Graduación de La Culpa Contractual

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LA GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL†

Introducción y marco normativo.

La culpa1 es el elemento subjetivo de toda responsabilidad, es decir, importa un comportamiento


sancionado por el ordenamiento legal. La responsabilidad (contractual y extracontractual, pero en
lo que sigue nos referiremos exclusivamente a la contractual2) es, en términos generales, una fuente
de obligaciones; así, el responsable, a estos efectos, es quien se mira como deudor. La sanción a la
responsabilidad generalmente se traduce en el deber (obligación) de indemnizar.

Pero, independientes o junto a la indemnización, puede haber otras sanciones, tales como: la
restitución de lo recibido (Art. 1300), constitución de una indignidad para suceder (Art. 1329), pagar
el precio de la cosa o el derecho a elegir otra si la hay (Arts. 1486, 1502, 1672, 1678), pedir la
resolución, el cumplimiento forzado de las obligaciones o ambas (Arts. 1489, 1590, 1938, 1972), la
pena en la cláusula penal (art. 1543), ejecución forzada de una obligación de hacer o hechura por
parte del acreedor a costa del deudor (art. 1553, 2002) destrucción o deshacimiento de la cosa en
las obligaciones de no hacer (Art. 1555), pago de intereses (Art. 1559, 1591, 2300, 2308), la
imposibilidad de oponer la compensación como excepción en ciertas circunstancias (Art. 1662),
derecho del acreedor a perseverar en el contrato o desistir de él (Art. 1826), restitución o la rebaja
del precio (Arts. 1860, 1861, 1865, 1867, 1883), resolución anticipada de un contrato de tracto
sucesivo y pago de la renta por el tiempo que falte (Art. 1945), entre otras.

La culpa se encuentra tratada fundamentalmente en dos normas del Código Civil, el art. 44, que
clasifica sus tipos y los define; y en el art. 1547, a propósito del efecto de las obligaciones, cuyo
inciso primero la pondera y aplica conforme a la utilidad que reporte la obligación a los sujetos que
intervienen en ella. A saber:

Art. 44. La ley distingue tres especies de culpa o descuido.


Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los negocios ajenos
con aquel cuidado que aun las personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en sus
negocios propios. Esta culpa en materias civiles equivale al dolo.
Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado que los
hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido, sin otra calificación,
significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la diligencia o cuidado ordinario o
mediano.

† Separata preparada por el Profesor. Mg. José Esteban Albornoz Gabilán, para la Cátedra de Derecho Civil de la
Universidad Autónoma de Chile. 2021.
1 Culpa: “1. f. Imputación a alguien de una determinada acción como consecuencia de su conducta. Tú tienes la culpa de

lo sucedido. //2. f. Hecho de ser causante de algo. La cosecha se arruinó por culpa de la lluvia.// 3. f. Der. Omisión de la
diligencia exigible a alguien, que implica que el hecho injusto o dañoso resultante motive su responsabilidad civil o
penal.” RAE.
2 “NOCIÓN DE CULPA NO INTENCIONAL (CONTRACTUAL) (…) La culpa no dolosa en el ámbito contractual se nos presenta

asociada a imprudencia, descuido o negligencia. Ella consiste, entonces, en comportarse sin la prudencia, cuidado y
atención que debe ponerse al desarrollar la conducta comprometida. En otros términos, obra con culpa quien no se
comporta con el cuidado, la diligencia y la prudencia que la ley le impone en cada caso. (…) Cada obligación se encuentra
descrita en la ley (deber de conducta típica), señalándose qué grado de diligencia y cuidado se impone al obligado. Así las
cosas, la culpa consiste en comportarse sin la diligencia que la ley impone al deudor de una obligación contractual. En otras
palabras, la culpa implica faltar al deber de cuidado que trae consigo la constitución de la obligación. Quien incumple una
obligación con culpa, sin tener la intención de dañar a nadie, deja de comportarse en la forma y con la atención que la ley
le exige”. PABLO RODRÍGUEZ GREZ, Responsabilidad contractual, Editorial Jurídica de Chile, 2003, párr. 293.
El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia es responsable de esta especie
de culpa.
Culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso
emplea en la administración de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se opone a la suma
diligencia o cuidado.
El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de otro.

Art. 1547. El deudor no es responsable sino de la culpa lata en los contratos que por su naturaleza
sólo son útiles al acreedor; es responsable de la leve en los contratos que se hacen para beneficio
recíproco de las partes; y de la levísima, en los contratos en que el deudor es el único que reporta
beneficio.
El deudor no es responsable del caso fortuito, a menos que se haya constituido en mora (siendo el
caso fortuito de aquellos que no hubieran dañado a la cosa debida, si hubiese sido entregada al
acreedor), o que el caso fortuito haya sobrevenido por su culpa.
La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; la prueba del caso
fortuito al que lo alega.
Todo lo cual, sin embargo, se entiende sin perjuicio de las disposiciones especiales de las leyes, y
de las estipulaciones expresas de las partes.

Análisis.

La culpa contractual, en la práctica, proviene de alguna de las siguientes situaciones: No ejecutar


una obligación3 o ejecutarla mal4. Lo que mide, y a la postre sanciona la norma, es la falta de
diligencia que provocó el incumplimiento o la mala ejecución de una obligación concreta5. Dicha
falta de diligencia, en los términos del código, puede medirse y, por lo mismo, existen márgenes de
tolerancia en el comportamiento que pueden no constituir la culpa necesaria para car en la situación
de inejecución o imperfección del deber impuesto al deudor. Pero que, sin son traspasados,
generaran responsabilidad al infractor.

La clave para no perderse en los tipos de culpa que establece el art. 44 ver a cada una de ellas como
el límite que no debe traspasarse.

1.- La Culpa Grave.

Art. 44.2°: Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar los negocios
ajenos con aquel cuidado que aun las personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en
sus negocios propios. Esta culpa en materias civiles equivale al dolo.

3 De ahí que, aun cuando se le conozca en general como “culpa contractual”, dado su tratamiento en el art. 1547, esta se
relaciona en general con el cumplimiento de obligaciones, las que perfectamente pueden ser cuasicontractuales (en la
ejecución de la agencia oficiosa) o legales (responsabilidad en la administración de bienes por parte de un tutor o curador,
por ejemplo). Es más acertado referirse a esta como una culpa que “incide principalmente en los contratos”, en palabras
de Luis Claro Solar. LUIS CLARO SOLAR, Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado. De las Obligaciones II. T XI.
Editorial Jurídica de Chile, 1978.
4 Lo que estudiamos como cumplimiento imperfecto.
5
De lo que se colige que “una misma conducta puede ser culposa tratándose de un contrato y no culposa tratándose de
otro. Ello porque en el ámbito de responsabilidad contractual la diligencia impuesta al deudor es diferente, según se
desprende de lo previsto en el artículo 1547 del Código Civil”. PABLO RODRÍGUEZ GREZ. Op. Cit. Párr. 296.
Se incurre en esta clase de culpa cuando no se han manejado los negocios ajenos del modo como lo
habría una persona imprudente en sus asuntos. Es decir, equivale al comportamiento contractual
más torpe que concibe la ley, pues entiende que la persona que incurrió en esta clase de culpa, lo
hizo comportándose con una falta de cuidado tal, que supera la negligencia que una persona puede
tener en sus propios negocios, donde, siendo sus propios negocios, poco importa si con su actuar
se arruina a sí mismo. Es la simple falta de la más insignificante diligencia6.

Ésta, como todas las clases de culpa, son normas de conducta, contienen un deber de
comportamiento. Así, dicho en positivo, en las obligaciones a las que aplica, se impone al obligado
la necesidad de “manejar los negocios ajenos con, al menos, el mismo cuidado que aun las personas
negligentes y de poca prudencia suelen emplear en sus negocios propios”. El no hacerlo dará lugar a
la responsabilidad7del obligado.

Piénsese que la utilización de la expresión “negocios ajenos” nos pone en perspectiva, pues ante los
propios y los ajenos, lo natural es prestar más cuidado en los propios. Al sujeto al que se le aplica
esta clase de culpa, en el fondo, se le está pidiendo el mínimo, pues también considera que, si este
se tratara de un negocio propio, que le interesa, y pese a su innata -e hipotética- falta de diligencia,
de todos modos lo haría “bien”.

El uso de la expresión “grave”, junto a “culpa” y a “negligencia” delatan la magnitud de este


comportamiento. Tanto, que el mismo inciso lo asimila al dolo, en materia contractual. Es decir, a
los ojos de la ley, actuar así -o no hacerlo, en realidad: “no manejar los negocios…”-, implican una
negligencia tal, que es indistinguible de la intención de causar daño8, “que es apenas creíble que su
autor no hay deseado al obrar, causar el daño que se ha realizado”9.

Ahora, que sea “lata”, obedece a su extensión o lo que es lo mismo, el alcance de la responsabilidad
que emana de ella. “Lata” -o lato, pero nuca late, que es lo que hacen los corazones de los que no
practican el Derecho-, conforme a la primera acepción de definición que nos da la RAE, es un
adjetivo que significa “dilatado, extendido”, o sea, el rango que tenía el deudor para actuar como
debía era bastante amplio.10

2.- La Culpa Leve.

Art. 44.3° y 4°: “Culpa leve, descuido leve, descuido ligero, es la falta de aquella diligencia y cuidado
que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios propios. Culpa o descuido, sin otra
calificación, significa culpa o descuido leve. Esta especie de culpa se opone a la diligencia o cuidado
ordinario o mediano. // El que debe administrar un negocio como un buen padre de familia es
responsable de esta especie de culpa”.

6 Parafraseando a LUIS CLARO SOLAR. Op. Cit.


7 Porque la responsabilidad contractual es directamente proporcional a la culpa de la que se responde.
8 Un estudio de esta situación nos la ofrece el profesor Rodrigo Barcia L. en su artículo de la Revista Ius et Praxis, 13 (1):

29 - 44, 2007 link: http://dx.doi.org/10.4067/S0718-00122007000100003


9 LUIS CLARO SOLAR. Op. Cit.
10 “E tal la culpa como esta es necedad, que es semejanza de engaño” (sic). Ley 11 del Título 33 de la Séptima Partida. De

LUIS CLARO SOLAR. Op. Cit.


Esta norma nos explica y da antónimos para su entendimiento. Constituyéndose en la regla general
de la forma como debe comportarse un deudor, al señalar que cuando se habla culpa o descuido,
así, sin adjetivos, nos referimos a esta clase.

La culpa leve tendrá lugar cuando una persona actúe de una forma como no la haría en una situación
en la que tenga interés. O sea, la diligencia que se emplea ordinariamente vendría a ser el estándar,
LA forma de hacer las cosas. Sin más. De ahí el uso de la expresión “descuido”, pues se entiende que
las cosas se hacen “con cuidado”.

Es leve, pues la infracción al deber de conducta no implica una consecuencia demasiado importante,
pero no por eso menos significativa, pues de todos modos habrá que responder por ella. De ahí que
el código puntualice que “esta especie de culpa se opone a la diligencia o cuidado ordinario o
mediano”, dando a entender que lo contrario de lo normal, en materia de cumplimiento de
obligaciones, no es otra cosa que excederse de lo que la ley entiende como normal -el rango
establecido en la norma-, lo que nos lleva al inciso 4° que señala “el que debe administrar un negocio
como un buen padre de familia es responsable de esta especie de culpa”.

La pregunta de cajón es ¿qué es ser un buen padre de familia? Y la respuesta corta es “Criterio moral
usado en la legislación tradicional para valorar determinadas conductas en defecto de otras reglas
expresas más específicas”11, la respuesta más corta, sería “ser una persona razonable”.
Evidentemente, esta razonabilidad está limitada por los medios para ejercerla, todos los que deben
ser ponderados por el juez para establecer un comportamiento dentro de dicho estándar o fuera de
él. Y, dicho en más corto aún, tomo la expresión que utiliza la misma norma para sinonimizar12 al
“buen padre de familia” con la persona diligente13.

3.- La Culpa levísima.

Art. 44.5°: “Culpa o descuido levísimo es la falta de aquella esmerada diligencia que un hombre
juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se opone
a la suma diligencia o cuidado.”

Esta clase de culpa obliga al deudor a ser muy cuidadoso en el cumplimiento de la obligación, dados
los parámetros en los que se funda.

4.- El Artículo 1547. Inciso 1°

Ahora bien, en aplicación de estos tipos de culpa y presumiendo la ley la voluntad de las partes para
cada clase de contrato14, el artículo 1547, inciso 1° establece el grado de cuidado que debe tenerse,
por parte del deudor, en la ejecución o cumplimiento de su obligación. Y, en tanto presunción, las
partes pueden perfectamente modificar la responsabilidad expresándolo en el respectivo contrato.

11https://dpej.rae.es/lema/buen-padre-de-familia
12Acabo de hacer la consulta a la RAE sobre el correcto uso de esta palabra, que significa “hacer una palabra sinónima de
otra” (18.08.2021). Me respondieron el día 20.08.2021 que “aunque «sinonimar» cuenta con algún uso, la forma más
empleada es «sinonimizar», que ya está en estudio para su incorporación al diccionario académico”.
13
RAE: “1. adj. Cuidadoso, exacto y activo.”
14
Se recomienda, para complementar el conocimiento y esta separata, leer el apartado denominado “Falso
dilema entre las obligaciones de medio y las obligaciones de resultado”, contenida en PABLO RODRÍGUEZ
GREZ. Op. Cit. Párr. 388 y ss.
“Art. 1547. El deudor no es responsable sino de la culpa lata en los contratos que por su naturaleza
sólo son útiles al acreedor; es responsable de la leve en los contratos que se hacen para beneficio
recíproco de las partes; y de la levísima, en los contratos en que el deudor es el único que reporta
beneficio.”

Debemos distinguir los tipos de contrato que se plantean en la norma, en cuando a la utilidad que
reportan y para quién lo hacen, y con esto en cuenta entenderemos qué tipo de culpa -o medida
de conducta- importa para el deudor un correcto cumplimiento de su obligación.
a) Si el contrato es naturalmente útil sólo para el acreedor, el deudor responderá de culpa
grave o lata. Es decir, basta con aplicar la diligencia mínima en su ejecución, de modo tal
que no cause un daño al acreedor. No significa un actuar desidioso, por cierto, es sólo que
no tiene que poner mayor empeño que el necesario para que la obligación se cumpla. Por
ejemplo, en el depósito (Art. 2215) el depositario -la persona que recibe una cosa para
guardarla- sólo responderá de culpa grave o lata porque el interesado en el contrato sólo es
el depositante (acreedor de la obligación de restituir). Sin perjuicio de esto, si el depositario
se ha ofrecido espontáneamente a recibir el depósito o se ha hecho preferir a otra persona
o si tiene algún interés personal en el depósito, deberá responder de culpa leve, es decir,
deberá ser al menos diligente en el cuidado de la cosa depositada (Art. 2222). Otro ejemplo
lo hallamos en el contrato de compraventa, cuando el comprador se ha constituido en mora
de recibir, el vendedor sólo será ya responsable del dolo o de la culpa grave (Art. 1827).
b) Si el contrato es naturalmente útil para el acreedor y el deudor (reporta beneficios
recíprocos), el deudor, respecto de su obligación, será responsable culpa leve -la regla
general-. Ejemplos de esto que pueden apreciarse en el Código: en el comodato que cede
en beneficio tanto del comodante como del comodatario (Art. 2179); en el cuasicontrato de
agencia oficiosa, que haciendo extensivas a sus obligaciones las del mandatario (Art. 2287),
deberá emplear en la gestión los cuidados de un buen padre de familia (Art. 2288)15; en el
depósito, el depositario que se encuentra en alguno de los casos que enuncia el Art. 2222
en su inciso 3°; y, en el contrato de sociedad, donde cada socio es responsable de los
perjuicios que aun por culpa leve haya causado a la sociedad (Art. 2093), entre otros.
c) Si el contrato es naturalmente útil sólo para el deudor, este responderá de culpa levísima,
en los contratos en que el deudor es el único que reporta beneficio. Tal es el caso, por
ejemplo, del comodatario, quien es obligado por la ley a emplear el mayor cuidado en la
conservación de la cosa, respondiendo hasta de la culpa levísima (Art. 2178), lo que es
natural desde el punto de vista de la misma definición del comodato o préstamo de uso,
conforme a la cual se trata de un contrato en que una de las partes entrega a la otra -el
comodatario- gratuitamente una especie, mueble o raíz, para que haga uso de ella, y con
cargo de restituir la misma especie después de terminado el uso (Art. 2174).

15 No deja de ser curioso que, sin perjuicio de lo


señalado, y sin importar la naturaleza del contrato, la ley puede establecer
una situación diversa, tal como ocurre precisamente en el contrato de mandato gratuito, donde no reportando utilidad
alguna al mandatario, este responde de culpa leve (2129).

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