Palogordo. La Prehistoria de Santander en Los Andes Orientales

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Foto l. El caMn del río Chicamocha desde el sitio de Palogordo.

PALOGORDO
La prehistoria de Santander en los Andes Orientales

ROBERTO LLERAS Pf:REZ

ARTURO VARGAS ESCOBAR

Introducción

Dentro del marco del proyecto de investigaciones arqueológicas en el


área Guane, realizado a partir de 1980 por Arturo Vargas Escob ar y
Gilberto Cada vid Camargo , se localizó el sitio arqueológico de Palo-
gordo en la ve red a de El Espi nal, municipio de Villanueva, departa-
mento de Santander hacia finales de 1981. Las excavaciones se efec-
tuaron en dos temporadas en los meses de abril (Palogord o 1) y
julio-agosto (Palogordo 11 y III) en 1982. El sitio está localizado sobre
una terraza aluvial dentro del gran cañón del río Chicamocha, muy
cerca de la confluencia de este con el Suárez, a una altura aproxi mad a
de 1.080 m sobre el nivel del mar, en las siguientes coordenadas
aproximadas: longitud 730 13' oeste.
latitud 60 45' norte.
Las excavaciones en Palogordo formaron parte de un ambi-
cioso proyecto regional que permitió además prospectar numerosas
áreas en la zona andina y vertiente cordillerana occide ntal de Santan-
der; realizar excavaciones en la meseta de Bucaramanga (Vargas com.
pers .); reseñar y excavar estructuras en la Mesa de los Santos y en la
banda nor-oriental del Chica mocha (Cadavid , 1984); excavar tumbas
en la región de Llano de Palmas (Cadavid , 1984) y en Curiti (Cada vid
com. pers.); delimitar el territorio ocupado por los Guanes en el siglo
XVI ; profundizar en su organización sociopolítica (Morales, 1984) y
realizar trabajos de salvamento complementarios en Landázuri (Lle-
ras, 1989a).
Los resultados de estas investigaciones, buena parte de los cuales
han sido publicados ya, ha complementado nuestro conocimiento
sobre la prehistoria de Santander q ue antes se co nocía en forma
fragmentaria por medio de los trabajos de Scottelius ( 1941), Carvajal
(1940), Such Martín (1945), Sutherland ( 1972), Otero D'Costa ( 1972),
Lucena Salmoral (1974), Ardila (1978) y Bray (com. pers. si n publi-
car) . Son importantes también entre los trabajos antecedentes las
investigaciones realizadas en áreas vecinas por Silva Ce lis ( 1946 y
1965), Arcila Vélez.(l947 en Lle ras 1989a) y Mejía Arango (1945 en
Lleras l989a) .
El corpus de conocimiento conformado hoy en día sienta las
bases para la contextualización del área arqueológica Guane dentro

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PALOGORDO

del área cultural de los Andes Orientales (Lleras y Langebaek, 1986)


creando una zona intermedia conocida entre dos áreas intensamente
investigadas en épocas anteriores; el altiplano cundiboyacense y los
andes venezolanos o serranía de Mérida.

Are• •rqueologlca Guane

···•·o¡;• ...

•.
11

1) 10 ao

El sitío

La terraza sobre la cual se localiza el sitio arqueológico presenta un


relieve ondulado suave, interrumpido aquí y allá por plataformas de
vivienda que se elevan hasta unos 60 cm por encima del nivel natural
del suelo, por colinas que lo bordean en los sectores este, oeste y sur y

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R OBERTO LL ERAS PI::REZ · ARTURO VARGAS ESCO BAR

por pequeñas hondonadas que en las épocas de lluvias se convierten en


cauces de pequeñas quebradas y en reservorios estacionales de agua.
En la zona prima un bosque montano bajo muy seco o subxerofítico.
La fauna nativa es muy escasa permaneciendo solamente representan-
tes del conejo (Silvy/agus sp.), el ratón (Sygmodon sp.), culebras
cazadoras (fam. Colubridae) y diversas clases de insectos entre los
cuales deben destacarse las hormigas santandereanas comestibles.
El área sobre la cual son visibles en superficie los vestigios arqueo-
lógicos (cerámica, líticos y óseos) ocupa alrededor de 171 ,000 m2 (17.1

PA LOGOR DO· plano

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Pal · l •o,
·~

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PALOGORDO

hectáreas- aproximadamente 450 m de longitud por 380m de ancho).


Dentro de esta gran área las plataformas están agrupadas de a seis o
siete mientras que extensos espacios permanecen sin utilización no
encontrándose en ellos vestigios superficiales. Existen algunos muros
bajos construidos en piedra en los cuales se integraron metates prehis-
pánicos; no es posible, sin embargo, afirmar que daten de aquella época
ya que pudieron construirse posteriormente para el pastoreo de cabras
usando los materiales arqueológicos superficiales. Desde hace algunos
años ha habido una moderada actividad de guaquería que ha alterado
parcialmente algunas de las plataformas.
En las cercanías existe otra terraza similar conocida como
Laguna del Cujizal por hallarse allí una pequeña laguna en cuyas
orillas se recolectó material cerámico y lítico. También en las vecinda-
des y sobre los farallones del Chicamocha se encuentran dos cuevas
utilizadas para el entierro de cadáveres momificados; la cueva de El
Espinal y la cueva del Nitro, en esta última se recolectaron también
fragmentos cerámicos.

Los trabajos

Inicialmente se realizó una recolección superficial sobre el área;


Foto 2. debido a la alta densidad de material solamente se recogieron fragmen-
Excavación de Palogordo JI . tos cerámicos, líticos y óseos diagnósticos. No se sectorizó tampoco la

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ROBERTO LLERAS PtREZ - ARTURO VARGAS ESCOBAR

recolección puesto que la alteración superficial y arrastre de materiales


producidos por la guaquería y las labores agrícolas invalidaban cual-
quier conclusión respecto a la distribución superficial de materiales.
Con el objeto de conocer la estratigrafía natural y cultural del
sitio con miras a una excavación extensa se excavó en primer lugar una
trinchera (Palogordo !); durante la siguiente temporada se excavaron
dos trincheras (Palogordo 11 y III) optando por la ampliación de
Palo gordo 11 en diez cuadrículas separadas por corredores testigo (ver
fotografía 2). La excavación se realizó por niveles arbitrarios de 1Ocm.
La fase de análisis de materiales incluyó la tipología detallada de
la cerámica complementada con análisis de secciones delgadas de cada
tipo, la clasificación funcional y de manufactura del material lítico,
análisis de fosfatos de 150 muestras de tierra de las excavaciones
tomadas tanto en niveles arbitrarios como en estratos naturales, iden-

Foto 7 . Palogordo JIG , entierro. Foto 8 .Palogordo IIH , entierro .

tificación y análisis de óseos humanos con énfasis en la dentición,


identificación y análisis de óseos animales, (echamiento de dos mues-
tras de carbón por el método del radiocarbono y análisis de hallazgos
misceláneos. Con el fin de dar una idea de cómo evolucionó dentro del
espacio de las excavaciones, en especial en Palogordo 11 , la actividad
doméstica se elaboró un índice compuesto dentro del cual se incluye-

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PALOGORDO

ron los cuatro elementos cuantificados más frecuentes: cerámica, valo-


res de fosfatos, líticos y restos óseos animales .

Hallazgos -la cerámica-

Es necesario discutir la tipología cerámica de Palo gordo a la luz de los


trabajos que nos precedieron en este campo, específicamente con
relación a la tipología establecida por Sutherland (1972) y aquella
determinada por Cada vid ( 1984}, también se toman en cuenta algunas
modificaciones propuestas posteriormente por uno de nosotros (Lle-
ras, 1989a). Sobre la discusión de estas propuestas anteriores se pre-
tende formular un conjunto único de tipos cerámicos para el área de
Santander del sur que refleje el desarrollo cronológico y espacial de los
complejos arqueológicos del área. En esta forma se pretende evitar
que, al igual que ha venido ocurriendo en otras regiones, se multipli-
quen los nombres y definiciones de tipos cerámicos creando una
innecesaria confusión. Los futuros trabajos podrán contribuir a corre-
gir y enriquecer esta propuesta en lugar de crear planteamientos
paralelos.
Con base en la excavacion de sitios de habitación y cementerios
así como el estudio de numerosas piezas existentes en museos y colec-
ciones particulares, Sutherland planteó la existencia de los siguientes
tipos cerámicos: Curití Micaceo (Curití Mica Ware)
Curití Pasta de avena (Curití "Oatmeal" Ware)
Curití Poroso (Curití Porous Ware)
Oiba Rojo sobre naranja (Oiba red-on-buff ware)
Oiba Rojo sobre rojo (Oiba red-on-red-orange
ware)
Las prospecciones y excavaciones de Cadavid le permitieron
definir para la región de la Mesa de los Santos y sectores aledaños los
siguientes tipos: Los Santos Carmelita burdo
Los Santos Micaceo rojo
Los Santos Micaceo fino
Los Santos Ocre sobre crema
El examen de las descripciones y de las ilustraciones del material
cerámico de Sutherland (1972) y Cadavid (1984) permite establecer
correspondencias y similitudes entre los tipos, que aclaran y simplifi-
can la clasificación. Es evidente, en primer lugar, que dentro del tipo
que Sutherland denomina Curití Micaceo se agruparon vasijas y
fragmentos cuya pasta presenta inclusiones de mica pero que, no
obstante, pertenecen a dos tipos muy bien diferenciados en cuanto a
manufactura, forma y función. Pensamos que la diferencia fue detec-
tada y claramente definida por Cadavid (1984) al formular los tipos
Los Santos Micaceo rojo y Micaceo fino. El primero de ellos corres-
ponde a una cerámica doméstica decorada mediante el uso de pintura
roja y cuyas formas incluyen grandes vasijas; en el tipo Micaceo fino
encontramos vasijas ceremoniales pequeñas decoradas mediante
incisión.
Por otro lado los tipos Curití Pasta de avena y Curití poroso
pueden ser agrupados en un solo tipo, puesto que la única diferencia

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ROBERTO LLERAS PI::REZ ARTURO VARGAS ESCOBAR
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entre ellos se limita a las características de la pasta; el mismo Suther-


land plantea que la textura porosa pudo haberse producido como
consecuencia de la erosión de las inclusiones de calcita que se presen-
tan en la matriz del tipo "Pasta de avena". La descripción e ilustracio-
nes de este autor permiten una exhaustiva comparación con los mate-
riales obtenidos por Cadavid (1984) y por nosotros (este articulo)
llevando a la conclusión de que se trata del mismo tipo identificado
como Los Santos Carmelita burdo. Una complicación adicional se
deriva del hecho que Sutherland incluyó en este tipo una serie de
vasijas pequeñas con decoración incisa y función ceremonial que, a
nuestro juicio no se pueden agrupar al lado de las grandes vasijas
domésticas sin decoración del tipo Carmelita burdo. Este tipo de
cerámica ha sido encontrado en varios sitios de la parte media del
cañón del río Chicamocha (Pérez, com. pers.) sobre áreas que no
necesariamente pertenecían al territorio de la etnia Guane en el siglo
XVI (Ver Morales, 1984) y en contextos tardíos. Es especialmente
interesante el hecho de que, tanto en cuanto a formas, técnicas y
motivos decorativos como en cuanto a su función, esta cerámica
presenta notables similitudes con el tipo Los Santos Micaceo fino, con
la diferencia de que la composición de la pasta es muy distinta.
Proponemos llamar a este tipo, no representado en el material proce-
dente de Palogordo, Chicamocha Inciso-impreso, nombre que refleja
una de sus principales áreas de distribución y su característica decora-
tiva distintiva.
En un articulo anterior (Lleras, 1989a) se discutió el tema rela-
tivo a los tipos Oiba Rojo sobre Naranja y Rojo sobre Rojo llegándose
a la conclusión de que se trata de un solo tipo ya que las formas,
funciones, técnicas decorativas y motivos son idénticos. El Rojo sobre
Rojo es una variante del Rojo sobre Naranja al cual se le ha aplicado
un baño previo a la pintura roja; por lo demás no hay diferencias
significativas.
El tipo Los Santos Ocre sobre Crema fue tentativamente defi-
nido por Cada vid ( 1984) sobre la base de una muestra muy restringida.
Las excavaciones en Palogordo permitieron obtener una muestra
mayor y una definición más completa y detallada por lo cual el tipo fue
denominado Villanueva Ocre sobre Crema-negro.
Los detalles sobre las características técnicas de los tipos pueden
encontrarse en los anexos de este articulo, así como en Sutherland (op .
cit.), Cadavid (op. cit.) y Lleras (op. cit.). Una clasificación de tipolo-
gía cerámica para el área geográfica de la cordillera oriental en el
departamento de Santander del sur para el período comprendido entre
los siglos VIII al XVI aproximadamente sería la siguiente:
Los Santos Carmelita burdo }
Los Santos Micaceo rojo Temprano
Los Santos M icaceo fino
Villanueva Ocre sobre Crema-negro

Oiba Rojo sobre Rojo-naranja} .


Chicamocha Inciso-impreso Tard10

71
PALOGOROO

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...

12
ROBERTO LLERAS P~REZ · ARTURO VARGAS ESCOBAR

Hemos separad o intencionalmente estos tipos en dos grupos


porque las evidencias de su dispersión espacial y, sobre todo,las fechas
absolutas asociadas (Lleras y Langebaek, 1986) permiten plantear la
hipótesis de dos fases en el desarrollo de la etnia Guane, las cuales
estarían representadas por dos complejos cerámicos; uno temprano
compuesto por los tipos Los Santos Carmelito burdo, Micaceo rojo,
Micaceo fino y Villanueva Ocre sobre crema-negro y uno tardío en el
cual se incluyen el Oiba Rojo sobre Rojo-naranja y el Chicamocha
Inciso - impreso.
Los materiales de Palogordo corresponden indudablemente a
este primer complejo temprano, lo cual concuerda con la cronología
del sitio (Ver anexo de fechas absolutas). En este sitio así como en el
vecino lugar de Los Teres (Cadavid, 1984) los tipos Carmelito burdo y
Micaceo rojo cumplen las funciones de la cerámica doméstica utilita-
ria, aun cuando las frecuencias relativas de uno y otro tipo son muy
diferentes . Esta cerámica doméstica está compuesta por grandes ollas
y vasijas de paredes gruesas con señales de uso tales como hollín y
residuos carbonizados de alimentos y con poca o ninguna decoración .
La cerámica ceremonial, representada por los tipos Micaceo fino y
Ocre sobre Crema-negro, también aparece en proporciones distintas
en los dos sitios contemporáneos de Los Teres y Palogordo y con-
forma un conjunto heterogéneo por combinar tipos pintados e incisos,

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PALOGORDO

tecnológica y morfológicamente muy disímiles. En el apartad o corres-


pondiente a las consideraciones finales se abordará en mayor detalle la
discusión sobre la distribución espacial y cronología de los dos com-
plejos cerámicos.

Hallazgos -artefactos líticos-

El material lítico de Palogordo se caracteriza por el uso de artefactos


expeditivos ("expediency tools") elaborados por percusión directa
controlada con reactivación ocasional de filos y sin retoques secunda-
rios. La materia prima empleada es, en su totalidad , de procedencia
local y, como puede esperarse de los materiales líticos de la cordillera
oriental, no presenta las mejores condiciones para la elaboración de
artefactos cuidadosamente terminados. Se usó principalmente chert
de color morado, grisáceo y café y lidita negra para los raspadores,
cuchillas, punzones y pulidores mientras que para los metates, manos
de moler, yunques y percutores se usaron areniscas duras y, ocasio-
nalmente, granitos . Solamente estos últimos tipos de materiales (are-
niscas y granitos) recibieron pulimento.

Foto 9. Vasija Los Santos Carmelito burdo . Foto IO .OIIa Los Santos Carmelito burdo.

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ROB ERTO LLERAS P~R EZ · ARTURO VARGAS ESCOBA R

Hay una muy baja proporción de artefactos trabajados exhaus-


tivamente frente a numerosos instrumentos utilizados en uno o más de
sus bordes sin importar la morfología total; de allí que en una sola
categoría de función se encuentren formas variadas. Otra caracterís-
tica que nos habla del sello marcadamente expeditivo de la industria
lítica es la gran proporción de lascas utilizadas e instrumentos no
clasificados frente a aquellos morfológica y funcionalmente diferen-
ciados. Una gran proporción de los artefactos se obtuvieron a partir de
lascas extraidas de núcleos semicilíndricos obtenidos , a su vez, de
cantos rodados .
Los metates y manos de moler evidencian el cultivo de maíz y
otros granos susceptibles de ser triturados en este tipo de artefactos; su
frecuencia puede considerarse como relativamente baja tomando en
cuenta que el número recolectado proviene también de superficie.
También es baja la frecuencia de hachas trapezoidales que por su
tamaño y estado indican un uso intensivo en trabajo pesado, proba-
blemente en el desmonte de tierras para la agricultura. Las cuchillas y
raspadores se relacionan con el faenado de animales y el trabajo de las
pieles, así como con la industria de concha y hueso. Llaman la atención
por su gran tamaño los pulidores usados con toda probabilidad tanto
en la alfarería como en el trabajo de la concha. Finalmente los percuto-
res deben relacionarse con el triturado de semillas y con el faenado de
animales como el armadillo cuya caparazón córnea debe romperse
para su consumo.
Llama la atención el artefacto multifuncional encontrado que
puede considerarse, al menos parcialmente, como un instrumento
agrícola, tal vez una azada para arar y remover la tierra. También es
interesante el conjunto de yunque y martillo sin huellas de uso encon-
trado como parte del ajuar funerario del enterramiento Pal LID-N4-
MA; la mQrfología de los artefactos no indica su uso para el triturado
de alimentos y parece asemejarse más al tipo de herramientas usadas
en el trabajo orfebre. No hay, sin embargo, otros vestigios sobre este
tipo de actividades en Palogordo.

Hallazgos -industria de concha y hueso-

Con excepción de un fragmento de hueso tubular que probablemente


formó parte de un instrumento musical (ver anexo correspondiente)
los utensilios de concha y hueso hallados en Palo gordo evidencian una
industria bastante rudimentaria con énfasis en la manufactura de
adornos personales como cuentas de collar y pequeños colgantes.
Existen unos cuantos objetos óseos modificados que pudieron servir
como utensilios para cortar, perforar o raspar, pero que por su morfo-
logía no pueden clasificarse como cuchillos, punzones o raspadores
propiamente dichos . El carácter marcadamente expeditivo de la indus-
tria lítica se refleja también en la concha y el hueso.
Las cuentas de collar fueron elaboradas en huesos de aves
haciendo uso de la propiedad de estos de ser huecos; también se
elaboraron cuentas planas sobre fragmentos de huesos craneales y

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PALOGOROO

Foto 11. Olla Los Santos Carmelito burdo.

Foto 12 . Volantes de huso Los Santos Carmelito burdo,


decoración Villanueva Ocre sobre Crema-negro.

dérmicos de armadillo (ver fotografía 26). También se utilizaron frag-


mentos de conchas y conchas enteras u opérculos perforados como
cuentas (ver fotografía 28). Es probable que la combinación de cuentas
de concha y hueso con otros materiales como piedra y fósiles fuera una
costumbre común (ver fotografía 31).

Hallazgos -enterramientos-

Se excavaron un total de dieciséis enterramientos en el sitio Palogord o


11 correspondientes a no-natos o neo natos en sus primeras semanas de
vida extrauterina (3 o 18.8%), infantes entre 2 y 9 años (3 o 18.8%),
adolescentes de 11 a 15 años (5o 31.3%) y adultos de más de 20 años (2
o 12.5%) y tres cuya edad no fue posible determinar. La determinación
de sexo es mucho menos segura por lo que no puede tomarse en cuenta
como un dato sobre el cual hacer inferencias. En general, el estado de
conservación de los esqueletos es muy deficiente y esto dificultó la
identificación y análisis de los restos óseos, debiendo para este efecto
buscarse apoyo en el estudio de las denticiones el cual aportó la mayor
parte de los datos sobre nutrición, sexo, edad y patologías.
Pese a tratarse de una muestra restringida los datos sobre la edad
probable de los enterramientos muestran una proporción muy alta de
jóvenes, ya que al agrupar no-natos , neo natos, infantes y adolescentes
estos suman 68.9% frente a solo un 12.5% de adultos. Estas cifras
muestran un cuadro de mortalidad marcadamente distinto del patrón
normal, lo cual indicaría una mortalidad infantil muy alta en la

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ROBERTO LLERAS P~REZ ·A RTURO VARGAS ESCOBAR

población de esta aldea; debe insistirse, no obstante, en que el tamaño


de la muestra no permite hacer inferencias definitivas.
El estudio de las denticiones indica una dieta compuesta en buena
parte por alimentos duros cuya masticación causó una fuerte abrasión
dentaria en ddultos e incluso en niños de 10 a 12 años. No son muy
frecuentes las caries u otras patologías dentales adquiridas aun cuando
en los esqueletos cuyos ma ... ilares se conservaron se observan malfor-
maciones y apiñamiento probablemente atribuibles a deficiencias
nutricionales severas que pudieron ocasionar raquitismo. Este dato se
confirma por la existencia de incoherencias en las tablas de erupción,
puesto que el orden y edad de reemplazo de las piezas dentales desiduas
por permanentes presenta desórdenes e irregularidades.
Sorprende la escasez del ajuar funerario; de los dieciséis entierros
localizados solo dos registraron algun tipo de ajuar (un collar en uno
de los casos y un conjunto de yunque y martillo en el otro) mientras que
otros dos entierros de no-natos o neonatos se hallaron dentro de
vasijas de tipo doméstico reutilizadas como urnas funerarias y otros
dos estaban asociados con fragmentos grandes de vasijas, también de
tipo doméstico . Fuera de estos pocos vestigios culturales solamente
aparecieron asociadas lajas de piedra sin trabajar o escasamente modi-
ficadas. Cuando se pudo determinar la forma de la tumba correspon-
día a una fosa simple oval, o bien rectangular con bordes redondeados.
Hay una marcada preferencia a la orientación de fosas y esqueletos en
dirección este-oeste presentándose un solo caso de orientación noreste-
suroeste y otros varios que no se pudieron determinar.
Es de especial interés la aparición de pares de juegos dentales en
un solo enterramiento; este fenómeno observado en tres casos no pudo
esclarecerse debidamente por la ausencia de huesos que podrían haber
constatado la presencia de entierros de parejas de individuos en una
sola fosa. La evidencia disponible puede interpretarse igualmente
como el entierro de un solo individuo con las piezas dentales de otro
fallecido con anterioridad.

Hallazgos -restos de fauna-

Tres especies de mamíferos y tres especies más de animales no-


mamíferos están representados en los restos óseos del sitio de Palo-
gordo. Debe destacarse la utilización del venado de cola blanca ( Odo-
coileus virginianus) relativamente abundante entre los desechos de
alimentación y cuyos huesos se usaron para elaborar instrumentos y
cuentas de collar. Aparte de esta especie se cazó el armadillo en bajas
cantidades y el ratón (Sygmodon) ocasionalmente; en este último caso
los contextos de hallazgo de los restos óseos parecen indicar no un uso
regular de este animal en la dieta, sino más bien esporádicas utilizacio-
nes masivas.
Entre los no-mamíferos es notable el consumo de aves de la
familia Columbidae (palomas) cuyos huesos también se utilizaron
para confeccionar cuentas de collar. Es probable que fueran atrapadas
mediante el uso de redes de hilo de algodón. Una especie de pequeño
tamaño del género de los lguanidos también se consumió en bajas

77
PALOGORDO

111 l .

Foto 13. Palo gordo IIA , muerto 2. Foto 14. Palogordo 118, muerto l.

Foto 16. Palogordo llF. muerto J.

78
ROBERTO LLERAS Pi:.R EZ- ARTURO VARGAS ESCOBAR

Foto 17. Palogordo JI A, mueno 3, dentición . Foto 18 . Palogordo IIG , mueno 1 (A) , dentición .

Foto 19. Palogordo tJG , mueno 2, dentición. Foto 20.Palogordo llH , mueno 1, dentición .

proporciones. En los ríos y quebradas de la zona se capturaron cangre-


jos del género Neostrengería consumidos también en muy bajas
cantidades.
Una mención especial merecen los abundantes restos de gaste-
rópodos (caracoles) de tres diferentes especies presentes en todo el
registro arqueológico de la excavación. El consumo intensivo de cara-
coles también se ha registrado en el vecino sitio de Los Teres (Cadavid,
1984) y plantea interesantes interrogantes. Por un lado el aporte
nutricional de estas especies es mínimo dado su tamaño y para que
constituyan un verdadero complemento proteínico es necesario con-

19
PALOGORDO

sumirlos en grandes cantidades, pero este tipo de demanda proteínica


estaría mucho mejor satisfecha por el ·consumo de otros tipos de
animales, presentes en el área en cantidades presumiblemente adecua-
das para satisfacer las necesidades de una población como la de
Palogordo. La presencia de caracoles arborícolas en estas cantidades

no se considera un fenómeno normal en un medio como el del cañón


del Chicamocha; es probable que esta sobrepoblación de gasterópodos
asumiera la forma de una plaga de cultivos y que su alto consumo fuese
tan solo la natural respuesta de la población indígena al problema.
Es interesante, en todo caso, el hecho registrado en las excava-
ciones, del consumo de tan solo unas pocas especies, tanto de mamífe-
ros como de no-mamíferos en un medio que, aunque no especialmente
rico, sí ofrece otras especies entre las cuales cabe citar el conejo

80
ROBERTO LLERAS P~R EZ · ARTURO VA RGAS ESCOBAR

(Silvylagus), el fara (Didelphis marsupialis) y varias especies de repti-


les. Es probable que se consumieran hormigas santandereanas que,
aun en la actualidad se encuentran en el sitio en los meses de abril y
mayo , pero no hay evidencias arqueológicas de este tipo de actividad.

Hallazgos -materiales misceláneos-

En el sitio se encontraron varios fragmentos tubulares de arcilla sin


cocer cuyo uso no es conocido. También fueron encontrados fragmen-
tos de cuarzo, tanto trabajados (cuentas de collar), como sin trabajar.
Es de interés el hallazgo de fósiles de amonita utilizados como cuentas
de collar mediante la perforación de un pequeño agujero central (ver
fotografía 30).

La actividad doméstica en Palogordo

Los análisis de fosfatos efectuados sobre las muestras de tierra toma-


das en los perfiles y plantas de las excavaciones junto con las frecuen-

Foto 21 . Mand lbulas de Sygmodon.

Foto 22 . Esqueleto de columbiforme.

cias de distribución de material cerámico,líticos y desechos de alimen-


tación permitieron elaborar un índice compuesto (ver Cuadro 4) que
refleja el comportamiento espacial y temporal de la actividad domés-
tica en esta plataforma de vivienda.

81
PALOGORDO

11
Foto 23 . Mandíbulas de iguánidos . Foto 24 . Pinzas de cangrejo.

En general se evidencia una mayor actividad expresada en índi-


ces mucho más altos para los niveles 1 y 2 en toda la plataforma
Palogordo 11 así como en la plataforma Palogordo III mientras que en
Palogordo !la actividad no es tan intensa en el nivell y se hace mucho
mayor entre los niveles 2 y 5 llegando al máximo este último. En
Palogordo 11 solo escapan a esta tendencia las cuadrículas IIC que
registra altos en los niveles 4 y 5, IIG que mantiene un índice alto hasta
el nivel 5 y la cuadrícula IIJ la cual, pese a seguir la tendencia general,
registra en los niveles 3 y 4 índices muy altos (ver Cuadro 4).
Tanto el índice compuesto como los valores de fosfatos por
separado sugieren que en la vivienda excavada en el corte Palogordo 11
se experimentaron cambios en las áreas de actividad a lo largo del
tiempo. En un principio (siglos IX a XI) la mayor actividad de prepa-
ración de alimentos, desecho de basuras sobre el piso de vivienda y
talla de artefactos se concentró en la parte sur de la plataforma
(cuadrículas IIH , G, C, y B). Posteriormente (siglos XII al XIII) esta
actividad se desplazó hacia la parte central (cuadrículas liD, A, 11 y F)
y en los últimos períodos de ocupación (siglos XIV y XV) fue mayor en
la parte norte (cuadrículas IIE, 1 y J). No obstante, el área situada al
extremo norte (cuadrícula IIJ) tuvo desde los siglos XII al XIII) una
fuerte actividad, que en la misma época era mucho menos intensa en el
área central de la plataforma.
La inexistencia de huellas de postes de la vivienda y la conse-
cuente imposibilidad de levantar un plano de la misma impide correla-
cionar los datos existentes sobre actividad doméstica con los espacios
arquitectónicos de la vivienda.
La evidencia existente, no obstante, sugiere que dentro de la
vivienda los espacios dedicados a las diferentes actividades (cocina,
tallado de líticos, áreas de desecho, etc.) no estuvieron muy rígidamente
delimitados en ninguna época. El desplazamiento de las áreas de mayor

82
ROBERTO LLERAS P~REZ- ARTURO VARGAS ESCOBAR

Foto 25 . Artefactos óseos . Foto 26. Cuentas de collar de hueso.

Foto 27. Fragmento de instrumento musical en hueso .

actividad en sentido sur-norte a lo largo del tiempo puede estar obede-


ciendo a la excavación de numerosas tumbas y deposición de entierros
en la parte sur lo cual habría constituido una restricción para el uso de
estas áreas, por lo menos en las épocas inmediatamente posteriores al
enterramiento. No hubo fuera de este desplazamiento dentro de un
espacio restringido otras acciones tales como el abandono temporal o
definitivo de la vivienda después de los enterramientos.
La evidencia del análisis de fosfatos para los cortes Palogordo 1 y
111 indica comportamientos relativamente similares con excepción de
la anomalía registrada en Palogordo l. La limitación espacial de las
excavaciones en estos cortes restringe las posibilidades de un análisis
como el planteado para Palogordo 11.
Un área plana localizada cerca a la aldea con condiciones apa-
rentemente óptimas para el cultivo fue investigada mediante la exca-
vación de dos pozos de prueba y análisis de fosfatos con el ánimo de

83
PALOGORDO

comprobar la posible utilización del área como campo de cultivo. Los


resultados (ver Cuadro 3) demuestran que no se dio allí ningún tipo de
actividad humana. Este resu ltado deja abierto el interrogante respecto
a los sitios utilizados para los cultivos, ya que en este lugar situado
sobre el abrupto cañón del río Chica mocha no hay muchas áreas que
puedan cultivarse.

Discusión y consideraciones finales

Gracias a las investigaciones arqueológicas realizadas tenemos un


panorama parcial de la vida en una aldea Guane en el período que
hemos denominado temprano y que está comprendido entre los siglos
IX y XII de nuestra era. Las viviendas se organizaron en forma
dispersa sobre áreas muy extensas utilizando las escasas áreas planas
correspondientes a las terrazas del cañón del río Chicamocha, en el
cual prima un clima árido con vegetación subxerofítica y condiciones
muy deficientes para el desarrollo de las labores agrícolas, este, no
obstante, brinda la posibilidad de un rápido acceso a diferentes pisos
térmicos, desde el cálido en las terrazas inferiores a la orilla del río
hasta el templado en las mesetas de Barichara y Los Santos. La
ubicación sobre el cañón del Chicamocha les permitió además una
comunicación rápida con las diversas etnias chibchas asentadas en esta
región que se ha denominado, con razón, como una área de con-
fluencia (Pérez, com. pers.).
Parece ser que inicialmente el terreno sobre el cual se construye-
ron las viviendas no recibió una adecuación especial; la posterior
acumulación de desechos sobre el piso de la vivienda elevó el nivel de
este, dando lugar a la creación de plataformas cuya elevación sobre el
terreno circundante puede alcanzar los 50 cm. En la actualidad las
plataformas se han erosionado en el perímetro presentando el aspecto
de montículos redondeados. Los habitantes de la aldea enterraron a
sus muertos dentro del espacio doméstico sin que esto conllevara el
abandono temporal o permanente de la vivienda; solamente se pro-
dujo el desplazamiento de las áreas de actividad doméstica hacia
sectores no ocupados por enterramientos. No se detectaron tampoco
dentro de la vivienda áreas que evidenciaran una actividad específica
sino que, por el contrario, la talla de piedra, concha y hueso y uso de
cerámica se realizó indistintamente en toda el área.
No poseemos mayor información respecto al tipo físico de los
habitantes de Palogordo; solo podemos inferir, con base en los escasos
restos óseos, una estatura media y una complexión mas bien delgada.
Sorprende la proporción de enterramientos correspondientes a niños y
jóvenes, lo cual podría interpretarse como evidencia de una mortali-
dad inusualmente alta en los grupos de edad que van de Oa 20 años. No
obstante, la población analizada es muy pequeña y los datos sobre
edad no suficientemente confiables como para poder asegurar la exis-
tencia de un fenómeno de este tipo. Aún así, cabe señalar que las
condiciones nutricionales no debieron ser ventajosas: hay, sin duda,
una relativa escasez de tierras agrícolas vecinas y, sorprendentemente
algunas tierras planas cercanas no se utilizaron en absoluto . Cierta-

84
ROBERTO LLERAS P~REZ- ARTURO VARGAS ESCOBAR

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PALOGORDO

mente se consumió maíz en varias formas y otros granos y tubérculos


como lo demuestra la existencia de metates y otros instrumentos líticos
para triturar, pero no aparecen estos artefactos en las cantidades que
podrían esperarse cuando existe un consumo masivo.
Las necesidades de proteínas animales fueron suplidas mediante
la cacería y recolección de algunas especies, aun cuando el repertorio
existente en el registro arqueológico es restringido y se dejaron de
utilizar algunas especies que existían en la región desde esa época, tales
como el conejo y el fara, entre otros. Una de las presas de caza más
frecuentemente utilizada fue el venado de cola blanca; complementa-
riamente se consumieron ratones, pequeñas iguanas, aves y cangrejos.
Se recolectaron y consumieron en abundancia los caracoles terrestres,
cuya presencia es indicativa de plagas que pudieron afectar las
cosechas.
Fragmentos de huesos y esqueleto dermico de armadillos así
como conchas de caracol fueron usados para tallar artefactos y ador-
nos personales. En este tipo de industria, así como en la lítica la
característica principal es la elaboración expeditiva de artefactos sin
retoques a los cuales sólo se les realizaron las modificaciones indispen-
sables para adaptarlos al uso. En la industria lítica hay una moderada
cantidad de artefactos multifuncionales cuya elaboración es igual-
mente tosca.
Al morir los habitantes de Palogordo no llevaron a sus sencillas
sepulturas prácticamente ningún objeto; solamente en uno de los casos
se encontró un collar formado por cuentas de diversos materiales
como ajuar. Los no-natos o neonatos que murieron fueron colocados
dentro de vasijas domésticas con huellas de uso, otros individuos
jóvenes se acompañaron de fragmentos, más o menos grandes , de
vasijas también domésticas. Casi invariablemente los individuos se
enterraron en dirección este-oeste y en posición flexada .
No hay, tampoco, en el registro arqueológico evidencias que nos
indiquen que este sencillo modo de vida aldeano se vio, en alguna
forma , afectado por la influencia de culturas externas. Esto no quiere
decir, por supuesto , que la aldea de Palogordo estuviese aislada del
contexto cultural del área Guane o del complejo de los Andes Orienta-
les ya que las características del material cerámico han permitido
aclarar estos nexos y situar dentro del panorama arqueológico regio-
nal la prehistoria de esta zona.
En la extensa región que se ha ido conociendo dentro de la
literatura arqueológica como Andes Orientales, dos regiones extremas
han sido investigad as en detalle: el altiplano cundiboyacense y la parte
central de la Sierra Nevada de Mérida (especialmente la cuenca del río
Chama). Al intentar comprender en conjunto esta cadena de culturas
relacionadas lingüísticamente es importante tener información sobre
todas ellas y, en especial sobre las que ocupan lugares geográficos
intermedios. La región de los cañones del Chicamocha, Suárez y
Fonce y las mesetas de Barichara, Los Santos y Bucaramanga, ocu-
pada desde aproximadamente en el siglo IX por la etnia Guane, es
precisamente una de esas áreas intermedias cuyo estudio reviste tanta
importancia.

86
ROBERTO LLERAS P~REZ · ARTU RO VARGAS ESCOBAR

En un artículo anterior (Lleras, '1989b) se esbozó la idea de la


existencia de dos diferentes fases de desarrollo en el período Guane;
una fase temprana que se inicia alrededor del siglo Vlll o IX d. C. y
dura hasta el siglo Xlll y una fase tardía que arranca a partir de ese
momento y dura hasta la época de la conquista española en el siglo
XVI. Estas fases pueden detectarse con claridad en la cerámica arqueo-
lógica que se divide en dos grandes complejos, el temprano y el tardío,
cuya cronología, características tecnológicas y formales y distribución
espacial son claramente diferenciables.
En Santander el complejo cerámico Guane temprano com-
prende los tipos:
Los Santos Carmelita burdo
Los Santos Micaceo rojo
Los Santos Micaceo fino
Villanueva Ocre sobre Crema-negro
Estas clases cerámicas han sido definidas por Cadavid (1984) y
este estudio para los sitios de Los Te res y Palogordo. La distribución
parece concentrarse en las partes media y baja del cañón del río
Chicamocha y sobre las mesetas de Barichara, Los Santos y Bucara-
manga, siendo más escaso hacia la porción sur y oriental del departa-
mento. En el complejo cerámico es evidente la coexistencia de tradi-
ciones de decoración por pintura y por incisión junto con una gran
diferencia en las técnicas de manufactura correspondientes a los tipos
domésticos y ceremoniales.
Dentro del complejo Guane tardío se encuentran los siguientes
tipos:
Oiba Rojo sobre Rojo-naranja
Chicamocha Inciso-impreso.
Los tipos han sido definidos básicamente a través de las investi-
gaciones de Sutherland (1972). La distribución se concentra princi-
palmente en la porción suroccidental de Santander; sur de la meseta de
Barichara, parte alta del cañón del río Chicamocha, cañón del río
Suárez, valle del río Fonce y Serranía de los Cobardes. Hallazgos de
cerámica de este complejo tardío son frecuentes incluso por fuera del
territorio delimitado para la etnia Guane en el siglo XVI (Morales,
I984) en contextos arqueológicos Muiscas, Muzos y Yareguies (ver
por ejemplo, Lleras, 1989a).
Pese a que la ocupación de las etnias de filiación chibcha cubre
solamente los últimos siglos en la prehistoria de los Andes Orientales
la idea de que estas ocupaciones comprenden no solo una, sino dos o
más fases de desarrollo, no es extraña a la arqueología regional. Las
investigaciones en el área M uisca (Boada, 1987; Castillo, 1984; Boada,
Mora y Therrien com. pers.) han permitido también allí identificar dos
grandes complejos cerámicos con una distribución espacial y una
cronología diferentes. En los Andes Venezolanos Wagner(l965, 1967)
planteó dos patrones (Andino y Subandino) con una distribución
espacial diferenciada pero que pueden estar representando también
dos fases sucesivas de ocupación. Antes de las ocupaciones chibchas se
encuentran horizontes de cerámica incisa con poca o ninguna relación
demostrable con las subsecuentes ocupaciones (Miquimu en los Andes

87
PALOGORDO

Venezolanos, Herrera en el altiplano cundiboyacense, Antigua en


Santander, etc.) sobre las cuales no poseemos datos en esta investiga-
ción y que no .entraremos, por tanto, a discutir aquí.
Es perfectamente lógico que en los Andes Orientales a lo largo de
cerca de nueve siglos de ocupación chibcha se produjeran cambios,
más o menos notables, que rompieran la homogeneidad cultural.
Estos cambios pudieron producirse como consecuencia de la dinámica
interna de los grupos, por efecto de la llegada al área de nuevas oleadas
de poblamiento o como resultado de la interacción de las diferentes
etnias en sus regiones limítrofes; es posible, finalmente , que los tres
factores concurrieran en la formación del complejo multicultural de
los Andes Orientales.
En Santander los dos grandes complejos cerámicos y las dos
fases que ellos definen, representan a nivel regional la prehistoria de
los Andes Orientales. En la primera fase, que hemos denominado
Guane temprano, es evidente un estrecho parentesco con la cerámica
del patrón andino venezolano y con el compiejo Ranchoide (Ardila,
1988). En especial el tipo Los Santos Carmelito burdo presenta nota-
bles similitudes con la cerámica doméstica procedente de la parte alta
de la Sierra Nevada de Mérida; también se pueden correlacionar
algunas de sus características, en especial el borde doblado con los
tipos domésticos del Complejo Portacelli cuyas fechas son algo más
antiguas. La mayor antigüedad de una cerámica relacionada (Portace-
lli en el complejo Ranchoide) en la península de la Guajira y cuenca del
lago de Maracaibo parece apoyar la idea de una migración de los
grupos chibchas a partir de las tierras bajas del litoral Caribe hacia los
Andes Colombo-Venezolanos en la segunda mitad del primer milenio
de nuestra era. También la cerámica ceremonial del complejo Guane
temprano (Villanueva Ocre sobre Crema-negro) guarda relaciones con
complejos y tipos de las tierras bajas del litoral caribe y la Serranía de
Mérida; en este caso con el tipo Cocos Blanca pintada del Complejo
Ranchoide y con la Serie Tierroide en Venezuela.
La segunda fase o Guane tardío muestra una muy fuerte influen-
cia del complejo Muisca cuya área de dispersión situada inmediata-
mente al sur se sobralapa con frecuencia con la de este. Se conservan,
por supuesto , elementos importantes del complejo temprano y es
posible, incluso, que el tipo Los Santos Carmelito burdo se siguiera
manufacturando en una forma ligeramente modificada como cerá-
mica doméstica: será necesario clarificar este asunto mediante la exca-
vación de sitios de habitación tardíos. Parece ser que la mica, incluida
en la pasta o en un baño de agua arcillosa, desaparece como elemento
decorativo y desgrasante, pero las formas y los motivos básicos de
decoración del tipo Los Santos Mi caceo fino son adoptados por el tipo
Chicamocha Inciso-impreso que se hace extremadamente popular y
amplía su dispersión sobre una extensa región (ver Pérez, en proceso).
Del tipo Villanueva Ocre sobre crema-negro al Oiba Rojo sobre
Rojo-naranja se transfieren algunas de las formas principales (múcura,
copa) aún cuando el tipo tardío registra una mayor variedad y experi-
mentación en las formas. También hay una notable continuidad en la
técnica y motivos decorativos. En el aspecto en que se registra un

88
ROB ERTO LLERAS P~REZ - ARTU RO VAR GAS ESCOBAR

cambio más fuerte es en las condiciones de manufactura: hay un


drástico retroceso en el control de las condiciones de cocción pasando
de una cerámica muy dura y compacta a una fragil, laminar y
erosionable.
La transición entre el Guane temprano y el tardío debió operarse
en una forma gradual, aun cuando todavía no tenemos evidencias
atribuibles a una época de transición. Alrededor de finales del siglo
XIII se dejaron de manufacturar los tipos Micaceos y Villanueva Ocre
sobre Crema-negro y se inició la producción del Oiba Rojo sobre
Rojo-naranja y el Chicamocha Inciso-impreso. Simultáneamente
cambió el patrón de enterramiento pasando de las tumbas de fosa
sencilla a las tumbas de pozo y cámara lateral y los enterramientos
comenzaron a ser acompañados de un ajuar más abundante. Es pro-
bable que el cambio se registrara también a nivel de la industria textil
como parecen probarlo algunos hallazgos recientemente fechados (M.
Cardale, com. pers.).
La transición al período tardío también representó para la etnia
Guane una expansión territorial y el dominio compartido de sectores
extraterritoriales (Lleras, 1989a). A la vez se operó un cambio en la
dirección predominante de intercambio y contacto cultural; en el
Guane temprano son, como ya mencionamos, fundamentales las rela-
ciones con las regiones al norte y oriente (Macizo de Santurbán,
Guajira, Cuenca de Maracaibo , Sierra Nevada de Mérida y Sierra
Nevada del Cocuy). Por el contrario en el Guane tardío los hallazgos
arqueológicos y los datos etnohistóricos muestran una fuerte relación
con el valle del Magdalena por el occidente y con el altiplano cundibo-
yacense por el sur. Un cambio así podría explicarse por la atracción
que habrían generado en la fase temprana el norte como foco de
migración y en el período tardío el sur como centro de la etnia chibcha
de mayor poder y desarrollo: la muisca.
La 'hipótesis aquí planteada es, por supuesto, tan solo una pri-
mera aproximación a la interpretación del muy complejo panorama
cultural de los Andes Orientales en uno de sus sectores. Lo más
importante, por ahora, es desechar los esquemas simplistas que han
primado y según los cuales sólo ha existido un período Guane, homo-
géneo e inalterado de principio a fin . La comprensión de cómo se
desarrollaron estos cambios en los territorios Chitarero y Lache per-
mitirá complementar el cuadro del desarrollo de los Andes Orientales.

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Agradecimientos
Queremos destacar la colaboración prestada por las personas y entidades que a
continuación se relacionan gracias a la cual fue posible la realización de esta
investigación:
Financiación del1rabajo de campo y análisis parcial de materiales:
Instituto Colombiano de Antropología
Prospección y excaYaciones:
Gilberto Cadavid
Claudia Forero
María Josefina lbarra
Ana María Ospina
Alfonso Mogoll ó n
Salomón Carreña y familia
Sonia Archila
María Margarita Ruiz
Patricia Cardozo
Alberto Rivera

91
PALOGOROO

Clasificación y análisis de cerámica:


Sonia Archila
Eduardo Londoño
Juanita Sáenz
Análisis de restos de fauna:
Gerardo Ardila
Gonzalo Correal
Secciones delgadas de cerámica:
Luis Peña
Rubén Llinás
Clasificación y análisis de material /itico:
Gerardo Ardila
José Manuel Rozo
Fechamientos de muestras de carbón:
Luis Duque Gómez-Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales
Análisis de denticiones:
Manuel Luque Medina
Fowgrafías:
Roberto Marln
Manuel Luque
Dibujos y diagramación:
José Manuel Rozo
Lucía Teresa Rueda
Análisis complementarios y publicación:
Museo del Oro

Excavaciones y estratigrafía
En el sitio arqueológico de Palogordo se excavaron dos trincheras, dos pozos de
prueba, un pozo de control y un área en cuadriculas con las siguientes superficies:
Palogordo 1 2m2
Palogordo 11 44 m2
Palogordo 111 4.0 m'
Pozo control PaL 111 .25m2
Pozo prueba Pal. A 2.25 m2
Pozo prueba Pal. 8 2.25 m2
Area total excavada 54.75 m2

En todos los cortes se excavó siguiendo niveles arbitrarios o artificiales de 1Ocm


de profundidad . Cuando se encontraron entierros o hallazgos mayores se excavó
independientemente la fosa o agujero. Las cuadriculas de la excavación en área y las
trincheras se orientaron al norte y fueron delimitadas por estacas y cuerdas localizadas
repecto a datums ubicados dentro del levantamiento general del sitio (ver plano 1).
Los hallazgos de cada nivel y cuadrícula se recolectaron independientemente en bolsas
marcadas. Se tomaron muestras de suelos para análisis de fosfatos en planta y perfil
tanto para los niveles arbitrarios como para los estratos naturales.

Palogordo 1

Este corte se ubicó en un área plana ubicada hacia el centro de un cercado de piedra en
el cual se integraron fragmentos de metates y yunques y cuya factura puede ser
prehispánica aun cuando esto no se pudo comprobar. En la recolección superficial se
encontraron fragmentos cerámicos que se hicieron más abundantes a medida que se
profundizó en la excavación. También se hallaron caracoles, líticos, fragmentos de

92
ROBERTO LLERAS PtREZ ·ARTURO VARGAS ESCOBAR

huesos de animal y trozos de carbón vegetal insuficientes para fechamiento . La


frecuencia del material cultural empezó a disminuir a partir del quinto nivel (0.50 cm)
para desaparecer en el séptimo (0.70 cm). La estratigrafía natural en Palogordo 1
revela procesos de intervención humana sobre pequeñas áreas, lo que se puede
interpretar como la excavación de pozos para depósito de basuras. Desde la superficie
se encuentra un primer estrato con un grosor de entre 15 y 22 cm de color café
amarilloso de textura arcillosa; en seguida aparece un estrato de un grosor de entre 20
y 35 cm de color café oscuro de textura arcillo-arenosa. Los dos primeros estratos
contenían material cultural, el cual desaparece a partir de la base del segundo estrato
en donde este entra en contacto con un tercer estrato de color amarillo oscuro y
textura arcillosa culturalmente estéril. Debe anotarse igualmente la presencia de
grandes rocas dentro del área excavada, así como de manchas de tierra con alto
contenido de ceniza.

Palogordo 11

Este corte se trazó sobre una área elevada en forma de montículo que presentaba
indicios de haber sido una plataforma de vivienda (ver fotografía 2 ). Inicialmente se
trazó la cuadrícula 11 y a medida que avanzó la excavación y se fueron realizando
hallazgosse amplió trazando las cuadrículas IIA, IIB,IIC, IID, IIE, IIF,IIG,IIH, 11-1
y 111 . Entre cada cuadrícula se dejó un corredor de 0.25 cm como testigo para toma de
muestras en perfil y control estratigráfico. Aproximadamente en la mitad del área
excavada se registró una alteración superficial reciente del terreno cuya profundidad
no excedió en ninguna parte los 5 cm. Es notable en toda el área y en los sucesivos
estratos la presencia de tierra mezclada con grandes cantidades de ceniza, formando
en ocasiones manchas más o menos bien delimitadas. En la estratigrafía natural
también es notable la presencia de grandes y medianas rocas dejadas in situ por los
ocupantes del sitio. El primer estrato es una capa húmica de color café muy oscuro y
textura arcillo-arenosa con una profundidad máxima de 15 cm. En seguida aparece un
estrato de color gris oscuro con altas proporciones de ceniza irregularmente distribui-
das presentando tonalidades más grisáceas en manchas de mayor concentración y
tonos café en áreas de menor concentración, la textura es arcillosa y el grosor va de 15
a 25 cm. El tercer estrato es de color amarillo a café amarilloso con menor proporción
de ceniza aun cuando esta aparece aun en manchas en las cuales la tierra adquiere una
tonalidad más grisácea, el grosor de este estrato va de 25 a 35 cm y su textura es
arcillo-arenosa. Por último en el nivel en que desaparece el material cultural prese nte
en los estratos superiores aparece un estrato de color amarillo oscuro y textura
arcillosa.

Palogordo lil

El corte lit y su correspondiente pozo de control se ubicaron en un sitio un poco


elevado sobre el terreno circundante, el cual aparentaba ser una plataforma de
vivienda con altas concentraciones de material cerámico y tierra mezclada con ceniza
en superficie. El primer estrato es una capa húmica de aproximadamente 10 cm de
grosor de color negro parduzco y textura arcillo-arenosa. Sigue luego un estrato de 30
a 35 cm de grosor de color amarillo grisáceo con alto contenido de ceniza y textura
arcillosa. El tercer estrato tiene entre 20 y 25 cm de grosor, su color es amarillo y su
textura arcillo-arenosa. Hasta la base de este estrato se encontró material cultural. Por
último en la base de la excavación apareció un estrato amarillo oscuro de textura
arcillosa culturalmente estéril.
Pozos Pal. A y Pal. B
Estos pozos de prueba se localizaron en una parte plana, ligeramente inclinada y
alejada de las otras áreas de excavación en una zona en que no aparecían vestigios

93
PA.LOGORDO

culturales en superficie con el fin de tomar muestras de fosfatos para corroborar el


posible uso agrícola del área y para tener perfiles estratigráficos de comparación. La
estratigrafía natural en lcis dos pozos es muy similar y se compone de los siguientes
estratos: una capa húmica de color café oscuro de aproximadamente 15 cm de grosor;
un estrato arcilloso de cerca de 30 cm de grosor y color café amarilloso; un estrato de
textura arcillo-arenosa de color amarillo oscuro y un grosor de 25 cm aproximada-
mente y por último un estrato amarillo a amarillo oscuro Oe textura arcillosa. No se
encontraron evidencias culturales ni de actividad humana de cualquier clase en esta
zona.
El proceso de excavación en las cuadriculas y pozos se registró fotográficamente
paso por paso y en dibujos de planta por cada nivel y de perfil para cada pared . La
ausencia de rasgos notables en los perfiles estratigráficos y en las plantas de excava-
ción nos decidió a omitir los dibujos en este informe. Los entierros están correlaciona-
dos en la plancha.

Tipo cerámico Los Santos Carmelito burdo - descripción técnica

Establecido por Cada vid 1984. Referido en Lleras 1986 y 1989b. Se encuentran piezas
enteras archivadas en las ceramotecas del Museo del Oro, Museo Arqueológico del
Banco Popular y Museo Nacional en Bogotá. Se realizó la tipología detallada sobre
una muestra de 17.526 fragmentos que representan el 83.2% del material cerámico
procedente de las recolecciones superficiales y excavaciones en Laguna del Cujizal,
Cueva del Nitro y Palogordo; se realizó igualmente una sección delgada y su corres-
pondiente análisis petrográfico.
Su dispersión corresponde al área arqueológica de Jos Andes Orientales. Los
sitios de procedencia incluyen Los Santos y Villanueva. Sutherland (1972) reseña
piezas posiblemente pertenecientes a este tipo cuya procedencia es desconocida. El
tipo pertenece al Complejo Guane Temprano fechado entre los años 800 y 1300 d.C.
Se encuentra asociado con los tipos Los Santos Micaceo rojo, Los Santos Micaceo
fino y Villanueva Ocre sobre Crema-negro. Posiblemente un tipo relacionado sea el
Busbanza Carmelita burdo (Archila, 1986). No se han establecido subti pos ni
variantes.
La pasta tiene textura granulosa-compacta; la cocción es en atmósfera oxidan te;
el núcleo varía de grueso a ausente en los fragmentos delgados. La dureza es de 2 a 3 en
la esca la de Moh. El color de la pasta va de JOYR7 / 4 (caf~ claro) a JOYR6/ 1 (gris
claro). En las inclusio nes naturales de la matriz se encuentra carbonato fino tipo
calcita micrita envolviendo fragmentos irregulares tamaño arena media y gruesa de
calizas esparíticas con restos de fósiles de algas y briozoos y granos de cuarzo tamaño
arena fina. La matriz también tiene porosidad (4%),1os poros son irregulares y pueden
haberse generado por disolución de la calcita o expansión y contracción del material
por cambios de temperatura. En las inclusiones intencionales (desgrasante) se encuen-
tra caliza (48%) y cuarzo (8%). La fragmentación es irregular.
El color interno de la superficie va de IOYR7 / 3 (café claro) a IOYR6/ 4 (café
claro amarillo)en la tabla de Munsell. El color externo de la superficie va de IOYR4 / 9
(café gris claro) a IOYR5 / 2 (café grisáceo) en la tabla de Munsell. Las manchas de
cocción son escasas y pequeñas. En superficie las inclusiones son visibles; el alisado es
burdo, no hay baño ni engobe. La técnica de manufactura es por espirales. La
decoración se hizo por incisión; se registraron solamente 7 fragmentos con decoración
incisa. También se decoró mediante el modelado realizando pequeñas protuberancias
circulares a semejanza de mamelones (se registraron 42 motivos de esta clase). La
decoración incisa es muy sencilla; líneas periféricas en volantes de huso, hileras de
puntos radiales también volantes, líneas paralelas, escaleras y lineas formando ángu-
los que convergen en una cruz central También se encontraron agujeros (9 en total)

94
ROBERTO llERAS P~REZ . ARTURO VARGAS ESCOBAR

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ROBERTO LLERAS PtREZ · ARTURO VARGAS ESCOBAR

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cuya función no se pudo determinar; su tamaño es de aproximadamente 6 mm de


diámetro. Entre las formas se encuentran volantes de huso (5), ollas de boca ancha y
base redondeada, ollas de boca angosta, cuencos y ollas cuenco pandos y tambi~n
profundos y cántaros de base redondeada y cuello y boca angostos. Predominan las
bases anulares (29 ejemplares), tambi~n se encuentran bases redondeadas ( 11) y cónicas
invertidas (9). Los hombros siempre son redondeados. Los cuellos son cilíndricos. Los
cuerpos son esf~ricos o semiesftricos; algunos fragmentos de cuellos indican siluetas
compuestas pero no se pudo determinar su forma exacta. La mayor parte de los bordes
son invertidos, en menor proporción hay bordes directos y muy escasamente evertidos;
en cuanto a su construcción se encuentra predominancia del borde doblado hacia afuera
(514 o 69.5%); hay también bordes reforzados internamente (120 o 16.2%) y bordes
sencillos (105 o 14.3%). No se registran cambios en las tendencias de las formas de
bordes ni en ninguna otra forma en la estratigrafía de las excavaciones. Los labios son
redondeados predominantemente aun cuando también hay biselados externos e inter-
nos. Las asas son cilíndricas (74 o 66.7%), redondeadas (20 o 18.0%) ycilíndricasdobles
( J 7 o 15.3%); su perfil es de arco o argolla; se colocaron de borde a hombro o borde a
cuello, aparecen en las vasijas en número de dos.
El tipo tuvo una función doméstica básicamente como lo denota la función que
determinan las formas y las manchas de hollín; algunas vasijas se reutilizaron como
urnas funerarias para el entierro de no-natos y neonatos, grandes fragmentos se
colocaron sobre los entierros de adultos.
Las mayores vasijas tienen diámetros de hasta 54.0cm y alturas de hasta 33.0 cm.
El grosor de la pasta va de 0.5 cm hasta 1.9 cm con un promedio de 1.2 cm.

97
PALOGORDO

Tipo cerámico Los Santos Micaceo rojo · descripción técnica


Establecido por Cada vid 1984. Referido en Lleras 1986 y 1989b. Se encuentran piezas
enteras archivadas en las ceramotecas del Museo del Oro, Museo Arqueológico del
Banco Popular y Museo Nacional en Bogotá y en la Casa Museo de Bolívar en
Bucaramanga. Se realizó la tipología detallada sobre una muestra de 833 fragmentos
que representan el 4.0% del material cerámico recolectado y excavado; se realizó
también una sección delgada y su correspondiente análisis petrográfico.
Su dispersión corresponde al área arqueológica de los Andes Orientales. Se han
informado piezas y fragmentos procedentes de sitios como Villanueva, Los Santos,
Jordán y Socorro. Sutherland (1972) reseña dentro de lo que él llama "Mica Ware"
algunas vasijas cuyas procedencias se desconocen y que parecen pertenecer a este tipo.
Esta clase de cerámica pertenece al Complejo Guane Temprano fechado entre los años
800 y 1300 d.C. Se encuentra asociado con Jos tipos Los Santos Carmelita burdo, Los
Santos Micaceo fino y Villanueva Ocre sobre Crema-negro. No se han identificado
tipos relacionados aun cuando es muy posible que ciertas clases cerámicas de la Sierra
Nevada del Cocuy y de la Serranía de Mérida se puedan catalogar como tales. No se
han identificado subtipos ni variantes.
La textura de la pasta es granulosa-laminar; la cocción se realizó en atmósfera
oxidante, hay núcleo mediano aun cuando en la mayor parte de los fragmentos está
ausente. La fragmentación es irregular con desmoronamiento. La dureza va de 2 a 3 en
la escala de M oh. Estas características indican una cocción imperfecta, probablemente
a temperaturas muy bajas. El color de la pasta va de 7.5YR3 / 0 (gris oscuro) a 5YR4/ 6
(rojo amarillo). En la matriz hay cierto grado de porosidad ( 11 %) que también influye
en la fragilidad de la pasta. Las inclusiones intencionales (desgrasante) están compues-

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98
ROBERTO LLERAS PER EZ ·ARTURO VARGAS ESCOBAR

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tas por: cuarzo ( 19%) en tamaño arena fina o media, líticos metamórficos (15%),
líticos plutónicos (12%). feldespato (8%), fragmentos de arcilla retrabajados (1%),
otros opacos (1 %), anfiboles (1%) y mica (8%). Es especialmente interesante la baja
proporción de es te último mineral pese a su visibilidad en superficie; el análisis
petrográfico reveló que las partículas laminares de mica no estan orientadas en el
sentido de los espirales usados para formar la vasija. Estas dos características parecen
indicar que la mica no se integró a la pasta al inicio sino mas probablemente en la
forma de un baño de agua arcillosa co n mica aplicado a la vasija terminada con
propósi tos decorativos. Hay, al parecer una escogencia mu y específica de desgrasante
ya que a diferencia de los otros tipos del complejo cuya influencia es de rocas
sedimentarias principalmente aquí es mayor la influencia de rocas metamórficas y
granitos que proceden de lugares diferentes.
El color interno de la superficie va de 5YR4/ 4 (café rojizo) a 5YR4/ I (gris
oscuro). El color externo varía de 5YR5/ 6 (rojo amarillo) a 5YR3 / l (gris muy oscuro)
en la escala de M unsell. Las manchas de cocción son escasas pero cuando las hay son
extensas. Las inclusiones son visibles en superficie. El alisado es regular. Hay un baño
del mismo color de la pasta y mica en grandes proporciones. La técnica de manufac-
tura es espiral.
Se utilizaron la pintura y la incisión como técnicas decorativas. Solamente se
registraron cuatro fragmentos con pintura de color IOR 3/ 6 (rojo oscuro) formando
bandas verticales y horizontales en las áreas del borde y cuello. Un fragmento presenta
incisiones triangulares realizadas con un punzón en hilera.
Las formas incluyen ollas, ollas-cuenco y cuencos; posiblemente también se
hicieron botellones con hombro angular. No se encontraron fragmentos de bases. Los
cuerpos son esféricos, semiesféricos y de si lueta compuesta. Hay hombros angulares y

99
PALOGORDO

redondeados. Se encontró un fragmento de cuello cónico. La muestra incluyó 49


fragmentos de bordes de Jos cuales 26 son sencillos (53%), 14 son engrosados internos
(28 .6%) y 9 son doblados externos ( 18.4%). Se encuentran tanto bordes directos como
evertidos e invertidos. Hay labios redondeados y con bisel externo. Las asas son en
forma de arco; priman las redondeadas dobles (15 ejemplares) y en segundo Jugar las
redondeadas sencillas (9 ejemplares), no hay asas planas. Estas se localizan de borde a
cuerpo y de borde a cuello y se colocaron en pares en las vasijas. No se pudo, con base
en la muestra, determinar el tamaño de los diversos tipos de vasijas. El diámetro de las
paredes oscila entre 0.8 y 2.1 cm estando el promedio alrededor de 1.4 cm. El tipo
parece haberse utilizado tanto con fines ceremoniales como domésticos aun cuando
sus propiedades podrían haberlo becho frágil y poco durable en este último contexto.

Tipo cerámico Los Santos Micaceo fino - descripción técnica


Establecido por Cada vid 1984. Referido en Lleras 1986 y 1989b. Se encuentran piezas
enteras archivadas en las ceramotecas del Museo del Oro, Museo Arqueológico del
Banco Popular y Museo Nacional en Bogotá y Casa Museo de Bolívar en Bucara-

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!ROBERTO LLERAS PtREZ ·ARTURO VARGAS ESCOBAR

manga. Debido al tamaño de la muestra (340 fragmentos, 1.6%del total del material)
no fue posible realizar una tipología detallada; se ofrece una tipología provisional y un
análisis de sección delgada con su correspondiente análisis pctrográfico.
La dispersión del tipo corresponde al área arqueológica de los Andes Orientales.
Se han info rmad o piezas y fragmentos procedentes de Los Santos, Villanueva, Jor·
dán, Socorro, Guane y Bucaramanga (en este último sitio apareció asociad o con
piezas de orfebrería (Vargas com. pers.). Sutherland ( 1972) reseña varias vasijas muy
posiblemente pertenecientes a este tipo ubicadas en colecciones particulares. Este tipo
pertenece al Complejo Guane Temprano fechado entre los años 800 y 1300 d.C. Se
encuentra asociado con los tipos Los Santos Carmelit a burdo, Los Santos Micaceo
rojo y Villanueva Ocre / crema-negro. En la parte media del cañón del rí o Chicamocha,
tanto sobre la banda occidental como oriental Pérez (com. pers.) ha efectuado
recolecciones superficiales en las cuales se encontró cerámica que comparte las for-
mas, co lor externo y similar es tilo decorativo al L. S. Micaceo fino aun cuando la mica
esta ausente en la pasta; aun no se ha efectuado la tipología definitiva pero, sin duda, se
trata de un tipo relacionado. No se han determinado subtipos ni varia ntes.
La textura de la pasta es granulosa-laminar; la cocción se realizó en atmósfera
reducida, no hay núcleo. La fragmentación es irregular y la dureza va de 2 a 3 en la
escala de M oh, lo cua l denota una cocción deficiente. El color de la pasta varía de
5YR3 / I (gris muy oscuro) a 5Y5 / 1 (gris). En la matriz de arcilla están presentes óxidos
de hierro que a la luz reflejada dan un color naranja. Como inclusiones intencionales
(desgrasante) se encontró cuarzo (24%). feldespato (8%). fragmentos líticos de meta-
morfitas tipo cuarcita con diámetros de arena fina a media (8%), carbonatos opacos
(7%), trazas de hornblenda y mica laminar en proporción media ( 14%); esta última
está claramente orientada en la dimensión mayor del fragmento o sea la de los
espira les utilizados para la construcción de la vasija. Esta característica indica que , a
diferencia de lo ocurrido con el tipo Micaceo rojo, aquí la mica se integró como
desgrasante a la pasta antes de formar las vasijas.
El color interno de la superficie va de 5Y5 j 9 (gris oliva) a 5Y2.5 / l (negro). El
color externo va de 5Y3 / I (gris muy oscuro) a 5Y2.5/ l (negro) en la tabla de Munsell .
No hay manchas de cocción; las inclusiones son visibles en superficie. El alisado es
muy bueno, no hay baño ni engobe. La técnica de manufactura es por espirales.
Se utilizó la pintura de color IORJ / 6 (rojo oscuro) como técnica decorativa; su
uso es muy restringido y sólo se registraron tres fragmentos con motivos de bandas
horizontales. La incisión se utilizó sobre las áreas cercanas a los bordes formando
líneas paralelas, líneas verticales demarcando horizontales y puntos siempre en la
superficie exterior. Las formas son: ollas pequeñas de base redondeada y borde
engrosado y copas de base baja (predominante). Las bases son redondeadas y anula-
res , hay cuerpos esféricos y semiesféricos, hombros redondeados , no hay cuellos, los
bordes son sencillos y engrosados, la orientación de los bordes es directa o invertida,
los labios son redondeados siempre, no se presentan asas.
En general las vasijas so n muy pequeñas; el diámetro máximo registrado es de 20
cm, no se pudo establecer la altura debido al tamaño de los fragmentos. El grosor de
las paredes va de 0.3 a 0.7 cm estando el promedio aproximadamente en 0.4 cm. La
función del tipo es puramente ceremonial, ni la forma de las vasijas ni ninguna otra
característica indica una utilización doméstica.

Tipo cerámico Villanueva Ocre/Crema-negro- descripción técnica


Establecido por Lleras 1986. Previamente Cada vid (1984) con base en una muestra
muy reducida (3 1 fragmentos) había establecido el tipo Los Santos ocre sobre crema;
se consideró convenie nte plantear la descripción en este estudio. Se encuentran
referencias en Archila 1986 y Pérez 1988. Hay piezas completas archivadas en las

101
PALOGORDO

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!ROBERTO LLERAS P~REZ · ARTURO VARGAS ESCOBAR

ceramotecas del Museo del Oro, Museo Arqueológico del Banco Popular, Museo
Nacional y en el ~useo Casa de Bolívar de Bucaramanga. Sutherland ( 1972} reseña
varias piezas posiblemente pertenecientes a este tipo existentes en co lecc iones particu-
lares. Se realizó la tipología detallada sobre la muestra obtenida en las recolecciones
superficiales y excavaciones en Palogordo que suma 2.347 fragmentos ( 11.1 % del
total). También se realizó una secció n delgad~ y su correspondiente análisis
petrográfico.
La dispersión corresponde al área arqueológica de los Andes Orientales; se ha
encontrado en Los Santos, Yillanueva, Pinchote, Curití, Jordán, Socorro y Ru ca ra-
manga. El tipo pertenece al Complej o Guane Temprano (800 a 1300 d.C.}; son tipos
asociados Los Santos Carmelita burdo, Los Santos Micaceo rojo y Los Sa ntos
Micaceo fino. Se consideran tipos relacionados el Guatavita Desgrasante gris y el
Guatavita Desgrasante de tiestos. No hay subtipos ni variantes.
La textura de la pasta es compacta; la cocció n se realizó en atmósfera oxida nte
aun cuando en gran parte de la superficie es evidente la presencia de co ndici ones
reductoras. No hay núcleo. La fragmentación es regular con bordes angulares. La
dureza va de 6 a 7 en la escala de Moh. Es tas propiedades junto con el timbre metálico
que producen Jos fragmentos al ser golpeados indican una muy buena cocc ión a altas
temperaturas. El coloren la tabla de Munsell va de IOYR8/ 3 (café claro) a IOYR6 / I
(gris claro). En la matriz se encuentra carbonato fino (micrita) como incl usión natural;
el desgrasante incluye carbonatos (47%) en tamaño lim o (0.07 mm) hasta tamaño
arena gruesa ( 1.2 mm), también hay cuarzo ( 12%) en tamaño arena fina (0. 12 mm}.
Hay poros irregulares semiesféricos producidos por la disolución de los carbonatos.
Hay óxidos en muy bajas cantidades.
La supe rficie interna presenta colo res que van del7.5YR3 / 0 (gris muy oscuro) a
IOYR7 / 4 (café muy claro). El color externo de la superficie varía de IOYR6/ 3 (café
muy claro) a IOYR5 / 4 (café amarillo) según la tabla de Munsell. Las manchas de
cocción son abundantes y extensas, las inclusiones no son visibles en la superficie. El
acabado de la superficie va de un alisado muy bueno a pulido. No hay baño ni engobe.
La técnica de manufactura es la de espirales.
La técnica principal de decoración es la pintura aun cua nd o también se presenta
la aplicación (2 fragmentos) para formar los rasgos de un rostro en el cuello de una
vasija. El color de la pintura es IOR3 / 6 (rojo oscuro) y los motivos incluyen bandas
horizontales y verticales, líneas delgadas y medianas convergentes y paralelas, escale-
ras , líneas y bandas entrecruzadas, triángulos, puntos e hileras de puntos, semicírcu-
los, espirales, cruces y mallas con puntos. Se registraron 564 fragmentos con decora-
ción (24 % del total). La decoración se aplicó tanto en el interior como en el exterior de
las vasijas; todas las áreas , incluyendo la parte inferior de algunas bases anulares
fueron decoradas. Sobre una muestra de 227 bordes se clasificaron 30 bordes reforza-
dos externos (13.2%), 119 bordes simples (52.4%) y 78 reforzados internos (34.4%).
Los bordes son directos , invertidos y en menor frecuencia evertidos. Los labios son
planos, redondeados o biselados internos, existe un solo fragmento con bisel externo.
Las bases son redondeadas (múcuras) aun cuando en la muestra solo se registraron
bases anulares (44}. Hay cuellos cilíndricos. Los hombros son angulares o redondea-
dos. Hay cuerpos semiesféricos y esféricos. Solo se encontraron tres ejemplos de asas
planas en forma de arco localizadas de borde a cuello y borde a cuerpo; aparentemente
solo se colocó un asa por vasija. Las formas totales incluyen el plato o copa de base
baja que puede ser bastante ancho y panda o relativamente pequeño y un poco más
profundo (cerca del 80% de los fragmentos corresponde a esta forma) , también se
registran múcuras y vasijas grandes de cuerpo esférico alargado y hombro angular
cuya forma exacta no se pudo reconstruir; hay finalmente pequeñas vasijas de base
amplia y cuerpo cónico con borde evertido. Otras formas atípicas incluyen rebordes
aplicados , en un caso con incisiones como decoración y fragmentos indicativos de
botellones.

103
PALOGORDO

Se registraron diámetros de hasta 40 cm y alturas de hasta 22 cm en las mayores


vasijas. El grosor máximo de la pasta es de 1.0 cm y el mínimo de 0.3 cm; el promedio
es de 0.7 cm.
El tipo tuvo exclusivamente una función ceremonial; no hay manchas de hollín
ni ningún otro tipo de huella de uso. En la mayor parte de los hallazgos de piezas
completas se encuentra como parte del ajuar funerario; la presencia de un número
considerable de fragmentos en pisos de habitación es un hecho curioso que puede
deberse a la presencia de entierros alterados y a la fabricación in siru de las vasijas.

Tipo cerámico Oiba rojo/Rojo naranja- fragmentos


Establecido por Sutherland 1972. Referido en Lleras 1986 y 1989a. Se encuentran
piezas enteras archivadas en Museo del Oro, Museo Arqueológico del Banco Popular
y M useo Nacional en Bogotá y en la Casa Museo de Bolívar en Bucaramanga. En esta
investigación sólo se encontraron 4 fragmentos, 3 de los cuales pertenecen a una
misma vasija; por esta razón se omite aquí la descripción técnica, la cual se puede
encontrar en Lleras 1989a. En Palogordo se encontraron dos bordes redondeados,
uno invertido y el otro directo. una base redondeada y decoración de pintura roja
formando bandas entrecruzadas en la base. Tres fragmentos permitieron reconstruir
un pequeño cuenco de 8 cm de diámetro y 3.8 cm de altura. Las características de la
pasta se conforman a las previamente descritas. Este tipo que parece tener utilización
tanto ceremonial como doméstica pertenece al Complejo Guane Tardío fechad o entre
los años 1300 y 1500 d .C. y se distribuye principalmente en la zona sur del territorio
Guane (Socorro, Oiba, Curití, etc.). En Palogordo es un tipo intruso depositado en
proporciones insignificantes (0.1%) en épocas posteriores al abandono del sitio.

CUADRO 1 - DISTRIBUCION DE TIPOS CERA MICOS POR NIVEL Y AREA

Cuadrícula/Tipo L.S.Car.B L.S.Mic.R. L.S.Mic.F. V.Ocr/C-N. O.Roj/R-N. TOTAL


y nivel

Rec. Sup. Lag. Cujizal 28 29


Cueva del Nitro 10 10
Palogordo 1
Recol. Superf. 61 39 109
Nivel!
Nivel2 50 16 69
Nivel) 114 13 142
Nivel4 174 12 11 21 218
Nivel S 309 6 29 82 426
Niveló 45 6 5 16 72
Subtotal Pal. 753 39 57 187 1.036
Palogordo 11
Recol. Superf. (Total) 2.962 45 13 132 3.152
Nivel! 884 28 67 271 1.250
Nivel2 164 24 11 66 265
Nivel3 105 10 2 5 122
Nivel4 18 20
Nivel S 13 1 15
Subtotal Pal. 11 1.184 64 81 343 1.672

104
ROBERTO LLERAS PtR EZ · ARTURO VARGAS ESCOBAR

CUADRO 1 - Distribución de tipos cerámicos por nivel y área- Continuación

Cuadrícula/Tipo L.S.Car.B L.S.Mic.R. L.S.Mic.F. V.Ocr/C-N. O .Roj/R-N. TOTAL


y nivel

Palogordo HA
Nivel! 575 22 106 711
Nivel2 92 8 104
Nivel3 67 70
Nivel4 15 17
Nivel S 20 20
Subtotal Pal. IIA 769 31 10 112 922
Palogordo IIB
Nivel! 762 21 112 904
Nivel2 180 8 188
Nivel3 87 90
Nive14 170 174
Nivel5 76 76
Subtotal Pal. 118 1.275 26 11 120 1.432
Palogordo 11 C
Nivel! 721 24 141 892
Nive12 246 5 260
Nivel) 96 98
Nivel4 101 104
Nivel S 86 87
Nivel6 39 39
Nivel? 14 16
Subtotal Pal. IIC 1.303 40 147 1.496
Palogordo 11 D
Nivel! 514 10 61 590
Nivel2 56 2 2 61
Nivel) 45 45
Nive14 172 173
Nivel5 31 31
Nivel6 13 13
Nivel? 5 5
Subtotal Pal. liD 836 14 63 918
Palogordo 11 E
Nivel! 571 55 JI 89 726
Nivel2 264 14 283
Nivel) 260 261
Nivel4 51 51
Subtotal Pal. 11 E 1.146 70 JI 94 1.321
Palogordo 11 F
Nivell 745 77 33 188 1.043
Nivel2 294 17 6 102 419
Nivel) 186 8 2 27 223
Nivel4 41 5 JO 26 82
Nivel S 7 3 1 15
Subtotal Pal. IIF 1.273 110 52 347 1.782
Palogordo 11 G
Nivel! 439 16 63 524

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PALOGORDO

CUADRO 1 -Distribución de tipos cerámicos por nive l y área- Continuación

Cuadricula/Tipo L.S.Car.B L.S.Mic.R. L.S.Mic.F. V.Ocr/C-N. O.Roj/R-N. TOTAL


y nivel

Nivel2 142 143


Nivel J 102 102
Nivel4 144 144
Nivel5 131 132
Nivel6 75 77
Su btota l Pal. IIG 1.033 19 64 1.122
Palogordo IIH
Nivel! 416 23 55 494
Nive l 2 130 10 24 165
Nive l 3 114 6 3 123
Nive l4 59 59
Subt otal Pal. IIH 719 39 82 84 1
Palogordo 11-1
Nivel! 486 21 45 556
Nivel2 130 11 5 146
Nivel3 121 3 124
Nivel 4 74 74
Subtotal Pal. 11-1 811 35 50 900
Palogordo IIJ
Nivel ! 823 22 132 985
Nivel2 573 20 16 134 743
Nivel3 470 17 10 75 572
Nivel4 423 26 7 90 546
Nivel5 40 15 58
Nivel6 21 23
Su bt o tal Pal. IIJ 2.350 87 43 447 2.927
Palogordo 111
Recol. Superf. 40 18 60
Nive l 1 418 106 30 116 669
Nivel2 58 35 2 6 101
Nivel ) 69 16 3 5 93
Nivel4 144 29 13 188
Nivel5 196 12 215
Nivel6 99 11 111
Nivel? 45 3 48
Nivel8 5 6
Subt ota l Pal. 111 1.074 2 15 40 159 1491
TOTALES 17.526 833 340 2.347 21.050
Frecuencia (%) 83.2% 4.0% 1.6% 11.1 % 0.1 % 100.0%

Artefactos líticos - descripción

Lascas- Se e ncuentran lascas irregu lares con ta lón y bulbo de percusión con micro-
huellas de desgaste en los bordes laterales; lascas primarias semiaplanadas con bulbo y
microrretoques extendidos sobre las caras laterales: lascas espesas piramidales con

106
ROBERTO LLERAS PtREZ · ARTURO VARGAS ESCOBAR

corteza y filo extendido reactivado con huellas de microdesgaste en el borde; lascas


primarias de sección subtriangular y borde lateral con retoque extendido, borde
restringido reactivado. Están elaboradas en chert y lidita y presentan tamaños que
oscilan entre 7 x 4 cm (máximo) y 3.5 x 1.2 cm (mínimo).
Cuchillas - Hay cuchillas de sección triangular y borde semicircular que
presentan superficie de preparación y huellas de microdesgasteen el borde activado;
cuchillas de forma lanceolada de sección subtriangular con talon y bulbo de percu-
sión y huellas de microdesgaste y cuchillas de sección trapezoidal con talón y bulbo
de percusión . Están elaboradas en chert y lidita y presentan tamaños que van desde
8 x 6 cm (máximo) hasta 2.5 x 1.5 cm (mínimo) estando el promedio en 4 x 2.5 cm.
Raspadores- Aparecen raspadores frontales de borde restringido obtenidos a
partir de núcleos piramidales formando bordes frontales que fueron reactivados,
aparecen huellas de desgaste; raspadores frontolaterales sobre cantos rodados de
forma discoidal aplanada con bordes activados en la extensión del perimetro, uno de
los lados se reactivó formando la superficie principal de trabajo. Están elaborados en
chert y lidita y su tamaño va de 12 x 9.5 cm (máximo) hasta 3.5 x 1.5 cm (mínimo) con
un promedio de 4.5 x 3.0 cm.
Núcleos - La materia prima es lidita y chert. Con base en cantos rodados se
desprendieron lascas sobre varias caras en las que se pueden ver bull5os de percusión.
Las medidas van de 7 x 5.5 cm (máximo) a 2.5 x 2 cm (mínimo) estando el promedio en
4 x 3.5 cm.
Nódulos- Se trata de cantos rodados en los cuales es visib le aun gran parte de la
corteza, también hay huellas de desgaste por usos secundarios. La materia prima es
chert; las medidas van de 7.5 x 7 cm (máximo) hasta 6 x 4 cm (mínimo).
Percutores - Se utilizaron básicamente cantos rodados de forma ovalada e
incluso mitades de cantos, hay alisamiento de una de las dos caras ocasionalmente
por fricción y numerosas huellas de uso en los extremos. Se utilizó como materia

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107
PALOGORDO

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108

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ROBERTO LLERAS PtREZ ·ARTURO VARGAS ESCOBAR

prima el chert, granito y areniscas duras. Las medidas van de 8.5 x 7 cm {máximo)
hasta 6 x 4 cm (mínimo).
Pulidores- Se elaboraron con base en cantos rodado s de chert y lid ita, en Jos
bordes de fractura las aristas se encuentran fuertemente alisadas. Hay en varias caras
de la superficie numerosas huellas de desgaste por fricción. Las medidas van de 8 x 9
cm (máximo) hasta 5.5 x 4 cm (mínimo).
Metates- No se encontró ningún ejemplar completo; los fragmentos hallados
tienen tamaños que van de 19 x 18.5 cm (máximo) hasta 8 x 4.5 cm (mínimo). Fueron
trabajadas con base en lajas espesas de arenisca desbastadas y pulidos en la superficie
externa y progresivamente desgastada por uso en el interior.
Manos de moler- Los ejemplares encontrados se elaboraron en arenisca dura
y sobre cantos rodados modificados para formar piezas elipsoidales o rectangulares
con bordes redondeados y sección triangular. Hay numerosas huellas de desgaste
por fricción en las caras de trabajo. Los tamaños va n de 16.5 x 11 cm (máximo)
hasta 11.5 x 8 cm (mínimo).
Hachas- No se encontraron ejemplares completos; los fragmentos hallados
corresponden a artefactos pesados de gran tamaño de forma trapezoidal elaborados
en lid ita y granito y cuyas medidas son 10 x 8 cm y 5.5 x 4.5 cm.
Yunque y martillo- El yunque está elaborado en arenisca, tiene forma discoidal
con un diámetro de 21.7 cm y un espesor de 6.5 cm y presenta desgaste perimetral pero

109
PALOGORDO

no en la superficie superi o r indicando ausencia de uso .. El ma rtillo fue elaborad o en


chert y presen ta un a forma cilíndrica muy irregular con la supe rfici e inferior de trabajo
muy alisada perO si n huellas de uso; sus medidas so n 7.O diámetro x 6.5 cm de altura.
Punzón- Solo se enco ntró un eje mplar elab orad o en lid ita a part ir de una lasca
prismáti ca y secc ió n trapezoidal a la cual por pe rc usió n controlada se le tall ó un a
punt a aguda en la cual hay huellas de m ic rode sga~te. Las medias son 2.5 cm de largo
por 0.5 cm de ancho.
Otros- Art efacto multifuncio nal - Llama la aten ció n entre los líticos no clasifi-
cados un artefacto multifuncional de forma semicircular con una prolo ngació n cóni ca
elaborado en are nisca dura con retoq ues perimetrales sin reactivación y desgastes
tambi én perimetrales so brepuestos que indican su posib le uso co mo raspad or y hacha
aun c uand o su co nformación y tamaño (22.5 x 20 cm) tambi én hace pensar en una
especie de azada con mango para encabar en un palo.
Debe anotarse qu e algunos artefactos so n multifuncionales presentánd ose co m-
binaciones tales co mo percutores-a lisad ores, man os de moler-yunques y cuchillas-
raspadores. En estos casos se clasificó cada artefact o tomando en cuenta su forma-
función principal.

CUAD RO 2- DISTRIB UC ION DE ARTEFACTOS LITICOS

l. LASCAS
Recolección superf. - 1 Palogordo II C- Niv. 4 - 1
Niv. 6- 1
Palogo rd o II E- Niv. 2- 1
Niv. 3- 1 Palogord o IIF - Niv. 1 - 1
Pal ogordo IIG - Niv. 2- 1 Palogordo 11-1 - Niv. 5- 1
Pal ogord o 111 - Niv. 2-2
Niv. 4-3 TOTAL- 13 (5.24%)
2. CUCHILLAS
Recolección supe rf. - 6 Palogordo IIA - Niv. 1 - 1
Niv. 2- 1
Palogordo IIB - Niv. 3- 1 Pa1ogordo II C- Niv. 1 - 4
Niv. 2-3
Niv. 3-1
Niv. 4 -2
Niv. 5- 1
Palogordo IIG - Niv. 1 - 2 Pa1ogordo 11 H - Niv. 1 - 1
Niv. 2-1
Palogordo 11-1 - Niv. 2- 5 Palogordo IIJ - Niv. 1 - 1
Niv. 3-2
Niv. 4-3
Niv. 5- 1
TOTAL- 36 ( 14.52%)
3. RASPADORES
Reco lecció n supe rf. - 2 Palogordo 1 - Niv. 5-1
Pa1ogordo 11 - Niv. 1 - 2 Palogordo IIB - Niv. 2- 1
Palogordo II C- Niv. 1 - 1 Pa1ogordo 11 F - Niv. 3- 1
Niv. 2-4
Niv. 3-2
Niv. 4 - 1
Palogordo IIG - Niv. 1 - 1 Pa1ogordo IIH- Niv. 2- 2
Niv. 3- 1 Niv. 3- 1
Palogord o IIJ - Niv. 4- 1 Pa1ogordo 111 - Niv. 3- 2
TOTAL - 23 (9.27%)

110
ROBERTO LLERA S PtREZ - ARTURO VARGAS ESCOBAR

CUADRO 2- Distribución de artefactos líticos- Continuación

4. NUCLEOS
Recolección superf. - 3 Palogordo 118- Niv . l- 1
Palogordo IIC- Niv. 2- 2 Niv. 2-3
Niv. 4-2 Palogordo liD- Niv. 2- 1
Palogordo 11 E - Niv. 1 - 2 Palogordo 11G - Niv. 2- 2
Palogordo IIH- Niv. 2-2 Niv. 4- 1
Niv. 3- 1 Niv. 5-1
Palogordo 11-1 - Niv. 3- 1 Niv. 6-2
Palogordo IIJ- Niv. 2-2
Niv. 3-1
Niv . 4-1 TOTAL- 28 (11 .29%)
S. NODULOS
Palogordo IIB- Niv. 3- 1 Palogordo 11C- Niv. 1-1
Niv. 3-1
Palogordo liD - Niv. 4- 1 Palogordo 11E- Niv. 3-3
Palogordo IIG - Niv. 2-2 Palo gordo 11 H - Niv. 1- 1
TOTAL- 11 (4.44%) Niv. 4-1
6. PERCUTORES Palogordo 11 B - Niv. 4- 1
Recolección superf. - 2 Palogordo 111- Niv. 1-2
Palogordo IIC- Niv. 4 - 1 Niv. 2-2
Niv. 3- 1
TOTAL- 9 (3.62%)
7. PULIDORES Palogordo IIC- Niv. 2- 1
Recolección superf. - 2
Palogordo IIG - Niv. 1 - 1 Palogordo 11J - Niv. 1 - 1
Niv. 3- 1
TOTAL- 6 (2.42%)
8. MANOS DE MOLER Palogordo 11A- Niv. 2- 1
Recolección superf. - 2 Niv. 3-1
Palogordo 11G- Niv. 1- 1
Palogordo 11 B - Niv. 5 - 1 Palogordo IIJ - Niv. 2- 1
Palogordo 11 H - Niv. 4 - 1 TOTAL - 9 (3.62%)
Palogordo 111 - Niv. 4 - 1
9. METATES (FRAGMENTOS) Palo gordo 11 D - Niv. 2 - 1
Palogordo IIA - Niv. 4- 1 Palogordo 11G - Niv. 2 - 1
Palogordo 11 E - Niv. 1 - 1 TOTAL- 5 (2.02%)
Palogordo 111 - Ni v. 3 - 1
10. HACHAS (FRAGMENTOS) Palogordo 118 - Niv. 1 - 1
Recolección superf. - 1
TOTAL- 2 (0.81 %)
11. YUNQUE Y MARTILLO.
Palogordo 11 D - Niv. 4 - 1 (0.40%)
12. PUNZON.
Palogordo 11A - Niv. 1 - 1 (0.40%)
13. OTROS NO CLASIFICADOS
TOTAL - 11 (Varias cuadrículas y niveles) (4.44%)
14. FOSILES NO MODIFICADOS UTILIZADOS
Palogordo 11 B - Niv. 4 - 1 Palogordo 11C- Niv. 2- 1
Palogordo IIE- Niv. 3- 1 Palogordo 11H- Niv. 1 -2
TOTAL- 5 (2.02%)
15. DESECHOS DE TALLA
TOTAL- 88 (Varias cuadrículas y niveles) (35.48%)

111
PALOGORDO

CUADRO 2- Distribución de artefactos liticos- Continuación

TOTALES GENERALES-
Recolección superf.- 19 (7.66%) Palogordo 1- 1 (0.40%) Palogordo 11 - 2 (0.81 %)
Palogordo JJA- 6 (2.42%) Palogordo 118 - 11 (4.44%) Palogordo II C- 30 (12.10%)
Palogordo liD- 4 (1.61 %) Palogordo JJE- 9 (3.62%) Palogordo 11 F - 2 (0.8 1%)
Palogordo JJG - 18 (7.26%) Palogordo 11 H - 12 (4.84%) Palogordo 11-1- 7 (2.82%)
Palogordo IJJ- 19 (7.66%) Palogordo 111 -9 (3.62%) No clasif. y desechos - 99 (39.92%)
TOTAL LITICOS- 248

Hallazgos misceláneos
En las excavaciones y recolecciones superficiales se encontraron varios tipos de
objetos y materiales que por su frecue nci a y contextos no merecen un análisis y
descripción por sepa rad o. Dentro de esta categoría se encuentran los siguientes:

Objetos de hueso y concha

Recolección superficial- Un objeto cilíndrico hueco de aproximadamente 7.0 cm de


longitud por 2.5 cm de diámetro (ver fotografía 27) producido mediante la ext racción
de la médula de un fragmento de hueso largo de animal (probablemente Odocoileus) y
que puede formar parte de un instrumento musical tal como una embocadu ra de
nauta .
Palogordo 1 - 6 opérculos de ca racol (Aperosloma), 2 de ellos modificados, 1
fragmento de cuenta en concha.
Palogordo 11 8 opércu los de aperostoma. 2 de ellos modificados como cuentas
de collar.
Palogrodo JIA - JI opércu los de aperostoma, 1de ellos modificado como cuenta
de collar, 3 cuentas en concha.
Palogordo 118- 3 cuentas en concha, 3 cuentas en opérculos de aperostoma, 1
cuenta en hueso , 2 fragmentos de concha modificados.
Palogordo II C - 1 opércu lo de caracol, 2 cuentas en opércul o, 4 cuentas en
concha.
Palogordo liD- 4 cuentas en concha, 1 cuenta de hu eso, 1 opérculo de caracol.
Palogo rdo IIE- 1 cuenta en opérculo de caracol, 2 cuentas en concha.

Foto 28 . Cuentas
de collar de concha.

112
ROBERTO LLERAS PEREZ · ARTURO VARGAS ESCOBAR

Foto 30. Fósiles .

....
Foto 31 . Co ll ar del entierro Pal II A·MJ.

Palogordo 11 F • 1 cuenta en concha.


Palogordo IIG · 2 opércu los de aperostoma , 5 cuentas en concha, 1 cuenta en
hueso, 1 perforador en hueso.
Palogordo JI H - 1 cuenta de concha, 1 cuenta de hueso.
Palogordo 11 · 1 · 1 opérculo de aperostoma, J cuentas en concha.
Palogordo JIJ. 1 cuenta en concha, 14 cuentas en opérculos, 35 opérculos de
caracol.
Palogordo 111 · 1 cuen ta en concha, 1 cuen ta en hueso, 1 co lmill o de felino
(probableme nt e Felis pardalis).
Total- 60 opércul os de aperostoma si n modificar, 25 opé rcu los modificados
como cuentas de collar, 29 cuentas de collar en concha, 5 cuentas de collar en hueso,

113
PALOGORDO

Fósiles de amonita

Palogordo 1 - J Palogordo 11 - 1 Palogord o 118 - 1


Palogord o liD - 1 Palogordo IIG - 1 Palogord o 11-1 - 1
Palogord o IIJ - 1 Pal ogo rdo 111 - 1 Total - 10 fósiles.

Otros líticos y arcilla

Palogordo 11- 2 fragmentos de cuarzo sin trabajar.


Palogordo IIA - 8 fragmentos de arcilla tubular, 1 fragmento de cuarzo sin
trabajar, 1 fragmento de calcita.
Palogordo 118 - J fragmentos de cuarzo, 1 cuenta de collar lítica tubular,
fragmento laminar de mica , 1 fragmento de arcilla tubular sin cocer.
Palogordo II C- 1 fragmento de cuarzo, 1 fragmento de arcilla tubular.
Palogord o liD- 4 fragmentos de arcilla tubular.
Palogordo IIE - 1 cuenta lítica cilíndrica sin perforar, 1 fragment o arcilla
tubular.
Palogordo IIF - 1 cuenta de cuarzo ci líndrica sin perforar.
Palogord o IIG - 1 fragmento de cuarzo, 1 fragmento laminar de mica.
Pal ogo rdo IIH - 1 fragmento de cuarzo.
Palogo rdo 11-1 - 1 fragmento de arcilla tubular.
Palogordo JIJ- 1 fragmento de cuarzo, 2 fragmentos de arcilla tubular.
Palogord o 111 - 5 fragment os de arcilla tubular.
Totales- 10 fragmentos de cuarzo sin trabajar, 2 fragm en tos laminares de mica,
21 fragmentos de arcilla lítica tubular, 1 fragmento de calcita, J cuentas líticas
cilíndricas (2 de e llas sin perfo rar).

Metálicos

Palogo rd o IIG - 1 clavo de hierro (nivel 1)

Collar entierro Palogordo IIA-M3

Este conjunto merece mención aparte ya que su hall azgo de co ntexto permitió la
reconstrucción comple ta de su contenido. El collar está comp uest o por:
5 cuentas lít icas cilí ndricas de piedra color café de ent re 2.5 y 1.0 cm de largo.
J cuen tas en fósil de amonita.
9 cuentas en co nc ha, inclu ye nd o un a que es un a co ncha de aperostoma
completa.
13 cuentas tubulares en hueso de ave.
Total- 30 cuentas.

Enterramientos - contextos y datos de antropología física

En las excavacio nes se localizaro n un total de 16 entierros, todos dentro de la


excavació n en área de Palogordo 11. Los co ntex tos de ha llazgo de cada entierro y los
datos de antropología física se describen a co ntinuación. Cabe anotar que la mayor
parte de la información correspondiente a sexo, edad y háb itos alimenticios proviene
de la d enti ción que por su estado de conservación permitió un análisis más ex hausti vo
mientras que el material óseo se halló, en su mayoría, en muy malas condiciones de
conservación que impidieron realiza r análisis más detallados.

114
ROBERTO LLERAS Pf::REZ ·ARTU RO VARGAS ESCOBAR

Entierro Palogordo IIA-NS-Ml

Este entierro se encontró en el sector centro-oriental de la cuadrícula IIA entre los


niveles 4 y 5 (0.40 a 0.50 m) . El esqueleto se halló en posición decúbito dorsal flexado.
In situ la longitud máxima era de 48 cm y el ancho máximo de 27 cm. El cuerpo fue
colocado en una fosa ovoidal de 60 x 40 cm orientada al igual que el esqueleto en
dirección suroeste-noreste. No se encontró ajuar ni asociación directa de material
cultural. En total se recuperaron cuatro fragmentos de huesos largos (fémur 21 .2 cm.
radio 12.2 cm, cúbito 14 cm, tibia 18.3 cm in situ), ocho falanges, las dos rótulas y seis
fragmentos del cráneo. Se recuperaron las piezas dentarias 11, 13, 1S, 16, 17, 18,21 , 22,
24, 25, 26, 27, 28, 31, 34, 35, 36, 41 y 46. No se encontraron caries, hay una
descalcificación en dientes no erupcionados sin explicación aparente. Del 13 al 22 se
notan fisuras horizontales debidas presumiblemente a una enfermedad anterior a la
erupción de los mismos . El estado de erupción de los permanentes y el grado de
calcificación de los 6S sugieren que se trata de un infante de sexo no determinado cuya
edad oscila alrededor de los 8 años. De las piezas encontradas no habían hecho
erupción el 15, 17, 18, 24, 25 , 27 y 28. lntimamente asociado al esqueleto de este
entierro se encontró otro juego dental perteneciente a otro individuo del cual no se
conservaron restos óseos. En este segundo juego denominado Pal IIA-NS-M 1b se
identificaron las piezas 52, 53, 55, 61, 63, 64, 26 (no erupcionada), 71, 36 (no erupcio-
nada), 84 y 85. Se trata de un infante de sexo no determinado con una edad de 4 a S
años. Hay fuerte abrasión de las caras oclusales de los molares, buena calcificación y
brillantez del esmalte. Debido a la reabsorción de la raíz del61 y abrasión oclusal se
puede asegurar un uso intensivo en la masticació n de alimentos duros aún a esta edad.

Entierro Palogordo IIA-NS-M2

Este entierro se encontró en el sector sur-occidental de la cuadrícula llA entre los


niveles 4 y S (0.40 a 0.50 m) . El esqueleto estaba colocado dentro de la mitad de una
vasija del tipo Los Santos Carmelita Burdo de 36.0 cm de diámetro por 31.0 cm de
altura y orientado en sentido oeste-este. La posició n del esqueleto era decúbito dorsal
flexado. Se trata de un infante de sexo no dete rminado cuya edad oscila entre 1 y 2
años. Nose recuperaron piezas dentales. Fueron registrados tres fragmentos de huesos
largos , cinco fragmentos de costillas, cinco fragment os de cráneo, dos fragmentos de
la cintura pélvica y otro fragmento de hueso no identificado. In sifu las medidas
fueron; húmero-S cm; cúbito-5.3 cm.

Entierro Palogordo IIA-N5-M3

El entierro fue localizado en el sector sur-occidental de la cuadrícula IIA entre los


niveles 4 y 5 (0.40 a 0.50 m) . El esqueleto se encontró en posició n decúbito lateral
nexado orientado en se ntido este-oeste dentro de una fosa de forma oval cuyas
medidas so n: longitud 88.0 cm, ancho 38.0 cm. En el costado sur de la fo sa se halló una
roca dejada in si tu al construir la sepultura. In sifu el entierro midió 54 cm de largo, la
tibia 23.0 cm, el fémur derecho 24,5 cm, el cúbito derecho 16.4 cm y el radio 13.6 cm.
No fue posible levantar los huesos para su estudio por su estado de deterioro . Se
conservó en buen estado el maxilar inferior con la mayoría de las piezas y la porción
derecha del maxilar superior. Además de las piezas dentales aún adheridas a estos
huesos se recuperaron otras sueltas. Las piezas estudiadas son las siguientes: 17, 16, 15,
14, 13, 12, 1 1, 21, 22, 24, 27, 33, 34, 75, 36, 37,41, 42, 43, 44 , 85, 46, 47 . De estas estaban
sin erupcionar las 17, 15, 37 y 47. Se puede inferir que se trataba de un individuo
probablemente de sexo femenino, cuya edad oscilaba entre los 11 y 12 años. Hay un
angle clase 2, variedad B. La dolicocefalea es pronunciada. Hay desnutrición y
raquitismo que pueden estar influyendo en una demora en el cambio de dentición lo

liS
I'ALOGORDO

que elevaría la probable edad hasta los 14 años; una muy fuerte abrasión de los 3s y los
6s parece indicar una mayor edad. Llama la atención lo pequeño del cráneo en relación
con la dentición , hay apiñamiento por la conformación de los maxilares. La rama
asce ndente del maxilar inferior es ancha y corta y la rama horizontal muy corta. Se
presenta una caries distal de segunda clase en el85. Abrasió n especialmente fuerte en el
55 y 75, la abrasión es dispareja presentando un sentido diagonal debido a la mala
posición de los dientes. La mala oclusión y disfunción existentes determinaron un
funcionamiento irregular de la articulación. El ajuar funerario de este entierro estaba
compuesto por un collar especialmente interesante en el cual se mezclaron cuentas de
piedra, fósil, caracol y hueso {ver fotografía 31) y un fragmento de vasija Los Santos
Carmelita burdo.

Entierro Palogordo 118-N4-MI

El entierro fue localizado en la esquina sur-oeste de la cuadrícula 118 entre los ni veles 3
y 4 (0.30 a 0.50 m). El esqueleto estaba colocado dentro de una olla de0 .25 m de altura
x 0 . 13 m de diámetro (boca) del tipo cerámico Los Santos Carmelita burdo de uso
doméstico y reutilizada como urna funeraria . Se trata de un individuo de sexo no
determinado probablemente no-nato o neonato en sus primeros días de vida extraute-
rina (ver fotografía 14). Una vez ensamblado el esqueleto midió aproximadamente 25
cm de altura y 6 cm de ancho a nivel de la cintura escapular. El entierro dentro de la
vasija permitió que se conservaran en buen estado casi todos los huesos largos, las
costillas, algunas vértebras, el maxilar inferior y otros fragmentos de huesos del
cráneo y las extremidades. No se encontraron piezas dentales .

Entierro Palogordo IIC-N2-M1

El entierro fue localizad o en la parte nororiental de la cuadrícula IIC en el nivel 2


{0.20 m). Debido al estado de conservación y a una posible alteración postenterra-
miento no se conservan más que 3 fragmentos de huesos largos y 17 fragmentos
pequeños de cráneo. No se pudo determinar ni la forma de la fosa ni el sexo o edad del
esqueleto, solo se puede inferir que se trataba de un indi vid uo preadolesce nte . No
aparecieron piezas dentales ni vestigios culturales asociados.

Entierro Palogordo IJD-N4-MA

Este entierro apareció en el sector su r-orien tal de la cuadrícu la 11 D entre los ni veles 2 y 4
(0.20 a 0.40 m). El esqueleto estaba íntimamente asociado con los entierros 11D-N4- MB
y IID-N 4-MC. Dentro de una fosa de forma aproximadamente rectangular con bordes
redondeados de 0.65 x 0.75 m. Sobre el esqueleto se enco ntraron dos fragmentos de
metate d e piedra y en asociación con él un fragmento de vasija del tipo Los Santos
Carmelita burdo. El esqueleto se encontró orientado en se ntido este-oeste con la cara
vuelta hacia el norte . In situ midió0.58 m de largo ya que la posición es decúbito dorsa l
flexada. Se pudieron recuperar dos fragmentos del hueso ilíaco, tres fragmentos de
huesos largos , tres falanges y nueve fragmentos del cráneo. Se recuperaron las piezas
dentales 12, 13, 17, 24, 26, 31, 32, 34, 36, 41,42, 43 y 85. Se trata de un individuo de sexo
masculino probablemente, cuya edad oscila entre JI y 14 años. Se presenta una
incongruencia entre el tamaño de las cámaras pulpares y la longitud de las raíces; las
primeras más profundas indicarían una mayor edad mientras que las raíces son más
cortas de lo que correspondería. Es posib le que la acidez del suelo haya reducido la
longitud de las raíces lo que explicaría la inco ngruencia. Lapresenciadedesiduos como
el 85 junto a permanentes como el 12 terminando de formar raíz no coincide con las
tablas de erupción. Se observan facetas de desgaste grandes en el26(cúspides palatinas)
y en el36 (cúspides bucales) y algunas pequeñas en ell7. El desgaste mayor en el lado
izquierdo sugiere una mordida izquierda. Hay buena calcificación.

116
ROBERTO LLERAS P~REZ • ARTUR:_:O:_V
:_:A:_:R:_:G::_A::::
S.::_
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SC::O::.:B::_A:_:R_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ __ _ _ _ _ __

Entierro Palogordo IlD-N 4-MB

Se encontró íntimamente asociado al entierro anteriormente descrito lo mismo que al


Palogordo JJD-N4-MC en el sector suroriental de la cuadricula liD entre Jos niveles 3
y 4 (0.30 a 0.40 m}. El esqueleto estaba en posición decúbito dorsal flexado orientado
en sentido este-oeste. Aparentemente fue alterado cuando se realizó el enterramiento
IID-N4-MA y por ello no fue posible recuperar más que un fragmento de fémur, una
vértebra (axis), una rótula y minúsculos fragmentos de cráneo. Tampoco fue posible
tomar medidas in situ. Sobre el esqueleto aparecieron dos lajas de piedra y en
asociación con él dos fragmentos grandes de vasijas del tipo Los Santos Carmelita
burdo. Se recuperaron las piezas dentales Nos. 11, 13, 15, 16, 17, 21, 23, 25, 26, 27, 36y
46. Se trata de un individuo adulto de sexo femenino probablemente, cuya edad
oscilaba entre los 45 y 50 años. Hay una muy fuerte abrasión de las coronas en su cara
oclusal debida indudablemente a la masticación de alimentos muy duros. Hay muy
buena calcificación y mineralización de piezas muy bien formadas. Sorprende igual-
mente la ausencia de caries.

Entierro Palogordo IID-N4-MC

Se encontró íntimamente asociado a Jos dos entierros anteriormente descritos en el


sector suroriental de la cuadrícula liD entre los niveles4 y 5 (0.40 a0.50 m). El esqueleto
se encontraba colocado dentro de una olla de 20.0 cm de altura por 11.0 cm de diámetro
(boca} del tipo Los Santos Carmelita burdo de uso doméstico reutilizada como urna
funeraria. Se trata de un individuo de sexo no determinado , neonato en sus primeros
días de vida extrauterina. Una vez ensamblado midió aproximadamente 50.0 cm de
altura y 10.0 cm de ancho a nivel de la cintura escapular. Se conservaron en buen estado
todos los huesos largos, la cintura pélvica, las costillas, una parte de las vértebras, el
maxilar inferior y numerosos fragmentos del cráneo que, sin embargo fue imposible
reconstruir; también se conservaron dos piezas de la dentadura desidua(51 y61). En los
huesos recuperados no se observan malformaciones ni lesiones de ningún tipo.

Entierro Palogordo IIF-NJ-MI

El entierro se encontró en el sectorcentro·oriental de la cuadrícula IIF entre los niveles


2 y 3 (0.20 a0.30 m}. El esqueleto se encontraba dentro de un fragmento grande de olla
del tipo Los Santos Carmelita burdo. Se trata de un individuo de sexo no determinado
no-nato; se recuperaron parte de los huesos largos, los omoplatos, fragmentos del
iliaco y algunos fragmentos muy deteriorados de cráneo que no permitieron su
reconstrucción. Una vez ensamblado midió cerca de 21.0 cm de altura y aproximada-
mente 5.0 cm de ancho a nivel de la cintura pélvica. No se observaron malformaciones
o lesiones en los huesos, no se encontraron piezas dentales. Aparentemente el esque-
leto se encontraba en posición flexada in situ aun cuando el estado de los huesos no
permite asegurarlo.

Entierro Palogordo IIG-N2-MI

El entierro fue hallado en el sector central de la cuadrícula IIG entre los niveles 2 y 3
(0.20 a 0.30 m). El esqueletO se encontraba en posición decúbito dorsal flexada con las
p'icrnas desplazadas hacia la izquierda orientado en sentido este-oeste y dentro de una
fosa irregular bordeada en parte por piedras sin trabajar. In situ las medidas fueron:
longitud máxima-63.0 cm, fCmur derecho-32.5 cm, cúbito-17.0 cm. Excepto por el
maxilar inferior y una porción del maxilar superior izquierdo no se pudieron recupe-
rar otros huesos para su estudio. La rama ascendente del maxilar es muy corta lo que
puede estar indicando raquitismo, hay aquí también una desproporción entre el

117
PALOGORDO

tamaño del maxilar y de la dentadura, Jo que ocasiona apiñamiento. Las piezas


presentesson: 24, 25, 65, 26, 27, 31 , 32, 73, 74, 75, 36, 37, 41 , 42, 83, 84, 85,46 y 47. Se
trata de un individuo de sexo no determinado , aun cuando es más probable que fuera
masculino, de una edad aproximada de 11 a 12 años. La dentición es mixta y no
concuerda totalmente con las tablas de erupción: babia cambiado canino derecho pero
no izquierdo; el 3 temporal salió tarde y se torció quedando más alto. El 25 está
erupcionando sin reabsorción radicular del65 y en el lugar del 24, lo cual provoca una
inclusión visible a nivel óseo. Sin erupcionar y en sus lugares correctos se ven el24, 27,
37 y47. Hay también una destrucción de la tabla externa en mayor o menor grado de los
anteriores inferiores que podría ser de origen traumático. No hay abrasión fuerte.
Asociado con este enterramiento y sin restos óseos correspondientes apareció otro
juego de piezas dentales incluidas allí sin duda por alteraciones de la tumba postente-
rramiento; en este juego denominado IIG-N2-M 1A se encontraron las siguientes piezas:
11, 13, 14, 55, 16, 17, 22, 63, 64y 25. De estas se encontraba sin erupcionare! 17. El juego
pertenece a un individuo probablemente de sexo masculino (por conformación del
central) de una edad probable de 11 años. Hay fuerte descalcificación y formación de
cálculo oclusal, se presenta una caries muy avanzada interesando la pulpa en el 55.

Entierro Palogordo IIG-N3-M2

El entierro apareció en la cuadrícula IIG en el sector centro-norte entre Jos niveles 3 y 4


(0.30 a 0.40 m). El esqueleto se encontraba en posición decúbito lateral derecho
flexado dentro de una fosa irregular y orientado en sentido oeste-este. In siru las
medidas tomadas fueron: longitud máxima-48.0 cm, cúbito izquierdo-! 1.4 cm, cúbito
derecho-11.6 cm, fémur izquierdo-17,5 cm, tibia izquierda-16.9 cm. Los huesos no se
pudieron levantar para su estudio dado el grado de deterioro. Se recuperó parte del
maxilar inferior izquierdo y las siguientes piezas dentales: 11, 13, 14, 15, 16, 21 , 22, 23,
24, 65 , 26, 27, 31 , 75, 36, 41 , 42, 43, 44, 85 y 46. Se trata de un individuo de sexo
femenino probablemente con una edad de entre 10 y 11 años. Hay fuerte descalcifica-
ción, presenta dentición mixta, sorprende la ausencia de caries, hay abrasión fuerte en
Jos desiduos , formación de tártaro. El primer molar (27) presenta solo la corona, la
raíz no se acabó de formar, caries de segundo grado en el85. Por razones análogas a las
anteriormente citadas (alteración de la tumba postenterramiento) aparece otro juego
de piezas dentales conformado por: 51 , 53 , 54 , 55 , 63 , 64, 72, 73 y 83. Este segundo
juego denominado IIG-N3-M2B perteneció a un individuo de sexo no determinado
con una edad de entre 3 y 4 años. En el 51 que tiene la raíz entera no hay desgaste
radicular que indique la presencia del permanente. Se presentan las siguientes caries:
mesial en el 54, distal en el63 , mesial y distal en el 64 y mesial en el 83. Hay fuerte
abrasión oclusal.

Entierro Palogordo IIH-Nt-M

Este entierro apareció en el sector nororiental de la cuadricula IIH en el nivel! (0. 10 m).
Debido a lo superficial del hallazgo se encontró muy alterado y deteriorado siendo
imposible tomar medidas in situ o recuperar huesos o piezas dentales. Se observó que
los fragmentos de huesos largos estaban orientados en sentido suroeste-noreste. Tam-
poco se logró establecer la forma de la fosa.

Entierro Palogordo IIH-N4-MI

El entierro apareció en el sector centro-norte de la cuadrícula IIH entre los niveles 2 y4


(0.20 a 0.40 m). El esqueleto se encontraba en posición decúbito lateral derecho
orientado en sentido suroeste-noreste, no se pudo determinar la forma de la fosa. En
asociación se encontró un fragmento grande de vasija del tipo Los Santos Carmelito

118
ROBERTO LLERAS PtREZ ·A RTURO VARGAS ESCOBAR

burdo./n si tu se pudieron tomar las siguientes medidas: tibia 34.0 cm, cúbito 23.5 cm.
Se lograron recuperar fragmentos de huesos largos (3), una tibia y dos fragmentos de
cúbito. Se observa en ellos muy buena calcificación y no hay malformaciones ni
lesiones. Las piezas dentales recuperadas son: 24, 27, 28 , 36, 37 y 46. Se trata de un
adulto, probablemente de sexo femenino con una edad aproximada de 45-50 años. La
hipercementosis de las raíces de los molares indica un fuerte trabajo y esto lo confirma
una abrasión pronunciada. El24 tiene raíces fracturadas y caries incipiente distal con
facetas de desgaste en la cúspide bucal, vertientes mesial y distal. El 36 tiene abrasión
en vert iente bucal de las cúspides bucales, contraria a la abrasión que se observa en el
superior. El 27 tiene ab rasión fuerte en cúspides palatinas y casa diagonalmente con el
36 a nivel de la primera y segunda cúspides bucales lo que permite deducir una fractura
de la corona o exodoncia del26 ya que no se puede hablar de agenesia que no ocurre
con los primeros molares. El 46 presenta abrasión en el centro y cúspides linguales,
vertiente bucal de cúspides bucales sana y cúsp id e meso-bucal sana lo que puede
indicar una mordida cruzada derecha o izquierda o un mayor tamaño de la mandíbula
con respecto al maxilar. Por alteración postenterramiento se encuentran con este
entierro otras dos piezas dentales pertenecientes a otro individuo (IIH -N4-M 1A) que
son: 27 y47. E127 tiene hipercementosis en la raíz meso-bucal, abrasión fuerte central
con vertientes externas sanas. El 47 sin raíces, solo el tercio cervical, fuertemente
aplanado por abrasión. La marcada diferencia del diámetro buco-palatino en el
superio r y buco-lingual en el inferior no deja dudas respecto a que estas dos piezas no
pertenecen al mismo entierro IIG-N4-M l.

Fauna - especies representadas en Palogordo

Venado (Odocoileus virginianus). Comúnmente conocido como venado de cola


blanca o venado caramerudo los representantes de sus subespecies habitan práctica-
mente todos los pisos térmicos, pudiendo encontrárseles desde las sabanas cálidas de
los Llanos Orientales hasta los páramos. Ocupan preferencialmente las pasturas
abiertas y los bosques bajos y ra los puesto que la cornamenta les dificulta el desplaza-
miento en los bosques densos. Se alimentan de leguminosas, matorrales, arbustos y
pastos. La altura promedio en la cruz es de unos 80 cm. Un animal adulto puede
aportar en promedio unos 20 a 25 kilogramos de carne. Su cacería se realizó mediante
proyecti les y en ocasiones utilizando trampas ubicadas cerca a los abrevaderos.
Armadillo (Dasypus sp.). Habitan los climas cálidos, templados y frlos. Su
cuerpo está protegido por dos placas córneas, una superior y otra inferior; la parte
superior de la cabeza, extremidades y cola también están protegidos por placas
córneas. Posee cuatro fuertes uñas en las extremidades anteriores que les sirven para
excavar cuevas que usa para refugiarse cuando se le persigue. En cada parto tienen
cuatro crías. Es un animal de hábitos nocturnos y se alimenta principalmente de
insectos y lombrices. Su gran capacidad bronquial le permite contener la respiración
cuando cava y vadea ríos . Un armadillo adulto puede aportar hasta 2 o 3 kilogramos
de carne. Se lo cazó excavando las madrigueras en el día cuando duerme.
Ratón (Sygmodon sp.). Es uno de los animales más comunes en todos los climas
y medios tanto en Colombia como en el resto del continente. La clave de su éxito y
difusión es su gran adaptabilidad y su rapidísima rata de reproducción. Estos roedores
son omnívoros y en épocas de sobrepoblación devoran prácticamente cualquier tipo
de alimento pudiendo convertirse en plagas de Jos cultivos. La especie representada en
Palogordo pudo tener hasta unos 6 cm de longitud (excluyendo la cola) y Jos indivi-
duos adultos aportaron hasta unos 50 gramos de carne por lo cual cuando se consu-
mían eran sacrificados en grandes cantidades. Probablemente se cazaron excavando
las madrigueras en las que se ocultan muchos individuos.
Cang rejo (Neostrengeria sp.). Estos cangrejos de río pertenecen a la familia
Pseudothelphusidae. viven en alturas comprendidas de los 300 hasta los 3,000 m sobre

119
PALOGORDO

ltuono ll ouo ~• ,, uon a J

Ptlomo 1Columbl4ae • p)

120
ROBERTO LLERAS Pf:.REZ- ARTURO VARGAS ESCOBAR

el nivel del mar. Este género tiene en Colombia su hábitat restringido a la Cordillera
Oriental. La escasez de cursos de agua permanentes en la región de Palogordo explica
la baja frecuencia de esta especie en el registro arqueolÓgico. El aporte de carne de los
individuos de este género es muy restringido ya que se limita casi únicamente a las
pinzas y patas. Eran recolectados en las orillas de las quebradas.
Palomas (Columbidoe sp.). Existen numerosas especies, subespecies y razas que
habitan prácticamente lOdos los climas, exceptuando los páramos. Como promedio
miden 30 cm de longitud. Son granívoras, monógamas y viven en parejas. Su voracidad
constituye un peligro para los cultivos, llegando a convertirse en plagas. Hacen sus nidos
en las ramas de Jos árboles y en las rocas y farallones como las que abundan en el cañón
del' Chicamocha. Un individuo adulto puede aportar unos 100 g de carne; sus huesos
huecos fueron utilizados como cuentas de collar. Eran atrapadas mediante redes.
Iguana (lguanido sp.). Estos reptiles parecidos a los lagartos poseen una cresta
espinosa alta y un gran saco en la garganta. Deriva su alimentación de las hierbas y
prefiere los parajes húmedos como hábitat utilizando los árboleS. Los individuos
adultos pueden tener hasta 70 cm de longitud (incluyendo la cola) aun cuando en
Palogordo sólo están representados individuos de pequeño tamaño. Se alimentan de
insectos principalmente, aun cuando ciertas especies son omnívoras. Los individuos
podían aportar hasta unos 900 g de carne. Eran recolectadas en los bosques cercanos a
los cursos de agua.
Caracoles (Piekocheilus suuinoides, Aperosloma lronslucidum lranslucidum y
Drymaeus sp.). En estas tres especies de caracoles encontramos aquellos de costum-
bres arborícolas como Drymaeus sp. y Aperos/amo lronslucidum y de terrenos más
abiertos como Plekocheilus succinoides. Los gasterópodos son muy abundantes en
todas las zonas boscosas y terrenos aledaños en alturas como la de Palogordo, pero es
probable que en las cantidades que aparecen en el sitio estén representando una
sobrepoblación que, dada la baja densidad del bosque seco y subxerofítico, podría más
bien atribuirse a una plaga de:: los cultivos. Dependiendo del tamaño los caracoles
pudieron aportar entre 1 y 15 g de carne, de tal manera que para que su contribución
fuera significativa en la dieta debían recogerse en grandes cantidades.

Restos de fauna
En las excavaciones realizadas se recolectaron restos óseos de varias especies animales
utilizadas por los habitantes del sitio como fuente de alimentación . La mayor frecuen-
cia corresponde a caracoles terrestres y su distribución sigue los mismos patrones que
el material cultural, razón por la cual se consideró de interés mostrarla en un cuadro.
Las especies identificadas y su localización son las siguientes:

Odocoileus virginianus {venado)


Palogordo 1 - 9 fragmentos astillados (en varios niveles).
Palogordo 11-4 fragmentos (en varios niveles).
Palogordo IIA - 6 fragmentos astillados (en varios niveles).
Palogordo IIB- 1 rótula (nivel 3), 14 fragmentos {en varios niveles).
Palogordo IJC- 1 tibia fragmentada {nivel 4), 1 fragmento modificado (nivel 4).
Palogordo IIG- 1 tibia modificada (nivel2), 2 fragmentos {nivel 2), 13 huesos enteros
(rótulas, tibias en nivel 3).
Palogordo 111- 1 astilla (nivel 1).
TOTALES- 37 fragmentos, 14 huesos enteros, 2 huesos modificados.
Dasypus sp. (armadillo)
Palogordo 118- 2 fragmentos modificados (nivel 2).
Palogordo lll- 2 fragmentos de hueso dérmico (nivel 4).
TOTALES- 2 fragmentos, 2 fragmentos modificados.

121
PALOGO RDO

Sygmodon sp. (ratón)

Palogord o 11 · 3 fragmentos (en varios niveles).


Palogord o II C · 4 fragmentos de mandíbulas y 12 huesos largos (en varios niveles).
Palogord o liD - 1 mandíbula (nivel 2).
Palogordo 11 E · 4 hu esos largos (en varios nive le s), un co njunto de 412 huesos
(hUmeros, fémures, tibia s, fragmento s de cráneo, vé rtebras , cUbitos, ilíacos, omo-
platos y costillas repre sentand o un grupo de un mínimo de 48 individuos en los
niveles 3 y 4.
Palogordo IIG - 1 hueso largo (nivel 2).
Palogordo 11 -1 - 1 hueso largo (nivel 4).
Palogordo 111- 1 hueso largo (nivel 5).
TOTALES -7 fragmentos, 432 huesos enteros.

Neostrengeria sp. (Cangrejo de río)

Palogordo 11 B- 1 pinza (nivel 2).


Palogordo IIE- 2 pinzas (nivel 3).
Palogordo 111- 1 pinza (nivel4).
TOTALES- 4 pinzas.

Aves (varias especies)

Palogordo t- 8 fragmentos astillados (nivel 3, especie sin identificar).


Palogordo !lA - 19 fragmentos, especie si n identificar, 6 de Jos fragmentos pintados de
colo r ocre parcialmente, entre ell os la quilla, el cráneo y el esternón (nivel 4) {ver
fotografía 22).
Pa.logordo tiG - 1 hueso (especie si n identificar, nivel 5).
Palogordo 11-1 - 1 hueso (especie sin identificar, nivel 3).
Palogordo IIJ- 7 huesos (especie sin identificar, niveles 3 y 4).
Palogord o 111 - 81 huesos pertenecientes a un solo individuo (ver fotografía 22), familia
Columbidae (paloma), altura aproximada 20 cm envergadura de las a las aProxima-
damente 40 cm.
TOTALES- 21 fragmentos , 6 fragm entos pintados, 90 huesos enteros.

Igu,nidos {especie sin identificar)

Palogordo IIE- 180 huesos {húmeros, fémure s, tibias , cráneos, vértebras, cúbitos y
costillas) represe ntando un grupo de un mínimo de 14 individuos en los ni veles 3 y 4
mezclados con el conjunto de huesos de Sygmodon.

Otros óseos animales no identificados

Palogordo 11- 1 fragmento (nivel 1).


Palogordo IIB - 1 hueso largo (nivel 3).
Palogordo llC- JO huesos largos (en varios niveles).
Palogordo liD- 4 fragmentos (en varios niveles).
Palogordo II E- 1 fragme nto (nivel 1).
Palogordo IIF- 5 fragmentos (en va rios niveles).
Palogordo IIG- 34 fragmentos (en varios niveles).
Palogordo IIH- 1 hueso largo (nivel2).
Palogordo 11-1- 1 fragmento (nivel 1).
Palogordo IIJ- 2 fragmentos (nive l4).
Palogordo 111- 1 fragmento (nivel 2).
TOTALES- 49 fragmentos, 12 huesos enteros.

122
ROBERTO llERAS PE:REZ- ARTURO VARGAS ESCOBAR

Caracoles

Se recolectaron conchas pertenecientes a tres especies de caracoles terrestres identifi-


cadas como: Aperostoma translucidum translucidum, Plekocheilus succinoides y
Drymaeus sp. que se presentan en todos los cortes en cantidades apreciables tal y como
lo demuestra el siguiente cuadro de distribución:

Cuadricula/Especie Plekocheilus suc. Aperos10ma tra. Drymaeus sp. TOTAL


y nivel

Palocordo 1
Nivel2 2 21 23
Nivel) 40 46 86
Nivel4 31 60 91
Nivel5 86 243 329
Nivel6 7 50 57
Total 166 420 586
Palocordo JI
Nivell 11 54 67
Nivel) 27 28 62
Total 38 82 129
Palocordo IIA
Nivell 20 26
Nivel2 4 11 19
Nivel) 10 24 40
Nivel4 S 13 20
Nivel S 2 12 1 15
Total 25 80 15 120
Palocordo IIB
Nivell 15 27
Nivel2 16
Nivel3 11
Nivel4 11 21
Nivel5 14 22
Total 29 51 17 97
Patocordo IIC
Nivel! 11 19 12 42
Nivel2 6 12 11 29
Nivel) 11 7 21
Nivel4 7 13 6 26
Nivel5 10 20 30
Nivel6 7 12
Nivel7 2 4
Total 43 74 37 154
Palo¡ordo liD
Nivell 40 52
Nivel.) 26 34
Nivel4 17 45 11 73
Nivel S 9 3 16
Nivel7 1 1
Total 38 114 24 176

123

~- .... ·-'-_.._............ _.~ ...-.


PALOGORDO

(Continuación)

Cuadrfcula/Especie Plekocheilus suc. Aperos1oma Ira. Dry maeus sp. TOTAL


y nivel

Palocordo IIE
Nivel! 44 50
Nivel2 13 32 46
Nivel3 12 9 23
Nivel4 6 2 8
Total 36 87 127
Palocordo IIF
Nivel 1 3 24 27
Nivel2 6 8 15
Nivel3 9 3 12
Total 18 35 54
Palocordo 11 G
Nivel! 20 26
Nive12 29 4 39
Nivel3 12 5 24
Nivel4 23 29
Nivel5 4 23 28
Total 23 107 16 146
Palocordo IIH
Nivel! 16 25
Nivel2 15 22
Nivel3 11 16
Nivel4 3 6
Total 21 45 69
Palocordo 11-1
Nivel! 31 39
Nivel2 5 10
Nivel3 5 12
Nivel 4 7
Total 15 45 68
Palocordo IIJ
Nive l 1 408 416
Nivel2 11 382 395
Nivel3 5 54 59
Nivel4 3 21 25
Nivel5 2 5 7
Total 29 870 902
Palogordo III
Nivel! 20 15 35
Nivel2 2 o 10
Nivel4 8 3 13
Nivel5 8 9
Nivel7 5 1 6
Total 43 20 10 73

TOTAL GENERAL 524 2.030 147 2.701


% 19.40% 75. 16% 5.44% 100%

124

~ --·- '- - ,__ ............ _...._


ROBERTO LLERAS Pf:.REZ ·A RTURO VARGAS ESCOBAR

CUADRO 3- RESULTADOS DE ANALISIS DE FOSFATOS EN SUELOS

Número de la muestra P.P.M. y mar . error Número de la muestra P.P.M. y mar. error

Palogordo 1
Paii-M-P-0-IF 3061.4±118.7 Paii-M-P-0-2F 4825.9±296. 7
Paii-M-P-0-3F 4837.4±250.2 Paii-M-P-0-4F 3612.6±119.0
Paii-M-P-0-5F 4756.4±246.1 Paii-M-P-0-6F 3955. 1±288.6
Paii-M-P-0-7F 2736.8±0.1 Paii-M-P-0-8F 5229.3±297.0
Paii-M-P-0-9F 2807. 7±290.0 Paii-MI-Fos 4168.5±292. 7
Paii-M2-Fos 4198.0±287.8 Paii-M3-Fos 3626.8±157.7
Paii-M4-Fos 4390.6±265.5

Palogordo 11
Paiii-Sup-MT 3462.2±272.8 Palll-NI-MT 4190.8±225.9
Paiii-N2-MT 4087.6±73.0 Paiii-N3-MT 1463 .1±109.3
Paiii-N4-MT 1116.2±0.1 Paiii-N5-MT 472.4±66.0
Palll-N6-MT 452.0±35.2 Paiii-N6A-MT 730.4±14.1
Paiii-Est.I-MT 3855.8±226.8 Palll-Est.2-MT 1632.6±74.2
Pall I-Est.3-MT 562. 7±35.2

Palogordo IIA
Paii!A-Sup-MT 3196.6±273.3 PaiiiA-Sup-MTAd 3395.2±75.4
PaiiiA-NI-MT 5473.7± 111.1 PaJIIA-N2-MT 4892.8± 192.1
Paii!A-N3-MT 3234.0±283.6 PaiiiA-N4-MT 1255.0±38.2
PaiiiA-N5-MT 835.6±64. 7 PaJI IA -Est. I-MT 4553.5±267. 7
PaJIIA-Est.2-MT 7084.3±233.5 PaJI IA-Est.3-MT 1750.2±93.2

Palogordo 118
PaJIIB-Sup-MT 3173.4±285.6 PaiiiB-NI-MT 4009.0±39.9
PaJI 1B-N2-MT 4330.3±42.4 PaJIIB-N3-MT 4082.4±200. 7
PaJIIB-N4-MT 1522.3±295.6 PaJIIB-N5-MT 654.3±59.8

Palogordo IIC
PaJIIC-Sup-MT 3232.0±294.5 PaJIIC-NI-MT 4851.8±261.9
PaJIIC-N2-MT 4513 .0±261. 1 Pall1C-N3-MT 4011.0± 119.3
PaiiiC-N4-MT 4973.3±288.9 PaJIIC-N5-MT 6567.2±207.7
PaJIIC-N6-MT 3746.8±277.3 Pall1C-N7-MT 1627.2±190.9

Palogordo liD
PaiiiD-NI-MT 4395.3±273.0 PaiiiD-N2- MT 4870.4±279.5
Pall!D-N3-MT 2321.0±2 15. 7 Pall!D-N4-MT 1546.7±38.3
PaJIID-N5-MT 609.4±20.1

Palogordo 11 E
PaJIIE-Sup-MT 3640.6±297. 1 PalliE-NI-4 (4)-MT 1897.4± 176.4
Pall!E-N 1-MT 2771.8±79.2 PaJIIE-N2-MT 6264.4±258.6
Pai!IE-N3-MT 1789.2±7 1.6 PaJIIE-N4-MT 1682.2± 154.8
PaiiiE-N5-MT 1084.4± 103.2

125
PALOGORDO

CUADRO 3- Resultados de análisis de fosfatos en suelos- Continuación

Número de la muestra P.P.M. y mar. error Número de la muestra P.P.M. y mar. error

Palogordo IIF
Pai!IF-Sup-MT 2329.9±188.2 PalllF-NI-MT 4319.2±114.1
PaiiiF-N2-MT 3697.0±277.3 PaiiiF-N3-MT 2336.3±292.0
Pai!IF-N4-MT 4143.2±187.4 PalllF-N5-MT 1628.9±155.4

Palogordo IIG
PaiiiG-Sup-MT 3277.8±228. 7 PaiiiG-NI-MT 4783.1±273.5
PaiiiG-N2-MT 2786.1 ±271.1 PalllG-N3-MT 7965.5±246.4
PalllG-N4-MT 3568.1±265.8 PaiiiG-N5-MT 5452.7±269.4
Pai!IG-N6-MT 4084.7±275.1

Palogordo IIH
Pai!IH-Sup-MT 4525.7±34.9 Pai!IH-NI-MT 6540.8±74.3
Pai!IH-N2-MT 5964.9±251.6 PaiiiH-N3-MT 4928.9±235.4
Pai!IH-N4-MT 1772.0±295.3 Pai11H-N5-MT 1289.5±299.1

Palogordo 11-1
Paiii-1-Sup-MT 3985.0± 294.0 Palli-1-N 1-MT 4858.6±231.4
Palll-1-N2-MT 4260.1 ± 266.5 Palli-1-N3-3 (3)-MT 2305.3±37.8
Paiii-1-N3-MT 2557.7± 188.1 Palli-I-N4-MT 1917.6±73.7

Palogordo IIJ
Pai!IJ-Sup-MT 2766.6± 35.3 Pai!IJ-NI -MT 5154.4±217. 7
Pall1J-N2-MT 6493.8±278.3 Pall1J-N3-MT 4744.0± 113.1
Pall1J-N4-MT 4937.5±297.2 Pall1J-N5-MT 2958.4±229.5

Palogordo 111
Pallii-PO-M 1-T 4390.6± 265.5 Pallii-PO-M2-T 5687.0±72.0
Pallli-PO-M3-T 3845.8± 293.2 Paiiii-PO-M4-T 4603.9± 122.7
Pallii-PO-M5-T 3353.3± 291.6 Pallii-PO-M6-T 5200.3±260.2
Pallii-PO-M7-T 4713.4± 187.9 Paiiii-PO-M8-T 3777.8± 270.0
Paiiii-PO-M9-T 6230.1± 284. 1 Pallii-PN-MTI 5262.9±296. 1
Pallii-PN-MT2 7728.0±268.0 Pallli-PN-MT3 5470.7±228.3
Paiiii-PN-MT4 6315.8±287.5 Paiiii-PN-MT5 4463.6± 272.4
Paiiii-PN- MT6 4753.8±271.7 Pallii-PN-MT7 3986.7±153.3
Pallii-PN-MT8 4122.5±220.8 Paiiii-PN-MT9 4208.6± 297. 1
Paiiii-PN-MTIO 5122.2±144.3 Pallii-PN-MTII 4026.5±243.6
Paiiii-PN-MTI2 4335.9±224.3 Pallii-PN-MTI3 3600.2± 113.7
Pallii-PN-MT14 3605.8± 80.1 Paiiii-PN-MTI5 3615.5±41.4
Pallli-PN-MTI6 3090.6± 150.8

Pozo Palogordo A
Pai-PA-Sup-MT 1682.5± 04.9 Pai-PA-NI-MT 1577.8±35.9
Pai-PA-N2-MT 1428.3±36.0 Pai-PA-N3,MT 1096.2±0. 1
Pai-PA-N4-MT 812.1± 79.5 Pai-PA-N5-MT 1367.5± 130.3
Pai-PA-N6-MT 828.3±61.8 Pai-PA-N7-MT 1040.9± 126.9

126
ROBERTO LLERAS Pf:REZ- ARTURO VARGAS ESCOBAR

CUADRO 3- Resultados de análisis de fosfatos en suelos- Continuación

Número de la muestra P.P.M . y mar. error Número de la muestra P.P.M. y mar. error

Pai~PA~N8~MT 611.5±48.9 Pai~PA~N9~MT 593.9±52.1


Pai~PA~N IO~MT 631.0±53.8 PaloPA~S~Est . l 1666. 7± 152.4
Pai~PA~S~Est.2 921.1±81.6 Pai~PA~S~Est.3 900.3±71.6
Pai~PA~N~Est.l 1459. 1±0. 1 Pai~PA~N~Est.2 1449.3± 140.7
Pai~PA~N.Est.3 782.0±74.1

Pozo Palogordo B
Pai~PB~Sup~MT 438.3±9.9 Pai~PB~NI~MT 498. 7±35.6
Pai~PB~N2~MT 399.0±10.2 Pai~PB~N3~MT 371.8±24.8
Pai~PB~N4~MT 457.1±34.4 Pai~PB~N5~MT 407.4± 10.4
Pai~PB~N6~MT 362.9±24.2 Pai~PB~N7~MT 354.7±9.7
Pai~PB~N8~MT 415.3±1 0.0 Pai~PB~N9~MT 359.6±33.9
Pai~PB~N IO~MT 481.1±0.1 Pai~PB~S~Est.l 522.4±24.1
Pai~PB~S~Est .2 506.4±48.2 Pai~PB~S~Est.3 469.8±24.7
Pai~PB~N~Est.l 416.4±35.1 Pai~PB~N~Est.2 862.6±34.9
Pai~PB~N~Est.3 316.1±24.3

Las determinaciones se realizaron en el laboratorio de análisis de fosfatos del Instituto Colombiano de Antropología. Las muestras secas,
trituradas y tamlladas de tierra se trataron con HCI y calor para extracción y la determinación se realizó mediante la reacción del
sobrenadan te con molibdato de amonio colorimétricamente en un Spectronic 20. Se aceptó un mhimo de 10% de desviación sobre dos
determinaciones para cada muestra; cuando esta fue mayor se realizaron otras dos determinaciones desechando los valores extremos. Los
valores citados con su margen de error representan el fósforo total presente en la muestra (fracción inorgánica més fracción orgánica). El
mt:todo utilizado fue tstandarizado en la Universidad de Bradford , Inglaterra.

127
PALOGORDO

CUADRO 4- INDICE COMPUESTO DE ACTIVIDAD DOMESTICA


Con el fin de presentar un panorama lo más claro y completo posible de cómo se distribuyó tanto
espacial como temporalmente la actividad doméstica de los habitantes de Palo gordo en los sitios
excavados se elaboró un lndice compuesto por las densidades relativas agregadas de la cerámica,
los líticos, los valo res de fosfatos y los restos de fauna utilizados como alimentación. Para el
cálculo de cada densidad relativa se tomó como 100% el valo r más alto en todos los niveles de
todos los cortes y los demás valores se registraron como porcentajes de este; el procedimiento se
repitió para cada categoría. Los resultados son los que a conlinuación se transcriben, ver la
representación gráfica en el plano.

P•lo&ordo 1 P•loeordo 11
Nivel!- 70 Nivel 1 - 269
Nivel 2- 129 Nivel 2-96
Nivel 3- 120 Nivel3- 88
Nivel4- 132 Nive l4 - 27
Nivel 5- 213 Nive15 -7
Niveló- 85 Niveló- ó
P•loeordo IIA Palo &ordo 118
Nivel 1 - 196 Nivel!- Jól
Nivel 2- 104 Nivel2- 131
Nivel 3-99 Nivel3- 82
Nivel4- 34 Nivel4 • ó2
Nivel5- 25 Nivel5- 25
P1loeordo II C P•loeordo liD
Nivel 1 - 193 Nivel 1 - 147
Nivel2- 130 Nive12- 96
Nive13- 84 Nivel 3- 56
Nivel4- 100 Nivel 4- 8ó
Nivel5- 108 Nive15- 26
Nivel 6- 68 Nive l ó- 9
Nive l 7- 22
P•loeordo 11 E Palo&ordo IIF
Nivel 1 - 144 Nivel! - ló7
Nivel2- 149 Nive12- 87
Niyel 3- 84 Nivel)- 62
Nivel4- 48 Nivel4- 62
Nivel5- 14 Nivel5- 2 1
P•loeordo 11 G Paloeordo IIH
Nivel 1 • 159 Nivel ! - 161
Nivel 2- 109 Nivel2- 151
Nivel3- 159 Nivel)- 88
Nivel4- 114 Nivel 4-64
Nivel 5- 142 Nivel S- 22
Nive\6- 75
P•loeordo 11 -1 Ptloeordo IIJ
Nivel 1 - 141 Nivel!- 271
Nive12- 102 Nive l 2- 278
Nive13- 81 Nivel 3- 147
Nivel 4-47 Nivel4-13ó
Nivel 5- 50
Palocordo 111
Nivel !- 178
Nivel 2- 108
Nivel)- 85
Nivel4- 95
Nivel S- ó9
Niveló- 80
Nivel 7-66
Nivel8- 47

128
ROBERTO LLERAS PE:REZ- ARTURO VARGAS ESCOBAR

Fechas absolutas
Se recolectaron siete muestras de madera carbonizada procedentes de los ni ve les 3, 4, 5
y 6 de varias de las cuadrículas y se escogieron para fechamiento dos muestras
correspondientes a la base de la excavación (nivel6) que se esperaba proporcionara la
fecha más antigua de iniciación de la ocupación y del nivel más reciente para el cual
existían muestras (nivel 3) en donde se esperaba encontrar la fecha confiable más
tardía. Con las fechas de los niveles 3 y 6 de una misma cuadrícula es posible interpolar
en forma aproximada para los niveles 4 y 5 y con un menor grado de confiabilidad
extrapolar para los niveles 1, 2 y 7. Los siguientes son los resultados:

Beta 12072 PaiiiC-N3-C-1(2) 740±50A.P.I210±50d.C. Nivel)


Beta 15985 PaiiiC-N6-C-2(3) 1030 ±60A.P. 920±60d.C. Nivel6

Las fechas aproximadas para los niveles de acuerdo con la interpolación y extrapola-
ción serian las siguientes:

Nivel!- 1400 d.C. (Siglo XV)


Nivel2- 1305 d.C. (Siglo XIV)
Nivel) - 1210 d.C. (Siglo XIII) Fecha absoluta.
Nivel4- 1110 d. C. (Siglo XII)
Nivel5- 1015 d. C. (Siglo XI)
Nivel6- 920 d.C. (Siglo X) Fecha absoluta.
Nivel 7- 825 d.C. (Siglo IX)

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