Magia: Conciencia Contracultura Descolonización Dolor La Noche El Caribe El Doble Trabajo Imperialismos Fiesta Familias
Magia: Conciencia Contracultura Descolonización Dolor La Noche El Caribe El Doble Trabajo Imperialismos Fiesta Familias
Magia: Conciencia Contracultura Descolonización Dolor La Noche El Caribe El Doble Trabajo Imperialismos Fiesta Familias
MAGIA
NÚM. 882, NUEVA ÉPOCA
MAGIA
¿Te perdiste una edición previa? $50 ISSN 0185 1330
CONCIENCIA
CONTRACULTURA La magia tiene que ver con un conocimiento
del tiempo y de la naturaleza, y más
DESCOLONIZACIÓN
específicamente con las fracciones del tiempo
DOLOR y con las porciones de la naturaleza. División y Igual que en la religión, o en otras ramas de la
¿Qué tienen que ver las matemáticas
LA NOCHE proporción son dos acciones matemáticas. magia, en la indagación del porvenir apareció
y la magia? ¿Por qué insistimos
CHIARA VALERIO muy pronto la idea de que solo ciertos en leer el futuro? ¿Qué convierte
EL CARIBE a un objeto cualquiera en un
individuos eran dignos de llevar a cabo los
EL DOBLE Un conjuro tiene, como un verso, una sintaxis rituales necesarios, aun si en teoría estaban amuleto? ¿Es posible escribir poesía
TRABAJO absolutamente precisa. No da lo mismo una disponibles para todos. siguiendo el proceso de la alquimia?
palabra que otra en un poema, en el comienzo ALBERTO CHIMAL
IMPERIALISMOS Kenneth Anger • Clementina
de un cuento o en un mantra.
FIESTA DOLORES REYES Una señora de sonrisa ligera y gentil sopla
Battcock • Coral Bracho • Alejo
FAMILIAS sobre mi esqueleto el humo del copal, invoca, Carpentier • Alberto Chimal
Cuando escuchas el Tarot hay un ritmo, que recita, recorre; me talla la cara con una ramita Samuel Cortés Hamdan • Marianne
es de estar presente; un arreglo musical, nutrida de pirul y me enreda las manos con Costa • Alejandra Costamagna
que es la circunstancia de la lectura, y el su plasma y pide por mí y mi paz. Gabriela Damián Miravete • Mariana
compás, que es el mismo Tarot: entrega tres SAMUEL CORTÉS HAMDAN
Enriquez • Femimutancia • Oswaldo
cartas y después vamos a bailar un baile único. Gallo-Serratos • Giovanni Fabián
MARIANNE COSTA EN Baba Yagá es una “disidente”, una marginada, Guerrero • Gill Hornby • Rosa Lidia
ENTREVISTA CON JAVIER RAYA solitaria, “una solterona”, un espantajo, una Huaraco Sánchez • Elvira Liceaga
perdedora, pero no está sola ni aislada. Tiene Pura López Colomé • Carlos
numerosas hermanas no solo en los mitos Mondragón • Leopoldo María Panero
y tradiciones del folclore ritual eslavo, sino Heriberto Paredes • Javier Raya
9 770185 133008
RECTOR DIRECTORA
Dr. Enrique Graue Wiechers Dra. Guadalupe Nettel
COORDINADORA DE DIFUSIÓN CULTURAL COORDINADORA EDITORIAL
Dra. Rosa Beltrán Dra. Nayeli García Sánchez
62 PIEDRA BRUJA
DOSSIER Femimutancia
EN CAMINO
CRÍTICA
122 UNA LUZ AL FINAL
DEL TRÁMITE 142 MAMÁ DESOBEDIENTE
Zakarías Zafra ESTHER VIVAS
Elvira Liceaga
ALAMBIQUE
147 SOBRE EL CINE
126 LO QUE REVELA UNA DE LARISA SHEPITKO
REVOLUCIÓN FÓSIL Karina Solórzano
David Sepkoski
151 MUERTE EN LA HABANA
ÁGORA RUBÉN GALLO
Oswaldo Gallo-Serratos
129 EN DEFENSA DEL CIDE
ENTREVISTA CON LORENA RUANO 154 PUNTO DE CRUZ
Juan Jesús Garza Onofre JAZMINA BARRERA
Alejandra Costamagna
PERSONAJES
SECUNDARIOS 158 NUESTROS AUTORES
EDITORIAL
La magia existe. Las religiones, las artes y las ciencias hunden sus raíces
en el pensamiento mágico, aunque el racionalismo moderno insista en
separarlas. Desde tiempos inmemoriales la humanidad ha intentado
descifrar los secretos para manipular el entorno a través de rituales, con-
juros y brebajes, y controlar cosas, personas o su propio porvenir. No
obstante, marcadas por el espíritu de cada época, ciertas creencias y
prácticas se han institucionalizado, mientras otras se han perseguido
como herejes, falaces e inoperantes.
Las respuestas que en la antigüedad solíamos buscar en la magia aho-
ra son asunto de prácticas científicas; sin embargo, algunas de sus ex-
presiones perviven gracias a la resistencia y la mutabilidad de grupos
marginados: recurrimos a la magia para resolver los conflictos más an-
gustiantes, que tienen que ver con nuestra propia finitud y nuestras li-
mitaciones. Buscamos remediar aquello que nos excede: superar la muer-
te, contactar a un ser querido o sanar de una enfermedad terrible; hacer
que alguien se enamore o causar un gran mal a otra persona. Por ejem-
plo, existen técnicas ancestrales para tareas tan disímiles como trans-
mutar metales simples en oro o proteger a los seres amados de un pe-
ligro. En gran medida seguimos usando una de las herramientas más
poderosas de la magia: el lenguaje.
Como apunta la escritora Dolores Reyes en las páginas de este nú-
mero, “un conjuro tiene, como un verso, una sintaxis absolutamente
precisa”. Ursula K. Le Guin veía en las palabras la sustancia misma de
la magia, capaces de generar realidades y determinar las narrativas que
dotan de sentido nuestro paso por la Tierra, explica Gabriela Damián en
un ensayo titulado “Objetos de un mundo encantado”.
Por su parte, la editora italiana Chiara Valerio comprueba que hay
poco de fortuito en la magia, ya que esta depende de sucesiones fijas y
4
Musée des Beaux-arts de la Ville de Paris
Guadalupe Nettel
5
POEMA
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LA SERPIENTE Y EL DISPOSITIVO
TRANSITORIIS QUAERE AETERNA
Chiara Valerio
Traducción de Brenda Mora
INTUICIÓN
La magia es un procedimiento; fórmulas y gestos para los hechizos, in-
gredientes para las pócimas. Además, es un procedimiento de tipo re-
lacional porque se fortalece si ciertos individuos la agitan con ciertos
dispositivos (por ejemplo, con una varita mágica), si se lleva a cabo en
ciertos momentos del día o del año. En un mundo, el nuestro, en el que
muchas de las faenas humanas han sido mecanizadas a través de pro-
cedimientos algorítmicos, la tecnología y la magia tienden a semejar-
se o, también, podríamos atrevernos a decir, hemos llegado a un mun-
do en el que todo es mágico.
Es posible reformular una observación de Aby Warburg en El ritual
de la serpiente (1923):
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Todos los rituales tienen una base
matemática y, como cualquier
cuestión matemática, son válidos en mos las sucesiones o, si no queremos llamar-
un cierto ámbito e inexistentes en otro. las de este modo, la aritmética. Las sucesiones
son la base de toda secuencia, incluso del len-
representación más concebible e intuitiva de su guaje, a través de lo que los latinos llamaban
causa. La danza de las máscaras es la causalidad consecutio temporum. Las sucesiones son la
danzada.1 base de las expresiones y de las fórmulas que
permiten que la magia suceda. Todo lo que está
De la siguiente manera: en los grimorios puede reconsiderarse como
una secuencia, un procedimiento. La meca-
El ser humano, usuario y alimentador de dispositi- nización de las secuencias a través de las cal-
vos, contrapone su voluntad de comprensión a la culadoras electrónicas ha evidenciado que el
ininteligibilidad de los fenómenos tecnológicos, mundo nunca ha dejado de ser mágico.
transformándose a sí mismo en la causa de los
fenómenos percibidos. Instintivamente, reem- ¿QUÉ TIENEN QUE VER
plaza al efecto incomprendido con la represen- LAS MATEMÁTICAS?
tación más concebible e intuitiva de su causa. Las matemáticas son la disciplina de las su-
La danza de los dedos sobre pantallas y teclados cesiones. Se dice que nacieron por cuestiones
es la causalidad danzada. cuantitativas (por ejemplo, de la relación entre
cazadores y presas), pero yo siempre he pensa-
Si la magia hace que sucedan las cosas, quizá do que nacieron a causa de una exigencia cua-
es posible decir que, invirtiendo la implicación litativa. Las matemáticas tienen que ver con
lógica, cualquier cosa que sucede es mágica. La la posibilidad de contar el tiempo y el espacio
magia anticipa y satisface nuestra exigencia de que nos separa de algo o de alguien que de-
unir causas y efectos; no soportamos efectos seamos. Sin posibilidad de contar el tiempo que
sin causas, no tamizamos causas sin efectos. pasa, probablemente no existiría ni siquiera la
Nunca he percibido en mis pensamientos, en nostalgia. Si esto es verdad, también lo es que
mis palabras, en mis actos ni en mis omisio- estamos hechos de la misma sustancia que el
nes, la diferencia entre danzar para la lluvia, tiempo, y que todas las sucesiones tienen en sí
arrancar los pétalos de las margaritas y apa- una naturaleza temporal; incluso las sucesio-
gar y encender la computadora o un teléfono nes de elementos que componen un hechizo o
inteligente para tratar de reiniciar una función. una pócima; incluso una receta de cocina.
Hacemos gestos esperando que algo o alguien Así pues, una definición posible de magia po-
suceda. Desde este punto de vista, la magia dría ser “algo que divide y ordena el tiempo”.
está conectada con el tiempo, al menos como Algunos científicos famosos han sido acusados
lo están las matemáticas. Para esperar que algo de ejercer la brujería, pienso en Newton, pienso
o alguien sucediera, tuvimos que inventar un en Kepler, pienso en Galileo Galilei, pienso tam-
modo para medir el tiempo. Así que inventa- bién en todas las mujeres que, al conocer las
porciones con las cuales combinar hierbas y
1
Aby Warburg, El ritual de la serpiente, Joaquín Etorena Homache
minerales para sanar, aliviar y, dado el caso,
(trad.), Sexto Piso, Ciudad de México, 2008, p. 60. envenenar, eran tachadas de brujas. La magia
por lo tanto, el amor, desde una perspectiva vertiginosas, establecen lugares geográficos y
teogónica, precede a la muerte. son juegos de mesa. “Las personas que aven-
Esta unión entre matemáticas y procedi- tarías desde una torre” constituye una lista.
miento es muy cotidiana. Y, sobre todo, cada Y las clasificaciones son listas. Las personas
uno de nosotros la ha experimentado. compran con base en listas establecidas por
Las personas temen a las matemáticas por- alguien a quien se le pagó para hacerlo y, cada
que temen a los números. Los números son la día, ceden a la fascinación de lo ordinario, por-
base de los conteos y de las listas. Las listas lo que en la lista del supermercado ya está lo que
contienen todo. Las propiedades y las deudas falta en casa. Las listas son la versión explíci-
de un ser humano, sus necesidades cotidianas ta de la posesión.
y sus deseos. Pasados y futuros, aunque a ve- Las personas temen a los números porque
ces también presentes. Las listas contienen a los números ordenan la posesión, que no es un
los vivos y los muertos. Los rosarios, komboloi acto, sino una conquista. Ser algo o alguien.
y mishaba, son listas de oraciones, de peticio- Poseer algo o a alguien. El dinero es el único
nes. Las listas son la base del patrimonio de número que todos aspiran a conocer bastan-
una persona y la base de recriminaciones y te bien, es una medida para las personas; una
elogios. Antes de cambiar de casa o de traba- medida exacta, como la altura, el peso, el telé-
jo, ordenamos lo que nos llevaremos y lo que fono, el RFC. Una cinta transportadora, una ca-
dejaremos. Siempre enumeramos todo lo que dena de montaje, un trabajo organizado en tur-
tiene un valor real, simbólico o afectivo, y lo nos, objetivos, pasos, sigue siendo una lista.
que no lo tiene. Cuando alguien muere, al or- En las listas, como en el amor, el tiempo no
denar todo, se hace una lista de lo que dejó; existe. En los catastros neoasirios se enlista a
que, por cierto, es lo que queda. Las listas son los niños medidos con las palmas para poder
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De alguna manera, las poblaciones urbanas Normalmente representan un valor simbó-
del siglo XXI nos parecemos un poco a la So- lico o un sentido metafórico, pues son parte
ciedad de magos de York: nuestro mundo está de un sistema semiótico más amplio: impor-
desencantado, como afirmó Max Weber en So- tan más por lo que significan que por lo que
ciología de la religión: son. Cabe considerar la complejidad que im-
plica la distinción entre ciencia, magia y reli-
Ya no necesitamos apoyarnos en la magia como gión, cuestión que, ante la diversidad de cul-
un dispositivo para dominar a los espíritus o ne- turas, sistemas de creencias y epistemologías,
gociar con ellos, a diferencia de los salvajes, para aún hoy sigue en crisis.
quienes esas misteriosas fuerzas existían. El Los objetos mágicos, pues, existen gracias al
cálculo y la tecnología cumplen esa función. poder evocativo de sus descripciones, que de-
penden de la suspensión de la incredulidad
Y sin embargo, aunque nos cueste admitir- para que sean, crezcan y se amplifiquen en la
lo (pues nos consideramos seres racionales mente de quienes reciben la información. Aun-
muy respetables, herederos de la Ilustración,
creadores de algoritmos y satélites) dedicamos
bastante energía a la búsqueda del encanta-
miento, a producir objetos culturales en los
que la magia revive e incide de diversas for-
mas en la realidad.
En The Long Life of Magical Objects, Allegra
Iafrate reconoce que dentro de las historias
que nos contamos perviven, intangibles, los ob-
jetos mágicos cuya materialidad quizá existió
algún día y cuya función precisa dentro de su
contexto hoy nos resulta inalcanzable: nacie-
ron dentro del arte, la magia, la ciencia o la re-
ligión de su tiempo y ahora residen en la ima-
ginación. Su mera aparición hace presente el
mundo de antes, en el que no existían las cer-
tezas de la modernidad: cofres, espejos, ani-
llos, alfombras voladoras, espadas, escobas he-
chas con ramitas de abedul. La autora define
a estos objetos metamórficos, como
sumado a numerosos grimorios y toda clase y a toda su corte mientras viajan rápidamen-
de libros que contienen fórmulas complejas, te de un lugar a otro”. Las variaciones incluyen
produce mucho más que pociones para dañar una alfombra sostenida por demonios y tam-
a otros. Con Hermione, el caldero de la bruja bién una que se encuentra estática, pero que
recupera su cualidad original de laboratorio al sentarse sobre ella conduce inmediatamen-
de la salud y el conocimiento explorado por te a la persona al lugar remoto al que desea ir.
muchas mujeres que, a lo largo de la historia, El anterior podría parecerse a ciertos objetos
fueron castigadas por hacerlo. que en la modernidad ya no funcionan a través
La escoba voladora, por otra parte, compar- de la magia, sino de la alta tecnología, lo cual
te función con la famosa alfombra voladora nos hace pensar en que esos deseos finalmen-
presente en la literatura persa medieval a par- te derivaron en la aeronáutica o en el teletrans-
tir de la recopilación de relatos que hoy conoce- portador, aún por inventarse, de ubicua pre-
mos como Las mil y una noches, presuntamen- sencia en diversos relatos de ciencia ficción. El
te realizada por Abu Abd-Allah Muhammad shamir, otro objeto de la tradición mágica ju-
el-Gahshigar alrededor del siglo VIII. Muchas día, también es una herramienta tecnológica
de las historias ahí contadas quizá proven- asombrosa: por su capacidad de cortar cual-
gan de la India, no obstante, la alfombra vola- quier material, es particularmente útil en la
dora también forma parte de los objetos má- construcción de templos y edificios.
gicos del rey Salomón, un conjunto que con el Esta búsqueda de remedios a los problemas
paso del tiempo ha adquirido distintas carac- humanos a través de la magia, sobre todo los
terísticas. Allegra Iafrate señala que una cró- ligados a nuestra pequeñez y finitud, también
nica del historiador persa Al-Tabari mencio- ha producido movilizaciones históricas cuyas
na “una alfombra gigante que sostiene al rey consecuencias fueron irreversibles. Por ejem-
Paul Sérusier, La tapisserie (les cinq tisseuses), 1924. Musée des Beaux-arts de la Ville de Paris
Los magos de Ambrym [una isla del centro-norte de Vanuatu famosa por su
brujería, o nakaemas] le susurraron al oído al piloto, paralizando sus manos
y cegando sus ojos. Así funcionan: a distancia. Sus palabras tienen poder, y
viajan incluso hasta la cabina de un avión.
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exhibiendo los practicantes del nakaemas en y actuar sobre el mundo, reunía los elemen-
aquella isla. Esta situación se explicaba en ra- tos propios de cualquier cuerpo coherente, co-
zón de que se trataba de jóvenes recién inicia- lectivo de principios epistémicos y cosmoló-
dos, los cuales no mostraban la reserva reque- gicos. Al representar maneras particulares de
rida del conocimiento y el poder ritual de los comprender y producir la realidad, la magia se
que estaban siendo herederos. asemeja, por tanto, a otros sistemas de conoci-
Esta anécdota podría haber quedado a nivel miento comparables, como la religión, la cien-
de chisme, un cuento chusco acerca del esta- cia o la ley.
do de ignorancia y credulidad que les atribu- En el contexto de la modernidad, entendida
yen los extranjeros racistas a los isleños de Me- como una epistemología basada en el cientifi-
lanesia. Pero eventualmente trascendió que cismo empírico, pareciera imposible reconci-
algunos parientes de los difuntos llevaron ante liar la coexistencia de lo racional con lo irra-
la ley sus quejas contra los magos de Ambrym. cional, de lo cognoscible con lo incognoscible.
A nadie sorprendió que ganaran sus querellas, Pero como demuestra el caso de Vanuatu y de
y que algunos de los señalados como culpables otros contextos legales y sociales de Asia, Áfri-
se vieran obligados a ofrecer una compensa- ca, e incluso del propio ámbito euroamericano
ción ritual. contemporáneo, la magia y la ley han seguido
Desde la antigüedad greco-romana ha per-
sistido una dilatada relación de contraste y
constitución mutua entre la magia y la ley.
Se trata de una historia que constantemente
ha sido enterrada y confusa. Primero, duran-
te el medioevo, cuando se etiquetó de brujería
cualquier creencia, comportamiento o prácti-
ca que cayese fuera de los límites definidos y
normados por la Iglesia católica. La brujería se
convirtió en una categoría convenientemen-
te multisémica para señalar y perseguir de
manera desproporcionada a las mujeres, las
minorías, los desvalidos y los marginados. Pos-
teriormente, con el ascenso del secularismo
ilustrado, la magia se volvió un distintivo dis-
criminatorio de personas, grupos y pueblos
considerados rústicos, paganos, primitivos,
crédulos, diferentes o irracionales.
No fue sino hasta los últimos años del siglo
XIX que algunos antropólogos y teóricos lega-
les comenzaron a reconocer que la magia, en
tanto conjunto de conocimientos y prácticas Ilustración de Compendium of Demonology and Magic,
relacionadas con formas diversas de entender ca. 1775. Wellcome Collection
E n algún sitio, dos manos mezclan las cartas de un mazo, lo cortan va-
rias veces, lo vuelven a mezclar y a cortar. Luego toman, por el rever-
so, cierto número de cartas, que van volteando y acomodando según un
patrón muchas veces ensayado. Luego, unos ojos leen el patrón y las imá-
genes —una distinta en el anverso de cada carta— atrapadas en él.
En otro, dos manos tiran, una por una, tres monedas. Se anota la po-
sición en la que caen —águila o sol, cara o cruz, como se prefiera—; la
combinación resultante se registra. Todo el proceso se repite seis veces,
para llegar a seis resultados: seis porciones ínfimas de tiempo y movi-
miento que forman un símbolo legible —uno entre 64 que puede dar
este método— conocido como hexagrama.
En otro más, alguien se ha entregado a un trance profundo, en el
que se cree bajo el control de alguna fuerza más allá de la realidad ma-
terial. De su boca salen gemidos y balbuceos: alguien más los escucha,
con la convicción de que provienen de otra lengua, también de fuera
del mundo. Un mensaje por interpretar: una advertencia de lo que está
por acontecer.
***
Los anteriores son ejemplos —tres entre miles posibles— de la clase es-
pecífica de magia que se conoce como adivinatoria o mántica: aquella
Karl Friedrich Schinkel, Design for The Magic Flute: The Hall of Stars in the Palace
of the Queen of the Night, 1847-49. The Met Collection
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con la que intentamos conocer el futuro, reve- abrir nuestra percepción más allá del paso nor-
lándolo en el presente, para extraer de él con- mal del tiempo físico.
sejos o certidumbres. El término proviene del Por eso, ahora mismo, en muchas partes del
griego mantikós, es decir, profeta. Es un tipo de mundo, se leen cartas de orígenes variados, en
magia sutil: si el mago, en general, pretende diferentes cantidades y configuraciones; se
escuchar a lo real y luego hablarle con la auto- leen las líneas de la mano, las estrías del iris y
ridad suficiente para que lo real obedezca, en las manchas de la esclerótica; se leen conchas
las disciplinas mánticas ese acatamiento no se de caracoles, pelos y plumas, residuos en una
manifiesta de manera obvia en el cuerpo del taza, runas escritas en pedazos de hueso, en-
practicante, en cuerpos ajenos ni en el entor- trañas sangrantes y trozos de cadáveres; se
no. Por el contrario, lo que se obtiene es úni- leen las trayectorias y las posiciones de estre-
camente información: datos intangibles, con llas y planetas; se leen cifras entregadas por
frecuencia oscuros y equívocos. Transmisio- algún software que imita el azar; se leen las
nes, casi siempre encriptadas, desde puntos arrugas en o alrededor del ano (lo que tal vez
ubicados en un “adelante” dentro del hipervo- comenzó como una broma y ahora se lleva a
lumen del espacio-tiempo. cabo de forma serísima); se leen tallos de mi-
Y no debe engañarnos esa última imagen, lenrama y tiros de monedas, sucesivos o simul-
más propia de nuestra época que de otras. Los táneos, únicos o en grupos; se leen libros comu-
rituales mánticos son de los más antiguos de nes pero abriéndolos por la mitad, saltando de
la especie humana, al lado de las propiciacio- una a otra página, en busca de una frase que
nes a los dioses y los acompañamientos de la revele de pronto algo misterioso o significati-
muerte, la fertilidad y el nacimiento. El lengua- vo (a este ritual se le llama bibliomancia)…
je permite formular el concepto de lo futuro, Tan extendida está en la cultura global la
pero no visualizar eso que aún no ha pasado, así idea de que el futuro se puede invocar a pla-
que siempre hemos buscado el consuelo de un cer que, en muchas ocasiones, el acto mismo de
poco más de conocimiento. Algo de ayuda para la invocación puede ocultarse o falsearse. En
creer que un mal presente ha de terminar, o su reciente melodrama La casa Gucci (2021), el
para reducir el riesgo de que las cosas se pon- cineasta Ridley Scott hace que Lady Gaga, en
gan aún peor. el papel de la arribista Patrizia Reggiani, se
Las visiones proféticas deben haber sido la vuelva dependiente de Salma Hayek, en el pa-
primera etapa: las revelaciones que llegaban pel de la adivinadora Pina. Apenas se ve que
de pronto, ajenas a la voluntad de quien las re- esta haga nada más que chacotear con Patri-
cibía, como a Moisés en el monte Sinaí o Juan zia: da arengas con tufo de autoayuda, sugiere
en la isla de Patmos. La primera innovación de amuletos y (en su acción más rápida, clara y
todas las artes mágicas pudo ser el paso de es- decisiva en toda la película) recomienda a un
perar a que llegaran esas visiones a tratar de sicario para que mate a su exmarido. En algu-
provocarlas, deliberadamente, de acuerdo con na escena tiene cartas del Tarot sobre la mesa,
nuestra voluntad. De este deseo —esta necesi- en un arreglo vagamente semejante al muy co-
dad práctica— provienen todas las maniobras nocido de la cruz céltica, pero jamás se le ve
misteriosas que conocemos hasta hoy para leyéndolas. Y no hace falta: siglos de tradición
nos permiten sobreentender que Pina ya ha lo- en la religión, o en otras ramas de la magia, en
grado convencer a su clienta de que es una lec- la indagación del porvenir apareció muy pron-
tora mántica, capaz de ver más en el cosmos to la idea de que solo ciertos individuos eran
porque entiende sus signos y sus significados. dignos de llevar a cabo los rituales necesarios,
Aun si no compartimos la fe ciega de Patrizia, aun si en teoría estaban disponibles para to-
y juzgamos a Pina una embaucadora de poca dos. Estos intermediarios, puestos entre el fu-
monta, podemos reconocer la jerarquía es- turo y el resto de nosotros, acumulan poder y
tablecida entre ambas: la vidente tiene la au- riqueza hasta el día de hoy, haciéndose indis-
toridad porque parece tener el poder, porque pensables para las culturas que creen en ellos.
entiende el código secreto que da acceso a lo El caso de la maga Pina ha sucedido millo-
desconocido. nes de veces, en diferentes escalas, a lo largo
de toda la Historia: entre otros muchos, sus
*** parientes son timadores tan diversos como
Hay dos conceptos curiosos que se atravesa- Grigori Rasputín, que ayudó a hundir a los za-
ron en esta nota, así como en los ejemplos pre- res de Rusia; Francisca Zetina “La Paca”, que
cedentes: el de la mediación y el de la lectura. profanaba tumbas en busca de “pruebas” para
Los dos se entrelazan, y son modificaciones sus augurios, o Marshall Applewhite, que llevó
cruciales de la tradición mántica, pero el pri- al suicidio a una de las comunas más ridículas
mero no necesita mucha explicación. Igual que de todo el siglo XX. ¿Cómo es posible que per-
sonas sensatas, educadas, en ocasiones muy tas de sistemas de escritura? ¿Hay que hacer-
poderosas —se piensa—, caigan en los enga- los a un lado? ¿Decir que empezamos a enten-
ños de estafadores tan obviamente mentiro- der el mundo como un texto hasta que tuvimos
sos, tan limitados, tan inferiores a la imagen realmente textos?
que proyectan? La respuesta es no, desde luego: la especie
Pero las víctimas siempre caen, en parte, humana ha buscado siempre un sentido en el
porque incluso creando una apariencia de su- universo porque empezó sin él. El gran atrac-
perioridad, ellas mismas se sienten inferiores: tivo de los mediadores, los especialistas, está
creen en misterios más allá de su poder terre- también ahí, en nuestro desvalimiento pri-
nal y saben que no los conocen. mordial. Que alguien (aunque no sea yo, aun-
que sea una criatura estrafalaria y de moral
*** dudosa) pueda entender la enormidad de lo
El asunto de la adivinación del porvenir como real: que ese alguien pueda hacerme el favor
una especie de lectura es más interesante y, de disipar un poco mis miedos, de guiarme y
por lo mismo, más enredado. Para empezar, la protegerme. Con la magia mántica ocurre lo
idea contiene una paradoja: la definición de lec- mismo que con las tradiciones orales, a las que
tura implica el concepto del texto, de lo escrito, hoy podemos entender como parte de la lite-
de manera que una (parece) no podría existir ratura —la indagación de la vida humana por
sin el otro. ¿Cómo describir lo que hacían los medio del lenguaje— pese a ser anteriores al
primeros augures, en las culturas desprovis- concepto de letra.
do, en especial gracias a la difusión de la im- Desde entonces, la tensión que genera la idea
prenta, se creó una especie de tensión entre el de leer el futuro no ha desaparecido. La contra-
impulso egoísta, acaparador del intermediario, cultura del siglo XX abrazó tradiciones ajenas a
y la posibilidad igualitaria del conocimiento la occidental, las difundió y les otorgó validez,
al tiempo que introdujo una nueva generación
1
Una de las más influyentes artistas de la cultura occidental de mercachifles espirituales. El caos en el co-
contemporánea debe ser Pamela Colman Smith, la ilustradora que mienzo del XXI, que ha minado incluso la idea
diseñó las 78 cartas del llamado tarot Rider-Waite. El mazo, sin
duda el más conocido del mundo, debe su nombre a que empezó a
misma de lo real, hizo saltar todas las barreras
comercializarse en 1910 por la compañía Rider, y a que Smith siguió y convirtió a la tradición mántica —igual que
instrucciones del esoterista Arthur Edward Waite. Pero es el estilo a muchas otras formas de la lectura— en un
de dibujo de ella —su línea clara, sus colores simples y estridentes,
sus detalles perturbadores o ambiguos— el que ha sido imitado, perpetuo experimento intertextual y combi-
copiado, citado, parodiado en miles de ocasiones, por igual en natorio. En su novela El péndulo de Foucault
mazos de otros artistas y en obras de cultura popular. Francamente,
las cartas deberían llamarse tarot Smith. Únicamente el tarot de
(1988), Umberto Eco ya podía satirizar más de
Marsella tiene más abolengo, y no es tan vistoso ni tan reconocible. un siglo de ocultismo para el hogar y acabó
***
Pero no hay que juzgar tan severamente la
simpleza ajena: todos los seres humanos exis-
timos en el mismo universo enormísimo —in-
finitamente más allá de nuestros alcances—
y limitados por la certidumbre de la muerte. Y
lo que está en los textos sigue allí, aunque sea
como potencial, mientras una sola copia de
ellos siga existiendo sobre la Tierra.
Alguien debe haberse asomado a la obra de
©Christian Castañeda, Serpiente y concha, 2020.
Jorge Luis Borges no por ningún interés en la
Cortesía de la artista literatura, sino porque su poema “Para una
Como buen autor de narrativa de imagi- lizable en el ámbito del sí mismo, de la propia
nación, Borges no es crédulo: no piensa real- interioridad, de la cual procede toda respuesta
mente que el I Ching tenga poderes mágicos. válida y también toda apertura hacia nuevas in-
El porvenir estará previamente fijado, pero la dagaciones válidas.
escritura que lo consigna es indescifrable, al
contrario de las letras del alfabeto: habrá quien Quien escribe estas palabras comparte la
vea la paradoja entre el sustantivo y su adjeti- opinión de Borges y no cree en la adivinación
vo, y comprenda que el poema no habla en rea- del futuro. Que cada persona piense lo que le
lidad del libro, sino del destino, entendiéndo- plazca, pero no hay evidencias de que la huma-
lo como incognoscible, muy por encima de la nidad sea central en el universo, de que las es-
pobre comprensión humana. trellas estén ahí para darnos mensajes o de que
Además, el libro insiste: sumado a los pró- nadie haya hablado el idioma de los ángeles.
logos eruditos de Carl Gustav Jung, el propio Y precisamente esto —que es pura ficción,
Wilhelm y su hijo, el también sinólogo Hel- puro lenguaje, pura imaginación— es lo que
mut Wilhelm, el traductor al castellano, Vogel- vuelve tan atrayente, tan bella materia litera-
mann escribe con toda claridad contra los usos ria, la noción de un universo con un sentido y
ingenuos e ignorantes del I Ching (y, en reali- de un porvenir capaz de ser vislumbrado. Lo
dad, de cualquier sistema mántico): que sí puede sondear la tradición mántica es,
como mínimo, nuestro propio interior. Los avi-
Se esperan respuestas procedentes de una ins- sos que nos trae vienen de nuestra mente. Su
tancia externa, situada fuera de uno mismo, y en desciframiento es el nuestro: el tuyo y el mío,
apariencia se obtienen. Pero se descuida de este como ejemplos precisos y transitorios que so-
modo la verdadera indagación que solo es rea- mos de lo que significa ser humano.
35
Además de artista y taróloga, eres traductora. la medida en que la imagen funciona como
En tu libro hablas del Tarot como una práctica espejo, al igual que como provocación para
de traducción. ¿Qué lengua está en juego en las actuar.
cartas, cómo se traduce el Tarot? Yo trabajo mucho con el Tarot en acción,
con el Tarot físico, con la idea de prolongar
Jodorowsky decía que las cartas del Ta- la carta para ver qué ocurre en su paisaje;
rot son como ideogramas. Esto parece ver que una carta puede hacer morphing
una excelente metáfora, pues son a la [transformación] hacia otra, en fin. Todo
vez una imagen y un significado que lla- esto es una comprensión que se da desde el
mamos “símbolo”; pero el significado tam- cuerpo. De cierta manera, es como la tra-
bién está en el gesto, en la dirección de ducción poética de una impresión fuerte,
la mirada, en la forma en la que cae un de un paisaje, de un sentimiento que se
vestido o en las interrelaciones entre los cristaliza en palabras.
personajes; por ejemplo, la relación jerár- Para mí, leer el Tarot es un ejercicio muy
quica entre el Papa y sus acólitos, o del poético a la vez que hipnótico. Poético, por
Diablo y sus diablitos. Todo esto signifi- la forma en que lo sentido se vuelve len-
ca, pero no se presenta en un lenguaje guaje; hipnótico, por la forma en que este
articulado. Entonces se trata de tradu- lenguaje —hasta cierto punto canturrea-
cir un lenguaje que le habla al cuerpo en do, metafórico— busca tocar la presencia
El Loco, la Luna y el Colgado del Tarot dit de Charles VI, 1475-1500. Bibliothèque Nationale de France
La Templanza, el Ermitaño y el Mundo del Tarot dit de Charles VI, 1475-1500. Bibliothèque Nationale de France
HIMNO A SATÁN
Leopoldo María Panero
Tu símbolo es el ciervo
y el mío la luna
que caiga la lluvia sobre
nuestras faces
uniéndonos en un abrazo
silencioso y cruel en que
como el suicidio, sueño
sin ángeles ni mujeres
desnudo de todo
salvo de tu nombre
de tus besos en mi ano
y tus caricias en mi cabeza calva
rociaremos con vino, orina
y sangre las iglesias
regalo de los magos
y debajo del crucifijo
aullaremos.
43
BESOS BRUJOS
CONVERSACIÓN CON KENNETH ANGER
Mariana Enriquez
44
TODOS SOMOS ESTRELLAS Soy miembro de la OTO. Me dieron permiso ofi-
Kenneth Anger (se dice que su verdadero ape- cial para filmar la misa gnóstica, y soy amigo de
llido es Anglemyer, pero es un dato que se la mayoría de sus miembros. No voy a muchas
reserva) nació en California (¿o en Londres?, reuniones porque no soy muy sociable. Pero sue-
otro misterio), hijo de una familia rica. Cuando lo ir a los rituales, porque son hermosos. Crowley
era chico, su abuela, que trabajaba como ves- escribió hermosos ritos, como el de Eleusis, al
tuarista en Hollywood, lo dejaba usar vestidos que asistí.
y aretes, mientras le narraba anécdotas de Va-
lentino y Theda Bara. También lo llevaba a cas- La OTO no solo lo autorizó a poner en celu-
tings. Así interpretó a un pequeño príncipe en loide la misa oculta, sino que le permitió rodar
A Midsummer Night’s Dream, de Max Reinhardt, otro corto, que se estrenó mundialmente en
y tomó clases de baile con Shirley Temple. En
la adolescencia, Anger rompió con su familia
y rechazó el cristianismo para entregarse a
la lectura reverencial de los textos del mago
Crowley.
La filosofía mágic(k)a de Crowley es dema-
siado voluminosa para resumir, pero a trazos
gruesos puede decirse que el mago inglés re-
cibió su iluminación en 1937, en El Cairo, cuan-
do entró en contacto con su Ángel de la Guarda
y Jefe Secreto, Aiwass. Esta divinidad le dictó
a Crowley El Libro de la Ley, en que se resume
parte de su doctrina, llamada vulgarmente
“Ley de Thelema”. Los puntos salientes son:
1) no hay ley excepto la que reza “Haz lo que
quieras”; 2) la divinidad se encuentra en el hom-
bre, no hay Dios; 3) el alma es la Auténtica Vo-
luntad; 4) la humanidad entra en un nuevo Eón,
el de Horus, y 5) todo hombre y toda mujer son
una estrella. Con esa religión que unía todas
las tendencias paganas (egipcias, griegas, orien-
tales y demás), Crowley se convirtió en 1925 en
la cabeza visible de Ordo Templi Orientis (OTO),
una asociación mágica que sigue sus escritos
y ejecuta sus rituales.
En varias entrevistas, Anger negó estar re-
lacionado con la Orden, pero durante esta con-
versación confiesa:
Aleister Crowley, The Hierophant, 1921
carta donde expresaba cuánto le había gustado. veces tuve el placer de verla escribiendo sus dia-
Nos hicimos íntimos. rios por la mañana.
Cocteau devolvió elogios escribiendo que Fi- Anaïs interpretó a Astarté en el filme de An-
reworks es un filme que “emerge de esa noche ger Inauguration of the Pleasure Dome (1954).
de donde surgen las verdaderas obras de arte. Le encanta poner nombres sobre la mesa y
Nos toca el alma”. enumerar a los famosos con los que se codeó.
Genet: lo conoció después de que el escritor Cuando se regodea en apellidos se le nota su
viera esa misma película. “Era un hombre duro”, otra faceta, la de perverso y venenoso conta-
dice Anger: dor de chimentos.
ALQUIMIA Y MAGIA
Ninguna indicación nos permite saber cuáles fueron las prácticas má-
gicas de Rimbaud. No parece que se entregara a los experimentos de la
magia negra: demonología, misas negras, aquelarres o ceremonias obs-
cenas. No hay pruebas de que tales cosas le interesasen o le atrajeran.
Nada nos hace pensar que fuera un experimentador activo en el campo
de la alquimia, o que creyera en ella al pie de la letra; tan solo nos cons-
ta que leyó tratados de alquimia y que se dejó influir por la doctrina es-
piritual que encerraban. Parece que le atrajo más el aspecto filosófico
de la magia que el pornográfico o blasfemo; el aspecto religioso de la al-
quimia, con su misterioso simbolismo, fue lo que al parecer le sirvió de
inspiración y de donde extrajo imágenes y sugerencias que ampliaron
considerablemente el poder evocador de su poesía. Rimbaud encontró
en los tratados y diccionarios de alquimia un inagotable repertorio de
símbolos y mitos que dieron a sus escritos una nueva dimensión de mis-
terio y de ocultas profundidades.
Cuando concibió sus Lettres du voyant se proponía crear una nueva
forma de poesía y convertirse en poeta de una nueva especie. Prevalecía
el aspecto artístico. Ahora lo más importante era su búsqueda simbóli-
ca de la piedra filosofal y la poesía pasaba a ser un ejercicio mágico que le
permitía alcanzar regiones más allá del mundo conocido. Eso hizo que
sus ideas adquirieran mayor importancia que ninguna otra cosa; lo
esencial era la búsqueda de la sabiduría y de una filosofía más vital que
53
la consecución de la simple belleza. Esto expli- el amarillo, del blanco al rojo. A veces el oro no
caría por qué más adelante abandonó la poesía se produce siquiera cuando aparece el rojo y,
al convencerse de que existían medios más rá- en ese caso, dice Philalethes, se pasa al verde
pidos para alcanzar ese objetivo. durante algún tiempo y luego al azul. Al lle-
La alquimia es la ciencia que tiene por obje- gar a este punto hay que tener cuidado para
to la producción de la piedra filosofal, o el oro no volver al negro, porque entonces habría que
del filósofo, y para ello se utilizan ciertas sus- comenzar de nuevo todo el proceso. Si se tie-
tancias específicas. La mayoría de las perso- ne éxito, después del azul debe aparecer el oro,
nas creen que la alquimia es simplemente la en forma de granos o, en ocasiones, en forma
transmutación de metales inferiores en oro. Se líquida: en ese caso recibe el nombre de aurum
comienza por descomponer los metales ordi- potabile, o elixir de vida. Todo el proceso reca-
narios en sus distintos elementos mediante la pitula las cuatro edades de la vida y las cua-
acción del fuego, luego se purifican, se mezclan tro estaciones.
y finalmente se fijan en la fase apropiada: la Los colores son, por así decirlo, el lenguaje o
fase del oro. Los alquimistas aseguran que tra- la taquigrafía que todos los alquimistas leen
bajan de la misma manera misteriosa que lo e interpretan, y son muchas las imágenes, me-
hace la naturaleza y con la misma sustancia. táforas y alegorías para presentarlos o para
Hermes Trismegisto fue el primer alquimista, ocultarlos. Dom Pernety, el alquimista bene-
de aquí el nombre de filosofía hermética. dictino del siglo XVIII, considera que todas las
Son siete las fases, o procesos, para la pro- leyendas egipcias y griegas son en realidad ex-
ducción del oro: calcinación, putrefacción, so- perimentos de alquimia expresados alegóri-
lución, destilación, sublimación, conjunción y, camente. Otros aseguran que los experimen-
finalmente, fijación. Si los procesos progresan tos de alquimia han sido siempre puramente
correctamente se producen los distintos colo- simbólicos; que la búsqueda de la piedra filo-
res, signos del desarrollo satisfactorio de la ex- sofal, del oro del filósofo, no es más que el sím-
periencia. Los colores fundamentales son tres. bolo del esfuerzo para alcanzar la perfección
Primero el negro —indicador de la disolución espiritual, la plenitud de la visión; que en los
y la putrefacción—, cuya aparición señala que tratados de alquimia solo encuentra expresión
el experimento marcha bien, que la calcinación el deseo humano de pureza y salvación. Dom
ha logrado descomponer las distintas sustan- Pernety preparó un diccionario de símbolos
cias. A continuación el blanco, el color de la pu- alquímicos, titulado Dictionnaire mytho-her-
rificación, y el tercero el rojo, el color del éxito métique, que es una gran colección de imáge-
completo. También existen colores interme- nes poéticas.
dios, que recorren todas las tonalidades del Llega ahora el momento de mencionar el
arco iris. El gris es el paso del negro al blanco; famoso soneto ”Voyelles” de Rimbaud, ya que
probablemente lo escribió poco antes de mar- consideraba entonces su mayor error y enga-
char a París, o muy poco después, durante la ño: “Inventé el color de las vocales”.
época en que comenzó el estudio de la magia No había nada de verdaderamente nuevo o
y la alquimia. El movimiento simbolista con- sorprendente en esta idea de la conexión en-
cedió especial importancia a este poema entre tre los colores y sonidos, puesto que Ballanche,
todos los suyos, y sirvió como punto de parti- Hoffmann, Gautier, Baudelaire —e incluso Bal-
da para el trabajo científico de René Ghil, Ins- zac— habían descrito las sensaciones de los
trumentation verbale. colores como idénticas a las de los sonidos, y
Hoy en día [1938] hay una tendencia a creer habían hablado de la posibilidad de estimular
que se trata de una broma, y que con este poe- un determinado sentido por medio de otro. Se
ma Rimbaud solo se proponía desconcertar a había observado que la confusión entre sen-
sus lectores. Muchas personas —entre ellas su saciones se acentuaba en los estados aluci-
amigo Izambard, que cometió la equivocación natorios o bajo la influencia de determinadas
de confundir Le coeur supplicié con una bro- drogas, y posteriormente se ha demostrado
ma de dudoso gusto— nunca estuvieron se- científicamente que, en esas ocasiones, los cen-
guras de cuándo Rimbaud hablaba en serio. tros que experimentan la sensación de luz pue-
Cuanto más se le estudia, sin embargo, más se den ser estimulados por impresiones que no se
advierte que Rimbaud desorientó a su públi- reciben en la retina sino en el órgano del oído.
co con menos frecuencia de lo que se ha creí- En ese caso el paciente ve de hecho algo que no
do, y que sus poemas —este soneto en parti- existe. Esta confusión de sensaciones puede
cular— se escribieron con la mayor seriedad. ser el resultado de un envenenamiento por sus-
En Une saison en Enfer, obra cuya sinceridad es tancias narcóticas o de una enfermedad ve-
evidente, Rimbaud declara, criticando lo que nérea. Especialmente para una persona con
1
Una persona
observa
la hora.
Desea adivinar
el y su futuro;
por tristeza
se cuelga
de los astros,
rogándoles
que algo revele
el instante preciso
de todo alumbramiento.
Según lo cual,
tú en particular
eras portador de agua.
La tenías dentro
para dar de beber,
58
para dar y regalar.
Parecías atraerla
también por fuera:
te la habían rociado
en la fontanela
llenándola hasta el borde
algún día de algún mes
a principios de algún año.
Cargabas una “difusión simple
a través de la membrana”,
ósmosis,
como buen ser vivo.
Aunque más.
Una liquidez distinta.
2
Dice EB:
“Cómo, cuando alguien muere,
de pronto cobra más vida
que nunca”.
Hoy, según mis días concedidos,
entre aguas amnióticas y lluvias torrenciales,
has vuelto a nacer
muriendo
inmerso en tu elemento,
el aire,
que te arrebataron
y te fue absorbiendo.
El agua era tuya;
el aire, ajeno.
Por eso no sé dónde estás.
3
Solo que para reabsorber
el exceso de agua
bendita e interior
que mana,
como la fuente
del místico,
70
rían bajar, e incluso si tienen que bajar. A veces me ha enviado y no tengo reparos en confesar
te detienes un instante (¡solo un instante!) de- que su brevedad ha contribuido mucho a esa
lante de una residencia de ancianos y las obser- sensación placentera.
vas a través de los ventanales: están sentadas Por lo que he entendido de su carta, la auto-
a las mesas, pasan los dedos por las migas de ra del citado manuscrito se comprometió a re-
pan como si fueran letras de braille y envían mitirle un trabajo en prosa basado en el mito
a alguien sus mensajes incomprensibles. de Baba Yagá. Dicho sea de paso, me ha emo-
cionado que usted reconozca que “no tiene ni
EL QUE SABE MUCHO ENVEJECE PRONTO idea” de quién es Baba Yagá. Y, no obstante, si
hubiera “surfeado” un poco por Internet, ha-
Dra. Aba Bagay bría visto que Baba Yagá, ciertamente, no es
Slavic Folklore Studies Oprah Winfrey o la princesa Diana, pero tam-
Joensuu Yliopisto, University of Joensuu
P. O. Box III
FI-80101 Joensuu
Estimado editor:
Debo confesar que realmente me ha sorpren-
dido recibir su carta. No sé cómo, habiendo tan-
tos expertos sobresalientes en folclore, me ha
elegido precisamente a mí. Hace muy poco que
he empezado a trabajar en esta facultad y aún
no me he asentado lo suficiente en los círculos
profesionales locales ni en los internacionales
para que mi nombre le pueda sonar tanto. Me
alegra, por supuesto, que se haya dirigido a mí,
pero al mismo tiempo debo aclarar que, aun-
que las tradiciones mitológicas rituales y fol-
clóricas de los eslavos son mi especialidad, eso
no significa que ya sea una experta en el tema
que a usted le interesa. Y, por otra parte, voy
muy corta de tiempo porque estoy terminan-
do mi libro Creencias populares búlgaras rela-
cionadas con el nacimiento y, por desgracia, no
dispongo de las horas que me gustaría tener
para dedicarme a contestar su pregunta. No
obstante, halagada por su confianza en mi ca-
pacidad y animada por su interés de mantener
©Peter Köhler, Baba Yagá, 2020. Fotografía
el contacto (que, ¡quién sabe!, quizá no sea tan de Nora Bencivenni. Cortesía del artista
casual), he leído con placer el manuscrito que y Galleri Magnus Karlsson
76
estoy del lado de las brujas”. Debutaba así en- DOS BRUJAS AL SUR
tre chamanes y adivinos en las tierras que vie- Algunos años antes de la participación de Cla-
ron nacer a Marvel Moreno. Un año después del rice en Colombia, una escritora argentina viaja-
aquelarre de Bogotá, Marvel escribió su mara- ba a Salta y conocía a un indio de la etnia wichi
villosa “La noche feliz de Madame Ivonne”, la con dos identidades, una cristiana, Lisandro
historia de una prostituta francesa que aban- Vega, y otra producto de su linaje y de las visio-
dona su tierra natal haciendo el camino in- nes sagradas que venía experimentando. Como
verso al de su autora: Madame Ivonne viene a resultado del encuentro con Vega, Sara Gallar-
América para ser adivina y confidente de la do empezaría una novela cuyo trabajo con la
burguesía colombiana, logrando convertirse lengua continúa siendo, a más de cincuenta
en una pitonisa barranquillera que hace algu- años de su publicación, central para apreciar
no que otro “trabajo” para quienes acuden a su las derivas coloniales en la literatura latino
modesta casita de Siape y se descubre buena americana: Eisejuaz, cuyo protagonista es un
en sus artes adivinatorias. En cambio, Marvel indio alucinado al que se le presentan los men-
Moreno se va a Francia para dejar de ser la rei- sajeros de Dios en el rostro de los animales y
na del carnaval, la esposa y madre de clase alta,
y poder ser al fin una escritora.
Incluido en Oriane, tía Oriane, “La noche fe-
liz de Madame Ivonne”, es un relato de una no-
che de carnaval en la que la adivina es acepta-
da en el patio andaluz donde se reúnen los ricos
y poderosos del país. Son los mismos que la vi-
sitan en su hogar para consultar la fortuna y
hacerle las confidencias de sus pasiones, deseos
y anhelos de venganza. Son esas confidencias,
sumadas al alcohol, las que terminarán por
perder a la adivina debido a su lengua desata-
da. Marvel describe niñas, adolescentes y adul-
tas que entran en conflicto con las normas
tradicionales y machistas de la sociedad co-
lombiana. La autora resulta por esto tan incó-
moda para el sistema literario que la persigue
y penaliza más allá del océano y de su vida: tu-
vieron que pasar años desde su muerte en 1995
para que se publicara su novela póstuma, El
tiempo de las amazonas.
En la Europa de los setenta no solo estaban
Cortázar, García Márquez, Saer y Vargas Llo-
sa, también estaba la enorme Marvel Moreno. ©María Conejo, Un momento, un instante, 2021.
Cortesía de la artista
82
quisitoriales o de expedientes administrati- fertilidad asociados con las semillas y las aguas;
vos dirigidos a funcionarios virreinales. Este o en los registros calendáricos —identificados
gran cuerpo de información lleva la huella de en los códices—, vinculados con vaticinios que
cada autor, determinada por su formación, in- se correspondían con cargas simbólicas re-
tereses y contextos particulares; además, está gidas por fuerzas sagradas, y que no en po-
sujeta a interpretaciones y enfoques que se re- cas ocasiones intervenían a favor o en contra
nuevan y modifican según las perspectivas de los gobernantes de diferentes centros po-
sociales y académicas de cada presente que líticos y económicos.
lo estudia. En Mesoamérica es precisamente el ámbi-
Debemos entender que los pueblos meso- to cotidiano el que permite entender a los dio-
americanos explicaron la existencia humana ses como seres no ajenos a impulsos, caprichos,
por vía de una diversidad de fuerzas que iban debilidades y predilecciones humanas. Siem-
y venían entre lo mundano (integrado por to- pre bajo esta premisa, se entiende que la huma-
das las formas de vida y materia existentes) y nidad podía ejercer cierta influencia y coacción
lo sagrado (compuesto por diferentes planos
donde moraban las deidades). Dioses, esencias
divinas, potencias sobrehumanas, ritos y ma-
gia eran elementos interrelacionados que for-
maban parte de un mismo y complejo sistema
de creencias. Es decir, que en este plano inte-
ractuaba una multiplicidad de fuerzas divinas
que intervenía en la recurrencia de los fenóme-
nos naturales (como la muerte o el amanecer),
a la vez que establecía los patrones temporales
entre ellos y constituía el sustento ideológico
de la aparición o del encumbramiento de nue-
vos centros políticos y grupos gobernantes.
Los estratos sociales dirigentes de las dis-
tintas ciudades que existieron a lo largo del pa-
sado prehispánico solían atribuirse la capaci-
dad de comunicación con lo divino, aunque las
deidades pudieran expresarse con libre volun-
tad por medio de irrupciones violentas (lluvias
torrenciales y erupciones volcánicas, por ejem-
plo) o en su potencialidad vinculada a plantas
o animales e, incluso, en las relaciones socia-
les cotidianas. Así, podemos encontrar repre-
sentaciones pictóricas en las pinturas murales
teotihuacanas, cuyos dirigentes sacerdotales ©Jimena Schlaepfer, Dios Trilobite, 2015.
tenían una profunda relación con los ritos de Cortesía de la artista
90
El éxtasis se organiza y las decenas de dan- 2.
zantes esperan el mandato de la estampida de Ni siquiera el Mercado de Sonora2 es todo igual
tambores que un líder de percusiones desata y a sí mismo. Antes del recorrido obligado para
luego desacelera bajo el consejo discreto pero los turistas, los curiosos y los bobos como yo,
contundente de una mujer de ombligo expues- que queremos la fotografía entre gallinas ne-
to. Pide moderación llevando las palmas de su gras y Eleguá y jabones del conjuro y la inco-
mano al suelo repetidas veces: bajo el pulso de modidad con párpados profundos de los san-
aquel músico se agitarán las filas de los cre- teros que saben que solo venimos de mirones,
yentes del giro, indígenas guerreros tardíos a —¿Qué buscabas? Pregunta lo que necesitas:
su manera, desnudos en pleno nudo de la mo-
dernidad, aislados de la tensión vehicular por 2
Parece que hay un uso técnico del nombre que prescinde de
la preposición: Mercado Sonora, pero no lo quiero: elijo la fluidez
el remozamiento de la plaza. del habla, que tiene sus ritos y preconiza sus seriedades,
Y, como dije, yo esto ni lo buscaba, apenas su dignidad autoproclamada.
1
Me refiero a la novela El mundo alucinante, que además de consagrar
la magnífica prosa en desobediencia del cubano —curada a las
prisas solidarias por Virgilio Piñera y acompañada por José Lezama
Lima, según cuenta Arenas mismo en Antes que anochezca— fue
justamente editada en México en un trajín de accidentes y abusos
de uno y otro lados del mar que separa a este país de la isla. ©Francisco Lemus, Conchero, 2019. Cortesía del artista
©José Ignacio Hipólito, de la serie Mercado de Sonora, 2015. Cortesía del artista
3.
En el privilegio de la fe que en su oficialismo
no padece fetichización, salgo de Sonora para
andar los más o menos tres kilómetros que me
separan de la Catedral Metropolitana sobre el
Tepito, Ciudad de México, 2013. Cortesía del artista andador de Talavera, rico en el vestido de niños
©Mario E. Domínguez, devoto de la Santa Muerte. Tepito, Ciudad de México, 2013. Cortesía del artista
Una señora de sonrisa ligera y gentil sopla Morro en La Habana, y del biógrafo voluntario-
sobre mi esqueleto el humo del copal, invoca, so desde Holguín de nuestro fraile Servando.
recita, recorre; me talla la cara con una ramita Cultura de la simultaneidad abigarrada, que
nutrida de pirul y me enreda las manos con su aplasta a quien se entera e intelectualiza todos
plasma y pide por mí y mi paz. “Santa Rosa de los nombres que lee y también aplasta a quien
Guadalupe, mi fortuna es amar”, le escucho de- sufre la intemperie sin piedades, requerida por
cir a uno de sus asistentes guarecido bajo los eso de ensueños donde la justicia provendrá de
toldos de un pequeñísimo campamento, pues una oración y de los jabones que protegen, tras
la lluvia y el cielo nublado no los interrumpen. el conjuro, el cuerpo. Cultura que antes de llegar
Luego todavía viajaré a Coyoacán a leerme al palacio de los brujos se escurre ya en peseros
el Tarot a la sombra del Sanborns con que Car- atiborrados rumbo al aeropuerto, en talleres
los Slim cancela o usufructa o instrumenta la banqueteros de bicicleta, puestos de herrería
belleza colonial de ese barrio del sur, y un Te- y mimbre, peluquerías, recauderías, en coma-
noch de voz aguda y piel adulta me dirá que les prestos para las gorditas y rodeados en con-
camino en el camino de mis deseos, que hay cilio por bancos de plástico triangulares, du-
prosperidad y que me acompañan el Mago y rante la contradanza de los hambrientos.
el Loco de las acciones, signados por la mesa de El escupitajo contra mi rostro de la espesu-
trabajo y por el extravío que no teme el ridícu- ra de este nudo de cenizas en el cementerio y de
lo del perro que le muerde las nalgas, y que me muñecos en el tianguis ya prefigurados para
iluminan los cántaros corriendo el líquido de el amarre es apenas la babosa caminante de un
sus vientres bajo la luna. sábado cualquiera, sin ceremonias piramida-
Respiro un poco de frescor domesticado en les flamígeras ni conmemoraciones mayestá-
espacios menos proletarizados donde, no obs- ticas que inauguren un nuevo umbral en la
tante, también se ejercita la fascinación por el puerta de tu sonrisa —y aquí no anoté nada
nacimiento de los dioses, como figura la filó- que no supiéramos ya todas—.
LITURGIA
Alejo Carpentier
La Potencia rompió
¡yamba ó!
Retumban las tumbas
en casa de Acué.
El Juego firmó
¡yamba ó!
con yeso amarillo
en la puerta fambá.
El gallo murió
¡yamba ó!
con el rojo altar
del gran Obatalá.
Aé, aé,
salió el diablito
—¡cangrejo de Regla!—
saltando de lao.
En su gorro miran
ojos de cartón:
¡brujo del Senegal
tabú y carnaval!
Aé, aé
cencerro de latón,
de paja la barba,
de sabio el bastón.
Endoco endiminoco
efimere bongó.
Enkiko baragofia
¡yamba ó!
¡Hierve botija!
¡Calienta pimienta!
Siete cruces
98
arden ya
con pólvora negra
—incienso arará—.
Los muertos llaman
¡cucha el majá!
Teclean las claves
a la tibia con tibia,
tic-tic de palitos.
¡Retumba y zumba!
Tam-tam de atabal,
timbal de tambor.
¡Rumba en tumba!
Tambor de cajón
y ecón con ecón.
Papá Montero,
Marimbulero:
ñañigo chévere,
bongosero.
El Iyamba gritó:
¡yamba ó!
¡quien robe comida
palo tendrá!
Un negro corrió,
¡yamba ó!
¿Tú la cogiste?
¡Por boca rodó!
Aé, aé,
volvió el diablito:
los muertos comieron,
la botija cayó.
Aé, aé,
la luna se va,
¡ánima la danza!
el diablito se fue.
¡Diez nuevos ecobios
bendice Eribó!
Retumban las tumbas
en casa de Acué,
¡yamba ó!
¡El gallo cantó!
DOSSIER 99 LITURGIA
EL RITUAL MÁGICO DEL CUERPO
Heriberto Paredes
A aquel lugar en donde se juntan las aguas del río con las aguas del mar y entonces el
universo se resume en el tablero de Orula, que ante nuestros ojos se llama Baracoa.
Modupué
100
Keith Morrison, Bag Lady, 1993. ©Artura.org
y un batido de zapote (que en México se llama sin miedo ni reticencia. Caminé hacia lo que,
mamey). después sabría, es el santo, el momento en que
Escuché mi nombre en voz de un tipo. Por tú no lo buscas y él te encuentra. A mi mente
supuesto que alguien más se llama como yo en vienen muchas canciones que transmiten esta
la isla, pero no es que sea algo común, así que misma sensación, Los Van Van lo resumen en
me detuve en seco. Antes de voltear, abrí los una pregunta en su extraordinaria pieza “Soy
oídos y volví a escuchar que alguien me lla- todo”: “¿Somos o no somos?”. Es posible que
maba. Me giré lentamente y lo vi: un hombre esta salsa sonara desde el fondo de una casa
alto de piel negra, cabello rizado muy corto, hasta quedarse grabada en mi memoria para
pantalón azul y camisa blanca, elegante aun- siempre.
que con ropas de otra época. La distancia me Desde el primer segundo, el momento de co-
permitió distinguir a simple vista un mazo de nexión con la tradición religiosa yoruba estuvo
collares que se asomaba discretamente bajo su acompañado por la música. ¿Qué música podría
camisa. En sus brazos cargaba a una niña ves- unirse a una tradición mani-
tida de amarillo, un tono pálido profundamen- festada en dos espíritus que sa-
te llamativo. Ella también tenía la piel negra ben tu nombre? Tiene que ser
y el cabello largo atado con un pañuelo color algo poderoso, que rompa es-
crema. quemas, que haga vibrar has-
“Soy todo” de
Ahí me di cuenta de que las puertas esta- ta las fibras más íntimas del Juan Formell
ban abiertas y que solo tenía que acercarme, cuerpo y la mente. y Los Van Van
La música gestada alrededor del toque de qué es esto? —Eso que anda, chico, son Los
tambores traída por mujeres y hombres escla- Van Van. Nunca más he podido desprender-
vizades es también una cultura. Va mucho más me de este tremendo ritmo que fluye a través
allá de un género musical, de una moda o un de mi sangre y que me haría moverme aun
momento de euforia. Heredada de la rumba amarrado a una silla. Desde entonces, santo
y el guaguancó, la música que por excelencia arriba, gracias a la fuerza de las manos que
ha servido para compartir la espiritualidad de me bailaban, logré el desbloqueo y empezó
Orula, las historias de bondad y maldad de los una larga conexión con el baile, con su magia,
orishas y, al mismo tiempo, relatar lo que ocu- con aquellas cosas que solo pasan después de
rre en las calles de Latinoamérica es, sin temor sudar y moverse, de girar trazando dibujos en
a equivocarme, la salsa. el aire.
La lentitud y la rapidez en las que se des-
EL ALMA SE AGITA compone el tiempo al momento de bailar salsa
Fue en el mismo viaje —podría decir que fue es una de las características que lo acercan al
el mismo día— en que me dejé amparar por trance de una ceremonia religiosa; se oyen las
la regla de Ochá-Ifá, una de las ramas de la mismas voces, se suda interminablemente y se
santería, cuando una nieta de la actriz Rita tienen las mismas visiones. El alma se agita
Montaner me bailó en su casa, rones previos, y los cuerpos se rozan peligrosamente, como
al ritmo de una poderosa música que salía de si la otra persona que dibuja con nosotres en
una grabadora destartalada. —¿Qué suena, el aire fuera el santo mismo, como si el muer-
El baile cambia súbitamente el rostro y la ac- para entender sus limitaciones. [La traducción
titud. es mía]
108
¿Sikuame o Xurhiski?, 2018. Óleo y esmalte sobre tela
UNA NARRADORA
POTOMITAN
ENTREVISTA CON MARYSE CONDÉ
Martha Asunción Alonso
118
“alternativo” de Literatura, la verdad es tanto trabajo le ha costado a una conse-
que recibo muchos más correos de lecto- guir… Porque, no lo olvidemos, todo escri-
res y menos mensajes de jóvenes escritores. tor es también un músico, siempre preo-
Sobre todo, me siguen escribiendo bastan- cupado por la armonía de sus textos.
tes desde el oeste africano, especialmente
senegaleses o malienses. Les conmueve mi Entonces, ¿prefieres no saber nada del proceso
interés por Segú que, como bien sabes, fue de traducción de tus libros?
la capital del reino Bambara, en el actual
Mali. Allá por el año 1984 le dediqué dos Prefiero que mis traductores no se pongan
volúmenes a Segú y parece que vuelven a en contacto conmigo. De hecho, cuando
estar de actualidad en este mundo que nos aún daba clases, jamás incluía mis libros
toca vivir, dominado por los conflictos re- en los programas de mis asignaturas de
ligiosos. traducción para estudiarlos con mis alum-
nos. Ni siquiera intervengo directamente
A menudo has repetido que no escribes ni en en las versiones de Richard Philcox, mi
francés ni en criollo: que tú escribes en Maryse esposo, que es el traductor de mis obras
Condé. Intentar traducir todos los matices de tu completas al inglés. Me limito a responder
lengua personal de creación, inimitable y única, a sus preguntas, cuando las tiene. Enton-
me parece una tarea tan apasionante como com ces no lo considero como mi marido; sim-
plicada. ¿Cómo es, en ese sentido, tu relación plemente está haciendo su trabajo.
con tus textos traducidos y con tus traductores
a otras lenguas? En bastantes ocasiones te he escuchado expli
car cómo tu vocación de escritora nació en la
Una vez escribí un artículo precisamente infancia, con la lectura de Wuthering Heights
sobre esto. Se titulaba “Intimate Enemies” (Cumbres borrascosas). Enseguida deseaste
(“Enemigos íntimos”) y lo publicó una re- escribir historias como las de Emily Brontë,
vista inglesa.1 En él explicaba que conside- pero una amiga de tu madre te desanimó dicién
ro la traducción como la última despose- dote: “La gente como nosotras no escribe”. A lo
sión de mis textos. largo de tu carrera, ¿has vuelto a sentir aquel
Primero, las escritoras debemos soportar desánimo?
las observaciones del editor, que pretende
cambiar el título e incluso determinados En parte sí. Durante mucho tiempo mis li-
pasajes del relato. Luego, toca aguantar a bros no tuvieron ningún éxito. Creo que re-
los correctores, que a menudo solo se pre- presentar la verdad es todo un arte y que
ocupan por la gramática. Como colofón, tal vez, al principio, yo no sabía hacerlo.
llega el traductor y cambia el sonido origi- No obstante, también es verdad que esa
nal del texto, la sonoridad y el ritmo que ausencia de buenas críticas me parecía
algo secundario, pues el escritor escribe
1
El texto fue publicado por la Cambridge University Press el
28 de julio de 2017 y está disponible en https://bit.ly/3go7zy4
ante todo para sí mismo, sin preocuparse
[N. de las E.] en exceso por la recepción de sus textos.
Poco a poco, la indiferencia de la crítica gae, biguines, rocks, griots africanos… ¿Qué pa
y del público fue cambiando. Y ahora no me pel juega la música en tu proceso creativo?
doy abasto para atender a tantos compro-
misos y tantas entrevistas. Quizás soy yo He escrito todos y cada uno de mis libros
la que he cambiado. escuchando música. Me encanta la música
de todo tipo. Para mí, es un complemento
Creo que yo escribo poemas porque no sé pintar al texto escrito.
ni tocar ningún instrumento. A veces se dice que
todos los creadores son artistas frustrados de En tus libros percibo una gran sensibilidad ha
otra disciplina, ¿qué arte habrías cultivado si cia la infancia. De hecho, considero que tus li
no hubieras sido escritora? bros infantiles y juveniles son extraordinarios.
Aunque a menudo tengo la impresión de que
Me habría encantado ser cantante de ópe- este aspecto de tu producción literaria no ha
ra. De joven soñaba con ser Jessye Norman, recibido la atención que merecería. ¿Qué opi
cuya voz me conmueve profundamente. nas de esto?
Entiendo bien la frustración de Nina Simo-
ne, que jamás consiguió cumplir su sueño A mí me encantan los niños. He sido ma-
de ser cantante de ópera. ¡Pero no solo me dre de cuatro hijos, fruto de mi primer
gusta la ópera! Adoro la música de todo tipo: matrimonio. Pero mis relatos infantiles
entre mis ídolos se cuentan también artis- no se correspondían con lo que los edito-
tas como Celia Cruz, Bob Marley, Jacob Des- res esperaban. Los adultos nos empeña-
varieux, John Lennon o Tracy Chapman. mos en construir una serie de mitos para
los niños. Sin embargo, uno de mis cuen-
En efecto, la música es otro aspecto que me en tos infantiles más exitosos se titula “Haïti
canta de tus novelas. En sus páginas suenan chérie” (“Haití querida”) y no tiene absolu-
referencias de lo más variado: ritmos de jazz, tamente nada de mito. El editor después
réquiems, chantez-Noël (villancicos criollos), reg lo rebautizó como “Rêves amers” (“Sueños
No los han visto arrastrando los pies, con los ojos rojos
y los labios resecos por el sol, los colores estridentes de
las ropas, las gorras de alguna marca de insumos indus-
triales, los bolsos raídos, los recipientes de cinco litros de
agua mezclada con polvos amarillos, la comida rara y des-
ordenada con mucho plátano y mucha pasta en platos de
unicel, los idiomas raros, los idiomas conocidos pero con
acentos raros, las voces que hablan de países de ultra-
tumba, de cruces largos, de aprender a decir usted es el
último en la fila con los papeles arrugados de los trámi-
tes en la mano, el número que les tocó, los que no se dejan
entender por los funcionarios, los que perfuman las ace-
ras con ese tufo ácido que tienen los que no son de aquí.
Para ver a esos especímenes de seres muy vivos y muy
muertos hay que acercarse a las fronteras, a los refugios,
a los centros de detención, a la Comisión Mexicana de
Ayuda a Refugiados o a las oficinas del Instituto Nacio-
nal de Migración. Zoológicos de indeseables.
122
un chiste en voz alta. La segunda vez éramos te, oficial, no hace falta que yo la diga. Salga y
menos comparados con los haitianos, que ocu- mírela. O será que esa desesperación en los ojos
paban ya los dos bancos de la acera, y el am- es un teatro y esos bolsos pesados no cargan
biente era ligeramente más lúgubre. La terce- huesos invisibles y esos pies resecos no tienen
ra vez ya no había venezolanos y sonaban los rastros de tierra perdida y cenizas anónimas
tambores, las calles estaban cerradas y un es- en las uñas.
cuadrón de policías federales tenía acordona-
do el edificio. Entre la primera y la tercera vez ***
pasaron dos años, los dos años que mi mamá La cosa puede ser menos trágica, como de he-
tiene esperando su trámite. Entre la primera y cho lo es. En los institutos migratorios reina la
la tercera vez cambiaron los colores de las pie- contención. Los gritos, las muertes, la violen-
les y los acentos de los solicitantes y al COVID-19 cia desmedida de los militares y funcionarios
se adjudicó todas las culpas de los retrasos. En- en Tapachula tienen su correlato silencioso y
tre la primera y la tercera vez las pancartas burocrático en las representaciones federales.
comenzaron a gritar otra cosa. Parece broma pero la genética kafkiana de las
Yo soy uno más entre los haitianos, cubanos, oficinas procrea, a la par que funcionarios im-
salvadoreños. Con más o menos privilegios, pávidos en la capital, sujetos despiadados que,
vengo a hacer mis filas para regularizar mi mil 152 kilómetros más allá, contienen a los mi-
estancia migratoria, para cambiar de domici- grantes a patadas. Nos contienen, me atrevo
lio, para notificar que me casé, para pedir que a decir, aunque no haya cruzado el Suchiate.
me hagan residente permanente porque tuve Llegué en avión cuando a los de mi país no los
una hija, para tramitar por enésima vez la re- encerraban en cuartos oscuros en los aeropuer-
novación de la tarjeta de visitante humanitario tos, ni les hacían tres o cuatro entrevistas más
de mi mamá, vengo a aguantar cuatro horas de antes de obligarlos de la manera más atenta
fila bajo el sol para que me digan qué cree, que a los retornos voluntarios, ni había que llevar
su trámite no ha salido, qué cree, que estamos cartas, pasajes de ida y vuelta, comprobantes
rebasados por tantos solicitantes, qué cree, que de domicilio y estados de cuenta bancarios a
esta oficina no se da abasto entre tanta gente una notaría para recibir una visita familiar. Yo
queriendo cruzar a la vida. Esto último no lo llegué en el último momento, antes de ingre-
dice el funcionario: eso lo digo yo para que la sar a la fila de los indeseables. Pasé todas las
declaración quede asentada, bajo protesta de trabas de la burocracia: los trámites negados
decir verdad, en las subtramas administrativas por causas cada vez más inquietantes. Su lu-
que también tiene este texto. Ellos vienen de gar de nacimiento no coincide con su lugar
la muerte. Todos los migrantes, de alguna for- de nacimiento, su segundo apellido tiene un
ma u otra, venimos de la muerte: algunos con acento que en el pasaporte no tiene, notifí-
sus marcas más visibles, otros con los muertos quese al promovente que su hija de seis meses
guardados en los bolsos, en las carpetas o en las de vida no tiene identificación oficial, notifí-
barrigas. No poder regresar no es un enuncia- quese, chingada madre al promovente, que su
do dramático ni una mentira que se dice en la trámite fue otra vez negado porque esta ofici-
entrevista ante los oficiales de la ONU. La muer- na —por no llamarle esta patria— preferiría
*** ***
Uno de los seis millones. Uno más de esos que Ruth y yo vemos por televisión la noticia de
huyen de la muerte. ¿Eres de Siria, de Venezue- los 55 migrantes muertos en Chiapas. Los cuer-
la, de Haití, de El Salvador? ¿Eres pandillero o pos mutilados de los viajeros, los restos espar-
refugiado? ¿Cuál es tu guerra? ¿Es verdad que cidos sobre las calles a un lado del tráiler que
todas las mujeres de tu país son putas? ¿Es explotó en una curva. No lo vemos con compa-
verdad que tu papá es un ladrón? ¿Y esa hija la sión ni con fervor político, sino con un terror
tuviste en serio o solo para que te dieran pa- íntimo. Es mentira que ella, Anastasia, yo y
peles? ¿Y tu esposa es puta también? ¿Entonces nuestras madres estamos lejos de ellos. Es men-
tu mamá y tu suegra viven juntas? ¿Son les- tira que cualquiera de esos heridos sobre una
bianas? ¿Son prófugas de la justicia? ¿Y tienes manta en la calle no podamos ser nosotros o
amigos aquí? ¿En qué trabajas? ¿Y tus amigos alguno de los abuelos —suponiendo que, por
son como tú? ¿Pero tú también eres así de po- mero truco metodológico, mi padre no esté
bre? ¿En verdad la cosa está tan difícil por allá? muerto y mi suegro mantenga su idea de cru-
¿No será que estás exagerando? ¿Y eso que lle- zar de mojado a Estados Unidos—. La distan-
vas ahí en la mano es tuyo o te lo robaste? ¿Qué cia que separa a esos cuerpos de los nuestros
es eso que traes en el bolso? ¿Y por qué no pue- es engañosa. En el destierro la virtud empáti-
des regresar a tu país? ¿No quisieras, digamos, ca tiene trazos de horror y desengaño. No es-
regresar a tu país? ¿Eres turista? ¿Tienes em- tamos para sentarnos en un panel con figuras
pleo? ¿Entonces sí te dieron el permiso para tra- públicas consternadas por la discriminación,
bajar? ¿Y no te apena haberle quitado el traba- ni para alzar la voz “en nombre de los que no
jo a un compatriota? ¿Mereces esta tierra? ¿Me la tienen” en eventos académicos con distan-
entiendes? ¿Eres pendejo o nada más estás cia crítica mineral embotellada. Estamos para
cansado? ¿Has llorado mucho o has dormido aferrarnos. Estamos para guindarnos de las
poco? ¿Fumaste mota o te cayó tierra en los paredes de este pinche tráiler invisible que
ojos? ¿Qué es eso que tienes en los pies? ¿Por pasa por curvas peligrosas todos los días. Es-
qué tienes el cuello y las manos sucias? ¿Qué tamos para recoger cada pedacito de cuerpo
es eso que se te derrama? ¿Por qué eres tan evi- esparcido en el asfalto como si fueran los res-
dente? ¿Tú eres puto también o solo ladrón? tos de una ciudad que perdimos todos. Esta-
¿Eres un gusano? ¿Eres una mariposa? ¿Eres mos para recordar y temer y repatriar a esos
un perro o un gato o un coyote? ¿Qué animal muertos y a los que sobrevivieron. Algunos
eres? ¿Qué vienes a hacer aquí? ¿Por qué bajas decidieron quedarse a esperar, pero otros pre-
la cabeza? ¿Qué traes en las uñas? ¿Y esos pa- firieron saltarse los trámites.
126
La vida ha experimentado
grandes y catastróficas extinciones
gos”, lo que significa que abordaban su ciencia
masivas al menos cinco veces
no como una rama de la geología, sino como el en la historia de la Tierra.
estudio de la biología y la evolución de la vida
pasada. Desde la época de Charles Darwin, la conjunto como Oxbridge, de sentar a los estu-
paleontología (en especial el estudio de los in- diantes y profesores en una plataforma eleva-
vertebrados marinos que constituyen la ma- da en el refectorio).
yor parte del registro) implicaba tareas des- La paleobiología analítica, basada en datos,
criptivas, como la clasificación o la correlación de la que mi padre fue pionero, se ha conver-
de los fósiles con las capas de la Tierra, lo que tido en una industria artesanal. Al igual que
se conoce como estratigrafía. Algunos paleon- en la genómica se utilizan algoritmos para
tólogos de invertebrados también estudiaban automatizar el análisis de datos, un grupo de
la evolución, pero con frecuencia estos estu- investigadores de la Universidad de Wiscon-
dios eran considerados por los biólogos evolu- sin-Madison anunció un proyecto llamado
tivos y genetistas como poco más que una “co- “PaleoDeepDive”:
lección de sellos”.
El uso de computadoras para analizar gran- [Un] sistema estadístico de lectura y aprendi-
des conjuntos de datos cambió esta imagen, so- zaje automatizado para encontrar y extraer da-
bre todo porque permitió a paleontólogos como tos de incidencia de fósiles de la bibliografía
mi padre y su colega David Raup, también de científica.
la Universidad de Chicago, sacar a la luz patro-
nes de la historia de la vida que solo surgieron El éxito de la paleobiología ha sido parale-
en marcos temporales muy largos. Una de sus lo a la llegada de la informática y el internet,
contribuciones más destacadas fue el descu- y parece un ejemplo evidente del impacto de-
brimiento de que la vida ha experimentado terminante de la tecnología en la ciencia.
grandes y catastróficas extinciones masivas Si este enfoque es tan antiguo, ¿por qué los
al menos cinco veces en la historia de la Tie- paleontólogos fueron tratados como “colec-
rra (por eso, ahora muchos se refieren a la bio- cionistas de sellos” durante tanto tiempo, y
diversidad actual como la “sexta extinción”). por qué la paleobiología moderna fue consi-
A mediados de la década de 1980, lo que derada “revolucionaria”? Las computadoras
comenzó como un pequeño movimiento ico- tienen un papel importante en esta historia,
noclasta había alcanzado un éxito bastante pero no necesariamente tan determinante
asombroso. En 1984, se presentó un momen- como parece a primera vista. Aunque Hein-
to reivindicativo cuando el genetista inglés rich G. Bronn y otros abogaron por una estra-
John Maynard Smith (notoriamente escépti- tegia analítica a lo largo del siglo XIX, esta no
co respecto al valor de la paleontología para logró imponerse. Algunos paleontólogos se
el análisis evolutivo) publicó un ensayo en la opusieron a hacer afirmaciones teóricas ex-
revista Nature en el que invitaba a los paleon- tensas basadas en lo que era (ciertamente, en
tólogos a la “mesa de honor” de la biología evo- aquella época) un registro muy fragmentario;
lutiva (una referencia a la práctica de las uni- otros rechazaron el enfoque basado en datos
versidades Oxford y Cambridge, conocidas en porque sus resultados a menudo chocaban con
129
“Para este gobierno el
control presupuestal es una
de las herramientas de dominio tes. Una de las herramientas que blindaba
político más eficaces”. el presupuesto de ciencia y tecnología de
cualquier vaivén político en México eran
En un plano personal, también me pare- los fideicomisos, y todos los que tenía el
cía que en México podía aportar más que CONACYT desaparecieron en aras de un
en el extranjero, ya que hay muchos inves- discurso simplista sobre la corrupción y
tigadores europeos que estudian su misma la austeridad. Queda claro que para este
región pero aquí no había nadie, de tal for- gobierno el control presupuestal es una de
ma que iba a llenar un hueco que hacía fal- las herramientas de dominio político más
ta y, además, tendría la posibilidad de ser eficaces.
alguien en mi campo que le pudiera servir A lo largo de los veinte años que llevo
al país. Otra cuestión bastante sugerente en el CIDE nos dedicamos a construir una
era que había posibilidades de hacer pro- reglamentación interna que le diera cier-
yectos con financiamiento externo, que ta autonomía al centro. Cuando yo llegué
es lo que yo he hecho desde hace años, no había estatuto de personal académico,
traer fondos internacionales para poder lo tuvimos que redactar. ¿Y en qué consis-
investigar. tió? En establecer las evaluaciones del per-
Tristemente, ese panorama se ha ido sonal, los términos del ingreso, promoción
deteriorando, tanto en el país en general y permanencia, en que estos estuvieran
como en el CIDE en particular. Lo cierto basados en criterios académicos, redu-
es que hemos perdido demasiados profe- ciendo la subjetividad y la verticalidad lo
sores, quizá desde el primer gran recorte más posible. Promovimos que las decisio-
en 2015, pero a partir de 2018 la fuga de nes se tomaran por cuerpos colegiados,
cerebros ha sido constante. que hubiera una comisión dictaminadora
Yo siempre he dicho, porque soy muy para evaluar el trabajo de los profesores y
crítica, que escogí la academia para poder que no fuera el director general quien lo
decir libremente lo que me da la gana. Por determinara. Durante todo ese tiempo,
eso nunca busqué algún puesto diplomá- construimos un andamiaje interno para
tico o en alguna organización internacio- blindar las decisiones del CIDE de esa po-
nal. A mí me gusta decir lo que opino, yo sible interferencia.
siempre sentí esa libertad en el CIDE. Y Lo que está pasando ahora es el debi-
ahora no, esa sensación se ha acabado. litamiento de una autonomía basada en
los reglamentos y los cuerpos colegiados.
¿Sería mejor buscar más autonomía en los cen Siempre ha habido cierta interferencia del
tros de investigación para que puedan perma poder, pero no tan cruda y no al extremo
necer ajenos a las coyunturas políticas? de saltarse los procedimientos.
Además, yo diría que sí hay una visión
Mi reflexión es que lo que se había venido muy particular de lo que es la ciencia para
construyendo en los últimos cuarenta años esta administración, una visión sesgada
se destruyó muy rápido en los meses recien- que pasa desde prohibir áreas enteras de
investigación (como la biología genómi- que se hacía en el CIDE. Hoy vemos que esa
ca), hasta el intento de mandar a la cárcel calidad y ese prestigio también están sien-
a 31 científicos en agosto del 2020. Dichas do afectados. Además de estos principios
acciones terminan sembrando miedo en- abstractos, hemos visto destituciones de
tre la comunidad, y ese miedo no solo está colegas que actuaban de buena fe y confor-
presente en el CIDE. me a la ley, que fueron echados para cen-
surarlos. Eso genera alarma en cualquier
En ese sentido, cuando parecería que se agotan comunidad académica. No estamos ima-
los mecanismos de diálogo y las vías institucio ginando cosas, el director actual del CIDE
nales, ¿se podría afirmar que “el profe marchan dijo que suspendió las comisiones dictami-
do también está enseñando”? ¿Por qué dar un nadoras para correr a algunos “casos deli-
paso al frente y tomar el liderazgo político? cados”. No fue una decisión basada en que
estas personas no cumplieran con los re-
Porque estamos viendo amenazado nuestro quisitos de producción y docencia, es una
trabajo, su esencia, que es la libertad de ex- purga por razones políticas.
presión, la libre cátedra e investigación. Sin Y a los estudiantes —quienes realmen-
eso no podemos trabajar. Así de simple. te fueron la vanguardia de la movilización
Y también porque varios de nosotros lle- y armaron la primera marcha— nosotros
vamos muchos años construyendo este sis- decidimos apoyarlos, no habíamos pensa-
tema para mejorar la calidad del trabajo do en protestar de esa manera. ¿Para qué
SECUNDARIOS
CASSANDRA AUSTEN
¿PIRÓMANA LITERARIA O
HEROÍNA POR DERECHO PROPIO?
Gill Hornby
Traducción de Nayeli García Sánchez
133
literario conlleva la fama, y la fama debe ha- Yo no sabía nada de esto cuando Cassandra
cernos compartir. Si amamos tus novelas, en- Austen entró a mi vida. Eran inicios de los no-
tonces queremos saber todo sobre ti: ¿Qué te venta, recién nos habíamos mudado al pueblo
inspiró? ¿En quién está basado ese personaje? inglés de Kintbury, en West Berkshire, y una de
¿Dónde, cómo y por qué escribes? Queremos las primeras cosas que nuestros nuevos veci-
saberlo todo. Jane Austen es una de las autoras nos mencionaron —junto a cómo encontrar al
más queridas de todos los tiempos y aun así, carnicero y al panadero— fue que nuestra casa,
gracias a Cassandra, sabemos muy poco de ubicada en el sitio de la vieja vicaría de Kint-
ella. Y guardamos resentimiento hacia la her- bury, guardaba una relación con las Austen.
mana que sobrevivió. Imaginen si pudiéramos Al principio no estaba segura de que fuera
leer todas esas cartas: ¡Quién sabe qué chis- gran cosa. Como una citadina ignorante, su-
me jugoso se esfumó! En la historia de nues- ponía que la mayoría de las residencias parro-
tra bendita Jane, Cassandra es la malvada. quiales tenían alguna conexión con las Aus-
ten. Después de todo, ¿no es eso a lo que Jane
se dedicaba: a codearse con el clero y tomar
el té?
Pronto supe que, de hecho, la geografía de
Jane Austen estuvo bastante restringida y la
vicaría de Kintbury era en efecto un punto de
referencia significativo dentro de su cartogra-
fía personal. Una familia de apellido Fowle vi-
vió aquí durante 99 años y le dio tres vicarios
al pueblo, el segundo de los cuales era un gran
amigo del padre de Jane. La relación se hizo más
profunda cuando el reverendo Fowle envió a
sus cuatro hijos a ser instruidos por George
Austen en su rectoría de Steventon. Los Fowle
se alojaban ahí la mayor parte del año y crecie-
ron junto con las Austen como una camada de
cachorros. Entre Cassandra y Tom Fowle se
desarrolló una relación especial. Para deleite de
todos, anunciaron su compromiso. Pero la tra-
gedia los alcanzó cuando Tom murió de fiebre
amarilla durante una expedición en el Caribe.
Apenas cumplidos los 24, Cassy se hundió en
el luto. Nunca se casó. Fue un acontecimiento
que le dio un giro incluso a la vida de Jane.
La vicaría Fowle fue demolida en 1859 y la
casa en la que ahora vivimos se construyó en
James Sant, A Thorn amidst the Roses, 1887 su lugar. Sin embargo, es el mismo trazado,
toria es la de una mujer joven, bella y astuta el final, ese amor llega al grado de la dependen-
que amó y fue amada, pero cuya suerte se vio cia: “Me enfermé cuando te fuiste por el mero
alterada por un cruel giro del destino; es decir, hecho de que te habías ido”.
un tema clásico de la ficción del siglo XIX. Es Como es sabido, Jane Austen era muy cons-
también la historia de millones de mujeres ciente de los tropiezos de los demás, pero man-
como ella —de vidas tan restringidas, forza- tenía a Cassandra en un pedestal. Y eso ya es
das a abrirse camino con poco dinero y pocas decir algo. A partir de ahí, decidí que yo la ama-
opciones— que de alguna manera hallaron ba también... Y, sin embargo, cuando leemos
propósito y sentido: suyas son las voces silen- las memorias de la familia emerge una ima-
ciadas a través del tiempo que siempre he que- gen diferente. Las sobrinas y sobrinos pare-
rido escuchar. cen recordar a otra Cassandra. En donde Jane
Sin embargo, aún me encontraba lejos de ver encontró ingenio y humor, ellos solo vieron
esto como una novela. Hasta que fui comisio- amargura. Mientras Jane pensaba en su her-
nada para escribir una biografía de Jane Aus- mana como alguien superior, para ellos dejaba
ten dirigida a un público infantil y, por pri- mucho que desear; apenas lista, comparada con
mera vez, empecé a estudiar la historia de la genialidad de Jane; sensible hasta la abu-
Jane, no solo sus personajes. Al hacerlo, me rrición, mientras que Jane era tan divertida.
fue cautivando más y más la elusiva figura de Me descubro resentida con ellos por soltar
Cassandra. De las 160 escasas cartas de Jane estos juicios.
Austen que han llegado a nosotros, la mayoría ¿Cómo podría reconciliar las contradiccio-
están dirigidas a su hermana. Y a pesar de que nes entre estos testimonios? La primera razón
no conservamos ninguna de las respuestas y la más obvia es la edad. Jane murió en la cima
—y sabemos que estas son solo las que Cas- de sus capacidades: tenía solo 41 años y recién
sandra nos permitió ver—, aun así nos queda había terminado Persuasión. Su muerte fue un
una imagen definida de ambas hermanas. golpe terrible para la familia entera. La pobre
Escuchamos los juegos entre ellas: “Me es- Cassandra, por otro lado, cometió el error de
toy volviendo muy extravagante y gasto todo arrastrarse hasta los setenta —sin duda ten-
mi dinero, y lo que es peor para ti, me he es- dría ya algunas barbas, diría “Uff” al levantar-
tado gastando el tuyo también”. Sabemos que se de la silla y se habría vuelto un poco gruño-
MUNDOS
SUBRROGACIÓN
¿MILAGROSA?
Marisol García Walls
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©Cristina Llanos, Ejercicios de preparación al parto, de la serie El Pacto Secreto. Cortesía de la artista
rientes, bañadas por la luz del sol. “Tus sueños el dinero de forma urgente? ¿Y si yo no tuviera
se pueden convertir en realidad”, decía el anun- una licenciatura y una maestría, una familia
cio. “Miracle Surrogacy apoyará a cada madre estable y las redes de apoyo y cuidado que he
subrogada con un monto de $13,500 a $18,000 tejido con mis amigas? ¿Qué haría esa otra yo,
USD por el tiempo y esfuerzo […]”. Esa misma entonces, si se le presentara la oportunidad de
tarde, el algoritmo arrojó otro anuncio: ser donadora de óvulos o madre subrogada?
MATERNAR EN SOCIEDAD
Elvira Liceaga
Mis senos vacíos caen gelatinosos, los pezones ahora demasiado rela-
jados apuntan hacia abajo y a los lados. A cada rato los levanto con las
palmas de mis manos para calibrar su peso, los presiono para saber si
han vuelto a llenarse. No han producido leche desde la última vez que
amamanté a Nico, hace dos días. Es como si fueran ellos, mis preciosos
y sabios senos, quienes hubieran tomado la decisión radical de destetar.
Aquel día por la noche lloré un poco al despedir ese vínculo mamífero
con mi hija. Los días siguientes tengo mareos en los que pierdo por un
instante la visión y una antigua pero nueva sensación de no saber quién
soy ahora. Supongo que la total recuperación de mi cuerpo es la última
Capitán Swing, etapa de la transformación maternal.
Madrid, 2019 Nadie me habló de los bajones de oxitocina después de amamantar,
como nadie me habló, un año y medio antes, de la obstrucción de los
conductos de la leche o del dolorosísimo cambio de piel del pezón. El
cuerpo materno es información clasificada. Casi nadie quiere hablar
de senos si no es desde el erotismo y, sin embargo, también confortan
y alimentan bebés.
Hace unas semanas me saqué las chichis para amamantar a Nico
en una presentación: la vida misma aconteciendo en el escenario. Una
que otra persona dejó de mirarme a los ojos y de escuchar mis palabras,
y mi propia madre, militante de la Liga de la Leche Internacional y quien
luchó por su libertad a su manera, me juzgó de indiscreta.
La sociedad, dice Esther Vivas en Mamá desobediente, es la que debe
adaptarse a la lactancia y no la lactancia a la sociedad. No solo se refiere
a que amamantar es también ejercer nuestra sexualidad, a pesar de los
mecanismos históricos para controlar el cuerpo y la sexualidad de las
mujeres, tenemos derecho a hacerlo donde sea y frente a quien sea sin
sentirnos de ninguna manera en desventaja, sino también a que nada
debe impedirnos producir leche; separar al bebé de la madre inmedia-
tamente después del nacimiento, por ejemplo, dificulta su producción
y “merma la autoconfianza”. Cualquier mujer que haya amamantado
conoce el desafío psíquico y moral que supone aprender a hacerlo y
mantenerlo. Los tiempos injustos de la baja maternal y las dinámicas
142 CRÍTICA
del trabajo asalariado, especialmente crueles para madres con pocos
recursos, tampoco favorecen la lactancia.
Cuando nació Nico las asesoras de lactancia del hospital me presio-
naron para alimentarla con fórmula porque no produje leche de inme-
diato. Nos separaron al nacer y ahora, en retrospectiva, creo que no fue
necesario. Yo estaba ahí postrada en la cama, sin haber dormido ni un
minuto en dos días, después de horas y horas de arduo trabajo de parto,
sin poder mover las piernas por la cesárea, haciendo a un lado mi sen-
sación de fracaso porque no pudo ser un parto natural, otro maldito
dogma; malabareando ese nuevo amor, ese nuevo estado de alerta, a
Nico recién nacida hambrienta en brazos, tratando de enchufármela
para que la succión de sus labios estimulara mi producción de leche y
esas mujeres sin paciencia, a las que recuerdo con rabia, me regañaban.
Yo había leído en Mamá desobediente que marcas como Danone sobor-
naron a doctores para favorecer con mentiras el negocio de la leche ar-
tificial, que Nestlé incluso pagó a jóvenes para que se disfrazaran de en-
fermeras y convencieran de puerta en puerta a las madres de que la leche
materna era peligrosa para los bebés. Eso fue hace años, pero los chan-
chullos y la desinformación continúan. Yo quería alimentar a Nico, sabía
que el calostro es tan nutritivo que incluso se considera la primera vacuna.
Cuando he citado este libro en la radio para hablar de lo sofisticada
que es la leche materna porque se adecua a las necesidades del bebé re-
cibo ríos de mensajes de asombro. Si el cuerpo de la madre detecta en
la baba que los bebés dejan en los pezones que están a punto de enfer-
marse, produce una leche con más anticuerpos para fortalecerlos. La
leche materna no tiene la misma composición por las mañanas que por
las tardes, la primera les ayuda a despertar y la segunda a dormir. En
Mamá desobediente, que se ha convertido en una suerte de biblia para mí,
también aprendí que la lactancia es un acto casi anárquico de sobera-
nía alimentaria. Y ha sido una satisfacción amamantar una y otra vez en
público, especialmente después de haber leído sobre las tetadas, protes-
tas donde un montón de lactivistas dan el pecho en lugares públicos
como museos o cafeterías, de donde han corrido a mujeres por “sucias”.
Ese rechazo a los procesos naturales es evidente en el trabajo. El ideal
rancio de que mujeres y hombres somos iguales niega las necesidades
específicas de las mujeres y, concretamente, de quienes maternan, por-
que el modelo de trabajador es uno: el hombre blanco de clase media o
media alta que puede trabajar ocho horas al día o más sin pausar para
cocinar, alimentar a sus hijes, cambiarles el pañal. Por eso no creo que
en igualar esté la igualdad.
CRÍTICA 143
La inclusión teatral de las oficinas suma a las madres a los ritmos de
trabajo con medidas más bien perjudiciales. Así como las salas de lac-
tancia nos esconden detrás del sacaleches, dice Vivas, está “nuestra to-
tal supeditación a unas políticas de empleo injustas que hemos acaba-
do normalizando”. Y como muchísimas madres en todo el mundo, me
pregunto de qué manera de veras pueden incluirnos en una cultura la-
boral que tan poco ha cambiado desde la Revolución industrial: el ob-
jetivo de este sistema económico no es la vida de las personas. Estamos
hartas de que nos digan que nos incluyen cuando en realidad lo que
hacen es tolerarnos. Estamos hartas de ponernos al corriente. Nece-
sitamos otro sistema porque en este las mujeres ocupan solo el 7 por
ciento de los puestos directivos en México y el 64 por ciento de esas
directoras no tiene hijes. ¿Queremos, entonces, trabajar en estas em-
presas? ¿Es ahí y así, hacia arriba y no hacia los lados, solas y no juntas,
donde queremos crecer? La brecha salarial entre mujeres con hijes y
sin hijes es del 20 por ciento en promedio. Si miramos hacia abajo, don-
de están las mujeres sin educación, sin redes familiares ni apoyos fi-
nancieros, vemos madres que son empujadas a la pobreza.
¿Dónde está nuestra ira? ¿Por qué no incendiamos la oficina de nues-
tros empleadores? Porque no tenemos tiempo. Queremos alimentar
y criar a nuestres hijes. Estamos física y mentalmente cansadas, tam-
bién estamos tristes porque nos sentimos traicionadas. ¿Cuáles son los
privilegios que reciben las mujeres en el poder para negociar su incon-
formidad? ¿Con qué incentivos olvidan que algunas de nosotras nunca
obtendrán aquello que a ellas les permite trabajar en un sistema estruc-
turado como si les hijes no existieran? La maternidad nunca debería ser
un obstáculo. La maternidad nunca debería ser una herramienta para
la desigualdad.
Se aplaude muchísimo a la primera ministra de Nueva Zelanda, quien
al convertirse en madre no paró. Pero yo no puedo celebrar el no parar.
Ninguna mujer debería sentirse presionada por aspirar a poder mater-
nar y trabajar como lo hace una jefa de Estado. Si ese es nuestro non
plus ultra no solo muchas mujeres nunca ascenderán profesionalmen-
te, sino que la inmensa mayoría se quedará abajo, cada vez más abajo.
Creo que muchas de nosotras hemos fracasado en la lucha equivocada:
cambiar una organización social que supone que nos quedaremos en
casa a criar o que renunciaremos a los cuidados para trabajar. Mamá
desobediente nos invita a preguntarnos qué significa maternizar la so-
ciedad: pausemos, construyamos economías subvertidas que cuiden
la vida.
144 CRÍTICA
Weaver Hawkins, Mother and Child, 1925. ©National Gallery of Australia
CRÍTICA 145
sentirme, como nunca, parte de una minoría. También me ha hecho sen-
tirme olvidada por los feminismos, pero al mismo tiempo, me ha inspi-
rado como nunca en la lucha de todas las mujeres. Creo que en la lucha
por maternar dignamente hay una lucha universal. Leí el libro en el ce-
lular porque hace un par de años no se conseguían ejemplares físicos
en México. En cuanto tuve uno busqué algunos fragmentos esenciales
para mí, como la historia de cuando las parteras fueron primero acusa-
das de brujas, después desplazadas por la medicalización y se perdió
O sobre la ambivalencia:
146 CRÍTICA
compañía que nos invita a compartir nuestros propios procesos para
que ninguna madre luche sola. Porque la gran apuesta de Mamá des-
obediente son las redes de apoyo donde nos abrazamos, nos damos
fuerza, pero también compartimos responsabilidades, criamos en co-
munidad, cuestionamos los sistemas que nos han excluido para imagi-
nar y apostarle a otros nuevos.
1. La carne
En una secuencia de La ascensión (Voskhozhdeniye, 1977) de Larisa She-
pitko, dos partisanos soviéticos buscan comida. Uno de ellos encuen-
tra una oveja; el otro, Sotnikov, es herido en la pierna por una patrulla
nazi. La cámara enfoca primero la pierna que sangra y luego el brazo:
Sotnikov intenta darse un tiro para no ser atrapado vivo, un instante
después desiste del suicidio; vemos entonces un primer plano de su
rostro, de su mirada, como si aceptara la certeza del destino próximo.
Se trata de un horror similar al que refiere Anna Ajmátova en “Ré-
quiem”. La poeta rusa permaneció diecisiete meses en las puertas de
una prisión en Leningrado a la espera de noticias de su hijo, allí cono-
ció a otras madres que compartían su desesperación. Ese es el horror
que describe en su poesía.
Es también el horror que está presente en Ven y mira (Idí i Smotrí, 1985)
de Elem Klímov, esposo de Shepitko: el miedo y la angustia contenidos
en una mirada, en el primer plano de unos ojos que parecen mirarnos.
Imágenes que nos miran y que, ante lo inimaginable, muestran algo.
Ante el totalitarismo, el cine y la poesía. Imágenes y palabras para que
no olvidemos.
Pero, ¿cómo mostrar?, ¿cómo filmar aquello que parece irrepresenta-
ble? En La imagen justa: cine argentino y política, Ana Amado escribe:
CRÍTICA 147
las tensiones entre vida y muerte, entre presente y pasado, entre rastro y
memoria, solo pueden conjugarse en el marco de una estética límite o más
bien de una ética de la imagen.
2. Réquiem
Larisa (1980) es el homenaje de Klímov a Shepitko. Compuesto por imá-
genes de archivo y fotogramas de películas de la directora, Larisa une
vida y obra de la cineasta como resultado de la búsqueda de Klímov por
tenerla siempre presente. Y es que revisar la filmografía de la directora
implica percibir una especie de aura luctuosa; sobre todo en su última
película, Adiós a Matiora (Proshchanie, 1983), inconclusa a causa de un ac-
cidente automovilístico en el que Shepitko murió junto con varios inte-
grantes del equipo de filmación. Según los testimonios recogidos en La-
risa, esta cinta “debió ser la culminación de su carrera cinematográfica”.
Si cada una de las películas de Larisa Shepitko parece una prolon-
gación formal de la anterior, es necesario preguntarse por la evolución
de su estilo. Ella estudió en el Instituto Gerásimov de Cinematografía
(VGIK) y en 1963 se graduó con Calor (Znoy). La película narra el enfren-
tamiento entre un joven defensor de los ideales del trabajo y un gran-
jero estalinista en una granja en Kirguistán. Desde entonces está pre-
sente la relación entre el espacio material y el mundo interior de los
personajes: una cámara subjetiva irrumpe los planos generales del cam-
po árido para representar los sueños del joven. Así, el sueño y el traba-
jo comparten la misma materialidad fílmica.
A diferencia del realismo soviético, en la forma cinematográfica de
esta cinta el mundo de las imágenes flotantes o inmateriales —sueños,
pero también recuerdos— adquiere la misma importancia que el mun-
do social. Es una característica común de cineastas de la posguerra como
Sergei Parajanov, Kira Murátova o el mismo Klímov: la cualidad plásti-
ca del plano adquiere mayor relevancia que la conciencia del uso del mon-
taje. Así, por la forma misma, lo onírico se introduce en lo real, el plano
poético sobre el montaje dinámico, lo simbólico sobre lo transparente.
Y, sin embargo, en el diálogo con el pasado coexisten tanto la prolon-
gación como la ruptura. Entre el cine de Shepitko y Alexander Dovzhenko
148 CRÍTICA
—profesor de la directora—, por ejemplo, hay una semejanza en la ma-
nera de mostrar la naturaleza: un primer plano a las flores en Alas (Krylya,
1966) parece remitir a los primeros planos de las manzanas y los gira-
soles en Tierra (Zemlya, 1930). Pero también, entre estos diálogos e in-
fluencias, las películas de las cineastas de la posguerra tienen caracte-
rísticas únicas, rupturas que median entre el mundo onírico y el real.
En ellas encontramos experiencias de la maternidad, el matrimonio,
el amor o el mundo laboral de las mujeres. Esa es la materia prima de las
primeras películas de Márta Mészáros y el eje sobre el que se constru-
ye Alas, que narra la historia de Nadezhda Petrukhina, directora de una
escuela de aviación y piloto veterana de la Segunda Guerra Mundial.
Petrukhina oscila entre la vida cotidiana y los recuerdos, lo contingen-
te y lo intangible, el presente y ese pasado heroico reducido a piezas de
exhibición en un museo.
Tal vez sea posible esta mediación del cotidiano femenino entre lo
material y lo onírico porque su experiencia se imprime en el cuerpo y
atraviesa la carne. En ese sentido, en la creación artística hablar de un
tiempo significa dar cuenta de cómo se habitó ese tiempo. La aparición
de temas relacionados con el papel de las mujeres durante la posguerra
corresponde con la necesidad de buscar historias íntimas y mostrar un
presente menos grandioso y menos heroico que el del realismo sovié-
tico. Se trata de construir una poética de lo transitorio: imágenes de
flores, campos, nubes; imágenes de la propia humanidad.
Todos estos elementos están presentes en Getting to Know the Big,
Wide World (1980) de Kira Murátova. En la película, vemos lugares típi-
cos del realismo social como el campo y la fábrica, pero estos participan
también de la fiesta y del deseo. La experiencia del tiempo se desdobla
en la experiencia formal del montaje: el deseo se traduce en la repeti-
ción de un plano de una mujer que reacciona a las luces del auto con las
que su pareja la ilumina. De la misma manera, en Tú y yo (Ty i ya, 1971)
de Shepitko, todas las representaciones sociales anteriores se tamba-
lean por la experimentación, todo se derrumba: el estado, el matrimo-
nio, el amor. Así, lo cotidiano femenino crea una nueva vivencia de lo
material, un nuevo pensamiento plástico que, a través de lo común,
conduce al milagro.
3. El milagro
En Larisa, la actriz Stefaniya Stanyuta, quien interpreta a Daría en Adiós
a Matiora dice que encontrarse con Shepitko fue como haber partici-
pado de un milagro. Es interesante la idea del milagro, porque podemos
CRÍTICA 149
considerarla como una experiencia que atraviesa la materialidad para
acercarse a los límites de lo cognoscible, nos conduce al terreno de las
imágenes y las experiencias flotantes. Aun así, existe una comunión en-
tre ambas: la carne se encuentra con el milagro. En el cine de Shepitko
esta unión genera una especie de conmoción como respuesta física. En
La ascensión, por ejemplo, está el símil entre Sotnikov y Cristo. Pero es
el cuerpo del hombre, sus respuestas, su actitud, sus gestos, su corpo-
ralidad, lo que encarna los atributos de Cristo. Lo que conmociona es
su cuerpo y la idea que representa.
Para Hannah Arendt la única vía posible ante el totalitarismo es la
creación y la puesta en marcha de la imaginación que esta implica. Crear
es tomar partido. Es también actuar y eso exige poner el cuerpo: toda
fenomenología es política. Por tanto, el pensamiento y la creación alber-
gan el espacio de las cosas bellas. Escribe Arendt: “el hecho de que el
hombre sea capaz de acción significa que cabe esperarse de él lo ines-
perado, que es capaz de realizar lo que es infinitamente improbable”.
Imagino a Shepitko filmando y creando lo infinitamente improbable,
un registro que funciona también como memoria y como testimonio.
Por eso la única forma posible de escribir sobre su obra parece ser des-
de la conmemoración. Ver La ascensión es ver imágenes que nos miran,
poner el cuerpo ante la conmoción que nos producen esas imágenes:
la acción del espectador también es una fenomenología. Abrir los ojos
ante la imaginación de los demás, porque finalmente, a través de ella se
vuelve posible mostrar lo indecible, ese miedo que se asoma cuando ce-
rramos los ojos.
150 CRÍTICA
MUERTE EN LA HABANA
RUBÉN GALLO
1
Puede consultarse la reseña del autor sobre Los latinoamericanos de Proust en el núm. 842 de esta
revista. Disponible en https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/c980f72d-9b37-4695-88cc-
aabb24440731/los-latinoamericanos-de-proust-de-ruben-gallo [N. de las E.]
CRÍTICA 151
experiencia así de placentera. Leer a Manuel desenvolviéndose tan qui-
tado de la pena en La Habana es casi como escuchar a Rubén hablando
sobre ella, con la única diferencia de que en el segundo caso las modu-
laciones y hasta los silencios del acento cubano recrean la atmósfera
tropical que a más de uno ha enloquecido.
“A ti un día te van a matar”, le advierten a Manuel en varias ocasio-
nes. Pero no presta atención. Su lógica es simple: mientras más cerca
del peligro, más seguro se está. Manuel deja en marcha sus negocios en
España y va a Cuba a hacerse una vida —aunque, claro, primero hubo
de hacerse una fortuna, prodigio imposible en casi cualquier parte del
mundo—. Pero hay algo de extraño en el personaje, una cierta resis-
tencia interiorizada a abandonar aquello que de hecho abandonó: una
fascinación por el fascismo que trata de revivir, a su manera, en un mun-
do que ya no le pertenece, que avanzó demasiado deprisa excepto en el
Caribe cubano, con su ya mencionada prerrogativa temporal, aunque
esta haya terminado por ceder terreno:
Cuba se transformó de golpe en otro país: ya no era esa isla cortada del mun-
do que vivía en otro tiempo porque cada vez llegaban más turistas de Eu-
ropa, de Estados Unidos, de otros países y con ellos entraron también telé-
fonos y ordenadores y cada día más cubanos se inscribían en Facebook, se
conectaban a Internet, chateaban con sus parientes en Miami, en México,
en Madrid. El sentimiento de encierro se fue disipando y la gente parecía
contenta, porque había más dinero y en el Malecón veías que los mucha-
chos llevaban tenis de marca, ropa importada, relojes y teléfonos caros.
152 CRÍTICA
La Habana, 2010. Fotografía de Carol M. Highsmith. Library of Congress
CRÍTICA 153
pecto policiaco de la novela “se desmerenga” a cada rato en la medida
en que desfila por la comisaría una procesión de pájaras, bugarrones y
jineteros. Las categorías de la diversidad sexual cubana son complica-
das de entender, fluyen todo el tiempo. Son el objeto de estudio perfec-
to para nuevas teorías de género: las pájaras son homosexuales “vis-
tosos” —iridiscentes como perdices o cartacubas—, los bugarrones
abarcan lo mismo homosexuales por convicción que heteroflexibles
(por usar un término tan soso como el que hay en México para el caso),
o heterosexuales aburridos o necesitados de dinero. La categoría más
compleja es la de los jineteros, en ella se incluyen los muchachos que
cobran por pasar el rato y quienes viven de las remesas que sus mu-
chos novios les envían del extranjero. Es, quizá, la más aciaga de las ca-
tegorías, porque no solo viven de esos ingresos, sino de la esperanza
de que algún día alguno les consiga el pasaporte para sacarlos del país.
Poco queda a la imaginación sobre la muerte de Manolo, el español
que fue la inspiración para el libro de Rubén Gallo. La anécdota se ob-
tuvo de Eliezer, dueño de una librería en La Habana que hace las veces
de lugar de encuentro y centro de convenciones. Lo que fue un simple
comentario sobre la desventura de un español en los años noventa, se
transformó en un asesinato novelado del que hoy podemos al mismo
tiempo disfrutar y compadecernos. La línea divisoria entre ambos ver-
bos está muy difuminada. De Santiago a La Habana, los testimonios
recopilados constituyen no solo una exquisita muestra de las particu-
laridades de la jerigonza cubana, sino un auténtico homenaje a la cul-
tura y la resistencia de la isla caribeña.
PUNTO DE CRUZ
JAZMINA BARRERA
JARDINES EN LA SELVA
Alejandra Costamagna
154 CRÍTICA
ran sabios consejos desinteresados”, dice. Acaso pensar en esas indi-
caciones no de manera literal, sino en sus alcances simbólicos. Y uno
de los ejemplos que menciona y que podría corresponder al Manual de
costura para damas de 1886, que ha heredado de su abuela yucateca,
es el siguiente: “No aprietes mucho la puntada, ya que, si lo haces, la
cadena se cierra y pierde el efecto”.
Eso practica, exactamente, Jazmina Barrera en este laborioso y eru-
dito tapiz de 198 páginas publicado por las editoriales Tránsito, en Es-
paña, y Almadía, en México, que a fin de cuentas es una novela. Una no-
vela ensayística y fragmentaria, muy acorde con los anteriores libros de
Almadía, Ciudad
la escritora mexicana. Puntada tras puntada, el texto va dejando abier-
de México, 2021
ta una cadena de imágenes, retazos, rumores, cuchicheos, apuntes, re-
flexiones, “recaditos de adolescencia” y rescoldos de una trama cruzada
que va y viene en el tiempo, la historia del bordado desde sus expresio-
nes más antiguas y la historia de una amistad entre mujeres. Hay, como
médula del libro, tres amigas (la narradora Mila, Citlali y Dalia) que
fueron inseparables en la adolescencia, que se imaginan a sí mismas
como una criatura de dos o tres cabezas, con el mismo léxico, las mis-
mas frases recurrentes, una entonación similar, una frescura común;
tres amigas a quienes el correr de los años ha distanciado. Tres amigas
que bordan todo el tiempo y que se reencuentran, al morir una de ellas,
en la tela de la memoria.
Como haría la araña y tal como lo plantea la filósofa, bióloga y eco-
feminista Donna Haraway, la narradora de Punto de cruz va estable-
ciendo relaciones tentaculares. Aguja y lápiz, hilo y palabra, puntada y
párrafo se entremezclan para enlazar aprendizajes de cuerpos feme-
ninos que mutan e ir desplegando el relato por asuntos como el deseo
recién inaugurado; la voracidad lectora y el influjo del arte; la violencia
que asimilamos desde la infancia, a veces soterrada, a veces explícita,
a veces proyectada en un mundo paralelo; los viajes de iniciación y los
que permiten tomar conciencia del privilegio; las miradas divergentes
sobre la maternidad; las pérdidas afectivas o la inagotable riqueza del
bordado como labor y raigambre, como confinamiento doméstico pero
también como técnica artística de resistencia y trabajo colectivo. La pa-
labra tentáculo, dice Haraway, viene del latín tentaculum, que es “ante-
na”, y de tentare, que en una de sus acepciones es “sentir”. Antenas como
agujas en punta que permiten tantear y sentir lo que se aproxima, pero
también el eco de una tradición.
Vemos en esta novela una genealogía tendida en decenas de frag-
mentos, al modo de ensayos bonsái, que van cruzando el relato central
CRÍTICA 155
y alumbran, por ejemplo, historias como la de Filomela, relatada por
Ovidio en sus Metamorfosis, que resuena con un eco nuevo en estas pá-
ginas: la mujer es violada por el esposo de su hermana, quien la encierra
en una cabaña y le corta la lengua. Sin habla pero con las manos libres y
dispuestas a la tarea de sobrevivir, Filomela teje un tapiz en el que narra
lo ocurrido y lo envía a su hermana a través de un guardia. Barrera con-
voca otros episodios novelados, como los de Margaret Atwood en El
cuento de la criada o Los testamentos, donde las mujeres de la clase alta
reciben lecciones de bordado pero no de lectura, aunque habrá excep-
ciones y descubrimientos que abrirán los ojos a las demás y harán ver
que “escribir es como bordar, cada letra es como una imagen o una fila
de puntadas, una vez que aprendes las letras solo tienes que aprender
a coserlas todas juntas”. Y quedará resonando en Los testamentos la
frase que la reina María I de Escocia bordó antes de ser decapitada: In my
end is my beginning. Pero vemos también en Punto de cruz la referencia
a las arpilleras de Violeta Parra, que fueron expuestas en el Louvre en
1964, y su continuación en el tiempo con las pobladoras chilenas que
siguieron bordando tapices en los que aludían a los detenidos desapa-
recidos y los crímenes de la dictadura. O el uso contemporáneo del
bordado en artistas que han intervenido su piel, como la inglesa Eliza
156 CRÍTICA
Bennett, que cose su mano con aguja e hilo para replantear el “trabajo
de mujer”, o la brasileña Letícia Parente, que en 1975 zurció en la plan-
ta de su pie la frase Made in Brazil y dejó registro de la acción en un video
para denunciar la tortura del régimen militar en su país.
Hay un momento que tal vez encierra el sentido completo del libro
y que establece vínculos sutiles y oportunos con el presente: Mila y Ci
tlali conversan sobre vacunas, virus y bacterias. Citlali ha leído, ya no
recuerda dónde, una frase que le hace pensar en la multiplicidad de se
res que habitan nuestros cuerpos y en el modo en que los organismos
de esos seres vivos están ligados entre sí: “Somos jardines en la selva”,
dice. Consciente de que las palabras texto y tejido comparten la raíz
latina texere, que significa tejer, trenzar, enlazar, Mila escucha la fra-
se en boca de su amiga y piensa que la quiere bordar. Bordar las cinco
palabras, las veintidós letras. Citlali le aconseja que lo haga con punto
de cruz, justamente, porque esa técnica representa muy bien el sen-
tido de la frase: “Son figuras, cruces que parecen individuales pero que
en realidad son una cadena y un solo hilo. La misma cosa”.
Jazmina Barrera hace notar la distancia del bordado con la idea de
originalidad que impera en el canon masculino del arte occidental. El
hecho de haber sido considerado prejuiciosamente como un oficio me-
nor, una “manualidad” más que un arte, ha dado aliento a una red plu-
ral, silenciosa y colaborativa de bordadoras y tejedoras cuyos tentácu-
los integran un cuerpo común, alejado de la exclusividad. Criaturas de
dos o tres o cien cabezas. “En el bordado se reproducen, se comparten
y se enseñan patrones y puntadas. Podemos rastrear hasta el antiguo
Egipto algunos patrones que se siguen usando hoy en día”, apunta la
narradora, tras citar un fragmento del ensayo “La modernidad empie-
za con la aguja”, de Margo Glantz, en el que la autora de Las genealogías
apuesta a que “si la historia la hiciesen las mujeres, se registraría el
descubrimiento de la aguja y del hilo como el inicio de la Edad Moderna”
o a que “tejer o bordar son actos definitivos, mucho más definitivos que
producir una bomba atómica”. Y la narradora de Punto de cruz conclu-
ye: “Transcribo las palabras de Margo y es como si estuviera bordan-
do, copiando un patrón”.
Es lo que ocurre también al escribir esta reseña. Transcribo las pa-
labras de Jazmina y es como si estuviera bordando, copiando un patrón
muy antiguo. Entrando a un jardín con fondo de selva, identificando su
trama y su urdimbre, leyendo una tradición, dejando que el silencio se
cuele y acudiendo otra vez al antiguo manual de costura: “Cuando se deja
de bordar, hay que soltar la labor del bastidor para que la tela respire”.
CRÍTICA 157
NUESTROS AUTORES
Martha
Asunción Kenneth Clementina
Alonso Anger Battcock
(Madrid, 1986) ha recibido premios es un cineasta de vanguardia es doctora en historia por la UNAM
como el Nacional de Poesía Joven y escritor nacido en 1927 en e investigadora en el INAH con el
del Ministerio de Cultura español. California. Exploró en muchas proyecto “Crónicas novohispanas
Ha firmado una decena de de sus obras la imaginería del mal, y andinas”. Es profesora en
poemarios, un libro de relatos y un la fascinación por lo oscuro y sus los posgrados en historia y
libreto de ópera. Se doctoró por la ecos en la cultura popular. Sus etnohistoria (ENAH), y de estudios
Universidad Complutense de trabajos se caracterizan por mesoamericanos (UNAM). Su tema
Madrid con una tesis sobre Maryse la transgresión y la estética de investigación son las
Condé, a quien traduce al español. psicodélica. Es autor de la serie historiografías de tradición
de libros Hollywood Babilonia. indígena andina y novohispana.
(Ciudad de México, 1951) es poeta, escritor y musicólogo cubano que (Toluca, 1970) sus obras más
traductora y académica. Entre sus influyó notablemente en la recientes son el libro de cuentos
poemarios están Peces de piel literatura latinoamericana del La saga del Viajero del Tiempo y la
fugaz, El ser que va a morir, La siglo XX . Entre sus obras destacan novela gráfica Batman: El mundo.
voluntad del ámbar y Ese espacio, El reino de este mundo (1949), El Fue finalista del Premio Rómulo
ese jardín. Ha sido galardonada siglo de las luces (1962), El recurso Gallegos por La torre y el jardín y
con el Premio Nacional de Poesía del método (1974) y La consagración ha ganado los premios Nacional
Aguascalientes y con el Premio de la primavera (1978). de Cuento y Colima de Narrativa,
Xavier Villaurrutia. entre otros. Tiene un sitio web:
www.albertochimal.com
Maryse Samuel
Condé Cortés Hamdan
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Marianne Alejandra Gabriela
Costa Costamagna Damián Miravete
Mariana Oswaldo
Enriquez Femimutancia Gallo-Serratos
nació en Argentina. Trabaja como (Julia Inés Mamone) nació en Villa nació en la Ciudad de México en
editora y docente de periodismo. Gesell en 1989. Es dibujante 1992. Filósofo y ensayista.
Ha publicado las novelas Bajar es transfeminista autogestivx. Profesor de la Facultad de Ciencias
lo peor, Este es el mar y Nuestra Publicó Alienígena y participó de Políticas y Sociales de la UNAM y
parte de noche, así como los libros las antologías Historieta LGBTI y del departamento de Filosofía de
de cuentos Las cosas que perdimos Pibas. Estudió en la Escuela de la Universidad Iberoamericana,
en el fuego y Los peligros de fumar en Artes Integradas OLA , en Buenos campus México. Ha publicado en
la cama. También publicó La Aires. Su trabajo más reciente es Tópicos, Open Insight y Newman
hermana menor, una biografía de la novela gráfica La madriguera. Studies Journal.
Silvina Ocampo.
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Giovanni
Fabián Gill Rosa Lidia
Guerrero Hornby Huaraco Sánchez
Leopoldo Heriberto
María Panero Paredes
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Javier Dolores Lorena
Raya Reyes Ruano
(Ciudad de México, 1985) es nació en Buenos Aires en 1978. es profesora de relaciones
escritor, traductor y mago. Sus Es docente, feminista, activista internacionales en el CIDE desde
últimos libros son La rebelión de de izquierda y madre de siete 2002 y pertenece al SNI , nivel 2.
los negros (2017), Alharaca (2018) hijos. Estudió letras clásicas en la Es licenciada por El Colegio de
y La fábrica de domesticar (2019). Universidad de Buenos Aires. Vive México, maestra y doctora por
Actualiza la cuenta de Twitter en Caseros, provincia de Buenos la Universidad de Oxford.
@javier_raya. Aires. Cometierra es su primera Es fundadora del Sindicato de
novela. Personal Académico del CIDE
(SIPACIDE).
ocupa la cátedra Thomas M. Siebel escribe crítica de cine de manera (1897-1970) es una de las máximas
de historia de la ciencia en la independiente en diversos sitios figuras en el campo del estudio
Universidad de Illinois en Urbana de México y Latinoamérica y junto crítico de la literatura francesa.
Champaign. Es autor de varios a un grupo de compañeras edita el Dedicó muchos años a la
libros, el más reciente es sitio La Rabia, un espacio de crítica investigación sobre Rimbaud,
Rereading the Fossil Record: de cine y feminismos. También es a quien consagró tres libros,
The Growth of Paleobiology as an parte del equipo de programación e impartió cursos en Exeter y
Evolutionary Discipline. de FICUNAM. Oxford y en universidades
estadounidenses.
(Kutina, 1949) tras estallar la (Formia, Italia, 1978) se doctoró es un escritor venezolano. Textos
guerra de los Balcanes, se exilió en matemáticas y trabaja como suyos han sido publicados en The
de su país. Desde entonces editora en la revista italiana Nuovi Washington Post, Letras Libres,
ha enseñado en numerosas Argomenti. Ha escrito para la radio Literal Magazine y Harper’s Bazaar.
universidades de Europa y y el cine, así como piezas de Es maestro en literatura
América. Entre sus obras destacan teatro. Su último libro se titula Il latinoamericana y ha cursado
El museo de la rendición cuore non si vede (2019). estudios de periodismo y narrativa
incondicional y Baba Yagá puso un de no ficción. Actualmente vive
huevo, así como los ensayos Gracias en México y trabaja como editor
por no leer y Karaoke Culture. independiente.
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