Sobre Los Bienes

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3.5.1 Bienes.

El Juez señalará, los bienes gananciales o comunes que, previo inventario, se


hayan de entregar a uno u otro cónyuge, y las reglas que deban observar en la
administración y disposición, así como en la obligatoria rendición de cuentas sobre
los bienes comunes o parte de ellos que reciban y los que adquieran en lo
sucesivo. Y determinará, en su caso, el régimen de administración y disposición
de los bienes privativos que, por capitulaciones o escritura pública, estuviesen
especialmente afectados a las cargas del matrimonio (artículo 103, números 4 y 5)

a. Respecto al régimen económico de los cónyuges. La sentencia firme


producirá, respecto de los bienes del matrimonio, la disolución del régimen
económico matrimonial.

b. Respecto a los hijos, vivienda familiar, cargas del matrimonio y


liquidación del régimen económico. En las sentencias de nulidad,
separación o divorcio, el Juez, en defecto de acuerdo, determinará las
medidas que hayan de sustituir a las ya adoptadas con anterioridad en
relación con los hijos, la vivienda familiar, las cargas del matrimonio,
liquidación del régimen económico y las cautelas o garantías respectivas.
Estas medidas podrán ser modificadas cuando se alteren
sustancialmente las circunstancias (artículo 91).

c. Fijación de pensión a favor del cónyuge perjudicado. El cónyuge al que


la separación o divorcio produzca un desequilibrio económico en relación
con la posición del otro, tiene derecho a una pensión que se fijará en
resolución judicial, teniendo en cuenta entre otras las siguientes
circunstancias:

1ª. Los acuerdos a que hubieran llegado los cónyuges.

2ª. La edad, estado de salud, cualificación profesional y posibilidades de


colocación o empleo.

3ª. La dedicación pasada y futura a la familia, y la dedicación anterior a las


actividades profesionales, industriales o mercantiles del otro cónyuge.

4ª. La duración del matrimonio y de la convivencia conyugal.

5ª. La pérdida eventual de un derecho de pensión.

6ª. El caudal y medios económicos del que debe prestarla y las


necesidades del que ha de recibirla (artículo 97).
Fijada en sentencia esta pensión, solo podrá modificarse por alteraciones
sustanciales en la fortuna de uno u otro cónyuge. Se extingue por el cese de la
causa que la motivó, o por contraer nuevo matrimonio el cónyuge acreedor o vivir
maritalmente con otra persona. No se extingue por el solo hecho de la muerte del
deudor. Pero sus herederos podrán solicitar su reducción o supresión, si el caudal
hereditario del causante fuera insuficiente para satisfacerla o afectara a los
derechos de la legítima (artículos 100 y 101).
3.5.3 Familia
La familia es una realidad variable con el tiempo y las culturas; una institución
social sometida a tensiones internas y presiones externas, en proceso continuo de
ajuste. El matrimonio es la forma ordinaria y normal de fundar una familia,
existiendo por ende, una relación directa entre matrimonio y familia aun cuando el
primero no es condición de existencia de ella ; puede existir familia y relaciones
familiares sin necesidad de matrimonio. A partir de ahí es fácil advertir que todo
aquello que afecte al matrimonio producirá una secuela en la familia, y el divorcio
no escapa a ello. La regulación del divorcio es fruto de un proceso de cambio en
diversos ordenamientos jurídicos arrastrados por las transformaciones de la
realidad familiar e individual, que no solo dicen relación con él, sino con el
matrimonio mismo y con la concepción de familia. En este proceso, muchas
transformaciones han tenido lugar sin grandes deliberaciones sobre las probables
consecuencias sociales que produce debilitar las conexiones existentes entre el
matrimonio como relación de pareja y el matrimonio como asociación para criar a
los hijos, se ha pasado de considerar el matrimonio como una institución social
necesaria diseñada para proporcionar el ambiente óptimo para el crecimiento de
los niños, a considerarlo primordialmente como una relación íntima entre dos
adultos , la forma como se ha venido regulando o modificando últimamente la
regulación del divorcio es solo una evidencia de ello.
se trata de una institución afectante de la familia, por ello su aceptación ha sido
lenta y muy cuestionada en algunos ordenamientos. Si se estima que la
autonomía de la voluntad no puede estar por sobre el orden público y el interés
social en la familia, entonces el divorcio no es un derecho de cónyuges que ya no
desean seguir casados, sino que es una solución ante los problemas irreversibles
que los afectan y que ameritan la intervención del Estado; no se puede acceder a
él sin invocación de causa e incluso solo procede en algunos casos luego de un
tiempo de separación a fin de comprobar primero si es posible recomponer la vida
en común que se ha visto amenazada o dificultada. El avance en la valoración
social y jurídica de la autonomía de la voluntad y del libre desarrollo de la
personalidad lo han sido consagrado -en otros ordenamientos- como un derecho
individual.

En cuanto a su valoración en el plano de la realidad, el divorcio es una de las


instituciones reguladas por el Derecho con un mayor ámbito de afectación social,
pues sus consecuencias no son únicamente familiares sino también económicas,
psicológicas, sociales, jurídicas y afectivas, afectiva), divorcio familiar (cambio de
estatus dentro del grupo de familiares), lo que impacta en todas las facetas de la
vida y exige una reorganización cuidadosa de las mismas . Sobre él se ha escrito
que es en sí mismo un grave mal social y un elemento de desorganización de la
sociedad, en cuanto que fomenta la fragilidad de la familia al propiciar la
debilitación del vínculo conyugal por la facilidad de su ruptura  . Esta opinión puede
parecer extrema para quienes entienden que el divorcio es una solución al
mantenimiento de una relación de no convivencia conyugal que se ha tornado
perjudicial y dañina para los involucrados en la relación como a los hijos y la
familia política que tiene cierta participación , pues hay que reconocer que los
matrimonios conflictivos y sin afecto resultan quizá peores que el divorcio
En consecuencia, el establecimiento del divorcio ante la crisis matrimonial no es
una solución inocua ante un problema familiar, es una institución que genera
nuevos problemas jurídico-sociales que deben ser resueltos adecuadamente a fin
de no agravar las consecuencias negativas del término del matrimonio. Al no
afectar solo a los cónyuges el divorcio transforma un problema inicialmente
privado en un asunto con aspectos públicos que resguardar, y es que si bien el
divorcio pone fin al matrimonio puede subsistir una familia más allá de él, una
familia diversa a la familia matrimonial que también amerita protección.
3.6 Alimentos y diferentes hipótesis en querer proporcionarse

El tema de los alimentos es uno de los más importantes del derecho familiar,
puesto que, a través del derecho- deber alimentario, se busca garantizar la
subsistencia de los individuos que, por sí mismos, no están en posibilidades de
allegarse lo indispensable para cubrir sus necesidades elementales.
En el derecho civil, los alimentos no solo comprenden lo necesario para nutrir el
cuerpo humano, sino que abarcan una serie de elementos indispensables para el
sano desarrollo y armónica convivencia respecto del entorno social y económico al
que pertenece cada individuo, y comúnmente se dan mediante el apoyo y sustento
económico cuantificado en dinero.
Por otro lado, el Poder Judicial de la Federación, en sus criterios de interpretación,
se ha referido también al derecho alimentario y, al respecto, ha precisado que éste
se define como “la facultad jurídica que tiene una persona denominada acreedor
alimentista para exigir a otra llamada deudor alimentario lo necesario para vivir,
derivada de la relación, que se tenga como motivo del parentesco consanguíneo,
del matrimonio, del divorcio y, en determinados casos, del concubinato
La doctrina señala que la obligación alimentaria es el deber que tiene un sujeto
llamado deudor alimentario, de proveer a otro llamado acreedor alimentista, de
acuerdo con la capacidad del primero y las necesidades del segundo, en dinero o
en especie, lo necesario para subsistir.

De igual manera, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido que,


“para que se genere el derecho a solicitar alimentos deben darse las siguientes
condiciones:

1. La existencia de una relación jurídica que genera la obligación alimentaria, la


cual puede darse por el matrimonio, concubinato o parentesco consanguíneo o
civil,
2. La necesidad del acreedor alimentario y la capacidad del deudor para
suministrar alimento

Están obligados a proporcionar alimentos, los cónyuges, siendo la ley la que


determinará cuando queda subsistente esta obligación en caso de divorcio.
Al respecto, el artículo 515 del Código de Familia para el Estado de Sonora,
establece: “Los cónyuges deben darse alimentos mientras dura el matrimonio o el
concubinato. La Ley determinará cuándo queda subsistente esta obligación en los
caso de divorcio, ruptura del concubinato y otros que la misma Ley señale”
PERSONAS A QUIENES CORRESPONDE EL DERECHO DE SOLICITAR LOS
ALIMENTOS.
Conforme a lo estipulado por el artículo 527 del Código de Familia para el Estado
de Sonora, tienen acción para pedir el aseguramiento de los alimentos:
I.- EL ACREEDOR ALIMENTARIO;
II.- EL ASCENDIENTE QUE LE TENGA BAJO SU PATRIA POTESTAD;
III.- EL TUTOR;
IV.- LOS HERMANOS Y DEMÁS PARIENTES COLATERALES DENTRO DEL
CUARTO GRADO,
V.- EL MINISTERIO PUBLICO O EL PROCURADOR DE LA DEFENSA DEL
MENOR Y LA FAMILIA, EN SU CASO.
conyugue
Asimismo, están obligados a proporcionar alimentos, los padres a sus hijos, a falta
o por imposibilidad de los padres, la obligación recae en los demás ascendientes
por ambas líneas que estuvieren más próximos en grado; según lo dispone el
artículo 516 del Código de Familia para el Estado de Sonora, mismo que a la letra
dice: “Artículo 516.- Los padres están obligados a dar alimentos a sus hijos. A falta
o por imposibilidad de los padres la obligación recae en los demás ascendientes
por ambas líneas que estuvieren más próximos en grado”.
Es obligación de los hijos dar alimentos a sus padres, a falta o por imposibilidad de
los hijos, tal obligación recae en los descendientes más próximos en grado; al
respecto el artículo 517 del Código en comento, dispone: “Los hijos están
obligados a dar alimentos a los padres. A falta o por imposibilidad de los hijos, lo
están los descendientes más próximos en grado”. Por otra parte, a falta o por
imposibilidad de los ascendientes o descendientes, la obligación alimentaria recae
en los hermanos de padre y madre, a falta de éstos en los que fueren de madre
solamente, y en defecto de ellos, en los que fueren sólo de padre (vid. Artículo 518
del Código de Familia para el Estado de Sonora). Faltando los parientes a que se
refieren las disposiciones anteriores, tienen la obligación de ministrar alimentos los
parientes colaterales dentro del cuarto grado, conforme a lo dispuesto en el último
párrafo del artículo 518 de Código en cita. Esta obligación de hermanos y
parientes colaterales a que se refiere el artículo mencionado en líneas que
anteceden, subsiste en tanto los menores llegan a la edad de dieciocho años. (vid.
Artículo 519). Además, también deben alimentar a sus parientes, dentro del grado
mencionado, que fueren física o mentalmente incapaces cualquiera que sea su
edad, según lo dispuesto en el último párrafo del artículo 519 del Código de
Familia para el Estado de Sonora. Así también, el adoptante y el adoptado tienen
el deber de darse alimentos, en los casos en que lo tienen el padre y los hijos
biológicos, transmitiéndose esta obligación al adoptado y a la familia del
adoptante, en los casos de adopción plena, lo que se establece en el artículo 520
de la Legislación Familiar para el Estado de Sonora. Tratándose de los cónyuges,
dicha obligación surge como parte de la responsabilidad que tienen ambos de
contribuir al sostenimiento del hogar en os términos que establezca la ley, sin
perjuicio de distribuirse la carga en la forma y proporción que acuerden libremente,
según sus posibilidades, de acuerdo a lo estipulado en el artículo 27 del Código de
Familia para el Estado de Sonora. En cuanto, al deber de los padres de ministrar
alimentos a sus hijos deriva de la procreación, pues no existe mayor
responsabilidad para cualquier sujeto que dar la existencia a nuevos seres,
quienes para subsistir necesitan infinitos cuidados y nadie está más obligado a
proporcionar éstos que los autores de su existencia: sus progenitores.
cuando el deudor alimentario no estuviere presente o se rehusare entregar lo
necesario para alimentar a los miembros de su familia con derecho a recibirlos,
será responsable de las deudas que éstos contraigan para cubrir esas exigencias,
pero sólo en la cuantía estrictamente necesaria, según lo establecido por el
numeral 533 del Código de Familia en consulta. Por otra parte, si fueren varios los
que deben dar alimentos y todos tuvieren posibilidad para hacerlo, el Juez
repartirá el importe entre ellos, en proporción a sus haberes; pero, si sólo algunos
tuvieren posibilidad de hacerlo, entre ellos se repartirá el importe de los alimentos,
y si uno sólo la tuviere, él cumplirá únicamente la obligación (artículos 524 y 525
del Código de Familia para el Estado de Sonora).
Asimismo, en el artículo 534 de la Legislación Familiar en consulta, está previsto
que, “el cónyuge que abandone al otro sigue obligado a cumplir con los gastos
derivados de la asistencia familiar, en tal virtud, el que no haya dado lugar al
abandono, podrá pedir al Juez de Primera Instancia de su domicilio que obligue al
otro a ministrar alimentos por el tiempo que dure la separación, en la misma
proporción en que lo venía haciendo hasta antes de ésta, y a cubrir las deudas
contraídas en los términos del artículo 533.” Además, si dicha proporción no
pudiera determinarse, el Juez, según las circunstancias del caso, fijará la suma, la
periodicidad y las formas de pago que juzgue conveniente y dictará las medidas
necesarias para asegurar su entrega, así como el pago de las cantidades que se
hubiesen dejado de cubrir desde que se produjo la separación, siempre que no se
prolonguen por más de dos años (vid. último párrafo del artículo 534 de Código de
Familia en consulta). Es necesario destacar que, los alimentos han de ser
proporcionados a la posibilidad del que debe darlos y a la necesidad del que debe
recibirlos; además, los alimentos determinados por convenio o sentencia, tendrán
un incremento automático, equivalente al aumento porcentual del salario mínimo
diario vigente en la zona económica de que se trate, a menos que el deudor
alimentario demuestre que sus ingresos no aumentaron en esa proporción, caso,
en el cual, el incremento se ajustará al porcentaje que realmente hubiere tenido el
deudor en sus percepciones (vid. Artículo 523 del Código de Familia en consulta).
De igual manera se precisa en el numeral en cita que, “en los alimentos que un
cónyuge otorgue al otro en el juicio de divorcio voluntario, se estará a lo que se
acuerde en el convenio respectivo.” Puesto que la obligación de proporcionar
alimentos tiene por objeto garantizar la conservación de la vida del alimentista, el
Estado está interesado en que tal deber se cumpla a toda costa, motivo por el que
exige el aseguramiento de dicha obligación a través de los medios legales de
garantía, tales como la hipoteca, prenda, fianza, fideicomiso o depósito de
cantidad bastante para cubrir los alimentos, o cualquier otra forma de garantía que
resulte suficiente a juicio del Juez, de conformidad con lo indicado por el artículo
528 del Código de Familia para el Estado de Sonora.

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