Cecilia Grierson

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Cecilia Grierson

http://es.wikipedia.org/wiki/Cecilia_Grierson

Cecilia Grierson
Cecilia Grierson (n. Buenos Aires, 22 de noviembre de 1859; m.Buenos Aires, 10 de abril de
1934), fue la primera médica argentina.
[editar] Trayectoria
En Buenos Aires ingresa a la Escuela Normal Nº 1 fundada por Emma Nicolay de Caprile, que
otorgaba el título de Maestra de Grado Primario recibiendo el mismo en 1878.
En ese mismo período, sumamente impactada por la enfermedad que padecía su mejor amiga
Amelia Kenig, determinó que su vida necesitaba un profundo cambio y se decidió por la medicina,
entusiasmada por las ciencias naturales, pero también con la esperanza de ayudar a curar a su
amiga. Hasta ese momento ninguna mujer argentina había osado ingresar a tal carrera y luego de
superar serios obstáculos por su condición de mujer logró graduarse en 1889.
Se graduó el 2 de julio de 1889 en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos
Aires, a los 30 años. Pero antes de recibirse, en 1886, fundó la Escuela de Enfermeras del Círculo
Médico Argentino.
En su tesis de graduación, Histero-ovariotomias efectuadas en el Hospital de Mujeres desde 1883 a
1886, hacía notar que "casi todas las operadas de histero ú ovariotomias sufren una modificación
pasajera y notable del carácter, una irascibilidad, aún en aquellas que antes de operarse lo tenían
suave y apacible se enojan con todo el mundo, reniegan contra el médico, los practicantes, etc.,
hasta con las personas de la familia á la cual no quieren ver. Les acomete una desesperación, porque
creen que se van á morir, sienten neuráljias, desfallecimientos, claman, gritan y en seguida se les
pasa el ataque, ya sea con una palabra de dulzura, ya con un reto de las personas que se les pueden
imponer, y á veces basta la presencia del practicante que las cuida, para que vuelva á establecerse la
calma."
Siguiendo en la tesis, describe el IV CASO. Se trata de "Maria N, india del Chaco, de cara pintada,
de 40 años más ó menos, la trajeron cautiva hace dos años... Esta enferma con las pocas palabras
que habla, nos ha hecho conocer que su enfermedad principió hace tres años... Debo hacer notar una
cosa que parece propia de esta clase de gente, habituada hasta cierto punto á todas las fatigas y las
privaciones de la vida, y es la indiferencia, por así decirlo, que mostraba á la temperatura de 40° que
presentó el segundo día de operada, pues esta enferma nos pedía muy tranquilamente permiso para
levantarse."
Según el Feminist Theory Website de la Universidad Virginia Tech, Cecilia sufrió el ridículo y el
aislamiento en su paso como la única mujer de la Facultad, luego de la cual tuvo que dar una
prolongada batalla legal para poder ejercer.
Se inició en el Hospital San Roque (Hoy el Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía)
dónde tenía un pequeño consultorio y dónde además funda la Primera Escuela de Enfermeras y la la
Sociedad Argentina de Primeros Auxilios.
Integrante en 1892 a 1899 en el Consejo Nacional de Educación, trajo a la Argentina un nuevo plan
de estudios profesionales, luego de una visita por Europa enviada por el Gobierno Argentino. Ese
mismo año publica su primer libro Educación Técnica para la Mujer y en 1910 publica su segundo
libro: La educación del ciego y Cuidado del enfermo.
En 1905 inicia el Instituto Argentino para Ciegos y en 1907 funda la Asociación de Obstetricia
Argentina y el Liceo de Señoritas del que fue también su profesora.
En 1906 concluyó un extenso estudio del Código Civil, en el cual mostraba que las mujeres casadas
tenían en estatus de niños en la Argentina, discriminándoselas en mayor medida que a las mujeres
solteras o viudas respecto de los mismos derechos civiles de los hombres adultos. Recién en 1926,
alcanzaría a ver algunos cambios "cuando se reformó el Código Civil con la incorporación de
muchas de las demandas acerca de la condición de la mujer en el país, como la posibilidad de
disponer de sus propias ganancias, formar parte de sociedades civiles o mercantiles, etc." Además,
en este mismo año, funda una escuela técnica y de labores domésticos para mejorar la inserción
económica de las mujeres.
En 1910 presidió el Congreso Argentino de Mujeres Universitarias, (que había sido fundado en
1905 por, en tre otras, Elvira Rawson de Dellepiane) y el "Primer Congreso Feminista Internacional
de la República Argentina", donde se analizaron temas como la situación de las mujeres en la
educación, la legislación, el abandono de los hijos, la necesidad del sufragio femenino.
Fue sufragista y pionera en la lucha por los derechos de las mujeres, propugnando una reforma civil
y política para terminar con la discriminación en el ámbito educativo y en el terreno político.*6
Alentó a otras mujeres a seguir su camino, entre ellas a Armandina Poggetti quien por su influencia
se convirtió en 1902 en la primera mujer en obtener el título de farmacéutica y que ejerció la
profesión en la República Argentina.
Fue también pintora, escultora y gimnasta, donó una escuela en Los Cocos (Córdoba) dónde vivió
sus años de jubilación y en su casa hizo un lugar de descanso de artistas y médicos.
Recibió incontables galardones y homenajes para una vida plagada de resultados en favor de la
educación y la medicina Argentina.
Buenos Aires, Córdoba y Los Cocos le rinden homenaje imponiéndole su nombre a una de sus
calles. Hoy la Escuela Nacional de Enfermería se llama Cecilia Grierson.
El hecho que más le dolió fue que nunca pudo ejercer una Cátedra en la Facultad de Medicina:
“Intenté inútilmente ingresar al Profesorado de la Facultad en la Sección en la que podía enseñar
[...]" No era posible que a la mujer que tuvo la audacia de obtener en nuestro país el título de
médica cirujana, se le ofreciera alguna vez la oportunidad de ser jefa de sala, directora de algún
hospital o se le diera algún puesto de médica escolar, o se le permitiera ser profesora de la
Universidad. Fue únicamente a causa de mi condición de mujer (según refirieron oyentes de los
miembros de la mesa examinadora) que el jurado dio en este concurso de competencia por examen,
un extraño y único fallo: no conceder la cátedra ni a mí ni a mi competidor, un distinguido colega.
Falleció el 10 de Abril de 1934 y fue inhumada en el Cementerio Británico de Buenos Aires.
[editar] Enlaces externos
Web del Cementerio Británico de Bs. As.
Artículo en la Web del Cementerio Británico

http://www.ceciliagrierson.org/biodra.htm
La Dra. Cecilia Grierson es una personalidad de la sociedad argentina que desarrollo incontables
proyectos para el progreso de la práctica médica entre los fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. La
obra de la Dra. Grierson traduce su preocupación por brindar desinteresadamente respuestas concretas a
las necesidades de un naciente sistema de salud. Su ingenio y perseverancia le permitió adaptar con éxito
ideas de avanzada en un medio donde el valor de la salud fue generalmente poco apreciado por la
comunidad.
Lejos de los laboratorios experimentales, los ambientes catedráticos y los revolucionarios descubrimientos
de la medicina europea del siglo XIX, la doctora Grierson logro una exitosa fusión entre el arte de enseñar
y el arte de aliviar a los necesitados. Su agudo poder de observación sobre un número de necesidades
básicas de la salud pública le permitió desarrollar acciones exitosas traducidas rápidamente en estrategias
docentes.
Entre otros meritos, la Dra. Grierson demostró de muy joven sus convicciones al convertirse en la primera
mujer de nuestro país en obtener el titulo de medico-cirujano; desafortunadamente, su condición de
mujer en la sociedad local de la época le negó acceso a cargos jerárquicos en las instituciones
administradoras de la salud. Pionera en su medio, la Dra. Grierson fundo la primera escuela de enfermería
de la Argentina, instalo el servicio de primeros auxilios de la asistencia publica en la ciudad de Buenos
Aires, estableció un consultorio-escuela psicopedagógico para niños con problemas de conducta, fonación
y aprendizaje entre sus múltiples actividades docentes y asistenciales.
Cecilia Grierson nació en la Ciudad de Buenos Aires el 22 de noviembre de 1856. Era una de seis hijos del
matrimonio entre Juana Duffy y John Parish Grierson, hijo de William Grierson, un colono escocés que se
estableció en Monte Grande en 1825 durante la presidencia de Bernardino Rivadavia. Su primera infancia
transcurrió en las estancias de su padre, primero en la Republica Oriental del Uruguay y más tarde en el
distrito de Gena, provincia de Entre Ríos. Completo sus estudios primarios en destacados colegios ingleses
de la ciudad de Buenos Aires, y regreso a Entre Ríos para ayudar a su madre en el cuidado de sus hermanos
y en el sustento económico de la familia desvastada por la muerte de su padre y la situación de violencia
política que vivía el país.
“…creo que nací para ser maestra, y recuerdo algunas escenas desde los
dos años de edad y siempre mis juegos eran haciendo de maestra…”
…”confieso que durante mi niñez fui apática e indolente, pero amiga de
contemplar la naturaleza y las plantas…”

En 1873, a los 14 años de edad y siendo aun estudiante, comenzó a trabajar con su madre como maestra
rural.
De regreso en Buenos Aires, se recibió de maestra en 1878. Recién recibida, el director general de
escuelas, Domingo Faustino Sarmiento le ofrecería un cargo en una escuela de varones.
En 1882 ingreso en la Facultad de Medicina. “…vislumbraba en la carrera de medicina
una profesión que seguía mi inclinación por el estudio de las ciencias
naturales…otra consideración, era una amiga cuyo organismo se hallaba
minado por una lenta enfermedad. Creí que podría salvarla poseyendo los
conocimientos necesarios, es decir, siendo medica, ¡vana ilusión! Amalia
Kenig murió algunos años después que obtuve el diploma…”
El 20 de enero de 1885, se dirige al decano de la Facultad de Medicina Dr. Pedro Pardo diciendo “Como
el Sr. LLovet renuncia a su cargo de preparador de histología patológica,
solicito se me nombre en su reemplazo. Todo el año me he dedicado a esa
práctica y soy considerada una de las mejores alumnas en la materia”. Entre
1885 y 1888 la estudiante Cecilia Grierson fue ayudante de histología en la Facultad de Medicina.
Desde el año 1883, la universidad autónoma había aprobado los seis años para la carrera médica, sin
embargo, los estudiantes estaban disconformes con la formación excesivamente teórica y la falta de
práctica en esa casa de estudios. En respuesta a esta inquietud el Círculo Médico, fundado en 1874 por un
grupo de estudiantes reunidos por José María Ramos Mejia, y entre quienes se contaban a José Penna y
Juan B Justo, comenzó a funcionar como una escuela práctica de medicina, centro de investigación y
difusión científica y consultorios de diversas especialidades médicas. También en el Circulo Médico,
comenzó a funcionar la primera escuela de enfermeras de América Latina con un plan de estudio formal,
creada y dirigida por la estudiante de medicina Cecilia Grierson. Entre otros aportes, Cecilia Grierson
estableció el uso del uniforme de enfermera el cual fue adoptado por la mayoría de los países
latinoamericanos. Corría el año 1885.
En los principios de 1886 la ciudad de Buenos Aires se vio azotada por una epidemia de cólera. En
respuesta a esta emergencia sanitaria, se improvisaron lugares de atención y refugios. En la Casa de
Aislamiento (actual Hospital Muñiz), la estudiante Cecilia Grierson se interno para trabajar junto al Dr.
Penna y el Dr. Estévez.
Hacia fines de abril los casos habían disminuido y Cecilia Grierson retomo su carrera. Para ese entonces,
cursaba el quinto año de la carrera de Medicina y se desempeñaba como ayudante de Histología,
Practicante interna del Hospital Escuela “Buenos Aires” en las guardias dirigidas por el Dr. Juan B Justo.
El 2 de Julio de 1889 obtuvo su título de médica convirtiéndose en la primera mujer graduada de la
universidad de Buenos Aires. El examen fue tomado por el decano, Dr. Mauricio Gonzalez Catan. Su tesis
de graduación se titulo “Histero-ovariotomías efectuadas en el Hospital Rivadavia entre 1883 a 1889” . La
tesis fue aprobada y firmada por los Dres. Mauricio Gonzalez Catan, de la Carcova, Eduardo Wilde, Juan R
Fernández y Molina. Lleva fecha 16 de febrero de 1889 y está clasificada con el número 0983.
Luego de graduada, comenzó a desempeñarse como médica agregada en la sala de mujeres del hospital
San Roque (hoy Ramos Mejia) además de atender su consultorio particular en el centro de la ciudad de
Buenos Aires y otros consultorios en varias instituciones de beneficencia. Entre los años 1889 y 1899 su
actividad médica asistencial y sus emprendimientos no tuvieron pausa.
El 15 de Abril de 1892, fundo la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios, mas tarde incorporada a la Cruz
Roja Argentina. A partir de su iniciativa, se abrieron salas de primeros auxilios en diversos pueblos para
cooperar con los hospitales en la asistencia de los enfermos. Esta obra se acompaño de la publicación del
libro “Primeros Auxilios en casos de accidentes y prevención contra las enfermedades infecciosas” y el
folleto titulado “Guía de Enfermería”. En colaboración con la Asistencia Pública , gestiono y obtuvo el
derecho al uso de la campaña de alarma en las ambulancias que hasta ese momento era de uso exclusivo
para el cuerpo de bomberos de la capital.
En 1897, publico el libro “Masaje Práctico” a beneficio de la asociación de enfermeras y masajistas de la
cual era fundadora. A través de la misma, y otras similares que se sucedieron, se consiguió la mejoría de
las condiciones de trabajo de las enfermeras de la ciudad de Buenos Aires.
Viajo a Europa en 1899 donde continuo observando e investigando los temas relacionados a la salud de la
mujer y el rol de la Enfermería en la asistencia médica.
En la escuela de Medicina de Paris, obtuvo su Carnet de Visites que le permitió entradas y cursos en
hospitales generales y especializados, institutos de educación femenina, escuelas especiales para
sordomudos, retardados mentales y ciegos.
Escribía la Dra. Grierson ;…”a
mi llegada (a Buenos Aires) presente a la Dirección
de Asistencia Pública de Buenos Aires un estudio sobre Instituciones de
Enfermeras en Europa, encareciendo se resolvieran a colocar la misma
institución que funde, en igual pie que las de Inglaterra, donde esta
enseñanza es modelo…”
En Londres, asistió al congreso para ciegos y visito las mejores escuelas de la especialidad. Escribió un
informe sobre la educación de los no videntes que estimulo la fundación de un Instituto para ciegos que
desarrollo actividades en las calles Callao y Cuyo y mas tarde en el barrio de Flores.
En Julio de 1899 llevo la representación de algunas sociedades femeninas ante el Congreso Internacional
de Mujeres en Londres. …”en
ese acto se me confirió el nombramiento de
vicepresidenta honoraria, con el compromiso de fundar en nuestro país, un
Consejo Nacional de Mujeres, lo cual hice cumpliendo mi promesa...”
De regreso en la Argentina, en 1901 fundó la Asociación Obstétrica Nacional y la Revista Obstétrica.
En 1907 fue nombrada profesora de ciencias en el Liceo de Señoritas de la Capital, e inauguro en el país el
primer curso de ciencias domésticas tratando temas de puericultura y primeros auxilios. Esta actividad fue
coronada con la publicación del libro “Cuidado de Enfermos”
En 1916 se retira de su actividad docente asistencial cansada y enferma. “…ya la voluntad no
puede manejar la máquina, ya se acallan los afanes, solo en los días tibios
en que brilla el sol se despierta una llena de proyectos y dispuesta a
principiar obras o concluir las empezadas; pero a poco de andar, invade el
cansancio, la indiferencia…”
Solía veranear en una casa en los Cocos (Pcia.de Córdoba) y en esa localidad donó la Escuela Nacional N º
89 que lleva su nombre por decreto del año 1935 del Consejo Nacional de Educación.
La doctora Cecilia Grierson murió el 10 de Abril de 1934 en una casa de la calle Conesa al 2147 en el

barrio de Belgrano. Durante el ejercicio de su profesión había adoptado el lema “ res non
verba” (hechos no palabras).
La Dra Grierson, se despidió de sus colegas, escuelas y hospitales fieles a su lema.

http://www.cementeriobritanico.org.ar/perhistbritchacarita/cgrierson.html
1859 CECILIA GRIERSON 1934
Nació el 22 de noviembre de 1859 y falleció el 10 de abril de
1934.
Fue la primer Médica Femenina Argentina en Sud América.
Nacida de familia Escocesa, se dedicó toda su vida a la enseñanza
y fue pionera en el ámbito de la medicina de primeros auxilios,
fundando en 1892 la Asociación Argentina de Primeros Auxilios.
En el mismo año participó de la primer cesárea hecha en
Argentina. También fundó la Asociación Nacional de Obstetricia.
Escribió el libro "Masaje Práctico". Es considerada la primer
mujer feminista de Latino América.
Cecilia Grierson fue la primera médica argentina, graduándose el 2
de julio de 1889 en la Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad de Buenos Aires, a los 30 años.

Completó su carrera en el plazo normal de seis años. Durante su


transcurso fue Ayudante del Laboratorio de Histología, al tiempo que realizaba la práctica
hospitalaria en la Asistencia Pública. Incluso antes de recibirse en 1886, fundó la Escuela de
Enfermeras del Círculo Médico Argentino. Apenas recibida se incorporó al Hospital San Roque
(luego Ramos Mejia) dedicándose a la ginecología y obstetricia. En 1891 fue uno de los miembros
fundadores de la Asociación Médica Argentina. En 1892 colaboró con la realización de la primera
cesárea que tuvo lugar en la Argentina y dos años depues, en 1894, se presentó en el concurso para
cubrir el cargo de profesor sustituto de la Cátedra de Obstetricia para Parteras. El concurso fue
declarado desierto, porque en aquellos tiempos las mujeres todavía no podían aspirar a la docencia
universitaria.

La actividad de la doctora Cecilia Grierson fue intensa e ininterrumpida hasta su fallecimiento, el 10


de abril de 1934. En 1892 fundó la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios. En 1897 publicó
'Masaje Práctico', un libro precursor de la técnica kinesiologica y pese a la inhibición que recaía
sobre las profesionales médicas de su sexo, de alguna manera ejerció la docencia universitaria,
dictando cursos sobre 'Gimnasia Medica y Kinesioterapia' en la Facultad de Medicina (entre 1904 y
1905) y desempeñándose como adscripta a la Cátedra de Física Médica y Obstetricia. En 1899 viajó
a Europa para desempeñar en Londres la vicepresidencia del Congreso Internacional de Mujeres y
luego realizar, durante cinco meses en Paris, cursos de perfeccionamiento en Ginecología y
Obstetricia . Antes de regresar a la Argentina visito clínicas y establecimientos hospitalarios de
renombre en Viena, Berlin y Leipzig.

En 1900 fundó el Consejo Nacional de Mujeres y la Asociación Obstétrica Nacional. Diez años
después, presidió el Congreso Argentino de Mujeres Universitarias y se destacó en la Comision de
Sordomudos del Patronato de la Infancia y en numerosos cargos y misiones que le encargaran las
autoridades.

Al final de su vida, Cecilia Grierson sufrió la pobreza y debió sobrevivir con una magra jubilación.
Sin embargo, eso no fue obstáculo para que donara al Consejo Nacional de Educación, poco antes
de morir, su propiedad en la localidad de Los Cocos (Córdoba) donde luego se construyó la Escuela
Nro 189 que lleva su nombre.

El doctor Konh Loncarica, su biógrafo, le adjudica ser la primera médica


recibida en Sudamérica. No es cierto. Fue la Dra. Eloísa Díaz Insunza,
la primera médica Sudamericana. Nacida en Chile el 25 de junio de
1866, se graduó el 27 de diciembre de 1886, recibiendo su título profesional
el 3 de enero de 1887.

http://com15de15.buenosaires.edu.ar/ceciliagrierson.htm
Cecilia Grierson Duffy
(argentina 1859 - 1934 )

La historia de una mujer que desafió las barreras en medio de la


indiferencia y el rechazo de su tiempo
y se convirtió en la primera médica argentina.
El proceso que llevó a Cecilia Grierson Duffy a estudiar Medicina, con
todas las dificultades que tuvo
que sortear, debe inscribirse dentro de los lentos, aunque importantes,
cambios que llevaron a la formulación de
leyes y reformas favorables al acceso de mujeres a la educación, producidas
durante las décadas del ´70 y ´80 del
siglo XIX, tanto en Argentina como en América Latina.
En este período se crearon los colegios y liceos para señoritas con el
objetivo de formar "buenas y
dignas esposas y madres", por lo cual el programa de estudios se
circunscribía a conocimientos simples de
aritmética y lenguaje (La instrucción secundaria femenina no existió
formalmente hasta los primeros años del siglo XX).

Sin duda que en 1882 una mujer decidiera iniciar una


carrera como la de Medicina era algo
absolutamente novedoso, transgresor y también, ilegal.

Grierson Duffy estudió en un ambiente adverso, cargado de


prejuicios y cierta animosidad
en una Facultad hasta entonces vedada a las mujeres.
No estaba bien visto que una mujer estuviera en contacto con
cuerpos, aunque sea para intentar curarlos.
Llevó adelante una intensa actividad profesional y docente.
La doctora Cecilia Grierson trabajó mucho por la elevación del nivel
social e intelectual de la mujer argentina, tanto
en los niveles primario y secundario como en el ámbito técnico y universitario,
y es considerada una representante de un
feminismo equilibrado y práctico.

Cecilia Grierson Duffy nació en Buenos Aires, el 22 de noviembre de


1859. Falleció en la misma ciudad,
el 10 de abril de 1934.
Su madre, Jane Duffy, era de ascendencia irlandesa y su padre John
Parish Robertson Grierson un descendiente
de los primeros colonos escoceses que llegaron a Argentina.
Cecilia Grierson Duffy pasó la mayor parte de su niñez en el campo,
primero en Uruguay y más tarde en
la estancia paterna de Entre Ríos, donde vivían holgadamente del trabajo rural.
A los 6 años fue enviada a estudiar a Buenos Aires, en escuelas inglesas
y francesas, pero la situación económica
de sus padres se vio seriamente comprometida y tuvo que regresar.
Cuando murió su padre debió viajar a Buenos Aires, en procura de
sustento para su madre y sus pequeños hermanos.
Pese a ser muy chica, ayudó a su madre en la atención de una escuela
rural, en la que se desempeñó como maestra.
Como era menor de edad, el gobierno le entregaba el sueldo a su madre.
Se empleó como institutriz en una rica familia.
En 1873, regresó a lo que quedaba de su otrora opulenta estancia para
instalar allí una escuela rural,
en la que ejerció durante 3 años la docencia.
Una vez superada la desgracia familiar, volvió a Buenos Aires e ingresó en
la escuela Normal de Señoritas Nº 1
ubicada en el barrio porteño de Barracas, donde en 1878 se graduó de

maestra.
A los 18 años el Director de Escuelas, Domingo Sarmiento la
designó en la
Escuela Mixta de San Cristóbal y eso le permitió traer a su familia a
Buenos Aires.
Luego de trabajar unos años como docente en una escuela de
varones, en 1882, decidió emprender
la carrera de Medicina.
Una jugarreta legal impedía el ingreso de mujeres a la Facultad de
Medicina.
En una valiente nota solicitó permiso y logró la tan
ansiada autorización. Tenía tan solo 23 años.

En 1885, es nombrada ayudante del laboratorio de Histología y


Practicante en la Atención Pública.

En 1886, cuando Buenos Aires fue asolada por la epidemia de cólera


se hizo presente en la
"Casa de Aislamiento".
Comienza allí a ver la necesidad de profesionalizar al personal auxiliar
médico, una medida de vanguardia para
la Argentina de entonces, iniciando la enseñanza de la enfermería a partir de
las nuevas tendencias europeas y fundamentalmente
británicas.

En 1888 fue practicante en el Hospital Rivadavia; este hecho fue más


revolucionario aún que su ingreso a la carrera

En 1889 se recibió: Argentina y América del Sur tenían


su primera médica.

Un año después al defender y probar su tesis se convirtió en la primera


mujer de nuestro país en
recibir el título en Medicina y la primera en graduarse en Sudamérica
En 1890 funda la Escuela de Enfermería del Hospital Británico.

En 1891 se crea la Escuela de Enfermeras del Círculo Médico Argentino,


transformándose luego
en la Escuela Municipal de Enfermería, que hoy lleva su nombre.

Las aspirantes a enfermeras recibían instrucción sobre puericultura,


primeros auxilios y cuidados de pacientes.

Allí implantó el Curso de Masajistas escribiendo posteriormente el libro


Masaje Práctico, que tuvo amplia difusión.

.
En 1892 crea la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios, publicando
un libro sobre la atención
de heridos en accidentes, luego de sus experiencias, (el Dispensario de
Vacunación –que instala
la Cruz Roja en 1891, tanto de la epidemia de viruela– como en la atención a
los heridos durante
la Revolución de 1893).

Primer brazal utilizado por la Cruz


Roja

Luego de su graduación como médica cirujana, ingresa al Hospital


Ramos Mejía.

Grierson desarrolla una prolongada e intensa actividad docente. Su


estilo es funcional:
lo que aprende, lo enseña y escribe y luego lo ejecuta.

Con igual ímpetu, impulsa la enseñanza de la puericultura


y es la primera en Argentina que introduce material didáctico para niños
ciegos y sordomudos.

Paralelamente, Grierson dicta clases de Anatomía en la Academia de


Bellas Artes,

atiende en su consultorio psicopedagógico gratuito dedicado a la niñez con


retardo mental.
Promueve la enseñanza de la puericultura y es precursora de la
enseñanza de ciegos y sordomudos.

En 1901 fundó la Asociación Obstétrica Nacional, donde implementó lo


aprendido en las mejores
clínicas obstétricas y ginecológicas de París.
Fiel a su estilo, la acompañó con la creación de la
Revista Obstétrica,
destinada a ofrecer a las parteras argentinas un
enfoque científico y médico
(para una profesión que tradicionalmente estaba en
manos de matronas).

En 1902 fundó la Sociedad de Economía


Doméstica que sería la
antecesora de la Escuela Técnica del Hogar, primera
en su tipo en el país.
En 1907, en el Liceo de Señoritas de la Capital, comenzó a enseñar
Ciencia Doméstica, por primera vez
en la Argentina.
Enviada a Europa por el gobierno, para conocer la realidad educativa del
Viejo Continente,
Grierson propone cambios en los currículos de las escuelas profesionales
argentinas, y publica el libro
Educación Técnica de la Mujer, introduciendo el estudio de la puericultura
en los colegios.
Desarrolló diversas actividades
destinadas a su perfeccionamiento
profesional y asistió al Congreso
Internacional de Mujeres de Londres,
que la nombró su vicepresidente.
.

En 1904 y 1905 dictó, en la Facultad de


Medicina de Buenos Aires,
los primeros cursos de Kinesioterapia, que
constituyen el antecedente más
importante de la kinesiología argentina.

Nota de edición:
Si querés conocer sobre la vida de nuestras pioneras en la defensa de
los derechos civiles y políticos de
las mujeres cliqueá sobre los nombres de:
Alicia Moreau de Justo
Elvira Rawson
y Julieta Lanteri Renshaw
Teatro: "Callejeras" (-07-03-2004)

La vida y trayectoria de esta mujer visionaria, tuvo múltiples facetas.


Fue la primera médica de su época que ejerció la medicina como un
apostolado social
Extendió ese compromiso al terreno de la política y del feminismo.

Fue activa participante en los primeros años del Partido Socialista


Argentino, fundado en 1896.
ntegró el histórico grupo de mujeres socialistas compuesto por Alicia
Moreau de Justo,
Elvira Rawson y Julieta Lanteri, pioneras en la defensa de los derechos
civiles y políticos de las mujeres.
Este grupo propuso reformas al Código Civil y demandó una educación
moderna y acceso de las mujeres
al trabajo.
Otra de sus obras importantes fue la fundación de la Asociación
Obstétrica Nacional
y de la Revista Obstétrica, iniciativas que concretó con el objetivo de elevar el
nivel cultural de las parteras.
En la historia de los primeros años del feminismo latinoamericano, existe
un hecho de gran importancia:
el Primer Congreso Femenino Internacional, convocado por la Asociación de
Mujeres universitarias,
efectuado entre el 18 y 23 de mayo de 1910, en Buenos Aires dentro del
marco de las celebraciones
del Centenario de la Revolución de Mayo.
En la memoria
En 1894, Cecilia Grierson asistió al gran homenaje que se le brindó al
cumplir sus bodas de
plata como médica, y aunque el ritmo de sus actividades no era el mismo,
todavía en 1927 seguía al frente como
Directora General de los Hogares de Enfermeras.
Al retirarse definitivamente, se fue a vivir a la localidad de Los
Cocos, en Córdoba, a la que
donó una escuela y una casa de descanso para el profesorado y gente del
arte.

Al jubilarse, sólo se le reconocieron 22 años de servicio de los 25 de


ejercicio de la
medicina y 45 que llevaba trabajados como docente.
Pudo subsistir con una modesta pensión de gracia.

Pero Cecilia Grierson Duffy continuó con las dificultades aún después de
diplomarse, pues una vez
que se recibió, descubrió que no podía ejercer su profesión legalmente.

El hecho que más le dolió fue que nunca pudo ejercer una Cátedra
en la Facultad de Medicina.
“Entre las muchas contrariedades sufridas en mi vida –dijo, ya anciana–,
debo aclarar que siendo
médica diplomada, intenté inútilmente ingresar al Profesorado de la Facultad
en la Sección en la
que podía enseñar [...]
No era posible que a la mujer que tuvo la audacia de obtener en
nuestro país el título
de médica cirujana, se le ofreciera alguna vez la oportunidad de ser Jefa de
Sala, Directora de algún
Hospital, médica escolar, o se le permitiera ser profesora de la Universidad.
Fue únicamente a causa de mi condición de mujer (según refirieron
oyentes de los miembros de la
mesa examinadora) que el jurado dio en este concurso de competencia por
examen, un extraño y único fallo:
no conceder la cátedra ni a mí ni a mi competidor, un distinguido colega.
Las razones y los argumentos expresados en esa ocasión llenarían un
capítulo contra el feminismo,
cuyas aspiraciones en el orden intelectual y económico he defendido siempre”
Con claridad meridiana, Grierson definió esta discriminación como una
típica agresión contra el
feminismo, “cuyas aspiraciones en el orden económico he defendido”.
En la actualidad, la obra de Cecilia Grierson vive en la Argentina:

En su memoria, la actual Escuela Superior de Enfermería se


denomina “Cecilia Grierson”, así como
una calle, varios centros educativos (entre los que se encuentra nuestra
Escuela) y hospitales, como el de
La Pampa y el de Guernica.

Retrato de Cecilia Grierson.


Publicada en El Búcaro Americano.

En 1967, el gobierno emitió un sello de correo con su imagen.


Existe, además, el Premio de Pintura “Cecilia Grierson"
Y desde hace 14 años, la Fundación “Cecilia Grierson”, creada por un
grupo de médicas
de Bahía Blanca, realiza acciones de educación para mejorar la calidad de vida
de las mujeres de
esa localidad.
Recientemente, La Fundación ganó el Premio que cada año otorga Ashoka
(una organización que
apoya proyectos sociales con ideas creativas e innovadoras)
En esta oportunidad, Ashoka valoró la propuesta que presentó la Fundación
orientada a detectar
el cáncer mamario en la población femenina de Bahía Blanca.
La primera médica de toda América del Sur Cecilia Grierson , murió el 10
de abril de 1934.
En su homenaje, la Escuela de Enfermería de la Ciudad de Buenos Aires
lleva su nombre.

Fuentes: Centro de información y documentación de Isis Internacional,


Universidad de San Andrés, Mujeres Hoy.

http://esecgrierson.blogspot.com/2008_10_01_archive.html
martes 21 de octubre de 2008
HISTORIA DE LA ESCUELA SUPERIOR DE ENFERMERÍA “CECILIA GRIERSON”
Durante la 3 era. epidemia de cólera que azotó a Buenos Aires, Cecilia Grierson, estudiante de 4°
Año de Medicina, y que después fuera la primera Médica Argentina, se dio cuenta que no había
personal eficiente y preparado para atender a los enfermos graves y moribundos que llegaban a la
Casa de Aislamiento (hoy Hospital Muñiz).
Debido a su ascendencia escocesa, Cecilia conocía los grandes adelantos logrados en Enfermería
por Florence Nightingale; por lo tanto pensó en fundar con el consentimiento de la comunidad
médica una Escuela de Enfermería, seriamente organizada y dirigida.
Nació así la Escuela de Enfermeros/ as y Masajistas, la 1ra. Escuela de Enfermería, pública, gratuita
y laica de la República Argentina y de Latinoamérica.
En el año 1891; en una nota dirigida al Dr. CONI, Director de la Asistencia Pública, refiere
Cecilia:“Siempre he deseado que la Escuela estuviera bajo el amparo oficial, para poder entregar a
las alumnas un título de suficiencia, y además, fuera válido en todo el País”
Recién al finalizar el año el Intendente Sr. Bollini decretó su transferencia, aceptando mis servicios
como Directora Fundadora, en forma honoraria. Pero no hubo más remedio que esperar a 1892, para
inaugurar las clases a principios de año. Egresaron de ese 1er. Curso, 10 enfermeros y enfermeras,
en enfermedades generales e infecciosas.
“ La Escuela de Enfermeras y Masajistas” fundada en el Círculo Médico Argentino en 1886, que en
1892 fuera integrada a la Asistencia Pública de la M.C.B.A., y que el 8 de Octubre de mil
novecientos treinta y cuatro, por Expediente N º 119.276/D934- Ordenanza 6525, del Concejo
Deliberante lleva su nombre para siempre.
En el momento de la transferencia de la Secretaría de Salud a la Secretaría de Educación y por la
Ley 39 de la Legislatura del G.C.B.A., la Escuela se transforma en la Escuela Superior de
Enfermería “Cecilia Grierson”.
Según un informe de la OPS, resultado de un estudio exploratorio en el que obtuvo información
acerca de la totalidad de las Escuelas del país, la Escuela Cecilia Grierson única escuela pública y
gratuita del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es la que más enfermeras ha aportado a la
Argentina y es la que menor índice de deserción registra.
Desde su creación en el año 1886 la escuela estuvo en el ámbito de la secretaría de Salud del GCBA
junto a los hospitales y centros de salud , quedando al margen del sistema educativo , obligando a la
Escuela a obtener cada año un nuevo reconocimiento oficial por el Ministerio de Educación
teniendo que realizar engorrosos trámites burocráticos. Pero el 25 de junio de 1998, luego de una
enorme lucha de su comunidad educativa logró obtener el Pase a la entonces Secretaría de
Educación del gobierno de la ciudad, quedando encuadrada en el espacio de formación técnico-
Profesional dependiente de la Dirección de Educación Superior.
Este objetivo fue alcanzado por la tenacidad de los alumnos y docentes que se unieron y
conjuntamente con legisladores de diversas corrientes , docentes y autoridades del área de
Educación permitieron concretar el pase, y en tiempos de globalización y abandono por parte del
Estado de su rol de defensor de los derechos básicos, como la Salud y la Educación, supieron
escuchar a esta Escuela centenaria para la cual, en su doble rol de institución educativa y formadora
de recursos en salud, este acto se constituye en una esperanza, una luz en el camino para la
construcción de una sociedad más humana, que no olvide al hombre en aras del mercado.
En agosto del año 2001 se inició el dictado de la carrera de enfermería con Modalidad
Profesionalización de Auxiliares. Si bien siempre la escuela realizó esta labor al recibir a los
auxiliares que se desempeñan en los hospitales del gobierno de la ciudad comisionados para que
alcancen el título profesional , se logró implementar mediante un cambio curricular en el marco de
la Ley de enfermería y del decreto 1027 que lo reglamenta, un programa especial que permite,
acortando la carrera en un cuatrimestre, optimizar la formación mediante la adopción de la
estrategia pedagógica innovadora de la problematización.
El período vivido desde la transferencia a Educación se ha convertido en una nueva etapa histórica
para la Institución al jerarquizar la carrera de Enfermería y jerarquizarse como Escuela Superior en
el ámbito educativo , profundizando su labor formadora de recursos humanos para la salud , ahora
en el marco del sistema educativo porteño.
Para la comunidad educativa de la Escuela Superior Cecilia Grierson, inspirada por la pasión y la
fuerza de su fundadora la Dra. Cecilia Grierson , la Salud y la Educación han sido siempre , desde
hace más de 100 años su meta y razón de ser y hoy más que nunca, al continuar trabajando para la
formación del recurso humano más crítico del sistema de salud: Enfermeros y Enfermeras
capacitados científicamente , con la calidad humana requerida para resolver los desafíos en el
cuidado de la salud del hombre, familia y comunidad en el actual contexto social.
Publicado por jorge en 08:33

http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=60526
Arte y Cultur
16 SEP 09 | Una pionera que rompió un modelo social
Cecilia Grierson: Mujer profana
Cecilia fue considerada una heroína no sólo por sus extraordinarios aportes a las
ciencias médicas, sino por ser una pieza fundamental en la emancipación de la mujer.
Guillermo Marín
En la Argentina, Cecilia Grierson es prácticamente una desconocida. Sin embargo, es una
de las mujeres más extraordinarias que dio la Nación. En los países sudamericanos, su
inquietante figura está presente en los manuales de historia de la medicina con el mote de
primera mujer en fundar una escuela de enfermería en el continente y de ser también la
primera médica recibida en estas pampas.1 Semejante pergamino la proyectó, además,
hacia el espacio educativo internacional; dimensión a la que dedicó en el país cuarenta y
dos años de su dilatada existencia.
En Quito, Ecuador, un jardín de infantes lleva su nombre. En Argentina, la impronta de
Cecilia está ligada, aparte de su escuela, a ciertos modelos de compromiso social que
han tomado la forma de fundaciones no gubernamentales y que mantienen viva la
memoria de la primera mujer que consiguió derrocar el patriarcado de la medicina en el
país. Estamos hablando de una mujer del Siglo XIX que se atrevió a profanar el
conocimiento científico custodiado hasta ese momento por varones. Romper un modelo
social con más de 100 años de vigor varonil en los claustros de la Facultad de Medicina,
no le fue fácil. El primer cimbronazo lo causó Elida Paso, cuando, luego de estudiar
farmacia, (es nuestra primera mujer farmacéutica y universitaria) decidió seguir ciencias
médicas. No la dejaron. Pero un recurso de amparo que presentó ante los tribunales
superiores le abrió las puertas al conocimiento galénico. A pesar de que Elida peleaba
codo a codo por su realización académica con Grierson, enfermó y murió poco antes de
obtener su título. A Cecilia, en cambio, no le prohibieron la entrada a la facultad en forma
tan autoritaria. Utilizaron un recurso “pedagógico” desprendido del plan de estudios
vigente: le exigieron presentar junto a sus certificados académicos normales (Grierson fue
una de las primeras mujeres con título docente en Argentina) cinco niveles de lengua
latina que, por supuesto, Cecilia no poseía. No claudicó. Estudió la lengua de Horacio con
el profesor Larsen, aquel que aparece caracterizado en Juvenilia de Miguel Cané. Al
tiempo rindió la materia como alumna libre en el hoy Colegio Nacional Buenos Aires y sin
otra excusa la dejaron entrar. Así se presentó un día de abril de 1883 como quien dice
agua va, en los lúgubres pabellones de la Facultad de Medicina. La habrán mirado, como
era de esperar, como un bicho raro, con el mismo sarcasmo y desprecio que era
observada la mujer antes de su emancipación.

Sus biógrafos mienten, o en todo caso fantasean


demasiado. No es verdad que Cecilia Grierson
masculinizó su figura cortando su pelo estilo varón y
ocultando sus curvas con un atuendo exageradamente
holgado para mimetizarse con el enemigo. No existe
registro fotográfico ni declaración propia ni voz alguna
que demuestre que Cecilia debió travestir su imagen
para enrolarse como estudiante. En todo caso habrá
desoído con angustia la crítica mordaz de sus
compañeros varones. Pero es muy dudoso que haya
cedido a su condición de mujer (ya que siempre la
sostuvo) bajo el disfraz que la sociedad, que la excluía,
quería imponerle. Transgresión femenina no es
sinónimo de virilización. Quizás su carácter arrollador,
aunque ella siempre se consideró a sí misma como una
muchacha “tímida y algo infantil”, le haya adjudicado
una imagen hombruna. Por sus venas corría sangre irlandesa y escocesa, de modo que
ciertas características genéticas se manifestaron desde chica en la firmeza de su carácter.
Su talla, de un metro setenta, su piel blanquísima, sus ojos azules y su frente amplia y
despejada, hacían de Cecilia Grierson una mujer imposible de pasar desapercibida.
En la historia oficial del pueblo irlandés figuran las terribles hambrunas que padecieron
sus habitantes en gran parte del Siglo XIX debido al monocultivo de la papa; situación
provocada por el sometimiento agrario y religioso que la Corona inglesa ejercía sobre
Irlanda. Es probable que este horroroso legado transmitido por generaciones, haya fijado
en Grierson el temple necesario para superarse así misma frente a la adversidad.

Sus cronistas jamás pudieron responder esta pregunta: ¿Cómo, una mujer de aquella
época pudo acceder al conocimiento sin masculinizarse? Sus biógrafos olvidan que en los
destinos individuales, la influencia de una cultura que excluía no siempre es más
poderosa que las voluntades psíquicas y fisiológicas de un ser inmerso en esas mismas
circunstancias. Cecilia no discutió su sexo; lo elevó sobre los hombros de la exclusión.
Resulta difícil creer que una mujer de clase media baja haya podido conspirar contra el
traje enjuto de la vergüenza. Pero la historia de mujeres está plagada de estos seres
cuyos destinos, cimentados en ideales inconcebibles para la época en las que vivieron,
lograron demoler (muchas veces arriesgando la vida) la confortable moderación en la que
se hallaban las mujeres, aceptando y exhibiendo sus dotes naturales.

Había nacido en Buenos Aires bajo el signo de escorpio un 22 de noviembre de 1859. Los
escorpianos se caracterizan, entre otras particularidades, por su poder hacedor y creativo.
Estas peculiaridades zodiacales aparecerían en Cecilia desde muy joven. Siendo apenas
una adolescente fundó en la Escuela Normal de Maestras (hoy Colegio Nacional
Presidente Roque Sáenz Peña) una biblioteca con más de 300 volúmenes a la que llamó
“El estímulo argentino”. Fue la mayor de cinco hermanos, de quienes tuvo que velar por
su mantenimiento tras la muerte de su padre. ¿Podemos hablar de una naturaleza
docente? En la provincia de Entre Ríos donde residió la mayor parte de su infancia dio,
junto a su madre y aun siendo una niña, clases de lectura y matemática a un puñado de
chicos analfabetos que habitaban las tierras del Delta. En esa precaria escuela rural
solventada por el gobierno de turno, la pequeña Cecilia daría sus primeros pasos por los
corredores de la enseñanza sistematizada. Su evolución intelectual fue rápida e intensa.
Recibida de doctora cirujana en 1889, escribió obras trascendentales para la literatura
médica; una de ellas, Masaje Práctico (1897), alcanzó una tirada de veinte mil ejemplares,
algo excepcional para la época. Fue, junto a Julieta Lanteri y Alicia Moreau, una de las
mujeres más famosas de su tiempo.
En 1892 funda la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios, organismo al que le dedicó
tanta atención como a su escuela de enfermeras. Participó del Primer Congreso
Femenino Internacional realizado en la ciudad de Buenos Aires en 1910. Viajó tres veces
a Europa. En uno de esos periplos al que marchó con pasaporte diplomático (pues la
había enviado el gobierno de Julio Argentino Roca) logró observar una veintena de
escuelas de mujeres. A su regreso elaboró un informe (1902) que fue la piedra de toque
para la creación de aquellos mismos establecimientos que en el país llamó escuelas de
educación doméstica para mujeres. Al regreso de su primer viaje, funda el Consejo
Nacional de Mujeres (1900) y la Asociación Obstétrica Nacional (1901). En 1903 consigue
dictar en la Facultad de Medicina un curso de kinesioterapia y gimnástica médica. Fue
alumna y amiga del sueco Ernesto Aberg, un aporteñado médico que trajo al país la
ciencia kinesiológica como una rama importantísima de la medicina. Trabó también
amistad con diversos artistas plásticos, escritores y una gama muy amplia de hombres de
ciencia. Durante muchos años, Cecilia fue considerada una heroína no sólo por sus
extraordinarios aportes a las ciencias médicas, sino por ser una pieza fundamental en la
emancipación de la mujer. Pero la exacerbada desmemoria en que caen los héroes sin
capa y espada, la han delegado hoy al arcón del olvido.2 Dijo en 1916 cuando intentó
jubilarse:
“Sintiéndome decaer, pensé en acogerme a los beneficios de la jubilación ordinaria, a la
cual creía tener derecho, pues había trabajado asiduamente en el magisterio durante
cuarenta y dos años. Eso sí, nunca me había preocupado de que el puesto fuese rentado
o no; de si era municipal, provincial o nacional la repartición en que servía. Presentados
algunos documentos que conservaba, resultó que, según la ley, no pudo computárseme
sino veintidós años de servicios con sueldo. ¡Había principiado demasiado joven y había
trabajado demasiado ad honorem, y, por lo tanto, quedé excluida del amparo que la
Nación Argentina presta a sus servidores!...”

Retirada de la vida profesional y de la docencia, Grierson vivió sus últimos años en la


localidad de Los Cocos, Provincia de Córdoba. Al morir, Cecilia estaba trabajando en la
ampliación de su obra médica más ambiciosa: Cuidado de enfermos (1912). Pero un día
se metió en la cama y empezó a agonizar de un padecimiento por el que había luchado
en los servicios ginecológicos de los hospitales en los que trabajó. Cecilia Grierson murió
de cáncer de útero el 10 de abril de 1934. Tenía 74 años. Sus restos descansan en el
Cementerio Británico de la ciudad de Buenos Aires. Allí se alza una imponente lápida
donde figuran tallados los nombres de sus ancestros. Encabeza la lista William, su abuelo
paterno. Aquel inmigrante escocés que un día de 1825 llegó a la Argentina acaso sin
saber que su nieta entraría cien años más tarde en la historia universal de la medicina.
Guillermo Flavio Marín
Periodista y biógrafo
Redactor columnista de la revista científica “Conexión Abierta” de la Universidad Abierta Interamericana
Columnista del Diario “Cultura para la salud”, publicación bimensual de la Facultad de Medicina de la UAI
Docente de nivel terciario
Secretario Técnico del Decanato de Medicina de la UAI
Mail: [email protected]
1 El doctor Konh Loncarica, su biógrafo, le adjudica ser la primera médica recibida en Sudamérica. No es cierto. Fue la Dra. Eloísa Díaz Insunza, la primera médica
Sudamericana. Nacida en Chile el 25 de junio de 1866, se graduó el 27 de diciembre de 1886, recibiendo su título profesional el 3 de enero de 1887.
2 A setenta y tres años de su desaparición tanto la Academia como la Facultad de Medicina, carecen de un monumento a su memoria.
* IntraMed agradece a Guillermo Flavio Marín la generosidad de compartir su trabajo con
IntraMed.

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