Taller Lectoescritura (50 Puntos)
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Biología – Grupo B.
TEXTO 1
El renunciamiento hace del sabio su propio dueño, nada le puede conmover porque
el imperio que ejerce sobre sí mismo es total, sabe vivir en sociedad y consigo
mismo. Por ello, desconfiará del amor y de los asuntos públicos. Para Antístenes,
el matrimonio es necesario para la propagación de la especie, pero no constituye
un acto de importancia considerable. En cuanto a los asuntos públicos, señalaba
que el sabio no vive según leyes escritas sino según la virtud. Se le preguntó hasta
qué punto debía uno mezclarse en los asuntos públicos y contestó: "como cuando
uno se aproxima al fuego: demasiado lejos tendréis frío, demasiado cerca os
quemareis". Rogó un día a los atenienses que decretaran que los caballos se
denominaran asnos, como creyeron que se había vuelto loco, les señaló que
también denominaban "generales" a individuos elegidos, completamente ineptos.
BRUN, Jean
Historia de la filosofía
TEXTO 2
Hasta ya, he escrito esto porque me importa probarle que no fui tan culpable en el
destrozo insalvable de su casa. Dejaré esta carta esperándola, sería sórdido que el
correo se la entregara alguna clara mañana de París. Anoche di vuelta los libros del
segundo estante; alcanzaban ya a ellos, parándose o saltando; royeron los lomos
para afilarse los dientes no por hambre, tienen todo el trébol que les compro y
almaceno en los cajones del escritorio. Rompieron las cortinas, las telas de los
sillones, el borde del autorretrato de Augusto Torres, llenaron de pelos la alfombra
y también gritaron, estuvieron en círculo, como adorándome, y de pronto gritaban,
gritaban como yo no creo que griten los roedores de orejas largas.
He querido en vano sacar los pelos que estropean la alfombra, alisar el borde de la
tela roída, encerrarlos de nuevo en el armario. No tuve tanta culpa, usted verá
cuando llegue que muchos de los destrozos están bien reparados con el cemento
que compré en una casa inglesa, yo hice lo que pude para evitarle un enojo.
CORTÁZAR, Julio
Bestiario Carta a una señorita en París
TEXTO 3
Texto 4
Existe en el mundo tres clases de personas: los Altos, los Medianos y los Bajos.
Se han subdividido de muchos modos, han llevado muy diversos nombres y su
número relativo, así como la actitud que han guardado unos hacia otros, ha variado
de época en época; pero la estructura esencial de la sociedad nunca ha cambiado.
Los fines de estos tres grupos son inconciliables. Los Altos quieren quedarse donde
están. Los Medianos tratan de arrebatarles sus puestos a los Altos. La finalidad de
los Bajos, cuando la tienen, consiste en abolir todas las distinciones y crear una
sociedad en que todos los hombres sean iguales. Así, vuelve a presentarse
continuamente la misma lucha social. Durante largos períodos, parece que los Altos
se encuentran muy seguros en su poder, pero siempre llega un momento en que
pierden la confianza en sí mismos o se debilita su capacidad para gobernar, o
ambas cosas a la vez. Entonces son derrotados por los Medianos, que llevan junto
a ellos a los Bajos porque les han asegurado que ellos representan la libertad y la
justicia. En cuanto logran sus objetivos, los Medianos abandonan a los Bajos y los
relegan a su antigua posición de servidumbre, convirtiéndose ellos en los Altos.
De los tres grupos, solamente los Bajos no logran sus objetivos ni siquiera
transitoriamente. Y aunque sería exagerado afirmar que en toda la Historia no ha
habido progreso material, ninguna reforma, ni revolución alguna ha conseguido
acercarse ni un milímetro a la igualdad humana.
ORWELL, George
"1984"
18. Se deduce que el fin principal de las dos clases en ventaja es:
A) el progreso material
B) la desigualdad de clases
C) el cambio histórico
D) ejercer dominio sobre los otros
E) el equilibrio social
19. Del fragmento se deduce que la igualdad humana es:
A) una realidad
B) una posibilidad
C) una falacia
D) un privilegio
E) una utopía
Texto 5
Creo que el entendimiento no conoce ninguna idea que no sea de las que recibe de
uno de esos dos orígenes: "Los objetos externos dotan a la mente de ideas y
cualidades sensibles", que son todas esas percepciones distintas que se producen
en nosotros; "y la mente dota al entendimiento con ideas de sus propias
operaciones". Si hacernos una revisión total de todas estas ideas y de sus distintos
modos, combinaciones y relaciones, podremos observar que contienen toda la
suma de nuestras ideas, y que nada tenemos en la mente que no tenga su origen
en alguna de esas dos vías.
Analice cualquiera de sus propios pensamientos y examine a fondo-su propio
entendimiento y que después me diga si no corresponden todas las ideas originales
que tiene allí a objetos de sus sentidos, o a operaciones de su mente, consideradas
corro objetos de su reflexión. Por más grande que se imagine el cúmulo de los
acontecimientos allí contenidos, verá, si lo considera de forma rigurosa, que en su
mente no existen más ideas qué las que han sido impresas por medio de una de
esas dos vías, aunque, quizá, combinadas y ampliadas por el entendimiento, con
una variedad infinita.
LOCKE, John
"Origen sensible de las ideas
Texto 6
La práctica de todo arte requiere disciplina. Nunca haré nada bien si no lo hago de
una manera disciplinada. Pero el problema no consiste únicamente en la disciplina
relativa a la práctica de un arte particular (digamos practicar todos los días durante
cierto número de horas), sino en la disciplina en toda la vida. ¿Es fácil lograr la
disciplina? El hombre moderno es excesivamente indisciplinado fuera de la esfera
del trabajo. Cuando no trabaja quiere estar ocioso; usando un eufemismo, quiere
"relajarse". Ahora bien, en la lucha contra el autoritarismo, ha llegado a desconfiar
de toda disciplina, tanto de la impuesta por la autoridad irracional como de la
disciplina racional autoimpuesta. Sin esa disciplina, la vida se torna caótica y carece
de concentración.
¿Cómo se practica la disciplina? No debe ser practicada como una regla impuesta
desde fuera, sino que se convierta en una expresión de la propia voluntad; que se
sienta como algo agradable. Debemos desterrar aquella concepción que supone
que la práctica de la disciplina debe ser algo penosa y sólo si es penosa es "buena".
FROMM, Erich
El arte de amar
TEXTO 7
En los párrafos donde hemos glosado la conveniencia de hacer favores, dimos
cierta preponderancia a los de orden material, económico, o de simple convivencia.
Agregaremos aquí que se pueden hacer favores de tipo inmaterial, que no nos
obligan a fatigas ni dispendios. Arrellanados en nuestra silla favorita, nos es factible
dar oído a ciertos conflictos del prójimo, de los que no sabe cómo salir. En tal caso,
nada nos cuesta emitir nuestra opinión sincera y honrada al respecto. Se dan casos
en que un buen consejo reviste más importancia que un respaldo monetario. Si el
consultante reconoce que no se le había ocurrido hacer lo que le dijimos, y lo ejecuta
debidamente, reforzaremos con ello la buena amistad existente o la crearemos de
nueva planta. Ahora bien, debemos poner gran esmero en lo que aconsejamos; que
realmente goce de valor y eficacia. Nunca aconsejaremos al buen tuntún por
quitamos de encima a un importuno. En determinados casos es preferible
declararse uno incompetente.
OLESKY, Carlos
Personalidad, Importancia y Simpatía
TEXTO 8
Se habla mucho sobre la importancia de una dieta sana, baja en colesterol; sobre
la necesidad de mantener una actividad física permanente. Pero suele dejarse de
lado algo que quizá es más importante: la actividad mental. Recordemos que "lo
que no se usa, se atrofia", y esto es válido también para nuestro cerebro.
Muchos neurocientíficos y psiquiatras están convencidos de que cuanto más la
desafiemos, cuanto mayores retos le impongamos, más tiempo se mantendrá
nuestra mente en buenas condiciones. Ya no se considera una regla general que
las personas sufran el deterioro de su capacidad mental a medida que envejecen.
Una mente acostumbrada al placer de la lectura difícil, así no tenga un trabajo fijo,
continuará lúcida y creativa durante la vejez. El grave error consiste precisamente
en dejar de ejercitarla.
La historia está copada de ejemplos de grandes intelectuales que a pesar de sus
ochenta años de edad, siguieron mostrando una admirable lucidez. Y esto,
simplemente, porque su vida misma fue un constante reto, lo que les demandaba,
necesariamente, un esfuerzo mental permanente.
49. Esa dura noche invernal, con los ojos enceguecidos, corrí
presuroso,............... a las púas que rasgaban mi cuerpo...............
A) reacio - asustado
B) rebelde - amoratado
C) indiferente - aterido
D) arrojado - entumecido
E) despejado - ensangrentado