Como Detectar Los Trastornos No Específicos
Como Detectar Los Trastornos No Específicos
Como Detectar Los Trastornos No Específicos
Pruebas de evaluación indirecta: Estas nos proporcionan información para interpretar las
causas de las dificultades en las pruebas directas y de cuáles son las áreas en las que se
necesita intervenir.
Nombres: esta prueba avalúa el tiempo que se emplea en nombrar los dibujos de una
página. Existen importantes evidencias de que los niños con dislexia son más lentos de lo
normal en nombrar dibujo.
Segmentación fonética: dado que las dificultades en las habilidades fonológicas son
presentadas en los niños con dislexia, a través de esta prueba se mide la capacidad de la
fragmentación de la palabra en los sonidos que la componen.
Lectura sin sentido: Las dificultades en la lectura de pseudopalabras (palabra sin sentido),
indica dificultades en la ruta fonológica lectora.
*DISCALCULIA
En estos tipos de test nos encontraremos con ejercicios donde habrá que
emplear operaciones básicas: suma, resta, multiplicación y división.
Problemas con el habla, ya sea la producción de sonido ( disfonía ), que puede ser
evidente como ronquera o un tono susurrante de la voz, o articulación (disartria), que
puede ser evidente como habla arrastrada, también ayudará a identificar las posibles
causas. Disfonía o disartria pueden ser indicativos de trastornos neurológicos o
musculares que también podrían afectar el mecanismo de deglución.
Prueba neurológica
Prueba de los pares craneales V (trigémino), VII (facial), IX (glosofaríngeo), X (vago) y XII
(hipogloso) es necesario para identificar las causas neurológicas de disfagia.
Nervio Trigeminal (CN V)
El nervio principal responsable de controlar los músculos de la boca para
masticar (masticación). Los alimentos que no se mastican lo suficiente
pueden no pasar a través de la abertura creada por los pliegues
palatofaringeos.
Lleva impulsos a los centros de deglución en el tronco encefálico para
iniciar el reflejo de deglución.
Pasa impulsos desde el centro de deglución a los músculos de la garganta
para iniciar la deglución.
Nervio facial (CN VII)
Es responsable de controlar los labios y ayuda a introducir los alimentos en
la boca para masticar y mantener la cavidad bucal cerca durante la
deglución.
Reproduce papel en llevar impulsos de regreso al tallo cerebral para iniciar
el reflejo de deglución, aunque CN V y CN IX juegan un papel más
importante en esta función.
Nervio glosofaríngeo (CN IX)
Lleva impulsos desde la parte posterior de la garganta (faringe posterior) a
los centros de deglución en el tronco encefálico.
Transmite impulsos motores desde el tragar el centro de regreso a los
músculos de la garganta para iniciar la etapa faríngea de la deglución.
Nervio vago (NC X) y Nervio hipogloso (CN XII)
Lleva impulsos desde el centro de deglución a los músculos de la garganta.
Escalas de Wechsler
Funciona para valorar la capacidad intelectual del niño, con el fin de descartar que los
posibles problemas que pueda presentar no se deban a un problema de un bajo nivel
intelectual, o puedan estar ante un caso de altas capacidades, y sea éste el origen de las
posibles dificultades académicas, sociales y/o personales.
Son escalas formadas cada una por una escala verbal y una escala de ejecución, de
modo que con la aplicación de cualquiera de ellas se obtienen tres puntuaciones: un CI
verbal, un CI manual y un CI total.
Ofrece información sobre la capacidad intelectual general del niño (CI Total) y sobre su
funcionamiento en Compresión verbal, Razonamiento perceptivo, Memoria de trabajo y
Velocidad de procesamiento. La Escalase compone de 15 test, 10 principales y 5
optativos.
Prueba Conners
Las escalas de Conners son, junto con el ADHD Rating Scale, las más utilizadas para el
cribado del TDAH y de problemas de conducta en la infancia. El EDAH (escala de
Conners revisada) es la más útil para su utilización en Pediatría, debido a su pequeño
tamaño y sus excelentes propiedades psicométricas
Las pruebas para medir la capacidad atencional (atención selectiva, atención sostenida,
concentración, focalización del estímulo, control inhibitorio de la atención...) proporcionan
un perfil de rendimiento atencional del niño.
Los perfiles atencionales también nos ayudan a diseñar el tipo de intervención más
adecuada para cada caso, y el tipo de tarea sobre la que trabajar como programas y
juegos de atención visual, atención auditiva, instrucciones, entrenamiento
neuropsicológico.
Consiste en una prueba perceptiva integrada por 60 elementos gráficos, que representan
dibujos esquemáticos de caras con trazos muy elementales. Evalúa las aptitudes
requeridas para percibir rápidamente semejanzas y diferencias con patrones estimulantes
parcialmente ordenados. El carácter simple y un poco lúdico de los elementos hace que la
prueba sea muy adecuada para poblaciones de bajo nivel cultural y, en cambio, resulte
demasiado elemental para niveles culturales medio-altos.
Test de Atención D2
El autor es Rolf Brickenkamp. Se trata de una prueba de aplicación tanto individual como
colectiva.
Hay dos versiones, según la edad: EMAV-1 para niveles de 1º a 4º de educación primaria
(6, 7, 8 y 9 años) y EMAV-2 en adelante, incluido adultos. Consiste en valorar la
capacidad y habilidad atencional en niños y adultos. La ejecución de la prueba tiene una
duración de 6 minutos para la versión 1, y de 12 minutos para la 2; con un tiempo total,
incluyendo las instrucciones, de 30 minutos en ambos casos.
Proporciona dos índices de atención: Atención Sostenida (AS) y Calidad dela Atención
(CA). En aplicación individual es posible obtener, además una valoración dela Estabilidad
Atencional (rendimiento a lo largo del tiempo). La aplicación individual: tiene una duración
variable de 15 a 40 minutos.
Las funciones ejecutivas (FE) son un conjunto supramodal de habilidades cognitivas que
incluyen diversas subfunciones tales como: memoria operativa, flexibilidad mental,
atención sostenida, resistencia a la interferencia, autorregulación y capacidad de ajuste a
normas.
Una de las ventajas de esta prueba, es que las pruebas tienen un componente muy
atractivo para los niños, lo que hace que sea un tipo de test muy indicado para este tipo
de niños/os ya que la realización de ésta es percibida como una actividad lúdica.
*TEA
Evaluación y diagnóstico
El diagnóstico de los trastornos del espectro autista (TEA) pueden ser difíciles de hacer
debido a que no existen pruebas médicas, como un análisis de sangre, para
diagnosticarlos. Para hacer un diagnóstico, los médicos observan el comportamiento y el
desarrollo del niño.
A veces, los TEA pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los 2 años
de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede considerarse
muy confiable. Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son
mucho más grandes. Este retraso significa que es posible que hay niños con TEA podrían
no obtener la ayuda que necesitan.
Se les debe hacer evaluaciones para detectar retrasos del desarrollo y discapacidades a
los niños en las visitas de rutina al médico a las siguientes edades:
9 meses
18 meses
Colaboradores: Claudia Elizabeth López González.
Margarita Villalpando Hernández.
24 o 30 meses
Es posible que se necesiten hacer más evaluaciones si un niño tiene riesgo alto de
tener problemas del desarrollo por haber nacido prematuro, tener bajo peso al
nacer o por otros motivos.
Además debe evaluarse a todos los niños específicamente para detectar TEA durante las
visitas de rutina a las siguientes edades:
18 meses
24 meses
Es posible que se necesiten hacer más evaluaciones si un niño tiene riesgo alto de
tener un TEA (p. ej., si tiene una hermana, hermano u otro familiar con un TEA) o
si presenta comportamientos que, a veces, se relacionan con este tipo de
trastorno.
Es importante que los médicos evalúen a todos los niños para detectar los retrasos en el
desarrollo pero, en especial, que controlen a los que tengan un riesgo más alto de
problemas del desarrollo debido a que nacieron prematuramente, tuvieron bajo peso al
nacer o tienen un hermano o hermana con un TEA.
En algunos casos, el médico de atención primaria podría decidir remitir al niño y su familia
a un especialista para que le haga más evaluaciones y determinar el diagnóstico. Los
especialistas que pueden hacer este tipo de evaluación incluyen los siguientes: