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Adultez

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INTRODUCCIÓN

La adultez es la etapa comprendida entre los 25 y los 60 años, como en el caso de


las demás etapas, es muy difícil determinar en forma precisa, cuando comienza y
cuando concluye. Su iniciación y duración depende muchos factores tales como la
salud, los hábitos de vida, el vigor físico, la alimentación, etc. En esta etapa de la
vida el individuo normal alcanza la plenitud su evolución biológica y psíquica. Su
personalidad y su carácter se presentan firmes y seguros. El individuo maduro se
distingue por el control que logra de su vida emocional, que le permite afrontar los
problemas de la vida con mayor seguridad y serenidad que en las etapas
anteriores. No todos los adultos alcanzan la plenitud, por lo cual se les puede
clasificar en adultos maduros y adultos inmaduros. Las preocupaciones y
actividades principales en las que se involucran los adultos de nuestra sociedad
sugieren la posibilidad de hablar de etapas en el desarrollo del adulto. Sin
embargo, nuestra sociedad ya no es tan estándar como hace algunos años. Por lo
tanto, hablar de etapas resulta un tanto controversial. Aun así, podemos trazar
unas etapas más o menos flexibles en el desarrollo del adulto. En términos
generales se habla de la adultez en función de tres grandes etapas: adulto joven,
adultez media y adultez tardía. La adultez temprana inicia aproximadamente
desde los 20 años, la mayoría de las funciones corporales ya están totalmente
desarrolladas y por lo general tienen buena salud, en esta etapa podemos tocar
diversos puntos los cuales pueden ser: la nutrición y colesterol, entre otros.
ADULTEZ

El desarrollo del adulto varia debido a que es el resultado de decisiones, circunstancias


e incluso de la suerte. Aunque los hitos del desarrollo no ocurren en edades
específicas, con el tiempo casi todos los adultos experimentan ciertas experiencias y
cambios en sus vidas.

Casi todos los adultos establecen relaciones amorosas a largo plazo con otro adulto en
algún momento de su vida. Esto puede suceder en cualquier etapa del curso de la vida,
pero es especialmente común en la juventud. De acuerdo con Erik Erikson, el principal
desafío de la juventud es el de la intimidad frente al aislamiento. La incapacidad para
establecer una relación íntima con alguien más puede hacer que un joven adulto se
sienta dolorosamente solitario e incompleto. La salud psicológica por lo general mejora
la adultez, y los adolescentes con mayor salud psicológica tienden a mejorar aún más
en la vida adulta. Con la edad, tanto hombres como mujeres tienden a mostrar mayor
estabilidad emocional, calidez, confianza en sí mismos y autocontrol. Una meta análisis
de varios estudios revelo que, en promedio, la escrupulosidad, la estabilidad emocional,
la afabilidad y la apertura a nuevas experiencias aumentan en la adultez inmediata,
dichos hallazgos sugieren que la mayoría de la gente cumple con éxito lo que Erik
Erikson consideró el mayor desafío de la adultez intermedia: generatividad frente a
estancamiento. La generatividad se refiere a la habilidad para continuar siendo
productivo y creativo, sobre todo de maneras que orienten y estimulen a las futuras
generaciones. Para aquellos que no logran alcanzar este estado, la vida se vuelve una
rutina monótona y carente de sentido, y la persona se siente estancada y aburrida. Los
sentimientos de aburrimiento y estancamiento en la edad adulta intermedia constituyen
parte de lo que se denomina crisis de la madurez. La persona en una crisis de madurez
se siente dolorosamente insatisfecha, lista para un cambio radical y abrupto en su
carrera, relaciones personales o estilo de vida. Sin embargo, la investigación demuestra
que la crisis de la madurez no es típica; la mayoría de la gente no hace grandes
cambios repentinos en su vida durante la adultez intermedia (Martino, 1995). Por
ejemplo, un estudio a gran escala encontró que la mayoría de los adultos de edad
madura reportaban menores niveles de ansiedad y preocupación que los adultos
jóvenes, y por lo general tenían un sentimiento positivo acerca de su vida. A pesar de
describirse como personas en malas condiciones físicas, la mayoría de las personas
maduras tienen pocas enfermedades graves. De hecho, sólo alrededor del 10 por ciento
reportó experimentar una crisis de madurez (Brim, 1999).

Daniel Levinson, quien estudió el desarrollo de la personalidad en hombres y mujeres a


lo largo de la vida adulta (Levinson, 1978, 1986, 1987), prefería usar el término
transición de la madurez para designar el periodo en que la gente tiende a evaluar su
existencia. Muchos de los hombres y las mujeres que participaron en sus estudios, al
enfrentar los primeros signos de envejecimiento, empezaron a pensar en la
naturaleza finita de la vida. Se dieron cuenta de que quizá nunca podrían cumplir todo lo
que habían esperado hacer y cuestionaban el valor de algunas de las cosas que habían
logrado hasta entonces, preguntándose por su significado. Como resultado, algunos
modificaron gradualmente sus prioridades, estableciendo nuevas metas basadas en sus
nuevas ideas.

La adultez es la etapa del desarrollo humano que sigue a la adolescencia, en la cual el


individuo se encuentra ya plenamente desarrollado y constituido como un eslabón
individual de la especie. Se le conoce como cuarta etapa.

La madurez sexual, el afianzamiento de la personalidad y la plenitud física ocurren


gradualmente en esta etapa cumbre de la vida, hasta que, eventualmente, se da paso a
la vejez.

La llegada a la adultez es celebrada y ritualizada desde puntos de vista sociales,


emocionales e incluso jurídicos, ya que a partir de esta etapa se forma un miembro
pleno de la sociedad, con todos los derechos y responsabilidades.
CARACTERÍSTICAS DE LA ADULTEZ

En esta etapa su personalidad y su carácter se presentan firmes y seguros y el


individuo maduro se distingue por el control que logra de sus sentimientos y su vida
emocional. Esto le permite afrontar la vida con mayor seguridad y serenidad que en las
etapas anteriores. La adultez es la época de la vida del ser humano en el que mayor
rendimiento en la actividad se presenta.

Cabe destacar que no todos los adultos llegan a la madurez, con lo que podríamos
clasificarlos en dos grupos: adultos maduros y adultos no-maduros o inmaduros.

Mayoría de edad

La mayoría de edad marca, a una edad variable dependiendo de los países, la entrada
en vigencia legal de la adultez. Suele rondar los 18 y 21 años de edad.

No es precisamente un sinónimo de ella, sin embargo, y no en vano muchos


especialistas consideran la adolescencia como un período que se extingue finalmente a
principios de la veintena.

Aun así, la mayoría de edad marca el inicio, de cara a las leyes y el Estado, de la vida
adulta del individuo, y suele ser una de las fechas más ritualmente celebradas a lo largo
de las culturas.

Etapas de la adultez

La adultez es un proceso gradual, no se trata de un crecimiento inmediato. En ese


sentido se pueden identificar dos distintas etapas de adultez: la temprana y la media.
Adultez temprana.

Comprende el momento inicial de adultez, desde el fin de la adolescencia hasta más o


menos los 40 años. Se trata de una etapa vigorosa y de enorme potencia productiva,
acompañada de una sensación de plenitud indispensable para emprender los caminos
profesionales e individuales trazados.

Adultez media.

Es la etapa “meseta” de la vida, comprendida entre los 40 años y los 65 años, en la que
se espera un mayor asentamiento y cierto enlentecimiento del ritmo, a pesar de que
sigue siendo un instante de gran productividad y experiencia, cuyo fin conduce al cese
de la vida productiva y la vejez.

Independencia

Lo esperable durante la adultez temprana es un anhelo de independencia en el


individuo, que apunta a necesidades de espacio físico y emocional distintos del hogar
paterno.

Ya sea que esto pueda lograrse o no (ello dependerá de variables de entorno


socioeconómico, de emplazamiento cultural y geográfico, tanto como las capacidades
del individuo), o que pueda lograrse por propia cuenta, en pareja o en grupo, se trata de
una necesidad intrínsecamente vinculada con la adultez, sobre todo considerando que
el individuo maduro tenderá, con el tiempo, a fundar una propia familia.

Integración social

A diferencia de en la adolescencia, los vínculos sociales del adulto pasan


necesariamente por su personalidad y sus decisiones individuales de vida. Dejan de ser
tan frecuentes las pandillas, para enfocarse en la pareja y en amistades que tengan un
camino vital semejante: compañeros de trabajo, de universidad, etc.

Se dice que los amigos hechos en esta etapa son realmente los que durarán toda la
vida.

Estabilidad

La adultez, y más aún la etapa media, es un período de mayores estabilidades en el ser


humano. Los emotividad meteórica y la volubilidad de carácter típicos de la
adolescencia suelen ya haber quedado atrás, reemplazados por un progresivo
autoconocimiento y una mayor profundidad de carácter.

La toma de decisiones en esta etapa (sobre todo en la media) tiende a ser más
concienzuda, más fruto de meditaciones y no a la emoción del momento. Lo cual acusa
un desarrollo cognitivo más acentuado en la reflexión y la flexibilidad, la adaptabilidad y
el individualismo.

Matrimonio

La mayor parte de la población adulta se casa durante la primera adultez (entre los 25 y
34 años). Es también la etapa de mayor presión social en torno a los temas de
reproducción y descendencia (sobre todo en la mujer), y de los primeros intentos
formales de vida familiar.

En el caso de muchos adultos, esta decisión se posterga en aras de otras áreas


vivenciales, pero es lo común que a partir de la entrada a la adultez media, las
necesidades de compañía y pertenencia deriven más hacia el ámbito familiar, sobre
todo con miras a la paternidad.
Los márgenes de divorcio, por demás, van en franco incremento mundial, siendo más
frecuentes al entrar a la adultez media, pero la tendencia apunta cada vez
pronunciadamente hacia el adulto joven.

Paternidad

Junto con el matrimonio, en la adultez temprana suelen producirse las primeras


tentativas de paternidad (deseada o no), lo cual es vivido sin las dimensiones trágicas
del embarazo adolescente, pero sí supone un reto para los jóvenes profesionales en
formación.

Así como en las sociedades poco desarrolladas el embarazo adolescente es común, en


muchas sociedades desarrolladas existe la tendencia a postergar el embarazo y la
fundación de una familia, e incluso la vida conyugal, en pro de garantizar primero el
éxito profesional e individual, cuando no económico, para afrontarlo. Y muchos, llegado
el momento, deciden optar por modelos de vida distintos al familiar.

En los países menos desarrollados, igualmente, la adultez temprana constituye una


lucha por insertarse en el entorno laboral o por educarse, así que la paternidad. Es
también tenida como un impedimento y a menudo un accidente que precipita la
constitución familiar.

La moral

En la adultez se reafirman los preceptos de moralidad que determinarán la vida en


sociedad. El contrato social, por ejemplo, que antepone el bien de la mayoría a los
deseos individuales, o ciertos preceptos éticos universalistas, echan raíz en esta etapa.
Y esto se debe a que el conjunto de experiencias vividas y conocimientos adquiridos ya
es suficiente para evaluar desde distintas ópticas posibles un dilema.

De hecho, los expertos acusan dos tipos de experiencia como enormes formadores de
la moralidad, como son: la confrontación de valores (como la que tiene lugar en la
universidad o en las labores militares) y responsabilizarse del bienestar de un tercero
(como la paternidad). Ambos tipos de experiencias muy vinculadas con el mundo
adulto.

Sexualidad

El ejercicio de la sexualidad en la adultez encuentra, idealmente, sus mayores


oportunidades para la libertad, la experimentación y la satisfacción. Sea o no dentro de
un contexto conyugal o monógamo, el sexo cosecha un espacio psíquico importante en
el adulto, empezado a ceder lugar hacia finales de la adultez media.

La sexualidad se percibe como una vía hacia la realización individual y se la ejerce, en


principio, de manera autónoma, ética, abierta y autoconsciente.

La crisis experiencial También conocida como crisis de la mitad de la vida, suele


producirse en el paso de la adultez temprana a la media, y consiste en un
replanteamiento radical, a veces incluso temerario, de las prioridades vitales y del ritmo
y modelo de vida que se lleva.

Como muchas otras cosas en la vida, es producto de la conciencia de la finitud: del fin
eventual de la vida, del paso inexorable del tiempo, reflejado en el fin, justamente, de la
etapa más cotizada socialmente en nuestras sociedades: la juventud.
Enlistar las acciones que ayudarán en la etapa asignada a llevar un estilo de vida
saludable.

Crear una rutina. Cuando se llega a la etapa de la jubilación, muchas personas se


enfrentan con el decremento de su autoestima, y quizá sufrir depresión. Para evitarlo
debes de tener un horario para levantarte y comer, no caer en el error de por exceso de
tiempo se puede hacer cuando sea.

Implementar ejercicio. A esta edad puede que sientas más flojera de realizar actividad
física, pero es importante que lo hagas, no se trata de rutinas pesadas en el gimnasio.
El mejor ejercicio cardiovascular que no daña nada es caminar a buena marcha.

Alimentación. Estudiar cosas de alimentación te ayudará, ya que en función de cómo te


encuentras, tú cuerpo necesita cosas diferentes. No vale la dieta de todo el mundo,
cada persona requiere de nutrientes específicos.

Hidratación. Esto es algo que las personas no saben, el adulto mayor pierde la
sensación de sed, su cerebro no le avisa que tiene que beber, por eso no lo hace. Pero
la deshidratación te puede llevar a un deterioro cognitivo, por tanto hay que tomar agua
y acostumbrar al cuerpo.

Aprender cosas nuevas. Esto es algo muy importante para el cerebro, ponte un reto de
una cosa, apréndelo y desarróllalo. Que sea algo totalmente distinto a lo que has hecho
hasta ahora, que suponga un reto, de esta manera sentirás que puedes seguir haciendo
cosas y eres útil.
Disfrutar de la familia. No de manera obligatoria, participa como abuelo, no como padre.
Esto provocará que sientas una fuerza para seguir viviendo los siguientes 30 años de
manera sana y sonriendo, que es la mejor de las medicinas.

Visitas al médico. Un chequeo a tiempo te puede quitar de muchos problemas:


diabetes, hipertensión, colesterol alto, cosas que con una revisión al año se pueden
localizar. Es una revisión para estar bien, y si encuentran algo, estará diagnosticado de
manera oportuna. Para ser un adulto mayor saludable no

Necesitas de sacrificios, por el contrario puedes disfrutar cada instante


implementando acciones específicas, que sin darte cuenta te llevarán a la plenitud y a
que los siguientes años sean la mejor etapa de tu vida.
CONCLUSIONES

Cada etapa del ser humano tiene unos logros, unas responsabilidades y unas
preocupaciones. Y concretamente las personas adultas, en general, se preocupan
más por su salud y su familia, el trabajo juega un papel secundario en sus vidas.

En cuanto a la sociedad, hemos llegado a la conclusión de que los adultos están


tan estabilizados en su vida familiar y laboral que a pesar de tener inquietudes por
los problemas sociales y en sus metas pretenden conseguir igualdad, bienestar
social, civismo, ayudar, vivir en una sociedad pacífica y tranquila, etc.
BIBLIOGRAFÍA

Psicologia decima edicion, Charles G. Morris y Albert A. Maisto (paginas.


319,322)

https://www.caracteristicas.co/adultez/

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