edicion de Lovaina, 1845 , pág . 94) se expresa con
estas palabras : “ Generalmente debe tenerse que el culto de los
Santos y de sus reliquias no debe aprobarse sinó en cuanto se refie
re á Dios , y ningun acto de religion debe haber que no se resuelva
en el honor de un solo Dios omnipotente . Así , pues , cuando se tri
buta honor á los Santos , esto debe entenderse del modo que se
dice en la Escritura : Honrados han sido, ; oh Dios ! tus amigos, y
Alabad al Señor en sus Santos. ,, Esto , ni más ni ménos , es lo que
decimos y han dicho siempre los católicos , y esto es tambien lo que
nota alli el mismo Leibnitz haber sido enseñado por el cardenal Be
larmino . Véase , pues , si por esta parte podrá haber entre la religion
у la verdadera ciencia conflicto de ninguna clase .
Vengamos ahora á lo de las reliquias. ¿ Qué cosa puede haber de
idolatría en el culto que á ellas tributamos ? Si nosotros pusiéramos
en ellas alguna especie de virtud maravillosa para producir efectos
sobrenaturales, semejante á la que posee el iman con respecto á
los fenómenos que todos conocemos , en hora buena que fuésemos
158 Falsisima imputacion hecha por Draper

llamados fetichistas, idólatras , ó lo que se quiera . Pero nosotros no


reconocemos en las reliquias de los Santos virtud alguna intrinseca,
que no la tengan tambien los restos de cualquier otro hombre
muerto , aunque haya sido éste un racionalista , ó el jefe más endia
blado de la masoneria secreta , cuyas almas estén ahora llorando en
los infiernos las locuras de la vida pasada.
Un hueso de un mártir, un utensilio que él tuvo en vida , los ins
trumentos con que se le aplicó el martirio, fisicamente hablando ,
son lo mismo que un hueso de uno que murió consumido por sus
vicios , ó que un utensilio de un asesino de profesion , ó que la soga
con que fué ahorcado el hombre más facineroso del mundo . El apre
cio , estima y veneracion que profesamos á los tales restos y reli
quias , se funda únicamente en una cosa moral: en que todo aquello
fué en otro tiempo propiedad más ó ménos intrinseca de un amigo
de Dios , que ahora está gozando de la gloria , que lo es nuestro
tambien , que es nuestro bienhechor, que conserva cierto cariño na
tural á lo que fué aquí en la tierra el instrumento de sus méritos
para con Dios , que espera ademas unirse á algunos de aquellos res
tos en la resurreccion universal con la union intima y suma que res
pecto de los mismos tuvo en vida .
Qué hay en este aprecio , estima y veneracion , sinó un afecto al
tamente racional , sumamente laudable , fundado en las más sanas y
sublimes leyes de la amistad ? Pues qué , no conserva con sumo
respeto y amor una esposa los utensilios de que se sirviera en otro
tiempo su difunto marido ? ¿ No hace lo mismo un hijo amante con
cuanto perteneció a su tierna y cariñosa madre ? ¿ No vemos espon
táneamente practicada esta misma conducta con todos los restos
mortales por cuantos hombres pueblan y han poblado en otro tiem
po la redondez de la tierra ? ¿ Quién no se ofenderá al ver que al cuer
po de su difunto padre se le trata como al cuerpo de un perro muer
to , que se le maltrata , que se le pone á la afrenta pública , como si
fuese la cosa más abominable del mundo ? Pues el motivo de ese
sentimiento , que se halla fundado en la misma naturaleza , y por lo
mismo es laudable y no supersticioso , es el mismo que tienen los
Católicos para tributar honor y veneracion a las reliquias de los
Santos . Son algo que les ha pertenecido en otro tiempo , que por
razon de esta pertenencia merece respeto y veneracion , como por
razon de la misma pertenencia merece respeto el cadáver de un
hombre honrado y honesto para no ser tratado como el de un perro ,
ó el de un facineroso y enemigo de la república .
á la Religion católica. 159

Pero nosotros nos descubrimos ante las reliquias de los Santos,


oramos delante de ellas. ¿ Y qué ? ¿ Pedimos con esto algo a aquellos
restos inánimes ? ¿ Les tributamos siquiera el mismo género de ve
neracion que tributamos á los Santos , sus antiguos poseedores ? De
ninguna manera : nosotros nada pedimos á aquellos seres inanima
dos , sinó á los Santos , cuyas propiedades ellos fueron . Nosotros no
veneramos aquellos restos por la excelencia intrínseca que en sí ten
gan , sinó por la que tienen sus antiguos dueños . Nosotros en las re
liquias veneramos á los mismos Santos , así como á los Santos los
respetamos y honramos porque son amigos de Dios . De modo que
la veneracion de las reliquias se resuelve por fin en veneracion y
culto de la Divinidad , única fuente de toda santidad y fundamento
supremo de toda venerabilidad , que es lo que pedía el gran
Leibnitz .
Lo que decimos de las reliquias téngase tambien entendido de las
imágenes , ya vengan con este nombre designadas las pinturas , ya
tambien las estatuas . No ponemos en ellas nada sobrenatural , ni
pedimos cosa alguna á las imágenes mismas ; las respetamos y vene
ramos, como respetamos el retrato de un amigo , de un padre , de un
hijo y de una persona , en general , á quien debemos atencion y
respeto .
No las honramos por sí mismas, ni por su belleza intrínseca , pues
lo mismo veneramos una imágen mal hecha que otra de mucho mé
rito , con tal que ambas representen un mismo objeto . Las honra
mos únicamente por lo que representan , veneramos en ellas á los
mismos representados. Oigamos á los Padres del concilio de Tren
to hablar en la sesion 25 sobre esta materia . “ Manda , escriben , el
santo Sínodo á los Obispos y demas personas que tienen cura de al
mas, que expongan en los templos á la veneracion de los fieles las
imágenes de Cristo , de la Madre de Dios y de los Santos , y que se
les tribute honor y veneracion ; no porque se crea existir en ellas la
Divinidad ó virtud alguna por la cual hayan de ser reverenciadas,
ó se haya de poner en ellas la confansa ( Ps . 134 , 18 ) , sinó porque
el honor que á ellas se les muestra se refiere á los prototipos por
ellas representados ; de suerte que por las imágenes que besamos , y
en cuya presencia nos descubrimos ó prosternamos , adoramos á Cris
to y veneramos á los Santos, cuya semejansa llevan ellas en sí. Lo
cual ya fué en otro tiempo establecido en los Concilios , principal
mente en el Niceno , contra los impugnadores de las imágenes . ,
Hasta aquí el concilio Tridentino.
160 Falsísima imputacion hecha por Draper

Leibnitz alaba por este acto á los Padres del citado Concilio y re
comienda su doctrina . “ El acto , añade , llamado adoracion de la
imágen de Cristo , en realidad de verdad es adoracion del mismo
Cristo , realizada con ocasion de hallarse presente su imágen ; hacia
la cual se vuelve el cuerpo como hacia el mismo Cristo , para que
así se haga más patente su presencia , y el ánimo levante más alto 1
el vuelo en la contemplacion de su Señor . Porque ninguno que esté
en su sano juicio dirá con el espíritu de esta suerte : Dame, imágen .
lo que pido; gracias te doy, mármol ó leño , sinó que hablará de esta i
otra manera : A tí , Señor , te adoro ; tus alabanzas canto ... Supuesto ,
pues , que en la veneracion de las imágenes no hay propiamente
otra cosa sinó la veneracion del mismo prototipo en presencia de
la imágen, no habrá en la tal veneracion más idolatría que en la ve
neracion de los nombres santísimos de Dios y de Cristo . Porque
tambien los nombres son signos, y ciertamente inferiores á las imá
genes en la fuerza que tienen de representar. Cuando , pues , se dice
que se tributa honor á una imagen , no debe esto entenderse en
otra forma que cuando doblamos la rodilla en el nombre de Cristo,
ó bendecimos el nombre de Dios y lo glorificamos !!
Verdaderamente es necesario estar ciego de furor contra el Ca
tolicismo para no ver la sublimidad de su doctrina en esta parte .
El Catolicismo no ha hecho con el culto de las imágenes, y con la
veneracion de las reliquias de los Santos , sinó levantar y ennoble
cer un instinto natural que hemos recibido todos los hombres del
Autor de la naturaleza ; instinto por el cual nos sentimos inclinados
á vivir en sociedad , á reconocer el mérito de nuestros hermanos y
amigos , tributándoles honor de alabanza y respetando todo cuanto
á ellos pertenece . El Catolicismo ha obrado con admirable sabidu
ría aplicando á la espiritual sociedad de los Santos las mismas cosas
que continuamente se están ejecutando en la sociedad civil de los
hombres, instituida por el mismo Dios .
Hasta los restos de un torero famoso sabe conservar con venera
cion un público mundano ; ¡ y luego se nos echa en cara á los cató
licos que hacemos esto mismo con las reliquias y las imágenes de
los Santos !
Soberanamente ridículos se muestran los protestantes, y con
ellos tambien los racionalistas , cuando nos dicen con seriedad que
la canonizacion de los Santos ha sustituido, entre los católicos, á la

1 Leibnitz , Systema theol., pár. 34 , pág. 84 ( Louvain , 1845 ) .


á la Religion católica . 161

apoteósis de los antiguos paganos, y cuando con aire de burla aña


den qué tributamos honores divinos á las imágenes , poniéndolas en
los altares , encendiéndoles luces , descubriéndonos y áun proster
nándonos ante su presencia . La apoteósis de los antiguos héroes
hecha por los gentiles colocaba a los tales en la categoria de ver
daderos dioses, mientras que la canonizacion de los Santos no hace
más que dar un testimonio público á los fieles de que se hallan en
la gloria , entre los amigos de Dios y patrocinadores nuestros , aque
llas almas justas que con sus esclarecidas virtudes cristianas se han
hecho en esta vida acreedoras á nuestra imitacion , y con su santa
muerte han merecido entrar finalmente en el gozo de su Señor .
¿ Dónde está aquí la apoteósis de los gentiles ? ¿ Dónde las divi
nidades creadas por los católicos ? Los Santos en el cielo son verda
deros siervos de Dios ; no dioses, ni dignos del soberano culto de
latria . El culto de latría lo reservamos únicamente para Aquél que
es Señor de todos los Santos . De las imágenes nada diremos , pues
ya hemos visto que en ellas honramos á sus prototipos ' .
Si con todo eso persistiere alguno en su necio empeño de criticar
á la Iglesia por esta causa , diciendo que la canonizacion de los
Santos se asemeja en alguna manera á la apoteósis de los gentiles ,
aunque en realidad sea cosa muy diferente; á este tal le responde
remos con aquellas hermosas palabras de San Jerónimo , que hicie
ron enmudecer á Fausto y Vigilancio : " Idólatras apellidas , dice á
este último , á esta clase de hombres . No niego que todos cuantos
creemos en Cristo hemos venido del error de la idolatría . Porque
no nacemos cristianos , sinó renacemos . Y porque en otro tiempo
dábamos culto á los ídolos , i no lo hemos ahora de tributar á Dios ,
para que no parezcamos venerarle con honor semejante al de los
ídolos ? Aquello se hacía á los idolos , y debe detestarse ; esto se
hace á los mártires , y debe recibirse . Porque sin reliquia alguna de
mártires enciéndense luminarias por todas las iglesias del Oriente
en plena luz del día , cuando se ha de leer el Evangelio , no cierta
mente para disipar las tinieblas , sinó para dar señales externas de
alegría , !
Porque la apoteósis sea una cosa detestable , ¿ hemos de abando

1 Véase á Belarmino, De Canonizatione Sanctorum , y Benedicto XIV , De Beati


ficatione Servorum Dei. Quien lea estas dos obras , de seguro no conservará por mu
cho tiempo sus preocupaciones contra el culto de los Santos y sus reliquias, si es que
no se obstina de intento en sostenerlas.
1 S. Hieron., Cont. Vigilant., num . 8. (Opp., lib . 11 , edit. Migne.)
162 Falsísima imputacion hecha por Draper

nar los Católicos el culto de los Santos en sí mismos , y en sus


reliquias ó imágenes , siendo esto una cosa en extremo honesta y
conforme en gran manera á la razon ? De esta suerte tambien debe
ríamos abstenernos de tributar culto al verdadero Dios, porque exis
ten en este mundo criaturas tan infelices , que rinden tributo de
adoracion á los falsos dioses , y aun al mismo principe de las tinie
blas infernales en persona . Mirese únicamente si la cosa es buena y
honesta en sí misma , y capaz de fomentar la verdadera devocion ,
como lo es ciertamente el culto de los Santos y sus reliquias , tal
cual lo enseña y manda la Iglesia católica . El no contentarse con
esto y querer antes bien andarse en busca de semejanzas traidas
más ó ménos por los cabellos , señal es manifiesta de un ánimo poco
amante de la verdad , y deseoso de hallar aparentes razones para
salirse siempre con la suya .
Pero si en el culto de los Santos y de sus reliquias queda muy
limpia de toda mácula la santidad de la Iglesia católica , por lo que
hace á la honestidad intrínseca de estos actos , ¿ se podrá decir otro
tanto por lo que atañe a la fe revelada por Nuestro Señor Jesucris
to ? Porque ésta es tambien una cuestion que debe ser aquí ventilada
con sumo cuidado por nosotros , tratándose en ella nada menos
que de nuestras sagradas creencias y dogmas cristianos . El químico
de Nueva-York , como hemos visto más arriba , no teme asegurar
en esta parte que la fe descrita por Tertuliano se cambió en otra
ménos pura , y que muchas doctrinas corrientes en los tiempos de
Constantino eran desconocidas en los de Severo. Mas el buen señor
ha debido estudiar muy poco el Cristianismo de los primeros tiem
pos , y ocupado en sus retortas sin duda no ha saludado siquiera
las obras de Tertuliano . Hé aquí cómo escribe el autor del Apolo
gético, en el capítulo 11 del libro De Corona : “ Oblationes pro de
functis, dice , pro natalitiis annua die facimus : die dominico jeju
nium nefas ducimus vel de geniculis adorare . Eadem immunitate a
die Paschae in Pentecostem usque gaudemus . Calicis aut panis etiam
nostri aliquid decuti in terram anxie patimur . Ad omnem progres
sum atque promotum et ad omnem aditum atque exitum , ad cal
ceatum , ad lavacra , ad mensas , ad lumina , ad cubilia , ad sedilia ,
quaecumque nos conversatio exercet , frontem crucis signaculo te
rimus . , Lo cual en nuestro idioma quiere decir : “ Todos los años
ofrecemos sacrificios por los difuntos y celebramos el nacimiento
de los mártires a la vida de la gloria : tenemos por ilícito ayunar los
domingos y orar de rodillas en ellos . De este trabajo estamos tam
á la Religion católica . 163

bien libres desde Pascua hasta Pentecostés . Sufrimos con pena que
se nos caiga al suelo algo del pan y vino , áun ordinarios y no euca
rísticos . Para todo movimiento que hacemos , para entrar y salir
de casa , para calzarnos , lavarnos, tomar el alimento , encender luz,
acostarnos, sentarnos , y en fin , para cualquier otra obra que prac
ticamos , nos persignamos haciendo en nuestras frentes la señal de
la cruz . 92
· Qué le parece á Draper de esta doctrina corriente en la Iglesia
en los tiempos de Severo , segun testimonio del mismo Tertuliano ,
cuya autoridad él invoca ? Y cierto que el presbítero africano no la
trae como una novedad , sinó como una cosa muy veneranda por
su antigüedad inmemorial entre los cristianos.
Aquí quiero advertir de paso á los protestantes , á quienes sigue
Draper en esta materia , que lean la obra de Tertuliano arriba cita
da . En ella encontrarán creidas y practicadas por los cristianos de
aquellos remotos tiempos la mayor parte de las cosas que movieron
á sus antepasados á separarse de la Iglesia católica . Alli veran creido
el Purgatorio , el dogma de la Eucaristía , el del sacrificio de la Misa,
el de la jerarquía eclesiástica , y otros varios que tienen ellos por
novedades introducidas por los católicos de tiempos posteriores .
“ Eucharistiae sacramentum , dice entre otras cosas , et in tempore
victus et omnibus mandatum a Domino , etiam antelucanis coetibus ;
nec de aliorum manu quam Praesidentium sumimus . ,
¿ Quiere saber más nuestro flamante teólogo sobre este asunto ?
Pues allá va un texto de la Iglesia de Smirna , el cual fué escrito
nada menos que en el siglo 11 , con ocasion del martirio de San Poli
carpo , su pastor : “ Viendo el centurion , escriben los presbíteros de
esta iglesia a todas las iglesias de la cristiandad en el cap . xvil de
su Carta , que habían dado los judíos principio á una contienda ,
quemó el cuerpo del Santo poniéndole en medio del fuego . Y de
esta suerte nosotros colocamos despues en lugar conveniente sus
huesos , más preciosos que las perlas de sumo valor y más estimados
que el oro. En este lugar el Señor nos hará la gracia de que celebre
mos en la mejor manera posible , juntándonos al efecto , con fiesta
y regocijo el día de su martirio , ya para memoria de aquellos que
han muerto peleando por la fe , ya para que los venideros estén dis
puestos a una lucha semejante. ,,
¡ Lo quiere más claro el atolondrado escritor racionalista ? Ya ve
como en el segundo siglo de la Iglesia se creía y se hacía aquello
mismo que él y sus padres legitimos , los protestantes , nos quieren
164 Falsísima imputacion hecha por Draper

hacer pasar ahora por puras paganizaciones del primitivo Cristianismo.


Esto bastaria para convencer al más obstinado y sacarle de su
error . Pero todavía quiero añadir á lo dicho algunas palabras de
San Cipriano , autor del tercer siglo , por las cuales se pone muy en
claro la verdad de nuestra proposicion . “ Siempre , como sabeis , ,
escribe hablando de varios mártires que habían dado su vida por
Jesucristo , " ofrecemos en honor de ellos el sacrificio cuantas veces
celebramos la pasion y fiesta de los mártires en los dias correspon
dientes á su martirio ' . , Aquí tenemos la misma fiesta de la Misa ,
celebrada en honra y gloria de los mártires que celebramos los ca
tólicos . Aquí tenemos tambien la accion sacrificadora del sacerdote ,
que convierte con sus místicas palabras, en virtud del poder omni
potente de Dios Nuestro Señor , las sustancias del pan y del vino en
el cuerpo y sangre de Jesucristo .
El mismo San Cipriano , en otra parte ? , hace mencion expresa
de la costumbre que tenía entonces la Iglesia de ofrecer á Dios el
sacrificio incruento de la Misa por los difuntos, así como ahora lo
hacemos los católicos. Un tal Germinio Víctor había dejado al morir
por testamentario de sus bienes á un presbítero , contra lo estable
cido en tiempos anteriores por un concilio . Pues bien ; el santo Pre
lado , al tener noticia de este delito , manda se aplique al difunto la
pena decretada por dicho concilio . La pena de que hablamos con
sistía en no ofrecer el santo sacrificio de la Misa en descanso del
alma del dicho difunto , ni hacer en ella oracion alguna por él ; lo
cual manifiestamente significa que entonces tambien , como ahora ,
lo ordinario era aplicar la Misa por los difuntos.
Pero oigamos las palabras del mismo Santo Padre, que son las
siguientes : “ Los Obispos antecesores nuestros , escribe , con reli
giosa consideracion y saludable providencia determinaron que nin
gun hermano nombrase al tiempo de morir á clérigo alguno para
testamentario de sus bienes , y que , si tal hiciese , no se ofreciese
por él, ni se celebrase el sacrificio por el descanso de su alma . ,
En la misma forma se explica el gran Padre de la Iglesia San
Agustin , hablando de ello como de cosa muy sabida . “ El pueblo
cristiano , escribe contra Fausto , celebra con religiosa solemnidad
las memorias de los mártires , no menos para imitar su ejemplo, que
para hacerse participante de sus méritos y ser ayudado de sus ora

1 San Cipriano , Epist. 30 , 1. 3 .


2 San Cipriano , Epist. 66 , n . 2 .
á la Religion católica . 165

ciones . Mas de tal manera las celebra , que nosotros á ningun mártir
levantamos altares , sinó al mismo Dios ; si bien es verdad que los
construimos en memoria de los mártires. Porque , qué Prelado ,
asistiendo al altar en los lugares de los santos cuerpos , ha dicho
jamás : Te ofrecemos, Pedro , ó Pablo , ó Cipriano : La oblacion se
hace á solo Dios , que coronó a los mártires ; y si se eligen para ha
cerla los lugares donde descansan las reliquias de estos siervos suyos ,
la causa de ello está en que con esta accion queremos avivar en
nuestros pechos el afecto religioso al acordarnos de sus triunfos, y
procuramos producir en nosotros un aumento de amor , no sólo
hacia aquellos cuyas acciones gloriosas podemos imitar , sino hacia
Aquél que nos presta fuerzas para imitarlos , ' . 1
Enojoso sería recorrer aquí ahora la tradicion de los Padres para
probar á nuestro confeccionador de drogas antireligiosas la antiquí
sima creencia de la Iglesia en los dogmas de la presencia real de
Jesucristo en la Eucaristía , y de la Transubstanciacion . Citaremos
solamente algunos que sirven por sí solos para evidenciar la justicia
de nuestra causa . Y comenzando por el primero de los dogmas
sobredichos , San Ignacio martir , discípulo del apóstol San Juan ,
escribe las siguientes palabras : “ Los herejes se abstienen de la
Eucaristía у de la oracion , porque no creen que la Eucaristia sea la
carne del Salvador, nuestro Señor Jesucristo, atormentado por nues
tros pecados ,, 2. Por estas palabras se ve cómo la Iglesia universal
en el primer siglo creía , de la misma manera que los católicos en el
presente , en el dogma de la Eucaristía ; pues tenía por herejes á los
que negaban la presencia real de nuestro Señor Jesucristo en el Sa
cramento .
San Justino dice tambien en su Apologia al emperador Antonino :
“ Como por la palabra de Dios se hizo hombre Jesucristo nuestro
Salvador, y para redimirnos tuvo carne y sangre , así tambien se
nos ha enseñado ser la carne y sangre de este mismo Jesus encar
nado el alimento con que hizo gracias a Dios al instituir la Eucaris
tía con su palabra , y con que son alimentadas nuestra carne y san
gre , siendo mudadas y transformadas en él ,, 3. Como se ve , el
mismo hecho histórico atestigua aquí San Justino , á saber : la creencia
universal de la Iglesia en el dogma de la Eucaristía en su tiempo .

1 San Agustin , lib . xx , Contra el maniquco Fausto , cap . xxi .


2 San Ignacio M., Epist. ad Smyrnenses, cap . vii .
3 Sao Justino, Apolog . 2.4 ( al . 1.a ) , n . 65.

/
166 Falsisima imputacion hecha por Draper

Pues San Ireneo no es menos explícito que estos dos santos már
tires y sabios . " Cómo dicen los valentinianos, escribe , que no ha
de resucitar , y que se corrompe para siempre la carne de los cris
tianos , cuando esta carne es alimentada con el cuerpo y sangre del
Señor ? Porque así como este pan terreno , en virtud de la consagra
cion de Dios , deja ya de ser pan comun , y es Eucaristia compuesta
de dos cosas , la una terrena (los accidentes ) y la otra celestial ( el
cuerpo de Jesucristo ) ; así tambien nuestros cuerpos , recibiendo la
Eucaristía, dejan de ser corruptibles y tienen esperanza de resucitar
gloriosos ,, ' . Consulten , si gustan , Draper y sus progenitores los
protestantes , á Clemente Alejandrino ? , á Tertuliano , á Orige
nes 4 , y á San Cipriano 3 , autores todos anteriores al siglo cuarto , y
verá en todos ellos atestiguada la misma creencia de la Iglesia .
Nada digo de los siglos posteriores , porque en ellos los testimonios
de dicha creencia abundan hasta lo infinito, y la hacen más clara
que la misma luz del día .
Pues por lo que hace al otro dogma de la Transubstanciacion ,
la fe de la Iglesia en los primeros siglos no puede ser más manifies
ta . Segun Draper , á la apoteósis de los héroes cristianos se siguió
más tarde la creacion de este dogma; y cierto que hasta el mismo
calvinista Blondell no se atreve á pasar más arriba del siglo vi , sien
do lo más comun entre los protestantes creer que tuvo origen en el
siglo xi , porque entonces fué impugnado por Berengario . Mas cuán
grande haya sido el error de los sectarios en esta parte , muéstranlo
muy bien las palabras usadas por los Padres al hablar de la consa
gracion del pan y del vino en la Eucaristía ; pues muchos de ellos
llaman este acto transelementacion , transmutacion , conversion del
pan y del vino en el cuerpo y sangre de Jesucristo. Además , Tertu
liano dice de Jesucristo , en el libro iv contra Marcion , cap . Xl , que
tomando en sus manos el pan , que en el Antiguo Testamento habia
sido hgura de su cuerpo, lo convirtió en su propio cuerpo con aque
llas palabras : Este es mi cuerpo. San Cirilo de Jerusalen , en una de
sus doctrinas á los recien bautizados , les advierte que el pan y el
vino en el sacrificio de la Misa dejan de serlo con las palabras de
la consagracion , y añade para persuadirles este misterio la razon

1 San Ireneo , lib. 1, Cont, haeres . , cap . vi.


2 Clem . Alex . , Paedag ., lib . I, cap . vi.
3 Tertul . , lib . De Idololat., cap . vil, y lib. De Resurrect, carnis, cap , viii .
4 Orig. , Hom . 7 in Numer ., n . 3 .
5 San Cipriano, lib . De lapsis, n . 15 y 16 .
á la Religion católica. 167

siguiente : Mudó en cierta ocasion Cristo el agua en vino , y no será


digno de que le creamos que convirtió el vino en su sangre : 1 .
Estos dos es tores fueron ciertamente anteriores al siglo vi . El
uno griego y el otro latino , ambos dan testimonio de la fe que sobre
la Transubstanciacion profesaba la Iglesia en su propio tiempo .
San Ambrosio tambien , para persuadir la verdad de este misterio,
escribe recurriendo a la divina omnipotencia con estas palabras : “ Si
tan poderosa fué la palabra de Elías, que hizo bajar fuego del cielo,
¿ no lo será tanto la de Cristo que mude la naturaleza de los elemen
tos : El que pudo hacer de la nada lo que no era , ¿ no podrá mudar
lo que ya es en una cosa que no era:', 2. Pues San Ambrosio tambien
vivió antes del siglo vi . Como él hablaron San Crisóstomo 3 , San
Gregorio Niseno + y otros 5 .
De aquí es que , considerando Leibnitz estas y otras semejantes
palabras de los antiguos Padres de la Iglesia , no dudó en purgar al
Catolicismo de la vergonzosa mancha de innovacion , con que lo
querían denigrar los protestantes para cohonestar su rebeldia. A
este fin escribió las palabras siguientes : “ La piadosa antigüedad ,
con palabras bastante explícitas , declaró que el pan se muda en el
cuerpo de Cristo у el vino en su sangre ; y frecuentemente recono
cen en esto los antiguos la ustastaYS.Wsiy que los latinos tradujeron
bien con la palabra transubstanciacion ; aquí tambien , pues , como
en otras partes , ha de explicarse la Escritura por la tradicion que
nos ha transmitido hasta nosotros la Iglesia , guardadora de la
misma , 6 .
Vengan , pues , ahora Draper, y sus legítimos padres los protes
tantes, á decirnos que la Iglesia católica se paganizó en el siglo iv ,
dando entrada en su seno á las gentilicas doctrinas del culto de los
Santos y de sus reliquias ; y que , andando adelante en la comenza
da obra de corrupcion gentílica , inventó en los siglos posteriores el
dogma de la Transubstanciacion . Ya hemos visto cuánta falsedad
encierran estas afirmaciones, y con cuánta evidencia son desmenti
das con la irresistible fuerza de los hechos, y hasta con el sapienti

1 S. Cyrill . Hierosol., Cateches. mystag ., cap. vi , n. 20 .


2 S. Ambros., lib . De initiandis seu de myster ., cap . ix , 1. 52 .
3 S. Chrysost . , Homilia 83 , in Matth . (al 82. )
4 S. Gregor. Nisen. , Orat, catechist., cap . XXXVII .
5 V. Belarmino, Controvers., lib . 111 , cap. xx .
6 Leibnitz, System . theolog ., pár . 48. Véase Esslinger, Apologie de la relig . cathol.
par des auteurs protestants.
168 Falsísima imputacion hecha por Draper

simo testimonio del hombre más grande y profundo que han tenido
los protestantes .
Aún hay más : este eminente sabio confesó en términos explícitos
ser cierto cuanto defendemos los católicos sobre la antigüedad del
culto de los Santos y de sus reliquias , y señaló ademas con mano
previsora el peligro de los grandes daños que ahora están sintiendo
por haber sostenido lo contrario los mismos protestantes. “ Es cierto ,
dice , que ya en el segundo siglo de la cristiana Iglesia eran celebradas
las fiestas natalicias de los mártires, y que se celebraban sagradas re
uniones en sus monumentos ' . ,, “ Debe temerse, continúa, que los que
tienen por idolatría el culto de los Santos abran el camino a la des
truccion entera del Cristianismo. Porque si ya desde aquellos tiem
pos prevalecieron en la Iglesia horrendos errores , recibe gran re
fuerzo la causa de los arrianos y samosatenos, los cuales ponen en
aquella misma época el origen del error, y con razones oscuras de
fienden que el misterio de la Trinidad y la idolatria tuvieron princi
pio á un mismo tiempo ... y aún pasará más adelante la sospecha de
los ingenios audaces , porque les causará admiracion el que Cristo ,
tan largo en promesas para con su Iglesia , haya concedido al ene
migo del género humano que, derrotada la idolatría antigua , entra
se otra en su lugar ; y de diez y seis siglos que lleva de existencia
la Iglesia , apenas se encuentre uno ó dos en que se haya conserva
do con dificultad íntegra la fe entre los cristianos, siendo así que
vemos las religiones judaica y mahometana haber perseverado bas
tante puras , segun el propósito de sus fundadores , muchos siglos .
¿ En qué vendrá, pues , á parar el consejo de Gamaliel , que decía
deberse juzgar de la Religion cristiana y de la volnntad de la Provi
dencia por el suceso que aquélla tuviese ? ¿ O qué habría que pensar
del mismo Cristianismo , que tan mal parado quedaría al ser some
tido a la mencionada prueba? , ? Hé aquí como el gran Leibnitz
presentía en el seno de la Reforma al hijo nefando de la Revolucion
é incredulidad . ¿ Desengañaránse por fin los protestantes de buen
corazon
Si de la antigüedad del culto de los Santos pasamos á considerar
la de sus reliquias; hallaremos que tambien ella fué grandísima, y
que comenzó con la misma Iglesia. Ya la Escritura nos cuenta que
los fieles llevaban los enfermos al principe de los Apóstoles, para

Leibnitz, ibid ., pár. 37, pág. 100.


2 Idem , ibid ., pár. 57 , pág. 102 .
á la Religion católica . 169

que los tocase siquiera su sombra y quedaran sanos !, y que se apli


caban a los enfermos y endemoniados los pañuelos y fajas que ha
bía usado San Pablo , desapareciendo con esto la falta de fuerzas y
los malos espiritus 2. Y haciéndose esto en vida de los mismos Após
toles , claro está que no podían menos de ser tratados con gran ve
neracion los cuerpos de los mártires .
Ya hemos visto que hizo en el segundo siglo del Cristianismo la
Iglesia de Smirna con las reliquias de San Policarpo. Lo mismo su
cedió con el cuerpo de San Ignacio Mártir, tambien del segundo
siglo : recogieron sus restos los cristianos , corriendo grande peligro
aun en sus propias vidas, y los conservaban como un tesoro inesti
mable dejado por Dios á la Iglesia. Véanse las verdaderas Actas de
los Mártires, recogidas por Ruinart , donde se notará este ardiente
deseo , manifestado siempre por los cristianos , de procurarse reli
quias de este género , á veces con grande riesgo de ser ellos mismos
martirizados. Sabían esto los gentiles , y por lo mismo hacían mu
chas cosas para impedirlo , mezclando los cadáveres de los mártires
con los de hombres facinerosos, y luego , quemándolos juntos, ó
arrojando sus cuerpos al mar , y otras veces sus cenizas , etc. 3. Mas
los cristianos se ingeniaban como podían para hacerse con los cuer
pos de los mártires , y luego los colocaban en lugares preparados al
efecto , los cuales se llamaban aposentos ( cubicula ), martirios ( mar
tyria ), memorias ( memoriae ), altares ( altaria ) . De ellos escribe
largamente Baronio al año 226 , pár . 7 , 12 4 .
Célebres son , entre estos túmulos de mártires , los sepulcros de los
Santos Pedro y Pablo en Roma , los cuales eran visitados de los fieles
ya en los primeros siglos , como puede verse en la excelente obra de
Gretzer 5. A ellos apela en el siglo u el presbítero romano Cayo para
opugnar la herejía de los Catafrigas, diciendo á estos sectarios que allí
tenían en el Vaticano los sepulcros de estos dos Apóstoles , donde los
podían ver si querían , y donde se mostraban a todos los peregrinos 6
Para distinguir los cuerpos de los mártires de los que no lo eran ,

1 Act. , cap. V , vers. 15 .


2 Ibid ., cap . xix , vers. 12 .
3 V. Trombelli, De cultu Sanctorum , disert. 7 y 8 .
4 Tambien se puede consultar sobre lo mismo D'Agincourt , Storia dell'arte coi
monumenti. Prato , 1826 , vol . 2 .
5 De Sacris peregrinationibus, lib . 11 , cap . I , et alibi.
6 Puédese ver este testimonio de Cayo en la Historia eclesiástica de Eusebio,
lib , 11 , cap . xxv .
170 Falsísima imputacion hecha por Draper

solían poner encima de sus sepulcros unas ampollitas llenas de su


misma sangre , y luego alguna señal que atestiguase su gloria en los
cielos, como una palma , una paloma , etc. ' . Por fin , para honrar á
los santos mártires se ofrecía , no á ellos , sino en su honor, el santo
sacrificio de la Misa , como hemos ya visto en cuanto dejamos es
crito sobre el culto de los Santos citando los testimonios de Tertu
liano , de San Agustin y otros . Son ademas testigos de esta costum
bre las Actas de San Estéban , Papa ? , y el libro antiquísimo intitu
lado : Las Constituciones apostólicas de San Clemente 3 .
Sería nunca acabar, si hubiéramos de traer todos los documentos
que comprueban la antigüedad del culto aquí defendida : lea quien
guste , para extender algun tanto sus conocimientos sobre esta ma
teria , el tratado teológico del P. Perrone sobre el culto de los San
tos y sus reliquias; él solo basta para adquirir evidencia de la verdad
de nuestra tésis .
Por lo que hace á la antigüedad de las imágenes , su uso y vene
racion se nos presentan hasta en el Antiguo Testamento . Dios mis
mo mandó á Moises colocar las efigies de dos querubines de oro á
los dos lados del arca del Testamento 4 ; Dios mismo tambien ordenó
al citado legislador de los Hebreos que fabricase una serpiente de
bronce y la pusiese en alto , para que cuantos la mirasen sanasen
de sus heridas 5. De Josué , el gran caudillo de Israel que introdujo
al pueblo de Dios en la tierra de promision , cuenta la Sagrada Es
critura que , rompiendo sus vestiduras, postróse en tierra delante
del arca del Señor y perseveró así , tanto él como los ancianos del
pueblo , hasta la tarde ó . David , arrebatado de su espíritu profético,
exhorta á cantar al Señor y á adorar el escabel de sus piés, porque
es Santo 7. Salomon , en fin , se ocupa en edificar una casa , en la
cual descanse el arca de la aliansa del Señor y el escabel de los piés
de nuestro Dios 8 .

1 Véase á Bosio , Roma sotterranea , lib . I , cap . xx , y lib . 1 ; item Aringhi , Roma
sotterranea novissima, tomo 11 , lib , iv , cap. XLVIII ,
2 Bolandos , día dos de Agosto .
3 Lib . iv , cap. xxx . Véase tambien Mamachi, Origines et antiquitates christianak ,
tomo 1 , lib. 1 .
4 Exod ., cap . xxv, vers . 18-19 .
5 Num ., cap . xxi , vers , 8 .
6 Josue, cap . vii , vers . 6 .
7 Ps . XCVIII , vers, 5.
S Paralipom ., cap. xxvili , vers , 2 .
á la Religion católica. 171

Por donde se ve que el mismo Dios incitaba á adorar el arca


santa , escabel de sus piés y representacion de su divina gloria , ó lo
que es lo mismo , imágen pálida de su grandeza , Es verdad que el
Señor mandó á los Hebreos no fabricasen imágenes , ni estatuas ,
cuando les dijo que á él sólo adorasen ' . Pero , como interpretan los
expositores , incluso el mismo protestante Rosenmüller , con aquellas
palabras solo les prohibió fabricar ídolos ó imágenes de dioses falsos,
advirtiéndoles que á Él sólo debían adorar y no á otro dios alguno .
“ Con esta ley quiso significar á los israelitas , dice el protestante
citado en los escolios á este lugar de la Escritura , que él en ninguna
manera aprobaba la mezcolanza de varias religiones ni otro culto de
dioses que el suyo . Porque en aquellos tiempos era una supersticion
muy comun el creer los hombres que podían y debían dar culto á
otros dioses , además del tributado al suyo propio , al dios de la
tierra en que habitaban . „ Por eso al arca santa , que era el escabel
de sus plantas y la imágen ó símbolo de su majestad , no prohibe
el Señor tributar veneracion , ántes nos exhorta á ello por David
en el lugar citado ; como que la veneracion y adoracion del
arca son la veneracion y adoracion del mismo Dios único y ver
dadero .
En el Nuevo Testamento el uso de las imágenes data tambien de
los primeros siglos ; y es esto tan cierto , que con razon ha podido
escribir el P. Perrone sobre esta materia las siguientes palabras:
Despues de los trabajos llevados á cabo con tanta diligencia por
los eruditos para investigar é ilustrar las antigüedades cristianas, se
ha adquirido sobre esto tal evidencia histórica , que más merecen
desprecio que refutacion los que todavía persisten en la negativa ? . ,
Por medio de las imágenes eran representados en aquellos primeros
siglos los misterios de nuestra sagrada Religion 3 .
Nada más frecuente en los cementerios de los tres primeros siglos
que la imágen del Salvador , ora sentado en el monte y haciendo
salir de sus plantas cuatro ríos , símbolos de sus gracias y doctrina ,
ora llevando sobre sus hombros la oveja perdida , ora apacentan
do sus ovejas. Vése a menudo pintado en el fondo de los vasos

1 Exod . , cap. xx , vers . 4 .


2 Perrone , De cultu Sanctorum , cap. v . De Sacrarum imaginum usu ac venera
tione, prop. 2." , n . 118. Barcinone, 1868 .
3 V. Clemente Alejandrino , Paedagog . , lib . ili , cap . 11 ; item Aringhi, op. cit. ,
lib . in ; y Buonarruotti . Osservazioni sopra alcuni frammenti di vasi antichi di vetro.
Fiorenze , 1716 .
172 Falsísima imputacion hecha por Draper

sagrados, que entonces eran de vidrio , de cuya costumbre hace


expresa mencion Tertuliano en el libro De Pudicitia , caps . VII y X ,
escrito cuando ya era montanista.
Y no sólo la imágen del Salvador , sinó tambien las de los Santos,
de los Ángeles y de la misma Virgen María se encuentran en aque
llos lugares ' . Sobre lo cual es de notar la maliciosa ocurrencia de
Draper, quien nos asegura que los cristianos de Alejandria en el
siglo iv fueron los que introdujeron en la Iglesia la imágen de la
Virgen María con el Niño en los brazos , copiando la pintura de la
diosa Isis . Ya antes de dicho siglo se pintaba en Roma á la Santi
sima Virgen de este modo , como se puede ver en la Hagioglypta
de Juan L'Heureux y en la Storia dell'arte cristiana del P. Gar
rucci. Por otra parte , no era ésta la forma ordinaria en que repre
sentaban los egipcios á aquella deidad impura . La diosa de las obs
cenidades egipcias , llamada Isis en las riberas del Nilo , Anaitis en
las llanuras de la Armenia , Astarte en Siria y en Africa , Mylitta en
la Caldea , Pracriti en la India , y Vénus en los bosques de Idalia,
otra forma llevaba, por cierto , que la inmaculada Virgen María .
* Lo más común , escribe P. de la Escosura en su Manual de Mito
logia , pág . 256 , Madrid 1845 , era representarla con cuernos de vaca ,
emblema de la fuerza y de la luna , con un sistro , emblema del mo
vimiento , en la mano derecha ; y en la izquierda una urna , jeroglífico
de la fertilidad del Nilo . , “ Sus estatuas, dice hablando de Horo
el mismo autor , le figuran niño y fajado á manera de momia ó bien
vestido de una túnica abigarrada de losanjes, asiendo una vara ter
minada á un extremo en cabeza de pájaro y al otro en látigo ó
azote . ,
¿ Qué tiene que ver esta inmunda deidad con la reina de la pure
za , para que este incrédulo deslenguado haga derivar el culto de la
una del culto de la otra ? Sin duda , como buen positivista y amante
de lo que se palpa con las manos y se goza con los sentidos, no le
asienta bien la idea de la pureza inmaculada de María , y quiere con
fundir á la purísima Virgen con la adúltera Isis ?. Por eso tambien ,

1 V. Mamachi, l. cit. , lib . II , cap. 1 ; Bottari, Sculture e pitture sacre estratte dai
cimeterii ; Boldetti , Osservacione sopra i cimeteri de santi martiri , lib . II , cap . I ; Ciam
pini , Vetera monimenta , parte 1. * , cap . xvii.
2 Así la llama Julio Firmico en el libro De erroribus profanarum religionum , di
ciendo que el marido propio y legitimo de Isis no era Osiris , sinó Tifon , y que Isis ,
faltando al deber conyugal, auduvo epredada en torpes amores con su propio her
mano Osiris , de quien tuvo varios hijos.
á la Religion católica. 173

entre las muchas acusaciones que formula contra la Iglesia , se en


cuentra la de haber ésta puesto la condicion del celibato á los que
voluntariamente y por eleccion propia se resuelvan á vivir en el
santuario . ¡ Tanto le pesa la sublime espiritualidad del Catolicismo!
Bien es verdad que , segun sabemos por Apuleyo ' , Isis era lla
mada tambien , como María , reina del cielo. Pero muy diferente
era el sentido de estas palabras , aplicadas por los paganos á Isis y
por los cristianos á María . Estos hacen á la Virgen reina de los An
geles y de los Santos , ó lo que es lo mismo, reina de los siervos y
amigos de Dios ; mas los gentiles hacían á Isis reina de todos los
dioses, principio primordial de todas las cosas . María es la esclata
del Señor , Isis la reina y señora de todos los dioses celestiales , in
dependiente de todo otro sér y de ninguno esclava .
Movido Draper sin duda del mismo horror á la pureza y odio á
la inmaculada Madre de Dios , asienta que los cristianos , echando
de menos los lupercales ó fiestas de Pan , instituyeron la fiesta de la
Puriſicacion de María . Antes bien para acabar con aquella costum
bre , llena de obscenidades , ó lo que parece más probable , para
desterrar de Roma la ſiesta Amburbial, en que los gentiles andaban
por la ciudad con candelas encendidas en honor de Pluton , que
creían haber hecho lo mismo para buscar á Proserpina, fué para lo
que se instituyó en Roma la fiesta de la Purificacion ó Candelaria,
la cual en la Iglesia griega ya se venia celebrando desde los prime
ros siglos
No necesitaba la Iglesia andarse copiando de nadie los ritos ex
ternos del culto con que había de honrar á Dios , en sí mismo y en
sus Santos , teniendo en la vida y actos de su divino Fundador un
objeto harto sublime y elevado para inspirarse, y en los ritos del
Antiguo Testamento, determinados por el mismo Dios , una fuente
perenne de imitacion suavisima. Bastábale recordar la historia de la
presentacion de la Virgen en el templo , narrada por San Lucas
( cap . II ) , y ejecutada por la purísima Señora con objeto de confor
marse á lo que estaba por Dios establecido en la Antigua Ley sobre

1 Lib . xi . Regina coeli, la dice , sive tu Ceres , alma frugum parens originalis ,
seu tu coelestis Venus... seu Phoebi soror... triformi facie larvales impetus compri
mens , terraeque claustra cohibens .,, Pignorio cita esta inscripcion de Cápua : Te tibi
una , quae es omnia dea Isis , Arrius Balbinus. Véase á Visconti, Museo Chiaramonti.
( César Cantú . Hist. univ ., t . 1 , lib . II , cap . XXII , nota. )
2 Véase en el Diccionario de Moreri la palabra Purificazione della B. Tergine
Maria .
174 Falsisima imputacion hecha por Draper

la purificacion de las paridas , para que concibiese la idea de pintar


á la Madre con el Niño en sus brazos , y de celebrar la fiesta de la
Purificacion de María , sin que fuese á inspirarse en una deidad tan
impura como Isis . Bastábale tambien traer a la memoria lo que
había sido el sacerdocio en el pueblo hebreo , la magnificencia del
templo de Jerusalen , el lujo de riqueza desplegado allí en los vasos
sagrados y demas ornamentos del culto , para que hiciese ella otro
tanto luego que pudiese.
En las catacumbas se servía de ornamentos pobres y de cálices
de vidrio , por hallarse perseguida y nada abundante en bienes tem
porales . Mas cuando salió de ellas triunfante , y se vió protegida por
el poderoso brazo de un principe religioso y magnífico, desplegó
bien pronto , como era natural, gran lujo de esplendor y de magni
ficencia en el culto , dejándose llevar de los impulsos de su enarde
cido corazon lleno de amor para con Dios y su divino esposo Jesus,
y no dando oidos á raquíticos pensamientos é indignos de su santi
dad y grandeza. ¿ Qué necesidad tenía la esposa de Jesucristo de
andar mendigando fusiones indignas y degradantes con el paganis
mo , llegado el día de su victoria y triunfo universal en el mundo,
cuando oprimida , maltratada y perseguida por los tiranos más san
grientos, había desarrollado por todas partes una vitalidad tan pro
digiosa , una fuerza de asimilacion tan admirable que , ya antes de
serle concedida la paz por Constantino , reinaba triunfante y pode
rosa , dueña de todo el mundo civilizado ?
Lo que hizo , sí , la Iglesia , fué practicar una prudencia suma en
la abolicion de los usos y costumbres gentílicas , condescendiendo
con la debilidad de los flacos y enfermos , adoptando á veces ciertas
cosas en sí indiferentes, 'usadas entre los paganos con espíritu ido
látrico , pero santificadas y purificadas por ella con la intencion
pura de dirigirlas al culto y servicio del verdadero Dios . Por lo que,
triunfante ya de la idolatria , y no viendo peligro en que permane
ciesen en pié los antiguos templos, donde habían sido ofrecidos sa
crificios al demonio , no quiso destruirlos, como había hecho en
otro tiempo , sinó prefirió conservarlos , para que , purificados y san H
tificados, sirviesen de lugar de reunion a los cristianos y se ofrecie
sen en ellos sacrificios al verdadero Dios ' . Y en este género de
conducta no hacía más que imitar a su querido apóstol San Pablo ,

1 V. Baronio en las Notas al Martirologio romano , día 2 de Febrero , y en los


Anales eclesirísticos al año 45 , núm . 23 y siguientes.
á la Religion católica . 175

maestro de las gentes , el cual decía que se había hecho enfermo


con los enfermos para ganarlos á Cristo, y judio con los judíos para
que fuesen más los que se salvasen , y todo con todos para ganarlos
á todos para su divino Maestro ( I Cor . , cap. ix , vers . 20-22 ) .
Por esta razon , allí donde era conveniente admitir y promover
el culto de las imágenes, lo admitía y promovía ; mas donde veía
peligro de idolatría por la propension idolátrica antigua y no bien
desarraigada todavía de los recien convertidos , no permitía tal gé
nero de actos religiosos . Así , andando el tiempo , permitió se pinta
se á los Santos coronados de una aureola de gloria; lo cual ántes
no se podía hacer por la ocasion que con esto se hubiera dado para
idolatrar viendo pintados los Santos de la misma manera que lo

estaban los ídolos del gentilismo . Sobre lo cual dice Cristiano Lupo
estas palabras: “ La extincion del paganismo quitó la ofension y es
cándalo , y de esta suerte la costumbre de coronar se hizo , de im
pía y gentil , piadosa, religiosa y cristiana ' : » Así tambien , para
concluir por fin este largo capítulo , el empleo de las estatuas fué
posterior al de las imágenes de mera pintura , a pesar de que , mi
rada la cosa en sí , no se diferencian la estatua y la pintura absolu
tamente en cuanto al oficio propio de representar al prototipo . Con
las pinturas no se impresiona la gente ruda tanto como con las es
tatuas , y está ménos expuesta á imaginarse que se encierre en ellas
alguna virtud sobrenatural, en lo que consistía precisamente el error
de adorar á los ídolos , y en lo que consiste tambien la supersticion
de los amuletos y talismanes , practicada por muchos mahometanos
y judíos .
Léjos , pues , de recriminar á la Iglesia en su manera de des
truir el gentilismo y de echarle en cara un paganismo que nunca
ha tenido , admiremos , por el contrario , su táctica sapientísima
en el modo de salvar á todo el mundo sin perderse ella misma en
medio del inmenso mar de errores que desde su nacimiento la
han rodeado , forcejeando siempre con gran furia para sumer
girla en su seno . No seamos tan injustos , que nos atrevamos á re
prenderla por no haber usado con los vencidos la bárbara feroci
dad del mahometismo , cuyos secuaces no han tenido otro modo
de establecer su religion en el mundo sinó el de llevarlo todo á fue
go y sangre. Digamos , por el contrario , que la religion de Maho
ma , como hija de las tinieblas y fundada en el error , fué bárbara y

Dissertatio de septima Synodo, act . 5 .


176 Falsísima imputacion hecha por Draper , etc.

sangrienta con los vencidos, aniquilando por completo todo lo que


entre ellos no era suyo ; y que la religion de Jesucristo , como hija
de la luz y fundada en la verdad , fué suave y civilizadora , asimi
lándose todo lo bueno de las civilizaciones pasadas , y transformar
do sábiamente en su sér sobrenatural y bajado del cielo todo
cuanto malo é imperfecto halló en la ciega gentilidad por ella con
quistada .
CAPÍTULO XII

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE Á LA IDEA


DEL MUNDO .

on lo dicho en los capítulos anteriores parécenos quedar


harto evidente la imposibilidad de conflicto alguno entre
la religion y la ciencia en cuanto atañe a la idea de Dios,
que es el primer objeto de la Filosofía. En efecto : en ellos dejamos
evidenciado que cuanto el Catolicismo enseña en órden á este subli
me objeto , es ó manifiestamente verdadero , por hallarse demostra
do con el discurso natural de la humana inteligencia , ó evidente
mente creible , ya por contener en sí las señales más claras de vero
similitud que en cosas superiores a la razon del hombre se pueden
desear, ya tambien por hallarse rodeado de toda aquella certeza
histórica que en materia de hechos se puede exigir. El hecho de la
revelacion católica es históricamente tan cierto como pueden serlo
los hechos antiguos más averiguados que hallamos narrados en los
libros de los historiadores , y los dogmas contenidos en este mismo
hecho son en verdad superiores a la capacidad de la flaca razon
humana , mas no contrarios á ella , ántes la engrandecen y levantan
á un órden muy superior al suyo , descubriéndole nuevos horizontes
de luz , á que ella nunca hubiera podido llegar abandonada á sus
propias fuerzas.
Tiempo es ya de que pasemos a la segunda parte del problema
que forma el objeto de este nuestro trabajo , haciendo ver á nuestro
incomparable filósofo americano que tampoco puede existir conflicto
alguno entre la religion y la ciencia en órden á la idea del mundo .
Para esto es preciso que consideremos todas aquellas ideas funda
mentales y filosóficas á que da márgen la vista atenta y reposada
12
178 El Catolicismo y la ciencia

de todo ese conjunto de séres sensibles y sujetos á continua varia


cion , designado con el nombre magnífico de mundo !.
La primera cuestion que en esto se nos presenta es la relativa á
la naturaleza interna de esta misma universidad de seres . ¿ Es el
mundo una cosa increada , dotada de existencia propia y no recibi
da de nadie , ó por el contrario , ha sido producido por un sér su
perior á él , y por tanto depende en su existencia de este su autor
y artífice supremo ? En otros términos , ¿ es este mundo una cosa
producida por Dios y distinta de él , ó se identifica con el mismo
Dios , ora constituyendo todo su sér, como quieren los Materialis
tas , ora siendo una simple emanacion suya, y formando uno de sus
naturales y espontáneos modos de ser , como place á los Panteistas
de nuestros días ? ¿ Qué dicen la religion y la ciencia sobre este
punto ? ¿ Puede existir sobre el conflicto alguno entre una y otra ?
Ciertamente, si por ciencia hubiéramos de entender las necedades
é impios absurdos excogitados por los Materialistas y Panteistas,
desde luégo sería preciso aſirmar que el conflicto , no solo es posi
ble , sinó real y efectivo ; porque el concilio Vaticano ha condena
do expresa y formalmente los errores del materialismo y del pan
teismo . Hé aquí los cánones dogmáticos relativos á estas inmundas
doctrinas, segun los hallamos en la Constitucion Dei Filius, pár. 1. ',
de Deo rerum omnium creatore : “ 1.0 Si alguno negare á Dios,
único y verdadero , criador y señor de las cosas visibles é invisibles;
sea anatematizado . 2. Si alguno tuviere la desvergüenza de afirmar
que nada existe sinó la materia; sea anatematizado . 3. ° Si alguno
dijere que una sola y misma es la sustancia ó esencia de Dios у la
de todas las cosas ; sea anatematizado . 4. ° Si alguno dijere que las
cosas finitas, tanto corpóreas como espirituales , ó al ménos estas
últimas , han emanado de la sustancia divina ; ó que la divina esen
cia con la manifestacion ó evolucion de sí misma se hace todas las
cosas ; ó finalmente , que Dios es un sér universal ó indefinido que,
determinándose , forma esta universidad de cosas dividida en géne
ros , especies é indivíduos ; sea anatematizado . 5.0 Si alguno no con
fiesa que el mundo y cuantas cosas hay en él , así espirituales como
materiales , han sido sacadas por Dios de la nada en toda su sustan

1 La palabra mundo viene del latin , y denota una cosa exenta de mancha alguna:
se aplica á esta universidad de seres visibles para significar el admirable concierto y
armonia con que todos ellos se hallan entrelazados y hermosamente tienden unidos á
la consecucion, así de sus fines particulares , como del de todo el sistema por ellos
formado .
tocante á la idea del mundo. 179

cia ; ó dijere que Dios las crió , no con una voluntad exenta de toda
necesidad , sinó con la necesidad con que se ama á sí mismo ; ó ne
gare que el mundo ha sido criado para gloria de Dios ; sea anate
matizado ,
Hasta aquí el concilio Vaticano , de cuya oposicion con la ciencia
moderna en esta parte no se puede dudar un solo momento .
Mas , por dicha grande de la humana naturaleza , la doctrina aquí
condenada es tambien rechazada por la verdadera ciencia , la cual
se goza en extremo de hallar en la idea cristiana la nocion exacta y
verdadera en órden á la naturaleza del mundo .
En efecto ; nada más evidente que la distincion esencial y absolu
ta entre la naturaleza de Dios y la del mundo . Todas las propieda
des naturales é inherentes á su divino Sér nos están clamando que
Dios es una cosa infinitamente más perfecta que todo cuanto grande
y perfecto se encierra en esta universidad de séres variables y fini
tos , que llamamos mundo .
Prescindo enteramente de si es ó no infinito el número de séres
finitos que pueblan la variada multitud del universo ; prescindo tam
bien por completo de si el mundo ha existido siempre , de manera
que no se le pueda encontrar cabo en su duracion pasada , como es
imposible hallársele en la que todavía le queda por pasar.
Cuestiones son éstas que no puede resolver con certeza la huma
na filosofía abandonada á sus propias fuerzas, hallándose discordes
los filósofos sobre si es posible ó no el número infinito de séres
creados ' , y sobre si repugna ó no la creacion ab aeterno . Ninguna

I La opinion más comun es que repugna tanto la extension como la multitud in


finitas, y por esta parte milita Santo Tomás en la Suma teológica ( 1. P. , q . 7. , aa. 3
y 4 ). Pero dista mucho de ser improbable la opinion contraria , peleando por ella el
sapientísimo cardenal Toledo, jesuita , en sa excelente obra teológica recientemente
dada á luz en Roma , cuyo título es : Francisci Toleti e Societate Jesu S, R. E. presby
teri Cardenalis in Sunmam Theologiae S. Thomae Aquinatis enarratio ex authographo
in bibliotheca Collegii Romani asservato. Militan tambien en favor de esta segunda opi
nion Ocam, Gregorio , Avicena, Algacel ; llámanla probable Durando y Gabriel en los
lugares citados por dicho Cardenal en el art. 4. ° de la cuestion 7.4 arriba menciona
da. Con Toledo sienten además Vazquez , Ulloa , Benedictis y otros filósofos y teólo
gos de no pequeña autoridad, entre los cuales bien podemos señalar tambien á nues
tro insigne Balmes , pues sólo rechaza el número infinito en cuanto a la coexistencia
de estados incompatibles en unos mismos séres : véase su Filosofía fundamental, trata
do del Infinito.
2 La misma variedad de opiniones que sobre la cantidad infinita , continua 6 dis
continua , se nota tambien sobre la posibilidad de un mundo ab aeterno , Santo Tomás
180 El Catolicismo y la ciencia

de estas cosas necesito para hacer ver que el mundo es cosa distinta
de la Divinidad , y que ni siquiera puede ser considerado como una
emanacion de la sustancia divina , ó bien como una propiedad del
divino Sér, inmanente en Dios al modo que mis pensamientos están
inmanentes en mi alma que los concibe . Digamos cuatro palabras
para demostrar esta verdad , comenzando por combatir la absurda
hipótesis panteístico- materialista . El autor de Los Conflictos tiene
la palabra para defender la causa de estos desalmados . “ Debemos,
pues , deducir, escribe en el cap . ix , tratando del gobierno del uni
verso, que el sistema solar y el mundo estelar han sido llamados por
Dios a la vida , y que es voluntad arbitraria la que ha impuesto las
leyes por las cuales se ha dignado que estuvieran regidos sus movi .
mientos , ó bien creeremos que todos estos sistemas se han formado,
no ya en virtud del fiat divino, sinó por la operacion de la ley ......
Si admitimos que la sustancia de que se compone el sistema solar
ha existido en otro tiempo en el estado de nebulosa , y que se ha
llaba en rotacion , todos los hechos en los cuales insiste Laplace se
encadenan como efectos mecánicos y necesarios . , “ En la India es
donde el hombre por vez primera , „ escribe en el cap . v , tratando
sobre la naturaleza del alma , “ ha comprendido y reconocido el gran
hecho de la eternidad y de la indestructibilidad de la fuerza. Esto
implica la idea más ó ménos distinta de lo que llamamos ahora la
conservacion y la correlacion de las fuerzas. Consideraciones ligadas
á la estabilidad del universo apoyan esta opinion , supuesto que es
cierto que , si las fuerzas llegasen á aumentar ó á disminuir, cesaría
el orden del mundo . Una determinada suma de energía universal
invariable debe , pues , de ser aceptada como hecho científico . Los
cambios de que somos testigos no pueden consistir en otra cosa que
en la distribucion de esta energía . Pero puesto que el alma ha de ser

sostiene que es posible un mundo de esta clase , notando que sólo por la revelacion
podemos saber que no haya existido siempre este mundo en que habitamos . “ Mun
dum non semper fuisse , escribe en la Suma teológica, 1. p. , q. 46 , a. 2. , sola fide teue
tur, et demonstrative probari non potest . , Y á esto añade la siguiente reflexion : " Et
hoc utile est ut consideretur ; ne forte aliquis , quod fidei est demonstrare praesumeds,
rationes non necessarias inducat , quae praebeant materiam irridendi infidelibus exi
stimantibus nos propter hujusmodi rationes credere quae fidei sunt. , Otros defienden,
por el contrario, que repugna absolutamente la produccion ab aeterno de criatura al
guna , juzgando que de lo contrario habríamos de admitir la posibilidad del número
infinito. Suarez sigue una opinion media , defendiendo la posibilidad de un mundo
eterno en cuanto a la sustancia , pero negando que sea posible un tieinpo eterno en la
serie de los momentos ya pasados. Véase su Metafisica , tomo I, disp. 20, sec . 5. *
tocante á la idea del mundo. 181

considerada como un principio activo, llamar un alma á la existen .


102
cia sacándola de la nada seria necesariamente añadir una fuerza á la
d nueva suma de la fuerza precisamente existente en el universo ,
0
" ¿Hay, pues , una vasta existencia espiritual en el universo ,, con
tinúa en el mismo capítulo, despues de haberse esforzado en demos
trar que no hay diferencia esencial entre las fuerzas moleculares de
la materia , las que gobiernan el organismo de los séres organizados
y las que constituyen la inteligencia y voluntad del hombre , " como
hay una vasta existencia material ? ¿ Un espíritu que , segun la ex
presion de un gran poeta aleman , duerme en la piedra , delira en el
animal , se despierta en el hombre ? ¿ Se deriva el alma de la una,
como el cuerpo de la otra ? Regresan los dos de la misma manera

al origen de donde emanan ? Si así es, podemos interpretar la exis


tencia del hombre y conciliar nuestras ideas con la verdad cientifica
y con nuestro concepto de la estabilidad y de la invariabilidad del
universo ,
Es decir que , segun este escritor, Dios no es en sustancia sinó
esta grande máquina del universo dotada de una cierta cantidad de
fuerza que se transforma diversamente en la variada multiplicidad
de séres , y que con esta transformacion pone en movimiento con
tinuo, en virtud de su misma espontaneidad , esta gran masa de ma
teria de que se componen los astros y demas cuerpos celestes. Por
eso , dando á esta fuerza universal, perpetua é indestructible, el nom
bre de inteligencia infinita, se explica de este modo en el poco há
citado capítulo ix : “ El universo no es otra cosa que una nube , una
nube de soles y de mundos . Por grande que nos parezca , no es para
la inteligencia eterna é infinita sinó una neblilla flotante. Si existe
una multitud de mundos en el espacio, existe tambien una multitud
de mundos en el tiempo. Como la nube sucede á la nube , el sistema
estelar el universo para nosotros sucede á un número infinito
de otros sistemas que le han precedido, y es seguido por otra suce
sion de sistemas igualmente infinita. La metamorfosis de la materia,
el encadenamiento de los efectos y de las causas , no tienen princi
pio ni fin .
No es , como hemos visto más arriba al tratar de la naturaleza de
Dios ,nuevo este sistema , pues lo profesaron los estóicos con el
padre de todos ellos , el filósofo Zenon de Elea . Su absurdidad em
pero no puede ser más palpable , pues introduce en la escena un sér
enteramente inconcebible é inexplicable , ó sea el mundo material
llevado por impulso de su propia naturaleza á formar sistemas
182 El Catolicismo y la ciencia

estelares sin cuento para volverlos á deshacer, y condenado á con


sumir toda su existencia eterna en tejer y destejer, á guisa de artifi
ce que nunca está contento con su obra.
En hora buena que todo este sistema estelar, que llamamos el
universo, haya podido salir de una sola nebulosa puesta en rotacion
é impulsada á lanzar fuera de sí masas más o menos considerables,
que participen del movimiento adquirido y giren alrededor del cen
tro de atraccion , siendo ellas mismas á su vez nuevos focos de otros
globos por ellas lanzados y puestos en continuo movimiento . Todo
esto concedido, todavía queda una importantísima cuestion por dis
cutir. ¿ Quién comunicó ese movimiento de rotacion a la nebulosa?
Porque esta clase de movimiento , como ni otro ninguno tampoco ,
no es esencial a la materia ; ésta , segun consta por la experiencia,
permanece de suyo indiferente á recibir el impulso y direccion que
de fuera se le comunique .
Fácilmente se supone la tal nebulosa agitada con el pretendido
movimiento de rotacion ; pero hay que explicar la causa de ese mis
mo movimiento . La materia no se ha podido poner á sí misma , en
virtud de su propia esencia , en el estado de rotacion dicha ; puesto
que, si asi fuese, este estado le sería esencial , y por consiguiente
perpetuo é indestructible como ella misma . Toda esencia es nece
sariamente lo que es , y no puede ser de otra manera ; por donde , si
de la esencia de la materia cósmica naciese el movimiento dicho ,
éste por fuerza habría de ser inalterable , como es inalterable la na
turaleza lumínica del sol , por ejemplo, que consiste en su inclinacion
á iluminar. Quién, pues , repito , ha comunicado este movimiento
rotatorio á la nebulosa , para que de él resulten los innumerables
astros que en ordenada variedad y armonia constituyen lo que ape
llidamos con el nombre de mundo ?
Responderá sin duda Draper , con todos sus materialistas, que el
movimiento rotatorio de la nebulosa es el resultado del sistema es
telar anterior, resuelto en la nebulosa dicha y producido a su vez
por otra que tuvo un semejante nacimiento . Porque , como la nube
sucede á la nube, el sistema estelar el universo para nosotros
sucede á un número infinito de otros sistemas que le han precedido.
Mas esto no resuelve la dificultad ; lo que hace es trasladarla toda
entera á los tiempos anteriores, sobre los cuales se puede hacer la
misma pregunta. Tenemos aquí la cuestion del huevo y la gallina.
¿ Quién produjo el huevo ? la gallina . ¿ Y la gallina de dónde ha sa
lido ? de un huevo . Si no saltamos á otro ser que sea causa y origen
tocante á la idea del mundo . 183

con de entrambos, estaremos siempre en un círculo infinito de causas y


efectos que se producen mútuamente sin tener cada una la razon
suficiente total de la existencia de la otra . Porque el huevo en tanto
da la existencia a la gallina , en cuanto que ésta se la concede á él ,
DA y viceversa ; por donde ni el huevo es la causa y razon suficiente
total de la gallina , ni ésta de aquél , sinó que parte de esta razon
suficiente la deberán tener uno y otro en sí mismos , dándose por
consiguiente el huevo la existencia á si propio, y lo mismo la galli
na, y existiendo antes que hayan existido. Porque para causar es
preciso ser antes ; puesto que nada puede hacer lo que nada es .
Así , pues , demos al profesor americano el número infinito que
desea de transformaciones acaecidas á las nebulosas agitadas del
movimiento rotatorio , para que de ellas broten cuantos sistemas so
lares se le antojen. Lo cual , sin embargo, nunca pasará de ser una
hipótesis gratuita, incapaz por tanto de constituir lo que en buena
filosofía recibe el nombre de ciencia . Con esto no habrá conseguido
sinó dar una explicacion parcial de cada uno de los sistemas este
lares, y de las nebulosas rotatorias que se proponga examinar. La
coleccion total de los sistemas solares y de las nebulosas dichas,
sea finita ó infinita , siempre quedará sin correspondiente razon
suficiente, si no se recurre á un ser superior a la nebulosa y al sis
tema, que haya dado á entrambos la existencia sin haberla él reci
bido de ellos . Como la coleccion total de huevos y de gallinas per
manece de todo punto inexplicable y sin debida razon suficiente para
existir, sea ella finita ó infinita, si no nos remontamos á la causalidad
de un sér que, no siendo ni huevo ni gallina, haya dado á entram
bos la existencia, ora á la gallina por medio del huevo , ora al huevo
por medio de la gallina .
Es verdaderamente ridículo creer que en un número determinado
de veinte huevos , por ejemplo, y veinte gallinas, haya habido nece
sidad de un sér distinto de éstas y aquéllos para poder explicar su
existencia ; y luégo pensar que , en aumentando la série hasta el in
finito , la necesidad de recurrir á un sér distinto de toda ella cesa por
completo . La necesidad persiste la misma , fundada en que toda la
serie, sea finita ó infinita, está esencialmente compuesta de séres pro
ducidos por otro , y por consiguiente tambien la série total es esen
cialmente producida, siendo evidente aquel principio de que lo que
conviene esencialmente a las partes conviene de la misma manera
esencialmente al todo.

Allégase á esto que en la doctrina materialista el mundo , ó mejor


184 El Catolici y la ciencia
s mo
dicho la materia y las fuerzas universales de que el mundo se compo- .
ne y que siempre permanecen las mismas, será un verdadero sér in
creado, no teniendo de producido sinó la infinita variacion de esta
dos que en serie continua y nunca interrumpida se suceden . Tendrá,
pues, la materia cósmica , animada así de su fuerza original , todas
aquellas cualidades esenciales que la razon encuentra en la nocion
del sér no producido por otro , ó sea en el sér que existe en virtud
de su propia esencia . Ahora bien : nada más contrario a las referidas
cualidades que la naturaleza de la materia dicha . Porque el sér in
creado todo cuanto tiene lo posee en virtud de su misma esencia;
por ningun otro puede ser modificado ó perfeccionado , debiendo
tener las modalidades correspondientes á su mismo sér , el cual no
depende de nadie . Y teniéndolo todo en virtud de su esencia , debe
tener en acto todo aquello que es capaz de poseer ; puesto que nadie
se lo puede dar sinó él mismo , y para dárselo es preciso que lo ten
ga ántes. Resulta de aquí que el sér increado debe ser acto purísimo
incapaz de hallarse en potencia para recibir cosa alguna; incapaz, por
consiguiente, de transformacion de ninguna clase, plenísimo en la
· razon de sér, como que nada puede tener de su contrario , ó sea de
potencialidad actuable .
La materia , por el contrario , áun dotada de aquella fuerza pri
mordial que se le supone , está siempre determinada a la recepcion
de transformaciones diferentes , á la perpetua sucesion de estados,
al progreso continuo y al aumento de perfeccion en los diversos
séres que sucesivamente van poblando el universo . ¿ Quién no ve,
pues , que la materia dicha no puede ser en manera alguna un sér
que tenga la razon suficiente de su existencia en sí mismo, sinó un
sér dependiente de otro superior á ella , de quien recibe el existir,
así como los determinados modos de su existencia misma ?
Hay ademas fuera de esto una razon manifiesta que pone por sí
sola en plena evidencia la absurdidad grandísima del materialismo.
Veo yo un reloj, é inmediatamente concluyo que aquel artefacto
no se ha hecho á sí solo , sinó que es efecto de una mente ordena
dora. Ninguno me convencerá jamás , ni convencerá tampoco á
nadie que no tenga perdido el juicio , que la Eneida de Virgilio , por
ejemplo , y áun el mismo librejo de Draper, son obras de la ciega
fatalidad , llamada ley por los materialistas modernos. No ; lo que
está en tinieblas nunca produce la luz ; lo que en sí mismo no tiene
órden , jamás lo podrá comunicar á sus efectos; lo que carece de
inteligencia , nunca podrá echar al mundo séres , adornados de ese
tocante á la idea del mundo. 185
mpo hermoso atributo de concebir ideas de órden y armonía , de dirigir

sus acciones al conseguimiento de un fin , de determinarse á sí mis


mo en el ejercicio de su actividad , de ser dueño de sus propias ac
ciones con el dón precioso de la libertad .
Digan lo que quieran los materialistas , el mundo entero revela
órden , armonía , belleza por todas partes ; nada hay en él que
esté de sobra , nada que falte. Lo grande y lo pequeño , todo tien
de en el mundo á su peculiar y propio fin con una constancia y
regularidad admirables ; y tiende a él de tal manera , que el con
seguimiento de su fin en los seres inferiores es verdadero medio,
respecto de otros más elevados , para que éstos obtengan tam
bien el suyo propio . Los minerales elaboran sus combinaciones
químicas, y con esto consiguen su propio fin de formar los diferen
tes cuerpos compuestos que se encuentran en la naturaleza. La ela
boracion de los minerales sirve á las plantas para que su principio
vital ejecute en ellas operaciones más complicadas y perfectas, que
serían imposibles sin la prévia elaboracion de los minerales . Los
animales , á su vez , usan de las plantas como de instrumentos para
practicar las acciones de su vida propia ; acciones que superan en
perfeccion a las realizadas por las plantas , pero que dependen de
ellas como de condiciones necesarias para poderlas ejecutar. El
hombre , por fin , echa mano de los animales para mantenerse y
conservar su organismo, semejante al de las bestias , ' y se sirve de
este organismo para efectuar las funciones propias de su vida inte
lectiva , de esta vida altísima y sublime por la cual adquiere las
ideas universales, corrige los errores de los sentidos , contempla en
su bellísima armonía el ordenado movimiento de los astros , y asiste
lleno de admiracion a este concierto musical ejecutado á cada ins
tante por la maravillosa máquina de este mundo sensible . Todo ,
pues , aparece aquí ligado y artísticamente dispuesto para el des
arrollo de un plan concebido en la mente del Artífice divino ; todo
revela en este mundo la existencia de una inteligencia ordenadora ,
que lo ideó y sábiamente lo gobierna .
¿ Diráse que todo esto es el efecto natural y espontáneo de una
fuerza fatal é irresistible , movida por el ciego impulso de su natu
raleza é inclinada a desarrollarse progresivamente en virtud del im
pulso mismo que ciegamente la agita ? Mas lo que no tiene concien
cia de sí mismo , ¿ cómo podrá darla á ninguna de sus obras ? Lo
que carece de libertad, cómo podrá comunicarla á sus naturales
efectos ? Afírmese en hora buena , si se quiere , que este mundo
186 El Catolicismo y la ciencia

visible es un órgano inmenso en que cada una de las diferentes pie


zas contribuye maravillosamente á producir la armonía en virtud de
las mismas leyes de la materia . Mas digase tambien al mismo tiem
po que esas leyes han sido dictadas por un supremo Legislador;
que esa inmensa máquina ha sido fabricada por un artista de inteli
gencia suma ; que la sábia disposicion de sus piezas es obra , no de
la ciega fatalidad, sinó de la eterna Sabiduría ; que el armonioso
concierto de los sonidos , finalmente , se debe a la portentosa habi
lidad del artista que imprime continuamente en el teclado la delei
table armonía de su arte . Establecido esto , no habrá ningun incon
veniente en que todo el sistema estelar del universo salga , conforme
á la hipótesis de Laplace , de una grande nebulosa puesta en rota
cion , como no lo habrá tampoco en excogitar otras más o menos
ingeniosas conforme al talento de cada uno !
Pero aquí nos encontramos ya con los sectarios de la emanacion
panteística , para los cuales este mundo no es otra cosa que una
manera de ser del mismo Dios . Estos amantes apasionados de la
unidad absoluta y destructores acérrimos de toda variedad real no
advierten que en el Sér supremo y absoluto no cabe modificacion
ni mudanza real alguna , y que todo cuanto está sujeto a variacion ,
no puede menos de ser una criatura finita sacada por Dios de la
nada y dependiente de su infinito poder en todos los momentos de
su existencia .

Aunque supongamos al mundo , ó á una sustancia espiritual


finita, existiendo sin término alguno de duracion tanto en el
tiempo pasado como en el venidero , todavía se hallarán infini
tamente distantes de la eternidad perteneciente al Criador de estos
séres ; porque la eternidad de Dios es acto purísimo , totalidad de
actualidad , simultaneidad de toda perfeccion , posesion plena y
acabadísima de una vida interminable ; mientras que los seres suje
tos á variacion no tienen en cada parte del tiempo sinó una parte
infinitamente pequeña de cuantas realidades pueden ir poseyendo
con sus interminables mudanzas , quedándose en estado de mera
potencia respecto de todas las demás .
Esta imperfecta vida de perpetua sucesion quieren atribuir a la
Divinidad los patrocinadores de la emanacion panteística , volviendo
en estos tiempos de progreso al viejísimo panteismo de la filosofia

I V. Hettinger, obra cit., tomo I , cap. III , y Reusch , La Bible et la Nature , lec
cion xv .
tocante á la idea del mundo . 187

india . Este es el gran adelantamiento que ha realizado la razon hu


mana , despues de haberse emancipado orgullosa de la suave tutela
que le prestaba la fe cristiana . Incapaz de concebir otra vida más
perfecta que la que en sí misma experimenta , ha trasladado á Dios
su mismo modo de ser finito y deleznable , atribuyéndole la perpe
tua variacion de sus propios estados ; es decir que se ha forjado un
Dios á su imágen y semejanza , de la misma manera que se lo for
jaron en otro tiempo los antiguos paganos al crear sus repugnantes
idolos .

Y no son poco frívolas por cierto las razones que han movido á
los Panteistas modernos á pensar de esta manera . Consisten todas
ellas en miserables equivoquillos , que el hombre ménos instruido es
bastante á deshacer , si se le presentan en una manera conveniente .
Dios es , nos dicen con mucho aplomo , el Sér, el Infinito , el Funda
mento absoluto de todas las cosas . El Sér , continúan , encierra den
tro de su seno todas las especies de séres , el Infinito á todo lo fini
to , el Fundamento á todo lo fundado .
Perfectísimamente. ¿ Pero de que sér hablais ? responderemos á
estos señores . ¿ Del sér potencial é indefinido ? ¿ del que para tener
una realidad efectiva fuera de nuestro entendimiento necesita cierta
modalidad que lo determine y contraiga á alguna especie determi
nada ? Pues éste no es el Sér que llamamos Dios ; el Sér divino no
admite en sí modalidad alguna , no tiene potencialidad , es acto pu
rísimo y simplicísimo . Ese sér que vosotros imaginais es una pura
abstraccion lógica , que no tiene realidad fuera de la mente sinó con
los límites formales que son esenciales á todas las criaturas , y cuya
indeterminacion es un mero efecto de nuestra manera de concebir.
Ese sér , en sí mismo , ni exige los límites , ni los rechaza ; se há in
diferente á ellos , ó lo que es lo mismo , no es infinito sinó de una
manera negativa ; mientras que el Sér divino rechaza de sí los lími
tes de una manera positiva y formal, porque es infinito positivamente .
Así, pues , Dios es tambien el Infinito , pero el Infinito positivo y
formal que rechaza de su perfeccion suma y actualísima toda po
tencialidad , todo límite , toda indeterminacion , toda modalidad fini
ta . Está infinitamente distante del Indefinido panteístico , que para
existir fuera de nuestro entendimiento necesita ser determinado , mo
dificado, contraido á alguna especie de séres con algun aditamento
extrinseco , y que , por consiguiente , es un infinito negativo , un no .
finito , un indeterminado concepto lógico . Dios , como infinito, con
tiene en sí la perfeccion de cuantos séres finitos existen y pueden
188 El Catolicismo y la ciencia , etc.

existir, pero sin convertirse en un simple agregado suyo y encerran


do en sí la sobredicha perfeccion de una manera eminencial y puri
sima , al modo que la razon humana contiene en sí la perfeccion del
instinto propio de los animales.
Del mismo modo Dios es el Fundamento de todo lo fundado,
pero no el fundamento material y potencial, sinó el eficiente y acti
vo . Porque las cosas criadas no están fundadas en Dios , á la manera
que lo está el accidente en la sustancia , el acto en la potencia, la for
ma en la materia, la modalidad en la cosa modificada, formando con
ella un solo sér, sinó como los efectos en sus causas, como la estatua
sobre su pedestal , como la nave sobre las aguas del mar, como el
rayo del sol sobre la fuerza activa de este astro que lo echa de sí y lo
muestra resplandeciente en las moléculas del aire ; como el báculo,
finalmente , en la mano del que á su propio arbitrio lo gobierna .
Dios , en efecto , funda y sostiene con el influjo activo de su ac
cion conservadora todas las cosas criadas, influjo sin el cual todas
ellas se volverían á la nada de donde salieron ; mas este modo de
fundar y sostener es muy diferente del que ejerce la sustancia en
sus accidentes , la potencia en sus actos y la materia en la forma. En
el primero , la relacion de lo fundante á lo fundado es relacion de
perfeccion para el fundante ; en el segundo , de perfeccion para el
fundado. La sustancia se perfecciona con sus accidentes , la poten
cia con sus actos , la materia con la forma; mas la Causa y Funda
mento universal de todos los seres ninguna perfeccion recibe en sí
misma con el influjo de su accion , sinó que únicamente la infunde á
sus efectos, los cuales tienen de ella todo cuanto son y poseen . En
una palabra , Dios es causa eficiente y no material del mundo ; como
causa eficiente , no hace otra cosa que dar á sus efectos el propio
sér ſinito y conservárselo continuamente . Los Panteistas hacen á
Dios causa material del universo , y por lo mismo lo suponen deter
minado , modificado, perfeccionado por las cosas criadas , de quienes
recibe, segun ellos , su última manera de ser , su último estado en el
tiempo presente . Nada más contrario a la idea de Dios que esta ma
nera de sér fundamental ſingida por los Panteistas : porque el verda
dero Dios es en sí mismo la determinacion infinita , la actualidad
suma ; y el sér fundamental en cuestion es la indeterminacion misma,
la potencialidad absoluta .
Véase sobre esta importante materia la excelente obra del P. je .
suita Kleutgen , que traducida al italiano lleva el título siguiente : La
filosofia antica esposta e difesa .
CAPÍTULO XIII

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA MODERNA TOCANTE


AL ORÍGEN DEL MUNDO .

EJAMOS demostrado en el capítulo precedente que el mundo


ni se confunde con la Divinidad , ni es tampoco una ema
D
nacion inmanente de la misma , porque entónces las cria
turas se convertirían en simples modalidades ó accidentes de la
sustancia divina . Al mismo tiempo , y en el discurso de la argu
mentacion , hemos hecho ver á nuestros lectores que todas estas sus
tancias, finitas y sujetas a continuas variaciones , han recibido de
otro su propio sér , y que , por consiguiente , se hallan destituidas de
la aseidad . En efecto, el sér a se es por su naturaleza actualísimo ,
acto puro, incapaz de recibir en sí variacion alguna ' ; mientras que
todas estas sustancias finitas se hallan sujetas á una serie continua
de mudanzas .
Resulta, pues , de aquí que cuantas sustancias finitas pertenecen
á este mundo , ora sean materiales , ora espirituales , han recibido su
existencia de manos del Criador por via de creacion de la nada , y
que la accion productora de Dios ha sido en último resultado una
verdadera creacion . Digo en último resultado ; porque no es mi in
tento examinar aquí si el mundo material , con el orden admirable
que ahora conserva , ha salido inmediatamente de las manos del
Criador, ó solamente la materia caótica sujeta a las leyes que le

I Necesse est , dice sábiamente Santo Tomás ( 1. P. , q . 3. , a. I. ) , id , quod est pri


um ens ; esse in actu et nullo modo in potentia. Licet enim in uno et eodem , quod exit de
tentia in actum , prius sit potentia quam actus tempore; simpliciter tamen actus prius ,
potentia , quia quod est in potentia non reducitur in actum nisi per ens actu . Con estas
las palabras caen enteramente por tierra todas las doctrinas panteistas y materialis
s de nuestros filósofos modernos.
190 El Catolicismo y la ciencia moderna

marcó su infinita sabiduría , y de las cuales , andando el tiempo,


haya resultado más tarde el presente orden de cosas. Decimos so
lamente
que la materia de que consta el mundo, así como tambien
todas las sustancias espirituales que en el existen , han sido produ
cidas por Dios de la nada.
Pero hé aquí que estas palabras creacion de la nada espantan
mucho á nuestros Racionalistas ; los cuales creen ver en ellas un
logogrifo inexplicable , y hacen en consecuencia mil aspavientos
para ridiculizar la doctrina cristiana . En muchos de ellos este es
panto nace sin duda de una mala inteligencia de la palabra creacion
ex nihilo , si bien en otros muchos estas alharacas no son en reali
dad sinó un pretexto para encubrir su materialismo y su increduli
dad impía .
Nosotros en este capítulo, para quitar la máscara á los unos y
sacar de su miserable engaño á los otros , haremos ver cómo todas
las sustancias creadas han recibido , en efecto , su sér por verdadera
creacion ex nihilo.
La palabra creacion suele tomar varios significados: pues si de
cimos que el artista crea sus ideales , que el Rey crea sus Ministros,
y el Papa sus Cardenales ; tambien solemos afirmar que Dios ha
criado todas las cosas , y que es el Criador de todas ellas . Pero
todas esas creaciones humanas son muy inferiores a la verdadera
creacion ex nihilo hecha por Dios al dar al mundo la existencia . Se
le asemejan , es verdad , en cuanto hacen ser real y efectiva una
cosa que antes era meramente posible ó factible ; pero se apartan
mucho de ella , por cuanto no producen al sujeto ó materia en que
tales creaciones se reciben .
El artista no hace la materia en que encarna su ideal , ni da la
existencia á su propia mente creadora , donde ese mismo ideal tiene
su asiento . Dios con la creacion hace efectivo todo el ser posible,
su materia y su forma. La creacion ex nihilo es una produccion total
del ser que por ella es llamado á la existencia ; hace efectivo al sér
que antes no era , ni en sí mismo, ni en parte alguna de los elemen
* tos que le constituyen . Cuando alguno de los elementos que entran
en la naturaleza interna de un sér ya existía antes de constituir á
este sér, ora aislado de todos los demas , ora formando con ellos
alguna otra sustancia ; entonces el sér por él constituido no ha veni
do al mundo por verdadera creacion , sinó por otro género de ac
cion , que llamamos generacion , transformacion ó cosa semejante.
Así un hombre es engendrado y producido por generacion , mas no
tocante al origen del mundo. 191
sacado de la nada ó producido por creacion ; porque la parte mate
rial suya , que es uno de los elementos que le constituyen esencial
mente , ya existía en el mundo antes que él comenzara á sér, se
la comunicaron sus padres por medio de la generacion . Por el con
trario, el alma del mismo hombre es hecha por creacion , y no por
generacion ; porque todo lo que la constituye comenzó a ser con
ella misma ; nada de lo que pertenece á su esencia existía física
mente antes de ser ella producida , sinó que toda ella comenzó á
ser de nuevo , sin recibir parte de su sustancia , de la sustancia de
su autor.
Este comenzar a ser total y completo en cuanto a todos los ele
mentos físicos que constituyen la esencia de una sustancia dada , es
lo que han llamado los Padres de la Iglesia , siguiendo las enseñan
zas de la divina Escritura , y con ellos los Escolásticos , creacion ex
nihilo , creacion de la nada ; no porque quisieran significar que en la
creacion uno de los elementos constituyentes del sér creado sea la
nada , al modo que en la generacion lo es la materia de que consta
el sér engendrado; sinó porque á la produccion de aquel sér ningu
na de sus partes constitutivas ó esenciales le precedió en la exis
tencia .
Si cuando los Padres y los Doctores de la Iglesia decían que el
mundo había sido hecho por Dios de la nada , hubieran querido sig 1
niſicar que de la nada , como de materia preexistente , formó Dios las
sustancias del mundo , al modo que un alfarero hace sus ollas del
barro de la tierra ; entonces sí tendrían razon los Racionalistas para
afirmar que la creacion es un logogrifo inexplicable , una repugnante
quimera . La nada no puede ser elemento constitutivo de nada . Otro
tanto se debería decir, si por aquella palabra ex nihilo entendiéra
mos un término positivo, una especie de cavidad vacía , donde se
hallase depositada la sustancia creada ántes de ser producida ; por
que la nada no puede ser nada positivo y real ; ni puede, por con
siguiente , recibir en sí cosa alguna positiva , que luego se saque de
allí para ser trasladada a otra parte . Si esto quisiéramos significar
con los vocablos creacion ex nihilo , no indicaríamos produccion al
guna de sér, sinó una mera traslacion de una cosa de un lugar á
otro , siendo así que usamos las sobredichas palabras para manifes
tar, no el traslado de una cosa que ya tenía existencia física en algun
lugar fijo y determinado, sinó la accion de dársela enteramente
nueva . “ Cuando se dice que una cosa es hecha de la nada , escribe
1
Santo Tomás, esta preposicion de no designa la causa material, ó

G
192 El Catolicismo у la ciencia moderna

sea la materia que entra en la constitucion de la cosa creada '. ,


" Cuando aprmamos que Dios ha creado el mundo de la nada , dice
San Agustin , no concedemos con esto una existencia á la nada ; lo
que únicamente intentamos es separar la esencia de Dios de la esen
cia de las criaturas , 2. Es decir, que por las palabras de la nada
queremos decir aquello mismo que hemos demostrado en el capi
tulo precedente contra los Panteistas, haciendo ver que las esencias
físicas creadas no han sido producidas al modo que es producido en
mi inteligencia el pensamiento , de suerte que sean modificaciones
de la esencia divina , propiedades inmanentes suyas , algo de la na
turaleza de Dios que esté inherente en Él como en su propio sujeto;
sinó que su produccion ha sido un acto verdaderamente transeunte
puesto fuera de la esencia divina , al modo en que el artíſice pone
fuera de sí propio el artefacto por él causado .
Sucédenos en esta materia lo propio que en las demas cosas su
prasensibles, que no conocemos por intuicion sinó por conceptos
abstractos , conforme á nuestra propia manera de percibir todo lo
espiritual. Los conocimientos que sobre ellas adquirimos envuelven
siempre relacion á los de estas cosas sensibles , que vemos y palpa
mos, y que forman el objeto propio de nuestro entendimiento . Por
esto no podemos concebir las cosas espirituales sinó negando de
ellas lo imperfecto que vemos en estas terrenas, y atribuyéndoles
un género de perfeccion más alto y excelente . Así , al espíritu nos
lo representamos como una sustancia dotada de actividad vital ,
pero independiente de la materia en sus operaciones y existencia, y
por consiguiente de una naturaleza superior a la de los cuerpos. Las
mismas sustancias materiales , por no tener de ellas intuicion inme
diata sinó al través de sus manifestaciones extrínsecas , las percibi
mos como sujetos de estas modificaciones y como sujetos tales, que
ellos a su vez no se hallen inherentes á otros á manera de acciden
tes suyos.
Del mismo modo la creacion la percibimos con un concepto rela
tivo á las demas acciones de que tenemos intuicion , cuales son las
que introducen mudanzas accidentales ó sustanciales en estos seres
sensibles y terrenos . Por donde negamos de ella lo que en éstas hay
de imperfecto, esto es , el no ser una sustancia lo que se produce ,
sinó un accidente , ó el no ser producida de nuevo toda la sustancia,

1 S. Thom . , I. P. , q. 45. , a , 1. ad 3 .
2 S. Aug. , Opus imperf. cont. Julian ., lib. v, n . 42.
tocante al origen del mundo . 193

sinó una parte de la misma ; y, por el contrario, atribuimos un gé


nero de perfeccion más alto y más sublime , que no se encuentra en
estas acciones de cosas sensibles .
Formamos , pues , concepto de la creacion con la razon pura , no
con simples intuiciones sensibles ; y quien osára rechazarla porque
no tiene experiencia de ella , este tal se mostraría bien ignorante en
materia de filosofía , y más digno de desprecio que de refutacion.
Sin embargo , los Racionalistas , bien mirada la cosa , ningun otro
motivo tienen en sustancia sinó el del materialista Broussais , cuando
decía : “ Yo siento , como muchos otros , que una inteligencia lo ha
ordenado todo ; indago despues para averiguar si puedo concluir de
aquí que todo lo ha creado; mas no lo puedo conseguir, porque la
experiencia no me da la representacion de una creacion absoluta ...
En vano se me dirá : “ La naturaleza no ha podido hacerse á sí
misma. Luego es necesaria una fuerza inteligente que la haya hecho .,
Yo responderé : “ Sí, mas yo no puedo formarme idea de esta
fuerza . ,,
No es la imaginacion , sinó la inteligencia la que ha de formar
concepto de esta accion ; y la inteligencia misma , al concebirla , no
se ha de parar en meros conceptos de cosas sensibles ; sinó que se
debe levantar más arriba y sacar, por la naturaleza del efecto pro
ducido , la de la accion misma con que le ha sido dado el sér. El
efecto producido en la creacion del mundo son las sustancias crea
das en la totalidad de su sér ; de manera que nada se encuentra en
ellas que no haya comenzado á existir . Estas sustancias no han sido
sacadas de la esencia divina , como salen de la mía las diversas cua
lidades que la modifican y determinan ; no son accidentes ó modos
de ser de la sustancia divina , sinó séres reales , absolutos en sí mis
mos, y sujetos últimos de sus determinaciones, que imitan á su ma
nera al Sér Divino en existir en sí mismos sin ser accidentes ó mo
dificaciones de otro sujeto .
Por consiguiente , la creacion es una accion que produce la sus
tancia toda entera de la nada ; esto es , sin que haya sido necesaria
materia alguna preexistente de que haya sido formada, y sin que
haya sido sacada de la sustancia del sujeto que la produce , como
sucede en la accion con que los padres aquí en la tierra sacan de su
sustancia al hijo producido , ó en aquella con que el alma saca de
la suya los modos de ser que la determinan . Esto quiere decir la
palabra ex nihilo, ó de la nada ; y como se ve , no indica sinó nega
cion de todas estas clases de acciones propias de las causas finitas ,
13
194 El Catolicismo y la ciencia moderna

que nosotros conocemos y experimentamos, juntamente con una


perfeccion superior a todas ellas. Porque en la creacion el agente no
depende de las condiciones de la materia ó del sujeto que ha de re
cibir la existencia , como sucede en las acciones de los agentes fini
tos ; los cuales en todas sus operaciones requieren por necesidad
una materia ó un sujeto preexistentes , que no producen y que tan
sólo pueden transformar. En la creacion Dios llama á la existencia,
con un acto de su voluntad omnipotente , a la materia de que cons
tan las sustancias corpóreas y á la forma , á los accidentes de una
sustancia y á la sustancia misma.
Lo único que requiere el principio creante , es que no haya re
pugnancia intrinseca por parte del sujeto en ser producido , y que
haya una mente creadora que conciba primero con su fuerza inte
lectual la idea de ese mismo objeto para que la voluntad pueda
decir : Quiero que exista . Lo cual no indica dependencia alguna del
Criador con respecto a la cosa criada ; porque , aunque la omnipo
tencia de Dios requiere , por parte del objeto que ha de llamar á la
existencia , la posibilidad de ser llamado á ella ; pero esta posibilidad
tiene su fundamento en la misma esencia divina ; y así , con aquella
especie de dependencia no se signiſica otra cosa sinó el que la om
nipotencia de Dios sólo puede producir aquello que la esencia le
presenta como capaz de imitar en algun grado su perfeccion infinita .
En este sentido no habrá inconveniente alguno en afirmar que
Dios no hace de la nada las cosas , sinó de su potencia objetiva y del
arte divino que se las representa como factibles. Porque con esto se
quiere decir tan sólo que entre las condiciones prévias para la crea
cion de un sér ha de contarse la posibilidad de este mismo sér, ó
lo que es lo mismo, la imitabilidad de la esencia divina en aquel
grado de perfeccion determinado, y la causalidad de la idea ejemplar
que Dios, como artífice inteligente, debe formarse primero de la
obra para poderla llamar á la existencia . Pero este modo de hablar,
á saber : que Dios no crea de la nada , sinó de la potencia objetiva
de las cosas y de su arte divino que las representa como factibles,
no es usado entre los filósofos, ni encierra tampoco exactitud en el
lenguaje. Porque la potencia objetiva de las cosas no envuelve cau
salidad , sinó la idea de mera condicion ; y la causalidad del arte di
vino no es material, sinó ejemplar; siendo así que la partícula de en
todas las producciones indica la materia de que es fabricada una
cosa. Por eso, aunque la esencia divina sea fundamento de la posi
bilidad de las cosas, y su imitabilidad ad extra sea condicion esen
tocante al origen del mundo. 195

cial para que la Omnipotencia las pueda producir ; no se puede decir,


sin embargo , que Dios hace las cosas de su propia esencia ó de su
misma omnipotencia ; porque ni la esencia ni la omnipotencia entran
como constitutivos del sér creado , sinó solamente como requisitos
ó como causas eficientes del mismo .
¿ Qué hay , pues , en esta idea de la creacion que pueda ser recha
zado por la sana filosofía ? Nada absolutamente , antes bien la filo
sofía no puede menos de estar acorde en esto con lo que acabamos
de explicar, Porque la tal doctrina es una verdad del orden natural,
demostrada con sólo los principios de la sana razon contenidos en
el raciocinio siguiente : “ El mundo es un sér criado , puesto que to
das sus propiedades naturales nos están revelando que no puede
tener la existencia de sí mismo , sinó de una fuerza inteligente que
lo ha ideado y producido. Ahora bien : es imposible que esta fuerza
inteligente lo haya sacado de su propia sustancia , en tales términos
que ésta sea el sujeto propio al cual esté inherente el mundo como
lo está el accidente al sujeto , ó el modo de ser à la sustancia . Luego
el mundo ha sido hecho por Dios de la nada, ó sea de ninguna ma
teria y de ningun sujeto preexistente . , Nada hay que resista a esta
demostracion ; y así, el dogma católico, que enseña haber Dios cria
do el mundo de la nada, está tan léjos de poder excitar conflicto con
la verdadera ciencia, que antes bien la ciencia , para serlo en realidad ,
debe admitir como una verdad evidentemente demostrada con sólo
los principios naturales la doctrina sobre la creacion ex nihilo .
Con razon, pues , escribe el doctor Reusch en su excelente obra
La Biblia y la Naturalesa " , citando la doctrina de Herman Ulrici ,
las siguientes palabras : “ Un sábio filósofo de nuestro tiempo, Her
man Ulrici ?, partiendo precisamente de los resultados de la geología
moderna, infiere de ellos que Dios es el principio creador de la na
turaleza . Él prueba que la geologia moderna , muy lejos de trabajar

1 Reusch , La Bible et la Nature, traducida al francés de la segunda edicion alema


na por el abate Javier Heltel , Paris, 1867 , leç . v . La création ex nihilo. Lástima que
este hombre, despues de haber merecido tan bien de la Iglesia con esta obra, haya
abrazado la secta de los católicos viejos. Dios nos conserve con su divina misericordia,
haciendo que no nos dejemos llevar del orgullo , que tanta fuerza suele tener en los
hombres para precipitarlos en el abismo de la incrédulidad , cuando no tienen cuidado
de juntar virtud con letras. Aviso á los que en sus estudios buscan la gloria vana de
este mundo, ó se dedican con demasiado afan á saber lo que quizá les conviniera
ignorar.
2 Herman Ulrici, Gott und die Natur (Leipzig, 1862) , pág . 255 y siguientes, 327
y siguientes.
196 La Religion y la ciencia moderna , etc.
en pro del panteismo, del materialismo y del ateismo, conduce ántes
bien , tanto por sus resultados como por sus principios, á una con
clusion enteramente opuesta. Y en particular demuestra que la teo
ría más en boga hoy día sobre la formacion de la tierra, á la cual se
la supone salida de un estado primitivo gaseoso , no tiene explica
cion sinó por medio de un poder distinto de la materia y de las fuer
zas de la naturaleza, poder que domina todas estas fuerzas у ele
mentos materiales , y , por consiguiente, no puede en inanera alguna
pertenecer á una sustancia del mundo material . ,,
CAPÍTULO XIV

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA RESPECTO A LA ANTIGÜEDAD


DEL MUNDO Y PARTICULARMENTE DE LA TIERRA .

i el mundo fuera una emanacion espontánea de la divina


esencia , como pretenden los Panteistas , ó, bien si toda
S
esta universidad de cosas que conocemos con los sentidos
constituyera al Sér por excelencia , llamado con el nombre de Dios,
como nos dicen los Materialistas, entonces fácil nos sería determi
nar con fijeza y precision la antigüedad de este universo sensible , al
ménos en lo que atañe a las sustancias de que se compone . Estas
sustancias en tal caso serían eternas , conforme al gusto del tantas
veces citado profesor americano , y al de todos los materialistas y
panteistas de su escuela . Porque las emanaciones de una esencia son
propiedades naturales y necesarias de la esencia misma , y deben
por lo tanto ser tan antiguas como ella ; lo cual , tratándose de la
esencia divina , es lo mismo que afirmar que son eternas, porque el
primer Sér no puede menos de ser eterno , repugnando á su natu
raleza lo mismo el principio que el fin en la existencia . Pero nos
otros ya hemos demostrado con argumentos clarísimos , tomados
de la ciencia filosófica, ser falsas y absurdas las dos hipótesis enun
ciadas , deduciendo de ellos con evidente consecuencia la verdad de
la doctrina enseñada por la Iglesia en órden á la creacion ex nihilo
del mundo . Por otra parte , si la razon humana fuera capaz de pro
bar con alguna clase de argumentos convincentes la repugnancia de
la creacion ab aeterno , podríamos concluir con todo derecho que
este mundo no tiene una existencia interminable en el tiempo que
lleva transcurrido, ni áun en cuanto a la materia y sustancia de que
consta . Pero ya hemos notado tambien más arriba las opiniones en
contradas que los filósofos cristianos sostienen en esta parte . Resul
ta , pues , que la razon humana , abandonada á sus propias fuerzas,
198
El Catolicismo y la ciencia
no puede resolver, por falta de datos suficientes , con certeza el pro
blema relativo á la antigüedad de las sustancias creadas.
Mas donde acaba la razon , allí comienza la fe; y la revelacion di
vina nos ha dado noticia de lo que nosotros no podíamos saber.
Ella nos enseña que el mundo ha tenido principio en la duracion de
su existencia y que por lo mismo no puede ser eterno por esta par
te . El concilio Lateranense IV, en el capítulo Firmiter, enseña como
dogma de fe a todos los fieles cristianos , no sólo que Dios es cria
dor de todas las cosas , visibles é invisibles , corporales y espiritua
les , sinó tambien que con su omnipotente virtud crió de la nada des
de el principio del tiempo tanto las unas como las otras ! , la cual
doctrina está tambien repetida en el concilio Vaticano ( Const . dog
mat . De Fide, cap . I ) , y de ella hizo una saludable aplicacion el Papa
Juan XXII , condenando las siguientes proposiciones de Ekkardo :
Tan pronto como Dios existió , crió el mundo. Se puede conceder
que el mundo ha existido ab aeterno . En el momento mismo en que
Dios existió y engendró al Verbo , coecual suyo y coeterno , creó tam
bien el mundo 2. Por donde se ve que , segun la doctrina de la Igle
sia , el tiempo ha tenido principio , y por consiguiente , no siempre
ha existido .
Sobre esto notan oportunamente San Ambrosio y San Agustin
que el mundo más bien debe decirse haber sido creado con el tiem
po , ó el tiempo con el mundo , que no en el tiempo. Porque el tiem
po no existía ántes del mundo , siendo por el contrario una cosa que
hacen las mismas sustancias creadas con sus continuas variaciones .
In principio temporis, escribe el primero de los dos Padres dichos 3 ,
Deus coelum et terram fecit. Tempus enim ab hoc mundo , non ante
mundum , y San Agustin 4 : Procul dubio, dice , non est factus mun
dus in tempore , sed cum tempore , denotando que el tiempo es una
propiedad de las cosas creadas y producida por ellas mismas .
La revelacion nos enseña ademas que Dios crió el mundo con
un acto libérrimo de su libertad . En el decreto dirigido á los Jaco
bitas por el concilio Florentino se escribe que la Iglesia cree ſirme

i Qui sua omnipotenti virtute simul ab initio temporis utramque de nihilo condi
dit creaturam , spiritualem et corporalem ( Concil. Later ., loc . cit .).
2 Véanse estas preposiciones en el Enchiridion de Denzinger, manual sumamente
útil para toda persona estudiosa que desea conocer á fondo los dogmas del Cato
licismo .
3 S. Ambr. , in Hexaemer., lib, I , cap. vi .
4 S. August., lib. il De Civit. Dei, cap. vi .
respecto a la antigüedad del mundo. 199

mente y publica ser Dios criador de todas las cosas , y que las crió
cuando quiso. Y enseñando esto mismo el concilio Vaticano, en el
lugar poco há citado , advierte que Dios con su bondad y omnipo
tente poder, no para aumentar su propia bienaventuransa , ni para
adquirirla, sino para manifestar su perfeccion por medio de los bie
nes que concede á sus criaturas, creó de la nada con libérrima deter
minacion ambas clases de sustancias, á saber : la espiritual y la mate
rial, ó sea la angélica y la corpórea , y ademas la humana, comun á
entrambas en cierta manera , y compuesta de cuerpo y espiritu '.
Esta importante doctrina la ha querido Dios nuestro Señor reve
lar expresa y terminantemente al género humano , para que todos
supiésemos por una parte agradecerle tan grande largueza , y pu
diésemos por otra vivir siempre preservados de los pestilentes
errores del panteismo . Porque si el mundo lo crió Dios con un acto
libre de su omnipotente voluntad , es imposible que sea una espon
tánea evolucion de la divina esencia ; y si lo crió cuando le plugo
darle la existencia , ya por esto mismo se ve abiertamente que no
por necesidad ha debido existir desde la eternidad , sinó que ha po
dido muy bien tener principio en su duracion sucesiva .
Por lo demas , la misma filosofía con la lumbre de la sola razon
natural demuestra que la creacion del mundo es por parte de Dios ,
no una accion natural ó necesaria , sinó completamente libre ; ni á
propósito para granjear perfeccion alguna al mismo Dios , sinó para
comunicarla á sus criaturas , haciéndolas , segun la medida limitada
y diminuta que sufre la capacidad de cada una , felices á su modo y
particioneras de la bienaventuranza divina .
Dios , en efecto , se basta él sólo á sí propio para ser feliz , y no
necesita para ello de cosa alguna que no sea Él mismo . Si pues se
comunica á sus criaturas , esto no lo hace porque necesite tal ac
cion para su propia bienaventuranza , sinó porque en su altísima
sabiduría tiene por conveniente darse á conocer á las mismas en el
grado que libérrimamente ha escogido para que de ellas sea glori
ficado , y conozcan y alaben su infinita grandeza. Universa propter
semetipsum operatus est Dominus, dice la Escritura 2. Todo otro fin
hubiera sido indigno de la divina Majestad ; y así el Criador no se
podía proponer , al sacar de la nada á sus criaturas, sinó la glorifi
cacion de sus propios atributos , perfectísimos y eternos .

1 Conc . Vat. , Const, Dei Filius, c. 1. Concil. Later. IV, cap. firmiter .
2 Prov ., cap. xvi , vers. 4.
200 El Catolicismo y la ciencia

Mas volviendo a nuestro propósito , resulta de todo lo dicho que ,


dependiendo de la libérrima voluntad de Dios el que el mundo
haya tenido una edad más ó ménos avanzada en la serie de los si
glos , siéndonos á nosotros naturalmente ocultos los actos interiores
de la libertad divina , nos es de todo punto imposible determinar a
priori el número de siglos que han debido transcurrir despues que
las cosas criadas comenzaron á existir en virtud del libérrimo y
omnipotente fiat de su Criador. Por la misma razon debemos decir
otro tanto del modo que tuvo en criarlo ; pues Dios fué completa
mente libre en elegir la forma que más le agradó , como es dueño
todo artífice de comunicar á sus obras el género de perfeccion que
á él le place .
Por tanto , en lo que atañe a la duracion de los siglos que cuenta
la existencia de este mundo , no nos queda otro recurso sinó , ó sa
carla por induccion , considerando los efectos que han producido las
cosas materiales desde el momento que han comenzado á existir en
la naturaleza , ó acudir á las fuentes de la revelacion divina, si es que
el Señor en esta parte se ha dignado manifestarnos alguna cosa .
La revelacion divina empero nada dice , al menos con claridad y
de una manera cierta para nosotros , respecto de la longevidad del
mundo , ni en lo que toca al tiempo desde que fue creada la materia
con sus fuerzas y virtudes naturales , ni ' en lo que pertenece a la
disposicion particular que ahora presenta en los diversos cuerpos
celestes del universo . Al querer Dios hablar á los hombres , no se
ha propuesto hacer un tratado de astronomía , ni de geología , ni
cosa alguna científica que no tuviese relacion directa con la perfec
cion de la voluntad humana y con nuestra salvacion eterna. El fin
de la revelacion divina ha sido siempre religioso y moral , y nada
más. Así como Nuestro Señor Jesucristo vino al mundo á formar
santos y no comerciantes , ni economistas , ni políticos ; así tambien
Moises recibió la mision divina de instruir á su pueblo en lo que le
importaba saber para hallar el camino del cielo con el conocimiento
de su Criador , y con la práctica de los deberes morales y religiosos .
Para desempeñar esta mision celestial , le inspiró el Señor todo el
caudal de verdades morales y religiosas , que hallamos mandadas
guardar á los descendientes de Abraham en el Pentateuco . De esta
suerte enseñó Dios á su pueblo en el Génesis el orden de la creacion,
no para hacerle sabedor de verdades curiosas , que poco ó nada le
importaban para el conseguimiento de su salvacion eterna , sinó
para que supiese las obligaciones que del hecho de la creacion le
respecto á la antigüedad del mundo . 201

resultaban , y para que observase la ley del sábado que le quería


imponer. El dogma de la creacion y el de la semana divina , en que
Dios estuvo como trabajando en el mundo para formarle y perfec
cionarle y hacer de él así una digna morada del hombre . á cuyo
servicio lo quería destinar , son las dos verdades fundamentales que
se propuso el Señor inculcar á su pueblo , para que tuviesc muy
presente la gravisima obligacion que le incumbía de amarle y ser
virle con suma diligencia por tan grandes beneficios .
Cuando contaba con tanto cuidado los días de la creacion hasta
el número de siete , tenía puesta la mira el inspirado legislador
Moises en que el pueblo escogido descansase tambien de sus tra
bajos corporales al fin de cada semana , á imitacion de su Criador,
y dedicase todo aquel día á las divinas alabanzas y al cumplimiento
especial del gravísimo deber religioso de servir y glorificar á su di
vino Bienhechor ' .
De aquí es que estas dos verdades tan sumamente importantes
para la práctica de la religion aparecen en el primer capítulo del
Génesis y principios del segundo con una evidencia clarísima; porque
ellas eran lo que principalmente quería inculcar el Señor , como base
y fundamento que son del gran deber que tenemos todos de servir
le y guardar su santa ley . En todo lo demás , como hacía poco al
caso saber el modo con que la creacion y el ornato del mundo se
habían verificado para que el hombre tuviese bien presente la refe
rida obligacion , y como por lo mismo no entraban estas cosas como
objeto directo y primario en la revelacion divina ; el Señor , de in
tento , no habló de ellas con claridad . Y si bien en sus palabras no
se puede encontrar cosa alguna contraria a la realidad de los hechos ,
que tuvieron lugar en el mundo hasta la creacion del primer hom
bre ; pero tampoco tiene nada de extraño el que no arrojen ellas

1 Habiendo establecido el sábado , escribe Reusch ( loc. cit., lecc. XI ) , y querien


do motivar esta institucion , Dios debía revelar al hombre que la semana de aquí
abajo , que se termina por el sábado , tiene su tipo original en una semana divina
compuesta de seis períodos sucesivos , durante los cuales Dios ha ejercido su actividad
creadora, y de otro periodo séptimo , el del reposo . Esto es todo lo que Dios debía
revelar : decir más era cosa inútil , si quería conservar á la revelacion su carácter reli
gioso. Mas si Dios , sin dar más campo á su revelacion , y sin precisar la duracion de
las diversas unidades de tiempo empleadas en las obras de la creacion , quería , sin
embargo , hacer resaltar la importancia especial del número setenario , debía desig
nar estas unidades de la misma manera que lo están en la semana de aquí abajo , la
cual es copia de la semana divina , empleando la palabra día . ,,
2 Los libros del antiguo y del nuevo Testamento los tiene por sagrados y canó
202 El Catolicismo y la ciencia

de sí un pensamiento tan claro y preciso , que no se presten á di


versas interpretaciones probables .
De aquí es que , mientras sobre la revelacion de las dos verdades
indicadas han estado siempre acordes los intérpretes católicos , en
todo lo demás ha reinado siempre entre ellos gran diversidad de
opiniones desde los primeros siglos del Cristianismo hasta nuestros
días, sin que haya experimentado ninguno por parte de la Iglesia
la menor oposicion que pusiese coto á su libertad de opinar en este
punto . San Agustin , cuyo extenso tratado sobre la interpretacion
del Génesis atestigua bien á las claras sus profundas meditaciones
acerca de esta materia , conſiesa francamente la suma dificultad que
existe en averiguar el verdadero sentido de la Escritura en las palabras
de la narracion mosaica . Tan ardua empresa le parece este descu
brimiento , que ni siquiera se atreve á decir que ya se han pasado
los dias de la creacion , sospechando que , lejos de ser pasados , son
quizá por el contrario una cosa inherente á las sustancias criadas, y
por lo mismo duradera hasta el fin de los siglos . “ Arduo es cierta
mente , escribe ' , y difícil á las fuerzas de nuestra inteligencia , pe
netrar con la vivacidad del ingenio lo que el escritor quiso expresar
en estos dias ... difícil es indagar si ya pasaron aquellos dias , ó por
el contrario permanecen en las mismas condiciones de las cosas,
mientras se van con incesante revolucion mudando los tiempos. ,
Y la misma dificultad confiesa en otro libro , que escribió tambien
con maduro estudio y atenta meditacion , diciendo : " De qué con
dicion sean estos dias , nos es sumamente dificil y áun imposible el
pensarlo , ¿ cuánto más el explicarlo ?? ,,
Por eso en el escoger de las opiniones sobre esta materia inculca
mucho el santo Doctor que se tenga cuidado con dos cosas : prime
ra , que se guarde firmísimamente la verdad de la Sagrada Escritura ;

nicos la Iglesia , no porque habiendo sido compuestos con sola industria humana hayan
sido despues aprobados con su autoridad , ni por la sola causa de contenerse en ellos
la revelacion sin mezcla de error , sinó porque , escritos con la inspiracion del Espí
ritu Santo , tienen a Dios por autor y como tales le fueron entregados á la Iglesia. Esta
es la verdad católica enseñada por la Iglesia en el Concilio Vaticano ( Const. Dog
mat. Dei Filius, cap. 2 ) : y de ella se infiere manifiestamente que los autores inspi
rados , al escribirlos , no pudieron proferir error alguno , ni grande ni pequeño , ora
versase sobre materias doctrinales , ora sobre simples hechos de cualquier clase narra
dos por ellos como verdaderos ; porque la narracion lo es , no sólo de los dichos auto
res , sino tambien del mismo Dios.
1 San Agustin , lib. iv De Genesi ad litt., cap. I.
2 Idem , De Civitate Dei, lib . xi , cap. vi .
respecto á la antigüedad del mundo. 203

y segunda , que prestándose ésta en la narracion de los días gene


síacos á diversísimas interpretaciones , ninguno se apegue con tan
decidido empeño á su propio parecer, que siga defendiéndolo áun
despues de demostrada su falsedad con evidentes argumentos . Y
añade , en comprobacion de su doctrina , que es preciso obrar de
esta manera para que no tomen de aquí los infieles ocasion de ridi
culizar la Santa Escritura , y no se les cierre á estos infelices la
puerta de la fe regeneradora " .
Nada temía el Santo en la interpretacion de estos misteriosos
días tanto como el desprecio de la divina Escritura por parte de los
infieles, á causa del grande peligro que con esto naturalmente se
les había de ofrecer de quedarse para siempre en la triste noche de
sus errores . Por esto , para alejar de la Iglesia este peligro cuanto le
fuese posible , ideó una interpretacion atrevida que , aunque poco
conforme en apariencia con las palabras del texto sagrado , como
escribe Santo Tomás , ha merecido sin embargo la aprobacion de
varios Padres de la Iglesia ? y del mismo Doctor de Aquino 3. Con
siste esta interpretacion en suponer que Dios nuestro Señor no creó
las cosas de este mundo sucesivamente , como parece indicarlo la
Sagrada Escritura mirada sin reflexion y á la ligera , sinó todas de
una vez. Con esto los días genesíacos no eran ya para el santo
Doctor diversas creaciones reales , sinó distintos y sucesivos cono
cimientos angélicos de cada una de las partes de la creacion entera,
producidos por Dios en estas sublimes inteligencias con la luz ves
pertina de las especies infusas y con la matutina de la Esencia in
finita . Los conocimientos naturales é imperfectos de las cosas cria
das , vistas en sí mismas directa é inmediatamente , merced á las
ideas infusas de las mismas , representaban , en sentir de San Agus
tin , las tardes de cada día genesíaco , por ser estos conocimientos
pálidos y oscuros , decoloratiores et vespertini, como él mismo los
llama , en comparacion del otro más alto y más sublime con que
estas mismas cosas son vistas por los bienaventurados , como en
tersísimo cristal , en la divina Esencia , y que por esto mismo repre
sentaba las mañanas de los referidos días .

1 Idem , lib . iv, De Genesi ad litteram , cap. 1 ; y lib. 1x De Civitate Dei, cap. VII .
2 Clem . Alej., lib . vi Stromat., cap . xvi, edit. Poter, pág . 813 ; Origen . , libro vi
Contra Celsum , n . 50 ; San Atanasio , orat . 3 Contra arianos, n . 29. San Gregorio,
lib . ui Moral., cap. xii , dice que las sustancias creadas todas fueron producidas á un
mismo tiempo , y que sólo hubo creaciones sucesivas en el ornato del mundo.
3 Santo Tomás, 2. Sent., dist. 12, q . 1 , a. 2.
204 El Catolicismo y la ciencia

Por aquí se ve cómo esta opinion del santo Obispo coincide con
la de aquellos que no ven en la narracion mosaica sucesion alguna
de días creadores , sinó tan sólo representaciones parciales de un
objeto total creado por Dios en la manera que más le plugo escoger
á su infinita sabiduría .
Entre los Escolásticos , San Alberto Magno , Santo Tomás , Sixto
Senense y otros se adhirieron á esta explicacion del Obispo de Hi
pona ; pero la mayoría optó por las creaciones sucesivas , é hizo los
días de la creacion de veinticuatro horas, como los nuestros . No es
necesario empero advertir que los defensores de esta segunda sen
tencia no sostenían su parecer como cierto , ni mucho ménos . Res
petaban demasiado la autoridad de San Agustin para atacarle tan
fuertemente, que juzgaran ser falsa é improbable su doctrina. Por
otra parte , tenían muy presente la juiciosa observacion , hecha por
este santo Doctor , de no defender en este género de cuestiones
ninguna interpretacion como cierta ; por donde ya se ve que , en
resumidas cuentas , no hicieron los Escolásticos sinó defender como
más probable una opinion , que así les parecía en el estado imper
fecto de las ciencias de aquellos tiempos , en lo cual nadie puede
ver cosa alguna vituperable ni indigna por lo tanto de la más sana
y severa crítica.
Los modernos , con los descubrimientos que ha hecho en estos
últimos tiempos la ciencia geológica, han recibido nueva luz para
emprender nuevas clases de interpretaciones sobre el mismo asunto ,
sin que la Iglesia les haya puesto el más mínimo obstáculo en este
género de estudios sagrados. Es esto tan cierto, que la Iglesia ha
dado permiso expreso para imprimir este linaje de libros presenta
dos á su censura , diciendo que nada aparecía en ellos contrario a los
sagrados dogmas del Cristianismo. Entre otros autores católicos , el
difunto P. Pianciani, de la Compañía de Jesus , profesor de celebrada
nombradía en el Colegio Romano dolorosamente extinguido por los
impíos secuaces de la Revolucion , publicó no há muchos años un
libro intitulado : Comosgonia naturale comparata col Genesi; donde,
defendiendo en sus partes sustanciales el sistema de Laplace , en
cuanto a la formacion de la tierra y de los demas cuerpos celestes,
atribuye a nuestro globo innumerables años de existencia, y explica
los días de la semana mosáica tomándolos por otras tantas épocas
de una extension inmensa y para nosotros desconocida. Su libro
salió en Roma, y con permiso de la autoridad eclesiástica ; la opinion
en él sostenida podrá ser más o menos fundada científicamente , en
respecto á la antigüedad del mundo . 205

razon de los argumentos intrínsecos que en su favor se aduzcan ;


pero bien segura puede estar por lo que toca á la autoridad de la
Iglesia !
Otro de ellos , el sábio cardenal Wiseman , ha sustentado por su
parte ? , y no le han faltado por cierto entre los católicos respetables
partidarios, que la tierra , despues de su formacion y ornato , despues
de haber producido las infinitas plantas y animales que con el pro
ceso de los siglos llegaron á poblarla en una manera semejante á la
que tiene lugar en nuestros días , sufrió una inmensa catástrofe, en
que fué por completo asolada y reducida al estado informe de su
primitivo orígen . Esta doctrina piensa el referido Cardenal hallarla
contenida de una manera bastante explícita en aquellas palabras
del primer capítulo del Génesis , en que, inmediatamente despues de
haber contado el inspirado autor del Pentateuco que Dios crió en el
principio el cielo y la tierra, dice de esta segunda que se hallaba
inane y vacia, como vierte la Vulgata, ó confundida y desolada, co
mo dice literalmente el texto original hebreo . Y añade el ilustre es
critor que Moises no cuenta por menudo en su narracion sinó lo que
plugo á Dios nuestro Señor hacer en los tiempos posteriores á di
cha catástrofe, porque esta segunda creacion es lo único que se re
fiere al estado presente de los hijos de Adan , y la que por lo mismo
nos importa á nosotros conocer bien y circunstanciadamente para
darle gracias por los insignes beneficios en ella recibidos .
Esta opinion tambien , como la del P. Pianciani , tiene libre curso
en la Iglesia, sin que haya dado la autoridad religiosa la menor
muestra de juzgarla contraria á las sagradas Escrituras o á los dog
mas del Cristianismo ; y á ser verdadera, dejaría muy ancho campo
á la multitud innumerable de siglos que á manera de montañas in
mensas colocan, uno sobre otro, nuestros modernos sabios para dar
una explicacion satisfactoria de los diferentes fenómenos geológicos .
Con ella bien seguros podrán estar los geólogos de que no les fal
tará tiempo por parte de la divina Escritura para la formacion de los
terrenos en que se encuentran las faunas y las floras de las edades
primitivas .
Sólo que esta hipótesis del referido Cardenal se halla ya muy
desprestigiada entre los sabios , los cuales no admiten hoy tal gé

Véase el pár. 3.° de la primera parte, pág . 82 y siguientes, ed . de Roma, 1862 .


? Wiseman, Sulla conness. delle scienze colla relig , rivel, Ragionamenti ;' 5. edic.
Milano, 1856, pág. 209 y siguientes.
206 El Catolicismo y la ciencia

nero de cataclismos que hayan hecho cesar por completo , siquiera


sea momentáneamente , la vida en nuestro globo , aislando unas ge
neraciones de otras. Pero esto allá se lo entenderán ellos con su
ciencia ; que la sagrada Biblia se halla muy por encima de todas
estas interpretaciones , y su misma oscuridad la hace invulnerable
en esta parte.
Otros escritores han recurrido á otra clase de sistemas para ex
plicar los mencionados días , y ellos también gozan de perfectísima
libertad para opinar de este modo por parte de la Iglesia católica;
la cual deja correr libremente sus escritos , porque en ellos quedan
completamente intactos los dos sobredichos dogmas , y nada se ad
vierte que huela á racionalismo en el modo que tienen de interpre
tar la Escritura.
Nosotros no nos detendremos ni en exponerlos siquiera , por no
dar excesivas dimensiones á esta obra ; nos contentaremos solamen
te con enumerar las diversas opiniones defendidas entre los católi
cos sin el menor obstáculo por parte de la autoridad eclesiástica,
trayendo al efecto unas palabras del doctor Reusch , en que se hallan
brevemente enunciadas. Dice así el referido escritor 1 : " Hemos visto
hasta aquí cinco interpretaciones diferentes de los seis dias : 1.a Los
seis dias son espacios de tiempo de veinticuatro horas , y comienzan
inmediatamente despues del primer acto creador ; de suerte que todo
el tiempo antehistórico (anterior a la creacion del hombre) no com
prende sinó seis veces veinticuatro horas. 2. Los seis dias son es
pacios de tiempo determinados por una sucesion sola de luz у de
tinieblas , y por consiguiente á lo menos de veinticuatro horas para
los tres últimos ; pero antes del día primero puede haber transcurri
do un tiempo de una duracion indeterminada . 3. Los seis días son
períodos cuya duracion deja el Génesis indeterminada ; podrían ser
espacios de tiempo de veinticuatro horas , ó de una duracion más
ó ménos considerable , pero reciben el nombre de dias á causa de la
analogia que guardan con los seis días de trabajo de la semana .
4.* Los seis días no pertenecen sinó á la forma exterior de la narra
cion del Génesis , y designan directamente sólo las fases principales
de la actividad creadora de Dios ; por tanto , la sucesion de los días
no es rigurosamente cronológica , sinó del todo ó al menos princi
palmente lógica. 5. * Los seis días no pertenecen sinó á la forma en

I Reusch , loc . cit ., lecc. XII, págs. 172-173 . Véase la obra del P. Matignon , S. J.,
intitulada : La Liberté de l'esprit humain dans la foi cathol., pág. 186.
respecto a la antigüedad del mundo. 207

que fué revelada al hombre la historia de la creacion . No se puede


decir en manera alguna que sea inadmisible , exegéticamente ha
blando , alguna de todas estas opiniones .
Pregunto yo ahora : con amplitud tan absoluta como deja en esta
parte la Iglesia y permite la narracion genesíaca en órden á las opi
niones geológicas , ¿ puede haber conflicto alguno entre la religion y
la ciencia acerca de la formacion y origen de la tierra ? Multipliquen
los geólogos cuanto se les antoje los siglos transcurridos desde la
creacion hasta nosotros; hagan salir, si les parece , de una nebulosa
cualquiera todo el sistema estelar que denominamos con los nombres
de niundo y universo : sus sistemas estarán más o menos fundados en
la imaginacion ó en los hechos, serán más ó ménos admisibles en el
tribunal de la ciencia geológica; pero nada tendrán que ver con los
dogmas del Cristianismo, que dejan amplia libertad a todo el mundo
para que razone como mejor le parezca en esta parte . La misma
sagrada Escritura nos dice expresamente que Dios ha concedido
sobre esta clase de materias, enteramente curiosas y cuyo conoci
miento nada importa para la salvacion eterna , una libertad amplia
y absoluta, diciéndonos que Dios ha entregado el mundo á las dis
putas de los hombres ! .
¿ Con qué cara, pues, nos viene el autor de los conflictos entre la
ciencia y la religion pintando á la Iglesia como defensora de las
doctrinas más disparatadas que han imaginado jamás los hombres
en materia de cosmogonia ? Si alguno de los que pertenecen por su
fe religiosa y profesion católica á la Iglesia verdadera de Jesucristo ,
siguiendo sus particulares concepciones , ha dicho despropósitos en
geología, ¿ qué tiene que ver la Iglesia con su manera privada de
razonar en cosas que a ella nada le importan ? Responde la ciencia
acaso de los disparates y locuras en que haya dado por desgracia
alguna vez alguno de sus aficionados, llevado de su excéntrica ma
nera de ver las cosas ? ¿ Pues por qué se han de atribuir a la Iglesia
las particulares opiniones de sus hijos, relativas á asuntos en que
deja pensar á cada uno como le parezca ? ¿ O se querrá que la Igle
sia haya recibido de su divino Fundador la mezquina mision de for
mar geólogos , astrónomos, ingenieros de minas , colectores de con
chas y maestros de Historia Natural ?
Dejen los geólogos á la Iglesia en su propio y elevado cargo de
conducir á los hombres al cielo , enseñándoles los caminos de la

I Eccles., cap . ll, vers . II .


208 El Catolicismo y la ciencia

religion y de la moral , y no la metan en cosas que a ella nada le in


teresan . Lo que deben hacer estos señores es guardar á la Iglesia el
respeto y miramiento que ella por su parte suele guardar con dili
gencia suma á todos los verdaderos sabios . Así fueran ellos tan mi
rados y circunspectos en lo perteneciente á la religion y á los sa
grados dogmas, como lo es la Iglesia en las cuestiones propias de
la ciencia . No tendríamos entonces que deplorar la triste ceguera y
preocupacion de vários de ellos , ni la perversa intencion de otros
muchos , al vernos precisados á rebatir sus torpes y maliciosas ca
lumnias . Por atacar a la Iglesia se salen muchos de ellos , arrebata
dos de su incredulidad y materialismo , fuera de la órbita que como
á geólogos les pertenece ; y se meten á definir ex cathedra que el
mundo ha existido siempre , sin principio en la duracion , y sin causa
alguna distinta de él mismo que lo haya producido y ordenado .
Son estas cuestiones de geología ? ¿ Qué tiene que ver el geólogo
con ellas , cuando no pertenecen sinó al dominio exclusivo de la
metafisica ?

Pero no faltará quien al observar el fino comportamiento de la


Iglesia en órden á la ciencia geológica lo atribuya á una política hu
mana , juzgando que la Iglesia disimula en esta parte por no verse
confundida por los sabios , y teniendo por vano este disimulo a causa
de la abierta contradiccion que se figura hallar entre las demostra
ciones de la geología y las enseñanzas de la Biblia . Este es cabal
mente el juicio que se ha atrevido á estampar en su obra el mal
aconsejado Draper, diciendo que con la derrota sufrida en la causa
de Galileo la Iglesia ha aprendido á proceder con cautela en está
clase de materias , dando en consecuencia libertad á sus afiliados
para discurrir á su manera , pero que la narracion mosáica está en
abierta oposicion con los dictámenes de la ciencia .
Dejemos á un lado la causa de Galileo , en que nos ocuparemos
más adelante . ¿ Dónde aparece aquí la humana política de la Iglesia ?
Ya hemos visto cómo ella en todos tiempos ha permitido á sus
hijos opinar libérrimamente en la interpretacion de los días gene
síacos , por no hallarse en las palabras de la Escritura suficiente cla
ridad para que fuesen entendidas y explicadas de una sola manera .
¿ Dónde , pues , ha dado muestras de retroceder, dando á sus fieles
una libertad que antes no concediera , y aprendiendo en sus derro
tas nuevas lecciones de prudencia ? ¿ No se ve en la sobredicha aser
cion del fisiólogo materialista , ó una insigne ignorancia de la con
ducta siempre observada por la Iglesia , ó una marcada intencion de
respecto á la antigüedad del mundo . 209

in manchar con sus calumnias á quien no puede confundir con sus ar


gumentos ?
Pero la Biblia está en abierta pugna con las demostraciones de la
geología. - En primer lugar y ante todo, ¿ cuáles son estas demos
mi
d. traciones ? No negaré á la geología los resultados ciertos que los de
de dicados a esta ciencia han sacado por fin de sus estudios continua
dos y prolijos. ¿ Pero son ciertas y evidentes las doctrinas que en
Y
IS este ramo nos dan muchos de ellos por conquistadas á la ciencia ,
como ellos dicen ? Mirense con imparcialidad , y se verá que todavía
no han salido del terreno de lo probable. Es generalmente seguida,
1
10 y con razon , la hipótesis de Laplace, segun la cual la tierra , en su
estado primitivo , fué una nebulosa gaseiforme que en virtud de su

a propio peso tomó naturalmente la forma esférica , y puesta en rota


cion por un impulso cualquiera , se aplanó algun tanto por los polos
1
) é hinchó por el Ecuador. Luego , andando el tiempo, por la diferen
cia de temperatura entre ella y los espacios planetarios se fué en
friando, y con el enfriamiento se redujo á menor volúmen , crecien
do con esto en ella la velocidad de rotacion , recogiéndose cada vez
más hacia el centro de la faja ó anillo que por el Ecuador constan
temente la ceñía. Este anillo había constituido en un principio la
parte más exterior de la sobredicha nebulosa ; pero más tarde se
quedó separado de ella , y siguió girando en torno de la misma con
aquella velocidad que la nebulosa tenía en su superficie al tiempo
de verificarse la separacion dicha. Roto despues por la parte más
delgada , y reducido a la forma esférica por haberse ido retirando
los cuernos resultantes hacia la parte más hinchada del mismo , sigue
girando en torno de la tierra con el nombre de luna ó satélite , y
emplea en recorrer su trayectoria el mismo tiempo que empleaba la
tierra para dar una vuelta entera sobre su eje cuando su masa lle
naba todo el espacio comprendido dentro de la órbita de dicho
satélite .
Esta es en sustancia la hipótesis de Laplace , ingeniosa en extre
mo y la más apta de cuantas hasta el presente se han encontrado
para explicar los fenómenos celestes . A convertirla en tésis cons
piran : 1.° La misma figura de la tierra , aplanada por los polos y
ensanchada por el Ecuador ; lo cual parece que ha debido ser efec
to de su movimiento rotatorio , cuando todavía no había tomado la
forma consistente que ahora tiene . 2. ° La figura de los demas pla
netas , los cuales se asemejan en todo á nuestro globo , á saber : en
su forma esferoidal, aplanada por los polos y ensanchada por el
14
210 El Catolicismo y la ciencia

Ecuador, en su movimiento de traslacion alrededor del sol , y en su


movimiento rotatorio , ó sea verificado en torno de sus propios ejes.
3. ° Los experimentos de M. Plateau, el cual ha obtenido en una
masa de aceite, puesta en circunstancias análogas á las que se su
pone haber estado sometido el sol al tiempo de dar origen á şus.
satélites , los mismos efectos que había de producir dicho astro á
ser verdadera la hipótesis del astrónomo francés.
Mas aunque la tal doctrina sea verdaderamente plausible, y se
halle adornada de todas las dotes que bastan para ponerla en la
categoría de las opiniones probables, i ha llegado acaso á merecer
un asenso firme y exento de razonable duda , por más que ande
muy en boga entre los sabios ? De ninguna manera. “ Por más plau
sible que parezca esta hipótesis , escribe Pozzy ' , ha dado , sin em
bargo , lugar á objeciones de gran peso . Segun M. Dalmas, la
incandescencia de la costra mineral del globo por oxidacion ex
plica tan bien como la mencionada teoría los fenómenos aqui indi
cados. ( V. Annales de la Société géologique de France , sesion
de 16 de Febrero de 1852. ) Ademas, hay hechos que en esta teoría
quedan sin explicacion. Tales son los cometas y el movimiento re
trógrado de los satélites de Urano , Sin embargo , entre todas las.
tentativas de explicacion , ella es , sin contradiccion alguna , la más
plausible. ,
Hasta aquí el ilustre geólogo francés , á cuyas reflexiones tene
mos nosotros que añadir un hecho sumamente ruidoso observado
desde Washington por el profesor Asaph Hall a mediados de Agosto
de 1877, y opuesto , al ménos en apariencia, á la sobredicha teoría de
Laplace . Esta teoría, en efecto, se resume en la siguiente conclusion
formulada por el mismo Laplace: “ Habiendo sido formados todos
los cuerpos que circulan alrededor de un planeta , segun esta hipó
tesis , por las zonas que su atmósfera ha abandonado sucesivamen
te , y siendo cada vez más rápido el movimiento de este mismo pla
neta , el tiempo empleado por él en ejecutar su completa revolucion
debe ser menor que el empleado por los satélites susodichos ; y ésta
se verifica de la misma manera en el sol con respecto á sus plane
tas . , Ahora bien , el hecho observado por Hall va directamente
contra esta conclusion . Hall descubrió en 877 dos satélites de Mar
te , el mayor de los cuales y más cercano al planeta ejecuta alre
1

| Pozzy, La Terre et le récit biblique de la création , liv. 1 , chap . 1 ) , note. Pa


rís , 1874 .
respecto a la antigüedad del mundo . 211
y en su dedor de éste su revolución en un tiempo más que tres veces me
-los ejes
nor que el empleado por el mismo Marte para dar una vuelta entera
en una sobre su eje. Este fenómeno ha llenado naturalmente de sorpresa á
e se su los astrónomos, quienes en consecuencia han tratado de hacer par
n á sus ticulares estudios sobre el caso , empleando todos sus esfuerzos para
astro á
conciliarlo con la doctrina del sabio francés. Las explicaciones em
pero dadas por ellos hasta el presente distan mucho de llevar al
ánimo la evidencia que fuera de desear . Uno de ellos , el profesor
en la Daniel Kirkwood , despues de haber pretendido explicarlo por lo
ereca que acaece á uno de los anillos de Saturno , que tambien ejecuta su
ande revolucion en ménos tiempo que el mismo Saturno , escribe lo si
piar guiente: " No es imposible que algo semejante á esto se haya reali
CM zado en el primer periodo del sistema de Marte. Si no se puede
s, la dar una explicacion semejante á ésta , el corto periodo del satélite
interior será mirado sin duda como un argumento en contra de la
di -hipótesis nebular , '. Asi es que por estas y otras fuertes razones
sion no faltan entre los mismos sabios quienes se oponen abiertamente
á la opinion indicada , acogiéndose á otros sistemas para explicar
el origen de la tierra.
re
las El estado de ignicion de toda la masa terrestre en los primeros
as tiempos de nuestro globo y de su núcleo central en el presente , es
otra hipótesis sumamente plausible como la anterior é íntimamente

2
relacionada con ella ; razon por la cual es tambien generalmente se
guida de los sabios , si bien no faltan tampoco entre ellos personas
de reconocida ciencia , y muy esclarecidas por sus escritos , que la
combaten. La probabilidad de esta hipótesis se halla fundada pri
meramente en las razones aducidas para apoyar la anterior. En se
gundo lugar tienden á persuadirla : 1. °, el constante aumento de los
grados de calor a medida que se va penetrando por medio de ex
cavaciones en el interior de la tierra ; 2.º, la existencia de volcanes
esparcidos por todas las partes del globo , así en el presente como
en los más remotos tiempos de la antigüedad ; 3. ', finalmente , la sa
lida de aguas termales, que se notan tambien en las diferentes par
tes de la tierra, algunas de las cuales son sumamente calientes . Todo
esto parece probar que nuestro globo en un principio se halló todo
entero en estado de incandescencia; que despues , con el transcurso
de los siglos , se fué enfriando en su superficie, de cuyo enfriamiento

1 Les Mondes del 27 de Diciembre de 1877 , pág. 687. - Véase la revista belga
Kone des questions scientifiques , Avril , 1880 , pág . 519 y siguientes .
212 El Catolicismo y la ciencia

resultaron las rocas graníticas, que siempre se encuentran debajo


de las otras capas cuando se hacen excavaciones en la tierra; y finale
mente , que el núcleo de ésta es una masa flúida é incandescente; la
cual se halla encerrada dentro de las rocas graníticas que acabamos
de mencionar, teniendo comunicacion con el exterior por medio de
los volcanes que le sirven de respiraderos .
Pero si bien es muy plausible la referida hipótesis, no faltan tam
poco á sus adversarios los neptunianos razones muy poderosas para
rechazarla. A lo de ir aumentando el calor de la tierra , responden
los tales, combatiendo uno por uno los argumentos de los plutonis
tas, que esto puede ser atribuido á causas electro - químicas, sin ne
cesidad de recurrir á la hipótesis de un fuego central. A lo que aña
den que el tal aumento no es regular ni uniforme, porque en ciertas
minas aumenta el calor un grado por cada 42 piés de profundidad,
y en otras , para obtener este mismo resultado , es preciso ahondar
hasta 355 piés ; fuera de que este mismo aumento de temperatura se
ha notado en las minas situadas muy por encima del nivel del mar,
y por consiguiente más distantes del núcleo incandescente de donde
habían de recibir el sobredicho calor . Y aun cuando fuera regular y
uniforme, añaden , no demostraríamos con él la existencia de un
fuego central , porque nadie sabe si hay un máximum de aumento
antes de llegar al centro de la tierra, siendo infinitamente insignifi
cante respecto del diámetro terrestre la más honda profundidad de
nuestras minas . A estos argumentos negativos nada despreciables,
agregan otros positivos de gravísimo peso, los cuales están tomados
de la constitucion intrinseca de las rocas graníticas, y parecen indi
car que no han podido éstas ser formadas por el fuego, como pre
tenden los partidarios del fuego central , sino por la via húmeda del
agua . Oigamos al ya citado Pozzy , que los propone brevemente,
añadiendo hallarse todavía por decidir la causa entablada por plu
tonistas y neptunianos en orden a la manera con que ha sido for
mada la costra de la tierra.
" La explicacion , escribe , que acabamos de indicar , supone que
la masa fiúida primitiva era ignea . Esta hipótesis , aunque general
mente admitida , no lo es sin embargo universalmente. Existe toda
una escuela de geólogos , llamados neptunianos, los cuales ven en
el granito un producto acuoso . Sus principales razones son las si
guientes : primeramente , la imposibilidad de reunir en una masa
ignea , por una parte el feldspato y la mica , que se funden á una
moderada temperatura , y por otra el cuarzo , que es casi infusible;
respecto á la antigüedad del mundo . 213
2210
nal y en segundo lugar, sobre todo , el haber sido descubiertas con el
i la auxilio del microscopio algunas partículas de agua en el cuarzo, en
el feldspato y áun en la misma mica. Adhuc sub judice lis est , '.
de ' ». En efecto ; tiene razon el ilustre geólogo en decir que la causa
todavía está por sentenciar. Porque toda la cuestion entre neptunia
01 . nos y plutonistas está reducida á determinar cuál haya sido el origen
de las rocas graníticas, conviniendo unos y otros en que así el agua
ed como el fuego han intervenido grandemente en la produccion de
otras muchas rocas que se hallan ahora formando la costra de la
tierra. Si existe el fuego central, como pretenden los plutonistas,
las rocas graníticas que se hallan en inmediato contacto con él no
han podido ser formadas por el agua ; y por el contrario, si á este
elemento deben su formacion , es consecuencia evidente el decir que
r no existe un tal fuego central, ni ha existido jamás en la tierra , de
biéndose atribuir la existencia de los volcanes á otras causas parti
culares, distintas de esta general falsamente supuesta.
-Lo que si parece cierto , sin tomar para nada en cuenta lo que
dejamos escrito sobre las dos hipótesis sobredichas , es que , aten
diendo a los hechos claros y patentes esparcidos por todas las par
tes del globo, la tierra , en la formacion de su costra exterior, ha
debido emplear un numero incalculable de siglos, y que por consi
guiente es mucho más antigua de lo que hasta aquí se la habían
imaginado generalmente los hombres . Es esta una proposicion en
que hoy día convienen todos los Geólogos , sea cual fuere la escue
la á que pertenezcan , ora sostengan con los plutonistas la primi
tiva incandescencia de la tierra , ora aboguen con los neptunianos
por el estado lúteo y acuoso de sus primeras formaciones; de suerte
que la Civiltà cattolica , en el número correspondiente al 2 de Abril
de este mismo año 1887, no duda en tener por una cosa insensata
el pensar lo contrario 2. En combatirla no parece que hayan pro
cedido con mucho acierto Keil, Veith , el P. Bosizio y otros , que
han querido defender la doctrina antigua de los Escolásticos in
troduciendo el pirronismo en la Geología . Es verdad que los Geó
logos confiesan á las claras y sin rebozo , la imposibilidad de deter
minar á punto fijo, y áun á veces hasta aproximadamente, el núme
ro de años que han debido emplear las fuerzas de la naturaleza para
la formacion de un determinado terreno . Pero todos ellos convie

1 Pozzy, loc. cit., lib. I , cap. 11 .


2 La Civiltà Cattolica , 2 aprile 1887. – Art . I terremoti, § 11.
214 El Catolicismo y la ciencia

nen , sin abrigar el menor género de duda , en que esté número ha


debido ser muy superior al supuesto por estos autores ; los cuales ,
no concediendo al mundo sinó unos seis mil años de duracion , no
pueden señalar para la formacion de los estratos anteriores al dilu
vio sinó un período de unos veinte ó treinta siglos , cosa muy in
significante para lo que muchos de ellos necesitan .
“ Yo ignoro, escribe Reusch refutando á Bosizio , cuántos libros
contiene la biblioteca de nuestra Universidad , así como tambien me
es desconocido cuánto vale . Y si varios peritos en la materia qui
sieran fijar el número de volúmenes y el precio de toda la coleccion
despues de haber echado una simple ojeada por las salas , es pro
bable que no convendrían exactamente en sus cálculos, y que mira
rían las cifras como inciertas y fundadas en simples conjeturas . Sin
embargo, no se puede dudar sinó que la biblioteca de la Universi
dad cuenta un número de volúmenes mayor que la mia , y que su
precio es superior al de todos mis bienes . Sea , pues , cual fuere el
desacuerdo de los Geólogos en la evaluacion del tiempo necesario
para las formaciones de que se trata , y por muy inciertas que pa
rezcan , por confesion de ellos mismos , las cifras que ellos aducen ;
siempre estarán todos acordes en afirmar con la mayor seguridad ,
aparte de algunas insigniſicantes excepciones , que no bastan para
esto dos o tres mil años ,, !.
Si estos estratos ó capas terrestres se hubieran formado de re
pente, y no de una manera lenta y sosegada, entonces podrían ser
atribuidos á catástrofes momentáneas , semejantes á la acaecida en
el diluvio de que hacen mencion los libros santos. En este caso no
necesitaríamos gran número de siglos para explicar las formaciones
que aparecen en la costra de la tierra . Pero la interna constitucion
de estas mismas formaciones nos está indicando todo lo contrario :
ella nos dice que las referidas capas se han ido sobreponiendo len
tamente unas sobre otras , hasta formarse grandes depósitos en el
fondo de los mares , y que éstos se han ido luego retirando poco á
poco , y han dejado en seco aquellas localidades . De esta manera se
halla formada , en su inmensa mayoría , la superficie de todos los
continentes ; lo cual es prueba maniſiesta de que la realizacion de
todos estos fenómenos no ha podido tener lugar sinó en el trans
curso de un incalculable número de siglos . Con razon escribe Fede
rico Pfaff: “ Si consideramos la estructura de las rocas formadas en

I Reusch , La Bible et la Nature, lec . XVIII .


respecto á la antigüedad del mundo. 215

mero ha el agua y por el agua , los múltiples levantamientos y hundimientos


de la costra terrestre, los cambios importantes realizados en el seno
s cuales
de la tierra en virtud de estos movimientos , que han transformado
cion , no
al dilu el fondo de los mares en tierras y viceversa, y finalmente, la accion
ejercida por las corrientes de las aguas en esas masas salidas de la
ius 17
mar ; parece indudable que , para dar lugar á todas estas mudanzas ,

s libros es preciso admitir espacios de tiempo de una grandeza inmensa , '


Oigamos al señor de la Vallée Poussin , profesor de la Universidad
jen me
católica de Lovaina , desarrollar con más amplitud este mismo ar
ha qui
gumento . “ ¿ Qué dicen los hechos ? , escribe . “ Lo que dicen es
2ccion
que la mayor parte del suelo de los continentes está compuesta de
- pro.
inmensas placas ó capas minerales , apiladas unas sobre otras , pre
mira.
sentando un espesor enorme. Cada una de estas placas ó yacimien
tos minerales , ora esté compuesta de arena , de piedra arenisca , de
arcilla , de esquistos , de margas , de calcárea ó de otra sustancia,
e su
contiene casi siempre , sobre porciones más o menos considerables
red
de su extension superficial y á casi todas las alturas, acumulaciones
ario
innumerables de organismos marinos . Si se ponen en parangon
estos organismos con sus análogos de hoy día , se advierte, ya sea
en por su estado de conservacion , ya por la posicion que ocupan , que
d la mayor parte de ellos han vivido , poco más o menos , en el mismo
lugar donde ahora se encuentran .
“ De estos hechos universalmente reconocidos , en términos que
cada uno , si lo necesita , puede cerciorarse de ellos en el mismo
i lugar donde habita , se infieren infaliblemente las siguientes conse
cuencias:
1.* “ La totalidad casi entera de las capas que entran en la
composicion de los terrenos ha sido depositada en el seno de los
mares .
2.8 " Una parte muy grande del suelo de los continentes geoló
gicamente explorados, á saber : Europa , las dos Américas, una
buena parte del Asia , de la Australia y de las islas , el Norte y
Mediodía de Africa , han estado bajo las aguas del mar , y de ellas
han quedado más tarde emergentes. ,
3.8 " Los depósitos sedimentales marinos , que forman por lo
regular el fondo de los países habitados por el hombre , en su con
junto total han debido efectuarse de una manera lenta. És imposi
ble atribuir su origen a una precipitacion rápida de materias lapídeas

I Fr. Pfaff, Algemeine Geologie als exacte Wisenschaft , Leipzig, 1873, cap. xv.
216 El Catolicismo y la ciencia

ó terrosas , venida del seno del océano universal que haya estado
poblado de seres vivientes ; y la idea de relacionarlos , en cualquier
manera que sea , con un cataclismo tan corto como el mencionado
por la Biblia bajo el nombre de diluvio , no vendrá jamás á quien
tenga conocimientos de los hechos . Porque los lechos conchiferos,
sucesivamente incorporados con las capas , han constituido , uno en :
pos de otro , el fondo de la mar ; la cual , por consiguiente, ha de
bido permitir en ellos la estabilidad suficiente para que pudiesen
crecer y desarrollarse los moluscos, los pólipos y los otros seres
marinos , no pudiendo éstos vivir fuera del agua , y teniendo que
perecer irremisiblemente si de repente los cubre alguna sustancia
mineral . Estas pruebas y otras análogas de una marcha muy poco
acelerada en las acciones sedimentarias, se repiten á cada instante
en la série estratificada. Esto indica que , sacadas algunas excepcio
nes locales y momentáneas, el fondo de los océanos primitivos se
iba llenando , por regla general , con lentitud , y que los depósitos
donde hay gruesos lechos de fósiles han necesitado un tiempo muy
considerable para formarse hoja á hoja . Por las mismas razones las
capas profundas han debido ser alli depositadas antes que las otras.
más superficiales; de forma que la sucesion vertical de estas mismas.
capas nos da la sucesion de los hechos ó el órden cronológico de
los mismos .
El mismo argumento forma Reusch , fundándolo en sólo los tér
renos hulleros , los cuales, por la inmensa multitud de vegetales
sucesivamente desarrollados en grandes comarcas donde han tenido
en otro tiempo su existencia, y por el gran número de capas de
sustancias minerales con que se hallan incorporados, necesariamente
han debido formarse en un período de tiempo mucho más largo,
sin comparacion , que el que pueden conceder los defensores de la
opinion sostenida por el P. Bosizio . “ El espesor ordinario de los
lechos hulleros , escribe , varia entre algunas pulgadas y veinte piés ;
pero hablando en particular, Dombrowa , en la Polonia rusa , posee
un lecho de 48 piés de espesor , el cual se continúa sin interrupcion
en un espacio de más de 7.000 piés. Hánse hallado lechos de
lignita mucho más gruesos ; cerca de Zittau los hay de 180 piés de
espesor. Ordinariamente los lechos considerables de hulla se en
cuentran separados por otros depósitos de arena y esquisto , que
yacen intercalados con ellos , y son más o menos voluminosos, aun

1 Renue des questions scientifiques, Janvier 1879 , págs . 26-27 .


respecto á la antigüiedad del mundo . 217

ya estadi que siempre supera con mucho 'su grosor á los de la hulla. En New
cualquier castle , sobre el Tyne , hay 40 lechos de hulla de mediano espesor,
encionado - los cuales yacen uno sobre otro , separados alternativamente por
s á quier lechos de esquisto y arena. El espesor total de la formacion hulle
achiferos, ra en el sud de Hundsruck es de 338 piés y de 500 en Colebrook
, uno en Dale , pais de la Inglaterra occidental . En esta region se extienden
ha de por la superficie de la tierra en una longitud de 15 á 20 millas geo
udieser gráficas con una latitud de 5 á 10 , mientras que por debajo de la
es séries tierra continúa hasta unas 50 millas , con dimensiones mucho más

do que considerables. Toda la Inglaterra ocupa , en más de 3.000 minas,


stancia unos 300.000 hombres , los cuales extraen por año más de 1.000
millones de quintales de hulla. En ciertas regiones de la América
- poco
stante del Norte el terreno ocupado por las minas de hulla es todavía más
considerable . »
epcio
OS SE “ Ha sido , pues , necesario que la masa enorme de vegetales ne
cesarios para la formacion de estas capas carboníferas haya brota
Esitos
do en estas regiones y haya sido convertida en carbon ; ha sido ne
OUP
5 25 cesario ademas que los montones de arena , arcilla , barro, etc. ,
necesarios para la formacion de estos lechos , que alternan con los
tras
Das de hulla , hayan sido aglomerados sobre estos lugares y se hayan
consolidado en ellos ; ha sido necesario , finalmente , que se formá
ran las capas que recubren á los terrenos hulleros . Ahora bien ; yo
no puedo creer que todo esto haya tenido lugar en el espacio de
1.
3 dos o tres mil años , por más qne la turba aumente rápidamente
cuando las circunstancias le son favorables ; por más que Göpper
0
haya cambiado en lignita ó en hulla , en el espacio de uno ó dos
años , un puñado de plantas tenidas dia y noche en una temperatu
ra de 60 á 100 grados centígrados ; por más que grandes inunda
ciones , finalmente , amontonen algunas veces en muy poco tiempo
masas considerables de sedimento , ! Añádase á esto , continúa
en el mismo lugar, que el terreno hullero no es sinó uno de los ter
renos estratificados, y, por consiguiente, dos o tres mil años serían
bien poca cosa para poderse formar la série entera de los mismos .
Se ha hecho subir hasta 40.000 piés el espesor de los terrenos pa
leozoicos. Este cálculo naturalmente no es cierto ; pero hé aquí al
gunas cifras apoyadas en hechos averiguados . La arenisca roja , uno
de los terrenos de la formacion permiana, se divide en el Mansfeld y
en la Turingia en tres pisos de 500 á 890 , de 200 y de 80 á 300 piés

I Reusch , La Bible et la Nature, leç, xvIII .


218 El Catolicismo y la ciencia

de espesor. La arenisca de los Vosgos , que forma un piso de las tres


divisiones del trias , tiene en los Vosgos 1.200 piés de espesor ; otro
piso tiene 150 en algunas comarcas , y en otras más de 400. ,
A este último argumento , comunmente admitido entre los geó
logos , responden los patrocinadores de la opinion escolástica que la
formacion sucesiva de los diversos terrenos es cosa que está todavía
por probar. Aunque esto fuera así, todavía quedaría completamente ,
cierta la doctrina de los Geólogos, contraria á esta opinion en lo
que hace á la antigüedad del mundo . Porque el espesor de cada ter
reno , y los elementos que él encierra en sus entrañas, dan claras
muestras de haberse empleado en su formacion muchos más años
de los que pueden conceder los defensores de los seis días genesia- ,
cos semejantes á los nuestros . Pero ni áun esto se les debe conce
der, porque no parece se pueda poner en duda la referida forma
cion ; lo cual, sin embargo , no quiere decir que en todas las partes ,
del mundo los terrenos de posterior formacion hayan venido des
pues de alguno determinado perteneciente a los antiguos. No es éste
hoy dia el sentido de los Geólogos al clasificar los terrenos en pri
marios , secundarios, terciarios y cuaternarios; pues ellos no hablan
de la antigüedad absoluta de ninguno de ellos. Lo que únicamente
quieren decir es que , en una region dada , por regla general , el se
cundario se ha fundado despues del primario, y el 'erciario despues
del secundario ; aunque , absolutamente hablando , sea quizá el se
cundario de una region posterior al terciario de otra . Nótalo muy .
bien Credner en su importante tratado de geología y paleontología
con estas palabras: “ El cambio de los mundos vegetal y animal , en
la carrera de los períodos que se suceden , no ha tenido lugar al
mismo tiempo en todo el globo. Por una parte , las condiciones lo .
cales de transformacion ' y de inmigracion eran más ó ménos favo
rables ; por otra pasábanse grandes intervalos antes que llegasen
las nuevas formas á irradiar de su patria á las comarcas vecinas ; y ,
finalmente , el desenvolvimiento de los habitantes de un continente
aislado ó de un lago cerrado se hacía con independencia completa
de los otros continentes y lagos . De aquí resulta que el carácter or
gánico de la superficie de la tierra en estas épocas antiguas presen
taba tambien diferencias locales , y que el desenvolvimiento del
conjunto de los organismos podía ir muy adelante en un punto,

1 El Sr. Credner es partidario del transformismo, y por esto habla aquí siguiendo
la doctrina y lenguaje de los transformistas; pero esta falsa opinion nada influye en
el valor del argumento que forma en este lugar la cronologia geológica.
respecto a la antigüedad del mundo . 219
es
mientras que en otras partes se quedaba estacionario . A pesar de la
ro
identidad ó la semejanza extraordinaria de sus caractéres paleonto
lógicos, pueden muy bien no ser sincrónicas las formaciones, sinó
haber ántes bien adquirido simplemente , más tarde ó más tempra
2
no , un mismo grado de desarrollo con entera independencia entre
a
sí. Si se dice , por consiguiente , que la formacion cretácea se en
e
cuentra en el Norte de Alemania y en California , esto no quiere
)
significar sinó que en ambos países se encuentra un mismo depósito
de rocas que contiene fósiles idénticos ó muy semejantes; lo cual
da motivo para considerarlos homólogos ó equivalentes. En otros tér
minos , no representan sinó un mismo grado en la historia del des
envolvimiento de la tierra , y la cuestion de si son ó no de la misma
edad no puede con esto decidirse.
“ La confusion que amenazaba caer sobre la geologia estratigrá
fica con este hecho importante, recientemente averiguado, de que
las formaciones semejantes no son necesariamente de una misma
edad , en el fondo no es sinó aparente . La marcha del desenvolvi
miento ha sido , de una manera general , la misma por todas partes ,
y en todas ellas ha pasado por estados semejantes: así se puede ob.
servar que las formaciones se suceden regularmente y en armonia
en países muy apartados los unos de los otros. Y esta es la razon
de que las formaciones equivalentes tengan una misma edad relati
va. En todas partes donde se la conoce , la formacion devoniana es
más reciente que la silúrica y más antigua que la carbonífera; es
decir, que en todos los lugares donde se hallan juntos estos tres
terrenos, el devoniano está situado entre los otros dos. En Asia , en
América y en Europa el terreno terciario es la formacion más re
ciente , y el gneis laurenciano la más antigua, y , por consiguiente,
la que está debajo de todas ellas . Ahora , el saber si la formacion
devoniana de la América del Norte , por ejemplo , tiene algunos mi
llones de años más o menos que la devoniana de nuestros países,
es cosa que á nosotros nos puede ser indiferente : en la historia del
desenvolvimiento de la tierra no tenemos punto alguno de partida
para calcular el valor absoluto de período alguno , ' . Hasta aquí el
referido geólogo.
Ciertamente, el hecho universal, constantemente observado en la
aparicion de los terrenos , de que cuantas veces se los encuentra

1 Credner, Traité de geologie et de paléontologie traduit sur la troisième édition


allemande par R. Monier. Paris , librairie de F. Savy, 77 , boulevard Saint-Germain ,
77-1879 .
220 El Catolicismo y la ciencia

juntos en algun lugar siempre guardan el mismo órden de superpo


sicion , indica con bastante claridad que la marcha del desenvolvi
miento terrestre ha sido por todas partes la misma , y que en una
region determinada todos los terrenos geológicos han venido al
mundo uno en pos de otro . Si no , ¿ cómo explicar esta regularidad ?
Si en una misma region se han formado sincrónicamente terrenos
de diferente naturaleza , ¿ por qué no habían de aparecer en un orden
invertido al que constantemente observan ? La regularidad univer
sal , pues , en el proceder indica que la tierra en todas partes ha se
guido la misma marcha , y que en una region determinada han ido
formándose los diferentes terrenos en el mismo órden que viene de
signado por los geólogos . Esto basta para decir que la tierra ha de
bido emplear inmensos siglos para la formacion de todos estos ter.
renos , y que , por consiguiente , ella misma es de una duracion an
tiquísima por extremo .
Pero volviendo ahora á la objecion ántes propuesta , sufre con
esto algun detrimento la verdad del texto bíblico , en orden a la
manera con que fué hecho este mundo ? No , ciertamente . Digo más:
aunque demos a la geologia como verdades demostradas las dos
hipótesis sostenidas generalmente por los geólogos , é indicadas más
arriba , sobre el estado nebuloso de toda la masa terrestre en un
principio, y sobre la presencia del fuego central al presente , ningun
daño sufrirá por cierto la veridica narracion del Génesis . Mas qué
digo daño ? ántes con esto la haremos mucho más natural y menos
misteriosa . En efecto : despues de comenzar su narracion el inspira
do autor, diciendo que en el principio crió Dios el cielo y la tierra ,
á renglon seguido escribe de esta segunda , que estaba tohu vabohu ,
informe y desnuda , ó bien aupătoş xal 02n , segun vierten los Seten
ta , lo cual quiere decir en nuestra lengua que se hallaba invisible y
desordenada . ¡ No tenemos aquí el estado caótico de la materia ter
restre , ora formara entonces parte de la nebulosa solar, ora se ha
llara desprendida del sol y ciñéndolo á manera de zona , ora estu .
viera ya reducida á la forma esférica que ahora tiene ? A este estado
de tinieblas y de confusion se sigue la creacion de la luz , segun el
Génesis , con aquel sublime : Fiat lux, que pone en boca de Dios
Nuestro Señor el caudillo del pueblo hebreo , y esto es precisamente
lo que dice la segunda hipótesis .
!
Antes de Laplace , los astrónomos atacaban estas palabras de la
narracion mosaica diciendo que en ellas se proferia un absurdo ,
porque se suponía la luz anterior al sol . Ahora la aparicion de la
respecto a la antigüedad del mundo . 221

luz antes que el sol es una cosa muy sabida de todos los astróno
erpo
olvia mos , y se sigue naturalmente de las dos hipótesis en cuestion . Por

I una que la nebulosa de oscura pasó á ser brillante y lucida , despues de


bal inmensas combinaciones químicas que producían ráfagas luminosas

dad! y grandes resplandores; y el sol mismo , antes de poder ser sol para
nosotros , ó sea' antes de ejercer con nosotros el oficio de iluminar
2005
y de medir el tiempo, lo cual comenzó á practicar mucho más tarde,
den
fer ya en sí mismo por espacio de muchos siglos fué verdadera luz ,
como lo es en la actualidad . Aún más : en la misma tierra al estado
se
caótico y de tinieblas siguió inmediatamente , segun) la hipótesis
ido
arriba indicada , el de luz brillantísima, convirtiéndose nuestro globo
en un verdadero sol ; por donde tambien en ella se cumplió al pié
les
de la letra el Fiat lux que sigue inmediatamente a la presencia de
To las tinieblas .
Esto con respecto a las dos hipótesis mencionadas. Mas ¿ qué di
remos de los dias de la creacion en vista del incalculable número de
1
años que con razones, á lo que parece incontrastables , exigen los
Geólogos para la formacion del mundo ? ¿ Qué ? Diremos, óiganlo
bien los enemigos de la Biblia , diremos que la doctrina de los gran
des períodos hace más admisible y racional , áun exegéticamente
hablando , la interpretacion del capítulo del Génesis , que la contra
ria , sostenida en otro tiempo por los Escolásticos y en el nuestro
por Bosizio . Los Escolásticos no creyeron lo mismo , porque se ha
llaban imbuidos en las doctrinas aristotélicas en orden a la consti
tucion del mundo; pero no dejaron de advertir la grande multitud
de misterios á que daba lugar su interpretacion biblica , misterios
que desaparecen ahora por completo con la exigida por la ciencia.
En efecto : en la interpretacion escolástica quedaba lleno de misterio
el que hubiese habido tres dias , cada uno de veinticuatro horas , sin
que todavía existiese la causa natural de los dias y de las noches,
que es la aparicion y desaparicion del sol : permanecía tambien mis
terioso el que el dia sétimo , dia del descanso del Señor, fuese , no
de veinticuatro horas como los demas , sinó de una duracion inde
terminada , pues no ha de acabar hasta el fin del mundo : era ade
mas misterioso el que , habiendo puesto el escritor sagrado los so
bredichos dias , concluyese su narracion con aquellas palabras en
que decía : “ Estas son las generaciones del cielo y de la tierra , en
el dia en que hizo Dios el cielo y la tierra , !

1 Génes , cap . ll , very . 4 .


222 El Catolicismo y la ciencia

Este dia de que habla aqui Moises , no puede ser de veinticuatro


horas , como nota muy bien Origenes , sinó una época en que están
comprendidos todos los dias de la creacion entera . Oigamos al
mismo Origenes , el cual , refutando á Celso , escribe las siguientes
palabras: “ Quoniam vero clara sibi et accurate intellecta videntur
quae objicit de creationis mundi diebus, quorum alii coeli, solis,
lunae , stellarum creationem praecesserint , alii subsecuti sint ; hoc
unum ex illo quaesierim , num fugerit Moysem ante ab ipso dictum
fuisse : In sex diebus perfectus est mundus; num sui oblitus addide
rit: Hic est liber generationis hominum in die quo fecit coelum et
terram . At nullo modo probabile est Moysem , post factam de sex
diebus mentionem , nullo consilio dixisse : Qua die creavit Deus coe
lum et terram . Quod si quis haec existimet referri posse ad istud :
In principio creavit Deus coelum et terram , sciat is ante hoc : Fiat
lux , et facta est lux, et ante istud : Vocavit Deus lucem diem , dictum
fuisse , In principio creavit Deus coelum et terram , !
Finalmente , presentaba tambien la sobredicha explicacion un
misterio impenetrable en la manera extraña con que se iban suce
diendo las creaciones una á otra en el término de veinticuatro horas
por una cierta especie de accion como de mágia, poco digna de la
Majestad soberana . Porque en la opinion á que nos referimos, las
cosas hubieran pasado en esta forma : Dios , por un decreto de su
omnipotente voluntad , crea la materia caótica ; al instante , en virtud
de otro decreto , produce la luz. Pasadas veinticuatro horas , forma
las nubes de nuestra atmósfera y deja cubierta de agua toda la sua
perficie de la tierra . Al cabo de otro espacio igual de tiempo , retira
las aguas á determinados lugares, seca la tierra en un momento , ý
la hace brotar toda clase de vegetales hasta los más perfectos. Pa
sadas otras veinticuatro horas purifica de repente la atmósfera , y
aparecen el sol y la luna, y las estrellas . Luego , de la misma manera,
en veinticuatro horas puebla de peces la mar y el aire de aves ; lo
cual ejecutado , llena al dia siguiente de animales la tierra con la
misma rapidez del relámpago , cría al hombre fuera del Paraíso , lo
traslada allí , le envía un sueño misterioso , y entre tanto forma de
su costilla a la mujer. ¿ Quién no ve que toda esta manera de proce
der encierra un no sé qué de fantasmagórico, indigno , por lo
menos en apariencia , de la soberana grandeza de Dios ? Para hacer
las cosas con tanta precipitacion y de manera que la obra de un

1 Origenes , Cont. Cilsum , lib. vi , n. 50.


respecto á la antigüedad del mundo . 223

einticuatro dia no fuese disposicion próxima para la del día siguiente , já qué
que están fin emplear diversas creaciones? Por eso los grandes ingenios , como
igamos al San Agustin , Origenes y otros , no estaban por esta opinion , y
siguientes echaron mano de otras explicaciones ménos expuestas a las burlas.
videntur de los incrédulos .
eli, solis, Pues bien ; todos estos misterios y toda esta multitud de inconve

sint; hoc nientes gravísimos cesan entendiéndose las palabras de la Escritura


dictum en el sentido reclamado hoy dia por la ciencia geológica. Si los dias
addide de la creacion referida por Moises no son dias de veinticuatro horas,
belum it sinó períodos de tiempo más o menos largos ; entonces la narracion
7 de sex del Génesis aparece llana y sencilla , al mismo tiempo que llena de
Eus lit magnificencia y esplendor , por razon de la admirable conformidad
istud que guarda con los hechos de la geologia . En efecto ; tanto ésta.
c : Fiat como la Biblia , entendida en el sentido que muchos le atribuyen ,

dictum creyendo ver en ella la narracion cronológica de los fenómenos:


geológicos, establecen el mismo órden de sucesion en la formacion
de los terrenos y en el desarrollo de la vida. La creacion de la ma
teria caótica es lo primero ; luego viene la produccion de la luz con
SUCC
la reduccion de la nebulosa primitiva al estado de incandescencia ;
horas
de la á esto se sigue la produccion de la atmósfera terrestre y de una
gran cantidad de vapor acuoso , merced al gradual enfriamiento de
la tierra , cuyo calor primero se oponía á la formacion del agua .
le su
Más tarde, enfriándose todavía más la tierra , debió condensarse
stud
sobre su superficie una gran parte del agua que se hallaba en esta
rma
do de vapor en la atmósfera, con lo cual se hizo la separacion de
Su
las aguas señalada en el Génesis ; de suerte que las unas se queda
tira
ron sobre las nubes , y las otras en los mares , mediando entre am .
bas la atmósfera, llamada extension y cielo por la Biblia ' .
a
Andando el tiempo, mientras los recios vapores de las nubes te
nían encapotada la tierra, y no permitían todavía en ella la aparicion
2
del sol, de la luna y de las estrellas ; las aguas del mar, que al prin
cipio habían cubierto toda la superficie terrestre, se fueron recogien
1
do á ciertos y determinados lugares. Con esto fué saliendo de las
aguas la tierra , y se pobló por todas partes de exuberante vegeta

I Genes ., cap . ! . vers. 8. El intérprete latino , siguiendo á los Setenta , vertió la


palabra hebrea rakiahh , que significa extension , por la palabra formamentum . Pero
tanto el crepéwua de los Setenta como el firmamentum del intérprete latino fueron
traducciones imperfectas , hijas del error vulgar á la sazon que atribuía á la extension
de los cielos un estado sólido . La Biblia hebrea no dice que el cielo sea sólido , sinó
solamente extendido.
224 El Catolicismo y la ciencia

cion, que ha dado origen al terreno hullero . Así sucede que aquella
época del globo terrestre con razon ha merecido ser llamada la
época de las plantas, en conformidad con la Sagrada Escritura, que
pinta á la tierra vistiéndose de verdura , y cubriéndose de árboles
apenas acabó de salir de las aguas .
En verdad, no todas las plantas vinieron al mundo antes de la
aparicion del sol ; pero basta que hayan comenzado algunas de ellas
á existir en tan grande abundancia y con tan exuberante lozanía
ántes de la aparicion de este astro , para que podamos decir con
verdad que la época de las plantas es anterior a la completa purifi
cacion de la atmósfera y al descubrimiento de los astros , conforme
al relato de Moises . Las otras plantas fueron entonces producidas
virtualmente, digámoslo así , porque su produccion ya estaba conte
nida de una manera general en el decreto divino creador de la ve
getacion entera . Por fin , aclarándose la atmósfera penetró el sol en
la tierra, y entonces comenzaron á ejercer en ella el sol y la luna el
oficio de iluminarla y de marcar los días , meses y años, conforme á
lo que vemos por la experiencia y hallamos relatado en la divina
1 Escritura .
Entonces las aguas del mar, que hasta la aparicion del sol no ha
bian producido en sus profundidades sinó algunos zoófitos, crustá
ceos y moluscos , pudieron ser morada conveniente de los verdade
ros peces y cetáceos, así como tambien la atmósfera ó cielo lo fué
de las aves y de todo género de volatería . Por donde la creacion
así de los peces como de las aves fué posterior a la produccion de
las plantas, sin que en esto discrepe un punto la Biblia de la Geolo
gia , Porque los zoófitos, crustáceos y moluscos que hallamos en las
capas superiores del sistema cámbrico , y por todas las del silúrico ,
anteriores, segun parece , á la produccion de las plantas terrestres,
en el lenguaje vulgar no se llaman peces ; y la Biblia no habla cien-.
tíficamente, sinó con el lenguaje vulgar propio de su fin religioso y
moral . Añádase á esto que, como nota muy bien Santo Tomás tra
tando de los dias de la creacion ', Moises hablaba á un pueblo ig
norante ; y así, acomodándose á su rudeza , no escribió en la Biblia
sinó las cosas manifiestas á los sentidos. ¿ Qué habían de saber aque
llos campesinos y pastores de zoofitos y crustáceos criados en el

I « Considerandum est, escribe el Doctor de Aquino ( 1. p . q . 68 , a. 3 , c. ), quod


Moyses rudi populo loquebatur , quorum imbecillitati condescendens , illa solun eis
proposuit, quae manifesto sensui appareat. .
respecto á la antigüedad del mundo. 225
e aquella fondo de los mares ? Llamaban peces solamente a los animales ver
Tamada la tebrados que pueblan la mar, como hoy dia tambien los llaman
tura, que comunmente la gente no dedicada a la historia natural .
e árboles De éstos, pues, habló únicamente Moisès cuando escribió que
fueron criados en la quinta época de la creacion , despues de haberse
es de la hecho visible el sol sobre la tierra ; y su narracion concuerda admi
de ellas rablemente con los descubrimientos de la Geología. Fuera de que,
- lozana si quisiéramos apellidar con este nombre á los animales menciona
PCI Con dos; tampoco nos faltaría fundamento para decir que Moises habló
punit de ellos antes de haber narrado la produccion de la luz . Porque po
informe dríamos sostener con el geólogo Pozzy ' que aquellas palabras del
Eucidas Génesis : Et spiritus Dei ferebatur super aquas ?, se refieren á la
conte fecundacion de las aguas hecha por Dios en la tierra , cuando toda
la re vía se hallaba ésta en completas tinieblas , para que desde entonces
solen diesen principio a la introduccion de la vida en el fondo de los
ana el mares .

me Ciertamente el Angélico Doctor, refutando la opinion de aquellos


iring que no ven en estas palabras de la Escritura sinó un viento fuerte,
viene á indicar en sustancia esta misma idea del geólogo francés.
ha Spiritus Domini in Scriptura, dice, nonnisi pro Spiritu Sancto con
suevit poni, qui aquis superferri dicitur, non corporaliter, sed sicut
voluntas artificis superfertur materiae quam vult formare , 3. Pero
no tenemos necesidad de apelar á este medio , aunque aceptable ;
fué
bastanos lo dicho en las dos explicaciones anteriores.
Finalmente, tanto la Biblia como la Geología enseñan que los
de
últimos en la série de las diversas creaciones vienen los animales
terrestres perfectos, y entre éstos el hombre , el cual pone fin á to :
das ellas. Y esto no puede ménos de causar admiracion suma á quien
considera la multitud de siglos que han debido transcurrir para que
los hombres amigos de la ciencia hallaran en los estratos terrestres
la marcha de la creacion divina , hoy día averiguada , y tanto tiempo
há expuesta por el inspirado caudillo del pueblo hebreo .
Sin embargo , a pesar de tan admirable conformidad como guar
da con la Geologia la narracion mosaica , interpretada en el sentido
indicado ; no pocos teólogos se han inclinado en nuestros tiempos
á la opinion de los Escolásticos ; ya porque temían dejarse llevar de

I Pozzy, La Terre et le récit biblique de la création , lib. II , cap . IV.


2. Genes., cap. 1, vers. 2 .
3 S. Tomás , 1. p . q . 66, 1 ad 2 .
15
226 El Catolicismo la ciencia

la novedad en la interpretacion de la Escritura , ya tambien porque


les parecía hacerse con la exposicion moderna alguna violencia á
las palabras dia , noche y mañana , empleadas por el Génesis ; ya,
finalmente , porque no veían claro el argumento aducido por los
Geólogos en pro de la doctrina contraria . Y este último era el mo
tivo principal que les impulsaba á quedarse en la opinion antigua.
Porque, por lo demas , ya sabían lo que dice San Agustin en esta
materia , y cuál es el cánon general que todos debemos seguir en la
exposicion de la Escritura ; no empeñándonos en sostener una ex
plicacion cualquiera, cuando consta con certeza que la tal explica
cion pugna con alguna verdad averiguada. Llegada empero la cien
cia geológica a la altura de nuestros dias , ya no parece que ninguno
pueda fluctuar razonablemente en este asunto , y seguir adhiriéndose
á la doctrina de los Escolásticos . El temor de la novedad por otra
parte en esta clase de interpretaciones , á ninguna persona media
namente instruida en teologia podía arredrar áun ántes de haber
sido patentizada la suma antigüedad de la tierra ; ya porque á bus
car una interpretacion nueva en órden á los dias de la creacion nos
excita San Agustin ' , ya tambien porque no se trataba sinó de cosas
muy secundarias y no relacionadas sinó de una manera indirecta
con el fin propio de la revelacion .
“ Si para hacer ver, escribe sabiamente el P. Pianciani 2 , que en
tre la verdad natural y la revelada reina aquella concordancia que
no puede faltar entre dos hijas de la Verdad primera , fuese necesa
rio dar una nueva , pero no absurda , interpretacion a algun lugar de
la Biblia , en el cual al fin no se trata ni de dogma , ni de moral , ni
de culto , y sobre cuya inteligencia no están acordes los antiguos
Padres de la Iglesia , į sería éste un gran mal ? Parece que no . En los
autores griegos y latinos más fáciles se encuentran tambien á veces
dificultades insuperables ; que al fin vienen á ser resueltas , cuando
aparece el verdadero sentido del autor con el descubrimiento de un
monumento cualquiera , ya geográfico , ya histórico , ya , finalmente,
propio de la historia natural . ,

I " Quisquis ergo , escribe el Santo Doctor (De Genesi ad litt., lib . iv , cap. XXVIII ),
non eam quam pro modulo nostro vel indagare vel putare potuimus , sed aliam requi
rit in illorum dierum enumeratione sententiam , quae non in prophetia figurate , sed
in hac creaturarum conditione proprie meliusque possit intelligi ; quaerat, et divinitus
adjutus inveniat. ,
2 Pianciani , Cosmogonia naturale comparata col Genesi. Introd . , pár. 1 , pág. 15.
Roma , 1862,
respecto a la antigüedad del mundo. 227

Lo que dejamos escrito del temor de la novedad , debe tambien


tenerse entendido acerca de la violencia que se temía hacer al texto
hebreo , tomando la palabra dia en un sentido menos estricto y poco
usual. San Agustin y Origenes , al dar sus explicaciones poco con
formes á la exterior apariencia de las cosas , no se habían detenido
por este género de escrúpulos en una cosa que no afectaba nada al
dogma ni á la moral . Además , la palabra dia no dejaba de quedar
tambien con su significacion estricta en la nueva exposicion del Gé
nesis , siquiera fuese tomada en un sentido más lato y menos rigu
roso . Porque el fin del escritor sagrado en la enumeracion de los
dias genesíacos no son los dias mismos , sinó la semana divina ; la
cual había de servir de modelo á la semana de aquí abajo para que
los hombres trabajasen durante seis períodos de tiempo consecuti
vos , y descansasen el sétimo , á imitacion de lo que había hecho
Dios nuestro Señor en la creacion del universo .
Para que la semana divina sirviese de modelo á la humana , ¿ qué
importaba el que los dias fuesen períodos de veinticuatro horas ó
de vienticuatro millones de siglos ? Lo que hacía al caso era que en
la semana divina hubiese verdaderos períodos de tiempo á que se
pudiesen aplicar los nombres propios de la nuestra ; y estos perío
dos realmente existían en la semana divina , sea cual fuese la dura
cion de cada uno , ora fuesen todos iguales , ora no ; ora compren
diesen gran cantidad de siglos , ora un muy pequeño número de
horas. Cada uno de estos períodos contenía su hhereb y su boker,
ó sea su oscuridad y su luz , su confusion y su distincion , su desnu
dez y su complemento , como lo tienen los dias de nuestra semana.
Por lo demás, harto daba a entender Dios nuestro Señor , en el
misterio con que nos presentaba envueltos aquellos dias admirables,
que los tales dias no debían haber sido de la misma condicion que
los nuestros . Por eso el gran Doctor de la Iglesia San Agustin , en
el libro i sobre el Génesis , escrito contra los Maniqueos , capítu
lo xv , n . 20 , á esta misma explicacion recurrió , diciendo : “ Restat
ergo ut intelligamus , in ipsa quidem mora temporis , ipsas distinctio
nes operum sic appellatas , vesperam propter transactionem con
summati operis , et mane propter inchoationem futuri operis, de
similitudine scilicet humanorum operum , quia plerumque a mane
incipiunt et ad vesperam desinunt. Habent enim consuetudinem
divinae Scripturae de rebus humanis ad divinas res verba transferre . ,
Sea dicho todo esto , no para zaherir á los Católicos, á quienes
un temor demasiado excesivo de violentar el texto sagrado ha im
228 El Catolicismo la ciencia

pedido en estos últimos tiempos pronunciarse por la interpretacion


moderna, sinó para responder de antemano á las réplicas que nos
opondrán seguramente los patrocinadores del racionalismo , diciendo
que , forzados por la evidencia de los hechos, hacemos nosotros á
la vez violencia al texto del Génesis , para sacar de todos modos á
flote su inspiracion divina. No , ninguna violencia inferimos á la Sa
grada Escritura al explicarla en esta forma: la exposicion que de
ella damos ya la había dado en sustancia hace muchos siglos el gran
Obispo de Hipona; sólo que él la ofreció como una hipótesis , y nos
otros la debemos presentar ya como una tesis , en vista de la verdad
luminosa que sobre la grande antigüedad del mundo ha puesto en
claro la Geología.
Lo que al presente queda todavía de hipotético son las opinio
nes que se pueden emitir sobre los dias de la semana divina , inqui
riendo si el escritor sagrado ha querido hablar cronológicamente,
y de manera que su intencion al anunciar los sucesos haya sido de
narrar tambien el mismo órden cronológico con que tuvieron lugar
en la tierra , ó si , por el contrario , sólo pretendió hablar filosófica
mente , ó sea prescindiendo de este órden , y no atendiendo sinó á
las diversas partes de un todo visible dividido metódicamente en siete
épocas distintas, sea cual fuere el órden con que se hayan verificado
en la série de los tiempos .
Yo por mi parte no dudo en pronunciarme por esta segunda
opinion , no obstante la admirable conformidad que reina entre los
dias de la creacion , entendidos cronológicamente , y las doctrinas
de los Geólogos . Y muévome á pensar de este modo ; ya porque el
órden cronológico de los sucesos de nada servía para el fin pura
mente religioso y moral , que tuvo el divino Hacedor en manifestar
á los hombres la semana celestial de sus obras; ya tambien porque
á ello me incita la misma consideracion del texto sagrado ; el cual,
entendido de esta manera , resulta sumamente bello у maravilloso .
Para explicar mi pensamiento , diré algo brevemente sobre las dos
razones que acabo de apuntar . Y comenzando por la primera , es
evidente a todas luces que , para imponer á los hombres el precepto
del descanso religioso fundado en el descanso de la semana divina,
ninguna necesidad tenía el Señor de narrar el orden cronológico de
la creacion . Bastábale para esto dividir metódicamente todas sus
obras en el número de seis , y luego irlas contando con los nombres
de primera , segunda , tercera , etc. , conforme al orden ideal que ÉI
mismo hubiese escogido en su altísima sabiduría . Cada uno de estos
respecto á la antigüedad del mundo . 229

dias encerraría entonces su hhereb y su boker , ó sea sus tinieblas y


su luz , su confusion y su distincion , su vacuidad y su plenitud , en
una palabra , su tarde y su mañana , en que dividimos nosotros cada
uno de los dias naturales de nuestra propia semana . Porque en todas
las obras de los dias mosáicos hallamos aquellas dos partes de
tiempo de que habla San Agustin en las palabras próximamente
citadas, como lo haremos ver dentro de poco exponiendo la segun
da de las razones indicadas . Si pues le bastaba al Señor proceder
de esta manera , ¿ por qué hemos de decir que se puso á contar á
los hombres una cosa curiosa que nada les importaba para su salva
cion eterna , haciendo con ellos oficio de sabio geólogo ?
Podía hacerlo ciertamente ; pero entonces la Biblia ya hubiera
tomado un carácter científico, muy distinto del puramente religioso
y moral que en realidad de verdad le conviene. Luego , si no se
opone á ello el sentido natural y obvio del texto sagrado, así debe
mos afirmar que procedió el Señor en la enumeracion de los dias
genesíacos . ¿ Hay esta oposicion por parte de la Biblia ? Tan léjos
está de haberla , que precisamente el contexto mismo de la narracion
mosáica es el que principalmente me ha movido á sostener esta in
terpretacion. Veamos lo que dice el inspirado autor del Génesis en
órden á la creacion del universo .
Comienza su narracion diciendo que en el principio creó Dios el
cielo y la tierra ', con lo cual ya tiene asentada la verdad funda
mental que en toda ella quiere inculcar, á saber : que Dios , como
criador у dueño de todas las cosas , es sumamente digno de nues
tras adoraciones; y que , por consiguiente , es muy justo dedique el
hombre algun tiempo á rendirle este tributo , máxime habiendo
Dios criado todas las cosas del orden sensible para servicio del
mismo hombre y para que le ayuden en la prosecucion de su propio
fin sobre la tierra , como explica más adelante. Enunciada así en ge
neral la creacion de todas las cosas comprendidas bajo los nombres
de cielo y tierra , pasa el escritor sagrado á hacer una enumeracion
detallada de las mismas ; para que de esto infieran los hebreos la
gran conveniencia de la ley dictada por Dios nuestro Señor sobre
la celebracion del sábado .
Viniendo , pues , á esta narracion circunstanciada, refiere en pri
ner lugar el estado caótico de los elementos , advirtiendo implícita
nente á su pueblo lo mucho que todavía faltaba á la tierra en el

1 Génesis , cap. 1 , vers, 1 .


230 El Catolicismo y la ciencia

momento de su creacion para ser digna morada del hombre. En el


principio, les dice , creó Dios el cielo y la tierra . La tierra empero
estaba informe y desnuda , y las tinieblas se cernian sobre la faz del
abismo, y el Espíritu de Dios era llevado sobre las aguas 1. En otras
palabras les quería decir que la tierra , para ser digna morada del
hombre conforme al plan sapientisimo del divino Hacedor, necesi
taba de muchas cosas al tiempo de ser criada ; porque en ella no
había el orden admirable que en los seis dias de la creacion produjo
el Señor : no había luz que alternase con las tinieblas ; no había un
firmamento ó cielo donde se formasen las nubes portadoras de las
benéficas lluvias , y que impidiese con su peso la total evaporacion
de los mares ; no había en la tierra partes secas aptas para la vege
tacion y el cultivo , cubriéndola toda la inmensa masa de las aguas ;
en el cielo faltaban las dos hermosas lumbreras que habían de pre
sidir respectivamente los dias y las noches, así como tambien el
innumerable ejército de estrellas que sirven de adorno á la bóveda
celeste y envían su luz á la tierra ; en el aire no cantaban las aves,
ni se movían los peces en las aguas ; los continentes , finalmente ,
que despues se formaron merced á la virtud creadora de Dios om
nipotente y benéfico, no abrigaban animal alguno en su seno . Todo
esto es lo que quería decir el escritor sagrado con aquellas concisas
palabras: La tierra empero estaba informe y desnuda , las tinieblas
se cernian sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios era llevado
sobre las aguas .
Indicadas , pues , esta confusion de los elementos y esta carencia
absoluta de ornamentacion de la futura morada del hombre , pasa
luego el inspirado autor á narrar las obras divinas con que atendió
el Señor á una y otra necesidad , poniendo al mundo en el estado
actual antes de criar á nuestros primeros padres . Seis fueron estas
obras divinas , y ellas constituyen otros tantos dias de la semana
misteriosa , que había de ser tipo de la nuestra . Tres de ellas perte
necen a la obra de la distincion : las otras tres á la obra de la orna
mentacion . En las tres primeras son distinguidas la luz de las tinie
blas, las aguas superiores de las inferiores, y los mares de los con
tinentes , los cuales brotan al instante una vegetacion lozana . En las
tres segundas recibe el cielo su ornato con la aparicion de los astros ,
engendradores de la luz , y con la presencia de las dos lumbreras,
reinas de la noche y del dia , y reguladoras de los tiempos ; es tam

1 Génesis, cap. 1 , vers . 2.


respecto á la antigüedad del mundo. 231

bien adornado el lugar de las aguas , así superiores como inferiores,


con la produccion de las aves y de los peces ; y se introduce , final
mente , en los continentes la hermosura de la vida con los infinitos
animales que los pueblan , y con la presencia del hombre , rey de la
creacion entera .
¿ Quién no ve en esta narracion , tan metódicamente dispuesta , la
distribucion ſilosófica de un todo en sus partes , segun el ſin que el
narrador se ha propuesto al hacerla , sin contar para nada con el
órden cronológico de los sucesos ? Todo da en ella á conocer el
órden racional y filosófico seguido por el escritor; nada hay que in
duzca á creer que tuvo en su mente al escribir aquellas líneas la idea
de trazar una cronologia . Primero se indica la obra de la creacion
en general : luego se apuntan en globo las cosas que era necesario
ejecutar para hacer de la tierra una digna morada del hombre ; y
despues se cuentan las obras de distincion y de ornato, con que
lleva á su último cumplimiento el divino Artífice su idea . A los tres
dias primeros , en que se describe la distincion de los elementos , cor
responden respectivamente los otros tres pertenecientes á la orna
mentacion . Si en el primer dia de los tres primeros es creada la luz ,
para que con ella nazca la distincion entre las tinieblas y la claridad
de los dias; en el primero tambien de los tres segundos son hechos
los diversos focos de luz , reguladores de los tiempos . Si en el se
gundo de los tres primeros se dice haber sido hecha la atmósfera,
para que tenga divididas las aguas del cielo de las aguas de la tierra ;
en el segundo de los tres siguientes se afirma haber sido criados
por Dios los habitantes del cielo, donde moran las aguas superiores ,
y los habitantes de los mares , asiento de las aguas inferiores. Y
finalmente , si en el tercer dia de la creacion aparecen los continen
tes, retirándose de ellos los mares ; en el sexto, ó sea tercero de la
segunda série , son poblados estos mismos continentes de multitud
innumerable de animales y del mismo hombre.
Todo, pues , se halla en esta narracion artísticamente dispuesto ;
todo , por consiguiente , revela en ella un órden de descripcion filo
sófico y ajeno de toda idea cronológica . Hasta la manera con que
son contados los dias y las noches conspira á la manifestacion de
este mismo objeto. En todos ellos dice Moises : Y fué tarde y fué
mañana , etc .: vayehi hhereb, vayehi boker . Es decir, que en cada
una de las creaciones , así propias de la distincion como de la orna
mentacion , hubo un hhereb y un boker, ó sea una cierta especie de
oscuridad y de claridad , una tarde y una mañana . En el primer dia
232 El Catolicismo y la ciencia

la tarde está representada por aquellas palabras : Et tenebrae erant


super faciem abyssi ? ; la mañana por aquellas otras : Et facta est
lur ?. El segundo lleva indicada la tarde en las siguientes : Et Spi.
ritus Dei ferebatur super aquas 3 ; y la manaña en éstas : Et fecit
Deus firmamentum , divisitque aquas quae erant sub prmamento , ab
his quae erant super firmamentum . La tarde del tercero se halla en
estas palabras: Terra autem erat inanis et vacua , y la mañana en
estas otras : Congregentur aquae in locum unum et appareat arida.
Et factum est ita . . . . Et protulit terra herbam
virentem 4. La tarde de los tres últimos dias , finalmente , se halla
representada por la carencia de todas aquellas cosas que son en
ellos producidas por el Señor con su accion sobrenatural y divina ,
la cual por lo mismo forma su mañana respectiva .
Así se ve claramente por qué el historiador pone ántes la tarde
que la mañana en cada uno de los dias , á saber : porque, en gene
ral , por la tarde viene significada la carencia de aquella perfeccion
que produce el Señor con su virtud omnipotente , y por la mañana
esta misma perfeccion asi producida , que es precisamente lo que en
seña San Agustin con aquellas palabras arriba citadas : “ Restat ergo
, ut intelligamus in ipsa quidem mora temporis ipsas distinctiones
, operum sic appellatas, vesperam propter inchoationem futuri ope
„ ris , de similitudine scilicet humanorum operum , quia plerumque a
» mane incipiunt et ad vesperam desinunt 5. ,
El séptimo no tiene tarde ni mañana , porque no se produce en
él cosa alguna , sino que , como dice la Escritura , en este dia des
cansó el Señor de todas las obras que había producido: Et requievit
die septimo ab universo opere quod patrarató. Y es que este dia
representa el complemento y perfeccion de las obras de Dios : Com
plevitque Deus die septimo opus suum , quod fecerat 7, en las cuales
no puede haber desórden ó confusion alguna , ó sea el vayehi hhe
reb de la divina Escritura . Porque las obras del Señor están hechas
todas ellas in numero , pondere , et mensura , ó sea perfectamente; y
por eso el mismo Señor , despues de haberlas criado , vió el conjun

I Genes., cap. 1, vers . 2 .


2 Idem , ibid. , vers. 3 .
3 Idem , ibid . , vers. 2 .
4 Idem , ibid., vers. 9-12.
5 S. August., De Genesi cont. Manichaeos, lib. xv , cap . 1 , n . 20.
6 Genes ., cap. 11, vers. 2 .
7 Idem , ibid .
respecto a la antigüedad del mundo . 233

to de todas ellas, y halló que eran cosa muy buena : vidit Deus cun
cta quae facerat , et erant valde hona !. Fuera de que el descanso
del Señor signiſica tambien la eternidad bienaventurada del mismo
Dios; y en aquel dia felicísimo no hay tarde ni mañana , sinó puro
mediodía , exento de toda sombra y de toda vicisitud temporal ,
como nota el apóstol Santiago en su epístola canónica 2 .
Finalmente , no sólo la manera de contar los dias poniendo en
cada uno de ellos una tarde y una mañana , sinó la misma forma en
que acaba la narracion entera de las acciones creadoras, está dicien
do que allí el escritor no lleva la idea de describir cronológicamen
te los sucesos , sinó de disponer sistemáticamente una serie de crea
ciones apta para hacer brotar en el ánimo de los lectores el juicio
sobre la gran conveniencia de la institucion divina del sábado . Istae
sunt generationes coeli et terrae , escribe el caudillo del pueblo he
breo , terminando su narracion genesíaca , quando creata sunt, in die
quo fecit Dominus coelum et terram . Al conjunto de todos los dias
de la creacion se le llama en estas palabras un solo dia , para dar á
entender que la creacion entera , mirada en su sintesis general ,
constituye tambien un verdadero dia semejante á los demas, y com
puesto de su hhereb , ó sea carencia absoluta de séres antes de ser
éstos criados por Dios, y de su boker, ó bien produccion de estos
mismos séres en virtud de un decreto de la divina Omnipotencia .
Nadie puede negar que esta interpretacion de los dias gene
síacos es racional en extremo , y con ella aparece la narracion mo
saica bellísima , ya por razon del método admirablemente filosófico
que en ella resplandece , ya tambien por el arte sumo con que es
conducida por el historiador para que de ella resulte el fin religioso
y moral propio de su mision divina . En el fondo , si reparamos bien,
ninguna otra se asemeja tanto como ésta á la interpretacion de San
Agustin ; si bien en algunos detalles se aparta de ella para ganar
mucho en sencillez y naturalidad .
Ya Santo Tomás en su Suma Teologica ( 1. p . , 9. 70 , a . I , y q . 71 ,
a . I ) la había preludiado en alguna manera dividiendo la obra ente
ra de la creacion en las tres partes fundamentales de : simple crea
cion de las cosas, distincion de las mismas , y ornato ; y añadiendo
que los tres primeros dias pertenecientes a la distincion se corres
ponden con los otros tres relativos á la ornamentacion .

1 Idem , cap. 1 , vers . 31,


2 Jacob, cap . 1 , vers . 17.
234 El Catolicismo y la ciencia

Entre los modernos no han faltado autores respetables que han


sido del mismo parecer . “ Se puede , siguiendo el ejemplo de algu
nos modernos , escribe Reusch , desenvolver el pensamiento que ha
servido de base al raciocinio de San Agustin , y dar una nueva in
terpretacion á los seis dias del Génesis exegéticamente admisi
ble ' . „ Luego , despues de haber expuesto brevemente la opinion
por nosotros defendida , concluye en esta forma : “ Sin vacilacion
alguna vuelvo á decir que esta interpretacion de los seis dias gene
síacos es teológicamente admisible , ? . Y á estas palabras añade las
siguientes en la nota : “ Tal es tambien el sentir de Waterkeyn , de
Michelis , Natur und off. ( 1 , 100 ; 2 , 57 ; 3 , 299 ) , de Schultz ( die
Schöpfungsgech , p . 329 ) ; de Walworth ( Brownson's Review , 1863 ,
218) 3. ,
A nuestro juicio esta interpretacion no es sólo admisible teológi
camente , sinó mucho más natural y óbvia que todas las demas;
razon por la cual creemos que debe ser preferida a todas ellas, te
niendo ademas la incomparable ventaja de señalar al escritor sa
grado su fin propio y peculiar de instruir á los hombres en lo per
teneciente a la salvacion eterna , y de preservar á la Biblia de todo
ataque por parte de los Racionalistas , á que siempre queda ex
puesta en las otras opiniones. En la actualidad existe verdadera
mente maravillosa conformidad entre los dias de la Biblia , inter
pretados cronológicamente , y las afirmaciones de los Geólogos
sobre la marcha primitiva del globo en la formacion de los terre
nos ; mas quién sabe lo que puede suceder más adelante ? No que
la Geologia pueda jamás destruir lo que ya tiene solidamente edi
ficado sobre la antiquísima existencia de la tierra , pues en esto ya
parece que han salido los Geólogos del terreno de las probabili

+ dades ; sinó que el orden cronológico de las edades geológicas es


tablecido por los sabios puede quizá sufrir alguna variacion con los
nuevos descubrimientos .
Tomen, pues , los Geólogos cuantos miles y millones de años les
sean necesarios para la explicacion de los fenómenos terrestres , se
guros de que , por mucho que aumenten esta cifra, jamás se pon
drán en pugna con la Biblia ; porque la Biblia , al describir los dias

1 V. Reusch , La Bible et la Nature, leg. XII , pag. 166 , deuxième édit. Pa


ris, 1867 .
2 Loc. cit ., pág. 168 .
3 Loc, cit.
respecto a la antigüedad del mundo. 235

de la creacion , prescinde por completo de la cronología ; y solamen


te enseña á los hombres la verdad religiosa y moral de que todo
cuanto existe en el mundo ha sido hecho por Dios Nuestro Señor
para bien y servicio del hombre.
Solamente se pondrían en pugna con ella si , en lugar de quedar
se en el campo de la geología , contentándose con el número finito
de años necesario para la explicacion de las épocas geológicas , se
trasladasen al terreno de la metafísica , asignando á la materia una
eternidad que jamás podrán probar con todos los argumentos del
mundo . Porque sabemos por la revelacion divina que todas las sus
tancias finitas han sido de hecho criadas por Dios, no en la eternidad
sinó en el tiempo ; ó bien , diciendo lo mismo con otras palabras,
que todas ellas tienen principio en la duracion de su sér, y por tanto
no vienen existiendo desde la eternidad.
Pero procediendo de este modo ya no obrarían como geólogos ,
sinó como filósofos, y como filósofos de mala índole ; porque quien
pretenda probar à priori que la materia del mundo es eterna , este
tal está muy cerca de afirmar tambien que no ha sido creada por
Dios, y por consiguiente que no existe otro Dios en el mundo sinó
el monstruo repugnante de los Materialistas y Panteistas.
En vista de las reflexiones emitidas en este capítulo , bien puede
todo geólogo suscribir con plena seguridad la declaracion hecha á
fines de 1864 por más de doscientos sabios ingleses para confesar
públicamente la imposibilidad de conflicto alguno entre la Biblia y
la ciencia . Esta declaracion nosotros la pondremos aquí tomándola
del doctor Reusch ' , el cual a su vez la copió del Ateneo de 17 de
Setiembre, pág . 375. Dice así : “ Nosotros los naturalistas abajo fir
mados expresamos con este acto el verdadero pesar y disgusto de
que algunos en nuestros dias hagan uso de la ciencia natural para
impugnar la verdad y la autenticidad de la Sagrada Escritura . Mira
mos como imposible toda contradiccion entre la palabra de Dios im
presa en el libro de la naturaleza , y la contenida en la Escritura
Santa, sea cual fuere la diferencia que pueda parecer existir entre
ellas . No olvidamos que la ciencia natural no ha llegado todavía á
şus últimas conclusiones , que hasta el presente no se halla sinó en
vias de progreso, y que en la actualidad nuestro espíritu no puede
ver sinó en enigma y como en un espejo. ( I Cor. , cap . xiii, vers . 12. )
Estamos en la firme persuasion de que llegará un dia en que será

I Reusch, La Bible et la Nature, leç vi ,


236 El Catolicismo y la ciencia

reconocido el acuerdo completo de entrambos hasta en sus mínimos


pormenores . No podemos ménos de lamentar el que miren muchos
con desconfianza la ciencia natural sin haberla estudiado , sólo por
que algunos hombres mal avisados la ponen en contradiccion con
la Santa Biblia . Somos de parecer que todo naturalista está obli
gado a estudiar la naturaleza con el solo objeto de que brille en todo
su esplendor la verdad ; y si encuentra que alguno de sus resultados
parece oponerse a la Biblia ó al sentido en que él la entiende ( sen
tido que puede ser erróneo ) ; no debe afirmar con seguridad que su
conclusion es exacta y falsa la doctrina de la Biblia , sinó por el con
trario , debe poner ambas doctrinas una junta á otra, hasta que tenga
Dios Nuestro Señor por conveniente manifestarnos la manera de
conciliarlas entre sí. Entre tanto , en lugar de ponderar las contra
dicciones que parecen existir entre la ciencia y la Biblia , pensamos
que sería más acertado apoyar nuestra fe en los puntos en que am
bas convienen .
77 Esto es lo que debe hacer todo hombre que quiera proceder
por razon , y no guiado de bajos y aviesos intentos . La verdad y
autenticidad de la Biblia son dos hechos históricamente ciertos , de
que ningun hombre medianamente instruido en materia de religion
puede razonablemente dudar ; y como tales , es imposible se hallen
en pugna con los hechos escritos en el libro de la naturaleza . Dios
mismo es el que nos ha dejado escritos ambos libros , el libro de la
revelacion sobrenatural que tenemos en la sagrada Biblia , y el libro
de la revelacion natural que hallamos abierto dia y noche en las
obras admirables de la creacion universal . Siendo , pues , Dios el
autor de entrambas revelaciones , es imposible pueda existir con
tradiccion alguna entre ellas, porque Dios no puede negar con una
palabra lo que afirma con otra . ,
La presente declaracion , como se ve , se halla redactada en la
hipótesis de que la Biblia cuenta tambien el orden cronológico de
los sucesos geológicos ; y bajo este supuesto , con muchísima razon
se afirma que no puede haber pugna entre ella y la ciencia , siendo
Dios autor de entrambas , verdad infalible que ni puede engañarse
ni engañarnos . Pero ya hemos observado nosotros que la Biblia en
la descripcion de los dias genesíacos prescinde por completo de la
cronologia , dejando esta cuestion curiosa , y nada necesaria para la
salvacion eterna , á las disputas de los hombres .
Por consiguiente , la armonía entre la ciencia y la Biblia en esta
parte es completisima, y jamás podrá ser perturbada , por más que
respecto á la antigüedad del mundo . 237

varien al infinito las opiniones de los sabios acerca de la cronología


geológica ; porque esas opiniones nada tienen que ver con la Biblia .
Otra cosa sería si los geólogos , dejando su terreno propio , se
etiesen á filósofos, afirmando , como hemos dicho más arriba , la
eternidad del mundo , ó sosteniendo que las cosas materiales no han
sido hechas para servicio del hombre . Entonces sí que se hallarían
los que tal hiciesen frente á frente con las enseñanzas de la Biblia;
mas es preciso advertir que en este caso la pugna no existiría pro
piamente entre la religion y la ciencia , sinó entre aquélla y algunos
individuos particulares que , sin razon alguna , ántes contra toda ra
zon , se habrían arrogado el título de representantes de la ciencia ;
pues la verdadera filosofia no está por ninguna de las dos proposi
ciones enunciadas , sinó antes bien altamente las condena .
CAPITULO XV

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN AL FIN


DE LA CREACION DEL MUNDO.

L acabar el precedente capítulo dejamos observado que la


Religion se pondría efectivamente en pugna con todo el
A
el que negase haber sido creado el mundo en beneficio del
hombre . Esta actitud de la Iglesia , depositaria de la revelacion di
vina , escandalizará sin duda a los que dan por cierto hallarse habi
tados por séres racionales los demas globos celestes que andan mo
viéndose como la tierra en la inmensidad del espacio . Los partida
rios del racionalismo han creido , en efecto , sorprender a la Iglesia
en un error muy grave sobre esta materia con las demostraciones
que últimamente se han dado sobre el movimiento de la tierra , у
con los últimos descubrimientos verificados por los astrónomos so
bre la posibilidad de ser habitados como el nuestro otros muchos
globos del mundo . Oigamos al abogado de esta gente , al tantas
veces mencionado Draper , razonar á su modo sobre este supuesto
error . “ Tengo ahora , escribe dando principio al cap . vi de sus ima
ginarios conflictos , que dar cuenta del conflicto que surgió sobre el
tercer gran problema filosófico : la naturaleza del mundo . Una ob
servacion superficial y no crítica de la naturaleza nos hace concebir
la tierra como una superficie plana que soporta la cúpula de los cie
los , con un firmamento que separa las aguas inferiores de las aguas
superiores ; nos muestra los cuerpos celestes , el sol , la luna , las es
trellas, siguiendo su curso del Este al Oeste , en un movimiento len
to alrededor de la tierra inmóvil , y proclamando con 'su pequeñez
comparativa su inferioridad en este concepto . De todas las formas
orgánicas que rodean al hombre , ninguna le iguala en dignidad ; y
de aquí parece autorizado á deducir que todo ha sido criado para
El Catolicismo y la ciencia , etc. 239

su uso , el sol para alumbrarle durante el dia y la luna durante la


noche . La teologia comparada nos hace ver que tal ha sido la con
cepcion que se tenía de la naturaleza en cierta época de nuestra his
toria intelectual . Tal es la creencia de todas las naciones , en todas
las partes del mundo , en los albores de la civilizacion ; creencia geo
céntrica , pues hace de la tierra el centro del universo ; antropocén
trica, pues supone que el hombre es el principal objeto de la crea
cion . Y estas ideas no son solamente consecuencias ligeramente
sacadas de una observacion superficial; son tambien el fruto filosó
fico de las diversas revelaciones que de tiempo en tiempo se ha
dignado Dios hacer á la humanidad . Estas revelaciones añaden que
encima de la cúpula cristalina del firmamento hay una region de
eterna dicha y de eterna luz , á la cual llaman el cielo , morada de
5 Dios , de las cohortes angélicas , acaso tambien del hombre despues
de su muerte , y que debajo de la tierra hay una region de eternas
tinieblas, de eterno dolor, morada de los malos . Se cree ver en el
mundo visible el mundo invisible. Más de un gran sistema religioso
ha sido fundado en estas ideas respecto a la estructura del mundo;
por consiguiente, grandes intereses materiales se han encontrado li
gados a la conservacion de aquéllas , y éstos las han defendido al
gunas veces con el crimen y la muerte , no queriendo permitir que
se tocara á la localizacion del cielo y la tierra , y tampoco á la pree
minencia del hombre en el universo . ,
Al leer estas líneas todo el mundo entiende que se habla en ellas
expresa y determinadamente de la Religion cristiana , por más que
el escritor americano haya querido disfrazar su pensamiento echán
dola de filósofo y extendiendo a todas las religiones en general lo
que supone constituir la base de las ideas cristianas . Más adelante,
hablando en el mismo capítulo del sistema de Ptolomeo , se expresa
en estos términos : " El sistema de Ptolomeo era , pues , un sistema
geocéntrico . Dejaba a la tierra su posicion en el mundo , y por esta
razon no hizo sombra á los teólogos cristianos ó mahometanos. ,,
Despues , habiendo narrado el viaje de Gama y los fenómenos ob
servados por este marino al pasar la línea ecuatorial , los cuales se
avenían perfectamente con la teoria de la esfericidad de la tierra,
hace esta reflexion , muy conforme con el carácter distintivo de los
Racionalistas , profundamente impío y continuamente calumniador:
* Las consecuencias políticas que se siguieron de todo esto coloca
ron al Papado en una situacion muy dificultosa. Sus tradiciones y su
política le prohibían admitir que la tierra pudiese ser otra cosa que
240 El Catolicismo y la ciencia

una superficie plana , supuesto que así lo habían revelado las Escri
turas . Por otra parte , imposible negar ú ocultar los hechos . ,
Luégo da fin y remate á la historia de la expedicion emprendida
por Magallanes y por su segundo, Sebastian de Elcano, con estas pa
labras : “ La Santa Victoria había vuelto al punto de partida , nave
gando siempre al Oeste . Las doctrinas teológicas acerca de la figu
ra de la tierra estaban decididamente derribadas . , “ La autoridad
eclesiástica, prosigue en el mismo capítulo , se había decidido cier
tamente , por consideracion de las consecuencias á que debía llevar
el sistema Copérnico , á denunciarlo como contrario a la revelacion .
Arrancar á la tierra 'su importancia preeminente en el sistema del
universo , darla en otros astros sus iguales y superiores , parecia dis
minuir sus derechos ante Dios . Si cada una de las innumerables es
trellas del firmamento era un sol rodeado de satélites , poblado de
séres responsables como nosotros ; si nosotros habíamos caido tan
fácilmente y no habíamos podido ser rescatados sinó á costa de la
muerte del Hijo de Dios , ¿ qué era de todos aquellos seres ? ¿ Para
ellos no había habido caida ? ¿ Para ellos no había habido Salvador ?,
Vése , pues , por todos estos lugares del citado autor que en su
sentir toda la doctrina cristiana sobre el fin de la creacion del mundo
descansa en que la tierra es una superficie plana que soporta la in
mensa cúpula del cielo , y ha sido constituida por Dios centro in
móvil de todos los cuerpos celestes ; los cuales se mueven en derre
dor suyo dia y noche, á guisa de humildes servidores , para hacerle
la corte y rendir vasallaje al hombre que la habita . Y que sea esta
la idea comun entre la gente enemiga de la revelacion se deduce
claramente , tanto de lo que escribe en el ya citado capítulo el men
cionado autor , trayendo en confirmacion de sus afirmaciones la ob
servacion de uno de los más grandes matemáticos modernos, como
de lo que dicen otros escritores de la misma estofa . La no há mu
chos años fundada revista belga , cuyo titulo es Revue des questions
scientifiques, publiée par la société scientifique de Bruxelles, en la
segunda entrega ( Abril 1877 ) , nos presenta á M. Camilo Flamma
rion hablando en la misma forma que Draper en su Historia del
cielo. Para refutar sus aberraciones se escribió allí el artículo que
lleva por epígrafe las siguientes palabras: Comment s'est formé
l'univers.
Antes que estos proclamadores de la incredulidad había hablado
el impío Strauss en los mismos términos , diciendo : " La astronomía
moderna ha hallado ser absurdo , no sólo el que nuestro planeta
en órden al fin de la creacion del mundo. 241

haya sido creado antes que el sol , el cual es el centro de su movi


miento , mas tambien el que la sucesion del dia y de la noche por
una parte , y por otra la separacion de los elementos y la produccion
de los vegetales , hayan tenido lugar antes de la produccion del sol .
Ella acusa de falsedad a la Biblia , cuando cuenta que cinco días
enteros han sido empleados en crear y organizar la tierra , mientras
que un solo dia ha bastado para crear el sol , todas las estrellas
ſijas, los planetas y sus satélites. Espántase principalmente de que
todos los otros cuerpos celestes , que los últimos descubrimientos
nos muestran ser esferas, con frecuencia mucho más grandes que
la tierra , sean representados en la Biblia segun la idea que de ellos
se formaba la antigüedad y se forman aún hoy dia las gentes poco
instruidas ; es decir , como cosas accidentales , como lumbreras y
cronómetros puestos al servicio de la tierra , : .
Ya tenemos , pues , á los partidarios de la incredulidad escandali
zados de que haya presentado la Biblia á todo el mundo con su in
menso cortejo de astros y planetas puesto al servicio del hombre,
como si éste fuera la criatura más principal del universo ; y ya los
vemos tambien saltar llenos de jubilo y de placer creyendo que
toda la doctrina cristiana se ha venido al suelo con inmenso fragor
mediante la venturosa demostracion heliocéntrica que destierra del
mundo el absurdo sistema geocéntrico , y con él al mismo tiempo
la doctrina antropocéntrica. Verdaderamente, con dificultad se po
drá encontrar gente más precipitada que esta clase de personas en
la formacion de sus teorías . De ellas se puede decir con toda razon
que se hallan tocadas de la misma enfermedad que el Ingenioso
Hidalgo ; pues su loca mania de impugnar á la Iglesia les hace forjar
por todas partes trasgos y fantasmas , para gozarse en seguida con
el sabroso placer de partirlos por medio de un solo mandoble . No
tenemos aquí el mismo caso de los cueros de vino , presentados ante
la imaginacion calenturienta de Don Quijote como un ejército de
gigantes los más desaforados del mundo ?
Se acusa en primer lugar a la Biblia de haber enseñado á los
hombres ser la tierra una superficie plana que soporta la cúpula de
los cielos . Mas ¿ dónde han encontrado los Racionalistas que la Es
critura contenga una doctrina semejante ? Moises , á cuya narracion
genesíaca se alude en las palabras de los Racionalistas citados, nada

1 David Strauss, Les doctrines du Christianisme dans leur developpement historique


et dans leur lutte contre la science moderne ,
16
242 El Catolicismo y la ciencia

dice sobre la superficie de la tierra , ni sobre la pretendida cupula


del cielo . No enseña otra cosa sinó que Dios hizo el cielo y la tierra;
que á ésta le formó luégo una atmósfera , ó extension destituida de
cuerpos sólidos , á la cual dió el nombre de cielo , y que en esta at
mósfera ó cielo hizo aparecer dos luminares , el uno mayor para
que presidiese al día , el otro menor para que presidiese á la noche,
y entrambos para que sirviesen al hombre de cronómetros en la
division de los dias , de los meses y de los años .
¿ Hay algo en esta narracion que indique ser plana la superficie
de la tierra , ni que soporte ésta cúpula alguna ? Si algo pudiera in
ducirnos á creer que en el sagrado texto se habla de la referida cú
pula , sería sin duda la palabra firmamento, que para significar el
elo ó atmósfera terrestre usa la Vulgata , siguiendo la version de
los Setenta . Mas la palabra hebrea rakiah , de que usó Moises , no
significa propiamente firmamento , sinó extension ó espacio vacío
de cuerpos sólidos , y corresponde con mucha exactitud al xochov
griego y coelum latino , los cuales indican la extension de este espa
cio vacío que vemos sobre nuestro horizonte .
Bien puede ser que tanto los Setenta como San Jerónimo , al
interpretar el texto hebreo , participaran de las opiniones astro
nómicas comunmente recibidas en aquellos tiempos , y que por eso
se hayan servido los primeros del término stepówua , y el segundo
del otro , firmamentum , para traducir el original rakiah . Pero de
esto no tiene ninguna culpa el texto de Moises.
Mas áun suponiendo que en el Génesis se hallára precisamente
la misma palabra firmamento , no hay derecho alguno para concluir
de esto que con ella se enseñe ser este cielo que vemos extendido
sobre nuestras cabezas una cúpula cristalina encajada sobre la super
ficie de la tierra . Ya lo hemos notado en el capítulo precedente , y
aquí lo volveremos a repetir : El Señor , al revelar por medio de su
siervo Moises á su pueblo el origen del cielo y de la tierra, no in
tentó darle un tratado de Astronomía , ni de Geología , ni de ningu
na ciencia de este mundo , puesto que , como él mismo nos advierte
por el Eclesiastes ' , Dios entregó el mundo á las disputas de los
hombres para que no hallen la obra que Él hizo desde el principio
hasta el fin .
Lo que pretendia era instruirle en las verdades religiosas y mora
les , las cuales únicamente se hallan relacionadas con la salvacion

1 Eccles., cap. 11 , vers. II.


en orden al fin de la creacion del mundo . 243

eterna de los hombres . Las materias de pura curiosidad las dejó


para el estudio privado de cada uno , si es que por su propia volun
tad quiere tomarse el trabajo de examinarlas . Por eso se contentó
con enseñarle que todo cuanto veia , aire , cielo , mar, tierra , sol ,
luna y estrellas , lo había producido libremente , queriendo hacer con
todas estas cosas otros tantos beneficios al hombre para que de
ellas se sirviese en la prosecucion de su propio fin , en el cual está
cifrada la salvacion eterna. Para inculcarle todas estas cosas se sir
vió del lenguaje comun á la sazon entre los individuos del pueblo
hebreo , y se acomodó al estado intelectual que en materia de cien
cias tenían entónces , hablando á aquel pueblo ignorante como ha
blaría hoy mismo un sabio á gente ruda si quisiese tratar con ella
de cosas ajenas á la ciencia .
Hé aquí cuán sábiamente se expresa Keppler sobre este punto en
su Epitome de la astronomia copernicana " : " La Astronomía , dice ,
enseña a conocer las causas que obran en la naturaleza , y rectifica
ex professo las ilusiones de óptica . La Santa Escritura , que enseña
verdades más sublimes , se sirve de las locuciones usuales á fin de
ser entendida ; ella no habla sinó por incidencia de los fenómenos
de la naturaleza ; y cuando lo hace , emplea los términos de que se
sirve el comun de los hombres . Y la Escritura no se hubiera expre
sado de otro modo , aun cuando todos los hombres conociesen la
causa de las ilusiones de óptica . Porque nosotros los astrónomos
no perfeccionamos la ciencia astronómica con la idea de modificar
el uso del lenguaje , sinó intentamos abrir las puertas a la verdad
sin atentar contra la lengua . Nosotros decimos como el pueblo :
Los planetas se detienen , vuelven ... El sol se levanta y se pone , sube
hacia la mitad del cielo , etc. Nosotros hablamos como el pueblo,
expresamos lo que parece acaecer á nuestra vista : aunque nada de
esto sea verdadero , todos los astrónomos convienen en esto . Debe
mos ser tanto menos exigentes en este punto con la Sagrada Es
critura , cuanto que , abandonando el lenguaje ordinario para tomar
el de la ciencia y hablar en términos oscuros é ininteligibles de
todo punto para aquellos a quienes intentaba instruir, hubiera des
concertado a los fieles sencillos y no hubiera conseguido el objeto
que se proponía .
En la misma forma discurre el Ausland ( 1861 , pág . 410 ) , dicien
do : “ Supongamos que un fundador de religion como Moises hu

I Epitome astronomiae Copernicae , pág. 138 .


214 El Catolicismo la ciencia

biese estado ya en posesion de los conocimientos más recientes que


ahora se tienen sobre Astronomía y Geología ; no le hubiera sido
mucho más nocivo que útil hablar la lengua de Copérnico , de
Newton , de Lapiace, de Werner, de L. de Buchon , de sir Charles
Lyell ? Durante dos mil años no hubiera ciertamente sido entendi
do , y se hubiera juzgado mal de él ; y esto por dar una satisfaccion
particular al siglo diez y nueve , porque el vigésimo no hubiera ya
experimentado la misma satisfaccion ,
Si Strauss , Flammarion , Draper y todos los demas racionalistas
hubieran tenido presente esta idea tan sencilla, al par que óbvia y
racional , sobre la mision puramente religiosa de la Iglesia santa de
Jesucristo y de la Sagrada Escritura; no hubieran proferido cierta
mente tantas sandeces é inepcias, echando sobre sí mismos el ri
dículo con que pretendían oprimir á una y á otra . Antes de ponerse
á manchar con sus inmundos labios la Sagrada Escritura , debian
haber aprendido de San Jerónimo que multa in Scripturis sanctis
dicuntur iuxta opinionem illius temporis quo gesta referuntur, et non
iuxta quod veritas rei continebat ?; y debieran haber leido en Santo
Tomás que la Escritura habla segun la opinion del pueblo : Fuxta
opinionem populi loquitur Scriptura 3 .
¿ Qué le importaba al inspirado autor del Génesis para su mision
exclusivamente moral y religiosa , y lo mismo á la Iglesia católica ,
que el sol , la luna y las estrellas fuesen mayores ó menores que la
tierra , que ésta estuviese quieta é inmóvil en el espacio , y que todo
se moviese en derredor suyo , ó que girase ella sobre su eje y se
moviese alrededor del sol?: Que los astros estuviesen enclavados
en la bóveda celeste á manera de finísimos diamantes , y formasen
con ella una vistosísima cúpula á la tierra inmóvil y plana, o que
todos ellos giraran como la tierra misma en torno de sus propios
centros , haciendo sus revoluciones en la inmensidad del vacío ?
Lo que sí importa mucho para la mision dicha es que los hom
bres tengan bien entendido haber criado Dios libremente los cielos
y la tierra , y haberlos dispuesto de manera que toda esta máquina
sensible tienda por su misma naturaleza á prestar su ayuda y sus
servicios al hombre : la tierra sustentándole y ofreciéndole su ali
mento ; los mares abriéndole los inmensos depósitos de sus aguas

I Véase Reusch , obra cit. , leg . III.


2 San Jerón . , XXVIII , 10 ( Migne , Pat. lat. tomo xxiv , pág. 855 ) .
3 1 , 2. q. 98. art . 3. ad 2 .
en órden al fin de la creacion del mundo. 245

para que , formándose con sus vapores las nubes , lleven luego la
fecundidad á los campos ; el sol y la luna sirviéndole de esplen
dentes y luminosas antorchas que alumbren su habitacion dia y
noche , la vistan de verdura y lozanía , y trabajen para sazonarle
los frutos que le han de prestar alimento ; las estrellas , finalmente,
embelleciendo y adornando su morada derramadas como ſinisimos
diamantes por toda la extension del horizonte , y ofreciendo a su
contemplacion un espectáculo sublime que levante su espíritu á ad
mirar la grandeza y majestad del Criador, y le mueva á prorrumpir
en un himno de perpetuas alabanzas y de cordialísima accion de
gracias en retorno de tan incomparables beneficios.
¿ Quién no ve que , mirada toda esta universidad sensible desde
este punto religioso y moral , único elegido por Dios en la revela
cion del Pentateuco , los objetos se presentan a la consideracion hu
mana expresa y determinadamente tales como se hallan descritos
en el Génesis ? El sol y la luna entonces no pueden aparecer sinó
como las dos grandes antorchas del cielo , como los reyes del dia y
de la noche , infinitamente superiores en importancia á las estrellas;
la tierra misma , a pesar de ser insignificante su valor astronómico
en presencia del sol y de otros astros muy superiores á ella en mag
nitud , deberá ser tratada como la parte más principal del mundo ,
porque la parte principal para cada uno es la casa en que vive .
De aquí el que el inspirado autor del Génesis , colocado en este
punto de vista religioso y moral con respecto á los habitantes de la
tierra , para quienes el únicamente escribe , pase con rapidez por
todo aquello que se halla fuera de nuestro globo y de su atmósfera,
sin decirnos nada de los dias que pudieron emplearse en la forma
cion del sol , de la luna y de las estrellas , y no hablándonos de to
das estas cosas sinó por razon de los servicios que prestan á los ha
bitantes de la tierra , á causa de su posicion relativa en el espacio .
De la tierra , por el contrario , nos cuenta muchos más pormenores,
de su parte seca , de los mares que la cubren , de la atmósfera que
la rodea , de las nubes cargadas de aguas que fecundan , convertidas
en lluvia , los campos ; de los animales , en fin , terrestres, volátiles
y acuáticos , porque todas estas cosas tocan mucho más de cerca á
los hombres para quienes él escribe. Y aún más : no hace esto mis
mo al trazarnos la historia del género humano , y al describirnos los
diversos puntos habitados de la misma tierra ? Las cosas más insig
nificantes relativas al pueblo hebreo tienen para el mucha más im
portancia que las grandes naciones del mundo .
246 El Catolicismo y la ciencia

Mueve verdaderamente á compasion y lástima ver á los Racio


nalistas prorrumpir en tan solemnes necedades por no haber podido
salir de su subjetivismo astronómico y naturalista para considerar la
doctrina del Génesis en su verdadero sentido , atribuyendo por esta
causa al autor del Pentateuco una mision científica que jamás se le
pasó por las mientes al describir los dias de la creacion . ¿ Qué ma
yor aberracion puede concebirse que considerar la doctrina religio
sa y moral del legislador hebreo fundada en que la tierra sea una
superficie plana y el cielo una superficie convexa ? ¿ Por ventura las
ideas de mansion de los bienaventurados y de cárcel horrenda de los
pecadores se fundan en semejantes ridiculeces de que la tierra es
plana o esférica , y de que el cielo es cóncavo ó convexo ? No sa
ben los enemigos de la Religion que los Teólogos católicos y los
Padres de la Iglesia han distinguido siempre muy bien entre la doc
trina dogmática relativa á la eternidad de las penas y de los pre
mios en la otra vida , y la que pertenece al lugar material donde go
zan los buenos y padecen los malos ? Ignoran acaso que sobre la
primera de estas doctrinas la Iglesia no ha vacilado nunca , mientras
que sobre la segunda deja opinar á sus hijos como mejor les pare
ce , sin meterse á decidir cosa alguna ?
No esté el infierno en las entrañas de la tierra ; lo tendrá Dios en
otra parte , donde paguen su merecido por eternidad de eternidades
los que ahora desprecian su santa ley y quieren vivir á sus anchu
ras . No vivan los bienaventurados en el cielo empíreo que se ima
ginaban los antiguos , guiados por Aristóteles y Prolomeo , y no por
Moises ni por escritor alguno sagrado ó por las enseñanzas de la
Iglesia ; le faltará al Omnipotente lugar en la inmensidad del espa
cio donde se manifieste á sus escogidos en la grandeza y majestad
propias de su divino sér ?
Cuando esperamos los Católicos una vida feliz y bienaventurada
con la vision intuitiva de aquella soberana lumbre que ilumina las
inteligencias , y tememos la desgracia sin par de la condenacion
eterna , no nos acordamos ciertamente de si es plana ó esférica la
superficie de la tierra , ni de si soporta ésta ó no la cúpula de los
cielos , sinó de aquellas palabras que dirá nuestro adorable Salvador
el día más solemne y más grandioso de cuantos ha habido ni habrá
jamás en la tierra ' : Venid, benditos de mi Padre , al reino que os está
preparado desde la constitucion del mundo : id , malditos, al fuego

I Math. , cap. XXV , vers . 34-41 .


en órden al fin de la creacion del mundo. 247

eterno . Estas palabras , y aquellas con que cierra el celestial Maes


tro su sermon del juicio final, diciendo que los malditos irán al su
plicio eterno y los justos á la vida eterna ' , no la forma plana de la
tierra ni la cúpula de los cielos por ella soportada, son la base y
fundamento de la religion de Jesucristo .
¿ Y qué diremos de la consecuencia moral sacada por el gran ló
gico de Nueva York , el Sr. Draper, cuando dice : “ En Astronomia
queda completamente por el suelo el sistema geocéntrico : luego
tambien en moral y religion el antropocéntrico . , ¿ En qué escuela
ha aprendido el profesor americano semejante manera de discurrir?
Porque la tierra se mueva alrededor del sol , ¿ ya el mundo no ha
sido hecho para uso y beneficio del hombre ? Porque la tierra sea la
que se mueve , y no el sol , como creían los antiguos , dejará el
hombre de percibir de la tierra , del sol , de la luna y de las estrellas
los mismos bienes que antes ? ¿ Dejará, por consiguiente , de estar
igualmente obligado á su Criador y Bienhechor ?
¡ Que puede haber tambien séres vivientes en los demas globos
celestes ! En hora buena que los haya . Pero dado todo esto a los Ra
cionalistas , dejarán el sol , la luna y las estrellas de servir de an
torchas en el dia y en la noche á los habitantes de la tierra ? Pues
si esto no dejan de hacer, quedará en pié , como estaba antes del
siglo xii , la doctrina antropocéntrica en el orden moral y religioso,
enseñada por el autor del Pentateuco y por la Iglesia con respec
to al mundo físico .
Ni el Génesis ni la Iglesia hablan nada de habitantes que pueda
haber ó no en los demas globos celestes . Cada uno puede opinar en
esta parte como mejor le diere á entender su ilustrada razon , sin
temor de que por ello sea molestado por la autoridad eclesiástica.
Católicos hay que piensan ser la tierra el único globo habitado ; ca
tólicos hay tambien que opinan todo lo contrario. Entre estos últi
mos sólo citaré dos autores notables por la profundidad de sus co
nocimientos científicos, y conocidos en todo el mundo por sus
luminosas lucubraciones . Los dos han sido profesores en el famoso
Colegio Romano; los dos han ilustrado con sus obras la perseguida
Compañía de Jesus , á que se gloriaron de pertenecer mientras se
hallaron en el apogeo de la gloria ; los dos han pasado tambien á
mejor vida y se hallan ahora gozando del fruto de sus penosos tra
bajos, como podemos piadosamente creer, vista la excelencia de sus

| Id ., ibid., vers , último ,


248 El Catolicismo y la ciencia

religiosas virtudes . Uno de ellos , el sabio P. Tongiorgi , despues de


aducir las razones que hacen probable la doctrina dicha, se expresa
en estos términos : “ Nótese que esta hipótesis, al paso que se com
pagina perfectamente con la nocion de Dios , no se opone en mane
ra alguna á los dogmas de la Religion cristiana , como lo confiesan
ya con gusto los teólogos. En verdad , no enseña la fe cristiana que
todos los hombres posibles ó todos los seres inteligentes semejantes
al hombre deben tener su origen en Adan , sinó solamente los que
en la tierra nacen de otros hombres. Y si á los hombres de este hu
milde planeta , que en tan grande multitud de mundos apenas pue
de parecer cosa , Dios les ha amado de tal suerte que les ha dado su
unigénito Hijo, qué concluir de aquí ? No ciertamente que la tierra
es la única morada de séres inteligentes, sinó , hecha primero la sal
vedad de que Dios es libérrimo en dispensar sus dones, sólo debe
mos inferir lo siguiente , á saber : que si en los celestes globos hay
habitantes , á ellos tambien los ha amado Dios con la caridad que á
él le corresponde por maneras admirables en verdad é impenetra
bles á nuestra razon . Porque la divina bondad ni es más estrecha
que su inmensidad , ni inferior á su poder , '.
Así el profesor de Filosofía en el Colegio Romano hace muy po
cos años . Oigamos ahora á su colega y hermano en religion , el
renombrado P. Secchi . Poco antes de la conclusion con que pone
fin á su excelente obra Le Soleil , escribe las siguientes palabras
( tomo II , pág . 480 , Paris, 1877 ) : " ¿ Qué decir de esos espacios in
mensos y de los astros que los ocupan ? ¿ Qué pensar de esas estre
llas , que son sin duda , como nuestro sol , centros de luz , de calor y
de actividad , destinados como él á conservar la vida de una multi
tud de criaturas de toda especie ? Por lo que á nosotros toca , nos
parecería absurdo mirar estas vastas regiones como desiertos inha
bitados : deben estar pobladas de séres inteligentes y racionales , ca
paces de conocer, de honrar у de amar á su Criador . Y quizá estos
habitantes de los astros son más fieles que nosotros á los deberes .
que les impone el reconocimiento para con Aquél que los ha saca
do de la nada : plácenos abrigar la esperanza de que no se encuen
tran entre ellos esos séres infortunados que ponen su orgullo en ne
gar la existencia y la inteligencia de Aquél á quien ellos mismos.

1 Tongiorgi , Cosmologia , núm . 253. Bruxellis , 1864. Véase tambien sobre esta
materia la obra de Jules Boiteux , Lettres à un materialiste, Paris , 1876 , principal
mente el artículo ó carta veintitres , cuyo titulo es el siguiente : Le dogme chrétien
n'est pas inconciliable avec l'idée de la pluralité des mondes.
en órden al fin de la creacion del mundo. 219

deben , no sólo su propia existencia , sinó tambien la facultad de co


nocer tantas maravillas . , ¡Oh , si fuera éste el discurso de todos los
astrónomos !
Si acaso es verdadera la opinion sustentada por estos autores , la
doctrina general y cierta de que este mundo sensible ha sido criado
en beneficio y utilidad del hombre , lejos de padecer algun detri
mento , recibe , por el contrario , gran amplitud y esplendor . Con
ella los innumerables mundos que se hallan sembrados por la in
mensidad del espacio no prestarán su servicio al hombre solamente
en cuanto ofrecen un objeto magnífico de contemplacion á su inte
ligencia, y sirven de adorno y de brillantes antorchas a su habita
cion , sinó tambien en cuanto le proporcionan el sustento , conve
niente para mantener su cuerpo y conservarle la vida , que debe él
consagrar á la gloria 'y servicio de su Criador . Los seres inteligen
tes que habiten los diversos mundos estarán dotados tambien de
sensibilidad como nosotros , serán compuestos de un cuerpo sensi
ble у de una alma racional ; y así entrarán en la clasificacion gené
rica de hombres, sea cual fuere la diferencia que puedan tener con
respecto a los hombres de la tierra. Cada astro hará , con respecto
á los seres racionales que sustente , lo propio que la tierra con res
pecto á nosotros; y servirá de antorcha más o menos brillante á los

habitantes de los demas , segun sea mayor o menor la distancia que


les separe de ellos .
Así , multiplicados los seres inteligentes en todos los mundos ha
bitables , la naturaleza corpórea cantará mejor las divinas alabanzas ,
habiendo más séres racionales que lean en todas sus páginas la
gloria y magnificencia de quien las escribió ; y llenará de este modo
más plenamente el fin natural que lleva en su interna y esenc
condicion , á saber : el fin de manifestar la gloria de su Hacedor á
quien es capaz de estudiarla y contemplarla . Porque la naturaleza
insensible por sí misma no puede alabar ni engrandecer al divino
Artifice que la sacó de la nada , siendo las alabanzas propias y ex
clusivas de los séres racionales , y careciendo ella del precioso é
inestimable dón de la inteligencia. Lo que puede hacer únicamente
es servir de libro magnífico á las inteligencias creadas , para que
éstas vean , en el órden admirable de todas sus partes , en la mul
titud prodigiosa de los seres que la constituyen , en la variedad,
belleza y armonía de todo su conjunto, en la grandiosidad , final
mente , y excelencia sublime de todo su sér , la suma sabiduría , y
poder , y magnificencia de quien la crió .
250 El Catolicismo y la ciencia

Estas inteligencias , para quienes sirve naturalmente de libro la


naturaleza , no son las inteligencias puras , destituidas de cuerpo y
llamadas vulgarmente espiritus ó ángeles ; porque el objeto propio
de estos séres sublimes es el mundo espiritual y suprasensible,
mucho más perfecto que este material y accesible á los sentidos .
La naturaleza corpórea es el libro de los seres racionales al mismo
tiempo que sensitivos ; los cuales , por razon de su corporeidad y
espiritualidad , forman una como especie de anillo admirable con
que se continúa el mundo corpóreo con el espiritual , participando
de las cualidades de entrambos, como nota sabiamente el concilio
Lateranense IV ' , y no pudiendo contemplar lo espiritual sinó en
carnado , por decirlo así , en lo material y sensible de las cosas
terrenas .
Hé aquí , pues , cómo la Filosofia viene á comprobar por medio
de sus razonamientos naturales lo que la Religion nos dice acerca
del fin propio de este mundo material y corpóreo. La naturaleza es
por su propia condicion el libro del hombre ; del hombre , digo ,
donde quiera que él se encuentre , del hombre habitante en la tierra
ó en el sol , ó en los astros más remotos , si es que en ellos se ha
dignado el Supremo Hacedor criar séres intelectivos semejantes á
nosotros . El mundo entero , por consiguiente , ha sido hecho para
el hombre , y tiene por fin propio y peculiar suyo ejercer toda su
actividad en beneficio del hombre, ayudando á éste con todas sus
fuerzas y acciones á cantar y engrandecer la infinita sabiduría ,
bondad y poder de su Autor , fin natural de la creacion entera .
Esto es lo que nos dice la lumbre natural de nuestro entendimiento .
No quiero dar fin á este capítulo sin poner el debido correctivo
á una injusta apreciacion del ya muchas veces citado profesor de
Nueva- York , tocante á la universidad de Salamanca en el negocio
de Colon. Dice este autor , siguiendo indudablemente á ciegas á
Washington Irving , ó para hablar con más exactitud , exagerando
extraordinariamente la relacion de este escritor , que el concilio de
Salamanca condenó como irreligiosa la doctrina del marino genovés .
Nada más injusto que este modo de discurrir.
Pase lo del concilio , aunque concilio no se reunió en ninguna
parte para poner en tela de juicio las ideas astronómicas y geográ
ficas , entonces poco fundadas, del citado marino . ¡ Pero decir que
los teólogos salamanquinos condenaron la doctrina de Colon por

1 Later. , IV , cap . firmiter .


en órden al fin de la creacion del mundo . 251

irreligiosa ! ¿ De dónde ha sacado Draper tamaña especie ? La Uni


versidad de Salamanca ningun juicio dió contra ella . Lo que suce
dió , sí , en la Universidad citada , como era natural en aquellos
tiempos en que dominaban las doctrinas filosóficas de Aristóteles,
fué que algunos doctores se debieron mostrar adversos á las ideas
nuevas de Colon. Y no podía ménos de suceder asi ; porque la idea
del marino genovés era extraordinariamente nueva á la sazon , y ,
por otra parte , no se hallaba apoyada en sólidas razones .
Esta falta de solidez en los argumentos que aducía Colon para
justificar su aserto , fué causa de que en su propia patria fuese tenido
por un visionario , y desatendido en la corte de Portugal , donde
se cultivaban las ciencias geográficas y astronómicas, ardiendo los
ánimos en deseos de nuevos descubrimientos; y aun no faltan quie
nes dicen que esto mismo le acaeció en todas las cortes de Europa,
excepto la Española . Oigamos al Sr. Cavanilles , cuya crítica , en lo
que pertenece á la historia , no tiene nada de crédula ni de apasio
nada , y merece por tanto nuestro respeto y aprecio .
“ No se sabe , escribe , que de órden superior fuese Colon á Sala
manca á consultar con aquella Universidad , que era entonces una
de las más famosas del orbe ; no hay documento alguno que así lo
diga . Mas si no fué por real precepto , iria por su voluntad ; pues es
lo cierto que se hospedó en el convento de dominicos de San Es
téban ; que en él , y en una granja que tenían los religiosos , se ce
lebraron las conferencias , y que fueron los dominicos los más en
tusiastas protectores de Colon . Es sabido que entonces ejercían los
Padres de esta Orden presion sobre el claustro , y no se concibe
que la Universidad diese un voto negativo . El gran protector fué
el P. Fr. Diego de Deza , confesor del principe Don Juan , catedra
tico á la sazon en Salamanca , uno de los hombres más eminentes
de su tiempo , á quien , segun el mismo Colon , se debe el descubri
miento del Nuevo - Mundo. No habría sido tal vez unánime el dictá
men ; pero sin duda hubo muchos votos en favor , y la Universidad
de Salamanca no merece la nota con que quiso afearla , sin dato
escrito, sin apoyo histórico , Washington Irving . El protegido por
la Reina y por los frailes no podía abrigar tal recelo , y considera
mos esto como una vulgaridad ; que hasta entre los sabios hay
vulgo , :
Con la misma injusticia han discurrido los extranjeros , tratando

i Cavanilles , Historia de España, tomo v , pág. 32. Madrid , 1863 .


252 El Catolicismo y la ciencia

de ignorantes a nuestros compatricios porque no se rindieron luego


á las razones de Colon . Quiero traer las palabras del mismo autor ,
citado , porque pone muy en claro la verdad de nuestro aserto .
" Los sabios , dice en el mismo lugar , no lo entendieron . Y en
verdad , esto nada tiene de extraño : trataban de mares no surcados,
de paises no conocidos ; eran comunes los errores cosmográficos;
padecíalos el mismo Colon , que colocaba , siguiendo á Marco Polo ,
al Japon mucho más oriental de lo que se encuentra , que ignoraba
la verdadera magnitud del grado terrestre , siguiendo en esto á Al
fragano , cosmógrafo árabe , que iba a buscar la India y no podia
prever que había de encontrar un continente intermedio . Y si esto
pasaba al hombre que de sí mismo dice : “ Desde muy pequeña
edad entré en la mar navegando , é lo he continuado hasta hoy . Ya
pasan de cuarenta años que voy en este uso . Todo lo que fasta hoy
se navega todo lo he andado . Trato y conversacion he tenido con
gente sabia , eclesiásticos é seglares , latinos y griegos , judíos y
moros , con otros muchos de otras sectas . El Señor en la marinería
me fizo abondoso , de astrologia me dió lo que abastaba , y ansi de
geometria y aritmética ; y engenio en el ánimo y manos para debu
jar esfera , y en ellas las cibdades , rios y montañas , costas y puertos,
todo en su propio sitio ; , ¿ qué extraño que dudasen y vacilasen
hombres teóricos , sin tanto motivo de conocer á fondo estas ma
terias ?

,, Sirve , sin embargo, á extranjeros indoctos la repulsa que algu


nos cosmógrafos dieron á Colon para tacharnos de ignorantes . ¿Sa
biase más entonces en el mundo ? Génova , la ciudad marítima
tenía mayores conocimientos ? ¿ Teníalos acaso Portugal, el pais
más adelantado en esta clase de ciencias ? Y si , como ordinaria
mente se cree , á Francia é Inglaterra fué Colon ofreciendo en vano
su empresa , y si recordamos cuando empezó la importancia ma
ritima de ambas naciones , podremos figurarnos que estarían mucho
más adelantadas ?,
Tan lejos estuvo el marino extranjero de ver condenada como
herética su doctrina entre los doctores de Salamanca , que precisa
mente de las conferencias celebradas con ellos le resultó el ser te
nido en grande estima por los españoles , especialmente por Sus
Majestades los Reyes Católicos , quienes le agregaron en este con
cepto á su real comitiva , honrándole con este acto de singular apre
cio , á pesar de ser él un desconocido y extranjero. “ No alegándose
( en aquellas conferencias ), escribe Muñoz , por una ni otra parte
en órden al fin de la creacion del mundo. 153

pruebas demostrativas , no es de maravillar que los ignorantes per


sistiesen en sus preocupaciones , y que los doctos , unos suspendie
sen el juicio , y otros se dividiesen en varias sentencias. Pero la
misma division y el calor de los partidarios sirvieron para dar nom
bre y consideracion al sujeto y aumentar el número de sus protec
tores . Y fué así que á Colon se reputó , no ya como un arbitrista
vano , sinó autor de un designio conducente al bien de la Repúbli
ca. Por este concepto se le agregó a la real comitiva , honrándole
con la recomendacion y las franquicias en alojamientos , caminos y
posadas que solían concederse á los que seguían la corte , ' .
El mismo Irving confiesa que las réplicas de Colon tuvieron gran
de peso para con muchos de sus examinadores ? ; y del dominico
Deza añade lo siguiente : “ Entre muchos a quienes convencieron
los raciocinios é inflamó la elocuencia de Colon , se cuenta Diego
de Deza , digno y docto religioso del Orden de Santo Domingo ,
entonces catedrático de Teologia del Convento de San Esteban y
despues arzobispo de Sevilla . Este hábil y erudito sacerdote poseía
un entendimiento libre de estrechas preocupaciones y sutilezas es
colásticas , y apreciaba la sabiduría aunque no saliese de labios doc
torales . No fué, por consiguiente, espectador pasivo de esta confe
rencia , sinó que tomando un generoso interés en la causa de Colon ,
y favoreciéndola con todo su influjo , calmó el celo ciego de sus
preocupados compañeros , y pudo conseguirle una apacible , ya que
no una imparcial audiencia . Con sus unidos esfuerzos se dice que
atrajeron á su opinion á los hombres más profundos de las es
cuelas , 3 .
Por lo que hace al honor que de estas conferencias resultó á
Colon , escribe Irving en el mismo sentido que Muñoz , añadiendo
que la causa de las dilaciones sumas en examinar á fondo el pro
yecto del citado genovés estuvo en que andaban muy ocupados á
la sazon los Reyes Católicos en sus guerras con los moros + . Por
donde se ve que el mismo Irving no difiere mucho en sustancia de
lo que asienta el citado Cavanilles , y que , lejos de poder avergon
zarse la Religion católica con el descubrimiento del Nuevo -Mundo,

1 Muñoz , Historia del Nuevo-Mundo , lib. 11 , pág . 59 .


2 Vida y viajes de Cristóbal Colon , escrita en inglés por el caballero Washington
Irving , y traducida al castellano por D. José Garon de Villalta . Madrid , 1833 , lib . II ,
capitulo iv , pág . 190 .
3 L. cit., pág . 193 .
4. Id. , lugar citado , cap , v .
254 El Catolicismo y la ciencia

en él , por el contrario , encuentra una sublime página de gloria .


Los frailes fueron los que protegieron á Colon en el adelantamiento
de su empresa : Fray Juan Perez de Marchena , Guardian del con
vento de la Rábida , le favoreció en la corte ; Fray Diego de Deza
en el claustro de Salamanca . Sin estos dos protectores suyos pro
bablemente el marino genovés hubiera sido llevado al sepulcro sin
ver jamás cumplido su deseo .
El mismo Colon y la misma reina Isabel , que le prestó elementos
para realizar su idea , já qué pensamiento obedecian al querer inten
tar tamaña empresa ? El celo de la Religion católica fué el móvil
principal que puso en movimiento aquellas dos almas sublimes .
¡ Tan lejos estaba la doctrina de Colon de ser condenada como
irreligiosa en parte alguna de las escuelas sostenidas por los cató
licos ! “ Uno de los grandes motivos , escribe Irving , que animaban
á Colon en su proyecto , era la propagacion de la fe cristiana , '.
" Isabel , continúa , se llenaba de piadoso celo a la idea de realizar
tan grande obra de salvacion , 2.
Es muy fácil que en el claustro universitario de Salamanca hu
biese en tiempo de Colon algunos espiritus bastante estrechos para
creer que la idea del gran marino fuese opuesta los sagrados
dogmas . Espiritus de esta clase se encuentran en todos tiempos , y
sin ir más adelante , no sería difícil encontrar tambien en el nues
tro hombres semejantes , siempre llenos de pavor á cualquier ade
lantamiento de la ciencia , y recelosos con demasia de todo lo que
en materia de doctrinas , áun las no relacionadas con el dogma y la
moral , tiene algun viso de cosa nueva y no enseñada por los anti
guos. Pero la Iglesia , así en los tiempos de Colon como en el nues
tro , no participa de estas estrecheces : segura de su verdad , no teme
á la ciencia por sus descubrimientos , si bien procura , y con razon,
que todo sabio en sus estudios proceda siempre bajo el supuesto de
que , cuanto ella enseña como revelado por Dios , es necesariamente
verdadero y en ninguna manera opuesto a las demostraciones de la
ciencia.
Y este espiritu ancho de la Iglesia no falta tampoco á aquellos
sabios católicos que , inspirandose en las sublimes enseñanzas del
Cristianismo , saben juntar en uno el estudio de la Teologia con el
cultivo de las letras y demás ciencias profanas. El P. Marchena ,

1 Irving, l. cit., pág. 240.


2 Idem , l. cit., pág . 242 .
en órden al fin de la creacion del mundo. 255

que tanto favoreció á Colon , era uno de estos sabios , pues el mismo
Irving asegura que el Guardian de la Rabida era un hombre de vas
tísimos conocimientos, y que se había dedicado algo al estudio de la
Geografia y de la Náutica ! .
No todos empero son capaces de levantar tan alto el vuelo de
los conocimientos humanos ; y muchos , ya sea por cierto encogi
miento natural , ya por el aciago conjunto de circunstancias que les
rodean , yacen desgraciadamente en la mísera clase del vulgo , que
tambien entre los sabios hay vulgo , como nota muy bien el ilustre
autor de la Historia de España, ántes citado. Los que opusieron á
Colon razones escripturísticas , eran seguramente de esta clase de
sabios vulgares, y no de los otros ; si es que , en verdad , apelaron á
la Escritura para combatir la idea del marino genovés ?
Lo que yo creo que opondrían , no sería propiamente la Escritu
ra , sinó el dogma del pecado original ; no hallando modo de expli
carse á sí mismo , con las erróneas ideas que tenían acerca de la
tierra, cómo habían podido pasar los descendientes de Adan al he
misferio opuesto , razon por la cual se movió tambien San Agustin
á negar la existencia de los antípodas . Á esto añadirían , para cor
roborar su opinion ', la autoridad de dicho Padre y la del retórico
Lactancio ; el cual , aunque muy buen literato , en esta cuestion de
la existencia de los antípodas , lo mismo que los grandes sabios .
Eratostenes , Polibio , Strabon , Lucrecio y otros antiguos , no dis
curría mejor que la gente ignorante del vulgo , si bien al opugnar la
existencia de los antípodas de ninguna manera la juzgó contraria al
dogma 3 .

1 Idem , 1. cit ., pág. 253 .


2 La Escritura , lejos de oponerse á la redondez de la tierra , parece , por el con
trario , indicarla. En efecto : el Ecclesiastes , en el capítulo 1 , escribe : Oritur sol, et
occidit, et ad locum suum revertitur; lo cual parece dar á entender que el sol acaba su
vuelta por el lado opuesto de la tierra al que visita cuando sale. Ademas , el Eclesiás
tico, en el cap. xxiv , introduce , así hablando , á la Sabiduría : Gyrum coeli circuivi
sola : lo que , en términos bastante claros significa lo mismo que el texto anterior .
Pero con palabras mucho más expresivas lo hallamos escrito en el libro de Job , capi
tulo ix , v . 13 , donde se dice : Sub quo curriantur qui portant orbem . Aqui se pinta á la
tierra como un globo llevado en hombros por los seres invisibles, los cuales , a su vez,
son mantenidos en su existencia por el Rey y Señor de todo lo criado .
i " Quid illi , escribe en el libro in De divinis Institutionibus, cap. xxiv , qui se
contrarios vestigiis nostris antipodas putant , dum aliquid loquuntur? Num est quis
quam tam ineptus , qui credat esse homines, quorum vestigia sint superiora quam
capita ? aut ibi quae apud nos jacent superiora pendere ? ; fruges et arbores deorsum
256 El Catolicismo y la ciencia

San Agustin, sí , rechaza esta doctrina arrastrado por la falsa


idea de que, para admitirla, sería necesario afirmar que la Sagrada
Escritura nos ha engañado contándonos la propagacion del género
humano como venida de un solo hombre y una sola mujer. Porque
los hombres de este hemisferio , decía , no pueden atravesar la in
mensidad de los mares, ni por consiguiente situarse en el hemisferio
opuesto , y así aquellos hombres no vendrían de Adan .
El P. Cámara , en su excelente refutacion de Draper, cap . iv , pár
rafo 1 , págs. 212-216 , pretende probar que el Santo Doctor no negó
propiamente la existencia de los antípodas, sino el solo derecho de
afirmarla , por carecer los hombres à la sazon de suficientes prue
bas para emitir este juicio . Pero la apreciacion de este esclarecido
escritor nos parece manifiestamente equivocada, y así les ha pare
cido tambien a los anotadores de Lactancio y de San Agustin , como
puede verse en las notas á las palabras de estos dos autores , segun
se hallan en la edicion de Migne. ( Pat. lat. , tomo vi , pagina 425 , y
tomo xli, pág . 487.)
EI P. Cámara hace muy bien en refutar la calumniosa inculpacion
de Draper, quien había presentado á San Agustin discurriendo en
materias puramente físicas con el solo criterio de la Escritura , cual
si ésta fuese la única fuente de verdad aun en el terreno de la cien
cia . Su objeto lo tiene perfectamente conseguido haciendo ver con
las mismas palabras del Santo Doctor que San Agustin no negó la
existencia de los antípodas por la sola razon de que no los hubiese
nombrado la Escritura , sinó porque tanto ésta como las historias
profanas, fundadas en la observacion de los hechos, pasan en si
lencio la tal clase de gentes. Pero hace caso omiso de otra tercera
razon apuntada por el Santo, en la cual precisamente funda éste su
argumento para negar en absoluto la existencia de los tales indivi
duos . “ Nimisque absurdum est, escribe , ut dicatur aliquos homines
ex hac in illam partem , Oceani immensitate trajecta, navigare ac
pervenire potuisse , ut etiam illic ex uno illo primo homine genus
institueretur humanum ,, !.

versus crescere ? < pluvias et nives , et grandinem sursum versus cadere in terram ?,
Como se ve , Lactancio ignoraba las leyes de la gravedad y nada más; no combatia
la existencia de los antípodas con razones tomadas de la Escritura , sinó con otras na
turales sacadas de su falsa física . Discurría como un filósofo cualquiera de su tiempo
y de los posteriores , en que se ignoraban las leyes físicas, hoy día conocidas de todo
el mundo,
San Agustin, De Civit. Dei, lih , Xvi , cap . ix .
en órden al fin de la creacion del mundo . 257

Le parecía demasiado absurdo al Santo Doctor que hubiesen po


dido los hombres atravesar la inmensidad del Océano para pasar
de un hemisferio á otro ; y asi consiguientemente, negó la existen
cia de los antípodas , instruido como estaba por la fe en que todos
los hombres de la tierra vienen de una sola pareja criada por Dios
para que de ella se propagase todo el género humano .
Estas, pues, serían las dos autoridades que aducirían en favor de
su opinion aquellos sabios vulgares que dejamos apuntados más
arriba . En lo cual , si bien se mostraron ignorantes y menos adver
tidos que otros teólogos mejor informados de las cosas , no merecen,
sin embargo, las burlas y el desprecio con que habla de ellos el es
critor americano .
¿ Qué sabio hay, por muy grande que sea , en el mundo , que no
tenga sus preocupaciones más o menos nocivas, las cuales le hagan
desviar del verdadero camino en alguna cuestion no relacionada
esencialmente con su ciencia favorita ? Preguntad á ciertos matemá
ticos por la fuerza demostrativa de algunos argumentos morales
fundados en el sentido comun , ó en la ciencia y veracidad de los
testigos, y los vereis encogerse de hombros , dando a entender que
ellos no conocen otra evidencia sinó la producida por los números .
Hablad á un diplomático de sinceridad en las relaciones internacio
nales, y no entenderá una palabra de todo vuestro discurso . Decid
á un general que confíe en el valor y arrojo personal de sus solda
dos para que no tema entrar en batalla contra un enemigo que le
es muy superior en número : todos vuestros esfuerzos se estrellarán
contra la roca viva de sus preocupaciones, que le tienen oscurecido
el entendimiento y no le permiten ver en sus batallones sinó otros
tantos grupos de materia inerte puestos en movimiento con la fuer
za de su palabra .
¿ Pues por qué se ha de querer que los teólogos del siglo xvi es
tuviesen exentos de toda preocupacion , y juzgasen de las materias
geográficas y astronómicas como juzgaría en nuestros tiempos un
hombre que hubiese pasado toda su vida dedicado á estos estudios ?
¿ Tan exentos se hallan de preocupaciones nuestros racionalistas ,
que tanto las critican y zahieren en los sabios de los pasados siglos ?
Ciertamente la loca manía , que a todos ellos generalmente les per

sigue, de no juzgar á los hombres de otras generaciones sinó por


las ideas y costumbres de nuestro propio siglo , es una preocupacion
de las más vituperables, y que será sin duda censurada con severi
dad en las páginas de la historia venidera .
17
258 El Catolicismo y la ciencia

Dejemos á cada siglo con sus virtudes y con sus imperfecciones,


y no ridiculicemos la memoria de los sabios pasados porque no
gustaron de pasar toda la vida , como los nuestros , entregados á la 1
ciencia de los números ó al materializador escudriñamiento de las
cosas naturales con el poco noble fin de dar abundante pábulo á
las bajas pasiones de los sentidos; ántes cifraron toda su gloria en
saber levantarse á especulaciones mucho más elevadas y sublimes ,
que colocan el alma en la region de lo sobrenatural y divino, hacién
dola semejante á los Ángeles . Con tanto preconizar el estudio de la
materia , no vengamos á despreciar los goces purísimos del espíritu
y á convertirnos en verdaderas bestias , como vemos acaecer tama
ña desgracia á los impios racionalistas de nuestros tiempos . Esto
seria ciertamente algo más grave que negar la existencia de los an
típodas por no haber cultivado sinó la Teologia .

1
CAPÍTULO XVI

IMAGINADA VICTORIA DE LA CIENCIA CONTRA LA RELIGION


ACERCA DEL MOVIMIENTO DE LA TIERRA .

no de los argumentos á que con más frecuencia recurren en


nuestros dias los enemigos de la Religion católica para ha
w.cerle la guerra, es lo acaecido en Roma en la causa de
Galileo con ocasion de la doctrina sostenida por este astrónomo en
órden al movimiento de la tierra . Habíase propuesto el ilustre flo
rentino á principios del siglo xvu arrancar á Ptolomeo el imperio
que venía ejerciendo en las inteligencias de casi todos los doctos des
de el siglo II, merced á su inmensa reputacion y á la gran habilidad
desplegada en su Mecánica celeste. Para conseguir su objeto, des- ,
pues de hacerse público partidario del sistema copernicano , enseña
do ya en los tiempos antiguos por Pitágoras , y resucitado no mu
cho tiempo había por Nicolás de Cusa y Copérnico , Cardenal. el
primero y Canónigo el segundo de la Iglesia católica , ambos muy
honrados por ésta á causa de sus conocimientos astronómicos, pu
blicó en 1610 un libro titulado : Nuncio sidéreo ( Nuntius sydereus) ,
en el cual daba cuenta de sus descubrimientos, señalando en ellos
todo cuanto le parecía, á su modo de ver, acomodado para demos
trar la rotacion de la tierra. Este libro hizo mucho ruido en el mun
do , valiéndole á su autor el título de primer profesor de Matemáti
cas y de Filosofia , que le confirió el gran duque de Toscana, y so
licitando el rey de Francia el favor de que se pusiese por nombre
Borbon á la primera estrella que fuese descubierta . En Roma tam
bien tuvo buena acogida; pues consta que, habiendo ido á esta ciu
dad Galileo poco tiempo despues de haberlo dado á luz , fué suma
mente agasajado de los Cardenales y hasta del mismo papa Paulo V ;
el cual, contra lo que se hallaba prescrito en el ceremonial acostum
brado, no consintió que Galileo le hablase de rodillas . Fué tan bri
260 La Religion católica

llante el suceso que obtuvo el autor del Nuncio sidéreo en esta su


primera ida a la ciudad eterna , que el cardenal del Monte , uno de sus
más apasionados patrocinadores, pudo escribir el 31 de Mayo de este
mismo año al gran duque de Toscana lo siguente : “ Galileo ha dado
y , segun creo , recibido tambien mucha satisfaccion durante su viaje
porque ha tenido tan buena ocasión de mostrar sus descubrimien
tos que todos los hombres instruidos de Roma los consideran , no sólo
como muy verdaderos y muy reales , sinó tambien como sumamente
maravillosos ,, ! . El mismo Galileo da cuenta á sus amigos de esta
tan favorable acogida, escribiéndoles las siguientes palabras : “ He
sido recibido con favor por muchos Cardenales , Prelados y diversos
Principes, los cuales han querido conocer mis observaciones , 2. “ Por
lo que hace á mis negocios particulares, todos los entendidos los
miran con buenos ojos, y en especial los Padres Jesuitas ,, 3. Estos,
en efecto, al revés de lo que han escrito los enemigos de la Religion
para desacreditarlos , habían reconocido y confesado la verdad de
las observaciones hechas por Galileo ; pues interrogados por el car
denal Belarmino los astrónomos del Colegio Romano , que á la sa
zon eran los Padres Clavio, Griemberger , Malcozzo y Lembo , sobre
las estrellas fijas, la via láctea , la naturaleza de Saturno, el cambio
de figura de Vénus, la superficie desigual de la luna y el número de
estrellas móviles alrededor de Júpiter , dieron una respuesta confor
me á las observaciones escritas en el Nuncio sidéreo 4 .
Sin embargo , era muy natural que las ideas manifestadas en el ci
tado libro sobre la rotacion de la tierra tuviesen tambien sus impug
nadores , siendo por una parte nuevas y contrarias al torrente comun
de los doctores, formado con las aguas de tan larga y pacífica pres
cripcion del sistema de Ptolomeo y hallándose por otra todavía lejos
de la evidencia, a pesar de todos los razonamientos de su autor. Por
que ha de saberse que Galileo jamás presentó en sus escritos ni ex
plicaciones un solo argumento concluyente en favor de la rotacion
de la tierra : las razones por él aducidas no eran más que probables ,
y algunas de ellas no llegaban á tanto siquiera. " La teoría de Copér
nico , dice con mucha razon César Cantú hablando de Galileo s , no

I Opere di Galileo Galilei; tomo viII, pág . 145. Firenze, 1842-1856.


2 Ibid ., tomo vi, pág . 157 .
3 Ibid ., ibid .
4 Thid ., tomo vili , pág. 160-161 ,
5 Historia univ., traducida de la sétima edicion al español por D. Nemesio
Fernandez Cuesta, tomo v, pág . 384-385 , Madrid, 1856 .
y el movimiento de la tierra . 261

podía tenerse por indudable segun los conocimientos de entonces,


cuando no se habían observado aún los fenómenos de la aberracion ,
la depresion de la tierra por los polos , el levantamiento de las aguas
en el Ecuador, ni la variacion del péndulo segun varía la latitud ;
ántes bien se dudó de los experimentos , hasta que se pensó que la
atmósfera de la tierra gira con ella . Grandes dificultades ofrecía , sin
embargo, en tal sistema la maravillosa distancia de las estrellas fijas
porque faltaba todavía paralaje anual . No olvidaremos decir que
Copérnico creía , como sus contemporáneos, que la órbita de los as
tros era necesariamente circular ; por lo cual, si bien explicaba la
alternativa de las estaciones mediante el paralelismo que conserva
todo el año el eje de la tierra, se veía precisado á atribuir tal con
servacion a un tercer movimiento . Descartes negó en algunos pun
tos la doctrina copernicana ; Gassendi no se atrevió á proclamarla;
Bacon se burló de ella como repugnante á la Filosofía natural , y el
mismo Galileo dudó en abrazar aquel sistema , siendo de notar que
las razones que en apoyo de su opinion aducia eran falsas., “ He
leido , continúa el mismo autor en la nota ' , en el riquísimo archivo
de Rinuccini , de Florencia, un autógrafo de Galileo de los últimos
años de su vida, en el cual , sea cual fuere la causa , se separa de la
teoría de Copérnico , dando las razones físicas que le inducían á ello .
Y á la verdad , eran tales que no podían dejar satisfecho á ningun
sabio 2 ; así como hoy sería imposible dudar de aquella teoría en vis
ta de los argumentos de irrecusable evidencia que ignoraban los
contemporáneos de Galileo .,,
En efecto ; los argumentos demostrativos de la rotacion de la
tierra estaban reservados á los trabajos posteriores de Newton ,
Bradley , Laplace , etc. , y al novísimo experimento de M. Foucault,
practicado con el péndulo en Santa Genoveva . Riccioli , en su Al
magestum novum , publicado en 1653, examina los que entonces se

I Ibid ., pág. 385 , nota.


2 Más clara nos parece que hubiera sido presentada la idea del texto original si
el traductor le hubiera conservado la misma forma que allí tiene . El texto italiano dia
ce asi: “ Mette in evidenza gli argumenti fisici che ve lo indussero. E per verità erano
tali che un savio non poteva acchetarsi del tutto in questa sentenza. ,, Estas últimas
palabras significan que las razones traidas en aquel escrito por Galileo eran tan pode
rosas que ningun sabio al considerarlas podía quedarse tranquilo en la sentencia co
pernicana. En la version este pensamiento no parece expresado con la debida claridad ,
y algun lector irreflexivo podria imaginarse quizá, por el contrario , que á ningun sa
bio podían dejar satisfecho de su propio valor.
262 La Religion católica
aducían por Galileo y sus secuaces , y hace ver la falsedad áun de
aquellos que se consideraban más fuertes , y que eran dados como
enteramente convincentes é irresistibles . Sin embargo , todo esto
no hubiera perjudicado nada á la opinion de Galileo si , permane
ciendo éste siempre en el terreno propio de las ciencias naturales y
astronómicas , no se hubiera metido á explicar la divina Escritura
echándola de teólogo sin haber cultivado este estudio , queriendo
corregir la plana á toda la inmensa multitud de Escolásticos y Pa
dres antiguos de la Iglesia sin razones suficientes para ello , y dic
tándoles leyes de interpretacion que no estaban conformes con el
criterio católico y verdaderamente justo . Lo que debiera haber he
cho el autor del Nuncio sidéreo era no meterse en interpretaciones
de la Escritura , sinó reforzar más y más sus raciocinios naturales,
presentando nuevas y más luminosas observaciones físicas y astro
nómicas hasta conseguir demostrar la rotacion de la tierra de una
manera irrefragable . De esta suerte habían corrido con plena liber
tad , en tiempos no muy lejanos al suyo , las doctrinas de Nicolas
de Cusa y el libro de Copérnico De revolutionibus orbium coele
stium , en , que se enseñaba la rotacion de la tierra , alrededor del sol ;
porque ha de saberse que este libro no fué puesto en el Índice ro
mano en vida de Copérnico , sinó más tarde, con ocasion de haber
sido delatado Galileo á la Inquisicion romana . Pero el impetu y ru
deza natural de este grande hombre en su manera ordinaria de ata
car á sus contrincantes, no le dejaron mantenerse firme en su terre
no propio . Bien es verdad que merece alguna disculpa en esto , por
haber sido sus adversarios los que le indujeron á ello . Un religioso
llamado Sizi , en un libro titulado Dianoia astronomica , fué el pri
mero en apelar á los argumentos de la Escritura para refutar la
doctrina copernicana. Bien pronto sus ideas y modo de discurrir se
propagaron á otras personas ménos instruidas , y la gran duquesa
Cristina , ayudada de algunos profesores, sostuvo contra el bene
dictino P. Castelli , amigo intimo de Galileo , que la doctrina de éste
era contraria á la Sagrada Escritura . Encendida ya así la disputa
en el terreno de la Teología , un fraile dominico , llamado Caccini,
cometió la imprudencia de lanzar desde lo alto de la cátedra sa
grada , en una de las iglesias de Florencia , acerbas diatribas con
tra la referida doctrina , nombrando á Galileo por su propio
nombre , y diciendo que allí mismo , en aquella ciudad , la enseña
ba , siendo contraria á la Sagrada Escritura. Empero , a pesar de
todo esto , el matemático y astrónomo no debiera haberse dejado
y el movimiento de la tierra . 263

alucinar, emprendiendo un camino escabrosísimo y nuevo en su


modo privado de interpretar la Escritura . Bastábale , por esta par
te , con la satisfactoria respuesta que el General de los Dominicos
le había dado en contestacion á una carta suya , en que se quejaba
del mal comportamiento guardado por el P. Caccini . En efecto,
el Rdo. P. General de la Religion dominicana , en carta de lo de
Enero de 1615 , le manifestó el gran disgusto que le había causado
la conducta de dicho Padre , escribiéndole entre otras cosas lo si
guiente : “ Aunque conocía el carácter del indivíduo , fácil en mudar
de opinion , y la categoría de quien le había inducido quizá á ha
blar, jamás hubiera creido que llegase á tanto su locura. Esta sali
da ha sido reprobada por todos los hombres prudentes , é impedirá,
á lo que pienso , que el P. Caccini sea teólogo del cardenal Arrigo
ni , cargo que intentaban procurarle sus parientes . Ya en otra oca
sion había hecho con una accion semejante, predicando en Santo
Domingo de Bolonia , que el cardenal Justiniani, á la sazon Legado
en esta ciudad , le obligase á retractarse , '.
Pero Galileo no era hombre que se contentase en estas materias
con cualquier género de satisfaccion : había impugnado siempre á
los peripatéticos con una rudeza extrema , creándose con esto mu
chos enemigos y haciendo no poco daño al triunfo rápido de sus
propias ideas . Ahora , al verse acometido por esta parte , quiso per
seguir tambien á sus adversarios en el campo mismo que ellos se
habían elegido . Escribió primero una carta al P. Castelli, en que
pretendía rebatir las razones de Caccini , protestando contra las in
terpretaciones de la Escritura comunmente aceptadas , y asentando
como principios otros modos nuevos de interpretar. Esta carta llegó
á manos de otro dominico , el P. Lorini , quien se creyó en el
deber de delatarla al Cardenal presidente de la Congregacion del
Índice . Luego dirigió otra del mismo tenor á la gran duquesa Cris
tina, la cual , como dejamos ya observado , creía ser la nueva opi
nion contraria á las Santas Escrituras. Por otra parte, manifestaba
siempre un ardor tan desmesurado por que todo el mundo opinase
como él , que con razon se podían temer graves daños para la Igle
sia , segun se iban envenenando los ánimos de los contrincantes. Los
Cardenales del Monte , Borghese , Orsini , y otros vários miembros
de la Congregacion del Santo Oficio , le habían recomendado la
moderacion en la manera de defender sus ideas , diciéndole ademas
1

I Opere, tomo vii, pág . 337 .


264 La Religion católica

que , si queria conservar su opinion , podia guardarla en pas , pero


que no hiciese tantos esfuerzos para convencer á los demas y hacér
sela adoptar 1. Mas todo esto era perder miserablemente el tiempo .
“ El se exalta en su opinion , escribía Guichardini , á la sazon minis
tro de Toscana en Roma ; tiene en sus modos una violencia extre
ma que no puede domeñar , ha hecho más caso de su parecer que
del de sus amigos . ,
¿ Qué había , pues , de suceder, dado el estado de gravedad á que
las cosas habían llegado ? El papa Paulo V juzgó que era ya tiempo
de intervenir en el asunto , y encomendó el negocio al Tribunal del
Santo Oficio , á quien por su propia condicion pertenecía . Pues ya
no se trataba propiamente de materias científicas , sinó de religiosas
y pertenecientes á la fe. El resultado de esto fué que la Congrega
cion dicha encargó á los teólogos calificadores el examen de la
doctrina delatada , y éstos la calificaron de absurda en filosofia y
formalmente herética , ó cuando menos errónea en materia de fe.
Oido lo cual , mandó el Papa á Galileo , por medio del Cardenal Be
larmino , que se abstuviese en lo sucesivo absolutamente de enseñar
ó defender la tal doctrina , ó tratar de ella , y dispuso que fuese en
carcelado si rehusase obedecer el precepto 1. No hubo necesidad de
recurrir á este medio extremo : Galileo obedeció , y prometió guar
dar fielmente lo ordenado por Paulo V ; empero estuvo muy lejos
de cumplir lo prometido . Pidió en primer lugar que el Papa y el
Santo Oficio declarasen el sistema de Copérnico fundado en la
Biblia 3. Ademas , no contento con defenderlo como mera hipótesis ,
y sin meterse en el terreno de las Santas Escrituras, segun le había
sido permitido 4 , lo volvió á enseñar nuevamente como una verdad
cierta é inconcusa en su Dialogo sobre los dos sistemas principales
del mundo , habiendo engañado para su impresion al Maestro del Sa
grado Palacio , y presentado probablemente en él , bajo la persona

1 Opere, tomo vi , pág. 227-228 .


2 Manusc . del proceso , fol. 378 .
3 Dispaccio di Guicchardini de 1619.
4 Bartoli en la vida del Cardenal Belarmino. Decreto del 5 de Marzo prohibiendo
la lectura de la obra de Copérnico donec corrigatur. Sobre este decreto escribe
Riccioli en su Almagestum novum , tomo 11 , pág . 496 , lo siguiente: “ Scripta Coper
nici prohibenda esse censuerunt ea ratione , quia principia de motu et situ terreni
globi , Sacrae Scripturae ejusque verae et catholicae interpretationi repugnantia, quod
in homine christiano minime tolerandum , non per hypothesim tractare sed ut verissi
ma adstruere non dubitat. ,
y el movimiento de la tierra . 265

de un necio llamado Simplicio , al mismo papa Urbano VIII , que


tan aficionado se le había mostrado siempre y tantos favores le ha
bía dispensado . “ En 1632 , escribe César Cantú en el lugar arriba
citado , publicó con aprobacion del Maestro del Sagrado Palacio,
aprobacion que si no fué obtenida con violencia , lo fué con aquellos
artificios que conoce demasiado el que tiene que habérselas con la
censura , el Diálogo en que se discurre en cuatro dias de reunion
sobre los dos mayores sistemas del mundo, el de Ptolomeo y el de
Copérnico, y defiende este último ... Los intrigantes envidiosos con
siguieron volver en su contra la benevolencia de Urbano VIII ; y
éste, ofendido de que Galileo, que había sido tan bien tratado por
él , faltase á las consideraciones debidas y á su promesa , y de que
acaso le pintase en su Diálogo en el grosero personaje de Simplicio,
encomendó su exámen á un Consejo de Cardenales, y éstos le re
mitieron a la Inquisicion . Del proceso aparece claramente que la
Iglesia prohibia sostener la inmovilidad del Sol como tésis, pero no
como hipótesis, en atencion á que , si la demostracion hubiera sido
evidente , se hubiera convenido en explicar con arreglo á ésta los
pasajes de la Escritura , al paso que no había necesidad miéntras no
pasase de ser una mera opinion . Galileo tuvo conocimiento de la
prohibicion, pero no se cuidó de ella , y entonces el Tribunal, pro
cedió segun se acostumbraba en aquel tiempo . „ Este Tribunal, en
efecto, despues de los correspondientes exámenes conforme al for
mulario acostumbrado , puesto que en todos ellos negaba el reo ha
ber creido en su interior ser verdadera la doctrina copernicana, re
probada ya ántes en 1616 por la Congregacion del Índice como
contraria á las Santas Escrituras , lo declaró vehementemente sos- I
pechoso de herejía, y en consecuencia le obligó á hacer delante de
los mismos inquisidores profesion de fe y á abjurar los errores en
que, segun ellos , había incurrido al defender el sistema de Co
pérnico .
La malignidad de los hombres enemigos de la Iglesia y del Santo
Tribunal de la Inquisicion se ha complacido en esparcir la grosera
calumnia de que Galileo recibió malos tratamientos en las cárceles
del Santo Oficio, y á esta idea ha dado acogida con avidez el in
crédulo Draper, diciendo en el capítulo vi de su mencionada obra
que á Galileo, despues de haber hecho el infeliz la abjuracion man
dada, se le volvió á conducir en seguida á la prision, donde fue tra
tado con rigor inhumano durante los dies últimos años de su vida ,
y cuando murió se le negó la sepultura en tierra santa . Empero
266 La Religion católica

nada más falso que semejante acusacion : Galileo , durante todo el


tiempo que duró el proceso de su causa , vivió en el palacio del em
bajador Nicolini ; de allí era llevado en una litera al Tribunal del
Santo Oficio siempre que se le había de tomar declaracion , y ésta
verificada, inmediatamente estaba de vuelta á su morada. Hizose
esta excepcion con él en atencion , no sólo al gran duque de Tosca
na, su protector, sinó tambien á la dignidad de su misma persona,
tan ilustre por sus descubrimientos científicos ; y además porque , á
causa de su edad ya avanzada, no podía ser tan bien cuidado en la
cárcel, adonde había sido conducido cuando comenzaron los inter
rogatorios. Y no se crea que el brevísimo tiempo que estuvo Ga
lileo encarcelado le tuvieron oprimido en las mazmorras , como se
complacen en pintárnoslo los que tienen por arma la mentira : Gali
leo habitó en los aposentos mejores y más cómodos, segun lo ha
bía ordenado Urbano VIII ' . Acabado el proceso , y pronunciada la
sentencia , el Papa al punto le conmutó la pena decretada por el
Tribunal en otra más benigna, dándole por cárcel el mismo palacio
del embajador Nicolini, donde se hallaba . Luégo recibió la orden de
trasladarse á Siena , donde moró por espacio de cinco meses apo
sentado en el palacio del arzobispo Piccolomini, muy afecto y de
voto á su persona , recibiendo de este Prelado excesivas muestras
de cariño , benevolencia y cortesía , como el mismo Galileo nos lo
cuenta 2 .
Por fin se le dió por cárcel definitiva su misma quinta de Arcetri,
donde se hallaba comodísimamente, segun consta de sus mismos
escritos 3. Y áun de allí hubiera sido trasladado bien pronto á Flo
rencia , por la que él suspiraba, si un amigo suyo , llevado de un celo
imprudente en favor de su causa , no hubiera esparcido por la ciudad
de Siena, en un impreso anónimo que publicó al efecto , que el ar
zobispo Piccolomini , no sólo estaba enteramente en las ideas de
Galileo, sinó que además decía haber sido injusta la sentencia de la
Congregacion * . Este impreso , puesto en noticia del referido Tribu
nal, impidió que el ilustre reo pasase pronto á vivir en Florencia,
como él lo deseaba, hasta que al cabo de cinco años, yendo un in
quisidor á informarse del estado de su salud, y dando al Tribunal un

I Opere, tomo ix , pág. 437 .


2 Ibid ., tomo vii, pág. 31 .
3 Ibid ., tomo VII, pág. 364.
4 MS , del proceso , fol. 547 .
y el movimiento de la tierra. 267

informe del gusto de Galileo, fué trasladado éste á su amada Flo


rencia, donde vivió todavía tres años , siendo visitado de sus ami
gos !. Murió á los ocho años despues de haber sido condenado por
el Tribunal de la Inquisicion , y no á los diez , como dice el intré
pido en toda clase de mentiras señor Draper, para que se vea que
nada hay de verdad en sus calumniadoras palabras . Oigamos al
mismo Galileo contar toda la historia de sus infortunios en una
carta escrita al famoso P. Ranieri, discípulo suyo : “ Despues de
la publicacion de mis Diálogos, le dice , fui llamado á Roma por
el Santo Oficio : y habiendo llegado a aquella ciudad el 10 de Fe
brero de 1632 , fuí sometido á la suma clemencia de aquel Tribunal
y del soberano pontifice Urbano VIII , el cual ... me creía digno de
su estima ... ; fui arrestado en el delicioso palacio de la Trinidad de
los Montes, en casa del embajador de Toscana . Al dia siguiente
vino á verme el padre comisario Lancio , y llevándome consigo en
coche, me hizo por el camino varias preguntas . Entre estos diálogos
llegamos al palacio del Santo Oficio... Al punto fui presentado por
el comisario á Mons. Vitrici , asesor , y con él hallé dos religiosos
dominicos . Ellos me intimaron cortésmente que produjese mis ra
zones en plena Congregacion , y que se daría lugar á mis disculpas
en el caso de ser juzgado reo ... ; finalmente , fui obligado á retrac
tarme de esta mi opinion , y en pena me fué prohibido el Diálogo;
y licenciado de Roma á los cinco meses , me fué dada por cárcel
con generosa piedad la habitacion del amigo más querido que tenía
en Siena , el señor arzobispo Piccolomini, de cuyo finísimo trato goce
yo con tanta quietud y satisfaccion del ánimo , que allí volví á em
prender mis estudios, encontré y demostré gran parte de mis con
clusiones mecánicas sobre la resistencia de los sólidos con otras es
peculaciones ; y pasados cerca de cinco meses , cesado que hubo en
mi patria la peste, me fué conmutada por Su Santidad la estrechez
de aquella casa en la libertad del campo, tan agradable para mí, de
donde me volví á la granja de Bellavista, y despues á Arcetri , don
de todavía me encuentro respirando este aire saludable , vecino de
mi cara patria Florencia .,,
Pasado que hubo á la otra vida este hombre célebre , los florenti
nos quisieron levantarle inmediatamente una estatua dentro de la
iglesia de la Santa Cruz , en Florencia . Mas el Papa se opuso á ello
por no parecerle bien que un hombre condenado por la Inquisicion

I Opere, tomo x, págs. 281 , 290 .


268 La Religion católica

fuese asi honrado , y dió aviso de ello al embajador Nicolini " . Ade
más, el inquisidor de Florencia , de órden del Cardenal Barberini,
dió algunas disposiciones por escrito acerca de las exequias que se
habían de hacer al difunto , del epitafio y de la oracion fúnebre , con
el objeto de impedir el fausto y pompa excesivos , que en aquellas
circunstancias hubieran podido parecer una especie de protesta
contra el Tribunal del Santo Oficio . De aquí nació la fábula , inven
tada por los enemigos de la Iglesia y acogida con fruicion por Dra
per en su infamante libelo , de que no se consintió enterrar en lugar
sagrado el cadáver de Galileo , sinó que se mandó arrojarle a un
muladar . Bien se ve que los Racionalistas son tan amantes de la
moral como de la religion.
Ahora bien ; en todo el proceso de esta causa , qué cosa se puede
encontrar que con razon pueda ser llamada victoria de la ciencia
contra la religion . Ninguna absolutamente . Las demostraciones
dadas posteriormente sobre el movimiento de la tierra alrededor del
Sol prueban que tanto la Congregacion del Índice en 1616 , como la
de la Santa Inquisicion en 1633 , se engañaron juzgando ser falsa y
absurda en Filosofía , y errónea ó contraria á la Sagrada Escritura
en Teología , la opinion de Copérnico sobre el movimiento de la
Tierra . Hé aquí lo único que ha obtenido la ciencia : ha sabido más
que los dos tribunales dichos, ha corregido su error, y en esta parte
los ha vencido . ¿ Mas es esto vencer a la misma Iglesia ? Los decre
tos de las dos Congregaciones salieron en nombre de ellas mismas:
no era el mismo Papa quien hablaba en ellos á la Iglesia universal ,
sinó únicamente sus delegados , y el dón de la infalibilidad no lo ha
prometido Dios á los delegados del Papa , sinó al Papa mismo . Y
aún más ; este dón de la infalibilidad no lo tiene el mismo Papa en
todo cuanto obra ó enseña , como algunos neciamente se lo han
imaginado , sinó sólo cuando , al ejercer el oficio de Doctor y Pastor
de todos los cristianos, define, en virtud de su suprema autoridad
apostólica , que debe ser tenida por la Iglesia universal alguna doc
trina de fe ó costumbres . Esto es lo que ha definido la Iglesia mis
ma en el concilio Vaticano ? , y de esta misma manera se había en

*I Opere , tomo xv , págs. 403 , 404 .


2 Const. dog. De Eccles. Christi, cap. IV . Las palabras del Concilio son estas:
“ Docemus et divinitus revelatum dogma esse definimus : Romanum Pontificem , cum
ex cathedra loquitur , id est , cum omnium christianorum Pastoris et Doctoris munere
fungens pro suprema sua auctoritate , doctrinam de fide vel moribus ab universa Ec
clesia tenendam definit , per assistentiam divinam , ipsi in beato Petro promissam ea
el movimiento de la tierra . 269

tendido siempre la infalibilidad del Papa ; pues todos los teólogos


han creido en todo tiempo que el Papa puede equivocarse cuando
discurre , obra ó enseña como doctor particular, porque para estos
casos no tiene prometido el auxilio del cielo .
Los enemigos de la Iglesia , viendo que entendida así la infalibili
dad del Papa todos sus triunfos vienen a convertirse en meras idea
lidades y vanos fantasmas, claman contra este modo de proceder
de los Católicos , y dicen que ellos no entienden de semejantes su
tilezas . A esto les responderemos nosotros que , si no entienden la
doctrina católica , no se pongan á hablar contra ella ; y si la entien
den ( como es lo cierto , que muy bien saben , por lo menos muchos
de ellos , lo que decimos y creemos ) , no calumnien torpe y villana -
mente , llamando Iglesia lo que no es tal. Con semejante manera de
combatir no conseguirán otra cosa sinó manifestar su mala fe y la
perversidad de sus corazones . Los Católicos saben muy bien á qué
atenerse : cuando se habla de Iglesia docente , saben que por ella se
entiende el Concilio universal de Obispos legítimamente presidido
por el Papa , ó el Papa mismo hablando ex cathedra , esto es , ha
blando él mismo , y no sus oficiales ; y hablando , no de cosas cua
lesquiera , sinó de las pertenecientes a la fe y costumbres ; y áun de
éstas hablando , no como doctor particular, sinó como Pastor uni
versal que ejerce el oficio de enseñar á todos los cristianos, y les in
tima , en virtud de su suprema autoridad apostólica , la obligacion
que tienen todos ellos de tener por revelado ó cierto lo que él como
tal les presenta . ¿ A qué nos vienen los Racionalistas con tamañas
vaciedades , diciendo que ellos no entienden de sutilezas porque de
cimos los Católicos que ni el Supremo Tribunal de la Inquisicion ni
el del Índice son el Papa mismo hablando ex cathedra ? ¿ Por ventu
ra la Sala última de Audiencia en un reino es lo mismo que el Rey
de la nacion ? ¿ Sus decretos no son todavía reformables por éste ?
Pues lo que es la última Sala de Audiencia en un reino , esto mismo
son los tribunales de la Inquisicion y del Índice en la Iglesia , cada
cual en su género . Juzgan con autoridad suma , pero delegada ; juz
gan en nombre del Papa , ó sea en virtud del nombramiento ejerci
do por el Jefe supremo de la Iglesia , pero con responsabilidad pro
pia , y no del Papa . Por consiguiente , si se equivocan en sus juicios ,
no es el mismo Papa quien se equivoca , sinó unos dependientes

infallibilitate pollere , qua divinus Redemptor Ecclesiam suam in definienda doctrina


de fide vel moribus instructam esse voluit. ,
270 La Religion católica

suyos , como en el caso de equivocarse la Suprema Audiencia no


es el Rey , sinó ella , quien padece la equivocacion .
Se dirá quizá que el Papa no corrigió el juicio de sus delegados,
ántes obró en consecuencia de él , ratificando la pena por él decre
tada y conmutándola luego en otra más benigna. Mas esto nada
perjudica á su infalibilidad ; obrando así , nada enseñó á la Iglesia :
se remitió solamente al juicio dado por los miembros de los Tribu
nales nombrados por él , y dió por legítimo lo que legitimamente
habían ellos ejecutado , sin ponerse él á examinar la causa ni á ense
ñar nada á la Iglesia en materia de doctrina. ¿ Cuántas veces hacen
esto mismo en las causas civiles los Reyes ó supremos gobernantes
del reino ? ¿ Han de examinar ellos por sí mismos todas las causas?
Sentenciadas por sus Tribunales , las dan por legitimamente senten
ciadas y mandan se ejecute lo decretado en ellas . Pero claro está
que aquel juicio no es absolutamente último , y que falta todavía el
del Poder supremo . Se replicará que , a lo menos, no debiera haber
consentido el Papa que á Galileo le exigiese el Tribunal del Santo
Oficio la retractacion franca y sincera de lo que él falsamente con
sideraba como un error , sabiendo que el Tribunal se podía equivo
car en sus sentencias , y que , por consiguiente , obligando al reo á
profesar como verdadero lo que podia ser un error, le obligaba á
participar de la misma equivocacion . No han faltado católicos cier
tamente a quienes ha parecido haberse extralimitado en esto el San
to Oficio , exigiendo una profesion de fe que , segun ellos , no podía
exigir por no estar dotado del dón de la infalibilidad . Pero el error
de éstos es refutado plenísimamente por el P. Franzelin , el cual en
el tratado De divina Traditione , hace ver con la mayor eviden
cia que tambien las Congregaciones del Indice y de la Inquisicion
pueden obligar á recibir sus decisiones con asentimiento interno,
aunque no tan perfecto y absoluto como el que corresponde al acto
de fe sobrenatural , sinó con otro de un órden inferior é intrinseca
mente falible, como fundado , no precisamente en la autoridad di
vina , sinó en un motivo humano de prudencia . En efecto : el asenti
miento interno puede tener un grado de adhesion más o menos
perfecto : cuando el maestro que enseña es infalible , el asenti
miento debe ser firmísimo, como fundado en la veracidad del mis
mo Dios infalible , que le ha dado la infalibilidad . Cuando empero
no tiene esta infalibilidad , la prudencia dicta que nos sujetemos

1
Thes, xii Schol , princip. vi , coroll. 2 , pág. 128 et seq. Romae , 1875 .
y el movimiento de la tierra. 271

á sus decisiones en cuanto podamos y con la firmeza de asenti


miento que nos sea posible , siempre que no veamos con evi
dencia que es un error lo que se nos manda profesar como una
verdad , o que es una verdad lo que se nos manda detestar como
un error .
Cuando la Congregacion del Santo Oficio exigió de Galileo la
retractacion dicha >, entonces la doctrina del movimiento de la Tier

ra distaba todavía mucho de la evidencia , no era más que proba


ble ; y así el Tribunal , aunque falible , estaba en su derecho al de
mandar al reo la retractacion dicha ; y éste á su vez , no teniendo
evidencia de que el Tribunal se equivocaba en su juicio , estaba
obligado a adherirse á él en cuanto con su buena voluntad pudiese .
Y por aquí se verá tambien la prudencia con que procedieron uno
y otro Tribunal en esta causa , por más que entrambos se hubieron
equivocado , porque juzgaron segun la ciencia que se tenía entonces.
La Sagrada Escritura decía en algunos lugares que el Sol gira alre
dedor de la Tierra , saliendo en Oriente y poniéndose en Occiden
te ; por otra parte , la prudencia dicta que en el interpretarla nos
atengamos siempre al sentido material , á no ser que razones gravi
simas y evidentes nos obliguen en algun caso á tomarla en sentido
metafórico. Este es un cánon de interpretacion dictado por la pru
dencia , puesto que de otra manera no quedaría nada cierto en la
Escritura , y sería ésta una revelacion enteramente inútil . Este cánon
lo habían observado religiosamente todos los Padres de la Iglesia
al interpretar el sagrado texto , y lo guardan siempre los jueces de
las sociedades humanas en la interpretacion de las leyes que les
sirven de regla en sus juicios. Por tanto , mientras que la razon no
demostrase con sus argumentos naturales que la Tierra se movía
alrededor del Sol , los del Tribunal debían decir que la doctrina
copernicana era contraria á la Escritura ; porque en esto no afirma
ban sinó la purísima verdad , esto es , que la tal doctrina era contra
ria al sentido material , único admisible en el estado en que entón
ces se hallaba la ciencia. Por eso su juicio no era enteramente
absoluto , ni estaba concebido en tales términos que no permitiese
discurrir á los sabios acerca del movimiento de la Tierra por via de
hipótesis, hasta que esta hipótesis se convirtiese en tésis, andando
el tiempo , con las nuevas observaciones . Asi , el papa Urbano VIII,
en una conversacion particular tenida con el cardenal Hohenzollern ,
dijo las siguientes palabras : “ Jamás ha condenado la Iglesia,
ni condenará tampoco , la opinion copernicana como herética , sinó
272 La Religion católica

solamente como temeraria , ! Porque , en efecto , era á ſa sazon te


merario apartarse del sentido literal de la Escritura , no presentando
la ciencia todavía razones convincentes que obligasen á explicar el
sagrado texto en el sentido que ahora se le atribuye. Y el P. Grassi ,
jesuita muy entendido en materias astronómicas, contemporáneo
de Galileo , á quien había refutado en su libro intitulado Libra as
tronomica , y nada ignorante en lo perteneciente al dogma , no dudó
en proferir las siguientes palabras: “ Cuando se encuentre una de
mostracion de este movimiento , entonces se deberá explicar la Es
critura de un modo distinto del presente : ésta es la opinion del
cardenal Belarmino , 2. Lo mismo expresaba el P. Fabri , peni
tenciario mayor de Roma , al escribir el año de 1661 , poco despues
de la condenacion de Galileo , las líneas siguientes en un opúsculo
sobre Saturno : “ Cuantas veces se ha preguntado á vuestros cori
feos si tenían alguna demostracion sobre la cual se pudiese fundar
el movimiento de la Tierra , ellos no han osado responder afirma
tivamente : nada se opone por tanto á que la Iglesia entienda estos
textos en el sentido literal , y declare que se les debe entender así
hasta que venga á establecerse lo contrario con alguna demostracion .
Y si por casualidad llega el día en que vosotros imaginais una , lo
cual se me hace muy difícil de creer, la Iglesia no dudará un ins
tante en declarar que estos pasajes deben ser entendidos en uni
sentido figurado é impropio , como estos versos del poeta : Terrae
que urbesque recedunt.
Esto es precisamente lo que hizo la Congregacion del Índice:
cuando la demostracion del movimiento de la Tierra fué dada por
los Astrónomos ; entonces , al instante , levantó la prohibicion que
había dado de leer los libros en que se defendía como tésis la doc
trina copernicana, y todos los cristianos fueron libres en escribir
sobre esta materia cuanto se les antojase. Había cesado de ser te
merario interpretar los textos de la Escritura en un sentido metafó
rico é impropio con la demostracion que obligaba a abandonar el
sentido material , y alzó en su consecuencia la prohibicion hecha
en 1616 , apoyándose en el mismo cánon de interpretacion escritu
raria que la había motivado . Porque el cánon que manda interpretar
el sagrado texto , ateniéndose al sentido material , manda tambien al
mismo tiempo que esto no se haga , sinó ántes bien se recurra al

I Opere , tomo vi, pág. 296.


2 Id . , tomo ix , pág. 65 .
y el movimiento de la tierra. 273

metafórico, cuando el material pugna con alguna verdad natural


evidentemente demostrada , ó con algun dogma evidentemente en
señado por la Iglesia .
Los Racionalistas quisieran que los Católicos abandonásemos por
completo las Sagradas Escrituras, y no tengamos para con ellas
miramiento alguno en nuestras investigaciones científicas. Pero mién
tras no nos demuestren que nuestra Religion sacrosanta no viene
de origen divino , y que las Sagradas Escrituras no han sido inspi
radas por Dios , lo cual no podrán hacer jamás, nosotros obraremos
con sanísima prudencia conservando al texto sagrado el respeto que
se merece , y siguiendo el cánon de interpretacion sapientisimo ob
servado en todos tiempos por la Iglesia Católica . Con esto tendre
mos por enemigos á los Racionalistas , pero no á la razon ni á la
ciencia !

1 Sobre esta materia pueden verse los importantes artículos de la Revue des ques
tions scientifiques, escritos por M. Ph . Gilbert, profesor en la Universidad católica de
Lovaina , los cuales nos han servido mucho para este capítulo . Posteriormente La
CIENCIA CRISTIANA ha dado á la luz pública en nuestra patria , traduciéndolo del
aleman , un excelente trabajo del P. H. Grisar , S. J. , que puede verse en los tomos
v , vi , ix y x. Tambien La Civiltà Cattolica ha escrito en diferentes ocasiones sobre
este tan manoseado asunto .
CAPÍTULO XVII

EL CATOLICISMO Y LA RELIGION CRISTIANA


RESPECTO AL DILUVIO .

N los capítulos vi y vi del libro del Génesis se halla referi


do el gran cataclismo del diluvio universal , ejecutado por
Dios con los hombres á causa de sus muchos pecados;
diluvio en el cual descargó el Señor la terrible inundacion en que
fueron anegados todos ellos , excepto Noé con su familia y con los
animales que por orden de Dios habían sido introducidos en el arca
salvadora . Esta narracion es considerada por los Racionalistas como
una de tantas fábulas de las que se leen en los libros de la mitología
pagana , y contra su verdad se levantan orgullosos en nombre de la
ciencia . Hovelacque se expresa acerca de ella en estos términos:
“ Es un mito el diluvio universal , una fábula , una leyenda ... En nin
guna parte se han hallado vestigios geológicos de un verdadero
diluvio 1. Lo mismo escribe nuestro héroe americano , añadiendo

que el estado del mar y de la atmósfera hace imposible semejante


catástrofe. Sin embargo , la tradicion de todo el género humano , la
cual en materia de hechos históricos vale por cierto algo más que
las simples negaciones de un incrédulo cualquiera , enseña con toda
evidencia que el tal cataclismo ha tenido lugar efectivamente en el
3 , los
mundo . De él nos dan cuenta los Babilonios ? ; los Fenicios 3.
Frigios , los Sirios 5 , los Persas , los Chinos 7 , los Indios 8 , los

1 Lettre sur l'homme préhistorique, pág. 6, 1875 .


2 Beroso ( edic. Richter), pág . 52 ; item Syncello, Chronograf , pág. 29.
3 Josefo , Antiquit. , tomo 1 , pág. 4 , y Sanchoniaton ( edic. Orelli ), pág. 32 .
4 Comp. Buttmann, über den Mythus der Sündſluth, Berlin , 1819, pág. 35 .
5 Luciano, De dea Syra, caps. xii y xin .
6 Boundehesch , tomo ili, pág. 7 .
7 Klaproth , Asia polyg., pág. 12.
8 Bopp, Die Sündfluth nebst drei Episoden des Mahabarata, Berlin, 1829, pág . ni
El Catolicismo y la Religion cristiana , etc. 275

Griegos " , los Egipcios ?, los Mejicanos 3 , los Peruanos 4 , los habi
tantes de Tahiti 5 , del Orinoco y de la América del Norte , los
Japoneses 7 , los Celtas 8 , los Germanos " , y , en fin , los Romanos to .
Ya Josefo en su tiempo escribía que ésta era la tradicion comun
de todos los pueblos, y luego cita en comprobacion de ella á varios
escritores antiguos , pertenecientes á distintas naciones del mundo .
En nuestros dias han sido descubiertas entre los escombros de Ní .
nive unas tablillas de barro cocido , verdaderas hojas de los libros
usados por los asirios , en las cuales se halla tambien descrita la
tradicion del diluvio . Formaban parte de la gran biblioteca del rey
Assurbanipal ó Sardanapalo , y en ellas se halla escrito haber sido
tomada toda aquella relacion de la biblioteca real de Babilonia .
Draper hace tambien mencion de estas tablillas ; y en lugar de infe
rir de ellas , como era razon , la verdad de la narracion mosaica, ha
concluido todo lo contrario , diciendo que aquello tambien es una
leyenda , y ha proferido ademas la profunda sentencia de que ha
sido tomado de allí cuanto se cuenta en el Génesis. Cada uno ve las
cosas como se le antoja . Sin embargo , si el sapientísimo escritor
hubiera querido tomarse el trabajo de comparar narracion con nar
racion , hubiera visto con la mayor evidencia que entrambas tienen
en verdad un fondo comun , y vienen , por consiguiente , de la tra
dicion primitiva , originaria de la familia de Noé , pero que difieren
demasiado entre sí en los pormenores para que pueda decirse copia
da una de otra . Por lo demas , si hubiéramos de pensar esto último ,
más bien debiéramos decir que los babilonios copiaron de los he
breos , que no éstos de los babilonios , porque en la descripcion ba

I Buttmand , obra cit.


2 Platon , Timaco , pág . 25 , y Diodoro , tomo 1 , pág. 10.
3 Herrera , déc. 1. “, lib. ix , cap. iv ; Çlavigero , Historia de Méjico , tomo 1 .
4 Gomara, Historia de las Indias ( edic. Rivadeneyra), pág. 233 ; Herrera , l. cit .;
Clavigero, tomo 11 ; Humboldt, Reise in die Æquinoctial Gegenden , tomo. II , p. 406 ;
Ansichten , Der Cordill, pág. 26 .
5 W. Ellis, Polynesian Research, Londres , 1830 , tomo I, pág. 57 .
6 Gumilla , Historia natural, civil , política , etc., del Rio Orinoco. Sobre las tra
diciones entre los indios del diluvio , tomo 11 , cap . 1.
7 Stuhr, Religion de Oriente, pág. 41 .
8 Mone, Nordisch Heidenth , tomo 11, pág. 491 .
9 Edda, Doemasage, cap . vi. Pueden verse reunidos los testimonios citados en
Lambert (Le déluge mosaïque , 1870 ), en Gainet ( Accord de la Bible et de la Géologie,
1876 ), y en Marcel de Serres ( La Cosmog . de Moises, tomo I, cap. 11.)
10 Ovidio , Metamorph ., lib . i.
276 El Catolicismo la Religion cristiana

bilónica se encuentra la misma turba de dioses y de diosas innume


rables que en todos los demas países antiguos; y , por otra parte,
nada se presenta en ella que revele la creacion del mundo , mientras
que el Dios del Génesis es único y criador de cielos y tierra .
Tiene gracia la ocurrencia del profesor americano , dirigida a re
chazar la autenticidad del Génesis , pues dice que , á ser de Moises
este libro , no se viera en el puesto el Mediterráneo al Occidente,
sinó al Norte. ¿ Quién ha dicho á nuestro profundo observador que
Moises escribió su libro en Egipto , como supone , y no en el desier
to , al Oriente del mar Mediterráneo ? No pensaba así su gran pa
triarca Voltaire , cuando para negar la autenticidad dicha escribía que
en el desierto no podía haber papiro para el efecto. Así se retuerce
siempre la incredulidad , deseosa de hallar algun arrimo para no
creer lo que no le agrada. « Faltarían á Moises tablillas de barro en
el desierto ?
Es tan clara y manifiesta esta tradicion de todos los pueblos en
órden al diluvio , que hasta los mismos impios , Bailly , Fréret , Bou
langer y otros , a pesar del odio inmenso que profesaban á la Reli
gion cristiana , no han podido ménos de sucumbir á su irresistible
fuerza , y han rendido tributo abiertamente á la veracidad de la Es
critura. “ ¿ Por qué , dice Bailly en sus Cartas sobre las ciencias, el
derramamiento del agua forma la base de todas las fiestas antiguas?
¿ Por qué estas ideas de diluvio , de cataclismo universal ? ¿ Por qué
estas fiestas , que no son sinó conmemoraciones ? Los caldeos tienen
su historia de Xixutro , que no es sinó el Noé desfigurado; los egip
cios decían que Mercurio había grabado los principios de las cien
cias en columnas que podrían resistir al diluvio . Los chinos tienen
tambien su Perrun , mortal amado de los dioses , que se libra de la
inundacion general en una barca . Los indios cuentan que el mar ha
inundado la tierra , excepto una montaña situada hacia el Norte;
una sola mujer con siete hombres se retiró á ella , donde se salvaron
igualmente dos animales de cada especie. “ La idea del diluvio ,
dice Fréret , tal como la encontramos entre los diferentes pueblos,
es la tradicion de un hecho histórico . No se trata en manera alguna
de perpetuar la memoria de un hecho que nunca ha sucedido . Estas
historias , diferentes en la forma é idénticas en el fondo , en las
cuales aparece siempre un mismo hecho , aunque siempre transfor
mado ; este consentimiento unánime de los pueblos es , en mi pare
cer , una prueba de la verdad de este hecho . , Y Boulanger: " Es
preciso, escribe en su Antigüedad descubierta , ver en estas tradi
respecto al diluvio . 277

ciones de los hombres un hecho cuya verdad sea reconocida . ¿ Qué


hecho es éste ? Yo no veo otro cuyos monumentos sean más gene
ralmente atestiguados que el de esta revolucion fisica, la cual se
dice haber cambiado en otro tiempo la faz de nuestro globo , y ha
dado origen á una renovación completa de la sociedad humana . En
una palabra , el diluvio me parece la verdadera época de la historia
de las naciones . ,
Esto mismo repite en La Antigüedad justificada, diciendo que
seria preciso ser el más limitado y el más pertinas de los hombres
para dudar de este hecho, si se consideran los testimonios de la Fi
sica y de la Historia , y el grito universal del género humano. Este
grito del género humano es el que movió al sabio Cuvier á escribir
las siguientes palabras : “ Diversos pueblos han conservado un re
cuerdo más ó ménos confuso de esta catástrofe, donde comienza de
nuevo por necesidad la historia de los hombres , en la forma que ha
podido llegar hasta nosotros. Y lo que merece muy particularmente
nuestra atencion , es que los pueblos más aislados entre sí en orden
á las relaciones sociales concuerdan , sin embargo , en colocar este
suceso , poco más ó ménos , en el mismo tiempo , ó sea cuatro ó
cinco mil años antes del presente ( 1820 ) , ' . No de otra suerte que
los escritores anteriores se expresa A. de Humboldt , diciendo :
“ Estas antiguas leyendas de la especie humana , que nosotros halla
mos esparcidas por la tierra como restos de uu gigantesco naufragio ,
presentan un vivo interés al filósofo que profundiza en el estudio de
la humanidad . Por todas partes nos ofrecen las tradiciones cosmo
gónicas de los pueblos una semejanza tal en la exposicion y en las
ideas , que excita nuestra admiracion en el más alto grado . Las di
ferentes lenguas habladas por tribus que parecen enteramente aisla
das unas de otras , nos refieren los mismos hechos. Los datos reales
relativos a la dispersion de las tribus y á las catástrofes de la natu
raleza ofrecen pocas variantes ; sólo que cada pueblo imprime á su
relacion un carácter particular . Tanto en lo interior de los continen
tes como en la más pequeña isla del Océano Pacífico , la montaña
más alta de cuantas aparecen allí cerca es el lugar adonde se refu
giaron para preservarse de la inundacion algunos individuos de la
raza humana , los únicos que quedaron en salvo. Cualquiera que es
tudie con atencion las antigüedades mejicanas en la época que pre
cedió al descubrimiento del Nuevo - Mundo , si conoce , así el interior

1 Cuvier , Discours sur la révolution du Globe.


278 El Catolicismo y la Religion cristiana

de los bosques del Orinoco como las costumbres de las tribus inde
pendientes , y luego compara todo esto con la estrechez y pequeñas
divisiones de nuestras instalaciones europeas, se convencerá de que
no es posible atribuir esta aproximacion en las sobredichas creen
cias de los diferentes pueblos al influjo que sobre ellas hayan podi
do ejercer los misioneros con las máximas del Cristianismo , ' .
Si de la tradicion pasamos á la Geología , hallaremos en ella al
gunos hechos que parecen significar el paso de este cataclismo uni
versal . Las cavernas osiferas nos suministrarán algunos de esta
especie . No todas ciertamente nos pueden servir para este efecto ;
algunas de ellas se conoce haber servido de vivienda al hombre , y
otras de sepulcro . “ La mayor parte de las cavernas de Francia ,
escribe Godron ", de Alemania y de Inglaterra, en las cuales se han
encontrado huesos pertenecientes á nuestra especie , contienen tam
bien productos de su industria , mezclados , como ellos , con restos
de animales. Al lado de estos objetos, los más groseros de la época
céltica, tales como hachas de piedra , puntas de flechas silíceas ,
agujas de hueso , collares de conchas y de dientes de animales, se
han hallado tambien en dichos lugares objetos de origen incontes
tablemente romano ; por ejemplo , pequeñas estatuas y lámparas de
bronce y de tierra fina, vasos de barro rojo con relieves, fragmen
tos de tejas con bordes elevados , vasos recubiertos de esmaltes
pintados de color, brazaletes de jade ó de metal . Se encuentran
ademas allí mismo objetos de una industria más reciente todavía .
Por consiguiente , estas cavernas han sido frecuentadas por el hom
bre en diversas épocas . Las cavernas del Quercy y del Périgord
tienen las marcas más evidentes del trabajo y de la morada de las
antiguas tribus de los Petrocorios y de los Cadurcos , que habitaban
esta parte de la Gaula , y se encuentran a la entrada de las grutas
vestigios de fortificaciones de piedras brutas amontonadas 3. Hanse
observado medios análogos de defensa en la parte exterior de las
grutas del Vivarais 4. M. Alfr. Fontan 5 ha hallado en las cavernas
osíferas de Massat ( Ariège ) cenizas , carbon , un puñal de hierro y
dos medallas romanas , una de las cuales lleva la imágen de Gor

1 Humboldt, Reise in die Æquinoctial Gegenden, tomo II, pág. 408 .


2 D. A. Godron , De l'espèce et des races dans les êtres organisés, etc. , deuxième
édit . Paris , 1872 , tomo 1 , cap . vii , pags. 292-294 .
3 Desnoyers , Dictionnaire d'histoire naturelle de d'Orbigny, tomo vi , pág. 398.
4 De Malbos, Bulletin de la Société géologique de France , tomo x , 1839 .
5 Comptes rendus de la Académie des sciences de Paris, 1858 , tomo xvi , pág . 901 .
respecto al diluvio. 279

diano . La Historia misma nos proporciona documentos que com


prueban la morada de los hombres en las cavernas de Périgord .
Floro : cuenta que César mandó á su teniente Crasso encerrar a los
astutos habitantes de la Aquitania en las grutas adonde ellos solian
retirarse. Aquitani, callidum genus, dice , in speluncas se recipiebant,
Caesar jussit includi. El historiador Eginhart ? cuenta que el rey
Pipino , despues de una lucha prolongada contra los aquitanos y los
vascones , se hizo dueño de la mayor parte de los castillos , rocas y
cavernas en que se defendían los súbditos de Waifre , último duque
de Aquitania ,
" Las grutas , continúa el mismo Godron , han servido tambien
algunas veces de lugares de sepultura . Así , Rosenmüller 3 ha
averiguado que en la gruta de Gaylenreuth , Franconia , existían ,
entre varios huesos de osos de las cavernas y de otros mamíferos
diluvianos, esqueletos humanos enteros , cuyos huesos no se halla
ban esparcidos y dispersos , como sucede siempre con todos los
habitantes antiguos de estas guaridas subterráneas . Los hombres á
quienes pertenecen estos restos habían evidentemente sido sepulta
dos allí 4. En la gruta de Povyland , en Inglaterra , se ha encontra
do casi entero un esqueleto de mujer, con objetos de adorno muy
bastos y del todo semejantes a los que se hallan en los antiguos
sepulcros bretones ; Buckland 5 ha observado que la presencia de
este esqueleto en esta caverna ofrecía los caractéres de una sepul
tura antigua cavada en el barro osífero. La caverna de Burringdon ,
tambien en las Islas británicas , contenía tan grande número de es
queletos humanos , colocados de una manera regular , que ha sido
preciso considerarla como un lugar de sepultura antigua 6. La gruta
de Miallet ( Gard ) , explorada con una sagacidad exquisita por
M. Teissier ? , ha mostrado á este observador huesos humanos de
tal suerte amontonados , que presentaban todas las apariencias de
haber sido depositados en una fosa excavada al efecto en un terreno
cascajoso , donde abundaban los huesos de oso. Estos hechos pare
cen demostrar que los esqueletos humanos hallados en algunas ca

1 L. Annaeus Florus , Rerum romanarum epitome, lib . III , cap . xi .


2 Eginharthus , Annales Francorum , Pipinus, pár. 768 .
3 Rosenmüller , Description de l'ours des cavernes , pág. 2.
4. Desnoyers , Diction . d ' hist. natur . de d Orbigny, tomo vi , pág. 397 .
5 Buckland , Reliquiae diluvianae, pág. 87 .
6 Id . , ibid . , pág. 165 .
7 Bulletin de la Société géologique de France , tomo 11 , págs. 56 á 64 .
280 El Catolicismo y la Religion cristiana

vernas son de tiempos posteriores a la época diluviana , que sepultó


en ellas los restos de otra clase de mamíferos, á pesar de que ahora
se encuentran todos juntos en un mismo terreno . Hasta aquí el
citado Godron .
Pero hay tambien otra clase de cavernas adonde evidentemente
los huesos humanos han sido acarreados de fuera por un fuerte alu
vion juntamente con cascajo , barro , piedras y huesos de otros ani
males ; pues todo este amasijo de cosas se halla revuelto en grande
confusion , conociéndose bien haber sido precipitado todo ello por
las hendiduras de la cueva con grande estruendo , á manera de es
pantosa cascada ó de furiosa avenida. Oigamos al mismo Godron ,
que continúa de esta manera en el lugar citado : “ Por otra parte , se
encuentran tambien con bastante frecuencia huesos humanos en las
cavernas de tal manera confundidos en el cascajo diluviano , que
parecen haber sido introducidos allí al mismo tiempo . Esto es lo que
ha observado M. Schmerling ' en las grutas de Engis y Chokier en
Bélgica . Las observaciones hechas en las cavernas del Mediodía de
Francia han parecido igualmente favorables á esta manera de ver ,
y explican la opinion de algunos sabios naturalistas que las han ex
plorado . Los huesos humanos de la caverna de Bize han parecido
además á M. Tournal 2 presentar el mismo estado y la misma alte
racion que los huesos de los mamíferos antiguos , que se hallan alli
mezclados .
Ninguna de estas cavernas ha podido ser morada de hombres ,
ni lugar destinado para sepulcro de cuerpos muertos . En una de las
que exploró Schmerling hay que entrar arrastrándose por el suelo
tres metros de distancia para llegar á una especie de galería muy
baja , donde no se puede estar sinó de rodillas , la cual conduce á
una cámara de dos metros de alto , lugar donde se encuentran los
referidos huesos con algunos utensilios humanos . En otra no pudo
bajar el citado geólogo sinó descolgándose por una cuerda nudosa

1 Recherches sur les ossements fossiles de la province de Liège, tomo ll , páginas


52 y 176.
2 Annales de sciences naturelles, série 1.a , tomo xviii , 1829 , pág. 244. Reusch ,
en la leccion xxi de su obra arriba citada , trae los razonamientos de Lyell y de Vogt,
que tienden á probar la coexistencia del hombre con los animales cuyos huesos se
hallan mezclados con los suyos en varias grutas , pero bien pueden los tales animales
haber pertenecido á tiempos muy anteriores al hombre , a pesar de que los huesos de
unos y otros se hallen en un mismo terreno. Los aluviones juntan en uno cosas que
han estado en otros tiempos muy separadas entre si.
respecto al diluvio . 281

asegurada en la boca de la cueva . Bien es verdad que estos hechos


por sí solos no prueban con toda evidencia haber sido sepultados
allí hombres y animales juntos por medio de alguna inundacion que
los hubiese sorprendido en vida . Pero no por eso dejará de probar
este fenómeno la existencia de un grande cataclismo, por el cual
fueron arrastrados todos estos restos á los sobredichos lugares , ora
hayan coexistido con el hombre las especies de mamíferos cuyos
huesos allí aparecen , ora hayan vivido en otra época más lejana.
La suma elevacion de las cavernas mencionadas está diciendo con
toda claridad que el acarreo de las aguas en ella ejecutado no pudo
tener orígen en los rios comarcanos, sinó en una inundacion entera
mente extraordinaria y parecida a la descrita por la Escritura, cuan -
do cuenta el cataclismo del diluvio ' .
El mismo argumento se podría formar con los huesos humanos
y utensilios propios del hombre que se encuentran á veces mezcla
dos con huesos de varios animales en las quebraduras de las sierras
entre el cascajo, arcilla y arena , signos manifiestos de haber sido
conducidos á aquellos elevados lugares todos los referidos objetos
por alguna inundacion extraordinaria .
¿ Y qué diremos de los animales helados que a veces suelen en
contrarse en las regiones septentrionales, con las carnes tan frescas
como si acabaran de perecer, siendo así que han pasado en aquellos
lugares una série muy notable de siglos , puesto que pertenecen á
especies ya extinguidas? En 1799 descubrieron unos pescadores tun
gusos, al norte de la Siberia y á orillas del Lena, el cuerpo de un
mammuth perfectamente conservado, y lo mismo les ha acaecido em
este siglo, el año 1877 , á unos pescadores rusos, tanto que han po
dido comer los perros la carne del animal . ¿ Quién ha podido condu
cir á tales lugares los cadáveres de estos animales sinó alguna fuerte
inundacion que los arrebató en su precipitada corriente, pues las
regiones árticas no son consideradas capaces de criar tal linaje de
elefantes ? Lo natural parece pensar que estos animales vivían en el
centro del Asia al tiempo de la inundacion universal descrita por la
Biblia, y que juntamente con una multitud inumerable de otros de
su especie perecieron en ella, siendo arrojados de improviso por las

1 Más adelante diremos, sin embargo, cómo han podido ser los rios comarcanos la
causa inmediata de tal acarreo, sin que por eso deje de ser verdad lo que afirma el
ilustre francés. El diluvio mosáico pudo traer á nuestro globo la época de las grandes
inundaciones, y así introducir por medio de ellas, cuando ya no existía en sí mismo
sinó en sus efectos, los huesos de que aqui se hace mencion .
282 El Catolicismo y la Religion cristiana
aguas hacia el Norte con una velocidad suficiente para que no pu
diesen corromperse en el camino .
Para explicar este precipitado curso de las aguas , bastaria decir
que la inundacion provino en parte de la aparicion repentina del
Himalaya , el cual , segun enseñan los Geólogos, lleva todas las seña
les de una formacion relativamente reciente. Generalmente se ha
creido hasta aquí que las regiones árticas, en tiempos muy distan
tes del nuestro, disfrutaban de un clima más benigno que el actual ,
y que, por consiguiente, pudieron ser morada del mammuth y de
otros animales que ahora no podrían vivir en ellas. No me opongo á
esta opinion, y quizá con ella se podría explicar de otra manera la
gran inundacion de que venimos hablando , como haremos ver más
adelante . Pero no carece de probabilidad la hipótesis próximamente
enunciada, por la cual se atribuye la aparicion de los sobredichos
elefantes en las regiones árticas á la formacion repentina del Hi
malaya . “ Se ha creido hasta ahora generalmente, escribe La Cien
CIA Cristiana tomándolo del Anuario cientifico, que los mammuths
hallados en las regiones septentrionales han vivido antiguamente
en estas regiones, y que los lugares donde se encuentran son los
mismos en que murieron . Un sabio distinguido, M. Bayle, profesa
una opinion muy diferente, sosteniendo que estos animales no han
vivido nunca en la Siberia, sinó que proceden del Himalaya, desde
donde en un gran cataclismo sus cuerpos han sido transportados a la
Siberia por grandes corrientes de agua , las cuales se han congelado
despues . Segun M. Bayle, el tiempo necesario para este transporte
es mucho más corto de lo que generalmente se cree . Los cuerpos
de los elefantes, bastante numerosos en esta época, no han sido lle
vados todos á la Siberia , sinó muchos de ellos se han quedado en
el camino , y sólo han llegado á esta comarca despojos de ellos ,
como los huesos y los colmillos . De ellos exclusivamente es de lo
que se sirven desde hace mucho tiempo los chinos para sus escultu
ras de marfil, ' . Quizá estos animales no tienen ni siquiera la anti
güedad del diluvio , pues el Athenaeum inglés, en Octubre de 1873 ,
anuncia que un habitante de la Siberia Alta se encontró un día con
un mammuth vivo , y que más tarde vió con sus mismos ojos lo
ménos otros dos diferentes tambien vivos . Esto no ha podido com
probarse; pero el estado de los huesos que sobre la misma superfi
cie del suelo se dejan ver con frecuencia en la América del Norte es

I LA CIENCIA CRISTIANA , vol . VII , págs . 287 · 288 .


respecto al diluvio , 283

tal que con razon pueden ser considerados los tales animales como
muy posteriores al diluvio mosaico I.
Pero digase de todo esto lo que se quiera , por lo que hace á la
inundacion extraordinaria de que hablamos más arriba , exponiendo
los fenómenos geológicos de las cavernas, no todos los sabios con
vienen en que la tal inundacion fuese la narrada por la Biblia ; ántes
bien opinan muchos de ellos que no debe considerarse sinó como
un caso particular de las frecuentes avenidas que tuvieron lugar en
tiempo del período cuaternario , muy anterior , segun ellos , al cata
clismo que hallamos descrito en el libro de Moises .
Generalmente se admite hoy dia entre estos geólogos un cierto
espacio de tiempo llamado periodo glacial, de una duracion inmensa
é inmediatamente posterior a la de los tiempos terciarios . A ser ver
dad lo que ellos afirman , durante este largo periodo la extension en
tera del Norte y una parte muy considerable de la zona templada
se hallaron sujetas á una rigurosísima temperatura de frío , resultan
do de aquí quedarse todas ellas cubiertas de una inmensa capa de
hielo . Ademas , desde los Alpes y los Pirineos se extendían enor
mes montes de hielo , de un espesor de más de mil metros , por las
regiones circunvecinas en una extension de muchas leguas ; montes
que, en sentir de estos escritores , constituían otros tantos rios de
hielo dotados de un cierto movimiento de avance hacia las regiones
más calientes, donde, al fundirse con los rayos del sol , dejaban los
grandes peñascos que sobre ellos habían caido de las altas crestas
de los montes miéntras continuaban su marcha . Así quieren expli
car la presencia de algunas piedras , llamadas generalmente cantos
erráticos, en ciertos y determinados lugares muy distantes de las
montañas de donde se suponen haber procedido . Para hacerlas lle
gar desde los montes de Escandinavia hasta las grandes llanuras
del continente europeo , ſingen que todo el espacio intermedio esta
ba ocupado por la mar del Norte , y que siendo acarreadas á ella
por los grandes rios de hielo que salían de los sobredichos montes
y desembocaban en el mar , eran despues transportadas á la playa
opuesta en inmensos carámbanos de hielo . Hé aquí cómo se expre
sa sobre este particular el geólogo Credner en su Tratado de geolo
gia y paleontología , al hablar del período cuaternario : “ La costa
sud del Norte de Europa en la época glacial, dice, puede delinearse

| Puede verse sobre este particular la obra de Suthall intitulada: The recent ori
gin of man, donde se hallan reunidos los datos que comprueban este aserlo .
284 El Catolicismo y la Religion cristiana

con bastante precision. Dirigiéndose de Calais , por Bélgica , en la


direccion de Boon , iba al NE . por la Westfalia y al sud de Hanno
ver hasta el borde norte del Harz, al cual rodeaba en direccion SO .
hasta la Turingia , donde formaba un golfo profundo. De allí corría
oblicuamente por la Sajonia , al S. de Zevicka , Chemnitz , Dresde,
Löbau y Zittau, todo lo largo de los montes de los Gigantes y de
los Sudetas , por la Polonia y la Rusia hasta Tela , y por consiguien
te al S. de Moscou , entonces volvía hacia el NE . y llegaba a la mar
glacial en la extremidad de los montes Urales .
Casi todas las partes de Europa situadas al Norte de esta línea
estaban todavía bajo las aguas . El Océano, por consiguiente , se
hallaba en comunicacion inmediata con el mar glacial de nuestro
tiempo, en términos que las corrientes bañaban directamente los
países hoy día continentales, siguiendo la linea de las costas de en
tónces ; y acarreaban montañas y bancos de hielo, y bajaban por lo

mismo la temperatura de la mar y de las comarcas vecinas á la


costa . Al Norte del continente europeo no se elevaba sinó una isla ,
la Escandinavia, cuyos contornos no eran los de hoy día y cuya su
perficie estaba cubierta de ventisqueros ! . Grandes masas de hielo
partían desde las montañas de la Noruega por Suecia, y llegaban
á la costa cargadas de fragmentos y de peñascos desprendidos de
las crestas abruptas de los montes . La extremidad del ventisquero
avanzaba lentamente, y llegaba por fin á la mar para continuar su
marcha largo tiempo bajo el agua mientras que la presion vertical
no los sacaba de su lugar . Sabemos que las montañas de hielo son
cabos de los ventisqueros que , sumergidos en la mar , se despren
dían y quedaban en libertad con la presion de las aguas . Pronto estas
masas de hielo eran arrastradas por las corrientes que venían del
Norte, las cuales les acarreaban a la costa de Europa, extendida como
una barrera de E. á O. , estrellándose en ella y dejando en el suelo ,
al fundirse , las rocas de Escandinavia que habían transportado, ? ,
Esta hipótesis ingeniosa , sacada de la consideracion de lo que
ahora acontece en los ventisqueros de los Alpes y de otras regiones
muy elevadas , será probable hasta el grado que se la quiera suponer;
pero no puede pasar de esta categoría en el presente estado de la

I La palabra ventisquero, que aqui ponemos, no corresponde á la otra glacier , de


que usan comunmente los franceses ; pero es la que más se le asemeja en nuestra len
gua , y asi hemos apelado á ella siguiendo el ejemplo del Sr. Vilanova'en su Geologia .
2 Credner , Traité de Géologie et de Paléontologie, cinquième partie . Quaternaire,
págs. 621-622 ,
respecto al diluvio 285

ciencia . Sirve , en efecto , para explicar el misterioso fenómeno de


los cantos erráticos, hasta ahora atribuido al diluvio descrito por
Moises ; mas para esto se presenta ella misma tan misteriosa como
el mismo fenómeno que pretende explicar. ¿De dónde ha venido á
esta region tan rigurosa temperatura para que se hayan formado en
ella capas tan inmensas de hielo , así en la extension como en la
profundidad ? ¿ Cómo no se derretian á la presencia del sol en las
dilatadas llanuras que ocupaban , pues los hielos de los Alpes se
conservan porque se hallan resguardados de la accion solar en pro
fundos valles ? La causa de este enfriamiento tan extraordinario en
esta determinada region del globo , es cosa que todavía no ha po
dido ser ideada satisfactoriamente por los Geólogos , a pesar de ha
berse dado varias explicaciones más ó ménos plausibles . Para que
la accion directa del sol no fundiese aquellas masas extendidas por
llanuras inmensas , parece que debió hacer allí un frío sumamente
intenso. Y con un frío de esta naturaleza , ¿ cómo concebir en las
demas partes del globo una evaporacion suficiente para alimentar,
por espacio de innumerables siglos , aquellos ventisqueros tan colo
sales ? Añádase á esto que no se concibe cómo han podido moverse
ni una sola línea aquellas portentosas montañas de hielo , faltando
les por una parte la pendiente necesaria para la posibilidad del
movimiento , y hallándose por otra enclavadas y como ensambla
das con el terreno por ellas cubierto ; puesto que siendo de un gro
sor de más de mil metros , no podían ménos de contener bajo sus
enormes masas profundos valles y elevados montes . El espec
táculo que presentaba la Suiza en la época diluviana , escribe el ci
tado Credner, era muy diferente del que ofrece hoy dia . No sólo
estaban llenos de potentes masas de hielo los valles de los Alpes,
sinó ademas se hallaba cubierta por un depósito de hielo de más
de mil metros de espesor la parte unida de la Suiza juntamente
con los países vecinos . Al lado N. de los Alpes suizos desembo
caban en sus valles los principales rios helados , que se extendían
por toda la llanura y continuaban su movimiento de avance ; los
del Arve , del Ródano , del Aar, de Reuss y de Linth , que llenaban
el ancho valle situado entre el Jura y los Alpes , elevándose hasta
la cresta del Jura , y, por consiguiente , á una altura de 1.300 me
tros ?
¿ Cómo es posible , rcpito , la formacion de tan enormes masas de

Credner, l . cit., pág . 624 .


286 El Catolicismo y la Religion cristiana

hielo en una zona templada y ante la accion directa del sol ? ¿ Cómo
pueden tener su movimiento de avance sin el declive necesario , y
con el obstáculo de los altos montes en que se encuentran empo
tradas ? “ La dificultad , escribe el P. Haté , refutando esta teoría,
no está precisamente en imaginarse lo que fué el antiguo ventisque
ro del Ródano . No comienza uno á reparar en los puntos débiles
de la teoría de los ventisqueros pasados sinó cuando desciende a
los pormenores y cuando trata de aplicarles los resultados obteni
dos con el estudio de los actuales . Así , nuestros ventisqueros se
hallan colocados en los recodos de las montañas , en los valles es
trechos que están protegidos contra la accion directa de los rayos
solares . Sabemos que si , por efecto de un corrimiento , cambia la
superficie exterior de los flancos de las montañas , en términos que
los rayos del sol puedan calentar durante más largo tiempo el lugar
donde se encuentra el hielo , el ventisquero disminuye . Mas los
ventisqueros antiguos presentaban una ancha superficie á la accion
del astro del día , y sin embargo se extendían , segun se dice , á
largas distancias , á 20 , 30 y 60 leguas . Ademas, nuestros ventis
queros no ejecutan su movimiento de avance en una pendiente que
tenga ménos de tres grados . Los ventisqueros antiguos no te
nían esta pendiente . Añádase á esto que la mar de hielo estaba en
cajada por su base en los valles . ¿ Cómo , pues , han podido ser
transportados en ella los cantos erráticos ? Agassiz había sentido
esta dificultad , y la resolvió introduciendo en la série de los sucesos
una grande catástrofe . Al fin del período geológico que ha prece
dido al levantamiento de los Alpes , decía Agassiz ( para este geólo
go el período glacial es anterior al levantamiento de los Alpes ) , la
tierra se cubrió de una inmensa capa de hielo , en la cual fueron se
pultados los elefantes del Norte ( el mammuth de la Siberia ) , y
cuya extension por la parte del Sud era tan grande como se colige
por los rastros que ha dejado en los cantos erráticos . Esta capa ha
cía desaparecer todas las desigualdades de la superficie de Europa
anteriores al levantamiento de los Alpes . Los lagos alpinos estaban
helados, las nieves cubrían las cimas del Jura . Pero de repente se
levantaron los Alpes . De resultas de este fenómeno los hielos fue
ron rotos , sus fragmentos se deslizaron sobre las pendientes , así
como tambien los restos de las rocas , y estos movimientos tuvieron
por resultado la acumulacion de los cantos rodados у de arena
junto a las rocas , que ellos han pulido y llenado de estrías con el
frote y la presion . Despues del levantamiento de los Alpes, ó al
respecto al diluvio. 287

mismo tiempo , la superficie de la tierra se ha calentado de nuevo,


y esta elevacion de temperatura ha hecho se fundiesen las masas
de hielo , que se han retirado sucesivamente á sus límites actuales,
dejando en pos de sí , como testigos de su pasada existencia , los
cantos depositados sobre ellas ó empujados por las mismas en su
movimiento de avance . El depósito de cantos rodados del Rhin y el
lehem que lo recubre , sería uno de los primeros efectos de esta
retirada de los hielos . Así piensa Agassiz ; pero tiene por adversa
rios á los defensores de las causas lentas , los cuales no se avienen
con accion alguna repentina , ' . Hasta aquí el citado Jesuita .
El fundamento en que estriba toda la teoría de los inmensos
hielos son las estrias paralelas que se notan en algunas rocas , y la
superficie alisada y como torneada de algunas otras. Mas estos fe
nómenos pueden provenir tambien de otras causas distintas del mo
vimiento de los hielos . El agua y la arena , puestos en accion con
veniente , pueden producir efectos semejantes; cualquiera puede
asegurarse de ello observando el lecho de los rios que tienen bas
tante pendiente y encuentran rocas en su carrera , ó fijando la vista
en los surcos paralelos producidos en algunas peñas con el desliza
miento prolongado del agua de lluvia ? . No habría dificultad ningu
na en admitir el período glacial reducidos los hielos á menores pro
porciones, pues sabemos por la historia que en tiempos anteriores
al nuestro ha hecho bastante más frío que ahora en los países de
Europa . Pero entonces esta hipótesis no serviria para explicar el
misterioso fenómeno de los cantos erráticos , y así no adelantarían
nada con ella sus autores .
Por lo dicho se ve que el único fundamento verdaderamente só
lido para confirmar de una manera segura , por medio de la razon
humana , la revelacion mosaica en órden al diluvio , es el consenti
miento unánime de todos los pueblos , consentimiento que no puede
haber tenido origen sinó en la misma realidad del hecho . Los demas
argumentos tomados de la geologia carecen de fuerza suficiente, y
no pueden ser traidos como pruebas irrefragables, siendo suma
mente probable que su causa verdadera no está en el diluvio , sinó
en los aluviones del periodo cuaternario , originados quizá de algun

I P. Haté , Études religieuses, etc. , cinquième série , tomo vi , págs . 60-61 .


2 Véase á Hamard , Études critiques d'Archéologie, Paris , 1880 , págs. 245-246,
donde observa el eminente arqueólogo cómo pueden ser producidos por el movimiento
de las aguas todos los efectos atribuidos al avance de los hielos .
288
El Catolicismo y la Religion cristiana

otro agente de la naturaleza . Sin embargo , no podemos afirmar


que estos mismos aluviones son debidos al estado atmosférico pro 1
ducido en la tierra por el diluvio , y que éste , por consiguiente , es
la causa remota de los fenómenos geológicos que acabamos de re
ferir ? ". La temperatura de la tierra ántes del diluvio debió ser gene
ralmente , poco más ó ménos , la misma que la de los países tropi
cales de nuestros tiempos , y aun quizá más elevada , como lo prue
ban , entre otras cosas , la fauna y la flora , enteramente tropicales,
que entonces reinaban en las regiones del septentrion . Esta tempe
ratura debió menguar considerablemente con el diluvio , entre otras
razones , á causa del mucho calor que debió emplearse para la va
porizacion de las aguas que no entraron en las entrañas de la tierra .
Con esto es fácil adquiriera la atmósfera el grado de calor sufi
ciente para crear los vapores de agua que , convertidos luego en
nieve , alimentasen á los ventisqueros de las montañas , y cayesen ,
finalmente , sobre los valles en forma de aluviones torrenciales , rea
lizando así al mismo tiempo y en una misma época los fenómenos
del periodo glacial y los de los tiempos cuaternarios .
Los Geólogos comunmente han asignado á estas dos clases de
fenómenos dos épocas distintas é inmediatamente sucesivas , alar
gando así de una manera extraordinaria la série de los tiempos . Pero
la época de los grandes aluviones por fuerza debe coincidir con la
de los grandes ventisqueros, no pudiendo éstos ser muy poderosos
sin una grande elevacion de temperatura que produzca en abundan
cia los vapores congelables, y siguiéndose por necesidad de esta
misma elevacion de temperatura un deshielo muy grande en las es
taciones estivales . Nótalo muy bien Tyndall en su célebre tratado
Del calor, cap . vi , núm . 239 y siguientes , redarguyendo a los Geo
logos que con sobrada ligereza han querido introducir en toda la
tierra una época de intensísimo frío para explicar los fenómenos
glaciales . " Los tales , dice , olvidan que la enorme extension de los
hielos en los tiempos pasados es debida no ménos á la accion del
calor que a la del frío ... Lo que principalmente debieran ellos bus
car es la elevada temperatura de la época glacial . Es del todo ma
nifiesto que , debilitando la accion del sol , se corta por esto mismo
la fuente de los mismos hielos.
Por eso ya habían escrito mucho ántes que Tyndall los geólogos

1 Esta idea de atribuir al diluvio mosaico todo el aluvion cuaternario nos la sumi
nistra Moigoo en Los Esplendores de la fe , tom , ili, cap. XI .
respecto al diluvio . 289

Lecoq y Prevost haber sido la antigua extension de los hielos un


fenómeno que naturalmente debía suceder al llegar la tierra á cierto
grado de enfriamiento , pero hallándose dotada de un clima mucho
más caliente que el de hoy dia . Las mismas condiciones que señala
este último geólogo para la formacion de los ventisqueros están
demostrando claramente que la época de éstos , ó sea el período
glacial , es la época de los grandes aluviones. “ Para que los ventis
queros puedan formarse, basta en sentir de M. Constant Prevost :
1. ', que el agua caída de la atmósfera pueda permanecer en el suelo
en forma de nieve ó de hielo ; 2. ' , que la temperatura estival no
derrita toda la nieve que haya caído en la estacion del invierno ; y
3.°, que permaneciendo siempre constante la relacion de las tempe
raturas medias del invierno y del estío , la cantidad de evaporacion
sea , por decirlo así , siempre la misma . Porque si disminuye la eva
poracion , caerá menos lluvia o nieve en las montañas , y con esto
habrá ménos alimento para los ventisqueros , y éstos vendrán á des
aparecer con el deshielo del verano .
No se puede , por consiguiente , idear gran cantidad de nieve en
las montañas sin suponer al mismo tiempo gran elevacion de tem
peratura en las otras partes de la tierra para producir gran cantidad
de vapores acuosos. Y qué , no estamos viendo con la experiencia
en nuestros dias que á las grandes nieves se siguen necesariamente
grandes avenidas al tiempo del deshielo ? No son estas avenidas
mucho más formidables allí donde las nieves ó los hielos han tenido
lugar en mayor abundancia , pues al llegar el estío salen los ríos de
madre de una manera espantosa ? Añádase á esto que probabilisi
mamente antes del diluvio no había grandes montañas donde se
pudiesen formar los ventisqueros característicos del período glacial .
Las grandes montañas , como los Alpes , el Himalaya y los Andes,
debieron ser ó causa ó efecto del diluvio , ó quizá uno y otro en
parte , debiéndose al repentino levantamiento de alguno de estos
altos montes el ser arrojadas las aguas con gran furia á los conti
nentes habitados por el hombre , y dando luégo orígen la presencia
de estas mismas aguas en los continentes dichos , ayudadas de las
otras que en enorme cantidad caían del cielo , á cspantosas erupcio
nes volcánicas por haber penetrado , merced a su inmensa presion , en
el núcleo candente de la tierra, y sido en un instante reducida sal esta
do de vapor con aquella temperatura extraordinariamente elevada .
Todos los geólogos confiesan que los Alpes , el Himalaya y los
Andes son relativamente recientes y contemporáneos á nuestra épo
19
, 290 istian
El Catolicismo y la Religion cristiana
ca. M. Elías de Beaumont llega á afirmar que el hombre ha presen
ciado los levantamientos de los Alpes y de los Andes , y añade que
estos levantamientos , ya juntos , ya cada uno de por sí , han podido
dar orígen al diluvio con el hundimiento repentino del suelo , que
no pudo entonces menos de tener lugar en la tierra .
Parece , pues , sumamente probable que todos los fenómenos, así
del período glacial como de todo el tiempo cuaternario , tienen su
verdadera causa en el diluvio mosaico , y en este sentido se puede
decir que los huesos hallados en las cavernas y en los demas terre
nos de aluvion antiguo dan testimonio del diluvio , como el efecto lo .
da de su propia causa . Si en algunas partes el terreno característico
de los ventisqueros , llamado lehem ó loess , se halla debajo de otros.
terrenos cuaternarios, esto no ha debido suceder sinó porque , reti
rándose el ventisquero hacia su origen , y produciéndose entre tan
to grandes aguaceros , han debido depositarse nuevos terrenos de
aluvion cuaternario sobre el mencionado lehem ó loess . Mas para
esto no es necesario recurrir á otro tiempo que el del mismo período
glacial : basta decir que los sobredichos aguaceros se produjeron
principalmente hacia el fin del mismo período .
A algunos parecerá sin duda demasiado corto este espacio de
tiempo para que dentro de él hayan podido realizarse todos los fe
nómenos glaciales y cuaternarios, acostumbrados como están á
conceder una inmensa multitud de siglos á las formaciones geológi
cas . Pero deben advertir los tales que los terrenos de aluvion no
guardan las mismas leyes que los sedimentarios de los períodos an
teriores , y que sólo se necesita para su rápido crecimiento abundan
te evaporacion , con abundante lluvia ó deshielo por parte de la at
mósfera, y mucha tierra movediza por parte del suelo de donde
haya de ser tomado el depósito aluvial , cosas ambas que no faltaron
ciertamente en el globo terrestre al terminar el diluvio . Porque las
montañas entonces no estaban lavadas como al presente , sino muy
cubiertas de tierra movediza , y la temperatura era mucho más alta
que en nuestros dias , segun dejamos indicado más arriba . Fuera de
que no es tan corto el espacio de tiempo transcurrido desde el di
luvio hasta la fundacion de Roma , tiempo en que el Tiber todavía
presentaba un carácter cuaternario , segun consta de los estudios del
geólogo Rossi ' , para que no puedan caber dentro de él los fenó
menos arriba indicados .

I Rossi, Exámen de un opúsculo intitulado : Roma y las inundaciones del Tiber bajo
el doble aspecto histórico y geológico.
respecto al diluvio. 291

Aun más : el período (cuaternario todavía debe aproximarse más


hácia nosotros , haciéndolo llegar hasta los tiempos de la República
romana , como se infiere de las observaciones hechas por el mismo
Rossi al notar las formidables avenidas de dicho rio verificadas entre
los años 505 y 531 de la fundacion de Roma , y contadas por los
Pontifices en el número de los verdaderos prodigios . La misma con
clusion ha sacado de sus profundos estudios sobre el Soma el geó
logo inglés Mr. Tylor en una Memoria intitulada : Sobre el cascajo
de Amiens , contra lo que hasta entonces habían opinado Prestwich ,
Lyell , Hebert y otros muchos geólogos, fundándose en la mucha
altura á que en otro tiempo habían llegado sus aguas . " El terreno
cretáceo del Soma , escribe Tylor, había tomado su configuracion
actual antes de recibir en su seno cascajo alguno , como se ve en
todos los valles donde se muestran los depósitos cuaternarios . Todo
el cascajo del valle de Amiens es de una sola formacion , perfecta
mente homogénea en sus caractéres minerales y orgánicos , y per
tenece a la misma edad que Abbeville y Saint- Acheul , edad poco
distante de una época vecina al período histórico . Las inundaciones
que han dado origen á estos cascajales debían llegar á una altura
por lo menos de 26 metros . El agua del Soma , en la época de estas
inundaciones , llenaba todo el valle desde el fondo hasta la cima . Los
depósitos de cascajo y de loess llegan á veces á una altura de 35
metros sobre el actual nivel de este río . Estas inundaciones suponen
y demuestran un periodo pluvial, de la misma manera que los pe
ñascos erráticos demuestran un período glacial . Este período pluvial
ha debido preceder inmediatamente al origen verdadero de los
tiempos históricos . Si hubiéramos de juzgar de la edad de estos de
pósitos por la ninguna alteracion que han sufrido de parte de los
elementos atmosféricos, ó por el hecho de no haber sido atravesa
dos nunca por rio alguno , los colocaríamos casi en el período histó
rico. Las capas de loess de Amiens son enteramente semejantes á
las del Rhin y de los otros rios . La misma clase de inundaciones
ha averiguado M. Belgrand en sus particulares estudios sobre el
álveo del Soma en las edades antehistóricas y cuaternarias .
Tambien M. de Chambrun de Rosemont ha llegado á casi idén
ticas consecuencias en sus investigaciones sobre el Var y el Ródano ;
sólo que , en sentir de este geólogo, el diluvio bíblico es la última
de las inundaciones de la época pluvial . Hé aquí cómo reune Moigno ,
de quien tomamos todos estos datos , la doctrina del libro publicado
por M. Chambrun : " Hácia el fin del período cuaternario , el Var
292 El Catolicismo y la Religion cristiana

llenaba un lecho inmenso de algunos kilómetros de anchura y más


de siete metros de profundidad. El volúmen de sus aguas era más
de cien veces mayor que el actual , y, por consiguiente , la abundan
cia de lluvias era tambien cien veces mayor : puede evaluarse en 80
metros la capa de agua que caía cada año. Estas grandes lluvias
duraron largo tiempo y tuvieron un paroxismo de corta duracion .
El período de las grandes lluvias coincidiría con la época glacial ;
el paroxismo de las grandes aguas , la inundacion por excelencia,
sería el último de los sucesos grandiosos en la historia física de
nuestro globo , '.
Nosotros hemos supuesto el diluvio á la cabeza de estas inunda
ciones ; pero para el objeto que nos ocupa es esto una cosa muy
indiferente : en todos los casos la época glacial es muy reciente y
llega á tocarse con los tiempos históricos . Esta misma es la idea
de M. Ed . Collomb , de quien escribe Moigno las siguientes líneas:
“ Para M. Eduardo Collomb , el primer instante en que comenzaron
á aparecer los antiguos hielos se hallaría en una época geológica
muy reciente , despues de la época terciaria , y muy probablemente
muy pocos instantes antes de la aparicion del hombre. El fenómeno
glacial , despues de haber tomado un grande desarrollo por una
causa llena todavía de oscuridades , despues de haber extendido su
manto de hielo por comarcas hoy dia habitadas y cultivadas , ha
disminuido poco a poco , gradualmente y por intermedios , para
entrar en sus límites actuales , es decir , en las altas cadenas de mon
tañas y en las regiones polares , donde los hielos son , por decirlo
así , los restos de un gran fenómeno , cuyo principio y cuya mayor
intensidad corresponderían á la época de la dispersion y del estable
cimiento del hombre sobre la tierra. Nada , pues, tiene de extraño
el que se hayan encontrado en el lehem ó loess, que es el último
término de los depósitos glaciales , restos del hombre ó de su indus
tria , los cuales , sin embargo , son tan raros que con razon deben
considerarse como meros accidentes , 2 .
Como se ve , M. Collomb fija la época de los tiempos glaciales
en los años inmediatamente posteriores al acontecimiento del dilu
vio bíblico ; pues entonces fué cuando los hombres, multiplicados ya
en gran número en la llanura del Senaar , y confundidos por Dios ,
en su loca empresa de la torre de Babilonia , con la multiplicidad de

1 Moigno , Les Splendeurs de la foi, vol. ii, chap. vii , pag. 761 .
2 Id . , ibid , pág. 790.
respecto al diluvio. 293

las lenguas , se repartieron por las diversas partes del globo , lleván
dose cada uno el género de habla que le había sido infundido por
el supremo Hacedor en castigo de su vanidad y soberbia . Hé aquí,
pues , como la ciencia conspira á hacer admisible la proposicion por
nosotros arriba enunciada , de que probabilísimamente el diluvio
bíblico ha sido la verdadera causa de las dos épocas , glacial y plu
vial, averiguadas por los Geólogos , ó que , por lo ménos , está in
timamente ligado con ellas y con todos los tiempos cuaternarios .
¿ Qué puede , por consiguiente , objetar la verdadera ciencia contra
el relato de Moises , en órden á la grande inundacion vulgarmente
llamada diluvio ? ¿ Será acaso la masa enorme de aguas que se ne
cesitaron para producirla ? ¿ Será la inmensa capacidad del arca
donde se salvó Noé con su familia ? ¿ Será , finalmente , lo que en el
se cuenta acerca de los animales que fueron introducidos en el arca ?
Todas estas son dificultades miserables , propias de la pobreza y
pequeñez de quien las opone , no considerando el infinito poder de
Dios , que fué la causa primera y principal del mencionado cataclis
mo . ¡ Faltaba poder á la divina omnipotencia por ventura para eje
cutar cuanto hallamos referido en el Génesis en órden á esta inunda
cion ? Si quería castigar al hombre con un acto extraordinario de su
justicia , ninguna dificultad hallaría por cierto para realizar su pro
pósito en la forma que más le pluguiese á su infinita sabiduría. Es
verdad que el fenómeno del diluvio bíblico , como quiera que se le
imagine , nunca podrá ser explicado sin recurrir al milagro . Pero el
milagro , qué tiene de contrario á la razon humana , ó á la verda
dera filosofía , por más que contra él se levanten todos los raciona
listas sin aducir en favor de su absurdo veredicto razon alguna , á no
ser que se tengan por tales sus principios materialisticos y panteis
ticos , que desterrando del mundo á la Divinidad , proclaman abier
tamente el fatalismo ?
Y hablando más en particular de cada una de estas cosas , ¿ qué
dificultad puede haber por parte de la cantidad de agua que se ne
cesita para la produccion del diluvio ? En primer lugar , podemos
sostener con varios sabios católicos , tales como Lambert , Pianciani
y otros , que las aguas del diluvio no cubrieron toda la tierra .
Ciertamente , para defender el texto bíblico no es necesario recu
rrir á este extremo : basta decir que el diluvio fué universal sin des
cender á las clases de universalidad que pueden existir. No faltan
lugares en la Sagrada Escritura donde las palabras toda la tierra ,
todas las gentes que están bajo del cielo , y otras parecidas , no de
294 El Catolicismo y la Religion cristiana

signan sinó cierto género de universalidad lata y meramente relati


va . De Alejandro Magno se dice en el libro i de los Macabeos , ca
pítulo 1 , vers . 3 , que calló la tierra ante su presencia ; de César Au
gusto escribe San Lucas , cap . II , versículo 1 , que dió un decreto
mandando se empadronase TODO EL MUNDO ( universus orbis ). Sin em
bargo , ambos personajes estuvieron muy distantes de hacer llegar
su dominacion a todos los confines de la tierra .
En la historia del patriarca José se cuenta que cuando este ilustre
varon brillaba por su ciencia , virtud y poder en Egipto , hubo una
grande hambre en toda la tierra ; In universo orbe fames praevaluit
( Génes . , cap. xli, vers . 54 ) . En los Actos de los Apóstoles hallamos
que cuando bajó en Jerusalen el Espiritu Santo sobre los Apóstoles ,
había en aquella ciudad varones religiosos de todas cuantas nacio
nes existían á la sazon bajo la capa del cielo : Erant autem in Jeru
salem habitantes Fudvei , viri religiosi ex omni natione, quae sub
coelo est . ( Act . , cap . , II , vers . 5. ) Sin embargo, ¿ cuánto faltó en uno y
en otro caso para que la universalidad allí indicada fuese enteramente
te absoluta ? Por donde de ninguna manera puedo aprobar el dema
siado empeño del abate Moigno en sostener contra Lambert que la
universalidad absoluta del diluvio está altamente proclamada por el
Génesis , y en afirmar que un diluvio parcial , ó mejor dicho una uni
versalidad lata y relativa en la extension del diluvio , no puede con
ciliarse con los hechos de la relacion biblica ! Si el eminente escri
tor hubiera dicho que la universalidad absoluta del diluvio le parece
más conforme a todo el contexto de la relacion genesíaca, nada
hubiéramos tenido que oponerle ; pero presentar su opinion de una
manera tan absoluta nos parece que es ir más adelante de lo justo
en una materia de que nada ha hablado la Iglesia todavía . Nosotros
juzgamos , por el contrario , muy razonable la interpretacion que de
todo este relato del Génesis da el doctor Reusch , sin querer conde
nar por eso la aducida por el abate Moigno con la generalidad de
los doctores católicos . Hé aquí como discurre : “ Representa Moises
el diluvio como una inundacion universal , y en qué sentido ? Si la
relacion mosaica descansara sobre una revelacion divina , la res
puesta sería fácil. Revelando Dios á Moises que todas las altas mon
tañas puestas bajo la capa del cielo fueron cubiertas de agua , y que
ésta todavía se elevaba quince codos más arriba , á nosotros no nos
tocaría sinó creer que el agua cubrió literalmente todas las monta

I Moigno , obra cit. , tomo ill , cap. 11 , pag. 1.118 .


respecto al diluvio. 295

ñas , y que la inundacion fué universal en el sentido más estricto de


la palabra. Este es el sentido que han dado algunos exegetas á esta
relacion . Yo no creo , sin embargo , que las palabras de la Santa
Escritura obliguen a adoptar esta interpretacion . La relacion del
Génesis , como ya lo tengo demostrado , es ante todo la historia del
relato de Noé y de sus hijos ( es decir , la relacion histórica de un
hecho sabido por tradicion de padres á hijos, hecha por inspiracion
divina ). Siendo esto así , las palabras : todas las montañas fueron
cubiertas por el agua , fueron dichas en orden al punto de vista de
Noé, y ya en este caso no es necesario entender por ellas sinó las
montañas que estaban en el horizonte de este Patriarca. Hay en el
capítulo viii , vers . 5 , una advertencia que cuadra bien con este sen
tido. El primer dia del décimo mes , se dice allí , comenzaron á apa
recer las cimas de los montes á los ojos de los hombres que estaban
en el arca. Así , naturalmente , no tendríamos necesidad de admitir
la inundacion de todas las montañas sin excepcion alguna , sinó so
lamente la de aquellas tierras que estaban en la region donde se
hallaba Noé . Y tanto menos nos vemos forzado's á tomar en su sen

tido enteramente estricto la expresion : todas las montañas que están


debajo del cielo, cuanto que en otros lugares usa la Sagrada Escri
ura frases semejantes, en las cuales no es posible atenerse al senti
tdo rigurosamente material de las palabras . Así , por ejemplo , en el
Deuteronomio (cap. il , vers . 25 ) dice Dios al pueblo de Israel : Hoy
comenzaré á enviar el terror y espanto de tus armas á todos los pue
blos que habitan bajo del cielo, á fin de que con sólo oir pronunciar
vuestro nombre tiemblen y se llenen de terror , " .
A estas palabras añade el sabio aleman , en la nota , este lugar de
H. Miller , tomado de su obra Testimony, pág . 259 : “ Si los hombres
de aquel tiempo se hallaban reducidos á los medios naturales de
sus propios sentidos , nada podían saber sobre la extension del dilu
vio. Es verdad que Dios podía revelar al hombre lo que éste no
podía saber por sí mismo , como lo ha hecho en gran número de
casos . Sin embargo , las revelaciones divinas se hacen generalmente
con la mira de un fin exclusivamente moral ó religioso . Ahora bien :
en el diluvio hay un hecho de muy grande importancia religiosa :
este hecho consiste en que Dios, para castigar la malicia del género

1 Reusch , loc . cit. , lec. XXII, págs . 368-369. Este es tambien el raciocinio del
P. Pianciani , como puede verse en su Comentario sobre el diluvio, pár. 15 , de donde
parece haberlo tomado Reusch .
296 El Catolicismo y la Religion cristiana

humano , lo exterminó enteramente , exceptuando á un solo justo


con su propia familia . Pero ningun interés religioso hay en saber si
el diluvio , que fué el instrumento de las divinas venganzas, se ha
extendido , no solamente a las regiones habitadas á la sazon por el
hombre , sinó tambien á la tierra del Fuego , á las islas de Tahiti y
de Falkland . ,
Esta observacion de Miller nos pone en camino de responder á
una dificultad que los partidarios del sentido absolutamente restricto
de las palabras citadas podrían oponer a la interpretacion contraria ,
diciendo que de esta suerte Noé hubiera ignorado el mismo exter
minio del género humano , puesto que no podía saber , naturalmen
te , si todos los hombres habían perecido en el diluvio . Dios Nues
tro Señor , al mandar á Noé la fabricacion del arca , ya le reveló
expresamente que iba a destruir por medio de las aguas á todos los
hombres . Por eso esta verdad nos la enseña clara y terminante la
Sagrada Escritura, cuando nos dice que de los tres hijos de Noé
“ se ha propagado el género humano por toda la tierra , ' , ó como
reza el original hebreo , “ por ellos ha sido poblada toda la tierra ,
ab his dispersa est omnis terra , que es lo mismo ; y cuando nos
advierte por San Pedro que ocho fueron las personas que se salva
ron en el diluvio 2. Y este es el comun sentir, así de los Santos Padres
como de los Escolásticos : por donde no juzgamos que pueda ser
probable la opinion de aquellos católicos , que en nuestros dias abo
gan por la no universalidad del diluvio en cuanto a los hombres ,
librando de él á la raza negra 3 .

Esta verdad era la que nos importaba á nosotros saber para ‫ܐܝܢ‬
fin religioso y moral de temer sus divinas venganzas, y de no pro
vocar su justo enojo con nuestros pecados ; mas lo otro de si cu
brieron ó no toda la extension de la tierra las aguas del diluvio ,
¿ qué interés nos podría proporcionar para la salvacion eterna ? Es
preciso ciertamente confesar que el diluvio no fué propiamente par
cial , sinó universal en algun sentido , puesto que con palabras ter
minantes lo dice la Sagrada Escritura ; pero esta universalidad pue
de entenderse muy bien en un sentido lato y relativo á sólo el gé
nero humano . Sin embargo , áun en lo físico , el diluvio fué tambien

I Génes . , 1x , 19.
2 I Petr ., III , 20.
3 Véase el artículo de Mons. Lamy , Universalité du déluge, en la Controverse del
año 1883 , tomo vi , pág. 296 y siguienteş .
respecto al diluvio . 297

general en alguna manera , á saber : en cuanto a que la inundacion ,


para levantarse hasta los montes altos de Armenia , debió compren
der una extension enorme y extraordinariamente dilatada , lo cual
supone una inundacion verdaderamente maravillosa .
Pero , en fin , demos á los Racionalistas , aunque esto no sea ne
cesario para defender la Escritura , que las aguas del diluvio , segun
la relacion de Moises , hayan cubierto todas las partes del globo sin
exceptuar ninguna . ¿ Qué se seguirá de aquí ? Nada absolutamente .
Habrá que añadir un poco más de agua para que la tierra pueda ser
sumergida enteramente , y hé aquí todo el negocio concluido. “ Pero
este es un negocio mucho más difícil de lo que parece , , exclaman
los enemigos de la Biblia . Hay que sacar de las fuentes del abismo y
de las cataratas del cielo una capa esferoidal de agua suficiente para
pasar quince codos más arriba de la cima del Chimborazo , y hay
que decir á dónde fueron estas aguas despues de haber cumplido su
mision vengadora. ¿ Y por qué se ha de sacar la tan inmensa capa
esferoidal que se nos objeta ? ¿ No podemos sostener que la univer
salidad de la inundacion no fué simultánea , sinó sucesiva , puesto
que la Escritura nada dice de esto ? En tal caso , la pretendida capa
esferoidal se habría convertido en un simple casquete , que podría .
ser formado, mediante la virtud divina con solas las aguas del mar
ahora existentes . Y áun suponiendo que hubiera de ser una verda
dera capa esférica , ¿ por qué había de pasar su altura quince codos
á la altura del Chimborazo ? ¿ Existía acaso esta montaña , ni otras
semejantes á ella , al tiempo de la inundacion ? ¡ Cuántas suposiciones
gratuitas para hacer la guerra á la palabra divina ! Y aunque exis
tieran las tales montañas , ¿ por qué había de ser tan rigurosa la
universalidad que tambien ellas hubiesen de ser cubiertas del todo ?
Dice esto acaso la narracion mosaica ? En ella sólo hallamos haber
sido cubiertos con las aguas del diluvio todos los montes que están
debajo del cielo ' . Mas nadie nos impide decir con Cayetano y con
algunos antiguos intérpretes , de quienes habla San Agustin en el
libro xv De Civitate Dei , cap . xxvii , que los montes muy elevados
no están debajo del cielo , puesto que levantan su cresta sobre las
nubes, y por cielo entiende la Escritura la extension atmosférica
donde tienen éstas su asiento .
Pero seamos generosos y concedámoslo todo á los adversarios de
la Biblia . Qué dificultad hay en que el Todopoderoso , al criar el

1 Génes., cap . vil , vers . 19 .


298 El Catolicismo y la Religion cristiana

cielo y la tierra , y las fuentes del abismo , y las cataratas del cielo ,
haya depositado en el abismo y en el cielo, cualquiera que sea la cosa
significada con estas palabras la cantidad de aguas suficiente que pre
veia le habia de ser necesaria para el caso del castigo? El sentido obvio
de las dos sobredichas palabras parece ser que por la primera se
entiendan las aguas de abajo depositadas en la tierra , y por la segun .
da las aguas de arriba depositadas en la atmósfera , puesto que así
fueron divididas en un principio por el Supremo Hacedor el segundo
dia de la semana mosáica . Esto es lo que cabalmente piensa Corne
lio a Lapide con otros muchos, escribiendo las siguientes lineas :
“ Cum hebraice sit , escribe comentando este lugar de la Escritura ,
non theomot, id est , abyssi ; sed theom , id est, abyssus ; et rabba , id
est , multa , per enallagen hebraeis familiarem , idem sit quod magna,
ut vertit Noster ; verius censent alii abyssum magnam hic vocari ba
rathrum sive voraginem illam , maximam et profundissimam , quae
tum ex aquis in ea initio mundi a Deo reconditis, tum ex mari, aquis
est plenissima . ,
Ciertamente si , conforme á esta explicacion , queremos suponer
grandes depósitos de agua en las entrañas de la tierra , ninguna cosa
diremos contraria á la ciencia ; ántes, por el contrario , suministrare
mos por este medio una explicacion probable de la direccion fija y
determinada que suelen tomar los terremotos, explicacion á la cual
han apelado algunos geólogos . Pero nada digamos de esto ; enten
damos por el abismo las aguas de los mares simplemente, en cuanto
que, en virtud de la elevacion repentina del Himalaya, ó de los Alpes ,
ó de los Andes, ó de todas estas montañas juntamente, ó de otra
causa extraordinaria , la mar fué lanzada a las tierras secas de los
continentes . ¿ Faltará todavía agua en la atmósfera para hacer subir
la inundacion a la altura marcada por la Biblia ?
Si la atmósfera terrestre, ántes del diluvio , se hubiera hallado en
las mismas condiciones de ahora, no podríamos hallar en ella cier
tamente los elementos necesarios para sumergir en sus aguas la tier
ra entera . “ El peso total de la atmósfera ( aire y agua) , escribe
M. Bertrand , es igual al peso de una masa de agua suficiente para
envolver al esferóide terrestre en una capa de diez metros de eleva
cion ,, ! . Pero la atmósfera antediluviana debía ser muy diferente de
la nuestra; prueba de ello son bien manifiesta, así la edad sumamen

1 Bertrand, Lettres sur les révolutions du Globe,édit. de M. Joseph Bertrand , pá


gina 311.
respecto al diluvio. 299

te avanzada á que antes del diluvio llegaban comunmente los hom


bres ' , como las enormes lluvias torrenciales á que sabemos haber
estado sometido en los tiempos pasados nuestro globo . Moigno lle
ga á su er que era entonces tal la atmósfera terrestre, que nunca
se formaba la lluvia aérea, y que así, los hombres de aquellos tiem
pos nunca vieron el arco iris .
Sea de esta suposicion lo que se quiera , la mayor cantidad de
vapor en la atmósfera de aquellos tiempos es una consecuencia na
tural de su más elevada temperatura . Ademas , ¿ qué sabemos si so
bre esta atmósfera existía entonces aquella otra más sutil y más
aérea de que habla Moigno , depositada en un principio por Dios
para usar de ella en su debido tiempo , empleándola toda entera en
el castigo del linaje humano ?
Y bien , se dirá , qué se ha hecho de tan grande cantidad de
agua ? En la actualidad gran parte de ella debe hallarse absorbida
por la tierra , ora convertida en otras sustancias, ora mezclada con
otros cuerpos terrosos . Sabemos que los elementos constitutivos
del agua son el hidrógeno y el oxígeno ; ahora bien : cada uno de
estos dos cuerpos simples puede entrar en composicion con otros
cuerpos : con razon , pues , podemos suponer que parte de aquella
inmensa masa líquida ha pasado al estado sólido . Por otra parte,
que las sustancias terrosas del globo contengan en estado de mez
cla mucha cantidad de agua , es cosa que no necesita de prueba :
por consiguiente , en ellas tambien se hallará una gran cantidad de
la referida masa líquida . Lo demas necesariamente ha de ocupar las
cavidades subterráneas del globo . En la atmósfera no parece pueda
ser colocada parte alguna de aquella inmensa masa , si bien quizá la
atmósfera antediluviana , á medida que se ha ido descargando del
ácido carbónico en que abundaba muchísimo más que la presente ,
ha adquirido alguna mayor riqueza en oxigeno é hidrógeno , po
niendo así ella tambien su contingente para hacer desaparecer del
globo la gran cantidad de agua que lo inundó.
Esto es lo que hay que decir del estado presente de las aguas
vengadoras; porque apelar á una anihilacion suya ,, afirmando que
fueron reducidas por Dios á la nada despues de cumplido su oficio,

1 Por la divina Escritura sabemos que antes del diluvio los hombres solían vivir
700 , 800 y áun 900 años, siendo así que segun consta del sagrado texto , la vida de
los primeros postdiluvianos no pasaba ya de 400 : luego bajó todavía mucho más y
muy rápidamente.
300 El Catolicismo y la Religion cristiana
no parece muy filosófico . Ademas , semejante asercion estaría en
pugna con la misma relacion biblica ; pues la Escritura parece indi
car que las aguas , pasada la inundacion , volvieron al abismo ó lu

gar de las aguas , sea el que fuere el objeto designado por esta pa
labra . “ Y volvieron las aguas de la tierra , dice el sagrado texto ,
yendo y volviendo . ,, Por consiguiente , no fueron reducidas á la
nada . Lo que sucedió en un principio fué que parte de las aguas
subió a la atmósfera reducida al estado de vapor, y lo restante de
bió entrar en las cavidades de la tierra . Despues , puesta en contac
to con ésta , habrá sufrido las transformaciones consiguientes que
dejamos arriba indicadas .
Pero pasemos a la segunda dificultad que oponen los Racionalis
tas á la relacion mosaica , fundándose en la naturaleza del arca sal
vadora . Pero qué dificultad puede haber en esta parte , cuando
Dios mismo fué quien dió el plan para fabricarla ? ¿ Acaso diremos
que Nuestro Señor no supo idearla cual convenía á sus intentos , ó
no pudo realizar, por medio de su siervo Noé , cuanto había ideado
у había mandado á éste ejecutar ? Tamaña blasfemia no cabe en
boca de persona alguna que no sea completamente atea . Las pro
porciones del arca son tan perfectas, que ellas mismas están di
ciendo haber sido reveladas por Dios á Noé . Trescientos codos
tenia de largo , cincuenta de ancho y treinta de alto ; es decir, que
la anchura se encontraba con la largura en proporcion de uno á
seis , y con la altura en la proporcion de cinco á tres . Era seis veces
más larga que ancha , y tres quintas partes más ancha que alta;
condiciones que , como dicen los entendidos en el arte , son las más
propias para juntar en una nave la seguridad con la ligereza en el
movimiento .
¿ Cómo sinó por una revelacion divina había de fabricar Noé tan
artísticamente perfecto un buque de proporciones tan colosales , que
sólo el buque monstruo llamado Great- Eastern , entre todos cuan
tos ha producido la industria humana , puede comparársele en ca
pacidad ? Aunque el Great - Eastern todavía era ménos capaz que el
buque construido por Noé , si bien le superaba algo en longitud , y
por eso era ménos manejable.
Por lo que hace á la construccion de tan extraordinario buque,
ninguno debe pensar que sólo Noé con su familia intervino en ella.
Noé fué el director de las obras , y bajo su direccion tuvo cuantos
obreros quiso , ofreciendo á cada uno su salario , por más que los
obreros no creyesen nada de lo que vaticinaba su director. Ademas,
respecto al diluvio . 301

en la fabricacion empleó nada menos que cien años ; por donde se


ve que ninguna dificultad séria se puede oponer a la Escritura por
parte de la fabricacion del buque .
Mayor dificultad hay en lo que se dice de los animales . ¿Perecie
ron todos en las aguas del diluvio , y entraron , por consiguiente , en
el arca ejemplares de cuantas especies había á la sazon en toda la re
dondez de la tierra ? La respuesta a esta pregunta depende de la opi
nion que se quiera adoptar sobre la universalidad del diluvio . Quien
sostenga que el diluvio fué universal en todo el rigor de la palabra ,
deberá sostener tambien en consecuencia que todas las especies de
animales actualmente existentes en el globo tuvieron sus represen
tantes en el arca ; pero quien se contente con una universalidad lata
y relativa á las partes habitadas á la sazon por el hombre , no nece
sitará recurrir á tal extremo para explicar la conservacion de las es
pecies . Por esta parte no carece ciertamente de muy grandes difi
cultades la opinion que está por la universalidad enteramente abso
luta. No porque el arca no fuese suficientemente capaz para recibir
en su seno a todas las especies de animales hoy dia existentes en el
mundo, pues lo contrario ha sido demostrado por diferentes auto
res, y últimamente por el abate Moigno ' , sinó porque no se ve
cómo se han podido propagar despues por todo el mundo , pare
ciendo físicamente imposible esta difusion sin recurrir á la accion
sobrenatural de Dios ó de sus Angeles . “ Harto más cierta es , escri
be el P. Pianciani , la incapacidad de explicarse la presente distri
bucion de los animales sobre la superficie de la tierra , suponiéndo
los a todos originarios de un mismo centro , y esparcidos de alli á
los diversos puntos del globo por medios naturales . En la opinion
vulgar acerca del diluvio, esta distribucion no puede entenderse sin
recurrir á la accion sobrenatural , como dijo muy bien Vallisnieri
(Lett. 2 intorno al diluvio ), aunque en esto fué opugnado por un
anónimo anotador suyo , por Constantini y por Nicolai ( Lez . XLIII
del Gen. ) . Cierto número de animales originarios del Asia han se
guido al hombre , y se han difundido con él por las otras partes del
globo , como el perro, el buey , el caballo, el asno . Algun volátil ,
como el ánade salvaje, se ha esparcido por todas partes desde la
Laponia hasta el cabo de Buena- Esperanza , y desde los Estados
Unidos de América hasta la China y el Japon . Mas las especies en
teras de cuadrúpedos terrestres no habrán pasado á nado el Atlán

1 Moigno , Les Splendeurs, etc. , tomo II, pág. 1.148 y siguientse.


302 El Catolicismo y la Religion cristiana

tico , ó cualquiera otra grande extension de mar, para tener la satis


faccion de establecerse en América . Seguramente las pequeñas par
tidas de hombres que poblaron en algun modo la América y la
Oceania, sin llevar consigo ni bueyes ni caballos , no llevaron al
nuevo continente una fauna , compuesta casi por completo de espe
cies diversas de las del nuestro , ni transportaron á la Australia otra
más diferente todavía de la nuestra . Ni pudieron tampoco pasar á
las partes cálidas del Nuevo -Mundo, embarcados en carámbanos de
hielo procedentes del Polo ó de los Apeninos , tantos cuadrumanos
ó carnívoros, cuyas especies no se encuentran en el viejo mundo ,
aunque hayan podido pasar, y hayan pasado en efecto , de un con
tinente á otro en las regiones boreales, el reno , el oso blanco, el
armiño , el castor , etc. Allí las tierras se hallan próximas unas ó otras;
la América está separada del Asia por sólo el estrecho de Behring,
y la Groelandia y la Islandia la ponen en comunicacion con Europa
Los mares más bien contribuyen á unir que a separar los pueblos
entre sí, y han servido maravillosamente para propagar la especie
humana ; pero los mares algun tanto dilatados son un obstáculo in
superable para muchas aves y más para los cuadrúpedos y para los
reptiles terrestres. Así , el Atlántico impide á los animales propios de
la América tropical pasar á Europa y al Africa, y viceversa . Las altas
cadenas de montañas son tambien algunas veces barreras naturales
que señalan el término á los viajes de los animales : los dos lados de
los Andes se hallan poblados por animales los más diferentes entre
sí . Hallan tambien los animales impedimento para pasar de un lugar
á otro , tan acomodado para ellos como el que ocupan , en la inter
posicion de una comarca de clima ménos conveniente : el lama
se apacienta en los altos pastos del Perú y de Chile , cuatro ó cinco
mil metros sobre el nivel del mar , y al Mediodía se extiende hasta
la extremidad de la Patagonia ; y, sin embargo , no ha penetrado en
Méjico ni en el Brasil , adonde no podía llegar sinó atravesando lu
gares demasiado calientes ,, .
Recurrir á la accion creadora de Dios para producir las especies
antediluvianas en los lugares adonde no podían naturalmente pene
trar los ejemplares salidos del arca ó sus descendientes , parece con
trario al fin que se propuso el Señor al mandar ponerlos en el arca.
Ademas , algunos en esto no dejarían de tener cierta especie de es
crúpulo , pareciéndoles reprobado por la Escritura en aquellas pa

1 Pianciani, Cosmogonia e Genesi ; Apendice sopra il diluvio, pár. 18 .


respecto al diluvio. 303

labras del Génesis , en que nos dice el inspirado autor que Dios
descansó de sus obras el dia séptimo ' . Esta razon , sin embargo , no
parece tenga mucha consistencia , porque la tal reproduccion más
bien sería , en el sentido que habla la Biblia , una conservacion de
las especies antiguas,que una creacion de otras nuevas , y la accion
de conservar no deja Dios de ejecutarla áun en el sétimo dia . Por
eso decía Nuestro Señor Jesucristo : Pater meus usque modo ope
ratur , et ego operor 2 .
Así , pues , no queda otro recurso á los partidarios de la univer
salidad enteramente absoluta de la inundacion mosaica sinó decir
que Dios por medio de sus Angeles transportó algunos hijos de los
diferentes animales contenidos en el arca á los países donde no
podían ellos extenderse por los medios naturales . Esto no lo dice ,
en verdad , la Escritura ; pero , una vez interpretada su narracion en
el sentido que llevamos indicado , se desprende de ella naturalmen
te ; porque las especies se hallan hoy dia adonde no han podido lle
gar naturalmente desde la Armenia . Ni sería cosa muy extraordi
naria apelar al ministerio de los Ángeles para un fenómeno de esta
especie , pues sabemos por la fe que estas sustancias superiores tie
nen recibida de Dios la mision de atender al gobierno del género
humano ; por donde con este acto no harían sinó desempeñar en
alguna manera su oficio , amueblando , como quien dice , la habita
cion del hombre , que un terrible cataclismo había despojado de su
ornato primero . Tanto más que para introducir tanta diversidad de
animales en el arca como existen en todas las partes del globo ,
parece ser tambien necesaria una accion sobrenatural de Dios Nues
tro Señor. ¿ Cómo había de encontrar sinó el patriarca Noé medio
de hacerse con toda esta multitud de especies , por grande que fue
se su diligencia en procurárselas ?
Si se dice que por razon de la elevada temperatura de que en
tónces disfrutaba la tierra se hallaban en el Asia todas las especies
que ahora tienen su lugar propio y peculiar en las diversas partes
del globo , con esto quedará ciertamente disminuida no poco la di
ficultad ; sin embargo , no será desatada del todo . Pero esta hipóte
sis dista mucho de ser comprobada con los hechos ; porque , á ser
verdadera , deberían hallarse restos de toda clase de animales en la
region donde fué fabricada el arca , y en las circunvecinas á la Ar

1 Génes ., cap. 11 , vers, 2 .


2 Juan. , cap. v, vers. 17 .
304 El Catolicismo y la Religion cristiana

menia , siendo así que sucede todo lo contrario . Ningun resto de


ciertas y determinadas especies americanas se encuentra en los lu
gares observados del Asia y Europa , siendo así que han debido vi
vir en ellos, segun esta hipótesis , no poco tiempo , puesto que por
una parte antes del diluvio se supone la temperatura del clima muy
apta en aquellos lugares para conservarse allí todas ellas , y por otra
la irradiacion que había de ejecutarse despues del diluvio , desde la
Armenia hasta los últimos confines de la tierra , debía ser natural
mente lenta y progresiva . Es , pues , necesario afirmar que Noé no
pudo introducir en el arca las especies esparcidas á la sazon por
todo el globo sin un auxilio sobrenatural de Dios Nuestro Señor; y
que por consiguiente recibió este auxilio , si la universalidad del di
luvio fué absoluta y simultánea .
Mucho más desembarazada sin duda se encuentra por esta parte
la opinion contraria de los que, admitiendo una universalidad lata
y relativa en la inundacion referida , sólo ponen en el arca de Noé
algunas especies propias de los lugares donde vivía el hombre culpa
ble ; las cuales , salidas del arca , inmediatamente se desparramaron
por toda aquella region , buscando cada una el lugar más acomoda
do á su particular naturaleza.
Qué es lo que haya sucedido en realidad , nosotros no lo pode
mos determinar absolutamente , teniendo una y otra opinion graves
y sólidas razones en que apoyarse . Pero en cualquiera de las dos
que se quiera elegir, es claro que ningun peligro correrá ninguna de
ellas por parte de la ciencia , porque ésta no rechaza la intervencion
inmediata del Supremo Hacedor en los fenómenos del universo , y
por otra parte ambas opiniones no se diferencian entre sí sinó en
cuanto que la una pretende haber sido la intervencion milagrosa y
sobrenatural de Dios en los tales fenómenos inucho mayor de lo que
á la otra le parece .
Concluyamos ya con estas palabras de Figuier, en que los mis
mos geólogos confiesan paladinamente la grande armonía que reina
entre la ciencia y la Religion en órden á la existencia del diluvio .
Las traducimos de la edicion sétima de su obra intitulada : La ter
re avant le déluge, Paris , 1874 :
“ Ha sido puesto fuera de duda por los trabajos de data reciente
otro acuerdo más entre la Geología y la revelacion bíblica : nos re
ferimos a la existencia de la raza humana en la época del gran di
luvio del Asia occidental . Largo tiempo se ha creido poder batir
en brecha la relacion de Moises concerniente al diluvio de Noé , ale
respecto al diluvio . 305

gando que el hombre no ha aparecido sobre la tierra sinó despues


del gran sacudimiento geológico que produjo la inundacion de las
comarcas situadas al pié de la larga cadena del Cáucaso . Los des
cubrimientos de diversos geólogos , y sobre todo de Bucher de
Perthes , Lartet , Christy, Edward , Dupont , Troyon , Desor, etc. ,
han puesto completamente fuera de duda la existencia del hom
bre en esta época , probando que la tierra estaba habitada por la
raza humana antes del diluvio asiático , y justificando así la narra
cion del historiador sagrado . , Así se verifica cada dia más y más
aquel célebre dicho de Bacon , de que la poca ciencia aparta de la
Religion , pero, al contrario , la mucha conduce á ella.
Examinen los Geólogos sin ánimo hostil á nuestra sagrada Reli
gion los fenómenos terrestres , y con deseo sincero de hallar la ver
dad ; entonces verán cómo el sagrado texto encierra una sabiduría
mucho más grande y excelente de lo que muchos de ellos , llevados
de su furor antireligioso , se imaginan . Esperamos que un dia deja
rán por fin esa mala disposicion de ánimo con que no pocos prac
tican sus investigaciones , entrando así en la saludable senda de la
verdad .

20
3

CAPITULO XVIII

LA RELIGION Y LA CIENCIA RESPECTO A LA PROVIDENCIA


DE DIOS EN EL GOBIERNO DEL MUNDO

A Providencia! Hé aquí uno de los puntos capitales en que


ataca con mayor denuedo á la Religion cristiana la falsa
filosofia . ¿ Quién puede contar el número incalculable de
blasfemias que vomitaron el siglo pasado contra este consolador
atributo de la Divinidad los impios secuaces del deismo ? Los escri
tos de Carlos Blount , de Antonio Collins , de Shaftesbury, de Man
deville , de Woolston , Tyndal , Clubb , de Argens, Toland , Edelmann,
Rousseau , Voltaire y otros infinitos filosofastros causadores de la
Revolucion francesa, no son en sustancia sinó una continuada pro
testa contra el precioso atributo de la Providencia divina . No gusta
á este linaje de hombres corrompidos un Dios que se meta mucho
en el gobierno de las cosas humanas, que cuide en el mundo la
guarda de la moral, que tenga reservados sus premios á la virtud y
al vicio sus castigos , que intervenga en nuestras cosas mirándonos
como criaturas suyas , hechas á su imágen y semejanza, y ayudándo
nos en consecuencia con sus próvidas disposiciones á conseguir la
eterna bienaventuranza . El dios que sabe bien al paladar de estos
impiós es aquel que tiene oculto su asiento en las nubes, y se anda pa
seando en la region más remota de los cielos sin poner atencion en
nuestras cosas, como ya soñaban los deistas del tiempo de Job so
ñando lo que querían ' .
Entre los mismos naturalistas no faltaron en el pasado siglo quie
nes se atreviesen á declarar la guerra á la Providencia, desterrando
á Dios para siempre del mundo despues de haber dado la existencia

I Job , cap. XXII, vers. 14 .


Providencia de Dios en el gobierno del mundo. 307
á la materia cósmica . El famoso Lamarck no tuvo vergüenza en
proclamar esta absurda doctrina, segun la cual desaparece el Cria
dor de la escena del mundo para dar lugar al acaso en las diversas
transformaciones de la materia . El universo , segun él, es obra de la
mera casualidad ; en virtud de la cual los seres materiales , obedecien
do á sus propias leyes y puestos bajo la influencia del azar, han ido
realizando poco a poco sus innumerables transformaciones hasta ob
tener el estado maravilloso de órden y de armonía en que hoy los
vemos esparcidos por todos los ámbitos del mundo . Esta pestilente
doctrina, precursora del ateismo , ha sido no ha muchos años llevada
hasta sus últimas consecuencias en una obra anónima escrita en in
glés y traducida por Vogt á la lengua francesa con el título de His
toire naturelle de la création . En ella no se limita el atrevido autor

ó autora , que para el caso es lo mismo , á explicar la formacion de


todos los globos celestes con sus maravillosos y bien concertados
movimientos por medio del casual encuentro de los átomos , sinó
que hace lo propio en la tierra con todos los fenómenos de la vida;
de suerte que el hombre, segun esto , no es sinó un conjunto de áto
mos combinados en una particular y determinada forma por el cie
go impulso de la casualidad , malamente llamada ley por los mate
rialistas, puesto que no admiten un supremo Legislador que la dicte
y ordene . Y no sólo en lo físico está reducido el hombre á la triste
condicion de un mero autómata, segun esta repugnante teoría, mas
tambien en lo moral , resultando de aquí el fatalismo más completo
en todos los órdenes de la sociedad , la legitimacion de los instintos
más abominables y groseros , la extincion de toda ley civil que tien
da á reprimir las desenfrenadas pasiones del hombre y á castigar sus
extravios .
No obstante la natural repugnancia que una doctrina de esta es
pecie produce al buen sentido del género humano , nuestro intrépido
químico se ha atrevido á proclamarla abiertamente en el capítulo ix
de su famoso libelo , acusando con gran descaro á la Iglesia católica
porque nunca le ha querido dar entrada en el número de sus creen
cias , sinó ántes bien la ha combatido siempre como a su capital
enemigo. “ Dos interpretaciones pueden darse, escribe al comenzar
el referido capítulo ! , acerca del gobierno del mundo : ó por interven
cion divina incesante, ó por la accion de una ley invariable. El clero

1 Draper, Historia de los conflictos, etc. , traducida por Augusto T. Arcimis, capi
tulo ix .
a
308 Providenci de Dios

se inclina siempre á la adopcion de la primera, toda vez que aspira


á que se le considere como intermediario entre la oracion del devoto
y la accion providencial . Su importancia aumenta por el poder que
pretende tener de determinar la indole de esta accion ... el clero afir
ma que por su intercesion puede trazarse el curso de los sucesos,
advertirse los peligros , asegurarse los bienes, obrarse milagros, y
hasta cambiarse el órden de la naturaleza . Pero el ordinario movi
miento de los cielos no podía dejar de hacer en todos tiempos una
profunda impresion en los observadores reflexivos... Las prediccio
nes astronómicas de todas clases dependen de la admision de este
hecho: que nunca ha habido y nunca habrá intervencion alguna en
las operaciones de las leyes naturales . El filósofo científico afirma
que la condicion del mundo en cualquier momento dado es el resul
tado directo de su condicion en el momento anterior . La ley y el
azar no son sinó diferentes nombres de la necesidad mecánica ,
¡ La necesidad mecánica ! ¡ Hé aquí el gran principio de nuestro
filósofo sapientísimo ! Esto es lo que entiende este gran sabio por el
nombre de ley, sin tener cuenta para nada con el soberano Señor
del universo . Si con esto no se quisiera decir otra cosa sinó que las
causas naturales carecen de libertad en la produccion de sus efectos,
y que el orden universal y constante con que en todos tiempos las
vemos obrar es ejecutado fatalmente por ellas conforme al plan
divino del Supremo Hacedor , nada se diría diferente de lo que la
Religion católica enseña y la sana filosofia demuestra. Pero á Dra
per no gusta nada de plan divino : conténtale tan sólo la pura y sim
ple necesidad mecánica obrando con independencia absoluta de la
Divinidad , y desenvolviéndose en una forma fatal é irresistible, que
ni el mismo Dios puede en manera alguna alterar con su omnipo
tencia absoluta . Para él “ las leyes de Keplero son resultado de la
necesidad matemática , y es imposible que fueran de otro modo
que como son ,, ' ; el sistema solar , no sólo no es interrumpido ja
más por intervenciones algunas providenciales , “ sinó que está bajo
el dominio de las leyes irresistibles , que a su vez son resultado de la
necesidad matemática , ? .
En fuerza de esto , considera Draper como un absurdo la produc
cion de cualquier milagro y de todo efecto sobrenatural no conte
nido en las fuerzas mismas de la naturaleza creada. “ La cristiandad

1 Draper, l. cit. , pág . 247.


2 Id ., ibid .
en el gobierno del mundo. 309

latina , dice, en su forma papal, es absolutamente contraria al prin 1


cipio del gobierno por leyes . La historia de esta rama de la Iglesia
cristiana es casi un diario de milagros é intervenciones sobrenatu
rales ,
Así, apelando á la hipótesis de Laplace para explicar la forma
cion del mundo sin intervencion alguna de la Divinidad , afirma que
cada fenómeno cósmico está por necesidad contenido en el anterior,
y que la serie de los tales fenómenos no tiene verdaderamente ni
principio ni fin , resultando de esto la eternidad de la materia , tan
grata á todos los materialistas . “ Hemos sido á menudo, escribe,
testigos de la formacion de una nube en un cielo puro . Un punto
neblinoso apenas perceptible, una pequeña faja de humedad aumen
ta de volúmen , y se hace más densa y oscura hasta que cubre una
gran parte del cielo . Forma fantásticas figuras y toma su luz del
sol ; es arrastrada por el viento , y tal vez gradualmente como vino,
gradualmente desaparece , fundiéndose en el aire transparente .
“ Ahora bien ; decimos que las pequeñas vesículas de que estaba
compuesta esta nube provienen de la condensacion del vapor de
agua preexistente en la atmósfera por reduccion de la temperatura,
y demostramos cómo adquieren las formas que presentan ... Nunca
nos ocurre invocar la intervencion del Todopoderoso en la produc
cion y aspecto de estas formas fugitivas. Explicamos todos los fe
nómenos que con ellas se relacionan por leyes físicas, y quizá duda
ríamos reverentemente en traer a estas operaciones el dedo de Dios.
Pero el universo no es más que una nube semejante , una nube de
soles y mundos ; y por infinitamente grande que parezca á nuestra
vista , para la inteligencia infinita y eterna es , tan sólo un celajillo
flotante . Si hay una multiplicidad de mundos en un espacio infinito,
hay tambien una sucesion de mundos en tiempos infinitos . Así como
las nubes se reemplazan unas á otras en el cielo , así el sistema es
telar el universo es el sucesor de otros innumerables que le
han precedido , y el predecesor de otros innumerables que le se
guirán . Hay una metamorfosis incesante , una serie de hechos sin
principio ni fin , 2 .
Pero no se contenta nuestro positivista con este determinismo
eterno de los agentes naturales que obran en todo el mundo sensi
ble : su ideal se halla en el sistema de la transmutacion darwiniana,

I Id. , ibid ., pág . 261 ,


2 Draper, l. cit., pág . 251-252 .
310 Providencia de Dios

con la ruina completa de la libertad en las humanas acciones y con


la práctica del suicidio , conforme á las teorías fatalísticas de los Es
tóicos. “Semejantes consideraciones , pues ,, escribe despues de haber
aplicado su doctrina del fatalismo a todos los organismos de nues
tro globo , “ claramente nos obligan á venir á la conclusion de que
el progreso orgánico del mundo ha sido conducido por obra de una
ley inmutable , no quebrantado ni determinado por intervenciones
arbitrarias de Dios . Nos inducen á considerar favorablemente la
idea de transmutacion de una forma en otra , más bien que la de
creaciones repentinas . La creacion implica una aparicion brusca , la
transformacion un cambio gradual . De este modo se presenta á
nuestra inteligencia la gran teoría de la evolucion . Todo sér orgáni
co ocupa un lugar en la cadena de los acontecimientos ; no es un
hecho caprichoso y aislado , sinó un fenómeno inevitable ,, !: “ Para
completar nuestra opinion en este asunto , , continúa , “ volvamos
finalmente la vista á lo que en un sentido puede considerarse como
de poca significacion , si bien en otro es de muchísima importancia.
Muestran las sociedades humanas, en su carrera histórica , señales
de un progreso predeterminado en una senda inevitable ? ¿ Hay al
guna prueba de que la vida de las naciones está sometida á una
ley inmutable ? En las fases de toda existencia , si aquéllas son com
pletas , hay caractéres comunes y como uniformidad , lo que revela
que todos viven bajo el reino de la ley ; podemos de esto inferir que
la vida de las naciones, y ciertamente el progreso de la humanidad ,
no tiene lugar por azar ó capricho ; que la intervencion sobrenatu
ral nunca rompe la cadena de los hechos históricos; que todo su
ceso tiene su origen en otro anterior y engendra otros posteriores .
Pero esta conclusion es el principio esencial del estoicismo , aquel
sistema filosófico griego que , como ya he dicho , ofreció un apoyo
en sus horas de prueba y una guía segura en las vicisitudes de la
vida , no sólo á muchos griegos ilustres , sinó á algunos de los gran
des filósofos, hombres de Estado , generales y emperadores de
Roma ; sistema que excluía el azar de todo y que consideraba los
sucesos como dirigidos por una necesidad irresistible hacia el per
fecto bien ; sistema de energía, austeridad , virtud , severidad , pro
testa viva en favor del sentido comun de la humanidad , 2 .
Aquí tenemos la doctrina de nuestro imperturbable alquimista en

1 Idem , l. cit ., pág, 256 .


2 Idem, ibid ., págs. 258-260 .
en el gobierno del mundo. 311

órden al gobierno del mundo . Como se ve , en ella se presenta la


ciencia moderna vestida á la última moda , ataviada con el novísimo
ropaje del positivismo . Ya los sabios comienzan a seguir en sus lu
cubraciones científicas la conducta observada en los salones del
gran mundo . Y en efecto ; ¿ para qué queremos ese fantasma de
rey invisible y todopoderoso inventado por la necia imaginacion de
los antiguos ? Por semejantes antiguallas ya nadie aboga en nuestros
tiempos sinó es el clero , que desea vivir de este modo á costa de
los ignorantes , vendiéndoseles como intermediario entre la oracion
del devoto y la accion providencial de este terrible Sér imaginario.
El profesor Draper podrá ser un pobre hombre en materia de
metafísica, de lógica y de historia ; pero lo que es intencion no le
falta en sus discursos . Ya se ve , ha vivido tanto en el mundo , y
por otra parte sus progenitores, como parientes del mono , han sido
unos perros sabuesos tan excelentes , que á mil leguas huele el
buen señor la sórdida avaricia del clero y el empeño , en que toda
vía persisten los aborrecibles sacerdotes, de trastornar la fábrica
del universo con la palanca poderosa de sus milagros.
Antes de lanzar contra el clero tan atroces imposturas , debiera
haber advertido el positivista americano que los Católicos no hace
mos exclusivo de los sacerdotes el oficio de mover á la Divinidad
con fervientes ruegos para que nos socorra en nuestras necesidades,
alterando , si es preciso para ello , los elementos , y áun haciendo,
cuando así conviene á la divina gloria , verdaderos milagros . La ora
cion es cosa de todos los fieles, no de los sacerdotes solamente.
Nada nos recomienda á todos los cristianos Nuestro Señor Jesucristo
con más ahinco que el ejercicio continuo de la oracion ; y esta mis
ma conducta la hallamos tambien observada en los Apóstoles, como
se ve claramente en los escritos de estos varones santísimos que han
llegado hasta nuestros días . Y por lo que hace á los milagros é in
tervenciones sobrenaturales, que tanto ofenden á nuestros natura
listas , el clero católico no ha sido mucho más fecundo en esta clase
de fenómenos que los demas fieles, cuya vida santísima ha sido fre
cuentemente ilustrada por el cielo con hechos de esta especie . Ahí
están las vidas de los Santos y las actas de los Mártires cristianos
que dan buen testimonio de esta verdad , sabida hasta de los niños
en la Iglesia católica .
¿A qué, pues, sacar en esta materia el interés del clero , cuando se
sabe que todos los católicos estamos interesados de la misma ma
nera ? Es que con esta bufonada se predispone el ánimo del lector
312 Providencia de Dios

en contra de la realidad de los milagros y de toda intervencion so


brenatural; y así, justa ó injustamente, qué importa se tiene con
seguido el objeto de introducir con maña el fatalismo.
¡Oh ! calumniar es mucho más fácil que excogitar razones sólidas
para defender una tésis cualquiera . ¿ Qué razones presenta Draper
para excluir a la Divinidad del gobierno del mundo , y poner todas
las cosas, incluso el mismo destino de los hombres , en manos del
fatalismo más inexorable y cruel que jamás han conocido los mor
tales ? Examinese bien todo cuanto escribe, y se verá que allí no hay
ni sombra siquiera de argumentacion . Hipótesis , afirmaciones gra
tuitas , falsedades manifiestas : hé aquí el nervio de todo su discurso .
Para echar abajo el dogma de la Providencia divina, creido en todos
tiempos por todos los pueblos de la tierra, į basta por ventura sacar
á plaza meras hipótesis , la hipótesis filosófica del atomismo , la hi
pótesis astronómica de Laplace , la hipótesis naturalística y errónea
de Darwin ? Para negar la posibilidad de las intervenciones sobrena
turales en los fenómenos del mundo sensible , es motivo suficiente
el afirmar que los fenómenos dichos están sujetos a la necesidad
matemática ? Sabe Draper ni pizca siquiera de filosofía al proferir
tan absurdos desatinos ?
¿ Qué tiene que ver la necesidad matemática , puramente ideal y
de un órden infinitamente superior al sensible , con la necesidad fisi
ca á que se hallan sujetos los agentes de la naturaleza corpórea ?
Las matemáticas no expresan sinó meras relaciones de números
abstractos , por los cuales lo mismo puede ser indicada una cierta
multitud de sustancias espirituales y libres , que otra de materiales y
destituidas de libertad . De lo físico no tratan sinó por via de apli
cacion , y esto en las condiciones que nosotros queramos gratuita
mente suponer, ó que nos sean suministradas por la misma natura
leza de los séres sometidos al cálculo . Por esto se dice de ellas con
muchísima razon que no crean objeto alguno , sinó que únicamente
lo suponen tal cual él es en sí mismo , con sus propiedades internas
y esenciales .
¿ Qué tenemos, pues , que ver con las matemáticas para averiguar
si las relaciones entre los fenómenos de la naturaleza y sus causas
naturales y corpóreas son relaciones de necesidad ó de contingencia ?
Las matemáticas, aplicadas á estos objetos, no expresarán sinó las
relaciones que en ellos existan , ó que nosotros les atribuyamos por
nuestros juicios antecedentes ; si estas relaciones son de conexion
física , esto es lo que indicarán las matemáticas ; y si de conexion
en el gobierno del mundo. 313

meramente física, nada más que conexion física nos será represen
tada por ellas . Ahora bien : qué conexion existe entre un fenó
meno natural , la combustion , por ejemplo , de una materia inflama
ble y
y la causa que la produce , ó sea el fuego ? Conexion meramente
física, y no metafísica. La conexion de equivalencia que existe entre
los tres ángulos de un triángulo , v . gr. , y los dos ángulos rectos
formados por dos líneas que se cortan perpendicularmente , es me
tafisica , y ni el mismo Dios con su omnipotencia la puede destruir;
mas la que reina entre un fenómeno natural y la causa física de don
de procede , no es sinó física, vencible en muchos casos por las
fuerzas superiores del hombre libre y siempre por las de la divina
Omnipotencia. Entre una piedra , por ejemplo , suspendida en el ire
y la caida de la misma hacia el centro de atraccion , hay una conexion
fisica ó sea necesidad natural. Mas ¿ quién duda que, a pesar de
toda esta conexion , el efecto de la caida puede ser impedido por la
libre voluntad del hombre , y por consiguiente con mucha más razon
por la libre voluntad de Dios , infinitamente más poderoso que todos
los hombres del mundo criados y por criar ? Sólo que cuando el
hombre impide esta caida no se puede decir que hay milagro alguno
ó intervencion sobrenatural , porque la fuerza humana que se inter
pone entre el fenómeno de la suspension de la piedra y el fenómeno
de la caida de la misma no es una fuerza sobrenatural , sinó natural
y creada . Mas si fuera Dios sólo quien , por motivo de su sabiduría
infinita , impidiese la tal caida , claro está que en este caso habría
una intervencion sobrenatural , un verdadero milagro . Pues lo que
puede hacer Dios con una piedra inclinada naturalmente á produ
cir el fenómeno de la caida , lo puede ejecutar con el fuego , inclina
do naturalmente á quemar, y con el sol , inclinado naturalmente á
alumbrar, y en general con toda causa criada , inclinada por el peso
de su propia condicion interna á producir los fenómenos que le son
naturales.
Cuando el filósofo científico afirma que “ la condicion del mundo
en cualquier momento dado es el resultado directo de su condicion
en el momento anterior , „ supone que Dios ha dejado á las causas
físicas uir su propio curso y natural inclinacion , concurriendo
con ellas á la produccion de sus espontáncos efectos, segun lo pide
la naturaleza de ellas mismas . Y esta suposicion la hace el filósofo
científico con justísimo motivo ; porque Dios , aunque puede con su
voluntad omnipotente impedir los efectos naturales de las causas
criadas, y hacerles producir otros muy diferentes de los que ordi
314 Providencia de Dios

nariamente producen ; sin embargo , no lo suele hacer sinó en casos


muy excepcionales y raros , y esto en algun individuo particular de
alguna determinada especie , dejando a los otros que sigan su curso
natural у ordinario. Y la razon de esta conducta , constantemente
observada por Dios Nuestro Señor , está en que no es conforme á
su sabiduría infinita el invertir sin peso ni medida el natural órden
de las cosas , como no sería conforme á la sabiduría de un rey andar
siempre mudando las leyes de su reino sin dejar á sus súbditos un
momento seguro en que supiesen lo que habían de hacer para con
ducirse como verdaderos ciudadanos.
¿ Qué sería de nosotros si Dios Nuestro Señor, usando de su po
der absoluto , no quisiese acomodarse á la natural condicion de las
causas naturales , sinó ántes bien produjese con ellas los efectos más
extraños que se le antojase ejecutar ? El efecto consiguiente á esta
conducta , enteramente destituida de prudencia y sabiduría por par
te del supremo gobernador del género humano , habría de ser por
fuerza que los hombres no podrían servirse para nada de las causas
naturales , no estando seguros de los fenómenos que ellas habían de
producir en ciertas y determinadas circunstancias. Así , ni se podrían
servir del agua para extinguir la sed , ni del pan para saciar el ham
bre , ni del fuego para calentarse , etc. , etc .; porque ninguno de estos
efectos, que ahora producen las causas naturales conforme á su pro
pia y peculiar inclinacion en ciertas y determinadas circunstancias,
tendría entonces lugar de una manera constante y fija, sinó que en
cada caso particular resultaría lo que Dios quisiese producir, y Él
solo , por consiguiente, podría conocer de antemano con certeza.
Por aquí verá el Sr. Draper que el dogma de la Providencia crei
do por los Católicos , en conformidad con todos los pueblos del
orbe entero , no pugna con el gobierno del mundo por leyes fijas y
estables , ántes bien lo supone como una cosa necesaria para la con
servacion del orden que debe reinar en los seres criados . Entre la
arbitrariedad que este escritor impugna y el fatalismo horrendo que
defiende , hay un medio dictado por la sana razon y enseñado por
la Religion de Jesucristo . Este medio es el de la altísima y sapienti
sima providencia del Criador, atenta siempre á cada una de las co
sas criadas para conducirla á su propio fin por los medios adaptados
á su particular naturaleza y al conveniente órden del universo. De
cir que el gobierno del mundo es arbitrario porque el Criador , en el
conducir las cosas á sus propios fines por medio de leyes fijas y es
tables , se reserva algunos casos excepcionales y extraordinarios en
1

en el gobierno del mundo. 315

que no obra conforme á estas leyes , es afirmar que en una nacion


reina la arbitrariedad porque el supremo gobernante , en la confec
cion de sus leyes generales y permanentes, ha puesto algunas ex
cepciones en que para bien de la nacion misma quiere seguir un ca
mino diverso .
¿ En qué nacion se niega al Soberano la facultad de dispensar de
las leyes generales en algun caso particular, cuando la tal dispensa
es conveniente al bien de la nacion misma ? Pues lo que se concede,
y con justísima razon , á todo gobernante político , ¿ por qué no se
ha de conceder tambien al gobernador supremo de todo el mundo ,
reconociendo en él la facultad de hacer milagros en algunos casos
excepcionales , que nada alteran la marcha general del universo,
y que sirven en gran manera para conducir á los hombres por la
senda de la virtud y de la santidad ? Ciertamente, negar al Supremo
Hacedor una facultad de esta especie es lo mismo que negar al Ha
cedor mismo , y no admitir otro Dios que el conjunto de las fuerzas
materiales distribuidas por toda la extension de los espacios . Y , en
efecto , así lo ha reconocido el mismo Vogt , encomiador de la obra
inglesa arriba citada , escribiendo las siguientes palabras : “ Un sér
que teniendo conciencia de sí mismo , y no confundiéndose con el
mundo , se entrega al reposo despues de haber dado la existencia á
la materia y de haberla dictado sus leyes , es un sér ridículo . No
hay razon para atribuirle más bien la creacion de la materia que la
imposicion de las leyes de la naturaleza , pues ambas son cosas ne
cesarias que se suponen la una á la otra , y que , en la hipótesis in
dicada, no tienen necesidad de un tercero para recibir de él la exis
tencia . Esto mismo escribe tambien el krausista Salmeron en su
disertacion preliminar al libro de Draper, traducido á nuestra lengua
por Arcimis , donde se hace un elogio especial de este capítulo ix ,
donde se admiten todas las ideas materialistas y fatalistas en él ver
tidas por el autor de la Historia de los conflictos, donde se rechaza ,
finalmente , la creacion misma . Además , posteriormente se ha ex
plicado con más claridad , si cabe , el revolucionario español sobre
este asunto , diciendo abiertamente , en una de sus conferencias ce
lebradas en París , que la lucha hoy dia trabada entre los sabios con
siste en si ha de ser admitido lo sobrenatural ó ha de reinar en la
ciencia la doctrina del panteismo materialistico . Hé aquí como resu
me uno de sus oyentes la conferencia aludida , que se verificó en el
boulevard de los Capuchinos el año de 1877, segun lo hallamos es
crito en El Siglo Futuro , en el número 6 de Marzo del mismo año ,
316 Providencia de Dios

con el epígrafe de Carta de Francia : “ Muy bien , escribe el tal re


lator, oculto bajo el nombre de Pico de la Mirandola , sentó el pro
blema el Sr. Salmeron : la crisis religiosa se resume, en efecto, en la
lucha pendiente entre lo sobrenatural y el panteismo , entre los que
pretenden que hay algo superior a la materia que domina sus leyes,
y las viola cuando así le acomoda, como que éstas no son sólo obras
suyas, sinó que penden de su impalpable intervencion para funcio
nar , y los que aspiran a concentrarlo todo y referirlo á las combi
naciones químicas. ,
La doctrina empero del materialismo panteístico es un absurdo
manifiesto a todo hombre de sana razon , y ya queda suſicientemen .
te refutada en lo que dejamos escrito acerca de la naturaleza de
Dios . El ateismo , sean cualesquiera los nombres que haya querido
tomar en el mundo para disfrazar su negrura y hacerse menos odio
so á los hombres , siempre ha sido mirado con horror por el género
humano , y la doctrina del materialismo panteistico es la doctrina
misma del ateismo . Todo el mundo al pronunciar el nombre de
Dios , y al afirmar con intima persuasion su existencia , pretende
significar un Sér sobrenatural , dotado de inteligencia suma, y dis
tinto realmente del Universo , hallándose plenamente convencido
de que identificar a Dios con el mundo es lo mismo que suprimir la
Divinidad , y quedarse con el simple conjunto de los seres finitos,
En vano dirán los Panteistas que esta idea es la de un Dios antro
pomorfo , y que es preciso sustituir á ella la del Dios- universo , des
cubierto por la ciencia . El género humano , en toda esta palabrería,
no verá sinó el lenguaje impío del que pretende ocultar maliciosa
mente el veneno del ateismo . El género humano no entiende por
Dios sinó un Sér inſinitamente perfecto , é infinitamente distante de
la bajeza del mundo universo : y si á este Sér se le quiere dar el
nombre de antropomórfico , porque no se confunde con el conjunto
de los seres mudables y finitos, sinó , por el contrario , está dotado
de unidad y conciencia personal , al modo que lo está tambien do
tado cada uno de los hombres; poco le importará el que los Pan
1 teistas ateos apelen á tal linaje de palabras para ridiculizar su creen
cia. El género humano seguirá creyendo siempre en un Dios de esta
naturaleza, mal que les pese a todos los ateos de la tierra ; porque
la idea de este Dios distinto del mundo es un fruto espontáneo y
natural de la razon humana , puesta bajo la accion de este universo
sensible que le anuncia á grandes gritos la suprema magnificencia
de su Autor.
en el gobierno del mundo. 317

Otro tanto se diga del dogma de la Providencia : los Ateos ha


rán cuanto quieran para oscurecerlo y aniquilarlo ; pero esta creen
cia , innata , por decirlo así , al género humano , sobrenadará siempre
en el mar de las creencias religiosas , por ser la Providencia una
verdad tan palpable y manifiesta que ningun hombre dotado de
sana razon la puede ignorar, y que áun los mismos Ateos la pro
claman instintivamente cuando se hallan de improviso acometidos
por algun grave peligro de la vida .
Todo el género humano , en efecto , ha vivido siempre en la inti
ma persuasion de que Dios gobierna el mundo , y en particular las
cosas humanas con su benéfica providencia , y por esto en todas
partes han levantado los hombres templos y altares á la Divinic.id
para aplacar sus justas iras , para darle rendidas gracias por los li
neficios recibidos , para pedirle , finalmente, su proteccion y amparo
en las necesidades y peligros . Este grito de la naturaleza racional,
dado en todos tiempos y lugares por todo el género humano , debe
en verdad tener un valor algo más grande que el de cuatro ateos
desmoralizados , más ó ménos vergonzantes, que quisieran no hu
biese Dios para que no sean castigadas en su dia sus maldades . ¿ Hay
necesidad de que nos detengamos nosotros ahora ni un solo instan
te á probar la providencia de Dios en general sobre todas las cosas
criadas , y en particular sobre el género humano ? ¿ Qué hombre
medianamente sabio y prudente cometería tan enorme desatino ,
como es criar una cosa para un fin determinado , y luégo abando
narla á sí misma y á su suerte sin cuidarse ya más de ella , como si
nunca le hubiera pertenecido , y como si no le importase nada el
que consiga ó no aquel fin para que expresamente la había hecho ?
¿ No vemos a todos los séres armados más ó ménos de su provi
dencia particular para conseguir el fin propio á que les impele su
propia naturaleza ? Hace el pájaro su nido para criar sus hijuelos ;
buscan las plantas los jugos convenientes para su aumento y natu
ral desarrollo ; tienen todos los animales un cuidado sumo de sus
pequeñuelos , en términos que llegan á veces á poner en gran peli
gro su propia vida para salvársela á ellos ; ordena el hombre todas
sus acciones a la consecucion de ciertos y determinados objetos; en
las familias hay uno siempre encargado por la naturaleza de proveer
al bien comun , y esto mismo sucede en toda sociedad bien organi
zada , donde necesariamente debe haber un ordenador universal , á
cuyo cargo esté encomendada la guarda del bien público ; y sólo
Dios , fuente y origen de todas las providencias particulares , care
encia
318 Provid de Dios

cera de providencia ? Aquí sí que vienen bien aquellas palabras del


salmo : “ Qui plantavit aurem non audiet ? aut qui finxit oculum ,
non considerat ? ! . El que creó los oidos no oirá , y el que fabricó
los ojos no verá ? ¿ El que ha dotado á sus criaturas de providencia,
á cada una segun la capacidad de su propia naturaleza , no tendrá
cuidado alguno ni providencia de sus cosas ? ¡Oh , con cuánta razon
podemos redargüir á los perversos secuaces del ateismo , diciéndo
les : Intelligite , insipientes, in populo : et stulti aliquando sapite 2 :
entended vosotros los que os teneis por sabios у sois los verdade
ros insipientes y nécios del pueblo ; entended y tened por fin algu
na vez juicio . Nolite fieri sicut equus et mulus , quibus non est intel
lectus 3 : No querais asemejaros á los brutos , animales que no tienen
inteligencia.
Pero lo que hace más detestable esta doctrina fatalística, es que
sus defensores la extienden áun á las mismas cosas humanas, des
truyendo por completo la preciosa libertad del hombre , y encade
nando de tal suerte los acontecimientos sociales , políticos y religio
sos , que ninguna fuerza posible sea bastante á modificar ni aun en
lo más mínimo su arrebatado curso . Si esto es así , ¿ por qué se afa
nan tanto estos hombres por desmoralizar la sociedad ? ¿ por qué
luchan tanto los partidos políticos por empuñar el timon del Es
tado ? ¿ por qué el maldiciente Draper ha escrito su libro impio ,
sentina inmunda de cuantas abominaciones se han vomitado en los
siglos pasados contra la Iglesia , contra la moralidad , contra la
razon y contra todo lo que hay de bueno y santo en el mundo ?
¿ No le hubiera sido mucho mejor dejar a la sociedad humana des
envolverse y transformarse espontáneamente con la fuerza irre
sistible de su impetu natural , que fatigarse vanamente por lle
varla hacia la profunda sima del ateismo con la publicacion de
tamañas impiedades ? Si la sociedad humana vive sujeta en sus
transformaciones sucesivas á la ley fatal que invenciblemente la
domina , já qué cansarnos ni un solo instante en modificar su
curso ? Lo que vemos acaecer todos los dias en el mundo con las
perpétuas contiendas de los hombres , pugnando los unos por el
triunfo de su particular opinion , y esforzándose los otros para
sacar victoriosa la contraria , no es un testimonio evidente de que

1 Psal. xcul, vers . 9.


2 Id ., vers , 8 .
3 Psal. xxxi , vers . 9.
en el gobierno del mundo. 319

todo el género humano juzga con la mayor firmeza hallarse las


sociedades , no menos que los indivíduos , sometidas a la ley suave
y flexible de la libertad , y no á la horrible y desconsoladora del
fatalismo ?
Gloria es grande de la Religion cristiana haber introducido entre
los hombres esta vida práctica de libertad , esta conciencia intima de
que nuestros negocios é intereses no se hallan sujetos al destino fa
tal, sinó que nosotros mismos nos los promovem os y procuramos
libremente. ¿ A quién no se le llena el corazon de tristeza al contem
plar al miserable Edipo, entre los antiguos, víctima y juguete del
ciego destino , cometiendo las atrocidades más horribles , a pesar de
su buena voluntad, sólo porque así estaba determinado por los ha
dos ? La Religion de Jesucristo es la que ha enseñado al hombre á
luchar contra todos los obstáculos de la naturaleza, inculcándole con
sus doctrinas y ejemplos el dogma santo de que contra nuestro li
bre albedrío nada pueden las leyes fatales de la necesidad , nada la
fuerza de los astros, nada el mismo artiſicio y malicia infernal de los
demonios . De la predicacion continua de estas doctrinas saludables
y consoladoras ha nacido ese espíritu de vida interior, infinitamente
vário en sus formas, enemigo hasta lo sumo de la inercia é inmo
vilidad oriental , propia del autómata . A él se debe esa hermosa lite
ratura romántica de nuestros esclarecidos dram áticos antiguos , ene
miga del clasicismo plástico de los griegos y romanos , dirigida
totalmente á pintar la vida interior del espíritu , y atenta al exterior
ropaje de la palabra no más de en cuanto ésta es la expresion ex
terior del pensamiento . Producto suyo en gran parte ha sido esa
maravillosa epopeya de nuestros tiempos , incapaz de ser ideada por
los antiguos , la novela, mil veces más arrebatadora que los tan cele
brados poemas de Virgilio y Homero por la viveza de sus descripcio
nes, por la variedad de sus episodios , por la soltura en la narracion ,
por el vuelo libre de la fantasía y del sentimiento , por la amplitud y
sublimidad de sus concepciones ideales . ¿ Quién ha tenido paciencia
para leerse sin descansar toda la Eneida de Virgilio ó la lliada de
Homero , no obstante ser éstas las dos obras clásicas de la antigüe
dad artísticamente trabajadas y verdaderamente admirables en su
género ? La novela, una vez comenzada su lectura, no se puede sol
tar de la mano sin concluirla , cuando está bien hecha ; no se lee , sinó
que se devora su contenido . Es que en ella hay vida y movimiento :
todo un mundo de afectos y sentimientos se desarrolla en el cora
zon del lector al recorrer sus páginas, mientras que en las composi
320 Providencia de Dios

ciones antiguas dominaban las formas exteriores plásticas é inmó


viles del artista " .
La literatura antigua era el reflejo del fatalismo inerte que domi
naba en la sociedad pagana ; la literatura moderna es la expresion
del libre albedrío , animada y embellecida grandemente por la puri
sima y sumamente espiritual Religion de Jesucristo . Nada más hor
rible у desconsolador que suponer las cosas humanas sometidas á
la ciega necesidad : el corazon se oprime al pensar que un estado
social tráe necesaria é irrevocablemente á otro estado, sin que fuerza
alguna ni en el cielo ni en la tierra lo pueda impedir . Con semejante
doctrina, el hombre, dominado del desaliento por juzgar que le es
inútil oponerse á las corrientes deletéreas de la época en que vive,
se rinde á ellas cobardemente , y se entrega sin rebozo á los vicios
más degradantes, diciendo que es imposible obrar de otra manera .
Así se cohonestan las costumbres más perniciosas, y se da rienda
suelta á las bajas pasiones, entregando al olvido la sublime máxima
de que nuestro espíritu está destinado , por razon de su misma na
turaleza inmortal, á enfrenar los apetitos de la carne , y á dictarles
como soberano la ley que ellos hayan de cumplir , para que todo
cuanto hay en el hombre se halle ajustado á las reglas de la hones
tidad y decencia . Es imposible evitar la ruina completa de la moral
con esta malhadada hipótesis de suponer á las humanas sociedades
puestas bajo la dominacion férrea del determinismo fatal: la mora
lidad no puede subsistir suponiendo al hombre destituido de liber
tad; y sin moralidad , la sociedad entera se convierte en un inmenso
campo de escombros, sucediendo al suave imperio de la razon el
duro y despótico absolutismo de la fuerza .
Bien es verdad que los hombres, con todo su libre albedrío , tie
nen tambien su ley y manera constante de obrar ; de forma que
tambien los actos de la libertad pueden ser sometidos al cálculo del
observador filósofo . De lo contrario , las cosas humanas no guarda

1 Aunque parece excusado, queremos advertir, sin embargo, que al hablar de este
modo no es nuestro ánimo recomendar la frecuente lectura de novelas, ni mucho mé
nos elogiar los productos impios é inmorales de ciertos novelistas modernos, sinó úni
camente atribuir al Catolicismo lo que la novela tiene de bueno y laudable . Consumir
toda su vida en la lectura de esta clase de libros, aunque sean buenos y honestos, que
buenos y honestos deben ser para estar segun las reglas del arte, es perder lastimosa
mente el tiempo precioso que Dios nos concede para cosas más serias , y exponerse
además á los extravíos del corazon , creándose un mundo fantástico, enteramente con
trario al real y verdadero, donde abunda mucho más la prosa que la poesía .
en el gobierno del mundo. 321

rían entre sí órden ni concierto , y carecerían de aquel sello de re


gularidad con que suelen andar impresas todas las obras de la divi
na Sabiduría . Pero esta ley no es tan fija ni estable como la de las
causas naturales : es la ley preciosa de la libertad , la cual acostum
bra seguir un cierto y determinado camino en ciertas y determina
das circunstancias , no por necesidad de naturaleza , sinó por libre
eleccion , como conviene á los seres espirituales.
Así los hombres por lo regular, considerado el pequeño caudal
de virtud que suele poseer la inmensa mayoría de ellos , cuando se
ven acometidos de alguna fuerte tentacion que con vehemencia los
solicita , sucumben generalmente á ella . Pero al obrar de este modo,
opuesto a las reglas de la honestidad , no les faltan fuerzas para ha
cer lo contrario ; y si se dejan arrastrar de la pasion , es porque no
quieren hacerse violencia para dominarla , y por tanto pecan y son
responsables de sus actos . Mas esto no quita que nosotros , estudian
do diligentemente la marcha que los hombres suelen seguir por pro
pia eleccion en semejantes ocasiones , podamos concluir a priori
con una especie de certeza moral que así obrarán tambien en ade
lante puestos en semejantes circunstancias; porque ésta es la mane
ra regular y ordinaria con que suelen ellos poner en juego la liber
tad misma .
Y ésta tambien es la causa porque la divina Sabiduría , si bien
tiene de continuo una providencia particular y especialísima con las
cosas de los hombres , esto no obstante, deja á cada uno desenvol
verse y ejercitar sus actos siguiendo las condiciones de su propia li
bertad . Porque Dios , en el gobernar las cosas criadas , segun lo de
jamos apuntado más arriba , se acomoda a la condicion de cada una
de ellas ; y como se escribe en el libro de la Sabiduría ( cap . VIII ,
vers . 1 ) , alcanza de fin en fin con fortaleza , y todo lo dispone con
suavidad. Para gobernar á los hombres no ha de estar haciendo
milagros á cada instante , que esto sería una manera de gobernar
imprudente y nada cuerda. Así , aunque ejerza una amorosísima pro
videncia , principalmente con los que con diligencia le sirven , el que
no come , por regla general , perecerá de hambre, por más santo que
sea ; y de la misma manera, el que no trabaja para procurarse los
medios necesarios á la vida , carecerá de ellos , y así podemos ir
discurriendo sobre cada una de las cosas sujetas á la libertad hu
mana .
Por eso nuestra sagrada Religion , aunque admite como una ver
dad inconcusa la posibilidad de los milagros , y áun la misma exis
21
322
Providencia de Dios
tencia de ellos , sin embargo , cuenta , y con justísima razon , entre
los pecados que quitan la vida del alma , y la hacen rea de los cas
tigos eternos , el pecado de tentar el hombre a Dios con la peticion
irrazonable y temeraria de obras milagrosas . A pensar de esta ma
nera la enseñó su mismo divino Fundador cuando , incitado por el
demonio á precipitarse del pináculo del templo sin temor de recibir
daño alguno , respondió con aquella sentencia de la Escritura : “ Non
tentabis Dominum Deum tuum : No tentarás al Señor , tu Dios . ,, Y

siendo éste el perpétuo sentir de la Iglesia , ¿ cómo viene ahora acu


sándola el desatentado escritor americano de no haber civilizado al
mundo entero en un instante con la virtud omnipotente de los mi
lagros que blasona poseer aquí en la tierra ? ¿ Cuándo ó dónde ha
dicho la Iglesia semejante despropósito ? ¿Dónde ha enseñado jamás
que Dios hace los milagros de una manera arbitraria , ó que ella
puede obtener de la divina omnipotencia , en todo instante y á cual
quiera peticion suya , cuantos milagros se le antojen ? ¿ No es esto
calumniar á la Iglesia de la manera más descarada ?
Pero no crean nuestros lectores que exageramos al proferir estas
quejas, ó que nosotros somos los que verdaderamente calumniamos
á Draper poniendo en su pluma una acusacion de esta especie . Ahi
está lo que este autor se ha atrevido á publicar en su Historia de
los conflictos. En el cap . x , donde trata “ del Cristianismo latino en
‫ در و‬despues de lanzar mil
sus relaciones con la civilizacion moderna ,,
imprecaciones contra la Iglesia porque no ha conducido las cosas
humanas en los siglos medios por el camino materialistico que ahora
se le antoja á este escritor positivista , se objeta él mismo en esta
forma : “ Pero tal vez alguno puede decir que hay límites para nues
tros esfuerzos, cosas que ningun sistema político , ningun poder hu
mano, por buenas que sean sus intenciones , puede realizar ; i no es
posible sacar al hombre de la barbarie , ni civilizar un continente en
un dia !, A esta objecion responde con las siguientes palabras: “ El
poder católico no puede, sin embargo, juzgarse por tal norma , pues
to que rechazaba con desprecio , y rechaza hoy dia , un origen hu
mano y pretende ser sobrenatural . El Soberano Pontífice es el Vica
rio de Dios en la tierra : infalible en sus juicios , tiene el poder de
ejecutarlo todo milagrosamente si lo necesita , ' .
Algo más reprensible por cierto que la Iglesia Católica es el autor
citado cuando , para ponderar las ventajas del fatalismo, se atreve á

I Draper, l. cit. , cap. x , págs. 294-295 .


en el gobierno del mundo. 323

encomiar la doctrina del suicidio practicado por los Estóicos " .


¡ Cómo! ¿ Con que la doctrina de estos filósofos, enemigos de la li
bertad humana y proclamadores del suicidio , constituye " un siste
ma de energía, virtud , severidad, protesta viva en favor del sentido
comun de la humanidad ?, ¿ Quién ha dicho jamás con verdad que
la doctrina del suicidio es “ un sistema de energia ?, Todo el mundo
sabe que este espantoso crímen es debido precisamente á la falta
de energía. El que se quita á sí mismo la vida es un manifiesto co
barde : se suicida porque no tiene bastante fortaleza de ánimo para
sobrellevar el peso de tristeza que en consecuencia de algun grave
mal presente oprime su corazon . De aquí ha venido aquella famosa
can on italiana :

Non è ver che sia la morte


Il maggior di tutt' i mali ;
E il conforto dei mortali
Che son stanchi di soffrir.

¿ Y la doctrina del suicidio es “ un sistema de virtud , ? ¿ Quién


puede oir con paciencia tamañas barbaridades ? Cierto : lo será para
los Ateos, quienes obrando en conformidad con su egoismo feroz,
cuando el goce de los placeres terrenos se les imposibilita por una
causa cualquiera , no pueden buscar otra felicidad que la de echarse
un lazo al cuello y ahorcarse . ¡ Ésta es la virtud de los positivistas,
enemigos de todo lo sobrenatural , incluso el mismo Dios ! Los de
más todos sabemos que el suicidio es un crimen horrendo contra el
cielo y contra la tierra : contra los derechos del Criador, á quien
pertenece únicamente disponer de nuestras vidas ; contra la caridad
que se debe tener el hombre á sí propio , no cometiendo pecado

1 Puede verse la carta Lxx de Séneca (Lipsiae, 1770, pág. 578 y siguientes), don
de este estóico aboga por el suicidio. Entre otras lindezas, dice lo siguiente : “ Itaque
sapiens vivit, quantum debet, non quantum potest. Videbit ubi victurus sit , cum qui
bus, quid acturus : cogitat semper qualis vita, non quanta sit. Si multa occurrunt mo
lesta et tranquillitatem turbantia, emittit se : nec hoc tantum in necessitate ultima fa
cit, sed cum primum ille coeperit suspecta esse fortuna, diligenter circumspicit num
quid illo die desinendum sit ... In nulla re magis , quam in morte, morem animo ge
rere debemus, exeat qua impetum cepit, sive ferrum appetit, sive laqueum , sive ali
quam potionem venas occupantem , pergat et vincula servitutis abrumpat. , No es
mala la leccion para quien guste marcharse cuanto antes á las calderas de Pedro Bo
tero . A nosotros nos agrada más aquel antiguo refran castellano : Viva la gallina, y
viva con su pepita ; porque al fin, como dice nuestro maestro Aristóteles, entre todas
las cosas suaves, la más suave de todas ellas es la vida ; cuanto más viejos son los hom.
bres, más aficionados a la vida se encuentran .
324 Providencia de Dios

alguno , ni privándose por un acto de despecho del tiempo precioso


que Dios Nuestro Señor le ha concedido para merecer ; y contra los
deberes que como ciudadano tiene contraidos con la sociedad . Por
eso el acto de suicidarse es mirado por los hombres generalmente,
no como una protesta viva en favor del sentido comun de la humani
dad , segun afirma el autor que motiva estas líneas , sinó como un
acto de locura , opuesto diametralmente á lo que piensa el comun
buen sentido de los hombres. La naturaleza ha dejado íntimamente
impreso en todos los animales el instinto de su propia conservacion ,
y este mismo instinto lo ha grabado tambien en cada uno de nos
otros con caractéres indelebles . Este instinto natural hace que todos
sientan espontáneamente un grande horror al oir contar un acto de
esta especie ; sólo algunos , cuya inteligencia ha sido pervertida con
la lectura de libros inmorales, ó con cl continuo trato de hombres
malvados , dejan de sentir con viveza este horror , y miran el suici
dio como el medio de librarse para siempre de toda angustia , figu
rándose ¡ infelices! que en la naturaleza humana no hay más que
materia organizada y que todo concluye con la muerte . Pero éstos
siempre serán muy pocos respecto de todo el género humano , por
más que se empeñen los materialistas en encomiar esta accion mons
truosa . Porque los monstruos siempre son raros en todas las espe
cies de séres , y lo que es natural en una naturaleza cualquiera se
halla comunmente en todos ó los más individuos de ella .
Para concluir esta materia de la Divina Providencia en el gobier
no del universo , digamos una palabra sobre el influjo que pueden
tener en los efectos naturales las oraciones de los fieles y de la San
ta Iglesia . No sólo entre los Cristianos, sinó tambien entre todos los
individuos del humano linaje , cualquiera que haya sido la religion á
que ellos hayan pertenecido , ha reinado siempre la creencia de que
las oraciones de los hombres pueden mover á la Divinidad á com
padecerse de ellos , disponiendo los fenómenos de la naturaleza en
la forma por los mismos deseada . No se encontrará pueblo alguno
en la historia de todas las religiones donde no aparezcan plegarias,
sacrificios ú otra suerte de acciones semejantes, dirigidas a obtener
de la soberana deidad , á quien ellos tenían por verdadero Dios , ya
sea la concesion de algun bien particular relacionado con las causas
naturales , como , por ejemplo , la lluvia , el buen tiempo , las buenas
cosechas , etc. , etc. , ya el apartamiento de algun mal producido por
los agentes de la naturaleza , cuales son las pestes , las devastaciones
de los ríos o de los nublados , y otras cosas parecidas. Este hecho,
en el gobierno del mundo. 325

que por otra parte se halla en completa armonía con la razon , como
que por él pedimos á Dios Nuestro Señor que se compadezca de
nosotros , miserables hechuras suyas , necesitadas en todo tiempo de
su particular asistencia , indica bien á las claras , por su generalidad ,
constancia y perpetuidad , ser un grito espontáneo de la naturaleza
racional , y por consiguiente un testimonio inconcuso de la verdad
por él significada , á saber : que las oraciones de los hombres tienen ,
de una manera indirecta pero real , verdadero influjo en gran parte
de los acontecimientos naturales. Al autor de la Historia de los con
flictos esto parece un absurdo , y lo mismo opina el krausista Sal
meron , quien en la disertacion anteriormente citada escribe las si
guientes líneas : “ Sin duda que la concepcion antropomórfica de
Dios у la arbitrariedad de su gobierno , que todavía se supone acce
sible á sacrificios y exhortaciones para operar milagros , perturbar
el orden de la naturaleza , torcer el curso de los sucesos humanos,
y violar , en suma , la esencia de los séres , son irracionales y falsas
representaciones , ! Pero poco hay que cuidarse de semejante opi
nion , tan impia y contraria al grito constante de la humanidad en
tera . Una doctrina cuyo único fundamento es la idea de un Dios
que no en mera trascendencia extramundana , sinó en inmanen
cia esencial, inside en cuanto existe segun el límite y grado de su
peculiar composicion , y á la par trasciende sobre lo finito que or
gánicamente se determina y desenvuelve en el Todo , ? , es una
doctrina ya juzgada por sí misma , porque en sustancia no es otra
cosa que el ateismo disfrasado.

1 Salmeron , Disert. prelim . á la obra de Draper ya citada , pág. 63-64.


2 Id ., ibid . , pág. 55 .
CAPÍTULO XIX

PROSIGUE LA MATERIA DEL CAPÍTULO ANTERIOR . REFUTASE LA


FALSA DOCTRINA DE M. JULIO SIMON SOBRE EL INFLUJO DE
LA ORACION .

s claro y manifiesto , como consta de lo dicho en el capí


tulo precedente , que nosotros podemos influir con nues
É
tras oraciones en la produccion de ciertos fenómenos fisi
cos , aunque estos por otra parte vengan á la existencia de una
manera fatal y necesaria . Mas como puede suceder esto , pregun
tará alguno , habiendo sido ordenadas en un principio por el Supre
mo Hacedor todas las causas naturales, de suerte que cada uno de
estos fenómenos se realiza sin libertad y bajo la ley fatal de la ne
cesidad física ? Para algunos sabios modernos, cultivadores de las
ciencias naturales y poco conocedores de la filosofía y de la teolo
gía , es ésta una dificultad insuperable; y cuando llegan á perder la
fe, no titubean un momento en negar rotundamente que con nues
tras oraciones podamos influir por manera alguna en los tales fenó
menos . Lo que únicamente conceden estos naturalistas , es que las
tales plegarias sirven para alcanzarnos de Dios paciencia y fortale
za en los trabajos. Oigamos á uno de estos hombres que , habién
dose puesto bajo la bandera del racionalismo, todavía fomentan en
su corazon la doctrina de un Dios personal , conservador y gober
nador del mundo , y padre cuidadoso de los mortales : “ Si no se di
jera otra cosa , escribe M. Julio Simon ' , sinó que la voluntad de
Dios se halla presente en todas partes del mismo modo que la inte
ligencia ; de buen grado convendríamos en ello : mas no es ésta la
cuestion . Lo que se pide en el sistema que ahora examinamos no

1 Jules Simon , La Religion naturelle , deuxième partie, clap. iv .


Providencia de Dios en el gobierno del mundo. 327

es que Dios pueda obrar en todas partes , ó que obre de hecho ; so


bre esto nosotros no tenemos nada que objetar ; sinó que modifique
sus resoluciones , que interrumpa el curso de sus leyes generales en
consecuencia del uso que hayan hecho los hombres de su libertad .
En una palabra , se pide que el plan del universo no sea estable, que
las resoluciones de Dios no sean inquebrantables , que sus miradas
no sean exclusivamente generales , que su acto no sea único , que su
serenidad no sea absoluta ; sinó que , por el contrario , reciba Dios
en sí mismo movimientos causados por su criatura , que responda
por resoluciones nuevas á nuestros votos y á nuestras faltas, ó bien ,
en otros términos , que Dios caiga con nosotros en el tiempo ,
“ En el combate que se establece entre nuestros deseos , escribe
en otra parte de la misma obra ' , “ Dios se halla indiferente , ó si
concede su proteccion , no la dispensa sinó al valor y al trabajo.
Trabajando, pues , y no formando votos es como hemos de salir
triunfantes . Al correr en una llanura , siento de repente que el suelo
se hunde bajo mis plantas, y que yo voy á caer en un precipicio;
entonces instintivamente exclamo : ; Dios mio , salvadme! Este es el
grito de la naturaleza . Mas cómo me ha de salvar Dios ? ¿ Acaso
por un milagro , suspendiendo la accion de la gravedad ? No ; esta
esperanza ni siquiera se me viene entonces a las mientes. Lo que yo
pido es que Dios me proporcione una rama salvadora de donde me
pueda asir con seguridad . Mas hé aquí que esta rama aparece allí
precisamente : si estaba antes de mi súplica , yo he orado en vano ;
у si no estaba , y Dios la pone de repente en aquel lugar, ya nos
encontramos con un milagro nada inferior a la suspension de la ley
de la gravedad . Por tanto , si mi súplica es seria , yo pido con ella
nada menos que un milagro . Es que , en el fondo , la tal súplica no
es sinó un acto instintivo de un sér débil que se siente próximo á
perecer , é invoca a Dios , de quien ha recibido la vida . Si supiéra
mos siempre qué es lo que hacemos cuando oramos , no pediríamos
milagros con tanta facilidad , y no los pediríamos para vivir un dia
más sobre esta tierra lejos de Dios. ,
Hasta aquí el escritor racionalista , para quien es un verdadero
misterio la oracion , á causa de reconocerla por una parte como un
grito instintivo de la naturaleza racional criada por Dios , y de pa
recerle por otra que con ella pedimos á Dios una cosa contraria á
la razon , un absurdo manifiesto. Mas todo esto nace de no haber

1 Idem , ibid ., quatrième partie, chap . I.


328 Providencia de Dios

profundizado tanto como era debido en la razon filosófica de este


acto tan espontáneo á nuestra flaca naturaleza. Para quien esto hace,
la explicacion de este fenómeno, que a algunos se les hace tan difi
cil de entender , es la cosa más óbvia del mundo . El universo es un
todo orgánico , en el cual las partes inferiores están subordinadas al
bien y provecho de las superiores. Así , los minerales están subor
dinados a la vida de las plantas , éstas lo están a su vez á la vida de
los animales , y éstos , finalmente , á los usos y necesidades de la es
pecie humana, superior en perfeccion á todos los seres de la natu
raleza sensible . De la misma manera todo este órden sensible que
vemos y contemplamos con toda su magnificencia, se halla endere
zado al bien espiritual é inteligible del mundo de los espíritus . De
aquí es que el Supremo Hacedor, al disponer en su eternidad el ór
den determinado que habían de guardar entre sí los séres de la na
turaleza creada, y al escoger entre los infinitos posibles aquel que
más le plugo á su infinita sabiduría , dió á la máquina del universo
un tal género de movimiento inicial, que en virtud de las mismas
leyes naturales hubiesen de resultar en tales y determinados tiempos
y lugares aquellos mismos objetos que preveía habían de ser pedi
dos á su benignísima liberalidad por alguna criatura inteligente. De
modo que la oracion del hombre en tal tiempo y sazon , prevista
por la Inteligencia infinita desde toda la eternidad , debe ser consi
derada como influyendo moralmente y de una manera indirecta en
el órden futuro de las cosas sensibles , en cuanto que , prevista por
Dios , es causa en la inteligencia divina de que su divina omnipoten
cia haya dado á la máquina del universo aquel estado inicial conve
niente para que por las mismas leyes físicas en el existentes resulta
se naturalmente á su debido tiempo la cosa suplicada . Hé aquí , pues ,
cómo sin ningun milagro ni mudanza alguna de los decretos divinos
puede influir la oracion de los hombres en la existencia de ciertos y
determinados efectos naturales , como son , por ejemplo, la lluvia,
la cesacion de una peste , la direccion de alguna dañosa tempes
tad , etc. , etc. , a pesar de que estos efectos son producidos de una
manera fatal у necesaria por los agentes naturales .
Entenderáse bien esto por lo que sucede en la predestinacion di 1
vina con respecto á los hombres ; la cual , no obstante ser entera
mente gratuita por parte de Dios , tomada en toda su plenitud , ó
sea en cuanto comprende toda la serie de gracias sobrenaturales ,
comenzando por la de la vocacion a la fe, no por eso se opone á
que las oraciones de los unos influyan en la distribucion de las gra
en el gobierno del mundo. 329

cias conferidas á los otros . La razon de ello , como nota Santo To


más , está en que Dios , al disponer gratuitamente la serie de gracias
que quiere conferir á cada una de sus criaturas, no pretende destruir
el orden de las causas segundas , y así determina libremente que tal
gracia dada á uno sea conferida en atencion á las oraciones del otro .
“ Providentia , escribe , cujus praedestinatio est pars , non subtrahit
causas secundas ; sed sic providet effectus, ut etiam ordo causarum
secundarum subjaceat providentiae . Sicut igitur sic providentur na
turales effectus, ut etiam causae naturales ad illos naturales effectus
ordinentur, sine quibus illi effectus non provenirent; ita praedestina
tur a Deo salus alicujus, ut etiam sub ordine praedestinationis cadat
quidquid hominem promovet in salutem , vel orationes propriae, vel
aliorum , etc. , !.
Pues lo que dice Santo Tomás de la colacion de una determina .
da gracia , dispensada en atencion á alguna súplica particular, sin
que para ello haya de mudarse decreto alguno en la voluntad de
Dios , esto mismo se puede afirmar de muchos efectos naturales de
bidos a las oraciones de los fieles. Al disponerlos Dios en su eterni
dad , dispuso tambien las oraciones por razon de las cuales habían
ellos de ser producidos ; y así , ambas cosas fueron incluidas en un
mismo decreto .

Pero hagamos ver al escritor francés lo injusto de su acusacion


con su misma doctrina. No concede el impugnador de la oracion
que ésta puede obtener de Dios valor y fortaleza para el suplicante?
Pues hé aquí que , segun M. Julio Simon , ya con esto habría mu
dado Dios su resolucion primera , y habría caido con nosotros en el
tiempo ; porque sin las tales plegarias Dios no hubiera concedido á
aquel hombre el valor y la fortaleza sobredichos . Lo que sucede en
uno y otro caso es que , cuando en atencion a las plegarias de al
guno Dios dispone en cierta forma determinada las causas segun
das , la oracion y la cosa pedida entran juntas en el orden de la dis
posicion misma , la una como causa , y la otra como efecto debido
á su moral influjo.
Estos efectos son , sí , providenciales, mas no milagros . El milagro
va contra la inclinacion natural de las causas físicas, y estos efectos
son producidos conforme á la inclinacion de la naturaleza ; si bien
ésta ha recibido en un principio una cierta disposicion inicial más
bien que otra cualquiera , porque Dios quiso tomar en cuenta las

I S. Thom . , ' P. , 9. 23 , a. 8 .
330 Providencia de Dios

futuras oraciones del os hombres. No tienden , pues , estas oraciones,


de suyo y por regla general, á pedir efectos milagrosos , sinó pura
mente providenciales ; ni se pide con ellas que Dios mude su resolu
cion primera .
Para que un milagro sea efecto de la oracion , es preciso que se
pida al cielo expresamente la suspension de alguna ley de la natura
leza, y que la tal suspension se verifique en virtud de la sobredicha
plegaria. Mas oraciones de esta especie no se suelen hacer comun
mente , ni por los fieles, ni por la Iglesia: para hacerlas como con
viene es preciso tener motivos graves y poderosos, que no por cual
quiera cosa ha de hacer Dios un milagro ; obrando de otra manera
se cometería un verdadero pecado , tentando á Dios Nuestro Señor.
Véase sobre esto á Santo Tomás , 2. 2 , q . 97 , a . 2 .
Ademas , muchos de los efectos físicos obtenidos por medio de la
oracion pueden ser atribuidos á perturbaciones atmosféricas causa
das por los Angeles , sin que por esto hayan de ser constituidos en
la clase de verdaderos milagros . Los Angeles , como su mismo nom
bre lo indica , son criaturas espirituales puestas bajo las órdenes de
Nuestro Señor para desempeñar las comisiones que guste su Divina
Majestad encomendarles; y como nos lo enseña la fe, todos ellos an
dan ocupados en nuestra salvacion eterna por disposicion divina ' .
Por consiguiente, en el plan ordinario de la Providencia entra tam
bien el que vengan estos espíritus á nuestra tierra á ejercer el oficio
de ministros del Altísimo en los empleos que la sabiduría divina ten
ga por conveniente encargarles. Pues si el Señor en su altísima pro
videncia juzga convenir que estos Angeles reciban el encargo de
escuchar nuestras súplicas , dándoles acogida favorable, y alteran
do por esta causa algun tanto los elementos, esto en ninguna mane
ra puede ser llamado milagro , ni accion sobrenatural siquiera . Por
que no es contra la naturaleza mecánica y sensible el que los séres
espirituales dirijan en cierto sentido su curso , y la hagan producir
con sus fuerzas internas y meramente materiales ciertos у determi
nados efectos, que ellas no producirían nunca abandonadas á si mis
mas. Así, aunque los Angeles, conmoviendo la atmósfera en algun
punto, levanten un huracan ó alguna tempestad en el mar, y hagan
con esto venir la lluvia á algun determinado país , donde los hom

1 Nonne onines sunt administratorii spiritus, in ministerium missi propter cos qui
haereditatem capient salutis ? dice de los Angeles el Apóstol San Pablo. (Hebr., capi
tulo 1. , vers . 14.)
en el gobierno del mundo. 331

bres la piden al cielo con grande instancia ; aunque aparten los nubla
dos de algunas partes de la tierra para que no hagan daño á sus mo
radores cuyas oraciones fervorosas se ha dignado el cielo oir bonda
doso ; y aunque practiquen otras mil cosas semejantes; no por eso
producen propiamente un efecto milagroso . Porque esta intervencion
suya en los fenómenos de la naturaleza física no es contraria al curso
regular de las cosas , ántes bien debe considerarse como muy confor
me á él , por formar todas las cosas criadas un todo armónico, en el
cual lo que es de un órden inferior está sujeto y subordinado á lo que
se halla en un órden más elevado .
¿ No intervienen los hombres con sus acciones libres y espirituales
en una infinidad de fenómenos de la naturaleza , producidos por ésta
únicamente bajo la direccion inteligente de aquéllos, sin que por
esto podamos decir que los tales fenómenos son contrarios á las le
yes mecánicas del universo ? ¿ Qué efectos tan admirables no produ
cen el vapor, el agua, el fuego y una multitud innumerable de agen
tes físicos bajo la mano sabia y previsora del hombre; los cuales no
hubieran tenido jamás lugar en nuestro globo , á no haber existido
en él un ser inteligente que se sirviese de los tales elementos para
producirlos ? Sin embargo , nadie ha imaginado siquiera que seme
jantes efectos sean sobrenaturales, ántes todo el mundo los ha teni
do siempre por naturales y ordinarios; y la razon de pensar así los
hombres no es otra sinó que todas las fuerzas físicas y mecánicas
de los seres materiales están por naturaleza destinadas á ser instru
mentos del hombre para sus usos particulares . Pues esto cabalmen
te es lo que debe decirse de estas mismas fuerzas con respecto a los

Angeles, cuando estos séres espirituales quieren servirse de ellas


para bien y utilidad nuestra . En tales casos ellas no hacen sinó cum
plir el oſicio que por su misma condicion material y corpórea les to
ca , á saber : el oficio de servir a las comodidades del hombre bajo la
direccion de unos séres espirituales é invisibles, que han sido pues
tos por el Criador para procurar la salvacion eterna de este mismo
hombre, y para servirse al efecto de los agentes naturales, cuando
así lo estiman conveniente .
De seguro que los Racionalistas, al oir esta nuestra explicacion ,
soltarán muy erguidos la carcajada, teniendo por meras fábulas y
cuentos de viejas todo cuanto cree la Iglesia Católica en órden á
los Angeles. Pero con esto no harán otra cosa que dar una prueba
más al mundo de su insigne necedad y estupenda altanería . La exis
tencia de los Angeles es un hecho reconocido por todos los pue
332 Providencia de Dios

blos de la antigüedad ; los cuales no han podido convenir con uni


formidad tan maravillosa y sorprendente en una creencia de esta
especie , sinó en cuanto , al separarse los unos de los otros despues
de la confusion babilónica , todos llevaron consigo esta tradicion
como parte del depósito de la revelacion primitiva . Por lo demas,
harto les dicen y amonestan á estos incrédulos los fenómenos del
espiritismo , hoy día tan en boga por desgracia , para que dejen por
fin de tener por fábula todo cuanto se encuentra más allá de las
fronteras de lo visible. Y la misma razon , fijando los ojos en este
universo criado , no puede menos de hallar algunas congruencias
poderosas , que le induzcan á admitir la existencia de otros séres
espirituales como una cosa muy conveniente. Porque la escala de
los seres parece indicar que sobre la naturaleza humana , colocada
por su misma constitucion intrinseca en los límites del mundo ma
terial y del espiritual , participando de las cualidades de entrambos,
hay una gran multitud de séres puramente espirituales y desnudos
de toda clase de materia ; los cuales van acercándose por grados en
la perfeccion de sus esencias hasta llegar á uno más perfecto que
todos ellos , y que participa por una manera altísima de las perfec
ciones del Creador. Esto hasta el mismo Platon lo columbró con su
razon natural ; ¿ cuánto más lo debe admitir la moderna filosofia,
mucho más ilustrada que la antigua ?
• Concluyamos : el dogma de la Providencia profesado por la Reli
gion Católica , lejos de hallarse en pugna con la verdadera ciencia,
guarda con ella , por el contrario , la más perfecta armonía . Contra
él sólo puede levantarse la turba execrable de ateos , que infestan
hoy día el campo entero de los humanos conocimientos , ocultán
dose bajo los nombres de panteistas , panenteistas, darwinistas,
evolucionistas y otros parecidos , y que , en lugar de ser tenidos
por los legítimos representantes de la verdadera filosofia , de nin
gun varon prudente deben ser mirados sinó como verdaderos azo
tes del género humano .
CAPÍTULO XX

IDEA GENERAL ACERCA DE LA NATURALEZA DEL HOMBRE .

Jos hallamos ya en presencia de la tercera y última cuestion


filosófica que nos hemos propuesto examinar en esta obra,
poniendo en parangon la doctrina del Catolicismo con la
doctrina de la ciencia . ¿ Qué es el hombre ? pregunta el filósofo al
volver sobre sí mismo los ojos de la consideracion científica , hallán
dose colocado en medio de esta universidad de cosas sacadas de la
nada por el Criador y puestas á su servicio . Para responder digna
mente á esta pregunta nos sería preciso escribir un libro entero , y
no de pequeña dimension por cierto , sin que abrigáramos, no obs
tante, la conviccion de haber agotado la materia . Desde que existen
filósofos sobre la tierra , ha formado siempre el objeto predilecto de
sus particulares estudios , presentando en todos tiempos nuevos ho
rizontes á la contemplacion científica y abrumando con su inmensi
dad la curiosa mente de los sabios . No cumple á nuestro propósito
discutir en este pequeño escrito todo cuanto sobre ella han proferido
los amantes de la antropología , y así tenemos en parte abreviado
el camino con tratar solamente de aquellas cosas que más hacen al
caso en el plan que nos hemos propuesto . Sin embargo , los puntos
que en esta materia discutiremos nos darán una idea bastante com
pleta de la naturaleza humana , por ser ellos los más principales y
los que nos importa más saber en orden a la conclusion práctica de
buscar nuestro último fin, y conseguir la felicidad por todos natu
ralmente apetecida .
Para averiguar cuál sea la esencia de la naturaleza humana , es
preciso conocer en primer lugar sus internos constitutivos , y luego
las relaciones necesarias que pueda ella tener con los demas séres,
cuya existencia nos consta por la lumbre de la razon natural . Los
334 Idea general

elementos componentes del hombre, mirados de una manera gene


ral y confusa , no hay nadie que no los sepa discernir, por flaca é
inculta que sea su razon . Cada uno lleva al hombre consigo mismo ,
lo siente en su mismo sér, se compenetra é identifica con él ; de
manera que el sujeto pensante y el objeto pensado no son aquí
dos cosas realmente distintas , sinó una sola puesta en una especie
de relacion ideal consigo misma . Sintiéndose cada uno á si propio ,
se percibe y conoce como causa y como sujeto de las particulares
acciones, emanadas natural y espontáneamente de su actividad á la
sola presencia de ciertos y determinados objetos. Es decir, que nos
otros nos conocemos á nosotros mismos con una vista , intuitiva si
y directa, semejante á aquella con que percibimos las cosas exterio
y por consiguiente exenta de toda suerte de raciocinio , pero
fundada en la percepcion de nuestra actividad espontánea, que se
desarrolla bajo la accion de los objetos externos . Nos percibimos
como causas y como sujetos de nuestras acciones, siendo por consi
guiente éstas el principio determinante de la percepcion de nuestro
sér, la luz, digámoslo así, con que éste aparece bañado y alumbrado,
y sin la cual nuestro Yo quedaría para nosotros en perpétuas tinie
blas , á pesar de hallársenos físicamente presente .
En esto cometen un gravísimo error los secuaces de la filosofia
krausista, diciendo que la percepcion de nuestro sér es anterior á
todo acto de nuestro espíritu, y poniendo en consecuencia al Yo
esencialmente luminoso por sí mismo , en términos que nos sea vi
sible en su interior esencia sin recibir la luz del acto que le informa.
Como si afirmáramos, por ejemplo, hablando de los objetos exter
nos, que éstos para ser vistos por el ojo del observador no necesi
tan ser bañados de la luz externa que los hace visibles , sinó que de
sí mismos son luminosos . Si de esta manera nos percibiéramos , ten
dríamos tambien una palabra con que expresar esta percepcion ; y
al revolver sobre nosotros mismos con la fuerza de la reflexion ,
nos hallaríamos percibiéndonos del modo krausiano . Mas nada de
esto sucede : cuando yo vuelvo los ojos de la consideracion hácia
mi mismo , me encuentro pensando en alguna cosa y teniendo con
ciencia de mi sér en cuanto que percibo la emanacion de tal pensa
miento . De aquí es que , observando las distintas voces con que me
nombro , y por consiguiente las percepciones con que me conozco
en el estado directo y de espontaneidad , siempre encuentro en ellas
significado á mi Yo, no como sér puro , sinó como tal causa y tal
sujeto .
acerca de la naturaleza del hombre. 335

Grandemente se ilusionan los filósofos dichos , cuando para defen


der su opinion dicen que el Yo es anterior á todo acto , y por con
siguiente anterior á toda percepcion . Ciertamente , en el orden físi
co ó de las cosas , el sér es anterior al causar, y por consiguiente
al acto causado ; pero cuando hablamos de percepciones no trata
mos del órden físico , sinó del lógico . Mi Yo , como sér, es anterior
metafísicamente á sí mismo como causa , y en este segundo sentido
es tambien anterior á su accion ; ántes es sér que causar , y ántes es
causar la percepcion que ver con ella el objeto percibido . Mas aqui
no se trata de este órden de causalidad , sinó del órden subjetivo y
lógico de la percepcion causada . Ésta debe tener un objeto ilumina
do por la luz espiritual que mueve y determina al entendimiento á
percibir , y esta luz para nosotros se halla únicamente en las accio
nes con que se determina y circunscribe nuestro sér , las cuales nos
lo tornan luminoso y perceptible . En una palabra , nuestro Yo es
visible para nuestro entendimiento de la misma manera que lo son
los cuerpos para los ojos corporales : necesitan ambos objetos para
ser vistos una luz distinta de ellos mismos que los ilumine , la luz de
sus modificaciones , emanadas de su interior actividad ; porque estas
modificaciones propiamente son las que constituyen el objeto for
mal de nuestras potencias perceptivas, no el sujeto que las sustenta.
De aquí es que en cuanto a las manifestaciones , tanto de nuestra
propia sustancia como de las pertenecientes á los otros seres sen
sibles , nadie disputa ; todo el mundo las admite en razon de hechos,
como que se hallan unidas á nuestra facultad perceptiva inmediata
mente y en virtud de su misma perceptibilidad ; mas sobre lo que
está debajo de esas manifestaciones , ó sea sobre la naturaleza in
terna del sujeto que las sustenta , nunca han faltado dudas entre los
hombres , estableciendo unos el espiritualismo , y otros el materia
lismo , diciendo éstos que el alma humana está sujeta a destruccion
y muerte , no menos que el principio vital de una planta ó de una
bestia , y sosteniendo aquellos que es incorruptible é inmortal por
su propia esencia .
Todo esto nace de que nuestro Yo no nos es dado en la percep
cion , sinó en cuanto modificado y determinado por sus percepciones
espontáneas , relativas á objetos exteriores . Con un mismo acto per
cibimos el Yo y su acto cognoscitivo , dirigido hácia fuera , y por esto
el conocimiento de nosotros mismos no es un verdadero raciocinio ;
mas en el objeto múltiple y complejo de dicha percepcion una
parte es principio determinante , y otra principio determinado , una
336 Idea general

objeto formal, y otra objeto material. El principio determinante , ó


razon suficiente , ú objeto formal, en la percepcion de nuestro Yo,
es el acto cognoscitivo de los objetos exteriores , por los cuales
siempre y de una manera continua se halla afectado; el principio de
terminado y objeto material , conocido sin raciocinio alguno y con
evidencia inmediata , es el Yo, causa y sujeto del acto cognoscitivo
mencionado .
Es decir , que en nuestras percepciones seguimos, por condicion
esencial de nuestra propia naturaleza , un órden inverso al que los
séres tienen en sí mismos . Éstos en su naturaleza intrínseca son ac
tivos , porque son séres reales ; producen acciones , porque se hallan
dotados de fuerza activa ; mas en órden á la objetividad que tienen
con respecto á nuestro entendimiento , es conocida de éste la fuer
za activa de los seres , incluso el sér á que el entendimiento mismo
pertenece , porque es percibida por él la accion emitida por ella ; y
nuevamente es conocido el sér ó la naturaleza de una sustancia,
porque son percibidas las fuerzas con que ella obra. El sér en si
mismo se externa partiendo del centro , que es su naturaleza ó esen
cia , á la circunferencia , que es el acto emanado de su actividad ; el
entendimiento , al contrario , en razon de principio cognoscitivo,
llega primero á las manifestaciones del sér , á la circunferencia,
digámoslo así, y por éstas se interna más adentro , hasta llegar a la
misma naturaleza que las produce y sustenta.
Esta es la causa por qué vemos con luz más clara las manifesta
ciones de los seres que su naturaleza interna; porque ésta no es vista
en virtud de su luz propia, sinó en virtud de la luz que le proyecta
el acto emanado de su actividad , luz que por lo mismo no puede
ser tan intensa como la correspondiente al mismo acto .
Siendo , pues , conocido por nosotros nuestro Yo por razon de
sus emanaciones naturales y espontáneas, miremos cuáles son estas
emanaciones , para que por ellas penetremos hasta el fondo de don
de nacen . Las acciones emanadas de nuestra sustancia pertenecen á
cuatro clases , como lo puede observar cada uno en sí mismo . Unas
nos son comunes con todos los cuerpos de la naturaleza en general,
otras con las plantas solamente , otras con los brutos , otras , en fin,
nos son propias y exclusivas , en términos que por ellas nos distin
guimos de todos los seres con quienes nos hallamos en relacion .
Las primeras son producidas por las fuerzas materiales ; las segun
das por las fuerzas orgánicas ; las terceras por las fuerzas sensitivas;
las cuartas, finalmente, por las fuerzas espirituales.
acerca de la naturaleza del hombre .. 337

Resulta de todo esto que el hombre , en su interior naturaleza ,


es una sustancia dotada de actividad material , orgánica , sensitiva
é intelectual, que es lo que intentaban significar los Escolásticos con
Aristóteles y Santo Tomás, diciendo que el hombre es un animal
racional ; porque en la última de estas dos palabras se halla expre
sada su intelectualidad propia , que es enteramente discursiva , y en
la primera se contienen las otras tres cualidades dichas .
Bajo este concepto la naturaleza humana es considerada en su
forma absoluta , hecha abstraccion de las relaciones que le son pro
pias , y con respecto ya á los indivíduos ó supuestos en que pueda
encontrarse , ya á su origen y antigüedad en el mundo , ya á su pro
pio y natural fin , ya á los seres inferiores ó superiores con los cuales
haya de formar armonía en el vasto conjunto del Universo . Así con
sideradas estas relaciones , hallamos que el hombre vive esparcido
sobre la tierra , formando diversas sociedades ó repúblicas , y esto
en virtud de su misma naturaleza eminentemente social , en términos
que por esta razon fué llamado con mucha sabiduría por los anti
guos animal politico. Mirado su origen , concluimos que ha debido
salir de las manos de Dios , no pudiendo ser considerado como una
transformacion de la materia el principio inteligente y espiritual , que
constituye la parte más levantada y noble de su sér . La antigüedad
la debemos inquirir preguntando a la tradicion de nuestros antepa
sados , ó investigando los restos que de ella nos han quedado en el
mundo ; puesto que ella en sí es un hecho histórico incapaz de ser
conocido a priori por las abstracciones filosóficas, y sólo percepti
ble al modo que los demas hechos de la historia . El fin natural , sí ,
lo puede alcanzar la filosofia estudiando las espontáneas tendencias
de los principios constitutivos del hombre . Porque ellas le revelan
la capacidad interna que tiene su parte más principal , ó sea el alma ,
para vivir perpétuamente sin que fuerza alguna criada la pueda des
truir , y el propósito marcado del Criador , que le ha dado la exis
tencia para que , rota la casa de barro en que esta sustancia espiri
tual habita , siqa viviendo por toda la eternidad una vida semejante
á la de los pu: os espíritus .
Tocante á los demas séres con quienes vive en relacion , fácilmen
te se concibe que el hombre es por su naturaleza señor absoluto de
todo cuanto en la tierra le rodea , hallándose él solo dotado del pre
cioso dón de la inteligencia , y por consiguiente dispuesto para ejer
cer dominio sobre la materia insensible y sobre los animales que
pueblan el globo . Por donde se ve cuán grande sabiduría se halla
22
l
338 Idea genera

encerrada en aquellas palabras dichas por Dios a nuestros primeros


padres al tiempo de criarlos: Creced y multiplicaos , y llenad la tier
ra , y sometedla á vuestro poder, y dominad en los peces del mar , en
los pájaros del aire y en los animales que se mueven sobre la tierra ' ;
pues , en efecto , en la tierra sólo el hombre puede ser señor : las
demas cosas todas son hechas para estar bajo su dominio . Mas asi
como su natural superioridad le constituye dueño y señor de todos
los seres criados que se hallan sobre la tierra ; así tambien su condi
cion esencial de criatura llamada por Dios á la existencia , y depen
diente de él en todos los instantes de su vida , le hace por naturaleza
siervo del divino Hacedor , y le obliga a tributarle culto de adoracion
y reverencia , sometiendo su falible y limitado entendimiento al divi
no , inſinito é infalible , y cumpliendo obediente con obsequiosa vo
luntad cuantos preceptos le sean impuestos por su Majestad soberana .
Hé aquí delineada en breves rasgos la naturaleza del hombre;
delineacion que , á pesar de su brevedad , pone muy de relieve la

admirable armonía que reina entre las enseñanzas de la Iglesia y las


conclusiones de la más pura y sana filosofia , haciéndose patente y
manifiesto ya desde el principio de esta última parte de nuestro tra
bajo que aquí tambien , como en las dos cuestiones anteriores, el
conflicto entre la religion y la ciencia es de todo punto imposible .
Porque si la religion , en lo perteneciente a la naturaleza del hom
bre , enseña aquello mismo que la verdadera filosofía demuestra con
sus razones científicas, ¿ qué conflicto ó contradiccion puede existir
entre una у otra ? Ambas son inmutables en sus enseñanzas : la Igle

sia no puede desdecirse jamás rechazando como falso lo que una


vez ha enseñado á los fieles como verdadero y como contenido en
el depósito de la revelacion ; á la filosofía tampoco es permitido ne
gar ó poner en duda una verdad que haya llegado á conquistar con
la fuerza irresistible de sus demostraciones. La ciencia no vuelve
nunca atrás, así como tampoco la religion , porque ambas están ple
namente ciertas de hallarse en posesion de la verdad . Si se han de
mover , este movimiento ha de ser hacia adelante, edificando nue
vas verdades sobre las sólidamente establecidas . La opinion , sí, pue
de andar en mudanzas continuas, atrás y adelante ; pero ésta no se
puede presentar al palenque con el intento de derribar las afirma
ciones de la religion , hallándose con gran miseria suya en el campo
de la duda y de la probabilidad inconstante.

1 Génes., cap . 1 , vers . 28 .


acerca de la naturaleza del hombre. 339

Para que nuestra demostracion en esta parte salga con la clari


dad у evidencia que deseamos , trataremos por separado en los si
guientes capítulos sobre cada uno de los puntos que hemos indica
do relativos a la naturaleza del hombre ; los cuales, como se ve , dan
en sustancia lo más principal que en esta materia se puede desear,
y por otra parte presentan la cuestion en el campo que los enemi
gos del Cristianismo libremente se han escogido para combatir a la
Iglesia .
CAPÍTULO XXI

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA RESPECTO DE LA NATURALEZA


DEL ALMA HUMANA .

A idea que el Catolicismo nos da acerca del alma humana

es la más pura y sublime, al mismo tiempo que verdadera .


1.
No ha habido jamás filósofo en el mundo que en esta par
te haya podido llegar con la penetracion de su ingenio adonde llega
con sus celestiales enseñanzas nuestra sagrada Religion . Tan cierto
es , que por donde quiera que miramos á la Religion católica halla
mos siempre en ella el sello de su origen sobrenatural ; pues una
Religion que así habla sobre las cosas más profundas de metafisica,
como no habla ningun filósofo , no puede ser sinó venida del mismo
cielo . Aristóteles , con ser el hombre más perspicaz y profundo que
en sus fastos registra la Filosofía , habló de una manera tan oscura
sobre la naturaleza del alma , que muchos han llegado á tenerle por
contrario á la doctrina de su inmortalidad . Platon hizo del alma una
sustancia separada, no unida al cuerpo sinó en razon de motor , al
modo que el jinete va unido a su caballo y el piloto á su navio ; en
términos que , segun él , nuestro cuerpo es para el alma que lo habi
ta , no un dulcísimo consorte con quien se halla estrechísimamente
ligada , sinó una cárcel ó lugar de castigo donde está condenada á
vivir mientras more sobre la tierra . Pitágoras , antes que Platon , ha
bía venido á decir poco más ó ménos la misma cosa , enseñando la
doctrina de la metempsicosis ó transmigracion de las almas , desen
terrada del polvo pagano por los espiritistas de nuestros tiempos .
Otros , por el contrario , optaron por el sensualismo ó por el mate
rialismo, confundiendo torpemente con la sensibilidad la inteligencia,
ó teniendo por alma á cierta virtud ó fuerza de la materia organiza
da , con la cual , no sólo sentimos las cualidades de los cuerpos y
El Catolicismo y la ciencia , etc. 341

percibimos la armonía de los sonidos , y gozamos de la deliciosa


amenidad de los paisajes, y revolvemos en nuestra fantasía todo un
mundo de séres imaginarios fabricados por nosotros mismos , sinó
tambien medimos la distancias de los astros , corregimos el error de
nuestros sentidos , y creamos la misma sublimidad de la ciencia con
todas sus ideas universales . Así recorrieron todo el campo de los
errores que en materia de psicologia se podían excogitar, pasando
desde el espiritualismo más absoluto hasta el materialismo más ab
yecto y vergonzoso .
La filosofía de nuestra época , despues que se ha divorciado tris
temente de la Religion para tener el gusto de vivir independiente y
libre de toda especie de trabas , ha seguido el mismo camino tra
zado por la filosofía antigua. Unos han resucitado el sistema de
Platon , haciendo de cada alma un espíritu angélico condenado á
vivir en esta cárcel de barro hasta que adquiera la perfeccion de
los espíritus puros, que es la doctrina enseñada por los espiritistas
y por varios filósofos alemanes , proclamadores del periespiritu ó
camisilla interior de los Angeles . Otros han profesado el sensualis
mo , adhiriéndose á la doctrina de Condillac relativa a las sensacio
nes transformadas. Otros , en fin , han bajado hasta el inmundo lo
dazal del materialismo, proclamando la teoría de la transformacion
de las fuerzas materiales ; teoría segun la cual Dios , síntesis univer
sal de todas las fuerzas cósmicas , vive aletargado en la piedra ,
duerme profundamente en la planta , sueña desaforado á lo Don
Quijote en el animal , y se despierta vivaz en el hombre para pas
mar al mundo con la concepcion de la ciencia y con el alumbra
iniento del nebulismo germánico. Esta es la teoría que , como lo de
jamos ya enunciado , ha merecido la preferencia en la docta pluma
del profundísimo Draper, flor y nata de la filosofia andantesca , des
facedor de entuertos cometidos por los católicos , y predicador ar
diente de la más sublime de todas las teorías , el flamante positi
vismo .
La Iglesia católica , en esto como en todas sus cosas , ha mostra
do bien la celestial sabiduria con que está regida por el Espíritu
Santo . Ya en el siglo vi , reunida en el quinto Concilio universal,
había condenado formalmente la doctrina pitagórica de la transmi
gracion de las almas , profesada por los origenistas , trazando con
mano verdaderamente maestra la línea divisoria que separa el alma
humana de los espíritus angélicos . En el Concilio Lateranense IV
expresó de una manera más explícita esta diferencia , colocando al
342 El Catolicismo y la ciencia

hombre en una esfera intermedia entre la sustancia corporal y la


angélica , y atribuyendo en consecuencia al alma humana una apti
tud natural para informar su cuerpo , propiedad de que carecen por
su propia condicion los espiritus . En el Concilio Vienense enseñó más
tarde que el alma intelectiva ó racional informa su cuerpo en virtud
de su propia naturaleza, conſirmando lo mismo que había dicho en
los otros Concilios anteriores , y condenando la doctrina contraria
como errónea y enemiga de la fe católica. Esto mismo definió des
pues el papa Leon X en la Bula Apostolici regiminis, y añadió á lo
proclamado por Clemente V en el sobredicho concilio de Viena , que
cada uno de los hombres posee un alma racional , suya propia y no
comun al alma de los demas , y que esta alma racional , propia y
peculiar de cada uno , es inmortal por naturaleza , debiendo por
tanto ser rechazado el error de Averroes , segun el cual todo el gé
nero humano piensa con una misma alma racional é incorruptible
por naturaleza , pero las almas propias de cada uno de los hombres
son naturalmente mortales y corruptibles.
No se puede explicar con más claridad ni con mayor exactitud
la naturaleza del alma humana. Establécese por una parte , contra
los Sensualistas y Materialistas , su espiritualidad esencial , y su ap
titud consiguiente para vivir una vida eterna , incapaz de ser extin
guida por criatura alguna , y se hace observar al mismo tiempo por
otra que la incorruptibilidad é inmortalidad así definidas convienen
al alma propia y peculiar de cada uno , y no á esa inteligencia uni
versal , comun á todos los hombres en la fantástica idea del maho
metano Averroes. Luégo , para que nadie pueda caer en el error
contrario , enseñado por Pitágoras y Platon , creyendo con estos fi
lósofos que nuestra alma es un espíritu caido , condenado a vivir en
la cárcel de este cuerpo por los pecados cometidos en una vida an
terior más noble y más perfecta , se añade que el alma racional del
hombre es forma sustancial del cuerpo humano, multiplicable y
multiplicada en cada uno de los indivíduos , y producida por consi
guiente cada vez que viene á la existencia una persona particular.
“ Sacro approbante Concilio , dice el papa Leon X , damnamus et
robamus omnes asserentes animam intellectivam mortalem esse,
aut unicam in cunctis hominibus, et haec in dubium vertentes ; cum
illa non solum vere per se et essentialiter humani corporis forma
existat , sicut in canone felicis recordationis Clementis Papae V ,
praedecessoris nostri, in generali Viennensi concilio edito conti
netur ; verum et immortalis , et pro corporum , quibus infunditur,
respecto de la naturaleza del alma humana . 343

multitudine singulariter multiplicabilis , et multiplicata et multipli


canda . ,
¿ Qué cosa más grande , y más exacta al mismo tiempo , que esta
doctrina , en que traza con mano verdaderamente divina la defi
nicion más adecuada y completa de la naturaleza humana ? La Filo
sofia con todos sus raciocinios no ha dicho ni dirá jamás cosa más
excelente; porque de la Religion en esta parte han brotado torren
tes de luz vivísima para que veamos en su plenitud la naturaleza de
nuestra alma y de nuestro propio sér . Era esto necesario , porque
esta nocion es para nosotros sumamente fundamental, estando
cifrada en ella toda la suerte de nuestra vida , tanto presente como
futura . Por eso nuestra Religion adorable no ha faltado á esta ne
cesidad , mostrando así en su conducta el espíritu divino y sobrena
tural que la dirige .
Si nuestra alma fuera tenida por corruptible y perecedera , como
la desean los Materialistas, en este caso la virtud y honestidad se
rían miradas en consecuencia como nombres vanos é imaginarios
fantasmas; pues los hombres no podrían ya concebir otro bien sóli
do y sustancial sinó el placer del cuerpo y de los sentidos. Un
hombre que se halle persuadido de que para él todo acaba con la
vida presente no puede menos de concluir en esta forma, hacien
do el razonamiento de los impíos : “ Corto y enojoso es el tiempo
de nuestra vida , y no hay refrigerio en el fin del hombre , ni se ha
conocido quien haya tornado de los infiernos . Porque de nada he
mos nacido , y despues de esto seremos como si no hubiéramos
sido ; porque humo es el resuello de nuestras narices , y la habla una
centella para mover nuestro corazon , la cual apagada , ceniza será
nuestro cuerpo , se difundirá como el aire blando, y pasará nuestra
vida como el rastro de la nube , y se desvanecerá como niebla que
es ahuyentada de los rayos del sol y oprimida de su calor, y nues
tro nombre con el tiempo caerá en olvido , y ninguno tendrá me
moria de nuestras obras . Porque paso de sombra es nuestro tiempo ,
y no hay vuelta de nuestro fin , por cuanto se le pone el sello y na
die vuelve . Venid , pues , y gocemos de los bienes que son , y use
mos de la criatura a toda prisa como en la juventud . Llenémonos
de vino precioso y de perfumes, y no se nos pase la flor del tiem
po . Coronémonos de rosas ántes que se marchiten ; no haya prado
alguno por el que no pase nuestra licencia . Ninguno de nosotros
quede sin parte de nuestra disolucion ; en cada lugar dejemos seña
les de alegria , porque esta es nuestra porcion y esta es nuestra
344 El Catolicismo la ciencia

suerte . Oprimamos al pobre justo , y no perdonemos a la viuda , ni


respetemos las canas del viejo de mucho tiempo . Y sea nuestra
fuerza la ley de la justicia , porque lo que es flaco se reputa por
inútil , ! . Este ha de ser por fuerza el modo de pensar de todo ma
terialista , y por desgracia bien lo estamos palpando hoy dia en
todos los civilizados a la moderna .
Si , por el contrario , viviera el hombre en la creencia de que su
alma es un espíritu caido , condenado á hacer penitencia en esta
cárcel de barro , reencarnándose repetidas veces , y reandando siem
pre , sin conciencia de sus estados anteriores , el triste camino de la
vida ; entonces, ó se consumiría de tristeza al considerar que el
tiempo de su destierro no tiene límite determinado , y hasta se en
tregaría no pocas veces , llevado de la desesperacion , al suicidio , ó
correria exhalado tras toda suerte de vicios con la esperanza de que
en otras reencarnaciones más afortunadas sería más honesto у vir
tuoso ; y así de hecho , su vida en este mundo sería la vida del ateo .
¿ Quién puede contar el espantoso número de suicidios que ha
producido en sólo este último siglo la perversa secta del espiritis
mo ? ¿ Y quién es capaz de calcular la corrupcion y desenfreno que
cada dia va cundiendo en las masas , con la diabólica idea de que a
una encarnacion siguen otras y otras cien mil por siglos infinitos,
sin que por consiguiente hayamos de temer el infierno tan espanto
so de los Cristianos ? Ciertamente, quien tiene puestas todas sus de
licias en los bienes materiales de la tierra ; quien no aspira á otra
cosa mejor que los goces sensuales, y puede alcanzarlos saltando
resueltamente la valla de la moral y de la ley divina , poco se en
tristecerá al oir que en castigo de sus maldades ha de ser condena
do despues de muerto á reencarnarse una y otra vez eternamente .
¿ Cómo ha de temer este castigo el que con gusto se quedaría aquí
en el mundo para siempre , deseoso de continuar la vida bestial que
ahora lleva , y que únicamente apetece ?
La ley moral , pues , queda destituida de sancion conveniente en
la hipótesis espiritista; y quien admita en su corazon esta doctrina
engañosa no tendrá de seguro otra norma en todas sus acciones
sinó el humillante apetito del placer sensible , cual si fuera una bes
tia destinada á vivir en un establo . El espiritista , si es lógico , no
puede buscar sinó la vida de los sentidos : todo lo que los moralis
tas le digan sobre la belleza de la virtud lo tendrá por pura poesía ,

1 Sap ., cap . 11 , vers, 1-11 .


.

respecto de la naturaleza del alma humana . 345

ni más ni ménos , como si no admitiera otro dios que la materia , ni


otra alma que la de los brutos . Así vemos en , esto , como en otras
muchas cosas , que los extremos se tocan , y que por los caminos
opuestos se viene al fin á parar á un mismo término . La metempsí
cosis y el materialismo rematan concorde y uniformemente en la
ruina completa de la moral ; y quien arruina la moral , claro está que
tiende por lo mismo á arruinar la sociedad entera , porque la socie
dad está basada toda ella sobre este sólido cimiento .
No es nuestro ánimo detenernos aquí á refutar el espiritismo;
esta empresa nos apartaría demasiado de nuestro propósito . Lo que
sí haremos será desenvolver filosóficamente la doctrina del Catoli
cismo relativa a la naturaleza del alma , con lo cual caerá por su
mismo peso el error fundamental del espiritismo, que consiste en
hacer de nuestras almas unos espíritus caidos , y de nuestros cuer
pos las mazmorras de estos espiritus prevaricadores.
Comencemos por la espiritualidad , propiedad importantísima de
nuestra alma , por la cual nos hallamos á infinita distancia de las
bestias . Las razones que la patentizan son tan claras y evidentes ,
que sólo pueden ser rechazadas por quien se obstina en renunciar
á la vida noble del espíritu , y tiene su corazon hundido en el cieno
de la materia . Santo Tomás nos las ha recopilado brevemente en su
preciosa Suma contra los gentiles ( lib . ii , cap . Lxvi ), donde demues
tra que el entendimiento humano es una fuerza superior á los senti
dos y verdaderamente inorgánica. Desenvolvamos un poco estas
razones, y hagamos ver á los defensores del materialismo que el
alma humana está muy por encima de todo cuanto material y sen
sible contemplan ellos sobre la tierra . En efecto ; si en nuestra alma
hay alguna potencia verdaderamente espiritual , ella misma debe ser
tambien en sí espiritual é inorgánica , puesto que ninguna potencia
puede superar en perfeccion a la naturaleza ó sustancia de donde
emana , como es imposible que el efecto sea más perfecto que su
causa . Ahora bien ; que la inteligencia del hombre sea una potencia
inorgánica lo demuestra la naturaleza de nuestras ideas , que no se
circunscriben á objetos materiales y concretos, sinó pasan más allá
y representan objetos universales . Los brutos , por perfectos que
sean , no van guiados en sus acciones sinó por las solas impresiones
del sentido ; ninguna idea universal poseen , todas sus percepciones
son concretas . De no tener esta clase de ideas , que están sobre el
tiempo y el espacio , y revelan en quien las posee una esencia cor
respondiente y por tanto superior á toda sustancia corpórea , les
346 El Catolicismo y la ciencia
nace el obrar siempre las cosas de la misma manera . En la misma
forma trabajan hoy dia las abejas que en tiempo de Virgilio ; todos
los animales hacen siempre sus obras con la misma perfeccion , tan
to las primeras como las segundas , y las segundas como las terce
ras , y así sucesivamente .
Y esto sucede asi en los padres como en los hijos ; de suerte que
los animales siempre viven estancados en lo mismo, como lo está
la naturaleza bruta y material á que pertenecen . No progresan por
que carecen de un ideal , superior, por razon de su natural universa
lidad , á todas las circunstancias de tiempo y espacio ; sólo pueden
disponer de sus percepciones sensibles, enteramente materiales y
concretas . Así , aunque poseen cierta sombra de raciocinio , ejercido
con aquella facultad que los Escolásticos llaman estimativa ; pero
este mismo acto no pasa de ser material y orgánico , porque no ver
sa sinó sobre cosas materiales y concretas, y por tanto tambien la
fuerza que lo ejecuta es material , ó sea aligada necesariamente al
organismo é incapaz de obrar sin su asistencia . En esta especie de
discurso imperfecto que practican los animales, no comparan los
dos extremos del raciocinio con un tercero universal y que los com
prenda á entrambos ; lo que hacen es deducir el particular del
particular espontáneamente y sin ver la legitimidad de la conse
cuencia . La legitimidad del raciocinio la ve Aquel que les dió el im
pulso para obrar de este modo , como ve el artista lo que ejecuta
mecánicamente su instrumento .
Por el contrario , el hombre , como dotado de una fuerza intelec
tual , productora de ideas universales , superiores á todo lo particular
sensible , es capaz siempre de ulterior perfeccion en sus artefactos;
fórmase sus ideales cada vez más acabados , y luego realiza confor
me á ellos sus obras exteriores , no teniendo límite en la capacidad
de perfeccionarlos. Y es que el entendimiento , como potencia inor
gánica que produce sus actos sin concurso intrinseco é inmediato
del organismo corporal , está muy por cima de todo lo material y
corpóreo , y por lo mismo imprime á sus actos ese sello de univer
1
salidad é infinidad que sólo puede hallarse en el mundo de los espí
ritus . Todo el mundo sabe que las ideas de nuestra inteligencia
están dotadas de una cierta especie de infinidad , que las coloca en
un órden infinitamente superior á los objetos del mundo sensible .
¿ Cómo , pues , se podrá negar con razon esta misma cualidad á nues
tra inteligencia que las produce, siendo una verdad evidente á todas
luces que ningun efecto puede superar la perfeccion de su causa ,
respecto de la naturaleza del alma humana . 347

porque ésta en tal caso le daría lo que no tiene ? Pero sigamos ade
lante en nuestra demostracion . Por ser incapaces los sentidos de
formar conceptos universales , imprimen á todos sus actos el carác
ter de particularidad y determinacion que les es comun con la ma
teria ; por el contrario , por ser muy propio de la inteligencia formar
ideas universales, á todo cuanto piensa le comunica una cierta for
ma de universalidad , característica de los espiritus . Hasta lo mismo
material lo percibe bajo conceptos universales , que indican bien la
naturaleza espiritual de la fuerza que los produce . Y no sólo de lo
material y corpóreo se forma ideas propias, sinó tambien de los
objetos enteramente inmateriales é insensibles , como son Dios, los
espíritus puros , la justicia , la belleza , la bondad , la posibilidad y sus
contrarios , ó sea la injusticia , la fealdad , la malicia , la imposibilidad ,
etcétera . Lo cual es una razon evidente de que el entendimiento no
es una potencia orgánica, sinó espiritual; porque, á ser orgánica , no
podría formar concepto sino de los objetos materiales , y esto per
cibiéndolos de una manera enteramente determinada y concreta, no
universal y abstracta . A la decapitacion pública de un malhechor,
para servirme de un hermoso ejemplo usado á este propósito por el
sabio conde de Maistre , podrán asistir muy bien así el perro que
suele acompañar a un hombre como el hombre mismo . En este caso
ambos verán con los ojos materiales del cuerpo el sobredicho fenó
meno ; pero en la aprehension interna del mismo , ¿ qué diferencia
tan grande no habrá entre uno y otro ? El perro no percibirá sinó lo
puramente sensible , la separacion repentina de la cabeza cortada ,
como si fuera un trozo de carne destinado a ser presa de su vora
cidad . El hombre , por el contrario , verá en él todo un mundo de
ideas enteramente espirituales é inaccesibles por completo á la fa
cultad perceptiva del bruto ; porque notará desſilar ante los ojos de
su espíritu el orden de la justicia divina acompañado de toda la in
mensa multitud de las razones morales y religiosas , que nada afec
tan á los sentidos .
Quizá no falte entre los defensores del materialismo quien haga
del humano entendimiento una cierta fuerza de imaginar muy per
fecta . Pero nada más falso que este pensamiento. Si reparamos bien
en los actos de la facultad imaginativa, observaremos que todos
ellos versan siempre sobre objetos materiales y positivamente fini
tos . Con la imaginacion podremos agrandar el objeto cuanto quera
mos , transformarlo á nuestro gusto, y hacer de él cuanto se nos an
toje , dándole las formas más raras y caprichosas ; pero el objeto
smo y la ciencia
348 El Catolici

imaginado siempre será una cosa sensible y por todas partes limi
tada, cerrada, circunscrita . En la inteligencia , por el contrario , el
objeto es un universal superior á todos los límites, un ideal infini
to , adonde la fantasía no llegará jamás , aunque multiplique sin fin
los objetos de su propia esfera . Podrá suceder muy bien que este
ideal verse sobre cosas corporales ; pero lo corporal en él será la
parte ménos acomodada á la naturaleza del entendimiento , ó sea
el objeto material , el contenido de aquella idea ; la parte principal y
que más 'armonia guarda con la naturaleza de la inteligencia será
la forma de 'que está revestido aquel concepto , el continente, digá
moslo así , de aquella materia dada . Esta forma ó continente , llama
da por los antiguos objeto formal porque especifica y caracteriza la
naturaleza de la potencia á que corresponde , es una idea ilimitada ,
infinita , imposible de ser confundida con ningun acto de los senti
dos ó de la fantasía. Por donde se ve que los actos de la inteligen
cia no pueden ser hechos por facultad alguna orgánica, sinó que
pertenecen á un órden infinitamente superior al orden de las facul
tades espirituales y puestas sobre las limitaciones de los cuerpos .
Allégase á esto otra circunstancia particular, propia de nuestros
actos espirituales . En virtud de la misma universalidad que llevan
siempre consigo los objetos de nuestra inteligencia, sucede que nin
gun objeto finito puede arrastrar hácia si irresistiblemente á nuestra
facultad expansiva racional , vulgarmente llamada voluntad . Todo
objeto finito lo queremos libremente , y de tal manera que pu
diéramos no quererlo y áun odiarlo si quisiéramos : en una palabra,
somos libres en el ejercicio de nuestros actos ; sólo la felicidad mira
da de una manera general y sin concretarla en ningun objeto deter
minado es amada por nosotros necesariamente . Este es un fenóme
no de nuestro espíritu , de que cada uno tiene conciencia en su inte
rior ; áun los mismos materialistas , que se empeñan en negar nuestra
espiritualidad y con ella el libre albedrío , en la práctica obran
con la plenísima conviccion y seguridad de que son dueños de sus
actos . Porque se dan citas como los demas , hacen sinceras prome
sas de hechos que han de cumplir ellos mismos en el tiempo conve
nido , se enfadan furiosamente contra los que les faltan á lo pactado
y áun á veces los citan por ello a juicio . Cosas todas son estas que
revelan claramente la firme persuasion depositada en ellos por la
madre naturaleza , y que persiste en sus inteligencias áun á pesar de
sus teorías inmundas y de su vituperable empeño de rebajarse hasta
la vil condicion de los brutos ,
respecto de la naturaleza del alma humana . 349

Pues bien ; esta libertad es el testimonio más irrefragable de la


espiritualidad de nuestra alma ; porque sólo el espíritu, como supe
rior a la materia , está sobre las leyes de la fatalidad; y como desti
nado naturalmente á la posesion del soberano Bien , que es Dios,
tiene virtud para rechazar cualquier bien finito no necesario para su
felicidad. Las potencias apetitivas de los sentidos , por razon de la
parte corporal y orgánica que entra en su constitucion interna , par
ticipan de las condiciones de la materia bruta, y por tanto son ,
como ella , en cierta manera inertes , en términos que invencible
mente los arrebata el centro atractivo externo de los bienes parti
culares que las solicitan . El bruto , puesto en presencia del objeto
deleitable, es arrastrado de una manera automática , si es que otro
más poderoso no le atrae hácia sí con más fuerza, ni vence á la vir
tud atractiva del primero .
Los Materialistas, sin embargo , pretenden conceder al bruto la
misma libertad que hallamos en el hombre , para lograr de este modo
persuadir al mundo que el hombre es un bruto perfeccionado. Con
tal objeto distinguen muy cuidadosamente en el bruto cierta clase
de acciones , que llaman voluntarias, de otras más automáticas, á
que dan el nombre de instintivas. Asi piensan haber descubierto al
guna razon nueva , que no conocieron los antiguos ; como si éstos ,
al negar la libertad de los animales , no tuvieran bien experimentada
la malicia del gorrion , la prudencia de la hormiga , y otras mil pro
piedades de los irracionales que nos dejaron escritas en sus libros .
Las bestias, en verdad, tienen en ciertas acciones una como sombra
de libertad , que remeda á la libertad humana. Pero esta libertad
animalesca no pasa de ser un imperfecto remedo de la nuestra; como
la estimativa, que la regula , es tambien una muy tosca imágen de
nuestra prudencia . El hombre, áun en el mismo estado de locura ,
cuando no goza de su libertad natural por tener impedido el uso de
la razon , se muestra infinitamente superior al bruto más perfecto. Y
es que, aun en su misma locura, es hombre y no bestia ; su alma in
teligente obra en él de una manera espontánea pero real , formando
ideas generales y espirituales , de que el bruto más avisado carece
por completo .
En virtud de esta libertad y consiguiente dominio de nuestros
propios actos , podemos hacer una reflexion total sobre nosotros
mismos , imposible de verificarse por potencia alguna que tenga su
residencia en algun órgano corpóreo. Porque las partes de la mate
ria se pueden , sí , plegar unas sobre otras , pero no sobre sí mismas.
350 El Catolicismo y la ciencia

Quien tiene suficiente virtud para ejecutar esta reflexion plena y


completa, tomándose á si propio por objeto de su consideracion,
necesariamente debe ser espiritual en aquella parte que practica este
género de reflexion ; porque éste tal entra en sí misino totalmente,
se repiiega sobre sí como no es capaz de hacerlo potencia alguna
orgánica. Por eso los brutos , cuyas fuerzas cognoscitivas y apetiti
vas no salen de la esfera de la corporeidad sensible , 'son incapaces
de esta reflexion tan perfecta. Ningun mono , por ejemplo , que es
el animal más cercano al hombre en la perfeccion de sus actos ani
malescos , será capaz de adquirir jamás esta facultad de reflexionar
sobre sí mismo , de tomarse cuenta de sus propias acciones , de po
der pronunciar la palabra Yo , pasando de su esfera á la nuestra , y
adquiriendo el noble y altísimo título de persona . Instrúyasele cuan
to se quiera : él podrá aprender muchas cosas , remedará maravillo
samente cuanto vea hacer á otro cualquiera ; pero nunca aprenderá
á reflexionar, á tomarse á sí propio por objeto de su consideracion,
á filosofar , en una palabra , dirigiendo la actividad de sus potencias
internas á la adquisicion y cultivo de la ciencia . Le falta la hermosa
fuerza espiritual é inorgánica, donde reside la reflectibilidad ; y así
siempre obra por necesidad en el sentido directo , en el sentido del
impulso natural y ciego que le mueve y arrastra .
Esta falta de reflexion en los animales es la causa inmediata y
próxima por la cual son incapaces de hacer algun progreso en
la produccion de sus obras ; si bien la causa remota y última se halla
en la ausencia de ideas generales , puesto que en estas ideas se en
cuentra la raíz y fundamento de la libertad natural en los seres inte
ligentes. El hombre , en virtud de la voluntad libre , que le hace
dueño de sus propios actos , siempre que su rudeza no llegue hasta
el extremo de imposibilitarle el uso de la razon , reflexiona más ó
ménos sobre todo cuanto él hace y ve hacer á sus semejantes: con
esto se va perfeccionando poco a poco en sus acciones ; y á veces
lleva tan adelante su fuerza de reflexion , que logra reconcentrarse
en sí mismo con la mayor facilidad , aislarse del mundo exterior, y
abismarse en las profundidades de su propio sér para contemplar
asombrado el mundo inteligible de las ideas que brotan á millares
en su inteligencia . Así llega á hacerse verdaderamente sabio , y lo
gra coordinar sus pensamientos de una manera científica , en térmi
nos que le es muy fácil expresarlos y trasladarlos con órden y clari
dad al entendimiento de sus oyentes ó lectores . La reflexion , y la
reflexion imperada por la perseverante energia de la libre voluntad,
respecto de la naturaleza del alma humana . 351
es la madre de las ciencias y de las artes ; á ella es á quien se
debe propiamente todo el progreso de las mismas ; sin esta energia ,
los hombres y los pueblos vivirían siempre estancados en un mismo
grado de civilizacion . Por carecer los brutos de esta libre energía y
ser incapaces de adquirirla , se hallan absolutamente imposibilitados
de hacer progreso alguno en la produccion de sus obras . Hé aquí
un argumento bien manifiesto de que el alma de los animales es
material y corruptible , al paso que demuestra con la misma eviden
cia que la nuestra es un espíritu inmortal , dotado de fuerzas verda
deramente inorganicas , y capaz de seguir viviendo eternamente en
sí mismo una vez desatado de las ligaduras del cuerpo .
Esta misma fuerza de reflexion es causa de que podamos corre
gir los falsos juicios, á que de otra suerte nos arrastrarían los senti
dos, haciéndonos juzgar de las cosas , no como son en sí , sinó como
á ellos se les presentan . Asi , por ejemplo , vemos el astro del dia
con los ojos corporales ; y á la distancia en que se halla de nosotros,
nos parece mucho más pequeño que la tierra ; mas viene luego la
razon reflexiva , movida por el acto libre de la voluntad , é infiere
por medio del raciocinio su enorme magnitud , ante la cual es cosa
muy diminuta el globo de la tierra .
Si la razon fuera una potencia orgánica , como los sentidos y la
misma imaginacion , el error en estos casos seria inevitable ; porque
ella tambien á su vez recibiría la misma clase de determinacion que
se imprime á las otras fuerzas perceptivas , y juzgaría necesaria
mente por solas las apariencias externas . ¿ Quién no ve , pues , en
esta nobilísima propiedad de nuestra inteligencia la señal más evi
dente de nuestra espiritualidad ? ¿ Quién no advierte en esta pode
rosa virtud que tiene nuestra razon para corregir los juicios erró
neos de los sentidos , la inmensa distancia que media entre nosotros
y los brutos ? ¿ Quién no se convence , finalmente, de que la parte
superior de nuestra alma es a todas luces espiritual , superior á toda
fuerza sensitiva , e intrinsecamente independiente de todo órgano
corpóreo ?
Digo intrinsecamente, porque alguna clase de dependencia con
respecto a los sentidos es preciso reconocer en nuestras facultades
superiores . Mientras el alma vive en este mundo unida físicamente
al cuerpo, y formando con él la unidad indivisa y sustancial del com !
puesto humano; por necesidad ha de existir entre ambos elementos
algun género de dependencia mútua en su modo de ser y en sus
actos. En esta especie de maridaje ( permítasenos la expresion ) que
352 El Catolicismo y la ciencia

en el hombre tiene el alma con el cuerpo , hay cierta comunidad de


bienes é intereses ; y así es natural que el alma dependa del cuerpo ,
y el cuerpo del alma , para la prosecucion de sus objetos correspon
dientes. Los actos del entendimiento , en el presente estado de union ,
no pueden naturalmente ejecutarse sin las acciones prévias de la fa
cultad imaginativa: así como ésta para funcionar necesita de la vita
lidad del alma por una parte, y por otra de las percepciones de los
sentidos , donde encuentre la materia ú objetos de las suyas propias.
Así , pues , en el actual estado de union en que vive el alma con el .
cuerpo , el entendimiento produce , sí, sus actos peculiares por sí solo
y con la fuerza inorgánica que internamente lo constituye; pero de
pende de la imaginacion y de los sentidos , como de ministros que
le proporcionan la materia , en cuya presencia ha de ejercer sus actos.
La imaginacion y los sentidos son con respecto al entendimiento ,
en el estado presente de nuestra alma , una cierta especie de sirvien
tes , que le traen de fuera los materiales para que él ejerza sobre
ellos su interna actividad espiritual , formándose á su presencia sus
ideas universales: estos ministros deben trabajar con sus fuerzas pro
pias y orgánicas para poner el objeto sensible dentro de la esfera de
la inteligencia; pero una vez puestos allí los objetos, ya la inteligen
cia por sí misma , con su fuerza inorgánica y espiritual, emite sus
propios actos, y percibe, y juzga, y raciocina como si nada tuviera
que ver con el cuerpo .
Esta dependencia, como se ve , es puramente extrínseca y relati
va al modo de ser que corresponde al entendimiento en el presente
estado de union ; una vez salida el alma del cuerpo , se llevará con
sigo su fuerza intelectual inorgánica juntamente con la voluntad , que
es una potencia de la misma clase , y entonces no necesitará de los
servicios de la imaginacion , ni de los sentidos , porque se hallara ya
desligada de la materia y puesta en las mismas condiciones de los es
píritus puros. La aproximacion del objeto en aquel nuevo estado le
vendrá por otro modo más alto y más sublime, que nosotros ahora
no podemos sinó rastrear, porque no tenemos ideas intuitivas de
aquel nobilísimo órden de cosas . Por esto con razon llaman los filó
sofos á los sentidos puertas del alma ; porque miéntras el alma vive
encerrada en la casa del cuerpo , si no se le abren las tales puertas
se quedará á oscuras ; mas no le sucederá esto cuando salga de su
habitacion , y sea llevada por el Criador á la noble mansion de los
espíritus.
Lo que acabamos de escribir del entendimiento con respecto a los
respecto de la naturaleza del alma humana . 353

sentidos, debe aplicarse al alma misma en órden al cuerpo por ella


informado . El alma , unida sustancialmente á la materia, forma con
ella un compuesto físico y sustancial que llamamos hombre; y así
como requiere para comunicarle la vida ciertas condiciones prévias
por parte de la materia misma , así tambien le son necesarias estas
mismas condiciones para seguir animándola y continuar este estado
de union , y dar á los órganos las funciones que les son propias . De
aquí es que, cuando el cuerpo está sano y robusto , parece que esta
misma salud y robustez se produce en el alma ; y, por el contrario ,
cuando padece enfermedad, como que se le comunica tambien al
alma esta misma afeccion orgánica .
El estado de union sustancial que tiene el alma con su cuerpo for
mando con él una sola sustancia, establece entre ambos coprincipios
una especie de fusion y compenetracion mútua, parecida á la que
resulta en los elementos químicos despues de verificada la combina
cion . El alma humana, aunque racional por una parte, y cercana por
consiguiente de este lado a la esfera de los espíritus puros , que son
incapaces de animar cuerpo alguno; por otra es tambien sensitiva y
se halla sumergida en la materia , combinada , por decirlo así , con
ella , y formando con su cuerpo un solo sér , no menos que las almas
materiales de los brutos forman con los suyos propios las sustancias
completas de sus particulares especies. De aquí es que nuestra alma
constituye el anillo , digámoslo así , con que el mundo puramente
espiritual se une y encadena con el mundo puramente material. El
alma humana , ni es espíritu puro , como los Angeles , ni principio
vital corruptible y perecedero con la disolucion del organismo que
anima , como el alma de los brutos . Es espíritu , no puro , sinó orde
nado naturalmente á la informacion de la materia; participa de la
naturaleza angélica en su aptitud interna para vivir y ejercer eterna
mente los actos de sus potencias más principales, sin el concurso
de agente alguno físico ; más tiene de comun con las almas de los
animales el ser como ellas naturalmente capaz de estar unida sus
tancialmente a la materia, y el no poder producir acciones de la vida
sensitiva y vegetativa , sin la cooperacion intrínseca del organismo
corporeo .
No es , pues , un espíritu caído , ni una fuerza material corruptible,
como pretenden por una parte los'platónicos, y por otra los mate
rialistas y sensualistas ; sinó un espíritu naturalmente inferior a las
sustancias angélicas y superior al principio vital de los brutos .
Por esta causa su union con el cuerpo no puede decirse violenta,
23
354 El Catolicismo y la ciencia

sinó natural; y por tanto es un error el pensar que nuestras almas


se hallan encarceladas en sus cuerpos por castigo y pena de pecados
algunos . La union con sus cuerpos es en todo conforme á su propia
condicion de formas sustanciales : por eso las almas se hallan tan
bien con ella , y forman con la materia un compuesto tan natural
como puede serlo otro cualquiera . Señal manifiesta de ello es el
horror que experimenta instintivamente el hombre , no menos que
los animales irracionales , con respecto a la separacion de estos dos
elementos. Si la union de nuestra alma con el cuerpo fuera violenta,
todos desearíamos por impulso de nuestra naturaleza recobrar el es
tado primitivo en que fuimos criados ; puesto que todo ser esponta
neamente se inclina á estar en su natural elemento , luchando por
conservarlo cuando se lo quieren arrebatar , y esforzándose para
llegar á él cuando lo ha perdido . Bastanos mirar lo que hace una
planta , para convencernos de esta tendencia universal de todos los
séres formados por la madre naturaleza . En su elemento propio ,
ella vive muy lozana , contenta y satisfecha ; mas cuando la sacan
de él , lleva una vida , á su modo , triste y enfermiza . ¿Experimenta
mos nosotros este deseo innato de que cese cuanto antes el presente
estado de encarcelamiento ? No por cierto ; antes por el contrario,
ninguna cosa nos es tan grata como la vida : nos es ésta tan suave
y deleitable , áun en medio de las tribulaciones y padecimientos , que
con razon es y ha sido siempre considerado como un monstruo quien
quiera que osa quitársela con sus propias manos . La vida la miramos
todos , y con razon , como el mayor de los bienes que podemos re
cibir de la madre naturaleza ; señal evidente de que el presente esta
do dista mucho de ser para nuestra alma una cosa violenta é im
puesta como castigo de culpas pasadas . Vése ademas la verdad de
lo que vamos diciendo por lo que experimentamos en nosotros mis
mos , con respecto al modo de funcionar de nuestras facultades su
periores .
Si á nuestra alma no fuera natural informar la materia , sus actos
verdaderamente espirituales no tendrían órden alguno á lo material
y sensible ; el objeto propio de sus potencias cognoscitivas sería lo
intelectual puro , y en ninguna manera mezclado con elemento al
guno de materialidad . La razon de esto se encuentra en que debe
haber correspondencia perfecta entre la potencia y el objeto , entre
la naturaleza de un sér y el bien propio de este sér . Ahora bien ; á
nosotros nos sucede todo lo contrario : lo espiritual puro no lo per
cibimos sinó por medio de negaciones. El fondo de nuestras intui
respecto de la naturaleza del alma humana . 355

ciones intelectuales es siempre una cosa material , si bien la forma


de las mismas revela , por su carácter propio de universalidad , in
mutabilidad y necesidad , la naturaleza verdaderamente espiritual de
la potencia que las produce . Consulte cada uno sus ideas , y verá
que á lo espiritual puro no nos elevamos sinó por conceptos análo
gos á los que versan sobre objetos materiales ; negamos de lo espi
ritual las imperfecciones que vemos en lo material , y le atribuimos
las perfecciones depuradas de tales límites, y sublimadas , por decirlo
así , á una esfera superior que en su sér material no les conviene .
Por eso no tenemos ni un solo nombre en todos los Diccionarios
del género humano que no exprese relacion á algun objeto sensible :
hasta el mismo nombre de espiritu está tomado de una cosa mate
rial ; pues su significacion primera es la de indicar el aire que emi
timos con la respiracion , y luego , por la relacion que tiene este
cuerpo sutil é invisible con los seres inteligentes puros, ha sido tras
ladado a designar estas sustancias desnudas de toda concrecion cor
pórea . Esta es una señal manifiesta de que el objeto propio de nues
tro entendimiento no es lo espiritual puro , sinó lo espiritual mezcla
do de alguna materia ; esto es , lo que , conservando su elemento
sensible en el fondo , sea espiritual é insensible en la forma. Porque
si lo espiritual puro no lo percibimos sinó por relacion á lo espiritual
mixto , este segundo lo debemos percibir sin relacion á ningun otro
género de conceptos , y por el propio ímpetu y tendencia de nues
tra naturaleza intelectual ; al modo que , de no sernos posible perci
bir las negaciones y privaciones de las cosas sinó por relacion a las
perfecciones positivas que ellas niegan , inferimos que el objeto pro
pio y primario de nuestro entendimiento no es el no ser , sinó el ser.
Si pues nuestra inteligencia no tiene por objeto formal y primario
lo espiritual puro , sinó lo espiritual mezclado de materialidad , no
puede decirse que ella misma pertenezca al órden intelectual puro ,
como pertenecen las inteligencias separadas. El lugar que por su
categoría le corresponde es el de lo espiritual mixto ; siendo de suyo
una sustancia inteligente é inorgánica , pero ordenada por su propia
condicion á informar un cuerpo sensible , de cuya union física y sus
tancial resulte un solo sér compuesto de dos elementos heterogé
neos , el uno corpóreo y humilde , colocado en la baja region de la
naturaleza inerte , y el otro espiritual y nobilísimo , levantado á la
sublime esfera de las formas subsistentes. Por eso vemos en todas
las acciones del hombre esa mezcla de los dos elementos indicados,
gran valentía en concebir y acometer empresas sublimes y dignas
350 El Catolicismo y la ciencia

de los mismos Ángeles del cielo , y una debilidad suma para llevar
las á cabo , nacida de la flaqueza de nuestra carne . El spiritus prom
ptus est, caro autem infirma , dicho por nuestro Señor Jesucristo á
sus Apóstoles en una ocasion muy solemne , tiene lugar en nosotros
siempre que tratamos de realizar alguna idea grandiosa , que agita
mos ardorosos en la parte superior de nuestra alma. Esta mezcla de
sublimidad у de flaqueza, propias de nuestro espíritu , la significaron
muy bien los Escolásticos diciendo que el alma humana es por su
naturaleza forma del cuerpo ; doctrina que novísimamente ha con
firmado la Iglesia , enseñando Pío IX , contra los errores de Gunther,
que el alma racional del hombre es verdadera , propia é inmediata
forma del cuerpo . “ Sabemos, escribe el mencionado Papa, que en los
mismos libros ( de Gunther ) queda vulnerada la sentencia y doctri
na católica , que enseña estar de tal manera constituido el hombre
de alma y cuerpo , que su alma racional es verdadera , propia é in
mediata forma del cuerpo , ' .
Siendo , pues , el alma racional del hombre una parte sustancial
suya , fuerza es confesar que se une físicamente al cuerpo , no por
pecados de la vida pasada, sinó porque su propia condicion es vivir
unida inmediatamente con él , y formar de este modo una sola sus
tancia naturalmente completa . Si se hubieran penetrado bien los
filósofos de esta idea luminosa , que nos presenta de un solo golpe
toda la naturaleza del alma humana juntamente con la del hombre
mismo , no hubieran disparatado en sus escritos de una manera tan
lastimosa , forjando sistemas gratuitos y descabellados , no sólo en
órden á la naturaleza del alma , sinó tambien en cuanto al modo que
ésta tiene de formar sus ideas y conceptos universales . El ontolo
gismo panteístico de Krause , el idealismo subjetivo de Kant , la idea
innata del Sér defendida por Rosmini, y otras tantas aberraciones ,
no hubieran deshonrado la alta capacidad de hombres tan eminen
tes , si hubieran considerado bien la naturaleza del alma segun la
acabamos de explicar.
De lo dicho , sin embargo , no se infiera que nuestra alma no pue
de vivir separada del cuerpo , ó que á lo menos el estado de sepa
racion le es violento , sacando por última consecuencia que , ó debe
reencarnarse indefinidamente conforme al gusto de los Espiritistas,

I Noscimus , iisdem libris laedi catholicam sententiam ac doctrinam de homine,


qui corpore et anima ita absolvatur, ut anima , eaque rationalis sit vera , per se atque
immediata corporis forma. ( Pío IX , Brev , ad arch . Colon ., 15 Jun, 1857.)
respecto de la naturaleza del alma humana . 357

para no hallarse fuera de su natural elemento , ó es fuerza que vuel


va á la nada y realice los deseos de los Materialistas . El estado
de separacion es tan natural á nuestro espíritu como el de union ;
porque la muerte está en la misma constitucion interna del hombre,
y así ésta exige , que al llegar á cierto desarrollo , la vida del orga
nismo corpóreo vaya decreciendo por grados , y por fin desaparez
ca por completo con la separacion del alma y del cuerpo . Libre ya
entonces aquélla de las ataduras de éste , no exige para seguir vi
viendo que se la una de nuevo á materia alguna, como no pide esto
tampoco el elemento corporal que estaba informado y animado por
ella . Lo natural es que cada uno de los elementos que constituían
al hombre antes de la union siga despues de ella existiendo en el
modo que le es propio : el cuerpo volviéndose al polvo de que ha
bía sido formado , y el alma continuando el nuevo modo de vida
que , como á brillante mariposa salida del capullo , le corresponde
en su naturaleza incorruptible . Lo que exige , sí , la naturaleza del
alma , por razon de ser una sustancia incompleta y verdadera forma
sustancial del cuerpo humano , es que no comience á existir sinó
cuando su union es reclamada por las condiciones preexistentes de
la materia generativa . El alma de suyo es parte de un todo ; y en
tónces debe ser producida , cuando el todo la necesite para venir á
la existencia . Dios no hace las cosas á medias, como escribe á este
propósito Santo Tomás : las primeras cosas que produce no las
pone en el estado imperfecto , sinó en el completo y perfecto ; y
así , no crió el alma del primer hombre antes de formar el cuerpo ,
y otro tanto hace con las almas de los demas .
“ Anima , escribe el Santo Doctor hablando de Adan , y lo mismo
dice más adelante de todas las almas humanas en general , cum sit
pars humanae naturae , non habet naturalem perfectionem , nisi se
cundum quod est corpori unita . Unde non fuisset conveniens ani
mam sine corpori creari ( S. Thom ., I. p . q . 90 , a. 4 ) . »
Si á la naturaleza del alma humana corresponde aniinar al cuer
po , no debe dejar de animarle por la fuerza de la misma naturaleza ,
sinó á causa de los impedimentos accidentales producidos por los
agentes del universo , obrando sobre el organismo del hombre , y
ocasionando de esta manera la muerte. El estado de separacion es
en nuestra alma una consecuencia espontánea de la misma corrup
tibilidad del compuesto humano; y por lo mismo que es consecuen
cia , supone otro anterior y más conforme á cada una de las partes
de dicho compuesto , es decir, el estado de union . La naturaleza ,
358 El Catolicismo y la ciencia

pues , en su tendencia primera tiende al estado de union de ambos


elementos, y no al opuesto : de donde se sigue que no es conforme
á la sabiduría divina poner desde un principio á las almas de los
· hombres en el estado , que adquieren despues de la disolucion del
cuerpo : porque la sabiduría dicta hacer que las cosas comiencen á
ser por aquel modo que más les corresponde ; y al alma , como
parte que es de un todo , más le corresponde estar en el todo que
fuera de él . Si nuestra alma fuera de tan elevada condicion , que
exigiera de suyo ser criada antes de animar cuerpo alguno para vi
vir en sí misma y para si únicamente ; en este caso jamás se vería
unida físicamente a la materia . Porque la tal union no le sería natu
ral , y Dios hace cada una de las cosas poniéndolas en aquel estado
que a cada una le corresponde. En semejante hipótesis el alma se
ría un espíritu puro , y así no diría bien con su naturaleza el infor
mar al cuerpo . ¿ Y quién sabe si tal género de union le sería entón
ces posible, ni áun hablando de potencia absoluta ? Porque los An
geles , que son espíritus puros , nunca reciben tal género de union ,
y quizá ni áun pueden recibirlo en manera alguna. Si pues el alma
humana anima naturalmente al cuerpo con que vive estrechísima
mente enlazada, señal manifiesta es de que entonces principia á vi
vir en el mundo , cuando comienza a estar unida al organismo de su
propio cuerpo , y á formar con él la sustancia completa que llama
mos hombre . En una palabra , el estado de separacion no es natural
al alma sinó en cuanto se sigue al estado de union por el influjo
accidental de las causas externas . Por consiguiente, el alma no tiene
un tiempo de existencia antes de comenzar á informar al cuerpo,
sinó despues de haberlo animado y vivificado en su estado de
union ; ó lo que es lo mismo, el alma humana no ha preexistido al
cuerpo que anima , sinó que ha sido creada por Dios en el momento
que era reclamada por las leyes de la naturaleza para formar un
nuevo compuesto en el mundo . Véase sobre esta importante ma
teria lo que escribe Santo Tomás en la primera parte de su Suma
Teológica , cuestion 76 , y en el art . 3.º de la cuestion 118 de la mis
ma parte citada . Además , en el capítulo Lxxxi del libro i de la
Suma contra los gentiles rechaza largamente el Santo Doctor la
opinion de los Platónicos y Pitagóricos que sostenían la preexisten
cia de nuestras almas ántes de ser unidas á sus cuerpos . En estos
lugares hallará el lector cuanto todavía le falte para adquirir un co
nocimiento pleno sobre el asunto aquí ligeramente tratado .
1

CAPÍTULO XXII

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA RESPECTO AL ORÍGEN


Y AL DESTINO DEL ALMA HUMANA .

ISTA ya la naturaleza de nuestra alma, réstanos ahora ave


riguar su origen y su fin para que nuestro estudio sea com
V
pleto . En esta parte tambien la Religion cristiana nos
manifiesta la más alta sabiduría , enseñándonos una doctrina sublimi
sima al mismo tiempo que verdadera y consoladora en extremo
para todos los amantes de la virtud . Tan lejos está la ciencia en
esto de mostrarse reñida con la Religion , que antes bien á ella
le debe la facilidad con que al presente conocen los sabios este
género de verdades , envueltas en otros tiempos en densísimas
tinieblas.
Los antiguos ignoraron por completo el origen verdadero del
alma humana , y sobre su último fin tuvieron tambien ideas muy im
perfectas y áun completamente falsas. Era esto efecto natural de las
nociones equivocadas que se habían formado acerca de la naturaleza
tanto de la Divinidad como del alma misma . Por lo regular no pu
dieron remontarse más arriba de las percepciones de los sentidos y
de la imaginacion, ni eran capaces de concebir cómo puede haber
una cosa real que no sea cuerpo . El espíritu y áun la misma Divini
dad eran para 'ellos cosas corporales y extensas ; sólo que entre los
cuerpos hacían distincion , poniendo en estos de aquí abajo , donde
nosotros vivimos , una materia gruesa y corruptible á causa de las
continuas mudanzas y transformaciones á que los vemos sujetos cada
dia y dando a la corporeidad de los espíritus una naturaleza incorrup
tible é inmortal . Con tan erróneas ideas por fuerza habían de proferir
tambien solemnísimos disparates al hablar del origen y del fin últi
mo del alma humana ; puesto que es cosa sabida de todo el mundo
360 El Catolicismo y la ciencia

que en materia de metafísica, no menos que en otra cualquiera , un


error llama á otro error, y un abismo á otro abismo . Nada digamos
de los Materialistas y Sensualistas ; porque éstos ya se sabe que no
habían de asignar otro origen y destino al alma de los hombres sinó
el que señalaban al principio vital de las bestias . El hombre para
ellos no era sinó un trozo de materia llevada á cierto grado de per
feccion por medio del organismo : su alma, por consiguiente , no po
día tener otro orígen ni otro ſin que el organismo del cuerpo, el
cual nace por medio de la generacion y perece con la disolucion . El
traducianismo en cuanto al origen y el nihilismo en cuanto al desti
no del alma, eran las dos consecuencias que fluían de tan pestilente
principio ; y en efecto , por ellos se pronunciaron los proclamadores
del hombre - bestia . Los que daban al alma un sér espiritual é incor
ruptible , aunque corporeo y extenso , generalmente la hacían ema
nar de la misma Divinidad , y la consideraban como una pequeña
porcion de la sustancia divina . No admitían, por consiguiente , que
las almas naciesen unas de otras, al modo que vemos propagarse
las plantas y los animales sobre la tierra ; sinó las suponían á todas
tan eternas como el mismo Dios , de cuya sustancia procedían por
emanacion ; y las encerraban en un círculo inmenso de emanaciones
fastidiosas, que no habían de acabar jamás; hasta que llegado por
fin el momento de su carrera, entrasen de nuevo en el insondable
piélago de donde habían partido , para juntarse allí y confundirse
con la Divinidad misma, perdiendo para ello su personalidad propia.
Esta es tambien la doctrina que ha reinado desde tiempo inme
morial entre los pueblos de la India , de donde la tomaron Pitágo
ras y Platon para esparcirla por todas las naciones del universo
mundo . “ Profesan los vedantas, escribe César Cantú , describiendo
la doctrina teológica de los indios ' , como doctrina soberana , que
el Sér Supremo es causa material y eficiente del universo . Brahma,
dicen , es causa y efecto ; el mar es la misma cosa que sus aguas,
áun cuando se diferencien entre sí la espuma , las olas y la marea .
Un efecto no se diferencia de su causa. Brahma és el alma , y el
alma es Brahma, La misma tierra ofrece diamantes , cristales y oro
pimente ; el mismo suelo produce gran variedad de plantas ; el mis
mo alimento hace crecer la carne , las uñas y los cabellos . A la ma
nera que se cuaja la leche y se hiela el agua , Brahma , sin necesidad
de ningun medio exterior, se modifica y transforma. La araña teje

I Cantú , Hist, univ ., t. 1 , lib. 11 , cap. xiv , Filosofía india.


respecto al origen y al destino del alma humana . 361

la tela con su propia sustancia , los espíritus toman formas diver


sas , , etc.
Así es que todas las aspiraciones del indio se dirigen a la union
intima con el Sér, deseando adquirir una perfeccion tal , que su sus
tancia finita sea absorbida por la sustancia infinita de Brahma, al
modo que por el Océano son absorbidas las aguas de los rios . Con

esta union y aniquilamiento de su propio sér espera librarse de la


transmigracion, á que de otra suerte debería estar condenado sin
acabar nunca el círculo eterno de sus reencarnaciones . Triste y mi
serable filosofía , que asigna como fin último á la porcion más princi
pal y noble del hombre, el sueño perpétuo de la nada , disolviéndo
la , aniquilándola , haciéndola perder su propia personalidad para
sepultarla en el inmenso piélago del sér, donde ninguna conciencia
conserve de si propia . ¿ Qué me importa á mí que mi sustancia se
transforme en la de otro sér más perfecto que el mio , si para ello
es preciso que deje yo de existir, si pierdo mi individualidad y con
ella la conciencia de que soy algo en el mundo ? Si en esto consis
tiera la felicidad de las cosas, la aspiracion más continua de toda
criatura debiera cifrarse en ser cada una de ellas devorada por otra
de un órden superior, para mejorar de este modo su fortuna , é irse
acercando poco a poco á la perfeccion suma de la soberana Esen
cia. Por donde la felicidad de un pavo , por ejemplo , debería hallar
se en pasar muy bien guisado al estómago de un hombre ilustre ,
teniendo en él su verdadera sepultura . Y por lo mismo la felicidad
de un reino pequeño habría de colocarse en ser aniquilado y des
hecho por otro mayor para vivir en él confundido cual gota insig
nificante de agua depositada en la inmensidad del Océano . La pri
mera condicion de la felicidad es la existencia del indivíduo que ha
de ser feliz; y así, perdida mi personalidad y mi conciencia , mal
podré yo llamarme bienaventurado, por más que las reliquias de mi
d shecha entidad se las planten al hijo de la aurora .
Pitágoras y Platon no parece que llevasen tan adelante , al ménos
de una manera expresa y formal, esta absorcion de los seres finitos
por el Inſinito ; sin embargo , el segundo de ellos , principalmente
con su teoría de las formas separadas y subsistentes en sí mismas,
estableció con bastante precision el panteismo , el cual lleva consigo
la absorcion dicha . Así es que Origenes , desenvolviendo esta misma
teoria en el tratado llepí dozov, ó sea De los principios, llega á di
vinizar todas las sustancias materiales y espirituales , incluso el mis
mo demonio , haciéndolas entrar al fin del mundo en el seno de la
1
362 El Catolicismo y la ciencia

Divinidad para que Dios sea en todos todas las cosas. Aun al ilustre
Stagirita no han faltado quienes le hayan colocado por esta parte
en la misma categoría de Platon , juzgando que dicho filósofo esta
bleció un cierto entendimiento universal comun á todos los hom
bres , con el cual se hallan éstos unidos de una manera misteriosa .
Santo Tomás, sin embargo , ha tratado de purgarle de esta mancha
en el lib . II de su Suma contra los gentiles.
Nosotros dejaremos opinar á cada uno sobre esto como mejor le
parezca : lo que si diremos , es que Averroes , famoso filósofo maho
metano del mismo tiempo que Santo Tomás , quiso apoyarse en
Aristóteles para enseñar la doctrina indicada , y sostuvo que uno solo
y mismo es el entendimiento de todos los hombres . Para explicar
empero la variedad de opiniones que suele reinar entre ellos sobre
una infinidad de cosas , así prácticas como especulativas , dijo que
este entendimiento universal se halla unido á cada uno de los indi
víduos de la especie humana por medio de una cierta especie inte
ligible proyectada por él , á manera de luz espiritual , y recibida en
los fantasmas de la imaginacion segun las condiciones particulares
de cada hombre. De esta suerte el principio vital , propiamente cons
titutivo del hombre , venía á ser , no el alma racional , pues ésta , en
sentir suyo , no era otra qne el mismo Dios , sol de todas las inteli
gencias é iluminador universal de todos los espíritus, sinó el alma
sensitiva , dependiente en su esencia del organismo material , comu
nicada consiguientemente por la generacion mediante la virtud ger
minal de la semilla , y sujeta a la corrupcion juntamente con el or
ganismo del cuerpo . El hombre en tal caso no se diferencia de las
bestias sinó en que á la fuerza imaginativa de éstas no se une sus
tancia espiritual alguna , iluminando sus fantasmas con la luz inte
lectual de sus especies . Pero , por lo que hace a todos los demas, el
alma propiamente humana sería tan corruptible como la del bruto :
roto y deshecho este estado de union con la disolucion del organis
mo y con el advenimiento de la muerte , perecería por completo y
no conservaría en manera alguna conciencia de sí misma , sinó que
volvería indefectiblemente al abismo de su nada .
Nuestro Draper en esto no había de faltar : su aficion al positivis
mo lo había de llevar por fuerza á congeniar con el filósofo maho
metano en lo que tiene de materialistico , que en esotro de iluminar
los fantasmas nuestro americano entiende muy poco . Así , para el
la inteligencia humana no es otra cosa que la fuerza del cosmos de
terminada en un cierto sentido fosforescente y alumbrador de los
respecto al origen y al destino del alma humana. 363

sentidos . ¡ Oh ! Con tan grata teoría bien pueden estar contentos los
que han tenido el espíritu bastante fuerte para hacer un dios de su
vientre y correr desaforados tras sus bestiales apetitos. Nosotros ,
los que todavía no hemos llegado a este grado de fortaleza, y vivi
mos miserablemente envueltos en las necias ranciedades de los an
tiguos , no gustamos de tanta sublimidad , ni tenemos por cosa gran
de buscar nuestra propia felicidad oprimiendo al justo que se nos
pone delante en el camino , y no perdonando a la viuda , ni respe
tando las canas del viejo por satisfacer nuestros instintos anima
lescos .
Algo más digna , por cierto , nos parece la doctrina de la Iglesia
en este asunto que todas las teorías materialisticas y panteísticas ,
así de los antiguos como de los modernos . La doctrina del Catoli
cismo , por lo que respecta al origen y al fin del alma humana , no
sólo es altamente filosófica en sí misma , sinó ademas lleva el con
suelo á los corazones atribulados y oprimidos bajo el peso de los
males , que de otro modo les serían insoportables; alienta á las almas
honestas á correr ardorosas por el camino de la virtud ; enseña al
hombre á domar sus pasiones y á imponerles el saludable freno de
la razon ; y nos arranca de estos bienes mezquinos y caducos para
transportarnos á otro mundo mejor y más perfecto , con grande
ennoblecimiento nuestro y no pequeña utilidad de la sociedad hu
mana. La Religion católica enseña que nuestra alma no ha emana
do de la sustancia divina, como emana el agua de la fuente , identi
ficándose sustancialmente con ella ; que tampoco es transmitida del
padre al hijo por la generacion , sinó creada de la nada ; y finalmen
te , que como espiritual de suyo , y apta para seguir viviendo per
pétuamente áun despues de separada de este cuerpo mortal , ha sido
criada para vivir una vida sempiterna .
No admite la Iglesia católica ese perpétuo círculo de reencarnacio
nes ridículas , en que el alma va siempre tras un ideal que no ha de
realizar jamás , y corre continuamente hacia un término que á cada
instante se va mudando con ella , y alejándose más y más en cas
tigo de las culpas cometidas en las reencarnaciones pasadas . La
perpetuidad de los premios y castigos, merecidos en esta vida y
distribuidos en la otra, es su lema altamente filosófico á la par que
profundamente verdadero . Digamos algo sobre cada uno de estos
pensamientos para poner en claro la admirable sabiduría que brilla
en esta doctrina soberanamente celestial , aunque poco agradable á
los que para gozar de este mundo quieran ver su origen en la
364 El Catolicismo y la ciencia

monera de los darwinistas y su ſin en la muerte de las bestias , que


nada tienen que esperar ni temer en otra vida más duradera .
1. ° El alma humana no es una porcion de la sustancia divina .
¿ Habrá acaso necesidad de proferir una sola palabra para demostrar
esta verdad , de la cual tenemos pruebas tan convincentes en nues
tras propias acciones y en el testimonio de nuestra conciencia ?
¡ Buena por cierto sería la sustancia divina , si tan abominables y re
pugnantes hediondeces hubieran de salir continuamente de su seno,
como son las acciones inmundas y criminales de ciertas almas cor
rompidas ! En verdad que si por la muestra se conoce el paño , como
suele decirse , ciertas porciones de la divina esencia nos dirían á
grandes gritos que ésta es lo más detestable de cuanto podemos
pensar é imaginar sobre la tierra. ¿ Y qué idea se han formado estos
hombres de la naturaleza divina para que , con alguna apariencia si
quiera, puedan decir que los espíritus finitos son porciones suyas ?
¿ Es acaso Dios algun cuerpo ó alguna fuerza material divisible en
partes, que así se hacen desprender de su esencia los particulares
espiritus como se desgajan de un árbol los esquejes que han de ser
plantados en la tierra ? Bella manera por cierto de enseñar el ateis
mo decir que existe difundida por el mundo una fuerza universal ,
adonde se recogen todas las fuerzas particulares cuando cesan de
existir, como existe una vasta existencia material , centro de todos
los cuerpos determinados . Dígase francamente y sin rodeos que no
hay otro sér sinó el Universo , ni otro Dios sinó las fuerzas materia
les con que se mueven y transforman de continuo las moléculas de
los cuerpos . Establecido un Dios de esta especie , nuestro espíritu
en verdad será una parte infinitesimal de su existencia , y saldrá en
cierto modo del seno de la Divinidad por un instante para volver
muy pronto a su estado primitivo de absorcion en esta fuerza uni
versal é inconsciente , y adquirir el reposo eterno de la nada . Ver
güenza causa el ver rebajada en tales términos á la naturaleza hu
mana, que nos sea preciso pelear contra unos hombres hundidos
por su gusto propio en el lodazal de la materia, y satisfechos de tan
repugnantes inmundicias, hasta el extremo de celebrarlas y bendecir .
las , teniéndolas por lo más digno de nuestras continuas aspiraciones .
El impío autor de la Historia de los conflictos, sin embargo, no da
muestras de causarle esta doctrina muy grande empacho; ántes bien
manifiesta hallarse muy encariñado con este materialismo grosero ,
y emplea nada ménos que todo el capítulo v de su obra para per
suadirlo á sus lectores . Allí es verle saborearse y relamerse con la
respecto al origen y al destino del alma humana . 365

consideracion de la filosofía oriental de la India, presentándola como


la cosa más sublime del mundo, con el marcado objeto de probar
nos que las fuerzas sensitivas de los brutos no son sinó las mismas
fuerzas de los minerales transformadas en virtud de algunas cir
cunstancias accidentales , y que la fuerza intelectiva del hombre
es la misma con que siente el bruto , aunque algun tanto modifi
cada , para concluir de todo su discurso que todas las fuerzas del
Universo sensible , áun las racionales y espirituales de la especie
humana, constituyen una sola fuerza total , llamada Dios general
mente por el vulgo .
Cuando se llega á estos abismos de abyeccion en el terreno de la
ciencia para combatir á la Religion católica , ésta ciertamente , lejos
de recibir daño alguno de tales enemigos , se levanta triunfante y
llena de gloria sin haberse preparado siquiera á la pelea. El ser com
batida por hombres de esta especie es la honra más grande que
puede apetecer sobre la tierra, porque así se hace patente á todo el
mundo la inmensa distancia que media entre sus purísimas doctrinas
y el lodazal inmundo del materialismo ateo en que se revuelca sin
vergüenza su adversario . Un Dios cuya esencia consista en ser un
agregado de fuerzas moleculares, por medio de las cuales se rige y
pone en movimiento el conjunto del Universo; un Dios , por consi
guiente , impersonal , inconsciente, dividido en tantas partes cuantos
son los átomos imperceptibles que se encuentran en la materia cós
mica ; un Dios , finalmente, que no tiene unidad real sinó en la mente
de quien lo considera , es un monstruo incalificable , contra el cual
protesta llena de indignacion la verdadera ciencia. Sí ; en nombre de
la razon humillada y de la verdadera filosofia , tan horriblemente
maltratada con tamaños desvaríos, me atrevo á protestar contra el
osado representante del racionalismo moderno ; y bien seguro estoy
de que protestarán tambien conmigo todos cuantos conservan to
davía algun sentimiento de su propia dignidad y no han perdido
aquel precioso sentido comun que les dió la naturaleza . No nos ven
ga aquí el profesor americano con sus fantásticos conflictos entre la
religion y la ciencia ; el conflicto verdadero no existe sinó entre la
ciencia misma y el abyecto defensor del ateismo.
El Dios de la verdadera ciencia es muy diferente del patrocinado
y acariciado por los materialistas: su naturaleza espiritual le coloca
en un grado infinitamente superior á ese agregado vil con que ellos
se complacen en confundirle para vivir como bestias sobre la tierra .
El Dios de la verdadera ciencia es un ser perfectísimo, actualísimo,
366 El Catolicismo y la ciencia

personal y distinto de las sustancias finitas, incapaz de sufrir la menor


division en su sustancia, porque no tiene en su sustancia parte algu
na . Podráse decir en algun sentido lato que el espíritu humano es
de la sustancia divina, en cuanto que imita la naturaleza de Dios , te
niendo conocimiento de sí propio , de los seres de este Universo
sensible у del Criador de todos ellos ; pero de ninguna manera en el
sentido riguroso que pretenden los secuaces del panteismo india
no , resucitado en nuestros tiempos por los racionalistas de Ale
mania, y predicado a los cuatro vientos por el químico positivista
de los Estados-Unidos .
¿ Se dirá quizá que los indios profesan este panteismo , y que sin
embargo cultivan la virtud viviendo muy distantes del ateismo? Mas
á esto responderemos nosotros que los indios se hallan en posicion
muy diferente de la de nuestros racionalistas. Estos, siguiendo la
doctrina de los brahmanes y buddistas , deben ser consiguientemen
te ateos ; y áun me atreveré á decir que muchos racionalistas en
tanto sustentan la referida doctrina, en cuanto ven contenido en ella
el materialismo ateo , que no se atreven á defender abiertamente .
Los indios, por el contrario, se adhieren á ella porque la creen reve
lada, y se figuran, conforme á esta supuesta revelacion, que la prác
tica de la virtud les es absolutamente necesaria para llegar al ani
quilamiento por ellos suspirado, perdiéndose para siempre y desha
ciéndose en el seno de la Divinidad . Ademas , la misma revelacion
en que se fundan es una protesta práctica contra el dogma del pan
teismo por ellos profesado ; pues supone evidentemente a los hom
bres distintos en su esencia y personalidad de la sustancia divina,
que tambien queda personal en el mero hecho de hablarles y reve
larles sus pensamientos y mandatos. Por consiguiente, nada tiene de
extraño el que practiquen la virtud, porque en sus acciones no se
guian sinó por el principio "religioso de que el Sér Supremo es un
Dios personal y distinto realmente de sus criaturas, lo cual echa por
tierra el dogma por ellos falsamente creído . Pero en los racionalistas
esto no puede tener lugar, porque estos filósofos rechazan toda re
velacion sobrenatural . Establecida por ellos la naturaleza de un Dios
impersonal y en ninguna manera distinto de la coleccion de las fuer
zas que obran en el Universo , por necesidad han de admitir el puro
y escueto materialismo , no conservando sinó por cierta especie de
decencia en sus escritos el nombre augusto de la Divinidad .
Quien pone por principio de toda su filosofia que las fuerzas mo
leculares , sensitivas é intelectivas no son esencialmente distintas,
respecto al origen y al destino del alma humana. 367
sinó sólo en los accidentes y en el modo particular con que se pre
sentan en cada indivíduo del Universo, este tal es imposible que ad
mita lógicamente otra fuerza en el mundo que la material ; y si luégo
añade á esto que la colectividad de estas fuerzas, ó sea , como dice
Draper, la energía universal de los diferentes séres , es lo que debe
entenderse por Dios , manifiestamente afirma que el Dios única
mente aceptable son las fuerzas de la naturaleza , en lo cual consiste
precisamente el materialismo ateo . Cierto que los defensores del
Dios impersonal proclamado por Draper tio sacarán de su doctrina
materialistica consecuencia alguna favorable á la práctica de la vir
tud y del culto religioso ; ántes al contrario , inferirán de ella que se
debe buscar el placer como el único bien sólido y verdadero , y dar
de mano á la abnegacion de sí mismos y al culto sagrado, teniendo
todas estas cosas por vanas antiguallas , fundadas en la ignorancia
del vulgo necio . Un ejemplo muy obvio pondrá más de relieve
nuestro pensamiento, al paso que hará palpable la absurdidad de
los que, admitiendo la divinidad del Cristianismo , abrazan por otra
parte el libre exámen en materias de religion . Los protestantes creen
firmemente el divino origen de la revelacion cristiana , y al mismo
tiempo establecen que en la interpretacion de la misma debe ella
estar sometida á los naturales juicios de la razon humana . Con esto ,
por una parte , profesan como principio el estado sobrenatural, y por
otra lo destruyen con la proclamacion del racionalismo en su mane
ra de interpretárselo y de acomodárselo á los usos de la vida. El
protestante debería , ó abandonar su principio del exámen privado
y hacerse católico , ó ponerse bajo la bandera del racionalismo fran
co y descubierto , negando una revelacion que él inutiliza por com
pleto sometiéndola al exámen privado de su flaca razon . Esto es lo
que dicta la lógica; pero el hombre no siempre es tan malo como
los principios por que se gobierna : con frecuencia subordina la mis
ma lógica á sus deseos . El protestante , faltando abiertamente á la
razon por seguir sus antojos en la interpretacion de la palabra divina
у hallar en ella únicamente lo que le acomoda , trabaja para amal
gamar lo mejor posible entrambos principios ; y en la práctica de las
acciones ordinarias se guia por los dos juntamente, siendo cristiano
en la creencia de la revelacion sobrenatural y racionalista en el modo
de aplicarse á sí propio esta revelacion . De aquí naturalmente ha de
resultar una diferencia muy notable entre la conducta moral y reli
giosa del protestante, que es un racionalista á medias , y la del ateo ,
que es un racionalista puro . En la del primero siempre aparecerá
308 El Catolicismo y la ciencia

algo de religioso y cristiano ; y tanto más se notará en él su cristian


dad , cuanto menos afecto tenga á la independencia racionalistica en
materia de doctrinas y más aficionado se encuentre al dogma so
brenatural del magisterio católico , que es la antitesis completa del
racionalismo absoluto ; por el contrario , cuanto más predomine en
sus ideas la máxima racionalistica del libre exámen , más próximo se
hallará tambien á negar redondamente la revelacion divina . Mas en
la conducta del racionalista puro no rige sinó un solo principio, el
principio de la razon independiente y absolutamente resuelta á negar
todo lo que no comprende con su propio discurso ; y como Dios es
la cosa que ménos podemos comprender con nuestra flaca razon ,
porque El es el incomprensible por excelencia, el racionalista se
arroja atrevido á negar la misma existencia de Dios , y bautiza con
este nombre al conjunto de fuerzas constantes que obran en la na
turaleza , porque este conjunto ya le es más accesible y no oprime
con su incomprensibilidad á su limitada inteligencia .
Pues lo que sucede en órden á lo sobrenatural entre los semira
cionalistas protestantes y los racionalistas puros , esto mismo acaece ,
en órden á la práctica de la virtud , entre los indios y los proclama
dores del materialismo panteístico . Si los indios tuvieran lógica, de
bieran advertir que en la revelacion por ellos profesada hay contra
diccion entre el fondo de la doctrina revelada y la revelacion misma,
como palabra que es de un Dios personal dirigida á sus criaturas,
personales tambien y distintas de Dios en su naturaleza . Pero los
infelices no advierten esta contradiccion ; y así , en la práctica de la
vida , no obran , ni como religiosos puros, ni como meros panteistas ,
sinó como panteístico-religiosos, lo cual es un monstruo en el órden
de las ideas lo mismo que un círculo cuadrado . Hé aquí , pues , por
qué los indios , a pesar de su panteismo, practican la moral y respe
tan la religion , y cómo no puede suceder lo mismo en los amigos
del Dios impersonal profesado por Draper y por su escuela epi
cúrea.
Pero quizá diga alguno : “ En hora buena que admitamos un Dios
personal . ¿ Por qué , sin embargo, en este supuesto , no podremos de
cir que nuestro espíritu ha emanado sustancialmente de Dios ? Siendo
nuestra alma espiritual como el mismo Dios , bien puede ser una
emanacion suya. ,, Esta es una muy buena observacion ; pero aun en
este caso , nuestro espíritu no puede ser una emanacion de la divina
esencia . En primer lugar , Dios no tiene partes para que hagamos
de nuestro espíritu una particula de la Divinidad . Ademas , en tal
respecto al origen y al destino del alma humana . 369

caso nuestro espíritu sería, ó la misma sustancia divina ó una modi


ficacion y determinacion suya ; cosas ambas absurdas á no poder
más , porque el sér de la sustancia divina es actualísimo, purísimo y
perfectísimo, y nuestra sustancia , por el contrario , está siempre en
potencia para una variacion de estados sin límite alguno , y por con
siguiente se halla limitada por todas partes, compuesta de esencia y
existencia, de sustancia y accidentes, de acto y potencia. Los defen
sores de la emanacion hacen del espíritu humano , y en general de
todas las sustancias finitas, un modo de sér del Infinito , una simple
determinacion de la sustancia divina. Pero ya se ve cuán pobre idea
tienen concebida acerca de la Divinidad : el Infinito suyo es la inde
terminacion absoluta ; el Sér, la potencialidad suma ; la Sustancia, la
vacuidad completa ; miéntras que en Dios nada hay indeterminado,
nada en potencia, nada vacío .
Nada más contrario a la verdadera idea de Dios que el fantasma
de Divinidad que nos ofrecen los emanacionistas, porque nada hay
más opuesto al acto que la potencia , ni más contrario a la determi
nacion omnimoda que la indeterminacion absoluta , ni más distante
de la realidad perfectísima que la vacuidad pura. ¿ A quién sinó á
estos ateos se le puede ocurrir que Dios , el Sér por esencia , el
Actualísimo , el Omniperfecto , el Sobresustancial , el Sobreesencial ,
el infinitamente superior en perfeccion á toda realidad finita, venga
á confundirse con la idea - nada de Hegel , con la materia prima de
Almaino , con el werden de los alemanes y el devenir de los france
ses ? Si Dios es la indeterminacion absoluta, ¿ quién lo determina ?
Y si es la potencialidad suma , ¿ quién le da el acto ? Y si en su esen
cia no hay sinó vacuidad completa , ¿ quién llena esta capacidad ?
¿ Diremos que de lo indeterminado sale la determinacion , de la ca
pacidad receptiva el acto , de la vacuidad la plenitud , de la quietud
el movimiento ? ¿ A dónde vamos a parar con tan portentosos disla
tes ? ¿ Puede dar uno acaso lo que no tiene ? Esa idea -nada , ese sér
puramente potencial , ese devenir supositicio , son otra cosa que
una pura abstraccion de la mente ? El sér genérico y potencial que
no tiene existencia real sinó en el concepto abstracto de nuestro
entendimiento , eso es lo que nos venden por Dios los partidarios
de la emanacion , diciéndonos que el Infinito se concreta y deter
mina por infinitos lados en la infinita variedad de séres que existen
en el reino de los Espíritus , en el reino de la Naturaleza y en el
reino de la Humanidad , é infiriendo de esto que todas las cosas
finitas son unas ciertas determinaciones suyas , ó bien el Infinito en
24
370 El Catolicismo y la ciencia

sus límites y últimas evoluciones . El verdadero Infinito , et que


existe en la realidad y no en los conceptos abstractos de nuestra
mente , el Sér actualísimo y no generico , no sufre en si limite ni
determinacion alguna ; porque es positivamente infinito , y por con
secuencia rechaza de sí todo límite ; es plenísimo en la razon de sér ,
y por tanto repugna á su esencia todo género de capacidad recep
tiva . Él es el primer motor inmoble , que todo lo mueve sin poder
recibir en sí mismo mudanza alguna ; la fuente de toda realidad , á
quien nadie puede dar nada , porque todo lo tiene recibido de su
largueza . Aún más : ni Él mismo se puede dar cosa alguna á sí pro
pio , porque ¿ qué se había de dar Él , que no lo tuviese ya antes de
recibirlo , puesto que es cosa maniſiesta no poder dar uno lo que no
tiene? Ese sér potencial que , segun los emanacionistas , se determi
na y circunscribe contrayéndose á los géneros , á las especies y á
los particulares indivíduos del mundo real , no se determina por sí
mismo ; nosotros somos los que lo determinamos y contraemos,
añadiéndole con la MENTE cada una de sus diferencias , ora genéri
cas , ora especíſicas, ora individuales , que concebimos de una ma
nera abstracta ; lo cual nosotros ejecutamos para reducir á ciertas y
determinadas clases nuestros conceptos y poner órden en nuestros
pensamientos .
No nos venga , pues , nadie con la absurda pretension de hacer á
nuestro espíritu una emanacion de la sustancia divina , un modo de
sér de lo infinito en la línea de lo espiritual. Nuestra alma tiene su
individualidad propia , que no puede confundirse en manera alguna
con la individualidad de Dios , y la sustancia divina, por otra parte,
es la misma inmutabilidad por esencia ; sin que pueda recibir en sí
determinacion alguna . Pero hablemos ya de otro género de origen
que podría alguno señalar á nuestra alma , y que en efecto , le han
señalado no pocos en los tiempos pasados con gran gusto de los
materialistas modernos , que acogen alborozados sus argumentos
para oponerlos á la doctrina católica de la creacion .
El alma humana no es traspasada del padre al hijo por ge
neracion, sinó que es producida por creacion ; ni puede perecer por
corrupcion sinó solamente por aniquilamiento. Es esta una verdad
evidente en Filosofia en todos los miembros de la proposicion que
acabamos de enunciar. La Iglesia católica no ha definido en térmi
nos expresos que el alma humana sea criada por Dios de la nada
y no transmitida de los padres al hijo por medio de la materia se
minal , y por consiguiente no tenemos sobre esto ningun dogma de
respecto al origen y al destino del alma humana . 371

fe que debamos creer necesariamente para poder alcanzar la vida


eterna . Sin embargo , la verdad aqui enunciada, como sabiamente
observa el cardenal Belarmino " , es tan cierta que ningun católico
la puede rechazar sin incurrir en un grave pecado de temeridad , por
ser unánime el consentimiento de los doctores de la Iglesia en ad
mitirla ; pues ya sabemos que un consentimiento de esta especie en
materias morales y religiosas no permite duda alguna prudente en
contrario ; y así , quien va contra él , es claro que infringe gravemen
te las leyes de la sana prudencia . Los Padres la enseñaron desde
los primeros siglos del Cristianismo, y por tanto con razon debe ser
tenida como una verdad de tradicion eclesiástica . San Hilario, en el
libro x sobre la Santísima Trinidad , dice : El alma del hombre es
obra de Dios; mas la procreacion de su carne viene de la carne...
Así como se tomó para si ( el Verbo divino) de la Virgen el cuerpo,
así tambien se tomó de su poder el alma , la cual nunca es suminis
trada por el hombre en la sustancia generativa 2. No de otra manera
se expresa San Ambrosio cuando escribe que la Escritura llama á
los Angeles hijos de Dios, porque ninguna alma humana recibe su
existencia por via de generacion 3. Y San Jerónimo : Bastante ridi
culos se muestran , advierte, los que piensan que las almas son engen
dradas tambien con la semilla humana, y no hechas por Dios 4 .
Inútil y enojoso ademas sería traer aquí los testimonios de los
otros Padres : léalos quien guste en el lugar citado del cardenal Belar
mino . El mismo San Agustin , que durante varios años de su vida se
halló fluctuante sobre el origen del alma , y áun inclinado algun
tanto al traducianismo , por parecerle esta doctrina más apta para la
explicacion del pecado original ; despues, creciendo en edad y vien
do más claro en la materia con el trabajo de sus nuevos estudios,
tuvo por mucho más razonable la sentencia que ahora es ya cierta
en la Iglesia; y aun la hubiera él tenido tambien entonces en este
mismo rango , si hubiera sabido explicarse cómo en conformidad
con ella se propaga el pecado original desde nuestro primer padre
Adan hasta nosotros . Esto nos consta por lo que este mismo santo
doctor escribe en cierta carta á San Optato sobre esta materia s . No

1 Belarmino , De amissione gratiae et statu peccati, lib. IV, cap . XI.


2 San Hilario, l. cit. , n. 22. ( Migne, Pat, lat., tomo x, pág. 359. )
3 San Ambrosio, Lib. de Noe et arca, cap . IV .
4 San Jerónimo en sus Comentarios al capitulo último del Ecclesiastes. ( Migne,
Pat, lat., tomo xxii , pág. 1.112.)
5 San Agustin , epist . cxc ad Optatum , ed. Maur. ( al clvii), núm . 13 .
372 El Catolicismo y la ciencia

se contenta en ella con rechazar como detestable la opinion de Ter


tuliano, que había dado al alma verdadero cuerpo , aunque espiritual ;
porque esto ya lo había hecho siempre este gran Padre de la Iglesia,
considerando como una doctrina enteramente cierta la que atribuye
al alma humana una naturaleza espiritual y apta para vivir eterna
mente separada de toda concrecion corpórea : sinó que añade ade
mas á todo esto que no se ve en manera alguna cómo el alma, sien
do un espíritu simple é invisible , pueda proceder del hombre por vía
de generacion . “ Cuando se pára uno á considerar, escribe el Santo
Doctor en la citada carta ( núm . 15 ) , qué es lo que se dice al profe
rir que el alma es transmitida del padre al hijo mediante la genera
cion , por maravilla vendrá algun sentido de estas palabras á la inte
ligencia humana . Difícil es concebir qué es lo que con las palabras
signiſicamos , cuando decimos que del alma del padre se hace en la
prole el alma, ó que el alma es traspasada a la prole al modo que
una luz se enciende con otra luz, y un fuego con otro fuego, sin de
trimento alguno de éste.n
Á la verdad , tiene muchísima razon San Agustin en afirmar que
por maravilla entenderemos el sentido que damos a las palabras di
chas ; porque realmente no encierran sentido alguno racional , sinó
una construccion meramente fantástica . Si el alma humana fuera un
cuerpo sutil , como pensaba Tertuliano con algunos antiguos filóso
fos, ó una fuerza material y corruptible , como opina nuestro famoso
encomiador de la doctrina evolutiva con toda la turbamulta de sus
queridos epicúreos , entonces no nos sería tan difícil concebir la so
bredicha transmision : diríamos que en la generacion del hombre pasa
una especie de corriente espiritual del individuo engendrante al indi
víduo engendrado, y con esto quedaría satisfecho nuestro entendi
miento. Pero nuestra alma ni es cuerpo , ni tampoco fuerza material :
es una sustancia espiritual, inextensa, indivisible , independiente de
la materia en el existir , así como lo es en el obrar . ¿ Cómo, pues , ha
de transmitirse del padre al hijo por medio de la generacion ? ¿ El
padre ha de dar acaso á su prole parte de su sustancia espiritual,
así como le comunica parte de la materia corpórea ? Esto no se
puede ni imaginar siquiera , porque es un absurdo . El alma humana
no tiene partes : es simple , inextensa , indivisible ; ó no se comunica,
ó se comunica toda entera . ¿ Se dirá , pues , que el alma del padre
es transmitida totalmente al cuerpo del hijo , de forma que ambos
cuerpos se hallen animados por una misma alma, y que áun sucede
esto mismo con respecto a todos los hombres, segun opinaba el
1

respecto al origen y al destino del alma humana . 373

mahometano Averroes ? Mas esta hipótesis no es menos disparatada


que la anterior. En tal caso no habría , propiamente hablando , sinó
un solo hombre en todo el mundo , puesto que no tendríamos sinó
una sola alma unida á varias cantidades de materia colocadas en
distintos lugares de la tierra. Una union de esta especie no multipli
ca los sujetos intelectuales ; lo que hace únicamente es que uno
mismo adquiera más extension en el espacio . El sujeto inteligente
sería uno sólo y el mismo en todos los hombres , puesto que las
ideas no se reciben en la parte sensible , sinó en la inorgánica y es
piritual , ó sea en la inteligencia , la cual sería la misma numérica
mente en todos . Y teniendo todos una mismísima inteligencia , todos
tendríamos tambien en nosotros mismos las ideas intelectuales у
los actos voluntarios de los demas . ¿ Cómo , pues , serían posibles
esta contrariedad de pensamientos , estas luchas intelectuales que
observamos continuamente entre los hombres , esta oposicion de
deseos y voluntades , cuando todos nosotros no tendríamos sinó un
mismo entendimiento y una misma voluntad ? ¿ Había de pelear en
carnizadamente el alma consigo misma , viviendo siempre en la
triste ilusion de un delirante , ó de uno que cree divisar gran multi
tud de hombres porque se ve á sí mismo representado en multitud
de espejos ?
Aún más: no sólo tendría cada uno en su entendimiento y volun
tad las intelecciones y voliciones de los demas , sinó que las recono
cería en sí mismo por medio de la conciencia . Porque ¿ qué otra
cosa es la conciencia , sinó la presencia de nuestros pensamientos á
nuestro propio espíritu , los mismos pensamientos haciéndose , sin
necesidad de otro alguno nuevo , presentes al sujeto pensante ? Al
revolver por tanto cada uno sobre sí mismo , se debería encontrar ,
en la hipótesis averroistica , no sólo con sus pensamientos y volicio
nes , sinó tambien con los pensamientos y voliciones de los demás ;
y no sólo con la conciencia de sus propios actos intelectuales , sinó
tambien con las conciencias de todos los otros. Nada más lógico ni
más evidente que estas consecuencias , y nada más contrario al
mismo tiempo á lo que cada uno experimenta en su interior.
Gracias a Dios , no somos tan desventurados, que se haya de
manchar nuestra alma con las torpezas, iniquidades y abominacio
nes de ciertos séres degradados de nuestra especie, tan amigos de
nuestro positivista americano como aborrecibles y detestables ante
los ojos de quien sabe tener en algo la dignidad de su propia per
sona . Esta dignidad , para los patrocinadores del sueño averroistico,
374 El Catolicismo la ciencia

es un mito y nada más; porque la responsabilidad de las acciones


propias de cada uno viene al suelo con este sistema. Cada uno en
su fantasia, en su sensibilidad y en sus órganos materiales , tendrá
aquellas aprensiones imaginarias , aquellos movimientos sensuales,
aquellas agitaciones del cuerpo que le vengan del alma universal ,
No habrá así en la tierra sinó una gran máquina invisible que mue
ve con el impulso irresistible de su fuerza todos los particulares ins
trumentos unidos á ella momentáneamente, y arrastrados de una
manera fatal en el sentido del impulso comunicado . Estos instrumen
tos serán los organismos materiales de cada uno animados por
almas sensitivas distintas de la intelectual , organismos que consti
tuirán propiamente las diferentes individualidades humanas , dis
tinguiéndose así un hombre de otro por lo que tiene de animalesco ,
y no por lo que le pertenece de racional é inteligente.
Pero no nos detengamos más tiempo en la refutacion de tamaños
delirios : pasemos á examinar la última hipótesis que en favor del
traducianismo queda todavía por discutir . Porque , en efecto , podria
alguno raciocinar en esta forma: “ En hora buena que en la genera
cion del hombre los padres no comuniquen , ni parte de su sustan
cia espiritual , porque ésta no tiene partes algunas divisibles ; ni tam
poco toda entera , porque cada hombre tiene su alma racional pro
pia y distinta de la de los otros, con la cual piensa y raciocina, ama
la virtud y aborrece el vicio . Pero ¿ por qué no decir que en la se
milla va envuelta alguna virtud con la cual brote espontáneamente
el alma del feto , al modo que en las semillas de las plantas va con
tenido virtualmente el principio vital que las ha de viviſicar ? De
esta suerte el alma del hombre engendrante pasaría al engendrado,
no en sí misma , sinó en su virtud , y el hombre sería totalmente
producido por el hombre , como el animal y la planta lo son por los
indivíduos de estas especies . „ Perfectamente ; esto es lo único sóli
do que se podría aducir en pro del traducianismo ; pero no tiene
valor alguno , considerada la naturaleza espiritual del alma humana .
La semilla en cuestion no es sinó una determinada cantidad de
materia orgánica : es verdad que posee en sí una cierta virtud ger
minativa ; pero esta virtud es realmente material como el sujeto en
que radica y donde yace depositada . Por consiguiente , ella por si
sola nunca podrá producir otra cosa que un organismo tambien ma
terial , aunque apto para recibir en sí el principio inteligente que le

venga de fuera : su actividad no puede pasar más allá del grado


donde ella se encuentra , ni extenderse hasta la produccion de un
respecto al origen y al destino del alma humana . 375

espíritu ; porque un efecto de esta clase supera con mucho á la vir


tud de las causas materiales . Por eso tampoco la materia bruta es
capaz de dar origen jamás á un organismo viviente ; todo organis
mo debe nacer de otro organismo .
Los partidarios de la hipótesis transformista levantan todo el edi
ficio de sus fantásticas afirmaciones sobre el postulado de que las
fuerzas moleculares aptamente combinadas dan por resultado natu
ral un organismo ; pero este postulado es puramente gratuito , y
áun más todavía , evidentemente contrario á los hechos de la ob
servacion científica . En efecto : la generacion espontánea es una +
falsedad reconocida ya , no sólo por los filósofos, sinó tambien por
los físicos de nuestros tiempos ; los cuales , despues de haber hecho
experimentos sin número para encontrarla , han confesado por fin
con Harvey que omne vivum ex ovo : todo sér viviente nace de
un huevo. “ Este axioma, escribe con mucha sabiduría Constantino
James ', pareció durante mucho tiempo algo demasiado absoluto;
mas los descubrimientos de la embriologia moderna han demostra
do que no es sinó la expresion verdadera de un hecho universal.
Los trabajos de M. Pasteur, sobre todo , han contribuido en gran
manera á la demostracion de dicho axioma . Contra este sabio se
levantó Joubert ; pero la Academia de Paris dió la razon á quien la
tenía , diciendo : Les faits observés par M. Pasteur et contestés par
MM . Pouchet, Foly et Musset, sont de la plus parfaite exactitude » .
No se oculto a los antiguos este argumento , fundado en la virtud
de la sustancia generativa á que apelan los defensores del traducia
nismo . Santo Tomás habla de él en términos expresos , y lo rebate
maravillosamente. Hé aquí cómo discurre el santo Doctor : “ Impo
sible es , escribe en la primera parte de la Suma Teológica , cues-
tion 118 , art . 2. ° , que la virtud activa depositada en la semilla ex
tienda su accion hasta producir un efecto inmaterial . Ahora bien :
'consta con toda evidencia que el principio intelectivo existente en
el hombre es superior en perfeccion a la materia , puesto que tiene
acciones en las cuales el cuerpo no influye con su actividad . Luégo
es imposible que la virtud referida dé origen con su accion al prin
cipio intelectivo. Ademas , la fuerza seminal obra en virtud del alma

1 Du darwinisme ou l'homme singe par le Dr. Constantin James. Paris , 1877, pá


gina 177
2 Véase el libro de M. Pasteur intitulado : Des corpuscules organisés répandus
dans l'atmosphère. Paris , 1862 , y el de G. Balliavi , Recherches sur les infusoires,
Paris, 1860.
376 El Catolicismo y la ciencia
del que engendra , no como quiera , sinó como instrumento activo
de las operaciones anímicas : ahora bien , el alma racional no usa
del cuerpo para sus operaciones intelectuales : luego el principio in
telectivo , en cuanto tal , no puede provenir de la sustancia dicha.
Por eso el Filósofo , en el libro u de la Generacion del alma , cap . m ,
dice : El entendimiento viene de fuera , esto es , de un agente extraño
á la semilla. Por fin , el alma intelectiva ejecuta sus propias opera
ciones sin el cuerpo , y por lo tanto es subsistente ( q . 75 , a . 2 ), y
como tal tiene existencia propia y es verdadero término de accion .
Por otra parte , siendo una sustancia inmaterial , no puede ser causa
da por generacion, sinó por creacion divina . Por consiguiente , decir
que el alma intelectiva es producida por el padre ó la madre , es lo
mismo que negarle la subsistencia propia y decir que se corrompe
con el cuerpo . »
Hé aquí tres razones solidísimas , por las cuales consta que el
alma humana no es producida por la virtud generativa: primera,
porque la tal virtud , por razon de su naturaleza material , es inferior
en perfeccion a la virtud del alma humana , que es espiritual , y por
consiguiente es incapaz de darle una perfeccion que en sí no tiene ;
segunda , porque la sustancia generativa no obra sinó como instru
mento del alma , la cual no usa de instrumento alguno en sus accio
nes espirituales , sinó solamente en las materiales dirigidas á produ
cir un efecto material ; de donde se sigue que la virtud sobredicha,
áun obrando bajo la influencia del alma , no puede tener por término
de su accion un objeto espiritual como es el alma intelectiva ; ter
cera , en fin , porque el alma humana , como subsistente en sí y no
dependiente de la materia para obrar ni para existir , debe ser pro
ducida por una accion que mire directa y expresamente á ella misma..
Con lo cual previene el santo Doctor la dificultad que contra las dos
razones anteriores podría alguno oponer , diciendo que la semilla
produce de una manera directa el alma vegetativa , é indirectamen
te la espiritual , puesto que la vida vegetativa en el hombre viene
tambien del alma racional y no de otra subordinada á ella . A esto
responde el Santo que la observacion tendría lugar , si el alma hu
mana no fuera subsistente en sí misma y dependiera de la materia
en todas sus operaciones; pero que siendo por su espiritualidad una
sustancia independiente de la materia para existir, debe ser produ
cida por una accion que la tenga á ella misma por objeto propio y
directo ; y la saque , no de la potencia receptiva de la materia , sinó
de la nada con creacion verdadera .
respecto al origen y al destino del alma humana . 377

Y hénos aquí conducidos como por la mano al verdadero origen


del alma humana y al único modo de destruccion que Dios nuestro
Señor puede usar con ella para hacerla entrar en la nada de donde
salió . Nuestra alma no ha podido ser hecha sinó por creacion , ni
puede cesar en su existencia sinó por aniquilacion . En efecto , ella
carece de extension cuantitativa , y no está compuesta de partes
realmente distintas entre sí , sinó que es una sustancia simple é inex
tensa : ademas , en su existencia no depende intrínsecamente del
organismo del cuerpo ; de forma que puede seguir viviendo por toda
la eternidad despojada de toda materia corpórea , una vez deshecho
el compuesto físico á que naturalmente pertenece . Luego cuando
comienza a ser , toda ella comienza ; y si hubiera de perecer , toda
ella perecería de una vez , porque no tiene partes realmente distin
tas en que pueda ser dividida. Ahora bien ; esto es precisamente lo
que intentamos designar con las palabras creacion y aniquilacion ,
porque con ellas no significamos otra cosa sinó la produccion ó des
truccion total de una sustancia cualquiera.
El alma de los brutos , como no puede naturalmente subsistir en
sí misma , sinó sólo en el compuesto ; por esta causa , propiamente
hablando , ni es criada ni aniquilada cuando adquiere ó pierde la
existencia , sinó simplemente comproducida ó condestruida al tiempo
de ser producido ó destruido el animal . Por eso decían de ella los
Escolásticos que es hecha ex nihilo sui , pero no ex nihilo subjecti ;
es decir , que recibe su sér con intrínseca dependencia de la materia
por ella informada , y por tanto supone necesariamente para venir
á la existencia un cierto sujeto material que la sustente y forme,
juntamente con ella , una totalidad completa .
No así el alma humana ; pues además del oficio de animar al
cuerpo que naturalmente le corresponde , tiene actos propios y pe
culiares suyos , en los cuales no interviene intrinsecamente agente
material alguno , sinó ella sola , cual si fuera un espíritu puro ; de
donde resulta que ella en sí es una sustancia subsistente en sí misma
y capaz de vivir a la manera de los espíritus . Por consecuencia , la
accion por la cual hubiera de ser destruida debería tender derecha
mente á hacerla cesar en la existencia , ó sea á aniquilarla , y no á
quitarle el oficio de animar al cuerpo ; porque , áun sin el ejercicio
de animarlo , puede seguir viviendo ella sola por eternidad de eter
nidades .
Así , pues , se ve con toda claridad que el alma humana viene al
mundo por verdadera creacion , y no puede dejar de existir sinó
378 El Catolicismo y la ciencia

por verdadera aniquilacion ; al paso que el alma de los brutos , por


no poder naturalmente subsistir en sí , sinó en el compuesto , ni es
creada propiamente ni aniquilada , sinó comproducida y condestrui
da con la produccion y destruccion del compuesto . No hablaría
con inexactitud quien dijese que nace por generacion y perece por
corrupcion ; porque , aunque toda ella de una vez viene al sér , y
toda ella tambien cesa de existir, pero viene al sér ex praejacente
materia , ó sea con dependencia de la materia , y cesa de existir
con la destruccion del compuesto por razon de esta misma depen
dencia . Pero esto pertenece únicamente al modo de hablar, é im
porta poco con tal que se conserve la doctrina expuesta. Así , nada
diremos contra el P. Tongiorgi porque sostenga que del alma de
los brutos debe tambien decirse que es hecha por creacion y des
truida por aniquilacion . Conviene con nosotros en la doctrina , y
varía solamente en el modo de expresarse ; y por cuestiones de
puro nombre no se debe reñir con nadie .
Otra cosa muy diferente nos sucede con el autor del librejo á
que tantas veces nos hemos referido en este escrito . La cuestion
que con él traemos no es de nombre , sinó de cosa , y de cosa muy
sustancial , pues él rechaza la creacion del alma abiertamente . La
razon en que se funda este escritor es muy curiosa , y merece ser
por lo mismo traida con toda la originalidad que presenta en el
libro de Draper. “ Puesto que el alma , escribe en el capítulo v , ha
de ser considerada como un principio activo , llamar un alma á la
existencia sacándola de la nada sería necesariamente añadir una
fuerza nueva á la suma de fuerzas precisamente existentes en el
universo . Y si esto se hubiera verificado para cada individuo que
ha venido al mundo , y debiera verificarse para todos los que en
el porvenir nazcan , la totalidad de las fuerzas iría sin cesar en
aumento .
Razon es esta verdaderamente peregrina , que no hemos visto en
ninguno de los autores antiguos que con tanta detencion sin embar
go han tratado esta materia . No se puede negar que algo inventan
tambien nuestros materialistas , y que en varias cosas merecen con
toda verdad el brevet que suelen conceder los franceses en sus Ex
posiciones al mérito industrial. Pero es el caso que cuanto tiene de
peregrina , tanto tiene tambien de fútil. Habría en ella algunas apa
riencias de solidez , si nuestro espiritu fuera una fuerza material ,
algun flúido eléctrico , alguna cantidad de calórico . Pero ¿ qué tiene
que ver nuestra alma con todas estas cosas ? Su naturaleza espiritual
respecto al origen y al destino del alma humana. 379

la coloca muy por encima de todo el orden sensible ; fuera de que


sus actos inmateriales permanecen inmanentes en ella misma y no
pasan al mundo exterior , en el cual no obra sinó mediante los ór
1
ganos del cuerpo á que está unida. Y aun esto no sucede sinó du
rante su estado de union , pasado el cual entran las almas humanas
en el mundo de los espíritus , dejando el mundo material sujeto á
las leyes propias de su actividad corpórea . Con esto ¿ quién no se
convencerá de que la continua creacion de almas no lleva consigo
aumento alguno de energía en el mundo sensible , puesto que el nú
mero de almas unidas á los cuerpos es á corta distancia en todos
tiempos el mismo ? Pero aunque menguára mucho ó aumentase en
algun tiempo este número , poco tendría que sufrir en verdad el
globo terrestre por parte de la variacion de energía ; porque las
potencias del alma , áun las que obran por medio de órganos cor
porales , ni equilibran ni desequilibran a las de los cuerpos . Lo único
que hacen es determinar en un cierto sentido la accion de las fuerzas
mecánicas del Universo , como cuando obligamos al agua , por ejem
plo , á pasar por un canal y convertirse de este modo en agente
principal de una fábrica, ó cuando por medio del fuego se la hace
entrar en el estado de vapor , y poner así en movimiento a todos
los coches de una linea férrea. ¿ Qué hace allí la accion del hombre ,
sinó es dar direccion á la energía del mundo sensible ? Qué equili
brio ni desequilibrio causa él con sus actos en la energía total de
Universo ?
¿ Y de dónde han sacado los materialistas que la energía total del
Universo es enteramente invariable ? ¿ No puede Dios acaso destruir
con su omnipotente virtud muchísimas fuerzas que ahora existen , y
áun el mismo Universo todo entero ? ¿ No puede añadir á las fuerzas
actuales otras innumerables que se hallan ahora depositadas en el
seno de la posibilidad ? La mecánica en verdad enseña que “ la suma
de las energías de un sistema abandonado á sí mismo es constante ; ,
pero no dice , ni puede decir jamás , que un agente exterior al sis
tema no pueda obrar en él poniéndole ó quitándole fuerzas como
mejor le pareciere . ¿ Y cómo prueban los materialistas que el siste
ma del Universo está abandona do á sí mismo , y que no hay un sér
extramundano que pueda hacer en el mundo alguna variacion de
esta especie ? ¡ Buena manera de justificar su ateismo !
Bien conoció el mismo Draper la futilidad de su argumento : por
eso intentó reforzarlo forrándolo con un poco de mística. Quién
había de decir que nuestro químico habia de entrar en estos beate
380 El Catolicismo y la ciencia

rios ? Pues hélo aquí convertido en piadosísimo asceta , diciéndonos


en tono melifluo y con una cara llena de compuncion : “ Más aún :
debe de haber algo irritante para las gentes piadosas en pensar que
el Todopoderoso es el servidor del capricho y de las pasiones del
hombre , y que en cierto momento , sea de la concepcion , sea de la
gestacion , está obligado á crear un alma para animar al embrion , '
No se asuste su caridad , hermano mio , con ese inconveniente : las
personas piadosas están muy tranquilas sobre este asunto . Ellas sa
ben muy bien que Dios no está obligado a crear almas que usted
dice , aunque las crea de hecho siempre que , segun las leyes físicas
de la generacion , el organismo formado con la virtud activa de la
sustancia generativa exige naturalmente ser animado por un alma
racional . Comprenden ademas perfectamente que en la fornicacion
y adulterio hay dos cosas muy diferentes que considerar, á saber:
la accion material de engendrar, y el vicio moral de practicar aque
lla accion en una forma prohibida por la ley divina ; y no se les ocul
ta que de estas dos cosas sólo la segunda es mala , y en razon de
tal detestada por el Creador; pero no la primera , á la cual da curso
el Autor de la naturaleza llevándola hasta el último término con la
creacion del alma para que se halla dispuesta y preparada la mate
ria . Ciertamente , para servirnos de una hermosa comparacion de
San Jerónimo ', no hay mayor absurdidad en que Dios infunda las
almas á los fetos adulterinos que en la accion ejecutada por la tier
ra al fomentar en su seno las semillas que había robado un ladron
para sembrarlas . Dejemos , pues , á un lado estas bagatelas , que no
valen un maravedí, y sigamos adelante el camino empezado.
3.° El alma humana con la separacion del cuerpo no es aniquila
da, sinó conservada en su sér para que viva perpétuamente. La con
servacion del alma humana , despues de haber sido separada del
cuerpo á que estaba físicamente unida , es en verdad una accion li
bre por parte de Dios ; el cual podría , si quisiera, aniquilarla ; como
puede , si quiere , reducir todas las sustancias criadas á la nada de
donde salieron . Mas esto no obstante , que el Señor ha de prestar

I Draper, l. cit. , cap . v .


1 Ergo , cooperator est ( Deus ) malorum hominum , escribe contra Rufino este
Santo Padre , et adulteris seminantibus corpora , ipse fabricatur animas ? Quasi vi 1
tium sementis in tritico sit , quod furto dicitur esse sublatum , et non in eo qui fru
menta furatus est ; idcircoque terra non debeat gremio suo semina confovere , quia
sator ea immunda projicit manu. ( S. Hieron. , lib . m Apolog. cont. Rufſmo, dúm. 28.)
( Migne , Pat. lat., tomo xxil , pág. 478. )
respecto al origen y al destino del alma humana . 381

de hecho por toda la eternidad á nuestras almas su accion conserva


dora , lo persuade con razones muy poderosas la misma Filosofía.
Nada digamos de la Religion católica , porque ésta ya sabemos que
enseña á sus hijos , como un dogma revelado por Dios , que á nues
tras almas, despues de esta vida mortal y pasajera, les aguarda
otra eternamente feliz ó eternamente desgraciada , segun la digni
dad de los méritos contraidos en este lugar de prueba. Es este un
dogma tan manifiestamente declarado en las sagradas páginas , que
no puede dejar ningun lugar á la duda ; ántes la misma claridad con
que es anunciado en el Evangelio es causa de que los hombres
malvados y perversos se declaren en abierta rebelion contra el Ca
tolicismo , viendo que con él ya no pueden llevar en este mundo la
vida voluptuosa y bestial que tanto les enamora. Si la Religion cris
tiana no contara entre sus doctrinas el dogma de la eternidad de las
penas, no tendría ciertamente en la tierra tantos enemigos como
hoy dia la combaten . Este es el dogma que más duele á los impios ;
sin él nuestra sagrada Religion sería para ellos sublime y verdadera.
Dejemos, pues , á un lado las pruebas teológicas tomadas de la
revelacion divina , y acudamos únicamente a las filosóficas, que son

las que ahora hacen á nuestro propósito . En primer lugar , con lo


dicho hasta aquí ya queda evidenciada la intrínseca aptitud de nues
tra alma para seguir viviendo perpétuamente sola y sin auxilio de
materia alguna, una vez que haya sido separada del cuerpo . Ahora
bien ; dada esta intrínseca aptitud , es natural que Dios siga perpé
tuamente tambien conservándola en su sér , y prestándole el con
curso necesario para la produccion de sus actos intelectuales é inor
gánicos . Dios, en la conservacion y en el gobierno de las sustancias
criadas, se há regularmente de una manera conforme a la condicion
de cada una ; nada destruye en el mundo sinó cuando la natura
leza de las causas segundas exige su divina cooperacion para ejercer
sus actos propios y peculiares, á los cuales se sigue forzosamente la
cesacion en la existencia de alguna sustancia corruptible . Así es que
si por una parte concurre con los agentes de la naturaleza á la des
truccion de infinitos seres que cada dia perecen , así en el reino mi
neral, como en el vegetal y en el de los animales , por otra sigue
siempre conservando los seres incorruptibles y nada aniquila, porque
la aniquilacion no es demandada por fuerza alguna del mundo uni
verso . La misma materia que crió en un principio sigue existiendo,
y seguirá perpétuamente, porque su destruccion no es exigida por
ninguna de las causas segundas. Por consiguiente, lo mismo debe
382 El Catolicismo y la ciencia

mos concluir del alma humana , diciendo que nunca será aniquilada
por el Criador, puesto que entre todos los seres criados no hay
ninguno que demande un acto de esta especie . Ademas , los mismos
atributos divinos reclaman en cierta manera la conservacion perpé
tua de estas sustancias . Porque , en primer lugar , la justicia pide que
quien ha vivido en este mundo practicando la virtud , y sufriendo mil
privaciones y tormentos por no quebrantar la ley santa de Dios , re
ciba en el otro el premio correspondiente á sus trabajos; y vicever
sa , que pague en él sus delitos quien ha pasado sus dias sobre la
tierra entregado á los antojos de sus pasiones, sin curarse nunca de
la honestidad , sin temer para nada las divinas venganzas y sin acor
darse siquiera de que hay un Soberano Bienhechor, de quien ha
recibido la existencia .
Esto mismo reclama con instancia su infinita sabiduría ; porque
Dios Nuestro Señor no gobernaría con prudencia á los hombres si,
dictándoles su santa ley, dejase luego á los cuidadosos y diligentes
observadores de ella únicamente con los miseros consuelos de la
buena conciencia , sin guardarles para otra vida ménos trabajosa
otras recompensas de más sustancia , y no impusiese á sus infracto
res otros castigos que los débiles remordimientos del crimen , los
cuales son tanto más pequeños cuanto más se familiariza el hombre
con el vicio . ¿ Quién no ve que , en tal suposicion , el castigo estaría
en razon inversa de la culpa , y que, por consiguiente , el más osado
contra Dios aquél sería el más bienaventurado , porque extinguiría
casi por completo su pena con el desprecio calculado de los divinos
mandamientos ? Y de la misma manera el premio de la virtud sería
tanto menor cuanto fuese ésta creciendo, porque es cosa sabida que
con el hábito de hacer las cosas buenas , el placer de hacerlas dis
minuye : por donde el que fuese virtuoso en sumo grado no recibi
ría premio alguno por sus generosas acciones . ¿ Qué sabiduría, pues,
y qué equidad mostraría Dios Nuestro Señor en este modo de go
bernar tan absurdo ? Asi, pues, la justicia y sabiduría divinas recla
man poderosamente la vida de ultratumba para el hombre como el
complemento y sancion de la ley moral , que está él obligado en
conciencia á guardar sobre la tierra, á pesar de los furiosos embates
de las pasiones, que en muchos casos le empujan con no poca vio
lencia á quebrantarla. ¿ Qué sería de la ley divina sin esta sancion
de la otra vida ? Nadie absolutamente la respetaría , todo el mundo
se burlaría de ella, buscaría el placer y los gustos de la carne, vi
viendo de la misma manera que las bestias, como si no hubiese Dios
respecto al origen y al destino del alma humana . 383

á quien temer . Los ateos, por consiguiente , tendrían razon al afirmar


que no hay otro Dios sinó el vientre y los placeres sensuales , y que
es un necio quien busca otra cosa en este mundo . En efecto ; un
Dios que ningun caso hace de la observancia de su ley , blanco y
fin de toda la creacion , y que no reserva recompensa alguna para
los buenos ni castigos para los malos , es un Dios ridículo y una an
tigualla que es preciso borrar de la conciencia de los mortales .
Así es que , considerada en sí la otra vida , y hecha abstraccion de
si durará ó no eternamente, es una cosa tan demostrada en Filoso
fía como la misma existencia de Dios . La necesidad de admitir para
nuestras almas un cierto espacio de tiempo en que cada una recoja
lo que con sus acciones buenas ó malas ha sembrado en este mun
do , es una cosa evidente á todas luces . Ahora , que los premios y
castigos en él impuestos hayan de durar perpétuamente, esto ya no
aparece tan claro prescindiendo de la revelacion divina y atendien
do tan sólo á los argumentos suministrados por la ciencia. Porque
la razon natural no alcanza con bastante claridad á discernir el gra
do preciso de premio ó castigo que corresponde á la bondad ó cul
pabilidad de nuestras acciones morales ! . Sin embargo , no dejamos
de conocer con bastante certeza , aun con la sola lumbre de la
razon, que los premios y castigos de la otra vida deben ser eternos;
porque de otra manera no quedaría la ley moral provista de aquella
sancion eficaz que se requiere para que los hombres la guarden
como es debido , sin despreciar osados á su divino Autor . Lo finito
hace en nosotros poca impresion cuando se nos presenta en lonta
nanza ; así es que las penas del purgatorio , con toda su gravedad y
con su duracion para nosotros desconocida, mueven muy poco á los
hombres á apartarse de la culpa, porque por una parte no se ven
con los ojos de la carne, y por otra se nos presentan en el horizonte
infinitamente lejano de la otra vida . Por eso el sentido comun de los
pueblos ha proclamado la necesidad de esta doctrina , y el mismo
Lucrecio la ha confesado en los siguientes versos:

I Sobre la duracion de las penas futuras, dice con mucha sabiduría el Padre Ton
giorgi ( Psycologia , num . 253 , edic . dc Bruselas , 1864) , debe ser consultada ante todo
la divina revelacion , así como tambien ella es la que nos debe instruir sobre la natu
raleza de las mismas . Sin embargo , la razon humana , abandonada á sus propias fuer
zas, si intenta determinar algo sobre esta materia, encuentra pruebas con que se per
suade validisimamente la eternidad de las penas indicadas., Así se ve cómo tambien
en esto es de todo punto imposible el conflicto entre la Religion cristiana y la verda
dera ciencia .
384 El Catolicismo y la ciencia
Nam si certum finem esse viderent
Ærumnarum homines, aliqua ratione valerent
Religionibus atque minis obsistere vatum ;
Nunc ratio nulla est , restandi nulla facultas,
Æternas quoniam poenas in morte timendum est ' .

Allégase á esto la interna constitucion del hombre por una parte,


y el instinto de la inmortalidad por otra, que le empuja y aguijonea
en todas sus obras . El hombre, por el peso mismo de su propia
naturaleza , desca la felicidad completa; todo lo puede aborrecer
ménos el ser feliz: la felicidad la ama necesariamente; y como en la
felicidad se encierra como condicion esencial la perpetuidad de la
vida, de aquí que , al considerarla tan estrechamente ligada con ella ,
no puede menos de amarla y desearla para sí ; si no en el cuerpo
porque ve que esto es imposible , á lo menos en el alma, que no es
corruptible, y puede vivir eternamente . Ahora bien ; este grito de la
naturaleza no puede ser mirado sinó como el eco de la voz dada por
su divino Autor; el cual , al imprimir en nuestro espíritu este apetito
innato de una vida perpétua, claramente nos está diciendo haber
criado nuestras almas para que nunca dejen de existir . Oigamos al
Angélico doctor Santo Tomás desarrollar con la lucidez y profun
didad propias de su grande ingenio este argumento : “ Es imposible,
dice ? , que el deseo de la naturaleza quede vacío , porque la natura
leza nada hace en vano . Ahora bien ; todo sér inteligente es impul
sado por su misma constitucion intrínseca á perpetuarse , y no sólo
en la especie , sinó tambien en su misma individualidad , lo cual se
demuestra de esta manera: el apetito natural en algunos séres va en
pos de la aprehension; así, el lobo desea naturalmente matar á aque
llos animales que le sirven de alimento , y el hombre desea natural
mente la felicidad . Otros, por el contrario , sin aprehension ninguna,

1 Lucrecio, lib . De natura deorum , 1, 108 .


2 Cont. gentes, lib . II . cap . LV, n . 12. Algunos, en las palabras del Angélico Doc
tor que aqui citamos, se imaginan ver que , una vez criada el alma humana, repugna
absolutamente su destruccion, por no distinguirse físicamente de su esencia ó sustancia
el apetito innato que tiene acerca de la felicidad . Este juicio empero lo tenemos por
un error manifiesto, porque Dios no está obligado á obrar segun las exigencias natu
rales de criatura alguna . Esta es la causa por la cual todo el mundo considera la crea
cion y la conservacion como dos dones realmente distintos . Ademas, si fuera verdad
lo que los tales piensan, el alma humana, una vez criada, por fuerza tendría que al
canzar de hecho la felicidad; porque ésta, y no precisamente la vida perpétua , es la
que necesariamente deseamus con apetito innato . ( Véase Suarez, De Angelis, lib. I,
cap. ix , n . 5.)
respecto al origen y al destino del alma humana. 385

lo poseen en la sola inclinacion de sus principios constitutivos, la


cual es llamada por algunos apetito natural; de esta clase es la in
clinacion que tienen los graves á ir hacia abajo. Ahora bien ; de
ambos modos se halla en las cosas el natural deseo de existir, de lo
cual es buen testimonio el que las cosas destituidas de conocimien
to resisten con sus propias fuerzas á los séres que tienden á des
truirlas, y las que lo tienen hacen esta misma resistencia segun el
modo propio de su natural percepcion. Aquellos seres , pues , que
careciendo de conocimiento tienen en sus principios internos virtud
para conservarse perpétuamente , de suerte que permanezcan siem
pre numéricamente los mismos, apetecen por naturaleza tener per
petuidad áun en su individualidad numérica. Y aquellos cuyos prin
cipios no tienen virtud sinó para perpetuarse en la especie , desean
asimismo esta perpetuidad . Esta es , pues , la diferencia que debe
encontrarse entre los seres á quienes juntamente con el conocimien
to les es natural el deseo de existir, á saber : que los que no cono
cen el sér, sinó en cuanto determinado en la actualidad presente,
desean este sér concreto y actual , pero no la perpetuidad del mis
mo , porque no la perciben ( aunque apetecen la perpetuidad de la
especie , áun sin conocerla , porque la virtud generativa ordenada á
este fin va delante del conocimiento y no está sujeta á él ) ; mas los
que conocen la perpetuidad del sér y de ella se forman idea , la de
sean tambien con amor natural. Y como en esto convienen todas
las sustancias intelectuales , todas ellas desean por naturaleza la vida
perpetua , y por lo mismo es imposible que dejen de existir , ' . Di

1 • Impossibile est naturae desiderium esse inane , natura enim nihil facit frustra.
Sed quodlibet intelligens naturaliter desiderat esse perpetuum , non solum ut perpe
tuetur esse secundum speciem , sed etiam secundum individuum : quod sic patet . Na
turalis enim appetitus quibusdam quidem inest ex apprehensione , sicut lupus natura
liter desiderat occisionem animalium , de quibus pascitur, et homo naturaliter deside
rat felicitatem ; quibusdam vero absque apprehensione ex sola inclinatione naturalium
principiorum , qui naturalis appetitus in quibusdam dicitur, sicut grave appetit esse
deorsum . Utroque autem modo est in rebus naturale desiderium essendi : cuius signum
est quia et ea quae cognitione carent , resistunt corrumpentibus secundum virtutem
suorum principiorum naturalium , et ea quae cognitionem habent, resistunt eisdem
secundum modum suae cognitionis. Illa igitur cognitione carentia quorum principiis
inest virtus ad conservandum esse perpetuum , ita quod maneant semper eadem secun
dum numerum , naturaliter appetunt esse perpetuum etiam secundum idem numero .
Quorum autem principia non habent ad hoc virtutem sed solum ad conservandum
esse perpetuum secundum idem specie , sic naturaliter appetunt perpetuitatem . Hanc
igitur differentiam oportet in his inveniri quibus desiderium essendi cum cognitione
inest , ut scilicet illa quae non cognoscunt esse nisi ut nunc , desiderant esse ut nunc
25
o
386 El Catolicism la ciencia

gamos ahora cuatro palabras para concluir sobre el modo de vida


que corresponde al alma humana , una vez desatada de las ligadu
ras del cuerpo .
4. ° El alma humana no pasa por diversas reencarnaciones , sinó
que permanece sola hasta el dia de la resurreccion universal. Esta
nuestra última proposicion va contra los espiritistas , los cuales , tor
nándose al viejísimo error de los pitagóricos , bracmanes y buddis
tas de la India , quieren que nuestras pobres almas estén siempre
recorriendo el mismo camino sin pizca alguna de poesía , á manera
de canjilones de noria , como si no fueran capaces de ejercer sus
actos espirituales sin el adminiculo de los órganos de los sentidos.
Ante todo , por lo que atañe á la doctrina de la Iglesia sobre este
punto , no puede caber la menor duda de que el error espiritístico
está por ella formalmente condenado . El concilio Florentino , en el
Decreto de union con los griegos , define expresamente que las al
mas , despues de haberse separado de sus cuerpos , van inmediata
mente , ó al cielo , cuando se hallan enteramente puras ; ó al infier
no , si van manchadas por alguna culpa grave ; ó al Purgatorio , si
todavía tienen algo que purgar, para ser de allí trasladadas á la
Gloria , apenas hayan cumplido su condena ' . Hecha esta observa
cion , vengamos á los argumentos filosóficos que ponen en claro la
verdad de nuestro aserto , y la grande sabiduría de la Iglesia cató

non autem semper, quia esse sempiternum non apprehendunt ; desiderant tamen esse
speciei perpetuum absque cognitione : quia virtus generativa , quae ad hoc deservit,
praeambula est , et non subiacens cognitioni : illa autem quae ipsum esse perpetuum
cognoscunt , et apprehendunt , desiderant ipsum naturali desiderio . Hoc autem con
venit omnibus substantiis intellectualibus. Omnes igitur substantiae intellectuales na
turali desiderio appetunt esse perpetuum : ergo impossibile est quod esse deficiant. ,
( S. Thom . , l. cit. )
Véase á Suarez en el tratado De Anima , lib. 1 , cap. x , donde se hallan desenvuel
tos los argumentos que militan en favor de la perpetuidad del alma humana con la
solidez y claridad características de este insigne doctor. Puédese tambien consultar la
obra del P. Liberatore intitulada Il composto humano , cap . iv , a . 8 , y el cap . VII ,
vol. 1 , de citada Apologia de Hettinger.
I Hoc sacro universali Florentino approbante concilio , dice el Papa Eugenio IV ,
definimus illorum animas , qui post baptisma susceptum nullam omnino peccati ma
culam incurrerunt ; illas etiam , quae post contractam peccati maculam , vel in suis
corporibus , vel eisdem exutae corporibus , prout superius dictum est , sunt purgatae,
in coelum mox recipi et intueri clare ipsum Deum trioum et unum , sicuti est , pro
meritorum tamen diversitate alium alio perfectius; illorum autem animas , qui in
actuali mortali peccato vel solo originali decedunt , mox in infernum descendere poe
nis tamen disparibus puniendas.
respecto al origen y al destino del alma humana . 387
lica . Por de pronto , al instante se echa de ver que los defensores de
la metempsicosis la establecen sin fundamento alguno , pues nadie en
este mundo tiene conciencia de esos estados que ellos gratuitamen
te se imaginan . Por tanto , debemos decir que los tales dogmatiza
dores hablan de las sobredichas reencarnaciones, porque así se les
antoja ; lo cual no es muy filosófico por cierto . Ademas , esta falta
de conciencia con respecto á otra vida distinta de la que ahora ex
perimentamos , nos da manifiestamente á conocer que nuestra alma
no ha comenzado a vivir antes de la encarnacion presente , y que
por tanto ésta es la primera y la última , puesto que el mismo fenó
meno sucede á todos los hombres . En efecto , como la union de
nuestra alma al cuerpo por ella informado es natural y nada violen
ta , no puede llevar consigo privacion alguna de bienes que antes de
ella hayan pertenecido á nuestro espíritu; si pues hubiéramos vivido
en otros tiempos anteriores al que ahora llevamos sobre la tierra,
nuestra alma conservaría recuerdo de todos ellos y tendría en la
memoria los conocimientos adquiridos , y los actos practicados en
todas las encarnaciones pasadas ; porque todas esas cosas son las
que forman , propiamente hablando , el tesoro del espíritu . Por con
secuencia , la falta de todos estos recuerdos es una prueba maniſies
ta de que la hipótesis pitagórica es enteramente inadmisible. Aña
dase á esto que nuestra fuerza intelectiva es como un fuego que,
despues de encendido, ya no cesa de arder jamás . Una vez que
llega á producir alguna idea , ya esta idea la tiene en su interior, y
actuada con ella sigue obrando espiritualmente en aquel sentido
hasta que sea determinada en otro por algun objeto que la haga en
trar en nuevos pensamientos . Así es que , una vez desarrollada nues
tra potencia intelectiva , siempre está puesta en accion ; y no sobre
viniendo algun accidente al sujeto , no se interrumpe jamás la
conciencia de esta vida intelectual , perenne y continua .
Aún más : si nos acaece alguna vez tener algun síncope que nos
haga perder momentáneamente la conciencia dicha , al instante
volvemos á recobrarla , apenas cesa en nosotros aquella enfermedad;
y la recobramos , no como quiera , sinó con el recuerdo de todo
cuanto habíamos experimentado antes de ella en tiempos normales
y de sano juicio . Ahora bien ; ningun síncope padecemos nosotros
durante esta vida presente , que se dice haber sucedido á una infini
dad de otras semejantes tenidas en los tiempos pasados; ántes pen
samos y discurrimos en ella con la misma serenidad de ánimo que
pudiéramos haber tenido en cualquiera de las encarnaciones dichas
o
388 El Catolicism у la cien
cia

¿ Dónde está , pues , esta memoria de lo pasado que debiera existir


en nosotros , aun cuando dijéramos que el principio y el fin de cada
encarnacion se asemejan á uno de esos desfallecimientos repentinos
en que pierde el hombre por un momento la conciencia de sí mis
mo ? La falta de esta memoria es el argumento más claro de que
nuestro espíritu no ha pasado por esos caminos que en su fecunda
imaginacion le trazan los nuevos discípulos de Pitágoras .
Pero no sólo la falta de recuerdos prueba ser una pura concep
cion fantástica lo que nos vienen diciendo los espiritistas con res
pecto á la vida del alma en otras encarnaciones anteriores , sinó la
intrínseca naturaleza del alma confirma esto mismo . En efecto, que
el alma humana no haya vivido nunca en un estado de espiritualidad
pura , cual la que posee despues de la muerte del cuerpo , bien se
concibe . El alma , por su misma constitucion intrinseca , es la mitad
de un todo físico creado por el Autor de la naturaleza para que
ejecute las acciones que á su esencia propia corresponden : por lo
mismo el estado de union le es formalisimamente natural , no pudien
do desarrollar sin él sinó una parte de su actividad , pues sin órga
nos corporales le son imposibles los actos de los sentidos y de la
misma fantasía . Siendo esto así , vése con toda claridad que el alma
no debía ser criada en un principio para que viviese separada del
cuerpo , sinó para que se uniese á él formando un compuesto que
sólo por la accion de los agentes creados sea disuelto ; puesto que,
como argumentábamos más arriba con el Ángel de las Escuelas 1 :
no fué conveniente que Dios comensase su obra por las partes imper
fectas y por lo que es preternatural. Pues si no hizo al hombre sin
mano ó sin pié, las cuales cosas son partes naturales del hombre,
mucho menos habrá hecho el alma sin cuerpo.
Pero que , una vez deshecha la casa corruptible donde la colocó
la naturaleza , vuelva segunda vez á animar otra materia y á formar
otro nuevo compuesto, esto no es en manera alguna conforme á su
esencia . ¿ Qué mariposa ha vuelto jamás , despues de desprenderse
de su capullo , á meterse nuevamente en él para llevar su antigua
vida de crisálida ó de gusano ? ¿ Qué pájaro ha estado segunda vez
en el huevo ó en el nido de donde había logrado salir para gozar
durante toda su vida el aire libre ? Pues lo que es á la mariposa el
estado de crisálida , y al pájaro el estado de pequeñuelo , esto mis
mo es al alma el estado de union con respecto á este cuerpo cor

1 Summa Theolog ., 1 , P. , q. 118 , a. 3 .


respecto al origen y al destino del alma humana. 389

ruptible . Una vez desprendida de él , y adquirida la noble condicion


de los espiritus , con que se libra de las innumerables molestias que
trae consigo esta vida mortal y trabajosa , poco deseo tendrá por
cierto naturalmente el alma de volver a su antigua morada . El Ca
tolicismo tiene , sí , entre sus creencias el dogma de la resurreccion
universal , y en el Apocalipsis , lo mismo que en varias epistolas de
San Pablo , aparecen las almas de los Santos deseosas de volver á
juntarse con sus cuerpos ; pero éstos en el día de la resurreccion no
han de ser pesados y molestos para ellas , sinó gloriosos , adornados
con los sobrenaturales dotes de agilidad , claridad , sutileza é impa
sibilidad , y sumamente aptos para aumentar el gozo de que aqué
llas disfrutan en la bienaventuranza eterna. Así , pues , á un cuerpo
de esta clase bien puede tener natural inclinacion el alma humana ;
mas al cuerpo que le señalan los espiritistas , á este cuerpo que se
corrompe y causa tanta pesadumbre al alma, como dice el sagrado
texto ' ; á este cuerpo que nos trae tantos dolores , tantas tristezas,
tanta dificultad para la práctica de la virtud , tan grande propension
á todo lo terreno y animalesco , já este cuerpo ha de tener inclina
cion natural el alma , una vez desatada de sus ligaduras y levantada
á la sociedad de los puros espíritus ? Jamás me persuadiré de ello .
El alma , una vez llegada á este estado , se quedará contenta con la
vida nueva que le corresponde 2. Fuera de que ella en sí no es sinó un
fragmento del artefacto primitivo llamado hombre , que salió entero
de las manos del divino Hacedor, pero que se hizo más tarde peda
zos merced á la accion destructora de los agentes de la naturaleza .
Una vez deshecho este artefacto , á la constitucion interna de los
fragmentos no pertenece otra cosa sinó seguir existiendo así des
unidos perpétuamente , si es que al artífice no le viene en voluntad
volver á unirlos de nuevo , haciendo una reparacion en su obra , al
modo que suelen los hombres indigentes componer los instrumentos
destrozados para poder servirse de ellos en las necesidades de la
vida . Mas esta obra de reparacion sería indigna del supremo Artifi
ce y de su inſinita magnificencia. ¿ Cuándo se ha visto , por ejemplo,
que un alfarero vuelva á juntar entre sí los cascos de una vasija que
por circunstancias accidentales se le haya quebrado ? Á los cascos
cascos los deja, y hace una vasija nueva acudiendo a la fecundidad

I Sap., cap . ix, vers . 15 .


2 V. Suarez , De anima, lib . V , cap . ult . , núm . 3 , donde se prueba con sólidas
razones esta proposicion.
390 El Catolicismo y la ciencia

de su arte. ¿ Diremos otra cosa del Artífice divino , el cual por la in


finita fecundidad de su arte soberano jamás se repite en la produc
cion de sus obras, y siempre las produce nuevas y de diferente
primor ?
Vergüenza da el ver cómo los espiritistas rebajan la infinita subli
midad del Criador pintándonoslo con su doctrina de la metempsico

sis como un pobre y rudo artista que hace y deshace mil veces su
obra, sin llegar nunca á sacarla ni siquiera mediana á pesar de sus
continuos ensayos. No concibamos ideas tan raquíticas y mezquinas
de la majestad soberana del Criador, discurriendo de la Divinidad
con entendimiento tan estrecho .
Otra cosa sería si se tratase de dar á las almas un cuerpo mejor
acondicionado que el que poseemos en la actualidad : entonces la

nueva union ya no sería una simple repeticion de lo pasado , sinó un


verdadero progreso en el camino de la vida . Un estado de esta es
pecie ya es apetecible de suyo al alma separada; porque , sin privar
la de su libertad adquirida , la habilita para el ejercicio de las poten
cias sensitivas, que de lo contrario habrían de quedar inactivas en
el estado de separacion por toda la eternidad . Hé aquí , pues , cuán
grande es la sabiduría que resplandece en el dogma de la resurrec
cion universal profesado por la Religion católica . Las almas entón
ces seran de nuevo unidas á los mismos cuerpos que antes tuvieron ;
pero estos cuerpos se hallarán revestidos de las cualidades conve
nientes al estado de término que nos está reservado en la otra vida .
Las almas bienaventuradas recibirán un cuerpo glorioso , digno
de la alta dignidad á que habrán sido levantadas con la vista clara
de la divina Esencia : á las almas de los condenados será dado un
cuerpo pasible é imperecedero , conforme al estado de degradacion
en que ellas se colocaron en este mundo con su libre albedrío . Las
almas buenas tendrán por compañeros perpetuos en el gozo á los
que fueron sus perpetuos aliados en los padecimientos y dificulta
des que lleva consigo en este mundo la práctica de la virtud ; las
malas tambien compartirán entre ellas y sus cuerpos el mal eterno
que merecieron quebrantando los preceptos santos de la ley divina
para seguir ardorosas el suave camino del vicio . ¿ Qué cosa se pue
de imaginar más conforme á la sabiduría divina que este último
acto del soberano Juez , con que se da a todos y á cada uno la pena
ó galardon merecidos con sus acciones ? Esto es sólido , esto es ra
cional, esto es eficaz y poderoso para contener a los hombres en
el cumplimiento de su deber ; esto , por consecuencia , es altamente
1

respecto al origen y al destino del alma humana . 391

conforme á los principios de la sana filosofía . La naturaleza del


alma humana con su divino origen y con su destino eterno , tal
cual nos lo enseña nuestra sagrada Religion católica , es uno de los
más claros testimonios que se pueden aducir en prueba de la divi
nidad del Cristianismo . En vano clamarán contra tan sublimes doc
trinas los amadores de la carne ; la razon del verdadero filósofo es
timará todos estos clamores en lo que valen , y encomiará con
todas sus fuerzas los celestiales dogmas que no miran sinó al en
grandecimiento del hombre y á la glorificacion más perfecta del
soberano Autor de la naturaleza .
CAPÍTULO XXIII

DOCTRINA DE LA IGLESIA RESPECTO AL ORÍGEN DEL HOMBRE .

CABAMOS de ver en el capítulo pasado el origen del alma


humana , y esto mismo hemos hecho tambien , en lo que
A
llevamos escrito sobre la naturaleza del mundo , con res
pecto al otro elemento esencial y constitutivo del compuesto hu
mano , que es la materia . La forma, pues , y la materia de que cons
ta el hombre han salido inmediatamente de las manos del Criador,
porque uno y otro elemento deben su existencia á una verdadera
creacion , y la virtud creadora es propia y exclusiva de la Omnipo
tencia divina .
Mas no basta saber cuál sea el origen de estos dos elementos
para conocer el del hombre mismo. El compuesto humano es un
todo formado por la union intrinseca y sustancial del cuerpo y del
alma , y por consiguiente requiere por sí solo , y áun supuesta la
existencia de los dos elementos indicados , la accion de una causa
que le dé el sér en razon de verdadero compuesto . ¿ Cuál es la cau
sa próxima é inmediata de esta accion ? ¿ quién es el que con su po
derosa virtud junta en uno , con tan estrecha lazada , dos elemen
tos tan distantes como son la materia y el espíritu ? En el estado
actual de las cosas , esta accion la ejecuta la naturaleza : la virtud
germinal y generativa dispone en el seno de la mujer la materia
del embrion ; de suerte que , conforme á la exigencia intrínseca
de su propio desarrollo , deba ser informada por un alma racional y
libre .
Pero este estado no ha existido siempre : la Paleontología nos
está diciendo , con palabras muy terminantes , que en el globo ter
restre la vida ha tenido verdadero principio , y áun nos añade que
el hombre es de una época relativamente muy reciente , si se atien
Doctrina de la Iglesia católica , etc. 393
de á los otros séres vivientes que antes de él han existido sobre la
tierra . ¿ Quién , pues , ha dado la existencia á aquellos primeros indi
víduos de la especie humana , de donde se han ido derivando más
tarde los demás por vía de generacion y descendencia ?
Hé aquí una cuestion de la más alta importancia , muy digna por
consiguiente de ser tratada con detencion por los amantes de la
Filosofía . La Religion cristiana no nos ha dejado á oscuras sobre
este punto tan principal , en que nos convenía sobremanera tener
ideas claras y precisas para que no errásemos el camino de nuestra
salvacion eterna . Ella nos enseña que los primeros hombres fueron
hechos inmediatamente por el mismo Dios , y que de ellos traen
origen todos cuantos posteriormente han poblado las diferentes
partes de la tierra . Este dogma sagrado lo hemos recibido del mismo
Dios , pues se halla expresamente consignado en varios lugares de
los libros santos , escritos con el dedo del supremo Hacedor , que
los ha encomendado á su vigilancia y custodia.
En efecto : la divina Escritura nos dice que Dios crió á nuestros
primeros padres , Adan y Eva , y que luego de ellos se propagó
todo el género humano por via de generacion . Formó Dios, dice el
sagrado texto ! , al hombre del barro de la tierra , é inspiró en su
rostro soplo de vida , y fué hecho el hombre en ánima viviente . Y
Nuestro Señor Jesucristo , refiriéndose á esta misma narracion del
Génesis , á los judíos que le habían hecho una pregunta sobre la
indisolubilidad del matrimonio les respondió en esta forma: No
habeis leido que el que hizo al hombre desde el principio , varon y
hembra los hizo ? 2. Esto mismo anunció al mundo el Apóstol de las
gentes al tiempo de proclamar en el Areopago el divino origen del
Cristianismo , pues en medio de aquella grave Asamblea pronunció,
como legado divino , aquellas solemnes palabras: Y de uno hizo
( Dios ) todo el linaje humano , para que habitase en toda la has de
la tierra 3 .
En estas y en otras palabras de los libros santos que pudieran
citarse , se ve bien claramente que todos cuantos hombres se hallan
hoy dia extendidos sobre la haz de la tierra tienen su origen en un
solo centro de generacion , compuesto por los dos primeros indiví
duos de la familia humana , Adan y Eva; y en esta importantísima

1 Genesis , cap . 11 , vers , 7 .


Matth ., cap . xix , vers . 4 .
3 Act. , cap. XVII , vers , 26 .
394 Doctrina de la Iglesia católica

verdad está fundado el dogma católico del pecado original , segun


nos lo enseña expresamente San Pablo en la epistola á los romanos,
donde nos dice que el primer hombre , llamado Adan , trajo con su
pecado la ruina á todo el humano linaje , contenido en el á la sazon
á la manera que se halla encerrado el árbol en la semilla ; pero que
el segundo Adan , Cristo Jesus , nos repuso con su pasion y muerte
en el primitivo estado , alcanzándonos los medios necesarios para
poder conseguir la salvacion eterna.
Segun las palabras de la sagrada Escritura , Adan fué hecho por
Dios del barro de la tierra ', pero Eva fué sacada de una de las
costillas de Adan ; con lo cual se ve que la misma mujer tuvo su
origen , aunque por una manera sobrenatural y milagrosa , en el
primer hombre , pudiendo éste por tanto decir, al encontrarse con
Eva despues de aquel su sueño misterioso , aquellas palabras que
pone en boca suya el autor del Pentateuco : Esto ahora hueso de
mis huesos y carne de mi carne , ésta será llamada Varona , porque
del varon fué tomada ? .
Así , la unidad en el principio del humano linaje no puede ser más
perfecta; pues la misma mujer está sacada de la sustancia de su
marido , y éste es el único indivíduo de donde, como de primera
raiz , han brotado por virtud divina todos los otros de la especie
humana .

¿ Cómo formó Dios al primer hombre ? ¿ Infundió de repente al


barro informe é inorgánico el alma que sacára de la nada ? ¿ O pro
dujo primero un cuerpo organizado y apto para las funciones pro
pias de nuestra vida espiritual é inteligente ? La sagrada Escritura
no se expresa sobre este punto con bastante claridad ; así es que
no podemos afirmar con certeza que el Criador haya seguido uno
ú otro camino . Lo que sí debe tenerse por cierto es que ninguna
de estas sustancias sensibles y terrenas ha sido causa inmediata y
verdadera del sobredicho organismo, ora lo produjese Dios al mismo
tiempo de infundirle el alma , ora ejecutase para ello algunas accio
nes prévias , semejantes a las que en el estado actual opera la natu
raleza antes que la materia sea informada por un principio verdade
ramente espiritual. La Escritura dice terminantemente que Dios
formó al hombre del barro de la tierra , siendo así que en la pro
duccion de los otros vivientes , tanto animales como plantas, hace

1 Genesis , l. cit.
2 Genesis , cap. ll , vers. 27 .
respecto al origen del hombre. 395
intervenir las fuerzas de la naturaleza. Produsca la tierra , dice el
sagrado texto , yerba verde y árboles fructiferos ,, ! . “ Produzca la
tierra ánima viviente en su género , bestias y reptiles, y animales,
segun sus especies „ 2. Mas al llegar al hombre , nada se dice de las
fuerzas naturales del universo , Dios sólo es el que interviene en su
formacion como causa eficiente única ; el barro de la tierra no entra
allí sinó como mera causa material y receptiva , diciéndose á sí
mismo el divino Artífice : Hagamos al hombre á nuestra imágen y
semejansa , etc. 3 .
Si alguna otra criatura de estas sensibles hubiera contribuido con
su virtud natural a la produccion de un organismo apto para ser
animado por un alma humana , como imaginan los patrocinadores
de la transmutacion darwinista , entonces el primer hombre habría
sido producido , como los demas vivientes terrestres , por via de ge
neracion natural . El mono, por ejemplo , que con su virtud genera
tiva y plástica hubiese en esta forma dispuesto el organismo , sería
tan verdadero padre del primer hombre como éste lo fué de Abel
y de Cain , y como lo son todos los que por medio de la generacion
dan ahora la existencia á sus hijos. Porque el hombre no engendra
al hombre sinó en cuanto que con su virtud natural generativa pro
duce un organismo apto para ser informado por una alma racional,
lo cual tambien se concedería á la fuerza formativa del mono en
dicha hipótesis . Por consiguiente , Dios no hubiera usado el lenguaje
que hallamos escrito en el sagrado texto , sinó otro en que apare
ciese tambien la causalidad de los agentes creados , que con su vir
tud natural hubiesen formado el organismo dicho .
Por esta razon el eximio Suarez no duda en establecer como doc
trina católica la proposicion en que se niega á los mismos Angeles
la formacion del organismo corpóreo del primer hombre , en térmi
nos que lo dispusiesen suficientemente para ser informado por un
alma racional. “ Dicendum est , escribe , corpus Adae a solo Deo
fuisse immediate productum seu formatum . In hoc puncto fuit sen
tentia Philonis lib . De Opific, mundi non solum Deum fecisse hoc
opus, sed habuisse angelos cooperatores . Qui error ex Platone in
Timaeo ortus est . Verumtamen assertio posita catholica doctrina
est 4 .. Luego cita en favor de su tésis, no sólo á Santo Tomás , quien

1Genes. , cap. 1 , vers . II.


2Id ., ibid . , vers. 12 ,
3 Id . , ibid . , vers . 26.
4 Suarez, De opere sex dierun , lib. ; De hominis creatione, cap . 1, núm. 4.
396 Doctrina de la Iglesia católica
en términos expresos la defendió en su Suma Teológica ( 1 p . , . 91 ,
a . 2) , sinó tambien á todos los Teólogos y Padres de la Iglesia, nom
brando particularmente , entre estos últimos , á los santos Crisóstomo,
Ambrosio , Basilio , Epifanio , Cirilo Alejandrino , Atanasio, Hilario y
Agustin, con los correspondientes lugares donde cada uno de ellos
la ha enseñado. Aún más : hasta llega á afirmar que ni siquiera como
puros instrumentos de la Divinidad han intervenido los Angeles en
la produccion de tal organismo así perfecto y próximamente dis
puesto para la recepcion de un alma racional . Hé aquí la razon en
que lo funda : “ Pero se dirá : dado caso que los Angeles no hayan
podido naturalmente cooperar á la produccion del tal efecto, todavía
no se ve repugnancia alguna en que Dios se sirviese de ellos como
de un instrumento cualquiera .
,, Aun concediendo la posibilidad del hecho , negaríamos haberse
verificado así en la creacion , puesto que tal efecto fuera entonces
obra milagrosa ; lo cual no podemos afirmar faltos de pruebas , y sin
fundamento alguno para ello . La razon es sencilla : se seguiría de
aquí haber los Angeles , juntamente con Dios , criado al hombre;
puesto que disponer la materia con suficiencia tal , que baste para
la introduccion y union de ella con la forma, es, físicamente hablan
do , producir el compuesto ; que no de otra manera entendemos con
currir el hombre á la generacion por via natural de otro hombre .
Ahora bien ; atribuir al Angel tal efecto es error teológico en mani
fiesta contradiccion con las Sagradas Escrituras , como aparece de
los testimonios Gén . , cap. I , vers. 1-5 ; Eclesiástico , cap . xvnt ; I á los
Cor. , cap . x ; y á los Coloss . , cap . ii, con los cuales están acordes
los dichos de los Santos Padres anteriormente aducidos .
Sube de punto esta razon al considerar que , una vez admitida
semejante hipótesis , se seguiría como natural consecuencia , y áun

con mayor razon , si cabe , que tanto los séres animados como los
pertenecientes al reino vegetal pudieran haber sido formados con la
cooperacion y por ministerio de los Angeles ; error monstruoso que
nos lleva como por la mano á considerar á estos , á lo ménos en un
órden secundario , como creadores del universo , !

I " Quod si quis dicat, quamvis angeli non potuerint naturaliter cooperari illi
actioni , potuisse nihilominus ut instrumenta Dei illa coefficere , Respondemus, esto id
fuerit possibile, nullo modo affirmari posse, ita esse factum ; quia fuisset opus miracu
losum, quod sine fundamento asserendum non est . Praesertim quia inde sequeretur
angelos cum Deo hominem procreasse, quia qui sufficienter disponit materiam ad in
troductionem et unionem formae, compositum producit, physice loquendo , hoc enim
respecto al origen del hombre . 397

Toda esta doctrina de Suarez , sin embargo , le parece entera


mente ineficaz al P. Arriaga , segun el cual los Angeles , si tuvieran
virtud suficiente para producir organismos , podrían haber hecho el
de Adan en nombre de la Divinidad . Por esto , aunque piensa ser
filosóficamente falso el que los Angeles hayan producido el organis
mo del primer hombre , porque á tanto , segun su doctrina y la de
los Escolásticos en general , no alcanzan las fuerzas naturales de los
espíritus puros ; juzga que no se debe hablar lo mismo teológicamente
teniendo esta doctrina por errónea y por contraria á la Escritura .
" Quod Suarez urget , escribe refutando la proposicion del teólogo
granadino , dici in Scriptura, Deus de terra creavit hominem et for
mavit, igitur Deus ipse hominem de limo produxit, haec , inquam
haud ita videntur urgere , et possunt forte in ipsum Şuarium et
multos alios retorqueri facillime: nam eodem modo dicitur Exod . 32 ,
portasse Moyses duas tabulas inscriptas digito Dei ; et tamen ipse
et communiter caeteri dicunt, non Deum immediate , sed per ange
lum eam legem scripsisse . Idem est de omnibus locis ubi Deus dici
tur apparuisse, dicitur locutus, dicitur vocasse vel Moysem ex rubo ,
vel Jacob dormientem , etc. In omnibus his locis explicatur id fuisse
factum ministerio angelorum nomine Dei : Cur, ergo, quaeso , ex vi
Scripturae et modi loquendi, etiamsi Deus dicatur formasse corpus
Adami ex limo , non poterit intelligi id factum per angelos nomine
Dei .... Dixi ex vi modi loquendi Scripturae ; quia si aliunde ex ipsa
opera ostenditur repugnantia aliqua in eo quod fiat ab angelo ; tum
iam erit novum argumentum contra eam sententiam , non tamen
desumptum ex locis Scripturae, et consequenter non erit erronea aut
improbabilis (Arriaga, De opere sex dierum , disp. 34 , sect . I , núme
ros 4-5). ,
Esta razon del P. Arriaga nos parece del todo concluyente ; y así
juzgamos exenta de toda censura teológica la doctrina que atribuya
á los espíritus celestes , en razon de simples ministros del Altísimo,
la produccion del cuerpo de Adan , y en general la de todos los or

modo homo generat hominem : hoc autem angelis tribuere , erroneum est, quia repu
goat Scripturis , ex quibus habemus solum Deum ex terra hominem creasse , ut alle
gatum est ex (Gen., 1 , 2 et 5 ; Ecclesiast., 17 ; I ad Corinth . 10, et ad Coloss . 3 )
et confirmant omnia , quae ex Patribus adduximus. Ac denique, confirmatur, quia
alias etiam omnia animantia, ut vegetabilia dici possent facta ministerio, et coopera
tione angelorum : immo consequenter , et majori ratione ita dicendum esset, Conse
quens autem erroneum est ; nam hoc esset facere angelos creatores universi , quamvis
minus principales . ,
398 Doctrina de la Iglesia católica

ganismos del universo . Sin embargo , no afirmaremos por eso que


de hecho los Angeles , dado caso que tengan suficiente virtud para
ello , hayan tomado parte en tal accion ; porque , como afirma el ci
tado teólogo en el mismo lugar poco há mencionado , la sentencia
más comun de los Teólogos sostiene que Dios no hizo uso de este mi
nisterio , sinó que por sí mismo é inmediatamente produjo el cuerpo
del primer hombre. “ Quidquid tamen sit de censura , escribe , omni
no iudico Deum non usum ministerio angelico in ea formatione, sed
immediate per se id praestitisse ; ita enim communior docet sen
tentia ,
En confirmacion de esta doctrina comun , añade Arriaga á ren
glon seguido que los Angeles son incapaces de producir organismo
alguno , y por tanto no podían naturalmente ser empleados en el
referido ministerio . Esta razon filosófica tambien la hallamos alega
da por los demas Escolásticos , y especialmente por Santo Tomás,
entre otros lugares, en la primera parte de la Suma Teológica (quaest .
65 , art . 4. °; q . 91 , art . 2. °, ad 1 ; 9. 105 , art . 1.9) , y en el tratado De
Potentia , q . 6 , art . 3. ° Por donde en ninguna manera podemos ad
mitir lo que acerca de este particular afirma el P. Carbonnelle en el
último de sus artículos sobre la Ceguera cientifica ' , diciendo que la
doctrina allí profesada por él en órden á la intervencion de los An
geles en la produccion de los organismos del globo , no es contraria
á la enseñada por los Teólogos . Sea verdadera ó falsa la opinion de
los Teólogos en esta materia, lo que ellos sostienen con San Agus
tin у Santo Tomás es que los Angeles no pueden producir inme
diatamente por sí mismos organismo alguno , sinó sólo de una ma
nera mediata, ó sea aplicando por medio del movimiento local de
los cuerpos los elementos activos á los pasivos 2 .
El P. Carbonnelle tendría razon en lo que afirma, si el organismo
de los seres vivientes fuera para los Escolásticos lo que es en la

I V. Revue des questions scientifiques, Janvier, 1881 , pág. 163 .


2 Véanse los lugares de Santo Tomás próximamente citados. Véase tambien á San
Agustin, De Trinit ., lib . III , cap . IX , núm . 17. Suarez , De Angelis, lib . iv , cap. xxv,
tiene por tan cierta esta doctrina á causa de la unanimidad de los Teólogos en pro
fesarla , que juzga ser grande temeridad el ponerla en duda ; si bien añade que difícil
mente puede ser probada con razones filosóficas. Por eso recurre á argumentos teoló
gicos fundados en la autoridad de los Concilios y de los Padres ; pero el P. Arriaga
( De Angelis , disp. 19, sect . 1 ) hace ver que estos argumentos son de ningun valor, si
bien no deja de admitir esta doctrina como fundada en el consentimiento universal de
todos los Escolásticos.
respecto al origen del hombre . 399

opinion de dicho escritor y de todos los atomistas , es decir, un


simple mecanismo , una máquina muy bien construida. Pero los Es
colásticos ven en el organismo de las plantas y de los animales algo
más que un simple compuesto mecánico, porque lo consideran como
la última disposicion de la materia para la recepcion de la forma;
de suerte que , segun ellos , producir con las fuerzas naturales este
organismo equivaldría á formar el mismo compuesto sustancial cons
tante de materia y forma. “ Dicendum , escriben los Conimbricen
ses , opugnando precisamente la doctrina del P. Carbonelle , praepa
rationem materiae ad formas animalium perfectorum non consistere
in sola primarum qualitatum permixtione et temperie , sed in virtute
etiam seminali et formatrici; quae , si perfecta sit , qualis perfectis
animantibus congruit , perfecti quoque animantis operam deside
rat , ' . Sin embargo , como esta doctrina de la materia y forma no
es sinó una simple opinion filosófica , que , aunque sumamente pro
bable y muy apta para explicar algunos dogmas del Cristianismo
no tiene intrínseca relacion con ellos 2 ; ninguno puede justamente
tachar de temerario al P. Carbonnelle porque sostenga con los ato
mistas que los organismos animales de suyo no son otra cosa sinó
unas máquinas muy perfectas, dispuestas para las funciones de la
vida , pero incapaces por sí mismas de ejecutarlas sin la introduccion
del alma , criada directamente por el mismo . Dios con la accion de
su Omnipotencia . Por esta misma razon no se ve con toda claridad
que los Ángeles no tengan en sí mismos virtud física suficiente para
producir los organismos dichos ; y no otra cosa parece decir el Án
gel de las Escuelas cuando , al resolver la cuestion de si los Ángeles
pueden hacer ó no verdaderos milagros, escribe por via de preám
bulo las palabras siguientes : “ Respondeo dicendum quod Augusti
nus in mu De Trinit ., cap . x , n . 15 , postquam quaestionem istam
pertractaverat diligenter, concludit in fine : Mihi omnino utile est ut
meminerim virium mearum , fratresque meos admoneam ut memine
rint suarum ; ne ultra quam tutum est humana progrediatur infirmi
tas : quemadmodum enim hoc faciantangeli, vel potius quemadmodum
Deus hoc faciat per angelos. suos , nec oculorum acie penetrare , nec
fiducia rationis enucleare , nec provectu mentis comprehendere valeo ;

I Comment. Collegii Conimbricensis, in r lib. De coelo, cap . , q


. 6 , a. 3 , respons .
ad 1 .
2 Véase la carta de Mons , Czacki á Mons . Eduardo Hautcoeur, Rector de la uni
versidad católica de Lila .
400 Doctrina de la Iglesia católica

ut tam certus loquar ad omnia quae requiri de his rebus possunt,


quam si essem angelus aut propheta aut apostolus. Unde et hac mo
deratione adhibita , absque assertione et sententiae melioris praeiudi
cio, procedendum est quantum ratio et auctoritas poterit adiuvare. »
Pero sea lo que se quiera de los Angeles, ningun católico puede
afirmar, sin pasar plaza de temerario , pecando gravemente contra
las reglas de la sana prudencia, que algunas de las causas naturales
y sensibles de este mundo haya producido con su propia virtud el
cuerpo del primer hombre . Ninguna de ellas ha podido intervenir
en esta obra como instrumento de la divinidad , ni producirla en
nombre del mismo Dios, puesto que ninguna de ellas es capaz de des
empeñar este oficio de legado y ministro del Altísimo .
En esto el ilustre anatomista Mivart, que tan egregiamente ha
combatido contra la teoría darwiniana en su excelente libro del Ori
gen de las especies ' , ha padecido una equivocacion. Su buen deseo
de conciliar la doctrina católica con la evolucion transformista le ha
llevado á emitir, si bien con cierta timidez y en forma muy dubita
tiva , la hipótesis de que quizá el cuerpo de nuestro padre Adan fué
procedente de un mono antropoideo, y que su disposicion próxima
para ser conveniente morada de un alma racional la recibió, no de
Dios por un efecto de su virtud sobrenatural y maravillosa, sinó del
simple juego de las causas naturales .
Esta opinion dista infinitamente , en verdad , del sistema de Dar
win ; el cual , no admitiendo diferencia esencial entre el hombre y el
bruto , echa con esto abajo la espiritualidad del alma humana, y pro
clama abiertamente la doctrina del materialismo . Mivart , como buen
católico , admite la espiritualidad de nuestra alma y su divino orígen ;
su extravío ha consistido únicamente en hacer entrar estas causas
naturales y sensibles en la produccion del primer hombre , siendo
así que las santas Escrituras, segun han sido entendidas generalmen
te por los Doctores y por los Padres de la Iglesia , nos enseñan lo
contrario . Científicamente hablando, esta hipótesis es tambien inad
misible, entre otras razones, porque, á ser verdadera la idea de que
el cuerpo de Adan hubiese alcanzado en el mono tan grande per
feccion con la fuerza evolutiva de los agentes naturales, por necesi
dad debiera encontrarse en la historia del reino animal una clase en
tera de monos cuyo organismo corporal fuese igualmente perfecto
que el elegido por Dios para materia del primer hombre . Los seres

1 S. G. Mivart, Genesis of species.


respecto al origen del hombre. 401

de una clase no se desarrollan en tal forma que un solo indivíduo de


ella se adelante tan enormemente a los otros, dejándolos atrás á in
mensa distancia suya . En el sistema de la evolucion hay que afir
mar necesariamente que toda la clase entera avanza con un paso poco
más ó ménos uniforme y regular, dejando en el camino á los reza
gados para que perezcan víctimas de su propia debilidad y flaqueza.
¿ Dónde están , pues, los indivíduos de esta clase ? En todo el reino
animal no aparece uno siquiera: todos cuantos monos existen en el
mundo, y cuantos sabemos haber existido en los pasados siglos , se
hallan á inmensa distancia de la perfeccion órganica del hombre .
Por consecuencia , los mismos argumentos que con tan admirable
maestría opone Mivart á Darwin , fundándose en los hechos de la
Historia natural, sirven tambien para derribar por el suelo la hipó
tesis suya sobre la produccion del primer organismo humano con el
solo juego de los agentes naturales y sensibles .
Contra esto se podría objetar, sin embargo , diciendo que la gran
distancia hoy dia reinante en entre el mono y el hombre, en lo per
teneciente a la constitucion orgánica del cuerpo , es debida á la na
turaleza espiritual del alma humana; la cual en muy breve espacio
de tiempo transformó por completo su habitacion , acomodándola á
los usos de su vida intelectiva, infinitamente superior a la del bruto
más perfecto. Esta es , en efecto, la idea á que recurre Mivart para
la explicacion de su hipótesis. El alma , segun este ilustre escritor,
como forma sustancial que es del cuerpo por ella informado, lo ha
debido acomodar á las necesidades de su propia condicion espiri
tual, hasta que ha logrado , por fin , transformarlo en un tipo de ar
monía y hermosura que no tiene igual en la creacion entera . Pero
esta doctrina, que á primera vista no deja de parecer plausible, está
sujeta á gravísimos inconvenientes , por los cuales se hace entera
mente improbable . En primer lugar, nuestro primer padre, segun
ella , hubiera tenido durante toda su vida la misma constitucion or
gánica del mono : la cabeza achatada é infinitamente más imperfec
ta que la del negro más bozal y salvaje, las orejas puntiagudas , las
mandíbulas desarrolladas en extremo , y el cerebro muy diminuto ,
las manos y los pies con uñas larguísimas para pasar la vida saltan
do de un árbol á otro , el cuerpo todo lleno de pelo , y todavía no
conformado para la estacion vertical, etc. ¿ Es esta una figura digna
del padre del género humano ? ¿ Cuál había de ser el desarrollo de
la inteligencia de un hombre de esta especie ? Porque aunque la in
teligencia no es en sí misma facultad orgánica , depende no obstan
26
402 Doctrina de la Iglesia católica

te , en la formacion de sus actos espirituales , de las potencias sensi


tivas que le han de suministrar la materia de sus conocimientos ; y
debiendo éstas de ser por necesidad imperfectísimas con un cuerpo
de esta clase , los actos de aquélla no hubieran podido ménos de ser
tambien muy imperfectos. Nada más contrario que esta idea á la
verdadera formacion del primer hombre , áun hablando conforme á
los datos que nos suministra la ciencia . En efecto : la ciencia nos
dice que todas las especies de vivientes , incluso el hombre , en su pri
mera aparicion presentan un organismo dotado poco más o menos
de la misma perfeccion que en los tiempos posteriores . Esta es una
materia en que nos ocuparemos más adelante al hablar del darwi
nismo ; por ahora baste haber consignado el hecho para sacar de él
la consecuencia que hace aquí á nuestro propósito , á saber : que el
organismo humano en un principio no fué ménos perfecto de lo que
es hoy dia en la generalidad de los mortales .
Quizá alguno , al leer las líneas que acabamos de escribir , tenga
por imaginario este inconveniente. ¿ No se podía evitar todo esto ,
replicará , dando al cuerpo del mono en el momento mismo de co
menzar su existencia , y cuando todavía se hallaba en estado de em
brion , la forma orgánica que ahora tiene en el hombre ? Para esto
bastaba que Dios infundiese el alma de Adan al embrion de un
mono , y luego ella , con su virtud natural, se lo arreglára á su ma
nera , transformándolo en verdadero cuerpo humano . - Esto fácil
mente se afirma, pero con dificultad se prueba . El feto sigue natu
ralmente el desarrollo , que se halla virtualmente contenido en la
sustancia generativa ; y siendo de un mono la sustancia productora
de dicho organismo , ¿ por qué razon había de tener por resul
tado un organismo igual al nuestro , y no al de los monos , por
más que se desarrollase bajo el influjo de un alma racional ? Este
influjo algo modificaría sin duda el movimiento primero impreso á
la materia por la virtud generativa del mono ; porque , una vez uni
da sustancialmente a la materia organizada el alma humana , las
fuerzas vegetativas existentes en el compuesto físico así formado
serían estrictamente humanas, y como tales tenderían por su intrín
seca condicion á elaborar un organismo propio de nuestra especie ;
pero no podría conseguir que ya en el primer hombre el cuerpo
dejase de tener la misma organizacion del mono . La naturaleza no
obra por saltos , como decían los antiguos , sinó que ejecuta sus
acciones y progresos de una manera lenta é insensible ; por conse
cuencia , el cuerpo humano en tal caso no podría obtener con la
respecto al origen del hombre . 403

primera generacion apartarse gran cosa de la constitucion orgánica


del mono .
Pero demos á nuestra alma esta maravillosa virtud de transfor
mar así el embrion perteneciente a una especie distinta de la nues
tra ; todavia queda otro inconveniente que nos impide admitir la hi
pótesis sobredicha. ¿ Qué vida hubiera llevado nuestro primer padre
Adan durante sus primeros años siendo concebido en el vientre de
una mona , y viniendo al mundo como suelen venir á él los hijuelos
de este animal repugnante ? Hasta que el Señor se dignára abrirle la
inteligencia y concederle el dón de la palabra , Adan hubiera vivido
de una manera enteramente bestial , poco ó nada diferente de la que
su madre le enseñára. Saltar de un árbol á otro , y hacer todas las
demas cosas que viese practicar á sus hermanos los monos , muchas
de ellas nada decentes por cierto : hé aquí la ocupacion que hubiera
tenido nuestro padre durante un buen período de su vida. ¿ Quién
puede admitir tan improbable suposicion , aunque nada nos hubie
sen transmitido sobre este particular las tradiciones del pueblo he
breo ? Semejante manera de formar al primer hombre desdice por
completo de la infinita sabiduría del Criador ; y así , no puede mé
nos de ser rechazada por todo el que conserve todavía algun ras
tro del buen sentido comun impreso por Dios en el ánimo de los
mortales . La razon dicta pensar que Dios crió á nuestros primeros
padres en estado perfecto; y así , aunque nada dicen sobre el asun
to , al menos con claridad , las Sagradas Escrituras , ésta es la opi
nion comun de los Doctores católicos 1. Oigamos al Angélico Doc
tor Santo Tomás , quien con la sabiduría propia de su grande talen
to ha sabido probar en muy breves palabras esta verdad , haciendo
ver cómo Adan , en el mismo momento de ser producido por Dios ,
fué perfecto así en el alma como en el cuerpo . “ Habiendo criado
Dios en un principio las cosas, escribe , no sólo para que existiesen
en sí mismas, sinó tambien para que fuesen origen y fuente de las
demas , las produjo en aquel estado de perfeccion que les fuese apto
para ejercer este oficio . Ahora bien ; el hombre puede ser principio
de otro , no sólo por medio de la generacion , sinó tambien por la
instruccion y el gobierno . Por tanto , así como le fue dado un cuer
po tal que ya al instante pudiese engendrar, de la misma manera
debió hallarse , ya desde el mismo momento de su creacion , dotado
de un alma capaz de poder inmediatamente instruir y gobernar á los

1 V. Suarez, De opere sex dierum , lib. 11, cap. III, 1. 4.


404 Doctrina de la Iglesia católica

demas. De donde resulta que el hombre debió recibir , al tiempo de


ser criado , la ciencia de todas aquellas cosas en que los hombres
suelen ser instruidos por otros , ó sea el conocimiento de todas
aquellas verdades que se hallan virtualmente contenidas en los
primeros principios de la humana sabiduría , !
Por otra parte, esta perfeccion del estado primordial del hombre
es una cosa que vienen creyendo los cristianos desde los primeros
siglos de la Iglesia ; y sin duda la han debido recibir de los hebreos,
entre los cuales se fué transmitiendo de padres á hijos por una tra
dicion nunca interrumpida. Por consecuencia , de ninguna manera
parece que pueda admitirse por un católico haber sido producido
nuestro padre Adan en la forma dicha , esto es , siendo su alma in
fundida por Dios al embrion de un mono , y pasando por todos los
estados de la vida comunes hoy á todos sus hijos. En esto convie
ne con nosotros el sabio anatomista Mivart , á quien su catolicismo
puro y sincero no le permite opinar de otro modo .
Mas si la doctrina comunmente recibida entre los católicos nos
impide atribuir al mono , ó á otra criatura cualquiera , la disposicion
próxima del organismo corpóreo para ser introducida en él por la
divina omnipotencia el alma del primer hombre , deberá decirse
esto mismo de la disposicion remota ? Para que se entienda mejor
el sentido de la pregunta que acabamos de hacer, bueno será pro
ponerla bajo otra forma y en términos más concretos. Decimos,
pues : Ya que ni los monos , ni los Angeles , ni otra criatura alguna
pudieron disponer la materia del cuerpo de nuestro primer padre
en tales términos, que á esta disposicion se siguiese naturalmente,
segun las leyes impuestas por el Criador á las causas criadas , la in
troduccion y union de la forma , no pudo Dios haber intervenido
sobrenaturalmente en la formacion del feto de algun mono , de suer
te que recibiendo éste por virtud sobrenatural en el seno de su ma

I Quia res primitus a Deo intitutae sunt , non solum ut in seipsis essent , sed
etiam ut essent aliorum principia , ideo productae sunt in statu perfecto , in quo pos
sent esse principia aliorum . Homo autem potest esse principium alterius , non solum
per generationem corporalem , sed etiam per instructionem , et gubernationem. Et
ideo , sicut primus homo institutus est in statu perfecto quantum ad corpus , ut statim
posset generare ; ita etiam institutus est in statu perfecto quantum ad animam , ut sta
tim posset alios instruere et gubernare. Non potest autem aliquis instruere , nisi ha
beat scientiam . Et ideo primus homo sic institutus est a Deo , ut haberet omnium
scientiam , in quibus homo natus est instrui . Et haec sunt omnia illa, quae virtualiter
existunt in primis principiis per se notis , quaecumque scilicet naturaliter homines
cognoscere possunt. (S. Thom . , 1. P. , q. 94. , a . 3.)
respecto al origen del hombre . 405

dre , al tiempo de ser concebido , la forma orgánica de un hombre


perfectísimo, quedase sin embargo verdadero mono hasta que Dios,
por otro acto sobrenatural de su omnipotencia , introdujese en el
cuerpo asi formado el alma de Adan ? O bien , si se quiere evitar la
multiplicidad de actos sobrenaturales , no pudo Dios haber trans
formado de repente el cuerpo de un mono adulto , haciéndole ad
quirir en un instante , con la virtud maravillosa de su palabra crea
dora , la organizacion del hombre, é introduciendo en el inmediata
mente el alma racional creada al efecto ?
Puesta de esta manera la cuestion , ya nada tenemos que ver con
las causas naturales para la produccion del primer hombre. Aunque
la resolvamos en un sentido aſırmativo , no por eso sufrirá el más
mínimo detrimento la doctrina católica que acabamos de explicar,
en órden al origen sobrenatural del género humano ; porque Dios
sólo habrá dado , con su omnipotente virtud , la última disposicion
á la materia , y habrá despues introducido en ella y unido la forma
racional , y por consecuencia él sólo será quien , conforme á la doc
trina de las Santas Escrituras, habrá formado el compuesto huma
no . La cuestion , pues , estará reducida á saber si el Señor formó á
Adan inmediatamente del barro de la tierra , ó se sirvió de un orga
nismo cualquiera , inferior en perfeccion al que por la esencia misma
de las cosas corresponde al cuerpo del hombre , disponiéndolo con
su infinito poder en la forma conveniente á la naturaleza de nuestra
alma. Si queremos resolver la cosa a priori, y sin tomar en cuenta
las palabras del texto sagrado , no hay duda que podemos optar por
la afirmativa, porque á Dios tan fácil le es formar al hombre de un
organismo preexistente como de la materia bruta : bastarale mandar
á la materia , ya sea organizada , ya por organizar, que tome la dis
posicion conveniente para que en ella pueda ser introducida el
alma humana . La materia entónces, al instante , oirá su omnipotente
voz, y cumplirá respetuosa su mandato , quedando convertida en
digna comparte del alma espiritual é incorruptible .
Hay alguna dificultad , por parte de la Escritura sagrada , en
que entendamos la cosa de este modo ? Ninguna por parte de la
sola Escritura ; si bien es claro que nunca hemos de abandonar la
interpretacion comun sin que primero se nos pruebe la necesidad
de otra nueva. Las palabras del Génesis donde Dios cuenta la crea
cion de nuestros primeros padres , sólo parecen indicar que Dios
hizo entrar en la interna composicion del hombre un elemento ter
reno y otro espiritual, sin meterse á explicarnos por qué grados
406 Doctrina de la Iglesia católica

quiso el Señor que pasase el primero de dichos elementos ántes que


pudiese recibir convenientemente la union del segundo . Hé aquí el
texto original hebreo:: ‫רייעֶר וְהָוֹה אלהִים אֶת־הָאָדָם עָפָר בונ־הָא דָמח‬
Estas palabras , vertidas literalmente á nuestra lengua , quieren de
cir : Y formó Jehová Dios á Adan polvo de la tierra ? ; lo cual en
otros términos viene á significar que Dios hizo fuese terreno uno de
los elementos constitutivos del hombre , así como al otro le dió una
naturaleza espiritual, segun se halla indicado en el mismo lugar de
la Escritura con aquellas palabras : E inspiró en su rostro soplo de
vida , y fué hecho el hombre en ánima viviente 2. Y esto es cabal
1
mente lo que definió la Iglesia en el concilio Lateranense IV , di 1
ciendo que Dios con su omnipotente virtud crió las sustancias , tanto
espirituales como corporales , así como tambien la humana , que par
ticipa de una y otra , y es en cierta manera comun á entrambas 3 .
La Vulgata vierte el texto hebreo en estos términos : “ Formavit
igitur Deus hominem ex limo terrae , „ formo Dios al hombre del
barro de la tierra . Esta interpretacion quizá parecerá á alguno con
traria á la nuestra ; pero ambas se componen muy fácilmente, pues
to que en ambas se afirma que el cuerpo del hombre fué hecho por
Dios , no de la nada , sinó de la materia preexistente , sin indicar el
estado en que se hallaba esta materia antes de ser informada por
el alma de Adan . Que haya Dios formado al hombre próximamen
te del barro de la tierra , ó bien de una sustancia terrestre cualquie
ra dotada de un cierto organismo , la verdad teológica siempre
quedará intacta ; porque el referido organismo , en último resultado,
habrá venido á salir de la materia inorgánica , y por consecuencia
el hombre , por razon de este elemento , será verdadero polvo de la
tierra . Pulvis es et in pulverem reverteris, dijo Dios á Adan al
tiempo de castigarle su pecado ; y pulvis es nos dice la Iglesia al
imponer sobre nuestras cabezas la sagrada ceniza el miércoles antes
de la primera semana de Cuaresma . Estas palabras ciertamente no
significan que en la actualidad seamos verdadero polvo , sinó que
de él traemos nuestro origen , y á él será reducido nuestro cuerpo
cuando paguemos nuestro tributo a la naturaleza . Otro tanto, pues,

1 Genes., cap . II , vers . 7 .


2 Id ., ibid .
3 Qui sua omnipotenti virtute simul ab initio temporis utramque de nihilo condi
dit creaturam , spiritualem et corporalem : angelicam videlicet et mundanam : ac
deinde humanam , quasi communem ex spiritu et corpore constitutam. ( Concil .
Later., c. Firmiter . )
1

respecto al origen del hombre. 407

deberá decirse de aquel otro texto arriba indicado , el cual por lo


mismo de ninguna manera nos obliga por sí solo á pensar que el
cuerpo de Adan fué hecho de la materia inorgánica inmediatamente.
Esta doctrina del Génesis la han repetido en diversas ocasiones
posteriormente los escritores sagrados ( Eccle . , cap. xii , vers . 7;
Eccli . , cap . XVII , vers . 1 ; Job . , cap . x , vers. 9-10 ; I. Cor. , cap . xv,
vers . 47 ) , atribuyendo al hombre un origen terreno ; pero to
dos ellos deben ser explicados de la misma manera , porque en
ninguna parte enseñan que Dios haya formado el cuerpo de Adan
inmediatamente del barro de la tierra . Y en verdad , para objeto
moral y religioso que se propuso Dios Nuestro Señor en la inspira
cion de los libros santos , ¿ qué importaba que la tierra inorgánica y
muerta pasase ó no sucesivamente por los grados de vida vegetati
va ó sensitiva antes de constituir el organismo corporal del primer
hombre ? Lo que hacía al caso era enseñarnos que Adan , no menos
en cuanto al cuerpo terreno que en cuanto al alma espiritual , había
recibido su existencia de sola la divina diestra , y no de criatura al
guna , para que supiésemos así agradecer a nuestro Criador tan in
menso beneſicio ; y esto es lo que únicamente nos ha revelado de
una manera clara en sus santas Escrituras . Esas otras cosas de si la
materia empleada para la formacion del cuerpo de Adan pasó in
mediata ó mediatamente de la forma sustancial inorgánica á la hu
mana , como ménos importantes , las dejó quizás á nuestra conside
racion y estudio , para que , examinando con atencion las obras de
la naturaleza , juzguemos de ellas como mejor se acomoden á nues
tros conocimientos naturales, y alabemos al Señor rastreando de
alguna manera los investigables caminos de su infinita sabiduría .
¿ Qué nos dicen , pues , estos conocimientos naturales ? El eximio
doctor P. Suarez trata largamente esta cuestion en el lugar arriba
citado ; donde , despues de exponer dos opiniones opuestas sobre el
asunto , él abraza como más probable la que sostiene haber sido
producido el cuerpo de Adan inmediatamente del barro de la tierra.
No deja, sin embargo , de reconocer la probabilidad de la opinion
contraria , en cuyo favor cita entre los Padres á los santos Crisós
tomo y Agustin , y entre los Escolásticos al Tostado y á Alfonso
de Castro . Por esta última se decidió más tarde el esclarecido filó
sofo y teólogo P. Arriaga , de la Compañía de Jesus , gloria y lustre
del suelo riojano. En su tratado De opere sex dierum , disp . 34 ,
sect . I , examina detenidamente las razones en que apoya Suarez su
sentencia, haciendo ver la nulidad de todas ellas , si bien esto mismo
408 Doctrina de la Iglesia católica

hace observar tambien acerca de las que militan por la contraria .


“ Ecce quae pro utraque parte asseruntur, escribe al fin de su discu
sion , non multum urgent . Suarez probabiliorem philosophice censet
hanc secundam opinionem ( la que está por la formacion sucesiva
del organismo del primer hombre ) , quia sine dubio connaturalius et
facilius intelligitur quomodo id sit factum cum aliqua morula ex
praejacente materia quam in instanti ; at theologice videtur in prio
rem inclinare... Ego vero ... sane non video majorem auctoritatem
pro prima quam pro secunda sententia ; immo forte plures sunt pro
secunda , quia Augustinus et Chrysostomus eam defendunt. Abulen
sis et alii apud eumdem Suarez ibi : ex alio vero capite manet sem
per major claritas in secunda sententia ; ergo non est cur eam non
defendamus etiam ut theologice probabiliorem . ,
Como se ve , los Escolásticos tenían esta cuestion por una cosa
muy oscura , en que es lícito al teólogo católico escoger la opinion
que más le agradare . Si ateniéndonos ahora al juicio del P. Arriaga
optamos por la organizacion sucesiva , y atribuimos los rudimentos,
por decirlo así , de ella á alguna causa creada , no parece que se
pueda oponer, teológicamente hablando, la más mínima dificultad á
nuestra manera de pensar. Tanto Suarez como Arriaga negaron á
los Ángeles la produccion del organismo rudimentario del primer
hombre , no porque la creyesen contraria al dogma cristiano, pues
éste se halla suficientísimamente justificado con sostener que la ma
teria no recibió sinó de Dios mismo su disposicion última para ser
informada por el alma de Adan ; sinó porque ambos juzgaban , con
la generalidad de los Doctores católicos , que los Ángeles no son
capaces de producir organismo alguno con sus propias fuerzas. “ Si
aliqua successio admittitur, escribe el primero de los dos teólogos
citados, in figuratione humani corporis quo ad materiae quantae
densationem et figurationem , sic quidem facilius admitti potest ali
quod angelorum ministerium , non vero tale quod pertingeret ad
perfectionem corporis humani , non tantum ut humanum est verum
etiam ut animale prius tempore formatum , in aliquo esse minus per
fecto, id est , habens carnem et ossa , etc. , nondum tamen apta et
proxime disposita ad animam rationalem sed ad aliquam minus per
fectam et quasi in via ad illius introductionem '. Nam hoc etiam non

1 Suarez habla aquí conforme á la doctrina de Aristóteles y Santo Tomás , segui


da comunmente por los Escolásticos , segun los cuales la materia del feto humano,
antes de ser informada por el alma intelectiva , ha debido pasar por los estados de
respecto al origen del hombre. 409

potest tribui angelis ; tum quia non est verisimile hunc ordinem pro
ductionis in prima hominis creatione servatum esse ; tum etiam quia
etiam angeli neque per se virtutem habent ad efficiendum corpus
illud animale in statu imperfecto , neque etiam applicando activa
passivis illud efficere poterant , quia etiam corpus hominis sub illo
statu non fit naturaliter nisi per virtutem formativam seminis , quae
per solam applicationem extrinsecorum agentium suppleri non po
test , sed tantum virtute divina ,, ! .
Excusado es traer aquí las palabras del P. Arriaga , porque vienen
á decir esto mismo ?. ¿ Por qué , pues , no nos será permitido imagi
nar que Dios Nuestro Señor, en lugar de servirse de la tierra bruta
é inorgánica para la produccion de Adan , tomó á un mono antro
poideo , por ejemplo , y lo transformó súbitamente en hombre por
una de las dos maneras sobrenaturales arriba indicadas ? En este
caso el mono , con su virtud natural , habría elaborado los primeros
rudimentos de aquel organismo , no de forma que ellos de suyo
constituyesen ya un cuerpo humano incipiente , y puesto , como
quien dice , en buen camino para llegar á adquirir su perfeccion
última en Adan con su espontáneo desarrollo , que tan maravilloso
efecto no es capaz de producir por sí sola la semilla de sér irracio
nal alguno ; sinó en cuanto que el cuerpo de este animal tiene gran
de relacion con el de la especie humana , y convenientemente mo
dificado por la virtud omnipotente del Criador puede pasar á ser
una parte constitutiva del hombre . Ciertamente , aunque todo esto
supongamos haber sucedido en realidad , nunca concederemos al
mono un influjo tan directo y principal en la produccion del cuerpo
de nuestro primer padre como el que , en sentir de los dos teólogos
poco há nombrados, hubiera podido competir á los Ángeles , á tener
estas sublimes inteligencias virtud suficiente para formar por sí solas,
y con sólo el concurso general de la causa primera, el organismo
incipiente del hombre . La obra del mono de suyo siempre se que
daría en la esfera inferior del bruto ; la obra de los Ángeles sería un
verdadero organismo humano , incipiente sin duda , pero en via de
formacion y dispuesto para ser conducido al término de su natural
y legítimo desarrollo .

planta y animal . “ Ergo superioribus sententiis rejectis , escriben los Conimbricenses


( In secundum Aristot. de Anima , q. 4 , a. 2 ) ; asserendum est materiam faetus primum
informari anima vegetativa , deinde sensitiva , postremo intellectiva. ,
1 De opere sex dierum , lib. III , cap . 1 , n . 14.
2 Id. , id. , disp. 34. sect. 1 , n . 5 .
410 Doctrina de la Iglesia católica , etc.

Pero se dirá : já qué tan extraña hipótesis , si las causas natura


les no han podido formar el organismo del primer hombre sinó por
el auxilio sobrenatural de la Omnipotencia divina ? Para hacer inter
venir de este modo la virtud omnipotente del Criador, inútil del
todo parece recurrir á una idea tan peregrina; ántes lo más racional
será afirmar que Dios formó al hombre de la tierra inmediatamente,
haciéndolo todo de una vez y no por partes . Porque , como escribe
santo Tomás , no cuadra bien con la perfeccion que deben tener las
primeras cosas en cualquier género , el que Dios hiciese primero el
cuerpo sin alma , ó el alma sin cuerpo , siendo entrainbos compartes
de la naturaleza humana . Y en atribuir al cuerpo tal modo de for
macion todavía hay más dificultad; porque el alma al fin no depende
del cuerpo , y así, en suponerla creada antes que él, podria haber
algunos visos de probabilidad ; mas el cuerpo depende del alma y sin
ella no puede existir 1 .
Este razonamiento en verdad no deja de tener bastante peso , y
nosotros nos hallamos muy léjos de combatirlo . Mas cuando tan
grande empeño se muestra por algunos naturalistas en derivar el
organismo humano de otros más imperfectos, que sabemos haberle
precedido en las anteriores edades geológicas , bueno es que sepa
mos los católicos hasta dónde nos podemos extender en el campo
de las concesiones sin lastimar en lo más mínimo nuestros sagrados
dogmas . Sin embargo , por ahora no hay necesidad ninguna de
llegar á tal extremo , ni creo que la haya tampoco nunca. Por tanto,
los católicos seguiremos sin ningun cuidado siempre diciendo lo que
han dicho los doctores Escolásticos juntamente con los Santos
Padres , y lo que parece significar en su sentido óbvio y literal la
misma Escritura ; á saber , que el hombre ha sido criado por Dios,
no por via de derivacion de otro organismo anterior, sino inme
diatamente del polvo de la tierra.

I Quidam intellexerunt corpus hominis prius tempore formatum , et postmodum


Deum formato iam corpori animam infudisse. Sed contra rationem primae institutionis
rerum est , quod Deus , vel corpus sine anima , vel animam sine corpore fecerit; cum
utrumque sit pars humanae naturae. Et hoc est magis inconveniens de corpore , quod
dependet ex anima , et non e converso. ( S. Thomas, 1. p. , 9. 91 , a. 4. ad 3. )
CAPÍTULO XXIV

DOCTRINA DEL TRANSFORMISMO

ACERCA DEL ORÍGEN DEL HOMBRE .

na de las cosas que más debemos agradecer a nuestra


Madre la Iglesia católica , es el habernos comunicado la
sublime enseñanza de que tenemos al mismo Dios por pa
dre y señor nuestro , de quien hemos recibido la existencia . Con esto
nos consta de una manera infalible é indubitable la encumbrada al
teza de nuestro origen ; la cual , al paso que nos pone en una espe
cie de parentesco con el mismo Dios , despierta en nuestros pechos
los nobles sentimientos de grandeza y de virtud moral que deben
reinar en cuantos han sido hechos á imagen y semejanza del Alti
simo, y juntamente se glorían de llevar impreso en sus frentes el
magníſico nombre de hijos suyos . Y crece tanto más la grandeza
de este beneficio, cuanto que á los hombres destituidos de esta en
señanza sagrada , ó hastiados de ella por su soberbia , los vemos
perderse miserablemente en el confuso laberinto de sus cavilaciones
temerarias , asignando al hombre un origen tan vil y despreciable
que , á no estar rematadamente ciegos , se les debiera por ello llenar
de rubor el semblante .
Los Fenicios y los Egipcios , segun cuenta Eusebio Cesariense en
el libro vil de su Preparacion evangélica , al cap . xvil, fueron de
opinion que así los hombres como todos los demas animales habían
salido por casualidad de las entrañas de la tierra , siendo por ella
formados espontáneamente y no teniendo entre sí diferencia esen
cial alguna a . De esta misma doctrina hace mencion Lactancio en

1 Κάνταύθα , escribe, πάλιν ή μέν των φοινίκων και Αίγυπτίων ζωογονία αυτόμα
τον εισήγε τών επί γής απάντων τε ζώων και ανθρώπων την γένεσιν , μίαν και την αυτήν
ομοίως φύσιν συντυχικώς από γής προελθείν διαγράφουσα , κατ ' ουδέν τε την αλογον
διαφέρειν της λογικής ψυχής τε και ουσίας υποτιθεμένη..
o
412 Doctrina del transformism

sus Divinas Instituciones ( lib . II , cap . xl ), diciendo que , en sentir


de los Epicúreos , la tierra , andando el tiempo , se halló en disposi
cion de producir los animales y al mismo hombre con el desarrollo
de ciertos gérmenes encerrados naturalmente en su seno " .
Antes de Epicuro , ya Empédocles había sostenido lo mismo
entre los griegos ; pues , segun nos cuenta Lucrecio en el libro v De
Rerum natura , y Aristóteles en el libro in De Coelo et mundo , este
filósofo opinó que la tierra había formado separadamente cada uno
de los miembros del hombre , y luégo ellos , por cierto movimiento
casual , se juntaron en uno , formando la armonía que ahora en él
admiramos. Aún más ; el mismo Aristóteles , si bien por una parte
se inclina más á la opinion de que las generaciones de los seres vi
vientes no tienen principio ni fin , por haberse venido sucediendo
desde toda la eternidad , por otra asienta resueltamente que , en el
caso de haber comenzado alguna vez , los primeros hombres debie
ron proceder, ya sea de algun huevo , ó bien de algun gusano . Sobre
el origen de los cuadrúpedos y de los hombres , escribe en el libro ili
De Generatione animalium : “ No irá fuera de camino quien los ima
gine procedentes de algun gusano ( ws oxwAnxos ) , ó de algun huevo
(z wców ), si es que han provenido de la tierra . Por tanto, si se ha
de poner en los animales algun principio de existencia, es cosa ma
nifiesta que comenzaron por uno de los dos modos dichos. ,, Lucre
cio , contemporáneo de Ciceron , compuso un largo poema en seis
libros para explicar esta misma procedencia siguiendo las huellas de
Epicuro , Empédocles y Demócrito ; obra que , á pesar de toda su
impiedad y descarado ateismo, ha podido llegar hasta nosotros
merced á la diligencia y cuidado de aquellos monjes de la Edad
Media que ahora se ven pintados por los Materialistas y Ateos de
nuestra época con los negros colores del oscurantismo , cual si hu
bieran tratado de hundir en el polvo para siempre las riquezas artís
ticas de la civilizacion antigua , ó de ocultar cautelosamente los irre
fragables argumentos que aquellos sabios paganos idearon en favor
de su irreligiosa filosofía .

1 Aiunt certis conversionibus coeli , et astrorum motibus maturitatem quamdam


extitisse animalium serendorum ; itaque terram novam, semen genitale retinentem, fol.
liculos ex se quosdam in uterorum similitudinem protulisse , de quibus Lucretius :
Crescebant uteri terrae radicibus apti ;
eosque , cum maturassent, natura cogente ruptos , animalia tenera profudisse. Deinde
terram ipsam humore quodam , qui esset lacti similis , exuberrasse , eoque alimento
animantes esse nutritas. (Lactant., loc . cit. )
acerca del origen del hombre. 413
Cosa admirable. Todo cuanto ahora nos venden como nuevo y
reciente los proclamadores de la evolucion materialista , ya lo halla
mos descrito por este famoso poeta romano , quien nos dice haberlo
copiado de los ſilósofos sobredichos . Hasta la misma seleccion natu
ral imaginada por Darwin , se encuentra ya alli profesada por Lu
crecio en el libro i de su poema . La había aprendido de Empédo
cles , quien , sosteniendo que todo en la naturaleza se ejecuta por la
ciega necesidad de la materia , y por el puro mecanismo de los
átomos puestos en perpétuo movimiento , enseñaba deberse á la
pura casualidad las diversas combinaciones por ellos formadas en el
discurso de los tiempos y ser producto de la seleccion natural la
permanencia de las más aptas y convenientes. “ Aquellos compues
tos , decía , cuyas partes han tenido la buena suerte de unirse en
forma tan adecuada que no la hallára mejor quien la hubiera pro
ducido de intento , seguían conservándose como hechos por el acaso
de una manera oportuna . Mas aquellos en que sucedía lo contrario
perecieron y perecen ; cuales son , por ejemplo, los animales cuyos
miembros unos eran de buey y otros de hombre , ' . Es esto tan claro
y manifiesto, que Tyndall no ha dudado en proclamarlo abierta
mente en su famoso discurso de Belfast, pronunciado en 1874 de
lante de los miembros de la Asociacion británica , pretendiendo con
ello cantar las glorias del materialismo , hoy dia reinante en gran
parte de las cátedras de Europa
Así desbarraron tan torpemente sobre el origen del hombre aque
llos pueblos y filósofos antiguos destituidos del dón precioso de la
revelacion divina , hasta que ésta , abriéndose paso con el adveni
miento de nuestro Señor Jesucristo por medio de los infinitos erro
res que reinaban en el mundo pagano, disipó las sombras de muerte
en que yacían sumidos hasta los hombres más grandes del gentilis- .
mo . Entonces oyeron los sabios de Grecia resonar en el Areopago
aquellas sublimes palabras de San Pablo : “ El Dios que crió al
mundo у todas las cosas contenidas en él , siendo como es el Señor
de cielo y tierra , no está encerrado en templos fabricados por hom
bres , ni necesita del servicio de las manos de los hombres, como si

1 "Οπον μεν ούν άπαντα συνέβη , ώσπερ κάν εί ένεκά του εγίνετο , ταύτα μεν εσώθε ,
από του αυτομάτου συστάντα επιτηδείως όσα δε μή ούτως, απώλετο και απόλλυται ,
xaditep ’Eutecouts déys! Ta Bouyevñ avôpórowca. ( Aristot . , lib. 11 , Physic ., cap. vir.)
2 Puede verse sobre esto el primero de los interesantes artículos del P. Carbonne
lle sobre La ceguera en materia de ciencia , el cual se halla en la Revue des questions
scientifiques, Janvier, 1877.
414 Doctrina del transformismo

estuviese menesteroso de alguna cosa ; ántes bien Él mismo está


dando a todos la vida , y el aliento y todas las cosas : Él es el que
de uno solo la hecho nacer todo el linaje de los hombres, para que ha
bitase la vasta extension de la tierra , ſijando el orden de los tiempos
ó estaciones, y los límites de la habitacion de cada pueblo, querien
do con esto que buscasen á Dios , por si rastreando y como palpan
do pudiesen por fortuna hallarle , como quiera que no está lejos de
cada uno de nosotros. Porque dentro de él vivimos , nos movemos
y existimos ; y como algunos de vuestros poetas dijeron : Somos del
linaje ó descendencia del inismo Dios , 1 .
Entonces fué cuando, á la luz de tan magníficos resplandores
como brotaban del Cristianismo por todas partes , aprendió el filó
sofo San Justino la verdadera sabiduría ; é informado sobre el ver
dadero origen de las cosas , pudo echar en cara á los gentiles lo ri
dículo de una teologia que hacía nacer del agua á los mismos dio
ses 2 , y lo absurdo de una filosofía que ponía por principio y esencia
de todas las cosas ya el agua, ya el fuego , ya el aire , ya los átomos
incorruptibles de la materia ú otras cosas semejantes 3. Desde en

I Act., cap. XVII , vers , 24-28 .


2 Quosnam igitur, escribe , o Graeci , religionis vestrae magistros dicitis ? Poetas?
At id vobis dicere non proderit apud eos qui in poetis versati sunt. Norunt enim illo
rum perridiculam de deorum origine sententiam quemadmodum ex celeberrimo apud
vos et principe poetarum Homero discere possumus . Primo enim ille generationem
deorum ex aqua initium habuisse dicit. Ita enim scribit:
Oceanum deorum originem et matrem Tethyn.
( S. Just. , Cohort , ad graec., n . 2.)
3 Thales quidem Milesius , qui naturalis philosophiae pertractandae princeps
exstitit , rerum omnium principium aquam esse pronuntiavit ; ex aqua enim ait omnia
fieri et in aquam omnia resolvi . Post hunc Anaximander ex eadem Mileto infinitum
principium omnium constituit . Ex eo enim fieri omnia et in illud redire omnia. Ter
tius Apaximenes , Milesius et ipse , aërem omnium principium esse decernit. Ex eo
enim omnia fieri et in illud resolvi . Heraclitus et Hippasus Metapontinus principium
omnium ignem esse pronuntiant . Ex igne enim nasci omnia et in ignem omnia desi
nere . Anaxagoras Clazomenius similitudines partium ; Archelaus Atheniensis , Apollo
dori filius aërem infinitum , illiusque densitatem et raritatem omnium principium esse
dicit. Ibi omnes a Thalete orti eam philosophiam persecuti sunt, quam ipsi natura
lem vocant.
Rursus autem ab alio capite et fonte Pythagoras Samius , Mnesarchi filius, principia
numeros vocat , eorumque proportiones et concentus , et composita ex utrisque elemen.
ta, tum etiam Monadem et infinitam Dryadem . Epicurus Atheniensis , filius Neoclis,
rerum principia esse statuit corpora , quae ratione percipiuntur, vacui expertia et inge
nita , quaeque nec corrumpi nec frangi possunt , nec ex partibus conformari aut immu
tari ac propterea ratione percipiuntur. Empedocles Agrigentinus , Metonis filius, qua
acerca del origen del hombre . 415

tonces la filosofía materialista comenzó á huir confundida á los an


tros del olvido en presencia de tan purísimas enseñanzas , quedando
del todo deshecha cuando el Cristianismo acabó de triunfar de la
idolatría con la conversion de Constantino . Entre los cristianos ya
nadie pensó , si no es para refutarlo , en un origen tan grosero como
era el que habían señalado al hombre los pueblos de la antigüedad
con sus filósofos más esclarecidos . El mahometano Avicena , sin em
bargo , no imitó su loable conducta , pues se arrimó , así en el libro
.
De Diluvio como en el xv De Animalibus, á la opinion de los filó
sofos sobredichos. No logró empero persuadir á nadie con sus razo
nes ; si bien , como notan los Conimbricenses ( in lib . Aristot . il De
Coelo, c . 3 , q . 6 , a . 3. ) , entre los escritores de más reciente fecha no
han faltado quienes hayan atribuido a las fuerzas de la naturaleza
sensible virtud suficiente para disponer el organismo humano de tal
suerte , que le fuese debida la introduccion del alma racional é in
corruptible . “ Nec defuere e recentioribus philosophis , escriben estos
célebres autores , qui intempestiva audacia in eamdem ( Avicenae)
sententiam abierunt , aientes eam coeli constitutionem posse incidere
quae homines , non secus ac ranas et mures , e terra progignat . Nam
que , licet minime sibi persuadeant posse hominis animum a coelo
effici ( id enim non solum totius Philosophiae placitis repugnat , sed
etiam decretis fidei, quae docet animam rationalem a solo Deo
creari); aiunt tamen posse vi coelesti praeparari , exornarique mate
riam omnibus accidentibus ad animae rationalis introductionem re
quisitis . Quo in eventu , licet non coelum , sed Deus animam ratio
nalem in materia producturus sit ; nihilo secius dicetur corpus coele
ste hominem gignere , quam nunc homo hominem . ,
En nuestros tiempos el materialismo pagano ha vuelto nueva
mente á levantar cabeza ; y si Dios no pone remedio á su pestilente
influjo , no dejará de producir horribles estragos en el mundo con
la ruina de todo lo grande y sublime , pues trazas lleva de querer
dominarlo todo . Pero esperamos firmemente en Dios que no saldrá
jamás con su intento ; ya porque la sociedad no puede subsistir sin
la creencia de la Divinidad y sin la ley moral fundada en su divino
mandamiento , ya tambien porque la Iglesia de Jesucristo ha recibi
do del cielo la mision perenne de conservar intacta entre los fieles

tuor elementa , ignem , aërem , aquam , terram , vimque duplicem imperantem , amici
tiam et discordiam , quarum altera copulandi , altera separandi facultate praedita,
(S. Just., Cohort . ad gracc ., an. 3-4. )
smo
416 Doctrina del transformi

la verdadera doctrina , y sabemos que las puertas del infierno no


han de prevalecer contra ella mientras hubiera hombres en el mundo.
Lamark en el siglo pasado y Darwin en el nuestro han sido los
campeones de este materialismo grosero en lo relativo al origen y
naturaleza del hombre ; pero bien podemos esperar que tanto las
imaginaciones del uno como las gratuitas hipótesis del otro vendrán
por fin á caer en el desprestigio que se merecen . Ambos naturalistas
desechan como ilusoria la multiplicidad de especies en el mundo
órganico , y no admiten sinó una sola que se va modificando acci
dentalmente en sus diversas variedades , conforme a las circunstan
cias del medio en que se mueven los séres organizados. Para uno y
otro no existe diferencia esencial entre los innumerables vivientes,
así plantas como animales, que han poblado y pueblan la faz del
universo ? ; y lo que es peor todavía , esta diferencia debe negarse
tambien entre los mismos animales y el hombre , el cual , en sentir
suyo , no es sinó una bestia más desarrollada y más perfecta que las
demas .
Lo que decíamos poco há haber opinado los Fenicios y los Egip
cios entre los antiguos en órden al origen y naturaleza del hombre,
esto mismo, sin añadir ni quitar un sólo ápice , enseñan ahora los
dos escritores mencionados . Los animales todos y el mismo hombre ,
segun ellos , deben colocarse en la humilde categoría de puras má
quinas fabricadas de una manera casual por las simples combinacio
nes de los átomos ; no habiendo entre las fuerzas moleculares, or
gánicas , sensibles é intelectuales diferencia alguna intrínseca, sinó so
lamente accidental , nacida de circunstancias meramente casuales y
pasajeras. ¿ Quién puede oir sin ruborizarse tamaños desatinos ?
¿ Quién tiene corazon para contemplar sin llenarse de vergüenza el
inmundo lodazal , á donde nos quieren llevar ciertos hombres con
el mentido nombre de progreso : Verdaderamente , si esto es pro
gresar en la ciencia, nos veremos precisados á invertir el sentido de
cuantas palabras se encierran en todos los Diccionarios del mundo .
Porque habremos de decir que vamos adelante , cuando caminamos
hacia atras , que subimos cuando bajamos, y que tomamos la dere
cha cuando nuestros pasos se dirigen a la parte contraria . Lo que

I Alguno quizá pensará que Darwin admite diferencia esencial entre las plantas y
los animales ; pero su sistema de la adaptacion , que destruye todo principio verdade
ramente interno de vida , pugna con esta doctrina. Aún más : la adaptacion darwinia
na va derechamente contra la misma vida de los séres organizados , los cuales , segun
ella, son puras máquinas y nada más.
acerca del origen del hombre. 417

hay en esto es un verdadero retroceso á los tiempos más remotos


de la barbarie antigua ; lo que se encuentra en tan humillantes doc
trinas es un grandísimo descenso en el terreno de la verdadera
ciencia ; lo que se advierte en los que las alaban y defienden es el
poco aprecio de la grandeza y dignidad humanas. A este linaje de
sabios cuadra perfectamente aquello que hallamos escrito por el
Salmista : “ El hombre constituido en honor no ha tenido discerni
miento : se ha igualado con los insensatos jumentos y se ha hecho
como uno de ellos , ' .
Lamark atribuyó toda la variedad de formas y de acciones que nos
presenta el mundo orgánico al diverso ejercicio que tienen los ór
ganos en los seres vivientes , en virtud de un cierto instinto vago
que a todos los empuja fuertemente á buscarse su propia utilidad ,
acomodándose lo mejor posible á las variables circunstancias del
mundo externo . Esta diferencia de uso en los órganos, segun él,
debe producir á la larga una transformacion completa en el orga
nismo entero , y con ella juntamente la transformacion de los hábitos
y de las acciones . La razon de esto la encuentra en el hecho averi
guado de que los órganos se perfeccionan con el uso y tienden á
adquirir un estado rudimentario con la falta de ejercicio . “ El pája
ro , dice este escritor, va al agua á buscarse el sustento , y ensancha
los dedos para remover el agua y ponerse á sí propio en ejercicio:
con la repeticion de estos actos la piel se va dilatando , y con el
tiempo se forman las anchas membranas que unen unos con otros
los dedos del ánade , de la oca , etc. La jirafa habita en el interior
del Africa , donde la extrema aridez del suelo la compele á alimen
tarse de las hojas de los árboles, haciendo esfuerzos para conseguir ,
lo . Con esta costumbre , conservada por largo tiempo en todos los
indivíduos, ha llegado a adquirir en el cuello y en las extremidades
-anteriores una longitud tal , que levanta la cabeza hasta seis metros
de altura . ,

El hecho empero en que apoya Lamark todo su sistema , no


ofrece ningun fundamento para afirmar que con el diferente uso de
los órganos se creen organismos nuevos . Lo único que se sigue de
él es que los ya existentes se fortalezcan ó debiliten ; cosa que ya
sabían tambien los antiguos sin que por ello se moviesen á imagi
nar una doctrina tan extraña . ¿ Qué hechos positivos aduce Lamark ,
por los cuales se compruebe la produccion de nuevos órganos ? Nin

I Ps . XLVIII , vers , 13 .
27
o
nas f ormism
418 Doctri del trans

guno absolutamente. Lo que dice de los ánades , de las ocas , de la


jirafa, etc. , serviría para explicar la teoría , una vez comprobada
con hechos reales su verdad ; pero no alegando en favor suyo razon
alguna sólida que la haga siquiera problable, esos ejemplos se que
dan en la clase de meras conjeturas. Mas que digo conjeturas ? Nin
guno puede prudentemente admitir la explicacion de los fenómenos
indicados , por más que á primera vista aparezca brillante y deslum .
bradora. En primer lugar, los susodichos animales , antes de poseer
los órganos en cuestion , ya se suponen animados de un cierto y de
terminado impulso de buscarse su alimento en el agua ó en las ra
mas de los árboles . ¿ Cómo recibió en ellos este instinto tal linaje
de determinacion ?
¿ Diráse que las referidas aves no podían buscar su sustento sinó
en el agua , y que la jirafa hubiera perecido no levantando su cabe
za á lo empinado de las ramas ? Esto es completamente inadmisible,
pues otros muchos volátiles frecuentaban sin duda al mismo tiempo
aquellas mismas orillas de los ríos , y hallaban de qué alimentarse
en la tierra con menos trabajo que el de pescar penosamente en las
aguas ; y otros animales herbívoros pacían en aquellos mismos ter
renos , donde habitaba la jirafa , sin necesidad de encaramarse por
los árboles . ¿ Cómo no les vino la gana de estirar así el pescuezo á
los rinocerontes , á los hipopótamos, á los búfalos , á los alces , á los
cuaggas , á los elefantes y á otros herbívoros del Africa ? Dígase por
el contrario , que los tales séres buscaban aquel género de alimento ,
porque era de su gusto , y conforme á su propia naturaleza , confor
mada así por el Criador para que hubiese de todo en el mundo , y
no reinase en él la monótona unidad que nos quieren introducir los
patrocinadores del transformismo con la negacion de los tipos fijos
y estables .
Pero es inútil perder el tiempo en la refutacion de estas cavila
ciones , cuando los sabios ya no mencionan el sistema de Lamark
sinó para confesar rotundamente su ineptitud é insuficiencia. Sepul
tado hubiera quedado para siempre en el olvido y en el despresti
gio más completo , si el famoso Darwin no lo hubiera sacado nuc
vamente á la escena arreglándolo á su modo , y emperejilándolo
con los mentidos arreos de la seleccion natural, de la concurrencia
vital, de la correlacion de crecimiento y de la seleccion sexual.
¿ Cuánto durará la moda de esta nueva forma del materialismo en
el mundo ? Si hemos de guiarnos por el juicio que hace A. R. Wa
llace de la seleccion natural, fundamento principal de la teoria dar
acerca del origen del hombre. 419

winiana, bien podemos decir que el darwinismo nace muerto , á lo


ménos en lo que enseña acerca del origen terreno del hombre. Wa
llace es considerado, y no sin razon , como el co - fundador del dar
winismo ; y sin embargo , al hablar este naturalista de la seleccion
natural , confiesa con franqueza ser insuficiente la tal seleccion para
que las causas naturales puedan dar por su medio origen al género
humano . Por esta causa se ve obligado a hacer intervenir en este
asunto á las sustancias angélicas , para que estos espíritus inteligen
tes ejecuten en el embrion de algunos animales muy próximos á la
especie humana una cosa parecida a la que suelen practicar los cria
dores de nuevas razas en las plantas y en los animales por medio de
la seleccion artificial, ayudando con el arte á la naturaleza , y pro
duciendo juntamente con ella lo que abandonada á si misma no pu
diera realizar jamás . Esto no basta ciertamente para evitar la pes
te del materialismo con que así y todo queda aún inficionado el
sistema de la transformacion aplicado al hombre : porque con toda
esa intervencion angélica , el hombre no se diferencia esencialmente
del animal , cuyo embrion se supone haber sido transformado por
medio del arte ; como no hay diferencia esencial tampoco entre la
raza nuevamente creada por la seleccion artificial de un hombre de
dicado á este oficio , y la otra que ha servido de punto de partida .
Pero por lo que hace á reconocer la insuficiencia de la tal seleccion ,
es claro que la confesion no puede hacerse en términos más expli
citos .
No habrá ciertamente ni siquiera un darwinista puro que con
sienta en tal género de intervencion suprascnsible; y por lo que
hace al mismo Darwin , no cabe la menor duda que la reprueba al
tamente , no explicando las transformaciones de los séres organiza
dos sinó por el puro juego de las causas naturales ? , y diciendo
expresamente que con la tal intervencion se harían inútiles por com
pleto los medios de la seleccion natural , de la concurrencia vital ,
de la correspondencia de crecimiento y de la seleccion sexual , en
que consiste toda la esencia de su sistema 3. Por eso en la prefacion
á su libro The descen of man , alaba á Haeckel , representándolo

1 Puédese ver esta confesion de Wallace en la segunda edicion de su obra inti


tulada : " Contributions to the Theory of natural selection : a series of essays, pági
na 372 , A.
2 V. Darwin , On the origin of species, pág. 517, 5th edit. London, 1869.
3 V. Darwin , The variation of animals and plants under domestication , vol . II,
página 431 y siguientes, London, 1868 .
420 Doctrinas del transformismo

como el verdadero intérprete de su doctrina , y ya sabemos que


Haeckel está muy distante de admitir la intervencion dicha. Por el
contrario , Darwin no admite las explicaciones de Asa Gray, que es
uno de sus grandes admiradores , por hallarlas encaminadas á con
ciliar el darwinismo con el dogma cristiano de la divina Providen
cia . Aún más : esta conducta del naturalista inglés ha dado ocasion,
no infundada por cierto , á muchos escritores , así racionalistas como
creyentes , para pensar que Darwin no ha admitido la existencia de
un Dios creador de la materia , sinó solamente de palabra , por no
chocar demasiado con las creencias de sus compatriotas ' ,
Pero sea de esto lo que fuere , y dejando a un lado la duracion
más ó ménos larga que pueda caber todavía á la moda del darwi
nismo en las cátedras y en los escritos de nuestros modernos sa
bios , lo cierto es que la causa principal de su aceptacion presente
no se halla en su mérito intrinseco , que es muy insignificante , como
veremos muy pronto , sinó en su perfecta conformidad con las doc
trinas materialistas y ateas de la época en que vivimos . El darwi
nismo con su seleccion natural , y con todos los demas medios
arriba citados , explica mejor que otro ninguno de los sistemas has
ta ahora inventados el proceso fatalístico del Sér uno y total , que
en sentir de los panteistas y materialistas es preciso admitir úni
camente como real y verdadero . Miéntras no se excogite otro más
al gusto de estos filósofos , es muy probable que seguirá reinando
y recibiendo de los modernos epicúreos las alabanzas más excesi
vas que hasta aquí han recaido sobre sistema alguno en el campo
de las letras, puesto que necesitan de él los , tales escritores para
desterrar del mundo al Dios personal y provido del cristianismo , y
colocar en su lugar el ciego fatalismo de la materia.
No todos los partidarios del transformismo , ciertamente , son
materialistas ni ateos : entre ellos hay algunos, como Darwin y La
mark , que admiten , al menos de palabra , la existencia de un Dios
creador de la materia , si bien por lo demas abandonan ésta á sí

1 Hable ó no con sinceridad , en la última edicion de su famoso libro sobre el


origen de las especies escribe Darwin que hay cierta grandiosidad en considerar la
vida con todas sus propiedades, como infundida en un principio por el Criador á an
pequeño número de formas, y quizá á una sola de ellas, y en pensar que, mientras des
cribía nuestro planeta sus revoluciones alrededor del sol, en virtud de la ley inmuta
ble de su gravedad , un comienzo tan sencillo daba y da todavía origen, por vía de
evolucion, á una serie infinita de formas tan hermosas y admirables . , De todos mo
dos, Darwin niega la accion de Dios en la transformacion posterior de los organismos.
acerca del origen del hombre . 421

misma y no permiten que el Sér Supremo se entremeta lo más mi


nimo en las acciones de los séres creados , haciendo por consecuen
cia del hombre un monton de materia organizada , en que la fuerza
plástica del universo ( palabras vacias de sentido ) ha adquirido en
su movimiento ascendente el grado supremo de su espontáneo des
arrollo . Otros se acercan un poco más á la idea cristiana , y no ad
miten el progreso evolutivo de los organismos vivientes sinó en los
grados inferiores a la especie humana ; en la cual reconocen un
principio infinitamente superior a la materia , inorgánico' y espiri
tual , y producido inmediatamente por el Criador de todas las cosas .
Pero los que forman la faccion más ardorosa de la escuela darwi
niana , y los que producen más ruido en el mundo con la exaltacion
de su doctrina, son los Materialistas y los Panteistas . Por eso Ale
mania es el centro principal donde tiene colocado su fuerte el dar
winismo , siendo allí sus defensores generalmente panteistas . Así
Haeckel , por ejemplo, confiesa francamente que el mérito verda
dero de esta invencion se halla en su perfecta conformidad con la
teoria del monismo, ó sea con la unidad panteística , no siendo ya
necesario para nada recurrir a la idea de un Dios Criador y distinto
del mundo ' . Esto es lo que le mueve á él más que todo á defen
derla con todas sus fuerzas, por más que no la tenga sinó como la
mejor de las hipótesis halladas hasta el presente 2. El mismo juicio
expresa Hoffmann diciendo que “ el punto de vista panteístico , hoy
dia dominante al parecer entre los naturalistas, lleva á los hom
bres, por una suerte de deduccion lógica , irresistible é inevitable, á
la hipótesis de la descendencia ; si bien procediendo por induccion , ó
sea por el camino de la experiencia , se llegą á un resultado entera
mente contrario , 3. Lo cual , como se ve manifiestamente , no quiere
decir en plata , sinó que los hechos están en pugna abierta con la
teoría darwinista , admitida únicamente por muchos filósofos como
una consecuencia ineludible de sus teorías panteistas .
Broca y Perier, entre los franceses, no hablan de otra manera. El

I Haöckel , General Morphologie, Bd . I , pág. 289. Berlin , 1866 .


2 Idem, Natürliche Schopfungsgeschichte , pag. 25-26 . « Al presente , escribe en el
lugar aqui citado , nos vemos obligados á admitir y defender esta teoría hasta que se
encuentre otra mejor, que trate de explicar con la misma sencillez los múltiples fenó
menos hasta ahora observados. >>
3 Herm. Hoffmann , Untersuchungen zur Bestimmung des Werthes von Spe
cies und Varietät. Ein Beitrag zur Kritik der Darwin'schen , pág. 26. Gies
sen , 1869.
122 Doctrinas del transformismo

primero de estos naturalistas, el cual a la hora presente ya se ha


brá convencido de su error en el otro mundo , teniendo por cierta
y verdadera la existencia de un Dios personal y provido que rechazó
en éste , juzga con Vogt que vale más ser un mono perfeccionado
que in Adan degenerado ; se horroriza del Dios personal de los -
Cristianos, que todo lo ha criado y organisado , que en todo tiene
puestos sus ojos y todo lo hace , y se acoge al transformismo para
precaverse contra los dardos de la Providencia , y hallar en él un
refugio contra las ansiedades á que pueda dar origen la historia
de nuestro planeta y de nuestros habitantes. Estos son todos sus
verdaderos argumentos, los cuales se reducen en sustancia á la
simple negacion de Dios . Por lo demas , las razones en que Darwin
funda su sistema le parecen insostenibles, y no tiene dificultad en
confesar que “ las causas , los agentes de la transformucion de los
séres están todavía por descubrir , „ y que cuantas teorias se han

inventado hasta ahora son insuficientes, no habiéndose ejecutado ain


la gran sintesis de la naturaleza ,
Perier , profesor en el Museo de Historia natural de París , y
partidario declarado del darwinismo , escribía el año 1873 en la
Revue scientifique, dando cuenta al público de la obra de Darwin,
relativa á la descendencia del hombre , que “ todas las semejansas
anatómicas existentes entre el hombre y los animales son para Dar
win señales y pruebas de un parentesco efectivo , miéntras que Agas
sis no ve en ellas sinó la realizacion de un plan de la Providencia ,
encaminado al establecimiento de la variedad en el universo. ,, En
tónces no veía aún bastante claro en la cuestion , pues decia á ren
glon seguido : Entre estas dos opiniones, elija quien sea capas de
hucerlo ( choisisse qui pourra) . En 1879 ya lo hallamos colocado en
las filas del célebre naturalista inglés . La razon empero , que triunfó
por fin de su ánimo indeciso , no la busquemos en las pruebas intrín
secas al sistema de Darwin ; de ellas confiesa más tarde , en una
conferencia pública celebrada en Reims el año 1880 ? , no ser suſi
cientes para sacar la teoría del naturalista inglés del humilde terreno
de las meras opiniones humanas , estampando las siguientes pala
bras : “ Esta doctrina , controvertida al presente , puede llegar con

I Todo lo que va subrayado con respecto á M. Broca, ha sido tomado de una


disertacion suya muy completa sobre el transformismo , publicada por la Revue des
Cours scientifiques , en Julio de 1870.
2 Puede leerse esta conferencia en la Revue scientifique de 28 de Agosto de 1880,
donde ha visto la luz pública.
acerca del origen del hombre . 423

el tiempo á ser una verdad demostrada , y ya desde ahora debe el


hombre irse habituando á mirar de frente los nuevos deberes que
le podría imponer el conocimiento claro y preciso de su propio
orígen !: „ El motivo de su resolucion no fué otro sinó el espíritu
de la época , la filosofía reinante en nuestros tiempos , el panteismo
materialista que se derrama cual torrente devastador por todas
partes : nos lo dice el mismo Perier. En una leccion suya acerca del
transformismo y de las ciencias físicas, se halla escrito lo siguiente :
* Cuando una doctrina llega á producir en el mundo un ruido tan
grande como el causado en nuestros días por el transformismo, esto
no proviene ordinariamente tanto de la tal doctrina en sí misma
considerada, cuanto de las relaciones de conformidad y armonía
que guarda con el conjunto de ideas filósoficas de la época en que
aparecen
Esta es la causa de que los panteistas de Alemania y los mate
rialistas de todo el mundo hagan entrar en la teoría del transfor
mismo un elemento que Darwin no se ha atrevido á reconocer
jamás : este elemento es la generacion espontánea . Para sostener la
inmunda doctrina del panteismo y del ateismo , se hacía completa
mente necesario atribuir los primeros esbozos de la vida a la simple
actividad de la materia ; sus partidarios , por consecuencia , no pu
dieron menos de proclamarla a priori, y ahora mismo siguen pro
clamándola a pesar de tener en contra de su afirmacion todos los
datos de la experiencia ; para lo cual consideran la vida como inhe
rente a la materia , y la confunden torpemente con el movimiento
local de los átomos . Tanto es así , que Büchner se irrita contra
Darwin porque ha entendido la vida de otro modo , creyendo ne
cesario acudir a la Omnipotencia divina para la produccion de los
primeros organismos , y añade que por esta razon merece ser re
chazada su teoría como defectuosa y capaz de dar por sí sola al
traste con todo el sistema de la evolucion 2 .
En efecto ; Darwin atribuye formalmente á una accion directa del
Criador la aparicion de la vida en el mundo , y sólo concede a las
causas naturales la facultad de poder transformar un organismo en
otro indefinidamente ; lo cual le coloca á infinita distancia de los
ateos y panteistas , si bien no le libra de la nota de materialismo ;
pues no admite diferencia esencial , sinó de grados , ó sea de acci

I Esta leccion fué tambien publicada en la misma Revista el 22 de Marzo de 1879.


2 L. Büchner , Conférences sur la théorie darwinienne, pág. 66. Paris , 1869.
424 Doctrinas del transformismo

dental perfeccion entre la vida del hombre y la de los otros vivien


tes , así vegetales como animales , haciendo por consecuencia cor
ruptibles nuestras almas y negándonos el dulce consuelo de una
vida inmortal é imperecedera.
Pero ¿ cómo vino este hombre de tan penetrante ingenio y de tan
reconocido saber á dar en tan extraña doctrina , como es la de con
fundir al hombre con el bruto, y de hundir en el polvo la noble
condicion de la naturaleza humana ? La explicacion de este hecho
no debe buscarse , segun nuestro humilde juicio , sinó en el espíritu
propio de la época en que le ha tocado nacer al esclarecido natura
lista . No quiere esto decir que á un error tan craso y degradante
como el que al presente nos ocupa haya sido arrastrado fatalmente,
cual si no hubiera tenido libertad para pensar de otra manera áun
dedicándose á la misma clase de estudios á que ha vivido entregado
una gran parte de su vida ; que otros naturalistas hay y ha habido
tambien en el mundo , los cuales han entrado tan adentro como
Darwin en el estudio de la naturaleza , y esto no obstante , han
conservado en su doctrina el espiritualismo más puro , merced al
buen uso de su libre albedrío . Lo que significa solamente , es que
las ideas reinantes entre los sabios racionalistas de nuestro siglo , á
los cuales ha prestado nuestro naturalista demasiado atento oido ,
son las que le han echado por tan espantoso derrumbadero . La
filosofia de nuestros tiempos lleva consigo una tendencia marcada
á la unidad absorbente y destructora de toda variedad intrinseca ;
por lo que en todos los ramos del saber procura destruir las barre
ras naturales que hasta el presente habían sido consideradas por los
hombres como puestas por el Autor del universo, para que reinase
en él ese hermoso conjunto de unidad у variedad que comunmente
llamamos mundo , y los griegos designaron con el nombre de xócuos .
De aquí es que , aplicada al estudio de los séres naturales y físicos,
había de producir por fuerza la unidad física del transformismo;.
aplicada á la metafísica ha causado la unidad filosófica del panteis
mo , y aplicada a la religion y á la política tiende a formar las mons
truosas unidades del indiferentismo religioso y de la democracia
universal , gobernada por la omnipotencia del Estado. Estas ten
dencias filosóficas fueron las que impulsaron á Lamark , por una
manera secreta y oculta , á defender con grande aparato de argu
mentos , en su Philosophie zoologique, dada á luz en 1809 , la teoría
transformista ; ellas fueron tambien las que movieron en 1830 á
Geoffroy Saint-Hilaire á defenderla contra el gran Cuvier . A ellas
acerca del origen del hombre. 425

se debe el que los alemanes Rodig , Treviranus, Oken , Trattinick ,


J. Kaup y otros discípulos de Schelling la profesasen ántes que el
naturalista citado . Y áun en la misma Inglaterra ya la habían ense
ñado W. C. Wells en 1813 , Patrick Matthew.en 1831 , el autor anóni
mo de la obra intitulada : Vestiges of the Natural History of Crea
tion , publicada en 1844 , el mismo maestro de Darwin , llamado
Herbert Spencer , el cual le suministró uno de los principios de su
sistema , el survival of the fittest, ó sea la permanencia del más
fuerte en la lucha por la vida ; y finalmente , Baden Powell , quien
apeló en 1855 á las leyes de la evolucion para explicar el origen de
los diferentes organismos. Aún más : el mismo año de 1859 , en que
Darwin dió á la estampa su famosa obra sobre el Origen de las es
pecies, vió salir a la luz pública en los Estados Unidos otra del ame
ricano Hudson Tuttle con el título de Arcana of nature or the his
tory and law of creation , en que se dice , poco más ó ménos, lo
mismo que en el libro del naturalista inglés .
Y no sólo esto ; los mismos principios fundamentales , cuya reu
nion en un solo cuerpo de doctrina forma el carácter propio y
distintivo del sistema darwiniano , andaban ya flotantes en el charco
materialista de la filosofia moderna , y estaban esperando la accion
de un hombre que , animado del espíritu racionalista de nuestros
tiempos , los ordenase entre sí y los juntára en uno con la fuerza
de su ingenio. En efecto ; la transformacion indefinida de los orga
nismos ya la habían enseñado otros muchos naturalistas antes que
el transformista inglés : la lucha universal en que cada uno de los
séres vivientes pugna continuamente con todos los demas por con
servar su existencia, ó bien el principio de la concurrencia univer
sal, ya los había visto Darwin en las obras de Hobbes , Adam Smith
y Malthus . La victoria del más fuerte ( survival of the fittest ) en la
lucha por la vida, la había aprendido de su mismo maestro Herbert
Spencer . ¿ Qué le quedaba, pues, á Darwin por inventar sinó el juntar
en uno todos estos principios, y darles a todos ellos la unidad bajo la
idea de la seleccion natural, que le atribuyen generalmente los sa
bios como cosa suya ? Mas ni esta misma seleccion propiamente le
pertenece ; porque , bien analizada , no es otra cosa que el survival
of the fittest de Spencer, su maestro . La naturaleza no hace esta se
leccion de que habla el sabio inglés, sinó concediendo la victoria al
nás fuerte en la lucha por la vida. Por consecuencia, el survival of
the ſttest de Spencer y la seleccion natural de Darwin en realidad
vienen a ser una misma cosa . Lo que puso de suyo Darwin en este
426 Doctrinas del transformismo

asunto , es el haber tratado de explicar esta victoria del más fuerte


con lo que sucede en la seleccion artificial, sirviéndose de esta mis
ma explicacion para dar á una idea ya corriente un nombre nuevo,
comparando a la madre naturaleza con aquel linaje de personas que
tienen por oficio criar por medio del arte, ó sea por la seleccion di
ligente de los indivíduos más acomodados al intento , nuevas clases
de plantas ó animales dentro de alguna determinada especie , llama
das por esto mismo variedades, para distinguirlas de las especies
propiamente dichas.
Porque es de saber que con el arte puede el hombre dar origen á
una variedad nueva en el reino de las plantas y en el de los anima
les ; en lo cual es admirable cuanto ha adelantado la industria huma
na estos últimos tiempos. Así, por ejemplo , de una planta, cuyas
flores por lo regular son totalmente blancas, se puede obtener otra
de la misma especie que no produzca flores sinó encarnadas ó vio
láceas, aprovechando las semillas de aquellas flores en que aparezca
algun pequeño matiz de aquel determinado color . Porque, sembran
do esta semilla, la nueva planta reproducirá en la mayor parte de
sus flores la particularidad de aquel determinado matiz ; y volviendo
á sembrar la semilla de aquella flor en que este matiz se halle más
pronunciado , los matices de la planta resultante serán más pronun
ciados tambien, hasta que por fin, con la repeticion de la misma in
dustria , lo que era matiz en un principio habrá comenzado á ser ge
neral en la flor últimamente obtenida. De esta manera se forman
nuevas rasas de plantas y animales, que jamás hubieran existido en
el mundo á no haber mediado el cuidado atento y constante de la
seleccion artificial ejecutada por el hombre .
Pues lo que hace la humana industria , aprovechándose artificiosa
mente de las fuerzas naturales de los seres organizados para llegar
á un determinado fin , esto mismo ejecuta, segun Darwin , la madre
naturaleza, no perdiendo ocasion alguna para aprovecharse de las
más mínimas circunstancias, é ir poco a poco progresando en la
formacion de sus artefactos con la eleccion continua y vigilante de
aquellos seres que han obtenido una organizacion más complicada ,
y por consiguiente más perfecta. Con esta operacion lenta y nunca
interrumpida ha conseguido la naturaleza, en sentir de este escritor,
al cabo de siglos inmensos llegar en sus construcciones desde los
organismos más sencillos, cuales eran los que aparecieron en las
primeras épocas de la vida , hasta la maravillosa máquina del cuerpo
humano , que es un acabado tipo de belleza y hermosura . El medio
acerca del origen del hombre. 427

inmediato de que se ha valido para esto ha sido la seleccion


dicha pero para que hubiese individuos elegibles, ó sea más per
fectos que los otros de su propia clase , y por consiguiente dig
nos de especial preferencia en la propagacion de sus cualidades
particulares , ha establecido la madre naturaleza una cierta espe
cie de lucha por la vida , ó concurrencia vital entre todos ellos ,
obligándolos á ingeniarse para no perecer ; de suerte que esta
misma especie de apremio ó necesidad los espolea y no les per
mite estancarse en el grado de perfeccion adquirido ; porque el in
divíduo que se queda rezagado en la via del progreso pierde por
esto mismo el título á propagarse indefinidamente en los siglos pos
teriores , habiendo ella resuelto firmisimamente no dar su preferen
cia sinó al que sale victorioso en la pelea, y no siendo posible que
salga en ella victorioso sinó el más fuerte, ó bien el más perfecto en
cada clase.
De esta suerte, hablando sin metáforas y sin personificaciones de
ningun género, la seleccion natural no es otra cosa , segun lo deja
mos ya apuntado más arriba, que la victoria del más fuerte en la
lucha por la vida , y ambas requieren como condicion prévia la pe
lea misma , ó sea la concurrencia vital en que todos los seres vivien
tes se esfuerzan para contrarrestar a los agentes de la muerte, opo
niéndoles las mejores condiciones de existencia . A esta seleccion de
la naturaleza , que podríamos llamar individual, síguese la otra, prac
ticada tambien por la naturaleza misma segun el citado escritor, y
llamada por él con el nombre de seleccion sexual. La union del ma
cho con la hembra desempeña, en la teoría que estamos exponien
do, un papel muy notable en orden al desarrollo de los nuevos or
ganismos y al desecho de los ya gastados é imperfectos. Porque la
diferencia de sexos hace que tanto el macho como la hembra se es
meren naturalmente en hacerse preferibles á los demas de su clase;
resultando de aqui que los más imperfectos se vean forzados, por
falta de consorte que los quiera , á permanecer en estado celibatario ,
y que los de prendas más relevantes encuentren siempre colocacion,
con lo cual las clases van mejorando poco a poco , y pasando por
grados insensibles á una organizacion cada vez más complicada y
más perfecta. De esta manera piensa Darwin que ha producido
nuestra madre Naturaleza la aptitud para el canto que se advierte
en el ruiseñor y en otros animales machos de ciertas especies,
siendo cosa muy particular que sólo á los machos les haya impreso
tal modo de agradar á sus consortes, y no á las hembras, que tam
428 Doctrinas del transformismo

bien hubieran podido hacerse más estimables á sus galanes con la


belleza de sus gorjeos.
Finalmente , como la madre Naturaleza es tan prudente en todas
sus operaciones , y nada hace que no vaya dirigido á realizar el
progreso en sus artefactos , de tal suerte fabrica los diferentes órga
nos en cada uno de los seres nuevamente producidos, que nunca ol
vida la correlacion del crecimiento. Porque , de lo contrario , ningun
órgano nuevo sería verdaderamente útil al sér viviente que lo posee,
sinó ántes bien inútil y nocivo . Así , al transformar el organismo en
una parte , establece tambien sus modificaciones convenientes en las
demas, en términos que el conjunto salga proporcionado y armóni
co , con aptitud de las partes para la conservacion del todo . Por lo
que , al convertir al mono en hombre , por ejemplo, ensanchándole
el cráneo y dándole por consecuencia una víscera poderosísima
para segregar con grande abundancia la materia fosfórica del pen
samiento , le fué imprimiendo la estacion vertical , le redondeó las
orejas, le hizo más cortas las extremidades anteriores , le quitó casi
todo el vello del cuerpo , y asimismo la cola , sacando de todo esto
un artefacto perfectísimo , cual hoy día lo contemplamos en todas
las partes de la tierra . Esto es lo que describió lindamente en una
bellísima silva contra el darwinismo nuestro poeta contemporáneo
el Sr. Nuñez de Arce , cuya esclarecida inteligencia es lástima que
haya sido pervertida por las máximas deletéreas del racionalismo
escéptico de nuestros tiempos . En una de sus hermosísimas estrofas
dice de este modo :

Con meditada calma y paso á paso ,


Cual reclamaba el caso ,
Llegó á tal perfeccion un mono viejo ;
Y la vivaz materia por sí sola
Le suprimió la cola ,
Le ensanchó el cráneo y le afeitó el pellejo.

Todas estas maravillas ha practicado con el discurso del tiempo


nuestra madre Naturaleza , por supuesto sin saber pizca de lo que
hacía . Porque en el sistema de Darwin , Dios , una vez criados los
primeros organismos , ya no tiene nada que ver con las cosas de
acá abajo ; ellas se hacen solas , como si ellas solas existieran en el
mundo y Dios fuera un fantasma vano que no tiene realidad sinó en
la imaginacion de los hombres . Maravilla es esta no pequeña de que
es preciso hacerse cargo en capítulo aparte , donde debemos exami
acerca del origen del hombre. 429

nar a la luz de la razon , siquiera sea brevemente , la doctrina del


transformismo, para volver por el honor ultrajado de la humana
naturaleza .
Resumiendo ahora lo que llevamos dicho en estos dos últimos
capítulos sobre los diferentes modos de explicar la evolucion trans
formista , podemos reducir la materia á dos clases de transformismo:
el uno materialista, y el otro espiritualista . El primero quita toda
diferencia esencial entre todos los seres del mundo orgánico , inclu
so el mismo hombre ; el segundo establece esta diferencia esencial,
al menos entre el hombre y los demas séres organizados , atribuyen
do al alma humana una naturaleza infinitamente superior a la de los
brutos . Uno y otro tienen despues sus divisiones propias y peculia
res , segun ' las miras y opiniones de sus particulares defensores .
Entre los secuaces del materialismo , los Ateos como Haeckel, y los
Deistas como Lamark , admiten la transformacion en toda su latitud ,
poniendo como principio de su sistema la generacion espontánea ,
y suponiendo ser una misma cosa la vida y el movimiento molecu
lar de los cuerpos . Los darwinistas puros atribuyen con Darwin al
Autor del universo la produccion de los primeros organismos, y
niegan , por consiguiente , la generacion sobredicha , concediendo á
las fuerzas moleculares solamente la facultad de convertir un orga
nismo en otro , y de llegar así hasta la fabricacion del artefacto más
complejo , cual es el organismo humano . Los darwinistas mitigados,
finalmente , como Wallace , recurren á la accion de los espiritus ce
lestes para que estas sublimes inteligencias dirijan con su sabiduría
los movimientos de la materia y la ayuden a producir las transfor
maciones , que ella sola no hubiera podido nunca practicar ; pero no
admiten en los seres así transformados más diferencia que la que
suele mediar en las variedades obtenidas por medio de la seleccion
artificial у de la industria humana . De manera que el hombre queda
con esto en la clase de verdadero bruto ; hábilmente perfeccionado,
es verdad , por el arte de una inteligencia angélica que supo modifi
car convenientemente el embrion de algun animal inferior ; pero
bruto al fin , y tan bruto como todos los demas que andan por las
selvas; pudiéndose por consiguiente aplicar tambien á los indivíduos
de nuestra especie lo que hasta estos felices tiempos sólo se había
dicho de nuestros hermanos los monos : Simia semper est simia ,
quamvis aurea gestet insignia : aunque á la mona la vistan de seda,
mona se queda.
Entre los espiritualistas, Mivart admite el transformismo hasta el
430 Doctrinas del transformismo

punto de conceder á las fuerzas de la naturaleza sensible , abando


nada á sí propia , la virtud de formar el organismo humano, en lo
cual es mucho más transformista que Wallace ; pero como buen
cristiano y filósofo que tiene por una verdad cierta y evidente la
espiritualidad de nuestra alma , no piensa que las cosas naturales
puedan hacer en esto otra cosa sinó disponer convenientemente la
materia para que Dios , con la fuerza omnipotente de su palabra,
saque de la nada el alma racional y la una estrechamente con ella
en unidad de sustancia .
Otros no llegan tan adelante en este camino ; admiten el trans
formismo puro y neto para todos los seres organizados inferiores al
hombre ; pero no creen que las causas naturales por sí solas sean
capaces de formar un organismo tan perfecto que exija natural
mente ser animado por una forma sustancial subsistente por sí misma,
cual es el alma humana. Por lo que , dado caso que Dios nuestro
Señor haya querido tomar para materia del organismo del primer
hombre el cuerpo de algun mono, Él mismo , ó por sí ó por sus Án
geles, ha debido transformar préviamente el organismo dicho para
que fuese digno consorte del alma racional y libre que en él había
de ser introducida. Otros, finalmente, apelan á la intervencion de
las causas espirituales , ya sean los Ángeles , ya el mismo Dios , para
toda transformacion orgánica que exija la introduccion de una forma
sustancial esencialmente distinta . Por lo que convienen con Wallace
en atribuir a los seres espirituales é invisibles la derivacion de los or
ganismos; pero se apartan infinitamente de él admitiendo verdadera
y sustancial diferencia entre los seres organizados, asi como tam
bien la fijeza de las especies , las cuales , en sentir de los mismos , no
pueden por sí solas salir del cerrado círculo donde las colocó la Na
turaleza , ni cooperar á una nueva transformacion sustancial sinó de
un modo material y pasivo .
Nosotros no dirigiremos nuestros argumentos contra el transfor
simmismo espiritualista , al menos en aquella parte en que niega á la
pie naturaleza la potestad de producir órganos nuevos , y con ellos
un cambio radical en la organizacion 1. El que esto asienta entre los

I Esta es tambien la manera de refutar el transformismo adoptada por el P. Pesch,


S. J., en sus importautes Institutiones Philosophiae naturalis, como consta de las si
guientes palabras que hallamos en el núm . 601 de la citada obra : “ Thesis non contra
cos dirigitur qui docent Deum , ad producendam speciem superiorem usum esse specie
inferiore , ita ut huic speciei vel principium vitale speciei proxime superioris indide
rit , vel in ea quasi germioa altiora posuerit , vel in ea ovula speciei superioris produ
acerca del origen del hombre. 431

Espiritualistas , admite por lo mismo la ſijeza y realidad de las espe


cies y rechaza la esencia del transformismo materialista , que con
siste en hacer de toda la naturaleza orgánica una sola especie , diver
samente modificada en los diferentes grupos de séres vivientes por
las diversas circunstancias de los tiempos y lugares. Aún más : el que
obra de esta suerte ni siquiera es transformista , propiamente dicho,
sinó tan sólo en un sentido lato ; porque no admite la transforma
cion de un organismo en otro practicada por las fuerzas de la natu
raleza , ora abandonadas á sí mismas , ora dirigidas por un sér supe
rior inteligente , sinó que únicamente afirma haber sido sacadas
unas especies de otras por un poder espiritual y suprasensible , que
se sirvió de los organismos preexistentes para producir otros nue
vos , de la misma manera que el alfarero se sirve del barro para
modelarlo á su arbitrio y hacer de él las vasijas que le parezca , su
jetándolo primero á las operaciones convenientes al efecto .
Y para que se entienda mejor esta importante materia , en que
conviene tener ideas muy precisas , los Espiritualistas en esta parte
no admiten la intervencion de los seres superiores en los cambios
de los organismos al modo de Wallace. Este naturalista introduce
los seres invisibles como simples educadores de la naturaleza , sin
asignarles otro oficio que el desempeñado entre los hombres por
aquellas personas que , por aficion ó conveniencia , se dedican a la
cria de rasas nuevas. Los Espiritualistas conceden al Sér suprasen
sible que interviene en la produccion de los nuevos organismos , no
una simple accion indirecta ó directora de los agentes naturales al
modo de Wallace , sinó verdadera causalidad inmediata ; de forma.
que la materia no entra allí sinó como elemento pasivo y capaz de
ser informado por la forma que se ha de producir, miéntras que el
Sér suprasensible, ya sea un Angel ó ya la Divinidad misma, entra
como verdadero agente, y él es el que propiamente produce el
nuevo compuesto, sacándolo , con la eficacia de su virtud , de la po
tencia de la materia , convenientemente dispuesta al efecto . Una
comparacion casera servirá maravillosamente para explicar la dife
rencia esencial en el género de intervencion dicho . Para Wallace ,
los Angeles son como el cocinero que aplica el fuego á las viandas
para que este elemento, con su virtud natural , produzca en ellas

xerit. Haec enim descendentia non simpliciter , sed secundum quid esset facta. Et phi
losophum rationes deficiunt, quibus hujus generis opinationes aut invicte probet, aut
funditus evertat. ,
432 Doctrinas del transformismo

ciertas y determinadas cualidades . En sentir de los Espiritualistas,


los Angeles o el Criador de los Angeles , que para el caso lo mismo
da una cosa que otra , hacen por sí mismos la preparacion dicha sin
concurrir á ella la accion natural del fuego . Las fuerzas naturales,
segun ellos , ni abandonadas á sí mismas ni puestas bajo la direccion
de un agente sobrenatural, pueden producir por sí solas sér alguno
de un órden superior al suyo propio . Segun Wallace , sucede todo
lo contrario ; las fuerzas mencionadas producen con su virtud natu
ral sola , aunque dirigida sabiamente por el arte admirable de una
inteligencia invisible, los séres dichos En una palabra : los Angeles ,
segun Wallace , sacan unos seres orgánicos de otros ménos perfec
tos aplicando los elementos activos á los pasivos, al modo que 1101
maquinista mueve una máquina poniendo en juego la fuerza del
vapor, y un soidado mata al cnemigo disparando su fusil . Los Es
piritualistas, por el contrario , atribuyen al sér sobrenatural, que
segun ellos ha intervenido en la derivacion de los organismos, no
la aplicacion de los tales elementos, sinó la accion misma que á ellos
les atribuye Wallace.
De aquí nace que los seres producidos por la derivacion wallacia
na no se diferencien sustancialmente de aquellos que sirven de ins
trumento a las inteligencias angélicas para producir el nuevo orga
nismo, como no se forman sinó simples variedades ó razas nuevas
por medio de la seleccion artificial ejercida por el hombre . Por el
contrario , los seres nuevos formados por la derivacion espiritualista
son de una especie superior a aquella de donde han sido derivados,
y difieren de ella sustancialmente . La razon de esto se halla en que,
como ningun sér puede producir un efecto superior á su propia esen
cia , segun el manifiesto principio de que nadie da lo que no tient',
los séres organizados no pueden con la sola eficacia de su virtud
dar origen á otros de organizacion mas perfecta que la suya . Lo
cual no há lugar con respecto á los agentes de un órden superior y
suprasensible, cual es principalmente Dios Nuestro Señor, puesto
que todo lo sensible y terreno se encuentra muy por debajo de su
elevada naturaleza.
Hecha , pues, esta importante observacion , tan necesaria para
deslindar los límites que separan al transformismo espiritualista , en
teramente inocente y defendido con razones probables por algunos
sabios católicos, del materialista deletéreo y opuesto así á la per
manencia de las especies como a la real existencia de las mismas;
pasaremos á demostrar en los dos capítulos siguientes , con la
acerca del origen del hombre. 433

brevedad que exige la naturaleza de nuestro trabajo, la falsedad de


este segundo género de transformismo en lo que asienta con respecto
al origen del hombre . En el primero de ellos hablaremos de los fun
damentos generales en que estriba dicho transformismo, fijándonos
principalmente en los que constituyen la teoría darwiniana , y en el
segundo fijaremos de una manera especial nuestra atencion en las
cualidades propias y características del hombre mismo .

28
CAPÍTULO XXV

FALSEDAD DE LOS PRINCIPIOS GENERALES EN QUE SE APOYA


EL TRANSFORMISMO MATERIALISTA PARA ATRIBUIR AL

HOMBRE UN ORÍGEN PURAMENTE TERRENO . 1

SUALQUIERA que haya meditado un poco sobre las diferen


tes teorías á que recurren los partidarios del transformis
@
mo materialista para defender el origen puramente terre
no del hombre , se habrá podido convencer fácilmente de que todas
ellas enseñan en el fondo ser una misma la sustancia de todos los
séres organizados , específicamente considerada , quitando por con
siguiente del medio la esencial diferencia y la absoluta fijeza de las
especies . Entre ellos hay ciertamente algunos que rechazan la doc
trina de Darwin , en lo que afirma acerca de la formacion lenta y
continua de los nuevos organismos , pretendiendo que esta forma
cion se verificó en los tiempos pasados de una manera súbita ó re
pentina , merced a algun accidente enteramente excepcional acae
cido a las causas naturales , como sucede , por ejemplo , en la pro
duccion de los monstruos , ó bien á causa del influjo momentaneo
con que alguna inteligencia angélica transformó súbitamente el em
brion , haciéndole tomar, bajo el mismo principio vital de su causa
generadora , una forma absolutamente nueva . Los que así explican la
evolucion , dan generalmente el nombre de heterogénea á la accion
dicha, como si quisieran con esto significar que el nuevo sér así re
pentinamente formado constituye una especie diferente en todo el ri
gor de la palabra. Pero bien entendida la cosa , no hay aquí verdadera
transformacion sustancial, sinó mero cambio de organismo , lo cual
no basta para que el nuevo sér constituya una nueva especie , pues
to que la diversidad de las especies no viene del principio material
ó de la materia , sinó del formal ó de la forma: el principio vital es
Origen del hombre , etc. 435

en tal caso esencialmente uno mismo en el sér engendrante y en el


engendrado , repugnando de todo punto que los padres , cualesquie
ra que sean las circunstancias excepcionales en que se les quiera su
poner, den á sus hijos un linaje de vida de que ellos mismos carecen.
Si algunas veces sucede que los hijos superan en perfeccion á sus
padres, este exceso no versa sinó sobre algunas cualidades acciden
tales, debidas á las circunstancias felices en que se verificó todo el
proceso de la formacion del feto ; pero el sér engendrado , en su
sustancia , es siempre el mismo que el de las causas engendrantes.
Las condiciones del medio en que operan los agentes de la natura
leza no varían sustancialmente la accion de estos agentes ; lo que
únicamente pueden hacer con respecto á ella es modificar algun
tanto su direccion dentro de la esfera que a cada uno le correspon
de ; como en el movimiento local de un cuerpo las circunstancias
externas de tiempo y lugar en que el tal movimiento se ejecuta no
pueden hacer otra cosa sinó determinar su direccion y velocidad ,
dejándolo empero en su propia y esencial categoría de movimiento
corpóreo.
Siendo , pues , por precision una misma siempre la esencia que
constituye al sér engendrado y á los engendrantes , á causa de que
no pueden estos transmitir á aquél sinó el propio género de vida
que á ellos mismos corresponde, y no haciendo nada para la for
macion de una nueva especie la sola mudanza del organismo que
por circunstancias enteramente anormales haya podido producirse
en el feto , resulta claramente que la formacion lenta ó repentina de
los organismos nuevos , ejecutada con las solas fuerzas naturales de
los seres sensibles , no altera en nada la sustancia del transformis
mo materialista , la cual consiste en suponer que todo el mundo or
gánico se halla animado de un solo principio vital , y en no admitir
por consecuencia sinó meras diferencias materiales, ó lo que es lo
mismo , accidentales , entre los diversos seres vivientes de la tierra,
incluso el mismo hombre .
A este principio fundamental del transformismo hay que añadir
las razones diferenciales con que cada uno de sus defensores lo ex
plica . Estas diferencias se hallan representadas por la generacion es
pontánea, por la seleccion natural, ejercida de una manera lenta y
continua, y por la transformacion repentina , malamente llamada
heterogénea. Estas tres maneras particulares son las que intentamos
refutar en este capítulo ; pues por lo que toca al principio genérico
en que todas ellas convienen , ya algo hemos dicho en el anteceden
436 Origen del hombre

te , y su falsedad, por otra parte , quedará harto evidenciada con lo


que ahora pretendemos escribir precisamente para hacerla visible á
los ojos de todo el mundo .
Y comenzando por la generacion espontánea , es ésta una doctri
na tan manifiestamente falsa, que ya los sabios la han abandonado
generalmente. Sólo los Panteistas y los Ateos insisten todavía en
proclamarla a priori, obligados por la necesidad de sus sistemas.
Pero el ateismo y el panteismo encierran en su seno absurdidades
demasiado crasas para que puedan hallar cabida jamás en el campo
de la verdadera filosofía ; basta tener un poco de sentido comun
para conocer que la negacion de la existencia de Dios y la identifi
cacion de la Divinidad con el mundo no tienen su origen en otra
cosa sinó en el perversísimo deseo de vivir holgadamente aquí en
la tierra, que abrigan ciertos hombres desalmados en su corrompido
corazon , para echar fuera de sí el importuno temor de que nadie
al morir les pida cuenta estrecha de sus acciones . A falta de
pruebas intrínsecas , fundadas en la observacion , recurren estos
filósofos, tan despreciadores por otra parte de toda otra razon
que no sca la lumbre de su individualidad propia , á la autoridad de
los Doctores católicos, diciendo que así los Padres como los Esco
lásticos han enseñado la doctrina de la generacion sobredicha . Pero
debieran haber advertido al discurrir en esta forma que los referidos
doctores, ni entendieron la generacion espontánea al modo de los
modernos sabios, ni mucho ménos le dieron la indefinida extension
que ellos le conceden para hacer nacer á los hombres, como los
hongos, del barro de la tierra. Los Escolasticos, engañados por las
apariencias y guiados por la autoridad del Stagirita , creyeron que
ciertos animales , imperfectos á su parecer , traían su origen de la
podredumbre ' . Persuadidos así falsamente de la existencia de un
hecho para ellos indubitable, trataron de explicar el supuesto fenó
meno como mejor pudieron , no dejando, sin embargo, de hacer
notar su extrañeza ; porque les parecía muy raro , y con razon , que
un sér inanimado , cual es la materia corrompida , diese origen á un
viviente superior á él en la escala de los séres . El recurso á que ape
laron generalmente fué atribuir este fenómeno á cierta virtud de los
cuerpos celestes, tenidos por ellos como Aristóteles por incorrupti
bles, y por consiguiente superiores en perfeccion por esta parte a los
tales animales . Pero esta explicacion no satisfizo á los Conimbricen

I V. Conimbricenses, in lib. 11, De Coelo, cap. II , q. 6, a. 2 .


segun el transformismo materialista . 437

ses , para quienes el más inſimo viviente era de un grado muy supe
rior al de toda la naturaleza inanimada , siquiera fueran los cielos
incorruptibles, como opinaba la generalidad de los filósofos. Por eso
recurrieron con Durando al influjo especial de la causa primera, que
se servía de los cielos como de puros instrumentos para producir
este linaje de fenómenos, siendo Dios por consecuencia la causa
principal de ellos , y los cielos la instrumental . Fundados en esta
doctrina , respondían al argumento que ellos mismos se habían pues
to contra la generacion espontánea con estas palabras: " Ad argu
mentum autem initio quaestionis propositum , quod probat non posse
animalia imperfecta a coelo gigni , dicendum : recte concludere non
posse illa produci a coelo , ut a proprio et principe genitore; sic
enim nullum vivens ab alio vitae experte generatur , alioqui causa
principalis esset effectu ignobilior. Verum nequaquam eo confici
eiusmodi animantes non posse a coelo , ut a causa instrumentaria et
minus praecipua (quae suo effectu deterior esse potest) , ad eum mo
dum quem diximus , produci !
Esta manera de generacion espontánea, fácilmente se deja ver
que es muy diferente de la proclamada por los Ateos y por los
Panteistas ; porque no reconoce en la materia bruta virtud alguna
innata y natural para dar origen por sí sola á sér alguno viviente,
por infima que sea su condicion en los grados de la vida , al paso
que los Panteistas y los Ateos atribuyen á la materia inorgánica
virtud interna para producir naturalmente los séres en cuestion ,
confundiendo con este objeto el movimiento molecular con la vida
propia y verdadera.
En un modo análogo al de los Conimbricenses se expresa tam
bien San Agustin , suponiendo equivocadamente , lo mismo que
ellos , el hecho falso de que ciertos animales traían su origen de la
podredumbre. No procedía el Santo Doctor a priori, como hacen
hoy dia los Panteistas y los Ateos , sinó a posteriori : apoyado en
los datos erróneos obtenidos por una observacion incompleta , pen
saba sencillamente que la generacion espontánea era un hecho real
y verdadero , que no se debía negar sinó explicar en la forma más
plausible y más conforme á la razon humana . ¿ Qué tiene que ver
esta loable conducta con el proceder tan irracional y detestable de
nuestros filósofos modernos ? El medio que ideó el ilustre Obispo
fué suponer que Dios Nuestro Señor imprimió en un principio á la

1 Conimbric. , b. cit.
438 Origen del hombre
materia ciertas virtudes seminales naturalmente á ella no debidas .
“ Nec sane creatores illi mali angeli dicendi sunt , escribe en el libro III
De Trinitate , cap . vii, n . 13 , hablando de los hechos maravillosos
causados por los Magos de Faraon con el poder de los demonios,
quia per illos magi resistentes famulo Dei ranas et serpentes fece
runt: non enim ipsi eas creaverunt . Omnium quippe rerum quae
corporaliter visibiliterque nascuntur, occulta quaedam semina in istis
corporeis mundi huius elementis latent . Alia sunt enim haec iam
conspicua oculis nostris ex fructibus et animantibus, alia vero occulta
istorum seminum semina , unde iubente Creatore produxit aqua na
tatilia et volatilia , terra autem prima sui generis germina et prima
sui generis animalia . (Gen., 1 , 20-25 . ) Neque enim tunc in huiusce
modi fetus ita producta sunt, ut in eis quae producta sunt vis illa
consumpta sit : sed plerumque desunt congruae temperamentorum
occasiones quibus erumpant et species suas peragant.,,
Qué es lo que haya entendido este sapientisimo Doctor de la
Iglesia con el nombre de semillas ocultisimas depositadas por Dios
en los elementos de este mundo para que , al presentárseles una oca
sion favorable , se desarrollen naturalmente y produzcan las diver
sas especies de animales , no lo dice en sus escritos , y quizá él mismo
con dificultad nos lo hubiera podido explicar si , dejándose de gene
ralidades , hubiera intentado darnos de ello una idea exacta y bien
precisa. Lo que podemos decir con toda seguridad es que estas se
millas ocultisimas en sentir suyo deben distinguirse de las ordinarias
y visibles que dan origen á los diferentes seres vivientes . La razon
de esto se palpa con las manos , puesto que él mismo las llama sem
minum semina , ó sea fuente y origen de las semillas comunes , lo cual
no puede encerrar sentido alguno sinó en el caso de que exista real
y verdadera distincion entre unas y otras . Santo Tomás interpreta
la mente de San Agustin , diciendo que por las semillas mencionadas
deben entenderse todas aquellas virtudes activas y pasivas que dan
orígen á las generaciones y movimientos naturales . “ Principium
activum et passivum generationum rerum viventium , escribe en la
primera parte de la Suma Teológica ( q . 115 , a . 2 ) hablando precisa
mente de esta materia, sunt semina , ex quibus viventia generantur.
Et ideo convenienter Augustinus omnes virtutes activas et passivas,
quae sunt principia generationum et motuum naturalium , seminales
rationes vocat . , Observa empero el Doctor de Aquino que estas
mismas virtudes no son capaces de causar las generaciones dichas
sinó bajo el influjo de los cuerpos celestes y como verdaderos ins
segun el transformismo materialista . 439

trumentos suyos . “ Quidquid , dice , in istis inferioribus generat et


movet ad speciem , est sicut instrumentum coelestis corporis, secun
dum quod dicitur 11 Physic. ( text. 26 , t . 2. ) quod homo generat ho
minem et sol,! Y segun esta explicacion , vendría á coincidir la
opinion de San Agustin con la generalmente recibida entre los Es
colásticos acerca del influjo de los cielos en los fenómenos de la ge
neracion espontánea .
Pero no parece que el célebre Obispo haya pensado siquiera en
tal influjo de los astros : lo que arrojan naturalmente sus palabras
es que la tierra y el agua recibieron de Dios en un principio cierta
virtud activa superior á su naturaleza , y representante por tanto de
la virtud divina , para producir espontáneamente las plantas y cierta
clase de animales menos perfectos siempre que se pusiesen en con
veniente disposicion los elementos en que fué depositada esta fuerza.
“ Sicut matres gravidae sunt fetibus, escribe en el citado libro iu De
Trinitate , cap . ix , n . 16 , sic ipse mundus gravidus est causis nascen
tium : quae in illo non creantur nisi ab illa summa Essentia , ubi nec
oritur, nec moritur aliquid , nec incipit esse , nec desinit . Adhibere
autem forinsecus accedentes causas , quae tametsi non sunt natura
les , tamen secundum naturam adhibentur, ut ea quae secreto na
turae sinu abdita continentur, erumpant et foris creentur quodammo
do explicando mensuras, et numeros et pondera sua quae in occulto
acceperunt ab illo, qui omnia in mensura et numero et pondere dis
posuit ( Sap . , XI , 21 ) ; non solum mali angeli , sed etiam mali homines
possunt , sicut exemplo agriculturae supra docui . ,
Segun esta manera de entender á San Agustin , que es la más
óbvia y más conforme al sentido natural de sus palabras ? , la opi
nion del ilustre Obispo no se hallaría muy distante en el fondo de
lo que últimamente ha escrito el famoso Darwin , diciendo que
toda la naturaleza está llena por todas partes de un cierto elemento
biótico capaz de producir organismos dotados de vida con tal que
se halle en las debidas condiciones para ello . La diferencia , no obs
tante , entre uno y otro escritor estaría en que para el Doctor de
Hipona esta fuerza germinativa no seria natural a la materia , sinó
sobreañadida por el Criador para que el desarrollo de la vida se
obrase en conformidad con las mismas fuerzas finitas primitivamen
te depositadas por él en el mundo , mientras que el naturalista inglés

1 S. Thom., 1. p., 4. 115 , art. 4. ad 2 .


2 Así lo interpreta tambien el P. Pesch en sus Instit. Philos, natur ., n . 574.
440 Origen del hombre

no admite nada de esta clase de añadiduras , y piensa que el panes


perma es una cosa la más natural del mundo .
Ademas hay otro elemento de distincion entre los dos autores
acerca del modo de entender la mencionada fuerza , y esto ya per- .
tenece á lo segundo que queríamos advertir para separar la genera
cion espontánea enseñada por los Escolásticos de la profesada por
los Ateos y por los Panteistas de nuestros días . Este elemento con
siste en la extension que dan unos y otros á la generacion dicha : los
Escolásticos , y lo mismo se diga de San Agustin , la circunscribian
al estrecho campo de ciertos animales imperfectos, que ellos creían
venir de la podredumbre ; los Panteistas y Ateos la extienden á todo
linaje de animales y aun al mismo hombre . Los animales perfectos,
segun la sentencia comun de aquellos escritores , no podían traer su
origen sinó de otro viviente de su misma especie , cuyo primer tron
co hubiese recibido su existencia directamente del mismo Dios .
" Quod vero ad animantia perfecta attinet , escriben los Conimbri
censes ! , ex communi utraque theologorum et philosophorum doctri
na asserendum est non posse illa gigni a coelo , uti imperfecta , sed
egere proprio sibique peculiari progenitore . ,, Fundábanse para ello
en que los tales vivientes , por razon de su excelencia en la escala de
la vida , necesitan más cosas que los imperfectos para ser concebi
dos , siendo una de ellas la semilla producida por sus padres; y esto
lo confirmaban luego con la experiencia de lo que veían suceder
todos los días ; para que se vea cómo aquellos juiciosos pensadores
juntaban sabiamente en este género de conocimientos la observa
cion con la teoría , y no se dejaban arrebatar de especulaciones
enteramente a priori. Por lo cual se irritaban grandemente contra
los que , sin tener cuenta con los hechos , se echaban á fantasear,
como ahora nuestros Panteistas y Ateos , caprichosos sistemas para
sacar a todos los animales , y áun al mismo hombre , á manera de
hongos , del fango de la tierra . “ Los animales perfectos, continúan
los Conimbricenses en el lugar arriba citado , así como están dotados
de una naturaleza más excelente , así tambien exigen más cosas
para ser producidos , y por tanto no pueden ser engendrados sinó
con la propagacion de la semilla elaborada por sus padres . Y esto
lo confirma bien la experiencia , porque no vemos á leon alguno , ni
caballo , ni animal cualquiera de éstos más nobles y perfectos, venir
al mundo de otra manera sinó engendrado por otros de su misma.

1 Conimbric., in lib . 11 Aristot. , De Coclo, cap . 1 , q . 6, art . 3 .


segun el transformismo materialists . 441

especie . En lo cual fueron algunos tan ignorantes de las leyes natu


rales , y tan insultantes para con el género humano , que afirmaron
haber traido su origen de la tierra , no sólo los animales perfectos,
sinó tambien los mismos hombres , ' .
Hé aquí , pues , cuán distantes se hallaban de nuestros filósofos
modernos los antiguos sabios del Cristianismo en materia de gene
racion espontánea , así por lo que toca á la amplitud y extension de
la misma , como por lo que se refiere a la manera de fundarla , y
cuán injustamente por lo tanto son invocados por ellos para soste
ner sus impiedades y abominaciones . Los Escolásticos y los Padres
apellidaron en su tiempo á este linaje de filósofos con los nombres
más duros que se pueden usar en materia de ciencia , llamándolos
con noble indignacion ignorantes de las leyes naturales y maestros
de doctrinas oprobiosas al género humano ; įy ahora nos quieren ve
nir estos impios escudándose con la autoridad de aquellos grandes
hombres ? Los Escolásticos y los Padres enseñaron la generacion es
pontánea restringida y diminuta apoyados únicamente en los he
chos , aunque imperfectamente observados , negando a la materia
la virtud natural de producirla y concediéndosela solamente en clase
de instrumento de la primera causa , porque no hallaban medio me
jor de explicar un hecho para ellos cierto ; ¿ y quieren ahora los
Ateos у los Panteistas cubrir con el manto de su autoridad vene
randa la generacion espontánea universalisima, fundada por ellos en
meras teorías a priori, absurdísimas y descabelladísimas, con el ma
ligno intento de quitar á las criaturas toda razon de instrumentos de
la causa primera, y de borrar de las inteligencias humanas la misma
idea de un Dios Criador y distinto de la naturaleza ? Imiten nuestros
flamantes sabios el método prudentísimo seguido en esto por los au
tores que vanamente invocan , y este método les conducirá á negar
universalmente , con todos los demás escritores de nuestro siglo , la
generacion espontánea , que ellos negaron en parte en los suyos, por
que á negarla de este modo y no más les movía la imperfecta obser
vacion de los hechos . Si los Escolásticos y los Padres hubieran teni

1
" Perfecta animantia , sicuti excellentiorem habent naturam , ita ad sui produ
ctionem plura exigunt ; sicque nonnisi propagatione seminis a propriis parentibus gi
gni queunt. Quod satis confirmat experientia: nec enim videmus leonem , aut equum
aliave eiusmodi nobilioris notae animantia absque parentum semine provenire. Fuere
tamen nonnulli adeo naturae legum ignari et in genus humanum contumeliosi , ut di
xerint , non modo perfecta animantia , sed homines etiam e terra esse prognatos .
( Conimbricenses, in lib . 11 Aristot . De Coelo, cap. 11 q. 6 , a . 3. )
442 Origen del hombre

do la experiencia de los fenómenos físicos que en nuestros días ha ad


quirido el género humano con la sabia y perseverante experimenta
cion practicada por hombres inteligentes, ellos mismos hubieran sido
los primeros en rechazar una doctrina que aún entonces , con toda su
ignorancia de las causas físicas, no admitieron sinó como meramen
te probable. “ Por la experiencia sabemos , escribía sobre esto , en
tiempo del escolasticismo , el agudo P. Arriaga, que los cuerpos ce
lestes influyen en nosotros , y de aquí inferimos , con rasones proba
bles , que los tales cuerpos tienen virtud para producir con este in
flujo algunas sustancias . Si alguno replica que la experiencia dicha
no basta para concederles esta virtud , le responderemos que , si asi
es , no se les conceda , '.
En efecto , la tal experiencia estaba muy léjos de bastar para con
ceder á los astros ni á cuerpo alguno inorgánico efectos de esta es
pecie ; los experimentos modernos han hecho ver esto hasta la últi
ma evidencia . Habían pretendido algunos en nuestro siglo que la
generacion espontánea tenía realmente lugar, aunque no en tan
grandes proporciones como la habían imaginado los Escolásticos ,
los cuales habían llegado á creer , con Aristóteles y Plinio , que de
la corrupcion nacían , no sólo los caracoles, los zánganos, las avis
pas , las orugas , las mariposas, las hormigas, las langostas, las ci
garras , y otros bichos parecidos , sinó hasta las anguilas y los rato
nes ? ; animales que , como es sabido , pertenecen al tipo más per
fecto , cual es el de los vertebrados . Mas , como observaba Flourens
en 1864 , examinando el libro de Darwin sobre el Origen de las es
pecies , despues de Redi ( 1668 ) nadie se atrevía ya á defender la
generacion espontánea de los insectos, ni la de los gusanos intestina
les despues de Van Beneden ( 1853 ) , ni , finalmente , la de animalillo
alguno despues de los experimentos de M. Pasteur . Redi , en efecto ,
hizo ver que cubriendo con una gasa fina un trozo de carne expues
to á los rayos del sol , y haciéndolo por consiguiente inaccesible a
los insectos , ningun género de larva aparecia en la carne dicha ; lo
cual prueba evidentemente que los animalillos atribuidos anterior
mente á la descomposicion de la carne no venían en realidad sinó

I " Coelestia corpora experientia novimus influere in nos ; unde probabiliter infe
rimus habere virtutem mediis eis influxibus aliquid substantiale producendi... Repli
cabis : Ea experientia in corporibus non sufficit ad concedendam eis talem virtutem .
Respondeo : Si non sufficit, non concedatur ne quidem coelis talis virtus. ( Arriaga, .
De Angelis, disput. 19 , sect. I, nn . 8-9 . ) .
2 V. Conimbric. , I. cit.
segun el transformismo materialista . 443

de los huevos depositados allí por los referidos insectos . El mismo


género de origen se ha comprobado con respecto á los gusanos in
testinales por muchos sabios modernos , los cuales con experimen
tos concluyentes han demostrado que los tales gusanos , tanto en el
hombre como en los animales , nacen de huevos procedentes de
otros gusanos, é introducidos en el estómago al tomar los alimen
tos . “ Es cosa ya suficientemente demostrada por nuestros médicos
y fisiólogos , escribe Quensted , citado por Reusch ' , que los gusanos
intestinales no vienen nunca sinó de huevos . Se sabe que cada uno
de los miembros del animal contiene una multitud de huevecillos que
no perecen en el fango. Es cosa singular que estos animalillos jamás
llegan á su perfecto desarrollo en un solo cuerpo ; es necesario que
los huevecillos existentes en un suelo húmedo y capaces de desen
volverse sean tragados por otros animales , particularmente por los
puercos , para que en estos cuerpos extraños se conviertan en gu
sanos vesiculares ( cistoideos , granos de lepra ) . Llegados á su ma
durez , experimentan estos animalillos una gran propension á pere
grinar ; y armados de unos pequeños garfios que llevan en la gargan
ta , se abren paso al través de los intestinos , de los músculos y de los
huesos, hasta que llegan al cerebro y á los ojos. Esto es lo que produ
ce el vértigo en las ovejas. Segun Küchenmeister , se puede reconocer
el camino que han seguido áun despues de algunas semanas . Y toda
vía más : para quitar toda duda se ha logrado producir en los ani
males domésticos esta clase de parásitos, alimentándolos con estos
huevos . Para que la ténia se forme así, es preciso tambien que estos
gusanos vesiculares entren en otro animal . En el hombre se verifica
esto principalmente comiendo carne cruda . En los animales la pro
pagacion es todavía más fácil. Así , en el hígado de los ratones y de
las ratas se encuentran con mucha frecuencia cistoideos que están
esperando su libertad . Si un gato se come un raton de esta clase,
se le forma entonces la solitaria de los gatos . Una gran multitud de
huevos y de embriones perecen , y con esto queda impedida su ex
cesiva multiplicacion , que, atendida la mucha cantidad de huevos,
se convertiría en un peligro inmenso ,
Por lo que toca , finalmente, á los experimentos de M. Pasteur,
se probó claramente que cuantos infusorios vienen al mundo , for
mados segun se había creído , por la generacion espontánea , no
traían su origen sinó de gérmenes orgánicos muy ténues , que andan

Reusch , La Bible et la Nature , lec, xxv , en la segunda edicion . Paris, 1867 .

1
+44 Origen del hombre

volteando en la atmósfera y son introducidos en las infusiones ge


neradoras por medio del aire atmosférico . Y en efecto , haciendo
hervir la infusion y cerrando en seguida el vaso que la contiene en
términos que , ó no pueda penetrar en ella el aire atmosférico , ó
entre sin gérmen alguno vivo , lo cual se consigue mediante la accion
del fuego, que los quema al tiempo de pasar por un tubo candente
aptamente acomodado á la vasija , la tal generacion no se verifica
nunca , teniendo solamente lugar cuando falta uno de los dos requi-.
sitos indicados " . A los experimentos de M. Pasteur hay que añadir
los del famoso Tyndall , cuyos estudios en esta clase de materias,
ejecutados con una sagacidad admirable , han dejado postrada para
siempre la causa de la generacion sobredicha ? .
Es , pues, manifiesto que la generacion espontánea es un mito , y
que ya ningun hombre sensato puede apelar á ella para explicar los
fenómenos de la vida . Dejemos á los Panteistas y á los Ateos retor
cerse furiosamente contra tan evidentes experimentos , diciendo que
el globo terrestre es ahora como una matrona ya esterilizada con
los años é incapaz de producir organismos semejantes, pero que en
los tiempos pasados , cuando era jóven , tuvo la fecundidad que
ahora le falta . Semejantes afirmaciones son hijas del aprieto sumo
en que los tiene puestos la luz evidente de la ciencia ; sobre los
tiempos pasados en esta materia no podemos discurrir racionalmente
sinó por lo que vemos acaecer en los presentes , no teniendo ningun
dato histórico ni científico para obrar de otra manera. Tanto más
que los medios usados por los Sres . Pasteur y Tyndall para conocer
lo que puede por sí sola la naturaleza bruta son comunes á todos
los tiempos y lugares ; y así , tan estéril debemos pensar que ha sido
en los tiempos pasados como en los presentes la naturaleza inorgá
nica para producir con sus solas fuerzas verdaderos organismos .
Pero tiempo es ya de dejar este asunto para ocuparnos algun tanto
en el examen de la seleccion darwiniana.
La doctrina de Darwin acerca de la seleccion natural acompañada
de todos sus adherentes , o sea de la concurrencia vital , de la corre
lacion de crecimiento , de la seleccion sexual , y finalmente , de
todos los demás puntales con que se pretende sostenerla , tiene

1 V. Reusch , en el lugar citado .


2 El abate Moigno ha dado á luz , en un opúsculo separado , las Memorias de estos
dos hábiles experimentadores relativas a este asunto. El título del libro es el siguiente:
Les Microbes organisés , leur rôle dans la fermentation , la putrefaction et la contagion .
Paris , 1878.
segun el transformismo materialista . 445

alguna más consistencia que la que acabamos de refutar ? No cierta


mente : las razones en que se funda son del todo nulas; y si no
fuera por la necesidad que tienen de ella los Panteistas y los Mate
rialistas, cuyos detestables sistemas se hallan muy en armonía con
las tendencias ateísticas de la civilizacion moderna y por esta causa
privan tanto entre nuestros filósofos incrédulos, ya el darwinismo
se hallaría á estas horas en las eternas sombras del olvido , como lo
hemos notado más arriba. ¿ Qué tiene la doctrina de Darwin que no
lo hayan dicho ya , en términos más ó ménos expresos , los natura
listas que han precedido á este escritor ? ¿ En qué se diferencia en
sustancia del sistema de Lamark , cuya insubsistencia absoluta está
hoy reconocida por todos los sabios ? Contra la hipótesis del natu
ralista francés argüía con mucho tino Lyell, diciendo que el uso
contribuye ciertamente al robustecimiento de los órganos ya exis
tentes , pero sin crear jamás alguno nuevo , y añadiendo que Lamark
cita muchos ejemplos de lo primero , pero ni uno solo de lo segun
do . Pues bien ; esto mismo podemos decir nosotros argumentando
contra la hipótesis del naturalista inglés . La seleccion natural podrá
robustecer , si se quiere , merced á las circunstancias especiales en
que se hallan algunos determinados indivíduos , los órganos ya exis
tentes ; pero nunca será capaz de producir alguno nuevo , como no
es capaz la naturaleza bruta de avanzar por sí misma un solo paso
hácia el reino de los seres organizados por medio de la generacion
espontánea. Muéstrenos Darwin un solo ejemplo , cierto é incontras
table , en que la tal seleccion haya producido algun órgano nuevo
en el mundo , y al punto le concederemos la victoria , al menos en
lo que toca á los séres organizados inferiores al hombre . Este ejem
plo no se encuentra en ninguno de sus escritos , ni en cuantos han
dado á luz sus numerosos discípulos en el uno y en el otro hemis
ferio del globo terrestre . Vanamente recurre el sabio naturalista á
los maravillosos efectos causados en nuestros días por la seleccion
artificial. ¿ Cuándo ha producido ésta , entre todas sus maravillas , la
de crear en algun animal ó planta ni un solo órgano nuevo , que los
separe intrinseca y sustancialmente de sus progenitores , y no con
meras modificaciones accidentales ? Lo que hace la seleccion artifi
cial es robustecer ó debilitar los ya existentes , pero nunca crear ni
aniquilar del todo . Es decir , que la tal seleccion hace , en sustancia,
lo mismo que el uso y el no uso de Lamark ; y así es tan insuficiente
la una como la otra hipótesis para sacar á flote el transformismo.
Añádase á ésto que la seleccion dicha contra toda razon ha re
476 Origen del hombre

cibido el nombre que le ha impuesto su autor , como si fuera alguna


señora inteligente que está de continuo atisbando con exquisita
diligencia cuantas circunstancias oportunas se le ofrecen en cada
momento para salir con su empresa de establecer en el mundo or
gánico el progreso indefinido , llevando a los seres vivientes de
perfeccion en perfeccion por todos los grados de la vida. Cierta
mente , el autor del Origen de las especies, imitando tambien en
esto á Lamark , habla de la naturaleza , causadora de esta seleccion ,
en tales términos que no parece sinó que está pintando bajo este
supuesto nombre al Dios infinitamente inteligente y todopoderoso
de los Cristianos. Por esta causa no han faltado entre los mismos
partidarios del transformismo quienes han rechazado la seleccion
dicha. Pero ¿ quién es esta señora Naturaleza en la teoría del trans
formista inglés ? El ciego acaso , y nada más que el ciego acaso .
Segun Darwin , Dios no tiene nada que ver en cosa alguna de cuan
tas acaecen en este mundo : crió la materia , produjo en ella los pri
meros organismos , ó como se ha explicado más tarde , la llenó por
todas partes del vivifico panesperma, y luego la abandonó á si
propia para que ejecute todos sus movimientos enteramente á ciegas
y por pura casualidad. ¿ Cómo , pues , poner en la Naturaleza esa
vigilancia suma , ese cuidado extremo para no perder ocasion de ir
adelante con su progreso , cuando , echada á un lado la idea de un
Dios ordenador de las cosas , no queda en ella sinó el cáos , las tinie
blas , el puro movimiento mecánico de los átomos de Epicuro y
Lucrecio , guiados por la ciega fatalidad , á manera de nave sin
timon y de ejército sin jefes ? En este cáos , en este entrechocarse
ciego de los átomos pone Darwin la raiz primera del orden admi
rable que vemos reinar en el universo , y muy principalmente en las
partes todas del mundo orgánico . En esta materia caótica destituida
de todo conocimiento , incapaz de toda intencion verdadera, com
puesta de innumerables átomos que se mueven sin órden ni con
cierto , coloca nuestro filósofo la idea fja é inquebrantable de ir
siempre construyendo organismos cada vez más perfectos. ¿ Puede
darse mayor absurdo que semejante manera de concebir las cosas :
¿ Quién ha pensado jamás que tenga la luz por madre á las tinieblas,
el orden al cáos , el dia a la noche , el calor al frio , en una palabra,
la realidad a la pura nada ?
Y luégo Darwin y sus discípulos nos vendrán diciendo con mu
cho aplomo que el hombre terciario es ya un hecho adquirido á la
ciencia , porque en ciertos terrenos de esta especie se encuentran
segun el transformismo materialista . 447

algunos pedruscos cuyas estrías y muescas , producidas con cierto


paralelismo , ofrecen señales inequívocas de una marcada intencion
en quien las hizo . Aquí un órden insignificante , que por su infinita
pequeñez puede ser considerado con razon como un simple juguete
de la Naturaleza , ofrece á nuestros sabios señales inequivocas de
haber tenido parte en él una inteligencia ordenadora. Pero se pre
senta ante sus ojos el órden admirable del mundo , la regularidad
perfecta y la constancia invariable de los movimientos de los inſini
tos seres que pueblan la inmensidad del espacio , el arte exquisito
con que cada uno de los innumerables vivientes busca su bien pro
pio y peculiar, eligiendo los medios más acomodados con exactitud
maravillosa, salvando los obstáculos más árduos , armándose de los
instrumentos más aptos para el efecto , en una palabra , obrando con
la sabiduría más portentosa que ni siquiera podemos imaginar , y
que en vano buscaríamos en los mejores artistas del mundo ? ¡ Ah !
Estoya es otra cosa , exclaman : aquí, para reconocer la obra de una
mente ordenadora , habríamos de recurrir al Autor de la Naturaleza ;
mas esto no puede ser. Y con esto concluyen sin pestañear que en
tan admirable órden no hay nada de plan preconcebido, porque todo
él ha sido obra del acaso . ¡ Oh lógica incomparable de estos nues
tros tiempos , que nos enseña á discurrir de una manera tan nueva
y tan desconocida de aquel sapientisimo Stagirita que compuso su
famoso Öpravov, ó arte de bien pensar !
Mas no : nos equivocamos ; Aristóteles conoció muy bien este gé
nero de raciocinio usado por nuestros modernos sabios ; sólo que ,
conociéndolo , á pesar de ser un excelente naturalista , lo rechazó
como evidentemente absurdo , y enseñó contra el darwinista de su
tiempo , llamado Empédocles , que en las operaciones de la Natura
leza resplandece con vivísimo brillo la mente ordenadora del Sér
inteligente de donde originariamente proceden . “ Ofrécese aquí
una duda , escribe proponiendo la dificultad del filósofo citado : ¿ qué
es lo que impide decir que la Naturaleza no obra por fin alguno , ni
hace lo que es mejor , de suerte que no llueva Júpiter. para que
crezca el trigo , sinó que esto suceda por mera casualidad : Asimis
mo , ¿ por qué no se deberá afirmar que el agua no cae del cielo para
destruir el trigo que está en la era , sinó que es producido este efec
to por puro azar ? Y por la misma razon , ¿ por qué no pensaremos
que las partes de un todo armónico tienen este género de origen
en la naturaleza ? ¿ Qué los dientes , por ejemplo , nacen así por ca
sualidad , los anteriores agudos y aptos para dividir la comida , y
448 Origen del hombre .

los molares anchos y aptos para masticarla ? Pues se podría sospe


char que no han sido producidos para este fin , sinó que la casuali
dad los ha hecho acomodados para estas acciones. En esta suposi
cion deberíamos decir que aquellos artefactos , cuyas partes salían
fabricadas por el acaso con tan perfecta armonia como si un sér in
teligente los hubiera fabricado conforme á un plan preconcebido,
la Naturaleza los conservó como por incidencia de una manera con
veniente ; y aquellos otros en que no sucedió esto perecieron ;
como , por ejemplo , segun Empédocles, acaeció esto á aquellos
animales que constaban de miembros en parte humanos y en parte
boyunos , '
Hé aquí el mismísimo razonamiento de Darwin . Mas a él respon
de Aristóteles , inmediatamente despues de las palabras citadas ,
contestando en esta forma : “ Es imposible que las cosas pasen de
esta manera : porque todo lo natural ó hecho por impulso de la na
turaleza lleva el carácter de la constancia y regularidad , al paso
que en lo casual sucede todo lo contrario . Porque ui en el invierno
es frecuente la lluvia por casualidad , ni el calor en el estío ; ántes
por casualidad sucederá que en el invierno deje de llover y en el
estio de hacer calor . Si pues no pueden ser atribuidos al acaso los
tales fenómenos, es claro que se realizan con algun fin. Ahora bien ;
los mismos enemigos de la finalidad confiesan que son naturales ó
hechos por impulso de la naturaleza . Luego deben confesar tam
bien que ésta lo realiza con el marcado fin de producirlos . ,
Basta contemplar con un poco de atencion la sola mano del hom
bre , para ver en ella sellada la idea del Artífice divino que la ha
fabricado . Y , cierto ; no ha faltado en estos últimos años quien con
incomparable maestría ha puesto en completa evidencia la absurdi
dad de la teoría darwiniana , por esta parte que respecta al origen
enteramente casual de los organismos , sirviéndose de los mismos
datos de la ciencia para hacer ver al autor del Origen de las espe- ,
cies las maravillas del arte divino en la fabricacion de la mano del
hombre . El Sr. Bianconi , ilustre exprofesor de la Universidad de
Bolonia , dió a la luz pública una notabilísima obra sobre este asun
to , que dirigió á Darwin en forma de carta , habiéndola escrito en
francés para que pudiese ser mejor entendida de todo el mundo . Su
título es como sigue : La théorie darwinienne et la création dite in
depéndante , lettre à M. Ch . Darwin par 7. Joseph Bianconi, ancien

1 Aristóteles, lib. 11 , Physic ., cap. viii, 198 b. 16-29.


segun el transformismo materialista . 449

professeur à l'université de Bologne. En ella hace ver el sabio


italiano al famoso naturalista inglés , entre otras cosas muy impor
tantes , como la ciencia mecánica del artifice que ha construido tan
maravilloso instrumento pasa mucho más allá de cuanto nosotros
podemos imaginar con todos los esfuerzos de nuestra fantasía. Lás
tima grande que los circunscritos límites de este nuestro trabajo no
nos permitan extendernos algun tanto 'en el género de reflexiones
utilísimas á que nos convida su lectura . Háganlas por sí mismos
nuestros lectores , fijando con atencion la vista en sus importantes
páginas, y no dejando pasar desatendida ninguna de las muchas
preciosidades que en sí encierra .
Nosotros completaremos esta demostracion , siquiera sea breve
mente , valiéndonos del cálculo de las probabilidades , que tan her
mosamente han desarrollado varios escritores para poner en claro
la absurdidad de la doctrina que atribuye al ciego acaso el origen
de los diferentes organismos. Si las fuerzas ciegas de la naturaleza
producen todos sus actos por absoluta necesidad y sin hallarse di
rigidas por una inteligencia que , teniendo preconcebido un plan de
antemano, use de ellas como de instrumentos para realizarlo, todas
cuantas combinaciones de átomos resulten , así en el mundo orgá
nico como en el mineral , serán puramente casuales ; puesto que de
signamos con este nombre de casualidad todo aquello que se veri
fica en el mundo sin un plan preconcebido , y por consiguiente suce
de de una manera impensada ( praeter opinionem ) . Ahora bien , en
acciones de esta clase , para juzgar de antemano qué es lo que de
hecho sucederá ó no sucederá en algun caso determinado , 110 nos
queda otro recurso sinó acudir al cálculo de las probabilidades , por
el cual juzgamos del probable porvenir de una cosa por la mayor ó
menor inclinacion á producirla que notamos en las causas físicas de
donde ha de venir su existencia . ¿ Qué nos dice , pues , este cálculo
con respecto a la produccion de los infinitos é infinitamente varia
dos organismos que cada dia se fabrican en el mundo por las fuer
zas de la naturaleza ? Claro está que si estas fuerzas las considera
mos como están al presente , á saber : encauzadas ya y dotadas de
una determinada direccion , el cálculo de las probabilidades nos dirá
que procederán siempre con la regularidad y constancia que en ellas
experimentamos. Pero aquí tratamos de explicar este mismo encauza
miento у la direccion determinada que ahora poseen . Este encauza.
miento y direccion en la teoría de Darwin son obras del acaso , y del
acaso afirmamos que no pudo dar origen al encauzamiento indicado .
29
1

450 Origen del hombre

En efecto : ántes que las fuerzas de la Naturaleza tomasen la di


reccion fija y constante que ahora poseen , la combinacion presente
de los infinitos átomos que concurren á la formacion de los orga
nismos actuales era , si se quiere , fisicamente posible , pero no mo
ralmente ; esto es , tenía en contra de su realizacion , dejadas las fuer
zas naturales abandonadas á sí propias , tan grande número de obs .
táculos , que equivalían á una imposibilidad absoluta . Así , todos
sabemos que si se arrojan al acaso una tras otra todas las letras que
componen la Eneida de Virgilio , físicamente hablando no repugna
que resulte la combinacion por ellas formada actualmente en el
mencionado poema. Pero por lo que pertenece al hecho de formar
la tal combinacion , bien seguros estamos que , aun cuando se repi
tiese la operacion millones de veces , nunca se realizaría ; y cada una
de las veces que se intentase , apostaríamos con plena seguridad
cualquier cosa contra quien dijese que iba á verificarse la combina
cion dicha . La razon de esta imposibilidad no la concibe el comun
de los hombres de una manera perfecta , ó en términos que puedan
darse á sí mismos cuenta de ella ; pero todos la conocen por intui
cion directa , y la sienten con tal viveza que todos ellos tendrían por
loco rematado á quien pensase sériamente lo contrario de lo que
ellos piensan . Esta razon empero la desarrolla la filosofia en el cálcu
lo de las probabilidades , haciendo explicito aquello mismo que todo
el género humano tiene en su propio pensamiento de una manera
implicita , ó sea por cierto linaje de sentimiento . Vamos á decir sobre
ella cuatro palabras.
Supongamos que , al dirigir la vista hacia una mesa , hallamos
puestas sobre ella una junto á otra las dos letras siguientes : ar. Al
instante nos ocurrirá la idea de que quien puso aquellas letras en
aquel orden determinado hizo esto con alguna intencion preconce
bida ; pero no nos atreveremos á afirmarlo resueltamente, porque
tambien nos parecerá hacedero que el tal fenómeno haya sido obra
del acaso . Y en efecto , el cálculo de las probabilidades nos dice que,
si hay un grado de probabilidad para pensar lo primero, tambien
hay otro para pensar lo segundo. Añadamos otra letra más , y su
pongamos que las letras así halladas son arm . En este caso la pro
babilidad por la produccion casual ha disminuido mucho , aumentan
do por consiguiente la que está en favor del hecho intencionado .
La razon es clara, porque el número de combinaciones posibles con
las tres citadas letras ha pasado de dos á seis , y por consecuencia
hay seis grados de probabilidad contra uno sobre que el tal fenó
segun el transformismo materialista . 451

meno ha sido intencionado . Pero al fin la diferencia entre los refe


ridos grados no es enorme , y siempre queda por lo mismo en dicha
hipótesis la duda razonable de que quizá aquello se ha hecho al
acaso . Pero aumentemos más el número de letras , y supongamos
que las hallamos de esta manera : Arma virumque cano. Al ver este
hemistiquio latino, al instante concluiremos sin titubear, estando dis
puestos para apostar cualquier cosa contra quien piense de otro
modo, que aquellas letras no han sido puestas así por el azar, sinó
que tenía de antemano una intencion muy marcada de producir
aquella determinada combinacion quien las colocó de aquella mane
ra . Sin embargo , físicamente hablando , no repugna que aquello haya
sido obra del acaso ; pero las dificultades físicas que se oponen á
que haya sido hecho por el azar son tales , que para nosotros equi
valen á una verdadera imposibilidad física. Y no es extraño que así
se nos presente á nuestra inteligencia , porque por el cálculo de las
probabilidades se sabe que hay la enorme cifra de 20.922,789.888,000
grados de probabilidad contra uno sólo sobre que la tal combina
cion ha sido intencionada ; lo cual equivale , moralmente hablando ,
á una imposibilidad absoluta de que el tal fenómeno haya sido obra
del acaso .
¿ Qué diremos, pues , si en lugar del hemistiquio indicado halla
mos el verso todo entero : Arma virumque cano, Trojae qui primus
ab oris . ¿ Qué , si aparecen dos , tres, cuatro versos seguidos por el
mismo órden que tienen en la Eneida : Qué, si se nos presenta
todo el libro primero de este poema , y mucho más el poema todo
entero ? Es incalculable el número de combinaciones posibles que se
ofrecen en este último caso contra la única que forman las letras en
el poema entero de Virgilio ; cada una de ellas tiene tanta probabi
lidad de realizarse como ésta , no entrando en el arreglo una mente
ordenadora, y todas juntas hacen su realizacion absolutamente im
probable, ó sea producen en nosotros un juicio completamente cier
to de que la tal combinacion no tendrá lugar en el mundo de las
realidades existentes . La sola disposicion de las veintiseis letras del
alfabeto con el orden regular que llevan en los Diccionarios , á pesar
de ser una cosa tan sencilla considerándola practicada por una inte
ligencia , si se la supone ejecutada por las solas fuerzas de la natu
raleza , abandonadas á sí mismas , se hace tan improbable como im
probable sería el que un hombre sacase al primer envite , de entre
los infinitos granos de arena que cubriesen la Europa entera con un
metro de espesor, el único grano de carbono puro que supiese exis
452 Origen del hombre

tir entre ellos , mas sin tener la menor noticia del lugar hacia dónde,
poco más ó ménos , podría encontrarse.
¿ Qué será, pues, no de veintiseis letras, sinó de la inmensa multi
tud que se halla contenida en dicho poema ? ¿ Qué del número infi
nito de átomos que entran en la composicion de los innumerables
organismos con que en todo tiempo ha estado cubierta la superficie
de la tierra y poblada la inmensidad de los mares ? La sola forma
cion de un órgano cualquiera , por pequeño y diminuto que se le
quiera suponer , encierra una multitud portentosa de estos átomos ;
¿ qué será si consideramos el organismo todo entero ? ¿ qué si aten
demos a la correlacion de un órgano con otro en cada animal ? ¿qué
si observamos que esta correlacion es fija siempre y constante en
todos y cada uno de los organismos que existen y han existido en
todos los siglos del mundo ? Sería preciso haber perdido completa
mente el juicio para pensar que tan perfectas y complicadas máqui
nas , como son los órganos de las plantas y de los animales , cuyas
partes , cada una de por sí , son una obra acabadísima en su género ,
y todas juntas forman el conjunto más armonioso y bello que jamás
ha podido ni podrá ser ni esbozado siquiera por el mejor artifice
del mundo, han debido su existencia al puro acaso , á la ciega ca
sualidad . Esto equivaldría á decir que todas cuantas hermosísimas
pinturas existen en los museos de Madrid , Paris , Londres , Roma,
Florencia y demas partes del mundo ; todos cuantos bellísimos edi
ficios se encuentran en las citadas ciudades , y finalmente , todo cuan
to hay de más grandioso y excelente en materia de ciencias y de
artes en toda la redondez de la tierra , se ha hecho sin inteligencia
alguna , sin el más mínimo plan preconcebido, y por un mero juego
accidental de las fuerzas de la naturaleza. Digo mal que equivaldria,
porque las obras del arte humano , por grandes y estupendas que
parezcan , no alcanzan ni con mucho la perfeccion admirable que
brilla en la más mínima de las fabricadas por el arte sapientísimo
del Criador, y no merecen llamarse siquiera toscos rasguños ó infor
mes bosquejos de tan soberana belleza . Tan grande es la locura de
los que , engrandeciendo todas estas cosas como lo más alto y su
blime adonde puede llegar el arte de los hombres con todos los es
fuerzos de su pobre inteligencia , no se avergüenzan de atribuir al
acaso las bellísimas obras del mundo orgánico y todo el armonioso
conjunto de esta muy bien concertada máquina del universo. Con ra
zon , pues , escribe Agassiz, contra tan absurdo modo de discurrir, las
palabras siguientes : " Se puede hasta cierto punto concebir que los
segun el transformismo materialista . 453

agentes físicos hayan podido producir algunos efectos análogos ó


parecidos á los cuerpos de los animales inferiores ó de las plantas
más sencillas. Suponiendo que hubiesen dado una vez la existencia
á esta clase de séres imperfectos, hubieran podido repetir muchas
veces el mismo fenómeno obrando en las mismas circunstancias.
Mas lo que de ninguna manera puedo entender, es cómo, despues
de haber analizado más profundamente las posibilidades que lleva
consigo un caso de esta especie , no se percibe al momento cuán
enojoso sería el querer llevar la suposicion más adelante, y el ad
mitir que estos agentes han podido delegar á los mismos objetos
producidos por ellos el poder de reproducir otros semejantes, y
esto de manera que los tales objetos sean incapaces de obrar en
otra forma. Tampoco es concebible la suposicion de que, partiendo
de la estructura más sencilla , se haya podido elevar poco a poco
este modo de actividad a la produccion de una estructura más per
fecta , porque cada grado intermedio lleva consigo la introduccion
de nuevas posibilidades que ni áun siquiera se hallan contenidas en
la hipótesis original . Delegar un poder de esta naturaleza, no puede
ser sinó un acto de inteligencia . En efecto , entre la produccion de
un número indefinido de séres organizados , como resultado final de
la accion de las leyes físicas, y la reproduccion de estos mismos
séres por sí mismos , no existe lazo alguno necesario . Las genera
ciones sucesivas de una planta o de un animal no pueden tener, en
lo que concierne á su origen , relacion alguna de causalidad con los
agentes físicos, á no ser que estos agentes tengan el poder de dele
gar su propia actividad , dotada de la plena y entera virtud que re
sidia en ella al tiempo en que por vez primera la tal planta ó el tal
animal fueron producidos ! Es , efectivamente, una ley física el que
la resultante sea igual a la suma de las fuerzas aplicadas en un mismo
sentido . Si algun sér nuevo hubiera sido por maravilla el resultado
de la accion de las fuerzas brutas, ¿ cómo hubieran podido las gene
raciones sucesivas originarias de este sér ponerse en el instante de
su nacimiento, con respecto á estas fuerzas, en las mismas relacio
nes de sus antepasados, si es que las tales generaciones no tenían
en sí mismas la facultad de conservar sus propios caractéres, á des
pecho de las fuerzas productoras? Ademas , ¿ por qué los animales y
las plantas habrían de comenzar, desde el momento en que cesa la
vida , á descomponerse bajo la accion de las mismas fuerzas que

1 Agassiz, De l'espèce , pár. 17, pág. 95-96.


454 Origen del hombre

fueron necesarias para el mantenimiento de dicha vida , si ésta había


sido limitada o determinada por los tales agentes físicos ?
Pero no es éste el único punto por donde flaquea el sistema de
nuestro famoso transformista . La variabilidad indefinida de los seres
organizados profesada por él con todos los demas naturalistas de su
escuela , es una doctrina que se halla en abierta oposicion con la
fijeza sustancial de las especies proclamada por la naturaleza. En
efecto : es una ley general , confirmada con la experiencia continua
de los siglos , que cada animal engendra otros semejantes á él ; de
suerte que la generacion no es otra cosa en los designios de la Pro
videncia sinó el instrumento para perpetuar la especie . De los peces
no nacen sinó peces ; de las aves sólo vemos procrearse aves , y así
de toda suerte de animales . Nada hay 'más constante y fijo en las
cosas de la tierra que la fijeza é inmovilidad de las especies . En
todos los seres criados vemos reinar continuamente la ley funda
mental de la unidad en la variedad . Los tipos de las especies se
mantienen siempre fijos é inflexibles , dentro de estos tipos se pre
senta siempre una inſinita variedad de indivíduos , que no se dife
rencian entre sí sinó en los caractéres accidentales ; los cuales hacen
oscilar la especie al un lado y al otro , pero manteniéndola siempre
en el círculo cerrado que con mano firme le trazó el Artífice divino
al crearla. Esta ley la encontramos, no sólo en el hombre , sinó tam
bien en todos los animales y en las mismas plantas. Aún más : hasta
en el mismo órden moral la vemos reinar . ¿ Cuántos sacrificios no
hace una nacion cualquiera por no perder su autonomía propia , y
no ser reducida á otro centro superior que destruya su naturaleza
convirtiéndola en una simple provincia suya ? Pues este fenómeno,
que tambien se nos presenta en la familia y en el indivíduo , no es
otra cosa sinó una aplicacion de la ley dicha á los diversos casos
particulares. Esta ley universal, considerada en sí misma y como se
halla en los artefactos creados existentes en la naturaleza , en sus
tancia viene á confundirse con el instinto de conservacion dado á
todo sér por su divino Autor; instinto que impele á cada uno á evi
tar todo aquello que puede destruir su existencia , y á procurarse

cuanto de suyo tiende á perpetuarla en el modo que le es posible.


En virtud de este instinto , ningun ser considera como una verdade
ra perfeccion suya el dejar de existir para que se conviertan sus
restos materiales en sustancia de otros séres más perfectos. Por más
estúpido que sea un pavo, y por grande que sea la suciedad de un
puerco , jamás entrará el instinto de estos animales por la doctrina
segun el transformismo materialista . 455

transformista , de que les conviene perder su individualidad para


adquirir un modo de ser más perfecto en el estómago de un sapien
tísimo discípulo de Darwin . Vienen aquí muy bien aquellas sapienti
simas palabras del angélico Doctor :
“ Todos y cada uno de los séres , dice , llevan en sí mismos el
deseo natural de conservar su propio sér, lo cual no lo podrían con
seguir si fuesen transformados en otra sustancia. De aquí nace el
que ninguno de cuantos séres se hallan en un grado inferior de la
naturaleza puede apetecer el grado de otros superiores a la suya ;
porque si fuese trasladado á ella , por esto mismo dejaría de existir.
En esto la imaginacion nos engaña : porque , como el hombre desea
adquirir ciertos grados de perfeccion accidental que le adornan sin
destruir su esencia , nos forjamos la ilusion de que se puede apete
cer un grado superior en la escala de los séres, el cual no puede ser
obtenido sin la destruccion del sujeto mismo que lo reciba ,, !
Porque la naturaleza tiene tan grabado en todos los séres este
instinto de conservacion y de fijeza en la propia condicion de su es
pecie , por eso les da tambien á todos el mismo impulso irresistible
á poner en práctica todos aquellos medios por los cuales haya de
ser realizado este fin . Así , para concretarnos solamente á los ani
males , á cada uno le fabrica sus venas de tal suerte , que por ellas
no pueda circular libremente sinó la sangre propia de su naturaleza ;
y á los globulillos de la sangre les da tal forma, que sólo por aquel
conducto hayan de poder caminar sin tropiezo . Como si dijéramos :
hace en los animales el cañon del fusil acomodado á la sola bala
que les conviene , y fabrica la bala acomodada únicamente á aquel
fusil. De aquí es que no se puede inyectar en ningun animal la san
gre de otro sinó es de la misma especie; porque , de lo contrario ,
con esta operacion se le acarrearía su propia ruina . Asimismo , para
perpetuar la especie , ya que no lo puede conseguir en cada uno de
los indivíduos , fabrica en todos ellos , cuando ya han llegado á
cierto estado de robustez , una semilla tal que de ella no brote sinó

1 * Est enim unicuique naturale desiderium ad conservandum suum esse , quod


non conservaretur, si transmutaretur in alteram naturam . Unde nulla res, quae est in
inferiori gradu naturae , potest appetere superioris naturae gradum : sicut asinus non
appetit esse equus; quia, si transferretur in gradum superioris naturae , jam ipsum non
esset. Sed in hoc imaginatio decipitur : quia enim homo appetit esse altiori gradu
quantum ad aliqua accidentalia , quae possunt crescere absque corruptione subjecti,
aestimatur, quod possit appetere altiorem gradum naturae, in quem pervenire non
posset , nisi esse desineret. ,, (S. Thom ., I. P. , q . 63 , art. 3. )
456 Origen del hombre

otro sér de la misma especie . El huevo, en que cada uno de los


animales deposita la virtud generadora del nuevo sér, por más que
en su parte material no presente diferencia alguna de la de otros
pertenecientes á otras clases , sin embargo , en su parte formal y es
pecífica , ó sea en el elemento activo y dotado de virtud formativa,
el cual no es material ni por consiguiente accesible al microscopio ,
es esencialmente diverso .
En virtud de esta diversa naturaleza formativa, el huevo de un
animal tiende a la reproduccion de este mismo animal , y no de otro .
¿ Y qué no hacen, tanto él mismo como sus padres , para conseguir
este objeto ? El huevo se encierra dentro de sí mismo de manera
que quede aislada completamente su fuerza vital de todos los agen
tes exteriores , y asi él sólo pueda libremente ejecutar su obra ; los
padres por su parte procuran ponerlo en circunstancias tales que
ninguna de ellas pueda destruirlo , ántes al contrario todas le favo
rezcan , en cuanto sea posible , y ayuden por la parte exterior á la
produccion de la obra que en la interior se está fabricando. ¿ Qué
pruebas más evidentes se pueden pedir para conocer que la natu
raleza en cada uno de los seres tiende siempre con suma diligencia
á perpetuar su especie , á ſijarla de suerte que nunca pueda ser trans
formada ?
Hasta el mismo Darwin se ve precisado á reconocer este hecho
universal y patente á los ojos de todo el mundo. Por eso , para li
brarse de tan abrumadora carga, apela al miserable recurso de decir
que esta ley tiene ciertamente lugar en los séres que poseen ya sus
caractéres bien ' determinados y circunscritos, pero no en los que
la Naturaleza no ha logrado aún sinó un cierto estado de transicion ,
no dando á su obra otra cosa que una forma vaga y confusa . Mas
esto es echarse á fingir y fantascar segun su antojo , y nada más .
¿ Dónde están esos séres de naturaleza vaga y confusa ? Por más que
se les busca , nunca aparecen sinó en la fecunda y lozana imagina
cion de los darwinistas. Los séres reales y verdaderos que encuen
tra el naturalista, ora en los terrenos actualmente habitados , ora en
los paleontológicos , todos llevan una naturaleza enteramente fija y
encerra da dentro de sus propios límites.
Si hablamos de los animales pertenecientes á los tiempos his
tóricos, éstos los hallamos constantemente con sus mismos carac
téres y costumbres . Testigos son de esta verdad los antiquisimos
monumentos egipcios , donde se ven hoy día esculpidos ; testigos
tambien los libros del antiguo Testamento , donde se hace mencion
segun el transformismo miaterialista . 457

de ellos ; testigo la historia de los animales de Aristóteles , donde se


hallan descritos ; testigos, finalmente, las imágenes de Homero , to
madas de la naturaleza y costumbres de estos seres. Hé aquí como
se explica Constantino James sobre la fijeza de las especies, fundán
dola en las momias de Egipto , observadas con sus propios ojos:
“ Tenemos de ello , escribe ' , otra prueba no ménos evidente en los
hipogeos que nos ha legado la antigüedad de Egipto : éstos son
unas colecciones maravillosas , verdaderos museos que no ceden en
nada á las colecciones y á los museos subterráneos , cuyos tesoros
nos ha revelado la Paleontologia . Gracias á los prácticos en el arte
de embalsamar , usado entonces en tan grande escala que no sólo
era aplicado al hombre , sinó tambien á todos los animales sin ex
cepcion , se encuentran intactas generaciones enteras, extinguidas ya
hace miles de años . Si estas generaciones pudieran de repente salir
de su sueño y de su sepulcro para mezclarse con las especies de
animales actualmente existentes, formarían con ellas un conjunto tal
que nos sería imposible distinguir las unas de las otras . Sobre este
punto las investigaciones de los modernos no han hecho sinó con
firmar las deducciones sacadas por Geoffroy Saint - Hilaire de sus her
mosos y prolongados trabajos en las necrópolis de Tebas , y resu
midas por La Cepede así en una Relacion que se ha hecho célebre :
" Resulta de esta parte de la coleccion del ciudadano Geoffroy
que estos animales son perfectamente semejantes a los de hoy día .
99 La palabra ciudadano me dispensa de añadir que esta relacion
data de la primera revolucion . Esta semejanza tan perfecta yo mis
mo he podido observarla con mis propios ojos durante mi perma
nencia en Egipto al tiempo de inaugurarse el canal de Suez . Asi
comparando los ibis embalsamados procedentes de la gruta de Sa
moun con los ibis esculpidos, tales cuales aparecen en los obeliscos.
y con los ibis llenos de vida que andan á bandadas en el lago Men
zaleh , no he hallado entre ellos diferencia alguna apreciable : siem
pre es el mismo pájaro, de formas graciosas y esbeltas , y de ele
gante apostura . Y nótese que aquí se trata de un período de más
de cinco mil años. Hasta aquí el mencionado sabio .
Si de los animales de los tiempos históricos pasamos á los fósiles,
cuya edad no se ha averiguado todavía , hallaremos la misma ley
ni más ni menos , perpétuamente observada : siempre aparecen con
su forma perfectamente determinada ; nada de vaguedad , de inde

1 Constantino James, L'homme singe, pág. 195 y siguientes.


458 Origen del hombre

terminacion se nota en sus caractéres . “ Han sido explorados , escri


be Valroger en su excelente libro sobre la generacion de las espe
cies , los terrenos paleozoicos en las Islas Británicas , en Francia , en
Alemania , en España , en Portugal , en Cerdeña , en los Alpes , en
Sajonia, en Bohemia , en Escandinavia , en Rusia , en un crecido nú
mero de puntos del Asia , en las dos Américas , en el Africa meri
dional y austral . Las floras y las faunas fósiles recogidas en todos
estos terrenos han sido cuidadosamente descritas , las que pertene
cen á una localidad han sido minuciosamente comparadas con las
de los otros países . Las regiones donde han sido estudiados los ter
renos secundarios , terciarios y cuaternarios, son todavía más nu
merosas ; sus fósiles han sido descritos y comparados con tanto
cuidado como los de los lechos anteriores. De esta suerte han sido
descubiertas más de veinticinco mil especies . Ahora bien ; estas es
pecies están divididas en un órden enteramente diverso del que de
berían presentar , si las teorías transformistas estuvieran fundadas en
algo sólido . Ellas ofrecen ademas, en lugar de caractéres vagos é
inciertos , caractéres tan definidos en su género como los de las es
pecies actuales ; lo cual prueba que son creaciones primordiales , y
no derivaciones ,
No se puede dar mentís más completo á la teoría darwiniana. A
ser ésta verdadera , las especies intermedias de caractéres vagos é
indeterminados no podrían faltar, porque la Naturaleza no da saltos
en sus obras , y porque así lo reclama la misma teoría . Mas estas
especies intermedias son un puro sueño de sus defensores, no ha
biendo animal ni planta de la tierra que no proteste enérgicamente
contra ella.
El mismo argumento se podría formar con los granos antedilu
vianos, de antigüedad enteramente desconocida , que han sido ha
llados en los terrenos formados por lo que los Geólogos llaman di
luvium para distinguirlo del diluvio mosaico , mucho más reciente
en su opinion . Cuenta Michelet que en las cercanías de Dôle , remo
viendo ciertos depósitos areniscos acarreados en la época de las
grandes inundaciones , han sido descubiertos algunos granos cuya
duracion comprende un número indefinido de siglos . Sembrados en
un terreno conveniente , han producido su fruto , dotado absoluta
mente de los mismos caractéres botánicos que tenían los circunveci
nos : la planta así reproducida se llama Galium anglicum ' .

1 Constantino James en la obra citada, pág. 216 .


segun el transformismo materialista . 459

A todos estos razonamientos , que demuestran claramente la in


subsistencia de la teoría darwiniana , hay que añadir otro de mucho
peso , y suficiente por sí solo para dar al traste con todas las teorías
del transformismo. Este argumento está fundado en la hibridacion
perpetua y constante de los séres organizados obtenidos con el cru
zamiento de las especies . Por mucho que han intentado transformar
los organismos con este linaje de ensayos , jamás han podido obte
ner una clase de séres nueva que se conservase por sí sola teniendo
la fecundidad de las verdaderas especies . La Naturaleza es más fuer
te que todos los esfuerzos de los hombres ; éstos , no sin mucha pa
ciencia y constante trabajo , por fin llegan á conseguir alguna vez
que se crucen entre sí los animales de diferentes especies, lo cual
indica ya de suyo que á esta accion se entregan ellos forzados y

contra su propia inclinacion. De esta union monstruosa , frecuente


mente infecunda , han resultado alguna vez séres mestisos que par
ticipaban de la naturaleza del padre y de la madre ; pero estos séres ,
ó han sido absolutamente infecundos, ó no se han propagado sinó
por dos , tres ó cuatro generaciones , volviendo despues los hijos
habidos en las generaciones siguientes á entrar absolutamente en
una de las dos especies primitivas : o en la del padre , ó en la de la
madre . Los lepóridos ( hijos de liebre y conejo ) son buenos tes
tigos, entre otros , de esta verdad : al cabo de tres ó cuatro genera
ciones posteriores al cruzamiento de la liebre con el conejo , estos
animalitos en nada se diferencian de los conejos comunes .
Lo único que pueden obtener los hombres con toda su industria
es variar las cualidades accidentales de los seres , dejando siempre
inmoble é intacta la sustancia que constituye la naturaleza de cada
uno . Podrán obtener que un caballo , v . gr . , permaneciendo siempre
en la naturaleza fija é inmoble de caballo , que es lo que llamamos
especie, varie en algunas propiedades accidentales, como en tal de
terminado color , en tal determinada hermosura, etc. , pero nunca lo
grarán producir una nueva especie por medio del cruzamiento de
este animal con otro de diferente naturaleza, creando una clase de
séres que se reproduzcan indefinidamente por sí mismos y dentro de
su particular esfera . ¿ No prueba esto con la mayor evidencia que el
imaginado progreso darwiniano por medio de los referidos cruza
mientos monstruosos no tiene fundamento alguno en los hechos? No
lo puede obtener el hombre á fuerza de empeño y de trabajo cons
tante, violentando la natural repugnancia que tienen de suyo los sé
res á las tales uniones, y lo habrá ejecutado la misma naturaleza
460 Origen del hombre

con su propia espontaneidad ? Verdaderamente que se necesita gran


de aficion á lo nuevo y maravilloso para tragarse sin repugnancia
semejantes absurdos. Aun en las mismas razas, fruto ordinariamen
te de la industria humana, se nota la tendencia de los seres á volver
á sus tipos primitivos ; pues abandonadas á sí mismas, luego pierden
su fisonomía y vuelven al punto de donde partieron ' .
¿ Y de dónde nace á los seres así monstruosamente engendrados
esa infecundidad incontestable que se les observa ? Los darwinistas
deben darnos razon de este fenómeno, si quieren desterrar del mun
do las especies y sostener que cuantas hoy dia existen no son en
realidad sinó simples variedades, capaces en sí mismas de todo gé
nero de cruzamiento fecundo, pero esterilizadas accidentalmente por
las circunstancias particulares en que los colocó la naturaleza . Extra
na accidentalidad, que vemos convertida en ley permanente y fija
en todos cuantos séres ha sido dado al hombre observar en todo el
largo trayecto de los siglos históricos y paleontológicos . Si el pro
ceder de los darwinistas no es afirmar caprichosamente cuanto se
les pone en el magin , contra todas las leyes de la lógica , no sé qué
cosa se podrá llamar gratuita y antiracional en filosofía.
“ En esta teoría, escribe juiciosamente M. de Quatrefages ? , asi
como en todas las que descansan en la transformacion lenta , la nue
va especie comienza siempre por una variedad dotada de un carác
ter que al principio se halla en el estado rudimentario , y despues se
va acentuando muy lentamente cada vez más en cada generacion .
Resulta de aquí que, entre todos los indivíduos que se van sucedien
do , no existe jamás otra cosa que diferencias de raza . Ahora bien ,
ya lo hemos visto : entre razas de la misma especie la fecundidad
permanece constante ; por consiguiente , en la hipótesis de Darwin ,
lo mismo que en la de Lamark, etc. , los cruzamientos fecundos en
todos sentidos y en todos grados confundirían constantemente la
especie madre con la especie derivada que tiende a formarse. Y ha
biendo desde el principio de las cosas producido la misma causa los
mismos efectos, presentaría el mundo orgánico la confusion más
completa, en lugar del órden que todos los hombres tenemos a la
vista. Por tanto, es preciso que Darwin y sus más exagerados disci
pulos admitan que, en un momento dado, una de las razas se hace
súbitamente incapaz de cruzarse con las otras que la han precedido.

1
V. Favre, La variabilité des espéces et ses limites, chap . vi . Paris, 1868.
2 A. Quatrefages. L'espèce humaine, lib. 11, ch . x , n . iv, pág. 73 , Paris, 1880,
3

segun el transformismo materialista . 461

De dónde arrancará esta infecundidad que separa las especies ? En


dónde y en qué momento se habrá roto el lazo fisiológico que une
la especie madre á las descendientes modificadas, aun cuando la
modificacion haya sido llevada hasta el grado de formar la distan
cia que separa al buey ordinario del buey gnato ? ¿ Qué causa habrá
determinado la produccion de este gran hecho, tan arraigado en
toda la economía del imperio órganico ? En su libro sobre La varia
cion de los animales y de las plantas, respondía Darwin : “ No debien
do las especies su esterilidad mútua a la accion acumulatriz de la
seleccion natural, y mostrándonos un grande número de conside
> raciones que tampoco la deben á un acto de creacion , debemos
admitir que ha debido nacer incidentalmente durante su lenta for
macion, y hallarse ligada á ciertas modificaciones de su organiza
cion desconocida . , En las últimas ediciones del Origen de las es
pecies le hemos visto negarse á admitir como general la fecundidad
de los mestizos, apoyado en la razon de que no se sabe nada acerca
del cruzamiento entre las variedades (rasas) salvajes. Así , para ad
mitir la transformacion fisiológica de la raza en especie, hecho con
trario a todos nuestros conocimientos positivos , Darwin y sus disci
pulos rechazan los resultados seculares de la experiencia y de la
observacion, y les sustituyen un accidente posible y lo desconocido.
La teoría darwinista gira toda entera sobre la posibilidad de esta
transformacion . Ya se ve sobre qué datos descansa la hipótesis de
esta posibilidad . Ahora bien; yo pregunto á todo espíritu verdade
ramente libre, á todo hombre libre de preocupaciones, que se haya
ocupado algun tanto en las ciencias :: Sobre semejante fundamento
ha de asentarse una teoria general en física ó en química ..
Hasta aquí el ilustre profesor de Antropología en el Museo de
Historia Natural de Paris . No se puede hacer más evidente la futili
dad de la hipótesis que venimos combatiendo : contra ella protestan
todos los hechos seculares del mundo orgánico , así los propios de
los tiempos históricos , como los pertenecientes á la Paleontología .
Ella pretende que nada hay fijo en la naturaleza . y que todo el
mundo orgánico está sujeto a la transformacion ilimitada , y los he
chos enseñan que las especies nunca salen de su propia órbita, y
que solamente les es permitdo oscilar á un lado y á otro con las
mudanzas accidentales de sus indivíduos ; ella proclama la vaguedad
é indecision de las formas orgánicas transeuntes , que sirven de ani
llo para juntar una especie con otra , y la naturaleza clama á gran
des gritos diciendo que esta vaguedad es puramente fingida, porque
162 Origen del hombre

todo cuanto ha sido producido por ella en la superficie de la tierra


y en el fondo de los mares lleva siempre las señales más claras de
pertenecer a alguna determinada especie , perfectamente limitada y
circunscrita ; ella sostiene, finalmente , que , en realidad , no hay en
el mundo más que una sola especie de séres organizados, y los he
chos protestan contra semejante proposicion , hiriendo con el rayo
de la esterilidad los cruzamientos monstruosos , y ostentando la
perenne fecundidad y lozanía de los legítim os , siquiera se hayan ve
rificado entre razas diferentes de una misma especie , dando con
esto origen a los mestizos . ¿ Qué contradiccion más abierta se pue
de establecer entre sistema alguno científico y la realidad de las co
sas, para que sea al instante desechado por todo el que está dis
puesto ante todas cosas á seguir las reglas de la lógica?
Pero es necesario desenvolver un poco más estas ideas, para que
sea puesta más en claro la referida contradiccion . Los darwinistas
no se cansan de afirmar por mil maneras que el pretendido transfor
mismo lento é insensible ha existido en las edades pasadas y existe
en la presente ; es preciso, pues, demostrarles por mil maneras tam
bien que esta afirmacion se halla en manifiesta pugna con la reali
dad de los hechos . Hagamos a este propósito algunas nuevas refle
xiones sobre la misma materia . Y en primer lugar , una vez estable
cido el principio de la evolucion continua y lenta de los organismos
como resultado de la seleccion natural , por precision hay que admi
tir que las especies , los géneros , y áun las familias y clases desapare
cen más tarde ó más temprano de la escena del mundo , sin que
ninguno de estos tipos pueda permanecer constante en las sucesivas
épocas de nuestro globo. La vida orgánica en tal caso se asemejará
á los diversos siglos que se suceden en el tiempo , empujando los
unos á los otros, como elegantemente escribe el autor del himno de
San Vicente Mártir , en los siguientes versos que se hallan en el
Oficio español de 22 de Enero :

“ Truduntur rapidis saecula saeculis


Et cursu revolaut irrevocabili . ,

Porque, como sábiamente escribe el ilustre profesor de la Uni


versidad de Lovaina , M. de la Vallée Poussin ' , en una concepcion
semejante el sér viviente no es sinó el simple término de una série

1 Revue des questions scientifiques, Janvier, 1877.


segun el transformismo materialista . 463

continua , incapaz de oponer por sí mismo resistencia alguna á las


innumerables y universales influencias externas que tienden á modi
ficarlo constantemente con más ó ménos energía , puesto que en el
sistema de la adaptacion darwiniana los seres organizados carecen
de un principio interior de desarrollo , y sólo se desenvuelven por
los impulsos venidos de fuera.
Claro está que las especies serán de más corta duracion que los
géneros , y éstos que las clases , porque contienen dentro de si un
número de variedades respectivamente más reducido . Ahora bien ;
sucede esto en la naturaleza ? Si consideramos de una manera ge
neral la fauna y la fora de los diversos tiempos de nuestro planeta,
se nos presenta en verdad esa sucesion de organismos; mas no su
cede asi bajando á los casos particulares . Procediendo de este se
gundo modo , hallamos muchísimas especies que han permanecido
inmobles durante larguísimos siglos de existencia. Nada digo de las
muchas que se han descubierto en los hipogeos de Egipto , y que
todavía subsisten perfectamente idénticas hoy dia en el globo , á
pesar de haber atravesado una duracion de varios miles de años,
porque esto es una cosa insignificante para los darwinistas , que fin
gen períodos de tiempo inmensamente largos en cada una de las
épocas de nuestro planeta . Citaré solamente los restos de los poli
pos que se hallan en los corales de la Florida, los cuales , segun
Agassiz ', llevan ya doscientos mil años de vida . A estos añadiré
los huesos de cabra , que pertenecen al período llamado lapídeo , y
se encuentran en los montes de Suiza . Ademas , antes de la época
glacial existieron especies que todavía viven en nuestros tiempos ,
habiéndose conservado , segun Lyell , por espacio de doscientos
veinticuatro mil años , que es un tiempo nada despreciable . Otro
tanto se diga de ciertas flores de los Alpes, las cuales se encuentran
tambien en las nevadas cimas de la Suiza , en Islandia y en la Groen .
landia , sin que aparezcan jamás en los espacios intermedios , por
reinar en ellos una temperatura demasiado elevada relativamente a
su constitucion orgánica . Las plantas de donde brotan estas flores
han debido pertenecer , segun los principios adoptados por los dar
winistas para la geografia de los vegetales, á un centro comun , lo
cual no pudo verificarse sinó en un tiempo en que toda la Europa
se hallaba á la actual temperatura de los sobredichos lugares , y que
por lo mismo debe distar muchísimo de la época presente , confor

1 Agassiz , De l'espéci, pár. 15, pág. 81.


464 Origen del hombre

me á la doctrina de los naturalistas mencionados . A esto se añade


que , segun consta de las observaciones de Lyell y Deshayes , en los
mares actuales existen hoy dia ciertos lamelibranquios , que tambien
aparecen fosilizados en el eoceno superior de los alrededores de Pa
ris y de la ista Wight, y que por consiguiente han atravesado intac
tos épocas inmensas sin sufrir los efectos de la seleccion darwiniana.
En el Mediterráneo han sido sacados con la sonda , á una profundi
dad de 60 y 100 brazas , rizópodos del género textulario , tan per
fectamente idénticos á los foraminíferos de la creta blanca de Meu
don y de Brighton , que Ebremberg era incapaz de distinguir los
unos de los otros . MM . Jones y Parker, autoridades muy compe
tentes en materia de rizópodos vivos y fósiles , enumeran una doce
na de especies de rotalinas actuales del Océano que datan de la era
cretácea. En el eoceno superior de la isla de Wight ha sido descu
bierto un gasterópodo pulmonar, helix labyrinthica, el cual vive to
davía en los Estados Unidos ? Quién puede calcular el tiempo in
menso que ha debido transcurrir desde entonces hasta nosotros ?
Así como estas especies han atravesado tan largos períodos de
duracion llegando intactas desde el coceno superior hasta la época
actual , no obstante la múltiple y variada influencia externa que ne
cesariamente debieron experimentar en tiempos y lugares tan dis
tintos ; de la misma manera , en los primitivos tiempos de la vida
orgánica , los orthoceras angulatum , ibex , subundulatum , laquuetum ,
y los trilobites Calymene Blumembachii y Cyphaspis megalops per
manecen específicamente idénticos desde el piso de Caradoc del si
lurio inferior hasta los Tilestones del piso silúrico superior de Lud
low . ¿ Y qué período tan largo no debieron atravesar estas especies
cuando el terreno vertical donde han vivido contiene nada menos
que cinco kilómetros de espesor ? Todavía , sin embargo , han debi
do vivir más largos años las especies Atrypa reticularis y Stropho
mena depressa , de las cuales la primera ha persistido desde el silú
rico medio de Llandovery hasta los bancos más altos del devonia
no , no cediéndole en longevidad la segunda .
Si de la especie pasamos al género , hallaremos una extension de
tiempo mucho más dilatada en que los animales han permanecido
siempre los mismos. El género Discina , molusco de una clase infe
rior perteneciente a los braquiópodos , el cual se halla hoy día vivo

1 Véase Revue des questions scientifiques. Janvier, 1877 , pág . 287. ( Articulo de
M. de la Vallée Poussin .)
segun el transformismo materialista . 405

en los mares calientes del Atlántico у del Pacífico , tiene represen


tantes en todos los períodos anteriores , principalmente en los más
antiguos . Lo mismo sucede á los géneros de braquiópodos Crania,
Lingula , Rhynchonella , al género Leperditia de los crustáceos , y al
Nautilus , perteneciente a la clase más elevada de los moluscos , que
son los cephalópodos ' .
¿ Cómo ha podido persistir tanto en su misma forma todo este li
naje de vivientes , si es verdadera la hipótesis de Darwin que á nin
gun ser organizado consiente permanecer constante en un mismo
estado , antes á todos ellos los empuja irresistiblemente por la senda
del progreso ?
Los darwinistas pretenden desembarazarse de estos hechos con
trarios á su sistema diciendo que la transformacion no tuvo en ellos
lugar por falta de suficiente combate por la vida . Es claro que por
esta causa debieron de quedarse estancados los animales sobredi
chos , dada la hipótesis darwiniana que pone como único medio de
transformacion el combate mencionado . Mas los hechos aducidos
van derechamente contra la misma hipótesis . ¿ Cómo es posible , en
efecto , que ese combate no haya existido en intervalos de tiempo
tan sumamente largos , durante los cuales las circunstancias exter
nas han sufrido tantas variaciones ? Los del género Discina han vi +
vido hasta en las capas silúricas inferiores de Europa y de América ,
y en los nuestros el Océano ha dado a los investigadores de los
Estados - Unidos gran cantidad de estos braquiópodos ; lo mismo
acaece á los géneros Crania , Lingula y Rhynchonella . El Nautilus
nada hoy día en los mares de la India y de la China , como nadó en
otro tiempo en los bancos del grupo de Quebec y en las areniscas
de Terranova . Las especies de orthoceras y trilobites han vivido en
el terreno silúrico tanto tiempo cuanto se necesitaba para formarse
en aquellas regiones por una manera lenta el enorme espesor de
cinco kilómetros . “ El medio físico , escribe hablando de este asun
to M. de la Vallée Poussin , ha variado más de una vez en este in
menso periodo , como lo atestigua muy bien la variedad mineralo
gica de las capas del país de Galles : durante el mismo intervalo se
han producido acciones bastante enérgicas para modificar la forma
de los mares , enderezar las capas é introducir la célebre discordan
cia de las hiladas de Llandovery. Por su parte , el medio orgánico
marino ha cambiado tambien de aspecto , puesto que una grande

1 Véase Revue des questions scientifiques, Janvier , 1877 , pág. 284-285 .


30
466 Origen del hombre

revolucion se ejecutó mucho antes de terminarse los tiempos silúria


cos : los primeros peces aparecen en la escena . ¿ Cómo , pues, expli-
car con esto la inmutabilidad de estos orthoceras y de estos trilobi
tes , cuyos géneros , sin embargo, se prestan á tanta variedad de for
mas sobre un mismo horizonte , '.
Decir que en circunstancias como las que acabamos de mencio
nar el combate por la vida no ha tenido lugar entre los sobredichos
vivientes , es afirmar una cosa contra toda razon por sólo el empe
ño de salir adelante con su sistema . El que de esta manera preten
de defenderse de tales hechos , no hay duda que tambien dará la
misma respuesta al que le objete la persistencia de los murciélagos
al través de las edades más remotas, diciendo que nunca ha tenido
que luchar por la vida este linaje de animalitos . Y , sin embargo,
como sabiamente observa Van Beneden , ellos viven y han vivido
siempre en las grutas peleándose fuertemente por procurarse el ali
mento , pues todos ellos se sustentan de una misma manera , con la
caza de los mismos insectos.
La respuesta dada por estos naturalistas seria en alguna manera
tolerable , cuando nos hubieran probado de antemano que la mar
cha general de los organismos ha sido ese proceso lento y gradual
que forma la sustancia de su sistema , haciéndonos ver que, en efec
to , existe en los organismos observados ese sello de continuidad y
de tendencia al progreso dicho . Mas los organismos observados nos
dicen todo lo contrario : si miramos la fauna y la flora de los tiem
pos históricos, en ellas no vemos ni la más mínima señal de querer
ejercer un progreso de esta especie . Lo propio sucede en los tiem
pos paleontológicos . M. Barrande ha estudiado con exquisita dili
gencia por espacio de más de treinta años los terrenos silúricos de
la Bohemia , examinándolos capa por capa en un sentido vertical , y
haciéndose con un número muy grande de ejemplares : la conse
cuencia que ha sacado de sus estudios ha sido proclamar altamente
la ausencia absoluta del mencionado progreso en el terreno citado .
Hé aquí como resume el sabio naturalista el fruto de sus trabajos en
las conclusiones siguientes:
I. “ Los trilobites de Bohemia , escribe, que ofrecen en sus formas
la señal de algunas variaciones, no pasan de diez . Como en el dia
nos son conocidas 350 especies de esta tribu pertenecientes á esta
localidad , ya se deja entender que todavía quedan 340 en quienes

1 M. Ch . de la Vallée, Reue des questions scientifiques, l . cit ., pag. 286.


segun el transformismo materialista . +67

la forma permanece invariable durante toda su existencia.


2. Las variedades señaladas en las especies que han vivido
más largamente , no se refieren sinó á las dimensiones del cuerpo , al
grosor de los ojos, al número correspondiente de lentejuelas, al de
las articulaciones visibles del pigydium , y al de las puntas que les
sirven de adorno .
3. 17 Estas variaciones no son permanentes sinó puramente tem
porales, y en los más de los casos hemos advertido una vuelta de
los últimos representantes de la especie á la forma tipica ó primiti
va . Por tanto , estas variaciones no parecen sinó oscilaciones transi
torias; se manifiestan algunas veces entre indivíduos contemporá
neos , y por consiguiente sin influencia de las edades geológicas .
4. Entre estas 350 especies de Bohemia no existe una sola
que pueda ser considerada como fuente, merced á sus variaciones , de
una nueva forma específica distinta y permanente . Por tanto, las se
ñales de transformacion por via de descendencia en los trilobites del
terreno silúrico de Bohemia son completamente imperceptibles ,
No es otra la forma en que se expresa al hablar de los cefalópo
dos, pues dice que ninguna de cuantas conchas de este género han
caido en sus manos presenta la más mínima traza de dar el primer
paso en la via del progreso darwiniano. Los braquiópodos de los
terrenos ingleses, estudiados por M. Davidson , presentan los mismos
caractéres que los observados por Barrande . A estas conclusiones

ha llegado tambien el naturalista J. W. Dawson , comparando las


conchas que actualmente existen en las playas de los mares con sus
homólogas de los tiempos terciarios, Dirigiéndose en 1875 á la Aso
ciacion americana para el adelantamiento de las ciencias, decía en
estos términos : “ Las diversas formas que ofrecen hoy dia se en
cuentran ya perfectamente desarrolladas en el crag ; de suerte que
estos humildes moluscos habitantes de las playas , a pesar de hallar
se sujetos a las condiciones más variables , siguen construyendo sus
casas de la misma manera que hace uno ó dos mil siglos . ,
Esto mismo , ni más ni ménos , observamos tambien en los terre
nos cuaternarios, de los cuales no se podrá decir con razon que no
se prestaban á la lucha por la vida , habiendo estado sujetos á una
multitud inmensa de graves perturbaciones . Ninguna de cuantas es
pecies vivieron en ellos nos han dejado la menor señal de tendencia

1 Joachim Barrande, Défense des Colonies. Prague , 1870. pág. 155. ( Citado por M.
de la Vallée Poussin en el referido artículo de la revista belga .
468 Origen del hombre

á transformarse ; la que no pudo acomodar su organizacion a las


nuevas mudanzas que sobrevenían en el globo pereció irremisible
mente ; las que pudieron obviar estos inconvenientes trasladándose
a los climas propios de su constitucion orgánica, han llegado inte
gras hasta nosotros sin la más mínima mudanza en el tipo funda
mental . Ahí está la obra de M. Dupont , intitulada L'homme pendant
les âges de la pierre dans les environs de Dinan -sur - Meuse, que no
nos dejará mentir . Lo que en ella se escribe sobre la Bélgica cua
ternaria tiene aplicacion , con muy ligeras modificaciones , á todos
los terrenos cuaternarios del mundo . En ella se ve que las especies
de la época cuaternaria estaban tan deslindadas entre sí como las
nuestras, y que varias de ellas perecieron totalmente , habiendo lo
grado otras emigrar a las regiones frías donde ahora todavía viven
y persistiendo idénticas las restantes hasta nuestros tiempos en los
mismos lugares que entonces habitaban .
Y no se crea que la fauna de aquellos tiempos se hallaba muy cir
cunscrita á ciertas y determinadas regiones ; al contrario , el área de
habitacion de cada especie era entonces mucho más dilatada que al
presente . Oigamos á M. Hamy hablar sobre este materia , el cual
describe el área de habitacion del reno en esta forma: " De los dife
rentes huesos de reno hallados en diversas partes , resulta que este
rumiante, que se presenta por primera vez en Europa , junta
mente con el mammuth y con el rinoceronte de narices tabica
das, hacia el período de transicion , cuya fauna nos ha sido con
servada por el forest- bed, ha vivido en las mismas regiones que
el primero de estos grandes mamíferos. Tanto en las cercanías de
Roma como en la bahía de Eschscholtz, no menos en las riberas del
Olenia que en Belturbet en Irlanda , siempre acompaña al elefante
primitivo . Asociado á este proboscídeo en la Rusia de Asia, encuén
trasele a su lado en los aluviones antiguos de la Europa central
( valle del Rin , Schussenried, etc. ) , de Inglaterra ( valles del Ouse, del
Avon , etc. ) , de Francia ( Blacourt, Menchecourt , Saint - Acheul,
Chauni , Compiègne, Montmorency , Clichy , Levallois, Grenelle,
Etampes, Neschers, Coudes , Pas - Cahus, Quatre -Coins, etc. ), y aun
en Italia ... Esta especie de ciervo por consiguiente ha continuado
viviendo en nuestras comarcas despues de haber desaparecido el
mammuth , y ésta ha sido la causa de que a este espacio de tiempo
bien circunscrito se le haya dado el nombre de edad del reno .
„ Cuando el equilibrio meteorológico que se había establecido en
Europa entre las diferentes estaciones habría sido destruido por la
segun el transformismo materialista . 469

accion de influencias diversas, el animal , arrojado por estas modi


ficaciones de los medios , se iría retirando lentamente con los otros
mamíferos boreales á las regiones del Septentrion , ' ,
Lo que Hamy escribe del reno en particular se podría tambien ,
con muy ligeras modificaciones , aplicar a otros animales cuaterna
rios. En las grutas cuaternarias de Munster y Eyzies del valle de la
Vezere , por ejemplo , en la estacion de la Magdalena y en varios
terrenos antiguos de Bélgica , se encuentra un gran número de es
pecies de aves que todavía viven en nuestros tiempos , ya en aque
llas mismas regiones , ya en otras más frías, que por esta causa se
acomodan mejor á su constitucion orgánica . ¿ Qué prueba , pues , se
puede dar más evidente que ésta para convencernos de que los
séres organizados , tales como han vivido en la realidad , se hallan
en pugna abierta con la soñada hipótesis del darwinismo ?
Tan lejos están los hechos reales de atestiguar este pretendido
progreso en las diferentes especies de séres, que antes bien los ti
pos más perfectos de cada una parecen haber sido tambien los pri
meros en el orden del tiempo . Así lo nota Contejean en sus Ele
mentos de Geologia y Paleontologia , y así lo observa tambien el ilus
tre naturalista Barrande, segun el cual los paradoxides , género de
trilobites que comienzan en la era cámbrica , son superiores á los
Philipsia , que son los que terminan el ciclo de estos crustáceos en
la era carbonífera ? . El mismo sabio escribe que , entre las 1.600 es
pecies de nautilides descubiertas hasta el 1870 en la larga série de
los terrenos silúricos, las formas más complicadas son las que apa
recen en las primeras capas ; miéntras que otras , como los ascoce
ras , á quienes se podría suponer como relativamente embrionarios,
no vienen sinó más tarde 3. Todavía es más notable en órden á
nuestro asunto lo que afirma sobre el nautilo . “ El género nautilo,
dice , puede ser considerado como un ser que ofrece un ciclo.com
pleto de variaciones temporales específicas sin transformacion. Este
ciclo se halla terminado hoy dia por formas que con dificultad se
diferencian de las silúricas ó primitivas. Áun se podría decir que si
la série entera de los nautilos fuera invertida de un cabo a otro en
su órden cronológico, ofrecería á las teorías ( darwinianas) tantos in

1 E. T. Hamy, Précis de Paléontologie humaine, pág . 149-150. Paris, 1870.


2 Barrande , Trilobites, pág . 13-14.
3 Id. , Distribution des céphalopodes, 1870, q. 276. ( Citado por M. de la Vallée
Porssin en la Revue des questions scientifiques, Janvier 1877, pág. 296. )
470 Origen del hombre

dicivs de evolucion cuantos presenta en el órden real de su existen


cia . Esta inversion tendría tambien la ventaja de colocar el largo
sifon de los aturia en la edad geológica de los largos sifones de los
endoceras , mientras ahora se halla , por una especie de anacronis
mo, en las edades terciarias . Parece , pues, que el nautilo ha sido
criado y conservado de propósito durante todas las edades geoló
gicas para que sirviese de testigo irrecusable contra todo lo que nos
enseñan las teorías sobre la evolucion de las formas de la vida
animal , 1 .
Este mismo género de mayor perfeccion para los primeros re
presentantes de la especie en el orden del tiempo debe reconocerse
tambien en las principales tribus de los braquiópodos y de los póli
pos . Aún más : comparados los peces de los terrenos silúricos y
carboníferos con los de los mares actuales , la victoria , segun el jui
cio de los paleontólogos , no quedaría en algunos casos por estos
últimos. Los ptericthys, los cephalaspis con sus placas huesosas
que , apoyándose la una sobre la otra , forman una verdadera cora
za ; los amblypterus, los palaeoniscus recubiertos de escamas lisas,
nada tendrían que envidiar a los peces de nuestros tiempos . Hux
ley , á pesar de su decidido empeño por el triunfo del transformis
mo , sostiene que el pez más antiguo de cuantos hasta el presente
se conocen , llamado pteraspis ludensis y descubierto en la base del
piso silúrico de Ludlow , no cede en nada á los siluróides actuales .
Pero aún hay otra clase de fenómenos muy dignos de nuestra
atencion , los cuales se hallan en pugna manifiesta con la hipótesis
transformista que estamos combatiendo . En primer lugar, la apari
cion de la vida en el mundo no se hace sucesivamente y por gra
dos, como debiera haberse efectuado á ser verdadera la hipótesis
de Darwin , sinó de una manera repentina . Repentinamente se pre
sentan en todas las localidades los nuevos organismos ; de suerte
que nadie puede racionalmente pensar haber sido formado ninguno
de ellos por una transformacion lenta y gradual de los que prece
dieron en el mismo terreno . Es éste un hecho cierto y confesado
por los mismos darwinistas , los cuales por esta causa acuden para
/ explicarlo á una nueva hipótesis , cuyo valor examinaremos más

adelante. Repentinamente aparece en las capas inferiores del terre


no cámbrico , en la misma aurora de la vida , toda una fauna de
rizópodos , anélidos , braquiópodos , pterópodos y trilobites, dividi

1 Id. , Céphalopodes, Résumé général, pag . 229-230 . Prague, 1877 .


segun el transformismo materialista . 471

da en sus especies y géneros . Esto mismo se ve en la formacion si


lúrica , la cual contiene ya nada menos que nueve mil especies di
versas, todas perfectas y completamente distintas. Repentinamente
se presentan tambien los peces hacia la segunda mitad de la era si
lúrica , y es tanta la rapidez de su desenvolvimiento , que ya al fin
de este período se cuentan cerca de unos treinta géneros distintos,
mostrándose durante ella con caractéres bien definidos los ganói
des y los selacios, dos órdenes de los más elevados de la clase.
Asimismo de repente pueblan el terreno cretáceo las plantas dico
tiledóneas , y la encina en el periodo terciario . En éste se dan á co
nocer en un modo semejante los mamíferos , los cuales se desarro
llan prodigiosamente , constituyéndose en géneros y especies con
una rapidez maravillosa , bien distinta por cierto del proceso lento y
gradual reclamado por la hipótesis darwiniana. “ Estos estudios , es
3
cribe Barrande , nos inducen á considerar como relativamente re
pentina la aparicion de los trilobites de la fauna primordial silúrica ,
en la cual se presentan numerosos y variados tipos. Este es un fe
-nómeno semejante al que hemos hecho constar en órden á la apa
ricion simultánea de los cefalópodos hacia el principio de la fauna
segunda , y que se reproduce en la aparicion de los peces hácia el
ſin de la fauna tercera. Nos limitamos á citar estos ejemplos, pero
todo el mundo sabe que se repiten en todas las edades geológicas.
Todas estas manifestaciones de la vida casi repentinas bajo nuevas
formas típicas , al aparecerse constantemente y por todas partes
con la plenitud de sus caractéres distintos, están en completa opo
sicion con la hipótesis de un desenvolvimiento gradual por medio
de variaciones insensibles y sucesivas ; porque esta transformacion
no hubiera podido ejecutarse sinó en una serie indefinida de for
mas intermedias , de las cuales no aparece rastro alguno en ningun
lugar ,, !!
De la misma manera se expresa Contejean hablando en los si
guientes términos : “ El más interesante quizá , pero al mismo tiem
po el más insoluble de cuantos problemas pertenecen al estudio de
la Historia Natural , tiene por objeto el descubrir las causas de la
aparicion y extincion de las especies . Todo lo que la observacion
nos revela , es que cada una de ellas se ha presentado de repente
en un determinado nivel y con individuos algunas veces numero

1 Barrande, Trilobites , Épreuves des théories paléontologiques , etc. Conclusion , pá


gina 267 .
472 Origen del hombre

sos , y que despues de haber obtenido en un cierto periodo el


máximum de desenvolvimiento , ha desaparecido a su vez en otro
nivel . El fin se asemeja al principio ; ya se extingue de súbito la es
pecie à partir de la capa donde brota con abundancia , ya sus indi
víduos poco á poco se van haciendo más raros , hasta llegar á un
cierto nivel donde cesan por completo . Las especies aparecen por
grupos ó aisladamente , segun los lugares y los terrenos , y lo mismo
desaparecen ; en fin , su duracion es sumamente varia ; las unas, que
podríamos calificar de efimeras, no se muestran sinó en una sola
capa ; las otras se han propagado sin modificaciones en una enorme
série de capas , ' .
Y el gran naturalista Agassiz : “ Conviene no equivocarse , escri
be , en el valor de los hechos, y no volver a la idea de que las re
voluciones físicas han podido ser la causa de las diferencias que se
observan entre los fósiles de los diferentes períodos. Téngase , pues,
bien entendido que si los séres organizados presentan al través de
todas las formaciones geológicas un órden regular de sucesion , esta
sucesion tambien ha sido de tiempo en tiempo interrumpida violen
tamente por perturbaciones físicas, sin que por esto haya sufrido la
menor modificacion el carácter progresivo de la série . Esto cierta
mente nos prueba que el punto esencial, todo el interés del gran
drama , consiste en el desenvolvimiento de la vida , á cuya realiza
cion el mundo material no concurre sinó suministrando los elemen
tos . La desaparicion simultánea de faunas enteras , la aparicion simul
tánea que á ella se sigue de otras faunas, presentando en todas las
formaciones una gran variedad de tipos , la combinacion de anima
les y vegetales en asociaciones constantemente unidas con deter-
minados vínculos : hé aquí nuevas pruebas de que el origen de los
séres organizados no puede ser atribuido a la accion limitada , mo
nótona , invariable de las fuerzas físicas. Así se ve una vez más que
la intervencion de un Criador se manifiesta de una manera sorpren
dente en cada una de las páginas de la historia del mundo , ? : " Hay
en la cuestion , escribe en otra parte de la misma obra , una cosa
que los defensores del darwinismo pasan en silencio , y que sin em
bargo es á mi ver la piedra angular de todo el edificio. Consúltese
el tratado de Paleontologia que se quiera ; examinense , entre otros ,
los árboles genealógicos de Haeckel , y se verá que en ciertas épocas.

I Contejean , Eléments de Giologie et de Paléontologie, pág . 464. - 1874 .


Agassiz , De l' Espèce , pág. 166. Paris , 1869 .
segun el transformismo materialista , +73

el número de los tipos sumamente variados que aparecen en el


mismo horizonte es muy considerable . Tenemos , pues , por confe
sion de aquellos mismos que quisieran hacer descender a todos los
animales unos de otros por medio de transformaciones graduales y
sucesivas , un conjunto muy considerable de formas muy diversas
pertenecientes á clases, á órdenes distintos , etc .; en una palabra ,
séres enteramente diferentes segun el testimonio de la Zoologia y
de la Anatomia comparada , que sin embargo son en su totalidad
contemporáneos . ¿ A qué viene á parar , segun esto , la genealogia?
į Diráse acaso que estos contemporáneos descienden unos de otros ?
Evidentemente la teoría de las transformaciones se muestra aquí
imperfecta y destituida de todo fundamento . Léjos de venir á apo
yarla el grande hecho que nos revela la Paleontologia , se halla fuera
de esta doctrina , y no tiene otra relacion con ella sinó la puramente
artificial establecida por el entendimiento de quien , queriendo unir
estos séres al árbol ideal de los organismos, traza sobre un plano las
ramas para unirlas al tronco . Estas ramas son enteramente frutos ar
bitrarios del sistema, y no brotan en manera alguna de los hechos , ' .
Añádase á esto que las especies , así como aparecen repentina
mente en las diversas épocas de la tierra , así tambien de la misma
manera desaparecen sin dejar rastro de transformacion alguna en
las localidades que han ocupado . Nada más cierto que este hecho
comun y universal en el desarrollo de la vida orgánica: las especies ,
antes de transformarse en otras más acomodadas al medio externo
en que por diferentes circunstancias se hallan á veces colocadas ,
consienten en perecer totalmente ; lo cual prueba con plena eviden
cia cuán grande es la repugnancia natural que existe en todo sér
organizado á ser transformado en otro cualquiera . M. Godron , en
su excelente obra De l'Espèce et des races dans les êtres organisés .
prueba con una infinidad de ejemplos, así propios de los tiempos
actuales ( muchos de ellos observados por él mismo ) , como de los
cuaternarios y geológicos , la realidad de este hecho universal y
constante , que tambien proclaman Contejean y Agassiz en los luga
res arriba citados.
En vista de esto , pregunto yo ahora : ¿ dónde está la série no
interrumpida de séres sucesivamente más perfectos, que no podrían
ménos de encontrarse por todas partes, á ser verdadera la doctrina
del progreso continuo profesada por los darwinistas ? ¿ Qué se han

I Ib . , ibid . , chap, ni, pár. 7 , Le Darwinisme , pág. 387-388 .


174 Origen del hombre

hecho los anillos intermedios de la pretendida cadena zoológica,


que en ninguna parte aparecen ? “ Si la especie del asno viene de la
especie del caballo , escribía sábiamente Buffon , esto no ha podido
ser sinó sucesivamente y por grados : entre el asno y el caballo
habrá debido haber una gran multitud de animales intermedios ; y
¿ por qué no veríamos hoy día los representantes , los descendientes
de estas especies intermedias ? ¿ Por qué no han quedado sinó los
términos extremos ? , ! . Lo que Buffon preguntaba de los animales
intermedios relativamente al asno y al caballo , esto mismo debemos
preguntar nosotros con respecto a todas y á cada una de cuantas
especies se conocen en el mundo universo . ¿ Por qué no han queda
do sinó los términos extremos ? Y como nosotros preguntaba el
gran Cuvier , aplastando con esta sencilla reflexion á los defensores
de la doctrina que vamos combatiendo : “ Si las especies , decía , han
cambiado por grados , deberían encontrarse las señales de estas
modificaciones graduales ... ¿ Como es , pues , que las entrañas de la
tierra no han conservado monumento alguno de una genealogía tan
curiosa ? , ?. ¡ Curiosa genealogía por cierto , que sólo se encuentra
en la fecunda imaginacion de nuestros novísimos sabios los trans
formistas !
Pero aún tenemos que indicar otro argumento antes que acabe
mos de refutar esta vergonzosa teoría . Si la hipótesis darwiniana
fuera verdadera , la marcha en el globo terrestre debiera de haber
procedido siempre y por todas partes de lo más simple á lo más
complejo , de lo ménos perfecto á lo dotado de mayor perfeccion .
Por consiguiente , en el desarrollo sucesivo de las especies, el tal
progreso exigia que al eozoon canadense , foraminífero ó rizópodo re
ticular , segun la opinion de los que lo tienen por un sér verdadera
mente organizado , se siguiesen en el orden cronológico otros rizopo
dos , como los radiolarios , los zoófitos y en general todos aquellos
animales cuyas formas tuviesen un parentesco más ó ménos cercano
con este primer indivíduo del reino animal . De esta clase de orga
nismos debieran aparecer atestados los terrenos laurencianos supe
riores y los cámbricos , en términos que de ellos se hubiesen forma
do masas muy considerables . Sin embargo , la cosa ha pasado de
otra manera: los foraminiferos no pertenecen sinó á la segunda fauna
de Barrande : ántes que ellos ya habían existido en la fauna primor

1 Buffon , De l' Ane , tomo iv , pág . 390 .


2 Cuvier , Histoire des révol, du globe, sixième édit ., pág . 390.
segun el transformismo materialista . 475

dial los trilobites , género de animales articulados muy superiores


en perfeccion a los foraminíferos. Otro tanto se diga de los pólipos
calcáreos debidos á ciertos animalillos microscópicos que , apiñados
en masas arborescentes , forman hoy día en los mares calientes del
Ecuador grandes arrecifes y rocas no poco considerables. Si fuera
verdadera la hipótesis de Darwin , no debieran hallarse estos póli
pos con grande abundancia en los tiempos de la fauna primitiva , en
razon de guardar tan grande semejanza con el cogoon canadense .
Sin embargo , nada de esto sucede : su aparicion no se hace sinó
despues de las primeras fases de la segunda fauna del Canadá .
“ Esta ausencia casi completa , escribe M. de la Vallée Poussin, de
un animal tan altamente reclamado por la teoría de Darwin , tipo
que parece debía de haber formado montañas enteras , y que , si
hubiera estado muy difundido en esta época , se debiera haber ha
llado millones de veces en tantos terrenos silúricos y cámbricos
como han sido explorados , esta ausencia es al ménos tan chocante
como la de los protozoarios , ' . El mismo órden inverso observa
mos en la clase de los reptiles , entre los cuales aparecen primero los
saurios , que tienen miembros propios para la locomocion , y despues
las serpientes , que carecen de ellos , y se arrastran por la tierra .
Los lagartos de dimensiones gigantescas y de formas diferentes,
tuvieron su era de prosperidad durante las épocas jurásica y cre
tácea , miéntras que las serpientes no hacen su aparicion sinó en los
tiempos terciarios. Hasta los batracios protestan contra esta preten
dida ley del progreso continuo invocada por los darwinistas. En pri
mer lugar , estos reptiles metamórficos vienen en el orden crono
lógico despues de los saurios , siendo así que , segun la referida ley,
deberían preceder á los verdaderos reptiles . Ademas , los batracios
más perfectos son los que vivieron en los terrenos carboníferos: así
los raniceps y los parabatrachius tenían á veces dos metros de lon
gitud . ¿ Qué tenían , pues, que pedir á nuestra pobre rana ? ¿ No se
sentiría , por el contrario ésta en presencia de aquellos respetables
vecinos suyos , tentada á desear su gigantesca magnitud ? ¿ No re
ventaría de envidia como la de la fábula ? , 2 .
Con este argumento abrumador acaba Barrande su admirable

1 De la Vallée Poussin , Recherches géologiques, en el número de 15 de Junio de


1872 de la revista belga intitulada : Revue catholique.
2 V. P. Haté , Darwinisme, pág. 614 de la revista intitulada Études religien
ses, etc. Noviembre , 1878 .
476 Origen del hombre

estudio sobre los trilobites del terreno silúrico , diciendo que entre
estos crustáceos , los más perfectos de la fauna primitiva y el
eozoon canadiense, debieran haber aparecido, conforme a la teoria
del transformismo, primero los foraminíferos, despues los protozoa
rios , luégo los zoofitos, más tarde los equinodermos ; á los cuales
debieron seguir en el orden cronológico los bryozoarios , los dife
rentes órdenes de moluscos , los anélidos , y finalmente los crustá
ceos , inferiores en perfeccion á los trilobites , y haciendo ver con el
breve resúmen que allí pone de todo su trabajo como las cosas han
pasado de una manera totalmente diversa . Pulverizada así con tan
fuerte argumentacion la hipótesis de los darwinistas , no duda en es
cribir el sabio geólogo en el último párrafo de su obra las palabras
siguientes : “ Sobre una de las primeras páginas de estos estudios
hemos recordado que la observacion directa había maravillosamen
te confirmado las previsiones de las teorías astronómicas en órden
al planeta Neptuno . Por consiguiente , estas teorías se hallan en ar
monia con la realidad . En contraposicion á esto debemos hacer
constar, como resultado final de nuestros estudios , que la observa
cion directa contradice radicalmente á todas las previsiones de las
teorias paleontológicas en lo que atañe á la composicion de las pri
meras fases de la fauna primordial silírica. En efecto , el estudio
especial de cada uno de los elementos zoológicos que constituyen
estas fases nos ha demostrado que las previsiones teóricas están en
completo desacuerdo con los hechos observados por la Paleontolo
gía . Estos desacuerdos son tan numerosos y tan marcados , que
cualquiera diría haber sido hecha la composicion de la fauna real
con el determinado designio de contradecir en todo á lo enseñado por
las teorias ( de nuestros transformistas) sobre la primera aparicion
y sobre la evolucion primitiva de las formas de la vida animal en el
globo . Por tanto , las teorías paleontológicas se hallan completamen
te destruidas por la realidad , cuya prueba son incapaces de resistir .
Estos resultados están en perfecta armonía con los que nosotros.
hemos colegido de nuestros estudios sobre la primera aparicion y
sobre la distribucion de los cefalópodos en los terrenos silúricos , '
A tan abrumadores argumentos responden los darwinistas dicien
do que , efectivamente, la continuidad del progreso vital no se ha
encontrado todavía en cuanto llevan observado los geólogos , pero
que ya aparecerá más tarde ó más temprano , pues deben hallarse

1 Barrande , Trilobites , pág. 281 .


segun el transformismo materialista . 477

los anillos intermedios en el fondo de los mares , siendo cosa sabida


que con las visicitudes de los tiempos la forma de los continentes
ha sufrido inmensas transformaciones. Y á lo de la aparicion repen
tina de las diferentes faunas, contestan que el tal fenómeno no ha
sido debido sinó á las emigraciones de los animales ; lo cual , conti
núan , explica tambien como los séres más perfectos en cada tipo
aparecen cronológicamente los primeros ; porque ellos , como me
jor constituidos , fueron los únicos que pudieron salvarse de las in
fluencias mortíferas que sobrevinieron al terreno en que habitaban ,
huyendo á otros climas mejor acondicionados , y dejando á sus com
pañeros menos fuertes que pereciesen en su antigua vivienda bajo
la accion de los nuevos agentes externos . “ Por esta causa , conclu
ye Credner despues de haber expuesto sumariamente las razones
sobredichas, en la mayor parte de los casos antepasados de una
forma animal y los anillos con que se hallan unidos no deben ser
buscados en un sentido vertical , ó sea los unos sobre los otros ,
como ordinariamente suele hacerse , sinó sobre una línea inclinada
que puede ser rota en forma de zeta por la irregularidad de las os
cilaciones . Un corte vertical por una serie de capas hecho en estas
condiciones , áun sobre depósitos separados por un débil espesor,
pondría en exhibicion estadios de desenvolvimiento de una forma
animal muy apartados los unos de los otros . Los primeros que lle
gan á un terreno en estas emigraciones de que vamos hablando ,
aparecen tan aislados entre las especies de la fauna hasta entonces
dominante en aquella localidad , tan perfectamente separados de
todo lo que allí les rodea , que se ha dado el nombre de colonias á
las regiones muy limitadas donde se han establecido estos gasta
dores ,
Como se ve , con semejante manera de defender la evolucion
darwiniana no se hace en sustancia sinó confesar rotundamente
que , aunque opuesta a la realidad de los hechos, hay que defender
la á todo trance , porque así lo reclama la filosofía materialista de
nuestra época . Aplastados los partidarios del naturalista inglés con
la evidencia de los hechos , ¿ qué otra cosa podían excogitar sinó la
peregrina explicacion que acabamos de oir ? ¿ La pretendida conti
nuidad no se encuentra ? ¿Los anillos intermedios que debían justifi
car la imaginada hipótesis no aparecen ? Pues se responde que están

1 Credner, Traité de Géologic et de Paléontologie , traducido del alemán por R. Mo


nier. Sixième partie, Géologie historique. Introduction , par, 4 , pág . 329. Paris, 1879 .
478 Origen del hombre

en el fondo de los mares ; ó mejor aún , para que la escapatoria sea


más segura , se dice que han sido destruidos por las revoluciones
del globo los terrenos en que debían encontrarse. Las faunas y las
floras de los tiempos pasados, mirados los terrenos en el sentido
vertical, por todas partes claman contra la soñada transformacion
darwiniana ? Pues se escribe que hay que mirarlos de otro modo ,
ó sea en una línea inclinada que puede ser rota en forma de zeta
por la irregularidad de las oscilaciones terrestres , ¿ No es esto
echarse á idear por puro capricho ? ¿ En qué linaje de filosofía está
permitido hacinar una sobre otra las hipótesis para sostener una
doctrina a su vez hipotética é incierta ? “ Cuando las hipótesis des
cansan sobre un principio meramente conjetural, escribe sábiamen
te Cuvier, y luégo por otra parte necesitan de otras nuevas conje
turas para dar razon en particular de cada uno de los hechos,
entonces no existe en ellas cosa alguna científica , sinó que son un
mero juguete del espíritu , que nada tiene de comun con la ciencia
sinó solamente el nombre , 1 .
El acudir siempre á lo desconocido y problemático para soltar
las dificultades sin cuento que , á manera de torrente devastador, se
echan sobre una doctrina problemática é incierta , me parece muy
semejante á aquello que todo el mundo conoce con el nombre de :
El mentir por las estrellas. Acuérdome haber leido en Constantino
James un cuento que viene aquí muy á pelo , y que fué referido por
dicho autor con el fin de refutar el tal recurso de los darwinistas á
lo desconocido . Era un artista que había tenido la humorada de
pintar un cuadro relativo al paso de los israelitas por el mar Rojo
en tiempo de Moises . A este fin tomó un grandísimo lienzo que
fijó en su correspondiente marco ; y habiéndole dado de blanco , se
contentó con poner al pié de él las palabras siguientes :

Paso de los israelitas por el Mar Rojo.

Todos cuantos se llegaban á contemplar aquella grande obra del


ingenio humano preguntaban llenos de sorpresa : ¿ Pero dónde están
los israelitas . A lo cual respondía muy sério nuestro hombre : Ya
han pasado. Y preguntando ellos en seguida por los egipcios , que
tampoco aparecían en la pintura : los egipcios, contestaba, no han 11
llegado todavía . Finalmente , como tampoco se viese allí el más

I Cuvier, Dictionnaire des sciences naturelles, 1829. Art , Géologie.


segun el transformismo materialista . +79

minimo vestigio de paso alguno de ninguna clase, y esto produjese


naturalmente en los espectadores más admiracion y extrañeza que
todas las demas circunstancias del cuadro : No se extrañen ustedes,
les decía , que , como las aguas del mar lo cubrieron todo al tiempo
de la terrible catástrofe , no ha quedado nada á la vista , y asi el
paso se supone estar en el fondo de las aguas. Esto es cabalmente
al pié de la letra lo que hacen nuestros darwinistas para pintarnos
el cuadro de la evolucion lenta y progresiva : ni los más mínimos
vestigios de fenómeno semejante aparecen en el cuadro de la natu
raleza , ninguno de los anillos intermedios que unan inmediatamen
te á unos seres con otros , y que indiquen el paso de la evolucion
por aquella parte . Pero nuestros sabios no se espantan por eso ; el
espanto suyo está más bien en que nosotros , los católicos , no nos
demos á partido , dejando á un lado nuestra extrañeza y cantando
con ellos un himno fervoroso en loor de la materia bruta.
El mismo Constantino James trae , á propósito de la conducta
darwiniana que ahora estamos censurando , el siguiente diálogo, que
por ser muy corto y expresar perfectísimamente nuestro pensa
miento , vamos á transcribir aqui , traduciéndolo del original fran
cés. Los interlocutores son Darwin por una parte , y por otra un
amigo suyo que admira grandemente la multitud de sus conoci
mientos en materia de ciencias naturales. Dice así :
“ Darwin .— Es preciso confesar que no me favorece la fortuna :
tenía un libro que yo apreciaba muchísimo , y me lo acaban de de
volver todo destrozado .
El amigo. Esto no me admira ; lo mismo suele hacerse con
dos los demas.

, Darwin . — Sí ; pero lo que hay de más extraño es que las hojas


impares son las únicas que faltan , hallándose , por el contrario , in 1
tactas las que tienen el número par .
• ,, El amigo. – No te entiendo .
Darwin . — ¡ No me entiendes ! Pues es la cosa más inteligible
del mundo . De cada dos páginas una ha desaparecido. El recto existe ,
pero no el verso . ¡ Entiendes ahora ? Mas no es esto todo . Figúrate
que , para colmo de burla , las páginas conservadas son precisamente
las que condenan mi sistema , mientras que las restantes, donde
debía hallarse asegurado mi triunfo , son las que han desaparecido
por completo ,
“ El amigo , continúa el autor citado , reflexiona un instante , mira
á su interlocutor para asegurarse si habla de veras , y viendo que,
180 Origen del hombre

en efecto , no se chancea, se despide de él lleno de tristeza con un


pretexto cualquiera , murmurando entre dientes: Está hecho ; estos
sabios todos tienen alguna caida de las suyas , ' .
Los darwinistas, en efecto , siguiendo las huellas de su maestro ,
usan precisamente el mismo lenguaje que acabamos de ver en este
diálogo ; y tan lejos están de chancearse , que antes por el contrario
se sirven de él con inucha formalidad para explicar la ausencia de
la continuidad referida. “ No podemos, escribe Credner á este pro
pósito , tener conocimiento sinó de una parte sumamente limitada
é incompleta de los animales y de las plantas pertenecientes á los
períodos antiguos; y para hablar con Lyell y Darwin , la historia de
la tierra que tenemos a nuestra disposicion se halla escrita en un
dialecto que ha ido variando progresivamente , y del cual no posee .
mos sinó el último volúmen , relativo á algunas partes aisladas del
globo , y aun este volúmen no lo conocemos sinó por algunos capi
tulos en los cuales se han conservado algunas pocas líneas corres
pondientes á cada una de sus páginas „ ” .
Pero poco les vale tan miserable escapatoria : el camino está cerra
do por todas partes , y no les queda otro recurso sinó confesar de
plano la futilidad de sus cavilaciones . “ Los darwinistas , escribe sa
biamente M. de la Vallée Poussin , abusan de los vacíos de la Pa
leontología , no sólo por su importuna costumbre de acudir a cada
paso á lo desconocido , afirmando que más tarde ó más temprano
se hallarán las pruebas de sus ideas , que no han aparecido hasta
ahora , sinó tambien exagerando los mismos vacíos . No hay duda
que mirando una carta geográfica del globo entero , como el pla
nisferio de M. Marcou , se admira uno de la poca extension relativa
que ocupan las regiones más o menos exploradas por los geólogos ...
,, Sin embargo , aunque todo esto es muy verdadero , existen cir
cunstancias geognósticas con las cuales queda justificada la confianza
que deben inspirar los resultados obtenidos por la observacion .
Atendiendo á ellas , podemos muy bien pensar que los tales resul
tados no variarán jamás , no obstante las modificaciones secundarias
que no dejarán de introducirse en los tiempos venideros con el pro
greso de los conocimientos , 3. Luego enumera y prueba largamente
el sabio profesor estas circunstancias en términos que ningun enten

I Constantin. James , L'homme singe , pág . 162 .


2 Credner , l. cit., par. 2 , pág. 328 .
3 De la Vallée Poussin , Paliontologie et darwinisme, pár . 5 , publicado en la Rezul
des quest. scientif ., Janvier, 1877 , pág. 307 .
segun el transformismo materialista . 481

dimiento recto y no cegado por la pasion puede dejar de rend irse


á la verdad de la proposicion por él enunciada , diciendo que es
manifiesta la suficiencia de los datos ya obtenidos por la observa
cion para formar un juicio cierto y decisivo en contra del darwinis
mo . Nuestros lectores nos permitirán que pongamos aquí algunos
trozos en que está resumida , por decirlo así , toda la sustancia de su
vigoroso razonamiento . “ La primera circunstancia , dice , consiste
en que en las capas fosilíferas accesibles, y que constituyen el suelo
de los dos continentes, están representadas todas las fases esencia
les de la historia de la vida sobre el globo , siendo estas capas donde
la variacion de las circunstancias físicas ha debido dar origen á la
mayor variedad posible en el número de las existencias. Las ma
yores autoridades de la geologia contemporánea piensan que las
profundas depresiones del Atlántico , del Pacífico y de los otros
Océanos se remontan hasta las primeras edades de la tierra, y que
las protuberancias sobre las cuales descansan los continentes son
tan antiguas como las hondonadas que las separan '. Los lineamen
tos de la América y de la Europa estaban ya trazados en la época
cámbrica . Las vicisitudes tan varias de las épocas fosilíferas, las
retiradas y los movimientos alternativos de la mar , evidenciados
con la estructura de los terrenos , se han realizado principalmente
en una zona litoral de anchura varia y sujeta á oscilaciones fre
cuentes . Estas especies de mesetas submarinas , pedestales de los
continentes , son las que con sus movimientos verticales en sentidos
contrarios han producido los cambios en los contornos de las tierras
emergentes . A causa de estas mudanzas , ya se encontró el conti
nente europeo cortado por los mares interiores , como el que en la
época miocena unía los lagos de Kronstad y de Viena con los de
Constanza y de Berna; ya formaron parte de la tierra firme ciertas
islas , Inglaterra se unió con Francia , Irlanda con Escocia , y proba
blemente el Spitzberg con la Laponia . Los geólogos americanos
llegan a conclusiones análogas á éstas en el estudio de su propio
país . De donde se sigue que casi la totalidad de las capas sedimen
tarias , por las cuales están constituidos nuestros sistemas geoló
gicos, se han formado en los mares , á una profundidad que raras
veces va más allá de cuatrocientos ó quinientos metros , y con fre
cuencia no llegan aún á tanto 19 2 .

1 Credner, Elements der geologie , 2.a edic . , 1872 , pág. 135 .


2 De la Vallée Poussin , l. cit. , pág. 308 .
31
482 Origen del hombre

" La segunda circunstancia , continúa el citado escritor , proviene


del área en que se han ejecutado ya las investigaciones de los
sabios ... Darwin , preocupado por las necesidades de su causa , ha
exagerado extraordinariamente los efectos de la erosion causada
por los mares . Consúltense los documentos del suelo , y se verá que
si ciertas capas han sido demolidas y destruidas para siempre con
los fósiles en ellas contenidos, estas mismas capas atestadas de restos .
orgánicos subsisten un poco más lejos y cubren la superficie de
países enteros . Aquí han desaparecido mármoles calizos , allí piedras
areniscas ; más adelante han sido respetadas las margas fáciles de
desmenuzar, pertenecientes á una misma época geológica. Tal es la
irregularidad de los agentes que cincelan la superficie del globo : si
no hay privilegio absoluto para la duracion , tampoco existe para la
destruccion . Todo hombre entendido en geologia sabe que existen ,
no sólo pisos poderosos , sinó tambien capas muy delgadas exten
didas sobre superficies inmensas . El gran lecho hullero de Pittsburg
en el lago de los Apalaches , cuyo espesor no pasa de uno o dos
metros por término medio , ha sido reconocido y explotado en una
gran multitud de lugares que forman la superficie de cincuenta mil
kilómetros cuadrados . El esquisto cuprifero de la Turingia raras
veces pasa de sesenta ó setenta centímetros de espesor ; sin embar:
go , se le encuentra con su aspecto mineralógico , con su riqueza de
minerales , con sus numerosas huellas de ganóides á más de tres
cientos kilómetros de distancia. El lecho pudingiforme con huesos.
de peces que pone fin al piso rético del trias, es todavía más admi
rable ; porque se le encuentra poco más ó ménos el mismo en me
glaterra, en el Dorset, en la Lorena, en la Borgoña y hasta en
Suabia , a pesar de que no pasa frecuentemente su espesor de ima
ó dos pulgadas inglesas , '.
Vanamente , por tanto , recurren los darwinistas a los vacíos de
los terrenos geológicos causados por la erosion de las aguas y por
otros accidentes terrestres ; vanamente tambien se excusan con lo
limitado de las observaciones practicadas por los sabios; y vana
mente, por fin , añaden que los anillos intermedios de su sonada
cadena existen ocultos en el fondo de los mares. Lo observado
hasta aquí es más que suficiente para convencerse de que los tales
anillos no existen sinó en la imaginacion de quien todavía los aca
ricia con el fin de sostener una idea hoy puesta en boga por los

1 V. ve la Vallée Poussin , 1. cit., pág. 311 .


segun el transformismo materialista . 483

secuaces de la filosofia incrédula y atea. Si el libro de la historia


natural es un libro á que ha sido arrancada una multitud de hojas,
tambien es verdad que de él no ha sido sacado un ejemplar único ,
sinó un número incalculable, habiendo sido escritas cada una de
estas hojas simultáneamente en muchísimos lugares . Asi es que con
todas estas hojas borradas aquí y aculla , pero repetidas en gran
cantidad, se puede adquirir , y se ha adquirido en efecto , una idea
general bastante completa de lo sustancialmente contenido en él ,
siquiera haya mucho que desear todavía con respecto á algunos
puntos particulares de menor importancia.
. Pero aunque no se tuviera una idea tan cabal como la que se ha
adquirido ya con respecto a los terrenos geológicos, el solo hecho
de no encontrarse en ninguna parte ese paso insensible de una for
ma orgánica a otra es por sí un argumento suficiente para echar
por tierra todo el castillo aéreo del transformismo que en su loca
imaginacion se han fabricado los secuaces de Darwin . Si la natura
leza hubiera formado los seres vivientes de esa manera lenta é insen
sible que se pretende , la tal manera debiera hallarse claramente es
culpida en todas y cada una de las etapas de la vida terrestre , anti
guas y modernas; de suerte que lo ordinario en el mundo orgánico
patente á nuestra vista , así de los terrenos recientes como de los
antiguos, debería ser ese tránsito lento é insensible , y lo extraordi
nario el paso repentino . La razon de ello es muy clara : porque lo
natural es lo ordinario , y lo ordinario sólo por accidente suele
faltar en todo género de cosas ; que las perturbaciones del globo ,
por grandes que se las quiera suponer , no son capaces de alterar
la fisonomía general de la naturaleza viviente. No han quedado
perfectamente delineados los períodos de la vida , á pesar de todas
estas perturbaciones pasajeras y , por decirlo así , momentáneast
¡ No se reconocen clarísimamente los terrenos que se han sucedido
en el tiempo , de suerte que puedan ser colocados por los geólogos
en una série vertical , no obstante las referidas perturbaciones? ¿ Y
por qué esto , sinó porque los tales terrenos constituyen la marcha
general llevada por la naturaleza en todo el globo ? Pues lo mismo
hubiera sucedido con las transformaciones lentas de la vida orgánica,
si éstas hubieran sido el camino comun y ordinario por donde ha
pasado la naturaleza en los largos años de continuo trabajo que
lleva desde la aparicion de los primeros organismos.
Y con esto queda destruida tambien la razon que alegan los dar
winistas para explicar la aparicion repentina de los diferentes orga
484 Origen del hombre

nismos en cada una de las épocas de la vida sobre el globo . Demos


á los tales escritores que los animales hayan emigrado en los tien
pos antiguos de un punto á otro , como sabemos haberlo ejecutado
en períodos más recientes . ¿ Se habrá salvado con esto la doctrina
fundamental del darwinismo , consistente en la transformacion lenta
y ' gradual de los organismos ? De ninguna manera : lo que se ha
brá conseguido únicamente será destruir uno de los fundamentos de
la cronologia geológica en que habian puesto su confianza muchos
sabios de los años pasados: el silurio de una region no correspon
derá , cronológicamente hablando, al silurio de otras muy apartadas,
y lo mismo se entienda del devónico , del carbonífero , del permi
co , etc. , etc. , lo cual se halla en perfectísima armonía con lo que nos
otros dejamos observado al hablar de los días genesíacos citando
unas palabras de Credner . Pero por lo que atañe a la transforma
cion indicada , la aparicion repentina de los tales vivientes no deja de
ser un argumento que la derrota por completo. Cuando hicieron sus
emigraciones los mencionados animales , ¿ cómo no se llevaron con
sigo la cadena biológica de nuestros sabios , que en ninguna parte
aparece ? Por ventura , al trasladarse ellos á aquellas regiones 'hu
yendo de la influencia mortífera que se iba introduciendo en el país
habitado a la sazon , i no se sintieron impulsados á hacer otro tanto
los innumerables séres de órden inferior que con ellos vivían ? ¿ Cómo
es , pues , que llegaron ellos solos , rompiéndose asi siempre y por
todas partes la cadena , y no dejando en el mundo sinó anillos suel.
tos , incapaces de unirse inmediatamente sinó por medio de otros
que nadie ha visto y que se ſinge estar en el fondo de los mares , ó
haber sido destruidos por los agentes de la naturaleza: ; Cosa parti-
cular! En ese continuo pelear por la vida , siempre y en todas partes
salen libres de la batalla und sola clase de combatientes: los sargen
tos solos son los que se salvan ; todos los cabos que están junto á
ellos perecen ; de los soldados rasos no queda jamás ni uno solo
para muestra . ¿ Y al menos no se les encontrará muertos siquiera en
el terreno donde han tenido la desgracia de perecer ? De esta suer
te reanudaríamos los anillos de la cadena rota , y hallaríamos por fin
el tránsito de la naturaleza en el desarrollo de la vida . Pero nada de
esto aparece ; sabemos cual ha sido realmente el orden cronológico
de los terrenos desde el principio de la vida orgánica hasta nuestros
días; sabemos, por consiguiente, dónde debieran encontrarse los
anillos de cada órden que faltan , y que buscamos con tanto 'anhelo
para unirlos a los que ya poseemos , y formar así una cadena conti
segun el transformismo materialista . +85

nua tal como la fabricó la madre naturaleza ; pero esta pícara dueña
ha tenido siempre y en todas partes la malísima maña de ocultarnos
sus desperdicios .
A lo que acabamos de escribir, no faltará ciertamente entre los
adversarios quien responda que continuamente va caminando la
ciencia con sus nuevos inventos hacia el lugar desde donde se des
cubran esos preciosos anillos ; porque a cada paso se están encon
trando en los terrenos geológicos nuevas especies intermedias entre
las ya conocidas, lo cual da fundado motivo para esperar que por
fin se llegará á encontrar la cadena continua ideada por el darwinis
mo. Si ; como añadiendo puntos y más puntos, y colocándolos entre
dos determinados extremos , se llegará por fin á formar una línea
continua. La línea verdadera y matemática no es un mero agregado
de puntos yuxtapuestos, por pequeña que se quiera suponer la dis
tancia con que distan unos de otros; y así, intercalando puntos entre
los ya existentes, y poniéndolos en una misma direccion jamás se po
drá obtener la línea dotada de verdadera continuidad . Pues esto mis
mo sucederá siempre en el mundo orgánico con respecto a la soña
da cadena de los darwinistas, por más que den con nuevas especies
capaces de ser intercaladas, entre las ya conocidas. Los anillos que
faltan para formar la pretendida cadena han de adaptarse de tal mo
do á los ya conocidos que se continúen con ellos perfectísimamente,
como si todos juntos constituyeran una sola pieza ; esto es lo que
pide la ley de continuidad invocada por los tales naturalistas. ¿ Se
obtiene esto intercalando nuevas especies entre las ya conocidas ?
De ninguna manera ; como no se obtiene jamás una circunferencia
aumentando los lados de un polígono . Miéntras haya especies inter
caladas , faltará la continuidad apetecida ; como no habrá circunfe
rencia en ninguna linea cerrada que esté compuesta de verdaderos
lados. ¿ Qué importa por consiguiente el que nuestros transformistas
nos traigan el archaeopterix y el odontornix , especies intermedias , el
primero entre las aves y los anfibios, y el segundo entre las aves y
los mamíferos, novísimamente descubiertas ? ¿ Qué hacen al propósi
to de que vamos tratando, ni el mastodonsauro, ni el ornithocéfalo,
pi otro animal cualquiera de alguna determinada especie ? ¿ Todos
estos animales no tienen sus caractéres bien propios y marcados, por
los cuales cada uno de ellos se halla constituido en su particular es
pecie sin poder ser confundido con los demas ? Pues entonces, ¿ qué
tiene que ver ninguno de ellos con la soñada cadena de los darwi.
nistas ? Lo que hacen , sí , es protestar contra ella , porque todos tie
486 Origen del hombre

nen sus formas propias y bien determinadas , contra lo exigido por


la hipótesis transformista . Fuera de que estas especies intermedias,
que tanto cacarean los de la nueva escuela para sacar triunfante su
transformismo, las más de las veces han vivido simultáneamente con
las otras , á que sirven de vínculo comun , y por lo mismo ningun
parentesco real pueden tener con ellas, exigiendo la teoría de la evo
lucion que la especie transeunte deje de existir cuando ha tomado
una nueva forma en la especie transformada.
Es verdad que sobre algunos seres organizados andan dudosos los
naturalistas, sin saber á punto fijo si deben ser colocados en tal 6
cual especie , de lo cual han pretendido tomar fundamento algunos
partidarios del transformismo para negar rotundamente la existen
cia de las verdaderas especies . Pero esta indecision por parte de los
hombres nada más prueba sinó lo corto de nuestros conocimientos :
examinen los sabios con diligencia los organismos en cuestion , y si
llegan a adquirir con este exámen un conocimiento pleno de los mis .
mos , bien pronto sabrán el lugar que a cada uno de ellos correspon
de en el cuadro de la creacion entera . Los que, apoyados en seme
jante ignorancia de las cosas , toman de ella pié para negar en absoluto
la existencia de las especies, se parecen en su manera de razonar á
los que negasen la existencia de la moneda , porque en algunos casos
es difícil discernir la verdadera de la falsa, ó al que confundiese en
absoluto los hombres con los árboles , porque no puede establecerse
entre unos y otros una diferencia clara y precisa con la ténue luz del
crepúsculo . Si fuera verdadera la hipótesis de Darwin, la indecision
de los sabios no debería versar sobre estos puntos , sinó sobre otros
enteramente contrarios; es decir , lo ordinario entonces debería ser
que halláramos confundidos los organismos sin poderlos discernir
sustancialmente unos de otros, porque , en realidad , así estarían en la
naturaleza , y que sólo por accidente se nos representasen alguna que
otra vez revestidos de cierta apariencia de distincion que nos movie
se á juzgar equivocadamente sobre ellos . Porque nuestro entendi
miento , en el juicio que hace de las cosas contenidas dentro de la
esfera de su propio objeto, cuales son ciertamente los seres vivientes
del mundo sensible, de ordinario juzga con rectitud y sólo se equi
voca por accidente . El error no es sinó una desviacion accidental de
ia verdad , y ésta el camino recto y trillado por donde caminan las
inteligencias abandonadas á su propio impulso .
“ Todo esto está bien , responden a lo que acabamos de escribir
contra Darwin los defensores de la transformacion repentina mala
segun el transformismo materialista . 487

mente llamados heterogenistas; pero por qué no podremos admitir


que la naturaleza , ya sea por ciertas circunstancias raras y excepcio
nales, ya por la intervencion libre de alguna inteligencia angélica
que imprimió una direccion determinada á ciertos agentes físicos,
avanzó en el camino de la vida , no con un movimiento continuo,
sinó por saltos, criando de repente nuevas especies que se moviesen
en curvas cerradas y perfectamente distintas de las demas , y luego
permaneciendo constante en la nueva etapa hasta que una feliz ca
sualidad ó un empellon repentino causado por alguna sabia inteli
gencia le hiciese dar un paso más en la senda del progreso ? Porque
es cosa clara que este progreso ha existido : basta echar una simple
ojeada sobre las diferentes épocas de la historia natural para con
vencerse de que la vida ha seguido en el globo una linea ascendente,
comenzando por los organismos más sencillos hasta llegar a la orga
nizacion del hombre, la más complicada entre todas y la última de
todas ellas en el sucesivo órden de los tiempos . Este fenómeno sin
duda ha debido ser causado, como los demás fenómenos de la na
turaleza, á saber : por la fuerza de los solos agentes naturales ; de
otra suerte, nos veríamos precisados á sacar á la escena á cada paso
Ja accion creadora del Todopoderoso , y atribuir a Dios mismo la
produccion de unos séres que viven en continua guerra para devo
rarse los unos á los otros , siendo así que Dios no ama la guerra ,
sinó la paz , ni se entretiene en producir séres para destruirlos , ,
... A este género de transformismo semiespiritualista han apelado
algunos darwinistas mitigados , deseosos de explicar con él sin tro
pezar por una parte con las dificultades del darwinismo rigido que
acabamos de refutar, y sin acudir por otra á la accion enteramente
sobrenatural de la divina Inteligencia . Uno de éstos es Hartmann ,
quien , despues de haber refutado el transformismo lento y gradual ,
ya por la falta de continuidad que se advierte entre los diversos sé
res del mundo orgánico, ya porque , aun cuando existiese , podría
ser meramente sistemática é ideal y no genética , ó sea producida
por la descendencia física, escribe que " la hipótesis más probable es
que el primer huevo de la especie nueva nace en el ovario de una
especie madre , debiendo su existencia a la modificacion de las cir
-cunstancias embriogénicas acaecidas en la primera etapa de la evo
lucion , ' . El fundamento en que se apoya no es ciertamente la

1. Vi de Hartmann, Le darwinisme, ce qu'il y a de vrai et de faux dans cette théorie,


traduit de l'allemand par Georges Guéroult . Paris, 1878 , pág . 26 .
488 Origen del hombre

observacion de los hechos , pues éstos en nada le favorecen , sinó


el principio filosófico de que omne vivum ex avo et omne ovim ex ova
rio, y por consiguiente debe ser rechazado el dogma de la creacion .
ex nihilo. Esta opinion empero se halla todavía más destituida de
verdaderos fundamentos que la defendida por el autor del Origen
de las especies, y va , no menos que ella, contra los principios de la
sana filosofia. De ella escribe Quatrefages las siguientes palabras:
" Todas cuantas teorías partan de la transformacion repentina me
recen una censura todavía más grave, cual es dejar sin explicacion
de ninguna clase los grandes hechos generales que presenta el
imperio orgánico . No basta explicar con una hipótesis cualquiera
la multiplicacion y la sucesion de los tipos principales ó secundarios.
Es preciso sobre todo dar cuenta de las relaciones que unen á estos
tipos entre sí , del orden que reina en todo este conjunto de cosas,
el cual se ha conservado desde los tiempos geológicos hasta los
nuestros al través de las revoluciones del globo y a despecho de los
cambios sufridos por las faunas y las floras.
El accidente sin regla , sin ley, invocado como causa inmediata
de las transformaciones específicas, es evidentemente incapaz de in
terpretar este grande hecho ; y no explica tampoco la generalidad
de los tipos fundamentales, ni las afinidades directas ó laterales que
existen entre sus derivados ,, ,
A estas graves palabras del ilustre naturalista , que bastan por si
solas para refutar la hipótesis mencionada , tenemos nosotros que
añadir algunas otras , encaminadas á este mismo objeto de hacer
ver su nulidad é insubsistencia. Por de pronto salta á la vista que
todo cuanto hemos escrito contra Darwin atacando el origen casual
de los organismos , se presenta aquí con toda su fuerza contra los
que explican estos saltos generadores por medio de una feliz casua
lidad de los agentes naturales . La naturaleza sensible no es capaz
de semejantes casualidades, máxime cuando se hallan éstas repeti
das en una escala tan enorme, cual se nos presenta en el gran pa
norama del universo con toda la inmensa multitud de sus complica
disimos organismos, y con todo el admirable conjunto de sus leyes,
perfectamente estables . Atribuir todo esto á la ciega casualidad , es
propio de quien , ó no sabe lo que se dice , ó ha perdido rematada
mente el juicio , que para el caso viene á ser lo mismo . Sería , pues,
necesario atribuir estos saltos á la Naturaleza en cuanto dirigida.

1 De Quatrefages, L'Espèce humaine, lib. 11, chap . x, pág. 66. Paris, 1880 .
segun el transformismo materialista . 789

por la sabia mano de alguna inteligencia ordenadora . Mas ni con


esto se adelanta nada , porque , como ya lo hemos advertido más
arriba, este linaje de fenómenos tan extraños no lo puede producir
la Naturaleza con solas sus fuerzas propias , áun puestas bajo la ac
cion de una sabia inteligencia que las gobierne. La razon de ello es
muy clara : porque ni la naturaleza sensible ni nadie se puede levan
tar con sus solas fuerzas más arriba de su propia esfera ; el progreso
no es posible á criatura alguna sinó dentro de la órbita que de su
propia condicion le pertenece . Se dirá , por ventura , que estas ór
bitas no son absolutamente cerradas de suyo , y que los agentes na
türales pueden , rigurosamente hablando , pasar de la una á la otra ,
á causa de no mediar entre ellas diferencia alguna verdaderamente
esencial é intrinseca : Pero esta afirmacion es contraria á toda sana
filosofía : la persistencia perenne de las especies que hemos obser
vado en lo que dejamos escrito ; su esfuerzo inmenso para conser
varse cada una en su propio sér, no obstante la accion continua de
los agentes exteriores que tienden a modificarlas ; su empeño cons
tante , universal y uniforme en perecer del todo antes que sujetarse
á las mencionadas leyes del transformismo, están diciendo á gran
des voces que en cada una de ellas existe una naturaleza intrínseca
mente diversa. La razon humana no puede conocer la naturaleza
interna de la cosas sinó por los fenómenos externos con que éstas
desenvuelven su interna actividad y se dan á conocer al exterior :
por los efectos juzgamos de las causas , y á efectos diferentes no
podemos menos de asignar causas tambien diferentes; obrar de
otra manera seria arruinar por completo la filosofía y caer en el
más absurdo pirronismo . Ahora bien ; los efectos constantes , uni
versales y uniformes que vemos producirse por cada una de las di
ferentes especies de séres , siempre que se halla libre su propia
actividad, y no impedida por ningun obstáculo , son propios y ex
clusivos de cada una de ellas: por donde legitimamente concluimos
que tambien la actividad interna y la sustancia misma en que ella
radica deben serles propias y peculiares , en términos que jamás
puedan refundirse las unas en las otras .
Es , pues , evidente á todas luces que las causas naturales no pue
den producir con la sola eficacia de su propia virtud transformacion
alguna del género indicado , ora se considere esta eficacia aban
donada á sí misma , ora se la suponga colocada bajo la simple di
reccion de una inteligencia ordenadora . Las felices casualidades ó
los repentinos empellones que experimenten estas causas , nunca
490 Origen del hombre

podrán sacarlas fuera de sus propias órbitas . Dentro de estas órbitas,


merced á lo anormal de sus circunstancias, ejecutarán ellas ciertos
movimientos irregulares que tendrán por último resultado lo que
vulgarmente conocemos con el nombre de monstruos ; pero estos
mismos monstruos atestiguarán la estabilidad de la Naturaleza, per
maneciendo á despecho de los transformistas en la órbita misma
de sus propios padres . Examinense cuanto se quiera los monstruos
que hasta el presente han producido los agentes del universo , y :
nunca se verá en ellos el nacimiento de una especie verdaderamen .
te nueva : el fondo siempre queda en ellos el mismo , aun cuando
la forma exterior, consistente en ciertas propiedades accidentales,
sufra alguna variacion más ó ménos profunda. Los mismos cruza
mientos monstruosos y preternaturales llevados á efecto entre seres
de especies diferentes , dejan siempre el fruto espurio de ellos resul
tante dentro de la órbita genérica en que se mueven sus progenito
res ; y para que no pueda resultar de ellos un cambio radical en el
mundo orgánico , borrándose los límites con que cada especie está
contenida dentro de su propia esfera, la Naturaleza hiere á estos
séres extraños con el rayo de la esterilidad , y les impide propagar
se por sí solos en línea recta y con el movimiento característico de
las especies verdaderas. La vecindad suma en que se hallan coloca
das algunas especies , conforme al plan infinitamente múltiple y per
fectísimamente uno del Criador , hace posibles esta suerte de cruza
mientos monstruosos y no enteramente infecundos ; porque entre
las especies de un mismo género hay una cierta semejanza de pa
rentesco por lo muy parecido de la constitucion orgánica que rei
na entre ellas ; de donde es natural que resulte tambien esa
fecundidad limitada que da origen al hibrido, especie aparente y
verdadero simulacro de las reales y macizas .
Produce una grande ilusion en los transformistas la marcha ascen
dente de la Naturaleza en la produccion de los organismos , cada
vez más perfectos, que , en general , han poblado sucesivamente el
mundo desde el aparecimiento de la vida hasta nuestros días. Por
que ven que esta marcha ascendente ha existido , al instante conclu
yen que en la produccion de este fenómeno no han intervenido sinó
las solas causas naturales , sin reflexionar sobre si estas causas tienen
en sí ó no suficiente virtud para un efecto de esta clase , y sin
advertir que la fijeza absoluta de las especies , proclamada en cada
una de las páginas de la historia del mundo orgánico por los fenó
menos de la Naturaleza , nos prohibe raciocinar de esta manera tan
seg un el transformismo materialista . 491

absurda. El hoc post hoc , ergo propter hoc , tan frecuente en la boca
y escritos de los que , o ignoran las leyes de la argumentacion legi
tima , ó , conociéndolas , no hacen ningun uso de ellas al confeccio
nar sus argumentos , hace en las obras de estos escritores un juego
maravilloso . En la Naturalesa ha habido este movimiento ascenden
te : ; luego la Naturaleza sola lo ha producido! ¿ En qué reglas de
lógica se funda tan extraño modo de discurrir ? ¿ Tiene la Naturaleza
poder para llevar a cabo por sí sola tamaña empresa ? La filosofia
nos dice de la manera más terminante que en las causas naturales
no existe una virtud tan portentosa.
Viene muy bien aquí lo que dice Agassiz a este propósito .
: ** Es verdad , escribe , que la especie está limitada á un período
geológico determinado : es verdad tambien que , en todas las forma
ciones geológicas , las especies de los períodos sucesivos difieren
entre sí. Mas porque difieran , i se sigue de aquí que se hayan ellas
modificado á sí mismas ? ¿ No han sido sustituidas, reemplazadas por
otras ? El espacio de tiempo necesario para la operacion no hace
nada a la cosa . Concédase para cada periodo millones de años ; la
cuestion siempre quedará reducida á lo siguiente : cuando se ejecuta
un cambio en la Naturaleza , ¿ este cambio se ha realizado espon
táneamente bajo la accion de las fuerzas físicas y segun la ley de
estas fuerzas, ó bien ha sido producido por la intervencion de un
agente , cuya actividad ni ántes ni despues se ejerció sobre este ob
jeto ? Una comparacion aclarará más mi pensamiento . Supongamos
que un aficionado á la pintura visita un museo donde los lienzos
están colocados sistemáticamente , y donde los cuadros de las dife
rentes escuelas se hallan dispuestos en orden cronológico . Al pasar
de un salon á otro , verá cambios tan grandes como los observados
por los paleontólogos cuando pasan de un sistema de rocas á otro .
Mas porque estas obras tienen mucha semejanza entre sí , puesto
que pertenecen á tal ó cual escuela , ó son de épocas muy vecinas,
tendrá el crítico suficiente motivo para suponer que los cuadros
antiguos se han metamorfoseado para convertirse en cuadros mo
dernos, ó para negar que los unos y los otros sean verdaderos arte
factos de los artistas que vivían y obraban en el momento de ser
pintadas estas telas? La cuestion de la inmutabilidad de las especies
es absolutamente la misma que la del caso supuesto . No porque las
especies hayan tenido una duracion más ó ménos larga en las eda
des pasadas las considera el naturalista como inmutables, sinó por.
que en la série entera de los tiempos geológicos y en toda la dura
492 Origen del hombre

cion de los siglos que han transcurrido desde que fueron introducidos
en el mundo los animales y las plantas , no aparece ni la más mini
ma señal de que una especie se haya transformado en otra . Lo que
únicamente sabemos es que hay diferencia de especies en las dife
rentes épocas , cabalmente como sucede á los cuadros de diferentes
siglos y de épocas diversas . Pero mientras no tengamos sobre este
punto otros datos que los suministrados hasta aquí por la Geologia,
siempre será contrario a la filosofia y á la lógica suponer , a causa
de estas diferencias , que las especies cambian ó han cambiado , que
se transforman ó se han transformado , !!
Hasta aquí el ilustre naturalista , el cual harto tímido por cierto
anduvo en la última consecuencia de su discurso . La filosofia у la
lógica no sólo nos impiden de una manera provisional é interina,
hasta nuevos descubrimientos , el que atribuyamos a la transforma
cion materialista la diferencia de las especies orgánicas , que han
existjalo sucesivamente en el globo durante la dilatada série de los
tiempos , sinó absolutamente y sin restriccion alguna . El conoci
miento que tenemos ya adquirido con los datos de la Geologia y de
la Historia sobre los fenómenos de la vida orgánica nos autoriza
completamente á concluir de la manera más absoluta que cada una
de las diferentes especies orgánicas que han poblado y pueblan el
universo tienen en sí su esencia propia é inmutable , y que por con
siguiente no ha podido existir en el mundo la transformacion sona
da por los secuaces del materialismo . Si transformacion ha habido ,
ella no ha podido tener lugar sinó en virtud de la diestra del
Altísimo.

Pero entonces , se dirá , habremos de traer a cada paso la accion


creadora del Dios omnipotente , poniendo en el mundo una serie
continua de verdaderos milagros . ¿ Y de dónde sacan los transfor
mistas tan peregrina consecuencia ? ¿ No podemos explicar el fenó
meno en cuestion , diciendo con varios católicos ? que las especies

1 Agassiz , De l'espèce, pár. 15 , pág : 78-79, nota.


Véase Institutiones Philosophiae naturalis del P. Pesch , S. J. , dúm . 615. Ei
mismo autor, en el núm . 601 de la misma obra , escribe de esta opinion lo siguiente :
“ Neque illis obloquimur, qui species superiores transiisse defendunt per certa stadia
inferiora, in quibus perfectio speciei superioris virtualiter contineretur. Ea enim evo
lutio non est vera unius ex diversa specie descendentia , sed transformatio tantum sta
dii inferioris intra unam eamdemque speciem in stadium superioris peracta. Et nos
quidem nullum plane momentum videmus , quo ad respuendam huius generis, trans
formationem cogamur . ,
segun el transformismo materialista . 493

fueron criadas todas , excepto el hombre , en un principio , pero que


no pudieron desenvolver sinó gradualmente , y en conformidad con
las circunstancias externas del medio en que vivieron , su virtud in
terna ? De esta suerte tendríamos realizado el referido progreso con
la evolucion sucesiva de los organismos , sin necesidad de poner
frecuentemente en escena la accion creadora del Todopoderoso , y
sin abrazar tampoco la falsa doctrina del transformismo. ¿ Se distin
gue sustancialmente una rana de un renacuajo , ó una mariposa del
gusano á cuya transformacion debe su origen ? Claro está que no :
el sér no varía en estos casos sustancialmente ; lo que hace es pasar
por las diferentes etapas de su vida toda y entera , necesarias para
la perpetuacion de su propia especie . Pues una cosa semejante ha
brá sucedido en la hipótesis indicada á los diversos seres vivientes
que en la actualidad pueblan el universo . Todos ellos , excepto el
hombre , habrán recorrido, con su virtud interna y esencialmente
peculiar de cada uno , los diferentes estadios del camino ya andado
ántes de llegar al que actualmente ocupan : nada de accion creado
ra para este movimiento ; la misma fuerza interior que corresponde
á su esencia particular lo habrá ejecutado, acomodándose al medio
externo en que haya funcionado , y transformando en consecuencia
el organismo . Exceptuamos de esta ley general al hombre , porque,
en orden a la especie humana , ya sabemos por la divina Escritura
que fué criada en estado de perfecto desarrollo , y que no ha pasa
do primero por los estadios inferiores, en que se ejercitan solamen
te las fuerzas animales, permaneciendo las espirituales como dormi
das por falta de disposicion conveniente en el sujeto.
Pero aun cuando supongamos las especies introducidas una en
pos de otra por la fuerza creadora del Todopoderoso , ¿ qué razon
hay para espantarse de una proposicion semejante ? ¿ Acaso porque
interviene el Criador de una manera directa y sobrenatural en las
obras del universo ? Cada dia está interviniendo de este modo para
sacar de la nada las almas humanas, y para unirlas sustancialmente
á la materia por ellas informada , y ningun filósofo de recto juicio
hallará en tal clase de acciones una cosa contraria a las reglas de la
sana razón . Si la naturaleza no puede por sí sola producir ciertos
fenómenos que son necesarios para el desarrollo del plan divino en
la march a general de las cosas criadas, ¿ por qué no podrá interve
nir directamente , y de una manera sobrenatural , para ejecutarlos la
åccion de la divina Omnipotencia ? Antes el no intervenir en estos
casos sería contrario a la infinita Sabiduría ; porque en tal caso pre
194 Origen del hombre, etc.

tendería Dios el conseguimiento de un fin , y luego en la ejecucion


no querría echar mano de los medios necesarios para realizarlo . Di.
gase lo que se quiera , si en el desarrollo de la vida terrestre no han
obrado las fuerzas naturales propias y peculiares de cada especie de
séres , en la forma que con varios sabios católicos acabamos de in
dicar, la aparicion sucesiva de las especies ha debido verificarse por
una accion directa y sobrenatural de la Omnipotencia divina . El
Criador se habrá servido en estos actos de los organismos inferio
res para transformarlos sustancialmente con su omnipotente virtud ,
é introducir en ellos un principio vital de un órden superior y más
en consonancia con las condiciones de vida que con el discurso del
tiempo se hayan producido en el globo ; ó bien , si este modo de
produccion defendido por algunos católicos no gusta á los que quie
ren otro más elevado , Dios habrá dado el sér á cada uno de ellos,
de la misma manera que introdujo en un principio la vida en el
mundo . Pero, sea cual fuere el modo que se quiera escoger, es pre
ciso siempre recurrir a la accion directa y sobrenatural del Todopo.
deroso . Esta accion es exigida perentoriamente por las mismas con
diciones intrínsecas de las causas criadas , que no pueden realizar el
plan de la divina Sabiduría en el mundo sin este género de creacio
nes sucesivas por parte de la divina Omnipotencia. Y por esta ' mis .
ma razon malamente se da por los fautores del transformismo el
nombre de milagros á esta clase de acciones , porque no van en
ninguna manera contra las exigencias de la naturaleza , como no fué
milagro la accion con que fué criada la materia y la vida en un prin
cipio , y con que todos los dias son llamadas á la existencia las al
mas de cuantos hombres son concebidos sobre la tierra.

1
1

CAPÍTULO XXVI

RESPONDESE Á LAS PRINCIPALES OBJECIONES


DE LOS TRANSFORMISTAS.

bien se observa, la razon principal que secretamente mue


ve á ciertos naturalistas á defender á todo trance la antifi
losófica doctrina del transformismo, es el horror grande
que sienten al pensar que Dios intervenga con su accion sobrenatu
ral en la produccion de los fenómenos sensibles . ¡ Pero cuán necia é
in fundada no es semejante manera de proceder ! " . Os espanta lo
sobrenaturali podemos decir con Agassiz ' á esta clase de sabios:
pues negadlo completamente , y proclamad con los ateos la inde
pendencia absoluta de la materia. Si confesais que Dios ha interve
nido sobrenaturalmente en la creacion del mundo inorgánico y en el
establecimiento de las leyes que en él rigen , porque sin esto no es
posible la misma existencia de la materia, ¿ por qué no confesais tam
bien esa misma intervencion sobrenatural en la produccion de cada
uno de los grados de la vida, siendo una cosa manifiesta que la vida
en general, y cada uno de los grados de ella en particular, no han
podido venir al mundo sinó por la accion omnipotente de Aquel que
es fuente y origen de todos los seres y fundamento universal de
todas las esencias?, ¿ Pero y hemos de suponer , exclaman algunos
muy confiados en su novísima filosofia, que el Criador del universo
emplea su omnipotente virtud para producir unos seres que se hacen
la guerra continuamente y que necesitan para vivir la destruccion de
otros ? ¡ Vana dificultad ! De valer algo este argumento , echaría por
tierra la misma creacion del mundo inorgánico , sacando triunfante
la causa del ateismo . Los séres inorgánicos no ejercen ordinaria

| Agassiz, De l'espèce de la clasification en Géologie, pág. 85. Paris, 1869 .


496 Respóndese a las principales objeciones
mente sus acciones sinó atacando con la eficacia de su virtud a las
sustancias que les rodean , para asimilárselas y acomodárselas en la
manera más conveniente á su propia naturaleza . Mirad lo que hace
el fuego en un combustible cualquiera para imprimirle su propia for
ma : observad el efecto producido por las combinaciones químicas
en los seres inorgánicos , y vereis si podeis ó no aplicar contra ellos
vuestro argumento diciendo que Dios no puede ser autor de esta
clase de séres , porque, al crearlos, hubiera introducido la guerra en
el reino de la materia . Dios produjo así estos como todos los demás
séres del mundo organizado para que todos ellos , cada uno con la
virtud propia de su específica naturaleza, conspirasen armónicamen
te al fin universal de la creacion entera. Lo inferior lo subordinó
sabiamente á lo superior, el reino mineral al vegetal , éste al animal ,
y el animal , finalmente, al hombre. Cada especie debe , segun esto,
mantener la vida de sus indivíduos á expensas de los pertenecientes
á las especies inferiores : por esto el Criador proveyó con larga mano
gran copia de individuos en cada especie , para que cada una de ellas
ofreciese con generosidad la materia de su alimento a las de los ór
denes más elevados sin temor de quedar destruida. Aquí no hay
guerra ninguna entre las diferentes especies del mundo universo ; lo
que hay , sí , es subordinacion y armonía entre las diversas partes de
un todo heterogéneo, en que lo inferior debe estar sujeto á lo supe
rior, y prestarle los servicios que proporcionalmente le correspon
den . Estos servicios duelen, como es natural, á cada uno de los in
divíduos que hayan de ser por causa de ellos sacrificados; pero no
duelen tambien en la sociedad humana los sacrificios que deben ha
cer por precision cada uno de sus miembros para el bien y conser
vacion de la misma , sin embargo de ser el estado social en el hom -
bre una cosa natural y consiguientemente intentado por el mismo
Dios ?
Pero estas son ya consideraciones metafísicas, que no suelen gus
tar de ordinario á la clase de gentes que vamos combatiendo. Ellos,
como buenos físicos y naturalistas , atienden más á otro linaje de ar
gumentos más asequibles para establecer sus sistemas ; y esotro de
las metafísicas lo tienen por puro juego de personas ociosas, que
pasan vanamente el tiempo en formar sus ideales a priori. Siga
mosles, pues, diligentemente los pasos por el terreno de la fisica,
que estos señores se han escogido ; aunque en eso de forjarse idea
les a priori pocos hay ciertamente que igualen a los transformistas,
pues ya ántes hemos observado que el transformismo todo entero
de los transformistas . 497

es una mera especulacion a priori, y de ninguna manera fundada


en los hechos, los cuales no cesan de protestar contra ella ' .
Dicen, pues, los defensores de esta humillante opinion :
En la doctrina de las creaciones independientes , como ex
plicar la conformacion sobre un plan comun de la mano del hom
bre , del pié del perro , del ala del murciélago y de la paleta de la
foca ? Ahora bien ; en el principio de la descendencia , unido a las
modificaciones producidas por la seleccion natural , tiene esto una
explicacion satisfactoria .
2... Tanto mas, que á afirmar esta descendencia nos induce el
curso progresivo que sigue el embrion en la naturaleza humana, pa
sando por todas las etapas de la vida orgánica antes de pararse en
la última y más perfecta , que definitivamente ocupa . ¿ No significa
esto claramente que el hombre, antes de obtener en la escala de los
séres el sublime grado que en la actualidad posee , vivió en épocas
muy lejanas, primero confundido con los gusanos, despues con los
peces, más tarde con los mamíferos terrestres , y , finalmente con
nuestros abuelos los monos catarrinos ? Si no , iá qué hacer ahora
ese camino en el útero donde es concebido ?
{ 3.' Anádase á esto que los órganos, ora rudimentarios , ora in
útiles, que se notan en ciertos animales y en el mismo hombre, dan
á conocer muy á las claras que aquéllos estuvieron en otro tiempo
desarrollados y éstos en ejercicio . Por lo cual debemos concluir que
el hombre en los tiempos pasados tuvo la cola y las orejas movibles
de los monos sus hermanos ; porque la primera la posee ahora en
un estado rudimentario y atrofiado, y de la movilidad y conforma
cion puntiaguda de las segundas da buen testimonio por una parte
el músculo que todos tenemos para moverlas, sin utilidad alguna en
los tiempos actuales, y por otra la curvatura reentrante de la oreja
misma en su parte superior, que no puede provenir sinó de haberse
ido poco a poco encogiendo y redondeando , a medida que perdía
su movilidad primera.
4.": Además , la distribucion geográfica de los seres organizados
prueba esto mismo. Porque , de dónde, sinó de la descendencia
transformista , proviene el que las floras y las faunas de los conti
nentes conserven cierta afinidad con las de las islas , siempre que
éstas se hallan separadas de aquellos por una parte de mar poco

1 Esto mismo nota tambien Agassiz en su importante obra De l'espére, al exami


nar en el art, 3.0, pár. 7 , la teoria darwinista .
32
ndese s
498 Respó ipale ones
á las princ objeci

profunda , aunque ancha á veces y dilatada, sucediendo, todo lo


contrario cuando la distancia intermedia està formada por un valle
submarino sumamente hondo ? En el caso primero , ha debido trans
currir un tiempo relativamente breve desde que fué interceptada la,
comunicacion entre una y otra parte de la tierra seca por lass aguas
del mar ; y así , las floras y las faunas que proceden en ambos lugar,
res de un mismo tronco comun no han podido formar todavía ema
las ramas separadas la divergencia suficiente para que desaparezca.
por completo la afinidad dicha ; en el caso segundo , el tiempo trans ,
currido despues de la interceptacion ha sido inmenso , y por; consizi
guiente bastantemente largo para que la seleccion natural pudieses
borrar todas las señales de parentesco. Lo mismo ha sucedido en ,
varios puntos de la tierra , en los cuales se crian hoy plantas y ani
males pertenecientes á una misma familia , a pesar de que en los
lugares intermedios , que suelen ser tan distantes como los Alpes. Yn
las regiones polares, es físicamente imposible la procreacion de los
tales vivientes . ¿ No es esto prueba de que en tiempos muy lejanos,
á los nuestros todos esos lugares intermedios gozaban de las mismas
condiciones climatológicas que actualmente reinan en los puntos
extremos
174.75 Hipol
5.0 Finalmente , los fenómenos del transformismo y del dimortis
mo , así como tambien los pertenecientes a las generaciones altersi>
nantes, vienen en confirmacion de esta doctrina. Porque por ellosy
vemos de qué acciones es capaz la seleccion natural , si le dan el-,
tiempo suficiente para que pueda introducir en los seres una transa
formacion más radical y más profunda ; ellos nos indican ademas, la ,
tendencia de la naturaleza á variar y á salirse de las curvas cerradas ,
propias de las creaciones independientes.
Con estos y otros semejantes argumentos discurren los partidanı
rios de la teoria transformista , teniéndola muchos de ellos por únir
camente admisible , y calificando de ignorantes y atrasados á los ,
que todavía están por la antigua doctrina de las creaciones inden
pendientes. Pero en lo que suelen apoyarse con más insistencia , es
en la sucesion de las diferentes faunas у fioras que ha habido en
el mundo desde el primer aparecimiento de la vida hasta la época.
presente. Este fenómeno es para ellos una señal cierta de que la
fauna y la flora de cada época se han transformado espontanea
mente , y por la sola virtud de las fuerzas fisicas , en la fauna y en
la flora de la época inmediata , como si las solas fuerzas fisicas hul
bieran podido intervenir en su produccion , y no la causa primera .
de los transformistas. 499

ó como 'si todas las demas circunstancias que concurren á declarar


nos la naturaleza de este fenómeno nos indujeran á considerarlo
como un signo cierto de la transformacion sobredicha . Estas cir
cunstancias ya hemos visto cómo nos llevan á afirmar lo contrario,
y á atribuir la produccion de tal fenómeno á la accion inmediata y
sobrenatural del Criador de todas las cosas . Por eso no insistiremos
aqui en probar de nuevo esta verdad con otros argumentos : bastan
los aducidos para que una inteligencia recta y enemiga de superfi
cialidades quede completamente convencida de la futilidad de esta
hipótesis materialista . Veamos de responder ahora brevemente a los
otros argumentos , que son los que en realidad constituyen la parte
más firme del sistema, a pesar de ser ellos tambien de muy poca
consistencia .

El primero de ellos , sin embargo , parece tan satisfactorio al fa


moso Darwin , que , apoyado en su soñada eficacia , no duda este
naturalista en poder atribuir con seguridad las referidas estructuras
á la descendencia hereditaria ", y no repara en tener por rematada
mente perdida ( hopeless ) la causa de los que pretenden explicarlas
por la doctrina de las causas finales 2. Ya se ve ; segun este escritor,
los que tratan de fundar la homología de las extremidades anterio
res del hombre, del perro , del murciélago y de la foca, en razones
de utilidad ó en la doctrina de las causas finales, en resolución no
vienen a decir otra cosa sinó que los tales organismos han sido he
chos así porque ésta fué la libérrima voluntad del Artifice Supre
mo 3. Si así fuera, le sobraría razon para afirmar lo que allí mismo
escribe, diciendo que semejante explicacion no tiene nada de cienti
fica 4 , pero en esto el sabio inglés ha padecido una equivocacion
muy lastimosa. Si al querer dar razon por la doctrina de las causas
finales de las diferentes ruedas que componen un reloj, dijéramos
sencillamente que el fundamento de todas ellas está en la libérrima
voluntad del relojero que así ha querido construirlas , proferiríamos
un solemne disparate, digno de ser recibido entre las personas inte
ligentes con una no ménos solemne carcajada. El relojero será libre

We may safely attribute these structures to inheritance, , ( Darwin , ' On the


origin of species , pág . 244. London, 1869. )
2 Idem , pág. 516 ,
Idem , ibid .
4. We can only say that so it is ; that it has pleased the Creator to crostruct all
the animals and plants in each great class on a uniform plan , but this is not a scien
tific explanation . » ( Darwin , I. cit.)

1
500 Respóndese á las principales objeciones

en construir ó no el reloj, ó sea la máquina medidora del tiempo


que designamos con este nombre; pero , una vez que se decida á
construirlo , no es libre en introducir en él las piezas que se le anto
jen , ni en prescindir de otras absolutamente necesarias para la con
secucion de su intento . El tal artífice , para la realizacion de su plan ,
se ha de acomodar por fuerza á las leyes mecánicas á que se halla
sujeta la materia de su artefacto por disposicion de la misma natu
raleza . Segun que se conforme á ellas con mayor o menor exactitud,
la máquina será más ó ménos perfecta ; y si se empeña en querer
prescindir de ellas absolutamente , no logrará fabricar reloj alguno
en los días de su vida ,
Siendo , pues , esto así , ¿ carecera por ventura de carácter cien
tífico la explicacion razonada que quiera yo dar sobre cada una de
las piezas que componen un reloj, siguiendo para ello la doctrina
de las causas finales . Antes bien , no será ésta la única explicacion
científica que se pueda dar de este artefacto ; pues , en sustancia ,
no se hace con ella sinó resolver un caso de la mecánica aplicada :
Pues aplique el naturalista inglés este ejemplo a la homologia de las
extremidades sobredichas, y verá si el explicar esta homologia por
la doctrina de las causas finales tiene ó no algo de científico . El
Artífice Supremo tambien , en la construccion de sus artefactos, tie
ne reglas que observar dictadas por la eterna Sabiduría ; y a ellas
no puede faltar, siendo infinitamente prudente en cuantas acciones
libres ejecuta , y no careciendo de ciencia ó de poder para poner en
práctica lo que conviene á la sabia realizacion de sus planes. En in
tentar una cosa ú otra de cuantas puede producir su omnipotencia
goza de libertad plena y completa , como es libre el relojero en
querer fabricar ó no sus relojes; pero en la manera de ejecutar es
tos intentos tiene por precision que acomodarse a las reglas del
arte divino , las cuales se hallan finalmente fundadas, no en la vo
luntad libre de Dios , sinó en su soberana esencia , fuente y manan
tial inagotable de todas las particulares esencias . Estas reglas le
dicen que en la produccion de los organismos debe tener muy pre
sentes las leyes mecánicas, á que por razon de su misma naturaleza
están sometidos todos los cuerpos ; porque los organismos, aunque
vivos , no dejan por esto de ser sustancias materiales, sujetas por
consiguiente a las leyes físicas y materiales que rigen toda esta
gran máquina del universo . El Soberano Artífice por tanto , en la
construccion de sus máquinas vivientes , obra en conformidad con
las leyes de la mecánica , no menos que el artífice humano en la fa
de los transformistas. 501

bricacion de las suyas, puramente inertes , y asi como procedemos


científicamente examinando los artefactos humanos segun las leyes
sobredichas, de la misma manera seguimos un método racional y
científico , juzgando de los artefactos divinos guiados por estas mis
mas leyes. Examine el naturalista inglés á la luz de estos principios,
algo más racionales por cierto que él de su ciega seleccion natural ,
y verá si la doctrina de las causas finales explica ó no científica
mente la homología de los miembros mencionados . Y si despues
de haber practicado este exámen todavía no puede creer que la ho
mologia de los huesos en el brazo del mono , en la pierna anterior
del caballo , en el ala del murciélago y en la paleta de la foca , sir
va de un uso particular á estos animales ' , consulte sobre el caso
con ánimo desapasionado la excelente obra que en forma de carta
le dirigió hace algunos años el ilustre Bianconi,' respondiendo a sus
' jactanciosas afirmaciones sobre este asunto ; y su atenta lectura le
convencerá de que la tal homología no ha sido efecto de la unidad
de plan soñada por los transformistas , sinó de la necesidad mecáni
in importada en la naturaleza misma de todo artefacto producido
en conformidad con las leyes físicas de la materia . Si las extremi
dades anteriores de los animales dichos poseen cierta semejanza en
la conformacion y modo con que todas ellas tienen constituidas
cada una de sus partes; esto no ha provenido ciertamente de que
la naturaleza ciega , con sus transformaciones sucesivas , haya ido
lentamente desviando estos séres del tronco comun , en que se ha
Náran confundidos en algun tiempo . La naturaleza ciega y destitui
da de toda idea de órden no tiene virtud en sí misma para producir
tan maravillosos artefactos , en que brilla con vivísimos resplando
res el concepto ordenador de un Artífice sapientisimo . La razon de
dicha homologia se encuentra , por una parte , en la semejanza ge
neral de las funciones que debían practicar los seres mencionados
con los tales miembros para asegurarse los medios de subsistencia,
y por otra en el maravilloso cuidado que tiene el Artífice divino de
acomodar perfectísimamente sus artefactos á las leyes generales de
la mecánica .
1. Por lo demas, aparte de esta homologia y semejanza general, los
tales miembros varian muchísimo en cada uno de los seres sobredi
chos, como no podia ser ménos hallándose ordenados cada uno de
sellos a fines muy distintos . Las manos en el hombre son instrumen

I Darwin , On the origin of species , pág. 244 .


502 Respóndese å las principales objeciones

tos de sola aprehension , en el perro de aprehension y de locomo


cion, en la foca de aprehension y de natacion, en el murciélago, final
mente, de aprehension y de locomocion, y más que todo de vuela.
En todos ellos están destinadas á ejecutar movimientos, y por lo
mismo en todos tambien deben tener las mismas condiciones gene
rales reclamadas para este efecto por la mecánica ; pero como estos
movimientos en cada uno de estos séres había de ser específicamente
distinto, así tambien la conformacion interna de los órganos moto
res no podía menos de ser en cada uno específicamente diversa. Es
como si un relojero quisiera hacer un reloj de pared y otro de bols
sillo . Para uno y otro artefacto apelaría á las ruedas, puesto que sin
ellas no es posible fabricar una máquina reguladora del tiempo , y
así, forzado por las leyes de la mecánica, no podría ménos de pro
ducir en ellos una cierta homología general de las partes, que no
por eso sería señal cierta de haber salido un reloj de las entrañas
del otro , ni ambos de las de un tercero más antiguo y distinto de
ellos .
Pero con esta homologia tendría buen cuidado de juntar otras
cualidades propias y caracteristicas de cada una de las máquinas di
chas, arreglando en una y otra las piezas de una manera particular,
y poniendo en cada una aquellas solamente que fuesen reclamadas
por las leyes de la mecánica.
Y á propósito de lo que acabamos de escribir, nos ocurre ahora
mismo una idea que no podemos ménos de presentar a la consi
deracion de nuestros lectores . Hablan mucho los darwinistas de cier
tos tipos generales é indeterminados, en los cuales se hallaban con
fundidas algun tiempo las especies actuales . ¿ Qué clase de séres
eran éstos? á qué especie pertenecian? Un reloj que ni sea de pared
ni de bolsillo , á qué clase de relojes puede pertenecer ? ¿ No son por
consiguiente los decantados tipos unos seres puramente imaginarios
que no pueden existir sinó en la fantasía de quien se complace en
inventarlos. Y cómo realizar el paso de un sér á otro por medio de
la descendencia , á que siempre apelan los transformistas . “ El pro
blema de los intermedios, escribe sabiamente Bianconi , no ha sido
profundizado todavía suficientemente, que yo sepa; pero yo creo
que hay muchos casos en los cuales la transicion genética encuentra
un obstáculo insuperable para conciliarse con la transicion funcional
ó instrumental... ¿ Qué transicion , ó mejor dicho , qué estado inter
medio imaginaremos entre el último animal no rumiante y el prime
ro que rumie ? Si la rumia exige varios sacos estomacales puestos
de los transformistas. 503

en dos hileras diferentes, y la ausencia de esta funcion reclama uno


i varios colocados en una sola, ¿ qué forma ' se dará al estómago del
-semi+ rumiante, de un animal que se halla en la aurora de la
Tumia ? ; !
- Como este caso de los rumiantes y no rumiantes se podrían adu
voit otros infinitos , imposibles de explicar con la doctrina de la tran
sicion referida; pero tiempo es ya de que pasemos a la solucion de
las otras dificultades propuestas. La que ahora nos toca discutir es
dá fundada en los fenómenos de la embriologia : en ella confian tan
to los transformistas, que muchos de ellos la consideran como la
razon más principal de su sistema. Sin embargo , ¡ cuán fútil es' y
cuán nula , mirada , como debe mirarse , con los ojos desapasionados
del filósofo ! El embrion , en ese camino que recorre desde que es
concebido hasta que llega al término de su último desarrollo , tiene
acaso alguna de esas formas propiamente dichas que se dicen ha
ber caracterizado á sus innumerables ascendientes en la larga carre
ra de los siglos pasados ? Ninguna absolutamente : lo único que en
el se observa es cierta semejanza en general con cada una de ellas;
lo cual nada tiene de extraño , puesto que la virtud plástica de la
naturaleza no puede producir su obra sinó sucesivamente y por
grados, pasando de lo menos perfecto a lo más perfecto. Esta se
mejanza genérica y vaga no quita el que cada organismo, desde
Sus mismos principios, se muestre perfectamente distinto de los
clemas y con los caractéres de su propia especie , como la semejan
za imperfecta que tiene el mono con el hombre no impide el que
éste se distinga de aquél hasta en las más pequeñas fibras de su
constitucion organica. ¿ Quién podrá decir jamás que un leño pasa
sucesivamente por las fases correspondientes á las formas definiti
vas de varios animales , cuando sometido a la accion formadora del
artista que lo modela , va adquiriendo poco a poco la figura de la
persona humana á cuya representacion se le destina ? Claro está que
es un absurdo el pensar de este modo : sin embargo , el leño men
cionado , durante los diversos períodos de su transformacion no
deja de traer á la memoria , por cierta especie de semejanza que
tiene con ellas , las formas de varios séres inferiores al hombre . La
semejanza del embrion humano con algunos animales en los sucesi
vos estados de su desarrollo evolutivo , cuando más, probará lo que

Biancoui, La théorie darwinienne et le Création, 3.e partie , I , Transitions, pági


ya 267-268 .
504 Respóndese á las principales objeciones

con el Stagirita habían enseñado ya hace tiempo los Escolásticos;


diciendo que la materia no llega al último grado de perfeccion que
puede adquirir bajo el influjo de las diversas formas sustanciales
sin haber pasado primero ordenadamente por todos los otros infe
riores ; y que, por consiguiente , en la generacion humana el feto ,
ántes de adquirir definitivamente la vida intelectiva del hombre , ha
vivido algun tiempo con sola la vida de las plantas, y más tarde
con sola la vida de los animales . Oigamos al angélico Doctor expo
ner esta doctrina : “ Cum quaelibet res mota , escribe , in quantum
movetur , tendat in divinam similitudinem ut sit in se perfecta , per
fectum autem sit unumquodque in quantum fit actu ; oportet quod
intentio cujuslibet in potentia existentis sit ut per motum tendat in
actum . Quanto igitur aliquis actus est posterior et magis perfectus,
tanto principalius in id ipsum appetitus materiae fertur. Unde opor
tet quod in ulteriorem et perfectissimum actum , quem materia con
sequi potest , tendat appetitus materiae , quo appetit formam , sicut
in ultimum terminum generationis. In actibus autem formarum gra
dus quidam inveniuntur. Nam materia prima est in potentia primum
ad formam elementi; sub forma vero elementi existens est in pot
entia ad formam mixti , propter quod elementa sunt materia mixti;
sub forma autem mixti considerata , est in potentia ad animam ve
getabilem , nam talis corporis anima actus est ; itemque anima vege
tabilis est in potentia ad sensitivam ; sensitiva vero ad intellectivam :
quod processus generationis ostendit . Primo enim in generatione est
fetus vivens vita plantae , postmodum vero vita animalis , demum
vita hominis ,, ! .
Pretender algo más que este proceso gradual del embrion , y sos .
tener con los transformistas que el feto humano pasa por ciertas
fases que corresponden respectivamente á ciertas formas definitivas
de tipos menos elevados, es asentar una proposicion que no tiene
ningun fundamento en la naturaleza de los hechos . El conocimiento
incompleto de éstos es , como dice Agassiz. ? , el que ha dado origen
á una asercion tan absurda . No se puede negar que hay cierta se
mejanza entre los animales jóvenes de un órden superior y los
adultos de los tipos inferiores ; pero esta no es tanta que llegue al
grado adonde la pretenden levantar ciertos transformistas. Toda
ella está reducida á que los primeros poseen transitoriamente en

i S. Thom ., Cont. gent., lib . ill , cap . XXII .


Agassiz, De l'espèce, pár, 28 , pág . 185 .
!
ide los transformistas. 505

algun miembro determinado una cierta propiedad que en los segun


dos es fija y permanente ; como sucede, v . gr . , en las aves , que
todas ellas sin excepcion tienen durante su edad primera unidos los
dedos por medio de una membrana que caracteriza á las palmipedas
durante toda su vida . ¿ Es esto decir que todas las aves , al pasar por

la primera fase de su vida , poseen la misma forma de las palmi


pedas , de suerte que sea imposible discernirlas de ellas ? Las aves
todas desde sus primeros dias muestran muy bien la especie á que
pertenecen , y se distinguen por lo mismo de aquellas especies par
ticulares a quienes dotó providamente la naturaleza de verdaderos
remos para su vida acuática , uniendo los dedos de sus plantas por
medio de una membrana muy acomodada al efecto .
Mas aunque así fuese , que las fases del embrion correspondieran
verdaderamente á ciertas formas definitivas que se hallan en algu
nos animales inferiores, ¿ habría derecho para inferir de aquí la doc
trina de la evolucion , como imaginan los transformistas ? ¿ No podria
el tal fenómeno ser efecto de la virtud propia y peculiar de las se
millas dispuestas de este modo por la voluntad omnipotente, para
que así cada generacion de un órden superior fuese como un tra
sunto de las varias generaciones practicadas en los órdenes inferio
res ? Véase , pues , por cuántos lados peca el tan decantado racioci
nio de nuestros adversarios . Pero no es esto todo : los fenómenos
del mundo orgánico son tales que , aun cuando nos constase con
certeza la sucesion de las fases mencionadas , nos impedirían ellos
mismos atribuirla á la evolucion de que vamos tratando. La natura
leza no puede ejecutar las operaciones de que nos hablan los trans
formistas sin formar en el mundo organico una serie simple de ani
males sucesivamente más perfectos, puesto que ha debido ir siempre
completando su obra por medio de la seleccion natural , sin volver
nunca atrás en la via del progreso . Ahora bien ; esta série simple se
halla positivamente negada por los hechos , los cuales por consi
guiente nos obligan á rechazarla . Como quiera que intentemos co
locar los diferentes reinos en que se halla dividido el mundo entero
de la Historia Natural , es imposible poner los animales de todos
estos reinos en una sola série ascendente , cuyos miembros vayan
siempre creciendo en perfeccion , y conserven una perfectísima se
mejanza con los que inmediatamente les siguen y anteceden . Es
este un hecho cuya evidencia no deja el más pequeño lugar a la
duda . “ Por evidente que pueda parecer, escribe Agassiz., la inferio
ridad de los radiados cuando se les compara con el conjunto de los
300 Respóndese a las principales objeciones

moluscos ó de los articulados , y por mucho que ella resalte cuando


el término de comparacion se coloca en los vertebrados , es preciso
no olvidar que la estructura de la mayor parte de los equinodermos
es mucho más complicada que la de un bryozoario o de un ascidia ,
ambos pertenecientes al tipo de los moluscos , o que la de uu hel
minto del tipo de los articulados, y que la misma és quizá superior
áun á la del amphioxus, que es un vertebrado , ' : “ Es evidente,
continúa el mismo autor en el lugar citado , que cuantas vecessse
pretenda formar una série simple de todos los animales, a medida
que subamos en el arreglo interior de cada reino á un grado más
alto de perfeccion se irá exagerando más y más la diferencia entre
las dos extremidades vecinas de la série intermedia y de la que
sigue ó antecede . No creo que ningun naturalista tenga en nuestros
dias nada que objetar contra el siguiente arreglo de los radiados :
los pólipos en lo más bajo de la escala , los acalefos en el escalon
intermedio , los equinodermos en el superior; ni contra esta agrupa
cion de los moluscos : los acéfalos en el grado inferior, los gastero
podos en el medio , los cefalópodos en el más alto ; ni contra está
de los articulados : primero los gusanos , luego los crustáceos , y
finalmente los insectos ; ó esta otra de los vertebrados : los peces en
la base, los reptiles y las aves en medio , y los mamíferos en la
parte más elevada. De intento he evitado toda alusion á los puntos
controvertidos. Por consiguiente , si los moluscos hubieran de seguir
á los radiados en una serie simple , los acéfalos estarían formando
continuidad con los equinodermos ; ó si este segundo lugar lo atri
buimos á los articulados, entonces , despues de los equinodermos.
irán inmediatamente los gusanos . De la misma manera la série cos
menzada por los radiados acabaría por los cefalópodos ó por los in:
sectos , segun que se continuase inmediatamente con el grupo de los
moluscos ó con el de los articulados. En el primer caso , á los cefa
lópodos se seguirían los gusanos , en el segundo a los insectos los
acéfalos. Finalmente , la union con los vertebrados se haría, ya sea
por medio de los cefalópodos, siendo colocada la agrupacion de los
moluscos en el tercer lugar de la série, ya por los insectos , si este
1 tercer lugar se reserva para la agrupacion de los articulados. Quién
no ve , por consiguiente , que cuanto mejor conocemos las verdade
ras afinidades de los animales, son tanto más convincentes las pruu .
bas que vemos acumularse contra la idea de que el reino animal està .

1 Agassiz , De l'espèce, párrafo $ .' , pág. 39 .


de los transformistas. 507

constituido por una serie simple ? ,, ! . Hasta aquí el referido escritor.


de Por qué camino , pues , irá la madre Naturaleza para desarrollar
esta série simple y perfectamente progresiva que fingen nuestros
transformistas para no caer bajo el imperio de las causas finales :
Pot el de los radiados, moluscos, articulados y vertebrados . Este
esiciertamente el orden que asignan más comunmente los zoólogos
a los diferentes grupos en que se halla dividido el reino de los ani
males, mirado de una manera general . Pues ya la tenemos fabrican
do en la primera jornada cierta clase de séres que superan en perfec
cion a varios fabricados en las jornadas siguientes , cómo se olvidó
ce su querido progreso al obrar de esta suerte , haciendo armas con
los retrógrados que no queremos entrar por la nueva via de la trans
mutacion darwiniana ? ¡ Y luego de los equinodermos pasamos á los
acéfalos, de los cefalópodos á los gusanos , de los insectos a los pe
ces ! A quién se le ocurre dar saltos de esta clase , tan contrarios al
movimiento reposado y continuo que conviene á tan caracterizada
señora ? Pero dejemos esto á un lado, y vengamos ya a la solucion
de la tercera dificultad .
Consiste esta en suponer que ciertos animales poseen algunas par
tes rudimentarias, residuos inútiles de otra organizacion que perte
neció en tiempos muy remotos á sus antepasados , pero que con la
seleccion natural se ha ido transformando lentamente y por grados
hasta mudarse en otra muy distinta . De esta clase juzgan los trans
formistas que son las últimas vértebras de la columna dorsal en el
hombre, y las partes de la oreja arriba mencionadas, infiriendo de
aquí que nuestros abuelos debieron parecerse á los actuales monos,
así en lo de la cola como en lo de tener las orejas puntiagudas y
movibles. Esta doctrina de las partes rudimentarias en los animales
es coša puest i muy en boga entre los naturalistas modernos; tanto
que hasta los enemigos de la transmutacion darwiniana toman sin es
crúpulo alguno en boca la palabra rudimentos , como si realmente la
naturaleza tuviera en sí tendencia á producir en todos los animales,
donde aparecen las tales estructuras, la otra parte que ellos imagi
nan faltar, y no pudiese conseguirlo por razon de ciertos obstáculos
accidentales ; ó como si el Supremo Hacedor, procurando la sime
tría y buen orden en todas sus obras , hubiese querido poner en al
gunos séres ciertas partes de puro odorno , que ningun influjo fisio
lógico ejercen en la economía del animal . Ya hemos visto en otro

I Idem , ibid ., págs. 40-41 .

>
s
508 Respondese á las principale objeciones

capítulo cómo entre los mismos católicos no faltan quienes, movi


dos por este linaje de fenómenos, pretenden establecer entre las di
ferentes especies del mundo orgánico un verdadero lazo genético ;
en términos que unas hayan sido derivadas de otras ; no ciertamen .
te por la virtud natural de estas causas físicas y materiales que
obran en el universo sensible , sinó mediante el poder sobrenatural
de la primera Causa , que , ó por sí misma ó por medio de sus án
geles , ha transformado unos organismos en otros . Los sabios que
así discurren piensan que , en efecto , es preciso reconocer en ciertos
animales algunas partes inútiles, como afirman los transformistas, y
conceden á estos autores la consecuencia de que las tales superflui
dades no deben ser sinó restos de otra estructura muy distinta , nes
gando empero que el tránsito de una organizacion á otra se haya
podido ejecutar con las solas fuerzas de la naturaleza . A otros sin
embargo no parece muy sólido el fundamento en que descansa esta
opinion , y juzgan más conveniente afirmar que la naturaleza nunca
froduce parte alguna inútil en los diferentes organismos.
De este parecer es el ilustre ex - profesor Bianconi, quien , des
pues de haber demostrado con evidentes argumentos que en las ex
tremidades del cerdo no existe parte alguna verdaderamente super
Alua ; como falsamente habían afirmado ciertos naturalistas muy
notables , se expresa en los siguientes términos : “ Wallace nos dice ,
á propósito de los órganos rudimentarios, que existen órganos de
esta especie y que en general no desempeñan funcion alguna parti
cular en la vida del animal , estando sobre elļo conformes las prime
ras autoridades en anatomía comparada ! A decir verdad , creo que
se resuelve demasiado pronto una cuestion de tan grande impor
tancia , como es ésta en que se trata de saber si hay ó no partes
inútiles en algunos animales . Me parece que no es grande el núme
ro de primeras antoridades que estén por la doctrina indicada. An
tes de hacer entrar en la ciencia esta opinion es preciso traer he
chos, y lo que es más , hechos bien estudiados. No basta repetir
.
• perpétuamente , pecudum more , las mismas aserciones , ni seguir el
consejo de algunos sabios distinguidos de que para dejar asentada
una verdad nueva es necesario tener paciencia y más paciencia . No,
esto no basta ; porque ante todas cosas es necesario tener a la mano
la misma verdad , y despues son necesarias pruebas bien claras y
bien exactas tanto para adquirir certeza de haberla encontrado ,

I Wallace , La sélection naturelle . Essais. Paris, 1872 , pág . 24 .


de los transformistas. 509

como para hacérsela entender a los demas . Yo no sé si se podrán


dar explicaciones de los otros casos que se citan de partes inútiles;
pero me inclino á creer que todos ellos se prestan lo mismo que el
presente a un estudio profundo de los mismos , '.
De lo dicho se infiere que, sin recurrir a la falsa doctrina del trans
formismo materialista , tenemos tres maneras probables de explicar
los fenómenos de que vamos tratando: primera, suponiéndolos ob
jetos de ornato y partes integrantes de la simetria universal que debe
reinar en la unidad de plan del Criador ; segunda, considerándolos
como restos de estructuras anteriores, transformadas en las actuales
por la virtud sobrenatural del Dios Omnipotente; tercera, finalmen
te, atribuyendo á estas partes del animal funciones verdaderamente
útiles á la economia del compuesto , y negando por lo mismo que
sean superfluidades úobjetos de puro adorno . Cualquiera de estas tres
explicaciones es sin comparacion más razonable que la excogitada
por los transformistas; porque todas ellas recurren á una inteligencia
ordenadora, que se propone un fin por determinados medios con
suficiente poder para llevar a cabo sus intentos: mientras que la hi
pótesis transformista todo lo funda en el ciego acaso , ó atribuye á
las causas físicas efectos á los cuales no llega su propia virtud por
ser de un órden inferior a ellos . Por consiguiente, los fenómenos en
cuestion no tienen fuerza alguna para demostrar la doctrina en cuyo
favor se invocan , teniendo otras explicaciones más sencillas y más
razonables. Sobre todo, la última nos parece muy digna de ser toma
da en consideracion . Por lo que conocemos bien de la naturaleza
podemos conjeturar lo que no conocemos de la misma, y decir que
nada absolutamente hay en ella supérfluo ó destituido de una funcion
propia . Lo que sucede con respecto á muchas cosas de este mundo ,
así orgánicas como inorgánicas, es que nosotros con nuestra flaca
inteligencia, por falta de observacion ó por otra causa cualquiera,
no conocemos el fin propio á que están destinadas , y así nos senti
mos movidos á tenerlas por superfluidades en la gran máquina del
universo . Pero harto claro nos dicen las obras de Dios , con su órden
admirable y universal, que la naturalesa nada hace en vano en cuanto
ejecuta. Dice muy bien á este propósito San Agustin : “ Si in alicuius
opificis officinam imperitus intraverit, videt ibi multa instrumenta,
quorum causas ignorat , et si multum est insipiens , superflua putat .
Jam vero , si in fornacem incautus ceciderit aut ferramento aliquo

1 Bianconi , La théorie darwinienne et la Création , pág . 176. Bologne, 1874 .


510 ) Respóndese á las principales objeciones

acuto se vulneraverit, noxia existimat ibi esse multa ; quorum usum


quia novit artifex, insipientiam eius irridet . Sic in hoc mundo quidain
audent multa reprehendere quorum causas non vident ,, !.' ? r 90 ,
Examinen con diligencia los sabios las obras de la naturaleza y
en particular eso que han dado ellos en llamar rudimentos, residuos
ó superfinidades, y verán las más de las veces que nada hay allí del
lo que se imaginan , sinó un modo de estructura sapientisimamente
escogido por el divino Artífice para la fabricacion de su artefacto .
¡ Cuántas cosas han pasado de esta suerte á ser consideradas como
utilísimas al animal ó á la planta en que se encuentran , despues de
haberlas tenido largo tiempo por supérfluas la ignorancia de los hom
bres ? Ahora mismo acabo de leer en La Controerse a un hecho que
confirma plenísimamente lo que acabo de escribir. El hecho es el
siguiente : durante mucho tiempo se había creido por los sabios que
el néctar depositado en el cáliz de ciertas flores era una mera super's
fluidad de la planta , inútil para las funciones fisiológicas de la misma !
Más tarde , á fines del siglo pasado , Sprengel coligió de sus observasi
ciones que esta sustancia debía servir para la fecundacion de la plan
ta misma, atrayendo hácia sí con su azúcar á los insectos para que
estos animalitos con sus movimientos hiciesen llegar el pólen á los
>
estigmas. Los darwinistas se apoderaron de esta doctrina haciéndola
servir á sus particulares intentos ; pero M. Gaston Bonnier, aunque
partidario tambien del transformismo , acaba de evidenciar coft
pruebas concluyentes la falsedad de la opinion emitida por el botai
nico aleman . Observaciones más exactas y completas han demost ,
trado últimamente que el referido néctar tiene por objeto suministrar :
el alimento al gérmen durante el período de su desenvolvimiento
" Hoy dia, escribe el autor de la revista de donde tomamos estas ..
noticias, M. Arduin , está ya demostrado que el azúcar producidoe
por los néctares sirve de alimento al fruto durante su desarrollo :,
Este es un alimento elaborado por la planta en atencion al grano:
cuando el grano ha adquirido su completo desarrollo, cesa la secre
cion del néctar . De la misma manera el azúcar contenido en la res
molacha es utilizado el año siguiente para la nutricion del tronco F**
de las hojas . Por tanto, segun el pensamiento de Claudio Bernard , ta
finalidad de los seres ha de buscarse en ellos mismos; en el organisms

I S. August ., in i super Genes, cont. Vanic., cap . XVI.


2 Véase la revista parisiense intitulada : La Controverse, revue des objections et des
réponses en matiire de Religion . Vai 1881 , pág . 729 y siguientes.
de los transformistas. 511

mo cada parte está construida y presta su concurso para el bien del


conjunto , '. Todavía se ignora para qué sirve el bazo en el hombre;
se dirá por eso que esta víscera es una superfluidad , un residuo , un
órgano inútil ? Seamos más rectos apreciadores de las cosas.“
Segun esto , qual será la finalidad de las partes del cuerpo hu
mano aludidas en la objecion : Difícil parece , en el estado actual
de la ciencia , hallar una respuesta completamente satisfactoria a
esta pregunta : esperemos que algun sabio se encargue de dárnos
la , haciendo un estudio detenido y profundo sobre estos objetos ,
como lo ha practicado Bianconi sobre las uñas del cerdo . Mientras
tanto , por qué no diremos que la conformacion de las últimas vér
tebras de nuestra columna dorsal contribuye perfectamente , no mé
nos que los otros huesos circunvecinos , á sustentar los músculos de
aquella region ? Dichas vértebras son necesarias en aquel lugar para
el oficio que ejercen ; hacerlas mayores ó aumentar su número sería
nocivo á la economia del cuerpo humano , trayendo al hombre mil
incomodidades y molestias sin utilidad alguna . Por eso son lo que
deben ser y nada más ; impropiamente por tanto se llaman rudi
mentarias, porque el soberano Artífice las hizo así para que desem
peñasen el oficio mencionado . Dígase otro tanto del pabellon de la
oreja , cuya forma elíptica , desigual, inclinada y elástica , contribu
ye en gran manera á que los sonidos se propaguen , y concurriendo
en un foco comun , hagan vibrar el tímpano en una manera conve
niente. Inventen los hombres con todo el aparato de su ciencia un..
órgano mejor que éste para el oficio de recibir las ondas sonoras
y transmitirlas al oido , y entonces convendremos con Darwin que
la parte superior de nuestra oreja es una prueba de que nuestros
abuelos tuvieron las suyas puntiagudas . Nada diremos del músculo
motor de este órgano : todo el mundo sabe que hay hombres dota
dos de la facultad de mover las orejas, lo cual no podrían practicar ,
sin músculos motores. Unos tienen este músculo más desarrollado
que otros; lo cual nada tiene de particular, pues sucede lo propio
con todos los demas. ¿ Para qué ha dado Dios á algunos esta facul
tad de poder mover las orejas? Quizá un cierto indivíduo muy
conocido en la ciudad de Sevilla , a quien le valió mucho en la re
volucion del 69 el poder moverlas, librándose con ello de las uñas
liberalescas, sabría responder muy bien á esta pregunta . Nosotros.
no alcanzamos á tanto . ¿ Quién sabe si en un principio todos los .

1 Revista citada , pag. 33.


512 Respóndese á las principales objeciones

hombres podian moverlas , y luégo han perdido esta facultad con


la falta de uso . El poderlas dirigir hacia la parte de donde viene el
sonido sin necesidad de mover la cabeza no parece que deje de
traer su utilidad . Ésta , empero , no puede ménos de ser para nos
otros muy pequeña , porque la facilidad grande que tenemos de
mover á todos lados la cabeza nos excusa de hacer esa operacion.
Despues de todo , más razonable parece el afirmar que los músculos
de la oreja no son para moverla , sinó para mantenerla firme en su
posicion natural , porque sin ellos fácilmente se podría torcer á un
lado ó á otro .

Pero sea de esto lo que fuere, todo el mundo ve que la hipótesis


darwiniana es completamente inútil para explicar el fenómeno que
actualmente nos ocupa . Para que la doctrina del sabio inglés fuese
aceptable por esta parte , sería preciso que se nos explicára con ella,
no sólo la manera con que en el hombre tienen en estado rudimen
tario las partes sobredichas , sinó tambien como adquirieron su es
tado de desarrollo en sus antecesores ; pucs no cabe la menor duda
de que éstos á su vez habrán debido proceder de otros , que ni te
nian orejas puntiagudas ni gozaban del privilegio de la cola . Cómo,
pues , y por qué adquirieron estas preciosidades. Por los beneficios
de la seleccion natural, responde Darwin , la cual se las fué fabrican
do росо á poco en el grande discurso de los siglos, las primeras

para que sinticsen los ruidos externos , la segunda para que se defeni
diesen de los insectos . ¡ Pues anduvo muy despierta la diosa de
nuestro filósofo ! Antes que estos antepasados nuestros pudiesen
sentir los ruidos externos y librarse con la cola de los insectos, años
y años debieron pasar . Durante todo ese tiempo , ¿ cómo buscaba la
referida diosa la utilidad de sus predestinados , pues no hacía sinó
fabricarles trastos inútiles ? Cuando la cola del mono , por ejemplo,
no tenía sinó dos dedos de larga , ¿ de qué servía para apartar las
moscas ? Vamos, que estos sabios dan á veces con su sabiduría en
unos disparates tan mayúsculos que ni un necio los cometiera mayo .
res . Pasemos ya á la dificultad fundada en la distribucion geográfica
de los animales y de las plantas , que á ella le toca ahora su turno .
Los transformistas, al invocar en su favor los fenómenos aquí alu
didos , parten de la suposicion de que todas las especies de un
mismo género , así como tambien todos los géneros de una misma
tribu , y todas las tribus de una misina familia , etc. , etc., han salido
de un mismo centro . Mas ¿ dónde están los argumentos que justifi
quen semejante modo de opinar? Ninguna necesidad tenemos de
de los transformistas. 513

recurrir a una doctrina como esta . Los Escolásticos, algo más dignos
por cierto de atencion que nuestros modernos sabios en materia de
prudencia , no se atrevieron á hacer una suposicion tan aventurada:
ántes juzgaron ser más conforme á la experiencia admitir distintos
centros de creacion . “ No sabemos , escribe sabiamente el eximio
Suarez , cuántos indivíduos crió Dios en cada especie de plantas;
tambien nos es desconocido si en todas las regiones y provincias del
Universo fueron producidas ó no todas las especies . Pero por lo que
podemos colegir de la experiencia , es verosímil que no todas las es
pecies de vegetales fueron producidas en todas partes , sinó unas en
un hemisferio y otras en otro , y unas en una region y otras en
otra de cada hemisferio , segun la distribucion que tuvo por más
conveniente el Criador. Porque Dios conoce muy bien los varios
climas de las tierras , las influencias de los astros , las disposiciones
de los lugares que guardan más proporcion con estos ó aquellos fru
tos de la tierra . Y si existen algunas plantas que con facilidad se
pueden conservar ó propagar en todas partes , de éstas lo más razo
nable es pensar que Dios las crió en todas las regiones , ó al menos
en aquellas adonde por su mucha distancia no era fácil su trasla
cion ' .

Esto es discurrir con tino y sabiduría , nð el echarse á idear vanas


hipótesis que manifiestamente se oponen a la sana filosofia . En la
misma forma se expresa el doctor granadino con respecto a la crea
cion de los animales , diciendo : “ Lo que parece más verosímil en
esta materia , es que Dios no produjo los animales en un solo lugar,
sinó por todo el mundo . Porque si para un reino ó region bastaba
una sola pareja , no sucedía esto mismo con respecto a la diversidad
de lugares, como es cosa manifiesta ; y así , lo más natural era que
en cada uno de ellos se comenzase por parejas distintas, y esto es
tambien lo que hemos escrito hablando de las plantas ... Y lo que

I “ Quot vero individua Deus in unaquaque istarum specierum produxerit, incer


tum nobis est . Jam an omnes istae species in omnibus regionibus et provinciis univer
si produxerit, etiam est incognitum . Quantum vero experientia docet , verisimile est
non omnes vegetabilium species ubique esse productas, sed quasdam in hoc hemi
sphaerio et alias in alio , et simili modo in variis utriusque regionibus iuxta sapientis
simam Dei distributionem productas fuisse ; quia Deus optime novit varia terrarum
climata, et syderum influentias , ac regionum dispositiones his vel illis fructibus ter
rae magis accommodatas . Si vero aliquae sunt plantae, quae ubique facile conservari
aut propagari possunt, fortasse illas in omnibus regionibus, vel saltem in nimis distan
tibus, ad quas non poterant facile ex aliis transferri, simul productas fuisse credibilius
est. » ( Suarez , De opere sex dierum , lib. 11 , cap. vit , 1. 8. )
33
514 Respóndese á las principales objeciones

de ellas decíamos , tiene tambien aquí su aplicacion ; porque entre


los diversos animales , unos se procrean mejor en unas regiones y
otros en otras , y dentro de la misma especie unos son más fuertes
y más grandes en un lugar que en otro , y tienen distintas calidades.
segun las regiones. Y así es verosímil que la sabiduría divina se aco_
modó en la produccion de estos séres a la produccion y variedad .
de los mismos en la forma indicada más arriba , ' .
Tanto los animales como las plantas tienen su área natural de
habitacion , fuera de la cual no pueden conservarse , y por lo mismo
es físicamente imposible que las especies existentes en regiones muy
apartadas la una de la otra , ó separadas por lugares contrarios á
las condiciones de su organismo, hayan procedido de un mismo ,
tronco . Sólo el hombre con la luz preciosa de su inteligencia ha
podido inventar medios de conservarse en todos los lugares del
mundo , logrando con la fuerza de su ingenio hacerse cosmopolita,
Entre los animales , pocos hay que puedan salir de una zona muy :
reducida , y ésta se estrecha tanto más para cada especie cuanto :
mayor es la perfeccion orgánica de que están dotados sus individuos. i
Si pues es mucho más conforme á razon , científicamente hablan
do , admitir pluralidad de centros de dispersion para los animales y
plantas, ¿ qué puede valer , en favor de la hipótesis transformista ,
el argumento que estamos examinando , cuando todo él se halla
fundado en la unidad de centro ? Nada absolutamente : su aparente :
fuerza queda destruida por completo , como que todo el aparato de
su construccion se halla minado por la base. ¿ Pero y la correspon- ,
dencia que tienen en cada region las faunas y las floras de unas
edades con las de las precedentes ? No prueba este fenómeno que
los tales organismos han procedido unos de otros por via de des
cendencia modificada ? Supongamos que sea así , que en el Nuevo
Mundo , por ejemplo, las faunas y las floras de las diferentes edades

I Quod ex alia interrogatione potest pendere , scilicet , an Deus produxerit haec


animalia tantum in uno loco terrae , vel per totum orbem . Nam pro uno loco , id est;
pro uno regno vel alio similia bina sufficere potuerunt; pro diversis autem plura de.
cessaria erant , ut per se clarum est : et quamvis res incerta sit , haec posterior pars
verisimilior videtur, sicut et de plantis diximus... Verumtamen , sicut de plantis di-..
ximus , ita hic considerari potest ex animalibus quaedam melius seu commodius in
quibusdam regionibus quam in aliis procreari, et intra eamdem etiam speciem quaedam
esse maiora vel fortiora, vel aliis huiusmodi qualitatibus affecta in una regione quam
in alia . Ad hunc ergo modum verisimile est divinam sapientiam proportionem et vas
rietatem in hac animalium productione observasse. » ( Idem , ibid ., cap . x , 1. 5:) :

1
de los transformistas. 515

hayan sido derivadas unas de otras al modo dicho , y que esto mismo
haya sucedido en Europa , Asia , Africa y Oceanía. ¿ Habrán con.
seguido con esto " algo los adversarios con quienes venimos dispu
tando ? No , ciertamente : la seleccion natural, con sus acciones ciegas
y regidas por el puro azar , no es capaz de producir un órden tan
admirable , tan universal y tan constante como en la sucesion de
las referidas faunas y floras se encuentra ; ni tienen tampoco las
fuerzas de la naturaleza orgánica suficiente poder para producir es
pecies de séres nuevas y superiores en perfeccion a las ya existentes ,
áun cuando se las suponga obrar bajo la direccion de las inteligen
cias angélicas. La transformacion , por consiguiente , de las faunas
y de las floras no podrá, en tal caso , ser atribuida sinó á la virtud
omnipotente del Altísimo , que habrá querido derivar con su accion
sobrenatural y creadora unas especies de otras , y no sacarlas inme
diatamente de la materia bruta ; lo cual nada tiene que ver con el
transformismo materialista , contra quien únicamente dirigimos nues
tros tiros , y en ninguna manera pugna con las enseñanzas de la
Iglesia católica , segun lo dejamos ya apuntado más arriba.
- Vanamente acuden los transformistas á la localizacion de los tipos
en las edades pasadas, y á la correlacion universal que en ellos se
observa en órden a los que actualmente pueblan las mismas regio
nes , para confirmar con esto su teoría. Examinada bien la natura
leza de este fenómeno con todas las circunstancias que lo acompa
nan , lejos de favorecerles los confunde y condena. A ser verdad lo
que ellos afirman sobre el continuo variar de los organismos produ
cidos por la seleccion natural , esta misma correlacion se debía haber

borrado , desapareciendo la semejanza entre unas y otras faunas con


el largo proceso de los siglos . Oigamos al ilustre Agassiz discurrir
sabiamente sobre este asunto , y sacar de su consideracion nuevos
argumentos para rebatir á los materialistas. “ Es evidente , escribe,
que ciertos tipos particulares de animales , antes del actual arreglo
de cosas , estaban ya encerrados dentro de áreas determinadas . Ellos
han seguido ocupando el mismo terreno ó un territorio análogo en
la época presente, aunque ningun lazo genético podemos suponer
entre los animales de los dos períodos consecutivos. En efecto, los
representantes de estos tipos , en las formaciones diferentes , no se
hallan necesariamente contenidos dentro de un mismo género . Se
mejantes hechos están en plena contradiccion con toda hipótesis
que de una manera cualquiera pretenda atribuir su origen a los
agentes físicos . A primera vista , el hecho de hallarse encerrados
ese ales es
516 Respónd á las princip objecion

estos animales en áreas geográficamente constantes parece favora


ble á una interpretacion de este género ; pero es preciso no olvidar
que los seres así localizados viven ó han vivido en compañía de
otros tipos que ocupan superficies mucho más considerables. Toda
vía es más significativo el que estos séres pertenecen á períodos
geológicamente diversos , entre los cuales han tenido lugar , sin duda
alguna , grandes mudanzas fisicas. Así , pues , estos hechos indican
lo contrario de lo que supone la teoría . Ellos prueban que la seme
janza se continúa entre los seres organizados durante la sucesion de
períodos geológicos y á despecho de los cambios considerables que
en estas épocas diversas han acaecido á las circunstancias predo
minantes de los países habitados por estos animales . Por donde
quiera que tomemos la teoría que atribuye a los agentes físicos el
origen de los seres organizados , la hallamos impotente para sufrir
ni nuestro exámen , ni nuestra crítica . Sólo la intervencion delibera
da de una Inteligencia que obre continuamente conforme á un plan
único , puede dar razon de los fenómenos de esta especie , ' .
Pero demasiado complacientes hemos estado con nuestros adver
sarios concediéndoles por un momento que la mencionada correla
cion entre las diferentes faunas de algunas determinadas regiones
indique haber provenido las unas de las otras por vía de descen
dencia transformada, aun cuando la transformacion haya sido efec
tuada por la diestra soberana del Altísimo. Dios Nuestro Señor, en
la produccion de las faunas subsiguientes , pudo emplear el mismo
género de accion que había usado al crear con su omnipotente fiat
la primera . Ninguna necesidad tenía de derivar unas especies de
otras , transformándolas y amoldándolas, por decirlo así, á las nuevas
condiciones del globo , sobrevenidas con las perturbaciones físicas.
Este nuevo orden de cosas lo pudo obtener produciendo en cada
region , sin servirse de organismo alguno antecedente, aquel género
de animales y de plantas que mejor se avenían con las condiciones
topográficas de la misma, conforme a lo que había ejecutado en la
introduccion de los primeros organismos . Y es muy verosímil que
de esta manera, y no por transformacion de los organismos prece
dentes, haya llevado a cabo el Criador la produccion de las faunas
y de las floras sobredichas ; porque este modo de obrar es muy dig
no de la Majestad soberana y se acerca mucho á la verdadera crea
cion , que es la accion más propia de la divina Omnipotencia .

1 Agassiz, De l'espèce et de la classification en Zvologie, pár. 23 , págs. 161-162.


de los transformistas. 517

Pero de cualquier manera que esto haya sucedido, siempre tene


mos que la correlacion de las faunas subsiguientes con las que inme
diatamente les han precedido en alguna determinada region queda
perfectamente explicada con la doctrina de las creaciones indepen
dientes ; ántes esta doctrina es la única que puede dar de ella una
explicacion satisfactoria. En ella los medios físicos de cada terreno
influyen tambien á su modo en la produccion de las nuevas faunas y
de las nuevas floras, á saber : presentando ciertas y determinadas
condiciones de vida que se adaptan mejor á ciertos y determina
dos animales, y anunciando con esto al Artífice divino el género de
organismos que conviene introducir allí para que puedan convenien
temente desarrollarse. Esta es la causa de que en algunos lugares
aparezcan , durante las sucesivas edades geológicas , un género de
estructuras orgánicas que no se encuentran sinó en aquella determi
nada region ; porque el Criador, como nota muy bien Suarez en las
palabras que hemos citado más arriba , se acomodó sapientísima
mente en la produccion de los seres organizados á las condiciones
del medio en que estos séres se habían de conservar bajo el influjo
de las leyes físicas, no de otra suerte que un hortelano prudente
y sabio se acomoda a las condiciones del terreno donde ha de
sembrar sus semillas, para escoger entre ellas las que más han de
prosperar en aquella determinada localidad . Que en América , por
tanto, haya diferentes animales y plantas que en Europa , Africa
y Oceanía ; que en los Alpes se encuentren ciertos organismos
que tambien viven en las altas latitudes del Norte ; que en algunas
islas , si bien esto es cosa muy rara , aparezcan séres organizados
muy distintos de los que habitan en los continentes cercanos, ¿ esto
qué tiene de particular ? En cada uno de estos lugares produjo el
Criador los animales y las plantas que mejor se adaptaban á sus
condiciones físicas, y nada más; cuando estas condiciones son
análogas en dos determinadas regiones , las plantas y los animales
allí puestos por la mano del Omnipotente tambien guardan entre sí
la misma analogía; cuando empero son diferentes, tambien los ani
males y las plantas presentan esta misma proporcion. Por eso es tan
difícil sacar ningun animal ó planta de su propio terreno sin que , ó
perezca totalmente, ó lleve una vida lánguida y enfermiza en la nue
va habitacion . Sábenlo muy bien cuantos se dedican á la aclimata
cion de los animales y de las plantas, pues con dificultad suelen sa
lir victoriosos en sus empresas cuando la diferencia de terrenos у de
climas es muy notable . Quede, pues , asentado que este argumento,
ese ales es
518 Respónd á las princip objecion

lo mismo que todos los demás hasta aquí examinados, no tiene la


menor fuerza para hacer de alguna manera probable la doctrina del
transformismo . Es más poderoso el que se funda en los fenómenos
del metamorfismo, de las generaciones alternantes y del poliformis
mo sexual ? Esto es lo que vamos ahora á examinar antes de poner
fin á este capítulo .
Son curiosos sobremanera los hechos que nos ofrece la naturale
za por el lado de la múltiple variedad que nunca se olvida de im
primir en todas sus obras . En medio de la constante unidad y fijeza
con que las ejecuta , hace que brille siempre la variedad de una
manera admirable , evitando con diligencia la fastidiosa monotonía
de las repeticiones , para que el hombre , á cuya utilidad y provecho
han sido dirigidas, halle siempre en ellas nuevos raudales de hermo
sura al contemplarlas , é incentivos cada vez más poderosos para
alabar , servir y engrandecer á aquel soberano Señor , de quien las
ha recibido . Los tipos en cada una de las especies son siempre fijos
é invariables ; pero dentro de todos ellos los individuos varían inde
finidamente , sin poderse decir jamás que hay dos perfectamente
iguales . Lo que sucede con los indivíduos de un mismo tipo tiene
tambien proporcionalmente lugar en los de especies y géneros di
ferentes; todos se asemejan en algo , pero al mismo tiempo tienen
en aquella misma semejanza un cierto principio de distincion que los
caracteriza y separa de los demas . Así , viniendo al caso particular
de que ahora tratamos , todos los séres organizados convienen en
pasar por los fenómenos del metamorfismo, pero se diferencian en
la manera con que cada uno de ellos practica sus evoluciones ; unos
las tienen dentro del seno de sus madres y antes de nacer , otros
despues de haber venido a la luz de este mundo ; unos con transfor
macion simple verificada en un mismo sujeto , otros con genera
ciones alternantes que hacen entrar un cierto número de individuos
diferentes en el ciclo de la evolucion entera. Traigamos algunos
ejemplos que aclaren estas ideas , poniéndolas al alcance de todo
género de lectores . Una rana pone sus huevos , y los abandona en
un pantano : estos huevos , empollados, dan á luz unos animalillos
llamados renacuajos, que se alimentan de materias vegetales , y ile
van branquias y cola en lugar de patas , como si fuesen peces , mien
tras que la rana , su madre, vive de insectos , tiene pulmones y patas,
y carece de cola , como si fuera un animal terrestre . Mas bien pron
to el renacuajo deja esa forma y hábitos transeuntes , con que se
presentó por vez primera en la escena del mundo , para tomar la
;

de los transformistas. 519

forma y hábitos definitivos de su madre ; las branquias se le van


atrofiandolo mismo que la cola y en su lugarle van saliendo las patas
características de su especie, al paso que crecen los pulmones, y
con ellos aparece la respiracion aérea acompañada de todas las cos
tunibres de la verdadera rana . El renacuajo ha llegado al último
término de su desarrollo : ya es rana como su madre , y podrá en su
tiempo poner huevos como ella , que pasen por las mismas vicisitu
des á que él ha estado sujeto , y obtengan finalmente la perfeccion
de todos sus antepasados . Aquí tenemos un caso de transformacion
simple , lo que con otro nombre se llama metamorfosis; el mismo
individuo ha pasado sucesivamente por las etapas de huevo , rena
cuajo y rana, sin salirse jamás de la órbita trazada por Dios a todos
los representantes de su especie.
* Una cosa parecida podemos encontrar en otros muchísimos seres
de otras especies , aunque siempre se nos presentará tambien el
modo propio y característico con que en cada una de ellas se veri
fica el ciclo indicado. La abeja, por ejemplo, antes de llegar á la
perfeccion que posee en el último término de su carrera , ha debido
recorrer los estadios de huer'o, larva y crisálida , y esto mismo po
- demos decir de otros infinitos insectos .
Pero hay otra clase de séres , en la cual las diferentes etapas del
/
ciclo metamórfico están repartidas entre distintos indivíduos de la
misma; como si dijéramos que el huevo , la larva , la crisálida y la
mariposa , en los cuales se halla contenido todo el ciclo de las trans
formaciones de un animal , son cuatro indivíduos diferentes, produ
cidos con generacion heterogénea cada uno por el que inmediata
mente le antecede . Cuando esto sucede , la metamorfosis total es, no
ya simple , sinó compuesta de partes heterogéneas , que son verda
deras generaciones; y porque cada una de estas partes alterna con
las demas, siendo condicion necesaria para su existencia , por eso se
dice que este género de metamorfosis se realiza por medio de ge
! neraciones alternantes. La medusa , por ejemplo , pone huevos, cada
uno de los cuales da origen á una larva movible , que se transforma
en un pólipo arborescente y se propaga por gemacion como las
plantas : estas yemas a su vez se desarrollan , pero su producto no es
un pólipo , sinó una medusa . Aquí tenemos dos clases de generacio
nes prévias á la generacion de la medusa : la generacion de la oruga
y la del pólipo ; cada una de ellas es condicion necesaria y esencial
para las demas : sin medusas no hay orugas, sin orugas no hay pó
lipos, y sin pólipos no son posibles las medusas . Todas estas gene

.
520 Respóndese á las principales objeciones

raciones , por consiguiente, alternan entre sí , y unidas representar


la generacion total de la especie , en la cual se verifica lo que en
toda generacion verdadera , á saber : que el último término del mo
vimiento generador es perfectamente semejante al principio engen
drante . La medusa , con todo el ciclo de las transformaciones men
cionadas, llega por fin á producir otra medusa , como el hombre con
todo el ciclo de transformaciones por donde , en sentir de los Esco
lásticos , pasa el embrion dentro del seno de su madre , engendra.
por fin otro hombre.
Se podrían poner acerca de este particular otros muchos ejem
plos de generaciones alternantes, a pesar de que la invencion de
este fenómeno tiene una data muy reciente . La ténia es uno de
ellos : sus gérmenes , depositados en la yerba , pasan , juntamente
con ésta , al estómago de un animal herbívoro ; desarrollados en sus
intestinos con el nombre de cænuros, crecen y se propagan por ge
macion ; introducidos, finalmente, estos cænuros en el estómago de
un animal carnivoro , que se los ha tragado comiendo la carne cru- .
da por ellos inficionada , adquieren la forma definitiva de la ténia , la .
cual pone a su vez los gérmenes sobredichos , comenzando de nue
vo el ciclo de las generaciones alternantes .
Como se ve , cada uno de los indivíduos producidos por estas ge
neraciones es una parte esencial de la especie , ninguno de ellos re
presenta por sí solo la especie entera . Esto mismo acontece siempre
que la conservacion de la especie está encomendada á séres de di
ferente género: el macho y la hembra en este caso representan dos
formas contrapuestas del mismo tipo , hechas entrambas para una
misma cosa , aunque muy diferentes entre sí por las cualidades pro
pias y características de cada una . Algunas veces estas cualidades
producen una diferencia tan honda entre los dos sexos , que cual
quiera los creería de diferente especie , á no haber sido averiguado
lo contrario con pruebas ciertas é irrefragables. En el gusano de luz ,
por ejemplo , el macho es un animal volador, mientras que la hem
bra se arrastra por el suelo como una oruga , señalando á su com
pañero con la fosforescencia de su cuerpo el lugar donde ella se en
cuentra . El polimorfismo sexual por lo tanto es , donde existe , un
hecho que entra en la constitucion de la misma especie , y sin el
cual no es posible , naturalmente hablando , que la especie subsista .
Algunas veces este polimorfismo llega á tal grado , que los indiví
duos sexualmente diversos pasan de dos ; pues unos son machos,
otros hembras y otros neutros. En la abeja, por ejemplo , tenemos :
de los transformistas. 521

la hembra ó reina , que pone los huevos ; el zángano ó macho , que


los fecunda ; las neutras , que no engendran , pero están encargadas
de la procreacion de la prole , ora fabricándole la casa , y acarrean
do del campo las cosas necesarias para la vida , como las obreras,
ora propinándole el alimento , como las nodrisas.
Otro tanto sucede á las hormigas , entre las cuales hay machos ,
hembras y neutras , dividiéndose estas últimas en dos clases , la pri
mera para las labores pacíficas, la segunda para el trabajo de la
guerra. Este número de cuatro todavía está doblado en las hormi
gas blancas , pues en ellas se encuentran reyes , reinas, obreras y
soldados de primero y segundo orden , teniendo cada una de estas
clases los instintos y la estructura de los órganos perfectísimamente
adaptados al oficio que ha de desempeñar en la familia .
Aquí tenemos los hechos del metamorfismo , de las generaciones
alternantes y del polimorfismo sexual . Pregunto yo ahora : ¿ hay en
ellos la más mínima cosa que favorezca á las ideas transformistas
de nuestros modernos sabios ? Nada absolutamente : digo mas ; no
sólo no presentan estos fenómenos cosa alguna que favorezca al
transformismo, sinó , por el contrario , nos suministran una de las
pruebas más fuertes con que podemos perseguirlo y derrotarlo . En
efecto , ¿ qué vemos en todos ellos , sinó la ley fija y constante de
la naturaleza ? Tan constantes son y regulares como las estaciones
del año en la Tierra , y como los menguantes y crecientes de la
Luna; nada de alteracion , nada de mudanza , nada de tendencia al
progreso. Los fenómenos indicados se verifican hoy de la misma
manera que en los remotísimos tiempos de las edades geológicas,
pues en los terrenos de aquellas formaciones aparecen los diferentes
términos del ciclo metamórfico compuesto de generaciones alter
nantes. Aristóteles describe los fenómenos del metamorfismo como
lo pudieran hacer los naturalistas de nuestros días . El polimorfismo
sexual es tan antiguo como las mismas especies donde se encuentra .
¿ No es éste el argumento más evidente de que las especies no cam
bian con el tiempo , y de que la variedad de sus indivíduos se halla
siempre encerrada en los términos de la unidad absoluta propia de
cada tipo ? Cada uno de los fenómenos indicados es condicion esen
cial para el mantenimiento y conservacion del tipo á que pertene
cen todos ellos : sin mariposas no hay huevos , sin huevos no tene
mos larva , quitada ésta , falta la crisálida , y sin crisálida no es po
sible la mariposa. Huevo , larva , crisálida , mariposa ; hé aquí un
círculo que se repite perpétuamente de la misma manera . Nunca la
522 Respóndese a las principales objeciones

larva ha dado origen á una nueva especie que no haya necesitado


de mariposas ; nunca la mariposa ha podido propagarse sin pasar
por el humilde estado de larva.
Esto mismo hay que decir así de las generaciones alternantes
como del polimorfismo sexual ; todas estas generaciones son partës
esenciales de la especie , todas ellas deben repetirse indefinidamente
en el mismo órden que las vemos sucederse para que los términos
diversos del perenne ciclo puedan seguir viviendo en el mundo .
Asimismo , todos los indivíduos diversos de una especie polimur
fica se exigen mútuamente para poder vivir en el mundo ; sin reina
que ponga los huevos y sin macho que los fecunde, no son posibles
las abejas neutras , y sin abejas neutras no son tampoco posibles las
reinas , ni sus consortes ; porque , no acarreando la obrera la miel y
el polen á la colmena, y no suministrando la nodriza el alimento á
las larvas , éstas perecerán irremisiblemente ; y pereciendo las larvas ,
se acabó la colmena entera .
¿ Y cómo explicar sin la idea de una inteligencia ordenadora el
instinto admirable que trae impreso en sus entrañas cada uno de
estos animalitos para hacer lo que hace , y solamente lo que hace,
y con la perfeccion acabada con que lo hace desde el primer dia en
que pone manos á la obra ? ¿ Es posible esto sin una fuerza interna,
propia y peculiar de cada uno de estos séres , dirigida a un determi
nado fin por el Artífice Supremo ? ¡ Puede producir tan estupenda
maravilla de órden y perfectísima armonía la ciega y monótona se
leccion de la naturaleza ?
Pero aún hay en los fenómenos indicados otro argumento inven
cible en contra de la hipótesis transformista. El polimorfismo sexual
nos ofrece una variedad de formas pertenecientes á un mismo tipo
y perfectamente distintas entre sí ; ¿ cómo ha obtenido este último
resultado la seleccion natural , sin dejarnos el menor rastro de los
diferentes anillos con que deben estar unidas todas ellas ? En las
abejas, por ejemplo , nunca aparecen sinó reinas , zánganos y neutras
¿ Dónde están los anillos que juntan en uno estas tres clases de in
sectos , haciendo de ellos una série perfectamente continua ? Aún
más ; las neutras, unas son obreras , otras nodrizas , teniendo por lo
mismo cada una sus caractéres propios en la organizacion ; ¿ qué se
han hecho , pues , los anillos intermedios , que por precision han
debido existir entre uno y otro extremo , entre la obrera y la no
driza ? Darwin , haciéndose cargo de esta diſicultad, responde que la
seleccion natural los eliminó, porque era útil á la familia abejuna no
de los transformistas. 523

quedarse sinó con los dos extremos de la clase neutra. Despierta


señora es esa diosa , que , aun con los ojos vendados y sin ser más
que un ciego, pues en realidad no se distingue del ciego acaso ,
atiende por una parte tan perfectamente a las necesidades de la fa
milia , y por otra oculta con diligencia tan exquisita los desperdicios
que le pudieran producir algun sonrojo. ¿ Y cómo se le ha antojado
producir ese género neutro , que por su incapacidad de engendrar
no puede menos de ser una imperfeccion del tipo ? ¿ Más que digo
antojado . ¿ Cómo ha podido crear esa clase de neutras y fijarla de
finitivamente en la familia , cuando para esto era necesario que la se
leccion sexual fijase é hiciese permanentes los progresos obtenidos
con la seleccion individual ? No engendrando las neutras, ¿ cómo
han podido crearse definitivamente , por medio de la seleccion
sexual, las dos formas de obreras y nodrizas que ahora existen ?
Darwin encarga este oficio a las reinas y á los zánganos, para que
esta pareja fecunda , empujada por la pretendida seleccion de que
vamos hablando , busque la utilidad , no sólo de las parejas futuras,
sinó tambien de la familia donde han de imperar estas parejas, si
bien no deja de confesar que las clases neutras de los insectos cons
tituyen una verdadera dificultad contra su sistema . No se puede
siegar que el sabio naturalista es agudo para inventar hipótesis
cuando le hacen falta para la solucion de sus dudas ; pero tambien
es cierto que proceder de este modo no es filosofar en sério , sinó
fingir meras idealidades con la imaginacion del poeta . ¡ Cuánto más
sabio у razonable es afirmar que las neutras , así como las reinas y
los zánganos , y todos los demas elementos esenciales de cada es
.pecie , son obra del Artífice divino , artisticamente trabajada y per
fectisimamente dispuesta para el oficio que todos estos animales
habían de desempeñar en la naturaleza ! Concluyamos , pues , di
ciendo que el materialismo , tanto en ésta como en todas las demas
cuestiones de que trata , no puede presentarse ante el tribunal de la
sana razon sin sufrir la más completa é ignominiosa derrota ' ,

I Véase sobre esta materia á Faivre, La variabilité des espèces, etc. , chap. 1 , y
á Quatrefages , Métamorphoses de l'homme et des animaux , Paris, 1862 , pág. 315 y
siguientes. Tambien el P. Haté ha escrito y publicado , en la revista intitulada: Études
religieuses , etc., 6.8 série , t . III , dos importantes artículos sobre esta materia del po
limorfisino.
CAPÍTULO XXVII

RECHÁZASE EL ORÍGEN TERRENO DEL HOMBRE CON LA


CONSIDERACION DE LA SOLA ESTRUCTURA DEL CUERPO

HUMANO .

o dicho en los dos capítulos anterioreș nos parece más que


Lsuficiente para que todo hombre juicioso y amigo de la
verdad considere la doctrina del transformismo como una
hipótesis enteramente infundada y contraria á la realidad de los he
chos. Con esto , sin otra clase de reflexiones , podriamos ya con toda
justicia afirmar que cuanto nos refieren los partidarios de la nueva
escuela sobre el origen puramente natural del linaje humano , es so
bremanera irracional у contrario á toda sana filosofía . Pero aún te
nemos otro género de argumentos poderosos con que rebatir esta
proposicion tan humillante para la noble razon humana , y agrada
ble tan sólo para aquellos que quisieran ver rebajado el hombre a
la humilde condicion de los brutos, para vivir aquí , como ellos,
entregados a la vida de los sentidos . Nuestra naturaleza se halla
colocada á tan grande distancia de todas cuantas cosas la rodean
sobre la tierra , que sólo la torpe y menguada filosofía de los mate
rialistas la ha podido imaginar como derivada por vía de descenden
cia de los seres irracionales é inferiores á ella . Por fuerza había de
ser así: Dios Nuestro Señor, al criar al hombre, lo dotó de un alma
racional é infinitamente superior á las de los brutos , y destinada por
su propia condicion á vivir la vida de los espíritus . Obrando de esta
suerte puso bajo sus plantas todo esto material y terreno ; hízolo
rey del universo sensible , para que , á imitacion de su soberana
grandeza, tuviese dominio sobre los peces del mar y se enseñorease
así de los animales como de las plantas de la tierra ; y dióle este
mundo por habitacion temporal , donde , viviendo conforme á razon
Origen del hombre . 525

y ajustado á las reglas de la sana prudencia , se pudiese labrar una


corona de inmortalidad en la gloria , mansion de dicha inenarrable
que tiene reservada para sus fieles servidores. El que ensalzaba al
hombre , poniéndolo muy cerca de los Ángeles y haciéndolo á
imágen y semejanza suya ; ¿ cómo lo había de abatir hasta el extre
mo de confundirlo con una miserable bestezuela , haciéndolo de la
misma condicion del mono , y no separándolo de él sinó por ciertos
grados accidentales de inteligencia ?
Sin embargo , esto es lo que enseñan los flamantes doctores de la
filosofia moderna : el hombre, segun ellos , no es más que un mono
pulimentado , un saco de materia llevado á su última perfeccion por
la fuerza plástica de la naturaleza , despues de haber recorrido to
dos los estadios inferiores que existen entre los animales más im
perfectos y el mono . Ya Lamark había consagrado todo un capítulo
de su Filosofia coológica ' á probar cómo , en virtud de su teoria
del hábito , puede ser considerado el hombre como un chimpanzé
transformado ; aunque , como observa Godron ? , no se atrevió á
asignar al hombre este origen por no oponerse á las ideas general
mente recibidas entonces sobre esta materia . Los transformistas de
nuestros tiempos han debido hallar sin duda el terreno mejor pre
parado ; todos ellos , sin rebozo de ninguna clase , dan por cierto que
el hombre ha debido proceder, por via de evolucion natural, de al
guna de las especies de animales inferiores que han poblado el
mundo en los tiempos pasados , sólo que en la designacion de esta
especie no convienen todavía . Vogt , en su Memoria sobre los mi
crocéfalos, cree que tanto el tipo de los monos como el de los
hombres han sido derivados de otro anterior y diferente de entram
bos , mientras que los darwinistas , generalmente , piensan que el
tronco comun al hombre y al mono de los tiempos presentes fué
un mono distinto de los actuales . Haeckel se expresa sobre este
particular en los siguientes términos : “ El género humano es una
ramificacion del grupo de los catarrinos ; se ha desenvuelto en el
Antiguo Mundo, y dimana de los monos de este grupo , há ya lar
go tiempo extinguidos . , Darwin opina lo mismo que su discípulo
Haeckel ; tanto que al hablar sobre esto se remite á la tabla genea
lógica del género humano trazada por este autor . En esta tabla se

I Lamark , Philosophie zoologique, Paris , 1809 , t. 1 , pág. 349 y siguientes.


2 D. A. Godron , De l'espèce et des races dans les êtres organisés , t. II, pág . 117 ,
Paris , 1872 .
526 Origen del hombre .

encuentran nada ménos que veintiuna etapas por donde se dice ha


ber pasado el hombre antes de llegar a la que actualmente ocupa.
La primera de ellas es la monera , organismo sin órganos, como la
llama Haeckel , y tan imaginaria como el hombre -mono ó andrapi
theco , que es la última . Este andrapitheco , verdadero padre del gé
nero humano, segun opinan los dos naturalistas citados, era un
mono antropomorfo , incapaz de formar palabras articuladas, y de
inteligencia tan poco desarrollada que ni siquiera tenía conciencia
de sí mismo ; vivía en los árboles , trepando por ellos y saltando de
uno á otro, como suelen hacer los monos actuales . En esto convienen
Darwin y Haeckel ; sólo que este segundo le niega la cola, y aquél
se la concede poniéndolo en la clase de los monos antropomorfos
armados de este apéndice. Con esto Darwin hace á nuestro primer
padre más imperfecto de lo que se lo ha imaginado su discipulo
Haeckel , pues es cosa sabida que los monos rabudos distan más
de nosotros por su constitucion orgánica que los antropomorfos
sin cola .
Esto es lo que enseñan nuestros sapientisimos filósofos sobre el
origen y naturaleza del hombre. ¿ Qué decir ahora de tan humillan
tes teorías? La respuesta que á esta pregunta se nos ofrece es que
todas ellas son dignas de la vilísima filosofía adoptada por estos
autores . Homo, cum in honore esset , nos dice el Espíritu Santo, non.
intellexit: comparatus est jumentis insipientibus, et similis factus est
illis ! . Se han empeñado estos señores en bajarse del trono , en que
los colocó el Altísimo, para formar sociedad amistosa con los ju- ?
mentos insipientes , haciéndose semejantes á ellos y hasta llamána?
dolos sus parientes y hermanos. ¿ Qué mayor locura ? A estos ex -'
tremos conduce el abandono de la fe sacrosanta , que tan maravillo
sos fulgores despide sobre el origen nobilísimo y sobre la altísima
naturaleza del hombre . Meditemos un poco sobre esta naturaleza
sublime , para sacar de ella argumentos contundentes con que caiga
por tierra el ruinoso edificio levantado por estos autores sobre el
fango de las humanas concupiscencias.
Dos son los elementos que constituyen la naturaleza humana:
uno material y terreno , en el cual convenimos con los brutos ; otro
espiritual é inorgánico , por el cual nos asemejamos á las criaturas
angélicas, y pertenecemos á un mundo superior é invisible , al mundo
de los espíritus . En cada uno de estos dos elementos hallamos ra

1 Ps . XLVIII , v . 21 .
Origen del hombre . 527

zones poderosas para rebatir satisfactoriamente la antifilosófica doc


trina del transformismo : comencemos por el primero .
No cabe la menor duda de que el hombre , por lo que hace á su
organismo material, presenta no pocos puntos de contacto con el
tipo de los vertebrados , y muchísimos más todavía con todos aque
llos animales que se hallan más próximos á él en la escala de los
séres sensibles . Los monos , principalmente los antropomorfos, cua
les son el gorilla , el chimpanzé , el orangutan y el gibbon , tienen
un cuerpo muy semejante al nuestro . Como el hombre es el anillo
que junta el mundo espiritual con el material, naturalmente debía
poseer un cuerpo que fuese por una parte perfectísimo instrumento
del alma inteligente y libre , mientras que por otra se hallaba en la
requerida proporcion con los demás cuerpos del mundo terreno . Su
organismo, por consiguiente , se debía parecer muchísimo a los de
aquellos animales que tuviesen un grado más sublime en la escala
de la creacion ; para que de esta suerte , formando perfectísima ar
monía con ellos , presentase esa especie de continuidad que debe
reinar en todo el conjunto del universo , obra maestra del Artífice
divino y espejo clarísimo donde brillan con maravilloso fulgor las
infinitas perfecciones de la soberana inteligencia. Pero en medio de
esta consonancia los organismos dichos no pueden menos de ofrecer
grandísimas diferencias , como no puede menos de haberlas entre
los diversos instrumentos de un artista que quiere ejecutar con ellos
muy diferentes operaciones. El cuerpo del hombre está ordenado ,
por construccion del soberano Artiſice , á las funciones de la vida
espiritual y suprasensible del alma racional que lo informa; y así, por
precision , ha de tener hasta sus más pequeñas partecillas encamina
das al conveniente ejercicio de estas funciones ; el cuerpo de los irra
cionales, por el contrario , no puede tener otro objeto que el de ayudar
á las operaciones de la vida animal, única que corresponde á estos
séres , y por tanto todo él debe estar dirigido a este determinado fin .
De aquí resulta que áun entre los mismos monos antropomorfos
y el hombre ha de reinar por precision una diferencia enorme por
parte del organismo con que á entrambos dotó el Autor de la natu
raleza. Al hombre, por razon de su inteligencia, le convenía la esta
cion vertical, para que así pudiese tener en la parte más elevada de
su cuerpo todos los órganos pertenecientes á la vida de relacion y
cognoscitiva, y le quedasen expeditas las manos, que había de em
plear así en los trabajos mecánicos como en las obras de arte. El
mono, por el contrario, había de ser un animal trepador ; toda su
e
528 Origen del hombr .

vida la había de emplear en acciones puramente mecánicas , sirvién


dose de sus piés y de sus manos para encaramarse por los árboles
y saltar del uno al otro como verdadero cuadrumano , á quien cor
responde la estacion horisontal, con el vientre inclinado hacia la
tierra . Divinamente expone el angélico doctor Santo Tomás esta
diferencia enorme que , por razon de la naturaleza intelectual del
hombre , debía existir entre el cuerpo de éste y el de los irracionales
aún más próximos á él en perfeccion. No quiero dejar de poner
aquí sus palabras para que vean nuestros modernos sabios cómo
sabían discurrir atinadamente los Escolásticos cuando se ponían á
estudiar con detencion las obras de la naturaleza . “ Por cuatro mo
tivos , dice , fué conveniente al hombre tener la estacion recta . Pri
mero , porque los sentidos han sido dados al hombre, no sólo para
procurarse las cosas necesarias a la vida, como acontece a los demás
animales, sinó tambien para adquirir conocimiento de los objetos.
De donde nace que, miéntras los demas animales no reciben deleite
de las cosas sensibles sinó cuando éstas contribuyen á la satisfaccion
de sus necesidades corporales y del apetito venéreo, sólo el hombre
se deleita en la hermosura de ellas por sí mismas y por su mérito
intrínseco . Y porque los sentidos ostentan su vigor principalmente
en la cara, ésta en los demás animales se halla vuelta hacia la tierra,
como para ayudarles á buscar la comida y á procurarse el sustento ;
mas el hombre la tiene levantada para que por medio de los senti
dos, principalmente el de la vista , que es el más sutil y el que nos pre
senta mayor variedad de objetos , pueda expeditamente conocer por
todas partes las cosas sensibles, así las del cielo como las de la tier
ra , y colija de todas ellas la verdad inteligible.
En segundo lugar, le es conveniente esta posicion para que las
fuerzas interiores ejerzan con más libertad sus operaciones , hallán
dose el cerebro, donde en cierta manera se ejecutan , no deprimido,
sinó levantado sobre todas las otras partes del cuerpo .
La tercera razon es porque si el hombre tuviera su estacion al
modo de los cuadrúpedos, las manos le deberían servir de piés de
lanteros, y así no podrían ser de utilidad alguna para los trabajos
mecánicos .
La cuarta , finalmente , consiste en que , teniendo la posicion incli
nada y sirviéndose de las manos para el oficio de los piés , se vería
precisado á tomar la comida con la boca; la cual, por lo mismo , de
bería ser oblonga, con labios duros y gruesos y con una lengua de
esta misma clase, para que no recibiese lesion de las cosas externas,
Origen del hombre . 529

como se ve en los otros animales. Y con esta disposicion quedaría


impedida el habla , que es obra propia y exclusiva de la razon , ' .
Esta es la construccion propia y verdadera del cuerpo humano ,
enteramente distinta de la estructura de todo otro animal , inclusa
la de los monos antropomorfos, y por consiguiente imposible de
ser derivada de alguna otra inferior por via de natural descenden
cia . Considerando Quatrefages esta diferencia radical de estructuras,
no ha podido menos de pronunciarse altamente contra la doctrina
de Darwin , y ha demostrado victoriosamente con los mismos prin
cipios proclamados por el naturalista inglés que el hombre no pue
de haber procedido del mono . Oigamos al ilustre profesor de An
tropologia, cuyo raciocinio , claro y conciso , no deja nada que
desear en esta materia . “ En la teoría de Darwin , escribe , las trans
formaciones no se efectúan como quiera y en todos sentidos, sinó
que son imperadas por ciertas necesidades que lleva consigo la
organizacion misma . Una vez modificado el organismo en un senti
do determinado, podrá muy bien sufrir transformaciones secunda
rias , terciarias , etc. , pero nunca dejará de conservar los rasgos del
tipo original. Esta es la ley de caracterisacion permanente , única
que permite á Darwin dar cuenta de la filiacion de los grupos , de su
caracterizacion , de sus relaciones múltiples . En virtud de esta ley es
como todos los descendientes del primer molusco han sido moluscos ,
y vertebrados todos los descendientes del primer vertebrado . Ya se
ve que ella constituye uno de los fundamentos de la doctrina.

I si Ilabere staturam rectam conveniens fuit homini propter quatuor . Prima qui
dem , quia sensus sunt dati homini non solum ad vitae necessaria procuranda , sicut
aliis animalibus, sed etiam ad cognoscendum . Unde cum cetera animalia non dele
ctentur in sensibilibus nisi per ordinem ad cibos et venerea , solus homo delectatur in
ipsa pulchritudine sensibilium secundum seipsam . Et ideo quia sensus praecipue vigent
in facie, alia animalia habent faciem pronam ad terram , quasi ad cibum quaerendum ,
et providendum sibi de victu : homo vero habet faciem erectam , ut per sensus et prae
cipue per visum, qui est subtilior et plures differentias rerum ostendit, libere possit ex
omni parte sensibilia cognoscere, et coelestia et terrena : ut ex omnibus intelligibilem
colligat veritatem . Secundo, ut interiores vires liberius suas operationes habeant; dum
cerebrum , in quo quodammollo perficiuntur, non est depressum sed super omnes par
tes corporis elevatum . Tertio, quia oporteret, si homo haberet pronam staturam , quod
uteretur manibus loco anteriorum pedum : et sic utilitas manuum ad diversa opera
perficienda cessaret. Quarto , quia si haberet pronam staturam et uteretur manibus
loco anteriorum pedum , oporteret quod cibum caperet ore : et ita haberet os oblongum ,
et labia dura et grossa, et linguam etiam duram , ne ab exterioribus laederetur, sicut
patet in aliis animalibus. Et talis dispositio 'omnino impediret locutionem , quae est
proprium opus rationis. , (S. Thom ., 1. P. , 4. 91 , art. 3 , ad 3.)
34
530 Origen del hombre.

„ Síguese de aquí que dos seres pertenecientes á dos tipos distirre


tos pueden muy bien retroceder hasta un antepasado comun , cuyos
caractéres no estaban todavía bien definidos , pero no descender el
uno del otro. Ahora bien ; el hombre y los monos , en general, pre
sentan , desde el punto de vista del tipo , un contraste muy marcado .
Los órganos que los constituyen se corresponden , como ya lo de
jamos indicado , casi rigurosamente , término por término . Mas estos
órganos se hallan dispuestos conforme á un plan muy diferente. En
el hombre su coordinacion es tal que de ella resulta por fuerza un
andador, y la del mono produce necesariamente un trepador . Esta
es una distincion anatómica y mecánica que habían ya puesto muy
de relieve , en órden á los monos , los trabajos de Vicq d'Azyr, de
Lawrence , de Serres, etc. Los estudios de Duvernoy sobre el go
rilla , los de Gratiolet y de M. Alix sobre el chimpanzé, han puesto
fuera de duda la conveniencia absoluta de los antropomorfos en
este carácter fundamental. Basta por otra parte poner los ojos en
el grabado presentado por Huxley, donde figuran los esqueletos de
los monos más perfectos al lado del esqueleto del hombre , para
convencerse de esta verdad .
,,La consecuencia de estos hechos , en órden á la aplicacion ló
gica de la ley de caracterizacion permanente , es que el hombre no
puede descender de un antepasado caracterizado ya como mono,
ya sea éste un catarrino sin cola ó ya con ella . Un animal andador
no puede descender de un animal trepador. Esto lo ha entendido
muy bien Vogt ; quien , colocando al hombre en el número de los
primates , no duda en declarar que los monos más inferiores han
pasado más allá del jalon ( del antepasado comun ) , de donde han
salido con direccion divergente los diversos tipos de esta familia , " .
Sólo podrían negar los darwinistas la exactitud de este discurso
diciendo que ni los monos son por necesidad trepadores ni el hom
bre andador, puesto que tambien los monos suelen andar en dos
piés como el hombre , y éste en cuatro , como el mono, cuando se
les antoja . Pero esta réplica es absolutamente de ningun valor : en
el estado presente de la ciencia ya nadie puede acudir á tan vanos
subterfugios como éste . La conformacion del hombre es tal que
sólo puede andar bien y cómodamente guardando la línea vertical,
miéntras que al mono sucede todo lo contrario. Si el hombre qui
siera andar como los animales, por fuerza tendría que llevar la

1 De Quatrefages , L'Espice humaine , chap. xi , 2. 4. Paris , 1880.


Origen del hombre . 531

cabeza junto al suelo , vueltos los ojos hacia atras y mirando por en
tre los brazos y las piernas , siendo éstas más largas que los brazos;
ademas, en esta posicion la sangre se le bajaría á la cabeza y no
podría vivir así largo tiempo . Por esta causa los niños , cuando la
blandura de sus huesos no les permite todavía andar en dos piés, se
ponen á gatas, con piés y manos en el suelo ; pero no apoyan su
cuerpo en los piés propiamente, sinó en las rodillas, para mantenerse
en equilibrio estable y tomar la postura ménos incómoda que puede
tener aquella edad incipiente al tiempo de ejecutar sus movimientos
de traslacion. Y áun el andar á gatas es para ellos sumamente
molesto , porque la cabeza les pesa enormemente , siendo ésta muy
voluminosa en el hombre y casi nulo el tendon cervical que sirve
para sostenerla ; razon por la cual no suelen conservar esta posicion
mucho tiempo , sinó que buscan bien pronto otra más descansada ,
ora sentados, ora tendiéndose á lo largo en el suelo .
Todo lo opuesto acontece á los cuadrumanos ; su posicion , natu
ral y descansada al ejecutar sus movimientos de traslacion por el
suelo , es la de todos los cuadrúpedos ; así es que entonces tienen la
cabeza en el estado que les corresponde , sin que por lo mismo re
ciban de ello molestia alguna . El tendon cervical , que llevan muy
fuerte y robusto para sustentarla en conformidad con todo el tipo
cuadrupedil, les libra de todo trabajo en este estado, impidiéndoles
sentir su peso ; y por otra parte , siendo en estos animales más lar
gas las extremidades anteriores que las posteriores , la actitud que
toma todo su cuerpo al poner sus cuatro manos en el suelo es ver
daderamente airosa con la cabeza levantada , libre de todo golpe de
sangre y perfectamente dispuesta para las funciones de relacion . Por
el contrario , la actitud bípeda les es violenta , no pudiendo andar
largo tiempo en dos piés , y áun entonces no van rectos como el
hombre , sino inclinados hácia adelante , empuñando gustosos un
baston para no caerse ; si quisieran ir enteramente rectos , darían un
tumbo hacia atrás .
Todo esto indica que la posicion natural en el hombre , cuando
ejecuta sus movimientos de traslacion , es la bipeda , y en los mo
nos , por el contrario , la cuadrúpeda . Pero aún hay otros caractéres
muy expresivos que revelan esto mismo con toda claridad : notemos
siquiera algunos de ellos . Primeramente , la cabeza en el hombre,
sumamente pesada por la gran cantidad de masa cerebral que le
era necesaria para los actos de la vida cognoscitiva , descansa poco
más o menos por la mitad de su base sobre el extremo superior del
532 Origen del hombre.

espinazo , sin necesidad de ser sostenida por el tendon cervical de los


cuadrúpedos, ni por músculo alguno poderoso destinado a este efec
to . En los monos , por el contrario , tiene una posicion muy diferen
te : no se une con la columna dorsal sinó por un extremo de su
base , necesitando para ser sostenida el tendon cervical dicho , á
pesar de ser muy poco pesada relativamente á la nuestra . Por don
de se ve que no está fabricada en el mono , como en el hombre,
para descansar sobre el espinazo colocado en el sentido vertical,
sinó para estar pendiente de él por medio de los músculos y del
sobredicho tendon ; lo cual , en otros términos, quiere decir que la
relacion anatómica de la cabeza con el espinazo reclama para la
marcha en el hombre la estacion vertical, y en el mono la que cor
responde á los cuadrúpedos.
En segundo lugar, la conformacion del bacinete y de los muslos
en una y otra especie de séres , está diciendo esto mismo en térmi
nos tan expresos que no consienten la menor duda. El bacinete en
el hombre , ancho y sólidamente construido, al paso que sirve de
apoyo seguro á la columna vertebral , permite a las piernas ensan
charse convenientemente para que la base de sustentacion en el
suelo sea mayor , hallándose los piés separados uno de otro ; las
cavidades semiesféricas que presenta en el lado derecho y en el iz
quierdo para que en ellas encaje la cabeza de uno y otro fémur,
están mirando al suelo cuando el hombre se encuentra de pié ; de
suerte que las piernas quedan perfectamente perpendiculares al ho
rizonte , y pueden servir de columnas á todo el resto del cuerpo .
El hueso del muslo , ó sea el fémur, se halla de tal manera encajado
en la cavidad iliaca que puede moverse libremente en diversos sen
tidos para sustentar en diferentes posiciones el peso del cuerpo , sin
que por eso corra ordinariamente peligro de dislocacion por ser
muy fuertes las ligaduras que lo tienen muy amarrado , é impedir
selo la conformacion de la misma cavidad donde se mueve . Ade

mas , del centro de esta cavidad sale un tendon robusto que se ad


hiere fuertemente á la coronilla de la cabeza del fémur, haciendo
que este hueso no pueda girar á ningun lado dentro de la referida
cavidad , sinó en ciertos límites muy marcados . Este es el oficio del
mencionado tendon , no el de sustentar el peso de la pierna , como
pudiera parecer á primera vista ; pues la pierna se mantiene unida á
lo restante del cuerpo, adhiriéndose fuertemente la cabeza del fémur
á la cavidad iliaca por la accion constante de la atmósfera que por
todas partes nos rodea . Así consta de las observaciones de Weber,
Origen del hombre. 533

profesor de Leipzig , segun lo hallo escrito en la obra de Zimmer


mann , intitulada : L'homme, al párrafo que tiene por epígrafe las
siguientes palabras: Mode d'affermissement de la jambe de l'homme.
Esta es la estructura del bacinete y de los fémures en el hombre,
la cual prueba con toda evidencia haber sido hecho nuestro cuerpo
para llevar en la marcha la posicion vertical ; porque sólo así pue
den servir las piernas de columnas firmes para la sustentacion del
tronco , al revés de lo que sucede á los cuadrumanos , en los cuales
el bacinete es estrecho y oblicuo , y no dirige hacia el suelo las ca
vidades iliacas sinó cuando el espinazo del animal se halla puesto
en el sentido del horizonte ; señal manifiesta de que ésta y no otra
és la posicion que le conviene para la marcha .
Pero todavía se ve esto con más claridad considerando los piés
del hombre y las manos posteriores del mono ; pues al paso que
aquellos están construidos para sustentar sobre sí como bases firmes
el peso de todo el cuerpo , éstas no sirven sinó como instrumentos
de aprehension, siendo por esta causa verdaderas manos y no piés ,
como en el hombre . “ En el hombre , escribe sabiamente Godron ' ,
el pié es ancho , la pierna cae perpendicularmente sobre él , el talon
és abultado en su parte inferior, y los huesos del tarso y del meta
tarso forman una especie de bóveda que protege contra la compre
sion los músculos de la planta del pié ; los dedos son cortos y con
movimientos muy limitados; el pulgar , más grueso que los otros ,
está colocado sobre el mismo plano de los demás y no les es oponi
ble. Este pié , por consiguiente , está admirablemente construido
para recibir sobre sí el peso del cuerpo , pero no puede servir ni
para agarrar las cosas ni para trepar; no se parece en nada á las
extremidades superiores , que son las manos , instrumentos perfectos
de aprehension , pero no dispuestas para la locomocion . Por tanto ,
el hombre debe sostenerse sobre sus dos piés únicamente , conser
vando así la libertad entera de sus manos , instrumentos admirables
por la extension , por la variedad y por la precision de sus movi
mientos, las cuales se hallan en esta forma perfectamente ordena
das al servicio de la inteligencia. , Y para que estas bases del cuer
po humano no flaqueasen dejando salir de su lugar ó inclinarse há
cia adelante las dos columnas que en ellas descansan , y dando así
con toda la carga del cuerpo en tierra , proveyólas el Criador de

1 Godron , De l'espèce et des races dans les êtres organisés, tom . 11 , liv . m , chapi
tre 1, pag. 122. Paris , 1872 .
534 Origen del hombre.

fuertes ligaduras que impidiesen estas desviaciones y que mantuvie


sen fijas las tibias en los tarsos como una columna en su pedestal:
La accion poderosa de los músculos gemelos y del sóleo hace que
el peso del cuerpo no pueda doblegar la pierna sobre el pié , dando
así al hombre , colocado en la estacion vertical , las condiciones de
seguro equilibrio .
Muy otra es ciertamente la construccion de las manos posteriores
del mono , pues toda ella está dirigida á hacer de esta parte del
cuerpo un instrumento de aprehension , y no una base de sustenta
cion , hallándose el cuerpo en la estacion vertical . La pierna del
orangutan no cae perpendicularmente sobre la planta de la mano
posterior, sinó con cierta oblicuidad ; de suerte que el animal no pisa
el suelo con la misma planta , sinó con el borde exterior de ella , en
un modo semejante al que suele acontecer á los hombres que tienen
| el pié contrahecho . El pulgar no está en el mismo plano que los
otros dedos , ni tiene tampoco la misma direccion , sinó que forma
casi un ángulo recto con todos ellos , y presenta cierta curvatura
hacia adentro en forma de gancho , quedando al aire cuando el
animal se pone á imitar la marcha del hombre . La misma curvatu
ra se observa en los otros dedos , que tampoco prestan auxilio al
guno para la estacion bipeda , pues todos están encogidos y sin
tocar la tierra , sinó es el más pequeño , que la toca oblicuamen
te por su borde exterior . Esta conformacion de la mano posterior
del orangutan manifiestamente está diciendo que no ha sido hecha
para sustentar al cuerpo en la estacion bipeda , sinó para mantener
lo asido por medio de la aprehension de los objetos como verdade
ra mano ; puesto que , estando el animal sobre sus dos piés , los de
dos de estos quedan libres sin apoyarse sobre el suelo , lo cual no
sucede cuando el animal trepa por los árboles agarrándose a las
ramas con sus cuatro manos. Y esto se hace todavía mucho más
evidente al considerar que el músculo de la planta , destinado á do
blar los dedos , es en el hombre de poca consistencia , porque los
dedos del pié humano no son para asir las cosas y tenerlas fuerte
mente apretadas, sinó para dar flexibilidad al pié ; y en el orangu
tan , por el contrario , es sumamente fuerte y poderoso , y ademas
pasa por la parte más prominente del talon ; lo cual significa que la
estructura de este hueso no es para sostener sobre sí todo el peso
del cuerpo , porque de esta suerte el tendon flexor de los dedos
quedaría oprimido é inhabilitado para su funcion propia, sinó para
otro objeto muy diferente.
Origen del hombre. 535

En el chimpanzé se nota una conformacion semejante; cuando el


animal camina imitando la manera del hombre , se apoya sobre el
talon , sobre el dedo pulgar y sobre el borde externo del pié , tenien
do sus cuatro dedos fuertemente cerrados, en términos que no tocan
Ja tierra sinó por su parte externa. Dígase otro tanto del gorilla y
del gibbon . Del primero de estos dos cuadrumanos , llamado hom
bre salvaje de los bosques por los africanos, y tenido por verdadero
hombre entre los antiguos , se han creido cosas fabulosas ; pero el
inglés Du Chaillu , que ha tenido ocasion de observar sus costum
bres , puesto que se ha internado en los bosques del África para
darle caza , y lo ha perseguido hasta en el fondo de sus cavernas ,
logrando salir con su intento , las desmiente de una manera ex
presa , en especial lo de llevarse las mujeres y vivir con ellas mari
talmente largo tiempo sin hacerles ningun daño . Hé aquí cómo des
cribe las cualidades características de este feroz animal, verdadero
rey de las selvas africanas por la fuerza colosal de sus brazos : “ El
gorilla , dice , habita pareado en los cañaverales de las ciénagas
africanas ; no vive sinó de plantas, trepa poco , duerme sobre el
duro suelo , apoyada la espalda sobre algun peñasco ó algun árbol.
Sólo en su menor edad busca los árboles para dormir en ellos . Su
marcha natural es la del cuadrúpedo , ó al menos el ir en dos
piés le causa mucha incomodidad , y sus piernas no le permiten an
dar sinó lentamente. Si quiere correr , pone en tierra sus manos de
lanteras. Éstas son muy largas, como tambien los brazos ; ademas,
el gorilla encoge en la carrera las manos posteriores, haciéndolas
asi más pequeñas; de suerte que viéndolo de lejos y por detrás
agazapado , fácilmente se le podría tomar por un negro contrahe
cho. Los que tienen poca edad huyen cuando se les persigue ; mas
los viejos, sobre todo si son machos , se ponen derechos, extienden
sus enormes y nervudos brazos , y se lanzan balanceándolos contra
el cazador . Frecuentemente se golpean tambien el pecho con el
puño , causando con esto un sonido cavernoso que resuena á lo
1
lejos ,
Pero no es sólo la estacion vertical la que separa al hombre del
mono áun en la misma parte material y orgánica que pone entre
uno y otro alguna semejanza ; la conformacion , así de la cabeza
como de la mano , que son los órganos de que el hombre se sirve

1 Da Chaillu , Explorations and Adventures in Equatorial Africa. London , 1861 .


{ Citado por Zimmermann en su obra intitulada: L'homme, etc. , pág. 132-133 .)

1
536 Origen del hombre.

para concebir sus pensamientos y ponerlos en obra , establecen una


barrera inmensa , que hace imposible por completo el parentesco
real y genético de entrambos seres. Nuestra mano no es un simple ins :
trumento de aprehension mecánica, que tenga por objeto solamente
satisfacer las necesidades de la vida animal , como sucede en el
mono , sinó que está hecha muy principalmente para las obras de
ingenio en que tanto habia de florecer la industria humana , y en
que era necesario al hombre ejercitarse para sujetar á su imperio la
materia у hacerse dueño de la creacion entera. Considerado fisica
mente el hombre , nace ménos provisto que los demas animales de
armas suficientes para defenderse contra todos los elementos que
puedan poner algun obstáculo á la conservacion y propagacion de su
especie . Viene desnudo al mundo , sin tener con que cubrir sus car
nes para defenderlas de las inclemencias del tiempo , siendo así que
todos los demas animales traen su manto de plumas ó de pelo , se- ,
gun las necesidades de cada uno : tampoco tiene armas poderosas
con que rechazar los asaltos de las bestias fieras; las cuales , lleván
dole grandísima ventaja en la fortaleza de sus miembros y en lo
acabado de su armamento , pronto hubieran concluido con todos
los individuos del género humano á no haber sido éstos proveidos
por el Autor de la naturaleza con un instrumento sui generis, ca
paz de hacer frente a todas ellas . Este instrumento admirable y ::
portentoso es la mano, puesta bajo el influjo de la razon que la go-...
bierna , por medio de la cual fabrica el hombre obras de industria ,
que le hacen infinitamente superior á cuantas bestias feroces han
poblado y pueblan la redondez de la tierra . Con ella ha vencido la
fiereza de los leones , persiguiéndolos en los bosques , matándolos en
sus mismas madrigueras , ó cogiéndolos vivos para aprisionarlos y
hacerlos servir á sus gustos y caprichos; con ella ha acorralado
á ese grande coloso de los mares , la ballena , en los helados mares
del Norte , haciéndole huir de su temible presencia , y aun allí mis
mo lo persigue con su mortífero arpon para darle caza y sacarle la
enjundia que necesita para los usos y comodidades de la vida ; con
ella se construye elegantes viviendas y se teje riquísimas telas , que
no sólo le libran de las inclemencias del tiempo , más aún , le gran
jean el regalo y dulce bienandanza en este suelo ; con ella deja es
culpidas en el bronce y entalladas en el mármol las sublimes con
cepciones de su fantasia , é imprime en luminosos libros los altos
conceptos que han brotado de su inteligencia al calor de la medita
cion sosegada sobre los grandes objetos de la Metafísica , para que
Origen del hombre . 537
vean los venideros en todo ello los purísimos goces de la vida del
espíritu ; con ella , finalmente, taladra las montañas y pone en
comunicacion unos mares con otros , puebla el Océano de vapores
que osen desafiar la braveza de sus encrespadas olas , y tiende
por todo el mundo una red inmensa de ferrocarriles en la tierra,
y otra de hilos telegráficos en el aire , para hacer de las nacio
nes humanas una sola ciudad , esparcida por todos los confines del
globo .
Esta es la mano del hombre , éste es el instrumento de que le
dotó el Supremo Hacedor al criarle , para que él mismo con la in
dustria de su ingenio supiese aplicarla á las obras de arte y hacer
se de este modo cien veces más poderoso que las bestias más fuer
tes de la tierra ; instrumento mucho más admirable que cuantos
otros le pudiera dar el soberano Autor, porque en él se hallan en
cerrados todos ellos por una manera eminentisima , con grandes
creces y ventajas para quien lo posee . Por eso en esta obra maestra
de mecánica , como la llama M. Cruveilhier !, se hallan tan maravi
llosamente dispuestas todas las partes , que podemos ejercer con
ella toda suerte de movimientos , ora fuertes , ora suaves , ya en un
sentido , ya en otro , no habiendo ni una sola parte de nuestro cuer
po á donde no podamos llegar con nuestras manos . La estructura
del metacarpo nos habilita para producir acciones poderosas con
nuestros brazos y la delicadeza de los dedos , unida a su flexibilidad
maravillosa у á la propiedad que tiene el pulgar de poder ser opues

to á cada uno de ellos , hace de nuestra mano el instrumento más


apto de cuantos se pudieran imaginar para el fin de servir a la inteli.
gencia en la elaboracion de sus artefactos. Nada de esto se encuen
tra en la mano del mono ; ella puede servir muy bien , lo mismo que
el brazo , de fuertes tenazas para prender y tener asidos los objetos,
porque este es el fin único á que la destinó el Criador poniéndola en
el cuerpo de un animal , cuyas acciones nunca habían de pasar la
raya de la actividad sensible ; pero es incapaz de toda obra verda
deramente artística . El pulgar , mucho más pequeño proporcional
mente que el del hombre , no es oponible a los otros, y éstos sólo
pueden abrirse y cerrarse moviéndose siempre en un mismo sentido ,
como una máquina destinada a una sola operacion ; por donde cla
ramente se ve que en el mono las manos anteriores no son más

1 Cruveilhier, Traité il'Anatom . descript., tomo I , pág. 264. ( Citado por Bianconi
en su preciosa obra intitulada : La théorie darwinienne et la création , pág. 52. )
538 Origen del hombre.

perfectas que las posteriores , y que de ellas á las del hombre media
una distancia verdaderamente inmensa .
Veamos ahora la diferencia que existe entre la cabeza del hom .
bre y la del mono ; lo cual importa mucho en la cuestion que at
presente nos ocupa , pues todo el mundo confiesa que se hallan, in
timamente relacionadas en los diferentes animales las condiciones
del cerebro con las operaciones del alma. Para hacerse cargo de
ella basta echar una simple ojeada sobre el cráneo del hombre y el
de los monos antropomorfos más perfectos. Al instante se observa
rá que , mientras todos estos cuadrumanos se asemejan maravillosa
mente unos á otros en la configuracion general de esta notable
parte del cuerpo , con el hombre no guardan la más mínima propors
cion en esta parte. La cabeza del hombre se aproxima mucho a la
figura esférica ; la del mono se presenta bajo una forma oblonga y
angular: en el hombre las dos terceras partes , cuando ménos , cons
tituyen la region del cerebro ; en el mono estas dos terceras partes
están reservadas para las mandíbulas : como que la vida del prime
ro es principalmente espiritual é intelectiva , y la del segundo pura ,
mente animal . Oigamos á M. Godron trazar breve y circunstancia
damente estas diferencias; aunque mucho mejor sería ver con los
ojos del cuerpo la figura de todos estos animales y la del hombre
puestas una enfrente de la otra , segun andan impresas en los libros
que tratan de estas materias . Las diferencias entonces aparecerjan
con toda su grandeza natural, y harían más evidente la verdad de
nuestro aserto . Dice, pues, el citado escritor: “ La conformacion del
cráneo del hombre adulto , áun de raza prognata ( ó sea de cerebro
deprimido ) comparada con la de los monos antropormofos que han
adquirido ya su entero desarrollo , presenta una diferencia enorme,
y de seguro que esta comparacion no ha sido hecha sobre las mis
mas piezas anatómicas por el autor que escribía , no ha mucho , esta
frase : “ Hay casi tanta diferencia entre el cráneo de un europeo y
el de un etíope , como entre el de éste y el de un mono . La cara

del orangutan ó del gorilla , por ejemplo , en lugar de formar, como


en el hombre , apenas la tercera parte del volumen total de la ca
beza , forma más de sus dos terceras partes . El cráneo del hombre
es liso y redondeado en su superficie ; el de los monos antropomor
fos adultos está levantado con crestas huesosas muy salientes , que
limitan casi en todo su contorno la cavidad de la sien , la cual en su
parte posterior se extiende muchísimo y es muy profunda por de
Jante y por debajo á causa de la desviacion de los arcos cigomáti
Origen del hombre. 539

cos ; en esta cavidad se encuentra un músculo temporal muy pode


roso y destinado á mover la enorme mandíbula inferior. Si se mira
el cráneo del hombre por su cara inferior, siguiendo el método de
Owen , se advierte que , cortando por medio en ángulo recto el
diámetro longitudinal presentado por esta cara , esta línea transver
sal toca el borde anterior del agujero occipital , miéntras que en el
orangutan este agujero queda en medio del tercio posterior de di
cho diámetro. Los arcos cigomáticos en el hombre se hallan ente
ramente comprendidos en el tercio anterior del plano formado por
la base de la cabeza ; al paso que en el orangutan estos arcos , mucho
más salientes hacia afuera , están cortados en su mitad por el dia
metrơ transversal. El occipucio , muy combo en nuestra especie,
está deprimido en nuestro pretendido pariente . Por fin , en el hom
bre el ángulo facial varía de 70 á 85 °, y en el orangutan adulto no
pasa de 40 ° . Ciertos autores le dan hasta 60 °, pero hablan del
orangutan jóven , y áun esta medida nos parece exagerada. Tam
bien el hombre al tiempo de nacer tiene el ángulo facial más abierto
que en la edad adulta, y llega ordinariamente a los 90 °. La compa
racion , para ser exacta , no debe hacerse sinó en la edad del com
pleto desarrollo ... Segun Owen , el ángulo facial del chimpanzé adul
to no pasa de 30 a 35 °, y el cráneo en esta especie parece colocado
más bien detrás de la cara que encima.
:6 , El cerebro de los monos antropomorfos presenta circunvolu
ciones mucho menos numerosas y mucho menos profundas que en
el hombre. En cuanto al volúmen relativo de este órgano tan im
portante , las diferencias son enormes. Yo he medido la capacidad
de un cráneo europeo de magnitud media , valiéndome de un medio
analogo al que ha sido puesto en uso por Tiedemann ; lo he llenado
de arena fina perfectamente seca , hallando ser su medida de i li
tro , 53 ; la cavidad del cráneo del orangutan adulto , por el contra
rio , no ha podido contener sinó o litros , 44. Si bien este procedi
miento no es riguroso , tiene sin embargo lo bastante para darnos
una aproximacion muy grande respecto de la verdad . Ahora bien ;
de la experiencia que acabo de citar resulta que la capacidad del
cráneo del hombre , y por consecuencia el volúmen de su cerebro ,
son casi tres veces y media mayores que la del cráneo del oran
gutan , ' .

"I Godron , De l'espèce et des races dans les êtres organisés, tomo 11 , liv , m , chay. ,
página 127-128 . Paris , 1872 .
540 Origen del hombre.

En vista de tan enormes diferencias como median entre la cabeza


del hombre y la del mono , no es de maravillar que hasta los mismos
transformistas hayan reconocido la existencia de un inmenso vacío
entre una y otra clase de séres , hallándose todo lo restante del
cuerpo en constante armonía con esta parte tan principal, y que
áun hayan confesado rotundamente no poder ser considerado el
hombre como una derivacion natural de los monos hoy dia existen
tes en el mundo .
Para que vean bien nuestros lectores esta importante confesion
que acabamos de mencionar , vamos a poner aquí algunos testimo
nios de estos escritores , tomándolos de La Civiltà Cattolica , donde
los hallamos reunidos ! . “ Las diferencias que existen, escribe Huxley ,
entre el cráneo de un hombre y el del gorilla, son enormes . Las
desemejanzas entre el hombre y aquellos mismos monos que tienen
una organizacion más perfecta son grandes é importantes . Todos
los huesos del gorilla llevan señales por las cuales se pueden fácil
mente distinguir de los huesos análogos del hombre , ?. En los
mismos términos se expresa Büchner diciendo : “ Guardémonos de
disminuir demasiado las diferencias anatómicas que existen entre el
hombre y sus afines de la clase de los mamíferos. Estas diferencias
son tales , que basta al experto anatomista echar una mirada sobre
cualquiera parte un poco característica del cuerpo , por ejemplo, el
esqueleto , para distinguir al hombre del animal 3. Y Moleschot

“ El cerebro del hombre, escribe , tanto por la mole como por la


forma de sus circunvoluciones , se distingue de cualquier cerebro de
mono , y mucho más del de los otros animales ,, 4. El mismo len
guaje se observa en el libro de Darwin sobre el Origen del hombre s.
Y el Canestrini : “ No conocemos , dice , especie alguna de mono
que sirva de tránsito á la nuestra. Si quisiéramos forzadamente de
rivar al hombre del mono , sería necesario buscar su cabeza en
aquellos pequeños monos que se agrupan en torno de los cebos y
de los uistitís , la mano en el chimpanzé , el esqueleto en el siamang,
el cerebro en el orangutan , el pié en el gorilla . Si no se toman en
cuenta los dientes , es cierto que en el aspecto general la cabeza del

I Véase el número de 20 de Abril de 1872 de la citada revista , á que nos referi


mos en el texto .
2 Zeugnisse, etc. , pág. 115.
3 El hombre considerado segun los resultados de la ciencia . Parte segunda.
4 Der Kreislauf des Lebens, pág. 413 y siguientes .
5 Cap. iv.
Origen del hombre . 571

cebo , de los uistitis y de las especies afines se asemeja , aunque en


miniatura , al cráneo del hombre bastante más que el cráneo del
gorilla adulto , del chimpanzé y del orangutan ; el cuerpo del chim
panzé y del gorilla tiene el mismo número de huesos que el cuerpo
del hombre , al paso que el orangutan tiene un hueso intermedio
particular, que se encuentra en todos los otros monos ; el esqueleto
del siamang se asemeja al humano en el esternon , en la forma del
tórax , en las costillas y en el bacinete bastante más que el del go
rilla , del chimpanzé y del orangutan ; nuestros estudios han demos
trado que el cerebro del orangutan tiene más afinidad con el hu
mano que el del chimpanzé . Deberíamos por consiguiente buscar
los delineamentos del hombre en cinco monos diversos , uno de
América , dos de África, uno de Borneo , otro de Sumatra . Los
primeros progenitores del hombre estarían tan esparcidos por el
globo , que con dificultad se podría pensar en un origen semejan
te , ! Vogt , finalmente, preguntando si “ podemos encontrar al
gunos grados intermedios con que llenar el vacío que siempre apa
rece entre el mono y el negro , , es posible , dice , que el hombre
halle en algun lugar algun mono que se acerque más al hombre que
el gorilla ; pero fundar una conclusion sobre esta posibilidad seria
1
una locura , ?
Así hablan los transformistas , no pudiendo menos de dar testi
monio á una verdad tan palpable , como es la diferencia inmensa
que separa al hombre del mono . Sin embargo , como dejar la cosa
en este estado sería lo mismo que dar al traste con toda la teoría de
la evolucion en orden a la naturaleza humana , ya tienen buen cui
dado los referidos autores de advertir que todas estas diferencias
dejan todavía en pié la doctrina por ellos defendida ; porque á una
misma clase , añaden , pertenecen todas las especies de monos que
existen hoy día en el mundo , y sin embargo , algunos de estos ani
males distan más entre sí por razon de su estructura corporal de lo
que distan mútuamente el negro y el mono más perfecto. “ Si hay
diferencias de conformacion , escribe Huxley , por las cuales se dis
tingue el hombre del gorilla y del chimpanzé, no son empero tan
3
esenciales como las que existen entre estos monos у los inferiores ,
" El hombre , dice Haeckel , no puede ser separado de los verdade

1 Origine dell' uomo , cap. IX .


3 Vorlesungen , 1 , pág. 244 .
2 Evidence as to man's place in nature.
542 Origen del hombre.

ros monos , porque bajo todos respectos tiene el más afinidad con
los más elevados entre éstos que ellos mismos con los más infimos
de su grupo , " . Lo mismo exactamente afirma Darwin en el capi
tulo primero de su libro sobre el Origen del hombre , citando las
palabras de Vulpiano ; y por lo que hace á las diferencias origina
das de la estacion vertical, añade allí mismo que todas ellas son
caracteres de adaptacion , y por consiguiente inútiles para estable
cer una diferencia esencial entre el hombre y el mono ?.
Vanas respuestas. En primer lugar , aun cuando supusiéramos ser
verdadero lo que estos autores falsamente afirman sobre quees
mayor la distancia con respecto a la estructura corporal de algunos
monos muy perfectos á otros del mismo grupo que la que separa al
hombre del mono , ¿ tendrían razon para asegurar que nuestras fa
zones nada prueban en contra de su teoría ? De ninguna manera.
Lo único que se inferiría de la sobredicha suposicion es que con
todas esas diferencias podrían muy bien pertenecer los monos y los
hombres á una misma especie , si no hubiese otros motivos conclu
yentes que lo impiden . Pero la cuestion que traemos ahora con los
transformistas no es ésta , sinó otra muy diferente , aunque estrecha
mente ligada con ella por lo que hace al derecho que nuestra con
clusion nos confiere en este debate , en orden á inferir de ella la
diferencia esencial entre el hombre y el mono. Si el hombre no ha
provenido por via de descendencia natural de mono alguno , tene
mos justísima razon para afirmar que su esencia no es la de un mono
modificado. Pero ahora no tratamos directamente de esto segundo,
sinó de averiguar si la estructura corporal del hombre ha podido o
no ser derivada, por via de descendencia natural, de la estructura
propia de los monos . Para esto importa muy poco sostener que la
diferencia corporal entre varios monos es mayor ó menor que la
observada entre algunos de estos animales y el hombre. Lo que
deberían probar nuestros adversarios es que con todas esas dife
rencias tan profundas como ellos suponen entre una y otra variedad
de monos , todos ellos sin embargo han brotado de un mismo tronco,
siendo lenta y gradualmente separados unos de otros por la accion
ciega de la seleccion natural . ¿ Cómo prueban esta proposicion ? La
suponen simplemente como una consecuencia del sistema, y ninguna
razon sólida aducen para comprobarla . Mas esta suposicion está en

1 Del origen y de la genealogia del género humano.


2 Darwin , The descent of man , vol. I , p. 190.
Origen del hombre . 543

pugna abierta con los hechos , no menos que todo el sistema gene
ral . La seleccion ciega no tiene virtud para producir tan maravillo
sas transformaciones; cada uno de los monos , perfectos ó imper
fectos en su clase , tiene todas sus partes perfectísimamente adapta
das al género de vida que le caracteriza y á las condiciones locales
del suelo en que vive . ¿ Cómo ha podido el puro acaso , sin conoci
miento alguno de órden , y sin propósito por consiguiente de reali
zarlo , producir tan ordenados artefactos, y tantos en número y tan
constantemente distintos ? Para creer que todas estas maravillas
del arte se han ejecutado por el puro azar , se necesita ciertamente
una buena dosis de voluntad transformista. La razon filosófica
encuentra en esto mil veces más dificultad que en decir que todas
las diferentes especies de monos han salido directamente de las
manos del Supremo Hacedor. Tanto más que nuestros sabios no
nos presentan los anillos intermedios que por fuerza han debido
existir , á ser verdad lo que ellos nos aseguran , sobre que todos los
monos proceden de un mismo tronco comun . Cada uno de ellos se :
ha presentado siempre perfectamente definido y distinto de los
demás ; así , por ejemplo , tomemos por prueba de ello el orangu
tan. Este animal , segun las teorías darwinianas, debe ser oriundo,
lo mismo que el hombre , el chimpanzé y el gorilla , de algun mono
ménos perfecto; pues aunque conviene con estas tres especies de
séres en carecer del hueso intermedio del carpo , y en distinguirse
por este lado de los demas pitecos á quienes dotó de este hueso la
naturaleza , sin embargo, en todo el arreglo general de la estructura
orgánica es un verdadero mono . Pero es el caso que el orangutan ,
ademas de este carácter distintivo con respecto á los otros monos
inferiores, y comun con respecto al hombre , al chimpanzé y al
gorilla , posee otros enteramente suyos y peculiares que no se en
cuentran ni en el hombre ni en otro mono alguno . Estos caractéres
son el tener diez y seis vértebras dorso- lumbares , el faltarle la uña
del dedo pulgar en sus cuatro manos , el estar privado del ligamento
redondo que todos los primates , así actuales como fósiles , llevan
en la pierna, y el no habérsele dividido los pulmones como al hom
bre y á los demas pitecos , pues mientras que el hombre tiene cinco
lóbulos pulmonares , tres á la derecha y dos a la izquierda , y siete
los otros primates, cuatro a la derecha y tres a la izquierda , sólo
el orangutan presenta sus pulmones sin lóbulo alguno , hallándose
cada uno de ellos perfectamente indiviso .
Ahora bien ; ningun mono se encuentra que pueda servir de inter
544 Origen del hombre .

medio para establecer el paso de los otros pitecos al orangutan :


todos cuantos existen en la actualidad , y han existido en los tiempos
anteriores , están destituidos de los tres caracteres enteramente ex
clusivos de este cuadrumano . Lo cual quiere decir , en otros térmi
nos , que el orangutan desde un principio ya tenía todos estos carac
téres , y por consiguiente no los ha ido recibiendo lenta y graduai
mente, uno en pos de otro , por medio de la seleccion natural.
Pero hemos dicho que es falsa la proposicion en que afirman
estos autores que son más hondas las diferencias por las cuales se
distingue un mono de otro , que las que median entre el negro y los
monos antropomorfos. Esta es la segunda razon que pone de ma
nifiesto la vanidad de la respuesta dada por los transformistas a lo
que dejamos escrito sobre la inmensa distancia que separa al hom
bre del mono . Si paramos la atencion solamente en algun miembro
particular , es fácil que se nos presente la cosa como quieren los
transformistas . La cola prehensil del guariba , por ejemplo , coloča
á este animal á grande distancia del gorilla , el cual en esto se halla
más cerca del hombre, que carece , como él , de este apéndice. Pero
no es ésta la manera como deben mirarse los seres para hallur la
relacion en que verdaderamente se encuentran ; para esto es preciso
comparar la totalidad de los organismos que corresponden á cada
uno . Mirados de esta suerte los organismos del mono y del hombre,
áun del negro más bozal , no cabe la menor duda sinó que la dife
rencia entre estos dos términos de comparacion aparece incompara
blemente más profunda que cuantas existen entre dos individuos
cualesquiera de la familia de los pitecos . Basta ponerlos unos enfrente
de otros para que esta verdad se le entre inmediatamente por los
ojos á cualquiera que con un poco de atencion los considere . Apé
nas fije la vista en los extremos de la serie , afirmará, sin poderse
contener, diciendo del negro que es un hombre , y de los otros dos
animales que son verdaderamente monos; señal manifiesta de que
la diferencia entre el mono y el hombre es profundísima, sustancial,
pues los coloca en tipos enteramente diversos , al paso que la otra
no es sinó accidental , como realizada dentro de un mismo tipo . Lo
cual no quiere decir , sin embargo, que el un mono tenga parentes
co real y efectivo con el otro , pues ambas variedades han podido
ser producidas inmediatamente por la causa primera , y no hay duda
que tal haya sido su procedencia siempre que la diferencia entre una
y otra haya sido verdaderamente específica.
Esta observacion que acabamos de hacer tocante á la identidad

1
Origen del hombre. 545

tipicu ó esencial de todos los monos en cuanto a la estructura del


cuerpo , al paso que ninguno de ellos tiene sinó cierta especie de
li
analogía en esta parte con respecto al hombre , es cosa que salta á
los ojos á primera vista ; y así no podemos entender cómo el juicio
so Quatrefages, opugnador acérrimo de la teoría transformista, en
una obra en que con argumentos tan concluyentes demuestra , por
los mismos principios del darwinismo, no haber podido ser derivado
el hombre del mono , ha escrito las palabras siguientes: “ Mirado el
hombre desde el punto de vista anatómico , se diferencia ménos de
los monos superiores que éstos de los monos inferiores , '. En esto
el ilustre profesor de Antropologia ha padecido una evidente equi
vocacion , rindiendo inconsciente su tributo á las seductoras ideas
de sus adversarios . Por mucha que sea la distancia que medie entre
los monos superiores y los inferiores , áun mirados anatómicamente,
siempre estarán todos ellos contenidos en el mismo cuadro ; variarán
los accidentes , pero el fondo siempre aparecerá el mismo ; que tenga
uno de ellos tal ó cual miembro particular que ó falta en otro ó se
halla en él diversamente conformado , esto poco dañará ciertamente
á la unidad de tipo , por la cual la estructura general de todos sin
distincion revelará la naturaleza de un trepador , ocupado entera
mente en la vida animal é inhábil para las acciones industriales . Por
el contrario , el negro con toda la compresion de su cráneo , estre
chez de su ángulo facial y prominencia de sus arcos cigomáticos no
dejará jamás de presentar en la estructura general de su cuerpo el
bimano andador , que descansa sobre sus dos piés puesto en la esta
cion vertical , y tiene libre sus maravillosas manos para toda suerte
de industria .
Aún más: el solo estudio comparativo de los cráneos del hombre
y del mono , practicado con exquisita diligencia y envidiable pulso
por los señores Bischoff y Aeby , ha bastado á estos ilustres sabios
para evidenciar la enorme diferencia que existe entre el hombre y
el animal, mucho mayor que la que se puede imaginar entre el negro
y el mono más perfecto. Nadie como estos autores ha examinado
con tanta detencion , con tan inquebrantable paciencia y en tan
grande número de ejemplares las diferentes partes por las cuales
están constituidos los cráneos de entrambas especies ; nadie, por con

1 Au point de vue anatomique, l'homme differe moins des singes supérieurs que
ceux - ci ne différent des singes inférieurs . ( De Quatrefages , L'espèce humaine, liv . I ,
chapitre 1 , par . vin . Paris, 1880. )
35
546 Origen del hombre .

siguiente , puede dar sobre esta materia un voto tan decisivo como
el suyo . Y ciertamente este voto ha sido tal , y las razones en que
lo han apoyado han sido tan concluyentes , que ningun transformis
ta se ha atrevido hasta ahora á intentar rebatirlas. Mas que digo re
batirlas ? Ni áun siquiera mencionar sus obras han querido , cuando se
han puesto á publicar algun nuevo escrito en favor de su decantado
evolucionismo ; temerosos sin duda de que el lector, al verlas cita
das , se sintiese tentado á leerlas y viese derribado por tierra todo
el aparato de sus falsas afirmaciones ' . He aquí cómo se expresa el
primero de los sobredichos autores : “ Póngase en parangon el ce
rebro de un hombre con el de un orangutan , el de éste con el de
un chimpanzé, el de éste con el de un atele , y continuando en la
serie , el de un atele con el de un ilobato , el de un ilobato con el
de un semnopiteco, y así hasta los últimos géneros de monos , y en
ninguna parte se encontrará una distancia tan grande entre los.
miembros de esta serie , aunque se ponga atencion tan sólo en las
circunvoluciones y en el desarrollo de los lóbulos , como es la que
existe entre el cerebro del hombre y el del orangutan ó el del chim
panzé . El vacío entre el desenvolvimiento de las circunvoluciones
cerebrales del hombre y el de las circunvoluciones del orangutan 6
del chimpanzé no puede llenarse, ni ser comparado con el que di
vide al orangutan ó al chimpanzé de los lemurideos. Este lo llenan
las especies de monos existentes en el espacio intermedio : el mode
de llenar la primera está todavía por encontrarse ,, ?
El segundo , despues de haber tomado medidas en cientos y aun
en miles de cráneos pertenecientes á diversas razas , así de hombres
como de monos , escribe con plena seguridad las siguientes pala
bras : “ Resulta del conjunto de comparaciones practicadas ) que la
diferencia total del hombre al mono más cercano es más considera ;

I Chose remarquable ! escribe Lecomte ( Le darwinisme et l'origine de l'homme


pág . 245 , nota . Paris, 1873 ) . Tandis que les publications les plus insignifiantes, du
moment où elles sont favorables à ses idées , sont parfaitement renseignées par Dar
win avec leurs titres , l'ouvrage considerable d'Aeby ne se trouve pas même nommé
dans l’Origine de l'homme, comme si le naturaliste anglais craignait de faciliter à ses
lecteurs le recours personnel au travail du savant professeur de Berue. , ' Büchner y
Haeckel ni siquiera citan el nombre de Aeby : el primero en sus Conferencias sobre la
teoria darwiniana , y el segundo en la segunda edicion de su Historia natural de la
creacion , á pesar de que ambos han dado á luz sus escritos posteriormente á la publi
cacion del sabio bernés, ni palabra han dicho de la importante obra del autor citado .
2 Bischoff, Veber die Verschiedenheit in der Shädelbildung des Gerilla, etc., pági
na 88 , München , 1867 .
Origen del hombre. 517

ble que la que separa a los monos entre sí ; por tanto no dudo un
solo instante en afirmar que el tipo del cráneo humano se diferencia
del de los monos en la manera más completa , y que señaladamente
los monos antropomorfos se acercan , bajo este respecto, de una
manera mucho más estrecha sin comparacion á sus aliados natura
les y áun á los mamíferos inferiores que al hombre , ' “ Para for
marse una justa idea de los diferentes cráneos y comparar debida
mente las medidas de sus formas, no basta mirarlos por un solo
punto ó un solo lado , sinó que es preciso observarlos en todo su con
junto. Examinando de esta manera el mono y el hombre, vemos cier
tamente que en el plan fundamental convienen con todos los verte
brados ; mas tambien advertimos que los edificios levantados sobre
este plan comun son enteramente diversos . Raras veces concuerdan
ni áun en un solo punto particular; lo ordinario es que la semejanza
tenga mucho más de aparente que de real : en cuanto al conjunto,
no tienen nada de comun entre sí . En toda la serie de los mamífe
ros no se encuentra un vacío que pueda comparársele , ni áun de
lejos siquiera , al que media entre el mono y el hombre . Aun los
cráneos humanos más degradados están á grande distancia de los
cráneos de los monos más perfectos; y tienen tan estrecho enlace
con los más perfectos de la misma especie , que por sola esta dife
rencia de conformacion puramente morfológica deberíamos dester
tår para siempre de nuestro lenguaje estas odiosas palabras de se
mejanza monesca . En ninguna manera se puede justificar la osten
tacion con que tan repetidas veces se hace uso de estos vocablos,
porque no guarda la más mínima conformidad con las verdaderas
relaciones de las cosas y sólo sirve para producir en los entendi
mientos ideas absolutamente erróneas . Ni áun la semejanza superfi
cial es nunca tan grande como se la ha querido frecuentemente
suponer. Si quisiéramos sin embargo tomarla en cuenta , en vano la
buscaríamos en los monos antropomorfos, sinó que nos sería preciso
volver los ojos al gibbon ó á alguno de los pequeños monos ame
ricanos . Estos por la forma de todo el cráneo merecen , entre todos
los demás , el primer lugar , si bien por otros respectos se les coloca
más abajo. , Hasta aquí el autor citado .
Efectivamente, el cráneo del gibbon es el que más se asemeja'
entre todos los de los animales , al cráneo del hombre , como lo
puede cada uno observar echando una simple ojeada sobre el cuadro

T Aeby, Die Schildelformen , pág . 77 .


548 Origen del hombre.

sinóptico publicado por Huxley , donde se hallan dibujados los crá


neos del hombre, del gorilla , del chimpanzé, del orangutan y del
gibbon . Pero este animal tiene otros varios caractéres, por los cuales
es considerado por los naturalistas como inferior a los tres próxi
mamente citados , y ménos semejante que ellos al hombre. Pequedo
de estatura , tiene las extremidades anteriores tan excesivamente
largas que toca con ellas el suelo estando en pié y sin tener dobladas
las rodillas .
Vése por lo dicho que nosotros no podemos tener por padre
natural á mono alguno de ninguna clase , ni de los existentes ni de
los pasados . Por consiguiente , los darwinistas, para que puedan
derivar al hombre de algun tipo inferior cualquiera , deben por fuerza
eder todavía más en la escala de nuestros progenitores. Tanto
Darwin como Haeckel hacen á los lemurideos inmediatamente an
teriores á los antropomorfos; de modo que , no hallándose estos úl
timos en la línea de nuestros antepasados, naturalmente han de
concluir que nuestros primeros padres fueron los lemurídeos de las
edades pasadas . Pero ni áun esto pueden legítimamente afirmar,
segun sus principios, por dos razones á cada cual más concluyentes.
La primera de ellas es, porque los lemurídeos son tambien trepado
res como los antropomorfos , y por consiguiente son tan incapaces
como ellos de dar principio a la especie humana por la via de la selec
cion natural . La segunda, porque para esto debieran venir al mundo
con la placenta discoidal y la caduca propias del hombre y de los
monos , y así se lo había imaginado a priori Haeckel al considerar
á los lemurídeos como padres inmediatos de los antropomorfos;
mas los lemurídeos carecen de la mencionada caduca , y la placenta
que les cubre en la matriz ántes de ser dados á luz , ni es discoidal, ni
tiene siquiera la figura de zona , sinó que se halla difundida por todo
el envoltorio del feto , como sucede á los ungulados , á los desden
tados , á los cetáceos .
Suban , pues , los dos atrevidos acróbatas todavía un grado más
arriba en la escala de su imaginado transformismo para hallar á
nuestros primeros padres , y digan que , en efecto , éstos han sido
ciertos didelfos de las edades pasadas . ¡ Los didelfos! ; Bellísimos
progenitores! ¡ Pues no se nos parecen poco los buenos didelfos!
Les falta la placenta , pero en cambio pasan los primeros días de su
vida envueltos en la bolsa marsupial de su madre , de la cual todavía
deben conservar alguna reminiscencia nuestras famosas pasiegas,
que suelen llevar á sus hijuelos en el cuévano de sus mercancías .
Origen del hombre. 549

¿ Y dónde están los grados por donde han pasado lenta é insensi
blemente hasta el que ahora poseemos ? Desde el canguro , armado
de sus dos fuertes extremidades posteriores y de su cola robusta ,
que le sirve de tercer pié , hasta nosotros , ya hay una distancia res
petable. Preséntennos , pues, Darwin y Haeckel los innumerables
anillos de esta larguísima cadena , de los cuales hasta ahora no han
parecido sinó el primero y el último, si quieren que tengamos por
nuestros verdaderos padres á los marsupiales . Hasta tanto que hayan
conseguido esto , la ciencia nos dará completo derecho para afirmar
que sus teorías no tienen otro fundamento que la fecunda imagina
sción de sus autores .
☆ Y qué decir de la respuesta del naturalista inglés , encaminada á
deshacer el argumento sacado de nuestra estacion vertical ? ¿ Con
afirmar que la estructura anatómica en el hombre se halla toda ella
dirigida a la estacion vertical , y en el mono a la horizontal por un
" simple efecto de adaptacion , ya le parece que está resuelto todo el
problema? : Quién es esa señora Seleccion para que , con todos sus
palos de ciego , adapte tan maravillosamente , y de una manera tan
universal y constante , las estructuras, que ni el artifice más porten
toso de cuantos han conocido los mortales le pueda llegar á cien
leguas de distancia en lo perfecto y acabado de sus obras ? ¿ Y cómo
-ha podido producir las tales adaptaciones con tanta facilidad , cuan
do el tránsito de una á otra estructura es mil veces más difícil que
el paso de las Termopilas ? " El pié ambulatorio del hombre , escri
be sabiamente Bianconi , y el pié aprehensor del mono , son dos
instrumentos mecánicamente apartados el uno del otro . Los instru
mentos intermedios ó de transicion no tienen posibilidad mecáni
ca. Un pié que cesa de ser aprehensor y va a ser ambulatorio , no
es ni lo uno ni lo otro : el animal entónces ni puede arrastrarse , ni
ändar ; ni es acróbata , ni pedestre. Su construccion sería un absur
do , y el animal no tendría las condiciones de existencia . Es preciso
que sea decididamente ó rastrero ó ambulatorio . Estas nociones
son harto claras en verdad . No es culpa mia el que algun naturalis
ta las haya juzgado indignas de todo aprecio , y es de lamentar
que no haya podido subir hasta estos primeros datos de la me
-cánica , 1 .
Lamentable es ciertamente el que los hombres den en precipicios
como éstos por su loco empeño de buscar cosas nuevas en este

| Bianconi, La théorie darwinienne et la Création , pág . 267,


550 Origen del hombre.

mundo , y por el temerario deseo de librar á nuestras almas de toda


responsabilidad en el otro . Pero ésta es la misera condicion del
hombre , y desde que ha habido filósofos en el mundo se han nota
do siempre este género de extravios en los que debieran ser por su
ciencia y talentos modelo de cordura á los demas. Mas dejemos á
un lado estas reflexiones, y pongamos ſin á todo lo dicho sobre la
estructura del cuerpo humano con un argumento fortisimo, traido
por M. de Quatrefages para rechazar, no sólo la descendencia, más
áun , toda suerte de parentesco real de nuestra especie con los mo
nos . El argumento , en sustancia , es el siguiente : El desarrollo
orgánico en el hombre y en el mono proceden en un órden ente
ramente inverso ; luego es absolutamente imposible que sus orga
nismos estén unidos con vínculo genético de ninguna clase , ora
derivándose el uno del otro por vía de natural descendencia , ora
procediendo entrambos de un tronco comun cualquiera , aun cuan
do á este tronco se le quiera suponer sumamente apartado de uno
y otro tipo . Oigamos razonar sobre este punto al ilustre profesor
de Antropología en el Museo de Historia natural de Paris , pues sus
palabras tienen un gran peso en esta materia. " M. Pruner -Bey, es
cribe , resumiendo los trabajos descriptivos y anatómicos hechos
hasta estos últimos años, ha hecho ver cómo la comparacion del
hombre con los antropomorfos pone de manifiesto un hecho gene
ral , sujeto á muy pocas excepciones , á saber : la existencia de un
órden ingerso en el desarrollo de los principales aparatos orgánicos.
Las investigaciones de Welker sobre el ángulo esfenoidal de Vir
chow conducen a la misma conclusion ; porque este ángulo dismi
nuye en el hombre comenzando desde su nacimiento , mientras que
en el mono siempre va creciendo hasta el punto de borrarse algu
nas veces . Sobre la base del cráneo es como el sabio aleman ha
averiguado esta marcha inversa . M. Broca acaba de probar la ver
dad de otros hechos semejantes estudiando el ángulo órbito - occi
pital . Un contraste del todo semejante ha sido descubierto por
Gratiolet en el cerebro mismo . Hé aquí como resume sus observa
ciones sobre este punto : “ En el mono las circunvoluciones témpo
ro - esfenoidales , que forman el lóbulo medio , aparecen y reciben
su último desarrollo antes que las circunvoluciones anteriores por
las cuales está formado el lóbulo frontal. En el hombre , al revés,
{as circunvoluciones frontales son las primeras en presentarse, y las
del lóbulo medio aparecen más tarde . , Es evidente , sobre todo
segun los principios más fundamentales de la doctrina darwiniana,
Origen del hombre. 551

que un sér organizado no puede descender de otro cuyo desenvol


vimiento siga una marcha inversa á la suya propia . Por consiguien
te , el hombre no puede , segun estos mismos principios, contar en
tre sus antepasados ningun tipo de monos , sea el que fuere , !

De Quatrefages , L'espèce humaine , chap. xi , par. 6 .

!
CAPÍTULO XXVIII

RECHÁZASE EL ORIGEN TERRENO DEL HOMBRE CON LA " ,


CONSIDERACION DE SUS CARACTÉRES INT ELE CTU ALE S,

RELIGIOSOS Y MORALES .

ASEMOS ahora á considerar el elemento más principal del


hombre , que es el que con todo rigor nos separa específi .
camente de los brutos ; pues él constituye la parte formal : 1
de nuestra especie y nos hace verdaderamente racionales, levantán
donos sobre todas las sustancias del mundo sensible . Esta diferen
cia es tan radical y tan honda , que ha dado suficiente motivo á los
naturalistas más eminentes para hacer del hombre un reino aparte, xó
si bien idealmente unido con los demás por los caractéres físicos en
que conviene con ellos , así en lo perteneciente a las leyes generales ",
de la materia , como en las cosas relativas a la vida orgánica y á la
sensibilidad de los animales ". En efecto , el hombre por la rason se
eleva sobre todas las condiciones de la materia , penetra en el mun
do espiritual, descubre allí las cualidades de honestidad , de obliga
cion y de justicia , que no se hallan sinó en el reino de los espíritus;
y penetrando hasta en la fuente primera de todo órden , de toda.
hermosura y de toda moralidad , que es Dios , se postra humilde
ante las plantas de la majestad soberana y le rinde ardoroso el tri
buto de adoracion que le es debido . Nada de esto se encuentra ni'
se puede encontrar en bruto alguno , por excelente y subido que
sea el grado de perfeccion con que le dotó el Autor de la naturale
za ; porque sus facultades orgánicas , esencialmente ligadas a la ma
teria , no pueden ejercer sus actos sinó sobre objetos enteramente
materiales . El bruto percibe tambien los objetos, y juzga y discurre

1 V. de Quatrefages, l. cit., chap . 1 .


Origen del hombre . 553

sobre ellos á su manera ; pero en todos estos actos no sale jamás


del mundo de la materia . Entre la percepcion , juicio y discurso del
bruto , y la percepcion , juicio y discurso del hombre , hay una dis
tancia verdaderamente inmensa . El bruto no tiene ideas universales ;
sus juicios , por lo mismo , no son como los nuestros , en los cuales
siempre se encuentra algun concepto suprasensible ; digase otro
tanto de sus raciocinios " . M. de Quatrefages, atendiendo á estos
actos de los animales , ha escrito, en su notable libro sobre la Espe
cie humana, que entre la razon del hombre y la del bruto no existe
diferencia esencial , sinó de grados 2. Esto podrá ser verdad hablan
do de la razon del hombre , que Santo Tomás llama cogitativa , y
tambien rason particular, pero no tratándose de la razon propia
mente dicha, donde residen los conceptos más elevados de nuestra
inteligencia. La razon particular, en sentir del Angélico Doctor, es
una potencia orgánica más perfecta que la misma imaginacion ó .
fantasia , pero muy inferior a la razon ó inteligencia propiamente
dicha, la cual es enteramente espiritual y no usa de órgano alguno
en sus actos . Por eso los actos producidos por ella versan siempre
sobre objetos materiales , mientras que la inteligencia tiene por ob
jeto propio lo universal , y sólo de una manera indirecta adquiere
conocimiento de los particulares. Esta doctrina del Aquinense no es
seguida de todos los Escolásticos , pues entre ellos hay varios que
atribuyen á la inteligencia las dos funciones indicadas, ó sea el cono .
cimiento directo , así de los objetos particulares como de los univer
sales . Uno de ellos es el ilustre P. Suárez , quien en el tratado De
Anima', libro iv , cap . III , trata de esta materia largamente , esforzan
do las razones que militan en favor de esta segunda sentencia. Nos

I Algunos mirarán quizá con malos ojos esta manera de hablar, tratándose de los
animales; pero adviertan que el Angel de las Escuelas , mirado como nadie en sus
palabras , usa tambien este mismo lenguaje en diferentes lugares de sus obras. “ Unus
quisque autem horum sensuum , escribe comentando á Aristóteles ( lib. ii De Anima ,
lect, 13 ) , judicat de propriis sensibilibus et non decipitur... sensu enim communi per
cipimus nos vivere et discernimus inter sensibilia diversorum sensuum , scilicet album
et dulce. n “ Quaedam agunt, dice en la Suma Teológica ( 1. P. , q. 83 , art. I ) , judicio
sed non libero , sicut animalia bruta. Judicat enim ovis videns lupum , eum esse fu
giendum , naturali judicio et non libero , quia non ex collatione, sed ex naturali in
stincta hoc judicat : et simile est de quolibet judicio brutorum animalium . ,
2 Plus je réfléchis , plus je me confirme dans la conviction que l'homme et l'ani
mal pensent et raisonnent en vertu d'une faculté qui leur est commune et qui est
seulement énormément plus développée dans le premier que daos le second . ( De
Quatrefages , L'espèce humaine, chap . 1, par. 8.°, pag. 15.)

!
354 Origen del hombre.

otros no entraremos aqui en esta cuestion , que para nada necesita


mos ; bástanos saber tan solo que nuestras facultades cognoscitivas
no serán inorgánicas ó espirituales porque perciban objetos materia
les concretos ó juzguen sobre ellos , sinó por la virtud de formar
conceptos universales que en ellas residan .
Por tanto , si queremos decir con Suarez que la razon particular;
y la universal no son en nosotros dos facultades distintas, sinó una
sola con dos funciones diferentes, no le atribuiremos la espiritualidad
por todos los actos que ejecute, sinó por solos los del orden supra
sensible, conocidos con los nombres de ideas y conceptos universa
les . Por lo que hace, pues, á nuestro propósito, bien podemos poner
en nosotros dos clases de razones, una particular y orgánica de suyo ,
y otra universal é inorgánica. De esta razon particular decimos que
podrá no distinguirse esencialmente de la estimativa de los brutos,
sinó por algunos grados de mayor perfeccion contenidos dentro de
la misma especie, porque es muy probable que ambas sean orgáni
cas é intrinsecamente dependientes de la materia en todos sus actos..
Pero la razon universal es propia y exclusiva del hombre ; ningun
mono , por perfecto que sea, llegará jamás á producir conceptos uni-:
versales y pertenecientes a la elevada region de las ideas, porque le
falta esta facultad inorgánica con que nos levantamos nosotros al .
órden suprasensible y subimos al origen de las cosas, creando lo que
se llama la ciencia, ó sea el conocimiento a priori de los objetos,
¿ Cuándo se ha visto á animal alguno entregarse á la meditacion, filo
sofar sobre los objetos inmateriales, ó discurrir a priori sobre los su
cesos futuros, como hacen los físicos y los matemáticos, merced al.
estudio de las causas de la naturaleza? Ni áun puesta bajo la direccion
del hombre la estimativa del mono, es capaz de practicar lo que
hace nuestra razon particular; ¿ cuánto menos lo que ejecutamos con
la razon universal ? El mono con su estimativa no juzga de los obje
tas sinó por cierto impulso natural , llamado instinto, el cual le lleva
á mirarlos siempre del lado de la utilidad propia ó de la especie:
nuestra razon particular, por el contrario, considera los objetos en
cuanto dicen órden á la razon universal, y así juzga de los objetos
materiales en manera conveniente para que pueda esta facultad no
bilísima formar sobre ellos mismos sus conceptos universales ; y asi
como la imaginacion en el hombre, por la direccion que recibe de
la inteligencia bajo el influjo de la libertad , se convierte de pura
potencia natural en creadora fantasia ; así tambien la razon particu
lar, puesta bajo el influjo de la razon universal y del libre albedrío ,
1
Origen del hombre. 555
se levanta sobre el instinto de los brutos y compara unas cosas con
otras, creando combinaciones de juicios de que es enteramente inca
paz la imaginativa del animal . Oigamos al Angélico Doctor, quien
con breves palabras, como suele , ha derramado mucha luz sobre
esta materia: “ Quod sensu proprio , escribe , non cognoscitur, si sit
aliquid universale , apprehenditur intellectu ... si vero apprehenda
tur in singulari, ut puta, cum video coloratum , percipio hunc homi
nem vel hoc animal , huiusmodi quidem apprehensio in homine fit
per vim cogitativam , quae dicitur etiam ratio particularis, eo quod
est collativa intentionum individualium , sicut ratio universalis est
collativa rationum universalium . Nihilominus tamen haec vis est in
parte sensitiva ' , quia vis sensitiva in sui supremo participat aliquid
de vi intellectiva in homine , in quo sensus intellectui coniungitur . In
animali irrationali ſit apprehensio intentionis individualis per aesti
mativam naturalem , secundum quod ovis per auditum vel visum
cognoscit filium , vel aliquid huiusmodi . Differenter tamen circa haec
se habet cogitativa et aestimativa . Nam cogitativa apprehendit indivi
duum , ut existens sub natura communi , quod contingit ei in quantum
unitur intellectivae in eodem subjecto; unde cognoscit hunc hominem
prout est hic homo , hoc lignum prout est hoc lignum . Aestimativa
autem non apprehendit aliquod individuum , secundum quod est sub
natura communi , sed solum secundum quod est terminus alicuius ac
tionis vel passionis, sicut ovis cognoscit hunc agnum , non in quantum
est hic agnus, sed in quantum est ab ea lactabilis; et hanc herbam in
quantum est eius cibus . Unde alia individua , ad quae se non extendit
eius actio vel passio, nullo modo apprehendit sua aestimativa naturali .
Naturalis enim aestimativa datur animalibus, ut per eam ordinentur
ad actiones proprias vel passiones prosequendas vel fugiendas , ? .
Poco adelantaría ciertamente M. de Quatrefages diciendo a los
transformistas que en el hombre, ademas de la inteligencia , existe
tambien el sentido moral y el de la religiosidad , cosas nunca nota
das en los animales . Si nuestra inteligencia no se distingue sustan

1 Santo Tomás, como ya hemos dicho más arriba , juzga ser realmente distinta la
tazon particular de la universal. Quien, como Suarez, la crea sólo virtualmente distin
xa, deberá decir que por sola esta virtualidad no se distinguiría sustancialmente nues
tra razon de la del bruto, no requiriéndose de suyo para actos de esta especie más
que una facultad orgánica; pero que a causa de la otra virtualidad, mucho más excelente
y subida, es inorgánica y esencialmente diversa de la estimativa de los brutos .
S. Thomas, Comment, in 2 lib. Aristot. de anima, lec . 13 , edicion de Parma, 1866,
tom , xx , pág. 68-69 .
550 Origen del hombre .

cialmente de la inteligencia de los brutos , siendo solo una simple


diferencia de grados contenidos dentro de una misma especie la que
separa á una de otra , los transformistas quedan perfectamente vic
toriosos por esta parte; porque a lo del sentido moral y religioso
podrán responder con justísimo derecho que esta fuerza en el bruto
se halla como adormecida hasta que la razon haya obtenido el des
arrollo propio de la especie humana. Efectivamente , en nosotros el
sentido moral y religioso no aparece sinó como una consecuencia del
conocimiento intelectual : quítese al hombre la nocion de la Divini
dad y despójesele de los conceptos universales , y se verán desapare
cer en él la moralidad y religiosidad al instante . El niño que todavía
no ha salido de la esfera de los sentidos y no puede levantarse con
la inteligencia al mundo de los conceptos universales , tampoco da
señal alguna de moralidad ó religiosidad , porque ni conoce la ley
moral ni al Autor de ella , que es Dios , objetos ambos muy supe
riores á toda facultad orgánica .
Es , pues , necesario reconocer en el hombre una inteligencia
esencialmente diversa de la facultad cognoscitiva de los brutos ; de
suerte que por más que los tales séres de un órden inferior hagan
con cuanta perfeccion se quiera sus propios actos , éstos se quedan
siempre en su humilde esfera de materiales , tanto por razon del
objeto puramente concreto á que miran , como de la potencia me
ramente orgánica de donde emanan . Obsérvese con atencion el
constante modo de obrar de los brutos , y se verá que en sus accio
nes faltan siempre los conceptos universales: mucha regularidad ,
mucha perfeccion en todos sus actos , pero tambien mucha pasivi
dad , mucho automatismo bajo la impresion de los agentes de la
naturaleza . Siempre hacen las cosas de la misma manera sin poder
dar un solo paso en la via del progreso , como si fuerau meras-ma
quinas movidas siempre con el mismo resorte merced al impulso
del artista . Si tuvieran conceptos universales , esta inmovilidad seria
imposible ; cada universal es en su género un verdadero ideal, un
infinito , al cual podemos ir siempre aproximándonos sin agotar
jamás el contenido indeficiente de sus perfecciones, cada vez más
excelsas . Ademas , un ideal llama a otro en virtud de la conexion
intrínseca que guardan entre sí todos los conceptos universales ; por
donde comparándolos , ora entre sí , ora con los particulares artefac
tos que conforme a ellos continuamente producimos , vamos cami
nando de perfeccion en perfeccion y haciendo cada vez mejores
nuestras obras .

#
Origen del hombre. 557

Esto es lo que indica el Angélico Doctor con la distincion que


pone entre la cogitativa , ó razon particular del hombre , y la esti
mativa de los brutos , diciendo que aquélla , bajo el influjo de la
inteligencia á que está naturalmente unida , obra activamente com
parando un objeto individual con otro , miéntras que esta segunda
no hace más que percibir estos objetos individuales como útiles ó
nocivos , sin ejercicio de actividad alguna en comparar uno con
otro y por sólo el peso de su propia naturaleza cognoscitiva . “ Con
siderandum est , escribe en la Suma Teológica , quod quantum ad
formas sensibiles non est differentia inter hominem et alia anima
tia : similiter enim immutantur a sensibilibus exterioribus ; sed quan
tum ad intentiones praedictas ( á saber: las percepciones de objetos
concretos , convenientes ó nocivos , no al sentido , sino al animal ó
á la especie , como cuando la oveja , por ejemplo , percibe al lobo
como enemigo suyo y destructor de su especie ) , differentia est .
Nam alia animalia percipiunt huiusmodi intentiones solum naturali
quodam instinctu , homo autem per quandam collationem . Et ideo
quae in aliis animalibus dicitur aestimativa naturalis, in homine
dicitur cogitativa, quae per collationem quandam huiusmodi inten
tiones adinvenit ,n '. Este comparar un objeto concreto con otro,
ejercido por la cogitativa bajo el influjo de la inteligencia y de la
-voluntad libre , hace que esta facultad orgánica de suyo halle otros
Nuevos objetos concretos , como si realmente formára verdaderos si
logismos , comparando dos extremos con un medio comun y uni
versal, lo cual propiamente no lo puede practicar sinó la inteligen
cia , donde únicamente residen los conceptos universales . Por eso ,
el mismo nombre de cogitativa expresa esa elaboracion de concep
tos materiales ; pues , como nota muy bien San Agustin , cogitare
est unum cum altero cognoscendo agitare. El bruto no revuelve un
pensamiento con otro , no compara uno con otro esos objetos que
dicen relacion de conveniencia ó disconveniencia al individuo ó á la
especie ; porque le faltan los conceptos universales y el dominio de
sus actos para aplicarse á hacer la tal comparacion . Por eso “ non
adinvenit huiusmodi intentiones , , no inventa nada , sinó que por
instinto de su naturaleza juzga , desde que comienza a vivir en el
mundo , qué es lo que le conviene hacer ó evitar para el bien suyo
ó el de su especie . Cuando la zorra , por ejemplo , ve las gallinas,
se agazapa instintivamente para atraparlas , porque conoce aquellos

1 S. Thom . I P. , 4. 78 , art . 4 .
558 Origen del hombre .

objetos, no bajo la razon de gallinas precisamente , sino de cosas


comestibles : y cuando las gallinas la sienten , todas huyen de ella
sin reflexion alguna ; en ella ven al enemigo de su naturaleza . De
aquí es que lo mismo practican estas acciones al principio que al fin
de su vida : nada aprenden con el estudio y reflexion libres ; todo
cuanto necesitan para su propia conservacion y la de la especie lo
traen aprendido desde el vientre de sus madres . El patito , apenas
nace , corre á zabullirse en el agua como sus padres : los polluelos
de la perdiz , con el cascaron todavía en el cuerpo , echan á andar
como su madre , y así hacen todos los demas animales .
M. de Quatrefages piensa que los Escolásticos , ó los Teologos
como él los llama , negaron la inteligencia propiamente dicha á
las bestias por falta de observacion , y se pone á combatirlos muy
sériamente porque niegan a los brutos el sentido intimo, la concien
cia de sus acciones y la razon . Permitanos el bueno del señor de
Quatrefages, tan honrado , franco y sincero en todas sus afirmacio
nes , y tan apreciable por el amor que muestra siempre á la verdad ,
áun yendo contra las turbias corrientes de la moda , que le digamos
que no ha entendido á los Escolásticos . Esto nada tiene de extraño;
el ilustre autor de La especie humana no es filósofo , sinó naturalista,
y así no es milagro que no haya penetrado bien los términos usados
por los Escolásticos. Cuando éstos dicen que el bruto no tiene sen
tido intimo , ni conciencia de sus acciones, ni razon propiamente
dicha , están muy lejos de negarle los actos que el naturalista francés
les atribuye. Los Escolásticos confiesan paladinamente que al bruto
no le es desconocida su propia existencia , ni tampoco las acciones
que ejecuta , así como tambien es cosa clara que le conceden la fa
cultad de percibir los objetos materiales , y de emitir sus juicios sobre
ellos , y hasta la de proveer a las necesidades asi propias como de
la especie. Vamos á dar á M. de Quatrefages pruebas irrefragables
de estos asertos . No iremos á buscarlos en los libros de todos estos.
autores ; esto sería muy largo , porque los Escolasticos han escrito
mucho y muy bien , mal que les pese á ciertos incrédulos , que de
searían ver desterrada'del mundo la Metafisica ; las tomaremos del
doctor de Aquino , á quien todos ellos , casi generalmente , seguían .
¿ Qué dice , pues , el gran maestro de los Escolasticos?. En primer
lugar, hablando del sentido comun , fuente primera de la sensibilidad

1 S. Thom . in 3 Aristot, De Anima. , lec. 3. pág. 106 ( edic. de Parma , 1866 ),


IP. , . 78 , a. 4 ad 2 .
Origen del hombre. 559

interna y externa , y último término de las inmutaciones orgánicas,


como él lo define, escribe que es una facultad sensitiva por la cual
discierne el animal entre los diferentes y opuestos objetos sensibles,
como son lo blanco y lo negro , por ejemplo , lo colorado y lo dulce ,
añadiendo que con él percibe su propia vida !
Además , en la primera parte de la Suma Teológica , cuestion 78 ,
articulos 3.0 y 4. ° , enumera las facultades cognoscitivas del animal ,
diciendo que en él se encuentran , ademas de los sentidos externos
por los cuales se pone en comunicacion directa con los objetos que
le rodean , cuatro sentidos interiores, á saber :
1. ° El sentido comun , destinado á percibir las inmutaciones de
los sentidos externos , á discernir uno de otro los objetos que á
todos ellos corresponden , y á dar al animal conocimiento de su
propia vida.
2.° La imaginacion ó fantasia , cuyo oficio es retener ó conservar
las imágenes adquiridas por medio de los sentidos internos y exter
nos , comun y particulares , razon por la cual es llamada esta facul
tad archivo de las especies sensibles: thesaurus quidam formarum
per sensum acceptarum .
3. ° La estimativa , oscura resonancia de la inteligencia humana ,
como la llama en otra parte ? , que tiene por objeto proporcionar el
conocimiento de aquellas cosas que dicen relacion a la conservacion ,
del indivíduo y á la propagacion de la especie , sin que encierren
dentro de si deleite ó desagrado respecto del sentido , como cuando,
por ejemplo , la oveja conoce en el lobo al enemigo de su naturale
za , ó como cuando el ave , llegado el tiempo de la cría , percibe la
necesidad de hacer el nido para empollar los huevos 3 .

1 Sensu enim communi percipimus nos vivere et discernimus inter sensibilia di-
versorum sensuum , scilicet album et dulce. ( S. Thom . in 2 Aristot . De Anima , I. 13.)
2 S. Thom , in 3 Sentent . , dist . 27 , q. 1 , art. 4 ad 1.
3 Hé aqui cómo prueba el Santo Doctor la necesidad de esta facultad en los
brutos : Rursus considerandum est, dice , quod si animal moveretur solum propter
delectabile et contristabile secundum sensum , non esset necessarium ponere in ani
mali nisi apprehensionem forınarum , quas percipit sensus in quibus delectatur aut
horret. Sed necessarium est animali ut quaerat aliqua vel fugiat, non solum quia sunt
convenientia vel non convenientia ad sentiendum , sed etiam propter aliquas alias
commoditates et utilitates, sive Documenta . Sicut ovis videos lupum venientem
fugit, non propter indecentiam coloris vel figurae, sed quasi inimicum paturae , Et si
militer avis colligit paleam , non quia delectet sensum , sed quia est utilis ad nidifi
candum . Necessarium est ergo animali , quod percipiat huiusmodi intentiones , quas .
non percipit sensus exterior. Et huius perceptionis oportet esse aliquod aliud princi
500 Origen del hombre .
• Finalmente, la memoria , a la cual está encomendado el cuida
do de retener y conservar las especies de la estimativa , como se in.
fiere, anade el Santo Doctor, del hecho incontestable de no poner
el animal en juego esta facultad sinó cuando se siente excitado por
la percepcion de algun objeto conveniente ó nocivo al individuo ó a
la especie .
Esto en verdad es más que suficiente para probar cómo los Esco.
lásticos atribuían clara y terminantemente á los brutos conocimiento
de las acciones por ellos ejecutadas, sentimiento de su propia vida
y una cierta especie de juicio práctico sobre lo que les conviene
buscar ó huir en las determinadas circunstancias para conservarse a
si propios y para propagar la especie . Sin embargo , a pesar de todo
esto , Santo Tomás y con él los Escolásticos , por carecer el bruto
de ideas universales, le niegan la inteligencia propiamente dicha,
no obstante ver en todas sus obras señales manifiestas de perfectie
simo arte. La inteligencia la ponen en el Soberano Hacedor, que
dió á cada uno de ellos un cierto y determinado instinto para que se
moviese , guiado por su percepcion concreta é individual, hacia
aquel punto que en cada momento les conviene , no de otra suerte
que el ballestero imprime á la saeta un cierto y determinado impul.
so para que llegue al blanco á donde se propuso arrojarla . He aquí
como se expresa el Angélico Doctor sobre este particular: " La
virtud del motor , escribe, se manifiesta en el movimiento del móvil
Por esto , en todas aquellas cosas que son movidas por la razon se
descubre el orden de la razon que las mueve, aunque las cosas asi
movidas carezcan ellas mismas de razon . Así sucede que la saeta va
directamente al blanco arrojada por el saetero , como si ella misma
estuviera dotada de razon que la dirija: y esto mismo se observa en
son
los movimientos de los relojes y de cuantas obras ingeniosas
debidas al arte humano . Ahora bien ; todas las cosas naturales son,
respecto del arte divino , lo que respecto del humano son las artifi
ciales . De aquí nace el que se vea órden en los movimientos de las
causas naturales no menos que en los de cualquiera obra mecanica
fabricada por el hombre , como se dice en el libro segundo de los
Físicos ( text. 49 , tomo 11 ). Y de aquí proviene tambien que en las
acciones de los brutos aparezcan algunas astucias, por cuanto estos
séres tienen inclinacion natural á ciertas evoluciones sumamente

n tem
pium ; cum perceptio formarum sensibilium sit ex immutatione sensibili , no au
perceptio intentionum praedictarum .. ( S. Thom ., I. p . , q . 78, art. 4. )
Origen del hombre. 561

ordenadas , como originadas del sumo arte divino . Y por esta misma
causa se dice de algunos animales que son prudentes ó sagaces , no
porque en ellos haya razon alguna ó eleccion . Lo cual bien se echa
de ver con sólo considerar que todos cuantos pertenecen á una
misma especie obran de un mismo modo ,
La carencia de ideas universales que advertían en los brutos, y
*no - la falta de observacion , es la que movió a aquellos grandes doc
tores á privar de inteligencia á las bestias . No negamos que los
modernos hayan descubierto en esta clase de séres cosas muy pre
ciosas, que á ellos les fueron desconocidas; pero tambien es cierto
que no estaban tan en ayunas sobre esta materia , que á la ignoran
cia de los efectos maravillosos ejecutados por los brutos se deba el
haberles negado estos autores la inteligencia . Lo que realmente co
nocían de algunos animales y lo que suponían ser verdadero en
órden á las industrias de otros , es tal que no tiene nada que envidiar
en materia de arte é ingenio á cuanto han descubierto posterior
mente nuestros modernos sabios. Basta leer el Simbolo de la Fe de
nuestro compatricio Fr. Luis de Granada , para convencerse pleni
simamente de esta verdad . ¿ Qué señal tan expresiva de inteligencia
nos puede dar bruto alguno entre cuantos han sido observados en
los tiempos modernos , como las que vemos descritas por dicho
autor hablando de la zorra , del pulpo , del tigre , del gato , del leon ,
del lobo , de la araña y de otras varias alimañas ?
? Hé aquí lo que , entre otras cosas , cuenta de la zorra : w Tiene,
pues , artificio este animal, dice , para despedir de sí las pulgas cuando
la molestan . Mas de qué manera ? Toma en la boca un ramillo , y
metiéndose en el agua de algun rio ó de la ribera de la mar , y
tirándose del agua poco a poco hacia atrás , las pulgas , huyendo de

I Virtus moventis apparet in motu mobilis . Et propter hoc in omnibus , quae mo


ventur a ratione, apparet ordo rationis moventis ; licet ipsa , quae a ratione moventur,
rationem non habeant. Sic enim sagitta directe tendit ad signum ex ‘ motione sagit
tantis , ac si ipsa rationem haberet dirigentem : et idem apparet in motibus horologio
rum , et omnium ingeniorum humanorum , quae arte fiunt. Sicut autem comparantur
artificialia ad artem humanam , ita comparantur,omnia naturalia ad artem divinam .
Et ideo ordo apparet in his , quae moventur secundum artem , ut dicitur in 2 Physic .
( ex tex . 49 , tomó 11). Et ex hoc contingit, quod in operibus brutorum animalium
apparent quaedam sagacitates in quantum habent inclinationem naturalem ad quos
dam ordinatissimos processus, utpote a summa arte ordinatos. Et propter hoc etiam
quaedam animalia dicuntur prudentia, vel sagacia , non quod in eis sit aliqua ratio ,
vel electio . Quod ex hoc apparet, quod omnia , quae sunt unius naturae , similiter
operantur (1. 2. , 7. 13 , art . 2. ad 3 ).
36
562 Origen del hombre.

la parte del cuerpo que se está mojando a la que está enjuta , pro
ceden de esta manera , metiéndose ella poco a poco en el agua
hasta llegar á ponérselas todas en la cabeza ; la cual ella tambien de
tal modo zabulle en el agua que no le queda más que los ojos y la
boca fuera. Entonces , saltando ellas en el ramillo que dijimos tener
en la boca , suelta el ramo y salta fuera del agua , libre ya de los ene
migos que le fatigaban , ' . Del gato escribe lo siguiente : “ Pues las
astucias у asechanzas que el gato tiene para cazar y para hurtar,

cada día las vemos . Bien sabe él á veces quitar la cobertera de la


olla que está recien puesta al fuego, y meter las garras y sacar la
carne y huir con ella . Mas yo soy testigo de otra astucia que aquí
diré . Andaba por cima del lomo de una pared en pos de una lagar
tija , la cual huyendo de él , se metió debajo de una teja que acaso
estaba allí boca abajo. ¿ Qué hizo entonces él ? Hizo esta cuenta :
Si meto por aquí la mano , háme de huir por la otra boca de la teja .
Pues yo acudiré á eso. 3 Mas de qué manera ? Puso la una mano
á la boca de la teja más estrecha , y por la otra ancha metió la otra,
y de esta manera , como por entre puertas , alcanzó la caza que
buscaba . ¿ Pues qué más hiciera si tuviera razon ? , ? “ Otras hay,
escribe hablando de cierta clase de arañas , que hacen sus telas en
el aire , echando los hilos sobre que la han de fundar en las ramas
de algun arbol , y sobre éstas hacen una perfectísima red con sus
mallas como las de un pescador ó cazador , y puestas ellas en medio
esperan el lance de la caza , y corren por aquellos hilos tan delgados
como si corriesen por alguna maroma , y así prenden la caza. Donde
es mucho para considerar el puesto y lugar en que se ponen , que
es en el punto ó centro de aquella circunferencia donde van á fene.
cer y juntarse todas las líneas que ella tiene echadas alrededor.
De donde viene a ser que en ninguna de ellas puede tocar la mosca
que ella en ese punto no lo sienta , y corriendo por la misma linea
no la prenda , 3 .
Hasta el mismo ejemplo traido por M. de Quatrefages para probar
á sus lectores la inteligencia de los animales, lo hallamos citado por
el referido autor. Dice este ilustre naturalista que muchas veces,
sin
jugando con su perro , fingia éste ponerse muy furioso , pero
morderle jamás ni hacerle daño . Y muy satisfecho de su argumento

1 Fr. Iuis de Granada , Simbolo de la fe , primera parte, cap . XIV , pár. 1,


2 mismo , le cit., pár. 2.
3 El mismo, l. cit . , cap. xvii, pár. 3 .
/

Origen del hombre . 563

concluye con estas palabras : “ En realidad el hacia la comedia , y la


comedia no se puede hacer sin tener conciencia de ello , ! Pues
bien ; Fray Luis de Granada escribe sobre esto mismo las palabras
siguientes: “ Y cuando vemos juguetear entre si los gatillos y los
perrillos, y luchar los unos con los otros , y caer , ya debajo , ya
- encima,; y morderse blandamente sin hacerse daño, ¿ quién no've allí
• sel - contentamiento con que esto hacen ? , ? . Podría citar tambien
aquí lo que en los libros de los Escolásticos he leido sobre el artifi

cio verdaderamente ingenioso de que se valieron dos lobos para


matar á un perro y comérselo . Dos cazadores de nuestra especie no
obrarían con más astucia para conseguir su intento ; pero lo dicho
"basta para hacer ver á nuestros modernos sabios que , si los Esco
lásticos negaban la inteligencia á los brutos , su negacion no proce
día de falta de observacion , sinó de otra cosa , en que no se fijan
nuestros nuevos doctores porque les falta el estudio de la Filosofía.
** No basta ver las cosas de cerca para adquirir un conocimiento
exacto de ellas ; es preciso ademas que la mirada sea cual conviene ,
si se quiere evitar que no nos abulte los objetos en términos que
los confundamos con otros. La mirada en esta ocasion no puede
stener las condiciones debidas si , al mismo tiempo que considera las
circunstancias materiales del fenómeno , no fija tambien su atencion
en la parte formal y filosófica del mismo . Obrando de otra suerte,
nos sentiríamos inclinados á conceder inteligencia , no sólo á los
brutos, sinó tambien á las mismas plantas, pues muchas de ellas
ejecutan acciones no menos ingeniosas que las que vemos en varios
animales. Tanto en las obras de aquéllas como en las de éstos apa
rece ciertamente órden , pero tambien se deja ver perpétua é inde
clinable monotonía ; lo cual da á conocer bien á las claras que
el orden allí es debido a la inteligencia del Soberano Artífice, y la
Jimonotonía á la naturaleza material y orgánica del artefacto. Los
animales , en efecto , tienen sus percepciones , sus juicios y hasta
tambien su cierta sombra de raciocinio ; pero estos actos no salen
de la esfera de lo material y concreto , para lo cual no es necesa
. ria una facultad espiritual é inorgánica que produzca conceptos uni
versales. Los brutos ponen , por decirlo así , la menor y la conse
cuencia del raciocinio concreto y particular; pero la mayor, donde
están contenidas las ideas universales , no la ponen ellos , porque

I M. de Quatrefages, L'espèce humaine, chap . 1 , n. 8 , pág . 15 .


2 Fr. Luis de Granada , 1. cit. , cap. xii, pár. 3 .
364 Origen del hombre.

son incapaces de tan elevados pensamientos , sinó aquel Soberano


Señor que con su inteligencia suma los ha armado de tal género
de conocimientos materiales para que obren convenientemente sus
acciones .
Por eso , aunque conocen que viven , no tienen , propiamente ha
blando , conciencia de sí mismos , ó sea el acto espiritual y libre con
que , dejando á un lado el mundo exterior, nos tomamos á nosotros
mismos por objeto de nuestra propia consideracion . Este acto es
de todo punto imposible á los brutos , porque sus facultades cog
noscitivas son orgánicas, y ninguna potencia de este género es ca
paz de una reflexion total y completa . El conocimiento que tienen
de sí , es sensible y no espiritual ; y así podríamos decir que están
dotados de sentido intimo, entendiendo por sentido lo que suena la
misma palabra. Tampoco habría inconveniente en afirmar que tie
nen inteligencia y razon con tal que , al hacer uso de estas palabras,
se indicase con claridad que se las toma en sentido metafórico y no
riguroso , para significar que en los brutos hay ciertos actos cog
noscitivos que imitan en cierta manera los actos espirituales de
nuestra razon , si bien estos actos son en si materiales ú orgánicos,
y no se levantan sobre las condiciones concretas de la materia . Los
Escolásticos, sin embargo , con justísimo motivo , nunca quisieron
aplicar á los brutos estas palabras , temerosos de que con esto se
viniese á caer en el error en que ha incurrido desgraciadamente el
autor francés arriba citado , no poniendo sino diferencia de grados
entre el conocimiento del hombre y el de los animales . Los nom
bres de inteligencia y de razon los reservaron para designar nuestra
facultad cognoscitiva inorgánica y espiritual , capaz por lo mismo
de formar con su actividad propia conceptos universales; y á la
sombra de inteligencia y razon que se descubre en los brutos , y es
una facultad intrinsecamente orgánica , como apta para conocer tan
sólo los objetos materiales , le dieron el calificativo de estimativa.
Por la misma razon no pensaron que al lenguaje de los animales se
le debía confundir con el lenguaje propio del hombre ; ántes procu
raron con şuma' diligencia distinguir uno y otro, empleando el nom
bre de palabra para designar la manifestacion externa de nuestros
pensamientos , ejecutada por medio de sonidos articulados , y de
jando los sonidos inarticulados para la manifestacion de los afectos
de los brutos . El que un sonido sea articulado no constituye la
diferencia esencial del lenguaje humano con respecto al de los ani
males , pues bestias hay que aprenden á producir sonidos de esta
Origen del hombre. 565

clase , y sin embargo no por eso tienen el dón de la palabra . “ La


oveja dice bé , y no decimos que habla , , escribían sabiamente los
gramáticos antiguos en la nota décima al Libro tercero del Nebrija .
Y es que la oveja , al proferir este sonido no enuncia una idea , un
concepto de la inteligencia universal, sinó un simple afecto del ape
tito sensitivo . La palabra del hombre es el vehículo de la idea , es
un signo, no meramente natural como el sonido inarticulado de los
brutos , sino convencional y libremente escogido por la voluntad
humana . Antes porque es libre el hombre y obra guiado por la ra
zon , potencia verdaderamente espiritual, por eso se sirve de soni
dos articulados para expresar sus pensamientos , no contentándose
con el lenguaje del corazon , expresado con los sonidos inarticula.
dos de las interjecciones.
Este uso de la palabra, propio y exclusivo de los indivíduos de la
especie humana , revela clarísimamente la naturaleza espiritual de
nuestras almas y esencialmente diversa , por consiguiente , del alma
de los brutos. Si el alma humana y la del mono no son de diferente
especie, como pretenden los transformistas; si nuestro principio in
teligente es el mismo de estos repugnantes animales , llevado á'un
cierto mayor desarrollo por una feliz reunion de circunstancias ca

suales , ¿ cómo es que los monos no aprenden á hablar viviendo


con los hombres ? No les falta ciertamente inclinacion á imitar las
acciones humanas ; tampoco carecen de órgano conveniente para
ello ; fáltales tan sólo el dón precioso de la inteligencia, la capacidad
de producir conceptos universales, la libertad , fundada en esta
misma capacidad , para imperar á la lengua aquella clase de sonidos
que constituyen la verdadera palabra . Careciendo de ideas, ¿ cómo
han de poder adquirir la facultad de transmitirlas á nadie por me
dio de la voz articulada ? Cerebrum non habet, se puede decir aquí
de este linaje de vivientes, aplicando á ellos lo de la persona de la
fábula. La mona siempre será mona , por mucho que acicalen los
hombres el magin de esta ridícula bestezuela .
¿ Y cómo adquirimos nosotros la palabra , si es verdad lo que
dicen los transformistas, que nuestro espíritu no es sinó el mismo
principio inteligente del mono pulimentado ? Desde el grito de nues
tros trepadores abuelos, destinado á indicar los afectos del apetito
sensible y terreno por medio de voces inarticuladas , hasta la pala
bra con que expresamos en la actualidad los sublimes conceptos de
la inteligencia envueltos en yoces articuladas, hay una distancia ver
daderamente inmensa . ¿ Cómo se ha ejecutado este salto portentoso
566 Origen del hombre.

por las solas fuerzas de la seleccion natural, tan portentoso que en su


comparacion es nada la intervencion sobrenatural del Criador á que
acuden los defensores de las creaciones independientes para expli
car el origen del hombre , así como tambien el de las otras especies?
¿ Y dónde están los anillos intermedios que junten con sus voces !
semi- articuladas , con sus palabras semi-inteligentes y semi- sabias los
dos extremos tan distantes , como son el hombre parlante y el i
mono aullador : Oigamos al famoso Darwin hablar sobre esta inte
resante materia : “ Como los monos , escribe , entienden bien cuanto :
el hombre les dice , y en el estado natural dan gritos de alarma a
sus compañeros , no parece del todo increible que algun animal de
éstos, extraordinariamente sabio , hubiese pensado en imitar el re
funfuño de una bestia de presa con el fin de indicar á sus compañe :)
ros la naturaleza del esperado peligro . Y esta habría sido la prime
ra etapa en lo formacion del lenguaje , '
Hé aquí con qué desenfado se desembaraza nuestro filósofo de 1
esta enorme dificultad . Los monos son muy amigos de imitar: uns
dia hubo un mono extraordinariamente sabio, á quien se le antojo
remedar el gemido de la presa que iba a devorar ; despues se sirvió
de este remedo para avisar á sus compañeros que afilasen el diente,
porque pronto lo iban á hincar en el apetecido botin ; y ya con esto
tenemos andada la primera etapa del lenguaje humano. ¡Magnifica
explicacion ! No tiene sinó una pequeña dificultad, á saber: la de que
ni el sonido remedado era una voz articulada , ni el remedo era en
sí mismo expresion de idea alguna verdaderamente universal. Pero
esto , ¿ qué vale ? En comenzando á imitar el mono , imitará lo que
se quiera , sobre todo siendo tan sabio .
Yo , sin embargo , no entiendo cómo pudo pasar despues la bes
tezuela , a pesar de toda su sabiduria , á proferir sonidos que fuesen
signos meramente convencionales y no naturales, como es éste que
propone el naturalista inglés. Imitar el llanto de la presa bien puede
el mono , y con esto excitar el apetito de sus compañeros , como
puede imitar otras cien mil cosas que ve hacer cada dia á los ani
males con quienes vive ; pero de aquí á articular palabras hay la
misma distancia que existe entre el lenguaje natural , hijo de la es
pontaneidad bruta , y el arbitrario , fruto de la razon y libertad . ¿ Y
cómo al cabo de tantos años en que han seguido vegetando los mo
nos desde aquel dia tan lejano , no ha podido la madre Naturaleza

1 Darwin , The descent of man , vol . 1, pág. 57. London , 1871 .


Origen del hombre. 567

aupar a estas pobres criaturas para que aprendiesen ahora á hablar


como los hombres , sus hermanos ? Sin duda se quedó rendida con
el esfuerzo herculeo que entonces debió practicar, y por eso a todos
dos demás parientes de aquel mono feliz, extraordinariamente sabio,
los ha dejado en su rudeza primera , no obstante la propension irre
sistible de estos animalitos á imitar cuanto ven ejecutado por el
hombre. Pero así y todo , no se concibe cómo tan desmesurado
cansancio le dejó fuerzas para acabar con todos los términos inter
medios que han debido existir entre los dos remotísimos extremos
representados por el mono aullador y el hombre parlante. Mucho
debe importar esta gatesca operacion á tan remilgada dueña , cuan
do tan diligente ha andado en ocultar á nuestros ojos esos desper
dicios sacando fuerzas de flaqueza.
Pero aún hay otras dificultades muy gordas contra la teoría trans
formista , basadas en otras dos clases de actos que vemos acompañar
por todas partes a la naturaleza humana, sin antecedente alguno
en cuantos animales le han precedido en la larga série de los siglos .
La moralidad y la religiosidad son dos fenómenos que siempre van
juntos con la palabra en el género humano , y solamente en el hom
bre han podido jamás hallar cabida . El mono no conoce otro prin-'
cipio de accion que el de la utilidad sensible ; no sabe lo que es
honestidad , ni justicia . ¿ Cómo ha podido producir la seleccion na
tural ese salto tan enorme , salvando victoriosa el abismo insondable
que media entre el obrar conforme á las animalescas reglas del
placer , y vivir segun los severos dictámenes de la conciencia moral,
absolutamente desinteresada y ocupada solamente en dar á cada
uno lo que es debido, aunque para ello hayan de arrostrarse mil sa
crificios , incluso el de la misma vida ? El mono jamás se ha puesto
á pensar en otra vida diferente de la actual, ni adora otra divinidad
que sus apetitos sensuales. ¿ De dónde , pues , y cómo ha nacido en
todo el género humano esa idea tan universal, tan constante y tan
indestructible de otra vida posterior a la presente , donde cada uno
ha de recibir el premio ó castigo debido a sus acciones de mano de
aquel soberano Rey que tiene suspendida de sus tres dedos la grande
máquina del universo , que gobierna con su inescrutable providencia
las cosas humanas, y que inexorablemente ha de juzgar un dia las
mismas justicias ? ¿ Por qué especie de mágia incomprensible se ha
verificado en nosotros una transformacion tan sorprendente , que de
animales puramente terrenos , destituidos de todo conocimiento su
prasensible, y aficionados únicamente a los deleites de la carne , nos
568 Origen del hombre.

hemos convertido de repente en séres espirituales , despreciadores


de lo material y visible, adoradores de un Dios criador, señor nuestro
y gobernador del mundo , admiradores de lo honesto y de lo justo ,
ciudadanos , en una palabra , de aquella ciudad invisible que pertene
ce al mundo de los espíritus ? Expliquennos los transformistas estas
maravillas de la seleccion natural ; maravillas que superan con mucho
á los prodigios de las creaciones independientes, y que á Wallace,
co - fundador con Darwin del sistema de las transformaciones lentas,
le han parecido rayar ya en el absurdo.
Sabido es que Wallace , con todo su amor al transformismo dar
winista , ha proclamado abiertamente la impotencia de la selec
cion natural para producir en el hombre las cualidades morales é
inteligentes que le distinguen de todos los demas animales. Las .
concepciones ideales del espacio y del tiempo , de la eternidad y del
infinito , el sentimiento artístico , las nociones abstractas de los nú
meros y de la cantidad continua, no pueden , segun este sabio , ser
fruto de la seleccion natural, buscadora tan sólo de la utilidad in
mediata del indivíduo , y mucho menos sin comparacion el senti
miento de la honestidad y justicia , enteramente contrario a la utili
dad individual y perfectamente desarrollado hasta en los mismos
salvajes. Aún más : apoyándose en sus propias observaciones sobre
los cráneos humanos pertenecientes á diversas razas , y en las cifras
de Galton , concluye que mientras el cerebro del hombre salvaje está
en la proporcion de 5 à 6 al cerebro del hombre civilizado , las ma
nifestaciones de la inteligencia se hallan en la proporcion de 1 a
1.000 . Lo cual , observa este sabio con mucha razon , no puede
tener lugar en los fenómenos de la seleccion natural ; porque , por
una parte , ésta no sólo no produce jamás nada nocivo , pero ni tam
poco cosa alguna inútil al animal, y por otra inútil permanece en el
salvaje tanta cantidad de masa encefálica que tan pequeños efectos
produce relativamente a los causados por el cerebro del hombre
civilizado .
Este último argumento , fundado en los mismos principios del
darwinismo, demuestra con toda evidencia lo que contra Darwin
intenta Wallace , pues derriba por el suelo la doctrina de este natu
ralista relativa a la formacion lenta de nuestra especie por medio de
la seleccion natural ; pero ningun auxilio presta á la sostenida por el
mismo juzgando que las solas fuerzas naturales puestas bajo la sabia
direccion de alguna inteligencia invisible han podido ejecutar de una
manera súbita la transformacion invocada por el autor del Origent
Origen del hombre. 569

de las especies. Vallace cree, con todos los materialistas y con su


compañero Darwin , que la mayor ó menor inteligencia es debida
únicamente á la mayor ó menor cantidad de masa que llena la ca
vidad del cráneo , y piensa , lo mismo que todos los transformistas,
que entre el mono y el hombre no existe diferencia alguna esencial,
sinó aquella tan sólo que suele mediar entre los indivíduos de una
raza primitiva y otros de la misma especie obtenidos por medio de
la seleccion artificial.
Esta peregrina manera de explicar el origen de los organismos
ya queda refutada en lo que llevamos escrito en uno de los capítu
los anteriores ; pero por lo que hace al origen de nuestra inteligen
cia, todavía tenemos que hacer aquí contra ella alguna ligera refle
xion. Por mucho que intervengan las inteligencias angélicas en la
formacion de un nuevo cerebro , más voluminoso que el de sus pa
dres, en el feto de un mono producido con las solas fuerzas de la
naturaleza, siempre el nuevo sér estará informado por un principio
viviente de la misma especie y condicion intrinseca que el que ani
ma á sus padres ; es decir , que el sér así producido por medio de
esta seleccion artificial angélica será un mono, y nada más . La can
tidad del cerebro poco hace si no se pone ademas en el animal un
principio inteligente de una naturaleza más elevada , para que de él
resulten los conceptos universales y suprasensibles , y las ideas en
teramente espirituales de honestidad y justicia, honor, castigo, etc. ,
que constituyen la base de la sociedad humana , juntamente con la
idea, tambien espiritual y suprasensible, de un Dios próvido remu
nerador de los buenos y castigador de los malos en otra vida más
duradera. El alma del mono, puesta en un cuerpo fabricado por el

puro juego de las causas naturales, al modo que se lo imagina Wa


lace, obrará, si se quiere, con más perfeccion sus actos, pero nunca
podrá traspasar con ninguno de ellos los mezquinos y estrechos li
mites de la materia . Los actos cognoscitivos del animal asi formado
siempre versarán sobre objetos materiales concretos , y no serán
capaces de representar la más mínima parte del mundo suprasensi
ble, donde habitan los conceptos puros de órden , honestidad , justi
cia , honor , deber, religiosidad y cosas parecidas ; porque su princi
pio cognoscitivo siempre será una potencia orgánica ligada á las.
condiciones individuantes de la materia, é incapaz por consiguiente
de percibir otros objetos que los materiales del mundo sensible .
¿ Cuándo ha llegado la seleccion artiſicial á mudar la esencia de las
cosas, haciendo de un alma material, ó sea esencialmente depen
570 Origen del hombre.

diente del organismo en sus actos , cual es el alma de los monos,


un alma espiritual é independiente de él por naturaleza en la pro- ,
duccion de los suyos, cual es la nuestra ? Desengáñese el señor Wa
llace : el alma humana se diferencia esencialmente del alma de los
brutos, como se diferencian los espíritus de los cuerpos, la vida dels
movimiento local, lo universal é insensible de lo particular y mate
rial ; el gozo producido por la virtud y honestidad , del bajo y egois :
ta placer de los sentidos . ¿ Cuándo, por más que se alambique un >
placer sensual, esencialmente utilitario y rastrero , se podrá transfor = ;
mar en el deleite puro y desinteresado del espíritu producido por el !
amor de la virtud y honestidad ? Cuando esta transformacion ser
haya verificado , merced á algun juego de cubiletes empleado por :
algun espíritu , entonces creeré que de un alma esencialmente de
pendiente de la materia en el existir y en el obrar , cual es el alma i
de los monos, se puede sacar un alma espiritual superior al tiempo ,
y al espacio, libre é inmortal por naturaleza , como es la nuestra's
Hasta que llegue el momento de este suceso , portentoso hasta lo se
sumo , el naturalista inglés nos permitirá que sigamos adhiriéndonos
á la doctrina de los antiguos sobre esta materia, y que tengamos la i-
profesada por él , con grande gozo de la piara de Epicuro, por un 6
vano sueño de un filósofo que se echa á andar por el mundo de los
fantasmas, creyendo que camina por el campo de las realidades . :
Resolvarnos, antes de acabar este capítulo, algunas insignificantes 4
dificultades que contra lo dicho levantan los transformistas: ellas
servirán para poner más de manifiesto la verdad de nuestra tésis .
En primer lugar, dicen algunos darwinistas que la línea áspera del
fémur, y el desarrollo poderoso del peroné observado en algunos
hombres de la época cuaternaria, así como tambien la forma cranea.
na propia de aquellos tiempos antiguos, indican la cercanía en que
á la sazon se hallaba nuestra especie de todos esos nuestros parien- .
tes los monos ; pues todos estos caractéres los encontramos todavía
en los referidos animales perteneciendo a la especie entera . Pero,
¿ saben los darwinistas cuáles eran generalmente los hombres de la
época cuaternaria ? Se han encontrado algunos restos de cierta cla
se de personas, que pasaban la vida entregadas á la caza y al duro
ejercicio corporal que son á ella consiguientes, y nada más; pero
al mismo tiempo se ignora completamente cuál era el género de
vida que tenían entonces los demas hombres existentes en las demas
partes del globo, y cuál era la conformacion de su cuerpo . Andan
do continuamente ocupados en los duros trabajos de la caza , propia
Origen del hombre. 571

de aquellos tiempos cuaternarios en que abundaban las fieras, ¿ qué


mucho que fuesen los huesos de aquellos hombres más recios
que los nuestros, que la línea áspera del fémur la tuviesen más pro
nunciada, y que gozase de una fortaleza muy grande el hueso de la
pierna llamado peroné. Todos sabemos que los órganos del cuerpo
se desarrollan á proporcion de su ejercicio, y la vida nómada que
llevaban aquellos valientes cazadores era muy propia para este de
cantado desarrollo . La forma craneana de los tiempos cuaternarios ,
lejos de favorecer á los transformistas, protesta , por el contrario ,
altamente contra todas sus teorías. Los cráneos más antiguos que
se conocen son el de Engis, en Bélgica; los de Cro - Magnon , en
Francia, y los de Stangenas en Suecia . Ahora bien ; todos ellos son
completamente regulares y tan perfectos como la generalidad de
los europeos actuales. “ Yo confieso , dice Huxley hablando del crá
neo de Engis , que si este cráneo fuera reciente en lugar de ser fósil,
me sería harto difícil determinar á qué raza pertenece . Sus formas y
sus dimensiones responden bastante bien á los cráneos de algunos
australianos que yo he examinado . Particularmente se descubre en
él este aplanamiento del occipucio que los distingue . Pero no todos
los cráneos australianos presentan esta particularidad, y los arcos de
las cejas del cráneo citado difieren enteramente de los del tipo del
ảnterior . Por otra parte, sus dimensiones corresponden con no menor
perfeccion a las de los cráneos europeos, y no hay ciertamente se
ñal alguna de degradacion en ninguna parte de su estructura. En
suma, es un tipo medio de cráneos humanos , que lo mismo puede ser
atribuido á un filósofo que á un hombre salvaje , '. De los cráneos de
Cro -Magnon escribe Broca lo siguiente : “ Los trogloditas de Cro
Magnon eran salvajes. Mas estos salvajes eran inteligentes y perfec
tibles; al lado de estos caractéres de inferioridad que acabo de
señalar, hallamos en ellos los signos inequívocos de una poderosa
organizacion cerebral. Los cráneos son grandes; sus diámetros, sus
curvas, su capacidad , alcanzan y áun pasan la medida proporcional
de los actuales,, ?. Finalmente, sobre el de Stangenas se expresa
Hamy en estos términos: “ La pieza que estamos estudiando , dice,
no es 'ménos interesante por sus dimensiones absolutas que por las
relativas. En efecto, las dimensiones absolutas de estos cráneos están

1 Huxley, citado por Pozzy en La terre et le récit biblique de la création, libro III
cap. xi, pág. 377. Paris, 1874.
Ź Broca, Les troglodytes de la Vezire. Redue Scientifique, 16 Nov. 1872 , pág.473 .
572 Origen del hombre.

muy desarrolladas, puesto que el diámetro iníaco ' es de 200 mili


metros, y la curva total horizontal llega á 550. La capacidad cere
bral que indican estas cifras es sensiblemente superior á la de los
cráneos actuales; este hecho no se encuentra aislado y solitario ;
constituye una de las objeciones más sérias que se pueden ponera
las doctrinas transformistas , 2. El testimonio de estos autores no
puede ser más poderoso, habida consideracion de su ciencia y de
las ideas que profesan ; así es que bien podemos decir con toda ver
dad que la Paleontología está en pugna abierta con el transformismo.
El cráneo de Neanderthal es más imperfecto que los precedentes ,
y á él han apelado con grande instancia los transformistas, á falta
de otros mejores argumentos para confirmar su sistema. Lo excesi
vamente abultado de los arcos de las cejas, y el notable aplana
miento de la frente que en él se observa , le dan algo de excepcional
y extraordinario ; pero no por eso tiene nada de comun con el crá
neo del gorilla , como han intentado algunos suponer . Sus senos
frontales, sumamente desarrollados, no significan otra cosa sinó que
toda esa fuerte contextura de los referidos arcos es debida á la ro
bustez general de todo el cuerpo , la cual bien se puede compadecer
con una inteligencia penetrante y comprehensiva . Y en verdad que
si por la cantidad de masa encefálica hemos de juzgar de la inteli
gencia de los hombres , el dueño de dicho cráneo la poseyó muy
buena . Prüner- Bey lo ha examinado con exquisita diligencia , y ha
averiguado ser mayor de la que suelen tener hoy dia los hombres
por término medio , notando ademas que toda la superficie de este
encéfalo , sin excepcion alguna , está perfectamente ajustada al tipo
del cráneo humano 3. Ademas , cualquiera que fuese la forma de esta
pieza aislada , ¿ qué podría hacer ella sola , no teniendo otras compa
ñeras del mismo género que indicasen ser debida -la tal conforma
cion á alguna causa general, y no á ciertas circunstancias excepcio :
nales que en todos tiempos suelen dar origen á fenómenos monstruo
sos ? ¿ No vemos hoy dia entre los mismos europeos cráneos tan
excesivamente raros que , á juzgar por ellos solamente , los tendría
mos por pertenecientes á una raza degradada , siendo así que debe

I Llama iníaco al diámetro trazado desde la protuberancia externa del occipucia


hasta el punto de encuentro de los dos arcos de las cejas, en la línea intermedia de la
cabeza ,
2 E. T. Hamy, Précis de Paléontologie humaine, pág. 129-130 , Paris, 1870.
3 Prüner-Bey, Congrès international d'Anthropologie, etc. , páginas 358-359.' –
Paris, 1868,
Origen del hombre. 573
juzgarse de ellos todo lo contrario ? Fuera de que la antigüedad de
dicho cráneo está muy distante de tener en su favor argumentos
ciertos é irrefragables : razones poderosas inducen á creer que el
cuerpo á que el tal cráneo perteneció fué sepultado mucho despues
de formada la capa de tierra cuaternaria que con levísimo espesor lo
cubría. Y ciertamente , el haber sido hallado el esqueleto á solos dos
piés de profundidad en una gruta , donde el esqueleto entero estaba
colocado de tal manera que , ocupando la mitad del espacio, tenia di
rigida la cabeza hácia el punto de entrada , da grave motivo para sos
pechar que el hombre de Neanderthal fué enterrado en aquel lugar
en tiempos quizá muy posteriores á la época cuaternaria. Ni nos mue
ve por fuerza á pensar de otro modo la suma consistencia de la tier
ra cuaternaria que lo cubría , porque esta consistencia bien podría ha
berla adquirido la tierra posteriormente con el transcurso de los años
y con las vicisitudes de los tiempos . Por otra parte, la naturaleza
de las irregularidades orgánicas de este cráneo no es tal que no se
encuentren hoy dia otros semejantes entre los mismos europeos.
“ De tiempo en tiempo , escribe Hamy hablando de estas irregulari
dades, se pueden observar estos caractéres, ya aislados , ya reuni
dos, en cráneos modernos , y no es cosa rara hallarlos en indivíduos
vivientes . MM . B. Davis , Carter-Blake , etc. , en Inglaterra y en Ir
landa; MM . R. Wagner, G. Busk , C. Vogt , Schaaffhausen , en Ho
landa , Alemania y Dinamarca ; Broca , Prüner -Bey, Gervais, etc. , en
Francia , han recogido hechos de este género , ' . Pozzy termina la
discusion de este famoso cráneo con las siguientes palabras: “ Diga
mos, finalmente , para acabar , que la particularidad más sobresalien
te de este cráneo , ó sea el desarrollo de los senos frontales, se en
cuentra , segun M. Pruner -Bey, de una manera , si no absolutamente
idéntica , al ménos análoga , en cráneos aislados de todas las épocas
y áun entre nuestros contemporáneos . Tal es el caso del hijo del
general Grouchi , poco há finado, y del Dr. Buffalini, una de las ce
lebridades médicas de Italia , ? . Podria citaros , decía Vogt en el
Congreso internacional de Paris celebrado en 1867, uno de mis ami
gos , el Dr. Emmayer, médico alienista aleman , cuyo cráneo es ver
daderamente del tipo de Neanderthal ; y añadiré que la vista de estas
prominencias enormes de las cejas, debajo de las cuales brillan dos
ojos chispeantes , contribuye á darle una grande influencia sobre sus

I E. T. Hamy, Précis de Paléontologie humaine, cap. vii, pág. 241. - Paris, 1870 .
2 Pozzy, La terre et le récit biblique, etc. , liv . Ili , chap. xi , pág. 387.
574 Origen del hombre.

enfermos , ' . Lo mismo escribe Quatrefages en la Revue Scientifique ,


en su número de 10 de Febrero de 1872 , y en el Congreso de Bru
selas , celebrado en el mismo año , añade lo siguiente : " La forma
dólico -plati-cefálica ( oblonga y aplanada , precisamente como la del
cráneo de Neanderthal ) del cráneo no es incompatible con un des
arrollo intelectual tan perfecto como el que suele acompañar á otras
formas ménos excepcionales . Entre los dolicocéfalos modernos figu
ran personas que se han distinguido por su saber y que han adqui
rido celebridad histórica : citaremos tan sólo á Kay- Lukka , gentil
hombre dinamarqués, a quien ha cabido un lugar muy principal en
la política del siglo xvii , y cuya cabeza hemos reproducido nosotros
en nuestros dibujos ( Crania ethnica ); á San Masuy, obispo de Toul
en el siglo iv, cuyo cráneo puede tambien verse delineado en nues
tra obra ; y finalmente , al héroe escocés Roberto Bruce . Estos he
chos demuestran una vez más cómo se cometeria un error atribu
yendo exclusivamente á ciertas formas craneanas ideas absolutas de
superioridad ó inferioridad en el orden intelectual o en elmoral.
Véase , pues , cuán sin sustancia es el argumento que han queri
do formar algunos transformistas sobre el cráneo de Neanderthal.
Vogt y Haeckel han acudido á otra clase de razones , aunque no
ciertamente más poderosas. El primero de estos dos escritores com
para el cerebro de los microcéfalos ( hombres de pequeña cabeza )
al de los monos antropomorfos; el segundo hace figurar en su cua
dro genealógico á los idiotas, á los afectados de cretinismo y á los
microcéfalos; ambos finalmente , consideran a esta clase de séres
como otros tantos casos de atavismo, en que se reproduce inciden
talmente una forma que en otros tiempos fué vulgar y comun á
toda la especie. ¡ Pero cuán contrarios á la sana filosofía se muestran
estos pretendidos sabios al proferir tamaños dislates ! El idiotismo,
el cretinismo y la microcefalia , son meros casos de enfermedad fisi
ca en que toda la organizacion padece . Qué tienen , pues, que ver
estos hechos , puramente teratológicos y patológicos,con el atavismo?
Y si al atavismo los hemos de referir , ¿ por qué no atribuir tambien
á esta causa la infecundidad con que todos estos seres vieñen al
mundo ? Es que , obrando de esta suerte , la seleccion natural que
daria derribada por el suelo ; y así, obrando con la mayor arbitra
riedad del mundo , se toman de estas personas enfermizas y raqui
ticas solamente los caractéres que podrían convenir al sistema. “ La

I Vogt , citado por Pozzy en el lugar que acabamos de referir.


Origen del hombre. 575

microcefalia, escribe de Quatrefages refutando estas inepcias de


Vogt y de Haeckel, no es otra cosa sinó una especie de detenimien
to en la marcha evolutiva , sufrido por el cráneo y por la materia
en él encerrada. Este detenimiento empero no es una cosa aislada .
Otros órganos, otras funciones , han sufrido tambien en los micro
céfalos . Todos ellos se han mostrado siempre infecundos , y cierto
que la infecundidad no puede ser considerada como un caso de ata
vismo ,
Fuera de que , si al atavismo hubieran de ser agregados los refe
ridos fenómenos , nuestros padres no serían los que pretendían
Haeckel y Darwin , sinó otros muy diferentes. “ No son los monos
más perfectos, continúa de Quatrefages en el lugar citado , aquellos á
quienes se van asemejando los hombres cuando caen en las enfer
medades sobredichas, sinó los de cola prehensil del nuevo continen
te , es decir , esos platirrinos excluidos por Haeckel y Darwin de la
genealogia humana . Por donde se ve que la misma doctrina darwi
niana protesta contra este linaje de aproximacion que se quiere es
tablecer entre los microcéfalos y nuestros pretendidos abuelos , los
pitecoideos. ,
At Y despues de todo , la microcefalia no altera la forma del cerebro ;
lo que hace únicamente es detener su marcha por un impedimento
fisico que se ha atravesado incidentalmente en el organismo . Por
consiguiente , los microcéfalos, con todo su raquitismo , nada tienen
que ver con la doctrina monesca de nuestros transformistas, y asi
éstos gastan inútilmente el tiempo trayendo á la escena semejantes
paparruchas. “ Las relaciones de que se trata , escribe el ya mencio
nado de Quatrefages , no llegan á presentar una semejanza suficien
te para autorizar las conclusiones del sabio genovés . Aunque con
frecuencia son ménos voluminosos y menos plegados que los de
los monos antropoideos los cerebros de los microcéfalos , ha dicho
Gratiolet, sin embargo , no se tornan en modo alguno semejantes
á ellos . Esta proposicion queda en toda su verdad y entereza áun
despues del trabajo de Vogt , .
No son más felices los transformistas en la otra clase de argu
mentos psicológicos y morales que aducen en confirmacion de su
doctrina: “ No se puede negar , dice Darwin , que entre la inteligen
cia del hombre y la del mono hay una diferencia inmensa ; pero ésta

1 De Quatrefages, L'espèce humaine , chap . x1, 0. 7 .


2 Idem . , l. cit.
576 Origen del hombre .

es todavía mayor entre un mono y una lamprea , !. " Quién duda ,


añade , que el perro discurre lo mismo que nosotros , fundando sus
raciocinios en el principio de causalidad ? Yo mismo ví en cierta
ocasion al mio ponerse á ladrar de repente contra un imaginado,
sér invisible que venía á invadir su territorio . Porque cómo , sinó
de este modo , se pueden explicar los ladridos que daba contra una
sombrilla puesta de improviso en movimiento por el viento ? El
perro , al ver aquel fenómeno, se debió decir á sí mismo, por un
raciocinio rápido é inconsciente , que un movimiento sin causa algunit
visible era indicio de hallarse alli presente algun agente vivo desco
nocido , y que sin embargo ningun extranjero tenia derecho de meter
se en su territorio , ? . “ ¿ Y no es ésta , continúa argumentando el
mismo sabio , la manera como los hombres se han formado la idea
de Dios ? Primero se figuraron , cuando todavía se hallaban en el
estado salvaje , que mientras dormían venía un sér invisible á visi
tarlos , ó que su alma salia del cuerpo para hacer sus excursiones
por el mundo , y luégo volvía a su morada antes de comenzada la
vigilia . De aqui nació en ellos la idea de los espíritus , siendo suma .
mente dificil á la rudeza de aquellos ingenios discernir entre las im
presiones subjetivas y las objetivas , 3. “ Más tarde , con el mayor
desarrollo de la inteligencia , llegaron á formarse por este camino
la idea de Dios . Porque de la creencia en los espíritus invisibles a la
de uno ó varios dioses el tránsito es fácil , 4. “ Finalmente , por lo
qué hace al sentido moral , escribe el nuevo moralista , con razon lo
podemos considerar como un instinto social llevado a su última per
feccion 5. Como el hombre no puede impedir que sus pasadas im
presiones vuelvan contínuamente á su espíritu , se verá forzado a
débiles , del
más débiles,
comparar las impresiones más hambre y de la vengan
del hambre
za , por ejemplo , que satisfizo ó del peligro que evitó á expensas
de los demas hombres , con el instinto de simpatía y de benevolen- :
cia hacia sus semejantes que actualmente se hace sentir en él , y nunca
deja de obrar en el ánimo con algun grado de actividad. Entonces
sentirá en su imaginacion que un instinto más poderoso ha cedido á
otro , el cual ahora parece comparativamente débil , y á consecuen
cia de esto nacerá en el inevitablemente este sentimiento de des

í Darwin , The descent of man , yol. 1 , pág : 35


2 Idem . , l. cit. , pág . 67.
3 Idem . , l. cit ., pág. 66 .
4 Idem . , l. cit ., pág. 67.
5 Idem ., l. cit., pág. 106 .
Origen del hombre. 577

agrado ( remordimiento ), á que están sujetos , así los hombres como


todos los animales , en órden á la satisfaccion de sus instintos ,
Aqui tenemos toda la filosofia darwinista puesta enfrente de la
filosofia cristiana : el sensismo brutal que en ella rebosa por todas
partes, la tiene juzgada antes de ser llamada á exámen . ¡ Qué ma
nera tan indigna de tratar al hombre , diciendo que entre la inteli
gencia de éste y la del mono hay menor distancia que entre la
inteligencia de la lamprea y la de este mismo animal! No : toda la
filosofía protestará indignada contra tan repugnante desvarío ; la
distancia que media entre el mono y la lamprea por esta parte es
la que separa á un cuerpo de otro , puestos ambos sobre la superfi
cie terrestre , mientras que la interpuesta entre el hombre y el mono
es la que separa al cielo de la tierra . La facultad perceptiva , tanto
del mono como de todo otro animal , es material y orgánica , como
contenida dentro de la esfera de lo puramente sensible ; la inteligen
cia del hombre , por el contrario , es inorgánica y espiritual , levan
tándose con ella nuestras almas á la elevada region de lò invisible
y eterno . Bien es verdad que Darwin opina que un animal cualquie
ra , dotado de instintos sociales bien marcados , adquiriria infalible
TE
mente el sentido moral ó conciencia tan pronto como sus facultades
intelectuales llegasen al mismo grado de desarrollo , ó poco menos,
que tienen las nuestras ? . Pero esta opinion es solemnemente absurda ,
porque los instintos de los animales , sea cual fuere el grado de per
feccion á que se les quiera elevar , nunca podrán versar sobre otra
cosa sinó sobre objetos sensibles , materiales y concretos , mientras
que el sentido moral del hombre se cierne en la region pura de lo
espiritual, inmaterial é inteligible . El sentido moral ó conciencia del
hombre , aunque versa sobre acciones concretas y sobre objetos
sensibles, no por eso es material y orgánico , como el de los brutos.
Las ideas universales y de un órden puramente intelectual que entran
en el juicio de la conciencia no pueden ser formadas por facultad
alguna orgánica, sinó que pertenecen á otra de un órden muy supe
EDT rior , á la inteligencia , á la razon pura , por la cual pertenecemos al
mundo de los espíritus . Los remordimientos de la conciencia nacen
en nosotros de no haber obrado conforme á un ideal, de que es
absolutamente incapaz la imaginacion del bruto , y cuya norma nos
manda seguir el Supremo Legislador, intimándonos sus divinos pre

1 Darwin , l. cit , pág . 90 .


2 El mismo , l. cit ., pág. 71-72 .
37
578 Origen del hombre.

ceptos por medio de nuestra propia razon . ¿ Qué tiene que ver toda
esta serie de conceptos universales, puros y suprasensibles, que
entran esencialmente en los dictámenes de la conciencia humana,
con la comparacion de opuestas impresiones orgánicas, habidas en
diferentes tiempos, á que pretende reducir nuestra conciencia el
nuevo proclamador del sensismo ?
Donosa moral por cierto la de este sabio , que aniquila por com
pleto la libertad humana y hace de nuestro espíritu un mero auto
mata , condenado a juzgar de la honestidad de un acto segun la
impresion material del momento ! ¿ Qué me importa a mi que, pasa
do el encendimiento de la pasion , sienta mas vivamente las impre
siones benévolas del instinto social , perennes y constantes , que las
otras malévolas é individuales , presentes ahora á mi espíritu ;sólo
por vía de recuerdo ; si cuando me hallaba bajo el influjo de estas
segundas no era dueño de oponerme á ellas , ántes juzgaba , sin po
der hacer otra cosa , que debía seguir su impulso y obedecerlas,
porque entonces su intensidad superaba a la de sus contrarias ? En
este malhadado sistema todas nuestras acciones son necesariamente
buenas , porque por una parte siempre obramos arrebatados por la
corriente más intensa que en cada momento nos arrastra , y por otra
en seguir esta corriente está precisamente toda la honestidad de
nuestros actos . El desagrado sentido más tarde no es un remordi
miento moral propiamente dicho , sinó una mera necesidad física,
semejante á la tristeza que experimenta un hombre poseido de una
vehemente pasion y convencido al mismo tiempo de que le es im
posible satisfacerla. En ambos casos hay tristeza y desagrado por
la falta de un bien apetecible en este momento dado , pero tộisteza
física y nada más . Déjate que varien las impresiones y que el sim
ple recuerdo de una accion se convierta en actual apasionamiento
por ella : entonces lo bueno y honesto será obrar conforme a este
nuevo estado de cosas , porque bajo su influjo soberano será impor
sible tener por verdadero bien sinó aquello á que la pasion arras
tra . Esto es precisamente lo que hacen los brutos ; y si ésta es la mo
ral que nos quieren introducir los secuaces de la nueva doctrina , en
verdad que progresamos en la senda de la perfeccion a las mil ma
ravillas ; en lugar de aproximarse los monos á nosotros , nosotros
seremos , por el contrario , los que a grandes jornadas vamos cami
nando hacia ellos. No há mucho que me escribía de América un
cierto sujeto las siguientes palabras : “ El darwinismo enseña que
el hombre es una derivacion del mono , adonde ha llegado esta
Origen del hombre . 579

repugnante bestezuela por el camino del progreso ; yo creo que sería


mucho más racional afirmar todo lo contrario, diciendo que el mono
es una degradacion del hombre, á la cual nos pretenden llevar nues
tros modernos sabios por la via del retroceso . Esto es , ni más ni
ménos , lo que intentan los transformistas en su loco empeño de em
parentarnos con el mono ; la moral monesca es lo que buscan estos
señores ; nada de Dios , nada de otra vida ; los goces presentes : hé
aquí la verdadera honestidad de todas sus obras .
Y quién puede aguantar la manera con que Darwin hace nacer
en nosotros la idea de Dios despues de haber vivido nuestros abue
los largos años con la misma y sola moral independiente que ahora
nos quieren regalar los partidarios del materialismo ? ¿ No es esto
decir en puridad que dicha idea es hija del mero subjetivismo, fruto
espontáneo de nuestras ilusiones imaginarias , sin saber si le corres
ponde o no algo real y verdadero en el orden de las cosas ? En ver
*dad que el autor del Origen de las especies, al hablar de este modo
sobre la descendencia del hombre en órden a la idea de un Sér Su
premo y gobernador del mundo , que todos los mortales poseen
sobre la tierra con mayor o menor perfeccion , ha dado á sus lecto
fres justísimos motivos para sospechar que el deismo proclamado
por él es un simple acomodamiento con las ideas generales de la
sociedad en que vive . Si al conocimiento de Dios no ha llegado el
hombre sinó por una serie de ilusiones producida al través de los
estados de la vigilia y del sueño , ¿ por qué camino ha llegado á sa
ber el naturalista inglés que un Dios asi imaginado y fantaseado es
una verdadera realidad , y no una simple creacion de nuestro espí
ritu ? El ateismo se impone necesariamente en la suposicion darwi
niana , ó al ménos el razonable juicio de que el Sér invisible y su
premo gobernador del universo creido por todos los hombres es un
mero fantasma de nuestra imaginacion , como fueron fantasmas
los espíritus soñados de nuestros abuelos al pensar que un sér in
visible les visitaba mientras dormían , ó que su alma hacía una ex
cursion fuera del cuerpo á los diferentes países de la tierra. Para
el caso todo es lo mismo : Dios será un sér fantástico ó problema
tico , y los hombres podrán vivir ya en el mundo sin esperanza ni
temor de ese espantajo que tan ahilados trajo a nuestros ante
pasados .
1. No : ni la idea de los espíritus , ni la de un Espiritu Sumo , creador
del mundo, y provido gobernador de todas las cosas, han sido de
bidas a la imaginacion del hombre , sinó á su razon espiritual é
580 Origen del hombre.

incorruptible. Basta poner los ojos en esta admirable máquina del


universo para concluir inmediatamente que ella no se ha hecho á
sí misma, sinó que debe la existencia, conservacion y movimiento á
la inteligencia y poder de un Artífice Soberano adornado de inte
ligencia suma . Por eso esta idea la adquieren todos los hombres,
más ó ménos clara , segun sea más o menos penetrante su razon,
al ponerse ésta en inmediato contacto con el mundo sensible. Asi
mismo la idea de nuestra inmortalidad nace en nosotros espontá
neamente con el conocimiento claro así de nuestra libertad como
de los actos espirituales que practicamos á cada momento , levan
tándonos sobre la materia , y elevándonos á la esfera inmortal de lo
inteligible. No necesitamos de sueños ni de ilusiones fantásticas para
persuadirnos de que despues de esta vida nos espera otra más du
radera, donde han de ser recompensadas largamente las acciones
buenas de la presente, y castigadas las malas. Piensen así los que
no ponen diferencia esencial entre el alma de un hombre y la del
perro que le acompaña .
Nosotros , por el contrario , sin degradarnos de esta suerte , vere
mos siempre la existencia de la otra vida en la necesidad de una
sancion eficaz que nos haga vivir en este mundo conforme a los
preceptos de la ley divina . Sin la sancion de los premios y castigos
de la otra vida la ley natural queda desarmada por completo , y
cualquiera puede despreciarla impunemente, siendo muy leves é in
significantes para este objeto, así el castigo del remordimiento como
el galardon del gozo que suelen acompañar aquí á las malas y bue
nas acciones. Por eso vemos que cuantos desprecian los premios y
los castigos de la otra vida son gente , por lo regular, entregada a
toda suerte de vicios ; y áun los que creen en estas cosas son tanto
ménos cuidadosos de guardar la ley natural , cuanto más olvidados
están de los premios y castigos reservados en la otra vida.
Esto es algo más sólido ciertamente que la peregrina ocurrencia
de igualar la humana filosofía á la de un pobre perro espantado por
el movimiento extraño de una sombrilla. Las imaginaciones del
perro - filósofo que levantan todo un sistema de metafísica sobre las
ondulantes sombras de un quitasol, dando en su magin alborotado
cuerpo y consistencia á los espíritus invisibles , son verdaderamente
una cosa digna del siglo xix . ¿ No diremos nosotros con mucha más
razon que las ilusiones imaginarias tienen su asiento y lugar en el
cerebro de aquellos que , echándose á fantasear nuevas doctrinas,
deseosos de decir cosas que nadie ha pensado en este mundo , dan
Origen del hombre. 581
al traste con toda la herencia del sentido comun que les imprimió
al criarlos el Autor de la naturaleza ? Todo el que todavía conserve
un poco de buen juicio dirá sin titubear que el perro de Darwin no
ladró contra sér alguno invisible, sinó contra el muy palpable de la
sombrilla, que con sus movimientos insólitos se le representó como
una cosa monstruosa y nunca vista en los dias de su vida.
Como conclusion de todo lo que llevamos escrito sobre la teoría
transformista con la mira de defender el divino origen del hombre
enseñado por la Religion cristiana, séanos permitido poner fin á este
capítulo con las siguientes palabras del profesor Faivre, que sirven
de remate á su interesante obra sobre la variabilidad de las especies:
" Esta hipótesis ( de la variabilidad indefinida ) no se legitima, ni por
su principio, que es una conjetura, ni por sus deducciones , que en
ninguna manera confirma la realidad, ni por sus demostraciones di
rectas, que apenas llegan á verosimilitudes , ni por estas dos con
secuencias extremas, que así la ciencia como la dignidad humana
nos prohiben aceptar, á saber : la generacion espontánea, y el paren
- tesco intimo y degradante del hombre con el bruto . A pesar de toda
la habilidad é ingenio con que ilustres sabios se han esforzado en
defender esta doctrina , la razon y la experiencia han dejado en
pleno vigor el juicio tan reservado como justo que sobre ella ha
proferido Cuvier, diciendo que entre los diversos sisteinas relativos
al origen de los seres organizados, no hay ninguno menos verosimil
que el que hace nacer de la variabilidad dicha , uno tras otro , los di
ferentes géneros por via de desenvolvimiento y de metamorfosis gra
duales, (Cuvier, Recherches sur les ossemments fossiles, t. III , pági
na 297, 3.6 edicion. ) ?

1 Faivre. La variabilité des espèces et ses limites, par Ernest Faivre, professeur à
la Faculté des Sciences de Lyon . Paris , 1868,
CAPÍTULO XXIX
Erano
7 al 7

UNIDAD DE LA ESPECIE HUMANA .

EMOSTRADO ya el origen divino del hombre , resta ahora


averiguar si todos los pueblos que se hallan derramados
i sobre la superficie de la tierra pertenecen ó no á una misc :
ma especie . Este es un punto de la más alta importancia por las
consecuencias prácticas que lleva consigo en la vida social, donde,
va mucho de considerar a todos los hombres como iguales en diga
nidad, por la comunidad de naturaleza que en todos se encuentra
uniforme, ó ver en ellos especies diferentes y séres destinados por
su misma condicion interna á vivir bajo el dominio y posesion de
otros. La escuela americana, que en estos últimos tiempos ha abo
gado tan ardorosamente por la esclavitud , en la diversidad de espe- >
cies humanas ha pretendido hallar el principal fundamento de sus :
asertos . Para ella el negro debe ser mirado como una mera propie
dad del blanco, al cual la misma superioridad de naturaleza le hace
su propio y legítimo señor, no de otra suerte que lo es de los perros
у demas alimañas de la tierra. En Nueva -Holanda algunos ingleses,
llevados de esas funestas ideas, han llegado hasta á cazar como fies ;
ras á los habitantes del país, descargando sobre ellos sus escopetas
para proporcionar de esta suerte alimento á sus propios perros. ¡Cuán
to más agradable es en esta parte la benéfica y esencialmente civiliza .
dora doctrina de la Iglesia católica , la cual , apoyada en las enseñan
zas de la divina revelacion , nos manda mirar á todos los hombres
del globo terrestre, sean blancos ó negros , civilizados ó salvajes,
como verdaderos hermanos é hijos de un mismo padre! La revolu- :
cion francesa, á fines del siglo pasado , creyó haber llegado a lo sumo
de la sabiduría humana cuando, resumiendo en breves palabras los
imprescriptibles derechos del hombre , puso con orgullo en su ban
Unidad de la especie humana. 583

dera aquel famoso lema de : Libertad, igualdad y fraternidad, que


tan mágico influjo ha ejercido en los pueblos para corromperlos .
Mucho antes que la revolucion francesa había ya hecho resonar en
la Judea el fundador del Cristianismo estas mismas palabras, enten
diéndolas en su verdadero sentido, y había encomendado á sus dis
.cípulos la mision de predicarlas por todo el mundo . Y en tiempos
más remotos todavía el inspirado autor del Pentateuco nos dejó es
crito que todos los hombres son hijos de Adan, y pertenecen á la
familia de Noé, la cual fue preservada por Dios de la catástrofe uni
' versal para que poblase la tierra despues del diluvio .
Esta comunidad de origen proclamada en las divinas letras, no
es ciertamente necesaria para que los hombres todos del universo
formen una sola especie ; aunque no deja de ser claro indicio de
que , en efecto, la constituyen . La especie ha sido definida por el sa
bio naturalista M. de Quatrefages en términos que hacen de ella “ una
coleccion de indivíduos más o menos semejantes entre sí , pero capa
ces de ser considerados como descendientes de una sola pareja por
una sucesion de familias natural y nunca interrumpida , ' ; y ésta es
tambien la idea que sobre ella han tenido en sustancia los sabios de
todos los tiempos , a partir de la época del Stagirita , si bien en la
expresion de la misma ha podido existir alguna variedad de poca ó
ninguna importancia. La posibilidad del parentesco , no el paren
tesco efectivo, es lo que entra en la definicion general de la especie.
Por eso , aun cuando los indivíduos del linaje humano reconociesen
diferentes centros de creacion , y , en lugar de proceder todos de
Adan o de Noé , perteneciesen á distintas familias primitivamente
-criadas por Dios ; todavía no dejarían de formar una sola especie, &
si la naturaleza de todos ellos es una misma , y tiene , por consi
guiente, intrinseca virtud para transmitirse de los unos á los otros
por vía de natural descendencia . En la produccion de los animales
no sabemos que Dios haya empleado el mismo modo que en la
creacion del hombre , haciendo descender a cada especie de indivi
duos de una sola pareja primitiva ; ántes bien , como sabiamente ob- -
servan los Escolásticos , lo natural parece que haya seguido el ca
mino contrario , para que con mayor facilidad y rapidez fuese po
blado el globo de aquellas clases de animales y plantas que guarda
ban mayor armonia con las condiciones especiales de cada terreno .
Sin embargo , no por eso pertenecerán ménos á una misma especie

I De Quatrefages, L'espèce humaine, liv . 1 , chap . fir, n . 2.


584 Unidad de la especie humana.

las diferentes variedades de cada tipo , siempre que estas variedades


sean tales que dejen á los individuos dentro del cuadro de la misma
naturaleza , capaz por sí sola de haber dado a todos ellos el mismo
origen , haciéndolos nacer de un mismo tronco .
Esto es lo que no quieren entender ciertos poligenistas, ó sea
defensores de la multiplicidad de especies humanas, al atacar el
dogma católico de la unidad de nuestra especie con cierta clase de
argumentos que sólo miran á la comunidad de origen . La unidad
en cuestion hay que combatirla , no con la multiplicidad de obstácu .
los externos que hayan podido experimentar los primeros hombres
en el difundirse por el globo , sinó con la imposibilidad física de ser
atribuidos á un mismo tipo los internos caractéres que distinguen á
los diferentes pueblos de la tierra . Dejémos, pues , para el capitulo
siguiente lo relativo a la comunidad de origen : ahora sólo versará
nuestra consideracion sobre los argumentos científicos que militan
en favor de la unidad de especie. Estos argumentos no serán quizá
de tal naturaleza que demuestren por sí solos la verdad del dogmą
cristiano ; lo cual nada importa para nuestra fe , pues nosotros no
creemos los dogmas de nuestra sagrada Religion porque se presen:
te clara á nuestros ojos la intrínseca evidencia de los mismos, sinó
porque nos consta con certeza el hecho de su revelacion divina. Su
valor, no obstante , es tan grande, y su fuerza tan poderosa, que,
si no llevan al ánimo la conviccion , al menos la persuaden en tér
minos que , áun científicamente hablando , no obraría con prudencia.
quien á ellos no se rindiese , ántes tratase de abogar por la causa
del poligenismo , defendiendo la variedad de especies humanas,
Buffon , Camper, J. Hunter, Blumenbach , Forster, Cuvier, Weber,
Tiedemann , Prichard , Humboldt , J. Müller, Flourens , Serres, Qua
trefages, Godron , y en general las más altas autoridades de la .
ciencia , se han pronunciado por esta doctrina , teniéndola por la
única admisible en esta materia. " El monogenismo , escribe de
Quatrefages , cuenta entre sus partidarios á casi todos los naturalis
tas que han fijado su atencion en los fenómenos de la vida , y entre
ellos á los más ilustres . No obstante la diferencia de doctrinas pro
fesadas por Buffon y Linneo , Cuvier y Lamark , Blainville y los dos
Geoffroy , el fisiólogo Müller y el viajero Humboldt , todos estos
autores están de acuerdo sobre este punto , ' . Y el sabio Godron,
despues de traer en favor de nuestra tésis los nombres que poco há

1
De Quatrefages, l'espèce humaine, liv. 1 , chap . II , n. I.
Unidad de la especie humana . 585

hemos escrito , se expresa juiciosamente en estos términos : “ Es


notable que , en una cuestion científica y ardorosamente debatida,
se pronuncien con unanimidad en favor de la unidad primitiva del
género humano una coleccion de hombres tan ilustres y tan espe
ciales por la naturaleza de sus estudios ; y si todavía no podemos
considerar como definitivamente resuelta una cuestion que cortan
más bien que resuelven los maestros de la ciencia , parécenos sin
embargo que el acuerdo de estos autores constituye ya por sí solo :
una grave presuncion en favor de su doctrina , y que sería una te
meridad casi pueril acusarlos de error sin haber estudiado á fondo
esta difícil materia , '.
A tres clases podemos reducir los argumentos referidos : la pri
mera comprende los designados con el nombre de morfológicos ; en
la segunda están contenidos los fisiológicos, y en la tercera , final
mente , los psicológicos. De ellos trataremos con alguna detencion ,
cuidando sin embargo de no traspasar los límites que nos hemos
prefijado en este escrito . Y en primer lugar, comenzando por los ca
ractéres de forma que corresponden a los diferentes pueblos espar
cidos por el globo , ellos son tales que , si bien á primera vista indu
cen á creer la multiplicidad de especies , mirados no obstante con
diligencia nos revelan una simple variedad de razas. Todo el mun
do sabe lo que entendemos con esta palabra que acabamos de sub
rayar. La raza es un conjunto de indivíduos que heredan por me
dio de la generacion ciertas particularidades accidentales que no
alteran sustancialmente la unidad del tipo . Tal es , por ejemplo, en
tre los animales la raza merina de las ovejas españolas , y la árabe
de los caballos andaluces , las cuales se pueden conservar indefinida
mente con tal que se impida el cruzamiento de ellas con otras de la
misma especie . Ciertamente , comparado un individuo de la raza
caucásica con otro de la etiópica ó de la mogola , á primera vista
parecerá que no es posible hayan brotado todos ellos de un mismo
tronco , con tal de que se tenga cuidado en elegir aquellos en que
más señaladamente impresos se presentan los caractéres de su pro
pia raza. Pero haciendo despues sobre esto un estudio particular,
y comparando , no los que sobresalen más en cada grupo , sinó otros
en quienes no se hallan tan marcados los referidos caractéres , en
tonces el juicio no puede menos de experimentar una variacion

| Godron , De l'espèce et des races dans les êtres organisés, tomo ll , chap . v , pági
nas 371-372 .
1

586 Unidad de la especie humana .


notable; porque las diferencias de raza á raza llegan á disminuir en
términos , que con dificultad se puede establecer el punto de division
entre una y otra ; indicio manifiesto de que todas aquellas modifica ]
ciones accidentales y accesorias han sido introducidas lentamentel
con el proceso de los siglos , merced á los agentes de la naturaleza, io
en un tipo primitivamente uniforme, y ahora alterado solamente en
algunas cualidades secundarias. Tomemos , por ejemplo , las razas
ob
entre sí más opuestas , a saber : la caucásica y la etiópica , en las cua
les , por consiguiente , más que en ninguna otra debiera aparecer la
linea divisoria de una manera clara y precisa entre todos los indivi23
duos pertenecientes á una y otra , á ser verdadera la doctrina de los ?
poligenistas . Claro está que si comparamos solamente el individuos
02
más hermoso de la primera con el más feo de la segunda , com
suele hacerse cuando se quiere dar una somera idea de entrambas,
entonces la linea divisoria no será muy difícil de trazar ; hasta los
más lerdos podrán describirla , siendo tan grande la diferencia que
media entre un georgiano bien conformado y un negro bozal. Pero
éste no es modo de estudiar á fondo las cosas ; para ello hay que
poner en parangon el conjunto de caractéres de una raza con el
conjunto correspondiente de los de la otra , haciendo esta compa = '
racion en muchos indivíduos . ¿ Cuáles son , pues, estos caractéres ? " ?
Los principales se refieren al color de la piel , á la coloracion yesilo
tructura del cabello , á la fisonomía del rostro , á la conformacion del
cráneo y del bacinete , al sudor, finalmente , despedido por los india
víduos de una y otra raza . Veamos de decir algo sobre cada una de
>
estas propiedades .
El color de la piel es lo que más suele llamar la atención de los ?
ignorantes. Voltaire , el pensador inás profundo de los filósofos suo .
perficiales, como en cierto lugar le llama el conde de Maistre , eseri..?
bió por esta causa las siguientes palabras : “ El primer blanco que
vió a un negro debió quedar con su vista bien admirado ; el pensa
dor, empero , que me asegura haber sido producido éste de aquél
me causa á mí mayor admiracion todavía . „ No hubiera tenido cier-
tamente por qué admirarse el incrédulo filósofo de Ferney si , en tu
gar de gastar su tiempo en burlas y sarcasmos contra el Cristianis
mo , hubiera estudiado á fondo la cuestion para no hablar con tanta
confianza de lo que no sabía . El color negro no es tan exclusivamen
te propio de la raza etiópica , ni el blanco de la caucásica , que no ?
hayan aparecido repetidas veces invertidos. Hipócrates cuenta detí
una señora casada con un hombre blanco como ella que tuvo un
Unidad de la especie humana . 587

hijo negro como un etiope , siendo por esta causa acusada de adul- .
terio y defendida por el mismo , á quien le debió la vida . Lepelletier X
refiere un caso semejante, diciendo que de padres manifiestamente
blancos y en quienes no era posible sospechar comercio alguno ili
cito con algun negro , nació un niño con el pelo lanoso y crespo del
negro , y con la tinta , fisonomía y formas del mulato .
Estos dos ejemplos no son en verdad decisivos para el propósito
de que vamos tratando , porque al fin y al cabo podemos tener en
ellos un simple caso de atavismo, no sabiendo cuáles fueron los an
tecesores del padre ó de la madre de los mencionados niños ; pero
no faltan otros que no pueden admitir la menor réplica por parte de
nuestros adversarios . Los abisinios son negros , morenos y casi blan
cos , sin embargo de pertenecer al tipo semítico , cuya fisonomía con
servan , cuya lengua hablan y cuyos caractéres usan en su modo de
escribir á lo fenicio. Los tuariks , piratas del Sahara , descendientes
de los antiguos libios , en algunas comarcas son blancos , y en otras
partes, por el contrario , tienen la piel amarillenta y áun negra , sin
que en ellos se adviertan ni los cabellos lanosos ni los rasgos carac
terísticos del negro ; lo cual no es muy de extrañar, sin embargo ,
porque ellos ningun comercio tienen con los negros , a quienes des,
precian , ni admiten para la procreacion de sus hijos alianza alguna
con los de otros pueblos. Los judíos en los países septentrionales de
Europa son blancos ; en Portugal atezados; en la provincia de Co
chin y ,en Africa, en el reino de Haussa , negros completamente ; sin
que esto se pueda atribuir á su cruzamiento con otras razas , porque
ellos no se casan sinó con los de su nacion , conservando en todas
partes los mismos instintos , las mismas costumbres. Finalmente, de
los fellatahs, pueblos que ocupan la vasta region que se extiende
desde el Niger hasta el fin de la Senegambia , escribe Godron lo si
guiente : “ El color de su piel es generalmente oscuro , pero pasando
por los variados matices del trigueño , rojizo , cobrizo , bronceado, y
algunas veces simplemente blanco oscuro . En el wauwon su tinte no
es más prieto que el de los españoles y portugueses de la clase in
ferior, y por otra parte , á veces obtiene un grado decididamente
negro . Richard y John Lander, que han vivido durante un tiempo
bastante largo en medio de los fellatahs del Niger, dicen positiva
mente que tienen un tinte moreno ó un negro de hollin . Denham
y Claperton han visto tambien un fellatah , de edad de unos cin
cuenta años , negro como el carbon , con una nariz encorvada, it
los ojos grandes y la barba muy espesa . Y sin embargo, esta colora
588 Unidad de la especie humana .

cion se muestra independientemente de toda alianza con los negros


sus vecinos ; porque se distinguen muy bien , por la conformacion tan
característica del cráneo y de la cara , los fellatahs de raza pura de
aquellos cuyos caractéres han sido alterados con la mezcla de sangre
negra , ' .
Véase , pues , qué valor puede tener el color de la piel en órden á
la distincion de especies humanas , cuando en una misma raza se
notan todos los matices que pasan desde el blanco hasta el negro
de una manera insensible ; cuando esto mismo sucede en el pueblo
judío , de quien consta con certeza haber tenido por único padre á
Jacob. Sea cual fuere la causa física que hace transformar el color de
la piel , sobre lo cual no se puede dar una razon satisfactoria toda
via en el estado actual de la ciencia , es lo cierto que esta transforma
cion es un efecto natural , sin que por él nos sea lícito recurrir a la
multiplicidad de especies. Lo mismo sucede en los animales , entre
los cuales las gallinas, por ejemplo , pasan con la mayor facilidad
del color blanco al negro, si no se tiene cuidado de impedirlo . " Por
esta falta de precaucion , escribe Quatrefages, se ha desarrollado
este linaje de gallinas negras en varios puntos del globo , entre otros
en las Filipinas , en Java , en las islas de Cabo - Verde y sobre la me
seta de Bogotá , donde todos estos animales proceden de origen
europeo ,
Todos venimos al mundo provistos del aparato secretorio del
Digmentum , ó materia colorante depositada entre la dérmis y la epi
dérmis , materia á la cual se debe el color especial de la piel; pero
esta sustancia en unas razas toma un color y en otras otro , merced
á las particulares circunstancias á que se hallan sometidos los hom
bres en las distintas regiones del globo. “ Las diferencias de colora
cion , dice el citado profesor de Antropología , se explican con base
tante facilidad. Hoy es ya cosa sabida , sin que pueda haber lugar
á la duda , que la piel del negro tiene exactamente la misma com
posicion que la del blanco . En uno y otro se encuentran las mis
mas capas , la dérmis , el cuerpo mucoso y la epidérmis, con la mis
misima estructura en todas ellas : sólo que estas capas son más
gruesas en el negro . En estas dos grandes razas , el cuerpo mucoso,
colocado entre los otros dos , es el asiento de la coloracion . Hállase
formado por celdillas de un amarillo pálido en el blanco-rojo, de

I Godron , De l'espèce et des races , etc., t . 11 , págs. 164-165 .


2 De Quatreſages , L'espèce humaine , liv. I, chap . v , n . 2 .
Unidad de la especie humana . 589

un amarillo más o menos oscuro en el blanco -moreno , de un more


no negruzco en el negro. Como por otra parte influyen en el órga
no las causas exteriores , se modifica con esto la secrecion colorada .
Simon ha demostrado que las pecas no son sinó puntos de la piel
del blanco que presentan los caractéres de la piel del negro , y ya se
sabe que una insolacion desacostumbrada en los hombres y en las
mujeres de nuestra raza , así como tambien la prenez entre estas úl
timas , son suficientes para determinar la aparicion de estas man
chas ' " ¿ Qué tiene de extraño , continúa el mismo autor, el que un
conjunto de circunstancias, entre las cuales figuran un calor cons
tante , una luz viva , etc. , extienda al cuerpo entero y haga durables
estas modificaciones , circunscritas y pasajeras entre nosotros? 'En
resolucion , el color de la piel depende de cierta secrecion que pue
de ser modificada por una multitud de circunstancias , como sucede
en otras muchas cosas . Hé aquí por qué el indio ( ario ), el bichari
y el moro ( semitas ), aunque de raza blanca , toman el mismo tinte
y áun un tinte más subido que el negro propiamente dicho . Hé
aquí tambien por qué éste se acerca en ciertos casos á los pueblos
más ó ménos morenos que pertenecen al tipo blanco , ó toma un
color que tira mucho al de las razas amarillas , .
* Efectivamente , la preñez suele producir algunas veces en la piel
de las mujeres el género de coloracion arriba dicho ; así como tam
( bien da mayores proporciones a la aureola negra del pezon mamilar,,
y áun es causa alguna rara vez de fenómenos mucho más maravi
llosos. Camper cuenta de una señora distinguida y de muy blanca
tez que , cuantas veces quedaba embarazada, se iba inmediatamente
ennegreciendo hasta el punto de convertirse en una verdadera ne
gra , desapareciendo despues con el parto este color temporal , y
volviendo á mostrarse de nuevo el primitivo ; y Bonmare , citado por
Blumenbach , hace mencion de una mujer francesa en quien tuvo
lugar un ejemplo semejante 3.
Lo contrario suele suceder á los negros , que , perdiendo su color
ordinario , se ven á veces atacados del albinismo, tomando todo su
cuerpo y áun sus cabellos un color blanco mate , que les dura toda
su vida , y que aun es transmitido por la generacion á los hijos. Mas
no se crea que este fenómeno se verifica entre los negros solamen

1 De Quatrefages, L'espèce humaine, cap. v.


2 Idem, ibid ., chap. v, n . 2 .
3 Pozzy, La terre , etc. Appendice, pár. 2, D. La couleur de la peau , etc.
-590 Unidad de la especie humana .
te ; es comun á todos los pueblos del género humano , aunque entre
los negros suele suceder con más frecuencia. Blumenbach hace
mencion de una familia de albinos en Montet , en el canton de
Friburgo ' ; y segun Godron ? , no hace muchos años que existia aun
en Choisy - le- Roy , cerca de Paris , una familia cuyos individuos pre
sentaban en la piel la coloracion albina . El difunto cardenal Wise
man 3 refiere un ejemplo semejante observado en una familia muy
distinguida que vivía en las cercanías de Roma y contaba muchos
indivíduos de esta clase.
Lo dicho basta para persuadirse de que el color de la piel nada
tiene que ver con la multiplicidad de especies , y de que sólo sirve
para probar la diversidad de razas , sea cual fuere el modo en que la
naturaleza ejecuta en los hombres este tránsito de un color á otro.
La coloracion y la naturaleza del cabello , que suelen ser también
varias en las diferentes razas del género humano , ¿ tendrán acaso
alguna mayor fuerza demostrativa en favor del poligenismo ? De
ninguna manera : ántes bien su estudio atento y diligente nos con
duce en la misma forma á no ver en ellas sinó el signo distintivo de
la diversidad de razas . Por lo que hace á la primera, nada tenemos
que observar distinto de lo que acabamos de escribir con respecto a
la coloracion de la piel . Ambas dependen de una misma causa , del
pigmentum arriba mencionado, y por lo mismo suelen guardar entre
si constante relacion. Sin embargo, todavía es más variable la colo
racion en el cabello que en la piel , puesto que en una misma
persona pasa á veces del negro al blanco , ya por razon de la
edad , ya tambien á consecuencia de alguna afeccion moral profun
da , como una tristeza suma ó un temor repentino. Los hombres de
una misma raza presentan la variedad más completa en los colores
del cabello , tanto que con ellos podemos formar una serie continua
de matices que principie en el blanco y acabe en el negro . Los ca
bellos del hombre son rubios , castaños, rútilos , rojos, pardos y ne
gros , y tienen otros mil matices con que se unen estos colores entre
sí . Ninguno de estos colores son propios y exclusivos de raza al
guna , ninguno por consiguiente forma carácter especifico, sinó,
cuando más, de raza solamente .

1 Blumenbach , Medicinische Bibliothek , tomo 11 , pág. 545. ( Citado por Godron


De l'espece , etc. , tomo II , pág. 151. )
.2 Godron , 1. cit.
3 Wiseman , Discursos sobre las relaciones, etc. , libro 1 , discurso tercero , prime
ra parte ,
Unidad de la especie humana . 591

En cuanto a la naturaleza del cabello , alguna mayor dificultad se


podría ofrecer; pues el carácter lanudo y ensortijado del cabello de
los negros parece muy distinto del largo y ahebrado de los blancos.
Pero esta dificultad se disipa al momento con sólo poner alguna
mayor atencion en el asunto . En primer lugar, no se debe creer que
el pelo de los negros sea verdadera lana . Prichard lo ha examinado 8

cuidadosamente a la luz del microscopio , advirtiendo en él la falta


de angulosidades y asperezas que dan á la verdadera lana la forma
de sierra. “ De las observaciones practicadas, dice , resulta con per
fecta evidencia que el negro tiene cabellos propiamente dichos , y
no lana. La principal diferencia entre los cabellos del negro y los
del europeo consiste simplemente en que los unos son más rizados
y mas crespos que los otros ; y ésta no es realmente sinó una dife
rencia de más á menos, puesto que en algunos europeos tambien
los cabellos se presentan excesivamente crespos. Hay tambien otra
diferencia, á saber : la mayor cantidad de sustancia colorante que se
nota en los cabellos del negro. Es muy probable que esta particu
laridad se halle intimamente relacionada con la anterior , en térmi
nos de que quizá hasta debe ser considerada como su verdadera
causa ,, . Ademas, aunque fuera verdadera lana , no por eso habría
razon para hacer de esto una propiedad específica. En los animales
el pelo se convierte en lana , y viceversa , segun sean diferentes las
circunstancias del medio en que se les coloca ; por consiguiente , lo
mismo podrá acaecer esto en el hombre , sin que por ello haya ne
cesidad de recurrir a la diversidad de especies . " El vellon lanoso de
nuestros carneros, escribe Quatrefages, es reemplazado por un pelo
corto y liso en una parte del Africa. En América sucede lo mismo
con los carneros del Magdalena cuando no se les esquila ; y , por el
contrario, en las altas montañas de los Andes los jabalíes adquierep.
una especie de lana basta , 2. Finalmente, comparando uno con otro
el pelo de las diferentes variedades humanas , se encuentra una serie
continua desde el cabello del blanco hasta el del negro, pasando por
cambios verdaderamente insensibles; lo cual indica con toda clari
dad que las diferencias están muy lejos de ser específicas por esta
parte . Lo mismo podríamos decir acerca de la barba , que en unas
razas es muy poblada y en otras muy tenue , en unas de un color y

[ Prichard, citado por Pozzy en su excelente obra : Le terre et le récit biblique


Appepdice, pár 2, D , pág . 479.
2 Quatrefages, l. cit . , liv. 1 , ch , v , n. 3 .
592 Unidad de la especie humana .

en otras de otro . Ciertos pueblos tienen la costumbre de arrancarse


los pelos de ella , razon por la cual seimaginaron erróneamente
algunos viajeros que estas gentes eran naturalmente imberbes. Ale
gun fundamento , sin embargo , no faltaría para calificarlos de este
modo , porque de suyo tienen la barba muy poco poblada . Esto
empero en nada perjudica á nuestra tésis , puesto que entre los mis
mos europeos no faltan tampoco barbilampiños , siquiera sean pocos
en número ; así como tambien hay pueblos entre tos americanos
puros á quienes crece la barba como á los blancos de Europa. Los
chepewyanos en la América septentrional , los patagones , los gua
tos , los guaranis y los guarayos en la meridional pertenecen a esta
clase , sin que pueda ser atribuido este fenómeno al cruzamiento de
sus razas con las de los blancos .
En esto , como en las demas cosas , la naturaleza es muy varia,
segun son varias tambien las circunstancias en que obra . Así como
en unas partes cria gentes desprovistas casi totalmente de materia
cabelluda , en otras les reparte esta sustancia con verdadera profu
sion . Todos sabemos cuán extraordinario debió ser el vello de
Esaú , pues su hermano Jacob pudo engañar á Isaac , padre de en
trambos , ya ciego por la vejez, cubriéndose la cara y las manos
con las pieles de los cabritos que acababa de matar para prepararle
la cena. En 1774 vió el célebre Buffon un ruso que tenía cubierta de
pelo toda la cara y hasta la frente misma ; y los ainos , hombres de
la raza kuriliana , suelen ser tan peludos que á algunos de ellos casi
todo el cuerpo se les cubre de pelo , llegando á brotar esta sustan
cia hasta en el mismo espinazo .
Pero vengamos ya á las facciones del rostro , que suelen llamar
tanto - la atencion de los observadores , y en las cuales han preten
dido algunos hallar una diferencia verdaderamente específica entre
el negro y el blanco . En ellas tambien tenemos lo mismo que aca
bamos de escribir acerca del cabello y del color de la piel . Si todos
los negros estuvieran cortados segun el mismo tipo , de suerte que
sus facciones fuesen propias y exclusivas de esta raza , y ningun in
divíduo se encontrase en las otras que en una manera ú otra las
imitase ; entonces habría razon para dudar por esta parte. Pero nada
si
de esto sucede ; ántes hay negros á quienes la forma de la cara ,
no fuera por el color distintivo de su raza , los colocaría entre los
verdaderos blancos . Blumenbach observa que entre los etiopes de
pura raza hay cierta clase de hombres de forma tan hermosa y ele
gante que , hecha abstraccion del color, con dificultad se les podria
Unidad de la especie humana . 593

distinguir de los europeos ' . Prichard , hablando de un negro del


África central , escribe tambien estas palabras: “ Si en lugar de ser
negro fuera blanco el color de la piel , nada habría en su cara por
donde se le pudiese discernir de un europeo , ? . Este mismo autor
dice tambien con referencia á Barbot, que en ciertas poblaciones
negras de la Costa de Oro “ los hombres son generalmente bien
formados y tienen la cara agradablemente ovalada , los ojos brillan
tes , pequeñas las orejas, los dientes menudos , blancos y bien dis
puestos, los labios frescos y encarnados , mucho menos gruesos y
colgantes que los negros de la costa de Angola , sucediendo lo pro
pio á la anchura de su nariz ,, 3. De los habitantes de Timbuctu,
pertenecientes a la Nigricia , hace Caillié la pintura siguiente : “ Son
de estatura regular, bien formados y derechos , y andan con paso
firme: su color es de un hermoso negro subido , y la nariz algo más
aguileña que la de los mandingos , y tienen , como éstos , los labios
delgados y los ojos negros , 4. Lo mismo escribe Godron de los
yoloffs, los mandingos , y otros pueblos negros del África. “ Hay
poblaciones casi enteras de negros , dice , que no tienen la cara
comprimida, cuales son los yoloffs, los mandingos , los habitantes
de Hausa y de Kachena, los del curso superior del Niger, etc. Segun
Bodwich , la nacion de los ashantis ofrece, sobre todo entre los
hombres de la clase superior, no sólo bellas formas , mas tambien
con frecuencia rasgos comparables á los del tipo griego . Bien lejos
están ellos de llevar el hocico de mono que gratuitamente se atri
buye a todos los negros . Finalmente , Bory de Saint- Vincent, du
rante su exploracion de Argelia , ha hecho pintar negros que , para
servirme de sus mismas palabras , serían blancos si se les pudiera
cambiar el color de la piel. La ausencia del prognatismo 5 , lleva
consigo en los negros la posicion vertical de los dientes incisivos, y
modifica profundamente la abertura del ángulo facial, en términos
que este ángulo no puede ya , como se lo había imaginado Virey,
suministrar un carácter de gran distincion entre ellos y los europeos..

I Blumenbach, Decas prima collectionis suae craniorum diversarum genti rim illua
strata . Gottingae, 1820.
2 Prichard, Histoire naturelle de l'homme, trad . franc ., tomo 1 , pág. 400 .
3 El mismo, l. cit., tomo 11, pág . 2 .
4 Caillie, Travels through central Africa, London, 1830. ( Citado por Wiseman,
discurso tercero , segunda parte. )
5 El prognatismo consiste en la prominencia de las mandíbulas , la cual hace to
mar á los dientes incisivos la posicion oblicua.
38
594 Unidad de la especie humana .

Por otra parte , en la raza caucásica hay hombres que tienen inclina
dos los dientes incisivos , como yo mismo los he podido observar, y
otros se distinguen por la nariz remachada ó por los labios gruesos
de los negros , ' .
Sobre esto del ángulo facial, que tanto ruido ha metido, en el
mundo , y á que han apelado tambien los poligenistas para hacer
del negro una especie humana distinta de la blanca , escribe sabia
mente Pozzy : “ Observemos, finalmente , en orden a las modifica
ciones que presentan los diferentes tipos humanos por razon del
angulo facial, que estas modificaciones dependen esencialmente de
la posicion de la mandibula superior , y no de la direccion más ó
ménos oblicua que pueda tener la linea frontal , porque bajo este úl
timo aspecto las diferencias nacionales ó típicas son harto menores
que las diferencias individuales . Si en lugar de hacer llegar hasta
la parte más prominente de la mandíbula superior la línea bajada
desde la raíz de la frente , como quería Camper, la pasaramos por
el punto de encuentro de la base de la nariz y del labio superior, se
veria que esta línea se halla tan levantada en las cabezas de los ne
gros como en la mayor parte de las cabezas europeas , ?,
De lo dicho se infiere que en las facciones del rostro no presenta
la raza negra carácter alguno por el cual la hayamos de considerar
como una cierta especie separada ; veamos ahora si la conformacion
del cráneo ofrece algun motivo más poderoso para seguir la doctri
na del poligenismo . Tres cosas principalmente se encierran en esta
cuestion : Primera , la capacidad del cráneo ; segunda , su forma;
tercera , la posicion del orificio occipital . En cuanto á lo primero,
Tiedemann, sirviéndose de un procedimiento muy exacto , comparó
47 cráneos etiópicos con 71 de la raza caucásica , deduciendo de
estos estudios que la capacidad media de los unos no es inferior á
la media de los otros . Brocca , Morton y otros han llegado á un re
sultado opuesto , hallando ser algo mayor la capacidad de los crá
neos europeos. Pero las observaciones de estos mismos sabios de
muestran que es muy varia por una parte la capacidad de los crá
neos de la raza negra , y por otra que en algunos negros sobrepuja
á la que se encuentra en varios europeos . “ El doctor Morton , que
ha medido por el método de Tiedemann 256 cráneos de las princi
pales variedades del hombre , escribe Godron , ha llegado a la con

I Godron, De l'espèce et des races, etc. , tom , 11, liv, 111, chap. v, pág . 385.
2 Pozzy , La torre et le récit biblique. Apéndice , par. 2, A, pág. 463.
Unidad de la especie humana . 595

clusion de que los cráneos pertenecientes á la raza blanca le han


dado un minimum de capacidad evaluado en 75 , y los cráneos de los
negros un máximum de 94. De donde resulta que hay negros cuyo
cerebro se halla más desarrollado que el de algunos europeos , ' .
Este resultado , como se ve , es enteramente contrario al poligenis
mo , puesto que revela existir una cierta especie de fusion entre la
raza blanca y la negra por este lado . Quatrefages todavía pone más
en claro esta consecuencia , disponiendo en série decreciente las
cantidades medias obtenidas por Morton . Despues de trazar el cua
dro donde aparecen estas medidas en la forma dicha , escribe las si
guientes lineas : “ Este cuadro , tomado de uno de los apóstoles más
eminentes del poligenismo , me parece bastante eficaz para hacer re
Hexionar á todo el que desea guiarse por los hechos . En él vemos
á los chinos colocados por su capacidad media del cráneo debajo
de los polinesios , de los negros de África , de las tribus salvajes de
la América del Norte. ¿ Es éste el punto que les asigna su civiliza
cion ? Ademas , en el cuadro de Morton los negros criollos de Amé
rica quedan debajo de los negros de África por el menor desenvol
vimiento de la misma cavidad. Meigs ha confirmado este hecho cu
rioso por muchos títulos , y da números todavía más distantes :
80,8 para los primeros , 83,7 para los segundos . Y sin embargo,
todos los testimonios están unánimes en reconocer que los negros

nacidos en América son intelectualmente superiores á sus hermanos


de África. El mismo Nott lo confiesa tambien . Entre ellos , por con
siguiente , la inteligencia crece cuando la capacidad craneana dis
minuye ,, ?
La forma del cráneo de la raza negra es generalmente alongada,
deprimida en la region frontal y comprimida por las sienes ; pero no
carece de numerosas excepciones que quitan a este carácter toda su
importancia , y le hacen entrar en la esfera de las meras variedades
de raza. " Si es verdad , escribe á este propósito Godron , que la
forma craneana de la raza negra se aproxima á los caractéres que
los autores le han señalado , las excepciones son tan numerosas entre
una y otra nacion negra , y todavía más en un solo y mismo pueblo,
que bajo este aspecto estamos muy lejos de hallar aquella estabi
lidad tan notable que se advierte en los cráneos de los animales
adultos pertenecientes á una misma especie salvaje. No varia ménos

1 Godron , De l'espèce et des races, etc. , tomo 11 , pág. 388 .


2 De Quatrefages, L'espèce humaine, liv . ix , chap. xxx , p . 2 , pág . 284.
596 Unidad de la especie humana .

el cráneo del europeo : no faltan tampoco entre los europeos cráneos


alongados, estrechos por la parte de las sienes , y con la frente
echada hacia atrás. E. Geoffroy Saint -Hilaire y M. Serres han ha
llado , como yo mismo lo he visto , el primero en las catacumbas de
Paris, y el segundo en un cementerio antiguo que rodeaba a la torre
de Saint - Jacques - la -Boucherie , ejemplares de cráneos que parecian
pertenecer á casi todas las razas humanas conocidas . Weber ha lle:
gado , por el estudio de los cráneos de diferentes naciones, a de
mostrar el hecho de que en ninguna nacion existe un carácter per
manente tocante á la conformacion del cráneo . Alc . d'Orbigny y
doctor Parchappe han sacado de sus observaciones y estudios las
mismas conclusiones "
La relacion que guardan entre sí los dos diámetros del cráneo,
antero -posterior y transversal, pertenece tambien al punto que es
tamos ahora examinando , y de esta relacion , no menos que de lo
ya dicho , se desprenden conclusiones contrarias á la doctrina del
poligenismo . El mismo Quatrefages presenta un resúmen de todas
ellas , despues de haber copiado los dos cuadros de índices cefálicos
de las razas humanas trazados por M. Pruner Bey y por M. Broca.
De la inspeccion de los dos cuadros , escribe, resulta que entre
los índices 0,74 y 0,79 está encerrado el número mayor de razas
pertenecientes á los tres tipos fundamentales y originarias de todos
los países del mundo . Juzgo que la verdadera mesaticefalia debe
estar comprendida entre estos límites ; no intento , sin embargo , se
cambien los ya adoptados . Estos cuadros dan harta materia para
otras reflexiones, de las cuales indicaré tan sólo las principales.
M. Pruner Bey ha llevado sus cálculos hasta las milésimas, y M.
Brocca los ha extendido hasta las diezmilésimas. Yo me he quedado
en las centésimas para que el ojo perciba más fácilmente la série
formada por estos números , tan importantes en la diferencia carac
terística de las razas . Téngase bien presente que la mayor parte de
las diferencias son medias , tomadas sobre un cierto número de cra
neos . Si de cada raza se tuviera un número suficiente de sujetos, y
se pusiera en série el índice de cada uno de ellos , á buen seguro
que la distancia del uno al otro no sólo no sería mayor de 0,01 , sinó
que bajaría hasta 0,001 y más allá. El paso de un individuo a otro
por grados insensibles está aquí puesto fuera de toda duda , lo mismo
que en las diferencias de talla .

1 Godron , l. cit . , págs . 386.387 .


Unidad de la especie humana . 597

“ Es inútil insistir largamente sobre el entretejimiento de las dife


rentes razas , puesto en tan grande evidencia por los dos cuadros.
Vése que el mismo indice pone una junto á otra á las razas aparta
das , al aleman del Sud junto al annamita , al breton junto al kal
muk , al belga junto al tagalo , al parisiense junto al malayo , al ita
liano junto al maorí , etc. , y que por sus índices diversos las razas.
blancas se hallan dispersas en medio de casi todas las razas de color.
No necesito entrar de nuevo en consideraciones sobre las consecuen
cias que de estos hechos se desprenden en órden á la cuestion del
monogenismo ,
En efecto, las consecuencias no pueden ser más evidentes, y así
no necesitan de ulterior explicacion ; la doctrina de la unidad de la
especie humana está aquí altamente proclamada por los hechos.
Otro hecho que tambien la pregona es el relativo á la posicion que
ocupa el orificio occipital por donde la cabeza se comunica con la
cavidad de la médula espinal . Semmering había emitido la idea
de que este agujero se halla más atrás en los negros que en los
blancos, recibiendo de ello gran contento algunos transformistas,
que veían en esta supuesta propiedad de la raza negra una cierta
aproximacion hacia los monos. Pero Brocca ha puesto las cosas en
su yerdadero punto , haciendo ver que , por el contrario , el referido
agujero está más adelante en los negros que en los blancos , medida
la cabeza como se debe medir , esto es , descontando la distancia
que nace de la prominencia de la mandíbula superior , la cual no
pertenece propiamente al cráneo , sinó al prognatismo de la cara .

Sæmmering, escribe Quatrefages, expresó el pensamiento de que
el agujero occipital está en el negro más atrás que en el blanco, y
esta opinion , que parecía ser confirmada por ciertas medidas, fue
fácilmente aceptada por ciertos antropólogos , que veían en este
hecho un carácter monesco . Pero no se llegó a este resultado sinó
apreciando la posicion del orificio con relacion , á la longitud total
de la cabeza , sin excluir de ella la cara . Ahora bien ; es cosa evi
dente que , desarrollándose ésta hacia adelante por efecto del prog
natismo , había de parecer echarse otro tanto hácia atrás el mencio.
nado orificio .
„ Las investigaciones de M. Brocca sobre las proyeccion es cranea
nas permiten plantear en modo conveniente este pequeño proble
ma, y dar de él una solucion satisfactoria . M. Brocca ha comparado 60

I Quatrefages , L'espèce humaine, liv, ix , chap, xxx , n . 2 , pág . 277 .


598 Unidad de la especie humana .

europeos con 35 negros. Representando por 1.000 la proyeccion total;


halló que en los primeros la proyeccion anterior está representada
por 475 , y por 498 en los segundos . Por consiguiente , el borde anterior
del agujero occipital dista más en el negro que en el blanco del bor
de de los alvéolos , y la diferencia es de 23. Pero en esta proyeccion
se halla comprendida tambien la facial ademas de la craneana an .
terior , y la facial es de 65 para el europeo y de 138 para el negro :
por donde , descontada ésta , queda superior el negro al blanco en
la otra, siendo la diferencia de 50. Estos números nos enseñan que
el orificio occipital , relativamente al cráneo á que pertenece , está
colocado más adelante en el negro que en el blanco , ' .
En la conformacion del bacinete de los negros han querido tam
bien algunos poligenistas fundar sus teorías ; pero esta parte del es
queleto humano no les es más favorable que cuanto acabamos de esa
cribir sobre las demas propiedades de la raza negra . Aunque el
bacinete, escribe Godron , sea generalmente más oblicuo , y esté mé
nos ensanchado en los negros , sin embargo , este carácter no es
constante entre ellos y se halla ademas en otros grupos humanos
cuales son los bosquimanos, los botocudos, etc. Por lo demas , no es
posible , despues de los trabajos de Vrolik y de Weber , atribuir ana
importancia exagerada a la configuracion de esta parte del cuerpo,
que varía tanto como la cabeza en cada una de las agrupaciones de
la espécie humana , 2. En la misma forma se expresa tambien de
Quatrefages, diciendo : “ Háse insistido principalmente en la vertit
calidad de los ileons y en la extension del diámetro antero -posterior
del bacinete negro , con aire de querer recordar lo que se ve entre
los mamíferos en general y entre los monos en particular. Pero los
mismos rasgos anatómicos se encuentran extremadamente delinea
dos en los fetos y en los niños áun de los mismos blancos . Estos
rasgos persisten , sobre todo el primero , hasta la edad de siete años
у áun más adelante . Por tanto , su existencia en el negro no es otra
cosa sinó el resultado de una paralizacion relativa en la evolucion
de esta parte del esqueleto. Aquí tambien hay un carácter feral
un carácter infantil, y no un carácter de animalidad , 3 .
Este decantado carácter animalesco tambien lo han pretendido
hallar algunos transformistas en la mayor longitud del brazo de los

| Quatrelages, L'espèce humaine, n . 2 , págs. 280-281 .


2 Godron , l. cit., pág. 389 .
3 Quatrefages, l. cit. , liv. ix , chap. xxx , n . 5 , págs. 294-295 .
Unidad de la especie humana . 599

negros, en la conformacion de la pantorrilla y en la prominencia del


talon . Pero nada de esto sirve á los tales novadores , como ni tam
poco á los secuaces del poligenismo, porque todas estas particula
ridades se encuentran tanıbien á veces en indivíduos de la raza cau
cásica, al paso que hay negros que carecen de ellas. Por donde con
justísima razon podemos concluir que todos estos fenómenos son
debidos únicamente a las circunstancias especiales de los tiempos y
lugares en que obran las fuerzas de la naturaleza humana , abando
nada á si propia y no guiada por seleccion alguna. “ Hay muchos
negros, escribe el ya citado Godron , que en la proporcion de los
miembros y del tronco no se diferencian de la mayoría de los eu
ropeos, y entre éstos no faltan personas , y nosotros conocemos al
gunas de ellas , que tienen los miembros superiores desproporciona
damente largos . La conformacion de la pantorrilla de los negros se
halla en casi todos los polinesios , en muchos americanos , y áun en
hombres de la raza caucásica , por ejemplo , en los indios . Por lo que
hace al talon saliente de los negros , falta mucho para que esta par
ticularidad se pueda atribuir a todos ellos , y por otra parte no deja
de aparecer tambien alguna vez entre los europeos , !,
En efecto ; en la costa occidental del África hay tribus negras en
quienes no aparece el talon saliente hacia atrás. “ En sus extremos,
escribe Quatrefages comparando á los negros con los blancos , estas
dos razas son perfectamente distintas . Mas en la Abisinia , por ejem
plo , donde se han encontrado y mezclado desde muy antiguo , no
es ya ni el tinte , ni las facciones de la cara , ni la cabellera , lo que
caracteriza á los negros, sinó únicamente la prominencia exagerada
del talon . Mas a su vez este carácter pierde todo su valor en la cos
ta occidental del Africa, donde tribus negras enteras tienen el pié
conformado lo mismo que nosotros , 2 .
Finalmente , por lo que toca al olor particular de los negros, tan
insoportable en algunos de ellos , no hay cosa que merezca especial
refutacion . Todos y cada uno de los hombres despiden su olor pro
pio, y de ello son buenos testigos los perros, que distinguen á sus
amos por el olfato . Por consiguiente , el olor particular de los negros
no es sinó una manera determinada de traspiracion , que puede pro
venir de ciertas circunstancias especiales. Y de ellas proviene en
efecto , porque los negros trasportados de África á los Estados - Uni

1 Godron , l . cit., pág . 390.


2 Quatreſages , l. cit., liv , i, chap. VI , pág . 43 .
600 Unidad de la especie humana .

dos lo pierden con el tiempo . Quatrefages escribe de Lyell que ,


visitando este geólogo las iglesias de negros en Savannah , observó
que “ el olor característico de la raza negra no se dejaba allí sentir
en manera alguna , ' . Cada raza parece que tiene su olor propio : los
indios del Perú distinguen por el olfato el olor despedido por los eu
ropeos , por los indígenas de América y por los negros , y tienen
nombres para designar cada uno de estos olores . El de los eu
ropeos lo señalan con el nombre de olor de pesuña , el de los indi
genas americanos con el de posco , y el de los negros con el de gra
jo. Los chinos sienten en los europeos un olor especial que á nos
otros se nos pasa desapercibido , al menos cuando no suda el cuer
po . Ellos , á su vez , así como tambien los malayos, los tártaros, los
tibetanos, los indios de América , los caraibas , y aun los árabes,
tienen el suyo propio. Entre los mismos europeos, los que son rojos
despiden un olor fuerte y distinto del ordinario cuando sudan ?
Por otra parte, el perro turco , con su traspiracion abundante y
distinta de la de los otros perros , nos está diciendo abiertamente
que en esta materia puede tambien caber una variedad suma dentro
de la especie ; pues sabido es que todos los perros del mundo , en
sentir de los mejores naturalistas, pertenecen á una misma y sola es
pecie , sin que con esto queramos decir que todos ellos han salido
de un solo y mismo vientre .
Con la traspiracion particular de los negros se junta otro fenóme
no que tambien han querido aprovechar algunos en favor del poli
genismo . Nos referimos al pediculus nigritarum , que tambien Dar
win ha sacado á relucir con la mira de corroborar los argumentos
de su doctrina transformista. Los negros, en efecto , crian un para
sito que sólo en ellos se desarrolla ; esto , empero , nada dice que a
mil leguas se aproxime á lo que tanto los poligenistas como los dis :
cípulos de Darwin sustentan en orden a la naturaleza del hombre,
" Para responder a esto , dice el sabio cardenal Wiseman escribien
do sobre esta materia , me contentaré con afirmar que hay otros
ejemplos de naturaleza análoga en que es imposible explicar la exis
tencia de cierta clase de insectos antes que haya existido la cosa
misma que les sirve de morada y de alimento , por ejemplo , el tinea
ó tiña que aparece en la lana peinada y no la toca jamás cuando
está en sucio. ¿ Dónde existía el animal antes que hubiese lana lava

1 El mismo , l. cit., liv . vii , chap . XXII , D. II , pág . 191 .


2 V. Godron , l. cit., págs . 216-217 .
Unidad de la especie humana . 601

da y peinada ? ¿ Debemos considerar la lana lavada y no lavada


como dos especies diferentes porque el mismo animal no puede
vivir en las dos ? La larva del vinopota cellaris no puede vivir
-más que en el vino ó en la cerveza : otro insecto descrito por
Reaumur desprecia todos los alimentos ménos el chocolate. (Véa
se á Kirby y Spence , Introd . to Entomologie, 4. edic. ) . ¿Cómo y
dónde vivían estos animalitos antes que se fabricase lo que es ahora
su alimento exclusivo ? Porque nadie supondrá que se hayan ha
llado jamás estas sustancias preparadas anticipadamente de manos
de la naturaleza. Estos casos son exactamente de la misma espe
cie que el que se ha objetado ; mas hay un ejemplo de todo pun
to semejante, de un insecto que causa una enfermedad al cerdo do
méstico , y que no se halla en el montés , aunque es cosa averigua
da que el primero ha procedido del segundo , ' .
Sabido es que la sangre de algunos hombres mata o daña á algu
nas sabandijas que se alimentan con la de otros muy á su placer
mortificándolos con sus picaduras. ¿ Qué tiene , pues , de extraño que
el pediculus nigritarum se nutra con la sustancia de la raza negra ,
y no guste de la nuestra ? Unas mismas sanguijuelas se agarran bien
á unos , y no quieren chupar la sangre de otros . Serán por eso los
tales hombres de especies diferentes ? Refiere el Dr. Constantino Ja
mes que lo que acabamos de observar sobre las sanguijuelas le su
cedió á él mismo con dos hermanas gemelas , las cuales habían te
nido la desgracia de herirse cayendo juntas de una altura respetable.
Llamado à curarlas, á las dos les recetó el mismo remedio : la apli
cacion de las sanguijuelas á la parte dañada. Los animalitos se
cebaron en la una , y no quisieron ni siquiera picar en la otra . Eran
por eso estas dos gemelas de diferente especie ? Vean, pues , los po
ligenistas qué gran fuerza podrá tener en su favor el pediculus ni
gritarum .
De lo dicho resulta que comparada , no en globo y á la ligera ,
sinó particular y circunstancialmente la raza negra con la blanca ,
ningun carácter determinado presenta que se pueda llamar verdade
ramente especifico. El mismo resultado obtendríamos si quisiéramos
proseguir esta comparaciou entre la raza negra y la mogola , ó entre
ésta y la blanca ; con lo cual se ve clarísimamente que las varieda
des humanas son meros carácteres de raza y no de especie . Pero lo

1 Wiseman, Discursos, etc.; Discurso cuarto , segunda parte , nota . Hemos toma
do la traduccion como se halla en las Vindicias de la Biblia de Du-Clot, pág . 834 .
602 Unidad de la especie humana .

escrito basta para convencerse de esta verdad , y no hemos de fati


garnos en balde, cansando ademas con nuevas explicaciones á nues
tros lectores .
Una cosa , sin embargo , quiero advertir ántes de pasar al argu
mento psicológico , porque es de suma importancia y esclarece, por
otra parte , grandemente lo que hasta aquí llevamos razonado . Ei
ilustre monogenista Quatrefages aduce tres muy notables reflexio
nes en confirmacion de nuestra doctrina, las cuales nos parece con
veniente reproducir aquí , siquiera sea de una manera breve y cie
cunscrita . La primera consiste en la analogía que se observa entre
los demas reinos del mundo orgánico y el humano , por la parte em
que éste comunica con aquél . “ Tanto los animales como las plan
tas , dice , están sujetos á una variedad grandísima de razas conte
nidas dentro de la unidad del tipo especifico: por donde la razon de
analogía nos debe mover á afirmar esto mismo de los hombres , sin
acudir a la no justificada variedad de especies . En el reino vegetal,
la berza sola cuenta 47 razas principales , algunas de ellas muy dife
rentes entre sí , como el repollo , la nabicol y la coliflor . En el reino
animal la sola especie de palomas nos ofrece lo menos 150 razas ,
derivadas todas ellas de la paloma torcaz ; y de la especie canina
se encontraron en Francia 77 bien puras y marcadas el año de 1863,
en tiempo de una exposicion perruna. ¿ Por qué , pues , no ha de su
ceder lo mismo con la especie humana , debiéndose esta variedad
de razas , así en el reino animal como en el vegetal , por la mayor
parte á los actos libres del hombre , y siendo éste libre en aplicar á
sí mismo el género de vida que hace variar á las plantas y á los
animales ?

La segunda consideracion de Quatrefages está sacada de la exten


sion que abarcan las variaciones del género humano , la cual es mu
cho más reducida que la de las plantas y de los animales de una mis .
ma especie. “ Poco más ó ménos, escribe, todos los argumentos de los
poligenistas vienen á refundirse en el siguiente: Hay demasiada di
ferencia entre el negro y el blanco para que puedan pertenecer am
bos á una misma especie. Estos dos tipos son los términos mas
apartados de la série humana . Luego si se demuestra que de rasas
á razas extremas hay constantemente más distancia en las especies
de los reinos vegetal y animal , quedará derribada por su base la
doctrina poligenista. Ahora bien ; áun dejando a un lado los vege
tales , sobre los cuales no puede caber ninguna duda , y comparando
solamente los animales con el hombre , órgano por órgano y fun
Unidad de la especie humana . 603

cion por funcion, no es difícil convencerse de que la cosa es así en


efecto , en términos que llega uno á preguntarse por qué la variabi
lidad ha de ser ménos grande entre nosotros que entre los ani
males , '.
Efectivamente , si entre los hombres hay unos de color negro y
otros de color blanco , este mismo hecho se halla mucho más am
plificado en las gallinas y en los perros; si el cerebro del negro pre
-enta una coloracion más oscura que el del blanco, en las gallinas
tambien penetra el melanismo hasta el interior, y no sólo en el cere
bro , mas tambien en las mucosas y en los planos fibrosos, llegando
á tomar la carne una apariencia repugnante, lo cual no sucede en el
negro . Si en el negro toman los cabellos una forma como de lana,
en los carneros trasladados de Europa sucede mucho más; porque
se les convierte la lana en verdadero pelo, al paso que a los jabalíes
de las altas montañas de los Andes el pelo se les muda en verdade
ra lana . Si hay ciertas razas de hombres barbilampiños, tambien se
dan bueyes y caballos enteramente destituidos de pelo . En Améri
rica, donde todos los bueyes son de origen europeo, se crían bueyes
pelones y calongos, aquéllos vestidos de un pelo muy fino y muy ralo ,,
y éstos enteramente pelados . Si entre los hombres hay algunos al
tos, como los patagones, y otros pequeños , como los bosquimanos ,
esta desigualdad de talla , fuera de que entre los hombres de una
misma raza suele tener tambien lugar, se presenta con proporciones
mucho más considerables en otras especies de animales . Porque no
mediando entre el bosquimano y el patagon sinó la diferencia de
0 " , 023, la que existe entre el caballo de Shetlandia y el del cervece
ro es de im 04, y 1 " ,023 la que separa al perrito faldero del perro
de montaña . Si á las mujeres de los bosquimanos les sale debajo
de los lomos una cierta almohadilla sebácea , esta particularidad , que
por otra parte se encuentra tambien en algunas tribus negras situa
das muy al norte de la raza huzuana y áun comienza á invadir á
ciertas mujeres africanas de raza holandesa, se encuentra mucho
más exagerada en ciertos carneros del Asia central , á los cuales se
les acorta naturalmente la cola de una manera extraordinaria y se
les forman á los dos lados de ella dos grandes bolas de sebo que
pesan unas treinta ó cuarenta libras , las cuales desaparecen de sus
hijos al cabo de algunas generaciones , cuando se les saca de su país
natal.y se les traslada á otras regiones diferentes,

1 ' Quatrefages , L'espèce humaine, liv , 1 , chap. V , n . 1 .


004 Unidad de la especie humana .

A veces se ven hombres con seis dedos , tanto en los pies como
en las manos; pero tambien aparecen perros con cuatro dedos sola
mente ó con los cinco igualmente desarrollados en los pies de atrás;
y lo que es más extraordinario todavía, á algunas razas de puercos
se les forma un tercer dedo en medio de los otros dos , y todo este
conjunto se les recubre con una sola pezuña , convirtiéndose de fasi
pedos en solipedos. En algunos casos muy excepcionales vienen al
mundo indivíduos de nuestra especie con una vértebra de más; esto
empero es nada comparado con los bueyes de Placentino, que ordi
nariamente tienen 13 vértebras dorsales en lugar de 12 ; con los puer
cos examinados por Eyton , en los cuales variaban las vértebras dor
sales de 13 á 15 , las lumbares de 4 á 6, las sacras de 4 à 5 , y las
caudales de 13 á 23 .

En vista de tan grande variedad presentada por las vértebras de


la region caudal en los animales, no duda Quatrefages en afirmar
que , aun cuando hubiese alguna raza especial de hombres con cola,
no por eso habría motivo suficiente para hacer de ellos una especie
separada . " Cada dia, escribe, vamos conociendo mejor á qué debe
mos atenernos en lo que algunos han dicho sobre la pretendida cola
de ciertas gentes ' . Las variaciones empero que presenta la region
caudal en los animales nos enseñan que ni áun la prolongacion con
siderable del cóxis en un grupo humano con el aumento consiguien
te de las vértebras que lo componen , sería suficiente para hacer a
priori de este grupo una especie separada ,, .
Finalmente , la cabeza en los hombres está en verdad sujeta a
considerables mudanzas ; mas este fenómeno se presenta en los ani
males mucho más grande y sorprendente. Porque no sólo dista el
uno del otro por la conformacion de su cabeza cuanto el hombre

I La fábula de los hombres caudatos es ya en nuestros dias estimada en su justą


valor. Los últimos á quienes se habia regalado este honroso apéndice eran los Nyam
Nyam , habitantes del Soudan en África; pero el viajero M. Dejean, que en 1860 los ha
visto muy de cerca con sus propios ojos, ha sacado a los demasiado crédulos de este
error escribiendo que la pretendida cola no era sinó un aparato destinado á cubrir lo
que debe ir cubierto por honestidad y terminado por detrás en forma de abanico. Zim
merman , en su obra titulada: L'homme, etc. , pág. 139, pone el dibujo de este aparato
causador del engaño en otros viajeros menos advertidos. La Controverse de 1.° de Ene
ro del año 1882, en la pág. 59, trae los testimonios de Deniker y de La République
Française, ambos muy poco sospechosos en esta parte, donde se confiesa paladipanen
te que " no hay observacion alguna indiscutible en favor de la cola del hombre pare
cida a la de los animales . ,
2 Quatrefages, l'espèce humaine, liv . 1 , chap . v , 1. 7 .
Unidad de la especie humana . 605

negro del blanco , como sucede al jabalí salvaje respecto del do


mesticado ó puerco , sinó que la tal diferencia pasa más allá de esta
medida entre el alano , el lebrel y el perro de aguas. Ademas, el
buey romo de Buenos - Aires y de la Plata se ha apartado tambien
inmensamente por este lado de los bueyes ordinarios españoles, de
quienes procede . “Este buey, escribe Quatrefages, reproduce en su
especie las modificaciones análogas a las que presenta el alano en
la especie canina. Todas las formas están más abreviadas y más
gruesas. La cabeza, en particular , parece haber experimentado un
movimiento general de concentracion . La mandíbula inferior , aun
que acortada tambien , pasa más allá de la superior , en términos que
el animal no puede pastar en los árboles. El cráneo está tan defor
mado como la cara . No son las formas de los huesos las únicas que
han sufrido alteracion , pues áun hasta las relaciones de las mismas
han sido modificadas, no quedando casi ninguna en su primitivo
estado , como dice M. R. Owen . Esta raza , perfectamente asentada ,
no por eso deja de tener un origen harto reciente ; porque , como há
poco decía , todos los bueyes americanos son oriundos de Europa .
Esta raza se ha dividido ya en el Nuevo- Mundo en dos subrazas,
de las cuales la una se encuentra en Buenos-Aires y tiene cuernos ,
al paso que la otra , existente en Méjico , carece de ellos ,, !
Finalmente , la tercera consideracion del ilustre monogenista fran
cés versa sobre el cruzamiento y fusion de los caractéres correspon
dientes a las múltiples agrupaciones del género humano ; cruza
miento y fusion que a todos ellos les quita las condiciones de espe
ciñcos, dejándolos en el grado inferior de individuales. “ Se sabe,
escribe , que todos los naturalistas miran como pertenecientes á una
misma especie toda coleccion de indivíduos que pasan de un extre
mo a otro por grados insensibles , por muy distantes que estos ex
tremos se hallen entre si ., 2. Despues hace ver cómo este paso lento
é insensible se encuentra en los indivíduos de la familia humana ,
trayendo á colacion varias propiedades de sus numerosos indivíduos ,
у haciendo ver cómo ninguna de ellas es propia y exclusiva de una
agrupacion sola . Así , por ejemplo , nota que en Abisinia el negro
no se diferencia del blanco sinó por la exagerada prominencia del
talon , pero que esta misma prominencia falta en varias tribus de
África dotadas de piés iguales á los nuestros; y advierte que , po

1 Idem , Ibid ., liv . 1 , chap. v , 0 , 8 .


2 El mismo, l. cit., chap. vi , pág . 42 .
606 Unidad de la especie humana .
niendo la atencion solamente en el color , vendrían á refundirse en
una sola raza las que son clarísimamente distintas , así como fijándose
en la fosa olecraniana ' habria que confundir en uno á los negros,
á los antiguos habitantes de Egipto , á muchos europeos , tanto de
la época neolítica como de la presente , puesto que en todos ellos
se encuentra esta particularidad , sin embargo de pertenecer todas
estas agrupaciones á individuos de razas muy distantes.
Pero lo que trata con más detencion es lo perteneciente a la talla
de los diferentes pueblos del globo . Despues de reproducir el cua
dro sinóptico del Dr. Weisbach , hace observar cómo , mirados los
hombres por el lado de la talla solamente , habría que admitir las
aproximaciones más absurdas de unos a otros , sucediendo otro
tanto cuando se consideran por separado la capacidad del cráneo ,
los indices cefálicos y el peso del cerebro . “ Y si comparamos , con
cluye el sabio naturalista , no los grupos , sinó los indivíduos , colo
cándolos por orden de talla , no es evidente que pasaríamos del
uno al otro por diferencias menores que un milímetro , y que la con
fusion de los diferentes pueblos vendría á ser muchísimo más gran .
de todavía de lo que aparece en el adjunto cuadro ? Yo pregunto á
todo el que se ha ocupado algun tanto en zoologia y zootecnia:
Será una coleccion de especies aquella donde las afinidades más evi
dentes quedan rotas con la aplicacion de este procedimiento ? ¿ No
es , por el contrario , el conjunto de diversas razas donde aparecen
hechos de esta clase, como por ejemplo en los perros ?, ?
De aquí es que ninguno ha podido dar una enumeracion circuns
tanciada de las especies humanas ; unos han puesto muchas , otros
pocas ; unos han tenido por carácter especifico lo que á otros ha på
recido simplemente individual ; y es que ninguno de ellos tiene un
criterio fijo para distinguir las razas de las especies, atenidos como
están todos ellos al puro morfologismo, sin tomar para nada en
cuenta los fenómenos fisiológicos. La naturaleza humana , en todo
lo relativo á las formas con que se presenta en sus individuos , ofre
ce una verdadera continuidad , por la cual se pasa insensiblemente
de un extremo al otro más opuesto ; y así es imposible querer ver
en ella multiplicidad de especies sin verse precisado á multiplicarlas
hasta el infinito .
Pasemos ya á tratar de los argumentos fisiológicos, donde apa

i "Q262.pavov es lo misino que la cabeza saliente del codo.


2. Quatrefages, l. cit. , pág. 45.
Unidad de la especie humana . 607

rece todavía con muchísima más evidencia la unidad específica de


las diferentes agrupaciones humanas . Los caractéres fisiológicos los
encuentro yo en ciertas acciones del género humano que ponen de
maniſiesto la verdad de la tésis aqui sostenida . Estos caractéres
son : 1 °, la espontaneidad de los cruzamientos que tienen lugar cada
dia entre todas las agrupaciones del humano linaje sin la menor re
pugnancia natural que tienda á impedirlos : 2.°, la fecundidad inde
finida del fruto obtenido por medio de estos cruzamientos. Ambos
caractéres revelan muy á las claras la identidad del tipo existente
en todos los indivíduos de la familia humana ; porque consta , no
ménos por la experiencia que por el raciocinio filosófico , que tales
propiedades no corresponden sinó á séres de una misma especie .
Hablemos de cada uno de ellos en particular.
La espontaneidad de los cruzamientos , así en el reino animal
como en el vegetal , es un indicio manifiesto de la comunidad de es
pecie ; por eso Cuvier la puso entre los distintivos específicos más
seguros y evidentes que podemos tener en esta materia . Los seres
organizados, para perpetuarse conservando su naturaleza intacta y
en ninguna manera confundida con las de los otros que les rodean ,
no tienen otro recurso sinó el de reproducirse por vía de generacion
homogénea , Todo otro medio distinto de este acabaria irremisible
mente con ellos ; porque sin generacion no hay perpetuidad posible ,
y sin homogeneidad en los seres engendrantes el fruto engendrado
no puede menos de degenerar del tipo primitivo , siguiéndose de
aquí la confusion general de todos los organismos, los cuales se re
fundirían en uno solo , á ser posible la generacion equivoca . Por eso .
la naturaleza ha provisto bien á estos inconvenientes ; guardadora
nquebrantable así de la variedad como de la unidad que deben for
mar la hermosura del mundo orgánico , empuja fuertemente a los
séres a reproducirse de suerte que no se alteren los caractéres esen
ciales de su particular especie . Para lo cual , al paso que les impri
me una repugnancia suma á juntarse con los de especie diversa , los
aguijonea a formar uniones con los de la suya propia , siendo éste
el impulso que más fuertemente suelen sentir todos ellos, si se ex
ceptúan las necesidades imperiosas de la vida propia é individual de
cada uno.

De aquí es que , en el estado salvaje , el cruzamiento de una es


pecie con otra es un fenómeno sumamente raro ; tanto , que natura
listas muy distinguidos han creido no haberse verificado nunca , si
bien otros afirman que esto debe entenderse solamente del reino
008 Unidad de la especie humana.
animal, pero no del vegetal, donde por circunstancias muy excep
cionales se han dado algunos pocos casos de cruzamientos es
pontáneos. sedi " }
No sucede así entre los séres del humano linaje : la union sexuz
de éstos es por todas partes y en todos sentidos fácil y sumamente
voluntaria , debiéndose tan sólo á algunas circunstancias muy accia
dentales, nacidas más bien de los actos de la libertad que de los ins
tintos naturales de los indivíduos , el que algunos experimenten Te
pugnancia en unirse con los de raza diferente. Los odios de raza ,
las guerras , las persecuciones sufridas por los vencidos de parte de
los vencedores; el orgullo de creerse algunos superiores á los de
otra tribu ó nacion ménos estimable, y otras cosas parecidas, son
las que únicamente impiden los cruzamientos buenos y legítimos de
unas razas con otras , oponiéndose como fuerte barrera á la forma
cion de alianzas matrimoniales . Pero estos mismos obstáculos na
tenticios no son bastantes á estorbar las uniones ilegítimas y pasa ?"
jeras , en que se da bien á conocer la fuerza poderosa de los instin
tos innatos causadores de la grande facilidad que en sí mismos ex
perimentan todos los hombres para unirse sexualmente con los de
toda clase de razas . .
“ Desde que Colon abrió la era de los grandes descubrimientos
geográficos, escribe el ilustre Quatrefages, el blanco , este término sax
perior extremo de la humanidad , ha penetrado en todos los países
del globo . Por todas partes ha encontrado grupos humanos que dife ;
rían considerablemente del suyo por toda suerte de caractéres. Sia
embargo, en todas partes ha mezclado su sangre con la de ellos, dan ,
do origen á razas mestizas , ! . En la América meridional, conti
núa en el mismo capítulo , donde los blancos, los negros y los indi
genas se hallan desde muy antiguo en contacto , y donde la union
de los unos con los otros ha sido mayor que en otros países, hay es :
tados enteros que tienen en mayoría los mestizos , y en que es muy
difícil hallar un indivíduo de pura raza. ¿ Ha sido necesario usar de :
subterfugios y de precauciones para producir estas uniones , y ase
gurar la fecundidad de los productos ? Bien al contrario por cierto .
Son éstas la facilidad y seguridad con que se obtienen las ovicabras
y los lepórides? Si se necesitára una prueba más para atestiguar
con cuán grande facilidad se mezclan y confunden los grupos hu
manos , yo la encontraría en uno de estos testimonios , cuyo valor

1. Quatrefages, d. cit., cap. ix , n . i .


Unidad de la especie humana . 609

no puede ser puesto en duda , porque revelan el resultado de una


experiencia cotidiana. En 1861 , la legislatura californiana declaró
privado de sus derechos , y sometido á todas las incapacidades
constitucionales impuestas á los hombres de color, á todo indivíduo
blanco que quedára convencido de haber cohabitado ó vivido ma
ritalmente con un individuo negro , mulato , chino ó indio . La pren
sa local ha proclamado bien alto que esta medida tenía por objeto
impedir la fusion de las razas .
Es de especie á especie como se ven obligados nuestros edu
cadores de animales á tomar precauciones semejantes? ‫ لے‬O sucede
esto tan sólo de raza á raza ? ,,
El argumento del sabio francés no puede ser más concluyente .
La espontaneidad suma en la únion de las referidas agrupaciones,
el resultado cierto y constante de irse ellas confundiendo hasta
llegar finalmente á perderse y quedar fundidas en una sola , son fe
nómenos que tienen siempre lugar en las razas , pero nunca en las
especies. Si las razas de perros , de gallinas , de caballos , etc. , etc. ,
'se conservan puras , esto no es debido sinó al sumo cuidado y pre
caucion del hombre , que tiene interés ó gusto en conservarlas, im
pidiendo el cruzamiento de unas con otras . Por el contrario , cuando
se trata de cruzamientos de especies, el cuidado y diligencia se ne
cesitan, no para impedirlos , sinó para producirlos .
Esta razon , tomada de la facilidad suma con que se ejecutan los
cruzamientos entre todas clases de agrupaciones humanas , es , como
se ve , convincente ; pero todavía recibe mayor fuerza cuando se la
considera acompañada de otra tambien muy poderosa , fundada en
la fecundidad perenne del fruto obtenido con las tales uniones . Fa
cilidad suma en la union sexual y fecundidad constante , son señales
inequívocas de la unidad de especie . Con todos los esfuerzos huma
nos , que han sido grandes á maravilla , no se ha podido obtener
nunca esta fecundidad , tratándose de especies. El fruto obtenido
por el tal cruzamiento , ó es absolutamente estéril , ó tiene una fe
cundidad efímera , que desaparece al cabo de algunas generaciones ,
volviendo los seres asi producidos á uno de los dos tipos primitivos ,
ó bien á los dos ; de forma que ya no tiene en sus venas sinó la
sangre de una sola especie. En los casos de atarismo el producto
conserva alguna sangre de sus antepasados, puesto que es capaz
de dar origen á séres semejantes á ellos ; mas en los de vuelta espor
tánea al tipo primitivo , observado en los híbridos , no sucede asi .
Jamás se han visto nacer cabritillos de la union del morueco con la
39
610 Unidad de la especie humana .

oveja , ni corderos de la del cabron con la cabra , siendo así que á


veces de dos blancos sale un negro , y de dos negros ó de dos mu
latos un blanco .
¿ Con qué certeza , pues , no debemos afirmar que todos los indis
víduos de la familia humana pertenecen a una misma especie , cuans ,
do á la facilidad suma con que todos ellos se juntan indistintamen
te , sin artificio alguno por parte de la razon calculadora , vemos?
agregarse la fecundidad como fruto constante de estas uniones ?
Todo el mundo sabe que la union del negro con el blanco es siem
pre y en todas partes fecunda. Por donde quiera que ha pasado el
blanco , y ha pasado por casi todos los lugares de la tierra , ha de
jado rastros de su presencia en las razas mestizas, debidas en gran
parte á su ilícito comercio con los naturales del país. En la Améria
ca central y meridional existen uno junto a otro los tres tipos prin :
cipales del género humano , y estos tres tipos se han unido de todos
los modos posibles , resultando siempre las alianzas fecundas, Alli
se ve nacer al zambo junto al mulato y al mameluco , todos ellos
mestizos de pueblos diferentes. Donde quiera que se halla una raza ,
en contacto con otra, se verifica este mismo fenómeno , ya por mes :
dio de alianzas matrimoniales, cuando á ellas no se oponen las
preocupaciones de razas ó las creencias religiosas, ya al través de
acciones ilegítimas y reprobadas por la moral .
No han pasado todavía cuatro siglos desde que comenzó el cruc
zamiento moderno de las razas humanas, y ya M. d'Omalius, hace
algunos años , computaba en unos diez y ocho millones el número
de mestizos á la sazon existentes, los cuales forman una parte muy
considerable de la poblacion , total del globo ' . Y eso que en este
cálculo no entraban sinó los mestizos de origen reciente conocidos
históricamente como tales, dejando aparte otros muchos pertene
cientes á otras edades , y cuyo origen no es tan manifiesto. De los
documentos publicados por Richard en 1824 y 1830 , resulta que la
poblacion total de Méjico , de Guatemala , de la Colombia , de la
Plata y del Brasil era entonces de diez y seis millones cuarenta y .
seis mil y cien habitantes , y que el número de mestizos pasaba de
la quinta parte de todos, ellos. Aún más : en Méjico el número de
mestizos iguala al de los blancos; en la Colombia es sensiblemente
mayor, y en Guatemala más que doble . En órden á los mestizos

I V. De Quatrefages , L'espèce humaine , chap . xxi , 1. 2 .


2. Pozzy, La terre et le récit biblique,,Appeodice , pár. 3 , pág. 509.
611
Unidad de la especie humana .

de los Estados Unidos , dice M. Brocca , rechazando los vanos temo


res manifestados por algunos poligenistas , de que una tan grande
mezcla de razas como allí tiene lugar traería consigo la extincion
de la República por medio de la esterilidad de las mujeres, las si
guientes palabras: “ Cuando la poblacion , la prosperidad y la pu
janza de esta nueva Europa van tomando continuas creces con una
rapidez sin igual en la historia , no es tiempo muy oportuno para
poder prestar fe á un pronóstico semejante ! .
» Los poligenistas, sin embargo , a pesar de estos hechos tan pal
påbles , gritan contra la fecundidad indefinida de los tales cruza
mientos; y mientras, contra toda razon , se empeñan en proclamar
la'existència de verdaderas razas de hibridos entre los animales,
niegan rotundamente la de los mestizos entre los hombres . La de
cantada fecundidad de los mestizos, dicen , no es más que aparente,
porque continuamente se está renovando la sangre de los mismos
con el advenimiento de nuevos europeos á los lugares en que ellos
morán , y no faltan casos en que la esterilidad de los matrimonios
contraidos por personas de diferentes razas habla muy alto en con
tra del monogenismo .
Estas son en sustancia las reclamaciones que hacen estos autores
en contra de los hechos poco há mencionados . Pero abundan los
argumentos con que podamos responder satisfactoriamente á estos
infundados asertos. Los griquas, mestizos de holandeses y hoten
totes, se conservaron y propagaron puros sin mezcla ni renovacion
de sangre durante siglo y medio , ó sea desde el año 1650 hasta
principios de este siglo , en que se unieron y formaron un solo pue
blo en Griqua -town con varias agrupaciones de koranas , namaquois
y hotentotes, convertidos como ellos al Cristianismo. "Hé aquí un
caso bien patente de una verdadera raza de mestizos capaces de
propagarse indefinidamente sin renovar sú sangre acudiendo a los
troncos primitivos.
En el Brasil habitan los cafusos, hijos de indias y de negros esca
pados de los establecimientos europeos . Estos mestizos conservan
y propagan su raza sin mezclarla con otra ninguna , viviendo solos
y separados en las solitarias llanuras que les hizo buscar el amor de
su propia libertad . Spix y Martius , viajeros alemanes muy inteli
gentes que los han visitado, hacen de ellos la descripcion siguiente:
" Su aspecto , dicen, tiene algo de extraño, que no puede menos de

| Brocca, Recherches sur l'hibridité, pág. 595 , traido por Pozży en el lugar citado.
612 Unidad de la especie humana.

chocar fuertemente á un europeo . Tienen el talle esbelto , y sin em :


bargo , su cuerpo es musculoso . Su tinte es de un color cobrizo que
tira á moreno . En general, sus facciones se aproximan más á la raza
africana que á la americana . Tienen la cara ovalada, altos los jua
netes de las mejillas, pero no tan anchos como los de los indios; la
nariz ancha y achatada , pero no arremangada ni muy arqueada; la
boca grande , con labios gruesos pero iguales y nada salientes , cosa
que tambien acaece á la mandíbula inferior. Mas lo que a estos mes
tizos comunica un aire sumamente extraño es la enorme cabellera
crespa , que se levanta perpendicularmente cosa de pié y medio
sobre la altura de la cabeza , formando una especie de peluca tan
extraordinaria como sucia . Este tocado singular , que á primera vista
parece más bien un producto del arte que no una cosa natural, ex
cita la idea de la plica polonesa ; y sin embargo , no encierra en si
enfermedad alguna, sinó que es un simple efecto del doble origen
de los cafusos. Su cabellera, en efecto, ocupa un lugar medio entre
la lana del negro y los cabellos largos y tiesos del americano , ...Ya
tenemos otro caso de una raza nueva de mestizos humanos dotados
de fecundidad indefinida sin renovacion de sangre . Los papuas en la
Nueva-Guinea ofrecen un ejemplo semejante : las islas llamadas
Marquesas , despobladas de sus antiguos habitantes por un mal mis
terioso que ataca a los moradores de la Polinesia , son pobladas, de
nuevo por mestizos de otras partes . En toda la zona litoral del Sud
las poblaciones mestizas se desarrollan rápidamente, sin dar el más
mínimo indicio de la esterilidad imaginada por los poligenistas. ,
Pero lo que con más claridad prueba la verdad de la doctrina que
al presente nos ocupa, es lo sucedido en el islote Pitcairn . “En 1789.
escribe de Quatrefages, á consecuencia de una revuelta , nueve ma
rineros ingleses fueron a establecerse en el pequeño islote de Pit
de
1 cairn, en el Océano Pacífico , acompañados de seis tahitianos y
quince tahitianas . Allí los blancos se condujeron como tiranos, y en
consecuencia de esto estalló la guerra de razas . En 1793 , la pobla
cion había quedado reducida á cuatro blancos y á diez tahitianas.
Bien pronto se volvió á encender la guerra entre los cuatro jefes de
la colonia ; por fin , Adams fué el único que quedó de todos ellos.
Mas las uniones habían sido fecundas : los primeros mestizos crecie
ron y se casaron entre sí, á lo cual se siguió numerosa prole . Eu
1825 , el capitan Becchey halló en Pitcairn sesenta y seis individuos .

Prichard , Hist .nat. de l'homme, t. 1 , pág. 27 .


Unidad de la especie humana. 613

Hacia el fin de 1830 habían subido éstos hasta ochenta y siete . En


1856 se contaban ya ciento noventa y tres. No obstante las condi
ciones deplorables del principio, la raza mestiza de Pitcairn se había
por consiguiente doblado en veinticinco años, y casi triplicado en
treinta y tres . Ahora bien ; la Inglaterra, que es el país más afortu
nado de Europa por esta parte, 110 dobla su poblacion sino en cua
renta y nueve años . Así, los mestizos de las polinesianas y de los
ingleses expatriados han pululado en Pictcairn cerca de dos veces
más que los anglo -sajones puros colocados en su país natal !.
En vista de esto , poco pueden valer las objeciones de nuestros
adversarios cuando dicen que en la Carolina del Sur , en la Jamaica
y en Java los mulatos son endebles y enfermizos, y que su fecundi
dad es en tales términos limitada, que sólo se extiende á tres ó cua
tro generaciones . La explicacion de este fenómeno es muy fácil,
debiendo ser atribuido , no á una diferencia específica entre el blanco
y el negro, sinó á meras circunstancias locales. Los mismos autores
que nos objetan estas cosas confiesan que en otros lugares se obser
va todo lo contrario . Nott advierte que sus observaciones no habían
sido hechas sinó en la Carolina del Sur, y que en la Luisiana, la Flo
rida y la Alabama los mulatos son robustos y fecundos, no sólo en
sus alianzas cruzadas , mas tambien en las directas. El doctor Ivan ,
que es quien había notado el mismo fenómeno de esterilidad en los
múlatos de Java , escribió á M. de Quatrefages , que él no había
señalado este hecho sinó como una mera excepcion , en contra de
la cual está la fecundidad general de otros países 2. M. Hombron ,
aunque partidario de la pluralidad de especies , escribe diciendo :
En 'nuestras colonias , las negras y los blancos ofrecen una fecun
didad mediocre ; , pero “ las mulatas y los blancos son extremada
mente fecundos, así como tambien los mulatos y las mulatas ,
* Aun en ci mismo golfo de Méjico , prosigue Quatrefages despues
de transcribir este testimonio , los mulatos , segun M. Rufz , están
bien desarrollados , son fuertes , despiertos, más aptos que los negros
para los trabajos industriales y muy lascivos . „ Segun M. Andain ,
en la República de Santo Domingo “ la tercera parte es de negros ,
y las otras dos de mulatos con un insignificante número de blancos:,

Quatrefages, L'espèce humaine, chap. XXIII , n . 2 , pág. 197 .


2 El mismo , l. cit , 8. 3 , pág . 198 .
3 Hombron , De l'homme dans ses rapports avec la création ( citado por Quatre
fages en el lugar que acabamos de mencionar ) .
614
Unidad de la especie humana.

desde muy largos años esta poblacion no es alimentada por extran


jero alguno que vaya á ella de ninguna parte : ella se basta ' á si
misma 1 .

Es muy natural que en Java , en la Jamaica y en otros lugares


análogos sean los mulatos débiles y poco fecundos. Todos estos
países son muy malsanos para los extranjeros. ¿ Qué maravilla , pues ,
que el blanco y el negro , ambos extraños á los referidos lugares,
crien en ellos unos hijos endebles y poco ó nada fecundos. Los
mismos holandeses no perpetúan su raza en Batavia , y se hacen
estériles algunas veces desde la segunda generacion . Este fenómeno
de esterilidad acontece tambien en Egipto con los mamelucos' ori
ginarios del Cáucaso ; los cuales nunca han podido naturalizarse en
aquella region. “ Al verles subsistir por espacio ya de algunos siglos,
escribe Volney á este propósito , cualquiera creería que se han re
producido allí por medio de la generacion ; mas si su primer esta
blecimiento en aquellos lugares fué una cosa singular , el modo que
tienen de perpetuarse no es menos extraño . En los 150 años que
llevan ya los mamelucos en Egipto , ni uno sólo ha tenido línea sub
sistente , no habiendo entre ellos familia que pase de la segunda
generacion : todos sus hijos perecen en la primera ó en la segunda
edad . Los otomanos están casi en el mismo caso , y se observa que
no tienen otro medio para precaverse contra él sinó tomar esposa :
del país , cosa que los mamelucos no han querido hacer nunca por
cierta especie de orgullo . Sus mujeres son , como ellos, esclavas
georgianas , mingrelianas, etc. , transportadas de su país natal á
aquellas regiones . Explíquese como unos hombres bien formado ,
casados con esposas sanas , no pueden naturalizar á orillas del Nilo
una sangre formada al pié del Cáucaso , y téngase presente al mismo
tiempo que las plantas de Europa se niegan igualmente á conservar
allí su especie ?
En cambio en otros lugares el cruzamiento de razas es extraor
dinariamente fecundo. Si en Malaca las alianzas de los holandeses
con las malayas prosperan muy poco , en el Cabo de Buena - Espe
ranza estos mismos holandeses , unidos á las hotentotas, han dado
origen a los griquas , que se desarrollan prodigiosamente . En el
mismo Malaca y en todas sus colonias intertropicales , los portugue

1 Quatreſages , l. cit.
2 Volney , Voyage en Syrie et en Egypte. París, an vi iu 8." , tomo 1, pàg. 94 .
( Citado por Pozzy , La terre , etc. , pág . 520. )
Unidad de la especie humana. 615

ses , para valerme de la misma frase usada por M.Godron " , han
+ - pululado como langostas .
No son las causas físicas solamente las que han influido en la es
- terilidad de las uniones arriba indicadas. La inmoralidad de los ja
maiqueses y de las otras colonias europeas han contribuido no poco
á producir este efecto . “ Tómense en cuenta , escribe á este propó
sito M. de Quatrefages, los pormenores poco numerosos, pero muy
significativos, dados por algunos viajeros sobre la existencia de los
: europeos en las colonias , señaladamente en la Jamaica ; confrón
tense estos datos con los que suministra la observacion cuotidiana,
- y las cuestiones de cruzamiento y , de aclimatacion se esclarecerán
1 á maravilla. Al fulgor de la lumbre asi producida , será bien forzoso
reconocer que la muerte de los padres, la extincion de sus descen
dientes, no son sinó la consecuencia y el castigo del deplorable
- medio moral que ellos se han formado y donde ellos han vivido ,. ? .
Esto es lo que ha sucedido con el pequeño número de indígenas
que han quedado en Nueva -Holanda despues de la horrible carni
ceria que con una guerra de exterminio hicieron en aquella region
los europeos. En su estado de miseria y de envilecimiento se entre
gạn á la prostitucion y al infanticidio , trayendo en torno suyo la
esterilidad desoladora 3 .

Pero aún hay otros caractéres fisiológicos que vienen en confir


macion de la tésis que estamos defendiendo . Las principales funcio
nes de los seres vivientes tienen su modo comun y uniforme en
todas las variedades de cada especie, pero no en las especies dife
rentes . Así , entre los mamíferos, por ejemplo, cada especie tiene su
época propia para la generacion , sus días marcados para la gestacion ,
su número de hijos en cada cría , su tiempo determinado para ama
mantarlos, etc. , etc. , sin que en esto sea posible confundir una espe
cie con otra; al paso que todas las variedades de una sola especie
concuerdan perfectamente entre sí. Ahora bien ; en todas las razas
humanas se observa una perfectísima armonía por esta parte. La
mujer de todos los climas y países es capaz de concebir en cualquie
ra parte del año ; el tiempo medio de la gestacion es en todas partes
'-. de nueve meses 4 , el de la pubertad , aunque algun tanto vario segun

I Godron , De l'espèce et des races , tomo 11 , chap. iv , pág. 362 .


2 Quatrefages , l. cit. , n . 4 , pág. 198-199 .
3 Pozzy, La terre , etc. Appendice , pár. 3." , pág. 521 .
! 4 Alex. d'Humboldt, Voyage aux régiomséquinoxiales du Novean Continent, tomo III ,
pag . 293 .
016
Unidad de la especie humana .

los lugares y los climas , es tambien, con poca diferencia , el mismo


en todos ellos , si bien en todas las razas se encuentran ejemplos de :
precocidad y de retraso ' : el intervalo que separa las épocas catame
niales es tambien entre ellas generalmente el mismo, siendo en esta
parte mayor la diferencia de persona á persona que de pueblo á
pueblo 2
Además, la temperatura del cuerpo humano, el término medio de
su crecimiento , la duracion media de la vida , nos suministran el
mismo argumento . “ De las laboriosas investigaciones del doctor.
John Davy, escribe Godron, resulta que los hombres de diversas
razas , colocados en circunstancias semejantes, tienen exactamente la .
misma temperatura , ora se alimenten exclusivamente de carne, come
los vaidas , ora no coman sinó legumbres, como los sacerdotes de
Buddha, ora finalmente, usen estas dos clases de alimentos como los
europeos , 3. Estas observaciones han sido hechas en Inglaterra , en ,
el Cabo de Buena-Esperanza, en la Isla de Francia , en la India ya
en Ceilán , en soldados ingleses , en hotentotes, en negros de Mon
zambique, y en la costa occidental del África , en negros albinos ,
en sacerdotes de Buddha, en vaidas, en cipayos , en cingaleses y
en malayos. El término del crecimiento completo varía en los anis :
males de una especie á otra ; en todas las razas humanas es. fijo
La duracion media de la vida es en todas las variedades humanas:
la misma , y se encuentran en todas , áun en las intertropicalesy , "
ejemplos de longevidad extremadamente notables. Prichard.cita
un gran número de ellos entre los negros , 4.
Viniendo ahora á los caractéres psicológicos, es cosa manifiesta: ;i
que en ellos no hay diferencia alguna esencial entre los numerosos ::
pueblos de la tierra : nueva razon para concluir que todos los :
individuos humanos pertenecen á una misma especie . Los Escoláse ;
ticos en estos solos caractéres se fundaban para afirmar que todos los
hombres son especificamente unos, y procediendo de este modo obra
ban con profunda filosofía. El elemento formal es el que especifica á .,
los seres , no el material, que es determinable de suyo y sujeto á va
riaciones continuas . Por eso decian tambien los antiguos que la for.
ma da el sér á la cosa , y que ella en sí misma es el principio de las

Robertson, Edimburgh medical and surgical journal, 1832, tomo xxxvIU .


2 Buffon . Hist, nat. , tomo 11 , pág. 490 .
3 John Davy, Annales de chimie et de physique, 1826, tomo xxxii, pág . 181,
4 Godron, l. cit., pág. 399-400 .
Unidad de la especie humana. 617

fuerzas y de las propiedades del sér. Forma dat esse rei : forma est
principium virium et proprietatum entis.
Todos los caractéres psicológicos de las diferentes agrupaciones
humanas los podemos comprender bajo los nombres de facultades
perceptivas y afectivas, porque con ellos vienen significados asi los
actos de los sentidos como los de la inteligencia, y no ménos los .
afectos espontáneos del corazon que las acciones libres de la volun
tad , en lo cual está encerrado cuanto sobre esta materia podemos
imaginar é inquirir .
Comenzando, pues , por las facultades perceptivas , los enemigos
del monogenismo han exagerado extraordinariamente el embrute
cimiento de algunos pueblos , pretendiendo inferir de este fenómeno
que algunas razas son incapaces de civilizacion , y por consecuencia
diferentes tambien de la nuestra. Los negros, los bosquimanos y los
australianos, son los que más abundante materia han prestado á sus
apasionados discursos. Al pintar con tan negros colores á los infe
lices indivíduos de estas razas degradadas, olvidan estos escritores
las lecciones de la historia, y apartan voluntariamente los ojos del
estado lamentable en que se encontraban al advenimiento del Cris
tianismo, y áun algunos siglos más tarde, los pueblos que ahora bri
llan con todos los esplendores de la civilizacion europea . ¿ Qué eran
los galos en tiempo de los romanos?:qué los alemanes y los pru
sianos ? Hordas salvajes que algun poligenista de entonces habría
calificado de especies naturalmente inferiores a la nuestra . Ahora
caminan tan ufanos todos ellos por la senda del progreso , que se
tienen por la gente más civilizada del mundo entero. Los pueblos
tienen sus altos y bajos en el camino de la civilizacion, como los
tienen las familias en los bienes de fortuna y los individuos en la sa
lud de sus cuerpos .

Mas no se crea que las gentes poco há mencionadas hayan llega


do á un grado tal de estupidez , que no den señal alguna de inteli
gencia . Ellas tambien, como todos los hombres de todos los tiempos ,
saben progrésar y hacer cada dia con perfeccion mayor las obras á
que especialmente se dedican. No tienen Universidades, ni grandes
fábricas como los europeos , pero trabajan con ' admirable arte los
instrumentos que les convienen , y hacen otras muchas cosas que
ningun europeo es capaz de ejecutar. Yo mismo he visto con mis
propios ojos la cabeza de un indio reducida a las pequeñas dimen
siones del puño de un hombre sin perder su hermosa cabellera , ni
borrársele las facciones con que era caracterizada en vida . ¿ Quién
618 Unidad de la especie humana .

enseñó al salvaje , que asi hizo contraer sus dimensiones por medio
del fuego , á reducir a menor volumen la cabeza del hombre sin des
figurarla siquiera ? El ejercicio de su razon , que , aplicada á un solo
objeto determinado , sabe encontrar medios para obtener lo que de
sea . Los salvajes del Ecuador , para ostentar la fuerza de su brako,
suelen conservar las cabezas de sus enemigos vencidos cuando éstos
han sido muy notables ; y como las tales cabezas en su magnitud
natural les serían muy engorrosas, procuran reducirlas á menor 10
lúmen , lo cual consiguen maravillosamente sirviéndose de um pro
cedimiento á ellos solos conocido . ¿ Puede hacerse esto sin inte
ligencia , y sin una inteligencia tan penetrante como la del artista
europeo ? Otro tanto sucede con ciertas obras de industria de los
australianos. “ M. Perron , escribe Pozzy , trajo de Australia tuna
hacha de piedra unida á un mango por medio de una masa tan dura
y fuerte, que excitó la admiracion y el asombro de todos nuestros
químicos , !
El mismo M. Berard , cuyo testimonio á nadie puede ser sospe
choso en esta materia , hablando de M. Schoelcher , diligente 'obser
vador de la raza negra , se expresa en estos términos: “ Su arsenal,
donde tuvo la amabilidad de introducirme, podía pasar por una
suerte de bazar ó exposicion de los progresos de la industria ne
gra . Difícilmente podría yo decir ahora todo cuanto ví en aquel
lugar; instrumentos de labranza armados de hierro ; telas , unas ele
gantes y ligeras, otras más sólidas , todas finalmente tejidas,y pinta
das con los más brillantes colores; ornamentos diversos, brazaletes
de oro macizo trabajado con bastante habilidad ; empleo frecuente
del cuero barnizado para el vestido y para el calzado; sables
de hierro , manuscritos, etc .; hé aquí lo que será presentado en
testimonio de la civilizacion de ciertas tribus negras. En verdad
( continúa M. Berard ) , se objetará á M. Schoelcher , que no todos
los que tienen el color negro son de raza negra ó etiópica ; que los
ashantis , los mandingos, los yolofs, los habitantes de Tombuctú , de
Hausa, de Kachena, etc. , no deben confundirse con
66 esos negros

de mandibulas salientes, de cabellos cortos y crespos , de barba


rala , de frente aplanada , de miembros desmesuradamente largos,
de pantorrilla plana , de dorso encorvado , de talon prominente , 'ver
daderos elementos de la poblacion africana que están sin civilizar . ,
Yo mismo. he hecho á M. Schoelcher esta objecion ; pero él me

1 Pozzy , La terre, etc. Appendice, pag. 487.


Unidad de la especie humana . -619

ha respondido que los negros, entre quienes habia él recogido to


dos los productos citados, tenían las mandibulas salientes, el ángu
to facial agudo y los cabellos lanosos ,, !
La mayor parte de los juicios desfavorables que se han formado
sobre la raza negra han provenido del estado deplorable en que
tienen los europeos en sus colonias á estos infelices, tratándolos
como bestias de carga , y no teniendo el menor cuidado de su edu
cacion moral. No sucede así en sus lugares propios, donde habitan
- las gentes de este color; pues allí no faltan hombres de despierto
entendimiento , si bien otros no han sido en esto tan afortunados. “ Es
cosa bien cierta , escribe el sabio naturalista Godron , hablando de
la isla de Haiti , que los habitantes de la antigua parte española de
esta reina de las Antillas son muy superiores á los de la parte fran
cesa , y esta preeminencia debe ser atribuida á las maneras infinita
mente más suaves y más paternales de los amos españoles en orden
al tratamiento de sus esclavos . Los documentos presentados en
19 de Mayo de 1829 al Parlamento inglés prueban la inmensa supe
rioridad de inteligencia que tienen los hijos negros nacidos de los
libertos en la colonia de Sierra - Leona en comparacion de los que
todavía son esclavos . Sin embargo , unos y otros habitan un mismo
-- país ; mas unos se han quedado en el estado de esclavitud y de
ignorancia , y los otros han recibido un comienzo de educacion mo
ral y religiosa . Vénse claramente en esta primera edad de la civili -
zacion , no sólo adquirir más desarrollo las cualidades intelectuales,
mas tambien hacerse transmisibles estas cualidades , en cierta mane
ra , por medio de la generacion . Los negros nacidos en el Brasil
tienen una inteligencia mucho más desarrollada que la de sus paisa
nos que son transportados allí desde el África; M. de Lisboa ha co
Si nocido negros criollos dotados de las más felices cualidades, así in
telectuales como afectivas , y capaces del más alto y acendrado
amor á sus amos. Pero esto proviene de que se les trata con huma
nidad , y su superioridad intelectual y moral merecen tanto más
nuestra atencion , cuanto que no es hija del estudio , puesto que ge
neralmente estas gentes suelen carecer de instruccion . Toda ella está
fundada en el contacto que tienen estos negros con un medio más ci
- vilizado . Los que logran allí la rara ocasion de instruirse en las artes
y en las ciencias muestran aptitud natural para ellas y una perseve
rancia notable . En las colonias inglesas de América , los jóvenes

| Berard , Cours de l'hysiologie , pág. 411. ( Citado por Pozzy , pág. 484. )
( 20) Unidad de la especie humana .

negros se muestran tan estudiosos y tan capaces como los blancos.


En Tombuctu los negros se hallan en estado de leer el Alcoran , y
áun lo aprenden de memoria ; para su correspondencia comercial
con Jenne, hacen uso de la escritura. Esta raza de hombres, que al
gunos se complacen en presentárnosla tan embrutecida , ha produci.
do , sin embargo , hombres distinguidos. Blumenbach y Bory'de
Saint- Vincent hacen una enumeracion de ellos ; nosotros citaremos
solamente á Amo , a Capitan , á Santos Louverture , á Cristóbal y'a
Manzano. A esta lista podemos añadir el negro Lillet -Geoffroy.
hábil matemático , corresponsal de la Academia de Ciencias de Pa
ris. Para juzgar de la inteligencia de la raza negra , se puede con
sultar con interés la obra del abate Grégoire sobre la literatura de
los negros. Pero donde principalmente conviene estudiar las nacio
nes negras , es el lugar donde ellas tienen su propio asiento y donde
gozan de su natural independencia. Entonces es cuando se advierte
que hay entre ellas tanta variedad como entre nosotros; que las di
versas agrupaciones negras presentan diferencias importantes entre
sí , tanto en lo moral como en lo fisico ; que algunas de ellas tienen
sus facultades muy poco desbastadas y otras muy bien educadas; y
por consiguiente , que hay entre ellas variedades inferiores y supe
riores ,, !. Hasta aquí las palabras de M. Godron .
Los que así obran y en tales actos se ejercitan , bien podemos
decir con toda verdad que son tan hombres como nosotros , y que
110 pertenecen a una especie inferior a la nuestra , siquiera se hallen
generalmente en un grado de civilizacion que no llega con mucho
al de los europeos. ¿ Quién sabe si , andando los tiempos , abrirán un
dia los ojos a la luz de la verdad cristiana , y entonces al calor bez
néſico de nuestra sagrada Religion producirán aquellas almas ahora
inertes los frutos de bendicion que ennoblecen las inteligencias , y
las levantan á la sublime altura de los pueblos civilizados ? Quizá
cuando esto suceda , la ilustrada Europa , que tan ufana se muestra
hoy dia en sus adelantamientos materiales , al paso que mira con
desprecio las verdaderas fuentes de la civilizacion , colocadas en el
seno del Catolicismo , habrá recorrido el círculo de las humanas mi .
serias y se encontrará en un estado semejante al que ahora agobia
asi al Egipto como á los pueblos de Oriente. Tambien estos brillaron
cuando la Europa entera estaba sumida en la rudeza de la barbárie,
y cayeron despues de su altura por haberse obstinado en seguir la

I Godron, De l’espice et des variétés, etc. , tomo II, pág . 229 .


Unidad de la especie humana . 621

senda del vicio , por donde corre ahora ella desenfrenada sin hacer
caso de la religion y de la moral .
Ciertamente los pueblos africanos no carecen absolutamente de
aptitud para recibir el Evangelio . Son generalmente buenos y muy
hospitalarios , y consideran los actos de esta especie como impera
dos por el deber más bien que recomendados por la virtud . Por na
turaleza son de costumbres suaves , cuando a lo contrario no les em
pujan las injusticias y los artificios de los europeos . Antes de la
llegada de éstos al territorio africano , no conocian el robo , segun
Isert ! : Tanto los hijos á los padres , como éstos á şus hijos, les pro
fesan un amor entrañable y verdaderamente apasionado . Condicio
nes son éstas muy buenas para entrar en la senda de la verdadera
civilizacion , harto mejores por cierto que las de la culta Europa ,
quien , hastiada de todo lo espiritual y divino , corre ardorosa en
pos de todos los placeres mundanales , como si no hubiera otra cosa
mejor que desear sobre la tierra .
Los negros , finalmente, creen en la Divinidad como todos los
demas pueblos de la tierra, siquiera se formen con su ignorancia y
vanas supersticiones falso concepto de ella .
... Todo este conjunto de cualidades psicológicas de la raza negra
está indicando con toda claridad que los negros pertenecen á nues
tra misma especie, y son capaces de ir creciendo en la verdadera
civilizacion como nosotros . Si bien por lo que hace á la cuestion de
la unidad específica de que vamos tratando, ninguna necesidad te
nemos para demostrarla de probar que los negros son tan aptos y
tan dispuestos para las ciencias como los europeos. ¿ Cuántos hay
entre estos segundos que son naturalmente incapaces en materia de
ciencias , y sin embargo , de ninguna manera los podemos poner en
una especie diferente de la blanca ?
A juzgar de otro modo , los egipcios hubieran podido afirmar en
los tiempos pasados que los negros son por naturalesa superiores á
los blancos . “ Todos los europeos , escribe sabiamente Quatrefages ,
eran unos verdaderos salvajes cuando ya los chinos y egipcios es
taban civilizados. Si estos últimos hubieran juzgado de nuestros an
tepasados como nosotros juzgamos con harta frecuencia de las ra
zaş extranjeras, hubieran hallado entre ellos no pocas señales de
inferioridad , comenzando por este tinte blanco de que nosotros

1 Isert , Voyages en ( uinée et dans les îles Caraibes en Amérique, trad . franc, Paris ,
1793 , pág. 200,
622 Unidad de la especie humana.

tanto nos gloriamos , y que ellos habrían podido mirar como ' una
especie de enfermedad irremediable , '.
Los bosquimanos , es verdad , se hallan actualmente en un estado
de degradacion notable . Pero para juzgarlos convenientemente es
preciso mirarlos, no como se encuentran hoy dia , sinó como eran
al tiempo de establecerse por primera vez los holandeses en el cabo
de Buena - Esperanza . En aquella época los bosquimanos formában
una simple rama de la nacion , entonces muy numerosa , de los hos
tentotes ; y vivian , como ellos , muy cómodamente dedicados al
pastoreo de sus ganados , y divididos en diversas tribus, regidas
cada una con el gobierno patriarcal de sus jefes. Mas perseguidos
por una parte como bestias ſieras durante largo tiempo por los how
landeses , y oprimidos por otra con continuas guerras por los cafres,
capitales enemigos suyos , se han visto precisados á retirarse á lo in
terior de los desiertos , y á llevar allí entre rocas y zarzales una vida"
pobre y desgraciada . Esto ha dado origen al mismo nombre que
ahora llevan , que no quiere decir otra cosa sino hombres que habia
tan en las breñas. Esta vida miserable y llena de continuas priva
ciones es la que los ha traido al estado de degradacion presente,
que sabido es cuánto influye el género de vida para producir degra
daciones de esta especie .

Mas no se crea que la degradacion de estos hombres es tan gran


de que no se encuentren entre ellos personas de despejada inteligen
cia . El viajero Kolbe , que ha tenido ocasion de observarlos , no los
cree en esta parte inferiores a la generalidad de los otros mortales:
Entre otras cosas , asegura haber conocido á varios que entendian
perfectamente el holandés , el inglés y el portugués ; esto no se hace
sinó con un grado más que mediano de inteligencia. Ademas , dice
este autor las palabras siguientes; “ Todos los dias vemos á estos
hombres empleados por los europeos en negocios para los cuales
son necesarios talento y juicio . Así , un hotentote llamado Cloos era
a quien M. Van der Stel, el último gobernador del Cabo , empleaba
en el negocio de comprar ganado en las tribus más apartadas, y
rara era la vez que volvía este hombre de su comision sin haber ob
tenido felices resultados , ?. Una cosa semejante escribe Godron de
otro gobernador llamado Genssens . " El joven bosquimano , dice,
à quien dió acogida en su casa este gobernador, estaba dotado de

I Quatre fages , l. cit ., chap. xxix , pág. 260 .


2 V. Pozzy, l. cit. , pág. 486.
Unidad de la especie humana . 623

una inteligencia bastante notable , y llegó a aprender con la mayor


facilidad el holandés y áun un poco de inglés, "
En vano se respondería á esto con Berard que nada prueban es
tas excepciones, como no prueba el talento de Newton y de Vol
taire que todos los ingleses y todos los franceses son hombres de
gran inteligencia ; porque , á quien así arguyese , fácilmente le repli
caríamos que así como el talento de Newton y de Voltaire no es
bastante para hacer de estos dos hombres una especie distinta de
la nuestra, así tampoco el de los dos bosquimanos mencionados lo
será para distinguirlos de la especie hotentota . Por donde , constan
do con toda evidencia que estas dos personas del Cabo son de
nuestra misma especie , con la misma evidencia se ve tambien que
todos los de su raza se hallan con respecto á nosotros en las mis
mas relaciones , segun aquel principio que dice : Las cosas que son
igrales á una tercera , son tambien iguales entre si .
Por lo que toca a los australianos, la miseria grande en que ordi
nariamente viven ha hecho de ellos una raza no muy diversa de la
de los bosquimanos en lo perteneciente a la conformacion del cuer
po. Sin tener apenas con qué vivir, famélicos casi siempre, y mu
riendo á veces acabados de hambre , ¿ qué había de suceder á estos
infelices, sinó lo que suele acontecer á los pueblos que por largo
tiempo se hallan en circunstancias semejantes ? “ Siempre buscando
alimentos, escribe á este propósito Godron , no llegan á procurárşe
los sinó á costa de grandes dificultades y extraordinarias fatigas,
pues viven en un país que ningun fruto comestible presenta á su
vista , ninguna planta nutritiva de esas que crecen en los trópicos
sin cultura y aseguran la existencia á sus moradores. Su alimento
lo forman los mariscos , las arañas, las hormigas , las langostas, las :
larvas de los insectos , los lagartos, las culebras, las raíces de la
Pteris esculenta y los bulbos de las orquídeas. De tarde en tarde la
caza les procura alguno que otro canguro ó casoard , ambos ya
muy raros á causa de la continua guerra que se les hace. La pesca
les podría proporcionar alimentos más abundantes ; mas las conti
nuas tempestades de la Nueva- Holanda , y sobre todo las emigra
ciones de los peces , les hacen incierto este modo de subsistencia.
Entonces es cuando se manifiesta entre ellos el hambre con todos
sus horrores ? , reduciéndolos a un estado tal de macilencia que

I Godron , l. cit., tomo 11 , pág. 218 .


2 Godron , l. cit., tomo 11 , pág . 219-220 .
624 Unidad de la especie humana .

parecen esqueletos ambulantes próximos á perecer por inaniçion.


No sucede asi á los habitantes de las islas del estrecho de Torres,
vecinos á los australianos , a pesar de pertenecer unos y otros á una
misma familia. Y la razon es , porque con la abundante pesca qus
recogen viven holgadamente; y no tienen que padecer las hambres
ni los trabajos que á los otros continuamente afligen...;
Pero hablemos de su inteligencia y de los actos que a ella perte
necen , Los que tenían interés en que los australianos no fueseni
hombres como nosotros, sinó fieras ó animales estúpidos , los han
pintado en este punto con los colores más negros que pueden imas ;
ginarse, y así los han tratado en consecuencia como se trata á last
ſieras del bosque, que se pretende aniquilar por completo. Mucho
se ha hablado por los extranjeros contra las injusticias de nuestros
primeros colonos que fueron á poblar las Américas; pero todo ello ,
con toda la inmensa multitud de mentiras y exageraciones, que no
han andado ciertamente escasas en boca de nuestros detractores.
no llega ni con mucho a la realidad que han tenido que experimen: 1
tar los miserables australianos por parte de sus conquistadores. " En
ningun punto del globo quizá , escribe M. de Quatrefages, se ha
mostrado el blanco tan despiadado con las razas inferiores como:
en Australia ; y en ninguna parte tampoco se ha calumniado con
tanta audacia á aquellos mismos á quienes se les llevaba la expolia
cion y el exterminio. Para él los australianos no han sido hombres ,

sinó séres que “ reunen en sí todo cuanto malo se ve en los más cor ,
rompidos miembros del género humano, y añaden á esto otras varias
cosas que podrían llenar de rubor á los monos, sus hermanos. » ( Butler :
Earp ...) “ Conocido es el resultado que han tenido estas lecciones en
la Tasmania y en la Australia ; y los que deseen informarse más al
por menudo de estas cosas pueden consultar á los viajeros de todas
las naciones, así á Darwin como á Petit - Touars ,, T.
Había interés en deprimirlos y se los deprimió , poniéndolos por ?
debajo de los mismos irracionales; pero la verdad sabe abrirse paso
al través de todas las calumnias y de todos los embustes , y los aus
tralianos han aparecido cuales existen en la naturaleza , es decir, dot
tados de un entendimiento como la generalidad de todos los demas
capaces de instruccion como ellos , afectuosos, sensibles, reconoci
dos у áun accesibles á las sublimes influencias del heroismo, Ni les -
falta ingenio para las obras de industria, puesto que antes de llegar

1 Quatrefages, L'espèce humaine, chap . XXI , pag. 334 .


.

Unidad de la especie humana . 625

á su territorio los blancos ya sabían mostrar sus habilidades en las


cosas de la caza y de la pesca , en la domesticacion del perro, su
perpétuo compañero , y en la buena construccion de sus viviendas.
Lo que les faltó, sí , antes de dicha época , fué la ocasion de desarro
llarse con la instruccion ajena y con la presencia de plantas fértiles
que les incitasen á promover la industria propia. Puestos en dispo
siciones convenientes los australianos , se muestran tan hábiles para
las obras manuales y áun para las letras, como la generalidad de las
gentes incultas , " La carestia de jornaleros , dice M. de Brosseville
en su Historia de la colonisacion penal y de los establecimientos de
Inglaterra en Australia , ha hecho estimable el trabajo de estos mi
serables pueblos, hasta entonces poco conocido. Se ha caido en la
cuenta, cuando el interés lo ha demandado, de que ellos no eran in
capaces de ejercitarse en las artes útiles , de que sus barracas y
ajuares presentaban una disposicion bien ordenada. Desde 1853 , dos
cientos mil carneros tenían por pastores á hombres naturales del
país. De ellos se sacaba con ventaja gente para hacer ladrillos , y áun
para desempeñar el oficio de gobernadores con los de su propia tribu ,
En las escuelas de Puerto- Jackson fundadas por el gobernador Mac
quarie, los niños astralianos que acudían á ellas aprendian á leer y a
escribir , y aun cuentas y dibujo , no menos que los europeos. Y se
gun Prichard ', dos australianos que fueron llevados á Inglaterra
presentaban sus facultades tan desarrolladas como los niños ingleses
de la misma edad y tanta capacidad como ellos para ser instruidos .
* Sostener hoy todavía , escribe el ilustre profesor de Antropolo
gia en el Museo de Historia Natural de Paris , que los australianos
son lo que han querido hacer de ellos Bory de Saint - Vincent yу los
antropólogos de esta escuela, es negar los hechos evidentes , ates
tiguados por una multitud de viajeros de toda especie . Lo mismo
que las otras razas humanas, la australiana no se ha mostrado abso
lutamente salvaje. Sus instituciones eran propias de un pueblo caza
dor : la familia , la tribu , la nacion, estaban en ella organizadas y dis
tribuidas en verdaderas agrupaciones dotadas de su propio catas
tro . Los australianos , más avanzados en este punto que los de Ta
hiti, sabían dividirse el suelo , y respetar religiosamente los límites
trazados , fuera de los casos de guerra . Más adelante hablaré de sus
caractéres morales y religiosos . Aquí no se trata sinó de los intelec

1 Prichard , Researches into the physical history of mankind, tomo iv, pág . 266 , V.
( iodron, l. cit ., pág. 222 y siguientes.
40
626 Unidad de la especie humana .

tuales, y yo me limito á añadir que estos salvajes tenian pueblos de


ochocientos á mil habitantes , que sabian fabricarse canoas, que tejian
sus redes para la caza y para la pesca , tan grandes que tenian á ve
ces ochenta piés de largo , y tan fuertes que podian resistir a los es
fuerzos del canguro .

„ Léanse los escritos de Dawson , que habia hecho de estos sal


vajes una cierta especie de arrendatarios ; los de Salvado , que ha
hallado en ellos obreros tan fieles como útiles : los de Blosseville,
quien confiesa que se tuvo por feliz con poder recurrir á ellos cuan
do la fiebre amarilla hizo que faltasen los brazos europeos , y que
dará patentizado todo cuanto hay de inexacto en las aserciones
emitidas á propósito de la incapacidad radical de los australianos.
En fin , quien conserve todavía alguna duda , fije por algunos mo
mentos su atencion sobre esas tribus ya asentadas y civilizadas por
William Buckley, soldado desertor, y le será bien forzoso confesar
que la facilidad de levantarse sobre su estado pasado existe entre
los australianos no menos que entre otras gentes cualesquiera , '
Para remate de este capítulo , observemos que todas las gentes
1
de la tierra tienen cierta propension innata á asociarse entre sí y á
comunicarse mútuamente sus ideas y afectos, ya valiéndose de signes
naturales , ya por medio del habla . Esta cualidad prueba con toda
evidencia la comunidad específica que a todos ellos les une , porque
sólo entre animales de una misma especie se observan fenómenos
semejantes. Los pájaros, por ejemplo , no se juntan sinó con los
de su misma especie, ni entienden el género de lenguaje informe
que todos los animales tienen para manifestar sus afectos, sinó á los
que participan de su misma naturaleza . Esto mismo se observa,en->
todos cuantos hombres existen sobre la superficie del globo, los
cuales , apenas se ven juntos, al instante tienden á comunicarse sus
ideas y sentimientos , sirviéndose de signos acomodados al efecto
para ponerse en ese linaje de relacion que sólo es propio de los seres
de una misma especie . Esto es , pues , lo que de todos ellos debe
mos afirmar, á saber : que en todos sin excepcion se encuentra una
misma naturaleza específica. Y esto baste para lo que nos habíamos
propuesto tratar en este capitulo .
Veamos ahora si á la unidad específica es preciso añadir ademas
la unidad de origen ; pero esto ya es cosa que pertenece al capítulo
siguiente.

I Quatrefages , loc. cit., núm. 12 , cap . xxiil, págs. 334 y 335.


CAPITULO XXX

UNIDAD DE ORIGEN DEL GÉNERO HUMANO

EJAMOS al fin del capítulo pasado entablada la cuestion sobre


si á la umidad especifica , que manifiestamente reune dentro
de sí á todos los hombres del globo , hay que añadir ade
mas la unidad de origen. Nuestra sagrada Religion , segun lo tene
mos ya observado, nos enseña en esta parte , como un dogma de
fe revelado por Dios, que todos los hombres existentes sobre la
tierra , blancos y negros , y á cualquier raza que pertenezcan , son
verdaderamente hermanos y salidos de un mismo vientre .
Esta bellísima doctrina, que tan poderosa virtud encierra para
establecer en el mundo la paz universal , uniendo estrechamente
los vínculos que ligan á unos hombres con otros , y amonestándoles
los deberes dulcísimos que a todos ellos trae la consanguinidad , ha
sido negada , sin embargo, no sólo por los poligenistas , sinó tam
bien por Agassiz, quien conviene con nosotros en admitir la unidad
de especie . Para este célebre naturalista , los hombres todos del gé
nero humano participan de una misma naturaleza ideal y filosófica,
pero han debido proceder originariamente de distintos troncos .
Adan , por consiguiente , no es el padre comun de todos los hombres,
aunque todos se hallen unidos por las relaciones de una misma na
turaleza específica , sinó solamente de los judíos y de cuantos en un
principio estuvieron unidos con vinculos de sangre en la familia de
Noé . Asíha renovado Agassiz en la Antropologia lo que La Peyrère
profirió en Teología , siendo al instante condenado por la Iglesia.
El fundamento á que apela el profesor de Cambridge para estable
cer su sistema no es otro que el invocado por los poligenistas , á
saber : la ſijeza absoluta de los tipos , que impide a los individuos de
una misma especie pasar de un extremo á otro , cuando estos extre
628 Unidad de origen

mos se hallan tan distantes como el blanco y el negro . Si en lugar


de recurrir á la esencia misma de las cosas hubiera el ilustre natura
lista imitado al protestante La Peyrère, pretendiendo derivar sus
afirmaciones de la sola palabra divina , entonces hubiéramos dicho
que Agassiz negó simplemente el hecho de la comunidad de origen,
sin meterse en la posibilidad absoluta de lo contrario . Pero Agassiz
procede como ſilósofo y no como teólogo , y funda su teoria , no en
la libre voluntad de Dios , que podía haber establecido en un princi
pio diferentes centros de creacion para el hombre , como estableció
uno solo , sinó en la imposibilidad física que atribuye a la naturaleza
humana de modificarse tan ampliamente con sus solas fuerzas, ha
ciendo pasar á sus indivíduos desde las hermosas facciones del blan
co hasta la repugnante figura del negro .
Por eso amigos y enemigos han tenido á Agassiz por un polige
nista moderado , y ciertamente con razon ; porque asentar (1 priori
que la constitucion interna del blanco , por ejemplo , no puede des
envolverse en tales términos que venga á resultar de este desarrollo
un individuo negro , sabiendo de cuántas variaciones accidentales es
capaz la naturaleza humana en todas sus agrupaciones, es afirmar
implícitamente que tanto en el blanco como en el negro hay una
cierta cosa esencial é inamisible que conviene á él solo , y que no
puede ser atribuida á circunstancias especiales de lugar o de tiem
po , en lo cual precisamente consiste la esencia del poligenismo
Nosotros probaremos en este capítulo el hecho de la referida uni
dad , y haremos ver á Agassiz , así lo infundado de su sistema, come
lo anticientífico de sus afirmaciones; á lo cual añadiremos , por vía
de respuesta á los argumentos principales de todos los poligeniştas,
la enumeracion de hechos reales é incontrovertibles , en los cuales
se da a conocer la aptitud intrinseca que nuestra naturaleza tiene de
modificarse en sus diferentes, individuos , haciéndoles pasar en cir
cunstancias oportunas de una raza á otra , áun á las más opuestas y
distantes .
Y comenzando por lo primero , oi hecho de la comunidad de vri :
gen para todos los hombres de la tierra lo hallamos atestiguado en
cuantas tradiciones de los pueblos han quedado esparcidas por todo
el mundo tocante á los tres dogmas católicos del estado feliz del
primer hombre , de la ruina que con su caida trajo a todo el género
humano , y del castigo formidable del diluvio . Todas estas tradicio
nes no pueden ser otra cosa sinó el eco de la revelacion divina , co
municada por Dios á los primeros hombres, y luego desfigurada por
del género humano . 629

ellos a medida que se iban separando unos de otros. Si no , cómo


convenir todos ellos en la creencia de unos mismos hechos tan ex
traordinarios y de ningun modo contenidos en las simples leyes de
la naturaleza ? La universalidad de un efecto de esta clase no puede
ser convenientemente explicada sinó recurriendo á una causa tam
bien universal: ahora bien ; en la materia de que tratamos , la única
causa universal asignable es la realidad de los hechos así universal
mente creidos .
Diráse quizá que este argumento no encierra en sí una razon cien
tífica, por cuanto no está tomado de las entrañas mismas de las
cosas , sinó de la historia . Pero en materia de hechos libremente eje
cutados por el Criador, cual es ciertamente el de la unidad de origen
para todo el género humano , no sé qué otra clase de argumentos
científicos se puedan aducir sinó los pertenecientes a la historia . Los
hechos libres no se demuestran a priori como si fueran teoremas
matemáticos, sinó por la intima relacion que tienen con otros he
chos patentes á nuestra vista y capaces de llevarnos al conocimiento
de ellos. Pues de esta naturaleza son las tradiciones universales re
lativas á los primeros orígenes del género humano ; ellas son tales,
que en la sola unidad de origen enseñada por la Biblia pueden tener
una explicacion satisfactoria .
Otro hecho que tambien tiende a probar la unidad de origen de
que vamos hablando es la afinidad que guardan entre sí la mayor
parte de las lenguas del género humano , pudiéndose decir con ra
zón que tambien las otras , cuyo parentesco no se ha hecho paten
te todavía , lo tienen sin embargo en realidad , siquiera esté ménos
descubierto , ya por la falta suficiente de datos para conocerlo , ya
por la pérdida quizá de los anillos intermedios con que en el proce
so histórico se halla unida una lengua con otra ; pues sabido es que
las lenguas muertas pueden perderse totalmente, sin que sea dado
á los hombres desenterrarlas o descubrirlas, lo cual no sucede así á
los anillos de la cadena darwiniana. Es cosa ya averiguada entre los
filólogos que todas las lenguas de la familia indo-europea , las cua
les se extienden por casi toda Europa y por gran parte del Asia , de
hen su primitivo orígen á una sola lengua madre , de la cual han re
cibido , así la construccion gramatical, como una cierta cantidad de
nombres encaminados á significar objetos muy usuales , y difíciles
por lo mismo de ser sustituidos por otros en la transformacion con
tinua que sufren las lenguas . Por último , “ se demostró claramente,
escribe el cardenal Wiseman , que una sola lengua , en la acepcion
030 Unidad de origen

esencial de esta palabra , se extendia á una porcion considerable de


Europa y Asia , y atravesando por una ancha zona de Ceilan á Is
landia , estrechaba con un vínculo de unidad á los mismos que pro
fesaban las religiones más incompatibles, que poseian las institucio
nes más opuestas , y que casi no presentaban ninguna semejanza de
color y fisonomía . La lengua , ó más bien la familia de lenguas.
cuya marcha acabo de diseñar, ha recibido el nombre de indo
europea ,, ?
Estas mismas afinidades existen en las lenguas de la familia siro
arábiga habladas por los caldeos , asirios , sirios , árabes ," fenicios ,
abisinios , etc. “ De donde , escribe Moigno , se podria concluir por
analogía que tambien existe una tercera lengua egipto -africana, co
mun á una tercera familia , la familia de Cam , que comprende a los
egipcios, á los libios , á los kabilas , á los thuaregs, á los etiopes, á
los bucharis, á los africanos , , etc. , etc. " .
Estas tres lenguas corresponden a las tres grandes ramas en que
se dividió la familia de Noé despues que el Señor, para castigar su
soberbia , confundió su lengua , haciendo que no se entendiesen los
unos á los otros , y dando con esto origen á que cada uno se fuese
por su lado . La indo - europea pertenece á la raza jafética , la siro
arábiga á la semítica , y la egipto - africana á la maldita raza de Cam,
que tuvo sus tiempos de gloria en Egipto , como lo demuestra la
historia , en conformidad con la Biblia , pero que ordinariamente
lleva sobre sí el peso de la maldicion de Noé , viéndose siempre so
metida á sus hermanas.
Por el mismo método de comparacion lingüística han sido descu
biertas las referidas afinidades entre otras lenguas del antiguo y del
nuevo continente , pudiendo escribir con toda razon Humboldt: " Por
más aisladas que puedan parecer á primera vista ciertas lenguas, por
singulares que sean sus caprichos y sus particularidades , todas ellas
tienen una analogia entre sí , y sus numerosas relaciones se descu
bren con más facilidad á medida que la historia filosófica de las na
ciones y el estudio de las lenguas caminan hacia su perfeccion , 5 .
Los poligenistas, como ya era de suponer, pretenden que cierta :
familias de lenguas son irreducibles, para sacar de aquí la conse
cuencia con Crawford , Hovelacque y otros , de que las razas á

I Wiseman , Discursos. Discurso primero , pág. 783. De las Vindicias de la Biblia.


2 Moigno , Les splendeurs de la foi, tono ri , pág. 584 .
3 Asia polyglotta de Klaproth ; pág . 6 .
del género humano. 631

quienes pertenecen son tambien en sí originarias , y no tienen vin


culo alguno genético con las demas. Pero la generalidad de los sa
bios no está por esta manera de pensar ; y por lo que hace á la con
secuencia referida , el absurdo no puede ser más maniſiesto . Dios,
- .. al confundir en Babilonia la lengua de los hijos de Noé , que hasta
entonces habia sido para todos una misma , bien pudo hacer de
- manera que las lenguas repentinamente formadas no tuviesen entre
sí analogia alguna, y fuesen por lo mismo irreducibles . Por tanto , de
que una familia de lenguas 110 tenga vinculo alguno genético con
otra no se sigue legitimamente que tampoco lo tengan los hombres
cuyas son las sobredichas lenguas . Antes lo que parece más natural ,
supuesta la narracion del Génesis , es que las lenguas repentina
- mente formadas por Dios en la confusion de Babilonia debieron ser
i en cierta manera irreducibles . Porque no fueron derivadas unas de
otras , como suele suceder cuando con el discurso del tiempo las
forman espontáneamente los hombres, sinó inmediatamente infun
didas por Dios para que no se pudiesen entender los hijos de Noé
en su loca empresa de fabricar la torre , y tomasen de allí ocasion
sa de desparramarse por el mundo entero .
Esta repentina formacion de las lenguas se halla en tan grande
armonía con la unidad primitiva del lenguaje , que con dificultad
podria ésta explicarse sin aquélla. “ En realidad , escribe el ilustre car
denal Wiseman , si admitimos una vez la unidad originaria del len
guaje, apenas podrenros explicar sus divisiones subsiguientes sin
algun fenómeno semejante. Esto lo notó el sabio y juicioso Niebuhr
en una de las excursiones que hallamos por casualidad en su libro .
Este error , dice Niebuhr, se escapó á la atencion de los antiguos ,
probablemente porque admitian muchas estirpes primitivas de la es
pecie humana. Los que las niegan y suben á una pareja única deben
suponer un milagro para explicar la existencia de idiomas de estruc
turas diferentes; y respecto de aquellas lenguas que se diferencian
por sus raíces y otras cualidades esenciales, hay que admitir el pro
digio de la confusion de las lenguas . La admision de semejante mi
lagro no ofende á la razon ; porque, una vez que los restos del anti
guo mundo nos demuestran evidentemente que antes de este órden
de cosas existia otro, es muy creible que duró integro desde el prin
cipio , y que en cierto periodo sufrió una mudanza esencial , ' .

Wiseman, Discursos. Discurso segundo , en las lindicios de la Biblia, página


803-804.
632 Unidad de origen

Esta diferencia esencial la manifiestan ciertamente las tres gran


des familias á que se hallan reducidas las diferentes lenguas del uni
verso ; pues la analogia que entre si guardan no está basada en lo
que tienen de accidental y variable, sinó en lo que constituye su
misma naturaleza intrinseca. Diríase que en cierto modo proviene
más bien de la misma naturaleza del entendimiento humano, á cuyo
servicio está consagrado el lenguaje , que de otras causas inherentes
al lenguaje mismo . Dios, al infundir á los hijos de Noé sus lenguas.
diferentes, se acomodó de seguro á la naturaleza intrinseca del hur
mano entendimiento , que en todos ellos era una misma; de donde
por fuerza había de resultar una cierta analogia entre las lenguas de
todos; pero estas lenguas las hizo esencialmente irreducibles , como
que todas ellas eran primarias é independientes.
Sin embargo, bien pudo hacer el Criador que los hijos todos de
Noé conservasen , cada uno en la lengua propia que le habia tocado,
algunos vestigios del habla primitiva, para que de esta manera en el
mismo fenómeno maravilloso de la confusion de las lenguas llevasen
impresa los hombres la marca de lo que habia sido el habla de sus
antepasados antes de producirse la confusion dicha . Estos vestigios
existen en efecto , y ellos son los que han movido a la generalidad
de los filólogos á considerarlas como relacionadas todas ellas entre
si con propio y verdadero parentesco . Wiseman , en los dos sabios
discursos poco há citados , hace ver la existencia de este vinculo,
comun , y trae en favor de esta doctrina las grandes autoridades de
Alejandro de Humboldt, de la Academia de San Petersburgo , de
Merian, Klaproth, Federico Schlegel , Herder, Turner, Abel Remu
sat, Niebuhr y Balbi, copiando sus mismas palabras y notando que al
gunos de ellos tenian por un mero cuento oriental, segun consta de
sus mismos escritos, cuanto la Escritura refiere en orden a la confu
sion milagrosa de las lenguas verificada en Babilonia , y por consi
guiente, no podian ser movidos á abrazar la referida doctrina por la
autoridad de la Biblia .

Vea quien guste estos dos discursos ; nosotros no nos detendre


mos más largamente en esta materia . Nos contentaremos con obser:
var que la réplica de Agassiz contra la afinidad sobredicha es indig,
na verdaderamente de un hombre de su esclarecido entendimiento
Dice este distinguido escritor: " Los que sostienen la unidad primiti
va de la especie humana atribuyen una grande importancia á la ,
afinidad de las lenguas, teniéndola por un testimonio comprobante
del parentesco directo y efectivo entre todos los hombres. Pero esta
del género humano. 633

importancia, sea cual fuere, se la puede encontrar tambien en la fa


milia animal , aun de aquellas que cuentan numerosas especies y gé
neros. Sígase sobre una carta la distribucion geográfica de los osos,
de los gatos, de los rumiantes de cuernos huecos , de las gallináceas ,
de los patos , ó de cualquiera otra familia. Con la misma evidencia
que lo pueden hacer con respecto a las lenguas humanas las investi
gaciones filológicas, sean las que fueren , se probará que el bramido
de los osos del Kamtchatka tiene parentesco con el de los osos del
Thibet, de las indias orientales, de las islas de la Sonda , del Nepaul,
de Siria, de Europa, de Siberia , de los Estados - Unidos, de las mon
tañas Roqueñas y de los Andes . Sin embargo , todos estos osos son
mirados como especies distintas , que no han heredado de otro al
guno la voz con que expresan sus sentimientos. No la han heredado
mas las razas humanas . Otro tanto se puede decir del maullido de
los gatos de Europa, de Asia , de Africa ó 'de América; y del brami
do de los bueyes , cuyas especies están latamente extendidas por
todo el globo , ':
¿ Qué tiene que ver el informe lenguaje de los animales con la es
piritual é inteligente palabra del hombre ? Las voces de los brutos
son meros gritos lanzados por la ciega naturaleza , destituida de
verdadera libertad en sus actos , é incapaz de producir otros signos
que los puramente naturales ; mientras que la palabra del hombre
és el vehículo del pensamiento , verdadero signo arbitrario que no
puede significar sinó porque libremente lo ha escogido el hombre
para desempeñar este oficio . De aquí es que la afinidad en la voz
con que los diversos osos , gatos , toros y demas animales manifies
tan sus sentimientos, no puede menos de existir en todos ellos
como fruto espontáneo de una naturaleza afin y semejante; mas la
afinidad que encuentran los filólogos en las lenguas es cosa que pu
diera haber dejado de existir, siendo dependiente , como lo es , del
humano albedrío .
Por esto ha podido escribir con razon el filólogo y matematico
Young las siguientes palabras: “ Parece que no podria deducirse
nada , relativamente al grado de parentesco entre dos lenguas, de
la coincidencia de sentido de una palabra única que se encontrase
en estas dos lenguas , y que las probabilidades serian tres contra
una , sobre que las dos voces no concordaban . Pero si tres palabras
parecen idénticas, entonces habrá diez contra una que deben ser

Agassiz, Lettre á Nott et à Gliddam .


034 Unidad de origen

derivadas en uno y otro caso de alguna lengua madre, o in


troducidas de algun otro modo . Seis palabras darianimás de
setecicntas mil probabilidades contra una , y ocho, cerca de diez
mil ; de tal suerte que en semejantes casos, la probabilidad se
diferencia poquísimo de una certeza absoluta . En el vascuence,
por ejemplo , ó antiguo idioma de España , hallamos en el voca
bulario que acompaña al elegante ensayo del baron G: de Hum
boldt , las palabras beria , nuevo ; ora , un perro ; guchi , pequeñio;
oguia , pan ; otsoa , un lobo , de donde el español onža , y ears?
( ó shashpi, como lo escribe Lacroze ), siete . Pues en el antiguo
egipcio , nuevo es beri; un perro , whor ; pequeño , hudchi; pan,
oik ; un lobo ,' ounsh , y siete , shashf. Y si consideramos estas
palabras como bastante idénticas para admitir que pueda calcu
larse por ellas, las probabilidades seran más de mil contra una,
que en algun período muy remoto se estableció en España una
colonia egipcia ( ó tuviermi ambos idiomas en el origen un misma
punto de procedencia , conservando cada uno por su parte algunos
fragmentos de la lengua primitiva , diremos nosotros con el car
denal Wiseman ), porque ningun dialecto de las naciones vecina:
ha conservado vestigios de haber sido el intermedio por el cual se
1
hayan transmitido estas voces 1 .
En ayuda del argumento filológico viene el histórico , pues todas
las historias están acordes en afirmar las emigraciones de los pue
blos que irradiaron del Asia , del Egipto y de la Fenicia á las otras
partes del mundo , y se extendieron así por todo él en la misma
forma que lo cuenta el Génesis. Tres fueron los hijos de Noé, y las
familias de estos tres grandes troncos se fueron esparciendo por
todo el globo , dando nombre á los diferentes pueblos de la tierra.
Hé aquí cómo hace la enumeracion de estos pueblos Riancey, deri
vando sus nombres de los pertenecientes á los hijos de las tres fa
milias citadas : “ Nombremos , dice , primeramente á Sem : éste es el
hijo primogénito del gran Patriarca , abuelo de Heber, y tronco de
los hebreos , cepa de Israel y padre del pueblo escogido. Su hijo
primogénito es Elam ,'el segundo Asur, el tercero Arphasad, el
cuarto Lud , el quinto Aram . A esta rama semítica corresponden
los pueblos más antiguos y más ilustres del Asia. Elam ha dado su

i Joung , Remarks on the reduction of experiments of thependulum . Philosopă,trans


act. , vol . cıx , pág. 1819. ( Citado por Wiseman en el discurso segundo, pág:795 de
Jas Vindicias de la Biblia . )
del género humano. 635

nombre á -los elamitas, y así es como se llaman ellos mismos los


primitivos persas . Asur es el fundador deificado de la nacion caldea
y del imperio de Asiria. El nombre de Lud se reconoce en los ly
dios del Asia Menor, y figura sobre los monumentos egipcios , como
significando los pueblos de color menos oscuro que habitaban el
- Asia, Aram ha tenido por descendientes á los arameos , antigua
denominacion de los pueblos de Siria . Finalmente , Arphaxad es el
padre de Salé , abuelo de Héber , quien tuvo por hijo á Phaleg ,
padre de los israelitas , y á Joctan , cabeza de los árabes jocta
nidas .. ,
Cuatro fueron los hijos de Cham ; kush , Mesraim , Phut y Cha
naun . El nombre de Cham es el que tomara para sí Egipto , llaman
dose Cheme: encuéntrasele bajo la forma de Ham ó Hammon , en el
nombre genérico del África. Kush es el jefe de la gran familia kushi
ta , que reinó en las grandes llanuras de Senaar , y que llevó sus des
scendientes hasta la Etiopía . La figura que más descuella en esta raza
es el primer fundador de imperios, Nemrod , el violento cazador , cl
"- rey de Babilonia . Mezraim está tambien á la cabeza de la raza egip
* -* cia. Phut aparece como padre de los que han poblado la Lybia , y
Chanaan ocupó la tierra prometida y las, riberas del Mediterráneo ,
hasta que Josué se apoderó de estos lugares .
Cham anda errante por el mundo. Japhet es viajero y dominador .
- Sus hijos son : Gomer , Magog , Madai, Javan , Thubal, Mosoch y
Thiras. En el primero , cuyo nombre se escribe Ginr ó Gimr , está
por comun consentimiento designado el jefe de la gran familia de
los kimr ó kymris , de donde han venido los celtas y los germanos .
Los hijos de Gomer son : Ascenes , origen quizá del nombre de As
cania , en el Asia Menor , del nombre de la mar ascania ( Ponto
Euxino ) ; Riphat, de donde descendía el pueblo nunca domado de
los montes Ripheos ; Thogorm ó Thogorma , padre asi de los anti
guos frigios ( thygramios) como de los modernos turkomanos. De
Gog ó Magog descienden los pueblos escitas ; los medos vienen de
Madai ; Favan reconoce por suyos á todos los javanas; á todos los
junos, á todos los jonios ó griegos del Asia Menor y de Europa , y
sus hijos Elisat, Tharsis, Cethim y Dodanim han dejado impresa su
memoria en la Ellas (Grecia ), en la Cilicia , donde está la ciudad
de Tharsis ; en la isla de Chipre , donde está Kitium ; en la Tracia ,
donde estaban los Cithios (kethioi ), finalmente, en el santuario de
Dodona. Túbal pasa por ser el padre de los thobelianos , nombre
primitivo de los iberos , de los eúskaros, del " pueblo del cordero ,
036 Unidad de origent

Los moscovitas deben pertenecer á Mosoch ó Moshk , los tracios


a Thiras ? .
De estos pueblos descienden todos los demas , si bien , como nota
el mismo Riancey ? , todavía reina gran oscuridad sobre la explica
cion completa de esta genealogía. Sin embargo , no se puede dudar
sinó que en la admirable enumeracion de Moisés es donde se halla
" la memoria más auténtica de la filiacion de los pueblos , , como
se expresan los órganos más acreditados de la ciencia moderna
Al argumento histórico debemos juntar el antropogénico , tomado
del origen que señalan al hombre los antiguos historiadores y poetas.
Sanchoniaton , segun consta de un escrito suyo que nos ha conser
vado Eusebio Cesariense , copiándolo de las obras del judío Filon “ ,
asigna al género humano el mismo modo de nacimiento que señala
Moisés , diciendo que Aion y Primogénito fueron procreados del
viento Kolpia , y añadiendo que de ellos nacieron despues todos los
hombres, los cuales fueron enseñados por Aion á alimentarse del
fruto de los árboles . Aion y Primogénito , el primero tomando la
fruta del árbol, y los dos siendo procreados del viento , manifiesta
mente nos están diciendo que aqui se trata de Eva y Adan , prime
ros padres del género humano , criados por el soplo del espiritu de
Dios 5 , y alimentados con el fruto de los árboles del Paraíso . Ło
mismo viene á decir en sustancia el caldeo Beroso , segun se colige
de un fragmento suyo que nos ha trasmitido Syncello ; lo mismo
tambien Diodoro Siculo en las teogonías de los egipcios y de los
griegos . Orfeo canta la adoracion del primer hombre producido:
Aristófanes llama á los hombres obras lúteas , aludiendo a la crea
cion de Adan , formado del barro de la tierra ; Horacio celebra el
linaje audas de Faphet, y Ovidio cuenta , casi copiando del Génesis,
en sus Metamorfosis la creacion del mundo y la de nuestros prime
ros padres, los pecados de los hombres , que atrajeron a la tierra el
diluvio universal, y la repoblacion del mundo por medio de la fa
milia de Pirra y Deucalion , providencialmente preservada de las
aguas vengadoras.

1 Riancey , Hist. umir'., tom . 1 , lib . 1 , pág. 90-96. Paris , 1870.


El inismo, l . cit., p. 90.
3 Rawlinson , The five great monarchies of the ancient Eastern Worlit , toino 1.
4 Euseb, Cesar. , Praeparat. erang . , lib. 1 , cap. x. ( Edic, de Migne, Pats glam
tomo xxi , pág: 78. )
' 5 Et inspiravit in faciem ejus spiraculum vitae, et factus est homo in animam
viventem , dice la Escritura ( Génes . , cap . 11, vers. 7 ) .

1
del género humano. 637

Tenemos, pues , en favor del dogma cristiano las tradiciones de


los pueblos , los inventos de la filología , las narraciones de los his
toriadores más antiguos , incluso el autorizadísimo autor del Penta
teuco , muy superior a todos ellos , así en antigüedad como en auto
ridad histórica; finalmente , los cantos de los más celebrados poetas .
¿ Qué traen los poligenistas, qué el famoso Agassiz , para que derri ..
bemos ahora por el suelo tan respetables testimonios, y sigamos
ardorosos la nueva doctrina del cosmopolismo inicial, estableciendo
tantos centros de creacion cuantas son las infinitas agrupaciones hu
manas? Los hechos de la Historia natural , nos responden todos ellos
unánimemente. Veámos qué nos dicen estos hechos de la moderna
ciencia ;
“ La naturaleza no cambia nunca , dice en sustancia el ilustre
profesor de Cambridge ; es preciso reconocer en ella una ſijeza ab
soluta . Las especies vegetales y animales no han podido comenzar
á existir en un solo punto de la tierra , la razon nos obliga a esta
blecer para ellas diversos puntos de creacion ; esto mismo debemos
afirmar con respecto a la especie humana. Cada region de la tierra
tiene sus especies vegetales y animales , así como su propio hombre;
en éste y en aquellas han influido las mismas causas locales , dando
á todos los organismos de cada país una cierta especie de uniformi
dad ó sello que los caracteriza y distingue. Así es que al tinte par
ticular del malayo corresponde el pelaje del orang existente en la
misma region , y al de los negritos y telingas el del gibbon , propio
de los lugares donde ellos habitan .
Comencemos por esto último . En la isla de Sumatra , donde los
hombres , en sentir de Agassiz., tienen el mismo color rojo del orang ,
vive tambien el gibbon , cuyo color negro corresponde, por confe
sion del mismo Agassiz , al color negro de los negritos y telingas.
Hé aquí como unas mismas causas locales imprimen á todos los
organismos de una region un cierto sello comun que los caracteriza
y distingue!
¿ Y cómo dice Agassiz que la naturaleza permanece siempre fija,
cuando la vemos variar á cada instante, no en los caractéres espe
cíſicos у fundamentales ciertamente , que éstos siempre quedan los
mismos , sinó en los accidentales y secundarios ? Basta citar para
convencerse de ello las variaciones introducidas con el discurso del
tiempo en los perros , en las palomas , en los bueyes y en las otras
especies domésticas de que hemos hecho mencion en el capítulo
pasado. La naturaleza de cada sér permanece siempre fija , es verdad,
638 Cidad de origen

dentro de la orbita que con mano fuerte le trazara al criarla el s


premo Hacedor ; pero dentro de esta orbita puede variar , y varia
en efecto , sobre todo cuando se halla sometida a la influencia libre
del hombre. La produccion de las razas contenida dentro de un
mismo tipo específico , es cosa que ningun hombre medianamente
instruido puede poner en duda. Lo que no se puede producir son
las especies, las cuales necesariamente tienen que venir de la mano
misma del Criador. Pero Agassiz , identificandose en esto con Dar
win , niega la distincion entre la especie y la raza , y no admite otra
diferencia verdadera que de individuo á individuo . “ Despues de
haber rechazado una vez más este autor , escribe Quatrefages, et
criterio basado en el crecimiento y en los diversos grados de fecun
didad , añade lo siguiente : Con él desaparece tambien la pretendida
realidad de la especie , opuesta al modo de existencia propio de los "
generos , de las familias, de los órdenes , de los reinos. Lo que en
efecto posee la realidad de la existencia son los individuos ,
Es decir, que , en sentir de Agassiz, las especies no son tipos
reales, sinó meramente lógicos , como los géneros, las familias, los
órdenes, etc. , cosas todas que dependen en gran parte del punto
subjetivo escogido por el observador del mundo fisico , para dar a
los indivíduos algun órden en sus ideas . Pero esta idea peregrina se
halla en pugna abierta con el sentido comun y con la ciencia ; pues,"
como advierte allí mismo el sabio que acabamos de citar , hay un '
hecho conocido por el buen sentido del vulgo, y demostrado por
la ciencia , el cual todo lo domina é invade , asi en zoologia como
en botánica , y consiste en que todos los seres organizados se divi
den en grupos elementales, fundamentales, que se propagan en el
espacio y en el tiempo .
Que las especies vegetales y animales reconocen diferentes cen
tros de aparicion ! “ Concedido , responde á esto el mismo Quatre
fages; pero si yo acepto esta doctrina , única conciliable con los hea
chos , es con la condicion de tomarla toda entera, y tal como resul
ta de los estudios practicados sobre la distribucion geográfica de
todos los seres vivientes ,, ? . Ahora bien ; estos estudios , añade , los
cuales son ya al presente muy numerosos , y revelan con bastante,
claridad la marcha general de la naturaleza en órden á la cuestion
que nos ocupa , pugnan manifiestamente con el principio de Agassiz.

1 Quatrelages ,'1. cit., cap. xiv , num . 2 , pág. 1:8.


2 Tdem , ibid ., pag. 120.
del género humano. 639

de que cada localidad tiene su fauna y su flora propias, así como ,


tambien su propio hombre. “ Del conjunto de las investigaciones
hechas, escribe , se desprenden un cierto número de hechos gene
rales que nosotros llamamos leyes . Si la concepcion de Agassiz es
verdadera, debe concordar con estas leyes. Ahora bien ; el des
acuerdo se manifiesta desde el principio. Asentemos en primer lugar
que esta concepcion encierra dos ideas muy distintas: la del cosmo
politismo originario de la especie humana, y la de un lazo geográ
fico entre la raza humana y los grupos de animales y vegetales ha
llados en un mismo terreno . Veamos lo que puede tener de verda
dero o falso esta segunda. Para Agassiz , la influencia del centro de
aparicion es general y absoluta . Ella se extiende a todos los produc

*** tos, así á los del suelo como á los de las aguas dulces'ó saladas. ' ;
Una comarca está tan bien caracterizada por sus vegetales como
por sus animales y por su hombre. A su juicio, una fuerza esencial
mente local parece haber producido todos los seres , ó á lo menos
haberles impreso un sello comun . Esta generalizacion era inevitable .
Todo el que intente unir una raza humana á un centro de aparicion ,
debe con mayor motivo localizar en cada uno de ellos la causa ori
ginal de todas las formas animales ó vegetales que lo pueblan . Para
todos los seres vivientes la coincidencia geográfica debe ser absoluta .
Ahora bien ; lo que sucede con más frecuencia es que la tal coin
cidencia no existe . Entre las aguas de un rio y las riberas que lo
encauzan , puede nacer un contraste muy notable . Esto es lo que
muestran los descubrimientos del mismo Agassiz sobre la fauna
ictiológica del rio de las Amazonas . Para quien admite los resultados
publicados por el ilustre viajero es evidente que esta fauna se divide
en grupos mucho más acantonados que los de las faunas terrestres .
El mismo hecho se muestra sobre las orillas de los dos mares , se
parados por una misma tierra muy angosta . La fauna y la flora ter
restres' del istmo de Suez son las mismas en toda su extension ,
mientras que Mr. Edwars no ha hallado una sola especie de crustá
ceos comun al Mediterráneo у al mar Rojo , y mientras que el estu
dio de los anélidos me ha conducido á mi al mismo resultado . Aún
hay más : la misma region puede ser centro de aparicion para una
clase de animales, y no para otra . La Australia , por ejemplo , es un
centro de los más caracterizados para los mamíferos , y se aisla en
este sentido de todas las tierras vecinas . Cuando se trata de insec
tos, se confunde, por el contrario , con la Nueva Zelandia , con la
Nueva - Caledonia y con las islas adyacentes . Este último hecho ha
010 Unidad de origen

si lo anunciado por Lacordaire, y tiene una fuerza demostrativa


tanto mayor , cuanto que este entomologista ha multiplicado los
centros de aparicion mucho más que Agassiz , y ha hecho de esta
suerte más fácil la caracterizacion . Así , la coincidencia admitida por
Agassiz , lejos de extenderse á todos los seres organizados de una
region, no existe en ciertos casos entre diversas clases de solos los
animales ,
Este argumento de Quatrefages, como se ve, demuestra comple :
tamente lo infundado y lo anticientífico que es el sistema de Agassiz.
Mas no se contenta con esto el ilustre francés , sinó que todavía :
pasa más adelante. No sólo hace ver con razones incontestables
que es falsa y contraria á los hechos la division que hace Agassiz
de toda la superficie terrestre en nueve reinos diferentes para la
creacion de otros tantos hombres primitivos, mas tambien demues .
tra cómo , siguiendo las leyes generales del acantonamiento progre
sivo de los seres organizados, el hombre en un principio ha debida
habitar un espacio de tierra sumamente reducido ; de forma que su
cosmopolitismo no lo ha debido adquirir sinó con el ejercicio de su '
industria y con el uso de su libertad , mediante las cuales ha podido
salvar los poderosos obstáculos de la naturaleza que á los demas
séres organizados los tiene invenciblemente contenidos dentro de :
áreas más ó ménos estrechas , y esparcirse desde allí por todos los
lugares de la tierra . Su raciocinio no puede ser más concluyente ni
más demostrativo , y está fundado así en la razon metafísica de las
· cosas , como en la observacion de los hechos. La primera nos dice
que cuanto más perfecto es un sér organizado , el mecanismo de sus
órganos debe crecer en complicacion y delicadeza, resultando de

aquí ser ménos acomodada su constitucion física para conservarse


en muchas partes de la tierra , y por consiguiente haber recibido de
la naturaleza una área de habitacion muy reducida . La segunda nos
enseña que , en efecto , esto es lo que se verifica en el orden de los
hechos , á saber : que los seres vivientes , á medida que van crecien .
do en perfeccion , se muestran encerrados en espacios más pequeños,
siendo por esta causa los monos los que ménos extension ocupan en
la superficie del globo .
* Esta reduccion de las áreas geográficas de los grupos animales,
escribe el citado autor despues de haber demostrado con hechos
evidentes el estrechamiento dicho, es un hecho general que se en

I Quatrefages, l. cit. , cap . XIV , pág. 120 121 .


del género humano . 641

cuentrà tambien entre los vegetales . Escuchemos sobre este punto


lo que dice Ad . de Candolle: , " El área media de las especies se
presenta tanto más limitada , cuanto más completa , más desarrolla
da , ó en otros términos , más perfecta es la organizacion de la clase
á que ellas pertenecen. ,, Por consiguiente, el acantonamiento pro
gresivo de los seres organizados , que aumenta a medida que van
creciendo éstos en perfeccion , es una ley general. La fisiologia da
razon de este hecho . El perfeccionamiento de los organismos se
ejecuta con la division del trabajo, y éste requiere una multiplica
cion de aparatos operativos . A medida que los instrumentos anató
micos se hacen más numerosos y especiales , se especializan tambien
sus funciones . Por esto mismo las condiciones de armonía entre el
sér viviente y el medio que le rodea se determinan más y más . Por
consiguiente , el vegetal ó el animal no halla ya sus verdaderas con
diciones de bienestar sinó en un área cada vez más restringida . Más
allá de ella el medio es diferente , la lucha por la existencia se hace
más mortífera, y la extension de la especie , del género , de la fami
lia ó del órden mismo , se encuentra detenida.
Sólo el hombre, armado contra el medio con su inteligencia y
su industria , es capaz de sobreponerse á las condiciones de existen
cia , que serían una barrera invencible para su organisacion material.
" La ley del acantonamiento progresivo está en oposicion abso
luta con la doctrina del cosmopolitismo inicial de la especie humana.
No haciendo caso de ella , los poligenistas propiamente dichos po
drian invocar la difusion de los géneros delfin y rorcal, los mono
genistas -poligenistas de la escuela de Agassiz podrian argumentar
con los hechos anteriormente citados y pertenecientes á los géneros
megáptera ý sibaldio. Los unos y los otros podrian decir : La ley
general de acantonamiento presenta dos excepciones ; ¿ por qué no
será el hombre una tercera ? La analogia , ya se ve , pecaria por la
base . Los delfines, los rorcales, los megápteras , los sibaldios , per
tenecen al último órden de los mamíferos; el hombre , áun no to
mando en cuenta sinó su cuerpo , pertenece incontestablemente á
un órden más elevado . Si no queremos hacer de él una excepcion
única ; á las leyes de los animales superiores , y no á las del grupo
inferior , es a las que ha debido estar sujeto . Por consiguiente , po
demos afirmar ya desde ahora que el hombre no ha podido ser ori
1
ginariamente cosmopolita . Pero todavía podemos ir más adelante.
1
Sin haber comenzado su existencia en todos los puntos donde
hoy día se encuentra , pudiera el hombre haber tenido varios cen
41
642 Unidad de origen

tros de aparicion . Examinemos este último punto . Las leyes del


acantonamiento progresivo y de la caracterizacion de los centros
permiten entablar esta cuestion y resolverla . Examinemos de nuevo
á este fin los grupos animales , dejemos á un lado todos los tipos
inferiores, y no tomemos en cuenta sinó los antropomorfos. En esta
familia, la más próxima al hombre por su organizacion , hay tam
bien grados . La ley de acantonamiento progresivo se aplica á este
grupo particular, lo mismo que a la totalidad del reino . La familia ,
mirada en todo su conjunto , se encuentra en Asia , en la península
de Malaca , en el Assam hasta el 26 ° N. , en Sumatra , en Java, en
Borneo y en las Filipinas; en el África occidental, desde el 10º Sur
hasta el 15 ° N. Pero el género gibbon , el más inferior de todos, ocu
pa él solo el área asiática entera : el género orang está confinado en
Borneo y Sumatra . En Africa el género chimpanzé va , poco más ó
ménos , desde el Zaira hasta el Senegal; el gorilla no ha sido halla
do sinó en Gabon y quizá entre los aschantis. Aunque ocupára todo
el espacio que los viajeros han dejado todavía en blanco sobre esta
parte de nuestras cartas , su área de habitacion no por eso dejaria
de ser bien reducida. Así , á medida que el tipo antropomorfo se
eleva , el área de habitacion se restringe.
„ El tipo humano, considerado únicamente su organismo material,
es incontestablemente superior al del orang y del gorilla. Por con
siguiente , en un principio ha debido estar tan acantonado como
estos dos tipos de animales. Se objetará quizá que los grandes mo
nos están en vía de desaparecer, y que los pocos que quedan no son
sinó los testigos de la poblacion numerosa de los tiempos pasados.
Esto sería una hipótesis absolutamente gratuita, desposeida de todo
hecho que hable en su favor, y es permitido responder por lo mé
nos que el gorilla y el orang no hubieran podido durar donde
viven todavía el chimpanzé y el gibbon . Ahora bien ; ¿ qué son las
áreas ocupadas por ellos comparadas con la humana ?
Hasta aquí he dejado á un lado los tipos excepcionales, tales
como los marsupiales, los desdentados, los makis, etc. No queria
fundar mi argumento en las formas desviadas del camino comun ; te
nia puesto todo mi empeño en mostrar la accion de las leyes en las
especies de organismo, por decirlo así , normal . Mas los tipos
aberrantes son de un valor muy subido y nos proporcionan otra
nueva clase de enseñanzas. Estos tipos caracterizan casi siempre,
ya sea los centros de aparicion , ya sea los centros secundarios ó
regiones geográficas. Para no hablar sinó de los mamíferos, recor
del género humano . 643

daré que la Australia tiene sus marsupiales; la Australia meridional,


el ornithoringo ; la América boreal , el buey moscado ; la América
central, los desdentados; el África , la jirafa ; el Asia , el yack ; el
Cabo , el gnu ; Madagascar, los makis y el aye - aye; Gabon , el go
' rilla , etc. El hombre tambien es evidentemente un tipo excepcional
o aberrante entre los mamíferos . Él solo está construido para la es
tacion vertical; él sólo tiene verdaderos pies y verdaderas manos ; él
solo presenta un desarrollo cerebral llevado al más alto grado; él
solo posee esa superioridad de inteligencia que le hace dueño y se
for de todo cuanto le rodea . Admitir que el tipo humano , el tipo
más perfecto de todos, este género excepcional entre todos, ha te
nido 'su nacimiento en varios centros de aparicion , sin haber carac
terizado ninguno de ellos, sería hacer de él una excepcion única .
Por más poligenista que uno sea, y por más especies humanas que
quiera admitir , siempre se verá precisado á reconocer que el
acantonamiento primitivo del género humano en un solo centro de
'aparicion, y la caracterizacion de este centro por él mismo , son la
consecuencia lógica de todos los hechos atestiguados por la geogra
fia geológica . Con mucha más razon verá todo monogenista en la
especie privilegiada que domina á todas las otras uno de estos tipos
especiales que caracterizan el centro, la region donde ellos han apa
recido, como el ornithoringo, el aye - aye, el gnu , caracterizan la
Australia meridional , Madagascar, el Cabo .
En resúmen , las leyes de la geografía zoológica conducen á ver
'con certeza en la especie humana el rasgo característico de un cen
tro único de aparicion, y permiten añadir que este centro no ha
sido más extenso que el del gorilla y el del orang , ' .
- "Hemos querido traer este largo trozo de Quatrefages, porque con
el queda pulverizada por completo la teoría del célebre profesor de
Cambridge y de todos los poligenistas , relativa a la pluralidad de
centros de aparicion asignados por ellos al género humano . Los he
chos, pues , de la Historia natural, no sólo no van contra lo que
creemos los Católicos en orden a la unidad de origen de todos los
hombres , sino por el contrario lo declaran altamente conforme con
los resultados de la ciencia. Ellos no dicen precisamente que todos
hayamos venido de una sola pareja, porque esto no puede ser obje
to de la Historia natural; pero aseguran con la mayor firmeza que
tal linaje de procedencia es verdaderamente muy posible, porque

I Quatrefages, I. cit ., cap. xv, núm . 5-7 , pág. 127-130.


644 Unidad de origen

una es la especie á que todos pertenecemos , y uno tambien el centro


desde donde se han ido esparciendo los primeros indivíduos poco a
poco por todos los puntos de la tierra . Aún más: los naturalistas to
davía pasan más adelante y señalan á la especie humana un centro
de aparicion que casi concuerda con el señalado en la Biblia .
Advirtiendo por una parte que al rededor de la gran meseta cen
tral del Asia se encuentran así los tres tipos fundamentales huma
nos , el blanco , el negro y el amarillo , como las tres formas tambien
fundamentales de todas las lenguas , á saber : el monosilabismo
puro , el polisilabismo por aglutinacion y el polisilabismo por fle
xion , y observando por otra que todos los animales domesticados
en los tiempos más remotos nos han venido del Asia , concluyen
que esta region ha debido ser la cuna del género humano , y pro
bablemente la meseta central sobredicha . En esto último no tienen
razon , pero se acercan mucho á la verdad , porque sabemos por la
Biblia que el verdadero centro de aparicion del género humano
despues del diluvio está en el terreno comprendido entre la Arme
nia y el campo de Sennaar, en Babilonia , donde vivieron juntos los
hijos de Noé hasta que se dispersaron con la confusion de las len
guas . Yendo de Oriente , dice el Génesis de los hijos de Noé , halla
ron un campo en la tierra de Sennaar , y alli fijaron su morada: I
dijeron los unos á los otros : “ Venid , hagamos ladrillos , etc... La

I Génes., cap. ix , vers. 2. En este texto de la Escritura , donde se dice que los
hijos de Noé marcharon de Oriente al Sennaar, se funda Lenormant para opinar, čo?
Bohlen у otros varios críticos , que el Ararat nombrado por Moisés no es el miser :
lugar que más tarde designaban los judíos con este nombre, ó sea la Armenia, sini
el Aryavarta , " Tierra Santa , de los iranios , situados al norte del Indostan , porque
la Armenia no está al oriente del Sennaar, sinó al norte . Esta opinion , á la cual n
deja Vigouroux en La Bible et les découvertes, etc : (tom . 1 , lib . 1, cap . iv , pág. 181) , ce
reconocer algun grado de probabilidad , coincide más perfectamente que la comun )
ordinaria con la de los naturalistas dichos, porque hace parar el arca de Noé en 19"
de los extremos de la meseta oriental arriba mencionada ; pero no se halla suficiente
mente justificada para que por ella hayamos de abandonar la otra , generalmente se
guida . Los hebreos bien sabian que la Armenia cae al norte de Babilonia , y no a!
oriente , y sin embargo siempre estuvieron en la persuasion , lo mismo que los babilo
nios , de que el arca salvadora paró en Armenia , y no en otra parte. Por consiguier
te , el texto en que funda toda su teoría el orientalista citado no debía hacerles á ellos
gran ſuerza para creer que el punto de donde partieron los hijos de Noé hácia Baby
lonia eran los montes del Indo- Kusch , y no los de Armenia. Lo que para ellos sona
ban las palabras nas'am migquedem ( profecti sunt de oriente ), no era que el Arara "
estuviese al oriente de Babilonia , sinó que la marcha emprendida por la familia de
Noé se hizo en un lugar puesto á la parte oriental de la Judea , donde habitaban In
del género humano . 645

multiplicacion de las lenguas no tuvo lugar hasta el tiempo de la


dispersion de las naciones , porque la Escritura nos dice terminan
temente que antes de este acontecimiento toda la tierra habitada
por la familia de Noé era de un solo labio : erat autem terra labii
unius et sermonum eorumdem . La multiplicacion de los tipos es pro
bable que tampoco principió hasta esa misma época , porque hasta
entonces todos los hombres estaban sujetos a las influencias exter
nas de un mismo clima ; y por otra parte , las costumbres y el régi
men de vida, que es lo que más influye en la mudanza física de los
cuerpos humanos, eran tambien para todos unos mismos . Por con
siguiente , bien pudo ser que los hombres , una vez separados unos
de otros en el campo de Sennaar, formasen el centro de aparicion
polimórfico al rededor de la referida meseta ; que no se hallan tan
léjos todos aquellos lugares del campo de Sennaar que no hayan
podido suceder las cosas de este modo .
... Pero aquí se levantan los poligenistas, diciendo que la derivacion
de una tan grande multitud de razas de una sola no parece posible,
sobre todo si se toma en cuenta la poca cantidad de tiempo que
generalmente admitimos los católicos para formarlas, no habiendo
transcurrido , segun la cronologia de la Biblia , desde el diluvio has
ta Moisés, en cuyo tiempo estaban ya bien definidos los tipos , sinó
el espacio de unos cuantos siglos . Las esculturas, exclaman , y los
dibujos que han sido hallados en el antiguo Egipto , nos presentan
ya tipos perfectamente reconocibles ; en la gran procesion de Tot
mes IV , la cual data de unos mil setecientos años antes de Jesucris
to , se discierne perfectamente la cabeza lanosa y prognata del
negro de Etiopía , con su frente aplanada , con su nariz remachada,
con sus dientes oblicuos , con sus labios salientes y con su ángulo
facial propio y característico. En el cuadro que representa la victo
ria de Ramsés II sobre los negros , segun se ve en el templo de
Beyt- el-Walee, en la Nubia , Ramsés se distingue perfectamente de
los negros vencidos , como se distinguiría un griego moderno en

judíos. En este mismo sentido están tomadas las palabras referidas un poco más ade
Jante en el mismo Génesis , cuando , al hablar Moisés de la separacion de Abraham y
de Lot, dice de este último ( cap. XII, vers. II ) que se apartó del oriente, vaissa' miq
quedem ( recessit al oriente ) , puesto que Lot , para separarse de Abraham , camino de
poniente á oriente , y no de oriente á poniente. El movimiento lo ejecutó en una re
gion colocada al oriente de la Judea , punto de mira del inspirado autor del Génesis,
y esto bastó para que Moisés dijese que Lot vaissa' miqquedem ( et recessit ab oriente ).
Véase sobre esto á Vigouroux , en el lugar arriba citado.
646 Unidad de origen

medio de una poblacion del Congo . En el otro , donde se halla re


presentado el combate de Sesostris con los escitas , aparece entre es ..
tos últimos una tropa aliada con todos los caractéres de los actuan
les mogoles del Asia central ' . Añádase á esto , continúan , que to
dos estos tipos han persistido constantes hasta nuestros días, sig
que el transcurso de tantos años los haya podido alterar aún lo más
minimo . Esto mismo podemos decir de los judíos , los cuales CONTU
servan ,por todo el mundo y bajo todos los climas sus mismas faca
ciones . Aún más : en unas mismas latitudes , y codeándose los unos
‫یه‬
con los otros , hallamos hombres que desde épocas remotísimas han
vivido siempre con la diversidad de colores que ahora presentan :
“ Comparad , escribe Berard , los habitantes de las islas de Viti , Sa
lomon , Nuevas -Hébridas , con los polinesios de las islas de Tonga,
Otaiti y Nuka - Hiva . Los primeros son de color de hollin ; sus veci .
nos , quizá desde hace ya tres o cuatro mil años , no han tomados
todavía el color de los etiopes , 2. " La zona del Soldan , dice Brocta
ca , encierra dentro de sí á la raza blanca de los tuaricos , la cobrizio
de los fellahs, y otras varias de color de ébano ... El negro mási
puro y más oscuro se observa al norte del Senegal , en los yolofs
en torno de los cuales están los moros , nada más que morenos ,Jos

fulahs , de color cobrizo , y los mandingos , de color de tabaco. Los


hotentotes , tan amarillos que se ha tratado de identificarlos con
los mogoles , tienen por vecinos á los cafres , que son verdaderos
negros ; y en la otra extremidad del África, los negros lanosos del
Sahara septentrional, los descendientes de los antiguos melano-gé
tulos están enclavados en medio de los mozabicos, de los biscaries,
de los tuaricos y de otros berberes de piel blanca , 3 ,
Finalmente , concluyen , ejemplo de esta persistencia de los tipos
humanos tenemos en los europeos que han ido á América y á otras
regiones despues del descubrimiento del Nuevo Mundo . “ Casi to
das las naciones de Europa han enviado á regiones lejanas una par :
te de su poblacion ; ahora bien : sea cual fuere el tiempo transcurrido,
ni Inglaterra , ni Francia , ni España desconocen en los rasgos de
sus colonos las facciones de los habitantes de la madre patria ,
Examinemos estas razones de nuestros adversarios, dirigidas a

1 Brocca , Recherches sur l'hybridité , pág . 453 .


2 Berard , Cours de physiologie , tomo 1 , pág. 457 .
3 Brocca , l. cit ., pág . 475 .
4 Berard , l. cit., pág. 461.
del género humano . 647

probar la persistencia absoluta de los tipos, pero que sólo indican


una permanencia relativa de los mismos , siempre que permanezcan
las circunstancias que los han producido . Y comenzando por la que
ha sido puesta en primer lugar, toda ella se reduce á que ya en
tiempo de Ramsés II estaban formados los principales tipos de la
familia humana . ¿ Y cómo prueban esto nuestros adversarios ? Las
pinturas y esculturas en que fundan todo el aparato de su argumen
tacion podrían haber sido hechas muchos años despues de los acon
tecimientos por ellas representados . En tal caso , ya no habría ne
cesidad de decir que en tiempo de Ramsés II existían los tales tipos .
Y que así haya sucedido bien lo podemos pensar sin temeridad al
guna : los pueblos nunca suelen andar tan solícitos en perpetuar
sus glorias como cuando han perdido su grandeza primera , y co
mienzan a representar un papel secundario en el mundo . Entonces
es cuando , acordándose de lo que fueron en tiempos pasados , y
comparando su antiguo esplendor con su presente abatimiento ,
procuran consolarse grabando en piedras y pintando en lienzos las
hazañas de sus mayores. Esto es lo que pudo haber acontecido á
los egipcios, que tambien tuvieron sus épocas de decadencia y re
nacimiento como los demas pueblos .
Pero demos que las pinturas y esculturas en cuestion sean del
tiempo de Ramsés II ó de Moises, que viene á ser lo mismo ; pues
el famoso conquistador egipcio parece haber sido contemporáneo
del caudillo de los israelitas . Esto sucedió cuando menos 700 años
despues de la dispersion sobredicha, y en 700 años ya tenían tiem
po los hombres para formar diferentes razas con la variedad suma
de costumbres y género de vida que debió nacer en todos ellos al
verse en lugares tan diversos . En el poco tiempo que ha transcurri
do desde la llegada de los portugueses á Calicut a fines del siglo XV
hasta nuestros días se ha formado en Malaca una raza enteramente
nueva ; de suerte que , si no fuera por los documentos históricos y
por otras circunstancias que acompañan á sus indivíduos , sería muy
dificil reconocer su procedencia. Hé aquí lo que de estos hombres
miserables y degradados nos refiere el doctor Ivan en las siguientes
palabras : “ Por la mayor parte son ( estos hombres) los descendien
tes de los antiguos conquistadores de la Malaisia ; sus padres fueron
los compañeros de Vasco de Gama y de Alburquerque . Muy seme
jantes á los monumentos que elevaron sus abuelos y que cubren el
suelo con sus ruinas , ellos tambien han sido heridos de la degrada
cion y de la vetustez . En medio del pueblo malayo con quienes se
048 Unidad de origen

han aliado hace ya largo tiempo , los 3.000 descendientes de los


antiguos portugueses son lo que hay de más feo en lo fisico , y de
más degradado en lo moral . Imposible sería confundirlos con los
malayos de pura raza ; no tienen ni en la mirada , ni en la actitud, la
salvaje energia de estos hombres. Diríase más bien que han tomado
de las razas etiópicas el carácter que les distingue ; sus facciones
tienen algo de bestial . En una palabra , sobre su frente estrecha ý
aceitosa llevan la señal de un rebajamiento moral . Las pobres gen
tes no tienen idea alguna de sus gloriosos antepasados: la tradicion,
recuerdo consolador de las razas caidas, se ha borrado de la memo
ria de este pueblo . La mayor parte de ellos llevan nombres ilustres,
é ignoran quiénes fueron sus padres , y con qué luz de los tiempos
pasados están iluminadas sus tinieblas ... Causa verdaderamente es
panto calcular las pérdidas que estos hombres han sufrido. En el
espacio de medio siglo quizá se han borrado de su memoria religion,
moral , tradicion , lenguaje, escritura. La pereza más repugnante y
ausencia de toda necesidad se han sucedido en ellos á los goces
laboriosamente adquiridos , !
Otro ejemplo : la mudanza pronta en sentido opuesto al prece
dente nos la ofrecen los negros de los Estados Unidos ; los cuales,
con sólo participar de la civilizacion americana , y sin mezclar su
sangre con ninguna otra , han formado ya una raza nueva diferente
de la africana. “ No queremos tocar, escribía M. Eliseo Reclus en
la Revue de Deux Mondes en 1. ' de Agosto de 1859 , la cuestion can
dente de la esclavitud ; no haremos sinó consignar un hecho cierto
el progreso constante de los negros en la escala social . Aun bajo el
aspecto físico tienden sin cesar á acercarse á sus señores . Los negros
de los Estados Unidos no tienen ya el mismo tipo que los negros de
África. Su piel raras veces es de un negro aterciopelado , a pesar de
que todos sus antepasados han sido comprados en la costa de Gui
nea. No tienen los juanetes tan salientes , ni los labios tan gruesos, ini
la nariz tan remachada, ni la lana tan crespa , ni la fisonomia tan bes
tial , ni el ángulo facial tan agudo como sus hermanos del antiguo
continente. En el espacio de 150 años han salvado bajo este aspecto
una buena cuarta parte de la distancia que les separa de los blan
cos . ,, En la misma forma se expresa Reiset , citado por Quatrefa
ges en el Boletin de la sociedad etnológica , diciendo : “ El africano
llega á las Antillas con todos los caractéres del negro . El criollo,

1 Ivan , De France en Chine . Paris, 1855 , pág. 224-227.


del género humano, 649

hijo de negro y negra puros , reproduce sus caractéres, pero atenua


dos. La cara en particular pierde su carácter de hocico. Los cabe
llos y el color persisten ; mas bajo todos los otros aspectos , el crio
llo se va aproximando cada vez más y más al blanco . , Y el mismo
Quatrefages añade lo siguiente : “ M , Lyell tambien , despues de
haber practicado numerosas investigaciones , ya preguntando a los
médicos que vivian en los lugares donde habia esclavos , ya reci
biendo el testimonio de aquellos que habian fijado su atencion sobre
este objeto, halló que , sin mezcla alguna de razas , la cabeza y el
cuerpo de los negros , por el solo contacto intimo que tienen con los
blancos , se acerca en cada generacion más y más a la configuracion
europea , ' .
Y no son los negros solamente los que así se transforman en los
Estados - Unidos con el nuevo género de vida que allí llevan : este
fenómeno se observa tambien en los mismos blancos que van a es
tablecerse allí desde Inglaterra; pues de ellos ha salido una raza en
teramente nueva y distinta de la inglesa así en lo físico como en lo
moral, la raza yankee. “ Allí tambien , escribe Pozzy á este propósito ,
bajo la influencia del medio se ha formado una nueva raza blanca , 1
derivada de la inglesa, y que podemos llamar con el nombre de raza,
yankee. Los testimonios son demasiado numerosos , demasiado po

sitivos, para que sea posible ponerlos en duda. Los poligenistas más
decididos, áun los señores Nott y Gliddon , se han visto obligados á
reconocer el hecho, si bien no han dejado de esforzarse para dis
minuir sus dimensiones . El aumento de la talla, el ensanche de las
órbitas, la diminucion de los tejidos adiposos y de los aparatos glan
dulosos, el alargamiento del cuello : tales son entre otras las modifi
caciones profundas que ha recibido el tipo inglés en el medio ame
ricano . Edwards, Smith , Carpenter, M. Desor , el mismo Knox,
con todo su poligenismo, están unánimes en reconocerlo , 2. Luego
cita en el mismo lugar el testimonio del abate Brasseur , quien se
expresa sobre esta materia en los siguientes términos : " Un pequeño
número de años ha bastado para establecer una distincion ya muy
marcada entre los americanos modernos y los ingleses , de quienes
ellos descienden . Nosotros rogaremos al viajero que con ojo aten
to haya recorrido los Estados-Unidos, nos diga qué es lo que piensa
acerca de ciertas familias de Nueva - York y de la Pensilvania que

I Pozzy, la terre et le récit biblique. Appendice , pág. 548-549 .


2 Idem, loc. cit. Appendice, pár. 5. °, pág. 553-554.
650 Unidad de origen

han conservado pura su sangre durante uno ó dos siglos , y acerca ,


de las poblaciones en tiempos más remotos establecidas en el Kena:
tucky y en las riberas del Mississipí. ¿ No ha observado, lo mismo
que nosotros, una alteracion sensible, no sólo en las facciones, mas
tambien en el carácter ? Aparte de la civilizacion europea que ha ide:
en pos de ellos , se hallan ya en unos, juntamente con el ángulo fan
cial , la fiereza y astucia propias de los iroqueses, y en otros, el exter.
rior, la aspereza , sinceridad é independencia de los ilineses y dels
Cherokee ,
En los turcos hoy dia existentes tenemos otro ejemplo de transer
formacion física verificada en pocos años. Tanto los kirghis comes
los osmanlis descienden de la raza antigua de los turcos que ya án - :
tes de la era cristiana se hallaban establecidos en la Tartaria , al not
te de la China. Los kirghis, que han permanecido con su vida pas ?
toril de siempre , conservan la fisonomía y los caracteres generales
que los autores asignan á los turcos primitivos. Son pequeños y poc
extremo feos; en sus facciones presentan los rasgos característicos
de la raza mogola , á la cual pertenecen ; tienen la barba rala yet :
tinte moreno, y se señalan sobre todo por lo muy piramidal de sua
cabeza . Algunos siglos han bastado para que todas estas cualidades !
hayan desaparecido de los osmanlis, que hace ocho siglos forman
parte del Imperio otomano , entrando en su lugar otras muy diferen
tes . " Los turcos osmanlis , dice Godron , constituyen una faza muy
hermosa : tienen la barba espesa y larga, los ojos cortados en forma
de almendra , y no enfrenados: ademas , en el conjunto de su orga
nizacion y en su fisonomía se encuentran muchos caractéres propios:
del tipo europeo , áun en la conformacion de la cabeza, que ha de ',
jado de ser piramidal , ” . Aquí tenemos que los turcos osmanlis, con
algunos siglos de vida civilizada semejante a la nuestra, han dejado
su forma mogola para tomar la caucásica ó europea .
En vano pretenden algunos que esta transformacion es debida al
cruzamiento de los turcos con las circasianas guardadas por ellos en
sus harems; porque la transformacion es comun á toda la raza y los
harems son cosas de los ricos y de los grandes solamente . La maşa
del pueblo no se une sinó con los de su propia raza, porque los tur« ,
cos y los griegos se odian mútuamente, y las creencias religiosas que

I Brasseur , Histoire des nations crvilisies in Mexique et de l'Amérique centrale dit


rant les siècles antérieurs à Christophe Colom ) .
2 Godron , De l'espèce et des races, tomo 11 , pág . 321-322.
del género humano. 651

profesan unos y otros los alejan sobremanera, y no permiten que se


verifiquen entre ellos'uniones de esta especie. :
Finalmente , los colonos ingleses , que tan breve tiempo llevan en
Australia , ya han sufrido allí una transformacion notable. “ Los cur
rencys, ó criollos australianos , escribia Cunninghan en 1826 , se
hacen grandes y esbeltos como los americanos , y son en general
notables por la propiedad sajona de los cabellos rojos y de los ojos
azules ; pero su color , aun cuando jóvenes , es de un amarillo páli
do. En una edad más avanzada , fácilmente se les distingue de los
nacidos en Inglaterra . Las mejillas rosadas no son de este clima ,
así como tampoco de América , donde un color fresco traerá sobre
si indudablemente esta observacion : Usted es del viejo mundo. ,
Hasta el mismo color de la piel , que es lo que parece ofrecer más
tenaz resistencia á las transformaciones , ha sufrido tambien en al
gunos pueblos notable mudanza en breve espacio de tiempo . “ Si no
hubiese otras circunstancias , escribe M. Reclus en los artículos
arriba citados , que contrabalanceasen á las del clima , podria suceder
muy bien que los americanos , al cabo de algunos siglos tuviesen el
color de los naturales, sea el que fuere el lugar de su procedencia,
Irlanda , Francia ó el Congo . „ La misma observacion se halla es
crita en la Revue de deux Mondes, correspondiente al dia 15 de Di
ciembre de 1850 , con respecto á los criollos del Canadá . “ Una lar
ga permanencia de estos criollos en América en el sobredicho lugar ,
se dice en ella , les ha hecho perder los vivos colores de su propia
encarnacion. Su color ha tomado un matiz de gris subido . Sus ca
bellos negros caen absolutamente sobre las sienes como los del ' in
dio . Ya no se reconoce en ellos el tipo europeo , y mucho ménos el
tipo galo . ,
Ni para llegar a un alto grado de civilizacion se necesitan más de
los siete siglos arriba referidos; porque los hombres no comenzaron
despues del diluvio por el estado salvaje, sino que heredaron por
medio de Noé , padre comun de todos ellos , la civilizacion antigua
de los antediluvianos ; y buena prueba de ello tenemos en la misma
torre de Babel , que intentaron edificar tan alta como las nubes . Fue
ra de que aun cuando quisiéramos suponer a los egipcios ménos
adelantados en la civilizacion antes de la invasion de los hicsos y en
tiempo del primer Imperio , una vez asentados a las riberas del Nilo
bien pudieron hacer rápidos progresos ; que la persistencia en un
mismo estado de abyeccion sólo acompaña á los pueblos sumidos
en la barbárie , y el pueblo egipcio desde un principio aparece civi
652 Unidad de origen

lizado en la historia . Una vez comenzado el progreso , la rapidez


en desenvolverse no suele ser difícil: la dificultad siempre está en el
comienzo , el cual siempre viene de fuera. No vemos á los antiguos
mejicanos llegar en breve tiempo a un alto grado de civilizacion,
una vez puestos en este camino por. los que habian invadido su ter
ritorio ? Ciento treinta años contaba solamente de vida propiamente
civil aquel pueblo ilustrado á la llegada de los españoles , y Motezu
ma era el noveno rey del imperio ' . Los darwinistas se complacen
en pintar la razon del hombre lenta y perezosa en su desarrollo;
pero nada de esto sucede cuando hay uno que la instruya , prendien
do en ella la llama del saber , y este uno siempre ha existido en la
tierra despues que Dios instruyó al primer hombre en el paraiso.
Todo esto sea dicho , no porque nosotros queramos defender que
desde la dispersion de las gentes pasaron siete siglos solamente , sino
porque vean nuestros adversarios cuán sin sustancia es el argumen
to que contra la unidad de origen del género humano pretenden
fundar en la antigua formacion de los tipos humanos . La historia
de los tiempos recientes, que todavía casi podemos nosotros tocar
con las manos , nos está diciendo á voz en grito que la naturaleza
humana, puesta en convenientes circunstancias , es muy capaz de
formar los referidos tipos en el tiempo por ellos imaginado. Tanto
más que nuestra naturaleza ahora obra sobre tipos ya asentados y
en circunstancias mucho menos propicias que las que se debieron
ofrecer despues del diluvio . Con aquella catástrofe espantosa la tier
ra debió quedar muy saturada de humedad por todas partes, y
na de otros agentes muy activos que debieron influir muy podero
samente en el organismo del hombre. Ademas , la variedad de cos
tumbres, causa principal de la formacion de las razas humanas,
como con argumentos muy eficaces prueba M. Godron ? , no pudo

I J. Acosta , Historia natural y moral de las Indias. Sevilla. 1590 , lib. VI, ca
pitulo vii .
2 Godron , l. cit.,t. 11, lib . m , cap. 11. Entre otras cosas , hace ver esto en dos
germanos y en los antiguos galos. Sobre los primeros escribe: * Los germanos de Tá
eito , estos patagones de la Europa antigua , no se encuentran ya en Alemania con los
caracteres que este eminente historiador les atribuye diciendo : Truces et coerulei ocu
li , rutilae comae , magna corpora et tantum ad impetum valida ; laboris atque operum
non eadem patientia ; minimeque sitim aestumque tolerare frigora atque inediancele
solove assueverunt. ( Tacitus , De moribus germanorum libellus, cap . 1v .) Hoy diado
es posible reconocer por medio de estos caractéres á los habitantes de estos mismos
paises. Mas tambien cuán grande es la diferencia que media entre la Germania sel
vaje y la Alemania civilizada ! Quizá se atribuyan estos caracteres á los cruzamientos
del género humano . 653

ménos entonces de ser muy grande , estando los pueblos en el pe


ríodo de su esparcimiento sujetos á muy variadas impresiones,
segun eran muy diferentes los lugares que iban ocupando en el
globo con las emigraciones continuas.
Por lo demas , la sagrada Escritura no nos obliga á encerrarnos
en un período tan estrecho como es el de 700 años para explicar
los acontecimientos verificados entre la dispersion de las gentes , y
la salida de Egipto del pueblo hebreo. Sin faltar á la Biblia pode
mos suponer, no 700 , no 900 años , sino áun 1.000 y 2.000 , -y
cuantos se necesiten para el desarrollo histórico de los hijos de
Adan , como lo haremos ver en el capítulo siguiente.
Vengamos ahora á la segunda dificultad, fundada en la persisten
cia de los tipos durante una larga duracion de siglos . Esta persis
tencia no es sinó una consecuencia natural del género de vida que
han llevado siempre los pueblos en quienes se descubre el tal fenó
meno . Así , por ejemplo , los judíos , donde quiera que han fijado
su domicilio , han conservado los rasgos fundamentales de su raza ;
pero tambien han sido siempre constantes en permanecer adheridos
á sus creencias religiosas , y con esto en guardar cuidadosamente
las mismas costumbres causadoras de los caractéres sobredichos. A
los colonos ingleses , españoles y holandeses , les ha sucedido otro
tanto : han seguido siempre con los mismos caractéres físicos en sus
nuevas moradas , porque no han variado en sus caractéres morales ;

con razas extrañas ; pero ya veremos más adelante en qué clase de circunstancias mo
difica este linaje de causas los caractéres de una raza. , ( Pág . 314. )
Sobre los segundos se expresa en estos términos: “ Tampoco se encuentran estos
antiguos galos de las provincias belgas , tan perfectamente conocidos de Amiano
Marcelino , que vivió largo tiempo en medio de ellos , y nos ha dejado el retrato si
guiente : Celsioris staturae et candidi pene galli sunt omnes et rutili, luminumque torvi
tate terribiles, avidi jurgiorum et sublatius ·insolescentes. Nec enim eorum quemquam .
adhibita uxore rixantem multo fortiore et glauca, peregrinorum ferre poterit globus: tum
maxime cum illa inflata cervice suffrendens, ponderansque niveas ulnas et vastas, admix
tis calcibis, emittere coeperit pugnos ut catapultas tortilibus nervis excusas. Metuenda:
l'oces complarium et minaces placatorum juxta et irascentium . , (Amm. Marcell., Rei um
gestarum , lib. xv , cap. x11 . ) Ninguno de estos caractéres puede ser atribuido á los
franeeses de nuestros dias , y mucho menos á las señoras francesas. Pero tambien se ha
obrado una transformacion completa en las costumbres de nuestra nacion desde los
tiempos de Amiano Marcelino.
Para hallar hoy dia los originales de estos retratos , que con mano maestra nos han
trazado los autores latinos , seria preciso ir á la peninsula escandinava ; allí es donde
se encuentran todavía entre las gentes del campo , las cuales han conservado la vida
sencilla de sus antepasados. ( Godron , l. cit., pág. 314-315 .)
054 Unidad de origen

cada uno de ellos ha sido firme y constante en vivir con los mismos
usos y costumbres que habia recibido de su madre patria , y asi,
naturalmente, la mudanza fisica que han experimentado ha sido
muy pequeña. No ha sucedido lo mismo á los portugueses estable
cidos en Malaca por la razon contraria arriba expuesta. Y esto se
ve muy claramente por lo que acontece á los individuos de esta
misma nacion en el Brasil: allí han sido fieles en guardar los usos
de la madre patria , y su físico tambien ha permanecido en conse
cuencia sustancialmente el mismo .
En los polinesios se observa el mismo fenómeno que acabamos
de indicar. Todos ellos , exceptuando los pertenecientes á la raza
negra oceánica , pertenecen evidentemente a un mismo tronco ,
como lo prueba la identidad de caractéres físicos y lingüísticos en
ellos reinante, pues en todos se ven los mismos rasgos fundamen
tales y se oye hablar la misma lengua. Sin embargo , segun el gé
nero de vida que cada uno de ellos está obligado á llevar por las
condiciones topográficas del país en que reside , así tambien las mó
dificaciones físicas resultantes son diversas. Los jefes se diferencian
mucho de la gente plebeya , así en la talla como en otras propie
dades físicas , y los habitantes de las islas fértiles son mucho mejor
conformados que los que viven en las pobres y estériles.' “ Esta
verdad se hace evidente , escribe Godron , si se ponen en parangon
los polinesios de los archipiélagos de la Sociedad , de las Marquesas,
de los Amigos , etc. , con los desgraciados habitantes de las islas
Pomotu , á quienes la pobreza de su estrecha morada mantiene en
el estado de la más profunda barbárie , y la escasez de recursos
obliga a vivir desnudos , y á buscar en los inciertos productos de la
pesca los medios principales de su subsistencia . Hecha esta compa
racion , se verá que estos infelices reciben de su miseria un aire triste
y salvaje , y que se apartan de los taitianos y nukahibianos, menos
quizá en los rasgos principales de su fisonomía , que en sus formas
corporales desgraciadas y desproporcionadas , '
Por lo que toca á la diferente coloracion de las dos razas existen
tes en la Oceania, antes de hablar de ella los poligenistas nos debe
rian probar que la existencia de entrambas razas en la misma region
data de muy antiguo . Mas esto es lo que no pueden ellos hacer,
porque ha habido transmigraciones á estas islas en diferentes tiem
pos . “ Sin que pretendamos resolver el difícil problema relativo al

I Godron , l. cit , pág . 327 .


del género humano . 655

origen de las gentes de la Polinesia, escribe á este propósito Pozzy ,


Iestamos autorizados para creer , por lo que se infiere de ciertos he
chos, que se han hecho emigraciones á ella en épocas indetermina
das, las cuales explican la diferencia de tipos en medio de circuns
tancias idénticas. Un ejemplo entre otros varios . La isla de las
Pascuas forma parte del archipiélago polinesio. Sus habitantes, como
los de las islas de Tonga, Otaiti y Nuka - Hiva , no tienen el tinte
etiópico que caracteriza á sus vecinos de la Melanesia . Esta diferen
cia á primera vista nos causa sorpresa ; pero esta sorpresa se dismi
nuye con la noticia de que la isla de las Pascuas , lo mismo que la de
Taiti, ha sido poblada por malayos . Al ménos esto es lo que se ha
concluido de un hecho que llena de admiracion á todos los viajeros,
á saber: de las enormes plataformas con que están recubiertos los
-sepulcros, y de las gigantescas estátuas colocadas encima de ellas.
La opinion más probable es que los escultores de estas estátuas y
-los :' constructores de estas plataformas no son procedentes de la
Malaisia, sinó de la misma India . Efectivamente , sólo en estas islas,
en Java por ejemplo, se encuentran monumentos de este género y
de una importancia aproximativa , !
* La misma consideracion puede aplicarse á los diversos pueblos
del Soldan . ¿ Quién sabe desde cuando están viviendo los unos junto
á los otros ? Fuera de que tambien se ignora en qué condiciones fue
ron á establecerse en aquellos lugares, y qué clase de conformacion
fisica llevaban cuando llegaron á ellos, lo cual sin embargo era ne
cesario conocer para que pudiese averiguarse si el medio ha obrado
o no en ellos alguna transformacion notable . ¿ Y si dijéramos con
M. Godron que las causas de la coloracion de la piel no son extrin
secas al sujeto, sinó intrinsecas ? En este caso , aunque estén en una
misma region dos pueblos, bien podrá suceder que el uno adquiera
el color negro, y el otro se quede con el blanco , ó con el amarillo ú
otro cualquiera . Una enfermedad, una afeccion interna , moral ó fi
siológica , en algunas circunstancias especiales habrá determinado en
un sujeto cualquiera un modo de coloracion particular, que luego
habrá transmitido á sus hijos por medio de la generacion ? ¿ Cómo
se verifica es transformacion de colores en los animales ? El modo

I Pozzy, l. cit ., pág. 544-545 .


2 La revista intitulada Les Mondes, en el número de 13 de Octubre de 1881 , pági
na 183 , trae un caso reciente de un francés convertido en negro por efecto de unas
calenturas intermitentes contraidas el año 6o de este siglo en la campiña romana,
cuando era soldado del emperador Napoleon III .
656 Unidad de origen

para nosotros es un misterio , si bien el hecho ninguno que esté en


sano juicio lo puede poner en duda. Dígase , pues, otro tanto de lo
hombres , los cuales en su parte inferior y animalesca están regi
dos por las reglas generales de los organismos corpóreos. Dice a
este propósito Godron , despues de haber refutado todas las opinio
nes que ponen las causas de la coloracion de la piel en los agentes
fisicos exteriores al sujeto : “ Por otro lado , con observaciones nu
merosas hechas en los animales, principalmente domésticos , hemos
demostrado que el melanismo, el erythrismo , el albinismo , desem
penan el papel principal en la coloracion de los mismos, y podemos
concluir con todo rigor demostrativo que lo propio debe suceder
tambien en el hombre, hallándose sujeto como ellos a las mismas
leyes fisiológicas . Las coloraciones diversas que distinguen a las di
ferentes variedades de la especie humana , están mucho menos rela .
cionadas con los agentes físicos que con los fenómenos más íntimos
de la organizacion , los cuales, en el estado actual de la ciencia , se
nos escapan , y permanecerán quizá siempre cubiertos con un velo
impenetrable á la ciencia , ' .
¿ Quién sabe si la raza de Cham , en castigo del ignominioso pe
cado que cometió este mal hijo contra su padre , quedó degradada
ya desde un principio , y fué invadida del color negro , oyendo e !
Señor la maldicion que sobre ella habia echado Noé ? Pero tiempo
cs ya de que soltemos la otra dificultad de los poligenistas , basada
en los obstáculos externos que debieron experimentar los hombres
para difundirse por el globo, en la suposicion de que todos ellos
hayan salido de un solo centro .
No hay punto de la tierra , dicen , ni en las islas ni en los conti
nentes, donde no haya aparecido alguna clase de hombres al ser
descubierto . ¿ Cómo es posible que desde la Armenia se hayan di
fundido los hombres por todos ellos, ocupando la Polinesia , la Aus
tralia y toda la inmensa extension del continente americano en el
espacio de unos cuatro ó seis mil años ?
Este es el otro argumento fundamental que en favor de su siste
ma aducen los secuaces del poligenismo, teniendo por imposible la
unidad de origen creida por los Católicos , y por contraria ademas
al instinto natural que tienen todos los hombres de vivir en el país
de su nacimiento . Veamos de responder á él con la mayor breve
dad posible .

1 Godron , Di l'espèce et des races, tomo I , pág. 296.


del género humano . 657

En primer lugar , por lo que toca al instinto no puede haber nin


guna dificultad . El hombre , ademas del instinto sobredicho , tiene
otros más poderosos que le hacen con frecuencia abandonar el pais
natal para no volver á verlo jamás en todos los dias de su vida .
La curiosidad , el deseo de descubrir nuevas tierras para enriquecerse
ó para hallar un modo de vivir más acomodado y ménos trabajoso,
el amor á la vida puesta en peligro con la invasion de algun pueblo
vecino feroz y sanguinario , y otras muchas cosas semejantes, son
otros tantos motivos suficientes para que el hombre abandone pre
suroso la tierra en que se crió , y vaya a buscar en el mundo otras
más pacíficas y deleitables.
Y en lo de trasladarse de un lugar á otro , ora por tierra , ora por
mar , ¿ quién hay que , en el estado presente de la ciencia , pueda
poner sériamente algun impedimento ? La Polinesia, sin género al
guno de duda , ha sido poblada por gente malaya salida del Asia,
como con argumentos claros lo demuestra Quatrefages 1. Todos los
habitantes de la Polinesia , desde la isla de las Pascuas hasta las islas
de Viti , y desde Sandwich hasta las islas Bajas, pertenecen á un
mismo tronco , constando esto por las tradiciones universales de los
tales isleños , y siendo por otra parte cosa averiguada que todos
ellos tienen los mismos caractéres físicos, los mismos usos y cos
tumbres , y la misma lengua. El punto de partida , segun dichas trå
Foot
diciones , fué la isla de Buro , situada no muy lejos del Ecuador , en
las Molucas . De allí se extendieron hasta Nueva- Guinea , donde
hallaron ya establecida la raza negra , la cual los rechazó hacia las
islas de Salomon . Llegado que hubieron a estos lugares , fueron
avanzando hácia el Oriente de isla en isla , hasta que se hallaron en
Viti , Tonga y Samoa , desde donde se esparcieron por un lado hasta
la Nueva - Zelandia , por otro hasta las Marquesas y hasta la isla de
las Pascuas, y por otro , finalmente , hasta Sandwich .
Hasta hace poco tiempo se había creido este derrotero imposible ,
por no estar todavía bien conocidos los alisios y monzones que vi
sitan en determinadas épocas aquella region , y por no tenerse no
ticia de otros fenómenos que suelen acaecer en el Pacífico ; pero al
ti
eper presente ya se ha adquirido un conocimiento más completo de todas
estas cosas , quedando disipadas con él todas las dificultades . Oiga
mos al sabio Quatrefages exponer con brevedad y maestría este
‫بهم‬ asunto , como persona que lo ha estudiado muy á fondo, dando

I Quatrefages , L'espèce humaine , cap . XVII ,


42
658 Unidad de origen

sobre él á luz un libro con el título de Les polinésiens et leurs mi


grations. “ La Polinesia , escribe, no está precisamente tan aislada
como se la ha querido suponer. La sola inspeccion de las cartas
hubiera dado á cualquiera derecho para pensar que un pueblo mari
timo , habituado á recorrer el Archipiélago malayo , ha debido ex
tender más de una vez sus correrías más allá de la Nueva -Guinea.
Este hecho está hoy dia puesto fuera de toda controversia. Más allá
los Archipiélagos de Nueva - Bretaña y de las islas de Salomon,
ponen , por decirlo así , á los navegantes un poco aventureros en la
ruta de las islas Fijis. Una vez llegados á este Archipiélago , por
poco acometidos que se sintiesen del deseo de descubrir nuevas
tierras, debieron llegar a la Polinesia propiamente dicha . La Nueva
Zelandia al Sud , sin embargo , y las Sandwich al Norte , quedan
todavía fuera de este itinerario indicado por la geografía.
„ Para que los marinos intrépidos fueran detenidos en este cami
no , hubiera sido necesario que los vientos y las corrientes les fuesen
contrarios é irresistibles. Mientras se ha creido en la universalidad
constancia absoluta de los vientos alisios , se les ha podido atri.
buir este papel . Mas los estudios llevados á cabo con la mira de fa
cilitar el comercio , los escritos del comandante Maury , las cartas del
capitan Kerhallet, nos han enseñado que el cloud -ring pasea sus
vientos variables sobre 20 grados en la área marítima de que se
trata. Sabemos sobre todo que cada año el monzon se sobrepone á
los alisios y sopla hasta más allá de Sandwich y de Taiti ; tanto que,
en lugar de tener vientos contrarios los que navegan hácia Oriente,
lo tienen muy favorable durante varios meses .
Las consideraciones sacadas de las corrientes conducen poco
más o menos á los mismos resultados. En el Pacífico , la corriente
ecuatorial que va de Este á Oeste forma en realidad dos grandes
rios oceánicos distintos y separados por una ancha contracorriente
que marcha en sentido opuesto . Esta última se extiende al Norte
por casi toda la área polinésica , y se abre , por decirlo así , en la
desembocadura del Archipiélago indio . Todo indica que ella ha
desempeñado un oficio muy principal en lo relativo a la dispersion
de las razas que ha tenido lugar en todas las provincias de la Oceania
у al Este de la Malaisia .
,, Finalmente , se sabe que los fenómenos atmosféricos distan
mucho de ser absolutamente regulares no ménos en el Pacífico que
en otras partes. Este mar tiene como los otros sus tifones, sus tem
pestades , que cambian instantáneamente la direccion de los vientos,
del género humano. 659

los cuales arrastran a los navios á despecho de las corrientes . Las


islas , los islotes de que esta sembrado , han debido recibir hartas
veces á marinos extraviados ; y nosotros citaremos ejemplos de esto .
„ Léjos, por consiguiente , de ser imposible la poblacion de la
Polinesia por navegantes salidos del Archipiélago indio , es relativa
mente fácil en ciertos momentos del año , con la sola condicion de
que los navegantes sean atrevidos y no teman perder de vista la
tierra . Ahora bien ; cuán perfectamente respondan á esta condicion
los malayos , es cosa que todos sabemos . Así es que los hombres
que se han hecho cargo de estas condiciones , como Malte- Brun ,
Homme , Lesson , Rienzi , Beechey , Wilkes , etc. , no han dudado un
momento en mirar la Polinesia como poblada por gentes que han
avanzado del Oeste al Este , ' .
Aún más ; no sólo consta por las tradiciones dichas lo que aca
bamos de escribir, sinó tambien la época en que han sido pobladas
varias islas principales de la Polinesia hasta entonces desiertas , y la
clase de canoas con que fué ejecutada la travesía . A las Marquesas
llegaron los naturales de Tonga hacia el año 419 de la era cristiana :
los de Taiti á Sandwich hácia el 701 ; Rarotonga fué colonizada á
principios del siglo xiii , y la Nueva -Zelandia á principios del xv ,
Las canoas en que se hacían estas emigraciones estaban forma
das por dos piraguas muy fuertemente unidas entre sí , de suerte
que podían llevar muy bien nada menos que 140 guerreros cada
una. Ademas , en piraguas más sencillas , formadas de un solo ma
dero , saben hacer los salvajes de la Polinesia viajes de 100 , 200
y 400 leguas, guiados por las estrellas y llevados en alas de los
àlisios , que ellos conocen muy bien . Añádase á esto que , ya por
una tempestad casual , ya por la costumbre bárbara de meter estos
isleños á sus enemigos vencidos con sus mujeres é hijos en pobres
piraguas , y de arrojarlos así á la merced de las olas, han llegado mu
chos de ellos á islas que de otra suerte jamás habrían sido habi
tadas de los hombres .
De la Melanesia no hay necesidad de escribir una sola palabra.
La Australia se está dando la mano con la Nueva Guinea, y ésta se
halla en relacion muy fácil con la península de Malaca por medio de
las Molucas , Macassar y Borneo , como lo puede observar cada uno
echando una simple ojeada sobre una carta de la Oceanía .
Resta tan sólo el Nuevo Mundo , pues lo demas no ofrece la me

i Quatrefages, L'espèce humaine, chap. XVII, n . 2 .


660 Unidad de origen

nor dificultad. Ahora bien ; el Nuevo Mundo ha podido ser muy fa


cilmente poblado por habitantes del Antiguo , yendo á él por varios
puntos . En primer lugar, es cosa muy sabida la proximidad de uns
y otro continente por el estrecho de Behring. A uno y otro lado
de dicho estrecho habitan gentes de una misma tribu , que viven
desde muy antiguo en continua comunicacion , por medio de em
barcaciones muy sencillas . Nada más fácil que el paso del uno al
otro continente por esta parte . Además del mismo estrecho , donde
los dos continentes están casi tocándose , por decirlo así , hay mas
abajo una cadena de islas llamadas aleutias, que ponen en comuni
cacion al Kamtchatka del Antiguo Mundo con la península de
Alaska del Nuevo .
Fuera de esto , más al Sur todavía , la corriente de Tessan , llama
da por los japoneses Kuro-Sivo ( Rio Negro ), abre un ancho ea
mino á los navegantes para llegar a las costas de California . Esta
corriente ha debido poner sin duda más de una vez en los tiemi
pos antiguos en dichas costas á muchos pescadores contra su vo
luntad , como llegan hoy dia los cuerpos flotantes y los juncos
abandonados por los orientales desde todos los puntos que baña e
río Negro .
Demas de esto , la corriente ecuatorial del Atlántico ofrece tam
bien otro camino para llegar de África á América, adonde sin duda
han debido ser arrojados en tiempos antiguos algunos habitantes
del territorio africano por alguna tempestad ó cosa semejante
como ha sucedido en los nuestros. En efecto , en 1770 un buque
cargado de trigo, por un descuido de los marineros , fue arrebatado
de esta corriente y llevado desde las Canarias hasta la costa de
Guayra , cerca de Caracas. Lo mismo , pues , habrá podido suce
der á otros en la antigüedad , que sin saberlo se pondrian en dicha
corriente .
Finalmente , la Groenlandia presenta otro nuevo medio de comu
nicacion entre los dos continentes mencionados , y consta con cer
teza que los noruegos y los islandeses penetraron por esta parte en
América , y tuvieron continuas relaciones con ella , á contar del si
glo x de la era cristiana . A fines del siglo viri , Gunnbjorn descubrió
la Groenlandia ; de aquellos mares , por medio de una tempestad
imprevista , fué arrojado a las costas de Nueva - Bretaña, en 986 ,
Bjarn Meriulfson , estando de vuelta para Groenlandia de una ex
cursion que habia emprendido . Con esto se estableció una colonia
escandinava en aquellas tierras, á las que fué dado el nombre de
del género humano . 661

Vinlandia , á causa del vino que en ellas se cogia . Desde aquella


época , segun los cronistas islandeses , floreció en Groenlandia hasta
el siglo xiv , bajo la tutela del obispo de Gardar, una colonia de 200
pueblos formados por colonos escandinavos que estaban en relacion
continua por una parte con la madre patria , y por otra con sus
compaisanos de Vinlandia .
4. Aún más : hoy dia es cosa ya averiguada que los chinos y japo
neses, mucho antes que llegasen á América los españoles , tenian
frecuente comercio con los americanos. De América hablan los an .
tiguos libros chinos , designándola con el nombre de Fu - Sang,
cụando dicen que al Este del Celeste Imperio hay una region suma
mente apartada donde se encuentra el oro , la plata y el cobre,
pero no el hierro , cosa que no puede convenir al Japon , como ha
bia imaginado Klaproth , y sí solamente al Nuevo- Mundo . Segun
los referidos libros , hácia mediados del siglo v partieron del país
de Ki-Pin á Fu - Sang misioneros de Budha con el fin de anunciar á
sus habitantes la doctrina de este hombre famoso , y de ello hacen
tambien mencion los libros de los japoneses . Y que llegaron en
efecto á América los tales misioneros, parecen confirmarlo las seme
janzas incontestables que existen entre los monumentos y figuras
búdhicas del Asia y ciertos productos del arte americano , segun se
desprende de las investigaciones hechas por M. G. d'Eichtal, y de
la coleccion verdaderamente régia de los monumentos mejicanos,
publicada por lord Kingsborough,
Ademas , como escribe á este propósito el cardenal Wiseman ,
el cómputo del tiempo entre los americanos ofrece una coinciden
cia demasiado marcada en un método puramente arbitrario con el
del Asia oriental , para que sea de todo punto accidental . La divi
sion del tiempo en grandes ciclos de años , subdivididos en porcio
nes más pequeñas , cada una de las cuales lleva un nombre particu
lar, es con ligera diferencia el plan adoptado entre los chinos , los
japoneses, los kalmukos, los mogoles, los mantchurios, como tam
bien entre los toltecas , los aztecas y otras naciones americanas; y
el carácter de sus métodos respectivos es precisamente el mismo,
con particularidad si se comparan los de los mejicanos y japoneses.
Pero la comparacion del zodiaco , como existe entre los thibetanos,
los mogoles y los japones, con los nombres dados por esta nacion
americana á los dias del mes , creo que satisfará a los más incré
dulos.
Los signos idénticos son el tigre , la liebre , la serpiente, el
662 Unidad de origen

mono , el perro y un pájaro ; de todos los cuales es claro que ningu


na aptitud natural podía haber sugerido su adopcion en los dos con :
tinentes . Esta extraña coincidencia se aumenta tambien con el he
cho curioso que muchos de los signos mejicanos que faltan en el
zodiaco tártaro se hallan en los shastras indios exactamente en las
posiciones correspondientes ; y no son ménos arbitrarios éstos que
los primeros : una casa , una caña de azúcar, un cuchillo y tres hue
llas de pié ,
Por donde se ve que no se equivocaron los españoles, compañe
ros de Francisco Vazquez Coronado , cuando al encontrarse en Qui
vira , á los cuarenta grados de latitud Norte , con dos " naos que
traían arcatraces de oro y plata en las proas con mercaderías , pen
saron ser del Catayo y China , porque señalaban haber navegado
treinta dias ,, ?
Lo dicho baste para hacer ver á los poligenistas como los habi
tantes del antiguo continente pudieron penetrar en el nuevo sin di
ficultad alguna por diferentes partes del globo , si bien lo que pare
ce más problable es que los lugares por donde principalmente ha
sido poblada la América en un principio son el estrecho de Behring
y las islas Aleutias . Por allí la comunicacion no ofrecia la menor di
ficultad ; y encontrando los hombres las tierras desiertas, muy pron
to pudieron llegar del uno al otro cabo , llevados de la curiosidad
de ver nuevas tierras, y hallar en ellas lugares mejor acomodados
para la vida . En solo cinco meses anduvieron el siglo pasado los
kalmukos un espacio de 700 leguas , venciendo dificultades inmen
sas , ya por parte de la estacion , excesivamente fría , ya por parte
de los lugares que atravesaron , ásperos y fragosos en extremo, ya,
en fin , por parte de sus enemigos los rusos , que pretendian cerrar
les el paso para que no pudiesen volverse á la China , de donde ha
bian salido . “ El Exodo de los kalmukos, escribe M. de Quatrefages,
responde á todo cuanto se pudiera objetar en orden a la imposibili
dad de las emigraciones primitivas por tierra . En ocho meses , à
pesar de los rigores extremos del frío y del calor, a pesar de los
ataques incesantes de sus implacables enemigos , a pesar del ham
bre y de la sed , este pueblo salvó un espacio igual en línea recta,
poco más o menos , á la octava parte de la circunferencia terrestre.

I Wiseman , Discursos. Discurso segundo ; págs. 807-808 de las Vindicias de los


Biblia
2 Gomara , Historia de las Indias, etc. Quivira. Edic , de Rivadeneira , pág. 288.
del género humano . 663

Tomando en cuenta los rodeos que se vió obligado á hacer, quizá


será preciso doblar esta cifra. Despues de un hecho de esta natura
leza , ¿ cómo poner en duda la posibilidad de viajes más largos to
davía respecto de una tribu que camina tranquilamente por grados,
sin tener otros enemigos con quienes luchar sinó el suelo y las bes
tias feroces?,
Concluyamos : aquí , como en las demas partes , el dogma cristia
no queda triunfante y glorioso contra todos los ataques de los fal
sos sabios, valiéndose para ello de los mismos argumentos de la
verdadera ciencia.

Quatrefages, l. cit ., cap. xvi , 1. 5 , pág. 137 .

last

‫ت‬
• Te

CAPITULO XXXI .

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LA ANTIGÜEDAD

DEL HOMBRE . EXAMÍNANSE LOS DOCUMENTOS HISTÓRICOS Y


LOS ARGUMENTOS GEOLÓGICOS DE LOS PREHISTÓRICOS.

A antigüedad del hombre ! Aquí sí que se imaginan haber


triunfado del Catolicismo los amigos de la razon indepen
L diente. Tan ufanos y orgullosos se presentan con sus
descubrimientos prehistóricos, que por maravilla los vereis sufrir
observacion alguna que vaya encaminada á sacarlos de sus regala
dos ensueños . “ La cosa es evidente , exclaman con gran aire de
triunfo ; sólo un entendimiento ciego y fanatizado por las leyendas
de una falsa revelacion sobrenatural dejará de ver el hecho hoy dia
adquirido a la ciencia de que el hombre lleva ya una série intermi
nable de siglos sobre la tierra. Los Católicos, claro está , jamás re
conocerán esta verdad tan patente , porque esto sería suicidarse
dando un eterno adios á las enseñanzas de la Biblia ; pero ¿ quién
hace caso de católicos en estos tiempos de luz y de progreso, que
han desterrado para siempre de las sociedades las negras tinieblas
del sobrenaturalismo? La ciencia no se cura ya de esta gente meti
culosa y apocada, sigue adelante con sus portentosos descubrimien
tos , y proclama á voz en grito la remotísima antigüedad del
hombre . ,
En efecto , ¿ qué son para estos novísimos sabios los seis ú ocho
mil años que hasta ahora han venido dando los Católicos al género
humano despues de su primera aparicion sobre la tierra ? Una cosa
insignificante. Quién lo hace subir hasta 30.000 años , quién hasta
50.000 , 100.000 y 200.000 , quién hasta 364.000. Algunos le atri
buyen miles de siglos ; otros, finalmente, no contentándose con esto,
lo suponen de una duracion indeterminada y superior á todo cálculo
El Catolicismo y la ciencia , etc. 665

cientifico . Basta decir que muchos de ellos opinan haber vivido


el hombre durante toda la época cuaternaria , que suponen haber
sido inmensa, y aún extienden mucho más allá sus conjeturas, dán .
donos como una cosa muy probable el hombre terciario. ¿ Y quién
puede calcular el número de años que con todas estas afirmaciones
pretenden conceder al género humano ? El período glacial solo
comprende, segun Lyell , 224.000 años ; Croll le atribuye 160.000 ,
Zaborowski 224.000 , Blandet 250.000, Julio Peroche 350.000 . Este
último afirma que desde el fin de dicho período hasta nosotros se
han pasado nada menos que 1.000 siglos . Calculese hasta dónde
llegará la cifra de nuestra antigüedad, si á los números sobredichos
se añade el incalculable de la época terciaria , pues en todo ese
tiempo se supone que ha vivido el hombre .
Toda esta multiplicacion de siglos es muy natural en los secuaces
de la prehistoria. La mayor parte de ellos, por no decir casi todos,
procede en el supuesto de que el hombre es un simple bruto puli
mentado, segun lo reclama la teoría de la evolucion profesada por
Darwin . ¿ Qué han de hacer, por consiguiente, sinó extender cuanto
puedan la série de los siglos prehistóricos, para que a la sombra de
sus tinieblas se elabore la transformacion lenta é insensible enseñada
por el naturalista inglés ? Por eso ponen primeramente estos autores
una época larguísima, en que los hombres anduvieron en el estado
de naturaleza errando por los bosques á guisa de fieras, distinguién
dose apenas de ellas, así en las costumbres y modo de vida , como
en el desarrollo de la inteligencia . La piedra natural ó simplemente
cascada era durante todo este tiempo el arma única de que se ser
vian para defenderse, para cazar los animales y para los demas usos
de la vida, porque su tosco entendimiento no alcanzaba á obras de
mayor excelencia. Despues, segun ellos , se les fué avivando ésta
poco á poco , y lograron fabricarse algunos toscos utensilios de pe
dernal bruto ligeramente labrado, dando origen con esto á la época
de la piedra tallada , y á las que se siguieron con el transcurso de
los siglos, cuales fueron la de la piedra pulimentada, la del cobre,
la del bronce, y la del hierro, hasta que , por fin , pudieron ya esta
blecerse y formar grandes agrupaciones ricas en civilizacion é indus
tria, dando principio a la verdadera historia .
Esta es la doctrina de nuestros modernos sabios , la evolucion
darwinista forma el principio fundamental de ella : la prehistoria no
es más que una consecuencia derivada a priori de este principio .
Si les fuera posible defender el origen monesco del hombre sin re
666 El Catolicismo y la ciencia

currir á la multitud innumerable de siglos que con mano verdadera


mente pródiga regalan al género humano , la antigüedad del hon
bre no iria de seguro en sus escritos más allá de 10.000 años; por ,
que , como lo ha demostrado M. Chabas en su excelente obra
intitulada : Études sur l'antiquité historique , 10.000 años son más
que suficientes para explicar todos los fenómenos antropológicos de
una manera satisfactoria. Pero la evolucion materialista del filósofo
inglés no puede subsistir sin los años inmensos de la prehistoria, y
la evolucion no es cosa que pueden abandonar como quiera estos
amantes de lo terreno , y despreciadores de todo lo espiritual é ins
visible . Hay, pues, que sostener á todo trance la remotísima anti
güedad humana , y hay que afirmar resueltamente por cien maneras
la evidencia de la tal antigüedad , aunque los fenómenos de la anę
tropologia digan otra cosa .
Hé aquí la verdadera causa del clamoreo atronador que levantan
sin cesar estos sectarios, pretendiendo ser ya una cosa demostrada
la remotísima antigüedad del hombre , y añadiendo que las enseñan
zas de la Biblia han sido cogidas en una falsedad manifiesta . Pero
ambas proposiciones son absolutamente erróneas : ni los descubri
mientos modernos nos obligan á poner en el género humano la ao
tigüedad fabulosa que fingen estos escritores , ni aun cuando sin gé
nero de duda viéramos en ellos señales claras de haber existido
sobre la tierra séres racionales en tiempos anteriores á lo que gene
ralmente han creido los católicos , hallaríamos algo reprobado por
la sagrada Biblia . Esto es lo que intentamos demostrar en este y en
los tres capítulos siguientes, conforme al plan que nos hemos trazado
en esta obra , de defender al Catolicismo contra los ataques de la es
cuela racionalista. Para ello trataremos separadamente de cada una
de las dos proposiciones indicadas .
Y comenzando por la primera , es cosa muy sabida entre los que
han saludado un poco la historia moderna que los incrédulos del
siglo pasado, para convencer de error y falsedad á la sagrada Biblia
en lo que cuenta acerca de la cronologia , echaron mano de ciertos
monumentos egipcios, caldeos , indios y chinos , así como tambien
de ciertos zodiacos maravillosos que habian sido descubiertos en al
gunos templos antiguos de Egipto . Ahora ya han cesado los ataques
por esta parte ; la cronología comunmente recibida entre los católi
cos salió triunfante de todos estos argumentos , cuya fuerza fué bien
pronto disipada como el humo , apenas se les aplicó la piedra de to
que de la verdadera crítica.
en órden á la antigüedad del hombre. 667

Laplace ' demostró que las observaciones astronómicas de los


caldeos no subian ochocientos años más arriba de la era cristiana,
y que otro tanto sucede á las de los egipcios . El mismo astrónomo
hizo ver que las practicadas por los indios son más recientes toda
via y posteriores al mismo Ptolomeo . Nada digamos de las chinas ;
Delambre juzga que los habitantes del Celeste Imperio fueron ins
truidos por los indios primeramente en la doctrina astronómica, y
despues , más tarde, por los mahometanos. Fuera de que nada nos
queda ya de dichas observaciones, porque perecieron antes de la
era de Cristo, y así poco pueden probar en contra de la cronologia
comun y vulgar de los seis ú ocho mil años . Mas aunque todavía se
conserváran , ciertamente adelantaríamos muy poco ; porque , como
observa y demuestra el mismo Delambre , la ciencia astronómica
nunca salió de la infancia tanto entre los chinos como entre los mis
mos babilonios y alejandrinos, los cuales no tenian sobre este rami
sinó conocimientos vulgares , y para llegar á este linaje de conoci
mientos tan imperfectos no se necesitan los innumerables siglos de
la prehistoria. De los monumentos egipcios , ya ántes de Champo
llion constaba por los testimonios de Varron , Celso : y otros escri
tores gentiles, que su antigüedad no excedia sinó unos dos mil años
å la de Nuestro Señor Jesucristo ; pero despues que este célebre
francés ha enseñado al mundo a descifrar los jeroglíficos que en
ellos se encuentran , la cronologia comun ha recibido una confirma
cion maravillosa. “ Yo he demostrado , escribe Champollion Figeac
en una de sus cartas , publicada por el cardenal Wiseman , en cuyo
poder obraba el original á la sazon , que ningun documento egipcio
es realmente anterior al año 2.200 ántes de nuestra era. Esta es , en
verdad , una antigüedad respetable , pero nada ofrece contrario a las
tradiciones sagradas , y áun me atrevo a decir que en todos los pun
tos las confirma. Adoptando , en efecto , la cronologia y sucesion
dadas por los monumentos egipcios es como concuerda admirable
mente la historia egipcia con los libros santos...

1 Laplace , Exposition du système du monde, lib . v cap . I. Véase el discurso séti


mo del cardenal Wiseman , donde se aducen los ilustres nombres de Bentley, Maske.
line , Heeren , Cuvier y Klaproth en favor de esta misma doctrina . El último de estos
autores se expresa en esta forma : " Las tablas astronómicas de los indios , á que se
habia dado una antigüedad tan prodigiosa , se construyeron en el siglo vii de la era
vulgar, y posteriormente se trasportaron por medio de cálculos á una época anterior...
( Klaproth , Memorias relativas al Asia, Paris , 1824. )
2 V. Origenes contra Celso, lib. 1 , n. 20.
668 El Catolicismo y la ciencia
77 El jefe de la dinastia de los Diospolitanos , la décimoctava , es
el rex novus qui ignorabat Foseph de la Biblia ; el cual, siendo de di
nastía egipcia , no podia conocer á José , ministro de los reyes usur
padores . Él fué quien redujo á esclavitud á los hebreos. El cautive
rio duró tanto como la dinastia decimoctava , y bajo el reinado de
Ramsés V, llamado Amenofis, al principio del siglo xv , libró Moises
á los hebreos . Esto pasaba durante la adolescencia de Sesostris,
quien sucedió inmediatamente a su padre é hizo sus conquistas en
Asia , al mismo tiempo que andaban errantes en el desierto Moises
y el pueblo de Israel por espacio de cuarenta años . Por eso no
deben hablar los libros santos de este gran conquistador. Todos los
otros reyes nombrados en la Biblia se encuentran en los monumen
tos egipcios en el mismo órden de sucesion , y á las mismas épocas
precisas donde son colocados por los santos libros , y aun añadiré,
que la Biblia escribe mejor sus verdaderos nombres que los histo- ,
riadores griegos , '.
Otros escritores han pretendido alargar bastante más la antigüe.
dad egipciaca , haciéndola subir hasta 4.000 años antes de Jesucris
to ; pero sus cálculos no pasan de meras conjeturas. “ La cronolo
gia egipcia , escribe Mariette , ofrece dificultades que hasta el presen
te no han sido vencidas ... A toda data superior a la de Psaméticoh
( 665 ántes de Jesucristo ) es imposible asignarle otra cosa que aprom
ximaciones , las cuales se van haciendo más inciertas a medida que,
se sube en la série de los tiempos ... La duda se aumenta cuanto
más nos apartamos de nuestra era en términos que , considerados
todos los sistemas ideados hasta el dia de hoy sobre esta materia,
podemos hallar una diferencia de dos mil años sobre el tiempo en
que comenzó la monarquia egipcia , ? Otros afirman que ya han
llegado por fin á disipar sus dudas acerca de la referida cronologiau
pero han confirmado con sus cálculos la cronologia comun. “ Combi
nando todo lo que hasta el presente ha sido descubierto , escribe
á este propósito Riancey , ya sea en las autoridades históricas que
nos han quedado , ya en el estudio de los monumentos , se puede
asegurar que los testimonios un poco dignos de fe no hacen subir
los anales humanos de Egipto más arriba de tres mil años sobre la

I Puede verse esta carta integra en el discurso octavo del cardenal Wiseman,
pág. 905-906 de las Vindicias de la Biblia . La opinion más fundada es que el Ramses
conteinporáneo de Moises fué Ramsés II . Véase sobre esto á Vigouroux, La Bible
les découvertes modernes, tomo 11, pág. 220 y siguientes .
2 Mariette, Notice desmonuments, etc. Alexandrie, 1864,
en órden á la antigüedad del hombre . 669
era cristiana Y luego , en la nota , añade lo siguiente : “ Esta es
la opinion de M. Brugsch , si bien , conforme á un cálculo de Hero
doto , la hace retroceder hasta el año 3400. Confiesa , sin embargo ,
que Diodoro presenta una data mucho más reciente . Esta es tambien
la opinion del sabio M. Mariette , quien coloca hacia el año 2500 la
al construccion de la gran pirámide bajo Chu -Fu ( Cheops ) , de la
cuarta monarquía . n
1
San Agustin ha tratado tambien esta cuestion de la antigüedad
egipcia , concordando con los cálculos comunes de la cronologia
vulgar . “ Quid autem sapientiae , escribe en el lib . xviii , cap . XXXVII
De Civitate Dei, esse potuit in Ægyptiis , ante quam eis Isis , quam
mortuam tamquam deam magnam colendam putaverunt taverunt ,, litteras
traderet ? Isis porro Inachi filia fuisse proditur , qui primus regnare
coepit argivis , quando Abrahae jam nepotes reperiuntur exorti . „ Y
levantando la voz contra la audacia de ciertos hombres que atribuian
á la monarquía egipcia nada ménos que cien mil años de antigüe
dad , comienza el capítulo xi del mismo libro con estas palabras:
4. Frustra igitur vanissima praesumptione garriunt quidam dicentes,
de
ex quo rationem siderum comprehendit Ægyptus amplius quam
centum annorum millia numerari . ¿ In quibus enim libris istum nu
ac
merum collegerunt qui non multum ante annorum duo millia litteras
magistra Iside didicerunt ? Non enim parvus auctor est in historia
Varro , qui hoc prodidit .
En esto de multiplicar los siglos , no han andado escasos cierta
mente los pueblos de la antigüedad ; la casta sacerdotal de Egipto
daba á sus reyes quince mil años de existencia , y pretendia probar
á los Atenienses , contra toda la voluntad de estos ilustrados ciuda
danos , que Aténas era una colonia egipcia fundada por los habitan
usta
tes de Sais 8.000 años antes de la era cristiana: los indios multipli
caban los años hasta el infinito, dividiendo la cronología en cuatro
edades , cada una de las cuales , excepto la última , que es la histori
ca , comprendia muchos miles de siglos : los chinos hacian otro tan
to, recurriendo á sus fingidos cálculos de matemáticas .
Pero harto benigno se mostrará con todos estos pueblos quien
conceda á su civilizacion una edad de tres mil años anteriores al es
tablecimiento del Cristianismo . Ya hemos visto cuál es el parecer de
los sabios en esta parte. Los papiros de Egipto concuerdan con
Maneton , Herodoto , Diodoro y Eratostenes en poner a Ménes á la

1 Riancey, Histoire du monde, tomo 1 , liv. I. chap. VII, pár. 11, pág. 411 .
670 El Catolicismo la ciencia

cabeza de todas las listas de los reyes egipcios , y la data de Ménes


puede ser fijada con razon hácia el año 2800 antes de Jesucristo . En
la India , antes del Caly - Yuga , última de las cuatro edades en que
dividen sus moradores el tiempo total del mundo; no queda nada de
cierto , ni áun para la existencia del mismo mundo ; cuánto ménos
del hombre ? Esta edad es bien cierto que no va 3.000 años más
allá de la era cristiana. César Cantú todavía pasa más adelante y
afirma que “ los hechos averiguados de la India no comienzan sinó
hacia el año 1000 de la era vulgar ,, ! La historia de la China no
la comenzó Confucio sinó por Yao, el cual vivia hacia el año 2557
antes de Jesucristo ; y todo lo demas que añaden los letrados de
aquellas naciones es un tejido de fábulas ó una mezcla informe de he
chos verdaderos y fantásticos, incapaces de ser deslindados los unos
de los otros . Y áun la misma narracion de Confuciu es muy insegy
ra , ya porque no se escribió sinó unos cinco siglos y medio antes
de Jesucristo, ya tambien porque dos siglos antes de nuestra era
pereció totalmente en la devastacion general decretada contra todo
libro chino por un emperador de aquella nacion enemigo de las le
tras. Posteriormente fué restablecida por un viejo que dicen se la
sabía de memoria ; pero ¿ quién puede asegurarnos de su fidelidad ?
Añaden los chinos que un ejemplar de esta narracion compuesta por
Confucio se salvó de la ruina universal en un sepulcro , y que por él
se vió lo fiel que habia sido la memoria del referido viejo . Pero, no
tenemos razon para sospechar que esto no es sinó una nueva fábu
la china , ideada para dar autoridad á un libro cuya autenticidad era'
completamente nula ?
Por lo que toca á los zodiacos de Denderah y de Esne, descu.
biertos por los franceses cuando hicieron su expedicion á Egipto, el
petardo que con ellos recibieron los enemigos de la revelacion fué
verdaderamente solemne . Los tales zodiacos presentaban las cons
telaciones mismas de hoy dia, pero distribuidas en diferente orden.
Con esto ya tuvieron los enemigos de la Iglesia con que hacerle la
guerra , diciendo que aquel estado del cielo á que correspondian los
grabados debia datar lo menos de unos siete mil años antes de fe
sucristo , y áun Dupuis llegó á sostener que eran más de veinte mil
años anteriores á la era cristiana . Pero habiendo sido llevado á Pa
ris el planisferio circular del zodiaco de Denderah , Biot escribió un

I César Cantú, Hist, unir ., tomo 1 , época 2.a, cap. xi, pág. 14 ) , traduccion de
D. Nemesio Fernandez Cuesta. Madrid , 1854 .
en órden á la antigüedad del hombre . 671

libro para probar que no excedia su antigüedad más de setecientos


años á nuestra era, porque el estado del cielo en él representado era
el que correspondia á las estrellas solamente siete siglos antes de
Jesucristo ; y opinó ademas que el tal zodiaco habia sido hecho des
pues de la era cristiana. Con esto se dieron a sospechar los sabios
que no era lo que se habia creido ; copiáronse las inscripciones grie
gas grabadas sobre los dos templos dichos , Champollion recibió el
encargo de descifrar las que estaban expresadas en jeroglíficos, y
entonces se vió que los templos de Denderah y de Esne habian sido
construidos bajo la dominacion romana; que el pórtico del uno de
ellos estaba consagrado a la salud de Tiberio , y que el mismo pla
nisferio llevaba el título de autocrator, nombre atribuido á Neron !
Como , pues , han visto los enemigos de la religion cristiana que
por esta parte de los monumentos históricos no podian absoluta
mente conseguir su intento de derrocarla , convenciéndola de false
dad y mentira , han trasladado la guerra á otro terreno , dándose
con ardor á las investigaciones geológicas y paleontológicas; y ahora,
armados de sus nuevos descubrimientos , gritan con más ardor que
nunca , diciendo que la causa del Cristianismo ha pasado ya por fin
á cosa juzgada con gran derrota de éste , porque la antigüedad re
motísima del género humano es más clara que la misma luz del dia .
Y en qué argumentos fundan tan fabulosa antigüedad ? ¿ qué
descubrimientos tan maravillosos son esos adonde apelan para re
volverse así contra la Iglesia ? Mirada bien la cosa , los argumentos
en que se apoyan no pasan de meras hipótesis , que , á no estar sus
inventores llenos de incredulidad y deseosos por la mayor parte de
que el Dios personal de los cristianos sea una simple invencion hu
mana , tendrian muy poco valor. Los tales descubrimientos se refie
ren á ciertos restos humanos , considerados por estos escritores
como muy antiguos , ya por la forma particular que ofrecen , ya por
los terrenos en que han sido hallados , y que á su parecer no han
podido formarse sinó con la accion lenta de interminables siglos .
Son innumerables los hechos que aducen para probar su aserto,
y nos haríamos verdaderamente interminables si los hubiéramos de
examinar uno por uno. Gracias que esto no es necesario para po
dernos formar en la presente materia un juicio exacto y razonado,
porque todos ellos presentan ciertos caractéres generales , y así pue
den ser reducidos á ciertas clases determinadas sin hablar de las co

i Véase á Riancey, Histoire du monde, t. 1, L. cit., pág .407.


672 El Catolicismo y la ciencia

sas más en particular. Por otra parte , el género de escrito que he


mos emprendido no nos permite tratar detalladamente de todos
y cada uno de estos hechos , porque tal empresa nos haria pasar los
estrechos límites de esta obra. Así , pues , siguiendo en esto el
método que nos propone el P. Haté en el último de sus artículos
relativos á la prehistoria ', y dejando los pormenores para los que
escriben detenidamente sobre este asunto , nos haremos cargo sola
mente de los hechos principales en que más confian nuestros adver
sarios , y que están comprendidos en los argumentos siguientes :
1. ° El yacimiento de algunos restos del hombre ó de su industria
en depósitos cuaternarios ó en los deltas de ciertos rios. ( Argumen
tos geológicos .)
2. ° Las estaciones prehistóricas en que aparecen los restos de la
industria humana en todas las clases de su evolucion , tales como las
cavernas osíferas, los monumentos megalíticos , los kjokkemmodin
gos , los palafitos, los turbales, etc. ( Argumentos arqueológicos. )
3. ° La coexistencia del hombre con ciertas especies , consideradas
por estos autores como extinguidas en remotísimas edades. ( Argu
mentos paleontológicos.)
4. ° La craneologia comparada, ó sea el estudio comparativo de
los cráneos , correspondientes a las supuestas edades prehistóricas:
( Argumentos antropológicos. )
Antes de dar principio a la refutacion de estos argumentos , bue
no será traer aquí unas palabras del ilustrado abate Hamard , en que
aparece al descubierto la nulidad de todos ellos , tanto que no ha
tenido reparo en afirmar el sabio naturalista que la Arqueología pre
histórica no ha hecho hasta el presente sinó andar en un continuo
tanteo , edificando y destruyendo sin hallar nada estable . Es verdad
que los santones de la prehistoria han levantado el grito hasta el
cielo al verle razonar de esta suerte , porque les ponia el dedo ver
daderamente en la llaga ; pero , en lugar de razones para refutarle,
no han proferido sinó injurias atroces ; que no podian sacar otra
clase de argumentos contra quien tan poderosamente patentizaba la
nulidad de sus discursos. El ilustre oratoriano , sin embargo, no se
ha intimidado con este proceder indigno de sus adversarios; y des
preciando así sus ofensas como sus gratuitas afirmaciones, ha con

1 Haté , Les résultats des recherches préhistoriques d'après les travaux des congres
et sociétés savantes. ( Conclusion , fin .) ( Publicado en los Études religieuses, en elmes
de Setiembre de 1876. )
en órden é la antigüedad del hombre. 673

testado con nuevos argumentos que ponen en evidencia la verdad


de sų tésis. Dice , pues , en el prólogo de su preciosa obra , reciente
mente publicada: Études critiques d'Archéologie , etc.: “ La arqueo
logía prehistórica dista mucho de ser una ciencia positiva con
principios ciertos , datos precisos y consecuencias indiscutibles. Todo
está en ella por hacer. De ella se puede decir que destruye hoy lo
que ayer edificó . Aun sus teorías más fundamentales y más univer
salmente recibidas, se hallan en oposicion con los hechos . Citemos
algunos ejemplos. Hace muy pocos años era casi un dogma en
arqueología el que las tres edades de la piedra , del bronce y del
hierro se habian sucedido con regularidad en todos los lugares , y
esto sin que la una usurpase nada á la otra . Mas hé aquí que una
multitud de descubrimientos recientes nos ha mostrado objetos de
estas tres categorías íntimamente asociados, y perteneciendo por lo
mismo á una misma época. Hay más todavía : su sucesion , cuando
existe , ha sido á veces producida en un sentido inverso al que aca
bamos de indicar. Así sucede que en el supuesto lugar de la antigua
Troya M, Schlieman ha descubierto recientemente , encima de las
ruinas de la antigua ciudad , ruinas por extremo ricas en instrumen
tos de piedra y de bronce , pero enteramente destituidas de hierro,
otras capas en que no se descubre metal alguno, sinó antes bien
aparecen claras señales de la barbárie más extrema. Este descubri
miento tiene para nosotros un doble interés , pues nos muestra por
una parte las edades de la piedra y del bronce , coexistiendo en Tro
ya al tiempo de ser sitiada esta ciudad , y por otra revela haber
existido más tarde una nueva edad de la piedra, desnuda de todo
metal y posterior á la de los metales, al revés absolutamente del
9
supuesto órden comun y universal.
32 De la misma manera, ayer se convenia en que las dos edades de
la piedra tallada y pulimentada se hallaban por todas partes perfec
tamente distintas, y que un inmenso vacío , caracterizado por la
desaparicion del hombre de nuestras regiones , llenaba el intervalo
existente en medio de entrambas. La presencia del mammuth , del
reno y otras especies llamadas cuaternarias , la ausencia total de
animales domésticos , y en orden a la industria el uso exclusivo de
los instrumentos generalmente silíceos de piedra tallada : tales eran ,
al decir de los arqueólogos , los caractéres de la primera de estas
edades . La segunda estaba señalada por la desaparicion de las
especies cuaternarias y el reemplazo de las mismas con nuestros
animales domésticos, por el uso de instrumentos de piedra puli
43
674 El Catolicismo la ciencia

mentada , por la aparicion del arte del alfarero , por la construc


cion de los dólmenes y de los otros monumentos megalíticos. Por
desgracia, hechos recientes han venido á desmentir estas concep
ciones teóricas . El reno ha parecido asociado a los instrumentos
de piedra pulimentada ; el caballo existia en Solutré , es decir , en
plena edad de piedra tallada ; el carnero, el puerco y otros animales
domésticos han sido descubiertos por M. Dupont en las cavernas de
Bélgica, juntos con los animales cuaternarios , y perteneciendo á su
misma edad ; una docena de estaciones han suministrado reliquias
de una cerámica primitiva juntamente con restos de especies cua
ternarias ó con instrumentos de piedra tallada . Semejantes hechos
todavía no son muy numerosos , es verdad ; pero ellos solos baştan
para hacer más que improbable la existencia de las dos edades de
piedra decididamente distintas , y sobre todo la existencia de un in
tervalo bien marcado que separe estas dos edades una de otra .
» Si nos fuera permitido entrar en los pormenores de la teoría,
llamar, por ejemplo, la atencion del lector hacia las subdivisiones in
troducidas por M. Mortillet en la edad de la piedra tallada , todavia
hallaríamos contradicciones más notables. Se ha llevado el espíritu
del sistema hasta querer que en la época en cuestion haya sido su
cesivamente labrado el pedernal de cuatro modos ó tipos diferentes,
representados por las estaciones prehistóricas de Saint- Acheul , de
Mustier , de Solutré y de la Magdalena. El favor con que ha sido
acogida esta hipótesis no iguala sinó á su inverosimilitud . Sin em
bargo, los hechos se han encargado de contradecirla , y reciente
mente un arqueólogo distinguido, M. d'Acy, le ha dado el golpe de
gracia, demostrando que aun en el valle del Soma, donde M. Mor
tillet habia concebido sus ideas , los hechos no estaban en manera
alguna conformes con la teoría .
,, Más temerarias todavía son las aserciones de la arqueologia
prehistórica, y más numerosas sus contradicciones, cuando, no con
tenta con su cronologia relativa, pretende establecer la edad abso
luta de los objetos que le sirven de base . Un americano , Dowler,
apoyándose en el tiempo necesario para la formacion del delta del
Mississipí, atribuyó 57.000 años de existencia á un esqueleto que
habia sido en el descubierto . Abbot emprendió de nuevo estos cálcu
los en nombre del gobierno de los Estados Unidos , y despues de
minuciosas observaciones practicadas durante varios años , concluyó
que no se habian pasado sinó 4.000 años desde que el delta va
avanzando dentro del golfo. Existen en Suiza ciertos depósitos flu
en órden á la antigüedad del hombre. 675

viales que para formarse habían debido emplear, segun se decia, un


gran número de miles de años : en ellos han sido descubiertas mo
nedas que llevaban impresa la efigie de Emperadores romanos . Fi
nalmente, en Francia de la misma manera creábanse siglos sin cuen
to para explicar la formacion de los terrenos diluviales del Soma :
un geólogo inglés , Andrews , ha hallado que estos depósitos han
debido , por el contrario, formarse en algunas horas , y esto porque
los espacios vacíos considerables que se hallaban en el banco de
cascajo habian debido estar ocupados poco antes por las masas de
hielo que desaparecieron con la nueva temperatura.
Cuando una ciencia se contradice de este modo en los puntos
más esenciales , lo mejor es no hacer ningun caso de sus principios
en la apreciacion de los hechos pertenecientes á su dominio . Sola
mente así , prescindiendo por completo de las ideas ya recibidas y
renunciando á ellas , al ménos provisionalmente , podrán los sabios
hacer que alcance algun progreso la arqueologia prehistórica y sa
car conclusiones legítimas de los hechos ,, ' .
Aquí tenemos la arqueologia tal y como se halla en el estado
presente de los conocimientos humanos . Es un comienzo de cien
harus cia , pero no una ciencia propiamente dicha; porque nada hay en
ella cierto é inconcuso , ni áun sus mismos principios fundamentales
siquiera . ¿ Qué pueden , pues , valer sus argumentos contra la cro
TUBE nología vulgar, fundada racionalmente en el modo de hablar que
tiene la Escritura al mencionar los patriarcas del pueblo hebreo ;
modo que nosotros debemos interpretar en la forma hasta aquí
guardada , mientras con poderosas razones no se nos fuerce á hacer
lo contrario ?
Pero veamos ya uno por uno los argumentos de la prehistoria
arriba propuestos . El primero que viene en la série indicada es el
argumento geológico ; y como es primero en este sentido de venir
á la cabeza de todos los demas , así lo es tambien en la fuerza pro
batoria que pueda tener para obligarnos á ensanchar algun tanto la
cronologia comunmente recibida hasta el presente . Es el único que
se presenta con algun color y apariencia ; aunque , por lo que atañe
á su valor intrínseco , este valor es completamente nulo , como ya
nos lo tiene probado el ilustre naturalista Hamard en las palabras
que dejamos transcritas. Las diversas formas de instrumentos artís
ticos , y la coexistencia del hombre con los diferentes animales cua

‫هم ت‬
í Hamard, Études d'Archéologie, Avant-propos, pág. Vii-xi . Paris , 1880 .
‫اولی‬
676 El Catolicismo y la ciencia

ternarios , podran probar, cuando más , que en cierta localidad deter


minada se sucedieron las edades de la piedra bruta y pulimentada, del
bronce , del hierro , del mammuth , del oso y del reno , pero no que
estos fenómenos hayan tenido lugar en todos los puntos del globo
uniformemente , ni que requieran infinidad de siglos. La Geologia,
con la consideracion de los estratos y de los vestigios del hombre
dejados en ellos , puede raciocinar con mayor solidez . Pero es el
caso que los terrenos cuaternarios donde aparecen estos vestigios
no ofrecen nada de regular y cierto que se presente á la ciencia
como sólido fundamento para la construccion de un cronómetro se
guro . El presidente del Congreso de antropologia prehistórica cete
brado en Bruselas el año 1872 , M. d'Omalius d'Halloy, se expresaba
en una de las sesiones acerca del período cuaternario en estos têr
minos : “ La época más problemática de la Geologia es la de esta
grande inundacion cuaternaria , que ha cubierto toda la Europa y
ha transportado masas tan considerables de guijarros ., Y M. Con
tejean , en sus Elementos de Geología y de Paleontologia , publicados
en 1874 , dice tambien : “ La série de los terrenos cuaternarios es
muy difícil de desembrollar. Es preciso repetirlo : cuanto más nos
acercamos á los tiempos actuales , ménos claro vemos en el pasado .
La extrema diversidad en los terrenos cuaternarios , su incoherencia,
su débil espesor , la ausencia de relaciones directas entre ellos , opo
nen grandísimas dificultades á la reconstruccion de la historia en
este período ..
Pocos terrenos de esta clase podrán ser jamás examinados con
tanta diligencia y esmero como el de Saint - Acheul en Francia , y
sin embargo , despues de tantas investigaciones nada se ha podido
sacar en limpio que se oponga á la cronologia comun y vulgar. Se
han hallado instrumentos de industria humana á ocho metros de
profundidad en un diluvium gris , cubierto de algunas otras capas , y
en un terreno que ahora se encuentra a la altura de unos 40 metros
sobre el nivel del mar, y á la de unos 25 sobre el valle del rio Soma:
todo aquel terreno de aluvion ha sido formado por la accion del
agua . Mas ¿ cómo ha tenido lugar esta formacion ? Esto es lo que
no han podido resolver con plena evidencia todavía los geolo
gos . Hasta doce teorías se han formulado para la explicacion de
este fenómeno : algunas de ellas favorecen a los que pugnan por la
antiquísima edad del hombre , pero otras tambien sostienen todo lo
contrario , de suerte que entre tanta multitud de pareceres opuestos,
es imposible saber de qué tiempo datan aquellos yacimientos , y por
en órden á la antigüedad del hombre . 677

consiguiente el hombre cuyos eran los instrumentos de piedra allí


encontrados. Otro tanto sucede con el depósito cuaternario de
Moulin -Quignon . En él han sido hallados a la profundidad de cuatro
metros y setenta centímetros , entre el cascajo evidentemente arras
trado por el agua y cubierto de otras diferentes capas , varios pe
dernales trabajados por el hombre. Mas cómo se ha formado este .
banco de aluvion , y de qué tiempo data , no lo han podido averi
guar los sabios . Tres diferentes hipótesis se han ideado para expli
car este fenómeno , ninguna de ellas cierta . Elias de Beaumont sos
tenía la primera , Garrigou pugnaba por la segunda , y Hebert por
la tercera , sin que ninguno de ellos lograse triunfar de sus adversa
rios. Lo mismo sucede con otros yacimientos semejantes , donde se
encuentran restos humanos. No se sabe cómo han sido formados;
porque en los terrenos cuaternarios todos los elementos andan con
fundidos, como formados por aluvion , que arranca de una parte
una cosa perteneciente á tal edad , y de otra las que son propias de
tiempos anteriores y posteriores , y luego lo confunde todo en uno .
Mucho han discutido los geólogos sobre el modo en que han sido
formados los valles , por dónde tienen su curso los rios , notando
que a lo largo de ellos , cuando son grandes , hay elevadas alturas
de más de treinta metros , bancos de terreno de transporte , cascajos
de los altos , de los bajos y de los medios niveles.
Entre otras hipótesis , ha merecido un favor particular la de los
grandes hielos ; el período glacial ha sido en estos últimos años la
varilla mágica que servia para explicarlo todo . Pero ahora comienza
ya á notarse que la hipótesis en cuestion tiene tambien sus dificul
tades , nada inferiores á los mismos fenómenos de que con ella se
pretende dar razon . Hé aquí cómo , á propósito de ella , se expresa
el geólogo Ch . Martins: “ La multitud de cuestiones que suscita este
problema ( del período glacial) distan mucho de hallarse resueltas ,
y jamás lo serán por completo ... La observacion atenta , seguida del
análisis más sagaz , apenas será bastante á desembrollarlas . En pre
sencia de los progresos que la geografia glacial ha hecho en estos
últimos años, se podria pensar que las causas de la antigua extension
de los montes de hielo son ahora ménos conocidas que hace ocho
años. No se ha adelantado nada; ni un solo paso ha avanzado la cues
tion . Léjos de esto , se complica en lugar de simplificarse. Hay lugar
aún para preguntarse uno á sí mismo cuál sea el clima más favorable
á la extension de las montañas de hielo ... Es fuerza renunciar a la
idea de una causa única y general de la extension de estos hielos.
678 El Catolicismo y la ciencia

¿ Qué pensar, qué decir en presencia de estas contradicciones? Callar


se y esperar . El estudio de las ciencias de observacion es una escuela
de paciencia y de reserva , ' ¡ Oh ! Si todos los geólogos observa
ran con exactitud esta regla de conducta trazada por M. Martins,
no hablarian tanto ni con tan grande seguridad de cosas que están
muy lejos todavía de la evidencia. ¡ Pero cómo esperar esto de los
que sólo buscan medios de hacer la guerra á la Religion católica?
No todos , sin embargo , obran de este modo , y los que más brillan
por su saber suelen respetarse á sí mismos , no dejándose arrebatar
de tamañas exageraciones. A éstos ha querido prudentisimamente
imitar el profesor A. Gaudry , quien en Mayo de 1876 escribia estas
notables y elocuentes palabras: “ El desacuerdo que existe entre
los observadores más concienzudos muestra que el estudio de los
tiempos cuaternarios está en sus principios ; para establecerlo
sobre bases sólidas será preciso reunir todavía muchos mate
riales ,, ?
Las bases sólidas de que habla el referido profesor las plantea
Quatrefages en los siguientes términos, tomándolas del geóloga
Forel, y confesando que hasta el dia de hoy no se han podido obte
ner en la práctica : -
“ 1.4 En rigor , el fenómeno debe ser continuo y regular, cosa
que no se presenta jamás. A lo menos su accion debe poder ser
mirada como dando una medida anual ó secular constante, á conse
cuencia de las compensaciones que se producen naturalmente.
,,2.8 Cuando se toman por cronómetro las capas puestas una
encima de otra , la edad de las que sirven de término de compara
cion debe ser rigurosamente determinada; la naturaleza de los obje
tos comparados no debe dejar duda alguna.
„ 3. Débese tener certeza de que los objetos hallados en una
capa son propios suyos realmente ; de que no han sido sacados de
su asiento por algun nuevo arreglo ó por su propio peso ( turba ).
Con que una sola de estas condiciones haya dejado de
cumplirse, el resultado ha de ser necesariamente falso . Ahora
bien ; hasta hoy no se ha podido satisfacer el programa puesto por
M. Forel,, 3 .

1 Revue des deux Mondes , 15 de Abril de 1875. ( Citado por el P. Valroger, Rex
des quest, histor ., Abril , 1876. )
2 Matériaux , Mayo , 1876 .
3 Quatrefages , L'espice humaine, lib , Ili , chap. xii , num . 4 .
en órden á la antigüedad del hombre . 679

Esto confiesa M. de Quatrefages, y sin embargo , en el capítulo


siguiente de la misma obra, por fenómenos que no satisfacen á estas
mismas leyes, da ya por cosa cierta y averiguada la suma antigüe
dad del hombre , y hasta su existencia en la época terciaria ; lo cual ,
segun sus propias teorías, exige una multitud de miles de años inde
finida y tan grande, que no la podrian desear mayor los más rabio
sos materialistas. Pero sigamos en nuestro argumento . Si la forma
cion de los valles por donde corren los grandes rios hubiera de
explicarse por la accion lenta y uniforme de las crecientes en deter
minadas épocas del año , como pretenden algunos geólogos; cierto
que se necesitaría una interminable multitud de siglos para este
efecto . Pero esta doctrina no puede ser admitida en general; hay
valles que evidentemente no han podido ser formados por el rio que
corre por ellos , puesto que las aguas del tal rio son desproporcio
nadas para este efecto , ó tomaron aquella direccion cuando ya esta
ban formados. Los profundos valles debieron recibir su existencia
en muchos casos de las aguas impetuosas del diluvio , que pudieron
en breve tiempo producir grandes inundaciones, y levantar así las
riberas á la altura en que ahora se encuentran . Las aguas en aquel
cataclismo , dice la Escritura ' , iban y venian , y en aquel movimien
to de acceso y retroceso podian formar diferentes depósitos , y co
locar unas capas sobre otras con los diversos materiales de los ve
cinos terrenos. Así , bien pueden encontrarse pedernales labrados por
el hombre sobre una capa de cascajo colocada á ocho metros de
profundidad del suelo , y á veinticinco de elevacion sobre las aguas
del rio, porque estos cuerpos los habia labrado ántes el hombre y
dejado sobre la superficie de la tierra. Ademas, fuera del diluvio han
podido existir turbiones extraordinarios que hayan juntado en uno
con la fuerza de sus aguas los elementos pertenecientes á diversas
formaciones, depositando de esta suerte en aquellos lugares produc
tos orgánicos de edades muy distantes , y dejando los instrumentos
de la industria humana junto a los restos de otros séres mucho más
antiguos.
Ya lo hemos dicho al hablar del diluvio bíblico; con aquella ter
rible inundacion se debió enfriar y humedecer extraordinariamente la
atmósfera, resultando de aquí los hielos y las inundaciones que cons
tituyen el periodo cuaternario , ó al menos una cierta renovacion
de aquella época tumultuosa . ¿ Quién sabe si entonces fué cuando se

1 Génes ., cap . Viu , ver . 3 .


680 El Catolicismo y la ciencia

formaron todos estos depósitos cuaternarios, que tan distantes quie


ren poner de nosotros los amantes de la prehistoria? :
A estos turbiones de época muy recientes apelaba no há muchos
años el ilustre geólogo M. Elias de Beaumont, cuando para explicat
el famoso depósito de Moulin-Quignon se expresaba en estos tér
minos : “ Yo espero, decia en la sesion de 18 de Mayo de 1863 , que
mis apreciables y sabios cohermanos, M. Milne Edwards y M. de
Quatrefages, querrán conocer que no falto á la urbanidad manifes
tando la opinion de que el terreno de trasporte explotado en la
cantera de Moulin - Quignon no pertenece al diluvium propiamente
dicho . En mi opinion , el terreno detrítico de apariencia clísmica debe
ser contado entre los que yo he señalado con la denominacion de
depósitos movibles sobre pendientes. Los depósitos de esta naturale.
za son contemporáneos del aluvion turboso , y de la misma manera
que la turba pueden encerrar productos de la industria humana y
huesos de hombre . Mas en estos mismos depósitos, especie de post
diluvio, puesto que están compuestos de cosas removidas y arras
tradas por los agentes atmosféricos ( tempestades, heladas, nieves ),se
puede tambien hallar contenido al mismo tiempo todo cuanto se
encuentra en los pequeños depósitos diluviales esparcidos por todas
partes en la superficie, y principalmente en los ángulos de las rocas,
sobre todo dientes y huesos de elefantes, de hipopótamos, etc.; los
cuales se cuentan en el número de las materias que el trasporte y la
accion de los agentes exteriores destruyen con más dificultad. Los
hombres y los elefantes, cuyos huesos habrian sido confundidos ett
un depósito de esta especie, no deberán ser por necesidad contem
poráneos, y el diferente estado de conservacion de su materia ge
latinosa bastaria , á mi ver , para advertir que pertenecen a épocas
distintas ,, ?
Posteriormente un geólogo inglés , Mr. Alfredo Tylor, ha hecho
un estudio profundo sobre este depósito , y sobre todos los otros
que tienen relacion con él en el valle de Soma , y ha dado á luz una
memoria intitulada : Sobre el cascajo de Amiens, en que prueba con
razones inconcusas la formacion reciente y casi histórica de todos
ellos . En el capítulo relativo al diluvio hemos citado sus palabras,
notando ademas que á iguales conclusiones han sido conducidos
M. Belgrand en susparticulares investigaciones sobre el Sena, M. de
Chambrun de Rosemont en sus notables estudios sobre el Var y el

I Comptes rendus de l'Académie, sesion de 18 de Mayo de 1863 .


681
en órden á la antigüedad del hombre.
Ródano , y el profesor Rossi en su luminoso trabajo sobre el Tiber;
de lo cual consta cuán ajeno de la verdad habia andado Lyell al
decir que el Soma y otros rios parecidos se habian ido cavando
poco a poco los cauces por donde ahora caminan ; pues estos cauces
ya estaban anteriormente abiertos , segun lo demuestran las conclu
siones de los referidos geólogos . El último de ellos , el ilustre Rossi,
en una Memoria publicada y leida el 12 de Agosto de 1871 en la
Academia de los Nuovi Lyncei , despues de haber observado que es
un hecho positivo , irrecusable y averiguado la existencia de armas
de pedernal en los depósitos cuaternarios de dicho rio , demuestra
quelos
! tales depósitos fueron , al menos en parte , formados durante
la época de la destruccion de Troya , y al tiempo de establecerse
Eneas en Italia ; y que las armas dichas pertenecieron a los naturales
del país , conocidos en la historia , ó á sus predecesores más cerca
nos. Para lo cual aduce en primer lugar los nombres de Albula ,
Serra y Rumon , que daban aquellos moradores á este rio por la
blancura de sus aguas espumantes , debida a los guijarros que arras
traba en sus avenidas, y por la gran fuerza de erosion que entón
ces tenia en su precipitada carrera.
Luégo hace notar que Eneas desembarcó en la embocadura pri
mitiva de este rio , cuando todavía andaba formándose el referido
depósito cuaternario ; y por fin habla de las frecuentes y crecidas
inundaciones con que en aquellos tiempos se desbordaba , al revés
de lo que suele acontecer en los actuales . “ En cuanto a las inun
daciones del valle del Tíber , dice sobre esto último , estamos en
posesion de documentos que nos permiten afirmar haber sido en los
tiempos antiguos mucho más numerosas , y tales que llegaban á
niveles mucho más elevados . No era entonces raro ver llegar las
aguas á alturas de 18 metros y más . Desde 1400 hasta la época
actual las grandes inundaciones tienen lugar en la proporcion de
cinco ó seis por cada siglo . Cuando Roma estaba gobernada por la
república , desde el año 505 hasta el 531 de su fundacion , las grandes
avenidas estaban en el número de los prodigios. Ahora bien ; aunque
se han perdido muchos documentos, en este corto espacio de tiempo
( veintiseis años ) hallamos trece inundaciones que pasaron el nivel
de veinte metros . La diferencia entre estos números y los de los
tiempos modernos es tan grande , que revela condiciones diferentes
en el régimen del rio y en el clima del país . En el solo año de 565 el
Tiber salió de madre doce veces . Se sabe ademas con cuánta fre
cuencia han hecho mencion los historiadores en este mismo tiempo
682 El Catolicismo y la ciencia
de nevadas extraordinarias que presentaban un espesor gra
dísimo , y en algunas ocasiones permanecian intactas hasta cu
renta dias . En el quinto siglo de la fundacion de Roma el Tih
se heló dos veces . Estos fenómenos tan frecuentes y tan enca
denados no permiten dudar que en esta época la marcha del
era muy distinta de la presente , y que correspondia á un clin
muy riguroso y húmedo , el cual lo hacia rico por extremo e
aguas . La abundancia de éstas puede haber contribuido al estad
arborescente del suelo ; pero yo creo más bien ver en todo est
conjunto de cosas una consecuencia natural de haberse hallad
esta época muy próxima á aquella en que el rio conservaba su
naturaleza cuaternaria . El período cuaternario no ha acabado di
un golpe , y el principio del moderno no es sinó su prolongacion
debilitada .

Por fin , despues de hacer un breve resúmen de toda su doctrina,


concluye en esta forma: " En realidad el conjunto de todas estas
observaciones conduce invenciblemente a la consecuencia de que el
periodo cuaternario del Tiber , al ménos en su última fase , está en.
cerrado en los tiempos históricos. Estas conclusiones , esta teoria.
pueden parecer hoy dia muy atrevidas ; pero pronto quizá un exa
men más detenido y más riguroso de todos los hechos relativos a
esta cuestion les dará el caracter de certeza absoluta , y hará sean
aceptadas por todo el mundo , !.
Señal es manifiesta de la poca distancia que media entre nosotros
y la época cuaternaria del norte de Europa , la temperatura por ex.
tremo rigurosa que reinaba en toda esta region en tiempo de los
romanos , y aun en los primeros siglos del Cristianismo . El abate
Hamard ha reunido con grande diligencia en la obra anteriormente
citada los documentos de los escritores antiguos , que comprueban
el rigor extremo que reinaba á la sazon en la temperatura de las
Galias , de la Germania y de otras partes de nuestro hemisferio
ahora templadas y apacibles. Nosotros citaremos algunos de ellos
solamente , ya que su grande multitud nos impide darles a todos
cabida en este escrito . En el cuarto siglo anterior a la era cristiana,
refiere Aristóteles que en la Galia no se criaban asnos por el exces?
vo frio de esta region 2. Hacia la misma época cuenta Teofrasto
que en Grecia no se podia cultivar el olivo á 400 estadios de la

1 Les Mondes, número del 12 de Junio de 1873 .


2 Aristóteles, De Generat. animal ., cap . ll .
en órden á la antigüedad del hombre. 683

mar por la misma causa ' . Fenestella escribia en tiempo de Augus


to que la cultura de esta planta no se conoció en Italia hasta el rei
nado de Tarquino el Antiguo ? . Julio César , que tenia bien conoci
do el clima de las Galias , escribe en sus Comentarios que los invier
nos eran en ellas muy rigurosos ( VIII , 4-5 ) ; que las muchas nieves
las hacian intransitables en las estaciones frias á los mismos parti
culares ( vili , 8 ) , razon por la cual no emprendia él sus expediciones
sinó en el estío ( 1 , 54 ; III , 9 ; iv , 20 , 22 , 36 ; V , 22 ; viu , 46 ) , que
el reno , hoy dia retirado a las regiones hiperbóreas , habitaba en
tónces á la latitud de Francia en la Selva Hercinia ó Negra de Ale
mania ( vi , 26 ) ; que por todas partes estaban las Galias cruzadas de
lagos , lagunas y pantanos , siendo por esta causa muy difícil el ac
ceso á las ciudades ( iv , 38 ; v, 52 ; vi , 5 ; VII, 19 , 57 ; VIII , 7 ) .
Ciceron en pleno Senado pregunta si se conoce cosa alguna más
rigurosa que esta region 3. Diodoro de Sicilia habla sobre este país
en la forma siguiente: “ El invierno es allí largo y extremada
mente frio. En esta estacion , durante los dias nebulosos , cae mucha
nieve en lugar de lluvia ; y cuando el cielo está sereno , se forman
masas de hielo compacto en términos que los rios se convierten en
verdaderos puentes naturales . No sólo los viajeros aislados , sinó
tambien los ejércitos enteros con sus carros y bagajes, pasan por
ellos con entera seguridad . La Galia está atravesada por rios gran
des y numerosos ; casi todos ellos se hielan y formán puentes na
turales ,

Virgilio en sus Geórgicas ( iv , 135-136 ) afirma que a los mismos


pies de la ciudad de Taranto , situada en el país más cálido de Italia ,
el triste invierno rompe los peñascos con el frío y detiene con el hie
lo las corrientes de los rios ; y en otra parte de la misma obra
( m , 354-383 ) nos da una descripcion de los frios, nieves y hielos
horrendos que reinaban en las riberas del Danubio , en términos
que los vestidos se ponian tiesos y erizada la barba , el vino habia
que partirlo con una hacha , los ciervos quedaban clavados en la
nieve helada y eran cogidos con las manos por los habitantes de
aquellas comarcas que vivian en cuevas debajo de la tierra , sin ne
cesidad de perseguirlos con los perros . Nada de esto se ve hoy dia

I Appleton , History of Rome , pág. 191 .


2 Southall , The recent origin of man , pag . 382 .
3 Ciceron, Orat, de provinciis consularibus, pár , 2 .
4 Diodoro de Sicilia , Histor ., cap . v, lib . 25 .
684 El Catolicismo y la ciencia

en aquellas regiones ; un frio de esta especie solo se nota en las re


giones hiperbóreas .
Estrabon cuenta que el Var, “ poco considerable en el estio , OCU
paba en el invierno una extension de siete estadios ; , ' que el Róda
no “ descendia de los Alpes con tanta fuerza que su impetuosa cor
riente se hacia sentir dentro del lago Leman , en un espacio de
varios estadios. „ ? Horacio nos pinta el Tiber llenando de terror 6
Roma con sus furiosas avenidas , cubierto el Soracte de nieve, y
suspendido con los hielos el curso de los rios 3 .
Ovidio describe los fríos horribles que asolaban en su tiempo las
llanuras inferiores del Danubio , situadas á la latitud del mediodía de
Francia . “ La primavera , dice , jamás se corona de flores ; los sega
dores jamás se quitan sus vestidos ; el otoño jamás produce uvas ni
frutas. Un viento frío reina todo el año ; los hielos del invierno dan
al suelo la dureza y blancura del mármol ; hiélase la nieve y resiste
al sol y a las lluvias . Los vientos del Norte la condensan y la hacen
eterna ; ántes de fundirse la primera nevada viene otra , y con fre
cuencia se ve nieve de dos años . El mismo Danubio con toda la an
chura de sus aguas , se hiela у endurece en términos que entra sin
ser visto en el Ponto Euxino , etc. , 4 .

I Estrabon , Hist., lib . iv , cap . 1 , pár. 3 .


2 Id . , ibid . pár. II .
3 Horacio , Odas , lib . 1 , od, 1.4 y 9 ; lib . iv , od . 7.8
4 Ovidio , De Ponto, lib . 1 , eleg . 2 , 3 y 8 ; lib . 11 , eleg. 2 ; lib. ili , eleg. 1 y.S:
Tristium , lib. 1l, eleg. 10 y 12 ; lib . v , eleg. 2. He aquí unos cuantos versos de la ele
gia 1o del lib . 11 de Los Tristes :
Saepe sonant moti , glacie pendente , capilli;
Et nitet inducto candida barba gehu .
( 'daque consistunt formam servantia iestae
Vina: nec hausta meri , sed data frustra bibunt .
Quid loquar, ut vincti concrescunt frigore rivi,
Deque lacu fragiles effodiuntur aquae :
Ipse papyrifero qui non angustior amne ,
Miscetur vasto multa per ora freto ,
Caeruleos ventis latices durantibus, Ister
Congelat: et tectis in mare serpit aquis .
Quaque rates ierant, pedibus nunc isur: et undas
Frigore concretas ungula pulsat equi.
Perque novos pontes , subter labentibus undis ,
Ducunt Sarmatici barbara plaustra boves.
Vix equidem credar; sed cum sint praemia falsi
Vulla , ratam debet testis habere lidem.
Vidimus ingentem glacie consistere pontum ,
Lubricaque inmotas testa premebat aquas .
Nec vidisse satis : durury calcavimus aequor,
L'ndaque non udu sub pede summa fuit.
en órden á la antigüedad del hombre. 685

Plinio dice que el deseo del vino fué el que empujó á los galos á
echarse sobre Italia ( xii ) ; que la ballena , hoy dia retirada a los ma
res polares, frecuentaba en su tiempo los golfos de Gascuña y de
Lion ( 1x , 6 ) ; que la Galia era notablemente húmeda ( XVII, 8 ) ; que
en su costa meridional habia numerosos estanques ( III , IX ) , etc., etc.
Este estado de fría humedad , que persistió en Francia y en otros
países. del Norte durante varios siglos de la era cristiana , como lo
prueban los numerosos testimonios aquí citados , y otros varios que
trae Hamard en la obra ántes nombrada ' , dan bien á entender que
la época glacial con todos sus hielos, nieves , aguaceros y aluvion
cuaternario no se halla tan distante de nosotros como se han com
placido en pintárnosla los amantes de la prehistoria para dar algun
colorido á su favorita teoría del hombre mono , sinó que , por el
contrario , tuvo lugar en los dos o tres mil años que se siguieron al
diluvio bíblico . .
Por donde de ninguna manera puedo aprobar la idea emitida por
M. Jean d'Estienne en la Revue des questions scientifiques, en el nú
-mero de Julio de 1881 , donde concede con Credner a la época gla
cial y cuaternaria una duracion de muchos miles de años , y afirma
que el hombre existia quizás ya al principio de esta edad inmensa 2 .
¿ Qué hicieron los hombres durante tan enorme número de siglos ,
que ninguna memoria se ha conservado de la tal existencia ? Todas
las artes que existen en el mundo son de moderna invencion , en
términos que no hay una sola cuya data se esconda en las tinieblas
de la antigüedad. Lo mismo sucede con el origen de los imperios ,
de las leyes y de la civilizacion de los pueblos . En tiempo de Ovidio
todavía se ignoraba que estuviese habitada la zona tórrida ; de la es
fericidad de la tierra nada se sabia entónces con certeza ; la existen
cia de los antípodas ha permanecido oculta hasta Colon . Deberáse,
pues , afirmar que nuestros antepasados , durante todo ese numero
so período de tiempo , llevaron vida de verdaderas bestias , sin con
ciencia de sí mismos , sin aptitud para progresar en las ciencias ni
en las artes , es decir, como se los fingen los partidarios del hom
bre-mono . Este argumento de la reciente data de todo lo humano
es de tanto peso , que no pudo menos de hacer grandísima fuerza

1 Hamard , Études critiques, etc. Supplément au gisement du mont Dol. cap, II,
pár. vi , pág. 223 y siguientes,
2 Véanse las páginas 151 , 152 y 153 de la citada Revista , en el número que aca
bamos de nombrar.
680 El Catolicismo y la ciencia

al incrédulo Lucrecio , quien por esta causa escribió los versos si


guientes:
Praeterea , si nulla fuit genitalis origo
Terrai, et coeli semperque aeterna fuere ,
Cur supra bellum thebanum et funera Troiae
Non alias alii quoque res cecinere poëtae ?
Quo tot facta virum toties cecidere ? nec usquam
Aeternis famae monumentis inclita florent?
Verum , ut opinor , habet novitatem summa recensque
Natura est mundi, neque pridem exordia cepit.
Quare etiam nunc quaedam artes expoliuntur,
Nunc etiam augescunt ; nunc addita navigiis sunt
Multa ; modo organici melicos peperere sonores 1 .

Que los cantos erráticos esparcidos por las inmensas llanuras del
norte de Europa en una extension lo menos de 40.000 millas cua
dradas hayan llegado al lugar que ahora ocupan en la manera ex
puesta por Credner conforme á la teoría de los grandes ventis
queros , es una mera hipótesis y nada más. Por ella no hay razon
ninguna para rechazar como improbable la ingeniosa idea del abate
Gainet , que atribuye a la accion inmediata del diluvio la dispersion
de los referidos cantos; que las aguas del diluvio tambien pudieron
depositar fango en algunas partes , y restos de rocas y cantos erra
ticos . Antes el tal modo de dispersion defendido por Gainet nos
parece mucho más aceptable que el de Credner , porque no tenemos
por admisible la época glacial caraçterizada con las proporciones
enormes que le atribuyen sus defensores . Ya en otro capítulo hemos
impugnado con el P. Haté esta pretendida época , que no es sinó
un puro sueño, entendida como la proponen los secuaces de la pre
historia .
La sola existencia de los cantos erráticos en algun lugar no es
razon suficiente para que por ella hayamos de admitir el paso de los
hielos por aquella region . Dice muy bien Hamard á este propósito:
“ Las rocas pulimentadas, estriadas , rizadas, las morenas y los cantos
rodados , cuando concurren en un mismo lugar, son motivos sufi
cientes para pensar que allí ha habido un ventisquero; pero tomados
aisladamente, constituyen una probabilidad y nada más . Sin duda
los hielos en movimiento pulen los guijarros, surcan y cincelan ta
roca subyacente, acumulan sobre sus flancos y en su base detritos
heterogéneos con que están formadas las morenas ó canchales,

Lucrecio , De natura rerum , lib. v , vers. 323 y siguientes.


en órden á la antigüedad del hombre. 687

transportan , finalmente , á veces á grandes distancias , fragmentos


de rocas que han recibido en las cimas de las montañas ; pero si es
permitido hablar así , ellos no tienen el monopolio de estos diversos
fenómenos . El agua en el estado líquido , sobre todo cuando se halla
cargada de arena, puede tambien pulir y producir estrías . A veces
tambien estas estrías pueden ser debidas á la desaparicion de los
delgados filetes de carbonato de cal que estaban como embutidos
primitivamente en la roca . M. Ebray lo ha comprobado con respec
to á los guijarros que habia él mismo tomado por glaciales en un
principio. El agua acarrea igualmente y acumula materiales que
pueden presentar el aspecto de las morenas ; como su fuerza de
transporte crece con la velocidad y en una proporcion prodigiosa,
puede en el estado torrencial arrastrar enormes cantos , que se con
fundirán despues con los transportados por los hielos , y esto con
tanta mayor facilidad , cuanto que la corriente no habrá tenido lugar
para desmoronarles los ángulos ,, !
Con lo que acabamos de observar sobre la data reciente de la
época cuaternaria se abre el paso para la solucion de una dificultad
que contra la cronologia comun suele moverse por los defensores
del hombre terciario . Claro está que el hombre terciario , con las
montañas inmensas de siglos que cargan sobre sus espaldas los se
cuaces de la prehistoria , es un puro fantasma creado por la fecunda
imaginacion de los que en todas partes quieren hallar rastros del
hombre -mono .
Pero entendido de tal suerte que con estas palabras no se signifi
que sinó la breve demora del género humano sobre el terreno ter
ciario en los tiempos anteriores al diluvio , lejos de presentar incon
veniente alguno , encierra , por el contrario , una doctrina sumamente
probable . Si toda la época cuaternaria , ó á lo menos gran parte de
ella con sus inmensos aluviones y avenidas , ha sido una consecuen
cia natural del estado atmosférico producido con la extraordinaria
y sobrenatural inundacion del diluvio , claro está que los antediluvia
nos debieron de vivir sobre el terreno terciario . En este supuesto
nada tiene de extraño el que alguna vez se encuentren restos del
hombre sobre este mismo terreno , sin que por eso hayamos de
admitir el fantástico hombre terciario imaginado por el abate Bour
geois, y defendido con tanto calor por los andantes de la prehisto

I Hamard , 1. cit ., pág. 245-246. Véase sobre este asunto un importante artículo
del P. Haté publicado en los Études de 1879 , pág. Ili y siguientes.
688 El Catolicismo y la ciencia

ria , Los antediluvianos tambien enterrarian sus cadáveres como

nosotros , y viviendo sobre el terreno terciario claro está que sus se


pulturas se habian de internar en él algun tanto ..
Por eso , aunque supusiéramos contra toda probabilidad serve
daderas obras de industria los pedruscos hallados por el abate Bour
geois en el terreno terciario de Thenay , nada se seguiria en contra
de la cronologia vulgar , porque el mencionado terreno ha sido for
mado con el acarreo de las aguas , por confesion del mismo Bour
geois , y éstas han podido dejar en el fondo del banco acarreado lo
que habían tomado de la superficie ' . Ciertamente , Mr. Dally, el
más incrédulo de los antropólogos , como le llama Moigno ’ , no ha
dudado en escribir á propósito del hallazgo del abate Bourgeois:
" Parece que en Inglaterra se ve en los pedernales tallados una ten
dencia al papismo . „ Y con razon ; porque la edad fabulosa que se
ñalan al hombre terciario los secuaces de la prehistoria es absoluta
mente increible ; por donde , si alguna vez se llegára á probar que,
en efecto , el hombre ha vivido en el terreno terciario , lo cual no se
ha demostrado todavía , en lugar de envejecer al hombre, habria
que remozar al sobredicho terreno . Y esto es lo que ha hechoʻsa
pientisimamente M. Chabas, al hablar de ciertos hallazgos que pre
tenden haber obtenido algunos en los terrenos terciarios, escribien
do las siguientes líneas: “ Si estos descubrimientos merecieran
confianza , sería preciso hacer subir la edad del hombre hasta la
época miocena ; habria sido contemporáneo del dinotherio, el
más antiguo entre los colosos del reino animal ; habria asistido á
grandes fenómenos geológicos , tales como el levantamiento de los
Alpes . Nosotros sacariamos de aquí la consecuencia de que la épo
ca miocena es mucho menos antigua de lo que generalmente se cree;
pero todavía no hay motivos suficientes para que se pueda esta
blecer cuestion séria sobre este terreno ; es preciso esperar averigua
ciones más seguras , más científicamente practicadas , sobre la tal
coexistencia , 3.
Pero volvamos á los aluviones cuaternarios causados por las
grandes crecidas de los rios , que es donde la cuestion ofrece mayor
dificultad . Las observaciones del Sr. Rossi , de que hemos hecho

1 Véase sobre esta materia el abate Moiguo Les Splendeurs de la foi, t. II, pág. 733
y siguientes; y Chabas, Études sur l'antiquité historiqne, pág. 560 y siguientes.
2 Moigno, l. cit., pág . 746 .
Chabas , l. cit. , pág . 566 .
en órden á la antigüedad del hombre. 689

mencion más arriba , juntamente con la de los otros autores citados ,


y con las que todavía se pudieran aducir , arrojan una vivisima luz
para conocer lo acaecido en otros ríos semejantes, á que suelen
apelar los partidarios de la prehistoria. En primer lugar , en los de
pósitos del Nilo , que recubren el pedestal de la estatua de Ramsés II ,
han creido hallar un argumento suficiente para concluir que el hom
bre ya debe llevar , cuando ménos, 12. 000 años de existencia sobre
el valle del mencionado rio . Porque , dice Horner , habiendo sido
erigida en Menfis la estatua de Ramsés II , segun Leipsio , hacia el
año de 1360 antes de Jesucristo , y hallándose ahora su pedestal
hundido en la arena tres metros y algunos centímetros, resulta que
cl alzamiento secular del valle del Nilo es de nueve centímetros nada
más. Por donde , habiendo sido hallados en dicho valle á más de
doce metros de profundidad ciertos fragmentos de una vasija de
arcilla y algunos ladrillos todavía más abajo , es claro que esta vas
sija y estos ladrillos fueron cubiertos por el fango de dicho rio en
una edad distante de la nuestra lo menos 12.000 años .
Lo que hay de claro en este argumento es que está basado en
varias suposiciones gratuitas y áun falsas. Supone primeramente el
Sr. Horner que las inundaciones del Nilo han sido siempre unifor
mes , y que en los tiempos pasados han dejado en el valle la misma
cantidad aluvial , ni más ni menos , que deja en los tiempos presen
tes ; y esto es completamente falso; porque las avenidas de los ríos
no tienen nada de regular, y por otra parte en los tiempos antiguos,
cuando los terrenos no estaban tan lavados como ahora , y en todo
el periodo cuaternario , la materia acarreada por dicho rio no pudo
ménos de ser incomparablemente mayor que la de los tiempos
actuales . Segun la relacion de Herodoto , el Nilo , en los nueve si
glos que acababan entonces de pasar , había levantado el terreno
unos tres ó cuatro metros ! Supone ademas que el rio siempre ha
abandonado sus depósitos en todo el valle sin mezclarse en esta
operacion la industria del hombre , y esto tambien es enteramente
erróneo ; porque los egipcios en las crecidas pequeñas lo hacian
subir por medio de canales y de diques , según cuenta Estrabon ,
tanto como en las más grandes avenidas, y así depositaba en el
valle cada año mucho más fango del que hubiera dejado sin la di
reccion é industria del hombre. Supone en tercer lugar que las
inundaciones llegaron siempre hasta donde estaba la estatua de

Herodoto , lib . II , cap . x . Traduccion de Larcher.


44
690 El Catolicismo y la ciencia
Ramsés II , y esto no pudo ser , porque los egipcios impedian que
las inundaciones penetrasen en los lugares habitados , como la
ciudad de Menfis , donde estaba la referida estatua ; razon por la
cual no deben repartirse los tres metros de arena que cubren et
mencionado pedestal entre los 3.247 años transcurridos desde su.
ereccion , sinó entre los 1.400 que han pasado desde que fué des
truida esta ciudad , á los 500 años de la era cristiana . Esto señala
un aumento regular más del doble del que se había imaginado
Horner . Aún más : 600 años bastan para este aumento , porque la :
misma cantidad de arena recubre el pedestal de la estatua de Ram- .
sés II erigida en Méhahenny , y sin embargo, este pedestal estaba
descubierto hace 600 años ' . Supone, finalmente, que los fragmen
tos sobredichos fueron depositados por el hombre en el lugar donde
han sido hallados cuando la superficie del suelo no llegaba sinó a
aquella altura , y esto es enteramente gratuito, porque los tales.
fragmentos se han podido ir hundiendo en la tierra fangosa por su
propio peso , y han podido tambien ser alli enterrados por el mismo
Nilo con la fuerza de su corriente . Dice muy bien a este propósito
Fergusson : “ De lo dicho se infiere cuán falaces deben ser así las
conclusiones sacadas de las excavaciones que se practican en los
estratos de los deltas , como los cálculos fundados en los deposi
tos locales . " Yo mismo he visto los ladrillos que formaban los cia
mientos de una casa edificada por míser arrebatados por la cor
riente y esparcidos á lo largo del fondo del rio , á una profundidad.
de 30 o 40 piés debajo de la superficie del terreno . Posteriormente
el rio se ha retirado de alli ; ahora existe un nuevo pueblo en el
lugar donde estaba mi casita , cuarenta piés en alto sobre sus ruinas,
y todo el que quiera cavar en dicho sitio podrá encontrar en él mis .
reliquias , y formar la teoría que se le antoje sobre la antigüedad de
las mismas
El Nilo no guarda una uniformidad tan constante en el modo de
sus crecidas que no podamos sospechar razonablemente alguna muy
extraordinaria de siglo en siglo , y capaz de producir efectos seme
jantes al presenciado por Fergusson . Aún en nuestros días se mues
tra á veces amenazador, y en Octubre de 1863 tomó proporciones
verdaderamente desastrosas .

Considerado por una parte lo que de Egipto nos han dejado es

1 Moigno, Les Splendeurs de la foi, tomo 11, pág . 770.


2 James Fergusson , Journal of the Geological Society, pag. 327, Agosto 18634,16
en órden á la antigüedad del hombre . 691

crito los antiguos , y por otra lo poderoso que es aún hoy día el
Nilo en el valle que atraviesa su corriente , bien podemos asegurar
que el comienzo del delta no sube más arriba de 5 á 6.000 años .
En tiempo de Homero , la única ciudad notable era Tebas . Herodo
to cuenta , como ya tengo dicho , que en 900 años subió el nivel
del terreno en el valle del Nilo de siete a ocho codos , que vienen á
ser unos tres ó cuatro metros . La lengua de tierra donde Alejan
dro edificó á Alejandría, no existia en tiempo del cantor de Troya .
La ciudad de Roseta , que fué fundada hace mil años á orillas del
mar, dista ahora de él ocho kilómetros . En veinticinco años ha re
cibido una prolongacion de dos kilómetros el cabo de esta misma
ciudad .
El mismo Fergusson , cuyas palabras citábamos poco ha , resume
en los siguientes términos las observaciones que acerca del Ganges
hizo él mismo durante su larga permanencia en las Indias : “ Largos
estudios , dice , hechos sobre estos lugares , me han convencido de
que todo el delta y la forma actual del valle del Ganges son de ori .
gen muy reciente , y todas estas transformaciones han debido ha
cérse con mucha rapidez . Tres mil años antes de Jesucristo , el úni
co punto habitable de la llanura de Bengala era la parte que se
extiende entre el Sutledge y Jumne ; hacia la época del nacimiento
de Cristo no hubiera sido posible todavía edificar ciudades sinó en
las colinas meridionales y al pié del Himalaya ; hasta mil años des
pues de Jesucristo no estuvo bastante seca la llanura regada por el
Ganges para que se pudiese edificar allí , á alguna notable distancia
de las colinas , una ciudad como Gour ; el delta propiamente dicho
no se hizo habitable hasta el siglo xiv , y en el siglo pasado se die
ron trazas todavía para poder aprovechar mucho terreno que antes
estaba hecho un cenagal lleno de juncos . ,
Los amantes de la prehistoria opondrán sin duda a la reciente
formacion de este delta la del Mississipí , que al doctor Dowler le
pareció antiquísima, nada ménos que de 57.007 años . En el moderno
delta de este río cerca de Nueva Orleans, haciendo unas excavacio
nes, ha sido hallado un esqueleto humano á diez y seis piés de pro
fundidad , debajo de cuatro bosques sepultados en tierra y puestos
uno encima de otro, segun cuentan los partidarios de la nueva es
cuela . Para la formacion de cada uno de estos bosques exige Vogt
14.000 años, por lo que el hombre allí enterrado debe pertenecer á
una edad antiquisima. Sin embargo , la configuracion de su cráneo
manifiesta que pertenece á la raza americana todavía existente de
692 El Catolicismo y la ciencia

los natchez, lo cual no ha debido influir poco en el ánimo de Lyell


para que se mostrase receloso y no viese en este hecho confirmada
la tésis de los prehistóricos.
Y cierto que no le faltaban razones para ello ; porque es cosa
sabida que este formidable rio en sus avenidas arrastra montes en
teros de árboles, los cuales naturalmente han de ir á depositarse
en la embocadura del mar, donde suelen formarse los deltas . En el
Mississipi desembocan sus aguas otros rios de mucha consideracjon,
y éstos tambien llevan consigo en tiempo de grandes crecidas ar
boles infinitos en número ; por donde con solas cuatro inundaciones
extraordinarias que queramos suponer en el Mississipí , tendremos
más que suficiente para que este rio haya amontonado en su embo
cadura durante brevisimo tiempo los cuatro bosques que se imagi
nan nuestros adversarios, juntando en uno los árboles arrancados
por sus aguas y los acarreados por sus afluentes en varios años á
sus orillas.

Hé aquí en qué vienen a parar los cálculos fundados sobre la pura


imaginacion de nuestros modernos sabios . Ya hemos visto mas
arriba, citando las palabras del abate Hamard, cómo Abbot , comi
sionado por el gobierno de los Estados Unidos para estudiar dicho
rio, de todas sus largas y diligentes investigaciones concluyó que
no han pasado sinó unos cuatro mil años despues que el delta va
entrando en el golfo . M. de Quatrefages todavía avanza mas, apo
yado en las tradiciones de los americanos, sacadas por el abate
Brasseur de los libros sagrados de los quiches ó conservadas por
Heckew elder, y comparadas con los hechos de la historia mejicana,
sostiene que los pieles rojas no llegaron al Mississipí sinó entre los
siglos viii y ix de la era cristiana, viniendo despues más tarde a este
mismo lugar las tribus algonquinas é iroquesas, las cuales atravesa
ron el valle del mencionado rio , echaron de alli al pueblo cuyos
singulares monumentos forman hoy día el estudio de los sabios, y
avanzaron hasta la costa, y áun mucho más hacia el Sud , sin tener
que combatir con nadie porque la region estaba desierta y ellos
eran sus primeros moradores ,
Si los depósitos de algun rio nos pueden servir de verdadero cro
nómetro para medir el tiempo que han debido pasar los hombres
sobre la tierra , estos son ciertamente los estudiados por el ingenie
ro Kerviler en los aluviones de la ensenada de Penhouet , en la des

1 De Quatrefages , L'espèce humaine, cap . xvill , núm . 5 , pág . 153-154 .


en órden á la antigüedad del hombre. 693

embocadura del Loira. Por dos métodos diferentes llevados con


suma exactitud ha llegado á unas mismas conclusiones , hallando en
los aluviones dichos la edad reciente de los hombres que en los
tiempos pasados han visitado las riberas del mencionado rio . El de
pósito fangoso del valle de Penhouet , al revés de lo que suele su
ceder en los aluviones de otros rios , presenta una serie de capas ho
rizontales colocadas unas sobre otras . En una de estas capas , sita á
unos cuatro metros debajo de las bajas mareas actuales , halló el ci
tado ingeniero una gran multitud de objetos pertenecientes á la
edad de bronce , como son ciertas armas de este metal , cuernos de
ciervo trabajados, piedras de fondeaderos, vajilla de barro , huesos
de buey , caballo , ciervo , carnero , etc. Haciendo nuevas excavacio
nes halló á 4m una hacha de piedra pulimentada con su mango mis
mo ; á 4 " , 50 una espada pequeña de bronce ; á 5m otra hacha de
piedra pulimentada , encajada como la precedente en una vaina de
.
cuerno de ciervo con mango de madera ; á 6m un manubrio de
cuerno de ciervo para sostener el hacha y manejarla sin necesidad
del mango .

Felizmente , para determinar el tiempo que habia empleado el rio


en la deposicion de todas estas capas , halló varios objetos de la edad
galo - romana en una capa situada 2m , 50 encima de la otra que diji
mos pertenecer á la edad de bronce , y entre ellos una medalla de
Tétrico , quien tomó la púrpura en Burdeos el año 268 y volunta
riamente se entregó al emperador Aureliano el año 275. “ La capa
galo - romana, escribe el ilustre ingeniero , se hallaba por consiguien
te datada , y se podía concluir de ella que a mediados del siglo n de
nuestra era el fondo de la bahía de Penhouet estaba situado lo mé
nos un metro más abajo que las bajas mareas actuales... constando
ademas que los seis metros de fango que existen encima de la capa

galo -romana han empleado 16.00 años en formarse. Esto da por


cada siglo una capa de aluvion de om , 37 de espesor. , !.
Con esto ya tuvo los datos suficientes para demostrar con la más
severa lógica que la sobredicha capa de la edad de bronce databa
del siglo v anterior á nuestra era , y la pequeña espada del vi ; no
encerrando , por consiguiente , la edad de bronce en Saint - Nazaire
más que 2.500 años .
" Mas que probabilidad próxima á la certeza --- prosigue el mis

it
I Kerviler, Le chronomètre historique de Saint - Nazaire, publicado en la Revue des
questions scientiſuues, Janvier 1881 , pág . 29 .
694 El Catolicismo 1 la ciencia

mo autor --- 110 se podria obtener si se llegase al mismo resultado


por un método absolutamente diverso ? Una feliz casualidad vigo á
principios del año 1877 á proporcionarme esta confirmacion . Recor
riendo un dia el perímetro de la cantera en compañía de un arqueó:
logo muy conocido , M. du Chatelier , llamóme la atencion el aspec:
to del corte vertical del terreno fangoso , que , en lugar de ser liso
y homogéneo , presentaba señales evidentes de estratificaciones re
gulares y muy unidas entre sí . Los estratos eran horizontales, y pa
recian tener om , 003 de espesor ...
Un estudio atento me permitió reconocer que cada estrato se
compone de tres hojas ó elementos , que se suceden siempre en el
mismo órden : arena , arcilla , restos vegetales. Las capas de arena
son las que varian más en espesor. Las pequeñas capas de vegeta
les compuestas de hojas, y sobre todo de restos herbáceos , indican
el depósito anual del otoño y forman la superficie, aisladora. En el
intervalo la arena y la arcilla se separan por la densidad. Asi, el es:
pesor del conjunto de estas tres capas , que varía ( en las profundi
dades de 6 a 7 metros) entre om , ool y om , 005 ( salvo los casos ex .
traordinarios de depósitos arenosos ), representa un depósito anual
y regular ; y el conjunto de 100 grupos de tres capas varia de 0,33
á om , 37. Se puede , por consiguiente , sin temor de equivocarse , se
ñalar un espesor secular medio de unos om , 35 á los aluviones que
han llenado la ensenada de Penhouet y decir con seguridad :
, 1.° Que en el siglo vi ántes de nuestra era estaban en uso toda :
vía en la embocadura del Loira las hachas de piedra bruñida enca
jadas en el hueco de un cuerno de ciervo , y puestas en un mange
de madera .
, 2 . ° Que la introduccion del bronce en esta region data del
siglo vii , esto es , de hácia los tiempos de la fundacion de Roma .,
» 3.° Que mil años antes de nuestra era se usaban hachas de
piedra pulimentada mucho más primitivas que las precedentes.
Debo añadir que se ha podido proseguir la observacion exacta
de la estratificacion abriendo al efecto un pozo de 30 metros de
espesor total , es decir , hasta unos cuarenta siglos antes de nues
tra era ...
Tomando en cuenta la compresion inferior que daria un espe
sor secular medio de om, 33 por siglo , se ha llegado á fijar en un
máximum de seis mil años antes de nuestra era el principio de los
aluviones modernos del Loira , y por consiguiente , del periodo
geológico actual . Este límite de data se aproxima mucho a la su
en órden á la antigiiedad del hombre . 695

putacion biblica tradicional , á las cifras de Manethon y al minimo


indicado por M. Arcelin , estudiando los aluviones del Saona ,, !
¡ Qué triunfo éste para la cronologia comun y vulgar ! Los pre
históricos han bramado de rabia contra los razonamientos de Mon
sieur Kerviler, Henando de injurias á su autor ; pero estos razona
mientos han quedado victoriosos , sin tener quien los pueda debili
tar ni áun lo más mínimo .
Al argumento de los deltas añade la nueva escuela otros fundados
en las habitaciones lacustres, bautizadas con el nombre de pala .
fitos, en los conos de deyeccion de los torrentes , en los depósitos
de turba , en las estalagmitas y estalactitas de las cavernas y en otras
tosas semejantes; las cuales , á su parecer, han debido emplear un
tiempo inmenso en su formacion lenta y sucesiva . Pero todos ellos
son de levísimo peso .
Las habitaciones lacustres son pequeñas casas edificadas sobre
estacas, que se hallan clavadas en el fondo de los lagos . Varias de
estas habitaciones fueron halladas en Suiza y en otras partes , jun
tamente con algunos instrumentos de piedra ; lo cual ha bastado
a nuestros sapientisimos arqueólogos para fabricar en su fantasía un
mundo de infinita duracion . Las habitaciones lacustres , sin embar
go , por sí mismas nada dicen con relacion a la antigüedad del
hombre : Herodoto : habla de un pueblo construido de este modo
en la Tracia , sobre el lago Prasias , y todavía estaban en uso el
siglo pasado en Suiza , segun Keller 3. Por eso han recurrido á cal
cular el tiempo que se habrá debido pasar para que se fuesen reti
rando de ellas los lagos á la distancia en que hoy se encuentran ;
pero nada han podido todavía averiguar: todo se ha reducido á
meras conjeturas , como lo había predicho ya Rütimeyer , profesor
de Basilea , en Suiza 4 .
Là suputacion , hecha sobre el cono de deyeccion del Tinière en
el lago de Ginebra , es la que ha podido hacerse con más funda
mento . El Tinière es un riachuelo que entra en el lago sobredicho ,
y que ha formado en una de sus riberas , con sus aluviones torren
ciales , un cono de varias materias amontonadas confusamente. Este
cono ha debido ser cortado para la construccion de una vía férrea:
debajo de tres diferentes pisos , á una profundidad de 19 piés , se

1 Kerviter, loc . cit . , pág . 31-33 .


2 Herod ., lib. v , cap. vi .
3 Moigno , Les splendeurs de la foi, tomo 11 , pág. 863 .
4 Die Fauna , etc. , pag . 239 .
696 El Catolicismo y la ciencia ,

han hallado vasijas muy bastas, carbon y algunos huesos de ani


males fracturados. Morlot calculó que la deposición de todos estos
objetos en aquel lugar debe datar cuando ménos de hace siete mil
años . Pero Rütimeyer la cree de data más reciente , fundándose en
que los animales cuyos huesos han sido allí depositados en nada',
difieren de los actuales . Vogt tiene por muy dudoso él principio de
donde parte Morlot para sus cálculos, á saber : que el primero de
los tres pisos dichos se remonte hasta el tiempo de los romanos,
con lo cual quedaen el aire el valor de todo el argumento . Adesea
mas , la regularidad en la formacion de los depósitos no es posible
en un torrente formado por las lluvias , nieves y deshielos , cual es
el Tinière . Un torrente de esta naturaleza puede en un solo dià acar4
rear mas materiales que un rio regular en muchos siglos .
Por eso Quatrefages ha acudido á los depósitos formados por et
Ródano en el lago Leman , adonde entra muy turbio en las creci
das , saliendo despues con aguas muy 'clarificadas. Pero aquí tam
poco se ha podido obtener un cronómetro seguro . Forel por una
parte y Arcelin por otra han procurado hacer este cálculo , pero
sus resultados han salido muy contradictorios .
Otros han apelado a las materias diluviales halladas en las caver
nas , donde han aparecido huesos ó utensilios humanos, enterrados
juntamente con huesos de animales , cuyas especies se hallan actual
mente extinguidas , y cubiertas con una gruesa capa de estalagmitas,
para cuya formacion creen que ha sido necesaria una multitud innu
merable de siglos . Sobre todo la caverna de Kent, en Inglaterra, ha
metido un ruido incalculable , deduciendo de ella los amantes de la
prehistoria que el hombre ya vivía en aquella isla hace 264.000 años.
Sin embargo , la poca consistencia del argumento basado en esta
clase de lugares es reconocida por los buenos geólogos . “ Los
resultados de las excavaciones ejecutadas en las cavernas , dice
Hamy ' , no tienen generalmente el valor demostrativo de las oba
servaciones recogidas en los aluviones estratificados. La ausencia de
relaciones geológicas ciertas en el mayor número de estas cavidades,
entre el depósito osífero y los que le han precedido ó seguido en la
sucesion de los tiempos ; las dificultades que surgen cuando se trata
de determinar las condiciones en que fueron abandonados allí aque
llos objetos; la posibilidad de que hayan sido despues removidos,
sin que esto sea fácil de averiguar , son la causa del desfavor en que

1 Précis de paléontologie humaine, pág . 112.


en órden a la antigüedad del hombre. 097

se hallan hace ya mucho tiempo las investigaciones de las grutas y


del poco crédito que todavía prestan algunos naturalistas á los des
cubrimientos en ellas practicados . ,
Todos los naturalistas saben que las capas de estalagmitas se
deben á la accion del agua , que se carga de ácido carbónico al pasar
por el carbonato de cal. Donde , pues , abunden estos tres elemen
tos , es claro que al gotcar del agua en las bóvedas de las grutas se
ha de seguir naturalmente la formacion de estalagmitas poderosas
en el suelo que la recibe . Grutas hay actualmente en el mundo
donde, por esta razon , se forman con rapidez maravillosa grandes
depósitos de carbonato de cal. La caverna de Kent, en el estado
presente , tarda mucho en formarle, por carecer de la abundancia
que en otros tiempos poseia ; y así , los defensores de la grande an
tigüedad del hombre se han prevalido del argumento sofistico que
este hecho les presenta , logrando hacer ruido en presencia de la
multitud ignorante . Mas es cosa manifiesta que sus cálculos son ab
solutamente nulos, como fundados en una suposicion meramente
gratuita y aun contraria á la realidad de los hechos. Suponen los
tales que en los tiempos anteriores al nuestro la formacion de las
estalagmitas procedia alli con la misma lentitud que al presente,
cuando la misma posicion del terreno está clamando todo lo con
trario . En efecto ; en la actualidad falta el bosque que en los tiempos
pasados existia sobre la caverna dicha , y por lo mismo no se puede
formar el ácido carbónico con aquella abundancia de entónces,
debida a la incesante putrefaccion de los muchos vegetales que allí
sé criaban. Resulta , por consiguiente, que el agua del suelo , al des
cender a la roca , no va ya cargada de ácido carbonico , y asi cae
de la bóveda sin descomponer el carbonato de cal .
En los tiempos , antiguos abundaban el ácido carbónico y el
agua , porque ambas cosas eran en grande cantidad suministradas
por el frondoso monte que se extendía sobre la cueva , y por tanto
se producian las estalagmitas con la misma rapidez con que hoy
se producen en otras partes . Luego falsisimamente se infiere del
tiempo que se necesita en la actualidad para la formacion de una
capa incrustante en la sobredicha caverna , el que debió trascur
rir en circunstancias enteramente diversas para la produccion del
mismo efecto . El mismo raciocinio podemos aplicar á otra gruta
cualquiera. Para probarnos algo los geólogos sobre esta materia,
deben demostrarnos primero que las circunstancias locales cn la
formacion de las estalagmitas han sido siempre las mismas. Si bien
698 El Catolicismo y la ciencia

se advierte , en todos sus raciocinios siempre parten del principio


gratuitamente establecido y nunca probado , de que los agentes
naturales han obrado en todos los tiempos y lugares de la misma
manera y con la misma intensidad . Como esto es absolutamente
necesario para su ciencia y no lo pueden probar , por eso siempre lo
suponen ; mas lo que debieran hacer es convencerse de que la Geo
logía , en esto de servir de cronómetro histórico á la evolucion
del género humano , tarde ó nunca podrá salir con su intento , por
serle imposible partir de un principio estable y científicamente de
mostrado .
No es de mayor consideracion el argumento que oponen recur
riendo á cierta clase de objetos que se encuentran en los turbales,
algunas veces a diez metros de profundidad . La nueva escuela ' afir
ma con mucha solemnidad que depósitos de esta especie requieren
para su formacion muchos miles de años ; pero funda todos sus
cálculos en el aire , porque nadie sabe todavía de fijo cómo se pro
duce la turba , y consta por otra parte que en algunos lugares se
ha formado en muy poco tiempo . En una laguna de Escocia fue
hallada una marmita romana en un turbal , á ocho piés de profundi
dad . En las lagunas de Hatfield y en otras partes se encuentran las
calzadas romanas cubiertas con dos metros de turba ; hasta hachas
romanas se han hallado debajo de esta materia cenagosa clavadas
en los árboles . En Groninga recogieron una medalla del emperador
Gordiano bajo un turbal de treinta piés de espesor. Así es que Lyell
no duda en afirmar en sus Principios de Geologia que todas las ar
mas y utensilios hallados en los turbales de Francia y de la Gran
Bretaña son romanos . Y añade : " Hemos averiguado que la destruc
cion de un bosque por una tempestad a mediados del siglo xvn dió
origen á un turbal en Lochbroon , en el Ross -shire , y que los habi
tantes extraian de allí la turba cuando todavía no había transcurrido
medio siglo despues que fué derribado el bosque . ,,
Por otra parte , la turba á veces se halla en un estado líquido , y
permite a los objetos pesados llegar hasta el fondo ; otras se solidi
ſica y resiste áun á las piedras, conservándolas en la superficie .
Nada, por consiguiente , se puede sacar en claro para la cronologia
con la sola consideracion de los objetos hallados en el fondo de los
turbales . Una clase de éstos , sin embargo , llamada por los geólogos
skowmoser, ó turbal de los bosques de Dinamarca , podria ofrecer
alguna dificultad . Consisten estos turbales en unas pequeñas exca
vaciones de unos diez metros de profundidad , con un depósito de
en órden a la antigüedad del hombre. 699

turba en el fondo . El agua ha llenado estas cavidades , y como se


hallan en medio del bosque, los árboles han ido creciendo á sus
orillas, y despues, por la fuerza de las lluvias y de otros agentes de
la naturaleza , han sido precipitados en el fondo de las mismas . Por
la clase de árboles caidos se ve que tres distintas generaciones de
flora se han sucedido unas á otras. Como en lo más hondo se en
cuentra una turba fangosa y amorfa de un metro de espesor , y de
bajo de ella aparecen instrumentos de la industria humana , y por
otra parte, la formacion de las tres faunas diferentes requiere bas
tante multitud de años , han concluido de aquí algunos geólogos que
el hombre en Dinamarca debe contar una antigüedad excesivamente
dilatada .
Este argumento, empero , flaquea, como todos sus compañeros,
por la parte del tiempo que se exige gratuitamente y contra los
hechos de la experiencia para la formacion de las tres faunas di
chas . EI P. Haté : hace un extracto de un artículo de M. Oscar Le
clerc - Thouin , publicado en la Maison Rustique du XIX siècle , to
mó i, cap . x , des assolements, donde se citan fenómenos de esta
misma especie verificados en estos últimos tiempos en muy corto
número de siglos . Así es que el mismo M. Steenstrup , defensor de
la doctrina prehistórica , no se atreve á dar á esta clase de turbales
más que cuatro mil años de duracion ; lo cual , sin embargo , tam
bien se podria discutir, pudiendo bastar menor número de siglos
para ' la renovacion de las faunas mencionadas.
Tambien han apelado nuestros modernos historiadores á otros
fenómenos que sería largo de enumerar , pero cuya fuerza demos
trativa en órden á la tésis de estos escritores es tan débil como la
delos hechos ya presentados . Las innumerables conchas de ostras ,
por ejemplo, halladas en Suecia y Dinamarca sobre las costas del
mar , juntamente con algunos instrumentos de piedra , si algo prue
ban en órden á la edad del género humano , más bien parece que
deben considerarse como favorables á la cronologia vulgar que
contrarias á ella , al revés de lo que se figuran nuestros adversarios .
Tan enorme multitud de conchas recogidas por el hombre no pue
de concebirse sin un pueblo muy numeroso , que viva en comunidad
y carezca de aficion al aislamiento , propio de los salvajes. La razon
en que funda Lyell la suma antigüedad de estos bancos de concha
es rechazada por Vogt, el cual a su vez trae otra que no es mucho

1 Études religieuses, Agosto de 1874 , pag . 231 , pota .

1
700 El Catoliiismo y la ciencia

más valedera por cierto . Este naturalista sostiene que debe ser
muy grande la antigüedad de los referidos bancos , porque , entre
otros huesos de animales, aparecen tambien allí los del gallo silves
tre ; linaje de ave, que ya hace muchísimo tiempo debió haber des
aparecido de aquellos lugares con la extincion de los abedules , cu
yos tiernos renuevos le suministran el alimento en la primavera . En
primer lugar, este ave, que todavía no ha desaparecido del globo,
no sólo come los sobredichos renuevos, sino tambien otras muchas
cosas ' , y por consiguiente, no hay razon para afirmar que la falta
de los abedules le haya ocasionado la muerte en Dinamarca . Ade
mas, aunque en los tiempos históricos de esta region no broten ár
boles de esta especie , bien pudieron haber brotado en tiempos
anteriores, cuando Dinamarca estaba sepultada en el salvajismo , y
reinaba la civilizacion en Egipto y en varios pueblos de Oriente;
tiempo que dista mucho de pertenecer a la imaginada antigüedad
de nuestros prehistóricos.
Toda esta multitud de hechos geológicos que citan en favor de
su tésis los partidarios de la nueva escuela , y otros varios que se
pudieran todavia alegar, quedarán siempre sin valor alguno en ór
den á la prehistoria , constándonos por una parte que la época actual,
no sólo sigue inmediatamente á la cuaternaria , mas tambien es
una verdadera continuacion suya , segun se desprende de los fenó
menos del globo terrestre, y siendo de mucha consideracion los
efectos que áun en los tiempos históricos de la misma han sido pro
ducidos por los agentes de la naturaleza . Esta continuacion de
entrambas épocas, unida a la magnitud de los fenómenos realizados
en la segunda de ellas, áun en tiempos sumamente recientes, nos
está diciendo á grandes voces que estos últimos son el remate de
los primeros , y que por consecuencia, no puede ser muy grande la
distancia que debe mediar entre unos y otros . Indiquemos algunos
de estos fenómenos , pertenecientes a la época actual . El golfo de
Botnia , que en tiempos pasados estaba unido al mar Blanco , ahora
se halla separado de él por una grande extension de terreno , mer
ced al levantamiento gradual de esta region , que todavía continúa
en su movimiento ascendente de un centímetro por año , y aún más
en algunos lugares, segun consta de observaciones practicadas con
gran diligencia . Mientras tanto , en estos últimos cuatro siglos se han

1 Véase la Creacion, Histor. nat.,' tomo I , pág. 179 y siguientes . Barcelona,


1872-1876.
en orden å la antigüedad del hombre. 701

ido abajando gradualmente las costas de la Grocnlandia en una gran


cxtension de terreno ? . Los estudios de M. Moreau de Jonnes ? han
hecho ver cómo la mar juntaba á Sebastopol con San Petersburgo ,
y cubría las estepas de la Rusia en tiempos tan recientes, que fueron
denominadas las aguas de esta vasta extension con el nombre de
Océano Escitico por los hombres que las conocieron . Con solo cin
cuenta centímetros que se haya levantado allí el suelo cada siglo , ó
sea medio centímetro cada año , ya tendremos realizada la separa
cion de los dos lugares sobredichos, tal como se encuentra al pre
sente , en el espacio de tres mil años . Es decir, que no concediendo
al levantamiento gradual de esta region sinó la mitad del correspon
diente al golfo de Botnia , mil años antes de nuestra era el inmenso
espacio comprendido entre las dos mencionadas ciudades estaba cu
bierto por las aguas. Las tradiciones en esto se hallan en perfecta
armonia con las observaciones directas . Las practicadas por el capi
tan de Estado Mayor, M. Roudaire , demuestran que, en África, la
cuenca de los chotts 3 no es sinó un sumidero de aguas excavado
por el viento , que ha arrebatado de allí las arenas tostadas por el
grande ardor del sol , transportándolas al Mediterráneo ó al Océano .
* Si se dejára á esta causa obrar, escribe Chabas a este proposito,
sin contraponerle otras por medio del riego y de la cultura , en algu
nos centenares de años se verian formados con ella grandes mares
sobre el continente africano. El fondo de estos nuevos mares ofre
ceria probablemente á los arqueólogos venideros problemas bien di
ficultosos si no quedára algun recuerdo acerca de su reciente for
macion ,' 4 .
En Holanda , los movimientos del suelo han hecho que la mar se
haya apoderado del territorio comprendido entre Wiringen y Me
demblick , el cual era ántes un dilatado bosque bañado por un rio
que_entraba en la mar cerca del Texel . Todo este gran fenómeno
se produjo en el siglo xii, entre los años 1205 y 1282 .
En los diez y seis siglos que median entre el emperador Severo
y nosotros , el territorio de Puzzolos , en Italia , se ha abajado lo
ménos veintitres piés , y vueltò á subir otro tanto , como lo prueban
los agujeros producidos por un molusco llamado modiola lithophaga

1 Pozzy , La terre, etc. , pág . 10 .


2 Moreau de Jonnes, Géographie préhistorique de l'Europe.
3 Los chotts son unas lagunas fangosas, cuyas aguas tienen poca profundidad ,
4 Chabas, Études sur l'antiquité ,etc. Stations préhistoriques, pág. 555 .
702 El Catolicismo y la ciencia

en las tres columnas todavía subsistentes del antiguo templo de Jú


piter Serapis , restaurado por el sobredicho Emperador en el segun .
do siglo de la era cristiana . Estos animalillos no viven sino en la
parte más alta del mar ; por donde , habiendo sido taladradas por
ellos las mencionadas columnas á una altura que ahora se encuen
tra á veintitres piés sobre el nivel del mar , es claro que éste ha su
bido y bajado , durante el tiempo dicho , toda la altura comprendi
da entre la base y los agujeros más altos de las columnas , pues no
es de creer que el templo fuera edificado en un principio dentro de
las aguas , así como tampoco es probable que el emperador Severo ,
al restaurarlo , hubiera dejado con sus agujeros las columnas, - si
éstas se hubieran hallado perforadas a la sazon .
En 1707 apareció en el mar, cerca de la isla de Santorin , una isla'
que tenia cinco leguas de circunferencia y cuarenta piés de altura ."
En 29 de Setiembre de 1755 , la montaña de Jorullo , en una superfi
cie de cuatro millas cuadradas, fué vista por los habitantes de Méji
co levantarse en forma de cúpula , entre el estruendo horrible de los
fuegos subterráneos , á una altura de 1.670 piés , que todavía con
serva ; alrededor de toda la nueva montaña salian Hamas en una ex
tension de varias millas , y la superficie de la llanura subia y bajaba
como las olas de un mar alborotado ?.
Tolento , del país de Leon , duerme bajo las olas en la embocadu
ra del Aber - Urach ; las ruinas de Occismor yacen olvidadas à seis
kilómetros de Lesneven , é Is , la Babilonia bretona , expia en el fon
do de la bahía de Douarnenez la vida licenciosa de sus habitantes :
una ciudad gala , habitada todavía en tiempo de los romanos, está
ahora sepultada a la entrada del Paso de Calais , en un lugar inva
dido por la mar en las altas mareas ? .
En el monte Dol han tenido lugar fenómenos semejantes durante
la era cristiana, como lo demuestra el abate Hamard 3 ,·
En Gibraltar, el antiguo templo de Hércules está hoy dia cubiet
to por las aguas. En Italia las partes cercanas á Gaeta se han abaja
do 9. metros en el discurso de nueve siglos , y se han levantado
6m ,70 durante seis , como consta de las observaciones practicadas
sobre estos lugares en todo este espacio de tiempo 4 ,

1 Pozzy, La terre, etc. Exemples de soulevement, pág . 9-10 .


2 Chabas , loc . cit. , pág . 556 .
3 Hamard, Études critiques, etc.
4 Id . , ibid ., pág. 29 y siguientes,
en órden á la antig iiedad del hombre. 703

El año 1881 el estrecho comprendido entre Tchesme y Chio se


levantó en el espacio de algunas horas nada menos que 30 brazas !.
A todos estos fenómenos geológicos hay que añadir otro de gra
vísima importancia en la cuestion que vamos tratando , porque nos
enseña muy á las claras con cuánta cautela deben ser recibidas las
mismas indicaciones estratigráficas, que son las que más confianza
suelen inspirar á los geólogos prudentes . El fenómeno consiste en
que los instrumentos industriales tenidos por prehistóricos se encuen
tran á veces en la misma superſicie del suelo ó en terrenos muy
poco profundos, y , por el contrario , los verdaderamente históricos
aparecen en capas sumamente profundas. Dice muy bien M. Chabas
á este propósito : “ Si hemos hallado á millares los utensilios consi
derados como prehistóricos en la superficie del suelo de las estacio
nes ó en capas sumamente someras, se hallan tambien á profundi
dades considerables multiplicados restos de la época romana y áun
de tiempos más modernos . En el recinto que constituye el peribolo
del templo de Efeso , ha hallado Mr. Wood , á seis metros de pro
fundidad , restos de sepulturas colosales ; el camino que conducia de
la ciudad al templo estaba cubierto con cuatro metros de tierra .
En el promontorio meridional de Santorin , llamado Acrotiri,
han aparecido , bajo una capa de peperino que no tenía ménos de
20 y 30 metros de espesor , habitaciones dadas de cal , y luego pin
tadas encima de encarnado muy subido , vasijas delicadamente tra-
bajadas, y una sierra de bronce . ,,
Todo esto no data sinó del primer milenario antes de nuestra era,
lo cual nos puede dar alguna idea sobre lo que ha sido , aun en la
época histórica, el poder de la accion volcánica que obra aún en
nuestros dias con tan grande fuerza en el Nebraska y en Montana,
donde los geysers lanzan torrentes de fango que se transforma en
hermosa creta silicatada .
El hombre ha vivido durante todo el periodo cuaternario : esto
es ya un hecho indubitable ; pero no significa en manera alguna que
haya vivido durante centenares de millares de años . En presencia
de la eternidad , los siglos no son nada ; para el hombre que obra ,
cien años son una porcion de tiempo considerable , y con la activi
dad a las veces fecunda y nutritiva de la naturaleza , mil años pueden
encerrar en su seno grandes cambios . Así , nadie debe extrañarse

1 Univers de 15 de Abril de 1881 . Dernières nouvelles.


2 Compte -rendu du Congrès préhistor. Bologne, pág . 342 .
704 El Catolicismo y la ciencia

de ver al Sr. Rossi, cuya autoridad en semejantes materias no puede


ser puesta en duda, emitir la opinion de que , al llegar Encas á Ita
lia , el Tiber no desembocaba todavía sinó en su valle cuaternario ,
y no directamente en la mar , '.
“ Hé aquí, concluye el referido autor , el estado cuaternario , la
época aluvial descubierta cientiſicamente en el octavo siglo antes de
nuestra era . Más allá de esta data , las exigencias históricas que al
principio de esta obra hemos expuesto (pero que con ražon no ad
miten otros sabios, segun lo que dejemos indicado al principio de
este capitulo ) nos dejan todavía más de siete mil años de márgen , y
la cronologia bíblica , en su cómputo más estrecho , tres mil años
despues de aparecido el hombre sobre la tierra . Está acaso bien
demostrado que alguna de estas cifras es insuficiente. Nosotros no
lo creemos así ; los progresos llevados recientemente a cabo en la
ciencia prehistórica han reformado ya notablemente las opiniones
exageradas de los que han sido los primeros en este género de in
vestigaciones; los nuevos progresos , con los cuales se puede contar
de seguro , acabaran esta reforma , ? .
Estos progresos ciertamente no han faltado , y entre otros los es
tudios del abate Hamard , citados por nosotros tantas veces en este
capítulo , contribuirán no poco á derribar por el suelo el castillo de
naipes levantado en el aire por los secuaces de la prehistoria .

1 Chabas, Études sur l'antiquité historique, pág . 558-559 .


2 Idem, l. cit., pág. 559-560 .

1
CAPÍTULO XXXII

PROSIGUE LA MATERIA DEL CAPÍTULO PRECEDENTE . EXA


MÍNANSE LOS ARGUMENTOS ARQUEOLÓGICOS DE LOS PRE
HISTÓRICOS .

ASEMOS ahora á examinar el segundo argumento de estos


Byx aseñores , tomado de la Arqueología . Toda la fuerza que le
trib sus auto s ha e las sigui p d
uyen res e lla n ente alabras e
s
Bucher de Perthes: " Cualquiera que sea el número de siglos en que
se oculta un pueblo, hay un medio para interrogarle y conocer
cuáles han sido su talla y su inteligencia: este medio consiste en
medir su obra . „ De aquí infieren que , examinando la estructura de
los instrumentos artísticos fabricados por los antiguos y conserva
dos hasta nuestros días , podremos averiguar á qué grado de civili
zacion llegó cada uno de ellos y por qué camino fué subiendo el
género humano al grado de perfeccion que presentan los pueblos
históricos del globo . Porque es de saber que , como ya tenemos in
dicado más arriba , los defensores de la prehistoria proceden en el
supuesto de que el estado primitivo y natural del hombre es el sal
vajismo; lo cual no podía menos de ser así en la hipótesis darwi
nista , por casi todos ellos defendida, de ser el hombre una simple
bestia perfeccionada . Así , se esfuerzan en probar por toda suerte
de argumentos que los hombres fueron saliendo poco a poco , con
el proceso de los tiempos , de su rudeza é ignorancia primitivas , y
pasaron en todas partes , generalmente, por diferentes edades suce
sivamente más perfectas. La escuela danesa no pone sinó tres dis
tintas edades , que marcan otros tantos grados de civilizacion : la
edad de la piedra , en que los hombres no conocian todavía los me
tales ; la edad del bronce , en que ignoraban la manera de sacar el
hierro ; la edad , finalmente , del hierro , en que ya llegaron á inge
45
706 El Catolicismo y la ciencia

niarse para hacer uso de este metal . La escuela francesa no se con


tenta con tan poca cosa : en la primera de estas tres edades vuelve
á hacer otras nuevas divisiones para que el género humano proce
da con más lentitud en el camino de sus progresos. La edad de la
piedra la divide en primer lugar en paleolítica y neolitica , represen
tando con la primera los tiempos más antiguos , y con la segunda
los más recientes de la misma ' . La paleolítica nuevamente la sub
divide en otras cuatro , cada una de las cuales indica un modo par
ticular que los hombres tenían de arreglar los instrumentos de pie
dra , único que conocían á la sazon , y en el cual está representado
el grado de civilizacion de aquella época. Cada una de estas divisio
nes y subdivisiones contiene , en la doctrina de estos arqueólogos ,
un período de tiempo sumamente largo y distinto de todos los
otros ; de suerte que solas ellas , sin tomar en cuenta para nada la
edad del bronce ni la del hierro , representan una serie de siglos in
mensa , y mucho mayor, por consiguiente, de lo que se la han ima
ginado hasta ahora los hombres de la cronologia vulgar y comun .
M. Mortillet , que es quien guía los escuadrones en esta escuela
arbitraria , ha sido el inventor de estas subdivisiones . El abate Ha
mard nos ha dado un resúmen de toda esta doctrina, reduciéndola,
para mayor claridad, á un cuadro sinóptico , que nosotros ponemos
á continuacion :

1 Paleolítica es un nombre griego compuesto de manuós, antiguo , y ! 005, piedra ;


la palabra neolitica asimismo se deriva de véos, nuevo, y à :000 , piedra.
ARQUEOLÓGICO
CUADRO
,S
GALIAS
LAS
EGÚN
.DE
MORTILLET
DE
M.

.
Edades PERÍO
. DOS ÉPOC
. AS .
DISTINTIVOS
CARACTERES

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en órden á la antigüedad del hombre.

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707
708 El Catolicismo y la ciencia

Aquí tenemos el proceso de la civilizacion segun las ideas de


nuestros modernos sabios . No se puede negar que está bellamente
concebido : ni un solo punto le falta para su perfeccion ; sólo que
esta perfeccion es puramente ideal y fantástica, y lo que es peor,
opuesta por extremo a la realidad de los hechos . Suponen , en pri
mer lugar , estos autores sapientísimos que el hombre salió de las
manos de Dios , ó mejor dicho ( pues casi todos ellos son transfor
mistas) de las entrañas del mono, en el estado de la rudeza más
absoluta , considerando como una mera fábula lo que nos cuenta la
Sagrada Escritura sobre el estado primitivo del hombre en el Paraí
so . Pero ésta es una suposicion gratuita, y además contraria a las
antiguas tradiciones del género humano . En todas ellas hallamos
una misma idea fundamental, aunque transformada más ó ménos y
revestida de diferentes caractéres particulares por las condiciones
propias de cada pueblo , segun la cual el hombre en los dias prime
ros de su existencia , feliz a maravilla , vivia en amistad con Dios y
recibia instrucciones de él inmediatamente ; mas luégo cayó de esta
sublime altura por su propia culpa, envolviendo á sus miserables
hijos en su propia desgracia. Vea quien guste en Hettinger i los
testimonios que comprueban esta universal tradicion de los pueblos,
los cuales no hubieran podido convenir con tanta uniformidad en la
creencia de un hecho histórico como este, si el hecho no hubiera
sido verdadero . La universalidad del fenómeno revela la universali
1
dad de su causa , y una causa universal en materia de hechos histo
ricos no puede hallarse sinó en la misma realidad del hecho por
todos universalmente creido .
Así, pues , los defensores del argumento en cuestion empiezan por 1
suponer una cosa que forma la base fundamental de su sistema, y 1
que nosotros no estamos obligados á admitir , ántes debemos re
chazar á fuer de verdaderos filósofos, mientras no nos demuestren
que todo el género humano ha estado perpétuamente equivocado
en órden al estado primitivo del primer hombre. Porque no parece
muy racional que creamos más bien á cuatro incrédulos y ateos, sin
pruebas de ninguna clase , que a todo el linaje humano, con quien se
hallan en oposicion manifiesta ; y que pensemos haber sido mejor
conocidos los hechos históricos pertenecientes á los primeros tiem
pos por unos cuantos recien llegados, que por los pueblos y nacio
nes de la antigüedad más remota .

1 Hettinger, Apologia del cristianismo, tomo II , cap . vi.


en órden á la antigüedad del hombre . 709

Por consiguiente , miéntras los defensores del hombre prehistóri


co no nos demuestren la legitimidad del punto de partida que toman
para su argumento, estamos en el derecho y en el deber de recha
zarlos . Tanto más , cuanto que la misma historia nos cuenta el trán
sito de la civilizacion á la barbárie verificado en algunos pueblos .
Buen testimonio tenemos de esta verdad en las antiguas naciones ,
así de Oriente como de Egipto , las cuales en otros tiempos vieron
florecer en sus tierras las ciencias, las artes y la industria, y ahora
vegetan en la inaccion más lastimosa . Y sin acudir á tiempos tan
lejanos, la patria del famoso Aníbal rivalizó poco antes de la era
cristiana con la orgullosa Roma en civilizacion y poder , y animada
más tarde con la vivificante lumbre del Evangelio supo producir
hombres como Tertuliano, San Cipriano y San Agustin . Ahora yace
en las tinieblas de la ignorancia bajo el peso humillante de la cimi
tarra musulmana.
¿ Qué cosa más facil que este fenómeno? Sabido es que la civiliza
cion de los pueblos abandonados á sus propias fuerzas, y no socor
ridos de una manera especial por la benigna mano del Criador, tie
ne por último término la molicie; y con la molicie la corrupcion ; la
cual, como observa sabiamente Bonald, no necesita sinó andar un
solo paso más para llegar al salvajismo. Y cierto que este paso es
bien fácil de darse, una vez puestos los hombres en la pendiente de
la inmoralidad asoladora . Cuando los pueblos entran en este perío
do de civilizacion sibarítica, teniendo por norte y guía de todas sus
acciones el placer y la vida de los sentidos; entonces bien pronto se
desencadenan en los pechos de los ciudadanos las pasiones más
aviesas, y todo el mundo desea empuñar el timon del Estado para
disfrutar de los gajes y emolumentos del mando , y nadie aguanta el
pesado yugo de la autoridad , y la nacion arde sin cesar en discor
dias civiles , y al suave cultivo de las letras suceden los rudos man
dobles del sable , subiendo al trono la barbárie armada, y rigiendo
desde allí con el látigo de la fuerza al pueblo convertido en un re
baño de fieras. ¿ Qué sería de la infeliz Europa , en medio de la gran
disolucion social que hoy dia la invade por todas partes , si no estu
viera el Catolicismo de por medio sosteniéndola con su poderoso
influjo, con su doctrina de órden , union y desinterés , con su subli
me espiritualismo, con su caridad heróica , con su firmeza inquebran
table , con su abnegacion sin límites ? Hasta los mismos protestantes
juiciosos que discurren con frialdad, y ven los objetos con ojos des
apasionados , confiesan ya que en este naufragio universal de ideas
710 El Catolicismo y la ciencia
у de cosas no queda otra tabla de salvacion sinó el Catolicismo. Y
esto bien lo advierten los mismos revolucionarios y ateos, pues con
tra él exclusivamente convierten todos sus tiros, como si no hubie
ra otra cosa en el mundo que pueda hacer frente á sus anárquicos
esfuerzos.
Por lo demas , no es la corrupcion de costumbres la única causa
que pueda hacer caer á un pueblo civilizado en el estado de barba
rie ; la miseria é ignorancia que pudieron sobrevenir á algunos des
cendientes de Adan y de Noé , una vez arrojados por la emigracion
á países incultos, aislados de todo centro civilizador y poco acomo
dados para la vida , tenían bastante poder para producir este triste
fenómeno. Ahí están los habitantes de ciertas islas de la Oceanía , á
quienes ha sucedido esto mismo que acabamos de observar. El es
píritu aventurero los sacó del continente asiático donde reinaba la
civilizacion ; y luégo avanzando en el Pacífico de isla en isla , ora
llevados del deseo de ver nuevas tierras, ora arrojados por alguna

tempestad que los sorprendió en sus trabajos de pesca , ora lanzados


á la mar en pobres piraguas por sus inexorables enemigos para ser
arrastrados por la corriente ecuatorial combinada con los alisios y
los monzones , llegaron á nuevas islas desiertas , donde una vegeta
cion exuberante y una fertilidad engañosa los decidieron á fijar de
ſinitivamente su morada . Allí , al cabo de algunas generaciones, sin
otro ejercicio activo que las ocupaciones de la pesca , sin posibilidad
de caza ni de cultivo agrícola , acosados muchas veces por el hambre
cuando llegaron a escasear los víveres con la multiplicacion de su
jetos , se degradaron de una manera lastimosa , así en lo físico como
en lo moral , apoderándose la fealdad de sus cuerpos, y borrándose
de sus almas muchas veces hasta las mismas tradiciones de familia.
Toda vida es de importacion extranjera en aquellas islas formadas
de arrecifes de coral ; tanto las plantas como los animales y el hom
bre mismo , todo ha sido allí llevado de fuera ; y sin embargo, el
hombre á veces ningun recuerdo conserva de lo acontecido en otro
tiempo á sus mayores , y tienen á su isla por la única parte habitada
de la tierra .
“ La isla lo ha recibido todo de fuera, escribe de estos isleños
M. de Lapparent, refutando la idea - madre de nuestros prehistóricos,
ó sea la evolucion transformista; sus vegetales son especies de un
órden superior , que proceden , sin la menor duda , de granos impor
tados por la mar ó por los vientos ; las aves que vienen a pararse
en sus bosques , han atravesado el Océano á fuerza de alas; entre
en órden á la antigüedad del hombre. 711

ellas y el salvaje que habita estas islas no hay un solo escalon , un


solo tipo intermedio ; delante de esta ausencia total de cuadrúpedos,
áun de los antropoideos , de quienes se pueda querer derivar al
hombre de estos arrecifes, los evolucionistas más furiosos no se
negarán de seguro á confesar que aquí no ha podido haber sinó un
caso de transmigracion , Ahora bien , este hombre tenía una patria,
tradiciones, utensilios . De todo esto ningun vestigio le ha quedado .
Empujado por el espíritu de aventura á un mundo desconocido,
seducido al principio por la facilidad de alimentos y por el abrigo
que le ofrecía una tierra virgen todavía de todo contacto humano,
ha visto despues poco a poco estrecharse su vida , y hacérsele cada
vez más difícil; de generacion en generacion , el insular ha perdido
hasta la nocion de todas las cosas que no se encuentran ya repre
sentadas á su alrededor ; su existencia , desprovista por completo de
todo lo imprevisto , así como de toda poesía , no tiene otras nece
sidades que satisfacer sinó las materiales ; y cuando llega el instante
en que el aumento de poblacion le deja entrever el peligro del ham
bre, el sentimiento de la concurrencia vital , esa poderosa palanca
del transformismo, įle hará acaso realizar alguna maravilla ? No ; él
buscará en el infanticidio el remedio al mal que le amenaza .
“ ;Hé aquí , sin embargo, á donde ha venido á parar este hombre por
no haber guardado comunicacion alguna con el foco vivificador de
donde había sido atropelladamente separado ! En lugar de perfeccio
narse se ha degradado , y para sacarle de este envilecimiento será pre
ciso que se establezcan nuevos lazos entre él y aquellos que, con me
jor acuerdo , no han roto jamásla cadena que les unía á lo pasado „ ' .
Con razon afirma, en vista de esto , á renglon seguido el sabio
profesor de Geología de la Universidad católica de Paris , que exis
te una cierta analogia entre el estado de los que habitan esos arre
cifes, y el de esas tribus que no nos han dejado otro recuerdo sinó
los pedernales tallados y los huesos que aparecen en los aluviones
y en las cavernas. “ Comparemos , dice , primeramente sus situa
ciones respectivas: los primeros ocupan las extremidades del mun
do habitable en el Pacífico , porque los atolls 2 forman , delante

1 Lapparent , L'état de nature et les îles coralliennes ; artículo publicado en la


Revue des questions scientifiques en Julio de 1877 , pág . 124-125 .
2 Atoll es una isla de forma anular, constituida por una faja estrecha de terreno ,
la cual separa del Océano , ya en todo , ya en parte , á una laguna interior, que
más tarde , levantándose el arrecife circunstante sobre el nivel del mar , viene á con
vertirse en una superficie seca vestida de verdura.
712 El Catolicismo y la ciencia

de las islas propiamente dichas, una cadena avanzada , más allá de


la cual solamente existen las profundidades casi insondables del
Océano , pudiéndose por tanto decir de ellos que son los lugares
marítimos más remotos donde puede el hombre establecerse , pues
to que acaban de salir en cierto modo del fondo de la mar .
De la misma manera , dónde suelen por lo regular encontrarse
los vestigios de la edad de piedra ? No ciertamente en los lugares
donde la tradicion de los pueblos conviene en establecer la cuna
del linaje humano y el teatro de los primeros albores de la civiliza
cion , sinó en Europa, y sobre todo en las partes occidentales y
septentrionales de esta region, que es donde más abundan estos
vestigios . Cuanto más pobre es un país en documentos históricos
antiguos , más rico se muestra en restos de las diversas edades de
la piedra . El interesante trabajo recientemente publicado por M. Ar
celin en la Revista evidencia el hecho de que la época paleolítica,
ó sea de la piedra simplemente tallada , ha dejado impresas sus
huellas en Francia , España , Italia , Suiza , Alemania, Bélgica é In
glaterra ; mas sobre el Asia Menor, y áun sobre la Grecia , no hay
cuestion alguna . Asi , bien se puede afirmar que las regiones donde
ha existido la edad de la piedra tallada , formaban , alrededor de los
países en que se desarrolló pronto la civilizacion , una zona exterior,
una cierta especie de aureola , si es permitido aplicar á un cuadro
tan triste un nombre de esta clase . Esta aureola retrocedia hacia el
Norte a medida que iba ganando terreno la civilizacion y se hacian
habitables las regiones septentrionales, apenas abandonadas por los
hielos . Así , la Escandinavia, donde la época paleolítica no ha deja
do vestigios , nos ofrece señales bien claras de que la edad de la
piedra pulimentada ó neolítica , y la edad del bronce reinaban alli
todavía , con exclusion de las otras , en los primeros siglos de nues
tra era .

Esto supuesto , ¿ qué cosa puede haber más natural que ver en
los pueblos de la edad de la piedra , no unas tribus autóctonas que se
levantan á duras penas y por grados del estado salvaje al de
civilizacion , sinó á los descendientes de los aventureros , a quienes
el deseo de independencia , el gusto por la caza y la aſicion a lo
desconocido han arrojado , como al pueblo de los atolls , fuera de
los límites del mundo habitado ? En los vastos bosques frecuentados
por bestias salvajes que detenían hasta nueva órden el vuelo de la
cultura , estos atrevidos aventureros , precursores de los cazadores
americanos , han perdido poco a poco los usos de una civilizacion
en órden á la antigüedad del hombre . 713

cuyo yugo les pesaba . Viviendo incomunicados con el centro de su


propio origen , han debido improvisarse bien pronto una vida nue
va , sin otras comodidades materiales que las suministradas por el
medio ambiente donde se encontraban ; el doble cuidado de buscar
su alimento en la caza y pesca y de defender su vida de las bestias
fieras, por las cuales se veían constantemente amenazados , es el
que les ha hecho entrar en lo que llaman “ estado de naturaleza .,
Este es el modo con que la lucha por la existencia ( struggle for
.
life ) se impone al hombre que ha renunciado al beneficio de la
grande sociedad humana , siendo para él una causa de degrada
cion , que no será disipada sinó con el influjo de una intervencion
extranjera ,, !.
Estas reflexiones de M. de Lapparent tienen tanta mayor fuerza,
cuanto que , como él mismo observa en las últimas palabras que
acabamos de citar, los pueblos , una vez caidos en la barbárie , no
salen nunca de ella sinó cuando por una intervencion extranjera se
hace prender en sus ánimos la llama vivificante de la civilizacion .
Y muchas veces , y aun casi siempre , qué trabajos no hay que
sufrir para sacarles de este miserable estado ? Porque ellos están
contentos con su pobreza , y miran con desden el brillo de una ma
nera de vivir que , si les trae grandes ventajas , tambien les es fuen
te de dolorosas privaciones ; y si les ofrece el grande aparato y
lujo de la riqueza , tambien les presenta los negros vicios é injus
ticias enormes de los hombres civilizados . Por eso los mejores, y
áun más , los únicos civilizadores de esta clase de gentes son los
misioneros ; los cuales les hablan en nombre de Dios al anunciar
les su propia religion , y de esta suerte logran sacarlos ante todo
de la barbárie religiosa y moral en que yacen , y al mismo tiempo
enseñarles las artes conducentes á los buenos usos de la vida . Asi
ha civilizado la Iglesia católica a todos los pueblos de América y
á los del Norte de Europa , y así sigue civilizando todavía en Afri
ca , Asia , Oceanía , y en todas cuantas regiones se encuentran estos
desgraciados .
Es cosa tan manifiesta que el género humano no ha comenzado
su existencia por el estado de salvaje , malamente llamado de natu
raleza entre los secuaces de la prehistoria , que hasta los mismos
racionalistas han visto levantarse en su propio campo filósofos que
proclamen resueltamente esta verdad clarísima . Oigamos á Benja

I Lapparent, loc. cit. , págs . 125-127 .


714 El Catolicismo y la ciencia
min Constant explicarse sobre esta materia : " En la cuestion de si
el género humano, escribe , ha comenzado ó no por el estado sal
vaje , los filósofos del siglo Xvir con grande ligereza se han decidido
por la afirmativa. Todos sus sistemas religiosos y políticos parten
de la hipótesis de una raza reducida primitivamente á la condicion
de los brutos, errante por los bosques y peleándose con ellos por
el fruto de las encinas y de la carne de los animales . Mas si este ha
sido el estado natural del hombre , ¿ por qué medio ha logrado salir
de él por fin
„ Los razonamientos que se le atribuyen para hacerle adoptar
el estado social , e no contienen una manifiesta peticion de principio ?
¿ No se mueven en un círculo vicioso ? Estos razonamientos suponen
ya existente el estado social : es imposible conocer los beneficios
de este estado sin haber primero gozado de sus ventajas. La socie
dad en este sistema seria el resultado del desarrollo de la inteligen
cia , mientras que este mismo desarrollo no es a su vez sinó el re
sultado de la sociedad .

Invocar el acaso es tomar por causa una palabra vacía de sen


tido ; el azar no triunfa de la naturaleza : el azar no há en manera
alguna civilizado las especies inferiores, que , en la hipótesis de
nuestros filósofos, habrian debido de hallar sus felices casualidades.
„ La civilizacion por los extranjeros deja el problema intacto .
Usted me muestra unos maestros que están instruyendo á sus dis
cípulos , pero nada me dice de los que han instruido á esos maestros :
esto es dejar una cadena suspendida en el aire . Aún hay más: los sal
vajes rechazan la civilizacion cuando se les hace ofrecimientode ella .
Cuanto más próximo está el hombre al salvajismo, más esta
cionario se encuentra . Las hordas errantes que hemos hallado es
parcidas en las extremidades del mundo conocido no han dado ni
un solo paso en el camino de la civilizacion . Los habitantes de las
costas que visitó Nearco son ahora todavía lo que eran hace dos
mil años : entonces , como ahora , las hordas sacaban de la mar una
subsistencia incierta : ahora como entonces sus riquezas se compo
nen de huesos acuáticos arrojados a la ribera por las olas . La nece
sidad no les ha abierto los ojos ; la miseria no los ha iluminado , y
los viajeros modernos los han hallado tales como los observaba
hace veinte siglos el almirante de Alejandro .
Lo mismo sucede á los salvajes descritos en la antigüedad por
Agatárgidas, y en nuestros dias por el caballero Bruce . Rodeadas
de naciones civilizadas , vecinas á ese reino de Meroe , tan conocido
en orden á la antigüedad del hombre. 715

por su sacerdocio , igual asi en poder como en ciencia al sacerdocio


egipcio , estas hordas han quedado en su embrutecimiento . Unas
fijan su morada debajo de los árboles , contentándose con doblegar
sus ramas y fijarlas en tierra ; otras arman emboscadas á los rino
cerontes y á los elefantes, cuyas carnes ponen á secar al sol ; otras
persiguen el pesado vuelo de los avestruces ; otras, finalmente , re
cogen enjambres de langostas arrojadas por los vientos á los de
siertos , ó los restos de cocodrilos y de caballos marinos que la
muerte les abandona. Y las enfermedades que describe Diodoro ,
como producidas por estos alimentos impuros , afligen todavía á los
descendientes de estas razas desgraciadas , sobre cuya cabeza han
pasado los siglos sin traer para ellas ni mejoras, ni progreso , ni des
cubrimientos . '.
El hombre abandonado á sí mismo puede , absolutamente hablan
do , salir del estado salvaje con sus propias fuerzas; porque no está
tan oscurecida su inteligencia que no pueda , si quiere , aplicarse á
mejorar su suerte , trabajando un poco y entregándose á las fatigas
corporales que suele llevar consigo la civilizacion . Pero , por lo que
toca al hecho , bien seguros podemos estar de que no saldrá nunca
de él si no es por intervencion extranjera; porque las gentes de
esta clase se están muy contentas con su pobreza , y prefieren la
holgazanería propia de su vida salvaje al duro trabajo de los que
tienen con la civilizacion muchas más necesidades que cubrir . ¡ No
vemos esto en nuestro mismo reino , en esa raza extraña que anda
siempre errante por nuestros campos y aldeas sin tener domicilio
propiamente dicho , desnuda de todo y contenta con su miseria
porque a ella va unida la vida holgazana y vagabunda , que es su
ocupacion favorita ? Si en este estado hubieran sido creados nuestros
primeros padres , en él hubieran vivido perpétuamente sus hijos sin
resolverse nunca á poner en prensa su ingenio para salir de laceria;
porque esta laceria , juntamente con las otras cosas que suele llevar
consigo en los salvajes, les hubiera sido mucho más estimada que
el trabajo de nuestros jornaleros, necesario para el progreso de las
artes y de las letras y de toda la civilizacion entera .
Por eso Dios Nuestro Señor , sapientísimo en todas sus obras,
crió á nuestros primeros padres en un estado perfecto , tanto en lo
moral como en lo físico , segun observa Santo Tomás ? , de suerte
I Benjamin Constant , De la Religion , liv . 1 , chap. viis ; citado por Pozzy en La
terre et le récit biblique, cap . xii , pár. 1 , pág . 402-403 .
2 S. Thom . , 1 p . , q . 94 , art. III .
716 cismo
El Catoli y la ciencia

que no sólo pudiesen engendrar á otros , sinó tambien instruirlos y


gobernarlos, enseñándoles todas aquellas cosas que son necesarias
para la conservacion y progreso de una bien ordenada república.
No quiere decir esto , sin embargo , que Adan recibiera la ciencia
de nuestros matemáticos, ni de nuestros mecánicos , ni de nuestros
filósofos, ni de nuestros teólogos . Ni aun significa siquiera que
nuestro primer padre supiera por ciencia infusa la manera de bene
ficiar los metales , ó de cultivar las tierras, ó de domesticar los ani
males ; que todo esto bien lo podian él y sus hijos inventar , una vez
dotados por Dios del conocimiento y ciencia suficientes para ello .
Lo que significa solamente , es que todas estas cosas las recibió
de Dios de una manera implícita ó virtual , siendo criado con sufi .
ciente instruccion para que por sí mismos pudiesen hacer él y sus
hijos los inventos que llevan a cabo los ciudadanos de un pueblo
puesto ya en las vías del progreso y de la civilizacion . En las cosas
religiosas y morales lo instruyó sí largamente , dándole de ellas
una ciencia infusa muy completa; mas en las otras bastaba que lo
instruyese al modo dicho , haciéndolo como uno de nuestros cam
pesinos bien impuestos en las cosas de la Religion , y armado de
suficientes conocimientos para hacer progresos en las ciencias y en
las artes , principalmente políticas y morales ! .
Por esta causa , ninguna dificultad hay en pensar que los primeros
hombres , por algun breve espacio de tiempo , se sirviesen única
mente de instrumentos de piedra , de hueso y de madera , sin re
currir a los metales, y que ignorasen tambien algunas cosas de in
dustria fáciles y caseras . La misma Sagrada Escritura nos da fun
damento para pensar de este modo ; pues nos dice en el cap . Iu del
Génesis, vers . 21 , que Dios Nuestro Señor , antes de echar á Adan
y á Eva del Paraíso , fecit eis tunicas pelliceas et induit eos , " les
hizo unas túnicas de pieles y los vistió . Si tan adelantado hubiera
estado Adan en la industria como los europeos de hoy dia , á que
ſin habia Dios de hacerles por sí mismo , ó por medio de sus ánge

1 Esta es tambien la idea del P. Brucker, S.J.: el cial, en los Études de No


viembre de 1878 , escribe lo siguiente : Les savants se trompent fort de croire qu'une
humanité ignorante de ce que sait aujourd'hui un simple bachelier ès sciences soit
pour cela nécessairement barbare ou sauvage... Un degré élevé de vie religieuse p'a
nécessairement pour corrélative un haut degré de culture scientifique , artistique ou
industrielle. Il se peut donc fort bien que la première société humaine n'ait pas été
plus avancée au point de vie de notre civilisation moderne qu'une famille de boas
paysans de Bretagne ou de la vieille Suisse ..,
en órden á la antigüedad del hombre. 717

les , los sobredichos vestidos de pieles ? Más adelante , en el cap . iv ,


versículos 20 , 21 y 22 , se refiere que entre los nietos de Cain , dos ,
llamados Jabel y Jubal , fueron respectivamente padres , el uno de
los que habitan en tiendas, y el otro de los que cantan con citara y
órgano, y que otro tercero , de nombre Tubalcain , el Vulcano , á lo
que parece , de los gentiles , fué forjador y artifice de toda clase de
obras de cobre y de hierro . Esto parece significar que á ellos se
deben los inventos de las tales industrias , ó que al ménos ellos
fueron los que les dieron el verdadero impulso .
Ademas , las mismas profesiones de los hijos de Adan tienden á
probar lo mismo que vamos diciendo , porque de ellos no se lee que
fuesen grandes matemáticos, ni grandes filósofos, ni grandes mecá
nicos, sinó que el uno, Abel, se dedicó al pastoreo de los ganados ,
y el otro, "Cain , al cultivo del campo . Fuit autem Abel pastor ovium
et Cain agricola , dice la Escritura ' : ¿ Y para que queria Adan tal
género de conocimientos, especulativos por la mayor parte , como
son las Matemáticas , la Filosofia , la Astronomía y muchas cuestio
nes de Teologia ? Sin cosa alguna de estas podia ordenarse á si
mismo y á sus hijos perfectísimamente a la consecucion de la bien
aventuranza eterna , y enseñar á los primeros hombres las cosas
más esenciales á la civilizacion naciente de un pueblo nuevo y pues
to en felices vias de progreso . Por consiguiente, lo natural era que
nada de esto le infundiese Dios sobrenaturalmente , sinó que dejase
á la naturaleza humana desenvolverse y adquirir por sí misma esas
perfecciones accidentales .
Cain fué el primero en edificar una ciudad ; pero probablemente
esta ciudad no contendria grandes prodigios de arquitectura , sinó
que, por el contrario , estaria reducida á una simple agrupacion de
pobres casuchas.
Lo que acabamos de escribir es más que suficiente para probar
á los secuaces de la prehistoria que es completamente falso el su
puesto sobre el cual edifican ellos su teoría particular del salvajismo
imaginario de los primeros hombres. Veamos ahora qué hay de
verdad en lo que afirman acerca de las edades de la piedra , del
bronce , del hierro , etc.
Por algun breve espacio de tiempo es fácil, como dejamos ob
servado, que los primeros hombres viviesen sin hacer uso de metal
alguno , y esto mismo se podria conceder con respecto al uso del

1 Génes. , cap. IV , vers. 2.


718 El Catolicismo y la ciencia
bronce , con exclusion del hierro ; si bien no existe ningun argumen
to con que se pueda demostrar que el uso de todas estas cosas no
haya existido desde un principio . En este sentido no hay nin
gun inconveniente en suponer las tres edades dichas, con tal que
sean de corta duracion , en los principios del género humano . Tam
poco se ve ninguna repugnancia en que los pueblos degradados,
así ántes como despues del diluvio, por haberse aislado de su cen
tro civilizador, cayendo miserablemente en el salvajismo hayan vi
vido largos años valiéndose solamente de las piedras , huesos, palos ,
etcétera, para su defensa y para los necesarios usos de la vida . Esto
es lo que afirma M. Arcelin de una parte de Europa , y de algunos
otros países salvajes colocados fuera del movimiento de la civiliza
'cion del Viejo Mundo ".
Mas todos estos pueblos coexistian con los civilizados , y asi no
podian formar una edad absoluta de la piedra , sinó relativa á otra
que han podido tener ellos mismos . En este sentido, la época de
la piedra es de todos los tiempos ; pues tanto los libros sagrados
como los profanos nos hablan del uso de instrumentos de piedra
y los historiadores griegos y romanos hacen mencion de pueblos
salvajes que en su tiempo se servian de instrumentos de esta espe
cie . Los salvajes de la Oceania han sido hallados por nuestros na
vegantes en plena edad de piedra; si bien no les eran desconocidos
los metales, ni ignoraban el modo de fabricar instrumentos de
hierro . Aun ahora , segun me escribe de Méjico un misionero espa
ñol de mi misma Religion , hay muchas familias y quizás pueblos
enteros en cuyas casas no se encuentra un instrumento de hierro ni
de bronce . Por consiguiente, todas estas cosas nada tienen que ver
con las supuestas edades de los prehistóricos, los cuales sostienen que
todos los pueblos generalmente han pasado, en sus orígenes , por el
lento proceso de las tres edades dichas, de la piedra , del bronce y
del hierro , empleando en cada una muchos miles de años ; de suerte
que antes que naciese en el mundo la civilizacion , el género huma
no vivió , segun ellos , una multitud innumerable de siglos envuelto
en las tinieblas del salvajismo, y luego fué saliendo poco a poco de
1
ellas con sus propias fuerzas. ¿ Dónde tienen los partidarios de la
prehistoria argumentos sólidos que hagan ni siquiera probable esta
afirmacion ? Los pueblos más antiguos de la tierra son el egipcio y

2 Adrien Arcelin , La classification préhistórique, párrafo 2 ; articulo publicado eu


la Revue des questions scientifiques, Abril de 1877, pág . 411 .
en órden á la antigüedad del hombre . 719

los asiáticos ; de ellos se han propagado los hombres á las demas


partes del mundo , como consta por los documentos históricos y por
las mismas tradiciones de las gentes . Pues bien ; esos pueblos , desde
los tiempos más remotos , aparecen haciendo uso juntamente de
los metales y de los instrumentos de piedra . Esta verdad la ha
demostrado hasta la última evidencia el ilustre egiptólogo M. Cha
bas, en su excelente obra intitulada : Études sur l'antiquité histori
que d'après les sources égyptiennes et les monuments réputés préhisto
riques. En ella hace ver cómo el uso de los metales , incluso el mis
mo hierro, es en Egipto de todos los tiempos , sin que se pueda
hallar allí una pretendida edad de piedra , y cómo este uso no im
pedia que al mismo tiempo fuesen empleados por los pobres de
a quella nacion los instrumentos de piedra tallada . Lo mismo se debe
decir de los pueblos asiáticos, los cuales , como dice M. Adriano
Arcelin " , aparecen de repente en plena historia proveidos de un des
envolvimiento completo. El abate Hamard ha demostrado esto lar
gamente en sus interesantes artículos publicados en la Controverse,
en los últimos meses del año próximo pasado 1881 .
** Cuando se reflexiona, escribe el precitado M. Chabas , que des
de el principio del antiguo Imperio los egipcios han grabado el
basalto, la syenita y las piedras duras , no superficialmente, sinó en
algunos casos á una grande profundidad y con una delicadeza que
recuerda los procedimientos de la glyptica , se pregunta uno natu
ralmente con qué instrumentos pudieron llevar a cabo estas obras
prodigiosas . Como observa M. Mariette , este trabajo tan ingrato
parece haber sido muy fácil para ellos , puesto que han multiplicado
sus productos, por decirlo así , hasta lo infinito . Un ensayo practi .
cado en el Museo de Saint- Germain con instrumentos de bronce
antiguo , ha demostrado que este metal se aplasta y achata sobre el
granito sin hacer mella en la roca . Con hachas de pedernal se ha
grabado en hueco una hacha sin mango y otra con él ; pero eviden
tísimamente ni el pedernal ni el bronce más duro de fábrica egipcia
pueden haber sido bastantes á tallar estátuas á veces colosales, in
mensas arcas de sarcofagos, obeliscos de 40 metros cubiertos de
signos jeroglíficos, los cuales tienen á veces nada menos que quince
centímetros de profundidad. Obras de esta naturaleza podrian aco
bardar á los escultores de nuestros dias armados de los mejores

I Adrien Arcelin , La classification préhistorique ; articulo publicado en la Revue


des questions scientifiques, Abril de 1877 , pág . 400 .
720 El Catolicismo y la ciencia
instrumentos que existen . Es muy dudoso , en efecto , que con todos
los recursos de la mecánica moderna se logre hoy dia sacar de la
cantera , tallar, bruñir, esculpir, dorar y poner en su sitio dos obelis
cos como los de Karnak en el espacio de 19 meses, como lo hicie
ron los obreros de la reina Hashepsu hace más de quince siglos án
tes de nuestra era ,, " .
Con este y otros poderosos argumentos prueba el autorizado es
critor que los egipcios conocieron y usaron el hierro desde el alba
de su civilizacion ; y no es maravilla , porque el modo de beneficiar
el hierro y otra clase de metales ya fué conocido por los hombres
antes del diluvio , y este conocimiento se transmitió á los postdilu
vianos por medio de la familia de Noé , muy rica y poderosa . Sin
embargo , en el capítulo v de la misma obra , el cual lleva por epi
grafe : Usage et utils de pierre ches les égyptiens, hace ver el refe
rido autor cómo los instrumentos de piedra de todas clases fueron
siempre, desde el principio de su civilizacion hasta el fin , asi en
tiempo de los lágidas como en el de los romanos, de uso muy fre
cuente . “ El Egipto , nos dice en la página 337 , no ha hecho uso
solamente del pedernal bajo la forma de los instrumentos perfeccio
nados que acabamos de describir , sinó que nos presenta ademas
esparcidos en los lugares próximos á las ciudades , á las rocas donde
hizo sus excavaciones, a las necrópolis, y algunas veces al rededor
de los mismos cofres funerarios y aun en el interior de ellos , todos
los géneros de pedernales tallados, trabajados ó sin trabajar, que se
encuentran en Francia y en otras partes en las estaciones llamadas
de la edad de la piedra ; hachas, cuchillos , punzones , martillos , ras
padores , flechas , etc. Estos instrumentos, como lo ha averiguado
M. Mariette , son todavía más abundantes en la época de los lagi
das y de los romanos , al ménos en lo que concierne á los sepulcros ,
que en las épocas antiguas; sólo que el trabajo del pedernal es cada
vez más descuidado. Los instrumentos más perfectos son los mas
antiguos, mientras que los exploradores de las estaciones de la edad
de la piedra consideran generalmente la tosquedad del trabajo
como una señal de antigüedad .,,
Esta inversion en el orden de las industrias no es cosa propia
solamente de Egipto ; M. Schliemann ha hallado un fenómeno igual
en el solar de la antigua Troya , llenando de admiracion á los parti
darios de la prehistoria , lo cuales pretendieron por lo mismo falsifi

1 Chabas, l. cit ., chap. 11, pág . 48-49 . Paris, 1873 .


en órden á la antigüedad del hombre . 721

car los hechos para no ver tan contrariado con ellos su bello ideal .
M. de Schliemann protestó contra esta villanía escribiendo a los
redactores de los Materiales para servir á la historia natural y
primitiva del hombre una carta que ellos publicaron , haciéndole
preceder la observacion siguiente : “ Es cosa generalmente admitida
hoy dia que la mayor parte de los pueblos han pasado , en el perio
do de la infancia , por las mismas vicisitudes industriales. Los restos
de la civilizacion rudimentaria de la edad de la piedra están siempre
en la base de otras ruinas. ¿ Habrá hallado M. Schliemann una ex
cepcion a la ley general en las ruinas que él atribuye a la Troya de
Homero . Segun dice , en sus excavaciones ha visto que “ las señales
de la civilizacion aumentan con la profundidad; , es decir , lo inverso
de lo que se observa en las otras estaciones de la antigüedad, ó,
por mejor decir , de lo que debería observarse segun la prehistoria , !.
En esta carta decía M. Schliemann , entre otras cosas, lo siguien
te : “ Vuestra opinion sobre la edad de la piedra está refutada por
los hechos que yo he presentado a vuestra vista. Las capas de es
combros de la edad de la piedra deberian por necesidad hallarse en
lo más profundo , sobre la tierra virgen , y debajo de todas las otras
capas de las ruinas . Pero nada de esto sucede , como he tenido la
honra de explicaroslo más de una vez . Las señales de la civilizacion
aumentan en el solar de Troya con la profundidad, y justamente
las más hermosas vasijas están entre diez y quince metros debajo
de la superficie del suelo . Las vasijas tienen siempre allí dos tubos
á cada lado , y en la misma direccion una abertura en la boca, para
ser suspendidas por una cuerda ; todas las tazas tienen largos tubos
horizontales de suspension . Esta vajilla , tanto por su calidad como
por sus adornos , supera con mucho á todo cuanto se encuentra en
las capas donde existen los restos de las naciones siguientes . Entre
estos adornos , grabados y llenos de arcilla blanca para que hieran
la vista , se encuentra representado el swastika ? y la cabeza de
mochuelo , lo cual es prueba de que esta primera nacion era de la

Materiaux pour servir à l'histoire naturelle et primitive de l'homme, 1874 , P. 36.


2 El swastika es el lauburu de las Provincias Vascongadas, ó sea una especie de cruz
de San Andrés , la cual se ve pintada en los navios donde fué Râma á la conquista de
las Indias y de Ceilan , en los templos indios , sobre las urnas y piedras sepulcrales
célticas , y hasta en las Catacumbas y en la Cátedra de San Ambrosio de Milan . ¿ Qué
significaba esta cruz ? Parece ser signo de alguna cosa religiosa ; otros , sin embargo ,
como Cartaillac ( Materiaux , lomo ix, pág . 369 ) , no veo en ella sinó una cierta es
pecie de romana para pesar los objetos,
46
722 El Catolicismo y la ciencia

raza arya . Alli he hallado cincuenta botones, un cuchillo de bronce


ó de cobre dorado , una lindísima horquilla de plata , cien hermosas
tijeras , hachas y otros instrumentos de piedra . Yo os juro que los
escombros de esta capa enorme, de cuatro á seis metros de espesor ,
no se hallan en lo más minimo mezclados con los de los verdaderos
troyanos , entre diez y siete metros debajo de la tierra ; porque no
he hallado jamás en estas capas el menor vestigio de la hermosa
cerámica de los primeros habitantes; ni entre éstos tampoco la
menor reliquia de vajilla troyana . Entre los troyanos he hallado la
ménos veinte veces más instrumentos de piedra , y sobre todo de
diorita , que en la primera nacion ; y quizá tambien otras veinte ve
ces lo ménos más de vajilla , pero de una clase enteramente diversa .
Entre siete y cuatro metros se ve un pueblo del todo diferente . Yo
creia haber descubierto en esta nacion la edad de piedra , porque se
· me presentaban alli á miles los instrumentos de esta materia , solo
las tijeras están excelentemente trabajadas; los demás instrumentos
son todos muy toscos . Sin embargo , entre ellos los hay de cobre,
aunque raros . Ademas , toda la vajilla muestra una inferioridad muy
grande respecto de la troyana , ' .
La explicacion natural de estos fenómenos es que la civilizacion
y la barbárie han coexistido en otros tiempos , lo mismo que en los
nuestros , y que en épocas anteriores á nuestra era hubo irrupciones
de bárbaros, como las ha habido en la nuestra. Estos hechos , por
consiguiente, no destruyen la hipótesis fundamental, pero si la de
bilitan grandemente , haciendo ver que en ningun tiempo de los pa

1 Schliemann , en los Materiaux arriba citados. El abate Hamard ha publicado


en La Controverse ( 1.º de Octubre de 1881 ) un importante artículo sobre estos descu
brimientos de M. Schliemann, donde , entre otras cosas, dice lo siguiente : " Estas afir
maciones reiteradas de M. Schliemann no han podido triunfar de las ideas precoc
cebidas. Sin embargo , no por eso queda mépos demostrado para todos cuantos mirea
este a unto sin pasion : 1. ° Que los habitantes primitivos de la Tróada conocieroo
desde su origen una civilizacion avanzada. 2. ° Que durante varios siglos utilizaron
simultáneamente el bronce y la piedra , sin que ninguna de estas dos sustancias fuese
entre ellos de un uso exclusivo. 3.° Que si la piedra predominó un momento, esto ao
sucedió al principio, como lo quisiera la teoria , sinó despues de una civilizacion bri
llante , y cuando más unos ocho 6 diez siglos antes de nuestra era . 4. ° Que la indus
tria local tuvo una decadencia continua hasta la época griega. 5.0 Finalmente , que
el uso de la piedra no es en manera alguna incompatible con un estado social Hore
ciente , puesto que en la parte mayor de nuestras capas prehistóricas hemos averigua
do la presencia de objetos de esta naturaleza asociados á los productos de una indus
tria más avanzada, ,
en órden á la antigüedad del hombre., 723

sados aparece la barbárie sola y abandonada á sí misma para sacar


de sus entrañas á la civilizacion , su hija.
Los secuaces de la prehistoria , sin embargo , pretenden ver en
las estaciones prehistóricas de Francia y de algunas otras partes de
Europa esta anterioridad absoluta de la barbárie . “ Porque, dicen ,
la vida histórica y civilizada de Egipto y de los pueblos asiáticos,
no es nada en comparacion de la alta antigüedad que requiere el
salvajismo de ciertos pueblos europeos . „ Esto es lo que dicen ; mas
están muy lejos de poder probar su aserto . Toda esa parte de Eu
ropa á que apelan estuvo sumida en el salvajismo hasta la era
cristiana ; y aun más tarde, durante los primeros siglos de la Iglesia ,
los bárbaros la recorrian continuamente , acechando el momento
oportuno para arrojarse sobre el Imperio romano . Hasta unos dos
siglos antes de Jesucristo , ni palabra sabian los griegos ni los ro
manos de lo que pasaba en el interior de todas esas tierras , segun
nos cuenta Polybio , y así poco es lo que nos pudieron referir acer
ca de sus costumbres bárbaras y salvajes. Mas por lo que nos han
dejado escrito , ya de ellos , ya de otros salvajes contemporáneos ,
bien podemos asegurar que el uso de la piedra se prolongó entre
ellos , a pesar de tener conocimiento de los metales , hasta la era
cristiana , y áun quizá mucho más adelante ; razon por la cual es
bien claro que la sola presencia y uso de los instrumentos de piedra
en los referidos pueblos nada prueban en favor de su pretendida
antigüedad prehistórica.
Diodoro cuenta de los trogloditas ictiófagos de la Persia meridio
nal que mataban los peces con cuernos agudos , y los partían con
piedras cortantes ! . Segun el mismo autor ?, los escitas fabricaban
con costillas de buey raspadores para arrancar la piel de las cabe
zas de sus enemigos vencidos , y convertian en copas los cráneos
aserrados. Este uso de emplear los cráneos en lugar de copas era
tambien comun á los tracios , segun refiere Amiano Marcelino 3. Sin
embargo , los escitas conocian todos los metales . Segun el mismo
Diodoro , cierta clase de etiopes mataban las bestias feroces con
palos endurecidos al fuego, con piedras y con flechas ( 111 , 24 ) ; otros ,
llamados strusófagos, ó comedores de avestruces , atacaban á sus
enemigos con cuernos de antilope muy afilados ( 111 , 27 ) ; otros , de

1 Diodoro , Bibl. hist., lib. II , cap . 15 .


2 Idem , ibid ., lib. iv , 64-65 .
3 Libro XXVII , 4 .
724 El Catolicismo y la ciencia

nombre trogloditas, ó habitantes de las cavernas , al Oeste del mar


Rojo , comenzaban el combate arrojándose piedras, y luégo venian
á las flechas ( 111 , 33 ) ; y, finalmente , otros que habitaban en la re
gion del elefante , se servian de los colmillos de este animal para
abrir sus cisternas ( 111 , 28 ) .
Herodoto dice que los árabes , para solemnizar sus contratos , se
herian las palmas de las manos con piedras afiladas ; que los egip
cios , para embalsamar los cadáveres , les hacian en el costado una
abertura con una piedra de Etiopía ; finalmente , que los etiopes , en
el ejército de Jerjes, con sus largos arcos de palmera arrojaban
piedras afiladas, y en sus venablos ponian cuernos de corzo punti
agudos !. El mismo Herodoto escribe que los libios mandados por
Massagés , hijo de Oario , tambien en el ejército de Jerjes, no lleva
ban sinó venablos endurecidos en el fuego; siendo así que los mis
mos libios , algunos siglos ántes , tenían armas de metal muy temi
bles , y carros de guerra ? .
Los germanos , en tiempo de Tácito , no vivian sinó en familias
aisladas , y construian sus casas con sola madera en bruto 3. Segun
el mismo Tácito , los éstios conocian el hierro , pero no se servian
de él sinó raras veces , siendo sus armas habituales unos palos , y
los fenos no llevaban otra arma que el arco flechado con puntas de
hueso 5. Los bárbaros del Norte , segun Plinio , iban armados con
picas , que llevaban en la punta un cuerno de uro .
Los bretones , segun Julio César 7 , llamaban oppidum á un lugar
de mucha espesura , fortificado con un parapeto y un foso . El mismo
autor refiere de los galos que delante de Alesia hacian uso de las
piedras y de las hondas 8 .
Pausanias cuenta que los sármatas situados al este del Don no
tenian hierro ni comercio alguno , sirviéndose únicamente para sus
guerras de huesos en forma de lanza 9. Amiano Marcelino refiere la
misma cosa de los hunos , diciendo que usaban agudos dardos de

1 Herodoto , Hist ., III , 8 ; 11 , 86 ; VII , 69 .


2 Idem , ibid ., cap . vo , lib. lxxi .
3 Germania , párr, 16.1
4 Tácito , Germania , párr . 45 .
5 Idem , ibid ., párr. 46 .
6 Plinio , Hist., lib . xi , cap. XXXVII ,
7 César , De bello gallico , lib . v .
8 Idem , ibid . , cap. viii , lib. LXXXI .
9 Pausanias, lib . 1 , 2 .
en órden á la antigüedad del hombre . 725

hueso , maravillosamente entrelazados ( acutis ossibus pro spiculorum


acumine arte mira coagmentatis ) '. M. de Ampère , en su Histoire
litteraire de la France avant le dousième siècle , cita un fragmento
épico del siglo v , donde dos héroes aparecen combatiéndose con
dos hachas de piedra . San Ouen , en el siglo vii , habla tambien de
hachas de piedra en la Vida de San Eloy. Los anales de Irlanda
traen de la misma manera á colacion los proyectiles de piedra , á
propósito de una batalla dada contra los dinamarqueses cerca de
Limerick , hacia el año 920 ? .
Chabas , despues de citar algunos de estos testimonios y otros
semejantes, relativos á los pueblos salvajes que existian en tiempos
de los romanos y de los griegos , continúa en esta forma: “ Se po
drian , analizando las relaciones de los historiadores , multiplicar estos
indicios de un estado de cosas que reproduce ciertos caractéres
particulares de la edad de la piedra , pero en una época que no está
apartada de nosotros sinó unos diez y ocho ó veinte siglos . Más re
cientemente todavia, en el sigloiv de nuestra era , los hunos , imberbes
y disformes, semejantes á unos animales de dos piés , ó á mons
truosas cariátides , vivian de raíces ó de carne apenas calentada
entre sus muslos ; no tenian necesidad alguna de fuego , ni de casas,
ni áun de chozas de cañas, aunque llevaban espadas de hierro , pe
leaban tambien con flechas armadas de huesos afilados ; vivian vida
de nómadas en carros cubiertos con cortezas de árboles , y llevados
por ellos á los lugares donde les convenia acampar. Los alanos
tenian , poco más o menos , las mismas costumbres ; pero eran gran
des y hermosos , y se vestían con más cuidado .
Así , pues , si no nos atuviéramos á otra cosa que a las fuentes
históricas, nos hallaríamos autorizados á negar que haya existido
jamás una edad de la piedra . Esta edad , sus subdivisiones y las otras
edades reputadas prehistóricas , son concepciones teóricas apoyadas
en descubrimientos numerosos , pero con frecuencia demasiado con
tradictorios para que al presente se puedan hallar en ellos los ele
mentos de una clasificacion cronológica indiscutible 3 .
Bien puede ser que todos estos pueblos. europeos de que vamos
hablando hubiesen vivido algun tiempo sin hacer uso alguno de

1 Hist ., lib . III , cap. 1 .


2 Southal, The recent origin of man , pág . 420 .
3 Chabas , Études de l'antiquité historique, etc. , cap. vill , párrafo segundo , pá
gioa 496 .
726 El Catolicismo y la ciencia
los metales; pero tambien es cierto que el uso de las armas de piedra
duró entre ellos , juntamente con el de los metales, por lo menos
. hasta la era cristiana . Así es que las mismas investigaciones arqueo
lógicas han confirmado con la mayor evidencia esta verdad , pul
verizando por completo la tesis de nuestros adversarios .
El abate Hamard , en el libro anteriormente citado , trae gran
multitud de hechos de esta especie , que no dejan lugar a la menor
duda ' . La mayor parte de los lugares de las Galias donde habitaron
los romanos, como la antigua Bibracto , Gergovia , Alise -Sainte
Reine , Alaisa , Novalaise , el monte Ganelon , el monte de Noyon ,
Rhuis , la ciudad de Limes , sita á cuatro kilómetros de Dieppe, Izel,
y finalmente , todas las vías romanas han ofrecido á cuantos han
querido hacer en estos lugares observaciones diligentes , objetos de
piedra mezclados con otros de industria más avanzada , como me
dallas, monedas, instrumentos de bronce y áun de hierro , finamente
mul
trabajados 2. El mismo fenómeno se ha observado en una gran
titud de sepulcros antiguos , cuyos lugares nombra el citado Hamard,
refiriendo brevemente las piezas de piedra y de otras materias mas
finas en ellos encontradas, y poniendo por remate de su enumera
cion las palabras siguientes : “ Es verdad que los instrumentos de
piedra han sido hasta una época muy reciente , y lo son aún hoy
dia en algunas regiones , objeto de un culto supersticioso ; lo cual
basta , al menos en ciertos casos , para dar razon de su presencia
en los sepulcros ... Pero no creo , sin embargo , que sea posible ex
plicar de esta suerte todos los hechos que acabo de señalar. Fre
cuentísimamente estos utensilios de piedra se encuentran con otros
objetos de uso ordinario ; es de creer que unos y otros fueran utili
zados realmente por el difunto en las necesidades domésticas. Lo
cual es tanto menos dudoso , cuanto que los pedernales y las hachas
de piedra se encuentran , no sólo en las sepulturas de la época galo
romana , sinó tambien en las estaciones que están á cielo descu
bierto , donde los galos , los romanos y los francos han dejado
rastros de su industria privada , 3 .
A la coleccion de sepulturas añade el mencionado autor à renglon

1 Hamard , Supplément au gisement du Mont Dol, pág . 153 y siguientes de so


obra intitulada : Études critiques d'Archéologie , etc. , París, 1880 .
2 Para todas estas estaciones se pueden ver las obras de Chabas, Études sur
l ' antiquité historique, etc. , páginas 539-547 , y los artículos del P. Ilaté en lus Etudes
religieuses de 1876 .
3 Hamard , l. cit ., páginas 157-158 .
en órden i la antigüedad del hombre . 727

seguido una lista muy larga de campamentos antiguos de las Galias,


donde han sido recogidos en gran número objetos de la misma cla
!
se , observando que “ sería fácil prolongar en cierta manera hasta lo
infinito el catálogo empezado , si se hicieran investigaciones en este
sentido , y sobre todo si no se hubieran las más veces descuidado
los investigadores en indicarnos la asociacion de este género de
objetos ,, !: “ Porque, dice , conviene tener en cuenta que hasta hace
unos quince años los arqueólogos no hacian caso de los trozos de
pedernal, y si encontraban alguno en sus excavaciones , rara era la
vez que hacian mencion de él . Hoy sucede lo contrario ; hay una
1 escuela que no ve sinó los pedernales, lo demas le es indiferente.
Ahora bien; todo el mundo sabe que las cosas indiferentes fácilmen
te se nos pasan inadvertidas . Es preciso no olvidar esto, cuando se
trata de interpretar los descubrimientos que no han sido severamen
te examinados , ? ,
Por lo que dejamos escrito , se verá cuán infundado es lo que los
enemigos de la cronologia vulgar nos dicen acerca de las diversas
edades prehistóricas, dividiéndolas y subdividiéndolas conforme á
sus propios caprichos , atribuyendo á cada una de ellas la extension

$ que se les antoja , y poniendo entre unas y otras un cierto vacío in


termedio que las divida perfectamente. La piedra tallada y la puli
mentada , y áun los mismos instrumentos de piedra y de metal , han
coexistido durante mucho tiempo generalmente entre los pueblos
europeos, donde pretenden vanamente fijar sus reales los secuaces

i de la prehistoria, y esta coexistencia ha durado hasta bien entrada


. la era cristiana . Aún más: es muy probable que los franceses se sir
vieran de estos instrumentos de piedra en una gran parte de la Edad
Media, cuando , por efecto de mil calamidades públicas, se vieron
muchas veces reducidos los pueblos a la miseria . " ¿ Quién nos dirá,
escribe á este propósito el citado Hamard , cuáles eran los utensi
lios de estos pueblos rurales infortunados , cuando la barbárie iba
tomando entre ellos aquellas nuevas creces causadas con las inva
siones de los germanos y de los normandos ; con las mil y una ca
lamidades que en diversas épocas consumieron á Francia ; con las
turbulencias, los latrocinios, las guerras civiles , las hostilidades
perpétuas, que pusieron con frecuencia á los habitantes en la ne
cesidad de buscar refugio en las montañas y abrigo en las cavernas ;

I Hamard , ibid. , pág . 163 .


2 Idem , ibid.
728 El Catolicismo y la ciencia

con aquellas epidemias y carestias , en fin, que obligaron más de una


vez á los miserables hambrientos á alimentarse con la yerba de los
campos , con las cortezas de los árboles, y lo que apenas se puede
decir , con trozos de carne humana sacados de los sepulcros ?, !
Para muchas cosas los instrumentos de piedra valen tanto como
los de metal , y cuando la dificultad de procurarse estos segundos es
muy grande, ya por razon de la suma pobreza de los pueblos , ya por
el subido precio á que deben comprarse habiendo de ser traidos de
fuera, es muy natural que los pobres apelen á los primeros, y sólo
los ricos se sirvan de los metales. Así pues, la suma miseria de los
franceses en los tiempos mencionados por Hamard, y el alto precio
de los utensilios metálicos en la época galo-romana, y más todavia
en las épocas anteriores, harian que los pueblos europeos usasen
juntamente los instrumentos de piedra y los de metal , y esto mismo
debió acaecer con el uso de la piedra tallada y el de la pulimentada,
Los que tenian más ocio y más vagar que otros pueblos vecinos puli
rian sus instrumentos, y si eran ricos, los harian labrar ó los traerian
bien trabajados de lejanas tierras . Por el contrario , los que vivian muy
ocupados con los trabajos de la guerra, ó no tenian dinero ni tiempo
para procurarse utensilios más elegantes , se servirian de otros mas
toscos, que el suelo donde vivian les proporcionaba sin gran dispen
dio . Sabemos que la civilizacion fué importada de Asia y de Egipto
á los pueblos europeos por el Mediterráneo; las costas de este mar
interior fueron las primeras en ponerse en comunicacion con los fe
nicios y con los egipcios; despues esta comunicacion fué extendién
dose más y más hácia el Norte mediante los grandes rios que ve
nian a desaguar en el Mediterráneo , y que ofrecian libre paso a los
que en pequeñas piraguas quisiesen navegar por ellos en toda la
longitud de su corriente. Así, los salvajes de Europa podian procu
rarse varios objetos de su gusto , elaborados en los puntos civiliza
dos del Asia y del Egipto , dando en cambio á los que con ánimo
mercantil se acercaban á sus tierras otras cosas que ellos miraban
con poco aprecio . Esto mismo es lo que sucede hoy dia con los di
férentes salvajes del globo, de lo cual pueden dar buen testimonio
los ingleses. Por eso se encuentran entre los instrumentos de piedra
usados por los antiguos europeos algunos cuya materia está indican
do claramente su procedencia oriental , no hallándose sinó en el Asia
piedras de aquella especie . El jade , por ejemplo, no se encuentra en

1 Hamard , l. cit., pág . 167 .


en órden á la antigüedad del hombre . 729

el antiguo continente sinó en las tierras de Asia ; y sin embargo, ha


sido hallado entre otros instrumentos de piedra usados por los pue
blos septentrionales de Europa . Las mismas flechas aladas de peder
nal , ¿ qué otra cosa son sinó un remedo de las metálicas , fabricadas
en esta forma? Los salvajes veian estas fechas metálicas , y sabian
muy bien por su triste experiencia su mortifera actividad ; siéndoles á
ellos dificil el procurarse otras de la misma materia , daban a las su
yas de piedra una forma semejante para obtener el mismo efecto .
Los etruscos , cuyos navios llevaron la guerra á Egipto bajo el
reinado de los Ramsés, fueron tambien uno de los pueblos que im
portaron á los países habitados por estas gentes los objetos de la
industria usada en otros lugares más civilizados . “ Un descubrimien
to reciente de una sepultura etrusca , escribe á este propósito el
egiptólogo y naturalista M. Chabas , verificado en Eygibilsen , cerca
de Tongres, á la ribera izquierda del Mosa, prueba que los etruscos
habian atravesado la Europa o dado la vuelta al rededor de ella con
sus navios antes que hubiese tomado vuelo el poder romano . De
aquí la pregunta de cómo este pueblo , que conocia el hierro, no ha
bia de comunicarlo jamás á sus correspondientes septentrionales, y
la respuesta ha sido poner en cuestion la série de las edades prehis
tóricas con que ha sido embarazada la ciencia , ',
Así, los salvajes de Europa, puestos en comunicacion con estas
gentes más civilizadas , y con otras de Asia y de Egipto que se lle
gaban á comerciar con ellos , no podian menos de participar algo
de los adelantamientos industriales llevados por ellas a cabo ; si bien,
como es regular, los objetos de industria traidos de fuera tendrian
entre ellos un precio muy subido, y por lo mismo serian usados de
pocos , los cuales tendrian gran cuidado en conservarlos . Esto ex
plica cómo en ciertas estaciones llamadas prehistóricas no se encuen
tra hierro ni otros metales ; el sumo precio de los utensilios metali
cos importados de fuera por los traficantes extranjeros, hacia que
estas cosas fuesen guardadas por aquellos hombres antiguos con la
misma diligencia que ahora se emplea para no perder el oro y la
plata. Fuera de que las piezas de hierro tenian ademas otro incon
veniente para poder llegar hasta nosotros : el hierro se gasta fácil
mente con la roña, convirtiéndose en óxido terroso ; de aquí el que
en las capas de la época romana se encuentren objetos de este me

1 Chabas , Études sur l'antiquité historique, etc. , cap . vm , párrafo tercero,


pag . 524 .
730 El Catolicismo y la ciencia
tal casi del todo destruidos con no poca frecuencia, los cuales hu
bieran desaparecido por completo á haber mediado circunstancias
más favorables para la oxidacion , ó si hubiera transcurrido un
tiempo mas largo .
Entre estos mismos salvajes, los unos se hallarian en continuo
contacto con los habitantes de las colonias extranjeras, que se in
ternaban poco a poco en sus tierras siguiendo el curso de los rios ; pero
mientras tanto los otros vivirian retirados en las montañas vecinas ,
ya por odio a los nuevos usos y costumbres importados de fuera y
enteramente contrarios á los suyos, ya por el deseo de verse libres
de las persecuciones que contra ellos moverian los recien llegados .
De donde resultaria que en una misma comarca habria dos civiliza
ciones yuxtapuestas, y áun mezcladas la una con la otra . Esto es lo
que sucedia en los tiempos de Tácito entre los romanos y los ger
manos , pues de estos últimos sólo los que vivian más próximos a
las provincias romanas apreciaban el oro y la plata . Los demas,
metidos en lo interior de sus bosques , no tenian en mayor estima
estos metales que la arcilla de su país , por más que viesen con sus
propios ojos los presentes de oro y plata regalados por los roma
nos á los grandes de su tierra , y se servian muy poco de la espada,
de la coraza y del casco para los usos de la guerra ' ,
Los partidarios de la prehistoria se levantan contra tal género de
razonamientos, que les arrancan de las manos la série interminable
de siglos reclamada por el hombre- mono , y arguyen diciendo que
de tan reciente uso de la piedra entre los referidos países no hacen
mencion los historiadores clásicos . Pero es vana por completo se
mejante reclamacion ; ya porque es falso que no hagan la mencion
indicada, como lo dejamos probado ; ya tambien porque , aun cuan
do asi fuera , ninguna fuerza tendria este silencio contra los hechos
positivos que prueban maniſiestamente la verdad de nuestra tésis ,
segun lo hemos evidenciado más arriba .
Dice muy bien Chabas a este propósito : “ El silencio de la histo
ria no tiene sinó muy poca importancia en esta cuestion . Ningun
historiador ha sabido reparar en los monumentos megalíticos que
nos consta haberse hallado esparcidos en todo el mundo antiguo ,
y que recientemente han sido descubiertos, así en el nuevo continen
te como en ciertas islas del Pacífico. Las personas que han visto las
alineaciones de Carnac ó el Stonehenge de Salisbury, ó que han

I Tácito , Germania , párr. 5 y 6 .


en órden á la antig iedad del hombre . 731

leido las descripciones de estos monumentos extraños , podrian fá


cilmente dejarse convencer de que en tiempo de César no habia
allí dólmenes ni menhires , pues este historiador no se ha dignado
consagrarles ni aun una ligera mencion . Todos los otros historiado
res han guardado la misma reserva . Los geógrafos han hecho lo mis
mo , no diciendo de ellos palabra ., ',
“ El otro género de monumentos que debieran haber llamado vi
vamente la atencion de los antiguos, continúa el mismo escritor ,
son las habitaciones lacustres . Herodoto ha hablado de oidas sobre
1 las del lago Prasias ( lib . v , 16 ) . Mas desde la época del padre de la
historia los palafitos de los lagos de Suiza , de Italia , de Saboya y
del Delfinado han durado cerca de diez siglos , sin atraer sobre sí los
1 ojos de los geógrafos ni la atencion de los historiadores . Algunas
. de estas ciudades extrañas estaban todavía ocupadas en los tiempos
merovingios y áun en la época carlovingia .
No nos extrañemos , pues , de que sean tan poco conocidos en
la historia los utensilios de piedra y de otras materias duras , que
durante largo tiempo han debido ser el recurso ordinario de los
pueblos que , conociendo muy bien los metales , no tenian bienes
suficientes para procurarse instrumentos de esta clase ya labrados ,
ni habilidad para fabricárselos. , ?
A propósito de monumentos megalíticos y de palafitos, sabido
es que los secuaces de la prehistoria dan á unos y otros una anti
güedad extrema . En favor de la suma antigüeciad de los primeros
3
han aducido la tosquedad de los sobredichos monumentos y la na
turaleza de los objetos hallados en ellos , y una cosa parecida han
ve ido á decir acerca de los segundos . Pero nada más fútil que se
mejantes razonamientos. La tosquedad de una cosa nada prueba en
favor de su antigüedad : al lado de un artifice muy excelente puede
muy bien hallarse otro que haga obras de poco ó ningun mérito
artístico , acomodándose á las condiciones de las personas que las
desean . En todos tiempos ha habido pobres y ricos, y el pobre no
puede menos de obrar en todas partes conforme a los recursos de
su pobreza . La vajilla fina de los ricos y los grandes palacios en que
habitan , suprimen acaso en nuestros tiempos los toscos cacharros, .
ni las miserables chozas de los pobres ? Esto mismo ha sucedido
siempre en los tiempos anteriores.

1 Chabas, l. cit., pág . 497 .


2 Idem , ibid ., pág . 498 .
732 El Catolicismo y la ciencia

Pues de la naturaleza de los objetos mencionados nada digamos.


En los dólmenes se encuentran casi en la misma proporcion los
instrumentos de piedra tallada y bruñida , y los metales se hallan
tambien en ellos con frecuencia . Sobre un total de excavaciones
tomadas al acaso por Hamard en los Materiaux , y practicadas en
los dólmenes , menhires y caminos cubiertos , que son otros tantos
monumentos megalíticos , ha observado este ilustre arqueólogo que
se hallaban 83 veces objetos pertenecientes a la edad neolítica ó de
la piedra pulimentada, y 74 relativos á la paleolítica ó edad de la pie
dra tallada ' . El mismo autor asegura que “ sobre un total de 192
excavaciones hechas en los dólmenes descubiertos ó soterrados, y
cuyos resultados han sido publicados con conocimiento suyo , 82
han dado bronce y 23 hierro ;, y añade que la proporcion sería aún
mucho mayor, si se tomára en cuenta todo el conjunto de monu
mentos megalíticos , cuales son los dólmenes , menhires, cromleches
y túmulos ; porque “ entonces en 320 excavaciones se presentan 141 1
veces el bronce ó el cobre, y 63 el hierro ,, ? . 1
Todos estos hechos demuestran con plena evidencia que los tales
monumentos entran en el terreno de la historia , siquiera se llamen
prehistóricos con respecto á los lugares donde han sido hallados.
Añadase á esto que entre los utensilios de piedra mencionados hay
algunos de jadeita y cloromelanita importados del Asia por medio
del comercio, y cuyo destino, así como el de otros muchos de pie
dra bruñida, llamados por los latinos ceraunias , y piedras del rayo
por la gente vulgar de nuestros tiempos, ha sido servir como obje
tos de mero lujo ó adorno , y no como instrumentos de accion al
guna, pues muchos de ellos son muy pequeños y menos aptos para
este oficio que los pedernales en bruto . Fuera de que ninguna señal
muestran de haber sido empleados jamás para cortar cosa alguna,
y así bien dan á entender que el fin de sus posesores no fué el que
les señalan los amigos de la prehistoria . Todo esto indica que los
pueblos de los sobredichos monumentos se hallaban en un grado
de civilizacion bastante avanzada, pues el comercio y el lujo no son
cosas sinó de gente que va ya entrando en vías de civilizacion y de
progreso .
Todavía hay otro argumento gravisimo que pone en manifiesta
evidencia esta verdad , porque en estos monumentos se han encon

1 Hamard, Étuites critiques d'Archéologie, pág. 132 .


2 Idem, ibid ., pág . 193 .
en órden á la antigüedad del hombre . 733

trado monedas y vasijas de la época galo - romana, las cuales indi


can lo reciente de su data . Hamard ' cita un gran número de luga
res de esta clase donde han sido hallados tal género de objetos; y
añade con mucha razon que tendríamos noticia de muchas más á
no haber sido violados por los antiguos , que se debieron llevar
cuantas medallas se les presentaron en sus excavaciones , y á no ha
ber procedido los exploradores modernos con la idea preconcebida
de que los tales monumentos son excesivamente antiguos ; pues
esto ha hecho que cuantas veces han venido á sus manos los obje
tos galo - romanos , los han despreciado teniéndolos por cosas de
una época muy posterior, y así no los han dado a conocer al públi
co . Uno de ellos, sin embargo , ha procedido con más exactitud y
ha escrito las palabras siguientes : “ En ciertos dólmenes de Locma
riaquer, sin hablar de objetos más modernos , han sido hallados,
áun á una notable profundidad, ladrillos con rebordes , monedas im
periales, fibulas de bronce , vasijas y estatuas de tierra blanca que
no van más allá de la época galo - romana ,, ? ,
Y para que no se diga que estos objetos han sido depositados
allí en épocas posteriores a la que vió levantar los tales monumen
tos , basta saber que M. Miln ha hallado hace algunos años debajo
de algunos menhires de Carnac numerosos fragmentos de tejas con
rebordes, y de vasijas rojas llamadas samias , las cuales estaban
u
entre las piedras que servian de base á estos monumentos , ? , y
por consiguiente , por fuerza han debido ser colocadas allí antes de
su fabricacion. Ademas , bajo las ruinas de una villa ó quinta galo
romana próxima á las alineaciones de Carnac ha descubierto el ci
tado M. Miln el mismo mueblaje de los dólmenes , a saber : lanzas
y pedazos de pedernal quebrado , ceraunias de diversas clases , va
sijas toscas hechas a mano , gargantillas de ámbar ó de otras mate
rias, y junto a todas estas cosas ha hallado objetos de mármol , de
bronce y de hierro , medallas y vasijas romanas , señal manifiesta de
que todos estos utensilios formaban el ajuar del señor de la quinta ,
siendo los primeros usados por los criados y los segundos por los
de la familia , 4 .

No indica esto claramente que los mencionados dólmenes per

1 Hamard , Études critiques d'Archéologie, pág. 195.


2 Idem , ibid ., pág . 197 .
3 Miln, Fouilles faites à Carnac, 1877 .
4 Hamard , l. cit. , påg . 201 .
734 El Catolicismo y la ciencia

tenecen a la misma época que la sobredicha quinta , y que por lo


mismo no tienen la antigüedad extrema que vanamente les atribuyen
los secuaces de la prehistoria ? La mayor parte de las monedas ha
lladas en los monumentos megalíticos de Carnac son de los últimos
tiempos del Imperio romano ; y así , es muy probable que no han
sido erigidos sinó despues de haber sido ocupados aquellos lugares
por los romanos . San Gregorio de Tours ' refiere que en el siglo vi
los bretones todavía conservaban la costumbre de erigir túmulos;
los cuales en su mayor parte , por estar compuestos de criptas for
madas con piedras brutas eran verdaderos dólmenes , sólo que no
estaban soterrados como éstos , sinó dispuestos al aire libre . Los
túmulos de Dinamarca , como los sepulcros de Gorm y de la reina
Thyra sobre la costa oriental de Jutlandia , y el de Harald en la isla
de Seeland , son tambien monumentos megaliticos en toda la fuerza
de la palabra, y sin embargo pertenecen al siglo x de la era cristiana
En Irlanda todavía se erigian dólmenes en el siglo v de nuestra era
Lo mismo se diga de los hunnebedden , ó sepulcros de los hunds
de Holanda, los cuales consisten en cámaras formadas con piedras
brutas de grandes dimensiones , recubiertas con un gran monton de
tierra en forma de montículo . Los proclamadores de la extrema
antigüedad del género humano habian afirmado que estos monte
cillos , atendida su construccion sumamente tosca , y considerada la
naturaleza de los objetos en ellos sepultados , debian contar una
multitud muy grande de siglos ; pero los estudios practicados sobre
estos lugares han inducido á los sabios á juzgar que la mayor parte
de estos monumentos no son anteriores a la época romana , y
M. Pleyte , uno de los observadores que con más diligencia los ha
examinado , hace descender algunos de ellos hasta el siglo y de la
era cristiana 3. Antes de la llegada de los romanos casi todo el pais
de Holanda era anualmente inundado ; despues se fué levantando
con los depósitos abandonados por los bancos de hielo venidos de
Noruega, y con los que acarreaban á aquellos lugares el Rin , el
Mosa , el Escalda , el Ems y el Issel , y comenzó a ser habitado por
los que construyeron los referidos monumentos , gente bárbara y
feroz , como los llama Julio César 4. A estos primeros habitantes su

1 Histor . Franc . , IV , 4 .
2 Fergusson , Les monuments mégalithiques de tous les pays , págs. 297 y 311 ,
3 Chabas, Études sur l' antiquité historique, etc. , págs. 532 y siguientes,
4 César, De bello gallico , lib. iv .
en órden á la antigüedad del hombre . 735

cedieron más tarde los bátavos, sin arrojarlos empero del territo
rio ; pues los vencidos vivieron mezclados con los vencedores, como
consta de los túmulos fabricados por aquéllos en los primeros siglos
del Cristianismo . Los objetos que se encuentran en estos túmulos
son pedernales, ya casi del todo brutos, ya elegantemente pulimen
tados , y vasijas toscas y groseras en union con otros objetos de
una civilizacion mucho más avanzada , y comprendida , segun escribe
M. Pleyte , entre el primero y sexto siglo de la era cristiana !
La Sagrada Escritura nos ofrece tambien en el pueblo hebreo
otra prueba de que este género de monumentos no lleva consigo
la antigüedad que á su antojo han querido señalarles los partidarios
de la prehistoria . Basta examinar algunos lugares de la Biblia para
convencerse de esta verdad . Vea quien guste los siguientes : Ge
nes ., XXVIII , 18 , XXXI , 45-52 ; Deuteron . , XXVII , 2-5 ; Josué , vii , 26 ;
VIII , 29 ; XXIÙ , 26 ; II Reg . , XVIII , 17 , donde hallará casi todos los
monumentos de esta especie. El primero de estos lugares nos ofre
ce un menhir levantado por Jacob en honor de Dios Nuestro Señor .
Cuando los hebreos pasaron el Jordan , tomaron del álveo del rio
doce piedras , que despues fueron puestas en un lugar vecino como
testimonio de aquel acontecimiento por órden del Señor , formando
así un verdadero cromlech. Y como recuerdo de este mismo hecho ,
Josué mandó poner otras doce en aquella parte del rio donde los
sacerdotes habian estado sustentando en hombros el arca santa 2. '
Aún más : hoy mismo se usa este linaje de monumentos entre los
indios 3. Y esto nada tiene de extraño , porque es muy natural que
hayan sido construidos en todos tiempos . Como observa muy bien
el abate Hamard , “ la idea de acumular piedras para perpetuar el
recuerdo de un suceso , y sobre todo para fijar el lugar preciso don
de descansan los restos venerandos de un pariente ó de un amigo ,
es la cosa más óbvia del mundo , y en todos los tiempos ha debido
ocurrir á los hombres , 4 .
Finalmente , para concluir esta cuestion de los monumentos me
galíticos , basta nombrar el pueblo que los ha construido en Europa ,
y con esto solo se conocerá que no pueden datar de una época muy
antigua. Este pueblo es sin género de duda el de los celtas , como

1 Chabas , lugar citado.


2 Josué , iv, 5-20. V. Chabas, l. cit., págs. 484-489 .
3 V. Materiaux, año de 1876, pág . 185 .
4. Hamard , Etudes critiques, etc. , pág. 85 .
736 El Catolicismo y la ciencia
con argumentos irrefragables lo ha demostrado el abate Hamard .
confirmando con ellos lo que ya se venia creyendo desde tiempo
inmemorial entre los hombres . Nosotros no nos extenderemos en estas
consideraciones por no hacernos excesivamente prolijos: véalas quien
guste en el lugar que dejamos apuntado.
Por lo que mira a los palafitos, ninguna necesidad tenemos de
añadir nada á lo dicho sobre los monumentos de que acabamos de
tratar , siendo poco más o menos idénticos los objetos arqueológi
cos que en ellos han sido hallados. Basta notar que entre estos
objetos tampoco han faitado las monedas romanas del tiempo de
los Emperadores ; que la fauna y la fora de estas estaciones , falsa
mente llamadas prehistóricas, son las mismas de hoy dia , señal ma
niſiesta de que no ha debido transcurrir gran número de siglos entre
ellas у nosotros.
Allí tambien , así como en los dólmenes , se han visto aparecer
varias sustancias preciosas, como el jade , la jadeita , la callais y el
ámbar , llevadas á aquellos lugares por los comerciantes del Asia; y
en los palafitos tambien , como en los monumentos megalíticos , se
ha observado la data sumamente reciente de algunos de ellos , pues
en el lago Paladrú ( Isère duró el gusto de morar en habitaciones
lacustres hasta la época de los Carlovingios , y Abulfeda menciona
los palafitos de los cristianos en Siria en el siglo xiii ? .
Pues bien , se dirá : todo esto no prueba sinó que la edad neolitica
se extendió en los pueblos septentrionales de Europa hasta la era
cristiana , y que además , juntamente con la piedra bruñida , se uso
entre ellos durante algunos siglos el pedernal sin pulimento alguno.
Pero antes de esto , ¿ cuántos años no debieron transcurrir con sólo
la piedra tallada ? Los cuatro tipos que ha designado Mortillet requie
ren un tiempo inmenso para que lentamente se fuesen sucediendo
entre los salvajes de Francia; porque los pueblos de esta especie no
abandonan como quiera los usos y costumbres en orden a la forma
de sus instrumentos, tanto bélicos como domésticos . ¿ Y de dónde
consta que los tales tipos se hayan sucedido el uno al otro . Todo
eso no existe sinó en la fecunda imaginacion de nuestros adversarios,

I Hamard, Études critiques, etc. , págs. 81-84 . ( Vénsé el párrafo segundo de la


disertacion preliminar puesta por el mismo autor a la traduccion francesa de la obra
de Fergusson, intitulada: Monuments mégalithiques )
2 Véase en la Revue des questions scientifiques de Abril de 1877 , pág . 417 , el ar
tículo de M. Arcelin La classification préhistorique.
en orden á la antigüedad del hombre . 737

que se forjan á placer sucesiones de formas paleolíticas para dar más


extension á su pretendido hombre prehistórico . Que en alguna lo
calidad hayan venido , una en pos de otra , algunas de las formas
indicadas por Mortillet , bien se puede conceder , que en esto cabe
tambien la moda , como en otras muchas cosas indiferentes ; pero
que esta sucesion se haya verificado en una extension considerable
como la Francia , y por el motivo que alegan nuestros nuevos histo- .
riadores , fundando todos sus cálculos en la ineptitud de los salvajes
mencionados para dar á sus instrumentos las tales formas en un
breve espacio de tiempo , esto es lo que de ninguna manera es ad
misible . Por consiguiente , siendo por una parte muy nuevo el uso
de la piedra pulimentada unido al de los pedernales sin labrar , y
constando , por otra , que las formas de estos segundos han coexis
tido todas juntas en los lugares aludidos , es cosa manifiesta que no
puede distar mucho de nuestra era la época de la piedra tallada per
teneciente a los pueblos europeos , porque entre esta época y la si
guiente no hay interrupcion alguna .
El hombre no tiene la procedencia monesca que una gran parte
de estos autores aseguran , y así no carece de inteligencia para dar
á las cosas de su uso la forma que más le agrade : basta que le ven
ga en voluntad el hacerlo , teniendo tiempo para ello . Por tanto ,
dará esta forma ú otra á sus utensilios, segun le acomode , y áun
buscará en algunos de ellos la elegancia , puliéndolos si tiene tiempo
suficiente para ello . Así es que los hechos arqueológicos , como he
mos visto , demuestran la coexistencia durante mucho tiempo de
los simples pedazos de perdenal con las piedras pulimentadas , y áun
con el bronce y el hierro . La de las múltiples formas de la edad pa
leolítica se ve por los datos siguientes , reunidos con este objeto por
el abate Hamard : “ En diversas localidades de las Landas, escribe
el ilustre arqueólogo , han sido hallados in situ , y en los mismos
yacimientos, los tipos de Saint-Acheul , de Moustier y de la Magda
lena ( Revue Antropologique, 1875 , II.e livr .) En la gruta de Germo
lles , perteneciente a la comun de Mellecey ( Saona y Loira ) las ha
chas de Saint- Acheul , los raspadores de Moustier y los huesos ta
llados , característicos de la Magdalena , han aparecido todos juntos;
lo que hace creer á Mortillet que ha habido allí alguna nueva re
composicion del terreno ; tal es la manera ordinaria empleada por
su escuela para explicar los hechos de esta naturaleza ( ibid ., 1875 ;
I.er livr . ) En Thorigné - en - Charnie ( Mayenne ) , el abate Maillard ha
hallado reunidos los raspadores de Moustier y los cuchillos de la
47
738 El Catolicismo y la ciencia

Magdalena ( Matériaux , 1876 , pág . 287) . En el mismo Saint- Acheul,


localidad cuyo estudio ha sido el punto de partida para la clasifica
cion de M. Mortillet , la forma mousteriana coexiste con la forma de
almendra ( ibid ., 1875 , pág . 281 ) . A orillas del Vezère , en Dordona,
las mismas grutas que se traen como características de las diversas
épocas paleolíticas ' han presentado á M. Reverdit una frecuente
mezcla de los diferentes tipos „ !.
Así continúa el referido escritor designando la reunion de las so
bredichas formas paleolíticas en Belcayre -Haut y Belcayre - Bas, en
Balutie , en Arcy - sur - Cure, en Coincourt , en Sauvigny - les - Bois,
en el mismo Museo de Saint-Germain , á pesar de las ideas precon
cebidas con que ha sido dispuesto ; en las estaciones cuaternarias
de Pontlevoy , de Thenay y Sauvigny ; en la gruta llamada de Ex
cideuil ( Dordoña ) , y finalmente en Solutré ; donde dice que han
sido hallados , juntamente con los objetos característicos de esta es
tacion , varios huesos tallados , hojas, raspadores , y hasta un silba
to de falange de reno , absolutamente como en Laugerie -Basse y ei
Bruniquel , que son dos estaciones pertenecientes a la época mag
dalénica .
Añade más el mismo autor : “ El orden de sucesion , dice , cuando
existe , parece ser á veces lo inverso del propuesto por Mortillet
Asi en Clichy , si hemos de creer á M. Reboux , las de la Magdale
na se encuentran debajo del tipo de Saint- Acheul , ? . Despues de
esto , concluye Hamard diciendo que “ sería inútil insistir más en
este punto de la clasificacion prehistórica , porque los numerosos
contradictores que ha encontrado en el seno mismo de la escuela
muestran bastante su inanidad , 3 .
En los mismos términos se expresa M. Chabas , diciendo : " Se
encuentran en Solutré , estacion de la época del reno y del mam
muth , cuchillos de pedernal , lanzas y raspadores , cuya perfeccion
no ha sido superada en ninguna parte . La generalidad de los pe
dernales tallados , recogidos en el campo de Catenoy por M. Pon
thieux , no presentan trazas de un trabajo más delicado que los de
las grutas-abrigos de Rully y de Germolles , los cuales se hallan ca
racterizados por los restos del mammuth y del oso de las cavernas,
y sin embargo , la estacion de Catenoy abunda en hachas pulimen

I Hamard, Études critiques, etc,, págs. 125-126.


2 Idem , ibid ., págs. 126-127 .
3 Idem , ibil., pág . 127 .
en órden á la antigüedad del hombre. 739

tadas . Los vastos talleres de Charbonnières , en el Maconnais , no


tados por M. de Ferry , y atribuidos á la época paleolítica , propor
cionan en abundancia las hachas de piedra tallada del tipo cuater
nario de Abbeville , y una multitud de objetos de este género , de
un trabajo generalmente más tosco que el de los depósitos del
Soma y del diluvio parisiense ; pero al mismo tiempo se encuentran
en la misma localidad , repartidos sobre la vasta superficie hoy dia
desmontada , cuchillos , puntas , lanzas , flechas, y , sobre todo , ras
padores de un trabajo perfecto , ' .
Estos hechos hacen ver hasta la última evidencia la falsedad de
1 la teoría ideada por M. de Mortillet . Así es que M. Arcelin , que en
Abril de 1877 habia manifestado alguna adhesion á la clasificacion
arqueológica de este naturalista ? , tres años más tarde , vistos los
trabajos de M. Acy, dirigidos á refutar las ideas del fundador de las
edades paleolíticas , ya se expresa en otra forma. “ Las explicacio
nes de M. Acy , escribe en Abril de 1880 , despues de insertar una
larga carta que este sabio le había dirigido refutando las ideas de
Mortillet, me parecen decisivas en lo concerniente al valle del
Soina , 3. Por lo demas, M. Arcelin , tanto en uno como en otro
artículo , dice que “ el argumento arqueológico por sí solo es abso
lutamente insuficiente , 4 , y que “ la sucesion entre las diversas eda
des prehistóricas no puede ser probada si no es por la stratigra
fía , 5. Ya hemos visto cuál es el valor de la stratigrafía en la cues
tion que al presente nos ocupa .
Con lo que dejamos escrito acerca del argumento arqueológico ,
bien podemos asegurar que , lejos de prestar apoyo alguno á los
partidarios de la prehistoria , nos ofrece, por el contrario , motivos
poderosos para afirmar que el uso de la piedra tallada en Europa
por sí solo no nos autoriza para atribuir al género humano más
que unos dos ó tres mil años anteriores á nuestra era . En efecto ;
si el empleo de los instrumentos de piedra bruñida y sin bruñir se
extiende casi generalmente por todo el milenario anterior a la ve
nida de Jesucristo , como de lo dicho se infiere , y con argumentos

I Chaijas, l. cit. , págs. 548-549 .


2 La classification préhistorique par M. Adrien Arcelin ; artículo publicado en la
Revue des questions scientifiques , Abril 1877 , pág . 403 .
3 La classification archéologique appliquée à l'époque quaternaire, par M. Adrien
Arcelin , en la citada Revue de Abril de 1880 , pág. 624 .
La classification archéologique , etc. , pág . 627 .
5 El mismo, en el artículo de Abril de 1877 , Revue des quest. scient., pág. 404 .
740 El Catolicismo y la ciencia , etc.

irrefragables prueba M. Chabas ', harto tiempo ciertamente deja


mos á los referidos pueblos para que durante el milenario anterior,
ó algunos siglos de él , usasen solamente la piedra tallada , si es que
ha tenido jamás lugar en época alguna. Porque el uso de pulir los
instrumentos es muy natural, y así no puede suceder que exista
largo tiempo pueblo alguno sin pulirlos en alguna manera , siquiera
sea imperfectamente. Pero ya es tiempo de que pasemos á exami
nar el tercer argumento de nuestros adversarios , fundado en los
datos de la Paleontología .

1 Chabas , Études sur l'antiquité historique , etc. , cap . vil , págs. 158 y si
guientes .

BS
CAPÍTULO XXXIII

PROSIGUE LA MISMA MATERIA. DISCÚTENSE LOS ARGUMENTOS


PALEONTOLÓGICOS DE LOS PREHISTÓRICOS .

L argumento paleontológico expuesto en toda su forma


es el siguiente : El hombre ha sido contemporáneo de los
grandes carniceros y paquidermos que constituyen la fau
na cuaternaria de Europa , y que actualmente , ó no existen , ó se
hallan confinados en climas muy diversos . Bien se atienda al tiempo
transcurrido en adquirir la fauna pleistocena ó cuaternaria todo el
desarrollo que nos revelan sus restos ; bien al tiempo necesario para
verificarse la emigracion y extincion de tantas especies ; bien , final
mente , al inmenso espacio qne nos separa de la extincion definitiva
de muchos tipos , no puede ponerse en duda que el hombre cuenta
innumerables siglos de existencia. La coexistencia del hombre con
los mamíferos emigrados ; el espacio que suponen la evolucion , ex
tincion y emigracion de muchas especies ; el tiempo pasado desde
la extincion completa de otras , son los tres argumentos generales
* sacados de la Paleontologia para probar la remotísima edad del gé
nero humano sobre la tierra . Veamos cuál es su pretendida fuerza,
examinando una por una las cuestiones que en sí encierran .
La coexistencia del hombre con las especies extinguidas ó emi
gradas comprende tres cuestiones : 1.* ¿ El hombre ha sido acaso
contemporáneo de estas especies ? 2. * La evolucion , emigracion y
extincion de los referidos tipos , ¿ exigen los vastísimos períodos que
se suponen ? 3. ¿ Cuál es el espacio transcurrido desde la extincion
completa de muchas especies hasta nuestros dias ? La respuesta á
estas tres preguntas nos dará la solucion del argumento que del
campo de la Paleontología nos traen los amantes de la prehistoria .
Procuraremos darla con la mayor claridad posible .
742 El Catolicismo y la ciencia

Tres puntos se pueden considerar en la primera de las tres cues


tiones propuestas . El primero es como sigue : La simultaneidad de
yacimiento en los depósitos cuaternarios įprueba la coexistencia de
las especies en el tiempo y en el espacio ? Claro está que no : los
fenómenos extraordinarios que se llevaron a cabo en el período
cuaternario , y el modo especial de obrar que por precision debieron
tener las corrientes diluviales , removiendo los terrenos por donde
pasaban , arrastrando los restos en ellos contenidos, alterando y
mezclando cosas que pertenecian á muy distantes edades y regio
nes, prueban hasta la última evidencia que la simultaneidad en el
yacimiento cuaternario no lleva consigo la coexistencia dicha. Los
aluviones no sólo barren los objetos que encuentran en la superfi
cie , sinó que ademas abren grandes surcos en los lugares por donde
pasan , y ejecutan un grande trabajo de erosion en las riberas de los

arroyos y en las partes salientes que ponen obstáculos á su preci


pitada carrera. Con esto se ponen bien pronto al descubierto los
terrenos de diferentes edades, y son arrebatados por las aguas tor
renciales, que los dejan mezclados y confundidos en otros lugares
muy distantes , como si todos ellos hubieran pertenecido á una mis
ma época y se hubieran hallado en una misma localidad antes de
ser trasladados. Ademas, muchas veces sucede que por la accion
de los varios agentes de la Naturaleza se corren las tierras superfi
ciales depositadas en las vertientes de las montañas, y entonces
aparecen otras de muy distintas épocas, las cuales son arrastradas
con gran furia con los aluviones que de nuevo sobrevienen . Lo que
hacen los corrimientos, ejecutan tambien los terremotos, los levan
tamientos y hundimientos , y otras mil causas existentes en la Natu
raleza, y señaladas por los geólogos . Véanse sobre el particular,
entre otros , á Cuvier " , Paul de Gervais ? y Philips 3 , quienes tratan
con más detencion esta materia.
El segundo punto se reduce á saber si el hombre ha coexistido
ó no con todas las especies cuyos restos aparecen en los depósitos
cuaternarios . En el estado presente de la ciencia , difícil es probar
con argumentos convincentes ni una ni otra cosa. Los datos con
que se cuenta para resolver esta cuestion no parecen del todo sufi
cientes ó seguros. Es verdad que los huesos de estos animales han

| Cuvier, Les révolutions de la surface du globe, pág. 131 .


2 Paul de Gervais, Recherches sur l'ancienneté de la période quaternaire, p . 36.
3 V. Philips , Addresse inaug. à l'Instit. Crit ., 1868.
en órden á la antigüedad del hombre. 743

sido hallados en los mencionados depósitos juntamente con ele


mentos paleontológicos ó arqueológicos humanos ; pero ya hemos
visto en el punto anterior que esta simultaneidad no lleva necesa
riamente consigo la coexistencia de que vamos tratando .
En opinion de M. Mortillet ' , “ la simultaneidad del hombre у de
las últimas especies extinguidas está amplia , sólida é irrevocable
mente probada con el descubrimiento de los productos industriales
del hombre, mezclados en grande abundancia con los restos de los
animales extinguidos ó emigrados en capas cuaternarias intactas y
en los depósitos de cavernas nunca removidos por nadie . , Pero ,
como observa sábiamente Moigno ? , ora hayan quedado intactos,
ora no los tales depósitos , todos ellos son terrenos de transporte ,
acarreados las más de las veces por las aguas ; donde por lo mismo
la coexistencia en el yacimiento no es señal infalible de la simulta
neidad en el tiempo ó en el espacio . Los materiales amontonados
por los rios sumamente crecidos por fuerza deben pertenecer á di
ferentes épocas geológicas, ordinariamente hablando ; porque las
aguas en tales casos con su elevada altura se encuentran en el ca
mino con capas de edades muy diversas . Esta es la causa por qué
se suelen hallar en los tales terrenos dientes de estos animales, y no
sus esqueletos . Dice muy bien á este propósito M. Barth. Gastaldi ,
citado por Mortillet en los Materiaux (t . II, p . 384) , que haciendo
abstraccion de los pedernales tallados con que á veces se encuen
tran mezclados los dientes del elefante primitivo , y considerando á
estos últimos bajo el aspecto puramente paleontológico , se llega á
la conclusion de que los tales dientes deben estar fuera de su lugar,
y en un yacimiento que no es el suyo propio . “ Porque si no , escri
be , ¿ cómo es que se encuentran solamente molares, y no esqueletos
ó miembros enteros ? En estas condiciones de esqueletos ó de miem
bros enteros es como se presentan por regla general los vertebrados,
y más particularmente los mastodontes , los rinocerontes , los hipo
pótamos del valle del Arno en terrenos verdaderamente geológicos
y depositados en su asiento con regularidad , los baleanópteros y
los sirenoides de las capas pliocénicas en las lignitas de Leffé , los
antracocerios de las miocénicas, los paleocerios del gipso , los saurios
de los terrenos secundarios , 3 .

1 Materiaux , tomo v, pág. 429.


2 Les splendeurs de la Foi , tomo II , pág. 874 .
3 Moigno, l. cit.
744 El Catolicismo y la ciencia

Los que están por la simultaneidad mencionada dicen que ade


mas de esa coexistencia de yacimiento , hay otro argumento muy
poderoso , cual es el haberse encontrado en algunos terrenos cua
ternarios dibujos de mammuths y de otros animales coetáneos ; lo
cual , añaden , no ha podido hacerse sinó teniendo a la vista el ani
mal delineado . Este argumento sería , en verdad , decisivo si pudie
ra probarse que los tales dibujos pertenecen realmente á la época
que se les atribuye , y que no han sido trazados por algun falsario
de nuestros tiempos . La perfeccion , empero , y valentía con que
están hechos dan grandes motivos para sospechar esto segundo;
no son una obra maestra en su género ciertamente , pero revelan
no poco aprovechamiento en el arte de dibujar. ¿ Cómo puede com
paginarse esto con los toscos pedernales y demas instrumentos de
piedra meramente cascada , ó simplemente tallada, propios de aque
llos tiempos , segun el mismo parecer de estos antropólogos ? Tanto
más que en otros varios casos consta con toda certeza haberse co
metido fraudes de esta especie , así en el presente como en los pal
sados siglos ' .
Pero , en fin , demos á nuestros adversarios , aunque sea sin pre
bas irrefragables, lo que con tanta firmeza nos aseguran . Entre la
mismos católicos no faltan autores verdaderamente graves y respe
tables que dan esta simultaneidad por un hecho cierto y averiguado.
Oigamos al sabio egiptólogo y naturalista M. Chabas explicarse
sobre este asunto : “ Las dudas , escribe , que podia dejar en pié la
presencia de huesos humanos ó de objetos industriales del hombre
en los terrenos movibles del cuaternario antiguo , han desaparecido
por completo con los descubrimientos, hoy dia tan numerosos, de
estaciones donde los restos de la primera fauna cuaternaria se ha
llan asociados á huesos labrados , á pedernales tallados y á otros
productos en que es imposible desconocer el trabajo del hombre.
En la mayor parte de estas estaciones , principalmente en las gru
tas , no se puede atribuir esta asociacion á fenómeno geológico al
guno posterior. Es preciso , por consiguiente, reconocer como cierto,
y nosotros ya lo hemos reconocido , que el hombre ha sido contem
poráneo del mastodonte , del mammuth , del oso y de la hiena gi
gantescos , y de otras clases de animales ahora extinguidas. No esta
menos comprobado que otros animales todavía existentes han ha
bitado , al mismo tiempo que el hombre , en países donde al presente

I V. Moigno , en el lugar citado.


en órden á la antigüedad del hombre. 745

no aparecen ; tales son el reno , el hámster, el antilope , el leon , el


canis lagopus , etc.
La comprobacion de estos hechos no modifica en nada los
datos de la cuestion relativa á la antigüedad del hombre sobre
la tierra ; todavía nos queda que investigar si la desaparicion de
ciertas razas animales implica necesariamente ó no una larga série
de siglos ,
Hasta aquí el citado autor ; sus últimas palabras nos indican el
punto capital de la cuestion . Antes de entrar en él , sin embargo, es
preciso que digamos dos palabras sobre el tercer punto , que , segun
tengo dicho , se contiene en la que venimos tratando . El punto es
20 el siguiente : dado que el hombre haya coexistido con las especies
sobredichas, la contemporaneidad del hombre con estas especies ya
extinguidas, se extiende a todo el período de las mismas , ó sólo á
su última época ? Razones ciertas tampoco aquí las tenemos para
afirmar lo uno ni lo otro . Pero si atendemos por una parte á los po
cos hechos bien é imparcialmente observados que se presentan para
probar la contemporaneidad de nuestra especie con los tipos extin
guidos , y por otra á la falta completa de huesos humanos en los
aluviones antiguos , parece bastante probable que el hombre 110
coexistió con los referidos animales en los tiempos primeros de las
mencionadas especies . Aunque á decir verdad , este argumento , fun
dado en la ausencia de los tales huesos , tampoco lo tenemos por
concluyente. Tambien los restos del mammuth y de los demás ani
males cuaternarios hallados en los susodichos terrenos son de un
valor insignificante , por no presentar miembros enteros y por ha
ber sido conducidos á aquellos lugares por las corrientes impetuo
sas de las aguas ; y así , bien pudo suceder que el hombre coexistie
ra con las tales especies en toda la duracion de las mismas , sin que
á los terrenos de aluvion antiguo hayan llegado huesos de hombre ,
como no han llegado tampoco esqueletos ni miembros enteros del
mammuth ó de los otros animales . Aunque todas estas especies ex
tinguidas hayan coexistido con el hombre desde su primera existencia
en el mundo , ó cuando menos desde el principio del período cuater
nario , producido probablemente por el diluvio mosaico , segun deja
mos observado en otra parte ? , no por eso deberán hallarse nece

I Chabas , Études sur l'antiquité, etc., cap . VIII , pár . 5 , págs. 566-567 .
2 Véase lo que dejamos escrito sobre este particular en el cap . xvi al hablar del
diluvio .
746 El Catolicismo y la ciencia

sariamente los huesos humanos en los aluviones más profundos .


Estos , naturalmente , deben contener en su seno a los objetos más
pesados , cuales son sin duda los instrumentos de piedra usados a la
sazon por el hombre , y los molares del mammuth ; y sólo más arri.
ba, encima de los referidos objetos, pueden aparecer los huesos hu
manos , los cuales son relativamente mucho más ligeros , y por lo
mismo , al ser arrastrados por las aguas juntamente con los mola
res y los pedernales en cuestion , han debido quedar sobrepuestos
á entrambos en el término de su carrera .
A esto podríamos añadir que no es del todo absoluta , segun al
gunos , la ausencia de huesos humanos en estos lugares ; pero nos
abstendremos de aducir este argumento , porque la mandíbula de
Moulin Quignon , hallada por M. de Perthes cerca de Abbeville , en
Francia , y otros objetos semejantes que se alegan á este propósito,
tienen muy poco valor científico ; ya por ser considerados entre los
sabios como supositicios y fraudulentos ' , ya tambien porque proba
bilisimamente han sido introducidos en ellos más tarde por la mano
del hombre , ó por los agentes de la naturaleza , que han removido
de nuevo los terrenos y los han dejado en un órden enteramente
invertido .
En resumen : de todo lo visto en esta primera cuestion se infiere
que , habida consideracion de los fenómenos pertenecientes al solo
periodo cuaternario , nos es imposible saber con certeza si el hom
bre y los animales susodichos han coexistido ó no durante el men
cionado período ú otro cualquiera , y que esta nuestra ignorancia
se extiende hasta no poder determinar á punto fijo si los restos de
las especies ya extinguidas y los elementos arqueológicos humanos
se refieren a animales y á hombres del referido período ó de una
época más antigua. La razon de ello es porque los aluviones juntan
en uno objetos de lugares y tiempos muy diversos ; y así ha podido
suceder muy bien que los animales sobredichos estén separados en
el tiempo de los hombres llamados cuaternarios por medio de una

1 La famosa mandibula de Moulin Quignon , que tanta materia dió á las discu
siones de los sabios los años pasados, puede ser ya considerada como una moneda
de mala ley fraudulentamente introducida en el campo de la ciencia por quien , ó de
seaba adquirir con ella moneda verdadera , ó se quiso divertir á costa de los que an
daban en busca de hallazgos de esta especie. El doctor Evans , en su obra intitulada:
Ancient stone implements, pág. 617 , decia el año de 1872 : “ Yo ya he pronunciado sobre
ella mi requiescat in pace en el Athenacum de 4 de Julio de 1869. No hay que tratar
ya de este objeto. , V. Moigno Les splendcurs de la Foi, tomo 11 , pág. 764-768 .
en órden á la antigüedad del hombre. 747
gran serie de siglos , ó que unos y otros hayan vivido juntos así
antes como despues del diluvio .
Pero para que no digan nuestros adversarios que andamos con
ellos por extremo rigurosos , démosles muestras de verdadera gene
rosidad concediéndoles cuanto sin pruebas suficientes tienen por
cierto , á saber : que el hombre ha existido con las especies ya ex
tinguidas del período cuaternario desde el principio de dicho perío
do . Con esto empero no habrán adelantado nada todavía en el
asunto de que vamos tratando , si no nos prueban al mismo tiempo
que este período ha sido de muy larga duracion ; lo cual no podrán
coltseguir jamás , porque consta precisamente lo contrario , segun se
infiere de lo que dejamos escrito . Más arriba , en efecto , hemos
traido pruebas irrefragables sobre este asunto , y hemos citado ade
mas en nuestro favor los nombres de respetabilísimos geólogos ,
cuyas conclusiones científicas concuerdan perfectamente con nues
tras ideas . Uno de ellos , el ingeniero Belgrand , resume así sus
completos y concienzudos estudios sobre el Sena : “ El relieve ac
tual del álveo del Sena es debido á unas grandes corrientes de agua,
probablemente de muy corta duracion , que han surcado el valle de
arriba abajo , despues de haber sido depositados los terrenos mioce
nos . , Chabas tambien resume los suyos sobre el Saona , diciendo
que “ estos yacimientos no pueden remontarse más allá del año 1000
ántes de nuestra era , '.
Pero aún tenemos otra razon poderosa que tiende á confirmar
esto mismo , la cual se halla contenida en la enunciacion de la se
gunda cuestion que nos hemos propuesto tratar acerca del argu
mento paleontológico. En efecto , esta proposicion es la siguiente :
Ni la evolucion numérica , ni la emigracion y extincion de las espe
cies cuaternarias , exigen un espacio de tiempo muy extenso ; ántes
bien las especies domésticas , cuyos restos se hallan confundidos
con los de las otras llamadas cuaternarias , prueban la corta duracion
del mismo . Comencemos por la primera parte de esta proposicion .
La evolucion numérica de una especie no es proporcional al tiempo
en que se la quiera hacer existir , sinó á las condiciones de existen
cia en que se halla colocada . Si estas condiciones son favorables, en
breve tiempo puede adquirir un grande desarrollo . Buen ejemplo
tenemos de esto , entre otros muchos que se pudieran aducir , en las
especies domésticas importadas en América por los europeos . Los

1 Chabas , Études sur l'antiquité historique, etc. , págs. 518.519 .


748 El Catolicismo y la ciencia

bueyes adquirieron en aquellos países tan prodigiosas proporciones


en la propagacion de su especie , que en pocos años se vieron inun
dadas de ellos las campiñas . Lo mismo sucedió con los caballos, los
cuales, recobrado el estado de su primera libertad , se multiplicaron
en breve de una manera portentosa . Pero no tenemos necesidad de
recurrir á estos fenómenos para explicar la evolucion que tuvieron las
mencionadas especies en los tiempos cuaternarios . Los restos de ellos
hallados en los terrenos pertenecientes á aquella época , no indican
que fuese á la sazon muy grande el número de sus indivíduos . Por
consiguiente, bien podemos pasar a la segunda parte de nuestro aser
to , relativa á la extincion y emigracion de las especies sobredichas.
Mas ¿ qué pueden probar ni una ni otra en favor de la suma anti
güedad del hombre , cuando sabemos que en brevísimo espacio de
tiempo han desaparecido del globo faunas enteras , ó emigrado a
otro país puesto en mejores condiciones para la conservacion de
su existencia ? Dos solos siglos han bastado para que la fauna del
África , perfectamente semejante á la cuaternaria del Norte de Eu
ropa , desapareciese merced á la influencia del hombre civilizado
Cuando los colonos ingleses llegaron al Cabo de Buena Esperanza,
habitaban todavía en aquellos países el leon , el elefante , el rinoce
ronte , el anta y otros mamíferos que ahora ya han desaparecido.
Aunque los salvajes del Norte hayan empleado en la destruccion de
las especies mencionadas , no dos siglos , ni doce , sino veinte , ó sea
dos mil años , que harto concederles es para obtener el mismo ob
jeto , no teniendo en todo ese tiempo otro oficio que el de la caza ,
ni hallando en otro género de vida medios de subsistencia ; no ha
llaremos ser necesario un grande espacio de tiempo para la expli
cacion del fenómeno que vamos examinando .
En menos de dos siglos , como lo ha demostrado Mr. Milne
Edward en una memoria intitulada : Recherches sur la faune an
cienne de l'ile Rodrigues, y presentada por el célebre naturalista á
la Academia de Ciencias , una muy grande multitud de especies vi
vientes , así animales como vegetales , ha quedado extinguida , y casi
en el estado de fósil ' . Ocho ó diez siglos han bastado para hacer
desaparecer completamente al elefante de la Mesopotamia , acan
tonándolo en la region de la India ? . En la isla Mauricio , próxima i

1 Véase sobre esto la obra de Hamard : Études critiques. Supplément, etc. , pá


gina 66 .
2 Chabas , Etudes sur l'antiquité, etc. Stations préhistoriques, pág. 576 .
en órden á la antigüedad del hombre. 749

la isla Rodriguez , de que acabamos de hablar , y situada como ella


en el Oceáno Índico , desapareció el dronte en el siglo xvii , y en
una época enteramente reciente ha quedado extinguido el moa en
Nueva-Zelandia . Aún más : el leon , tan abundante en tiempo de los
romanos , que reunian centenares de estos animales para los juegos
del circo , ahora ha desaparecido conpletamente de Europa ; y en
los lugares donde habita va mermando cada dia su número , merced
á la accion destructora del hombre ; de suerte que no tardará mucho
en desaparecer por completo , si no se pone especial cuidado en
conservarlo . Esto mismo sucederá bien pronto á la ballena , que en
tiempo de San Alberto Magno se veia perseguida por los pescado
res en el estrecho de la Mancha , y ahora se halla arrinconada en los
helados mares del Norte , próxima á perecer por completo . Desde
ahora mismo se puede prever la época , dice Mr. Alfonso Milne
Edward , en que tanto una gran multitud de aves apteras y de gran
des cetáceos , como ciertas especies de focas y de utarias ó leones
marinos , serán del todo aniquiladas por el hombre . Ni puede ser
ménos , porque un solo navío americano capturó unas 20.000 otarias
en las costas de la Patagonia en dos meses el año de 1821.
La rhytina , perteneciente a la familia de los sirenidos , y descu
bierta en los mares del Norte en 1741 , ha desaparecido en veintisiete
años 1. Si el reno permanece hoy todavía en las regiones boreales
de Europa , esto se debe a que el hombre ha juzgado más conve
niente conservarle la vida que aniquilarlo ; de otra suerte , ya hace
muchos siglos que hubiera pertenecido á las especies extinguidas .
Estos hechos sirven para probar la suma brevedad de tiempo en
que ha podido ser llevado a cabo , con la mano mortífera del hom
bre , así el exterminio completo de las especies mencionadas , como
el parcial , resultando de aquí que ó no existiesen ya en parte algu
na animales de esta clase , ó quedasen acantonados en alguna deter
minada region , donde , no sufriendo una persecucion tan viva por
parte del hombre , se propagasen libremente por espacio de varios
siglos con una constitucion orgánica acomodada tan sólo á aquel
determinado país. Esto es lo que ha sucedido con el reno y con
otros linajes de animales que en los tiempos pasados ocupaban una
área de habitacion mucho más dilatada que la presente , y que ahora
se hallan contenidos en lugares más limitados , siendo esta la causa
de que algunos digan que han emigrado. Si el reno no hubiera sufri

1 Véase la Revue de Deux Mondes , 1866 , tomo LXIV , pág. 221 .


750 El Catolicismo y la ciencia

do en Francia y Alemania la persecucion que allí le acarreó la muer


te , hubiera vivido ahora en estas regiones como vivia en tiempo de
Julio César " . Si el que vive hoy dia no puede pasar en Rusia del
paralelo 63 , esto no se debe sinó á que sus progenitores siempre
vivieron en las heladas regiones del Norte , no sólo en tiempo de
Julio César , sinó tambien mucho ántes . Buena prueba de ello es el
que en las Tongusas baja hasta el paralelo 50 , y aún más alSur
todavía , y en América hasta el 45 , ó sea á la misma latitud que
ocupaba en la Selva Negra al llegar á ella con sus legiones el so
bredicho Emperador romano .
“ En vista de esto , escribe Chabas, no será necesario hacer hipó
tesis muy atrevidas sobre las variaciones climatológicas de Europa,
ni sobre los cambios de la especie animal, para admitir que el reno
ha vivido hace unos dos mil años á 49 y áun 44 grados de latitud
en el Mediodía de Francia . Su emigracion hacia el Norte en veinte
siglos no lo ha llevado más lejos que la suya al hipopótamo en
siete hacia el Ecuador . Aclimatado en las regiones tropicales el hi
popótamo, no viviria hoy ya en las embocaduras del Nilo sinó me
diante nuevos períodos de aclimatacion , los cuales serian tambien
indispensables para traer á nuestras regiones el reno polar ,, ?
En efecto , el hipopótamo, que no pasa hoy dia del grado 19 de
latitud , era cazado por los antiguos egipcios en las lagunas del bajo
Egipto ; y en tiempo de Abd - el -Latif, vivia todavía en el brazo de
Damieta . Otro tanto sucede al cocodrilo ; hoy no pasa del 27 para
lelo , miéntras que hace unos treinta siglos habitaba en las bocas
del Nilo .
Aún más : en tiempos históricos abundaba la Macedonia en leones
aurochs y osos , así como tambien en boas la Calabria; y ahora es
ar
tos animales se hallan confinados á otras regiones . Y para cit un
ejemplo todavía más reciente , apenas se han pasado dos siglos des
de que los habitantes de Aulas obtenian de su señor permiso para
cazar en los Cevennes ( Francia ) el ciervo , el jabalí, el oso, el lobo,
etcétera 3. Por lo cual se ve cuán infundadamente exigen los partida
rios de la prehistoria una inmensa multitud de años para la extincion
universal 6 local de las especies llamadas cuaternarias. Basta que el

1 César , De bello gallico , lib. vi , cap. XXVI.


2 Chabas , l. cit. Stations préhistoriques , pág . 570.
3 Cazalis de Fondouce, Derniers temps de l'âge de la pierre polie dans l'Aces!!"
pág. 72 ( Citado por Chabas, l. cit., pág. 570 ) .
en órden á la antigüedad del hombre. 751

hombre se empeñe en ello , y se empeña siempre que de su accion


destructora reporta alguna utilidad notable , para que en breve tiem
po acabe con las fieras que habitan en la comarca donde él ha que
rido ſijar su residencia. Por eso se dice con razon que a medida que
en un lugar van aumentando las especies domésticas , disminuyen
las salvajes; porque el hombre no halla interés, sinó por el contrario
muchos inconvenientes en que sigan viviendo , y áun procura darles
caza hasta que llega á extirparlas por completo . Y esto cabalmente
es lo que nos cuentan las historias de los pueblos, envueltas á veces
en las ficciones de la fábula . De Hércules y otros héroes antiguos se
escribe que limpiaron la tierra de monstruos , y lo mismo se dice de
otros personajes históricos. Estos monstruos no eran sinó las fieras
alimañas que infestaban las comarcas , y que por consiguiente, al
entrar en ellas el hombre , debian desaparecer bajo el influjo de su
mortífera accion como séres dañinos que estaban continuamente po
niendo en grave peligro su vida .
Pero hemos dicho ademas que las especies domésticas , con las
cuales se hallan mezcladas en los depósitos cuaternarios antiguos ,
son una señal inequívoca de la data reciente de estos animales. Efec
tivamente, las especies domésticas indican un estado social bastante

avanzado en el hombre que las propaga, por confesion de nuestros


mismos adversarios ; y siendo las mismas que ahora poseemos , reve
lan una época separada de la nuestra por un espacio de tiempo tan
breve, que no puede contar sinó, cuando más , algunos cuantos mi
les de años . Ahora bien ; juntamente con las especies llamadas cua
ternarias han aparecido en los yacimientos más antiguos gran mul
titud de nuestras especies domésticas . El buey , el carnero , el puerco,
la cabra, la oveja, etc., han sido hallados en estos depósitos al lado
de las otras especies en cuya extincion ó emigracion pretenden fun
dar nuestros filósofos flamantes la remotísima antigüedad del hom
bre . Oigamos á los señores Steenstrup y Dupont discurrir sobre esta
materia : “ Entre los huesos, objetaba el primero de ellos al segun
do en el Congreso de Bruselas de 1872 ( Compte - rendu , pág . 211 ) ,
entre los huesos que , juntamente con los de los antiguos paqui
dermos, han sido extraidos de las capas pertenecientes a las edades
del mammuth y del reno , á las de los restos de cocina y de la pie
dra pulimentada, se encuentra un número bastante considerable de
los que caracterizan á los animales domésticos, como el buey, la ca
bra, la oveja, el puerco . Yo , por mi parte , no he podido hallar dis
tincion alguna entre estos huesos y los de las especies actuales , ni
752 El Catolicismo y la ciencia

cuando los examiné durante mi permanencia en Bélgica , ni cuando


más tarde comparé mis notas con las colecciones de Copenhague .
En presencia de estos hallazgos, que para mí son hechos zoológicos,
y en presencia de estas estratificaciones en las cavernas , que son
para nuestro amigo Dupont hechos geognósticos sobre los cuales
establece este sabio su cálculo cronológico en orden a los restos or
gánicos de las cavernas, yo no puedo llegar sinó á este resultado:
es preciso admitir que los restos de los animales domésticos suben
hasta la misma época , y que por tanto los pueblos del mammuth y
del reno han poseido tambien la mayor parte de nuestros animales
domésticos o han podido procurárselos de los pueblos vecinos, por
ejemplo, robándolos. Mas de cualquiera manera que los animales
domésticos hayan llegado á sus manos , la presencia de estos restos
en las cavernas prueba, á mi ver, que la civilizacion del periodo del
mammuth y del reno no puede en modo alguno tener la fisonomia
que se le atribuye, ni ir tan allá como se supone. ,,
A esto responde M. Dupont ( 1. cit ., pág . 211 ) : “ Es cierto que
afirmar la existencia en Bélgica de cincuenta y dos especies de ma
míferos durante una misma época , la época del mammuth , declara
que juntamente con las especies hoy dia existentes en este país ha
bitaban otras veintiocho , cuyos tipos genéricos ó específicos no
viven ya , ó viven sólo en regiones distintas , es plantear un proble
ma de geografía bien extraño y evidentemente de los más compli
cados . Sin embargo, estos son hechos definitivamente demostrados,
cuya explicacion debemos intentar sin atrevernos - á negar su posibi
lidad . „ Más adelante , en la pág . 225 , hace extensivo Dupont este
fenómeno a otros muchos puntos de Europa , diciendo : " No sť
debe perder de vista que la fauna llamada de la edad del mammuth ,
y que comprendia en Bélgica más de cincuenta y dos especies de
mamíferos, no era especial á nuestra region . Es cosa sabida que se
la encuentra en los aluviones exteriores y en las cavernas de Ingla
terra y Francia , en las del Norte de Italia y de Austria, en los alre
dedores de Odessa , en Alemania y hasta en la misma Siberia , '
o lo
Estos descubrimientos notados por Steenstrup y Dupont , n só
indican la edad reciente de los depósitos cuaternarios en cuyo seno
han sido halladas las especies extinguidas ó emigradas de que vamos
tratando , sinó que ademas quitan á nuestros adversarios un arma a
que se les ha visto recurrir con gran frecuencia para confirmar sus

I Moigno, Les splendeurs de la Foi, tomo II , pág. 880 .


en órden á la antigüedad del hombre. 753

propias ideas . Esta es la multiplicidad de edades sucesivas que solían


establecer en las faunas antiguas , de la misma manera que en la in
dustria de los hombres correspondiente á cada una de ellas. La edad
del mammuth , la edad del oso gigantesco , la edad del reno , pues
tas una en pos de otra por los paleontólogos Lyell , Lartet, Lubbock ,
Dupont y otros , han venido á confundirse en una sola por hallarse
juntos en unos mismos yacimientos los restos de los animales per
tenecientes á todas ellas ; como hemos visto refundirse tambien en
una sola todas las edades arqueológicas , hallando la piedra con
toda su variedad de formas asociada a los metales en una gran mul
titud de estaciones reputadas prehistóricas . Oigamos á M. Fraas
explicarse sobre este asunto en los siguientes términos : “ Háse ha
blado , dice , de la época glacial , de la edad del elephas antiquus,
del mammuth , del reno . Esto se habrá visto quizás en Francia, mas
en Alemania no sucede asi : allí no hay ni edad del mammuth , ni
edad del oso , ni edad del reno . Todos estos animales vivian y eran
comidos por el hombre en la misma época . Sus restos están mez
clados en la gruta de Hohlenfels , y lo que allí falta es la fauna mo
derna : el ciervo , la bicerra , el carnero , etc. Se ha hablado de pe
dernales cuaternarios . ¿ Qué es eso ? Bien se puede ver en Bélgica
que no ha faltado la vajilla en los tiempos del reno y del mammuth ,
y que las cosas han pasado allí como en Alemania y en Francia , ' .
Estas palabras de M. Fraas , y las que á este propósito escribe el
P. Haté en el artículo que acabamos de citar , nos ponen en camino
para resolver la tercera de las tres cuestiones propuestas al comen
zar el exámen del argumento paleontológico . ¿ Cuál es el espacio,
decíamos entonces , transcurrido desde la extincion completa de
muchas especies hasta nuestros días ? Desde luego se advierte que
no habiendo existido sinó en la imaginacion de los afiliados a la es
cuela moderna sucesion alguna de edades paleontológicas , ni ar
queológicas , el tiempo transcurrido desde que perecieron por com
pleto ciertas especies llamadas cuaternarias no puede ser muy gran
de . El doctor Fraas es de parecer que todavía vivian en Alemania
en tiempo de Julio César . “ En 1860 , escribe el P. Haté ? , M. Fraas
descubrió en el Hohlenfels, caverna del valle del Ach , en Suabia ,
pedernales de forma reciente , y pedazos de vasijas mezclados con

1 Véase sobre esta misma materia un excelente articulo del P. Haté, publicado en
dos Études de 1875 , livraison d'Avril , pág . 545 y siguientes .
2 Études religieuses, etc. , l. cit., pág . 561 , nota .
754 El Catolicismo y la ciencia

una grande cantidad de huesos , todo en la misma capa . Los huesos,


algunos de los cuales llevan señales evidentes de percusion , hicie
ron claramente reconocer la fauna del mammuth y la del reno . Asi,
los habitantes del Achthal vivian con el mammuth , el reno , el oso
de las cavernas , el leon , etc. A pesar de esto , el sabio osteólogo
no cree que su emigracion a Alemania suba más arriba de mil años
antes de la era cristiana. Por lo demas , él opina que el mammuth y
el leon han debido subsistir áun en el periodo histórico , en tiempo
de los germanos y de César . „ Luego trae á renglon seguido el tes
timonio de otro naturalista aleman , M. Thomé , nada sospechoso de
clericalismo , el cual confirma plenamente las ideas de este autor.
“ Hé aquí , escribe , cómo juzga otro sabio al Dr. Fraas en la Reau
trimestrielle des sciences naturelles, publicada por la Redaccion del
periódico científico La Gaea ., ( t . 1 , Histoire primitive par Th . ( Tho
mé) 1873. ) “ A M. Fraas , dice , pertenece la gloria de haber sido el
primero en combatir con razones científicas y con grande fuerza ias
teorías exageradas que tendian a hacer muy anteriores a la aurora
de la historia de Asiria y de Egipto los productos de industria ha
llados en las cavernas ( Pág. 121 ) . „ En cuanto á sus conclusione
añade el P. Haté : “ M. Thomé las adopta enteramente diciendo que
al presente no es ya posible dudar que los cazadores de renos de
las cavernas de Suabia , y generalmente de la Europa central, hayan
vivido en una época que presentaba en otras regiones del globo
Estados ya regularmente constituidos con una civilizacion avanza
da. Con mucha más razon es preciso decir esto mismo de la edad
que nos ha dejado los kjokkenmoddingos, los restos sepultados en
los turbales y en las construcciones lacustres . Podemos proclamarlo
muy alto : las datas atribuidas en los principios á estos objetos no
han sido sinó una colosal fantasmagoria (Pág. 128) . , Asi el aleman
arriba citado , nada sospechoso de clericalismo . Lo mismo ha opina
do Mr. Schaafhausen , uno de los más distinguidos naturalistas de
Alemania , en el Congreso de Antropologia celebrado en Salzbourg
( Austria ) recientemente .
A todos estos ilustres sabios alemanes hay que añadir el gran
egiptólogo y no menor naturalista francés M. Chabas , quien para
probar precisamente esta verdad ha compuesto y publicado un libro
cuyas páginas han sido con frecuencia citadas en este escrito . Al
tratar especialmente sobre esta materia, nota muy bien el distinguido

1 V. La Controverse, Janvier 1882 , pág . 60 .


en órden á la antigüedad del hombre . 755
autor que " ni la masa de tierra caida con que estaba cubierta la
!
entrada de las grutas de Rully y de Germolles , donde han sido ha
llados los restos del mammuth y del oso gigantesco asociados á los
del reno , ni el espesor del terreno de transporte que existe ante es
tas grutas , exigen gran multitud de siglos para su formación , ' : á
lo cual añade que " en Chassey , para recoger las hachas bruñidas,
las hermosas flechas aladas y la variada vajilla de tierra , pertene- .
cientes ; sin género alguno de duda , á la época céltica ante- romana,
.
se cava hasta sesenta ú ochenta centímetros de profundidad , y á
veces todavía más , 2. Observa en seguida que “ á esta misma pro
fundidad aparecen delante de las gradas de Rully y de Germolles
los restos del mammuth , del oso de las cavernas , del reno , etc. , y
que no es necesario cavar más hondo en Solutré „ 3. Finalmente,
i despues de advertir que " en todo caso , ni el relleno de las caver
nas , ni el levantamiento del suelo costanero obedecen á leyes fijas,
no siendo por lo mismo posible hallar en ellos señales cronológicas
que ofrezcan el más mínimo viso de certidumbre ,, 4 , pasa á otro
género de reflexiones que puedan arrojar una luz más viva y es
plendorosa sobre este asunto . Las emigraciones recientes de algu
nos animales , la desaparicion completa del elefante del Asia central
y occidental, no muy diferente del mammuth , llevada a cabo en
tiempos posteriores á Totmes III , de la décimoctava dinastía egip
cia , y otros argumentos no menos poderosos son las razones prin
cipales en que funda la reciente extincion del mammuth , del oso de
las cavernas y de otros animales , moradores en otros tiempos de
varias regiones de Europa .
Nada menos que ciento veinte elefantes, dice un oficial del sobre
dicho Rey , cazaron de una vez en el territorio de Ninive , segun
se halla escrito en una inscripcion de Egipto de aquellos tiempos
citada por el referido escritor 5 , para que se vea lo abundantes que
eran entonces en aquella region estos animales . Y no se crea que
sólo Ninive los criase ; porque , como observa muy bien el mismo
autor á este propósito , en la inscripcion “ no nos es señalada la re
gion de Ninive como un último límite , sinó solamente como un
punto sobre el cual era entonces comun el elefante; pudiéndose por

1 Chabas, Études de l'antiquite historique, etc. Stations préhistoriques , pág . 567 .


2 Idem , ibid .
3 Idem , ibid.
4 Idem , ibid ., pág . 568 .
5 Idem , ibid., pá4 . 574.
756 El Catolicismo y la ciencia

consecuencia inferir legitimamente de este hecho que dicho animal


penetraba á la sazon hasta el Tauro , y probablemente hasta las ri
beras del mar Negro , y áun hasta las orillas del Mediterráneo, en
la Alta Siria , en el Asia Menor , en la Armenia , etc. , ! . Por lo cual,
con razon , podemos suponer que los tales elefantes pertenecian a
la misma variedad del mammuth , porque el elefante en las regiones
frias necesita de un buen manto velloso que lo proteja contra los ri
gores del invierno , como vemos haberlo poseido el mammuth , y
las regiones que acabamos de nombrar eran sumamente frias en
aquella época , tanto que áun mil setecientos años más tarde, en
tiempo de Ovidio , una gran parte del mar Negro se helaba de suer
te que podian caminar sobre él los hombres á caballo , y aun los
mismos bueyes con sus carros ? .
Ciertamente , cuando se considera que los huesos del mammuth
se encuentran asociados á los de nuestras especies domésticas, as
en Alemania , como en Bélgica, Francia , y sobre todo en Ingla
terra , como consta de lo que llevamos escrito , y de los testimonios
de Lyell 3 y de Southall 4 ; cuando se atiende al hecho incontestabir
de que los yacimientos de los mismos son , no sólo los terrenos as
tiguos , sinó tambien los de data muy reciente , como el lehem de
nuestros valles , y los aluviones relativamente modernos de nuestros
rios ; cuando se advierte que en los depósitos auríferos de Califor
nia han sido hallados los restos de este animal juntamente con los
del mastodonte , asociados á objetos de industria humana tan nota
bles como los morteros con sus manos correspondientes , las cucha
ras de esteaita , las puntas de lanza , los anillos, flechas y agujas de
piedra , etc. , y que en la Luisiana estaban dos piés más abajo que
las hachas de piedra , que las horquillas de madera, que los restos de
cuerda , y que los fragmentos bien conservados de un cesto de
caña 5 ; cuando se piensa , finalmente , en los mammuths enteros y
frescos que nos ha revelado en este mismo siglo la Siberia , y en los
muchos huesos de cuadrúpedo que existen en el Norte de América
sobre la superficie, todavía despidiendo olor y recientemente despo
jados de su carne ; bien se puede asegurar con pleno asentimiento

I Chabas, Études de l'antiquité historique, pág. 575 .


2 Ovidio, lib. iii Tristium , eleg. 10.
3 Lyell , Principes de Géologie, trad. franc., tomo 1 , pág: 710 .
4 Southall , The recent origin of man , 1875 , pág: 325 .
5 Comptes -rendus du Congr. préhist. París , 1867 , págs. 100-101 . ( Citado por
Chabas, Études, pág. 572. )
en órden á la antigüedad del hombre. 1 757

que si el mammuth no vive todavía en el globo , no debe hacer


muchos siglos que ha desaparecido de él , porque tal conjunto de
circunstancias no permite juzgar otra cosa.
Tanto más que el reno y el uro ó buey primigenio , pertenecien
tes á los mismos tiempos de este animal , habitaban la Selva Herci
nia en la época de Julio César, como con argumentos irrefragables
lo prueba Hamard en el Suplemento á sus Estudios críticos de Ar
queologia ' ; y del uro hay que añadir ademas que su existencia se
prolongó en las Galias hasta entrada la Edad Media , y quizá hasta
el fin de ella , pues hacen mencion de él en el siglo vi , como de un
animal existente a la sazon , San Gregorio de Tours y Venancio
Fortunato. Carlo Magno lo cazó en 805 en la Selva Negra ? , y
consta por numerosos testimonios recogidos por Gérard 3 que en
Alemania duró , juntamente con el bisonte ú orochs , lo menos hasta
el siglo xvm .
Lo que acabamos de escribir del mammuth lo podemos asegurar
en la misma forma del rinoceronte , inseparable compañero del ele
fante en todos tiempos . “ La historia , escribe Hamard , permanece
muda en órden á la presencia de este animal en nuestras regiones;
pero la Arqueologia nos lo ha mostrado , como al elefante, en las
tierras heladas de la Siberia , todavía revestido de su carne , de su
piel y del manto que lo defendía del frío , 4 .
En cuanto al oso de las cavernas , su diferencia de los actuales no
se funda sinó en la talla : era más corpulento que los de ahora , lo
cual no es razon para que lo consideremos como de especie distin
ta , sinó como una simple variedad , y éste era tambien el juicio del
gran naturalista Blainville . Ahora bien ; los osos duran todavía en
Asturias, en los Pirineos , en los Alpes y en Francia ; ademas , nu
merosos documentos atestiguan que se conservó en los Vosgos y
en Alsacia hasta el siglo xyın . La mayor corpulencia le debió pro
venir sin duda al oso de las cavernas del mayor salvajismo de los
lugares en que habitaba , de la mayor libertad que entonces disfru
taba , y de las otras circunstancias de lugar y tiempo que pudieron
contribuir á un desarrollo especial de todos sus miembros ; circuns
tancias que duraron ciertamente por todo el Norte de Europa ,

I Hamard , Études critiques, etc. Supplément, etc. , pág . 173 y siguientes.


2 Eckhart , Franc , orient., cap . 11 , pág. 32 .
3 Gérard , Essai d'une faune historique, pág. 383 .
4 Hamard , 1. cit. , págs. 172-173 .
758 El Catolicismo y la ciencia , etc.

inclusas las Galias, en todo el tiempo anterior a la era cristiana y


áun durante algunos siglos de ella.
Finalmente , por lo que respecta al hipopótamo , ya hemos obser
vado que por los tiempos de Abd - el - Latif vivia en Egipto , en el
brazo de Damieta , es decir , más al Norte del 30 ° paralelo . Bien
pudo ser que en los tiempos cuaternarios ocupase una área de ha
bitacion más extensa , existiendo en Europa y en la India algunas
variedades de este animal acomodadas a las condiciones topográ
ficas del país , como sabemos haber sucedido esto mismo con el
mammuth , que es una simple variedad de la especie elefantina,
segun opina Blainville , y no una verdadera especie aparte '. Des
pues , la persecucion viva que sufriria por parte del hombre acabaria
con estas variedades, quedando solamente la que ahora existe en
el Nilo .

1 Hamard , Études critiques, etc. , págs. If y siguientes.


CAPÍTULO XXXIV

CONCLUYE LA MATERIA RELATIVA A LA ANTIGÜEDAD DEL


HOMBRE . DISCÚTENSE LOS ARGUMENTOS ANTROPOLÓGICOS
DE LOS PREHISTÓRICOS . CRONOLOGÍA DE LA BIBLIA .

ENGAMOs ya al cuarto y último argumento de nuestros ad


versarios , sacado de la craneologia comparada. Sobre él
poco tenemos que observar, habiendo refutado en los
dos capítulos antecedentes las ideas darwinianas ó evolutistas que
le sirven de principal apoyo , y habiendo probado en ellos con he
chos positivos , pertenecientes tanto al reino animal como al huma
no , que se pueden muy bien formar las razas en un corto número
de siglos . M. de Quatrefages, que tan hermosamente ha combatido
en sus escritos las doctrinas de Darwin , aquí , al tratar de la antigüe
dad del hombre , parece que se olvida de sí mismo , y asienta que la
multiplicidad de razas en el género humano no se puede explicar
sin un desarrollo lento é insensible , ejecutado por el hombre en un
número incalculable de años . Así es que llega á admitir sin dificul
tad alguna hasta el hombre terciario . Este proceso lento , sin em
bargo , en la formacion de las razas humanas , es para este sabio una
mera suposicion a priori, y nada más . De Quatrefages no la prueba
con argumentos científicos, ni puede probarla tampoco , porque la
experiencia le es contraria en muchos casos ; y si en otros puede
parecer algun tanto favorable á sus ideas , esto no proviene sinó de
que no se pone la debida atencion en la naturaleza así de los hechos
como de las causas que los producen .
Una vez formados los tipos , no es tan fácil transformarlos como
cuando todavía no ha sido determinada la accion de la naturaleza ,
haciéndole seguir alguna direccion particular. Cuando un rio no
tiene madre , y corre al acaso por cualquier lugar que se le presen
760 El Catolicismo y la ciencia

ta , entonces es cosa fácil marcarle una direccion determinada,


abriéndole un cauce que lleve encajonadas sus aguas sin permitirles
divagar por otras partes ; pero una vez abierto este cauce , y ahon
dado más y más con el proceso de los siglos , se necesitan no pe
queños trabajos para hacerle tomar otra vereda . Las razas se for
maron prontamente en los descendientes de Noé con los diversos
usos y costumbres que introdujo en ellos la dispersion por todo el
globo . Despues, cada familia fué tomando sus costumbres propias,
acomodadas á las condiciones topográficas del terreno donde por
eleccion ó por necesidad le habia tocado vivir durante algun espa
cio de tiempo ; y á lo particular de sus costumbres se siguió consi
guientemente lo peculiar de su fisonomía , creándose con esto la dis
tincion de razas , que cada vez se fueron asentando más y más en
algunos , y diversificándose en otros , segun el modo de vida que
cada uno de ellos llevaba, constante y uniforme , ó múltiple y vario,
en los lugares donde moraba . Las razas asentadas desde largos siglos
tienen profundamente grabada en su seno la accion que la natura
leza ha ejercido en ellas siempre en un mismo sentido ; y así no es
tan fácil convertirlas en otras , como si se las hubiera tomado en sus
principios .
A pesar de todo esto , sabemos que varios pueblos , con la mu
danza de costumbres y trabajos, han transformado grandemente su
fisonomía en un pequeño número de siglos. ¿ Cómo , pues , se podrá
decir que en un principio , cuando no había estas dificultades que
vencer por parte de la naturaleza con respecto á los tipos que habia
de crear , no los pudo formar en brevísimo tiempo puesta en con
venientes circunstancias ?
Ademas, M. de Quatrefages exagera notablemente las cosas para
hacer más’razonable su doctrina . Dice que ya en la época cuater
naria se advierten tres razas principales , de dolicocéfalos, braqui
céfalos y mesaticéfalos , y luego otras subrazas comprendidas entre
estos tres extremos . Todo esto es puramente hipotético : los huesos
que se han encontrado en los depósitos cuaternarios no son sufi
cientes para formular proposiciones de esta especie . La dolicocefa
lia , la braquicefalia , la mesaticefalia y las otras formas craneanas
intermedias , las hallamos hoy dia en indivíduos de una misma raza.
¿ Con qué derecho , pues , se puede afirmar que los cráneos hallados
en los referidos depósitos pertenecen á personas de diferentes razas,
cuando pueden ser simples variedades de una misma ? En las mis
mas razas hoy dia existentes es muy difícil determinar la forma
en órden á la antigüedad del hombre . 761

predominante del cráneo , teniendo tanta multitud de indivíduos en


quienes se pueden tomar las medidas ; y por unos cuantos cráneos
que se han descubierto en los terrenos cuaternarios , muchos de
ellos mutilados y casi del todo informes, ya se quiere concluir re
sueltamente que en tal ó cual region ha habido esta ó aquella varie
dad de razas ?
*** Seamos más justos apreciadores de las cosas , y miremos los ob
jetos con lógica más severa . Cuando más , se podrá decir que entre
los hombres de la época cuaternaria existia probablemente una raza
de dolicocéfalos y otra de braquicéfalos. Pero poner entre ellos
nada menos que seis razas diferentes por cuatro huesos humanos
que han sido hallados en los depósitos de aquella época , nos parece
exageracion exorbitante .
Por lo que toca á los de la nueva escuela , que fundan la suma
antigüedad del género humano en la teoría de la evolucion , y en
consecuencia hacen progresar lentamente al cráneo del mono hasta
que llegue á la perfeccion del cráneo humano de los europeos , des
use
pues de haber recorrido en la infinita série de los siglos las etapas
del negro bozal y del malayo , citaremos solamente las palabras
de M. Chabas, que ponemos a continuacion. “ Se hace memoria ,
escribe , de la importancia atribuida á la mandíbula de Moulin
Quignon , á la de la Naulette , á los cráneos de Engis, al de Nean
derthal , el más bestial de todos ellos ; no se han echado en olvido
tampoco las ardientes discusiones sobre la perforacion de la cavi
dad olecraneana del húmero. ¿ Qué es lo que ha salido de todo
esto ? Apreciaciones contradictorias sobre los cráneos en cuestion ,
dejar fuera de combate el de Neanderthal, averiguar que la perfo
racion del olecrano ' no es en manera alguna un carácter monesco,
ni áun siquiera un signo de inferioridad de raza . Despues vino la
. cuestion magna de las razas braquicéfalas y dolicocéfalas, resuelta
en el sentido de que los cráneos de los monos presentan uno y
otro carácter , de que ni la longitud ni la anchura del cráneo in
fluyen en las facultades mentales , y de que en definitiva pucde
haber bajo este aspecto más semejanza entre un dolicocéfalo y un
braquicéfalo que entre dos indivíduos del mismo indice craneos
cópico ? . Ademas de esto , se puede acudir en tal cuestion à la

I Olecrano (wéxcavov) es la cabeza saliente del hueso del codo.


2 De dos hermanos que han logrado alcanzar un puesto elevado en las ciencias
exactas y que se asemejan en todos sentidos , el uno ha sido hallado por M. Pruner
762 El Catolicismo y la ciencia

ciencia antropológica para verla contradecirse y rectificarse å si


misma . Todavía conviene seguir sus evoluciones y examinar sus
descubrimientos. Si las sepulturas exploradas por el Sr. Dr. A. Bau
din , en Angy ( Oise ), no hubieran sido clasificadas con una certeza
absoluta en la época merovingia , ¿ qué cementerio tan admirable de
razas salidas de los primates no se hubiera visto en esta reunion de
esqueletos de cráneos dolicocéfalos con protuberancias superciliares
muy salientes , senos frontales desarrollados y prognatismo, que
presentan la fisonomía bestial de las viñetas aquí copiadas ?, ' .
Lo que hasta aquí llevamos escrito en este capitulo nos demues
tra que ni las exigencias históricas de los pueblos , ni los fenómenos
de la geologia , arqueologia , paleontología ó craneoscopia estudia
dos con tanto ardor hasta el presente , son bastantes para obligar
nos á abandonar la cronología vulgar constantemente seguida de
los sabios hasta este siglo , y que el estudio diligente y concienzudo
de todas estas cosas va , por el contrario , disipando de dia en dia
entre los hombres doctos y prudentes los fantasmas de antigüedad
maravillosa señalada en estos últimos tiempos al género humano
por los amigos de la prehistoria. Pero aun cuando hubiéramos de
renunciar a aquella para dar á los dias ya transcurridos del humano
linaje una extension de ocho o diez mil años y aun más , si fuere
menester por reclamarlo así con absoluta imperiosidad los hechos
ciertos de la historia del hombre , no por eso nos pondríamos en
pugna con las enseñanzas de la sagrada Escritura , como se imagi
nan los enemigos de nuestra sagrada Religion , ni ésta quedaria
convencida de haber abrazado algun error en sus creencias. Esto
es lo que vamos a demostrar ahora brevemente , cumpliendo lo que
tenemos prometido sobre este asunto . No necesitaremos ciertamen
te escribir largas páginas para conseguir nuestro intento .
Supongamos que , en efecto , nada hemos dicho en las páginas
precedentes; supongamos que los defensores del hombre prehisto
rico hayan demostrado ya , ó lleguen a demostrar un dia , la exis
tencia del hombre en tiempos muy anteriores á los admitidos por
la cronologia vulgar . ¿ Habrá resultado con esto algun verdadero
conflicto entre la ciencia y la Religion católica ? No , ciertamente;
porque ni la Iglesia ha determinado nada sobre la edad del género

Bey, compas en mano , decididamente dolicocéfalo , y otro marcadamente braquicefa


lo . ( Nota del mismo Chabas . )
Chabas , Études sur l'antiquité , etc. Stations préhistoriques, pág. 584-586 .
en órden á la antigüedad del hombre. 763
humano , ni la Escritura en esto nos habla en términos tan precisos
que no podamos ampliar la cronologia hasta aquí comunmente re
cibida sin oponernos á sus divinas enseñanzas. La Iglesia ha tenido
siempre en grande estima la Version griega del Pentateuco hecha
por los Setenta intérpretes , y aun en la actualidad le conserva este
mismo aprecio . Ahora bien ; entre la Vulgata latina declarada autén
tica por el Concilio Tridentino y la Version de los Setenta hay no
pequeñas diferencias en materia de cronologia. Aún más : segun la
cronologia de la Vulgata , el diluvio sucedió unos 2.500 años , y la
creacion del hombre unos 4.200 antes de Jesucristo ; y segun el
Martirologio romano nació en Belén “ 5.199 despues de la creacion
del mundo y 2.957 despues del diluvio . Sin embargo , uno y otro
libro están aprobados por la Iglesia , la cual no juzgó conveniente
reformar estas cifras del Martirologio cuando declaró auténtica la
Vulgata .
Y es que la Iglesia sabe muy bien que en estas cosas no relacio
nadas ni con el dogma ni con la moral , los libros sagrados han po
dido sufrir algun detrimento así en el original hebreo como en las
versiones griega y latina por descuido de los copistas é intérpretes ..
El Espiritu Santo ha inspirado las Sagradas Escrituras para que nos
wietna
sirviesen de norma segura en el camino de la salvacion , enseñándo
2
nos las verdades de la religion y de la moral , y por lo mismo ha
cuidado en todos tiempos la integridad de las mismas en este pun
to . Mas en lo perteneciente á la cronología , que es una cosa muy
secundaria en órden a la vida eterna , no ha sido necesario este cui
dado ; porque importaba muy poco que se conservase ó no integro
el texto primitivo en esta parte . Así tambien la Iglesia , al declarar
auténtica la Vulgata latina , no ha definido que se halle encerrado
en ella con perfecta exactitud el mismo número de años que fué es
crito en el original primitivo por los inspirados autores de las San
tas Escrituras, sinó que se ha contentado con decir que existe su
integridad en lo relativo á los dogmas y á la moral . Esto era lo que
hacía al caso , que esotro de la cronología , el saber si han pasado
tantos ó cuántos años despues que tuvo lugar la catástrofe del dilu
vio , ó despues que fué criado el primer hombre , importaba muy
poco para que fuésemos muy santos y muy perfectos en esta vida.
Y á esto tambien sin duda debe atribuirse el que la sagrada Biblia
no contenga una cronologia propiamente dicha. Sólo se dice en ella
que tal ó cual patriarca vivió tantos años , y que á tal edad engen
dró á tal hijo , sin dársenos jamás un número total que comprenda
764 El Catolicismo y la ciencia

todo el tiempo transcurrido desde la aparicion del primer hombre


hasta un determinado acontecimiento de la historia . Para tener una
cronologia basada en la Biblia , es preciso formarla sumando las di
ferentes partes de tiempo en que cada uno de los indivíduos alli
nombrados vivió antes de tener hijos . De esta manera han calcula
do los cronólogos cristianos la edad del género humano , siendo em
pero tan poca la seguridad que han podido obtener en sus procedi
mientos, que la diferencia entre unos y otros resultados ha llegado
hasta 2.343 años nada ménos. En efecto : unos ponen entre Adan y
Jesucristo 3.968 años , y otros 6.311 . Y esta diferencia , que se ad
vierte en la totalidad del tiempo transcurrido desde Adan hasta Je
sucristo reina tambien en varias cantidades parciales de este mismo
tiempo ; lo cual da bien claramente a entender que en la Biblia, tal
como ha llegado hasta nosotros, no tenemos un cronómetro segu
ro para medir con toda exactitud los años que nuestros antecesores
han llevado sobre la tierra .
Añádase á esto que , como observa Reusch con Reinke ( Beiträge
zur Erklärung des A. T. , I , 1 ) , " en muchos lugares es claro y ma
nifiesto que los textos de la Biblia no han sido conservados en su
integridad , por lo que respecta á la cronologia, y que muchas datas
han padecido alguna alteracion , ' ; lo cual hace muy creible que
esto mismo haya sucedido á otras muchas cifras del texto hebreo,
cuya variacion nos es desconocida . Nada más fácil ciertamente que
este género de alteraciones ; varias letras del alfabeto hebraico tie
nen grandísima semejanza entre sí , y por lo mismo áun los más di
ligentes copistas han podido escribir una en lugar de otra , variando
de este modo , sin intentarlo , las cantidades significadas con ellas;
pues los hebreos , como otros muchos pueblos, en la numeracion se
servian de letras .
Va
Y no sólo poniendo una letra por otra, mas aun suprimiendo
rios nombres y fechas, sin pensarlo , pudieron dar origen los ama
nuenses a la alteracion del texto primitivo. En algunos capítulos
que se componen de nombres y de fechas casi en su totalidad, esto
puede suceder con la mayor facilidad del mundo , sobre todo cuan
do la integridad en esta parte no ofrece grande interés al que hace
la copia . Aún más : no es inverosímil que las listas genealógicas des
critas por Moises fuesen mucho más largas de lo que al presente
aparecen en la Biblia , y quc posteriormente hayan sido reducidas de

I Reusch , leç . xxxi, págs . 540-541 .


en órden á la antigüedad del hombre. 765

intento por alguno que sólo quiso conservar los nombres más prin
cipales . En el capitulo xi del Génesis el texto griego trae la gene
racion de Cainan , padre á los 130 años , la cual no se encuentra en
los otros . Como San Mateo en la genealogia de Jesucristo contó los
ascendientes del Salvador de manera que en las generaciones com
prendidas entre Abraham y David , entre este gran rey y la trans
migracion de Babilonia , entre esta transmigracion , finalmente , y el
nacimiento de Cristo apareciese siempre el mismo número cator
ce ; así tambien el mismo Moises , al escribir en un principio las
genealogias , y más tarde otro cualquiera al transcribirlas, pudieron
llevar el marcado propósito de reducirlas á nueve o diez generacio
nes principales , haciendo caso omiso de otras menos importantes ó
indignas de ser contadas por los pecados de los comprendidos en
ellas . Así , San Mateo , en su genealogia , omitió de intento tres ge
neraciones ; porque , como con San Jerónimo escribe el angélico
Doctor Forant se habia mesclado con el linaje de la impiisima Fe
sabel ; y por la misma causa es omitida por San Juan en el Apoca
lipsis la tribu de Dan en la lista de los escogidos pertenecientes al
pueblo hebreo ?
Por estas y otras razones semejantes escribió hace ya algunos
años con juiciosísimo criterio el ilustre naturalista P. Bellynk , de la
Compañía de Jesus, las siguientes palabras: “ No hay cronologia en
la Biblia (antes de Abraham ) . Las genealogías de nuestros sagrados
libros, de donde han sido sacadas varias séries de fechas, presentan
á veces vacíos . Ć Cuántos son los anillos que faltan a esta cadena

interrumpida ? Es imposible saberlo . Bien puede , por tanto , la cien


cia atrasar el diluvio cuantos siglos le sean necesarios para explicar
sus fenómenos , 3 .
" Mucho ántes que el P. Bellynk , escribe á este propósito Mon
sieur Cosquin despues de haber citado las mencionadas palabras,
uno de los más ilustres sabios de este siglo , Silvestre de Sacy, ma
nifestaba la misma opinion ,, * . Y apropiándose unas palabras del
P. Valroger, que toma de su obra intitulada: L'âge du monde et de
l'homme ( páginas 66-67 ) , dice con él en estos términos : “ Silvestre
de Sacy era ciertamente excelente juez en las cuestiones que al pre
sente nos ocupan . Ninguno de nuestro tiempo le ha igualado en el

2 I S. Thom ., 3 , q . 31 3 ad 4 .
2. S. Juan, Apocal., cap . vn .
3 Études relig ., Avril 1868, pág. 578 .
4 M. Emmanuel Cosquin en la Revue des quest. scientif. Janvier 1880 , pág. 286.
766 El Catolicismo la ciencia

estudio comparativo de las lenguas y literaturas semíticas . Tanto


más convencido del carácter divino de la Biblia, cuanto más per
fecto conocedor así de la Biblia misma como de la historia profana,
no pensaba , sin embargo, que se debiese nadie inquietar por defen
der la cronologia bíblica. Y una de las razones que daba , á lo que se
dice , para calmar á los cristianos que se turbaban con este motivo,
era que para las épocas primitivas no hay cronologia bíblica ,, !
Nosotros no iremos tan adelante como estos escritores en tales
afirmaciones; bastanos observar que en la Biblia puede haber algun
vacío en la cronologia de los Patriarcas ? .
Véase, pues , si estando así las cosas por parte de la Iglesia y de
la Escritura en órden á la cronologia , tendremos algo que temer
contrario a nuestra sagrada Religion en ningun tiempo . En el esta
do actual de la ciencia no hay razon todavía suficiente para que ex.
tendamos la cronologia vulgar , dando al género humano una edad
mayor que la que hallamos en la Version de los Setenta intérpretes,
ó sea unos ocho mil años . Aún más ; ni siquiera nos vemos precisa
dos a hacerla pasar de seis mil , apartándonos de la Vulgata , por
que ningun monumento geológico , ni arqueológico , ni histórico,
nos lleva con certeza más allá del tiempo marcado actualmente por
el texto hebreo . Pero si la ciencia llegase un dia á demostrar la ne.
cesidad de reconocer en los días pasados del género humano algu
nos siglos más de duracion ; bien tranquilos podemos concedérselos
en la cantidad que fuere necesario , sin temor de causar el más mi
nimo perjuicio a la autoridad de las Santas Escrituras : porque la
oscuridad del sagrado texto es mucha en esta parte , y la conducta
constantemente observada por la Iglesia en este género de materias
es dejar opinar á sus hijos de la manera que mejor les pareciere.
Asi vemos que ha dejado correr libremente la poco fundada sen
tencia de Alfonso el Sabio , que ponia entre Adan y Nuestro Señor
Jesucristo seis mil novecientos ochenta y cuatro años , al paso que
ninguna palabra de censura ha tenido tampoco para el ilustre vene
ciano del siglo xvi , Luis Lippomano , quien reducia este espacio de
tiempo hasta tres mil seiscientos diez y seis , es decir , á menos de
la mitad 3 .

1 M. Emmanuel Cosquin en la Revue des quest, scientif., Janvier 1880, pág. 286.
2 Todas estas reflexiones que acabamos de hacer sobre la cronologia sacada de
los libros santos las hace tambien el sabio y prudente Vigouroux en el primer tomo
de su Manuel biblique, núm . 314 y siguientes .
3 Reon, Estudios de Cronologia universal, parte primera, tit. iv , cap. 11 , pág. 114 .
en órden á la antigüedad del hombre. 767

La prudencia dicta , sin embargo , que mientras no se nos traigan


razones más poderosas en contrario , permanezcamos firmes en la
cronologia seguida hasta aquí por los cronólogos cristianos . Esta
cronologia está basada en fundamentos nada despreciables , y tiene
en su favor, ademas de los innumerables sabios que han brillado
en los siglos pasados, el respetabilísimo derecho de la prescripcion ;
que tambien entre las doctrinas reina este principio , como nota sa
pientisimamente nuestro Balmes .
Finalmente , si otra razon no tuviéramos para salvar la cronologia
biblica y poner nuestra sagrada Religion en buen recaudo contra
los ataques de la impiedad , diríamos que Moises en el sagrado tex
to cuenta solamente la historia de la especie humana procedente de
Adan y Eva , sin proferir una sola palabra sobre los otros séres ra
cionales que hayan podido habitar en nuestro globo ántes que tu
viese principio la série de las generaciones presentes . El sagrado
texto no se opone á que hagamos esta suposicion ; ántes podríamos
apelar á él para sospechar que en épocas anteriores a la nuestra es
tuvo poblado el mundo por otros séres racionales que parecieron
ántes de Adan , sin que éste ni otro alguno de los hombres hoy dia
existentes sobre el globo se hallen unidos con ellos por medio de
un vínculo genético . Esto es lo que sospechó el sabio cardenal Wi
seman , con otros católicos , en órden á la vida de los demas vi
vientes que poblaron el mundo en las edades geológicas ; lo mismo
podríamos sospechar nosotros en órden á otra generaeion de séres
racionales distinta de la nuestra . El tohu vabohu del primer capítulo
del Génesis nos ofreceria suficiente fundamento para ello . Pero no
hay ninguna necesidad de apelar á este recurso extremo ; baste el
haberlo indicado solamente para advertir a los enemigos de la Re
velacion que se fatigan en vano esforzándose por sacar mentirosas
las enseñanzas de nuestra Religion adorable .

**
CAPÍTULO XXXV

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA TOCANTE AL PODER CIVIL

XPLICADO ya el origen del género humano , resta tratar


ahora del poder social con que los hombres son goberna
E dos y tienden juntos á la consecucion del fin que les dió

la naturaleza . Aquí tambien la falsa ciencia , la ciencia impía y atea,


que pretende desterrar del mundo la idea de Dios , clama furiosa
la
contra el Catolicismo, porque esta sagrada religion enseña que
autoridad civil y política viene de Dios , y que por tanto no es lici
to oponerle resistencia en lo que legitimamente manda . Nada mas
comun entre los filósofos panteistico - materialistas de nuestros dias,
que negar el origen divino de la autoridad y erigir en principio la
Revolucion , ó sea el derecho de rebelarse contra las autoridades
legítimas , las cuales son consideradas como simples dependientes
del pueblo soberano. No se quiere que Dios entre para nada en el
gobierno de los hombres: se sostiene que éstos vivieron al principio
en un cierto estado de naturaleza salvaje , departiendo con las fieras
sus cohermanas ; que luego se reunieron en sociedades por mera
comodidad y por un acto libérrimo de su voluntad , al modo que
un comerciante , por ejemplo , se hace miembro de una sociedad
mercantil ; que los hombres así reunidos crearon la autoridad ; que
ésta , por consiguiente , debe considerarse como una obra meramen
te humana , y los gobernantes como unos puros funcionarios públi
#
cos y ministros de la nacion , la cual sola es esencialmente soberamal.
y puede derrumbar los tronos á su antojo , despachando á sus go
bernantes como despide un amo a sus criados .
La Iglesia católica, por el contrario , ha condenado enérgicamen
te esta doctrina, enseñando con San Pablo : que todos deben estar

1 kom ,, cap . XII , vers. 1-2 ,


tocante al poder civil . 769

sujetos á las autoridades legitimas, porque toda potestad de esta


especie viene de Dios , y siendo tal, está ordenada por el mismo Dios;
por donde el que resiste å las potestades legitimas hace resistencia á
la ordenacion divina y se merece con ello la condenacion eterna .
Como se ve , entre aquella ciencia impía y revolucionaria y la Reli
gion católica existe en efecto verdadero antagonismo; mas esta
oposicion , lejos de amenguar la grandeza y dignidad de nuestra
sagrada Religion , la realza por el contrario y la ennoblece . Antes
no sería religion verdadera , si aprobára tamaños desatinos . En efec
to : la filosofía á que nos referimos no profiere tan horribles abomi
naciones sinó porque juzga con Proudhon , que Dios es el mal , y
establece con Hobbes y Rousseau que la moralidad es una cosa pu-.
ramente convencional entre los hombres . Está visto ; la sociedad
moderna respira ateismo por todas partes ; no hay error de alguna
consideracion en ella , que no presente , bajo una ú otra forma, el
ateismo que la consume . A esto llaman nuestros flamantes sabios
el espiritu de la época , la tendencia marcada de la sociedad actual .
Si á la profesion franca y abierta de esta infernal doctrina llegara
algun dia el género humano , ¡ desgraciada humanidad ! Este dia
habria traido á los hombres un horror semejante al descrito por el
gran profeta de Idumea ; horror espantoso que habita en la region
de las tinieblas, y no permite otra cosa en el mundo sinó devasta
cion y anarquia. Una sociedad de ateos es una manada de fieras que
rugen furiosas y van corriendo por todas partes buscando a quien
devorar . Una sociedad de hombres que tienen los preceptos del De
3
203 cálogo por una mera convencion humana está muy pronta á des
hacerse de todos ellos , proclamando en su lugar los usos y costum
bres del mono para llevar una vida semejante á la suya y volver al
salvajismo de los tiempos antiguos . Ya estamos oyendo el clamoreo
de estos hombres sanguinarios , que miran muy cercana la presa , y
azu' ޭ‫ޅ‬
se acuerdan de los magníficos festines, celebrados hace casi un siglo
por sus progenitores los discípulos de Voltaire y de Rousseau . Ya se
‫ܗܘܗܪܳܐ‬
agitan nuevamente para sepultar en un lago de sangre á la Europa
entera , como sepultaron el siglo pasado a la desventurada Francia .
Ya se sienten de nuevo los gritos de los jacobinos , que suspiran con
ardor diabólico por el pronto advenimiento de la liquidacion uni
versal. La irrupcion de los bárbaros modernos nos amenaza con
m todos sus horrores , las fuentes del abismo están próximas a abrirse
ho
para hundir en sus infernales aguas á los moradores de la tierra . La
Revolucion está ya tocando el último término de su carrera . Comen
49
770 El Catolicismo y la ciencia

zó en Lutero , manifestó la impetuosidad de su juventud en Voltaire


у Rousseau , y ahora amenaza en su edad madura atar á su triun
fante carro el mundo entero con la franca y abierta profesion del
ateismo y con la inmunda y bestial deificacion de la carne .
Hé aquí la consecuencia natural y espontánea de haber querido
desterrar á la Divinidad de las sociedades . La idea de Dios y de la
moralidad fundada en sus santísimos preceptos es tan necesaria á las
repúblicas humanas como el agua al pez y á nosotros la atmósfera
que nos rodea. Los proclamadores del ateismo se han empeñado en
sacar a la sociedad de este su vital elemento , y la sociedad , en con
secuencia , se desorganiza y va entrando en un estado de corrupcion
y muerte , cual se desorganiza el pez cuando se le saca fuera del
agua . Negada la existencia de Dios por los ateos metafisicos, y he
cha abstraccion completa de ella en el gobierno de la sociedad por
los ateos políticos , defensores del ateismo legal , la moralidad se ha
quedado sin fundamento que la sustente , y ha comenzado á ser
considerada por los hombres como un mero objeto de conveniencia,
ó como una cosa de mera urbanidad reclamada por las leyes varia
bles de la moda . Con esto , la ley santa de Dios es conculcada por
muchos , maltratada vilmente y mirada como un vano espantajo que
nos han legado la crasa ignorancia y las necias preocupaciones de
nuestros mayores .
Mirada desde este punto de vista la moralidad , la idea de vivir
los hombres sujetos á una autoridad cualquiera ha parecido muy
disforme: el que uno goce de los honores , de las riquezas , del faus
to y de la abundancia en las elevadas regiones del poder , mientras
otros gimen en la miseria y arrastran desheredados una vida vil, po
bre y trabajosa, se ha considerado como el mayor de cuantos
monstruos han aparecido sobre la tierra . La nivelacion , pues , abso
luta y general , el anarquismo más completo han sido su fruto es
pontáneo . Sin Dios , sin respeto al órden moral, sin esperanza en la
otra vida , ¿ qué pueden hacer los hombres sinó proclamar con todas
sus fuerzas la guerra contra todo privilegio , contra toda superiori
dad , contra toda autoridad , contra toda fuerza que tienda á conte
ner el desbordamiento brutal de los instintos más aviesos , de las
más bajas pasiones ?
¡ Ah ! ¡ Cuánto deben las humanas sociedades a la Religion católi
ca por haberse ella opuesto con tanta firmeza y teson al torrente
devastador de estos principios infernales! Sin el catolicismo el mundo
civilizado no sería en la actualidad sinó un vasto monton de ruinas
tocante al poder civil. 771

formado por los salvajes de la incredulidad , mucho más feroces y


desoladores que los antiguos bárbaros del Norte. Ella fué en otro
tiempo la más indestructible barrera contra los impetus asoladores
de aquellas hordas sanguinarias , ignorantes y embrutecidas; y ella lo
está siendo tambien al presente contra los ataques de la Revolucion
descreida , materializada y atea . Esta Religion sacrosanta es la que
mantiene firme, en medio de este naufragio universal de las verda
des filosóficas, los saludables principios que sirven de asiento á la so
ciedad , sin los cuales nada puede existir entre los hombres sinó con
fusion , horror y espantosa carnicería . Ella nos enseña á creer en la
existencia de Dios, en su providencia universal , en los bienes impe
recederos de la otra vida reservados á la virtud , y en los males sin
cuento que acompañan para siempre á la perversidad del vicio .
Ella nos anima á despreciar lo presente y á arrostrar las miserias
de esta vida breve y pasajera , fortaleciendo nuestro corazon para
que se levante sobre sí mismo y aspire por medio de las buenas
obras á la corona inmarcesible de la gloria . Ella robustece la debili
dad del pobre , esforzándole á resignarse en sus trabajos y miserias,
con la esperanza de ver coronada dentro de muy breve tiempo su
perseverante paciencia en el reino de los cielos , al paso que ablanda
la dureza del rico excitándole á ser misericordioso y liberal con los
necesitados para hallar luégo en la gloria centuplicados sus tesoros .
Ella predica la obediencia fiel y respetuosa á las autoridades legiti
mas en lo que legítimamente ordenan , al mismo tiempo que inculca
á éstas la estrictísima obligacion que les incumbe de guardar la jus
ticia con los ciudadanos y de procurarles con diligencia aquel grado
de felicidad y bienandanza que la misma naturaleza les impele á
buscar en el estado social. Ella condena , finalmente , la rebelion en
los súbditos , y advierte a los soberanos que sobre todas las potesta
des de la tierra existe un Poder sumo y absoluto , el cual les ha de
pedir un dia cuenta estrechísima de sus acciones , juzgando a las
mismas justicias .
Sentadas estas saludables y consoladoras doctrinas , la Religion
católica levanta con razon su voz poderosa en el mundo , diciendo
á cuantos gozan la dicha de tenerla por maestra : Toda alma esté
sometida á las potestades superiores ; porque no hay potestad sinó
de Dios ; y las que son de Dios, son ordenadas. Por lo cual el que
resiste á la potestad , resiste á la ordenacion de Dios. Y los que le
resisten , ellos mismos atraen sobre si la condenacion . Porque los
principes no son para temor de los que obran lo bueno , sinó lo malo .
772 El Catolicismo y la ciencia

¿ Quieres tú no temer á la potestad ? Has lo bueno , y tendrás alaban


za de ella . Porque es ministro de Dios para tu bien . Mas si hicie
res lo malo , teme ; porque no en vano trae la espada. Pues es minis
tro de Dios ; vengador en ira contra aquel que hace lo malo. Por lo
cual es necesario que le esteis sometidos , no solamente por la ira,
mas tambien por la conciencia '.
Nada más sabio , ni más grande , ni más verdadero al mismo
tiempo que esta admirable doctrina de nuestra Religion sacrosanta .
En ella está encerrado todo cuanto de noble y sublime puede en
contrar con su propia razon la humana sabiduría. En ella se enseña
el origen divino del poder civil y el verdadero fundamento del de
recho que tienen los gobernantes legítimos en las humanas socie
dades para hacer guardar en ellas el orden y armonía sin los cuales
no podrian subsistir. Al enseñar la Iglesia á los hombres que la
autoridad política viene de Dios , fuente suprema de todo orden y
de toda armonía , ya al súbdito no se le hace humillante é ignomi
nioso sujetarse por medio de la obediencia á otro igual suyo ; porque
en esto no obedece el hombre al hombre , sinó el súbdito al minis
tro de Dios . Con esto queda desterrada del mundo la abominable
ley del más fuerte, ese principio bárbaro y salvaje, propio de los
bandidos y de las fieras, pero proclamado naturalmente por los
secuaces de la Revolucion materialista y atea. En las enseñanzas
sobredichas se designa ademas el blanco adonde deben mirar en
todas sus leyes y demas actos gubernativos los representantes de la
autoridad , á saber : el bien general de la nacion , no el particular
suyo propio o de algunas personas determinadas, con lo cual quedan
condenadas la arbitrariedad y la tiranía en los gobernantes.
Inútil parece nos detengamos á demostrar la verdad de todas
estas doctrinas para hacer ver que en ellas la Religion cristiana , léjos
de tener conflicto alguno con la ciencia al profesarlas , no enseña
sinó lo mismísimo que con sus luces naturales demuestra la verda
dera filosofia. Ya el incomparable Balmes las ha desarrollado , con
la claridad y profundidad propias de su talento , en su obra inmortal
El protestantismo comparado con el Catolicismo , á quien parece ha
querido imitar en contrario sentido el positivista Draper en su infa
mante libelo intitulado : Los conflictos entre la ciencia y la religion .
probando con ello una vez más que el diablo simple es la mona de
Dios, como dijo sabiamente Tertuliano. Indiquemos , empero , si
1

1 Rom . , cap. xil , vers, 1-5 .


tocante al poder civil. 773

quiera algunas razones para hacerlas palpables á todo el mundo ,


presentando brevemente los fundamentos en que se apoyan .
En primer lugar , la divinidad de origen atribuida por la Religion
católica á la autoridad civil es una verdad sencillísima , que hasta
por los más ignorantes puede ser entendida. Se ha metido mucho
ruido en el siglo pasado declamando contra el derecho divino de
los reyes , como si la Iglesia enseñára que éstos son una cierta es
pecie de divinidades infalibles é impecables, enviadas del cielo por
el mismo Dios para tener á los pueblos bajo su dominacion sobera
na y gobernarlos á su antojo en nombre suyo. Pero en esto , como
en otras cosas , no se ha hecho sinó calumniar á la Religion de Je
sucristo , la cual en esta parte se limita á confirmar lo establecido
por la misma ley natural , sin poner ninguna nueva obligacion á los
hombres . Así es que cuando dicen los Católicos ser la autoridad
civil de origen divino , no pretenden significar con esto otra cosa
sinó que se halla contenida en el mismo órden natural, en términos
que no es lícito á los hombres el destruirla y vivir en sociedad sus
traidos á su benéfica influencia , cual si no fuera uno de los elemen
tos sociales este principio ordenador á cuyo cargo se halla enco
mendada la guarda del bien público. Nada de sobrenatural profesan
en esta parte ; lo que hacen , sí , es confesar que Dios , por boca de
su Apóstol, se ha dignado enseñarnos gratuita y liberalmente para
bien nuestro aquello mismo que por medio de nuestra propia razon
podemos descubrir nosotros mismos en la esencia intima de las cosas .
Ahora bien ; ¿ se quiere ver que la doctrina de la Iglesia en esta parte
conserva perfectísima armonía con los dictámenes de la más sana
razon natural ? En verdad que no es difícil satisfacer este deseo .
Bástanos para ello demostrar las dos proposiciones siguientes :
1. * El hombre por su propia naturaleza está inclinado á vivir en so
ciedad , ó sea la sociedad civil, no es una creacion meramente huma
na , un ser accidental formado por el mero capricho y libre albedrío
del hombre, sinó una creacion divina , un sér natural, encerrado en
el plan de la Providencia de la misma manera que los demas séres
naturales del mundo universo. 2. La autoridad civil es una propie
dad natural é innata de este ser colectivo, y por consiguiente , entra
tambien en el plan divino ; juntamente con el sér á que pertenece ó,
como dice la Escritura , es una ordenacion divina , contra la cual no
se puede ir sinó yendo al mismo tiempo contra el mismo Dios.
Este es el origen divino del poder profesado por los Católicos .
Pues bien ; que persona medianamente instruida, ó para hablar con
774 El Catolicismo y la ciencia

más exactitud , qué hombre sensato , áun destituido de todo género


de letras , no advierte , á primera vista y sin discurso alguno , la
evidencia de estas dos proposiciones ? Por la vida social de todos
los hombres están clamando á voz en cuello todos sus instintos , y
propiedades naturales . El estado de sociedad política es necesario á
todos los mortales , así para el completo desarrollo de sus potencias
intelectuales, como para la fácil consecucion del alto y elevado fin
á que están destinados por su propia naturaleza . Una familia aislada
no puede cultivar por sí sola todas las artes necesarias á la vida, y
así necesita para este objeto, enteramente natural , ponerse en rela
cion con otras varias que la ayuden con sus esfuerzos é industria,
dando con esto principio á un cierto consorcio de familias , donde
el bien particular esté subordinado al bien comun , y donde este se
gundo sea procurado por todos de comun acuerdo como un verda.
dero complemento del primero . Ademas , la facultad misma del
habla , dada por la naturaleza á cada hombre , revela muy á las cla
ras esta natural condicion de que vamos tratando . El habla no ha
sido dada por Dios al hombre para que converse con los árboles ó
departa con los animales , sinó para que se sirva de ella como de
instrumento en la transmision de sus ideas siempre que ó por con
veniencia ó por necesidad haya de tratar con sus semejantes. Los
animales tambien tienen su especie de lenguaje con que se comuni
can mútuamente los afectos y las sensaciones agradables ó penosas;
pero este lenguaje no es verdaderamente palabra, porque no expre
sa idea alguna universal en que se halle contenido un bien comun,
capaz de mover a todos los indivíduos de la misma especie y apto
para constituir aquel vínculo comun que da origen a la unidad de ten
dencia en las verdaderas sociedades . La palabra del hombre es el
vehículo del pensamiento , el ropaje exterior de la idea ; el vínculo
comun , por consiguiente , destinado á juntar á los hombres en uni
dad de aspiraciones y de tendencias para la consecucion de un bien
conocido y querido por todos .
Los filósofos del siglo pasado se dieron á imaginar un cierto es
tado de naturaleza anterior al estado social , y semejante al de los
brutos que andan errantes por los bosques sin órden ni concierto ,
con el perverso fin de formar una sociedad sin Dios , basada única
mente en las libres voluntades de los hombres. El contrato social de
Rousseau fué su idea favorita , y de él se sirvieron como de palanca
poderosa para derrumbar los tronos de los reyes, que habian sido
asentados en las edades pasadas sobre los saludables cimientos del
tocante al poder civil. 775

principio cristiano . Pero con todos los encomios ardorosos , prodi


gados en sus escritos á este nobilísimo estado de libérrimo salva
jismo , jamás se les vió abandonar la pesada vida de las ciudades
para volverse á los montes , de donde habian venido sus abuelos , y
llevar en ellos muy á su sabor la vida solitaria y salvaje , dictada:
por la madre naturaleza . La fuerza de ésta podía más en ellos que
todas sus declamaciones ; y así , contra todas sus teorías , se queda
ban entre sus semejantes, atraidos de la suavidad que se experi
menta en el trato con los de su misma especie ; y áun procuraban
huir de los pueblos pequeños para engolfarse en los goces y place
res del gran mundo , á pesar de que nada hay más contrario á su
imaginario estado primitivo que esta inmensa reunion de gentes .
Esa es la causa por que se nos hace tan dificil y penosa la vida
aislada y solitaria , cuando por cualquiera razon tenemos que pasar
algun tiempo separados del comercio de nuestros semejantes. La
naturaleza nos ha hecho para vivir reunidos en sociedad, comunicán
donos nuestras ideas y sentimientos, ayudándonos mútuamente con
nuestras facultades é industrias, y ejercitando las virtudes políticas
que reclaman las leyes de una bien ordenada república. Así es que
un hombre separado del consorcio social , como dice sábiamente
Aristóteles, es un verdadero monstruo , ya sea en lo bueno , ya en
lo malo ; es decir, ó un ángel por sus virtudes extraordinarias y nada
comunes á la generalidad de los mortales, ó un demonio por sus
vicios detestables y costumbres facinerosas, que le hacen digno mo
rador de las selvas, y celoso émulo de los animales salvajes, con los
que se complace en habitar , cual si fuera uno de ellos .
De todas estas consideraciones y de otras muchas que se pudie
ran aducir , se infiere con toda evidencia la verdad de la primera
proposicion por nosotros enunciada , en que decíamos ser el estado
de sociedad civil una cosa verdaderamente necesaria para la gene
ralidad de los hombres , y por consiguiente ordenada y dispuesta en
los planes del Criador; de suerte que el vivir á lo salvaje, al modo
ideado por el filósofo ginebrino , lejos de constituir un estado de
verdadera naturaleza, es enteramente contrario á ella , y por consi
guiente reprobado por las leyes de la sana prudencia .
No aparece ménos claro lo que dejamos escrito en la segunda,
afirmando que la autoridad es una cosa necesaria á la república , y
como tal ordenada tambien por Dios en el acto de querer criar al
hombre para el estado social y político . Digamos algunas palabras
sobre este particular, aunque en verdad de suyo es bien claro y no
776
El Catolicismo y la ciencia
necesita de muchas explicaciones. Sin un principio ordenador que
tenga á su cuidado la guarda del bien público , que aguijonee a los
perezosos cuando se descuidan en procurarlo , que castigue a los
malvados cuando con sus acciones criminales tienden a destruirlo,
que remunere á los honrados ciudadanos cuando con sus virtuoses
esfuerzos se esmeran en fomentarlo , que ponga orden y armonia
finalmente en todas las operaciones sociales , ¿ cómo es posible que
la sociedad política consiga su fin propio y peculiar de hacer felices
á los ciudadanos ? ¿ Cómo es posible que ni áun subsista siquiera, y
no perezca como una nave puesta en medio de las olas sin gober
nalle y sin capitan que la dirija ? Los hombres miran por lo comun
á sus particulares intereses ; cada uno tiene sus aspiraciones propias
y peculiares ; el bien público le mueve muy poco , lo que busca es
lo suyo propio , y desgraciadamente, para conseguirlo , se vale de
medios muchas veces reprobados por la sana razon y enteramente
contrarios á la bienandanza de la república . Qué ha de suceder,
pues, en una sociedad donde no exista ninguno encargado de pro
curar el bien comun poniendo en práctica los medios convenientes
para conseguirlo ? Que los ciudadanos no reportarán de la sociedad
las utilidades y ventajas que buscan en ella por impulso de la natu
raleza , que con esto comenzarán á odiar tal género de vida , y que
por fin se irá cada uno por su camino . No existiendo en la sociedad
alguno que procure de oficio con atenta y constante diligencia el
bien de la multitud, este bien no se conseguirá jamás ; y esto traerá,
como último y natural resultado, la disolucion total del cuerpo po
litico.
Fuera de esto , aun cuando supusiéramos entre los hombres la
mejor voluntad del mundo, lo cual ya se ve que es una hipótesis
prácticamente absurda, habiendo siempre tantos discolos y malva
dos en todas las sociedades políticas; todavía esta voluntad sería
incapaz de producir en la república aquella armonía y órden que
son necesarios para la uniformidad de las tendencias sociales , sin la
cual la sociedad se hace imposible. En la supuesta hipótesis , la vo
luntad de los ciudadanos tendrá ciertamente uniformidad en el buen
deseo de procurar el bien comun y de poner en práctica para con
seguirlo aquellos medios que parezcan más convenientes ; pero en
la eleccion determinada de estos medios nacerá por fuerza entre
ellos una discordancia indecible , teniendo uno por nocivo ó inútil lo
que á otro parece muy conducente al bien comun y á la prosperidad
pública . La inteligencia del hombre es de su propia condicion muy
tocante al poder civil. 777

limitada, y de esta limitacion nace el que los hombres , aun con la


voluntad mejor dispuesta en cuanto al fin y en cuanto a la eleccion
general de los medios convenientes para obtenerlo, discrepen gran
demente en cuanto a la eleccion práctica y concreta de estos mis
mos medios . Lo que á uno parece bueno y útil , al otro se le repre
senta como perjudicial y dañoso ; y así se verifica que en toda re
union de hombres, áun animados de los mejores sentimientos у de
seos, haya tantos pareceres cuantas son las cabezas : quot capita ,
tot sententiae.
Vése, pues, con toda evidencia que la sociedad necesita para la
ordenada realizacion de sus actos públicos y comunes, y para que
pueda tender eficazmente al fin propio de su naturaleza , una fuerza
ordenadora semejante a nuestra razon individual . Por eso la autori
dad política es llamada comunmente por los filósofos razon social,
en contraposicion á la razon particular de los indivíduos humanos .
Y si esta fuerza es necesaria al indivíduo moral, llamado república ,
como es necesaria la fuerza intelectiva al indivíduo físico ; claro está
que tanto la una como la otra son de origen divino , porque los seres
á que pertenecen tambien reconocen este origen .
Llevemos más adelante la comparacion, que es muy exacta; como
‫الانسان‬
que la persona moral o la república es una perfecta imitacion de la
***
persona física . Así, pues, como á ninguno es lícito en conciencia ir
contra los dictámenes de su propia razon en lo que de parte de
Dios ordena , de la misma manera á ningun ciudadano es permitido
ir contra los dictámenes de la razon social en lo que legítimamente
manda; que no por otra causa es definida la ley una ordenacion de
la rason promulgada por aquél á cuyo cuidado está encomendada la
comunidad . Ir contra esta autoridad en la forma dicha, es lo mismo
que inutilizarla por completo y atacar los planes é intentos del Cria
dor . Porque inútil sería que el representante legítimo de la autori
dad dictase cualquiera disposicion civil y política, si los miembros
de la república quedasen tan libres como ántes para hacer todo lo
contrario . La autoridad , para poder lograr su objeto, ha de tener
fuerza de ligar los entendimientos y las voluntades de los súbditos;
ó lo que se dice con otros términos , ha de llegar hasta la concien
cia de los ciudadanos. Ella en sí no es sinó una fuerza moral, y por
. tanto debe tener por efecto propio'y natural suyo una cosa tambien
moral ó sea una obligacion, ó un deber, al cual no sea lícito resistir
sin grave ofensa del Ordenador supremo , que es Dios , fuente de todo
derecho у creador de todo órden en el cielo y en la tierra.
!

778 El Catolicismo y la ciencia

Los revolucionarios de nuestros tiempos, mal avenidos con todo


género de deberes que tengan su razon última y fundamental en
Dios, como ateos que son y materialistas y destructores de todo ór
den moral , se levantan contra esta doctrina, diciendo que la autori
dad civil tiene su origen en la voluntad del pueblo, y que por tanto
reside esencialmente en la nacion , sin que pueda ésta enajenarla nun
ca. De lo cual infieren, que siempre queda libre el pueblo para re
chazar las leyes excogitadas por sus gobernantes, y áun para derri
bar á éstos sin fundamento alguno del poder en el momento que se
le antoje. No es posible ponderar en términos suficientemente efica
ces los horribles estragos que ha producido en el mundo la Revolu
cion con este raciocinio tan apto para atizar el fuego de las más
aviesas pasiones por una parte , y tan lleno por otra de engañosos so
fismas, que hacen caer en perniciosos errores á las personas incautas
y poco acostumbradas á las meditaciones filosóficas. Distingamos
en él cosas de cosas , para que sea puesta de manifiesto la verdad en
una materia tan importante y delicada como es la que al presente
nos ocupa . Dicen , en primer lugar , que la autoridad civil tiene su
origen en la voluntad nacional . ¿ Qué se pretende significar con se
mejantes palabras ? Que los hombres son tan libres en vivir vida
de ciudadanos como pueden serlo en pertenecer á una sociedad de
comercio ó de bellas letras?: Que queriendo vivir reunidos en socie
dad y formando un verdadero pueblo , pueden prescindir por com
pleto de la autoridad política sin curarse para nada del buen órden
y armonía en la república, y sin poner otro freno á los antojos de
cada uno que las solas fuerzas físicas de sus vecinos ? Una cosa y
otra son absurdos manifiestos, y su falsedad , tan obvia y patente por
otra parte, queda ya abundantemente evidenciada en lo que deja
mos escrito . La vida civil es una cosa natural al hombre; y el esta
do salvaje, por el contrario , le repugna en tales términos, que no
puede ser considerado sinó como una degradacion adquirida con
actos más o menos libres. La autoridad política es tambien á su vez
inherente a la naturaleza del estado social , como es inherente la
razon á la naturaleza humana, y como son inherentes en general å
todos los seres las fuerzas con que hayan de ejecutar sus operacio
nes . Por tanto , nadie puede decir con verdad en ninguno de los dos
sentidos indicados, que la autoridad civil tenga su origen en la vo
luntad del pueblo .

Las palabras referidas, sin embargo , tienen un cierto sentido ver


dadero , y por esto causan ilusion en los ánimos de los que , sin su
tocante al poder civil. 779

ficiente discernimiento , las pronuncian . Signiſican , en efecto , que


cada uno de los ciudadanos vive de hecho vida social porque así lo
quiere libremente con su voluntad física ; y que por tanto , el hecho
de vivir en sociedad con todas las otras cosas que lleva naturalmen
te consigo este estado , depende en realidad de verdad de las libres
voluntades de los hombres . Si todos ellos quisieran irse al monte , y
vivir allí separados unos de otros ; cierto que ni existiría la sociedad ,
ni sería tampoco un hecho la autoridad política , la cual es una fuer
za natural de la República . Mas esto no prueba lo que intentan los
revolucionarios dichos , los cuales , con las citadas palabras , quieren
significar algo más, á saber : que la autoridad política es una cosa
enteramente humana y absolutamente derivada de la voluntad del
hombre . ¿ Quién diria, por ejemplo , que el calor del fuego tiene su
origen en la libre voluntad humana , porque el hombre , de hecho,
puede encenderlo ó apagarlo á su antojo; ó que la autoridad domés
tica tiene su origen en la voluntad de los cónyuges porque éstos
han querido, de hecho , celebrar matrimonio ? El calor es una pro
piedad natural é inherente á la esencia constitutiva del fuego,
y esto mismo sucede á la autoridad , tanto civil como doméstica ,
respecto de la sociedad y de la familia. Por tanto , no dependen es
tas cosas directa y expresamente del hombre que con sus actos
3 libres contribuye a la produccion de estos efectos, sinó cuando más,
de una manera indirecta, á saber: poniendo las causas naturales en
convenientes condiciones para que con sus fuerzas propias los pro
duzcan . De lo contrario , debiéramos decir tambien que nuestra alma ,
forma física y sustancial de nuestro propio cuerpo , tiene su origen
en la libre voluntad de nuestros padres porque ellos libremente nos
engendraron ; lo cual no puede ser más absurdo .
Fuera de que ni áun esta misma dependencia indirecta que tiene
la autoridad civil en cuanto a su existencia con respecto á los hom
bres es tan absoluta, que á la sola voluntad humana deba su con
servacion y subsistencia. Ya hemos visto cómo , áun en esto mismo ,
la causa principal de la conservacion dicha es la naturaleza misma
de los hombres , que los impele fuertemente a vivir en esta forma,
sin que nadie, moralmente hablando , pueda resistir á sus suaves y
poderosos impulsos . Cada uno tiene, en verdad , libertad física para
abandonar la sociedad y dirigirse á los bosques , donde goce de la
felicidad de las fieras ; pero bien seguros estamos de que serán muy
pocos en el mundo los que se resuelvan a tomar una determinacion
de esta especie ; porque tal género de vida está en abierta pugna
783 El Catolicismo y la ciencia

con las inclinaciones innatas y con las comunes necesidades de la


humana naturaleza . Tanto más que , por regla general, el hombre
nace atado con mil géneros de lazos sociales , que le es imposible
romper de una manera absoluta ; y así, forzosamente , tendrá que
vivir en sociedad , aun cuando por una de esas rarezas singulares
quisiera morar como los salvajes en las selvas. Por eso, aunque el
hecho de permanecer en sociedad es en cada uno de los hombres
libre, físicamente hablando, no lo es hablando de necesidad moral;
y así, seria una grandísima locura pensar que los hombres han de
dejar un dia el agradable estado de sociedad civil en que al presen
te viven reunidos, para irse en busca de la miserable independencia
que gozan los salvajes en los bosques. Esto sería un verdadero
monstruo en materia de acciones morales y físicamente libres, y n
monstruo sin igual en todas las especies de monstruos ; porque estos
no afectan jamás á una especie entera , sinó á alguno que otro indi
viduo de ella , siendo, por lo mismo, una cosa rara y extraordinaria
Lo que acabamos de escribir en orden a este primer axioma de
la Revolucion, tiene tambien lugar en el segundo . La autoridad, c
cen los revolucionarios, reside esencialmente en la nacion ; es una
propiedad esencial suya , su alma ó forma sustancial , y por lo mis
mo debe hallarse siempre necesaria é irresistiblemente difundida pe
todo el cuerpo político , al modo que el alma humana , por ser la
forma sustancial del cuerpo físico , se halla siempre y por necesidad
difundida por todas y cada una de sus partes , sin que sea posible
impedir esta separacion de otra manera que destruyendo el com
puesto . Por tanto , concluyen , la nacion es esencialmente soberana,
y tiene derecho para dar y quitar los tronos á su antojo á quien
quiera y cuando le parezca conveniente .
Hé aquí otro sofisma de los revolucionarios; soſisma mucho más
temible que el anterior por los estragos espantosos que cada dia
está produciendo en el mundo . En él descansa como sobre ancha
base todo el sistema de la revolucion impía , haciendo de esta suerte
imposible todo Gobierno firme y estable en el mundo , convirtiendo
á los principes políticos en meros representantes de la nacion , y no
admitiendo en la sociedad otros súbditos que los mismos gobernan
tes ; porque estos son los únicos que deben obedecer ejerciendo la
autoridad en nombre del pueblo soberano , y procurando acomo
darse cuanto puedan á los gustos y caprichos manifestados por
medio de la opinion pública .
Separemos tambien aquí lo verdadero de lo falso , y hagamos luz
tocante al poder civil. 781

para que cada cosa aparezca en el lugar que real у verdaderamente


ocupa . ¿ Es verdad que la autoridad política es la forma sustancial,
el alma misma de la nacion ? En estos últimos tiempos no han fal 1
tado ciertamente filósofos cristianos que han opinado de esta suerte .
Apoyados en este principio , que á ellos les ha parecido verdadero
* é inconcuso , han pretendido derribar por el suelo la célebre doctri
na de los Escolásticos , relativa al sujeto natural de la autoridad
política , diciendo que toda ella estaba fundada en un simple para
I logismo por ser la autoridad uno de los elementos constitutivos de
la nacion , anterior , por consiguiente , á la nacion misma , é incapaz
is de ser recibido en ella como en sujeto. Al opinar de este modo , sin
embargo , han procurado evitar con gran cuidado la consecuencia
que de aquí podían sacar , y sacan en efecto , los revolucionarios,
: sosteniendo que por esto mismo la autoridad debe estar siempre ,
necesaria é irremisiblemente, difundida por todo el cuerpo social;
como lo está el alma humana por todo el cuerpo físico , so pena de *
causarle irremisiblemente la muerte . Para esto han puesto entre la
materia y la forma del compuesto social y político una union sus
tancial de tal naturaleza , que sola una parte insignificante de la pri
mera haya de ser en realidad de verdad animada por la segunda ,
quedando todo lo demas sujeto á los movimientos puramente me
cánicos impresos en todas direcciones desde aquel determinado
punto . Es decir , que en lo que hace á la union sustancial de los dos
elementos mencionados han seguido los tales filósofos la doctrina
que algunos sostienen en órden á la constitucion intrinseca del com
puesto humano , designando al alma en esta persona moral un
asiento particular y determinado, desde donde debe dictar sus ór
denes á todos los demas puntos del individuo y hacerse presente á
ellos , no con su misma sustancia ó realidad , sino con la sola eficacia ·

‫ود‬ de su virtud ; sólo que le conceden la facultad de fijarse ya en un


apping punto ya en otro de dicho cuerpo , trasladando , como quien dice ,
la Corte á donde más le acomoda .
Libre es cada uno de adoptar esta opinion , si así le place ; puesto
que nada ha dicho en contrario la Iglesia ; ántes , así en ésta , como
en otras cosas semejantes, sabe dejar gustosa ancho campo a las
especulaciones de sus hijos para que cada uno defienda las verdades
católicas y reveladas como mejor le pareciere . Nosotros , empero ,
nos hallamos muy distantes de abrazarla , porque tenemos por
verdadera la antigua y solidísima doctrina de los Escolásticos ; los
cuales no suelen cometer paralogismos tan burdos y exorbitantes
782 El Catolicismo la ciencia

como el que aquí se les achaca ; ántes acostumbran fundar sus teo
rías en razones fuertes y poderosas , sobre todo cuando no es ano
ú otro , sino toda la escuela entera , como aquí sucede , quien unáni
memente las proclama.
La autoridad no es la esencia de la sociedad , sino un atributo
emanado de ella. Por eso los Escolásticos , al sostener que el sujeto
natural del poder civil no es alguna persona determinada , sinó el
cuerpo entero de la nacion , estaban muy lejos de incurrir en el ver .
gonzoso paralogismo que falsamente se les atribuye. Su doctrina
será lo que se quiera , pero por esta parte se presenta bien limpia é
inmaculada . Basta considerar para convencerse de ello estas solas
palabras del Angélico Doctor : “ Cum minus principale sit propter
principalius , materia est propter formam substantialem ; sed e con
verso forma accidentalis est propter completionem subiecti , !. Si
la autoridad es la forma sustancial de la nacion , ella será lo mas
noble y principal de todo el sér político , y al bien de la autoridad
deberá ser subordinado el bien de todos los ciudadanos y de la so
ciedad entera , como deben ser subordinados al bien del alma en el
hombre los bienes particulares de los miembros y áun el universal de
todo el cuerpo . Porque, como lo menos principal sea por lo que es
lo más en el mismo género , y la forma sustancial en todo com
puesto supere en perfeccion y dignidad a la materia ; es evidente i
todas luces que en la mencionada hipótesis todo cuanto hay en el
cuerpo político deberá ir encaminado al bien y pujanza del poder
que sustancialmente lo anima . ¿ Pero quién no ve que en la autoridad
sucede precisamente todo lo contrario , y que , lejos de estar subor
dinado á ella el bien de todos los ciudadanos , ella es la que ha de
dirigir todos sus actos al bien de la sociedad y estar consagrada
perpétuamente al complemento y perfeccion de la república , como
debe precisamente suceder , siendo un simple atributo emanado de
su esencia , y no la esencia misma ó la forma constitutiva del com
puesto ?
La misma causa por que es considerada como necesaria la auto
ridad en la república , está diciendo claramente que ella no es la
forma constitutiva del sér social , sinó un simple atributo suyo , una
fuerza emanada de la esencia . En efecto : ¿ para que es necesaria la
autoridad ? ¿ Para unir simplemente las inteligencias y las volunta
des de los ciudadanos en la intencion del bien comun , en lo cual

I Santo Thom ., 1. p. , q . 77 , a. 6 .
tocante al poder civil. 783
está constituida la esencia de la sociedad civil ? No , ciertamente ;
esta union de las inteligencias y de las voluntades , ya la tienen
todos los hombres producida por la misma naturaleza , merced af
impulso general que ella imprime a todos y cada uno de los hom
bres , moviéndolos á querer la vida social con todas las cosas inhe
rentes á ella. El oficio propio de la autoridad no es producir esta
union , sinó idear los medios prácticos con que conviene tender de
hecho á la prosecucion de dicho fin , é intimarlos á los ciudadanos
para que los ejecuten , haciendo efectivo lo que ya habian intentado
de una manera general al querer vivir reunidos en sociedad . Es de
cir, que la autoridad, con todos sus actos y funciones, pertenece al
órden ejecutivo y no al intentivo , y produce , por consiguiente , ar
monía y orden en las acciones prácticas de la vida política , pero no
en la vida misma sustancial y anterior á estas acciones , la cual es
efecto de la misma naturaleza humana .
Acaece en esto lo mismo que en los actos prudenciales del hom
bre físico. Para excogitar lo que debemos hacer en cada momento
determinado , hemos sido dotados por el cielo de la razon práctica,
que es la que debe entender en estas cosas ; pero esta razon supone
en nuestra naturaleza una inclinacion general hácia el bien , y una
voluntad , tambien general , de poner en ejecucion todos cuantos
medios nos fueren dictados por ella como necesarios para alcanzar
la felicidad . Porque á nuestra razon práctica pertenezca poner órden
en estos actos determinados, ¿ quién puede decir con verdad que
ella es la forma sustancial de nuestro sér , el elemento constitutivo
más principal de nuestra propia esencia ? Esto equivaldría á decir
que la esencia del hombre está constituida por la prudencia ; pues
la razon práctica es lo mismo que esta virtud . Pues dígase lo mis
mo de la razon prudencial de la república , que es la autoridad : tanto
la una como la otra son simples fuerzas emanadas de la esencia ;
fuerzas que tienen sus propias y peculiares funciones, como todas
las fuerzas de los seres . ¿ Cuándo se ha visto que el elemento cons
titutivo de un sér sea una fuerza ? Las esencias de los seres están
formadas por elementos que no son formalmente activos , aunque
son fuente primera de toda actividad . Si la autoridad política fuera
la forma sustancial de la sociedad humana , ella en sí misma , y sin
las fuerzas emanadas del sér social, no debiera de ser activa , como
no lo es en nosotros la esencia de nuestra alma .
Pero aún hay otra razon muy poderosa , que demuestra hasta la
última evidencia la tésis que estamos defendiendo. La forma sustan
784 El Catolicismo y la ciencia

cial en los séres es fuente y raiz de todas las fuerzas y operaciones


pertenecientes á estos mismos seres. Ahora bien ; es cosa del todo
manifiesta , que hay fuerzas y operaciones en la sociedad civil que
no emanan de la autoridad , sinó de otro principio más alto ; tales
son las leyes constitutivas y la voluntad general que tienen los
hombres de vivir reunidos , ayudándose mútuamente en la prosecu
cion de un mismo fin . Luégo es tambien evidente que no es la auto
ridad el alma y forma sustancial de la república, sinó una cosa muy
diferente. Que las leyes fundamentales no emanen de la autoridad,
lo confiesan claramente varios de los autores contrarios á la doctri
na escolástica que estamos defendiendo ; si bien otros de la misma
escuela son más lógicos en afirmar, conforme á su teoría , que áun
estas mismas leyes son creaciones propias de la autoridad , porque
las leyes , por ser fundamentales, no dejan de estar real y verdade
ramente contenidas en la categoría de fuerzas sociales . Mas esto es
un absurdo intolerable , porque hace de los pueblos una mera ma
quina puesta al servicio de la autoridad , y proclama el absolutismo
puro , atribuyendo á los gobernantes cuantos derechos pueden po
seer los ciudadanos , lo cual de ninguna manera se puede admitir , Y
asimismo , que la voluntad general , uniforme y constante , que todos
los hombres tienen de vivir en sociedad , no sea fruto de la autori
dad politica , lo ve y siente en sí todo el mundo . Porque cada uno
advierte en su propia conciencia , que , si tiene obligacion de vivir
reunido con otros de su misma especie, esta obligacion no nace de
que así lo manden las autoridades civiles , sinó de la sola ley natural,
fundada en la necesidad que de este género de vida comunmente
suelen tener todos los hombres.
Es , por consiguiente , del todo manifiesto, que la autoridad en la
república no tiene el lugar que en el hombre físico ocupa el alma ó
la forma sustancial , sinó otro más inferior. Porque ningun carácter
de cuantos corresponden a la forma sustancial del compuesto es
propio de la autoridad política : no el estar esencialmente difundida
por todo el cuerpo; no el ser lo más noble , á cuyo bien y pujanza
for
hayan de ser ordenados todos los actos de los ciudadanos que
man el elemento material de la república ; no el ser formalmente
inactiva ; no , finalmente, el ser fuente y origen de todas las fuerzas
sociales , llamadas vulgarmente derechos .
Si pues la autoridad política no es el alma misma de la sociedad,
sinó una fuerza emanada de su esencia , y dirigida á servirle de ins
trumento en la ordenada y constante prosecucion de su fin ; claro
.
tocante al poder civil. 785

está que la sociedad podrá localizar esta fuerza donde mejor le aco
mode, desprendiéndose de ella en todo ó en parte, segun juzgue
serle más conveniente, entregándola para siempre ó para determina
do tiempo á alguno ó algunos de los miembros de la nacion , los
cuales la hagan funcionar en el sentido propio que á su naturaleza
corresponde, ó sea buscando en todas sus acciones el bien público,
y no el particular y exclusivo de algunos ciudadanos. Haciendo esto,
no quedará la nacion convertida en un puro autómata , y destituida
de la vida social ; porque su alma y forma sustancial verdadera per
manecerá siempre difundida por todos los miembros , reinando en
ellos la voluntad general , impresa por la naturaleza, de seguir for
mando una corporacion verdadera . Ni se suicidará la república por
que se desprenda de la autoridad , localizándola en alguna familia
determinada por medio de sus leyes fundamentales ; puesto que ,
obrando de esta suerte , no hará más que ceder á uno de sus miem
bros un derecho que á ella naturalmente le pertenece ; como no se
suicida un hombre particular que ha nacido libre, y quiere hacer ce
sion de su independencia entregándose á otro en clase de esclavo,
por juzgar que esto es lo que más conviene á sus intereses persona
les . El derecho de gobernarse por sí mismo , llamado autonomia ,
conviene por naturaleza á todos los hombres que han llegado ya á
cierto grado de madurez , por el cual se hallan puestos fuera de la
autoridad paterna . De este derecho se pueden desprender volunta
riamente cuando les conviene , poniéndose para siempre , ó para un
tiempo determinado, bajo la dependencia de otro que los gobierne
y dirija segun razon . Pues esto mismo puede hacer todo pueblo,
despojándose de su autonomía natural , y poniéndose bajo la obe
diencia de alguna persona ó familia que , con leyes sabias y pruden
tes, lo gobierne , promoviendo con cuidado y diligencia el bien pú
blico .
Y esto es lo que, en sentir nuestro , conforme á la doctrina de los
Escolásticos , hacen efectivamente las diversas naciones al elegirse
un superior que las gobierne . De esta manera , en una parte los hom
bres dan á la sociedad por ellos compuesta la forma política repu
blicana , en otra la aristocrática , en otra la monárquica , en otra la
de un compuesto mixto de estas tres diferentes formas simples , se
gun lo estiman más conveniente al interés de la nacion , al bien co
mun de todos los ciudadanos . En esta cesion de derechos la nacion
pierde tanto de su autonomía natural é innata , cuanto derecho de
mandar deposita en la persona ó personas que comienzan á ser en
50
786 El Catolicismo y la ciencia

ella superiores; pero su esencia sigue siempre la misma , puesto que


los ciudadanos permanecen unidos por medio de la misma forma
sustancial que junta en uno sus entendimientos y voluntades. Esta
forma consiste en la voluntad habitual y constante de vivir juntos y
tender unidos todos los ciudadanos a la consecucion del bien públi
co y universal con la práctica de aquellos medios que fueren desig
nados por la persona ó personas en quienes se hallare depositada la
autoridad . Por tanto, no se localiza en ninguna parte, sinó que per
manece siempre difundida en la masa entera de la nacion á manera
de alma que todo lo invade, sin dejar una sola partícula destituida
de la vida social ; ni deja de existir en instante alguno animando a
los ciudadanos , porque en todos los momentos está obrando en ellos
la misma naturaleza humana , por la cual se sienten impelidos y mo
ralmente necesitados á querer perseverar en la asociacion dicha .
Y porque esta forma ó voluntad general está siempre difundida
por todo el cuerpo , no sucede jamás que individuo alguno de la
república se halle muerto socialmente ó destituido de vitalidad in
trínseca , y convertido en mera masa inerte , en mero autómata , que
necesite ser movido extrinsecamente por el alma localizada en al
gun miembro particular, como deben enseñar por fuerza los que
sostienen ser la autoridad política el alma de la nacion . Todos y
cada uno de los miembros sociales están internamente animados de
esta voluntad habitual, comun á todos ellos y propia al mismo
tiempo de cada uno . Ni áun entre las mismas discordias civiles ó en
el tiempo de anarquía cesa de animar al cuerpo social ; lo que suce
de entonces , es que la fuerza principal de la república , la autoridad,
no funciona con la regularidad debida. La sociedad se encuentra
entonces en estado de convulsion , en una especie de delirio que , si
se prolonga demasiado , puede acarrearle la muerte.
Por eso juzgan los de la opinion contraria , que la autoridades
en la nacion lo que el alma en el cuerpo ; pero no van más derechos
en esta manera de discurrir de lo que iria quien hiciese consistir la
esencia del hombre en la facultad digestiva, porque , perturbada ésta
gravemente en sus funciones , es muy capaz de acabar con el indi
víduo entero . La falta de orden y regularidad en las operaciones
sociales hace ménos firme aquella voluntad general que tienen los
ciudadanos de vivir reunidos en un solo cuerpo , y en que consiste
la forma sustancial de la nacion ; y a medida que esta falta se pro
longa y aumenta , la firmeza de la voluntad dicha va menguando ,
hasta que por fin llega un momento en que desaparece por comple
tocante al poder civil. 787

to , y la persona moral muere , formando los indivíduos otras agru


paciones distintas de la primera. Así acarrea la muerte á la nacion
la falta de regularidad en el ejercicio del mando , no dejando éste
de animar á los ciudadanos , sinó omitiendo todas aquellas funcio
!

nes vitales sin las cuales no puede durar mucho tiempo la vida sus
tancial del organismo político ; es decir, dejando de conservar por
medio de sus funciones operativas en el elemento material de la
república fuertes y vigorosas aquellas disposiciones prévias que se
requieren para que la verdadera forma sustancial persista en su
union con la materia .
Cedida la autoridad por la república á las personas que de una
manera tácita ó expresa se nombra siempre ella misma , ya no le es
lícito quitársela ó dejarles de obedecer en lo que estas personas le
gítimamente mandan ; puesto que las tales personas se hallan ya en
posesion de un verdadero derecho político , del cual nadie es capaz
de despojarlas sinó es faltando abiertamente á las leyes morales
impresas por Dios de un modo indeleble en las conciencias de to
dos los hombres . Ni la república , ni persona privada alguna pueden
ir jamás en contra del referido derecho ; y así la rebelion contra el le
gítimo soberano , ora sea éste una cámara de diputados con su presi
dente á la cabeza, ora una junta de personas principales ó nobles de la
nacion , ora en fin una sola persona llamada rey ó emperador, queda
gravemente prohibida por la ley natural dictada por el mismo Dios,
rey y señor universal , así de súbditos como de soberanos , y juez su
premo de todos cuantos se atreven á quebrantarla .
La doctrina que acabamos de exponer se halla enseñada mani
fiestamente por todos los doctores escolásticos , sin excepcion al
guna . Santo Tomás aduce para probarla esta clarísima y sencilla
razon : “ La ley , propia y principalmente, tiene por punto de mira
el bien comun . Ahora bien ; ordenar una cosa al bien comun es pro
pio ó de toda la comunidad , o de aquel que tiene sus veces en este
oficio . Por tanto , el establecimiento de la ley pertenece a toda la
multitud ó á la persona pública que tiene el cuidado de la multitud
entera, porque lo ordinario y constante en todos los séres es que la
ordenacion de los medios al fin corresponda á aquel mismo cuyo es
este fin , ' . Segun estas palabras , la facultad legislativa , en la cual

I Lex proprie primo et principaliter respicit ordinem ad bonum commune. Or


dinare autem aliquid in bonum commune est vel totius multitudinis vel alicujus
gerentis vicem multitudinis. Et ideo condere legem vel pertinet ad totam multitu
o
788 El Catolicism y la ciencia

principalmente está colocada la autoridad civil , pertenece propia y


primariamente á la nacion , y de una manera secundaria y derivada
á la persona ó personas que de ella tienen las veces por haber sido
nombradas superiores , recibiendo así por voluntad tácita ó expresa
de los ciudadanos una autoridad que no les viene del derecho natu
ral . Y da la razon de ello Santo Tomás diciendo que en todo sér el
moverse hacia el fin corresponde al mismo ser cuyo es este fin. Sua
rez tambien se expresa en los mismos términos . “ La potestad le
gislativa , escribe " , por la sola naturaleza de las cosas no existe en
particular alguno sinó únicamente en la comunidad. Esta conclusion
es comun y cierta . ,,
En esto todos los teólogos convenian sin excepcion alguna; sola
mente reinaba entre ellos alguna diversidad sobre una cuestion se
cundaria, que tiene poquísimo interés, una vez supuesta la verdad
de la otra principal por nosotros enunciada ? . Consistia esta cuestion
secundaria en averiguar si los reyes, emperadores, cuerpos legisla
tivos de una república y demas personas revestidas de verdadera
autoridad en las diferentes naciones, segun la diferente forma poli
tica que ellas mismas se hayan dado , tienen su autoridad inmedia
tamente de Dios o sólo de una manera mediata, á saber, por el in
termedio de la nacion que se la cede. En esto la generalidad de los
teólogos estaba por la comunicacion mediata; de suerte que Suarez
no duda en llamar esta opinion “ egregium Theologiae axioma,
egregio axioma de Teologia 3. Algunos empero , aunque muy raros,
sostenian la comunicacion inmediata, sin que por esto negasen la
otra doctrina comun que Suarez sapientísimamente llama cierta, y
que consiste en afirmar no hallarse nunca la autoridad política en
persona alguna particular por la sola naturaleza de las cosas, sinó
únicamente en la nacion . Para que un particular cualquiera entre en
posesion de aquel grado de autoridad , que conforme a las leyes fun
damentales suelen tener los gobernantes en los diferentes pueblos ,

didem vel pertinet ad personam publicam , quae totius multitudinis curam habet;
quia et in omnibus aliis ordinare in finem est ejus, cujus est proprius ille finis.
( S. Thom ., 1-2 , 9. 90 , art. 3. )
I “ Dicendum ergo est , hanc potestatem ( legislativam ) ex sola rei natura in
nullo singulari homine existere , sed in hominum collectione. Conclusio est communis
et certa. ( Suarez , De Legibus, lib. , cap. 111 , n . 3. ) .
2 En El Protestantismo comparado con el Catolicismo, cap . LI, desarrolla perfecta
mente Balmes este pensamiento.
3 Suarez , Defensio fidei catholicae, lib, II , cap. II , 8. 10.
tocante al poder civil. 789

es preciso , segun la doctrina de todos los Escolásticos sin excep


cion , que la sociedad ceda primero aquella autoridad , y quiera ver
daderamente desposeerse de ella, nombrando la persona en que ha
de ser depositada, y revistiéndola de aquella potestad restringida por
las leyes fundamentales. Es decir que, segun la enseñanza indicada,
. ningun particular puede venir á ser dueño legítimo de cualquier de
recho de mandar en una nacion sinó con el consentimiento , tácito
ó expreso , de la nacion misma, y queriendo ella estar desposeida de
este mismo derecho . Ahora, la diferencia entre unos y otros versa
ba sobre si este consentimiento creaba aquel derecho, ó era sólo una
mera condicion esencial para que Dios mismo , y no la nacion , lo
confiriese á la persona dicha .
Los que en estos últimos tiempos han combatido á los Escolásti
cos , no han sabido distinguir estas dos cuestiones , tan diferente la
una de otra; han confundido las dos en una sola, y consiguiente
mente han afirmado que la doctrina por ellos combatida no era co
mun á todas las escuelas. Este error, sin embargo , hubiera podido
ser fácilmente disipado, si los tales autores hubieran leido con aten
cion y diligencia las obras de los Escolásticos mismos . Así Molina ,
por ejemplo , en su excelente tratado De justitia et jure, tomo pri
mero , disputacion 22 , tratando del origen de la potestad civil expo
ne la doctrina de Victoria y de Soto en estos términos : “ Victoria en
la releccion sobre la potestad civil desde el número 6 , y Soto en el
libro iv De justitia , q. 4, a. I , afirman, que por el solo hecho de jun
tarse los hombres en un solo cuerpo de república nace naturalmente
en la comunidad la potestad de gobernar á cada una de las partes,
dictándoles leyes, sentenciando sus causas, é imponiéndoles penas
ka y castigos. Por donde dicen que como Dios es el autor del derecho
natural, esta potestad viene inmediatamente de Dios , á quien cor
responde dar forma y sér á la naturaleza, si bien el reunirse los hom
bres en cuerpo de nacion es una condicion sin la cual la tal potes
tad no resultaria , 1 .

I Victoria in Relectione de potestate civili, a. n. 6 , et Sotus 4. De justitia, q. 4,


a . 1 , asseverant, eo ipso quod homines ad integrandum unum reipublicae corpus con
veniunt, jure naturali oriri potestatem corporis totius reipublicae in singulas partes ad
eas gubernandum , ad leges illis ferendum , jusque illis dicendum et ad eas puniendum.
Quare, inquiunt, cum Deus optimus maximus auctor sit juris naturalis, sane hujus
modi potestas immediate est a Deo naturam instituente; tametsi hominum adunatio in
unam rempublicam conditio sit, sine qua ea potestas non resultaret . ( Molina, De just.
et jure, t . 1, d . 22. )
790 El Catolicismo у la ciencia

Esta doctrina de los dos ilustres dominicos se refiere a la prime


ra de las dos citadas cuestiones , y á ella se adhiere Molina como
todos los demas teólogos . Sin embargo , el ilustre jesuita más ade
lante en la cuestion 26 de la misma obra plantea en términos expre
sos la segunda cuestion con estas formales palabras : Utrum regia
potestas de iure naturali sit. Antes de resolverla aduce en favor de
los que están por la afirmativa, entre los cuales se encuentra el

mismo Victoria , las dos razones siguientes : “ La potestad de la re


pública sobre cada una de las partes es de derecho natural , como
se ha demostrado en la disputacion 22. Es así que esta misma po
testad es la trasladada por la república al rey ; puesto que , creado
el rey , no quedan dos potestades , una en la república y otra en el
rey , sinó solamente la de este segundo que ha entrado en el poder.
con la abdicacion de la primera. Luego , etc ... En segundo lugar,
no sólo nace del derecho natural la potestad de la república , sinó
que ademas el entregarla á uno ó á muchos proviene tambien de la
misma lumbre y derecho natural ; porque la república no puede
ejercerla por sí misma en toda su colectividad ; luégo , ya sea que la
república se elija el régimen real , ora prefiera la aristocracia, ó la .
democracia , la suprema potestad elegida por ella , segun mejor le
pareciere , será siempre de derecho natural , !
Hé aquí como los mismos que sostenian entre los antiguos la co
municacion inmediata en órden á la potestad civil de los reyes y de
mas personas particulares , se hallaban muy lejos de negar la doc
trina generalmente recibida de que primera y principalmente sólo la
república recibe , por comunicacion inmediata del mismo Dios , la
potestad sobre cada uno de sus miembros. Antes bien , como se ve.
por las palabras de Molina que acabamos de copiar , en la misma
doctrina general se fundaban para decir que tambien á las particu
lares personas confiere Dios por sí mismo la autoridad cuando de
ella hace cesion y abdicacion la república .

I Suaderi autem id potest . Primo, quoniam potestas reipublicae in singulas par


tes est de jure naturali , ut disputatione 22 ostensum est ; sed eadem est potestas quam
respublica transfert in regem ; quippe cum , creato rege , non maneant duae potestates,
una in republica et altera in rege ; sed abdicante a se republica suam potestatem eam
non sola
que in regem transferente , remanet una sola potestas regis ; ergo ... Secundo ,
potestas reipublicae oritur ex jure naturali , sed etiam quod eam alicui vel aliquibus
committat , proficiscitur a lumine ipso jureque naturali ; eo quod respublica tota nequa*
quam secundum se totam possit illam exercere ; ergo sive respublica sibi eligat regium
regimen , sive aristocratiam , sive democratiam , sane suprema civilis potestas, quam
pro suo arbitratu elegerit , semper erit de jure naturali . , ( Id . ibid ., disp. 26.)
tocante al poder civil. 791

Sin embargo , aun en esto ' mismo muy raros fueron los que si
guieron á Victoria . Molina no cita sinó á Covarrubias; despues
asienta su proposicion por la contraria con Durando , Driedon y Al
fonso de Castro . Y esta doctrina de Molina sobre la comunicacion

mediata de la potestad civil á los reyes y demas personas particu


lares , es lo que llama Suarez egregio axioma de Teología y verdad
evidentemente demostrada y enseñada generalmente por los doctores.
Para lo cual no faltaban ciertamente al profundo teólogo granadino
razones poderosas , algunas de las cuales quiero poner aquí , copian
do sus mismas palabras ; “ Ex vi rationis naturalis , dice , nulla potest
1 excogitari ratio cur haec potestas determinetur ad unam personam ,
vel ad certum numerum personarum infra totam communitatem ,
magis quam ad alium ; ergo ex vi naturalis concessionis solum est
immediate in communitate . Declaratur denique , quia ex vi solius ra
tionis naturalis non determinatur principatus politicus ad monar
chiam , vel aristocratiam simplicem vel mixtam , quia nulla est ratio
quae definitum modum regiminis necessarium esse convincat . Quod
usus ipse confirmat : nam propterea diversae provinciae vel nationes
diversos etiam gubernationis modos elegerunt , et nulla illarum con
tra rationem naturalem aut contra immediatam Dei institutionem

! operatur . Quare signum est potestatem politicam non esse a Deo im


mediate donatam uni personae , principi, regi , aut imperatori ; alio
‫ای این دنیا‬ qui illa esset monarchia immediate a Deo constituta ; vel uni , vel
alicui particulari senatui , aut particulari congregationi paucorum
principum , alioqui illa esset aristocratia a Deo immediate instituta;
idemque argumentum de quacumque mixta gubernatione fieri pot
erit !
nies bien, og »
Los que en estos últimos tiempos han opugnado la doctrina esco

combination lástica , han creido ser falso lo que aquí afirma el eximio Doctor al
escribir que “ nulla est ratio quae definitum modum regiminis neces
sarium esse convincat; „ y han visto , ora en el hecho de la paterni
dad , ora en el del dominio territorial , esta razon convincente que se
escapó a la perspicacia de nuestro insigne filósofo . Pero la nulidad
CAS * de entrambos títulos en la presente cuestion salta a la vista con sólo
fijar un poco la atencion en ellos . Bien se echa de ver esto en la
misma conducta observada por estos escritores ; porque , á ser ver
dad lo que con tanta firmeza aseguran , tendrian más uniformidad
Sport e tem como en sus juicios . Los unos recurren á la paternidad creyendo ser poco

iน.ส4
s
| Suarez , Defens. fidei, lib. ii, cap. 11 , núm . 7.
792 El Catolicismo y la ciencia

fundado el argumento del dominio territorial aducido por los otros,


los cuales , á su vez , tienen por insubsistente el formado por los
primeros . No es esto una señal manifiesta de que ambos títulos son
verdaderamente nulos para la cuestion de que se trata ?
Por lo que hace al segundo de ellos , el gran Suarez , ni siquiera
lo creyó digno de ser nombrado . Tan clara y evidente le pareció
su insuficiencia . La obligacion que tiene de poner órden en su ter
ritorio el dueño de una finca cualquiera es un mero deber de cari
dad , que no obliga sinó cuando se puede cumplir sin grave detri
mento propio , y que persiste áun entre los hombres constituidos en
sociedad , y puestos bajo la jurisdiccion del que legítimamente
manda . ¿ Qué tiene , pues , que ver el derecho fundado en esta obli
gacion con el de poner órden en las acciones sociales , el cual per
tenece á la justicia y no á la caridad , y obliga aun con grave detri
mento del que lo posee ? ¿ Quién ha pensado jamás que la obligacion
de caridad que todos tenemos de impedir los pecados de nuestros
prójimos, cuando buenamente podemos , y que nos da derecho para
ejercer con ellos la correccion fraterna , nos eleve alguna vez à la
altura de verdaderos superiores suyos para corregirlos , no frater
nalmente , sinó como verdaderos legisladores y como dueños abso
lutos de vida y muerte ? A ser verdadera esta doctrina , no el que
fuese dueño del territorio , sinó el que tuviera mejores puños para
hacer cumplir su voluntad á sus semejantes, sería el que por dispo
sicion de la naturaleza deberia ejercer el derecho de superior en una
reunion cualquiera ; porque ninguno mejor que él puede cumplir con
el deber de caridad que se nos pretende dar en ciertos casos como
verdadera alma de la república . Mas esto ya se ve á dónde conduce:
á proclamar nada menos que el derecho de la fuerza , hoy dia , por
desgracia , demasiado triunfante en el mundo.
El título fundado en la paternidad ya tiene alguna mayor aparien
cia , y por eso el Doctor eximio tuvo buen cuidado de examinarlo.
Pero lo encontró falto de solidez , y por tanto pudo escribir con
verdad las palabras precitadas , diciendo que “ nulla est ratio quae
definitum modum regiminis necessarium esse convincat . Cierta
mente , si á algun padre hubiera podido corresponder por derecho
de naturaleza la soberanía política , éste hubiera sido nuestro padre
Adan ; y sin embargo , de él dice expresamente Suarez , que la sola
paternidad no le pudo conferir otra potestad sinó la económica ó
señorial . Oigamos la razon en que funda su aserto , que á nuestro
juicio es demostrativa . “ Ex vi solius creationis et originis naturalis,
tocante al poder civil. 793

dice , solum colligi potest habuisse Adamum potestatem aeconomi


cam , non politicam ; habuit enim potestatem in uxorem et postea
patriam potestatem in filios quamdiu emancipati non fuerunt; potuit
etiam discursu temporis habere famulos et completam familiam et
in ea plenam potestatem , quae aeconomica appellatur. Postquam
autem coeperunt familiae multiplicari et separari , singuli homines ,
qui erant capita singularum familiarum , habebant eamdem potesta
tem circa suam familiam . Potestas autem politica non coepit donec
plures familiae in unam communitatem perfectam congregari coe
perunt . Unde sicut illa communitas non coepit per creationem Adae,
nec per solam voluntatem eius , sed omnium qui in illa conveniunt;
ita non possumus cum fundamento dicere Adamum ex natura rei
habuisse primatum politicum in illa communitate , ' .
El argumento contenido en estas palabras se reduce á lo siguien
te : La sociedad política es una reunion de familias independientes
entre sí , por donde los hijos de Adan no pudieron formar con él
verdadera sociedad política mientras se hallaban bajo la autoridad
paterna , sino cuando se emanciparon de ella y comenzaron á for
mar familias separadas , de las cuales fuesen ellos sus respectivos je
fes. Ahora bien ; en razon de cabeza de familia , Adan no tenia más
autoridad que sus hijos, porque cada uno era perfectísimo señor en
su propia casa . Luego no entrando Adan á constituir la república
como padre de los hijos emancipados, sinó como cabeza de su propia
familia , y no llevando en esto segundo ventaja alguna á los demás ,
ninguna razon de justicia podía alegar para que recayese el mando
por derecho de naturaleza en su propia persona . No sucede así en
la sociedad conyugal , á la cual suelen apelar algunos para poner en
el padre el derecho de preeminencia política . En esta sociedad el
hombre entra esencialmente como varon , y la mujer como hembra , y
así la misma naturaleza de los elementos que la componen estable
ce la preeminencia en uno de ellos, haciéndolo superior nato de la
familia .
Este argumento del Doctor eximio lo ilustra , como suele , con su
esclarecido ingenio, el gran filósofo de este siglo , nuestro insigne
Balmes , cuyas palabras no podemos menos de citar aquí , por ser
de grande peso en la presente materia. “ La naturaleza misma , es
cribe , ha señalado las personas en quienes reside la potestad patria;
las necesidades de la familia marcan sus límites ; los sentimientos del

I Suarez , De legibus, lib. II, cap. II , núm . 3 .


794 El Catolicismo y la ciencia

corazon le prescriben el objeto, y regulan su conducta . En la socie


dad acontece de otra manera : el derecho del poder civil anda re
vuelto en el torbellino de los acontecimientos humanos : aquí reside
en uno , allá en muchos ; hoy pertenece a una familia , mañana ha
brá pasado á otra ; ayer se ejercia bajo cierta forma, hoy bajo otra
muy diferente . El niño llorando en el regazo de su madre le está
recordando bien claro la obligacion de alimentarle y cuidarle ; la mu
jer flaca y desvalida está diciendo al varon que ella y su hijo han
menester amparo , y la infancia, débil , sin fuerzas para sostenerse,
sin conocimiento para guiarse , enseña al padre y á la madre el de
ber de mantenerla y educarla . Allí se ve clara la voluntad de Dios;
el órden mismo de la naturaleza es su expresion viva ; los senti
mientos más tiernos, su eco y su intérprete . No hay necesidad de
atender á otra cosa para conocer la voluntad del Criador ; no hay
necesidad de cavilaciones para buscar el conducto por donde ha
'bajado del cielo la patria potestad . Derechos y deberes de padresyy
de hijos, escritos están con caractéres tan claros como hermosos.
Pero ¿ dónde encontraremos esa expresion tan inequívoca en lo to
cante al poder civil ? Si el poder viene de Dios , ¿ por qué mediosë
comunica ? ¿ De qué conductos se vale ? Esto lleva a otras cuestiones
secundarias , pero encaminadas todas al esclarecimiento y resolucion
de la principal .
» ¿ Hay algun hombre , ó le ha habido nunca , que por derecho
natural, se hallase investido del poder civil ? Claro es que si esto se
hubiese verificado , no habria tenido otro orígen que el de la patria
potestad ; es decir, que el poder civil debiera en tal caso considerar
se como una ampliacion de esa potestad , como una transformacion
del poder doméstico en poder civil . Por de pronto , salta á los ojos
la diferencia del orden doméstico al social , el distinto objeto de am
bos, la diversidad de las reglas á que deben estar sujetos, y que los
medios de que se echa mano en el gobierno del uno son muy di
ferentes de los empleados en el otro . No negaré que el tipo de una
sociedad no se encuentre en la familia , y que la primera sea tanto
más hermosa y suave , cuanto más se aproxima , así en el mando
como en la obediencia , á la imitacion de la segunda ; pero las sim
ples analogias no bastan á fundar derechos , y queda siempre como
cosa indudable que los del poder civil no pueden confundirse con
los de la patria potestad.
Por otra parte, la misma naturaleza de las cosas está indicando
que la Providencia , al ordenar los destinos del mundo , no estable
tocante al poder civil. 795

nició la potestad patria como fuente del poder civil : pues que no ve
mos cómo hubiera podido transmitirse semejante poder, ni por qué
medios sea posible justificar la legitimidad de los títulos. Fácil es
concebir el pequeño reino de un anciano , gobernando una sociedad
compuesta únicamente de dos o tres generaciones de su descenden
cia ; pero en el momento en que esta sociedad crece , se extiende a
varios países , y por consiguiente se divide y subdivide , desaparece
el poder patriarcal , su ejercicio se hace imposible , y no se acierta á
explicar cómo los pretendientes al trono alcanzarán , ni á entender
se entre si , ni con los demas , para legitimar y justificar su mando .
La teoría que reconoce en la patria potestad el origen del poder ci

72 vil podrá ser tan bella como se quiera ; podrá reclamar el apoyo
que parecen darle los gobiernos patriarcales que observamos en la
cuna de las sociedades ; pero tiene en contra dos cosas : 1. que afir
ma , pero no prueba ; 2.a que es inútil para el objeto que se propone
de solidar los gobiernos ; pues ninguno de estos puede probar su
legitimidad , si se pretende apoyarla en semejante título . El primer
monarca como el último vasallo saben que son hijos de Noé , nada
2013
más . Ni en Santo Tomás , ni en otro de los principales teólogos he
podido encontrar esta teoría ; y subiendo más arriba , no sé que se
la pueda fundar tampoco en la doctrina de los Santos Padres , en las
2017 tradiciones de la Iglesia , ni en la Sagrada Escritura ,, !!
No podia menos de sentir así un ingenio tan claro y tan profun
pre do que tenía tan bien estudiadas las doctrinas de los Escolásticos .
ST Con razon dice este gran pensador , que semejante teoría , sobre ser
ed'de i
enteramente infundada, no sirve para el fin que se proponen sus
autores. En efecto : cómo explicar con ella la transmision del poder?
El derecho puramente personal del padre ¿ con qué razon habia de
poder ser transmitido á un hijo cualquiera ? Y en los casos tan fre
oordinate cuentes de intrusion en el mando con el despojo del legítimo pose

sor ¡ cómo legitimar lo que en un principio fué una injusticia ? En


vano apelan al derecho de prescripcion , adquirido con el tiempo ,
los defensores de esta doctrina . En la ley puramente natural no hay
prescripcion que valga, y al cabo de cien mil años el derecho usur

734 pado será siempre ajeno, si no cede voluntariamente el dueño del


2221
tal derecho . ¿ Es esto lo que sucede en materia de autoridad políti
1798
ca ? Claro está que no ; y esto prueba la falsedad de esta opinion de
. una manera manifiesta .

I Balmes , El protestantismo comparado con el Catolicismo, etc. , cap . XLVIII .


ci 3.0
796 El Catolicismo y la ciencia

Como nuestro filósofo de Vich han pensado entre otros en estos


últimos años el P. Fr. Zeferino González , actual Cardenal de Sevilla ";
el sabio canónigo M. Fernando J. Moulart, profesor ordinario de Teo
logía en la Universidad católica de Lovaina , y M. Augusto Nicolás.
El segundo de estos tres autores en su obra intitulada, L’Église et
l'État, Louvain , 1879 , págs. 79-80 , se expresa en los siguientes
términos: “ Aunque ni la fe ni el órden social se hallan interesados
en este debate , no podemos menos de observar , sin embargo , que
la opinion de la comunicacion mediata se concilia incomparable
mente mejor con los hechos de la historia . Los cambios tan nume
rosos y tan varios que en todas las épocas y en todos los pueblos
han sufrido los gobiernos y sus constituciones , no se explican de
la
una manera verdaderamente satisfactoria , sinó suponiendo que
sociedad misma es quien hace la delegacion del poder . La otra opi
nion es insuficiente para resolver los problemas fundamentales de
la ciencia .
a) Como veremos dentro de poco , todo el mundo conviene en
que por medio del pacto de union ó contrato politico la sociedad
puede limitar el poder , sometiéndolo á tales ó cuales condiciones i
garantías. Ahora bien ; cómo explicar esto , si no es la sociedad
misma la encargada de delegar la autoridad ? Seria necesario afirmar
que Dios interviene personal é inmediatamente en cada cambio, en
cada combinacion y de algun modo en cada artículo de las consti
tuciones políticas . La sabiduría divina , siempre sencilla en sus cami
nos , no nos permite pensar nada que á esto se parezca : el Criador
ha dado para siempre á los hombres con la naturaleza todo lo que
es necesario para constituir la sociedad y el poder.
6) Ademas , limitar el poder, ponerle condiciones į no es por ven
tura ejercer un acto de jurisdiccion , de soberanía ? ¿ Qué fundamento
tendrá el pacto constitucional , si ántes no existe derecho alguno
político en la comunidad ? La grande querella que se mueve contra
ella
la teoría del derecho divino mediato se reduce á decir que con
deberíamos estar siempre en el orden abstracto , sin poder jamas
constituir realmente la sociedad y el poder. En efecto : la comutu nica
consti ido
n
cio de la sob era nía , dic en , sup one que el pue blo está ya
en cuerpo social , puesto que antes de esto no hay sinó una multitud
de individuos aislados , sin autoridad civil de los unos sobre los

seu Etkica
1 Fray Zeferino González, Philosophia elementaria, tom. I. Deontologia
specialis, cap. 11, art. 1.º Thesis 2.8, pág. 137. Matriti , 1868.
tocante al poder civil. 797

otros . Ahora bien ; un cuerpo social constituido supone un jefe real ;


luego la comunicacion del poder en este sistema supone necesaria
mente ya hecha esta comunicacion . Hé aqui , concluyen , un círculo
de donde es imposible salir.
Me parece, sin embargo, que se puede retorcer este razonamiento
contra los defensores de la comunicacion inmediata. Si es verdad
que el pueblo no es en ningun momento depositario de la sobera
nía ; si es verdad por consecuencia que antes de ser constituida la
sociedad por la eleccion de un jefe no hay en el pueblo sinó una
multitud de indivíduos aislados, sin autoridad civil ó política de los
unos sobre los otros ; es absolutamente imposible explicar cómo
estos indivíduos ( ó mejor dicho la mayoria de 'ellos ) pueden elegir
la persona del soberano , determinar la forma de gobierno , limitar
las atribuciones del poder , etc. , é imponer su voluntad á la minoria
de la nacion . Es , pues, evidente que , una vez admitida esta segun
da opinion , no se puede salir del orden abstracto , ni constituir el
gobierno real. Los defensores del otro sistema se desembarazan de
esta dificultad diciendo que es preciso concebir como existente , al
ménos por un momento , el estado primitivo natural de la democra
**
cia absoluta . De esta suerte la comunidad universal, estando real
mente en posesion de la soberanía , puede establecer una ú otra de
las formas simples de Gobierno ó combinarlas en diferentes ma
neras ,
El último de los tres autores citados , ó sea M. Augusto Nicolás,
es mucho más enérgico en su manera de refutar esta opinion . No
se contenta con desecharla simplemente , sinó que la llama protes
tante y galicana y la considera como la personificacion del des
potismo, al paso que á la contraria le da el nombre de católica , pre
sentándola ademas como la expresion más viva del sentido comun
y de la cordura , que camina entre los dos escollos de la soberanía
popular y del absolutismo de los reyes . Oigamos sus palabras, que
son muy dignas de atenta consideracion : “ ¿ Cómo se verificará , es
cribe, el desprendimiento , el tránsito y la encarnacion del poder en
un jefe ? Esta es la cuestion . ,
“ Aquí hay dos sistemas, dos doctrinas ; la doctrina católica ul
tramontana , y la doctrina protestante y galicana . ,
“ Estas dos doctrinas se hallan de acuerdo en este punto comun :
que el poder proviene de Dios. Puede hacerse un soberano , pero no

Ferd . J. Moulart, L'Église et l'État, lib. 1, 2.8 seccion, c. 1, art. 2. °, párrafo k.


798 El Catolicismo y la ciencia

se hace la soberanía ; y como no hay verdadero soberano sin sobe


ranía , se está en el caso , ó de no tener sinó un jefe de aventura, de
sorpresa ó de fuerza , sin raíces ni autoridad , á quien el movimiento
facticio ó tumultuoso que lo ha elevado no cesa de amenazar hasta
que lo arrebata , y el cual necesita hacerse tirano para resistir á él , ó
bien de volver al principio superior de la soberanía verdadera , pro
veniente de la naturaleza divina , por medio del cual únicamente
puede constituirse un legítimo y sólido gobierno . ,
“ Sobre este punto las dos escuelas están de acuerdo y reprodu
cen la doctrina antirevolucionaria „ .
“ Pero en qué difieren éstas ?,
“ Hélo aquí : ,
“ La escuela protestante y galicana profesa que los reyes reciben
su poder inmediatamente de Dios ; que por consiguiente no están
sujetos á ninguna legislatura humana sinó en cuanto la juzgan a
propósito ; que son constituidos por sólo Dios , á quien únicamente
deben dar cuenta de sus actos ; que la nacion no se pertenece ; que
no existiendo sinó porque es gobernada , no existe más que er
aquél por quien es gobernada , el cual no depende de potestad al
guna del mundo , sinó de Dios solo . Esto es el legitimismo absolute,
el cual fué formulado en la famosa frase de Luis XIV : “ El Estado
soy yo . n
“ Dos documentos memorables han inaugurado esta doctrina. El
uno se produjo en la consagracion de Eduardo VII , hijo de Enri
que VIII . El arzobispo apóstata Cranmer, con gran asombro de los
ingleses , se atrevió en esta ceremonia á reemplazar la interrogacion
del pueblo , interviniendo como parte estipulante, con una alocucion
en que decia , que este principe tenia la corona , no de la voluntad
del pueblo , sinó de su solo nacimiento , é inmediatamente de Dios.
Esta doctrina fué sostenida en seguida teóricamente por Jacobo I.
Es la doctrina del protestantismo , que , por lo demas , es consecuen
te en esto con su principio de la confusion de los dos poderes en la
persona del soberano .,,
“ El segundo documento es la declaracion de 1682 , en que se es
tablecieron las premisas de esta doctrina. En este documento , en
efecto , para libertar al Estado de la inspeccion de la Iglesia , que
habia sido durante toda la Edad Media la patrocinadora de los súb
ditos contra los excesos de los soberanos , hubo que declarar que
aquéllos debian á éstos una sumision absoluta , de la cual nada de
bia dispensarles , y que les era requerida por la emanacion inmedia
tocante al poder civil . 799

tamente divina del poder real . Esta última doctrina respira en todo
la Politica sacada de la Escritura de Bossuet , !
“ Tal es la escuela galicana y protestante : no discuto ; solamente
expongo . ,
“ La otra escuela , la grande escuela , la escuela de Santo Tomás
de Aquino , de Belarmino , de Suarez , etc. , que se ha inspirado en
la antigüedad y en la tradicion , tanto como en el sentido comun y
en la naturaleza de las cosas , la escuela católica profesa , por lo con
trario , que si el poder en su esencia es de Dios , no lo reciben los
principes sinó de la nacion ; que ésta tiene la provision de él en la na
turaleza social de la humanidad , de donde hace su devolucion al
gobierno que ella se da .,
“ No hay potestad que no provenga de Dios. —Qué decís á esto ?
-¿Todo príncipe es , pues , constituido por Dios ? - No digo esto,
puesto que no hablo de ningun príncipe en particular , sinó de la
cosa en sí misma ; es decir , de la potestad . Afirmo que la existencia
de los principados es obra de la Divina Sabiduría , y que ella es la
que hace que todas las cosas no sean entregadas á una temeraria ca
sualidad . Por esto el Apóstol no dice que no hay principe que no
provenga de Dios , sinó que , hablando de la cosa en sí misma , dice :
No hay potestad que no provenga de Dios. Así hablaba desde los
primeros siglos San Juan Crisóstomo , y esta doctrina no ha variado
en la gran corriente católica hasta nuestros dias .
“ Por derecho divino no debe , pues , entenderse en sana doctrina ,
que el hombre que ejerce la soberanía sea promovido á ella por
una órden que emane inmediatamente de Dios. No. Dios sin duda
suministra la soberanía , en cuanto la ha anexionado á la naturaleza
social de la humanidad , de que es autor , y donde la ha puesto en
potestad , como en su sujeto . Pero la nacion es la que la hace pasar
en acto á su objeto , realzándola en tal principio ó tal otra institucion
del poder , segun la forma de los Gobiernos. 19
“ Tal es el derecho divino mediato ; mediato , en cuanto es la na
cion quien lo confiere ; divino, en cuanto es constituido sobre las le
yes naturales y fundamentales de las sociedades de que es autor
Dios , y de cuya inviolabilidad participa .

I En ella se leen , por ejemplo, proposiciones como éstas : Cuando ha juzgado el


rey , no há lugar á otro juicio. - Sólo Dios puede juzgar sus juicios y su persona.
La única defensa de los particulares contra el poder real debe ser su inocencia . - El
principe se puede realzar por sí mismo cuando conviene en que obra mal; pero contra su
autoridad no puede haber remedio sinó en su autoridad misma.
800 El Catolicismo y la ciencia

“ Para volver á nuestra comparacion sacada del árbol, el hombre


planta , pero Dios suministra la virtud que hace que el árbol prenda..
Así , respecto del poder, el pueblo nombra : pero la virtud que vai
da el mando , y que honra la obediencia es de Dios ; el hombre co
opera , pero Dios es quien opera . ,
“ De aquí dos consecuencias : la una , contraria al absolutismo
real galicano ; la otra , contraria á la soberanía revolucionaria del
pueblo , „
“ La consecuencia contraria al absolutismo real es que el poder,
por inviolable que sea en cuanto es divino , no puede olvidar su ex
traccion nacional ( lo cual , por lo demás , la Iglesia en la ceremonia
de la consagracion no dejaba de recordarle ), y asimismo que la na
cion , por sometida que se halle , y por más que se le haya agotado
su poder constituyente , retiene , no obstante , un derechoʻde repre
sentacion ó amonestacion y áun de concurrencia , que obliga é inte
resa moralmente al soberano á respetarla . Hay en esto varios tem
peramentos y un equilibrio que sería difícil describir , y cuyo juego
normal nos ofrece la historia de Francia en aquel consorcio de la
soberanos con la nacion , que ha estado durante tantos siglos exen
to , si no de turbaciones, al menos de tiranía y de divorcio , y que
se puede llamar, en la elevada y primitiva acepcion de la palabra,
un régimen verdaderamente liberal . ,
“ La consecuencia contraria a la soberanía del pueblo es , que el
pueblo no es la fuente , sinó el reservatorio de la soberanía ; puesto
que la confiere para hacer cesar su estado anárquico ; y es en se
gundo lugar, que al ejercer este derecho de conferirla , la agota ,
sólo dispone de ella para obedecer . Obedece, no á su representante
y á su imágen , sinó á la imágen de Dios , que es el verdadero titulo
del poder perfecto , porque es su única fuente. Obedece al poder,
e
porque áun elevándolo sobre su cabeza no ha hecho más que ob
decer á la ley de su naturaleza social que lo reclamaba , que para
esto lo contenia , y de donde no ha hecho más que extraerlo.No
es, pues, su autor, sinó su editor , !.
Bien es verdad que los católicos de nuestros tiempos que abogan
por la comunicacion inmediata del poder están muy lejos, por re
gla general al ménos , de querer proclamar el absolutismo; sus in
tenciones son bien sanas por cierto , y nacen de un corazon verda

1 El Estado sin Dios , por Augusto Nicolás, traducido al castellano por D. Jose
Vicente y Caravantes , pár, viu , págs . 145-150.
tocante al poder civil. 801

deramente noble , que aborrece la tiranía donde quiera que se


e encuentre , y sólo desea oponer un fuerte dique á los furiosos em
bates de la soberanía del pueblo . Pero con las intenciones más puras
ܰ‫ ܘ‬el! se pueden defender doctrinas altamente perniciosas , y que oculten
en sus entrañas el mismo veneno que se quiere combatir en las con
trarias . ¿ No vemos haber sucedido esto al pié de la letra en nuestro
mismo siglo con el tradicionalismo ? Sus autores tambien llevaban
las miras más sanas en proclamarlo ; creian levantar con él una
fuerte barrera contra las oleadas crecientes del racionalismo ; pero
lo que hacian en realidad era socavar los cimientos de la Religion
misma hundiendo las inteligencias en la sima del escepticismo más
absoluto . No diré yo que suceda otro tanto con la doctrina de la
comunicacion inmediata ; sus defensores por lo regular procuran
salvarla de los absurdos á que por su intrínseca naturaleza conduce ;
y para conseguirlo , niegan á la autoridad el derecho de cambiar
por sí sola las leyes fundamentales de los reinos . ¿ Pero con qué
razon proceden de esta manera ? Qué lógica les autoriza para ha
cer excepciones semejantes, despues de haber asentado que la au
toridad es , no una propiedad inherente al ser social y espontánea
mente emanada de su esencia , sinó la esencia misma de la sociedad,
la forma sustancial del compuesto político ? En esta suposicion es
imposible , lógicamente hablando , no afirmar que todos los dere
chos sociales , inclusos los contenidos en las mismas leyes funda
1.
mentales de los reinos, son simples criaturas del poder civil . Y si
son criaturas suyas , de él dependerá su conservacion en la Repú
blica ; y durarán en ella hasta que el soberano tenga por convenien
te mudarlas. Si queremos proceder con rigurosa lógica , debemos
decir que la autoridad , en la hipótesis de la comunicacion inmedia
ta , lo puede todo en la nacion , y no reconoce otras barreras en e
ejercicio de sus funciones sinó las que la ley natural presenta á todol
hombre . Las leyes fundamentales al fin son leyes como las demas,
Call y no pueden quedar sobre lo que constituye la esencia de la nacion ,
ántes deben estar sujetas y subordinadas á lo que es por su natura
leza la fuente de todo derecho social , ó sea el alma de la república,
que en esta doctrina es la autoridad política .
Hénos , pues , aquí en el absolutismo de Jacobo I de Inglaterra y
de los reyes galicanos , absolutismo que intentaban evitar los Esco
lásticos , cuando sostenían tan ardorosamente la doctrina de la co .
municacion mediata . Ahora los tiempos han cambiado , y al absolu
tismo de los reyes protestantes y regalistas ha sucedido el absolu
51
802 El Catolicismo y la ciencia

tismo de las masas populares , heredero plenísimo de sus arbitrarie


dades ; y contra este segundo absolutismo quieren pelear hoy dia
los defensores de la comunicacion inmediata oponiéndoles la doc
trina inventada precisamente por los defensores del primero !
Algo más sabia por cierto nos parece la conducta observada por
aquellos grandes maestros del saber humano , que sostenian con
fuerte brazo la libertad de los pueblos sin peligro de conducirlos con
sus doctrinas á ninguno de los dos escollos precitados . ¿ Y qué ? No
pueden volver todavía á cambiar de nuevo las formas políticas de
las naciones , entrando á mandar soberanos absolutos á lo Jacobo 1,
sin sombra alguna de subordinacion á la Iglesia ? Quién , pues, será
capaz de poner entonces diques á su omnipotente soberanía, cuando
las mismas leyes fundamentales queden á merced de su disposicion
y arbitrio ? No se ataca impunemente una teoría filosófica sostenida
con tanta unanimidad y por espacio de tan largos años por las dife
rentes escuelas católicas. Lo que sucede en estos casos por lo regu.
lar es , que , al abandonarla, se cae en aquellos abismos profundos
que precisamente para evitarlos habia sido ella inventada con gran
de razon y cordura.

Pero se dirá: en efecto , los Escolásticos evitaron perfectamente


la sima del absolutismo, pero con ello dieron en la sima opuesta
la Revolucion ; sus doctrinas sobre la comunicacion mediata del po
der abrieron de par en par la puerta á la soberanía popular, que
ahora está llevando por todas partes la devastacion y la muerte.
Así lo han escrito , por desgracia, algunos defensores de la comuni
cacion inmediata, salvando empero, como era debido, la sana inten
cion de aquellos grandes maestros ; pero sus afirmaciones inconside
radas distan mucho de la verdad , por no decir de ellas otra cosa.
La doctrina de la soberanía popular no debe su origen ciertamente
á los Escolásticos , sinó á aquellos mismos que en los últimos siglos
defendieron con tanto ardor la comunicacion inmediata . Abranse
las historias, y se verá con la mayor evidencia , que los verdaderos
autores de la Revolucion fueron los protestantes y los galicanos con
su proclamacion temeraria de la absoluta independencia de la sobe
ranía política. ¿ Quién enseñó a los revolucionarios de hoy dia 2
proclamar el absolutismo de las masas sinó los que en los siglos
pasados levantaron hasta las nubes el absolutismo de los reyes? Los
Escolásticos supieron muy bien hacer frente a uno y otro con sus
prudentísimas enseñanzas , refutando con igual vigor así las arbitra
riedades de éstos como las locuras de aquellos .
tocante al poder civil. 803

Sabiamente escribe nuestro Balmes a este propósito acerca de


aquellos grandes doctores . “ Guiados, dice , por la sana filosofía , sin
perder nunca de vista el norte de la revelacion , satisfacian con sus
doctrinas los deseos de dos escuelas opuestas, sin caer en sus extra
víos ; eran democráticos sin ser anarquistas, eran monárquicos sin
ser viles aduladores . Para establecer los derechos de los pueblos , no
habian menester , como los modernos demagogos , destruir la Reli
gion ; con ella cubrian así los del pueblo como los del Rey. La liber
tad no era para ellos sinónima de licencia y de irreligion : en su con
cepto los hombres podian ser libres sin ser rebeldes ni impíos; la
libertad consistia en ser esclavos de la ley , y como sin Religion y
sin Dios no concebian posible la ley, tambien creian que sin Dios y
sin Religion era imposible la libertad . Lo que a ellos les enseñaban
la razon , la historia y la revelacion , á nosotros nos lo ha evidencia
do la experiencia . Por lo que toca á los peligros que las doctrinas
más ó ménos latas de los teólogos podian acarrear á los Gobiernos ,
ya nadie se deja engañar por afectadas é insidiosas declamaciones :
los Reyes saben muy bien , si los destierros y los cadalsos les han
venido de las escuelas teológicas, '.
Y es que los Escolásticos con justísima razon enseñaban , que la
autoridad no es el alma de la nacion , sinó una propiedad natural de
la misma ; que por consecuencia , ni á la autoridad le compete ser
fuente de todos los derechos sociales, ni hallarse necesaria é irremi
siblemente difundida por toda la masa del pueblo ; porque esto no
sucede sinó á las propiedades que constituyen la esencia de la repú
blica , y son su verdadera alma ó forma sustancial . Es que en con
secuencia de esta sanísima teoría juzgaban que la sociedad se puede
desprender de su autonomia natural , cediendo a alguna persona de
terminada el derecho de armonizar en sus miembros ó ciudadanos
las acciones públicas y sociales por medio de leyes sabias y pruden
tes , al modo que un hombre libre puede despojarse de su libertad
natural buscando el género de servidumbre que le acomoda. Así
oponian una firmísima barrera á los dos absolutismos, que tanto en
su tiempo como en el nuestro forcejeaban por hundir en el profundo
la hermosa barquilla de la libertad .
Respondiendo , pues , segun esta segurísima doctrina á los revolu
cionarios, les diremos que confunden torpemente lo natural con lo
ésencial, siendo la soberanía una propiedad natural de la nacion , y
TF

i Balmes , El protestantismo comparado con el Catolicismo, cap . II .


804 El Catolicismo y la ciencia

no su esencia . Les añadiremos , que la forma sustancial del cuerpo


político debe en efecto estar siempre difundida por todos sus miem
bros, pero no sus fuerzas, las cuales no ocupan sinó una parte de
terminada del indivíduo, como vemos suceder en todos los vivientes
criados , por convenir así á las funciones propias de cada una y al
bien general de todo el compuesto . A esto agregaremos que, con
viniendo al bien general de la república el que ella pueda despren
derse de la autonomía con que primitivamente nace, y ponerse bajo
la obediencia de alguna ó algunas personas determinadas, en sus
atribuciones naturales se encuentra el hacer esta cesion nombrándo
se un superior que la gobierne, y revistiéndolo de toda aquella au
toridad que estime conveniente para el bien público . Dice muy bien
Suarez á este propósito : “ Aunque la autoridad política es una como
propiedad natural de la comunidad perfecta en cuanto tal, sin em
bargo no está en ella de una manera inmutable; sinó que, o por que
rerlo así la misma comunidad , ó por otra justa causa, puede ser
trasladada á otro , quedando en consecuencia despojada de ella la
república . Esto se demuestra con el ejemplo ya aducido , ó sea.com
ha
la proporcion que con él guarda lo que vamos diciendo ; porque
libertad , contraria a la esclavitud , es una propiedad natural del
hombre , y por eso se suele decir que viene de la misma naturaleza
y sin embargo , puede ser el hombre privado de esta libertad y re
ducido á servidumbre , ya por propia voluntad , ya tambien por al
guna otra justa causa . Luégo de la misma manera la comunidad
perfecta , aunque por la naturaleza de las cosas sea libre , y á ella
pertenezca la potestad política , puede , sin embargo , ser despojada
de la misma por alguno de los modos dichos . En lo cual es de con
siderar que , si las propiedades físicas que emanan de la naturaleza
suelen ser de suyo inmutables , no sucede esto mismo con las poli
ticas, las cuales se asemejan á las morales , y siguen la condicion de
los dominios ó derechos , y por consecuencia pueden ser traspasa
das de uno a otro por contraria voluntad , como ellos , por más que
hayan sido recibidas de la naturaleza ,, !.
Y un poco más adelante : “ Esta potestad , dice , no es de institu
cion positiva, sinó que viene de la naturaleza , y por tanto es dada
en aquella forma que cuadre bien con la naturaleza racional segun

1 Licet haec potestas sit veluti proprietas naturalis perfectae communitatis hom:
num , ut talis est, nihilominus non est in ea immutabiliter, sed per consensum ipsizzº
met communitatis, vel per aliam justam viam potest illa privari et in alium transfer
tocante al poder civil. 805

razon y sana prudencia. Ahora bien ; la razon natural dicta no ser


necesario ni áun conveniente siquiera á la tal naturaleza , que la so
bredicha potestad permanezca inmutable en toda la comunidad,
porque la comunidad apenas puede usar de ella , no determinándola
ni modificándola en algun sentido . Luego la naturaleza y su Autor
se la conceden en tal forma, que pueda introducir en ella aquel gé
nero de mudanza que tenga por más conveniente para el bien pú
blico ,
Nombrado así el superior, y adquirido por él legítimamente el
derecho de mandar en la república conforme al modo establecido
en las leyes fundamentales de la nacion , ningun derecho tiene ya
ésta para negarle la obediencia en las cosas contenidas dentro del
círculo de esta potestad , ni para privarle, ni en todo ni en parte, de
este derecho. Porque la tal persona se halla en legítima posesion de
una cosa que en realidad de verdad le pertenece , y no puede por
consecuencia ser despojada de ella sinó con una infraccion grave y
punible del sétimo precepto del decálogo .
.
Nótalo muy bien el eximio Suarez respondiendo á una dificultad
que contra la comunicacion mediata enseñada por el cardenal Be
larmino proponia el rey Jacobo de Inglaterra. Habia escrito este
protestante coronado, que la doctrina escolástica relativa á la co
municacion dicha era un perpétuo semillero de sediciones adonde
acudirán con avides los facciosos y rebeldes para negar la obedien
cia al principe cuando se les antoje, y para coartarle su autoridad
y hasta desposeerle de ella totalmente . A esto responde el ilustre
filósofo español, que ninguna de las consecuencias mencionadas por
el proclamador de la comunicacion inmediata se contienen en la
doctrina referida ; porque los hombres todos están sujetos á la ley
natural , y ésta manda dar á cada uno lo que es suyo. Oigan los que
en nuestros tiempos miran con malos ojos esta opinion por creer,

hoc satis constat ex usu , et ex sequentibus illationibus amplius explicabitur. Nunc


ostenditur ex adducto exemplo seu proportione ad aliud ; nam libertas a servitute pro
prietas est naturalis hominis, et ideo dici solet esse de jure naturae, et nihilominus per
propriam voluntatem potest se homo illa privare , vel etiam ex justa causa illa privari ,
et in servitutem redigi ; ergo simili modo communitas humana perfecta, licet ex natura
rei libera sit, et potestatem in se habeat, potest aliquo modo ex praedictis illa privari :
unde considerare licet quod, licet proprietates physicae manantes a natura soleant esse
immutabiles naturaliter, nihilominus hae proprietates quasi morales, quae sunt veluti
dominia seu jura , mutari possunt per contrariam voluntatem , quamvis a natura sint
accepta. ( Suarez, De legibus, lib. ii, cap . 1 , núm . 7. )
! Idem , ibid ., núm . 8 .
806 El Catolicismo y la ciencia

como el rey Jacobo , que en ella se halla encerrado el principio de


la Revolucion misma : “ Respondemos, dice , que ninguno de los so
bredichos inconvenientes se sigue de la resolucion propuesta. Y en

primer lugar, ninguna ocasion ofrece al pueblo de rebeliones ó se


diciones ; porque , despues que el pueblo traspasó al rey su potes
tad, no puede ya con justicia , confiado en la misma potestad, reco
brar su libertad primera á su antojo y cuantas veces quiera. Si cedio
al rey una potestad que éste aceptó , ya el rey por esto mismo ad
quirió verdadero dominio sobre ella : por consiguiente, aun cuando
el rey haya entrado en posesion de este dominio en virtud de una
donacion ó contrato , ya no puede ser desposeido de ella sinó por
medio de una injusticia . Como una persona particular, que hizo re
nuncia de su libertad vendiéndose en clase de siervo ó haciendo do
nacion de su persona , no puede ya despues eximirse de su esclavi
tud por su propio arbitrio . Lo mismo , pues , sucede con la persona
moral, que es la nacion , despues que se ha despojado de su propia
libertad. El pueblo con la cesion que hizo de la autoridad quedó
privado de ella ; luégo ya no puede justamente levantarse contra su
principe, fiado en la potestad sobredicha ; porque la tal potestad ya
no le pertenece , y así el uso que hiciera de ella no seria un uso
legítimo sinó una verdadera usurpacion ,, !.
Y un poco más adelante : “ Por la misma razon , escribe, no es li
cito al pueblo , una vez que se halle puesto debajo de la obediencia,
restringir la potestad del rey más de lo que haya sido restringida
al tiempo de comunicársela ; porque esto no lo permite aquella ley
de justicia, segun la cual deben guardarse los pactos legítimos, y no
se puede revocar ni en todo ni en parte la donacion ya ejecutada,

I Respondemus, nullum ex his incommodis sequi ex resolutione sententiave pro


posita. Nam in primis negamus , ex ea occasionem rebellionum aut seditionum contra
legitimos principes populo dari . Nam postquam populus suam potestatem in regem
quoties voluerit,
transtulit , non potest juste , eadem potestate fretus, suo arbitrio, seu
se in libertatem vindicare . Nam si potestatem suam regi concessit, quam ille accepta
vit , eo ipso rex dominium acquisivit ; ergo quamvis rex habuerit a populo illud doni
nium per donationem vel contractum , non ideo licebit populo dominium illud regis
auferre, nec libertatem suam iterum usurpare. Sicut particularis persona, quae suze
libertati renunciavit , et se in servum vendidit aut donavit , non potest postea suo ar
bitrio se a servitute eximere . Idem ergo est de persona ficta seu communitate, poste
quam se alicui principi plene subiecit . Item postquam populus suam potestatem resti
contulit , iam se illa privavit ; ergo non potest illa fretus juste in regem insurgere.
quia nitetur potestate quam non habet , et ita non erit usus justus , sed usurpatio por
testatis. ( Suarez , Defens. Fidei, lib. ii, cap . II , n . 2. )
tocante al poder civil. 807

máxime cuando es onerosa . Todavía más : ni áun siquiera las leyes


justas del príncipe puede el pueblo abrogar apoyado en su propia
autoridad sinó solamente conſiado en el consentimiento tácito ó
expreso del mismo príncipe, como lo notó Santo Tomás, y nosotros
tambien lo probaremos en otra parte . No es , pues , absolutamente
verdadero que el rey dependa del pueblo en su potestad , aunque la
haya recibido de él , porque puede ser que dependa de él en el re
cibirla, mas no en el conservarla ; lo cual sucede siempre que la ce
1 sion por parte de aquél es absoluta y plena . Por lo cual, despues
1 que uno ha sido constituido rey conforme á derecho, tiene el poder,
aun cuando le haya venido por el intermedio de la nacion : porque
! esto es lo que exige la ley de la justicia, como lo dejamos decla
rado , '.
Así se ve con cuánta sabiduría vindicaba el Doctor eximio la
doctrina escolástica de la infamante nota de revolucionaria con que
pretendia denigrarla aquel rey protestante proclamador de la comu
nicacion inmediata. Por eso , mientras que los enemigos de la Iglesia
católica quemaban públicamente en las plazas de Londres y de
Paris el libro De defensione fidei, escrito contra el rey Jacobo, entre
otras causas porque con la doctrina que aquí estamos tratando
proclamaba la sedicion de los pueblos y perturbaba la tranquilidad
de los reinos, el papa Paulo V llenaba de elogios esta misma obra
escribiendo al P. Suarez la carta siguiente :

DILECTO FILIO FRANCISCO SUAREZ PRESBITERO SOCIETATIS JESU .

PAULUS PAPA V.

Dilecte ſili, salutem et Apostolicam benedictionem .


!
» Accepimus librum a te pro Catholicae Religionis atque huius
Sanctae Apostolicae Sedis defensione elucubratum . Libentissime
illius lectione delectati sumus ; nam a viro tantae pietatis et eruditio
nis nonnisi magnae utilitatis opus expectandum erat . Interim tibi ,
maximeque piis laboribus tuis benedicimus, etc. ,
El mismo Papa , habiendo sabido lo ejecutado en Paris por el
Parlamento francés , que , en ausencia del Rey, habia hecho que
mar en la plaza pública como sedicioso el mencionado libro por sus
! doctrinas relativas a la comunicacion mediata del poder político ,

[ Idem , ibid ., n . 4 .
808 El Catolicismo y la ciencia , etc.

escribió una carta llena de celo á sus Majestades Cristianísimas, para


que tratasen de reparar el escándalo y restituyesen á su autor la
fama quitada ; lo cual ellos cumplieron con sumo gusto y religiosi
dad maravillosa. De todo lo cual bien se echa de ver cuán distante
se hallaba el referido Pontífice del juicio que algunos católicos han
formado en nuestros dias sobre esta doctrina, teniéndola , como los
protestantes y galicanos , por favorable á la Revolucion y enemiga
de la tranquilidad de los pueblos . No nos detendremos más tiempo
en evidenciar la falsedad de este juicio ; lo dicho es más que sufi
ciente para que ningun hombre reflexivo pueda abrigar en su ánimo
los más mínimos recelos contra ella .
No concluiremos este capítulo sin recomendar á nuestros lectores
el estudio de la magnífica Encíclica Diuturnum illud de nuestro
Santísimo Padre Leon XIII relativa al origen del poder público.
Meditenla con atencion y diligencia ; en ella encontrarán argumen
tos poderosísimos para rebatir las doctrinas revolucionarias que
niegan en absoluto el origen divino del poder , y contra las cuales
únicamente va dirigida. Quizás alguno, sin embargo, se imagine ver
en ciertas palabras de la misma la reprobacion de la teoria escolas
tica, por decirse en ellas que el pueblo al nombrarse soberano que
lo gobierne “ no le confiere los derechos de la soberanía , sinó que
solamente designa la persona. Pero estas palabras no las dice Su
Santidad para herir en lo más mínimo la doctrina referida, pues de
ella no hace allí la más ligera mencion , sinó para significar que el
pueblo no crea la soberanía por ser ésta una derivacion del Supre
mo Hacedor ; lo cual nada tiene que ver con lo enseñado por los
Escolásticos, pues todos ellos sostienen unánimemente que toda

potestad es de Dios, y que por Dios reinan los reyes y hacen justi
cia los poderosos . Y esto baste para defender el origen divino de la
soberanía, y para volver por la honra de los Escolásticos injusta
mente ajada en esta materia ; que son las dos cosas que nos había
mos propuesto en este capítulo . Quien desee más amplias explica
ciones, lea las dos obras de Suarez arriba citadas .
CAPÍTULO XXXVI

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ÓRDEN Á CAS RELACIONES

QUE MEDIAN ENTRE LA RAZON Y LA FE .

PNÚTIL parecería decir ya cosa alguna sobre esta materia des


pues de lo que dejamos escrito en los capítulos anteriores,
Ts principalmente en los relativos a la divinidad del Cristianis
mo . Sin embargo , diremos algo en éste todavía para completar lo .
4
ya expuesto é indicar al mismo tiempo las grandes ventajas que re
sultan á nuestra faca razon de hallarse bajo la dependencia de la fe,
una vez dado el hecho sobrenatural de la Revelacion divina .
Ya hemos visto al tratar del criterio de la verdad cómo la Reve
1
lacion sobrenatural , en cuanto a la certeza que tenemos de su exis
tencia , depende en algun modo de nuestra propia razon ; puesto
que ésta, por las leyes mismas naturales que le sirven de norte y
guía en todos sus actos , no puede dar un asentimiento pleno y ab
solutamente firme á las palabras de Dios Nuestro Señor , sin que
primero se haya asegurado de la existencia de las mismas en tér
minos que no le sea permitido ponerlas en duda . La fe en verdad
es ciega en sí misma, por cuanto cree lo que no ve , lo que no pene
tra en su interna naturaleza , pero no lo es tal en el conocimiento de
los motivos que asisten á la razon humana para que con sanísima
prudencia la admita . Estos motivos no deben dejar duda alguna
prudente sobre el hecho de la Revelacion , ántes producen en quien
desapasionadamente los considera la segurísima certeza de que Dios
ha hablado al hombre . Una vez adquirida esta certeza , la misma
razon natural , apoyada en los principios y leyes esenciales de su
modo ordinario de obrar, manda prestar el asentimiento dicho , que
es precisamente el acto de fe , haciendo que la voluntad quiera creer
y desprecie los vanos temores de error que todavía se le ofrecen
810 El Catolicismo y la ciencia
por no presentársele el hecho de la Revelacion iluminado con los
fulgores de una evidencia rigurosa . Porque si la razon humana manda
creer á los hombres pecables , flacos y falibles , cuando le consta con
certeza que le han anunciado alguna cosa , y que siendo veraces en
sus palabras saben ademas que no se equivocan , ¿ cuánto más nos
intimará esta obligacion cuando es moralmente cierto que Dios ha
hecho alguna revelacion extraordinaria y cuando consta por la
misma lumbre natural que ni puede engañarse ni engañarnos?
Por consiguiente, una vez que conste con seguridad el hecho de
la Revelacion divina , la razon queda estrechísimamente obligada á
someterse á ella y á trabajar con su mismo discurso natural por sa
cudir las dudas imprudentes que contra ella se le pueden ofrecer,
sabiendo que Dios es infalible en sus juicios , y que su infinita vera
cidad le impide engañarnos y hace por lo mismo infinitamente dig
nas de fe sus sapientísimas enseñanzas. Ademas , la razon humana,
con sólo considerar la condicion interna de la verdad en general, la
cual consiste en tener su origen y fundamento en Dios , sabe a priori
que aquella verdad revelada no puede hallarse en pugna com
verdad alguna del orden natural ; porque Dios , verdad absoluta
y unidad simplicísima , es sí , fuente inagotable de toda clase de
verdades y perfecciones, pero no principio de contradicciones y
absurdos .
Así , pues , cuando nos hallamos moralmente ciertos de que la
Revelacion divina es un hecho real y verdadero, y por otra parte
con nuestros raciocinios naturales llegamos á alguna proposicion que
nos parece oponerse á la doctrina revelada , si queremos obrar con
prudencia , debemos decir que , ó no hemos entendido bien el sen
tido de la divina palabra , ó en nuestros propios discursos se nos ha
deslizado ocultamente algun error ; y que por tanto la contradiccion
entre uno y otro órden de cosas no es más que aparente. Esto dicta
la sana filosofía у áun el mismo sentido comun y el consentimiento
unánime de todos los mortales . Por eso los Racionalistas , que en su
loca temeridad han procurado persuadirse de que toda revelacion
sobrenatural es un puro mito , una vana imaginacion de personas
ignorantes , ó una falaz superchería de perversos embaucadores,
trabajan con todo empeño por demostrar que los dogmas cristia
nos pugnan con las verdades de la razon natural ó con los hechos
reales y físicos, para sacar de aquí la consecuencia de que no han
sido revelados por Dios á los hombres . Es decir , que estos incré
dulos convienen tambien con todas las demas clases del género
en órden á las relaciones entre la razon y la fe. 811

humano en la idea que acabamos de expresar , afirmando con su


conducta la absoluta imposibilidad de pugna alguna entre las doc
trinas real y verdaderamente reveladas y las verdades del puro
órden natural .

La razon humana es con respecto á los misterios revelados por la


Razon di vina lo mismo que un ciego de nacimiento en órden á
los colores , el cual no puede formarse idea cabal y exacta de su
naturaleza , y sólo puede adquirir noticia de su existencia por la re
lacion verídica de otros que tienen la dicha de contemplarlos con
sus propios ojos. ¿ No incurriria en una gravísima temeridad el que
1 así se hallase destituido de la vista , si dijera con seriedad que él
! veía mejor aquellos objetos, y tenía de ellos ideas más exactas y
verdaderas que cuantos con los ojos sanos los estuviesen contem
plando ? Pues esto mismo haria la razon humana con respecto a la
divina , si por unas leves apariencias , en que se le representa como
falso lo que ella nos muestra como verdadero o viceversa , desecha
se orgullosa las enseñanzas de Dios y pretendiese necia entender
mejor las cosas que la Razon eterna de todas ellas . La Razon divi
na se halla en grado infinitamente superior á la razon humana ; y
así, cuando nos constan con certeza los juicios pronunciados por
esta Razon soberana , la misma conciencia de nuestra limitacion
propia nos dice que es prudencia verdadera someternos á ellos , y
rematada locura por el contrario y perversísima malicia el no que
rer admitirlos , por más que nosotros con nuestro pobre entendi
miento no los podamos comprender .
Esta deferencia de nuestros juicios , flacos y enfermos , á los divi
nos manifestados con certeza por la Revelacion es lo que han lla
mado los Teólogos católicos subordinacion de la rason á la fe, di
ciendo con grandísima sabiduria que aquella debe servir á ésta y no
mandarla , no prescribir lo que se ha de creer , sinó abrasarlo con
obsequio racional; no escudriñar la profundidad de los misterios de
Dios, sinó reverenciarla piadosa y humildemente. Y esto mismo, con
los propios términos que acabamos de usar , expresó el Papa Pío IX
en su Breve al obispo Wratislaviense , cuando en 30 de Mayo
de 1857 , reprobando los errores de Gunther, le decia: “ En verdad no
sin dolor de nuestro ánimo paterno manifestamos que no pocas
cosas ni de pequeña entidad se encuentran en los referidos libros
( de Gunther ) , que tanto en las palabras como en la doctrina , se
apartan no ligeramente de la verdad católica. En este número se
cuenta principalmente lo que el autor defiende y afirma sobre la
812 El Catolicismo y la ciencia

augustisima Trinidad , sobre el sacramento de la Encarnacion , so


bre la creacion , sobre las relaciones que deben mediar entre la
Filosofia y la Teología , entre la ciencia y la fe. Porque no ha llega
do á entender que de la Filosofia es propio , en las cosas que pertene
cen å la religion , no dominar, sinó servir ; no dictar lo que ha de
ser creido , sinó abrasarlo con racional obsequio ; no escudriñar la
alteza de los misterios de Dios, sinó reverenciarla piadosa y humil
demente 1 .
Mas detalladamente nos enseña el citado Pontifice esta misma
doctrina en el párrafo II del Syllabus, condenando las siguientes
proposiciones del racionalismo moderado: “ VIII . Como la razon
humana se equipare á la misma religion , débense por esto tratar
las teológicas disciplinas de la misma manera que las filosóficas,
IX . Todos los dogmas de la Religion cristiana , sin distincion , son
objeto de la ciencia natural ó filosofía; y la razon humana , perfec
cionada tan sólo históricamente , puede con sus fuerzas y principios
naturales llegar a la verdadera ciencia de todos los dogmas aun los
más recónditos , con tal que le sean propuestos como objeto de
consideracion . X. Siendo una cosa el filósofo y otra la filosofia, aquel
tiene el derecho y obligacion de someterse á la autoridad recono
cida por él mismo como verdadera ; pero la filosofía ni puede ni debe
someterse á autoridad alguna. XI . La Iglesia no sólo no debe casti
gar y purgar la filosofia, sinó tambien debe tolerar sus errores y de
jarla que se corrija ella á si propia . XIV . La filosofia ha de tratarse
sin tener consideracion alguna de la Revelacion ,, ? .

I Et re sane vera , quod non sine paterni animi Nostri dolore significamus, neque
pauca neque levia in commemoratis libris reperiuntur, quae tum verbis tum rebus 2 cl
tholica veritate non minimum discedunt. Quo quidem numero ea praesertim censentur,
quae auctor tuetur et affirmat de augustissima Trinitate, de sacramento Dominicae Iocar
nationis , de rerum creatione , de habitu philosophiae ac theologiae , scientiae ac fidei.
Neque enim satis intellexit , philosophiae esse, in iis quae ad religionem pertinent, non
dominari, sed ancillari , non praescribere quid credendum sit , sed rationabili obsequio
amplecti , neque altitudinem scrutari mysteriorum Dei , sed illam pie humiliterque
revereri. ( Pio IX en el Breve citado. )
2 VIII. Quum ratio humana ipsi religioni aequiparetur , idcirco theologicae disci
plinae perinde ac philosophicae tractandae sunt.
IX . Omnia indiscriminatim dogmata religionis christianae sunt obiectum naturalis
scientiae seu philosophiae; et humana ratio historice tantum exculta potest ex suis
naturalibus viribus et principiis ad veram de omnibus etiam reconditioribus dogmati
bus scientiam pervenire, modo haec dogmata ipsi rationi tamquam obiectum proposi
ta fuerint .
X. Quum aliud sit philosophus , aliud philosophia , ille ius et officium habet se
en órden á las relaciones entre la razon y la fe . 813 1

Así , pues , segun las enseñanzas de la Religion católica , el filóso


fo para examinar los dogmas de la Revelacion no ha de acudir pri
mero á su razon individual y preguntarse si aquellas doctrinas fluyen
ó no como consecuencias necesarias de los principios naturales , como
si fueran verdades de un órden puramente natural y se hallaran en
cerradas por consiguiente dentro de la esfera de su propia inteligen-'
cia , y como si no pudieran existir otras cosas sinó las que la flaca y
enfermiza razon del hombre sea capaz de comprender ; sinó que
debe mirar primeramente y ante todo si la Revelacion divina en lo
que toca á estos misterios es un hecho cierto y averiguado ; y luego ,
adquirido que haya este conocimiento así del hecho de la Revela
cion como del sentido de la misma , ha de abrazarlos humildemen
te como revelados por Dios , aun cuando se le presenten envuel
tos en impenetrables sombras y aunque le ocurran algunas dificul
tades en contrario . Porque dado el caso de que la Revelacion sea
cierta y cierto tambien el sentido de la doctrina en ella contenido ,
es imposible de toda imposibilidad que estas dificultades sean otra
cosa que objeciones , es decir , meras apariencias é ilusiones de la ra
zon y no verdaderas demostraciones en que se vea con evidencia ser
falsa la doctrina revelada. Ya hemos dicho al hablar sobre el crite
rio de la verdad que cuando consta con entera evidencia ser una
doctrina positivamente contraria á alguna verdad natural claramen
te demostrada , entonces , por más prodigios que se aduzcan en fa
vor de ella , no puede ser considerada como procedente de Dios ,
sinó ántes bien como un verdadero error , hijo del padre de la men
tira. En tal caso los pretendidos milagros que la confirman son ó
meras supercherías de algun hombre astuto y embaucador que es
pera sacar algun provecho de aquellos trampantojos , ú operaciones
diabólicas dirigidas á persuadir á los hombres alguna cosa mala . La
razon es clara ; porque Dios , verdad por excelencia y fuente de toda
veracidad , no puede inducirnos con sus milagros á que admitamos
como verdadero lo que pugna manifiestamente con los principios
de nuestra propia razon . Aún más : en semejantes ocasiones ni aun
siquiera puede Dios permitir que el demonio nos envuelva tan arti

submittendi auctoritati , quam veram ipse probaverit ; at philosophia neque potest,


neque debet ulli sese submittere auctoritati ,
XI . Ecclesia non solum non debet in philosophiam unquam animadvertere , verum
etiam debet ipsius philosophiae tolerare errores , eique relinquere ut ipsa se corrigat.
XIV. Philosophia tractanda est , nulla supernaturalis revelationis habita ratione.
( Syllabus , pár. II , Rationalismus moderatus. )
814 El Catolicismo y la ciencia

ficiosamente en sus redes que admitamos prudentemente el error å


que él nos empuja con sus acciones sobrenaturales ; porque á la pro
videncia divina corresponde no consentir entre los hombres, criatu
las suyas hechas á su imagen y semejanza y destinadas a la posesion
de la bienaventuranza , error alguno que nos aparte de esta bien
aventuranza , sin haberle dado nosotros entrada en nuestra inteli
gencia libremente y faltando a las reglas de la sana prudencia.
Dice más todavía el soberano Pontífice en las palabras del Sylla
bus arriba citadas . En ellas nos enseña que , no sólo el filósofo , mas
tambien la misma filosofia está subordinada a la fe ; en lo cual pro
fiere una verdad evidentísima áun á los ojos de la razon natural
abandonada á sus propios conocimientos . Porque la fe, tanto por
razon de su origen como por razon de su objeto y de su intrinsecă
naturaleza , pertenece a un órden muy superior al que corresponde
á la razon humana , y ésta por tanto debe subordinarse á aquella
como á nosotros se nos subordinan todas las cosas del mundo ma
terial y sensible por la misma causa . La fe es en sí un hábito ó po
tencia sobrenatural perteneciente al orden de la vision intuitiva de
la divina Esencia ; mientras que la razon humana , por mucho que se
perfeccione con sus actos , jamás llegará á levantarse por sí misma
á tan elevada esfera de poder contemplar á Dios en su intrinseca
naturaleza y sustancia . El objeto propio de la fe son los misterios
altísimos de la Divinidad , enteramente impenetrables á la razon lu
mana; al paso que ésta , abandonada á sus propias fuerzas, sólo pue
de contemplar las humildes verdades que relucen en este mundo
sensible y con dificultad alcanza en ellas algunos palidos destellos
de la lumbre soberana del Criador ; á quien no puede conocer sino
por via de negaciones, sabiendo de Él lo que no es , y no penetran
do jamás en el fondo de su divina Esencia . Ademas , el motivo por
que se mueve la fe en la produccion de sus actos es la luz increada
de la divina ciencia que resplandece en la infalible palabra delsu
premo Hacedor : por el contrario, este motivo en nuestros actos na
turales es la luz pálida y descolorida de nuestra pobre razon ,tan in
ferior en nobleza á la divina cuanto es inferior lo finito á lo infinito,
ó sea la figura a la realidad y la criatura al mismo Dios . Finalmente,
el principio de la fe es Dios en cuanto causa y autor de todos aque
llos dones sobrenaturales que San Pedro llama grandes y precio
sos ' por hallarse contenidos en el orden divino y decir intrinseca

1 2. Petri , 1 , 4 .
en órden á las relaciones entre la razon y la fe. 815

relacion a la vista de la Esencia increada ; mas el principio de la ra


zon es el mismo Dios en verdad , pero obrando en un órden muy in
ferior, en el orden de estas cosas naturales y visibles , que distan
tanto de las sobrenaturales y espirituales cuanto dista el cielo de la
tierra .
Así, pues , es altamente filosófico el afirmar que no sólo el filósofo,
sinó tambien la misma filosofia se halla subordinada á la fe; porque
ésta por razon de su intrínseca sobrenaturalidad y por hallarse apo
yada en la misma palabra divina pertenece a un orden de ciencias
infinitamente superior al de las ciencias naturales , y representa á la
misma Razon divina , infinita , suprema y absolutamente infalible,
mientras que los conocimientos humanos, por más perfectos y evi
dentes que sean , no representan sinó á la humana razon , limitada,
dependiente de la divina é intrinsecamente falible . La ciencia hu
mana con toda su excelencia y perfeccion no se libra jamás de su
intrínseca defectibilidad ; siempre es capaz de error, aunque acciden
tal y debido a las influencias torcidas de las cosas que a veces por
un incidente cualquiera la sacan de su camino . La fe , por el contra
rio , como ciencia de Dios y que afirma siempre aquello mismo que
Dios ve con su inteligencia soberana ', no puede caer jamás en error
alguno , ni por su intrinseca naturaleza , ni por la influencia casual
de los objetos extrinsecos .
Juzguese, pues , si no será filosófico hasta lo sumo afirmar que
en las cosas de la religion pertenecientes al dominio de la fe y sobre
las cuales puede tambien la razon adquirir alguna clase de conoci
mientos aunque imperfectos, la fe ha de corregir los errores casua
les de la razon , y no imponer ésta sus dictámenes á aquélla. Cuan
do dos maestros tratan una misma materia , ¿ quién es razon que
lleve la preferencia, el infalible por esencia y superior en dignidad
a todos los maestros posibles , ó el que se equivoca á cada paso
y está palpablemente sintiendo su intrínseca debilidad en los erro
res portentosos con que en todos tiempos ha cubierto de igno
minia sus enseñanzas ? Enhorabuena que la ciencia , antes de some
terse y subordinarse al magisterio de la fe , investigue primero si
existe ó no en el mundo ese infalible maestro , que se le presenta
como mandado por Dios á los hombres para enseñarles con facili
dad , seguridad y certeza las cosas pertenecientes a la salvacion
eterna. Enhorabuena tambien que no se le subordine hasta habér
sele certificado su existencia con la presentacion de las credenciales
divinas que este maestro trae consigo . Esto es muy justo , no lo
816
El Catolicismo y la ciencia
negamos ; ántes por el contrario , afirmamos que lo debe practicar
todo filósofo antes de ponerse á examinar los sagrados dogmas.
Pero una vez cerciorada la razon humana de la venida de este
maestro excelentísimo é infalible , debe por fuerza reconocer humil
demente su intrínseca superioridad , acatar sus soberanas decisiones
en las materias propias de su mision , aunque por su pobreza y mi
seria no las comprenda, deferir siempre á sus excelentísimas ense
ñanzas , servirse de ellas para discurrir con más acierto y seguridad
en los mismos objetos sobre los cuales puede ella filosofar con
sus propias y naturales luces , evidenciar , si puede , con sus ra
ciocinios lo mismo que ese maestro sobrenatural enseña doga
máticamente y sin aparato alguno de demostraciones cientifi
cas , pero jamás levantarse contra su divino magisterio pretendiendo
dictarle la ley ó habiéndose con él como si no existiese sobre la
tierra !
La ciencia , pues , ó en otros términos la razon , al aparecimiento
de la fe, queda sujeta á ésta naturalmente y pierde por esto mismo
su libertad nativa , segun lo enseñan los mismos dictámenes de la
sana prudencia y buen sentido ; como pierde su absoluta y omni.
moda soberanía en una provincia un gobernador , cuando se presen
ta en ella de parte del rey y supremo principe de la nacion otro
enviado de superior dignidad , condecorado con atribuciones mucho
más amplias que las suyas. Mas esta subordinacion y dependencia
ninguna perfeccion intrínseca le quitan , ningun daño le acarrean,
ningun grado de grandeza le disminuyen en lo que la libertad tiene
de bueno y racionalmente apetecible ; antes por el contrario la aqui
latan y avaloran en gran manera trayéndole grande abundancia de
verdaderos bienes , entre los cuales no es ciertamente el menor esa
especie de infalibilidad que la reviste de maravillosa firmeza en la
resolucion de los problemas filosóficos propios de su esfera , librán
dola de innumerables errores que de otra suerte dificultosamente
evitaria , abriéndole camino seguro para nuevas excursiones en el
campo de la ciencia , indicándole muchas veces el género de proce
dimiento que conviene practicar para llevar a cabo una demostra

I Sobre esta materia de las relaciones entre la fe y la razon , así como tambien
sobre otras varias de las que llevamos tratadas en este nuestro trabajo, puede ser
consultada y leida con fruto la obra del P. Causette , Vicario general, superior
de los sacerdotes del Sagrado Corazon de Tolosa de Francia , titulada : Le but
sens de la Foi exposé en réponse aux objections philosophiques et scientifiques du jour.
Paris , 1872 .
en órden á las relaciones entre la razon y la fe . 817

cion científica y avisándole otras que la tal demostracion no es im


posible . Porque no es pequeña ventaja al emprender una investiga
cion cualquiera saber ya de antemano que es posible hallar lo que
se busca; lo cual posee el filósofo cristiano con respecto á muchas
verdades naturales de altísima importancia , merced á la lumbre so
brenatural de la fe que le da un conocimiento cierto de su existen
cia. Al saber con plena certeza que aquellas verdades existen y que
por consiguiente son accesibles á la luz de la razon , entonces el in
vestigador se anima y trabaja con confianza, y seguro del éxito se
esfuerza para hallar el camino que le ha de conducir á su posesion
y no ceja hasta que por fin logra su intento ; cuando por el contra
rio , si no hubiera estado cierto de que las tales verdades eran reales
y macizas, desmayára fácilmente al cabo de algunas tentativas in
fructuosas y diera por imposible lo que se hallaba al alcance de sus
propias fuerzas. Entonces el filósofo , para servirnos de una compa
racion de Balmes ", es como aquel que , seguro de la existencia de
una mina en algun lugar, no gasta tiempo en vano para descubrirla;
sinó que fijándose luego sobre el verdadero terreno , aprovecha ya
desde un principio todas sus investigaciones y trabajos.
Buen ejemplo tenemos de todo esto en cuanto vemos acaecer á
las dos filosofias cristiana y racionalista , ambas apoyadas en los solos
principios de la razon natural siempre que tratan de elaborar sus
argumentos , y sin embargo , muy diferentes la una de la otra en el
resultado de sus investigaciones científicas. La filosofia racionalista
discurre y se mueve mucho por todas partes , corre en busca de la
verdad con una especie de agitacion febril, blasona siempre de luces,
de progreso , de adquisiciones portentosas; pero en realidad no hace
otra cosa que recorrer siempre un mismo círculo de errores, pasan
do del dogmatismo más absoluto al escepticismo más desesperante ,
del espiritualismo más exagerado al materialismo más grosero , aca
bando por la divinizacion de todo lo sensible y negacion de todo
lo verdaderamente divino , y teniendo en consecuencia por vanas
preocupaciones de los hombres todo cuanto en el mundo se cree

1 El Protestantismo , etc. , cap. LxIx . Ninguno que lea con ánimo desapasionado
este excelente capítulo de nuestro insigne escritor y los demas restantes hasta concluir
su obra , podrá menos de reconocer los inmensos bienes que trae á la débil razon hu
mana el hallarse subordinada al magisterio de la fe . La maestría incomparable con
que está tratada en dicho lugar la cuestion que al presente nos ocupa nos dispensa
de entrar aquí en más largas explicaciones sobre el asunto. Todo cuanto dijéramos
nosotros sería muy pálido puesto al lado de tan hermosas y brillantes páginas.
52
818 El Catolicismo y la ciencia

sobre la excelencia del órden moral , sobre la belleza de la virtud y


sobre las dulces esperanzas de la vida futura. Registrense los escri
tos de todos los que desde el tiempo de Descartes hasta nuestros
dias han cultivado la Filosofía sin tomar para nada en cuenta la Re
velacion , y se verán en ellos profesados todos cuantos absurdos y
delirios puede fabricar la más loca fantasía. No se advertirá en eilos.
otra cosa que una sustitucion continua de sistemas á sistemas, un ,
perpetuo tejer y destejer , un eterno edificar sobre arena . , Todos
quieren traer algo nuevo al campo de la ciencia , el mérito consiste
en decir lo que otros no han dicho , siquiera sea lo más desatinado
del mundo ; pero siempre y en todos los casos lo que se trae es
aéreo , insubsistente , una flor efímera , que brilla por la mañana y
por la tarde está sin vida .
¡ Qué de cosas pudiéramos escribir sobre esta materia , si hubiéra
mos de soltar la rienda á nuestros pensamientos y dejar correr li
bremente nuestra pluma ! Pero es preciso mirar algun tanto por la
brevedad : baste lo que dejamos ya indicado sobre esta materia en
cuanto llevamos escrito . Verdaderamente la Filosofía racionalista de
nuestros dias con sus delirios é impiedades ha llegado á hacer que
los hombres se formen acerca de la ciencia el mismo juicio que
antes de la venida de Jesucristo tenian de ella concebido los paga
nos . El nombre de filósofo ha venido á ser equivalente al de impio,
de ateo , y de cuanto malo se puede excogitar sobre la tierra. La
más alta y sublime de las ciencias naturales , la Metafisica, ha venido
á ser postergada , pisoteada, vilipendiada y escarnecida, no logrando
tener estimacion entre los sabios sinó unos cuantos conocimientos
experimentales , más propios para recrear el ánimo de quien los
contempla, que para formar lo que con título verdadero merece el ,3
nombre de ciencia . Enhorabuena que los hombres se den al estudio
de las ciencias que llaman de observacion ; los objetos materiales y
sensibles los ha hecho tambien el Señor para que los contemplemos
y en ellos admiremos los resplandores de su soberana belleza . Pero
¿ por qué se ha de poner en esto toda la grandeza y sublimidad de
la investigacion humana ? ¿ Por qué se ha de pensar y hablar de es
tos estudios , como si ellos fueran lo más noble y excelente á que se
puede aplicar el humano entendimiento ? ¿ Por qué no hemos de re
conocer y confesar que todos ellos valen muy poco puestos enfren
te de los metafísicos , religiosos y morales, que ahora se postergan ?
Se ha criticado con rigor y hasta con acrimonia á los antiguos, !
porque dirigian toda su actividad intelectual al estudio de las cien
en órden å las relaciones entre la razon y la fe. 819

cias especulativas y descuidaban por completo las experimentales.


En esto habrá lo que se quiera de razon , aunque no falta tampoco
bastante de exageracion é injusticia. Pero si los antiguos faltaban en
cultivar tan sólo las ciencias especulativas , obramos mejor nosotros
no cultivando sinó las experimentales ? Aquéllos convirtieron todas
sus fuerzas al estudio de cierto y determinado ramo del saber ; otro
tanto hacemos nosotros , pero con la tristísima desventaja de que
ellos se tomaron la parte más noble y principal de la ciencia y la
que importa más al hombre conocer , mientras que nosotros nos
hemos apasionado por la más baja y vil , por la que podrá servir
más o menos á las comodidades de la vida, pero importa muy poco
para la eterna bienaventuranza. La ciencia de aquellos tiempos le
vantaba el espíritu á Dios , le arrancaba de la tierra y le transporta
ba a aquellas mansiones celestiales donde mora la Divinidad con sus
escogidos ; permanecia ciertamente en el terreno de la especulacion ,
pero esta especulacion era lo más grande que el hombre puede ape
tecer en este suelo . Ni carecia tampoco por completo de su parte
práctica , porque cultivaba con suma diligencia la moral , la más no
ble y digna de las ciencias prácticas y la que más importa al hom
bre conocer para vivir como racional y para conquistarse una coro
na de gloria inmarcesible en la patria de los bienaventurados con el
ejercicio continuo de las virtudes cristianas . La ciencia que hoy dia
anda en boga entre los sabios, deja sumergido al espíritu en el fan
go de la materia, jamás le transporta más allá de lo corporal y visi
ble y no tiene otro objeto en todas sus investigaciones que el de
proporcionar en abundancia los goces y comodidades de la tierra .
La misma Astronomía, que entre las ciencias hoy dia reinantes es
la más digna y la que más ensancha el espíritu con la revelacion de
un espacio inmenso , poblado de innumerables astros , esa misma
ciencia , repito , materializa tambien insensiblemente al espíritu por
no presentar jamás á su consideracion sinó materia y pura materia
6
puesta en continuo movimiento por las leyes indeclinables que la
rigen . La tendencia de la Astronomía á materializar al hombre у á
hacerle desterrar á Dios del universo , hundiéndole en la sima del
ateismo, se nota fácilmente en las ideas que profesan tocante á la
Divinidad no pocos astrónomos de nuestros tiempos . Gran parte de
ellos son ateos, no viendo en todos los fenómenos del mundo side
ral sinó la accion de las leyes mecánicas y fatalmente inmutables
de la materia ; lo cual viene observándose desde muy antiguo , pues
ya Platon en su tiempo notaba como una preocupacion de la multi
820 El Catolicismo y la ciencia

tud ignorante la creencia de que todos cuantos se ocupan en el esta


dio de la Astronomia é de las ciencias que tienen relacion con ella
se hallan en la pendiente del ateismo 1 .
No merece tales inculpaciones por cierto tan apreciable ciencia,
como ni tampoco las matemáticas , ni otro ramo cualquiera del sa
ber humano de esos que hoy dia andan tan en boga entre los hom
bres. Porque con el cultivo de todas las ciencias se puede juntar
muy bien la virtud y el amor más acendrado y puro respecto de
las cosas divinas ; de lo cual , gracias á Dios , se pueden traer muy
gloriosos ejemplos. El mal está en la predileccion exclusiva que
atribuyen hoy dia á esta clase de estudios generalmente los hom
bres , poniendo en ellos todo su afecto, como si nada hubiese en el
mundo que igualase su grandeza . Harto se conocen tambien en esto
el materialismo y sensualismo que cunden por todas partes y for
man el alma , por decirlo así , de la sociedad presente . Las ideas
de religion , de honestidad y de virtud se van desterrando de ella
sistemáticamente por cierta escuela que en el fondo profesa el ateis
mo , y que con ardides y sofisterías ha logrado apoderarse más ó
ménos de ciertas inteligencias influyentes en la opinion pública. En
su lugar han entrado á reinar las pasiones más abyectas , el egois
mo , la voluptuosidad , la sed insaciable de placeres y goces terre
nales , el cuidado del cuerpo , el amor del dinero y otras cosas pare
cidas. Con tan depravados afectos , natural era que en materia de
ciencias la sociedad moderna no apeteciese sinó aquellas cuyo resul
tado inmediato fuese proporcionar comodidades y delicias. Y esto
es lo que ha hecho, en efecto ; pues despreciando todo estudio per
teneciente a la especulacion metafísica, se ha entregado total y ex
clusivamente á las ciencias de observacion , para sacar de ellas to
que en todas sus acciones busca , á saber : los goces y regalos de la
vida presente , únicos sólidos y verdaderos conforme á su gusto es
tragado . La metafísica de hoy dia no es ya otra cosa que el positi
vismo, es decir, el estudio de lo palpable , para hallar con que satis
facer los apetitos de la carne .
Algo más elevada y noble ciertamente fué la sociedad en otro
tiempo , cuando se hallaba sometida al influjo y direccion del Cato
licismo en todas sus acciones. Descuidaba en verdad las comodida
des del cuerpo , y se regía por reglas de costumbres más severas

1 Platon . De Leg ., XII, Apolog. Socrat., pág. 18. Véase Hettinger , Apolog ., etc.,
t, 1 , pág. 143 .
en órden á las relaciones entre la razon y la fe. 821

que las nuestras ; pero era más espiritualista y menos sensual que la
presente , aspiraba á lo celestial y divino en todas sus empresas , cui
daba con sumo esmero de los bienes pertenecientes a la vida del
alma y á la salud eterna , aunque no anduviese tan holgada en lo
temporal y terreno . Así es que estas tendencias de los ánimos se re
flejaban naturalmente en su marcada aficion a los estudios religio
sos , á la Teología , á la Moral , al Derecho canónico , á la Metafísica
y á todo lo verdaderamente noble . Hasta las mismas artes mecáni
cas y liberales consagraban todas sus fuerzas al servicio de la Reli
gion , cantando cada una á su modo las divinas alabanzas en la fa
brica de templos maravillosos , en la fundacion de Universidades y
gimnasios, en la edificacion de monasterios y conventos , en la pin
tura de imágenes sagradas, en las armonías sublimes de la música
eclesiástica , en las composiciones religiosas , cuyos versos celebra
ban las grandezas de Dios y las glorias de sus Santos .
Con razon escribia á este propósito el sublime marqués de Val
degamas : “ A esa portentosa civilizacion se debe todo lo que admi
ramos y todo lo que vemos. Sus teólogos , áun considerados huma
namente , afrentan á los filósofos modernos y á los filósofos anti
guos ; sus doctores causan pavor por la inmensidad de su ciencia;
sus historiadores oscurecen á los de la antigüedad por su mirada ge
neralizadora y comprensiva . La Çiudad de Dios , de San Agustin,
es áun hoy dia el libro más profundo de la historia que el genio ilu
minado por los resplandores católicos ha presentado a los ojos ató
nitos de los hombres . Las actas de sus Concilios , dejando aparte la
divina inspiracion , son el monumento más acabado de la prudencia .
Las leyes canónicas vencen en sabiduría á las romanas y á las feu
dales. ¿ Quién vence en ciencia á Santo Tomás , en génio á San
Agustin , en majestad á Bossuet , en fuerza á San Pablo ? ¿ Quién es
más poeta que Dante ? ¿ Quién iguala á Shakespeare ? ¿ Quién aven
taja á Calderon ? ¿ Quién , como Rafael, puso jamás en el lienzo ins
piracion y vida ? Poned á las gentes á la vista de las pirámides de
Egipto , y os dirán : “ Por aquí ha pasado una civilizacion grandiosa
y bárbara. ,, Ponedlas á la vista de las estatuas griegas y de los tem
plos griegos , y os dirán : “ Por aquí ha pasado una civilizacion gra
ciosa , efímera y brillante . , Ponedlas á la vista de un monumento
romano , y os dirán : " Por aquí ha pasado un gran pueblo . , Poned
las á la vista de una catedral , y al ver tanta majestad unida á tanta
belleza ; tanta grandeza unida á tanto gusto ; tanta mesura junta con
tanto atrevimiento , tanta morbidez en las piedras y tanta suavidad
822 El Catolicismo y la ciencia

en sus contornos , y tan pasmosa armonía entre el silencio y la luz,


las sombras y los colores , os dirán : “ Por aquí ha pasado el pueblo
más grande de la historia , y la más portentosa de las civilizaciones
humanas; ese pueblo ha debido tener del egipcio lo grandioso, del
griego lo brillante , del romano lo fuerte , y sobre lo fuerte , lo bri
llante y lo grandioso , algo que vale más... lo inmortal y lo per
fecto ,
Sabido es que al influjo del Catolicismo se debe todo el impulso
literario y científico que recibió el mundo civilizado despues del ad
venimiento de Constantino . A datar de esta época , todo cuanto ha
habido de más notable en las artes y ciencias ha sido producido
por personas religiosas del clero secular ó regular. Basta hojear
algun tanto la excelente Patrología de Migne , para ver en ella el
rico y abundante minero que , en materia de literatura, historia,
filosofia , teología y demás ciencias nos han dejado los Padres y los
otros escritores de la Iglesia . Apenas comenzó á salir del caos la
sociedad en Occidente despues de aquel grande cataclismo produ
cido por los bárbaros del Norte , cuando al instante empezó la Igle
sia su perseverante trabajo de reconstruccion social y política , pre
sentando ante la faz del mundo un brillante foco de civilizacion en
la docta y santa religion de San Benito , donde tuvieron su principal
asiento las ciencias y las artes hasta el advenimiento de las órdenes
mendicantes de San Francisco y Santo Domingo . ¿ Qué hubiera sido
de las ciencias y de la literatura de Europa sin esta sagrada milicia
de sabios cristianos ? Los religiosos Benedictinos son los que nos han
conservado las obras literarias de la antigua Roma y de la culta
Grecia . No contentos con difundir sus luces por todas partes con
la enseñanza de todo lo perteneciente a los diversos ramos del saber,
empleaban aquellos santos monjes el tiempo que les dejaban libres
sus ocupaciones religiosas en copiar los libros clásicos de la bella
latinidad , para salvarlos del naufragio universal y transmitirnoslos in
tegros á nosotros. Las Órdenes monásticas fueron en aquella época
de barbárie , como observa un ilustrado escritor moderno de nuestra
patria ? , la institucion salvadora , que estaba destinada á conservar
en inestimable depósito la luz de las ciencias y de las letras , que sólo
podia resplandecer ya en el retiro.

1 Donoso , Ensayo sobre el Catolicismo, el liberalismoy el socialismo, lib. 111 , cap.


2 Amador de los Rios , Historia crítica de la literatura española , tom . 1, lib. 4
página 297.
en órden á las relaciones entre la razon y la fe. 823

Más tarde con las necesidades de los tiempos vinieron al auxilio


de estos incansables operarios otros nuevos de refresco con la ins
titucion de las órdenes de Santo Domingo y San Francisco y con
la de la Compañía de Jesus . Porque , como nota sapientísimamente
nuestro insigne Balmes , ésta ha sido siempre la perenne fecundidad
y profunda filosofía del espíritu católico , levantar una nueva institu
cion religiosa que tuviese por fin propio y peculiar atender a las ne
cesidades particulares de alguna determinada época , armándola de
pertrechos convenientes para el desempeño de la alta y civilizadora
mision que habia de tener sobre la tierra . La Iglesia católica llevó
de este modo la civilizacion y el cultivo de las ciencias á todos los
rincones de Europa , á Inglaterra , á Francia , á España , á Alemania
ту . áun á todas las partes del mundo por medio de sus misioneros.
A medida que el imperio de Oriente iba declinando y cayendo en
la barbárie mahometana por su necio empeño de formar congrega
cion aparte separándose del centro de la Iglesia y sustrayéndose al
saludable influjo de los Papas, el de Occidente se robustecia y pros
peraba colocado bajo la égida y proteccion del Papado , égida y
proteccion que le eran tanto más eficaces, cuanto más sumisos se
mostraban los emperadores á la Iglesia . Por todas partes se funda
ban Universidades , en que se cultivaban toda clase de estudios ; la
mayor parte de ellas debia su institucion á la Iglesia y se mantenia
con rentas de los eclesiásticos, los cuales en ninguna cosa pensaban
emplear mejor sus rentas que en sostener estos focos de ilustracion
para difundir la ciencia y demas conocimientos útiles entre sus con
ciudadanos. Y sabido es á cuán alto grado llegaron las ciencias reli
giosas , metafísicas y morales al impulso de este universal movimien
to científico comunicado á la humana razon por la Iglesia .
Nunca la razon del hombre ha discurrido con mayor aplomo, fa
cilidad y solidez sobre los puntos más árduos de la filosofía . El edi
ficio científico construido por la razon humana bajo la guía y direc
cion de la fe es tan vasto , tan sólido y tan completo , que en vano
han intentado los Racionalistas derribarle : ha resistido siempre in
moble á todos sus ataques , quedando firme en todas sus partes
fundamentales; y si en algunas ménos importantes ha tenido que
experimentar algunas variaciones , esto ha sido precisamente en
aquellos puntos en que la fe habia abandonado á la razon á sus pro
pias fuerzas. La física , la química , la astronomía eran ciencias natu
rales que poco ó nada tenian que ver con las enseñanzas de la Re
ligion , porque el objeto á que ellas pertenecen se roza muy poco
824 El Catolicismo y la ciencia

con los dogmas revelados. Pues aquí es cabalmente donde la doc


trina de los Escolasticos ha manifestado su parte flaca , donde la ra
zon humana discurre únicamente con sus propias luces sin recibir
influjo alguno de la Revelacion divina . Se quiere prueba más ma
nifiesta del inmenso beneficio prestado por la Religion católica á la
razon humana en habersela subordinado y hecho dependiente en
las materias que dicen relacion a la salvacion eterna ? La sola Suma
de Santo Tomás , ese monumento imperecedero de sabiduría pro
funda, construido con arte maravillosa , donde reinan la amplitud de
los conocimientos , la agudeza de los discursos , la claridad de los
argumentos juntamente con un método admirable en toda la dispo
sicion de sus partes , bastaria para hacer ver con la mayor evidencia
el inestimable y nunca bastantemente ponderado beneficio que ha
recibido la filosofia de la Religion católica .
Se ha ponderado mucho la Critica de Kant en nuestros dias , y
cierto que entre las obras filosóficas que ha producido en estos últi
mos tiempos el racionalismo aleman ésta es la única que tiene algun
mérito ! . Mas , quitado el idealismo que ha impreso el filósofo de
Koenisberg á todos sus discursos , en el cual precisamente es donde
se muestra Kant más infundado , más vuinerable y verdaderamente
reprensible , qué tiene la Crítica de la razon pura que no lo hayan
enseñado ya los Escolásticos con Santo Tomás de Aquino ? He te
nido la paciencia de leer y estudiar con detencion esta obra tan pon
derada del padre del racionalismo moderno ; y en verdad que en
toda ella no se me ha presentado otra cosa sinó la doctrina de los
Escolásticos sobre el objeto propio del entendimiento huma
no , afeada empero con el subjetivismo é idealismo que de su
propia cosecha le ha añadido el racionalista aleman . Los Escolásti
cos tambien dijeron como Kant que el objeto propio y proporcio
nado de nuestra inteligencia en este estado de union del alma con
el cuerpo son los séres de la experiencia posible . Pero no por eso
afirmaron como este filósofo que en ninguna manera podemos co

I Algunos tienen á llegel por superior á Kant ; confieso francamente que no veo
en qué puedan fundar un parecer tan extraño. He leido la Lógica de uno y otro, en
contrando en el segundo un verdadero pensador y en el primero un simple novelista,
La Lógica de Kant merece una refutacion séria por estar llena de errores presentados
con algunas apariencias de verdad ; la Lógica de Hegel no merece á mi juicio sinó el
desprecio , por no verse en ella sinó delirios , creibles tan sólo para quien tiene ganas
de equivocarse. Kant discurre y yerra como filósofo; Hegel no hace otra cosa que
disparatar , profiriendo sin prueba alguna los más estupendos absurdos.
en órden á las relaciones entre la razon y la fe. 825

nocer las cosas espirituales; ántes bien enseñaron con profundisima


sabiduría y sanísima prudencia que á lo espiritual podemos subir de
lo material por medio de conceptos análogos , ó sea por via de re
mocion y de excelencia , salvando así el escollo del escepticismo que
no ha sabido evitar el autor del formalismo subjetivista. Y es que
los Escolásticos sentian en sus almas un elemento purísimo y nobi
lísimo que faltaba al filósofo racionalista ; elemento por el cual que
daban libres sus corazones de ciertos afectos terrenos que suelen
oscurecer la luz de los más nobles entendimientos , quedando para
ellos envuelto en densísimas tinieblas lo que toda alma bien nacida
ve claramente por cierto instinto de la naturaleza . Ese elemento era
la fe , la cual fortificaba sus inteligencias anunciándoles que lo espi
ritual existe , y que lo invisible de Dios puede ser conocido por la
razon humana mediante el estudio y consideracion de las cosas
criadas I.
Grandes son por cierto las ventajas que resultan á nuestra flaca
razon de hallarse subordinada al principio sobrenatural de la fe en
la investigacion de aquellas verdades naturales que tienen estrecho
parentesco con todo cuanto dice órden á nuestra salvacion eter
na . Los Racionalistas empero , á quienes los celestiales dones de la
religion y de la bienaventuranza futura les parecen muy poca cosa
por hallarse muy satisfechos con los terrenos, y por pensar que todo
perece para el hombre con la muerte, desprecian la solidez y firme
za en el discurrir que a nuestro entendimiento le granjea la Revela
cion divina ; así como tambien consideran como cosa de muy poco
valor esa especie de infalibilidad que de someterse á ella le resulta .
A estos nuevos sabios les importa poco la posibilidad de equivocar
se y áun el mismo hecho de caer en gravísimos errores pertene
cientes a las cosas más sustanciales de la filosofía . Todo esto lo
tienen en nada comparado con la preciosa libertad en que cifran
toda su dicha para poder divagar á su antojo á manera de caballos
indómitos por el inculto campo de la ciencia . A trueque de tener
esta facultad de pensar y decir cuanto conciba y fabrique su loca
fantasía, admitirán con gusto la posibilidad de equivocarse en las
cosas más sustanciales, y la ignorancia de las verdades más apete
cidas . Con el conocimiento claro y evidente de la verdad quedarian
esclavizados, y ellos no quieren sufrir otro yugo que el de su propio
desenfreno. Por eso claman contra el magisterio de la Iglesia, di

I Ad Rom ., 1 , 20 .
826 El Catolicismo y la ciencia

ciendo que con él se corta el vuelo al pensamiento y se encadena la


inteligencia . Mas este es el clamor del libertinaje, no de la razon
severa , que de nada gusta tanto como de verse sojuzgada por la
evidencia .
¿ Qué libertad coarta la Revelacion á la razon humana , cuando le
enseña en nombre de Dios una verdad que antes no conocía ? La li
bertad de vivir en la ignorancia ó en la duda con respecto á ella y
nada más. Si la doctrina revelada es del órden sobrenatural, ó sea
un misterio; la razon humana tan impotente quedará para demos
trarla ó combatirla por los principios de la luz natural despues como
antes de la Revelacion , hallándose la tal doctrina en una esfera muy
superior a la suya ; lo que le habrá sucedido únicamente será adqui
rir un conocimiento cierto de su existencia, conocimiento con el
cual quedará enriquecido el tesoro de las verdades por ella poseidas.
Si , por el contrario , es del órden natural, tan libre y expedita se
encontrará para emprender su demostracion científica apoyándose
en los solos principios de la humana filosofia , como si nunca le hu
biera hablado el cielo sobre aquella materia. Digo más : para hablar
con más exactitud , la Revelacion en tal caso le facilitará la demos
tracion dicha, anunciándole la existencia de la verdad demostrable
y áun indicándole quizá el camino que le conviene seguir para llegar
con el ejercicio de sus propias fuerzas á su conocimiento perfecto.
Dicen muy bien a este propósito los Padres del Concilio Vatica
no : “ No sólo es imposible todo conflicto entre la fe y la razon , sinó
ántes por el contrario ambas se prestan mútua ayuda . Puesto que
por una parte la razon demuestra los fundamentos de la fe, é ilustra
da con la luz que de ella recibe, cultiva la ciencia de las.cosas divi
nas; y por otra la fe libra y defiende á la razon de los errores , y la
enriquece con multiplicidad de conocimientos. Por donde tan lejos
está la Iglesia de oponerse al cultivo de las artes y disciplinas hu
manas, que antes bien le es útil y lo promueve de muchas maneras.
Porque no ignora ni desprecia las utilidades que de ellas resultan
para la vida humana, ántes confiesa que así como tienen su origen
en Dios, Señor de las ciencias, así tambien debidamente tratadas
llevan á Dios con el auxilio de su gracia. Y no prohibe ciertamente
la fe, que estas disciplinas usen , cada una en su esfera , de sus pro
pios principios y de su propio método ; sinó que, reconociendo en
ellas esta justa libertad , se limita únicamente á cuidar de que no
caigan en algun error que las ponga en contradiccion con la divina
doctrina, y á impedir que, traspasando sus propios límites, se apo
en órden á las relaciones entre la razon y la fe. 827

deren de las cosas de la fe, y lleven á ellas la confusion y el


desorden ,, ?.
Nada se puede dar más justo ni más prudente que esta medida:
en el derecho y en la obligacion de la Iglesia está el cuidar de que
la razón humana con las limitaciones propias de su pequeñez , y con
los extravíos á que la suelen arrastrar de continuo las pasiones del
corazon , no introduzca en el mundo errores contrarios á las verda
des reveladas , metiéndose á dogmatizar en cosas que ni puede com
prender, ni siquiera son de su incumbencia; puesto que obrando de
otra suerte se seguiria entre los fieles una grande perturbacion de
lo 'divino y humano con el consiguiente peligro de las almas que
tanto han costado á su celestial Esposo, y que se hallan encomen
dadas á su custodia .
La Iglesia no puede abstenerse de dar pasto espiritual á sus hijos:
renunciar á esto sería faltar gravemente á la elevada mision que
ha recibido de su divino Fundador . Para ello ha sido dotada del
don inestimable de la infalibilidad en las cosas que atañen á la fe y
á las buenas costumbres ; y así es justo que vigile por la pureza de
entrambas, advirtiendo a los fieles de las aberraciones de la razon
en esta clase de materias.
Aquí Draper, como siempre , siguiendo su ordinaria costumbre,
se echa á proferir mil blasfemias contra la Iglesia . Complácese en
pintárnosla como enemiga perpétua de la ilustracion , y ocupada de
continuo en impedir que se difunda por el pueblo el amor á las le
tras , á las ciencias y á las artes , recelosa de que , haciéndose apto
con todas estas cosas para juzgar de su doctrina , descubra su false
dad у acabe con el dominio que viene injustamente ejerciendo en
las humanas inteligencias . A esto añade , que nada vigiló con tanto
cuidado en los siglos de la Edad Media como el que no estudiasen
i
I Neque solum fides et ratio inter se dissidere numquam possunt, sed upem quo
que sibi mutuam ferunt, cum recta ratio fidei fundamenta demonstret, ejusque lumine
illustrata, rerum divinarum scientiam excolat; fides vero rationem ab erroribus liberet
ac tueatur, eamque multiplici cognitione instruat. Quapropter tantum abest, ut Eccle
sia humanarum artium et disciplinarum culturae obsistat, ut hanc multis modis juvet
atque promoveat . Non enim commoda ab iis ad hominum vitam dimanantia aut igno
rat aut despicit; fatetur imo , eas, quemadmodum a Deo, scientiarum Domino , profe
ctae sunt , ita si rite pertractentur, ad Deum, juvante ejus gratia, perducere . Nec sane
ipsa vetat, ne hujusmodi disciplinae in suo quaeque ambitu propriis utantur principiis
et propria methodo ; sed justam hanc libertatem agnoscens, id sedulo cavet , ne divinae
doctrinae repugnando errores in se suscipiant , aut fines proprios transgressae, ea, quae
sunt fidei, occupent et perturbent. ( Concil . Vatic . Constit. Dogmat. de Fide, cap. IV.)
828 El Catolicismo y la ciencia

los ſieles el griego ni el hebreo , para que no pudiesen consultar en


sus originales las sagradas Escrituras ; y se irrita sobremanera por
que los sacerdotes , en lugar de dedicarse al estudio de las doctri
nas religiosas y morales; no pasaban las noches y los dias como
los caldeos y los babilonios contemplando los astros y resolvien
do problemas de matemáticas . Está visto , el furor que le arre
bata en su deseo de impugnar á la Iglesia católica le impide ad
vertir los desatinos y vaciedades que profiere para denigrarla y
oscurecerla.
La Iglesia católica enemiga de la ilustracion de los pueblos. La
Iglesia católica empeñada en fomentar la ignorancia , temerosa de
que , penetrando entre los hombres el conocimiento de las lenguas
y de las ciencias, quedase en descubierto la falsedad de la doctrina
por ella profesada ? ¿ Pues quién enseñó todas estas cosas durante
esos mismos siglos en todas las partes de Europa sinó las personas
eclesiásticas ? ¿ Quién las introdujo hasta en los más ocultos rinco
nes del mundo civilizado á la sazon sinó estas mismas personas que
trabajaban por preparar de esta suerte á la Iglesia dignos ministros
del santuario é ilustrados predicadores de la palabra divina ? Igno
ra acaso el profesor americano , que la Iglesia en todas las catedra
les mandó crear una nueva prebenda con el título de Maestre
escuela para que se diese más calor y actividad a los estudios y
floreciesen de esta manera por todas partes las letras humanas?
¿ Que pasó todavía más adelante , mandando fundar en las Universi
dades clases de caldeo , de hebreo y de árabe , ademas de las del
griego y del latin , para que pudiesen ser estudiadas con ventaja las
letras sagradas y tuviesen los fieles con qué confundir á los caldeos,
hebreos y musulmanes, valiéndose de la Escritura y del Koran
como se hallan en sus mismos originales ? Lean los amigos del mal
diciente yankee el documento de la Edad Media que ponemos a
continuacion y palparán con las manos , si entienden algo de latin ,
lo absurdo de semejantes afirmaciones . “ Illius , cujus vicem in terris,
licet immeriti , gerimus , decía el Papa Clemente V en su Constitu
cion Inter sollicitudines , inserta en el Derecho canónico Clement,
libro 5 , título 1 ) , imitantes exemplum , qui ituros per universum
mundum ad evangelizandum apostolos in omni linguarum genere
fore voluit eruditos, viris catholicis notitiam linguarum habentibus,
quibus utuntur infideles, praccipue abundare sanctam affectamus
Ecclesiam , qui infideles ipsos sciant et valeant sacris institutis in
struere , christicolarumque collegio per doctrinam christianae fidei ac
en órden á las relaciones entre la razon y la fe. 829

susceptionem sacri baptismatis aggregare. Ut igitur peritia lingua


rum hujusmodi possit habiliter per instructionis efficaciam obtineri ;
hoc sacro approbante Concilio scholas in subscriptarum linguarum
generibus , ubicumque romanam curiam residere contigerit , necnon
in parisiensi et oxoniensi , bononiensi et salmantino studiis providi
mus erigendas: Statuentes ut in quolibet locorum ipsorum tenean
tur viri catholici sufficientem habentes hebraicae, arabicae et chal
deae linguarum notitiam : duo videlicet uniuscujusque linguae periti
qui scholas regant inibi et libros de linguis ipsis in latinum fideliter
transferentes , alios linguas ipsas sollicite doceant , earumque pe
ritiam studiosa in illos instructione transfundant; ut instructi et
edocti sufficienter in linguis hujusmodi, fructum speratum possint,
Deo auctore , producere, fidem propagaturi salubriter in ipsos po
pulos inſideles. ,
La sola Religion dominicana bastaria para hacer callar á este des
vergonzado calumniador con sus nunca interrumpidos estudios del
árabe y hebreo que tan útiles han sido á la cristiandad . Para ceñir- .
nos a nuestra España , sabemos que en 1287 abrieron curso de ará
bigo los hijos de esta sagrada Religion en Valencia , y en 1312 hicie
ron otro tanto en Játiva. Hoy mismo , como observa el erudito é
ilustrado orientalista Sr. Simonet ' , los Dominicos de Mosul , en la
Mesopotamia , tienen una imprenta árabe, donde salen á luz muchas
obras de propaganda católica. Para prueba de esto mismo baste
nombrar al sapientísimo Raimundo Martin , entre otros varios her
manos suyos que se señalaron en el conocimiento del hebreo у del
árabe , de la Biblia , del Koran y del Talmud . Su libro de oro intitu
lado , “ Pugio fidei , Puñal de la fe , escrito para refutar á los maho
metanos y á los judíos por medio de sus propios escritos , revela un
conocimiento profundísimo de estas dos lenguas , y será en todos
tiempos una de las mejores armas que podrán manejar los cristianos
contra estos infieles. Nada digamos de la Compañía de Jesús envia
da por Dios al mundo para hacer la guerra á los proclamadores de
la falsa ciencia. Los innumerables y esclarecidos escritores que han
brillado en el mundo durante estos tres últimos siglos con todo gé
nero de literatura , claman demasiado alto para que ningun enemigo
de la Iglesia se atreva á tacharlos de ignorantes ú oscurantistas.
Testigos tambien son bien abonados del amor que en todos tiem

1 Artículo III El Oscurantismo, publicado por el referido autor en La Ciudad de


Dios, tom. I, pág. 242 .
830 El Catolicismo y la ciencia

pos ha profesado esta Religion à la ciencia , los colegios donde eđu


ca á la juventud , y cuya poderosa influencia en el adelantamiento
del saber excita tanto las iras de los revolucionarios, que por esta
causa los cierran siempre que pueden , aunque para ello sea preciso
atentar contra las leyes más sagradas de la justicia. ¿ Cuál ha sido
sinó éste el verdadero motivo por que los sectarios del vecino reino,
llevados de una rabia infernal , han cometido en nuestros dias con
todo género de religiosos las abominaciones que todo el mundo
conoce ?
Se quiere que la Iglesia no influya de manera alguna en el Esta
do ; y como las órdenes religiosas cultivan áun las mismas ciencias
profanas con no ménos ardor que otro cualquiera, y por este medio
hacen que
la Religion ocupe su debido lugar en la república, los
hijos de la Revolucion se esfuerzan por acabar con ellas, ó por im
pedir cuando menos su accion , prohibiéndoles la enseñanza . Asi
muestran estos hipócritas el amor que tienen á la ciencia ! Incapaces
de luchar con los religiosos en el terreno de la legalidad , apelan á
los procedimientos que ellos mismos condenan , cerrando la boca de
sus adversarios por medio de la fuerza. ¡ Esta es la libertad de la Re
volucion ! Pero volvamos a nuestro asunto .
¿ El clero enemigo de la ciencia ? Cierto que el ilustre arzobispo de
Toledo , D. Raimundo ,, se mostraba muy enemigo de la ciencia,
cuando hacía con grande solicitud que fueran traducidas del griego
al latin las obras de Aristóteles, por Juan Gundisolvi , su Arcediano,
y por Juan el Hispalense, judío convertido ; siendo luégo propagadas
de nuestra patria á otras naciones, y logrando gran aceptacion
entre los sabios de Europa. En verdad que la Iglesia profesaba mu
cho horror á la enseñanza de las lenguas orientales y á la propala
cion de la doctrina de los mahometanos , cuando por la diligencia
de un abad de Cluni , Pedro el Venerable, se hizo la primera tra
duccion del Alcoran al latin . ¿ Y la célebre Poliglota del cardena!
Cisneros ? Jy los vastos conocimientos en las lenguas sabias de Arias
Montano у de Erasmo ? У la excelente literatura de nuestro famo

so Vives, etc. , etc. ? En verdad , estos ejemplos y otros innumerables


que se podrían citar, prueban con clarísima evidencia el grande hor
ror que la Iglesia ha profesado siempre á la difusion de los cono
cimientos lingüísticos. Como si para hacer la revolucion religiosa
que se verificó en el Norte de Europa á principios del siglo xvi liu
biera sido necesario á los hombres el conocimiento de las lenguas
orientales, y no les hubiera bastado el latin , enseñado por la Iglesia:
en órden á las relaciones entre la razon y la fe . 83 i

Con éste y con el abundante fuego de deshonestidad que abrasaba


á Lutero y á sụs compañeros de apostasía salidos del santuario , con
el otro fuego de la codicia inflamado en los grandes para apoderar
se de los bienes de la Iglesia , y con el de la independencia y liber
tinaje de los principes políticos para sustraerse á la obediencia de
su legítimo Soberano y Emperador , habia más que suficiente para
que aquellos sectarios repitiesen el antiguo non serviam de Lucifer,
y siguiesen sus propios antojos cubriéndolos con la brillante capa
de reforma.
Por lo demas, nada invento de nuevo el Protestantismo para pro
ducir su revolucion ; repitió únicamente los errores proferidos por los
Valdenses y por los otros herejes de los tiempos anteriores. ¿ Qué
tenía que ocultar la Iglesia que no lo hubiesen descubierto ya los
sectarios de todos los tiempos, comenzando por Simon Mago y los
ebionitas, contemporáneos de los mismos apóstoles ? Fácil cosa es
forjarse una calumnia á su modo allá en su magin , y luego vomitar
la al mundo para que los ignorantes y sencillos queden con ella tras
tornados. Pero la ciencia es algo más digno que todo eso ; y no ad
mite jamás otra clase de armas sinó las fabricadas con el noble y
purísimo fuego de la inteligencia , esclava de la verdad y aborrece
dora perpetua de la mentira.
Yiá qué viene irritarse contra la Iglesia , porque no tuvo en la
Edad Media el peregrino gusto de convertir sus templos en obser
vatorios astronómicos ? ¡ Como si ésta hubiera sido la mision que le
encomendara el Padre celestial al ponerla en el mundo , mirar de
hito en hito las estrellas ! De un Rey sapientísimo de nuestra patria se
cuenta que por andar mirando continuamente los astros se le vino al
suelo la corona real que llevaba en la cabeza . Esto mismo hubiera
sucedido á la Iglesia , si olvidada de su oficio propio , que es mora
lizar los pueblos , se hubiera entregado á la contemplacion de las
estrellas y al estudio exclusivo de las Matemáticas. No despreciaba
ella el cultivo de estas cosas , ni mucho ménos perseguia á los que
á tales ciencias se dedicaban . Lo que persiguió únicamente fueron
las necedades de la Astrología , sirviendo con ello en gran manera
al género humano y á las ciencias mismas ; porque tanto á éstas
como á aquél perjudica muchísimo todo género de supersticion y
en particular el de la Astrología . Entre los que se daban á esta cla
se de estudios , habia muchos que pretendian hallar en la revolucion
de los astros la causa fatal é irresistible de los acontecimientos hu
manos ocultos bajo el velo del porvenir . La Iglesia se levantó con
832 El Catolicismo y la ciencia

tra estos insensatos , que destruian con sus necios cálculos el dogma
católico de la libertad humana. Hé aquí explicado todo el odio de
la Iglesia contra las Matemáticas y la Astronomía . No iba ella con
tra estas dos hermosas ciencias , sinó contra el abuso que de ellas
hacian los aficionados a la astrologia judiciaria .
Otro tanto se diga así de la Física como de la Química. Por eso
distinguian muy bien los antiguos entre la magia blanca y la magia
nezra , alabando y recomendando la primera porque su estudio era
inocente y laudable , como que se limitaba únicamente á la obser
vacion científica de los fenómenos naturales y á la resolucion de los
problemas algebraicos , é hiriendo con el rayo de sus excomuniones
á esta segunda por ser de condicion diabólica , y contener en su
seno errores hereticales y nocivos . ¿ En esto la Iglesia merece otra
cosa que alabanza ? La Astrologia judiciaria, científicamente hablan
do, es una necedad , una cosa propia de gitanos que dicen supers
ticiosamente a los hombres la buena ventura ; en el sentido teoló
gico añade además varios errores contrarios á la religion y á la
sana moral . La Iglesia, trabajando para desterrar del mundo esta
vana supersticion , merecia bien de la ciencia y de la sociedad hu
mana : de aquélla , porque le quitaba la escoria que la afeaba ; de
ésta , porque al defender de este modo nuestro libre albedrío pro
tegia uno de los más sólidos principios que le sirven de base y
fundamento .
No obraba así por cierto el mahometismo , que tanto encanta al
autor de Los Conflictos, á causa de la aficion a las matemáticas que
se apoderó de algunos pocos musulmanes. Estos fanáticos de ordi
nario no buscaban en sus ponderados cálculos la ciencia matemática,
sinó únicamente el modo de adivinar por la cábala ; eran astrólogos
más que verdaderos cultivadores de la Astronomía . El mismo califa
Almamun , que se mostró protector de los sabios , no era movido
tanto del amor hacia las matemáticas, cuanto de la necia supersti
cion de la Astrologia judiciaria , cuando rogó al emperador Teófilo
que permitiese ir a su corte de Bagdad en clase de profesor al gran
matemático Leon . Éste y Almamun estaban totalmente entregados
á la investigacion del arte de adivinar por medio de las matemáti
cas ; así como entre los filósofos cristianos hubo muchos que anda
ban enloquecidos con la invencion de la piedra filosofal, haciendo
por esta causa innumerables experimentos de química .
Cuando las ciencias matemáticas y astronómicas se hallaban lim
pias de estos errores perniciosos, la Iglesia era la primera en fomen
en órden å las relaciones entre la razon y la fe. 833

tarlas, si bien , como era justo , siempre daba la preferencia a los es


tudios propios de su profesion religiosa. Así es que no faltaban en
las Universidades profesores de estas materias para quienes gusta
sen cultivarlas, y no dejaba de honrar la Iglesia á los que en ellas
se distinguian. La mitra sagrada ornó en nuestra España al obispo
llamado Recemundo , conocido entre los árabes con el nombre de
Rabi ben Zaid , famoso por sus conocimientos astronómicos y filo
sóficos en el siglo de oro de la literatura arábigo -española, y supe
rior á los sabios cordobeses. La tiara pontificia recompensó los mé
ritos del monje francés Gilberto , despues de haber pasado de Fran
cia al condado de Barcelona con el objeto de hacer allí sus estudios
en las escuelas cristianas y de aprender las matemáticas bajo la di
reccion de Hatto , obispo de Vich . La dignidad cardenalicia fué el
galardon de los estudios matemáticos y de otros géneros de cien
cias concedido á Nicolas de Cusa , primer restaurador del sistema
pitagórico en Astronomía y maestro del canónigo Copérnico .
En 1435 dió á luz este ilustre sabio un libro intitulado De docta igno
rantia , y dedicado al cardenal Cerarini, en el cual se afirmaba la
realidad del movimiento de la tierra alrededor del sol . En el Conci
lio de Basilea señaló la necesidad de reformar el calendario , y luego
más tarde en 1448 , en atencion á sus méritos , le honró el papa Eu
genio IV con la alta dignidad sobredicha .
Nada se diga del famoso Copérnico , el cual ha dado su nombre
al sistema que ahora se sigue en Astronomía merced a su famosa
obra astronómica De revolutionibus orbium coelestium . Ya canóni
go , ejercia el oficio de profesor de matemáticas en Roma á princi
pios del siglo xvi , y como á maestro en la profesion le consultó
en 1512 el Concilio de Letran para hacer la reforma del calendario .
Más : la reforma que acabamos de indicar , ¿ quién la practicó sinó
la Iglesia ? Bien lejos estaba ésta por cierto de oponerse al estudio
de las ciencias matemáticas y astronómicas , cuando así trataba á los
que en ellas se distinguian . Y no podia ménos de suceder sinó que
de esta manera se hubiese con cuantos brillaban con este linaje de
conocimientos. Porque ademas de haber sido su constante y peren
ne costumbre honrar con lustrosas condecoraciones la ciencia , siem
pre que ésta se ha mostrado en un sujeto digno y no manchado con
torpes vicios ó con errores contrarios á la religion , aquí habia una
razon particular de utilidad para la cristiandad entera . A la Iglesia ,
en efecto , convenia mucho el que se hiciesen progresos en estas
ciencias para poder arreglar el calendario y fijar con exactitud el
53
834 El Catolicism y la ciencia
o
tiempo en que se habia de celebrar la Pascua , obra inmensa que re
queria conocimientos no pequeños en este ramo .
Sobre esta materia de ciencias y literatura han ponderado algu .
nos en extremo la civilizacion árabe , y hasta se han atrevido á dare
le la preferencia comparándola con la cristiana. Nuestro famoso
yankee no se contenta con esto ; sinó que se desata en denuestos
contra la Iglesia de Jesucristo , porque en la Edad Media mantuvo á
los pueblos cubiertos con el negro manto de la ignorancia, mientras
los árabes en Oriente y Occidente brillaban por sus muchos cono
cimientos . No negaré que el pueblo árabe, despues de sus rápidas y
grandiosas conquistas, hubiese llegado á un cierto grado de civiliza
cion bastante desarrollada. Es este un efecto natural en la historia
de las humanas sociedades, las cuales con el estruendo de las armas
y con las victorias por ellas conseguidas suelen adquirir una cierta
elevacion de temple que las hace propias para el cultivo de las le
tras. Pero lo que de ninguna manera puedo conceder , es que la re
ligion de Mahoma ni el elemento indígena propios de los descen
dientes de este falso profeta , hayan sido los que dieron impulso a la
civilizacion sobredicha . Los árabes, al emprender sus conquistas,
no eran sinó un pueblo nómada y salvaje, que ignoraba por com
pleto las ciencias y las artes . El contacto que por medio de las guer
ras y conquistas tuvieron con los cristianos , despertó en ellos ya
victoriosos el deseo de saber ; de suerte que con toda verdad debe
decirse no haber sido los árabes los que introdujeron en region al
guna del globo la civilizacion propia de su pais , sinó que por el con
trario ellos fueron los que en todas partes la recibieron de los ven
cidos . En el Oriente los cristianos de Edesa , de Damasco y de Ale
jandría , los iniciaron en los conocimientos filosóficos, matemáticos
y literarios que poseian ya ellos antes de la invasion sarracena. Ellos
fueron los que les dieron a conocer los autores griegos, cuya supe
rioridad de conocimientos los sacó de las tinieblas en que yacian '.

1 * El mismo Sedillot , observa el Sr. Simonet en el primero de sus eruditos ar


ticulos sobre la literatura arabigo-hispana , publicados el año 1868 en El Bien , revista
católica de Granada, considera á los nestorianos de la antigua escuela de Edesa como
los maestros de los árabes en la literatura griega. Pero no hay que olvidar , añade,
la influencia de la escuela católica de Damasco , tan altamente representada por el
gran filósofo y teólogo San Juan Damasceno , uno de los primeros doctores que con
las armas de la razon y la fe combatieron los errores muslimicos. Cristianos finalmen
te fueron Isaac ben Honain , Costa ben Luca , Juan ben Mesué, los Serapiones , los
Bajtixúa y otros filósofos y médicos insignes que , traduciendo é ilustrando las obras
en órden á las relaciones entre la razon y la fe. 835

En Occidente , ó sea en nuestra patria, la civilizacion la recibieron


de los cristianos del pais , donde reinaba á la sazon el pueblo godo
con una cultura luxuriante hasta tal grado, que ya degeneraba en
muelle y corrompida. En nuestra península entraron los mahometa
nos llenos de salvajismo y no de ilustracion . Berberiscos en su gran
mayoría, y por lo tanto poco aptos para las ciencias de reflexion,
ni siquiera fueron ellos los que hicieron brillar en la España árabe
las ciencias y las artes ; sinó que el tal brillo se debió á los indígenas
cristianos, que vivian mezclados con ellos , ora permaneciendo fieles
á la religion de Jesucristo con el nombre de mozárabes, ora pasán
dose á la religion de Mahoma para librarse de las vejaciones conti
núas que recibian de sus conquistadores , y tomando el nombre de
mulladies. * Ni de árabes ni de africanos, escribe el distinguido ara
bista poco ha mencionado 1 , vino á España bastante multitud para
llenarla toda . Particularmente la raza árabe , superior en inteligencia
y cultura á la berberisca , fué muy escasa en nuestro país ; y así la
mayor parte de la poblacion fué siempre española , ó sea hispano
romano-gótica con todas las ventajas y caractéres de estas distintas
razas . Dominados por los musulmanes y muchos de ellos pasados
al islamismo, los españoles contribuyeron poderosamente con su
número y sus dotes , así físicas como intelectuales , al progreso y
prosperidad que llegó a contar la España sarracena. Y como siem
pre lo más absorbe á lo menos , la raza árabe y la berberisca llega
ron casi á desaparecer entre la inmensa mayoría de la española ; y
del todo hubiesen desaparecido dentro de dos ó tres siglos , á no
ser por las innumerables hordas de tribus africanas que acudieron á
nuestra península el siglo x , sosteniendo el vacilante imperio musul
man . A principios del siglo xiv de nuestra era , la poblacion de la
ciudad de Granada se componia casi toda de raza española , pues
contándose en ella doscientas mil personas , no se hallaban quinien
tas que fuesen moros de naturaleza , siendo todos los demas hijos ó
nietos de cristianos , y subiendo á cincuenta mil el número de los
renegados. Así lo afirmaron por cosa cierta los embajadores del
rey D. Jaime II de Aragon al Sumo Pontífice Clemente V duran
te la celebracion del Concilio general de Viena, año de 1311 , segun
lo refiere el diligente Zurita ,

maestras de la ciencia griega, revelaron á los árabes un mundo desconocido de saber


y civilizacion . ,
I Simonet , l. cit., art. II , pág . 18.
836 El Catolicismo y la ciencia

Á esta causa se debe el que la civilizacion de los mahometanos


españoles fuese muy superior a la de los mahometanos de Oriente.
En España la gente muslímica predominante era originaria del mis
mo país ; y aunque profesaba la brutal religion de Mahoma , con
servaba siempre mucho del espiritualismo propio de la Religion
cristiana, á que habian pertenecido sus abuelos , y de los hábitos y
costumbres que habia heredado de la civilizacion antigua. Por otra
parte , las cualidades físicas é intelectuales de esta raza eran muy
superiores a las de las otras dos , árabe y africana , y la hacian infi
nitamente más apta que ellas para el cultivo de las ciencias , sobre
todo las de reflexion . Así es que los más notables en los diferentes
ramos del saber entre los mulsumanes españoles consta haber sido
de raza indígena , así como tambien los que profesaron doctrina mas
pura y elevada. “ Para realizar en pocos dias la obra ordinaria de
los siglos , escribe Circourt , citado por el Sr. Simonet ' , Abderrah
man I ( el fundador del califato cordobés ) tuvo necesidad de apo
yarse en los mozárabes , de concederles honores y proteccion , y de
obligar á los conquistadores á que contemplasen á los vencidos...
El gran movimiento intelectual que fomentó este emir se habria
desvirtuado, si no hubiese querido desde luego desterrar las preo
cupaciones religiosas ... Los árabes , nacidos ayer , no tenian argu
tectura ni literatura , apenas historia: en Filosofía lo ignoraban todo...
Abderrahman I se atrevió a tomar de los mozárabes y de sus alia
dos de Constantinopla el tesoro de la ciencia antigua. Á sus ojos y
á los de sus súbditos todo cuanto venia de los cristianos era ciencia
cristiana ; y sin embargo , la escogió sin desconfianza , la echó en el
crisol alquímico de los profesores de sus escuelas é hizo de ella algo
oriental que en todos sus desenvolvimientos muestra la huella de la
intervencion sostenida de los mozárabes.
Hasta la gran mezquita de Córdoba tiene por cierto el Sr. Simo
net que fué hecha, así como tambien otros monumentos arábigos
del reinado de Abderrahman I , por mano de arquitectos mozárabes
que los fabricaron al estilo latino - bizantino , usado á la sazon en las
iglesias cristianas . Fúndase para opinar de esta suerte en que las
basílicas construidas por aquel tiempo en las Astúrias, merced a la
religiosidad de los primeros reyes restauradores , presentan áun hoy
dia el mismo género y estilo que el de los sobredichos monumen
tos muslímicos ,

1 Circourt, Histoire des Maures Mudexares et des Morisques.


en órden á las relaciones entre la razon y la fe. 837

Quien desee adquirir ulteriores noticias sobre este asunto de la


civilizacion árabe en nuestra patria , lea los citados artículos del re
ferido autor ; y se convencerá de que no fueron los árabes quienes
vinieron á civilizar a los españoles , sinó éstos los que comunicaron
su civilizacion á sus conquistadores en cuanto lo consentia la bár .
bara y brutal ley de Mahoma por ellos profesada.
La misma clase de autores que tanto han magnificado la civiliza
cion árabe para deprimir la cristiana han proferido mil blasfemias
contra el espíritu represivo de la Iglesia , diciendo que con sus cala
bozos y con sus hogueras ha tenido aherrojado durante largo tiempo
el entendimiento humano sin permitirle explayarse libremente por
el campo de la ciencia . ¿ Qué de sandeces y qué de calumnias no se
han escrito á este propósito contra el tribunal del Santo Oficio y
principalmente contra la Inquisicion española ? No es nuestro intento
vindicar en esta parte la inmaculada conducta de la Iglesia , puesto
que plumas muy competentes han desempeñado perfectísimamente
este oficio , así en nuestra patria como en el extranjero ', y con diſi
cultad se pueden decir cosas mejores que las ya escritas sobre esta
materia . Pero sí afirmaré con toda la efusion de mi alma , que eso
que los incrédulos y herejes y áun algunos católicos demasiado afi
cionados a las ideas modernas han considerado como un exceso de
rigor y como una rémora para el progreso de las ciencias, ha sido
en realidad de verdad lo que ha salvado á las ciencias mismas del
universal naufragio á que con sus propias aberraciones las hubiera
conducido la inteligencia humana arrastrada por las pasiones del
corazon . Para discurrir bien no basta tener libertad , sinó que es ne
cesaria ademas la influencia de un principio regulador que ponga
freno á las inteligencias licenciosas y á los ingénios excéntricos, que
no tienden de ordinario á otra cosa sinó á demoler hasta los mismos
fundamentos de la humana ciencia . En la república de las letras ,
para que éstas puedan progresar con buen orden y concierto , no es
ménos conveniente que en las sociedades políticas un centro mode
rador que las gobierne y dirija. Pues este centro nos lo ha deparado
el cielo en el magisterio infalible de la Iglesia ; y la Inquisicion , que
ha sido el instrumento ordinario de que se ha servido nuestra santa
Madre para llenar su cometido en esta parte , no merece de todo
hombre justo y prudente sinó agradecimiento y elogios . Dejemos á

1 Entre otras es muy recomendable la del ferventisimo católico y distinguido es


critor Sr. Orti y Lara , la cual lleva por título : La Inquisicion .
838 El Catolicismo y la ciencia
los libertinos é impacientes de todo yugo declamar vanamente
contra los excesos de este Santo Tribunal. Porque ¿ qué otra cosa
pueden hacer los ladrones y los malhechores sinó hablar mal de la
justicia ? Mas los justos apreciadores de las cosas no dudarán un
momento en confesar deberse al tribunal de la Inquisicion en gran
parte el adelantamiento de las mismas ciencias merced al cuidado
que siempre ha puesto en cortar el vuelo á las aberraciones de la
razon humana . La prudencia y cordura de la Inquisicion romana son
proverbiales. Por eso los enemigos de la Inquisicion han dirigido sus
tiros principalmente contra la española , motejándola de bárbara y
enemiga de la ciencia . Pero aun esta misma Inquisicion bien puede
presentarse con la cabeza erguida ante la faz de la ciencia , siendo
cosa averiguada que nunca ha perseguido á nadie por el mero hecho
de ser sabio , y que debe por el contrario decirse que los mejores
dias para las letras españolas han sido precisamente aquellos en qse
ella ha desplegado su poder con mayor energía . Es esta una propo
sicion que ha sido en estos últimos años puesta fuera de toda duda
por la docta pluma del jóven Menendez Pelayo en sus dos inmor
tales obras intituladas : Historia de los heterodoxos españoles , y la
ciencia española .
No quiero poner fin a este capítulo sin decir siquiera dos palabras
acerca de ciertos hechos desagradables que tuvieron lugar en Ale
jandría en tiempo de San Cirilo y de Teófilo, su tío . Draper, acu
diendo siempre á su arma favorita de calumniar á nuestra Religion
sacrosanta, quiere sacar de ellos partido para probar que la Iglesia
es enemiga de las letras y de la civilizacion . ¿ Pero qué pueden ha
cer sus impotentes iras contra la Esposa inmaculada del Cordero ?
Aun cuando fuese verdadero todo lo que él cuenta á este propósito,
no lograria poner la más mínima mácula en la Iglesia de Jesucristo;
lo que haria tan sólo sería manifestar que dos determinados Obis
pos faltaron á su deber cometiendo acciones reprobables y siempre
condenadas por la doctrina católica . Los hechos son en sustancia
los siguientes : El emperador Teodosio habia cedido al patriarca
Teófilo un templo de Baco para que lo transformase en iglesia. Al
querer hacer esta operacion el Obispo , halláronse en los lugares
subterráneos unos ídolos indecentes ; los cuales , puestos en pública
exhibicion para que de ellos se avergonzaran los paganos , dieron
origen á un tumulto popular por parte de éstos . Los paganos, irri
tados , tomaron las armas y mataron á muchos cristianos, Heladio ,
sacerdote de Júpiter , se gloriaba de haber él solo quitado la vida a
en órden å las relaciones entre la razon y la fe. 839

nueve. El Serapeo, ó templo de Serapis , fué donde ellos se fortifica


ron . Los magistrados de la ciudad informaron á Teodosio de lo que
pasaba, y el Emperador mandó demoler el templo ; lo cual se ejecu
tó como habia sido ordenado, sin oponer ninguna resistencia los
gentiles. Porque éstos , apenas tuvieron noticia de la orden del Em
perador, al instante depusieron las armas. El otro hecho es la tra
gica muerte de la filósofa Hipatia , hija de Teon , gran matemático
alejandrino. Era esta doncella de grandes prendas, así en el alma
como en el cuerpo ; habia acabado sus estudios en Atenas , y tenia
abierta cátedra de filosofía en la ciudad de Alejandría con mucho
séquito de personas que iban á oir sus elocuentes discursos . Un dia
que salia de su casa para volver a ella dentro de poco, fué acome
tida de una tropa de furiosos capitaneada por un Lector llamado
Pedro. Cogiéronla , y despues de haberla llevado arrastrando hasta
la iglesia principal , allí la asesinaron torpemente , haciendo pedazos
su cuerpo y cometiendo con ellos mil actos de salvajismo, hasta que
por fin los quemaron en un lugar llamado cinaron !.
Draper pretende que , con la destruccion del Serapeo , juntó el
patriarca Teófilo la de la gran Biblioteca de la ciudad , habiendo so
licitado del emperador Teodosio el edicto para destruirla ? ; y por
lo que mira á la hija de Teon , afirma que fue asesinada por órden
de San Cirilo . “ ¡ Hipatia y Cirilo ! escribe. La filosofia y el fanatismo
no podían existir juntos , y reconociéndolo Cirilo obró segun esta
idea. Cuando Hipatia se encaminaba á su academia , fue asaltada
por las turbas de Cirilo , 3. Empero ni Teófilo solicitó edicto alguno
para destruir la Biblioteca de Alejandría , ni San Cirilo tuvo la más
mínima parte en el asesinato de Hipatia. Abranse los libros de los
historiadores contemporáneos de estos sucesos , y se verá que no
hay nada de verdad en cuanto escribe el profesor americano. Ni
Sócrates, ni Sozómeno , ni Teodoreto hablan una palabra acerca de
la Biblioteca de Alejandria , ni de solicitud alguna que hubiese pre
sentado el patriarca Teófilo al emperador Teodosio para conseguir
el mencionado edicto . Lo que únicamente nos cuentan de Teófilo
estos autores, es que mostró grande celo en destruir la idolatría y
en derribar los templos del paganismo. De lo cual cada uno puede

I Sócrates , Hist., lib. vii , cap . xiv : Tillemont , Hist. eccles ., tom . Xiv : Saint Cy.
rille d'Alexandrie, art. III .
2 Draper, Historia de los conflictos, etc. , cap. iv. , pág. 106. (Trad. de Arcimis. )
3 Idem . ibid., cap . II, pág. 56 .
840 El Catolicismo у la ciencia

cerciorarse por sí mismo consultando los lugares donde tratan de


este asunto , y que ponemos á continuacion segun los hallamos en
la Patrologia de Migne : Socrat . Hist ., eccles., lib . I , cap . , y libro
V , cap . xvi ; Sozómeno , Hist. eccles., lib . vn , cap. xv ; Theodoret.
Hist. eccles., lib. v, cap. xxii . Este último llama por esta causa á
Teófilo varon de suma prudencia y de ánimo esforzado, vip TuxVÍS
τε τας φρένας , και ανδρείος το φρονημα . Τan lejos esta de echarle por
esta parte en cara el menor defecto !
Lo único que ofrece alguna dificultad es un texto oscuro de
Orosio (Histor., lib . iv , cap . xvi ) , en que , refiriendo el incendio ca
sual de la Biblioteca de Alejandría, acaecida en tiempo de Julio Cé
sar, dice este escritor haber visto él con sus propios ojos en los
templos de dicha ciudad algunos armarios de libros despojados por
ciertos hombres, á quienes da el nombre de nuestros ( exinanita za
a nostris hominibus ). Quienes hayan sido estos nostri homines, si los
cristianos con los cuales vivía en comunidad de religion , ó los
hombres del Imperio romano , dentro del cual escribía su historia,
no es cosa fácil de averiguar con entera certeza. Sin embargo, lo
natural es pensar que con las mencionadas palabras no quiso desig
nar lo primero, sinó lo segundo , porque en este último sentido las
toma cuando las usa en otras partes de la misma obra. Así , poco
más adelante, en el capítulo xvii del mismo libro vi, escribe hablan
do de las guerras civiles que se siguieron a la muerte de César:
“ Nuestra Roma, asesinado César, ¿ qué de ejércitos armados no
hizo brotar de sus cenizas ? 1 De la misma manera se expresa en
otros lugares, refiriéndose, no á sus correligionarios, sinó á sus con
ciudadanos . Lo que se inſiere, pues , de las palabras de Orosio es
que los romanos despojaron los armarios que habia visto él va
cíos en los templos de Alejandria ; pero no que este despojo hubiese
sido ejecutado por los cristianos , ni que los libros sacados de los
tales estantes hubiesen sido destruidos por nadie. Quizás fueron lle
vados á otro lugar , donde se formó la nueva Biblioteca con los li
bros venidos de Pérgamo despues de incendiada la antigua. Porque
es de saber que la Biblioteca quemada por los soldados de Julio
César estaba en el Bruchium , cerca de la playa , y la que se formó
despues con los libros llevados de Pérgamo se hallaba en unas casas
contiguas al Serapeo. El mismo Draper asegura que el incendio no

1 Nostra autem Roma, Caesare occiso , quanta de cineribus eius agmina armata
parturiit ? ( Orosio , Histor., lib. vi , cap. XVII. )
en órden á las relaciones entre la razon y la fe. 841

alcanzó a todos los libros de la Biblioteca quemada, sino solamente


á más de la mitad ' .
Lo cierto es que el califa Omar , al apoderarse de Alejandría en
tiempo de Juan Filopono , halló en aquella ciudad una biblioteca suma.
mente numerosa, de medio millon de libros, segun escribe el mismo
Draper 2. Tan grande era, que mandada quemar por aquel bárbaro
mahometano , sirvió por espacio de varios meses para calentar los
hornos de la ciudad . De alguna parte salió tan grande multitud de
libros . Si los cristianos de Alejandria hubieran sido tan enemigos de
la ciencia como finge Draper, no hubieran guardado con tanta di
ligencia tan rico tesoro . Quien desee ver más largamente tratado
este asunto, lea el libro de Gorini, intitulado : Défense de l'Église,
tomo I , cap. 111, pág . 64 y siguientes.
El lamentable asesinato de Hipatia no fué sinó el resultado natu
ral de la excitacion de los ánimos producida por los judíos y genti
les , enemigos de los cristianos . Los judíos habian quitado la vida en
una conspiracion á una gran multitud de fieles, teniendo de su parte
á los gentiles y confiando en la disposicion de ánimo en que se ha
llaba a la sazon el prefecto Orestes . Este representante del imperio
estaba enemistado con el Obispo San Cirilo por la envidia que le
causaba la confianza que de él hacía el emperador , y no quiso re
conciliarse con él por más que el santo Obispo se lo habia rogado
con grande instancia á peticion del mismo pueblo . Y como Hipa
tia frecuentaba la casa del prefecto, el pueblo se imaginó que ella
tenía la culpa de su dureza é inflexibilidad en no querer avenirse
con el Prelado ; porque ella era gentil , y no parece que tuviera mu
cha intencion de abrazar el Cristianismo . Con esto comenzaron á
mirarla con malos ojos, y no faltaron algunos fanáticos que osaron
asesinarla . Éstos fueron quizás unos monjes alborotados de las mon
tañas de la Nitria; los cuales debieron de formar la perversa traza,
capitaneados por el sobredicho Lector , sin saber nada de ello el san
to Obispo Cirilo . Ya estos monjes en tiempo de Teófilo, tio de este
Santo Prelado , habian cometido algunas tropelías saliendo de su re
tiro y marchándose á Alejandría. Ahora, oyendo sin duda los albo
rotos producidos en la capital por los judíos y gentiles, y la gran
matanza de cristianos ejecutada por ellos , fueron á ella en número
de quinientos; y hallando al mencionado prefecto en la calle, públi

1 Draper, Historia de los conflictos, etc. , cap. vi, pág . 106 de la edic, citada.
2 Lugar citado , pág . 107 ;
842 El Catolicismo y la ciencia , etc.

camente le llamaron gentil y áun lo apedrearon , hiriéndole en la


cara uno de ellos llamado Ammon, el cual fué por esta causa some
tido por Orestes al tormento en presencia de la multitud y tratado
en él con tanta barbárie que de ello murió 1 .
Exasperados así los ánimos de los cristianos con tantas vejacio
nes de los gentiles, nada tiene de extraño que cometiesen ellos tam
bien aquella tropelía con la infeliz Hipatia; á quien , con razon ó sin
ella, consideraban como la causa principal de todos estos disturbios.
Los paganos dicen que , como la casa de Hipatia estaba siempre
llena de personas que iban a visitarla, San Cirilo tuvo envidia de
aquella gloria con que brillaba una filósofa gentil, y concibió la abo
minable idea de hacerla asesinar. Mas esta acusacion, sin prueba de
ninguna clase, hecha por los enemigos de la Religion cristiana, tie
ne caractéres manifiestos de una perversísima calumnia. La santidad
del virtuosísimo Patriarca , su sabiduría, su moderacion y su desinte
rés reconocidos de todo el mundo le ponen á cubierto de tan detes
tables ataques , con que se ensañó en él la malicia de los gentiles y
con que se ensañan hoy dia los Racionalistas, mucho más perversos
sin comparacion que los secuaces del paganismo antiguo 2 :

I Véase á Tillemont en su Histoire ecks. , tom . XIV, Saint Cyrille d ' Alexmărie,
art . 3.0
2 Véase el mismo Tillemont en el art. 152 del lugar citado.
CAPÍTULO XXXVII

EL CATOLICISMO Y LA CIENCIA EN ORDEN Á LAS RELACIONES

QUE DEBEN MEDIAR ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO .

o dicho en el capítulo precedente nos abre el camino para


tratar de la importante cuestion aquí propuesta , en que
se consideran las esenciales relaciones que deben mediar
entre la Iglesia y el Estado , una vez supuesta la existencia de estos
dos poderes sobre la tierra. La Religion cristiana no es solamente
un cuerpo de doctrina dogmática y moral enseñada por Dios á los
hombres para que sepan hallar con certeza y sin peligro de equi
vocarse la senda de la salvacion eterna ; es ademas una verdadera
sociedad , en la cual por institucion divina deben hallarse todos los
organismos que corresponden a una bien ordenada república. La
potestad religiosa , por consiguiente , y la política deben ejercer sus
actos con algun género de armonía y correspondencia mútua , que
las haga funcionar ordenadamente y sin impedirse una á otra como
lo exigen los mismos principios de la sana filosofía . Porque tanto la
una como la otra han de imperar en unos mismos individuos у así
éstos están obligados á obedecerles en todo cuanto legítimamente
les es mandado por ellas ; lo cual en ninguna manera puede suceder
sinó cuando los mandatos de la una no pugnan con los mandatos
de la otra , ó sea cuando las dos proceden ordenadamente . ¿ Qué
clase , pues , de relacion es la que debe intervenir entre estas dos
potestades ? Esto es lo que vamos á investigar en este presente ca
pítulo .
Los protestantes, para legitimar de algun modo su revolucion
impía , y poder proceder en el negocio de la salvacion eterna con
aquel género de libertad que reclamaban sus brutales apetitos , ne
garon toda autoridad en materia de religion , y erigieron en princi
844 El Catolicismo y la ciencia

pio el libre exámen . Esto equivalia á afirmar que Nuestro Señor


Jesucristo no habia establecido en el mundo sociedad alguna ver
dadera , sinó que se habia contentado con predicar su doctrina,
para que cada uno se la entendiese á su modo , sin dependencia de
nadie . La razon es clara ; porque en toda ordenada república , ya
sea terrenal, ya espiritual , es preciso que exista un centro ordena
dor que regule los actos públicos y sociales ; por donde negar la
fundacion divina de este centro y admitir , esto no obstante , el ori
gen divino de la sociedad cristiana , es incurrir en una contradiccion
palpable y manifiesta . Los protestantes , al menos los que entendian
algo de lógica , no incurrieron en tan evidente contradiccion , y así
negaron en redondo que Jesucristo hubiese establecido jamás socie
dad alguna . Esto ciertamente encerraba una falsedad manifiesta,
porque toda la esencia del Cristianismo está diciendo á grandes vo
ces que nuestro adorable Salvador dió en efecto á su religion la for
ma orgánica de real y verdadera sociedad, adornándola con sus leyes
fundamentales y demas cosas correspondientes ; pero era absoluta
mente necesario para que pudiese subsistir el dogma fundamental
del Protestantismo, segun el cual , como todo el mundo sabe, en el
negocio de la salvacion eterna cada uno queda libre para vivir y
gobernarse á su manera , sin otro superior que el Padre celestial,
sin otro códice de leyes que la Biblia , sin otro juez y magistrado
para examinar estas leyes y explicar los lugares oscuros de las mis
mas que la propia razon individual de cada uno . La cuestion pro
puesta por tanto en la hipótesis protestante no encierra sentido
alguno . Cada uno de los cristianos vive , segun ella , unido espiri
tualmente á su cabeza Jesucristo ; las asociaciones que demas de
esto quiera formar, uniéndose con otros cristianos , son puramente
libres y se asemejan por su naturaleza enteramente accidental á las
sociedades de mera conveniencia , como lo son las de los músicos,
las de los artesanos , las de los mercaderes , y otras infinitas. El pro
testante no tiene otro superior en lo espiritual sinó á Dios Nuestro
Señor ; y asi no viviendo sujeto á autoridad alguna eclesiástica sobre
la tierra , mal puede admitir que sea posible relacion alguna entre
la potestad política de cada nacion y la autoridad universal de la
Iglesia . La única cuestion posible para los secuaces de Lutero y
Calvino es saber cuál sea el género de relacion en que deben hallar
se los particulares ministros del culto propio de su comunion por
ellos mismos creados y la autoridad civil . En lo cual ya se ve que
toda la cosa depende exclusivamente de la voluntad de los mismos
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 845

protestantes, no de otra suerte que si vivieran bajo la sola ley na


tural; puesto que Jesucristo , en la opinion de estos sectarios, no ha
establecido nada sobre el asunto .
Por lo que acabamos de escribir sobre las ideas de los protestan
tes acerca de la naturaleza del Cristianismo, se deja entender que,
ántes de ventilar la cuestion propuesta en este capítulo , es preciso
demostrar que hay verdaderas y propias autoridades instituidas por
derecho divino en la Religion de nuestro adorable Salvador , ó en
otros términos , que Jesucristo ha fundado una verdadera sociedad
religiosa en que vivan los hombres bajo el gobierno de alguna
autoridad visible á la cual estén sujetos todos ellos en lo espiritual ,
así como , en razon de ciudadano , debe vivir cada uno bajo la obe
diencia de las autoridades civiles y políticas. Esta cuestion prelimi
nar no es difícil de resolver; los protestantes en este punto han ma
nifestado ideas tan abiertamente falsas , que sólo esto bastaria para
demostrarles lo absurdo de sus herejías y lo errados que andan en
el camino de la salvacion eterna . “ En el negocio de tu salvacion .
tú haces cuanto se te antoja , podemos decir á cada uno de estos
infelices , y te complaces en no depender de nadie sinó de tu sola
razon individual. Esto te será tan dulce y sabroso como quieras :
pero en cuanto á servirte y aprovecharte para la vida eterna , no
esperes que tal género de conducta te produzca otra cosa que infe
licidad y desventura . Jesucristo al venir á este mundo no se ha con
tentado con enseñarnos algunas doctrinas saludables que nos sirvan
de guía y norte en el camino de la salvacion eterna , sinó que ha
establecido ademas una verdadera sociedad visible y palpable , bajo
cuyas autoridades , tambien visibles y palpables , es preciso perma
necer para cumplir sus santísimos mandamientos . Para agradar y
servir a Dios verdaderamente no basta guardar alguno ó algunos
de los preceptos que Él nos impone ; es necesario cumplirlos todos
sin infringir ninguno . Esto no sólo nos lo dicta nuestra propia razon ,
sinó que nos lo advierte ademas el Apóstol Santiago , diciéndonos :
Cualquiera que guardare toda la ley é infringiere un solo precepto
suyo , se hace reo de todos . Porque el que dijo: No fornicarás , ha
dicho tambien : No matarás ; y si no fornicando matas , te has hecho
trasgresor de la ley '. De otra suerte , lo mismo podría decir el ra
cionalista sosteniendo que para servir a Dios le basta la ley natural ,
y que por tanto no piensa inquietarse en manera alguna por cuanto

I Jacob. , II, 10- II,


846 El Catolicismo y la ciencia

enseña la Religion cristiana y se halla contenido en los santos


Evangelios ; con lo cual quedaria inutilizado por completo todo el
magisterio de Nuestro Señor Jesucristo y condenada al mismo
tiempo la conducta de los Apóstoles y de los mártires , quienes por
no querer seguir este camino sufrieron tantos tormentos y áun la
misma muerte . „
Nadie puede dudar cuál haya sido en este punto la mente de
nuestro adorable Salvador, si fija un momento la atencion en lo que
Él dijo é hizo mientras estuvo conversando con los hombres en este
mundo . Frecuentemente llama en sus sermones reino de Dios y de
los cielos á la Iglesia que venía á fundar sobre la tierra. Así , para
no multiplicar sin necesidad los testimonios de la Escritura , en el
Evangelio de San Mateo , cap . xxi , vers. 43 , dice á los judios : Por
tanto os digo que quitado os será el reino de Dios y será dado a mo
pueblo que haga los frutos de él. Por donde el mismo Salvador, al ser
interrogado por Pilatos si en realidad de verdad era rey coino le
acusaban sus enemigos, al instante confesó su imperio espiritual,
añadiendo que su reino no era de este mundo , sinó celestial y divi
no ' . Porque la Iglesia que Él habia venido á fundar es un reino muy
superior a estos frágiles y mezquinos de los hombres, como eterno
que es y universal , segun lo habian anunciado ya los Profetas 2. Por
esto le fué puesta en la cruz la causa de su condenacion en estas pa
labras : Jesus Nazareno Rey de los judios 3. Y el Evangelista San Juan,
hablando de la entrada triunfante de Jesucristo en Jerusalen el dia de
Ramos, escribe: Y halló Jesus un jumentillo, y se sentó sobre él, como
está escrito : No temas , hija de Sion ; hé aqui tu Rey , que viene sen
tado sobre un pollino de una asna . Las mismas palabras pone tambien
San Mateo 4 .
El reino del Mesías era una cosa tan sabida entre los judíos, que
esta misma idea les perjudicó en gran manera para que no admitie
sen á Nuestro Señor Jesucristo como tal . Porque no veian en él los
caractéres del reinado que ellos se habian forjado en su imaginacion
carnal y terrena torciendo el sentido de las santas Escrituras; pues
éstas hablaban de la fundacion de un reino espiritual y lleno de ri
quezas celestiales que había de ser establecido en toda la tierra por

1 Luc ., XXIII , 3. Joan . , XVIII, 37 .


2 Isai . , 11 , Dan ., 11, 14 .
3 Joan . , XIX , 19. Luc . , XXIII, 38 .
4 Matth. , XXI, 5.
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado . 847

el Mesias, y ellos las entendieron de un reino temporal y terreno,


empapado en sangre y manchado con el pillaje y carnicería , cuales
suelen ser los reinos de los conquistadores mundanos .
A este su reino espiritual llama la divina Escritura unas veces
familia ', otras ciudad colocada sobre un monte ? , otras ejército bien
ordenado 3, otras redil y rebaño puesto bajo la direccion de un solo
pastor 4, otras finalmente, casa 5. Nombres son todos estos que dan á
conocer bien á las claras la unidad verdaderamente orgánica de este
reino, basada en las leyes fundamentales que habia de dictar Nues
tro Señor Jesucristo á su Iglesia , y conservada con las leyes orgá
nicas y disciplinares que habian de emanar de aquellos a quienes Él
encomendase el oficio de continuar su mision divina sobre la tierra,
ó sea del Papa y del episcopado . ¿ Cómo se podria llamar reino la
Iglesia de Jesucristo , si cada uno de los cristianos pudiese forjarse
-
á su manera su religion , entendiendo la Biblia como mejor le pare
ciera у trazándose á su arbitrio un modo de servir a Dios exclusiva
mente suyo , como si él solo estuviese en el mundo ? ¿ Puede acaso
llamarse un reino la Europa , por ejemplo , porque entre todos los
europeos se note cierta comunidad de ideas , de gustos y de cos
tumbres ? Pues con menor razon se podrá aplicar este mismo nom
bre á la Iglesia de Jesucristo , si por Iglesia hemos de entender ese
agregado de sectas infinitas en que cada uno vive y practica la re
ligion á su antojo y como más le place, sin tener otro vínculo con
los pertenecientes a las demas que el odio comun por el cual todas
ellas están animadas para hacer la guerra al Catolicismo .
Eso no es reino ni cosa que lo valga , por más que con loca te
meridad quieran persuadirse de lo contrario los protestantes. No es
reino, sinó algarabia, Babel espantosa, confusion de ideas y de creen
cias, imágen de la Babel infernal de Lucifer, donde nada de órden
se advierte sinó confusion perpétua y horror sempiterno . Lo que es
de Dios, es ordenado, como dice el sagrado texto 6 ; y en la turba
innumerable de sectas protestantes que cubren la haz de la tierra,
no reina la menor apariencia de órden , todas se combaten y destro
zan entre sí y no se unen sinó en una idea eminentemente negativa

| Matth . , Xx, 1.
2 Id. , V, 14.
3 Cant. , VI, 3-9 .
4 Joan . , x , 16. Luc. , XII, 32. Act . , xx, 28. Petr. , V , 2-3 .
5 Luc. , XIV, 23. Matth . , VII , 24 .
6 Rom . , XIII , 1 .
848 El Catolicismo y la ciencia

y destructora , que consiste en protestar contra los dogmas de la


Iglesia católica. En esa turba de sectas por tanto no está Dios, sinó
el demonio : ese horrible agregado de discordantes elementos no
puede ser el reino de Jesucristo , sino la sinagoga de Satanás, para ,
usar de una frase del Apóstol San Juan lanzada contra los protes
tantes de su tiempo ' .
Aún hay más : no sólo llama la sagrada Escritura con los referi
dos nombres á la Iglesia de Jesucristo , sinó que tambien nos da
cuenta clara y terminantemente del organismo que por institucion
divina debe reinar en ella hasta el fin del mundo . Porque por divina
institucion debe haber en esta Iglesia mayores y menores , gober
nantes y gobernados, diciendo el divino Salvador en el Evangelio
de San Lucas (cap . xx , vers . 26 ) : El que es mayor entre vosotros,
hágase como menor ; y el que guia (ñrouueros ) , como el que sirve,
Por la misma ordenanza y disposicion de Dios debe tener la Iglesia
prepósitos y súbditos, personas que manden y personas que obe
dezcan, unos que rijan y otros que sean regidos , unos que enseñen
y otros que aprendan , unos que juzguen y otros que sean juzgados,
pues leemos en las Santas Escrituras : Obedeced á vuestros superis
res y estadles sumisos a ; cuando pasaban por las ciudades San Pablo
y su discípulo Timoteo , les enseñaban que guardasen los decretos que
habian sido establecidos por los Apóstoles y por los presbiteros qui
estaban en Jerusalen 3 : mirad por vosotros y por toda la grey , en la
cual el Espiritu Santo os ha puesto por Obispos para gobernar la
Iglesia de Dios , la cual Él gano con su sangre 4 : id , pues , y ense
ñad á todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espiritu Santo , enseñándolas á observar todas las cosas
que os he mandado 5 ; recibid el Espiritu Santo ; á los que perdona
reis los pecados , perdonados les son ; y á los que se los retuviéreis, les
son retenidos 6 .
De aquí es que el Apóstol San Pablo , describiendo este organis
mo de la Iglesia , compara este cuerpo místico del Salvador al cuer
po humano , en el cual hay por naturaleza gran multitud de miem
bros dotados cada uno de ellos de su funcion propia para el bien de

I Apoc., II , 9 .
2 Heh ., XII, 17 .
3 Act . , XVI , 4.
4 Id . , xx , 28 .
5 Matth ., XXV, 1 , 19-20 .
6 Joan . , XX , 22-22 .
.

en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 849

todo cuerpo . Luego sigue de esta manera : Vosotros sois cuerpo de


Cristo y miembros de Cristo , y asi á unos puso Dios en la Iglesia en
primer lugar Apóstoles, en segundo Profetas, en tercero Doctores,
despues virtudes, luego gracias de curaciones , socorros , gobernacio
nes , géneros de lenguas, interpretaciones de palabras. Por ventura
son todos Apóstoles : - Son todos Profetas : Son todos Doctores . etc. ' .
Lo mismo repite a los Efesios, diciendo : El que descendió , ese mismo
es el que subió a los cielos para llenar todas las cosas. Y Él mismo
á unos ha constituido Apóstoles, á otros Profetas, á otros Evange
listas, á otros Pastores y Doctores, á fin de que trabajen en la per
feccion de los Santos, en las funciones de su ministerio , en la edifi
cacion del cuerpo místico de Cristo , hasta que arribemos todos á la
unidad de una misma fe y de un mismo conocimiento del Hijo de Dios,
al estado de un varon perfecto , á la medida de la edad perfecta ,
segun la cual Cristo se ha de formar místicamente en nosotros. Por
manera que ya no seamos niños fluctuantes , ni nos dejemos llevar acá
y allá de todos los vientos de opiniones humanas por la malignidad
de los hombres que engañan con astucia para introducir el error ;
antes bien , siguiendo la verdad del Evangelio con caridad , en todo
vayamos creciendo en Cristo, que es nuestra cabeza y de quien todo el
cuerpo místico de los fieles, trabado y conexo entre si con la fe y ca
ridad , recibe por todos los vasos y conductos de comunicacion , segun
la medida correspondiente á cada miembro, el aumento propio del
cuerpo para su perfeccion mediante la caridad 2 .
Por estas palabras del Apóstol San Pablo se ve tambien como el
organismo comunicado por el divino Salvador á su esposa la Iglesia
no era sólo para el tiempo de los Apóstoles , como vanamente ima
ginó Mosheim en sus Instituciones mayores de la Historia cristia
na 3 , sinó para todo el tiempo que dure la Iglesia hasta el fin del
mundo , hasta que todos lleguemos en la unidad de la fe y del cono
cimiento del Hijo de Dios al estado de varon perfecto, segun la me
dida de la edad cumplida de Cristo ; lo cual se verificará cuando toda
la Iglesia en cuerpo sea trasladada a la mansion celeste y bienaven
turada , dejando para siempre este lugar de peleas y fatigas. Y da
el santo Apóstol la razon de este organismo establecido por nuestro
adorable Salvador, á saber , porque con él los fieles y discípulos de

I I. Cor. , x , 27-29.
2 Ephes. , IV , 10-16 ,
3 Mosheim , Institutiones Historiae christianae majores .
54
850 El Catolicismo y la ciencia

Cristo no andarán ya como niños fluctuantes , y no se dejarán llevar


acá y allá por todos los vientos de opiniones humanas , levantados
por la malignidad de los hombres que engañan con astucia para in
troducir el error .
Este organismo de la Iglesia docente , fundado por Jesucristo para
continuar su divina mision sobre la tierra , es el que mantiene firmes
á los Cristianos en la verdadera doctrina , defendiéndolos de todo
error en la fe y conduciéndolos con enseñanzas saludables à la sal
vacion eterna . Por eso nada hay tan recomendado en el Nuevo Tes
tamento como la guarda fiel de esta celestial jerarquía por una parte
y la exacta obediencia por otra que todos los fieles deben prestar á
sus pastores , puestos por el Espíritu Santo para regir y gobernar la
Iglesia de Dios " . Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la
tierra , dijo Jesus á sus discípulos al tiempo de subir a los cielos:
id , pues, y enseñad a todas las gentes , bautizándolas en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo , enseñándolas à observar
todas las cosas que os he mandado ; y mirad que Yo estoy con vosotros
todos los dias hasta la consumacion del siglo 2. Como si dijera : " Yo
soy el plenipotenciario de mi Padre celestial : en virtud de estos mis
poderes absolutos y omnipotentes , yo os encomiendo la mision de
anunciar el Evangelio a todas las naciones de la tierra , de adminis
trarles el bautismo con que se hagan miembros de mi Iglesia , de
enseñarles á cumplir con vuestras exhortaciones y mandatos todo
cuanto Yo os he encargado . Y mirad que esta mision no es para
vosotros solamente , sinó tambien para todos cuantos en lo sucesivo
hasta mi segunda venida recibirán de Mí por medio de vosotros y
de los sucesores que eligiereis , el mismo oficio de enseñar , regir y
gobernar mi Iglesia . Porque Yo estaré , no sólo con vosotros , ayu
dándoos y esforzándoos en el buen desempeño del oficio que os
encomiendo, sinó tambien con cuantos os sucedieren á vosotros
legítimamente en el mismo cargo hasta el fin del mundo . ,
Esta misma mision, dada por Jesucristo á los Apóstoles para que
tuviesen sus veces en el oficio de regir y gobernar su Iglesia , pre
dicando y dictando convenientes leyes á los fieles, y para que la
trasmitiesen á sus legítimos sucesores , y principalmente a los que
habian de ocupar la cátedra de San Pedro , se descubre tambien en
las siguientes palabras del Salvador , proferidas al tiempo de man

I Act. , XX , 28 .
2 Matth ., XXVIII , 18-20.
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 851

darlos á predicar por todo el mundo. Como el Padre me envió , les


dice , asi Yo tambien os envío... Recibid el Espiritu Santo : á los que
perdonáreis los pecados , perdonados les son ; y á los que se los retu
viéreis, les son retenidos " . Esto equivale a decir : “ Así como yo soy
legitimamente enviado de mi Eterno Padre, y en consecuencia ten
go plenos poderes para regir y gobernar la Iglesia que he venido á .
fundar con mi doctrina y preceptos; así tambien vosotros quedareis
revestidos de estos mismos poderes , como representantes mios que
. sois en el oficio de predicar y de ordenar las cosas de mi Iglesia , y
como encargados que os dejo de trasmitir á los sucesores que juz
gueis competentes estas mismas facultades para que ellos hagan
otro tanto hasta la consumacion de los siglos. „
Por eso el Apóstol San Pablo repite en tantas partes esta mision
del divino Salvador. En la epístola primera á los Corintios , dice :
Así nos tenga el hombre como ministros de Cristo y dispensadores
de los misterios de Dios 2. Y en la segunda escribe á los mismos:
Nos dió el ministerio de la reconciliacion , porque ciertamente Dios
estaba en Cristo reconciliando el mundo consigo, no imputándoles sus
pecados , y puso en nosotros la palabra de la reconciliacion. Nos
otros , pues , somos embajadores en nombre de Cristo , como que Dios
os amonesta por nosotros 3. Y habiendo nombrado , tanto él como
San Pedro y San Juan y los demas Apóstoles, en virtud de la mision
recibida, Obispos que les supliesen en el mismo cargo de enseñar,
regir y gobernar á los fieles, dice á los nuevos ordenados in sacris ,
segun dejamos apuntado más arriba : Mirad por vosotros y por toda
la grey , en la cual el Espiritu Santo os ha puesto por Obispos para
gobernar la Iglesia de Dios , la cual Él ganó con su sangre 4. Á San
Tito, á quien habia nombrado obispo de Creta , le escribe : Yo te dejé
en Creta para que arreglases lo que falta y establecieses presbiteros
en las ciudades , como yo te lo habia ordenado 5. Luego le amonesta
acerca de la manera que habia de guardar en el gobierno de su dió
cesis, diciéndole que enseñase á cada una de las clases de sus súb
ditos lo que más le convenia , y que ejerciese con todos ellos la au
toridad episcopal con suavidad y firmeza al mismo tiempo , y le
añade : Predica estas cosas y exhorta y reprende con toda autoridad .

1 Joan., XX, 21-23 .


2 I. Cor., IV, 1 .
3 II . Cor. , v, 18-20,
4 Act. , xx , 28 .
5 Epist, ad Tit . , 1 , 5 .
852 El Catolicismo y la ciencia

Nadie te desprecie '. En la misma forma se expresa escribiendo a


su discípulo Timoteo , consagrado tambien obispo por el mismo
Apóstol : Protesto delante de Dios, le dice , y de Jesucristo que ha
de juzgar vivos y muertos en su venida y en su reino, que prediques
la palabra, que instes á tiempo y fuera de tiempo. Reprende, ruega ,
amonesta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo en
que no sufrirán la sana doctrina , ántes amontonarán maestros á sus
deseos , teniendo comezon en las orejas ; y apartarán los oidos de la
verdad y los aplicarán á las fábulas ; mas tú vela , trabaja en todas
las cosas , has la obra de Evangelista , cumple tu ministerio ? . Y para
que los Obispos venideros , sucesores suyos y de los demas Apósto
les en el oficio creado por Jesucristo de doctrinar y gobernar á los
fieles , no temiesen ejercer tambien su potestad vindicativa contra
los díscolos que la mereciesen , quiso el santo Apóstol hacer por si
mismo uso de esa potestad , excomulgando al incestuoso de Corin
to 3 y amenazando á los cristianos de esta ciudad que iria á ella ar
mado de látigo y dispuesto a castigar sin remision á quien por sus
escándalos estaba haciendo gran daño a los demas fieles y á la Igle
sia entera . Algunos andan hinchados, les escribe, como si yo no ha
biera de ir á vosotros. Mas presto iré á vosotros , si el Señor quisie
re , y examinaré, no las palabras de los que asi andan hinchados,
sino la virtud. Porque el reino de Dios no está en palabras , sino en
virtud . ¿ Qué quereis . Iré á vosotros con vara y con caridad y com
espíritu de mansedumbre : 4 .
Y en otra carta les dice : Las armas de nuestra milicia no son

carnales, sinó poderosísimas en Dios para destruir fortalezas,


derribando consejos y toda altura que se levanta contra la ciencia de
Dios, y reduciendo á cautiverio todo entendimiento para que obedes
ca á Cristo , y teniendo á la mano el poder para castigar toda des
obediencia , cuando fuere cumplida vuestra obediencia . Mirad las
cosas que son segun la fas. Si alguno está confiado que él es de Cris.
to , piense esto tambien dentro de sí ; que como él es de Cristo , asi
tambien nosotros. Porque aunque yo me glorie algo más del poder que
el Señor nos dió para vuestra edificacion y no para vuestra destruc
cion , no tendré por qué avergonzarme. Mas para que no parezca que

IEpist , ad Tit., II, 15 .


2II . Timoth. , IV, 1-5 .
3 I. Cor. , V , 5 .
4 1. Cor . , iv, 18-21.
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado . 853

os quiero aterrar por cartas, porque en verdad las cartas , dicen


algunos, son graves y fuertes , mas la presencia del cuerpo es flaca,
y la palabra despreciable, el tal que asi siente, entienda que cuales
somos en la palabra por cartas estando ausentes , tales seremos en el
hecho cuando estemos presentes '.

Este es el ejemplo de cristiana energia que quiso dar el Apóstol


San Pablo á los Obispos revestidos de la potestad de Jesucristo para
el conveniente gobierno de sus Iglesias . Y como él en particular dió
muestras á los cristianos de la autoridad espiritual que tenia recibida
de Jesucristo , así tambien obraron de la misma manera los Apósto
les reunidos en Jerusalen en el primer Concilio de la Iglesia, que ha
sido dechado y modelo de todos los demas Concilios posteriores.
Reunidos allí para deliberar sobre ciertos negocios graves de la Igle
sia universal , tiene primero la palabra San Pedro , como jefe de toda
la Asamblea ; hablan luego los demas , exponiendo cada uno libre
mente su parecer , y por fin, formulado ya el decreto , lo envian á
los fieles por medio de comisionados elegidos al efecto . El decreto
fué concebido en estos términos : Los Apóstoles y los presbíteros
hermanos , á los hermanos que son de los gentiles y están en Antioquia,
1 y en Siria y en Cilicia , salud : Por cuanto habemos oido que algunos
que han salido de nosotros , trastornando vuestros corazones , os han
turbado con palabras sin habérselo mandado: Congregados en uno nos
ha parecido escoger varones y enviarlos á vosotros con nuestros muy
amados Bernabé y Pablo , hombres que han entregado sus vidas por
el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Enviamos, pues , á Júdas
y á Silas, los cuales os dirán tambien de palabra esto mismo.
Porque ha parecido al Espiritu Santo y á nosotros de no poner
sobre vosotros más carga que estas cosas necesarias: que os absten
gais de cosas sacrificadas e idolos, y de sangre, y de ahogado, y de
fornicacion , de lo cual si os guardáreis, hareis bien : Dios sea con
T'osotros .
Hé aquí expresada en términos claros y sencillos la autoridad de
que se creian revestidos los Apóstoles en el Concilio de Jerusalen
para arreglar las diferencias suscitadas entre los fieles. El Espiritu
Santo es el que juzga con los Padres reunidos en nombre de Cristo
en el Concilio , lo cual ya habia sido prometido por el divino Reden
tor con las siguientes palabras dichas á sus discípulos : Donde están

1 II Cor. , X , 4-11.
2 Act. , XV , 23-29 .
854 El Catolicism y la ciencia
o
dos o tres congregados en mi nombre , alli estoy en medio de ellos ,
Este ejemplo han seguido despues todos los Concilios generales,
comenzando por el de Nicea a principios del siglo iv , y acabando
por el Vaticano , celebrado en nuestros dias . Todos ellos se han
considerado revestidos de la autoridad de Jesucristo , y ayudados
de una asistencia especial del Espíritu Santo ; y lo que ellos pensa
ban , esto mismo creian y tenian por cierto todos los fieles de la
Cristiandad entera . En consecuencia de esta fe universal , enseñan
tes y enseñados, gobernantes y gobernados , Obispos y simples fie
les , todos creian que los actos de los tales Concilios , tanto en ma
terias disciplinares como dogmáticas, eran legitimos y ejercidos en
nombre de Dios , de suerte que nadie pudiese en conciencia ir contra
ellos ; ántes por el contrario , todos sin excepcion estuviesen real
mente obligados á conformar con los mismos su conducta religiosa.
Cuando un Concilio de esta especie deponia ó excomulgaba por
sus crímenes ó por sus doctrinas religiosas á alguno de la Cristian
dad , ésta al punto lo tenia por excomulgado y depuesto , y conde
naba con el Concilio sus crímenes y sus doctrinas. Así anatematizó
á Arrio y á sus sectarios , condenados en el Concilio de Nicea; á
Macedonio y á otros herejes condenados en el Concilio general
primero de Constantinopla ; á Nestorio y á Dióscoro con todos
sus secuaces , reprobados en el Concilio de Éfeso ; á Eutiques,
condenado en el Concilio de Calcedonia ; y de esta misma suer
te se hubo con los reprobados en los demas Concilios univer
sales . Con todos estos sectarios quedaba al principio una cierta
porcion, más ó ménos numerosa , de cristianos ignorantes y enga
ñados ; pero con el tiempo iban desapareciendo del mundo estas
sectas cortadas de la gran vid plantada por Jesucristo y destituidas
de vitalidad propia , quedando siempre fuerte y lozana la vid de
donde habian sido separadas . Esto mismo ha sucedido tambien á la
herejía protestante , hormiguero de sectas separadas de la Iglesia
católica por las declamaciones de Lutero , Zuinglio , Calvino у Enri
que VIII de Inglaterra . Al principio dió algunas señales de vida con
la savia espiritual y divina que todavía le habia quedado de resultas
de su union con la verdadera vid de Jesucristo , la Iglesia católica.
Mas poco a poco esta savia ha ido desapareciendo , por carecer de
vitalidad intrínseca esos míseros sarmientos ya cortados, y buenos
solamente para el fuego , de forma que al presente , el protestantis

1 Matth . , cap . XVIII, vers , 20 ,


en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 855
mo se halla ya seco, sin jugo alguno ; y no tiene otro elemento de
vida sinó la mano del gobierno civil que lo protege ; allí donde éste
lo maltrata ó abandona , el protestantismo acaba miserablemente.
Tres siglos han sido necesarios para disolverlo : el racionalismo , na
cido de sus entrañas , acabará de aniquilarlo por completo ; y así,
como siempre , quedará sola , firme y estable en el mundo la Iglesia
católica dando cumplimiento á aquella magnífica profecía de su di
vino Esposo : Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella 1 .
Demostrada , pues , la fundacion divina de la Iglesia de Jesucristo
en razon de verdadera sociedad religiosa , dotada de su autoridad
central correspondiente , viene ahora naturalmente la cuestion con
que hemos encabezado este capítulo , á saber: ¿ En qué relacion se
halla la autoridad religiosa de esta Iglesia con cada una de las au
toridades civiles pertenecientes a las distintas sociedades políticas?
A esta pregunta responden los partidarios del liberalismo de tres
diferentes maneras , segun pertenezcan ellos mismos á una ú otra de
las tres diferentes fracciones en que se halla dividida esta grande
herejía de nuestros tiempos.
Los liberales racionalistas tienen por un puro mito la revelacion
divina del Cristianismo , y en consecuencia le hacen guerra encarni
zada para ver si lo pueden aniquilar. Con esto bien se deja entender
cuál será el género de relacion que establecen entre la Iglesia y el
Estado , entre la autoridad religiosa y la política. El Estado para
ellos lo es todo , la Iglesia nada ; aquél debe absorber en sí todas las
fuerzas sociales ; ésta debe ser desterrada de los entendimientos y
voluntades de los hombres, aniquilada por completo ; no tiene en la
sociedad derecho de ciudadanía . La relacion , pues , que proclaman
es la absorcion de la Iglesia por el Estado , con la aniquilacion de
aquella y la divinizacion de éste . El Estado es el único Dios que ad
miten los liberales racionalistas; el Dios del cielo para ellos es una
ranciedad del oscurantismo y de la ignorancia. La fuerza bruta es
el único derecho con que gobierna esa nueva deidad ; las delicias de
la orgía el galardon que reserva para sus servidores .
La segunda fraccion liberal es la de los liberales regalistas. De
éstos algunos creen en Dios y en la divinidad de la Iglesia ; pero
otros muchos son puros deistas y áun quizás ateos , tan ateos como
los liberales racionalistas que acabamos de nombrar. No avanzan
tanto como los primeros ; se contentan con menos , porque con me

1 Matth . , XVI , 18 .
856 El Catolicismo y la ciencia

nos les basta : no quieren la destruccion completa de la Iglesia , pero


sí su esclavitud . Ven que la Religion es un instrumento poderosisi
mo para tener á raya los pueblos , y procuran conservarla; pero
la quieren esclava y no libre , sujeta a la dominacion del Estado, y
no independiente de él en el ejercicio de sus funciones propias. Los
Obispos y los párrocos son para esta clase de políticos meros fun
cionarios públicos , que dependen del Estado como los gobernado
res de provincia y los guardias civiles. Con este título deben recibir
su salario y ser multados de diversas maneras por la potestad poli
tica cuando no se quieren plegar á sus ordenanzas por no atropellar
con los gritos de su propia conciencia . Hipócritas hasta lo sumo;
hablan bien del Cristianismo por lo regular, y hasta aparentan no
pocas veces tenerle verdadero afecto , llamándose más católicos que
el Papa . Pero , entre tanto , procuran con mucho cuidado tener aher
rojada á la Iglesia y no dejarle adquirir mucha influencia en la so
ciedad , temerosos , como dicen , de que no domine en ella la leocra:
cia ; conservan al Clero en un estado miserable de pobreza y
abatimiento , y no le permiten mucha actividad en el cumplimien
to de su cargo , con la excusa de que , de otra suerte , con sus exa
gerados fervores se alarman los ánimos y se inquietan las conciencias
de los ciudadanos.
No muy lejos de éstos andan los pertenecientes a la tercera frac
cion liberalesca , Hamados liberales católicos y liberales moderados;
católicos, porque afectan por lo menos admitir y profesar todas las
doctrinas de la Iglesia de Jesucristo ; y moderados, porque en sus
palabras y en sus obras aborrecen los términos extremos , al racio
nalismo puro por una parte , y al Catolicismo neto por otra . Forman
estos mestizos una cierta especie de séres intermedios entre los libe
rales puros , que subordinan abiertamente la Iglesia al Estado , y los
católicos tambien puros que subordinan el Estado á la Iglesia . Asi,
pues , los tales no quieren subordinacion alguna entre las dos auto
ridades , religiosa y civil ; ántes proclaman su libertad é indepen
dencia mútua : no hacen al Estado superior á la Iglesia; pero tampo
co dan á la Iglesia supremacía alguna sobre el Estado ; á entrambos
los consideran como iguales , como absolutamente independientes
cada uno en su esfera , como dos potencias que nada se pueden
mandar una á otra . Mas como la Iglesia y el Estado han de compo
nerse de unas mismísimas personas , y éstas no se pueden nover
ordenadamente cuando se hallan bajo la accion de dos fuerzas inde
pendientes y no subordinadas entre sí , por esta causa quieren que
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 857
una y otra potestad muevan á sus súbditos armónicamente , hacien
do Concordatos en que se arregle la forma con que , cada una en su
esfera , haya de ejercer el gobierno , y apelando á transacciones mú
tuas si no se puede obtener de otro modo la armonía deseada . Para
que esta armonía no se turbe , dicen , quédese el Estado en lo civil ,
confeccione en sus Cámaras políticas las leyes gubernativas que le
dictare su razon social , con abstraccion completa de la Religion ca
tólica ; urja luego su ejecucion , y no se meta en los negocios de la
Iglesia . La Iglesia tambien , por su parte , celebre con plena libertad
en sus templos las funciones religiosas ; instruya allí á los católicos
sobre los dogmas de la fe ; impóngales, si gusta , sus leyes espiritua
les relativas a los ayunos , á la celebracion de las fiestas, etc. , etc.
Pero deje al Estado gobernarse á su manera ; no se meta á juzgar y
condenar sus disposiciones sociales , como si fuera un superior, y no
turbe las conciencias de sus súbditos diciéndoles que tal ó cual ley,
emanada de la autoridad civil , no tiene valor alguno, por ser injus
ta, ó ilícita , ó contraria al bien espiritual de los fieles , y que en con
ciencia no puede ser observada por ningun cristiano .
La Religion católica rechaza con energia estos tres grados de li
beralismo; al primero , porque niega abiertamente el órden divino
sobrenatural , con grande injuria del Criador que lo ha revelado ; al
segundo, porque admitiéndolo se mofa de él y trata á la Iglesia de
una manera tan perversa oprimiéndola con una esclavitud indigna,
y ademas porque obrando de esta suerte comete una ofensa gravi
sima contra Dios Nuestro Señor , que ha querido que sea libre su
Hija primogénita la Iglesia en el desempeño de su mision divina ; al
tercero, porque hace casi lo mismo que el anterior , coartando no
poco la libertad de accion que Dios ha concedido á su Iglesia y no
queriendo sometérsele en cosas en que debe estarle sujeto ; á los
tres juntos, finalmente , porque desentendiéndose por completo de
la Religion divina , aplican al gobierno de la sociedad el impío y ab
surdo naturalismo de que hemos hablado en el capítulo anterior y
que consiste en negar la subordinacion debida á la fe por parte de
la razon humana .
Contra los liberales racionalistas protesta la Iglesia en la Enciclica
de Pío IX , expedida en 9 de Noviembre de 1846. Contra los libera
les regalistas y contra los liberales católicos protesta en la Encíclica
Quanta cura y en el Syllabus. Sobre la impiedad de los liberales ra
cionalistas se expresa de la manera siguiente : “ Conoceis , venera
bles hermanos , que los funestísimos enemigos del nombre cristiano,
858 El Catolicismo y la ciencia

arrebatados miserablemente por un cierto furor ciego de loca im


piedad , llevan tan adelante su temerario atrevimiento en su manera
de opinar, que , abriendo con audacia nunca oida su boca para blas
femar contra Dios ( Apoc . , XIII , 6 ), no se avergüenzan de enseñar á
la vista de todo el mundo que son comenticios é inventados por los
hombres los sacrosantos misterios de nuestra Religion , que la doc
trina de la Iglesia católica es contraria al bien y á las utilidades de
la sociedad humana, y aun no temen renunciar al mismo Cristo y
Dios . Y para producir con más facilidad ilusion en los pueblos y
engañar principalmente a los incautos é ignorantes , arrastrándolos
consigo a los errores , fingen serles á ellos solos conocidos los ca
minos de la prosperidad , y no dudan en arrogarse el nombre de ji
lósofos, como si la filosofia , que toda entera se ocupa en investigar
la verdad de la naturaleza , debiese desechar las cosas que el supre
mo y clementísimo Dios , autor de toda la naturaleza , con singular
beneficio y misericordia se ha dignado manifestar á los hombres,
para que consigan ellos mismos,la verdadera felicidad y salvacion.
Por donde con un modo de argumentar prepostero en verdad y Su
mamente falaz, nunca dejan de apelar á la fuerza y excelencia de la
razon humana y de ensalzarla contra la santísima fe de Cristo ,
la le
atruenan con suma audacia los oídos diciendo neciamente que
se opone á la humana razon . Lo cual , en verdad , es lo más loco e
impío que se puede pensar o imaginar y lo más repugnante á la fa
zon misma . Pues aunque la fe es superior a la razon , sin embargo,
entre una y otra ninguna disension y ningun disidio se puede en
contrar, naciendo ambas de una y misma fuente de inmutable y
eterna verdad , Dios óptimo y máximo , y prestándose mútuo socor
ro , de tal suerte , que la recta razon demuestre , guarde y deſienda
la verdad de la fe, y ésta libre à la razon de todos los errores, y con
el conocimiento de las cosas divinas maravillosamente la ilustre, con
firme y perfeccione ,, !.

1. Noscitis, Venerabiles Fratres, infensissimos cliristiani nominis hostes, caeco ya


dam insanientis impietatis impetu misere raptos , eo opinandi temeritate progredi, #
inaudita prorsus audacia aperientes os suum in blasphemias ad Deum (Apoc ., xill, 6), pada
lam publiceque edocere non erubescant, commentitia esse et hominum inventa sacro
sancta nostrae religionis mysteria , catholicae Ecclesiae doctrinam humanae societatis
bono et commodis adversari , ac vel ipsum Christum et Deum ejurare non extimescan.t
Et quo facilius populis illudant , atque incautos praesertim et imperitos decipiant et in
errores secum abripiant, sibi unis prosperitatis vias notas esse comminiscantur, sihi
que philosophorum nomen arrogare non dubitant, perinde quasi philosophia, quae
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 859

Así habla la Iglesia por boca del Papa Pío IX , apuntando en se


guida con brevedad la brillante multitud de argumentos que hacen
evidentemente creible la verdad de la Religion de Jesucristo.
Contra los liberales regalistas profiere tambien las siguientes pa
labras : * Otros , instaurando los perversos y tantas veces condena
dos comentos de los novadores , osan con insigne desvergüenza so
meter al arbitrio de la autoridad civil la suprema autoridad de la
Iglesia y de esta Sede Apostólica , dada a la misma por Cristo su
Señor , y negar todos los derechos de la misma Iglesia y Sede cer
ca de aquellas cosas que pertenecen al orden exterior. Porque no
tienen el menor reparo en afirmar que las leyes de la Iglesia no
obligan en conciencia sinó cuando son promulgadas por la potestad
civil ; que los actos y decretos de los romanos Pontifices , relativos á
la Religion y á la Iglesia , necesitan de la sancion y de la aprobacion
ó á lo menos del asentimiento de la potestad política ; que las Cons
tituciones Apostólicas en que se condenan las sociedades clandesti
nas , ora sea en ellas exigido el juramento de guardar secreto , ora
no , y en que se decreta la pena de excomunion contra sus sectarios
у fautores, no tienen fuerza en aquellas regiones del mundo donde
son toleradas por el gobierno civil estas asociaciones ; que la exco
munion dada por el Concilio Tridentino y por los romanos Pontifi
ces contra aquellos que invaden y usurpan los derechos y posesio
nes de la Iglesia , está fundada en la confusion del orden espiritual y
del orden civil y político para la prosecucion de un bien puramente
terreno ; que la Iglesia nada debe decretar que pueda ligar las con
ciencias de los fieles en orden al uso de las cosas temporales ; que a
la Iglesia no compete el derecho de castigar con penas temporales

tota in naturae veritate investiganda versatur, ea respuere debeat, quae supremus et


clementissimus ipse totius naturae auctor Deus singulari beneficio et misericordia ho
minibus manifestare est dignatus , ut veram ipsi felicitatem et salutem assequantur.
Hinc praepostero sane et fallacissimc argumentandi genere nunquam desinunt huma
nae rationis vim et excellentiam appellare, extollere contra sanctissimam Christi fidem ,
atque audacissime blaterant eam humanae refragari rationi. Quo certe nihil dementius,
nihil magis impium , nihil contra ipsam rationem magis repugnans fingi vel excogitari
potest. Etsi enim fides sit supra rationem; nulla tamen vera dissensio, nullumque dissi
dium inter ipsas inveniri unquam potest , cum ambae ab uno eodemque immutabilis
aeternaeque veritatis fonte, Deo optimo maximo oriantur, atque ita sibi mutuam opem
ferant, ut recta ratio fidei veritatem demonstret , tueatur, defendat; fides vero rationem
ab omnibus erroribus liberet, eamque divinarum rerum cognitione mirifice illustret,
confirmet atque perficiat. ( Enciclica Noscitis, l'enerabiles Fratres , dada por la San
tidad de Pío IX el 9 de Noviembre de 1846. )
860 El Catolicismo y la ciencia

á los violadores de sus leyes ; que es conforme a la sagrada Teolo


gia y a los principios del derecho público atribuir y adjudicar al go
bierno civil la propiedad de los bienes que poseen las iglesias, las
familias religiosas y otros lugares pios . Y no se avergüenzan de pro
fesar paladina y públicamente el axioma y principio de los herejes,
de donde nacen tantas perversas sentencias y errores . Porque andan
diciendo que la potestad eclesiástica no es por derecho divino dis
tinta é independiente de la potestad civil , y que no puede ser con
servada esta distincion é independencia sin que sean invadidos y
usurpados por la Iglesia los derechos esenciales de la potestad po
lítica ,
Asimismo reprueba la doctrina de los liberales católicos diciendo:
“ Y no podemos pasar en silencio la audacia de aquellos que , no
sufriendo la sana doctrina , pretenden que se puede , sin pecado y
sin menoscabo alguno de la católica profesion , negar el asentimien
to y obediencia á aquellos juicios y decretos de la Sede Apostólica,
cuyo objeto se declara pertenecer al bien general de la Iglesia y á
los derechos y á la disciplina de la misma, mientras no pertenezca a

1 Ac vero alii , instaurantes prava ac toties damnata novatorum commenta ; insi.


gni impudentia audent Ecclesiae et hujus Apostolicae Sedis supremam auctoritatem a
Christo Domino ei tributam civilis auctoritatis arbitrio subjicere, et omnia ejusdem
Ecclesiae et Sedis jura denegare circa ea quae ad exteriorem ordinem pertinent. Nam
que ipsos minime pudet affirmare Ecclesiae leges non obligare in conscientia , ais
cum promulgantur a civili potestate ; acta et decreta Romanorum Pontificum ad reli
gionem et Ecclesiam spectantia indigere sanctione et approbatione, vel minimum as .
sensu potestatis civilis ; Constitutiones Apostolicas, quibus damuantur clandestina,
societates , sive in eis exigatur , sive non exigatur juramentum de secreto servanda,
earumque asseclae et fautores anathemate mulctantur, nullam habere vim in illis or
bis regionibus ubi ejusmodi aggregationes tolerantur a civili gubernio ; excommunica
tionem a Concilio Tridentino et Romanis Pontificibus latam in eos , qui jura possessio
nesque Ecclesiae invadunt , et usurpant, niti confusione ordinis spiritualis , ordinisqae
civilis ac politici , ad mundanum dumtaxat bonum prosequendum ; Ecclesiam nihil
debere decernere , quod obstringere possit fidelium conscientias in ordine ad usum re
rum temporalium ; Ecclesiae jus non competere violatores legum suarum poenis tem
poralibus coercendi ; conforme esse sacrae theologiae jurisque publici principiis bo
norum proprietatem , quae ab Ecclesiis , a Familiis religiosis, aliisque locis piis possi
dentur , civili gubernio asserere et vindicare . Neque erubescunt palam publiceque
profiteri haereticorum effatum et principium , ex quo tot perversae oriuntur sententiae,
atque errores. Dictitant enim ecclesiasticam potestatem non esse jure divido distin.
ctam et independentem a potestate civili , neque ejusmodi distinctionem et indepen
dentiam servari posse , quin ab Ecclesia invadantur et usurpentur essentialia jura pot
estatis civilis. ( Enciclica Quanta cura , expedida por la Santidad de Pío IX el 8 de
Diciembre de 1864. )
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 861

los dogmas de la fe y costumbres . Lo cual cuán contrario sea al


dogma católico de la potestad plena , divinamente conferida al Ro
mano Pontifice por el mismo Señor Jesucristo, de apacentar, regir
y gobernar la universal Iglesia , nadie hay que no lo vea y entienda
clara y abiertamente .
Por fin , contra el axioma comun á las tres clases de liberalismo
citadas y dirigido á prescindir por completo de la Religion en el
gobierno de las sociedades , levanta tambien su voz majestuosa la
Iglesia con las siguientes palabras , las cuales , sin embargo , directa
mente no van encaminadas sinó contra los católicos liberales .
« Bien conoceis , Venerables Hermanos , dice Pio IX , que en estos
tiempos se encuentran no pocos que , aplicando al consorcio civil el
impío y absurdo principio del naturalismo, como le llaman , se atre
ven á enseñar que la idea de una bien ordenada República y el pro
greso civil requieren absolutamente sea constituida y gobernada la
humana sociedad prescindiendo por completo de la Religion , como
si ella no existiese , ó por lo menos no haciendo diferencia alguna
entre la Religion verdadera y las falsas. Y contra la doctrina de las
sagradas letras , de la Iglesia y de los Santos Padres , no dudan en
afirmar que el estado más perfecto de una sociedad es aquel en que
no se le reconoce al imperio el deber de refrenar con leyes penales
á los violadores de la Religion católica , sinó en cuanto lo exige la
paz pública . Por esta idea de régimen social enteramente falsa no
temen fomentar aquella errónea opinion , perjudicial por extremo á
la Iglesia católica y á la salvacion de las almas , llamada delirio por
nuestro predecesor Gregorio XVI , de reciente memoria , á saber :
que la libertad de conciencia y de cultos es un derecho propio de
cada hombre , el cual en toda sociedad bien constituida debe ser
proclamado y afirmado por la ley , y que á los ciudadanos compete
el derecho á una libertad tan omnimoda , que por ninguna autoridad,
ni eclesiástica , ni civil , pueda ser coartado ; de forma que todos los

I Atque silentio praeterire non possumus eorum audaciam , qui sanam non susti
nentes doctrinam , contendunt illis Apostolicae Sedis judiciis et decretis , quorum ob
jectum ad bonum generale Ecclesiae ejusdemque jura ac disciplinam spectare decla
ratur , dummodo fidei morumque dogmata non attingat , posse assensum et obedien
tiam detrectari absque peccato et absque ulla catholicae professionis jactura. Quod
quidem quantopere adversetur catholico dogmati plenae potestatis Romano Pontifici
ab ipso Christo Domino divinitus collatae , universalem pascendi , regendi , et guber
nandi Ecclesiam nemo est qui non clare aperteque videat et intelligat. ( Pío IX en el
lugar citado .)
862 El Catolicismo y la ciencia

hombres puedan manifestar y declarar paladina y públicamente sus


conceptos, sean ellos los que fueren , de palabra, ó por escrito , o
de cualquier otra manera . Mas al afirmar temerariamente tales co
sas , no piensan ni consideran que predican la libertad de perdicion;
y que , si es libre disputar siempre con persuasiones humanas, nun
ca podrán faltar quienes osen repugnar á la verdad y confiar en la
locuacidad de la humana sabiduría , conociendo por la misma insti
tucion de Nuestro Señor Jesucristo cuánto debe precaverse la fe y
sabiduría cristiana contra esta perniciosísima vanidad , '.
Y esta misma doctrina la hallamos tambien condenada en el
Syllabus, bajo el nombre de Errores relativos al liberalismo de mues
tros dias , cuyas proposiciones son como siguen : LXXVII . En esta
nuestra edad no conviene ya que la Religion católica sea tenida como
única Religion del Estado con exclusion de otros cualesquiera cultos.
LXXVIII . De aqui que laudablemente se ha establecido por la le
en algunos paises católicos , que á los extranjeros que vayan alli les
sea licito tener público ejercicio del culto propio de cada uno . LXXIX .
Es, sin duda , falso que la libertad civil de cualquiera culto, y
mismo la ámplia facultad concedida á todos de manifestar abierta
mente y en público cualesquiera opiniones y pensamientos, conduzcan

I Etenim probe noscitis , Venerabiles Fratres , hoc tempore non paucos reperit
qui civili consortio impium absurdumque naturalismi, uti vocant , principium appli
cantes, audent docere optimam societatis publicae rationem , civilemque progresscom
omnino requirere, ut humana societas constituatur et gubernetur, nullo habito ad
religionem respectu , ac si ea non existeret , vel saltem nullo facto veram inter falsas
que religiones discrimine. Atque contra sacrarum Litterarum, Ecclesiae, sanctorumque
Patrum doctrinam , asserere non dubitant optimam esse conditionem societatis, in qua
Imperio non agnoscitur officium coercendi sancitis poenis violatores catholicae reli
gionis , nisi quatenus pax publica postulet. Ex qua omnino falsa socialis regiminis
' idea haud timent erroneam illam fovere opinionem catholicae Ecclesiae animarumque
saluti maxime exitialem , a rec. mem. Gregorio XVI Praedecessore Nostro deliranin
tum appellatam , nimirum libertatem conscientiae et cultuum esse proprium cajus
cumque hominis jus , quod lege proclamari et asseri debet in omni recte constituta som
cietate, et jus civibus inesse ad omnimodam libertatem nulla , vel ecclesiastica vel ci
vili , auctoritate coarctandam , quo suos conceptus quoscumque , sive voce , sive typis,
sive alia ratione palam publiceque manifestare ac declarare valeant. Dum vero id te
mere affirmant, haud cogitant et considerant , quod libertatem perditionis praedicant,
et quod si humanis persuasionibus semper disceptare sit liberum , nunquam deesse
poterunt , qui veritati audeant resultare et de humanae sapientiae loquacitate confide
re ; cum hanc nocentissimam vanitatem, quantum debeat fides et sapientia christiana
vitare, ex ipsa Domini Nostri Jesu Christi institutione cognoscat. ( Pio IX en la Ep
cíclica Quanta cura , ya citada . )
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado . 863

á corromper más fácilmente las costumbres y los ánimos, y á pro


pagar la peste del indiferentismo. LXXX . El Romano Pontifice
puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso , con el liber a
lismo y con la moderna civilizacion 1 .
Enséñase por los liberales católicos en estas proposiciones , y lo
mismo en las citadas palabras de la Encíclica Quanta cura , que la
libertad de conciencia, la de cultos y la de imprenta sobre materias
religiosas y morales son en sí mismas buenas y que por lo tanto
deben ser expresamente aseguradas en la constitucion de toda so
ciedad bien ordenada ; porque todo ciudadano tiene derecho esen
cial para opinar y hablar públicamente de estas cosas , sin que au
toridad alguna, eclesiástica ó civil, pueda por esto imponerle algun
castigo . Por donde se concluye en la citada doctrina liberal que es
un verdadero progreso en los pueblos católicos el haber consignado
en la ley la libertad de cultos ; porque con esto no han hecho los
hombres otra cosa sino acomodarse más exactamente al ideal de
toda sociedad civil perfecta, reconociendo a los súbditos en la Cons
titucion un derecho que por la naturaleza misma les pertenece . Y
respondiendo a la objecion que contra dicha doctrina oponen los
católicos puros, diciendo que con ella se prepara el camino al indi
ferentismo escéptico , afirman los católico - liberales que no existe
peligro alguno de que nazca tal linaje de indiferencia, y que por
tanto el Papa puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso
de la civilizacion moderna, la cual quiere que se gobierne con abs
traccion absoluta de la Religion , ó á lo menos sin hacer distincion al
guna entre la verdadera Religion y las falsas.
Como se ve , entre los sectarios del liberalismo y la Religion ca

[ LXXVII. Aetate hac nostra non amplius expedit Religionem catholicam habere
tauquam unicam Status Religionem , caeteris quibuscumque cultibus exclusis . (Saca
da de la Alocucion Nemo vestrum , de 26 de Julio de 1855.)
LXXVIII , Hinc laudabiliter in quibusdam catholici nominis regionibus lege cautum
est, ut hominibus illuc immigrantibus liceat publicum proprii cujusque cultus exerci
tium habere. ( Sacada de la Alocucion Acerbissimum , de 27 de Setiembre de 1852. )
.LXXIX . Enimvero falsum est civilem cujusque cultus libertatem , itemque plenam
potestatem omnibus attributam quaslibet opiniones cogitationesque palam publiceque
manifestandi conducere ad populorum mores animosque facilius corrumpendos ac
indifferentismi pestem propagandam . ( Sacada de la Alocucion Nunquam fore , de 15
de Diciembre de 1856.)
LXXX. Romanus Pontifex potest ac debet cum progressu , cum liberalismo et cum
recenti civilitate sese reconciliare et componere. ( De la Alocucion Jam dudum cerni
mus , pronunciada en 18 de Marzo de 1861.)
864 El Catolicismo y la ciencia

tólica existe un verdadero conflicto ; nadie lo puede negar. Mas


este conflicto llega tambien por ventura hasta la misma ciencia , de
suerte que no sólo la secta liberal , sinó tambien la ciencia verdadera
estén en pugna con el Catolicismo en orden a esta importante ma
teria ? Si dirigimos esta pregunta á los liberales , claro está que ob
tendremos una respuesta afirmativa : los liberales se consideran como
los únicos representantes de la ciencia , todos los demas para ellos
no son sinó gente ignorante ó fanatizada, que no ve la verdad , ó
porque no es capaz de percibirla á causa de su extrema rudeza é
ignorancia, é porque el fanatismo ciego le venda los ojos, si ya no
es que el sórdido interés le impide confesarla .
Asi piensan y hablan los sapientísimos liberales acerca de los ca
tólicos que piensan y hablan como el Papa ; en lo cual ciertamente
no dan grandes muestras de moderacion y modestia . Porque eso de
decir que todos los cristianos de los siglos pasados por espacio de
casi dos mil años han vivido fanatizados por esta erradisima idea,
que ahora anima á los católicos puros , sin que ni los tormentos de
los perseguidores , ni los estudios de los sabios hayan sido bastantes
á disiparla , y que sólo los filósofos del siglo xix , los cuales casi nada
entienden de filosofia y gastan todo su tiempo en observar los fe
nómenos de la Naturaleza, han tenido la dicha de hacer un tan ad
mirable descubrimiento , es escatimar no poco la honra al género
humano para gozar el sabrosísimo placer de atribuírsela á si propios.
La modestia no es el carácter distintivo de la secta liberalesca : tan
hermosa virtud parece demasiado frívola á estos positivistas, que
tienen colocada toda su dicha en lo que se palpa aquí en la tierra.
Por eso , en lugar de la modestia gustan más de escribir en su ban
dera aquellas palabras del Mantuano :

“ Audaces fortuna juvat, timidosque repellit. ,

La audacia vale más que la modestia para medrar y figurar en


este mundo ; y la conjugacion de estos dos verbos está muy en las
entrañas de los amantes del progreso y de la civilizacion moderna.
Empero el que asi piensen y hablen los partidarios de la secta
liberal , es cosa de escasísima importancia en la cuestion de que
vamos tratando ; porque ni les asiste la autoridad , ni tampoco
Filosofía . Si por la primera hubiera de sentenciarse la causa ,
tante deberian darse por vencidos. Los Católicos netos somos infi
nitamente mayores en número que los liberales , y así tenemos en
nuestro favor el voto de la pluralidad. Y está por nosotros tan in
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado . 865
mensa mayoría , porque contamos en nuestras filas, no sólo á los
verdaderos católicos presentes, ya de suyo muy numerosos , sinó
tambien a los infinitos millares que en la Iglesia nos han precedido
por espacio de diez y nueve siglos.
Pero dejemos á un lado esta clase de argumentos y vengamos á
los que nos suministra la sana Filosofía. Por de pronto hay que
separar de este debate á los liberales racionalistas , cuyo sistema
horrendamente impio y manifiestamente contrario a los principios
de la sana razon ya queda refutado en los capítulos anteriores. Que
dan , pues , los liberales regalistas y los católicos liberales, cuyas
doctrinas , como nota sabiamente el Pontífice Pío IX en la Encíclica
Quanta cura , poco há citada , brotan de los errores racionalistas
como de su propia fuente , " ex eisdem erroribus , veluti ex fontibus
erumpunt, , y por lo mismo no pueden menos de ser erróneas y de
contener la ponzoña mortífera del liberalismo incrédulo .
Y comenzando por el liberalismo regalista , no puede ser más evi
dente su absurdidad y oposicion con los principios de la sana Filo
sofía. ¿ En qué inteligencia rectamente dispuesta cabe pensar que
Jesucristo , habiendo fundado una Iglesia sobrenatural y divina , la
dejó despues subordinada y sujeta al Estado y á la potestad tempo
ral , como si estos objetos fueran lo más grande y sublime que se
puede excogitar sobre la tierra ? ¿ Cuándo se ha visto jamás que un
edificador prudente subordine y dirija lo más noble y levantado á
lo más bajo y humilde ? Tanto la sociedad como la Iglesia vienen de
Dios y van tambien á Dios por su propia naturaleza ; pero ninguno
que confiese la divinidad del Cristianismo dejará de reconocer en
tiempo alguno que el ſin y origen de la Religion de Jesucristo son
infinitamente más dignos que el fin y origen de la sociedad politica .
Ésta , áun en su parte más noble y excelente , que es hacer virtuosos
y honestos á los ciudadanos, no mira de suyo sinó á un bien pura
mente natural; aquella, por el contrario , dirige todas sus operacio
nes a la consecucion de un fin superior á las naturales exigencias
humanas , á la sobrenatural posesion de Dios en la gloria . La auto
ridad civil no puede de su propia condicion mandar a los ciudadanos
sinó el ejercicio de las virtudes meramente políticas , mientras que la
eclesiástica se extiende al de las mismas sobrenaturales y divinas.
Fuera de que todo el mundo sabe que la Religion por su propia
naturaleza es la base y fundamento de la moral , y que por consi
guiente el bien propio de la Religion está en un órden mucho más
elevado y trascendental que el bien de las mismas virtudes morales,
55
866 El Catolicismo y la ciencia

las cuales tienen por último término de todos sus actos rendir culto
y tributo de adoracion a la Divinidad con el cumplimiento de su
santa ley , esto es , servir de algun modo á la Religion estando subor
dinadas á ella. Y si el bien propio y peculiar de la Religion es por
su naturaleza más alto y sublime que el de las mismas virtudes mo
rales en el orden de la pura y simple naturaleza , ¿ quién no ve que
las sobredichas virtudes deben estar en el ejercicio de sus actos su
jetas y subordinadas a la virtud de la Religion áun en este mismo
órden humano ? Mas si esto es así , nadie puede dudar sinó que la
autoridad política debe tambien estar subordinada a la religiosa áun
en el mismo órden natural , sin tomar para nada en cuenta el otro
infinitamente más elevado y sobrenatural, que es el que pertenece a
la Iglesia . Porque si la autoridad civil en su parte más levantada у
sublime , que es hacer virtuosos á los ciudadanos, tiene por último
objeto preparar convenientemente los ánimos para el honesto ejer
cicio del culto y servir de esta manera á la Religion , ¿ cómo no lo
tendrá en todo lo demas, que es mucho menos estimable y por
consiguiente menos digno de la naturaleza humana ?
Y si esto sucede en el puro órden natural , ¿ qué diremos hablando
de la Iglesia , la cual se halla en otro órden infinitamente más eleva
do , cual es el sobrenatural, como que ha sido bajada del cielo por
Nuestro Señor Jesucristo para ayudar a los hombres á subir a las
mansiones eternas de la gloria ? En el órden puramente natural se
podria al fin tolerar que la autoridad política y civil se mezclase algun
tanto en las cosas del culto , ordenando los actos de la Religion a la
conservacion de la paz y tranquilidad pública . Esto , aunque imper
fecto, no es intrínsecamente malo , como nota el Cardenal Cayetano,
y así en el orden puramente natural bien pudiera ser permitido,
atendida la flaca condicion de la generalidad de los hombres ; los
cuales , abandonados á sus propias fuerzas, suelen buscar de ordi
nario la utilidad propia, áun en la prosecucion del bien honesto , y
raras veces hacen actos de caridad pura y absolutamente desintere
sada. Pero en el órden sobrenatural, traido al mundo por Jesucristo
con la fundacion de su Iglesia , esto es enteramente inadmisible. Je
sucristo ha fundado su Religion sobre la caridad; esta hermosa virtud,
segun la mente de nuestro divino Legislador, debe ser el alma que
anime y vivifique todos los actos de los cristianos ; lo imperfecto de
la flaqueza humana desaparece en el divino plan con la abundancia
de gracias y favores que derrama el Espíritu Santo de continuo sobre
todos los miembros de su querida Esposa.
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 867

Jesucristo , pues, no consiente que exista jamás en el mundo la


referida imperfeccion despues de fundada su Iglesia, y de ninguna
manera permite que esta Jerusalen celestial , bajada por Dios del
cielo a la tierra, como nos lo enseña el Apóstol San Juan ' , tenga
por último término y remate de todos sus sudores la sola paz y
tranquilidad pública, bienes puramente temporales . Jesucristo quiere,
por el contrario , que á su Iglesia corresponda en el ejercicio de todos
sus actos religiosos un objeto más alto y más sublime, cual es la
práctica de las virtudes teologales, y especialmente de la caridad,
que es vínculo de perfeccion y santidad y une á los hombres estre
chamente, enseñándoles á vivir como verdaderos hermanos . Venía
á establecer su reino celestial aquí en la tierra para que en él y por
él adquiriesen todos los hombres la salvacion eterna : por eso dijo á
sus Apóstoles que ellos eran la luz del mundo y la sal de la tierra ?
¿ Habia, pues , de sujetar el ejercicio y operaciones propias de esta
Iglesia al arbitrio y capricho de la autoridad humana ? Los mismos
representantes de la autoridad política , como ovejas del rebaño de
Jesucristo é hijos de la Iglesia, habian de vivir sujetos en lo espiri
tual á la autoridad eclesiástica , y luego en estas mismas cosas reli
giosas habian de ser superiores á esta autoridad , teniéndola en per
petua tutela y bajo su dominacion soberana , como si la dignidad
sacerdotal fuese una especie de apéndice y complemento del poder
político ? ¿ No sería ésta la mayor monstruosidad del mundo ? ¿Dón
de habria estado en este caso la prudencia y sabiduría del Arquitec
to divino al fundar su Iglesia sobre la arena movediza de los intere
ses humanos, y al conferir á la potestad civil el absoluto derecho de
hacer deshacer á su arbitrio en las cosas sagradas , ensanchando o
coartando la libertad de la autoridad eclesiástica en las funciones de
su cargo , segun lo juzgase conveniente para los bienes materiales
de la tierra ?
Los que de esta manera hablan" y discurren dan fundado motivo
para sospechar que en su corazon nada creen de la divinidad del
Cristianismo y que tienen a esta Religion celestial por un puro in
vento de los hombres , no menos que los liberales racionalistas . Tan
palmaria contradiccion no se concibe en personas suficientemente
ilustradas, y así con razon podemos temer que su cristiandad es
pura hipocresía. Descubran , pues , paladinamente la incredulidad de

| Apoc. , XXI, 2 .
2 Math . , v, 13-14 .
868 El Catolicismo y la ciencia

su corazon , y digan sin rebozo á la faz de todo el mundo lo que


oimos todos los dias proferir á los sectarios de la impiedad incrédu
la . Déjense ya de innobles é hipócritas disimulos condenados no
ménos por la razon natural que por los celestiales principios de la
Religion de Jesucristo. Si se atreven á llamarse cristianos , profesen
con sinceridad lo que han creido siempre los discípulos del Cruciii
cado, y no vengan á enseñar en punto de creencias á los que el
mismo Jesucristo ha puesto para maestros en Israel .
Cuando mandó nuestro divino Salvador á sus discípulos á predi
car su Evangelio por todo el mundo , eles dijo acaso que pidiesen
primero la vénia á las autoridades civiles ? ¿ No les encargó al con
trario que fuesen á anunciarlo a todas las gentes, áun contra la vo
luntad de los mismos tiranos ? Sereis llevados por mi causa , les dice,
á los gobernadores y á los reyes para dar testimonio de Mi å ellos
y á los gentiles. Y cuando os entregaren , no penseis cómo é qué ka
beis de hablar ; porque en aquella hora os será dado lo que habeis
de hablar 1. Y los Apóstoles entendieron tan bien esta leccion ce
lestial, a pesar de que era dura y repugnante á la carne, que contra
toda la voluntad de los judíos y de los gentiles anunciaron el Evan
gelio de su Maestro . Y poco valieron las cárceles y las persecuciones
decretadas contra ellos por las autoridades políticas; porque el su
frir por Jesucristo les era gloria y contento, y á los agentes del po
der civil les respondian enérgicamente: “ Obedire oportet Deo ma
gis quam hominibus, , es menester obedecer a Dios antes que a los
hombres ?
¡ Bueno hubiera sido por cierto que los Apóstoles hubiesen nece
sitado pedir permiso á los magistrados civiles antes de dar princi
pio á su mision celestial en cualquiera parte , y que no les hubiese
sido lícito cumplir con su oficio sinó con la anuencia de las auto
ridades terrenas! De esta suerte la Iglesia de Jesucristo nunca se
hubiera establecido sobre la tierra. Durante tres siglos enteros vivió
y se propagó la Religion cristiana en medio de una sociedad hostil,
á pesar de la furia y persecucion de todos los poderes temporales.
¿ Habian de ir entonces los pastores del rebaño de Jesucristo a las
autoridades civiles á pedirles permiso para ejercer sus funciones
sagradas de enseñar, regir y gobernar á los fieles ? ¿ Habian de ser
nulas las disposiciones emanadas de la autoridad eclesiástica, por

I Math ., X , 18-19.
2 Act., V , 29 .
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 869

que no llevaban el sello de la sancion civil , ese pase régio, que tan
tos dolores y llantos ha traido á la Iglesia áun ejercido por principes .
católicos ?
No , no : Jesucristo , cuando encomendó á sus Apóstoles y en ellos
á sus sucesores los Obispos , el oficio de apacentar, regir y gobernar
á sus ovejas, no les dijo : Enseñad y apacentad á los fieles y perdo
nadles sus pecados con dependencia de las autoridades políticas , sinó :
Haced todas estas cosas con absoluta independencia de las mismas y
á pesar de todas sus resistencias. Jesucristo edificó su Iglesia sobre
la roca firme é inexpugnable de Pedro y de sus sucesores los Pon
tífices Romanos, para que esta roca inquebrantable le sirviese de
fundamento tal , que ni los vientos de las grandezas mundanas , ni
los torrentes impetuosos de las pasiones de los malvados le pudiesen
impedir el dar valor y esfuerzo á sus hijos con sus divinas enseñan
zas , con sus leyes saludables y con las demas disposiciones eclesiás
ticas que hubiese de tomar en el mundo contra todos los poderes
de la tierra . Armados los Obispos católicos y principalmente el Vi.
cario de Jesucristo con estos mandatos y promesas de nuestro divi
no Redentor, repiten siempre con energía , contra todo imperante
político que la quiere avasallar, aquellas palabras del gran Ósio , di
rigidas al emperador Constancio : No nos mandes en estas cosas,
sinó apréndelas antes bien de nosotros : á tí te ha encomendado Dios
el imperio , á nosotros lo perteneciente á la Iglesia ! .
Con la misma evidencia se demuestra la absurdidad del libera
lismo católico ó moderado . Una vez admitido que la Iglesia haya
recibido del cielo la sagrada mision de enseñar á los hombres las
cosas concernientes á la salvacion eterna , es un error manifiesto el
pensar que los Pastores y Obispos y mucho menos el Vicario de
Jesucristo se deben callar ante los que dicen mil injurias contra la
Religion , como si fueran perros mudos é inútiles para guardar el
rebaño de Jesucristo ; sólo porque no es un particular quien las pro
fiere, sinó un gobierno , ó un rey, ó una asamblea de diputados
cualquiera. La Iglesia no puede transigir en esta parte ; su mision
celestial es preservar á sus hijos de todos los errores contrarios á la

1 Hállase esta epístola en la que dirigió San Atanasio á los monjes solitarios. En
ella se contiene un perfectísimo modelo de la conducta firme y constante que deben
observar los pastores del rebaño de Jesucristo contra todas las embestidas de las au
toridades civiles que pretendan usurpar los derechos eclesiásticos. Como nota muy
bien el Cardenal Aguirre , con sola su explicacion se podria formar un tratado com
pleto sobre las relaciones que deben mediar entre ambas potestades.
870 El Catolicismo y la ciencia

fe y á la moral , sea quien quiera el que los propala , para que sin
mácula en la inteligencia y sin perversidad en el corazon puedan
caminar seguros al término dichoso de la salvacion eterna . Y mucho
ménos le es permitido este linaje de transacciones cobardes , cuando
los tales errores van envueltos en las leyes de una nacion católica;
porque entonces pueden causar mucho mayor daño a las concien
cias de los fieles que si naciesen de un particular cualquiera.
Hipócritamente claman los liberales católicos diciendo que esto
es meterse en política , y que á la Iglesia no le corresponde entre
meterse en los negocios seculares . Porque es de todo punto falso
que con amonestaciones de esta especie la Iglesia se meta en po
lítica , sinó solamente en lo que es de su propia incumbencia , que
es dirigir á los cristianos en las cosas morales y religiosas. Qué,
į las disposiciones dictadas por un gobierno se sustraen acaso a las
leyes de la moral ó á los principios de la Religion ? Si la Iglesia
se mete en juzgar de las disposiciones gubernativas de un reino
cualquiera , no las juzga en cuanto políticas, sinó en cuanto morales
y religiosas.
Tenemos aquí la misma cuestion que en el capítulo precedente
acerca de las relaciones entre la razon natural y la fe . Por esta cau
sa , así como hay un liberalismo moderado que sustrae la autoridad
política á la potestad directiva de la Iglesia ; así tambien existe un
racionalismo del mismo género que separa á la ciencia del magiste
rio directivo de la fe . Y así como la esencia del liberalismo católico
consiste en que la rason social, sin poner en duda, ánteś admitiendo
con sinceridad el origen divino de la Iglesia católica , haga comple
ta abstraccion de ella en el gobierno de la República , cual si no
existiera en el mundo, y no sufra jamás que la Iglesia en esta parte
le ponga trabas con sus amonestaciones ó con la anulacion de algu
nas de sus leyes contrarias al bien espiritual de los fieles; así tambien
la esencia del racionalismo moderado , segun consta de lo que deja
mos escrito en el capítulo anterior y cada uno puede ver en el pár
rafo segundo del Syllabus, se halla colocada en que la razon indiri
dual en sus filosóficos discursos, sin negar la existencia de la fe,
prescinda absolutamente de ella y no consienta que venga la reve
lacion ó el magisterio doctrinal de la Iglesia á ponerle cortapisas
con la condenacion de sus errores . “ La Iglesia, dice el racionalismo
moderado , no sólo no debe corregir jamás á la Filosofia , sinó que
tambien debe tolerar sus errores y dejar que ella se corrija á si pro
pia. La Filosofia debe tratarse sin mirar á la sobrenatural revela
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado . 871

cion , ' . “ La razon perfecta de sociedad pública , dice a su vez el li


beralismo tambien moderado, y el progreso civil exigen que la hu
mana sociedad sea constituida y gobernada no teniendo consideracion
alguna á la Iglesia , como si ella no existiese , ó á lo menos no ha
ciendo distincion alguna entre la verdadera Religion y las falsas. -
A los juicios y decretos de la Sede Apostólica , cuyo objeto se declare
pertenecer al bien general de la Iglesia ó á los derechos de la misma,
se les puede sin pecado negar el asentimiento y obediencia , siempre
que este objeto no verse sobre cosas dogmáticas de fé ó de costum
bres , 2. “ En esta nuestra edad no conviene ya que la Religion cató
lica sea tenida como la única Religion del Estado, con exclusion de
otros cualesquiera cultos. — El Romano Pontifice puede y debe re
conciliarse y transigir con el progreso, con el liberalismo y con la ci
vilizacion moderna , 3 .

Si pues la cuestion del liberalismo moderado ó católico y la del


racionalismo tambien moderado son una misma , ¿ qué hay que con
cluir filosóficamente sinó que la razon social debe estar subordinada
á la religiosa, ó sea el Estado á la Iglesia , en la misma manera que
lo está á la revelacion la razon individual del filósofo ? En ambos
casos reina la misma proporcion ; lo natural debe mostrarse sujeto y
subordinado á lo sobrenatural , como la parte sensitiva del hombre á
la racional , como lo corpóreo á lo espiritual , como lo temporal á lo
eterno ; en una palabra, como lo inferior á lo superior y como lo hu
mano á lo divino .
No quiere decir esto, sin embargo , que el Estado pierda su auto
nomía propia , ni que se haga completamente ciego, de suerte que
en la confeccion de sus leyes y en el gobierno de los ciudadanos no
haga sinó ejecutar simplemente los decretos del Papa , como si éste
y no la autoridad civil fuese quien gobierna la República . El Estado,
por hallarse sometido en lo espiritual á la Iglesia, no pierde nada de
sus atribuciones naturales , como tampoco la razon al someterse á la
fe renuncia á sus naturales discursos. Lo que hace únicamente es
subordinar todo lo natural suyo á lo sobrenatural de la Iglesia , no
pudiendo tomar disposicion alguna civil que vaya en contra del bien
espiritual de los fieles, y teniendo obligacion de dictar aquellas leyes
que considere la Iglesia necesarias para la conservacion , prosperidad

I Proposiciones XII y xiv del Syllabus , pertenecientes al racionalismo moderado.


2 Proposiciones del liberalismo católico en la Encíclica Quanta cura.
3 Proposiciones LxxvII y Lxxx , relativas al liberalismo católico .
872 El Catolicismo y la ciencia

y aumento de este mismo bien espiritual . Este deber lo trae consigo


la misma naturaleza de las cosas : las leyes civiles deben acomodar
se al bien público y comun de toda la República , el cual bien debe
por su intrínseca condicion ser algo sensible y del orden puramente
natural ; y como el bien sensible y del órden sobredicho debe en su
prosecucion andar siempre regulado y moderado por el bien espiri
tual de la vida eterna , es cosa del todo manifiesta que el legislador
terreno en la confeccion de sus leyes debe tener siempre puesta la
mira en este bien espiritual de que cuida en el estado presente la
Iglesia por disposicion divina .
Si los gobernantes civiles descuidan este bien espiritual o prescin.
den de él por completo en el gobierno de los ciudadanos , olvidan
la parte más principal de su oficio . Porque, en efecto , si el hombre
ama naturalmente la vida social y política , no obstante ser grandes
las cargas y molestias que esta vida social lleva consigo ; esto no
sucede sinó porque sólo en la vida política es como , juntando sus
particulares esfuerzos con los esfuerzos de los demas, puede obtener
la perfeccion propia que le falta y que espontáneamente busca.
Ahora bien ; la perfeccion primera y principal de todo indivíduo hu
mano en esta vida se halla en el conocimiento de las verdades con
cernientes á su salvacion eterna y en la práctica de la virtud verda
dera . Por tanto , á estos dos bienes principales debe mirar con es
pecial esmero el gobernante político más que al amontonamiento de
riquezas y á la abundancia de placeres materiales , si es que quiere
usar de su autoridad como Dios manda y como nos lo intima nues
tra propia razon por medio de los dictámenes de la conciencia. Las
virtudes morales de los ciudadanos y la rectitud de doctrinas, que
han de servir de guía á estas mismas virtudes para discernir entre
lo honesto y lo inhonesto , son los dos objetos en que de una ma
nera especialísima debe tener siempre puesta su atencion el que lleva
en su mano el timon del Estado . Y supuesta la divina fundacion de
la Iglesia con la mision que á ella le ha sido encomendada por Je
sucristo de enseñar á las gentes el camino del cielo , ¡ todas estas
virtudes morales y toda esta rectitud de máximas reguladoras 110
entran tambien en el dominio de la Religion ? ¿ Cómo , pues , se pue
de afirmar que la potestad política para gobernar conforme á razon
debe prescindir por completo de la Religion de nuestro Divino Sal
vador, de la Religion católica ?
Enhorabuena que el Estado con sus luces propias y naturales
busque lo que más le conviene para sus intereses materiales y terre
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 873

nos; enhorabuena tambien que dicte sus leyes civiles acomodadas á


la conservacion de la pública tranquilidad con el refrenamiento de
los vicios y con la exhortacion a la práctica de las virtudes morales .
Pero todo esto ha de ser con subordinacion al bien ás alto y subli
me á que deben atender por oficio los pastores del rebaño de Jesu
cristo , á saber , al bien sobrenatural contenido en las tres virtudes
teologales, fe, esperanza y caridad , que son el alma de la Iglesia.
Si bien se advierte , el liberalismo católico , de la misma manera
que el regalista incrédulo , tiene en muy poco aprecio estos bienes
espirituales ; su aficion principal la reserva para lo material y sensi
ble de esta vida , para el amontonamiento de riquezas , para la abun
dancia de goces y divertimientos sensibles, para la pujanza de la
nacion en todo lo terreno y propio de este mundo caduco . Esto es
lo que agitan siempre en su corazon los católicos liberales como si
fuera lo mejor y lo más grande que el hombre puede apetecer sobre
la tierra . De aquí el que les conmuevan muy poco los males que con
el planteamiento de la libertad de cultos y de las demás libertades
á ella consiguientes se pueden originar á las almas de los ciudada
nos . Ellos no miran sinó á lo material , al progreso y aumento de
todo esto sensible que sirve para las comodidades de la vida ; son
como un mercader que sueña día y noche en acrecentar sus cau
dales , teniendo por simples bagatelas todo cuanto no sea llenar sus
arcas .
Así , pues, el liberal católico , si bien se le examina, se hallará que
en el fondo profesa, muchas veces quizás sin saberlo , un verdadero
indiferentismo en materia de Religion . Por eso el Papa Pío IX , en la
Encíclica ya citada , dice con mucha verdad que este error es una
espontánea emanacion del liberalismo racionalista , que no cree en
Jesucristo . Si el católico liberal mirara los bienes inestimables de la
Religion verdadera con los mismos ojos con que mira los caducos
y mezquinos de esta vida, si estuviera íntimamente persuadido de
que sólo con la práctica de esta Religion adorable se puede conse
guir la felicidad eterna ; entonces veria que todo lo terreno y tem
6
poral se debe sacrificar á lo espiritual y eterno , y que el criterio
para juzgar de la felicidad y bienaventuranza de una república
cualquiera no es la abundancia excesiva de riquezas y de los otros
bienes temporales , sino el amor grande de los ciudadanos á lo que
les puede hacer felices para siempre en la eternidad, es decir, el amor
entrañable á la Religion verdadera .
El católico liberal , por consiguiente, considerado el órden lógico
874 El Catolicismo y la ciencia

de las ideas, es un puro indiferentista en materia de Religion ; por


eso quiere que de ella se prescinda enteramente en el gobierno de
la república, ó que al menos no se haga distincion alguna entre la
verdadera y las falsas, diciendo que éste es el ideal de una bien or
denada república . Si mirara á la Religion católica como único medio
para llegar a la gloria y bienaventuranza eterna, y en su consecuen
cia tuviera á todas las demas por falsas y por caminos de perdicion,
¿ cómo podria afirmar que en el ideal de una bien ordenada repúbli
ca entra la libertad de cultos con todas las libertades á ella consi
guientes de decir y de hablar públicamente en materias morales y
religiosas lo que á cada uno se le antoje, sin que potestad alguna,
eclesiástica ó civil , tenga derecho para refrenarle con sus penas?
¿ No es esto proclamar abiertamente la aptitud de todas las religio
nes para llevar al hombre al reino de los cielos ?
Los que tienen á la Religion verdadera por el único medio de
alcanzar la salvacion eterna, los que reservan su predileccion favo .
rita, no para los bienes caducos de la tierra, sinó para los imperece
deros de la gloria, prometidos por esta Religion á sus fieles servido
res, conocen muy claramente que la obligacion principal de un
gobernador ó príncipe católico es procurar á sus súbditos los bienes
preciosos de la Religion y santidad , siguiendo en el desempeño de
su alto é importante cargo , no menos que todos los demas cristia
nos en el cumplimiento de los suyos propios, las celestiales enseñan
zas de la Iglesia y las amonestaciones de aquellos que, para procu
rar á los fieles el bien espiritual y divino de sus almas, han sido
constituidos por Nuestro Señor Jesucristo pastores y maestros de su
espiritual rebaño . El que con estos ojos purísimos contempla las
cosas terrenas , y ateniéndose á los principios de la sana razon y
prudencia trata de poner en práctica aquella celestial doctrina del
Salvador , segun la cual debemos buscar con preferencia el reino de
Dios y su justicia con la segura esperanza de que todas las demas
cosas nos serán dadas por añadidura ! , este tal no se aficiona tanto
á lo terreno , que juzgue poder negar sin pecado el asentimiento ó la
obediencia á aquellos juicios y decretos de la Sede Apostólica, cuyo
objeto mira al bien general de la Iglesia ó á los derechos y discipli
na de la misma, sin expresar formalmente un dogma de fe ó de cos .
tumbres. Porque sabe perfectamente que la Sede Apostólica , en vir
tud de la mision divina que tiene de apacentar, regir y gobernar á

1 Matth . , vi , 33. Luc . , XII, 31 .


875
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado.

los fieles en las cosas pertenecientes a la salvacion eterna recibe por


parte de Dios una asistencia especial para desempeñar con acierto
este cargo ; asistencia que, áun prescindiendo del don de la infalibi
lidad , la hace sobremanera respetable en sus decisiones y decretos ,
en términos que ninguno puede ir contra ellos ó rechazarlos sin co
meter un gravísimo pecado . Porque, en efecto , es más claro que la
luz del dia, que todos los cristianos se hallan en el estrechísimo
deber de adherirse á los tales decretos con voluntad plena y perfecta
por la sencilla razon de que mientras no conste positivamente haber
se engañado el superior en el ejercicio de sus funciones propias
hay obligacion de obedecerle, aunque no se vea con claridad la ra
son formal de su prudencia gubernativa.
¿ A dónde iríamos á parar, si los súbditos para obedecer á sus
superiores hubieran de ver primero positivamente las razones con
que se halla legitimado su mandato ? Bástales , para obrar con pru
dencia, saber en general que el superior en lo que legitimamente
ordena , representa por su autoridad á Aquél de quien toda potes
tad desciende; y que para cumplir dignamente este oficio de man
dar a los demas recibe del cielo un auxilio especialísimo , el auxilio
de la divina asistencia, que no á los particulares sinó sólo á los su
periores está prometido . Con esto ya tiene el súbdito lo suficiente
para obrar honestamente, sometiéndose al mandato de su superior,
y áun se halla en la obligacion de obedecerle siempre que no le
conste con certeza haber sido traspasados por él los límites de sûs
You may atribuciones propias.

¿ No es una temeridad intolerable y un orgullo luciferino preten


der que un simple particular entiende mejor que los Obispos y áun
que el mismo Vicario de Jesucristo , puestos por Dios para regir y
gobernar á los fieles cristianos , lo que es útil ó nocivo á estos mis
mos fieles ? ¿ Cuándo se ha visto jamás que las ovejas se pongan á
dirigir á sus pastores , que los discípulos osen enseñar á sus maes
tros ? Escándalo grande ha sido en la Iglesia de Dios el que hombres
legos , ignorantes por completo en materias teológicas y religiosas,
con sólo un ligero tinte de humana literatura , de política y de his
toria , se hayan atrevido á dar lecciones al Pastor supremo de la
Iglesia en órden á ciertas doctrinas religiosas y morales íntimamen
te relacionadas con el bien universal de la Iglesia misma . Si se
*** hubiera tratado , no de doctrinas generales , sinó de un caso prácti
co y concreto , relativo á lo que conviene hacer en un determinado
punto de la cristiandad , despues de bien pesados todos los inconve
876 El Catolicismo y la ciencia
nientes y ventajas, la osadía hubiera sido ménos intolerable. Aunque
áun entonces mismo el atrevimiento no hubiera dejado de ser muy
grande , por la razon que dejamos apuntada de ser una temeridad
gravísima el que un simple súbdito , sin autoridad ninguna , pretenda
sobreponerse á su superior en las cosas del gobierno eclesiástico.
Pero ponerse á dar lecciones a la Cátedra pontificia , al Sucesor de
Pedro , al Vicario de Jesucristo , al Padre y Pastor universal de to
dos los fieles sobre lo que se debe tener y creer en materias doc
trinales relativas a la Religion y á la moral , esto qué cristiano,
qué hombre de seso lo puede soportar ? En esto bien han mani
festado los liberales católicos hallarse impregnados del mismo es
piritu revolucionario que anima y da vida al liberalismo racionalista;
puesto que convienen con estos impios en proclamar la revolucion
contra los actos de la autoridad eclesiástica que no son de su propio
agrado .
Los católicos no negamos ciertamente que en alguna determina
da nacion , por circunstancias accidentales , dignas de lástima y no
de alabanza , pueda ser permitido alguna vez por la autoridad civil
el ejercicio público de las falsas religiones. Lo que solamente nega
mos es que este culto pueda ser considerado como un bien absoluto,
como una cosa que en sí misma es buena y apetecible con abstrac
cion de todo tiempo y lugar , como un elemento esencial de toda
bien ordenada república. Esto es lo único que reprueba el Papa , y
lá falsedad de la doctrina por el condenada no puede ser más evi
dente . Porque el ejercicio público de las falsas religiones en sí mismo
es intrínsecamente malo y por su propia naturaleza induce á los
buenos á abandonar juntamente con el verdadero culto el camino
de la salvacion eterna . Y no hace esto solamente , sinó que ademas
es causa de que los hombres perversos proclamen doctrinas licen
ciosas , que forman la base de los cultos falsos y sirven de apoyo a
las costumbres depravadas de gente impía y descreida , como conti
nuamente lo estamos viendo en todos los ángulos del mundo civili
zado con la civilizacion moderna .
La autoridad civil , por consiguiente , no puede permitir jamás
estos cultos falsos , ni la libertad de hablar ó escribir públicamente
en su favor, sinó como se permite todo verdadero mal , cuya prohibi
cion traeria otros males a la sociedad mucho mayores todavía que
esas mismas libertades perversas . Las falsas religiones en una repú
blica son para los ciudadanos unas verdaderas casas de prostitucion
espiritual, donde se entrega la parte más noble y excelente del hom
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 877

bre , que es el alma , al padre de la mentira , y donde se fomentan


toda suerte de vicios con grave daño de la moralidad y no menor
peligro de la tranquilidad pública . Por consiguiente , de ninguna
manera es lícito considerarlas como un bien para la patria, sinó como
un verdadero y gravísimo mal , que solamente puede ser tolerado
cuando de pretender impedirlo se seguirian otros sumamente perni
ciosos. ¿ Quién sinó los licenciosos y libertinos afirmará jamás que
los garitos, los lupanares y otros mil focos de corrupcion con que
se pervierten las buenas costumbres en los Estados, son en sí mismos
verdaderos bienes para estos Estados ? Pues dígase oțro tanto de las
falsas religiones, las cuales no pueden ser consentidas en ninguna
bien ordenada república, sinó como se consienten todas esas cosas,
es decir , como un mal gravísimo que es preciso evitar cuanto se
pueda.
Bien advierten los liberales católicos la exactitud y verdad de este
razonamiento ; pero el deseo de gobernar á sus anchuras , sin ningun
género de trabas por parte de la autoridad eclesiástica , es el que les
mueve a proclamar su absurdo naturalismo político . Porque ¿ quién
puede ignorar que las acciones políticas y sociales en los hombres
que las ejecutan se hallan tan sujetas a las leyes de la moralidad
como otras cualesquiera ? La independencia de la razon en las ma
terias sociales es su ídolo ; quieren vivir sin freno en el gobierno de
los pueblos , como los racionalistas moderados gustan de discurrir
á su antojo en el campo de la humana filosofia . Mas cómo no ad
vierten que este apetito desordenado de la propia independencia es
cosa que la llevamos todos encerrada en las entrañas de nuestra
naturaleza corrompida , y que si ellos desean mandar en la repúbli
ca sin tener en lo espiritual un superior que censure la perversidad
de sus acciones , la plebe tambien á su vez suspirará; por sacudir el
yugo de la potestad política ? Los pueblos , al ver que sus gober
nantes desprecian osadamente los avisos de la autoridad eclesiásti
ca para hacer en la sociedad lo que mejor les pareciere, sin temor
de que nadie les reprenda ó de que diga ser nulas é injustas sus
acciones depravadas , imitan tambien á su vez el orgullo y licencia
de quien los manda , y proclaman atrevidos el derecho de rebe
lion , y gritan á todas horas contra el que es bastante afortunado
para llegar con sus artes al poder , y tienen así á la Europa entera
en un estado de agitacion continua , poniéndola en los bordes del
abismo .
De esta manera , por no querer las autoridades políticas someter
878 El Catolicismo y la ciencia

se á la suave direccion de la Iglesia en el uso de su soberanía, como


se lo manda Jesucristo, han venido los hombres á solevantar las
más bajas pasiones de la plebe , en términos que no hay ya persona
capaz de gobernarla sinó con el chasquido del látigo y con el brutal
derecho de la fuerza . Todo el mundo aspira á vivir libre de todo
freno que ponga coto á sus demasías . La autoridad es mirada con
desprecio por todos los hombres , porque se ha perdido en el ejer
cicio de la misma la idea de la legitimidad. Al derecho ha sucedido
la fuerza bruta , los representantes del poder público no tienen ya
otro código para gobernar que el del cañon y de las bayonetas , y
los pueblos no miran otro título para vivir sujetos á sus gobernantes
sinó la imposibilidad de levantarse contra ellos. Así , la tiranía por
parte de los unos y el furor y rabia por parte de los otros, han con .
vertido á las humanas sociedades en ciertas manadas de fieras , re
frenadas únicamente por el tremendo azote de quien con ojos ater
radores las domina . Se ha eliminado de la sociedad el elemento di
vino de la Religion , que estaba destinado á penetrar por todos sus
miembros y arterias, desde los más altos y sublimes hasta los más
bajos y rastreros , y á hacer de esta manera suave la dureza del
mando en los gobernantes , y dulce la amargura de la obediencia en
los gobernados . Con esto los vínculos sociales han experimentado
la relajacion consiguiente ; y puesta la sociedad en un estado de per
pétua convulsion y delirio , no presenta á los ojos de quien á la luz
de la fría razon la contempla sinó las agitaciones precursoras de la
muerte. ¿ Salvaráse de este horrendo cataclismo que la amenaza, sa
liendo de él victoriosa y dominando las iras furibundas de los nue
vos salvajes que alimenta en su seno ? Sólo Dios sabe lo que le está
reservado en los oscuros senos del porvenir. Lo que podemos , sí ,
asegurar con toda certeza y sin peligro de equivocarnos es, que , si
la sociedad ha de ser salva , esto no lo ha de conseguir continuando
la errada marcha con que locamente camina desde que se ha pre
sentado en el mundo el liberalismo con sus máximas subversivas,
esto es , haciendo la guerra á la verdadera Religion y apartándose
cada vez más y más de sus doctrinas salvadoras . La sociedad pre
sente no puede librarse de una universal disolucion que se le viene
encima, sino volviendo á hacer las paces con esta Religion sacrosan
ta y poniendo en práctica sus máximas saludables .
Políticos todos de la escuela liberal , jos reis de estos vaticinios?
jos obstinais en seguir repitiendo las tristes palabras que pronunció
aquel' in feliz griego de Constantinopla poco antes de ser tomada esta
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado . 879

ciudad por los turcos ? 1. A pesar de que veis ya la sociedad en las


garras de la Revolucion , persistís todavía en afirmar que preferis
las garras de esta bestia sangrienta á los brazos amorosos del Papa ?
Pues no lo dudeis ; la Revolucion os recibirá en sus brazos ; pero
será para estrujaros, arrancándoos vuestras riquezas y vuestras vi
das. Habeis logrado desprestigiar al clero despojándolo de sus bie
nes y hundiéndolo en la miseria para ser vosotros los únicos influ
yentes en la república. Con esto habeis conseguido colocaros solos
frente a frente de la Revolucion sin las armas poderosas de la Iglesia.
La Revolucion ahora os contempla orgullosa y esperael momento
propicio para echarse sobre vuestros bienes , esos bienes que habeis
arrancado tan malamente á la Iglesia . No son ya los clérigos lo que
busca la Revolucion , son vuestras haciendas y vuestro boato, los
cuales le dan en rostro, como á vosotros os le da el suave yugo de
la autoridad eclesiástica. Dios se compadezca de nosotros y nos li
bre de tantos males como amenazan á nuestra ilustrada Europa ,
abriendo los ojos á los que tan aficionados viven á las deletéreas
máximas del liberalismo , y arrancando de sus corazones las malas
concupiscencias que las engendran.
Digamos ahora , para concluir, dos palabras sobre el liberalismo
práctico. A veces se encuentran personas , y por desgracia hasta en
el mismo clero , las cuales , haciendo pública profesion de su fe y
confesando admitir sinceramente la doctrina de la Iglesia contenida
en el Syllabus y en la Encíclica Quanta cura , luego en la práctica
obran siempre como si fueran liberales. Las tales personas dan fun
dado motivo para sospechar que sólo de palabra renuncian al libe
ralismo , ó que á lo ménos lo acarician todavía en su ambicioso seno
como cosa que les gusta y de que pueden reportar algunos particu
lares bienes. No basta confesar con las palabras la doctrina católica ;
es preciso ademas que probemos con las obras que la tal confesion

1 Muy semejante á la judáica fué la ceguera de los griegos en rechazar la Religion


católica al tiempo mismo en que se hallaban acometidos por los musulmanes . Así, la
toma de Constantinopla fué tambien muy parecida á la de Jerusalen en los grandes
horrores que en esta última cometieron los soldados del ejército romano. El gran du
que Notáras, en medio de la multitud que se hallaba consternada con la vista de tan
infiel tendido alrededor de Constantinopla , se atrevió á gritar : Mds vale vivir bajo el
turbante que bajo la tiara . Tomada esta ciudad por el bárbaro Mahomet II , vió el in.
feliz lo que era vivir bajo el turbante , siendo degollado con sus dos hijos en la plaza
pública delante de todo el pueblo por una órden expresa de Mahomet. Constantinopla
perdió así su elevada cultura, y desde entonces acá su civilizacion ha quedado hundi
da en el fango mahometano.
880 El Catolicismo y la ciencia

es sincera , que sepamos despreciar por ella las grandezas y como


didades temporales, que no hagamos accion alguna por la cual po
damos ser justamente considerados como amigos de la civilizacion
moderna. De otra suerte con razon podremos temer aquella senten
cia de Cristo Nuestro Señor, dicha á un propósito semejante: No
todo el que dice : Señor, Señor , entrará en el reino de los cielos, sing
el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos ! . -Los
cristianos tenemos un criterio muy bụeno para conocer la sinceri
dad de este linaje de confesiones, como que nos lo ha dado el mis
mo Jesucristo . Por sus frutos ú obras , nos dice, los conocereis.
¿ Acaso , añade , se cogen was de los espinos ó higos de las zarsas ,
Así es que todo árbol bueno produce frutos buenos , y todo árbol malo:
da frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos , ni un
árbol malo darlos buenos. Todo árbol que no da - buen fruto ,-SETS
cortado y echado al fuego . Por sus frutos, pues, los podreis conocer *
Por tanto , mientras la conducta ordinaria de estas personas se
conforme con la de los liberales descubiertos , mientras en toda
cuestion práctica veamos á estos católicos dudosos ó cobardes co
locados en las filas liberalescas y opuestos a los que sin género de
duda abogan por la causa del Catolicismo ; con razon los podremos
tener por liberales prácticos, por fautores del liberalismo, y áun
por sospechosos de este error condenado por la Iglesia. La razon y
la fe y áun el mismo sentido comun nos mandan dar más crédito a
las obras que a las palabras.
Sin embargo , en una materia tan delicada como es la fe y todo
cuanto se halla intimamente ligado con los sagrados dogmas, debe
mos andar con muchísimo cuidado en no aplicar a personas particule
lares los ignominiosos calificativos de liberales ó semiliberales, o
cosas parecidas, por cualquier acto que , en nuestro juicio , parezca
ir contra los intereses de la Iglesia y favorecer las miras de la Re
volucion . No basta un acto cualquiera para juzgar de las ideas y de
las costumbres de una persona , sinó que es necesario un cierto
modo de obrar que forme hábito y revele la vida interior ordinaria
de la misma . Ademas , para llamar liberal á uno se debe mirar pri
mero por qué clase de principios se rige al poner en ejecucion las
acciones que á nosotros nos parecen menos convenientes. Quizás
esos principios no son máximas liberalescas, sinó meras'apreciacio

1 Idem, ibid . , 16-20.


2 Matth ., VII, 21.
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado . 881

nes de hechos actuales, en que padece alguna equivocacion inocente .


Quizás ni siquiera padece equivocacion clara y manifiesta en las
apreciaciones de estos hechos ; sinó que , permaneciendo entera
mente católico en el terreno de las ideas y abrigando en su pecho
ardentísimos deseos de servir á la Religion en la manera más adap
tada, se guia en las apreciaciones dichas por razones solamente pro
bables , creyendo que éstas son las más acertadas en tales momen
tos . En todos estos casos es preciso proceder con mucho tiento
para no faltar á la caridad , denigrando con nuestro intempestivo
celo la fama de personas sumamente respetables y cuya conducta
ha sido siempre francamente católica , porque fácilmente las pode
mos ofender gravemente con nuestros intemperantes dicterios.
Nuestra conducta en estas ocasiones ha de ser mesurada por extre
mo , esforzándonos en traer razones sólidas y concluyentes con que
hagamos ver al que piensa de una manera diversa de la nuestra lo
errado de sus juicios , y evitando con diligencia suma todo género
de injurias y de envenenadas sátiras que en nada han de mejorar el
estado de la causa católica , y sí manchar no poco la pureza de
nuestras almas.
Oigamos lo que con ' celestial sabiduría dice á este propósito el
sabio y prudente Pontifice Leon XIII en su notable carta dirigida á
los Arzobispos y Obispos de las provincias eclesiásticas de Milan ,
Turin y Vercelli , el dia 25 de Enero del año 1882. “ Hay en vuestras
provincias, escribe, periódicos cuyos redactores observan los prin
cipios de la verdad y del bien , y defienden valerosamente los sagra
dos derechos de la Iglesia y la majestad de la Sede Apostólica y
del Pontífice Romano . Éstos merecen los mayores elogios , y debe
hacerse lo posible no solamente para que tales escritores tengan apo
yo y favor, sinó para que se hallen tambien en todas partes muchos
que , como ellos , combatan los cotidianos ataques de los malos , y
compensen con la defensa del bien y de la Religion la licencia im
pune de tan grande parte de la prensa . Por esta razon más de una
vez hemos aprobado su buena intencion , y les hemos exhortado
vivamente á continuar sosteniendo con sus escritos la verdad y la
justicia , y á no dejarse desmayar jamás en la empresa.
Mas en causa tan grave y tan noble conviene emplear igual
mente un género noble y grave de defensa, más allá del cual no se
debe pasar. Cierto que para aquellos que diariamente defienden con
la pluma la causa de la Iglesia católica es bello el franco é intrépido
' amor de la verdad ; pero es, no obstante , menester que ellos mismos
56
882 El Catolicismo y la ciencia

se guarden de todo lo que racionalmente pueda desagradar á un


hombre honrado , y que no se aparten jamás de la moderacion , que
debe ser compañera de todas las virtudes . En este punto , ningun
hombre prudente querrá aprobar la excesiva vehemencia del estilo,
ó el suscitar con demasiada ligereza sospechas contra alguno , ú otra
cosa que aparte de la justa reverencia y de los miramientos debidos
á las personas .
Tenga , ante todo , la prensa católica como sacrosanto el nom
bre de los Obispos , los cuales , puestos en alto como están en el
órden jerárquico , deben ser respetados en razon de su grado . Y en
orden á las resoluciones tomadas por los sagrados Pastores en vir.
tud de su propio ministerio , no se crea que es lícito á las personas
privadas hacerse sus jueces ; porque de esto nacerían sin duda gran
des desórdenes y confusion insoportable. Y este respeto , que es un
deber en todos , en la prensa católica debe ser patente y ejemplar
Porque los periódicos , hechos precisamente para ser difundidos con
profusion , pasan diariamente por las manos de todos , y no es pe
queña la influencia que tienen sobre las opiniones y sobre las cos
tumbres de las muchedumbres , '. Hasta aquí las palabras de
Carta . En igual forma se ha expresado posteriormente repetidas
veces en varios documentos oficiales.
Sin embargo , el temor de ofender á las sobredichas personas no
ha de ser bastante á impedirnos defender con teson y entusiasmo
lo que tenemos por más verdadero y por mas conducente al triunfo
de la Religion católica , principalmente si vemos que se halla con
nosotros la parte más sana y más entendida de la Iglesia. La causa
del Catolicismo está muy por encima de cuanto puede pertenecer a
un particular cualquiera . Guardando la caridad que debemos a nuestros
hermanos , ninguno puede tachar racionalmente nuestra conducta
porque con nuestras doctrinas y acciones nos pongamos en el pun
to más apartado del lugar donde habita la Revolucion ; ántes ésta
debe ser la gloria de todo católico ferviente : oponerse de extremo
á extremo , y cuanto le sea posible , á las ponzoñozas tendencias del
liberalismo . De esta suerte , ademas de defender valerosamente la
causa católica , tendremos la gran ventaja de no caer en las redes
que con tanta "astucia suele tender esta pestífera secta á los incautos .

Carta de Nuestro Santísimu Padre Leon XIII á los Arzobispos y Obispos de las
provincias eclesiásticas de Milan, Turin y Vercelli , segun se halla traducida á nues
tra lengua en El Siglo Futuro en el número de 31 de Enero de 1882 .
en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. 883

Vivimos en unos tiempos tan peligrosos , que la herejía liberal in


vade y penetra todo , emponzoñándolo con su mortífero aliento .
Nunca como en nuestra época se ha palpado la verdad de aquel
solemne vaticinio de nuestro adorable Salvador , segun el cual en el
fin de los tiempos , cuando se haya manifestado al mundo el Hijo
de perdicion y el Hombre del pecado , han de correr grande riesgo
hasta los cristianos más fervorosos. Nuestros días son los que más
se asemejan á los tremendos del Anticristo , que todavía están por
venir : el peligro que en ellos corremos de ser engañados por las
máximas fascinadoras del liberalismo es inmenso . Qué hemos, pues,
de hacer para librarnos de sus insidiosos ataques , sinó oponernos
diametralmente á él en todo cuanto enseña y practica ?
Sigamos esta conducta y así podemos estar seguros de que con
nuestros actos servimos a la Religion , y de que al mismo tiempo
lograremos no ser devorados por esa fiera . Para saber cómo hemos
de combatir al liberalismo, tanto práctico como doctrinal, miremos
con gran diligencia la manera de pensar y de obrar que tiene el
Papa y el Episcopado en toda la Iglesia universal , y qué es lo que
dice y hace la parte más sana de los fieles en cuya nacion vivimos.
Si todavía con esto quedamos confusos y perplejos, por no ver cla
ramente á dónde se inclina la Iglesia , y qué es lo que piensan los
católicos más puros , busquemos el juicio de personas virtuosas y
entendidas , en cuya reconocida probidad y en cuya indubitable
ciencia , así práctica de las cosas del mundo , como especulativa de

Es . las cosas de Dios , podamos descansar con seguridad entera . Estas


serán tanto mejores para este propósito, cuanto , conociendo perfec
tamente los dogmas católicos , y brillando con el esplendor de sus
virtudes , se hallen por una parte más apartadas de la política, que
es fuente de erróneos y apasionados juicios , y vivan por otra más
entregadas al servicio de Dios y ayuda de los prójimos. De esta
suerte su consejo será seguro , y podremos pelear con acierto contra
la terrible hidra del liberalismo las batallas de nuestra Religion sa
crosanta.
Esto escribíamos en 1882 , cuando se acababa de establecer en
nuestra patria la union católica , causadora de tantas desuniones en
tre los católicos , cuando nuestras cosas religiosas andaban muy tur
bias y revueltas , cuando personas sumamente piadosas é ilustradas
y animadas de la más sana intencion no veian todavía claro en la
manera de defender la Iglesia. Posteriormente los sucesos han ido
purificando poco a poco la atmósfera; los famosos Casos de concien
884 El Catolicismo y la ciencia , etc.

cia sobre el Liberalismo, del profesor P. V.; la hermosa Carta pas


toral de los prelados de la provincia eclesiástica de Burgos y la no
ménos excelente de los Sres . Obispos del Ecuador, dirigida contra
el liberalismo , han arrojado mucha luz sobre esta materia. Pero lo
que ha acabado de aclarar la cuestion ha sido el documento recien
temente emanado de Roma con ocasion de la denuncia del precio
so libro del Sr. Sardá y Salvany, El liberalismo es pecado, presen
tada a la Sagrada Congregacion del Índice por los que pretendian
ver en el manifiestos errores . En la actualidad, los que todavía per
sistan en defender que no todo liberalismo es malo y dañino, sinó
que antes bien hay un cierto liberalismo lícito y honesto, como si el
liberalismo sólo pudiera estar en un cierto orden de ideas y no en
la política ni en el orden de los hechos , darán muestras muy claras
de estar muy arrimados á su propio parecer y de ser hijos muy poco
obedientes de la Iglesia. Al ver los elogios que la Sagrada Congre
gacion del Índice prodiga al citado libro del sabio y virtuoso serior
Sardá y Salvany, ningun católico amante de su Religion podra
dejar de hacer suyas las siguientes palabras del Ilmo . Sr. Obispo
de Tarazona : “ Ya no hay confusion , gracias a Dios, porque noch
ben dudas , ni interpretaciones , ni tergiversaciones, ni recursos ima
ginarios, ni mucho menos retóricas que sólo sirven , despues de ha
ber hablado la Sagrada Congregacion, para patentizar más y más
hasta dónde llega la soberbia humana , ' .

1 Carta del Ilmo , Sr. D. Cosme Marrodan , Obispo de Tarrazona , á sus fieles, pu
blicada en el Boletín eclesiástico de la Diócesis, con fecha del 26 de Marzo de 1887,
anunciándoles la decision de la Sagrada Congregacion del Índice sobre el citado libro
del Sr. Sardá y Salvany.
Pueden verse sobre esta materia , entre otros , los libros siguientes : Suares, Defen
sio fidei catholicae, lib. 111 ; Liberatore , La Chiesa e lo Stato ; Keller, L'Encyclique du
8 Décembre de 1864 et les principes de 1789 ; el P. At , Le vrais et le faus en matiere
1874;
doutorité et de liberté d'après la doctrine du Syllabus , troisième édition , Tours ,
D. Gabino Tejado, El Catolicismo liberal; Valdegamas , Ensayo sobre el Catolicismo,
el liberalismo y el socialismo, considerados en sus principios fundamentales, y finalmen
te la obra intitulada : Casus conscientiae his praesertim temporibus accommodati prespasi
ti ac resoluti cura et studio P. V. , Moralis Theologiae Professoris.
CAPÍTULO XXXVIII
d

i
IMPOSIBILIDAD ABSOLUTA DE CONFLICTO ALGUNO ENTRE
EL CATOLICISMO Y LA VERDADERA CIENCIA .

o que llevamos dicho en el discurso de esta obra sería más


que suficiente para dejar evidenciada la tésis que con ella
nos hemos propuesto demostrar en órden á la imposibili
dad de conflicto alguno entre la verdadera Religion de Jesucristo y
C

la justamente llamada ciencia. Hemos recorrido, en efecto , aunque


no con la detencion debida á la importancia de la materia , los puntos
más culminantes de la ciencia , donde se reunen como en otros tantos
focos luminosos las verdades todas de la filosofía . En los tres gran
des objetos del saber humano , Dios , el mundo y el hombre , hemos
comparado las doctrinas capitales de la ciencia con las enseñanzas
del Catolicismo ; y , lejos de hallar oposicion alguna entre aquélla y
éste , hemos demostrado en cada uno de dichos ramos , que el con
flicto entre la verdadera ciencia y el Catolicismo , blanco de los ata
ques del autor de Los conflictos, es de todo punto imposible .
Sin embargo , para que la demostracion sea más completa y no
deje ni siquiera sombra de duda a quien con ánimo desapasionado
quiera contemplar la verdad de la Religion católica, vamos á probar
de otra manera compendiada en este último capítulo la imposibilidad
absoluta de todo conflicto entre los dos objetos indicados .
Claro está que para hacer esta comparacion en una forma con
veniente , poniendo al uno enfrente del otro en toda la plenitud de
sus particulares esencias , fuerza será que sigamos un camino ente
ramente opuesto al que hemos llevado hasta el presente . El racio
cinio encerrado en la colectividad de los capítulos que dejamos es
critos es el siguiente : No puede haber oposicion alguna entre el Ca
tolicismo y la verdadera ciencia , porque no la puede haber en ninguna
886 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

de sus respectivas partes. El que ahora intentamos desarrollar pre


senta una forma enteramente inversa ; porque , así como aquel prime
ro sube de las partes al todo , así este segundo, por el contrario, des.
ciende del todo á las partes , concluyendo de este modo : No puede
existir jamás conflicto alguno entre las doctrinas del Catolicismo s
las de la verdadera ciencia , porque tanto la esencia de aquel como
la de esta consisten en no encerrar dentro de si otra cosa que purisi
más verdades .
Para llevar a cabo nuestro propósito bastará que consideremos la
esencia del Catolicismo ; pues , por lo que hace á la ciencia , nadie
negará que su condicion propia y esencial es no contener en su inte
rior sinó verdad sin mezcla de error alguno . La ciencia , segun lo
dejamos observado ya más arriba , no puede ser confundida con las
meras opiniones , más ménos fundadas ; es un conocimiento claro
de verdades reales y macizas , obtenido con la evidencia de los dis
cursos . En las opiniones puede haber error , y le hay de hecho mu
chísimas veces ; en la verdadera ciencia no puede existir jamas,
porque la evidencia no es capaz de producir otra clase de conoci
mientos , sinó los verdaderos ó sea conformes á la realidad de las
cosas . Veamos , pues , cuál es la esencia del Catolicismo . En todo el
no es posible hallar otra cosa más que verdad purísima é inmacula.
da sin mezcla del más mínimo error que lo apesgue ó empezca.
Dos razones incontrastables nos patentizan lo verdadero y exacto
de esta proposicion. La primera se halla en el divino origen del Ca
tolicismo, la segunda en el don de la infalibilidad concedido por
Dios á la Iglesia católica en órden á la enseñanza de las verdades
que pertenecen á la salvacion eterna. Digamos algo acerca de estas
dos razones , siquiera sea con brevedad suma , y apuntando mas bien
los fundamentos en que se apoyan , que desenvolviendo detenida
mente todo su contenido conforme lo exigiria la dignidad del asunto.
Si más quisiéramos hacer, este trabajo nos conduciria á reflexione:
demasiado prolijas , y es necesario poner alguna vez término á estas
páginas que se van ya extendiendo mucho más allá de lo que en un
principio nos habíamos propuesto .

PRIMERA RAZON .

El Catolicismo es una Religion divina y por consiguiente verdi


dera porque Dios no revela sino verdades. ¿ Tendremos necesidad
de decir ni siquiera una sola palabra para demostrar este nuestro
entre el Catolicismo y ia verdadera ciencia . 887

aserto , despues de lo que dejamos escrito sobre este asunto en los


capítulos anteriores ? En ellos queda evidenciado que la Religion de
Jesucristo tiene un origen verdaderamente divino , y que sus dogmas
han sido revelados por el mismo Dios . ¿ Y cuál es esta Religion de
Jesucristo sinó la católica , a quien corresponde la gloria de descender
de los mismos Apóstoles, y que es la única en presentar ante la faz
del mundo las notas distintivas de la Esposa del Cordero ?
Cierto que las sectas disidentes pretenden pertenecer tambien á
la Iglesia de Jesucristo , despues de haber intentado temerariamente
desgarrar su manto inmaculado é inconsútil con sus herejías y re
beliones sediciosas . Pero sus pretensiones no pueden ser más vanas
ni más contrarias á la verdad . ¿ Dónde aparecen en estas sectas las .
señales características de la Iglesia de Jesucristo , para que nos sea
permitido ver en ellas las acciones sobrenaturales del soberano
Espíritu que las rige y gobierna, animándolas con el soplo de su
divina gracia , y sosteniéndolas con su mano poderosa para que no
prevalezcan contra ellas las puertas del infierno ? Pueden mostrar
nos las referidas sectas ni siquiera uno de estos caractéres ? Sabe
mos , así por la Sagrada Escritura como por la perpetua y constante
tradicion transmitida desde los primeros Apóstoles hasta los tiem
pos de Lutero , que las notas propias y peculiares de la verdadera
Iglesia son la unidad en el régimen y en la doctrina , la santidad en
su manera de profesarla y defenderla contra los ataques del infier
no , la catolicidad en el hallarse difundida por todo el mundo , lle
nando todos los ámbitos de la tierra con la grandesa de su gloria,
su apostolicidad finalmente en la série no interrumpida de sus pas
tores , enviados por Jesucristo á regirla y gobernarla en su nombre
con la enseñanza de su celestial doctrina y con el ejercicio de su au
toridad divina derivada hasta ellos por medio de los Apóstoles.
¿ Dónde están , pues , semejantes notas en las sectas disidentes .
¿ Cómo puede darse en ellas unidad de régimen , cuando su princi
pio fundamental es que cada cristiano se arregle en las cosas de la
Religion como mejor le parezca , sin tener otro vínculo de union
con los demas sinó el que por su propio antojo se escogiere ? ¿ Cómo
puede haber en ellas unidad de doctrina religiosa , cuando con difi
cultad se hallarán dos hombres en cualquiera de sus comuniones que
piensen de una misma manera , regidos como están todos ellos por
el puro individualismo de su razon privada , para forjarse cada uno
la religion á su modo , hallando lo que le acomoda en la lectura de
la Biblia ?
888 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

En vano opondrán á esto los protestantes que no les falta tam


poco á ellos su unidad . Porque esta unidad que tienen algunos de
ellos con sus presbíteros y obispos es enteramente facticia ; nadie
tiene obligacion de pertenecer á ella ; no es unidad de derecho , sinó
de hecho ; ni difiere sustancialmente de la que pueden tener varios
músicos , que quieran juntarse en uno por su libre y espontánea vo
luntad para ayudarse mútuamente en el ejercicio de su arte . Quien
para vivir á su antojo , sin motivo alguno razonable que lo justifi
que , se ha levantado contra su legítimo superior, el Vicario de Je
sucristo , lanzando el grito de rebelion , y proclamando á la faz del
mundo la absoluta. independencia de toda persona humana en las
cosas espirituales , ¿ con qué derecho podrá imponer despues el yugo
de su autoridad á cristiano alguno de la tierra ?
Con el mismo derecho con que se levantó el fundador del angli
canismo contra la Iglesia católica , cuyo súbdito era y cuyos manda
tos habia ántes obedecido , se puede tambien levantar contra los
obispos de Inglaterra el más infimo de sus adeptos,y fundar contra
ellos otra nueva iglesia . Al protestar contra ellos y proclamar su
propia independencia , no hará más que repetir el mismo grito de
rebelion que sus antecesores alzaron para separarse del centro de
la cristiandad y formar una iglesia separada . Si pues permanece
unido á ellos , es porque quiere simplemente , no porque tenga obli
gacion de hacerlo : forma unidad de hecho, mas no de derecho. Pero
semejante unidad no es la de la Iglesia de Jesucristo , porque unidad
de hecho la tienen tambien los ladrones y aun los mismos demo
nios. La unidad de la verdadera Iglesia ha de ser, no solo de hecho.
sinó tambien de derecho, ó sea obligatoria ; porque su divino Fun
dador ha querido que todos los fieles vivan unidos en un solo redil
y bajo la obediencia de un mismo pastor y jefe visible , que es su
Vicario , el sucesor de Pedro . Fuera de que la infinidad de agrupa
ciones que , segun el sistema anglicano , se podrian formar en la
Iglesia , enteramente independientes las unas de las otras, destruye
por completo la unidad determinada por Jesucristo . Porque de esta
manera la Iglesia será una , como es una la Europa , ó el Asia , ó la
América , no constituyendo un solo reino de Dios , sinó una infinita
multitud de reinos diminutos , que se odian y persiguen sin tregua
ni descanso .
Otro tanto se diga de los cismáticos griegos : el patriarcado de
Constantinopla no es sinó una simple creacion de la Iglesia romana,
ni se remonta más arriba en la série de los siglos que la época de
"} 889
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia .

Constantino . En sus primeros tiempos ni siquiera tenia el segundo


lugar en la Iglesia, sinó el último absolutamente . El primer patriar
cado del mundo estaba en Roma por hallarse allí la Sede de San
Pedro, el cual había sido nombrado por Jesucristo Jefe y Cabeza de
la universal Iglesia con la obligacion de transmitir este mismo oficio
á sus sucesores, para que en la Cátedra por él fundada se hallase
siempre el centro de unidad hasta la consumacion de los siglos . El
segundo se hallaba en Alejandría, por haber sido creada aquella
iglesia por el evangelista San Marcos , enviado á aquellas partes
desde Roma por el principe de los Apóstoles . El tercero lo gozaba
Antioquía , en atencion á que allí había tenido San Pedro su cátedra
hasta que la trasladó a Roma para fijarla en ella definitivamente. El
cuarto pertenecía á Jerusalen á causa de haber dado el Salvador
junto a sus puertas la vida por la redencion del mundo, y porque
el primer obispo de aquella ciudad fué Santiago , emparentado con
nuestro Señor Jesucristo . El último , finalmente , era el de Constan
tinopla, muy posterior en el orden del tiempo a todos los otros , y
erigido por la Sede romana para honrar la nueva corte del imperio,
De aquí és que en los principios fué muy reducido : despues fué
extendiendo poco a poco su dominacion , merced á las concesiones
de los Romanos Pontífices. Quiso obtener , pasado algun tiempo , el
segundo lugar en la Iglesia despues de la Sede de San Pedro ; pero
los Papas no lo consintieron , hasta que más tarde , y corriendo los
años, uno de estos Papas vino en concedérselo . Asi permaneció uni
da la sede de Constantinopla á la de Roma ; y reconoció por largos
años su jurisdiccion universal , acudiendo á ella en sus necesidades ,
у obedeciendo como todas las demas iglesias á sus espirituales man
datos . Su soberbia, sin embargo , la llevó á hacer varias tentativas
para sacudir este yugo , que humillaba mucho su arrogancia; y al
fin rompió definitivamente con la Iglesia romana, merced á los ma
nejos y artificios del ambicioso Focio . Este tambien en un principio ,
lo mismo que Lutero en Alemania , reconoció públicamente , antes
de alzarse en rebelion abierta contra el Vicario de Jesucristo, el ori
gen divino del primado transmitido por medio de San Pedro á los
obispos de Roma . Por donde se advierte que , por confesion de los
mismos autores de la revolucion religiosa producida en Constanti
nopla, Alemania é Inglaterra, cuales son Focio, Lutero y Enri
que VIII , en la Cátedra romana es donde se encuentra el centro de
unidad de toda la Iglesia , por poseer ella los mismos derechos de San
Pedro . Para que se vea que , si estos herejes rompieron despues la
890 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

unidad y proclamaron la revolucion , esto no tuvo origen en otra


cosa sinó en los vicios y orgullo que a todos ellos los dominaban .
Y si de la unidad pasamos á la santidad , que en todos tiempos
debe ser uno de los distintivos más principales de la verdadera Igle
sia , hallaremos que este atributo falta por completo en las sectas
separadas. Las doctrinas profesadas por ellas son horribles é inca
paces de hallarse juntas con la santidad verdadera. Conocido es
aquel tan famoso dicho de Lutero , que resume en pocas palabras
toda su doctrina en órden á las cosas de la gracia . “ Crede firmiter
et pecca fortiter, „ cree firmemente y peca fuertemente, decia aquel
fraile corrompido . Y para poner en práctica su doctrina , y dar al
mismo tiempo á sus secuaces ejemplos de lo que debian hacer , se
unió públicamente en torpe concubinato con una monja , violando
ambos el voto solemne de castidad que habian hecho al Señor de
cielos y tierra . Sólo este principio detestable , comun á todos los
proclamadores de la reforma, bastaba para introducir en el mundo
la disolucion de costumbres más espantosa. Diciendo a todo cristia
no que para ser justos y amigos de Dios les basta creer firmemente
en Jesucristo, y que con esta fe ningun pecado les puede hacer dano.
antes por el contrario mucho provecho , ¿ qué barrera habrá que se
oponga al torrente de las malas pasiones, que nunca faltan en los
hombres ? ¿ Qué sociedad puede subsistir con esta doctrina brutal
licenciosa :
¡ Y esto era lo que llamaron reforma los libidinosos protestantes,
encenagados en sus abominables torpezas! Hasta Lutero siempre se
habia entendido por la palabra reforma un método de vida más es
piritual y más abstraido de los sentidos; nunca se habia creido que
reformar una casa ó un reino fuese soltar la rienda á las pasiones
más bajas y vergonzosas de los domésticos ó de los ciudadanos. El
fraile impuro juzgó conveniente obrar de otra manera , y llamó re
forma al desenfreno más ignominioso. Desde entonces aprendieron
sus secuaces á cambiar hipócritamente el sentido de las palabras
para mejor alucinar á los incautos. A la irreligion é incredulidad dié
ronles a fines del siglo pasado los descendientes del Fraile Apósta
ta el pomposo nombre de Filosofia ; y á la religion los ominosos apo
dos de fanatismo y supersticion ; al libertinaje lo bautizaron con el
halagueño de libertad, y así sucesivamente. En el nuestro los parti
darios del naturalismo político , siguiendo las huellas de su gran pa
dre el heresiarca Lutero , han apellidado liberales á cuantos , atro
pellando con el sétimo precepto del Decálogo , se apoderan sin
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 891

escrúpulo de los bienes de la Iglesia , siendo así que liberal en los


tiempos pasados no habia sido llamado nunca sinó el que se mos
traba generoso en repartir de lo suyo a los demas .
Así entendian los protestantes la reforma ; así santificaban la Igle
sia ; así la depuraban de su escoria para plantar en ella el gérmen
precioso de la virtud . La tendencia de los reformistas hacia los ba
jos instintos fué tan marcada , que el mismo Erasmo , con toda su
aficion a las ideas por ellos proclamadas , no pudo menos de notar
la , diciendo en su estilo zumbon y burlesco que todas las empresas
protestantes acababan siempre , como las comedias, por un casorio .
Y no se crea que fué Lutero solamente el que ofreció al mundo
el escándalo de una vida licenciosa . Las torpezas de Calvino son
más para calladas que para nombradas siquiera , y la deshonesta y
desenfrenada vida de Enrique VIII de Inglaterra es conocida de
todo el mundo . Tal fué la santidad de la trinidad reformista , de
donde ha tomado origen toda la innumerable multitud de sectas
anticatólicas denominadas con el revolucionario nombre de protes
tantes . En las tres cabezas del protestantismo el orgullo y la obsceni
dad de la vida fueron las dos principales causas que obraron para el
rompimiento con la Iglesia . ¡ Y luégo nos vienen ahora los sectarios
diciendo que su religion es más praporcionada para las buenas cos
tumbres que el catolicismo ! Los que tienen por principio fundamen
tal de su fe el “ Crede firmiter et pecca fortiter , „ cree firmemente y
peca cuanto puedas, éstos pueden hablar sin vergüenza de buenas
costumbres ? ¿ El protestantismo más apto que la Religion católica
para la pureza de las costumbres ? Si ; que los que abandonan nues
tra sagrada religion para pasarse al protestantismo lo hacen con el
objeto de ser más santos y perfectos, y no para vivir sin freno y á
sus anchuras ; y los que vienen del protestantismo á nuestras filas
buscan en la profesion de la fe católica el desenfreno de sus pasio
nes . Porque el protestantismo es una religion más santa que la nues
tra se pasan sin duda á ella los católicos á la hora de la muerte , 110
sucediendo esto jamás con los protestantes respecto de la Religion
católica . ¿ Cuándo se ha visto jamás este fenómeno , despues que el
protestantismo está inficionando con su hálito ponzoñoso toda la
redondez de la tierra . Muchos protestantes se han convertido á
nuestra sagrada Religion , llegada la hora de su muerte , para con
seguir su salvacion eterna ; pero de pocos católicos se contará que
hayan hecho otro tanto , pasándose al protestantismo en esa hora .
tremenda con el fin de hallarse más seguros ante el tribunal divino .
892 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

Aun en vida y en perfecta salud , ¿ quién abandona el Catolicismo y


comienza a ser protestante por otro motivo que por adquirir alguna
utilidad material en este mundo ? Bien necio habia de ser por cierto
el que por amor de la santidad y de la perfeccion abandonase la
Religion católica , y se abrazase con alguna secta protestante.
Y no es sólo el referido principio de creer mucho y pecar mas el
que forma una de las bases principales de todas las herejías refor
mistas : ademas de éste hay otro comun tambien a todas ellas , y tan
inmoral y detestable como el primero . Este principio es el de que
la gracia de Dios quita al hombre el libre albedrío para obrar el
bien , así como la instigacion del demonio se lo quita tambien para
obrar el mal . De modo , que en la doctrina protestante el hombre
es una pura máquina en materia de moralidad ; si el diablo le empu
ja á un lado , hacia él es arrastrado sin libertad alguna ; y si es Dios
quien le mueve , esto mismo sucede con respecto al bien .
· La humana naturaleza , dice Lutero en el libro que compuso
con el título del El albedrío esclavo , está puesta en medio como u
jumento. Si se sienta en ella Satanás , quiere y va á donde quiere
Satanás: si se sienta en ella Dios , quiere y va á donde quiere Dios ,
Y Calvino , en el libro segundo de sus Institutiones, cap. m , par. 10,
escribe : “ Dios mueve la voluntad , no como se ha enseñado y creido
por espacio de muchos siglos ; de modo que á nuestra eleccion pero
tenezca despues obedecer ó resistir a la mocion , etc. , 2.
Con tan abominable doctrina , claro está que no puede subsistir la
moralidad entre los hombres . Introducido por ella el fatalismo mu
sulman , ninguno queda dueño ni responsable de sus propios actos.
Si obra el bien , es porque la fatalidad le impele á ello ; y siobra e
mal , es porque le arrastra á la iniquidad una fuerza superior á que
él no puede resistir . Desaparece aquí toda especie de lucha contra
los malos instintos por parte del hombre ; cuando éstos instigan y
solicitan al mal , es fuerza rendirse á ellos . Porque no son sinó los
aguijones del diablo , que entonces está sentado sobre el alma , do
minándola y llevándola por el camino que se le antoja , como lleva
el jinete á su caballo .

I “ Humana voluntas in medio posita est ceu jumentum . Si insederit Satao , vul
et vadit quo vult Satan . Si insederit Deus, vult et vadit quo vult Deus. - ( Luther ., de
servo arbitrio .)
2 « Voluntatem movet ( Deus ), non qualiter multis saeculis traditum est excret
ditum , ut nostrae postea sit electionis motioni aut obtemperare aut refragari.> Caly
lib , ii Inst. , cap. III , pár . 10. )
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 893

Y á este fatalismo de las acciones presentes hacen seguir Lutero


y Calvino otro fatalismo de nuestra suerte futura despues de la
muerte ; porque ambos enseñan que á unos los ha criado Dios para
llevárselos a la gloria , y á otros para que sirvan de leña en el infier
no . De manera que al hombre, en la horrible y desgarradora doc
trina de estos sectarios, no le queda otro recurso en esta vida sinó
dejarse llevar como materia inerte de la corriente fatal, que le arre
bata para precipitarlo en el lugar de su destino .
Con tan horrendos principios de moral nada tiene de extraño el
que los protestantes hayan hecho cosas por extremo lamentables en
materia de honestidad . La maravilla está en cómo todos ellos no
han hecho lo mismo . A veces se notan personas morigeradas entre
ellos ; pero , bien es preciso advertirlo , esta moderacion no se debe
en manera alguna á los principios religiosos reinantes en su secta .
A guiarse por ellos , debieran todos ser inmorales en extremo , y no
hacer otra cosa sinó seguir ciegamente los bajos instintos de la carne .
Pero en muchos puede más el sentido comun que las falsas teorías
de sus maestros ; ó bien reina una profunda ignorancia de ellas , no
guiándose los tales , en consecuencia , sinó por los impulsos de su
corazon naturalmente honesto . Esto mismo sucedia en la antigüedad
á algunos paganos ; tanto los unos como los otros han poseido y
poseen algunas virtudes morales y políticas ; pero siendo con esto
mejores que la religion por ellos profesada, son buenos , no por su
religion, sinó á pesar de ella. Es decir , que las sectas protestantes
carecen del atributo esencial a toda religion verdadera , del atributo
de la santidad , como carecian las religiones paganas; y poseen el
enteramente opuesto , el de la inmoralidad , señal manifiesta de que
tienen todas ellas por padre , no al Dios bueno y santo de los cris
tianos, sinó al diablo , jefe perverso de los malvados .
Y esta falta de santidad aparece , no sólo en los dos principios
citados de la doctrina protestante , sinó tambien en el que es la
base fundamental de ellos y de todos los demas que les puedan
pertenecer. Porque el principio fundamental del protestantismo es,
como el mismo nombre lo indica , protestar contra toda autoridad
y magisterio en materias religiosas. A guiarse por él los protestan
tes, no debieran tener pastores ni doctores, y ninguno debiera osar
entre ellos decir una sola palabra para dirigir á los demas . Cada pro
testante debe tener su Biblia y aprender en ella las cosas de la sal
vacion eterna por sí solo y sin mezcla de magisterio humano ; sepa
ó no leer, tenga ó no dinero para comprarla , esté cierto ó dudoso
894 Im posibilidad absoluta de conflicto alguno

de que es legitima la version del original a su lengua nativa , con


otra multitud de cosas que , con dificultad , puede saber un hombre
despues de haber estudiado mucho. Armado de su Biblia y acom
panado del único maestro que Dios le ha dado para que le guie en
el camino de su salvacion, debe desechar todo magisterio humano ,
el cual ya no es pura palabra de Dios , y desatender todo otro con
sejo ó mandato que no sea el de su propia razon individual . Asi ,
para seguir el principio fundamental de su religion , debe ir el pro
testante contra la ordenacion divina que dispone haya en la Iglesia
de Jesucristo pastores , doctores y prepósitos, á cuyas enseñanzas,
amonestaciones y mandatos estén sujetos los fieles, para que de esta
manera no sean llevados alrededor de todo viento de doctrina , antes
crezcan en perfeccion unidos firmemente entre sí , y formando un
solo cuerpo compacto por toda juntura !. Al erigir el protestantis
mo á cada uno en rey independiente de toda autoridad en materia
religiosa , lo impele y arrastra al individualismo absoluto , tendiendo
en su consecuencia á producir en el mundo la disolucion plena y
completa de todo el cuerpo social religioso fundado por Nuestro
Señor Jesucristo .
No aparece ménos clara por cierto la ausencia de este divino ca
rácter en el protestantismo , si ponemos los ojos en la falta comple
ta de todas las señales externas de santidad que , como sabemos,
han de distinguir siempre a la verdadera Esposa de Jesucristo , se
parandola de todas y cada una de las sectas falsamente llamadas
cristianas . Como la Iglesia es el cuerpo místico de Jesucristo , y la
Esposa inmaculada del Espíritu Santo , naturalmente ha de estar
adornada de dones y carismas tales , que la distingan con plena evi
dencia de las que , dándose á sí mismas vanamente estos mismos
títulos, no son en realidad sinó verdaderos abortos del Infierno. De
otra suerte no manifestaria Dios tener mayor afecto y cariño á su
Hija muy querida , que a las falsas y supuestas , no condecorándola
amorosamente con la hermosa librea que corresponde a los que vi
ven unidos con Él en'amistad estrecha . Ahora bien , estas gracias y
carismas no consisten en otra cosa sinó en la fecundidad por una
parte para formar verdaderos y grandes Santos dentro de su seno ,
y para procrear muchos hijos á Jesucristo por medio de la predica
cion evangélica en tierras de inſeles , y por otra en el don perenne
de los milagros con que manifieste el Espiritu Santo estar dentro de

1 Ephes ., iv , 11•14 .
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 895

ella , animándola y vivificándola , y llenándola a la faz de todo el


mundo de la gloria y esplendor de santidad que corresponde á su
verdadera Esposa .
¿ Dónde aparecen , pues , estos dones y carismas en ninguna de las
sectas protestantes ? Despues que se han separado del Catolicismo ,
¿ qué varones esclarecidos por su santidad y milagros han presenta
do en su seno , para poder decir con verdad que en ellas habita el
espíritu de Jesucristo ? Los milagros de los primeros fundadores
todo el mundo los conoce ; aquellos hombres obscenos no presenta
ron otros milagros que los de la liviandad y de la carne . Sin duda
se propusieron imitar á Mahoma ; quien , viéndose incapaz de hacer
los , apeló al recurso de afirmar que su religion no se habia de ex
tender con prodigios del cielo , sinó á fuego y sangre , llevando la
guerra a todo el mundo.
Sabido es el dicho de Erasmo a este propósito . Decia de aquellos
primeros fundadores con muchísima gracia y verdad , que ni siquie
ra habian podido sanar á un caballo cojo , para probar con un mila
gro la divinidad de su mision . Y por lo que mira á sus hijos y des
cendientes , todos ellos han afectado siempre tener un alto desprecio
con respecto á esta clase de efectos. ¡ Como si el Fundador del
Cristianismo hubiese apelado á otro género de pruebas que las de
sus milagros para probar a los judíos su mision divina ! Si no hu
biera venido , decia nuestro adorable Salvador hablando de los ju
dios con sus discípulos , ni les hubiera hablado , no tendrian pecado ;
mas ahora no tienen excusa de su pecado . El que me aborrece ,
tambien aborrece á mi Padre . Si no hubiese hecho entre ellos obras
que ninguno otro ha hecho , no tendrian pecado: mas ahora , y las
han visto y me aborrecen á mí y á mi Padre 1. Y á los discípulos de
San Juan Bautista , que de parte de su Maestro habian ido á pregun
tarle quién era , les respondió : “ Id y contad á Juan lo que habeis
oido y visto . Los ciegos ven , los cojos andan , los leprosos son lim
piados , los sordos oyen , los muertos resucitan , y. á los pobres les
es anunciado el Evangelio ,, ? . Afectan los miserables este desprecio,
porque son incapaces de hacer milagro alguno . De aquí el que
apelen al recurso de sus padres , al de Mahoma , al de la zorra de
la fábula .
¿ Y qué diremos de su fecundidad para engendrar hijos á Jesu

1 Joan. , XV , 22-24 .
2. Luc . , XI , 4-5 .
896 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

cristo entre los infieles ? No puede darse en sus misiones esterilidad


más completa . Y no es milagro , porque sus misioneros nada pre
sentan de sobrenatural y divino á los gentiles. Van á anunciarles la
palabra de Dios con su buen salario , y acompañados de sus muje
res é hijos : dejan aparecer muy poco la mortificacion de Jesucristo
en todo cuanto usan ; comercian mucho más en bienes de la tierra
que en los del cielo , y casi toda su mision la reducen á expender
Biblias, que por lo regular no tienen entre aquella gente ciega sinó
un paradero muy poco digno . ¿ Qué efectos, por consiguiente, han
de producir sus misiones entre aquellos infelices ?
La fecundidad del protestantismo no se desarrolla sinó en medio
de los Católicos . Aquí sí que suelen producir á veces efectos mara
villosos , barriendo hacia la sentina de sus sectas toda la inmundicia
que entre los malos católicos crian las pasiones humanas. No es esto
propio y exclusivo de nuestros sectarios; ya los del tiempo de Ter
tuliano hacian otro tanto á fines del segundo siglo de la Iglesia
“ Siendo su ocupacion , escribia este autor en su famoso libro De
praescriptionibus , cap . xvil , no la de convertir á los gentiles, sinó
la de derribar a los nuestros , ponen con predileccion su gloria en
traer la ruina á los que permanecen firmes, y no en levantar á los
que yacen en el suelo . Porque su obra no consiste en fabricar un
edificio que , como propiedad suya , les pertenezca , sinó en derribar
por el suelo el ya fabricado : socavan lo nuestro para edificar lo
suyo , ' . Pero ni aun en esto ganan mucho , porque la herrumbre
que con sus artes corruptoras sacan de nuestras filas no se hace
mejor en las suyas , ni va propiamente á ellas, sinó a las del raciona
lismo y de la incredulidad . Católicos y Racionalistas : estos son los
dos campos que hoy dia se presentan frente á frente. La lógica de
los acontecimientos ha aclarado el orden de las ideas; el que quiere
ser bueno se hace católico ; el que quiere ser malo se hace raciona
lista. Los términos medios ya no sirven sinó de escala para llegar á
los extremos : el que va de mal en peor , no pára hasta llegar á la
impiedad del racionalismo ; y el que busca de veras el bien , no para
tampoco hasta que se encuentra en el seno del Catolicismo . Esta es

la verdad de los hechos ; verdad que ha costado muchas penas y

I Cum hoc sit negotium illis (haereticis), non ethnicos convertendi sed nostros
avertendi, hanc magis gloriam captant, si stantibus ruinam , non si jacentibus elevatio
nem operentur; quoniam et ipsum opus eorum non de suo proprio aedificio venit, sed
de veritatis destructione. Nostra suffodiunt ut sua aedificent. ( Tertuliapo , de Arousa
cript., cap . XVII .) Véase el P. Perrone , De Religione, parte segunda, prop . 10.
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 897

trabajos á la Iglesia católica ; pero que , por una providencia espe


cial de Dios Nuestro Señor, se va haciendo más y más palpable
cada dia , para que de esta suerte la lucha entre los discípulos de
$ Jesucristo y los secuaces de Lucifer se presente más grandiosa, y
los triunfos del Catolicismo adquieran proporciones más considera
bles ; pues sabemos que el racionalismo tambien á su vez correrá la
suerte de todas las herejías, y vendrá por fin á aumentar con su
derrota las glorias de la Iglesia católica.
Vése , pues , que las sectas separadas carecen de santidad en su
orígen , en su doctrina y en sus miembros , y que se hallan desti
tuidas de todos los dones y carismas que acompañan en todos
tiempos á la verdadera Esposa del Cordero inmaculado , Jesucristo .
Pero no es menos evidente su falta completa de catolicidad , consi
derado el espacio diminuto que cada una de ellas ocupa en el mun
do , y su ninguna importancia. Si se toman todas las sectas protes
tantes reunidas y como formando una sola religion , cierto que apa
recerán difundidas por toda la haz de la tierra; pero no es esta la
manera como se las debe considerar, porque cada una de ellas está
perfectamente separada de las otras por la clase de doctrinas posi
tivas que caracterizan y forman sú credo. Lo que tienen de comun
no es sinó et odio encarnizado que todas ellas profesan al Catoli
cismo ; el cual es puramente negativo y de tal naturaleza, que por
esa parte pueden formar sociedad con los masones y con todos
los revolucionarios , y con el mismo principe de unos y otros, que
es el demonio . Ahora bien , consideradas las sectas protestantes
bajo el aspecto dicho , y en lo que cada una encierra de positivo ,
todas ellas se componen de muy pocas personas , y están reducidas
á un círculo muy limitado. Se haria soberanamente ridículo cualquier
protestante que pretendiese sostener con seriedad que su comunion
se halla difundida por toda la tierra , y que encierra en su seno una
inmensa multitud de fieles pertenecientes á todas las partes del
mundo. Por eso ningun sectario osa tomar el nombre de católico, y
se guardaria muy bien de conducir al templo de su propia secta al
que, pasando por el lugar de su residencia , le preguntase por el
templo de los católicos . Esta observacion es ya muy antigua ; la hi
cieron los Padres en los primeros siglos de la Iglesia. “ Tenenda
est nobis christiana religio , escribia el grande Obispo de Hipona
(De vera relig ,, cap . vil ) , et ejus Ecclesiae communicatio , quae ca
tholica est et catholica nominatur, non solum a suis , verum etiam
ab omnibus inimicis. Velint nolint enim , ipsi quoque haeretici et
57
898 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

schismatum alumni , quando non cum suis sed cum extraneis lo


quuntur , catholicam nihil aliud quam catholicam vocant ; non enim
possunt intelligi nisi hoc eam nomine discernant, quo ab universo
orbe nuncupatur. „ En la misma forma se expresa San Cirilo Ale
jandrino en la Doctrina 18 , diciendo : “ Si llegas por casualidad á
alguna ciudad , no preguntes simplemente : Dónde está la iglesia
sinó : - Dónde está la iglesia católica ? Porque este nombre pertene
ce en propiedad á esta nuestra santa madre Iglesia , que es la Esposa
de Nuestro Señor Jesucristo . ,
Por esta causa decia tambien el mismo San Agustin que una de
las razones más principales por las cuales permanecia firme y cons
tante en el seno del Catolicismo , era este mismo nombre de católi
ca que todos los hombres , amigos y enemigos, llevados de una
fuerza irresistible, dan á la comunion de los fieles puestos bajo la
obediencia del Pontífice Romano . Porque no cabe duda sinó que,
cuando por todo el mundo y en todos tiempos se le viene dando a
ella sola este glorioso nombre , ella sola es á quien por derecho pro
pio le corresponde .
De la misma manera, á todas las sectas disidentes se les ha que
dado el nombre de protestantes; y todo el mundo se lo adjudica es
pontaneamente; porque, en efecto, les cuadra á las mil maravillas,
expresando tan plena y perfectamente la razon comun á todas ellas,
que es protestar contra la autoridad legitima , negar las afirmacio
nes de la Iglesia . Quién niega más y quién inénos; pero todos nie
gan , y en esto sólo consiste su comun esencia . El que más niega es
más protestante; y asi ; el protestante por excelencia es el racionalis
ta puro, porque niega todas las afirmaciones del Catolicismo: por
donde ya se ve que ninguno hay más perfecto protestante que el
principe de las tinieblas.
De la apostolicidad de las sectas disidentes nada se diga: todas
ellas son de ayer. Conocidos son los padres que les dieron el sér, el
tiempo y circunstancias en que nacieron, las verdaderas causas que
las motivaron , sin que aparezca en todo esto nada de apostólico ni
cosa alguna semejante. Los que profesan doctrinas tan disolventes
como las que hemos indicado más arriba, y como las que podría
mos todavía citar, los que mudan continuamente de creencias no
sabiendo hoy lo que han de creer mañana, mal podrán decir que
permanecen en la doctrina de los Apóstoles , y que no se dejan lle
var en derredor de todo viento de doctrina. Y los que han destrui
do el organismo de la jerarquía eclesiástica , instituido por Jesucristo ,
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia. 899

por tener el gusto de forjarse cada uno para su propio uso una reli
gion a su modo con sola la lectura de la Biblia, no podrán jactarse
jamas con razon de que sus pastores vienen por via legitima y por
órden de sucesion de los mismos Apóstoles . Por esta causa escribia
ya con mucha razon Tertuliano contra los herejes de su tiempo :
“ Manifiestennos los orígenes de sus Iglesias ; expóngannos el orden
de sus Obispos; de forma que, subiendo del uno al otro, á comen
zar por los actuales , lleguemos al primero de todos, el cual sea al
1
gun Apóstol , ó al ménos , algun varon apostólico , que haya perma
necido en unidad de comunion con los Apóstoles , ' . Algunos
sectarios se han apropiado , es verdad , el nombre de apostólicos;
pero esto ha debido ser sin duda por antifrasis. Su apostolicidad
nada tiene de apostólica , y hace algunos siglos hasta carecia de ca
ros pacidad para pretender este título ; porque las tales sectas se halla
ban entonces en los meros planes y trazas de Satanás , y no sobre la
haz de la tierra .
Si en ninguna de las comuniones disidentes aparece la más mini
ma sombra de los caracteres que llevamos indicados , sin embargo
de que la colectividad de los mismos es lo que constituye la fisono
mia propia y característica de la verdadera Esposa de Jesucristo ,
qué deberemos decir de todas ellas sinó que carecen completa
mente de título alguno para llamarse cristianas ? Hijas del diablo son ,
como las nombra el apóstol San Juan , que no de Jesucristo ; y así,
bien seguros pueden estar sus secuaces de que en el dia del juicio á
todos ellos les dirá nuestro adorable Salvador : Famás os he conoci
do por mios ; apartaos de Mi, operarios de la maldad 2 .
Por el contrario , todas las mencionadas notas, sin faltar una sola,
se encuentran claramente y con todo su vigor y lozanía en el Cato
licismo. Su unidad jerárquica y de creencias es cosa que sorprende
áun á sus mismos enemigos . Es ella tan fuerte y tan compacta , que
el desventurado Draper , con su escuadron impío de Racionalistas ,
no ha dudado en atribuir á ella sola todo el influjo mágico de su
conservacion maravillosa por espacio de tantos siglos , a pesar de
aud it and
los innumerables y recios combates que, sin tregua ni descanso , se
ha visto siempre forzada á sostener contra sus poderosos é incansa

1 Edant origines ecclesiarum suarum ; evolvant ordinem episcoporum suorum , ita


per successionem ab initio decurrentem , ut primus ille Episcopus aliquam ex Aposto
lis vel apostolicis viris, qui tamen cum Apostolis perseverarint, habuerit auctoritatem .
( Tertul., lib . Depraescrip., cap. XXXII . )
2 Math . , VII, 23 .
900 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

bles enemigos. Este pensamiento, empero , de atribuir la extraordi


naria conservacion del Catolicismo a la prepotente unidad de su je
rarquía, sin auxilio alguno del Altísimo qué cuide de sostenerla , es
manifiestamente fútil; porque la misma organizacion de la Iglesia no
hubiera podido subsistir en la tierra , á no ser sustentada por
mano misericordiosa del Todopoderoso . Todo lo humano está su
jeto á la carcoma del tiempo, y más ó ménos tarde, por fuerte que
sea su constitucion interna, al ſin se derrumba y viene al suelo be
cho pedazos . Poco hubiera valido el organismo de la Iglesia , si en
ella no hubiera existido siempre una inteligencia sabia y previsora
que supiese ejercer justicia en el gobierno de la Cristiandad , expli
car de una manera racional la doctrina de Jesucristo, y satisfacer
plenamente a las necesidades espirituales del comun de los fieles.
Las formas orgánicas ayudan mucho , no lo dudamos , á la dilatada
conservacion de un Estado ; pero no son ellas propiamente las que
en realidad lo mantienen en pié, sinó el espíritu reinante en los po
seedores del poder y en los demás ciudadanos . Con la mejor orga
nizacion del mundo se puede andar en perpétuas disensiones , si el
espíritu que anima á los individuos de una nacion es malo y perver
so . Este espíritu, pues , principalmente, y nó el organismo material,
es el que ha conservado siempre firme y estable á la Iglesia católica
contra los embates furiosos de tan encarnizados enemigos. Ahora
bien ; este espíritu, sin un auxilio especial del cielo que lo fomente
perennemente de una manera especial , no es capaz de conservarse
por sí solo tan sano, tan sabio , tan previsor y tan conforme á las
exigencias racionales del pueblo cristiano por espacio de tantos años.
No han faltado por cierto en el seno de la cristiandad, durante el
trascurso de los siglos, causas gravísimas de disolucion , bastantes a
pervertir este buen espíritu , y tales que sin una providencia especial
por parte del Todopoderoso , lo hubieran aniquilado de hecho divi
diendo en mil partes la monarquia cristiana. Esta providencia espe
cial Dios la había prometido a la Cátedra de Pedro, y á toda la
Iglesia católica fundada sobre ella como sobre solidísima roca , di
ciendo Jesucristo al Principe de los Apóstoles : Tú eres Pedro ó pie
dra, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infier
no no prevalecerán contra ella !. Y como lo prometió, lo sigue cum
pliendo ; y nunca más que ahora se experimenta la verdad de esta
promesa, porque nunca como hoy día desde los tiempos de las per

I Matth . , XVI , 18 .
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 901

secuciones paganas , ha hecho el infierno una guerra tan encarnizada


á la Iglesia católica. No parece sinó que hemos llegado ya á aque
llos tiempos prenunciados en el Apocalipsis con las siguientes pala
bras : “ Y cuando fueren acabados los mil años, será desatado Sata
nás, y saldrá de su cárcel y engañará las gentes, que están en los
cuatro ángulos de la tierra , á Gog y á Magog, y los congregará para
la batalla , cuyo número es como la arena del mar. Y subieron sobre
la anchura de la tierra, y cercaron los reales de los Santos y la ciu
dad amada . Y Dios hizo descender fuego del cielo y los tragó : y el
diablo que los engañaba, fué metido en el estanque de fuego y de
azufre ; en donde tambien la bestia y el sabio profeta serán ator
mentados día y noche en los siglos de los siglos , ' . Porque la cons
piracion del racionalismo contra la Iglesia es tan vasta , tan diabóli
camente tramada y con tanto artificio conducida, que con dificultad
parece puedan hacer mucho más los secuaces del Anticristo .
Y esta unidad católica , tan fuerte y tan admirable , no es facticia
ni se halla fundada en la revolucion como la que presentan las falsas
sectas ; sinó que es innata , y está basada en la misma institucion di
vina del primado . Jesucristo , al querer edificar su Iglesia , estableció
en ella las leyes fundamentales, inmutables y perpétuas , que le ha
bían de servir de inmoble cimiento , sin que ningun poder de la tierra ,
ni áun el conferido por él mismo á su Vicario , las pudiese variar ó
alterar en la série de los siglos . Estas leyes son los dogmas de la fe
en el órden especulativo, los preceptos del Decálogo y los siete sa
cramentos con sus materias y formas correspondientes en el órden
práctico , la jerarquía de los ministros , sacerdotes y obispos con el
centro de unidad de todos ellos colocado en la Sede de Pedro en el
órden administrativo. Es cosa cierta , y no puede caber sobre ella la
menor duda , que á San Pedro fué dado por Jesucristo el Primado
de su Iglesia , para que sobre él como sobre firmísima roca descan
sase siempre con solidez y firmeza este edificio , espiritual por una
parte y visible por otra . El divino Fundador queria levantar el edi
ficio de su Iglesia sobre la inquebrantable base de la unidad más
perfecta, estableciendo en su reino la monarquía , como habia sido
tambien establecida por Moises de parte de Dios en la Sinagoga
judaica . Para este ſin pudiera haber escogido ciertamente entre sus
numerosos discípulos otro cualquiera distinto de San Pedro ; pero
quiso remunerar la fe y amor ardiente de este su Apóstol , prefirién

1 Apoc . , XX , 7-10.
902 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

dolo á los demas para que fuese su primer Vicario , y diese princi
pio á la innumerable série de los que en el mismo oficio de habian
de suceder revestidos de sus mismas atribuciones.
Esto significó Jesucristo al humilde pescador de Galilea , cuando,
para recompensar la magnifica confesion que de su verdadera divi
nidad habia hecho con muestras de grandísimo fervor delante de
sus compañeros , le dijo : “ Bienaventurado eres , Simon , hijo de
Juan ; porque no te reveló carne ni sangre , sinó mi Padre que está
en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro , y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia , y las puertas del infierno no prevalecerán contra
ella . Y á tí te daré las llaves del reino de los cielos. Y todo lo
ligares sobre la tiera, ligado será en los cielos ; y todo lo que des
!
atares sobre la tierra , será tambien desatado en los cielos ,
Tanto la metáfora del fundamento, como la otra de las llaves que
usa aquí el divino Salvador, significan abiertamente que la autori
dad sobre toda la Iglesia por él conferida á Pedro no se le concedia
para que en su muerte pereciese , sinó para que durase perpetua
mente en su Sede , siendo ésta el centro de unidad de toda la Igle
sia católica , y atando en ella Pedro y desatando á los fieles de todo
el mundo hasta la consumacion de los siglos . Porque el fundamento
ha de durar mientras dure el edificio que sobre él está asentado; y
asimismo , las llaves potestativas han de abrir y cerrar mientras dure
la espiritual ciudad fundada por Jesucristo , esto es , hasta el fin de
los siglos .
Porque la Santa Iglesia tiene , por una parte , la celestial mision
de salvar á los hombres de todos los tiempos y de todos los países,
y por otra la divina promesa de que seguirá cumpliendo este en
cargo hasta que en el fin de los tiempos venga á juzgar Jesucristo
á los vivos y á los muertos ; por donde es claro que el edificio asen
tado sobre la roca de Pedro ha de durar perpetuamente .
De aquí es que hasta el siglo ix siempre vivieron los fieles de
toda la cristiandad , tanto orientales como occidentales, en la intima
persuasion de que la Sede Apostólica de San Pedro , cual se halla
establecida en Roma , era el centro de unidad de toda la Iglesia . A
este centro acudian de todas partes para terminar sus diferencias
desde los primeros siglos todos los que en materias de fe ó de dis
ciplina universal tenian alguna controversia . No menos los herejes
que los ortodoxos ejecutaban esta operacion ; sólo cuando perdian

1 Matth ., XVI , 17-19 .


1
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 903

su pleito, viendo ordenadas por el Papa reinante á la sazon sus er


roneas doctrinas, apelaban al recurso de los revolucionarios, levan
tando furiosos bandera de rebelion y haciendo , ni más ni ménos,
lo mismo que en estos últimos tiempos hizo el jefe de la famosa
reforma, Fray Martin Lutero . Inútil juzgo traer aquí pruebas de es
tos hechos; son todos ellos tan palpables y evidentes en la historia
de la Iglesia, que no pueden ser ignorados por ninguna persona que
en materias eclesiásticas se halle medianamente instruida. Lo mismo
se diga de los testimonios de los Padres, que atestiguan la fe unáni
me y perpetua de toda la cristiandad en órden á esta prerrogativa
de la Iglesia romana . Véalos quien guste en Belarmino, en Suarez ,
en el libro del Papa del Conde de Maistre, en el tratado del roma
no Pontifice escrito por los hermanos Ballerini, en el P. Perrone y
en otros autores que han escrito largamente sobre este asunto 1 .
Así como es brillante y consoladora al mismo tiempo la unidad
de la Iglesia católica , de la misma manera lo es tambien la santidad
que en ella ha resplandecido en todos tiempos . Sabemos por la
Escritura y por la tradicion que la verdadera Esposa del Cordero
inmaculado ha de ser siempre santa , sin mancha ni arruga , acepta
ble á los ojos de Dios, y obradora de buenas obras 2. Pues bien; esta
hermosa cualidad , prenda peculiar y exclusiva de la verdadera
Iglesia de Jesucristo , brilla de una manera absolutamente extraor
dinaria en la congregacion de los fieles cristianos que viven bajo la
jurisdiccion y gobierno de los Pontifices romanos , en términos que
ella sola bastaria para hacer ver á todo el mundo, que la Iglesia fun
dada por nuestro divino Salvador y dotada de todas las celestiales
prerrogativas con que se dignó condecorarla, es real y verdadera
mente la Iglesia romana . Santa es su celestial doctrina, de suerte
que ninguno puede con razon poner en ella la más mínima mácula,
ántes por el contrario sirve de perfectísimo modelo para formar
grandes santos a todos aquellos que quieran obrar segun sus máxi
mas admirablemente puras . No sucede en el Catolicismo como en
las sectas protestantes, que para ser bueno el cristiano y poder

home 1 Sobre la unidad de la Iglesia, ademas de los autores indicados, se pueden con
‫مد‬ sultar el Antifebronius y el Antifebronius vindicatus del sabio jesuita P. Zaccharia,
obras ambas muy apreciables . Puede tambien verse la obra de Moehler, intitulada en
la traduccion italiana que tengo á mano : Dell'unità della Chiesa, o sia del principio
del Catolicismo secondo lo spirito dei Padri dei primi tre secoli de la Chiesa ; opera di Gio
vanni Adamo Moehler, tradotta del francese, Milano , 1841 .
2 Ephes . , v , 27 .
904 Im posibilidad absoluta de conflicto alguno

practicar la virtud haya de prescindir de sus máximas y doctrinas,


siendo por consecuencia tanto más perfecto y santo , cuanto menos
se rija por ellas . En el Catolicismo el que es bueno consigue la
perfeccion siguiendo el impulso de unos principios religiosos tan
puros , que por su misma naturaleza empujan al hombre hacia la
santidad más encumbrada; y jamás puede suceder que miembro al
guno de la Iglesia católica sea más santo que la misma doctrina
religiosa creida por él como revelada . La santidad, pues, de su doc
trina es una cosa palpable . Sobre todo , la moral del Catolicismo es
una cosa tan sorprendente por su pureza , que con razon es admira
da hasta de los mismos incrédulos .
La Santidad del Catolicismo se hace tambien visible a todo el
mundo en las personas admirables que, con su virtud verdadera
mente heróica, lo han esclarecido en todos tiempos . Y de éstos no
deben excluirse en verdad aquellos siglos en que los protestantes
presentaban á la Iglesia como un lodazal inmundo de todos los er
rores y pecados , movidos por el perverso fin de cohonestar en al
gun modo su reprobable rebeldía cubriéndola con el vistoso manto
de reforma. Basta citar en prueba de ello los nombres venerandos
de un Ignacio de Loyola , de una Teresa de Jesús, de un Felipe
Neri , de un Juan de la Cruz , de un Francisco Javier, de un Francis
co de Borja , de un Pedro de Alcántara , de un Francisco de Sales,
de un Alfonso María de Ligorio y de otros innumerables, que se
han visto en estos últimos tiempos despedir los vivísimos fulgores
de una santidad llevada hasta el último grado de heroicidad cris
tiana. Religion que produce dechados de perfeccion tan acabados y
excelentes como estos, no puede menos de ser tambien ella misma
santa en extremo y digna por consiguiente de ser abrazada por
todo el mundo .
Y no sólo en algunos de sus miembros resplandece gloriosa por
su santidad esta sagrada Religion , sinó que ademas en todo el
cuerpo de sus fieles ostenta su amor extraordinario hacia todo lo
grande y sublime que se halla encerrado en la espiritualidad de las
ideas cristianas . En la comunion católica hay , en verdad , pecado
res , como no puede menos de suceder en toda reunion de hombres
sujetos á las miserias de esta vida , por muy alta que sea la santidad
por ellos profesada. Y que habia de suceder así , bien lo tenia pre
visto su mismo divino Fundador; pues por esta causa instituyó en
la Iglesia uno de sus sacramentos para que en él se lavasen los fieles
de las inmundicias contraidas con los pecados . El sacramento de la
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 905

Penitencia es una celestial piscina establecida por nuestro adorable


: Salvador para que por sus méritos limpien en ella los sacerdotes
esta clase de manchas espirituales . Pero aunque se ven algunos pe
cados en muchos malos miembros de esta Iglesia santa , ¿ qué gran
deza de ánimo , qué amor á lo espiritual , qué fortaleza tan admirable
no se nota en la generalidad de este cuerpo mistico para defender
lo que en su estimacion tienen los Católicos por santo y veneran
do ? ¿ Qué persecuciones no está sufriendo la Iglesia y no ha sufri
do en los tiempos pasados por esta causa ? Por no faltar á su deber ,
por no quebrantar la ley divina que ha confiado á su custodia su
divino Esposo , ha visto con ojos enjutos la Iglesia separarse de su
obediencia naciones enteras .
Se la ha acusado de ambicion , de proselitismo, de calculadas
miras para imponerse por su política artera a todo el mundo : ¿ qué
medio más acomodado para conseguir todo esto que contemporizar
con los hombres y con los pueblos , acceder con arte á sus caprichos ,
modificar la ley del divino Fundador para adaptarla á las circuns
tancias de los tiempos? Sin embargo , la Iglesia católica jamás ha
querido entrar por este camino . Sabido es cuánta sangre , cuántos
tormentos , cuántas penalidades le ha costado este género de con
ducta ; pero el deber ha prevalecido siempre contra todas las como
didades de la vida . El “ Yo no quiero , yo no puedo , yo no debo ,
1 del gran Pontifice Pio IX , tan admirable ante los ojos de todo hom
bre imparcial y amante de lo honesto , no es otra cosa que la repe
ticion de otros innumerables hechos semejantes ejecutados por sus
antecesores al verse en circunstancias parecidas .
Saben los Papas que su fuerza no está en los medios humanos ;
sinó en el auxilio de aquel que ha empeñado su palabra á Pedro para
no permitir jamás que sea tragada su barquilla por las olas embrave
cidas de las pasiones humanas ; y apoyados en esta áncora firmisima,
luchan siempre valerosos contra la tempestad , seguros de que han
de vencer, y de que su victoria ha de ser tanto más brillante , cuanto
mayor sea su fidelidad en guardar la ley de su divino Maestro . Hé
aquí la fuerza inexpugnable del Papado : fuerza grande é invenci
ble en verdad ; pero no terrena ni natural , sinó celestial y divina .
Y porque es sobrehumana la fortaleza que despliega esta Iglesia
en conservar y defender todo cuanto ella considera como bajado
del cielo , y como venido de su inmaculado Esposo por el interme
dio de sus Apóstoles ; por eso tambien Jesucristo la adorna y em
bellece con sus dones y carismas sobrenaturales, que no son pro
906 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

pios sinó de sus amigos muy queridos y de su Esposa sin mancilla


En todos tiempos se ha visto brillar á esta Iglesia santa con su pro
digiosa fecundidad en engendrar hijos á Jesucristo entre los infieles
y con los muchos milagros que Dios se ha complacido en obras
para glorificarla. Sólo el Apóstol de las Indias , San Francisco Ja
vier , ha hecho entrar en el sagrado redil del Catolicismo más almas
que le arrebataran Lutero, Calvino , Enrique VIII y los demas pa
triarcas de la impiedad en toda Europa . Sus milagros fueron tan
patentes , tan públicos, tan numerosos , tan estupendos, que los
mismos sectarios se han visto obligados a confesarlos, reconociendo
al mismo tiempo la santidad portentosa de este varon esclarecido.
En nuestros mismos dias, no se están haciendo prodigios innunde
rables en el santuario de Lourdes , donde ha querido mostrar nues
tra Señora su cariñoso amor para con la cristiandad, y la compla
cencia grande con que ha visto definido por el Papa Pio IS e
dogma de su Concepcion inmaculada ? Hasta los turcos en Constan
tinopla han experimentado los benéficos influjos de esta Madre
amorosa presenciando con estupor sus muchos milagros.
De la catolicidad de esta Iglesia no hay para que digamos ni una
sola palabra . Doscientos millones de católicos esparcidos por toda
la redondez de la tierra , son más que suficientes para que con josti
sima razon pueda conservar ufana el augusto nombre de católica. I
téngase entendido , que esta su dilatacion admirable por el espacio
no es cosa que le viene de ayer, sinó que la tiene desde muy antiguos
pues ya en tiempo de los mismos Apóstoles escribia San Pablo a los
medie
Romanos las siguientes palabras: Doy gracias á mi Dios por
de Jesucristo acerca de todos vosotros ; de que vuestra fe es celebra
da por todo el mundo ' .
Cuando unas naciones se apartan de ella por la perversidad de
algunos malvados , que las arrastran en pos de sí y las hacen apos
tatar, entran otras en su lugar atraidas por la luz esplendorosa de
la fe predicada con abnegacion suma por sus ministros. Todo se
cambia y se muda á su alrededor movido por el torbellino de las
pasiones humanas ; ella sola permanece siempre la misma en medio
de estas transformaciones, imitando la eternidad de Dios y aseme
jándose á su divino Esposo , de quien dice San Pablo : Jesucristo
ayer y hoy : él mismo tambien en los siglos 2.

1 Rom ., 1 , 8 .
2 Hebr ., Xili , 8.
*
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 907

No brilla con menor fulgor su apostolicidad . Conocida es la série


no interrumpida de Pontífices que se remonta hasta el primer Vica
• rio de Jesucristo, San Pedro . Y que estos Pontifices hayan sido
: siempre constantes en guardar con suma diligencia las doctrinas
tradicionales, es cosa manifiesta á la faz de todo el mundo. No se
- le podrá echar en cara con razon á la Iglesia católica el haber va
riado jamás en sus creencias . Siempre que sus enemigos han queri
La do intentarlo , los católicos les han respondido que señalasen el mo
mento de la historia en que tuvo lugar este fenómeno. Y al quererlo
ellos designar, han quedado vergonzosamente derrotados ; porque
los católicos les han hecho ver con testimonios irrefagables que ya
la Iglesia católica habia creido la doctrina en cuestion mucho antes
de la época por ellos nombrada . Algo de esto hemos hecho tam
bien nosotros, para refutar las calumnias del impío Draper, proban
do que la Iglesia , en tiempos muy anteriores á los que él considera
como épocas de mudanza en los dogmas , tenia ya por reveladas
aquellas mismas doctrinas .

Los protestantes , para cohonestar su rebelion , suelen apelar á


este medio de atribuir a la Iglesia católica novedad y variacion en
algunos dogmas , y áun se atreven a poner en miserables librejos de
propaganda el año en que pretenden haberse veriſicado la tal mu
danza; pero las pruebas de sus asertos calumniosos nunca parecen .
La Iglesia está en posesion de las doctrinas que viene creyendo
desde los principios del Cristianismo como reveladas . Para apartar
se de ella por novedad introducida en sus creencias , la razon dicta
que se le pruebe primero la realidad de esta pretendida mudanza .
No es la Religion católica á quien toca demostrar que los dogmas
por ella enseñados y creidos datan del tiempo de los mismos Após
toles : ella , al tenerlos por revelados , está en posesion de un dere
cho que viene poseyendo desde tiempo inmemorial , y que debe
conservar siempre miéntras que con la evidencia de las razones en
contrario no sea de él desposeida . Estas razones están todavía por
darse , y es bien cierto y seguro que no se darán jamás . Miéntras
no las presenten los sectarios , la Iglesia católica tendrá siempre de
recho á llamarlos calumniadores, rebeldes , revolucionarios, hijos
de perdicion , y de aplicarles cuantos epítetos ignominiosos atribu
yen la Escritura y los Padres á los herejes y cismáticos .
La sensacion que causa este fenómeno de la perseverancia de la
Iglesia católica al través de tantos siglos en medio de tan fuertes
agitaciones es inmensa. " Echando nuestras miradas , escribia Fede
908 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

rico Hurter hace algunos años en el seno del protestantismo ', ha


cia atrás y hacia adelante en la carrera de los siglos, y viendo cómi
ha sobrevivido la institucion del Pontificado á todas las institucio
nes de Europa , cómo ha visto ella nacer y perecer todos los Esta
dos, como en la inſinita metamorfosis de las cosas humanas, ella
sola ha conservado invariablemente el mismo espíritu , debe acaso
causar espanto el que muchos hombres la miren como la roca cuya
inmoble cima se eleva sobre las mugientes olas del curso de las
siglos ?,
Estas consideraciones dejan fuera de toda duda la verdad de la
proposicion que venimos demostrando en este capítulo . Porque si
la genuina Religion de Jesucristo es toda ella verdad pura , en razon
de haber sido revelada por el mismo Dios , y si la Iglesia católica es
la expresion fiel de la Religion mencionada, de modo que el Cato?
cismo y el Cristianismo son una misma cosa , y las sectas separadas
no llevan sinó el puro nombre de cristianas, teniendo el nombre de
vivas у estando en realidad muertas 2 ; aparece claro como la iw

del dia que entre el ( Catolicismo y la ciencia verdadera no puede


existir pugna ni conflicto alguno , sino solamente supereminencia de
aquél con respecto á ésta , á causa de las verdades sobrenaturales
enseñadas por la revelacion é incomprensibles à la razon hu
mana . Con lo que ahora vamos á decir sobre la infalibilidad
de la Sede Apostólica recibirá todavía nueva luz la verdad de nues
tro aserto .

SEGUNDA RAZON .

El magisterio de la Iglesia católica en las doctrinas pertenecien


tes á la salvacion eterna, ó sea de fe y de costumbres , está dotado
por Dios del don sobrenatural de la infalibilidad. Este es un punto
sumamente importante en la cuestion que traemos entre manos. El
don de la infalibilidad en las materias propias de la enseñanza reli
giosa , ó sea conducentes á la salvacion eterna , pone á la Iglesia à
cubierto de todo error, que de otra suerte pudiera sobrevenir á los
fieles con la obediencia prestada al magisterio de sus pastores; ast
como tambien la libra de la posibilidad de todo conflicto con la

1 Hurter, Vida de Inocencio III, lib . I, pág . 76. Traduccion francesa del abate

Saint -Chéront, Paris , 1838 .


2 Apoc . , III , 1 .
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 909

razon humana en el campo de la filosofia . Esta infalibilidad es nece


saria en el cuerpo social de la Iglesia para que con el tiempo no se
vaya perdiendo insensiblemente el depósito de la revelacion divina ,
- ke pereciendo con esto la obra que Jesucristo , á costa de tantos sudo
res y trabajos, ha planteado en el mundo para la salvacion eterna
2.9 : de los hombres . Porque es evidente á todas luces , sin que pueda
caber sobre ello la menor duda , que , destruidas las bases fundamen
tales de esta sociedad divina , la obra del soberano Fundador recibi
ria una transformacion sustancial y completa , por donde dejaria
consiguientemente de ser lo que ántes era , esto es , Iglesia de Jesu
cristo . Las bases fundamentales sobre las cuales descansa todo el
E edificio de la Iglesia , son por una parte los sagrados dogmas , y
E por otra todo cuanto nuestro divino Salvador ha establecido en
ella para que durase perpetuamente. Destruidos, pues , estos dog- ,
2 mas , é introducidos otros en su lugar, la religion de Jesucristo no
existiria sinó de solo nombre .
Era ademas necesaria esta infalibilidad por las razones que apun
ta el Apóstol San Pablo en su epistola á los Efesios, diciendo que
Cristo puso en su Iglesia pastores y doctores á fin de que trabajen
en la perfeccion de los Santos , en las funciones de su ministerio , en
la edificacion del cuerpo mistico de Jesucristo , hasta que arribemos
todos á la unidad de una misma fe y de un mismo conocimiento del
Hijo de Dios , al estado de un varon perfecto, á la medida de la
edad perfecta , segun la cual Cristo se ha de formar misticamente
en nosotros : por manera que ya no seamos niños ſtuctuantes, ni nos
dejemos llevar aqui y allá de todos los vientos de opiniones humanas
por la malignidad de los hombres, que engañan con astucia para in
troducir el error I.

Tres fines indica el Santo Apóstol en las precitadas palabras


haber tenido Nuestro Señor Jesucristo al querer dotar á su Iglesia
de pastores y doctores , que tuviesen el cargo y obligacion de go
bernar á los cristianos é instruirles en las cosas de la salvacion eter
Componente
na. El primero es santificar a los fieles en la obra del ministerio .
Esto se halla significado por aquellas dos expresiones : En la per
feccion de los Santos, en las funciones de su ministerio. Porque
Santos en este lugar viene á ser lo mismo que cristianos , siendo
éste el nombre con que entonces se apellidaba á los fieles, y con
que frecuentemente los llama San Pablo en virtud de la profesion

1 Ephes ., IV , II , 14 .
910 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

de santidad que todos ellos hacen al alistarse en la milicia sagrad


del Santo de los Santos , renunciando al mundo , al demonio ya L.
carne. Pues bien ; este ministerio de santificacion pide infalibilidad
en su ejercicio , de lo contrario , podria suceder á los Pastores :
Doctores de la Iglesia aquello mismo que pone Horacio como a
grande vicio en el artista :

Amphora coepit
Institui, currente rota cur urceus exit ?

Comenzaste á hacer un cántaro ; por qué dando vueltas al torte


sacas otra muy diferente vasija .
El error de los Pastores por necesidad se habia de comunicar al
rebaño ; y así , en lugar de conducirlo á los pastos saludables , lo
llevarian á los venenosos y mortíferos. Es decir, que en lugar de
trabajar en la edificacion de los Santos en su ministerio , les causa
rian con él su destruccion y muerte .
El segundo fin consiste en edificar el cuerpo mistico de Cristo,
que es la Iglesia , haciéndole crecer en la unidad de la fe y del co
nocimiento del Hijo de Dios hasta que llegue á la plenitud de la
ciencia llena de perfectísima caridad , mediante el natural y progre
sivo desenvolvimiento de la doctrina contenida en la revelacion di
vina y con la exhortacion fervorosa á la práctica de las virtudes
cristianas . De suerte que los fieles con este gobierno y magisterio
de los Pastores y Doctores han de ir creciendo en conocimiento y
amor del Hijo de Dios unidos entre sí y con los sobredichos Pasta
res y Doctores, al modo que Nuestro Señor Jesucristo fué crecien
do en el cuerpo de su santísima Humanidad hasta que llegó a la
edad perfecta , que es la que conocemos con el nombre de virilidad .
Ahora bien ; de sí mismo se deja entender que el cuerpo de los
Pastores y Doctores en la Iglesia de Jesucristo no puede conseguir
este fin , si Dios no los protege de una manera especial en el cum
plimiento de este oficio , impidiendo con su brazo poderoso todo
error doctrinal, que naturalmente habia de ser, no para edificacion,
sinó para destruccion de los fieles cristianos . Sin este beneficio de
la infalibilidad el magisterio católico quedaria , poco más o menos,
en la misma categoría que el de los filósofos paganos , sin fuerza ni
autoridad alguna ; todo se reduciria á miserables luchas y contradic
ciones entre los diversos Pastores y Doctores ; y en lugar de pro
ducirse en la Iglesia aumento de fe y conocimiento de Jesucristo en la
unidad de las creencias, naceria , juntamente con la disolucion de esta
1
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 911

a unidad , la pérdida continua de este mismo conocimiento , hasta que


por fin se llegase al escepticismo pleno en las materias religiosas .
En verdad que para probar con hechos esta consecuencia , basa
*** da en la consideracion de nuestra flaca razon humana, falible ya de
suyo y sujeta por otra parte á las corruptoras influencias de las pa
siones , no necesitamos recurrir á tiempos muy remotos de los nues
tros en la historia eclesiástica ; bastanos abrir los ojos y mirar lo que
actualmente está sucediendo en el protestantismo . En él no se ve
sinó un hormiguero inmenso de errores que brotan sin cesar, engen
drados los unos de los otros , apareciendo sucesivamente en la esce
na de este mundo con la rapidez del relámpago , para desaparecer
del mismo modo . En el protestantismo no hay edificacion del cuer
po mistico con el aumento progresivo del conocimiento de Jesu
cristo , llevado a cabo en la unidad de la fe, sinó una série continua
de tumbos y revuelcos con que la humana razon camina á ciegas
sin rumbo ni norte fijos, aprobando hoy lo que ha de rechazar ma
ñana , y no teniendo nada cierto en el orden de las divinas verda
des . Se ve allí mucho fuego , mucha actividad ; pero fuego fátuo y
actividad infructuosa , que no sirve sinó para destruir al momento
la obra fabricada. ¡ Cuán de otra manera procede la Religion católi
ca con el magisterio infalible y sapientísimo del cuerpo de sus Obis
pos ! Verdaderamente, con mucha razon podemos nosotros repetir
de los Obispos católicos , al compararlos con los pastores de las sec
tas protestantes , aquello mismo que Horacio escribia en su Arte
poética acerca del buen artista comparado con los malos :

i Quanto rectius hic , qui nil molitur inepte !


¡Cuánto mejor lo hace éste, que nada edifica fuera de propósito !

Nada fabrica en vano este venerable cuerpo , todo es sabiduría y


prudencia celestial en sus definiciones conciliares . Á veces en estas
asambleas , antes de llegar al punto solemne de la definicion , ha
habido grandes tempestades de disputas , movidas por las humanas
pasiones para que se hiciese patente á la luz de todo el mundo , que
en la discusion y exámen de las doctrinas habian gozado de la más
completa libertad los deliberantes . Pero pasado el tiempo de la de
4,2033
liberacion y llegado el momento de definir, ique tino tan admirable
se ha observado siempre en el discernimiento de las doctrinas ! ¡ Qué
armonía tan sorprendente de estas con lo anteriormente determina
do en otros concilios ! En verdad que allí se ha visto cumplido al
pié de la letra lo que con las citadas palabras enseña San Pablo acer
912 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

ca del fin intentado por Nuestro Señor Jesucristo en la institucio:


del episcopado. Cada definicion dogmática es la colocacion de una
nueva piedra sobre las que ya se hallaban artísticamente asentada
en el mistico edificio de la Iglesia . Jamás se destruye allí nada de :
anteriormente fabricado; antes de colocar la piedra en su lugar, së
la trabaja y labra con particular esmero ; luego para encajarla def
nitivamente , se la compara mediante la segura plomada de la razor
ilustrada por la fe con la parte del edificio ya construida; y enton
ces al ver que asienta perfectamente, se la deposita en su sitio cor
respondiente para no volverla á retocar jamás. Así es como crece
el edificio con unidad y arte , con hermosura maravillosa y con 30
lidez inquebrantable. Ciertamente al contemplar con los ojos de la
inteligencia esta trabazon admirable que existe entre todos los deg .
mas del Catolicismo definidos por los diferentes concilios generales
de la Iglesia , al ver cómo los unos se hallan tan conjuntos y enlaza
dos con los otros , exigiéndose y explicándose mútuamente, perfec
tísimamente armonizados entre sí y exentos de toda sombra de
error y de toda apariencia de oposicion , no obstante pertenecer to
dos ellos á materias tan abstrusas , tan múltiples y varias , donde es
tan fácil tomar una idea por otra y caer en un laberinto de contra
dicciones ; la mente, llena de estupor y arrebatada de tan grande
maravilla , no puede menos de prorrumpir en aquellas palabras de
la Escritura : “ Digitus Dei est hic ' ,, aquí está el dedo de Dios , esta
obra tan excelente y tan acabada no puedé pertenecer a un arte
puramente humano , los hombres no trabajan de esta manera , aqu
sin duda alguna ha intervenido la poderosa diestra del Altísimo
El tercer fin de Jesucristo en la institucion del episcopado final
mente, segun las citadas palabras del Apóstol , es para que los fieles
no sean ya niños fluctuantes , ni se dejen llevar acá y allá de todos
los cientos de opiniones humanas por la malignidad de los hombres
que engañan con astucia para introducir el error . Puestos los fieles
bajo la sabia é infalible direccion de sus pastores , y siguiendo con
docilidad sus instrucciones , bien seguros están de no ser enganados
por la malicia humana , que con astucia y maña los pretenda arran
car por medio de sus pestilentes doctrinas del redil de la Iglesia; til
vano los agentes de Satanás procurarán llevarlos de error en error
sin hacer asiento en ninguna parte . Mas si los pastores se muestran
tan frágiles y miserables como sus ovejas en el discernimiento y

I Éxodo , viu , 19.


entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 913

seleccion de los pastos saludables , si caen en error como sus súbdi


tos , y andan zozobrando en el régimen y gobierno de la Iglesia,
qué confianza podrán inspirar á sus encomendados ? ¿ Cómo será
posible que dejen de verse los cristianos puestos bajo su direccion
y cuidado arrebatados acá y allá por todos los vientos de opinio
nes humanas ?
No podía , pues , consentir Dios Nuestro Señor que en las cosas
de la salvacion eterna tuviese jamás cabida error alguno en el cuer
po docente de su Iglesia , una vez que se habia propuesto conseguir
en los fieles por medio de sus enseñanzas los tres fines arriba indi
cados. Así es que en términos expresos prometió Jesucristo á sus
Apóstoles , y en ellos á cuantos les habian de suceder en el ministe
rio de apacentar , regir y gobernar la Iglesia , su asistencia sobrena
i tural con que quedasen preservados de todo error en esta materia .
Id , pues, les dice al encomendarles la mision indicada , y enseñad á
todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espiritu Santo , enseñándolas á observar todas las cosas que os
he mandado. Y mirad que yo estoy con vosotros todos los dias hasta
la consumacion del siglo ' .
Encárgales primero que anuncien su Evangelio á las gentes , y
que bauticen en el nombre de las tres divinas Personas á cuantos
quieran entrar en el redil de su Iglesia. Añadeles que á los ya bau
tizados у hechos miembros de su místico cuerpo les enseñen á
guardar cuantas cosas les habia Él encomendado , esto es , la pureza
de la doctrina revelada y la santidad de la vida con la guarda de
los divinos preceptos . Y para que no desconfien de sus débiles
fuerzas en el cumplimiento de tan árdua y dificultosa empresa , les
pone ante los ojos la continua asistencia que él les prestará en el
desempeño de este oficio hasta el fin de los siglos , fortificando sus
corazones contra todos los obstáculos que se les presenten , y pre
servando sus inteligencias de todo error en materia de doctrinas re.
ligiosas y morales .
La misma promesa les hacía , cuando poco antes de su muerte les
dijo estas palabras : Si me amais, guardad mis mandamientos. Y yo
rogaré al Padre , y os dará otro consolador, para que more siempre
con vosotros el espíritu de la verdad á quien no puede recibir el mun
do . El Consolador, el Espiritu Santo que enviará el Padre en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas , y os recordará todo aquello

1 Matt. , XXVIII , 19-20


58
914 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno
que yo os hubiere dicho ' . El Espiritu Santo, espíritu de verdad , se dice
que estará siempre ( in aeternum ) con los Apóstoles y con cuantos
sucedan á los Apóstoles en el mismo oficio de apacentar y gobernar
la Iglesia , enseñándoles y recordándoles todo aquello que Cristo
predicó en este mundo . A causa de esta asistencia continua del Sal
vador y del Espíritu Santo , dice el Apóstol San Pablo que Jesucristo
es Esposo de la Iglesia y Cabeza de este cuerpo místico . Todas las
cosas, escribe á los Efesios, puso ( el Padre ) bajo sus plantas, y lo
ha constituido cabeza de toda la Iglesia , la cual es su cuerpo y en la
cual aquel que lo completa todo en todos; halla el complemento de
sus miembros 2. Las casadas , añade en la misma Epistola , estén sä
jetas á sus maridos como al Señor, por cuanto es cabesa de la Igle
sia , que es su cuerpo mistico 3 .
Como cabeza , pues , de este cuerpo místico , y como superior nato
de esta su querida Esposa , debe tomar á su cargo la direccion espi
ritual de la Iglesia , gobernándola y enseñándola de tal manera , por
medio de sus ministros , que ninguna medida disciplinal ó doctrinal
relativa à todo el cuerpo de los fieles conduzca de suyo á la destruc
cion de la misma Iglesia . Porque de lo contrario , este error, tanto
en las cosas de la disciplina universal , como en las de fe y costum
bres, sería con razon moralmente atribuido al mismo Jesucristo. Es
decir que el Salvador, en razon de Esposo y superior de la Iglesia,
cuida siempre de que sus pastores y doctores nada enseñen ni or
denen en materia de fe y de costumbres , que sea perjudicial a todo
el cuerpo de los fieles cristianos.
De aquí es que el mismo Apóstol no duda en escribir a su disci
pulo Timoteo en orden a este mismo asunto , diciéndole resuelta
mente que la Iglesia es columna y apoyo de la verdad , “ columna et
firmamentum veritatis , 4. Porque esta infalibilidad , comunicada por
Dios al cuerpo docente de los Obispos unidos en fe y comunion con
los sucesores de Pedro y mediante el magisterio de éstos a todo el
cuerpo de los fieles, hace que toda la Iglesia en masa conserve
firmisimamente la verdad enseñada por el Hijo del Eterno Padre,
y que se mantenga siempre en la fe recibida , a pesar de todos
los asaltos del infierno.

Joan . , XIV , 15-26.


2 Ephes . , 1 , 22-23 .
3 Ibid ., V, 23-24 .
4 I Timoth . , 111, 15 .
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 915

Y esta misma infalibilidad tambien la prometió el divino Salvador


cuando , despues de anunciar á San Pedro que sobre su Cátedra
Apostólica como sobre firmísima é inquebrantable roca habia él de
s edificar su Iglesia , le dijo que contra ella no prevalecerian nunca las
puertas del infierno !
Si el infierno con sus ardides lograra que el cuerpo docente de la
- Iglesia cayera en algun error concerniente a las cosas de la fe y
* costumbres , la Iglesia entera sería así engañada y vencida por el
. Padre de la mentira . Porque á los fieles corresponde , como simples
ovejas que son del rebaño de Jesucristo , oir la voz de sus pastores,
y seguirla con docilidad , no levantar cátedra contra ellos y ponerse
á enseñarles las cosas de la Religion y convertirse en pastores suyos ;
y así , teniendo que obedecer al cuerpo docente en estas materias,
y cayendo él en error , este mal se haria extensivo tambien á todos
los cristianos é inficionaria a la universal Iglesia.
Así es que la Iglesia , tanto en los Concilios universales como
fuera de ellos , ha mirado siempre como herejes ó cismáticos , ene
migos de Dios é hijos abortivos del infierno , á todos cuantos no han
querido someterse a los juicios y decretos del episcopado unido con
la Cátedra de San Pedro . El primer Concilio celebrado por los
Apóstoles en Jerúsalen le ha servido siempre de norma para cele
brar todos los demas; y por tanto , en sus definiciones doctrinales , no
menos que en sus medidas disciplinales , se ha creido siempre , á
imitacion suya , asistida del Espíritu Santo . Como aquel primer Con
cilio han dicho despues todos los Concilios generales : Nos ha pare
cido á nosotros y al Espiritu Santo, etc. Y en consecuencia de esto
todo el que despues no queria someterse á sus decisiones era con
siderado por la Iglesia universal como hereje ó cismático , segun
fuese un punto doctrinal ó disciplinal la materia sobre que versaba
su desobediencia.

2 En esto ciertamente no hacian otra cosa sinó cumplir al pié de la


letra aquel mandato del Salvador que dice : Si no oyere á la Iglesia,
tenlo como un gentil y un publicano 2 , es decir, como un hombre
perdido y puesto fuera de la Iglesia, despojado del hermoso ropaje
de la gracia santificante y cubierto de vicios á la manera de los cor
rompidos publicanos . ¿ Qué tribulaciones no tuvieron que padecer á
veces los cristianos por esta causa , obstinándose los herejes en que

Matth . , XVI , 18 .
2 Idem , XVIII , 17 .
dad absoluta de conflicto alguno
916 Imposibili

habian de pertenecer á la Iglesia y persistiendo ésta en arrojarlo,


fuera de su seno ? Basta recordar lo acaecido en tiempo de los arri :
nos . Estos malyados se empeñaban en destruir la fe de Nicea, alte
rando el símbolo que habia sido aprobado y decretado en aque
primer Concilio ecuménico . Para conseguir su intento , procuraron
con diligencia lograr el auxilio de las potestades temporales; y des
graciadamente lo consiguieron en tanto grado , que llegaron á arran
car de la ciudad de Roma al Pontífice Liberio para que fuese con
ducido al destierro . Y no se contentaron con esto, sinó que al gran
de y esforzado San Atanasio , Patriarca de Alejandría , que era en
aquella lucha el campeon más decidido de los católicos, lo persi
guieron con todo género de atrocidades , haciéndole sufrir indec
bles padecimientos, y vivir durante largo tiempo en el fondo tene
broso de un sepulcro para librarse de sus pesquisas. Aún más : echa
dos de sus Sedes los obispos legitimos, pusieron por todas parte
otros de su comunion, afectando siempre ser verdaderos cristianos
y fieles discípulos de Jesucristo . Ya tenían todo cuanto podían de
sear ; ya mandaban exteriormente en una grande multitud de igle
sias. ¿ Pero lograron con esto pervertir la fe de la verdadera Iglesia
De ninguna manera : la verdadera Iglesia sufria toda suerte de veja
ciones por permanecer fiel á la doctrina y á los mandatos de su ce
lestial esposo Jesucristo : los fieles, unidos á la Cátedra de Pedro y
á todo el episcopado católico , se mantuvieron siempre firmes en no
querer comunicar con los obispos arrianos , y con admirable forta
leza los trataron como á verdaderos herejes, mirándolos en todas
partes como á emisarios del demonio . Otro tanto sucedió en los
demás Concilios generales posteriores , y sucederá siempre hasta la
consumacion de los siglos .
Lo que decimos de la Iglesia docente reunida en Concilio esto
mismo se ha de entender tambien del magisterio por ella ejercido,
hallándose esparcida por toda la superficie del globo . Los fieles han
oido en todos tiempos sumisos su celeste voz , manifestándose pron
tos á seguir las amonestaciones de los obispos, siempre que las
creian conformes á las enseñanzas del Pontifice romano . Dondo
quiera que se levantaba un novador , luego los obispos procedian
contra él y contra sus secuaces en los Concilios particulares cele
brados al efecto . Y si las resoluciones en ellos tomadas contra aque
llos revoltosos no eran bastantes á aquietarlos, se llevaba la causa
el Vicario de Jesucristo y sucesor de Pedro , y él ponia definitiva
mente término á la contienda ; si no es cuando, teniendo por conve
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia. 917

niente obrar de otro modo , hacia que se reuniese un Concilio uni


versal , donde todos los obispos del orbe católico pudiesen dar su
voto sobre el asunto, para que el error quedase confundido у des
hecho de una manera más gloriosa .
¿ Y qué diremos de la intima persuasion en que se hallaban los
antiguos Padres en órden á la infalibilidad del Papa cuando , obran
do como cabeza de la Iglesia, y en virtud de la autoridad de nues
tro Señor Jesucristo, comunicada al Apóstol San Pedro , da alguna
definicion en materia de fe y de costumbres ? Todos ellos , así grie
gos como latinos, la miraban como un dogma de fe evidentemente
contenido en la tradicion y en las divinas Escrituras . " No conviene ,
escribe San Ireneo ! , buscar todavía entre otros la verdad que con
facilidad puede ser tomada de la Iglesia , habiendo colocado en ella
los Apóstoles como en rico depósito todo cuanto hay de verdad ,
para que todos cuantos quieran tomen de ella la bebida de la vida .
Porque esta es la entrada de la vida : todos los demas son rateros y
ladrones. Por lo cual es preciso evitarlos por una parte , y por otra
amar con suma diligencia todo cuanto es de la Iglesia , siguiendo
fielmente la tradicion de la verdad . Pues qué , si surgiera alguna
disputa sobre alguna pequeña cuestion , no deberíamos recurrir á
las iglesias más antiguas , en que conversaron los Apóstoles y re
cibir de ellas , tocante á la cuestion mencionada , lo que es cierto y
evidente ?, Origenes , explicando aquellas palabras de San Mateo :
Las puertas del inferno no prevalecerán contra ella : “ ¿ Quién es
esta ella . escribe . ¿ Es acaso la piedra sobre que edifica Cristo su
Iglesia ? ¿ O es la misma Iglesia ? Porque la locucion es ambigua. ¿ O
son , por ventura , la piedra y la Iglesia , como si fueran una y misma
cosa ? Esto último es lo que tengo por verdadero . Porque, ni contra
la piedra sobre la cual edifica Cristo su Iglesia , ni contra la Iglesia ,
prevalecerán las puertas del infierno , ? San Alejandro , obispo de
Alejandría, expresaba tambien á principios del siglo iv este mismo
pensamiento con las siguientes palabras : “ Confesamos la existencia
de Dios y de una sola Iglesia católica y apostólica , la cual en verdad
es inexpugnable , aunque todo el mundo le mueva guerra , y saldrá
vencedora de toda impía faccion de herejes que se levanten contra

1 S. Ireneo , lib . III, Contra haeres. , cap . IV, 1 , 1. ( Pat. gr. de Migne, tom. vii ,
página 855. )
2 Orígenes , in Matth ., tomo xii , núm . 11. (Pat. griega de Migne, tom. XII , pági
pa 199.)
918 ilidad o
Imposib absoluta de conflict alguno
ella , ' . San Atanasio , que vivió por el mismo tiempo , para recha
zar á los herejes, harto envalentonados en aquella época tan cala
mitosa, decia : “ Basta responder a sus paradojas con estas palabras:
Estas cosas no son de la Iglesia católica , ni es esta la sentencia de
los Padres , ? Y San Crisóstomo : “ Nada , dice , hay más poderoso
que la Iglesia : ¡ Oh hombre ! deja de moverle guerra ; no consumas
inútilmente tus fuerzas. No lleves la guerra al cielo ... Si impugnas a
la Iglesia , es imposible que venzas , porque Dios es más fuerte que
todos , 3. San Isidoro Pelusiota , explicando las ya citadas palabras
de San Mateo , escribe : “ Por las puertas del infierno entiende Cristo
las reuniones de los hombres impíos y las blasfemias de las herejías,
las cuales cosas todas quebranta y expugna la Iglesia haciéndoles
resistencia , sin que pueda ser vencida „ 4 .
Y si de los griegos pasamos á los latinos , hallaremos á un San
Cipriano escribiendo en su excelente libro De la unidad de la Igle
sia , que la Esposa de Cristo no puede cometer adulterio , porque
está siempre intacta en su pudor virginal; que no conoce sinó itu
sola casa , y guarda con casto pudor la santidad de un solo lechos;
que á la Sede Romana no puede llegar la perfidia del error ,
Oiremos además á un San Jerónimo explicarse en los mismos tér
minos que San Atanasio у decir que , sin necesidad de razonamiento

alguno, pueden todas las herejías ser abrasadas con el sol ardiente
de la Iglesia 7. Este mismo doctor nos hará observar que la Iglesia
ha de ser en verdad trabajada con persecuciones hasta el fin del
mundo ; pero que jamáspodrá ser vencida , porque Dios.es quien sobre
esto ha empeñado su palabra : . Y qué diremos de San Agustin , de
este filósofo profundo, de esta águila de los doctores, que con tan
alta penetracion ha expuesto las doctrinas cristianas ? En varios lu
gares profesa abiertamente esta infalibilidad, dándola por una cosa
tan cierta y averiguada , que el pensar lo contrario lo tiene por la
mayor locura del mundo . En el sermon primero del Símbolo , ex

I S. Alexand . , en la Epist. de ariana haeresi ad Alexandrum Constantinopolita


num , núm . 12 .
2 S. Atanasio , Epist. ad Epictetum Corinth . episc ., núm . 3 .
3 S. Crisóstomo, Homil. ante exil. , núm. I.
4 S. Isidoro Pelusiota, lib. I, epist. 238 .
5 S. Cipriano, lib . De Unitate Ecclesiae, núm . 6 .
.6 Idem, Epist. 55 ad Cornelium contra Felicissimum et Fortunatum .
7 S. Jerónimo, Diálogo contra los luciferianos, núm . 27 .
8 Idem, Commentar. in Amos, lib . III, cap . ix . -
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia. 919

plicando aquellas palabras , la Santa Iglesia , se expresa en estos


términos : “ El templo santo de Dios es la misma Iglesia verdadera,
la Iglesia católica , que pelea contra todas las herejías. Ella puede
ser combatida , pero nunca jamás vencida. De ella salieron todas las
herejías como sarmientos inútiles cortados de la vid ; pero ella per
manece en su raíz , en su vid , en su caridad . Las puertas del infierno
no la vencerán , ' . En el libro primero contra Cresconio , cap . XXIII,
escribe : “ Es tenida por nosotros la verdad de las Escrituras , cuando
hacemos lo que ya de antemano viene aprobando la Iglesia , la cual
por la autoridad de las mismas Escrituras es recomendada, para que,
no pudiendo inducir á error la Escritura , todos cuantos en la oscu
ridad de esta cuestion temen equivocarse, consulten á aquella Iglesia,
que sin ambigüedad alguna es designada por la Escritura. „ Y en la
epistola 118 ? , respondiendo á Januario sobre ciertas preguntas que le
habia hecho , le da esta regla general para que sepa lo que debe
pensar en toda materia religiosa. " A esto respondo , le dice , que si
alguna de estas cosas está prescrita por la autoridad de la divina
Escritura , no cabe duda sinó que debe ser hecha en la misma forma
designada; de suerte que , en tal caso , ya no cabe cuestion alguna
sobre el modo en que la tal cosa ha de ser hecha , sinó solamente
sobre los misterios en ella encerrados. Otro tanto debe observarse
cuando esta es la práctica de la Iglesia universal. Porque por esto
mismo seria una insolentisima locura el disputar sobre si debe obrar.
se ó no de esta manera . , Es inútil multiplicar más los testimonios:
como éstos , sin embargo , podrian traerse hasta lo infinito ; que no
podia ser otra cosa , hablando de ello con tanta evidencia las Santas
Escrituras, segun sabiamente observa San Agustin en las palabras
poco há citadas.
Si queremos ahondar ahora algun tanto en la naturaleza de este
importantísimo dogma de la Religion cristiana , y considerar la ma
nera con que Dios Nuestro Señor comunica a su Iglesia esta su
infalibilidad en lo tocante á la salvacion eterna , bien pronto halla
remos que los simples fieles , en tanto participan de esta hermosa
prerrogativa, en cuanto se unen y adhieren al magisterio divino del
Episcopado , y que éste tambien á su vez recibe de la divina sabi
duría este precioso don , por cuanto comunica y se hace una misma
cosa , en el oficio de enseñar y gobernar la porcion del rebaño con

I S. Agustin , Sermon I de Symbolo , cap. vi . ( Ed. maur. , tom , vil , pág. 1,607 . )
2 ' Idem , Epist. 118 ad Januarium , cap. v . ( Edic, maur. , epist . 54. )
920 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

fiado á su cuidado , con el Pontifice romano , sucesor de San Pedro


en el Primado y Vicario de Jesucristo aquí en la tierra . Por lo que
toca á las relaciones que en las cosas de la Religion deben mediar
entre los simples fieles y los Obispos , ya hemos hecho ver en este
mismo capítulo cuál ha sido la mente é intencion de nuestro divino
Salvador : el Obispo debe ser el modelo y dechado perpétuo del
rebaño confiado á su vigilancia , y éste se halla obligado a seguir
con docilidad las instrucciones , consejos , exhortaciones y manda
tos de su pastor respectivo . Por eso miéntras al Obispo se le dice
que guarde el depósito de la doctrina recibida de Dios , que pre
dique la divina palabra , que inste á tiempo y fuera de tiempo , ri
prenda , ruegue y amoneste con toda paciencia y doctrina ?; que
apaciente la grey de Dios encomendada , teniendo cuidado de ella ,
no por fuersa , sinó de voluntad segun Dios , ni por amor de vergon
sosa ganancia , mas de grado, ni con algun aire de soberbio señorio
sobre la clerecia , sinó hecho dechado de la grey con toda sinceri
dad 3 , y otras cosas á este tenor ; á los simples fieles se les amones
ta que obedezcan con humildad y sumision á sus Prelados , estando
les sujetos 4 , y que guarden y hagan todo cuanto ellos en sus instruc
ciones les encomienden 5, seguros de que quien desprecia y no atiende
á los enviados de Jesucristo , desprecia y desatiende al mismo Jesu
cristo , y á su Padre celestial 6. En conformidad de lo cual , los
Padres tambien enseñan que la Iglesia está en el Obispo , y el
Obispo en la Iglesia ; de suerte que quien no está con el Obispo,
tampoco está en la Iglesia ? ; que no es Iglesia la que no tiene
sacerdotes 8 ; que el consentimiento de todos los Obispos es la fe
de la Iglesia católica ' ; que la palabra Iglesia , finalmente , en aquel
texto de San Mateo , Dilo á la Iglesiao, segun el cual se manda i
los cristianos dar aviso de los pecados perjudiciales á la Cris
tiandad , cometidos por cristianos que de ellos no quieren enmendar

I I ad Timoth ., VI, 20 .
2 II ad Timoth . , IV, 2 .
3 I Petr. , V, 2-3 .
4 Hebr. , XIII , 17 .
5 Matth . , XXIII , 3 .
6 Luc . , X , 16 .
7 S. Cipriano , Epist. 69.
8 S. Jerónimo , Diálogo contra los luciferianos , núm . 21 ,
9 S. Cirilo Alejand ., Epist. synod . ad Nestorium .
10 Matth . , XVIII , 17 .
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 921

se , significa , no la colectividad entera de los fieles, sinó únicamente


el Prelado ú Obispo superior de aquella iglesia particular en que el
pecado se comete " .
Y pasando de esta consideracion á las relaciones que deben me
diar entre el cuerpo Episcopal de toda la Cristiandad y el sucesor
de San Pedro en orden a la participacion de la citada prerrogativa,
no cabe la menor duda sinó que la Cátedra de Pedro es á todas las
demas lo que cada una de ellas es á su rebaño respectivo . Jesucris
to nos lo ha manifestado en términos claros y explícitos , que no
admiten réplica ni tergiversacion alguna . En el Evangelio de San
Mateo 2 nos dice que el edificio de su Iglesia habia de estar asenta
do sobre la roca inmóvil é inquebrantable de la Sede de Pedro , sig
nificándonos con esta metáfora que la Sede Apostólica del Principe
de los Apóstoles habia de hacer en la Iglesia universal , con la asis
tencia particular y sobrenatural del Espíritu Santo , el mismo oficio
que en una casa desempeñan los fundamentos, á saber : darle firme
za y solidez , mantenerla en la unidad de la fe y de la verdadera
doctrina , y sacarla victoriosa de todo asalto que el inſierno preten
diese dar contra ella con sus persecuciones sangrientas y con sus
errores perniciosos .
Y esto mismo tambien quiso dar a entender el divino Fundador
cuando, al anunciar á sus Apóstoles en la noche de su Pasion los
tormentos y muerte que iba á sufrir por la redencion del humano
linaje, y cómo todos ellos le habian de abandonar, dejándole en
manos de sus enemigos , y Pedro habia de cometer la villania de
negarle , dijo a este último : ; Simon, Simon ! Mira que Satanás va
tras de vosotros para zarandearos como trigo; mas yo he rogado
por ti, á fin de que tu fe no peresca ; y tú, cuando te conviertas y ar
repientas, confirma en ella á tus hermanos 3. La perseverancia é in
movilidad en la fe y en todas las demas verdades concernientes á
la salvacion eterna, esto es lo que pidió y obtuvo Nuestro Señor
Jesucristo de su Eterno Padre para su Apóstol y para todos los
demas Obispos que en la série de los tiempos le habian de suceder
en el oficio de apacentar a los fieles, y de regir la universal Iglesia .
Por eso encargó á San Pedro, y en él á todos sus sucesores , que,
conociendo en sí mismo por su propia experiencia lo flaco que es el

I S. Crisóstomo , Teofilacto , Eutimio , etc. , etc.


2 Matth . , XVI, 18.
3 Luc . , XXII , 31-32,
922 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

hombre en las cosas de Religion abandonado á sus propias fuerzas,


cuidase de confirmar á sus hermanos en la fe , para que esto mismo
hiciesen despues los demas Vicarios .
Por donde se ve que los sucesores de San Pedro en el Primado
han recibido de Jesucristo la firmeza de la fe juntamente con la mi
sion de comunicar esta misma prerrogativa á todos los Obispos de
la Cristiandad , atrayéndolos á sí, unificándolos en sus enseñanzas,
produciendo en toda la pluralidad de los doctores católicos la mag
nífica unidad de un solo magisterio, cosa tan necesaria en la Iglesia
para preservarla de los cismas y de las herejías. Es decir, que los
Obispos , en el magisterio cristiano, son infalibles por la union y co
municacion que deben tener en la doctrina con la Cátedra de Pedro,
y ésta es verdadero centro de unidad con respecto á todos ellos,
no ménos que respecto de todos los demas fieles de la Cristiandad
entera .
En tres ocasiones durante su vida pasible habia hablado Jesucris
to á San Pedro acerca de esta celestial prerrogativa; la primera ,
cuando le recibió en su compañía, mudándole el nombre de Simon
en el de Pedro, para indicarle que tenia formada ya su resolucion de
conferirle el Primado de su futura Iglesia ; la segunda , cuando le pro
metió abiertamente que sobre él , como sobre firmísima roca , habia
de edificar el edificio de su reino espiritual, cuyo fundamento y base
habia de ser la Sede Apostólica de Pedro , reinando siempre en ella
este Apóstol sobre toda la Cristiandad , por medio de sus sucesores,
hasta el fin de los siglos; la tercera , finalmente , estando ya próximo
á la muerte , cuando como á Pastor universal que habia de ser de
todas sus ovejas, le encomendó el cuidado de confirmar á sus her
manos en la fe hasta que volviesen á verle glorioso y resucitado.
Pasada ya la deshecha tormenta de sus tribulaciones , y salido
que hubo triunfante del sepulcro en la forma anunciada de antema
no , cumplió á sus discípulos la palabra que les habia dado de vol
verles á ver, apareciéndoles repetidas veces y hablando con ellos
por espacio de cuarenta dias acerca del reino de Dios , ó sea de la
forma y trazas que habian ellos de guardar en el establecimiento y
gobierno de su Iglesia. Entonces fue cuando cumplió tambien á San
Pedro la promesa que le tenia hecha de nombrarle Jefe supremo de
esta Iglesia , cometiéndole el encargo de apacentar las ovejas y los
corderos de su futura grey , ó sea la universalidad de los fieles, hasta

I Act ., 1 , 3.
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 923

que viniese al fin de los siglos á juzgar á los hombres , dando á


cada uno de ellos su merecido . Y para ponderarle así la suma y alta
importancia del oficio que le encomendaba, como el abrasado amor
y celo que para ejercerle cual conviene se necesita , le preguntó tres
veces si le amaba ; y si le amaba , no con un amor vulgar y comun ,
cual puede ser bastante en la generalidad de los cristianos , ni con
un grado de excelencia propio de los ordinarios Pastores , sinó con
un ardor excelentísimo , superior al de todos los demas y propor
cionado a la naturaleza de la mision que le encomendaba. Porque
no le daba un encargo cualquiera , sinó que le constituía Pastor uni
versal de su rebaño , para apacentar las ovejas y los corderos , sin
excepcion de ninguna clase ; para confirmar en la fe á sus hermanos;
para atar y desatar á su arbitrio en su reino ; para sostener , en una
: palabra , con su doctrina , amonestaciones y preceptos , la unidad
del cuerpo místico de su Iglesia. Hé aquí como narra este suceso el
apóstol San Juan en el último capítulo de su Evangelio : Acabada la
comida , dice Jesus á Simon Pedro: “ Simon , hijo de Juan , me
amas tú más que estos ? „ Dicele : “ Si, Señor , tu sabes que te amo. ,
Dicele : “ Apacienta mis corderos. „ Segunda vez le dice : “ Simon ,
hijo de Juan , me amas : „ Respondióle : “ Si, Señor , tú sabes que
te amo. , Dicele : “ Apacienta mis corderos , Dicele tercera ves :
“ Simon , hijo de Juan , me amas ?' , Pedro se contristó de que por
tercera vez le preguntase si le amaba , y así respondió : “ Señor , tú
lo sabes todo ; tú conoces bien que yo te amo. » Dijole Jesus : “ Apa
cienta mis ovejas.
Con tan manifiestos testimonios de la Escritura no es de admirar
que los antiguos Padres , así en los Concilios universales como fuera
de ellos , profesaran esta infalibilidad de la Sede Apostólica como
uno de los dogmas cristianos . Así , oiremos á Orígenes decir que
ni contra la Iglesia, ni contra la Cátedra apostólica que le sirve de
fundamento , prevalecerán jamás las puertas del inferno " ; y San
Epifanio nos repetirá lo mismo ? ; y San Leon añadirá que sólo el
Anticristo ó el demonio se atreverá á conmover la inexpugnable fir
mesa de esta piedra, en vista de tan terminantes promesas del Sal
vador 3 , San Agustin , para refutar á los donatistas , escribirá que la

| Orígenes , in Matth . , tomo xii , núm . 11. (Pat . gr. de Migne, tomo xil , pá
gina 199. )
2. S. Epifanio , Ancorato , núm . 9 .
3 S. Leon , Epist. 75 ad Leonem Augustum , cap . II . ( Edic. de Migue , Epist. 156 .
924 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

Sede de Pedro es la piedra que no vencen las puertas del infierno ;


y para apartar á los fieles de la herejía pelagiana , les dirá que Roma
ha dado ya su fallo contra ella , y que , por tanto , la causa está ya
terininada ? Y San Máximo 3 , y Teodoro Studita 4 , y Juan , Pa
triarca de Constantinopla 5 , y San Pedro Damiano 6 , y el Crisolo
go ?; y San Ignacio Constantinopolitano 8 , y Posesor , obispo de
Africa 9, y otros ciento , se expresarán en los mismos ó equivalen
tes términos .
San Ambrosio resumirá todas estas sentencias en una simple fór
mula , diciendo : “ Él mismo es quien me dijo : “ Tú eres Pedro , etc. ,
Donde , pues , está Pedro , allí está la Iglesia , y donde está la Iglesia,
allí no hay muerte alguna 1o . San Jerónimo será más enérgico
todavía , y llamará al Pontífice romano piedra de la fe " ; y San
Crisóstomo usará este mismo lenguaje diciendo que la Sede romana
es base inmoble de la fe 12 ; y el Concilio general IV ampliará esta
misma idea , diciendo que el Pontifice de Roma es diamante de la fe,
de suerte que no puede ser vulnerada su mente con las acometidas y
conflictos de las opiniones ajenas á la verdad católica 13. El Concilio
Constantinopolitano IV confesará explícitamente que en la Sede
Apostólica todos los dias se está cumpliendo con los hechos aquella
promesa de Cristo hecha á su primer 'Obispo el Principe de los
Apóstoles , en órden á la perpétua incorruptibilidad de su doctrina ;

I S. Agustin , in Ps. contra partem Donati. ( Opp . , tom . XII, pág. 30. ed ., Migre.)
2 El mismo , serm . 2 , De verbis Apostoli, cap. x.
3 S. Máximo, Epist. ad Marinun . ( Patrol. griega de Migne , tom . xci , pág. 138.)
4 Teodoro Studita , Epist. 63 ad Naucratium . ( Migne, Patrologia gricks,
tomo xcix . )
5 Juan Obispo Constant. , Libello ad Hormisdam , Hállase entre las Cartas de este
Papa . ( Migne, Patr. latin ., tom . 1xml, y 1 de las Obras de Boecio, pág . 443. )
6 S. Pedro Damiano , Opusc . 38, cap. 1 ( Migne, Patr. lat. , tom . cxlv, pág. 634.)
7 S. Pedro Crisologo , Epist. ad Eutychen . ( Migne , Patr . lat., tom . lv , pá
gina 740. )
8 S. Ignacio Copstant . , Epist. ad Nicolaum . ( Encuéntrase en la Coleccion de
Concilios de Harduino , Concil. Constantinopol., IV , act . 1 , tom , v , pág. 791. )
9 Posesor , obispo de Africa , Epist. ad Hormisdam . ( Migne, Patr . lat., tom. LXIII,
página 489. )
IO S. Ambrosio , in Psalm . 40 , núm . 30 .
II S. Jerónimo , Epist. 15 ad Damasum , núm . 2 .
12 S. Crisóstomo , Homilia in illud II ad Timoth . N. I , In novissimis diebus, etc.
( Patr. griega de Migne , tom . Ľvi, pág. 275. )
13 Concilio IV , Prosphonetico . ( Encuéntrase en la Coleccion de Harduino , tom. II ,
pág. 1.419. A. )
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia. 925

porque en ella siempre se ha conservado inmaculada la Religion y


celebrado la doctrina santa 1 .
Sería nunca acabar , si hubiéramos de referir uno por uno todos
jos testimonios de la antigüedad con que viene expresada clara
mente la fe de la Iglesia universal sobre este asunto . Basta añadir
á los dichos los de San Ireneo , San Cipriano , San Jerónimo y San
Agustin , varones notabilísimos no menos por su ciencia y por su
erudicion que por su santidad excelsa . El primero de ellos se expre
sa de este modo tocante á la Iglesia romana : A esta Iglesia , por
razon de su principal primacía, es necesario se una toda la Iglesia
universal, esto es, todos los fieles del universo ; en ella ha sido siem
pre conservada por todos los indivíduos de la Cristiandad la tradi
cion que viene de los Apóstoles , ? . San Cipriano , escribiendo al
Papa Cornelio contra Felicísimo y Fortunato , le dice : “ Se atreven
á navegar y llevar de los cismáticos y profanos cartas a la Cátedra
de Pedro , donde ha tenido origen la unidad sacerdotal ; y no pien
san que los romanos son tales , que su fe ha sido alabada por el
mismo apóstol San Pablo , y que en ellos la perfidia no puede tener
entrada , 3. Y San Jerónimo : “ Entre vosotros solos , escribe al
Pontífice San Dámaso , se conserva incorrupta la herencia de los
Padres : vosotros sois la luz del mundo ; vosotros la sal de la tierra;
á tu Beatitud , esto es , á la Cátedra de Pedro , me uno en comunion :
sé que sobre esta piedra ha sido edificada la Iglesia. Quien quiera que
no agrega contigo, esparce ; esto es , el que no es de Cristo es del
Anticristo. Decretad , si gustais , y no temeré decir tres hipóstasis 4
Finalmente el grande obispo de Hipona escribia tambien diciendo :
“ En las palabras de la Sede Apostólica es tan antigua y fundada,
tan cierta y clara la fe católica , que á ningun cristiano católico es
lícito dudar en ella ,, 5 .
La misma práctica constante de la Iglesia manifiesta muy á las
claras la persuasion intima en que ha vivido siempre en orden a la
existencia de esta prerrogativa en la Cátedra romana. En los tres
primeros siglos fueron condenadas muchas herejías por los romanos

I Concilio Constant. IV , act , I. ( En la Coleccion de Harduino , tom. v , pági


na 773 , E. )
2 S. Ireneo , lib. ill adv . haeres ., cap III .
3. S. Cipriano, Epist. 55 ad Cornelium contra Felicis . et Fortunat.
4 S. Jerónimo, Epist. 15 ad Damas., núm. 2. ( Patr . lat. de Migne, tom . XXII, pá
gina 355. )
5 S. Agustin , Epist. 157 , núm . 23. ( Edic. Maur. , 190. )
926 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

Pontifices, sin Concilio alguno que para ello se reuniese ; de suerte


que pudo escribir con entera verdad San Agustin : “ Son mucho
mayores en número sin comparacion las herejías que han sido con
denadas fuera de los Concilios que en los mismos Concilios , ' . Y
su condenacion fué absoluta é irrefragable; puesto que , una vez re
probada su doctrina por la Sede Apostólica , reprobada quedó para
siempre , sin que ninguno osase poner correccion a este juicio . Y
su fuerza de obligar no la recibia del consentimiento de la Iglesia
universal , porque la sentencia del Papa comenzaba á producir su
efecto inmediatamente despues de proferida, y antes que pudiese
tener de ella conocimiento toda la Cristiandad . Asi fueron condena
dos los sectarios de Cerdon y Valentino el año 155 por el Papa Hi
ginio , segun escribe Eusebio Cesariense ? ; los de Teodoto en 196 ,
por el Papa Víctor , segun testimonio del mismo historiador 3 ; los
de Montano en 215 , por el Pontifice Zeferino, como consta por rela
cion de Tertuliano + ; los de Novato en 254 , por el Papa Cornelio s ,
y los de Paulo Samosateno en 273 , por el Papa Félix' 6 .
Y no podía ser otra cosa , considerada la naturaleza de la fe , pues
ésta exige, por parte de los fieles que la han de recibir , un criterio
cierto é infalible, para poder ser discernida de las falsas doctrinas; y
ademas , que este criterio sea universal , permanente y de rápida
accion , para que con prontitud se pueda atender a las necesidades
de la Iglesia difundida por todas las partes del globo . ¿ Qué sería de
la cristiandad si , para apagar el incendio levantado por la herética
pravedad en alguna parte del mundo , hubiera de ser consultada pri
mero toda la Iglesia, dejándolo entre tanto propagarse libremente ?
La Iglesia de Jesucristo no hubiera sido sabiamente edificada,
siendo colocada la fuente de la infalibilidad en la colectividad de los
fieles , ó si se quiere , en la de los mismos Obispos . Este don divino
habia de ser trasfundido y comunicado a todo el cuerpo , partiendo
de un centro comun , que le diese la unidad en la profesion de su
fe y en la práctica de las virtudes cristianas. Por eso el gran Padre
de la Iglesia San Jerónimo , queriendo dar razon de las causas que
movieron a Nuestro Señor Jesucristo á establecer el Primado , dice

1 San Agustin , lib. IV ad Bonif., cap . últ .


2 Eusebio , hist., lib. 1 , cap . x .
3 Idem , lib. v , cap . XXVII .
4 Tertuliano , libro de Jejunio, cap. I.
5 Eusebio , lib, vi , cap. XLI .
6 San Cirilo , en la Apologia de sus Anatematismos, anatem . VI .
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 927

estas notables palabras : “ Aunque sobre todos los Apóstoles está


igualmente asentada la firmeza de la Iglesia , sin embargo , entre
los doce es elegido uno , para que , con el establecimiento de un su
perior ó cabeza , se quitase la ocasion del cisma , ! Y en el Diálogo
contra los luciferianos decia : “ La salud de la Iglesia está cifrada en
la dignidad del Sumo Sacerdote , sin cuya potestad extrema y por
todos reconocida, habria tantos cismas cuantos son los sacerdo
tes , ? . Y San Cipriano : “ Dotados, escribe, estaban ciertamente
todos los demas Apóstoles de un honor y potestad iguales á los de
Pedro ; pero la colectividad procede de la unidad , y es dado á Pedro
el Primado, para que la Iglesia se muestre una , 3. El mismo Santo ,
escribiendo al Papa Cornelio , le dice : “ Todas las herejías y todos
los cismas han tomado su origen de no guardar la obediencia debi
da al Sacerdote de Dios , y de no considerar que existe en la Iglesia
un Sacerdote y Juez visible para que haga las veces de Nuestro
Señor Jesucristo , * .

La prerrogativa, pues, del Primado , fué instituida por Jesucristo


para que la Iglesia tuviese unidad en la profesion externa de su fe y
en las prácticas religiosas del culto , que habian de ser comunes á
todos los cristianos . Esto es lo que intentaba significar el Santo
Obispo de Cartago , cuando escribia que la institucion divina del
Primado tiene por objeto hacer que la Iglesia muestre al exterior la
unidad interna de que está animada con las virtudes sobrenaturales
de la fe , de la esperanza y de la caridad , las cuales deben informar
á todos y cada uno de los miembros del cuerpo místico de Jesu
cristo. La Iglesia muestra al exterior esta su unidad con la profesion
externa de su fe , y con el uso tambien externo de los Sacramentos
instituidos por nuestro divino Salvador; y tanto el uno como la otra
deben ser regulados por el sucesor de Pedro , Vicario de Jesucristo
aquí en la tierra . Y para que , guiada y dirigida la Iglesia por un
pastor naturalmente flaco y falible , no dięse consigo en el abismo
de los errores contrarios al dogma y perjudiciales al bien espiritual

I San Jerónimo , lib. 1 , contra Jovinianum , núm. 26 .


2 Ecclesiae salus in summi sacerdotis dignitate pendet , cui si non exsors quae
dam et ab omnibus eminens tribuatur potestas , tot in Ecclesia schismata orientur, quot
sacerdotes. , ( Id. , ibid .)
3 San Cipriano , lib. de Unit. Eccles., núm. 4.
4 - Neque enim aliunde haereses obortae sunt aut nata sunt schismata, quam dum
sacerdoti Dei non obtemperatur , nec unus in Ecclesia ad tempus sacerdos et ad tem
pus judex vice Christi cogitatur. » ( Idem , Epist. 55 ad Pap. Cornel .)
928 Imposibilidad absoluta de conflicto alguno

que ella busca , dió Cristo la infalibilidad a este su Pastor Vicario


en las doctrinas pertenecientes a la salvacion eterna , con lo cual
cumplió al pie de la letra aquello que en la persona de sus discípu
los habia prometido á la Iglesia entera diciendo : Mirad que estoy
con vosotros todos los dias hasta la consum acion del siglo ' .
Jesucristo está efectivamente en su Vicario , rigiendo y gober
nando á toda la Iglesia , inspirándole medidas sabias y prudentes
para el gobierno de su espiritual rebaño , y preservándolo de todo
error en todos los actos propios de su oficio pastoral, ora relativos
á la fe y costumbres , ora á los derechos y disciplina universal de la
Iglesia . Sin esta asistencia especialísima los Pontifices de Roma , al
cabo de tantos siglos y con tanta variedad de cuestiones doctrina
les tan abstrusas como en ellos se han agitado , no hubieran dejado
de pagar a la flaqueza humana el tributo que vemos rendirle todos
los hombres ; se hubieran equivocado como todos los demas Obis
pos de las otras cátedras cristianas . Este tributo no lo ha rendido
jamás la Sede de Pedro ; de ella podemos repetir hoy dia aquellas
mismas palabras proferidas por los Padres del Concilio IV de Cons
tantinopla y VIII de toda la cristiandad en el último tercio del si
glo ix, las cuales dejamos escritas más arriba : “ Lo que Jesucristo
dijo de la Sede de Pedro : Tú eres Pedro y sobre esta piedra, etc., lo
vemos comprobado con los hechos. Porque en esta Sede Apostol
ca siempre se ha conservado inmaculada la Religion católica, y se
ha celebrado la doctrina santa . ,
de
Quiera el Señor en su infinita misericordia herir con un rayo
su luz soberana á los innumerab les que andan extraviados fuera
del camino de la verdad , para que vean claramente lo que con su
ceguera más ó ménos culpable no pueden reconocer . La existencia
del divino Espíritu en la Iglesia católica , de ese Espiritu de verdad
y santidad , que no puede recibir el mundo , porque ni lo ve ni lo cono
ce 2.y porque todo él está poseido del mal espiritu 3 ó sea del demo .
nio , es un hecho sensible y palpable a todos los hombres de buena
voluntad . La infalibilidad del Vicario de Jesucristo en sus actos pas
torales relativos á las doctrinas de la fe , de las costumbres y de los
derechos de la Iglesia , es cosa tambien tan manifiesta , que no puede
ser negada sinó por quien voluntariamente ciego no quiere cono

1 Matth ., XXVIII , 20 .
2 S. Juan, xiv , 17.
3 I Joan. , V , 19 .
entre el Catolicismo y la verdadera ciencia . 929

cerla . Los racionalistas de nuestros tiempos se obstinan , como los


judíos en tiempo de Jesucristo , en amar más las tinieblas que la luz
por cuanto sus obras son malas ; pues quien obra mal, aborrece la luz,
y no se arrima á ella para que no sean reprendidas sus obras ',
Quieren vivir y gobernarse á su antojo sin cuidarse de las cosas de
la otra vida , y sin tener que sufrir las amorosas amonestaciones
de un Padre que reprenda sus locos extravíos . Les causa hastío la
Religion purísima y sobrenatural de Nuestro Señor Jesucristo ,porque
23 : están enamorados de su naturalismo en Filosofía, de su naturalismo
en Religion y de su naturalismo en Política ; tres naturalismos que
a constituyen la esencia de la Revolucion , y en que se halla recapi
tulada toda la malicia y perversidad del Principe de las tinieblas.
Cristianos : guardaos de estos tres naturalismos. Ellos son los ídolos
de nuestros dias, las formas engañosas que en estos últimos tiempos
han tomado las antiguas divinidades paganas.
Séame lícito por tanto concluir estas toscas páginas con aquellas
palabras del apóstol San Juan 2 , que me parecen sumamente aco
modadas a este propósito : Toda prevaricacion es pecado ; mas hay
un pecado que acarrea sin remedio la muerte eterna . Sabemos que
todo aquel que es hijo de Dios no peca ; mas el nacimiento que tiene
de Dios por la gracia le conserva , y el maligno espiritu no le toca .
Sabemos que somos de Dios, al paso que el mundo todo está poseido
del mal espíritu. Sabemos tambien que vino el Hijo de Dios, y nos
ha dado discrecion para conocer al verdadero Dios y para estar en
su Hijo verdadero . Este es el verdadero Dios y la vida eterna,
que esperamos. Hijitos mios, guardaos de los idolos. Así sea .

1 1 Joan . , 111 , 19-20.


2 Idem , ibid ., v, 17-21.

A. M. D. G.

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ÍNDICE

PÁGINAS .
PROLOGO DEL AUTOR ...... I
PRÓLOGO Á LA PRIMERA EDICION . II

INTRODUCCION

La Iglesia católica siempre combatida y nunca vencida ..... 1


Enemigos que en los diversos tiempos la han atacado inútilmente. -El racio
nalismo representante de todos ellos en nuestros días ..... 3
Su orgullo y altanería. - Esperanzas de la Iglesia. - Mala fe de los racio
nalistas, ... 4
Draper . - Sus vanas predicciones sobre la muerte próxima del Catolicismo .. 5
Sus calumnias contra los Papas. Su positivismo brutal .... 7
Superficialidad suma de su libro intitulado : Conflictos, etc. - Propósito del
autor sobre el modo de refutarlo ... 9
Plan de la obra .... 9

CAPITULO PRIMERO

La ciencia verdadera y la ciencia moderna .


Idea de la ciencia propiamente tal ... II
Testimonios de Séneca y de Plutarco, - Diferénciase de la opinion..... 13
Caractéres propios de la ciencia ....... 14
Unidad de la ciencia en su sentido genuino..... 15
A la ciencia moderna le faltan los caractéres de la verdadera ciencia.. 16
Tejer y destejer de los filósofos modernos racionalistas. – Kant , Fichte,
Schelling , Hegel , Krause..... 16
La oposicion del Catolicismo con la ciencia moderna es manifiesta, pero esto
le engrandece y ensalza .... 18
Origen de los supuestos conflictos entre la ciencia y la Religion . — Testi
monio del Concilio Vaticano . — Vano ideal de unidad creado por los pan
teistas modernos ... 19

CAPITULO II

El Catolicismo y la ciencia tocante al criterio de la verdad .


Palabras calumniosas de Draper . 21
La fe exigida por la Iglesia no es absolutamente ciega sinó racional y pru
dente , .. 22
932 Indice.
PÁGDEAS

Conducta sabia de la Iglesia en orden á las diferentes clases de personas que


han de recibir su fe . Qué hace con los católicos .. 23
Qué con los herejes. —Qué con los incrédulos ....
Hechos sobrenatarales que comprueban su divinidad . 25
Ricardo de San Víctor y San Agustin ..... 27
Para creer los dogmas cristianos nos debe constar con certeza su revelacion .. 28
Testimonio de Suarez sobre esta materia. La fe no lleva por condicion
esencial el que su objeto sea propuesto por la autoridad de la Iglesia.
Testimonio de Lugo ....... 29
El Concilio Vaticano no se dirige sino á los católicos . Motivos de credibi.
lidad previos al acto de fe. Vana observacion de Draper contra la pro
banza de los milagros , fundada en las palabras de un filósofo árabe. -Cri.
terio externo y criterio interno para conocer los sagrados dogmas ... 30
Escepticismo de los racionalistas y protestantes en esta parte por falta del
primero. Aberraciones de Draper sobre la infalibilidad pontificia y ca-,
lumnias del mismo contra la conducta de los Papas .... 32

CAPITULO III

El Catolicismo y la ciencia tocante á la idea de Dios.

Idea miserable que tuvieron los antiguos filósofos sobre la naturaleza de


Dios ..... 34
Anaximandro , Leucipo , Demócrito , Straton. - Los estóicos. Su doctrina
fatalista y panteista renovada por los filósofos modernos .. 35
Doctrina del Concilio Vaticano relativa á esta materia , ... 36
Argumentos morales, físicos y metafísicos en favor de la existencia de Dios.. 37
Delirios de los panteistas .... 44
Refutacion del krausismo. - El panenteismo de Krause es un verdadero pan
teismo .... 45
El krausismo anatematizado por el Concilio Vaticano.. 50
Breve refutacion del deismo ... 50

CAPITULO IV

Vanas cavilaciones de Draper sobre la doctrina del capítulo precedente.

Palabras en que Draper asegura haber tomado el Concilio Vaticano de la Fi


losofía actual su sublime idea de Dios...... 53
Su crasa ignorancia en esta parte. El Concilio Vaticano no hace sino co
piar lo escrito en el siglo xiii por el Concilio Lateranense IV . -Panteismo
de Almarico condenado por este último Concilio.- Por qué no hacen
54
mencion de la Trinidad los PP , del Concilio Vaticano ....
El Concilio Vaticano está muy lejos de ocultar su fe, así sobre este misterio,
55
como sobre el culto debido a la Santísima Virgen y á los Santos .........
El pretendido progreso intelectual de nuestro siglo en materia de filosofia no
es sinó un verdadero retroceso á los tiempos de Almarico y del Concilio
Lateranense IV .... 56
Indice. 933
PÁGINAS .

CAPITULO V

El Catolicismo y la ciencia tocante á lo sobrenatural.

Dios es esencialmente un verdadero misterio para nuestra flaca razon ........ 57


Idea de lo sobrenatural. — Dos clases de sobrenaturalidad . ...... 58
Ejemplos que la explican. · Doctrina del Concilio Vaticano en esta parte.... 59
Milagro , profecía , misterio. Posibilidad de los milagros negada por la filo
sofia fatalista .. 60
Pruébase con razones evidentes esta posibilidad .. 61
Vanidad de los argumentos admitidos por los racionalistas en contrario ...... 62
Pruébase la posibilidad de las profecías y la existencia de los misterios..... 64
Conveniencia de la revelacion en general, y en particular de la relativa a los
misterios . 66
Los racionalistas no quieren creer sinó lo que ven . Ruinosas consecuencias
de este principio absurdo. · Grandes bienes que nos trae la revelacion.
Respóndese á una objecion ...... 67
Por qué no nos da Dios en esta vida la vision de su divina esencia... 68
-
CAPITULO VI

Realidad histórica de los milagros obrados en el estableciniento del cristianismo:


vanas observaciones de Draper sobre esta materia .

Palabras del escritor yankée relativas á la fundacion del Cristianismo ... 69


Reticencias calculadas de este autor . ... 70
La monarquía romana de los Césares no fué la que produjo en los pueblos las
tendencias hacia el monoteismo .... 71
Con el politeismo universal había habido ántes muy grandes monarquias. —
Notables palabras de Riancey .... 72
Deplorable estado de las costumbres y de las ideas al tiempo de aparecer en
el mundo el Cristianismo .. 73
Incompatibilidad absoluta de unas y otras con los dogmas cristianos.... 74
Mártires de la Iglesia ...... 76
Su testimonio irrefragable prueba la divinidad del Cristianismo . . Su número
incalculable falsamente negado por Dodwel , Gibbon , Guizot , Bayle y otros
escritores, - Las verdaderas Actas de los mártires escritas por Ruinart.
Extension rápida del Cristianismo dentro y fuera del imperio romano ..... 77
Error craso de los racionalistas en esta parte. - Evidencianlo los testimonios
de Eusebio , Teodoreto , San Justino , San Ireneo , Clemente Alejandrino y
Tertuliano.... 78
Tácito , Suetonio , Josefo , Celso , Juliano , Macrobio y Calcidio comprue
ban la existencia de los hechos sobrenaturales pertenecientes al Cristia
nismo ..... 79
Los racionalistas, modernos imitadores de los filósofos paganos , en su odio
ciego á la Iglesia .... 80
934 Indice.
PÁGINA

I.evísimas bagatelas de Draper contra los milagros cristianos .....,


Dios hace los milagros cuando lo tiene por conveniente. - Los cristianos -
no ponen la felicidad del hombre en los bienes temporales, sinó en la con
virtud ...
Los cristianos ven en las persecuciones sufridas por la Iglesia el cumplimiento 4
de lo que les tiene anunciado Jesucristo .....
Calumnia horrenda de Draper contra San Ambrosio .. 84
Testimonio de Paulino , contemporáneo suyo y escritor de su vida , que la re
futa victoriosamente ... -85

CAPITULO VII

Conformidad de los misterios del Catolicismo con la sana razon .

La Trinidad , la Encarnacion del Verbo y el pecado original.. SS


Luz grande que derraman estos misterios sobre la Filosofía . $9
En qué sentido es causa el pecado original de los males que generalmente pa
decen los hombres en esta vida . - - Palabras de Santo Tomás relativas á
esta materia ...... 02
La existencia del pecado original no se puede saber con certeza sido por me
dio de la tradicion fundada en la revelacion divina. - El misterio de la
Trinidad pugna abiertamente con el politeismo..... 93
No se opone al principio ontológico de identidad. - Con él desaparece de la
Divinidad aquella soledad é inaccion que tanto ofenden á los panteistas de
nuestros tiempos. Ante esta emanacion sublime la panteística desaparece
confundida por su gran pequeñez ... 94
La Encarnacion . —No puso mudanza alguna en el Verbo . — Nada encuentra la
sana razon en este dogma contrario a los principios metafísicos...... 93
Los racionalistas confunden torpemente lo esencial con lo natural. Bienes

grandes que resultan de este misterio al género humano ......
Él nos explica la permision divina del pecado original. — La filosofia huma
na , examinando los hechos del mundo moral, puede en alguna manera
rastrear este hecho sobrenatural por algunas conjeturas..... 97
Testimonio de Santo Tomás sobre esto mismo. Admirable armonía que
98
reina entre los dogmas mencionados..

CAPITULO VIII

Falso origen atribuido á los misterios de la religion cristiana


por los racionalistas.

El misterio de la Trinidad inventado , segun Draper . por los egipcios del


100
siglo iv
Ignorancia suma del escritor yankée sobre esta materia. — Las herejías de
los tres primeros siglos del Cristianismo evidencian lo absurdo de su aser
cion ...... 101

Origen del dogma relativo al pecado original atribuido neciamente á Pelagio,


103
contemporáneo de San Agustin , por el mismo autor..
Indice. 935
PÁGINAS.

Testimonios de · Tertuliano , San Ireneo , San Justino" y San Ignacio mártir,


que prueban con plena evidencia todo lo contrario : 104
Novela -infame de Renan sobre Nuestro Señor Jesucristo .... 105
Origen de los dogmas cristianos segun pretenden Ernesto Bunsen y Emilio
Burdouf en el Zend - Avesta de los persas ..... 106
Jesucristo y los Apóstoles serían en tal caso unos impostores detestables . -
+ Renan, por no admitir este absurdo, hizo de su Jesús un pobre iluso . - Tes
timonio brillante de Rousseau en pro de la santidad admirable de Nuestro
Señor Jesucristo.ri .. 108
Imposibilidad del martirio sufrido por los Apóstoles en la hipótesis de M.
Burnouf ..... 109
Supuestos secretos de Jesús. - El Salvador nada enseñó en secreto. — Jesu
cristo nada tuvo que ver con los esenios ..... IIO
La vida y hechos admirables de San Pablo van tambien directamente contra
la hipótesis citada ...... I 12
Vanas razones á que apelan algunos racionalistas para corroborarla . - Filon
es platónico y no esenio ...... 114
Los hebreos trasladados á Babilonia por Nabucodonosor no pudieron tomar
de los persas sus doctrinas, Exposicion de las doctrinas iranias ........ 115
El Cristianismo es la evolucion natural del judaismo . - Lugares del Antiguo
Testamento que lo comprueban. – Admirable profecía de Isaías relativa á
los padecimientos y triunfos de Jesucristo ... 117
Las tribus de Israel en Ninive en tiempo de Salmanasar . .... 121
Zoroastro coetáneo de Cambises . - Ideas del Sr. Ayuso sobre su antigüedad .
Son inadmisibles. Daniel, Esdras y Neemias... I 22
Su gran cabida con los reyes persas é influjo de los mismos en las ideas de
los pueblos orientales..... 123
2
Falsa antigüedad de ciertos escritos persas que han alucinado al Sr. Ayuso.
Supuesta antigüedad del Avesta ..... 124
Conducta observada por los persas en el cuarto siglo de la Iglesia. — Es con
traria á la hipótesis de Bunsen y de Burnouf..... 127

CAPITULO IX

Otros orígenes atribuidos falsamente por los racionalistas á los dogmas


cristianos.

M.Emilio Burnouf : su libro intitulado : La ciencia de las religiones..... 129


M. Jacolliot , el Dr. Mario , el Sr. Morayta. — Falsa antigüedad de los Vedas:
testimonio de Mons , de Harlez, ... 130
La Madre de Jesús no puede ser la personificacion de Maya , madre de
Buddha .... 131
Jesús no puede ser identificado con el dios Agni de los Vedas... 132
El imaginado Jezeus Christna de Jacolliot ...... 134
La Trimurti indiana no es más antigua que la Edad Media, Testimonio de
Monseñor de Harlez ,... 135
936 Indice.
PÁGINAS.
Las Tríadas egipcias. - No tienen que ver nada con el dogma cristiano de la
Trinidad ... 136

CAPITULO X

Falsísima imputacion hecha por Draper é la religion católica de haber se


paganizado con el advenimiento de Constantino.

Palabras con que formula su acusacion el escritor americano .... 139


A. Beugnot , predecesor de Draper , en sus diatribas contra Constantino .
Conversion de este principe al Cristianismo. - La cruz maravillosa . Le
yes de Constantino dadas de concierto con Licinio ..... 142
Su conducta con la Iglesia cuando se vió señor absoluto del imperio .. 143
Su edicto público en favor de los cristianos .. 144
Sus leyes contra los que ofreciesen sacrificios á los ídolos ..... 145
Cómo deben entenderse. — Testimonio de Tillemont. Confesion de Li
banio ..... 146
Prudente conducta de Constantino en su modo de acabar con la idolatría.
Sus leyes contra los arúspices. — Vida de Constantino , por el P. Gustá ... 149
La estatua de la Fortuna. - Observaciones de Tillemont. -Respóndese á las
otras acusaciones de Draper ..... 150

CAPITULO XI

Continúa la misma materia que en el precedente. - Demuéstrase cómo la Iglesia


nada ha innovado jamás en los sagrados dogmas.

Acusaciones de los protestantes contra la Iglesia. -Tendencia racionalista


promovida con ellas. Qué clase de culto damos á los Santos .. 153
Palabras de la Escritura que demuestran lo lícito de este culto . · Belleza
suma de este dogma católico .... 155
Testimonio de Leibnitz en su favor .. 157
Reliquias de los Santos. - Qué género de culto les tributamos. Es pura
mente relativo . — Dígase lo mismo de las imágenes.... 159
Alabanzas tributadas en esta parte por Leibnitz á los PP . del Concilio Tri
dentino . Sublimidad grande de la doctrina cristiana relativa á esta ma
teria .... 160
La apoteosis de los paganos nada tiene que ver con el culto de nuestros
Santos. · Notables palabras de San Jerónimo sobre este asunto , dirigidas
contra Fausto y Vigilancio ..... 161
Antigüedad del culto de los Santos. Testimonio de Tertuliano . Adver
tencia a los protestantes ... 162
Carta de la Iglesia de Smirna relativa á los sagrados restos de San Policar
po. — Palabras de San Cipriano ..... ... 163
Sacramento de la Eucaristía . – San Ignacio mártir , San Justino , San Ireneo,
Tertuliano y los Padres en general confirman la doctrina católica sobre
este misterio ... 165
Indice. 937
PÁGINAS.
Dogma de la Transustanciacion . De él dan testimonio los PP. de los pri
meros siglos. · Tertuliano , San Cirilo de Jerusalen, San Ambrosio , etc.
Palabras de Leibnitz en su favor .... 166
Notable advertencia de este escritor sobre el racionalismo encerrado en las
entrañas del protestantismo. · Antigüedad del culto de las reliquias...... 168
Testimonio de la Escritura y de los PP . que la evidencian . — Sepulcro de los
mártires .... 169
Antigüedad de las imágenes . Imágen de la Virgen María. 170
Ísis y Horo. — La Purificación de María .... 172
Impudente calumnia de Draper . - Prudencia grande de la Iglesia primitiva
en órden al culto de las imágenes ..... 173

CAPÍTULO XII

El Catolicismo y la ciencia tocante á la idea del mundo .

Idea del mundo , segun la Filosofia moderna .. 177


Idea del mundo , segun la doctrina de la Iglesia . – Cánones del Concilio
Vaticano. — El mundo es una cosa realmente distinta de Dios ..... 178
La cuestion del número infinito ..... 179
Eternidad esencial la materia soñada por los racionalistas . — Palabras de
Draper relativas a este asunto . Renueva en ellas la panteistica doctrina
de los estóicos , ... 180
La nebulosa que de origen al mundo necesita de un primer motor extrinseco
que la ordene con su inteligencia suma ..... 182
La materia cósmica no puede tener la existencia de sí misma... 183
El órden admirable del mundo universo arguye manifiestamente la existencia
de un ordenador supremo distinto de la materia bruta . — El mundo no es
una emanacion inmanente en Dios ..... 184
Equívocos fútiles en que fundan los panteistas su doctrina. En qué sentido
es Dios el fundamento de las cosas tan ponderado por los krausistas ..... 187

CAPÍTULO XIII
*
El Catolicismo y la ciencia moderna tocante al origen del mundo.

El mundo ha sido sacado de la nada por Dios. - Idea de la creación ex


nihilo. La creación es una producción total del ser producido ...... 189
Doctrina de San Agustin y de Santo Tomás sobre esta materia. Cómo con
cebimos la idea de la creacion ex nihilo ... 191
Respuesta á una objecion de Broussais. La idea de la creación no se alcan
za con la fantasía . — Dios no crea de la potencia objetiva de las cosas , ni
de su arte divino, ni de su omnipotencia...... 193
Raciocinio sencillo con que se prueba la creacion ex nihilo. - Palabras de
Herman Ulrici relativas a esta materia .. 195
938 Indice.
PÅGO
{ -'01 A4

CAPITULO XIV

El Catolicismo y la ciencia respecto a la antigüedad del mundo do


y particularmente de la tierra .

En la absurda hipótesis panteistica , el mundo por fuerza debe ser eterno,


La razón por si sola no puede demostrar con evidencia que el mundo no
haya existido siempre..
Pero la fe nos enseña esta verdad. Propiamente hablando , el mundo no ba
sido criado en el tiempo, sino el tiempo con el mundo. – Testimonio de San
Ambrosio y San Agustin. - La revelacion añade que el mundo ha sido
criado libremente por Dios, Esto lo demuestra tambien la humana Fi
losofía..... 198
La revel ación en órden á la longevidad del mundo nada nos dice al menos con
claridad ..... 200
El Génesis no tiene por objeto enseñar nos ciencia alguna . La semana mo
sáica . Un texto del doctor Reusch. - Advertencia de San Agustin sobre
la manera de interpretarla .. 201
Cómo la entiende este Santo Doctor y con él Santo Tomás de Aquino. — Es
202
colásticos que opinaron como estos dos Santos Doctores ..
La Iglesia ha dejado siempre opinar libremente á sus hijos en este punto.
Es
Los dias -épocas del P. Pianciani . -Teoría del Cardenal Wiseman,
generalmente rechazada por los geólogos..... 204
Resúmen de las diversas opiniones profesadas por los católicos en órden á la
206
semana mosáica , tomado de Reusch ......
La Iglesia no concede la libertad mencionada por motivos humanos, como
208
pretende Draper......
209
Juicio sobre la hipótesis de Laplace ....
Un texto de M. Pozzy sobre esta materia. - Los satélites de Marte descubier
210
tos recientemente por el profesor Asaph Hall.....
Hipótesis sobre el fuego central de nuestro globo ....
212
Opinión de Pozzy acerca de ella ......
El espesor de la costra terrestre reclama para su formacion un número incal
culable de años.... 213
Razo nami ento ch ra
de Reus cont el P. Bosi zio. tos
- Los estra terre stres se
214
han ido formando lentamente. — Federico Pfaff....
Argumentos de M. de la Vallée Poussin .... 215
216
Otros del doctor Reusch 1
Observacion acerca de los terrenos primarios , secundarios y terciarios pertene
cientes á diversas partes del globo. Palabras notables de Credper sobre
218
esto mismo....
La narracion mosáica queda más natural y menos misteriosa con la interpre 220
tación moderna .....
La doctrina de los grandes períodos geológicos hace más admisible y racional,
áun exegéticamente hablando , la interpretación de los dias genesiacos. — 221
Por qué opinaron de otro modo los Escolásticos antiguos.....
Indice. 939
PÁGINAS.
Perfecta armonia entre la ciencia geológica y el Génesis. · Por qué , sin
embargo , han seguido algunos teólogos de hoy dia la interpretacion
antigua... 223
Olvidan en esto la advertencia de San Agustin . -Un texto del P. Pianciani á
este propósito. Mañana y tarde de los dias genesiacos, segun San
Agustin.... 226
Los dias genesiacos descritos por Moisés , šindican un órden cronológico é
histórico , 6 un todo divisible en siete épocas distintas independientes del
orden sucesivo de los hechos? ... 228
Esto segundo parece lo más probable. Razones que lo persuaden .. 229
Santo Tomás y San Agustin favorables á esta opinion...... ( 233
Grandes ventajas que ella nos ofrece para defender la narracion genésica .... 234
Sólo se pueden poner los geólogoś en pugna con la Iglesia , afirmando la eter
Anidad de la materia. Pero entonces se saldrían de su propio terreno .
Declaracion de más de doscientos naturalistas acerca de la armonía que
existe entre la ciencia y la Biblia ...... 235
Está redactada en la hipótesis de que Moisés cuenta el orden cronológico de
los sucesos geológicos , ... 236
*

CAPÍTULO XV

El Catolicismo y la ciencia en órden al fin de la creacion del mundo.

El mundo sensible , segun la doctrina católica , ha sido criado en beneficio


del hoinbre. Los racionalistas ven en esto un grande error. – Palabras de
Draper á este propósito. – En sentir de este autor toda la doctrina católica
relativa al fin de la creacion se funda en que la tierra es una superficie
plana cubierta por la cúpula del cielo ....... 238
Strauss combatiendo á la Iglesia bajo el mismo supuesto . - La Biblia no
ofrece fundamento alguno para semejantes suposiciones ... 240
La Biblia no tiene por objeto enseñar al hombre las ciencias. En su len
guaje se acomoda al modo de hablar ordinario del vulgo .. 242
Notables pasajes de Keppler y del Ausland á este propósito ..... 243
Mirado el universo sensible desde el punto de vista religioso elegido por Moi
sés, la Biblia se presenta llena de sabiduría y verdad en esta parte .. 244
Lamentables aberraciones de los racionalistas .. 246
Admirable lógica de Draper sobre los sistemas geocéntrico y antropocéntrico.
- Los habitantes posibles de los demás globos celestes nada tienen que
ver en esta cuestion . — Ni la Escritura ni la Iglesia los reprueban . - Los
Padres Tongiorgi y Secchi se inclinan á admitir su existencia ..... 247
Argumentos en que fundan su opinion . Si existen los tales séres racionales,
tambien habrá sido criado en beneficio suyo el universo sensible ..... 248
Injustas apreciaciones de Draper sobre el negocio de Colon en Salamanca 250
Notables palabras de Cavanilles sobre este asunto ...... 251
Reflexiones de Muñoz sobre el favor que granjearon á Colon las conferencias
salmantinas. El mismo Irving lo confiesa implícitamente . 252
940 Indice .
PAGDAS

Los PP . Deza y Marchena. – Objeciones que hicieron algunos salmantinos


á Colon.... 254
La Escritura no es opuesta á la esfericidad de la Tierra , ántes parece indicar
la. — Un texto de San Agustin sobre los antípodas .... 255
Interpretación que de él hace el P. Cámara. – No es enteramente exacta.... 256
Reflexiones sobre el influjo que ejerce la preocupacion hasta en los mismos
sabios. — Cuán grande es el que hoy dia produce en los racionalistas..... 257

CAPÍTULO XVI

raginada victoria de la ciencia contra la Religion acerca del movimiento


de la tierra .

La causa de Galileo. El Canónigo Copérnico y el Cardenal de Cusa hos


rados por la Iglesia á causa de sus conocimientos astronómicos , - Igual
honor dispensado á Galileo en Roma despues de publicado su Nuncia
sidéreo .. 259
Los jesuitas le son allí favorables. - Galileo nunca presentó razones eviden
tes en favor de la rotacion de la Tierra , ... 260
Palabras de César Cantú . - El Almagestum novum de Riccioli .... 261
e
Conducta que debiera haber observado Galileo . Imprudent celo del domi
262
nico Caccini ....
Carta del General de los Padres dominicos á Galileo en satisfaccion de la
imprudencia de dicho religioso. — No se contenta con ella el espíritu agre
sivo de Galileo. Métese á dar interpretaciones nuevas de la Escritura
para probar con ellas su tesis, Hace demasiado esfuerzo para traer á su
263
opinion a los demás . - Testimonio de Guichardini......
En vista de esto , Paulo V juzgó que ya era tiempo de intervenir en el asunto .
– Galileo no cumple la palabra dada al Papa en la persona del Cardenal
Belarmino. — Imprime su Diálogo sobre los dos sistemas principales del
264
mundo, valiéndose de artificios y amaños .
Búrlase en él probablemente del Papa Urbano VIII, de quien había sido muy
favorecido . - Testimonio de César Cantú. - Condénale el Tribunal de la
contra el
Inquisicion como sospechoso de herejia. — Calumnias esparcidas
dió en
Santo Oficio por los enemigos de la Iglesia sobre el tratamiento que
265
la cárcel á Galileo .....
Con fiésala
Benignidad usada por Urbano VIII con el ilustre matemático .
266
el mismo Galileo en una carta escrita al P. Ranieri ......
En la causa de Galileo se engañaron los Tribunales del Índice y de la Inquisi
268
cion , pero no la Iglesia ni el Papa ...
Los racionalistas se forjan una infalibilidad á su modo para tener el gusto de
269
atacarla......
Por qué dió curso el Papa á la sentencia de los Tribunales. — Las Congrega
ciones del Indice y de la Inquisicion no son infalibles. Pruébalo larga
270
mente el P. Franzelin en su tratado De divina traditione ..
Esto no obstante , la Congregacion del Santo Oficio estuvo en su derecho exi
Indice. 941
PÁGINAS.

giendo de Galileo un asentimiento interno á su decision , y obró con pru


dencia en exigirselo... 271
Los racionalistas quisieran que interpretáramos la Sagrada Biblia como se
hace con un libro cualquiera. - Cuán injusto es este deseo . 273

CAPITULO XVII

El Catolicismo y la ciencia respecto al diluvio.

La relacion bíblica del diluvio es considerada entre los racionalistas como una
simple fábula . - Hovelacque y Draper.— Tradicion general del género hu
mano en favor de la Biblia .... 274
Las tablillas de Ninive . Razones fútiles en que se apoya Draper para negar
á Moisés el libro del Génesis .... 275
Testimonios de Bailly , Freret , Boulanger y Cuvier en favor de la narracion
mosaica , ... 276
En el mismo sentido se expresa A. de Humboldt. 277
Hechos geológicos , — Godron ... 278
Animales helados de la Siberia . — Varias explicaciones de este fenómeno .... 281
La Ciencia Cristiana . - El mammuth es de época muy reciente y posterior al
diluvio ... 282
Periodo glacial . — Hipótesis de los prehistóricos para explicarlo . - Credner . 283
Dificultades grandes que ella suscita .... 285
Palabras del P. Haté que la combated ... 286
Débiles fundamentos en que se apoya toda la teoría de los prehistóricos. - El
único argumento cierto que hoy dia existe en favor de la narracion mosaica
es la tradicion universal de los pueblos antiguos ... 287
Los aluviones del periodo cuaternario probablemente son debidos al estado
atmosférico producido por el diluvio. — Lá época de los grandes aluviones
coincide con la de los grandes ventisqueros. Notables palabras de Tyn
dall sobre la temperatura del periodo glacial . ..... 288
Lecoq y Prevost en consonancia con el sobredicho autor. Época de la apa
ricion de los Alpes , del Himalaya y de los Andes .... 289
El periodo cuaternario no es tan antiguo como algunos se imaginan . 290
Estudios del geólogo Rossi sobre el Tíber. Memoria de Mr. Tylor sobre la
grava de Amiens . Belgrand , Chambrun de Rosemont , Ed . Colomb ..... 291
Los racionalistas no pueden objetar nada sólido contra la narracion bíblica del
diluvio..i .. 293
Teorias sobre la universalidad del diluvio...... 294
La destruccion total del género humano causada por el diluvio, con excepcion
de la sola familia de Noé , parece hallarse terminantemente en la Escritura . 296
Suposiciones gratuitas de los racionalistas sobre el estado del globo antes del
diluvio ..... 297
Las cataratas del cielo y las fuentes del aismo. — Testimonio del P. Alápi
de. - La suposicion de grandes depósitos de agua en las entrañas de la
tierra nada tiene de contrario á la ciencia . – No es , sin embargo , nece
>>

942 Indice.
PÁGRA
saria para explicar el theom de la Biblia... Peso total de la atmósfera en el
estado presente .... 298
La antidiluviana debió ser muy diversa , — Conjeturas del abate Moigno sobre * ' .
este asunto .. - Qué se ha hecho el agua del diluvio..... 299
Capacidad del arca salvadora . - El Great- Eastern . ¿ Perecieron todos los
animales en las aguas del diluvio ?... 300
Texto del P. Pianciani . — El ministerio de los ángeles... 301
Texto notable de M. Figuier relativo á este asunto i 304

CAPITULO XVIII
La Religion y la ciencia respecto a la Providencia de Dios en el gobiernos medio ?
1.5
del mundo.

El dogma de la Providencia es uno de los que más desagradan á los racio-


nalistas .. 306
Lamarck . Obra fatalística inglesa traducida por Vogt: Fatalismo de Dra
per. Confusion entre las leyes físicas y las matemáticas , en la cual está
fundada toda su doctrina. ... 307
Su ideal es la evolucion materialista , 308
Lleva su fatalismo hasta á las mismas acciones humanas y sociales....... 309
Sus injurias y denuestos contra los sacerdotes cristianos . —Los milagros entre
los católicos no son cosa reservada á los solos sacerdotes. - Toda su argu
mentacion está empedrada de meras hipótesis , algunas de ellas erróneas... **311
Las leyes matemáticas no tienen que ver nada con los milagros. -El fisico,
en la consideracion de las leyes naturales, supone que Dios se acomodará de
hecho , aunque libremente , á la naturaleza de las causas segundas....... v ' 382
Esta suposicion es muy justa y razonable, Dios no 'obra con arbitrariedad
en las cosas criadas , sinó con sabiduría y prudencia. - Negar á Dios la fa. 10
cultad de hacer milagros , es lo mismo que confundir á Dios con la materia. 393
Confiésanlo Vogt y Salmeron. — El Dios de los cristianos es un Sér antropo
‫زا;ن‬
morfo , si por esta palabra se entiende un sér personal....
3 16
Esta idea no se la arrancarán jamás los panteistas al género humano ...
n enc ia . 317
Razones que prueba el dogma de la Provid ....
Inconsecuencia de los fatalistas en atacar con tanto ardor a los católicos.. 318
Su espíritu característico de libertad lo debe la Europa á la Religion cristia
na. — Fatalismo de los antiguos. — El Edipo . – La literatura romántica
debe todo lo bueno que en sí encierra al Cristianismo .. 319
Graves daños que acarrea al espíritu la lectura frecuente de novelas . -- 'Efec
tos que produce en el hombre la persuasion de que están guiadas por la fa;
talidad las cosas humanas. La libertad tiene tambien en los hombres sus
320
modos ordinarios de obrar.....
La Religion católica enseña que no por cualquier causa se puede pedir á Dios
321
milagros......
32 2
Calumnias de Draper contra la Iglesia ....
El suicidio encomiado por este escritor. Doctrina de Séneca renovada en
su libelo ... 323
Indice. 943
PÁGINAS.
Refutacion. 5 Influjo que pueden ejercer en los efectos naturales las oracio ..
nes de los fieles . 324
Palabras de Salmeron opuestas al comun sentir del género humano en esta
materia ... 225
Ja ?
11P
008 CAPITULO XIX
10
LoProsigue la materia del capítulo anterior. Refútase la falsa doctrina
de M. Julio Simon sobre el influjo de la oracion .

Teoría de Julio Simon sobre el influjo de la oracion ..... 326


Refutacion de esta doctrina. Nace su error de no haber profundizado bien
su autor en la Filosofia .. 328
Un texto notable de Santo Tomás . - Argumento ad hominem contra Julio Si
mon. – Distincion entre los efectos providenciales y los milagros.... 329
Intervencion de los ángeles en los fenómenos del universo sensible . - Nece
dad de los racionalistas en burlarse de esta intervencion . 330

OE
CAPITULO XX
69
Idea general acerca de la naturaleza del hombre.

5 - ian Modo de investigar la naturaleza humana... 333


Grave error de los krausistas en esta parte. Confunden el sér con el conocer : 334
Nosotros no llegamos al conocimiento de los seres sinó por el de sus actos.
En nuestras percepciones seguimos un órden inverso al que las cosas tie
nen en sí,.... 335
Definicion del hombre. Natural socialidad del mismo . Es naturalmente
el rey de la creacion de las cosas sensibles. . , 337
Armonía completa entre la Religion católica y la Filosofia en orden á la na
turaleza del hombre.. 338
‫ܕܨܶܝܶܦ‬

CAPITULO XXI

El Catolicismo la ciencia respecto de la naturaleza del alma humana.

Ningun filósofo ha llegado con la penetracion de su ingenio en esta parte á


donde llega la Religion católica. Pitágoras. - Platon , Filósofos ma
terialistas ....
340
Filosofia moderna. - Doctrina de la Iglesia . . 34 1
Sublimidad de esta doctrina. La moral del materialista. La moral del
espiritista.... 343
Espiritualidad del alma. Razones que la demuestran ... 345
Diferencia esencial entre la imaginacion y el entendimiento .. 347
Acciones instintivas y apetitivas de los brutos ... 349
Falta de reflexion en los animales ...... 350
Cómo depende de la imaginacion en sus actos nuestro entendimiento . , 351
944 Indice.

PÁGINAS
Unidad del compuesto humano . El cuerpo no es la cárcel del alma ...... 353
A ésta le es natural la informacion de la materia, 354
El objeto propio de nuestro entendimiento no es lo espiritual puro , sinó lo es
piritual en lo material ..... 353
El alma , forma sustancial inmediata del cuerpo humano . Errores de Gün
ther condenados por Pío IX. — Rosmini , Kant , etc. – El estado de sepa
racion , despues de destruido el cuerpo , no es violento al alma humana ... 356
Un texto de Santo Tomás. Si nuestra alma fuera cual se la fingen los espi
ritistas , nunca debería animar cuerpo alguno ..... 357

CAPITULO XXII

El Catolicismo y la ciencia respecto al origen y destino del alma humana.

Sabiduría grande de la Religion cristiana en esta parte..... 359


Ideas de los antiguos en estas materias, - La primera condicion de nuestra
felicidad futura es la conservacion de nuestra propia personalidad . ....... 360
Pitágoras y Platon. — Orígenes. - Aristóteles , Averroes. Su entendimiento
universal. - Draper, averroista .... 361
Doctrina sublime y consoladora de la Iglesia. El alma humana no es una
porcion de la sustancia divina. 363
Panteismo materialista de Draper ... 364
La purísima doctrina de la Iglesia y el lodazal inmundo del positivismo ... 365
Los panteistas indios y los panteistas racionalistas ..... 366
Estos son á aquellos lo que los racionalistas á los protestantes . .... 367
Por qué no se puede conceder que nuestra alma sea una emanacion natural de
la Divinidad siendo Dios espiritu . 368
Absurda idea que en órden á la naturaleza divina se forman los panteistas. -
El alma humana es criada por Dios de la nada ..... 369
Doctrina católica . San Hilario , San Ambrosio , San Agustin . Su carta á
San Optato sobre el origen del alma humana.. 371
Refutacion del traducianismo . Por qué no puede ser engendrada el alma
humana por los padres, 372
El fanta sma de la gener acion espon tánea . 375
Pruebas irrefragables de Santo Tomás contra el traducianismo. Creacion y
aniquilacion ..... 376
Corruptibilidad del alma de los brutos. Razones curiosas con que refuta
Draper la creacion ex nihilo del alma humana ... 377
1 Nuestra alma no es una fuerza material .... 378
Es falso que la energia total del universo sea esencialmente invariable ...... 379
Argumento piadoso del positivista americano; — Comparacion hermosa de
San Jerónimo que lo deshace. Supervivencia del alma humana. Doc
trina de la Iglesia. Por qué no agrada á los materialistas.... 380
La ete rni
Razones filosóficas en pro de la inmortalidad del alma humana,
dad , así de los castigos como de los premios, está reclamada por la sancion
381
de la ley natural у divina ....
384
Un texto de Lucrecio . — Apetito innato de la felicidad .
Indice. 945
PÁGINAS.
Argumento de Santo Tomás. — Errónea interpretacion que de él hacen algu
nos católicos..... 385
El alma humana no pasa por diversas reencarnaciones. - Doctrina de la Igle
sia . Insubsistencia de la tésis pitagorica.... 386
Argumentos filosóficos que la combaten . Palabras notables de Santo
Tomás ..... 387
Las reencarnaciones pitagóricas no son conformes á la esencia del alma hu
mana . - El alma , una vez separada del cuerpo , no las apetece. - Otra
cosa es la resurreccion de los cuerpos gloriosos enseñada por la Iglesia.
Las reencarnaciones pitagóricas van contra la fecundidad del Artífice divino. 388
Cuánto más bello es el dogma de la resurreccion creido por la Iglesia. ..... 390

CAPITULO XXIII

Doctrina de la Iglesia respecto al origen del hombre.

En el estado presente el hombre debe su origen a la generacion. — Pero la


Paleontología nos dice que el hombre no ha existido siempre en el globo
terrestre...... 392
¿ De dónde , pues , nació el primer hombre ? - La Religion cristiana no nos
ha dejado á oscuras en esta materia. Adan y Eva , primeros padres del
género humano . Cómo formó Dios al primer hombre .... 393
La Escritura nos enseña que ninguna de estas cosas sensibles ha influido físi
camente en su produccion . ..... 394
Tampoco han dispuesto el organismo del primer hombre de manera que se le
debiese naturalmente la informacion del alma humana. Esto mismo afir
ma Suarez de los ángeles .... 395
Razones en que funda su aserto . — El P. Arriaga las juzga ineficaces. 396
Y no tiene por erróneo en Teología el pensar lo contrario . - - Sinó por filosó
ficamente falso . - Razones en que funda su opinion . No son despre
ciables . 397
Doctrina comun de los Escolásticos sobre la imposibilidad física de los ánge
les para formar organismo alguno con su sola virtud natural. Error en
que acerca de esto incurre el P. Carbonelle. En qué sentido tendría ra
13 zon , - Pero este sentido es absolutamente contrario al de los escolásticos .. 398
Un texto de los conimbricenses que comprueba esta verdad . No se ve con
toda claridad que los ángeles carezcan físicamente de la virtud dicha. -Un
texto notable de Santo Tomás.... 399
Es temerario afirmar que ninguna de estas cosas sensibles haya producido con
su virtud natural el cuerpo del primer hombre. — Doctrina de Mivart.
No es admisible. — Dista mucho , sin embargo , de la profesada por Dar
win. - Recházanse las razones que se podrian alegar en su favor ..... 400
Una objecion. Respuesta . - Aun admitido lo que en ella se afirma, toda
vía queda otro inconveniente en la opinion de Mivart. 401
Dios crió á nuestros primeros padres en estado perfecto . Razon en que fun
da Santo Tomás esta doctrina . .... 403
Asi lo han creido siempre los cristianos. - Ningun católico , por tanto , pue
60
946 Indice .
PÁGINE

de sostener sin temeridad que Dios haya infundido el alma de Adan alen
brion de un mono. Pudo Dios transformar de repente un mono adalto
convirtiéndolo milagrosamente en hombre ? , ... 404
La Escritura no parece oponerse á ello , al menos con claridad . Interpretac
cion literal de las palabras del texto hebreo. Ora se diga que Dios formó..
próximamente del barro inorgánico al primer hombre , ó ya de otra sustan ,
cia organizada , el dogma católico siempre permanece intacto ... 405
Suarez tiene por más probable haber Dios formado al hombre inmediatamente
del barro inorgánico. Confiesa , sin embargo, que es probable la senten
cia contraria. Por ella se decide el P. Arriaga.- Qué consecuencias pe:
demos inferir de esta segunda opinion ? Una observacion sobre lo dicho . 406
Parentesco real y físico entre los diferentes organismos de los tiempos geoló
gicos , segun algunos naturalistas rio . iii 410
i elit

CAPITULO XXIV

Doctrina del transformismo acerca del origen del hombre .

Cuánto debemos por esta parte á la Iglesia nuestra madre . Idea de los feni
cios y de los egipcios sobre el origen del hombre, Empédocles, Epicuro ,
Lucrecio , Aristóteles ....
Los partidarios de la evolucion materialista nos venden por nuevo lo que ya
profesaron los antiguos. - Un texto de Empédocles. — Cómo desapareció
el error materialista con la publicacion del Evangelio ..... 1412
San Pablo en el Areopago . El filósofo San Justino saca á la vergüenza pús:
blica esta repugnante opinion de los paganos .. 9413
Avicena la resucita en la Edad media, Ninguno le siguió entre los cristia..
nos. - Sin embargo, no dejó de tener eco en algunos escritores más re-,
cientes. — Los materialistas de nuestros tiempos la dan por lo inás consu
mado de la ciencia . Doctrina de Lamarck , .... . * .. * . 415
Refutacion . - Futura suerte del darwinismo , - Doctrina de Wallace .
No es admitida por Darwin .. . . , 419
Diversas clases de transformistas. - Los materialistas y los panteistas son los
principales. — El transformismo lo defienden ellos a priori, porque es el
que más se acomoda á su filosofía ..... 420
Broca y Perier. - La generacion espontánea añadida por los panteistas ale '.
manes al sistema de Darwin .....
Cómo vino á dar á este sabio en su tan extraña opinion. Tendencias mate
rialistas de la Filosofía actual ....... veidi 424
La doctrina de Darwin, ya la profesaban tambien à la sazon otros naturalistas
en cuanto a la sustancia. — Qué es lo que Darwin puso de suyo ..... -425
Seleccion artificial. Seleccion natural parecida á la artificial en que Darwio;
funda todo su sistema., ..
428
Sátira contra el darwinismo por el poeta Nuñez de Arce..
Resúmen de lo dicho , – Darwinistas puros y darwinistas mitigados. – Espi
ritualistas, Wallace .... 429
Indice. 947
PÁGINAS.
Nosotros no vamos sinó contra el transformismo materialista ... 430
En qué se diferencia el sistema de Wallace del de los transformistas católicos.
Los séres engendrados por la derivacion wallaciana no se distinguen
esencialmente de sus engendrantes....! 431
En los producidos por la derivacion de los espiritualistas católicos sucede todo
lo contrario ii ... 432

CAPITULO XXV

Falsedad de los principios generales en que se apoya el transformismo


materialista para atribuir al hombre un origen puramente terreno.

En el fondo todos los transformistas materialistas niegan la diferencia esencial


de los séres organizados. — Transformacion contínua y transformacion dis
continua . Generacion espontánea , selección natural, darwinismo , hete
rogenismo.... 434
La doctrina de la generacion espontánea es manifiestamente falsa ..... 436
Es muy distinta de la generación ex putre creida por los escolásticos. — Expli
case la teoría de estos autores. - - San Agustin..... 437
Las virtudes seminales á que apela para explicar el origen de los organismos.
- Cómo las explica Santo Tomás...in 438
El influjo de los astros. • No recurrió á él San Agustin. — Qué entendió el
Santo por estas virtudes seminales. Los Escolásticos no admiten la gene
racion espontánea para todos los seres organizados. Un texto de los co
nimbricenses que lo comprueba ...... 439
Nombres duros que emplearon los Escolásticos para reprobar la doctrina de
los que extienden la generacion espontánea á los animales perfectos...... 440
Refutacion de la generación espontánea. Experimentos de Mr. Pasteur...' 442
Refutación del darwinismo. - Darwin personifica gratuitamente la selección
natural haciéndola semejante á Dios .. 444
La tal seleccion no es sinó el puro azar 445
Inconsecuencia de los materialistas al hablar del hombre terciario.'-- Aristóte
les refutando al darwinista Empédocles .... 446
La adaptacion darwiniana pulverizada por el profesor Bianconi. 448
Argumento fundado en el cálculo de las probabilidades . - Eneida de Virgilio . 449
Razonamiento de Agassiz en contra de la sobredicha adaptacion . 453
La variabilidad indefinida de los organismos está reprobada por los hechos
constantes de la naturaleza, - Deseo natural de conservar su propio'sér
impreso por el Criador á todas las cosas...... 454
Un texto notable de Santo Tomás. Medios que toma la naturaleza para
mantener la unidad con la variedad . Vanos efugios de Darwin contra )
este argumento abrumador.. -455
Hipogeos de Egipto visitados por Mr. Constantino James .. 457
Fauna fósil contraria al darwinismo. Razonamiento contundente de Val
roger. - -Granos antidiluvianos.... *458
Hibridismo. - Los lepóridos. La seleccion artificial no produce sino razas . 459
Notables palabras de Quatrefages, ... 460
948 Indice.

PÁGINAS.
Contra la transformacion continua protestan todos los organismos de todos los
tiempos y lugares .... 461
Persistencia de varias especies y géneros contraria al darwinismo .. 462
Vanas respuestas de los darwinistas. Están en pugna con los hechos. — Un
texto de Mr. de la Vallée Poussin. — Ni la fauna ni la flora presentan nunca
ia mas mínima tendencia hacia el progreso del darwinismo.... 463
Estudios de Mr. Barrande. Resultado de los mismos diametralmente
opuesto al darwinismo.... 466
Mr. Davidson y J. W. Dauson obtienen los mismos resultados. Mr. Dupont
halla lo mismo en los terrenos cuaternarios ..., 467
Area de habitacion del reno en los tiempos dichos , segun Hamy . Sura
zonamiento comprende a todos los animales cuaternarios .... 468
Los tipos más perfectos de cada especie parecen haber sido los primeros en el
órden del tiempo. Contejean . Barrande . - Ejemplo del nautilo aduci
do por este último escritor. - Presenta este género una serie perfectamente
opuesta á la exigida por el darwinismo. - Repentina aparicion de los or
ganismos en todos los tiempos y lugares .. 469
Contejean ... 471
Agassiz . . 472
Desaparicion de las especies sin dejar rastro alguno de transformacion. — Los
anillos intermedios. Argumento de Buffon al refutar la transformacion
del asno en caballo ..... 473
El proceso de la vida no ha ido en el globo siempre y en todas partes de lo
ménos perfecto á lo más perfecto, como lo reclama la hipótesis de Darwin .
Argumento de Mr. de la Vallée Poussin . 475
Argumento abrumador de Mr. Barrande....., 476
Efugios de los darwinistas . Un texto de Credner. Los tales efugios son
absolutamente vanos . 477
Palabras notables de M. Cuvier. – El mentir por las estrellas de los darwinis
tas. - Comparacion de la transformacion darwiniana con la pintura de un
cuadro curioso relativo al paso de los israelitas por el mar Rojo .... 478
Diálogo de Darwin con un amigo suyo escrito por Constantino James...... 479
El libro de la naturaleza deshojado y deshecho segun Credner, — Argumen
tos contundentes de Mr. de la Vallée Poussin en contra de esta afirmacion. 480
Los sargentos y los cabos en la pelea darwiniana ... 484
Una objecion. — Respuesta . Nunca se encuentra en la naturaleza otra cosa
que anillos rotos .. - El archaeopterix y el odontornix . Clasificacion du
dosa de algunos seres organizados por falta de datos ..... 485
Razonamiento de los heterogenistas. Hipótesis de Hartmann .. 487
Es ménos admisible todavia que la de Darwin . - Argumento de Mr. de Qua
88
trefages que la destruye. Otras razones contra la misma hipótesis...... 4
Cruzamiento de algunas especies. — Explicacion de este fenómeno. — Marcha
ascendente de la naturaleza . Se explica perfectamente sia la evolucion
materialista. -- Hermoso razonamiento de Agassiz á este propósito ....... 490
La filosofía nos da derecho para ir todavía más allá que este autor . .... 492
Objecion de los heterogenistas. — Respuesta. – No saben lo que es el milagro. 493
Indice. 949
PÁGINAS.

CAPITULO XXVI

Respóndese á las principales objeciones de los transformistas.

Vanamente se espantan estos autores de lo sobrenatural. – Palabras notables


de Agassiz. — Dios no introduce la guerra en el mundo orgánico, sinó que
subordina unos organismos á otros ... 495
Cinco argumentos transformistas..... 497
Confianza suma de Darwin en el primero , fundado en la homología de los
miembros de varios animales. Es absolutamente vano. - La finalidad de
los agentes criados explica esta homología perfectamente. El libro de
Bianconi ..... 499
Imposibilidad de la transicion genética.. 502
Segundo argumento : la embriologia ..... 503
La semejanza á que acuden los transformistas es genérica y vaga . Formas
sucesivas del feto humano segun Aristóteles y Santo Tomás . 504
Razon verdadera de la semejanza en cuestion... 505
Es imposible atribuirla á la evolucion materialista. Argumento inconcuso
de Agassiz .... 506
Tercer argumento : residuos inútiles. — Respuesta. Aunque lo fueran , no
probarian nada con ellos los materialistas. Es falso que haya tales resi
duos en la naturaleza .... 507
Notables palabras de Bianconi . - Tres maneras probables de explicar los fe
nómenos en cuestion sin recurrir á la absurda hipótesis materialista . -Obser
vacion preciosa de San Agustin contra los que ven defectos en los artefactos
divinos ...... 508
El néctar de las flores tenido por supérfluo hasta hace poco por los natura
listas.... 510
¿ Para qué sirve el bazo en el hombre ? — Ultimas vértebras de la columna
dorsal. - Pabellon de la oreja . — Músculo motor de este órgano . — Su
finalidad .. 511
Inutilidad de la teoría darwiniana para explicar estos fenómenos. - Cuarto
argumento : distribucion geográfica de los diferentes organismos. Está
fundado en un falso supuesto ... 512
Diversos centros de creacion enseñados por los Escolásticos. - Dos textos de
Suarez. Area natural de todo organismo ... 513
Sólo el hombre la extiende indefinidamente con los arbitrios de su ingenio.
La localizacion de los tipos es imposible en la hipótesis darwiniana ... 514
Argumento inconcuso de Agassiz ..... 515
;

Las creaciones independientes , Otras hipótesis probables . 516


Quinto argumento : los fenómenos del metamorfismo ... 518
Son contrarios á la hipótesis darwiniana... 521
Son inexplicables sin una inteligencia ordenadora . — La variedad de formas
del polimorfismo sexual va directamente contra la doctrina mencionada ... 522
950 Indice .

PÁGINAS

CAPITULO XXVII
Recházase el origen terreno del hombre con la consideracion de la sola estructura
del cuerpo humano.
Nuestra naturaleza dista inmensamente de todas las otras terrenas .. 524
El hombre-mono de los modernos. - Lamarck , Vogt.-- La monera de Heckel. 525
En qué conviene este naturalista con Darwin , y en qué se diferencia,
Tanto el cuerpo como el alma del hombre protestan contra el darwinismo . 526
El hombre es el anillo que junta al mundo sensible con el espiritual. Por
esto debe diferenciarse muchísimo del mono , aun en lo material......... 527
Razonamiento profundo de Santo Tomás. - Argun nto contundente de
Quatrefages ..... 528
El mono es un trepador , y el hombre un andador ... 530
El mono no puede andar cómodamente sinó en cuatro piés, ni el hombre
sinó en dos .... 532
Conformacion del bacinete y de los muslos de uno y otro ..... 532
Los pies y las manos en el hombre y en el mono. Un texto de Godron .... 535
La mano del hombre ..... 536
La cabeza del hombre y la del mono. Godron ..... 538
Entre el hombre y el mono hay un vacio inmenso. Los mismos transfor
mistas lo confiesan . Huxley , Buchner , Canestrini , etc ... 540
Vanas réplicas de los mismos .... 541
Aunque hubiera menor distancia entre el hombre y el mono , que entre varias
clases de monos , nada conseguirían los transformistas.... 542
Pero es falsa semejante suposicion . El cuerpo de todo mono está hecho
para trepar , y el de todo hombre para andar en dos piés ... 544
El solo estudio comparativo de los cráneos demuestra ser falsa la suposicion
mencionada ..... 545
Estudios de Bischoff y de Aeby . Mala fe de los transformistas en órden á
los libros de estos autores . Un texto de Bischoff . – Otro de Aehy...... 546
Cráneo del Gibbon ..... 547
Cuadro sinóptico publicado por Huxley. - Los darwinistas deben sostener
que nuestros primeros padres son los lemurideos. — Pero por otra parte
esto pugna con sus principios. - Por tanto deben subir hasta los didelfos.. 548
Fútil respuesta de Darwin al argumento basado en la estacion vertical del
hombre . Bellisimo texto de Bianconi sobre el pié ambulatorio del hom
bre , y el pié aprehensor del mono . - El hombre ni siquiera puede tener
parentesco con el mono . Argumento de Quatrefages..... 549

CAPITULO XXVIII
Rechézase el origen terreno del hombre con la consideracion de sus caracteres
intelectuales , religiosos y morales.
Diferencia radical entre el hombre y el mono , la razon , Ella hace del
hombre un verdadero reino humano distinto del animal...... 552
1
La inteligencia del hombre y la del bruto tienen diferencia esencial y no de
Indice. 951
PÁGINAS.

grados solamente , como opina Quatrefages. — Doctrina de Santo Tomás


sobre la razon particular del hombre. – Doctrina de Suarez sobre el mismo
asunto . - Por ella no se diferencia esencialmente el hombre del bruto sinó
por la razon universal.... 553
Estimativa del bruto . - Distinguese del instinto ... 554
Poco adelantará Quatrefages recurriendo al sentido moral y religioso , si con
cede á los darwinistas qne entre nuestra inteligencia y la del mono no hay
diferencia sinó de grados....... 555
En los brutos faltan siempre conceptos universales. — Nuestra razon particu
lar obra bajo el influjo de la universal, y por eso es más perfecta que la es .
timativa de los brutos ..... 556
El bruto no compara unas ideas con otras como nosotros para determinarse á
obrar.... 557
Quatrefages se equivoca grandemente en pensar que los Escolásticos negaron
á los brutos la razon propiamente dicha y la conciencia por falta de obser
vacion . — Los Escolásticos confesaron claramente , que á los brutos no les
es desconocida su propia existencia , y que no les falta tampoco su especie
de discurso... 558
Testimonios de Santo Tomás que evidencian esta proposicion. — Negáronles
la inteligencia propiamente tal, porque veían en ellos falta completa de
ideas universales , ..... 559
Las acciones ingeniosas de los animales de que los Escolásticos hablan con
frecuencia, prueba con toda claridad , que no negaron la inteligencia á los
brutos por la razon que piensa Quatrefages. — Testimonios evidentes que
comprueban la verdad de nuestro aserto tomados del Símbolo de la fe , es
crito por Fr. Luis de Granada ..... 560
No basta mirar de cerca , sinó que se necesita además mirar bien . -- Monoto
nía perpetua de los brutos en sus acciones ..... 563
Carecen de conciencia propiamente dicha. Digase otro tanto de la inteli
gencia y de la palabra. — Prudencia grande de los Escolásticos. Nocion
de la palabra ..... 564
El hombre parlante , y el mono aullador de Darwin . 566
La moralidad y la religiosidad propias y exclusivas del hombre. — Impoten
cia de la seleccion natural para las concepciones universales y para las
ideas religiosas.... 567
Wallace. — Refuta bien á Darwin , pero no prueba su propia tésis.... 568
Impotencia de la seleccion angélica para dar al mono la inteligencia del
hombre .... 569
Objeciones. - Línea áspera del fémur de los hombres cuaternarios. — El crá
neo de los mismos. Cráneos de Cro-Magnon y de Stangenas .. 570
Broca y Hamy tienen por insubsistentes las tales objeciones. Cráneo de
Neanderthal..... 571
Prüner-Bey. Testimonio de Hamy. - La forma del cráneo no es una con
dicion esencial para la buena inteligencia. — Ejemplos recientes... 573
El cráneo de los microcéfalos, — Respuesta de Quatrefages...... 574
La microcefalia no altera la forma del cerebro . Insulseces de Darwin sobre
la inteligencia de los brutos .... 575
952 Indice.

PÁGINAS
Su perro filósofo. — Cómo se ha formado el hombre la idea de Dios seguo
este escritor. - Sensismo brutal de su filosofia .... 576
Su moral del placer ..... 577
Darwin da fundado motivo para sospechar que no admitió sinceramente la
existencia de Dios . — El ateismo se impone necesariamente en la suposi
cion darwiniana .... 579
Verdadero origen de la idea de Dios. — En la otra vida está la sancion plena
de la ley moral dictada por Dios en la presente..... 580
Notables palabras de Faivre relativas a la improbabilidad absoluta del trans
formismo materialista ... 581

CAPITULO XXIX

Unidad de la especie humana .

Miras interesadas de la escuela americana , 582


Sublimidad y grandeza de la doctrina cristiana. – Definicion de la especie
dada por Quatrefages. Temeridad de los poligenistas. - Testimonio de
Quatrefages .... 583
Tres clases de argumentos . - Primera clase : argumentos morfológicos. EI
color de la piel... 585
Un texto de Godron sobre los fellatahs...... 587
Aparato secretorio del pigmentum . Quatrefages .. 588
Albinismo ... 589
Cabello lanudo y ensortijado de los negros 590
Prichard . - Quatrefages . - Barbilampiños y barbudos .... 591
Facciones del rostro. Prichard . Coillie - Godron.. 592
Angulo facial. — Pozzy ..... 594
Forma del cráneo de la raza negra . 595
Indices cefálicos .... : 596
Proyecciones craneanas . 597
Bacinete y extremidades . 598
Olor de los negros .. 599
El pediculus nigritarum . Wiseman .... 600
Tres reflexiones muy notables de Quatrefages. Primera : Analogia entre los
demás reinos del mundo orgánico y el humano . Segunda : Las variacio
nes en el hombre no llegan a las de las plantas y de los animales. · Terce
ra : Cruzamiento y fusion de los caractéres de las diferentes razas hu
manas. 602
боб
Argumentos fisiológicos....
607
Espontaneidad de los cruzamientos humanos..
608
Quatrefages .
Fecundidad de los mismos ... 609
611
Vanas objeciones de los poligenistas . — Los gricquas. — Los cafusos.
Los papúas . Los habitantes de Pitcairn ..... 612
Causas de la infecundidad de algunos cruzamientos .. 613
Principales funciones comunes á todas las razas humanas . 615
Indice. 953
PÁGINAS,
Caractéres psicológicos. - Facultades perceptivas. Razas degradadas.... 617
• Tratamiento dado a los negros por los europeos ... 619
Los negros en su país natal. Texto notable de Godron . – Qué hubieran
debido pensar los antiguos egipcios de los europeos siguiendo la doctrina
de los poligenistas ... 621
Los bosquimanos . 622
Los australianos .. 623
Por qué se los ha deprimido tanto.... 624
Sus instituciones eran propias de un pueblo cazador.. 625
Socialidad innata de todos los hombres del globo. -El habla de que todos
son capaces.. . 626

CAPITULO XXX

Unidad de origen del género humano.

Belleza grande del dogma católico. — Poligenismo de Agassiz... 627


La Peyrère. - Tradiciones del género humano ... 628
Afinidad de las lenguas. - Lenguas de la familia indo-europea .. 629
Wiseman , Lenguas de la familia siro -arábiga. Moigno. Los tres hijos
de Noé .... 630
La generalidad de los sabios niega que haya familias de lenguas irreduci
bles. — Las lenguas en la confusion de Babilonia bien pudieron ser irredu
cibles. ·Repentina formacion de las lenguas primitivas. Wiseman..... 631
En qué estriba la analogía de las tres grandes familias de lenguas . - Vestigios
del habla primitiva . - Parecer comun de los sabios .... 632
Objecion de Agassiz. — Respuesta . -Razonamiento matemático de Young.
La lengua egipciaca y la vascongada ....... 633
En ayuda del argumento filológico viene el histórico . - Origen de los dife
rentes pueblos descrito por Riancey .. 634
Argumento antropogénico. Sanconiaton . — Beroso, - Orfeo . - Horacio .
Ovidio . - El Pentateuco... 636
Argumentos contrarios de Agassiz. Son insubsistentes.. 637
Respuesta de Quatrefages .... 638
Segun las leyes del acantonamiento progresivo el hombre ha debido habitar
en sus primeros tiempos un espacio de tierra muy reducido .... 639
Razonamiento inconcuso de Quatrefages ..... 640
Centro de aparicion del género humano , — Testimonio de la Biblia . — El
Ararat segun Lenormant. No parece admisible su opinion . — Época de
5

lamultiplicacion de los tipos... 644


Objeciones de los poligenistas. -- Las esculturas de Egipto. Procesion de
Totmes IV , — Cuadro de la victoria de Ramsés II, - Combate de Sesostris
con los escitas. Los habitantes de Viti y los de Tonga . La zona del
Soldap . - Los europeos en América ..... 645
Las esculturas egipcias , ¿ tienen la antigüedad que se les atribuye ? - Forma
cion de razas nuevas en pocos siglos ...... 647
Ejemplos. — Los negros en los Estados-Unidos se modifican notablemente ... 648
954 Indice .

Lo mismo sucede á los blancos ingleses que allí se establecen . Unotexto de


Pozzy relativo á este asunto ....
Los kirghis y los osmanlis.-Su transformacion es debida á las circasianas, - ).
Los currencis......
Opinion de Reclus sobre los americanos. --Los egipcios recibieron la civiliza
cion de los antidiluvianos......
Civilizacion rápida de los antiguos mejicados....
La Biblia no nos obliga á pensar que desde la dispersion de las gentes hasta
Moisés pasaron siete siglos solamente, – La variedad de costumbres , causa
principal de la variedad de razas. Godron . - Los germanos y los galos. 63
Persistencia de los tipos, Es una consecuencia natural de la permanencia
en las mismas costumbres . - Colonos europeos. Polinesios ,
Opinion de Pozzy relativa á las diversas razas de la Polinesia . Los pueblos
del Soldan ......
Transformacion del color en los animales . Un francés convertido reciente
mente en negro. – Conjeturas sobre el color negro de la raza de Cam ....
¿ Cómo han podido difundirse los hombres desde la Armenia por lodo el glo-.
bo ? — Diversas causas que mueven al hombre á salir de su tierra.-- La Po
linesia ha sido poblada por gente malaya......
Argumentos de Quatrefages que lo demuestran . Hasta consta la época
reciente en que han comenzado á ser habitadas las islas principales de la
Polinesia .....
Melanesia . - La Nueva-Guinea y la península de Malaca. Poblacion del
Nuevo-Mundo ..
El estrecho de Behering . La corriente de Tessan , La ecuatorial del
Atlántico. La Groenlandia .....
Los chinos comerciando antes que los españoles con los americanos . - EI
cómputo del tiempo entre los chinos , japoneses, etc. , y los americanos.
Razonamiento notable de Wiseman sobre este asunto .. 661
Exodo de los kalmucos .... 662

CAPITULO XXXI

El Catolicismo y la ciencia en órden á la antigüedad del hombre. - Examínanse


los documentos históricos y los argumentos geológicos de los prehistóricos.

Clamoreo de los prehistóricos .... 664


Edad antiquísima del género humano segun sus doctrinas. La necesitan
para derivar al hombre del mono ....... 665
Diez mil años son más que suficientes para explicar todos los fenómenos an
tropológicos. Mr. Chabas.... 666
Incrédulos del siglo pasado. Monumentos egipcios , indios y chinos. -La
place y las observaciones astronómicas de los caldeos. — Delambre . - Carta
de Champollion publicada por Wiseman relativa a la época reciente de
los monumentos egipcios...... 667
Otros dan mayor antigüedad á los tales monumentos ; pero no fundan su opi
nion sinó en meras conjeturas. - Mariete... 668
Indice. 955
PÁGINAS.
Rugsch . Riancey. San Agustin alzando la voz contra los prehistóricos
de su tiempo ...... 669
tigüedad fabulosa que se han dado á sí propios los egipcios , los indios y
los chinos. Ménes, primer rey de los egipcios , vivió hácia el año 2800
** 22 ántes de Jesucristo.-.No tienen mayor antigüedad los indios y los chinos. 670
ésar Cantú . - Los zodiacos de Denderah y Esne .... 671
a incredulidad ha trasladado ahora sus reales al campo de los descubrimien
tos geológicos y paleontológicos. Sus argumentos empero no pasan de
meras hipótesis. - Cuatro clases á que se reducen todos ellos.. 672
su nulidad completa demostrada por el abate Hamard ..... 673
argumentos geológicos ,... 675
son los únicos que tienen alguna apariencia de valor. - La cual es nula sin
-2-41 embargo, Oscuridad suma de los terrenos cuaternarios . - Omalius d'Ha
lloy. — Contejean. - El terreno de Saint -Acheul . ..... 676
El de Moulin -Quignon , Tres hipótesis.- La de los grandes hielos.- Está
:22 llena de oscuridades, Ch. Martins. A. Gaudry. Bases sólidas para
el estudio de los terrenos cuaternarios. 677
esta - Por confesion de Quatrefages nunca se han podido obtener en la práctica .
Inconsecuencia de este escritor. — Formacion de los valles..... 678
El diluvio bíblico con su época de inundaciones consiguientes. Depósitos
movibles sobre pendientes.. 679
Alfredo Tylor y la grava de Amiens . · Belgrand , Chambrum de Rose
mont , - El Tíber cuaternario estudiado por Rossi ..... 680
La época cuaternaria del Norte europeo dista muy poco de la nuestra..... 682
Testimonios históricos recogidos por Hamard que evidencian este aserto .
Aristóteles , Teofrasto. — Fenestella , Julio César , Ciceron , Virgilio ...... 683
Estrabon , Ovidio . .... 684
Demasiada indulgencia de Mr. Jean d'Estienne con los prehistóricos. To
das las artes y ciencias atestiguan su origen reciente... 685
La teoría de Credner sobre los cantos erráticos es una pura hipótesis . — Por
ella no hay razon para rechazar la ingeniosa teoría de Gainet que los atri
buye al diluvio , Ni las rocas pulimentadas , rizadas ó estriadas , ni las
morenas son señales infalibles de ventisqueros.- Texto notable de Hamard
relativo á este asunto... 686
El hombre terciario de los prehistóricos es una pura fábula. — Entendido
como sinónimo de antidiluviano es una cosa muy probable. — El abate
Bourgeois. — Si se llegara á demostrar la existencia del hombre en el ter
reno terciario , habría que rejuvenecer á éste y no envejecer á aquél ...... 687
Juicioso razonamiento de Chabas sobre este asunto . 688
Depósitos del Nilo. — Falsas suposiciones en que fundan los prehistóricos su
imaginada antigüedad . Un hecho acaecido á Mr. Fergusson ... 689
El comienzo del delta del Nilo no sube más arriba de cinco á seis mil años.
* 690
Los estudios de Fergusson sobre el Ganges ....
- El delta del Mississipi es tambien de edad reciente . Abbot no le da sinó
www 4000 años... 691
El esqueleto humano hallado en él no es anterior al octavo siglo de la Era cris
tiana segun Quatrefages. - La ensenada de Penhouet, estudiada por Kerviler , 692
956 indice .

Sus depósitos concuerdan perfectamente con la cronología vulgar .


Los palafitos. - Cono de deyeccion del Tiniere ....
El lago Leman. Las cavernas ....
Vale muy poco el argumento sobre ellas fundado. — Testimonio de Hamy.
La caverna de Kent. - - Los turbales. - Los skowmoser de Dinamarca ....
Las floras pueden variar en un terreno rápidamente. . Las conchas de ostras
halladas en Suecia y Dinamarca ......
Razon general por que no prueban nada los argumentos geológicos de los pre
históricos. — La época presente es una continuacion de la cuaternaria .
Magnitud de los fenómenos en ella realizados. El golfo de Botnia .
Las costas de Groenlandia......
Océano Escítico. - Movimiento del suelo en Holanda, - El territorio de
Puzzolos. 191
La montaña de Jorullo en Méjico. — La Babilonia bretona. - - El templo de
Hércules en Gibraltar......
Los instrumentos industriales tenidos por prehistóricos se encuentran á veces
sobre la superficie del suelo , y los verdaderamente históricos en capas muy
profundas. Chabas Hamard.....

CAPITULO XXXII

Prosigue la materia del capitulo precedente. Examinanse los argumentos


arqueológicos de los prehistóricos.

Supuestos falsos de los prehistóricos. Divisiones y subdivisiones de la Edad


de piedra .. 705
Cuadro arqueológico de las Galias ... 707
El hombre no trae su origen del mono , ni fué salvaje en un principio ....... 10
La historia nos cuenta el tránsito de la civilizacion á la barbarie realizado en
varios pueblos . - La civilizacion sibarítica precursora de la barbarie.
Otras causas que producen el tránsito dicho . . 706
Un texto muy notable de M. de Lapparent relativo á este asunto . 710
Los atolls .... 711
Los pueblos caidos en la barbarie no salen de ella sinó por la civilizacion que
les viene de fuera . 713
Razonamiento de Benjamin Constant a este propósito . - El salvaje ama su
vida pobre y aborrece la civilizacion...... 714
Adan y Eva criados por Dios en estado perfecto. – Ninguna dificultad hay
sin embargo en pensar que los hombres, por un breve espacio de tiempo ,
no se sirvieron sinó de instrumentos de piedra , hueso , etc. - La misma Sa
grada Escritura nos da algun fundamento para pensar de este modo ...... 716
Los hijos de Adan no fueron grandes sabios. — En qué sentido se puede con
ceder que hayan existido las Edades de la piedra , del bronce y del hierro.. 717
Coexistencia de la civilizacion con la barbarie. Los egipcios estudiados
718
por Cha bas . ... .
Los pueblos asiáticos . — Unos y otros han usado siempre instrumentos de
719
hierro y de piedra. — Un texto de Chabas....
Indice. 957
PÁGINAS.
tro del mismo autor. — Inversion en el orden cronológico de las industrias . 720
a antigua Troya estudiada por Schliemann . - El lauburu de las provincias
vascongadas ..... 721
arbarie de varios pueblos europeos al principio de la Era cristiana. - Testi
· monios de Diodoro Siculo y Heródoto ..... 723
tem de Tácito , Julio César , Amiano Marcelino , etc. 724
El uso de la piedra continuó entre ellos áun en los primeros siglos del Cris
tianismo ... 725
Argumentos incontrastables del abate Hamard en favor de esta proposicion
fundados en el estudio de las Galias ..... 726
Probablemente los franceses se sirvieron de los instrumentos dichos hasta en
la misma Edad Media ...... 727
Ventajas de los instrumentos de piedra para algunas cosas . - Los egipcios y
fenicios trajeron la civilizacion á los europeos por el Mediterráneo ....... 728
Por qué en ciertas estaciones llamadas prehistóricas no se encuentra metal
alguno .... 729
Contacto más o menos inmediato de los pueblos salvajes con los civilizados.
El silencio de los historiadores antiguos , aunque fuera real, nada dañaría á
nuestra tésis. – Observacion importante de M. Chabas ...... 730
Monumentos megalíticos . —Nada prueban en favor de los prehistóricos . -Es
tudios del abate Hamard , - Los tales monumentos entran en el terreno de
la historia , ... 731
Las piedras del rayo 6 ceraunias . - Monedas y vasijas de la época galo -ro
mana halladas en dichos monumentos ... 732
Descubrimientos de M. Miln , ... 733
Los hunnebedden de Holanda..... 734
Monumentos megalíticos de que habla la Sagrada Escritura. El pueblo
que ha construido los europeos es sin género de duda el de los celtas ..... 735
Objetos hallados en los palafitos. — Réplica de los prehistóricos.—Los cuatro
tipos de piedra tallada descritos por Mortillec , « no requieren por sí solos
un tiempo inmenso ?....... 736
Los tales tipos han coexistido todos juntos . - Argumentos evidentes del
abate Hamard , que demuestran esta proposicion .... 737
Los estudios de Acy sobre el Soma convencen á M. Arcelin . — El argumento
arqueológico está en contra de la prehistoria . 739

CAPITULO XXXIII

Prosigue la misma materia. Discútense los argumentos paleontológicos


de los prehistóricos.

¿ Ha sido el hombre contemporáneo de las especies cuaternarias ? — Dado caso


que lo haya sido , su contemporaneidad se extiende a todas ellas ?...... 741
Resultado obtenido del estudio de esta primera cuestion ... 746
El terreno cuaternario es un efecto del diluvio bíblico. — Ni la evolucion , ni
la emigracion , ni la extincion de los referidos tipos exigen los vastisimos
períodos que se suponen . 747
958 indice .

En dos siglos ha desaparecido la fauna africana, semejante á la cuaternaria,


mediante la accion mortífera del hombre . -- Otros ejemplos.. ....
El reno en tiempo de César . - Observaciones de Chabas sobre la emigracion
de los animales .....
Las especies domésticas mezcladas con las cuaternarias. --Steenstrup , De
pont. — Los descubrimientos notados por uno y otro demuestran la coesis:
tencia de las especies domésticas y de las cuaternarias.....
Con esto cae por tierra el edificio de las edades sucesivas señaladas por los
prehistóricos á los animales 'cuaternarios. - Testimonio de M. Fraas en
favor de este aserto , i ..
¿ Cuál es el espacio transcurrido desde la extincion completa de las especies
cuaternarias hasta nuestros días ? .....
Segun Fraas , el mammuth y el leon han vivido en Alemania en tiempo de
César .. Con Fraas concuerdan Thomé , Schaafhausen , Chabas y otros...A
El elefante en el Asia central y occidental en tiempo de Tolmeo III ....!
Edad reciente del mammuth .....
Dígase otro tanto del reno , del uro ó buey primigenio , del rinoceronte y del
oso de las cavernas.....
Lo mismo debe afirmarse del hipopótamo...

CAPITULO XXXIV

Concluye la materia relativa á la antigüedad del hombre. Discútense los argumentos


antropológicos de los prehistóricos. Cronologia de la Biblia .

La variedad de razas humanas no exige pará sn formacion la serie de siglos


que asienta Quatrefages. — Una vez formados los tipos , es más difícil
transformarlos que formarlos en un principio ......
Sin embargo, se dan ejemplos de transformacion rápida. *** Quatrefages mal
tiplica las razas y subrazas sin necesidad .....
Pasaje de Chabas relativo á este asunto contra los partidarios del hombre
mono..... Jói
Las sepulturas de Angy pertenecientes a la época merovingia protestan con
tra las aserciones de estos autores... .... 762
La Biblia no nos obliga á seguir decididamente la cronologia vulgar. - La
Vulgata no concuerda con la Version de los Setenta en la cronologia , y sin
embargo de ambas se sirve la Iglesia. La Biblia no contiene una crono
logía propiamente dicha ...... ...... 76
En algunos lugares de la Biblia es claro y manifiesto que las cifras originales
764
no han llegado hasta nosotros......
Otras causas que hacen incompleta la cronología de la Biblia. -- Un texto del
Padre Bellink relativo á esta materia. - Silvestre Sacy.- El P. Valroger
Vigouroux. Diferentes cronologías de los católicos permitidas en la Igle
sia. La prudencia dicta que sigamos la cronologia vulgar mientras no se
nos demuestre ser falsa ... ... 765
Indice. 959
PÁGINAS .

CAPITULO XXXV
El Catolicismo y la ciencia tocante al poder civil.

-Nada más comun entre los racionalistas modernos que negar el origen divino
del poder. Doctrina de la Iglesia .... 768
...Es gran.gloria para ésta hallarse en pugna con la ciencia impía y revolucio
naria . Clamoreo de los modernos jacobinos. 769
Lutero y la Revolucion. - La idea de Dios es absolutamente necesaria en la
república . Ateos metafísicos y ateos politicos. - El anarquismo, fruto
de la irreligioni.it 770
Cuánto debe la sociedad á la Religion católica . Ella recuerda sus deberes
á los súbditos y soberanos , al paso que realza la obediencia de aquéllos y
engrandece la autoridad de éstos...... 771
Balmes y su obra inmortal contra el protestantismo.... 772
En qué consiste el derecho divino de las autoridades civiles. La socie
dad politica es un ser natural , y por consiguiente incluido en los planes
del Criador .... 773
Razones que evidencian esta verdad ..... 774
Contrato social de Rousseau . Es un absurdo . - El hombre ama natural
mente la vida social... 775
El vivir á lo salvaje es contrario á la naturaleza. – La autoridad es una cosa
necesaria á la república , y como tal ordenada tambien por Dios . Razo
nes con que se demuestra la verdad de este aserto...... 776
La razon individual y la razon social . - Definicion de la ley . La accion de
ésta llega hasta la misma conciencia de los subditos . 777
I et
Objeciones de los revolucionarios contra esta doctrina.... 778
Respóndeseles con una distincion . - El hombre tiene libertad física para sa
lirse de la sociedad política, pero no libertad moral ordinariamente ha
blando ..... 779
El hombre no crea la autoridad , como no crea la razon individual ni las fuer
zas naturales de las sustancias. - La autoridad no es el alma 6 la forma
sustancial de la república, sinó una propiedad natural suya .. 781
Doctrina contraria de algunos católicos modernos, Es insostenible .-Razo
nes que evidencian nuestra proposicion .... 782
Siendo la autoridad una fuerza social , la sociedad podrá localizar esta fuerza
0
en la manera que más le conviene , y por tanto no es de esencia suya el
residir en la totalidad de la nacion .. 784
Haciendo esto no quedará la sociedad convertida en puro autómata , porque
se hallará difundido por todo su cuerpo lo que verdaderamente constituye
su forma sustancial, ... 785
En qué consiste esta forma. -Falso fundamento en que se apoyan los parti
darios de la doctrina opuesta ..... 786
Localizada la autoridad por la república , ya no le es lícito á ésta quitársela 6
dejar de obedecer á quien la posee en lo que legítimamente manda . La
doctrina aquí profesada la enseñan con unanimidad plena todos los Esco
lásticos, — Razon en que la funda Santo Tomás ... 787
960 Indice .

La discrepancia que entre los Escolásticos existia versaba sobre otra cuestion
diferente , La generalidad , sin embargo , estaba por la comunicacion
mediata.....
Los que en estos últimos tiempos han combatido á los Escolásticos confun
den estas dos cuestiones . — Los Escolásticos las distinguen muy bien.
Pruébase esta asercion con un testimonio de Molina ....
Los opugnadores de los Escolásticos han fundado el derecho a la posesion de
la autoridad , ora en el dominio territorial, ora en el hecho de la paterni.
dad. -- Nulidad de ambos titulos . -El dominio territorial sólo da derecho ,
á la correccion fraterna. – Argumento de Suarez con que se evidencia la
nulidad del derecho fundado en la paternidad ..
Un texto de Balmes dirigido al mismo intento ,....
La transmision del poder es inexplicable en la doctrina del derecho pa
terno ..
Como Balmes , han escrito en estos últimos tiempos el Emmo , Fr. Zeferido
González , el sabio canónigo J. Moulart y Augusto Nicolás . Un texto de
Moulart. – Otro de Augusto Nicolás ......
Las leyes fundamentales segun algunos opugnadores de los Escolásticos.
Falta de lógica en pensar de esta manera . - La opinion de estos autores con
duce al absolutismo de Jacobo 1 ......
Cuán sin razon se objeta á los Escolásticos que enseñaron doctrinas sedi
ciosas ,
Los Escolásticos supieron hacer frente , así al absolutismo de las masas como
al absolutismo de los principes. — Y es que enseñaban que la autoridad no
es la esencia de la república , sinó una simple fuerza saya consagrada por
naturaleza á su servicio ...... 80
Respondiendo , pues , con los Escolásticos á los revolucionarios , les diremos :
1.° Que confunden torpemente lo natural con lo esencial. - 2.° Que el lo
calizar la autoridad es usar legitimamente de ella y conforme á la misma
naturaleza de la sociedad humana, Texto notable de Suarez , 3. ° Que
una vez cedida la autoridad por la república , ésta queda obligada a obede
cer por el mismo derecho natural..... 804
Palabras con que explica Suarez esta obligacion respondiendo á Jacobo 1,
cuyo lenguaje imitan los que ahora van contra la doctrina de los Escolás
ticos , 805
Breve de Paulo V elogiando la doctrina de Suarez.. . 807
El libro de Suarez quemado en Paris como sedicioso por el Parlamento á
causa de esta doctrina. — Vindicalo el referido Pontifice , escribiendo
en favor de él á sus Majestades Cristianísimas, La encíclica Diuturnum
illud de Leon XIII relativa al poder civil . Va solamente contra
revo
lucionarios que niegan el origen divino de la autoridad política ... 808
Indice. 961
PÁGINAS .

CAPITULO XXXVI

El Catolicismo y la ciencia en órden á las relaciones que median


entre la razon y la fe.

La fe cristiana no es irracional, sinó prudente.— La razon ántes de creer está


cierta de que es un hecho la revelacion divina . — Una vez adquirida esta
certeza , tiene obligacion de someterse á la autoridad de Dios....... 809
Entre la razon y la fe no puede haber pugna verdadera. Los mismos racio
nalistas confirman con su conducta esta verdad ...... 810
La razon humana es con respecto á los misterios revelados lo que el ciego
respecto de los colores. — La razon por su misma naturaleza debe estar
subordinada á la fe, - Doctrina de Gunter condenada por Pío IX ........ 811
El racionalismo moderado reprobado en el Syllabus..... 812
El filósofo, para examinar los dogmas revelados , no ha de mirar si fluyen 6
no a priori de los principios de la razon , sino averiguar si es un hecho cier
to que Dios los ha revelado . Los milagros no son verdaderos cuando
tienden á persuadir una doctrina abierlamente falsa . 813
No sólo el filósofo , sinó tambien la Filosofía debe estar subordinada a la fe.
Razones en que se funda esta verdad. Dos maestros , el uno infalible y el
otro sujeto á mil errores ..... 814
La razon al aparecimiento de la fe pierde naturalmente su autonomía y que
da subordinada á esta segunda ..... 816
Grandes ventajas que de ella le resultan . Bien lo muestra la Filosofía cris
tiana . — Al contrario la racionalista , que no hace sino tejer y destejer su
tela siempre llena de errores.. 817
Injustas quejas de los modernos contra los antiguos porque cultivaban exclu
sivamente las ciencias especulativas , cuando ellos hacen esto mismo con las
experimentales .... 819
Espiritualismo de la Filosofia escolástica y materialismo de la moderna.
Aficion excesiva de la sociedad presente á todo lo sensible , y desmoraliza
cion consiguiente de la misma. Contrarios caractéres de la sociedad en
que dominaban las ideas cristianas ..... 820
Palabras notables del marqués de Valdegamas sobre este asunto . — Influjo
del Catolicismo en la literatura y en las artes desde el tiempo de Cons
tantino ...... 821
Ordenes religiosas. Son el instrumento ordinario de que se sirve la Iglesia
para llevar la civilizacion al mundo entero.... 822
Solidez y grandeza de la Filosofia cristiana ..... 823
Ambas cualidades son debidas á la Religion . - La Suma de Santo Tomás .
Kant y los Escolásticos. — Paralelo entre Kant y Hegel . 824
Los racionalistas tienen en pada las ventajas de la Religion , porque ésta pone
freno á su libertad de pensar .... 825
La Religion no quita á la razon humana otra libertad que la de equivocar
se . -· Palabras del Concilio Vaticano . 826
La Iglesia reconoce en las ciencias humanas la libertad de cada una ; pero no
puede menos de cuidar que no peligren los sagrados dogmas con las aber
61
962 Indice .

PACK

raciones de sus cultivadores. - La Iglesia en todos tiempos se ha mostrado


amante de las ciencias. Calumnias de Draper ..... 827
El mundo moderno debe su civilizacion á la Iglesia. - Ella fomentó en la
Edad Media el estudio de las lenguas. Extravagante del Papa Clemen
te V sobre este particular...
El cultivo de las lenguas orientales en la religion dominicana . El Pugie
fidei del P. Fr. Raimundo Martin . – Los hijos deSan Ignacio .....
Por qué pone tantos obstáculos á su enseñanza la Revolucion . - El Arzobispo
de Toledo , D. Raimundo Juan Gundisolvi , su Arcediano y Juan el Hispa
lense , traductores de las obras de Aristóteles ... 830
El Alcoran traducido al latin merced á la diligencia de Pedro el Venerable.
Arias Montano , Erasmo , Vives . — Para dar calor al protestantismo no De
cesitaban los hombres saber las lenguas orientales. - La Iglesia nunca ha
sido enemiga de la Astronomía , sinó de la Astrologia ......
En esto hizo un gran bien al género humano y á la misma ciencia. - Tampo
co ha perseguido jamás á los físicos, sinó á los nigromantes. Conducta
opuesta del mahometismo . - El califa Almamun y el matemático Leon .., 872
El Obispo Recemundo . - El monje Gilberto en España. — El Cardenal de
Cusa, El Canónigo Copérnico . --- Es consultado por el Concilio de Le
tran ... 833
Civilizacion árabe. Los árabes debieron , así en el Oriente como en el Oc
cidente , su ilustracion a los cristianos. Testimonio de Sedillot........ 834
Palabras de Simonet... $ 3!
Circourt citado por este escritor. Opinion de Simonet sobre la mezquita de
Córdoba ...... 836
Injustas recriminaciones de los racionalistas contra la Inquisicion española.
Defensa brillante de este tribunal hecha por el Sr. Menendez Pelayo ...... 837
Calumnias de Draper contra San Cirilo de Alejandria ...... 838
Hipátia. El Patriarca Teófilo y la biblioteca de Alejandría , . 839
Un texto oscuro de Orosio . - El califa Omar halló en Alejandría una biblio
teca muy numerosa . 840
Causa verdadera del asesinato de Hipátia .. 841

CAPITULO XXXVII

El Catolicismo y la ciencia en orden á las relaciones que deben mediar


entre la Iglesia y el Estado.

La Religion cristiana no es solamente un cierto cuerpo de doctrina religiosa,


sinó tambien una verdadera sociedad ... 843
Los protestantes niegan esto segundo . - Su error no puede ser más evidente. 844
Testimonios de la Escritura que lo demuestran ... 846
La Iglesia de Jesucristo entendida á la manera protestante sería , no el reino
de Dios , sinó una Babel espantosa .... 847
Otros testimonios de la Escritura al mismo propósito . 848
Error del protestante Mosheim ....... 849
El organismo de la Iglesia docente instituido por Jesucristo es el que mantiene
Indice. 963
PÁGINAS
firmes á los fieles en la verdadera doctrina, Palabras de la Escritura rela
tivas á esta materia 850
El sentido tradicional de la Iglesia, comenzando por los mismos Apóstoles, prue
ba claramente la institucion divina de dicho organismo .. 851
Concilio de Jerusalen. ..... 853
33. Todos los demás concilios generales se han creido revestidos de la misma au
toridad .-Y así lo creian tambien todos los fieles. - Macedonio , Arrio , Nes
torio , Dióscoro , Lutero , etc ..... 854
Si pues en la Iglesia de Cristo hay por institucion divina verdadera autoridad
religiosa , ¿ en qué relacion debe ésta hallarse con la política ? -- Respuesta
de los liberales racionalistas. Item de los liberales progresistas ......... 855
Item de los liberales moderados. La Religion católica en pugna con todos
ellos ... 856
Palabras de Pio IX contra los primeros... 857
Palabras del mismo Papa contra los segundos ... 859
Item contra los terceros ... 860
Contra las tres clases juntamente.. 861
El liberalisino católico y el Syllabus.. 862
Orgullo de la secta liberal.... 863
Los liberales racionalistas ya quedan refutados. – Refutacion de los regalistas
6 progresistas. -La sociedad política y la religiosa.- La moral y la religion , 865
Lo natural y lo sobrenatural .... 866
Los imperantes políticos cristianos no dejan por eso de ser ovejas de la Iglesia,
y súbditos de la autoridad religiosa en lo espiritual . — Los regalistas sospe
chosos de incredulidad .... 867
Jesucristo no hizo á sus Apóstoles dependientes de las autoridades civiles en
el ejercicio de su cargo . — Ni ellos les pedían tampoco la vénia para ejer
cerlo ...... 868
Absurdidad del pase regio. Palabras del gran Osio al emperador Constan
cio . — Refutacion del liberalismo católico. — La Iglesia no puede transigir
con el error, aunque sean los imperantes políticos quienes lo propalen,
Clamores hipócritas de los liberales católicos .... 869
El racionalismo moderado y el liberalismo católico. Son una misma cosa .. 870
La razon social , por tanto , debe estar subordinada á la religion como la razon
filosófica á la revelacion . — Una observacion importante. - Si los gobernan
tes civiles descuidan el bien espiritual de los ciudadanos, olvidan la parte
idade más principal de su oficio ...... 871
En la presente providencia este bien no lo pueden procurar los tales sinó pro
tegiendo á la Iglesia.... 872
Los liberales católicos convienen con los regalistas en estimar más lo tempo
ral y terreno que lo espiritual y eterno . Los católicos liberales , en el
fondo, aunque muchas veces quizás sin saberlo , son unos verdaderos indi
ferentistas en materia de Religion. — De lo contrario, sus ideas sobre la
naturaleza de las relaciones religioso- políticas serían muy otras ... 873
Recibirian con más respeto las decisiones de la Iglesia en esta materia...... 874
Y no se hubieran puesto á enseñar al Papa cómo se debe haber con las potes
tades temporales... 875
964 Indice.

En qué circunstancias y cómo se puede tolerar en alguna nacion católica el


culto falso .......
A los liberales católicos, lo mismo que á los regalistas, les gusta más que todo
no depender de nadie en el gobierno de los pueblos . Con esto proclaman
no menos que ellos el principio infernal de la Revolucion ....
Males desastrosos traidos a la sociedad con esta conducta . Si la sociedad ha ' '
de ser salva , es preciso hacerla volver á las ideas y prácticas católicas, ... 8
Apóstrofe á todos los liberales . Liberalismo práctico de algunos católicos "
que admiten las definiciones de la Iglesia ...... 1879
Las obras de esta clase de gentes hacen traicion á sus palabras, Conducta
que debemos observar en el modo de combatirlos .... 880
Notables palabras de Leon XIII relativas á este asunto.. 881
La moderacion en las palabras no nos debe impedir el que seamos bien enére -?
gicos en defender la verdad ..... $ 82
Qué debemos hacer para no vernos insensiblemente envueltos en las ocultas :
redes que a todos tiende hoy dia el liberalismo.... 88;
El libro de Mons. Sardá y Salvany : El liberalismo es pecado.

CAPITULO XXXVIII

Imposibilidad absoluta de conflicto alguno entre el Catolicismo y la verdadera


ciencia ,

Camino recorrido en los capítulos anteriores . -El que ahora empreodemos!


es enteramente opuesto ..... 885
Para esto basta estudiar la esencia del catolicismo. - Dos razones incontraś-
tables que demuestran a priori su absoluta conformidad con la verdadera
ciencia . - PRIMERA RAZON : Su origen divino.... ! orvirrini 886
Pretensiones vanas de las falsas sectas. – Notas de la verdadera Iglesia de Jes
sucristo . Ninguna de ellas se encuentra en las sectas disidentes.orcova 887
La unidad de los protestantes es unidad de hecho y no de derecho. Otro tap
to se diga de los cismáticos griegos ..... 888
El patriarcado de Constantinopla debe su fundacion á la Iglesia romana . -
El mismo Focio , antes de rebelarse contra la Iglesia , confesó públicamen
te el origen divino del Pontificado. – Esto hicieron tambien Lutero y Enri
889
que VIII de Inglaterra ....
Falta de santidad en la doctrina de las sectas. - Las doctrinas profesadas por
las sectas protestantes son ruinosas á la moral y á la sociedad, -- Inversión
ones
de los nombres introducida en el mundo por estos sectarios para coh
tar los actos más vituperables.-- Vicios de Lutero , Calvino y Enrique VIII,
fundadores del protestantismo...... 890
Quién se hace católico , y quién protestante. - El Crede firmiter et pecca for
titer de Lutero , Extinción del libre albedrío con la doctrina protestante. 891
Ella nos trae al mundo el fatalismo musulman. - Doctrina horrenda de Lute : 1
- 892
ro y Calvino sobre la predestinacion ......
Los protestantes honestos son mejores que su religion . - Principio fundamen
tal del protestantismo... min 893
Indice. 965
PÁGINAS.
Es enteramente contrario á la indole del Cristianismo. - Conduce directa
cmente al individualismo absoluto . - Al protestantismo faltan los caractéres
externos de santidad que deben brillar en la verdadera esposa de Jesucristo .
Fáltanle tanto la fecundidad para formar hombres santos y para conver-,
tir los infieles , como la aureola brillante de los milagros obrados en su
favor... 894
Dicho picante de Erasmo. - La fecundidad del protestantismo sólo se des
arrolla entre los católicos con los medios que usa para pervertiros .... 895
Lo cual ya había sido notado por Tertuliano en los herejes de su tiempo,
Pero poco aprovechan con esto los protestantes ; porque los que abandonan
el catolicismo , suelen hacerse racionalistas .... 896
Las sectas heterodoxas carecen de catolicidad , Cada una de ellas tiene una
extensión muy reducida . Por eso ningun sectario osa tomar el nombre de
católico , sinó es hablando con los de su propia secta . Esto ya lo notaron
San Agustin y San Cirilo Alejandrigo en los sectarios de su tiempo. - El
nombre que les cuadra es el de protestantes , y éste se lo da todo el mundo . 897
1 À las sectas les falta tambien la apostolicidad: – En el catolicismo se encuen
tran manifiestamente las cuatro notas mencionadas ... 898
Su unidad maravillosa . - La conservacion constante de esta unidad es debi
da á un auxilio especialisimo de Dios nuestro Señor , y no á las meras cau
sas naturales..... 899
Esta unidad no es facticia sino innata , y fundada en la divina institución del
Pontificado ...... 901
Pruebas que evidencian este aserto . - De aquí el que hasta el siglo ix siem
pre fuese reconocida por todos los cristianos la Sede de Pedro como el cen
tro de unidad de la cristiandad entera ...... 902
La Santidad de la Iglesia católica no es ménos brillante que su unidad. - En
" , el catolicismo, el que es bueno , no está en pugna con los principios reli
gioso por el profesados. - Grandes santos de la Iglesia católica posterio,
res á la reforma protestante ... 904
Intransigencia heróica de la Iglesia católica con toda doctrina inmoral y per
versa , La fuerza del Pontificado está en Dios , que ha prometido conser
varlo hasta el fin de los siglos....... 905
El Apóstol de las Indias San Francisco Javier, La catolicidad de la Iglesia .
romana es evidente á todo el mundo ......... 906
Dígase otro tanto de su apostolicidad . — Ningun sectario le ha podido pro
bar jamás que haya variado en sus creencias. - Efecto maravilloso que
produce esta invariabilidad en los heterodoxos reflexivos, Palabras de
Hurter..... vi . 907
SEGUNDA RAZON : Infalibilidad del Pontífice romano en sus definiciones dogmás
ticas..... 908
Era necesaria para el buen gobierno de la Iglesia . - Tres fines que segun San
Pablo se deben obtener siempre en la Iglesia mediante esta infalibilidad ... 909
Primer fin : Santificar á los fieles. Segundo fin : Edificar el cuerpo místico de
Jesucristo . — Por falta de esta infalibilidad están convertidas en un caos las
sectas protestantes ... 910
Sabiduría admirable de la Iglesia en el modo de definir los dogmas.. 911
966 Indice.
FÁCIE
Tercer fin : Impedir la fluctuacion de los fieles en las cosas pertenecientes á la
salvacion eterna ..... 912
Testimonios de la Escritura que evidencian la infalibilidad mencionada. La
Iglesia regida por el Espíritu Santo y por Cristo su Esposo .. 913
La Iglesia , columna y apoyo de la verdad . 914
La Iglesia edificada sobre la firmísima roca de Pedro. - Sentido unánime y
constante de todos los fieles acerca de esta infalibilidad ..... 015
Conducta de los concilios universales apoyados en este don del cielo . — Esta
misma infalibilidad la ha reconocido siempre la Iglesia en los sucesores de
San Pedro ..... 916
Testimonios de San Ireneo , Origenes, etc. , que patentizan esta verdad ...... 917
Los fieles en tanto son infalibles en las cosas de la salvacion eterna , en cuanto
se unen al cuerpo de los obispos , y éste en cuanto se une al Vicario de Je
sucristo .... 919
Testimonios con que se prueba lo primero . 920
Pruebas de lo segundo... 921
Tres ocasiones en que habló Jesucristo á San Pedro acerca de esta celestial
prerrogativa. · Concesion de la misma despues de la resurreccion ..... 922
Los antiguos Padres , asi reunidos en Concilio como separados , confiesan cla
ramente la infalibilidad de la Sede Apostólica. — Orígenes , San Epifanio ,
San Leon , San Agustin , San Máximo , Teodoro Studita , Juan , Patriarca
de Constantinopla , etc.. ... 923
Testimonios de San Ireneo , San Cipriano , San Jerónimo y San Agustin . – La
práctica constante de la Iglesia desde los primeros siglos tambien la de
muestra .... 925
Varias herejías de los primeros siglos condenadas irrevocablemente con sola la
autoridad de los romanos Pontífices. Cristo dió á San Pedro y á sus su
cesores la infalibilidad mencionada para que su Iglesia se mantuviese siem
pre una y libre de cismas...... 926
Testimonios de San Cipriano y de San Jerónimo relativos á este asunto . — El
no haberse equivocado nunca los romanos Pontifices en sus definiciones
dogmáticas es un argumento evidente de la sobredicha prerrogativa ...... 927
Deseos del autor . - Tres naturalismos de que nos debemos guardar con mu
chísimo cuidado en las presentes circunstancias .. 928
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