A&r 16 Contra-el-Amor
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CONTRA
EL AMOR
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Contra el amor
Carlo Fabretti
El amor es la ideología de la familia -es decir, la ideología a secas- inter- “amor a la naturaleza” (de los que intentaré ocuparme específicamente
nalizada a los más profundos niveles y convertida en compulsión y mito en otra ocasión).
primordiales. Como todos los mitos, el amor se refugia en una bruma de En principio, pues, distingo entre amor y amistad remitiéndome al uso co-
ambigüedades que lo hace difícil de analizar y, por tanto, de desmontar. mún de ambos términos, sobre la base provisional de que dicha distinción
Después de la autoconciencia, del cogito ergo sum (o antes, para quienes es en la práctica, y pese a la ambigüedad de la palabra amor, bastante clara.
proponen la alternativa patrior ergo sum), el amor es el más íntimo e “in- Las expresiones “amar a” y “ser amigo de” indican situaciones afectivas
efable” de los sentimientos (de ahí que la literatura y el arte se pongan el bien distintas. Sólo literariamente se habla de “amor a los amigos”, y el
máximo empeño en expresarlo), sobre todo en su sentido más estricto de tópico del padre que quiere ser un amigo para sus hijos es pura retórica.
enamoramiento. La diferencia de significados y connotaciones de ambos términos queda
Sin embargo, confiamos tanto en su universalidad que la expresión “estar especialmente clara en el hecho de que el uno se utiliza comúnmente para
enamorado” se considera dotada de un significado preciso y se emplea refutar el otro. Cuando, por ejemplo, se quiere desmentir una supuesta rela-
recurrentemente, dando por supuesta su inmediata comprensión. Esta es ción amorosa, se suele decir: sólo son amigos.
una de las muchas paradojas del amor: todos saben lo que es, pero a la vez La diferencia entre amor y amistad es claramente cualitativa (si sólo
resulta dificilísimo no ya definirlo, sino tan siquiera describirlo. En com- fuera cuantitativa, el amor sería un grado de amistad y no harían falta dos
paración conceptos tan abstrusos como “felicidad” o “libertad” parecen palabras distintas). El amor es la amistad con alas, dijo un cursi famoso, sin
sencillos. especificar la naturaleza de esas alas. En el caso del amor explícitamente
Por eso no voy a partir de una definición del objeto impugnado, sino que sexual, no se trata simplemente de amistad más sexo (¡ojalá!); las alas son
intentaré que la impugnación misma vaya, si no definiendo, al menos aco- algo más – y algo menos- que gónadas metafóricas. En todo caso, habría
rralando el mito para su ulterior desarticulación (tarea delicadísima que cada que hablar de amistad más sexo mitificado (o menos, pues el componente
cual tendrá que comprender por su cuenta y riesgo). El amor que pretendo eromítico empobrece la amistad: le añade algo negativo).
impugnar es el no expresable en meros términos de solidaridad, simpatía Si intentamos concretar las diferencias entre amistad y amor, nos en-
(en el sentido etimológico de sentir con), amistad. Me refiero muy especial- contraremos con que el segundo se distingue de la primera sobre todo por
mente al amor en el sentido de “estar enamorado”; sin embargo, utilizo el una mayor cantidad e intensidad de factores negativos: posesividad, depen-
término genérico amor -en vez de otros más específicos, como “enamora- dencia, ambigüedad (doble vínculo), celos, ansiedad, irracionalismo, faltad
miento” o “amor sexual” - para abarcar también otros tipos de amor afines e de objetividad, mitificación del objeto amoroso, exclusivismo, agresividad
igualmente impugnables, tales como el “amor a la patria”, el “amor mater- latente (cuando no manifiesta), inestabilidad... Si el amor es amistad con
no” y, en general, todas las acepciones del término en que, para entendernos, alas, esas alas son las del albatros caído de Baudelaire: un patético lastre
resultaría inapropiado sustituirlo por “amistad”, sin excluir amores tan que impide caminar (1)
aparentemente virtuosos e inocentes como el “amor al prójimo” o el
La ideología de la familia
Lo que llamamos amor es, básicamente, la fuerza de cohesión de las cé- nio como institución religiosa y social empieza a debilitarse (e inclu-
lulas familiares: tiende a mantener unidas las ya existentes y a formar otras so esto es muy relativo), su mito básico, la pareja unida por el amor,
nuevas (toda pareja, insisto, es una protocélula). conserva una vigencia casi universal.
El exclusivismo y la posesividad típicos del amor se corresponden con la El amor es la ideología de la familia -es decir, la ideología a secas-
estructuración familiar nuclear de la sociedad, basada en la pareja- más su internalizada a los más profundos niveles y convertida en compulsión y
eventual prole-concebida como isla afectivo-sexual y económica. mito primordiales. Las versiones paganas actualizadas del mito pueden
ser menos represivas que la versión cristiano-burguesa, pero siguen ex-
La afectividad y la sexualidad se conforman en el seno de la presando y transmitiendo la misma ideología.
familia, y tienden a reproducirla. (Todo amor es, en cierto modo, edípico).
Las presuntas actitudes progresistas o realistas frente al amor rara
Con el progresivo relajamiento de la moral cristiano-burguesa, el vez van más allá de una mera puesta al día del mito (con lo que por
esquema matrimonial y familiar se ha hecho más flexible, menos cierto contribuyen a su perpetuación). Del mismo modo que el ma-
coercitivo en lo que a libertades formales se refiere, pero dista mu- trimonio se flexibiliza oficialmente mediante el divorcio (flexibilidad
cho de haber sido superado (por el contrario, dicha flexibilización fa- extraoficial siempre la ha tenido, especialmente para los hombres, la clase
cilita su supervivencia en una sociedad mucho más permisiva), y el dominante), el amor, para sobrevivir en esta época presuntamente raciona-
amor es expresión y sustento de dicho esquema. Aunque el matrimo- lista y desmitificadora, renuncia a sus pretensiones de absoluto y eternidad.
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Pero no es una renuncia sincera: las edípicas ansias de una fuente la evidencia de la alteridad autónoma, y está plenamente justificado que se
de placer y seguridad plena, incondicional, continua y exclusiva si- lo represente como un mamón blando y gordezuelo con los ojos vendados.
guen latentes: sigue vivo el deseo de anexionarse a otra persona (por Resumiendo, el amor es consecuencia y factor perturba-
algo se usa el término “conquistar” como sinónimo de enamorar), de dor –el fruto que contiene y nutre la semilla- del esquema fami-
recuperar el terreno edénico en que la madre era la mullida fortaleza de liar nuclear, que a su vez es consecuencia y factor perpetuador de
un ego de límites difusos. Liebe ist Heimweh: el amor es nostalgia, dicen unas sociedad basada en la explotación y la competencia que induce a re-
irónicamente los alemanes. fugiarse en la familia –o la pareja- concebida como trinchera y congela la
En este sentido, el amor es siempre infantil, regresivo; se niega a aceptar afectividad y la sexualidad en el estado infantil.
Un universo pueril
La etiología familiar de la enfermedad amorosa se manifiesta claramente producida por el hecho de no ser omnipotente, omnipresente y omnisciente
en el más común y lamentable de sus síntomas: los celos. en el universo del otro, se traduce en los celos.
Los celos y su nefasto cortejo (posesividad, dependencia, ansiedad, El amor, que a menudo se representa como último reducto de autenticidad
agresividad, etc.) son consecuencia lógica de la puerilidad del amor: y autodeterminación de una sociedad hipócrita y coercitiva, es en realidad la
cuando dos personas, al enamorarse, contraen el compromiso táci- farsa suprema y la más angosta de las jaulas concéntricas que nos aprisionan.
to de satisfacer mutuamente sus ansias edípicas, es inevitable que se Los miembros de una pareja se someten mutuamente al más grosero de los
frustren o se sientan continuamente al borde de la frustración o del engaños (sólo concebible en la medida en que ambos desean ser engañados
abandono; ya que el bebé interior exacerbado por la furia amorosa exi- tanto o más que engañar) y sujetos por la cadena de una dependencia neu-
ge una dedicación constante y exclusiva que en el fondo sabe imposi- rótica, se convierten cada uno en la bola de presidiario del otro.
ble. Este miedo fóbico al abandono, esta frustración sorda y continua
Engaño mutuo
Los enamorados firman con su sangre el siguiente contrato elíptico: tú vas me hagas creer que yo soy único e insustituible para ti), que estoy contigo
a fingir que yo soy lo más importante para ti, el centro de tu universo, y yo precisamente porque eres tú, etc.
fingiré que tu eres el centro del mío, de este modo olvidaremos que desde Mediante un mecanismo esquizofrénico ad hoc que merecería el más
que salimos de la infancia, estamos irreversiblemente solos, cada uno con- atento estudio de los psicólogos, los dos actores se creen no sólo la farsa
finado en el centro de su propio universo... tú vas a fingir que yo soy para ti del otro, sino también la propia. La única diferencia entre el seductor y
algo único e insustituible, que estás conmigo precisamente porque soy yo, el enamorado auténtico estriba en que el primero sólo engaña al partner
cuando en realidad mi identidad profunda es desconocida e inasequible, y (o compañero/a), mientras que el segundo también se engaña a sí mismo.
no soy más que uno entre los miles de actores que podrían representar el
mismo papel para ti, a cambio, yo fingiré que tú eres para mí algo único Tanto engaño mutuo sólo es concebible, por otra parte, en el marco de una
e insustituible (cosa que me resultará tanto más fácil en la medida en que mitología sólidamente instaurada.
cedáneos más que alternativas, y en realidad lo mitifican aún más, mítica amorosa, sino que, por el contrario, la refuerzan en la medida en que
considerándolo “algo demasiado bello para ser verdad”, y trivializan otro desvirtúan las causas de la frustración afectiva y desvían la subsiguiente
tipo de experiencias erótico-afectivas (o buscan directamente lo trivial a agresividad de sus auténticos objetivos: el propio mito del amor y la ideo-
falta de otra cosa). logía que lo informa.
Estas formas de escepticismo, resignación o desengaño no se oponen a la
Otros senderos:
alternativas al amor
Ahora bien, suponiendo que se admira el carácter neurótico y regresivo En cuanto a las posibles alternativas al amor tal como hoy se vive y
del amor, ¿cómo superarlo y con qué sustituirlo? entiende, sólo podemos vislumbrarlas, ya que van ligadas a condicio-
Tal vez lo único que podamos hacer por el momento sea someter a nes psicológicas y sociales radicalmente distintas; pero parece lícito
una enérgica y recelosa autocrítica nuestro concepto del amor y nues- suponer y esperar que una potenciación de la solidaridad, la compren-
tras vivencias afectivas, separando en lo posible los inevitables aspec- sión, el respeto por la autonomía propia y ajena, junto con la supera-
tos negativos (posesividad, dependencia, mitificación, agresividad...), ción de la posesividad, la agresividad, etc., dará lugar a un generalizado
de los positivos (solidaridad, simpatía, respeto a la identidad y a la au- tipo de relaciones extrapolables de lo que hoy se entiende por una bue-
todeterminación y libertad ajenas...), esforzándonos por combatir los na amistad; relaciones en las que el sexo podrá jugar un papel más
primeros y potenciar los segundos. o menos explícito, más o menos importante, pero nunca coercitivo.
Sólo podemos hacernos una idea muy vaga de tal situación afectiva, por la
Este mero esfuerzo, desde luego no bastará para cambiar radicalmen- misma razón que no podemos hacernos
te nuestra estructura afectiva; pero es un primer paso, igual que el diag- una idea clara de una sociedad libre, ya que ambas cosas - afectividad no re-
nóstico de una enfermedad es el primer paso hacia su curación (o el presiva y sociedad no represiva- van indisolublemente unidas y se determinan
segundo: primero hay que reconocer que se está enfermo). Un primer mutuamente, del mismo modo que se determinan mutuamente el amor
paso a inscribir en la lucha por la transformación global de la sociedad, neurótico y la sociedad neurótica actuales.
condición previa de - o mejor dicho, en relación dialéctica con - una autén-
tica transformación afectiva del individuo.
Y por si no lo entendemos el sistema ha construido dentro de cada uno de nosotros, habremos perdido
En resumen, nuestra actual forma de concebir y sentir el amor constituye la batalla de antemano.
probablemente el reducto más profundo y mejor protegido de la ideología
interiorizada. La lucha contra la ideología dominante se libra en muchos Como bien decía San Pablo, somos templos vivientes de la ideología
frentes y uno de los más duros está en lo más íntimo de nuestro ser, en el (vaya disfrazada de paloma o de mamoncillo alado), y mientras no expul-
centro mismo de nuestra sensibilidad. Es algo terrible, pero si no lo afron- semos de nuestro interior tanto a los mercaderes como a los sacerdotes y
tamos, si nos negamos a ver que nuestro corazón es la sede del búnker que sobre todo a los dioses interiorizados, no empezaremos a ser libres.
notas
1. No pretendo afirmar con esto que tales factores negativos no intervienen en lo que llamamos amistad. Estamos tan tarados, nuestra afectividad está tan
condicionada por la ideología dominante, que en una relación -del tipo que sea- libre de conflictos es, hoy por hoy, prácticamente imposible.
Aunque lo cierto es que muchos factores conflictivos que en el amor juegan un factor determinante, en la amistan suelen ser se-
cundarios (o están mejor controlados), mi contraposición de amor y amistad es sumamente esquemática, y podría desprender-
se de ella una idealización de la amistad del todo improcedente. Un planteamiento riguroso de la cuestión exigiría un análisis detallado y
necesariamente prolijo de la afectividad y el sexo en relación con la ideología.
Con esta exposición simplista pretendo más que nada sugerir una línea de análisis y señalar la necesidad de una revisión drástica de nuestros conceptos
y valores afectivos.
2. No tanta, en realidad: muchos de los que creen prescindir de la religión se aferran a una serie de mitos sustitutivos (seudocientíficos, morales, etc.) que,
si no conjuran el miedo a la muerte, al menos alivian el miedo a la vida.
3. En realidad habría que inventar una palabra nueva, pues las relaciones que pudieran darse en una sociedad no represi-
va serian cualitativamente distintas a lo que hoy se da Asociar estas relaciones nuevas e inconcebibles a lo que hoy llamamos amis-
tad es una aproximación simplista, meramente referencial, basada en el hecho de que la autonomía, la apertura y otras características
irrenunciables de cualquier relación no represiva suelen darse más en las relaciones amistosas que en las amorosas.
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La buena química*
Anastasia Toufexis
EL AMOR ES QUÍMICA
"Amor es una designación romántica para un proceso biológico muy ordinario -o, mejor dicho, químico-. Un montón de tonterías se escri-
ben y discuten sobre ello" Greta Garbo a Melvyn Douglas en "Ninolchka"
Los amantes afirman a menudo que se sienten como arrastrados. que nos resulta atractivo, suena la sirena en la fábrica de FEA".
Y no se equivocan: según sugieren las investigaciones, están literal- Pero los subidones de feniletilamina no duran para siempre, hecho
mente arrollados por sustancias químicas. Un cruce de miradas, un que apoya el argumento de que el amor romántico apasionado es efí-
contacto de manos o una ráfaga de olor desencadenan un aluvión que mero. Como sucede con cualquier anfetamina, el cuerpo desarrolla
empieza en el cerebro y recorre los nervios y la sangre. Los resultados una tolerancia a la FEA, con lo que cada vez hace falta más cantidad
son conocidos: rubor, manos sudorosas, jadeos. Si el amor se parece de sustancia para producir el chispazo del amor. Al cabo de dos o
sospechosamente al estrés, la razón es sencilla: los senderos químicos tres años, el cuerpo no puede generar la cantidad necesaria de FEA y,
son idénticos. contrariamente a la creencia popular, comer dulces no ayuda, ya que,
Por encima de todo está la euforia de enamorarse, una reacción no pese a que son ricos en FEA, no pueden incrementar la aportación
tan sorprendente si se tiene en cuenta que muchas de las sustancias corporal.
que anegan al enamorado son primas de las anfetaminas. Incluyen do- La falta de sustancias químicas marca el final de la pasión delirante,
pamina, noradrenalina y, sobre todo, feniletilamina (FEA). Cole Por- y para muchas personas, el fin de la relación. Esto es sobre todo válido
ter sabía de lo que hablaba cuando dijo: "Me pones como una moto". para aquellos que el doctor Michael Liebbowitz del Instituto Psiquiá-
"El amor es un subidón natural", observa Anthony Walsh, autor de trico del Estado de Nueva York denomina "adictos a la atracción",
La ciencia del amor: entender el amor y sus efectos en la mente y los cuales anhelan tan ardientemente la embriaguez de enamorarse
el cuerpo (The science of Love: Understanding Love and Its Effects que pasan frenéticamente de una relación a otra tan pronto como des-
on Mind and Body). "La FEA es lo que hace que uno lance esa son- aparece el primer ramalazo de enamoramiento.
risa tonta a un desconocido. Cuando nos encontramos con alguien
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PRENDAMIENTO "QUIMICA AMOROSA"
Durante esta etapa, grandes
cantidades de endorfinas
químicamente similar a la La glándula pituitaria del cerebro
morfina fluyen en el cerebro segrega oxytocina ("la química
dejando a los amantes con amorosa"), la cual estimula las
sensación de seguridad, sensaciones mientras se hace
paz y tranquilidad el amor y produce sensaciones
de relajada satisfacción y cariño