La Inflación y Políticas Del Banco Central de Bolivia

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La Inflación y Políticas del Banco Central de

Bolivia
 

JAVIER COSSIO, MARCO LAGUNA, DENISSE MARTIN, PABLO


MENDIETA, RAÚL MENDOZA, MARTÍN PALMERO, HUGO
RODRÍGUEZ*

Resumen

El aumento de la inflación en el 2007 ha generado preocupación en


Bolivia. El presente documento demuestra que la inflación ha sido
una característica de la historia económica del país y que ésta
implica costos para la sociedad, principalmente, influye de forma
directa en la pobreza y en la desigual distribución del ingreso; por
lo que su control es primordial. Asimismo se expone que el Banco
Central de Bolivia puede controlar la inflación núcleo por medio de
las políticas monetaria y cambiaría, aunque éstas actúan con
rezago y su efectividad dependerá de otros factores como la
confluencia de shocks diversos en la economía, la evolución de las
expectativas y los choques externos.

Palabras clave: Inflación, política monetaria, historia económica

1.    Introducción

En 2007 y al igual que en varios países latinoamericanos, la


inflación en Bolivia aumentó sustancialmente. Esta alza generó
preocupación en los analistas y la población, pues ha sido
relacionada con fenómenos inflacionarios previos en la historia
económica boliviana.

Este documento tiene tres objetivos. El primero es mostrar que las


últimas dos décadas han sido las más estables en términos de
inflación, en comparación con periodos previos. El segundo
corresponde a señalar por qué es importante controlar la inflación,
aspecto que destaca los costos en los cuales incurre una sociedad,
en particular la boliviana, cuando la inflación ha aumentado.
Finalmente, se explicará como han operado las políticas monetaria
y cambiaría en el periodo reciente, señalando que la efectividad de
ambas persiste. El documento se estructura en esas tres partes.

2.  La Inflación en la Historia Económica de Bolivia

La inflación ha sido una característica que acompañó a varios


países latinoamericanos aún desde el inicio mismo de su formación
como repúblicas independientes.1 En efecto, las necesidades de
financiamiento para la guerra de la independencia y la formación de
los nuevos estados implicaron importantes presiones inflacionarias.
En el caso de Bolivia y tomando como referencia la ciudad de
Potosí, Garner (2007) encontró que los precios subieron en
promedio 26% en el periodo 1810 a 1818, en comparación con el
periodo previo desde 1750 (Gráfico 1).

Gráfico 1:índice de precios en ciudades seleccionadas de


América Latina, 1750-1830

Fuente: Garner(2007)

Establecida la república, la emisión monetaria estuvo a cargo de la


Casa de Moneda de Potosí, en un contexto en el cual Bolivia adoptó
el régimen de patrón metálico, ligado a la producción de plata. La
situación económica fue precaria al inicio de la república, pues el
Ministro de Hacienda Bernabé y Madero, en su primera memoria del
5 de junio de 1826, se refirió al "ruinoso estado de los fondos
públicos, cuando las huestes libertadoras pisaron el suelo de
Bolivia, el decadente y exánime del comercio y las inmensas
contribuciones que gravitaban sobre los habitantes de la República"
(Vásquez Machicado, 1991).

Esta situación propició la acuñación de monedas con menor


contenido de plata o envilecimiento de la moneda de plata, lo que
dio origen a la moneda feble o de menor valor como alternativa
para cubrir las necesidades de financiamiento, proyecto aprobado
por la administración de Andrés de Santa Cruz a finales de 1830,
bajo los argumentos de "justicia, ejemplos, doctrinas políticas,
necesidad y más necesidad'2 En la práctica esta podría considerarse
como la primera pérdida del valor de la moneda. En principio la
moneda feble representó el 5% de la acuñación total. Sin embargo,
tres décadas después toda la moneda era de bajo valor, hasta que
en 1872 se cambió el régimen monetario introduciendo el papel
moneda y, de esa forma, el dinero fiduciario (Irigoin, 2003). El
Gráfico 2 muestra este fenómeno.

Gráfico 2: Fundición y envilecimiento de monedas, 1825-


1872

Fuente: Adaptado de Irigoin (2003)


Nota: La línea gruesa corresponde al envilecimiento como
porcentaje de la moneda (eje derecho).

Pese a que no existe información continua sobre precios, es posible


señalar que la inflación promedio anual pudo haber estado en torno
a 10% anual entre 1846 y 1859. Este cálculo se obtiene de
comparar los precios reportados en el Bosquejo Estadístico de
Bolivia de 1851 y de José Agustín Morales en Los primeros cien
años de la República de Bolivia de 1926. Por ejemplo, la variación
promedio anual de los precios de artículos seleccionados subió en
torno a 10%, pues el trigo subió 11,7%; el chuño, 11,3%; las
papas, 6,3%; el arroz, 13,7% y los garbanzos, 8,8% (Gráfico 3).3
Gráfico 3:
Incremento promedio anual de precios de artículos seleccionados
entre 1846 y 1859

Fuente: Vásquez Machicado (1991)

Las medidas monetarias anteriores estuvieron orientadas a florecer


el comercio, la industria y proteger la minería. Existieron ávidos
esfuerzos para recaudar dinero, con el propósito de construir y
fortalecer el nuevo estado, pero sin modificaciones importantes en
el sistema tributario.

A inicios de 1900 y luego de concluida la Guerra de Pacífico, la


situación económica de Bolivia se estabilizó gradualmente, entre
otros aspectos por el descubrimiento del árbol de la goma, lo que
dio inicio a una etapa de bonanza económica para el país. En
materia monetaria, en 1904 el país se adecuó al patrón oro,
predominante en la época, y se crearon nuevos bancos. Años más
tarde, el presidente Ismael Montes confrontó la crisis producida por
la Primera Guerra Mundial, reformando el sistema financiero y
estableciendo que el único banco con capacidad para emitir moneda
fuera el Banco de la Nación Boliviana. En esos años existió una
contracción económica, producto de la caída de las exportaciones,
que obligó a suspender temporalmente el pago de la deuda
externa. En ese contexto, el crecimiento de los medios de pago
entre 1912 y 1914 llegó a un promedio en torno a 100%, lo cual
hace suponer una elevada tasa de inflación (Gráfico 4).

Gráfico 4: Inflación y crecimiento de M3,1912-1959


Fuente: Mendieta y Martin (2007)

Entre 1925 y 1929, a raíz de las recomendaciones de la misión


liderada por Edwin Kemmerer, el gobierno del Presidente Hernando
Siles creó el Banco Central de Bolivia según la Ley 632. También se
crearon la Superintendencia de Bancos y la Contraloría General de
la República. La creación se efectuó en un contexto de crisis en el
país y en el mundo, debido a la caída del precio del estaño, que
representaba el 83% de las exportaciones totales. Esta caída
significó una disminución de 23% del circulante más los depósitos
entre 1929 y 1930 y de 50% en los ingresos fiscales.4

Sin embargo, el inicio de la Guerra del Chaco implicó un aumento


promedio de 53% del circulante entre 1931 y 1935, además el BCB
otorgó préstamos al Gobierno por un monto equivalente al 192%
del circulante a fines de 1932.5 No obstante, el cese de hostilidades
no implicó una caída de la masa monetaria, sino que por el
contrario, esta aumentó a una tasa promedio anual de 28% entre
el fin de la guerra 1935 y 1942, con una tasa de inflación promedio
de 38%.6

En los años siguientes y previos a la revolución nacional, la inflación


se moderó pese al alza de los precios internacionales por la
Segunda Guerra Mundial. En efecto, en el periodo 1942 a 1949, la
inflación promedio fue de 10% anual, con un crecimiento del
circulante de 14% promedio anual. En este periodo, Bolivia se
incorporó al Tratado de Bretton Woods en diciembre de 1945.

En la década de los años cincuenta, Bolivia experimenta su primera


gran inflación en medio de importantes cambios a la estructura
económica boliviana durante el proceso de Revolución Nacional.
Este alcanzó su nivel máximo en 1956 (475%), en línea con la
aceleración de los medios de pago (Gráfico 5). El programa de
estabilización (DS 4538 del 15 de diciembre de 1956) incluyó la
adopción de un régimen de determinación flexible del tipo de
cambio, la disminución del crecimiento de la masa monetaria, el
control del déficit fiscal y el congelamiento de los salarios en 1958.

El periodo posterior a este evento fue estable en materia


económica. La inflación promedio entre 1957 y 1971 fue de 5,2%
con un crecimiento de M3 de 17%, lo que coincidió con el periodo
de más alto y estable crecimiento económico (4,5%).

Pese a los infructuosos intentos por reestablecer el sistema


cambiario mundial establecido en Bretton Woods, el abandono de
Estados Unidos presionado por su déficit comercial indujo a que se
produzca una devaluación de la moneda nacional de 40.6% en
octubre de 1972, después de permanecer fijo desde 1959. Para
frenar el alza de la inflación, se establecieron controles de precios.
Pese a ello, los precios aumentaron 65% entre el establecimiento
de las medidas y diciembre de 1973, en un entorno en el cual la
emisión monetaria creció a tasas promedio en torno a 30%.7

Posteriormente, la crisis petrolera de 1973 se reflejó en un


incremento importante de la inflación internacional y en Bolivia. A
eso se sumó la constante concesión de préstamos del ente emisor a
distintas iniciativas económicas, lo que incrementó los medios de
pago en circulación. Paralelamente, el país incrementó su deuda
externa de $us524 millones en 1970 a $us1941 millones en 1979.

Todo este panorama redundó en un escenario de estanflación. En


efecto, los indicios de desaceleración se sintieron a partir de 1977,
pues el crecimiento disminuyó de un promedio de 5,8% entre 1970
y 1976 a 2,5% entre 1977 y 1979. La inestabilidad política y los
sucesivos incrementos salariales implicaron un incremento
importante de la inflación hacia fines de los ochenta.

A inicios de los años ochenta, el alza de la inflación mundial impulsó


a que las tasas de interés aumenten y de esa forma, la mayoría de
los países latinoamericanos confrontaron problemas por la
acumulación de la deuda externa. Con el crédito externo cerrado, la
única fuente de ingresos públicos en Bolivia fue la emisión
inorgánica, que financió el déficit fiscal, que superó el 20% del PIB
entre 1982 y 1985.

Este incremento súbito de la emisión se reflejó en un aumento


importante del tipo de cambio paralelo. Para evitar problemas por
las obligaciones en moneda extranjera, el Gobierno dictó el
DS19249 en noviembre de 1982, convirtiendo las obligaciones en
dólares a pesos bolivianos, aspecto que se conoció como
"desdolarización" y provocó un proceso de desintermediación
financiera. Por estos motivos, la tasa de inflación subió
dramáticamente de 296% en 1982 a 8170% en 1985, con un
máximo de 23447% en septiembre de este último año (Gráfico 5).
Gráfico 5: Crecimiento del IPC, M3 y del tipo de cambio y
déficit fiscal, 1950-2006

Fuente: Mendieta y Martin (2007)

Para hacer frente a este dramático suceso, se establecieron


medidas de impacto con la promulgación del DS21060 en agosto de
1985, con una estabilización basada fundamentalmente en el tipo
de cambio y un fuerte recorte de gasto y empleo públicos, a la par
de un incremento de los ingresos públicos a través del aumento del
precio de la gasolina y de una reforma tributaria posterior. En la
práctica, el tipo de cambio se convirtió en el ancla de la inflación,
debido a su relación directa con los precios internos en los años de
la hiperinflación, lo cual derivó en la paulatina dolarización de la
economía boliviana, en especial del sistema financiero.

Los costos y graves secuelas de la hiperinflación de 1984-1985


convencieron al público de que la preservación del poder adquisitivo
de la moneda nacional es primordial para el normal
desenvolvimiento de las actividades económicas. En efecto, la
dramática caída de 25% en el ingreso promedio de los bolivianos
entre 1978 y 1986, y los efectos negativos del ambiente de
incertidumbre económica en el empleo,8 evidenciaron los elevados
costos de los períodos de inestabilidad macroeconómica.

En los años posteriores, la inflación se mantuvo por encima de los


dos dígitos hasta 1992. La paulatina recuperación de la actividad y
la menor presión fiscal implicaron un descenso gradual de la
inflación, salvo por el aumento en 1995 (12,6%), debido al
incremento del precio internacional de productos básicos y por
problemas climatológicos.9

Un hito en la administración monetaria fue la promulgación de la


Ley 1670 del Banco Central de Bolivia en octubre de 1995, en la
que se fijó como objetivo del ente emisor "procurar la estabilidad
del poder adquisitivo interno de la moneda nacional", que se
interpretó como mantener una inflación baja y estable. En este
contexto, a partir de 1996 el BCB comenzó a anunciar a principios
de cada año, un objetivo máximo de inflación, que se convirtió en
guía de las políticas monetaria y cambiaría. Con el transcurso del
tiempo este límite se redujo gradualmente, con el fin de lograr la
convergencia de la inflación hacia niveles bajos (Gráfico 6).

Gráfico 6: Evolución de la inflación y metas del BCB

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Banco Central de Bolivia

Entre 1996 y 2001, la tasa de inflación disminuyó de 8% a 0,9%. El


bajo dinamismo del sector real de la economía, que comenzó a
finales de 1998, el desempleo y la contracción crediticia explican de
manera importante el debilitamiento de la demanda y, por tanto, el
comportamiento de los precios domésticos.

A partir de año 2003 Bolivia comenzó a recuperarse de la fuerte


crisis que caracterizó al país en los tres años anteriores,
recuperación económica que fue acompañada con un paulatino
incremento de precios hasta alcanzar en el año 2006 una cifra muy
cercana al 5%. Parte de este incremento se debió a la subvaluación
de la moneda, generada por la apreciación de las monedas de los
socios comerciales.
En 2007, la inflación nuevamente repuntó por cuatro factores
específicos: el incremento de la inflación internacional de alimentos
y combustibles; el incremento del ingreso disponible y el
consecuente dinamismo de la demanda agregada; los efectos de los
fenómenos climatológicos (El Niño y La Niña); y el incremento de
las expectativas inflacionarias, por la especulación en los mercados.
Frente a este aumento, el BCB actuó con una política concentrada
en retirar la liquidez con Operaciones de Mercado Abierto,
incremento del encaje legal y una gradual revaluación de la
moneda nacional.

Conviene notar que a partir de 2006, el BCB fijó un rango meta en


lugar de un techo de inflación, reconociendo la incertidumbre
implícita en la proyección de la inflación y siguiendo la práctica de
otros países al respecto.

3. ¿Porqué Controlar la Inflación?

En el caso de la economía boliviana, las elevadas tasas de inflación


en la década de los cincuenta y el proceso hiperinflacionario de
mediados de los ochenta, representaron un significativo costo en
términos de menor producción. La promulgación de la Ley 1670 se
constituyó en la legitimación de que el ente emisor debía propender
al control de la inflación.

Este mandato se reforzó recientemente con el DS29272 de


septiembre de 2007, que señala "Las acciones que implementará el
PND consideran la importancia de mantener la estabilidad de
precios y garantizan la independencia del Banco Central de Bolivia
para mantener una inflación baja y estable. También se apoyará la
aplicación de metas explícitas de inflación qu e amplíen la
transparencia de la política monetaria, disminuyan la incertidumbre
y las falsas expectativas de los agentes económicos," Los
principales costos que se han atribuido a la inflación se pueden
resumir en:

•     Distorsiona el funcionamiento de la economía y podría implicar


decisiones erróneas de los agentes económicos.

•     Incrementa la incertidumbre, reduce la inversión y el


crecimiento económico.

•     Es un impuesto implícito a la tenencia de saldos monetarios;

•     Está asociada a redistribuciones de la riqueza y el ingreso.

•     Implica el uso de recursos reales en actividades para


protección de la inflación y puede derivar en acciones que
promuevan mayor vulnerabilidad a la economía (Ej. dolarización).
En un contexto de baja inflación,10 la evidencia de los efectos del
aumento de precios no es concluyente, resurgiendo el debate sobre
dichos costos e incluso sobre una tasa de óptima de inflación. En
ese sentido, conviene revisar y cuantificar en la medida de lo
posible, el impacto de la inflación sobre el producto.

El canal más conocido tiene que ver con el uso de saldos reales.
Este concepto introducido inicialmente por Bailey (1956) se refiere
al costo que enfrenta la población por el menor uso de dinero en
sus transacciones con el fin de evitar la inflación; en términos
geométricos equivale al área A + B del Gráfico 7, que corresponde
a la pérdida de bienestar que enfrentan los agentes que utilizan los
saldos monetarios.

Gráfico 7: Exposición gráfica del costo de la inflación

Fuente: Dowd (1994)

En términos cuantitativos y siguiendo a Dowd (1994), puede


aproximarse por la expresión que relaciona este costo (L) con los
saldos monetarios (m) como porcentaje del PIB, dada una inflación
( ) y una tasa de interés (i), donde m¡ corresponde a la
elasticidad de la demanda de dinero respecto a la tasa de interés
nominal:

En ese sentido, se necesita calcular la elasticidad de la demanda de


dinero respecto a la tasa de interés. Para ello, se procedió a
estimar una expresión para la demanda de emisión con información
mensual entre 1990 y 2006, con los siguientes resultados:
Esta expresión relaciona la emisión real con el índice Global de
Actividad Económica (IGAE), la preferencia por moneda nacional
medida por la relación entre depósitos en moneda nacional
respecto al total {BOL), la tasa de interés nominal promedio del
sistema (i) y la volatilidad de la inflación ( IPC).11 Conviene tomar
en cuenta que, dada la especificación anterior, la elasticidad de la
demanda de dinero respecto a la tasa de interés es igual a:

La elasticidad encontrada fue de -1.9, que pese a ser más alta que
otros países, es concordante con el alto grado de dolarización que
implica una sensibilidad muy fuerte de la demanda de dinero
nacional a la inflación, debido a la existencia de un sustituto.12 El
costo de la inflación calculado sería de 0,3% del PIB por año por
cada punto porcentual de inflación. Este elevado costo, disminuiría
como consecuencia de la sustitución que se haría por moneda
extranjera.13

A los cálculos anteriores se le debe añadir el costo del menor uso


de saldos monetarios por la mayor volatilidad de la inflación
(Agenor, 2004). Es conveniente tomar en cuenta que mayor
inflación usualmente está asociada a mayor volatilidad de esta
variable. En este sentido, la experiencia boliviana no es la
excepción como lo muestra el Gráfico 8.

La caída en los saldos reales por cada punto adicional de inflación


correspondería a 0,15% del PIB.14 Por lo tanto, sumando ambos
costos (por menor uso de saldos reales y por la volatilidad de la
inflación) tendríamos un equivalente de 0,45% del PIB por punto de
inflación, el cual podría considerarse más bien como una cota
superior, dado el carácter de economía dolarizada mencionada
anteriormente.15

Gráfico 8: Inflación y volatilidad de la inflación mensual en


Bolivia, 1991-2006
Fuente: Estimaciones con información del INE

Por otra parte, la cota inferior vendría dada por un cálculo más
plausible relacionado al concepto de impuesto inflación o la pérdida
que tienen los tenedores de dinero nacional. Utilizando la base
monetaria como indicador relevante de dinero y una tasa de
inflación de 3% como tasa de referencia, este cálculo indicaría que
en 2006 el impuesto inflación habría sido equivalente al 0,18% del
PIB.16

Sin embargo, este costo puede ser menor en relación al que


corresponde al efecto que tiene la inflación en la rentabilidad de las
inversiones, al elevar el precio del capital. El Anexo 1 expone un
modelo formal en el que se demuestra que una inflación más alta
que la internacional ( *), incrementa el costo del capital y de esa
forma podría generar menor inversión, menor acumulación de
capital y, por ende, menor crecimiento.

En este sentido, es conveniente señalar que la mitad de las


importaciones se destina a la adquisición de bienes de capital.

En esa línea, la experiencia internacional muestra que la inflación


podría tener un efecto negativo en el crecimiento de los países.
Para averiguar empíricamente este postulado, se tomó en cuenta la
relación entre la inflación y el crecimiento promedio entre los años
1980 y 2006 para los 180 países que se encuentran en la base de
datos del Panorama Económico Mundial del FMI de abril de 2007. El
Gráfico 9 muestra la relación entre ambos; y aunque se percibe una
relación negativa ésta no es estadísticamente significativa.17

Gráfico 9: Relación entre inflación y crecimiento en una


muestra de 180 países (1980-2006)
Fuente: Estimaciones con información del FMI (2007)

Esta falta de relación entre la inflación y el crecimiento es


consistente con los hallazgos de McCandless y Weber (1995) con un
enfoque similar. Sin embargo, la evidencia es mixta. En efecto Faria
y Carneiro (2001) encontraron que la inflación no afecta el
crecimiento en el largo plazo, pero que en el corto plazo si existe
un efecto negativo. Por su parte, en un análisis de datos de panel
que incluye otras variables, Barro (1999) encontró una relación
negativa entre la inflación y el crecimiento económico en un panel
de países. En dicho estudio encuentra que un aumento de 10
puntos porcentuales en la inflación podría implicar una caída del
crecimiento de 0,4 puntos al año, con una relación más robusta y
significativa para tasas de inflación mayores a 20%.18 Finalmente,
Gillman, Harris y Matyas (2001), encuentran teórica y
empíricamente que la inflación tiene efectos negativos en el
crecimiento aún para tasas de inflación bajas.

En el caso de Bolivia, cuya tasa de inflación ha sido muy alta por lo


menos en dos periodos de su historia, es probable que la inflación
haya tenido un efecto importante en el crecimiento. Por ejemplo,
Mendieta y Martin (2007) encuentran que el crecimiento de la
productividad total de factores19, está relacionado inversamente con
un índice de inestabilidad macroeconómica definido como 1/1+tt.
En términos más concretos, los autores encuentran que los
fenómenos de alta inflación de 1956 y 1984-5 habrían implicado
una caída acumulada de por lo menos 20% del PIB por habitante,
tal como lo muestra el gráfico a continuación.

Gráfico 10: Efecto de la inflación en el crecimiento


económico, 1929-2006
Fuente: Mendieta y Martin (2007)

No obstante, para analizar si los episodios particulares de inflación


han estado relacionados con menor crecimiento, se utilizaron 4.454
observaciones para los 180 países de la muestra, cuyos resultados
se muestran en el Gráfico 11. Los resultados indican que una
inflación muy alta está relacionada negativa y significativamente
con el crecimiento del PIB. Sin embargo, ésta relación se torna no
significativa si se depura por inflaciones menores a 50%, revelando
que no existiría ninguna asociación entre estas dos variables para
tasas de inflación más bajas. Por lo tanto, se podría postular que la
inflación y el crecimiento no están relacionados en el caso de
inflaciones bajas.

Gráfico 11: Relación entre inflaciones menores a 50% y


crecimiento en 180 países (1980-2006)
Fuente: Estimaciones con información del FMI (2007)

Existe evidencia para países desarrollados y emergentes que


sugiere que el ciclo económico tiene efectos en la inflación, aunque
la actividad y la inflación no estén relacionadas en el largo plazo. En
efecto, Mendieta y Rodríguez (2007), en el marco de una Curva de
Phillips Neo-keynesiana para la economía boliviana, encuentran que
la brecha del producto estaría asociada con la inflación de forma
directa (Gráfico 12), pero que existiría homogeneidad de largo
plazo, es decir la inexistencia de una relación entre inflación y
actividad económica en un plazo más largo, en un contexto de baja
inflación.

Gráfico 12: Brecha del PIB y brecha de inflación, 1900-


200620
Fuente: Estimaciones con información del Instituto Nacional de
Estadísticas.

Un aspecto relacionado con la actividad y la inflación es el


coeficiente de sacrificio. En el caso de la economía boliviana y
debido a la inexistencia de información periódica y de larga data
sobre empleo, este indicador se calcularía como la caída en
producción necesaria para reducir la inflación (Ball, 1994):

El Gráfico 13 muestra la evolución de la caída acumulada del PIB y


la de la inflación. Utilizando la anterior definición, se puede ver que
la estabilización entre 1991 y 1993 requirió de una caída en el PIB
trimestral de 0,78 por punto porcentual de inflación. Sin embargo,
la caída de 1993 al 2002 se caracterizó por un coeficiente negativo
de -0,92. Para todo el periodo considerado, el coeficiente fue
negativo en -0,23. Este cálculo indica que la evidencia no es
concluyente respecto a altos coeficientes de sacrificio para
estabilizar la inflación en Bolivia.

Gráfico 13:

Caída acumulada del IPC y brecha acumulada del PIB, 1985-


2006
Fuente: Estimaciones con información del Instituto Nacional de
Estadísticas

Un aspecto final es que la inflación tiene efectos distributivos.


Powers (1995) encontró que existía una relación robusta entre la
inflación y la pobreza medida por medio del consumo en Estados
Unidos. Por su parte, Cardoso (1992) encontró que en periodos de
alta inflación los salarios suben en menor proporción que los
precios, afectando a la pobreza. Finalmente, Easterly y Fischer
(2001) también encuentran que la inflación afecta especialmente a
los más pobres, en un estudio de 32 mil familias en 38 países.

De esa forma, se reafirma la importancia de mantener una inflación


lo suficientemente baja como para evitar colapsos que impliquen
caídas en el crecimiento económico y efectos negativos sobre los
más pobres. Así se entiende que la estabilidad macroeconómica en
general y el control de la inflación en particular sean ponderados en
distintos sistemas políticos, como se ve a continuación:

•     Socialismo: Nikitin (1980), un escritor socialista, señala que en


el capitalismo "las masas trabajadoras sean las que más sufren las
consecuencias de la inflación" y que "la estabilidad de la moneda en
el socialismo la garantizan no sólo las reservas de oro, sino
principalmente, enorme cantidad de mercancías [...] lanzadas a la
circulación a precios firmes y estables".

•     Capitalismo de estado: Keynes (1940) afirmó que "El aumento


del costo de vida impone una carga proporcional en cada uno [...],
y, por lo tanto, es la causa de una gran injusticia social".

• Liberalismo: Friedman (1974) indicó que "La inflación es una


vieja, vieja enfermedad. [...] Y estos costos [los de estabilizar la
inflación] son menores que los costos que se incurriría, permitiendo
que la enfermedad de la inflación continúe sin control."

4. El BCB y el Control de la Inflación en la


Actualidad

En esta sección se describirá los lineamientos generales de las


políticas monetaria y cambiaría, para luego hacer un análisis
cuantitativo del efecto de estas políticas y otras variables en la
inflación.

IV.1. La Política Monetaria

La Ley 1670 determina que el objetivo del BCB es procurar la


estabilidad del poder adquisitivo interno de la moneda nacional.
Para ello, el BCB regula la liquidez del sistema financiero a través
de Operaciones de Mercado Abierto (OMA) principalmente,
afectando el volumen del crédito y la cantidad de dinero en la
economía. El BCB establece también encajes legales de obligatorio
cumplimiento por las entidades de intermediación

financiera y concede liquidez a estas entidades a través de créditos


con garantía del Fondo RAL y mediante operaciones de reporto.21

El BCB instrumenta su política monetaria a través de un esquema


de metas intermedias de cantidad fijando límites a la expansión de
su Crédito Interno Neto (CIN) y un piso a la variación en las
reservas internacionales netas (RIN), debido al carácter de
economía dolarizada. Como no se puede tener un control directo
sobre la meta intermedia, las acciones de política monetaria se
ejecutan por medio de una meta operativa, definida como el exceso
de liquidez del sistema financiero. El siguiente esquema muestra
este mecanismo de transmisión:

Esquema 1 : Política Monetaria del BCB


Las OMA son instrumentos importantes de la política monetaria del
BCB. Comprenden la compra y venta de valores públicos, con el
propósito de expandir o contraer la liquidez y el volumen de los
medios de pago en la economía para mantener una inflación baja y
estable. Al presente, la cartera de instrumentos del BCB está
constituida por las Letras de Tesorería (LT D) que son valores de
renta fija redimibles a vencimiento y emitidos a descuento y los
Bonos del Tesoro (BT D) que son valores a rendimiento que pagan
cupones semestrales.22. En los últimos meses, el BCB ha ampliado
el plazo y volumen de sus operaciones monetarias, así como
también ha dispuesto la venta pública de estos instrumentos a
personas particulares (OMA directas).

La política monetaria por medio de las OMA respondió a la situación


de liquidez del mercado como también al estado de la inflación. El
gráfico 14 muestra que el saldo de OMA como porcentajes de la
emisión monetaria y del agregado monetario más amplio (M'3) se
incrementó fuertemente en 2007, alcanzando niveles que no se
habían observado en los último 15 años.

Gráfico 14:

Relación entre OMA y emisión e inflación a 12 meses, 1991-


2007
Fuente: Información del BCB y del INE

En los últimos meses, las RIN se incrementaron fuertemente, y lo


hicieron principalmente a través de operaciones de compra de
divisas. En estas operaciones, a cambio de cada dólar que compra
el BCB, se incrementa la emisión monetaria en un monto
equivalente al tipo de cambio. Sin embargo, de un total de $us2177
millones de incremento en las RIN entre diciembre de 2005 y junio
de 2007, la emisión monetaria creció solo en el equivalente a
$us423 millones (Bs3231 millones). El crecimiento de la emisión
fue contenido con las OMA, el encaje legal, la apreciación de la
moneda nacional y la acumulación de depósitos del sector público
no financiero en el BCB que contribuyeron a disminuir el CIN.
Expansiones de la oferta de medios de pago más allá de la
demanda de saldos reales, podría ocasionar presiones sobre los
precios, y viceversa.

La política de encaje legal responde a la necesidad de contar con un


fondo prudencial que permita hacer frente a retiros inesperados de
depósitos. En el caso boliviano, además promueve la
remonetización de la economía al ser diferenciado con tasas más
altas para depósitos en moneda extranjera; asimismo, el Fondo
RAL, que forma parte de los requisitos de encaje, permite tener un
instrumento adicional como colateral para requerimientos
eventuales de liquidez del sistema financiero y que brinda al mismo
tiempo señales sobre la salud de cada entidad. Recientes
incrementos del encaje legal contribuyeron también a regular los
excesos de la liquidez de la economía.

IV.2. La política cambiarIa


La Ley 1670 expresa que la política cambiaría está bajo tuición del
BCB. El tipo de cambio es un precio clave para controlar la inflación
en Bolivia, tanto por su efecto en el precio de los bienes
importados, como por aquellos que se fijan en función a la
dolarización de la economía. Por tanto, usualmente la política
cambiaría ha priorizado el objetivo de mantener una inflación baja
y estable, lo que contribuye también a preservar la competitividad
cambiaría y promover la estabilidad del sistema financiero

Para comprender el efecto del tipo de cambio en la inflación, se


debe recordar que la determinación de los precios se realiza
básicamente en tres niveles diferentes: los precios del importador,
los precios del productor y los precios al consumidor. En cada uno
de estos niveles, los precios están afectados por choques
particulares de oferta y demanda doméstica, así como por choques
externos. El efecto de estos choques puede ser trasladado de un
nivel a otro (del importador al productor, del importador al
consumidor, y del productor al consumidor), o puede ser asumido
por el nivel afectado (importador o productor) a través de un
cambio en sus márgenes de ganancia. En el caso particular de un
choque de tipo de cambio, éste se trasladará hacia los precios al
consumidor a través de dos canales: canal directo y canal indirecto.

El canal directo, se observa a través de un ajuste en el precio de


los bienes importados como consecuencia de la variación del tipo
de cambio (lo que se conoce como el pass-through de primer
nivel). Las variaciones de los precios de los bienes de consumo
importados se trasladan directamente hacia los precios finales
según la participación de estos en la estructura del índice de
precios al consumidor (IPC).

Los precios de los insumos y bienes de capital importados afectan


directamente la estructura de costos de los productores y ellos, a
su vez, trasladan los cambios a los consumidores finales {pass-
through de segundo nivel). Un mecanismo adicional, dentro del
canal directo, corresponde a la transmisión de un ajuste en el tipo
de cambio hacia aquellos precios de bienes y servicios nominados
en moneda extranjera, y que por metodología de cálculo de la
inflación son expresados en moneda nacional.

Desde hace más de dos décadas, Bolivia ha adoptado un régimen


de tipo de cambio deslizante {crawling peg) que consiste en
pequeñas depreciaciones o apreciaciones no anunciadas
previamente. En comparación con otros países este esquema ha
significado menor volatilidad de la paridad (Gráfico 15).

Gráfico 15:

Evolución comparativa del tipo de cambio en países


seleccionados23
Fuente: Cálculos de los autores con información de los bancos
centrales

Este esquema permitió que Bolivia preserve la estabilidad del tipo


de cambio, lo que coadyuvó a evitar cambios bruscos en las
situaciones financieras de las empresas (efecto hoja de balance) y
preservar la estabilidad del tipo de cambio real aislando de choques
externos a la actividad económica interna (Gráfico 16).

Gráfico 16:

índice de tipo de cambio efectivo y real


Fuente: BCB

IV.3. Efectos de la política monetaria y cambiarIa en la


inflación

La literatura económica ha identificado una serie de canales a


través de los cuales las políticas monetaria y cambiaría influyen en
el nivel de precios, algunos de ellos discutidos en las anteriores
secciones. En este punto se cuantificarán los mecanismos de
transmisión de la política monetaria y cambiaría en Bolivia. Para
esto se emplea un modelo de Vectores Autorregresivos (VAR),
utilizando como métrica las funciones de impulso-respuesta.

El modelo VAR utilizado fue estimado con datos de frecuencia


mensual e incluye información comprendida entre enero de 1990 y
diciembre de 2007. La consolidación de la estabilidad
macroeconómica, a partir de la década del noventa, explica la
definición del período de la muestra. Las variables utilizadas en el
análisis se detallan a continuación:

Como variables exógenas se cuentan un índice de actividad y otro


de precios en dólares de los principales socios comerciales
ponderados por su participación en el comercio exterior, los precios
que no están dentro del núcleo inflacionario y variables adicionales
que captan la estacionalidad o quiebres específicos (cambios de
metodología en medición, fenómenos climatológicos, etc.).

Las series al ser diferenciadas son estacionarias. El número de


rezagos óptimo para el modelo fue elegido de acuerdo a los
criterios de Akaike, Schwarz y Hannan-Quinn, así como verificando
que los residuos de las ecuaciones sean estacionarios. Los
resultados de las funciones impulso respuesta generalizados se
muestra en el gráfico 17.

Gráfico 17:

Funciones impulso respuesta en el núcleo inflacionario


Fuente: Estimaciones propias

El gráfico señala algunos aspectos que deben remarcarse:

• La inercia inflacionaria es importante, por lo cual, un shock


exógeno repercutirá durante varios meses.

•     En concordancia con los resultados de la curva de Phillips,


existe un efecto temporal de la actividad en la inflación.

•     La remonetización no implica mayor inflación, aspecto que ha


sido relevante en los últimos cuatro años.
•     El efecto del gasto del gobierno no es significativo en este
periodo, aunque pudiese serlo por medio de la emisión monetaria.

•     La emisión tiene efecto temporal en la inflación; mientras que


la depreciación nominal tiene efecto permanente.

Por lo tanto, las políticas de control del BCB tienen efectos en el


núcleo inflacionario, aunque éste efecto podría ser alterado por la
confluencia de shocks diversos en la economía, la evolución de las
expectativas y los choques externos.

5. Conclusiones

Se pueden extraer tres conclusiones principales del documento. En


primer lugar, que la inflación ha sido una característica de la
historia económica boliviana y que estas dos últimas décadas
corresponden a un periodo de estabilidad monetaria.25 Por otra
parte, se destaca que el control de la inflación es prioritario para el
bienestar de la sociedad, en especial de los más pobres.
Finalmente, señala que las políticas del ente emisor (monetaria y
cambiaría), afectan con rezagos sobre la evolución de los precios,
en especial los determinados por factores macroeconómicos.

Estas conclusiones son importantes, pues avalan que el reciente


choque inflacionario puede y debe ser controlado con el uso
adecuado de las políticas pertinentes para el caso. Al igual que
otros países, el desafío consiste en asegurar que el objetivo
principal del BCB es el control de la inflación, de tal forma que
contribuya al desarrollo económico y social del país.

Anexo 1: Efectos de la Inflación en la Inversión

Para analizar formalmente el efecto de la inflación en la inversión,


se planteará un problema de control óptimo donde una empresa
representativa desea maximizar el valor presente de sus beneficios,
cuando sólo emplea capital y trabajo y no existen costos de ajuste
de la inversión. En términos formales el problema consiste:

Es decir, la empresa debe escoger las trayectorias de trabajo (L) e


inversión (/), de tal forma que maximice la suma de sus beneficios
en valor presente, descontados a la tasa de interés nominal (;'),
con la restricción de que el incremento del stock de capital (K) es
igual a la inversión menos la depreciación a una tasa 5. Todo este
proceso se lo realiza en función a los precios del producto (P), del
trabajo o salario {W) y del capital (PK).
En este caso, el hamiltoniano en valor corriente es igual a:

Las condiciones de maximización del problema son iguales a:26

De las dos últimas expresiones, se puede combinar y definiendo la


tasa de interés real como it = rt+ t se tiene que:

Por lo tanto, se puede ver que si la inflación nacional difiere del


crecimiento de los precios del capital podría generar costos o
beneficios. Suponiendo que los bienes de capital son importados27 y
que el tipo de cambio es fijo, la anterior expresión se transforma
en:

Notas

* Este documento fue preparado para las Jornadas Monetarias del


Banco Central de Bolivia (BCB) realizada el 18 de julio de 2007. Las
opiniones en el documento no comprometen al BCB o a sus
autoridades.
** Se agradecen los comentarios de Hugo Dorado y Rolando Marín

1
A pesar de que no se cuentan con estadísticas desde el
descubrimiento de América, el proceso de extracción de plata de las
minas actualmente situadas en México y Bolivia habrían generado
inflación tanto a España como al Nuevo Mundo. De hecho, Fischer,
Sahay y Vegh (2002) clasifican a la situación española entre 1502 y
1600 como un periodo de alta inflación.
2
Vásquez Machicado op. cit.

3
Ibid.

4
BCB(1930).

5
BCB(1932)y BCB(1935).

6
BCB(1942).

7
BCB (1972 y 1973)

8
Según la Memoria Anual del BCB (1986), la tasa de desempleo
alcanzó a 20% en 1986.

9
BCB (1995)

10
Aunque la definición de inflación baja varía entre países, esta
puede encontrarse entre 2% y 15%. Como señalaron Dornbusch y
Fischer "inflation that is modérate in Bolivia is extreme in
Switzerland" (Dornbusch y Fischer, 1993). Estos autores describen
como inflación moderada a la que se sitúa entre 15% y 30%.

11
  En el modelo incluye dentro de la tasa de interés la depreciación
nominal como variable de costo de oportunidad de mantener los
saldos reales. La volatilidad corresponde a la desviación estándar
móvil anual.

12
 Es conveniente notar que la sustitución de monedas y la
dolarización en general también involucran costos a la economía.
Un cálculo efectuado por el BCB indicó que los costos de solvencia y
liquidez de la dolarización financiera para Bolivia llegaban a 0,45%
del PIB por año (BCB, 2005)

13
  Desafortunadamente, no existen estimaciones recientes del
circulante en moneda extranjera para poder determinar cuánto
menor es el costo de la inflación en la tenencia de dinero global.

14
 Equivalente a 1,4% de la emisión.

15
 Sin embargo, como discuten Craig y Rocheteau (2006), este
costo subestimaría las fricciones que surgen en los modelos
económicos de búsqueda, diferentes a los modelos de transacción
como el utilizado.

16
Para la fórmula de cálculo se emplea . Al respecto,
véase Agenor op.cit.
17
En efecto, el estadístico es menor que el valor de la
distribución normal pertinente (Mukhopadhyay, 2000). Inclusive si
se utilizan las tasas observadas en lugar de la transformación
logarítmica, la relación no es significativa.

18
 Este resultado va en la dirección de Bruno y Easterly (1998),
quienes encuentran un límite de 40% para que la inflación no tenga
efectos significativos en el crecimiento .

19
  La productividad total de los factores (PTF), según el enfoque de
"contabilidad del crecimiento" es aquella parte del crecimiento que
no es explicada por los aumentos en los principales factores de
producción: capital y trabajo

20
  La brecha del PIB corresponde a un proceso de bootstraping de
la aplicación del filtro de Hodrick y Prescott al PIB y la brecha de
inflación es la inflación menos la serie filtrada.

21
El Fondo RAL se refiere al encaje constituido en títulos
(Requerimiento de Activos Líquidos). Existen otros instrumentos
como el Servicio Restringido de Depósitos (SRD) y el Servicio
Extendido de Depósitos (SED), que consisten en depósitos
remunerados de las entidades financieras en el BCB, por montos
limitados y que se activan sólo cuando las circunstancias lo
requieren, especialmente cuando hay exceso de liquidez.

22
En ocasión de la subrogación de pasivos de entidades financieras
intervenidas y liquidadas, el BCB emitió los Certificados de
Devolución de Depósitos (CDD). Estos instrumentos tenían un
carácter negociable y vencimientos escalonados.

23
Las monedas han sido escaladas de tal forma que su promedio
sea igual al de Bolivia

24
Corresponde a la medida de inflación subyacente que excluye
alimentos perecederos y bienes y servicios regulados, según la
teoría y práctica, es aquella parte del IPC que puede ser afectada
por las políticas económicas..

25
El alza de la inflación en 2007, que acabó en 11,73%, respondió
a factores de origen externo: mayor inflación internacional, efecto
de fenómenos climáticos, dinamismo de la demanda agregada y
expectativas asociadas con especulación.

26
Además se deben añadir las condiciones de transversalidad
pertinentes.

27
En el caso de Bolivia, las importaciones de bienes de capital e
insumos intermedios representan aproximadamente el 75% de las
importaciones.
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EVALUACIÓN DEL MODELO ECONÓMICO DE BOLIVIA Y SU


CRECIMIENTO BASADO EN DEMANDA INTERNA Y
EXPORTACIONES

Cesar Manuel Romero Arnez (CV)


[email protected]

Resumen

El presente artículo encuentra su razón en la necesidad de aportar elementos para efectuar


una evaluación del nuevo modelo de política económica implementado en Bolivia, las
bases de su crecimiento y su efecto sobre la inversión pública y la generación de una
economía de desarrollo. Bolivia siempre se caracterizó históricamente por tener déficit
fiscal, y deuda pública, porque debido al estado deficitario de nuestra economía, los gastos
siempre han superado a los ingresos presupuestarios del TGN1 de Bolivia, la deuda por
tanto era necesaria para lograr el equilibrio del presupuesto fiscal, este endeudamiento
principalmente era externo. Sin embargo, desde el año 2006, Bolivia ha logrado obtener
superávit en la cuenta fiscal, algo que jamás antes había sucedido con la economía
boliviana, lo que empero no significa que Bolivia no siga recurriendo a la deuda externa.
De igual modo, la inversión pública ha registrado hitos históricos nunca antes alcanzados,
todo ello dentro de un contexto de una economía en vías de desarrollo.

Abstract
This article finds its reason in the need to provide elements for an evaluation of the new
model of economic policy implemented in Bolivia, bases its growth and its effect on public
investment and the generation of a developing economy. Bolivia always was historically
characterized by fiscal deficits, and public debt, because due to the deficit of our economy
State, costs always have surpassed the TGN 2 budget revenues of Bolivia, the debt was
therefore necessary to achieve the balance of the fiscal budget, this indebtedness was
mainly external. However, since 2006, Bolivia has managed to get the fiscal account
surplus, something that never had happened before with the Bolivian economy, which
however do not mean that Bolivia will not follow resorting to external debt. Similarly,
public investment has been historic milestones never before achieved, all within a context
of a developing economy.
Palabras clave: Inversión pública, Nuevo Modelo Económico, Política económica de
Keynes,  deuda pública, déficit fiscal y superávit fiscal.
1 Tesoro General de la Nación.

General Treasury of the Nation.

Para ver el artículo completo en formato pdf comprimido zip pulse aquí

Cesar Manuel Romero Arnez: "Evaluación del modelo económico de Bolivia y su crecimiento basado en
demanda interna y exportaciones", en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 207, 2015. Texto
completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/la/15/economia-bolivia.html

Contexto de la realidad boliviana: Antes y después del nuevo modelo


Bolivia vivió su primera revolución en el campo económico y social el año 1952 con el Gobierno del MNR,
esta revolución modifico la tenencia de la tierra, y la propiedad sobre las minas que pasaron a manos del
Estado, al efecto conviene recordar que nuestro país dependía económicamente de la actividad minera, dicho
de otro modo la revolución citada estatizo la economía del país que antes estaba a cargo de una clase
dominante oligárquica y empresarial, el gobierno del MNR del 52 promulgo  en su momento medidas
transcendentales como fueron la nacionalización de las minas, el derecho al voto universal, y la reforma
agraria entre las más destacadas. Este hecho devolvió al Estado su rol hegemónico sobre la economía, no
olvidemos que Bolivia dependía exclusivamente de la exportación de minerales, principalmente del estaño las
cuales se encontraban en manos privadas, de igual modo acabo con la esclavitud en el campo, bajo el lema de
que la tierra es de quien la trabaja.
Por tanto estas medidas nacionalizaron la economía del país. Luego, se sucedieron posteriormente en el poder
muchos gobiernos militares que solo adoptaban las recetas impuestas por los organismos internacionales dada
nuestra dependencia económica hacia estos, esto sucedió hasta la década del 80- agosto de 1985 propiamente
cuando se produce un quiebre político, y en nuestra economía con la llegada al poder nuevamente del MNR y
la adopción del modelo económico de los neo liberales, que redujeron al estado boliviano a su mínima
expresión, el objetivo frenar la inflación y estabilizar los precios de los bienes.
No deja de ser anecdótico que el MNR haya optado por el modelo neoliberal en su gobierno de 1985, dejando
de lado al estado empresario que ellos mismos crearon el 52, ahora no podemos ignorar el contexto
internacional, dicho contexto ponía de moda a los neoliberales en el mundo en la década del 80 con Ronald
Reagan en el poder, dicha influencia no podía ser ajena para nuestro país, y por ello se adoptó el modelo del
neoliberalismo, esta política monetarista de los neoliberales se aplicó  a la medida  por el gobierno del MNR.
Nueva Política Económica, 2006- 2013:
El estado boliviano ha dejado de ser el país mendigo de América Latina, ahora se constituye en un referente
de estabilidad macroeconómica, no es más el país pobre que vivía de la caridad internacional, con un débil
crecimiento económico,  inestabilidad política y social, y con elevados niveles de endeudamiento público y de
pobreza extrema. 1
Ahora desde el 2006, la situación ha cambiado, este gobierno adopto un nuevo modelo económico 2 “que ha
permitido incrementar tanto las tasas de crecimiento económico como el índice de desarrollo humano”, es un
modelo pro estructuralista y contrario al pensamiento del neoliberalismo,  por ello el Estado Boliviano desde
el año 2005 a la fecha responde a la nueva política económica que rige en nuestro país, donde el Estado ha
recobrado un papel protagónico en el manejo de la economía, y uno de los hechos que se destaca es la
nacionalización de las empresas estratégicas privatizadas por los gobiernos neoliberales que antecedieron a
este gobierno, así como la adopción de otras políticas fiscales, como ser el de la redistribución de la riqueza
vía bonos.3
Bolivia registró una tasa de crecimiento de 6,8%, en base a la exportación de hidrocarburos y de minerales, y
del crecimiento de la demanda interna. Respecto de este crecimiento 4 , las variables macroeconómicas
registradas durante el 2013 fueron: 6,5 por ciento de crecimiento del PIB según la Fundación Milenio, el
informe del BCB 5difiere de este al señalar que este crecimiento fue del 6,8%.
El crecimiento de la economía boliviana obedece al nivel histórico de producción de gas natural y la
expansión del consumo privado que impulsaron el crecimiento de la economía boliviana en 2013. 6 Estas dos
variables son las que han impulsado el crecimiento de la economía boliviana.
El consumo privado de las familias vía incremento de los salarios mínimos y  pago de bonos, afectó la masa
salarial, el último incremento al salario del 2013 fue del 20% sobre el salario básico, a ello debemos añadir el
pago del doble aguinaldo que aumentaron la capacidad de gasto de las familias e inyectaron mucho dinero
circulante en la economía, esto obligó al BCB a intervenir en la economía ofreciendo bonos al público al 6%,
una tasa alta en el medio que tenía por objeto  retirar masa monetaria de la circulación y evitar un proceso
inflacionario por el aumento de la demanda de bienes.
Por otro lado, nuestro crecimiento se apoya en la variable de la venta de hidrocarburos al Brasil y a la
Argentina7 , que tienen un boom de precios en el mercado internacional, esto sin embargo no son una garantía
permanente en el tiempo, porque los precios son fijados por estos mercados, ello debilita y condiciona
negativamente nuestra posición financiera y las proyecciones de nuestra economía hacia el futuro. En 2013
las exportaciones alcanzan a 12.100 millones de dólares, el 54% por hidrocarburos.8
Del gasto público:
Entre otras políticas fiscales se observa el incremento del gasto público, el gasto publico estimula la
economía, lo cual no podemos dejar de mencionar que es parte de la receta keynesiana de incrementar el gasto
público para enfrentar el desempleo, 9  el número de servidores públicos se incrementó de 222.891 en 2005 a
362.227 en 2013, por efecto de la creación de nuevas empresas públicas.
El gasto público del periodo 2006-2013 tuvo una fuerte expansión por la creación de estas empresas públicas.
La inversión en estas empresas ha estimulado la demanda agregada y ha contribuido al crecimiento. Empero,
el crecimiento de una economía impulsada solamente por la demanda es de corta duración.
Los gastos totales aumentaron a un ritmo mayor (un 17,3% en 2013 en términos reales, en comparación con
un 7,6% el año anterior). La inversión pública mostró un desempeño notable, con un alza del 37,9%. El
aumento de los sueldos de los funcionarios públicos de un 8% y de las transferencias, especialmente mediante
el bono de la Renta Dignidad, impulsó el alza de los gastos corrientes. 10
Si hacemos una retrospectiva, mencionaremos que el modelo económico impuesto en nuestro país para
enfrentar la crisis del ciclo neoliberal estuvo basado en el programa de ajuste estructural diseñado por el
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, los objetivos eran frenar la inflación, estabilizar precios
de los bienes, lograr el equilibrio de variables macroeconómicas, promover la privatización de las empresas
nacionales y la apertura a la inversión extranjera, ahora los objetivos son otros: enfrentar la pobreza,  la
desigualdad social y crear las condiciones para el desarrollo mediante la adopción de un nuevo modelo de
política económica.
Ahora presumimos de no adoptar recomendaciones de organismos internacionales, y fijar nuestras propias
líneas de política económica, los resultados refieren que tenemos superávit fiscal, la cuenta corriente es 
positiva, pero importamos más bienes intermedios que bienes de capital, pero seguimos exportando bienes sin
valor agregado, o sea la industrialización todavía no se ha logrado y seguimos dependiendo de la exportación
de materias primas, cuyo precio es volátil.
Inversión Pública:
La inversión pública ejecutada alcanzó los $us 3.780,7 millones, financiada en un 81,9% con recursos
internos, y fue destinada hacia la infraestructura caminera y otros proyectos productivos. Sin embargo
lamentablemente, el proceso de industrialización sigue siendo una cuenta pendiente, por lo que falta crear las
condiciones para una economía de desarrollo. La inversión representa el 18,2% del PIB en 2012. El gobierno
boliviano ha dado algunos pasos en el proceso de industrialización en el país, el 2013 destacamos la
inauguración de la construcción de la Planta de Urea y Amoniaco, y de igual modo de la Planta Separadora de
Líquidos de Río Grande.
Inversión vía mercados de capitales:
Bolivia retorno al mercado de capitales con el objetivo de lograr la confianza y el reconocimiento del sistema
financiero internacional en nuestra economía y asimismo obtener  recursos para  financiar inversiones, este
hecho se dio después de más de 100 años de estar nuestro país al margen de estos mercados financieros.
Ofertamos y colocamos exitosamente la segunda emisión de los bonos soberanos, esta oferta fue superada por
la demanda, y se obtuvo un récord  en inversión extranjera directa neta en 2013 por $us 1.750 millones, la
cual supero ampliamente al máximo percibido en el periodo neoliberal, que llegó a $us 1.024 millones.11
El Estado boliviano decidió invertir en el mercado de capitales colocando bonos denominados soberanos I y
II, para destinados principalmente hacia la construcción de carreteras en todo el país, esto sin duda repercutirá
de forma significativa en nuestra economía, sobre todo por el efecto multiplicador que tiene la construcción
en cualquier economía. Los recursos provenientes de la primera y segunda emisión de los bonos soberanos en
el exterior, ascienden a $us 1.000 millones, los cuales financian alrededor de 17 proyectos camineros.
Del contexto internacional, crisis financiera y su repercusión:
La crisis internacional afecto la llegada al poder de Morales el 2006, obviamente no se podía evitar el embate
de la crisis financiera internacional del 2008, tal es así que en   12 el año 2009 las exportaciones fueron de
5.433 millones de dólares, la menor en el periodo 2006-2013, estas fueron afectadas negativamente por el
impacto de la crisis internacional. Mencionamos la crisis financiera internacional del 2008 porque vivimos
dentro de una economía globalizada, que sin duda termino afectando también a nuestro país.
La repercusión de esta crisis financiera internacional se observa en el contexto internacional, en el cual
resurgen en la economía mundial los neo keynesianos, ahí tenemos al premio Nobel de Economía 2008 Paul
Krugman un referente neo keynesiano,  es la respuesta del resurgimiento de los pro estatistas frente a la crisis
financiera internacional del 2008, frente a la ausencia de estado en la economía, de la falta de control y de
mayor regulación, este resurgimiento del pensamiento de los estructuralistas frente al pensamiento de
mercado de los neoliberales se da en el contexto internacional impulsada por la crisis financiera del 2008.
Influencia de pensamiento en el modelo boliviano:
El modelo económico boliviano tiene la influencia de varias escuelas de pensamiento, al estructuralismo neo
keynesiano y la ideología del marxismo 13, es esta ideología la que pretende impulsar el gobierno de Morales,
adoptando una economía planificada muy propia de la extinta URSS, la cual se derrumbó con la caída del
muro de Berlín, este modelo de economía planificada contradictoriamente ha sido desechada por el gigante de
la China que ha asumido el modelo de economía de mercado en un país de ideología comunista, de este modo
se demuestra que pueden coexistir una economía de mercado en un país comunista.14  
La economía boliviana del 2006 - 2013 ha suscitado diversos interrogantes sobre el modelo económico que
Bolivia estaría aplicando desde la asunción de Morales, algunos autores como, Gabriel Loza señalan que la
economía boliviana se basa en un nuevo modelo económico, la economía plural15 . Al efecto el gobierno
boliviano se esfuerza en denominar a su modelo Económico Plural, el cual incorporaría inclusive a la
economía comunitaria, aspecto a desechar por completo porque la economía boliviana no tiene ni el 1% de
comunitaria.
De la inflación y el desempleo:
Según datos oficiales del INE, en 2013, la inflación llegó a 6,4%, una tasa mayor a la registrada en 2012
(4,5%) y ligeramente menor a 2011 (6,9%). La fundación Milenio, refiere en su informe 2013 16 que la
inflación fue de 6.48 por ciento de tasa de inflación, superávit fiscal de 0,1 por ciento respecto al PIB en el
Sector Público No Financiero.
Debemos considerar que los modelos económicos deben hacer frente a los dos grandes problemas que
enfrenta una economía, el desempleo y la inflación, en nuestro país la inflación se ha mantenido controlada
durante el actual gobierno, (2006-2013). La inflación en nuestro país se encuentra controlada debido a la
aplicación adecuada de políticas de estabilidad macroeconómica, esta política económica neo keynesiana se
orienta más hacia políticas macroeconómicas antes que  microeconómicas
Por tanto, el problema a resolver esta sin duda en el desempleo, donde el empleo formal en nuestro país es
escaso por la falta de oportunidades y de capitales de riesgo, este hecho y la necesidad de adoptar políticas pro
estatistas que busquen recuperar el control sobre el manejo económico del país obligaron a estimular la
demanda global, para ello se incrementó periódicamente el salario mínimo nacional, como política se adoptó
que el incremento debe considerar a la inflación, es así que el salario mínimo real en el periodo de 1998 –
2005 se incrementó en un 52%, en tanto que en el periodo del 2006- 2013 fue casi el doble, es decir 105%.17
Al respecto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió en su último informe
sobre la coyuntura laboral en la región que la informalidad es el principal desafío de los países de la cual
nuestro país no se exime, pero a la vez este organismo destaca las mejoras que se han producido en materia de
igualdad del ingreso en la región. En el estado boliviano, el salario mínimo nacional se incrementó desde el
2006 al 2013 en un 140,10% según la CEPAL, índice superior al resto de las economías de américa latina,
algo que no podemos dejar de ponderar.

Del gasto de las familias:


Las políticas de redistribución de la riqueza son en parte la continuación de las adoptadas por el gobierno del
MNR, caso Bono sol, que se dan a través de las denominadas transferencias hacia las familias, asimismo los
incrementos a la masa salarial contribuyeron a socializar el bien estar de la economía de Bolivia entre sus
ciudadanos, al aumentar su capacidad de gasto y por ende de consumo.
Estas transferencias tienen el propósito de aumentar esta capacidad de gasto de las familias y promover el
crecimiento de la demanda interna en la cual se apoya la política económica de este gobierno, es decir se
busca aumentar el consumo de bienes y servicios de las familias.
Citamos estas transferencias: Conforme a datos oficiales, 18 al 31 de diciembre de 2012 se llegó a
desembolsar Bs. 2.545 millones, cuyo beneficio alcanzo a 12.729.704 pagos efectuados durante el periodo
2006-2013 por el bono Juancito Pinto que guarda relación con la asistencia escolar, y el bono Juana Azurduy
de Padilla que consiste en el pago de Bs. 1.820.- a las mujeres en gestación, y niños menores de dos años que
asisten a los controles de salud y el bono de Renta Dignidad que se paga a las personas de la tercera edad,
estos bonos forman parte del programa social de este gobierno.
De la deuda pública:
La deuda pública del estado boliviano siempre ha sido una constante en nuestra economía, sabemos que
cuando se contrae nueva deuda externa, esta aumenta el déficit, esta es cíclica porque al mismo tiempo que
nos beneficiamos con la condonación de estos pagos en favor de organismos internacionales, nos volvemos a
endeudar nuevamente para financiar el gasto presupuestado por el TGN. Lo anterior grafica nuestra situación, 
es decir siempre hemos vivido con  deuda.
Al ser un país pobre la deuda pública siempre ha formado parte de nuestro presupuesto fiscal, siempre hemos
recurrido a esta deuda para poder equilibrar la relación entre ingresos y egresos presupuestados. La deuda
externa del país tiene un crecimiento sostenido durante los últimos siete años, en 2007 llegó a 1.807 millones
de dólares. El mayor en el periodo entre 2000 y 2012, fue 2003 con 4.242 millones.
En cuanto a la deuda pública interna, 2013 cerró con el 11,9 por ciento de los ingresos del TGE,  está por
debajo del límite referencial de 35 por ciento del PIB, establecido por el Fondo Monetario Internacional
(FMI). Este indicador muestra la solidez de nuestra economía.
Capacidad de endeudamiento de nuestra economía:
La capacidad de endeudamiento de nuestra economía se ha visto favorecida con el aumento de los ingresos
del Sector Público No Financiero (SPNF) de Bs. 24.368 millones (31,6 por ingresos adicionales para el SPNF
entre el 2006 y 2013 son de US$ 50.051 millones. 19 ciento del PIB) el 2005 a Bs. 104.021 millones (51,9
por ciento del PIB) el 2013. 
La capacidad de pago de nuestro país está supeditada a la producción del PIB,   las materias primas que
exportamos y  los precios de estos, lamentablemente son volátiles en el contexto internacional, nuestra
economía se apoya en la exportación de hidrocarburos principalmente. Al respecto, nuestro país se verá
afectado por la crisis de precios del petróleo el cual podría llegar a una banda de US$70 a US$80 por barril,
como producto de una debilidad en la demanda internacional y de una mayor producción de los países, las
caídas se aceleran de nuevo en el mercado del petróleo, este hecho sin duda afectara a nuestros ingresos, lo
cual derivaría en una menor capacidad de gasto del estado boliviano. 20

Relación de la deuda pública externa e interna frente al PIB:

La deuda pública externa representa en promedio un 66% del PIB, la deuda pública interna promedió un 22%
del PIB. Nuestro país dependía más del financiamiento externo que del interno. En el caso de la deuda interna
boliviana está representada principalmente por el BCB, Banco Central de Bolivia como principal acreedor, y a
las AFPS, que son los Fondos de Pensiones privados.
Superávit fiscal y deuda:
Actualmente gozamos con este nuevo modelo económico de un superávit fiscal y una deuda publica
manejable, que se encuentra por debajo de los indicadores internacionales. La deuda externa del país tiene un
crecimiento sostenido durante los últimos siete años, desde que en 2007 llegó a 1.807 millones de dólares. El
mayor nivel, en el periodo de 2000 y 2012, fue en 2003 con 4.242 millones según el Boletín del Ministerio de
Economía y Finanzas Publicas.21
Respecto de la deuda pública interna, 2013 cerró con el 11,9 por ciento de los ingresos del TGE y está por
debajo del límite referencial de 35 por ciento del PIB, establecido por el Fondo Monetario Internacional
(FMI). 22
La deuda pública externa no representa un problema para la estabilidad económica del país, si la relacionamos
con el PIB son 5,309 millones de dólares, hasta el 31 de mayo del año en curso, cuando al cierre de diciembre
2005 era de 4,492 millones, comparando ambas cifras con relación al PIB correspondiente se tiene que la
deuda externa pública ha disminuido 17 por ciento del PIB, cuando el año 2005 superaba el 50 por ciento.23

De la balanza comercial:
En nuestra balanza comercial, el sector de hidrocarburos, constituye el más importante de la economía
boliviana. El ingreso de divisas por la exportación de gas natural a Argentina y Brasil es la principal fuente de
divisas del país. Al respecto nuestras exportaciones tienen como mercados principalmente al Brasil, Argentina
y Estados Unidos, estos concentran el 64 por ciento del total exportado. La mayor parte de las exportaciones
bolivianas han estado dirigidas a países de la región.24

Este crecimiento de las importaciones se debió al mayor valor importado: bienes intermedios, crecieron 9,3
por ciento, bienes de capital 23,3 por ciento y bienes de consumo 8,8 por ciento. En 2013, los bienes
intermedios representaron más de la mitad del valor importado, entenderemos por bienes intermedios por
ejemplo a la importación de diesel que efectúa nuestro país.

Pero, la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas de Bolivia, (UDAPE) (2002), informe que el
sector industrial tiene una participación muy reducida en la producción nacional. En definitiva, nuestra
economía se apoya en sus recursos naturales y energéticos, más que en su desarrollo industrial.25

El déficit fiscal

El  déficit Fiscal, el crecimiento económico solamente puede ser logrado en un ambiente de políticas
macroeconómicas sólidas y consistentes entre sí. En este contexto, la política fiscal juega un rol de primer
orden por su impacto sobre los sectores real, externo y financiero. Conforme al informe del Banco Central de
Bolivia 26 hemos alcanzado superávit fiscales durante el periodo 2006 al 2013, en tanto que entre 1998 al
2005 el déficit fiscal promedio fue de 5,4% del PIB.

Los déficits fiscales no son negativos, como tampoco lo es recurrir al financiamiento para solventarlos. El
enfoque keynesiano para el estudio del déficit fiscal sostiene que no es necesario para el sector público
presentar resultados equilibrados de manera permanente, es decir ingresos igual gastos, particularmente en
períodos de recesión. El resultado fiscal debe hallarse balanceado: déficit en períodos de recesión y superávit
en períodos de expansión.
Más datos sobre el crecimiento:
El crecimiento económico y el avance de las políticas sociales en Bolivia, desde el año 1986, en pleno
proceso de estabilización y ajuste estructural, la ayuda internacional ha crecido de forma exponencial. En la
década noventa la ayuda externa alcanzó en promedio el 10% del PIB nacional boliviano, aspecto que
afectaba la sostenibilidad del crecimiento económico.
Al mismo tiempo, la inserción internacional de la economía boliviana presentaba déficit externos crónicos,
por lo que la atracción de capitales y el ingreso de divisas externas eran cada vez más necesarios 27, ante ese
panorama nuestra economía se abrió a los mercado de bienes y de capitales.
No obstante, en comparación con lo ocurrido en los años noventa, la dependencia de recursos externos en el
Gobierno de Evo Morales (de 2006 al presente) se ha reducido. Los recursos que el actual Gobierno obtiene
por la venta del gas y sus nuevas políticas económicas  han provocado el incremento de la inversión pública y,
por tanto, una menor dependencia de la cooperación internacional. En los años 2007 y 2008 la cooperación
internacional financió solamente el 36% y el 30,51%, respectivamente, de la inversión pública (INE, 2007:4;
2008:4).
Datos proporcionados por la CAINCO (2008:9) muestran que los sectores primarios bolivianos siguen
generando el 28% del PIB y los sectores de servicios el 50%, tal como acontecía en 1990. Por lo tanto, el
cambio de la matriz productiva y la reducción de la pobreza de ingresos constituyen dos de los grandes
desafíos del actual Gobierno boliviano.28
Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) difundido este mes
pronostica que la economía boliviana se desacelerará el año que viene y crecerá un 5,5 %, un punto menos
que este ejercicio.29 Dicho informe atribuyó el crecimiento del 2013 a un nivel histórico en la venta de gas y
a un aumento del consumo. 
Indicadores IED

IED 2014: La Inversión Extranjera Directa (IED) neta que recibió el país, en el periodo enero - junio 2014 
asciende a 851,8 millones de dólares. El monto es menor en 1,3% con respecto a similar periodo de 2013, 30
el cual reporta que en los primeros seis meses de 2013 la IED neta llegó a 863,1 millones de dólares y que en
similar período de este año sumó 851,8 millones de dólares, lo que implica una reducción de 1,3%. La
inversión bruta alcanzó a 1.148 millones de dólares. 

El sector que más inversiones recibió fue hidrocarburos, con 765 millones de dólares, luego minería con 128,8
millones de dólares y comercio y electricidad con  76,7 millones de dólares. Por lo cual no hay dudas de que
la inversión en hidrocarburos es privilegiada por los capitales externos en nuestro país. Al extremo de que la
IED en minería apenas es el 16% de la inversión IED en hidrocarburos.
 
De acuerdo con el BCB, entre 2006 y 2014 el promedio de IED neta fue de 1,5% del PIB.  La inversión
extranjera requiere de indicadores macroeconómicos favorables, así como de un clima de estabilidad
económica, y de seguridad jurídica, de otra forma no podremos potenciar al IED.

Otros indicadores: la pobreza.

La pobreza se ve reflejada en la calidad de alimentación, sobre todo en los niños menores de cinco años según
informes de la Organización No Gubernamental (ONG) Visión Mundial, Bolivia continuaría teniendo
porcentajes elevados de pobreza extrema, principalmente en el área rural donde alcanza hasta un 63,9 por
ciento. "En el contexto Latinoamericano los indicadores de pobreza de Bolivia aún son elevados y la pobreza
extrema de 23,6 % en la zona urbana y 63,9 % en zona rural. La mayor vulnerabilidad afecta a los niños en la
primera infancia de 0 a 59 meses (5 años).

Indicadores Sociales:

El gasto socialen Bolivia se incrementó de 13,9% del PIB a 18,4% entre 1996 y 2008, siendo los más
importantes los sectores educación, protección social y salud. Los gastos en medio ambiente y actividades
recreativas, culturales y de religión son los que más crecieron en términos porcentuales, pero con una menor
incidencia en el gasto total. 31 El gasto social apunta al desarrollo humano antes que a indicadores
monetarios. Entre 1996 y 2008, la asignación de recursos al gasto público social tuvo un gasto promedio en
salud de 3,1% del PIB y en educación de 6,4%. Del gasto público social, el sector educación representa 37%
en promedio, mientras que el sector salud 18%; y el ítem de protección social representa en promedio el 30%.
Estudios sobre efectos, realizadas por UDAPE sobre la elasticidad de la pobreza ante cambios en el nivel de
ingreso muestran que ante un incremento del 1% del ingreso per cápita, la población pobre se reduce en un
0,6% en el área urbana, y un 0,3% en el área rural. 32 Podemos decir que hemos mejorado en materia de
desarrollo humano evolucionando desde el gobierno del MNR al actual, informes del PNUD nos sitúan como
un país de desarrollo humano medio, estas son consecuencia de medidas como la Participación Popular, el
SUMI y las políticas redistributivas del gobierno vía bonos asistenciales, como el Juancito Pinto, Juana
Azurduy y la Renta Dignidad.
En este sentido, se puede establecer una relación entre el crecimiento económico  basado en el nuevo modelo
de política económica keynesiana y la ansiada reducción de la pobreza. Los impactos del nuevo modelo
económico se observan en el crecimiento del PIB, los equilibrios fiscal y externo, y en el mercado laboral a
través del aumento del gasto público. 33 De este modo aplicamos la receta keynesiana: cuando hay superávit
fiscal, hay que expandir la economía, cual es la realidad actual de la economía boliviana y en periodos de
recesión déficits.
Reservas internacionales netas:
Las RIN se han apreciado últimamente, llegando a constituirse en un soporte financiero para la economía
nacional. El incremento promedio anual de estas reservas en el periodo 2005-2013 es de un 31%, actualmente
alcanzan a 14.558 millones de dólares.34 Como consecuencia del superávit de la cuenta corriente, las reservas
internacionales netas crecieron durante el año y alcanzaron un total de 14.518 millones de dólares (alrededor
del 50% del PIB) al final de septiembre.
Comparativamente con las RIN de nuestro vecino, el Perú, un referente de una economía abierta al mercado,
muestra que la economía peruana reportó un total de US$63.339 millones en reservas internacionales netas
(RIN) al 14 de octubre de 2014, según datos del Banco Central de Reserva (BCR) de Perú. 35 Este volumen
de reservas muestra el tamaño de su economía, superior a la nuestra.
En Perú, las reservas cubren más de 19 meses de importaciones y contribuye a la estabilidad financiera de este
país vecino, sus reservas representan alrededor del 600% de la deuda externa de este país.
Perspectivas de crecimiento futuras:
FMI ubica a Bolivia como líder en crecimiento en la región hasta 2015, en un contexto de desaceleración de
la demanda externa y la actividad interna, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía
boliviana liderará este año el crecimiento en América Latina y se ubicará en segundo lugar en 2015.
En el caso de Latinoamérica, la desaceleración es generalizada, ya que economías como las de Brasil, Chile,
Perú y México no crecerán a un ritmo mayor al 3,5% al terminar este año. Sin embargo, resalta que en la
región Colombia continúa siendo la excepción. Dentro este contexto internacional, el Fondo Monetario
Internacional redujo los pronósticos de crecimiento por la disminución de precios del petróleo en los
mercados internacionales, en el caso de Colombia es duro, los ingresos que recibe el Estado colombiano por
cuenta de la renta petrolera equivalen a cerca del 4,5% del Producto Interno Bruto. En nuestro país el 2013 las
exportaciones alcanzan a 12.100 millones de dólares, el 54% por hidrocarburos.
La crisis de precios del petróleo podría llegar a una banda de US$70 a US$80 por barril, como producto de
una debilidad en la demanda internacional y de una mayor producción de este recurso. La dependencia del
petróleo en América Latina es enorme, por ejemplo, en el caso de Colombia las exportaciones de
hidrocarburos son el 56%  de sus ventas externas.
Por todo ello, es necesario crear motores alternativos de crecimiento de la economía, que permitan un
desarrollo sostenible del PIB, ante el difícil contexto internacional por el que atravesaría América Latina en
los próximos años, debemos entender que no tenemos vientos de cola y nos enfrentaremos a vientos en contra.
Acerca de los pronósticos, en Bolivia, el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia crecerá 5,2%. El país
mantiene un ritmo de crecimiento que en los tres últimos años ha llegado en promedio al 5,71%, conforme al
Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2011 el PIB aumentó en 5,17%, en 2012 5,18% y el 2013  un
6,78%. 36
Superávit fiscal y deuda:
Actualmente gozamos con este nuevo modelo económico de un superávit fiscal y una deuda publica
manejable, que se encuentra por debajo de los indicadores internacionales. La deuda externa del país tiene un
crecimiento sostenido durante los últimos siete años, desde que en 2007 llegó a 1.807 millones de dólares. El
mayor nivel, en el periodo de 2000 y 2012, fue en 2003 con 4.242 millones según el Boletín del Ministerio de
Economía y Finanzas Publicas.37
Respecto de la deuda pública interna, 2013 cerró con el 11,9 por ciento de los ingresos del TGE y está por
debajo del límite referencial de 35 por ciento del PIB, establecido por el Fondo Monetario Internacional
(FMI).38
La deuda pública externa no representa un problema para la estabilidad económica del país, si la relacionamos
con el PIB son 5,309 millones de dólares, hasta el 31 de mayo del año en curso, cuando para diciembre del
año 2005 era de 4,492 millones. Si comparamos ambas cifras con relación al PIB correspondiente se tiene que
la deuda externa pública ha disminuido al 17 por ciento del PIB, cuando para el año 2005 superaba el 50 por
ciento.39

Desde el año 2006 continuó incrementándose la deuda pública externa, su saldo disminuyó, primero, a $us.
3,192 millones de dólares para fines del mes de julio del año 2006 y, luego, a $us. 2,056 millones para fines
de junio del año 2007, no porque se la hubiese pagado, sino porque fue consecuencia de las últimas
condonaciones efectivas que el país recibió de sus acreedores. Por tanto, de un saldo de deuda externa de $us
2,056 millones se ha incrementado a $us 5,309, lo que representa un aumento del 158 por ciento. No podemos
dejar de mencionar al impacto sobre la deuda externa, de la cooperación internacional, la que siempre ha
aportado con recursos vía crédito/ y o donaciones al presupuesto fiscal de nuestro país, esta cooperación
internacional ha tenido un gran protagonismo por esa razón en las finanzas del país. 40 Sin embargo, a pesar
de la adopción de este nuevo modelo y de sus impactos positivos en el crecimiento y en la promoción del
desarrollo, tales resultados todavía no se han traducido en una reducción de la pobreza de ingresos. 41

Por lo anterior, no hay duda del efecto positivo que causo la condonación del pago del servicio de la deuda,
impacto macroeconómico en las finanzas públicas, porque estos recursos en lugar de pagarse a nuestros
acreedores internacionales, han contribuido de alguna forma a lograr los objetivos de este programa de
condonación: Deuda por programas y proyectos, cuyos beneficiarios son las gobernaciones y los municipios
del país.
De los ciclos en nuestro país:
Nuestro país ha tenido una evolución económica muy cíclica, de una economía estatista impuesta en la
revolución del 52, hacia modelos de política neo liberal, impulsadas por una corriente del libre mercado tras el
fracaso de la izquierda democrática UDP que provoco un proceso de hiperinflación en el país, ese proceso
hiperinflacionario que vivió Bolivia en  el periodo 1982-1985, tuvo una inestabilidad monetaria y financiera,
que afecto nuestra estabilidad económica y social y contrajo nuestro débil aparato productivo. Ahora estamos
retornando hacia los modelos económicos pro estatistas con este gobierno.
Nuestra economía ha evolucionado en la aplicación de modelos económicos, desde el estado empresario
implantado en la década del 52, y los consiguientes gobiernos militares hasta gobiernos populistas como la
UDP.   En 1982 se inició el período de desajuste fiscal más dramático que experimentó nuestro país durante
las últimas décadas, para enfrentar esta crisis, el MNR en el gobierno adopto la escuela monetarista de Milton
Friedman acorde con el pensamiento del neo liberalismo económico de ese tiempo (1985), en agosto 1985 el
gobierno aplico un programa económico de estabilización y ajuste denominado "Nueva Política Económica"
(NPE), sus fines: reducción de la demanda agregada, ajustes en los precios relativos, apertura de flujos
comerciales y financieros, y medidas de cambio estructural.
En definitiva el Modelo de Keynes fue adoptado por Bolivia:
La propuesta de Keynes se basa en el equilibrio entre ingresos y gastos, entre renta y demanda agregada. El
modelo de Keynes surgió frente a la gran depresión de los años treinta, se considera el golpe final a los
fundamentos del liberalismo económico centrados en la “mano invisible de Adam Smith”. La mayor lección
que dejó al sistema capitalista la depresión citada es que debemos fomentar la demanda efectiva (consumo e
inversión) a fin de incrementar los niveles de empleo y-o reducir las tasas de desempleo.
En síntesis, desde el año 1986, y en pleno proceso de estabilización económica y de ajuste estructural en 
nuestro país, con el connotado DS 21060, salíamos de un proceso hiperinflacionario provocado por políticas
económicas populistas sin sustento fiscal, y ante el fracaso de las políticas neoliberales en nuestro país, se
produce la asunción de Evo Morales al poder desde el año 2006, el cual ha dado lugar a la adopción de un
nuevo modelo económico inspirado en las políticas keynesianas, el nuevo keynesianismo,  un pro estatismo
populista que ha substituido al neoliberalismo económico impuesto desde 1985, esto significo dejar de lado a
los regímenes pro mercado,  que minimizaron al aparato estatal, y de privilegio de la microeconomía frente a
la macroeconomía.
Dentro de esta nueva política económica el Estado Boliviano estatizo la economía, logrando incrementar las
tasas de crecimiento económico como el índice de desarrollo. La política económica boliviana se basa en el
keynesianismo populista.42

CONCLUSIONES

1. Concordamos con el informe de la CEPAL- 2013 sobre el Estado Boliviano que refiere que un nivel
histórico de producción de gas natural y la expansión del consumo privado impulsaron el
crecimiento de la economía boliviana en 201343 , este hecho debe alertarnos porque nuestra
economía seguirá siendo débil en tanto se apoye en el precio de exportaciones que responden a un
mercado internacional, estamos lejos de alcanzar un proceso de industrialización, no estamos
creando las condiciones necesarias para generar una economía de desarrollo. Al respecto, la CEPAL
prevé una desaceleración del crecimiento del PIB en 2014 en nuestro país44 . Al efecto, debemos
destacar empero que “la vulnerabilidad de la economía se acrecentó debido a que no se pudo superar
la dependencia de la explotación de los recursos naturales no renovables, cuyos precios fluctuantes
se fijan en el mercado mundial y que tienden a la baja”.45
2. El crecimiento de la demanda interna no es suficiente para mantener los actuales niveles de nuestra
economía, existe una probable desaceleración de los precios internacionales lo que podría dar inicio
a un nuevo ciclo económico, el cual sería depresivo, lo cual nos obliga a revisar nuestra política
económica. En 2013, el crecimiento de la economía boliviana superó las estimaciones iniciales
debido a que se alcanzaron niveles históricos de producción de gas natural y se registró un fuerte
aumento del consumo privado, el PIB creció un 6,4%, pero ahora existe una caída importante en el
precio del petróleo, vivimos de la renta petrolera, y estas estiman una caída del barril de petróleo de
hasta $us 70 dólares el barril, que afectara nuestros ingresos.
3. Los  modelos econométricos muestran que existen puntos coincidentes,  una fuerte consistencia en la
relación entre gasto público en inversión y el crecimiento del PIB per cápita, este hecho no es ajeno a
la realidad boliviana, la inversión pública está favoreciendo al crecimiento del PIB. El balance fiscal
nos muestra superávit entre 2006 y 2013, por primera vez en nuestra historia republicana, antes entre
1998 y 2005 el déficit fiscal promedio alcanzo a 5,4% del PIB.46
4. Me adscribo a la coyuntura de la actual situación de crisis en la economía mundial, en la cual se
puede afirmar que los economistas keynesianos y neokeynesianos están resurgiendo y toman mayor
protagonismo en la vida pública. Un ejemplo lo tenemos en el último premio Nobel de economía,
Paul Krugman. Nuestro país retorna hacia el Estado keynesiano, después de 20 años de romper el
estatismo y de adoptar una economía basada en el libre mercado, adoptamos el modelo
estructuralista de Keynes en Bolivia, este modelo ha dado resultados positivos, el 2013 la tasa de
crecimiento de Bolivia fue del 6,8%.47 .
5. La deuda pública externa ha adoptado como política que esta debe destinarse hacia la inversión en
proyectos de formación bruta de capital, como carreteras, los efectos de este nuevo modelo se
observan en la inversión pública que el 2005 fue de Bs. 5.078 millones, en tanto que el 2013 alcanzó
a Bs. 28.493 millones. La política de inversiones está bien direccionada, pero todavía es insuficiente
para crear una economía de desarrollo. Ponderamos la inclusión del estado boliviano en el mercado
de capitales mediante la colocación de capitales, esta operación resulto atractiva porque la oferta
supero a la demanda, por ello nos parece positiva esta reinserción del país al mercado de capitales, al
igual que estos recursos se destinen hacia la inversión.
6. La capacidad de endeudamiento de nuestra economía se ha visto favorecida con el aumento de los
ingresos del Sector Público No Financiero (SPNF) de Bs. 24.368 millones (31,6 por ciento del PIB)
el 2005 a Bs. 104.021 millones (51,9 por ciento del PIB) el 2013. Los ingresos adicionales para el
SPNF entre el 2006 y 2013 son de US$ 50.051 millones.
7. Hemos dejado en el pasado los déficits fiscales por superávit, gracias a la exportación de
hidrocarburos y al crecimiento de la demanda interna. Al efecto, la producción de gas natural el 2005
era de 33 millones de metros cúbicos día, en 2013 llego a 56 millones48 conforme al informe del
Banco Central de Bolivia. En síntesis nuestro crecimiento económico obedece a estas dos variables,
la demanda interna y la exportación de hidrocarburos.
8. Finalmente, en cuanto al riesgo país, en los últimos años, Bolivia ha mejorado su calificación de
riesgo, actualmente es de B+ con perspectiva estable, calificación similar a la de Venezuela y
superior a la de Ecuador, lo cual es un indicador favorable para nuestra imagen de país.
TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN

Bolivia: perspectivas económicas 2005-2014


 

Alejandro F. Mercado, Jorge Leitón, Mauricio Medinaceli, Tirza J. Aguilar,


Marcelo Chacón, Javier Ibiett*

Resumen

Dadas las características de la economía boliviana: pequeña, muy abierta al comercio


exterior, con un sector público muy grande y con tasas de ocupación interna muy
bajas, las proyecciones de los escenarios (optimista y pesimista) para los años 2005 a
2014 requieren incorporar algunas hipótesis respecto a la inversión extranjera, la
participación del gobierno en la economía, la política monetaria y cambiaría, y los
precios internacionales, entre otros.

El deterioro del cuadro político interno y el incremento de los conflictos sociales


perjudicaron al país de dos maneras: una contracción en el financiamiento externo
para cubrir el elevado déficit fiscal y una caída en el flujo de la inversión extranjera
directa, recursos necesarios para el desarrollo de los sectores relacionados a la
exploración de recursos naturales (hidrocarburos) que garantizarían un crecimiento
sostenible y menos dependiente de shocks externos en los próximos años.

Para cada escenario se proyectaron las principales variables macroeconómicas y


financieras, dando como resultado importante que el PIB en el escenario favorable
solamente crece 3 por ciento y en el pesimista se reduce en 2.4 por ciento.

Abstract

Following the features of the Bolivian economy: small and widely open to the
international markets, with a vast public sector and high unemployment rates; the
forecasting of two economic scenarios (optimistic and pessimistic) for the period 2005-
2014, includes specific hypotheses about the Foreign Direct Investment, Government
Size, Monetary and Exchange Rate Policies and International Commodity Prices
behavior.

The crisis within the Bolivian political schemes and the increased social unrest
episodes, constituted a hindrance to the country's economy in two ways: a narrowing
of foreign financing in order to balance the public sector deficit and, a reduction of
foreign direct investment; both of them are necessary sources for the development of
natural resources' exploration (hydrocarbons) which will help to guarantee a
sustainable growth and a self insurance against foreign economic shocks.

For each scenario, there were forecasted the main macroeconomic and financial
variables, and the paper findings points out to an economic growth of 3 and 2.4 per
cent in the optimistic and pessimistic scenarios respectively.

1. Introducción

La dificil situación por la que atraviesa Bolivia desde inicios del milenio, caracterizada
por una confrontación de dos visiones de país y de futuro casi irreconciliables, es el
resultado de dos fenómenos: por una parte, un sistema político que ha sido incapaz de
crear un espacio de representación que permita un marco mínimo de gobernabilidad en
un sistema de democracia representativa y, por otra, un patrón de desarrollo
económico excluyente, que ha sumido en la pobreza a una importante proporción de la
población.

En dicho contexto, el choque de civilizaciones en Bolivia -para utilizar la expresión de


Huntington- va mas allá de un enfrentamiento multicivilizacional, en tanto que se cruza
con las posiciones reivindicativas de los excluidos y los marginados o, para decirlo de
manera mas coloquial, la lucha de los pobres. Asimismo, esta lucha por la búsqueda de
identidad, en un ámbito de extrema pobreza, ha posibilitado que viejas concepciones
ideologicas vuelvan a interpelar a la sociedad. Asi, Bolivia vive un momento en el que
no solamente debe enfrentar los desafíos de una vertiginosa transformación en el
orden económico internacional, sino también el tormento de las sombras del pasado.

Sin embargo, más allá de las especificidades que caracterizan a la urdimbre


económico-social de un país, como lo destaca el Premio Nobel de Economía, Gerard
Debreau, la economía no es una cuestión de opinión, sino un asunto científico, y la
globalización, más allá de nuestra simpatía o rechazo, es un dato. Es en ese marco que
el equipo de investigadores del Instituto de Investigaciones Socio-Económicas (IISEC)
de la Universidad Católica Boliviana ha reflexionado sobre los posibles escenarios para
la economía boliviana en los siguientes diez años, tratando de fotografiar nuestra
realidad futura con una lente optimista y una lente pesimista.

Este ensayo -no más que eso- presenta en el punto 4 los resultados de los dos
ejercicios propuestos. En ambos casos el contexto internacional de base supone un
ajuste suave (soft landing) del déficit de la economía norteamericana, es decir que en
ambos escenarios el contexto internacional se supone que, sin ser altamente favorable,
será al menos amigable al desarrollo de los mercados emergentes y las economías de
menor desarrollo relativo. Los resultados obtenidos, incluso en el caso del escenario
optimista, no son los que todos desearíamos, sino más bien el reflejo de las fuertes
inflexibilidades que caracterizan a nuestra economía, las mismas que, ciertamente,
condicionan fuertemente el comportamiento económico en el corto y mediano plazo.

Los ejercicios que se presentan en el punto 4 son el resultado de la aplicación de dos


modelos desarrollados en el IISEC. El primero de ellos es un Modelo de Equilibro
General Computable de más de mil ecuaciones que refleja, de la manera más
adecuada posible, el comportamiento de los distintos agentes económicos; el segundo
es un modelo de 25 ecuaciones simultáneas que fue desarrollado con el objeto de
complementar al anterior en lo que hace a las variables del ámbito monetario-
financiero. La metodología y presentación formal de los modelos se la hace en el punto
3.

Para saber hacia donde se está yendo es necesario saber dónde se está. Por ello, en el
punto 2 se presenta una breve descripción de la economía boliviana al 2004, como
punto de partida para las simulaciones del punto 4.

Por último, se cierra el trabajo con un conjunto de conclusiones que se extraen de los
resultados de las simulaciones realizadas. El equipo de investigadores del IISEC espera
que estos ejercicios, resultado de una reflexión colectiva, puedan ser de utilidad para
quienes toman decisiones en materia de política económica.

2. El punto de partida

2.1 Consideraciones generales

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el año 2004 la economía boliviana


creció a una tasa de 3.58 por ciento en relación al 2003. Este crecimiento es el
resultado de una coyuntura externa favorable, reflejada en el superávit alcanzado en la
cuenta corriente de la balanza de pagos.

Los precios favorables de varios de los productos básicos que Bolivia exporta a los
mercados internacionales hicieron posible que el sector exportador se constituyera en
el principal motor del crecimiento económico, en el cual destacan ampliamente los
hidrocarburos; sin embargo, el crecimiento de las exportaciones de este sector
contrasta con algunas tasas negativas con las que se movieron otros sectores.

Por el contrario, la coyuntura interna estuvo caracterizada por el deterioro político y el


incremento de los conflictos sociales, factores que se han venido repitiendo desde hace
ya tres años. Como resultado, el clima para las inversiones ha sufrido y está sufriendo
un fuerte deterioro, con el consiguiente efecto negativo en el crecimiento. Todo ese
ambiente de inestabilidad se reflejó, en el sistema financiero, a través de una
contracción de la cartera.

Por el lado fiscal, la reducción del déficit del sector público a un 6.06 por ciento del PIB
es el resultado del importante apoyo que recibió el país por donaciones, así como la
creación del impuesto a las transacciones financieras (ITF) y la aplicación de un
programa de regulación impositiva; no obstante, preocupan los niveles de
endeudamiento público, que habrían llegado a más de un 81.5 por ciento en relación al
PIB, más aún si se considera que los programas excepcionales de tributación no
podrán repetirse y que la cooperación externa presenta mayores restricciones.

La reciente promulgación de la nueva Ley de Hidrocarburos, que cambia la estructura


impositiva y de regalías del sector, ha generado un clima de incertidumbre que podría
afectar de manera negativa las inversiones extranjeras en el país.

2.2 Comportamiento del sector real

En 2004, el Producto Interno Bruto (PIB) mostró una tasa de crecimiento del 3.58 por
ciento, mayor a la registrada en 2003, que fue del 2.78 por ciento. El componente más
dinámico de la economía continuaron siendo las exportaciones (Cuadro 1). El gasto de
consumo final de los hogares, por su parte, evidenció una cierta recuperación.

De acuerdo con la desagregación del PIB por tipo de actividad económica, este 3.58
por ciento de crecimiento estaría explicado por la dinámica presentada en los sectores
de hidrocarburos y las manufacturas (Cuadro 2); sin embargo, preocupa la caída en la
actividad minera y la contracción de las actividades financieras.
2.3. Precios, tipo de cambio y tasas de interés

La evolución de los precios durante el año 2004 (Gráfico 1) y la devaluación del


boliviano (Gráfico 2) muestran un manejo prudente de la política monetaria, lo que
permitió mantener la estabilidad pese a las fuertes presiones que se generaron como
resultado de los problemas sociales y políticos.
 

2.4. Cartera y mora del sector financiero

Al 31 de diciembre de 2004, el nivel de cartera del sistema financiero fue inferior en


US$ 136 millones al registrado en diciembre de 2003 (Gráfico 3). El índice de
morosidad del sistema registró en 2004 un 14.1 por ciento inferior al registrado en
2003, que fue del 16.8 por ciento.

2.5. Reservas internacionales, exportaciones e importaciones

El nivel de las reservas internacionales brutas del Banco Central de Bolivia alcanzó en
el año 2004 US$ 1,271.73 millones, mostrando un incremento de 16.02 por ciento
respecto al 2003. Por su parte, las reservas netas se incrementaron solamente en US$
147.50 millones, debido a que las obligaciones de corto plazo aumentaron
significativamente (23.38 por ciento) (Cuadro 3).

Las exportaciones, según los datos del INE, registraron a diciembre del 2004 un
crecimiento de 34.99 por ciento en comparación al mismo periodo en 2003 (Cuadro 4).
Según la estructura de las exportaciones bolivianas, la mayor incidencia para este
crecimiento provino de las exportaciones de hidrocarburos, seguidas por las
exportaciones de productos no tradicionales, principalmente soya.

Las importaciones bolivianas (Cuadro 5) mostraron en el 2004 un crecimiento de 15.75


por ciento, explicado principalmente por la mayor importación de bienes intermedios.
Sin embargo, destaca el crecimiento positivo que tuvieron también las importaciones
de bienes de capital y de bienes de consumo, que contrasta con las tasas negativas
registradas en similar periodo en 2003.

2.6 Ingresos, egresos y déficit fiscal

Las finanzas públicas a diciembre de 2004 presentan una importante reducción del
déficit (Cuadro 6). Como ya se mencionó anteriormente, factores tales como las
donaciones extranjeras, la creación del impuesto a las transacciones financieras (ITF),
las mayores recaudaciones logradas por efecto del crecimiento de las exportaciones de
hidrocarburos y los ingresos excepcionales obtenidos como resultado del programa de
amnistía tributaria (conocido como "perdonazo"), posibilitaron que se superen los
niveles presupuestados para los ingresos.

2.7 Desafíos y limitaciones

Dadas las características de la economía boliviana: pequeña, muy abierta al comercio


internacional, con un sector público demasiado grande y con un ahorro interno muy
bajo, los factores fundamentales que condicionan el desempeño de la economía son el
contexto externo, la situación de las finanzas públicas y la capacidad del país para
atraer inversión extranjera y contraer la deuda externa. El contexto externo aparece
reflejado en el Gráfico 4, donde se observa que, si bien las exportaciones mostraron un
comportamiento positivo en términos de valor, esto se explica por el incremento en el
volumen, en tanto que los términos de intercambio fueron desfavorables durante todo
el periodo 1986-2004.
El Gráfico 5 muestra que el crecimiento del déficit del sector público se constituyó en
un freno al crecimiento, es decir, que la economía creció en los años en que el gasto
público disminuyó. Es importante hacer notar que, a partir del año 2001, el costo del
cambio en el sistema de pensiones representa, en promedio, un 50 por ciento del
déficit total. Sin embargo, esto no invalida el hecho de que el sector público se excedió
fuertemente en sus gastos.
Frente a esta difícil situación de las finanzas públicas, la capacidad del país de acudir al
endeudamiento externo adquiere gran importancia. El Gráfico 6 nos muestra que la
deuda externa contratada respecto al PIB ha ido bajando, aunque de allí no se puede
deducir que haya disminuido en términos absolutos. Se puede apreciar claramente que
los últimos dos años, en que el déficit fiscal fue muy elevado, esto se reflejó en un
importante crecimiento de la deuda externa, tanto en términos absolutos como en
términos de su representatividad respecto al producto. El peso del servicio de la deuda
externa respecto a las exportaciones muestra, en todo el periodo analizado, una
importante reducción, la misma que se explica tanto por el crecimiento del valor de las
exportaciones como por las condonaciones de deuda que favorecieron a Bolivia dentro
del programa Heavily Indebpted Poor Cowntries (HIPC).

Por último, la capacidad de generar ahorro interno en el país es muy reducida, por lo
que se requiere captar inversión extranjera para promover el crecimiento, en especial
para el desarrollo de los sectores ligados a la explotación de los recursos naturales. El
Gráfico 7 da cuenta que el crecimiento logrado en la década pasada se explica, en gran
medida, por la inversión extranjera que llegó al país asociada al programa de
capitalización de las empresas del Estado. Asimismo, se observa una fuerte caída en
2003, año caracterizado por una elevada incertidumbre.
2.8 La coyuntura internacional

El crecimiento mundial en 2004 presentó una tasa de crecimiento promedio del 5 por
ciento, tendencia que se mantuvo aproximadamente desde mediados del 2003 hasta
mediados del 2004. Esta expansión se explica, fundamentalmente, por el importante
crecimiento de los países industrializados y la rápida expansión de los mercados
emergentes. A partir del segundo trimestre del 2004, sin embargo, la recuperación se
hizo más lenta. Hay que destacar también el nivel de actividad en los mercados
emergentes pertenecientes a América Latina, que experimentaron un crecimiento
importante y la recuperación registrada en el área del euro, que llegó a ser más
estable. El crecimiento del comercio mundial mostró una tendencia creciente a partir
del año 2001 (Gráfico 8). A pesar de la recuperación que logró la economía mundial, el
déficit de los Estados Unidos continuó deteriorándose respecto al periodo pasado,
contrastando con los superávit tanto de Japón como del área del euro.
Para América Latina, la recuperación económica aparece cada vez más estable, con un
crecimiento para el PIB regional del 4.5 por ciento para el 2004, impulsado por la
recuperación mundial, el alza en los precios de los commodities y la cada vez mayor
demanda interna (Gráfico 9). Los riesgos más importantes para la región se
encuentran en los shocks externos adversos y un posible deterioro de las condiciones
de financiamiento externo.

Se espera un descenso de los precios de los hidrocarburos, aspecto que contribuiría a


la recuperación de los países industrializados. Sin embargo, las proyecciones también
nos muestran una caída de los precios de la materias primas y los commodities, lo que
afectaría de manera negativa a los países en desarrollo cuya base está en la
exportación de estos productos.

Por otra parte, el déficit en cuenta corriente de los Estados Unidos ha continuado
creciendo a lo largo de la primera mitad del 2004 y, a pesar de la pasada depreciación
del dólar, este déficit es proyectado por encima del 4 por ciento del PIB en el mediano
plazo. La pregunta relevante al respecto no es si este déficit se ajustará -pues lo hará-
sino cuándo y cómo se llevará a cabo tal ajuste y, en particular, si éste estará asociado
a un abrupto ajuste en el tipo de cambio. Se tiene la esperanza de un ajuste ordenado
apoyado en el importante crecimiento de la productividad y en el hecho de que la
economía estadounidense cuenta con un mercado de capitales mundial muy
desarrollado.

Una posible desaceleración, según estimaciones del FMI, tendría un efecto significativo
en el crecimiento de Asia y del comercio mundial, puesto que China, desde principios
de los 90, ha triplicado su participación en el comercio mundial. Este país ha jugado un
rol importante en el incremento en los precios mundiales de los commodities en los
últimos dos años y, por tanto, una reducción en el crecimiento de China podría revertir
algunos de estos incrementos. El efecto podría ser particularmente fuerte para los
precios de aquellos commodities que no tienen que ver con el petróleo, dado que China
es un gran importador de tales bienes.

Por otra parte, la vulnerabilidad económica tanto de los países industrializados como
de las economías emergentes viene del lado fiscal. Si bien para la generalidad de las
economías emergentes las vulnerabilidades externas se han reducido, la estructura de
la deuda pública, tanto para los países industrializados como para los otros, continúa
siendo el talón de Aquiles, lo cual, si no se modifica, podría llevarnos en el futuro a una
crisis financiera. Según el FMI, las vulnerabilidades en los sectores financiero y
corporativo (de los países industrializados y las economías emergentes) todavía son
significativas en aquellos países en los que los préstamos permanecen altos o el crédito
privado crece rápidamente.

3. Aspectos metodológicos

3.1 Modelo de equilibrio general computable

El Modelo de Equilibrio General Computable (MEGC) elaborado para Bolivia1 está


sustentado en una Matriz de Contabilidad Social (SAM)2 calibrada para el año 1997 y
ajustada para el año 2004. La SAM proporciona la estructura más conveniente para el
análisis de los sectores sociales y productores en su conjunto, representando el flujo
circular de ingresos y gastos de la economía boliviana. Las condiciones de la estructura
de la producción y del mercado de bienes, por ejemplo, corresponden a una
especificación neoclásica estándar, mientras que el comportamiento del ahorro y de la
inversión de las diferentes instituciones es modelado con base en el ajuste de otros
modelos para Bolivia.

El modelo contiene 146 bloques de ecuaciones, 1026 ecuaciones individuales, 1026


variables endógenas y más de 4000 parámetros. Existen 12 empresas productoras que
se asume que venden y exportan bienes diferentes. De manera similar, la producción
interna e importada son bienes de la misma categoría y son tratados como bienes
diferentes. Existen 12 sectores y un máximo de 36 bienes incluidos en el modelo.

La característica principal del modelo radica en la amplia desagregación del sector de


las empresas y de las familias (debido a que el enfoque del modelo se sitúa en una
búsqueda de la reducción de la pobreza en Bolivia) y su especificación en el mercado
de bienes, factores y recursos financieros. Por otro lado, las finanzas gubernamentales
son modeladas en términos del gasto corriente e inversión. Finalmente, se asume que
el resto del mundo importa y exporta bienes así como emprende inversiones directas y
de portafolio en Bolivia.

Dado que el modelo fue desarrollado siguiendo las recomendaciones de la Poverty


Reduction Strategy Sourcebook (PRSS), el modelo proporciona como herramienta
pautas relevantes para la elaboración de políticas que coadyuven a mejorar la
distribución del ingreso. En este sentido, la desagregación en sectores y actividades se
ha realizado para que los investigadores y hacedores de políticas tomen en cuenta a
los sectores más vulnerables a la hora de elaborar simulaciones, con el fin de mejorar
el crecimiento económico y la distribución.

El escenario medio del modelo asume que la inversión extranjera directa disminuye un
20 por ciento durante los cuatro primeros años (2005-2009) y después se mantiene
constante3. El gasto público es una variable exógena con una tasa de crecimiento
natural de 2.5 por ciento cada año, manteniendo así constante el tamaño del Gobierno
respecto a la economía, la misma que presenta en el modelo una tasa natural de
crecimiento de 2.5 por ciento como promedio de largo plazo.

La inversión del Gobierno mantiene una tasa de crecimiento de 2.7 por ciento.
Siguiendo las tendencias de los últimos años, se supone que la tasa de devaluación
mantendrá un comportamiento suave, situándose en 6 por ciento cada año. La relación
de los precios internacionales se mantiene en su nivel promedio de los últimos 4 años,
al igual que el nivel de donaciones del exterior. Las tasas de interés nacionales se
mantienen en 0.13 y la internacional en 0.06 por ciento.

3.2 Modelo complementario

El modelo consta de once ecuaciones de comportamiento, catorce identidades, once


variables exógenas y veinticinco endógenas. Es sencillo verificar que las condiciones de
rango y orden requeridas en este tipo de modelos se satisfacen. Si bien el modelo es
bastante simple, explica de buena manera el comportamiento de la economía
boliviana, lo cual permite obtener algunos resultados, sobre todo para el sector
financiero, que no se desagregan en el MEGC.

Los datos de consumo de las familias (Ct), gasto del Gobierno (gt), inversión (It),
exportaciones (xt) e importaciones (mt) fueron obtenidos de la descomposición (según
estructura de gastos) del Producto Interno Bruto (Yt) que realizó el Instituto Nacional
de Estadísticas para el período 1990-2003, de forma trimestral. Al utilizarse datos
trimestrales fue necesario incluir variables ficticias estacionales, de las cuales fueron
incorporadas en las ecuaciones aquéllas que resultaron ser significativas a un nivel de
significancia del cinco por ciento. La forma de estas variables estacionales es la
siguiente:
El Modelo:
Donde:

(ct): consumo de las familias

(Ydt): ingreso disponible de las familias

(IPC)4: Índice de Precios al Consumidor

(Yt): Producto Interno Bruto

(gt): gasto de gobierno

(It): nivel de inversión5

(IEt): inversión extranjera directa

(d3,t): una variable ficticia que recoge la estacionalidad de la serie en el tercer


trimestre

(xt): nivel de exportaciones

(mt): nivel de importaciones

(¡p,t): tasa de interés pasiva nominal

(πt): tasa de inflación

(ia,t): tasa de interés activa

(Tt): nivel de ingresos del SPNF

(Dt): variación del déficit del SPNF

(Dt-6): déficit del SPNF rezagado en seis periodos

(d2,t d4,t): dos variables ficticias que capturan la estacionalidad

(tt): nivel de ingresos del SPNF provenientes del público

(Tt): ingresos del SPNF

(Gt): gastos totales del SPNF

(dev 2t): la devaluación elevada al cuadrado

(d6,t): una variable ficticia

(Δpg,t): variación del precio nominal de la gasolina


(xg,t): exportaciones que incluyen la venta de gas

TDCRt: tipo de cambio real (EE.UU., Brasil y Argentina)

TDCt:tipo de cambio nominal (Bolivia)

CI: crédito interno

CE: crédito externo

4. Proyecciones 2005-2014

Como se señaló anteriormente, la economía de los Estados Unidos iniciará un proceso


de ajuste debido a los crecientes déficit en cuenta corriente y fiscal que ha venido
soportando los últimos años. Se supone que en este país se cerraría ambos déficit a
través de una coordinación de políticas económicas con sus principales socios
comerciales y se llevaría a cabo un ajuste suave de su economía; por lo tanto, el
efecto del shock sobre los ciclos económicos de los países de Sudamérica en general y
de Bolivia en particular no representaría un cambio brusco y se lo podría absorber
gradualmente sin enfrentar severas distorsiones en las respectivas economías.

4.1 Escenario optimista

Para la simulación del escenario optimista se consideraron los siguientes supuestos:

•    El gasto corriente del gobierno mantendrá su proporción respecto al PIB, de


acuerdo al promedio del período 1990-2004, es decir, el gasto corriente del sector
público corresponderá al 27 por ciento del PIB.

•    La inversión pública crecerá a la tasa de crecimiento del PIB.

•    La inversión extranjera directa alcanzará en el último año de la simulación un


nivel cercano al obtenido en el año 1995 Es decir, mostrará un crecimiento promedio
anual de 17 por ciento para los años simulados.

•    El volumen de exportaciones del sector de hidrocarburos aumentará de manera


moderada a través de la firma de nuevos contratos de exportación de gas natural a la
República Argentina. Esto último de acuerdo a la viabilidad de futuros contratos
internacionales y a la seguridad jurídica mostrada por el país6.

•    De esta manera, el déficit del sector público se irá reduciendo paulatinamente, de


un 6 por ciento (inicial) a un 1,51 por ciento del PIB, en el año 2012. Esta reducción se
realiza en función a una mayor disciplina fiscal y mejor asignación de recursos a través
de un crecimiento moderado del sector público, que se asume tienen un
comportamiento procíclico con el PIB.

•    Los tipos de cambio real de Brasil y Estados Unidos son tomados como variables
exógenas. Para el caso específico del tipo de cambio real de la Argentina, se supone
que mantendrá la tendencia mostrada en los últimos 2 años.
•    La tasa LIBOR presentará un comportamiento de acuerdo a su tendencia histórica.

4.1.1. Producto Interno Bruto

Dentro del escenario optimista, se observa que el Producto Interno Bruto de Bolivia
crecería durante los próximos 10 años a una tasa promedio de 3.03 por ciento, cerca
de medio punto porcentual por encima de la tendencia de largo plazo. En el año 2005
se obtendría la tasa de crecimiento más alta del período (3.99 por ciento), según se
puede ver en el Gráfico 10.

En este punto es importante analizar el desempeño de los sectores productivos de


manera desagregada (ver Gráfico 11). Los resultados muestran un desempeño del
sector de la construcción similar al mostrado por el sector hidrocarburos, lo que haría
suponer que existe una dinámica conjunta de ambos sectores. El sector construcción
muestra un crecimiento promedio de 5.71 por ciento a lo largo de los 10 años de la
proyección. Le siguen en importancia los siguientes sectores: extracción de minas y
canteras (4.58 por ciento), servicios -electricidad, gas, agua- (3.49 por ciento),
servicios de la administración pública (2.97 por ciento), manufacturas (2.40 por ciento)
y agricultura, silvicultura, caza y pesca (1.43 por ciento).
De la misma manera, los resultados muestran que el sector hidrocarburos es el que
más crecimiento tendría debido a la culminación exitosa de importantes contratos de
exportación de gas natural dentro del continente, especialmente el cumplimiento del
contrato de exportación de gas al Brasil y un nuevo contrato realizado con la República
de la Argentina7. Este sector tendría un crecimiento real promedio de 6 por ciento
anual, destacándose el crecimiento del año 2010, que representa casi el doble de la
tasa de crecimiento promedio del sector (Gráfico 12).

4.1.2. Comercio exterior

El análisis del desarrollo del comercio exterior de Bolivia es un factor fundamental para
poder identificar las potencialidades y la evolución de las exportaciones, las
importaciones, la cuenta corriente y sus efectos conexos a través de las variaciones del
tipo de cambio real, en función al diseño de políticas económicas que ayuden a
dinamizar estos sectores.

Las exportaciones muestran una evolución conjunta con la tasa de crecimiento del PIB
a lo largo de los 10 años de proyección. En el Gráfico 13 se observa que las
exportaciones en el año 2005 alcanzarían el 32.5 por ciento del PIB, es decir que
mostrarían un crecimiento promedio anual igual a 3.0 por ciento en la próxima década.

En el mismo gráfico, al analizar las importaciones, se observa que éstas representan


en promedio un 28.5 por ciento del PIB a lo largo de los 10 años proyectados. De la
misma manera, al observar el tipo de cambio real, se nota que no existen cambios
importantes que puedan afectar a las exportaciones o a las importaciones. Si bien la
depreciación del tipo de cambio es positiva y corresponde en promedio a un 0.3 por
ciento anual, este nivel proyectado no sería suficiente para fomentar las exportaciones.
Se observa que, a lo largo de los 10 años de la proyección, no se presentarían cambios
bruscos en la economía, manteniéndose en general la estructura productiva.

4.1.3. Ahorro e inversión

El ahorro nacional total como porcentaje del PIB mostraría una tendencia positiva. El
ahorro nacional en el año 2005 mostraría un nivel correspondiente al 14.7 por ciento
del PIB, para luego revelar una menor participación en el Producto Interno Bruto,
alcanzando en el año 2014 una participación de 1 2.83 por ciento del PIB (Gráfico 14).
De la misma manera, los shocks positivos introducidos a la economía boliviana a través
de los supuestos de este escenario mejorarían sustancialmente el saldo deficitario del
sector público. En el primer año de la simulación, en el mediano plazo se observa que
el déficit fiscal como porcentaje del PIB alcanzaría un 8.4 por ciento, es decir, dos
puntos porcentuales por encima del año anterior. A partir del año 2006, las
proyecciones señalan una constante disminución del déficit público hasta el año 2012.
De ahí en adelante, el déficit fiscal se situaría alrededor del 2.4 por ciento del PIB
(Gráfico 15). Cabe resaltar que la evolución del déficit fiscal está ligada a una mayor
disciplina fiscal, de manera que el tamaño del aparato estatal se mantenga constante a
lo largo de los diez años de la simulación, lo que implica un crecimiento promedio del
gasto público de 3 por ciento como promedio anual.

Al realizar el análisis de las proyecciones de la formación bruta de capital, los


resultados señalan una participación promedio anual de 12.26 por ciento respecto al
PIB (Gráfico 16).
Los aumentos de la inversión nominal no parecen reflejarse en un cambio en la
estructura productiva. En ese sentido, el shock positivo ocasionado por la dinamización
del sector hidrocarburos se constituiría en un shock de demanda que no introduciría los
incentivos necesarios para fomentar mejoras tecnológicas en los demás sectores
productivos y, por ende, no generaría cambios en la estructura de la oferta agregada.
De esta manera, en el momento en el que las inversiones del sector hidrocarburos
lleguen al máximo8, se observarían disminuciones de la formación bruta de capital a
partir del año 2010.

4.1.4. Sector financiero

En este punto se presentan los efectos sobre el sistema financiero que se producirían
en el escenario optimista. Si bien la teoría económica predice una determinada relación
entre la tasa de inflación y las tasas de interés nominal y real, en Bolivia se debe
analizar cuidadosamente esta relación, dado el alto grado de dolarización existente en
la economía.

Es importante explicar que en Bolivia existen tasas de interés pasivas diferenciadas de


acuerdo al tipo de moneda en el cual se realizan los depósitos, es decir, las tasas de
interés pasivas nominales se identifican sobre depósitos en moneda nacional, en
moneda nacional con mantenimiento de valor y en moneda extranjera. Por otro lado,
las tasas de interés activas están asociadas en su mayor proporción a créditos
bancarios en moneda extranjera. Dada esta explicación, el análisis de tasas de interés
se realizará sobre aquellas transacciones financieras realizadas en moneda extranjera,
i.e., en dólares americanos.

El Gráfico 17 muestra la evolución de las tasas de interés activas y pasivas reales


proyectadas. Los resultados muestran que en el primer año de la simulación existiría
un importante ajuste de la economía a través de las tasas de interés reales. En los
años siguientes de la simulación se observa que existiría un ajuste gradual de las tasas
de interés, especialmente la tasa de interés activa real, de manera que el spread
disminuiría hasta el año 2014, alcanzando un diferencial de 3 puntos porcentuales. El
comportamiento de ambas tasas de interés es homogéneo y tanto los aumentos como
las disminuciones de las mismas se reflejan en aumentos y disminuciones de la
demanda por depósitos realizada por el público, así como la demanda de créditos por
parte de los inversionistas.

Respecto a la inflación, la misma tendría un comportamiento estable; es decir, la tasa


de inflación, medida a través del índice de precios al consumidor, crecería a una tasa
promedio anual de 5 por ciento (Gráfico 18). Los años 2006, 2007 y 2008 son los que
muestran menores niveles inflacionarios, con tasas de crecimiento inferiores (4 y 3 por
ciento, respectivamente). Luego se esperaría que la tasa de inflación fluctúe entre un
4.2 y un 5.6 por ciento anual.

4.1.5. Indicadores de bienestar


En esta parte del análisis se identifican, a través de las proyecciones realizadas, los
posibles efectos que tendrían las políticas económicas adoptadas, así como los factores
externos que podrían influir sobre la economía boliviana, especialmente en lo que
concierne a empleo, costo de vida, ingresos y distribución del ingreso.

En el Gráfico 19 se presenta la evolución del desempleo, observándose que el mismo


se mantendrá en torno al 4 y 5 por ciento anual. La tendencia de la proyección
muestra que el desempleo se situaría en el 3.5 por ciento de la población
económicamente activa en el año 2014.

Al analizar la evolución del nivel del costo de vida en Bolivia (Gráfico 20), vemos que el
índice correspondiente a esta variable no muestra variaciones sustanciales respecto al
año 2004.
Al analizar el ingreso per cápita y la distribución del ingreso se puede observar que
existiría un crecimiento positivo (Gráfico 21) de 0.8 por ciento anual en promedio. En
el año 2006 se presentaría una disminución del ingreso real per cápita, dada la caída
del crecimiento económico en ese año. Posteriormente el ciclo económico recesivo
tendería a revertirse, iniciándose una nueva etapa de expansión a partir del año 2007,
para luego converger a un crecimiento real del ingreso per cápita del 0.8 por ciento
anual.

 
Finalmente, el índice de Gini muestra que la tendencia de la redistribución del ingreso
no cambia respecto al escenario-base. Es decir, cualquier aumento del ingreso nacional
no se distribuiría uniformemente a lo largo de la población. En el Gráfico 22 se observa
que el índice de Gini aumentaría en dos puntos, empeorando la distribución del ingreso
y confirmando la baja movilidad social que existe en Bolivia.

4.2 Escenario pesimista

Para la simulación del escenario pesimista se seguirán los siguientes supuestos9:

•    Los precios de las exportaciones bolivianas caen en correspondencia con la


tendencia negativa del índice de precios de las exportaciones observada en los años
anteriores (1999, 2001 y 2002). Por lo tanto, se asume una disminución de 5.6 por
ciento anual durante los primeros cuatro años de la simulación.

•    Las exportaciones de gas natural se mantienen en el nivel de los contratos


vigentes, es decir que no se logran nuevos contratos de exportación.

•    Debido a que los ingresos del Gobierno no aumentan, la inversión pública


disminuye como porcentaje del PIB, mientras que el gasto corriente del Gobierno,
como porcentaje del PIB, aumenta en mayor proporción al crecimiento del PIB.

•    La inversión extranjera directa se reduce anualmente a una tasa promedio de 17


por ciento durante los primeros cuatro años de la simulación.

•    El crédito externo mantiene un crecimiento promedio similar al crecimiento


observado en la última década.

•    Los tipos de cambio reales de Brasil y Estados Unidos son tomados como variables
exógenas. Para el caso especifico del tipo de cambio real de la Argentina, se supone
que mantendrá la tendencia mostrada en los últimos 2 años.
•    El precio doméstico de la gasolina mantiene su comportamiento tendencial.

•    La tasa LIBOR mantiene su tendencia.

4.2.1. Producto Interno Bruto

Bajo los supuestos mencionados, la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto se
situaría en un promedio anual de 2.4 por ciento. De acuerdo a la coyuntura actual, la
falta de solución a los problemas económicos, políticos y sociales introduce rigideces en
el desarrollo económico del país, de tal manera que en el año 2005 se esperaría que el
crecimiento del PIB llegue a 3.71 por ciento, es decir, mantendría la tasa de
crecimiento del año anterior. De ahí en adelante, la proyección presenta un
crecimiento de la economía igual a 2 por ciento en el año 2008, para posteriormente
ajustarse por debajo del crecimiento tendencial de la economía boliviana que es 2.5
por ciento anual (Gráfico 23).

De igual manera que en el escenario optimista, a continuación se presenta el


comportamiento del producto de manera desagregada. En el Gráfico 24 destaca la tasa
de crecimiento promedio anual de los sectores de la construcción (3.61 por ciento), los
servicios -electricidad, gas y agua- (2.98 por ciento), la administración pública (2.75
por ciento), la agricultura, la silvicultura y la caza y pesca (2.36 por ciento) y la
extracción de minas y canteras (1.74 por ciento).
Respecto al sector de hidrocarburos, éste mostraría una tasa de crecimiento promedio
anual de 1.56 por ciento, con valores superiores al dos por ciento de crecimiento hasta
el año 2009; luego se presentarían tasas de crecimiento sucesivamente menores año
tras año, hasta alcanzar un crecimiento de 1.4 por ciento en el año 2014 (Gráfico 25).

Finalmente, el sector de la construcción muestra un mayor dinamismo respecto a los


otros sectores productivos, por lo que es posible pensar que tiene una mayor
interacción con el sector Gobierno, dado que bajo este escenario se asume que el
gasto público seguirá creciendo al ritmo de los últimos años10.
4.2.2. Comercio exterior

Las exportaciones reales disminuirían su participación como porcentaje del PIB a lo


largo de los 10 años de la simulación. Las exportaciones reales mostrarían una caída
del 32.08 por ciento del PIB en el año 2005 a 28.13 por ciento del PIB en el año 2014.
Por su lado, las importaciones reales mostrarían también una evolución negativa a lo
largo de todo el periodo de la proyección, con una participación en la economía de
29.23 en el año 2004 y 24.88 en el año 2014 (Gráfico 26).

El comportamiento del tipo de cambio real señala una apreciación de uno por ciento
anual, en promedio, a lo largo de los diez años de la simulación.

Las importaciones mostrarían tasas de crecimiento negativas hasta el año 2010. Si


bien este resultado puede causar sorpresa, se debe tener en cuenta que, bajo este
escenario pesimista, el sector Gobierno está incrementando su participación en el PIB,
además que existe una reducción del valor de las exportaciones y se presentan
disminuciones sostenidas de la inversión extranjera directa en los primeros cuatro años
de la simulación.

4.2.3. Ahorro e inversión

En el primer año de la simulación, dadas las condiciones actuales de la economía, se


estima que el ahorro total, como porcentaje del P1B, alcanzaría un crecimiento
correspondiente al 15.1 por ciento, pero posteriormente se vería severamente afectado
por las políticas fiscales expansionistas que, en definitiva, se constituirán en un
obstáculo al crecimiento. La contracción del ahorro es sostenida hasta el año 2014
(Gráfico 27).
En el Gráfico 28 se puede observar que el gasto público como porcentaje del PIB
aumentaría en 3 por ciento promedio anual, representando una mayor participación del
Gobierno en la economía. Por otro lado, el déficit público continuaría su tendencia
ascendente, alcanzando niveles extremos como porcentaje del PIB. Es así que se
observa con mucha preocupación que la escalada del déficit fiscal puede llegar a un
17.89 por ciento del PIB en el año 2014. Este último resultado nos llevó a revisar la
situación económica de Bolivia en la primera mitad de la década de 1980, encontrando
que en el año 1984 el déficit fiscal alcanzó valores entre 17 y 1 8 por ciento del PIB,
conduciendo a la economía a una severa crisis económica acompañada con elevadas
tasas de inflación.
A continuación se analiza la evolución de la formación bruta de capital bajo la misma
clasificación anterior (Gráfico 29). En definitiva, los resultados apuntan hacia una
disminución de la participación de la formación bruta de capital respecto al Producto
Interno Bruto y, de manera alarmante, se observa que la disminución va de 12.27
puntos porcentuales del PIB en el año 2004 a tan solo 9.49 por ciento del PIB para el
año 2014. Este resultado se explica por la disminución de la inversión extranjera
directa y el aumento de la participación del Gobierno en la economía.

4.2.4. Sector financiero

Las tasas de interés activas reales se mantendrían en el orden del 3.66 por ciento, que
representa niveles poco elevados dada la evolución de crecimiento del PIB. En segundo
lugar, la tasa de interés pasiva real alcanzaría en promedio un 2.28 por ciento, lo que
constituiría un desincentivo hacia la captación de depósitos por parte del sistema
financiero. En tercer lugar, el spread aumentaría en términos reales alcanzando un
valor de 1.39 puntos porcentuales. A través de estos dos resultados se observa que el
sistema financiero estaría reflejando las señales de la situación económica por la que
podría transitar el país bajo los supuestos de este escenario.
La evolución de la inflación muestra mayores niveles de variación de precios que en el
escenario optimista. En el Gráfico 31, la inflación muestra un proceso de descenso los
primeros tres años de la simulación (6.06, 5.02 y 3.97 por ciento en los años 2005,
2006 y 2007, respectivamente). En promedio, la tasa de inflación anual oscilaría
alrededor del 6.1 por ciento anual.

4.2.5. Indicadores de bienestar


En el Gráfico 32 se observa la evolución de la tasa de desempleo, la misma que
crecería sostenidamente a lo largo de los 10 años de la simulación, alcanzando un
valor máximo en el año 2012 con un 10 por ciento de la población económicamente
activa.

El índice de costo de vida muestra que existiría una disminución anual promedio
correspondiente al 6 por ciento (Gráfico 33).
De la misma forma, al analizar el ingreso per cápita se observa que existiría una
disminución promedio igual a 10 por ciento anual (Gráfico 34).

Finalmente, al analizar la distribución del ingreso, los resultados muestran que existiría
un deterioro en la distribución del ingreso correspondiente a un aumento del índice de
Gini en dos puntos porcentuales hasta el año 2014 (Gráfico 35).
5. Conclusiones

El desempeño de la economía boliviana en los últimos cincuenta años muestra que la


misma responde, en términos generales, a un comportamiento natural, es decir que su
tasa de crecimiento se explica fundamentalmente por el incremento de la población y
no así por incrementos en la productividad. La tasa de crecimiento de largo plazo,
estimada mediante el MEGC, es 2.5 por ciento como promedio anual, mientras que la
tasa de crecimiento de la población es de 2.4 por ciento. Si bien durante la década del
noventa Bolivia logró alcanzar una tasa de crecimiento natural de 4 por ciento, gracias
al importante flujo de inversión extranjera directa y a las externalidades positivas de la
estabilidad alcanzada, la crisis de 1999 constituiría un punto de quiebre que conduciría
a la economía a su tendencia de largo plazo, es decir, un crecimiento anual no mayor
al 3 por ciento.

Bajo la hipótesis de que la economía norteamericana ajustará sus desequilibrios de


manera suave y negociada, lo que no generaría fuertes efectos negativos sobre el
comportamiento del comercio y la producción mundial, se simularon dos escenarios
para la economía boliviana. El escenario optimista parte de los supuestos de que, en el
corto plazo, se logrará suscribir nuevos contratos de exportación de gas natural a los
mercados regionales, en especial a la Argentina, y que se logrará restablecer los
equilibrios macroeconómicos internos, en especial el cierre de la brecha fiscal;
aspectos que permitirían revertir la caída en el flujo de inversión extranjera directa
observada en los últimos años. El escenario pesimista supone que los problemas
políticos, ligados a la discusión de una nueva Ley de Hidrocarburos, no permitirán
concretar nuevos contratos de exportación de gas natural, que el Gobierno no logrará
restablecer el equilibrio de las finanzas públicas y, dada esta incertidumbre, no se
recuperarán los niveles de inversión extranjera directa logrados en la década pasada.

En el escenario optimista, el crecimiento del PIB alcanzaría en los próximos diez años
simulados un 3 por ciento en promedio. Se observa que este crecimiento estaría
fuertemente asociado a los sectores exportadores, en especial al sector de
hidrocarburos y que, dada la estructura de la economía, los efectos de rebalse hacia
los otros sectores no presentarían un efecto multiplicador muy alto. A pesar de lo
anotado, se observa un comportamiento positivo de los sectores exportadores de
minerales y de productos de la agricultura moderna (soya) y una mejora del sector
exportador de manufacturas. La situación del comercio exterior mostraría una
importante mejora y se mantendría la estabilidad macroeconómica de los últimos años.
La situación del empleo no mostraría mejoras importantes, en tanto que la
recuperación estaría asentada fundamentalmente en actividades no intensivas en el
uso de mano de obra. De ahí que la distribución de los ingresos no mejoraría.

En el escenario pesimista, la tasa de crecimiento del PIB para los siguientes diez años
seria del 2.4 por ciento, volviendo la economía boliviana a su tendencia de largo plazo.
La imposibilidad de conseguir mejoras en el crecimiento del lado real de la economía
agudizaría la situación deficitaria de las finanzas públicas, conduciendo al país a una
situación casi insostenible para el año 2010. En ese marco, la posibilidad de una
quiebra del sistema financiero podría ser una posibilidad real.

Ambos escenarios dan cuenta de la necesidad de que la economía boliviana, en los


siguientes cinco años, siente las bases para un nuevo shock de inversión extranjera,
como mecanismo para retomar la senda de crecimiento de los noventa y, al mismo
tiempo, establecer un modelo de desarrollo que sea capaz apostar al largo plazo. Todo
crecimiento asociado al ahorro externo solamente dará como resultado cortos periodos
de crecimiento si no está inserto en una visión de apuesta por el largo plazo, es decir,
una apuesta por la inversión en capital humano.

Notas

* Instituto de Investigaciones Socio-Económicas, Universidad Católica Boliviana.

1 El MEGC fue elaborado por el IISEC con el apoyo del Kiel Institute of World
Economics.

2 La Matriz de Contabilidad Social, SAM, por sus siglas en inglés, fue construida por
Thiele y Piazzolo (1997) y fue ajustada por Aguilar (2003).

3 La caída en la inversión extranjera directa fue a causa de que presentó un


crecimiento extraordinario en 1997, como resultado de la capitalización.

4 Para calcular esta variable, al total de Ingresos del SPNF se le disminuyó la compra
de crudo de las refinerías (de YPFB) a los productores y se estimó la recaudación por
las ventas en el mercado interno por parte de YPFB.

5 El dato de inversión es el resultado de sumar la Formación Bruta de Capital Fijo y la


Variación de Existencias.

6 Este supuesto adquiere menor relevancia dada la coyuntura socio-política actual del
país. Además que la nueva Ley de Hidrocarburos recién promulgada no se constituye
en incentivo real para la Inversión Extranjera Directa.

7 Este supuesto está fundamentalmente ligado a las señales de seguridad jurídica que
demuestre el país.

8 En este caso, la interpretación de la máxima inversión realizada por este sector no


es precisamente de acuerdo al máximo de producción posible, sino al máximo de
acuerdo a la rentabilidad esperada por las empresas productoras en función a la
normativa legal que acaba de adoptar el país.

9 Las variables exógenas utilizadas son las mismas que en el escenario optimista.

10 Es importante resaltar que en la simulación del escenario optimista, el sector


construcción también se encuentra entre los sectores más dinámicos de la economía.

REFERENCIAS

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Bolivia: simulación de políticas en GAMS. Tesis de grado de Economía. Universidad
Católica Boliviana.
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Cultura Económica.

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Universidad Católica Boliviana "San Pablo", Departamento de Economía, Tesis de
Titulación N° 530, Noviembre, 2000, La Paz. Bolivia.

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Zivot, Erick y Donald Andrews. 1992. "Further Evidence on the Great Crash, the Oil
Price Shocks, and the Unit-Root Hypothesis". Journal of Business & Economic
Statistics, 10. Alexandria, VA. EE.UU.

 
ARTICULO

CARACTERISTICAS DE LA INFLACION
IMPORTADA EN BOLIVIA :¿PUEDE
CONTENERSE CON POLITICA CAMBIARA?
 

Marco Antonio Laguna Vargas*

Resumen

Como resultado de la inflación importada, la inflación anual en


Bolivia se incrementó desde el año 2006 y desde fines de 2007
superó un dígito. El Banco Central de Bolivia dinamizó la
apreciación de la moneda con el fin de contener las presiones
originadas por los elevados precios internacionales de alimentos y
las apreciaciones de las monedas de los principales socios
comerciales. A pesar de ello, la inflación continuó en ascenso,
generando interrogantes a cerca de la efectividad de la política
cambiaría.

En este documento se estudia el efecto de las presiones


inflacionarias externas y la contribución de la política cambiaría a la
estabilidad de precios, en comparación a otros países. Los
resultados muestran que la relación entre la inflación y el
comportamiento del tipo de cambio conocido como el pass-through
del tipo de cambio se redujo en los últimos 10 años. No obstante,
se muestra que la inflación hubiera sido mayor de no haberse
apreciado el boliviano ya que su aporte al control de la inflación se
efectivizó a través de su efecto sobre los precios de los bienes y
servicios importados. Bajo un régimen de tipo de cambio menos
rígido, su efecto sobre la estabilidad de precios hubiera sido mayor
aunque hubiera tenido costos elevados debido al alto grado de
dolarización de la economía.

Clasificación JEL: C32; E31; F31.


Palabras clave: inflación importada, pass through, tipo de cambio,
VAR

I. INTRODUCCION

El documento estudia el efecto de los precios internacionales sobre


los precios domésticos en Bolivia entre 1998 y 2008, dándose
énfasis al período 2006 a 2008 cuando los precios internacionales
de productos básicos, especialmente del petróleo y de los
alimentos, alcanzaron niveles elevados históricos y las monedas de
los principales socios comerciales de Bolivia se apreciaron
significativamente.1

La siguiente sección describe las características de la inflación


internacional en el período de estudio y se hace una breve revisión
de la literatura empírica con relación al papel estabilizador del tipo
de cambio. En la tercera sección se realizan estimaciones del efecto
de los precios internacionales y del tipo de cambio sobre los precios
domésticos en países seleccionados de Sudamérica y se las
compara con estimaciones previas. Posteriormente, mediante
análisis de impulso respuesta, se estudian las características de la
inflación importada en el caso boliviano. La sección final describe
las principales conclusiones.

II. CARACTERISTICAS DE LA INFLACION
IMPORTADA

Los años noventa y principalmente los primeros de la presente


década se caracterizaron por la reducción de la inflación tanto en
las economías desarrolladas como en las emergentes. En las
últimas se acompañó por un desempeño más exitoso en términos
macroeconómicos y por cambios significativos en la
instrumentación y la credibilidad de la política monetaria, en varios
casos, con preferencia hacia regímenes de tipo de cambio más
flexibles y el abandono de metas de agregados monetarios
(Mohanty y Turner, 2008).

Sin embargo, el aumento de precios internacionales entre 2006 y


2008, se presentó como un desafío para la política económica en su
objetivo de estabilidad de precios. En esta labor, existe la tentación
de atribuir un rol poco significativo al tipo de cambio, ya que se
observó una reducción en su transmisión sobre los precios
domésticos {pass through del tipo de cambio). No obstante,
tampoco se puede desmerecer el papel que tuvo, y que continúa
ejerciendo el tipo de cambio nominal en varios países, para aislar o
reducir los efectos de las fluctuaciones en los mercados
internacionales y/o como referencia fundamental de los precios
domésticos. Frente a la magnitud de la inflación internacional, se
ha realzado la discusión sobre el régimen cambiario, la suficiencia
como mecanismo estabilizador y su interacción con la política
monetaria.

II. 1 MAYOR INFLACIÓN A NIVEL MUNDIAL

De acuerdo a los índices de precios calculados por el Fondo


Monetario Internacional, hasta marzo de 2008, los precios de los
commodities en el mundo presentaron niveles record e
incrementaron en más de 50% en los dos últimos años, siendo de
particular importancia el incremento en los precios de los alimentos
y energéticos cuyo aumento fue cerca al 60% en el mismo período.

En los países emergentes se observaron aumentos de la inflación,


las metas inicialmente programadas fueron superadas en muchas
economías y en varias de ellas la inflación anual se acercó o superó
el 10% en 2007 (FMI-2008). En los reportes de inflación de varios
países de Sudamérica se evidenció su impacto y, como un factor
esencial para el repunte de la inflación, se señaló el incremento de
los precios internacionales de productos básicos mayor al esperado
y que se ha transmitido sobre los precios domésticos de los
alimentos y combustibles.2

Para la respuesta de política económica, es importante la


naturaleza transitoria o permanente de la inflación internacional.
Ante choques transitorios, el mercado y/o políticas pueden generar
respuestas para aminorar las presiones inflacionarias; sin embargo,
cuando son permanentes, se requieren de respuestas de política
económica de mediano plazo que consideren la velocidad, la forma
del ajuste y los costos en términos de bienestar. Aunque los
choques en los precios de alimentos y energéticos se caracterizaron
como choques de oferta con un alto componente especulativo, los
pronósticos otorgaron una probabilidad de que el desbalance entre
la oferta y demanda mundial de alimentos continúe sosteniendo
presiones inflacionarias importadas. También es importante
recordar que existen efectos retardados hasta que se produzca un
ajuste pleno, y que los efectos de segundo orden (expectativas y
ajustes de precios relativos) pueden tener repercusiones
importantes, más aún cuando el choque es de magnitud
considerable.

Esta coyuntura contrasta con los modelos aplicados y la forma


tradicional de instrumentación de política económica donde
normalmente se asumen niveles de inflación internacional
moderados y donde la estabilidad macroeconómica es un aspecto
inherente a las políticas y la coyuntura interna. Las políticas
aplicadas en la coyuntura mencionada deben asignar una
ponderación adicional a las fluctuaciones de los precios
internacionales y a los movimientos de capitales (Noyer, 2006;
Dooley y Truman, 2006).

En Bolivia se observó en 2007 tasas de inflación superiores en


comparación a otros países debido a los precios de alimentos y
bebidas, y existe una tendencia a señalar que el traspaso de los
precios internacionales de alimentos habría sido más severo que
otras economías de Sudamérica (Gráfico 2 y 3). La inflación anual
en Bolivia fue de 11,7% en diciembre de 2007 y la del capítulo de
alimentos y bebidas superó el 30%. En cambio, los precios de los
energéticos se encuentran subsidiados por el Gobierno y no se
produjeron ajustes. Sin embargo, la evaluación o estimación del
efecto de los precios internacionales en los últimos años presenta
dificultades adicionales debido a que la inflación importada no es el
único factor de relevancia en el repunte de la inflación.3
 

Por otro lado, el efecto de los precios internacionales sobre los


precios domésticos no es directo ya que la propia estructura de la
economía presenta mecanismos de compensación y/o de
propagación que dificultan extraer conclusiones generalizabas
respecto a la respuesta de los precios. Estos aspectos tienen que
ver con los distintos canales de transmisión del tipo de cambio y de
los precios internacionales que se analizará más adelante. No
obstante, es oportuno señalar que existen factores, generalmente
de orden microeconómico, de por qué los precios internacionales
(entendidos como el precio expresado en moneda local) no se
reflejan en su totalidad en los precios de las importaciones y, por
tanto, en los precios domésticos (Mishkin (2008), Winkelried
(2003), Millar (2003). Por ejemplo, la estructura y competencia del
mercado donde se venden y compran los productos importados
puede generar compensaciones en el mark-up ante el aumento de
precios internacionales, los costos de transporte pueden tener su
propia dinámica de comportamiento generando diferencias en la
evolución de los precios finales, un mayor porcentaje de
componente nacional en los productos finales o menor grado de
penetración de las importaciones también reduce el impacto de los
precios internacionales, etc.

En el caso boliviano, la recomposición de las importaciones de


alimentos semielaborados y elaborados de acuerdo al país de
origen fue uno de los mecanismos compensatorios que el mercado
generó. Aunque se observa un crecimiento del valor de las
importaciones desde 2004, la participación de las importaciones de
origen chileno se redujo desde un 35% del total en 2002 a 23% en
2007 e incrementó la participación de las procedentes de
Argentina. Este comportamiento tendría relación con el rumbo del
tipo de cambio de estos dos países, con tendencia a la apreciación
en el primero y a la depreciación en el segundo, principalmente
entre 2003 y 2007.

Los países también adoptaron medidas de política poco usuales


para moderar los problemas de desabastecimiento de los mercados,
tales como la prohibición de exportaciones y/o mayores facilidades
para la importación de productos específicos, y mayor
discrecionalidad en el caso de precios regulados.

No obstante, en la medida que las variación de los precios


internacionales es persistente y/o de elevada magnitud, los
mecanismos compensatorios como los mencionados tienden a ser
menos efectivos, pues se generan inconsistencias que no pueden
sostenerse en el tiempo, como por ejemplo, diferencias
significativas en los precios de bienes transables entre los países
que generan incentivos para reasignación de recursos productivos
no necesariamente de acuerdo a las perspectivas de mediano plazo.
II.2 TRANSMISIÓN DEL TIPO DE CAMBIO NOMINAL

Al estudiar la inflación importada es ineludible referirse al pass-


through del tipo de cambio, puesto que el comportamiento de esta
variable puede ser fundamental en la formación de los precios. Los
resultados empíricos señalan que este indicador experimentó una
reducción importante en la última década tanto en economías
emergentes como desarrolladas. La tendencia reciente a la
apreciación de las monedas con relación al dólar y el repunte de la
inflación en las economías emergentes, sugieren una reducción
adicional del pass-through del tipo de cambio.

II.2.1 REDUCCIÓN DEL PASS-TROUGH DEL TIPO DE CAMBIO

En la reunión sobre mecanismos de transmisión en economías


emergentes (BIS, 2008) se destacó la reducción del pass-through
del tipo de cambio en un gran número de países. Mihaljek y Klau
(2008) estiman para el período 2001-2006 valores de hasta un
tercio menores con relación a los estimados para el período 1994-
2001.4

Aunque en el caso de las economías dolarizadas la reducción del


pass-through también fue significativa, las estimaciones
proporcionan valores mayores en comparación a economías no
dolarizadas. En Rossini y Vega (2007), se menciona que las
estimaciones para Perú efectuadas hasta el año 2003 arrojaban
valores entre 0,1 y 0,2, las mismas que eran superiores a las
estimadas para Colombia y Chile. De la misma manera,
estimaciones de Mihaljek y Klau (2007) para Perú indican un pass-
through de 0,09 para el período 2001-2006, mayor al 0,05 y 0,03
estimados para Brasil y Chile.

En el caso boliviano Morales y Sachs (1990) estiman pass-through


completo (igual a uno) en el período de estabilización de los años
ochenta (1985), período en el cual el tipo de cambio fue esencial
para anclar las expectativas sobre la evolución futura de los precios
internos. Sin embargo, éste fue reduciéndose en forma gradual. En
el gráfico siguiente se aprecian correlaciones móviles (4 años) y
acumulada (desde 1990) entre la tasa de variación del tipo de
cambio nominal y la inflación anuales con datos desestacionalizados
observándose períodos en los cuales predomina una relación
negativa entre el tipo de cambio y la inflación, principalmente los
años posteriores a 2006.
De esta manera, varios trabajos evidencian una reducción paulatina
del pass-through pasando desde estimaciones del orden de 0,5
hasta la primera mitad de los años noventa a 0,25 de acuerdo a las
estimaciones de Mendieta y Escobar (2005). Las estimaciones
recientes aún no documentadas arrojan resultados diversos pero
coinciden en señalar que el pass-through ha experimentado una
reducción adicional.

Existen razones muy bien respaldadas a nivel internacional a cerca


de la reducción del pass through, muchas de las cuales también son
aplicables al caso de Bolivia. De acuerdo a consultas efectuadas a
los países, los factores más importantes que explicarían su
reducción son la caída de la inflación y la flexibilización del tipo de
cambio (Mihaljek y Klau, 2008).5 Sin embargo, la literatura también
pondera a la globalización de los mercados y los cambios en la
composición de las importaciones como factores que contribuyeron
a la reducción del pass-through6 La reducción del pass-through
también se observó desde el tipo de cambio a los precios de
importaciones y/o precios que tienen relación directa con los
precios internacionales.7

La hipótesis de que el pass-through del tipo de cambio depende del


contexto inflacionario fue comprobada en varios países donde se
muestra que éste es menor cuando se toma en cuenta ambientes
con bajos y niveles estables de inflación, los cuales podrían
explicarse por una política monetaria más ordenada y efectiva en
términos de transparencia y control de la inflación. Éste es el caso
de países de la OECD donde se estima que el pass-through difiere
significativamente cuado se estima para períodos de alta y de baja
inflación. Con tipos de cambio más flexibles, como en los regímenes
de metas de inflación, se pudo reducir la inflación y su variabilidad
así como aislar los choques externos transitorios. Sin embargo, se
presentan fluctuaciones del tipo de cambio que aumentan la
incertidumbre del tipo de cambio alrededor de la tendencia
generándose una menor relación entre el tipo de cambio y los
precios internos. En este marco, Edwards (2006) encuentra que los
países en desarrollo con regímenes de metas explícitas de inflación,
o sea con tipos de cambio más flexibles que fijos, presentan mayor
reducción en el pass-through del tipo de cambio.

En el caso de Bolivia, la reducción de la inflación y su variabilidad


fueron un factor esencial importante en la reducción del pass-
through del tipo de cambio, pero al ser una economía dolarizada
adquiere características diferentes.

La reducción de la inflación y su variabilidad tuvieron


repercusión directa sobre el canal directo del tipo de
cambio, puesto que reducen el número de precios y
costos que son fijados en moneda extranjera. En los
años ochenta y noventa incluso los precios minoristas
se fijaban en dólares o en dólares convertidos al tipo
de cambio vigente. Conforme reduce la inflación
también lo hace esta práctica observándose un
menor efecto del tipo de cambio (1 y 2 en el gráfico
5).8 En esta línea y de acuerdo a los modelos de
rigideces en economías dolarizadas que sugieren que
la dolarización reduce en la medida que se disipan las
rigideces cuando el tipo de cambio se libera,
Mendieta y Escobar (2005) encuentran una relación
no lineal de largo plazo entre tipo de cambio y nivel
de precios, concluyendo que las apreciaciones del
boliviano generarían descensos graduales del pass-
through.
 

-    Los cambios en el canal indirecto a través de las


expectativas proveen otra explicación. Cuando la
inflación se reduce, las expectativas de inflación
presentan un menor vínculo con la evolución del tipo
de cambio, observándose períodos (1997-2002)
donde la inflación cae a pesar de que la depreciación
del tipo de cambio nominal se incrementa (3 en el
gráfico 5).

-    Otro aspecto particular a la economía boliviana


son los precios administrados. En Bolivia, los precios
de los hidrocarburos se encuentran subsidiados
reduciendo el impacto del tipo de cambio sobre los
precios de toda la cadena productiva.

-    Un canal de transmisión adicional es el efecto


riqueza u hoja de balance del tipo de cambio por
posiciones deudoras o acreedoras netas en moneda
extranjera. El acelerado y reciente proceso de
bolivianización, acompañado con apreciación del
boliviano, generó incentivos para reducir las
posiciones acreedoras netas (o incrementar las
posiciones deudoras netas) en moneda extranjera
reduciendo el efecto del tipo de cambio sobre los
precios (4 en el gráfico 5).

Ante el incremento de la inflación internacional y los movimientos


cambiarios en los socios comerciales es importante conocer si en
los últimos años se ha producido una reducción adicional del pass-
trough del tipo de cambio, y frente a ello, cuáles son los desafíos
que enfrenta la economía boliviana en términos de estabilidad
macroeconómica.

Como resultado de la coyuntura internacional entre 2006 y 2008,


las economías emergentes y en particular varios socios comerciales
experimentaron apreciaciones nominales y reales importantes de
sus monedas. En forma inversa, las tasas de inflación se
incrementaron observándose correlaciones negativas entre la tasa
de depreciación y la inflación, especialmente en el período 2004-
2008 donde se destacan mayores correlaciones negativas
significativas para Bolivia y Colombia.

En el cuadro anterior también se observa que la sumatoria


acumulada de las variaciones de precios fue mayor y de las
apreciaciones entre 2004 y 2008 fue mucho menor en Bolivia y
Argentina con relación a las registradas en Brasil, Chile, Colombia y
Perú. Este comportamiento no solo sugiere una reducción adicional
del pass-through del tipo de cambio, sino también que la coyuntura
externa y el comportamiento del tipo de cambio es relevante para
la estabilidad de precios.

III. EFECTO DE LA INFLACIÓN IMPORTADA SOBRE


LOS PRECIOS INTERNOS

En esta sección se analizan el grado de transmisión de las


variaciones de los precios internacionales de los alimentos y de los
energéticos sobre la inflación total y de alimentos en países
seleccionados de Sudamérica; y se estudia el rol que ha jugado el
tipo de cambio sobre la inflación doméstica. Para ello se estiman
modelos simples y de datos de panel balanceado considerando
información de Colombia, Perú, Brasil, Chile y Bolivia para el
período entre 1998 y 2008.
Las estimaciones econométricas simples del pass-through para
datos trimestrales del período 1998-2008 con base en
especificaciones estándar incluyen como principales variables
explicativas la inflación de períodos anteriores, las variaciones del
tipo de cambio nominal, la brecha de producto e indicadores de
inflación internacional expresada en dólares.9 Los resultados
permiten extraer las siguientes conclusiones:10

-Con excepción de Perú donde se estima que el pass-


through del tipo de cambio estaría por el orden de
0.1, los niveles estimados son inferiores a los valores
estimados en trabajos previos.

-El pass through del tipo de cambio estimado para


Bolivia no fue estadísticamente significativo, lo cual
difiere con los resultados previos recientes donde se
tiene un valor positivo superior a 0,15 y
estadísticamente significativo. La principal diferencia
con relación a los trabajos previos es el período de
muestra, las mismas que generalmente toman datos
desde 1990, mientras que en el caso actual
corresponde a los últimos diez años, período
caracterizado por la apreciación de la moneda para
reducir el impacto de la inflación importada.

-Las estimaciones del pass through de los precios


internacionales sobre los precios domésticos indican
que son significativos estadísticamente en Perú, Chile
y Bolivia y en menor medida en el caso de Colombia.
Sin embargo, con excepción de Bolivia el efecto en el
corto plazo sería menor al 5%.

-En el caso del incremento de los precios del


petróleo, las economías donde se estimó un efecto
positivo y significativo son Chile, Perú y
principalmente Brasil, consistente con su carácter de
economías importadoras de energéticos. En cambio,
en Bolivia y Colombia que son economías productoras
de petróleo, y donde los precios de algunos de sus
derivados tienen carácter administrado no se
encuentra un efecto significativo. Cabe destacar que
las estimaciones previas para Bolivia con referencia a
los años noventa y parte de la presente década
muestran un valor positivo debido a que los precios
de energéticos en el mercado interno, en buena parte
del período, se ajustaban en función de las
variaciones de los precios internacionales. Como se
mencionó, en los años recientes estos precios no
registraron variaciones.

Con el objetivo de comparar las magnitudes del efecto de los


precios internacionales sobre los precios domésticos y de contar
con estimaciones promedio para los países considerados, se
estimaron modelos trimestrales de datos de panel balanceado para
el período 1998-2008 bajo la siguiente especificación general.

Los resultados se resumen en el cuadro siguiente y permiten


destacar que:

El pass through promedio estimado para los países considerados es


0,07, un valor modesto y similar al encontrado con las estimaciones
simples presentadas en el Cuadro 4. Por su parte, el efecto de los
precios internacionales de alimentos, y principalmente del petróleo,
presentan un menor grado de transmisión que el del tipo de cambio
sobre los precios internos. El menor valor del pass through de los
alimentos tiene origen en el menor efecto estimado para Perú y el
valor no significativo encontrado para Brasil, y de manera similar a
las estimaciones presentadas en el cuadro anterior señalan que la
inflación internacional de alimentos es un aspecto que habría tenido
mayor importancia para Bolivia y Chile.

- El precio internacional del petróleo tiene mayor


relevancia sobre los precios domésticos en Brasil,
Chile y Perú. Sin embargo, su magnitud sería menor
a 3%.

-Destaca el alto grado de inercia inflacionaria en


Bolivia estimado por el orden del 50%. Los modelos
estándar del tipo de curva de Phillips Neokeynesiana
(Mendieta y Rodríguez, 2007) arrojan valores de
inercia levemente superiores. Por esta razón, las
elasticidades de los precios domésticos a los precios
internaciones en el largo plazo son significativamente
más elevadas que las de corto plazo.
Se debe tener precaución en la interpretación de la reducción del
pass through del tipo de cambio sobre los precios domésticos. Esta
verificación estadística debe entenderse cabalmente y de acuerdo
con la coyuntura. Recordemos que el período de estudio se
caracteriza por el repunte de la inflación externa y apreciaciones de
las monedas con relación al dólar americano, motivadas por el
mercado o dirigidas en el caso administrado, Estas últimas fueron
menores en varios casos y no compensaron totalmente la inflación
externa observándose en consecuencia una relación inversa en la
evolución del tipo de cambio y de los precios domésticos.11 En esta
dirección, se podría explicar la magnitud similar en los coeficientes
de transmisión del tipo de cambio y de la inflación internacional: si
el tipo de cambio y los precios externos relevantes presentan
evoluciones similares no se observarían efectos muy importantes
sobre los precios domésticos y su consideración conjunta en un
modelo (inflación externa más depreciación) podría arrojar
coeficientes no significativos, o bien el de la inflación externa
expresada en moneda local sería menor.12 Ello se puede observar
en el Gráfico 6 donde se aprecian diferencias significativas entre la
inflación internacional de alimentos en dólares y la misma
expresada en moneda local para los países analizados,
principalmente para Chile, Brasil, Perú y Colombia.

De acuerdo a esta definición, la inflación internacional de alimentos


en moneda local en la Argentina a marzo de 2008 habría sido
mayor que cuando se expresa en moneda extranjera, mientras que
en Bolivia se presenta una diferencia menor debido a que la
apreciación del tipo de cambio nominal fue una de las más bajas de
la región. Si se observa desde el año 2003, la apreciación
significativa de las monedas en algunos países vecinos y socios
comerciales permitió reducir el impacto que podrían haber tenido
los precios internacionales de alimentos en la inflación doméstica.
Brasil, Chile y Colombia son los países en los cuales la apreciación
del tipo de cambio habría coadyuvado significativamente a reducir
la inflación importada. En Bolivia, la variación externa de precios de
78% desde diciembre de 2003 reduce a sólo 68% cuando se
expresa en bolivianos.

La reducción del pass through del tipo de cambio, sin embargo,


sugiere que el canal de expectativas ya no presenta la relevancia
que tuvo en el pasado para el éxito de programas y/o políticas de
estabilización cuando las variaciones del tipo de cambio eran
fundamentales para el reajuste de los precios de los bienes y
servicios que estaban denominados o indexados al dólar. Sin
embargo, en el momento de adoptar políticas y posturas
cambiarías, también se debe reconocer la asimetría del efecto del
tipo de cambio sobre la inflación: según la evidencia internacional
se tendría un mayor efecto cuando el tipo de cambio se mueve para
arriba (depreciación nominal) que para abajo (apreciación
nominal).

IV. LA INFLACIÓN IMPORTADA EN BOLIVIA

Para evaluar algunas de las características de la transmisión de


precios internacionales se calcularon funciones impulso respuesta
con base a la descomposición estructural de vectores
autoregresivos (VAR-estructural) estimados para el período 1998 -
2008 bajo la siguiente especificación general (McCarthy, 1999).13
índice del tipo de cambio nominal del país i en período f con
base 1990.

En las estimaciones se diferencia también el efecto de la


depreciación y de la inflación de los socios comerciales tomando en
cuenta sólo el numerador o denominador de la segunda parte de la
ecuación anterior. Estas diferenciaciones permiten apreciar cómo la
apreciación de los socios comerciales en los últimos años
representa un factor adicional de inflación importada en Bolivia. En
algunos períodos, la inflación externa ponderada (INF_EXT_PON,
expresión completa de la fórmula anterior) es casi el doble de la
inflación externa estimada con solamente los índices de precios de
alimentos ponderados (IPC_EXT, numerador de la segunda parte de
la ecuación anterior).
Basados en estas definiciones, también se efectúan estimaciones
considerando alternativamente como variable dependiente la
inflación doméstica a la inflación total y la de alimentos. A
continuación se destacan los resultados de mayor relevancia:

-Las funciones impulso respuesta a los precios


internacionales de los alimentos a los precios
domésticos totales indican un 100 Marco ANtoNio
Laguna Vargas pass through acumulado elevado,
entre 0,1 y 0,15 en el corto plazo y al cabo de un año
(4 trimestres) incrementa a un valor entre 0,2 y 0,25
para estabilizarse posteriormente entre 0,25 y 0,30.
Las diferencias en el pass through cuando se incluye
explícitamente la depreciación de Bolivia como parte
de las variables (corrección para expresar la inflación
en moneda nacional) no cambiaron
significativamente lo cual es consistente con los
niveles moderados en los movimientos del tipo de
cambio en Bolivia.
-Cuando se estima las funciones impulso respuesta
para la inflación doméstica de alimentos, el efecto de
la inflación internacional de alimentos es el doble en
comparación a las estimaciones para la inflación
total, lo que es coherente con la ponderación que
tienen los alimentos y bebidas (49%) dentro de la
canasta en el cálculo del IPC.16 En ambos casos, el
pass through de la inflación internacional de
alimentos reduce levemente, si se utiliza la definición
de inflación externa en lugar de la inflación externa
ponderada, resultado que indica que la definición de
inflación ponderada de los socios comerciales sería la
más apropiada para estos ejercicios.

Si en los modelos se incluye en forma separada los movimientos


cambiarios y de los precios de alimentos de los socios comerciales
de Bolivia, además del signo no se encuentra diferencias en el pass
through de estas dos variables (Gráfico 11). Sin embargo, las
estimaciones de funciones impulso respuesta para los precios
domésticos de los alimentos sugieren que éstos tendrían mayor
influencia de los precios que de los movimientos cambiarios en los
socios comerciales (Gráfico 12).
Estos resultados reafirman la importancia que tuvo la inflación
importada para Bolivia en el registro de la inflación de los últimos
años. Simulaciones dinámicas considerando que el tipo de cambio y
los precios de los socios comerciales permanecen constantes,
sugieren que por lo menos un tercio de la inflación observada se
podría explicar por las apreciaciones de las monedas de los socios
comerciales. Bajo el supuesto de apreciación cero en los socios
comerciales, las simulaciones producen niveles de inflación por el
orden 10% frente a un promedio de 15% para el primer trimestre
de 2008. En la misma lógica, la contribución de la apreciación del
boliviano, entre diciembre de 2006 y marzo de 2008, habría hecho
que la inflación observada anual sea menor en aproximadamente 3
puntos porcentuales con relación a la que se hubiera observado.

La enseñanza del ejercicio es que si Bolivia habría estado bajo un


régimen de tipo de cambio flexible, la contribución del tipo de
cambio a la inflación podría haber sido mayor. El régimen de tipo
de cambio deslizante permite amortiguar los choques externos de
precios y de los movimientos cambiarios en menor medida que los
regímenes flexibles. Como se aprecia en el gráfico siguiente, la
apreciación junto al incremento de los precios internos desde
diciembre de 2002 (que refleja el incremento del costo en cada país
expresado en dólares), hizo que Bolivia sea uno de los países más
baratos en Sudamérica.
Sin embargo, los movimientos del tipo de cambio nominal deberían
contribuir a que el tipo de cambio real se mueva en dirección del
equilibrio. Los indicadores relacionados con los fundamentos del
tipo de cambio real sugieren que el nivel de equilibrio en Bolivia se
habría desplazado hacia abajo y que probablemente exista una
subvaluación real (Mendieta, 2007; Cerutti, 2008) que se fue
corrigiendo en forma moderada por la apreciación nominal pero
también con inflación. El desplazamiento tiene relación con la
mejoría de los términos de intercambio y del contexto externo que
se ha reflejado en niveles record de la cuenta corriente de la
balanza de pagos así como en la expansión de la demanda
agregada, y principalmente del consumo. En efecto, la cuenta
corriente de la balanza de pagos presentó niveles positivos record
en 2007 (superior a 10% del producto).

A pesar de los beneficios que tiene una mayor flexibilidad del tipo
de cambio para reducir el impacto de choques externos, se debe
también reconocer los riesgos y rigideces de una economía
altamente dolarizada donde no existen los mecanismos para una
cobertura de los riesgos cambiarios por lo que la variabilidad el tipo
de cambio nominal tendría consecuencias en el sector real y más
todavía cuando los choques externos son transitorios de alta
magnitud y no responden a los fundamentos del tipo de cambio.
Cabe destacar que para evitar los efectos negativos de una
excesiva apreciación del tipo de cambio y/o acumular reservas ante
probables contingencias, algunos países con tipos de cambio
flexible, efectuaron intervenciones en sus mercados cambiarios
complementadas con políticas monetarias de esterilización.

En Bolivia el tipo de cambio nominal es determinado por la


autoridad monetaria con base a señales del mercado y movimientos
bruscos o acelerados tendrían riesgos e implicaciones adicionales,
por lo que sus variaciones deben ser moderadas. En este sentido y
en una perspectiva de mediano plazo, Morón y Winkelried (2005)
sugieren que lo óptimo en una economía dolarizada es flexibilizar
gradualmente el tipo de cambio para generar instrumentos de
cobertura de riesgos y recomposición de portafolio que favorezca a
los mecanismos de transmisión de la política monetaria.

V. CONCLUSIONES

El incremento de los precios internacionales resultó en un escenario


con elevados desafíos en los países para mantener niveles de
inflación moderados y se ha generado discusión a cerca del rol del
tipo de cambio para la estabilidad de precios. En el caso de Bolivia,
las apreciaciones de las monedas de los socios comerciales desde
2003 generaron mayores presiones de inflación importada,
principalmente por los reajustes que indujeron en los precios de los
alimentos importados.

Las estimaciones del pass through del tipo de cambio para el


período en estudio en varios países sugieren una reducción
adicional a la experimentada en los años noventa y los primeros
años de la presente década. Para el caso de Bolivia se encuentra un
valor estadísticamente no significativo, pero esta verificación
estadística debe entenderse de acuerdo con la coyuntura ya que el
período de estudio se caracteriza por el repunte de la inflación
externa y apreciaciones de las monedas con relación al dólar
americano, motivadas por el mercado o dirigidas en el caso
administrado. Estas fueron menores y, en varios casos, no
compensaron totalmente la inflación externa observándose una
relación inversa en la evolución del tipo de cambio y de los precios
domésticos. También se encuentra que la inflación internacional
denominada en moneda local estimado tuvo un efecto positivo
significativo y que el tipo de cambio tiene efectos a través de su
canal directo sobre el precio de productos transables. De esta
manera, aunque las simulaciones sugieren que por lo menos un
tercio de la inflación observada en Bolivia se originó por los
movimientos de los precios internacionales y las monedas de socios
comerciales, también indican que la apreciación del boliviano
coadyuvó a moderar significativamente el efecto de la inflación
importada.

Finalmente, una menor rigidez del tipo del tipo de cambio habría
permitido registros menores de inflación, aunque se deben
reconocer que existen limitantes para su aplicación. La elevada
dolarización de la economía y la ausencia de mecanismos de
cobertura de riesgos cambiarios hacen a la economía sensible ante
las fluctuaciones nominales del tipo de cambio, generándose costos
y pérdidas significativas en bienestar.

NOTAS
* Las conclusiones vertidas en el presente documento son de
exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la
opinión del Banco Central de Bolivia. Cualquier comentario es
bienvenido al correo: [email protected]

1
El trabajo se realizó con información hasta el mes de marzo de
2008.

2
Los reportes de inflación, o similares, de los bancos centrales de
Chile (2008), Perú (2008), Argentina (2008) y Bolivia (2008)
señalan al incremento de los precios de los alimentos como factor
relevante en los registros de inflación.

3
Los Informes de Política Monetaria y los Reportes de Inflación
señalan como factores del incremento de la inflación, la reducción
de la oferta por problemas climatológicos, la inflación importada por
efecto del alza de la inflación internacional y la apreciación de las
monedas de los principales socios comerciales, las expectativas de
inflación y la especulación en los mercados y, en menor medida,
por efecto de una mayor demanda agregada.

4
Los trabajos se refieren mayormente al pass through del tipo de
cambio nominal, aunque también hay trabajos que se refieren al
del tipo de cambio real. Por la importancia de diferenciar el efecto
de la inflación internacional de la del tipo de cambio generalmente
nos referimos al pass through del tipo de cambio nominal.

5
  Según las estadísticas del Fondo Monetario Internacional cada
vez hay más países con regímenes de tipo de cambio más próximos
al tipo de cambio flexible. El número de países emergentes con
flotación administrada sin una tendencia pronunciada en el tipo de
cambio incrementó de 19 en 1990 a 39 en 2001, y aquellos con
plena flexibilización incrementaron de 4 a 26 en el mismo periodo.

6
  La globalización de los mercados incrementó la competencia del
sector transable y las empresas absorben parte de las variaciones
transitorias del tipo de cambio. Asimismo, Campa y Goldberg
(1999) sugieren que a la reducción de pass-through en las
economías desarrolladas contribuyó el cambio en la composición de
las importaciones desde bienes o productos sobre los cuales existe
un alto pass-through hacia otros de bajo pass-through.

7
   La evidencia empírica indica que el pass through del tipo de
cambio y de los precios internacionales es menor a la unidad y
tiene un mayor efecto sobre los precios de productos importados
con relación al que tienen sobre los precios al productor, a su vez el
efecto en estos últimos es superior al que tienen sobre los precios
finales. La ausencia de un traspaso completo y las diferencias en la
magnitud se deben a factores microeconómicos como por ejemplo
la presencia de costos de ajuste (costos de menú u otros) que
limitan un ajuste pleno, una estructura de mercado con márgenes
de ganancia que se ajustan para compensar las variaciones del tipo
de cambio (ej. discriminación de precios), la penetración y/o
dependencia de los productos importados que merma el efecto
transmisión y la sustitución entre productos e insumos importados
y nacionales (Winkelried - 2003, Miller-2003). No obstante, algunos
de estos factores pueden tener efectos asimétricos e incluso
inversos si el tipo de cambio o los precios internacionales
disminuyen. Por ejemplo, ante aumentos de estas variables los
márgenes de ganancia pueden reducirse para amortiguar el efecto
sobre los precios; sin embargo, el incremento del margen podría
ser mayor o menor cuanto estas variables se mueven en sentido
contrario.

8
Rossini y Vega (2007) proporcionan una explicación similar para el
Perú.

9
Las variables utilizadas corresponden a series sin el componente
estacional y en el caso de series muy volátiles se toma en cuenta el
componente de tendencia y ciclo estimado mediante filtros
concatenados de promedio móviles de Henderson (X12- ARIMA). La
brecha del producto se estima por medio del filtro Hodrick Prescott.
Como inflación internacional se consideran las variaciones de
precios de alimentos y de petróleo (commodltles) reportadas por el
FMI en el world economic outlook del mes de abril de 2008.

10
Los coeficientes para la brecha del producto fueron significativos
en todas las estimaciones para las economías incluidas.

11
  Los movimientos del tipo de cambio deben obedecer a los
fundamentos y no necesariamente para aislar las fluctuaciones de
los precios internacionales, que pueden originarse o no en
variaciones de los fundamentos del tipo de cambio real.

12
  Cuando se toma en cuenta la inflación expresada en moneda
local, las estimaciones del pass through del tipo de cambio dejan de
ser significativas en un porcentaje significativo de modelos
alternativos estudiados.

13
En todos los casos las restricciones estructurales corresponden a
las señaladas por la teoría macroeconómica.

14
Al igual que las estimaciones anteriores todos los datos son series
sin componente estacional y en los casos que corresponde a sólo el
componente cíclico estimado por el filtro de Hodrick Prescott.

15
Se consideran los países vecinos socios comerciales con mayor
ponderación en la importación de alimentos no procesados y
procesados, estos son: Perú (19.6%), Brasil (26,9%), Chile
(41,8%) y Colombia (11,7%). Se excluye a Argentina debido a que
presenta cambios muy bruscos por el abandono al régimen de
convertibilidad. Sin embargo, el efecto que hubiera tenido se
considera implícitamente a través del impacto sobre los precios y
tipo de cambio de los restantes países incluidos. Por facilidad de
interpretación la formula anterior se expresa como variaciones; sin
embargo, en las estimaciones se emplean cálculos con diferencias
logarítmicas ya que permite reducir la volatilidad de las series
empleadas.

16
Desde el mes de abril de 2008 se cambia la base de cálculo del
IPC en Bolivia (100=2007). La ponderación de alimentos y bebidas
reduce de 49% a 39%.
Bolivia: perspectivas económicas 2005-2014
 

Alejandro F. Mercado, Jorge Leitón, Mauricio Medinaceli, Tirza J. Aguilar,


Marcelo Chacón, Javier Ibiett*

Resumen

Dadas las características de la economía boliviana: pequeña, muy abierta al comercio


exterior, con un sector público muy grande y con tasas de ocupación interna muy
bajas, las proyecciones de los escenarios (optimista y pesimista) para los años 2005 a
2014 requieren incorporar algunas hipótesis respecto a la inversión extranjera, la
participación del gobierno en la economía, la política monetaria y cambiaría, y los
precios internacionales, entre otros.

El deterioro del cuadro político interno y el incremento de los conflictos sociales


perjudicaron al país de dos maneras: una contracción en el financiamiento externo
para cubrir el elevado déficit fiscal y una caída en el flujo de la inversión extranjera
directa, recursos necesarios para el desarrollo de los sectores relacionados a la
exploración de recursos naturales (hidrocarburos) que garantizarían un crecimiento
sostenible y menos dependiente de shocks externos en los próximos años.

Para cada escenario se proyectaron las principales variables macroeconómicas y


financieras, dando como resultado importante que el PIB en el escenario favorable
solamente crece 3 por ciento y en el pesimista se reduce en 2.4 por ciento.

Abstract

Following the features of the Bolivian economy: small and widely open to the
international markets, with a vast public sector and high unemployment rates; the
forecasting of two economic scenarios (optimistic and pessimistic) for the period 2005-
2014, includes specific hypotheses about the Foreign Direct Investment, Government
Size, Monetary and Exchange Rate Policies and International Commodity Prices
behavior.

The crisis within the Bolivian political schemes and the increased social unrest
episodes, constituted a hindrance to the country's economy in two ways: a narrowing
of foreign financing in order to balance the public sector deficit and, a reduction of
foreign direct investment; both of them are necessary sources for the development of
natural resources' exploration (hydrocarbons) which will help to guarantee a
sustainable growth and a self insurance against foreign economic shocks.

For each scenario, there were forecasted the main macroeconomic and financial
variables, and the paper findings points out to an economic growth of 3 and 2.4 per
cent in the optimistic and pessimistic scenarios respectively.

1. Introducción

La dificil situación por la que atraviesa Bolivia desde inicios del milenio, caracterizada
por una confrontación de dos visiones de país y de futuro casi irreconciliables, es el
resultado de dos fenómenos: por una parte, un sistema político que ha sido incapaz de
crear un espacio de representacion que permita un marco mínimo de gobernabilidad en
un sistema de democracia representativa y, por otra, un patrón de desarrollo
económico excluyente, que ha sumido en la pobreza a una importante proporción de la
población.

En dicho contexto, el choque de civilizaciones en Bolivia -para utilizar la expresión de


Huntington- va mas allá de un enfrentamiento multicivilizacional, en tanto que se cruza
con las posiciones reivindicativas de los excluidos y los marginados o, para decirlo de
manera mas coloquial, la lucha de los pobres. Asimismo, esta lucha por la búsqueda de
identidad, en un ámbito de extrema pobreza, ha posibilitado que viejas concepciones
ideologicas vuelvan a interpelar a la sociedad. Asi, Bolivia vive un momento en el que
no solamente debe enfrentar los desafíos de una vertiginosa transformación en el
orden económico internacional, sino también el tormento de las sombras del pasado.

Sin embargo, más allá de las especificidades que caracterizan a la urdimbre


económico-social de un país, como lo destaca el Premio Nobel de Economía, Gerard
Debreau, la economía no es una cuestión de opinión, sino un asunto científico, y la
globalización, más allá de nuestra simpatía o rechazo, es un dato. Es en ese marco que
el equipo de investigadores del Instituto de Investigaciones Socio-Económicas (IISEC)
de la Universidad Católica Boliviana ha reflexionado sobre los posibles escenarios para
la economía boliviana en los siguientes diez años, tratando de fotografiar nuestra
realidad futura con una lente optimista y una lente pesimista.

Este ensayo -no más que eso- presenta en el punto 4 los resultados de los dos
ejercicios propuestos. En ambos casos el contexto internacional de base supone un
ajuste suave (soft landing) del déficit de la economía norteamericana, es decir que en
ambos escenarios el contexto internacional se supone que, sin ser altamente favorable,
será al menos amigable al desarrollo de los mercados emergentes y las economías de
menor desarrollo relativo. Los resultados obtenidos, incluso en el caso del escenario
optimista, no son los que todos desearíamos, sino más bien el reflejo de las fuertes
inflexibilidades que caracterizan a nuestra economía, las mismas que, ciertamente,
condicionan fuertemente el comportamiento económico en el corto y mediano plazo.
Los ejercicios que se presentan en el punto 4 son el resultado de la aplicación de dos
modelos desarrollados en el IISEC. El primero de ellos es un Modelo de Equilibro
General Computable de más de mil ecuaciones que refleja, de la manera más
adecuada posible, el comportamiento de los distintos agentes económicos; el segundo
es un modelo de 25 ecuaciones simultáneas que fue desarrollado con el objeto de
complementar al anterior en lo que hace a las variables del ámbito monetario-
financiero. La metodología y presentación formal de los modelos se la hace en el punto
3.

Para saber hacia donde se está yendo es necesario saber dónde se está. Por ello, en el
punto 2 se presenta una breve descripción de la economía boliviana al 2004, como
punto de partida para las simulaciones del punto 4.

Por último, se cierra el trabajo con un conjunto de conclusiones que se extraen de los
resultados de las simulaciones realizadas. El equipo de investigadores del IISEC espera
que estos ejercicios, resultado de una reflexión colectiva, puedan ser de utilidad para
quienes toman decisiones en materia de política económica.

2. El punto de partida

2.1 Consideraciones generales

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el año 2004 la economía boliviana


creció a una tasa de 3.58 por ciento en relación al 2003. Este crecimiento es el
resultado de una coyuntura externa favorable, reflejada en el superávit alcanzado en la
cuenta corriente de la balanza de pagos.

Los precios favorables de varios de los productos básicos que Bolivia exporta a los
mercados internacionales hicieron posible que el sector exportador se constituyera en
el principal motor del crecimiento económico, en el cual destacan ampliamente los
hidrocarburos; sin embargo, el crecimiento de las exportaciones de este sector
contrasta con algunas tasas negativas con las que se movieron otros sectores.

Por el contrario, la coyuntura interna estuvo caracterizada por el deterioro político y el


incremento de los conflictos sociales, factores que se han venido repitiendo desde hace
ya tres años. Como resultado, el clima para las inversiones ha sufrido y está sufriendo
un fuerte deterioro, con el consiguiente efecto negativo en el crecimiento. Todo ese
ambiente de inestabilidad se reflejó, en el sistema financiero, a través de una
contracción de la cartera.

Por el lado fiscal, la reducción del déficit del sector público a un 6.06 por ciento del PIB
es el resultado del importante apoyo que recibió el país por donaciones, así como la
creación del impuesto a las transacciones financieras (ITF) y la aplicación de un
programa de regulación impositiva; no obstante, preocupan los niveles de
endeudamiento público, que habrían llegado a más de un 81.5 por ciento en relación al
PIB, más aún si se considera que los programas excepcionales de tributación no
podrán repetirse y que la cooperación externa presenta mayores restricciones.
La reciente promulgación de la nueva Ley de Hidrocarburos, que cambia la estructura
impositiva y de regalías del sector, ha generado un clima de incertidumbre que podría
afectar de manera negativa las inversiones extranjeras en el país.

2.2 Comportamiento del sector real

En 2004, el Producto Interno Bruto (PIB) mostró una tasa de crecimiento del 3.58 por
ciento, mayor a la registrada en 2003, que fue del 2.78 por ciento. El componente más
dinámico de la economía continuaron siendo las exportaciones (Cuadro 1). El gasto de
consumo final de los hogares, por su parte, evidenció una cierta recuperación.

De acuerdo con la desagregación del PIB por tipo de actividad económica, este 3.58
por ciento de crecimiento estaría explicado por la dinámica presentada en los sectores
de hidrocarburos y las manufacturas (Cuadro 2); sin embargo, preocupa la caída en la
actividad minera y la contracción de las actividades financieras.
2.3. Precios, tipo de cambio y tasas de interés

La evolución de los precios durante el año 2004 (Gráfico 1) y la devaluación del


boliviano (Gráfico 2) muestran un manejo prudente de la política monetaria, lo que
permitió mantener la estabilidad pese a las fuertes presiones que se generaron como
resultado de los problemas sociales y políticos.
 

2.4. Cartera y mora del sector financiero

Al 31 de diciembre de 2004, el nivel de cartera del sistema financiero fue inferior en


US$ 136 millones al registrado en diciembre de 2003 (Gráfico 3). El índice de
morosidad del sistema registró en 2004 un 14.1 por ciento inferior al registrado en
2003, que fue del 16.8 por ciento.

2.5. Reservas internacionales, exportaciones e importaciones

El nivel de las reservas internacionales brutas del Banco Central de Bolivia alcanzó en
el año 2004 US$ 1,271.73 millones, mostrando un incremento de 16.02 por ciento
respecto al 2003. Por su parte, las reservas netas se incrementaron solamente en US$
147.50 millones, debido a que las obligaciones de corto plazo aumentaron
significativamente (23.38 por ciento) (Cuadro 3).

Las exportaciones, según los datos del INE, registraron a diciembre del 2004 un
crecimiento de 34.99 por ciento en comparación al mismo periodo en 2003 (Cuadro 4).
Según la estructura de las exportaciones bolivianas, la mayor incidencia para este
crecimiento provino de las exportaciones de hidrocarburos, seguidas por las
exportaciones de productos no tradicionales, principalmente soya.

Las importaciones bolivianas (Cuadro 5) mostraron en el 2004 un crecimiento de 15.75


por ciento, explicado principalmente por la mayor importación de bienes intermedios.
Sin embargo, destaca el crecimiento positivo que tuvieron también las importaciones
de bienes de capital y de bienes de consumo, que contrasta con las tasas negativas
registradas en similar periodo en 2003.

2.6 Ingresos, egresos y déficit fiscal

Las finanzas públicas a diciembre de 2004 presentan una importante reducción del
déficit (Cuadro 6). Como ya se mencionó anteriormente, factores tales como las
donaciones extranjeras, la creación del impuesto a las transacciones financieras (ITF),
las mayores recaudaciones logradas por efecto del crecimiento de las exportaciones de
hidrocarburos y los ingresos excepcionales obtenidos como resultado del programa de
amnistía tributaria (conocido como "perdonazo"), posibilitaron que se superen los
niveles presupuestados para los ingresos.

2.7 Desafíos y limitaciones

Dadas las características de la economía boliviana: pequeña, muy abierta al comercio


internacional, con un sector público demasiado grande y con un ahorro interno muy
bajo, los factores fundamentales que condicionan el desempeño de la economía son el
contexto externo, la situación de las finanzas públicas y la capacidad del país para
atraer inversión extranjera y contraer la deuda externa. El contexto externo aparece
reflejado en el Gráfico 4, donde se observa que, si bien las exportaciones mostraron un
comportamiento positivo en términos de valor, esto se explica por el incremento en el
volumen, en tanto que los términos de intercambio fueron desfavorables durante todo
el periodo 1986-2004.
El Gráfico 5 muestra que el crecimiento del déficit del sector público se constituyó en
un freno al crecimiento, es decir, que la economía creció en los años en que el gasto
público disminuyó. Es importante hacer notar que, a partir del año 2001, el costo del
cambio en el sistema de pensiones representa, en promedio, un 50 por ciento del
déficit total. Sin embargo, esto no invalida el hecho de que el sector público se excedió
fuertemente en sus gastos.
Frente a esta difícil situación de las finanzas públicas, la capacidad del país de acudir al
endeudamiento externo adquiere gran importancia. El Gráfico 6 nos muestra que la
deuda externa contratada respecto al PIB ha ido bajando, aunque de allí no se puede
deducir que haya disminuido en términos absolutos. Se puede apreciar claramente que
los últimos dos años, en que el déficit fiscal fue muy elevado, esto se reflejó en un
importante crecimiento de la deuda externa, tanto en términos absolutos como en
términos de su representatividad respecto al producto. El peso del servicio de la deuda
externa respecto a las exportaciones muestra, en todo el periodo analizado, una
importante reducción, la misma que se explica tanto por el crecimiento del valor de las
exportaciones como por las condonaciones de deuda que favorecieron a Bolivia dentro
del programa Heavily Indebpted Poor Cowntries (HIPC).

Por último, la capacidad de generar ahorro interno en el país es muy reducida, por lo
que se requiere captar inversión extranjera para promover el crecimiento, en especial
para el desarrollo de los sectores ligados a la explotación de los recursos naturales. El
Gráfico 7 da cuenta que el crecimiento logrado en la década pasada se explica, en gran
medida, por la inversión extranjera que llegó al país asociada al programa de
capitalización de las empresas del Estado. Asimismo, se observa una fuerte caída en
2003, año caracterizado por una elevada incertidumbre.
2.8 La coyuntura internacional

El crecimiento mundial en 2004 presentó una tasa de crecimiento promedio del 5 por
ciento, tendencia que se mantuvo aproximadamente desde mediados del 2003 hasta
mediados del 2004. Esta expansión se explica, fundamentalmente, por el importante
crecimiento de los países industrializados y la rápida expansión de los mercados
emergentes. A partir del segundo trimestre del 2004, sin embargo, la recuperación se
hizo más lenta. Hay que destacar también el nivel de actividad en los mercados
emergentes pertenecientes a América Latina, que experimentaron un crecimiento
importante y la recuperación registrada en el área del euro, que llegó a ser más
estable. El crecimiento del comercio mundial mostró una tendencia creciente a partir
del año 2001 (Gráfico 8). A pesar de la recuperación que logró la economía mundial, el
déficit de los Estados Unidos continuó deteriorándose respecto al periodo pasado,
contrastando con los superávit tanto de Japón como del área del euro.
Para América Latina, la recuperación económica aparece cada vez más estable, con un
crecimiento para el PIB regional del 4.5 por ciento para el 2004, impulsado por la
recuperación mundial, el alza en los precios de los commodities y la cada vez mayor
demanda interna (Gráfico 9). Los riesgos más importantes para la región se
encuentran en los shocks externos adversos y un posible deterioro de las condiciones
de financiamiento externo.

Se espera un descenso de los precios de los hidrocarburos, aspecto que contribuiría a


la recuperación de los países industrializados. Sin embargo, las proyecciones también
nos muestran una caída de los precios de la materias primas y los commodities, lo que
afectaría de manera negativa a los países en desarrollo cuya base está en la
exportación de estos productos.

Por otra parte, el déficit en cuenta corriente de los Estados Unidos ha continuado
creciendo a lo largo de la primera mitad del 2004 y, a pesar de la pasada depreciación
del dólar, este déficit es proyectado por encima del 4 por ciento del PIB en el mediano
plazo. La pregunta relevante al respecto no es si este déficit se ajustará -pues lo hará-
sino cuándo y cómo se llevará a cabo tal ajuste y, en particular, si éste estará asociado
a un abrupto ajuste en el tipo de cambio. Se tiene la esperanza de un ajuste ordenado
apoyado en el importante crecimiento de la productividad y en el hecho de que la
economía estadounidense cuenta con un mercado de capitales mundial muy
desarrollado.

Una posible desaceleración, según estimaciones del FMI, tendría un efecto significativo
en el crecimiento de Asia y del comercio mundial, puesto que China, desde principios
de los 90, ha triplicado su participación en el comercio mundial. Este país ha jugado un
rol importante en el incremento en los precios mundiales de los commodities en los
últimos dos años y, por tanto, una reducción en el crecimiento de China podría revertir
algunos de estos incrementos. El efecto podría ser particularmente fuerte para los
precios de aquellos commodities que no tienen que ver con el petróleo, dado que China
es un gran importador de tales bienes.

Por otra parte, la vulnerabilidad económica tanto de los países industrializados como
de las economías emergentes viene del lado fiscal. Si bien para la generalidad de las
economías emergentes las vulnerabilidades externas se han reducido, la estructura de
la deuda pública, tanto para los países industrializados como para los otros, continúa
siendo el talón de Aquiles, lo cual, si no se modifica, podría llevarnos en el futuro a una
crisis financiera. Según el FMI, las vulnerabilidades en los sectores financiero y
corporativo (de los países industrializados y las economías emergentes) todavía son
significativas en aquellos países en los que los préstamos permanecen altos o el crédito
privado crece rápidamente.

3. Aspectos metodológicos

3.1 Modelo de equilibrio general computable

El Modelo de Equilibrio General Computable (MEGC) elaborado para Bolivia1 está


sustentado en una Matriz de Contabilidad Social (SAM)2 calibrada para el año 1997 y
ajustada para el año 2004. La SAM proporciona la estructura más conveniente para el
análisis de los sectores sociales y productores en su conjunto, representando el flujo
circular de ingresos y gastos de la economía boliviana. Las condiciones de la estructura
de la producción y del mercado de bienes, por ejemplo, corresponden a una
especificación neoclásica estándar, mientras que el comportamiento del ahorro y de la
inversión de las diferentes instituciones es modelado con base en el ajuste de otros
modelos para Bolivia.

El modelo contiene 146 bloques de ecuaciones, 1026 ecuaciones individuales, 1026


variables endógenas y más de 4000 parámetros. Existen 12 empresas productoras que
se asume que venden y exportan bienes diferentes. De manera similar, la producción
interna e importada son bienes de la misma categoría y son tratados como bienes
diferentes. Existen 12 sectores y un máximo de 36 bienes incluidos en el modelo.

La característica principal del modelo radica en la amplia desagregación del sector de


las empresas y de las familias (debido a que el enfoque del modelo se sitúa en una
búsqueda de la reducción de la pobreza en Bolivia) y su especificación en el mercado
de bienes, factores y recursos financieros. Por otro lado, las finanzas gubernamentales
son modeladas en términos del gasto corriente e inversión. Finalmente, se asume que
el resto del mundo importa y exporta bienes así como emprende inversiones directas y
de portafolio en Bolivia.

Dado que el modelo fue desarrollado siguiendo las recomendaciones de la Poverty


Reduction Strategy Sourcebook (PRSS), el modelo proporciona como herramienta
pautas relevantes para la elaboración de políticas que coadyuven a mejorar la
distribución del ingreso. En este sentido, la desagregación en sectores y actividades se
ha realizado para que los investigadores y hacedores de políticas tomen en cuenta a
los sectores más vulnerables a la hora de elaborar simulaciones, con el fin de mejorar
el crecimiento económico y la distribución.

El escenario medio del modelo asume que la inversión extranjera directa disminuye un
20 por ciento durante los cuatro primeros años (2005-2009) y después se mantiene
constante3. El gasto público es una variable exógena con una tasa de crecimiento
natural de 2.5 por ciento cada año, manteniendo así constante el tamaño del Gobierno
respecto a la economía, la misma que presenta en el modelo una tasa natural de
crecimiento de 2.5 por ciento como promedio de largo plazo.

La inversión del Gobierno mantiene una tasa de crecimiento de 2.7 por ciento.
Siguiendo las tendencias de los últimos años, se supone que la tasa de devaluación
mantendrá un comportamiento suave, situándose en 6 por ciento cada año. La relación
de los precios internacionales se mantiene en su nivel promedio de los últimos 4 años,
al igual que el nivel de donaciones del exterior. Las tasas de interés nacionales se
mantienen en 0.13 y la internacional en 0.06 por ciento.

3.2 Modelo complementario

El modelo consta de once ecuaciones de comportamiento, catorce identidades, once


variables exógenas y veinticinco endógenas. Es sencillo verificar que las condiciones de
rango y orden requeridas en este tipo de modelos se satisfacen. Si bien el modelo es
bastante simple, explica de buena manera el comportamiento de la economía
boliviana, lo cual permite obtener algunos resultados, sobre todo para el sector
financiero, que no se desagregan en el MEGC.

Los datos de consumo de las familias (Ct), gasto del Gobierno (gt), inversión (It),
exportaciones (xt) e importaciones (mt) fueron obtenidos de la descomposición (según
estructura de gastos) del Producto Interno Bruto (Yt) que realizó el Instituto Nacional
de Estadísticas para el período 1990-2003, de forma trimestral. Al utilizarse datos
trimestrales fue necesario incluir variables ficticias estacionales, de las cuales fueron
incorporadas en las ecuaciones aquéllas que resultaron ser significativas a un nivel de
significancia del cinco por ciento. La forma de estas variables estacionales es la
siguiente:
El Modelo:
Donde:

(ct): consumo de las familias

(Ydt): ingreso disponible de las familias

(IPC)4: Índice de Precios al Consumidor

(Yt): Producto Interno Bruto

(gt): gasto de gobierno

(It): nivel de inversión5

(IEt): inversión extranjera directa

(d3,t): una variable ficticia que recoge la estacionalidad de la serie en el tercer


trimestre

(xt): nivel de exportaciones

(mt): nivel de importaciones

(¡p,t): tasa de interés pasiva nominal

(πt): tasa de inflación

(ia,t): tasa de interés activa

(Tt): nivel de ingresos del SPNF

(Dt): variación del déficit del SPNF

(Dt-6): déficit del SPNF rezagado en seis periodos

(d2,t d4,t): dos variables ficticias que capturan la estacionalidad

(tt): nivel de ingresos del SPNF provenientes del público

(Tt): ingresos del SPNF

(Gt): gastos totales del SPNF

(dev 2t): la devaluación elevada al cuadrado

(d6,t): una variable ficticia

(Δpg,t): variación del precio nominal de la gasolina


(xg,t): exportaciones que incluyen la venta de gas

TDCRt: tipo de cambio real (EE.UU., Brasil y Argentina)

TDCt:tipo de cambio nominal (Bolivia)

CI: crédito interno

CE: crédito externo

4. Proyecciones 2005-2014

Como se señaló anteriormente, la economía de los Estados Unidos iniciará un proceso


de ajuste debido a los crecientes déficit en cuenta corriente y fiscal que ha venido
soportando los últimos años. Se supone que en este país se cerraría ambos déficit a
través de una coordinación de políticas económicas con sus principales socios
comerciales y se llevaría a cabo un ajuste suave de su economía; por lo tanto, el
efecto del shock sobre los ciclos económicos de los países de Sudamérica en general y
de Bolivia en particular no representaría un cambio brusco y se lo podría absorber
gradualmente sin enfrentar severas distorsiones en las respectivas economías.

4.1 Escenario optimista

Para la simulación del escenario optimista se consideraron los siguientes supuestos:

•    El gasto corriente del gobierno mantendrá su proporción respecto al PIB, de


acuerdo al promedio del período 1990-2004, es decir, el gasto corriente del sector
público corresponderá al 27 por ciento del PIB.

•    La inversión pública crecerá a la tasa de crecimiento del PIB.

•    La inversión extranjera directa alcanzará en el último año de la simulación un


nivel cercano al obtenido en el año 1995 Es decir, mostrará un crecimiento promedio
anual de 17 por ciento para los años simulados.

•    El volumen de exportaciones del sector de hidrocarburos aumentará de manera


moderada a través de la firma de nuevos contratos de exportación de gas natural a la
República Argentina. Esto último de acuerdo a la viabilidad de futuros contratos
internacionales y a la seguridad jurídica mostrada por el país6.

•    De esta manera, el déficit del sector público se irá reduciendo paulatinamente, de


un 6 por ciento (inicial) a un 1,51 por ciento del PIB, en el año 2012. Esta reducción se
realiza en función a una mayor disciplina fiscal y mejor asignación de recursos a través
de un crecimiento moderado del sector público, que se asume tienen un
comportamiento procíclico con el PIB.

•    Los tipos de cambio real de Brasil y Estados Unidos son tomados como variables
exógenas. Para el caso específico del tipo de cambio real de la Argentina, se supone
que mantendrá la tendencia mostrada en los últimos 2 años.
•    La tasa LIBOR presentará un comportamiento de acuerdo a su tendencia histórica.

4.1.1. Producto Interno Bruto

Dentro del escenario optimista, se observa que el Producto Interno Bruto de Bolivia
crecería durante los próximos 10 años a una tasa promedio de 3.03 por ciento, cerca
de medio punto porcentual por encima de la tendencia de largo plazo. En el año 2005
se obtendría la tasa de crecimiento más alta del período (3.99 por ciento), según se
puede ver en el Gráfico 10.

En este punto es importante analizar el desempeño de los sectores productivos de


manera desagregada (ver Gráfico 11). Los resultados muestran un desempeño del
sector de la construcción similar al mostrado por el sector hidrocarburos, lo que haría
suponer que existe una dinámica conjunta de ambos sectores. El sector construcción
muestra un crecimiento promedio de 5.71 por ciento a lo largo de los 10 años de la
proyección. Le siguen en importancia los siguientes sectores: extracción de minas y
canteras (4.58 por ciento), servicios -electricidad, gas, agua- (3.49 por ciento),
servicios de la administración pública (2.97 por ciento), manufacturas (2.40 por ciento)
y agricultura, silvicultura, caza y pesca (1.43 por ciento).
De la misma manera, los resultados muestran que el sector hidrocarburos es el que
más crecimiento tendría debido a la culminación exitosa de importantes contratos de
exportación de gas natural dentro del continente, especialmente el cumplimiento del
contrato de exportación de gas al Brasil y un nuevo contrato realizado con la República
de la Argentina7. Este sector tendría un crecimiento real promedio de 6 por ciento
anual, destacándose el crecimiento del año 2010, que representa casi el doble de la
tasa de crecimiento promedio del sector (Gráfico 12).

4.1.2. Comercio exterior

El análisis del desarrollo del comercio exterior de Bolivia es un factor fundamental para
poder identificar las potencialidades y la evolución de las exportaciones, las
importaciones, la cuenta corriente y sus efectos conexos a través de las variaciones del
tipo de cambio real, en función al diseño de políticas económicas que ayuden a
dinamizar estos sectores.

Las exportaciones muestran una evolución conjunta con la tasa de crecimiento del PIB
a lo largo de los 10 años de proyección. En el Gráfico 13 se observa que las
exportaciones en el año 2005 alcanzarían el 32.5 por ciento del PIB, es decir que
mostrarían un crecimiento promedio anual igual a 3.0 por ciento en la próxima década.

En el mismo gráfico, al analizar las importaciones, se observa que éstas representan


en promedio un 28.5 por ciento del PIB a lo largo de los 10 años proyectados. De la
misma manera, al observar el tipo de cambio real, se nota que no existen cambios
importantes que puedan afectar a las exportaciones o a las importaciones. Si bien la
depreciación del tipo de cambio es positiva y corresponde en promedio a un 0.3 por
ciento anual, este nivel proyectado no sería suficiente para fomentar las exportaciones.
Se observa que, a lo largo de los 10 años de la proyección, no se presentarían cambios
bruscos en la economía, manteniéndose en general la estructura productiva.

4.1.3. Ahorro e inversión

El ahorro nacional total como porcentaje del PIB mostraría una tendencia positiva. El
ahorro nacional en el año 2005 mostraría un nivel correspondiente al 14.7 por ciento
del PIB, para luego revelar una menor participación en el Producto Interno Bruto,
alcanzando en el año 2014 una participación de 1 2.83 por ciento del PIB (Gráfico 14).
De la misma manera, los shocks positivos introducidos a la economía boliviana a través
de los supuestos de este escenario mejorarían sustancialmente el saldo deficitario del
sector público. En el primer año de la simulación, en el mediano plazo se observa que
el déficit fiscal como porcentaje del PIB alcanzaría un 8.4 por ciento, es decir, dos
puntos porcentuales por encima del año anterior. A partir del año 2006, las
proyecciones señalan una constante disminución del déficit público hasta el año 2012.
De ahí en adelante, el déficit fiscal se situaría alrededor del 2.4 por ciento del PIB
(Gráfico 15). Cabe resaltar que la evolución del déficit fiscal está ligada a una mayor
disciplina fiscal, de manera que el tamaño del aparato estatal se mantenga constante a
lo largo de los diez años de la simulación, lo que implica un crecimiento promedio del
gasto público de 3 por ciento como promedio anual.

Al realizar el análisis de las proyecciones de la formación bruta de capital, los


resultados señalan una participación promedio anual de 12.26 por ciento respecto al
PIB (Gráfico 16).
Los aumentos de la inversión nominal no parecen reflejarse en un cambio en la
estructura productiva. En ese sentido, el shock positivo ocasionado por la dinamización
del sector hidrocarburos se constituiría en un shock de demanda que no introduciría los
incentivos necesarios para fomentar mejoras tecnológicas en los demás sectores
productivos y, por ende, no generaría cambios en la estructura de la oferta agregada.
De esta manera, en el momento en el que las inversiones del sector hidrocarburos
lleguen al máximo8, se observarían disminuciones de la formación bruta de capital a
partir del año 2010.

4.1.4. Sector financiero

En este punto se presentan los efectos sobre el sistema financiero que se producirían
en el escenario optimista. Si bien la teoría económica predice una determinada relación
entre la tasa de inflación y las tasas de interés nominal y real, en Bolivia se debe
analizar cuidadosamente esta relación, dado el alto grado de dolarización existente en
la economía.

Es importante explicar que en Bolivia existen tasas de interés pasivas diferenciadas de


acuerdo al tipo de moneda en el cual se realizan los depósitos, es decir, las tasas de
interés pasivas nominales se identifican sobre depósitos en moneda nacional, en
moneda nacional con mantenimiento de valor y en moneda extranjera. Por otro lado,
las tasas de interés activas están asociadas en su mayor proporción a créditos
bancarios en moneda extranjera. Dada esta explicación, el análisis de tasas de interés
se realizará sobre aquellas transacciones financieras realizadas en moneda extranjera,
i.e., en dólares americanos.

El Gráfico 17 muestra la evolución de las tasas de interés activas y pasivas reales


proyectadas. Los resultados muestran que en el primer año de la simulación existiría
un importante ajuste de la economía a través de las tasas de interés reales. En los
años siguientes de la simulación se observa que existiría un ajuste gradual de las tasas
de interés, especialmente la tasa de interés activa real, de manera que el spread
disminuiría hasta el año 2014, alcanzando un diferencial de 3 puntos porcentuales. El
comportamiento de ambas tasas de interés es homogéneo y tanto los aumentos como
las disminuciones de las mismas se reflejan en aumentos y disminuciones de la
demanda por depósitos realizada por el público, así como la demanda de créditos por
parte de los inversionistas.

Respecto a la inflación, la misma tendría un comportamiento estable; es decir, la tasa


de inflación, medida a través del índice de precios al consumidor, crecería a una tasa
promedio anual de 5 por ciento (Gráfico 18). Los años 2006, 2007 y 2008 son los que
muestran menores niveles inflacionarios, con tasas de crecimiento inferiores (4 y 3 por
ciento, respectivamente). Luego se esperaría que la tasa de inflación fluctúe entre un
4.2 y un 5.6 por ciento anual.

4.1.5. Indicadores de bienestar


En esta parte del análisis se identifican, a través de las proyecciones realizadas, los
posibles efectos que tendrían las políticas económicas adoptadas, así como los factores
externos que podrían influir sobre la economía boliviana, especialmente en lo que
concierne a empleo, costo de vida, ingresos y distribución del ingreso.

En el Gráfico 19 se presenta la evolución del desempleo, observándose que el mismo


se mantendrá en torno al 4 y 5 por ciento anual. La tendencia de la proyección
muestra que el desempleo se situaría en el 3.5 por ciento de la población
económicamente activa en el año 2014.

Al analizar la evolución del nivel del costo de vida en Bolivia (Gráfico 20), vemos que el
índice correspondiente a esta variable no muestra variaciones sustanciales respecto al
año 2004.
Al analizar el ingreso per cápita y la distribución del ingreso se puede observar que
existiría un crecimiento positivo (Gráfico 21) de 0.8 por ciento anual en promedio. En
el año 2006 se presentaría una disminución del ingreso real per cápita, dada la caída
del crecimiento económico en ese año. Posteriormente el ciclo económico recesivo
tendería a revertirse, iniciándose una nueva etapa de expansión a partir del año 2007,
para luego converger a un crecimiento real del ingreso per cápita del 0.8 por ciento
anual.

 
Finalmente, el índice de Gini muestra que la tendencia de la redistribución del ingreso
no cambia respecto al escenario-base. Es decir, cualquier aumento del ingreso nacional
no se distribuiría uniformemente a lo largo de la población. En el Gráfico 22 se observa
que el índice de Gini aumentaría en dos puntos, empeorando la distribución del ingreso
y confirmando la baja movilidad social que existe en Bolivia.

4.2 Escenario pesimista

Para la simulación del escenario pesimista se seguirán los siguientes supuestos9:

•    Los precios de las exportaciones bolivianas caen en correspondencia con la


tendencia negativa del índice de precios de las exportaciones observada en los años
anteriores (1999, 2001 y 2002). Por lo tanto, se asume una disminución de 5.6 por
ciento anual durante los primeros cuatro años de la simulación.

•    Las exportaciones de gas natural se mantienen en el nivel de los contratos


vigentes, es decir que no se logran nuevos contratos de exportación.

•    Debido a que los ingresos del Gobierno no aumentan, la inversión pública


disminuye como porcentaje del PIB, mientras que el gasto corriente del Gobierno,
como porcentaje del PIB, aumenta en mayor proporción al crecimiento del PIB.

•    La inversión extranjera directa se reduce anualmente a una tasa promedio de 17


por ciento durante los primeros cuatro años de la simulación.

•    El crédito externo mantiene un crecimiento promedio similar al crecimiento


observado en la última década.

•    Los tipos de cambio reales de Brasil y Estados Unidos son tomados como variables
exógenas. Para el caso especifico del tipo de cambio real de la Argentina, se supone
que mantendrá la tendencia mostrada en los últimos 2 años.
•    El precio doméstico de la gasolina mantiene su comportamiento tendencial.

•    La tasa LIBOR mantiene su tendencia.

4.2.1. Producto Interno Bruto

Bajo los supuestos mencionados, la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto se
situaría en un promedio anual de 2.4 por ciento. De acuerdo a la coyuntura actual, la
falta de solución a los problemas económicos, políticos y sociales introduce rigideces en
el desarrollo económico del país, de tal manera que en el año 2005 se esperaría que el
crecimiento del PIB llegue a 3.71 por ciento, es decir, mantendría la tasa de
crecimiento del año anterior. De ahí en adelante, la proyección presenta un
crecimiento de la economía igual a 2 por ciento en el año 2008, para posteriormente
ajustarse por debajo del crecimiento tendencial de la economía boliviana que es 2.5
por ciento anual (Gráfico 23).

De igual manera que en el escenario optimista, a continuación se presenta el


comportamiento del producto de manera desagregada. En el Gráfico 24 destaca la tasa
de crecimiento promedio anual de los sectores de la construcción (3.61 por ciento), los
servicios -electricidad, gas y agua- (2.98 por ciento), la administración pública (2.75
por ciento), la agricultura, la silvicultura y la caza y pesca (2.36 por ciento) y la
extracción de minas y canteras (1.74 por ciento).
Respecto al sector de hidrocarburos, éste mostraría una tasa de crecimiento promedio
anual de 1.56 por ciento, con valores superiores al dos por ciento de crecimiento hasta
el año 2009; luego se presentarían tasas de crecimiento sucesivamente menores año
tras año, hasta alcanzar un crecimiento de 1.4 por ciento en el año 2014 (Gráfico 25).

Finalmente, el sector de la construcción muestra un mayor dinamismo respecto a los


otros sectores productivos, por lo que es posible pensar que tiene una mayor
interacción con el sector Gobierno, dado que bajo este escenario se asume que el
gasto público seguirá creciendo al ritmo de los últimos años10.
4.2.2. Comercio exterior

Las exportaciones reales disminuirían su participación como porcentaje del PIB a lo


largo de los 10 años de la simulación. Las exportaciones reales mostrarían una caída
del 32.08 por ciento del PIB en el año 2005 a 28.13 por ciento del PIB en el año 2014.
Por su lado, las importaciones reales mostrarían también una evolución negativa a lo
largo de todo el periodo de la proyección, con una participación en la economía de
29.23 en el año 2004 y 24.88 en el año 2014 (Gráfico 26).

El comportamiento del tipo de cambio real señala una apreciación de uno por ciento
anual, en promedio, a lo largo de los diez años de la simulación.

Las importaciones mostrarían tasas de crecimiento negativas hasta el año 2010. Si


bien este resultado puede causar sorpresa, se debe tener en cuenta que, bajo este
escenario pesimista, el sector Gobierno está incrementando su participación en el PIB,
además que existe una reducción del valor de las exportaciones y se presentan
disminuciones sostenidas de la inversión extranjera directa en los primeros cuatro años
de la simulación.

4.2.3. Ahorro e inversión

En el primer año de la simulación, dadas las condiciones actuales de la economía, se


estima que el ahorro total, como porcentaje del P1B, alcanzaría un crecimiento
correspondiente al 15.1 por ciento, pero posteriormente se vería severamente afectado
por las políticas fiscales expansionistas que, en definitiva, se constituirán en un
obstáculo al crecimiento. La contracción del ahorro es sostenida hasta el año 2014
(Gráfico 27).
En el Gráfico 28 se puede observar que el gasto público como porcentaje del PIB
aumentaría en 3 por ciento promedio anual, representando una mayor participación del
Gobierno en la economía. Por otro lado, el déficit público continuaría su tendencia
ascendente, alcanzando niveles extremos como porcentaje del PIB. Es así que se
observa con mucha preocupación que la escalada del déficit fiscal puede llegar a un
17.89 por ciento del PIB en el año 2014. Este último resultado nos llevó a revisar la
situación económica de Bolivia en la primera mitad de la década de 1980, encontrando
que en el año 1984 el déficit fiscal alcanzó valores entre 17 y 1 8 por ciento del PIB,
conduciendo a la economía a una severa crisis económica acompañada con elevadas
tasas de inflación.
A continuación se analiza la evolución de la formación bruta de capital bajo la misma
clasificación anterior (Gráfico 29). En definitiva, los resultados apuntan hacia una
disminución de la participación de la formación bruta de capital respecto al Producto
Interno Bruto y, de manera alarmante, se observa que la disminución va de 12.27
puntos porcentuales del PIB en el año 2004 a tan solo 9.49 por ciento del PIB para el
año 2014. Este resultado se explica por la disminución de la inversión extranjera
directa y el aumento de la participación del Gobierno en la economía.

4.2.4. Sector financiero

Las tasas de interés activas reales se mantendrían en el orden del 3.66 por ciento, que
representa niveles poco elevados dada la evolución de crecimiento del PIB. En segundo
lugar, la tasa de interés pasiva real alcanzaría en promedio un 2.28 por ciento, lo que
constituiría un desincentivo hacia la captación de depósitos por parte del sistema
financiero. En tercer lugar, el spread aumentaría en términos reales alcanzando un
valor de 1.39 puntos porcentuales. A través de estos dos resultados se observa que el
sistema financiero estaría reflejando las señales de la situación económica por la que
podría transitar el país bajo los supuestos de este escenario.
La evolución de la inflación muestra mayores niveles de variación de precios que en el
escenario optimista. En el Gráfico 31, la inflación muestra un proceso de descenso los
primeros tres años de la simulación (6.06, 5.02 y 3.97 por ciento en los años 2005,
2006 y 2007, respectivamente). En promedio, la tasa de inflación anual oscilaría
alrededor del 6.1 por ciento anual.

4.2.5. Indicadores de bienestar


En el Gráfico 32 se observa la evolución de la tasa de desempleo, la misma que
crecería sostenidamente a lo largo de los 10 años de la simulación, alcanzando un
valor máximo en el año 2012 con un 10 por ciento de la población económicamente
activa.

El índice de costo de vida muestra que existiría una disminución anual promedio
correspondiente al 6 por ciento (Gráfico 33).
De la misma forma, al analizar el ingreso per cápita se observa que existiría una
disminución promedio igual a 10 por ciento anual (Gráfico 34).

Finalmente, al analizar la distribución del ingreso, los resultados muestran que existiría
un deterioro en la distribución del ingreso correspondiente a un aumento del índice de
Gini en dos puntos porcentuales hasta el año 2014 (Gráfico 35).
5. Conclusiones

El desempeño de la economía boliviana en los últimos cincuenta años muestra que la


misma responde, en términos generales, a un comportamiento natural, es decir que su
tasa de crecimiento se explica fundamentalmente por el incremento de la población y
no así por incrementos en la productividad. La tasa de crecimiento de largo plazo,
estimada mediante el MEGC, es 2.5 por ciento como promedio anual, mientras que la
tasa de crecimiento de la población es de 2.4 por ciento. Si bien durante la década del
noventa Bolivia logró alcanzar una tasa de crecimiento natural de 4 por ciento, gracias
al importante flujo de inversión extranjera directa y a las externalidades positivas de la
estabilidad alcanzada, la crisis de 1999 constituiría un punto de quiebre que conduciría
a la economía a su tendencia de largo plazo, es decir, un crecimiento anual no mayor
al 3 por ciento.

Bajo la hipótesis de que la economía norteamericana ajustará sus desequilibrios de


manera suave y negociada, lo que no generaría fuertes efectos negativos sobre el
comportamiento del comercio y la producción mundial, se simularon dos escenarios
para la economía boliviana. El escenario optimista parte de los supuestos de que, en el
corto plazo, se logrará suscribir nuevos contratos de exportación de gas natural a los
mercados regionales, en especial a la Argentina, y que se logrará restablecer los
equilibrios macroeconómicos internos, en especial el cierre de la brecha fiscal;
aspectos que permitirían revertir la caída en el flujo de inversión extranjera directa
observada en los últimos años. El escenario pesimista supone que los problemas
políticos, ligados a la discusión de una nueva Ley de Hidrocarburos, no permitirán
concretar nuevos contratos de exportación de gas natural, que el Gobierno no logrará
restablecer el equilibrio de las finanzas públicas y, dada esta incertidumbre, no se
recuperarán los niveles de inversión extranjera directa logrados en la década pasada.

En el escenario optimista, el crecimiento del PIB alcanzaría en los próximos diez años
simulados un 3 por ciento en promedio. Se observa que este crecimiento estaría
fuertemente asociado a los sectores exportadores, en especial al sector de
hidrocarburos y que, dada la estructura de la economía, los efectos de rebalse hacia
los otros sectores no presentarían un efecto multiplicador muy alto. A pesar de lo
anotado, se observa un comportamiento positivo de los sectores exportadores de
minerales y de productos de la agricultura moderna (soya) y una mejora del sector
exportador de manufacturas. La situación del comercio exterior mostraría una
importante mejora y se mantendría la estabilidad macroeconómica de los últimos años.
La situación del empleo no mostraría mejoras importantes, en tanto que la
recuperación estaría asentada fundamentalmente en actividades no intensivas en el
uso de mano de obra. De ahí que la distribución de los ingresos no mejoraría.

En el escenario pesimista, la tasa de crecimiento del PIB para los siguientes diez años
seria del 2.4 por ciento, volviendo la economía boliviana a su tendencia de largo plazo.
La imposibilidad de conseguir mejoras en el crecimiento del lado real de la economía
agudizaría la situación deficitaria de las finanzas públicas, conduciendo al país a una
situación casi insostenible para el año 2010. En ese marco, la posibilidad de una
quiebra del sistema financiero podría ser una posibilidad real.

Ambos escenarios dan cuenta de la necesidad de que la economía boliviana, en los


siguientes cinco años, siente las bases para un nuevo shock de inversión extranjera,
como mecanismo para retomar la senda de crecimiento de los noventa y, al mismo
tiempo, establecer un modelo de desarrollo que sea capaz apostar al largo plazo. Todo
crecimiento asociado al ahorro externo solamente dará como resultado cortos periodos
de crecimiento si no está inserto en una visión de apuesta por el largo plazo, es decir,
una apuesta por la inversión en capital humano.

Notas

* Instituto de Investigaciones Socio-Económicas, Universidad Católica Boliviana.

1 El MEGC fue elaborado por el IISEC con el apoyo del Kiel Institute of World
Economics.

2 La Matriz de Contabilidad Social, SAM, por sus siglas en inglés, fue construida por
Thiele y Piazzolo (1997) y fue ajustada por Aguilar (2003).

3 La caída en la inversión extranjera directa fue a causa de que presentó un


crecimiento extraordinario en 1997, como resultado de la capitalización.

4 Para calcular esta variable, al total de Ingresos del SPNF se le disminuyó la compra
de crudo de las refinerías (de YPFB) a los productores y se estimó la recaudación por
las ventas en el mercado interno por parte de YPFB.

5 El dato de inversión es el resultado de sumar la Formación Bruta de Capital Fijo y la


Variación de Existencias.

6 Este supuesto adquiere menor relevancia dada la coyuntura socio-política actual del
país. Además que la nueva Ley de Hidrocarburos recién promulgada no se constituye
en incentivo real para la Inversión Extranjera Directa.

7 Este supuesto está fundamentalmente ligado a las señales de seguridad jurídica que
demuestre el país.

8 En este caso, la interpretación de la máxima inversión realizada por este sector no


es precisamente de acuerdo al máximo de producción posible, sino al máximo de
acuerdo a la rentabilidad esperada por las empresas productoras en función a la
normativa legal que acaba de adoptar el país.

9 Las variables exógenas utilizadas son las mismas que en el escenario optimista.

10 Es importante resaltar que en la simulación del escenario optimista, el sector


construcción también se encuentra entre los sectores más dinámicos de la economía.

 
La inflación y sus efectos

Inflación
La inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda: una pérdida del valor real
del medio interno de intercambio y unidad de medida de una economía. Una medida frecuente de
la inflación es el índice de precios, que corresponde al porcentaje anualizado de la variación
general de precios en el tiempo (el más común es el índice de precios al consumo).

En teoría los estados socialistas no deberían sufrir de inflación pues el estado controla todos los
procesos económicos, pero la importación y exportación alteran esta realidad. Cuando el nivel
general de precios sube, cada unidad de moneda alcanza para comprar menos bienes y servicios.

Efectos
Los efectos de la inflación en una economía son diversos, y pueden ser tanto positivos como
negativos. Los efectos negativos de la inflación incluyen la disminución del valor real de la moneda
a través del tiempo, el desaliento del ahorro y de la inversión debido a la incertidumbre sobre el
valor futuro del dinero, y la escasez de bienes. Los efectos positivos incluyen la posibilidad de los
bancos centrales de los estados de ajustar las tasas de interés nominal con el propósito de mitigar
una recesión y de fomentar la inversión en proyectos de capital no monetarios.

Teoría keynesiana
La teoría económica keynesiana propone que los cambios en la oferta monetaria no afectan los
precios de forma directa sino indirecta a través de otros procesos económicos: la inflación es
entonces el resultado de esos procesos económicos expresándose en los precios.

La emisión monetaria es una de las causa principales de la inflación, pero no la única. La teoría
propone otros procesos que se expresan en la inflación. La teoría propone tres causales
adicionales de inflación, de acuerdo a lo que Robert J. Gordon denomina "el modelo del triángulo".

Inflación de demanda (Demand pull inflation), producida cuando la demanda general


de bienes se incrementa, sin que el sector productivo pueda adaptar la cantidad de bienes
producidos a la demanda existente. Esta explicación requiere dos suposiciones: que
absolutamente todos los sectores productivos (alimentos, vivienda, transporte, vestimenta, etc.)
simultáneamente tengan problemas de satisfacer la demanda y que los consumidores sigan
demandando todos los productos indiscriminadamente.

Inflación de costos (Cost push inflation), producida cuando los costos se encarecen
(por ejemplo, el precio del petróleo o la mano de obra) y en un intento de mantener la tasa de
beneficio los productores incrementan los precios. Para que esta explicación sea viable se debe
suponer que los productores pueden trasladar los aumentos de precio sin afectar la demanda y
que los consumidores cuentan con el dinero suficiente para pagar precios más altos.

Inflación autoconstruida (Build-in inflation). Se trata de inflación inducida por


expectativas adaptativas, a menudo relacionadas con una espiral de ajustes de la relación precios-
salarios. Se produce cuando trabajadores tratan de mantener sus salarios por encima de los
precios (por encima del índice de inflación) para compensar las expectativas inflacionarias a futuro
con base en la inflación del presente, y las empresas trasladan esta subida de costos laborales a
sus consumidores a través de la subida de precios, originando un círculo vicioso de inflación. La
inflación autoconstruída en un punto de tiempo refleja efectos inflacionarios pasados.

Cualquiera de estos tipos de inflación pueden darse en forma combinada. Sin embargo, las dos
primeras mantenidas por un período sustancial de tiempo dan origen a la tercera. En otras
palabras, una inflación elevada persistente originada por elementos monetarios o de costos da
lugar a una inflación de expectativas.

Clasificación de la inflación según la magnitud

La inflación según la magnitud del aumento suele


clasificarse en distintas categorías:

Inflación moderada. La inflación moderada se refiere al incremento de forma lenta de


los precios. Cuando los precios son relativamente estables, las personas se fían de este, colocando
su dinero en cuentas de banco. Ya sea en cuentas corrientes o en depósitos de ahorro de poco
rendimiento porque esto les permitirá que su dinero valga tanto como en un mes o dentro de un
año. En sí, las personas están dispuestas a comprometerse con su dinero en contratos a largo
plazo, porque piensan que el nivel de precios no se alejará lo suficiente del valor de un bien que
puedan vender o comprar.

Inflación galopante. La inflación galopante sucede cuando los precios incrementan las
tasas de dos o tres dígitos de 30, 120 ó 240% en un plazo promedio de un año. Cuando se llega a
establecer la inflación galopante surgen grandes cambios económicos. Muchas veces en los
contratos se puede relacionar con un índice de precios o puede ser también a una moneda
extranjera, como por ejemplo el dólar. Dado que el dinero pierde su valor de una manera muy
rápida, las personas tratan de no tener más de lo necesario; es decir, que mantiene la cantidad
suficiente para vivir con lo indispensable para el sustento de todos los seres.

Hiperinflación. Es una inflación anormal en exceso que puede alcanzar hasta el 1000%
anual. Este tipo de inflación anuncia que un país está viviendo una severa crisis económica; debido
a que el dinero pierde su valor, el poder adquisitivo (la capacidad de comprar bienes y servicios
con el dinero) disminuye y la población busca gastar el dinero antes de que pierda totalmente su
valor. Este tipo de inflación suele deberse a que los gobiernos financian sus gastos con emisión de
dinero sin ningún tipo de control, o bien porque no existe un buen sistema que regule los ingresos
y egresos del Estado.

ALGUNOS EFECTOS PREOCUPANTES DE LA INFLACIÓN

Efectos negativos
Las tasas de inflación elevadas e impredecibles son consideradas nocivas para la economía.
Añaden ineficiencias e inestabilidad en el mercado, haciendo difícil la realización de presupuestos
y planes a largo plazo. La inflación puede actuar como un lastre para la productividad de las
empresas, que se ven obligadas a detraer capital destinado a la producciones de bienes y servicios
con el fin de recuperar las pérdidas causadas por la inflación de la moneda. La incertidumbre sobre
el futuro del poder adquisitivo de la moneda desalienta la inversión y el ahorro.

La inflación puede también imponer aumentos de impuestos ocultos: los ingresos inflados pueden
implicar un aumento de las tasas de impuesto sobre la renta si las escalas de impuestos no están
indexadas correctamente a la inflación. Sin embargo, tasas de inflación moderadas no parecen
tener efectos negativos sobre las economías, así un estudio de Robert Barro, muestra que
estadísticamente que una inflación inferior al 8-10% no muestra correlación negativa con la tasa
de crecimiento del país.1 Otros estudios empíricos sitúan el umbral a partir del cual la inflación
puede ser realmente dañina en el 20 o el 40%.

Perjuicio para los acreedores


La inflación es perjudicial para aquellas personas acreedoras de montos fijos, ya que el valor real
de la moneda decrece con el tiempo y su poder de compra disminuirá. Contrariamente aquellos
deudores a tasa fija se verán beneficiados, ya que su pasivo real irá disminuyendo.

Como consecuencia de los puntos anteriores, surge lo que se suele denominar “inflación
autoconstruida”. Este fenómeno consiste en trasladar el aumento de precios hacia delante en el
tiempo, esto es así ya que las personas esperan que la inflación continúe como en períodos
anteriores. Así se genera un espiral inflacionario, en el que se indexan contratos, se aumentan los
sueldos y los precios por expectativas futuras.

Pérdida de poder adquisitivo


En primer lugar, el deterioro del valor de la moneda es perjudicial para aquellas personas que
cobran un salario fijo, como los obreros y pensionados. Esa situación se denomina pérdida de
poder adquisitivo para los grupos sociales mencionados. A diferencia de otros con ingresos
móviles, estos ven cómo se va reduciendo su ingreso real mes a mes, al comparar lo que podían
adquirir con lo que pueden comprar tiempo después. Sin embargo, debe señalarse que si los
salarios son rápidamente ajustados a la inflación se mitiga o elimina la pérdida de poder
adquisitivo de algunos grupos sociales.

Con alta inflación, el poder adquisitivo se redistribuye desde las personas, empresas e
instituciones con ingresos fijos nominales, hacia las que tienen ingresos variables que pueden
seguir el ritmo de la inflación. Esta redistribución del poder de compra también se produce entre
los socios comerciales internacionales. Si existen tasas de cambio fijo, una economía con mayor
inflación que otra hará que las exportaciones de la primera sean más costosas, afectando la
balanza comercial. También pueden generarse efectos negativos para el comercio debido a la
inestabilidad en los precios de cambio de divisas.

Métodos de reducción de la inflación

Políticas monetarias
Hoy en día, la herramienta principal para controlar la inflación es la política monetaria. Los bancos
centrales pueden influir significativamente en este sentido fijando una tasa de interés más alta y
reduciendo la masa monetaria. Normalmente a un objetivo de tasa de alrededor del 2% a 3%
anual, y dentro de un rango objetivo de baja inflación, en algún lugar entre el 2% al 6% anual.

Hay una serie de métodos que han sido sugeridas para controlar la inflación. Los bancos centrales
como la Reserva Federal de EE.UU. pueden afectar la inflación en gran medida a través de las tasas
de interés y ajuste a través de otras operaciones. Las tasas de interés y crecimiento lento de la
oferta monetaria son las formas tradicionales a través del cual los bancos centrales combaten o
previenen la inflación, a pesar de que tienen diferentes enfoques. Por ejemplo, algunos persiguen
un objetivo de inflación simétrico, mientras que otros sólo controlan la inflación cuando se eleva
por encima de un umbral aceptable.

Las políticas monetaristas enfatizan una tasa de crecimiento del dinero constante y moderada. Los
keynesianos hacen hincapié en la reducción de la demanda agregada durante la expansión
económica y el aumento de la demanda durante las recesiones para mantener la inflación estable.
El control de la demanda agregada se puede lograr combinando la política monetaria y la política
fiscal (aumento de los impuestos o reducción del gasto público para reducir la demanda).

Tipo de cambio fijo


Bajo un régimen de cambio de divisas fijo, el valor de la moneda de un país queda vinculado al
valor de otra moneda o una canasta de otras monedas (o, a veces a otra medida de valor, como el
oro u otros comodities). Un tipo de cambio fijo se utiliza generalmente para estabilizar el valor de
una moneda, vinculándolo a otra moneda más estable. Puede ser utilizado como un medio para
controlar la inflación. Sin embargo, cuando el valor de la moneda de referencia sube o baja, lo
mismo ocurre con la moneda vinculada. Esto esencialmente significa que la tasa de inflación en el
país, tipo de cambio fijo se determina por la tasa de inflación de la moneda a la que se vincula.

Un tipo de cambio fijo impide que un gobierno utilice la política monetaria nacional a fin de lograr
la estabilidad macroeconómica. Adicionalmente, puede exponer a los países al peligro de ataques
especulativos.

Con el acuerdo Bretton Woods, la mayoría de los países usaba tasas fijas al valor del dólar de
EE.UU. El acuerdo se rompió en la década de 1970, y los países poco a poco se volcaron a tipos de
cambio flotantes. Sin embargo, en la última parte del siglo 20, algunos países que sufrieron
procesos hiperinflacionarios volvieron temporalmente a un tipo de cambio fijo para estabilizar sus
monedas. Esta política se utilizó en muchos países de América del Sur (por ejemplo, Argentina
1991-2002, Bolivia, Brasil, Chile y Venezuela)

Patrón oro
El patrón oro es un sistema monetario en el que los medios de intecambio de bienes y servicios es
papel-moneda que puede ser convertida libremente en cantidades de oro preestablecidas (u otras
mercancías con valor de mercado como por ejemplo, plata). El patrón especifica de qué forma el
respaldo en oro se lleva a cabo, incluyendo la cantidad de especie por cada unidad de papel
moneda. La propia moneda no tiene valor intrínseco, sino que es aceptada por los comerciantes,
ya que pueden ser redimidos por la cantidad en especie equivalente. Un certificado de plata
EE.UU., por ejemplo, podría ser canjeados por una verdadera pieza de plata.

El patrón oro fue abandonado parcialmente a través de la adopción internacional del sistema de
Bretton Woods. Bajo este sistema todas las demás monedas importantes fueron atados a tasa fija
con el dólar, que a su vez estaba atado al oro a razón de 35 dólares por onza. El sistema de Bretton
Woods se rompió en 1971, y la mayoría de los países empezaron a utilizar tasas flotantes entre el
papel moneda y el respaldado.

Las economías basadas en el patrón oro rara vez experimentan una inflación por encima del 2 por
ciento anual. Bajo el patrón oro, la tasa de largo plazo de la inflación (o deflación) queda
determinada por la tasa de crecimiento de la oferta de oro en relación con la producción total. Los
críticos argumentan que esto puede provocar fluctuaciones arbitrarias en la tasa de inflación, y
que la política monetaria quedaría fijada esencialmente por las políticas de minería.

Algunos autores creen que esta política contribuyó a la Gran Depresión, mientras que otras
teorías, como la monetarista y la austríaca, disienten. Las hipótesis sobre las causas de la Gran
Depresión son motivo de controversia.

Control de precios
Otro método utilizado a lo largo de la historia para intentar frenar la inflación es el control sobre
los salarios y sobre los precios. Este método fue implantado, por ejemplo, por el gobierno de
Nixon al principio de la década de 1970 con resultados negativos.

Algunos economistas coinciden en afirmar que los controles de precios no alcanzan sus objetivos
de estabilidad de precios y son contraproducentes pues distorsionan el funcionamiento de una
economía, promueven la escasez de productos y servicios y disminuyen su calidad, entre otros
efectos.

Otro problema es que el control de precios y salarios es difícil en la práctica y requiere demasiados
recursos de inspección y sanción para que dichos controles no sean burlados por los agentes
económicos. A su vez, la imposibilidad de aumentar los precios en un período de aumento de los
costos de producción provoca escasez de bienes y servicios. Los gobiernos frecuentemente
intentan remediar la escasez mediante subsidios a los bienes y servicios que perdieron
rentabilidad por el incremento de costos y precios fijos. La necesidad creciente de financiar
mayores recursos en subsidios, regulaciones, inspección y sanción generan una necesidad de
expansión del crédito y el gasto público y, por ende, una necesidad de incrementar la emisión
monetaria para financiar esa expansión, agravando la inflación.

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