Habitos Alimenticios
Habitos Alimenticios
Habitos Alimenticios
HÁBITOS ALIMENTARIOS
conjunto de costumbres que condicionan la forma como los individuos o grupos
seleccionan, preparan y consumen los alimentos, influidas por la disponibilidad de éstos, el
nivel de educación alimentaria y el acceso a los mismos.
El hábito
es cualquier comportamiento aprendido (no es innato, no nacemos con ningún hábito)
mediante la repetición, que se realiza de forma habitual y automática sin apenas pensar en
ello. Es un elemento básico del aprendizaje humano.
La Infancia es el momento óptimo para adquirir unos buenos hábitos alimentarios. Estos se
adquieren por repetición y de forma casi involuntaria, la familia tiene una gran influencia y
esta se va reduciendo a medida que los niños crecen. En la adolescencia, los
cambios psicológicos y emocionales pueden influir en la dieta, dando excesiva
importancia a la imagen corporal, tienen patrones de consumo diferentes a los habituales:
comidas rápidas, picoteos…En cambio en los adultos y en las personas de edad avanzada
los hábitos alimentarios son muy difíciles de cambiar
1. Desayunar: se dice que el desayuno es el alimento más importante del día ya que de esto
depende que se cuente con la energía necesaria para comenzar nuestras actividades diarias,
lo ideal es desayunar no más de 45 minutos después a haberse levantado y por su puesto
antes de iniciar labores en el trabajo, la escuela, entre otros.
2. Comer despacio y masticar bien los alimentos: algunas personas están acostumbradas a
ingerir sus alimentos de manera muy rápida y sin disfrutarlos, tal vez porque tienen prisa
cuando están comiendo o simplemente porque así lo hacen, es importante hacerlo con
calma ya que además de que saboreamos más cada alimento que comemos, tendremos una
mejor digestión y nos ayuda a saciarnos más rápido con menor cantidad de comida.
4. Beber agua natural: un alto porcentaje de nuestro cuerpo está compuesto por agua; esta
es vital para mantener y llevar a cabo funciones vitales como respirar, eliminar desechos,
realizar la digestión de los alimentos, entre otros. La cantidad de consumo podría variar
dependiendo a cada cuerpo y a la actividad que se realice, pero aproximadamente se
recomienda tomar de uno y medio a dos litros por día.
5. Evitar el consumo de alimentos fritos: tal vez estos alimentos te parezcan muy
apetecibles, sin embargo son muy dañinos, ya que las grasas que contienen están oxidadas,
lo que puede contribuir a un incremento de altos niveles del colesterol malo (LDL) y
radicales libres en nuestro cuerpo