Via Crucis Jovenes 2022

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VIA CRUCIS JOVENES – 2022

Iniciamos juntos este recorrido santo. El camino de la cruz que realizaremos en


las calles de nuestro barrio, es el signo que nos hace presente el amor de Dios
y su capacidad de perdonar siempre. Es el signo de la entrega generosa que
responde al mal, presente en nosotros y en el mundo actual, con
sobreabundancia de bien.
Carguemos también nosotros hoy, la cruz con Jesús y seamos ofrenda por
todos los que sufren.
Como nos ha invitado el Papa Francisco “Caminemos juntos por la vía de la
Cruz, caminemos llevando en el corazón esta palabra de amor y de perdón.
Caminemos esperando la resurrección de Jesús, que nos ama tanto. Él es todo
amor”.

PRIMERA ESTACION – JESUS ES CONDENADO A MUERTE.

Pilatos: - ¿De qué acusan a este hombre?

Judío: - ¡Si no fuera un malhechor no lo habríamos traído ante Ti!

Pilatos: - ¡Llévenselo y júzguenlo según su Ley, no me meto en


cosas de ustedes!

Judío: - ¡No tenemos autorización para aplicar pena de muerte!

Pilatos: - ¿Eres tú el rey de los judíos?

Jesús: - Tú lo has dicho...

Pilatos: - Ustedes me presentaron a este hombre acusándolo


de agitador, lo interrogué delante de ustedes, pero no lo hallé
culpable de ninguno de los crímenes de que lo acusan. No
merece la pena de muerte. ¡Así es que quiero terminar lo más
pronto posible con este fastidioso problema y luego de
castigarlo, lo dejaré en libertad! (se va y le siguen los maestros
reclamándoles, los soldados toman a Jesús)

Reflexión:
Jesús está solo, preso y juzgado por mentiras; pero no tiene miedo. Así nos
muestra que nos ama.
Esto sigue sucediendo hoy. Cuando condenamos lo que hacen los demás, sin
darnos cuenta, estamos condenando a Jesús, a veces hasta peor que Pilato.
Cuando un hermano desesperado necesita ayuda y no la encuentra en nadie.
Cuando se oprime a quien no puede defenderse, a los niños, a los débiles, a
las mujeres... y nosotros los dejamos solos.

SEGUNDA ESTACION - JESUS LLEVA LA CRUZ

Luego de ser azotado por el camino; los soldados hicieron una corona de
espinas y le colocaron sobre los hombros una capa, haciendo referencia a la
vestimenta de un Rey. Y acercándose a él le aclamaban.

Soldados: ¡VIVA EL REY DE LOS JUDIOS! (sarcásticamente y entre


risas)
Lo golpeaban en la cara con cañas, lo escupían y se arrodillaban burlándose
de él. Así fue como Jesús cargando con su propia cruz salió de la cuidad hacia
el Gólgota…

Reflexión:
El peso de la cruz es el peso de los pecados de cada uno de nosotros. Cada
quien sabe cuánto peso ha puesto en la Cruz de Cristo. Cargar la Cruz es
hacer lo que Cristo nos pide por medio de su Iglesia. Ayudamos a Jesús con su
Cruz cuando nos comprometemos en la vida de nuestra comunidad. Jesús nos
pide que vivamos como verdaderos hijos de Dios y como verdaderos
hermanos.

TERCERA ESTACION – JESUS CAE POR 1ERA VEZ.

Jesús cae por 1ra vez. El peso de la cruz es demasiado para él, los soldados
que lo escoltan, lo levantan a punta de espadas, sin dejar de azotarlo y gritarle,
sin importarle sus heridas, lo obligan a continuar.
Tras un momento la peregrinación sigue.

Reflexión: Jesús cae por primera vez, y no será la única caída... Se hizo
solidario con nosotros, hasta en este gesto sencillo y muy humano. Caemos y
caeremos muchas veces a lo largo de la vida. Caemos por nuestra debilidad,
por nuestro egoísmo, por nuestra indiferencia. Caemos y hacemos caer a
muchos otros. Pero su signo no es la caída, sino la posibilidad de levantarse y
ponerse nuevamente en camino.
“Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar,
de mil maneras, escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi
alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez
más entre tus brazos redentores». ¡Nos hace tanto bien volver a vos cuando
nos hemos perdido!

CUARTA ESTACION - JESUS SE ENCUENTRA CON SU


MADRE.

Luego de ver su hijo caer por primera vez; el corazón abombado de esta madre
sufriendo en silencio, supera cualquier barrera de dolor, y se abre lugar en
medio del gentío y los soldados. Encontrando, por fin, a su hijo agonizando.
(Ser tu mamá/canción)

Reflexión: “La Virgen Madre, está en el camino de su Hijo. María es la


mujer del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas.
Como madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren
dolores de parto hasta que brote la justicia.”
Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida,
abriendo los corazones a la fe con su cariño materno.” Como una verdadera
madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama
incesantemente la cercanía del amor de Dios

QUINTA ESTACION – JESUS ES AYUDADO POR SIMON DE


CIRENE.

Simón era un joven trabajador, como cualquier habitante del lugar. Ese día
volvía del campo luego de un día largo de trabajo, cuando vio un tumulto de
gente en el camino. Se detuvo a observar, cuando de repente los soldados muy
bruscamente lo obligaron a tomar la cruz y ayudar a Jesús cargar con ella.
Una vez aceptada la tarea, el Cireneo fijó su mirada y le preguntó:

Simón: ¿Quién eres?

Jesús: El Cristo.
Hasta el calvario simón no apartó los ojos de aquel extraño, mientras caminaba
lenta y pesadamente. Apenas Jesús encontró fuerzas para dirigir una mirada
agradecida a Simón.
Reflexión: Se te hizo pesada la cruz, Jesús. Siendo Dios no dejas de ser
hombre y necesitas de la ayuda del otro, recordándonos que siempre
necesitamos unos de otros, nacimos para compartir, en las buenas y en las
malas, sobre todo en el dolor.
¿Quién soy yo, delante de Jesús que sufre? ¿Soy como el Cireneo que
regresaba del trabajo, fatigado, pero que tuvo la buena voluntad de ayudar al
Señor a llevar la cruz?” ¿Soy yo como aquellos que pasaban delante de la Cruz
y se burlaban de Jesús?:¿Dónde está mi corazón?”

SEXTA ESTACION – VERONICA ENJUGA EL ROSTRO DE


JESUS.

Una mujer llamada Verónica se abre paso entre los soldados y la multitud, llega
hasta Jesús, se arrodilla diciéndole: (quitándose el velo de su cabeza)

Verónica: ¡Permíteme Señor que limpie tu rostro!


Luego de haber enjugado su rostro los soldados la retiran violentamente. Al
alejarse, ella descubre que en su velo queda marcada una imagen: Era el
rostro sufriente de Cristo.

Reflexión: El rostro de Jesús queda grabado en el pañuelo de Verónica,


esa simple mujer que se jugó entera y alivió con lo que tenía a mano el dolor
del Señor. Con su encarnación Jesús nos ha tocado y a través de los
sacramentos, también hoy nos toca.

SEPTIMA ESTACION – JESUS CAE 2DA VEZ.

Por segunda vez el peso de la cruz vence las fuerzas de Jesús, a pesar de la
ayuda del Cireneo, Jesús sucumbe por segunda vez a causa de su debilidad,
sus rodillas y manos son desgarradas por estas caídas en caminos tan difíciles
y los verdugos redoblan de rabia sus malos tratos.

Reflexión: De nuevo la caída aparece en el camino de la Cruz. Serán tres


las veces. Como tres las negaciones de Pedro, como tres las preguntas que le
hará el Resucitado para que confirme su amor de amigo, a pesar de sus
caídas.
OCTAVA ESTACION – JESUS ENCUENTRA A LAS MUJERES
DE JERUSALEN.

Entre la multitud que lo seguía, había un grupo de mujeres de Jerusalén sin


consuelo. Al ver a Jesús en esas condiciones, la angustia y la tristeza se
apodera de ellas.
Los llantos aumentan, pero Jesús no las ignora y las mira con amor,
mostrándoles su Misericordia infinita.

Reflexión: Las mujeres salen al paso de Jesús y lloran por lo que ven y no
quisieran ver. Jesús las mira con compasión. Jesús es capaz de poner su
mirada más allá de su propio dolor y ponerla en el dolor de estas mujeres. No
pensó en Él, ni en los latigazos que recibía por dejar de caminar. Dejó de lado
sus dolores para consolar a estas madres dolorosas.
“Salir hacia los demás no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin
sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad
para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al
que se quedó al costado del camino.”

NOVENA ESTACION – JESUS CAE POR 3ERA VEZ.

Jesús cae por tercera vez, el dolor de sus heridas y su cansancio, no le


permiten seguir cargando con la cruz. Sus verdugos sin dejar de azotarle, lo
ayudan a levantarse para que pueda llegar a la colina donde seria crucificado.

Reflexión: Es la última caída, ante tantas contradicciones. El peso vuelve a


vencer la humanidad de Jesús. Jesús vuelve a caer, sin fuerzas, y sin embargo
lo siguen azotando para empujarlo a seguir hasta su destino de cruz. Pero Él
se pone de pie para volver abrazar el pecado del hombre y redimirlo en la Cruz
de la donación total.

DECIMA ESTACION – JESUS ES DESPOJADO DE SUS


VESTIDURAS.

Cuando llegaron al lugar de la ejecución, los soldados se repartieron sus ropas


una para cada soldado.
SOLDADO 1: ¡Miren!, acá tengo lo que usaba este
condenado. ¿Qué hacemos con ellas?
SOLDADO 2: Repartámosla a cada uno de nosotros.
Entonces el soldado empieza a darle a uno las sandalias, a otro el manto, pero
al llegar la túnica dice:

SOLDADO 1: Y qué hacemos con su túnica.


SOLDADO 2: tengo una idea porque no la sorteamos entre
todos para ver de quién es.
SOLDADO 3: No es mala idea…Sorteémosla entonces…
¿Pero con qué?
SOLDADO 4: Juguemos a los dados. (Empiezan los
soldados a jugar)

Reflexión: En Jesús, inocente, despojado y torturado, reconocemos la


dignidad violada de todos los inocentes, especialmente de los pequeños.
También frente a nosotros los pobres son despojados de lo necesario para
subsistir. Los jóvenes son echados a la suerte por los mercaderes de la droga y
el consumo y por un sistema que los excluye. Los niños son despojados de su
inocencia por una sociedad que no entiende de valores y de personas que
“entendiendo”, han corrompido su corazón.
Por las faltas a la dignidad humana y a sus derechos ¡perdónanos, Señor y
danos un corazón nuevo!

ONCEAVA ESTACION – JESUS ES CRUCIFICADO.

Mientras lo crucificaban la gente estaba allí mirando. Ya en la cruz, los jefes de


los Sacerdotes, jefes de los judíos y los Maestros de la Ley, se burlaban de él
diciendo:

FARISEO 1: ¡Vaya!, Vos que destruís el Templo y lo


levantas de nuevo en tres días, sí sos el Hijo de Dios líbrate
del sufrimiento y bajá de la cruz.
FARISEO 2: ¡Ha salvado a otros! Y no es capaz de
salvarse así mismo.
FARISEO 3: Que baje de la cruz el Rey de Israel y
creeremos en él.
Y cuantos mayores eran los insultos, y los reclamos, en lo alto del madero se
oyó la voz de Jesús, que poniendo en el cielo su mirada suplicante y olvidando
sus tormentos, dijo con infinita ternura:

JESÙS: “PADRE, PERDONALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”

También uno de los malhechores lo insultaba diciendo:

LADRÒN MALO: ¡Que no te hacías llamar el Hijo de Dios!,


entonces sálvate a vos mismo, y nos salvas también a
nosotros.
LADRON BUENO: No tienes temor a Dios tú que estás en
el mismo sufrimiento, nosotros si merecemos esta condena
y pagamos por lo que hemos hecho, pero este hombre no
ha hecho nada malo. Jesús… Jesús acuérdate de mí
cuando entres en tu Reino…
JESUS: EN VERDAD…EN VERDAD TE DIGO: “QUE HOY ESTARAS
CONMIGO EN EL PARAISO”

Acercándose al pie de la cruz. Y María dice:

MARIA: Hijo mío, carne de mi carne, corazón de mi


corazón… (Pausadamente)
JESUS: “MADRE AHÍ TIENES A TU HIJO…. HIJO AHÍ TIENES TU MADRE”

Reflexión: Señor, ¡tus manos! Las que sanaron, las que bendijeron, las
que consagraron el pan y el vino de la Amistad, al igual que tus pies que fueron
de pueblo en pueblo, predicando la Buena Noticia, ahora están atados a la
Cruz. No solo los clavos te sujetan a ella, la has abrazado por amor como signo
del misterio de la Salvación. Y a tu lado las dos alternativas para el hombre:
Creer, aun cuando nos asalte la duda, o no creer y burlarse ante lo que nos
supera…Acoger tu misericordia o cerrar el corazón. ¡Vuelve Señor a nosotros
tu rostro y perdónanos, tampoco hoy sabemos bien lo que hacemos!
Hacemos un momento de oración por la pasión de todos los que sufren,
dejamos todas nuestras cruces y nuestro dolor en manos del Padre.

DOCEAVA ESTACION – JESUS MUERE EN LA CRUZ.

Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, toda la región, se cubrió de


tinieblas.
Jesús con imponderable angustia levantó su cabeza, puso su mirada casi sin
luz en el cielo, y con una voz grande, eco de todas las tristezas; exclamó con
amargura infinita:
JESUS: “DIOS MIO, DIOS MIO ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?”

SOLDADO 4: Está llamando a Elías (refiriéndose a la gente)


Al oírlo, algunos de los presentes exclamaron:

SOLDADO 2: Déjalo…veamos si viene Elías a librarlo.


Viendo que se hacía tarde, los soldados apresuraron la muerte de los
malhechores.
Después de esto, sabiendo Jesús, que todo se había cumplido, dijo:
JESÚS: “TENGO SED”
Había allí un jarro lleno de vino agridulce; luego un soldado, tomó una esponja,
lo empapó de vino y poniéndola en la punta de la caña, le dio de beber; pero
Jesús no la probó.
Luego Jesús dice:
JESUS: “TODO ESTA CUMPLIDO”
Jesús con voz potente, llena de amor y confianza infinita en su Padre, exclama:
JESUS: “PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU”
Y contemplando en el rostro divino la expresión de una misericordia sin Límite,
Jesús muere.
Reflexión: La muerte duele, porque trastoca la esencia misma del hombre
que ha sido creado para la Vida, y en ese momento sublime y supremo, se
entrega al Padre, se abandona a su Voluntad con la infinita confianza que nace
del Amor. La tierra y el cielo se conmueven ¡Todo se ha cumplido!
A Vos Señor, que nos has reunido para recorrer y orar el camino de la Cruz, te
pedimos nos ayudes a cambiar nuestro corazón frente al sufrimiento por el cual
has dado tu Vida.

DECIMA TERCERA ESTACION – EL CUERPO DEL SEÑOR ES


BAJADO DE LA CRUZ.

El autor de la vida, el hijo amadísimo del padre y de su madre María, ha dado


la vida por nuestra salvación.
El Capitán, al ver lo que había sucedido, reconoció la obra de Dios, diciendo:

SOLDADO 1: ¡Verdaderamente este Hombre era un Justo!


(Bajan el cuerpo de Jesús y se lo entregan a su Madre María, ella contempla el
cuerpo de Jesús mientras se canta diario de María)

MARÍA: (diario de María)


¡Muerto, Jesús a quien la Madre dio la vida! ¡Frío a quien le dio calor!
Cerrados aquellos ojos en que la miraba con ternura, y helados aquellos labios
cuyas primeras sonrisas fueron para ella, cuyas primeras palabras adivinó y
que tantas veces le dijeron ¡Madre! Sin latir ya aquel corazón que contra su
seno palpitó, sintiendo en su alma la vida que ella misma le había dado...

Reflexión: Ya todo ha pasado. Atrás queda Pedro llorando la traición,


Judas desesperado y ahorcado, los soldados atemorizados abandonando sus
puestos, el templo rasgado, la noche que cubrió la tarde, el pueblo curioso que
huyó, y unos pocos poquísimos, que se dieron cuenta que se había dado
muerte al Hijo de Dios. Ya todo ha terminado, y ahí al pie de la cruz, queda la
Madre y el discípulo amigo.
Señor, los brazos de tu madre te esperan; su corazón también ha sido
traspasado y desde ahora es corredentora. Ella te recibe en sus brazos de
mamá, conmovida y entregada. Que tu Madre, que es la nuestra, nos enseñe a
decir “Sí” y a recibirte siempre en nuestros brazos, sobre todo en el hermano
que sufre cualquier tipo de dolor.
DECIMA CUARTA ESTACION – EL CUERPO DE JESUS ES
SEPULTADO.

Jesús es llevado por los soldados al templo por el costado mientras los demás
personajes entran al templo antes que la gente.

Reflexión: “En la espera del último día, tenemos en nosotros mismos una
semilla de resurrección, como anticipo de la resurrección plena que recibiremos
en herencia. “Este pensamiento nos da esperanza: ¡estamos en camino hacia
la resurrección!” Ver a Jesús, encontrar a Jesús: ¡ésta es nuestra alegría ¡Éste
es nuestro destino!
Desde que Cristo pendió del madero, la cruz dejó de ser un signo de fracaso
para transformarse en signo de victoria y esperanza. Es el signo del amor de
Dios hasta el extremo, es el signo que nos identifica como cristianos.
CANCIONERO

Camino de la cruz – Cristóbal fones.

Nadie te ama como yo - Cristóbal fones.

Diario de María – Martin Valverde.

Si hubiera esta allí – Jesús Adrián Romero.

Perdona a tu pueblo Señor

Siervo Doliente – Hna Ines de Jesus.

Porque te amo – Hna Ines de Jesus.

Por amor – Hna Ines de Jesus.

Ser tu mama.

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