El Mutismo Selectivo
El Mutismo Selectivo
El Mutismo Selectivo
Durante el desarrollo infantil las dificultades más frecuentes y evidentes suelen ser
las relacionadas con el retraso madurativo y el aprendizaje; sin embargo, existen
otras, más latentes y “silenciosas”, que a menudo pasan desapercibidas o no se les
concede la suficiente importancia. Una de estas dificultades es el Mutismo
Selectivo.
En ella vamos a tratar de describir las características del Mutismo Selectivo con el
fin de diferenciarlo de otras dificultades del lenguaje y de la comunicación;
intentaremos proporcionar a los profesores instrumentos para la detección y
haremos algunas propuestas, orientaciones y pautas de intervención para la familia
y la escuela.
Esta definición indica, por una parte, que los niños con mutismo selectivo tienen
una competencia lingüística y comunicativa ajustada a su edad comprobada en el
ambiente familiar próximo y, por otra, que esta buena competencia no se pone en
práctica en otros ambientes y con otras personas.
La escuela suele ser el primer entorno social diferente al familiar al que se
enfrentan los niños y, por ello, es el escenario en el que, en primer lugar, se hacen
evidentes las dificultades de interacción y comunicación verbal y donde puede
detectarse con mayor facilidad el mutismo incipiente.
Además de las características propias del mutismo estos alumnos suelen presentar
algunos rasgos de personalidad característicos como timidez, retraimiento social,
dependencia, perfeccionismo, etc, que, en el caso de concurrir en el alumno,
pueden agudizar el problema o contribuir a su consolidación.
Las propuestas que se presentan en esta guía, están más próximas a esta segunda
conceptualización, considerándolo como un problema del comportamiento derivado
de un trastorno de ansiedad.
Esquema 1
• Alto nivel de exigencia por parte de los padres para que hable y hable bien:
los padres se muestran excesivamente exigentes en cuanto a la corrección del
habla…
2.1. Detección
Dos son los factores fundamentales en los que centrar el proceso de detección:
Nº Indicador SI NO
1 En el entorno escolar no habla nunca pudiendo hacerlo.
2 En el entorno escolar sólo habla en algunas situaciones
3 No habla nunca con los adultos de la escuela.
4 Habla solamente con algunos adultos de la escuela.
5 No habla nunca con los niños de la escuela.
6 Habla solamente con algunos compañeros de la escuela.
Manifiesta ansiedad en situaciones de interacción verbal y contacto
7 corporal (se mete los dedos en la boca, se remueve en su asiento,
se muestra tenso…).
Rigidez en su postura corporal habitual (espalda y cuello muy
8 rectos, brazos caídos paralelos al cuerpo, boca abierta o
apretada…).
Inexpresividad facial y corporal (no realiza gestos faciales, no
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sonríe, no gesticula con las manos ni con el cuerpo).
Conductas de evitación de la interacción social (mira para otro
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lado, baja la cabeza, evita el contacto físico…).
Conductas de evitación de situaciones sociales (no va al baño con
11 los demás en grupo, no va a los rincones de trabajo del aula, en los
recreos juega solo o con un niño…)
Se demora en la realización de tareas o actividades escolares más
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de lo debido.
Habitualmente no toma la iniciativa para asumir pequeñas
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responsabilidades (recoger o repartir el material…).
Habitualmente no participa espontáneamente en la dinámica del
14 aula (no sale nunca voluntariamente a realizar una actividad, no
levanta la mano…)
Habitualmente no se expone ante el grupo (se niega a salir a la
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pizarra, no participa en dramatizaciones…).
La respuesta afirmativa a varios indicadores del primer bloque nos debe alertar
para continuar la observación y profundizar en el análisis.
2.2. Diagnóstico.
Una vez realizado el diagnóstico será preciso llevar a cabo una evaluación
psicopedagógica que, considerando los ámbitos personal, escolar y familiar, tendrá
como finalidad básica determinar las necesidades educativas del alumno/a y
concretar el tipo y grado de ayudas que precisa. Algunos de los aspectos a evaluar
son los siguientes:
a) Ámbito personal:
b) Ámbito escolar:
- …
c) Ámbito familiar:
- Estructura familiar.
- …
Aversión
a Mutismo Mutismo
hablar
selectivo total
(1) Tanto las actitudes de sobreprotección como las que tienden a minimizar o
ignorar el problema y que tienen como objetivo no provocar sufrimiento en los
niños, no hacen más que reforzar e incrementar el mutismo.
El objetivo final de la intervención es que el niño con mutismo selectivo sea capaz
de interactuar verbalmente de forma espontánea con los adultos y niños de la
escuela y de su entorno social y familiar, llevando a cabo peticiones verbales
espontáneas y respondiendo de forma audible a las preguntas que los demás
interlocutores le plantean.
Sin embargo, puede haber niños para los cuales estas pautas generales no sean
suficientes, en estos casos, el proceso de intervención deberá plantearse de
manera más exhaustiva y específica, teniendo muy en cuenta las condiciones y
características del alumno y de los entornos en los que se desenvuelve.
Es relativamente frecuente que los padres y madres de niños con mutismo selectivo
no sean conscientes del problema, considerando que es una cuestión de timidez
que se resolverá con la edad. Otros, por el contrario, manifiestan gran ansiedad y
exigencia excesiva respecto al habla del niño. El problema debe ser abordado en su
justa dimensión, no debe dejarse que evolucione sin tomar medidas, ni mostrar
excesiva ansiedad y preocupación ya que con ello únicamente se
conseguirá incrementar la ansiedad y el bloqueo del niño.
• Incidir en lo positivo, destacando sus puntos fuertes, reforzando las tareas que
el niño realiza adecuadamente y utilizando con frecuencia el refuerzo social.
• Actuar como mediador con otros niños (comenzar a jugar con el niño y los otros
para facilitar la interacción entre ellos).
• Jugar con él y otros niños a juegos que requieran una limitada producción
verbal (el parchís; la oca; dominós; juegos de cartas, quién es quién,...)
La tarea fundamental del profesorado y especialmente del tutor del niño será, por
una parte, la de establecer una vinculación afectiva positiva con el niño que le
aporte la seguridad suficiente para enfrentarse a las situaciones, y por otra parte,
la de diseñar y planificar actividades de clase que requieran de una comunicación
verbal. Estas actividades deberán estar graduadas en función del habla que se
requiera en la situación comunicativa, para ello tendremos que manejar aspectos
tales como la longitud de la frase, el tono de emisión, el número de personas
presentes, la elaboración del contenido.
• Planificar las actividades en las que se requiere al alumno una emisión fonética
o verbal, teniendo en cuenta tres ejes fundamentales, que deberán graduarse
siempre de menos a más:
Personas implicadas
Longitud de emisión Intensidad de la
en el acto
requerida emisión verbal
comunicativo
. …
pesar de la interrelación entre los tres ejes, el progreso del niño no tiene porqué
ser paralelo en todos ellos. Esto exige una continua adaptación de las
actividades en torno a los tres ejes (personas, longitud e intensidad de voz) en
función del avance conseguido en cada uno de ellos.
• Organizar en torno a los rincones del aula pequeños grupos de trabajo y/o de
juego en los que se le facilite al niño el intercambio verbal con compañeros. Es
importante que los agrupamientos sean establecidos previamente por el
profesor cuidando especialmente la composición de los grupos (inicialmente con
los niños con los que tiene una mayor relación).
Por último señalar que las recomendaciones que se sugieren no van a producir los
mismos cambios en todos los niños: para algunos serán suficientes estas pautas,
en otros, sin embargo, no producirán los efectos deseados. En estos últimos se
deberá profundizar en la evaluación psicopedagógica y desarrollar un programa
más específico en función de ella.