Sanidad Sexual 67

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Sanidad Sexual – FRACASO Y

AUTOCONDENA: ESTUDIO
«Dios lo amó sin límite aun cuando el pecado en usted estaba desenfrenado; cuánto más El
continuará amándolo cuando usted busque Su gracia para liberarse de la iniquidad».
(Francis Frangipane)

1. Algunas Cosas que Usted Debería Saber:

La sanidad sexual es un proceso que dura toda la vida, salpicado con sanidad significativa,
despertares y liberaciones, todas causadas a través de una dependencia cada vez mayor en
el Señor y una devoción por El.»Vivan por el Espíritu, y no darán satisfacción a los deseos de
la naturaleza pecaminosa» (Gál.5:16).

El tiempo de Dios es perfecto, aunque puede parecer lento.

Dios no lo forzará o irá contra su voluntad. El esperará hasta que usted esté listo y con
voluntad de hacer lo que Él quiere que usted haga.

Dios esperará hasta que usted entienda que es Su poder lo que está obrando en usted.

Lo que Dios requiere de usted es:

 Arrepentimiento
 Perdón
 Humildad de espíritu
 Resolución de la voluntad
«La prueba del deseo está en la búsqueda» (Rod Parsley).

2. Entienda las tácticas del «malvado».

Recuerde, Satanás está trabajando en usted mucho antes de que la tentación sexual se
introduzca. El gana poder poco a poco a través de pecados «menores», de manera que
pueda derribarlo con cosas más perversas. Su rutina típica es algo así:

Tentación hacia la santificación y/o expiación de uno mismo (es decir, tratando de hacer que
usted viva una vida cristiana bajo su propio poder, o tratando de compensar por sus
pecados a través de realizar buenas obras).

Tentación para ganar el amor y aprobación de Dios a través de sus acciones en lugar de
aceptar la gracia de la aceptación incondicional de Dios a través de la fe.
Tentación a través de la despreocupación de guardar su corazón y su mente de las cosas
que permite entrar en su ambiente personal.

Tentación hacia la rebelión contra las restricciones de la santidad, lo cual lo ciegan a las
realidades y consideraciones eternas que tienen que ver con la voluntad de Dios.

Tentación en las cosas «pequeñas» (rabia, chisme, mentira, etc.).

Luego de tendernos una trampa para que caigamos a través del debilitamiento espiritual en
nuestra relación con pecados no relacionados, Satanás nos golpea con el pecado más obvio.

 Tentación sexual
 Caída
 Vergüenza
 Condena
 Desesperanza
 Tentación
 Caída
3. Algunas Cosas que Usted Debería Hacer:

Arrepiéntase, perdone, humíllese, ponga su corazón y su mente en hacer la voluntad de


Jesús como Él se la revela v le da el poder de llevarla a cabo.

«Si se humilla mi pueblo…oran…buscan mi rostro…se vuelven de sus malos caminos,


entonces yo oiré…perdonaré su pecado y sanaré…» (2 Crónicas 7:14).

«Mi Dios me alumbra mis tinieblas…Dios me ciñe de poder y ha hecho perfecto mi camino…
El restaura mi alma» (Salmos 18:28, 32; 23:3).

Rechace los sentimientos de condena y desprecio como lo que son, engaños de Satanás. De
todas maneras, Dios no nos acepta por nuestra santidad. Lea y crea Ro.8:1-2.

Ponga su mente y su corazón en creer en la Palabra de Dios, a pesar de sus propios


sentimientos y de la apariencia de las circunstancias.

«Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para
limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9).

Aunque el cambio es incontrolable, ponga su mente y corazón en rechazar esas cosas, las
creencias y patrones de conducta en su vida que han sido destructivos para usted, como
Dios los revela a usted en esa luz.

Note en Juan 14:30 que Satanás no obtuvo nada en Jesús.


Haga cautivo cada pensamiento para hacerlo obediente a Cristo (2 Co.10:3-5).

Fortalezca su relación con el Señor a través de la adoración, alabanza, oración y el estudio


de Su palabra. (Salmos 16:7 y Jeremías 33:3).

Aprenda a discernir voces demoniacas, aparte de sus propios pensamientos y de la voz de


Dios.

La voz de Dios es amorosa, suave, llena de perdón y aliento.

La voz de Satanás es condenadora, apurada y con frecuencia insinúa dudas en cuanto a


cosas que Dios ya le ha dicho a usted.

Recurra a Dios cuando fracase. Él es el único que le puede ayudar a «no fracasar» la
próxima vez. Él no tiene interés en castigar un corazón arrepentido. El sólo quiere ayudarlo
a que todo salga bien la próxima vez. El único fracaso a los ojos de Dios es la persona que
se rehúsa a recurrir a Él para ser restaurado después de la caída.

En su libro, Passion por Jesús, Mike Bickle comenta: «Cuando la presencia del Señor se aleja
de nosotros cuando fallamos… usted y yo debemos levantarnos en obediencia y en fe y
buscarlo.

…Él no nos condena por nuestra inmadurez o nos acusa por nuestros fracasos. Más bien, El
llama las cosas que aún no son como si lo fueran, porque El ve aquellas cosas en forma de
semillas en nuestro corazón (Ro.4:17).

…Aun cuando somos débiles, aun cuando fracasamos, el Señor mira la sinceridad y devoción
de nuestros corazones y exclama, ‘¡Eres tan bello para Mí!’ El saber que Jesús continúa
disfrutándonos al ir madurando es una verdad fundamental que nos da poder para madurar.

…Aun cuando sus acciones a veces no cumplen con sus intenciones, la resolución devota de
su corazón llena al Señor de una emoción afectiva. Él lo mira y ansia atraerlo a una relación
más íntima con El.

Es esta revelación del corazón de Jesús cautivado por usted que despierta su corazón a un
fervor por El, encendiendo su evolución en una pasión santa. Y es Su amor apasionado por
usted y su respuesta de amor y devoción a El que actúa como un escudo de amor,
guardando su corazón con afecciones santas en momentos de tentación y en horas difíciles
de la vida (1 Tes.5:8)».

Aférrese a la humillación de considerarse totalmente dependiente de Dios. Reconozca su


debilidad, Su gracia y Su poder para vencer.

«Jesús dijo, ‘Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad’. Por lo tanto,
muy a gusto haré alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de
Cristo…porque es cuando soy débil que soy fuerte» (2 Co.12:9-10).
«Al que puede guardarlos para que no caigan y presentarlos sin tacha y con gran alegría
ante su gloriosa presencia, al único Dios nuestro Salvador sea la gloria, la majestad, el
poder y la autoridad, por medio de Jesucristo nuestro Señor, desde antes de todos los
siglos, ahora y para siempre ¡AMEN!» (Judas 1:24-25).

«Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; con cánticos de liberación me


rodearás» (Salmos 32:7).

«Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu.
Muchas son las aflicciones del justo pero de todas ellas lo libra el Señor» (Salmos 34:18-
19).

4. Los Peligros del Éxito

Existiría un gran peligro en nuestro caminar espiritual si nuestro éxito en resistir al pecado
vendría como resultado del esfuerzo propio, aparte de una dependencia de Dios y de la
apropiación de su poder.

El creer que usted puede hacerlo por sí mismo puede sólo resultar en pretensiones de
superioridad moral acerca de sus logros y que se engañe acerca del mérito y eficacia de sus
esfuerzos a largo plazo.

También puede haber un peligro oculto, aun cuando su éxito viene como resultado de una
apropiación correcta del poder y gracia de Dios.

Después de un período de éxito, existe una sutil tentación de volver a tomar las riendas de
su vida, y empezar a vivir como si hubiera tenido el recurso del poder (es decir, no volverse
al Señor v confiar en El cada vez que la tentación atraviesa su camino). Considere una falta
similar en los Israelitas del período del Antiguo Testamento, que se encuentra en 1 Crónicas
13:13 y Josué 9:14, donde ellos no inquirieron del Señor.

5. Ejercicios: Fracaso y Autocondena

 Pídale a Dios que le ayude a manejar su impaciencia y su incapacidad para confiar


en el tiempo perfecto que Él tiene para responder a su oración.
 Pídale a Dios que maneje sus demandas internas no dichas y las expectativas que
tiene de Él y que hacen que usted tienda a culparlo a El automáticamente cuando
algo no sale bien.
 Pídale a Dios que le ayude a separar su relación con sus padres de su relación con
El y que lo ayude a comprender la increíble naturaleza de la paternidad de Dios.
 Pídale a Dios que exponga las tácticas que Satanás usa contra usted para traerle
desaliento, condena, miedo y duda, y para atraerlo hacia la naturaleza egocéntrica
y carnal. Luego pídale a Dios que le muestre qué hacer frente a esas tácticas.
 Pregúntele a Dios cómo reconocer y eliminar aquellas infracciones menores que se
acumulan y lo debilitan (le tienden una trampa) para que caiga en áreas mayores
de pecado. Pídale a El que le dé un amor y compromiso profundos hacia El para
que pueda manejar esas áreas más pequeñas de pecado al igual que las más
grandes.
 En su corazón y en su mente crea en la Palabra de Dios en todo momento y
circunstancia, a pesar de cualquier evidencia aparente de lo contrario.
 Pase varias horas en alabanza y adoración, en oración y lectura de la Escritura.

Extracto del libro “Sanidad Sexual”

Por David K. Foster

También podría gustarte