La Circuncisión de Nuestro Señor-Octava de Navidad

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

Fraternidad Sacerdotal

San Pedro en México


Propios de la Misa

1º de Enero

La Circuncisión de Nuestro Señor


Cuasi Parroquia San Pedro en Cadenas
Guadalajara, Jalisco, México
1º de Enero
La Circuncisión de Nuestro Señor
En la Octava de Navidad

✤ Introito Is. 9, 6; Sal. 15, 1-13 ✤ ✤ Colecta ✤


n Niño nos ha nacido, y un h Dios!, que por la fecunda
Hijo se nos ha dado; el cual virginidad de la bienaventu-
lleva sobre sus hombros el princi- rada Virgen María, procuraste al
pado; y será su nombre: Ángel género humano la gracia de la
del gran Consejo. (Salmo) Cantad salvación eterna: haznos sentir la
al Señor un cántico nuevo; porque eficacia de su intervención, por la
hizo maravillas. ℣: Gloria al Pa- cual nos fue dado recibir al autor
dre...Un Niño nos ha nacido… de la vida, nuestro Señor Jesu-
cristo, tu Hijo, el cual vive y
reina…

En este día en que ponemos el principio de nuestro año civil, vienen a propósito los
consejos del gran Apóstol, advirtiendo a los fieles la obligación que tienen de santificar
el tiempo que se les concede. Renunciemos, pues, a los deseos mundanos; vivamos con
sobriedad, justicia y piedad; nada debe distraernos del ansia de esa bienaventuranza que
esperamos.
✤Epístola. San Pablo a Tito 2, 11-15 ✤
arísimo: Se ha manifes- y el glorioso advenimiento
tado a todos los hom- del gran Dios y Salvador
bres la gracia de Dios, Sal- nuestro, Jesucristo, el cual
vador nuestro, enseñándo- se dio a sí mismo por noso-
nos que, renunciando a la tros, para redimirnos de to-
impiedad y a los deseos do pecado, purificarnos y
mundanos, vivamos en este hacerse un pueblo fervoroso
siglo sobria, justa y piadosa- en el bien obrar. Estas cosas
mente, aguardando la espe- has de predicar y exhortar
ranza bienaventurada en nuestro Señor Jesucris-
to.

✤ Gradual Sal. 97, 3-4, 2 ✤ ✤ Aleluya Heb. 1, 1-2 ✤


ieron todos los confines de leluya, aleluya. De muchas
la tierra la salvación de maneras habló Dios antaño a
nuestro Dios: Canta a Dios, toda los padres por los profetas. Pero
la tierra. ℣: El Señor manifestó su en estos últimos días nos ha ha-
Salvador: ante las naciones des- blado por su Hijo. Aleluya.
cubrió su justicia.
Es circuncidado el Niño; no solo pertenece ya a la naturaleza humana; por medio de
este símbolo se hace miembro del pueblo elegido, y se consagra al servicio divino. Se
somete a esta dolorosa ceremonia, a esta señal de servidumbre, con el fin de cumplir to-
da justicia. Recibe en cambio el nombre de JESÚS; y este nombre quiere decir SALVA-
DOR; nos salvará, pues, más a costa de su propia sangre. Esa es la voluntad de Dios, por
Él aceptada. La presencia del Verbo encarnado en la tierra tiene por finalidad llevar a ca-
bo un Sacrificio; este Sacrificio comienza ahora.
Evangelio. San Lucas 2, 1
n aquel tiempo: Llegado el día octavo, en que debía
circuncidarse al Niño, se le llamó con el nombre de
Jesús, nombre que le dio el ángel antes de ser concebido.

✤Ofertorio. Sal. 88, 12-15 ✤ ✤Secreta✤

uyos son los cielos y tuya es eñor, habiendo ya aceptado


la tierra: la redondez de la nuestras ofrendas y oracio-
tierra y cuanto contiene, Tú lo ci- nes, purifícanos por estos celes-
mentaste: la justicia y la equidad tiales misterios y óyenos benig-
son el apoyo de tu trono. namente. Por nuestro Señor Jesu-
cristo...

✤ Prefacio de Navidad ✤

n verdad es digno y justo, equitativo y saludable que en todo


tiempo y lugar te demos gracias, Señor, santo Padre, omnipoten-
te y eterno Dios, pues por el misterio del Verbo ha brillado a los ojos
de nuestra alma un nuevo resplandor de tu gloria, para que, cono-
ciendo a Dios bajo una forma visible, seamos atraídos por él al amor
de las cosas invisibles. Y por eso, con los Ángeles y los Arcángeles,
con los Tronos y las Dominaciones, y con toda la milicia del ejército
celestial cantamos el himno de tu gloria, diciendo sin cesar…

✤ Comunión Sal. 97, 3 ✤ ✤Poscomunión✤


ieron todos los confines de urifíquenos, Señor, esta co-
la tierra la salvación de munión de toda culpa; y por
nuestro Dios. la intercesión de la bienaventura-
da Virgen, y Madre de Dios, Ma-
ría, nos haga participantes del re-
medio celestial. Por el mismo Se-
ñor nuestro Jesucristo...
Ha llegado el octavo día del Nacimiento del Salvador; los Magos se acer-
can a Belén; cinco días más y la estrella se detendrá sobre el lugar donde des-
cansa el divino Niño. Hoy, el Hijo del hombre debe ser circuncidado, subra-
yando con este primer sacrificio de su carne inocente, el octavo día de su vida
mortal. Hoy, le van a poner un nombre; y este nombre será el de Jesús, que
quiere decir Salvador. En este gran día, se aglomeran los misterios; recojámos-
los todos, y honrémoslos con toda la devoción y ternura de nuestros corazones.
En este octavo día del Nacimiento del divino Niño, consideremos el gran
misterio de la Circuncisión que se opera en su carne. Hoy, la tierra ve correr
las primicias de la sangre que la va a rescatar; hoy, el celestial Cordero que va
a expiar nuestros pecados, comienza ya a sufrir por nosotros. Compadezcamos
al Emmanuel, que se somete con tanta dulzura al instrumento que le imprimirá
una señal de servidumbre.
María, que ha velado por Él con tan tierno cuidado, ha visto venir esta ho-
ra de los primeros sufrimientos de su Hijo, con un doloroso desgarro de su co-
razón maternal. Sabe que la justicia de Dios podría prescindir de este primer
sacrificio, o bien contentarse con el valor infinito que encierra para la salva-
ción del mundo; y a pesar de eso, es preciso que sea lacerada la carne inocente
de su Hijo y que corra su sangre por sus delicados miembros.
Contempla con dolor los preparativos de esa sangrienta ceremonia; no
puede huir, ni consolar a su Hijo en la angustia de este primer sufrimiento. Tie-
ne que oír sus suspiros, su gemido quejumbroso, y ver cómo corren las lágri-
mas por sus tiernas mejillas. "Y llorando Él, dice San Buenaventura, ¿crees tú,
que su Madre puede contener sus lágrimas? Llora, pues, también ella. Al verla
así llorando, su Hijo, que estaba sobre su regazo, ponía su manecita en la boca
y en el rostro de su Madre, como para pedirle por esa señal que no llorase;
pues Él, que la amaba con tanta ternura, quería que no llorase. Por su parte, es-
ta dulce Madre cuyas entrañas estaban totalmente conmovidas por el dolor y
las lágrimas de su Hijo, le consolaba probablemente con sus gestos y palabras.
En realidad, como era muy prudente conocía muy bien su voluntad aunque no
le hablara, y así le decía: Hijo mío, si quieres que acabe de llorar, termina tú
también, porque llorando tú, yo no puedo menos de llorar. Y entonces, por
compasión hacia su Madre, dejaba de gemir el pequeñuelo. La Madre le enju-
gaba el rostro, y secábase también el suyo; luego acercaba su cara a la del ni-
ño, le daba el pecho, y le consolaba de cuantas maneras podía".
¿Con qué pagaremos nosotros ahora al Salvador de nuestras almas, por la
Circuncisión que se ha dignado sufrir para demostrarnos el amor que nos tie-
ne? Debemos seguir el consejo del Apóstol (Col., II, 11), y circuncidar nuestro
corazón de todos sus malos afectos, extirpar el pecado y sus concupiscencias,
vivir finalmente de esa nueva vida, cuyo sencillo y sublime modelo nos viene
a traer Jesús desde lo alto. Procuremos consolarle en este su primer dolor, y es-
temos cada vez más atentos a los ejemplos que nos ofrece.

FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PEDRO EN MÉXICO


Nuestra Señora del Pilar Gracias por tus Donativos
Madero # 508 Colonia Centro Banco: Banorte. Cuenta: 0015603253
Casa Cristo Rey Nombre: FSSP en México A.C.
Enrique Díaz de L. Sur # 933 Col. Moderna PayPal: [email protected]
Guadalajara, Jalisco, México. Contacto: Teléfono: 33-3811-9669
[email protected] www.fsspmexico.mx

También podría gustarte