El Bullying Escolar Autor Karla Jazmín Sánchez Bautista

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EL BULLYING ESCOLAR

Por: Karla Jazmín Sánchez Bautista


INTRODUCCIÓN

Desde la antigüedad la violencia estaba implícita en el método educativo, partiendo


de la creencia de que "la letra entra con sangre", frase que nace en la edad media
y que traduce la concepción que guiaba los procesos educativos en aquellos
tiempos.

Esta concepción sugiere que la violencia física era necesaria para educar al niño.
Por ejemplo, en Roma, Horacio hace referencia a Orbillo el palmoteador, un maestro
que empleaba los azotes como forma de educación; los hebreos azotaban a los
niños y les negaban el pan.

En la edad media, los jesuitas tenían una persona que llamaban corrector,
encargada de suministrar golpes a estudiantes con conductas inadecuadas. Pero a
partir de la influencia de Jean-Jacques Rousseau, que propone una visión distinta
del proceso de enseñanza-aprendizaje, se inicia una nueva concepción que culmina
en la visión de la infancia como un concepto consolidado, y con la aparición de los
derechos del niño a mediados del siglo XX.

La influencia de las nuevas teorías psicológicas a principios y mediados del siglo


XX, de autores como Jean Piaget y Lev Vygotsky, influyen en los nuevos
paradigmas educativos. Así surge el constructivismo que introduce la idea de que
el sujeto construye sus propios conocimientos y el docente es un facilitador. Este
método se opone a la idea tradicional prevaleciente en la historia de que el docente
es una autoridad incuestionable y el estudiante, un simple receptor de
conocimientos.

La violencia escolar no es un fenómeno reciente y su estudio sistemático entre


escolares surge en la literatura psicoeducativa a principios de 1970 en los países
escandinavos, y recién a finales de 1980 y comienzos de 1990 su estudio se
extendió a otros países como Inglaterra, Holanda, Japón o España (Olweus, 1973
en Lleó Fernández, 1999)

La incuestionabilidad del saber del docente suponía, hasta cierto punto, un poder y,
a la vez, la verticalidad de la enseñanza hasta el siglo pasado. Imponiendo límites
entre el docente y el estudiante.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Informe Mundial sobre la
Violencia y la Salud del año 2002, declaró la violencia uno de los principales
problemas de Salud Pública en todo el mundo.

Durante los últimos años se ha hecho visible el fenómeno de la violencia escolar en


diferentes medios sociales, educativos y de salud.

Existe consenso de que la violencia es un problema que debe ser abordado por los
medios educacionales y de salud pública, dada la repercusión que tiene -al menos-
en ambos sectores; en el primero por todo lo que significa en el contexto
educacional y en el segundo por la importancia que tiene sobre la salud física,
mental, y psicológica y la debida atención que requiere. Esto se ha concretizado en
la noción de bullying, concepto de gran presencia mediática y, por lo mismo, de muy
poca claridad sobre lo que significa.

En este contexto, la intimidación y la victimización constituyen procesos complejos


que se producen en el marco de las relaciones interpersonales y con gran frecuencia
en el marco escolar, obstaculizando la interacción entre los diferentes actores del
sistema escolar, como así también perjudicando la convivencia y el clima escolar
(Rozenblum, 2001).

El maltrato escolar entre pares muchas veces pasa inadvertido por los profesores o
inspectores escolares, permitiendo que el grupo de intimidadores actúe libremente
en forma reiterada, provocando serias repercusiones en la conducta de la víctima,
como ansiedad, baja autoestima y bajo rendimiento académico, perjudicando la
calidad de sus relaciones interpersonales (Olweus, 1998) en el marco de la
comunidad educativa en general.

En cuanto a su ubicación, las definiciones no delimitan el espacio donde se


producen las agresiones. Ni el lugar ni los medios son determinantes a la hora de
diagnosticar un caso de acoso escolar.

Ni siquiera es necesario el contacto directo entre víctima y agresor en un


determinado espacio, como sucede con el ciberbullying (acoso indirecto y anónimo).
Se puede producir tanto dentro como fuera del centro escolar pero siempre que las
partes implicadas pertenezcan al mismo colegio.

Datos de diferentes estudios sobre violencia escolar realizados por un equipo


noruego, británico y español, concluyeron que el porcentaje de estudiantes que
participan activamente en las acciones de intimidación y/o victimización se
encuentran entre el 14% y el 18% (Ortega Ruiz & Mora-Merchán, 1997).

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Así también, la variable género adquiere importancia en la comprensión de los
resultados: en los alumnos es más frecuente la utilización de agresiones físicas y
amenazas como formas de intimidación, mientras que en las alumnas son más
frecuentes los rumores y el aislamiento de la víctima.

Estos resultados aluden a la importancia de diferenciar, en los términos de Olweus


(1998), entre acoso directo, con ataques relativamente abiertos a la víctima, y acoso
indirecto, en forma de aislamiento social y de exclusión deliberada de un grupo.

En Chile el impacto y la relevancia que ha adquirido el fenómeno de la violencia


escolar es muy reciente y ha estado vinculado a la amplia difusión realizada por los
medios de comunicación a episodios ocurridos en el último tiempo.

Los datos que existen de la opinión pública respecto a la violencia en las escuelas
chilenas, apuntan a que un porcentaje importante de la población percibe que en la
escuela existen relevantes fuentes de violencia, especialmente en los niveles
socioeconómicos más bajos, entre los cuales un 82% afirma que existen problemas
de robo, un 75% de violencia entre los alumnos y un 43% percibe abusos de parte
de los profesores. En los niveles medio y alto estos porcentajes tienden a disminuir,
sin embargo, no dejan de ser porcentajes importantes (Arancibia, 1994).

En relación a la intervención de los profesores cuando se producen conflictos


violentos, en términos cuantitativos, dos tercios de los estudiantes de una
investigación realizada por Funk (1997) en Alemania, opinan que sus profesores
intervendrían a menudo o muy a menudo, pero sigue habiendo un tercio que piensa
que no lo haría.

Por otra parte, los mismos profesores afirman en un 95% de los casos que
intervendrían en una situación de esas características. Sin embargo, no existen
datos al respecto utilizando una metodología cualitativa.

A pesar de la creciente necesidad de prevenir y controlar no sólo las situaciones


más explícitas de violencia juvenil, sino también aquellas formas más encubiertas
de agredir a otro (maltrato) en contextos escolares, la literatura sobre estrategias,
implementaciones y evaluaciones empíricas de programas de prevención de la
violencia escolar es escasa y dispersa, sobre todo en lo que respecta a enseñanza
básica y en el contexto educacional nacional.

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La necesidad de investigar en el área y en el tema específicamente, radica no sólo
en la relevancia de las estrategias que los profesores utilizan para controlar o mitigar
situaciones de maltrato escolar, sino también la incidencia que tienen las estrategias
implementadas sobre el clima social escolar.

MARCO TEORICO:

Al momento de hablar de conflictos o situaciones conflictivas, la mayoría de las


veces nos viene a la mente la idea de algo negativo y destructivo, olvidándonos que
el conflicto forma parte de nuestra vida diaria y de nuestra naturaleza humana. El
conflicto no es bueno ni malo, sino que simplemente existe, teniendo que demostrar
nuestra capacidad y habilidad para saber enfrentarlo y resolverlo de manera creativa
y positiva. Es decir, que lo bueno o lo malo no es la existencia del conflicto sino la
forma en que se lo afronta.

Se considerará a las estrategias como aquellas técnicas que implican un conjunto


de objetivos y fines que los profesores utilizan con el fin de controlar o mitigar las
situaciones de maltrato entre escolares al interior del establecimiento escolar. De
este modo las estrategias educativas, específicamente, son técnicas o
procedimientos que los profesores implementan para controlar situaciones de
maltrato, acoso e intimidación entre escolares, con el objetivo claro y preciso de
concientizar a los alumnos de las consecuencias negativas y destructivas de su
conducta (no sólo para sí mismos y la víctima, sino también para toda la comunidad
escolar), contribuyendo a una reinterpretación de la situación.

Estas estrategias a través del diálogo favorecen la resolución pacífica de los


conflictos, mejorando el clima y la convivencia escolar. De esta manera, a partir de
la implementación de estas estrategias se esperan obtener resultados orientados al
proceso de enseñanza-aprendizaje y a revertir el círculo vicioso y previsivo de la
violencia entre los diferentes actores del sistema escolar implicados.

Ante una situación conflictiva, varios son los modos utilizados para su resolución,
como el esquema elaborado por Christopher Moore (1986 en Rozenblum, 2001) de
gran utilidad en el área educativa y que con fines prácticos para esta investigación
se decidió realizar la siguiente clasificación:

- Evitación, negación o rechazo. El conflicto no se afronta, aunque se reconozca su


presencia o existencia.

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- Aquellos que involucran sólo a los participantes del conflicto. Entre ellos se
encuentra: la negociación informal a través de la cual dos o más partes en conflicto
se comunican para lograr una solución; y la negociación formal, que implica un
proceso intencional y de mayor estructuración, que busca una solución a través del
diálogo luego de haberse asesorado para negociar. Ambos implican decisiones
privadas y propias de las partes involucradas en el conflicto.

- Aquel que involucra un tercero neutral. Siendo la mediación el modo de abordaje


por excelencia, es considerada un proceso privado, voluntario y confidencial, en el
que las partes sustentan el poder, siendo el mediador un tercero imparcial que
intenta ayudar a las partes a resolver el conflicto y acuerda no hacer uso de su poder
ni tomar decisiones o imponer resultados a las partes (Christopher Moore, 1986 en
Rozenblum, 2001).

La mediación es un tema relativamente nuevo, que tuvo sus primeras


manifestaciones frente a los problemas en las relaciones de pareja, laborales y
comunitarios, extendiéndose su aplicación al sistema educativo. Es considerada
una forma positiva de orientar la conducción de disputas (Suares, 1996), siempre
que se evite considerarla como una alternativa capaz de resolver mágica o
milagrosamente cualquier situación conflictiva.

En la realidad local aún son escasos los intentos por aplicar la mediación en el
contexto escolar como una alternativa de resolución de conflictos, sobre todo en el
área de enseñanza básica.

- Aquellos que involucran a un tercero responsable de las decisiones. Entre los que
se encuentran: la decisión administrativa que representa los intereses de la
institución y las partes deben acatar las decisiones que tome, y el arbitraje, donde
el árbitro es imparcial, independiente y tiene poder de decisión. Los profesores y
administradores suelen intentar una combinación de mediación y arbitraje,
obteniendo mejores resultados y efectos más prolongados en el tiempo. Primero
emplean la mediación para tratar de llegar a un acuerdo y si fracasan imponen el
arbitraje (Johnson & Johnson, 2002).

Es necesario precisar, entonces, que la elección y por ende la posterior


implementación de cada uno de estos modos de resolver situaciones conflictivas,
dependen de las características de la situación, del desarrollo evolutivo de los
implicados y del conocimiento y preparación de los profesores al respecto.

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Por otra parte, las estrategias no educativas, son técnicas cuyos objetivos y fines
no están orientados a mejorar la convivencia y el clima escolar, sino que se
caracterizan por su tendencia a aumentar las situaciones de violencia al interior del
establecimiento escolar y por la no resolución de los conflictos de manera pacífica.
Constituyen técnicas que evitan el desarrollo de las habilidades de autocontrol
necesarias para afrontar eficazmente situaciones conflictivas.

Finalmente, tal como lo expresa Rozenblum (2001), en aquellos casos cuando el


conflicto no es resuelto puede conducir a una escalada del mismo, es decir una
complejización de sus características, participantes e intereses. Situación que
puede desembocar en una respuesta violenta como única forma de resolverlo.

HIPÓTESIS:

Estrategias que implementan los profesores. Considerando el objetivo general de la


investigación, tanto profesores como alumnos en general coincidieron en la
clasificación del accionar docente ante estas situaciones de maltrato entre pares.
Más allá de la causalidad de este fenómeno pervasivo, los profesores identifican la
relevancia en su resolución y manejo efectivo al interior del establecimiento escolar
a características de su persona.

Motivación a la capacitación. A partir del análisis de los datos obtenidos con las
diferentes técnicas, se hace evidente que el sentimiento de motivación a la
capacitación presente en los profesores afecta permanentemente su práctica
docente. Éste surge de una conjunción de factores que en sí mismos son negativos
para la consecución de resultados eficaces sobre el tema, tales como la obtención
de resultados poco satisfactorios en las intervenciones de situaciones de maltrato
escolar entre pares, la sensación de falta de apoyo y respaldo por parte de las
autoridades de las unidades educativas en las cuales se desempeñan y la
necesidad de actuar resolutivamente.

Este fenómeno refleja que la capacitación y el perfeccionamiento de sus prácticas


no constituye sólo un deseo o motivación personal. El mismo surge a partir de un
contexto social particular.

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Por un lado, la influencia e impacto que han causado los medios de comunicación
alertando a la sociedad y haciendo público los temas de maltrato y violencia escolar
entre pares; y por otra parte, las exigencias de los ciudadanos para que los
profesores y directivos actúen eficaz y resolutivamente sobre estas situaciones, sin
olvidarnos la relevancia que adquiere en las últimas décadas la vertiginosidad con
que los cambios sociales y culturales nos han invadido, afectando al sector de la
sociedad más vulnerable que son los niños y adolescentes.

Es así como las particularidades del contexto dan lugar a que una de las condiciones
intervinientes más importantes sea la preocupación constante y permanente de todo
el cuerpo docente (directivos, profesores, paradocentes, incluso los inspectores
que, aunque no fueron partícipes directos de esta investigación la relevancia de su
figura se hizo presente en las distintas entrevistas; y demás personal de la unidad
educativa) por la convivencia, el clima escolar y la calidad de la educación.

Este fenómeno además presenta diferentes consecuencias que difieren entre sí por
la influencia que cada una de ellas ejerce sobre la motivación a la capacitación y
perfeccionamiento, y una importante estrategia de acción/intervención que permite
promover y generar nuevas opciones y alternativas de cambio, nuevas maneras y
perspectivas de abordar las situaciones de maltrato escolar entre pares.

Las consecuencias son varias y de diferente índole, una de ellas es que la


motivación a la capacitación presente en los profesores actúa minimizando las
amenazas que generalmente provoca todo lo nuevo que conlleva en sí el cambio.

Sin embargo, con respecto a las demás consecuencias como el sentimiento de


seguridad de sus prácticas cotidianas, la necesidad de actuar
interdisciplinariamente, el accionar de manera pacífica y resolutiva, considerando la
relevancia de la inclusión de la familia para abordar tanto preventiva como
resolutivamente el tema del maltrato escolar entre pares, la motivación a la
capacitación influye positivamente.

La necesidad de contar con equipos multidisciplinarios y la inclusión de la familia, lo


cual favorece la creación y expansión de redes de apoyo, también tienen una
incidencia favorable respecto de la estrategia de promover y generar posibilidades
y opciones de cambio, que permitan un manejo adecuado de estas situaciones de
maltrato escolar entre pares

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Asimismo, la re-visión de las prácticas docentes sobre este tema les permitirá, por
un lado, modificar la relación entre los alumnos y de éstos con los profesores, en la
medida que esta actitud genera y promueve ambientes seguros, otorgando
confianza en las interacciones.

Seguridad y confianza que a su vez influye directamente en evitar la escalada del


conflicto que provocó la situación de maltrato o victimización entre pares. Por otra
parte, esta re-visión también incidirá directamente en la resolución pacífica y
constructiva de los conflictos.

Las observaciones de Piñuel y Zavala establecen que los celos y la envidia que
sienten los acosadores son la causa más frecuente del bullying. La víctima suele
ser envidiada por poseer alguna cualidad o rasgo que los hace destacar del resto
del grupo; por ejemplo, capacidad académica superior, facilidad para despertar
aceptación o aprecio en sus compañeros, maestros, su don de gentes, evaluaciones
positivas o felicitaciones recibidas en la escuela.

El bullying también puede desencadenarse cuando el menor no permite ser


manipulado por otro u otros miembros del grupo o bien porque no pertenece al grupo
que maneja el status de la organización. El menor también puede ser objeto de
hostigamiento por disfrutar de situaciones personales o familiares que son
anheladas por otros que carecen de ellas. Las personas que tienen características
que las hacen distinguirse de la mayoría de sus compañeros suelen ser el blanco
de acoso.

Así, la diferencia de edad, la experiencia laboral, las costumbres, el poder


adquisitivo, el nivel educativo, entre otros, pueden causar la persecución de aquella
persona diferente a los demás integrantes del grupo mayoritario. Las diferencias
suelen utilizarse para culpabilizar y demonizar al menor, que, en un momento dado,
cargará con la culpa de todo lo que sale mal. Al designar un culpable, es posible
distraer el interés de la organización para solucionar un problema, y de esta manera
todo seguirá igual.

Otra causa del bullying es demostrar el poder que ostenta el acosador como medio
para amedrentar al resto del personal, con el fin de mantenerse y afianzarse. Si
alguien es capaz de demostrar que tiene el poder de hostigar y dañar a otro y esto
por ende quedar impune, el resto del personal lo reconocerá, respetará y obedecerá
sin oponer resistencia.

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Fenómeno del bullying

En la comprensión del fenómeno del acoso escolar intervienen múltiples factores


asociados con los orígenes, contexto social y cultural, procedencia familiar, y nivel
socio económico de los sujetos involucrados y de la institución escolar que los
alberga.

Dada la complejidad del fenómeno, cualquier tipo de estudio sobre él, requiere del
conocimiento del contexto en el cual se hace evidente, de sus actores y de los
aspectos que inciden de manera directa e indirecta en su aparición y desarrollo. En
éste sentido, varios son los aspectos que deben tenerse en cuenta para abordar y
comprender la problemática del Acoso Escolar: la noción de violencia, los diferentes
y variados enfoques, desde los cuales se ha abordado el estudio del Acoso Escolar
que han originado diversos resultados que dan cuenta del mismo.

México ocupa el primer lugar internacional de casos de bullying en educación básica


ya que afecta a 18 millones 781 mil 875 alumnos de primaria y secundaria tanto
públicas como privadas, de acuerdo con un estudio de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El análisis efectuado por la OCDE entre los países miembros reporta que 40.24 por
ciento de los estudiantes declaró haber sido víctima de acoso; 25.35 por ciento
haber recibido insultos y amenazas; 17 por ciento ha sido golpeado y 44.47 por
ciento dijo haber atravesado por algún episodio de violencia verbal, psicológica,
física y ahora a través de las redes sociales.

El bullying se ha convertido en un severo problema ya que, conforme a la Comisión


Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el número de menores afectados
aumentó en los últimos dos años 10 por ciento, al grado de que siete de cada diez
han sido víctimas de violencia. Investigaciones del Instituto Politécnico Nacional y
de la Universidad Nacional Autónoma de México detallan que de los 26 millones 12
mil 816 estudiantes de los niveles preescolar, primaria y secundaria, alrededor de
60 y 70 por ciento ha sufrido bullying y, aun cuando se carece de registros certeros,
la ausencia de políticas para prevenir la violencia y el acoso escolar han derivado
en bajo rendimiento, deserción, así como en un incremento de suicidio.

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Se estima, conforme a estadísticas oficiales del Secretaría de Salud, que al año
fallecen 59 mil 562 personas, de las cuales 20 mil 643 corresponden a homicidios;
14 mil 343 a accidentes de tránsito; 4 mil 972 a suicidios; dos mil 315 por caídas;
mil 842 por ahogamiento; 548 por quemaduras; mil 43 por envenenamiento y 13 mil
856 por causas diversas sin especificar. De igual manera establece que 59 por
ciento de los suicidios por razones diversas, incluidas el acoso físico, psicológico y
ahora cibernético entre estudiantes, se concentra en nueve entidades: Estado de
México, Jalisco, Distrito Federal, Veracruz, Guanajuato, Chihuahua, Nuevo León,
Puebla, Tabasco.

Pero lo grave es que el suicidio entre menores de edad, de 5 a 13 años,


principalmente, se ha incrementado ya que además del ámbito escolar los menores
son humillados y maltratados en las redes sociales. "La cifra negra en el país de
estos delitos, que nunca llegan a ser denunciados, son más de 70 por ciento del
registro oficial", agregó René Alejandro Jiménez Ornelas, especialista del Instituto
de Investigaciones Sociales de la UNAM.

Los jóvenes afectados por bullying, como se denomina a la persecución y


hostigamiento deliberado de un grupo de poder hacia personas de su mismo plantel,
aula de estudio, sufren de reiteradas humillaciones y actos de violencia causándoles
bajo autoestima y rendimiento escolar, deserción, así como problemas de sueños y
terrores nocturnos, muchos dejan de comer, bajan de peso, están ansiosos todo el
tiempo e irritables, padecen lesiones que llegan, en ciertos casos, a ser mortales,
presentan severos conflictos emocionales y depresión que los lleva al suicidio.

Debido a la eminente carga sociocultural que representa el bullying y a la mezcla de


violencias que se viven en México, esta problemática ha sido estudiada
parcialmente como un fenómeno (2012).

Otro impedimento para llevar a cabo estudios científicos sobre la problemática es el


“factor moda”; como ya lo señala García Álvarez en su trabajo publicado en 2013:
“El primer paso para combatir el bullying es dejar de creer que es una cuestión de
moda”. Podemos entonces comprender que las barreras para el estudio del bullying
son también tendencias sociales y culturales que se profundizan en el conocimiento
lego y científico.

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Una segunda situación que aporta complejidad al fenómeno en el contexto
mexicano es la inclusión de la dimensión saludable o sanitaria, de acuerdo con los
planteamientos de Kuykendall (2012) y Loredo-Abdala (2008), el bullying es también
un problema de salud desde la perspectiva biomédica tradicional, lo cual le otorga
un importante papel en el gran entramado que comprende al fenómeno al hacer que
diversas autoridades e instituciones sanitarias de nuestro país estudien y describan
la problemática desde su visión, y que, a la vez, se inmovilicen al comprender la
diversidad a la cual se enfrentan.

El otro gran conflicto en esta discusión es que pocas veces se hace énfasis en las
“victimas” indirectas que resultan ser los propios victimarios (García Álvarez, 2013),
es decir, toda la discusión de la violencia escolar en nuestro contexto, sus causas y
consecuencias están centradas en los estudios y recomendaciones que giran en
torno a las víctimas, “estigmatizando” (Goffman, 1981) al victimario, un ejemplo claro
son los contenidos en televisión sobre esta temática, donde se observa que el
victimario es rechazado y denunciado.

Su reputación se pone en tela de juicio, lo que supone que merecen sufrir. La nueva
cultura ante la violencia escolar aliena a estos individuos, agudiza y estimula la
sociopatía que en primer término los lleva a realizar actos violentos (García Álvarez,
2013).

El bullying puede ser caracterizado en la terminología biomédica como un síndrome,


debido a que es posible describirlo como un conjunto de signos y síntomas
individuales o colectivos. No obstante, la visión fenomenológica del problema puede
explorar dimensiones como la estigmatización, la experiencia y la vivencia del
bullying, las creencias y expectativas, la trayectoria de sufrimiento, las estrategias
de afrontamiento, entre otras, que complementarían y contextualizarían la visión en
salud social hasta ahora incompleta con relación a esta problemática en nuestro
país.

Agresores y víctimas de agresiones

A medida que los niños van creciendo en edad, la mayoría se va implicando menos
en las conductas agresivas. Ahora bien, se da una minoría de niños y adolescentes
que se implican de modo aún más frecuente en peleas y otras interacciones
agresivas con compañeros, (Loeber y Stouthamer, 1998).

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Se ha constatado que, entre los 8 y los 12 años, unos pocos niños son los que se
ven implicados en la mayoría de los conflictos. Los que participan en acciones
violentas son un escaso número de instigadores muy agresivos, que son quienes
en plan bravucón abusan con regularidad del 10 al 15% de sus compañeros de
clase (Perry, Kusel y Perry, 1988; Olweus, 1997).

En casi todos los centros educativos se ha conocido a algún niño al que se utiliza
como blanco de repetidos actos hostiles por parte de otros niños.

Según las apreciaciones de los profesores, un 10% de la muestra de adolescentes


de Olweus (1993) eran esta clase de estudiantes maltratados o víctimas, siendo otro
10% los maltratadores que sometían a las víctimas a acoso físico y verbal. Las tasas
de victimización son incluso más elevadas entre los escolares más pequeños.

No es necesario que los agresores hayan sido ellos en casa objeto de malos tratos,
pero sí suelen haber observado esos malos tratos entre sus padres.

Estas experiencias en su casa les hacen creer que la agresión vale la pena al que
la realiza, al agresor, considerando a las víctimas como objetivos fáciles que les
entregarán recursos materiales, o que los someterán sin mucha necesidad de pelea.
Así es como los agresores suelen abusar de sus víctimas por razones materiales o
personales (Olweus, 1993). Estos acosadores practican la agresión proactiva, o el
bullying.

A las víctimas se les atribuye una baja autoestima, son físicamente débiles y por lo
general muy ansiosos. Entre estos factores, una baja autoimagen social parece
tener especial importancia para incitar a la victimización.

Se conocen jóvenes ansiosos y débiles físicamente que no sufren victimización


crónica, porque poseen una alta autoimagen social y que expresan de un modo
asertivo que no tolerarán ser maltratados (Egan y Perry, 1998).

Sin ser todas iguales, las víctimas crónicas comparten algunas características. La
mayoría son víctimas pasivas, estudiantes introvertidos (varones y mujeres) que
hacen poco por incitar a las acciones hostiles de que son objeto. Son blancos fáciles
para los agresores o agresoras (Olweus, 1993).

Estas víctimas tienen a menudo padres muy exigentes y algo distantes, sin
permitirles suficiente autonomía, sino más bien favoreciendo una conducta social
pasiva y no asertiva.

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Los chicos suelen haber estado sobreprotegidos por su madre a las que han estado
estrechamente vinculados; estas relaciones les han conducido a expresar sus
temores, dudas y ansiedades, como medio de llamar la atención. Estas prácticas
detectadas en los varones se suelen rechazar por los compañeros varones por no
pertenecer al estereotipo de género masculino.

Un pequeño número de sujetos estudiados podría describirse como víctimas


provocadoras. Son individuos que no caen bien a sus compañeros por su modo de
ser poco amigable e inquieto, que se enzarzan en peleas, aunque no suelen tener
éxito. Se trata de individuos con sesgo atributivo hostil, ese sesgo que caracteriza
a los agresores reactivos.

Las víctimas provocadoras suelen haber sufrido abusos físicos o una victimización
en su hogar, pudiendo haber aprendido de esas experiencias a ver a los demás
como adversarios hostiles (Schwatz, Dodge, Pettit y Bates, 1997).

Víctima pasiva

Situación social de aislamiento. Con frecuencia no tiene un solo amigo entre sus
compañeros. Presenta dificultad de comunicación y baja popularidad. Conducta
muy pasiva, miedo ante la violencia y manifestación de vulnerabilidad, alta
ansiedad, inseguridad y baja autoestima. Existe una tendencia a culpabilizarse de
su situación y a negarla por considerarla vergonzosa. Cierta orientación a los
adultos, relacionada con una posible sobreprotección por parte de la familia.

Víctima activa

Situación social de aislamiento e impopularidad. Tendencia impulsiva a actuar sin


elegir la conducta más adecuada a cada situación. Disponibilidad a emplear
conductas agresivas, irritantes, provocadoras. A veces, las víctimas activas mezclan
este papel con el de agresores. Un rendimiento peor que el de las víctimas pasivas.
Parecen haber tenido, en su primera infancia, un trato familiar más hostil, abusivo y
coercitivo que los otros escolares. Situación más frecuente entre los chicos. Pueden
encontrarse en ella, con frecuencia, los escolares hiperactivos.

Agresores

Situación social negativa, siendo incluso rechazados por una parte importante de
sus compañeros, aunque están menos aislados que las víctimas y tienen algunos
amigos que les siguen en su conducta violenta.

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Tendencia a la violencia y al abuso de fuerza. Impulsivos, con escasas habilidades
sociales, baja tolerancia a la frustración, dificultad para cumplir normas, relaciones
negativas con los adultos y bajo rendimiento. Carecen de capacidad de autocrítica,
lo que se traduce en una autoestima media o incluso alta.

Ausencia de una relación afectiva cálida y segura por parte de los padres, sobre
todo de la madre. Tiene dificultad para enseñarle a respetar límites y combina la
permisividad ante conductas antisociales con el empleo de métodos coercitivos
(incluido, en ocasiones, el castigo físico).

Podría establecerse una división entre agresores activos, que son lo que inician y
dirigen la agresión; y agresores pasivos, que son los que les siguen y animan y que
presentan problemas similares, aunque en menor grado.

La presencia de distorsiones cognitivas tiene que ver con el hecho de que su


interpretación de la realidad suele eludir la evidencia de los hechos y suele
comportar una delegación de responsabilidades en otras personas. Así,
normalmente responsabiliza de su acción acosadora a la víctima, que le habría
molestado o desafiado previamente, con lo que no refleja ningún tipo de
remordimiento respecto de su conducta.

La psicología actual, por otra parte, identifica en los acosadores escolares la


existencia probable de una educación familiar permisiva que les puede haber
llevado a no interiorizar suficientemente bien el principio de realidad: los derechos
de uno deben armonizarse con los de los demás.
La consecuencia es la dificultad para ponerse en el lugar del otro por una carencia
de altruismo vinculada a un ego que crece a costa de los demás, meros
instrumentos a su servicio, y que tiene un umbral de frustración muy bajo. Algunos
autores denominan a este tipo de niño como niño tirano

Violencia escolar

La Organización Mundial de la Salud define a la violencia como el uso intencional


de la fuerza y el poder, sea este físico o psicológico, para actuar contra sí mismo u
otra persona, grupo o comunidad. Lo que provoca un daño que puede ser físico,
psicológico o social.

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Es un concepto mucho más amplio que "bullying". Se refiere al uso intencional de
la fuerza y el poder, sea este físico o psicológico, para actuar contra sí mismo u otra
persona. Lo que provoca un daño que puede ser físico, psicológico o social. Ocurre
tanto en la escuela como hacia/desde la escuela y a través de las nuevas
tecnologías (vía Facebook, por ejemplo).

 Agrupa distintos comportamientos aprendidos y, por lo tanto, modificables.


 Está asociada a otras violencias (ej. doméstica, criminal, de género).
 No suele ser reportada por temor, vergüenza, falta de confianza en el sistema
y porque muchos piensan que es normal.
 Siempre es prevenible y nunca es justificable.
 Cuando es prevenida, mejoran el clima escolar, las notas, la satisfacción con
la vida y, en el largo plazo, la productividad.

La violencia escolar tiene relación con todo tipo de conducta agresiva que se
produce en los centros educativos dirigida hacia cualquier miembro de la comunidad
educativa, dependencia, objeto.

La violencia escolar se produce entre los alumnos, diferenciando claramente lo que


es un conflicto entre iguales suscitados de la mera convivencia cotidiana en las
aulas, que habrá de resolverse de una determinada manera, de lo que es
denominado acoso escolar o bullying. Ramos, (1998).

En este sentido, se puede establecer la diferencia entre problemas de convivencia


y problemas de violencia. Cuando una persona antepone sus intereses a los de los
demás, provoca sentimientos de malestar que pueden dar lugar a comenzar una
escalada de rencor.

Probablemente cuando la situación se repita será la parte que perdió, la que intente
ganar, utilizando para ello las mismas estrategias (imposición, insulto, poder) que la
otra persona usó anteriormente, y difícilmente se llegue a entendimiento y a una
comprensión mutua.

Cuando éste es el caso, se habla de problemas de convivencia, es decir, problemas


en las relaciones que se resuelven unilateralmente, y sólo una parte consigue sus
intereses.

En los problemas de convivencia hay respuestas agresivas, pero no se dan de


manera repetitiva, por lo que no produce la victimización del contrario. Por el
contrario, el bullying incluye dentro de su definición, el que sea repetitivo e
intencional (Lera, 2002).

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La violencia entre iguales se entiende como un problema en las relaciones
personales, en la cual, los iguales dejan de ser considerados precisamente iguales;
una de las partes se considera superior, ejerce prepotencia sobre las otras y es lo
que se conoce como el fenómeno Bullying o maltrato entre escolares (Ortega y
Mora-Merchán, 2000).

Estas acciones, sumadas a buenas prácticas de crianza, hará que tus hijos distingan
entre las actitudes generadoras de violencia, pero también aquellas condiciones
agradables en las que se pueden desenvolver y a su vez, atraer a otros compañeros
hacia ellas:

 Estimula la autoestima en los niños


 Reconoce sus acciones positivas
 Establece límites claros
 Sé un ejemplo de coherencia
 Programen tiempo y actividades en familia
 Demuéstrale a tus hijos que son lo más importante

Todos tenemos un radar para detectar a quienes sufren y esta es la mejor manera
de descubrirlo. Si te late, probablemente esté pasando. Sin embargo, esto no quiere
decir que todos los niños que presenten estos síntomas están sufriendo por un
acoso escolar. Antes de llegar a una conclusión, es necesario investigar más.

Y en el caso de que tu hijo sea reportado como el bullying o agresor, evita negar el
hecho. El que tu hijo se porte mal en ocasiones, no tiene NADA que ver con tu buena
intención para educar… puede tratarse de algo que le sucedió, de la influencia de
los medios o de alguna dinámica que no le funciona. Detrás de todo niño agresivo,
hay un dolor no expresado. Lo más importante es descubrir que siente tu hijo y
que lo lleva a actuar de esa manera para corregir su conducta y evitar promover la
impunidad ante sus actos.

Algunos puntos de los cuales no hay que descuidar, tan solo por el hecho de ser
relevantes son para tener una buena conducta, personalidad, carácter y relación
social, todas en cuestión positiva, son las siguientes:

Disciplina: refiere el conjunto de normas, reglas y procedimientos aplicables


al aula con la finalidad de generar las condiciones óptimas para la
consecución de las metas de aprendizaje.

15
Como instrumento del proceso instruccional, su gestión exige un conjunto de
principios proposicionales derivados del campo psicopedagógico.
Desafortunadamente para la gestión de la disciplina en el aula, el profesorado
se apoya en sus habilidades innatas y medios inmediatos, llevándola hacia
un fracaso seguro.

Disciplina (su forma arcaica era disciplina) es el esfuerzo que hace el discípulo por
aprender. De ahí pasó a denominar, por una parte, el conjunto de condiciones
ambientales externas para que la actividad de aprender se pudiera desarrollar, y por
otra, las actuaciones concretas para forzar el aprendizaje. En ambos casos, se
habla de presión externa o de esfuerzo propio.

Es oportuno recordar que el verbo studere, del que proceden estudiar y estudiante
están exactamente en la misma línea de esfuerzo. Quizá la diferencia más notable
entre ambos es que siendo en origen el sujeto tanto del estudio como de la disciplina
el propio estudiante, la disciplina ha acabado siendo algo que le viene impuesto
desde fuera.

Manual de convivencia: La convivencia es un efecto de las relaciones entre


los integrantes de un grupo humano.

La convivencia es un elemento central de la formación humana integral, por ello es


conveniente comprender su naturaleza y su dinámica propia dentro de la
institución escolar.

La convivencia es un efecto de las relaciones entre los integrantes de un grupo


humano. En la institución educativa esta dinámica se genera por la influencia
cultural del medio social y por las relaciones propias entre los miembros de la
institución educativa, relaciones que adquieren sus propias especificidades por
darse dentro de una sociedad particular: la comunidad escolar.

En esta comunidad, como en cualquier otro colectivo humano se dan relaciones de


competitividad y de cooperación, muy propias del juego de intereses particulares de
las personas y de los grupos que interactúan dentro de la vida social, académica y
laboral de la institución educativa.

En la anterior dinámica, el Manual de Convivencia es el pacto social de los


estudiantes entre sí y entre ellos, los demás miembros de la comunidad educativa
y el ordenamiento institucional.

16
BULLYING EN LA ACTUALIDAD

La agresión escolar es un problema que viene suscitándose desde muchos años


atrás, es decir, es un fenómeno tan antiguo como la misma humanidad. Lo
novedoso de la violencia del siglo XXI son los nuevos rostros a partir de las grandes
transformaciones tecnológicas, científicas, políticas de nuestra época.

Algunos estilos de violencia van desapareciendo, mientras que otros se han


modernizado, por ejemplo: La autoviolencia estética (anorexia, bulimia),
cyberacoso, entre otros. Los medios de comunicación permanentemente están
publicando acontecimientos relacionados al bullying, tal es el caso de la tragedia en
abril de 1999 de Columbine High School en Colorado (U.S.A) en la cual dos jóvenes
de 15 años se suicidaron después de asesinar a quince de sus compañeros de
colegio.

El 5 de noviembre del 2012, también la ecuatoriana Mónica Jaramillo de 17 años de


edad, se quitó la vida en España. Estos dos casos alarmantes surgieron a
consecuencia de largos años de ser víctimas de frecuentes burlas, humillaciones,
insultos y muchos otros malos tratos escolares, en quienes se apagó la sonrisa de
los labios y la alegría del corazón, ya que visualizaron la esperanza de tranquilidad
en los brazos de la muerte, huyendo de una realidad que produce dolor y malestar.

El bullying es un fenómeno específico de la violencia educativa que afecta a los


centros escolares de todo el mundo. Hoy en día, el bullying ha preocupado a los
educadores e investigadores de distintas disciplinas, especialmente a los
profesionales encargados de velar por la conducta positiva de los individuos, no solo
por la necesidad de garantizar un adecuado clima de convivencia en los centros
escolares, sino también por intervenir y frenar los trágicos episodios que ocasiona
el bullying.

Las numerosas investigaciones y análisis sobre el acoso escolar, nos permiten


conocer porcentajes, involucrados, espacios, momentos y una serie de variables de
interés científico y académico sobre bullying en cada país.

Tras conocer la máscara aterradora que cubre el rostro de los educandos por la
presencia del bulliyng en centros educativos de diversos países del mundo, surge
mi interés por conocer dicha problemática en mi localidad, si bien es cierto a partir
del 2012 la Facultad de Psicología de la Universidad de Cuenca publicó los primeros
estudios dirigidos por el Proyecto de investigación Bullying.

17
Cuyos resultados demuestran un porcentaje considerable de violencia escolar
(6,4%) existente en 74 escuelas del cantón Cuenca (estudio enfocado hacia el
sistema educativo básico), sin embargo a nivel de bachillerato aún no se ha
visibilizado estudios sobre el acoso escolar, desconociéndose esta temática en
quienes se ubican entre la adolescencia media-tardía. Por ello mi presente
investigación se enfoca en analizar las manifestaciones de la agresión verbal entre
adolescentes.

Cifras del bullying

Según el psicólogo Dan Olwes, nos dice que casi un 6% de los alumnos han vivido
en sus propias carnes el fenómeno conocido como “BULLYING”, que convierte a
algunos escolares en victimas de sus propios compañeros.

 El 90% son testigos de una conducta de este tipo en su entorno.


 El 30% han participado en alguna ocasión ya sea como víctima o como
agresor.
 Entre el 25% y el 30% de los estudiantes de primer ciclo de eso afirma haber
sido víctima alguna vez de agresiones.
 El 5.6% es actor o paciente de una intimidación sistemática.
 El 34.6% de los alumnos reconoce que no pediría consejo a su profesor en
caso de encontrarse en una situación de violencia.
 Solo 1 de cada 3 de los que nos sufren son capaces de denunciarlo (33%)
 El 37% cree que no devolver los golpes le convierten en cobardes.

Podemos hablar de distintos tipos de acoso escolar, con frecuencia aparecen varios
tipos de formas simultaneas, tal como lo son:

o Físico: empujones, patadas, agresiones con objetivos, etc. Se con más


frecuencia en primaria que secundaria.
o Verbal: es el más habitual. Insultos y motes
principalmente, también menosprecios en público, resaltar defectos
físicos,...
o Psicológico: minan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de
temor.
o Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.

Nadie debe subestimar el miedo que un niño, niña o adolescente intimidado


puede llegar a sentir todo eso es maltrato entre iguales.

18
No hay que confundir estas situaciones con los típicos altibajos que se producen en
las relaciones entre los alumnos, especialmente a lo largo de la etapa de
la adolescencia y pre-adolescencia.

Los conflictos y las malas relaciones entre iguales, los problemas de


comportamiento o de indisciplina son fenómenos perturbadores pero no son
verdaderos problemas de violencia, aunque pueden degenerar en ellos, si no se
resuelven de una forma adecuada.

Para prevenir y atajar posibles brotes, es muy conveniente centrar el tema


y aclarar entre todos de qué estamos hablando y dejar de pensar "que todo esto
es normal entre escolares", ni "que se trata sólo de bromas de críos".

Lo que diferencia lo normal del fenómeno del acoso, es que en el caso del bullying
la conducta es continua y el agresor es más grande, más fuerte y más poderoso
que la víctima. Es muy importante distinguir lo episódico de lo habitual.
La persistencia es un poderoso indicador del riesgo que pueden estar corriendo,
tanto víctima como agresor, de verse muy afectados.

Teorías de la agresividad

La agresividad es natural a los seres humanos, es una energía que nos permite
mantenernos vivos, es una fuerza emocional que nos permite protegernos, proteger
a otros y adaptarnos a los ataques que vienen del exterior, lo importante es como lo
regulamos, o sea la necesidad de activar la pulsión agresiva frente a ciertas
situaciones y frenarla en otras. Valadez, 2008 (Shephard, Ordóñez y Rodríguez,
para Fernández, el término agresión debería utilizarse para designar un acto en sí,
un acto palpable y efectivo.

La agresividad sin embargo es el término empleado para designar la tendencia o


disposición inicial que dio lugar a la posterior agresión. Mantilla y Mackal (1983),
hablan de teorías que intentan explicar las conductas agresivas en el ser humano,
entre las principales se encuentran las siguientes:

I. La Teoría de la Frustración: Desarrollada en 1939, afirma que cualquier


agresión puede ser atribuida a una frustración previa, generando la aparición
de un proceso de cólera en el individuo y de esta manera se produce agresión
física o verbal.
II. La teoría psicoanalítica de Freud de igual forma considera a la agresión
como una conducta gobernada por instintos (el thanatos- instinto de
destrucción).

19
III. La Teoría Sociológica: Durkheim 1938 (1983), concibe como causa
determinante de la agresividad la influencia del entorno social, coincidiendo
con la teoría del Aprendizaje Social de Bandura, quien alega que la conducta
agresiva no es innata, a lo contrario es aprendida por observación.
IV. La Teoría Bioquímica o Genética: Explica como el comportamiento
agresivo es desencadenado como consecuencia de una serie de procesos
bioquímicos que tienen lugar en el interior del organismo y en los que
desempeña un papel decisivo las hormonas. Por lo expuesto antes, se puede
comprobar que la conducta agresiva tiene un origen multicausal, producto de
instintos, del aprendizaje social y según la carga genética con la que nace
cada individuo, es difícil afirmar la influencia de un solo factor responsable de
la conducta agresiva de la persona, pero se podría decir que el hombre nace
con cierta predisposición para ser agresivo por la misma composición
biogenética; sin duda el medio ambiente donde crece constituirá el factor
determinante en el moldeamiento de la conducta. Tipos de Agresión Escolar
Fundamentalmente los principales tipos de acoso escolar son los siguientes:
Agresión física, sistemática, psicológica, emocional, social, sexual,
cibernética, racial y verbal.

El bullying ha sido uno de los principales causantes de suicidios en jóvenes


estudiantes a nivel nacional, a continuación, se muestra una gráfica desde el año
2005 a 2011 donde las cifras son las siguientes:

20
En México, 20.2% de adolescentes de 15 años ha padecido algún tipo de bullying o acoso escolar
al mes, cifra que supera el promedio de la Centro de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (ODCE), que es de 18.7%.

Así lo revelan los resultados de la prueba PISA que mide el desempeño de los
estudiantes y por primera vez evalúa la motivación que tienen los alumnos para
tener un buen desempeño escolar.

Al fenómeno del bullying se suma que 79% afirmó sentirse muy preocupado por
sacar malas calificaciones, porcentaje que también supera la media de la OCDE
que es de 66%, es decir 19.73% más.

Además 50% de adolescentes se dijo muy tenso y ansioso cuando estudia,


también casi 20% más que el promedio global.

Las percepciones de bullying y grados de ansiedad o preocupación de los


estudiantes mexicanos contrastan con su opinión sobre la satisfacción ante la
vida, la cual es muy positiva.

La prueba refiere que en una escala de cero al 10, México obtuvo 8.3, un punto
más que la media de la OCDE que es de 7.3.

Tipos de agresiones:

 Agresión Física Sullivan (2005), considera que la agresión física es la que


tiene lugar cuando una persona sufre daños físicos al ser mordida, pegada,
pateada, golpeada, arañada o cualquiera otra forma de maltrato físico.
Mediante el registro de observación utilizado durante mi trabajo de campo,
me permitió conocer de cerca el comportamiento de los estudiantes, visualicé
como ellos frecuentemente intercambiaban diferentes maneras de agresión
física como: patadas, empujones, puñetazos, pellizcadas, pinchazos con
lápices, siendo la mayoría de veces que lo hacían como una forma de
diversión, como si se tratara de un juego, por esta razón algunos profesores
posiblemente percibían estas conductas como cosas de chicos, como juego;
porque los estudiantes mantenían una gesticulación eufórica, como si se
sintieran felices y por ello quizá los profesores no intervenían.
 Agresión Sistemática Para Castro (2009), la agresión sistemática se produce
cuando en forma involuntaria, autoridades aplican procedimientos y prácticas
que dañan seriamente el desarrollo de los alumnos, esta forma de agresión
es muy peligrosa, debido a que, tanto autoridades educativas, agresores y
víctimas, no son lo suficientemente conscientes sobre los efectos que

21
provocan ciertas conductas. Por ejemplo: el suicidio de un alumno que ha
sido expulsado de la escuela, existen antecedentes que impulsaron al
estudiante a tomar tal decisión, pero no existe nadie a quien culpar
legalmente.
 Agresión Psicológica Según García y Freire (2008), la agresión psicológica
es el conjunto de actividades, comportamientos y palabras que denigran a
otra persona, tiene por objetivo hacer sentir mal, hiriendo su dignidad. De
esta manera el Agresión Emocional Rodríguez (2004), sostiene que la
agresión emocional es la que no deja huellas visibles, sin duda, quien es
agredido puede aparentemente parecer estar bien adaptado en la familia, en
la sociedad y en la escuela e incluso es posible que algunos estudiantes
víctimas obtengan un elevado rendimiento escolar, sin embargo la frustrante
carga emocional provocará que tarde o temprano la víctima estalle,
sumergiéndose bien sea en la soledad o detone como dinamita su ira, rencor,
etc. Estos sentimientos negativos de la víctima surgen debido a la relación
estrecha que existe con el agresor, ya sea por compartir el mismo espacio,
momento o trabajo, etc.
 Agresión Social Rodríguez (2004), considera que el agresor se vale de la
violencia verbal mientras lleva a cabo la violencia social difundiendo rumores
y calumnias hacia sus compañeros.
 Agresión Sexual Según Castells (2007), la víctima se encuentra sometida y
es incapaz de protegerse, pierde identidad, respeto y autoridad, quien no
puede escapar de las garras de su agresor, después de ser amenazada no
tiene otro remedio que acceder a constantes chantajes, fabricando
explicaciones falsas que le ayude a justificar su desgracia. Se entiende por
acoso o violencia sexual, todo acto que implica tocamiento del cuerpo de las
chicas o de los chicos sin su consentimiento; además incluye todo cuanto se
relacione con: gestos obscenos, dibujos sexuales, burlas sobre los genitales,
actuar con intención de seducir, etc., estas son conductas que implican un
abuso de poder con el fin de obtener placer sexual. Este tipo de agresión es
invisible y uno de los más difíciles de detectar porque muchas veces las
víctimas se quedan en silencio.
 Agresión Cibernética El hombre violento siempre se ha arreglado para
potenciar los efectos destructivos contra otras personas por medio del
alcance de la tecnología. En la actualidad contamos con una amalgama de
nuevos servicios tecnológicos que nos brindan una comunicación diferente,
rápida, actual y activa en tiempo real, sin embargo, por los medios de
comunicación también llega información nociva y perjudicial para los
usuarios. Como pensaría Paulo Freire: ´´El hombre transformando el mundo
sufre los efectos de su propia transformación´´. A la agresión que ejerce
violencia a través de las pantallas, se ha llamado ciber-acoso, también:
22
cyber-acoso, cyber-bullying. Estudios llevados a cabo por Bandura, enuncia
que la violencia puede influir en el área cognitiva, conductual y afectiva, ya
que los niños, adolescentes y adultos pueden aprender conductas agresivas
a través de la observación de modelos simbólicos presentados en la pantalla,
volviéndose más vulnerables en desarrollar conductas violentas. En nuestros
días la televisión está metida en el hogar día y noche, estamos frente a una
generación de jóvenes autistas postmodernos por ser televidentes con una
actitud pasiva. Algunos niños y adolescentes matan, violan, roban, asaltan,
se drogan a semejanza de las imágenes que son suministradas por
determinados medios de comunicación, lo que influye y modifica en el estilo
de vida, costumbres y consumismo. El internet constituye una herramienta
eficaz que nos permite mantenernos conectados y enterados de los distintos
acontecimientos sociales, políticos y económicos a nivel nacional e
internacional en cuestión de segundos, además en el internet es posible
obtener información para cualesquier tipo de trabajo académico, igualmente
es factible el intercambio de información mediante las redes sociales con
diferentes personas de todo el mundo, mediante SMS, correos electrónicos
o páginas web (como: YouTube, Twitter, Facebook, Hi5, etc.). Efectivamente
el internet es importante y necesario, pero se puede convertir en un arma de
doble filo por las innumerables informaciones nocivas, por ejemplo: tips
extremos para bajar de peso, sin considerar las consecuencias en la salud.
De la misma forma, muchas redes sociales son utilizadas con fines de causar
daño al publicar mensajes y videos obscenos, humillantes, que atentan
contra la dignidad y el prestigio de las personas. Castro, alega que es cada
vez más habitual el ciber-acoso como medio de burla y de difamación.

En muchos de los casos el acoso cibernético se mantiene en el anonimato, dado


a que los acosadores no tienen el suficiente valor para dejar mostrar su rostro,
a fin de cuentas, a ellos no les importa el dolor de la víctima. Tal como se ha
explicado anteriormente, la nueva moda de este siglo se encuentra camuflada
en la telefonía móvil, televisión, internet y otros medios de comunicación, los
mismos que se han convertido en escondrijos perfectos para que los acosadores
propaguen su maldad.

 Agresión Racial Besag, 1989, considera que la agresión racial puede ser
manifestada física, social o psicológicamente cuando se descalifica de forma
negativa a alguna persona por ser diferente su color de piel. Un estudio
realizado por la UNAM en el 2001, indicaba que el 13% de estudiantes entre
12 y 18 años decían que han recibido insultos referidos a su raza; Agresión
Verbal Por medio de la comunicación oral es posible el intercambio de ideas
y las interrelaciones con diferentes personas con diversos fines. Es decir, el

23
lenguaje oral es el componente básico por medio del cual surgen las
habilidades de comunicación social constructivas o destructivas. Entonces
el acoso verbal se produce cuando el acosador utiliza de manera maliciosa
la palabra para provocar angustia a otro y de ese modo sentirse poderoso.
Roff, Sells y Golden, 1972 exponen que las primeras formas de agresión,
inician con las agresiones verbales que posteriormente se transforman en
violencia física. Cabanellas, señala que la agresión verbal se ubica dentro
del agravio o injuria del código penal, al considerarse un hecho que ofende
la honra o fama, ya que es un ultraje de palabra con la intensión de
deshonrar. Sullivan, menciona dos subtipos de agresión verbal: directa e
indirecta.

Agresión Verbal Directa: Es la forma de usar el lenguaje oral para agredir


a los demás, mediante: burlas, insultos, bromas desagradables, amenazas,
expresiones soeces, apodos, entre otros.

Agresión Verbal Indirecta: Contempla generalmente la propagación de


rumores falsos, mal intencionados, generándose de una forma secreta a
espaldas de la víctima.

Cuando entrevistaba al orientador del Departamento de Consejería Estudiantil del


colegio Octavio Cordero Palacios, pude identificar la presencia de rumores
negativos que se evidencian en lo que manifestó Roberto (profesor-entrevistado) a
continuación: ´´El 20% de estudiantes llegan al departamento de Consejería con
problemas entre ellos/as por haber surgido rumores negativos´´ (Roberto, profesor-
orientador, entrevista, 14/11/2012). Agresión no Verbal:

Es una agresión que causa malestar, abarca tanto: el acoso no verbal directo y el
acoso no verbal indirecto. Acoso no Verbal Directo: Es el que denota agresión por
medio de expresiones faciales en cuyo rostro se visualiza desprecio, ira, burla, etc.
Este tipo de acaso se puede evidenciar en mi trabajo investigativo en el comentario
de Luis (profesor-entrevistado) cuando manifestó lo siguiente:

´´Es frecuente observar en algunos chicos/as que tan solo con la mirada intimidan
a sus compañeros´´ (Luis, profesor, entrevista, 31/10/2012). - Acoso no Verbal
Indirecto: Se produce cuando el agresor ignora, excluye y aísla a la víctima, en
ocasiones el agresor puede esconderse en el anonimato y enviar escritos ofensivos,
amenazantes o humillantes a su víctima. Para Rodríguez, la agresión verbal es la
forma más rápida con la cual el agresor pone a prueba su capacidad para
desestabilizar a la víctima y tener el control absoluto sobre ella. Para Ovejero, los
componentes paralingüísticos como: el tono de voz elevado, velocidad o latencia en

24
las respuestas son también indicadores de irrespeto y agresión. Fuentes y Alcaide
enuncian lo siguiente:

´´Una persona puede ser agresiva hablando para mantener su postura, aunque no
llegue a ser violenta, el insulto, la ridiculización, el empequeñecimiento, la
usurpación de la palabra, es decir, todos aquellos actos que atentan contra la
dignidad de la persona´´.

Por otro lado, los autores comentan que la mayoría de estudiantes que se
encuentran entre la adolescencia media incrementan el nivel de rapidez en sus
respuestas agresivas, las cuales son más elaboradas y sus críticas resultan más
dolientes al contar con madurez y fluidez lingüística.

TRATAMIENTO JURÍDICO DEL BULLYING

Es imposible pensar que el mundo exista una persona que esté a favor del bullying,
porque la mayoría de autores no ven al bullying como algo normal, sino como una
problemática que debe verse la forma de resolverlo, para poder explicarlo mejor
citaremos a Olivares (2008) nos dice lo siguiente:

“Los movimientos a favor de los derechos humanos resaltan la importancia del


respeto a las personas y su dignidad, considerando inaceptables todos aquellos
comportamientos que implican una agresión física o verbal, una falta de respeto,
discriminación, marginación o acoso”.

Como muy bien lo explica Olivares en protección de los derechos humanos no se


permite aquellos actos que van en contra del respeto de la persona y su dignidad
que muy bien está regulado en el primer artículo de nuestra Constitución Política
del Perú de 1993. Algo también discutible sobre este tema, es que los menores de
edad no son responsables al haber cometido un delito, más bien ellos han cometido
una infracción a la ley penal, es discutible el tema porque una característica del
bullying es que se da en la etapa escolar es decir con menores de edad.

Después de abordar el tratamiento jurídico del bullying, también sería bueno aportar
lo que dice Mallo (2012) respecto del tratamiento jurídico del ciberbullying, para él
nos dice lo siguiente: El ciberbullying, tiene coincidencias con el tipo penal, en
cuanto que el código penal castiga efectivamente las conductas consistentes en el
uso y difusión de información contenida en soportes informáticos, electrónicos o
digitales y por medios tecnológicos, así como la publicación de videos y fotografías
por los mismos medios.

25
Las autoridades escolares administrativas competentes proponen un Plan de
Convivencia escolar a nivel nacional: pues según la Ley Orgánica de
Educación, todos los centros deben incluir en su proyecto educativo un Plan de
Convivencia, así como establecer las normas que garanticen su cumplimiento.

A finales del mes de enero de 2016, el Ministerio de Educación publicó un informe


sobre el plan estratégico de convivencia escolar, que servirá de referencia para
alumnos, familias y profesores para hacer frente a un fenómeno que ha generado
una gran preocupación social: el acoso escolar.
Son las Comunidades Autónomas las que, mediante Decreto, establecen el marco
regulador que permite a los centros escolares, en virtud de la autonomía que la
Ley Orgánica de Educación les confiere, elaborar su propio Plan de Convivencia.

No hay que olvidar que la Administración, como titular de los centros educativos
públicos, puede ser también responsable de los daños causados como
consecuencia del acoso, y que, dado que está prestando un servicio público, se le
puede exigir responsabilidad patrimonial por este resultado dañoso.

INSTRUMENTOS JURÍDICOS NACIONALES

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: en su artículo 1°,


prohíbe toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la
edad, las discapacidades, la condición social, de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y
tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.

Por su parte, el numeral tres del propio ordenamiento obliga a que la educación que
imparta el Estado tienda a desarrollar armónicamente todas las facultades de los
seres humanos y a fomentar en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencian de
la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia dentro del marco
democrático, como un sistema de vida, sin hostilidades.

Invita a contribuir a la mejor convivencia, junto con el aprecio para la dignidad de las
personas y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la
sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad
e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los privilegios de razas, de
religión, de grupos, de sexos o de individuos; que las personas no podrán hacerse
justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho.

26
Los objetivos del artículo tercero son crear un ambiente de desarrollo armónico, de
lucha en contra de los prejuicios, de respeto y la tolerancia. Preceptos que obligan
a conducirse con respeto entre hombres, mujeres, y entre sí, y que se ven
trasgredidos al ejercer acoso escolar (bullying).

El artículo cuarto habla del derecho que tienen las niñas y los niños a la satisfacción
de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para
su desarrollo integral. Los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de
preservar estos derechos mientras que el Estado proveerá lo necesario para
propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos.

Ley General de Educación: publicada en el Diario Oficial de la Federación el 13


de julio de 1993 regulará la educación que imparte el Estado, sus organismos
descentralizados y los particulares con autorización o con reconocimiento de validez
oficial de estudios, dentro de los artículos que se relacionan al tema encontramos
su artículo 7º fracciones

 VI.- Promover el valor de la justicia, de la observancia de la Ley y de la


igualdad de los individuos ante ésta, propiciar la cultura de la legalidad, de la
paz y la no violencia en cualquier tipo de sus manifestaciones, así como el
conocimiento de los Derechos Humanos y el respeto a los mismos.
 XV. Difundir los derechos y deberes de niños, niñas y adolescentes y las
formas de protección con que cuentan para ejercitarlos.
 XVI.- Realizar acciones educativas y preventivas a fin de evitar que se
cometan ilícitos en contra de menores de dieciocho años de edad o de
personas que no tenga la capacidad de comprender el significado del hecho
o para resistirlo.

CONCLUSIONES:

Hoy, la violencia en las escuelas sobre todo en los niveles básicos y medio
básicos, es mucho más abierta y tolerada, y las consecuencias para la víctima
pueden ser alarmantes, tanto en el corto como en el largo plazo. En México, ya es
grave el problema de la violencia escolar.

Cuando existe el Bullying hay cambios en el comportamiento de las víctimas,


quienes no duermen bien, dejan de comer, bajan de peso, están ansiosos todo el
tiempo, irritables, se aíslan, bajan su rendimiento académico y ya no quieren ir a la
escuela, lo anterior nos deja ver la cantidad de secuelas negativas que este
fenómeno acarrea para aquellos que son víctimas.

27
En conclusión, tres de cada diez estudiantes de educación básica en México viven
con un temor diariamente, pero no es a la muerte, la inseguridad o algún secuestro;
es el miedo de tener que ingresar por estas puertas de lunes a viernes, este acoso
puede manifestarse a través de violencia física, psicológica o verbal, social, acoso
sexual, etc.

Con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar
rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de
manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima.

Algunos tipos de acoso escolar son: bloqueo social, hostigamiento, manipulación


social, coacción, exclusión social, intimidación, amenaza a la integridad, este último
punto a resaltar es realmente irónico e ilógico, ya que es precisamente esta carrera
donde se debe de dar una real valoración, valga la redundancia, de los valores, esto
indica que la actitud que el niño pueda tomar dentro del aula e incluso fuera de ella
se vea reflejada del maestro de aula; dicho comportamiento no tiene que ser
necesariamente malo, el niño puede adoptar una postura responsable según como
le sea tratado.

El maestro, la institución misma interviene (al igual que la familia) en el desarrollo


de valores de los alumnos, cada maestro, de manera intencional o inconsciente,
está comunicando continuamente su forma de ver y entender el mundo, de valorar
y entender las relaciones humanas, de apreciar el conocimiento y de conducir las
situaciones de enseñanza.

La relación entre los alumnos es de vital importancia, de una buena convivencia y


comunicación dependerán muchas cosas, entre ellas la comodidad, tolerancia y
armonía entre ellos.

Muchas veces porque los niños no comprenden que existen nuevas formas de ser
o de entornos, y desconocen por tanto a lo que se atienen día a día otros niños con
los que tiene que convivir en el contexto escolar, pueden tener miedo o curiosidad
por conocer parte de lo anteriormente mencionado.

Este fue un tema sumamente interesante, al principio me pareció que no había


suficientes fuentes de información, sin embargo, conforme iba avanzando en él me
di cuenta de que no solo médicos y psicólogos se interesan, sino que también
abogados y licenciados en general, considero que esto es de importancia para toda
la sociedad en general sin importar si son personas preparadas o que conocen del
tema, pues considero que, estudiándolo a fondo, realizando prácticas positivas
(convivencia sana), platicas y así poco a poco influir para bien en el comportamiento
de los agresores y víctimas, podemos minimizar esta gran problemática, que si bien
es una labor de todos.

28
BIBLIOGRAFÍA:

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http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-
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