Divorcio Beatriz Parra

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ABG JOSER DANIEL COLINA PACHECO

INPREABOGADO N° 164.033

Ciudadano (a):
Unidad De Recepción Y Distribución De Documentos Del Circuito Judicial
Del Tribunal De Protección De Niños, Niñas Y Adolescentes De La
Circunscripción Judicial Del Área Metropolitana De Caracas Y Nacional De
Adopción Internacional.
Su Despacho. -

Yo, BEATRIZ AURORA PARRA RUIZ, venezolana mayor de edad, de este do-
micilio, de nacionalidad venezolana, titular de la cédula de Identidad Nº V-
19.868.275, debidamente representada por los ciudadanos JOSER DANIEL
COLINA PACHECO y LISBETH TIBISAY MONTES CÁRDENAS,
venezolanos, mayores de edad, de este domicilio, titulares de las cédulas de
identidad Nro. V- 18.223.427 y V- 11.198.507, abogados en ejercicio, de este
domicilio, inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros. 164.033 y 95.870,
respectivamente, tal como se evidencia en instrumento poder otorgado ante el
Consulado de la República Bolivariana de Venezuela en la República de Perú, que
acompaño marcada “A” toda vez que mi persona BEATRIZ AURORA PARRA
RUIZ, tengo arraigo en dicha nación desde hace dos años, ante usted con la venia
de estilo, ocurrimos para exponer:

CAPITULO I
DE LOS HECHOS

Contrajimos matrimonio por ante la Primera Autoridad Civil de la Parroquia San


Pedro, perteneciente al Municipio Libertador del Distrito Capital, en fecha veintiséis
(26) de marzo de dos mil quince (2015), según consta del Acta de Matrimonio
signada con el N° 29, que acompañamos marcada “A”. De esta unión procreamos
una (01) hija, de nombre ALBANY ESTEFANIA VIVAS PARRA, de cuatro (04)
años de edad, según se evidencia en Acta de Nacimiento signada con el N° 1995,
Folio N° 245, Tomo 8, de fecha treinta y uno (31) de agosto de dos mil quince
(2015), que acompañamos marcada “B”.

SEGUNDO: En fecha veintiséis (26) de marzo de dos mil dieciocho (2018), salí del
territorio venezolano hacia la República de Perú en compañía de mi menor hija
antes identificada, en razón de la distancia comenzaron a suscitarse graves
perturbaciones en la relación, constantes disensiones y disputas que ocasionaron
diferencias irreconciliables, que conllevaron a que la misma se volviera imposible
para ambas partes y dificultaran la vida en común. Esta situación devino en una
ruptura afectiva, que se materializó con la separación de hecho reciproca tanto
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física como sentimental. En consecuencia, se tomó la decisión de mutuo acuerdo


de separarnos, siendo inútil la reconciliación hasta la presente fecha.

En este sentido, acudimos ante su competente autoridad, a los fines de que se


decrete la extinción del vínculo matrimonial, por mutuo consentimiento tal y como
lo permite la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, El Código
Civil Venezolano, la Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescentes, y
la Jurisprudencia reiterada en la materia.

CAPITULO II
DEL DERECHO

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, protege a la familia


como base fundamental de la sociedad, al constituir una forma de asociación
natural para el desarrollo integral de las personas, conforme a unos principios de
igualdad, respeto, tolerancia y consentimiento mutuo. Así el artículo 75 de nuestro
texto normativo establece que: «[…] Las relaciones familiares se basan en la
igualdad de derechos y deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la
comprensión mutua y el respeto recíproco entre sus integrantes. […]». En
este mismo sentido, la Constitución en su artículo 77 y en pro de garantizar y
resguardar las relaciones familiares indica que: «Se protege el matrimonio entre
un hombre y una mujer, el cual se funda en el libre consentimiento y en la
igualdad absoluta de los derechos y deberes de los conyugues. […]». De lo
anterior se muestra que nuestra Carta Magna preserva las relaciones familiares
como núcleo del desarrollo integral de la sociedad y del Estado, siempre y cuando,
se sustente en principios morales que rigen a toda sociedad como son el respeto
muto, el libre consentimiento, la solidaridad y la igualdad.

El Código Civil venezolano, en materia de familia, regula la institución del divorcio


en el artículo 185 y siguiente, estableciendo un conjunto de causales taxativas
para la solicitud de divorcio, excluyendo dentro de esta la interposición de la
disolución matrimonial por mutuo consentimiento. Sin embargo, el artículo 189
ejusdem, que permite la disolución del matrimonio, primeramente, por la
separación de cuerpos, recoge: «Son causas únicas de separación de cuerpos las
seis primeras que establece el artículo 185 para el divorcio, y el mutuo
consentimiento. En este último caso el Juez declarará la separación en el mismo
acto en que fuere presentada la manifestación personalmente por los cónyuges».

Esta disyuntiva presente en nuestro Código Civil, referente a las causas por las
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cuales se puede solicitar el divorcio o la separación de cuerpos, ha sido analizada


y conciliada, conforme a nuestro ordenamiento jurídico y a los principios
Constitucionales, por la Sala Constitucional de Tribunal Supremo de Justicia con
base en el artículo 77 de la Constitución, antes citado, realizando una
interpretación vinculante del artículo 185 del Código Civil, respecto a las causales
del divorcio, estableciendo que: «[…] Para ello debe esta Sala Constitucional
declarar de manera inequívoca que reconoce el matrimonio como una
institución protegida por el artículo 77 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela; y también reconoce el matrimonio como un
contrato civil solemne por el que los cónyuges manifiestan libremente su
voluntad de fundar una familia en plena igualdad jurídica, y que implica una
comunidad de vida y de bienes con recíprocos deberes y derechos entre
cónyuges; […] Esta formulación normativa acorde con una larga tradición
constitucional, legal, histórica y hasta universal reconoce el matrimonio como
una institución de donde deriva la familia, como grupo primario del ser
humano y base de la sociedad. Concebida la familia en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos (1948), como el elemento natural, universal y
fundamental de la sociedad, que tiene derecho a la protección de la sociedad y del
Estado (artículo 16); […] Se ha dicho en contra del divorcio que el mismo atenta
contra la estabilidad de las familias constituidas por el matrimonio, y que el Estado
debe estar interesado en evitar que el divorcio se produzca, persuadiendo a los
cónyuges del mantenimiento del vínculo conyugal. Al respecto, considera esta
Sala que este tipo de afirmaciones en los actuales momentos merecen ser
revisadas, pues las máximas de experiencia explican que no es el
divorcio per se el que fragmenta la estabilidad de las familias, sino otros
elementos de facto perturbadores que a la postre obligan a las parejas a
decidir la disolución del vínculo que los une, a través del divorcio; […] De tal
manera, que no es el divorcio sino los hechos que lo demandan los que
atentan contra la familia. De suerte pues que no es manteniendo una unión
matrimonial e impidiendo el divorcio como se subsanan los conflictos familiares, y
se persuade a las parejas para la convivencia pacífica y el bienestar familiar; […]
El divorcio representa entonces el mecanismo jurídico válido para extinguir el
vínculo matrimonial (artículo 184 del Código Civil), esto es, la solución que otorga
el ordenamiento jurídico a los cónyuges, o a uno de ellos, cuando éstos
consideran que sus diferencias son insalvables […]».1
1
Tribunal Supremo de Justicia. Sala Constitucional. Sentencia Nro. 693 del 2 de junio de 2015, dictada
en ocasión de un recurso de revisión. Expediente Nro. 12-1163. Ponente: Carmen Zuleta de Merchán. Caso:
Francisco Anthony Correa Rampersad Vs María Cristina Santos Boavida. Ver en:
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/junio/178096-693-2615-2015-12-1163.HTML.
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Así, la sentencia prosigue y considera que deben ser revisadas nuestras


instituciones preconstitucionales y empezar a considerar la pretensión de divorcio
como un mecanismo que permite el ejercicio de los derechos y garantías
constitucionales, como el libre desarrollo de la personalidad y la tutela judicial
efectiva «[…] entendida este última como el derecho que tiene el justiciable de
activar el órgano jurisdiccional a los fines de obtener un pronunciamiento
exhaustivo sobre sus pretensiones, expresión de la garantía de acceso a la
justicia, y que es novedad de nuestro vigente texto constitucional al estipularlo
como derecho autónomo en el artículo 26 constitucional […]». 2

De igual forma la Sala declara en la citada sentencia, con respecto al


consentimiento, considerado este como base nuclear de todo vínculo jurídico, una
expresión de voluntad del individuo considerada como una manifestación del
derecho al libre desarrollo de la personalidad; así lo estableció en la sentencia
Núm. 446/2014, en la que cita: «[…] el artículo 75 de la Constitución de 1999
considera a la familia una asociación natural de la sociedad; pero así ella sea
natural, toda asociación corresponde a una voluntad y a un consentimiento
en formar la familia. Igualmente, considera que la familia (asociación
fundamental) es el espacio para el desarrollo integral de la persona, lo que
presupone –como parte de ese desarrollo integral– la preparación para que
las personas ejerzan el derecho al libre desenvolvimiento de su
personalidad, sin más limitaciones que las que derivan del derecho de los
demás y del orden público y social. Por su parte, el artículo 77 eiusdem
establece la protección al matrimonio, entre un hombre y una mujer fundada en
el libre consentimiento y en la igualdad absoluta de los derechos y deberes de los
cónyuges, lo que se concatena con los lineamientos del referido artículo 75. De
allí que, el matrimonio solo puede ser entendido como institución que existe
por el libre consentimiento de los cónyuges, como una expresión de su libre
voluntad y, en consecuencia, nadie puede ser obligado a contraerlo, pero
igualmente –por interpretación lógica– nadie puede estar obligado a
permanecer casado, derecho que tienen por igual ambos cónyuges. Este
derecho surge cuando cesa por parte de ambos cónyuges o al menos de uno de
ellos –como consecuencia de su libre consentimiento–la vida en común, entendida
ésta como la obligación de los cónyuges de vivir juntos, guardarse fidelidad y
socorrerse mutuamente (artículo 137 del Código Civil) y, de mutuo acuerdo, tomar
las decisiones relativas a la vida familiar y la fijación del domicilio conyugal

2
Ibidem
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(artículo 140 eiusdem) […]».3

En consecuencia, Esta Sala declaro: «[…] en torno a la institución del divorcio,


analizada e interpretada, en aplicación directa e inmediata de los derechos
fundamentales al libre desarrollo de la personalidad y la tutela judicial efectiva,
previstos en los artículos 20 y 26, respectivamente, de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, esta Sala Constitucional realiza una
interpretación constitucionalizante del artículo 185 del Código Civil, y declara, con
carácter vinculante, que las causales de divorcio contenidas en el artículo
185 del Código Civil no son taxativas, por lo cual cualquiera de los cónyuges
podrá demandar el divorcio por las causales previstas en dicho artículo o
por cualquier otra situación que estime impida la continuación de la vida en
común, en los términos señalados en la sentencia N° 446/2014, ampliamente
citada en este fallo; incluyéndose el mutuo consentimiento […]». 4

El argumento relativo al ejercicio del libre consentimiento, señalado en la


sentencia ut supra identificada, de carácter vinculante y vigente en materia de
divorcio, de la Sala Constitucional, se basa en la adaptación de una norma legal
pre-constitucional basada en criterios de aplicación taxativos (Art. 185 C.C,
causales de divorcio), a disposiciones enunciativas que permiten la existencia de
otros motivos por el cual se puede solicitar el divorcio en una relación conyugal,
todo ello en función de un razonamiento de uniformidad con el principio del libre
consentimiento de los cónyuges, armonizado con la aplicación de los principios,
derechos y garantías a una tutela judicial efectiva y al libre desarrollo de la
personalidad, consagrados en los artículos 26, 20 y 77 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, respectivamente. Permitiéndoles en
consecuencia que cualquiera de los cónyuges pueda demandar el divorcio por las
causales previstas en dicho artículo y/o por cualquier otra situación que estime
impida la continuación de la vida en común, incluyéndose el mutuo
consentimiento.

Asimismo, se hace menester indicar que por tratarse de un divorcio en el cual


existe una niña menor de edad el procedimiento a ser aplicado es el establecido
en la Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescente, en concordancia
con el fallo parcialmente transcrito, y así muy respetuosamente solicitamos sea
sustanciado y decidido.
3
Tribunal Supremo de Justicia. Sala Constitucional. Sentencia 446 del 15 de mayo de 2014.
Expediente 14-0094. Ponente: Arcadio Delgado Rosales. Ver en:
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/mayo/164289-446-15514-2014-14-0094.HTML.
4
Sentencia Nro. 693. Op cit.
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CAPITULO III
DEL DOMICILIO CONYUGAL

Nuestro último domicilio conyugal en esta ciudad se encuentra en la dirección


siguiente: Avenida María Teresa del Toro Sector Las Acacias, Edificio Miami,
Apartamento N° 7, Municipio Libertador del Distrito Capital, en donde habitamos
ininterrumpidamente hasta mi salida del país en fecha veintiséis (26) de marzo de
dos mil dieciocho (2018)

CAPITULO IV

DEL REGIMEN DE MANUTENCIÓN Y CONVIVENCIA FAMILIAR

Ahora bien, respecto a la prenombrada niña ALBANY ESTEFANIA VIVAS


PARRA, hemos convenido de mutuo acuerdo en lo siguiente:

 La niña quedará bajo la guarda de su madre de conformidad con lo previsto


en el artículo 264 del Código Civil en concordancia con lo establecido en el
segundo aparte del artículo 359 de la Ley Orgánica de Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes.
 El padre les proporcionará como costos de manutención la cantidad de
CINCO MILLONES DE BOLÍVARES SOBERANOS (Bs.S. 5.000.000,00),
mensuales, más el veinticinco por ciento (25%), de conformidad con lo
previsto en los artículos 365 y 366 de Ley Orgánica de Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes.
 La Patria potestad será compartida entre padre y madre conforme a lo
establecido en el artículo 261 del Código Civil en concordancia con lo
previsto en los artículos 349 y 351 de Ley Orgánica de Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes.
 El padre podrá visitar a su menor hija en cualquier momento, siempre que
no interrumpa sus labores escolares. En cuanto a las Navidades serán,
pasadas con el padre, y el Año Nuevo y los Reyes serán pasados con la
madre, alternativamente. En cuanto a la Semana Santa y Carnaval, cuando
la Semana Santa la pasen con el padre, el Carnaval lo pasarán con la
madre, ambas cosas en forma alternativa año tras año. El Día del Padre los
prenombrados niños estarán con su padre. El Día de la Madre estarán con
la madre. El día de sus cumpleaños serán pasados al lado de su madre y
su padre asistirá a la reunión que se celebre en esas ocasiones. En el caso
de no haber celebración, el padre podrá visitar, e invitar a la niña a
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compartir con él si fuere el caso. En cuanto a las vacaciones escolares se


dividirán exactamente por mitad; la primera mitad será pasada con el padre,
y la segunda mitad será pasada con la madre, todo ello de conformidad con
lo previsto en los artículos 385 y 387 de Ley Orgánica de Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes. Todo lo anterior siempre y cuando el padre
esté dispuesto a viajar a Perú o en su defecto que este proporcione los
medios económicos necesarios para que la niña viaje vía aérea hasta
Venezuela.

CAPITULO V
DE LOS BIENES DE LA COMUNIDAD CONYUGAL

Por cuanto no existen bienes en común durante el matrimonio, se hace


innecesario emitir algún tipo de pronunciamiento y así solicitamos se declare.

CAPITULO VI
DEL DOMICILIO PROCESAL PARA CITACIONES Y NOTIFICACIONES

De conformidad con lo previsto en el artículo 174 del Código de Procedimiento


Civil aplicable en forma supletoria, se suministran los siguientes datos como
domicilio procesal:

1.- BEATRIZ AURORA PARRA RUIZ, en la persona de mis apoderados judiciales


en la Avenida Este 2, Torre Morelos, Piso 6, Oficina 6-A 6-F, Teléfono: +58 414
2734220, correos electrónicos: [email protected] / [email protected]

2.- LUIS EDUARDO VIVAS PADILLA, Municipio Península de Macanao, Sector


Boca de Río, Destacamento de Comandos Rurales N° 719, de la Guardia Nacional
Bolivariana Estado Nueva Esparta, Teléfono +58 412-3571084, correo electrónico:
[email protected]

PETITORIO

De conformidad con el Artículo 185-A de nuestro Código Civil Vigente y las


disposiciones previstas en la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes, así como Sentencia Nro. 693 del 2 de junio de 2015, dictada en
ocasión de un recurso de revisión. Expediente Nro. 12-1163. Ponente: Carmen
Zuleta de Merchán. Caso: Francisco Anthony Correa Rampersad Vs María Cristina
Santos Boavida, solicitamos que el presente escrito de solicitud de disolución de
vínculo matrimonial con partición amistosa de bienes pertenecientes a la
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comunidad conyugal, sea admitida, sustanciada y decidida de acuerdo al


procedimiento establecido en la norma. Es Justicia que esperamos en la ciudad de
Caracas a la fecha de su presentación.

Por BEATRIZ AURORA PARRA RUIZ LUIS EDUARDO VIVAS PADILLA


V- 19.868.275 V- 17.967.293

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