Sentencia DDHH Grijalva Bueno Vs Ecuador 24 Sep 2021

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 53

CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

CASO GRIJALVA BUENO VS. ECUADOR

SENTENCIA DE 3 DE JUNIO DE 2021


(Excepción preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas)

En el caso Grijalva Bueno Vs. Ecuador,

la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante también “la Corte


Interamericana”, “la Corte” o “el Tribunal”), integrada por los siguientes Jueces *:

Elizabeth Odio Benito, Presidenta;


Eduardo Vio Grossi, Juez;
Humberto Antonio Sierra Porto, Juez;
Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot, Juez;
Eugenio Raúl Zaffaroni, Juez, y;
Ricardo Pérez Manrique, Juez,

presentes, además,

Pablo Saavedra Alessandri, Secretario, y


Romina I. Sijniensky, Secretaria Adjunta,

de conformidad con los artículos 62.3 y 63.1 de la Convención Americana sobre


Derechos Humanos (en adelante también “la Convención Americana” o “la
Convención”) y con los artículos 31, 32, 42, 65 y 67 del Reglamento de la Corte (en
adelante “el Reglamento”), dicta la presente Sentencia, que se estructura en el
siguiente orden:

*
El Juez L. Patricio Pazmiño Freire, Vicepresidente de la Corte, de nacionalidad ecuatoriana, no
participó en la deliberación y firma de la presente Sentencia, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 19.2 del Estatuto y 19.1 del Reglamento de la Corte.
TABLA DE CONTENIDO

I INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA ............................... 3


1. EL CASO SOMETIDO A LA CORTE. ..................................................................................... 3
2. TRÁMITE ANTE LA COMISIÓN. ......................................................................................... 3
II PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE ............................................................................ 4
III COMPETENCIA ......................................................................................................... 5
IV EXCEPCIÓN PRELIMINAR ......................................................................................... 5
A. ALEGATOS DE LAS PARTES Y DE LA COMISIÓN ...................................................................... 6
B. CONSIDERACIONES DE LA CORTE ..................................................................................... 7
V RECONOCIMIENTO DE RESPONSABILIDAD ................................................................ 7
A. RECONOCIMIENTO PARCIAL DE RESPONSABILIDAD DEL ESTADO Y OBSERVACIONES DEL
REPRESENTANTE Y DE LA COMISIÓN ....................................................................................... 7
B. CONSIDERACIONES DE LA CORTE .................................................................................. 9
B.1 En cuanto a los hechos........................................................................................ 10
B.2 En cuanto a las pretensiones de derecho ............................................................... 10
B.3 En cuanto a las reparaciones ............................................................................... 11
B.4 Valoración del reconocimiento .............................................................................. 11
VI PRUEBA .................................................................................................................. 11
A. ADMISIÓN DE PRUEBA DOCUMENTAL ............................................................................ 11
B. ADMISIÓN A LA DECLARACIÓN Y PRUEBA PERICIAL .......................................................... 13
VII HECHOS ................................................................................................................ 13
A. EL SEÑOR VICENTE ANÍBAL GRIJALVA BUENO ............................................................... 14
B. PROCESO ADMINISTRATIVO DE DESTITUCIÓN DEL SEÑOR GRIJALVA BUENO ........................... 14
C. RECURSO ANTE EL TRIBUNAL DE GARANTÍAS CONSTITUCIONALES ....................................... 16
D. PROCESO PENAL MILITAR EN CONTRA DEL SEÑOR GRIJALVA BUENO ..................................... 18
VIII FONDO ................................................................................................................ 23
VIII.1 GARANTÍAS JUDICIALES .................................................................................. 23
A. PROCESO PENAL MILITAR ........................................................................................ 24
A.1. ALEGATOS DE LA COMISIÓN Y DEL ESTADO .................................................................... 24
A.1.1. Derecho a contar con una comunicación previa y detallada de la acusación ............ 24
A.1.2. Derecho a interrogar testigos ........................................................................... 25
A.1.3. Alcance de la presunción de inocencia y el deber de motivar las decisiones ............ 25
A.1.4.Plazo Razonable .............................................................................................. 26
A.2 CONSIDERACIONES DE LA CORTE .......................................................................................................... 26
A.2.1. Derecho a contar con una comunicación previa y detallada de la acusación ............ 27
A.2.2. Derecho a interrogar testigos ........................................................................... 29
A.2.3. Alcance de la presunción de inocencia y el deber de motivar las decisiones ............ 30
A.2.4. Plazo Razonable ............................................................................................. 38
B. CONCLUSIÓN ............................................................................................................ 40
VIII.2 DERECHO A LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO Y DE EXPRESIÓN ........................ 40
A. ARGUMENTOS DE LA COMISIÓN Y DE LAS PARTES ............................................................ 40
B. CONSIDERACIONES DE LA CORTE ................................................................................ 41
IX REPARACIONES ...................................................................................................... 44
A. PARTE LESIONADA.................................................................................................. 45
B. MEDIDAS DE RESTITUCIÓN ........................................................................................ 46
C. MEDIDAS DE SATISFACCIÓN ...................................................................................... 47
D. OTRAS MEDIDAS .................................................................................................... 48
E. INDEMNIZACIONES COMPENSATORIAS ......................................................................... 48
E.1. Daño material ................................................................................................... 48
E.2 Daño inmaterial.................................................................................................. 49
F. COSTAS Y GASTOS .................................................................................................. 50
G. MODALIDAD DE CUMPLIMIENTO DE LOS PAGOS ORDENADOS ............................................... 50
X PUNTOS RESOLUTIVOS ............................................................................................ 51

2
I
INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA

1. El caso sometido a la Corte. - El 25 de julio de 2019 la Comisión


Interamericana de Derechos Humanos (en adelante también “la Comisión
Interamericana” o “la Comisión”) sometió a la jurisdicción de la Corte el caso Grijalva
Bueno contra la República del Ecuador (en adelante “Ecuador” o “el Estado”). La
Comisión señaló que el caso se refiere a la destitución arbitraria de Vicente Aníbal
Grijalva Bueno (en adelante también “señor Grijalva Bueno” o “señor Grijalva” o
“presunta víctima”) como Capitán de Puerto de la Fuerza Naval ecuatoriana en 1993,
así como la falta de garantías judiciales en el proceso sancionatorio de destitución y el
proceso penal militar por “delitos contra la fe militar” que se le siguió en su contra. En
relación con el proceso sancionatorio de destitución, la Comisión consideró que “en los
informes que fueron utilizados para la destitución del señor Grijalva [Bueno] estuvo
involucrado un agente militar, quien había sido denunciado por la presunta víctima
meses atrás de haber cometido graves violaciones de derechos humanos”, lo que
afectó la garantía de imparcialidad. Asimismo, la Comisión determinó que el señor
Grijalva Bueno no tuvo la posibilidad de conocer, participar y defenderse en el
procedimiento sancionatorio que culminó con su destitución. Respecto del proceso
penal militar por “delitos contra la fe militar”, la Comisión consideró que el juzgado
que emitió la sentencia condenatoria se basó exclusivamente en un informe que tenía
diversas irregularidades, incluyendo la aplicación de actos de tortura y coacción en
contra de diversas personas que declararon en contra del señor Grijalva. La Comisión
consideró que el juzgado invirtió la carga de la prueba en el sentido de colocarle la
responsabilidad al señor Grijalva de probar su inocencia, y que los siete años y dos
meses que transcurrieron desde el inicio de la investigación hasta la confirmación de
la sentencia constituyó un plazo excesivo. Además, concluyó que el Estado vulneró el
derecho a la protección judicial en tanto no se ejecutó una sentencia que ordenó la
reincorporación del señor Grijalva a la Fuerza Naval. Finalmente, adujo que la
destitución del señor Grijalva y el proceso penal iniciado en su contra constituyeron
actos de represalia en violación de su derecho a la libertad de expresión.

2. Trámite ante la Comisión. – El trámite ante la Comisión fue el siguiente:

a) Petición. – El 13 de septiembre de 2001 la Comisión recibió la petición


inicial1.
b) Informe de Admisibilidad. - El 10 de octubre de 2002 la Comisión
Interamericana aprobó el Informe de Admisibilidad No. 68/02 (en adelante
“Informe de Admisibilidad”).
c) Informe de Fondo. - El 7 de diciembre de 2018 la Comisión aprobó el
Informe de Fondo No. 152/18 (en adelante “Informe de Fondo” o “el
Informe”), en el cual llegó a una serie de conclusiones 2 y formuló varias
recomendaciones al Estado.

3. Notificación al Estado. - El Informe de Fondo fue notificado al Estado por medio


de una comunicación de la Comisión Interamericana de 25 de enero de 2019, con un
1
La petición fue presentada por el señor Francisco López Bermúdez de la Auditoría Democrática
Andina.
2
La Comisión concluyó que el Estado es responsable, en perjuicio de Vicente Aníbal Grijalva Bueno,
por la violación a las garantías judiciales, libertad de expresión, protección judicial, establecidos en los
artículos 8.1, 8.2.b), c), f), 13.1 y 25.1 y 25.2 de la Convención Americana, en relación con las obligaciones
de respeto y garantía establecidas en el artículo 1.1 del mismo instrumento.

3
plazo de dos meses para que informara sobre el cumplimiento de las
recomendaciones. La Comisión indicó que otorgó a Ecuador una primera prórroga de
tres meses a fin de que informara sobre el cumplimiento de las recomendaciones. En
su informe, el Estado no aportó información actualizada y detallada sobre el
cumplimiento de todas las recomendaciones.

4. Sometimiento a la Corte. - El 25 de julio de 2019 la Comisión3 sometió a la


Corte la totalidad de los hechos y violaciones de derechos humanos descritos en el
Informe de Fondo, ante “la necesidad de obtención de justicia en el caso particular”.

5. Solicitudes de la Comisión. - Con base en lo anterior, la Comisión


Interamericana solicitó a este Tribunal que concluyera y declarara la responsabilidad
internacional del Estado por las violaciones contenidas en el Informe de Fondo, y que
ordenara a Ecuador, como medidas de reparación, aquellas recomendaciones
incluidas en el mismo. Este Tribunal nota, con preocupación, que entre la
presentación de la solicitud inicial ante la Comisión y el sometimiento del caso ante la
Corte han transcurrido más de dieciocho años.

II
PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE

6. Notificación al Estado y al representante. – El caso fue notificado por la Corte


al Estado el 19 de septiembre de 20194 y al representante de la presunta víctima el
20 de septiembre de 20195.

7. Extemporaneidad del escrito de solicitudes, argumentos y pruebas. – El 3 de


diciembre de 20196 la representación de la presunta víctima remitió, de forma
extemporánea, su escrito de solicitudes, argumentos y pruebas (en adelante “escrito
de solitudes y argumentos”). En consecuencia, el 6 de febrero de 2020, siguiendo
instrucciones del Pleno de la Corte, fue considerado inadmisible dicho escrito, así
como sus anexos.

8. Escrito de excepción preliminar y contestación. - El 8 de junio de 20207 el


Estado presentó su escrito de contestación al sometimiento del caso por parte de la
Comisión (en adelante “escrito de contestación”). En dicho escrito presentó una
excepción preliminar y realizó un allanamiento parcial “en torno a los hechos y
pretensiones relacionadas con el proceso administrativo sancionatorio”.

9. Observaciones a la excepción preliminar y al allanamiento parcial. – Los días


31 julio y 3 de agosto de 2020 la Comisión y el representante, respectivamente,

3
La Comisión designó como sus delegados ante la Corte a la Comisionada Esmeralda Arosemena de
Troitiño y al entonces Secretario Ejecutivo Paulo Abrão, y como asesor legal a Erick Acuña Pereda.
4
El 8 de octubre de 2019 el Estado designó como agente a la señora María Fernanda Ávarez Alcivar,
y como agentes alternos a los señores Carlos Alonso Espin Arias y Juan Carlos Álvarez León.
5
El representante de la presunta víctima es el señor Francisco López-Bermúdez.
6
El 21 de noviembre de 2019 el representante solicitó una prórroga para la presentación del escrito
de solitudes y argumentos por la situación del Ecuador. Ese mismos día y año, siguiendo instrucciones de la
Presidenta y en consulta con el Pleno de la Corte, se concedió en esa oportunidad una prórroga para
presentar el referido escrito el 2 de diciembre de 2019.
7
Es preciso aclarar que el 17 de marzo de 2020, por medio del Acuerdo 1/20, la Corte decidió
suspender, hasta el 21 de abril de 2020 inclusive, el cómputo de los plazos procesales que estaban en
curso, en atención a las consecuencias de la pandemia COVID-19, situación de público y notorio
conocimiento. El 16 de abril de 2020, por medio del Acuerdo 2/20 de este Tribunal, la suspensión de
términos fue ampliada hasta el 20 de mayo de 2020 inclusive.

4
presentaron observaciones a la excepción preliminar, pidiendo que fuera desestimada,
y al allanamiento parcial.

10. Procedimiento final escrito. – Tras evaluar el Informe de Fondo y la


contestación del Estado, y a la luz de lo dispuesto en los artículos 15, 45 y 50.1 del
Reglamento de la Corte, la Presidenta decidió que no era necesario convocar una
audiencia pública en consideración de las circunstancias del caso y ante una ausencia
de controversia fáctica. La decisión fue comunicada mediante Resolución de la
Presidenta de 20 de octubre de 20208. Asimismo, mediante dicha Resolución, la
Presidenta ordenó recibir por medio de declaración rendida ante fedatario público
(affidávit) a un declarante de oficio, y a un perito ofrecido por la Comisión.

11. Alegatos y observaciones finales. – El 4 de enero de 2021 las partes


presentaron sus alegatos finales escritos, el representante adjuntó varios anexos, y la
Comisión Interamericana sus observaciones finales escritas. El 14 de enero de 2021 el
Estado presentó sus observaciones sobre los documentos anexos a los alegatos
escritos del representante. El 13 de enero de 2021 la Comisión informó que no tenía
observaciones.

12. Prueba para mejor resolver. – El 5 de marzo de 2021 la Presidenta de la Corte


solicitó al Estado la presentación de determinada documentación como prueba para
mejor resolver. El Estado presentó esta documentación el 12 de marzo de 2021. El 22
de marzo de 2021 el representante presentó sus observaciones a la documentación
presentada como prueba para mejor resolver. Ese mismo día la Comisión informó
que no tenía observaciones.

13. Deliberación del presente caso. – La Corte deliberó la presente Sentencia, a


través de una sesión virtual, durante los días 24 y 25 de mayo y 3 de junio de 20219.

III
COMPETENCIA

14. La Corte es competente para conocer el presente caso, en los términos del
artículo 62.3 de la Convención, en razón de que Ecuador es Estado Parte de dicho
instrumento desde el 28 de diciembre de 1977 y reconoció la competencia
contenciosa de la Corte el 24 de julio de 1984.

IV
EXCEPCIÓN PRELIMINAR

15. El Estado alegó la incompetencia de la Corte debido a la supuesta utilización


del sistema interamericano de derechos humanos como una cuarta instancia con
relación al proceso penal militar.

8
Cfr. Caso Grijalva Bueno Vs. Ecuador. Resolución de la Presidenta de la Corte de 20 de octubre de
2020. Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/grijalva_bueno.pdf.
9
Debido a las circunstancias excepcionales ocasionadas por la pandemia COVID -19, esta Sentencia
fue deliberada y aprobada durante el 142 Período Ordinario de Sesiones, el cual se llevó a cabo de forma no
presencial utilizando medios tecnológicos, de conformidad con lo establecido en el Reglamento de la Corte.

5
A. Alegatos de las partes y de la Comisión

16. El Estado alegó que, en el caso concreto del señor Grijalva Bueno, resulta
evidente su intención de pretender utilizar primero a la Comisión Interamericana y
ahora a la Corte como una jurisdicción de alzada respecto a la sentencia condenatoria
emitida dentro de un proceso penal por una autoridad jurisdiccional interna. Sostuvo
que el señor Grijalva Bueno desde la petición inicial y durante el trámite ante la
Comisión, tanto en la fase de admisibilidad como en la de fondo, presentó una serie de
argumentos que demuestran el cuestionamiento a la apreciación probatoria realizada
por las autoridades jurisdiccionales internas10.

17. Agregó que de la revisión del proceso penal militar se desprende que, durante
la tramitación del juicio, el señor Grijalva Bueno actuó prueba testimonial y
documental, contradijo testimonios y demás prueba contraria, y ejerció los recursos
impugnatorios previstos en la ley. Sin embargo, el Estado consideró que en el proceso
interno no cuestionó directamente la ineficacia probatoria del contenido del informe
del Servicio de Inteligencia de la Armada y “no puede ahora pretender que una
instancia internacional se ocupe de realizar una apreciación probatoria o de
determinar la relevancia de ciertos hechos en la fundamentación del fallo dentro del
ordenamiento jurídico interno, tarea que es reservada al juez nacional”. Alegó
también que la presunta víctima ha controvertido la apreciación realizada por los
juzgadores en torno a la aplicación del derecho interno con relación a la
determinación del tipo penal, así como también ha cuestionado la sentencia de la
Corte de Justicia Militar que rechazó el recurso de apelación, todas estas cuestiones
relativas a la valoración probatoria dentro del proceso y a la interpretación de la
legislación nacional por los jueces que sustanciaron la causa.

18. El Estado concluyó que a la Corte no le corresponde evaluar los hechos y


pruebas presentadas en cada caso particular en razón a la inconformidad de la
presunta víctima con los fallos judiciales que no le fueron favorables y que la Corte no
debe constituirse como una jurisdicción superior a los tribunales internos, lo cual
genera la incompetencia del Tribunal.

19. El representante alegó que, en el presente caso, no se configuraría la


excepción de cuarta instancia, pues lo que la presunta víctima busca es que la Corte
determine si la integralidad del proceso penal militar, inclusive la incorporación de
prueba, se ajustó a la Convención, pues consideró que “se produjeron varias y serias
violaciones de derechos humanos contenidos en la Convención”. Destacó que los
“vicios iniciales del proceso disciplinario infectaron todo el proceso penal militar,
incluida su sentencia”. En consecuencia, solicitó a la Corte que rechace la excepción
preliminar del Estado y proceda a conocer el fondo del asunto.

10
Por ejemplo, en su escrito de junio de 2008 del señor Grijalva Bueno, remitido a la Comisión,
indicó que: “[n]inguna de las pruebas anteriores que desmentían claramente las falsedades fraguadas en
contra de Vicente Grijalva Bueno fueron tomadas en cuenta. En cambio, sí se recogieron pruebas ilegales y
en momentos procesales que correspondían, de influyentes actores. Adjuntamos el oficio N° COGMAR-CDQ-
005-R de 14 de mayo de 1996 del Comandante General de la Marina […] este “informe” fue utilizado por
los juzgadores del Capitán Vicente Grijalva Bueno. […]
Como se observará, el Juez de Derecho no se preocupó por hacer un razonamiento sobre los aspectos
fácticos y jurídicos del caso. Tampoco razonó sobre la relevancia de la prueba ni se pronunció sobre la
pertinencia de la misma, es decir sobre la existencia de los hechos y la participación de los imputados. Con
todo eso, no fundamentó ni motivó su sentencia.
En cambio, validó todo lo injusta e ilegalmente actuado durante el proceso disciplinario y el proceso penal
militar […] realizando además presunciones emergentes de los procesos anteriores […]”. Cfr. Comunicación
del señor Grijalva Bueno remitida a la Comisión en junio de 2008 (expediente de prueba, folios 509 a 545).

6
20. La Comisión adujo que la convencionalidad de la totalidad de los procesos
seguidos a nivel interno, en tanto actos estatales, puede ser analizada por los órganos
del sistema interamericano, análisis que corresponde a cuestiones de fondo. En
consecuencia, la Comisión solicitó a la Corte que declare la improcedencia del alegato
del Estado, el cual no tiene carácter preliminar.

B. Consideraciones de la Corte

21. Respecto a la excepción preliminar de cuarta instancia presentada por el


Estado, la Corte constata que no es incompatible con el reconocimiento parcial de
responsabilidad efectuado por el Estado, ya que dicho reconocimiento versa sobre el
proceso administrativo de destitución del señor Aníbal Vicente Grijalva Bueno, y no
sobre el proceso penal militar.

22. Esta Corte ha señalado que la determinación sobre si las actuaciones de


órganos judiciales constituyen una violación de las obligaciones internacionales del
Estado, puede conducir a que deba ocuparse de examinar los respectivos procesos
internos, para establecer su compatibilidad con la Convención Americana11. Por lo
anterior, al analizar la compatibilidad de los procesos internos con la Convención
Americana, la Corte solo es competente para decidir sobre el contenido de las
resoluciones judiciales que la contravengan de forma manifiestamente arbitraria12. En
consecuencia, este Tribunal no es una cuarta instancia de revisión judicial, en la
medida de que examina la conformidad de las decisiones judiciales internas con la
Convención Americana y no de acuerdo al derecho interno.

23. En el caso concreto se advierte que las pretensiones de la Comisión no se


circunscriben a la revisión de los fallos de los tribunales nacionales ante una eventual
incorrección en la apreciación de las pruebas, en la determinación de los hechos o en
la aplicación del derecho interno. Por el contrario, se alega la vulneración a distintos
derechos consagrados en la Convención Americana, en el marco de las decisiones
asumidas por las autoridades nacionales, en sede judicial. En consecuencia, con el fin
de determinar si dichas violaciones efectivamente ocurrieron, se hace imprescindible
analizar las resoluciones dictadas por las distintas autoridades jurisdiccionales, a fin
de determinar su compatibilidad con las obligaciones internacionales del Estado, lo
que, a la postre, configura una cuestión de fondo que no puede dirimirse por vía de
una excepción preliminar. En consecuencia, la Corte considera sin lugar la excepción
preliminar presentada por el Estado.

V
RECONOCIMIENTO DE RESPONSABILIDAD

A. Reconocimiento parcial de responsabilidad del Estado y observaciones


del representante y de la Comisión

24. El Estado en la contestación presentó las consideraciones que se exponen a


continuación, en las que indicó que se trataba de un “allanamiento parcial en torno a
los hechos y pretensiones relacionadas con el proceso administrativo sancionatorio”:
11
Cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de
19 de noviembre de 1999. Serie C No. 63, párr. 222, y Caso Urrutia Laubreaux Vs. Chile. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de agosto de 2020. Serie C No. 409, párr. 31.
12
Cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Fondo, supra, párr.
222, y Caso Cordero Bernal Vs. Perú. Excepción Preliminar y Fondo. Sentencia de 16 de febrero de 2021.
Serie C No. 421, párr. 18.

7
- Acepta que en los informes que fueron utilizados para la destitución del señor
Grijalva Bueno de las filas de las Fuerzas Armadas, estuvo involucrado un agente
militar quien había sido denunciado por la víctima meses atrás de haber cometido
graves violaciones de derechos humanos. Así también, acepta que otras autoridades
que fueron denunciadas por el señor Grijalva Bueno por la presunta comisión de
violaciones a derechos humanos y que formaron parte del Consejo de Oficiales
Superiores que dispuso su destitución, tenían interés directo en el resultado de la
investigación al estar involucrados en una controversia con la [presunta] víctima. Por
tanto, la participación de dichos agentes violó el derecho del señor Grijalva Bueno de
contar con una autoridad imparcial durante el proceso de destitución.

- Acepta que el señor Grijalva Bueno no tuvo la posibilidad de conocer, participar y


defenderse en el procedimiento sancionatorio que culminó con su destitución. El
señor Grijalva Bueno no contó con una comunicación previa ni detallada de la
acusación formulada en su contra, ni con el tiempo y medios adecuados para la
preparación de su defensa.

- Acepta que no se garantizó el principio de presunción de inocencia del señor Grijalva


Bueno y que las autoridades militares incumplieron su deber de motivación.

- Acepta que el señor Grijalva Bueno no contó con un recurso eficaz para examinar la
decisión de destitución de las Fuerzas Armadas.

- Acepta que pese a existir una resolución del Tribunal de Garantías Constitucionales
que dispuso la reincorporación del señor Grijalva Bueno a las Fuerzas armadas, esta
no fue ejecutada por lo que este no ha sido reincorporado ni se ha efectuado pago
alguno a su favor.

25. Además, el Estado reconoció su responsabilidad internacional por la violación a


los derechos consagrados en los artículos 8.1, 8.2, 8.2.b) y 8.2.c) de la Convención
Americana, así como la violación al derecho establecido en los artículos 25.1 y 25.2.c)
de la Convención, todos en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento, en
perjuicio del señor Grijalva Bueno, en el proceso disciplinario que concluyó con su
baja. Destacó que la aceptación de hechos y el allanamiento parcial de las
pretensiones que constan en el sometimiento del caso se realizan de acuerdo al
principio de buena fe establecido en el derecho internacional. Como consecuencia de
ese allanamiento, el Estado manifestó que renunciaba a la interposición de las
excepciones preliminares previstas en el artículo 42 del Reglamento de la Corte, en lo
referido al proceso administrativo de destitución.

26. Asimismo, el Estado reconoció su obligación de reparar a la presunta víctima,


pero discrepó de las medidas de reparación solicitadas por la Comisión en el
sometimiento del caso, pues “de buena fe ha cumplido con algunos actos de
reparación interna, y mantiene su intención de satisfacer y compensar a la víctima, de
resarcir los perjuicios causados, y garantizar la no repetición de nuevos hechos”.
Solicitó que las reparaciones que se otorguen sean establecidas únicamente con
relación a los hechos sobre los cuales reconoció su responsabilidad y dentro de los
estándares propios del derecho internacional de los derechos humanos.

27. Por último, solicitó a la Corte que acepte su reconocimiento en virtud del
allanamiento parcial en los términos señalados.

28. Por otra parte, el Estado expresó que no acepta los hechos presuntamente
violatorios de derechos establecidos en el sometimiento, que tienen relación con la
investigación y proceso penal militar en contra del señor Grijalva Bueno, los cuales se
encuentran en los párrafos 77 a 86; 87 a 89; 97 a 99; y 102 del Informe de Fondo N°

8
152/18, y consideró que sobre estos hechos debe fijarse la controversia internacional
en el presente caso. En consecuencia, el Estado indicó que no violó los derechos a las
garantías judiciales, a la protección judicial y a la libertad de expresión establecidos
en los artículos 8.1, 8.2, 8.2.b), 8.2.c), 8.2.g), 25.1, y 13.1 de la Convención
Americana, en relación al artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Grijalva
Bueno. A la vez, adujo que sobre los hechos vinculados al proceso penal militar en
contra del señor Grijalva Bueno, plantearía una excepción preliminar sobre la
incompetencia de la Corte, por la utilización del sistema interamericano de derechos
humanos como una cuarta instancia (supra párrs. 16 a 18).

29. El representante valoró el reconocimiento internacional efectuado por el


Estado. Sin embargo, adujo que fue incompleto por que el Estado no reconoció: a) el
contexto en el cual se produjeron los hechos del caso; b) que el señor Grijalva Bueno
denunció graves violaciones de derechos humanos al interior de la Armada Nacional;
c) la importancia que tiene el juzgamiento de este caso para que no se repitan hechos
similares en el Ecuador y la región; d) el contexto de acoso, hostigamiento,
estigmatización, intimidación y desacreditación que sufrió la presunta víctima y su
familia, lo cual les causó profunda angustia, sufrimiento y temor; e) que en el proceso
disciplinario se usó prueba obtenida mediante tortura; f) la violación continuada de
los derechos humanos, la impunidad, la estigmatización que se produjo como
consecuencia del irrespeto de la sentencia del entonces máximo tribunal de defensa y
protección de derechos humanos del Ecuador (Tribunal de Garantías
Constitucionales), y g) las reparaciones propuestas por el Estado son incompletas y
“no hacen honor total al principio de buena fe”.

30. La Comisión valoró positivamente el reconocimiento parcial efectuado por el


Estado. Sin embargo, señaló la importancia de identificar la base fáctica de la cual se
deriva la responsabilidad estatal, a efecto de determinar su alcance. La Comisión
estimó que las determinaciones de hecho y derecho y las medidas de reparación
relacionadas con el proceso penal seguido contra el señor Grijalva Bueno se
mantienen en controversia. Por lo tanto, consideró pertinente que la Corte efectúe las
determinaciones correspondientes de todos los hechos, las consecuencias jurídicas de
los mismos y las reparaciones, de acuerdo con la gravedad y naturaleza de las
violaciones ocurridas en este caso. Por último, solicitó a la Corte que determine los
efectos jurídicos del reconocimiento de responsabilidad parcial realizado por Ecuador.

B. Consideraciones de la Corte

31. De conformidad con los artículos 62 y 64 del Reglamento, y en ejercicio de sus


poderes de tutela judicial internacional de derechos humanos, cuestión de orden público
internacional, incumbe a este Tribunal velar porque los actos de reconocimiento de
responsabilidad resulten aceptables para los fines que busca cumplir el sistema
interamericano13. A continuación, el Tribunal analizará la situación planteada en este
caso en concreto.

32. Previamente, este Tribunal recuerda que el escrito de solicitudes y argumentos


fue inadmitido y la presentación de observaciones al allanamiento parcial efectuado
por el Estado, no constituía una oportunidad para alegar cuestiones de hecho o
derecho y, en su caso, reparaciones por parte del representante de la presunta

13
Cfr. Caso Kimel Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de mayo de 2008.
Serie C No. 177, párr. 24, y Caso Almeida Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de
noviembre de 2020. Serie C No. 416, párr. 18.

9
víctima. En consecuencia, la Corte al momento de evaluar el alcance de allanamiento
parcial del Estado, no considerará aquellos hechos que se encuentran fuera del marco
fáctico señalado por la Comisión en el Informe de Fondo, ni las alegaciones de
derecho, y las solicitudes de reparaciones argüidas por el representante.

B.1 En cuanto a los hechos

33. Como surge de los términos de su reconocimiento parcial, el Estado reconoció


expresamente los siguientes hechos: a) en los informes que fueron utilizados para la
destitución del señor Grijalva Bueno de las filas de las Fuerzas Armadas, estuvo
involucrado un agente militar quien había sido denunciado meses atrás por la
presunta víctima de haber cometido graves violaciones de derechos humanos; b)
otras autoridades que fueron denunciadas por el señor Grijalva Bueno por la presunta
comisión de violaciones a derechos humanos y que formaron parte del Consejo de
Oficiales Superiores que dispuso su destitución, tenían interés directo en el resultado
de la investigación al estar involucrados en una controversia con la presunta víctima,
c) el señor Grijalva Bueno no tuvo la posibilidad de conocer, participar y defenderse
en el procedimiento sancionatorio que culminó con su destitución; d) la no motivación
de la decisión de destitución y que no contó con un recurso eficaz para su examen, y
e) no se ejecutó la sentencia del TGC, por lo que el señor Grijalva no fue
reincorporado ni se le efectuó pago alguno. En consecuencia, la Corte considera que
ha cesado la controversia entre las partes en lo que se refiere a dichos hechos.

34. Por otra parte, el Estado alegó que no aceptaba los hechos violatorios de
derechos que tienen relación con la investigación y proceso penal militar en contra del
señor Grijalva Bueno, los cuales se encuentran en los párrafos 77 a 86; 87 a 89; 97 a
99; y 102 del Informe de Fondo N° 152/18. Este Tribunal observa que los referidos
párrafos se encuentran en el apartado IV del Informe denominado “Análisis de
Derecho”, y más concretamente en el análisis de derecho del caso, en donde la
Comisión realizó el examen de los hechos para derivar las consecuencias jurídicas
correspondientes. En razón de ello, la Corte considera que aún subsiste la
controversia en cuanto a los hechos referidos en los mencionados párrafos, así como
aquellos que se vinculen con las alegadas vulneraciones a los derechos en el proceso
penal militar.

B.2 En cuanto a las pretensiones de derecho

35. Teniendo en cuenta las violaciones reconocidas por el Estado, así como las
observaciones del representante y de la Comisión, la Corte considera que la
controversia ha cesado respecto de la violación de los derechos del señor Grijalva
Bueno por: a) no contar con una autoridad imparcial durante el proceso de
destitución; b) no contar con una comunicación previa y detallada de la acusación
formulada en su contra, ni con el tiempo y medios adecuados para la preparación de
su defensa en el proceso de destitución; c) incumplimiento del principio de presunción
de inocencia en el proceso de destitución; d) incumplimiento del deber de motivar la
resolución de destitución, y e) no contar con un recurso eficaz para examinar la
decisión de destitución de las Fuerzas Armadas. Por último, al existir una resolución
del Tribunal de Garantías Constitucionales que dispuso la reincorporación del señor
Grijalva Bueno a las Fuerzas Armadas, esta no fue ejecutada por lo que este no ha
sido reincorporado ni se ha efectuado pago alguno a su favor. En consecuencia, el
Estado reconoció parcialmente su responsabilidad internacional por la violación de los
artículos 8.1, 8.2, 8.2.b) y 8.2.c) de la Convención Americana, así como la violación al
derecho establecido en los artículos 25.1 y 25.2.c) de la Convención, todos en

10
relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento, en perjuicio del señor Grijalva
Bueno, en el proceso disciplinario que concluyó con su baja.

36. Dado lo anterior, subsiste la controversia respecto a las alegadas violaciones


de distintas garantías judiciales en el proceso penal militar, así como del derecho a la
protección judicial y a la libertad de pensamiento y de expresión, establecidos en los
artículos 8.1, 8.2, 8.2.b), 8.2.c), 8.2.f), 25.1, y 13.1 de la Convención Americana,
todos en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento, en perjuicio del señor
Grijalva Bueno. Se advierte que el Estado en su contestación mencionó el artículo
8.2.g) de la Convención, sin embargo, dicha norma en el trámite ante este Tribunal
no fue alegada por la Comisión ni constan argumentos que sustenten una presunta
violación, por lo que la Corte considera que en este caso no es procedente
pronunciarse al respecto.

B.3 En cuanto a las reparaciones

37. Subsiste la controversia respecto a la procedencia de las medidas de


reparación puntuales solicitadas por la Comisión, por lo que le corresponderá a la
Corte examinarlas. Sin perjuicio de ello, el Estado aceptó el deber de reparar aquellas
medidas relacionadas respecto al proceso sancionatorio de destitución.

B.4 Valoración del reconocimiento

38. Como se indicó, el reconocimiento estatal es parcial (supra párr. 24) y


constituye una contribución positiva al desarrollo de este proceso y a la vigencia de
los principios que inspiran la Convención, así como a las necesidades de reparación de
las víctimas14. Sin perjuicio de ello, produce efectos jurídicos en los términos
indicados. La Corte precisará el alcance de tales efectos en el examen de fondo sobre
las violaciones a derechos alegadas. En tanto subsisten las controversias sobre las
mismas, la Corte debe dictar una sentencia en la cual se determinen los hechos
acaecidos, de acuerdo a la prueba recabada durante el proceso ante este Tribunal y la
aceptación de hechos, así como sus consecuencias jurídicas. Además, se pronunciará
sobre las reparaciones correspondientes. No obstante, este Tribunal no considera
necesario, en esta oportunidad, abrir una discusión sobre todos los puntos que fueron
objeto de litigio, toda vez que algunas de las pretensiones de derecho alegadas fueron
reconocidas por el Estado.

VI
PRUEBA

A. Admisión de prueba documental

39. La Corte recibió documentos presentados como prueba por la Comisión y el


Estado junto con sus escritos principales (supra párrs. 4 y 8). En el presente caso,
como en otros, este Tribunal admite aquellos documentos presentados
oportunamente por el Estado y la Comisión o solicitados como prueba para mejor
resolver por su Presidencia15, cuya admisibilidad no fue controvertida ni objetada, ni

14
Cfr. Caso Benavides Cevallos Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de junio
de 1998. Serie C No. 38, párr. 57, y Caso Spoltore Vs. Argentina, Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 9 de junio de 2020. Serie C No. 404, párr. 44.
15
Los siguientes documentos fueron incorporados como prueba para mejor resolver: 1) Auto cabeza
del proceso emitido el 15 de junio de 1994 dictado por el Juez Penal Militar de la Primera Zona Naval, que
ordenó instruir el sumario de Ley, así como las actas o boletas de notificación para los sindicados o sus
representantes correspondientes; 2) Dictamen fiscal de 16 de julio de 1996 con las respectivas actas o

11
cuya autenticidad fue puesta en duda 16. Por resultar útiles y públicas, la Corte
incorpora también, con base en el artículo 58.a) del Reglamento, dos documentos
sobre normativa interna17.

40. Por otra parte, el representante, junto con la declaración rendida ante
fedatario público presentó una serie de documentos (15 grupos de documentos). Al
respecto, el Estado cuestionó la presentación de los documentos por considerar que
se relacionan con el fondo del caso y las pretensiones de reparaciones. La Corte
recuerda que no es admisible la prueba remitida fuera de las debidas oportunidades
procesales, salvo en las excepciones establecidas en el referido artículo del
Reglamento, a saber, fuerza mayor, impedimento grave, o si se tratare de un hecho
ocurrido con posterioridad a los citados momentos procesales 18. En ese sentido, este
Tribunal nota, por un lado, que el representante no justificó la presentación de los
documentos adjuntos a la declaración de la presunta víctima, y por otra, que algunos
documentos adjuntos a la declaración tienen relación con las pretensiones de la
presunta víctima sobre las reparaciones. Este Tribunal inadmite los documentos19 por
su presentación extemporánea.

41. Además, el representante presentó, junto con sus alegatos finales escritos,
cuatro anexos, nuevamente los anexos 1 y 220, que ya habían sido declarados

boletas de notificación para los sindicados o sus representantes; 3) Declaraciones de ER y de RG rendidas


en el proceso penal militar, y 4) Código Penal Militar, Código de Procedimiento Penal Militar y Código de
Procedimiento Penal común vigente al momento de los hechos (expediente de prueba, folios 4823 a 5008).
Además, se incorpora el “escrito de 11 de agosto de 1994, presentado por los sindicados en el cual
comparecen al proceso y designan abogado defensor”, el cual fue presentado adicionalmente por el Estado
junto con la documentación relativa a la prueba para mejor resolver (expediente de prueba, folios 4829 a
4830). Por otra parte, se deja aclarado que en la presente Sentencia se señala con iniciales, o mediante
referencias a cargos que ocupaban, a personas respecto de las que no consta que hayan tenido
intervención en el trámite del caso en el ámbito internacional, ante la Comisión Interamericana o la Corte
Interamericana.
16
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo. Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C No.
4, párr. 140, y Caso Vicky Hernández y otras Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26
de marzo de 2021. Serie C No. 422, párr. 16.
17
A saber: Ley de Personal de Fuerzas Armadas de Ecuador y la Ley de Seguridad Social de las
Fuerzas Armadas de Ecuador.
18
Cfr. Caso Barbani Duarte y otros Vs. Uruguay. Fondo Reparaciones y costas. Sentencia de 13 de
octubre de 2011. Serie C No. 234, párr. 22, y Caso Casa Nina Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2020. Serie C No. 419, párr. 37.
19
A saber: 1) liquidación del tiempo de servicio en el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas
Armadas (ISSA); 2) carta de solicitud de certificación de aportaciones realizadas al ISSFA de 21 de julio de
2010; 3) Oficio No. 100214-ISSFA-e1 de 23 de agosto de 2010; 4) Oficio No. PVPB-010 de 13 de mayo de
2010; 5) certificado descuentos a CPFG de la Cooperativa de Vivienda “Armada Nacional” de 15 de
noviembre de 1995; 6) Comprobante de ingreso N0. 85, Cooperativa de Vivienda “Armada Nacional”, 2 de
junio de 1992; 7) Certificación de Propiedad, Armada del Ecuador, Programa de Vivienda “Punta
Barabdua”; 8) Circular No. PVPB-005-0 de agosto 23, de 1990, Armada del Ecuador, Programa de Vivienda
“Punta Barabdua; 9) Testimonio de Escritura de Compraventa de 22 de septiembre de 1992, Notaria
Vigésima Quinta Cantón Guayaquil y varios documentos de la Municipalidad de Guayaquil; 10) Detalle de
haberes por renta que se dejó de percibir por casa a valor presente considerando la inflación anual; 11)
Partidas de nacimiento de Alex Vicente, Jennifer Zulay, Stefano Martín y Jamileth Adriana, todos Grijalva
Ycaza, emitidos por la Corporación Registro Civil de Guayaquil, el 19 de diciembre de 2019; 12) Detalle de
gastos de operación del Capitán Vicente Aníbal Grijalva Bueno; 13) Estado de cuenta de Cleveland Clinic
Florida (19 documentos), Estados Unidos de América, octubre 18, 2019; 14) certificación del Dr. Mario
Sandoval E., médico-psiquiatra de 28 de octubre de 2019 por asistencia a la señora María Dolores Ycaza
Columbus, y 15) Fotos del 16 de julio de 2020 que muestra evidencia de remoción de placa de disculpas
públicas.
20
El representante junto al escrito de observaciones a la excepción preliminar y allanamiento parcial,
remitió dos anexos: anexo 1, “Breve relación de personas involucradas en las violaciones de derechos
humanos del Capitán Vicente Grijalva Bueno” y anexo 2 referente a “Tabla con valores de la indemnización
en los casos Mejía Idrovo Vs. Ecuador y Flor Freire Vs. Ecuador”, los cuales mediante comunicación de esta
Secretaria de 7 de agosto de 2021 fueron inadmitidos en esa oportunidad.

12
inadmisibles, así como el anexo 3 (resumen de escenario caso Cap. Grijalva Bueno
Vicente Aníbal) y el anexo 4 (fotografía del certificado de acreditado como “héroe
nacional” otorgado por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social). La
Comisión no presentó observaciones. Por su parte, el Estado en sus observaciones
adujo que “sobra decir que son inadmisibles” los anexos 1 y 2, que el anexo 3 tiene
relación con las reparaciones, y ha quedado establecido que la oportunidad procesal
precluyó, y que el anexo 4 se refiere a un hecho que resulta ajeno al marco fáctico,
por lo que no debe ser considerado por la Corte. Respecto a los cuatro documentos
cuya admisibilidad fue cuestionada por el Estado, la Corte constata que efectivamente
los anexos 1 y 2 ya habían sido presentados y declarados inadmisibles, por lo que se
mantiene esa decisión, y respecto a los anexos 3 y 4, esta Corte considera que son
inadmisibles en tanto que tienen relación con las alegadas reparaciones en el presente
caso y, por lo tanto, fueron presentados de manera extemporánea.

B. Admisión a la declaración y prueba pericial

42. En cuanto a la declaración rendida ante fedatario público por el señor Aníbal
Vicente Grijalva Bueno, el Estado en sus alegatos finales adujo que la presunta
víctima se excedió en el objeto de la declaración, ya que en varias partes de la misma
se refiere a hechos y a situaciones ajenas al presente asunto, así como a sus
pretensiones reparatorias. Agregó que la presunta víctima en lo restante de su
declaración relató, por un lado, el trámite del proceso administrativo de baja que se
sustanció en su contra, respecto del cual el Estado reconoció su responsabilidad
internacional, por lo que no existe controversia, y por otro, sobre el proceso penal
desarrollado en la jurisdicción militar, respecto del cual el Estado ha rebatido las
alegaciones y ha demostrado la inexistencia de vulneraciones de derechos en el
mismo. Al respecto, la Corte estima pertinente admitir la referida declaración, en lo
que se ajuste al objeto definido por la Resolución que ordenó recibirla (supra párr. 10)
y al objeto del presente caso.

43. Además, el Estado señaló, en sus alegatos finales escritos, respecto al peritaje
del señor Michael J. Camilleri, que “es evidente que lo manifestado en el peritaje
busca acompañar la hipótesis sostenida por la [Comisión] y la presunta víctima,
según la cual, se ordenó el inicio de un proceso penal en contra del señor Grijalva
Bueno en la jurisdicción militar debido a que la presunta víctima denunció la
participación de militares en graves violaciones de derechos humanos[, s]in embargo
tal aseveración carece de veracidad”. Además, se refirió a las consideraciones que
realizó el perito respecto a las personas defensoras de derechos humanos frente a la
situación del señor Grijalva Bueno. La Corte nota que las consideraciones del Estado
respecto al peritaje se refieren a su valor probatorio, no a la admisibilidad de la
prueba. En consecuencia, la Corte lo admite y las consideraciones efectuadas por
Ecuador serán tenidas en consideración en la valoración de la prueba.

VII
HECHOS

44. En este capítulo, la Corte establecerá los hechos del caso con base en el marco
fáctico sometido al conocimiento de la Corte por la Comisión Interamericana, tomando
en cuenta los hechos reconocidos por el Estado, así como aquellos señalados por el
Estado en relación con el proceso penal militar, sobre: A) el señor Vicente Aníbal
Grijalva Bueno; B) Proceso administrativo de destitución del señor Grijalva Bueno; C)
Recurso ante el Tribunal de Garantías Constitucionales, y D) Proceso penal militar
contra el señor Grijalva Bueno.

13
A. El señor Vicente Aníbal Grijalva Bueno

45. El señor Vicente Grijalva Bueno21 era miembro de la Fuerza Naval del Ecuador,
con el cargo de Capitán de Corbeta perteneciente a la Dirección General de la Marina
Mercante. El señor Grijalva en ejercicio de sus funciones tuvo conocimiento de
detenciones ilegales, y arbitrarias, torturas, desapariciones forzadas y asesinatos de
tres personas por parte de miembros de la marina, por lo que denunció la comisión de
dichas violaciones de derechos humanos a su superior jerárquico 22 en diciembre de
1991. En el año 1994, el señor Grijalva Bueno expuso públicamente en los medios de
comunicación las denuncias que había efectuado anteriormente en el interior de la
institución23.

B. Proceso administrativo de destitución del señor Grijalva Bueno

46. En febrero de 1992 el señor Vicente Aníbal Grijalva Bueno fue designado
Capitán del Puerto Bolívar, provincia de El Oro 24. Según lo manifestado por la fuerza
Naval en oficio de 27 de agosto de 2007, en julio de 1992 el Servicio de Inteligencia
(en adelante también “SERINT”) inició una investigación contra el señor Grijalva
Bueno y otros agentes por: i) la publicación de notas periodísticas en las que se
señalaba que pescadores manifestaron ser víctima de extorsiones por parte del
personal naval en Puerto Bolívar; y ii) las denuncias del jefe de inteligencia EG y otras
personas sobre un presunto contrabando de combustible realizado por personal naval

21
Respecto a los familiares del señor Grijalva, en su declaración ante fedatario público, el señor
Grijalva Bueno indicó que su esposa es la señora María Dolores Ycaza Columbus y que tiene 4 hijos: Alex
Vicente, Jennifer Zulay, Stefano Martin y Jamileth Adriana, todos apellidos Grijalva Ycaza Cfr. Declaración
de Vicente Aníbal Grijalva Bueno rendida mediante affidavit para la Corte el 30 de noviembre de 2020
(expediente de prueba, folios 4681 a 4761).
22
En su declaración rendida ante la Corte mediante affidavit, el señor Grijalva Bueno manifestó que
en agosto de 1991 dos oficiales BF y FAB “denunciaron verbalmente las atrocidades cometidas por los
miembros del Servicio de Inteligencia Naval, dirigidos por [FM]; entre ellas se incluían los casos de Élito
Véliz, Manuel Stalin Bolaños y Consuelo Benavides Ceballos. [… E]n diciembre de 1991, inform[ó] por
órgano regular sobre estas atrocidades al Almirante TL, jefe de la Primera Zona Naval[, quien] le comunicó
que iba a informar al Comandante General de la Marina sobre estas denuncias para que sean investigadas”
Cfr. Declaración de Vicente Aníbal Grijalva Bueno rendida mediante affidavit para la Corte, supra.
(expediente de prueba, folios 4681 a 4761). Además, en una comunicación del señor Grijalva, dirigida al
Ministro de Defensa Nacional, menciona las distintas ocasiones en que internamente hizo saber a sus
superiores sobre el “comportamiento delictivo de CPCB –AD- [FM], y refiere, entre ellas, que el 7 de
octubre de 1992, “ya iniciado el trámite que termina con [su] baja sin juicio, declar[ó] ante la COMISIÓN
INVESTIGADORA compuesta por los señores [HC] , CPNV [DR] , CPNV [JL], CPNV [HM] y como Secretario
el CPCB [ES], que el señor CPCB –AD- [FMV], en ese momento SUB-DIRECTOR DE INTELIGENCIA NAVAL y
director del operativo Inteligencia que investigaba [sus] supuestas irregularidades como CAPITÁN DE
PUERTO DE PUERTO BOLIVAR, era el responsable de varias muertes y desapariciones” (mayúsculas del
original). Cfr. Comunicación de Grijalva Bueno dirigida al Ministro de Defensa Nacional de 24 de febrero de
1994 (expediente de prueba, folios 640 y 641).
23
Cfr. DVD Caso Vicente Grijalva Bueno, anexo 2 del contenido del DVD. Lista de artículos de
prensa: “Se esclarece muerte de Consuelo Benavides”, El Universo, viernes 19 de agosto de 1994
(expediente de prueba, folio 379); “AVC mató a Consuelo Benavides, dice Morales”, Diario Universal,
Sucesos, (expediente de prueba, folio 380); “Entre Verdad y el miedo” por José Gómez Izquierdo, Vida y
Palabra, (expediente de prueba, folio 381); “Que se haga Justicia”, Opinión de 27 de septiembre de 1997
(expediente de prueba, folio 425); “Derechos Humanos denuncia fallas en el Juicio de Cap. Vicente
Grijalva”, Diario Universo de 18 de marzo (expediente de prueba, folio 426); “Anuncian registro de 456
víctimas en su informe”, El Universo, Actualidad martes 8 de junio de 2020; “Mandatario pidió Perdón a las
víctimas” (expediente de prueba, folio 428); carta de la hermana de Consuelo Benavides dirigida al señor
Grijalva Bueno, y Comunicación de JSR dirigida al señor Ministro de Defensa de 27 de mayo de 1994
(expediente de prueba, folios 653 a 657).
24
Cfr. Declaración de Vicente Aníbal Grijalva Bueno rendida mediante affidavit para la Corte, supra.

14
en Puerto Bolívar, y iii) el cobro a trabajadoras sexuales para permitirles ingresar a
los buques en dicho lugar25.

47. El informe del Servicio de Inteligencia, el cual no tiene fecha y en su


encabezado y pie de página dice “Reservado”, indicó que el señor Grijalva Bueno: i)
recibió de manera ilícita la cantidad de $300.000,00 sucres por el trámite de un
“precriadero” de larvas habiendo entregado el recibo No.0506 por únicamente $5.260
sucres; ii) emitió una autorización para transportar 2.000 galones de combustible de
contrabando que serían vendidos en Tumbes, y iii) tenía una acusación por abuso de
autoridad y prepotencia según el señor MC quien, de acuerdo a este informe, también
indicó que el señor Grijalva Bueno mantenía un contrato verbal con LV para
explotación de camarón. El informe agregó que “el grupo de tripulantes involucrados
en estas anomalías tuvo el tiempo suficiente para ponerse de acuerdo de lo que iban
a contestar ante entrevistas que serían formuladas por SERINT. Además, se nota que
tuvieron un buen asesoramiento jurídico por lo que todos contestaron con las mismas
frases y términos”26.

48. El 2 de octubre de 1992 el Servicio de Inteligencia realizó una ampliación de su


informe en el cual también se lee “Reservado” en el encabezado y pie de página del
documento. En dicha ampliación indicó que el cabo FCh acusó al señor Grijalva Bueno
de haber realizado irregularidades en Puerto Bolívar, tal como ordenar la protección
de la camaronera del Almirante TL, donde supuestamente también lo observó
“contando un fajo de dólares en billetes”. Se indicó que otros marinos realizaron
denuncias en igual sentido27.

49. Según la declaración del Jefe del Departamento de Auditoría Operativa de la


Inspectoría General de la Armada, rendida ante el Juez Penal Militar de la Primera
Zona Naval, su jefe – el Inspector General – le ordenó integrar una Comisión
investigadora para verificar los hechos narrados en un informe presentado por el
SERINT en Puerto Bolívar. Agregó que la comisión se trasladó a Puerto Bolívar
recibiendo la instrucción de no anunciar al Capitán su visita. Además, manifestó que
se coordinó el trabajo con un agente del SERINT que se encontraba bajo el mando de
FM, quien era jefe del SERINT. Indicó que conversaron con las personas que conocían
las irregularidades reportadas, quienes confirmaron los hechos 28.

50. El 19 de octubre de 1992 el Inspector General remitió el informe de la


Comisión de Asuntos Administrativos que “conoció y analiz[ó] las fallas de carácter
administrativo” del señor Grijalva Bueno en su desempeño como Capitán del Puerto,
concluyendo que él y otros marinos participaron en: cobros ilícitos por trámites;
anuencia para que trabajadoras sexuales abordaran los buques; robo de mariscos;
tráfico de combustibles o motores y contrabando de vehículos de lujo en el Puerto
Bolívar. En razón a ello, tal y como se indica en el Oficio No. COGMAR-JER-484-O de
27 de agosto de 2007, el Consejo General de Marina señaló que el informe concluyó

25
Cfr. Fuerza Naval, Oficio No. COGMAR-JER-484-O de 27 de agosto de 2007 (expediente de prueba,
folios 6 a 19).
26
Cfr. Armada del Ecuador, Servicio de Inteligencia Naval, “Informe Final de las investigaciones
realizadas sobre las anomalías detectadas en la Capitanía de Puerto Bolívar”, Reservado, sin fecha
(expediente de prueba, folios 21 a 22).
27
Cfr. Armada del Ecuador, Servicio de Inteligencia Naval, “Ampliación al Informe de la Comisión
Investigadora”, Reservado, de 2 de octubre de 1992 (expediente de prueba, folios 24 a 28).
28
Cfr. Juzgado Penal Militar de la Primera Zona Naval, declaración de JL ante Juez Penal Militar,
Causa Penal 06-94, de 27 de noviembre de 1995 (expediente de prueba, folios 30 a 43).

15
que el señor Grijalva Bueno cometió delitos, por lo cual recomienda que el Juzgado de
la Primera Zona Naval iniciara la acción legal29.

51. El 27 de octubre de 1992 el Consejo de Oficiales Superiores de la Fuerza


Naval, emitió una resolución colocando al señor Grijalva Bueno “en situación de
disponibilidad por convenir al buen servicio”, conforme al artículo 7.6. i) de la Ley de
Personal de las Fuerzas Armadas. La resolución acogió las recomendaciones de la
comisión investigadora que atestó la culpabilidad del señor Grijalva 30. Dicha
resolución fue ratificada el 2 de septiembre de 1993 por el Consejo Supremo de las
Fuerzas Armadas31.

52. El 17 de noviembre de 1992 el Presidente de la República emitió el Decreto No.


264, disponiendo que el señor Grijalva Bueno fuera “oficialmente puesto en
disponibilidad”. El 18 de mayo de 1993 el Decreto Ejecutivo No. 772 dio de baja
permanentemente a la presunta víctima32.

C. Recurso ante el Tribunal de Garantías Constitucionales

53. Ante esta situación, el 8 de septiembre de 1994 el señor Grijalva junto con
otras personas, presentó un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal de
Garantías Constitucionales. Dicho Tribunal, mediante la resolución No. 181-95-CP de
12 de septiembre de 1995, constató que al señor Grijalva y otras personas:

[…] se les sancionó por mala conducta, en un proceso informal en el cual se coartó el
derecho de defensa de los inculpados, no solamente por no habérseles notificado
oportunamente con todas las acusaciones, que se habían formulado contra ellos, sino que
también por el hecho de que no se presentaron los correspondientes expedientes de
juzgamiento, pese a la insistencia del pedido que se hizo oportunamente al respecto33.

54. El Tribunal de Garantías Constitucionales estableció que en el procedimiento de


disponibilidad y baja de los reclamantes se infringieron las normas contenidas en el
literal d) numeral 17 del artículo 19 de la Constitución. En razón de ello, consideró
que el Decreto Ejecutivo No. 772 de 18 de mayo de 1993 era “inconstitucional como
resultado final de un acto complejo que nació inconstitucionalmente”. En
consecuencia, el Tribunal de Garantías Constitucionales aceptó la queja presentada y
concedió “el término de treinta días para que los reintegren a las Fuerzas Armadas y
los restituyan en todos sus derechos”34.

55. El 28 de septiembre de 1995 el Ministerio de Defensa Nacional envió un


documento al Presidente del Tribunal de Garantías Constitucionales indicando que el
Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas no cometió actos inconstitucionales o
ilegales y que al “[…] disponer la reincorporación de elementos indeseables [...] se

29
Cfr. Fuerza Naval, Oficio No. COGMAR-JER-484-O, supra.
30
Cfr. Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, “Ampliación del Informe de la Comisión”, sin fecha
(expediente de prueba, folios 71 a 74) y Armada del Ecuador, Consejo de Oficiales Superiores, Oficio No.
COSUPE–SEC–007-R, de 27 de octubre de 1992 (expediente de prueba, folio 616). Cabe señalar que el
artículo 74 de la Ley de Personal de Fuerzas Armadas de Ecuador respecto a la disponibilidad señala “es la
situación transitoria en que se coloca al militar, sin mando y sin cargo efectivo, sin excluirle del escalafón
de las Fuerzas Armadas Permanentes, hasta la publicación de su baja”. Se consultó
https://www.defensa.gob.ec/wpcontent/uploads/downloads/2017/08/LEY_PERSONAL_FUERZAS_ARMADAS.
pdf
31
Cfr. Tribunal de Garantías Constitucionales. Resolución No. 181-95–CP, de 12 de septiembre de
1995 (expediente de prueba, folios 68 a 69).
32
Cfr. Tribunal de Garantías Constitucionales. Resolución No. 181-95–CP, supra.
33
Cfr. Tribunal de Garantías Constitucionales. Resolución No. 181-95–CP, supra.
34
Cfr. Tribunal de Garantías Constitucionales. Resolución No. 181-95–CP, supra.

16
está fomentando deliberadamente la indisciplina, el irrespeto a la jerarquía militar y a
sus Organismos”35. En octubre de 1995 el Comandante General de Marina solicitó al
Tribunal de Garantías Constitucionales la suspensión del cumplimiento de la
mencionada resolución, hasta que existiera el pronunciamiento definitivo de la Justicia
Militar36. El 12 de marzo de 1996 el referido Tribunal rechazó dicha solicitud dando las
siguientes razones:

[…] 1. porque aceptar que un enjuiciamiento penal pueda suspender el cumplimiento de


una resolución del Tribunal sería violentar el principio de constitucionalidad de la presunción
de inocencia; 2. porque no es el Tribunal quien tiene que cumplir con las disposiciones que
dicta, sino en el presente caso, el Presidente de la República, el Consejo de Personal de
Tripulación, el Consejo de Oficiales Superiores de la Marina, el Consejo Supremo de las
Fuerzas Armadas y el Comandante General de la Marina; y 3. porque las resoluciones del
Tribunal están reve[s]tidas de las presunciones de legitimidad y ejecutoriedad, razón por la
cual, es inaceptable que un acto administrativo que es de cumplimiento obligatorio se
supedite a la eventualidad de los resultados de un juicio penal37.

56. Posteriormente, el señor Grijalva Bueno remitió entre junio y octubre de 1998
una serie de comunicaciones a la Comisión Anticorrupción, al Procurador General del
Estado, al Presidente del Tribunal Constitucional, al Ministro Fiscal General del Estado
y al Presidente de la República, para reclamar el desacato de la Fuerza Naval respecto
a las resoluciones del Tribunal de Garantías Constitucionales y denunciar las
irregularidades del proceso administrativo que fue llevado en su contra 38.

57. El 27 de agosto de 2007 el Comandante General de la Marina indicó a la


Ministra de Defensa Nacional que “[p]or haberse encontrado indicios de
responsabilidad penal, se inició el respectivo juicio penal militar en contra de CPCB
Vicente Aníbal Grijalva Buenos y otros” y solicitó la suspensión del cumplimiento de la
resolución de 12 de septiembre de 1995, en virtud de que el Código Penal dicta que
“toda pena de prisión lleva consigo la separación del servicio activo”, y en
consecuencia no sería posible reincorporar al señor Grijalva a las Fuerzas Armadas39.

58. Posteriormente, se presentó una acción de incumplimiento de la sentencia del


Tribunal de Garantías Constitucionales de 12 septiembre de 1995 y del Dictamen
Constitucional en contra del Comandante General de la Marina Ecuatoriana,
presentada por la defensa de los señores HM, JS, FCh y MCh, de la cual no fue actor
el señor Grijalva Bueno. El 5 de enero de 2012 la Corte Constitucional 40 emitió la
sentencia No. 001-12-SIS-CC, declarando el incumplimiento por parte del
Comandante General de la Marina Ecuatoriana la Resolución No. 181-195-CP del 12
septiembre de 1995 y ordenó que se procediera a la liquidación o reliquidación a la
que tuvieren derecho41. El 6 de marzo de 2014 la Corte Constitucional declaró el
incumplimiento de la resolución de No. 001-12-SIS-CC de 5 de enero 2012 y se
proceda mediante acuerdo entre partes, en el Centro de Mediación de la Procuraduría
General del Estado, al que deben acudir de manera obligatoria y con el exclusivo

35
Cfr. Ministerio de Defensa Nacional, oficio enviado por el Ministro de Defensa Nacional al
Presidente del Tribunal de Garantías Constitucionales (expediente de prueba, folios 158 a 160).
36
Cfr. Comandancia General de la Marina, solicitud de suspensión de cumplimiento de Resolución No.
181-95–CP (expediente de prueba, folio 162).
37
Cfr. Tribunal de Garantías Constitucionales, caso No. 83/93, de 12 de marzo de 1996 (expediente
de prueba, folios 68 a 69 y 164).
38
Cfr. Comunicaciones enviadas entre junio y octubre de 1998 por el señor Grijalva Bueno
(expediente de prueba, folios 167 a 188).
39
Cfr. Fuerza Naval, Oficio No. COGMAR-JER-484-O, supra.
40
Actualmente así de denomina el Tribunal de Garantías Constitucionales.
41
Cfr. Corte Constitucional para el Período de Transición, Sentencia No. 001-12-SIS-CC de 5 de
enero de 2012 (expediente de prueba, folios 190 a 197).

17
propósito de llegar a un acuerdo respecto al monto de la indemnización pecuniaria en
un término no mayor a treinta días42. Los actores se sometieron a dicho
procedimiento de mediación y cada uno recibió una indemnización pecuniaria.
Además, se acordaron las siguientes medidas: a) disculpas públicas; b) ceremonia en
la Primera Zona Naval, en donde se colocó una placa de disculpas públicas en un
recinto militar y c) mediante oficio No. ARE-DIGREH-AJU-2015-0196-O de 16 de abril
de 2015, se dispuso a los departamentos de Oficiales y Tripulantes que se excluyan
de la Orden General la calificación de baja por “mala conducta y convenir al buen
servicio”.

D. Proceso penal militar en contra del señor Grijalva Bueno

59. A raíz de la investigación llevada a cabo por el SERINT, el 19 de noviembre de


1993 el Comandante General de Marina emitió un oficio ordenando el inicio de
acciones contra el señor Grijalva y los otros diez tripulantes, con el fin de cumplir con
la “Resolución de los Consejos”, la cual resulta mandataria43. El 29 de noviembre de
1993, el Comandante de la Primera Zona Naval ordenó al Juez Penal Militar de la
Primera Zona Naval el inicio de la “[i]nformación [s]umaria por presunta extorsión de
miembros de la Capitanía del Puerto Bolívar, a personas civiles”44.

60. El 30 de noviembre de 1993 el Juzgado Penal Militar de la Primera Zona Naval


ordenó la citación de los acusados para tomar sus declaraciones y las diligencias
necesarias manifestando que las personas citadas “cometieron irregularidades en el
desempeño de sus funciones como haber utilizado personal del reparto para trabajar
en una camaronera particular, permitir cobros a los comerciantes por trámites […],
autorizar el tránsito ilícito de combustible hacia el Perú, […] permit[ir] que las
prostitutas […] ingresen a los buques, mediante el pago de [dinero…]”, entre otras
cosas45.

61. En diciembre de 1993, se emitieron dos mensajes navales del Comandante


General de la Marina (COGMAR) al Comandante de Operaciones Navales (COOPNA
CDO), quien además era Juez de Derecho de la Zona Primera Naval. En el primero, se
indicó “SIRVASE ORDENAR URGENTE QUE JUEZ INSTRUCTOR DE PRIZON REMITA
ACTAS DE ENTREGA-RECEPCIÓN DEL JUEZ Y CERTIFICACIÓN ENTREGADA A EX.
CPCB-IM VICENTE GRIJALVA” (mayúscula del original), en donde dice que “no existe
méritos para iniciar un proceso penal” contra el señor Grijalva Bueno, y en el
segundo, en respuesta, también de diciembre de 1993, dice que “SE DIO
CUMPLIMIENTO. – BT” (mayúscula del original)46.

62. La etapa de investigación se extendió por el lapso aproximado de seis meses,


hasta el 13 de junio de 1994. El Juez de Derecho de la Primera Zona Naval resolvió
iniciar juicio penal militar en contra del señor Grijalva Bueno “por delitos contra la fe
42
Cfr. Corte Constitucional del Ecuador, auto de 6 de marzo de 2014 (expediente de prueba, folios
202 a 212). Según el Estado indica que el señor Grijalva no fue parte de la acción de incumplimiento, por lo
que no participó en el proceso de mediación con los actores. El 30 de diciembre de 2014, luego de firmado
el acta del acuerdo total con los otros militares, el señor Grijalva ingresó a un procedimiento de mediación
para acordar una indemnización, pero dicho señor desde el año 2018, pese a distintas invitaciones, no ha
asistido (expediente de fondo, folio 187).
43
Cfr. Armada del Ecuador, Comandancia General de Marina, Oficio No. COGMAR-JUR-251-0 de 19
de noviembre de 1993 (expediente de prueba, folio 76).
44
Cfr. Armada del Ecuador, Primera Zona Naval, Oficio No. PRIZON-JUZ-943-0, de 29 de noviembre
de 1993 (expediente de prueba, folio 78).
45
Cfr. Juzgado Penal Militar de la Primera Zona Naval, Auto inicial de Información Sumaria, de 30 de
noviembre de 1993 (expediente de prueba, folios 80 a 81).
46
Cfr. Mensajes Navales de diciembre de 1993 (expediente de prueba, folios 636 a 637).

18
militar”47, concordando con el criterio de la Resolución del Consejo de Oficiales
Superiores de haberle puesto en disponibilidad48.

63. El 15 de junio de 1994 el Juez Penal Militar de la Primera Zona Naval dictó auto
cabeza de proceso y ordenó instruir el sumario de ley en contra de los referidos
sindicados, ordenando la citación de los sindicados, y la práctica de algunas
diligencias investigativas, como las declaraciones instructivas de varias personas49.
Además, el juez dispuso la detención provisional del señor Grijalva Bueno con base en
el artículo 25 del Código de Procedimiento Penal Militar50.

64. El 19 de agosto de 199451 el señor Grijalva Bueno y un acusado más,


solicitaron al Juez Penal Militar fijar el monto de la caución de conformidad al artículo
180 del Código de Procedimiento Penal ordinario52. El 29 de noviembre de 1994 el
Juez de Derecho de la Primera Zona Naval, “dej[ó] sin efecto la orden de detención”
en contra de ambos al recibir la caución53.

65. El 5 de julio de 1995 el señor Grijalva Bueno rindió “testimonio indagatorio”


ante el Juzgado Militar de la Primera Zona Naval en el cual negó los cargos
formulados en su contra en el auto cabeza del proceso y presentó prueba de
descargo54. Seguidamente, en reiteradas ocasiones, el señor Grijalva Bueno solicitó
al juez la práctica de una serie de diligencias probatorias, testimoniales y
documentales55.

66. El 27 de noviembre 1995 el Capitán JL, quien participó en la elaboración del


informe de la comisión de la Inspectoría de Asuntos Administrativos, declaró: “[L]o
que nosotros escribimos en el informe, es derivado de lo que nos dijeron los que
entrevistamos[; es] un informe de verificación de lo que dicen las denuncias. No es
una prueba de que, efectivamente, así se hizo”56.

47
Los delitos contra la fe militar estaban tipificados en la época de los hechos en el Código Penal
Militar, en los artículos 147 a 158. Cfr. Juzgado Militar de la Primera Zona Naval, escrito de 19 de agosto
de 1994 del señor Grijalva Bueno y JS solicitando caución (expediente de prueba, folios 4370 a 4371).
48
Cfr. Juzgado Penal Militar de la Primera Zona Naval, auto de 13 de junio de 1994 (expediente de
prueba folios 4363 a 4368).
49
Cfr. Auto cabeza del proceso del Juzgado Militar de la Primera Zona Naval emitido el 15 de junio de
1994 (expediente de prueba, folios 4823 a 4825).
50
Código de Procedimiento Penal Militar, Registro Oficial Suplemento 356 de 6 de noviembre de
1961, Art. 25.- “Probada la existencia del cuerpo del delito o de un hecho que presente los caracteres de la
infracción que se pesquisa, si hubiere indicios o presunciones para reputar a alguien como autor, cómplice o
encubridor, se ordenará su detención” (expediente de prueba, folios 4924 a 4946).
51
Cfr. Juzgado Militar de la Primera Zona Naval, escrito del señor Grijalva Bueno y JS solicitando
caución, de 19 de agosto de 1994 (expediente de prueba, folios 4370 a 4371).
52
Código de Procedimiento Penal, Registro Oficial 511 de 10 de junio de 1983, Art. 180.- “No se
librará auto de prisión preventiva, o se revocará el que se hubiese dictado, en los procesos que tengan por
objeto delitos sancionados con prisión, cuando el sindicado o el procesado rindiere caución a satisfacción
del Juez competente, caución que podrá consistir en fianza, prenda o hipoteca” (expediente de prueba,
folios 4948 a 5008).
53
Cfr. Juzgado de Derecho de la Primera Zona Naval, auto de 29 de noviembre de 1994 (expediente
de prueba, folio 4375).
54
Cfr. Testimonio Indagatorio de Aníbal Vicente Grijalva Bueno ante el Juzgado Militar de la Primera
Zona Naval de 5 de julio de 1995 (expediente de prueba, folios 4377 a 4385).
55
Cfr. Juzgado Militar de la Primera Zona Naval, escrito del señor Grijalva Bueno de 17 de julio de
1994 (expediente de prueba, folios 4387 a 4388), y Juzgado Militar de la Primera Zona Naval, auto de 29
de febrero de 1996 (expediente de prueba, folios 4396 a 4397).
56
Cfr. Juzgado Penal Militar de la Primera Zona Naval, declaración de JL ante Juez Penal Militar,
Causa Penal 06-94, de 26 de noviembre de 1995 (expediente de prueba, folios 30 a 43).

19
67. El 14 de mayo de 1996 el señor Grijalva solicitó al Juez Penal Militar que
llamara a rendir testimonio a ER y RG, quienes fueron las personas que denunciaron
inicialmente los presuntos hechos ilícitos cometidos por la presunta víctima57. El Juez
de Instrucción ordenó dicha prueba y para su recepción se trasladó a Puerto Bolívar a
recibir las referidas dos declaraciones58.

68. El 2 de julio de 1996 el Juez Penal Militar de la Primera Zona Naval declaró
concluido el sumario59. El 5 de julio de 1996, el Juez Penal Militar rechazó la solicitud
del señor Grijalva de continuar con el sumario60.

69. El 16 de julio de 1996 el Fiscal de la Primera Zona Naval, de conformidad al


artículo 65 del Código de Procedimiento Penal Militar61 emitió su dictamen en el cual
acusó al señor Grijalva Bueno y a otra persona, al primero en calidad de autor y al
segundo como cómplice de la comisión del delito de abuso de facultades. Con relación
al señor Grijalva Bueno refirió lo siguiente:

[…] lo acuso de ser el autor de las infracciones tipificadas en el Art. 146 numeral cuatro y
octavo del Código Penal Militar, ya que como más antiguo del Reparto Naval “la Capitanía
de Puerto Bolívar” y como Autoridad cometió abuso de facultades, al extralimitarse en sus
atribuciones legales, cometió abusos de autoridad extorsionó y permitió que se extorsione a
los ciudadanos que obligatoriamente tienen que concurrir ante la Autoridad Marítima […]62.

70. Consta en el expediente de prueba que el señor Grijalva Bueno presentó un


escrito en el que manifestó que el dictamen del Ministro Fiscal no le había sido
oportunamente notificado y que tanto el fiscal como el juez ignoraron su solicitud
sobre las declaraciones de los testigos63. No obstante, consta que el dictamen le fue
notificado 23 de julio de 199664.

71. Además, en julio de 199665 el señor Grijalva Bueno y otro sindicado


presentaron sus observaciones escritas al dictamen fiscal acusatorio en su contra,
solicitando al Juez de Derecho de la Primera Zona Naval, dictar auto de
sobreseimiento definitivo. Al respecto, indicaron, entre otras cosas, que:

57
Cfr. Solicitud ante Juez Penal Militar de la Primera Zona Naval por parte del abogado defensor del
señor Grijalva Bueno, de 14 de mayo de 1996 (expediente de prueba, folio 98).
58
Cfr. Escrito del señor Grijalva Bueno presentado ante el Juzgado Militar de la Primera Zona Naval
de 16 de julio de 1996 (expediente de prueba, folios 225 y 4451) y las declaraciones ER y RG rendidas el
13 de abril y 5 de octubre de 1994 en Puerto Bolívar (expediente de prueba, folios 4870 a 4884).
59
Cfr. Juzgado Militar de la Primera Zona Naval, auto de 2 de julio de 1996 (expediente de prueba,
folio 4408).
60
Cfr. Juzgado de Derecho de la Primera Zona Naval, auto de 5 de julio de 1996 (expediente de
prueba, folio 4410).
61
Cfr. Código de Procedimiento Penal Militar, Art. 65.- “Recibido el sumario por el Superior, se
correrá traslado al Fiscal, para que emita su dictamen, dentro del término que se le concederá. Este
término puede prorrogarse en atención a la importancia, volumen y complejidad del proceso”. Cfr.
Dictamen fiscal de 16 de julio de 1996 (expediente de prueba, folios 4413 a 4448).
62
Cfr. Juzgado Militar de la Primera Zona Naval, dictamen fiscal de 16 de julio de 1996 (expediente
de prueba, folios 4413 a 4448).
63
Cfr. Solicitud ante Juez Penal Militar de la Primera Zona Naval por Vicente Grijalva Bueno y JS,
Juicio Militar No. 06-94, sin fecha (expediente de prueba, folio 112). Dicho escrito no tiene una fecha
plasmada en su contenido, si no que en bolígrafo se lee “15 Julio 196”, por lo que se entendería que fue
presentado de forma anticipada a la emisión del dictamen Fiscal.
64
Cfr. Cédula de notificación del dictamen fiscal de 23 de julio de 1996 (expediente de pruebas, folio
4868).
65
Se observa que el referido escrito es de julio de 1996, pero no consta la fecha exacta. Cfr.
Contestación al dictamen del señor Fiscal, Enviado al Juez de Derecho de la Primera Zona Naval por Vicente
Grijalva Bueno y SR, Causa Penal No. 06-94, julio de 1996 (expediente de prueba, folios 114 y 115).

20
[…] el señor Fiscal no hace sino mencionar y repetir los únicos cargos concretos que se han
planteado [en su] contra […]: las denuncias de [ER] y de [RG]. […] [Por otro lado,] todas
las· investigaciones, averiguaciones, comprobaciones se reducen siempre a lo mismo: las
propias denuncias de aquellos [… sin que] pudier[a]n comprobar absolutamente nada con
respecto a los cargos de [ER] y de [RG] [… siendo esto fundamental, ya que,] la ley exige
que el juez para condenar debe haber encontrado pruebas de lo que sostienen los
acusadores […] [según] el [artículo] 124 del Código de Procedimiento Penal común, aplicable
a los procesos militares. [Además,] solicita[r]on repetidas veces que los mencionados [ER] y
[RG], compare[cieran] personalmente a Guayaquil para que declaren delante de [ellos y su]
abogado; pero el señor Juez de Instrucción, en vez de exigir su comparecencia haciendo uso
de las atribuciones que le da la ley, prefirió trasladarse a Puerto Bolívar para recibir las
declaraciones66.

72. Según la nota del sacerdote JP, el 9 de julio de 1996 remitió una comunicación
al Comandante de Marina indicándole que RG le manifestó no conocer al señor
Grijalva y que un agente militar le habría dado dinero a cambio de utilizar su nombre
para presentar la denuncia67.

73. El 7 de agosto de 1996 se dictó el auto de llamamiento a juicio plenario en


contra de los sindicados Vicente Aníbal Grijalva Bueno y JS, como presunto autor y
cómplice68, respectivamente, por la infracción tipificada y sancionada en el artículo
146 incisos 4 y 8 del Código Penal Militar69. El 8 de agosto de 1996, el señor Grijalva
y el otro sindicado apelaron el auto de llamamiento a juicio plenario 70.

74. El 2 de septiembre de 1996 el Juzgado Militar de la Primera Zona Militar elevó


los autos a la Corte de Justicia Militar71.

75. El 5 de junio de 1998 la Corte de Justicia Militar desechó los recursos de


apelación interpuestos por los sindicados, y confirmó en todas sus partes el auto a
llamamiento a juicio72.

76. El 10 de septiembre de 1998, el Comandante de Zona - Juez Militar de la


Primera Zona Naval, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 73 del Código de
Procedimiento Penal Militar73, ordenó que se recibiera la declaración de ambos

66
Cfr. Contestación al dictamen del señor Fiscal, julio de 1996, supra.
67
Cfr. Carta de sacerdote JP para el Comandante de Marina, de 9 de julio de 1996 (expediente de
prueba, folio 100).
68
Cfr. Auto a llamamiento a juicio plenario emitido por el Juzgado Militar de la Primera Zona Militar
de 7 de agosto de 1996 (expediente de prueba, folios 4453 a 4482).
69
"Artículo. 146. Son responsables de abuso de facultades y serán sancionados con prisión de tres
meses a dos años: [...]
4. Los que, en el ejercicio de su autoridad o mando, se extralimitaren en sus atribuciones legales o se
apartaren de las instrucciones de la superioridad;
8. Los que hicieren requisiciones, impusieren contribuciones ilegales de guerra, tomaren botín o cometieren
otros abusos o extorsiones”. Cfr. Código Penal Militar vigente al momento de los hechos (expediente de
prueba, folio 4908).
70
Cfr. Escrito del señor Grijalva Bueno y otro presentado ante el Juzgado Militar de la Primera Zona
Militar de 8 de agosto de 1996 (expediente de prueba, folio 4485).
71
Cfr. Auto de elevación del recurso de apelación presentado a la Corte de Justicia Militar de 2 de
septiembre de 1996 (expediente de prueba, folio 4487).
72
Cfr. Auto de la Corte de Justicia Militar de 5 de junio de 1998 (expediente de prueba, folios 4490 a
4493).
73
La legislación penal militar ecuatoriana vigente al momento de los hechos empleaba el término
confesión para referirse a la declaración del imputado. En este sentido el artículo 73 del Código de
Procedimiento Penal Militar señala: “La confesión del sindicado se rendirá sin juramento, y contendrá:
1. El nombre y apellido del confesante y,
2. Su religión, edad, lugar de su nacimiento y domicilio, su estado, grado, cuerpo y plaza a que pertenece.
El Comandante de Zona le interrogará sobre los hechos que motivan su presencia en el Juzgado; le hará las
preguntas y reconvenciones conducentes; le requerirá para que las conteste, aun refiriéndole las pruebas
que en contra de sus dichos obren en la causa, o leyéndole las constancias que juzgue pertinentes”. Cfr.

21
imputados74. El 19 de octubre del mismo año, la presunta víctima rindió su
declaración en donde reiteró que en varias ocasiones no se había cumplido con el
“legítimo derecho a la defensa” y “no […les fue] proveído de la presencia de testigos
claves”75.

77. Una vez recibidas las declaraciones, el 26 de octubre de 1998, el Juez Militar
de Primera Zona Naval abrió la causa a prueba por el plazo de diez días76.

78. El 28 de abril de 1999 el Fiscal General Militar emitió su dictamen en el cual


estableció:

[…] En consecuencia, habiéndose comprobado la existencia de la infracción tipificada y


sancionada en el Art. 146, numerales 4 y 8 del Código Penal Militar; de la misma prueba
pedida en el plenario por el señor Fiscal de Zona, demuestra la culpabilidad de los
procesados […] De conformidad con los Arts. 84 del Código de Procedimiento Penal Militar y
326 del Código de Procedimiento Penal (común), el señor Comandante de Zona debe dictar
sentencia condenatoria en contra de los mencionados procesados […]77.

79. El 13 de marzo de 2000 el Comandante de Zona - Juez Militar de la Primera


Zona Naval dictó sentencia condenatoria en contra del señor Grijalva Bueno y el otro
imputado, con fundamento en el acervo probatorio recabado entre los cuales se
destacan los informes administrativos que contienen referencias a comprobantes de
ingreso de caja, testimonio propio del acusado y testimonios de los perjudicados y de
miembros de la Armada, y se comprueba el cometimiento de hechos delictivos como
la extorsión a comerciantes y el otorgamiento de permisos de transporte con fines
fraudulentos. El fallo determinó:

[…] a) Que el CPCB-IM VICENTE ANIBAL GRIJALBA BUENO, cuyo estado y condición obran
de autos, es el autor del delito que se encuentra tipificado y sancionado en el Art 146,
numerales 4to. Y 8vo. Del Código Penal Militar por lo que se impone la pena de
DOSCIENTOS DÍAS DE PRISIÓN CORRECCIONAL, la misma que la cumplirá en la Cárcel
Naval de San Eduardo del Cuerpo de Infantería de Marina de esta ciudad de Guayaquil
[…]78.

80. El 15 de marzo de 2000 los imputados presentaron un recurso de apelación a


la sentencia de primera instancia79, de conformidad a lo establecido en el artículo 167
del Código de Procedimiento Penal Militar, por considerar que la sentencia emitida era
violatoria a las normas constitucionales y legales imperantes en el país. En tal virtud,
el proceso pasó a conocimiento de la Corte de Justicia Militar.

81. El 13 de marzo de 2001 la Corte de Justicia Militar dictó sentencia desechando


el recurso de apelación interpuesto y confirmó en todas sus partes la sentencia
dictada por el Juez de Derecho de la Primera Zona Naval, confirmando la culpabilidad
de los señores Grijalva Bueno y JS. En la sentencia se indicó que “la defensa del

Código de Procedimiento Penal Militar vigente al momento de los hechos (expediente de prueba, folio
4934).
74
Cfr. Juzgado Penal Militar de la Primera Zona Naval, auto de 10 de septiembre de 1998
(expediente de prueba, folio 122).
75
Cfr. Juez de Derecho de la Primera Zona Naval, Confesión no juramentada del señor Grijalva
Bueno de 19 de octubre de 1998 (expediente de prueba, folios 124 a 132).
76
Cfr. Juzgado Militar de la Primera Zona Naval, auto de 26 de octubre de 1998 (expediente de
prueba 4495 a 4496).
77
Cfr. Juzgado Militar de la Primera Zona Naval, dictamen fiscal de 28 de abril de 1999 (expediente
de prueba, folios 148 a 151, folios 4507 a 4519).
78
Cfr. Juzgado Militar de la Primera Zona Naval, sentencia de 13 de marzo de 2000 (expediente de
prueba, folios 148 a 151).
79
Cfr. Juzgado Militar de la Primera Zona Naval, escrito de recurso de apelación presentado por el
señor Grijalva Bueno y otro de 15 de marzo de 2000 (expediente de prueba, folio 4527).

22
encausado se limitó a esgrimir asuntos ajenos al juicio tales como revanchismos y
enemistades de varios miembros de la Marina que le habrían perjudicado, hechos que
resultaron ser totalmente inconexos en relación al proceso” 80. Agregó que "los
testimonios vertidos en el proceso son concordantes en cuanto a la forma,
circunstancias y sucesión de hechos, los que se ajustan perfectamente con la prueba
documental […]. La defensa de los encausados, frente a los hechos imputados, no
logra desvanecer los cargos en su contra […] 81”.

82. El 6 de diciembre de 2007 el Juez de Derecho de la Primera Zona Naval declaró


prescrita la pena dictada y solicitó el archivo del expediente82. El señor Grijalva Bueno
no cumplió la pena de prisión.

VIII
FONDO

83. El presente caso trata sobre la alegada responsabilidad estatal por la falta de
las garantías judiciales en el proceso penal militar por “delitos contra la fe militar”
seguido en contra del señor Vicente Aníbal Grijalva Bueno, así como la violación a la
libertad de pensamiento y de expresión.

84. El Estado efectuó un reconocimiento parcial de responsabilidad en relación con


las determinaciones realizadas por la Comisión en su Informe de Fondo respecto al
proceso sancionatorio de destitución del señor Grijalva Bueno en los términos
señalados (supra Capítulo V), por lo que este Tribunal no considera necesario realizar
un análisis detallado de dichas violaciones, salvo respecto de aquellas que no fueron
reconocidas por el Estado. Dado lo anterior, la Corte analizará las controversias
vinculadas con las actuaciones judiciales en el proceso penal militar sobre las
alegadas violaciones a las garantías judiciales, así como sobre la aducida violación a la
libertad de pensamiento y de expresión.

VIII.1
GARANTÍAS JUDICIALES83

85. En el Capítulo V, el Tribunal indicó los alcances del reconocimiento parcial de


responsabilidad internacional efectuado por el Estado respecto a la violación a las
garantías judiciales y protección judicial de las autoridades administrativas en el
80
“Las infracciones y la responsabilidad de los encausados quedan legal y plenamente comprobados
de la resolución de 13 de julio de 1994 de la Información Sumaria N° 44- 93 del Juzgado de Derecho de la
Primera zona Naval (folios 2 a 5); del informe de la comisión verificadora de la información procesada por
el Servicio de Inteligencia Naval (folios 35 a 41); informe de la Comisión Inspectora de Asuntos
Administrativos del “Caso de la Capitanía de Puerto Bolívar” (folios 22 a 24); Informe Final del Servicio de
Inteligencia Naval (folios 11 a 15); denuncia escrita de [ER] (folios 16 y 17) de los documentos que
prueban lo manifestado por los declarantes; tres autorizaciones para transportar combustible (folios 28, 29
y 154); comprobante de ingreso a caja N° 0506 de 22 de junio de 1992 (folio 19) y de los testimonios de
[ER] (folios 919, 320, 86, y 87); [RG] (folio 84); [VR] (folio 89) […]. En su indagatoria el señor CPCB,
Vicente Grijalva Bueno se limita a negar los actos materia de la presente causa, aunque reconoce su firma
en los documentos que a su momento le exhibió el Fiscal de Zona; en definitiva, atribuye los hechos a un
montaje del Servicio de Inteligencia de la Armada […] Los testimonios vertidos en el proceso son
concordantes en cuanto a la forma, circunstancias y sucesión de hechos, los que se ajustan perfectamente
con la prueba documental existente en los cuerpos que integran el presente juicio penal […]”. Cfr. Corte de
Justicia Militar, Resolución de Recurso de Apelación en el Juicio Penal Militar No. 006-9 de 13 de marzo de
2001 (expediente de prueba, folios 153 a 154).
81
Cfr. Corte de Justicia Militar, Resolución de Recurso de Apelación en el Juicio Penal Militar No. 006-
9 de 13 de marzo de 2001, supra.
82
Cfr. Armada del Ecuador, Primera Zona Naval Guayaquil, oficio No. PRIZON-JUP-265-0, de 6 de
diciembre de 2007 (expediente de prueba, folio 156).
83
Artículo 8 de la Convención Americana.

23
proceso de destitución de la víctima. La Corte entiende que ese reconocimiento
conlleva la admisión de la violación de los referidos derechos consagrados en los
artículos 8.1, 8.2, 8.2.b) y 8.2.c) de la Convención Americana, así como la violación al
derecho establecido en los artículos 25.1 y 25.2.c) de la Convención, todos en
relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento, en perjuicio del señor Grijalva
Bueno, debido a: a) que en los informes utilizados para la destitución del señor
Grijalva, estuvo involucrado un agente militar y otras autoridades que formaron parte
del Consejo de Oficiales Superiores para disponer su destitución, en violación al
derecho del señor Grijalva de contar con una autoridad imparcial durante el proceso
de destitución; b) no contar con una comunicación previa ni detallada de la acusación
formulada en su contra, ni con el tiempo y medios adecuados para la preparación de
su defensa; c) no garantizarle el principio de presunción de inocencia; d) el
incumplimiento del deber de motivar la resolución de destitución; e) no contar con un
recurso eficaz para examinar la decisión de destitución de las Fuerzas Armadas, y f)
no haberse ejecutado la resolución del Tribunal de Garantías Constitucionales que
dispuso la reincorporación del señor Grijalva Bueno a las Fuerzas Armadas y la
restitución de sus derechos, por lo que el señor Grijalva no ha sido reincorporado ni
ha recibido pago alguno a su favor.

86. En este capítulo, la Corte examinará las alegadas vulneraciones a las garantías
judiciales en contra del señor Grijalva Bueno en el proceso penal militar respecto al
derecho de defensa, principio de presunción de inocencia, derecho de contar con
decisiones debidamente motivadas, y el plazo razonable, las cuales no han sido
reconocidas por el Estado.

A. Proceso Penal Militar

A.1. Alegatos de la Comisión y del Estado84

A.1.1. Derecho a contar con una comunicación previa y detallada de la acusación

87. La Comisión adujo que el señor Grijalva Bueno i) no contó con información
completa y detallada sobre la acusación y su fundamentación para poder ejercer
plenamente su derecho a la defensa; ii) no fue notificado del dictamen del Ministro
Fiscal, y iii) no fue acreditada la declaración de la presunta víctima, pese que se le
tomó de manera inmediata al inicio de la investigación.

88. Por su parte, el Estado señaló que en el presente caso se ha demostrado


que el señor Grijalva Bueno fue oído ante la jurisdicción penal militar; que se
garantizó su participación en el proceso a través de la defensa técnica de su elección;
que no se le privó en ningún momento del ejercicio de su derecho a la defensa; que
pudo actuar prueba, impugnar elementos probatorios en su contra; que tuvo acceso y
conocimiento de las actuaciones judiciales, y que participó activamente como parte
procesal en todo el desarrollo del juicio. Sostuvo que lo anterior se puede verificar de
la prueba documental presentada por el Estado que corresponde al expediente y del
reconocimiento que el señor Grijalva Bueno hizo en su declaración escrita ante la
Corte.

89. Afirmó que, en la etapa investigativa de información sumaria, el Juez Penal


Militar ordenó el cumplimiento de varias diligencias, entre ellas, la toma de versiones

84
Dado que se inadmitió el escrito de solicitudes y argumentos, no se incluyen los alegatos
correspondientes al representante de la presunta víctima.

24
del investigado señor Grijalva Bueno y del personal subordinado, la declaración
testimonial de los agentes de la Agencia de Inteligencia de Puerto Bolívar y de las
personas que, de acuerdo a los antecedentes, habían participado de una u otra forma,
incluso trasladándose hasta Puerto Bolívar, lugar de los hechos. Contradijo lo
afirmado por la Comisión y adujo que todas las actuaciones judiciales fueron
notificadas en legal y debida forma al señor Grijalva Bueno a través de su abogado
defensor, lo cual se puede verificar en la prueba documental presentada por el
Estado. Además, negó que el señor Grijalva Bueno declarara una sola vez en el
transcurso del proceso, ya que durante la etapa del sumario el juez instructor dispuso
la práctica de varias diligencias probatorias, como la declaración indagatoria del señor
Grijalva Bueno, quien también rindió su declaración bajo juramento en la etapa de
juicio. Concluyó que el proceso penal militar se desarrolló de conformidad a las
normas legales preexistentes.

A.1.2. Derecho a interrogar testigos

90. La Comisión, en cuanto al derecho a interrogar testigos, estimó que las


declaraciones testimoniales de GR y RG, quienes denunciaron inicialmente los
presuntos hechos ilícitos cometidos por el señor Grijalva Bueno, fueron rendidas sin la
presencia ni participación de su defensa. Recordó que el derecho a interrogar a los
testigos puede ser restringido en circunstancias excepcionales, que no fueron
alegadas por el Estado en el presente caso. El Estado no se pronunció en concreto,
sino que se limitó a indicar sobre la toma de declaraciones en Puerto Bolívar, lugar
mismo de los hechos.

A.1.3. Alcance de la presunción de inocencia y el deber de motivar las decisiones

91. La Comisión señaló que, a pesar de la presentación de elementos probatorios,


fundamentalmente exculpatorios, el juzgado emitió una sentencia condenatoria en
perjuicio del señor Grijalva Bueno sin hacer una valoración a la luz del principio de
presunción de inocencia. La sentencia condenatoria no fundamentó las razones por las
cuales dichos elementos probatorios no debían ser tomados en cuenta a efectos de
absolver al señor Grijalva Bueno85. La motivación de la sentencia resulta fundamental
para entender si el tratamiento de las pruebas a nivel interno fue compatible con
dicho principio. Adujo también que la sentencia condenatoria “se basó exclusivamente
en el informe de la comisión de la Inspectoría General de la Armada, el cual fue
recogido por el fiscal de caso, a pesar de que, […] uno de sus redactores señaló que
los hechos no fueron acreditados” y agregó que existen irregularidades respecto a
dicho documento, “incluyendo la aplicación de actos de tortura y coacción en contra
de diversas personas que declararon en contra del señor Grijalva[, lo cual] tampoco
fue analizado por el Juzgado [y] se otorgó plena validez a dichas declaraciones [, ni]
se adoptó ninguna medida a la luz de los estándares relativos a la regla de exclusión”.

92. El Estado adujo que, de la prueba documental presentada por el Ecuador, las
resoluciones de la jurisdicción militar contienen la descripción clara de los hechos y su
relación con los elementos de prueba actuados durante el proceso y la adecuación con
la norma penal a través de un razonamiento motivado, lo cual corresponde al
parámetro establecido por la Corte. En cuanto a la falta de motivación, el Estado
85
La Comisión remarcó que en la sentencia condenatoria el juzgado consideró que el señor Grijalva
Bueno “ha expresado […] afirmaciones sobre los hechos investigados en este proceso, sin que se haya
preocupado de demostrarlos en la presente estación, a fin de excluir o atenuar su responsabilidad”, por lo
que consideró que “el lenguaje expresado por el juzgado invierte la carga de la prueba en el sentido de
colocarle la responsabilidad al señor Grijalva Bueno de probar su inocencia, lo cual también resulta
contrario al principio de presunción de inocencia”.

25
arguyó que la presunta víctima mostraba una apreciación subjetiva al declarar que la
justicia militar evitaba que se juzgue a los culpables y que, de esta manera,
fomentaba la impunidad. Controvirtió lo alegado por la Comisión, en el sentido que la
sentencia condenatoria contra el señor Grijalva no se basó exclusivamente en el
informe de la comisión de la Inspectoría General de la Armada86.

A.1.4. Plazo Razonable

93. La Comisión resaltó que, para efectos de justificar la complejidad del proceso,
el Estado debe indicar información específica que vincule directamente los elementos
de complejidad invocados con las demoras en el proceso, lo cual no ha sucedido en el
presente caso. En cuanto a los recursos presentados por la defensa de la presunta
víctima, la Comisión remarcó que la interposición de recursos ordinarios para
cuestionar posibles afectaciones al debido proceso, no puede considerarse como un
factor para el análisis del plazo razonable. A ello se suma que no existen elementos
en el expediente que indiquen que la defensa del señor Grijalva Bueno obstaculizó el
proceso mediante la presentación de diversos recursos. Agregó que la conducta de las
autoridades revela unas demoras prolongadas, no justificadas, durante el proceso y,
en particular, afectan la situación jurídica del defensor o de la defensora de derechos
humanos, y disuaden el ejercicio de dicho derecho. Por lo señalado, la Comisión
consideró que los siete años y dos meses que transcurrieron desde el inicio de la
investigación hasta la confirmación de la sentencia constituyó un plazo irrazonable.

94. El Estado sostuvo, respecto a la actuación de las autoridades judiciales, que


estas procedieron de forma oficiosa por el tipo de delito investigado, como fue
referido en los hechos, recibiendo testimonios, recabando pruebas documentales y
materiales. Además, indicó que se dispusieron medidas como la prisión preventiva de
los procesados, es decir, desarrollaron su deber de investigar con debida diligencia,
observando los principios básicos del debido proceso con atención a la competencia y
jurisdicción de los jueces y tribunales militares. En ese sentido, respecto al estándar
de plazo razonable derivado de la conducta de las autoridades jurisdiccionales dentro
del proceso penal, alegó que no existe evidencia alguna que permita determinar un
accionar irregular por parte de los jueces que conocieron de la causa, puesto que se
basaron en lo prescrito por los principios constitucionales aplicables a los procesos y a
las normas legales vigentes a la época en la que se alegan los hechos. Hizo notar que
el señor Grijalva Bueno, a través de sus abogados defensores, presentó
continuamente diversos escritos solicitando revocatorias a providencias y demás
incidentes procesales que contribuyeron en algún grado a prolongar la duración del
proceso. Concluyó que el plazo para resolver el presente caso no puede considerarse
irrazonable ni puede hablarse de responsabilidad del Estado por violación al artículo 8
de la Convención Americana.

A.2 Consideraciones de la Corte

95. De las alegaciones anteriores se desprende que la Comisión considera que el


proceso penal militar seguido contra el señor Grijalva Bueno vulneró sus derechos a
las garantías judiciales referentes al derecho de defensa, el derecho de interrogar
testigos, al principio de presunción de inocencia, al deber de motivar las decisiones, a
la regla de exclusión, al plazo razonable y a la protección judicial respecto a la
existencia de un recurso eficaz. En consecuencia, la Comisión solicitó a la Corte que

86
Agregó que en dicho fallo “consta la denuncia escrita de GR y otros documentos que prueban lo
manifestado por varios declarantes; autorizaciones para transportar combustible; comprobantes de ingreso
a caja; los testimonios de [GR]; [RG]; [VR] [,] entre otros […]”.

26
declare la responsabilidad del Estado por la violación de los artículos 8.1, 8.2, 8.2 b),
8.2 c), 8.2 f), y 25.1 de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 del
mismo instrumento, en perjuicio del señor Aníbal Vicente Grijalva Bueno. Por su
parte, el Estado sostuvo que no vulneró los derechos alegados por la Comisión.

96. Este Tribunal considera que las garantías procesales contempladas en el


artículo 8 de la Convención Americana, inclusive algunas de las enunciadas en el
artículo 8.2, hacen parte del elenco de garantías mínimas que debían ser respetadas
en el marco del proceso penal militar llevado a cabo contra la presunta víctima para
adoptar una decisión que no fuera arbitraria y resultara ajustada al debido proceso 87.
En consecuencia, las garantías mencionadas deberán ser aplicadas mutatis mutandis
al procedimiento penal militar, tal como lo ha hecho la Corte en casos previos,
teniendo en cuenta su naturaleza jurídica sancionatoria y las consecuencias que este
acarreó88.

97. La Corte observa que el proceso que culminó en la imposición de una pena al
señor Grijalva Bueno, fue resuelto por funcionarios que se encontraban en
dependencia jerárquica del Poder Ejecutivo y, por ende, no eran jueces
independientes. No obstante, la Corte no abundará en esta consideración debido a las
irregularidades procesales que descalifican el proceso y a que el Estado ha derogado
la legislación que establecía esas competencias89.

98. La Corte destaca que el proceso militar contra el señor Grijalva se inicia por
disposición de la jerarquía de la Marina de Ecuador. En consecuencia, es parte de la
actuación del mando militar contra la presunta víctima y, además, tiene como
fundamento hechos imputados en el proceso disciplinario de destitución, violatorio de
la Convención Americana, como lo admite el Estado en su allanamiento. Estos
elementos resultan trascendentes para el análisis que a continuación se realizará.

99. A continuación, la Corte analizará, conforme a los argumentos de la Comisión y


del Estado, la alegada vulneración de los derechos en el siguiente orden: 1) Derecho
a contar con una comunicación previa y detallada de la acusación; 2) Derecho de
interrogar testigos; 3) Alcance de la presunción de inocencia y el deber de motivar; 4)
Plazo razonable del proceso, y 5) Conclusión.

A.2.1. Derecho a contar con una comunicación previa y detallada de la acusación

100. El derecho de defensa es un componente central del debido proceso que obliga
al Estado a tratar al individuo en todo momento como un verdadero sujeto del
87
Cfr. Caso Maldonado Ordóñez Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 3 de mayo de 2013. Serie C No. 311, párr. 79, y Caso Urrutia Laubreaux Vs. Chile.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 103.
88
Cfr. Caso Rosadio Villacencio Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 14 de octubre de 2019. Serie C No. 388, párr. 126.
89
La Corte ha señalado que cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de carácter
materialmente jurisdiccional, tiene la obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del
debido proceso legal en los términos del artículo 8.1 de la Convención Americana. Además, en relación con
la estructura orgánica y composición de los tribunales militares, la Corte ha considerado que carecen de
independencia e imparcialidad cuando “sus integrantes sean militares en servicio activo, estén
subordinados jerárquicamente a los superiores a través de la cadena de mando, su nombramiento no
depende de su competencia profesional e idoneidad para ejercer las funciones judiciales, no cuenten con
garantías suficientes de inamovilidad y no posean una formación jurídica exigible para desempeñar el cargo
de juez o fiscales”. Cfr. Caso Palamara Iribarne Vs. Chile. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de
noviembre de 2005. Serie C No. 135, párr. 155, y Caso Argüelles y otros Vs. Argentina. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de noviembre de 2014. Serie C No. 288,
párrs. 146 y 149.

27
proceso, en el más amplio sentido de este concepto, y no simplemente como objeto
del mismo. El derecho a la defensa debe necesariamente poder ejercerse desde que
se señala a una persona como posible autor o partícipe de un hecho punible y sólo
culmina cuando finaliza el proceso, incluyendo, en su caso, la etapa de ejecución de la
pena90. El derecho a la defensa se proyecta en dos facetas dentro del proceso penal:
por un lado, a través de los propios actos del inculpado, siendo su exponente central
la posibilidad de rendir una declaración libre sobre los hechos que se le atribuyen y,
por el otro, por medio de la defensa técnica, ejercida por un profesional del Derecho,
quien cumple la función de asesorar al investigado sobre sus deberes y derechos y
ejecuta, inter alia, un control crítico y de legalidad en la producción de pruebas 91.

101. El derecho a contar con una comunicación previa y detallada de la acusación


en materia penal contempla que debe realizarse una descripción material de la
conducta imputada que contenga los datos fácticos recogidos en la acusación, que
constituyen la referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del imputado y
la consecuente consideración del juzgador en la sentencia. De ahí que el acusado
tenga derecho a conocer, a través de una descripción clara, detallada y precisa, los
hechos que se le imputan92. Como parte de las garantías mínimas establecidas en el
artículo 8.2 de la Convención, el derecho a contar con comunicación previa y detallada
de la acusación se aplica tanto en materia penal como en los otros órdenes señalados
en el artículo 8.1 de la Convención, a pesar de que la exigencia en los otros órdenes
puede ser de otra intensidad o naturaleza93. Otro de los derechos fundamentales es
el derecho a contar con el tiempo y los medios adecuados para preparar la defensa,
previsto en el artículo 8.2.c) de la Convención, que obliga al Estado a permitir el
acceso del inculpado al conocimiento del expediente llevado en su contra. Asimismo,
se debe respetar el principio del contradictorio, que garantiza la intervención de aquél
en el análisis de la prueba94.

102. La Comisión indicó que la presunta víctima no contó con la información


completa y detallada sobre la acusación y su fundamentación para poder ejercer
plenamente el derecho de defensa, pues no había sido notificado del dictamen fiscal
acusatorio. Por su parte, el Estado en términos generales indicó que todas las
actuaciones judiciales le fueron notificadas legalmente y en la debida forma al señor
Grijalva a través de su abogado defensor. Además, respecto al dictamen fiscal, el
Estado adujo que la presunta víctima presentó varias observaciones como se
desprende del escrito de 31 de julio de 1996.

103. Está probado que el 29 de noviembre de 1993 el Comandante de la Primera


Zona Naval ordenó iniciar una investigación sumaria en contra del señor Grijalva
Bueno y otra persona. El 30 de noviembre de 1993 el Juzgado de la Primera Zona

90
Cfr. Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de
noviembre de 2009. Serie C No. 206, párr. 29, y Caso Ruano Torres y otros Vs. El Salvador. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de octubre de 2015. Serie C No. 303, párr. 153.
91
Cfr. Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 61, y Caso
Valenzuela Ávila. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de octubre de 2019. Serie C No. 386,
párr. 111.
92
Cfr. Caso Fermín Ramírez Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de junio
de 2005. Serie C No. 126, párr. 67, y Caso Urrutia Laubreaux Vs. Chile, Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, supra, párr. 113.
93
Cfr. Caso Maldonado Ordóñez Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas,
supra, párr. 80, y Caso Urrutia Laubreaux Vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, supra, párr. 113.
94
Caso Palamara Iribarne Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 170, y Caso Álvarez
Ramos Vs. Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de agosto de
2019. Serie C No. 380, párr. 153.

28
Naval abrió la investigación sumaria, indicó los actos cometidos por los acusados y
ordenó una serie de diligencias, entre ellas la toma de declaraciones de los acusados,
por lo cual se citó al señor Grijalva y se ordenó rendir su declaración sin juramento.
Además, el 15 de junio de 1994 se dictó el auto cabeza del proceso, el cual fue
notificado al señor Grijalva el 5 de julio de 1995. Asimismo, el 16 de julio de 1996 se
dictó el dictamen fiscal, sobre el cual, de acuerdo a los hechos, los sindicados
solicitaron su notificación. Dicho dictamen fue notificado el 23 de julio de 1996 y el 31
de julio de 1996 los señores Grijalva Bueno y JS presentaron sus observaciones
escritas (supra párrs. 70 y 71).

104. La Corte ha señalado que la notificación debe ocurrir previamente a que el


inculpado rinda la primera declaración ante cualquier autoridad pública 95. El contenido
de la notificación “variará de acuerdo al avance de las investigaciones […] y cuando se
produce la presentación formal y definitiva de los cargos […] antes de ello y como
mínimo el investigado deberá conocer con el mayor número de detalle posible los
hechos que se le atribuyen”96. En el presente caso, el 5 de julio de 1995 le fue
notificado al señor Grijalva el auto cabeza del proceso, y ese mismo día, rindió su
“testimonio indagatorio”. No obstante, este Tribunal considera que lo anterior no
configuró una violación del derecho de defensa del señor Grijalva pues en ese
momento se le hizo saber cuáles eran los hechos por los que estaba siendo
investigado.

105. Por otra parte, en cuanto a la falta de notificación del dictamen fiscal alegado
por la Comisión, de acuerdo a la prueba, esta Corte ha constatado que como se
indicó, el señor Grijalva solicitó su notificación, la cual fue efectuada el 23 de julio de
1996, luego de la cual, el 31 de julio de 1996, presentó las observaciones al mismo.
Por lo tanto, la Corte no encuentra ninguna vulneración al respecto.

106. En razón de lo anterior, este Tribunal considera que el Estado no es


responsable por la violación de los artículos 8.2.b) y 8.2.c) de la Convención
Americana.

A.2.2. Derecho a interrogar testigos

107. El inciso f) del artículo 8.2 de la Convención consagra la “garantía mínima” del
“derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de
obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan
arrojar luz sobre los hechos”, la cual materializa los principios de contradictorio e
igualdad procesal. La Corte ha señalado que, entre las garantías reconocidas a
quienes hayan sido acusados, está la de examinar los testigos en su contra y a su
favor, bajo las mismas condiciones, con el objeto de ejercer su defensa 97.

108. En la prueba aportada del proceso penal militar referente a los testigos, el
señor ER y la señora RG, quienes denunciaron al señor Grijalva por las supuestas
irregularidades cometidas en el desempeño en la Capitanía de Puerto de Puerto

95
Cfr. Caso Tibi Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
7 de septiembre de 2004. Serie C No. 114, párr. 187, y Caso Montesinos Mejía Vs. Ecuador. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de enero de 2020. Serie C No. 398, párr. 190.
96
Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 31, y Caso J Vs.
Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 2013. Serie C
No. 275, párr. 199.
97
Cfr. Caso Castillo Petruzzi y otros Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de mayo de
1999. Serie C No. 52, párr. 154, y Caso Amrhein y otros vs. Costa Rica. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de abril de 2018. Serie C, No. 354, párr. 449.

29
Bolívar, consta que en dos oportunidades testificaron: a) el 13 de abril de 1994 el
señor ER y la señora RG rindieron sus testimonios en Puerto Bolívar ante el Juez Penal
Militar de la Primera Zona Naval y, b) el 5 de octubre de 1994 el señor ER rindió su
testimonio en Huatalco ante el Juez Penal Militar de la Primera Zona Naval y la señora
RG rindió su testimonio en Puerto Bolívar ante el mismo juez. Estas diligencias fueron
realizadas sin la participación de la defensa del señor Grijalva.

109. Por otra parte, la Corte constató que el señor Grijalva solicitó el 14 de mayo de
1996 al Juez Militar de la Primera Zona Naval que llamara a rendir testimonio a las
personas mencionadas. Mediante auto del Juzgado Penal Militar de la Primera Zona
Naval de 27 de junio de 1996, se dispuso “recepcionar los testimonios de […] [ER] y
RG (para el lunes 01 de julio de 1996 a las […] 10H00 y 12H00, en su orden”. No
obstante, el Estado no aportó prueba de que estas diligencias fueran practicadas, sino
que se limitó a señalar que los testimonios habían sido recibidos en Puerto Bolívar. En
congruencia con lo anterior, el señor Grijalva resaltó que las testimoniales fueron
tomadas en Puerto Bolívar en la Capitanía del Puerto, y que la diligencia se realizó sin
la presencia de su abogado, ni del otro imputado y su abogado.

110. Esta Corte advierte que, de acuerdo a los hechos, la defensa del señor Grijalva
no pudo ejercer su derecho de contrainterrogar a los testigos y, por lo tanto, no pudo
ejercer el respectivo control sobre el contenido de sus declaraciones, las cuales
sirvieron para fundamentar la sentencia condenatoria en el proceso penal militar. La
Corte ha señalado que entre las garantías reconocidas a quienes hayan sido acusados
está la de examinar los testigos en su contra y a su favor, bajo las mismas
condiciones, con el objeto de ejercer su defensa sobre los hechos, la cual materializa
los principios de contradictorio e igualdad procesal 98. Además, esta Corte advierte que
la sola presencia del defensor en dicha diligencia, es una garantía indispensable para
el ejercicio del derecho de defensa mediante el control del contenido de las
declaraciones que se rindan.

111. En consecuencia, este Tribunal considera que el Estado violó el derecho de la


defensa de contrainterrogar a dichos testigos y realizar el control sobre el contenido
de las declaraciones, a las cuales se les otorgó un valor decisivo para determinar la
responsabilidad de la presunta víctima, lo que constituye una violación del derecho de
la defensa a interrogar testigos, consagrado en el artículo 8.2.f) de la Convención
Americana, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Grijalva
Bueno.

A.2.3. Alcance de la presunción de inocencia y el deber de motivar las


decisiones

112. De lo alegado por la Comisión sobre el tratamiento y valoración de los


elementos probatorios por parte del juzgador, se desprende que: i) en la sentencia
condenatoria no se hizo una valoración a la luz del principio de presunción de
inocencia, ya que no se fundamentaron las razones por las cuales varios elementos
probatorios exculpatorios no debían ser tomados en cuenta, y ii) la sentencia
condenatoria se basó exclusivamente en el informe de la comisión de la Inspectoría
General de la Armada; no analizó la aplicación de actos de tortura y coacción en
contra de diversas personas que declararon en contra del señor Grijalva, y no se
adoptó ninguna medida según los estándares relativos a la regla de exclusión. Por su
parte, el Estado adujo que las resoluciones de la jurisdicción militar contienen la
98
Cfr. Caso Castillo Petruzzi y otros Vs. Perú, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 154, y Caso
Amrhein y otros Vs. Costa Rica. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 449.

30
descripción clara de los hechos y su relación con los elementos de prueba actuados
durante el proceso y la adecuación con la norma penal a través de un razonamiento
motivado, lo cual corresponde al parámetro establecido por la Corte.

113. En razón de lo anterior, de acuerdo a la controversia planteada, corresponde


determinar si, de conformidad a los estándares del debido proceso establecidos en el
artículo 8 de la Convención Americana, se violó el principio de presunción de inocencia
y el deber de motivar las resoluciones judiciales dictadas contra la presunta víctima.
La Corte seguidamente analizará las cuestiones planteadas.

114. El principio de presunción de inocencia, tal y como se desprende del artículo


8.2 de la Convención, “exige que una persona no pueda ser condenada mientras no
exista prueba plena de su responsabilidad penal. Si obra contra ella prueba
incompleta o insuficiente, no es procedente condenarla, sino absolverla”99. Debe
recordarse que “[l]a falta de prueba plena de la responsabilidad en una sentencia
condenatoria constituye una violación al principio de presunción de inocencia” 100. En
este sentido, cualquier duda debe ser usada en beneficio del acusado 101. La Corte
considera que el derecho a la presunción de inocencia es un elemento esencial para la
realización efectiva del derecho a la defensa y acompaña al acusado durante toda la
tramitación del proceso hasta que una sentencia condenatoria que determine su
culpabilidad quede firme. Este derecho implica que el acusado no debe demostrar que
no ha cometido el delito que se le atribuye, ya que el onus probandi corresponde a
quien acusa102.

115. En lo que se refiere a la motivación de las sentencias, la Corte ha entendido de


forma reiterada que la motivación “es la exteriorización de la justificación razonada
que permite llegar a una conclusión”103, y que el deber de motivar las decisiones es
una garantía que se desprende del artículo 8.1 de la Convención, vinculada a la
correcta administración de justicia, pues protege el derecho de los ciudadanos a ser
juzgados por las razones que el derecho suministra y da credibilidad a las decisiones
jurídicas en una sociedad democrática104. Por tanto, las decisiones que adopten los
órganos internos que puedan afectar derechos humanos deben estar debidamente
fundamentadas. De lo contrario serán decisiones arbitrarias105.

116. La Corte subraya la relevancia de la motivación, a fin de garantizar el principio


de presunción de inocencia, principalmente en una sentencia condenatoria, la cual

99
Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 18 de agosto de 2000. Serie C No. 69, párr.
120, y Caso Zegarra Marín Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr.
122.
100
Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Fondo, supra, párr. 121, y Caso Zegarra Marín Vs. Perú.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 122.
101
Cfr. Caso Ruano Torres Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 127, y Caso
Zegarra Marín Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 122.
102
Cfr. Caso Ricardo Canese Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto
de 2004. Serie C No. 111, párr. 154, y Caso Zegarra Marín Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, supra, párr. 138.
103
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 107, y Caso Amrhein y otros Vs.
Costa Rica. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 268.
104
Cfr. Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”) Vs. Venezuela.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de agosto de 2008. Serie C No. 182,
párr. 77, y Caso Cordero Bernal Vs. Perú. Excepción Preliminar y Fondo, supra, párr. 79.
105
Cfr. Caso Yatama Vs. Nicaragua, Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 23 de junio de 2005. Serie C No. 127, párrs. 152 y 153, y Caso Chocrón Chocrón Vs.
Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de julio de 2011. Serie C
No. 227, supra, párr. 118.

31
debe expresar la suficiencia de prueba de cargo para confirmar la hipótesis
acusatoria; la observancia de las reglas de la sana crítica en la apreciación de la
prueba, incluidas aquellas que pudieran generar duda de la responsabilidad penal; y
el juicio final que deriva de esta valoración. En su caso, debe reflejar las razones por
las que fue posible obtener convicción sobre la imputación y la responsabilidad penal,
así como la apreciación de las pruebas para desvirtuar cualquier hipótesis de
inocencia, y solo así poder confirmar o refutar la hipótesis acusatoria. Lo anterior,
permitiría desvirtuar la presunción de inocencia y determinar la responsabilidad penal
más allá de toda duda razonable. Ante la duda, la presunción de inocencia y el
principio in dubio pro reo, operan como criterio decisorio al momento de emitir el
fallo106.

117. La Corte observa que el 13 de marzo de 2000 el Juzgado de Derecho de la


Primera Zona Militar emitió la sentencia “en concordancia con el dictamen del Fiscal
General Militar, y de todo cuanto ha sido determinado en las consideraciones”. El
Juzgado declaró que el señor Vicente Aníbal Grijalva Bueno era autor del delito
tipificado y sancionado en el artículo 146, incisos 4 y 6 del Código Penal Militar y lo
condenó a doscientos días de prisión correccional. En dicha sentencia se expresó que
se tenía como antecedente el oficio PRIZON-JUZ-335-0 de 14 de junio de 1994 y una
copia certificada de la resolución de la información sumaria de 13 de junio de 1994;
seguidamente se hizo una descripción de hechos; se nombraron algunos de los autos
dictados en el proceso penal; se citó la normativa de los delitos por los que habían
sido emplazados los sindicados, y se hizo una breve referencia a sus declaraciones. En
el caso del señor Grijalva, se indicó que expresó en su declaración “diversas
afirmaciones sobre los hechos investigados en el proceso, sin que se haya
preocupad[o] de demostrarlos en la presente estación, a fin de excluir o atenuar su
responsabilidad”. Además, indicó que una vez que se trasladó la acusación del
Ministerio Fiscal y el defensor de los sindicados la contestó, la causa fue recibida a
prueba por diez días, conforme lo prevé el artículo 75 del Código de Procedimiento
Penal Militar, tiempo durante el cual “no se [presentó] ninguna”.

118. En el presente caso, se corrobora que el fallo carece de razonamiento sobre


aspectos fácticos o jurídicos. Además, no se hizo una enunciación de las pruebas, ni
se evaluaron los medios probatorios testimoniales, documentales, técnicos o de otra
índole admitidos o no en el juicio; es decir, no hizo un análisis sobre la pertinencia,
cargo o descargo de los mismos. En ese sentido, no se enunció la prueba ni se
fundamentaron las razones por las cuales varios elementos probatorios exculpatorios
no debían ser tomados en cuenta. Además, en cuanto a la afirmación contenida en la
sentencia de que la presunta víctima no se “preocup[ó] de demostrarlos en la
presente estación, a fin de excluir o atenuar su responsabilidad”, es claro que es
contraria al principio de presunción de inocencia.

119. Además, cabe destacar que ya la Corte ha señalado que la carga de la prueba
se sustenta en el órgano del Estado, quien tiene el deber de probar la hipótesis de la
acusación y la responsabilidad penal, por lo que no existe la obligación del acusado de
acreditar su inocencia ni de aportar pruebas de descargo 107.

106
Cfr. Caso Zegarra Marín vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra,
párr. 147, y Caso Rodríguez Revolorio y otros Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 14 de octubre de 2019. Serie C No. 387, párr. 120.
107
Cfr. Caso Zegarra Marín vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra,
párr. 140.

32
120. La Corte constató que la sentencia del presente caso carece de una debida
motivación, de un análisis de los hechos y del derecho, así como de la apreciación de
la prueba que permitió al juzgador establecer la responsabilidad penal del acusado y
la decisión final condenatoria. Del fallo no se desprenden las razones por las cuales el
juzgador consideró que los hechos atribuidos al señor Grijalva Bueno se subsumían en
las normas penales aplicadas. Es decir, no se desprende motivación alguna respecto a
las consideraciones jurídicas sobre la tipicidad, su relación con las pruebas y su
apreciación108.

121. En consecuencia, en cuanto a la evaluación que el juzgador dio a la prueba


exculpatoria, referente a: i) dos Mensajes Navales en donde se consideró que no
existían méritos para continuar con la investigación; ii) la declaración judicial de una
de las personas que participó en la elaboración del informe de la Inspectoría General
de la Armada, admitiendo que no se verificaron las denuncias establecidas por el
SERINT, y iii) la declaración de una persona civil que reconoció que se le entregó
dinero a cambio de denunciar al señor Grijalva Bueno de la comisión de actos ilícitos,
presentada por el señor Grijalva, ante la falta de motivación no es posible determinar,
cómo evalúo el juzgador dicha prueba y, en su caso, las razones por las cuales no las
tomó en cuenta al momento de dictar su decisión condenatoria, todo ello en violación
del principio del inocencia.

122. Por otra parte la Comisión alegó que “existen diversas irregularidades [en el
informe de la comisión de la Inspectoría General de la Armada], incluyendo la
aplicación de actos de tortura y coacción en contra de diversas personas que
declararon en contra del señor Grijalva[, lo cual] tampoco fue analizado por el
juzgador. A pesar de ello […] también se otorgó plena validez a dichas declaraciones
no se adoptó ninguna medida a la luz de los estándares relativos a la regla de
exclusión”. Asimismo, recalcó que “la sentencia condenatoria se basó exclusivamente
en el [citado informe], el cual fue recogido por el fiscal de caso, a pesar de que, […]
uno de sus redactores señaló que los hechos no fueron acreditados”. Lo anterior fue
contradicho por el Estado, quien en específico señaló que la sentencia condenatoria no
se basó exclusivamente en el informe de la comisión de la Inspectoría General de la
Armada.

123. En virtud de tales alegatos, corresponde a la Corte determinar si las


declaraciones contra el señor Grijalva, consideradas en los informes del SERINT y
luego verificadas por la comisión investigadora de la Inspectoría General de la
Armada, fueron tomadas en cuenta en la sentencia condenatoria, y si constituye una
vulneración a la presunción de inocencia, al derecho a la defensa o a un juicio justo.

124. Para el Tribunal, aceptar o dar valor probatorio a declaraciones o confesiones


obtenidas mediante coacción, que afecten a la persona coaccionada o a un tercero,
constituye a su vez una infracción a un juicio justo. Asimismo, el carácter absoluto de
la regla de exclusión se ve reflejado en la prohibición de otorgarle valor probatorio no
sólo a la prueba obtenida directamente mediante coacción, sino también a la
evidencia que se desprende de dicha acción 109. En consecuencia, la Corte considera
que excluir la prueba que haya sido encontrada o derivada a partir de la información

108
Cfr. Caso Norín Catrimán y otros Vs. Chile (Dirigentes, Miembros y Activista del Pueblo Indígena
Mapuche) Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de mayo de 2014, párr. 278, y Caso
Zegarra Marín vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 153.
109
Cfr. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C No. 220, párr. 167, y Caso Montesinos Mejía Vs.
Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 198.

33
obtenida mediante coacción, garantiza de manera adecuada el derecho a un juicio
justo110.

125. Además, la Corte recuerda que la regla de exclusión de pruebas obtenidas


mediante la tortura o tratos crueles e inhumanos ha sido reconocida por diversos
tratados y órganos internacionales de protección de derechos humanos que han
establecido que dicha regla es intrínseca a la prohibición de tales actos. Al respecto, la
Corte considera que esta regla ostenta un carácter absoluto e inderogable111. En este
sentido, la Corte ha sostenido que la anulación de los actos procesales derivados de la
tortura o tratos crueles constituye una medida efectiva para hacer cesar las
consecuencias de una violación a las garantías judiciales. Además, el Tribunal
considera necesario recalcar que la regla de exclusión no se aplica sólo a casos en los
cuales se haya cometido tortura o tratos crueles112.

126. Según el informe de la CEV “Sin verdad no hay justicia”, en agosto de 1991,
dos sargentos informaron al señor Grijalva de la eventual responsabilidad del Capitán
FM y otros miembros de la Fuerza Naval en las detenciones ilegales y arbitrarias,
torturas y asesinatos de tres personas. La CEV indicó que, en diciembre de 1991, el
señor Grijalva denunció estos hechos a su superior inmediato, Vicealmirante TL113,
hechos que devinieron en una persecución en contra del señor Grijalva, declarándose
el revelo del señor Grijalva en octubre de 1992 (supra párr. 51), en donde también
fueron relevados una serie de tripulantes, como secuencia de denuncias por
supuestas irregularidades cometidas por parte del grupo de marinos comandados por
el señor Grijalva Bueno. La CEV indica que ninguna de estas acusaciones fue probada
y más bien fueron negadas por los supuestos denunciantes.

127. Además, la CEV afirmó que entre el 7 y 16 de octubre de 1992 los marinos
debieron comparecer al Servicio de Inteligencia Naval en Quito, donde fueron
interrogados y torturados por los oficiales FM y DS, y los agentes EG, MG, LP, SA, JS,
AN y EP. Los primeros en llegar al SERINT fueron JA, FA y HM, quienes fueron
trasladados hasta el Agrupamiento Escuela de Inteligencia Militar (AEIM), en las
cercanías de Quito, donde se les sometió a interrogatorio bajo tortura durante los tres
días que permanecieron en ese lugar114.

128. Al respecto, el Estado controvirtió el marco fáctico del informe de la CEV


mencionado anteriormente, para lo cual adujo que el “reconocimiento de
responsabilidad” que se desprende de la Ley para Reparación de Víctimas únicamente
genera efectos internos para la institucionalidad del mecanismo de reparación
nacional, por tanto, no es equivalente a un reconocimiento de responsabilidad
internacional. El Estado precisó que las pocas referencias que se encuentran en el
Informe Final de la Comisión de la Verdad sobre el proceso penal militar seguido en

110
Cfr. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas, supra, párr. 167.
111
Cfr. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas, supra, párr. 165, y Caso Montesinos Mejía Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, supra, párr. 196.
112
Cfr. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas, supra, párr. 166, y Caso Montesinos Mejía Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, supra, párr. 197.
113
Cfr. Informe de la Comisión de la Verdad, “Sin Verdad no hay Justicia”, Tomo IV: Relatos de casos
(expediente de prueba, folio 3559).
114
Además, se transcriben las declaraciones de otros marinos DS, FCh, JS, LV, JCh, quienes acudieron
a rendir declaración y en las que indican que también fueron objeto de dicho trato. Cfr. Informe de la
Comisión de la Verdad, “Sin Verdad no hay Justicia”, Tomo IV: Relatos de casos (expediente de prueba,
folios 3560 a 3562).

34
contra del señor Grijalva Bueno no implican de forma alguna un reconocimiento de
responsabilidad internacional del Estado sobre esos hechos.

129. La Corte recuerda que el establecimiento de una comisión de la verdad, según


el objeto, procedimiento, estructura y fin de su mandato puede contribuir a la
construcción y preservación de la memoria histórica, el esclarecimiento de hechos y la
determinación de responsabilidades institucionales, sociales y políticas en
determinados períodos históricos de una sociedad 115. En este mismo sentido, el uso
de dicho informe no exime a este Tribunal de realizar una valoración del conjunto del
acervo probatorio, de acuerdo con las reglas de la lógica y con base en la
experiencia116. En consecuencia, este Tribunal tomará en cuenta el Informe de la
Comisión de la Verdad del Ecuador como un medio de prueba que debe ser valorado
junto con el resto del acervo probatorio.

130. Ahora bien, en el presente caso está demostrado que en julio de 1992 el
SERINT inició una investigación en contra del señor Grijalva y otros miembros de la
Fuerza Naval del Ecuador y emitió un informe de carácter reservado, en el cual
concluyó que dichas personas habrían cometido diversos actos ilícitos en sus
funciones. En el SERINT el superior jerárquico era el Capitán FM, quien había sido
denunciado por el señor Grijalva. La Inspectoría General de la Armada creó una
comisión a efectos de investigar estos hechos, en la cual también concluyó que el
señor Grijalva y otros marinos presuntamente participaron en dichos hechos ilícitos.
Con base en los mencionados informes y asumiendo como propios sus contenidos, el
Consejo de Oficiales Superiores destituyó al señor Grijalva, decisión que quedó en
firme el 18 de mayo de 1993. Posteriormente, el 15 de junio de 1994, se dictó el auto
cabeza del proceso, que inició el proceso penal militar contra el señor Grijalva y otro
sindicado.

131. Del informe final de la CEV se desprende que el Capitán FM amenazó y utilizó
medidas coercitivas en contra de diversos agentes públicos y otras personas a efectos
de que declararan en contra del señor Grijalva.

132. En este sentido, una de las personas que declaró en contra del señor Grijalva,
el señor FCh, posteriormente, en una declaración voluntaria, presentada en el
Juzgado de Derecho de la Primera Zona Militar, manifestó que compareció ante el
Servicio de Inteligencia Naval en Quito, donde fue “sometido a severas
investigaciones” y fueron “utiliza[dos] medios de grave intimidación, de irreversible
presión psicológica” para obligarlo a suscribir un escrito previamente elaborado, en
contra del señor Grijalva Bueno. Afirmó que le fue indicado de forma amenazante que
“si quería que es[e] escrito [fuera] realizado con sangre o sin sangre” y,
posteriormente, apagaron las luces del lugar en donde se encontraba y comenzaron a
golpear las paredes, la puerta de la entrada y el escritorio para luego advertirle “que
de ahí no iba a salir hasta [no] redact[ar] el escrito”. A los pocos días, fue llevado
hasta el SERINT en Quito, donde permaneció por un plazo aproximado de dos
semanas, donde volvió a ser sometido a “presiones psicológicas indirectas ya que no
se [le] tomaba en cuenta para nada y […] todos los días era interrogado por el
Capitán [FM] y el [Teniente DS], los cuales hacían referencia permanentemente [al]

115
Cfr. Caso Zambrano Vélez y otros Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio
de 2007. Serie C No. 166, párr. 128, y Caso Vásquez Durand Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo
Reparaciones y Costas. Sentencia de 15 de febrero de 2015. Serie C No. 332, párr. 114.
116
Cfr. Caso Ríos y otros Vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 28 de enero de 2009. Serie C No. 194, párr. 101, y Caso Vásquez Durand Vs. Ecuador.
Excepciones Preliminares, Fondo Reparaciones y Costas, supra, párr. 114.

35
escrito que [le] hicieron redactar” y le indicaban que “debía prepararse para cuando lo
llamaran a declarar a Guayaquil y que en dicha declaración debía mantenerse firme
respecto al escrito y tranquilo”117. Por último, el señor FCh en su declaración
voluntaria presentada al Juez de Derecho de la Primera Zona Naval manifestó que, se
“retractaba de lo dicho en [su] escrito inicial forjado por los antes nombrados
miembros de inteligencia Naval por reconocer que declar[ó] bajo severas medidas
coercitivas e irresistibles presiones psicológicas de algunos elementos negativos de
[su] superioridad”118.

133. Además, el señor JL rindió una declaración ante el Juez Penal de la Primera
Zona Naval, en la cual manifestó que el Inspector General de la Armada le ordenó
integrar una comisión compuesta por él como jefe del Departamento de Auditoría
Operativa de la Inspectoría General de la Armada y por dos jefes, uno del Segundo y
otro del Tercer Departamento de COOPNA. La comisión “debía cumplir una disposición
dada por el señor Comandante General de Marina, en el sentido de viajar a Puerto
Bolívar para verificar los hechos narrados en un informe presentado por SERINT”.
Adujo que lo que consta en el informe de la comisión, “fue producto de las entrevistas
realizadas a los tripulantes y al personal civil y al Teniente [T]como oficial”. Además,
en su declaración indicó que “al elaborar el informe con sus conclusiones y
recomendaciones, lo hici[eron] […] señalando que en cuanto al cometimiento de
ilícitos, lo que señal[aban] eran presunciones y justamente [se] preocupa[ron] porque
qued[ara] así escrito[;] [su] tarea era clara, verificar si efectivamente habían
denuncias de irregularidades [y] verifica[ron] esas denuncias en las personas que
entrevista[ron]”, es decir, “verific[aron] que se trataban de hechos reales […] que
exist[ían] PRESUNCIONES DE RESPONSABILIDAD” (mayúsculas del original). Agregó
que lo que escribieron en el informe “no es una prueba de que, efectivamente, así se
hizo, eso corresponde a nivel de juzgado, o nivel de ejercicio de justicia”. Por último,
dijo que el Informe de la Inspectoría se hizo el 30 de octubre de 1992, aunque
también declaró que la Inspectoría de la comisión investigadora hizo dos informes. El
primero, “relacionado al Capitán Grijalva, el cual se fue a Quito, lo que resolvieron
posterior a ese informe fue de decisión y responsabilidad exclusiva del Consejo que
vio [el] caso”. El segundo informe, “fue relacionado con los tripulantes en el cual se
solicita a la Primera Zona Naval que inicie los trámites correspondientes en vista, de
que hay presunción de delito, asunto que ya no correspondía a la Inspectoría”. Por
otro lado, señaló que entrevistó a uno de los tripulantes, al señor FCh.

134. De lo expuesto anteriormente se desprende lo siguiente:

a) que los oficiales y tripulantes prestaron declaraciones ante la SERINT,


las cuales sirvieron de base para la confección de los informes de la comisión
Inspectora de Asuntos Administrativos, entre ellos fue entrevistado el señor
FCh;
b) los nombres de dichos oficiales en ese informe coinciden con los
nombres de los tripulantes que según el informe de la CEV fueron interrogados
y habrían sido torturados por otros oficiales a fin de que declararan contra el
señor Grijalva;
c) entre esos oficiales se encuentra la declaración del señor FCh, en la que
originalmente denunció diversas irregularidades y hacía imputaciones al señor
Grijalva, de las que se retractó posteriormente, debido a que, en el momento

117
Cfr. Declaración voluntaria FCh presentada al Juez de Derecho de la Primera Zona Naval, 2 de
noviembre de 1998 (expediente de prueba, folios 51 a 52).
118
Cfr. Declaración voluntaria de FCh presentada al Juez de Derecho de la Primera Zona Naval, supra.

36
de su entrevista, adujo que fue sometido a severas presiones para firmar un
documento previamente confeccionado en contra del señor Grijalva, y
d) que las presiones y apremios denunciados por el señor FCh nunca
fueron investigados como tampoco las torturas a las que habrían sido
sometidos los marinos que declararon contra el señor Grijalva, a las que se
hace alusión en el informe de la CEV.

135. Aunado a lo anterior, esta Corte hace notar que, en su declaración indagatoria
rendida el 5 de julio de 1995 ante el Juez Penal Militar de la Primera Zona Naval, el
señor Grijalva Bueno manifestó que “ha[ce] entrega para que sea agregada al
proceso y como testimonio de las declaraciones rendidas por el Cabo [FCh], Sgto.
[FB] y Sgto. [HM], en la que se indica como el Servicio de Inteligencia condujo,
presionó y torturó a los mencionados tripulantes para que hablarán en contra [su]
persona, tal como entreg[ó un] cassete para que sea parte del proceso”. Igualmente,
en su declaración rendida el 19 de octubre de 1998 ante el Juez Penal Militar de la
Primera Zona Naval, el señor Grijalva expresó que “[e]n los videos entregados como
prueba en [el] proceso, constan la declaración del ex agente del servicio de
inteligencia [FCh] , en la que indica que le ordenaron forjar documentación en contra
del capitán Vicente Grijalva y del grupo de tripulantes que fueron sancionados, por los
informes obligados a hacer él y que fueron la base para los informes de INSGAR”. Lo
anterior fue reiterado en su declaración rendida ante este Tribunal, en la cual
manifestó que “[a] partir de octubre de 1992 también comenzaron las torturas a los
sargentos entre los que estaban HM y los sargentos del Servicio de Inteligencia: [FB],
[FA], [FCh]”. De lo anterior, la Corte desprende que el juzgador tomó conocimiento de
las irregularidades cometidas al momento de la recepción de las declaraciones de
algunos tripulantes, contenidas en los informes.

136. Este Tribunal considera que efectivamente en la sentencia condenatoria de 13


de marzo de 2000 el juzgador consideró el informe de la comisión de la Inspectoría
General de la Armada, el cual contiene una serie de irregularidades, entre ellas, que
tomó en cuenta las declaraciones de tripulantes que habrían sido obtenidas bajo
coacción o tortura, contenidas en los informes del SERINT. Asimismo, la Corte
constató, a través de la declaración de uno de sus redactores, el señor JL que, los
hechos que constan en el informe de la comisión de la Inspectoría General de la
Armada, relacionados con las alegadas conductas delictivas del señor Grijalva, no
fueron acreditados, solo se ratificó que las denuncias fueran reales, y que existían
presunciones de responsabilidad. Por último, se hace notar que el propio Estado
reconoció las irregularidades de los informes de la SERINT, debido a la participación
de varias autoridades de la Marina que tenían un interés directo en la destitución del
señor Grijalva.

137. En consecuencia, al haberse apreciado prueba que habría sido obtenida bajo
coacción y tortura en la sentencia condenatoria de 13 de marzo de 2000, se hace
evidente que la condena tiene como fundamento una prueba ilícita obtenida de
manera irregular, la cual no puede ser admitida como medio de prueba 119.

119
En ese sentido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha reiterado que “no tiene como misión
pronunciarse en principio sobre la admisión de determinados medios de prueba -por ejemplo las pruebas
obtenidas de forma ilegal con relación al derecho interno. Debe examinar si el proceso, incluida la forma de
obtención de las pruebas, fue equitativo en su conjunto […] Para determinar si el proceso ha sido equitativo
en su conjunto, es preciso también investigar si los derechos de la defensa han sido respetado[s]. Procede
preguntarse en particular, si el demandante ha gozado de la posibilidad de rebatir la veracidad de las
pruebas y de oponerse a su utilización. Es preciso también tener en cuenta la calidad de las pruebas y en
especial verificar, si las circunstancias en las que han sido obtenidas, arrojan alguna duda sobre su
credibilidad o exactitud. Si bien no se plantea necesariamente un problema de equidad cuando la prueba

37
138. En este sentido el artículo 10 de la Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura (CIPST) señala que “[n]inguna declaración que se compruebe
haber sido obtenida mediante tortura podrá ser admitida como medio de prueba en
un proceso, salvo en el que se siga contra la persona o personas acusadas de haberla
obtenido mediante actos de tortura y únicamente como prueba de que por ese medio
el acusado obtuvo tal declaración”.

139. De conformidad con lo anterior, la Corte concluye que el juzgador en su


sentencia condenatoria, dictada contra el señor Grijalva Bueno en el proceso penal
militar, apreció prueba ilícita que habría sido obtenida bajo tortura y coacción en
violación del debido proceso, así como de las garantías judiciales indispensables
relacionadas con el derecho de defensa, presunción de inocencia, igualdad procesal y
a un juicio justo, en violación de los artículos 8.1. y 8.2 de la Convención Americana,
en relación con el artículo 1.1 de la misma, perjuicio del señor Vicente Aníbal Grijalva
Bueno. En consecuencia, este Tribunal considera que el proceso penal militar seguido
contra la víctima es un proceso arbitrario y absolutamente inconvencional.

A.2.4. Plazo Razonable

140. La Corte ha señalado que el derecho de acceso a la justicia requiere que se


haga efectiva la determinación de los hechos que se investigan y, en su caso, de las
correspondientes responsabilidades penales en tiempo razonable, por lo que una
demora prolongada puede llegar a constituir, por sí misma, una violación de las
garantías judiciales120.

141. Si bien es cierto que a efectos de analizar el plazo razonable de una


investigación y de un procedimiento, en términos generales la Corte debe considerar
la duración global de un proceso hasta que se dicte sentencia definitiva 121, en ciertas
situaciones particulares puede ser pertinente una valoración específica de sus
distintas etapas122. Este Tribunal ha considerado cuatro elementos para analizar si se
cumplió con la garantía del plazo razonable, a saber: a) la complejidad del asunto, b)
la actividad procesal del interesado, c) la conducta de las autoridades judiciales, y d)
la afectación generada en la situación jurídica de la persona involucrada en el
proceso123.

142. En el presente caso, el Estado concretamente no invocó información sustancial


para justificar la prolongación del proceso. Además, se recuerda al Estado, con
relación a la actividad procesal de la presunta víctima, que este Tribunal ha señalado

obtenida no se ve corroborada por otros medios, es preciso señalar que cuando es muy sólida y no da lugar
a ninguna duda, disminuye la necesidad de otros elementos de apoyo”. Cfr. TEDH, Caso Gäfgen Vs.
Alemania. No. 22978/05. Sentencia de 1 de junio de 2010, párr. 163 y 164; Caso Khan Vs. Reino Unido.
No. 35394/97. Sentencia de 12 de mayo de 2000, párr. 34 y 35, y Caso Allan Vs. Reino Unido. No.
48539/99. Sentencia de 5 de noviembre de 2002, párr. 42 y 43.
120
Cfr. Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros Vs. Trinidad y Tobago. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 21 de junio de 2002. Serie C No. 94, párr. 145, y Caso Guzmán Albarracín y otras Vs.
Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de junio de 2020. Serie C No. 405, párr. 180.
121
Cfr. Caso Suárez Rosero Vs. Ecuador. Fondo. Sentencia de 12 de noviembre de 1997. Serie C No. 35,
párr. 71, y Caso Guzmán Albarracín y otras Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 181.
122
Cfr. Caso de las comunidades afrodescendientes desplazadas de la Cuenca del Río Cacarica
(Operación Génesis) Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
20 de noviembre de 2013. Serie C No. 270, párr. 403, y Caso Guzmán Albarracín y otras Vs. Ecuador.
Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 181.
123
Cfr. Caso Genie Lacayo Vs. Nicaragua. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de enero de
1997. Serie C No. 30, párr. 77, y Caso Guzmán Albarracín y otras Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y
Costas, supra, párr. 181.

38
“que la interposición de recursos constituye un factor objetivo, que no debe ser
atribuido ni a la presunta víctima ni al Estado demandado, sino que debe ser tomado
como un elemento objetivo al determinar si la duración del procedimiento excedió el
plazo razonable”124.

143. Para el análisis correspondiente, cabe indicar que el Código de Procedimiento


Penal Militar, en su artículo 167, disponía que el juicio penal constaba de dos fases:
sumario y plenario. La primera, empezaba con el auto cabeza de proceso y terminaba
con la sentencia del Comandante de Zona. La segunda, se iniciaba con la elevación
del proceso a la Corte de Justicia Militar en virtud de los recursos concedidos
(apelación, nulidad) o por razón de haberse elevado en consulta y además cabía la
posibilidad de apelar el auto de llamamiento a juicio plenario ante la Corte de Justicia
Militar, conforme a las normas supletorias del proceso penal.

144. Sobre la complejidad del caso, debe señalarse que este no ofrecía elementos
de complejidad, pues se trataba de dos sindicados, identificados y localizados. En lo
referente a la actividad procesal de las personas interesadas, la Corte nota que no
hay evidencia de que el señor Grijalva o sus representantes hubieran realizado
acciones que dificultaran el avance del proceso penal militar.

145. En lo que respecta a la conducta de las autoridades judiciales, en el presente


caso, el 15 de junio de 1994 se dictó el auto cabeza del proceso y se ordenó instruir
el proceso y aproximadamente dos años después, el 2 de julio de 1996, el Juez Penal
declaró concluido el plenario y dispuso subir los autos al Juez Militar de la Primera
Zona Naval. El 7 de agosto de 1996 se dictó el auto de llamamiento a juicio por el
Juez Militar de la Primera Zona Naval en contra del señor Grijalva y otro sindicado,
quienes el 8 de los mismos mes y año, interpusieron un recurso de apelación contra
dicha decisión. El 2 de septiembre de 1996, el juzgado elevó la causa a la Corte de
Justicia Militar y casi dos años más tarde, el 5 de junio de 1998, la Corte de Justicia
Militar rechazó el recurso de apelación y confirmó el auto de llamamiento a juicio.
Finalmente, dos años después, el 13 de marzo de 2000, el Juez Militar de la Primera
Zona Naval dictó sentencia condenatoria, habiendo transcurrido seis años desde el
inicio del proceso penal militar. Dicha sentencia fue apelada el 15 de marzo del mismo
año por los sindicados. Un año después, el 13 de marzo de 2001 la Corte de Justicia
Militar dictó sentencia en la cual desechó el recurso de apelación y confirmó en todas
sus partes la sentencia de 13 de marzo de 2000. Este Tribunal considera que el
Estado no invocó de manera sustancial razones aceptables para justificar la
prolongación del proceso ni actuó con la diligencia debida encaminada a obtener
justicia y es pertinente considerar que el tiempo transcurrido de siete años y dos
meses constituye una demora prolongada en el proceso penal militar atribuible al
Estado.

146. Finalmente, con respecto al cuarto elemento, el cual se refiere a la afectación


generada por la duración del procedimiento en la situación jurídica de las personas
involucradas, la Corte considera, como ha hecho anteriormente, que no es necesario
realizar el análisis del mismo en el presente caso para determinar la razonabilidad del
plazo de las investigaciones aquí referidas125.

124
Cfr. Caso Memoli Vs. Argentina. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 22 de agosto de 2013. Serie C No. 265, párr. 174, y Caso Montesinos Mejía Vs. Ecuador.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 184.
125
Cfr. Caso Garibaldi Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 23 de septiembre de 2009. Serie C No. 203, párr. 138, y Caso Luna López Vs. Honduras. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 10 de octubre de 2013. Serie C No. 269, párr. 195.

39
B. Conclusión

147. En razón de todo lo anterior, en el proceso penal militar seguido contra el


señor Vicente Aníbal Grijalva Bueno, la Corte concluye que se le vulneró el derecho de
interrogar a testigos y ejercer control sobre el contenido de sus declaraciones.
Además, el Estado violó el principio de presunción de inocencia del señor Grijalva
Bueno, y no garantizó la motivación de la decisión judicial. El fallo carece de
razonamientos sobre aspectos fácticos o jurídicos, lo que afectó la obtención de un
fallo debidamente fundado. Asimismo, el Estado reconoció que se configuraron
distintas irregularidades en la confección de los informes de la SERINT y del informe
de la comisión de la Inspectoría General de la Armada los cuales hicieron parte del
acervo probatorio valorado por el Juez Militar, y el juzgador en su sentencia
condenatoria apreció prueba ilícita que habría sido obtenida bajo tortura y coacción.
Todo lo anterior configuró una violación del debido proceso y de las garantías
judiciales indispensables del señor Grijalva relacionadas con el derecho de defensa,
presunción de inocencia, igualdad procesal y a un juicio justo. Finalmente, el Estado
no actuó con la debida diligencia y se dio una demora prolongada en el proceso penal
militar.

148. Por tanto, la Corte considera que el Estado es responsable de la violación de


los artículos 8.1, 8.2 y 8.2.f) de la Convención Americana, en relación con el artículo
1.1 de la Convención, en perjuicio del señor Vicente Aníbal Grijalva Bueno. En razón
del conjunto de violaciones a las garantías judiciales que se advierten, este Tribunal
concluye que el proceso penal militar llevado a cabo contra el señor Grijalva fue un
proceso arbitrario y absolutamente inconvencional.

VIII.2
DERECHO A LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO Y DE EXPRESIÓN126

A. Argumentos de la Comisión y de las partes

149. La Comisión consideró que las declaraciones realizadas por el señor Grijalva a
su institución y ante los medios de comunicación corresponden a una de las
actividades que pueden ser emprendidas por defensores y defensoras de derechos
humanos. La Comisión señaló que la destitución del señor Grijalva y el proceso penal
militar iniciado en su contra “constituyeron actos de represalia”, pues ambos se
iniciaron luego de que el señor Grijalva realizara denuncias en contra de la
participación de militares en graves violaciones de derechos humanos. Además, la
Comisión indicó que la duración de más de siete años del proceso penal no fue
razonable, lo cual tiene particular relevancia a la condición de un defensor o defensora
de derechos humanos, debido a la afectación que el curso del tiempo produce en la
situación jurídica del mismo. La Comisión concluyó que las declaraciones realizadas
por el señor Grijalva corresponden al tipo de actividades que pueden ser efectuadas
por defensores y defensoras de derechos humanos al margen de su condición de
miembro de la Fuerza Naval. En consecuencia, la Comisión consideró que las
declaraciones efectuadas por el señor Grijalva están protegidas por el artículo 13.1 de
la Convención Americana y el Ecuador vulneró dicho artículo.

126
Artículo 13 de la Convención Americana.

40
150. El Estado adujo que el proceso penal contra el señor Grijalva Bueno se inició
formalmente más de un año después de producirse su destitución de las filas
militares, y por encontrarse fundamentos fácticos y jurídicos de su participación en
una infracción penal establecida en el Código Penal Militar mientras cumplía sus
funciones en la Capitanía de Puerto Bolívar. Tales elementos surgieron de
declaraciones testimoniales e indicios documentales que hacían presumir la existencia
de un delito militar y la consecuente responsabilidad penal en los hechos.

151. El Estado insistió en que de ninguna forma el proceso penal militar fue un acto
de represalia en contra del señor Grijalva Bueno. Sostuvo que en el presente caso no
existió la invención de cargos penales, tampoco sanciones desproporcionadas, no
existió ningún arresto o detención arbitraria, sino que se siguió el debido proceso
establecido en el ordenamiento jurídico nacional, por lo que cualquier acto de
represalia que se pretenda hacer aparecer obedece únicamente a criterios subjetivos,
sin sustento real y por ende debe quedar descartado. Recalcó que el inicio, la
sustanciación del proceso y la posterior condena, ratificada en doble instancia, no
puede ser considerados de modo alguno como hechos que constituyan vulneración del
derecho a la libertad de expresión. Por consiguiente, solicitó a la Corte declarar que el
Estado no violó el derecho consagrado en el artículo 13.1 de la Convención
Americana, en perjuicio del señor Grijalva Bueno.

B. Consideraciones de la Corte

152. Respecto al contenido de la libertad de pensamiento y de expresión, la Corte


ha señalado que quienes están bajo la protección de la Convención tienen el derecho
de buscar, recibir y difundir ideas e informaciones de toda índole, así como también el
de recibir y conocer las informaciones e ideas difundidas por los demás 127. Es por ello
que la libertad de expresión tiene una dimensión individual y una dimensión social y
la Corte ha entendido que ambas dimensiones poseen igual importancia y deben ser
garantizadas en forma simultánea para dar efectividad total al derecho a la libertad de
pensamiento y de expresión en los términos previstos del artículo 13 de la
Convención128. La libertad de expresión, particularmente en asuntos de interés
público, “es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad
democrática”129. De acuerdo a la propia Convención, la libertad de expresión no es un
derecho absoluto130. La Convención Americana garantiza el derecho a la libertad de
expresión a toda persona, independientemente de cualquier otra consideración 131.

153. Del acervo probatorio se estableció que el señor Grijalva Bueno era miembro
de la Fuerza Naval del Ecuador, con el cargo de Capitán de Corbeta perteneciente a la
Dirección General de la Marina Mercante, y que en febrero de 1992 el señor Grijalva
fue designado Capitán de Puerto de Puerto Bolívar. En ejercicio de sus funciones tuvo

127
Cfr. Caso Kimel Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 53, y Caso Urrutia
Laubreaux Vs. Chile. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 76.
128
Cfr. Caso "La Última Tentación de Cristo" (Olmedo Bustos y otros) Vs. Chile. Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 5 de febrero de 2001. Serie C No. 73, párr. 67, y Caso Urrutia Laubreaux Vs. Chile.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 80.
129
Cfr. Caso Ríos y otros Vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas,
supra, párr. 105, y Caso Carvajal Carvajal y otros Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 13 de marzo de 2018. Serie C No. 352, párr. 174.
130
Cfr. Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 2 de julio de 2004. Serie C No. 107, párr. 120, y Caso Urrutia Laubreaux Vs. Chile, supra,
párr. 81.
131
Cfr. Caso Tristán Donoso Vs. Panamá. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 27 de enero de 2009. Serie C No. 193, párr. 114, y Caso Urrutia Laubreaux Vs. Chile.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 82.

41
conocimiento de detenciones ilegales, arbitrarias, torturas y asesinatos de tres
personas por parte de miembros de la marina, por lo que denunció la comisión de
dichas violaciones de derechos humanos a su superior jerárquico de la institución en
diciembre de 1991 (supra pie de página 22). Posteriormente, por resolución del
Consejo de Oficiales Superiores de la Fuerza Naval estuvo en su cargo hasta el 27 de
octubre de 1992, y puesto oficialmente en disponibilidad el 17 de noviembre de 1992.
Finalmente, el 18 de mayo de 1993 por medio del Decreto Ejecutivo No. 772 se le dio
de baja permanente (supra párrs. 51 y 52).

154. A su vez, el comandante de la Primera Zona Naval, el 29 de noviembre de


1993 ordenó que se iniciara la información sumaria ante el Juzgado Penal Militar de la
Primera Zona Naval por las presuntas irregularidades cometidas por el señor Grijalva
y sus tripulantes en el desempeño de sus funciones como Capitán de Puerto de Puerto
Bolívar. Al respecto, tomó como antecedente un informe del Servicio de Inteligencia
Naval, el cual no tiene fecha y contiene un sello de reservado, en el cual en las
conclusiones se establece que “de las investigaciones realizadas se presume que
todas las anomalías cometidas en la jurisdicción de la Capitanía de Pto. Bolívar son
llevadas a cabo por personal Naval con pleno conocimiento y participación del CPCB
IM Vicente GRIJALVA” (mayúsculas del original). El 15 de junio de 1994 se dictó el
auto cabeza del proceso sindicando al señor Grijalva Bueno y a otra persona. El
proceso penal militar continuó y el 13 de marzo de 2000 el Juez Penal Militar de la
Primera Zona Naval emitió sentencia condenatoria contra el señor Grijalva, la cual fue
confirmada el 13 de marzo de 2001.

155. En el año 1994, el señor Grijalva Bueno expuso públicamente en los medios de
comunicación las denuncias que había efectuado anteriormente en el interior de la
institución (supra pie de página 23). Dicha información contribuyó al esclarecimiento
de las mencionadas muertes. Por otra parte, el informe de la Comisión de la Verdad
señaló que el señor Grijalva fue objeto de diversos actos de hostigamiento132.

156. Para efectos del análisis correspondiente, se debe examinar si por la


naturaleza de las denuncias de graves violaciones de derechos humanos realizadas
por el señor Grijalva Bueno y con ocasión del proceso de destitución y el proceso
penal militar al que fue sometido se vulneró su libertad de expresión. Al respecto,
cabe señalar que el Estado insistió en que de ninguna forma el proceso penal militar
fue un acto de represalia en contra del señor Grijalva.

157. De los distintos elementos probatorios esta Corte acredita que:

a) coincidentemente luego de la denuncia que hiciera el señor Grijalva en


diciembre de 1991, sobre las violaciones de derechos humanos cometidas por
miembros de la institución a la que pertenecía, se inició un proceso
administrativo de destitución en el año 1992;
b) el proceso administrativo de destitución se inició con base en informes con
carácter reservado y decisiones respecto de los cuales el señor Grijalva no
tuvo conocimiento, ni la posibilidad de participar y defenderse, el cual culminó
con la decisión de su destitución sin motivación alguna, por lo que no se le
permitió ejercer un recurso eficaz, como el mismo Estado lo reconoció;

132
El 15 de diciembre de 1994 la Comisión otorgó medidas cautelares a su favor y de otros 4 ex
miembros de las Fuerzas Armadas, debido a información recibida por la Comisión respecto a amenazas
contra sus vidas y acoso contra familiares a raíz de declaraciones sobre los hechos y responsables de la
desaparición, tortura y muerte de Consuelo Benavides. La Comisión manifestó que, en ese caso, dos
testigos fallecieron y otro desapareció (expediente de prueba, folios 572 a 573).

42
c) en los informes utilizados para la destitución del señor Grijalva estuvo
involucrado un agente militar denunciado meses atrás por la presunta víctima
por haber cometido graves violaciones de derechos humanos, así como de la
participación de otras autoridades que habían sido denunciadas por él, que
formaron parte del Consejo de Oficiales Superiores que dispusieron su
destitución, ya que tenían un interés directo en el resultado de la investigación
por estar involucrados en la controversia, como el Estado lo reconoció;
d) el TGC ordenó la reincorporación del señor Grijalva y que se le restituyera
en sus derechos, respecto de lo cual el Ministerio de Defensa mostró su
inconformidad con lo resuelto, al indicar que el Concejo Supremo de las
Fuerzas Armadas no cometió actos inconstitucionales e ilegales y solicitó la
suspensión de la resolución del TGC hasta que emitiera un pronunciamiento
definitivo en la justicia militar. Dicha solicitud fue rechazada, y aseveró el TGC
que “aceptar que un enjuiciamiento penal pueda suspender el cumplimiento de
una decisión del Tribunal sería violentar el principio de constitucionalidad de la
presunción de inocencia”;
e) con base en los informes usados en el proceso administrativo de
destitución, se dictó el auto cabeza del proceso en junio de 1994 contra el
señor Grijalva y otro sindicado, siete meses después de que el Comandante
General de la Marina ordenara el 19 de noviembre de 1993 iniciar un proceso
penal militar en su contra y otras diez personas, y
f) en el año 1994, el señor Grijalva expuso públicamente en los medios de
comunicación las denuncias sobre graves violaciones de derechos humanos
cometidas por miembros de las Fuerzas Armadas.

158. La Corte advierte que temporalmente coinciden las denuncias efectuadas por el
señor Grijalva y las distintas actuaciones realizadas por el Estado en el proceso
administrativo de destitución y en el proceso penal militar. Ambos procesos se
iniciaron poco tiempo después de que la presunta víctima realizara denuncias sobre la
participación de militares en graves violaciones de derechos humanos. Así se abrió un
proceso administrativo arbitrario e inconvencional que, como fue reconocido por el
Estado, resultó en la destitución del señor Grijalva, y con base en los mismos
argumentos se instauró el proceso penal militar, en el cual también se vulneraron las
garantías judiciales, el cual culminó con una sentencia condenatoria en contra de la
presunta víctima. Los procesos estuvieron viciados por distintas irregularidades
violatorias de las garantías procesales del señor Grijalva, entre ellas los informes que
fueron utilizados en los que se incluyeron testimonios de oficiales que habrían sido
coaccionados o torturados para que declararan contra el señor Grijalva, lo cual
demuestra que existía un ánimo de retaliación en contra de la presunta víctima y el
propósito de silenciarlo por las denuncias de graves violaciones de derechos humanos
que había hecho contra integrantes de la institución a la cual pertenecía para de esta
forma resguardar la institucionalidad militar. La respuesta corporativa de la institución
militar consistió en la exclusión del señor Grijalva de la misma.

159. Asimismo, la Corte estima que, por la naturaleza de las graves violaciones de
derechos humanos que denunció el señor Grijalva Bueno en su desempeño en el
cargo naval y como funcionario público, estaba ejerciendo su libertad de expresión.
En consecuencia, este Tribunal considera que los hechos ilícitos cometidos por
autoridades militares denunciados por el señor Grijalva tanto en el ámbito
institucional como públicamente, así como que las violaciones a las garantías
judiciales del proceso de destitución se trasladaron al proceso penal militar, pudieron
haber generado un efecto intimidador o inhibidor en el libre y pleno ejercicio de su
libertad de expresión. A la vez pudieron tener un efecto intimidador respecto de las

43
denuncias de violaciones de derechos humanos realizadas por integrantes de las
fuerzas armadas, lo que a su vez habría afectado la dimensión social del derecho a la
libertad de expresión. En consecuencia, la Corte estima que el Estado violó en
perjuicio del señor Grijalva Bueno el artículo 13.1 de la Convención Americana.

160. En cuanto a las alegaciones de la Comisión de que las declaraciones realizadas


por el señor Grijalva a su institución y ante los medios de comunicación corresponden
a una de las actividades que pueden ser emprendidas por defensores y defensoras de
derechos humanos, este Tribunal considera que el señor Grijalva Bueno en su cargo
como miembro de la Fuerza Naval del Ecuador y funcionario público, tenía el deber,
dentro de sus obligaciones, de denunciar la gravedad de los hechos relacionados con
violaciones de derechos humanos. En el presente caso, el señor Grijalva actuó en
defensa de los derechos humanos al denunciar las torturas, desapariciones forzadas,
así como las muertes de tres personas, de las cuales tuvo conocimiento en razón de
su cargo. Los funcionarios públicos, incluidos los miembros de las fuerzas armadas,
deben efectuar denuncias sobre graves violaciones de derechos humanos cuando
tengan conocimiento de ellas, siendo una obligación que debe estar consagrada
constitucional y legalmente. Al Estado le corresponde adoptar las medidas necesarias
para asegurar que los funcionarios públicos que realicen este tipo de denuncias no
sean objeto de represalias en su contra y brindar la protección debida. Además, debe
tomarse en cuenta que usualmente los funcionarios públicos tienen un conocimiento
temprano de estos actos por la función que desempeñan.

161. El Estado debe garantizar las condiciones fácticas para que los funcionarios
públicos realicen las denuncias libremente sin que sean víctimas de amenazas u otros
tipos de hostigamiento. Por lo tanto, como lo ha señalado la Corte respecto a los
defensores de derechos humanos, mutatis mutandis, las represalias producen un
efecto social de intimidación y temor, teniendo como resultado el amedrentamiento,
pues silencian e inhiben la labor de éstas personas 133. En este sentido es fundamental
que el Estado no use indebidamente los procesos sancionatorios ni los penales, o
militares como el presente caso, para someter a juicios infundados a los funcionarios
públicos y debe garantizarles la vigencia de las garantías judiciales. Por lo tanto, el
Estado en el presente caso debió brindar la protección debida para que el señor
Grijalva realizara las denuncias de violaciones de derechos humanos a las que tuvo
conocimiento libremente sin represalia alguna.

162. La Corte concluye que el Estado violó la libertad de expresión consagrada en el


artículo 13.1 de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 de la misma,
en perjuicio del señor Aníbal Vicente Grijalva Bueno.

IX
REPARACIONES

163. Sobre la base de lo dispuesto en el artículo 63.1 de la Convención Americana,


la Corte ha indicado que toda violación de una obligación internacional que haya
producido daño comporta el deber de repararlo adecuadamente, y que esa disposición
recoge una norma consuetudinaria que constituye uno de los principios fundamentales
del Derecho Internacional contemporáneo sobre responsabilidad de un Estado134.

133
Cfr. Caso Escaleras Mejía y Otros Vs. Honduras. Sentencia de 26 de septiembre de 2018. Serie C
No. 361, párrs. 69 a 70.
134
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de julio de
1989. Serie C No. 7, párr. 25, y Caso Guachalá Chimbó y otros Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 26 de marzo de 2021. Serie C No. 423, párr. 222.

44
Además, este Tribunal ha establecido que las reparaciones deben tener un nexo
causal con los hechos del caso, las violaciones declaradas, los daños acreditados, así
como las medidas solicitadas para reparar los daños respectivos. Por tanto, la Corte
deberá analizar dicha concurrencia para pronunciarse debidamente y conforme a
derecho135.

164. La reparación del daño ocasionado por la infracción de una obligación


internacional requiere, siempre que sea posible, la plena restitución (restitutio in
integrum), que consiste en el restablecimiento de la situación anterior. De no ser esto
factible, como ocurre en la mayoría de los casos de violaciones a derechos humanos,
el Tribunal determinará medidas para garantizar los derechos conculcados y reparar
las consecuencias que las infracciones produjeron136. Por tanto, la Corte ha
considerado la necesidad de otorgar diversas medidas de reparación a fin de resarcir
los daños de manera integral por lo que, además de las compensaciones pecuniarias,
las medidas de restitución, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición
tienen especial relevancia por los daños ocasionados137.

165. La Corte ha establecido que las reparaciones deben tener un nexo causal con
los hechos del caso, las violaciones declaradas, los daños acreditados, así como las
medidas solicitadas para reparar los daños respectivos. Por lo tanto, la Corte deberá
observar dicha concurrencia para pronunciarse debidamente y conforme a derecho138.

166. Tomando en cuenta las violaciones a la Convención Americana declaradas en


los capítulos anteriores, a la luz de los criterios fijados en la jurisprudencia del
Tribunal en relación con la naturaleza y alcances de la obligación de reparar 139, la
Corte analizará las pretensiones presentadas por la Comisión, así como los
argumentos del Estado al respecto, con el objeto de disponer a continuación las
medidas tendientes a reparar dichas violaciones140.

A. Parte Lesionada

167. Este Tribunal considera parte lesionada, en los términos del artículo 63.1 de la
Convención, a quienes han sido declaradas víctimas de la violación de algún derecho
reconocido en la misma. En este caso, la Corte considera como “parte lesionada” al
señor Vicente Aníbal Grijalva Bueno, quién en su carácter de víctima de las violaciones
declaradas en el capítulo VIII será beneficiaria de las reparaciones que la Corte
ordene.

135
Cfr. Caso Ticona Estrada y otros Vs. Bolivia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de
noviembre de 2008. Serie C No. 191, párr. 110, y Guachalá Chimbó y otros Vs. Ecuador. Fondo,
Reparaciones y Costas, supra, párr. 222.
136
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, supra, párr. 24, y Caso Vicky
Hernández y otras Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 145.
137
Cfr. Caso de la Masacre de Las Dos Erres Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2009. Serie C No. 211, párr. 226, y Caso Vicky
Hernández Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 145.
138
Cfr. Caso Ticona Estrada Vs. Bolivia. Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 110, y Caso
Martínez Esquivia Vs. Colombia. Excepciones preliminares, Fondo y Reparaciones. Sentencia de 6 de octubre
de 2020. Serie C No. 412, párr. 149.
139
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, supra, párrs. 25 a 27, y Caso
Martínez Esquivia Vs. Colombia. Excepciones preliminares, Fondo y Reparaciones, supra, párr. 150.
140
Al respecto, este Tribunal hace notar que, si bien en sus alegatos finales escritos el representante
del señor Grijalva Bueno presentó una serie de alegaciones relativas a las reparaciones, estas peticiones no
son admitidas, ya que el momento procesal oportuno correspondía al escrito de solicitudes, argumentos y
pruebas que fue presentado de forma extemporánea (supra, párr. 7).

45
B. Medidas de restitución

168. La Comisión solicitó la reincorporación del señor Grijalva Bueno en una


posición de igual categoría a la que tendría actualmente de no haber sido destituido.
En caso de que esta no sea la voluntad de la víctima o que existan razones objetivas
que impidan la reincorporación, que el Estado deba pagar una indemnización por este
motivo, que sería independiente de las reparaciones relativas al daño material y
moral.

169. El Estado manifestó que, independientemente de la voluntad del señor


Grijalva Bueno, en el presente caso sería materialmente imposible reincorporarle en la
misma situación, ya que han transcurrido aproximadamente 27 años desde su baja de
la Fuerza Naval y, en todo caso, con independencia de la baja del señor Grijalva
Bueno en 1993, su permanencia en las Fuerzas Armadas según las condiciones
profesionales, la hoja de vida y las normas legales, el tiempo máximo de él en dicha
institución habría sido hasta diciembre de 1998 141, por lo que considera que la misma
es improcedente.

170. La Corte determinó, en consideración del reconocimiento parcial de


responsabilidad del Estado, que la destitución del señor Grijalva Bueno como
funcionario militar de la Fuerza Naval ecuatoriana fue el resultado de un proceso
violatorio de las garantías judiciales y protección judicial establecidas en la
Convención Americana. Además, el Tribunal de Garantías Constitucionales, mediante
Resolución No. 181-95-CP, el 12 de septiembre de 1995 decidió:

1. Aceptar la queja presentada por [los actores]; declarar inconstitucionales los actos
que determinaron su disponibilidad y baja y observar al Presidente de la República, al
Consejo de Personal de Tripulación, al Consejo de Oficiales Superiores de la Marina, al
Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y al Comandante General de la Marina”.

2. Concederles el término de treinta días para que los reintegren a las Fuerzas Armadas
y les restituyan todos los derechos, salvo aquellos que ya habían sido reintegrados y
restituidos142.

171. La sentencia del Tribunal de Garantías Constitucionales tiene el carácter de


cosa juzgada y conforme se estableció en la presente Sentencia, el Ecuador no ha
dado cumplimiento a dicha resolución respecto del señor Grijalva. Al tenor de lo
ordenado en dicha resolución, el Estado debió en el plazo de 30 días reintegrar a la
víctima a las Fuerzas Armadas y restituirla en sus derechos, como sería el pago de los
sueldos y demás prestaciones que dejaron de cubrirse al señor Grijalva como Capitán
de Corbeta, desde el momento en el que fue separado de las Fuerzas Armadas a la
que pertenecía, hasta la fecha en la que fuera reincorporado a sus actividades
militares.

172. En el caso de despidos arbitrarios, la Corte ha considerado que la


reincorporación inmediata de la víctima al cargo que ocuparía de no haber sido
separada arbitrariamente de la institución es, en principio, la medida de reparación
que resulta procedente y que mejor satisface la plena restitución a la cual debe
141
Según el Estado, por un lado, la promoción 032 ARMA, a la que pertenecía el señor Grijalva,
completó el 19 de diciembre de 1998 los cinco años requeridos para el ascenso de Capitán de Fragata
(PFG-IM) al grado superior, es decir Capitán de Navío (CPNV-IM), siendo que su ascenso inmediato de
grado superior, Capitán de Fragata (PFG-IM), se hubiese previsto para el 17 de diciembre de 1993. Por otro
lado, el Sistema Integrado de Personal de las Fuerzas Armadas evidencia una sanción de suspensión de
funciones al señor Grijalva de 30 días en 1977 y en ese sentido registraba una inhabilidad para el ascenso
al grado de Capitán de Navío (CPNV-IM), en caso de que no haber sido dado de baja el 27 de abril de 1993.
142
Cfr. Tribunal de Garantías Constitucionales. Resolución No. 181-95–CP, supra.

46
apuntar la reparación del daño ocasionado. No obstante, esta Corte también ha
reconocido que existen circunstancias objetivas por las cuales esto podría no ser
posible143.

173. Debido al transcurso del tiempo, más de 28 años desde la baja de la Fuerza
Naval del señor Grijalva Bueno, en el presente caso la Corte no ordenará una medida
de restitución para su reincorporación al servicio activo, pero será tomado en cuenta
al momento de determinar la indemnización compensatoria por daño material.

C. Medidas de satisfacción

174. La Comisión en este punto, si bien solicitó que para reparar adecuadamente
las violaciones de derechos humanos se incluyan medidas de satisfacción, no
mencionó medidas específicas.

175. El Estado, en relación con las reparaciones relacionadas con el reconocimiento


de responsabilidad parcial, indicó que en procedimientos de mediación finalizadas con
otros militares se acordó las siguientes medidas, que extendieron también al señor
Grijalva: a) disculpas que se publicaron el 15 de abril de 2015, en el diario El
Telégrafo, periódico de circulación nacional; b) ceremonia en la Primera Zona Naval,
organizada por el Ministerio de Defensa Nacional, celebrada el 24 de abril de 2015, en
donde se colocó una placa de disculpas públicas en un recinto militar, y c) mediante
oficio No. ARE-DIGREH-AJU-2015-0196-O de 16 de abril de 2015, se dispuso a los
departamentos de Oficiales y Tripulantes que se excluyan de la Orden General la
calificación de baja por “mala conducta y convenir al buen servicio”.

176. Al respecto, esta Corte toma nota y valora las medidas de reparación
realizadas por el Estado, en el marco de acuerdos alcanzados con otros militares, en
donde se incluyó al señor Grijalva Bueno. Sin perjuicio de lo anterior, este Tribunal
considera pertinente, como consecuencia de las violaciones declaradas en la presente
Sentencia ordenar las medidas que a continuación se detallan.

177. La Corte dispone, como lo ha hecho en otros casos 144, que el Estado publique,
en el plazo de seis meses, contado a partir de la notificación de la presente Sentencia,
en un tamaño de letra legible y adecuado: a) el resumen oficial de la presente
Sentencia elaborado por la Corte, por una sola vez, en el Diario Oficial; b) el resumen
oficial de la presente Sentencia elaborado por la Corte, por una sola vez, en un diario
de amplia circulación nacional, y c) la presente Sentencia en su integridad, disponible
por un período de un año, en el sitio web oficial del Ministerio de Defensa Nacional. El
Estado deberá informar de forma inmediata a este Tribunal una vez que proceda a
realizar cada una de las publicaciones dispuestas, independientemente del plazo de un
año para presentar su primer informe dispuesto en el punto resolutivo 10 de la
presente Sentencia.

178. La Corte considera que dichas medidas de satisfacción son suficientes para
reparar este aspecto en el presente caso.

143
Cfr. Caso Flor Freire Vs. Ecuador. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 31 de agosto de 2016. Serie C No. 315, párr. 221.
144
Cfr. Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Reparaciones y Costas, supra, párr. 79, y Caso Guachalá
Chimbó y otros Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 236.

47
D. Otras medidas

179. La Comisión solicitó al Estado llevar a cabo los procedimientos penales,


administrativos o de otra índole relacionada con las violaciones de derechos humanos
declaradas en el presente informe de manera imparcial, efectiva y dentro de un plazo
razonable, a fin de esclarecer los hechos y establecer las respectivas
responsabilidades.

180. El Estado no se pronunció de manera explícita respecto a esta medida de


reparación solicitada por la Comisión, sin embargo, manifestó que en caso de que
sean otorgadas medidas de reparación, estas sean únicamente con relación a los
hechos respecto a los cuales reconoció su responsabilidad.

181. Respecto a la medida de investigar planteada por la Comisión, este Tribunal


considera que la emisión de la presente Sentencia y las reparaciones ordenadas en
este capítulo resultan suficientes y adecuadas para remediar las violaciones sufridas
por la víctima.

E. Indemnizaciones compensatorias

E.1. Daño material

182. La Comisión de manera general solicitó la reparación integral de las


violaciones de derechos humanos, lo cual incluye una compensación económica para
reparar el daño material e inmaterial. Además, solicitó que de no reincorporarse a
Vicente Aníbal Grijalva Bueno a la Fuerza Naval del Ecuador el Estado deberá pagar
una indemnización por este motivo.

183. En cuanto la indemnización por la destitución de las Fuerzas Armadas, el


Estado estimó que procedería otorgar al señor Grijalva Bueno una indemnización que
incluya los sueldos, décimos, estímulos y bonificaciones dejados de percibir desde
enero de 1993 hasta diciembre de 1998, tiempo en el cual debía producirse la
disponibilidad y posterior baja por no cumplir los requisitos establecidos en la Ley
para el ascenso al inmediato grado superior. La indemnización comprendería todos los
beneficios prestacionales correspondientes a la seguridad social que le correspondan,
retroactivas y futuras. El Estado realizaría el pago al Instituto de Seguridad Social de
las Fuerzas Armadas (ISSFA), de conformidad al cálculo que esa entidad realice.

184. En cuanto a las reparaciones relacionadas con los hechos no aceptados y


controvertidos respecto al proceso penal militar, en cuanto al daño material, el Estado
adujo que para determinar responsabilidad del Estado se exige que el daño alegado
esté vinculado a una causa imputable al Estado, lo cual no se cumple en este caso.
Además, el Estado señaló que el daño emergente y lucro cesante no estaban
probados en el proceso, ya que no habría prueba directa del daño.

185. La Corte ha desarrollado en su jurisprudencia que el daño material supone la


pérdida o detrimento de los ingresos de las víctimas, los gastos efectuados con
motivo de los hechos y las consecuencias de carácter pecuniario que tengan un nexo
causal con los hechos del caso145. En casos en las cuales los actos ilícitos cometidos

145
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de febrero de
2002. Serie C No. 91, párr. 43, y Caso Guachalá Chimbó y otros Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y
Costas, supra, párr. 257.

48
por parte del Estado tienen como consecuencia el despido y la consiguiente pérdida
del puesto de empleo de la víctima, en el marco de daño material se debe reconocer
los salarios y prestaciones sociales dejados de percibir por la víctima desde el
momento de su remoción arbitraria hasta la fecha de emisión de la Sentencia,
incluyendo los intereses pertinentes y otros conceptos anexos 146.

186. Este Tribunal considera que el señor Vicente Aníbal Grijalva Bueno no ha sido
reincorporado al servicio activo, en razón de lo cual el monto que se fije de la
compensación por daño material, comprenderá también una compensación al
respecto. En el marco de las circunstancias del presente caso, en donde no ha sido
ejecutada la resolución del Tribunal de Garantías Constitucionales que dispuso la
reincorporación del señor Grijalva Bueno a las Fuerzas Armadas, y la restitución de
sus derechos, luego de haber sido destituido de forma arbitraria, como el mismo
Estado reconoció, la Corte dispone que el Estado deberá pagar al señor Grijalva
Bueno la cantidad de USD$350.000 (trescientos cincuenta mil dólares de los Estados
Unidos de América) por concepto de daño material.

E.2 Daño inmaterial

187. La Comisión, como se indicó (supra párr. 182), solicitó la reparación del daño
inmaterial.

188. El Estado indicó que la Corte no puede ordenar un monto mayor al ordenado
en el caso Flor Freire Vs. Ecuador, cuyos hechos se asimilan al caso actual. En dicha
ocasión, la Corte impuso una cantidad de USD$10.000,00 (diez mil dólares de los
Estados Unidos de América).

189. En cuanto a las reparaciones relacionadas con los hechos no aceptados y


controvertidos, el Estado solicitó descartar dicha pretensión, ya que, en este tipo de
indemnización, la valoración del daño debe ser realizable en base a las circunstancias
específicas de cada persona y en el presente caso no se alegó procesalmente que
existía un nivel de afectación de una particular intensidad hacia la presunta víctima.

190. La Corte ha desarrollado en su jurisprudencia el concepto de daño inmaterial,


y ha establecido que este puede comprender tanto los sufrimientos y las aflicciones
causados a la víctima directa y a sus allegados, como el menoscabo de valores muy
significativos para las personas, así como las alteraciones, de carácter no pecuniario,
en las condiciones de existencia de la víctima o su familia147.

191. Por otra parte, dado que no es posible asignar al daño inmaterial un
equivalente monetario preciso, sólo puede ser objeto de compensación, para los fines
de la reparación integral a la víctima, mediante el pago de una cantidad de dinero o la
entrega de bienes o servicios apreciables en dinero, que el Tribunal determine en
aplicación razonable del arbitrio judicial y en términos de equidad 148.

146
Cfr. Caso Chocrón Chocrón Vs. Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas,
supra, párr. 184, y Caso Flor Freire Vs. Ecuador. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas,
supra, párr. 251.
147
Cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de mayo de 2001. Serie C No. 77, párr. 84, y Caso Guachalá Chimbo Vs. Ecuador.
Fondo, Reparaciones y Costas, supra, párr. 261.
148
Cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Reparaciones y
Costas, supra, párr. 84, y Caso Fernández Prieto y Tumbeiro Vs. Argentina. Fondo y Reparaciones.
Sentencia de 1 de septiembre de 2020. Serie C No. 411, párr. 137.

49
192. Por ello, considerando las circunstancias del presente caso en tanto que el
señor Grijalva Bueno fue objeto de un proceso de destitución arbitraria y de un
proceso penal militar contrarios a las garantías judiciales, así como de otras
violaciones declaradas (supra párrs. 147, 148 y 162), este Tribunal pasa a fijar en
equidad la indemnización por daño inmaterial a favor de la víctima. En función de ello,
la Corte ordena, en equidad, el pago de la suma de USD$75.000,00 (setenta y cinco
mil dólares de los Estados Unidos de América) por concepto de daño inmaterial a
favor del señor Grijalva Bueno.

F. Costas y Gastos

193. La Comisión y el Estado no presentaron alegatos sobre este punto. El


representante solicitó que se condene en costas y gastos al Estado, con un monto
fijado en equidad, en las observaciones a la excepción preliminar y en sus alegatos
finales escritos.

194. La Corte ha señalado que las pretensiones de las víctimas o sus


representantes en materia de costas y gastos, y las pruebas que las sustentan, deben
presentarse a la Corte en el primer momento procesal que se les concede, esto es, en
el escrito de solicitudes, argumentos y pruebas, sin perjuicio de que tales
pretensiones se actualicen en un momento posterior, conforme a las nuevas costas y
gastos en que se haya incurrido con ocasión del procedimiento ante esta Corte 149. La
solicitud del representante, por tanto, es extemporánea y debe ser rechazada.

195. En la etapa de supervisión de la presente Sentencia, la Corte podrá disponer


que el Estado reembolse a la víctima o sus representantes los gastos razonables en
que incurra en dicha etapa procesal150.

G. Modalidad de cumplimiento de los pagos ordenados

196. El Estado deberá efectuar el pago de las indemnizaciones por concepto de


daños material e inmaterial establecidos en la presente Sentencia directamente a la
persona indicada en la misma, dentro del plazo de un año contado a partir de la
notificación de la presente Sentencia, sin perjuicio de que pueda adelantar el pago
completo en un plazo menor, en los términos de los siguientes párrafos.

197. En caso de que el beneficiario haya fallecido o fallezca antes de que les sea
entregada la cantidad respectiva, esta se entregará directamente a sus
derechohabientes, conforme al derecho interno aplicable.

198. El Estado deberá cumplir con las obligaciones monetarias mediante el pago en
dólares de los Estados Unidos de América.

199. Si por causas atribuibles al beneficiario de las indemnizaciones o a sus


derechohabientes no fuese posible el pago de las cantidades determinadas dentro del
plazo indicado, el Estado consignará dichos montos a su favor en una cuenta o

149
Cfr. Artículo 40.d) del Reglamento de la Corte. Véase también, Caso Garrido y Baigorria Vs.
Argentina. Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de agosto de 1998. Serie C No. 39, párrs. 79 y 82, y
Caso Valle Ambrosio y otro Vs. Argentina. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 20 de julio de 2020. Serie C
No. 408, párr. 81.
150
Cfr. Comunidad Indígena Xákmok Kásek Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 24 de agosto de 2010. Serie C No. 214, párr. 331, y Guachalá Chimbo Vs. Ecuador. Fondo,
Reparaciones y Costas, supra, párr. 271.

50
certificado de depósito en una institución financiera ecuatoriana solvente, en dólares
de los Estados Unidos de América, y en las condiciones financieras más favorables
que permitan la legislación y la práctica bancaria. Si no se reclama la indemnización
correspondiente una vez transcurridos diez años, las cantidades serán devueltas al
Estado con los intereses devengados.

200. Las cantidades asignadas en la presente Sentencia como indemnización por


daños materiales e inmateriales, deberán ser entregadas a la persona indicada en
forma íntegra, conforme a lo establecido en esta Sentencia, sin reducciones derivadas
de eventuales cargas fiscales.

201. En caso de que el Estado incurriera en mora deberá pagar un interés sobre la
cantidad adeudada, correspondiente al interés bancario moratorio en Ecuador.

X
PUNTOS RESOLUTIVOS

202. Por tanto,

LA CORTE

DECIDE,

Por unanimidad:

1. Desestimar la excepción preliminar relativa a la “cuarta instancia”, de conformidad


con los párrafos 21 a 23 de esta Sentencia

2. Aceptar el reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado por el


Estado, en los términos de los párrafos 31 a 38 de la presente Sentencia.

DECLARA,

Por unanimidad, que:

3. El Estado es responsable en cuanto al proceso de destitución de la víctima por


la violación de los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial,
reconocidos en los artículos 8.1, 8.2, 8.2.b) y 8.2.c) y 25.1 y 25.2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con las obligaciones previstas en el
artículo 1.1 de la misma Convención, en perjuicio de Vicente Aníbal Grijalva Bueno, en
los términos de los párrafos 33, 35 y 85 de la presente Sentencia.

4. El Estado es responsable en cuanto al proceso penal militar seguido contra la


víctima por la violación de los derechos a las garantías judiciales, reconocidos en los
artículos 8.1, 8.2 y 8.2.f) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en
relación las obligaciones previstas en el artículo 1.1 de la misma Convención, en perjuicio
de Vicente Aníbal Grijalva Bueno, en los términos de los párrafos 96 a 98, 108 a 111, 117
a 139, 142 a 148 de la presente Sentencia.

51
5. El Estado es responsable por la violación del derecho a la libertad de pensamiento y
de expresión reconocido en el artículo 13.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en relación las obligaciones previstas en el artículo 1.1 de la misma
Convención, en perjuicio de Vicente Aníbal Grijalva Bueno, en los términos de los
párrafos 153 a 162 de la presente Sentencia.

6. El Estado no es responsable por la violación de los derechos a las garantías


judiciales, reconocidos en los artículos 8.2.b) y 8.2.c) de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación las obligaciones previstas en el artículo 1.1 de la misma
Convención, en los términos de los párrafos 102 a 106 de la presente Sentencia.

Y DISPONE:

Por unanimidad, que:

7. Esta Sentencia constituye, por sí misma, una forma de reparación.

8. El Estado realizará las publicaciones indicadas en el párrafo 177 de la presente


Sentencia.

9. El Estado pagará las cantidades fijadas en los párrafos 186 y 192 de la presente
Sentencia por concepto de indemnización de los daños material e inmaterial, en los
términos de los párrafos 185, 186 y 190 a 192 del presente Fallo.

10. El Estado, dentro del plazo de un año contado a partir de la notificación de esta
Sentencia, rendirá al Tribunal un informe sobre las medidas adoptadas para cumplir con
la misma, sin perjuicio de lo establecido en el párrafo 177 de la presente Sentencia.

11. La Corte supervisará el cumplimiento íntegro de esta Sentencia, en ejercicio de sus


atribuciones y en cumplimiento de sus deberes conforme a la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, y dará por concluido el presente caso una vez que el Estado
haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en la misma.

Redactada en español en San José, Costa Rica, el 3 de junio de 2021.

52
Corte IDH. Caso Grijalva Bueno Vs. Ecuador. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de junio de 2021.

Elizabeth Odio Benito


Presidenta

Eduardo Vio Grossi Humberto Antonio Sierra Porto

Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot Eugenio Raúl Zaffaroni

Ricardo C. Pérez Manrique

Pablo Saavedra Alessandri


Secretario

Comuníquese y ejecútese,

Elizabeth Odio Benito


Presidenta

Pablo Saavedra Alessandri


Secretario

También podría gustarte