Armando Carias
Armando Carias
Armando Carias
Dirección Editorial
Luis Duran
Diagramación y montaje digital
Luis Durán
Diseño Gráfico
María Gabriela Lostte / Luis Durán
Portada
Actriz: Sain-ma Rada
Obra: Un viaje de cuentos - El hombrecito vestido de gris de Fernando Alonso
Fotógrafía
Carlos Carranza Plaz
Depósito Legal
pp199302CS1606
ISSN
1315-3250
UNIVERSIDAD NACIONAL
EXPERIMENTAL DE LAS ARTES
RIF: G-20008463-4
Todos los derechos reservados ®
Índice
Dedicatoria..................................................................................................................... 7
Agradecimientos..............................................................................................................11
Editorial......................................................................................................................... 15
Lecturas.............................................................................................................................. 19
- ¿Es el teatro infantil una herramienta para hacer mejores personas?......................................................21
Citlalli Godoy Rivas
- ¿El niño en la burbuja de cristal?..........................................................................................31
María Milagros Sabetta
- Entre princesas y dragones: Temas tabú en el teatro venezolano.......................................................43
Bruno Mateo
- Miremos a los adolescentes: Una mirada a la problemática del teatro para adolescentes en Venezuela.....47
César Rojas
- Un teatro inclusivo, es un teatro para el espectador del mañana.......................................................53
Alexander Hurtado
- La dramaturgia infantil ayer y hoy en Venezuela. Sugerencias para escribir una obra de teatro..............57
Carmelo Castro
- Hacia una corriente formativa de dramaturgos para la infancia y la juventud. Propuesta para un inicio....67
Dewis Durán
- Reflexiones sobre la dramaturgia para niños y jóvenes a partir del examen
de nueve textos dramáticos venezolanos.....................................................................................75
Ligia Álvarez
- La Guerra de Tío Tigre y Tío conejo de Rodolfo Santana..................................................................85
José Antonio Barrios
-Cenicienta en un mundo al revés: Análisis de la obra teatral La cenicienta en palacio
de José Antonio Rial a partir del concepto de carnavalización de Mijaíl Bajtín....................................91
Carlota Martínez B.
- Adaptaciones en el Movimiento Teatral César Rengifo: Una experiencia individual – colectiva..............103
Néstor Francia
Relecturas............................................................................................................................... 111
- Dejemos que Caperucita se divierta con el lobo......................................................................113
María Inés Falconi
- Hablando de teatro para niños............................................................................................117
Ruth Mehl
- ¿Qué es la niñez para la dramaturgia?..................................................................................123
Armando Carías
Entrevista.......................................................................................................................... 127
- El currículo no basta: Entrevista con Armando Carías....................................................................129
Carlota Martínez B
Separata...................................................................................................................... 147
Tips sobre el hecho teatral infantil...................................................................................................149
Carlos Herrera
In memoriam..................................................................................................................... 161
- A José León, viajero de escenarios posibles, viajero de la esperanza y del sueño que no termina..........163
Rubén León
A todos los niños y jóvenes de nuestro país porque ellos serán los hacedores de un nuevo
mun- do y conquistarán en esta encrucijada del destino de la humanidad nuevos horizontes.
A Oswaldo González, hombre de teatro y corrector de estreno de nuestra revista quien nos dejó
muy pronto.
9
Agradecimientos
THEATRON
29
12
A nuestros colaboradores que con su generosa
disposición y trabajo constante hicieron posible
esta publicación
A Bruno Mateo,
invalorable colaboración
“Quien escriba… para niños debe estar muy consciente de que el pequeño lector
es una semilla donde germinan todas las potencias creadoras habidas en el pasado y
futuro de la humanidad…la palabra viva o escrita es la brújula más apta para guiar su
imaginación…”
Manuel Zapata Olivella, Colombia 1998
El teatro para niños y jóvenes constituye un vasto universo al que de manera errónea se le
ha concebido y calificado como espacio menor e incluso como género marginal. Abarca a un
público específico y se rige por leyes propias. Pero, no existe buen teatro para niños y jóvenes
sin una dramaturgia conocedora del lenguaje adecuado, las técnicas apropiadas y propuestas
esté- ticas con perfiles propios capaces de inspirar a un público tan particular e importante. Y
así, cabe la pregunta ¿Cuál es el lugar que ocupa el niño y el adolescente en el quehacer de la
dramatur- gia venezolana hoy? Una mirada detenida sobre su comportamiento arroja un
lamentable saldo deudor. Se presenta esta realidad como un territorio fragmentado y signado
por la dispersión. Nos preguntamos pues ¿Qué se escribe o se deja de escribir? ¿Responde la
dramaturgia actual para niños y jóvenes a los nuevos desafíos creativos de cara a la realidad
tanto del mundo actual como la de nuestro propio país? ¿Se escriben obras capaces de dialogar
con ese público de niños y jóvenes que modelan sus creencias y comportamientos al amparo de
los cambios experimenta- dos por un mundo ampliamente tecnificado y ampliamente
problematizado? ¿Da cuenta dicha dramaturgia de la realidad de nuestros niños y jóvenes? ¿Lo
que se escribe constituye una alter- nativa de calidad a la hora de ofrecer diversión?
Si miramos las carteleras teatrales, al menos en nuestra ciudad capital, podemos advertir
sin esfuerzo alguno que la mayor parte de los textos que se presentan responden a las
necesidades de un teatro comercial donde se intenta atrapar al pequeño o joven espectador
con temas en su mayoría provenientes de películas de la industria cinematográfica
hollywoodense, a través de las acostumbradas adaptaciones de los textos originales. Como
contraparte, en una lucha des- igual, buen número de los esfuerzos creativos realizados por
una dramaturgia distinta, esperan ser difundidos a través de sus montajes o al menos de alguna
publicación. Por lo que cabe una nueva pregunta ¿Los que se proponen escribir hoy para niños y
jóvenes conocen los esfuerzos que muchos escritores consagrados o nuevos han venido
realizando en este territorio? Pues, si nos de- tenemos a mirar los concursos y talleres que aún
perduran se puede notar que estos son dirigidos básicamente a los que escriben teatro para
adulto y por otra parte, buena cantidad de textos que compiten en estas justas, hablan de
cantidad e incluso de buenas iniciativas pero sin los nive- les de maduración y reflexión
necesarios que hagan posibles propuestas estéticas imaginativas, novedosas, e interesantes.
17
THEATRON 29
Por otra parte, actualmente, el teatro para niños y jóvenes posee escasos espacios para la
confrontación: La crítica constructiva no alcanza a un público suficiente dada su poco ejercicio
y difusión, existen muy pocas publicaciones con alcances de amplio espectro que movilicen el
diá- logo y la reflexión, son muy pocos los encuentros, congresos y demás instancias para
animar la convocatoria plural, así como los esfuerzos encaminados a registrar la memoria de
este teatro re- sultan insuficientes. A ello se agrega que en el marco de la educación la
dramaturgia para niños y jóvenes continua siendo un asunto de segunda o hasta marginal. De tal
manera que cualquier esfuerzo de renovación de nuestro teatro para niños y jóvenes obliga a
preguntarnos una vez más
¿Cuál es nuestro papel ahora? Por lo tanto la revista THEATRON consciente de su papel de
estimu- lar el estudio y la reflexión, inspirar la actividad creativa, e investigativa, difundir
conocimientos en torno a temas y personajes del teatro venezolano , y crear un espacio de
conservación y rescate de su memoria para las nuevas generaciones , se ha propuesto para este
número 29 abrir un es- pacio dedicado a la dramaturgia para niños y jóvenes a través del
intercambio plural de ideas y visiones de nuestros colaboradores.
Los textos que nuestros colaboradores ofrecen hoy a nuestro público lector en esta edición
son como las piezas de un rompecabezas, especie de mapa, o una bitácora tal vez con los que
aspiramos incitar la participación activa del lector en tema tan apasionante: Los nuevos
desafíos de la dramaturgia Infantil y juvenil en Venezuela. En la Sección Lecturas algunos de
estos tex- tos van desde la disertación en torno a los temas de la dramaturgia y sus retos en la
actualidad, pasando por la revisión de las ideas en relación a los propósitos tanto estéticos
como pedagógicos de lo que se escribe. Otros artículos invitan a la reflexión en torno a la
presencia de nuestra reali- dad en la dramaturgia, sobre la necesidad de la inclusión de
sectores normalmente marginados, e incluso se proponen fundamentar propuestas concretas de
carácter educativo que puedan guiar al dramaturgo en el terreno del teatro para jóvenes y
niños. Por su parte, algunos de nues- tros colaboradores se detuvieron en la revisión de los
aportes de dramaturgos normalmente poco conocidos y también en el análisis, desde
particulares enfoques, de obras emblemáticas. Hay artículos que se orientan hacia en aspectos
más bien de orden metodológico, a partir de experien- cias en particular de grupos teatrales,
abocados a este tipo de teatro. En la Sección Relecturas, como es lo usual, nos hemos tomado
la libertad de incluir algunos artículos ya difundidos con an- terioridad en otras publicaciones o
eventos, por el valor de sus ideas en torno a ciertos problemas y su necesaria actualización. En
esta oportunidad, nuestra acostumbrada entrevista se la hemos dedicado a Armando Carías,
reconocido director y dramaturgo, fundador del conocido Teatro El Chichón. Por sus aportes a
la dramaturgia para los chicos y chicas, en nuestro Gabinete también incluimos referencias
impostergable de personalidades de nuestro teatro, de los cuales buen nu- mero de ellos ya no
están entre nosotros. En nuestro espacio CNT por dentro y en la Galería Foto- gráfica nos hemos
propuesto, con predominio del material grafico, ilustrar esfuerzos recientes y de otro tiempo
orientados a construir el teatro al que aspiramos.
18
Sección LECTURAS
Lecturas
19
¿Es el teatro infantil
una herramienta para
hacer mejores personas?
Citlalli Godoy Rivas
Actriz de teatro y
directora
[email protected]
21
ancestral, de cualquier parte del mundo, es un len- guaje más cercano a lo que conocemos como
poesía y es eso lo que debemos recuperar.
22
Sección LECTURAS
Como bien sabemos, la transmisión cultural seres capaces de pasar por encima de todo para su
está estrechamente ligada con la educación y es supervivencia; capaces de aprovecharse de las
allí, en la enseñanza bajo todas sus formas, que se peores circunstancias para beneficiarse en lo per-
tiene el acceso al habla mediante el manejo del
lenguaje y del aprendizaje de los saberes. La
educación, la en- señanza, es la base de toda
conducta social, y la en- señanza comienza
siempre en casa, pero en la actua- lidad las
familias también han cambiado, el tiempo laboral y
el tiempo para las atenciones han variado,
¿qué se está enseñando actualmente?, ¿de qué mane-
ra se está procurando el fortalecimiento cultural?,
¿los aprendizajes tanto en casa como escolares
enseñan a ser mejores personas?, ¿hay críticas y
autocríticas en el sistema educativo?, ¿por qué el
teatro no es una ma- teria obligatoria en el pensum
escolar?
El teatro, en todo su amplio significado, vale
de- cir, como experiencia personal al estudiarlo y
prac- ticarlo; al vivirlo, cuando se representa
escénica- mente; y al receptarlo como público
espectador, es, sin lugar a dudas, vida condensada.
El teatro es una herramienta relevante pues desde
su nacimiento ha funcionado como reflejo de las
inquietudes de cada época al tiempo que posibilita
cambios sociales y es- pirituales y contribuye a la
creación de ideas y de valores humanos. A través
del teatro como lenguaje, podemos crear y
recrear, vivir y revivir para avanzar como seres
humanos imaginando y proyectando un mundo más
bello, más justo y más bueno.
En Venezuela, desde hace unos años atrás, se
ha generado un enfrentamiento ideológico que ha
conllevado a una descoordinación entre dos fuerzas
opositoras, vale decir, el gobierno y los gremios
em- presariales, que ha recaído finalmente en lo
que se considera la sociedad civil o el pueblo, ya
que se ha creado una hiperinflación y una recesión
económica que va haciendo hondos y profundos
cambios en el sentir y en el vivir cotidiano de la
población. En efec- to, la pobreza se ha
incrementado, pero la pobreza en todos los
sentidos; hemos visto el nacimiento de oscuros
THEATRON 29
sonal. La geografía urbana ha cambiado; muchos y juvenil de la actualidad.
lu- gares comerciales han cerrado y se percibe un
cierto abandono en la ciudad que a muchas
personas cau- sa depresión. Se ha generado una
migración insólita de población joven, en fin;
pero, si bien es cierto que la afectación es
dolorosa y penosa, sobre todo en lo que respecta
al ámbito de la salud, también es cier- to que
una buena parte de la población se ha visto en la
necesidad de volcarse hacia su propia interiori-
dad en busca de fortalezas y asideros; y es allí,
en el mundo espiritual donde nos encontramos
con nues- tros sentimientos, renovamos nuestro
entusiasmo, ge- neramos nuevas ideas,
descubrimos nuestras virtudes y las volcamos
hacia nuevos sueños y nuevos anhe- los. A
nuestro parecer, es en el interior de cada uno
donde se encuentra el verdadero campo de
acción, donde se puede lograr el cambio y el
crecimiento.
Es de hacer notar que no sólo en nuestro país se
vive en crisis; el mundo todo está pasando por
momentos difíciles que son consecuencia de
decisiones injustas, de desequilibrios añejos, de
pésimas priorizaciones de aquellos que dominan
la economía mundial. Pero, como siempre, hay
respuestas del lado más adolorido y, en este
caso, causa no sólo admiración sino has- ta
vergüenza, ver que quienes protestan llamando
la atención son adolescentes, representados en
una chica de 16 años que criticó a los líderes
mundiales que dicen amar a sus hijos, pero que,
según sus pala- bras: “les roban su futuro ante
sus propios ojos” y por seguir hablando del
“crecimiento económico eterno” cuando el
mundo vive el principio de una “extinción
masiva” (Greta Thunberg, Conferencia de las
Nacio- nes Unidas, 2018 y Cumbre sobre la
Acción Climática, 2019.)
Ante esta realidad contundente, nuestra
acción dentro del teatro debe ser muy
inteligente para poder sembrar en el espíritu de
los espectadores y partici- pantes los más
sublimes valores, por eso es importante cuidar la
selección de los temas, estéticas y poéticas que
se plantean para el delicadísimo público infantil
El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace
humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se
desespera.
El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena
lleven un traje de poesía y al mismo
tiempo que se les vean los huesos,
la sangre.
Federico García Lorca
El Teatro es una de las obras de arte más com- es conmover, generar suspenso y despertar emociones
pleta y más perfecta. En su representación se ponen y, sobre todo, se trata de no aburrir, que los
de manifiesto todas las demás artes. En él se reúnen espectado- res no se vayan de la sala. El objetivo
la literatura, la música, la pintura, la danza, el canto general es en- tretener en el buen sentido. Pero, es
y el mimo y, como bien lo dijo Henri Gouhier (1954): importante tener
“El arte del teatro no es ni el trabajo de los actores,
ni la obra, ni la escenificación, ni la danza; está
formado por los elementos que componen todo esto:
del gesto, que es el alma de la acción; de las
palabras, que son el cuerpo de la obra; de las líneas
y los colores, que son la existencia misma del
decorado; del ritmo, que es la esencia de la danza.”
(p.72). Además, el teatro es un hecho social por
excelencia; su nacimiento es comunitario, proviene
del ritual, de ahí que una de las características del
Teatro—como de todo espectá- culo masivo que
tenga su raíz en lo ancestral del hom- bre— sea la
existencia de un alma colectiva en aras de la cual se
entrega la individualidad. En tal sentido, el teatro
puede y debe constituir un espacio de cues-
tionamiento, revisión y modificación de conductas y
sistemas sociales, de renovación de valores. Entonces
cabe la pregunta, ¿El Teatro sirve para sensibilizar al
niño y al adolescente, para mejorar su inteligencia y
su conducta, para lograr un refinamiento del gusto y
equilibrar su personalidad en un mundo mecaniza-
do, tecnificado y amenazado?
Orozco, Akaida, 2011. Entrevista a Citlalli Godoy. Hay que aprender a desarrollar la
imaginación para divertirse. Así somos. Año 04, Nº 8. 54-57.
Cruz, Pablo, 2000. Entrevista a Fernando Alonso. Edición digital de la edición de Babar:
Revista de Literatura Infantil y Juvenil, núm. 25 (febrero 2000), pp. 4-15. Recuperado de
http:// www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmc4m9k9
¿El niño
en la burbuja de cristal?
María Milagros Sabetta Docente
Actriz y escritora
[email protected]
¿Tenemos los adultos al niño en una burbuja de cristal o se la hemos hecho añicos y no
nos hemos dado cuenta? ¿Qué sentido tiene poner a los más chicos cara a cara con la
realidad y su crudeza en un espacio lúdico y mágico como lo es el teatro, en vez de hacer
de este lugar un remanso donde ellos puedan refugiarse, hacer catarsis y permitirse soñar?
¿Es acaso más fuerte la intención de algunos dramaturgos de provocar a la sociedad con
temas que le causen es- cozor, que proteger la delicada psiquis del pequeño? ¿Es acaso la
dramaturgia infantil, en la actualidad, un espejo que pretende confrontar al niño con
problemáticas que lo afectan y a la vez mostrarles como resolverlas o como actuar frente a
estas? ¿De qué tipo de herramientas se sirve el dramaturgo para escribirles a los niños sobre
temas que por años se han evitado tocar en el teatro infantil?
Estas y otras interrogantes rondan mi pensamiento desde el instante en que recibí la
invita- ción a participar como colaboradora en el número 29 de la revista Theatron
dedicado a la dra- maturgia infantil y juvenil. Espero respondérmelas una vez finalizado
este trabajo.
La dramaturgia infantil y juvenil es un área que nunca he transitado, lo cual no quiere
decir que en algún momento no me atreva a intentarlo, con todo el amor, rigor, esmero y
respeto que me merece el trabajo con ese noble y hermoso material humano como lo es la
infancia.
Voy a circunscribirme unicamente al teatro infantil escrito y producido para niños de
eda- des comprendidas entre los cuatro y los once años por tratarse de un grupo, a mi
juicio más susceptible, permeable e impresionable, emocional y psicológicamente ante
ciertos temas y situaciones de la vida diaria.
El teatro es una de las manifestaciones artísticas más antiguas que existe. Ha resistido
31
THEATRON 29
y so- brevivido a todos los cambios políticos y sociales de la humanidad y dado su carácter
lúdico y formativo, el teatro desempeña especial papel en la educación del niño.
32
Es este último aspecto una de las razones que produce automáticamente sanciones o penas muy
han llevado al teatro a los salones de clases, ya dolorosas o pesadas, que pueden estar establecidas
que funciona a las mil maravillas como estrategia
didácti- ca en el proceso educativo de los
estudiantes, no solo a la hora de impartir
contenidos sino de afrontar te- máticas de interés
para los niños, relacionadas con el entorno
sociocultural en el que estos se desenvuelven o con
sus vivencias cotidianas. Sin embargo, si el tea- tro
asume una postura eminentemente pedagógica y
deja a un lado su pertenencia al orden del arte,
podría correr el riesgo de perder su valor teatral y
convertirse en una herramienta pedagógica más
dentro del aula.
En este punto he de referirme al objeto de mi
in- terés. Los llamados temas tabúes y su abordaje
en la dramaturgia infantil.
Primero tendríamos que establecer qué es consi-
derado como un tema tabú por nosotros como drama-
turgos y como sociedad. No tendrá el mismo signifi-
cado la palabra tabú en Venezuela que en otro país,
como también sería diferente de un continente a
otro. Inclusive en nuestro propio país de una ciudad a
otra habría diversidad de enfoques pues el tabú está
ínti- mamente ligado al desarrollo sociocultural de
los in- dividuos.
El DRAE define tabú “la condición de las perso-
nas, instituciones o cosas a las que no es lícito censu-
rar o mencionar”.
Sigmund Freud (1856-1939), menciona que dicha
palabra proviene de Polinesia, cuya traducción se
hace difícil debido a que no se posee la noción
corres- pondiente, y menciona a su vez que: “El
concepto de tabú, entraña, pues, una idea de reserva
y en efecto, el tabú se manifiesta esencialmente en
prohibiciones y restricciones”
Vicente Domínguez, (2005) en su libro” Tabú, la
sombra de lo prohibido, innombrable y contaminan-
te”, define la palabra como la condición de personas,
instituciones y cosas a las que no es lícito censurar
o mencionar. La transgresión de estas prohibiciones
explícitamente en códigos penales o asumidos organización de talleres, foros y jornadas con
tácita- mente por la costumbre y la sociedad que invitados internacionales y represen- tantes del
las impone. quehacer cultural venezolano. El Chichón puede
ser visto como un teatro que aborda temas so-
Habiendo revisado algunas de las
definiciones acerca del tabú aportadas por los
especialistas, tene- mos que algunos temas han
sido considerados tabú en diferentes épocas y en
distintos grupos sociales. El tabú, está
relacionado con los prejuicios del indi- viduo
según su creencia, época y cultura y dado que la
dramaturgia- y en este caso particular, la drama-
turgia infantil- es un reflejo de la sociedad de la
que surge, las temáticas que estén vetadas o
censuradas variarán de acuerdo con el grupo
social y el período dentro del cual se enmarquen.
Según la escritora Rosa Montero en un artículo
publicado en El País “(…) Juzgamos al mundo desde
lo que somos y nos cuesta mucho reconocer otras
rea- lidades, sobre todo si nos desconciertan, nos
incomo- dan y nos dan miedo (…)” También
solemos oponernos a todo aquello que haga
tambalear lo que durante años hemos tenido como
verdades absolutas.
Si revisáramos las piezas teatrales infantiles
de al menos tres décadas atrás, encontraríamos
que te- mas como la muerte, sexualidad
(homosexualidad, lesbianismo), relaciones
sexuales, incesto, violación
-dinámica de las relaciones familiares-
rivalidades fraternas, divorcio, maltrato,
violencia personal o so- cial y los temas políticos
o religiosos, serían esqui- vados o evitados por
los dramaturgos y escritores de otros géneros
literarios incluso maestros. De los que se han
atrevido, pocos lo han hecho de manera frontal.
Podemos citar por ejemplo el grupo “Chichón”
de la UCV, fundado por Armando Carías y que ha
sido una agrupación que ha estado a la
vanguardia con te- mas como el divorcio, el
maltrato y la sexualidad por nombrar algunos y
ha enfocado esas temáticas de una forma
respetuosa y sin alejarse de maravillar e
impresionar a su público con la fantasía. Dicha
agru- pación se ha destacado no solo por sus
obras teatra- les sino también por la
ciales que se acercan mucho a la realidad del género teatral y por ende, se constituyen en parte ac-
niño/ niña. Sin embargo muchos dramaturgos han tiva del respetable público que acude a las salas de
hecho intentos algo tímidos en cuanto a estos teatro a ver nuestras obras. A continuación, lo que ex-
temas.
Todo esto se debe en parte a que el tabú está
muy ligado a la censura por parte de organismos e
indi- viduos que deciden qué tipo de contenido
pueden o deben ver los niños y también por el
compromiso que implica este trabajo y la
consecuencia emocional que puede traer al
espectador cuya personalidad está en proceso de
formación. Por esta razón, es lógico que los tabúes
instaurados por distintos grupos de indivi- duos que
integran dicha sociedad, varíen de acuerdo al
modo como se conciba la infancia en cada época.
De allí que haya pocos que se atrevan a pinchar los
globos de la fantasía y la magia dentro del teatro
in- fantil.
Me atrevo a decir que la infancia en sí misma
se constituye entonces, en un tema tabú que debe
ser tratado con sumo cuidado ya que por décadas
los niños han sido asunto prohibido en cuanto al
hecho de hacerles conocedores de ciertos temas
por consi- derarlos frágiles o incapaces de
comprender aquello que sí son capaces de
entender los adultos.
No obstante, el teatro infantil es una piedra en
bruto a la que le falta demasiado por pulir, en ese
campo todavía hay mucho que decir y que aportar.
Lo que hay es que buscar “el cómo”. Esto nos desafía
a ir más allá del entretenimiento y esa suerte de en-
cantamiento que representa hacer dramaturgia para
los más chiquitos , también educar y trabajar con te-
mas que toquen la realidad psicosocial que le rodea
relacionándose con ella, estudiando los problemas
locales, para presentarle a los nuevos espectadores
un producto con el cual puedan identificarse.
A fin de nutrir un poco este artículo solicité, de
manera informal, la opinión de algunos profesiona-
les en diferentes áreas, quienes un día fueron niños
y hoy son padres, tíos, abuelos, también amantes del
presaron estas personas en cuanto al abordaje de opciones de recreación?
los temas tabúes en la dramaturgia infantil
venezolana a la luz del siglo XXI.
Dr. Pedro Aponte (médico veterinario y
científico- Ecuador).
Yo no hablaría de temas tabúes, digamos
más bien que hay edades mentales para
comprender las cosas. Por lo tanto, habría que
hacer una clasificación por edad para que de
acuerdo a esto se planteen los diferentes temas.
Nancy Lachica (artista plástica y profesora de
francés- Ecuador).
Existen los temas tabúes porque somos una
socie- dad moralista y tenemos un abordaje
negativo hacia cosas que para otras comunidades
o universos cul- turales se dan de forma sencilla
y normal. Para selec- cionar el tema que se
abordará habría que tomar en cuenta la edad del
público infantil a quien irá dirigi- da la pieza
teatral y también habría que establecer el rango
de edades en el que entra la definición de niño.
También sería importante buscar el
acompaña- miento de psicólogos infantiles y
solicitarles asesoría a fin de darle un tratamiento
adecuado al tema.
Dra. María del Rosario Chacón (poeta y
docente universitaria en el área de Literatura-
UPEL- Maracay). Si se va a hacer teatro infantil
para ser represen- tado por niños, éstos deberían
escoger los temas de su interés, salidos de su
espacio geográfico o de su en- torno sociocultural
cercano (en el que se confronten con su realidad
inmediata). Ya no estamos en la épo- ca de Blanca
Nieves y los siete enanos. Hay un univer- so de
temas que tratar. Las temáticas LGBTI,
drogas, suicidio, muerte, son realmente unos
temazos. Eso sí, hay que respetar la
inocencia del niño, ya que por muchas cosas
difíciles que haya vivido, no deja de ser niño. Por
otro lado, considerando que los temas que
implican cierta crudeza o rudeza ya están en la
calle.
¿Por qué no les damos a los pequeños otras
Arlette Valenotti (poeta). correcto tratamiento de la pieza a entender este
A parte del asunto tabú, hay un universo de con- hecho que forma parte de la vida del
tenidos que se pueden tratar teatralmente, tales
como la magia, la política o la corrupción, por
ejemplo. En todo caso, deberían ser contenidos con
los que el niño se identifique en vez de serle ajenos y
si se trata de un tema que pueda resultar
amenazante, que éste le muestre al niño como
encontrar la solución o la ayuda si la llega a
necesitar.
También es importante crear personajes de eda-
des y características similares a las de los pequeños
espectadores y darle un tratamiento delicado y
respe- tuoso y utilizar un lenguaje adecuado a la
edad y ma- durez mental del infante.
Por último, y no menos importante, no perder de
vista al adulto que también será espectador y a la
vez juez de ese evento teatral.
Freud, Sigmund. (1967). Tótem y Tabú. [Libro impreso] Alianza Editorial, Madrid.
Mundo Bebé.com. (2020). Cuál es la mejor edad para llevar a los niños al teatro. [Página
Web] http://www.google.com/search?hl=es&redir_esc=&client=ms-android-
samsung&source=android-search-app&v=133247963&qsubts=1588005548166&q=cual+es+la+
mejor+edad+para+llevar+a+los+ni%C3%B1os+al+teatro%3F&v=133247963
Saber UCV. (2020). El abordaje de los temas tabú en la dramaturgia infantil. [Página Web]
http://190.169.30.62/handle/123456789/17491
Temas tabú en la lij. (2020). [Página Web]
http://www.google.com/search?client=ms-android-samsung&hl=es&source=android-search-ap
p&v=133247963&q=los+temas+tabu+en+la+lij+revista+de+literatura+&oq=los+temas+ta
bu+en+la+lij+revista+de+literatura+&aqs=heirloom-srp.
Sección LECTURAS
“El oficio de escribir para niños, por lo tanto, sería el oficio de construir mundos y submundos
con las palabras. Igualito que escribir para adultos. Sólo que para niños tiene que haber algo
más, un
súpermundo, el de la
diciembre de 1941).
44
En la dramaturgia venezolana para niños, en mu- ticos para la niñez y la juventud, resulta engorroso. No
cho de los casos, se encuentran temas y personajes obstante, éstas son las referencias socioculturales con
recurrentes y repetitivos, tales como: princesas,
caba- lleros y dragones, la terrible mala que tiene
esa con- dición de malvada sólo porque le da la gana
de serlo, seres hiperbondadosos sin que le pase por la
mente ningún mal pensamiento (cosa que
humanamente pareciera ser imposible), hadas,
duendes y gnomos, magos y hechiceras, ollas
mágicas, niñas criadas con comportamientos de
internados suizos del pasado, niños y niñas
melindrosos, la niña que se duerme y sueña, la
búsqueda de algún objeto fantástico; en fin, una
ristra de tópicos recurrentes de la cual echa mano el
teatro “fácil” para niños . En realidad, los temas y
los personajes son alusivos en cualquier parte del
mun- do, lo fastidioso ocurre con su tratamiento
escénico. Son utilizados como estrategias para
“resolver” situa- ciones, sin acciones, sin contenido y
sin valores esté- ticos. La vacuidad de la palabra. Sin
la utilización del simbolismo que es lo que, a mi
parecer, es el recurso que poseen los creadores del
teatro infantil para “en- ganchar” a los niños y a sus
representantes quienes los acompañan a las salas de
teatro.
Fuentes referenciales
DI MAURO, Eduardo. “Entidad e ideología”. En: revista Tablas. N°. 2 La Habana, 1996. p. 108.
NEVES, Luis Carlos. Poética del teatro infantil. Caracas, Editora Isabel De los Ríos, 1998, p. 60.
WILDE, Oscar. “El crítico artista” en: Ensayos (Prólogo de Jorge Luis Borges. Traductor:
Julio Gómez de la Serna). Barcelona, España, Hyspamérica Ediciones, 1986, p. 304.
Dubatti, Jorge Sormani, Nora Lía (2020) Temas Tabú en las Artes Escénicas para la Infancia y la
Juventud. Recuperada en http: // www.cervantesvirtual.com
Palabras claves:
¿Cómo hacer para que las nuevas generaciones entiendan y compartan a través de las expresiones
teatrales qué es y cómo funciona eso que llamamos “la venezolanidad”?
Un teatro inclusivo,
es un teatro para el
nuevo espectador del
mañana Alexander Hurtado
[email protected]
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THEATRON 29
minorías lingüísticas y la palabra Sordo con “S” con mayúsculas es reconocer que son
personas con capacidades, pertenecientes a una cultura propia. Mientras que escribir sordo
en “s” minúscula es etiquetar al ser humano con esta condición de enfermo y sin
posibilidades.
54
Cuando hablamos de que la lengua de señas es audición gradualmente. A me-
un idioma, un idioma creado por sordos en consenso,
donde cada país tiene uno propio con sus diferentes
variaciones según sean las regiones, por los modismos
u otros factores, esto sigue siendo un código lingüísti-
co diferente. En consecuencia, una lengua permite la
comunicación y la transmisión de valores, creencias
y que consolida su cultura. Realizando mis investiga-
ciones y trabajo de campo con la comunidad sorda,
me surgieron interrogantes sobre el papel que juega
la voz, las manos y el resto del cuerpo para acompa-
ñar o desvincular conscientemente o en la mayoría
de los casos, inconscientemente, la intención de
nues- tros discursos. Seguidamente, reflexioné sobre
la im- portancia de repensar en aquellos vocabularios
que nos predisponen y también no permiten
profundizar sobre la normalización.
Si nos proponemos elevar la calidad del teatro infanto-juvenil en Venezuela, sin duda que
lo primero es asumirlo como un género teatral con características muy particulares lo que
vendría a diferenciarlo del llamado teatro para adultos en varios aspectos. El siguiente paso es
revisar algunos puntos básicos que requieren de un profundo análisis.
A manera de anécdota, se da el caso, incluida gente del medio teatral, para quienes
Pino- cho es un personaje creado por Walt Disney Productions para su película homónima
(Pinocchio) del año 1940, obviando que es el protagonista de una novela titulada “Historia de
un títere” pu- blicada por entregas a partir del año 1881 en el semanario para niños “Il giornale
per i bambini” cuyo autor fue el escritor y periodista italiano Carlo Collodi, seudónimo usado
por Carlo Lorenzini Orzali (1826-1890) de donde fue tomado el personaje y el argumento para
el films ya citado.
Origenes de la
dramaturgia del Teatro
Infantil
Otro aspecto pivotal es el de la dramaturgia,
pre- cisamente el tema central que se pretende
desarrollar en este artículo como bien previene el
título del mis- mo.
No cabe duda que a través del texto no solo
se da a conocer al dramaturgo como autor, sino
también se recibe información acerca del estilo
en el que se escribe, el entorno histórico y
político, la moda, la si- cología de los
personajes, las formas de un idioma y en fin,
detalles que nos brindan un retrato del instante
cultural en el que se crea y representa la obra
teatral.
Los ejemplos sobran, la obra escrita es el
mejor testimonio con el que cuenta desde los
antiguos grie- gos hasta el presente, siendo
infinitas las piezas tea- trales que se atesoran.
De ahí lo importante de la pu- blicación, asunto
que tocaremos más adelante.
Ahora bien, retomando el tema de la
dramatur- gia de teatro infantil podemos buscar
sus orígenes en la España del siglo XVI y nos
encontramos que en colegios y universidades se
fomentaba la práctica teatral entre los jóvenes,
go desde las octavas de Corpus Christi, y las otras en dimensio- nes para constituirse como un género,
los domingos siguientes; y al regente que mejor asunto que ya se ha planteado.
hicie- re y representare las dichas comedias o
tragedias, se le den seis ducados del arca del
estudio; y sean jue- ces para dar este premio el
lector y Maestre-escuela. (Cervera, J., 1982)
Inicio y consolidación
la dramaturgia del teatro
infantil en Venezuela
En Venezuela cuando se habla del teatro
para niños si deseamos hacer una retrospectiva
sobre el tema, es imprescindible correr el riesgo
de caer en ba- ches si se rebusca información en
la historia distante. Igual vale la pena probar y
así es como ubicamos el libro El teatro en
Caracas del autor aragüeño Carlos Salas, un
documento invalorable para quienes hurga- mos
de primera mano en datos relacionados con el
quehacer teatral y de ahí sobre la dramaturgia
que nos ocupa desde el siglo XIX hasta la primera
parte del siglo XX.
Insisto en aclarar, como lo cita el título del
ya mencionado libro: El teatro en Caracas de
manera es- pecífica y en el que se pueden hallar
algunos datos que nos interesan para el tema.
Cuando toca hablar del resto del país, por
su- puesto que hay algunas publicaciones como el
libro El teatro en Mérida 1951 – 1991, editado
conjuntamen- te por la Dirección de Cultura del
estado Mérida, el CONAC y la Universidad de Los
Andes en el que se puede hallar información muy
interesante.
De igual manera, contamos con teatreros
que se han preocupado por el teatro infantil en
cada región, aparte de los titiriteros tan
populares entre el público de niños y niñas a
través de los tiempos. Ante la esca- za
documentación queda la alternativa de recabar
testimonio de todas aquellas personas que guardan cargo la dirección de la primera Escuela de teatro
en su memoria datos significativos para reconstruir para niños
segmentos de la historia.
Carlos Salas nos cuenta en su imprescindible li-
bro que los señores Gabriel de Aramburo, quien
fue- ra periodista y gran aficionado al teatro y el
maestro José Ángel Montero autor de numerosas
obras musi- cales fundan la Compañía Infantil
Venezolana en el último tercio del siglo XIX.
Para 1894 se inaugura el Teatro Alhambra en
los altos del edificio Scofet, situado en la esquina
de La Torre, con la participación de la Compañía
Infantil bajo la dirección de Guillermo Bolívar y el
maestro Leopoldo Montero.
Ya en el arranque del siglo XX, con fecha del
año 1903, los hermanos Adolfo y Carlos Ruiz
Chapellín, con la intención de formar artistas
organizan un conjunto infantil.
Así llegamos a lo que podemos calificar como
un hito significativo como lo fue el estreno en
marzo de 1941 en el Teatro Municipal de Caracas
de la obra para niños Orquídeas azules de Lucila
Palacios (1902- 1994), seudónimo de la escritora
venezolana Merce- des Carvajal de Arocha. Esta
obra que según señala Nury Delgado en Apuntes
para la historia incluida en el libro Anatomía de un
Chichón, “marca el antes y después de la
dramaturgia infantil en Venezuela”. En este
montaje participaron Luis Alfonso Larain, Anna
Julia Rojas, Enrique Benshimol, Ida Gramko y
Taormi- na Guevara entre otros.
Ya para el año de 1952 arriba a nuestro país
la actriz y directora Lily Álvarez Sierra y su esposo
Gabriel Martínez. Ambos, con la Compañía Lily
Álvarez Sierra se dan a la tarea, valiéndose de
versiones teatrales inspiradas en los cuentos
clásicos, de descubrirle la fascinación del teatro a
generaciones de venezola- nos.
Dentro de la infatigable la labor desarrollada
por Lily, es importante mencionar que tuvo a su
y jóvenes a la que ingresaron 120 alumnos y que
fue- ra creada por decreto presidencial del
contralmirante Wolfgang Larrázabal. Lily con su
troupe recorre el país llevando el teatro para
niños a todos los rincones. Lily es una figura
importante cuando se habla del teatro para niños
porque aparte de su trabajo desde el esce- nario,
a petición de Alberto de Paz y Mateos comienza
a trasmitir por la recién inaugurada Televisora
Nacio- nal (TVN5) y primer canal de televisión en
Venezue- la, un programa dirigido a la infancia.
Es de destacar también el relevo en la actividad
teatral ganándose a base de méritos un nombre
propio por parte de sus nietos.
Un aporte
Llega el momento de preguntarse ¿y qué puedo
hacer yo? Y es aquí donde con toda humildad puedo
hablar de mi experiencia como dramaturgo. Aclaro
desde ya que no pretendo en erigirme en modelo y
mucho menos dictar una cátedra sobre el “qué” y el
“cómo” escribir el teatro para niños y jóvenes. Como
cualquiera, mi labor como dramaturgo ha ido entre el
ensayo y el error, en el que han prevalecido las pala-
bras humildad y respeto ante los destinatarios del
tra- bajo: la infancia y a la juventud venezolana,
desde el estreno a principio de los años ochenta, de
mi primera obra que podría calificar de
“profesional”: Amigo Sol, amiga Luna, con el taller
de nuevos actores del grupo Theja bajo la dirección
de José Simón Escalona, has- ta hoy en día, casi
cuarenta años después, teniendo la oportunidad de
haber escrito para televisión como fue el caso de La
pandilla de los 7, a principio de los años noventa, así
como también algunas series juve- niles. No es un
camino fácil de recorrer y el objetivo del éxito, como
en cualquier empresa artística no es un rimbombante
premio que muchas veces no llega ni siquiera al
reconocimiento de nuestros compañeros de oficio. La
recompensa, por ponerle un nombre, es la gran
satisfacción al ver que los niños y niñas sal- gan del
riencia vivida, con ganas de más teatro y sobre Gilli en el siglo XVI para recrear una obra teatral.
todo cargados de referencias artísticas en cuanto
a todos los componentes del espectáculo que
acaban de pre- senciar.
¡Tengo una
idea! Quiero
escribir pero
¿cómo lo hago?
Te expresas para comunicar y crear. Has
escogi- do como vía para hacerlo la dramaturgia
de teatro infanto-juvenil. La aventura de escribir
una obra para niños o jóvenes arranca con una
idea, propia o suge- rida, a la que damos vueltas
en nuestra mente hasta que decidimos darle
forma con palabras. Si es propia u “original” es
seguro que parte de nuestra propia ex-
periencia, algo que nos inquieta, de la relación
con el entorno, en fin proviene de nuestro
subconsciente y puede haber surgido en el
momento menos esperado. En el segundo caso,
cuando se trata de una idea su- gerida o por
encargo lo importante es que la interio- ricemos
como nuestra sin dejar de preservar la inten-
ción de quien la propone. Intentemos a través de
un ejercicio plasmar el argumento pensado en
dos o tres líneas. Si el resultado es algo concreto
y coherente, ahí tenemos la semilla o punto de
partida de nuestra historia.
El cuento clásico puede decirse que fue la
pri- mera cantera de argumentos para ser
trasladados al teatro. Desde los cuentos de hadas
hasta la antología que conocemos como Las mil y
una noches, sobre los que se cierne una lista
grande de traductores de di- ferentes
nacionalidades hasta llegar a nuestros días. A
estos cuentos con la aparición del cine y la
televi- sión, se unieron los personajes de los
comic. Conta- mos también con las tradiciones
orales de cada re- gión del país. Por ejemplo, en
una oportunidad utilicé la leyenda indígena de
Amalivaca recabada por el sacerdote Salvatore
Tío Tigre y Tío Conejo es otro ejemplo. Es un argumen- to y los personajes que le darán vida. Es
cuen- to de origen africano que pasó a España y de posible que nos consuma algún tiempo que será
ahí has- ta nosotros. positivo en la medida en que se enriquezca el
contenido, precisan-
Los personajes
Una obra de teatro requiere de personajes y
hay muchas posibilidades para elegir:
• Personajes del mundo fantástico
• Personajes reales
• Personalidades históricas: En nuestro país Si-
món Bolívar ha sido protagonista de no pocas obras
teatrales, entre las que se encuentran obras
infantiles.
• Objetos animados: Podemos recordar los
perso- najes de La Bella y la bestia donde se ven
desde un candelabro a una tetera. El espejo de
Blanca Nieves es otro ejemplo.
• Animales humanizados: A través de la
animiza- ción se caracteriza a los animales con
atributos hu- manos. Tío tigre y Tío Conejo, el
primero como símbolo de la fuerza y el segundo
representa la astucia.
• Fuerzas de la naturaleza
Ya escogidos los personajes hay que
describirlos en sus detalles físicos, sicológico y
establecer con cla- ridad meridiana cuál es el
papel que desempeñan en la historia que vamos a
llevar a escena. A esos perso- najes hay que
colocarles nombres a gusto del autor siempre
tomando en cuenta que el espectador pueda
identificarlos, siendo posible que su estatus u
ocupa- ción determine el nombre.
La sinopsis argumental
Ahora estamos listos para pasar a la redacción
de la sinopsis (para los antiguos griegos significa
ver de una sola vez) donde vamos a plasmar el
do con exactitud cómo finaliza la historia. muy acostumbrados a ver la
La diagramación o escaleta
De ahí paso a diagramar o hacer la escaleta
por escenas (marcadas por la entrada o salidas
de per- sonajes dentro un mismo decorado) que
servirá de mapa de ruta hacia ese gran final
donde por lo gene- ral se supone o se dice: “…y
todos vivieron felices para siempre”. Si nuestro
plan de escritura sigue los pasos de la estructura
narrativa clásica tendremos: plantea- miento,
desarrollo o nudo y desenlace del conflicto
dramático propuesto. Otra cosa sucede si nos
propo- nemos un experimento. En todo caso una
obra bien llevada va a estimular la imaginación,
a enriquecer el lenguaje y ¿por qué no? conducir
a la reflexión. La diagramación nos ayuda a
calcular un tiempo apro- ximado de la de
duración del espectáculo que en mi opinión no
debe ser mayor a una hora y cuarto. Hay estudios
sobre cómo la atención del niño o niña se va
fatigando hasta llegar al punto de desaparecer y
ahí deviene el caos.
No olvidemos a Piaget
Así como en el ser humano hay un desarrollo
físi- co, existe una construcción emocional y
cognitiva. Se debe tener presente que tenemos una
gran respon- sabilidad entre manos. En lo personal
recomiendo consultar el trabajo del reconocido
psicólogo suizo Jean Piaget (1896-1980) quien
centro sus estudios en la evolución del
conocimiento. Así planteó una serie de periodos
comenzando por: sensomotor (de 0 a 2 años);
Intuitivo (hasta los 6 ó 7 años), operativo-con-
creto (hasta los 13 ó 14 años) en el que se da el
pensa- miento hipotético-deductivo.
Gracias a los recientes avances científicos de
la neurociencia a partir de los años noventa del
pasa- do siglo XX se ha avanzado mucho sobre el
conoci- miento de cómo evoluciona nuestro
cerebro a medida que avanzamos en edad. La
neurocientífica B.J. Ca- sey afirma que “estamos
adolescencia como un problema, pero mientras cer entender. Por ejemplo uno de los personajes pue-
más aprendemos sobre lo que la hace única, más de aclarar el significado de una palabra que se haya
parece que es un período muy funcional e incluso utilizado y no sea de uso corriente. Es nuestra peque-
adaptati- vo”.
Tenemos un reto por delante porque nuestra
obra va a llegar a un público compuesto por
individuos de diferentes edades y estratos sociales.
Muy a propósito el siguiente dato y es que para
La Convención Sobre los Derechos del Niño, del 20
de noviembre de 1989 se señala que: “para los
efectos de la presente convención, se entiende por
niño todo ser humano menor de dieciocho años de
edad”.
Otra interrogante es ¿a qué niño o niña le voy
a escribir? Es imposible pasar por alto que día a día
so- mos bombardeados a través de todos los medios
de comunicación por un verdadero “tsunami de
informa- ción” de cualquier tipo que nos rebasa y
atosiga. Se dice que estamos en “la era de las
pantallas”, asunto que nos lleva a fragmentar el
pensamiento, que los mensajes sean cada vez más
escuetos por lo tanto sa- crificamos la palabra y
por lo tanto el habla.
El diálogo
De las ochenta mil palabras que se dice
contiene el diccionario de la RAE, se calcula que la
gente con cierto grado de cultura alcanza a utilizar
unas tres mil y los que no gravitan en esos niveles
cerebrales, solo se comunican con ochocientas
pablaras. Hay que to- mar conciencia de nuestra
realidad para no correr el riesgo de errar el
discurso y de que nuestra idea no interese a nadie,
si eso llegara a suceder habremos perdido el
tiempo y las energías por muy buena in- tención
que se haya tenido. Lo anterior reafirma que no
puedo escribir sobre cualquier cosa si en verdad lo
que se busca es calar en un público tan complejo.
El lenguaje debe ser sencillo pero no por ello po-
bre en cuanto al léxico utilizado. Hay maneras de ha-
ña contribución para que no se pierda la riqueza
del idioma. Sugiero que también en las
acotaciones o di- dascalias se utilicen palabras
que ayuden a mejorar el habla de nuestros
actores y actrices. Ellos en algún momento lo
agradecerán, sobre todo si utilizamos tér- minos
de la jerga teatral por si se están iniciando ya se
vayan familiarizando con esas palabras “raras”.
El dramaturgo puede hacer uso de la rima en
al- gún momento o hacer juegos de palabras. La
musi- calidad que se logra le llama la atención a
los más pequeños y enriquecen el texto
dependiendo de su calidad y el talento puesto en
el asunto. Creo que se deben evitar los monólogos
si no se tiene la seguri- dad que será recitado por
un buen intérprete. El hu- mor siempre debe estar
presente en nuestras historias. Los buenos chistes
siempre son bien recibidos. Pue- de utilizarse el
aparte con el público. Confiamos en que desde la
dirección se esmeren para confundir a los
espectadores. Las palabras de otros idiomas siem-
pre y cuando cumplan un propósito, nunca por puro
adorno.
El título
A manera de anécdota, en una oportunidad
se me ocurrió primero el título y a partir de ahí
la obra, fue el caso de El país de caramelo. Pero
no siempre es tan sencillo bautizar una pieza
teatral y pasa lo mismo con otro tipo de creación
literaria. El escritor colombiano Gabriel García
Márquez tenía planteado otro título para su
famosa novela Cien años de soledad pero ya un
escritor amigo se le había adelantado. El título
es la pre información. En una obra de teatro para
niños debe ser llamativo, cautivador, seductor y
por supuesto que quede grabado en la memoria.
Así es que no nos precipitemos, es posible que
mucho de la repercusión que pueda tener
nuestra creación vaya a depender del título.
“Para hacer un buen melodrama”, escribía Hapdé,
uno de los melodramaturgos más célebres de su
tiempo, “basta con conseguir un título y calcular
bien su efecto.”
La revisión A manera de conclusión
“Escribir es corregir” y eso lo sabemos todos
nada más comenzar en el oficio. De hecho, los Una última reflexión sin ánimo de desanimar a
dramatur- gos pueden seguir corrigiendo sus piezas quienes quieran iniciarse en la escritura y me
después de años de estrenadas. Creo en lo que he viene a la mente lo dicho por el autor español
dado por lla- mar “dramaturgia del actor” que no Enrique Jardiel Poncela: “Escribir es el oficio que
debe confundirse con la odiosa “morcilla”. El actor más fácil parece y más difícil es”.
en su lectura es posi- ble que invente un giro o un Carlos Herrera en su libro ya mencionado,
gag que puede incorpo- rarse sin que estropee la formu- la una serie de preguntas con las que me
obra. gustaría ce- rrar el presente artículo:
Es indispensable revisar lo que se ha escrito una ¿Cuántos son los dramaturgos venezolanos que
y otra vez. Tanto por corrección ortográfica como de escriben por lo menos al año una obra para el
estilo. Sugiero siempre leer en voz alta el texto tanto sector infanto-juvenil de forma persistente? ¿Por
nosotros como autores, como buscar el apoyo de un qué la deno- minada dramaturgia considera de
actor o actriz y poner cuidado a cómo va tomando forma exigua las potenciales expectativas del
for- ma nuestro texto. segmento adolescente?
¿Por qué los pocos dramaturgos con vocación al
La MÚSICA
área no generan un cualitativo giro del discurso
dramático con la intención de apartarse de las
La música la considero indispensable. Con las desgatadas coor- denadas temáticas que
le- tras de las canciones se pueden comunicar generalmente confrontamos en escena? ¿Por qué
muchas cosas que a lo mejor dichas no tendrían el son tan pocos los autores preocu- pados por tratar
mismo po- der de penetración. Es un reto para de ver cuáles son las auténticas ex- pectativas del
quienes escribi- mos y no tenemos el talento consumidor infanto-juvenil? ¿Qué inspi- ra o motiva
musical, como es mi caso. De igual manera he a un dramaturgo a escribir de cuando en vez – o
escrito la gran mayoría de las le- tras de las por encargo- una dramaturgia infantil o para
canciones de mis obras. Por supuesto que queda en adolescentes si su real preocupación es solo la de
manos del compositor musical crear las me- lodías ge- nerar piezas para espectadores adultos? ¿Por
para que encajen. qué los pocos intentos de virar hacia esa nueva
dramaturgia no se asumen con seriedad y
persistencia en la esce- na por grupos e
Somos dueños de nuestro trabajo instituciones culturales teatrales?
HERRERA, Carlos. (2011). Apuntes para armar una visión del País teatral. Caracas – Venezuela.
Fondo Editorial. Fundarte.
Literatura Infantil. Anexos. (1983). Anexo 27. Universidad Nacional Abierta. Caracas – Venezuela.
El Teatro en Mérida 1951-1991. Gobierno del Estado Mérida. Dirección de Cultura del Estado.
CONAC. Mérida – Venezuela.
AZPARREN GIMÉNEZ. (1976). El teatro venezolanos y otros teatros. Caracas. Monte Ávila Editores,
C.A.
CLURMAN, Harold. (1990). La Dirección Teatral notas sobre la puesta en escena. Grupo Editor
Latinoamericano. Colección Temas. Buenos Aires.
PAVIS, P. Diccionario del teatro. (trad: Jaume Melendras) España: Paidós (1998)
GÓMEZ GARCÍA, Manuel. Diccionario Akal de Teatro. Madrid. Ediciones Akal, S.A. (1997).
Quizás uno de los elementos más relevantes en el panorama del teatro para infantil vene-
zolano en la actualidad es la escasa producción de textos dirigidos a dicho público y más aún
el poco número de autores dedicados mayoritariamente a este tipo de escritura dramática.
Esto evidentemente puede deberse a determinados factores, pero no deja de ser una tarea
pendiente el lograr una pujante producción de textos teatrales para niños, niñas y
adolescentes.
¿Se puede llamar a la adaptación teatral de una película extranjera para niños, que
tanto abundan en nuestras carteleras teatrales, una obra de autor nacional? ¿La actual
dramaturgia infantil venezolana toca las diferentes realidades políticas, sociales y
económicas que el niño vive en la actualidad pero que la mayoría de las veces no logra
interpretar ni comprender? ¿Por qué hay tan pocos dramaturgos que dediquen un
importante segmento de sus obras al teatro para niños, niñas y adolescentes? ¿Porque gran
parte de ese pequeño grupo no genera conteni- dos innovadores alejándose de reductos
seguros como la fantasía y los cuentos tradicionales?
¿Estamos escribiendo el teatro que necesita el niño de hoy en día? Preguntas que requieren
respuestas y estas respuestas deben ser generadas a través de debates e intercambios de ideas
que, a su vez, necesitan un lugar en donde realizarse.
Desde hace varios años el Teatro Universitario plantearse preguntas, reflexionar acerca de aquello
para Niños “El Chichón” ha sido organizador, que acaba de presenciar. Es un ejercicio para la inte-
conjun- tamente con la Dirección de Cultura de la ligencia emocional y ética que otras experiencias no
Universidad Central de Venezuela y en las dos permiten.
últimas ediciones en alianza con el Teatro y Títeres
Cantalicio, del Con- curso de Dramaturgia Infantil
de la UCV. Con dicho concurso el grupo ha buscado
incentivar la escritura de textos dramáticos
dirigidos a la infancia y la juven- tud además de
servir de termómetro para medir tanto la calidad
como los temas que están siendo tocados por los
distintos creadores. Una de las principales ob-
servaciones que varios de los jurados participantes
en las más recientes ediciones ha sido, en su
opinión, la baja calidad de muchos de los textos
recibidos por la falta de originalidad y riesgo en los
contenidos, fa- llas en las técnicas o métodos de
escritura dramática, desconocimiento o
alejamiento de las necesidades o inquietudes del
espectador al que va dirigido y exce- so de
pedagogía, etc. Todos estos puntos denotan que
muchos de los noveles dramaturgos no poseen las
he- rramientas adecuadas para asumir el reto de
crear textos para jóvenes audiencias, que repiten
“fórmulas infalibles” que se han popularizado con
los años y que aprenden muchas veces de sus
propias experiencias y observaciones. También es
notable que muchos de los concursantes están
comenzando su camino dra- matúrgico con teatro
infantil bajo la creencia, aplica- da también por
actores y directores, de que es “bueno para
comenzar”. Quizás de esa falsa creencia surjan
muchas de las fallas mencionadas anteriormente.
Dewis Durán.
Director actual del Teatro Universitario para Niños “El Chichón” de la Universidad Central de
Venezuela.
Acreedor del Premio TIN como Mejor Actor Teatro Infantil 1993, Orden “José Félix Ribas” en
Segunda Clase y Orden “Mérito al Trabajo”.
Reflexiones
sobre la dramaturgia
para niños y jóvenes
a partir del examen
de nueve textos dramáticos
venezolanos
Dra. Ligia
Álvarez Profesora de UNEARTE
y escritora
[email protected]
Introducción
El propósito de este artículo es presentar el resultado del análisis aplicado a cuatro textos
dramáticos del siglo XIX: “El collar de Perla” y “El bautizo de un muñeco” de José María Manri-
que, “La colegiala” de José Ignacio Lares, “Bien o mal o la caridad en acción” de Manuel María
Fernández (disponibles en el libro Teatro infantil venezolano del siglo XIX de Luiz Carlos
Neves); de cuatro textos del siglo XX: “El tambor mágico” de José Ignacio Cabrujas,
“Cenicienta en Palacio” de José Antonio Rial, “La guerra de Tío Tigre y Tío Conejo” de Rodolfo
Santana, “El doctorcito loco” de Iris Monte; y un texto del siglo XXI: “El Ratón come libros” de
Yumarsi Ovalles.
Para el examen del corpus seleccionado, que se muestra en el párrafo anterior, se emplea
como método de análisis el propuesto por Joseph Campbell (1947) en El héroe de las mil caras-
Psi- coanálisis del mito para determinar los cambios en los personajes. Este autor analizó
relatos, leyendas y mitos universales e identificó diecisiete pasos que tenían todos estos
relatos. Pueden resumirse en tres fases: A) La separación. B) La iniciación. C) El retorno.
Partiendo de cada una de estas fases es posible observar el viaje psicológico de los personajes
y su evolución o involución.
Una vez estudiado el contenido de las piezas, se forma de falsedad. Con respecto a la puesta en
identifican los valores y el mensaje que los autores escena, se recomienda que haya veracidad en los
han querido resaltar y qué herramientas o recursos gestos y en la
teatrales han empleado para lograrlo. Finalmente, la
autora presenta una propuesta con comentarios so-
bre un texto de su propia creación para explicar
cómo concibe el teatro para niños y jóvenes.
Consideraciones iniciales
Para iniciar, es importante diferenciar la drama-
turgia infantil de la juvenil. Para ello, es preciso con-
siderar la edad como elemento definitorio. La drama-
turgia infantil está concebida para niños hasta más
o menos los diez años y la juvenil para sujetos desde
más o menos los once años en adelante.
Antes de cualquier análisis de texto, la autora
de este artículo considera imprescindible
reflexionar acerca de qué debe contener la
dramaturgia dirigida a niños y a jóvenes.
Hurgando por aquí y por allá se encontró un
tra- bajo de Valcarce (1967). Esta autora considera
que por ser el teatro una de las obras de arte más
completa y más perfecta, por el hecho de
involucrar manifes- taciones de las artes plásticas,
la oratoria, la música, la técnica, etcétera,
permite a través de él desarrollar la inteligencia y
la personalidad del niño y el adoles- cente. Se
requiere que el dramaturgo conozca al niño y al
joven para invitarlos a soñar con la verdad, con
acciones limpias y nobles. De ese modo soñará con
hacer realidad sus sueños cuando se transforme en
adulto. Es preciso que el dramaturgo tome en
consi- deración las posibilidades que brinda la
interdiscipli- nariedad en el teatro, integrando al
texto teatral y su puesta en escena la danza, la
música, la poesía, en- tre otras puertas
integradoras de las artes que abre la creación
teatral. En cuanto a la dramaturgia infantil y
juvenil, el texto teatral no debe engañar porque el
niño es sensible a la mentira. Ridiculizar es una
voz, enfocándose en la verdadera sensibilidad, centra únicamente en la distracción estará dejando
ima- ginación y fantasía de los niños y jóvenes. Por de lado aspectos formativos. Es posible el teatro que
todos los medios es preciso evitar la ramplonería. forme y
Partiendo de estos planteamientos iniciales,
a continuación se expone qué no puede estar
ausente en la dramaturgia dirigida a niños y
jóvenes:
1.- Valores: El texto teatral que resalta
valores no significa que se debe ser una clase
magistral, pero se debe sembrar en tierra fértil,
transmitir valores de una manera tan sutil que el
niño o joven ni cuenta se dé pero que invite a
comportarse con conciencia ética. Este punto es
sumamente importante. Los niños y jóve- nes
serán los adultos que mañana conducirán la so-
ciedad. En ese momento, los adultos
contemporáneos ya estarán retirados. Es decir,
que de estos niños y jó- venes dependerá la
sociedad venidera. Por esa razón, es necesario
pensar en ellos como si fueran diaman- tes en
bruto para que sus espíritus se transformen en
valiosas joyas. El teatro es un baluarte -al igual
que la lectura- que permitirá que las mentes
infantiles y ju- veniles hagan gala de una
excelente educación. No se debe desestimar en
ningún momento y es preciso valorar la reflexión
sobre el tema para llevar a cabo una praxis a
favor de la formación.
En este sentido, el teatro no es solamente una
fuente de distracción sino de formación del futuro
adulto. No obstante, no significa que tiene que ser
una actividad tediosa; todo lo contrario, jamás
debe perder su carácter lúdico. Debe ser una
actividad en la cual el niño y el joven se sientan
magníficamente, que disfruten, pero que al mismo
tiempo, y sin darse cuenta, la personalidad esté
siendo moldeada para que sean individuos que
brinden aportes a la socie- dad. El teatro infantil y
juvenil no puede desvincularse de la educación y
debe estar en manos de personas idóneas. Escribir
dramaturgia para este tipo de públi- co con
características únicamente mercantilistas no es el
deber ser. Los criterios que imperen deben ser la
formación, el desarrollo de la imaginación, el des-
cubrimiento y la diversión. Si quien escribe se
haga volar la imaginación y simultáneamente haga “El collar de Perlas” y “El bautizo de un muñeco”. El
que los niños y jóvenes pasen gratos momentos. Es autor de ambas obras es José María Manrique (1846-
preciso sembrar en tierra fértil, y para que dé 1907). Este dramaturgo también escribió para
buenos frutos es preciso regar y abonar.
El doctorcito loco
“El doctorcito loco” de Iris Monte es un ejemplo
La pieza es bastante sencilla, breve y de persona- jes: Tamborcito, Viejita, Bandidos, Viejo,
agradable lectura. Podría adaptarse a un Emperador y gente del pueblo. Como recurso se
montaje de títeres. Los personajes son emplean voces en
Muñequita, Mamá-Muñeca, El Doctor- cito, La
Sirvienta y El Gato. El argumento es sencillo: La
muñequita está enferma y La Mamá-Muñeca
llama al Doctorcito para que la cure. Él llama a
El Gato para que lo ayude a buscar a El Ratón.
Pretende emplear el pelo tostado del roedor y
tostarlo en budare para sanar a La Muñequita. El
médico no puede hacer su trabajo solo. Se
resalta la solidaridad y el trabajo en conjunto. Es
una obra bastante aceptable, aunque las
acotaciones, en ocasiones, parecen de un relato.
Se explota el humor y algunos parlamentos están
es- critos en verso. El contenido es bastante
simple como para niños pequeños. Sin embargo,
no se debe dejar pasar la carga de discriminación
racial encubierta (o descubierta) que se
manifiesta. Cuando se describe a la sirvienta se
dice que es una muñequita negra. Esta idea
forma parte del estereotipo del negro que con
frecuencia en pleno siglo XXI, todavía está
presente: los personajes negros son presentados
como sirvien- tes, pobres o en el peor de los
casos delincuentes. No se perciben cambios en
los personajes. Puede conver- tirse en un
colorido espectáculo en el cual la música, los
muñecos y la danza permitan disfrutar a niños
pe- queños.
El tambor mágico
“El tambor mágico” de José Ignacio Cabrujas
(Re- vista Tricolor, Nº 130) data de 1961. El tema
es la guerra versus la paz. Se resalta la paz como
valor que se aspi- ra en un mundo de violencia y
guerras continuas. En ese año en Venezuela, se
había iniciado la guerrilla, la cual es una guerra
pequeña, pero guerra al fin y al cabo. En el mundo
estaban ocurriendo escenarios de guerra como la
Guerra de Vietnam y la Guerra de Corea. Tal vez,
este contexto nacional e internacional inspiró a
Cabrujas para expresar su anhelo por el cese de la
violencia y la búsqueda de la paz. La historia es
muy simple. En ella participan los siguientes
off y un coro. Tamborcito viene de una guerra y se niños son los más afectados. Una pieza como esta,
en- cuentra con un país abatido y triste por los muestra al in- fante y al joven que la paz es necesaria
estragos de otra contienda. En el camino se para vivir con satisfacción. Este texto es posible
encuentra con Viejita que le pide comida porque convertirlo en una
tiene mucha hambre. Él le da un centavito y ella le
agradece porque con lo poco proporcionado, por lo
menos, podrá comer algo. Pero además, le
concede el poder a Tamborcito de hacer que todos
aquellos que escuchen su música no pa- ren de
bailar. Tamborcito se marcha y se encuentra con
Bandidos quienes le mandan a poner las manos en
alto y entregar todo su dinero. Como a Tamborcito
no le quedaba ni una monedita, los malhechores le
piden el tambor. Accede pero les ofrece primero
ense- ñarlos a tocar. Al comenzar a tocar, Bandidos
bailan sin parar y ya muy cansados le ruegan que
pare. Tam- borcito acepta y ellos huyen
atemorizados. Sigue Tam- borcito caminando y
arriba al mercado del pueblo. La gente está muy
triste porque Emperador ha decidi- do ir a la
guerra con la gente con Pueblo. Tamborcito
comienza a tocar y todos, incluyendo al
mandatario, bailan sin cesar. La gente alegre, le
pide a Tamborci- to que siga tocando porque ellos
no quieren guerra sino paz. El cambio que se da en
todo un país es que la desesperanza, por estar a
punto de ir a la guerra, se convierte en júbilo. El
regocijo solamente se puede sentir cuando hay
paz. La obra finaliza en una gran fiesta en la cual
la gente del pueblo baila y pide Tam- borcito que
no pare:
La cenicienta en palacio
“La cenicienta en palacio” de José Antonio
Rial es una obra creada para responder la
convocatoria del Teatro Infantil Nacional - T.I.N en
el año 1993. Parte del cuento conocido La
Cenicienta de Charles Perrault. Como se sabe,
Cenicienta reside con su madrasta y sus
hermanastras. No tiene derecho a nada, aunque
también debería disfrutar de la herencia que dejó
su padre al morir. Su única aliada es su hada
madrina quien la ayuda para que pueda asistir a la
fiesta del príncipe, como una princesa real. El
encanto dura hasta la medianoche y ella tiene que
abandonar el festejo de prisa. Deja su zapatilla. El
príncipe, quien queda enamorado de ella, inicia la
búsqueda de su amada. Después de vencer todos
los obstáculos consi- gue reencontrarla y son
felices para siempre. Ese es la historia tradicional
de Cenicienta. Sin embargo, Rial realiza cambios
importantes en el cuento. Empezan- do por la
propia Cenicienta que ya no es la niña cán- dida y
humilde que se conoce. Más bien, es una joven
egoísta, vengativa y llena de rencor.
De acuerdo con el modelo de Campbell, Ceni-
cienta se encuentra en una situación en la que es
su- jeto de injusticia por parte de la madrasta y sus
hijas. Las mujeres van a una zapatería y ahí ven el
hermoso par de zapatos (esa es su vida cotidiana).
Los espacios escénicos son la placita, la
zapate- ría, la alcoba de la Cenicienta en
palacio, el salon- citos contiguo a la alcoba, el
parque, la placita y la zapatería.
El mundo cotidiano de Cenicienta es estar bajo
el yugo de esas mujeres que la desprecian y la
consi- deran inferior y que además envidian sus
virtudes sin reconocerlas. Cuando la Cenicienta se
mide el zapato y le calza pasa a la separación, es
decir, abandona este estado para asumir su rol de
princesa. Se transfor- ma en una joven vengativa,
egoísta, mala, soberbia,
mentirosa, inconforme, mezquina. Todas son geográfico de la selva. La siguiente es la atmósfera
caracte- rísticas negativas. El hada madrina la que introduce la obra:
abandona y las cosas comienzan a ser adversas
para ella. Su aspecto físico se transforma y se le
calza un zapato enorme de payaso. Además, el
príncipe ya no es lo que se espe- ra sino un gigante
monstruoso de tres cabezas. Más tarde, vuelve a
ser un fascinante príncipe que ya no la quiere. Es
expulsada y regresa a su estado inicial de pobreza.
Retorna a la zapatería y se casa con el zapatero.
El valor que se manifiesta, sin lecciones
directas de moral, es la humildad que debe
prevalecer ante todo porque la venganza no
conduce hacia buen término. Cenicienta tiene la
oportunidad de ser una princesa pero no sabe
aprovechar este regalo y se comporta como una
mala persona, por eso se tiene que conformar con
casarse con lo que ella considera un simple y
ordinario zapatero. “Y aquí termina este cuento/
de Cenicienta en palacio/ que sufrió por or- gullo/
humilde les pide un aplauso” Otra lectura que se
puede dar es que el autor quiere expresar que los
príncipes no existen, que los que existen son las
perso- nas comunes y corrientes que están
alrededor.
El montaje de esta obra pude lucirse con
trajes, escenografía, música y danza. No
significaría un gran costo, si se emplea el
reciclaje.
La guerra de Tío
Tigre y Tío Conejo
“La guerra de Tío Tigre y Tío Conejo” de
Rodolfo Santana fue estrenada en el año 1991.
Participan tre- ce personajes: Tío Tigre, Tío
Conejo, Señor Mediano- che, Estúpido Muchacho,
Señor Jabalí, Señor Hiena, Conejita, Don Caballo,
Don Oso, Don Búho, Doña Lom- briz de Tierra,
Guardias Oscuros y Zanahorias. Santa- na humaniza
estos personajes y los ubica en el paisa- je
“Batalla total de la selva.
Se ven fogonazos producidos por las bombas al caer.
Por foro, entre los árboles, asoma Tío Conejo
asomado en la torreta de un tanque siniestro que
dispara por su cañón con gran despliegue de
humo.
Se escuchan gritos. Exclamaciones, música de
ribetes épicos” (p. 80).
Propuesta para
una dramaturgia infantil
La autora desea exponer su propuesta de
drama- turgia infantil describiendo una pieza de
su autoría. El título es Al rescate. Fue escrita
pensando en niños entre cinco y nueves años.
Dicho texto fue escrito en los años ochenta pero
fue reformulado y adaptado al siglo XXI.
Encontrándose que el problema plantea- do sigue
vigente e incluso se ha profundizado con la
presencia del internet y especialmente de las redes en la que los niños y los juguetes se dan la mano e
sociales. La premisa planteada es la siguiente: para inician juntos un recorrido. La autora de esta pieza
que alguien ame algo, es preciso que lo conozca. En dramática entiende que es una gran responsabilidad
la pieza “Al rescate” ese algo lo constituyen los
jugue- tes tradicionales. Es un tema que apasiona a
la au- tora y ha reflexionado sobre el mismo,
concluyendo que para los niños es preciso conocer
los juguetes tra- dicionales y luego lo amarán. A
través de la escritu- ra de este texto dramático,
quiso aportar su granito de arena para alcanzar el
propósito de que los niños se interesen por los
juguetes tradicionales. El título es una invitación a
recuperar el sitial del juguete tradi- cional, a darle
el lugar que merece en la vida de los infantes
venezolanos y latinoamericanos. Se evitó ser
estrictamente didáctico pero entre canciones, bailes
y parlamentos se pretende dejar un mensaje.
El espacio escénico de la pieza está
conforma- do por dos cuadros: una habitación
infantil y la sala de una vivienda en donde
prevalecen las laptops, los televisores, el
reproductor de video pero donde no hay espacio
para la muñeca de trapo, el trompo, la peri- nola,
el gurrufío, la metra, el yo-yo o el papagayo. Esto
conduce a que los niños lleven una vida autómata y
mecánica en la cual la imaginación no tiene
espacio. Participan, además de los siete juguetes,
dos niños y una niña.
La música, las canciones, los bailes son los
pro- tagonistas. Las artes plásticas también juegan
un pa- pel primordial porque en el cuadro uno se
describe una imagen donde brillan las estrellas y la
luna. Es una clara invitación a la creación de un
espacio es- cénico donde brillen los colores de la
noche. También se propone la técnica del teatro
negro para ver volar por los aires a los juguetes.
Además del contenido que parte de una premisa
clara, se busca divertir, hacer soñar y sembrar en
los niños las semillita por el disfrute de los juegos
tradiciones. Los juguetes entienden que tienen que
llegar a los niños y propician un encuen- tro. Es
entonces cuando se produce la gran aproxima- ción
para el dramaturgo infantil abrir los ojos de los
niños a una realidad: el de los juguetes y juegos
tradiciona- les. No solo existen príncipes,
princesas, hadas, fan- tasmas, brujas, piratas,
también existe este universo que debe abrírsele a
los más pequeños. El niño vive en un país donde
hay tradiciones, costumbres, jue- gos y juguetes
tradicionales. Es un compromiso del dramaturgo
presentarles todos ellos para que formen parte de
su acervo cultural y lo comiencen a amar y a
identificarse con ellos. Es eso lo que intenta
develar la pieza “Al rescate” de Ligia Álvarez. Para
leer la obra, ir al enlace:
https://docs.google.com/r?a=v&pid=si-
tes&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxsaXlpdGFzd29u
Z-
GVyZnVsd29ybGR8Z3g6NzVlZjM1ODY3ZWE4MjdiNA
A manera de cierre
El teatro para el público infantil y juvenil es
un asunto muy serio, tratado como tal en nuestro
país desde hace más de cien años. No solamente se
tra- ta de distraer a este tipo de espectadores. Se
trata de ayudarlos a formarse como personas y
ciudadanos de un país y del mundo. Si se ve desde
ese punto de vista se justifica que autores
distinguidos como Rodol- fo Santana , José Ignacio
Cabrujas y José Antonio Rial se hayan ocupado de
este género a veces olvidado.
Los textos seleccionados muestran el
cuidado que los ocho dramaturgos seleccionados
se tomaron para escoger los temas buscando
dejar una semillita en el alma del niño y del
joven a través de valores como la bondad, la
solidaridad y la paz. Los persona- jes emprenden
el viaje psicológico que los conduce a
transformarse en modelos de conducta para el
públi- co menor de edad.
Fuentes referenciales
Álvarez, Ligia (20 de enero de 2019). “Al rescate”. En: Obras dramáticas de Ligia
Álvarez [Blog]. Disponible en: https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXV
Fzd29uZGVyZnVsd29ybGR8Z3g6NzVlZjM1ODY3ZWE4MjdiNA. [Consulta: 2020, febrero 2].
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Cervantes, 2012. Disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/ bmcm90t9} [Consulta:
2019, diciembre 1º].
“La Guerra de
Tío Tigre y Tío Conejo”
de Rodolfo Santana
José Antonio Barrios Valle
Economista, actor, escritor y profesor investigador
[email protected]
El concepto de teatro infantil abarca aquellas obras escritas con los niños como
destinata- rios: es decir, que aspiran a ser vistas por el público infantil. Respecto al teatro
infantil que tiene a los niños como receptores potenciales de las propuestas, se desarrolla
de dos formas diferentes. La más común es aquella que se conoce como teatro infantil por
interiorización, con un adul- to escribiendo las obras de acuerdo a aquello que cree que a
un niño le puede interesar. Para esto, el escritor debe tener en cuenta la edad de los niños
a los que apunta a cautivar ya que los contenidos tienen que vincularse a la madurez
intelectual y emocional del espectador. El teatro infantil por apropiación, en cambio,
aparece cuando los niños adoptan obras que, en principio, no los tenían como
destinatarios. Se trata de obras pensadas para el público en general pero que, por ciertas
características, terminan atrapando a los más pequeños.
A nivel general, puede decirse que el teatro infantil apuesta por los personajes
caricatu- rescos, los vestuarios coloridos y los componentes musicales (canciones,
coreografías de baile, etc.). Muchas veces las obras tienen un moraleja para que los
espectadores adquieran o desa- rrollen ciertos valores que se consideran positivos. En
algunas ciudades del mundo se apuesta de manera clara por ofrecer a sus vecinos más
pequeños una gran oferta en materia de teatro infantil. Y es que se considera que es la
manera de que aprendan, de que se diviertan y, sobre todo, que desde temprana edad
empiecen a disfrutar de la actividad cultural en general y del teatro en particular.
sus valores predominantes desde el punto de vista
Antecedentes del teatro infantil religioso, moral y educativo.
en Venezuela
Para 1881 se estrenó en el Teatro Municipal de
Ca- racas, fundado ese mismo año, una Compañía
Infan- til (la primera en su género) la cual tenía un
reparto de niños menores de quince años, entre los
que se en- contraban como primeras figuras: Ignacia
Villasana, bautizada por Gabriel Aramburu, un
empresario tea- tral, como Enma Soler y el galán
Teófilo Leal, con la dirección del maestro Francisco
de Paula. Es a través de una nota periodística de la
fecha que se vislumbra mucho éxito para estos
jóvenes artistas, quienes con su trabajo demostraron
dotes, gestos cómicos, actitu- des que sólo artistas
experimentados en declamación pudieran tener;
estas apreciaciones nos parecen bas- tante
significativas, ya que nos permiten retomar la
propuesta de la existencia de ejercicios pre-teatrales
producto de actores infantiles, que daban sus prime-
ros pasos en el arte teatral.
Iniciando el nuevo siglo, en 1903, los hermanos
Chapellín formaron un nuevo grupo infantil con el
cual presentaron las piezas Juan José y Los Reyes Ma-
gos. Un año más tarde esta misma Compañía llevó a
escena la pieza El Rey que Rabió, que fue vista por el
General Cipriano Castro, quien después de terminada
la obra ofreció la construcción de un teatro, como
for- ma de mostrar el apoyo oficial.
Estas son algunas referencias históricas que, uni-
das con las piezas encontradas, nos permiten hablar
de la existencia de un teatro infantil venezolano con
características específicas y orientado a un público
infantil. El género contará en el transcurrir del
tiempo con manifestaciones acordes al niño y a la
concepción que se tenía del niño venezolano (el ideal
de hombre que se quería obtener de él) y la
importancia de su formación, así como con el acento
personal que cada dramaturgo impregnó en sus
piezas, dejando plasma- das en ellas la región y el
ambiente a los que perte- necían, el grupo social y
A partir del año 1952, momento histórico en objetivo centrado en entretener al espectador. A
que llega a nuestro país la actriz y directora de la lista de dramaturgos in-
teatro para niños Lily Álvarez Sierra, en
Venezuela se suceden im- portantes cambios en
lo que a teatro infantil se refiere.
Por primera vez en muchos años se comienza a
trabajar profesionalmente el área del teatro
infantil con un mensaje cuyo principal destinatario
es el niño, dándose inicio a lo que hoy conocemos
como teatro infantil venezolano. Esta década del
siglo veinte ve- nezolano estará marcada por el
trabajo teatral de la Compañía Lily Álvarez Sierra,
la cual imprime dedi- cación, profesionalismo y
éxito al teatro infantil. En el campo de la
dramaturgia, la misma se verá enri- quecida por las
adaptaciones que hiciera Cesar Mar- tínez, esposo
de Lily, de cuentos clásico. Nacen así personajes
como las brujas Zascandil y Escandulfa, quienes se
convierten en ejes y protagonistas de mu- chas
historias.
En la década de los sesenta surgen agrupacio-
nes que promueven un teatro político, con ideales
de izquierda, muy en sintonía con los
acontecimientos de la época. La dramaturgia de
esta década acompaña estas manifestaciones, pero
también surgen nombres como los de Clara Rosa
Otero, Julio Riera y Elizabe- th Hernández quienes
en el Teatro Tilingo trabajarán adaptaciones de
clásicos literarios.
En los setenta se consolida el género, el
teatro infantil se hace fuerte gracias a la acción
del Teatro Tilingo, El Taij, El Chichón y otras
agrupaciones que bien podríamos enmarcar en lo
que llamaremos un teatro social y de crítica
como una continuación del movimiento de los
sesenta. A la dramaturgia se su- man nombres
como Rafael Rodríguez Rars, German Ramos y
otros quienes se apartan de las adaptacio- nes y
empiezan a crear textos originales. Por su par- te
Alicia Mancera, se aleja de la crítica social para
crear textos llenos de fantasía.
En la década de los ochenta se suman a las
an- teriores, agrupaciones que empiezan a
trabajar tex- tos cuyos principales protagonistas
son la fantasía, el trabajo de la imagen con un
fantiles se suman, Carmelo Castro, Carlos Pérez Una de las grandes carencias del teatro infantil
Ariza, Laly Armengol y Nestor Caballero, cada uno que se hace en Venezuela es la de una dramaturgia
con una visión distinta del arte de escribir para que, desde una óptica renovadora aborde con exi-
niños. gencia los temas propios del niño. Con dicha inquie-
Llegamos a la década de los noventa. Quizás el tud decidieron hacer un proyecto conjuntamente con
aporte más significativo de esta década se enmarca
en el plano institucional con el surgimiento del
Teatro Infantil Nacional, TIN. En el campo de la
dramaturgia los nombres de Armando Carías,
Armando Holzer, Luiz Carlo Neves, Ricardo Salmerón,
José Antonio Rial, Car- los Sánchez, Romano
Rodríguez, Elio Palencia y Rodol- fo Santana se
sumarán a la lista de autores montados por
agrupaciones teatrales infantiles.
Juan Carlos Azuaje fundador del TIN en una
en- trevista expresa como fue el inicio del Teatro
Infantil Nacional, nos cuenta que en conjunto con
Carlos Ji- ménez y José Antonio Abreu estaban
buscando una respuesta hacia el sector teatral
para niños. Ellos le proponen la creación de la
Compañía Nacional de Teatro para niños de
Venezuela, le pidieron convocar a los mejores
directores del teatro para niños en ese momento,
con la finalidad de reflexionar y hacer una
propuesta. Logró reunir a José León, un gran
hombre de teatro que había sido escuela para
muchos ac- tores que han pasado por Los
Monigotes; Armando Carías, cuyo trabajo con su
grupo Chichón de la Uni- versidad Central de
Venezuela es también muy reco- nocido; Dagoberto
González, que venía proponiendo una tendencia
bastante juvenil en el teatro; Carmelo Castro, con
una proyección importante con el grupo Thalía y él
en Teatrela, que era la agrupación más joven de
este conjunto y que también estaba tratando de
darle un vuelco a lo que era el teatro infantil en
ese momento. Se reunieron todos ellos y dieron
nacimien- to al Teatro Infantil Nacional. Primero
se llamó Teatro Nacional Infantil en el papel de
trabajo. Y en una reu- nión, Armando Carías
propuso: “me suena TIN, Teatro Infantil Nacional”.
Y así quedó TIN.
el círculo de dramaturgos y los grupos del TIN, que fue una obra hecha a medida para el Chichón y
donde nos dice Azuaje, invertimos las direcciones. que el texto se fue escribiendo paralelo al
Convo- camos a los dramaturgos a que nos montaje”.
escribieran una obra de teatro. De ahí nació el
proyecto Todos para uno. Eran autores que
tradicionalmente no escribían para niños, a nivel
de dramaturgia. Nosotros impulsa- mos el hecho de
que ellos escribieran una obra para niños. Rodolfo
Santana escribió La guerra de tío Tigre y tío
Conejo, que además estuvo inspirada en la gue- rra
del Golfo; Carlos Sánchez escribió Sintonía o hay un
extraño en casa; José Antonio Rial, La Cenicien- ta
en palacio; Romano Rodríguez, Buscando a Dodó y
Elio Palencia, Pasa que no pasa pasando.
Luego, los directores se intercambiaron los
gru- pos. Carmelo Castro vino a dirigir Teatrela;
Armando Carías dirigió a Caravana; a José León
le tocó dirigir el Chichón; a Juan Carlos Azuaje le
correspondió el grupo Monigotes y a Dagoberto,
el grupo Thalía. Esta experiencia sirvió para
combinar estéticas, para me- dir fuerzas, para
fortalecer en bloque una temporada tras otra,
para demostrar cómo podían hacer teatro
infantil y demostrarle, también al sector, que el
teatro infantil estaba buscando soluciones
estéticas, plan- teándoles salidas a los
dramaturgos. Y se obtuvo re- sultados muy
positivos.
José León en reunión con Rodolfo Santana se
pone a hablar de los mitos, símbolos… de todo
menos de cuentos de hadas donde la felicidad es
solo una promesa. Surge el tema de la guerra y
sus consecuen- cias, la devastadora imagen que
está presente desde que el hombre aparece en
la tierra. Pero ahora esta historia se desarrolla
entre los animales de la selva. Rodolfo propone
tomar dos personajes del cuento de Antonio
Arraiz, Tío Tigre y Tío Conejo, los cuales ya
forman parte de la tradición cuentista
venezolana. Se trata en este caso de jugar con
ciertos arquetipos, con ciertas mitologías, (Tío
Tigre y Tío Conejo). El libreto fue revisado por
Rodolfo Santana cuatro veces y cada vez
aparecían cosas diferentes. Andrés Eloy Izarra el
actor que interpretó al personaje del Señor
Jabalí en su estreno, nos expresa “puedo decir
La obra propicia la pervivencia de una literatu- sim- bólica contiene espacios de subjetividad abiertos,
ra proveniente de la oralidad, cuya continuidad ha to- nalidades diversas y misteriosas, para acompañar
asegurado la existencia a través de los siglos, de una al
serie de personajes (Tío Tigre y Tío Conejo), y el
soste- nimiento de ciertas características de la
picaresca y el humor negro en convivencia con
personajes de la fábula y la leyenda.
Edgar Morín (1995)m en su libro “El pensamiento
complejo”, considera la Historia, en términos de me-
moria colectiva, como el patrimonio hereditario de
los pueblos, y este patrimonio seria la sumatoria de
las memorias individuales a través del parentesco
gene- racional de los pueblos, lo que lleva a una
definición, en nuestro caso, como latinoamericano,
en un terri- torio y con unos modos de ser. Por otro
lado, está la visión de la individualidad cuya
identidad se constru- ye progresivamente en el
conocimiento del sí mismo y el de su entorno, en el
encuentro con los otros, Vemos entonces como el
texto teatral tiene un rol, en este pro- ceso de
búsqueda de definiciones y modos de influir y
participar en aquello que será la construcción del
sentido.
Una dramaturgia que logra desligarse de las Morgado Don Búho: Nora
es- tructuras de los cuentos clásicos. González
Rodolfo Santana encuentra la musa en un tema Doña Lombriz de Tierra / Unicornio:
tan sensible y rudo como la guerra, dejando de lado Mariela Montenegro
la añeja concepción de lo que es para niños y lo que
no y nos permite ver una obra y asimismo la posibi- Guardias Oscuros:
lidad de un espectáculo en el que el final no nece- Ricardo Salmerón, Norberto Pereira
sariamente tiene que ser feliz. Una dramaturgia que
Zanahorias: Rosa Aguilera, Marisol Abreu,
toma como trinchera a la realidad, a lo trascendental
Marisabel Quintero,
de lo cotidiano, y se enfrenta a la tan manida “fanta-
Maria Victoria
sía por la fantasía” del teatro infantil.
Morgado.
Personajes:
Ficha Técnica:
Tío Conejo
Tío Tigre Diseño de escenografía y vestuario:
Sr. Medianoche Alexis Echenagucia
Estúpido Muchacho
Sr. Jabalí Diseño de iluminación:
Sr. Hiena Franklin Romero y
Conejita Alexis Echenagucia
Don Caballo Diseño de maquillaje: Alexis
Don Oso
Don Búho Rivero Diseño y realización de
Doña Lombriz de Comics
Tierra Guardias y muñeco gigante:
Oscuros Zanahorias Rubén León.
Fue estrenada el 8 de julio de 1991 en el Teatro Realización de escenografía y utilería:
Cadafe con el siguiente elenco: Ramón Aguirre,
Tío Conejo: Dewis Durán Edgar Paredes (Juanacho),
Leonardo Silva y
Tío Tigre: Félix Leal Unidad de Producción
Sr. Medianoche: Nemesio Prado UCV. Realización de Vestuario:
Georgina Bell Trabajo corporal:
Paco Díaz
Trabajo vocal: Omar González
Coreografía: Poi Márquez Producción ejecutiva;
Efectos especiales : Armando Carias
Miguel Pérez Asistente de escena:
Música original y efectos: Andreina Arteaga
Eleazar Moreno Asistente de dirección:
Voz solista: Andrés José Luis león
Fuentes referenciales
Antillano, Laura (2018). Las Alas de la Lectura. CENAL.
Armas Alfonso, Roberto (2014). Cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo del Bajo Unare. Caracas.
Monte Ávila Editores.
Àzparren Giménez, Leonardo (1997). El teatro en Venezuela. Ensayos Históricos, Alfadil
Ediciones.
José Antonio Rial, Rodolfo Santana, Carlos Sánchez, Elio Palencia y Romano Rodríguez (1993).
Todos para Uno. Colección de Cuadernos de Difusión Número 196 de FUNDARTE.
Morín, Edgar (1995). Sociología. Madrid. Editorial Tecno.
Puerta de Pérez, Maén (1995). El teatro infantil en Venezuela: (bosquejo histórico- biográfico.
Trabajo de Ascenso (Prof. Agregado)-- Universidad de Los Andes, Facultad de Humanidades y
Educación, Mérida.
Entrevista realizada por Eddy Díaz Souza. Entrevistado: Juan Carlos Azuaje, Presidente del TIN.
(Especial para la revista Centro Molinos) Fecha: Noviembre 2003. https://artedfactus.wordpress.
com/2008/08/27/un-recorrido-por-la-historia-del-teatro-infantil-nacional-tin-de-la-mano-de-juan-
carlos-azuaje/
El teatro y la dramaturgia para niños en Venezuela. Por: Ricardo Salmerón.
http://ciudadescrita.blogspot.com/2012/05/el-teatro-y-la-dramaturgia-para-ninos.html
“ Afortunadamente, los cuentos de hadas se han mantenido como escaparate de fantasías y
laboratorio donde ejercitarse en los más inconfesables sentimientos, emociones y
deseos”
Alonso Palacios,
de su artículo Por una literatura sin tabúes
“Los cuentos de hadas son como el mar, y las sagas y mitos, las olas en su
superficie; un relato se elevaría hasta convertirse en un mito y se
hundiría de nuevo,
convirtiéndose otra vez en un cuento de hadas”
Marie Louise Von Franz,
del libro Erase una vez
Cenicienta en un mundo
al revés
Análisis de la obra
teatral La cenicienta en palacio de
José Antonio
Rial a partir del
concepto de carnavalización de
Mijaíl Bajtín
Carlota Martínez B
UNEARTE
Socióloga, docente jubilada, investigadora, escritora
[email protected]
La Cenicienta en palacio,
una parodia:
Carnavalización del
cuento de hadas
tradicional
Con su obra La Cenicienta en palacio José
Anto- nio Rial nos ofrece una nueva versión del
conocido cuento de hadas de Los Hermanos
Grimm. Con agu- zado olfato acude como recurso a
nocido cuento con una postura crítica a través de llamados géneros cómico –serios provenientes de la
la cual desmitifica la vida de los palacios y antigüedad clásica. En correspondencia con este
muestra el rostro oculto de las princesas a las enfoque entre las características presentes en la
que desde niños nos han tenido acostumbrados obra
desde tiempos inme- moriales. El camino para
ingresar a esta nueva mira- da es a través de la
escritura paródica siempre irreve- rente y hasta
grotesca con la que el autor se propone
derrumbar valores y creencias establecidas. Por
los rasgos característicos de la obra teatral, cabe
ubicar- la en la llamada literatura carnavalesca
estudiada a la luz de la teoría de Mijaíl Bajtin.
Este autor ruso en su libro La poética de
Dostoievski (1986) señala que el carnaval es una
fiesta que a través del acto de co- ronación y el
subsiguiente destronamiento instala un tiempo
de transformación en una estación de cambio y
renovación que deja entrever la alegre
relatividad de todo estado, poder u orden
establecido. Esta fies- ta se remonta a la Edad
Media cuando el teatro, que se utilizaba como
medio de evangelización y distrac- ción, sale de
los escenarios del templo y comienza a
conquistar la calle con manifestaciones de claro
carácter dionisiaco donde predomina un
bullicioso regocijo constituido por bailes,
comparsas y alegres mascaradas. Es una
expresión de origen popular sin escenarios, ni
actores, ni límites donde predomina su carácter
ritual. Se realiza en los días que anteceden a los
miércoles de ceniza previos a la Cuaresma. Seña-
la Bajtin pues que la vida carnavalesca es una
vida desviada de su curso habitual, calificándola
como una suerte de mundo al revés,
característica esencial de lo carnavalesco. Es un
tiempo en el que no rige el orden habitual de la
sociedad y durante el cual “(…) se suprimen las
jerarquías y las formas del mie- do, etiqueta,
etc, relacionadas con ellas, es decir, se elimina
todo lo determinado por la desigualdad jerár-
quica social y por cualquier otra desigualdad (…)
de los hombres” (Ob. Cit:173) En este sentido, la
literatura carnavalesca donde se inscribe la
propuesta de Rial es aquella donde hay una
transposición del lenguaje de la fiesta del
carnaval al género literario que Ba- jtín estudia,
en primer lugar, a partir del análisis de los
La Cenicienta en palacio encontraremos que los El cuento original destaca que los pajarillos del
esce- narios, las situaciones y los personajes bosque y las palomas, animadas por el alma de su
transitan de lo cotidiano a lo burlesco en un tono madre, ayudarán a Cenicienta en sus propósitos. Y
de franca comici- dad. La presencia de la así en el baile que da el príncipe en palacio con el
excentricidad es una muestra de la ruptura del propó- sito de hallar a su futura esposa, éste queda
comportamiento normal de situacio- nes y prendado
personajes quienes a través de la exageración nos
dejan ver comportamientos extraños e inusuales
frente a los paradigmas culturales. La desmesura
en la vestimenta, el cuerpo, y la alimentación
como clara muestra de la ridiculización a la que
son expuestos los personajes se corresponden a una
transposición de las palabras y formas del habla
como expresión de una postura crítica y
desacralizadora.
Análisis de la obra:
La historia y sus
personajes
Antecedentes:
El cuento tradicional
Pero antes de entrar en el análisis
propiamente dicho, hagamos antes un poco de
memoria. La Ceni- cienta de Grimm, tras la muerte
de su madre a la que visitará frecuentemente en su
tumba, se nos muestra piadosa y buena. Como
contraposición a sus herma- nastras, quienes de
manera cruel y despiadada, al sentirse
entronizadas en su nuevo hogar tras el ma-
trimonio de la madre con el padre de Cenicenta, le
harán toda suerte de maldades a la que antes fue
la niña de la casa. Y así la pobre Cenicienta va
parar a la cocina como sirvienta y es calificada de
sucia y fea como parte de otra buena cantidad de
epítetos infamantes. Pero ella con su alma humilde
y generosa siembra una rama que su padre le trae
de una feria y que pronto se transforma en un
árbol al que riega con sus abundantes lagrimas.
de su belleza y bondad. Ayudada por estos espíritus entrar en el local y a pro- barse la más variada y
mágicos, a pesar de los obstáculos que su madrasta fina mercancía. Pero la verdad
y hermanastra le ponen para que no pueda llegar a
las fiestas de palacio, cada vez mejor trajeada y
hermo- sa logra que el príncipe la escoja como su
futura es- posa. La infaltable zapatilla del cuento,
a manera de un tesoro escondido, será la manera
como el príncipe a través de unas cuantas tretas de
palacio llegará a la futura princesa. Y así,
Cenicienta es premiada con un final feliz al lado de
su príncipe azul y las herma- nastras en el camino a
palacio, a donde Cenicienta las acoge
generosamente, serán castigadas a través de la
mutilación de sus ojos por los pajarillos del bos-
que. De igual manera, en el relato animado que
nos ofrece Walt Disney, una vez que los ayudantes
del rey logran dar con la dueña de la zapatilla de
cristal que Cenicienta ha dejado extraviada en las
escalinatas de palacio, es llevada a la presencia
del príncipe y tras una boda caracterizada por su
lujo y belleza, en medio de un vals inolvidable,
arriba como es de espe- rar a un merecido final
feliz.
La parodia de Rial
En cambio, en la parodia teatral escrita por
Rial para los niños, a manera de una segunda
parte de la historia, éste saca a los personajes
de las vetustas construcciones, los plácidos
paisajes naturales y los cementerios y los
traslada a la plaza pública donde a manera de
una arena carnavalesca propicia el con- tacto
libre y espontáneo y se encuentran nuevas for-
mas de relacionarse de los personajes signadas
por la burla y la comicidad. Comienza la historia
pues en una serena villa o pueblo. Que bien
puede ser una ciudad pequeña con sus plazas,
barrios, y mercados, en un tiempo no tan lejano
sino más bien contempo- ráneo propio de la
literatura carnavalesca. Sugiere la escenografía
una venta de zapatos donde reza un cartel:
“Zapatería La Princesa, calzado de lujo”. Allí un
zapatero “muy atildado y redicho” y con
pretensiones de salir de abajo con los favores de
palacio, invita a las damas que se acercan a
es que a pesar de la oferta, según canta un coro de preparativos de la joven princesa para el deseado
niños a lo lejos lo único que vale la pena allí, es encuentro. Sin embargo, Cenicienta como por arte
de magia, olvidando sus orígenes y su pasado,
Zapatero: comienza a dar, sorpresivamente, muestras de
(…) soberbia, vanidad, y despotismo: Nada le gusta,
Un único ejemplar
Una pieza hechicera
Que perdiera en un
baile Una extraña
princesa; Pero de tal
tamaño,
Que a ningún pie le
queda, Y que suelen
probarse, Cuantas aquí a
mi tienda Llegan con
pretensiones de ser la
damisela
que huyó de entre los
brazos, del príncipe en la
fiesta.
(…)
Los Personajes
En este mundo al revés que nos propone Rial
con su obra La Cenicienta en palacio, a través del
acto de coronación y subsiguiente destronamiento
al que son sometidos los personajes a partir de la
mirada car- navalesca del mundo de los palacios,
resalta la ma- nera como este aborda el diseño de
los personajes. En el caso de Cenicienta, que
a lo largo de la obra aquella alma buena y piadosa hasta de manera un poco ejecutiva. Más parecidas
que humildemente cierto día ha pedido a su padre estas a la versión folklórica del personaje. Las hay
una vez una rama que riega con sus lágrimas tras hasta malvadas.
la muerte de su madre. Desde un principio en que
reen- cuentra el zapato perdido y es conducida a
palacio en su condición de princesa va dando
muestras de su transformación. En una vida
desviada de su curso ha- bitual, a causa de una
inversión de valores producto del resentimiento
que mueve a sus acciones y su afán de venganza,
Cenicienta pondrá en evidencia sus aspiraciones de
poder las cuales expresa en el trata- miento que
dispensa al resto de los personajes con los cuales
interactúa: Los vestidos no son de su gusto y los
desprecia. Se desquita de las hermanastras
expulsán- dolas del cuarto hacia la cocina y exige
que se arro- dillen cuando le sirvan el desayuno.
Hace preguntas inconvenientes a la servidumbre
que insiste en que se cumpla el protocolo. Y si les
pide ayuda luego las maltrata. Valida de su nueva
condición social se tor- na egoísta, mandona,
vanidosa, vengativa, despilfa- rradora, exigente y
quisquillosa, injusta, y mentirosa.
Análisis aparte demanda el personaje del hada
madrina que en los cuentos de hadas tradicionales
con sus poderes mágicos suelen asumir el papel de
progenitoras o mentoras y con sus artes ayudan a las
protagonistas a alcanzar sus objetivos. Como
especies de donantes mágicos constituyen la
conexión nece- saria para que se logren las ventajas
personales. Aun cuando en los cuentos de hadas
tradicionales exis- tían otras entidades facilitadoras
de este tipo como animales y espíritus. Se les pueden
identificar con el arquetipo de la que hila, la vieja
sabia que mueve los hilos del destino. Habitualmente
los protegidos de las hadas son príncipes y princesas.
Y se les representa como mujeres dulces, gentiles en
su mayoría, amables y hasta un poco regordetas
¿Cómo no recordar acaso al hada madrina de La
Cenicienta y al despliegue de magia de su varita
luminosa derramando estrellas en la versión de
Disney? Sin embargo, existen sus excep- ciones pues
algunas de ellas velan es por sus propios intereses y
En la obra La Cenicienta en palacio José Rial? Se equivocan los que creen que la placidez es el
Antonio Rial concibe al hada muchos menos esta- do natural de la infancia. Si miramos
edulcorada que en la versión de Disney y aunque detenidamente esta Cenicienta en palacio todo
en muchas historias funge de mentora y guía de indica que tampoco
su descarriada protago- nista, en el mundo al
revés de su obra la transforma más bien en una
espina en el zapato de Cenicienta. Ella es la que
le pondrá todo tipo de pruebas. Es la que le
señalará sus errores. Y en última instancia, en
complicidad con el personaje de la Reina Madre
rea- lizará los extraños sortilegios donde
Cenicienta se en- contrará con sus propios
impulsos inconscientes, sus sombras, y sus
propios monstruos. Finalmente ense- ñará a su
pupila lo que considera que es el recto ca- mino.
De tal manera, no facilitará el esperado final
feliz de las princesas lo cual inclina la obra hacia
la mirada crítica del autor.
Por su parte el príncipe en la trama urdida
por Rial resulta ser un ser monstruoso de tres
cabezas cu- yos ademanes y formas dejan mucho
que desear del príncipe soñado por Cenicienta.
Gruñe, se despereza y ronca como un fuelle a la
vista de su prometida. De forma autoritaria la
obliga a bailar. Da pasos grotes- cos tras ella
quien muy asustada intenta huir de él. Y en una
extraña dualidad la asusta pero a la vez la
reconviene como un maestro poniendo en
evidencia sus errores. Este príncipe grotesco es
la proyección de las sombras de la propia
Cenicienta. Ella dice no reco- nocerlo y responde
que tampoco el lo hace con ella.
Otros personajes muy importantes en esta
obra serán las figuras de la servidumbre que serán
las en- cargadas desde el punto de vista dramático
de avi- var el conflicto dramático al desplegar un
conjunto de acciones que sirven para poner de
relieve a Ceni- cienta.
A manera de
conclusión: Acerca del
resentimiento
¿Pero hacia donde nos conduce la obra de
ese era el criterio del autor. En ella con su sentido formantes, a preguntarse, a ejercitarse a través de la
crí- tico, Rial se arriesga con el tema del identificación de su mundo emocional con inconfesa-
resentimiento de vital importancia para entender bles deseos y sentimientos. Tal y como señala Alonso
muchos fenómenos que nos afectan tanto desde el
punto de vista social como del propio individuo
¿Cuántas veces al asomar- nos hoy a los medios de
comunicación no vemos con horror noticias sobre
asesinatos en escuelas, centros comerciales,
ejecutados ellos por jóvenes, casi niños?
¿No observamos muchas veces con estupor los casos
de Bullying que proliferan en las escuelas? ¿No
abun- dan acaso las manifestaciones violentas de
grupos que protestan en diversos países del mundo,
como Francia con sus chalecos amarillos, jóvenes
estudian- tes en chile o México, solo para
mencionar algunos?
¿Películas como El Joker, merecedora en el pasado
mes de febrero a todo tipo de reconocimientos, no
es acaso la representación más acabada de los
daños terribles que puede hacer el resentimiento
tanto a nivel del individuo como de colectivos que
toman la justicia por sus propias manos? En todas
estas mani- festaciones la raíz común es la rabia,
la indignación y la aspiración de justicia, sobre los
que descansa el resentimiento.
El fenómeno del resentimiento ha sido estudiado
desde el pasado siglo por psicólogos, psiquiatras, y
politólogos, entre otros. Según su definición
60, España
Capriles, Ruth (008): El libro rojo del resentimiento, Grupo editorial Randhom House Mondadori,
Caracas
García Rodríguez, Raúl (2013): “La carnavalización del mundo como crítica”, Athenea digital 13
(2), Universidad de Michoacana
Guevara, Freddy (2020): “La era del resentimiento”, Prodavinci, revista digital, 1° de febrero,
Caracas
Nocera, Pablo (2009): “Parodia, ironía e ideología carnavalesca”, Universidad de Buenos aires:
Nómadas, Revista critica de Ciencias sociales
Palacios, Alonso (1993):“Por una literatura sin tabúes” Revista Quimera: 54 – 55, España
Rial, José Antonio (1990): La Cenicienta en palacio, Tomo III, en 40 Autores en busca de un niño,
Caracas
Adaptaciones
en el movimiento:
Una experiencia
individual- colectiva Néstor Francia
Poeta antes que dramaturgo
Escritor y lic en Letras UCV. Director literario del Movimiento César Rengifo
[email protected]
Debo comenzar diciendo, en honor a la verdad, que como escritor no ha sido la dramatur-
gia mi campo regular de trabajo. Me he dedicado sobre todo a escribir poesía, género que me
ha reportado varios reconocimientos, y también he incursionado en la narrativa, con poco o
nin- gún éxito (creo que no forma parte de mis escasos talentos) y en la ensayística con mejor
suerte. En cuanto a la dramaturgia, me considero un novato, pues la primera vez que escribí
para teatro de manera profesional fue para el Movimiento Nacional de Teatro para Niñas, Niños
y Jóvenes César Rengifo, al cual me incorporé como Director Literario a finales de 2013. Sin
embargo, mi relación con el teatro ha sido larga, como espectador y como lector. También tuve
experiencia como actor aficionado en un grupo de teatro universitario durante la década de
1970, poco des- pués de iniciar mis estudios de Letras, carrera en la que finalmente me
gradué.
De lo individual a lo
colectivo
Habiendo sido mi primer contacto físico con el
teatro una experiencia tan individual como la vivida
con el Berliner Ensemble, resulta notable que cuando
comencé a trabajar profesionalmente en la
dramatur- gia lo hice con una compañía que
privilegia el teatro como acción colectiva, el
Movimiento César Rengifo, algo que condiciona y
define el trabajo del escritor y lo diferencia de otros
ejecutantes del oficio.
He aprendido mucho en el Movimiento, sobre
la base de las experiencias vitales que me acercan
al género. Y hay un tipo de lecciones que no se
tienen a menudo. En el Movimiento no hacemos
solo teatro para las niñas y los niños, sino sobre
todo con las ni- ñas y los niños. Escribo cerca de
ellos, hago talleres con ellos, interactúo con ellos.
Y también hay cercanía con las familias, con los
técnicos, con los músicos. Es- cribo sumido en un
mundo diverso, en el mundo mul- tiforme del
teatro.
El espíritu de la obra
Hay un tema que considero muy importante
cuan- do se habla de adaptaciones. Toda obra
literaria po- see un contenido esencial y
subyacente, que es lo que defino como el espíritu
de la obra, algo distinto a la letra. Eso es lo
primero que tienes que descubrir en la obra
original para poder adaptarla sin traicionarla.
Normalmente las adaptaciones no son literales,
pasa también en el cine con el caso de guiones
adaptados de obras literarias. Se acostumbra
intervenir el texto, la ilación dramática, el manejo
de los tiempos. A ve- ces se excluyen personajes o
se incluyen otros que no están en el original, o se
cambia un tanto el carácter o la historia propia de
algunos. Es un trabajo creativo, no una
transcripción ni una copia.
Don Quijote
Hay un ejemplo para mí muy significativo, que
madas. Se trata de un patrimonio universal trabajo de otros autores, conociendo sus
traducido a los principales idiomas del mundo y a interpretaciones y
otros cuantos no tan expandidos. Además es una
novela extensa y densa, muy rica en imágenes y
en incidencias ¿Cómo adaptar esta obra para un
espectáculo teatral que no debía durar más de
una hora, incluyendo coros y co- reografías?
Hubiese sido imposible si no comprendie- ra que
lo que se debía transmitir es el espíritu de la
obra original, el trasfondo detrás del texto.
Una de las cosas que tomé en cuenta es que
Don Quijote tiene momentos que son
emblemáticos, que se repiten en casi todas las
versiones. Acaso el ejemplo más socorrido es el
de la batalla de los molinos de viento. Hay otras
incidencias también muy conocidas y recurrentes
en las versiones: la armadura del Quijo- te como
caballero, en la posada; el enfrentamiento de los
ejércitos que en realidad son rebaños de ovejas;
las acciones del cura, el barbero y la sobrina de
Alon- so Quijano.
Investigación y estudio
Una adaptación reclama investigación y
estudio previos a la escritura. Hay que leerse la
obra, por su- puesto. Nunca antes había leído
María Rosario en son. En cuanto a Don Quijote, lo
leí en mi juventud, cuando estudiaba letras, pero
fue de todas formas como leerlo por primera
vez, entre otras cosas porque cuando lees
pensando en una adaptación, es un tipo de
lectura distinta a cualquier otra. No lo haces por
placer ni por distracción, sino con un objetivo
preciso, tratando de ir construyendo, mientras se
lee, los elementos de la adaptación.
Don Quijote es una obra con mucho humor,
con dos grandes personajes caricaturescos, Don
Quijote y Sancho Panza. Es el tipo de detalle
ineludible que forma parte precisamente del
espíritu de la obra y es necesario reconocer y
reflejar, así como valores hu- manos intrínsecos
que residen en toda obra literaria.
También dediqué tiempo a revisar distintas
ver- siones y adaptaciones, para nutrirme con el
aportes creativos. Hice una investigación sobre la piensa en imáge- nes poéticas. Normalmente, en el
mu- sicalización asociada a Don Quijote, lo cual caso de la poesía, no se piensa en un decurso
nos sir- vió para la elaboración de la cobertura temporal ni en una cons-
musical, las versiones, los arreglos, la
orquestación, los coros, los solistas.
El archivo creativo
Se hacen necesarias también otras investigacio-
nes para el desarrollo dramatúrgico, como el
contexto histórico y cultural de la época en la cual se
ambienta la obra. Todo esto simplifica mucho el
trabajo, porque cuando el escritor se dispone ya a
redactar la adap- tación tiene bastantes luces sobre
lo que va a hacer.
Aprendí en mis muchos años dedicado a la fun-
ción creativa publicitaria que la creatividad es mucho
más que inspiración. Siempre hay lo que podemos lla-
mar la chispa creativa, una idea que te prende los
mo- tores, pero esa sola chispa no es suficiente para
mover el carro, eso es solo el impulso inicial, hay que
conver- tirla en movimiento por medio del trabajo.
Para ello se necesita en primer lugar investigar para
saber dónde estás parado y luego apelar a recursos
que tenemos archivados en nuestra mente en
distintos niveles. En los archivos de la memoria y en
los del inconscien- te se tiene gavetas con
materiales que nutren: libros que se ha leído, obras
de arte que se ha contemplado, películas, canciones,
experiencias vitales, viajes, re- cuerdos de infancia,
alegrías, tristezas, noticias, cono- cimientos. Se tiene
que revisar esas gavetas y sacar de allí elementos
que sean útiles para abordar la tarea. Todo esto es
un trabajo que por momentos se puede poner
pesado, pero cuando se concluye y se ha hecho algo
digno, resulta muy satisfactorio.
Un Movimiento colectivo
A la hora de escribir un texto teatral para el
Movi- miento estoy muy claro de la diferencia que
hay con la escritura personal de otros géneros. En el
caso del Movimiento Nacional de Teatro para niñas,
niños y jó- venes César Rengifo, todo el camino de
una obra se recorre en colectivo. La idea inicial
puede surgir de algún integrante del equipo
directivo, del cuerpo téc- nico, de las niñas, niños y
jóvenes participantes, de algún allegado al
Movimiento. La fuente puede ser una creación
original, una obra de teatro adaptada, un mito, una
tradición, un cuento, una novela, una fá- bula o
cualquier otra manifestación artística o huma- na.
Una vez acogida la idea, comienza la escritura
de la obra. Por lo general, del texto inicial se
encarga a un escritor, como en mi caso, pero luego
es sometido a la lectura colectiva de directivos,
técnicos y hasta personas invitadas. La lectura es
dramatizada y siem- pre desemboca en cambios,
aportes, en un proceso de refinación y
enriquecimiento. Luego, en etapas posteriores, los
propios niños y niñas contribuyen con ideas y
sugerencias, de modo que el texto teatral se concibe
como un organismo vivo, que crece, se depu- ra, se
transforma hasta la puesta en escena. Inclusive se da
el caso de que una vez estrenada la obra, se
que escribe debe superar muchos prejuicios que que tiene la incom-
son atávicos y ciertos mitos que se vinculan a la
figura del escritor.
Obra clásica,
obra contemporánea
La adaptación de una obra clásica no plantea
muchas diferencias con la misma tarea referida a un
texto contemporáneo. Vuelvo a la comparación de las
adaptaciones de María Rosario Nava, una obra con-
temporánea, aunque ambientada a principios del si-
glo XIX, durante la Guerra de Independencia en Vene-
zuela, y la de Don Quijote, una obra clásica
publicada a inicios del siglo XVII (y cuya escritura
probablemen- te se inició a finales del siglo XVI). En
ambos casos las características del trabajo fueron en
general las mis- mas. Se tiene que leer (o releer) la
obra original con otra perspectiva, como se ha dicho.
Yo diría que es una lectura utilitaria, más allá de que
pueda causar pla- cer, pero no es una labor gratuita
ni para el disfrute, sino un trabajo. Creo que el
Quijote es de más ardua lectura, sobre todo por su
extensión. Pero en todo caso las acciones anteriores
a la escritura, propiamente dicha son básicamente
las mismas. En ambos casos se lee construyendo de
una vez esquemas, seleccio- nando segmentos para
repensarlos e incorporarlos, reconociendo a los
personajes y reinventándolos, bo- cetando las formas
que asumirán los nudos o conflic- tos, estableciendo
un fichaje. También se impone en ambos casos una
investigación del contexto histórico y cultural de la
obra. Hay que revisar versiones de la obra, aunque
esto no lo hice en el caso de María Rosa- rio Nava
porque las referencias son escasas, ha sido montada
antes, pero el registro es de difícil acceso.
Valores universales
Por otra parte, y esto es relevante, la literatura
corrientes, de todos los géneros comparte unos Quijote no moriría. El personaje se hace querer y
temas y valores recurrentes que pueden no quise vincularlo a la
señalarse como uni- versales: Dios (o los dioses),
el amor, el dolor, la muer- te, las luchas
históricas, los conflictos humanos. Hay una
esencia de lo humano que siempre está presente,
lo cual es relevante para hacer una adaptación,
por- que ningún texto literario trascendente nos
parecerá extraño o ajeno. El insumo espiritual
siempre tendrá algo de cercano, de familiar. Por
supuesto, para una adaptación, sobre todo
cuando piensas en el públi- co infantil, tiene que
haber un trabajo de filtración, debes cribar los
contenidos para hacerlos digeribles, potables,
aleccionadores y conmovedores para ese público.
¿Temas TABÚES
o temas delicados?
No creo que existan temas tabúes en la
dramatur- gia para niñas y niños, pero sí temas
que yo califica- ría como muy delicados. Una
persona con talento po- dría acaso arriesgarse a
abordar temas difíciles como la muerte, la
violencia, las preferencias sexuales, el aborto,
las drogas, pero no la tendría fácil, su labor sería
de filigrana y correría un gran riesgo. Las niñas y
los niños son seres muy susceptibles, perceptivos
en extremo y son como esponjas que absorben
todo lo que fluye desde su entorno. Son también
sicológica y espiritualmente vulnerables, porque
viven un proceso de conformación de la
personalidad, son maleables, transformables,
tanto en el sentido positivo como en el negativo.
Reciben mensajes de distintas direcciones y casi
siempre de manera desordenada e inorgánica.
Mensajes de maestros, compañeros y amigos,
mensa- jes de adultos, sean familiares o no,
mensajes de la televisión y ahora de las redes
digitales. Viven en me- dios llenos de distintos
prejuicios y opiniones, de con- dicionamientos
culturales diversos y de grandes con- fusiones.
Eso hace que los temas delicados sean muy
difíciles de manejar. Yo prefiero evitarlos al
máximo. Ejemplo: desde un principio decidí que
en la adap- tación para el Movimiento, Don
muerte, que es un hecho que puede ser tan doloro- de mi autoría habían sido escenificados antes. Uno
so. Me concentré en la reivindicación de los sueños, de ellos, el poe-
y dejar vivir al Quijote fue una manera de celebrar
su sueño lleno de coraje, amor y sed de justicia. Ya
los niños crecerán y tendrán que encarar la muerte
como suceso real e intentar comprenderla, tienen
suficiente tiempo para ello. Creo que lo fundamental
es trans- mitir valores positivos: el amor por el
prójimo, la soli- daridad, el valor del trabajo, la
amistad como forma del amor, el poder de la
imaginación, las maravillas del arte, el concepto de
justicia, las ideas de toleran- cia, perdón y
compasión, la capacidad humana para transformar su
entorno y a sí mismo. Valores conside- rados
universalmente positivos que los niños puedan
internalizar a través de un medio tan poderoso como
el teatro. Se trata de abordar el asunto de las
temáti- cas apelando a la responsabilidad y al amor
por los niños, apuntando a que se les ayude en este
difícil tránsito que es vivir. Por supuesto, esto de los
ejes te- máticos es una limitación que tiene la
dramaturgia para niños.
Niños de nuevo
Como compensación de la limitación temática,
la dramaturga para niños tiene muchas posibilidades
que permiten dar rienda suelta a nuestra imaginación
y hacernos niños de nuevo, ya que estamos obligados
a ponernos en sus zapatos, a asumir de alguna ma-
nera sus mecanismos de pensamiento y su manera de
contrastarse con el asombro que es la vida, en medio
de descubrimientos permanentes. Además uno sabe
que los niños van a aportar siempre una importante
dosis de creatividad e imaginación, como espectado-
res, mayor que la de los públicos adultos.
Lo máximo
Agradezco profundamente esta escuela que ha
sido el Movimiento César Rengifo para el escritor
se- cundario que soy. La sensación de ver a las
niñas y los niños encarnar algo de cuya semilla se
ha sido parte es incomparable. Ya un par de textos
ma La Patria, caminó por las calles de la mano del
ac- tor venezolano, ya transitado a otro plano, Raúl
Medi- na. Otro, un largo poema titulado “La Biblia
de agua”, fue interpretado por un grupo teatral
aficionado “de cuyo nombre no quiero acordarme”.
Fueron hermosas experiencias, pero esto de ahora
es, como se dice, lo máximo.
THEATRON
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Sección RELECTURAS
Relecturas
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Sección RELECTURAS
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llegar al teatro para adultos. Pocos son los que se dedican a él por vocación y por elección.
THEATRON 29
tra infancia importa, y tiene un fuerte peso, pero... ca- mino individual, repitiendo los mismos errores que
¿es suficiente por sí sola? ¿El famoso “niño que todos ya
lle- vamos adentro”, responde a alguna necesidad
del niño actual, de carne y hueso que tenemos
sentado frente a nosotros? ¿Es necesario asumir el
“infantilis- mo” cuando trabajamos para niños, o
acaso eso nos transforme en adultos patéticos a los
cuáles los niños también terminen mirando por sobre
el hombro? De- bemos romper con la imagen idílica
del niño, ya sea interno o externo, y ponernos en
contacto con el niño real. Trabajar, escribir para
niños, es trazar un círcu- lo que partiendo de nuestra
capacidad para escu- charlos, pasa por nuestra
propia infancia, por nues- tro conocimiento, nuestra
técnica, nuestros valores y nuestra poesía, y les es
devuelto para despertar “su” capacidad de escuchar.
En definitiva, escribir para niños es sólo ser un
puente para que ellos se escu- chen a sí mismos.
Y para ser un buen puente, es necesario
conocer el lenguaje adecuado, tener la técnica
adecuada, buscar una estética adecuada, para que
ese mensaje fluya y no se trabe. Necesitamos ser
verdaderos Dra- maturgos, así con mayúscula.
Entonces, esta necesidad de unir nuestro
oficio de dramaturgos con un profundo
conocimiento del niño ¿acaso no exige un esfuerzo?
¿No es sin duda una búsqueda, una especialización,
un perfecciona- miento de nuestra actividad? Si
esto se diera así en la realidad, ¿no mereceríamos
que se nos atienda con respeto por tener un
trabajo mucho más exigente y que nos demanda
una mayor preparación?
Sin embargo, la dramaturgia para niños y jóve-
nes está casi siempre excluida de los centros de estu-
dios que preparan profesionales. No existe como ma-
teria, no existe como carrera, ni siquiera existe como
tema puramente informativo. Aquellos que eligen es-
cribir para niños no tienen otro camino que aprender
a los tropezones, de su propia experiencia o de lo
que puedan ver a su alrededor. Y es así como, en vez
de aprovechar la experiencia ya realizada por otros,
los dramaturgos están siempre empezando su propio
115
otros han cometido, sin posibilidad de avanzar
hacia nuevas propuestas, ni de abandonar el
caballito de batalla de los cuentos tradicionales,
porque todo tie- nen que descubrirlo solos.
Es posible que, si tomamos conciencia de
nues- tras necesidades y carencias, si nosotros
mismos nos exigimos una mayor y mejor
formación, si asumimos la dificultad de nuestro
trabajo, comencemos a bus- car y a generar
centros de formación, formales o infor- males,
oficiales o no oficiales; pero serios, eso sí.
Es hora de que los dramaturgos de teatro
para ni- ños, dejemos que Caperucita viva feliz
con su abuela o con el lobo, según los gustos, y
nos dediquemos a buscar los mitos de nuestra
propia época. Es hora de que abandonemos el
facilismo y nos enfrentemos a lasdificultades de
la tarea que hemos elegido. Es hora de que dejen
de mirarnos por arriba del hombro.
Hablando de teatro
para niños Por RUTH MEHL *
(*)Escritora, periodista, crítica de espectáculos infantiles
para el diario La Nación
Una cita de Ralph Waldo Emerson dice: “Everybody is ignorant, only in different
subjects”. Cuando se trata del teatro o el espectáculo para los niños, no hay, no puede haber
expertos. Y eso nos obliga a reconocer una ignorancia común. Alrededor de este quehacer sólo
hay perso- nas con distintos conocimientos y conviene acotar el alcance de autoridad que
otorga ese saber. Tal vez por eso se puede decir que una publicación que reúne distintos
enfoques y experiencias de profesionales que han abarcado algún aspecto de este género
múltiple, es la manera más acertada de acercarnos a este tema, de crear perspectivas y abrir
el diálogo.
En lo que a mí respecta, calculé que, en 25 años de cobertura ininterrumpida de los
espectá- culos infantiles, he visto por lo menos unos 1.500. Es fácil deducir que hubo
excelentes, muy bue- nos, buenos, regulares y malos y que ocurrieron en los más diversos
escenarios. Los niños más chicos de las primeras épocas ya tienen 30 años, o más. Las
generaciones se han ido sucediendo y cambiando, y también ha cambiado la sociedad, a la que
le pasaron muchas cosas. De esa sociedad salimos nosotros: los adultos realizadores y los
adultos espectadores.
Con nuestros valores vapuleados, nuestros deshilachados, nuestras cicatrices, pero con
al- guna clase de esperanza, ya que seguimos poniendo la mirada en los niños. (Digo
nosotros, porque creo que una pasión común me permite estar cerca de los realizadores en
ese momento inicial, cuando nacen los proyectos. Pero, me guste o no, sé muy bien que los
caminos se sepa- ran, y a veces mucho, cuando es mi turno de hacer mi trabajo. Tengo que
sentarme en la platea, olvidarme de los sueños y las intenciones de quienes están en el
escenario y detrás del escena- rio, y decir lo que veo, y lo que siento con lo que veo).
Reconozco una carencia: no puedo estar en la cocina. Pero, dispongo de un privilegio:
des- de ese lugar muy especial que es la butaca junto a los chicos y los padres, y también
desde las conversaciones con los realizadores, he aprendido mucho.
Ésa es la experiencia que puedo compartir, para que dibujemos un borrador, un mapa
desde donde tomar algunos elementos que tal vez nos permitan trazar dos o tres líneas de
apro- ximación a este fenómeno que escapa a un análisis absoluto porque tiene que ver con
dos mis- terios: el niño y el arte teatral.
117
THEATRON 29
Personalmente siento que lo primero que demanda esta pretensión de reflexionar sobre el
tema, es una actitud de completa humildad: un sincero admitir que no sabemos.
118
El Destinatario La honestidad,
El primer problema que aparece, tanto al em-
prender como al analizar un producto cultural asunto de cada
dirigi- do a los niños, radica en el
desconocimiento del desti- natario: entre los uno
creadores y los receptores existe una distancia
insuperable que sólo puede rellenarse par- Hasta qué punto somos conscientes, hasta
cialmente con el recuerdo de la propia infancia y/o dónde nos falta la apertura para mirar como nueva
la observación de las generaciones actuales. Y es cad pro- puesta, tenemos la honestidad para
nece- sario remarcar lo de parcialmente, porque emprender aque- llo que proclamamos, la
ya hemos dejado la infancia y no podemos regresar autocrítica para renovarnos, la sensibilidad para
a ese país, a menos que un niño nos extienda un escuchar el silencioso reclamo de la infancia, la
pasaporte por un ratito. Necesitamos ser humildad para seguir estudiando, buscando,
conscientes de que cuando nos referimos al niño tratando y la fuerza para defender lo ver- dadero,
espectador, nos manejamos con una suerte de lo bello y lo bueno en tiempos de crisis, de caos y
identikit armado con recortes muy diver- sos e de confusión, es asunto de cada uno.
incompletos, a veces muy lejanos a la realidad.
Como también es asunto de cada uno la
El otro territorio mal transitado es el teatro motiva- ción, a razón para hacer un espectáculo
como arte, y la dificultad de definir lo que es teatro para niños, el verdadero lugar desde donde sale
para ni- ños. esta creación a la que vamos a invitar a los chicos,
nuestros chicos.
Aquí hay también prejuicios, falta de acuerdos
en lo que se debe, o no debe, lo que se puede o no Porque el mérito, la santidad, la justificación no
se puede hacer, qué elementos son imprescindibles, se envasa en moralejas, cartelitos o frases cantadas
cuáles son los compromisos con el arte y cuáles con en los últimos pasos del musical, reflexiones
la platea, cuáles son las motivaciones, qué extempo- ráneas del protagonista, advertencia del
condiciona- mientos pueden aceptarse. Estos relator, para pasarle una mano de pintura moralista
dilemas, esta confu- sión se extiende tanto entre al espectácu- lo. Se trata de poner las tripas, de
conocedores del género, como entre quienes tienen jugarse, de encarar cosas en las que se cree y que se
poder para elegir. comparten desde el código del teatro.
En síntesis, veo dos polos, el niño como espec- Y no conviene engañarse, a eso nadie puede es-
tador y el género teatral, que crean un campo bas- capar: los niños siempre se conectan con lo esencial,
tante delimitado donde se desenvuelve este fenó- lo primitivo, lo inconsciente. Esos temores secretos,
meno de características singulares, un lugar donde esas experiencias negadas, si no son reconocidos por
los adultos buscan comunicarse con los niños, con el propio creador, encontrarán por sí solas el camino
diversos objetivos aparentes u ocultos, conscientes para manifestarse.
o inconscientes. En esa especie de territorio, para-
dójicamente, a la vez tierra santa y tierra de
nadie, se pueden observar con respecto a ambos El compromiso con el arte
polos de tensión, prejuicios, objetivos y tendencias No es suficiente ser honestos con lo que quere-
que invo- lucran a los adultos responsables del mos contar, tenerlo claro, tener algo que contar, sino
producto en alguna de sus etapas. que también es esencial que haya respeto hacia el
oficio. A esta altura de la evolución del género,
afor- tunadamente, muchos están de acuerdo en
que no es cuestión de cualquier musiquita,
cualquier ropita, cualquier cartón pintado y
menos, menos aún, de sa-
ber actuar más o menos, y resolverlo todo en tres o despliegue, un argumento muy simple, y buen trabajo
cuatro ensayos. corporal, invitaban a los chicos a pa- sar un rato
agradable con un cuidadoso y respetuoso acercamiento
Aunque tampoco es solamente cuestión de pan- a su mundo más íntimo. Tan cuidado a
talla panorámica, humo, petardos, rayos láser,
hama- cas que bajan desde el cielo, títeres que
saltan desde el suelo, personajes que vuelan. No,
eso tampoco.
Como tampoco cuentan por sí solos, las caras
fa- mosas, las sonrisas carismáticas y los reiterados
gags y trucos de un actor histriónico, ni siquiera
las acro- bacias. Lo que hace falta, ya que se
invita al chico al teatro, es que se haga TEATRO.
Que se le cuente una historia con el lenguaje del
teatro. Y a eso se refiere esta publicación.
Variantes en el tiempo
En estas últimas décadas el niño ha ido
avanzan- do en la sociedad en su condición de
mercado. Ahora ha alcanzado plenamente la
figura de target, y Dios lo libre de las
implicaciones y las consecuencias de su
protagonismo como consumidor.
Hace unos treinta años, el teatro para chicos
era animación con globos y golosinas, o algún
cuento clásico representado, con los animales o
personajes vistiendo los más lamentables
disfraces. A los padres les importaba que sus niños
pasaran al escenario e hicieran alguna gracia y
fueran aplaudidos.
Eso se llamaba participación. Enrique Pinti y
Hugo Midón fueron al principio severamente critica-
dos por introducir el musical en el teatro para
niños. Después vinieron grupos como Catarsis, La
Galera En- cantada, Asomados y Escondidos, El
Triángulo, con el énfasis en el juego y la mirada
hacia los temas pro- pios de la infancia. Los códigos
teatrales servían en algunos casos para pasar
información o formación. Los espectáculos eran
didácticos. La aprobación de la escuela importaba.
Nítidos, prolijos, cuidados, con más o menos
veces que el tema se diluía en un leve roce. Sin relato en una especie de final abier- to, y lo que
em- bargo, paralelamente otras propuestas preocupa es que no se aporten elementos para que
mantenían la tendencia al juego, la diversión, el el niño lo elabore. El niño ocupa el lugar
humor, conectados con la música.
Iniciación
En nuestro país el teatro para chicos es muy
im- portante y se merece atención porque la
cartelera es muy abundante, casi la más extensa
del mundo, y como hecho cultural destinado a las
nuevas gene- raciones, funciona como un rito de
iniciación. O sea, guste o no, es parte de los
modos en que una sociedad moderna comparte sus
valores con las generaciones más jóvenes.
Obviamente, en una sociedad compleja como
Buenos Aires siglo XXI, hay muchas facetas, buenas
y malas que, para perdurar y seguir produciendo
sus seguidores, requieren la iniciación de los
jóvenes. Na- die que encare un producto cultural
para los niños puede declararse inocente. Debe
preguntarse, por el contrario, a qué cosas
incorpora, en qué cosas inicia a los niños,
mediante su espectáculo. Debe preguntarse cómo
los deja, cómo los manda a casa. Por ejemplo:
violencia o armonía, libertad o sometimiento,
cues- tionamiento o conductas masivas, elección o
consu- mismo, egoísmo o generosidad,
responsabilidad o impotencia, dignidad o
servilismo, compromiso o in- diferencia. Estos
valores se los presentarán sus héroes, si los
encuentra, pero estarán sobre el escenario, por
comisión o por omisión.
Héroes
bién) necesitan alguien en quien confiar, a quien obligados a olvidarlo.
seguir, aunque sea en sus fantasías. De alguna ma-
nera, ellos encarnan este tránsito por un mundo
lle- no de peligros y demonios que es la vida
cotidiana. Pero, si los sabemos con debilidades
pero elegidos, renuentes pero obedientes y
comprometidos, débiles y frágiles pero a la vez
dotados, llevando solitarios la carga de su misión,
pero acompañados por ángeles de todo tipo,
valientes en sus temores, sencillos en sus
decisiones; si conocemos su historia desde una
mira- da tierna y con humor, vamos a querer ir con
ellos, y vamos a pensar que nuestro camino se
asemeja. De modo que vamos a disfrutar de sus
triunfos pequeños y grandes y vamos a confiar en
que nosotros también podremos, o sea,
encontraremos nuestra esperanza. Personalmente,
he encontrado algunos de ellos, tanto héroes como
antihéroes que me han dejado salir de la función
más cómoda con mi vida, sonriendo, con
esperanza, en los personajes grandes y chiquitos
que captaron mi emoción. Nombrar algunos sería
injusto porque habría omisiones, pero lo
importante es decir que nuestro teatro para chicos
ha sido capaz de crear personajes que acompañan
a sus espectadores más allá de las funciones. Y no
solamente los héroes: tam- bién historias y su
manera de contarlas. Personalmen- te he salido
renovada y consolada desde la emoción por la
belleza, el oficio, la técnica, esa magia que se
logra cuando todo está bien trabajado y
equilibrado, cuando el espectáculo es algo
completo. Siento que allí está el “ser o no ser” de
este tema: en la entrega inteligente e informada.
Deslumbramiento o iluminación
Es posible que siempre haya sido así con el
arte, una diferencia entre lo estruendoso y lo
recoleto.
Hay cosas que para decirse necesitan de su
tiem- po, su silencio, si no, no se pueden escuchar,
como el silbo silencioso de Dios en el desfiladero, o
el llanto del bebé recién nacido, o el rumor de las
hojas de los árboles. Y los niños y el teatro son
parte de eso, aun- que algunos hayan sido
Hay cosas que para ser dichas y escuchadas
ne- cesitan de un clima de intimidad. Y por eso
mismo es importante que los chicos no dejen de
tener esos cli- mas, que los adultos creadores no
pierdan las ganas y las energías para dárselos.
Aquí interviene, es mi convicción, la responsabi-
lidad de las generaciones mayores, de los que tienen
poder o capacidad para decidir, o para influir desde
algún espacio. Ningún adulto pensante tiene derecho
a «lavarse las manos». Por comisión o por omisión,
so- mos responsables de las mentes, de los
caminos den- tro de los cuales los niños nuestros,
estos de ahora, tienen que elegir y transitar sus
vidas.
Un aporte como el de esta publicación, en la
que los responsables y conocedores de las distintas
áreas del teatro para niños comparten su
experiencia, de- muestra que al quehacer se lo
toma en serio y que la búsqueda, que en realidad,
no debe acabar nunca, sigue, también en serio.
¿Qué es la niñez
para la
dramaturgia?
Armando Carías
Ponencia para un encuentro convocado por la Dirección para la Infancia y la Juventud del el
Ministerio de Cultura de Bogotá - Colombia
Genero rezagado
Creo, que la dramaturgia infantil como género literario se encuentra bastante a la
zaga de otras expresiones dirigidas a niños y niñas, como el cuenta y la poesía, por
ejemplo.
Por razones probablemente atribuibles a la influencia determinante de los llamados
cuen- tos de hadas o cuentos maravillosos, la gran mayoría de las obras de teatro dirigidas
123
THEATRON 29
al publico infantil orientan su discurso dramático hacia el territorio fantástico, como punto
casi exclusivo de encuentro con el niño.
Dicho de otra manera, cruda y antipática, el teatro infantil esta enfermo de fantasía,
un mal del cual otro géneros literarios destinados a la infancia ya se han curado.
124
Consciente estoy de que una afirmación como niños superó la etapa animista y lo mágico-moralista,
ésta no se hace sin correr el riesgo de sufrir el para tomar aspectos cotidianos, asociados al niño de
male- ficio de alguna bruja, o las travesuras de un
gnomo, criaturas con todo el derecho a sentirse
ofendidas por mis opiniones, las cuales repito, son
solo productos de mi experiencia como escritor,
director y actor de teatro para niños.
Como espectador de teatro infantil, que
también lo soy, no solo por mi oficio sino por mis
hijos, ya he perdido la cuenta de los duendes,
hadas, ogros, bru- jas, trasgos, enanos, gigantes,
caballos alados, sapos y animalitos del bosque en
general, que suelen prota- gonizar buena parte de
nuestros domingos teatrales. Todo un batallón de
seres mágicos, tanto nobles como perversos,
surgen de cada rincón del escenario con- formando
un singular catalogo teatral del cual no se escapan,
por cierto, también los objetos: mesas que hablan,
sillas que caminan, camas que bailan y has- ta un
reloj que fumaba pipa me ha tocado ver en una
escena.
Comprendan mi angustia: soy padre de una niña
a la que le encanta el teatro, mi esposa y mis otros
dos niños son empedernidos espectadores de teatro
infan- til, lo mismo que yo. En la casa no se habla de
otra cosa que de teatro, mi trabajo es hacer teatro,
y los fines de semana, todos vamos al teatro. Eso
significa que yo debo convivir 24 horas al día, todos
los días de la semana, con ese ejercito de personajes
que no ha- cen otra cosa que volar dentro de mi
casa, regar polvo de estrellas en el más mínimo
rincón y corretearse los unos a los otros
desordenándolo todo.
¿Qué le sucede al teatro infantil, que solo se ali-
mentan de fantasía, para satisfacer su voracidad de
historias? ¿es que acaso la vida es solo hechizos y en-
cantamientos, magia, sortilegio y polvitos paran pam
pan? ¿es que la realidad es menos teatral que la fan-
tasía? ¿Dónde están los grandes temas y los persona-
jes del teatro infantil de nuestro tiempo?
En este sentido es que digo que el cuento para
hoy, ese niño bombardeado por la información, y por la fantasía.
en la mayoría de los casos, alienado por ella.
Problemas como la salud, la educación y la
po- breza extrema, han convertido a los niños en
los prota- gonistas de un siglo que ha comenzado
difícil. Si con- venimos en que el teatro es el
reflejo de la sociedad en la cual se produce,
conviene entonces preguntar- se ¿Qué tipo de
teatro estamos haciendo para es niño que ya se
asoma a la segunda década del siglo XXI?
Es necesario que quienes escribimos y
produci- mos teatro infantil elaboremos obras en
las cuales nuestros niños niñas puedan
reconocerse, con perso- najes con los cuales
ellos se identifiquen y proyecten conductas
asertivas. Considero indispensable darle unas
vacaciones muy largas a todo es repertorio aso-
ciado a la cuentística tradicional infantil y seguir
el ejemplo de esos narradores y poetas que hoy
transitan el camino de la innovación, tocando
con creatividad temas como la disolución de la
familia, el divorcio, la muerte, el exilio, la
corrupción, el racismo, la lucha de clases y
tantos otros posibles y fácilmente localizables
con solo abrir las páginas del diario.
¡Abajo la fantasía,
arriba la realidad!
Este podría ser el eslogan de esta gran
cruzada destinada a reivindicar la vida como la
mejor manera de defender nuestro derecho a
soñar.
Quiero complementar lo anterior con algunas
ob- servaciones:
Primero aclarar que este punto de vista no
niega el uso de la fantasía, la cual puede ser un
puente ma- ravilloso para llegar a ese objetivo
que es, abrirle una ventana del mundo al niño.
No pienso que hay que hacer un teatro
infantil “de la amargura”, creo que el niño debe
ser reivindi- cado en su derecho a soñar, pero
también creo que hemos abusado de la fantasía
Quiero citar a dos españoles muy prestigiosos niños bajo la argumentación de que “a vendrá el
del teatro para la niñez: Luis Mantilla Carlos momento
Herranz, quienes señalan que el juego dramático
parte de la observación de la realidad circundante, y
en ella también están los referentes de ficción.
“El profesor –se refieren al teatro en la escuela-
ingenuamente suele afirmar que el niño no tiene pro-
blemas para actuar, ya que tiene más fantasía y
crea- tividad que el adulto”.
El planteamiento, afirman, es ingenuo, se
susten- ta en la idealización de la infancia, en el
tópico con- sagrado de que el niño se dirige con total
virginidad a a todo fenómeno. No tiene ningún
sentido preguntar- se si el niño tiene más o menos
fantasía que el adulto, porque no tiene sentido
considerar la fantasía como una facultad exclusiva de
la infancia.
Así mismo, como lo dicen Luis Mantilla y Carlos
Herranz, no tiene sentido hablar de la creatividad
la imaginación como rasgos específicos de la niñez,
asi como tampoco el pensamiento formal es solo
de los adultos.
Sin embargo, en otra edición que por coinciden-
cia también nos llega de España, Roman Mayu dice:
“No solo la fantasía puede ser la base de un teatro
infantil, la poesía y el sueño son fundamentales, pero
también temas e ideas que nacen de la vida cotidia-
na, la relación social y familiar, las tradiciones popu-
lares, o los problemas universales son validos
siempre que eviten los discursivo artificioso.”
Yo me pregunto: ¿desde cuándo no vemos una
obra infantil de corte realista en escena?, ¿desde
cuándo no vemos a nuestra mamá en escena?, ¿al
po- licía de la esquina, a nuestra maestra, a otros
niños o niñas iguales a nosotros, a gente de carne y
hueso, a la que le suceden cosas similares a las
que le pasan a todo el mundo?
Yo creo en ese sentido que habría también que
revisar los finales de nuestras obras; existe una
ten- dencia muy marcada a dar finales felices a los
para enfrentarse con la realidad” y de que el Domínguez, una obra de
teatro debe servir de catalizador de todo esto.
Yo no compar- to este criterio, pienso que un
buen argumento, una buena historia admite
perfectamente un final crudo, en el cual el niño
no salga con un sabor amargo en la boca, sino
que asuma que es una proyección teatral de un
hecho con el que está vinculado.
En es sentido debemos revisar la forma de
cons- truir los finales de nuestras obras y tengo
algunas op- ciones para dar al respecto: la primera,
trabajar los finales abiertos, no concluir los finales
de las obras, sino dejar la posibilidad de que el
niño complete es fi- nal; la segunda, hacer finales
selectivos, mediante los cuales el niño determine
la posibilidad de darle un final bien sea por
decisión del publico o por la forma como se
desarrolla el espectáculo, pero no insister en los
finales donde todo es color de rosa y edulcorado,
porque creo que poco estamos haciendo para favo-
recer el sentido critico de ese niño, que también es
importante estimular.
Por ejemplo
Quisiera dar algunos ejemplos concretos
para demostrar que hay dramaturgos que
comulgan y han puesto en práctica estas ideas.
Hace unos años mon- té la obra “Hasta el
domingo”, de la autora argentina María Inés
Falcón. El cuento, del cual ella hizo una versión
teatral, plantea de una manera ingeniosa y plena
de humos el tema de la separación de los pa-
dres a los ojos de una niña de siete años. Es una
obra poética, asertiva, con un universo amplio en
el cual el niño siente, asimila y acepta un hecho
duro y real, como es la separación de sus padres.
En un todo me- nos dramático pero igualmente
efectivo, está “El mie- doso asustado”, de Luiz
Carlos Neves, en la que se aborda el miedo desde
la experiencia cotidiana de un niño, y como
enfrentarlo y superarlos. “Capullito de Alhelí” de
Armando Holtzer, aborda el tema del desa-
rraigo en un barrio de Caracas -El Valle- arrollado
por el progreso y la forma como los vecinos se
organizan para enfrentar esta situación; “Viva la
caja boba”, de mi autoría y la de Morelba
revisión crítica sobre la televisión. Encontré en
México la puesta en escena de “Viejo el ultimo”,
de Perla Schu- mager, en donde de una manera
creativa y con alto vuelo poético de aborda de la
discriminación sexual. Son ideas que pueden
ayudar a abrirnos un poco el horizonte de las cosas
que podemos hacer. Insisto, es una opción que no
descarta la magia y la fantasía, lo que no equivale
a decir evasión y repetición de formu- las
estereotipadas.
Estimo que es necesario estimular el
surgimiento de una nueva generación de
dramaturgos que inter- preten a la infancia nacida
al calor de la Revolución Bolivariana. Se trata de
una tarea que debe incluir ta- lleres, concursos,
incorporación del tema en los currí- culos de
estudios teatrales y, sobretodo, de políticas
culturales que reconozcan la prioridad absoluta de
la infancia, como bien lo señala la Constitución de
la Republica Bolivariana de Venezuela.
Entrevista
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THEATRON 28
128
Sección ENTREVISTA
El currículo no
basta Carlota Martinez B
CM - Armando la primera que vez que te vi fue en un congreso realizado por la Asociación venezola-
na de literatura infantil y juvenil (AVELIJ). Si mal no recuerdo era el año 1981. Yo era parte integrante de
un taller de literatura impulsado por esa asociación y dirigido por Armando José Sequera, el otro Armando.
AC – Waooooo, me dejas en blanco. No te asociaba con AVELIJ. Estuve allí antes de entrar en la UCV.
Por- que yo comencé a trabajar con el Grupo El Chichón para el año 1978 Y cinco años antes en 1973 fue el
inicio de mi actividad con Los Carricitos y ya yo estaba con AVELIJ.
CM – En ese congreso estaban otros de los integrantes de ese taller. Entre ellos Leoncio Barrios,
Este- la Murúa, el dramaturgo Oscar Garaycochea, Blanca González, en fin, éramos diez. Incluso
publicamos nuestros trabajos en un libro con el apoyo de AVELIJ.
AC – No me digas, Leoncio Barrios, gran y querido profesor de Psicología social en la Escuela de perio-
dismo de la Central. Vinculado con AVELIJj, cierto. Pero, debe hacer sido no en el primer congreso sino en el
segundo. Imagínate allí estaba Rafael Rivero Oramas, El Tío Nicolás ¿Te acuerdas? Gran divulgador de la tra-
dición oral venezolana y del famoso cuento Tío Tigre y Tío Conejo.
129
THEATRON 28
CM – Si me acuerdo, tenía un programa de radio ¿No?
AC - Se le conocía por una frase, “mis queridos pitoquitos”. También estaban en ese congreso Jesús
Ro- sas Marcano, Carlos Izquierdo y la propia Ligia Bianchi promotora de AVELIJ. El congreso se realizó
en una carpa medio abandonada en la Zona Rental de Venezuela que había regentado Cadavieco y que
después se
130
convirtió en el Teatro Flexible. El segundo fue en una rar juntos. Al llegar a mi casa, ya tarde, mi mamá me
quinta en el Marques que pertenecía a la Sociedad dice que habían llamado de la Escuela, que había sido
de Ciencias Naturales. un error, ¡que yo si había aprobado la audición!
CM – Si allí fue, en el Marqués. A ese me
refiero
– En el primero, yo estuve de muy bajo
perfil. Ya para el segundo, hice una puesta en
escena como cierre del evento en el Aula Magna de
la UCV.
De regreso a
el Centro Salesiano de Psicología, en Altamira y en su Venezuela: Inspiradores
sede nos reuníamos a leer, a debatir y a ver el
nacien- te cine latinoamericano. Recuerdo haber y maestros
visto para esos días La hora de los hornos, de Miguel CM - ¿Qué sucede entonces a tu regreso a
Litín y An- tonio Das Mortes, de Glauber Rocha. En Venezuela?
el antiguo Ate- neo de Caracas vi cantar a Víctor Jara
“Te recuerdo Amanda” y en el Teatro París, en La - Motivado por la experiencia
Campiña, aplaudí a Atahualpa Yupanqui con “Los ejes enriquecedora del largo viaje, al llegar, además de
de mi carreta”. Saca la cuenta, pues. estudiar Direc- ción Teatral y Periodismo, es
cuando creo Los Carrici- tos, mi primer grupo
CM – Entonces en el año 73 después de la teatral. Convoco a mis amigos de los Boy Scouts:
experiencia en la Sala de Conciertos de la UCV Evelia Castillo, Elías Santana, Antonio Regalado,
han quedado ustedes a la deriva. Tengo entendido Félix Machado, Gisela Santana, Wendell Gouveia, y
que llegas al festival de Manizales. Primero haz sumo a estudiantes del Centro de Estudios
recorrido otros países. Háblame un poco de esa Teatrales y de la Escuela de Comunicación Social:
experiencia tan enriquecedora para ti y que Jaime Barres, Iraima Albujas, Thais Isaac,
aparentemente definió tu destino vocacional. Guillermo Díaz “Yuma”, Tito Rojas, y Blanca
Incluso en Colombia logran presentarse en el Guzmán. Con ellos monto y dirijo mis primeras
Teatro Jorge Eliécer Gaitán. piezas infantiles: El Círculo de Tiza, en versión de
¿De qué manera influye esta experiencia en tu
Eduardo Barril y El Mago de Oz, en adaptación
destino vocacional como hombre de teatro?
mía. Allí aplico los primeros conoci- mientos de
dirección que voy adquiriendo en el Cen- tro de
Estudios Teatrales. Oscar Figueroa, quien junto a
Rafael Rodríguez “Rars” considero uno de mis
maes- tros en el teatro infantil, me invita a
formar parte del
elenco de La Princesa Panchita que estaba de grandes palancas: ”estos son los azules, estos los
montando con el Teatro Tilingo, institución rojos, estos los verdes y estos los blancos”. Y comenzó
estelarísima de teatro infantil y de títeres en la función:
Venezuela, fundada por Clara Rosa Otero. Para esos
días, muchos actores y actrices provenientes de
Chile, también laboraban allí, por lo que
jocosamente en el ambiente teatral le decían “El
Chilingo”. Me integro al elenco estable, más como
no- bel aprendiz que como profesional. Allí tuve el
privile- gio de trabajar con creadores como Elías
Martinello, Jesús Maza Fuentes, Pedro Riera,
Reynaldo Lancaster, Mirtha Borges, Enrique
“Mantequilla” Suárez y Gladys Pacheco. Además de
La Princesa Panchita , allí actué en Anacleto Chin
Chin, El Popol Vuh y otras obras, has- ta que los
horarios comenzaron a coincidirme con las funciones
de Los Carricitos y tuve que renunciar.
CM – ¿Me dices que Rars fue tu maestro?
–A Rafael Rodríguez , lo considero uno de
mis inspiradores en mis comienzos como director. Ad-
mirador como yo era de sus montajes, desde la época
de Los caballitos rebeldes en el antiguo Ateneo de
Ca- racas, pasando por La loca ciudad, Glu Glu, el
perro que habla, El dragón más grande del mundo
y tantos otros, solía ver sus obras muchas veces. Una
de las que más vi, cuando se presentaba con su
grupo: El Teatro de Arte Infantil y Juvenil (Taij), fue
La loca ciu- dad, que escribió a cuatro manos con
Yolanda Tarff, su compañera para aquellos años. Creo
que la vi tantas veces que prácticamente me sabía
los parlamentos y movimientos de todos los actores.
Sobre el tengo una anécdota: Cierta tarde de do-
mingo, estando yo a la espera para entrar a ver La
loca ciudad una vez más, Rafael, a quien yo no cono-
cía personalmente, se me acercó y me preguntó si
po- día ayudarlo. Sucedía que el encargado de la
ilumi- nación no había llegado y ya era la hora de
comenzar la función. Me preguntó directamente si yo
podía ha- cer las luces ese día. No dudé en decirle
que sí, aun- que nunca en mi vida había hecho algo
semejante. Me llevó a la tramoya del “Alberto de Paz
y Mateos” y me puso frente a una inmensa cónsola
“Lo que hacemos entre luces de colores, es para al poco tiempo cerraron esa hermosa iniciativa, de
uste- des queridos espectadores…”, arrancó la alguna manera
canción que identificaba al grupo en todos sus
espectáculos. Y yo dándole a esas palancas para
arriba y para abajo, inventando efectos locos y
bautizándome como “lu- minotécnico” en una obra
que me sabía completica. Luego, con el tiempo, no
sólo nos hicimos grandes amigos y compartimos
experiencias como creadores, sino que tuve la
oportunidad de retribuirle parte lo que aprendí de
él, al publicar la Antología de la Dra- maturgia
Infantil Venezolana y colocarlo entre los au- tores
seleccionados con una de sus obras. A Rafael lo
guardo entre mis mejores recuerdos como el
creador pleno que fue.
CM - ¿Quiénes fueron tus profesores en el
Centro de Estudios teatrales de la Dirección de
cultura?
AC - Estamos en pleno proceso electoral,
eleccio- nes que ganaría Carlos Andrés Pérez para
su primer mandato. Muchos artistas y periodistas
chilenos se han asilado en Venezuela tras el golpe
contra Allen- de. Varios de ellos, invitados por
Herman Lejter, quien dirigía el Teatro Universitario
de la UCV, crean el Cen- tro de Estudios Teatrales
en la Dirección de Cultura. Allí me inscribo para
estudiar dirección. Mis profeso- res en ese segundo
intento de formación académica son Orlando
Rodríguez, Oscar Figueroa, Roció Rovira, Hernán
Peralta, Trino Rojas (que acababa de llegar de
cursar actuación en Inglaterra), Alfredo Chacón y
el propio Lejter. ¡Todo un lujo de docentes!
Mención especial quiero hacer de Orlando
Rodrí- guez del que tengo una anécdota digna de
contar. Corría el año 1973 y él estaba recién
llegado de Chi- le, los días posteriores al
derrocamiento y asesinato de Salvador Allende. El
profesor Orlando estaba en el Festival
Internacional de Teatro de Bogotá y estando allí,
junto con el grupo “Los Mimos de Noisvander”, lo
agarró el golpe fuera de su país. Se vino a Venezue-
la y se refugió en la UCV, en donde junto a Herman
Lejter creó el Centro de Estudios Teatrales, en
donde daba la materia Dirección Teatral. Y yo me
inscribí. Fui su alumno durante un semestre, pues
Sección ENTREVISTA
133
THEATRON 28
134
Sección ENTREVISTA
precursora de la Escuela de Artes que se crearía poco escuela, de su puño y letra; Earle He- rrera, tutor de
después. Con Orlando Rodríguez hice mis primeros mi tesis de grado; Jesús Rosas Marcano,
ejercicios de dirección y de planta de movimientos,
vi rudimentos de teatro circular y, siendo su alumno,
es- trené mi primer montaje: El Círculo de Tiza, en
versión para público infantil. Simultáneamente, yo
cursaba periodismo y también en esa materia el
profesor Or- lando me apoyó en algunos trabajos
sobre el comic, área que conocía muy bien, pues
había estudiado los textos de Dorfman y Mattelart.
Pero el punto central de esta historia es que,
años después, al crearse el Instituto Universitario de
Tea- tro (IUDET), se me invita a dictar la materia
“Teatro Infantil” y entre los alumnos que se habían
inscritos en el “profeser”. El sistema semi presencial
para sacar la licenciatura, estaba, sí señor, Orlando
Rodríguez. Pasaba entonces yo de haber sido su
alumno a ser su profesor, experiencia en la que pude
confirmar la rigurosidad y disciplina que le había
conocido años atrás. Orlando era el primero en llegar
y el primero en entregar sus tareas. Se sentaba de
primero en la fila, sacaba su cuaderno y tomaba nota
de todo lo que yo decía. Cuando me tocó ponerle
nota, me sentí orgu- lloso de evaluar con veinte
puntos, no sólo sus conoci- mientos sobre la materia,
sino la lección de humildad que me dio aquel hombre
de reconocimiento conti- nental como pedagogo e
investigador teatral.
135
THEATRON 28
Leoncio Barrios, Mercedes Infante, Lenin Molina, infantil en general. Era
Olga de Álvarez. Pero mi gran inspirador en
materia perio- dística fue mi tío Germán Carías
quien me regaló mi primer manual de redacción.
CM - ¿Qué lugar ha ocupado el periodismo
en la vida de ese hombre de teatro que eres tú,
Armando?
¿Cómo ha sido tu ejercicio del periodismo?
- Siempre he ejercido el periodismo en
para- lelo con el teatro. De hecho, no entiendo el
uno sin el otro, por eso me considero un
“comunicador escéni- co”.
CM - ¿Cómo son tus inicios como periodista?
Siendo aún estudiante estuve como
pasan- te explotado en El Nacional. Allí laboré en
el Cuerpo E, una experiencia del llamado “nuevo
periodismo” en la que figuraban firmas de gran
altura artística e intelectual como Luis Alberto
Crespo, Pablo Antilla- no, Víctor Hugo Irazábal,
Margarita D’Amico, Roberto Hernández Montoya,
Luís Brito García, Gustavo Tam- bascio, Rafael
Vásquez y muchas otras firmas de pres- tigio. Y
mi tesis de grado se titulo Análisis de la Infor-
mación Teatral en el Cuerpo E del Diario El
Nacional, porque era yo, básicamente, quien se
encargaba de darle cobertura semanal a esa
fuente.
CM - O sea ha habido una estrecha relación
entre el ejercicio del periodismo y la cultura en
tu vida
– Mira, además de la revista Momento en el
Bloque De Armas (en la que, por cierto, trabajó
García Márquez cuando vivió en Venezuela) y en El
Nacional, en tiempos de Miguel Otero Silva, he
laborado como periodista en Radio Nacional de
Venezuela, El Globo y en casi todas las
publicaciones infantiles del país: “La Ventana
Mágica”, dirigida por Ligia de Bianchi,”Tom- bolín”
de Ángela Zago, “El Cohete” de Miyó Vestrini, “El
Nacional para los niños” conducida por Elizabeth
Fuentes y “La Pájara Pinta”, dirigida por mi
querido profesor Jesús Rosas Marcano. Con El
Chichón crea- mos “El Chichón de Papel”, que
reseñaba las activi- dades del grupo y del teatro
136
una revista bellamente diseñada por Manuel Gonzá- Alesia y el apoyo de mis amigos, en Funda común cree
lez Mago. De hecho se ganó en una ocasión el Premio el “Teatro Infantil de Muñecos”, en la CANTV el Grupo
Municipal de Periodismo. “Aló”, en el Ateneo de Cumaná el grupo “Caracola”, en
CM – Ya que hablamos de periodismo
cultural
¿Qué opinión te merece la crítica teatral en
Venezuela, Armando?
- En lo particular, creo que la crítica de
arte es un ejercicio intelectual más útil para el
lector que para el creador. No me imagino a un
director o a un dramaturgo cambiando una línea o
un movimiento de su obra por hacerle caso a un
crítico. Al menos yo nunca lo he hecho ni lo haría.
En Venezuela la crítica teatral ha sido y sigue
siendo un acto heroico de quie- nes la ejercen. Te
lo digo porque me ha tocado vivir de cerca lo duro
que es que los medios de comunicación le
concedan un espacio a la cultura y mucho más a
quienes reflexionan sobre el hecho teatral. Por
eso, más allá de que comparta o no sus opiniones y
sus niveles de aproximación al hecho y análisis
teatral, reconozco la perseverancia y la mística de
quienes in- sisten en hacer crítica de arte. Entre
nosotros, al menos para los de mi generación
teatral, los nombres de Ru- bén Monasterios (el
más temido), Leonardo Azparren Giménez (el más
refinado), Helena Sassone (la más dogmatica),
Edgar Moreno Uribe (el más constante), Carlos
Herrera (el más cercano al teatro infantil); re-
presentan una referencia ineludible al momento de
hacer un inventario de la crítica teatral.
Acerca
.
de la dramaturgia infantil
CM - la revista THEATRON consciente de su
papel de estimular el estudio y la reflexión,
inspirar la actividad creativa, e investigativa,
difundir conocimientos en torno a temas y
personajes del teatro venezolano, y crear un
espacio de conservación y rescate de su memoria
para las nuevas generaciones, se ha propuesto
para este número 29 de su publicación, como bien
sabes, abrir un espacio dedicado a la dramaturgia
para niños y jóvenes a través del intercambio
plural de ideas y visiones de nuestros
colaboradores participante
¿A partir de tu experiencia, cuál crees tú que es la
principal dificultad o las dificultades que enfrenta
un dramaturgo a la hora de escribir para niños?
¿Cualquier dramaturgo puede escribir para niños?
- Con el Teatro Infantil Nacional (TIN) junto
a Carmelo Castro, Juan Carlos Azuaje, José León y
Da- goberto González, creamos el proyecto “Todos
para Uno”, en el que le solicitamos a cinco
dramaturgos re- conocidos la escritura de obras
para público infantil. Rodolfo Santana escribió La
guerra de Tío Tigre y Tío Conejo, José Antonio
Rial escribió La Cenicienta en Palacio, Elio
Palencia lo hizo con Sintonía o hay un ex- traño
en casa, Romano Rodríguez escribió Buscando a
Dodó y Carlos Sánchez Delgado Pasa que no pasa
pasando. De esa experiencia quedó una
publicación que da testimonio de un hecho inédito
la construcción de personajes y desarrollar escribir obras de teatro que seduzcan a ese público
conflictos de interés para ese público inquieto e tan pos- tergado.
impredecible.
CM - ¿Pero, cómo aproximarnos al universo
de la niñez, a sus motivaciones e intereses?
- Allí surge el segundo escollo. Es
necesario, imprescindible diría, tener
conocimiento de “las infan- cias” referidas por el
investigador mexicano Bonfil Ba- talla. ¿Para qué
niño o niña escribimos? ¿Son iguales todos los
niños? ¿La infancia es un artículo producido en
serie? El mayor error de quienes escribimos para
niños, sea teatro, cuento, poesía o cualquier
género literario, es pretender unificar a la
infancia y meterla en un solo molde, como si un
niño clase alta tuviera los mismos referentes que
el niño del barrio, o uno de seis años fuera igual
que uno de diez y que a uno de Caracas le
interesaran las mismas cosas que al que vive en
Ciudad Bolívar. Las expectativas, los gustos y las
experiencias de un niño en base a situaciones
asociadas con su pertenencia social, edad y
ubica- ción geográfica, modelan su
comportamiento como espectador. A mis
alumnos siempre les inculco el há- bito de
vincularse con grupos de niños y de niñas, ir a las
escuelas, hablar y compartir con los infantes de
su comunidad, contarles cuentos y jugar con
ellos. Es difícil hacer teatro para niños y niñas si
no se les ama y se les conoce. Por eso la mayor
parte de las obras de teatro que se escriben para
público infantil se cons- truyen sobre situaciones
y personajes estereotipados, en las que los malos
son muy malos y los buenos son casi pendejos.
También, por eso mismo, se abusa de la fantasía
en las obras que se escriben pensando que la
infancia sólo es magia y “polvitos de paran pan
pán”. Eso lo dije en un encuentro de
dramaturgos en Bogotá y casi me linchan por
pedir el destierro de tanta bruja maligna y tanta
princesa encantada en las obras que se le ofertan
a la niñez. En conclusión: cualquier dramaturgo
con oficio en el arte de desarro- llar buenas
historias, con sensibilidad hacia la niñez y
conocimiento de la naturaleza y estadios de la
in- fancia, podría, con de esfuerzo y creatividad,
CM - ¿Qué dramaturgos te parecen a ti un a invertir su tiempo hablando con sus padres o sus
buen punto de referencia en la actualidad? ¿Qué hermanos, cara a cara.
destacarías en ese sentido?
CM -¿Entonces no hay alternativas?
-De los dramaturgos dedicados al teatro
infan- til, que conozco y he leído y, en algunos - Pienso, sí, que pese a ello, todo niño y
casos, llevado a escena, destaco la obra de Luis toda niña agradecen ese cuento que se les narra
Matilla, en España, Suzzane Lebeau, en Canadá, viéndoles a los ojos y haciendo de la palabra
Perla Sechumager (fa- llecida), en México y María amorosa motivo de encuentro.
Inés Falconi, en Argentina. En Venezuela creo que
en la actualidad Karin Vale- cillos está haciendo CM -¿Pero, hay realmente una dramaturgia
cosas muy interesantes, para lo cual la ha ayudado para el niño de hoy día?
mucho su experiencia docente. Desde España, Debo confesar que, de un tiempo a esta
nuestros amigos y ex -chichones, Ru- bén Martínez par- te, he dejado de ir a ver obras de teatro
e Irma Borges hacen lo propio, con gran habilidad infantil. Creo que ese achaque nos da a los
para tocar temas actuales. creadores después de cierta edad. Confío que una
CM -¿Hay realmente una dramaturgia para el nueva generación de dramaturgos para la niñez se
niño de hoy día? ¿Cual crees tú que es la esté gestando en las unidades curriculares que
diferencia entre el público de antes y el público dictan César Rojas y Rodol- fo Porras en UNEARTE.
de ahora?
Un esfuerzo editorial:
- Evitaré responder esas preguntas recurrien-
do al clásico “todo tiempo pasado fue mejor”, 40 autores en busca de un niño
muleti- lla que generalmente descalifica todo
aquello que no hemos hecho nosotros, protagonistas CM – El libro 40 autores en busca de un niño fue
de ese “pasado” que pretensiosamente creemos que un esfuerzo editorial realmente encomiable
siempre fue mil veces mejor que los tiempos Armando. Quisiera que hablaras un poco de esta
actuales. No es así. Con El Chichón hice teatro para experiencia
niños y niñas de los años en que todavía la televisión ¿Cómo surge? ¿Qué te deja en las alforjas el haber
era la dueña de su tiempo. Por eso casi todas las sido el motor de este esfuerzo y cuáles son los
obras que escribí y dirigí en esos años tenían al
hallazgos?
monstruo audiovisual como testigo y protagonista. 40 autores en busca de un niño fue un
Hoy en día, aun cuando la televisión y el discurso sue- ño que tuve en las alforjas desde el momento
audiovisual siguen estando presentes, ya no son ellos en que al ser jurado de muchos concursos de
el principal objeto de sus preferencias. Sobra decir dramaturgia infantil dentro y fuera del país, fui
que internet y las llamadas “redes socia- les” acumulando una gran cantidad de textos teatrales
acaparan su atención y sus afectos. Sin embargo, la que amenazaban con quedarse dormidos en mis
cultura dominante del entretenimiento sigue sien- do archivos. En “El Chi- chón”, entre muchas otras
la rectora de los contenidos que ellos consumen y cosas, con Morelba Domín- guez creamos el Centro
con ella, los antivalores que privan en el capitalismo, de Documentación del Teatro Infantil (que no se si
entre estos, el del individualismo, lo cual explica que aún funciona y presta servicios). Allí, además de
nuestros hijos e hijas privilegien el estar “conectados obras de teatro, dejamos infinidad de escritos y
con el mundo” a través de una tableta o de su ensayos sobre el tema. Muchos grupos y directores
celular, se acercaban en busca de textos para lle- var a
escena. Un día, llegó a mis manos “Orquídeas
Azules”, de Lucila Palacios, probablemente la
prime-
ra obra escrita en Venezuela, con rasgos cercanos maestros que lo incluyen en sus
a lo que hoy entendemos y asumimos como teatro
in- fantil, entonces, me planteé el objetivo de
hacer una selección de los textos más
representativos del teatro escritos para la infancia
por autores venezolanos. El criterio no fue escoger
“las mejores obras” o las que más me gustaran a
mí, sino las que, a mi juicio, mejor representaban
las variadas tendencias del lapso se- leccionado.
CM – ¿De que manera ha trascendido este
esfuerzo?
AC - Hoy en día, gracias a una muy efectiva
estra- tegia de distribución realizada por el FIDES que
fue el que lo editó, se ha difundido en bibliotecas
públicas y escuelas - yo, por mi parte, lo entregué
directamente a grupos y creadores -. Esa Antología
ha servido para que, dentro y fuera del país, se estén
escenificando muchos de esos textos, entre los que
figuran obras de “consagrados” como José Ignacio
Cabrujas, Arturo Us- lar Pietri y Elizabeth Schón, al
lado de Karin Valecillos, Jaime Barres y Rubén
Martínez, por mencionar a tres de los más
sobresalientes de la década que cierra la antología.
CM - ¿Pero, crees tú que se lee teatro infantil
en Venezuela?
Uno de los pecados que hemos cometido los
creadores de teatro es repetir la falsa conseja de que
el teatro sólo existe cuando es representado, desesti-
mando el hecho de que un texto teatral es, antes que
escena, literatura, y por lo tanto teatro para leer. Se
puede disfrutar de la lectura de una obra de teatro,
tanto como se hace con un cuento, una novela o con
la poesía. La repetición de que el teatro sólo existe
cuan- do se da la representación escénica, se ha
traducido en que el género literario que menos se
publica es el teatral, porque, ¿para qué editar obras
que sólo van a leer actores y directores? Felizmente
Aquiles Nazoa in- cluyó el teatro para ser leído (y
también representado) en su vasta obra y es hoy por
hoy uno de los autores más conocidos entre las
nuevas generaciones, más por el impulso de los
actos culturales, que por una política de de la Embajada de Venezuela en Cuba
promoción del teatro para leer. Velia Bosch es
otra autora que di- fundió y escribió mucho
teatro para ser leído y, como consecuencia,
representado sobretodo en la escuela.
CM - ¿Cómo sientes la situación de la dramaturgia
infantil en nuestro país?
Opinar sobre la escritura actual de obras
de teatro infantil sería una temeridad. Lo que si he
nota- do es que los concursos y estímulos a la
dramaturgia infantil prácticamente no existen. En
una época hubo en Venezuela hasta cinco premios
a la escritura de obras para niños: el “Aquiles
Nazoa” que promovía la Fundación José Angel
Lamas, el de La Asociación Ve- nezolana de
Profesionales del Teatro, Aveprote, el “Da- vid
Colina” que creamos en “El Chichón “en homenaje
a nuestro compañero fallecido en la Tragedia del
Ori- noco, el “Clara Rosa Otero” promovido por el
Tilingo y el de dramaturgia ambiental del Instituto
Municipal del Aseo Urbano. De todos esos
galardones, en diver- sos momentos me tocó ser
jurado y en algunos, inclu- so, el premio incluía un
taller de dramaturgia para el ganador. Todo ello,
sin contar los premios y reconoci- mientos a la
dramaturgia que daba el Teatro Infan- til Nacional
con el Premio TIN y el Concejo Municipal con
reconocimientos premio anuales.
Armando en la actualidad
CM - ¿Qué hace Armando en la actualidad?
Trabajo en la reposición de “Cajita de
Arra- yanes”, pieza de Lutecia Adams y de Alecia
Castillo a la que considero un clásico del teatro
infantil vene- zolano.
CM – La recuerdo con especial agrado
Esta será la quinta reposición. En esta
oca- sión sería con el elenco de la Compañía
Nacional de Teatro y la coproducción del Teatro
Universitario para Niños “El Chichón”, con el
cual la estrené en el año 1988. Por otra parte,
estoy a la espera de la confirma- ción por parte
Sección ENTREVISTA
143
“Actuación para Teatro Infantil”, en la cual aplico profesión fotógrafo, y por mi madre, María Margarita
la metodología aprendida y puesta en práctica a lo Canelón de Carías, gradua- da “suma cum laude” en
lar- go de este casi medio siglo que tengo haciendo “oficios del hogar”. De mi in-
teatro infantil. Se trata de la “Poética del actor en
el teatro in- fantil”, basada en tres principios
fundamentales inhe- rentes al público al cual nos
dirigimos: Improvisación creativa, Comunicación
afectica y Participación con- trolada. Sobre esta
poética, la cual formulé en el Pri- mer Encuentro
de Enseñanza Artística, en La Habana, se han
hecho trabajos de grado y he dictado talleres en
Colombia, Argentina, México, Santo Domingo y Es-
paña.Lo deseable y así se lo he expresado a
quienes han sido rectores de UNEARTES, es darle
categoría de mención y especialidad a todo lo
relacionado con el teatro infantil, desde el diseño,
la dirección y la ac- tuación, hasta, por supuesto, a
la dramaturgia para la infancia. Ese debe ser el
objetivo. También he dictado la materia Teatro
Infantil en la Escuela de Artes de la Universidad
Central de Venezuela y en la Universidad José
María Vargas, a las estudiantes de pedagogía.
144
CM – No fuiste muy original. Le pasó a muchos y a distancia. He ido dos veces a estar con mi nieto y
me ha tocado refrescar mis habilidades cambiando
Casi toda mi infancia la viví en la avenida
Montevideo, en la parroquia El Recreo. Siempre
digo que soy un “sobreviviente de mi niñez”, pues
a decir de mi madre era un carajito muy tremendo
y a causa de mis diabluras me la pasaba en la Cruz
Roja con la cabeza rota. Creo que de allí me viene
lo del Chichón.
CM - De qué manera influye tu familia en tu
vocación como hombre de teatro
De mis siete hermanos, (uno falleció
trági- camente en un accidente automovilístico.),
yo soy el único artista, aunque más que artista me
gusta de- cir que soy un comunicador, y allí sí
puedo decir que tuve una gran influencia familiar.
En la parte artística, por la admiración que
siempre sentí hacia ellos, me marcaron mi padre,
con su pasión por la fotografía y mi tío, Germán
Carías, uno de los más destacados periodistas
venezolanos de todos los tiempos. Ambos fueron
determinantes en mi decisión de ser artista y
periodista. Mi padre era una alquimista de la
imagen, experimentaba con productos químicos y
colorantes, en tiempos en que para revelar y
copiar había que meter las manos en unas grandes
cubetas y con unas pinzas ir “modelando” la foto
hasta lograr el tono de- seado. De esa práctica le
quedó un dedo y una uña quemados de por vida.
En mi casa tengo montada una gran reproducción
de dos metros de alto de una imagen de Chaplin
que siendo niño le ayudé a impri- mir con esa
técnica. Mi hermano Jorge “Nano” Carías y mi hijo
Ezequiel, son herederos de esa vocación y esa
pasión por la fotografía.
CM – Me dices que tienen un nieto muy
hermoso
Tengo un hermoso nieto de año y medio. Se
llama Sebastián Andrés y vive en Bogotá con sus pa-
dres, Ailím y Gabriel, ambos pediatras.
CM - ¿Ser padre o abuelo crees tú que
modifica tu cercanía, vocación o comprensión de
la dramaturgia para niños?
Como abuelo apenas me estoy estrenando
Sección ENTREVISTA
pañales y sacando gases. Tal vez mi esposa,
Morelba, deba ser quien responda esta pregunta.
Ella práctica- mente se ha mudado a Bogotá para
apoyar a nuestra hija en este primer año de
crianza. En algún momen- to ambos pensamos en
escribir una obra para bebés, algo muy sensorial.
Hace algún tiempo, con Tauma- nova Álvarez,
creadora de “Buen Nacer”, tuve la idea de hacer
una obra para bebés por nacer, es decir, ha-
blarles a las barrigas de sus mamás y estimularlos
en su gestación. Mis actrices de El Chichón, aún
muy jó- venes, iban a contarles cuentos y a
cantarles. La idea sigue dándome vueltas en la
cabeza.
Armando por ahora hemos llegado al final de
este encuentro pensado para nuestra juventud
sobre todo y en segundo lugar para todos los que
puedan estar interesados en escribir para la
infancia. Ha sido un agradable e interesante
recorrido por la memoria de un ser humano, un
país, y una vocación que aun está dando frutos.
Deseo que todas esas ideas que aun te siguen
dando vueltas en la cabeza se concreticen en
nuevas obras, nuevos grupos y sobre todo en
nuevas enseñanzas sobre el difícil arte de hacer
teatro para nuestros niños.
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Tips sobre
el hecho
teatral infantil Carlos Herrera
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Sección LECTURAS
In memorian
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“Padre, ¿de quién aprender?
—Aprende del agua.
— ¿Por qué?
--Porque el agua es humilde y generosa con cualquiera”
De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo
Facundo Cabral
“Tanto que hemos recorrido… y aún nos falta”, con estas palabras se fue a habitar
nuevos confines. Una frase sencilla que describe a un hombre inmensamente lleno de fe en
nuestro que- hacer teatral, la vida y el ser humano. Nacido en Apure, desde temprana edad,
inquieto como siempre, se vino a la Capital buscando nuevas fronteras. Estudió artes plásticas
en el Retablo de las maravillas. Allí conoce al grupo de títeres Guácharo, enamorándose del
teatro de muñe- cos, actividad que lo acompañaría durante toda su vida. Como cometa, vuela
por los mundos de la fantasía en las voces de los títeres de este grupo. Desde allí sueña con
hacer teatro, cine, televisión y arte. Por los años setenta en Arte de Venezuela funda el
“Taller de Teatro Infantil Los Monigotes” aunando el teatro con la danza, la música y los
títeres. Desde allí comienza a mirar con ojos de niño. Macoco Negro y los preguntones,
primera obra de los Monigotes, más que una obra teatral era un viaje, era transportarse al
mundo del niño. La entrada al teatro fue transfor- mada en una minúscula y larga cueva, donde
con comodidad y regocijo los niños zigzaguea- ban divertidos. Con el alborozo de estar prontos
a descubrir una gran sorpresa se deslizaban veloces frente a la mirada incrédula de los padres,
quienes al poco rato de ver desaparecer a los pequeños, se lanzaban en tropel ¡Chupulún! para
acompañarlos, ahora convertidos en niños también. Al salir al otro lado de la cueva, el teatro
se hacía presente: muñecos, actores, bailari- nes, cantantes, en fin, un mundo fantástico
creado por aquel hombre de larga barba y mirada de niño, artista polifacético, actor, titiritero,
docente, director y dramaturgo.
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THEATRON 29
León dedicó su vida a las artes escénicas desde la sobriedad, seriedad y compromiso
que representa la profesión teatral, soñando mundos. Y es que cuando un niño sueña,
sueña. Co- mienza un mundo de verdades inciertas. Su mundo se transforma en un lugar
feliz, un espacio amable de dudas y aciertos, donde una lágrima puede nacer al fallar, una
lágrima puede nacer al atinar. Un lugar inmensamente habitable, donde los deseos son
posibles, así sean increíble- mente imposibles. Cuando un niño sueña la vida cobra sentido.
Cuando ese niño se convierte en un hombre que no pierde jamás a ese niño que habla y
habita en él, ese hombre transforma mundos y vidas. Los que estuvimos cercanos a ese
niño con larga barba, comenzamos a ver a través de sus ojos la utopía de lo posible, la risa
de la vida que se convierte en alegría, en alegría de todos, el gesto se transforma en
millones de enigmas, preguntas, y ese gesto se convierte en una provocación.
Así asumió el teatro José León, como una provocación, un juego complejo donde el niño
fue su especial centro de atención. Al cumplir cincuenta años de vida artística José quería cele-
brar con el teatro y el público este acontecimiento. Me invito a dirigir, “Medio Cupón”,
tentadora provocación. Y así, tomando como punto de partida un cuento que le había regalado
su amigo Néstor caballero, basado en una recreación de su vida, comenzó a leerlo, mirándome
cada cier- to tiempo; “Hace unos setenta años, cuando León era un niño, y la maestra le
preguntó, qué de- seaba ser cuando fuese grande, inmediatamente y sin ninguna duda,
éste respondió “¡Ventrílo- cuo! “ Como la maestra quedó estupefacta por la extraña
palabra y más aún, ante tan esotérica profesión, raudamente llamaron a sus padres y se lo
notificaron, la maestra junto al director de la escuela y, por supuesto, el profesor de
moral y cívica, le participaron la anormalísima voca- ción de su hijo. Alarmados, pensando
que ventrílocuo era una enfermedad del vientre”… Allí nos volcamos toda la Leonera, Su
esposa Judith, mis hermanos Grecia, Ileana, Ilse, Gabriel, Emilia- no, Mariano y Rubén; sus
nueras, Laura, Verónica, Valentina, y hasta sus nietas Ariana, Atenas, chispita (Veroniquita).
Apasionados por el mismo arte que cautivó y cultivó nuestro padre León. De él conocimos
historias increíbles, tanto, que nunca supimos si las soñó o si de verdad ocurrie- ron. De cómo
se encontró con Gladys Pacheco e Hilda Blanco, nuestras madres. Supimos de su rebeldía hacia
la autoridad sin probidad, hacia el poder sin solidaridad e individualidad, del amor a la
naturaleza y a todos sus huéspedes. También nos mostró su bondad, aciertos y errores, todo
envuelto en una gran cresta de humor y alegría. Así era León, un provocador de la alegría,
enseñanzas y profundo amor por el arte teatral. Su teatrino y los escenarios no cesaron jamás,
sólo que ahora su voz era más atiplada, un sombrero y el bastón eran sus nuevos compañeros,
su barba y sus cabellos eran de azúcar, su paso más lento. Sin embargo, sus ojos y mirada de
niño travieso siempre lo acompañarán.
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Sección LECTURAS
Gabinete de la dramaturgia
teatral venezolana
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Sección Gabinete de la dramaturgia venezolana
Gabinete
de la Dramaturgia Venezolana
Por: Lic. Yaritza Medina
López Coordinadora de
Investigaciones Compañía
Nacional de Teatro
Esta sección ofrece en esta oportunidad una breve reseña de la trayectoria de cuatro
referentes del teatro infantil y juvenil en el país, como son: Eduardo Calcaño, Rafael Rodríguez
(Rars), Carmen
Mannarino, y Luiz Carlos Neves.
EDUARDO CALCAÑO
Actor, director de teatro, docente y prolífero
dramaturgo. Nació en Caracas el 8 de marzo de 1909.
Murió en Caracas el 18 de febrero de 1991.
Premio Nacional de Teatro 1987-1988.
Licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela. Abogado.
Actor del Teatro Universitario dirigido por Luís Peraza; también del Teatro del Pueblo del
que llegó a ser director general. Secretario de la Escuela de Artes Escénicas y Danza, donde ini-
cia su carrera uno de sus numerosos pupilos Enrique Benshimol. Hombre del magisterio, figura
como director y profesor de teatro de las Escuelas Municipales del Distrito Federal. Profesor de
la Escuela de Marionetas del Instituto de la Radiodifusora Nacional y de la Escuela Militar.
Funda- dor, primer actor y director de la Sociedad de Amigos del Teatro; así mismo fundador
del Teatro Popular de Ritmos Negros de América. Pionero en el teatro para personas con
discapacidad vi- sual. Colaboró en la Revista Tricolor donde publicó la mayoría de su obra
dramática infantil y en otras publicaciones del Ministerio de Educación Nacional, así como en la
Revista Nacional de Cultura, Revista Don Simón, entre otras. En su misión divulgativa del teatro
dirigió varios grupos de aficionados en colegios y liceos capitalinos, en el que sobresale su labor
de por lo menos 30 años como director general del Teatro Estudiantil del Liceo Andrés Bello
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(TELA - 1955) formando generaciones de destacados profesionales como Flor Núñez, Claudio
Perna, Rolando Peña, Or- lando Urdaneta, Luís Colmenares, José Rubens, entre muchos otros.
168
BURIA (EL SUEÑO) -- Teatro Afrovenezolano SIMÓN
RODRÍGUEZ
Pequeño
Gran Teatro
Venezolano de
Eduardo Calcaño
Teatro Infantil Indígena:
AYAJUY
CAPEY
ACALAPIYEIMA
LA MARACA DEL BÁQUIRO SALVAJE
OLLANTAY (Adaptación del mito quechua)
Teatro Juvenil Histórico:
LA CANCIÓN
NACIONAL BLASÓN
LA CRUZ DE
SOLFERINO MIRANDA
Inéditas:
EL SAMÁN (Estampas de don Andrés
Bello) VARGAS
URDANETA
MUERTE DEL
LIBERTADOR EL HONOR
DE BOYACÁ
EL CAPITÁN DE CARACAS
Teatro para Títeres:
EL GALLO DE BELÉN
LA VIUDITA
EL SEÑOR
POLICHINELA EL
LOBO ENAMORADO
EL SEÑOR CURA
Teatro Infantil y Juvenil en general
HISTORIA DEL CHIVO, EL MONO Y LOS
TIGRES DE LA MONTAÑA
EJEMPLO DEL LABRADOR Y SU
HIJO EL MAGO DE LAS FLORES
COCORÍ
DE CANDILEJAS INFANTILES
EL CONGRESO DE LOS
ANIMALES COMEDIA INFANTIL
DE NAVIDAD LA CALLE
EL PESCADOR Y EL
PECESITO EL SEÑOR DON
GATO
LA VIEJA INÉS (Basado en el juego infantil)
LAS TRES PREGUNTAS
EL BASTÓN
Teatro para Adultos:
EL POLO NEGATIVO (Comedia)
LA CASA DE ARENA
EL ESPEJO
RAFAEL RODRÍGUEZ (RARS)
Director de teatro, actor, productor y dramaturgo.
Director de televisión y guionista.
Nació el 6 de enero de 1949, en Guasdualito. Estado Apure.
Murió el 7 de diciembre de 2001, en Caracas.
Este maestro del teatro infantil venezolano se traslada siendo joven a
la ciudad de Caracas y abandona su carrera de Ingeniería para dedicarse al
teatro, iniciándose como actor en El Nuevo Grupo en 1967. Más adelante,
figu- ra como asistente de dirección de José Ignacio Cabrujas, Herman
Lejter, Hora-
cio Peterson, Eduardo Mancera, Alberto “Chino” Rodríguez Barrera, entre otros. Formó parte del grupo
Rajatabla (1971) bajo la égida de Carlos Giménez. Fundador del Teatro Nacional Estable de Arte Infantil
y Juvenil; y en 1973 de la legendaria agrupación Teatro de Arte Infantil y Juvenil (TAIJ) cuyas propuestas
de montajes signi- ficaron la incursión de la forma del teatro infantil y juvenil contemporáneo en el
país. Productor y creador en toda su dimensión, incursionó en el mundo de la televisión y en 1981 se
destacó como director general y guio- nista de la inolvidable miniserie La inimaginable imaginación
(RCTV) y los micros de La Ventana Mágica para los Cuadernos Lagoven (VTV). Se desempeñó en varias
ocasiones como jurado del Premio Aquiles Nazoa de Dramaturgia Infantil de la Fundación José Ángel
Lamas. En la última etapa de su carrera, figuró como director artístico del Teatro Universitario (T.U) de
la UCV, en tiempos de Gustavo Meléndez, ofreciendo el legado de su proceso creativo e incomparable
estilo en el campo de la dirección teatral.
En el 2012, su esposa Marcia de Rodríguez compila una selección de sus obras de teatro en el libro Obra
selecta: teatro infantil y adulto de Rafael Rodríguez (Rars), publicada por la Fundación Editorial El Perro
y la Rana.
ALGUNOS PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS
1978 – Premio al Mejor Espectáculo del
Festival Sitges - Barcelona-España. (Guglú, el perro
que habla
–TAIJ)
1994 - Premio Maestro del Teatro Inprec.
1994 - Premio TIN (Teatro Infantil Nacional) por su
trayectoria.
1995 – Placa Festival Infantería de Marina (Los
en- capillados – T.U / UCV)
1999 – Placa de reconocimiento del Teatro
Univer- sitario UCV.
2000 – Invitado especial al Primer Festival
Interna- cional en “Homenaje a los 250 años del
Teatro Dramá- tico Ruso”, realizado en la ciudad
de Jeroslav.
2001 – Invitado al VII Festival Internacional de
Tea- tro Universitario, realizado en Santiago de
Compostela y ciudad histórica monumental de
Lugo. España. (Tres en cárcel, de Rodolfo Porras,
bajo la dirección de Rars)
ALGUNAS DE SUS OBRAS DE TEATRO INFANTIL
La inimaginable imaginación
Te invito a mi fiesta
La isla de los soñin
Zarandeando por la radio
Lancelote en el siglo XXI
Los caballitos rebeldes
El dragón más grande del mundo
ALGUNAS DE SUS OBRAS DE TEATRO PARA ADULTOS:
El espejo de los muertos
Edith Piaf: la magia de la canción
CARMEN MANNARINO
Investigadora de teatro y literatura, escritora, editora y docente.
Nació el 07 de enero de 1936, en Los Teques, Edo. Miranda.
Murió en Caracas el 27 de noviembre de 2015.
Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua en el año 2013, cuyo discurso de
incor- poración trató sobre el monólogo en la dramaturgia nacional de los siglos XIX y XX.
En mayo de 2015, fue elegida miembro de la Junta Directiva de esta institución.
Licenciada en Letras (1962) egresada de la Universidad Central de Venezuela. Maestría
en Literatura Latinoamericana (1993) de la Universidad Simón Bolívar. Fue una historiadora
riguro- sa del teatro venezolano, compiladora de autores de provincia y escritora de
biografías y estu- dios críticos de la vida y obra de escritores venezolanos a través de
textos escritos para jóvenes. Investigadora de la Fundación Centro de Estudios
Latinoamericanos “Rómulo Gallegos” (Celarg). Fue profesora del Instituto Universitario de
Teatro (Iudet) y colaboradora de la revista Theatron, en su primera etapa. Autora de
innumerables artículos sobre el teatro venezolano en diversas publicaciones dentro y fuera
del país.
Coautora junto con Alba Lía Barrios y Enrique Izaguirre del más acucioso estudio sobre tea-
tro venezolano del siglo pasado, que lleva por título Dramaturgia venezolana del siglo XX,
publi- cado por el Centro Venezolano del Instituto Internacional de Teatro (ITI-Unesco) en
1997. Y autora del portentoso trabajo de investigación Bibliografía del teatro infantil en
Venezuela 1892-1974, del CELCIT- Venezuela, Cuadernos de Investigación Teatral, Nº 36,
publicado en 1975 y revisado en 1990.
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Sección Gabinete de la dramaturgia venezolana
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Cádiz, España (1998).
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Sección CNT por
dentro
CNT por
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dentro
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Sección CNT por dentro
Repertorio
FIN DE MUNDO, obra apocalíptica del joven maracayero Rubén Joya, ganadora del Premio
Apacuana de Dramaturgia Nacional 2018, bajo la dirección artística de Carlos Arroyo (director
general de la CNT) con las actuaciones del elenco estable, fue el montaje encargado de engro-
sar en el 2019 el repertorio de la legendaria institución teatral. La obra muestra desde un enfo-
que existencialista el impacto de la guerra en la sociedad cuya dominación, domesticación y
falsas necesidades apuntan a la autodestrucción del ser humano, producto del consumismo
impulsado por el capitalismo salvaje.
177
THEATRON 29
de actores del elenco estable: Gerardo Luongo, Yurahy Castro, Dora Farías, Michael Pérez y
Ariana León;
178
acompañados de la Orquesta Típica Nacional de la Compañía Nacional de Música, dirigida
por el maestro José Patiño. Estrenada con motivo de la celebración del Día del Niño, la
pieza ha tenido presentaciones en teatros y calles de la ciudad capital y fue el montaje
encargado de in- augurar la Casona Cultural “Aquiles Nazoa”.
Revista Theatron N° 28
La revista Theatron, de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) en
alian- za con la Compañía Nacional de Teatro, presentó la edición número 28, en homenaje
a Rodolfo Santana en el marco de la 15° Feria Internacional del Libro en Venezuela (Filven
2019), en un evento realizado en la Cancillería de la República, contó con la exposición de
la editora de la revista, la profesora Carlota Martínez.
Máscaras Sonoras
El canal Clásico de la Radio Nacional de Venezuela y la Compañía Nacional de Teatro ce-
lebraron el lanzamiento el 23 de diciembre de 2019 de su programa de radioteatro
Máscaras Sonoras, un espacio encargado de ofrecer a los oyentes los clásicos de la
dramaturgia venezo- lana, con las actuaciones radiales del elenco estable de La Compañía
e invitados especiales. En la producción destacan las figuras de tres veteranos del
radioteatro de la segunda mitad del siglo XX en el país, la primera actriz Aura Rivas; el
actor, locutor y productor José Luís Silva; y el libretista y dramaturgista radial Juan José
Rodríguez. El impacto de su lanzamiento generó que los tres primeros programas realizados
fueran emitidos en señal abierta en todo el país, a través del circuito nacional. El
radioteatro se transmite de manera regular todos los lunes, a las 2:00 de la tarde, vía
streaming del canal Clásico de la RNV., como iniciativa que apuesta a nutrir de con- tenido
dramático de alta calidad estética y profesional a la radio venezolana.
186
Sección CNT por dentro
THEATRON 29
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Sección CNT por dentro
DESDE LA ORILLA
Dirección: Rufino Dorta
LA HISTORIA DE UN CABALLO QUE ERA BIEN BONITO
Adaptación de José Luís León
Dirección: Rufino Dorta
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Número 28 Revista Theatron. UNEARTE / Compañía Nacional de
Teatro- Homenaje a Rodolfo Santana
APACUANA. Premio de Dramaturgia (2015-2018)
Fundación Editorial El Perro y la Rana / Compañía Nacional de Teatro
Sección CNT por
dentro
MÁSCARAS SONORAS
Radioteatro
Canal Clásico de la
Radio Nacional de
Venezuela - Compañía
Nacional de Teatro
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MÁSCARAS SONORAS
Radioteatro
Canal Clásico de la Radio Nacional de Venezuela
Compañía Nacional de Teatro
Galería fotográfica
CABALLITO DE MAR
Grupo: Thalía
Fotógrafo: Juan Pereira
2016
CABALLITO DE MAR
Grupo: Thalía Fotógrafo: Juan Pereira 2016
CABALLITO DE MAR
Grupo: Thalía Fotógrafo: Juan Pereira 2016
LOS PANTALONES AL REVÉS
Autor: César Rojas
Fotógrafo: Luis Miguel Sánchez
LOS PANTALONES AL REVÉS
Autor: César Rojas
Fotógrafo: Luis Miguel Sánchez
UN VIAJE DE CUENTOS
2014
Grupo: El galpón del arte
EL SECRETO DE GRILLILDA
2015
Grupo: El galpón del arte
Fotógrafo: Naghieli
Godoy
EL ESPEJO DEL VIENTO
2015
Grupo: El galpón del arte
Fotógrafo: Naghieli
Godoy
EL CIRCO MÁS VISIBLE DEL MUNDO
2013
Grupo: TET
LA CASA VERDE
2014
Grupo: La sarta de cuentos
Fotógrafo: Simonne Betancourt
MARÍA ROSARIO
Grupo: Movimiento teatral César Rengifo
Fotógrafo: Rainer Suárez
MARÍA ROSARIO
Grupo: Movimiento teatral César Rengifo
Fotógrafo: Rainer Suárez
DON QUIJOTE
2019
Grupo: Movimiento teatral César Rengifo
Fotógrafos: Nelson López y Gabriela Materano
DON QUIJOTE
2019
Grupo: Movimiento teatral César Rengifo
Fotógrafos: Nelson López y Gabriela Materano
DON QUIJOTE
2019
Grupo: Movimiento teatral César Rengifo
Fotógrafos: Nelson López y Gabriela Materano
M I NI STE R IO
Gobiemo
Bolivariano
de Venezuela
DEL PODER POPULAR Mini terio del Poder Paopu
ular
PARA LA C U LT U R para la Educacién
A Universitaria