Escenarios de La Cultura y La Comunicación
Escenarios de La Cultura y La Comunicación
Escenarios de La Cultura y La Comunicación
(coordinadoras)
ESCENARIOS DE LA CULTURA
Y LA COMUNICACIÓN
EN MÉXICO
De la memoria al devenir cultural
Biblioteca
Xalapa, Ver., México
2012
© Universidad Veracruzana
Dirección General Editorial
Hidalgo 9, Centro
Xalapa, Veracruz
Apartado postal 97, C P 91000
[email protected]
Tel/fax (228) 818 59 80, 818 13 88
ISBN: 978-607-502-148-5
Impreso en México
Printed in Mexico
10
11
Elissa Rashkin
12
Construcciones juveniles
Introducción
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22
8
Citado por Gilberto Giménez, “La teoría y el análisis de la cultura.
Problemas teóricos y metodológicos”, en Jorge A. González y Jesús Galindo
Cáceres (eds.), Metodología y cultura, p. 171.
23
24
10 Idem.
11 Guillermo Sunkel (comp.), El consumo cultural en América Latina.
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31
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33
34
las gigantescas hileras en las avenidas de las ciudades del mundo. Entre
estos jóvenes se podían apreciar distintos estilos culturales: roqueros, paci-
fistas, ecológicos, estudiantes, militantes, defensores de derechos humanos,
feministas, neozapatistas, ciudadanos “de a pie”, etc. Un conjunto heterogé-
neo de grupos que eventualmente tendrían un sentido identitario diferente
entre sí en la construcción de sus discursos hacia el exterior, pero que ahora
se comunicaban en procesos políticos y, en general, en el aparato simbólico
creado para esta participación juvenil. Además, en la mayoría de los casos no
pertenecían a ningún partido político; es decir, ya no eran los típicos jóvenes
“de izquierda” quienes salían y llenaban las calles, sino una disímbola masa
juvenil adscrita a distintos universos culturales.
35
36
Bibliografía
37
38
Preámbulo
Las imágenes del norte han estado muy presentes en el sur. Las
“rolas” norteñas, el pasito duranguense, la quebradita y otros
estilos de baile que siempre han animado el sentido de lo nor-
teño en el sur forman hoy en día ya parte de las identidades
juveniles del momento.1 El sombrero, las botas, el cinturón de
cuero, la camisa a cuadros, el pantalón de mezclilla o Topeka
y la hebilla dorada que se observan en los varones chiapanecos
han sido solo algunos elementos de representaciones singulares
como el ranchero, el ganadero, el vaquero, el veterinario y el
zootecnista.2 Cada vez con mayor decisión estas singularidades
39
40
Mirada y estrategia
41
Sociales.
42
7 Ibid., p. 5.
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ESCENARIOS.indd 46
Nombre Origen Lengua Edad Estado Civil Escolaridad Paternidad Ocupación Experiencia Migratoria
Orlando Chanal Tsotsil 20 soltero Preparatoria --- Campesino Orlando, FL.
Español y Obrero
Inglés (construcción)
West San Cristóbal Tsotsil 28 separado Telesecundaria padre Obrero West Palm
Español (Construcción) Beach, FL.
Inglés
Norteño Chamula Tsotsil 22 soltero Secundaria --- Obrero West Palm
Español (Construcción) Beach, FL.
Lake Chamula Tsotsil 25 casado Primaria trunca padre Campesino Lake Worth,
Español (Pizcador) FL.
Bronco San Cristóbal Tsotsil 25 soltero Secundaria --- Empleado Lake Worth,
Español (Cocinero) FL
Inglés
Cowboy Chamula Tsotsil 33 casado Primaria trunca padre Obrero Carolina
Español (Construcción) del Norte
Mojado Chamula Tsotsil 28 casado Primaria padre Campesino Carolina
Español (Pizcador) del Norte
Otay Chamula Tsotsil 20 Soltero Secundaria --- Obrero Tijuana
Español (Construcción)
Tijus Chamula Tsotsil 30 Soltero Primaria --- Obrero Tijuana
Español (Maquilador)
Matamoros Chamula Tsotsil 24 soltero Secundaria --- Obrero Tijuana
Español (Construcción)
47
��Américo Paredes, With His Pistol in His Hand: A Border Ballad and Its
Hero.
48
49
13 Ibid.,p. 55.
14Otras representaciones vinculadas al nacimiento del jornalero y del
mojado fueron las del pollero, el coyote y el raitero; guías, transportistas,
mediadores y enganchadores contemporáneos encargados no solo de ofrecer
el traslado seguro y el empleo llegando a Estados Unidos, sino, lo más impor-
tante, el cruce indocumentado a cambio de 20 mil pesos o más para los tsotsi-
les. Los polleros son llamados así porque los migrantes son considerados “sus
pollos” en el momento del cruce.
50
Desde la segunda mitad del siglo xvii hasta mediados del xix,
la región de los Altos de Chiapas, la más poblada del estado y
en donde se encuentra la mayor parte de los indígenas chiapa-
necos, tuvo a cargo servir de reserva de mano de obra barata.
En esta época cuatro representaciones marcarían el histórico
perfil del indígena alteño: “el enganchador”, “el finquero”, “el
aparcero” y “el acasillado”.
Inicialmente, bajo el sistema de imposición del pago del
tributo en dinero, los alteños fueron obligados a desplazarse
a tierras inhóspitas pero fértiles ubicadas en los límites de
Chiapas y Tabasco; después, bajo el sistema de pago de un
impuesto por capitación y despojo de tierras, fueron obligados
51
en Juan Pedro Viqueira y Mario Humberto Ruz (eds.), Chiapas. Los rumbos
de otra historia, pp. 219-236.
17 Ibid. María del Rocío Ortíz Herrera, “Migrantes tzotziles en la ver-
52
53
20 Ibid., p. 222.
21 Alberto Valencia Rojas, La migración indígena a las ciudades, p. 156.
54
22 Idem.
55
56
26 Idem.
57
58
59
60
32
Una parte de los tsotsiles que van a eeuu viajan en avión de Tuxtla
Gutiérrez a México D. F. y luego a Tijuana, después son conducidos a Sásabe,
Sonora, por tierra, para iniciar el cruce.
61
33 Comerciantes de droga.
34Los raiteros son conductores dedicados a transportar a aquellos
migrantes indocumentados quienes acaban de cruzar la línea. Ellos son
contratados por los polleros y protagonizan el levantón, acto que resume este
peculiar traslado.
62
35 Entrevista a Tijus.
63
64
65
36 Entrevistacolectiva, Tijuana.
37 LauraVelasco Ortiz (coord.), Migración, fronteras e identidades étnicas
transnacionales, p. 141.
38 Laura Velasco Ortiz, “Migraciones indígenas a las ciudades de Mexico y
66
67
68
42 Entrevista a Orlando.
43 Idem.
69
44 Entrevista a Cowboy.
70
71
45 Entrevista a Orlando.
72
46 Esta ciudad fue fundada por un hotelero dueño de los negocios más
importantes en Palm Beach. Tiene sus orígenes en los años 20 cuando él
necesitó de más trabajadores para atender a los turistas que visitaban “su
playa”; por tanto ideó un lugar de refugio para sus trabajadores quienes via-
jarían por las mañanas a Palm Beach para atender a los turistas y regresa-
rían por las noches a West Palm Beach a descansar.
47 Entrevista a Mojado.
73
48 Idem.
74
49 Entrevista a Norteño.
50 Entrevista a Orlando.
75
51 Idem.
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78
53 Néstor
García Canclini, op. cit.
54Un abrigo artesanal hecho de lana, prenda tradicional de los varones
indígenas chamulas.
79
55 Entrevista a West.
80
Notas finales
56 Los “biles” son las cuentas de renta, agua y luz que entre todos los com-
81
82
83
Tijuana”.
84
Bibliografía
85
86
87
88
Entrevistas
89
Música, identidad
y globalización
El cocho es de Guerrero
y el guache de Michoacán
son dos gallitos muy finos
que no se saben rajar;
para traficar con droga
nadie los puede igualar.1
93
94
4 Pierre
Bourdieu, Sociología y cultura, p. 35.
5Cornelius Castoriadis, La institución imaginaria de la sociedad,
pp. 185-190.
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Las “abajeñas”, las mujeres del Bajío, son criollas, “altas y del-
gaditas […] y siempre descoloridas”; son religiosas en extremo,
“tienen temor de Dios”, pero con una doble moral, “y dejan a su
marido por irse con otros dos”. La copla contraargumenta al
prejuicio impuesto por el poder hegemónico en la vida cotidia-
na: “prietas ni las mulas”, reza un adagio en el Bajío.
Las instituciones estatales que ejercían la hegemonía en el
pasado colonial estaban controladas por los “bermejos”; criollos
y europeos estaban en los puestos más altos del gobierno colo-
nial, de la Iglesia y el ejército. A partir de las leyes canónicas y
civiles el Estado y la Iglesia crearon un estereotipo étnico sobre
los “otros”: “indios” y “negros”, que simplificaron la heterogénea
procedencia cultural de los individuos hasta construir arqueti-
pos con base en características físicas, fenotípicas, y asociarlas
con comportamientos culturales de la vida cotidiana y conduc-
tas morales. La imagen que se creó del otro no era compartida
por los grupos subalternos. Existía entre ellos un “nosotros”,
una autopercepción que contrastaba con la impuesta desde el
poder hegemónico; sin embargo, no tenía la misma capacidad
para hacerse escuchar por el resto de la sociedad, pues el dis-
curso de los “indios” y las “castas” presente en la literatura
oral y otras artes tradicionales no tenía la validez y al aparente
consenso que tenían las leyes, la pintura y la literatura impresa
por el Estado y la Iglesia. La lucha por representar al otro y
representarse a sí mismo fue desigual, así que el estereotipo
étnico se consolidó y se volvió natural, verosímil y “real”; incluso
algunos afrodescendientes lo aceptaron al “naturalizarse”.
107
108
19
Favio Mora Pineda, “El relate del mes”, en Voces de Tierra Caliente, p.
15. Coplas transcritas por José Rafael Pineda Torres, quien las escuchó de su
padre, el Palomo.
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114
24 “El Mulato”, son comunicado por don Ricardo Gutiérrez Villa, violinista
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Vengo a decirles…
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actúa, 1994.
130
¡Música maestro!
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“Guanco”.
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150
Saka kixae xitae tu´un savi Apenas llegue y canto con palabras
ña kun da iní ndi´i ndo de la lluvia
yu kuu ña kisa va´e para que se den cuenta
xa kixa xita ni nuni tu´un que es lo que hago
savi. y ya las palabras de la lluvia se han
difundido.23
151
Los sonidos
152
La identidad en movimiento
153
Bibliografía
154
155
156
Fuentes visuales
157
* Universidad Veracruzana.
1 Néstor García Canclini, “Antropología y estudios culturales: una agenda
de fin de siglo”, en José Manuel Valenzuela Arce (coord.), Los estudios cultu-
rales en México, p. 39.
159
160
161
162
aparato electrónico conocido como sampler toma muestras del sonido de un arpa
real y lo digitaliza para que pueda ser utilizado mediante las teclas de una apa-
rato electrónico, lo cual le da una apariencia auditiva mucho más real que los
procesos de la generación anterior de teclados electrónicos, que recurrían a la
síntesis (de ahí el nombre de sintetizadores) para intentar recrear sonidos reales.
163
7“Goun language is the twin sister of Fon and both of them have common
original and historical ancestors since the dawn of civilization. [...] Goun
language is heavily spoken in the Southeast of the country. Porto-Novo, the
capital city has been the story of various interactions of the other isolated
small ethnic groups of Nagot, or the Yoruba migrated from the neighbor-
ing Nigerias cities. Goun is also spoken in the region of Pobe, Kpome as
well as Cotonou, the industrial capital which is half hour drive from Porto-
Novo. Goun is also heavily spoken by the people of Gbadagry, a neighboring
Nigerias city”. Justin Dossou, “Fon”, Penn African Studies Newsletter.
8 Conocido internacionalmente por su nombre en inglés, el talking drum
164
10A Don Fallo se le acredita, por ejemplo, además de ser maestro directo
de varias generaciones de soneros jóvenes de Tlacotalpan, haber introducido
en el movimiento el uso permanente del contrabajo dentro del juego de con-
trapunto de cuerdas del ensamble jarocho a partir de su trabajo en el grupo
Siquisirí. Además, grabó el primer disco puramente instrumental de son
jarocho y el primero compuesto en su totalidad de composiciones nuevas; es
decir, sin la inclusión de sones tradicionales. Con el grupo Siquisirí, ade-
más, editó un disco completo grabado totalmente en vivo, que hasta donde
sabemos fue el primero en realizarse con el trabajo de un solo grupo y no
compilaciones como las famosas grabaciones de los Encuentros de Jaraneros
de Tlacotalpan.
165
166
167
pp. 109-110.
168
169
170
171
Catherine Bloch*
Helena Taberna1
* Cineteca
Nacional.
1
Española. Directora de las películas Yoyes (1999) y La buena nueva
(2007) entre otras; citada en Los personajes femeninos en el cine hecho
por mujeres. Ciclos y temas. Cine Español para el Exterior, Ministerio de
Asuntos Exteriores y aeci, Madrid, 2001.
175
176
177
4 Por ejemplo, Phoebe Ephron (con Henry Ephron), Betty Comden (con
Adolph Green), Fay Kanin (con Michael Kanin), Frances Goodrich (con
Albert Hackett) y Ruth Gordon (con Garson Kain).
5 Robin Wood, “Images and Women”, en Patricia Erens (ed.), Issues in
178
179
180
181
182
que escapan a los hombres”, Mira Nair, entrevista realizada por Ethirajan
Anbarasan y Amy Otchet.
��Women and Film (1972-1975), Camera Obscura: A Journal of Feminism
183
�� Elaine May (The Heartbreak Kid), Claudia Weill (Girlfriends), Joan
184
Bio-Critical Dictionary.
18 Concha Irazábal, La otra América. Directoras de cine de América
Latina y el Caribe.
19 Edad no mucho mayor que la mayoría de las cineastas mexicanas que
185
producido textos con una mirada femenina y textos feministas en sí, donde el
rol de los personajes de sexo femenino lleva la acción y no está naturalizado,
ni estereotipado”. Maria Eugenia Miranda, Mujeres cineastas argentinas
jóvenes, p. 54.
186
187
22 José Antonio Valdés Peña, Operas primas del cine mexicano 1988-2000.
188
189
190
191
192
Bibliografía
193
194
Elissa Rashkin*
* Universidad Veracruzana.
195
196
3 Idem.
4 Elissa Rashkin, “‘Una opalescente claridad de celuloide’: El estriden-
197
198
manera negativa, a las personas que venden sus servicios sexuales –general-
mente mujeres– y no a los compradores. Marta Lamas, “Las putas honestas,
ayer y hoy”, en Marta Lamas (coord.), Miradas feministas sobre las mexica-
nas del siglo xx, pp. 313-314. Aquí usaré la palabra “prostituta” para refe-
rirme no tanto a las trabajadoras sexuales reales sino a la imagen creada y
promovida por el cine (entre otras instituciones), a manera de la distinción
que hace Teresa de Lauretis entre “Mujer” como símbolo femenino esencia-
lista y “mujeres” como seres humanos diversos y participantes en la historia.
Teresa de Lauretis, Technologies of Gender, p. 9.
199
200
201
202
203
13 Véase Randall Ch. Kohl, Ecos de “La Bamba”: Una historia etnomusicó-
204
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207
16 Cabe aclarar que aquí se trata de los mitos de origen que se encuentran
con frecuencia en esbozos biográficos del personaje, no de un análisis serio ni
de la biografía ni de la actuación política de Miguel Alemán en la presidencia.
208
209
210
Xalapa.
211
212
de las cuales muchas parecían cintas porno, con mujeres desnudas que ni
siquiera aparecen en la película.
22 Edgar Ávila Pérez, “Realiza diputada veracruzana table dance en
del PRI que cobró $1,000 por actuar como bailarina de table dance”, La
Crónica de Hoy, 29 de febrero de 2008.
213
cinta’”, El Universal.
214
215
216
217
We Dream, p. 42-43.
218
219
Reivindicaciones contemporáneas
220
221
�� “In what senses, then, is gender an act? As in other ritual social dra-
222
223
Reflexión final
224
225
Bibliografía
226
227
228
* Universidad
Autónoma de Puebla.
1La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas fue
creada por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 21 de
mayo de 2003, que abrogaba al mismo tiempo la Ley de creación del Instituto
Nacional Indigenista que databa del 4 de diciembre de 1948.
231
232
el cambio social.
233
234
Comunitarias.
235
12 Irma Ávila et. al., No más medios a medias; Aleida Calleja y Beatriz
236
237
238
239
Perspective.
240
241
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243
Sostenibilidad económica
244
Sostenibilidad institucional
31 Idem.
245
246
Sostenibilidad social
32 Bruce Girard (ed.), The One to Watch: Radio, New icts and Interactivity.
33 José Ignacio López, Manual urgente para radialistas apasionados.
247
Conclusión
248
249
250
251
* Universidad Veracruzana
1 Una versión de este capítulo fue publicado en Comunicación y Sociedad.
Universidad de Guadalajara, núm 15, nueva época (ene-jun), 2011, pp. 123-142.
2 Ver, por ejemplo, Roberto Perea de la Cabada, “El ini y las radios indi-
253
254
255
Chiapas”, Efe.
256
257
2001 del Consejo Directivo del ini , versión estenográfica del discurso de
Vicente Fox Quesada.
13 Idem.
14 En la década de los 90, el discurso indigenista había evolucionado.
258
259
��Ibid., p. 10.
��Idem.
20 Natividad Gutiérrez Chong, “Mercadotecnia en el ‘indigenismo’ de
260
dos con los pueblos indígenas de México”, en Rosalva Aída Hernández et al.
(coords.), El Estado y los indígenas en tiempos del pan: neoindigenismo, lega-
lidad e identidad, p. 83.
23 Ibid., pp. 84-85.
24 cdi, Políticas Institucionales de Comunicación.
261
25 Idem.
26 Idem.
262
263
264
265
266
¿Radios no comunitarias?
Mexico.
267
268
38
Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos-Comisión del Río
Balsas, Anteproyecto para la instalación de una radio difusora en Tlapa,
Guerrero.
269
270
Discusión
271
272
�� José
Manuel Ramos y Antoni Castells-Talens, “The Training of Indi-
genous Videomakers by the Mexican State: Negotiation, Politics and Media”,
en Post Script: Essays in Film and the Humanities.
273
Bibliografía
274
275
276
Notas informativas
277
Subjetividad, violencia
y memoria
* Universidad Veracruzana
1 Algunas partes de la sección histórica de este trabajo fueron presen-
281
Josefa Ortiz que no es la tradicional de perfil conocida hasta ahora, sino una
pintura que la muestra de frente, de unos 30 años de edad, y con los rasgos
y la expresión mucho más suaves de lo que hemos visto hasta ahora. Esta
imagen se encuentra en el Archivo Histórico de Querétaro, aunque muchos
años estuvo en poder de la familia Rivera Riveroll de la ciudad de México. La
información y la imagen aparecieron en El Diario de Xalapa del 14 de sep-
tiembre de 2009, en la página 3b de la sección nacional.
4 En 2010 aparecen varias novelas sobre la vida de Josefa Ortiz y Leona
282
283
284
8 Ibid.
9 Ibid.
10El mismo Iturbide se expresó así de ella: “habría sacado mucho prove-
cho de su bella figura de no ser por el acendrado patriotismo de estos solda-
dos que la denunciaron”. Cfr. Luis González Obregón, op. cit. Ver también
María José Garrido Asperó, “Entre hombres te veas: las mujeres de Pénjamo
y la revolución de Independencia”, en Felipe Castro y Marcela Terrazas
(coords.), Disidencia y disidentes en la historia de México.
11 Ibid.
285
286
287
288
289
19 Idem.
20 Ver a François Xavier Guerra, Modernidad e Independencias. Ensayos
290
21
Andrés Quintana Roo, Semanario Patriótico Americano, Tlalpujahua,
núm. 1, p. 1.
22 Idem.
291
292
293
294
295
296
297
298
27 Ver por ejemplo, Ann Staples, “La lectura y los lectores en los primeros
299
300
30
Leona Vicario, “Carta a don Lucas Alamán”, 26 de marzo de 1831,
en El Federalista Mexicano, México, 2 de abril de 1831, citado por Genaro
García, Biografía de Leona Vicario, heroína insurgente, pp. 187-189.
301
31 GenaroGarcía, ibid.
32
El Sol, 10 de febrero de 1831, en Carlos Alberto Echánove Trujillo,
Leona Vicario, la mujer fuerte de la Independencia, p. 159.
302
303
35Se refiere en diversos lugares que los periódicos fueron quemados por
las autoridades virreinales, pero “las copias se multiplican y el mal se pro-
paga”. Juan Evaristo Hernández y Dávalos, op. cit., t. ii, p. 508, en Miquel i
Vergés, op, cit., p. 80.
304
305
Como ese caso, hay muchos. Y si hay una diferencia entre los
casos actuales y los de hace doscientos años, es esta renuncia
a usar el discurso de las autoridades. Ya las mujeres no dicen
que no sabían lo que ocurría.
“La verdad es que yo no quería saber en qué asuntos an-
daba él metido” –dice Carmen Elizalde en el mismo artículo:
306
39 Idem.
307
Bibliografía
308
309
310
Folletos y periódicos:
Páginas de Internet:
311
Presentación
* Universidad Veracruzana.
313
314
Memorias del fuego iii. El siglo del viento, Siglo xxi, México, 1998; Josefina
Cuesta Bustillo, “Memoria e historia. Un estado de la cuestión”, en Cuesta
Bustillo (ed.), Memoria e historia, Marcial Pons, Madrid, 1998; Marc Augé,
Las formas del olvido, Gedisa, Barcelona, 1998; Cristóbal Gnecco y María
Zambrano (eds.), Memorias hegemónicas, memorias disidentes. El pasado
como política de la historia, Instituto Colombiano de Antropología e Historia,
Universidad del Cauca, Bogotá, 2000; Elizabeth Jelin, Los trabajos de la
memoria, Siglo xxi, España, 2001; Francoise Barret-Ducrocq (dir.), ¿Por qué
recordar? Granica, Barcelona, 2002; Beatriz Sarlo, Tiempo pasado. Cultura
de la memoria y giro subjetivo: una discusión, Siglo xxi, Buenos Aires, 2005.
4 Me refiero sobre todo a los siguientes textos: Frances A. Yates, El
315
la transición chilena”.
7 Me refiero, sobre todo, a: David Middleton y Derek Edwards (comps.),
316
317
pp. 182-183.
318
15 Ibid.,p. 134.
16 Umberto Eco, “Preámbulo”, en Elie Wiesel (coord.), ¿Por qué recordar?,
p. 184.
��Gilda Waldman, op. cit., p. 17.
319
320
22 Ibid.,p. 67.
23Mijaíl Bajtín, Teoría y estética de la novela. Trabajos de investigación,
pp. 88-110.
24 Gilberto Giménez Montiel, op. cit., pp. 68-75.
25 Valentin Nikólaievich Voloshinov, El marxismo y la filosofía del len-
guaje, p. 121.
26 Me refiero sobre todo al texto ya citado de Paul Ricoeur: La memoria, la
historia, el olvido.
321
José Gorostiza
27 Ibid.,p. 27.
28 Mijaíl Bajtín, Yo también soy (fragmentos sobre el otro), pp. 16-18.
29 Ibid., p. 18.
30 Nelly Richard, “La crítica feminista como modelo de crítica cultural”,
322
323
324
32 Tabasco hoy.
325
33 “Lápida(del lat. ‘lapis, -idis’, piedra) f. *Losa con una *inscripción en que
se conmemora algo o a alguien: ‘Una lápida conmemorativa’. Específicamente,
las que se colocan en los *sepulcros. Lauda, laude. Epitafio”, María Moliner,
Diccionario de uso del español, Gredos, Madrid, 1991.
326
327
en el Madrid del siglo xvii”, en María Cruz de Carlos et al., La imagen reli-
giosa en la monarquía hispánica. Usos y espacios, p. 201.
328
38 Ibid.,
pp. 202-203.
39 ClaudioLomnitz, Idea de la muerte en México.
40 John Reed, México insurgente, p. 189.
329
330
persona al morir pierde el alma, cuya ausencia tiene como efecto o signo sen-
sible un cuerpo muerto”.
44 Miguel Ángel Rubio y Meztli Martínez, “De sombras, sapos y espíritus.
Relatos sobre los Días de Muertos entre los chontales de Tabasco y los pames
de Querétaro”, en Patrimonio Cultural y Turismo Cuadernos, núm. 16,
México, 2006, pp. 170-171.
45 Diccionario enciclopédico de la medicina tradicional mexicana.
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150
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90
60
30
0
Villahermosa Xalapa Total
Fuente: Datos obtenidos en el trabajo de campo en las ciudades
de Xalapa y Villahermosa.
Xalapa
Con inscripción 43
Sin inscripción 48
Total 91
334
Villahermosa
Con inscripción 16
Sin inscripción 15
Total 31
Xalapa
Con inscripción
Sin inscripción
Total
Villahermosa
Con inscripción
Sin inscripción
Total
0 20 40 60 80 100
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Xalapa
Lápidas con inscripción por ofrecimiento
Niños 4
Mujeres jóvenes 2
Hombres jóvenes 13
Señoras 6
Señores 18
Total 43
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Villahermosa
Lápidas con inscripción por ofrecimiento
Niños 1
Mujeres jóvenes 0
Hombres jóvenes 5
Señoras 1
Señores 9
Total 16
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Xalapa
Cantidad de lápidas
Nombre de la colonia o calle
urbanas
Villahermosa
Colonia Guayabal 1
Salida Villahermosa-Sabina 1
Calle Ignacio Gutiérrez esq. Abasolo 1
Av. Sanmarcanda 1
Salida Villahermosa-Río Viejo 1
Calle Sindicato del Trabajo 1
Calle Guineo/La Manga II 2
Av. Gregorio Méndez 2
Paseo Tabasco 2
Paseo Usumacinta 3
Bulevar Adolfo Ruiz Cortines 7
Periférico Carlos Pellicer 4
Bulevar Industria Nacional Mexicana 5
Total 31
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341
56
“Así, se asigna a la representación un doble sentido, una doble función:
hacer presente una ausencia, pero también exhibir su propia presencia como
imagen, y constituir con ello a quien la mira como sujeto mirando [...]”. Roger
Chartier, Escribir las prácticas. Foucault, de Certeau, Marín, p. 78.
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Comentario final
57 Ibid.,
p. 150.
58 Elizabeth Jelin, op. cit., p. 2.
59 Realizado por Manuel Castillo Martínez, Anna Denisse Molina
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Otras fuentes:
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Otros escenarios
Lourdes Arizpe
Presentación
* Universidad Veracruzana.
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Cultura.
2 unesco, Nuestra diversidad creativa. Informe de la Comisión Mundial
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mental de la cultura tiene que ver con que ésta hace parte del cálculo político
dentro de demandas y acciones políticas.
5 Es notoria la argumentación de los derechos (económicos, sociales y cul-
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Proyectos
Derechos Participación ciudadana
políticos
Democrático Su lógica generativa: “idea Lógica de participación: “compartir
de los derechos”. poder” efectivo “mediante interfaces
Las políticas son espacios socioestatales de cogestión” (mecanis-
para “afirmación de dere- mos de participación ciudadana en/de
chos”; en ellas se formula políticas públicas).
programáticamente el in- La participación ciudadana apela a
terés público. derechos, éstos cristalizan en torno a
políticas públicas, mediante las que
se materializan derechos.
360
Proyectos
Derechos Participación ciudadana
políticos
la no universalidad de la timos entre sociedad civil/Estado =
vigencia de los derechos” “utilidad de la participación” (visión
utilitaria de ésta).
Energ ía social d ispuesta para
agregar eficiencia al “funcionamiento
de la cosa pública”.
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Nivel internacional
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Nivel nacional
cesos globales.
35 Tenemos ejemplos de la relevancia estratégica de la cultura para
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373
cultural. Allí está el origen del discurso participativo en las políticas cultura-
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democracia: “Nuestra riqueza cultural amerita ya, por parte de los diferentes
protagonistas de la vida pública, un pleno reconocimiento como componente
invaluable del desarrollo humano, social y económico del país y de su enorme
potencial para su crecimiento en todos los ámbitos”.
44 Actualmente, en la página electrónica oficial del Consejo, la sección que
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Nivel municipal
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Normatividad cultural
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Llave define como patrimonio cultural del estado “toda expresión de la activi-
dad humana y del entorno natural que para los habitantes de la entidad, por
su significado y valor, tenga importancia intelectual, científica, tecnológica,
histórica, literaria, artística, arqueológica, antropológica, paleontológica,
etnológica, arquitectónica y urbana” (Artículo 1). El Artículo 2 enlista aque-
llo que deberá considerarse patrimonio cultural del estado: “ i. El patrimonio
cultural tangible; ii. El patrimonio cultural intangible; iii. Las lenguas del
Estado; iv. La toponimia oficial del Estado, y v. Los archivos históricos de
los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial del Estado”. Allí, el patrimonio
intangible “será documentado y protegido mediante programas específicos de
identificación, registro, investigación, restauración, protección, conservación,
fomento, uso, mejoramiento y difusión” (Artículo 17). Corresponderá a la
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Llave, 2004.
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385
386
Bibliografía
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388
389
http://www.mav.cl/patrimonio/contenidos/tipos.htm#3
http://www.conaculta.gob.mx/mecanismos/
http://dti.inah.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view&id
=2842&Itemid=317
http://www.bellasartes.gob.mx/index.php/inba/historia.html
http://www.conaculta.gob.mx/acerca_de.php
390
Jean Baudrillard
* Universidad
Veracruzana.
1Maud Mannoni, La teoría como ficción; Francois Roustang, Un funesto
destino.
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396
7 Ibid., p. 10.
8 Ibid., p. 11.
397
en psicología.
10 Ana María Fernández, “Políticas de investigación e investigación de las
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Teoría o teorías
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la memoria, p. 190.
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405
19 Carlo
Ginzburg, op. cit., p. 163.
20Boaventura de Sousa Santos, Una epistemología del Sur, CLACSO/
Siglo XXI, Buenos Aires, 2009, pp. 17-18.
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407
408
��Ibid., p. 143.
��Ibid., p. 151.
409
410
��Ibid., p. 16.
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que vivió gran parte de su vida en Francia, donde formó el llamado Cuarto
Grupo con Morin, Kaës, Aulagnier. A él debemos el concepto de imaginario
social que empleamos en este trabajo, y una descripción muy sugerente de
la relación entre lo social y la subjetividad a partir de cómo los objetos crea-
dos socialmente, con la marca de lo histórico social, instituyen formas de
subjetividad en la medida de que modelan el mundo pulsional de los sujetos
psíquicos, se constituyen en objetos de satisfacción y, algunos de ellos, como
objetos-meta de procesos de sublimación.
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Bibliografía
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Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
P rimera Parte
Construcciónes Juveniles
Segunda parte
música , identidad y globalización
Cuarta parte
R adio indígena y comunitaria
Quinta parte
Subjetividad, violencia y memoria