Atalaya de Abril Del 2008
Atalaya de Abril Del 2008
Atalaya de Abril Del 2008
Timoteo
POR todo el mundo, miles de testigos de Jehová fueron nombrados ancianos y
siervos ministeriales el año pasado. Si usted es uno de estos queridos hermanos,
seguro que se siente muy feliz por su nueva asignación.
Sin embargo, es posible que esté un poco nervioso, y es normal. Un anciano joven
llamado Jason comenta: “Cuando me nombraron, pensé que no podría con tanta
responsabilidad”. Moisés y Jeremías también se sintieron incapaces de cumplir con
lo que Jehová les encomendó (Éx. 4:10; Jer. 1:6). ¿Se ha sentido usted así? ¿Qué
puede hacer para superar esos sentimientos y seguir progresando? Repasemos el
ejemplo de Timoteo (Hech. 16:1-3).
¿Cómo llegó Timoteo a ser un anciano tan sobresaliente? Analicemos seis cosas
que puede aprender de él.
1. Se interesaba sinceramente por los demás. Pablo les dijo a los hermanos de
Filipos que Timoteo se preocupaba de verdad por ellos (Filip. 2:20). Sí, Timoteo se
interesaba sinceramente por los demás. Quería fortalecerlos en sentido espiritual y
estaba dispuesto a hacer grandes sacrificios por ellos.
William, que es anciano desde hace más de veinte años, da este consejo a quien
ha recibido un nombramiento: “Trata a los hermanos con cariño. Concéntrate en lo
que necesitan y no solo en cumplir con los aspectos administrativos de tu
asignación”. Así que no sea como el conductor de autobús que se preocupa más
por llegar a tiempo a las paradas que por recoger a los pasajeros.
3. Trabajó duro para servir a Jehová. Pablo les recordó a los filipenses: “Ustedes
saben la prueba que él [Timoteo] dio de sí mismo, que, cual hijo con su padre, sirvió
como esclavo conmigo en el adelanto de las buenas nuevas” (Filip. 2:22). Timoteo
no era perezoso. Él y Pablo trabajaron duro juntos y eso fortaleció su amistad.
Hay mucho trabajo en la organización de Dios, trabajo que le dará gran satisfacción
y que lo acercará a sus hermanos. Por eso, póngase la meta de tener siempre
“mucho que hacer en la obra del Señor” (1 Cor. 15:58).
4. Puso en práctica lo que aprendió. Pablo le escribió a Timoteo: “Tú has seguido
con sumo cuidado y atención mi enseñanza, el derrotero de mi vida, mi propósito,
mi fe, mi gran paciencia, mi amor, mi aguante” (2 Tim. 3:10). Como Timoteo puso
en práctica lo que aprendió, pudo recibir mayores responsabilidades (1 Cor. 4:17).
¿Hay algún hermano maduro al que usted considere su mentor o consejero? Si no,
¿por qué no busca uno? Tom, que es anciano desde hace años, recuerda: “Un
anciano de mucha experiencia se interesó por mí y se convirtió en mi maestro.
A menudo le pedía consejos, y siempre los ponía en práctica. Eso me ayudó a ir
sintiéndome más seguro”.
VALORE SU PRIVILEGIO
Es muy bonito ver que tantos hermanos recién nombrados, como usted, están
progresando en sentido espiritual. Jason, mencionado al principio, dice: “Durante
todo el tiempo que llevo sirviendo de anciano he aprendido muchísimo y ahora me
siento con más confianza. Disfruto de verdad de mi asignación y la veo como un
gran privilegio”.