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TABLA DE CONTENIDO 3
Te damos la más cordial bienvenida al módulo “la necesidad de prevenir las violencias en niñas,
niños y adolescentes”. En este módulo podrás promover la Educación Integral en Sexualidad
(EIS) como una oportunidad pedagógica para abordar las violencias de género en el escenario
escolar.
Esperamos que este módulo te permita identificar las diferentes modalidades de violencia que
se suscitan o identifican en el contexto educativo y promover acciones de prevención desde la
Educación Integral en Sexualidad (EIS).
Objetivo del módulo:
Reflexionar en torno a la problemática de la violencia en el contexto educativo y su abordaje
desde la Educación Integral en Sexualidad (EIS).
Objetivo de aprendizaje:
Los y las docentes participantes serán capaces de identificar las diferentes modalidades de
violencia que se suscitan o identifican en el contexto educativo y promover acciones de
prevención desde la Educación Integral en Sexualidad (EIS).
La Educación Integral en Sexualidad es una estrategia que brinda estas herramientas, al trabajar
desde edades tempranas y con el involucramiento de toda la comunidad educativa, en aspectos
fundamentales para el desarrollo humano integral y el ejercicio pleno de los derechos. La EIS
hace posible la vivencia y la reflexión sobre cuestiones como autoconocimiento, cuidado,
respeto, diversidad y otros, desde diferentes ámbitos del ser y del saber; desde lo sensorial hasta
las ciencias naturales, los estudios sociales, lengua y filosofía, e incluso las matemáticas.
Aún así, al reconocer que todavía formamos parte de una sociedad machista, y que el machismo
es violencia, las comunidades educativas a las que pertenecemos como familias, docentes o
estudiantes, siguen siendo permeadas por esta estructura social que reproduce patrones
culturales de desigualdad y, por lo tanto, violencia. Este contexto puede transformarse y la
educación es quizá el instrumento más poderoso para lograrlo, precisamente con estrategias
como la EIS.
Por ello, la educación es un compromiso de toda la comunidad educativa. Aún así, el rol docente
es protagónico, debido a nuestra fuerte cercanía con las y los estudiantes en el espacio del aula.
Se trata de un espacio privilegiado de convivencia para la consolidación de un vínculo que
propicie confianza y diálogo libre de prejuicios, siempre y cuando ejerzamos una práctica
docente inclusiva, basada en derechos y principios de igualdad. La EIS nos brinda herramientas
también en este sentido, para fortalecer dicha práctica docente. Este curso en particular ofrece
un análisis de las oportunidades curriculares para la concreción de la EIS en el aula, la
institución y la comunidad educativa, que deben aprovecharse también en materia de
prevención y erradicación de las violencias basadas en género.
La EIS hace posible que la comunidad educativa asuma el contexto social del que forma parte
e incorpore en sus acciones aquellos aspectos del mismo que deben ser abordados en los
diferentes ámbitos y momentos de la educación. Es decir, si formamos parte de una sociedad
con altos índices de violencia de género, entre ellas de violencia sexual sobre todo en niñas y
adolescentes, esta realidad debe ser tomada en cuenta en todo el entramado de la educación que
se mencionó anteriormente, y por supuesto, en la planificación curricular de las y los docentes.
Una comunidad educativa que previene violencias es aquella que habla del tema, que incorpora
EIS en su currículo y respeta los derechos de las niñas, niños y adolescentes de vivir una
sexualidad plena, y una vida libre de violencias. En este sentido, la comunidad educativa debe
hacer todo lo que esté a su alcance para ser parte del sistema de protección de derechos de las
niñas, niños y adolescentes.
Para lograrlo, es importante que las y los docentes, como toda la comunidad educativa,
encontremos espacios y tiempos para reflexionar sobre las dificultades u obstáculos personales
y sociales que encontramos al enfrentarnos con situaciones de violencia, y violencia sexual en
particular. Revisar nuestras percepciones, ideas y miedos con relación al abordaje de las
violencias basadas en género. Sobre todo, que podamos identificar aquellos prejuicios y
estereotipos que hemos interiorizado a tal punto de no visibilizar algunas violencias cotidianas
basadas en género que, de no detenerlas, dan pie a la violencia sexual, una de las principales
causas de suicidios entre las niñas, niños y adolescentes, y del alto índice de embarazo en este
mismo grupo. En el caso de niñas menores de 14 años, todos los embarazos son producto de
violencia sexual. Y ya hemos visto en el módulo 3 el grave problema de salud pública que
representa el embarazo y maternidad en menores de 14 años en Ecuador, lo que demuestra la
alta probabilidad de vivir violencia sexual a la que están expuestas las niñas del país.
Hay muchos mitos o prejuicios sobre la sexualidad masculina y femenina, y sobre la violencia
sexual, que la encubren y la desconocen como un delito. Estas creencias limitan el apoyo que
las víctimas deben recibir e impiden que denuncien estos delitos y que sean sancionados. La
siguiente actividad nos invita a reflexionar sobre algunos aspectos que tienen que ver con esa
naturalización de las violencias.
Recorrido participativo
https://view.genial.ly/6138414a1ea6e70dc3dab4be/presentation-recorrido-participativo
2. Desarrollo Conceptual
2.1 Violencia de género en Ecuador y en el ámbito educativo
La violencia de género refiere a las diferentes violencias que se originan a partir de situaciones
de desigualdad de género que existen entre las personas. Es útil comprender que esta violencia
se origina en relaciones de poder y abuso de poder, que generalmente colocan a las mujeres y
niñas en situación de desventaja y riesgo a ser víctimas de violencia.
Si bien las mujeres y niñas sufren violencia de género de manera desproporcionadamente
mayor, los hombres y los niños también pueden ser blanco de ella. El término violencia de
género también se emplea para describir la violencia dirigida contra las poblaciones LGBTIQ+,
que también se originan en normas sociales de masculinidad/feminidad.
1. Violencia física. Todo acto u omisión que produzca o pudiese producir muerte, dolor,
daño o sufrimiento físico, así como cualquier otra forma de maltrato o agresión que
afecte la integridad física provocando o no lesiones, ya sean internas, externas o ambas,
como resultado del uso de la fuerza física o de cualquier objeto que se utilice con la
intencionalidad de causar daño, y de sus consecuencias, sin consideración al tiempo que
se requiera para su recuperación.
Este tipo de violencia al interior de las instituciones educativas puede suscitarse en los
patios a la hora del recreo, en las canchas deportivas, el momento de la salida de clases,
es decir en cualquier espacio físico y es por esa razón que como docentes debemos estar
alertas pero por sobre todo trabajar en la resolución alternativa de conflictos, en la
empatía y en la generación de diálogos permanentes para expresar las dificultades que
nuestros estudiantes deben enfrentar.
3. Violencia sexual. Toda acción que implique la vulneración o restricción del derecho
a la integridad sexual y a decidir voluntariamente sobre su vida sexual y reproductiva, a
través de amenazas, coerción, uso de la fuerza e intimidación, incluyendo la violación
dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares y de parentesco, exista o no
convivencia, la transmisión intencional de infecciones de transmisión sexual (ITS), así
como la prostitución forzada, la trata con fines de explotación sexual, el acoso sexual y
otras prácticas análogas.
Los y las docentes son actores fundamentales para reconocer este tipo de violencia en
contra de sus estudiantes, pues permanecen en contacto con ellos y ellas
permanentemente, pueden identificar signos de este tipo de violencia y además tienen
la obligación de denunciar cuando conocen sobre estos hechos, de manera emergente y
priorizando el bienestar de sus estudiantes.
4. Violencia económica y patrimonial. Es toda acción u omisión que se dirige a
ocasionar un menoscabo en los recursos económicos y patrimoniales de las mujeres.
Si bien este tipo de violencia se suele dar entre personas adultas en el contexto de pareja
o intrafamiliar, puede involucrar y acarrear consigo consecuencias en la vida de las
niñas, niño o adolescentes a su cuidado, quienes pueden ser involucrados/as en disputas
económicas o experimentar privaciones económicas de diferente tipo.
https://view.genial.ly/61797f3b54891a0d86924f7d/interactive-content-infografia-03-
eis
¿Cómo se manifiesta la violencia de género en el Ecuador?
Estos datos son clave pues evidencian la presencia de la violencia en la vida general de las
mujeres en Ecuador, ya sea en lo intrafamiliar, contexto educativo, laboral, salud, espacio
público/social, medios de comunicación y política.
Importante:
Se estima que cada año 246 millones de niños/niñas se ven sometidos a alguna forma
de violencia de género, incluidos el maltrato, el acoso, el abuso psicológico y el
hostigamiento sexual en la escuela o cuando se dirigen a la escuela. El 25% de los
niños/niñas experimentan violencia física y el 36% de los niños experimentan violencia
emocional (OMS, 2016).
Los estudiantes que se considera que no se ajustan a las normas sexuales y de género
prevalentes, incluidas las personas lesbianas, gays, bisexuales o transgénero, son más
vulnerables a la violencia en las escuelas (Consejo Nacional para la Igualdad, 2018). La
violencia que se basa en la orientación sexual y la identidad/expresión de género,
también conocida como violencia homofóbica o transfóbica, es una forma de violencia
de género escolar (UNESCO, 2016b).
En muchos países de la región, los hombres generalmente acceden a condiciones laborales más
ventajosas, perciben salarios más elevados por realizar la misma tarea y tienen mayores
oportunidades de éxito que las mujeres; en la economía y en la política, todavía ocupan un
número mucho mayor de puestos directivos y los más importantes.
Comprender y visibilizar estos mecanismos entre ambos géneros es esencial para entender el
concepto de violencia de género, desde un punto de vista relacional y no solo como aspecto que
compete a la violencia contra la mujer. Igualmente, entender que la violencia de género es una
problemática estructural de las sociedades, permite que las y los docentes puedan reflexionar
con mayor profundidad en los factores individuales, familiares y sociales que incluyen en la
ocurrencia de hechos de violencia y lo puedan reflexionar y discutir con sus estudiantes.
Violencia sexual en el ámbito educativo
Es importante hacer una mención puntual respecto a la problemática específica de la violencia
sexual contra niñas, niños y adolescentes en el contexto educativo, pues, de todos los tipos de
violencia, ésta implica un grado de vulneración y consecuencias biopsicosociales de mayor
magnitud. A continuación describimos algunos factores que se dan en las relaciones entre
agresor y víctima de violencia que las y los docentes deben tener en cuenta:
Es común que la violencia sexual sea perpetrada dentro del núcleo familiar, donde el
agresor aprovecha ese vínculo familiar (emocional y de autoridad) para ejercer la
violencia; pero también puede ocurrir en otros espacios como el educativo,
extracurricular, etc.
La violencia sexual suele darse de manera gradual, a través de etapas que incluyen:
o Fase de seducción (ganarse poco a poco la confianza o incitar a participar de
actos abusivos)
o Interacciones sexuales progresivas (suele comenzar con gestos sexuales sin
contacto físico, prosigue hacia otros como tocaciones, actos masturbatorios y
arriba a actos como la felación o penetración)
o Fase de secreto (imponiendo una ley de silencio y empleando amenazas,
chantaje o manipulación psicológica; la víctima atraviesa por sentimientos de
culpa y verguenza)
o Fase de divulgación (la violencia sexual se descubre por accidente o es detectada
a partir de señales o indicadores de violencia, frecuentemente desde el ámbito
educativo)
o Fase represiva (frente a lo desestabilizante de la situación, las familias y las
propias víctimas tienden a negar lo ocurrido, silenciando el problema o actuando
como que nada hubiese ocurrido; otros actores y funcionario/as encubren la
situación -espíritu de cuerpo- o protegen al agresor)
Comprender la dinámica que engloba las situaciones de violencia permite que las y los
docentes promuevan espacios de diálogo abiertos y la comunicación efectiva con sus
estudiantes, de tal forma que puedan conocer cómo se encuentran, descubrir potenciales hechos
de violencia sexual tempranamente y apoyarles sin cuestionarles ni juzgar.
Algunos mitos sobre la violencia en el contexto de la EIS
Como parte del abordaje de la violencia sexual en el contexto educativo, las y los docentes
pueden abrir y promover espacios de diálogo en los que se discuta abiertamente sobre esta
problemática con sus estudiantes. Un buen punto de partida para esto es contar con información
oficial, como las estadísticas que hemos revisado hasta ahora. Pero también es
importante desmitificar algunas concepciones erradas que se manejan sobre el tema.
A continuación se describen varios de los mitos respecto a la violencia sexual que deben ser
aclarados, a partir de datos sustantados en evidencia:
2.3 Algunos elementos para prevenir la violencia de género en el contexto educativo
Es importante señalar que la educación es un factor protector por excelencia, pues permite por
un lado la entrega de información que permita a sus estudiantes tomar decisiones responsables
sobre sus vidas, sirve como referente para el establecimiento de relaciones sociales sanas y
además permite la identificación y/o denuncia de situaciones de vulneración de derechos que
ocurren en otros contextos como el familiar y comunitario.
Es por esto que en las escuelas y colegios se debe propiciar espacios educativos libres de
violencia con el fin de fortalecer las capacidades del estudiantado para identificar este tipo de
situaciones, para desarrollar e incrementar sus competencias psicosociales que les permitan
prevenir y/o afrontarlas y para ayudarlos a identificar personas e instituciones de confianza a
las cuales recurrir en estos casos.
Las y los docentes tienen un rol central en este sentido, pues en la escuela no sólo se aprenden
contenidos curriculares, sino también a convivir e interactuar entre hombres y mujeres. Si bien
estos aspectos a veces quedan en el currículo oculto de la institución, se considera que para
abordar la prevención de violencia de género en la escuela no solo debemos tratar estos
contenidos en las clases, sino que es fundamental revisar las formas de convivencia y las
interrelaciones entre hombres y mujeres que propiciamos, con el fin de promover relaciones
igualitarias, no discriminatorias y no violentas por temas de género en la dinámica escolar.
Recuerda: Los y las docentes somos referentes para nuestros estudiantes, somos en muchos
casos las personas más cercanas a sus vidas y quienes podemos generar un cambio en la
forma en la que se construyen las relaciones de género entre las personas. El aula es ese
espacio donde podemos construir prácticas inclusivas y que promovamos el desarrollo
integral de los y las estudiantes independientemente de su género y otra condición social y
eso lo hacemos de manera cotidiana, cuando por ejemplo en vez de mencionar que los
hombres son mejores en matemáticas, mencionamos que todas y todos nuestros estudiantes
pueden ser buenos para las operaciones lógicas, si aprenden los principios básicos y con
ejemplos aplicados a su realidad.
Es importante articular la Educación Integral en Sexualidad con la prevención de la violencia
en toda sus formas. Es así que es importante que, en el tránsito por la escolaridad, las y los
adolescentes vivencian sus primeros amores y en algunos casos se da el inicio de las relaciones
sexuales y la resignificación de sus vínculos en relación con sus pares, con las personas adultas
referentes y con su entorno en general.
Por estos motivos, el personal de las instituciones educativas y principalmente los y las docentes
pueden contribuir positivamente a la reflexión y puesta en práctica de normativas y acciones
educativas cotidianas, intencionales y sistemáticas, que aporten a vivenciar y aprender formas
de relación y vinculación libres de todo tipo de violencias, saludables y constructivas.
https://view.genial.ly/6138464870bb4b0dca667286/presentation-prevencion-en-embarazo-adolescente
3. Oportunidades Curriculares
A continuación, encontrarás un repositorio de fichas de oportunidades curriculares referentes a
la temática de violencias en las cuatro asignaturas y distribuidas en los cinco niveles y
subniveles educativos.
Texto Enlace
Preparatoria https://padlet-
uploads.storage.googleapis.com/1433214613/0793e665e7220c58354429b89
bf24bb2/1V.pdf
Bachillerato https://padlet-
uploads.storage.googleapis.com/1433214613/2893db12b76b14fe4451b5387
e6d6cbc/5V.pdf
3.4 La multidimensionalidad de la EIS
Ponerla en práctica con la Comunidad Educativa
Vale señalar otros dos materiales de apoyo para fortalecer tanto el trabajo en aula, como
institucional y con las familias en el tema de prevención y atención de las violencias como parte
de la EIS. Por un lado, el Recorrido de la Prevención, manual para la facilitación del
Recorrido Participativo para la prevención de la violencia sexual. Un documento que
describe una metodología de trabajo entre pares, con el paso a paso para la facilitación y el
material didáctico necesario. Y, por otro lado, la Guía básica para prevenir y actuar frente
a la violencia sexual en el sistema educativo. Este un material de consulta rápuda y ágil que
resume el rol de las y los docentes y demás miembros de la institución educativa al enfrentar
las situaciones de violencia sexual. Esta guía forma parte de la campaña “Ahora que lo ves, di
no más”, que cuenta con valioso material educativo audiovisual dirigido a docentes, con el fin
de fortalecer su rol en la prevención del abuso sexual y la protección a las víctimas. Desde el
ámbito educativo, y según se explica en los Protocolos, la protección integral abarca tres ejes:
Vale subrayar las siguientes estrategias de prevención de la violencia sexual en la comunidad
educativa:
Fuente: Protocolos y rutas de actuación frente a situaciones de violencia detectadas o cometidas en el sistema
educativo (Mineduc, 2020).
Incumplir con la detección y la denuncia es cometer una infracción (administrativa y/o penal
de acuerdo con el caso), según lo establece el Código Orgánico Integral Penal (COIP) en sus
arts. 277 y 422, así como la Ley Orgánica de Educación Intercultural y su Reglamento. El
sistema de protección integral respalda a la persona que cumple con su deber de denunciar
situaciones de violencia contra niños, niñas y adolescentes. La Defensoría Pública,
Defensoría del Pueblo y organizaciones de la sociedad civil pueden brindarle asesoría y
acompañamiento legal.
Ruta de Actuación frente a situaciones de violencia sexual detectados o cometidos en el
sistema educativo.
Ruta de actuación ante casos de violencia entre estudiantes
MINEDUC (2018). Guía básica para prevenir y actuar frente a la violencia sexual en
el sistema educativo. https://educacion.gob.ec/wp-
content/uploads/downloads/2018/10/Guia- Super-Profes.pdf