Aguaceros 5
Aguaceros 5
Aguaceros 5
Hegemonía
cultural
Jefa de Gobierno de la Ciudad de México
Claudia Sheinbaum Pardo
Diseño
Aimeé Cervantes
Alejandra Valencia
Daniela Arriaga
Irán Márquez
4 18
Presentación Glosario + Tendedero
Hegemonía
5
Fragmentos 19
Vestimenta y símbolo Retrospectiva
Mircea Eliade Lujo comunal
El imaginario político de la
Comuna de París
6 Kristin Ross
Definiciones
La hegemonía
Raymond Williams 24
Voces
Manifiesto, hablo por mi
10 diferencia
Poema Pedro Lemebel
Píntame angelitos negros
Andrés Eloy Blanco
25
Comunidades contrahegemónicas
11 El impacto de las producciones
Miradas de Radialistas Apasionadas
CO NTE NI DO
13
Reflexiones 27
Hegemonía cultural y transformación Recomendaciones
Aguaceros Esquina Amoxcalli / Amoxcallito
14 29
Opiniones Experiencias
Con excepciones no se construye contrahegemónicas
una cinematografía
Paul Leduc
32
16 Poema
Tecnologías comunitarias Poesía, violencia y ternura
Allen Ginsberg
Crip Camp, personas con
discapacidad en defensa
de sus derechos 33
Aguaceros
Referencias
Actualmente los medios de comunicación y la industria cul-
Presentación tural (entiéndase: cine, radio, televisión, etc.) son medios
de transmisión de una comprensión a veces totalizante de
En algunas referencias literarias ya se advierten que nuestras lo que es y debería ser o entenderse como cultura. Con fre-
visiones, ideas y apreciaciones del mundo no siempre se cuencia, esta comprensión está impulsada bajo una lógica
corresponden entre sí. Antoine de Sant – Exupéry lo sintetiza de consumo, en función de que la oferta artística se base
en la frase más célebre de su obra El Principito: “Lo esencial en la ganancia que pueda tener. Así, también, en términos
es invisible a los ojos”. El mundo tal como nos lo han con- estéticos, difunde y reproduce una mirada de lo bello y de
tado, como nos lo han enseñado, como hemos tenido que lo bueno desde una perspectiva cultural dominante (la de
aprender a interpretarlo, puede que no sea tal cual lo hemos Occidente). Y esto influye en cómo vemos y distinguimos,
apreciado. De ser así, entonces, el mundo supone una cons- por ejemplo, un cuerpo blanco como referente de lo her-
trucción que no ha sido hecha por nosotros sino algo que moso, o visiones individualistas como el comportamiento
nos antecede. Aun así, contribuimos a su permanencia. Y idóneo frente a nuestros semejantes. En ese sentido, dentro
es que, efectivamente, la percepción de la realidad es una de la cultura transnacional podemos ver no sólo el mismo
construcción social precedida de valores morales, estéticos, formato de programas ya sea de concursos, de noticieros
políticos y religiosos que nos permiten poder entendernos o deportivos, sino la misma oferta cultural a través de las
en ella. Muchos de esos valores han sido instituidos antes de plataformas electrónicas. Podemos estar en cualquier parte
que podamos integrarlos a una manera singular y propia de del mundo gozando, en términos generales, de los mismos
entender la vida; y, al reproducirlos y mantener su vigencia, contenidos, pero según estudios de mercado que redirigen
formamos parte de una manera de concebir el mundo en su nuestros gustos recreativos o artísticos.
conjunto. Parte de ésta es lo que podríamos entender hoy En este panorama las expresiones artísticas locales de
como hegemonía cultural. las comunidades quedan invisibilizadas, y sólo se difunden
Sin embargo, no significa que la hegemonía cultural sea si logran posicionarse como una oferta de lucro y ganancia,
aceptada de manera plena y total por cada uno de los indivi- no por los valores éticos, religiosos o políticos que puedan
duos que conforman la sociedad; ésta también nos permite ofrecer. En este cuadernillo disponemos definiciones de
movernos en un sistema de símbolos y valores imperantes hegemonía a la luz de asunto cultural, en contraste con refe-
en nuestra época. Y así, comprender por qué el mundo es de rencias y experiencias cuestionadoras del tema, o contrarias
una manera y no de otra, y tratar de ver por qué otras socie- a él, contra hegemónicas. Todo este conjunto apunta a una
dades tienen sistemas de símbolos y valores distintos a los discusión en la lectura sobre el lugar y el papel de la cultura
nuestros. Éstas son dos cuestiones que nos hacen reflexionar comunitaria en los distintos espacios que habitamos, para
sobre la manera en la que participamos de la construcción de comprenderla también como un proceso de construcción
la realidad social en cada una de sus dimensiones: trabajo, distinto al experimentar y desarrollar la vida cotidiana im-
sexo-género, subjetividad-intersubjetividad; o, para decirlo pulsada por valores como la solidaridad, la cooperación, la
de otro modo, identidad, autoridad colectiva y naturaleza. equidad, la reciprocidad, la diversidad y la colectividad.
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FRAGMENTOS AG UAC E R O S N O. 5
Y, sin embargo, cada tela tiene un signi- En una sociedad que descansa sobre
ficado preciso. El diseño laberíntico que bases tradicionales no existen “secre-
habla al ojo de un javanés es mejor que tos” personales (privacy), pues todos los
toda una página de descripción. Cada gestos del hombre tienen un significado
signo es un símbolo. El javanés sabe de que le precede y sobrepasa. En Oriente,
inmediato a quién tiene delante: sabe donde el acto de alimentarse, por lo
si es rico o pobre, montañés o pesca- demás brutal y profano, se ha converti-
dor, se entera del oficio de los padres, do en un ritual y ha adquirido un signifi-
sabe quién es su prometida, etc. Per- cado y un valor disociados de la función
cibirá también detalles más íntimos si orgánica, los otros gestos humanos se
examina con atención el traje, pues el integran Igualmente en un orden que
simbolismo de la vestimenta no oculta trasciende no sólo al individuo sino
nada. Adivina, por ejemplo, a dónde va también a la sociedad. Pues, si el in-
el transeúnte: a una boda, a una cita de dividuo está integrado en la sociedad
negocios, a una fiesta. Todas las “ocasio- por miles de “rituales permanentes’’, la
nes”, todos los “sucesos’’ están inscritos sociedad está a su vez integrada en el
en esos laberintos policromos. orden cósmico. Eso no significa simple-
mente que no esté solo en la sociedad
El hombre no tiene nada que esconder (como se le tienta en las civilizaciones
y, llevando aquel día aquel traje, se occidentales luciferinas), sino que está
integra en un cierto orden supraindivi- solo en el Cosmos. Estos hombres no
dual. En efecto, todos los símbolos, los tienen “secretos” porque no los nece-
emblemas, las alegorías inscritas en una sitan. Viven orgánicamente ligados al
franja de batik no tienen otro sentido que Gran misterio del Cosmos.
1 Mircea Eliade. “Vestimenta y símbolo”. El vuelo mágico. Ed. y Trad. Victoria Cirlot y Amador Vega. Madrid: Ediciones Siruela. 2017, pp. 77 - 75.
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DEFINICIONES AG UAC E R O S N O. 5
La
HEGEMONÍA 1
Por Raymond Williams
El concepto de hegemonía tiene un alcance mayor que el concepto de cultura, tal como
fue definido anteriormente, por su insistencia en relacionar el “proceso social total” con
las distribuciones específicas del poder y la influencia. Afirmar que los hombres definen y
configuran por completo sus vidas sólo es cierto en un plano abstracto. En toda sociedad
verdadera existen ciertas desigualdades específicas en los medios, y por lo tanto en la ca-
pacidad para realizar este proceso. En una sociedad de clases existen fundamentalmente
desigualdades entre las clases. En consecuencia, Gramsci introdujo el necesario recono-
cimiento de la dominación y la subordinación en lo que, no obstante, debe ser reconocido
como un proceso total.
1 Raymond Williams. Marxismo y literatura. Trad. Pablo Di Masso. Barcelona, España: Península. 1980, pp. 129-136. Cita parcial.
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AG UAC E R O S N O. 5
En este concepto de hegemonía hay dos ventajas inmediatas. En primer término, sus
formas de dominación y subordinación se corresponden más estrechamente con los
procesos normales de la organización y el control social en las sociedades desarrolladas
que en el caso de las proyecciones más corrientes que surgen de la idea de una clase
dominante, habitualmente basadas en fases históricas mucho más simples y primitivas.
Puede dar cuenta, por ejemplo, de las realidades de la democracia electoral y de las sig-
nificativas áreas modernas del “ocio” y la “vida privada” más específica y activamente
que las ideas más antiguas sobre la dominación, con sus explicaciones triviales acerca
de las simples “manipulación”, “corrupción” y “traición”. Si las presiones y los límites de
una forma de dominación dada son experimentados de esta manera e internalizados en
la práctica, toda la cuestión de la dominación de clase y de la oposición que suscita se ha
transformado.
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AG UAC E R O S N O. 5
En segundo término, y más inmediatamente dentro de este contexto, existe un modo ab-
solutamente diferente de comprender la actividad cultural como tradición y como prácti-
ca. El trabajo y la actividad cultural no constituyen ahora, de ningún modo habitual, una
superestructura: no solamente debido a la profundidad y minuciosidad con que se vive
cualquier tipo de hegemonía cultural, sino porque la tradición y la práctica cultural son
comprendidas como algo más que expresiones superestructurales—reflejos, mediacio-
nes o tipificaciones—de una estructura social y económica configurada.
Las gentes se ven a sí mismas, y los unos a los otros, en relaciones personales directas; las
gentes comprenden el mundo natural y se ven dentro de él; las gentes utilizan sus recur-
sos físicos y materiales en relación con lo que un tipo de sociedad explícita como “ocio”,
“entretenimiento” y “arte”: todas estas experiencias y prácticas activas, que integran una
gran parte de la realidad de una cultura y de su producción cultural, pueden ser compren-
didas tal como son sin ser reducidas a otras categorías de contenido y sin la característica
tensión necesaria para encuadrarlas (directamente como reflejos, indirectamente como
mediación, tipificación o analogía) dentro de otras relaciones políticas y económicas de-
terminadamente manifiestas. Sin embargo, todavía pueden ser consideradas como ele-
mentos de una hegemonía: una formación social y cultural que para ser efectiva debe
ampliarse, incluir, formar y ser formada a partir de esta área total de experiencia vivida.
Una hegemonía dada es siempre un proceso. Y excepto desde una perspectiva analítica,
no es un sistema o una estructura. Es un complejo efectivo de experiencias, relaciones
y actividades que tiene límites y presiones específicas y cambiantes. En la práctica, la
hegemonía jamás puede ser individual. Sus estructuras internas son sumamente complejas,
como puede observarse fácilmente en cualquier análisis concreto. Por otra parte (y esto
es fundamental, ya que nos recuerda la necesaria confiabilidad del concepto) no se da de
modo pasivo como una forma de dominación. Debe ser continua-
mente renovada, recreada, defendida y modificada. Asimismo, es
continuamente resistida, limitada, alterada, desafiada por presiones
que de ningún modo le son propias. Por tanto debemos agregar al
concepto de hegemonía los conceptos de contrahegemonía y de
hegemonía alternativa, que son elementos reales y persistentes de
la práctica.
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AG UAC E R O S N O. 5
Dentro de este proceso activo lo hegemónico debe ser visto como algo más que una
simple transmisión de una dominación (inmodificable). Por el contrario, todo proceso
hegemónico debe estar en un estado especialmente alerta y receptivo hacia las alter-
nativas y la oposición que cuestiona o amenaza su dominación. La realidad del proceso
cultural debe incluir siempre los esfuerzos y contribuciones de los que de un modo u otro
se hallan fuera o al margen de los términos que plantea la hegemonía específica.
Por tanto, y como método general, resulta conflictivo reducir todas las iniciativas y contri-
buciones culturales a los términos de la hegemonía. Ésta es la consecuencia reduccio-
nista del concepto radicalmente diferente de «superestructura». Las funciones específicas
de lo hegemónico, lo dominante, deben ser siempre acentuadas, aunque no de un
modo que sugiera ninguna totalidad a priori. La parte más difícil e interesante de todo
análisis cultural, en las sociedades complejas, es la que procura comprender lo hegemó-
nico en sus procesos activos y formativos, pero también en sus procesos de transforma-
ción. Las obras de arte, debido a su carácter fundamental y general, son con frecuencia
especialmente importantes como fuentes de esta compleja evidencia.
Sin embargo, existe una variación evidente en tipos específicos de orden social y en el ca-
rácter de la alternativa correspondiente y de las formaciones de oposición. Sería un error
descuidar la importancia de las obras y de las ideas que, aunque claramente afectadas
por los límites y las presiones hegemónicas, constituyen—al menos en parte— rupturas
significativas respecto de ellas y, también en parte, pueden ser neutralizadas, reducidas
o incorporadas, y en lo que se refiere a sus elementos más activos se manifiestan, no obs-
tante, independientes y originales.
Por lo tanto, el proceso cultural no debe ser asumido como si fuera simplemente
adaptativo, extensivo e incorporativo.
La apertura finita, aunque significativa de muchas obras de arte, como formas significati-
vas que se hacen posibles pero que requieren asimismo respuestas significativas persis-
tentes y variables, resulta entonces particularmente relevante.
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POEMA
Píntame
angelitos 1
negros
¡Ah mundo! La Negra Juana, No hay pintor que pintara Si al cielo voy algún día,
¡la mano que le pasó! angelitos de mi pueblo. tengo que hallarte en el cielo,
Se le murió su negrito, Yo quiero angelitos blancos angelitico del diablo,
sí señor. con angelitos morenos. serafín cucurusero.
Ángel de buena familia
Por Andrés Eloy Blanco —Ay, compadrito del alma, no basta para mi cielo. Si sabes pintar tu tierra,
¡tan sano que estaba el negro! así has de pintar tu cielo,
Yo no le acataba el pliegue, No hay pintor que pintara con su sol que tuesta blancos,
yo no le acataba el hueso; angelitos de mi pueblo. con su sol que suda negros,
como yo me enflaquecía, Yo quiero angelitos blancos porque para eso lo tienes
lo medía con mi cuerpo, con angelitos morenos. calientito y de los buenos.
se me iba poniendo flaco Ángel de buena familia Aunque la Virgen sea blanca,
como yo me iba poniendo. no basta para mi cielo. píntame angelitos negros.
Se me murió mi negrito;
Dios lo tendrá dispuesto; Si queda un pintor de santos, No hay una iglesia de rumbo,
ya lo tendrá colocao si queda un pintor de cielos, no hay una iglesia de pueblo,
como angelito del Cielo. que haga el cielo de mi tierra, donde hayan dejado entrar
con los tonos de mi pueblo, al cuadro angelitos negros.
—Desengáñese, comadre, con su ángel de perla fina, Y entonces, ¿adónde van,
que no hay angelitos negros. con su ángel de medio pelo, angelitos de mi pueblo,
Pintor de santos de alcoba, con sus ángeles catires, zamuritos de Guaribe,
pintor sin tierra en el pecho, con sus ángeles morenos, torditos de Barlovento?
que cuando pintas tus santos con sus angelitos blancos,
no te acuerdas de tu pueblo, con sus angelitos indios, Pintor que pintas tu tierra,
que cuando pintas tus Vírgenes con sus angelitos negros, si quieres pintar tu cielo,
pintas angelitos bellos, que vayan comiendo mango cuando pintas angelitos
pero nunca te acordaste por las barriadas del cielo. acuérdate de tu pueblo
de pintar un ángel negro. y al lado del ángel rubio
y junto al ángel trigueño,
Pintor nacido en mi tierra, aunque la Virgen sea blanca,
con el pincel extranjero, píntame angelitos negros.
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.
1 “Este poema se incluyó en una obra póstuma titulada La Juanbimbada, en el año 1959 (…). Se hizo muy conocido por un bolero del actor y compositor Manuel Alvarez Maciste, interpretado inicialmente por Pedro Infante, y luego por Antonio Machín. En su adaptación, se redujo la extensión.
El dúo uruguayo Los Olimareños también interpreta esta canción, pero como un joropo del folclore venezolano. Asimismo, ha sido versionado por la cantante norteamericana Roberta Flack, en su álbum de 1969.”
Extraído de: https://www.poeticous.com/andres-eloy-blanco/piantame-angelitos-negros?locale=es
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MIRADAS AG UAC E R O S N O. 5
Batallas
y hegemonías1
Por María Pía López
(…)
¿Qué voluntad se nombra como hegemonía? Creo que no tanto la imposición de la lógica de
un sector como la capacidad de un sector de traducir, deglutir y retomar temas y valores que
no han surgido de él y que sin embargo por su mediación pueden generalizarse. Dicho así,
remite a un tipo de acción de retoma y generalizaciones propias de los bloques políticos a
cargo del Estado.
(…)
Ante la malversación de la idea de hegemonía en el idioma exige como soldados –o, en el mejor de los casos, a algu-
cotidiano de la política, apareció como sustituta positiva la nos pocos como estrategas– antes que como intérpretes
noción de batalla cultural. Parecen nombrar etapas de un mis- libres de una situación. La batalla reclama inclusión en una
mo proceso: ¿o no sería ese combate la instancia previa de la trinchera o en una facción, renuncia a la crítica respecto de
triunfante hegemonía? Es decir, si hay hegemonía es porque ese conjunto en el que se está incluido y acusar o ser acu-
hubo batallas victoriosas, aun aquellas que se dirimieron sin sado de disparar fuego amigo. La batalla supone generales
ninguna apelación al imaginario bélico, sino que se realizaron cuando no ensalza comisarios políticos. ¡Pérdida grande de
al amparo de instituciones –como las iglesias– o que se afir- las potencias de un colectivo si aquellos que lo componen
maron en la industria del espectáculo. deben reducir su imaginación y su reflexión al cuidado de
la persistencia de la facción! Que es facción precisamente
La hegemonía tiene doble latido: un corazón del conflicto por ese encierro y no porque éste sea el destino de cualquier
y otro de la conciliación. No sólo de la conciliación a la que conjunto ni la deriva necesaria de la apasionada nitidez de
puede llamar el victorioso, a la paz que reclama el que ha los conflictos. El antagonismo es el plano necesario de la
impuesto una ley surgida del conflicto anterior del que ha política, mucho más cuando logra capturar y expresar, con
resultado ganador, sino de una situación más compleja, en la los símbolos y las dinámicas propias de esa práctica, las
que construir hegemonía requiere traducir, también, la voz del particiones del antagonismo social. Pero eso divide campos
otro, retomar sus valores o marchar hacia la construcción de que no tienen por qué derivar en bandos o facciones, por
lo común. Es el esfuerzo de la perspicacia comprensiva más el contrario, pueden afirmar su vitalidad en la capacidad de
que la obstinación combatiente. evitar esa deriva.
Por eso incomoda, me incomoda, su sustitución por la idea En la batalla hay un nosotros y un ellos, claramente definidos.
de batalla cultural. La contienda pensada bélicamente nos En los últimos tiempos, esa diferenciación no provino de una
1 María Pía López. “Batallas y hegemonías”. (Reproducción parcial). Página 12. Publicado el lunes 30 de mayo de 2011 en versión electrónica:
https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-169110-2011-05-30.html
11
Felix A G U A C E R2017
Mittermeier, O S(Pixabay)
N O. 5
(…)
Y para ir más allá: ¿la propia idea de batalla cultural no nos obliga a banalizar a los oponen-
tes, leerlos en sus aristas más burdas, a los efectos de ratificar la trinchera en la que nos
situamos? Y al interpretar en esa superficie de necedad a los otros, ¿no nos condenamos al
encierro en la propia reducción? ¿Al clasificar despojando de problemas esa clasificación,
no forjamos los grilletes para nuestra propia palabra, que resultará impedida de actuar
de un modo desclasificador? Pienso que la noción de hegemonía alude a otro movimiento,
que es más bien el de la auscultación de una verdad posible o de un valor a afirmar o de un
elemento que conviene –en el sentido más amplio, incluso astuto, de la idea de convenien-
cia– retomar. En este sentido, exige más disposición a una hermenéutica de la conversación
que a la contundencia de la repetición de un slogan.
(…)
Y son demasiados los precios que se pagan por la aceptación de esas imágenes bélicas. De
nuevo: no hablamos como pacifistas cuando lo que nos arrasa es la pregunta por cuáles son
las luchas en las que efectivamente se dirimen formas de emancipación. Y frente a la cual
tenemos una intuición: la de que su persistencia a largo plazo y su expansión en el presente
exige una insistencia metodológica en la politización –de las prácticas, de las ideas, de las
narraciones– antes que la adopción rápida de las camisetas o el trastrocamiento inmediato
del discurso que se combate. Ningún pelotazo acertado al gorila sustituye el ejercicio, profun-
damente político, de interpretar la época y procurar descifrar sus nombres.
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REFLEXIONES AG UAC E R O S N O. 5
Ambas alusiones apuntan a la incesante y angustiante cuestión sobre el rumbo, la pertenencia, el sentido
y el valor de nuestras propias vidas en sociedad: a la libertad o la esclavitud que tenemos frente a nuestras
condiciones; a los grados de dominación y a la propia capacidad de acción que poseemos o que podríamos
desplegar, y en donde forcejeamos, en batallas íntimas y también públicas, aquello que podemos o que
podríamos y deseamos ser. No por nada, Antonio Gramsci, uno de los principales impulsores teóricos de la
hegemonía, extrajo su uso del léxico bélico y militar de la época.
1 Victoria Santa Cruz. “Me gritaron negra”. Ritmos y aires afroperuanos. Perú: Discos Hispanos del Perú año 60 (producción y distribución). 1995.
2 Friedensreich Hundertwasser. Men’s five skins. Dibujo en tinta china. 1975. Reproducción digital: https://n9.cl/c3ecv
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AG UAC E R O S N O. 5
La hegemonía puede suponerse como universo Podemos hablar de una hegemonía de la civilización
sustantivo y constitutivo de cualquier proceso occidental respecto de otras maneras de producir y
social y cultural. Y tiene por ello diversas concebir el mundo; también de una hegemonía religiosa
dinámicas y dimensiones posibles para su cuando se disputan el sentido de la fe y la creencia
composición y entrelazamiento. Desde luego dentro de la sociedad; o de una hegemonía mundial de
no debemos perder de vista que la propia acuerdo con las maneras en las que una potencia nacional
hegemonía puede estructurarse de las más ejerce su influencia sobre varios países. Pero también
diversas formas y concentrarse en diversos podemos hablar de hegemonías locales o regionales según
símbolos o élites también profundamente las dinámicas culturales que se establecen entre
diversas entre sí. determinados conjuntos de la sociedad.
2
Y la hegemonía es también algo que puede actuar y desde donde se actúa. Sin embargo,
opera más allá de nuestra propia voluntad individual o forma de referirnos al mundo.
Por ello, espacios hegemónicos implican con frecuencia el ejercicio de una coerción
política, social y cultural sobre otros grupos dominados o subalternos. De ahí que
la larga lista de agravios y de opresiones acontecidos en la humanidad durante los
últimos milenios nos conduzca directamente a pensar en la hegemonía como un proceso
relacionado con el poder, la dominación, la violencia y la opresión.
3
No obstante, si bien no hay hegemonía sin coerción, tampoco hay coerción sin
consenso. (I) Primero: la represión no es puro dominio bruto, para que haya
represión debe existir consenso entre algunos sobre aquellos actos o grupos
que pueden ser reprimidos. Por ello, para que un grupo pueda ser hegemónico
debe establecer un consenso con otros grupos. (II) Segundo: el consenso también
va más allá de las alianzas y acuerdos entre grupos; el consenso está sujeto
tanto a la representatividad de los sectores dominantes como a cierto grado
de identificación y valoración que los grupos subalternos tienen respecto del
poder. (III) Tercero: la creación de consenso también se da por fuera del poder
político del Estado. Así, la creación de consenso establece una dirección moral
e intelectual no sólo de arriba hacia abajo, sino también de abajo hacia arriba;
según la manera en la que dicho grupo da un sentido de orientación de la vida,
en general, pero específicamente de la vida política a través de la compleja
relación entre ideología, cultura y sistemas de creencias.
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AG UAC E R O S N O. 5
Así, las hegemonías nunca son totales, eso significa que tampoco son permanentes.
Hay momentos de crisis, de desgaste y de quiebre de las hegemonías impulsados por los
reacomodos sociales que se dan como respuesta a las dinámicas políticas, económicas,
culturales y sociales. En esos momentos de reacomodo social, las maneras de concebir
el mundo y la vida que estaban sometidas o subalternas, así como aquellas nuevas que
surjan de acuerdo con los cambios de la sociedad, pueden condensarse en momentos
de acumulación política al generalizar otra idea de lo social que dispute viejos
esquemas, ésos con los que establecemos nuestras relaciones sociales. Este proceso
que podemos considerar como contrahegemónico puede tener un impacto fuerte o menor
dependiendo de cómo se diriman los conflictos sociales.
6
5 Las coyunturas políticas que son variadas y múltiples
(revoluciones, transiciones del poder político, guerras,
irrupción de movimientos sociales, etc.), pueden resolver
Y aunque las viejas o anteriores o reorientar la manera en que ciertas cuestiones sociales,
hegemonías se reestructuren, éstas no siempre de una sociedad específica, se establecen. Por ejemplo,
quedan intactas. Las nuevas maneras de el proceso de la revolución mexicana en pocos años cambió la
entender la vida y los valores sociales percepción de los derechos laborales y sociales de los obreros
quedan como huella de otros mundos y de los campesinos, permitiendo una fuerte modificación
posibles a la espera de una nueva constitucional que diera cause a sus demandas.
irrupción social; ya sea de forma abrupta,
por las coyunturas, o acumulativa. Esta
influencia se expande y cambia lenta –pero
persistentemente– nuestra sociabilidad. 7
¿
para un mejor desarrollo de la convivencia social. Por
ejemplo, el proceso de la apertura política y la democra-
Puedes identificar en tus
tización social, que se presenta como una acumulación de
prácticas algún ejemplo experiencias de diversos grupos sociales que poco a poco van
de hegemonía cultural ¿ integrando a su desarrollo social la necesidad de la apertura
democrática, una tarea que no ha concluido, pero que a través
de los años y la expansión en otros grupos y sectores va
modificando nuestras maneras de relacionarnos.
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AG UAC E R O S N O. 5
La hegemonía cultural puede concebirse como una En el caso de las sociedades capitalistas contemporá-
categoría teórica para caracterizar y nombrar neas la concentración de la riqueza a gran escala se
(tanto en términos objetivos como subjetivos) a convierte en el común denominador de las relaciones
las relaciones de distintos grupos, asociaciones o de fuerza existente, combinando con eso a otras
sectores de la sociedad según el grado de homogenei- estructuras de poder con las que se mezcla, y no
dad, autoconciencia y organización en un momento o por casualidad, la expansión global del capitalismo
periodo, y también en la concatenación de una serie y el brutal colonialismo en África, Asia o América
de escalas (barrio, alcaldía, estado, país), dimen- Latina. El poder de nombrar y la concentración de la
siones (social, económica, política) y estructuras riqueza ostentan una profunda relación para nuestras
de poder (patriarcado, capitalismo, colonialismo). sociedades. A nivel mundial el 45% de la riqueza es
acaparada por tan sólo el 1% de la población.
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AG UAC E R O S N O. 5
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Afirmar que la cultura es un derecho implica promover un cambio de visión respecto de las formas en
las que el mercado ha promovido una idea de cultura como algo excepcional para redituar, un espectácu-
lo, un sistema de entretenimiento, al que solo puede tener acceso quien pueda –económicamente– consumir.
Asimismo, afirmar la cultura como un derecho nos confronta con las políticas neoliberales que ven a
la cultura en el estrecho margen del ofrecimiento de un servicio adquirido entre particulares. En ese
sentido, la desatención del Estado bajo el neoliberalismo ha significado una intervención de la iniciativa
privada en la cultura: “a) como benefactora y legitimadora de la producción cultural de todas las clases,
b) como defensora de la libertad de creación cultural e información política frente a cualquier monopolio
estatal, c) como articuladora interna de la cultura nacional y de ella con el desarrollo internacional
más avanzado, según lo connota su uso casi exclusivo de las nuevas tecnologías”.3
13
La política pública de base comunitaria en materia
cultural consiste simultáneamente en una redistribución
de los recursos y en la reformulación del sentido estruc-
tural del ejercicio presupuestal. Por ello, su impacto
debe rastrearse adyacentemente en la construcción de
redes, procesos, concepciones, sentidos y vínculos. Un
proceso anclado en un punto de la estratificación social
y territorial que fortalece la identidad social y que
sensibiliza sobre la necesidad de la participación de
la sociedad en las creaciones culturales, y en su
producción y diseño.
3 Néstor García Canclini. “Cultura trasnacional y culturas populares”. En Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 431. Mayo 1986, p. 12.
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REFLEXIONES AG UAC E R O S N O. 5
Horizontes
Enclavados en esta mirada caleidoscópica sobre la hegemonía cultural, es posible reconocer la necesidad de
que nuestros proyectos y procesos de transformación social discutan justamente la hegemonía que conforma
a nuestras sociedades, el momento en donde nuestras ilusiones y capacidades de acción se juegan. En este
sentido es preciso consolidar diagnósticos colectivos frecuentes para entender la disposición hegemónica, y así
poder tematizar sus efectos y tratar de dirimirlos a través de nuestras labores cotidianas. Ahí es donde la cultura
comunitaria, como apuesta de transformación social, confluye en torno a la necesidad de poder caracterizar las
relaciones culturales y sociales que pretenden cuestionar y cambiar.
En ese marco, quisiéramos advertir que el retorno y emergencia de la idea de hegemonía cultural resulta crucial
para continuar nutriendo, profundizando y expandiendo aquello que denominamos cultura comunitaria. Y
verificar cómo la hegemonía cultural existente no es simplemente exterior y estructural, sino también aquello
que nos compone y que deja adentro, de la historia y de nuestro propio cuerpo, cicatrices y señales de cómo
una hegemonía más grande se estructura y se reproduce. Y al mismo tiempo cómo esos movimientos dan pauta
para entender las señales del campo en donde se pugna la vida y construyen nuestros relatos, mientras nuestra
propia concepción y valor del mundo florece.
Antes de la creación de PILARES y la diversificación de programas de cultura comunitaria era patente una distribución desigual de centros
culturales en la Ciudad de México. Si bien varios centros se ubicaban en alcaldías como Iztapalapa y Gustavo A. Madero, éstos resultaban
insuficientes para la cantidad de población a la que debían cubrir. Al mismo tiempo, las alcaldías cuya población ostenta mayores recursos
económicos, como Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Coyoacán, tenían una cobertura más amplia respecto de la cantidad de habitantes. Por
su parte, destacamos los casos de la alcaldía Cuauhtémoc, pues ahí confluyen diversas actividades de la ciudad, y Milpa Alta que, a pesar de
tener una mayor cantidad de centros culturales para su población, éstos se encuentran muy dispersos.
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OPINIONES AG UAC E R O S N O. 5
Con excepciones no
se construye una
cinematografía1
Por Paul Leduc
Hoy, cuando se está construyendo una Secretaría de Cultura, de la que depende el cine,
convendría que fuera para todos claro cuál es el proyecto de cinematografía que se
pretende impulsar. Hoy, me parece, que la Academia debería participar de esa discu-
sión. El año pasado, se nos dice, se filmaron en México 145 películas. Un puñado de
ellas, recibirán –en esta misma ceremonia– un puñado de premios. Ojalá esos premios
contribuyan a hacerlas visibles. Porque la mayoría, según cifras y estadísticas oficiales,
podrían permanecer prácticamente invisibles. Aunque se estrenen, si lo logran. Hay
excepciones, pocas, que por lo mismo no son parte de esto. Con excepciones no se
construye una cinematografía. El asunto es complejo y no es éste el lugar ni el momento
para discutirlo. Pero tampoco es el momento y lugar para ignorarlo.
Algunos datos: se declara que el año pasado fue superado el récord de películas produci-
das desde la “época de oro” del cine nacional. Pero se omiten dos datos: primero, aquel
cine se veía. El actual no. Segundo: de lo producido el año pasado, según el anuario de
IMCINE, se apoyaron 78 cortometrajes, 21 documentales. Los largometrajes de ficción
fueron entonces 46, no comparables con los 80 producidos en 1945. Qué bien que se
apoyen cortos y documentales. Esto no pasaba hace 70 años. Pero de los 30 realizados en
2014, sólo cuatro se vieron en pantalla grande. La televisión pública tampoco los exhibe.
Mucho menos la privada. No están prohibidos. No hay censura, se dice. Pero no se ven.
Dos años después, a pesar del excelente nivel de calidad logrado y de sus menores costos
de producción, IMCINE ha reducido a 17, casi la mitad, su apoyo al documental.
1 Discurso pronunciado durante la 58º entrega del Premio Ariel, el 28 de mayo de 2016.
Disponible en: https://youtu.be/1evsqGGCBDY
19
AG UAC E R O S N O. 5
(…)
Si se llegara a hablar de recortes presupuestales, ahí hay un camino explorable. Una actividad
tan distorsionada como lo que esta catarata de cifras dibuja ¿qué sentido tiene?, ¿a quién
conviene...?, ¿cuál es la escala del problema? Con
Con excepciones no se construye
lo que el gobierno federal gastó en publicidad en
una cinematografía. El asunto es
2015, IMCINE hubiera podido apoyar 401 largome-
complejo y no es éste el lugar ni
trajes, aportando la cantidad máxima que tiene
el momento para discutirlo. Pero
autorizada. Algo que podría pensarse es que, si el
tampoco es el momento y lugar
cine nacional logró un centenar de premios inter-
para ignorarlo.
nacionales, la “marca México”, como simple anun-
cio, resulta así, muy económicamente promovida por el mundo... Aunque las películas aquí
no se vean… Ese centenar de premios algo deben significar. Acaso, que ahora se filma para los
festivales. Acaso, que los cineastas actuales ignoran el público al que se dirigen porque nunca
le han permitido conocerlo realmente, relacionarse con él. “La culpa es del público, que no
quiere ver cine mexicano”. Se dice. Quizá en este caso así sea. El público de hoy no es el de
antes, el de la época de oro. El del cine de estreno a cuatro pesos. Hoy no prefiere lo mexica-
no. Hoy no le gusta lo mexicano. Hoy quizá ya no quiere ser mexicano. Cabe preguntar quién,
cómo y por qué se formó así ese público.
(…)
Hoy, en ese sentido, el cine mexicano, aunque pasa por uno de sus mejores y más diversos
momentos creativos, paradójicamente parece guiarse, en demasiados casos, por aquella fra-
se célebre inscrita en letras de oro en esas mismas cámaras legislativas y dicha por uno de
nuestros más respetados políticos. Aquella que dice: “Pos entonces va pa’ tras, apá... esa chin-
gadera no pasa… Cine mexicano va pa’tras... no pasa... Ni te preocupes apá...” Por eso decía-
mos, sería importante que la Secretaría de Cultura definiera qué proyecto de cinematografía
se propone desarrollar. Y sería fundamental también, me parece, que la Academia participara
de esa discusión. En estos tiempos en que aparentemente se premia lo invisible, en que se
premia para que no se vea, la Academia no participa de eso. No es su culpa. Por eso acepto con
gusto (y hasta con cierto optimismo) el privilegio de recibir este Ariel.
20
Tecnologías AG UAC E R O S N O. 5
Comunitarias
CRIP CAMP
Personas con discapacidad en defensa de sus derechos
–¿Te gustaría que muestren a las personas con discapacidad como personas?
–¿Perdón?
Con este diálogo empieza el documental Crip Camp: A Disability Revolution (2020) donde
se relatan experiencias del Campamento Jened, un espacio insigne para el movimiento de
personas con discapacidad en defensa de sus derechos civiles en Estados Unidos. A través
del documental, los y las protagonistas de esta historia narran sus experiencias durante los
años setenta en este campamento de verano para adolescentes con discapacidad, ubicado
al sureste de Nueva York. Desbordados por el recuerdo, cuentan su vida cotidiana como
campistas o consejeros, mientras algunos videos de archivo revelan un ambiente de libertad
y colectividad; ése que les era desconocido hasta entonces. Fue ahí que muchos tuvieron
contacto por primera vez con otras formas de vida posible, fuera de la discriminación, el
aislamiento o la invisibilidad en la que habían crecido. Esta experiencia pivote fue una refe-
rencia fundamental en la lucha para cambiar la legislación de todo un país.
Asambleas para tomar decisiones colectivas, como la Inclusión. Sin importar el tipo de discapacidad,
elección del menú para comer. visible o no, todas las personas eran incluidas en las
actividades: música, fiestas, disfraces, juegos.
21
AG UAC E R O S N O. 5
22
GLOSARIO + TENDEDERO AG UAC E R O S N O. 5
TIPOS:
• hegemonía cultural
• hegemonía estatal
• hegemonía territorial
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23
RETROSPECTIVA AG UAC E R O S N O. 5
El siguiente relato versa sobre la Comuna de París, un movimiento insurreccional obrero que transformó la ciudad de París en una
comuna autónoma; en su curso, emprendió la libre organización de la vida social según los principios de asociación y coopera-
ción a lo largo de 72 días de la primavera de 1871 (del 18 de marzo al 28 de mayo). Durante su regencia, se promulgó una serie de
decretos, como la autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños, la creación de guarderías, la laicidad del Estado, la
obligación de las iglesias a recibir las asambleas de vecinos y de sumarse a las labores sociales, la absolución de los alquileres no
pagos y la abolición de los intereses de las deudas.
Lujo comunal
El imaginario político de la Comuna de París
Por Kristin Ross
Muchos ebanistas y otros artesanos estaban tan preocupados por su posición como
artistas como con su condición de artesanos expertos. El medio de los diseñadores
cualificados estaba pues compuesto por una población decididamente mixta de la
que formaban parte artistas “fracasados” proletarizados y artesanos con aspiracio-
nes. Los primeros se convirtieron en los nuevos obreros para las industrias del arte.
Forma y diseño servían como puente entre las bellas artes y las artes decorativas,
entre arte e industria. En un momento en que los artistas, amenazados por la preca-
riedad de su situación, podrían haber intentado proteger su estatus, la Federación
optó, en cambio, por abordar el tema directamente y subvertir la relación jerárqui-
ca entre el arte y la industria, dando la bienvenida a Pottier y sus colegas en sus
filas, desde las que procedieron a lanzar demandas en nombre de todos los artistas,
“toutes les intelligences artistiques” (todas las inteligencias artísticas) agrupadas
con total independencia del Estado.
(...)
1 Kristin Ross. Lujo comunal. El imaginario político de la comuna de París. Trad. Juanmari Madariaga. Madrid: Akal. 2016, pp. 69-75.
2 Los trabajadores que sufrieron el mayor número de deportaciones tras la derrota fueron “por supuesto, como siempre, los zapateros”.
Jacques Rougerie. Paris libre 1871. París: Seuil. 1971, p. 263. Observando la alta proporción de zapateros entre los muertos, deportados y
exiliados de la Comuna, Frank Jellinek señala: “Fue, curiosamente, una revolución de zapateros”. Frank Jellinek, The Paris Commune of 1871.
Nueva York: Oxford University Press. 1937, p. 281.
3 Gaillard padre (Napoleón Gaillard), L’Art de la chaussere ou Moyen Pratique de chausser le pied human d’après les règles de l’hygiène et de
l’anatomie. Imprimerie Ziegler et Compagnie, 1876.
24
AG UAC E R O S N O. 5
los que se creen a sí mismos trabajadores por blandir una pluma”4. La cuestión, por
supuesto, era la habitual oposición entre lo útil y lo bello. El arte del zapato de Gai-
llard pretendía defender que la profesión de zapatero trascendía tales oposiciones
y por eso merecía que se le otorgara la dignidad y la retribución acorde con ello.
Inspirándose en las estatuas antiguas, Gaillard pretendía resucitar la belleza de los
pies “bien proporcionados” de las representaciones clásicas, perdida desde hacía
tiempo al haberse visto aprisionado en un instrumento de tortura estrecho, puntia-
gudo y deformante: el zapato moderno. El público, insistía, debía tomar la iniciativa
de exigir un calzado hecho por fin “no para los pies como son, sino como deberían
ser. Aconsejaba a los zapateros adoptar sus métodos para hacer botas de látex o
gutapercha; así evitarían la fatiga mental y física de los métodos habituales de fa-
bricación del calzado, desarrollarían su inteligencia y «alcanzarían la condición de
escultor”5. Además, señalaba, el látex tiene la ventaja de ser reciclable; a diferencia
de los zapatos de cuero habituales, que se desgastan, los de látex pueden fundirse
y proporcionar material para nuevos pares.
(...)
(...)
25
AG UAC E R O S N O. 5
¿
El lujo comunal que el comité pretendía fomentar conlleva la transformación de
Cómo vives la
las coordenadas estéticas de toda la comunidad. Más literalmente, (...) pedían algo
así como un arte público en el ámbito municipal: la decoración y el realce artístico hegemonía
de edificios públicos en todos los ayuntamientos de Francia. Pero entender ese cultural ¿
proyecto sólo como expresión de una demanda limitada o secundaria es perder el
¿
alcance profundamente democratizador y expansivo de su ámbito de aplicación. La
demanda de que la belleza florezca en los espacios compartidos en común y no sólo cuál es tu
en cotos privados especiales significa la reconfiguración del arte para integrarse ple- posición ¿
namente en la vida cotidiana y no sólo el punto final de excursiones especiales a lo
que Élisée Reclus llamaba “el palacio habitual donde se encierran temporalmente
eso que se llaman las bellas artes”.6 El arte dejaría de vivir entonces “esta mezquina
vida entre un puñado de seres superiores”7. Parte de la euforia del proyecto de que
el arte fuera algo vivido –no superfluo o trivial, sino vital e indispensable para la
comunidad– es captado en su breve texto titulado El arte y el pueblo:
6 Élisée Reclus, “L’Art et le Peuple” (1904). en É. Reclus. Écrits sociaux. Ginebra: Éditions Héros-Limite. 2012, p. 145 (Reclus se refiere a los salo-
nes anuales de pintura) [ed. cast.: “El arte y el pueblo”, Revista Natura 6. Barcelona. 1903; Nuevo Rumbo I, 21, Montevideo, 23 de mayo de 1904;
Estudios 89. Valencia, enero de 1931].
7 William Morris, “The Lesser Arts”, en A. L. Morton (ed.). The Political Writings of William Morris. London: Lawrence and Wishart. 1984, p. 54.
8 Élisée Reclus, “L’Art et le Peuple”. en É. Reclus. Écrits sociaux. cit., pp. 146-147.
26
VOCES AG UAC E R O S N O. 5
1 Este texto, íntegro en su gramática y ortografía fue leído como intervención en un acto político de la izquierda chilena en septiembre de 1986,
en Santiago de Chile. Cf Pedro Lemebel. Loco Afán, Crónicas de sidario. Santiago: Lom Ediciones. 1997, pp. 83-90.
27
Comunidades
contrahegemónicas
Es decir, se decía cómo debía ser una madre, qué les gustaba jugar a los niños o qué hacían
los adolescentes en su tiempo libre. Un pequeño grupo de personas decidía qué historias
contar y cómo contarlas. Cuando un medio de comunicación tradicional, como la radio o la
televisión, llegaba a un barrio, era un acontecimiento; las personas buscaban las cámaras y
los micrófonos para saludar y sentirse parte de este espacio, tener su minuto de fama.
(...)
Ahora, gracias a las nuevas tecnologías, otros discursos aparecen en el escenario. Quienes
están creando discursos más atractivos, informativos y dinámicos son las audiencias, no los
medios de comunicación. No hay que olvidar el papel de la radio comunitaria en la historia,
estos medios que sí están trabajando para rescatar los discursos alternativos.
Muchas veces imaginamos a las radios comunitarias como estaciones pequeñitas, que no
llegan a nadie y que se dirigen a una pequeña audiencia. La verdad es que no es así. Hay ex-
periencias muy ricas de comunicación comunitaria alrededor de América Latina.
(...)
1 Este texto forma parte del compendio Tejiendo desde la contrahegemonía. Medios, redes y TIC en América Latina*, donde se recopilan expe-
riencias contrahegemónicas vinculadas con medios de comunicación y tecnología. Los proyectos que integran el libro surgieron de necesida-
des locales y como respuesta a la falta de representación en los medios de comunicación de masas, dominados por sistemas hegemónicos que
reproducen y exaltan estereotipos sociales.
*Elena Nava Morales y Guillerme Gitahy de Figuereido (comp.). Tejiendo desde la contrahegemonía. Medios, redes y TIC en América Latina.
México: Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. 2020. pp. 231 – 235. Disponible en:
http://ru.iis.sociales.unam.mx/bitstream/IIS/5818/2/Tejiendo_contrahegemonia.pdf
28
AG UAC E R O S N O. 5
Ella sentía que debía hacer algo para cambiar esta realidad. Sin embargo, estos problemas eran
silenciados, no se discutían abiertamente. Ella me comentó: “Yo quisiera hacer visibles estos
problemas, pero me encantaría que fueran las mismas mujeres que decidan contar lo que está
pasando”. La pregunta era: ¿cómo hacerlo?, ¿cómo lograr que estas mujeres de esta comunidad
cuenten sus historias?
(…)
¿Cómo aprovechar el poder que tiene la radio? Busqué una serie de audios de Radialistas en
los que varias mujeres contaban sus historias, relacionadas con el machismo, el alcoholismo y
la violencia. Le dije a mi estudiante: “Haz un grupo de debate con ellas, sugiéreles que escuchen
estos audios”. La idea era socializar los materiales y ver cómo reaccionaban; sobre todo, mostrarles
que no era algo superficial, que a otras mujeres también les pasaba. Al escuchar estos dramati-
zados, se identificaron con los personajes, varias mujeres reconocieron sus problemas, lloraron
y contaron sus historias. ¿Qué hacemos? ¿Cómo compartimos esto con otras mujeres? ¿Cómo
socializamos todo?
Logramos lo que esperábamos. Entonces mi alumna les dijo a las mujeres: “Creen guiones con sus
historias y cuéntelas; así, otras mujeres, al leerlos o escucharlos, podrán sentirse acompañadas”.
Gracias a la comunicación comunitaria y colectiva, se construyen discursos alternativos. En el
caso de estas mujeres, les ayudó a exteriorizar sus problemas. Hicieron una representación teatral
en la que actuaron sus guiones para toda su comunidad, como una forma de motivar el debate
en estos temas tabú. ¿Se imaginan el impacto que se generaría si esas historias estuvieran en
la Web?
(...)
29
RECOMENDACIONES AG UAC E R O S N O. 5
ESQUINA AMOXCALLI
Dorfman, Ariel y Armand Mattelard. Para leer al pato Donald. Buenos Aires: Siglo XXI. 1972.
Ferro, Marc. Cómo se cuenta la historia a los niños en el mundo entero. Argentina: FCE, 1993.
https://n9.cl/ylgt
Laclau, Ernesto y Chantal Mouffe. Hegemonía y estrategia socialista. Madrid: Siglo XXI. 1987.
https://n9.cl/nakb5
Rauber, Isabel. “La noción de poder en la construcción de poder local. (Una reflexión evocando a
Gramsci)”. En Paradigmas y utopías, No. 5, julio-agosto 2002. México, pp. 263-283.
Venegas, Socorro y Juan Casamayor. (Comp.). “Exhumar la luz” [Prólogo]. En Vindictas, cuentistas la-
tinoamericanas. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México y Páginas de Espuma.
2020, pp. 9-30.
Khan, Nestor. Gramsci para principiantes. Argentina: Era Naciente SRL. 2004.
30
AG UAC E R O S N O. 5
AMOXCALLITO
Para hablar de hegemonía cultural con niñas y niños
Frank, Nadia Paola. Frida Kahlo para chicas y chicos. Buenos Frank, Nadia Paola. Violeta Parra para chicas y chicos. Buenos
Aires: Editorial Chirimbote. 2015. Aires: Editorial Chirimbote. 2015.
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Experiencias AG UAC E R O S N O. 5
EXPERIENCIAS
CONTRAHEGEMÓNICAS
ARPILLERAS DE CHILE
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AG UAC E R O S N O. 5
¿ Cuáles experiencias
contra hegemónicas
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AG UAC E R O S N O. 5
CASA-CLUB ROSHELL
Esta Casa de cultura para la diversidad sexual se encuentra en la
colonia Álamos en la Ciudad de México. Fundada por Roshell Terranova
personaje clave en el activismo y escena trans y travesti de la capital. La
casa-club es una casa, un refugio y una trinchera que proporciona un
espacio seguro y de libertad a quienes deseen transformarse de alguna
manera. La casa Roshell facilita talleres de empoderamiento dirijido
a la comunidad trans y gestiona una butique en donde se pueden
adquirir pelucas, vestidos y maquillaje. La importancia de la boutique
es contar con un espacio libre de discriminación para adquir este tipo de
productos. Además, el club cuenta con un salón principal ambientado
con cortinas rojas aterciopeladas que citan el típico cabaret en donde se
lleva acabo el show de variedad a la media noche en donde se presentan
debutantes, envueltas en glamur cabaretero, pues como lo menciona
Roshell, quien además es actriz: “en nuestra comunidad somos muy
artistas, alguien pinta, escribe, hace video… para mí como actriz es
una trinchera porque existe la discriminación como artista, porque nos
terminan representando: en el teatro y en el cine un hombre se trasviste
para representarnos mientras existimos actrices como yo”.
PIEL DE LA MEMORIA
Piel de la memoria fue un proyecto de arte relacional gestionado por
Suzanne Lacy y Pilar Riaño en 1998 en el Barrio Antioquia de Medellín
(Colombia). Una localidad con una historia marcada por el narcotráfico,
la exclusión social, las tensiones sociales y las violencias. El proceso
incluyó formación pedagógica y artística, difusión, producción y
colaboración con los habitantes del barrio. Y su dinámica consistió en
recoger cerca de 500 objetos significativos de los habitantes del barrio
para su instalación en un bus-museo de la memoria, que rodó por los
diferentes sectores de la zona. La obtención de estos objetos fue tarea
de los habitantes, quienes se convirtieron en receptores de las historias
y emociones que acompañan a los objetos. Los objetos dieron cuenta de
la tradición oral local y del duelo tanto a nivel individual como colectivo.
Con Piel de la memoria también se quería superar la hostilidad entre los
vecinos del barrio y crear un canal expresivo y comunicativo para ello,
a los residentes que entregaron un objeto y a los visitantes del bus se
les pidió que escribieran una carta que incluyera un deseo para un/a
vecino desconocido y otro para el futuro del barrio. Estas cartas fueron
expuestas, y al final de la exhibición, en una celebración-performance
se entregó una carta a cada hogar del barrio. Piel de la memoria fue una
muestra de cómo los procesos de paz y reconciliación pueden operar
a nivel micro-social desde el arte y la cultura, y es posible que sean
protagonizados por quienes habitan la comunidad.
Los únicos datos inmediatos de la historia que podemos conocer y controlar son los
que imponen a nuestros sentidos los medios de comunicación de masas. Y son
precisamente esos medios los que ridiculizan, reprimen y obstaculizan las
manifestaciones más profundas, más personales de nuestra
sensibilidad y la captación más íntima de la realidad.
Al mismo tiempo aparece un desgarramiento de la conciencia de masa
de Norteamérica (el subconsciente nacional), un relámpago de lucidez que ilumina
repentinamente el infernal subconsciente de la nación: tensión nerviosa, bombas
cargadas de muerte universal, burocracia destructora, regímenes de policía secreta, drogas
que abren las puertas de la Eternidad, nada es que se alejan de la tierra,
terrores provocados por productos químicos desconocidos,
sueños al alcance de la mano.
La poesía es la historia de esas incursiones luminosas del alma secreta del
individuo, y cómo los individuos son UNO a los ojos del Creador, en el
alma del mundo. El mundo tiene un alma.1
Allen Ginsberg
1 M. R. Marbathán (selección, traducción y notas). Antología de la Generación Beat. México: Letras vivas. 2011, p. 110.
35
REFERENCIAS AG UAC E R O S N O. 5
Pedro Lemebel
(Santiago de Chile, 1952 - 2015)
Allen Ginsberg
(Newark 1926 - Nueva York 1997)
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¡VIVA EL MOLE
DE GUAJOLOTE!
“Este programa es de carácter público, no es patrocinado ni promovido por partido político alguno y sus recursos provienen de los impuestos que
pagan los contribuyentes. Está prohibido el uso de este programa con fines políticos, electorales, de lucro y otros distintos a los establecidos”.