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Aparicion de Nuestra Santisima Virgen (Colorea)

Los tres niños pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta afirmaron haber visto a la Virgen María en Fátima, Portugal en 1917. A pesar de que los niños cumplieron con la solicitud de la Virgen de regresar al mismo lugar cada mes, sus familias y el párroco local no les creyeron e incluso los encarcelaron brevemente. Sin embargo, los niños permanecieron firmes en su testimonio de las apariciones marianas.
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Aparicion de Nuestra Santisima Virgen (Colorea)

Los tres niños pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta afirmaron haber visto a la Virgen María en Fátima, Portugal en 1917. A pesar de que los niños cumplieron con la solicitud de la Virgen de regresar al mismo lugar cada mes, sus familias y el párroco local no les creyeron e incluso los encarcelaron brevemente. Sin embargo, los niños permanecieron firmes en su testimonio de las apariciones marianas.
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Dirigido por la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl

APARICION DE NUESTRA SANTISIMA VIRGEN (COLOREA)


HISTORIA DE LA VIRGEN DE FÁTIMA PARA NIÑOS
Todo comenzó en Fátima, una humilde aldea escondida en la
Sierra de Aire (centro de Portugal), cuando en 1917 la Madre
de Jesús habló a tres niños: a Lucía de 10 años, a Francisco de
8 años y a Jacinta de 7 años, unos humildes pastorcitos que
vivían en un pueblecito cerca de Fátima. Los padres de Lucía
eran Antonio de los Santos y María Rosa; los de Francisco y
Jacinta, que eran hermanos, eran Manuel Marto y Olimpia de
Jesús. Vivían todos en Aljustrel, un pueblecito a 2 Km. de
Fátima, donde las personas en su mayoría eran pastores o
pequeños agricultores. Lucía, Francisco y Jacinta eran primos
y les gustaba mucho jugar y estar juntos.

Lucía tenía aspecto y facciones un poco rudas, la piel tostada


por el sol y el aire fuerte de la sierra y la mirada un poco seria;
sin embargo, tenía un corazón de oro. Era bondadosa y
obediente, inteligente y sobre todo muy cariñosa, tan buena
y cariñosa que todos la querían mucho.
Aprendió el catecismo con su madre, que se lo enseñaba
durante las horas de la siesta en el verano y después de la cena
en el invierno. Hizo la Primera Comunión a los 6 años y nunca
más olvidó lo que le dijo su madre en aquella ocasión: "sobre
todo, pide a Nuestro Señor que haga de ti una santa". Las mujeres de Aljustrel, cuando iban a trabajar al
campo o cuando estaban enfermas, le pedían que cuidasen de sus hijos más pequeños. Le gustaba mucho ir
con sus hermanas mayores a las fiestas, a la vendimia, a recoger aceitunas, sobre todo si había baile. Cuando
cumplió los 7 años, sus padres le confiaron el pastoreo del rebaño. En la sierra había muchos pastores, pero
Lucía pronto decidió escoger como compañeros a sus primos Francisco y Jacinta.

Francisco tenía la carita redonda, ojos castaños, pelo claro y suave; de alma
pura y corazón tierno. Era poco hablador, pacífico y muy amable.
Como a todos los niños, a Francisco le gustaba jugar, pero pocos querían
jugar con él, porque casi siempre perdía. Le gustaba mucho los juegos de
cartas, sobre todo la brisca.
Admiraba la hermosura de la naturaleza; se quedaba embobado ante la
belleza de un amanecer o una puesta de sol. Amaba la música y se pasaba
horas y horas tocando su gaita de caña, sentado en la roca más alta del cerro. Quería mucho a los animales,
aunque sus animales favoritos eran los pajarillos.
Un día, vio que un compañero suyo tenía uno entre las manos y Francisco le pidió compadecido y triste que
lo soltara. Pero como el chico se negó a soltarlo, le dio una moneda para que lo dejase en libertad. Después,
cuando lo vio volar aplaudiendo alegremente le gritó: ¡Ten cuidadito pajarillo, no te dejes atrapar otra vez!

Como su hermano Francisco, Jacinta era guapita de cara, tenía los ojos cristalinos y vivaces, su boquita era
pequeña; y tenía una figura elegante. Era muy delicada y extremadamente sensible, por eso, poco le bastaba
para enfadarse. Le unía una gran amistad con su prima Lucía; sólo quería jugar con ella. En el silencio de los
cerros o de los valles encontraba su lugar favorito para rezar. A Jacinta le gustaban mucho las flores y sus
ovejitas; a cada una le había puesto un nombre: la Paloma, la Mansa, la Estrella, la Blanquita…, los nombres
más bonitos que conocía. Con los corderitos mostraba una gran dulzura y ternura: se los ponía en su falda,
los abrazaba, y al anochecer, cuando volvían para casa, se los ponía a los hombros para que no se
cansasen. Un día, por el camino de la sierra de regreso a casa, se metió en medio del rebaño y su prima Lucía
le preguntó: Jacinta ¿por qué te metes ahí entre las ovejas? Y Jacinta le respondió: ¡Para hacer como Nuestro
Señor! ¿Te acuerdas de la estampita que me dieron? Él también está así, entre muchas ovejas y lleva una a
los hombros.

Todas las mañanas tempranito, los tres pastorcitos


salían con el rebaño y con su merienda en la bolsa.
Aquel día, el sol apareció triste. Poco después
comenzaba a chispear, y temiendo que aquella
llovizna persistiese, buscaron refugio entre las
piedras de la cuesta del Cabeço. De repente, se
levantó un viento extraño; los tres miraron asustados
y vieron un gran resplandor acercándose a ellos, cada
vez más fuerte, cada vez más luminoso… Era un
Ángel que bajaba hacia dónde ellos estaban. El ángel
les dijo: No temáis pequeños, soy el Ángel de la Paz,
orad conmigo: "Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no
adoran, no esperan y no te aman". Los corazones de Jesús y de María están atentos a vuestras súplicas.
Después el Ángel desapareció. El Mensajero del Cielo se apareció otras dos veces a los pastorcitos,
invitándolos a rezar y a ofrecer sacrificios por la conversión de los pecadores. En la última aparición el
Ángel dio la Comunión a Lucía, a Francisco y a Jacinta.

Era cerca del mediodía, en aquel día, 13 de mayo de 1917. Lucía, Francisco y Jacinta guardaban sus rebaños
en lo alto del cerro de Cova de Iria. De repente, vieron como un relámpago caía y se asustaron mucho.
Lucía les dijo a sus primos: Será mejor que nos vayamos para casa. Y así hicieron. Cuando llegaron a media
cuesta, vieron otro relámpago, y más adelante, enfrente, sobre una pequeña encina, estaba una Señora
vestida de blanco, más brillante que el sol.
-No tengáis miedo, yo no os hago daño.-dijo la Señora.
-¿De dónde es usted?- preguntó Lucía.
-Soy del Cielo.

-¿Y qué es lo que usted quiere de nosotros?


- Vengo a pediros que vengáis aquí seis meses seguidos, el día 13, a
esta misma hora. Después os diré quién soy y lo que quiero. La
Señora vestida de blanco les preguntó después, si querían
sacrificarse por los pecadores, pidió que rezasen todos los días el
rosario y les anunció que tendrían mucho que sufrir. Y los pastorcitos
fueron fieles al pedido de la Señora.Una vez que llegaron a casa,
Jacinta fue la primera en contar lo que había sucedido:

-¡Madre, hoy vi a la Virgen en la Cova de Iría!


-¡Seguramente, hija! ¡Eres tan santita como para ver a Nuestra
Señora!-respondió su madre incrédula.

De igual modo, Lucía contó lo que había sucedido, pero su madre


María Rosa, tampoco la creía y recurrió a todos los medios posibles
para que Lucía afirmase que no era verdad. Nadie los creía.

Un pobre hombre que se burlaba de los pastorcitos preguntó un día a la madre de Lucía:
-Entonces, tía María Rosa, ¿qué me dice de las visiones de su hija?
-Yo no sé- respondió.
El párroco de Fátima, después de un interrogatorio a los pastorcitos, moviendo la cabeza dijo: ¡Esto puede
ser un engaño del demonio!

Un día apareció en Aljustrel el alcalde de Villa Nueva de Ourém, dispuesto a acabar con todo aquello.
Consiguió engañar a los niños y los llevó a la cárcel. Pero los tres se mantuvieron firmes, incluso ante las
amenazas con que el alcalde les intimidaba. En todos los momentos difíciles, los pastorcitos recordaban las
palabras de la Virgen: "Tendréis mucho que sufrir, pero la gracia de Dios será vuestra fortaleza."

Finalmente, dejaron libres a los pastorcitos, pero continuaba sin creerles nadie…
Los pastorcitos tomaron en serio la oración y el sacrificio por la conversión de los pecadores.
-Jacinta, ven a jugar- le dijo un día Lucía.
-No, hoy no quiero jugar-dijo su prima. -¿Por qué?-le preguntó Lucía
-Porque estoy pensando en la recomendación que aquella Señora nos hizo, que rezásemos el rosario e
hiciésemos sacrificios- respondió Jacinta.

Francisco después de la primera aparición había exclamado lleno de alegría:


-¡Oh Señora mía, rosarios, rezo cuantos queráis!
Y muchas veces Lucía y Jacinta lo encontraban escondido detrás de una pared rezando.

Había por allí unos niños muy pobres que andaban pidiendo limosna de puerta en puerta. Un día al verlos,
Jacinta les dijo a Francisco y a Lucía: ¡Demos nuestra merienda a aquellos pobrecitos! Desde entonces, la
merienda de los pastorcitos se redujo a piñones, moras, fruta caída de los árboles y aceitunas verdes y
amargas.

En las horas de fuerte calor, la sed era una tortura.


-¡Ah que bien!-decía Jacinta-tengo tanta sed, pero ofrezco todo
por la conversión de los pecadores.

En el mes de julio, la Virgen les dijo: "En octubre haré un milagro


para que todos crean".
Lucía repetía estas palabras a todos los que la interrogaban. Y
llegó el 13 de octubre. De los alrededores y de muy lejos llegaron
millares de personas; todos querían ver el milagro anunciado. Era
el mediodía, cuando Lucía gritó de repente: ¡Cállense! ¡Ya viene la
Señora¡

El rostro de los pastorcitos se transformó, y una nubecilla blanca


los envolvió.
-¿Qué es lo que usted quiere de mi?-preguntó Lucía.

-Quiero decirte que hagan aquí una capilla en mi honor. Yo soy la Virgen del Rosario de Fátima, continúen
rezando el rosario todos los días. Es necesario que las personas se hagan buenas y dejen de pecar, que
pidan perdón por sus pecados, y que no ofendan más a Nuestro Señor que ya está muy ofendido. -¿No
quiere nada más de mi?- preguntó Lucía. –No quiero nada más.

Y la Virgen del Rosario de Fátima se despidió de sus tres amiguitos.


-¡Por allí va, por allí va!... ¡Miren al sol! –gritó Lucía.
Millares de personas vieron entonces como el sol giraba, se paraba y volvía a girar. Después, pareció que se
desprendía del cielo y que caía sobre la multitud. La gente gritaba asustada:
-¡Ay Jesús, que morimos todos! ¡Virgen Santa, ayudadnos!

Por fin el sol se paró y todos dieron un gran suspiro de alivio; por todas partes se oía gritar:
-¡Milagro! ¡Milagro!
En la aparición de junio, la Virgen había prometido que muy pronto se llevaría al Cielo a Francisco y a
Jacinta. Los dos cayeron enfermos meses más tarde, cuando una terrible epidemia- la gripe neumónica-se
extendió por todo Portugal. Durante la enfermedad, Francisco nunca se quejaba, estaba contento de sufrir
por la conversión de los pecadores.

Aceptaba todas las medicinas que le daban, incluso las más amargas. Sus padres creían que conseguiría
superar la enfermedad, pero Francisco continuamente repetía que la Virgen no tardaría en llevárselo.
-Estoy muy malito, Lucía, ya me falta poco para ir al Cielo.
-Entonces, escucha! No te olvides de pedir mucho por los pecadores…, por el Santo Padre, por Jacinta y por
mí…

-Sí, yo pido, pero mira, esas cosas es mejor que se las pidas a Jacinta porque yo tengo miedo de olvidarme
de todo cuando vea a Nuestro Señor. Y además, yo quiero sobretodo consolarle. Verdaderamente,
Francisco estaba muy mal. Pidió a su padre que fuese a llamar al párroco; poco después el pastorcito se
confesaba y al día siguiente hizo su primera y última comunión. Hacía las 10 de la mañana del 4 de abril de
1919, Francisco dice a su madre:
¡Mire, madre, qué luz tan bonita, allí, al pie de la puerta!

Era la hermosa Señora de Cova de Iría que venía a buscar a su pastorcito. La muerte de su hermano dejó a
Jacinta profundamente impresionada. Pasaba horas y horas sumergida en una gran tristeza. Se le abrió una
herida al lado izquierdo que la hacía sufrir mucho y que ni dormir la dejaba.

A primeros de julio de 1919, su padre la llevó al hospital de Vila Nova de Ourém. El tratamiento no dio
resultado alguno, y la enfermita volvió para casa a finales de agosto. La herida se infectó y la pobre niña se
consumía día a día. Lucía la visitaba con frecuencia.

-Lucía ¿hoy has comulgado?-preguntó Jacinta. -Sí, he comulgado-contesto ésta.

-Entonces, ven aquí, junto a mí, que tienes en tu corazón a Jesús escondido… Me falta ya muy poco para ir
al Cielo. Tú te quedas aquí para decirle a la gente que Dios quiere establecer en el mundo la devoción al
Inmaculado Corazón de María.

Un médico de Lisboa, convenció a los padres de Jacinta para que la llevasen a la capital donde sería tratada
convenientemente. Internada en el hospital de D. Estefania fue sometida a una operación; pero no hubo
mejoría. -¡Ay Nuestra Señora! ¡Ay Nuestra Señora!- era su único lamento. Y otras veces decía: -Paciencia,
todos tenemos que sufrir para ir al Cielo.

Llegó el 20 de febrero, hacía las 6 de la tarde, la pequeñita comenzó a sentirse muy mal.

Pidió recibir una vez más a su Jesús. A las 10:30 de la noche, suavemente, sin agonía, el alma de la
pastorcita dejaba este mundo y entraba en el cielo de la mano de la Virgen del Rosario de Fátima; y allí se
reunió con su hermano Francisco. Desde el cielo en forma de ángeles velan y cuidan por todos nosotros.
I.-ESCRIBE IDENTIFICA 10 PALABRAS DECONOCIDAS COMO MINIMO Y BUSCA EN EL DICCIONARIO SU
SIGNIFICADO.

II.- SUBRAYA LA RESPUESTA CORRECTA :

1.- -¿Cómo se llama la aldea donde apareció nuestra Santísima Virgen María?
a) México
b) Pouy
c) Fátima
2.- -¿ En qué año apareció nuestra Santísima Virgen María?
a) En 1918
b) En 1719
c) En 917

3) ¿A qué se dedicaban en su mayoría los pobladores de esta aldea?


a) Ganaderos y pecadores
b) Pastores y ganaderos .
c) Pastores y pequeños agricultores

4) ¿ Cómo se llamaba la pastorcita que tenía el corazón de oro ?


a) Jacinta
b) Lucia
c)Francisco
5) ¿ Quién tenía el alma pura y corazón tierno?
a) Jacinta
b) Lucia
c)Francisco
6) ¿ Quién era muy delicada y extremadamente sencible ?

a) Jacinta
b) Lucia
c)Francisco
7) ¿ De quién era su lugar favorito para rezar en los cerros y los valles ?

a) Jacinta
b) Lucia
c)Francisco
8) ¿Cuántas veces se les apareció el Ángel de la Paz a los pastorcitos ?

a) 2
b)1
c)3
9) ¿ Qué le pedía el Ángel de la Paz mensajero de Dios?

a) Traerle oro,plata,bronce.
b) Les invito a rezar y a ofrecer sacrificios por la conversión de los pecadores
c) Les invito a ayudar a los ancianitos

10) ¿ Dónde guardaban sus rebaños los pastorcitos ?

a) En lo alto del cerro de Huancas


b) En lo alto del cerro del Peru
c) En lo alto del cerro de Cova de Iria

11) ¿ En qué fecha se les apareció la Virgen a los pastorcitos?

a) El 12 de mayo
b) El 31 de mayo
c) El 13 de mayo

12) ¿Qué les pidió nuestra Santísima Virgen a los pastorcitos?

a) Que no obedezcan a sus padres


b) Que vayan seis meses seguidos a ese lugar y a la misma hora
c) Que vayan 4 meses a la misma hora

13) ¿Quién no guardo el secreto que le pidió la Santísima Virgen ?

a) Jacinta
b) Lucia
c)Francisco

14) ¿ Qué paso después de revelar el secreto de la Santísima Virgen ?

a) Todos le creyeron
b) El sacerdote les creyo
c) Nadie creía de lo que vieron e iniciaron a sufrir y ofrecer muchos sacrificios

15) ¿ Para comprobar que los pastorcitos decían la verdad que les dijo nuestra Santísima Virgen?

a) Que traten de hacer todo lo posible para que crean en ella


b) Para que alaben nuestra SANTISIMA VIRGEN
c) En octubre haré un milagro para que todos crean

16) Escribe que es lo que le pidió nuestra Santísima Virgen a Lucia


………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

17) En la aparición de junio que dijo nuestra Santísima Virgen

a) Que muy pronto se llevaría a Lucia al cielo


b) Que solo se llevaría al cielo a Francisco
c) La Virgen había prometido que muy pronto se llevaría al Cielo a Francisco y Jacinta

III.- «Rezamos en el Mes de María»

1) Si estamos en el período del Mes de María, invitamos a nuestros familiares a rezarlo con nosotros.

2) Preparamos un altar. (Presentar su evidencia durante esta semana)

3) Rezamos, cada día del mes: un misterio del Rosario con tres Avemarías.

4) Cada lunes, mientras dure el Mes de María, le presentamos a la Virgen un compromiso personal.

5) Entonan el canto a la Virgen María y presentamos el audio .(pueden presentarlo durante esta semana)

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