La Hambruna Irlandesa o Como El Progreso Tecnologico

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La hambruna irlandesa y el progreso tecnológico

Aldo F. Ordovini
[email protected]
EEA La Consulta, INTA

Resumen
La papa es una especie originaria de América, fue llevada a Europa luego de la
conquista, como alimento de los marineros para evitar el escorbuto, pero luego se
popularizó y en Irlanda constituía un monocultivo a inicios del s. XIX, siendo la base de
la dieta de la población. Entre los microorganismos que la parasitan hay uno muy
importante, el hongo Phytophthora infestans (Mont.) De Bary, que produce el tizón
tardío y prácticamente destruye el cultivo. Cuando los tubérculos se transportaban en
barcos veleros en cestos de cuerdas, las calmas ecuatoriales mataban las esporas
que infectaban los tubérculos. La introducción de la máquina de vapor en los barcos
como fuente auxiliar de navegación aceleró los viajes y permitió la llegada de la
enfermedad a Europa. Un invierno lluvioso en 1845 desencadenó una epidemia de
tizón tardío que arruinó la cosecha de ese año y la de los dos siguientes. Esto colocó a
Irlanda al borde de la inanición, la hambruna causó un millón y medio de muertos y
otro millón de inmigrantes.
Palabras clave: papa, Phytophtora infestans, vapor, Irlanda, hambruna

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha desarrollado la navegación.


Cuando vio que los troncos de los árboles flotaban, comenzó a utilizarlos para
desplazarse. Más tarde ya pudo construir barcos que empleaba para navegar
por los ríos, lagos y los mares, pero no alejado de la costa. El objetivo
fundamental de estos viajes era el comercio, llevar productos que abundaban
en una zona para intercambiarlos por los que escaseaban en ella.
No fue hasta el siglo XV que el avance de la tecnología produjo un
barco oceánico: la carabela. Con el proceso constructivo de machimbrado y
calafateado se pudo hacer una embarcación grande, con tres palos y mayor
superficie de velamen, que podía llevar cargamento, pero que sobre todo podía
navegar en mar abierto sin riesgo de naufragar. Luego evolucionaron en
grandes navíos de carga, los galeones. Los océanos pudieron ser cruzados y
vino una era de expansión del comercio y conquistas. Muchos productos
llegaron a Europa desde América, el azúcar, el maíz, la papa, el tabaco, etc. Ya
tenemos el primer elemento de esta historia, el barco.
A principios del siglo XIX comienza la Revolución industrial, cuyo
sustento se produjo por la aparición de la máquina de vapor, esto permitió la
construcción de maquinaria movida a vapor, el desarrollo del ferrocarril y la
expansión del comercio a escalas jamás vistas antes.
Los trabajos de Thomas Newcomen y James Watt permitieron crear
una máquina de vapor útil para ser colocada sobre un barco y así comenzaron
a verse barcos con velas y con una chimenea y ruedas de paletas, indicando
que tenían una máquina de vapor a bordo para emplearse como una fuente de
potencia adicional, para cuando no había viento y poder continuar la
navegación. Esto permitió acortar los tiempos de navegación y acelerar el
comercio entre continentes. Este es el segundo elemento, el vapor.

La papa o patata (Solanum tuberosum L.) tiene su origen en las tierras


altas de América entre Perú y Bolivia y fue el cultivo base de la civilización Inca.
Es un cultivo ideal en muchos aspectos. Es un tubérculo que crece bajo tierra
protegido de los riesgos de la parte aérea de la planta y se multiplica de
manera vegetativa, plantando porciones de este tubérculo. Es un alimento
completo que tiene altos valores en carbohidratos, proteínas y vitaminas. La
papa fue llevada a Europa pero no como un cultivo nuevo potencial, sino como
parte de las provisiones para los marineros en su largo viaje a casa. Pronto se
convirtió en una provisión estándar en los barcos porque se descubrió que los
marineros que comían papas no sufrían de escorbuto. Sin embargo, debido a
las pobres condiciones de almacenamiento, unas simples cestas de cuerdas, la
mayoría de las papas que no se comían no sobrevivían el viaje, pudriéndose.
Las pocas papas que sobrevivieron dieron origen al cultivar (variedad
cultivada) que se conocía comúnmente como papa “Russet” o “Irlandesa”.
A principios del s XIX la papa era la base de la dieta en Irlanda,
suministrando el 80% de las calorías. Se la empleaba como alimento para los
animales de granja que daban a su vez leche, huevos y carne para
suplementar la dieta. De este modo, los irlandeses eran dependientes por
completo de la papa para su alimentación. La población de la isla de unos 4,5
millones de habitantes casi se duplicó llegando a 8 millones en 1845. Había
otros cultivos, pero sus dividendos se empleaban para pagar la ocupación de la
tierra a los dueños ingleses, que era muy onerosa. Ya tenemos el tercer
elemento de la historia, el cultivo de la papa.

Como todos los vegetales, la papa está sujeta al ataque de


microorganismos que producen enfermedades. Hay uno particularmente grave
y letal. Es un hongo que se llama Phytophthora infestans (Mont.) De Bary, que
ataca el follaje de la planta y la mata, reduciendo la producción de tubérculos o
bien ataca los tubérculos y los pudre tanto en el campo como en
almacenamiento. La enfermedad puede propagarse rápidamente por el viento y
matar un cultivo entero en pocos días. Las plantas enfermas y marchitas
arrojan un olor fétido. La enfermedad se conoce con el nombre de tizón tardío
de la papa y aún hoy es un serio problema. Las esporas del hongo contaminan
el tubérculo superficialmente y si las condiciones no son favorables, la infección
no se desarrolla. Ya tenemos el cuarto y último elemento, la enfermedad de la
papa.

Mientras hubo navegación a vela la papa llegaba a Europa


prácticamente sana, porque como se almacenaba en cestas de cuerdas, el sol
podía esterilizar los tubérculos con tizón a la intemperie. Sobre todo cuando se
producían calmas de vientos en las zonas ecuatoriales o en el mar de los
Sargazos, en el viaje a través del Océano Atlántico desde América. Pero,
siempre hay un pero, la introducción de la máquina de vapor ayudó a sortear
estas calmas de vientos y permitió a los barcos continuar la navegación. Esto
produjo dos cosas, acortar el viaje y permitir la llegada del hongo junto con los
tubérculos. Sólo faltaba que se produjeran circunstancias climáticas favorables.
Eso pasó en 1845.
El verano de 1845 fue como casi todos los veranos, pero luego ocurrió
un cambio, la temperatura descendió más de 4º C del promedio de los últimos
20 años, el cielo se nubló y llovió por semanas. En poco tiempo las plantas de
papa se transformaron en una masa marchita de vegetación en
descomposición, incluyendo los tubérculos. Aunque algunos parecían sanos,
más tarde se podrían en el almacenamiento.
El tizón tardío atacó en toda Europa, pero fue desastroso en Irlanda,
por su extrema dependencia hacia un solo cultivo. Fue una tragedia muy
frustrante porque no había nada que los irlandeses pudieran hacer, dado que
entonces no se conocían las causas de esta enfermedad.
La cosecha de 1846 fue peor aún y cuando también fracasó la de 1847,
toda Irlanda enfrentaba la inanición. El fracaso de las cosechas llevó a la
muerte por hambre a un millón y medio de campesinos irlandeses y obligó a
migrar hacia otros países, principalmente a Estados Unidos y Canadá a más de
un millón más. La población de Irlanda no volvió a aumentar hasta los años 60
del siglo XX y hoy no supera los 5 millones y medio, casi como a principios del
siglo XIX.
Hemos visto que esta tragedia se produjo por varias causas que se
combinaron para desencadenarla, pero sin duda la aparición de la máquina de
vapor sobre los barcos y el enorme progreso que eso significó, fue el elemento
crucial para que ello sucediera. No fue hasta 1861 que Anton De Bary,
considerado el padre de la fitopatología moderna, estableció las causas del
tizón, pero esa es otra historia.

Bibliografía consultada

Greenhill, B. (1993). The iron and steel sailing ship. En: Sail Last’s
Century. The Merchant Sailing Ship 1830-1930. Cap. 4, pp. 74-97. Conway
Maritime Press. Londres, Reino Unido.
Griffiths, D. (1997). Steam goes to sea. Cap. 1 del libro Steam at Sea.
Two Centuries of Steam powered Ships, pp. 3-9. Conway Maritime Press.
Londres, Reino Unido.
De Jarnett, A. M. (1999). The Irish Potato Famine Fungus,
Phytophthora infestans (Mont.) de Bary. Ethnobotanical Leaflets. Southern
Illinois University.
Wong, G. (2003). The Origin of Plant Pathology and the Potato Famine,
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Muskett, A. E. ((1960). Autonomous dispersal. En: Plant Pathology, An
Advanced Treatise, Ed. J. G. Horsfall y A. E. Dimond., Conecticut Agr. Exp.
Sta., New Haven, Connecticut, EE. UU. Vol. 3, Cap. 3, pp. 57-96.

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