Cuentos para Monstruos 12
Cuentos para Monstruos 12
Cuentos para Monstruos 12
«Si lo piensas bien, yo soy mejor que ella. Tal vez Evelyn sea más alta, delgada
y se maquille con más frecuencia, pero ya no somos un par de jovencitas.
Además, yo te entregué mis mejores años, eso cuenta ¿no crees?
¿Recuerdas por qué te casaste conmigo? ¿Los sueños que compartíamos? Sí, ya
sé que nunca pude darte un hijo, lo intenté, no es necesario que me lo eches en
cara. Por favor, no hablemos de cosas tristes, mejor termina tu sopa, ella llegará
pronto. Así es, la he citado hoy, pero no para que se acueste contigo, sino para
demostrarte que no es rival para mí. ¿Evelyn? Claro que no… ¡Esa puta de
mierda! ¡Mi mejor amiga! Así la llamé durante años, y tú… ¡Desgraciado!
¡Revolcándote con ella mientras yo me hacía cargo de las cuentas! Pero ahora
yo… ¡No!, es que nosotros…, yo sólo…, yo nunca…, tú…, tú ya sabes que te
amo…, te amo demasiado…, y yo…, tú…, tú me amas, ¿verdad? ¿Me sigues
amando?».
Su piel se había vuelto un refugio donde las moscas podían descansar. Las
cortinas cerradas no dejaron que el sol se enterara de lo que había pasado dentro
del cuarto.