Reflexiones en Voz Alta Sobre La Interculturalidad en La Globalización.

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS


Formación General Universitaria

DIÁLOGOS INTERCULTURALES

Reflexiones en voz alta sobre la


interculturalidad en la globalización Grupo N23

Equipo no. 2

Paola Yoselin Arriaga Medrano 1897572


Luis Armando Orozco Reyna 1928190
Noé Eliel Rivera Zacarías 2083773
Shande Dayan Triana Hernandez 1975312
Verónica Teresa Villalpando Lozano 0867596

31 agosto de 2021
El diálogo intercultural no puede establecerse sin la concomitante superación de las relaciones
asimétricas de poder, la autovaloración de quienes han estado dominados por siglos, el debido
respeto y reconocimiento, así como una posición de tolerancia y solidaridad –como actos
subjetivos-.

La interculturalidad
En ella se exploran ciertos espacios de conflictos identitarios y se
reflexiona en la necesidad de un dialogo y comunicaciones
interculturales, los cuales determina la diferencia entre una
sociedad intercultural y una sociedad multicultural.

Confiere a los estados, pueblos, grupos sociales-religiosos y


otros, la responsabilidad histórica de su devenir.
Pluridiversidad étnica y cultural: espacios de conflictos
identitarios.
En México el mestizaje, es un proceso colectivo que se inicia desde la Colonia para borrar las
diferencias y hacer a todos iguales. Es un proceso que no termina con la revolución ni durante el
periodo posrevolucionario, pues, también el grupo nuevo en el poder busca la inclusión de los
pueblos indios a partir de su conversión en no indígenas asimilándolos a través de la educación:
El programa educativo de Vasconcelos y las políticas indigenistas tienen esa connotación.

Demandas al derecho a la diversidad toman


un impulso nuevo a partir de 1992, año de la
conmemoración del quinto centenario de la
llegada de los europeos a América,
mostrando la conversión de los pueblos
indios en actores sociales y políticos.

“La unidad de las comunidades indígenas desde adentro reduciendo al mínimo


necesario los brutales métodos de otros tiempos” (Díaz-Polanco, 2005)
En México, muchos conflictos identitarios micro regionales se mezclan y entrelazan con la disputa de tierras,
cuyas raíces, a veces, se arrastran desde la Colonia como sucede en la costa de Guerrero donde
veladamente se confrontan los pueblos con raíces indígenas y africanas.

Europa, que por siglos había sido exportadora de migrantes, ahora es importadora de mano de obra de lo
dos, porque ya ni siquiera los europeos pobres aceptan cualquier trabajo. Aun así, los migrantes son vistos
como un riesgo para la integración nacional europea.
La xenofobia no es exclusiva de los países desarrollados, existe en los países subdesarrollados por la
necesidad que cada individuo y colectividad tienen de buscar y defender sus espacios de emisión, recepción
o territoriedad. Las guerras ‘preventivas’ disfrazadas de guerras
culturales; por ejemplo, la guerra de limpieza étnica
entre bosnios y serbios con matices político-religiosos.
Ambas guerras, en su momento, han cobrado miles de
vidas, lo mismo que las expresiones terroristas en el
mundo.
La identidad, parte subjetiva de la cultura, posee
una naturaleza procesual que hace que no sea
única, ni monolítica El estancamiento cultural es sólo aparente y obedece al
hecho de que a las culturas subalternas les ha sido
negado el derecho a ocupar espacios importantes de
poder y la posibilidad de generar su propio desarrollo.
La medicina tradicional es un ejemplo del conocimiento
enriquecido y guardado por siglos, no olvidemos que en
ella la medicina científica tiene sus bases.
Direferencias, conectividad y universalidad.
La conectividad existe al establecerse cualquier relación Al referirse a la descalificación del otro, lo hace
entre personas o grupos sociales de cultura distinta, por lo en defensa de las colectividades y culturas
que el intercambio de elementos culturales es inevitable a subordinadas y subalternas de América Latina,
pesar de que la cultura hegemónica ejerza presión y dominio sobre todo de los pueblos indios, pero reconoce
sobre el resto de las culturas que la negación es dialéctica, por lo que
descalificar y anular son actos que igual
devienen de las culturas y etnias dominadas.
Para los guarijíos, los yoris –población mestiza– “no hablan la
lengua y no hacen turbadas (aplanar la tierra con los pies), tienen
tierras y ganado, dominan y pueden ser malos”.
Según su cosmogonía: al Guarijío lo hizo Dios, “lo hizo de tierra, de
barro”, no así a los yoris que “los hizo Satanás porque los hizo un
mono, el hermano de él; pero lo hizo de cal y ceniza”. En los
fragmentos citados, el autor refleja la confrontación del bien y el
mal.
La despersonificación cultural que ocurre cuando los individuos al no sentirse parte de la cultura dominante
renuncian a su identidad para formar parte del proyecto de nación, o bien parte del grupo hegemónico,
aunque sólo sea de modo subjetivo: en pocas palabras aceptan el mestizaje cultural.

Un ejemplo, es el abandono de las lenguas amerindias en México, porque algunos padres deciden enseñar
a sus hijos sólo a hablar español para facilitarles su asimilación a la cultura ‘nacional’ y así evitar que sean
discriminados. Para evitar el abandono de las lenguas y otras manifestaciones de despersonificación
cultural, las etnias y culturas dominadas deben autovalorarse para no negarse a sí mismas, lo cual es
posible si defienden su identidad pese al rechazo de los grupos hegemónicos.
La defensa de la identidad colectiva no significa que los pueblos se encierren o estanquen, sino que sean
capaces de seleccionar los elementos culturales que van a incorporar en su cultura tradicional para
enriquecerla. Esta capacidad exige que antes se conozcan o reconozcan en su cultura, como acto de
autoafirmación y lucha contra la homogeneización.

La autovaloración cultural sólo es posible mediante la relación del yo con la capacidad de tomar consciencia
de la individualidad de sí mismo, e implica un proceso de habituación a vivir sus referencias identarias en
relación con los llamados otros (o desconocidos) capacitándose interculturalmente.
Estrategias:
1. Afirmación como autovaloración o autodescubrimiento del propio valor cultural;
2. Rescate de los valores tradicionales ignorados por la modernidad;
3. Contribución de los críticos en la afirmación cultural, desde su situación de biculturalidad;
4. Y resistencia a los embates de la modernidad mediante la maduración del proceso de afirmación y
acumulación de fuerzas para impulsar el crecimiento y creatividad de la cultura renovada, descolonizada y
orientada a la utopía transmoderna.

Hay que aclarar, al margen del discurso filósofico de


Dussel, que el pensamiento holístico plantea una
relación estrecha, entre la salud de los individuos y
colectividad con la salud del medio ambiente y la
sociedad, como lo piensan los mapuches chilenos y
argentinos.

El pensamiento holístico al que Dussel e Ibacache se


refieren a la busca el equilibrio de los ecosistemas
dañándolos lo menos posible y se opone al
“Del mundo moderno capitalista que confronta a la
pensamiento. naturaleza como explotable, vendible y destructible”
(Dussel, 2005)
Por otra parte, Dussel (2005) plantea en sus reflexiones que las asimetrías a nivel planetario entre el norte (países
desarrollados) y el sur (países subdesarrollados), subjetivamente entre lo moderno y no moderno, están
determinadas por el poder de la tecnología y son las asimetrías en el desarrollo las que conducen a conflictos
interétnicos y culturales, en cuyo medio prevalecen intereses distintos que traviesan todos los planos. Se plantea que
el diálogo intercultural se inicie entre los mismos desiguales; entre los mismos otros subordinados porque al sufrir los
mismos problemas es más probable que lleguen a consensos.

¿PODREMOS VIVIR JUNTOS CON NUESTRAS DIFERENCIAS?


La respuesta de Touriane es afirmativa siempre y cuando se combinen igualdad y diversidad. O mejor dicho, se
articule lo individual con lo universal a través de la “asociación de la democracia política y la diversidad cultural
fundadas en la libertad del Sujeto” cuya construcción no es posible al margen de la acción colectiva que a veces
conduce a la formación de movimientos sociales.Para él la comunidad no es sinónimo de colectividad, incluso
argumenta que el Sujeto es voluntad, resistencia y lucha, además que no hay movimiento social posible sin la
liberación del Sujeto.
Desde la propuesta de Olivé (2004), la significa la libertad de construir su futuro porque abre a los
individuos la posibilidad de reproducir su cultura conforme a estándares elegidos por ellos, e igual que el
derecho a decidir las tradiciones y los valores a conservar, lo mismo que a examinar críticamente sus
necesidades y deseos creados en su cultura.
En cambio la solidaridad –igualmente un acto intersubjetivo como lo es la tolerancia– se elige
“como modo de ser” para relacionarse consigo mismo y con los otros.
Para Dussel (2005) implica asumir la responsabilidad “por el otro más allá también del reconocimiento
del otro como igual, en una justicia intrasistémica” y más allá de tolerarlo, hay que colocarnos en el lugar
del otro.

En resumen, para Dussel, Fornet-Betancourt y Olivé, la interculturalidad es un acto de resistencia a la


homogeneización desde abajo y coinciden en la importancia del reconocimiento de las diferencias
identitarias y en la necesidad de conexión entre identidades distintas mediante un proceso de
concientización de los actores sociales distintos; en pocas palabras, de la toma de conciencia social, que
de acuerdo con Schmelke.
La interculturalidad, es un paradigma que no
obedece a un acto de buena voluntad, ni a un
accidente que pone en contacto a dos o más culturas;
Es innegable la importancia del reconocimiento de las
diferencias y la aceptación mutua para la convivencia,
pero también la importancia de un pensamiento ético
regido por los principios fundamentales: respeto y
tolerancia a las diferencias y, sobre todo, la solidaridad
con el ‘otro’, lo cual lleva a la transformación de la
conciencia individual a una conciencia social.

De acuerdo con Ferhat Kentel (2006) es una


cuestión metodológica y conceptual que, para los
gobiernos, organizaciones, pueblos y otros, El primer espacio de transformación son los
representa una tarea difícil porque precisamente programas de educación en todos los niveles y áreas
les exige buscar métodos orientados a la del conocimiento cuya meta sea crear hombres y
transformación de la conciencia en sí, para sí y mujeres “nuevos” regidos por una postura ética que no
para los otros con el fin de lograr la interconexión se limite a reconocer las diferencias, tolerarlas y
de las culturas y etnias o mejor, para lograr la respetarlas, sino además, aprendan a solidarizarse
comunicación intercultural. con el otro.
Referecias
Espinosa Cortes, L. (2007). Reflexiones en voz alta sobre la interculturalidad en la globalización (2.a ed., Vol.
14). Luz María Espinosa Cortés.

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