Almeida Vs Argentina
Almeida Vs Argentina
Almeida Vs Argentina
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante “la Corte Interamericana”, “la
Corte” o “el Tribunal”), integrada por los siguientes jueces*:
presente, además,
de conformidad con los artículos 62.3 y 63.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (en adelante “la Convención Americana” o “la Convención”) y con los artículos 31,
32, 62, 65 y 67 del Reglamento de la Corte (en adelante “el Reglamento” o “Reglamento de
la Corte”), dicta la presente Sentencia que se estructura en el siguiente orden:
*
El Juez Eduardo Vio Grossi, por razones de fuerza mayor aceptadas por el Pleno del Tribunal, no participó en
la deliberación y firma de la presente Sentencia. El Juez Eugenio Raúl Zaffaroni, de nacionalidad argentina, no
participó en la tramitación del presente caso ni en la deliberación y firma de esta Sentencia, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 19.1 y 19.2 del Reglamento de la Corte.
**
La Secretaria Adjunta, Romina I. Sijniensky, no participó en la tramitación del presente caso ni en la
deliberación y firma de esta Sentencia.
TABLA DE CONTENIDO
2
I
INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA
1
La Comisión concluyó que el Estado es responsable por la violación de los derechos establecidos en los artículos
8.1, 24 y 25.1 de la Convención Americana en relación con las obligaciones establecidas en los artículos 1.1 y 2 del
mismo instrumento, en perjuicio de Rufino Jorge Almeida.
2
La Comisión designó, como sus delegados ante la Corte, al entonces Comisionado José Eguiguren Praeli y al
entonces Secretario Ejecutivo Paulo Abrão. Asimismo, se nombró como asesora legal a Analía Banfi Víquez, abogada
de la Secretaría. Posteriormente fue designado como delegado el Comisionado Joel Hernández García en remplazo de
José Eguiguren Praeli y a Paulina Corominas, entonces abogada de la Secretaría, como asesora legal.
3
presente Sentencia. Este Tribunal nota con preocupación que, entre la presentación de la
petición inicial ante la Comisión y el sometimiento del caso ante la Corte, han transcurrido
más de 19 años.
II
PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE
10. Procedimiento final escrito. - El 30 de julio de 2020, la Presidenta emitió una Resolución5
mediante la cual, tomando en cuenta la situación originada a causa de la pandemia por la
propagación de la COVID-19, de conformidad con el principio de economía procesal y de la
facultad que le otorga el artículo 50.1 del Reglamento de la Corte, se decidió no convocar a
audiencia pública en el presente caso y solicitar las declaraciones de la presunta víctima y de
dos peritos por affidávit6. El Estado remitió el peritaje el 27 de agosto de 2020, la
representante remitió la declaración el 28 de agosto de 2020 y, finalmente, la Comisión remitió
el peritaje el 31 de agosto de 2020.
3
Ante la Comisión, actuaron como representantes de la presunta víctima los señores Octavio Carsen y Myriam
Carsen. Posteriormente, por razones de salud y posterior fallecimiento de Octavio Carsen, por medio de nota recibida
en la Secretaría de la Corte el 4 de noviembre de 2020, se precisó que la representación ante la Corte la realizó de
forma exclusiva Myriam Carsen.
4
El Estado designó como Agente titular a Alberto Javier Salgado, Director de Contencioso Internacional en
Materia de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y, como Agente alterno, a Gonzalo Luis
Bueno, Asesor Legal de la Dirección de Contencioso Internacional en Materia de Derechos Humanos del Ministerio de
Relaciones Exteriores y Culto.
5
Cfr. Caso Almeida Vs. Argentina. Resolución de la Presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
de 30 de julio de 2020. Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/almeida_30_07_20.pdf.
6
Se requirió la declaración de la presunta víctima, procurada de oficio por parte de la Corte, y los peritajes de
Roberto P. Saba, propuesto por la Comisión y de María José Guembe, propuesto por el Estado.
4
11. Alegatos y observaciones finales escritos. - El 28 de septiembre del 2020 la
representante presentó sus alegatos finales escritos, así como determinados anexos. De la
misma manera, el 30 de septiembre de 2020, el Estado presentó sus alegatos finales escritos.
Finalmente, la Comisión remitió sus observaciones finales escritas el 30 de septiembre de
2020. La documentación presentada en anexo por la representante fue transmitida al Estado
y a la Comisión, a quienes se les dio plazo para que presentaran sus observaciones. Éstas
fueron presentadas el 8 de octubre de 2020.
12. Deliberación del presente caso. - La Corte deliberó la presente Sentencia, a través de
una sesión virtual, el día 17 de noviembre de 20207.
III
COMPETENCIA
13. La Corte es competente para conocer el presente caso, en los términos del artículo 62.3
de la Convención, en razón de que Argentina es Estado Parte de la Convención desde el 5 de
septiembre de 1984 y reconoció la competencia contenciosa de este Tribunal en esa misma
fecha.
IV
RECONOCIMIENTO DE RESPONSABILIDAD
15. Con respecto a las reparaciones, el Estado solicitó a la Corte que dispusiera las
reparaciones pecuniarias y los montos en materia de costas y gastos en este trámite, sobre
la base del criterio de equidad. Sin embargo, consideró que las medidas institucionales de
reparación solicitadas por la representante “desconocen la excepcionalidad que caracterizara
la situación del [señor] Almeida”. En efecto subrayó que “tanto la justicia como la
administración han incorporado hace años una interpretación amplia de los supuestos de
libertad vigilada”, por lo que no es necesaria la actualización de los mecanismos de gestión
administrativa ni la instrucción de nuevos criterios al personal involucrado en el tratamiento
de los pedidos de reparación o la adecuación normativa.
16. La Comisión “valor[ó] muy positivamente la declaración del […] Estado argentino
reconociendo su responsabilidad internacional, la cual constituye una contribución positiva al
desarrollo del presente proceso internacional y la dignificación de la víctima”. En relación con
7
Debido a las circunstancias excepcionales ocasionadas por la pandemia COVID-19, esta Sentencia fue
deliberada y aprobada durante el 138 Período Ordinario de Sesiones, el cual se llevó a cabo de forma no presencial
utilizando medios tecnológicos, de conformidad con lo establecido en el Reglamento de la Corte. Ver comunicado de
Prensa No. 111/2020, de 29 de octubre de 2020, disponible aquí:
http://www.corteidh.or.cr/docs/comunicados/cp_111_2020.pdf.
5
las medidas de reparación no pecuniarias, subrayó que existe una responsabilidad
internacional por violación al artículo 2 de la Convención respecto de la exclusión de la libertad
vigilada de facto de la Ley No. 24.043, pero que dicha situación “en términos generales fue
corregida con posterioridad mediante […] interpretación judicial”. De esta forma, solicitó que
se evaluara la pertinencia de las medidas de reparación planteadas por la representante a la
luz de las anteriores consideraciones.
17. La representante valoró “la voluntad del Estado Argentino a través de sus actuales
representantes de reconocer en el caso particular de esta parte, la responsabilidad
internacional por las violaciones alegadas”. Sin embargo, consideró que el reconocimiento de
responsabilidad es parcial “ya que no reconoce que las violaciones de la Convención
denunciadas […] no son excepcionales y continúan hasta la fecha”. Subrayó, en particular,
que se desconoce así que la normativa interna habilita a la Corte Suprema de la Nación a no
fundar sus sentencias y permite no analizar denuncias a violaciones de derechos humanos por
meras formalidades. De esta forma, reiteró su solicitud de medidas de reparación no
pecuniarias.
B. Consideraciones de la Corte
18. De conformidad con los artículos 62 y 64 del Reglamento, y en ejercicio de sus poderes
de tutela judicial internacional de derechos humanos, cuestión de orden público internacional,
incumbe a este Tribunal velar porque los actos de reconocimiento de responsabilidad resulten
aceptables para los fines que busca cumplir el sistema interamericano 8. A continuación, el
Tribunal analizará la situación planteada en este caso en concreto.
21. Finalmente, con respecto a las reparaciones, el Estado aceptó de forma expresa las
reparaciones pecuniarias solicitadas tanto por la Comisión como por la representante, sin
embargo, consideró que no corresponde ordenar ninguna de las medidas de no repetición
solicitadas. Por lo tanto, la única controversia que subsiste es sobre el carácter excepcional
del caso del señor Almeida, y sobre la necesidad o no de tomar medidas de carácter general
que aseguren el cumplimiento de las obligaciones derivadas del artículo 2 de la Convención,
8
Cfr. Caso Manuel Cepeda Vargas Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 26 de mayo de 2010. Serie C No. 213, párr. 17, y Caso Fernández Prieto y Tumbeiro Vs. Argentina.
Fondo y Reparaciones. Sentencia de 1 de septiembre de 2020. Serie C No. 411, párr. 19.
6
con el fin de responder a las observaciones hechas por la representante al reconocimiento
realizado por el Estado, De esta forma, esta Corte entrará a analizar las medidas solicitadas
en el acápite de reparaciones de esta Sentencia.
24. Por otro lado, el Tribunal no considera necesario, en esta oportunidad, abrir la discusión
de forma detallada sobre los puntos que fueron objeto del litigio, debido al amplio
reconocimiento de responsabilidad internacional por parte del Estado y toda vez que las
pretensiones de derechos alegadas y reconocidas en el presente caso ya han sido objeto de
desarrollo jurisprudencial por parte de la Corte Interamericana.
V
PRUEBA
25. El Tribunal recibió diversos documentos presentados como prueba por la Comisión, la
representante y el Estado, los cuales, como en otros casos, admite en el entendido que fueron
presentados en la debida oportunidad procesal (artículo 57 del Reglamento) 11.
9
Cfr. Caso Benavides Cevallos Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de junio de 1998.
Serie C No. 38, párr. 57, y Caso Fernández Prieto y Tumbeiro Vs. Argentina, supra, párr. 20.
10
Cfr. Caso Tu Tojin Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2008.
Serie C No. 190, párr. 26, y Caso Fernández Prieto y Tumbeiro Vs. Argentina, supra, párr. 21.
11
La prueba documental puede ser presentada, en general y de conformidad con el artículo 57.2 del Reglamento,
junto con los escritos de sometimiento del caso, de solicitudes y argumentos o de contestación, según corresponda,
y no es admisible la prueba remitida fuera de esas oportunidades procesales, salvo en las excepciones establecidas
en el referido artículo 57.2 del Reglamento (a saber, fuerza mayor, impedimento grave) o salvo si se tratara de un
hecho superviniente, es decir, ocurrido con posterioridad a los citados momentos procesales. Cfr. Caso Familia Barrios
Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2011. Serie C No. 237, párrs. 17 y
18, y Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 10 de noviembre de
2020. Serie C No. 415, párr. 39.
7
26. Por otra parte, tanto en las observaciones al reconocimiento de responsabilidad del
Estado como en sus alegatos finales, la representante presentó en anexo una serie de
documentos12. La Corte advierte que esta documentación es inadmisible por extemporánea.
27. La Corte estima pertinente admitir las declaraciones rendidas ante fedatario público 13,
en cuanto se ajustan al objeto definido por la Resolución que ordenó recibirlos y al objeto del
presente caso.
VI
HECHOS
28. En este capítulo, la Corte establecerá los hechos que se tendrán por probados en el
presente caso, con base en el acervo probatorio que ha sido admitido, según el marco fáctico
establecido por el Informe de Fondo, así como el reconocimiento de responsabilidad
internacional efectuado por el Estado. Además, se incluirán los hechos expuestos por las
partes que permitan explicar o aclarar ese marco fáctico 14. A continuación, se exponen los
hechos de acuerdo al siguiente orden: A) El régimen de reparaciones por violaciones a los
derechos humanos durante la dictadura en Argentina; B) Los hechos ocurridos al señor
Almeida durante la época de la dictadura, y C) El procedimiento de solicitud de reparación del
señor Almeida en el ámbito interno.
12
Junto con las observaciones al reconocimiento, la representante presentó copia de algunas páginas de la
sentencia del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal No. 3 en la causa No. 14.216/03 caratulada
“Suárez Mason Carlos y otros sobre privación ilegal de la libertad” en donde se menciona el testimonio del Señor
Almeida (expediente de prueba, folios 1397-1402); copia del recurso presentado por el Director General de Asuntos
Jurídicos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos en el expediente CUDAP S04:0054313/2012 (expediente de
fondo, folios 1404-1413); copia del Informe Técnico No. 294/14 del 22 de Diciembre de 2014 presentado por la
Coordinadora de la Ley 24.043 de la Secretaría de Derechos Humanos ante el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos en el marco del expediente S04:005413/12 (expediente de prueba, folios 1414-1418); copia de la
Resolución de la Cámara Contencioso-Administrativo Federal (Sala IV) del 17 de octubre de 2017, en el marco del
expediente No. 29745/2017/CA1 (expediente de prueba, folios 1419-1430); copia de la resolución del 17 de abril de
2018, por medio de la cual la Corte Suprema de la Nación declaró inadmisible el recurso extraordinario promovido en
el marco del expediente 29745/2017/RH1 (expediente de prueba, folio 1431); copia del Dictamen Jurídico No. IF-
2018-30923206-APN-DGAJ#MJ del 29 de junio de 2018 (expediente de prueba, folios 1434-1435), y Recurso
planteado ante el Ministro de Justicia y Derechos Humanos el 5 de noviembre de 2019 en el marco del expediente
No. S04:55830/2016 (expediente de prueba, folios 1436-1456).
Por otra parte, junto con sus alegatos finales la representante presentó como prueba el informe jurídico de un amparo
por mora (expediente de prueba, folios 1538-1545); copia de la Ley No. 26913 sobre Régimen Reparatorio para ex
Presos Políticos de la República Argentina de 27 de noviembre de 2013 (expediente de prueba, folios 1546-1548); el
recurso de queja presentado por J.A.B. ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (expediente de prueba, folios
1549-1559); copia del Decreto No. 1058/2014 que reglamenta la Ley No. 26913 (expediente de prueba, folios 1560-
1563); la Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso de J.A.B. (expediente de prueba, folios
1564-1565), y la Sentencia de la Cámara Contencioso Administrativo Federal en el caso de J.A.B. (expediente de
prueba, folios 1566-1576).
13
La Corte recibió la declaración rendida ante fedatario público (affidávit) de Rufino Jorge Almeida, procurada
de oficio por parte de la Corte, además de los peritajes de Roberto P. Saba y María José Guembe, ofrecidos,
respectivamente, por la Comisión y por el Estado.
14
Cfr. Caso “Cinco Pensionistas” Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de febrero de 2003.
Serie C No. 98, párr. 153, y Caso Acosta Martínez y otros Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
31 de agosto de 2020. Serie C No. 410, párr. 30.
8
29. En 1976, un golpe de estado instaló en Argentina una dictadura que se mantuvo en el
poder hasta diciembre de 1983, cometiendo de forma sistemática graves violaciones a los
Derechos Humanos. Con el retorno a la democracia, las víctimas comenzaron a presentar
recursos judiciales para demandar resarcimiento por las graves violaciones a los derechos
humanos sufridas durante la dictadura. Sin embargo, esta vía resultó ineficaz para atender
las situaciones planteadas. En particular, debido a la clandestinidad que caracterizó el
terrorismo de Estado, resultaba difícil cumplir con los estándares probatorios. Además, el
régimen de prescripción de la acción civil, establecido en el artículo 4037 del Código Civil
vigente en la época, limitaba a dos años la posibilidad de presentar las acciones judiciales15.
30. Frente a estas dificultades, el Estado argentino decidió establecer un régimen legal de
medidas de reparación de las víctimas de la dictadura. Las primeras medidas tuvieron un
carácter de restitución. De esta forma, en 1984, se dictaron leyes que reincorporaron a
funcionarios públicos que habían sido cesados de sus cargos por causas políticas o gremiales16.
Posteriormente, se aprobaron medidas que otorgaron una pensión a los y las cónyuges, hijos
e hijas de las personas detenidas o desaparecidas durante el régimen dictatorial17.
15
Cfr. Peritaje rendido ante fedatario público por María José Guembe el 26 de agosto de 2020 (expediente de
prueba, folio 1468).
16
Cfr. Ley No. 23.053 del 22 de febrero de 1984 que aprobó la reincorporación del personal del Servicio Exterior;
Ley No. 23.117 del 30 de septiembre de 1984 sobre la incorporación de trabajadores, despedidos o cesanteados de
las empresas mixtas del Estado, por razones políticas, gremiales o sociales; Ley No. 23.238 del 10 de septiembre de
1985 sobre la reincorporación de docentes dejados cesantes; Ley No. 23.523 del 24 de junio de 1988 que permitió
el reingreso de agentes bancarios dejados cesantes por causas políticas o gremiales, y la Ley No. 23.278 del 28 de
septiembre de 1985 que dispuso el cómputo del período de inactividad para los efectos de jubilación de aquellas
personas que, por motivos políticos o gremiales, fueron dejados cesantes, declarados prescindibles o forzadas a
renunciar a sus cargos públicos o privados o que se vieron obligados a exilarse (Peritaje rendido ante fedatario público
por María José Guembe el 26 de agosto de 2020, expediente de prueba, folios 1470-1471).
17
Cfr. Ley No. 23.466 del 10 de diciembre de 1986 que otorga una pensión para los derechohabientes de las
personas desaparecidas entre el 24 de marzo de 1976 y el 9 de diciembre de 1983 (Peritaje rendido ante fedatario
público por María José Guembe el 26 de agosto de 2020, expediente de prueba, folio 1471).
18
Cfr. Comisión IDH, Informe No. 1/93 sobre solución amistosa respecto de los casos 10.288, 10.310, 10.436,
10.496, 10.631 y 10.771 de 3 de marzo de 1993.
19
Cfr. Decreto No. 70/91 del 10 de enero de 1991, por el que se establecieron beneficios para aquellas personas
que hubieran sido puestas a disposición del Poder Ejecutivo Nacional por acto emanado de éste, antes del 10 de
diciembre de 1983 y que, habiendo iniciado juicio por indemnización por daños y perjuicios por tal motivo antes del
10 de septiembre de 1985, no hubieran obtenido satisfacción por haberse hecho lugar a la prescripción por medio de
sentencia firme (expediente de prueba, folio 405).
9
hubiesen sufrido detención en virtud de actos emanados de tribunales militares20. Esta ley
establece, en particular:
Artículo 1. Las personas que durante la vigencia del estado de sitio hubieran sido puestas a
disposición del Poder Ejecutivo Nacional, por decisión de éste, o que siendo civiles hubiesen
sufrido detención en virtud de actos emanados de tribunales militares, hayan o no iniciado
juicio por daños y perjuicios, podrán acogerse a los beneficios de esta ley, siempre que no
hubiesen percibido indemnización alguna en virtud de sentencia judicial, con motivo de los
hechos contemplados en la presente.
Artículo 2. Para acogerse a los beneficios de esta ley, las personas mencionadas en el
artículo anterior deberán reunir alguno de los siguientes requisitos:
a) Haber sido puestas a disposición del Poder Ejecutivo Nacional antes del 10 de diciembre
de 1983.
b) En condición de civiles, haber sido privadas de su libertad por actos emanados de
tribunales militares, haya habido o no sentencia condenatoria en este fuero.
Artículo 3. La solicitud del beneficio se hará ante el Ministerio del Interior, quien comprobará
en forma sumarísima el cumplimiento de los recaudos exigidos por los artículos anteriores
y el lapso que duró la vigencia de la medida mencionada en el artículo 2°, incisos a) y b).
La resolución que deniegue en forma total o parcial el beneficio, será recurrible dentro de
los diez (10) días de notificada ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso
Administrativo Federal de la Capital Federal. El recurso se presentará fundado y el Ministerio
del Interior lo elevará a la Cámara con su opinión dentro del quinto día. La Cámara decidirá
sin más trámite dentro del plazo de veinte (20) días de recibidas las actuaciones.
Artículo 4. El beneficio que establece la presente ley será igual a la treintava parte de la
remuneración mensual asignada a la categoría superior del escalafón para el personal civil
de la administración pública nacional (aprobado por el Decreto N° 1428 del 22 de febrero
de 1973, o el que lo reemplace), por cada día que duró la medida mencionada en el artículo
2, incisos a) y b), respecto a cada beneficiario. A este efecto se considerará remuneración
mensual a la totalidad de los rubros que integran el salario del agente sujetos a aportes
jubilatorios, con exclusión de los adicionales particulares (antigüedad, título, etc.), y se
tomará la correspondiente al mes en que se otorgue el beneficio.
Para el cómputo del lapso aludido en el párrafo anterior, se tomará en cuenta el acto del
Poder Ejecutivo que decretó la medida o el arresto efectivo no dispuesto por orden de
autoridad judicial competente, y el acto que la dejó sin efecto con carácter particular o como
consecuencia del cese del estado de sitio.
Los arrestos domiciliarios o libertad vigilada no serán considerados como cese de la medida.
[…]
32. Esta política de indemnización fue ampliada y completada por otras leyes que
establecieron beneficios a diversas categorías de víctimas de la dictadura y sus
derechohabientes21. Asimismo, por medio de la Ley No. 27.143 del 27 de mayo de 2015, se
20
Cfr. Expediente de prueba, folios 410 y 411.
21
Cfr. Ley No. 25.914 del 4 de agosto de 2004 por la que se establecen beneficios para las personas que hubieren
nacido durante la privación de la libertad de sus madres, o que, siendo menores hubiesen permanecido detenidos en
relación a sus padres, siempre que cualquiera de éstos hubiese estado detenido y/o desparecido por razones políticas,
ya sea a disposición del PEN y/o tribunales militares; Ley No. 24.411 del 7 de diciembre de 1994 que establece los
beneficios que tendrán derecho a percibir por medio de sus causahabientes las personas que se encuentran en
situación y de desaparición forzada, y Ley No. 26.913 del 27 de noviembre de 2013 que establece un régimen
reparatorio para ex presos políticos (Peritaje rendido ante fedatario público por María José Guembe el 26 de agosto
de 2020, expediente de prueba, folios 1469 y 1480 a 1486).
10
estableció que los beneficios establecidos en el conjunto normativo de reparaciones no tiene
plazo de caducidad22.
33. El señor Rufino Jorge Almeida nació el 4 de mayo de 1956 en la ciudad de La Plata y se
encuentra casado con la señora Claudia Graciela Esteves. El 4 de junio de 1978 fue
secuestrado por integrantes de las Fuerzas Armadas y de seguridad argentinas junto con su
esposa23. Permaneció 54 días en calidad de detenido-desaparecido en el campo clandestino
de detención conocido como “El Banco”24, en donde fue torturado25.
34. Al ser liberado de esta detención, el 27 de julio de 1978, fue puesto en un régimen de
“libertad vigilada de facto”26. En efecto, al momento de su liberación el señor Almeida y su
esposa fueron puestos bajo custodia del padre del primero. A partir de ese momento, comenzó
un control que puede ser equiparado al régimen de libertad vigilada, en donde eran sometidos
a visitas por parte de guardias del campo clandestino “El Banco”. Asimismo, se les entregó un
número de teléfono para efectuar llamadas de control 27. Este régimen de libertad vigilada cesó
el 30 de abril de 1983.
35. El 21 de febrero de 1995 el señor Almeida presentó una solicitud de los beneficios
previstos por la Ley No. 24.04328. Luego de que la Secretaría de Derechos Humanos y Sociales
corroborara el cumplimiento de los requisitos legales29, el Ministerio del Interior, por medio de
la resolución No. 2638/96 del 3 de octubre de 1996, resolvió reconocer el derecho a la
indemnización del señor Almeida por 54 días de detención ilegal 30. Esta resolución fue
notificada al señor Almeida el 8 de octubre de 199631.
22
Cfr. Peritaje rendido ante fedatario público por María José Guembe el 26 de agosto de 2020 (expediente de
prueba, folio 1486).
23
Cfr. Declaración rendida ante la Cámara Penal por Rufino Jorge Almeida el 13 de marzo de 1987 en la causa
“Suarez Mason, Carlos Guillermo y otros, s/ Homicidio y privación ilegal de libertad” (expediente de prueba, folios 3
a 24).
24
Cfr. Certificación dada por el Presidente de la Cámara Nacional de Apelaciones a la Subsecretaria de Derechos
Humanos el 24 de junio de 1996 (expediente de prueba, folio 663).
25
Cfr. Declaración rendida ante la Cámara Penal por Rufino Jorge Almeida el 13 de marzo de 1987 en la causa
“Suarez Mason, Carlos Guillermo y otros, s/ Homicidio y privación ilegal de libertad” (expediente de prueba, folios 3
a 24).
26
Cfr. Petición presentada ante la Comisión, 26 de junio de 2000 (expediente de prueba, folio 280).
27
Cfr. Declaración rendida ante la Cámara Penal por Rufino Jorge Almeida el 13 de marzo de 1987 en la causa
“Suarez Mason, Carlos Guillermo y otros, s/ Homicidio y privación ilegal de libertad” (expediente de prueba, folio 14).
28
Cfr. Copia de la solicitud presentada a la Dirección Nacional de Derechos Humanos el 21 de febrero de 1995
por el señor Rufino Jorge Almeida (expediente de prueba, folios 657 y 658).
29
Cfr. Dictamen de la Subsecretaria de Derechos Humanos y Sociales del 3 de julio de 1996 (expediente de
prueba, folio 664 y 665).
30
Cfr. Resolución del Ministerio del Interior del 3 de octubre de 1996, No. 2638/96 (expediente de prueba, folios
669 a 671).
31
Cfr. Cédula de notificación del 8 de octubre de 1996 (expediente de prueba, folios 676 a 678).
11
su indemnización los 1795 días en que fue mantenido en una suerte de libertad vigilada 32. El
25 de marzo de 1999 la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal confirmó
la resolución apelada, considerando que:
[L]a finalidad de la ley 24.043 fue otorgar una compensación económica a personas privadas
del derecho constitucional a la libertad, no en virtud de una orden de autoridad judicial
competente, sino en razón de actos –cualquiera que hubiese sido su expresión formal-
ilegítimos emanados en ciertas circunstancias de tribunales militares o de quienes ejercían
el Poder Ejecutivo de la Nación durante el último gobierno de facto. Lo esencial no es la
forma que revistió el acto de autoridad – y mucho menos su adecuación a las exigencias del
art. 5 de la ley 21.650- sino la demostración del menoscabo efectivo a la libertad, en los
diversos grados contemplados por la ley 24.043.
[…]
Que en este orden de ideas, la ley dispuso que a los efectos de tener por configurado el
cese de las medidas (los supuestos contemplados en el art. 2) no se considerará el arresto
domiciliario y la libertad vigilada. Habida cuenta de que el propósito fue satisfacer razones
de equidad y de justicia, y dado que la ley no contiene definición alguna, corresponde incluir
dentro de la figura de “libertad vigilada” tanto los casos que formalmente se ajustaron a la
32
Cfr. Recurso de apelación y solicitud de elevación de las actuaciones a la Cámara Nacional en lo Contencioso
Administrativo Federal presentado ante el Ministro del Interior por Rufino Jorge Almeida el 6 de noviembre de 1996
(expediente de prueba, folios 362 a 368).
33
El Acta Institucional de 1 de septiembre de 1977 con referencia a las facultades que otorga y a los derechos
que consagra el artículo 23 de la Constitución sobre el Estado de Sitio y que estableció que el arresto dispuesto por
el Presidente de la Nación podía cumplirse en establecimiento penal o carcelario; en establecimiento militar o de las
fuerzas de seguridad, en el lugar que en cada caso se determine, fijando los límites de desplazamiento del arrestado,
bajo un régimen de libertad vigilada, y en el propio domicilio del arrestado. Mediante la Ley No. 21.650 se reglamentó
esta Acta, en particular las condiciones para el régimen de libertad vigilada (artículo 5), a saber, que el decreto del
Presidente que disponga esa forma de complimiento del arresto indicará; a) el lugar donde deberá permanecer el
arrestado; b) los límites geográficos dentro de los cuales podrá desplazarse, y c) la autoridad militar, de seguridad o
policial ante la cual el arrestado deberá dar cumplimiento de la medida.
34
Resolución emitida por la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal el 25 de marzo de 1999
(expediente de prueba, folio 371).
35
Cfr. Recurso presentado ante la Corte Suprema de la Nación por Rufino Jorge Almeida el 22 de abril de 1999
(expediente de prueba, folio 375).
12
reglamentación del gobierno de facto […], como aquellos otros en que la persona fue sujeta
a un estado de control y de dependencia falto de garantías o- sin el pleno goce de las
garantías, demostrable en los hechos, que representó un menoscabo equiparable de su
libertad36.
41. Tomando en cuenta la similitud del caso Robasto con su situación, el señor Almeida
presentó, el 27 de diciembre de 2004, ante el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, un
recurso de revocatoria, ampliado el 28 de marzo de 2006, a efectos de modificar la resolución
administrativa No. 2638/96 a fin de adaptarla a los nuevos criterios que se venía aplicando a
situaciones idénticas41. En efecto, el señor Almeida indicó que, a partir de dicho precedente,
la Secretaría de Derechos Humanos modificó su criterio de interpretación de los alcances de
la Ley No. 24.043 incluyendo como indemnizables los casos de libertad vigilada dispuesta por
autoridad competente en el marco de una aparente legalidad. Mediante resolución No.
1243/2006, del 14 de agosto de 2006, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos rechazó
el recurso de revocatoria al considerar que el Señor Almeida estaba solicitando la modificación
36
Sentencia emitida por la Corte Suprema de Justicia el 15 de julio de 1997, caso “Noro, Horacio José c. Ministerio
del Interior” (expediente de prueba, folios 50 a 52).
37
Resolución emitida por la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal el 8 de junio de 1999
(expediente de prueba, folio 61).
38
Cfr. Copia del recurso de queja presentado por Rufino Jorge Almeida ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación el 7 de julio de 1999 (expediente de prueba, folios 64 a 73).
39
Cfr. Resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de 2 de diciembre de 1999 (expediente de prueba,
folio 75).
40
Sentencia de la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo del 28 de noviembre de 2003 en el caso
“Robasto, Jorge Enrique c. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos” (causa No. 143625/2002) (expediente de
prueba, folios 77 a 81)
41
Cfr. Escrito presentado ante el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos por Rufino Jorge Almeida el 28 de
marzo de 2006 (expediente de prueba, folios 1065 a 1068).
13
de una sentencia judicial42. El 29 de agosto de 2006 el señor Almeida presentó un recurso de
reconsideración ante el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos 43. El 25 de septiembre de
2006 el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos rechazó esta gestión considerando que “el
rechazo de la queja interpuesta ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación pone fin a
cualquier intento de revisar la cuestión en debate” 44.
VII
FONDO
43. El presente caso se relaciona con la alegada falta de indemnización del señor Rufino
Jorge Almeida por el tiempo que permaneció bajo un régimen similar al de libertad vigilada.
Como fue señalado en esta Sentencia (supra párrs. 14 a 24), el Estado efectuó un
reconocimiento total de responsabilidad en relación con las determinaciones realizadas por la
Comisión en su Informe de Fondo, por lo que no se considera necesario realizar un análisis
detallado de las violaciones alegadas por la Comisión y la representante, las cuales fueron
reconocidas por el Estado.
VII-1
DERECHO A LAS GARANTÍAS JUDICIALES46, IGUALDAD ANTE LA LEY47,
PROTECCIÓN JUDICIAL48 EN RELACIÓN CON LAS OBLIGACIONES DE RESPETAR Y
GARANTIZAR LOS DERECHOS49 Y EL DEBER DE ADOPTAR MEDIDAS DE DERECHO
INTERNO50
44. La Comisión recordó que “la reparación por la violación de una obligación internacional
del Estado, como por ejemplo una restricción a la libertad personal, no es de facultativo sino
de imperativo cumplimiento” por lo que la Ley No. 24.043 únicamente vino a regular un
42
Cfr. Resolución No. 1243 emitida por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos el 14 de agosto de 2006
(expediente de prueba, folios 1069 a 1071).
43
Cfr. Recurso presentado ante el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos por Rufino Jorge Almeida el 29 de
agosto de 2006 (expediente de prueba, folios 1078 a 1086).
44
Resolución del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del 25 de septiembre de 2006 (expediente de prueba,
folios 1093 a 1095).
45
Cfr. Resolución del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del 22 de mayo de 2015 (expediente de prueba,
folios 83 a 85).
46
Artículo 8.1 de la Convención.
47
Artículos 1.1 y 24 de la Convención.
48
Artículo 25.1 de la Convención.
49
Artículo 1.1 de la Convención.
50
Artículo 2 de la Convención.
14
procedimiento especial para cumplir con esta obligación. Asimismo, afirmó que esta Ley “no
pretende abarcar todos los casos de violaciones a los derechos humanos ocurridos en el marco
de la última dictadura cívico-militar en el país y, por lo tanto, la exclusión de ciertos tipos de
casos de los supuestos de la ley no resulta per se violatoria del derecho a la igualdad ante la
ley, siempre y cuando dicha exclusión responda a una justificación objetiva y razonable y
resulte proporcional a los fines perseguidos”. Consideró, sin embargo, que la exclusión del
supuesto de la libertad vigilada de facto a la cual fue sometida el señor Almeida resulta
violatoria al derecho a la igualdad ante la ley, ya que el Estado no aportó una explicación que
permita concluir que dicha exclusión fue objetiva y razonable.
45. La Comisión consideró que esta situación, en términos generales, fue corregida con
posterioridad mediante la interpretación establecida a partir del caso Robasto. Sin embargo,
subrayó que este cambio en la posición de las autoridades internas, no benefició al señor
Almeida. En efecto, a pesar de presentar recursos tanto en sede administrativa como en sede
judicial para obtener la reparación basada en estos nuevos criterios interpretativos, sus
reclamos fueron rechazados con base en una consideración de índole procesal conforme a la
cual en su caso existía una situación de cosa juzgada que impedía nuevas revisiones. De esta
forma consideró que el Estado “es responsable por la violación del derecho a la protección
judicial, establecido en el artículo 25.1 de la Convención Americana, leído conjuntamente con
el derecho a la igualdad ante la ley establecido en el artículo 24 […]”.
B. Consideraciones de la Corte
48. Esta Corte ha reconocido que, de existir mecanismos nacionales para determinar formas
de reparación, esos procedimientos y sus resultados deben ser valorados51, ya que constituyen
un esfuerzo por parte del Estado en dirección de un proceso colectivo de reparación y de paz
social. Así también, destaca diversos documentos en el contexto internacional que reconocen
51
Cfr. Caso Gomes Lund y otros ("Guerrilha do Araguaia") Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2010. Serie C No. 219, párr. 303, y Caso Perrone y Preckel
Vs. Argentina. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de octubre de 2019. Serie C
No. 384, párr. 116.
15
expresamente el derecho de las víctimas de violaciones a derechos humanos de acceder a
recursos y obtener reparaciones individuales; tales como la Declaración sobre los principios
fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y abuso de poder 52, el Conjunto de
principios para la protección y la promoción de los derechos humanos mediante la lucha contra
la impunidad53, y los Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de
violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y del derecho
internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones 54. En similar sentido,
a lo establecido por esta Corte, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha reconocido la
compatibilidad entre medidas colectivas e individuales 55. Estos mecanismos deben satisfacer
criterios de objetividad, razonabilidad y efectividad para reparar adecuadamente las
violaciones de derechos56.
49. A partir de la década de los 1990, Argentina comenzó a desarrollar una política de
medidas administrativas de reparación de las víctimas de la última dictadura (ver supra párr.
29 a 32). Entre estas medidas, la Ley No. 24.043 estableció beneficios a las personas que
hubieran sido puestas a disposición del PEN durante la vigencia del estado de sitio, o siendo
civiles, hubiesen sufrido detención en virtud de actos emanados de tribunales militares. En un
principio, se entendió que estaban excluidas de este mecanismo de indemnización aquellas
situaciones de libertad vigilada de facto, es decir, aquellas en la cuales no había un decreto
que imponía formalmente esta medida. No obstante, posteriormente esta interpretación fue
modificada en sede judicial. En efecto, la Corte Suprema de Justicia, en su fallo de 1997 del
caso Noro, estableció explícitamente que la finalidad de la ley era otorgar una compensación
económica a personas privadas de su derecho constitucional de libertad, sin tomar en cuenta
la forma del acto de autoridad que llevó a esa privación (supra párr. 38), y esta interpretación
fue adoptaba por la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal a partir del
caso Robasto fallado en el año 2003 (supra párr. 40).
50. El señor Almeida presentó en el año 1995 su demanda administrativa por la privación
de libertad sufrida durante el período de la dictadura, es decir, antes del cambio de criterio
operado por los precedentes Noro y Robasto. De esta forma, únicamente se le concedió una
indemnización por el tiempo en que estuvo en un campo de detención ilegal, sin tomar en
cuenta el tiempo que estuvo sometido a un régimen de libertad vigilada de facto (supra párr.
35). El señor Almeida presentó un recurso de apelación ante la Cámara Nacional en lo
Contencioso Administrativo Federal, el cual fue denegado.
51. Luego del cambio de posición por parte de la Corte Suprema de Justicia con el caso Noro
de 1997, el señor Almeida presentó un recurso extraordinario en contra de la resolución de la
52
Adoptada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 29 de noviembre de 1985,
mediante resolución 40/34. En su principio 4 señala que “[l]as víctimas serán tratadas con compasión y respeto por
su dignidad. Tendrán derecho al acceso a los mecanismos de la justicia y a una pronta reparación de daños que hayan
sufrido, según lo dispuesto en la legislación nacional”.
53
Adoptados por la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, el 8 de febrero
de 2005. El Principio 31 indica: “Toda violación de un derecho humano da lugar a un derecho de la víctima o sus
derecho habientes a obtener reparación, el cual implica el deber del Estado de reparar y el derecho de dirigirse contra
el autor”.
54
Adoptados por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 16 de diciembre de 2005,
mediante resolución 60/147. Los Principios 12, 13 y 14 establecen el derecho de acceso a un recurso judicial para las
presuntas víctimas. El Principio 18 de este documento señala el derecho de las víctimas a una reparación “plena y
efectiva”. Cfr. https://www.ohchr.org/en/professionalinterest/pages/remedyandreparation.aspx
55
TEDH, Caso Broniowski Vs. Polonia, No. 31443/96. Sentencia del 22 de julio de 2004, párr. 36.
56
Cfr. Caso Manuel Cepeda Vargas Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 26 de mayo de 2010. Serie C No. 213, párr. 246, y Caso Hernández Vs. Argentina. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2019. Serie C No. 395, párr. 18.
16
Cámara Nacional de lo Contencioso Administrativo Federal, haciendo justamente referencia al
cambio jurisprudencial. Sin embargo, dicho recurso le fue denegado (supra párr. 39) y el
recurso de queja presentado ante la Corte Suprema de Justicia fue declarado inadmisible. A
partir del precedente del caso Robasto de 2003, las autoridades administrativas comenzaron
a aplicar de forma sistemática el criterio de asimilación de las situaciones de libertad vigilada
de iure y de facto a efectos de establecer los beneficios de la Ley No. 24.043. Lo anterior
motivó al señor Almeida a presentar ante el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos un
recurso de revocatoria de las resoluciones previamente adoptadas, el cual le fue denegado, al
considerarse que el señor Almeida estaba solicitando una modificación de una sentencia
judicial (supra párr. 41).
53. De esta forma, el reconocimiento del Estado implica considerar que el señor Almeida no
tuvo acceso a un recurso o proceso efectivo que permitiera aplicar los nuevos criterios
interpretativos de la Ley No. 24.043 a su caso y, en definitiva, poner fin a la desigualdad a la
que se le había sometido al no tomar en cuenta los días en que estuvo bajo libertad vigilada
de facto para el cálculo de la indemnización prevista en dicha normativa. En consecuencia, la
Corte concluye que el Estado es responsable de la violación a los artículos 8.1, 24 y 25.1 de
la Convención, en relación con los artículos 1.1. y 2 del mismo instrumento, en perjuicio del
señor Almeida.
VIII
REPARACIONES
55. La reparación del daño ocasionado por la infracción de una obligación internacional
requiere, siempre que sea posible, la plena restitución (restitutio in integrum), que consiste
en el restablecimiento de la situación anterior. De no ser posible, como ocurre en la mayoría
de los casos de violaciones de derechos humanos, el Tribunal determinará medidas para
garantizar los derechos conculcados y reparar las consecuencias que las infracciones
57
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de julio de 1989. Serie
C No. 7, párr. 25, y Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela, supra, párr. 142.
17
produjeron58. Por tanto, la Corte ha considerado la necesidad de otorgar diversas medidas de
reparación a fin de resarcir los daños de manera integral por lo que, además de las
compensaciones pecuniarias, las medidas de restitución, rehabilitación, satisfacción y
garantías de no repetición tienen especial relevancia por los daños ocasionados 59.
56. Además, este Tribunal ha establecido que las reparaciones deben tener un nexo causal
con los hechos del caso, las violaciones declaradas, los daños acreditados, así como las
medidas solicitadas para reparar los daños respectivos. Por tanto, la Corte deberá analizar
dicha concurrencia para pronunciarse debidamente y conforme a derecho60.
A. Parte Lesionada
58. Este Tribunal considera parte lesionada, en los términos del artículo 63.1 de la
Convención, a quien ha sido declarada víctima de la violación de algún derecho reconocido en
la misma. Por lo tanto, esta Corte considera como “parte lesionada” al señor Rufino Jorge
Almeida.
B. Medidas de restitución
59. La Comisión solicitó “[o]frecer al señor Rufino Jorge Almeida un mecanismo idóneo,
efectivo y expedito, a fin de que se reconsidere su solicitud de indemnización, tomando en
consideración los argumentos por él planteados sobre la violación al derecho a la igualdad
ante la ley, tanto en el marco del primer proceso administrativo y los posteriores recursos
judiciales; como en el marco de sus posteriores solicitudes tras el precedente del caso
Robasto”. La representante se adhirió a la solicitud presentada por la Comisión en los
mismos términos.
58
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, supra, párr. 26, y Caso Martínez Esquivia
Vs. Colombia. Excepciones Preliminares. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 6 de octubre de 2020. Serie C No. 412,
párr. 148.
59
Cfr. Caso de la Masacre de Las Dos Erres Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 24 de noviembre de 2009. Serie C No. 211, párr. 226, y Caso Martínez Esquivia Vs. Colombia, supra,
párr. 147.
60
Cfr. Caso Ticona Estrada y otros Vs. Bolivia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de
2008. Serie C No. 191, párr. 110, y Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela, supra, párr. 142.
18
fueron denegadas, en sede administrativa y judicial, sus pretensiones indemnizatorias, con
fundamento en la Ley No. 24.043, por el tiempo que estuvo bajo libertad vigilada de facto
durante la dictadura. Posteriormente, después del cambio de jurisprudencia en la materia y a
pesar de presentar un cuadro fáctico idéntico a la solicitud de indemnización presentada por
su esposa, la señora Claudia Graciela Estevez, el recurso de revocatoria que interpuso en sede
administrativa fue infructuoso, mientras que a su esposa le fue finalmente reconocido en sede
administrativa el beneficio establecido por la Ley No. 24.043 durante el tiempo que estuvo
bajo libertad vigilada.
62. Tanto la Comisión como la representante han solicitado que se ordene al Estado, como
medida de restitución, poner a disposición del señor Almeida un mecanismo idóneo a fin de
que se reconsidere su solicitud de indemnización. No obstante, tomando en consideración que
ya han transcurrido más de 25 años desde que el señor Almeida presentó su reclamación
inicial, y que la víctima ha intentado diversas vías administrativas y judiciales para que su
solicitud de indemnización sea reconsiderada, la Corte ordena al Estado que pague al señor
Rufino Jorge Almeida, en equidad, la suma de USD$ 125.000,00 (ciento veinticinco mil dólares
de los Estados Unidos de América)61 por concepto de indemnización por el tiempo que
permaneció en un régimen de libertad vigilada de facto.
C. Medidas de satisfacción
D. Garantías de no repetición
67. El Estado argumentó que las medidas de no repetición solicitadas por la representante
“desconocen la excepcionalidad que caracterizar la situación del [señor]Almeida” y recuerda
61
Para el cálculo de esta suma se toma en consideración la indemnización otorgada en sede interna a su esposa,
la Señora Claudia Graciela Esteves, por medio de resolución del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del 22 de
mayo de 2015 (expediente de prueba, folio 85), quien estuvo bajo el mismo régimen de libertad vigilada de facto, en
el marco del mismo cuadro fáctico, que el señor Almeida.
62
Cfr. Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de diciembre de 2001. Serie C
No. 88, párr. 79, y Caso Martínez Esquivia Vs. Colombia, supra, párr. 158.
19
que la Comisión reconoció en su Informe de fondo que la situación “en términos generales fue
corregida con posterioridad mediante […] interpretación judicial”.
68. La Corte observa que existe la posibilidad que otras personas pudieran encontrarse en
el mismo supuesto fáctico del señor Almeida. En ese sentido, como garantía de no repetición,
se ordena al Estado que, en sede administrativa, revise la situación de las personas que así lo
soliciten y se encuentren en la misma situación fáctica del señor Almeida, a la luz de los
criterios jurisprudenciales desarrollados a partir de los casos Noro y Robasto. Para ello, el
Estado deberá dar publicidad a esta medida para hacerla del conocimiento de las personas
potencialmente interesadas. De esta forma, deberá mantener publicado, por un período de
tres meses y de manera visible, un aviso en las páginas oficiales de internet de los órganos
estatales que considere pertinentes, en particular la página de la Secretaría de Derechos
Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Asimismo, deberá notificar a las
principales organizaciones no gubernamentales de derechos humanos. Las personas
interesadas deberán presentar sus solicitudes de indemnización en un plazo de doce meses,
plazo que empezará a correr cuando concluyan los tres meses desde la difusión de dicho aviso.
El Estado está obligado a observar sus obligaciones internacionales en materia de igualdad
ante la ley, no siendo oponible la situación de cosa juzgada a las reclamaciones presentadas
y debe permitir a los interesados presentar toda la información necesaria para acreditar sus
reclamos.
20
70. El Estado rechazó las medidas de no repetición solicitadas por la representante,
resaltando la excepcionalidad del caso del señor Almeida. De esta forma, al considerar que
“tanto la justicia como la administración han incorporado hace años ya una interpretación
amplia de los supuestos de libertad vigilada”, solicitó que se rechazaran estas medidas.
71. Este Tribunal toma nota del precedente establecido el 8 de noviembre de 2003 por la
Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal, en la causa No. 143625/2002:
Robasto, Jorge Enrique C. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (supra párr. 40) con
respecto a la interpretación amplia del concepto de libertad vigilada. Asimismo, toma nota de
los ejemplos presentados por el Estado de expedientes administrativos tramitados con
posterioridad a este precedente en donde se reconoce el pago de la indemnización por los días
en que estuvieron sometidos a un régimen de libertad vigilada 63. De esta forma se considera
que la exclusión de la libertad vigilada de facto dentro del alcance de la Ley No. 24.043 es una
situación que ya fue corregida y que la ampliación del criterio está siendo aplicada por las
autoridades administrativas y judiciales. Por consiguiente, este Tribunal no estima necesario
ordenar medidas de modificación normativa o medidas de capacitación. Asimismo, con
respecto a la última medida solicitada, se considera que no tiene relación directa con los
hechos del caso.
F. Indemnizaciones compensatorias
F. 1. Daño material
72. La Comisión solicitó a la Corte que ordenara reparar de manera integral a la víctima
tomando en cuenta el daño material por la denegación de justicia de que fue víctima el señor
Almeida.
73. La representante solicitó que se restituyan todos los gastos incurridos en el proceso
interno. Por la complejidad de cuantificar estos gastos y atendiendo al tiempo transcurrido y
a la imposibilidad de presentar comprobantes, solicitó la “asignación de un monto figurativo y
simbólico que refleje los gastos incurridos en materia legal en los más de 20 años de lucha
por el reconocimiento de mis derechos”.
75. Este Tribunal ha desarrollado en su jurisprudencia que el daño material supone la pérdida
o detrimento de los ingresos de las víctimas, los gastos efectuados con motivo de los hechos
y las consecuencias de carácter pecuniario que tengan un nexo causal con los hechos del
caso64, es decir, se ven incluidos, el daño emergente y lucro cesante.
76. En virtud de las circunstancias de este caso, la Corte considera razonable ordenar al
Estado el pago de una indemnización por concepto de daño material a favor de la víctima. En
la declaración presentada por la víctima, el señor Almeida únicamente hizo referencia a la
realización de “actividades junto a otros sobrevivientes y familiares para reunir más
testimonios” y la realización de “un derrotero de trámites, de presentaciones judiciales, de
63
Cfr. Informes técnicos Ley No. 24.043 expedidos por la Dirección de Leyes Reparatorias de la Secretaría de
Derechos Humanos de la Nación, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (expediente de prueba, folios 1339 a
1368).
64
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de febrero de 2002.
Serie C No. 91, párr. 43, y Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela, supra, párr. 179.
21
debates políticos para lograr que las reparaciones se ampliaran a más afectados”65. Teniendo
en cuenta que la representante no proporcionó información que permita establecer con certeza
el monto del daño material causado por los hechos examinados en este caso, este Tribunal
fija en equidad la cantidad de USD$ 5.000 (cinco mil dólares de los Estados Unidos de América)
a favor de Rufino Jorge Almeida por los gastos incurridos a lo largo de estos 20 años de
tramitación de su petición.
78. La representante solicitó a la Corte fijar la indemnización por daño moral conforme a
la equidad, tomando en cuenta que “quien sufrió la violación a sus derechos humanos
fundamentales durante la dictadura militar, vio reeditada tal situación al negársele la
reparación correspondiente y el derecho a la igualdad respecto al acceso a un procedimiento
adecuado para obtener dicha reparación”.
82. Teniendo en cuenta las circunstancias del caso y en consideración de los sufrimientos
ocasionados a la víctima por la dilación en el otorgamiento de las medidas de reparación y la
afectación por el trato desigual luego de haber sido víctima del terrorismo de Estado, la Corte
estima pertinente fijar, en equidad, la cantidad de USD$ 20.000,00 (veinte mil dólares de los
Estados Unidos de América) en concepto de daño inmaterial a favor de Rufino Jorge Almeida.
G. Costas y gastos
83. La representante solicitó que, al momento de determinar las costas y gastos, este
Tribunal considere los honorarios por la representación y acompañamiento de la denuncia,
ante la Comisión y la Corte, fijando los mismos en equidad.
65
Declaración rendida ante fedatario público por Rufino Jorge Almeida el 27 de agosto de 2020 (expediente de
prueba, folios 1502 y 1503).
66
Cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia
de 26 de mayo de 2001. Serie C No. 77, párr. 84, y Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela, supra, párr. 186.
67
Cfr. Caso Reverón Trujillo Vs. Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
30 de junio de 2009. Serie C No. 197, párr. 176, y Caso Maldonado Ordóñez Vs. Guatemala. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de mayo de 2016. Serie C No. 311, párr. 149.
22
84. El Estado, en su reconocimiento de responsabilidad, solicitó que la Corte “disponga […]
los montos en materia de costas y gastos sobre la base del criterio de equidad”.
85. La Corte reitera que, conforme a su jurisprudencia, las costas y gastos son parte del
concepto de reparación, toda vez que la actividad desplegada por las víctimas con el fin de
obtener justicia, tanto a nivel nacional como internacional, implica erogaciones que deben ser
compensadas cuando la responsabilidad internacional del Estado es declarada mediante una
sentencia condenatoria. En cuanto al reembolso de las costas y gastos, corresponde al Tribunal
apreciar prudentemente su alcance, el cual comprende los gastos generados ante las
autoridades de la jurisdicción interna, así como los generados en el curso del proceso ante el
sistema interamericano, teniendo en cuenta las circunstancias del caso concreto y la
naturaleza de la jurisdicción internacional de protección de derechos humanos. Esta
apreciación puede ser realizada con base en el principio de equidad y tomando en cuenta los
gastos señalados por las partes, siempre que su quantum sea razonable68.
86. Este Tribunal nota que la representante no solicitó un monto dinerario específico para el
reintegro de gastos y costas, ni acreditó en forma debida y razonada la totalidad de los gastos
efectuados. En consecuencia, la Corte decide, por entenderlo razonable, fijar en equidad el
pago de: un monto total de USD$ 20.000.00 (veinte mil dólares de los Estados Unidos de
América) por concepto de costas y gastos a favor de la representante legal de la presunta
víctima, señora Myriam Carsen. En el procedimiento de supervisión de cumplimiento de la
presente Sentencia, el Tribunal podrá disponer el reembolso por parte del Estado a la víctima
o su representante de los gastos razonables debidamente comprobados en dicha etapa
procesal69.
88. En caso de que los beneficiarios hayan fallecido o fallezcan antes de que les sea
entregada la cantidad respectiva, esta se entregará directamente a sus derechohabientes,
conforme al derecho interno aplicable.
89. El Estado debe cumplir sus obligaciones monetarias mediante el pago en dólares de los
Estados Unidos de América o, de no ser esto posible, en su equivalente en moneda argentina,
utilizando para el cálculo respectivo la tasa más alta y más beneficiosa para las personas
beneficiarias que permita su ordenamiento interno, vigente al momento del pago. Durante la
etapa de supervisión de cumplimento de la sentencia, la Corte podrá reajustar prudentemente
el equivalente de estas cifras en moneda argentina, con el objeto de evitar que las variaciones
cambiarias afecten sustancialmente el valor adquisitivo de esos montos.
90. Si por causas atribuibles a los beneficiarios no fuese posible el pago de la cantidad
determinada dentro del plazo indicado, el Estado consignará dicho monto a su favor en una
cuenta o certificado de depósito en una institución financiera argentina solvente, en dólares
de los Estados Unidos de América, y en las condiciones financieras más favorables que
68
Cfr. Caso Garrido y Baigorria Vs. Argentina. Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de agosto de 1998. Serie
C No. 39, párrs. 79 y 82, y Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela, supra, párr. 192.
69
Cfr. Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24
de agosto de 2010. Serie C No. 214, párr. 331, y Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela, supra, párr. 194.
23
permitan la legislación y la práctica bancaria. Si no se reclama el monto correspondiente una
vez transcurridos diez años, las cantidades serán devueltas al Estado con los intereses
devengados.
92. En caso de que el Estado incurriera en mora, deberá pagar un interés sobre la cantidad
adeudada correspondiente al interés bancario moratorio en la República Argentina.
IX
PUNTOS RESOLUTIVOS
LA CORTE
DECIDE,
Por unanimidad:
DECLARA:
2. El Estado es responsable por la violación de los derechos contenidos en los artículos 8.1,
24 y 25.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos
1.1 y 2 del mismo instrumento, en perjuicio de Rufino Jorge Almeida, en los términos de los
párrafos 20 y 48 a 53 de la presente Sentencia.
Y DISPONE:
4. El Estado pagará la suma prevista en el párrafo 62, en los términos de los párrafos 87 a
92 de esta Sentencia.
24
7. El Estado pagará las cantidades fijadas en los párrafos 76, 82 y 86 de la presente
Sentencia por concepto de indemnización por daño material e inmaterial, y por el reintegro
de costas, en los términos de los párrafos 87 a 92 de esta Sentencia.
8. El Estado, dentro del plazo de un año contado a partir de la notificación de esta Sentencia,
rendirá al Tribunal un informe sobre las medidas adoptadas para cumplir con la misma, sin
perjuicio de lo establecido en el párrafo 65 de la presente Sentencia.
Corte IDH. Caso Almeida Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de
noviembre de 2020.
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Corte IDH. Caso Almeida Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de
noviembre de 2020. Sentencia adoptada en San José, Costa Rica por medio de sesión virtual.
Comuníquese y ejecútese,
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