Cuentos Clasicos
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La Cenicienta
Hubo una vez una joven muy bella que no tenía padres, sino madrastra, una viuda
impertinente con dos hijas a cual más fea. Era ella quien hacía los trabajos más duros de
la casa y como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban
Cenicienta.
- ¿Por qué seré tan desgraciada? -exclamó-. De pronto se le apareció su Hada Madrina.
Y así sucedió que el Príncipe se casó con la joven y vivieron muy felices.
FIN
La Caperucita Roja
- Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes! Ilustración 4: Caperucita caminando
Mientras tanto, el cazador se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas
intenciones del lobo, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la
Abuelita. Pidió ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al lugar. Vieron la puerta
de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba.
El cazador sacó su cuchillo y rajó el vientre del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban
allí, ¡vivas!.
Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a
cerrar. Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a
un estanque próximo para beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque
de cabeza y se ahogó.
En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita
Roja había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita no hablar con ningún
desconocido que se encontrara en el camino. De ahora en adelante, seguiría las juiciosas
recomendaciones de su Abuelita y de su Mamá.
FIN
El Flautista de Hamelin
Hace mucho, muchísimo tiempo, en la próspera ciudad de Hamelín, sucedió algo muy
extraño: una mañana, cuando sus gordos y satisfechos habitantes salieron de sus casas,
encontraron las calles invadidas por miles de ratones que merodeaban por todas partes,
devorando, insaciables, el grano de sus repletos graneros y la comida de sus bien
provistas despensas.
Nadie acertaba a comprender la causa de tal invasión, y lo que era aún peor, nadie sabía
qué hacer para acabar con tan inquitante plaga.
Por más que pretendían exterminarlos o, al menos,
ahuyentarlos, tal parecía que cada vez acudían más y
más ratones a la ciudad. Tal era la cantidad de ratones
que, día tras día, se enseñoreaba de las calles y de las
casas, que hasta los mismos gatos huían asustados.
Dicho esto, comenzó a pasear por las calles y, mientras paseaba, tocaba con su flauta
una maravillosa melodía que encantaba a los ratones, quienes saliendo de sus
escondrijos seguían embelesados los pasos del flautista que tocaba incansable su flauta.
Y así, caminando y tocando, los llevó a un lugar muy lejano, tanto que desde allí ni
siquiera se veían las murallas de la ciudad.
Por aquel lugar pasaba un caudaloso río donde, al intentar cruzarlo para seguir al
flautista, todos los ratones perecieron ahogados.
Los hamelineses, al verse al fin libres de las voraces tropas de ratones, respiraron
aliviados. Ya tranquilos y satisfechos, volvieron a sus prósperos negocios, y tan
contentos estaban que organizaron una gran fiesta para celebrar el feliz desenlace,
comiendo excelentes viandas y bailando hasta muy entrada la noche.
Y dicho esto, los orondos prohombres del Consejo de Hamelín le volvieron la espalda
profiriendo grandes carcajadas.
Pero esta vez no eran los ratones quienes le seguían, sino los niños de la ciudad quienes,
arrebatados por aquel sonido maravilloso, iban tras los pasos del extraño músico.
Cogidos de la mano y sonrientes, formaban una gran hilera, sorda a los ruegos y gritos
de sus padres que en vano, entre sollozos de
desesperación, intentaban impedir que siguieran al
flautista.
Y esto fue lo que sucedió hace muchos, muchos años, en esta desierta y vacía ciudad de
Hamelín, donde, por más que busquéis, nunca encontraréis ni un ratón ni un niño.
FIN
Índice de Ilustraciones
Ilustración 1: El Baile___________________________________________________________________1
Ilustración 2: EL Vestido_________________________________________________________________1
Ilustración 3:Caperucita en el bosque______________________________________________________2
Ilustración 4: Caperucita caminando_______________________________________________________3
Ilustración 5: El flautista_________________________________________________________________4
Ilustración 6: Llevandose a los niños_______________________________________________________5
Cuentos Clásicos________________________________________________________1
La Cenicienta________________________________________________________________1
La Caperucita Roja___________________________________________________________2
El Flautista de Hamelin________________________________________________________3