Causas Modificativas de La Capacidad

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 CAUSAS MODIFICATIVAS DE LA CAPACIDAD

Según Ortolan:
Causas que se dan en el orden de la ciudad: Diversas circunstancias civiles, naturales y sociales,
provocaban modificaciones en la capacidad jurídica de la persona. Así como la degradación del
honor civil, la religión, la condición social, la profesión el domicilio
Causas que se dan el orden físico: otras repercutían sobre la capacidad de obrar para eliminarla o
restringirla, como la edad, el sexo, las enfermedades, la prodigalidad (Comportamiento de la persona
pródiga)

a) HONOR CIVIL (infamia, turpitudo, intestabilidad):


Cuáles eran los preceptos del derecho romano.
Vivir honestamente, no dañar a otro y dar a cada cual los suyo
Si en principio todo lo que atañe a la honorabilidad de una persona es materia ajena al derecho, en
Roma el honor del ciudadano (existimatio) debía mantenerse sin mácula para que éste fuera apto
para el goce de sus derechos, tanto en público como en privado.
Como se pierde la existimatio: por la comisión de un delito comprobado, perdida de la ciudadanía y
principalmente por la infamia (degradación del honor civil, consistente en la pérdida, ante la sociedad
o incluso legal, de reputación o descrédito en la que caía el ciudadano romano) o ignominia (es una
ofensa pública que sufre el honor o la dignidad de una persona o un. También era uno de los
castigos militares de los romanos)
Que derechos perdía el ciudadano que era tachado de infame:

 No podía comparecer en juicio, salvo por sí o por parientes muy próximos;


 Ejercer la abogacía

Causas de infamia: las condenas por delitos públicos, y desde la época imperial, por delitos
privados, como la rapiña, el hurto, las injurias, el ejercicio de profesiones u oficios inmorales o
deshonestos, como actor, usurero, dueño de casa de prostitución.

Otras causas: la mujeres viudas, casadas antes del año de luto, los bígamos, los declarados en
quiebra, los perjuros, los solados expulsados del ejercito etc.

La infamia podía ser:

Inmediata: cuando infamia provenía de un hecho inmoral o del ejercicio de una actividad vergonzosa

Mediata: la que provenía de condena criminal.

Turpitudo o infamia facti: En ella incurrían las personas que por vida deshonesta o por su vil
profesión venían disminuido su honor civil y se hacían indignas de la estimación de sus
conciudadanos.
Inestabilidad: era la prohibición de realizar actos jurídicos formales en los que hubieran de intervenir
testigos, que se establecía contra los llamados homines intestabiles

b) Religión:

Las diferencias de derechos en las personas, según la religión que profesaban, se hicieron notorias
con el advenimiento del cristianismo como culto oficial del imperio, en época de Constantino.

A partir de entonces se distinguieron en la aplicación del derecho privado los cristianos (fideles) de
los herejes, apóstatas, judíos y maniqueos, privados del derecho de ser testigos, de suceder por
causa de muerte y en algunos casos de adquirir por cualquier título. Los judíos no podían ejercer
cargo público, contraer matrimonio con cristianos, ni poseer esclavos de esta religión (Cód. 1, 9, 6 –
Cód. 1, 9, 18).

c) Condición social:

Causa de modificación de la capacidad jurídica fue por mucho tiempo la distinta condición social.
Hemos visto así el trato diferencial que existió para patricios y plebeyos.

Terminado el enfrentamiento de los dos órdenes a mediados de la República con el logro de la


igualdad jurídica, desaparece en Roma la odiosa diferenciación de clases y su incidencia en cuanto
al goce de los derechos públicos y privados.

d) Profesión:

También influía en la capacidad de las personas la profesión. Unas merecían ciertos privilegios,
como las profesiones liberales: (Ulpiano, Dig. 50, 13, 1, pr.). Otras, por el contrario, traían la tacha de
infamia con la consiguiente disminución de los derechos.

Se daba el caso, como vimos, de magistrados provinciales; como los gobernadores, que mientras
ejercían su Jurisdicción no podían adquirir, inmuebles, prestar, a interés, manumitir esclavos, ni
casarse con mujer del lugar. Entre las profesiones a las que el derecho privado otorgaba mayores
privilegios estaba la de los militares, que tuvieron trato preferencial, especialmente en materia
testamentaria.

e) Domicilio:

El lugar en que una persona había establecido su residencia fija o domicilio podía ser voluntario si lo
elegía libremente el sujeto, y necesario cuando era impuesto por la ley.

Tenían domicilio necesario los desterrados en el lugar de su destierro, las mujeres casadas en el
domicilio de sus maridos, los libertos y sus hijos en el de sus patronos.

La ley establecía además que los impuestos debían pagarse en el domicilio municipal y que las
acciones debían entablarse ante el juez del domicilio del demandado (actor sequitur forum rei).
f) Edad:

En las personas la edad es una causa que atañe a su capacidad de obrar. Por razón de la edad la
distinción fundamental se establece entre púberes e impueres.

La pubertad, época de la vida en que comienza a manifestarse la aptitud física para procrear, se fijó
en DOCE AÑOS para las mujeres y en CATORCE AÑOS para los hombres, habiéndose así el
derecho romano apartado de la idea sabiniana.

Antes de alcanzar la pubertad, como lo señalamos, la persona era incapaz de obrar y por ello la
legislación romana sometió al impúber sui iuris a tutela, esto es, a una representación legal, para
que el representante o tutor actuara por el incapaz o pupilo.

Entre los impúberes había distinción; los infantes menores y los infantes mayores. Los primeros
eran los que no habían pronunciar las palabras de los actos formales tenían, por ende, conciencia de
sus actos. En la época postclásica la infancia se extiende hasta los siete años.

Dada su falta de discernimiento, el derecho romano declaró al infante incapaz absoluto de obrar.

Los infantes mayores desde la edad de siete años hasta la pubertad, eran incapaces de obrar, pero
con incapacidad relativa. Podían, por tanto, realizar negocios patrimoniales con el consentimiento
(autoritas) del tutor, y hasta sin el cuándo fueran ventajosos para el incapaz.

Los infantes mayores a su vez, podían ser infantiae proximi y pubertati proximi. La distinción hacía
referencia a la responsabilidad por delito, excluida para los primeros y admitida para los segundos,
cuando estuvieran en condiciones de comprender la ilicitud del delito delictual.

Los impúberes infantiae proximi eran mayores de 10 años y medio en varones y mujeres de más de


9 años y medio. Los pubertati proximi pueden ser responsables por actos ilícitos o delictivos y
pueden actuar siempre que cuenten con la auctoritas del tutor a diferencia de los infantiae proximi.

A pesar de que la pubertad daba a la persona capacidad de obrar, una lex plaetoria de alrededor del
año 200 ac estableció sanciones para las personas que engañasen a un sui iuris menor de
veinticinco años en la realización de un negocio, protección que fue ampliada por el pretor al
conceder medidas que podían llevar a rescisión del acto jurídico desventajoso (un vició de la
voluntad)

Se estableció así una nueva restricción a la capacidad de obrar y se creó otra categoría de personas
en atención a la edad: los menores púberes o menores de veinticinco años.

Sin embargo en el derecho postclásico el varón de veinte y la mujer de dieciocho años podían
obtener una declaración de mayoría de edad por favor imperial, que les daba la capacidad de obrar,
pero solo en cuanto a los actos de disposición de bienes inmuebles.
g) Sexo:

El sexo era otra causa modificatoria de la capacidad de obrar. La mujer en los pueblos
indogermánicos siempre estuvo colocada en situación inferior al hombre.

En Roma estaba excluida del ejercicio dé las funciones públicas y por la naturaleza patriarcal de la
familia se hallaba privada de todo poder familiar.

La mujer, cuando era sui iuris (de propio derecho), esto es, cuando no se hallaba bajo el poder
paterno (patria potestas) ni marital (manus), cualquiera que fuera su edad, fuese o no púber, estaba
sometida a la tutela perpetua del sexo.

(Tutela mulierum).

Es la figura de la tutela para mujeres o ‘tutela mulierum’, con la que se pretendió proteger los
aspectos patrimoniales en beneficio de los agnados de la mujer, a quien le era designado un tutor
(‘tutor cessicius’) que podía llevar a cabo una cesión tutelar.

Era incapaz de obrar con incapacidad relativa; le estaba permitido realizar todos aquellos actos que
pudieran producirle beneficio patrimonial; para lo demás era necesaria la auctoritas tutoris. La tutela
perpetúa del sexo fue limitada en el derecho clásico, hasta que final desapareció.

h) Enfermedades corporales y mentales:

Tenían también influencia en el derecho de las personas las enfermedades corporales y las
alteraciones mentales. Varias restricciones o exenciones especiales se referían a los ciegos, los
sordos o los mudos.

Los primeros no podían testar válidamente, si no observaban formas especiales y los segundos
estaban incapacitados para realizar todos aquéllos actos cuyos requisitos formales no pudieran ser
satisfechos en razón del vició corporal.

Los eunucos estaban impedidos para contraer matrimonio y, desde Justiniano, para adoptar.

En cuanto a los enfermos mentales, los locos (furiosi) y los imbéciles (dementes, mentecapti) tenían
una incapacidad absoluta de hecho por carecer de discernimiento, como los infantes.

Sus personas y especialmente sus bienes estaban sometidos a un curador sin embargo el derecho
romano les reconoció capacidad en los intervalos lúcidos (lucida inieryulla).

i) Prodigalidad.

El pródigo (pródigus), aquel que tenía la manía de dilapidar sus bienes, podía ser privado, bajó
pronunciamiento del magistrado, de su plena capacidad de obrar.
Quedaba de ésta suerte con una incapacidad relativa, excluido de modo semejante al maior
infantia- de la posibilidad de contraer obligaciones y estipular negocios dispositivos, pudiendo sólo
participar en aquéllos que le trajeran un enriquecimiento.

El pródigo también estaba asistido por un curador.

 CAPITIS DEMINUTIO (disminución de la capacidad)

Implicaba un cambio en los estados de libertad, de ciudadanía o de familia que integraban la plena
capacidad jurídica o personalidad del sujeto en Roma. Era una variación del status que podía ser
triple como el estado mismo.

MÁXIMA CAPITIS DEMINUTIO: cuando se perdía la libertad y se extinguían, por consecuencia, los
otros dos status.

Ocurría cuando el ciudadano libre era reducido a la condición de esclavo por algunas de las causas
previstas por el derecho de gentes o por el derecho civil. Importaba la extinción de la personalidad
civil, por el esclavo no era para el derecho romano persona, si no cosa.

MEDIA CAPITIS DEMINUTIO: si se perdía el estado de ciudadano, lo que implicaba el cese del
status familiae.

Tenía lugar cuando el sujeto perdía la condición de ciudadano romano, aunque conserva el estado
de libertad. Se extinguía la ciudadanía por ciertas condenas, como la interdicción del agua y del
fuego, la deportación, el destierro y también cuando el ciudadano voluntariamente abandonaba su
ciudadanía de origen para adoptar la de un país extranjero.

En el Derecho romano, pena que, en caso de envenenamiento, peculado y otros delitos, se imponía
al culpable. Consistía en la privación efectiva del agua, el fuego y otras cosas necesarias para la
vida, con lo cual se le obligaba a adoptar espontáneamente el destierro o deportación. Constituyó un
recurso más de la fértil imaginación jurídica de los romanos, que se ataba con sólidas prohibiciones
y se desligaba con sutiles medidas. Esta interdicción obedecía a que ningún ciudadano romano
podía ser privado de sus derechos de ciudadanía, salvo voluntaria resolución.

Minima capitis deminutio: cuando se producía un cambio en el estado de familia.

En todos los casos en que la persona, sin perder el status civitatis, cambiaba de familia como ocurría
con la adopción, la adrogación, la legitimación y la emancipación.

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