Migraciones, Construcciones Transnacionales Y Prácticas DE Circulación. Un Enfoque Desde El Territorio
Migraciones, Construcciones Transnacionales Y Prácticas DE Circulación. Un Enfoque Desde El Territorio
Volumen 8 N°1
2009
ISSN 1666-5783
CORTES, Geneviève
Universidad de Montpellier, Francia Route de Mende, 34000 Montpellier [email protected]
Resumen
Esta contribución, a partir de una lectura geográfica de los procesos migratorios, propone un
debate, a la vez, teórico y metodológico, alrededor de dos nociones de creciente utilización en los
estudios sobre las migraciones internacionales: la “circulación migratoria” y el “transnacionalismo”.
Nuestro objetivo, a partir del enfoque de la geografía social, es una interpretación de las construcciones
transnacionales a través de las prácticas de circulación de los migrantes. Se propone así un modelo de
análisis de los territorios de las circulaciones transnacionales, considerando la capacidad del actor-
migrante para construir y manejar, de forma continua en el tiempo, un espacio flexible de circulación y
de dispersión
Palabras claves: transnacionalismo, circulación migratoria, territorialidad
Abstract
This paper, based on a geographical analysis of migratory processes, proposes a theoretical and
methodological debate about two notions increasingly used within the international migrations studies:
“migratory circulation” in one hand, and “transnationalism” in the other hand. From a socio-geographical
perspective, our aim is to give an interpretation of transnational constructions by studying migrant practices of
circulation. We propose a theoretical framework from which to investigate the territories allowing this kind of
migration, taking migrants as actors who construct and use, in a continuous process, territory as a flexible space
to perform their purpose.
Introducción
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recursos y relacionar lugares dispersos, para mantener lazos materiales, sociales y simbólicos
más allá de las fronteras nacionales, e incluso para construir nuevos lugares sin dejar otros.
Así, las construcciones transnacionales, que suponen una estructuración estable de un “campo
migratorio” a lo largo del tiempo, se encuentran en el centro de una nueva complejidad
territorial entre el aquí y el allá, donde la relación hombre-espacio-tiempo no es fácil de
entender.
Desde un punto de vista teórico y metodológico, se propone aquí una interpretación de
las construcciones transnacionales a partir del enfoque geográfico y de las prácticas de
circulación de los migrantes. ¿En qué medida las perspectivas del transnacionalismo y de la
circulación migratoria convergen hacia una misma ruptura teórica? Desde la geografía social,
¿cómo estudiar las lógicas socio-espaciales de la movilidad con las que se construyen estos
nuevos territorios transnacionales? ¿Según qué ritmos y temporalidades? ¿Qué configuración
de la dispersión adoptan los territorios familiares o comunitarios?
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Lo que llamamos la “escuela de Poitiers” corresponde al centro de investigación francés Migrinter ubicado en
la ciudad de Poitiers en Francia. Gildas Simon, geógrafo francés y fundador del centro, está en el inicio de esta
corriente con sus trabajos pioneros sobre la migración en Túnez.
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o cíclico, que tenían como punto común la ausencia de intención declarada de cambio de
residencia permanente o para una larga duración.
Desde los primeros aportes en los años setenta, la noción de “circulación migratoria”
se amplió hacia perspectivas de análisis que buscaban ir más allá de la simple migración
circular de los individuos. Un primer nivel de comprensión se refiere a una manera de
moverse en el espacio. En Francia, los demógrafos jugaron un papel importante en la
definición del concepto, con autores como D. Courgeau (1988), por ejemplo, que puso en
evidencia, en los años 1980-90, la inadecuación de las teorías y de las herramientas
estadísticas para captar las complejidades de las configuraciones de las realidades migratorias,
o de lo que podríamos llamar la “ambigüedad migratoria”. Así, la noción de circulación
migratoria propone tomar en cuenta varios elementos de la complejidad de los modos de
migrar y, para empezar, el carácter pluri-direccional de los flujos y los fenómenos de multi-
polaridad, articulando múltiples lugares de origen y destino. Además, se integra al análisis el
carácter siempre reversible de los flujos (Domenach, Picouet, 1987), o sea la idea de que en
cualquier momento un flujo puede invertirse en función de parámetros propios de las lógicas
del migrante, o ligados a la coyuntura global. En esta deconstrucción de las categorías clásicas
de las migraciones (migración definitiva o temporal, en particular), se trata de considerar
formas más complejas de la movilidad humana - movimientos circulares, retornos puntuales,
idas y vueltas, doble residencia - que son excluidos del análisis demográfico clásico. En el
origen de esta perspectiva se encuentran ciertas innovaciones conceptuales, por ejemplo, las
de G. Beteille cuando usa el término de “espacio relacional” (1981), Domenach y Picouet de
“área de acción migratoria” y de “residencia base” (1987) o, también, con F. Dureau,
enfocando el concepto de “densidad de residencia” (2002).
Un segundo nivel de comprensión remite al campo de relaciones sociales y espaciales.
Se cuestiona la manera en la cual los migrantes logran relacionar y articular lugares dispersos
entre campo y ciudad, entre el “aquí” ubicado dentro de las fronteras nacionales de su país de
origen y el allá (que puede ser múltiple) fuera de estas fronteras. Las relaciones y las redes
sociales entre individuos o grupos migrantes, pero también con otros actores involucrados en
el proceso migratorio se convierten en el soporte de este dispositivo de dispersión espacial. En
la geografía francesa, la cuestión de las redes sociales en el campo de los estudios de las
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migraciones internacionales se impuso en los años 70-80 con los aportes en particular de G.
Beteille (1981) sobre el “espacio relacional” o las “relaciones preferenciales” o sino con el
geógrafo G. Simon hablando de campo social internacional, y más tarde de “campo
migratorio”. En este sentido, la literatura francesa converge con la literatura americana y
anglosajona con autores como R. Skeldon (1990), D. Massey (1998), T. Faist (2000). Estos
autores abordan el papel de las redes migratorias y de los lazos interpersonales entre
migrantes, pero también entre migrantes o no-migrantes.
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ii) las modalidades concretas del desplazamiento, pero no solamente de los actores
migrantes sino también de los actores “conexos” (no migrantes, pasadores, transportistas,
prestamistas…). Así, por ejemplo, se desarrolla desde unos quince años una nueva geografía
migratoria del transporte con autores como S. de Tapia en el caso de las migraciones turcas
(1996) o L. Faret en el caso mexicano (2004).
iii) el poder y el saber circular, o lo que podríamos llamar los “recursos circulatorios”
(Cortes, 2008), que remiten a todo lo que hace posible el desplazamiento: recursos
financieros, movilización de un capital social, uso de redes, medios de comunicación y de
circulación de la información, etc.
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A la llamada por una “vigilancia epistemológica” (Suárez Navaz, 2008: 65) se añade
una doble dificultad metodológica para aprehender las escalas de las construcciones
transnacionales. Si se considera estrictamente la variable espacial, una de las dificultades
metodológicas del enfoque circulatorio se debe a la exigencia de identificar un espacio
disperso, articulado alrededor de varios lugares. ¿Cómo captar la bipolaridad, o más difícil
todavía, la multipolaridad de los sistemas migratorios? ¿Cómo captar también la inter-
polaridad (Ma Mung, 1994, 2000), o sea lo que se juega a la vez “entre” los lugares y “en” los
lugares? ¿Cuál es la escala pertinente de observación? ¿Dónde poner su mirada: en el origen o
el destino?
Esta tensión metodológica entre el aquí y el allá no se resuelve de la misma manera
según la las tradiciones científicas. La literatura anglosajona, en la mayoría de los casos,
consideran la circulación y las construcciones transnacionales como una migración temporal
que se despliega desde el polo de origen. El lugar de origen es el punto de referencia a partir
del cual el investigador analiza los procesos (Smith, 1994; Kearney, 1996; Kyle, 2000). En
cambio, en las investigaciones francesas sobre la circulación migratoria, la mirada privilegia
generalmente los lugares de destinos y se entra en el tejido circulatorio a partir de los grupos
de migrantes instalados de manera estable. Estos pueden participar de los fenómenos de
circulación (retornos puntuales), pero sobre todo son ellos ¿los retornos puntuales? que
constituyen el vector de los dispositivos de circulación.
De la misma manera, se debe apuntar la dificultad con respecto a la unidad social de
análisis. ¿Cuál es la escala social pertinente cuando se estudian los procesos de
transnacionalización? Los métodos tradicionales de la demografía consideran el individuo
migrante como el referente social. El hecho migratorio se aprehende como un agregado de
comportamientos individuales. Pero, desde la perspectiva de la sociología y también de la
geografía social, se focaliza en las lógicas colectivas, familiares, comunitarias. A pesar del
debate actual sobre la «individuación» de las lógicas migratorias, la familia sigue siendo la
esfera donde se toma la decisión de migrar y se impulsa la migración. Pero, al mismo tiempo,
la dispersión puede afectar las configuraciones familiares y su grado de cohesión. Dicho de
otra manera, las perspectivas de la circulación y del transnacionalismo reactivan todo un
debate alrededor de esta dialéctica individuo/colectivo que no se termina de resolver.
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el ser humano a- territorial es inconcebible. Los migrantes, ricos o pobres, del sur o del norte,
tienen en común la necesidad de referencias territoriales para existir, incluso en el contexto de
su movilidad sostenida. Tomando en cuenta esta dimensión, un eje de investigación merece
atención: proponemos una ruptura con la concepción del territorio definido sobre la base de la
proximidad y de la contigüidad, considerando las configuraciones socio-espaciales complejas
que se despliegan a larga distancia y de manera dispersa.
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El índice se construye a partir de tres variables: 1) el número de viajes al extranjero a lo largo del ciclo de vida
(C1) 2) la duración de la actividad migratoria del individuo (C2) que remite al tiempo que paso entre el primer
viaje y el ultimo, o sea al momento de la encuesta 3) la duración acumulada de todas las estancias en el
extranjero.
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Para concluir
La figura 4, que constituye una síntesis del modelo teórico que proponemos, retoma
los diferentes niveles de análisis permitiendo estudiar los fenómenos de circulación
transnacional. Posicionando la mirada desde el espacio-tiempo del actor-migrante, el proceso
de construcción de territorios transnacionales surge de la doble capacidad para manejar y
articular, de manera estable en el tiempo, un espacio flexible de circulación compuesto de
lugares dispersos.
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