La Cartografía Histórica en El Control

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LA CARTOGRAFÍA HISTÓRICA EN EL CONTROL

La facilidad que se tiene actualmente para elaborar un mapa es indiscutible, en relación al trabajo
que tuvieron que realizar desde el Siglo XVIII científicos y expedicionarios que invirtieron
inimaginables sumas de dinero, tiempo y preparación técnica-científica para cartografiar
territorios de interés en América1. Estas expediciones mandatadas por los gobiernos europeos
(España, Francia, Inglaterra, Portugal) hacia sus dominios coloniales fueron planificadas bajo
una serie de factores políticos tales como: la delimitación de fronteras y el control de la expansión
de otras potencias militares, el aumento del comercio, la contención del contrabando y la
explotación de nuevos recursos naturales2. Fue así como estos expedicionarios equipados con un
arsenal de instrumentos científicos, fueron puestos a prueba en la aplicación de esta nueva
racionalidad impuesta por la ciencia, donde los conocimientos matemáticos, físicos,
astronómicos, hidrográficos y cartográficos fueron claves en las mediciones de un espacio cada
vez más geometrizado3 y en el que la elaboración de cartografías sería el primer paso para
conseguir un panorama sobre los recursos naturales, las poblaciones y los territorios de expansión
territorial.

Esta misma lógica colonialista influenciada por el pensamiento eurocéntrico fue la que
impusieron Estados nacionales en América, como es el caso de México, Colombia y Argentina4,
que elaboraron una cartografía característica según los intereses geopolíticos, económicos y las
necesidades político - administrativas de cada gobierno. Cartografía que estuvo al servicio de las
élites intelectuales que instalaron las narrativas oficiales, muchas veces xenófobas y que
disputaron territorios con los países vecinos durante los procesos de formación territorial y
definición de fronteras de los Estados modernos5.

En el caso de Chile durante la época decimonónica, la necesidad de la República por explorar y


conocer todo el territorio sobre el cual pretendía ejercer poder y soberanía, llevó a manejar el
proceso de conformación territorial por medio del saber geográfico 6. De este modo, guiado por
la lógica positivista y hegemónica del ‘progreso y desarrollo’ e impulsado por los grupos
dominantes (élites intelectuales, políticas y económicas), se contrataron naturalistas,
ingenieros y otros eruditos de diversas disciplinas; para estudiar, medir y cartografiar grandes
extensiones territoriales que en el futuro serían de gran contribución para implantar el
imaginario de nación y del “Sur de Chile”7. Fue así como el Chile republicano se impregnó de un
colonialismo interno que era parte del fenómeno económico global y que promovió las
profundas transformaciones del espacio latinoamericano, debido a la consolidación territorial
de los Estados nacionales8.
En este contexto, es posible señalar que el territorio que habitamos no es estático, al contrario, es
un escenario de constantes transformaciones provocadas por diversos fenómenos, que se presenta
como una composición compleja y heterogénea, es decir, un ensamblaje que incluye dimensiones
legales, políticas y económicas9. Esta lógica da a entender que el territorio se construye en el
tiempo por diferentes procesos, los cuales pueden ser representados mediante diversas formas.
Los mapas se constituyen en una de ellas, donde por medio de su lectura e interpretación, permite
indagar cómo estas representaciones del espacio y del pasado se han dibujado y qué información
ha sido incluida o no10.
En este punto, toma protagonismo la geografía histórica, rama de la ciencia geográfica que centra
su interés en las geografías del pasado y las transformaciones territoriales, estudiando rasgos de
apropiación del espacio y analizando hechos históricos11. Para llevar a cabo su objetivo, esta
disciplina necesita de especialistas que no se limiten a conocer una región de estudio en su
apariencia actual, sino que conozcan sus rasgos fundamentales tan bien como sea necesario para
verla cómo era en situaciones del pasado; es decir, con la capacidad de observar la tierra con ojos
de sus antiguos ocupantes12.

Una perspectiva para analizar el territorio en retrospectiva la brinda precisamente la cartografía.


Ciencia que representa una excelente herramienta tanto para la interpretación, como para la
reconstitución o reconstrucción del pasado13, entregando múltiples posibilidades para representar
y comunicar un fenómeno que ha tenido lugar en la superficie terrestre14. Además, resulta útil
para realizar un análisis histórico de las relaciones espaciales ocurridas durante un periodo
específico, dado que permite explicar el discurso prefabricado o del imaginario de Estado-nación
que se tuvo sobre un territorio en expansión15. Mediante la cartografía se pueden deducir
relaciones socio-políticas que significaron la toma de decisiones, revelando el trasfondo que las
originaron y encontrando cortes en la trayectoria temporal que motivaron el cambio de valor en
las particularidades de los lugares que tienen significado para un individuo, organización social
o política16. En efecto, ya nadie discute que el mapa, rigurosamente interpelado, es una llave que
facilita la exploración de otras épocas y lugares17.

El desarrollo de la ciencia posibilitó que el espacio geográfico pudiera ser medido, geometrizado
y delimitado, integrando territorios ‘vacíos’ y ‘salvajes’ con el argumento de ‘civilizar lo
bárbaro’18, siendo este el caso del Gülumapu. Pero hablar de espacio va más allá de presentarlo
como un receptáculo cuantitativo, geométrico, vacío e inerte, como un espacio euclidiano que
posteriormente será ocupado por cuerpos y objetos; hablar de espacio significa entender que este
se genera producto de la acción social, de las prácticas, las relaciones y las experiencias sociales,
de modo que el espacio es un producto que se consume y que a la vez interviene en su
producción19. De este modo, cada sociedad produce su propio espacio, caracterizado por su
dinamismo y constantes cambios, propios de la interacción entre el ser humano y la naturaleza.

Pero qué sucede cuando el espacio producido por una sociedad o cultura es intervenido por el
espacio producido por otra que afirma y basa su actuar en nombre de la ciencia y desea conquistar
la naturaleza indomable por medio del mejoramiento progresivo de la técnica. En ese momento
se comienza a gestar una esfera de contrastes y diferencias que tarde o temprano culminará con
el enfrentamiento de culturas, pueblos o naciones y que determinará la toma de ciertas decisiones
y acciones beligerantes por alguno de los bandos.

Precisamente esto fue lo que aconteció en Gülumapu, donde la toma de determinadas decisiones
asociadas al control, dominio y competencia por un espacio, desencadenó en la estructuración de
este espacio regional actualmente conocido como La Araucanía, donde el Estado chileno pudo
valerse de la geopolítica y apropiarse de las tierras mapuche mediante una serie de dispositivos
de poder20, entre los que destacan: campañas militares, uso del fuego como herramienta política-
simbólica y técnica productiva21, acción misionera religiosa22, fundación de fuertes, construcción
del ferrocarril y materialización del telégrafo23, instalación de ciclos productivos -granero de
Chile-24, división de tierras, creación de provincias, llegada de agentes públicos/privados y la
fundación de ciudades. Acciones que permitieron incorporar a los habitantes de este lugar a la
modernidad, frente a un mundo natural que se vinculaba más bien con lo primitivo o lo atrasado25.
La investigación que se presenta tiene como propósito analizar las transformaciones territoriales
que se expresan espacialmente a través de diversos mapas y planos que representan Gülumapu26
y la actual región de La Araucanía (figura 1).

Para ello, se utilizan perspectivas asociadas a la geografía y cartografía histórica, con el propósito
de analizar los cambios y continuidades que se expresan territorialmente en el tiempo y en el
espacio27. La información cartográfica será deconstruida28 para evidenciar las formas en que el
Estado fue tomando control y soberanía sobre la antigua frontera araucana. Además, se utilizarán
métodos propios de la cartografía histórica georreferenciada que permitirá superponer mapas
antiguos sobre un mapa base actualizado en un entorno SIG, obteniendo un panorama más
detallado del territorio analizado para su posterior reconstrucción29

Este trabajo busca contribuir a la comprensión de las dinámicas geográficas e históricas en la


ocupación de un territorio: el Gülumapu. Haciendo énfasis en el rol de la ciencia y la técnica en
el control y transformación de este espacio regional, que fue despojado al pueblo mapuche
mediante la elaboración de cartografías que significaron el primer paso de dominio y soberanía
sobre estas tierras.

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