Laética Perverdadaboslutarelativa-3-4
Laética Perverdadaboslutarelativa-3-4
Laética Perverdadaboslutarelativa-3-4
Uno de los temas secundarios que se halla y no muy bien visibilizado, es la fase de
positivización, que consideramos de mucha importancia por su realce en la necesidad de un
ordenamiento jurídico que se enmarque no sólo en una auto regulación sino también en
normativas, leyes que condicionen el actuar de la actividad periodística.
La estructura interna del documento está inmersa en el comportamiento o carácter del ser
como periodista distinguiendo la ética como autónoma y la ley como heterónoma, que si bien
no son antagónicas deben ser parte inequívoca de una positivación como ciencia normativa
de la conducta profesional.
Entre los recursos utilizados por el autor, presenta una serie de figuras retóricas que
contribuyen a realzar el tema principal de la importancia de la auto regulación sincera y
eficaz en la Ética periodística, sin embargo, es prudente recalcar que la auto regulación debe
contrastar con la positivación, generalización, interacción y la especificación de todos los
cánones de conducta como guía, orientación y encaminamiento al servicio del lector.
La “Ética Periodística en Bolivia. Situación y perspectiva. Escrita por el periodista Luis
Ramiro Beltrán, involucra una lectura con profundidad para comprender el mensaje como
saber social, en ese sentido, partamos de lo que quiere decirnos con “Que hacer y No
hacer”. El “Que hacer” introduce al periodista en una acción positiva en su relación con el
lector, un comportamiento que si bien no es un don natural es parte importante de la
conciencia moral y voluntaria.
La información, arroja, expulsa contenidos que son muy delicados, no son sólo fragmentos,
violenta y toma al lector como cosa, es manipulado en sus sentimientos, es un recipiente de
hechos y conjeturas no comprobados, es alimentado con trivialidades y que lo expone a
acciones compulsivas por la influencia de la información en su psiquis.
El autor alude a códigos de ética, defensoría del lector y el Concejo de Ética como
mecanismos de auto regulación que en ninguna medida son confinamientos sino
herramientas e instrumentos de trabajo y monitoreo periodístico que salvaguarden el oficio
digno y respetable, la credibilidad del lector y garanticen un mejor encaminamiento de un
trabajo sincero y eficaz.