Componentes Del Modelo de Gestión
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Objetivo.
El concepto “buena escuela” no sólo parte de tener “un buen director”, sino que el
éxito de éste está asociado a las estrategias que emplea, a las actitudes que
asume y a la particular forma de dirigir la institución, aun prescindiendo de la
presencia física en determinada actividad escolar; esto es, se delegan
responsabilidades, se comparte el compromiso, se potencia a otros para que
actúen e intervengan, se asume que no se sabe todo y no se tiene por qué
saberlo.
Surge, entonces, otra categoría que merece la pena valorar: la de un “buen líder”,
que viene a potenciar a la de director, porque hay directores que tienen la
posibilidad de desarrollar aún más su liderazgo.
Visto así, el liderazgo transformacional, según Bernal (2001), puede ser el más
eficaz y adecuado para dirigir u organizar los centros de trabajo o dependencias,
siempre hacia el cambio y hacia la mejora y, dado que se está frente a una
situación caracterizada especialmente por la variable del “cambio”, se presenta
hasta ahora como el que mejor se adapta a la situación que viven los centros de
trabajo y dependencias de servicios educativos.
En este sentido, el director líder favorece que la comunidad educativa pueda idear
nuevas soluciones a viejos problemas, es receptivo y busca potenciar su
profesionalización.
b) Inspirar una visión compartida, donde el beneficio colectivo trascienda más allá
del conocimiento y potencial individual.
c) Habilitar a otros para que actúen, entendiendo que el poder de decisión debe
ser un ejercicio desconcentrado y compartido, para que “otros” sean también
líderes y desarrollen sus potencialidades; es una nueva forma de promover la
relación líder-liderados.
d) Modelar el camino, lo cual significa que cada líder tiene como una de sus más
finas funciones la liberación permanente, desde sus posibilidades, de aquellos
obstáculos que puedan inhibir el desarrollo del liderazgo de otros.
e) Dar aliento al corazón, es decir, que debe haber una fuerte carga anímica y
motivacional generada desde la posición del líder hacia todos y cada uno de los
colaboradores.
VII.2 Trabajo Colaborativo
Para el logro de cualquier objetivo, que se plantee como meta en una clase, un
periodo determinado o un ciclo escolar, deberán los Directivos, maestros y o
cualquier actor educativo; aplicar las llamadas estrategias de aprendizaje. “Lo que
la escuela y el maestro puedan lograr por medio de su labor será mínimo si no
organizan e integran claramente objetivos, actividades y recursos dentro del marco
de una planeación didáctica” (MORENO, 1994).
Las prácticas docentes flexibles son la propuesta que el MGEE hace a los
maestros, respecto a las formas y los fines de su práctica cotidiana que, más allá
de conformarse con lograr un conjunto de contenidos curriculares, debe asegurar
que los alumnos desarrollen competencias que les permitan integrarse y
desenvolverse con plenitud en los niveles educativos posteriores y en la vida
misma. Para ello, es indispensable reflexionar en las formas de organizar grupos,
en el aprovechamiento de espacios, en la creación de ambientes de aprendizaje,
en el uso de las Tecnologías de la Comunicación y la Información (TIC), en la
creación de estrategias y secuencias didácticas que impliquen a los alumnos el
ejercicio de sus múltiples inteligencias, en la formación valoral y, en general, en
todas aquellas formas de gestión pedagógica susceptibles de ser tratadas en el
marco de la formación continua de los profesores, a fin de configurar prácticas que
perfilen una atención diferenciada.
De acuerdo con Loera (2006), las prácticas docentes flexibles son actividades de
los maestros orientadas a asegurar aprendizajes en los estudiantes.
Específicamente, se asocian a la configuración del ambiente áulico, la estructura
de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, y la gestión de los recursos
instruccionales.
VII. 3 Planeación Estratégica