Ejemplos Discursos
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Por ello damos las gracias a todos aquellos que han participado en este viaje, a
todos aquellos que han contribuido a la victoria final.
Gracias en primer lugar a los padres por su apoyo incondicional y por su empatía,
por estar aquellos momentos difíciles y ayudar sin pedir nada a cambio. Ustedes
son el espejo en el que nos vemos cada día, gracias al cual crecemos y maduramos
como personas.
Porque dentro de unos años antes que médicos, ingenieros o abogados, seremos
personas y el triunfo en nuestras vidas, la verdadera felicidad vendrá como nos han
enseñado, no haciendo lo que uno quiere, sino queriendo lo que uno hace.
Gracias en segundo lugar a los profesores por facilitarnos el caminar de este arduo
sendero, y prepararnos para un futuro cada vez más cercano. Ustedes son el pilar
en el que se sustenta nuestra educación. Despertaron nuestra curiosidad y nos
enseñaron que el estudio no debe ser una obligación. Como dice el refrán,
excelente maestro es aquel que enseñando poco impulsan en el alumno el deseo de
saber.
Gracias también a ustedes alumnos y compañeros por ser los copilotos perfectos en
esta travesía. Como olvidar aquellos momentos juntos, que forjaron amistades, que
queremos creer, durarán para toda la vida. Con ustedes hemos reído de
desesperación, llorado de alegría y pasado noches enteras estudiando, pero
también, criticando a quienes provocaron aquellas noches de insomnio.
Gracias por último al Instituto Nacional Mejía, que un día nos parecía imponente,
pero hoy forma parte de nuestras vidas, a ese al que llegamos inseguros y
temerosos, pero del cual salimos más fuertes que nunca.
2.
Bienvenidos sean todos los que están presentes en esta singular tarde.
“Decía Aristóteles en algún momento, que las raíces de la enseñanza son amargas,
sin embargo, la fruta es dulce. Qué razón tenía.” Aristóteles
Y poco a poco nos vamos dando cuenta que tras un duro trabajo se halla una grata
recompensa. Pero aún nos queda mucho lienzo sobre el que pintar nuestro paso en
este mundo.
En ese lienzo se reflejará qué tanto hemos hecho, no sólo por nosotros, sino
también por los demás. Por aquellos que nos han brindado su apoyo, su consuelo
en momentos críticos. Aquellos consejos que nos han servido de cimiento para ir
construyendo poco a poco esa escalera que posiblemente nos permitirá llegar a una
cima, un lugar donde podremos observar el mundo que nos rodea con una visión
distinta a la que tuviésemos desde lo más bajo.
Si miramos unos años atrás, exactamente seis, veremos a aquellos chiquillos llenos
de alegría, energía, actitud, entrando por aquella entrada que a día de hoy se nos
hace una cosa común. Entramos porque nos tocaba entrar en este lugar, porque
teníamos el derecho a estudiar y cultivarnos. De toda la masa de renacuajos que
entraron por aquella entrada nos dividieron en 5 clases. Y es desde ese momento
donde cada uno comenzó su historia en este instituto. Muchos se conocían porque
habían estudiado en el mismo colegio. Otros no conocían a nadie. Al final daba igual
porque entre todos conseguimos hacer una fuerte unión.
Yo no puedo mencionar todos los momentos que cada uno de nosotros ha vivido en
este instituto pero algo que nos une es ese compañerismo que nos caracteriza.
Daba igual si alguien nuevo llegaba a estudiar y la mayoría de nosotros nos
conocíamos. Toda la clase sabía que esa persona ya se había convertido en parte
de esa pequeña, pero especial familia. Hemos compartido muchos momentos
juntos, tanto buenos como malos, pero juntos al fin y al cabo. A eso se llama ser una
clase. Acompañarse no sólo en momentos felices, sino también en aquellos
momentos difíciles por los que todos hemos pasado alguna vez.
Estos dos últimos años han sido intensivos, creo que para todos. Pero eran
necesarios para nuestra formación de cara a una nueva y dura etapa que se nos
avecina. Tanto para aquellos que decidan ir a la universidad como los que decidan
seguir formándose a través de otro camino, acabar secundaria y bachillerato es una
experiencia que siempre van a llevar consigo.
Cabe mencionar que en todo este proceso hemos sido acompañados por unas
personas que han invertido su tiempo, su energía, sus conocimientos en formar
jóvenes que sean competentes en el futuro. Muchas de esas personas están aquí
presentes. Y no sólo me refiero a familiares, sino a aquellos profesores que han
demostrado su interés en que aprendiéramos. Nos han ayudado a formarnos con un
sentido crítico de las cosas que nos rodean. En cada clase era evidente la pasión
que tienen por enseñar y su preocupación por cada alumno. A todos estos
profesores la promoción de 2016-2018 les quiere dar las gracias por todo lo que han
aprendido a su lado y por la enorme paciencia que han tenido con muchos de
nosotros.
A partir de este momento empieza otro capítulo para cada estudiante. Y con esto
me refiero tanto a los que vayan a graduarse como los que no, porque a fin de
cuentas esos compañeros han estado con nosotros estos años compartiendo risas,
enfados, alegrías. Ellos empezarán otra etapa, tanto si deciden repetir como si se
dirigen hacia otra dirección distinta al bachillerato.
Todos nosotros hemos conseguido dejar una huella indeleble en el lugar que ha
sido nuestro segundo hogar durante tantos años.