La Obediencia Es Mejor Que El Sacrificio

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

LA OBEDIENCIA ES MEJOR QUE EL SACRIFICIO

1 Samuel 15: 22-23

Introducción
El caso de Saúl es un ejemplo típico de hacer las cosas de acuerdo a la carne
y no bajo la dirección de Dios.
El mandamiento de Dios fue contra los descendientes de Amalec. Estos
amalecitas habían sido crueles con los israelitas. Habían blasfemado el
nombre de Jehová, Y Dios tomó venganza contra ellos.
Samuel había oído el mandato para que se lo diga al rey Saúl. El mandato
consistía en:
Conquistar a los amalecitas y matar a todos, hasta los niños de pecho y
matar a todos los animales sin misericordia.
Saúl fue y venció a los amalecitas desde Havila hasta Sur
Pero cometió tres grandes errores que cambiaron el futuro de su vida. Dejo
vivo al rey Agag de los amalecitas; permitió que los hombres de Israel se
quedaran con el ganado; Y ofrecieron sacrificio a Dios, sabiendo que no les
correspondía hacerlo.
Todo esto sumado dio como resultado: La desobediencia a lo que Dios
mando.
Las consecuencias por esta desobediencia fueron grandes para Saúl.
“Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, El también te ha
desechado…” (v.26)
Porque: LA OBEDIENCIA ES MEJOR QUE LOS SACRIFICIOS.
Hoy en día hay muchos que van a la iglesia de manera sacrificada.
Van a la iglesia “por no dejar”. Pero no quieren obedecer La Palabra de
Dios.
Quiero presentarles 6 formas con la cuales podemos medir la obediencia a
Dios.
En primer lugar para saber si estamos obedeciendo debemos de:

I. Cumplir con lo que se nos pide lo más rápido posible.


El padre y la madre se alegran cuando sus hijos e hijas son obedientes.
Mi padre tenía sus reglas en el hogar, y deberían ser obedecidas, de lo
contrario éramos disciplinados. Por ejemplo:
Una de las reglas del hogar era de comer la parte del pollo que te tocaba a
cada uno. Éramos 6 hermanos y 4 hermanas mas nuestros padres,
sumábamos 12 en total. Mi madre hacia “milagros” con un pollo grande para
que a cada uno le tocara una parte. Nadie debía de renegar por la pieza de
pollo que le era asignada, a decir verdad todos estábamos contentos por los
sagrados alimentos que Dios proveía.
Otra ley del hogar era de llegar por la noche temprano a la casa. Las 9: PM
era la hora pico para llegar; si quebrantábamos esta regla, teníamos que tener
una buena excusa y con testigos que aprueben nuestra tardanza; de lo
contrario éramos castigados.
También Jesucristo nos ha dejado mandatos que debemos obedecer.
Entre ellos están los de:
1. Amarnos unos a otros.
2. Si nos sentimos fuertes espirituales, cargar con las cargas de los débiles
3. Perdonarnos unos a otros, etc.
Sabemos que obedecemos a Dios:

II. Cuando alegremente nosotros le obedecemos


Nuestro lenguaje corporal muestra cuando estamos haciendo las cosas de
Dios con alegría y voluntad.
Efesios 6: 7 tiene un mandamiento para todos nosotros. Versión Dios Habla
Hoy:
“Realicen su trabajo de buena gana, como un servicio al Señor, y no a los
hombres”
Prov. 15: 13 dice: “El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón
dolido deprime el espíritu” (Nueva Versión Internacional)
Prov. 15:15 dice: “Todos los días del afligido son difíciles, mas el corazón
contento tiene un banquete continuo”
Sabemos que obedecemos a Dios:

III. Cuando obedecemos fielmente


Escuchar y obedecer (Ilustraciones perfectas)
Robert Kupferschmid era un anciano de ochenta y un años sin experiencia en
operar un avión. Sin embargo se vio obligado a pilotear a causa de una
trágica emergencia. El 17 de junio de 1998, él y su amigo Wesley Sickle,
piloto de cincuenta y dos años, volaban de Indianápolis a Muncie, Indiana.
Durante el vuelo el piloto se desplomó y murió sobre los controles. La
avioneta Cessna 172 de un solo motor comenzó a caer en picada, y
Kinferschmid se aferró a los controles. Inmediatamente tomó la radio y
suplicó que lo ayudaran.
Cerca había dos pilotos que oyeron el llamado. El aeropuerto más cercano
era el Mount Confort, los dos pilotos le dieron un continuo flujo de
instrucciones para subir, seguir en la dirección correcta, y –la parte más
aterradora- aterrizar. Estos pilotos experimentados volaron en círculo tres
veces sobre la pista de aterrizaje antes de que el inexperto y un tanto
desesperado piloto estuviera listo para intentar el aterrizaje.
Se llamaron vehículos de emergencia, los cuales estuvieron listos para lo que
parecía un desastre inminente. Los testigos dijeron que la nariz de la
avioneta golpeó suavemente la línea central y rebotó algunas veces antes de
que la cola tocara tierra. La Cessna fue a parar a un sendero de hierba
empapada al lado de la pista de aterrizaje. De modo sorprendente,
Kupferschmid resultó ileso
Este piloto escuchó y siguió las instrucciones como si su vida dependiera de
ellas…y así era.
Imagine usted lo que sucedería en las vidas de los creyentes si oyéramos y
obedeciéramos la Palabra de Dios con la misma seriedad.

Dios quiere que obedezcamos sus estatutos para poder llegar a salvo a la
patria celestial.
IV. La podemos medir a través de nuestra humildad
La humildad no se mide por cómo te vistas o como camines.
La humildad va de la mano con nuestras actitudes.
Una mujer puede vestirse “modestamente” pero ser más rebelde que Jezabel.
En cambio otras pueden vestirse con ropas caras pero ser humilde ante Dios.
La humildad es parte de la madurez espiritual. Ser humilde es reconocer
nuestros errores.
Cuando uno es humilde puede comprender y ayudar a los demás
El que es humilde nada ni nadie lo mueve de su fe en Dios.
El que es humilde sabe identificar lo que edifica su vida espiritual y desecha
con valor lo que no edifica.

V. También de acuerdo a nuestra motivación


¿Por que servimos a Dios en la iglesia?
Por interés personal.
Por interés a un joven o a una señorita de la iglesia.
El motivo de Saúl fue egoísta y prepotente. Por eso Dios lo desechó
Nuestra motivación de servir a Dios debe ser porque queremos agradar a
Dios con nuestra obediencia.
Procuremos agradar a Dios lo más que podamos.
Y cuando hagamos algo que no agrada a Dios, pidamos perdón y seamos
obedientes.

Conclusión
Debemos obedecer en su totalidad.
No por partes, sino TODO
El rey Saúl obedeció por partes solamente. Pero no todo.
Recordemos: LA OBEDIENCIA A DIOS ES MEJOR QUE CUALQUIER
SACRIFICIO

También podría gustarte