La Obediencia Es Mejor Que El Sacrificio
La Obediencia Es Mejor Que El Sacrificio
La Obediencia Es Mejor Que El Sacrificio
Introducción
El caso de Saúl es un ejemplo típico de hacer las cosas de acuerdo a la carne
y no bajo la dirección de Dios.
El mandamiento de Dios fue contra los descendientes de Amalec. Estos
amalecitas habían sido crueles con los israelitas. Habían blasfemado el
nombre de Jehová, Y Dios tomó venganza contra ellos.
Samuel había oído el mandato para que se lo diga al rey Saúl. El mandato
consistía en:
Conquistar a los amalecitas y matar a todos, hasta los niños de pecho y
matar a todos los animales sin misericordia.
Saúl fue y venció a los amalecitas desde Havila hasta Sur
Pero cometió tres grandes errores que cambiaron el futuro de su vida. Dejo
vivo al rey Agag de los amalecitas; permitió que los hombres de Israel se
quedaran con el ganado; Y ofrecieron sacrificio a Dios, sabiendo que no les
correspondía hacerlo.
Todo esto sumado dio como resultado: La desobediencia a lo que Dios
mando.
Las consecuencias por esta desobediencia fueron grandes para Saúl.
“Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, El también te ha
desechado…” (v.26)
Porque: LA OBEDIENCIA ES MEJOR QUE LOS SACRIFICIOS.
Hoy en día hay muchos que van a la iglesia de manera sacrificada.
Van a la iglesia “por no dejar”. Pero no quieren obedecer La Palabra de
Dios.
Quiero presentarles 6 formas con la cuales podemos medir la obediencia a
Dios.
En primer lugar para saber si estamos obedeciendo debemos de:
Dios quiere que obedezcamos sus estatutos para poder llegar a salvo a la
patria celestial.
IV. La podemos medir a través de nuestra humildad
La humildad no se mide por cómo te vistas o como camines.
La humildad va de la mano con nuestras actitudes.
Una mujer puede vestirse “modestamente” pero ser más rebelde que Jezabel.
En cambio otras pueden vestirse con ropas caras pero ser humilde ante Dios.
La humildad es parte de la madurez espiritual. Ser humilde es reconocer
nuestros errores.
Cuando uno es humilde puede comprender y ayudar a los demás
El que es humilde nada ni nadie lo mueve de su fe en Dios.
El que es humilde sabe identificar lo que edifica su vida espiritual y desecha
con valor lo que no edifica.
Conclusión
Debemos obedecer en su totalidad.
No por partes, sino TODO
El rey Saúl obedeció por partes solamente. Pero no todo.
Recordemos: LA OBEDIENCIA A DIOS ES MEJOR QUE CUALQUIER
SACRIFICIO