Contreras, Laura - Piel

DE AMOR Y OTRAS LEJANÍAS
Laura Contreras Cambronero

De Amor y Otras Lejanías Laura Contreras Cambronero
El universo acaricia mis pies:

planetas brillantes
nostalgia de lunas
menguantes
crecientes
y llenas.
Nostalgia
de caminatas nocturnas
corredores alfombrados
con música y poesía
bares enbiblitecados de prosa
vino tinto
cajetillas vacías
cerillos...
Envuelto de letras
crucigramas de recuerdos.
Entre líneas
esbozo tu cuerpo:
aglomero los puntos suspensivos
que dejamos hace algunos años
esparcidos por donde fuimos.
Fuiste
el trinar del riachuelo
que nos vio abrazados
en los marcos de las puertas.
El vendaval
con todos tus latidos.
Los pasos impresos

que transito
-constantemente-
para no olvidarte.
La piedra
que llevo de amuleto
y baño
con agua de sal
para liberarla
de malos augurios.
Tu voz
se encarnó en la piel
transmutó
y sigue intacta
en medio del pecho.
Deseo beber el brebaje:

calostro para amantes veteranos
salvajes y sedientos.
Me levanté
con el recuerdo
el inconsciente no olvida
la sensación cálida
de dos cuerpos compartidos.
Mirar tu espalda
escribir en ella
que sientas letra por letra
que mis labios se fusionen
en tu piel.
II
Mi lengua inquieta
escribe tu olor
mi cuerpo
tiene memoria
se eriza:
sensación de tus dedos
acariciándome sutilmente.
El cofre
de mi cuello
añora cada respiro
de nuestros nombres pronunciados.
Entre la muchedumbre
apareces:
el café
la causalidad
son la excusa
para encontrarnos.
Rayé
por primera vez
un baño
solo por el simple hecho
de recordarte.
No lo firmé
preferí dejarlo en incógnita
de vos aprendí
que es mejor el anonimato.
“Escribí lo primero que te diga el cielo al verte.”

Diego Mora
¿Abrimos los ojos?

o seguimos imaginando la noche mientras te abrazo.
Las servilletas no alcanzan,

como no alcanzan los minutos
las ruedas agujereadas
los rituales en los baños
que nos salvan del ruido.
¿Alucinamos?
El cielo es opaco
busco tu mirada
el césped burbujea
los árboles saltan
la luz encandila
y vos sos un papel que se dobla.
Hipotermia
El sol se oculta por las mañanas

en que siento tu aroma tan cerca
y tus regazos tan secos
como espadas deshidratadas
en algún orgasmo lejos de casa.
Tengo el fósil de tus manos

en la ansiedad de mi boca.
Me cuesta recordar
cuanto ardía la piel.
“Quiero hacer contigo

lo que la primavera hace con los cerezos”
Pablo Neruda
Sentirte lejano a mis lágrimas

la presión en el pecho
no se va.
Voy dando tumbos

buscando los cerezos
cultivados en la casa.
¿Alguna vez florecieron?
Es tanto el vacío
no recuerdo los capullos
mi silueta trata de imitarlos
con las manos abiertas
esperando el rocío.
I
Hay cosas
que dejaré de hacer
cuando no estemos juntas:
que las velas

se fundan
entre dos cuerpos
que se acarician
el sabor a incienso
a cualquier hora.
que mi mano
sienta tus dedos
engranajes
esotéricos.
II
Me acostaré
desnuda
con frío
la hipotermia
saldrá
por los ojos.
Intentaré
acurrucarme
acercando mis piernas
al pecho
regresaré al vientre
ya deshabitado.
Me entregaré
al infinito
seguiré sintiendo frío
pero sin miedo.
III
No volveré
a cerrar las puertas
Dejaré de reír
no habrá nadie
que mire.
¿Cuándo las cosas

dejarán de oler a vos?
¿Reconoceré mi olor?
Dejaré
de buscar
tu mirada
¿me reconoceré en los espejos?

¿Qué hace una

con tantos recuerdos?
Mientras llueve
la ventana se empaña
la vista se nubla
y me empapo adentro.
Huele a humedad
se esparce por toda la casa
de mis brazos
salen motitas de moho
lugar que recorriste
donde tallamos nuestros nombres.
¿Los cerezos?
siguen intactos
hay ramitas
que salen de mi boca
tal vez
sea el rocío
que salpica de mis manos.
Todavía llueve
las paredes se derriten
caen hojas
pétalos
que se desprenden
del universo.
Me
dejo
caer
despierto sobre la cama

ya no llueve.
Cargar un muerto
mirarlo en la estancia
habitación en la que no perteneces.
Un muerto que no huele

que se retuerce
que corta la respiración
cada paso hacia la puerta.
Cargar un muerto
que observa fijamente
con ojos opacos.
Saberme sola
saber cuál es mi olor
ya no el compendio
con otro cuerpo.
Recordarlo…
Reconocerme
entre mis sábanas
arrullarme en soledad
como casi siempre
aunque estuviera acompañada.
No me reflejo
en otra piel
la mía
la mía en solitario
placer al tacto
Escucho mis latidos

ya no me diluyo
en los tuyos
Regreso
Mi sangre
fluye
mis venas
llenan los rincones
olvidados por los años
13 años
13 sonidos del universo
13 lagunas sin explorar
13 silencios
13 latidos reprimidos
13 miradas inconclusas
13 abismos esparcidos por donde nunca habitamos
13 gotas que nunca saciaron
13 gemidos sin explotar
13 papalotes atorados en la garganta
13 plumas sobre el suelo
13 navíos en las pupilas
13 13 13
Saberme sola
reconocerme sola.
A la Deriva
Intentó entender
la maraña en el pecho
enredadera
que llega al abdomen.
Aunque lejos
sigues perforando
la intención
para negarte.
Palpitante
palpitantes
dos voces atrapadas
en la retórica de un artefacto
que no comparte más
de lo que graba o escribe.
Recorrernos entre letras

que nos encuentran
abanicando
todo lo que nos atañe.
Solo porque estamos lejos:

abracémonos con la palabra
letras navegantes
al ritmo de nuestras voces.
Transito tu sonrisa
me envuelvo de ella
tal sábana tibia
abrigada.
La inserción de tu barba
¿qué será de mi cabello rizado atorándose en ella?
Te recorro
como se recorre la neblina:
pizcas de tu boca quedan condensadas
en las fibras de mi dorso.
Me restrinjo de vos
para entender esta intensidad
¿cuánto tiempo lograré esta abstinencia?
Me auto saboteo
tal huelga de hambre.
Evito nombrarte
pero a todos mis esfuerzos
apareces fugaz
encendiendo todo
lo que roza tu estela.
Te repaso
minuciosamente
mientras escucho uno
de tus temas.
Acaricio tu piel
delineo tu perfil
tomo la forma
de tus manos.
Me pierdo
desde el momento
que entras en mi cabeza.
No quiero ser acertijo

para tus labios
ni enigma
que se graba constante
en cada deseo exhalado
por mi piel.
“Que los viajes que en un abrazo se inician

no concluyan en puertos o terminales”
Pabelo
Abrázame
como si todo esto no existiera
como el último viaje
antes que el momento se evapore
que mi cabeza quede a la distancia de tu pecho
para ser arrullada
por la melodía de tu caja torácica.
Abrázame para iniciar

el éxodo de miradas
rozarán tu piel
que se detenga el suspiro
instante
donde la fragancia de dos cuerpos
tropieza para habitarse intangible.
Rima y metáforas:
cartas en botella
que flotan
y encallan en tu pupila.
Concluyo
tal sonido de trompetas a ritmo de Jazz
me miro anidando en tu piel
sobrevivo
con la fragancia de tu voz como brújula.
Como tonada de fondo

nuestras miradas se buscan
se cuelgan en la amplitud de labios
aún a la deriva.
Tus manos
en busca de tierra fértil
tu aliento
la brisa
deslizándonos
tal acróbatas sobre agua.
Manos
que se sumergen por arrecifes
erizando cada espacio deshabitado
La lengua pasa
por la amplitud de tu espalda
cerillo incandescente
Vehemencia:
las pupilas se intersecan.
Dos labios brindan

sucumbiendo en resuellos.
Juguemos
a trepar por los riscos
que sombrean tu espalda
a navegar los manantiales
de mi cabello brioso
a zambullirnos
en tu torso
dejarnos flotar
sobre nuestras aguas.
Juguemos
a que sea cercano
el sonido de tus pasos
a que no lacere
esta lejanía.
Tu abdomen es el mar
yo las olas que chocan
contra tu pecho
la espuma
se
disuelve
deleitándose
con tus latidos.
Escribo
trazando nostalgias
hilando a mano quimeras
recorriendo los espacios vacíos
de dos seres lejanos.
Escribo
no encuentro otra manera
de dibujar la sensación en el pecho
es la única forma de tenerte
constante indeleble.
La tinta se esparce
penetrando las grietas

que dejan nuestros pasos.
La aguja del tocadiscos

descifra la melodía
en unísono.
La brisa se cuela por la puerta

estremeciendo cada poro
que fecundos te esperan.
Dos tasas de helado

se derriten
sobre la mesa.
La casa
se siente silenciosa:
los ecos de tu voz se disipan.
Amanece
tus labios
montículos
del horizonte
la luz
atraviesa
irrumpes cálido
por donde surcas.
Aunque ausente y ajeno

te siento sutil
rodeando los márgenes
de mi espalda
estremeces los senderos
que con tus dedos descubrimos.
Corcheas vehementes
al ser pronunciadas.
Tu nombre
teje atardeceres.
Sucumbo
ante el deseo de tus manos.
Los ecos se intersecan.

Te has convertido
en mi escape predilecto
haces que los días palpiten
acelerando cada instante.
Descaradamente irrumpes
tal escalofrío placentero
que recorre cada rincón de mi cuerpo.
A veces finjo que me escuchas:

los ojos se llenan de llovizna
mientras te leo poemas.
I
Me fugué
aterrizando danzante
en el valle
que yace entre tus pectorales.
Descansé
abrigada
por tu olor
y el aura
de tus latidos.
II
Acurrucada
dormí.
Me despertó
un suspiro:
la sensación
de tu respiración
y el calor de tus brazos.
Te percibo cercano
con cada roce
de la brisa
en mis muslos.
No eres simple:
tus labios
la gruta
donde zarpa
mi anhelo.
Hambre
Como
sin indulgencia
pido me mires
saboreo cada bocado
de tu cuerpo
que entra por mi boca.
Beberás
a tu antojo
cataratas regando
tus dedos sedientos.
Tu boca
calma
mi sed
mis ansias
Ventisca
Eres solo un reflejo de la neblina

ya mis manos no alcanzan a verte.
Tu voz
ya no resuena
en este navío
bautizado
con nuestros nombres.
Mi piel
se siente ausente:
tus labios fueron arrebatados
tras la ventisca.
Escucho lejano
el llanto agónico
aún
no diviso
tierra firme.
Entre más sube la marea

más se atascan mis pies a la arena.
De mis ojos
brotan partículas
de navíos fragmentados.
Tu música
faro extraviado
de mis anhelos
El Jazz se detuvo
el silencio
reposó
en cada fibra
de mi cabello.
La música zarpó
tus dedos
ya no rozan mis rizos.

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DE AMOR Y OTRAS LEJANÍAS

Laura Contreras Cambronero

El universo acaricia mis pies:

Los pasos impresos

Deseo beber el brebaje:

“Escribí lo primero que te diga el cielo al verte.”

¿Abrimos los ojos?

Las servilletas no alcanzan,

El sol se oculta por las mañanas

Tengo el fósil de tus manos

“Quiero hacer contigo

Sentirte lejano a mis lágrimas

Voy dando tumbos

¿Alguna vez florecieron?

que las velas

¿Cuándo las cosas

¿me reconoceré en los espejos?

¿Qué hace una

despierto sobre la cama

Un muerto que no huele

Escucho mis latidos

Recorrernos entre letras

Solo porque estamos lejos:

No quiero ser acertijo

“Que los viajes que en un abrazo se inician

Abrázame para iniciar

Como tonada de fondo

Dos labios brindan

penetrando las grietas

La aguja del tocadiscos

La brisa se cuela por la puerta

Dos tasas de helado

Aunque ausente y ajeno

Los ecos se intersecan.

A veces finjo que me escuchas:

Eres solo un reflejo de la neblina

Entre más sube la marea

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