Salud Publica Concepto (1) 32

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INTRODUCCION A LA SALUD PÚBLICA

Elaborado para fines docentes por Dra. Sandra Figueroa de López

DEFINICIONES

El concepto de salud pública ha cambiado a lo largo de la historia de la humanidad


de acuerdo con la comprensión de la realidad y de los instrumentos de
intervención disponibles.

La complejidad de la salud pública en el mundo actual, hace de ella un poliedro de


muchos y cambiantes lados que justifican la variedad de miradas con que lo
reconocemos, manifestadas en las múltiples maneras de definirlo y actuar sobre
él, incluso en el uso de expresiones sustitutivas o complementarias referentes al
todo o a las partes del tema, como por ejemplo, la medicina social, la salud
comunitaria, etc.

En los años 20, Winslow propuso una definición muy amplia que incluye la mayor
parte de los elementos de la salud pública en el momento actual, a pesar de haber
sido dada hace más de 90 años; su énfasis está dirigido hacia la enfermedad y en
el paradigma higiénico/ sanitario hegemónico en la época, aunque incorpora la
dimensión social de la salud y la naturaleza colectiva de la actuación de la salud
pública.

Definición de Winslow: La salud pública es la ciencia y el arte de prevenir las


enfermedades, prolongar la vida, fomentar la salud y la eficiencia física y mental,
mediante el esfuerzo organizado de la comunidad para:

1) El saneamiento del medio;

2) El control de las enfermedades transmisibles;

3) La educación de los individuos en los principios de la higiene personal;

4) La organización de los servicios médicos y de enfermería para el diagnóstico


precoz y el tratamiento preventivo de las enfermedades;
5) El desarrollo de los mecanismos sociales que aseguren a todas las personas un
nivel de vida adecuado para la conservación de la salud, organizando estos
beneficios de tal modo que cada individuo esté en condiciones de gozar de su
derecho natural a la salud y a la longevidad.

En 1974, Hanlon propone la siguiente definición: La salud pública se dedica al


logro común del más alto nivel físico, mental, y social de bienestar y longevidad,
compatible con los conocimientos y recursos disponibles en un tiempo y lugar
determinados. Busca este propósito como una contribución al efectivo y total
desarrollo y vida del individuo y su sociedad.

En 1991, Piédrola Gil estableció la siguiente definición que simplifica y amplía el


campo de actuación de la salud pública e incorpora de manera específica el área
de la restauración de la salud. La idea de centrar el concepto de salud pública en
la salud de la población viene adquiriendo fuerza y consenso crecientes y son
muchas las contribuciones en ese sentido.

Definición de Piédrola Gil: La Salud Pública es la ciencia y el arte de organizar y


dirigir los esfuerzos colectivos destinados a proteger, promover y restaurar la salud
de los habitantes de una comunidad.

En 1992, Frenk proponiendo delimitar mejor un nuevo campo científico para la


salud pública, desarrolló una tipología de investigación, diferenciando los niveles
de actuación individual y subindividual, donde se concentran la investigación
biomédica y la investigación clínica, con relación al nivel poblacional, que toma
como objetos de análisis las condiciones (investigación epidemiológica) y las
respuestas sociales frente a los problemas de salud (investigación en sistemas de
salud, políticas de salud, organización de sistemas de salud, investigación en
servicios y recursos de salud). La definición de Salud Pública que utilizó se basa
en el nivel de análisis.

Definición de Frenk: A diferencia de la medicina clínica, la cual opera a nivel


individual, y de la investigación biomédica, que analiza el nivel subindividual, la
esencia de la salud pública consiste en que adopta una perspectiva basada en
grupos de gente o poblaciones.

En el mismo año, Milton Terris prescribía cuatro tareas básicas para la teoría y
práctica de la "Nueva Salud Pública": prevención de las enfermedades no
infecciosas, prevención de las enfermedades infecciosas, promoción de la salud,
mejora de la atención médica y de la rehabilitación. Este autor actualizó la clásica
definición de Salud Pública elaborada por Winslow en la década del veinte, en los
siguientes términos.

Definición de Terris: Salud Pública es el arte y la ciencia de prevenir la


enfermedad y la incapacidad, prolongar la vida y promover la salud física y mental
mediante esfuerzos organizados de la comunidad.

Definición de Testa: También en 1992, Testa, a partir de una reflexión sobre las
políticas sociales, y buscando un redimensionamiento teórico de la salud como
"campo de fuerza" y de aplicación de la ciencia, reconocía a la salud pública en
tanto práctica social, por lo tanto, como construcción histórica.

El área de la salud, inevitablemente referida al ámbito colectivo-público-social, ha


pasado históricamente por sucesivos movimientos de recomposición de las
prácticas sanitarias derivadas de las distintas articulaciones entre sociedad y
Estado que definen, en cada coyuntura, las respuestas sociales a las necesidades
y a los problemas de salud. Pero si las proposiciones de las políticas de salud y
las prescripciones de la salud pública son contextualizadas en un "campo de
fuerza", otros sentidos y significados pueden ser extraídos de esa retórica.

En el año 2002, la Organización Panamericana de la Salud propone la siguiente


definición en el contexto de Iniciativa de Salud Pública de las Américas.

Definición de la OPS
La Salud Pública es el esfuerzo organizado de la sociedad, principalmente a
través de sus instituciones de carácter público, para mejorar, promover, proteger y
restaurar la salud de las poblaciones por medio de actuaciones de alcance
colectivo.

DEFINICIÓN ACTUAL:

La Salud Pública es la práctica social integrada que tiene como sujeto y objeto de
estudio, la salud de las poblaciones humanas y se le considera como la ciencia
encargada de prevenir la enfermedad, la discapacidad, prolongar la vida, fomentar
la salud física y mental, mediante los esfuerzos organizados de la comunidad,
para el saneamiento del ambiente y desarrollo de la maquinaria social, para
afrontar los problemas de salud y mantener un nivel de vida adecuado.

Disciplinas que integra la salud pública

FUNCIONES ESENCIALES DE LA SALUD PÚBLICA (FESP)

Las Funciones Esenciales de Salud Pública (FESP) describen las competencias y


acciones necesarias por parte de los sistemas de salud para alcanzar el objetivo
central de la salud pública, que es el mejorar la salud de las poblaciones.

La Organización Panamericana de la Salud por medio de la Iniciativa "La Salud


Pública en las Américas", definió once (11) FESP y desarrolló un instrumento para
medir su desempeño, lo que permite a los países realizar una auto-evaluación de
sus capacidades para ejercer la salud pública.
Se ha definido como: Condiciones que permiten un mejor desempeño de la
práctica de la salud pública. Definiendo a la Salud Publica como la acción
colectiva, tanto del Estado como de la sociedad civil, encaminada a proteger y
mejorar la salud de las personas. Supone una noción que va más allá de las
intervenciones poblacionales o comunitarias e incluye la responsabilidad de
asegurar el acceso a y la calidad de la atención de salud. No está referido a la
salud pública como disciplina académica, sino como una práctica social de
naturaleza interdisciplinaria.

FESP 1: Monitoreo y análisis de la situación de salud de la población

FESP 2: Vigilancia de salud pública, investigación y control de riesgos y daños en


salud pública

FESP 3: Promoción de la salud

FESP 4: Participación social y refuerzo del poder de los ciudadanos sanitaria


nacional en salud

FESP 5: Desarrollo de políticas, planes y capacidad de gestión que apoyen los


esfuerzos en salud pública y contribuyan a la rectoría

FESP 6: Regulación y fiscalización en salud pública

FESP 7: Evaluación y promoción del acceso equitativo de la población a los


servicios de salud necesarios

FESP 8: Desarrollo de recursos humanos y capacitación en salud pública

FESP 9: Garantía de calidad de los servicios de salud individual y colectivos

FESP 10: Investigación, desarrollo e implementación de soluciones innovadoras


en salud pública

FESP 11: Reducción del impacto de emergencias y desastres en salud


ACTIVIDADES DE LA SALUD PÚBLICA:

sanitario del medio ambiente en su sentido más amplio, con el control de la


contaminación del suelo, agua, aire y de los alimentos. Además se incluye la
seguridad en el trabajo y en el transporte.

individuos y colectividades, promoviendo la adopción de estilos de vida


saludables, mediante intervenciones de educación sanitaria a través de medios de
comunicación de masas, en las escuelas y en atención primaria. Así para toda la
comunidad que no tienen los recursos necesarios para la salud. La educación
sanitaria debe ser complementada con los cambios necesarios en el medio
ambiente y en las condiciones sociales y económicas que permitan a los
ciudadanos el ejercicio efectivo de los estilos de vida saludables y la participación
en la toma de decisiones que afecten a su salud.

Se basa en intervenciones de prevención primaria, prevención secundaria o


detección precoz de enfermedades y de prevención terciaria o de contención y
rehabilitación de la secuela dejada por el o los daños de las funciones físicas,
psíquicas o sociales.

Consiste en todas las actividades que se realizan para recuperar la salud en caso
de su pérdida, que son responsabilidad de los servicios de asistencia sanitaria que
despliegan sus actividades en 2 niveles: atención primaria y atención hospitalaria.

Las acciones de la salud pública responden a las funciones esenciales ya que con
ellas se procede a cumplir con actividades organizadas por ejemplo por la
comunidad responden a las FESP 3, 4, 5 y 6, entre ellas tenemos:

población.
empleo y de salarios.

obras públicas.

recreativos o de ocio.

BIBLIOGRAFIA:

1. Navarro Vicente, Concepto Actual de Salud Pública; Disponible en:

http://uiip.facmed.unam.mx/deptos/salud/censenanza/spi/fundamentos/navarro.pdf

2. Dra. Adriana Moiso, Introducción A La Salud Pública. Disponible en:

http://www.ms.gba.gov.ar/Laboratorio/Capacitacion/ModSaludPublica.pdf

3. Funciones Esenciales De Salud Pública PAHO Disponible en:


http://www.paho.org/spanish/dpm/shd/hp/FESP.h

PROCESO DE SALUD-ENFERMEDAD DESDE LA PERSPECTIVA

DE SALUD PÚBLICA

Elaborado para fines docentes por Dra. Sandra Figueroa de López

El estado de salud es una constante preocupación de la humanidad. Sin embargo


es difícil poder definir o explicar el concepto de salud. Desde hace tiempo se
definía a la salud como la ausencia de la enfermedad. Sin embargo no es el mejor
criterio ya que no se puede definir con una negación.

El diccionario de la Real Academia Española define a la salud como “el estado en


el que un ser orgánico ejerce normalmente sus funciones”. Pero esta definición es
muy amplia, poco precisa y cuantificable.

Existen múltiples concepciones sobre lo que es la salud:

MÉDICAS

Surgen, desde el punto de vista de la medicina.

Concepción somático-fisiológica:

La salud es, en esta concepción, el bienestar del cuerpo y del organismo físico, y
la enfermedad es el proceso que altera este bienestar. Aún hoy la enseñanza de la
medicina, la exploración y examen del enfermo y la terapéutica habitual se basan
principalmente en la identificación de alteraciones en el organismo en el nivel
fisiológico.

El éxito de la medicina somática, avalado por los numerosos descubrimientos en


biología, física y química, contribuyó directamente a que ésa fuera la forma
fundamental de practicar la medicina, o sea, diagnosticar la enfermedad y curar el
organismo físico. La concepción somática de la salud ha transcurrido más
pendiente de la enfermedad que de la salud durante la mayor parte de la historia.

Concepción psíquica:

Implica el reconocimiento de la estrecha interrelación entre cuerpo y psique en el


organismo humano, lo que lleva a no restringir la experiencia de salud a la salud
orgánica únicamente.
Puede decirse que la limitación fundamental con que se enfrenta la concepción
psíquica de la salud es la subjetividad y la indeterminación de sus
manifestaciones, en comparación con las manifestaciones somáticas.

Concepción sanitaria de la salud

Propia de la salud pública como disciplina, coloca el énfasis en la salud colectiva


de una población más que en la salud individual, como acabamos de ver en las
dos concepciones descriptas anteriores

La concepción sanitaria de la salud posee un contenido amplio ya que se refiere


esquemáticamente a dos aspectos:

• El medio ambiente físico, teniendo en cuenta la totalidad del mismo: tierra, agua,
aire, alimentos en sus diversas formas, etcétera.

• las personas que ocupan el medio ambiente, a las que se -agrupa por sus
condiciones personales, como edad, sexo, residencia, trabajo, etc., identificando
problemas de salud, estableciendo programas para actuar sobre ellos y
controlando los resultados de la acción

CONCEPCIONES SOCIALES

Surgen desde el punto de vista de la perspectiva de las ciencias sociales.

Concepción político-legal de la salud: Considera la salud como un bien general


que interesa a todos. Cuando esté bien se convierte en derecho exigible por los
ciudadanos, más que de un derecho a la salud habría que hablar de un derecho a
la integridad física, lo cual supone la protección por parte del Estado en aquellos
casos en que la integridad pueda verse en peligro.
Por lo que existe un consenso común universal en la concepción político-legal de
la salud que se reconoce en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Concepción económica: se impone en el mundo desarrollado debido a la


importancia que la salud posee para la eficacia del factor humano en los procesos
productivos, a los que aporta un elemento único y costoso.

En la situación actual, el factor humano ha pasado a constituir un elemento


estratégico de los procesos productivos; de ahí la relevancia de mantener la
"productividad humana", para lo cual es necesario contar con una "buena salud".

Concepción cultural:

La definición cultural de la salud según el estado de La definición cultural de la


salud según el estado de desarrollo del país de que se trate y según cuales sean
los roles sociales que la persona deba cubrir, lleva a enunciar lo que se ha
denominado "relatividad cultural de la salud y la enfermedad".

Ello quiere decir que cada grupo social, sea tan extenso como una nación o tan
reducido como un grupo familiar, poseerá' una definición peculiar de salud
establecida de acuerdo con lo que se considera "normal" en dicho grupo y que
esta definición influye activamente en la forma de sentirse sano o enfermo de las
personas pertenecientes a él.

La sola reflexión acerca de la diversidad regional que tiene nuestro país nos
permite suponer múltiples situaciones que reflejan la relatividad cultural de la salud
y la enfermedad existente.
EL CONCEPTO "SALUD" Desde el punto de vista de la Salud Pública

En el 1946, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conceptualizó a la salud


como "un completo estado de bienestar físico, mental y social y no meramente la
ausencia de enfermedad o incapacidad".

Esta definición circunscribe a la salud dentro de un triángulo, siendo sus extremos


las dimensiones físicas, mentales y sociales. En esta línea de pensamiento trata
de situarse la Organización Mundial de la salud al desterrar de su definición de
salud la concepción exclusivamente biologísta, y concebirla como un “estado de
completo bienestar físico, mental y social, y no solamente como la ausencia de
enfermedad”.

La estructura conceptual de esta definición en un principio impresiono porque se


oponía al concepto salud del modelo medico tradicional. Sin embargo, tal
definición se ha criticado desde varios puntos de vista.

La OMS la define como un“estado”, sin embargo los fenómenos de salud son
dinámicos. Cuando hablamos a cerca de la definición de salud de la OMS dijimos
que mostraba un modelo estático. La salud y la enfermedad no son los puntos
extremos de una recta.

Salud y enfermedad son diferentes grados de adaptación del hombre frente al


medio, los modos y estilos de vida son influidos y a su vez influyen en la actividad
del hombre como ser social. Los fenómenos de salud ocurren dentro de una
población cuyos miembros tienen una determinada constitución genética y viven
en forma organizada en una sociedad que transforma continuamente el ambiente.

Al encontrar estos determinantes (factores que influyen en la salud) el concepto de


salud debe incluir dimensiones individuales, sociales y ecológicas del ser humano.

En este constante cambio y en la búsqueda de un equilibrio entre el hombre y el


ambiente giran los conceptos de salud- enfermedad. Y como es muy dinámico
podemos hablar con más propiedad si lo llamamos “proceso salud enfermedad”.
No hay un punto límite exacto entre ellos.
Este concepto no se puede abordar desde la enfermedad solamente ya que esta
va a afectar de manera diferente al individuo.

En 1977 Engel critica el modelo médico tradicional por sus planteamientos


reduccionistas y mecanistas y los califica de dogma y surge el concepto de modelo
biopsicosocial.

Este modelo permite un abordaje integral del proceso salud enfermedad. Desde
cualquiera de estos determinantes puede surgir un problema, y a su vez afectar a
los demás.

Por lo tanto, el concepto de salud debe tomar en cuenta al ser humano como un
ser total. De este principio surgió el término de salud holística.

Fundamentalmente, la salud holística posee las siguientes características:

ctiva positiva.

básicas de una vida


saludable.

Así como Engel crítica el concepto de salud de OMS, también Alberto Vasco quien
refiere:

existentes en la sociedad
actual.

fenómeno estático y separado de la enfermedad.


ambos son momentos de un mismo fenómeno, puesto que entre ellos se
establece una relación en constante cambio.

De lo anterior se deduce que no existen parámetros con valor universal, para


señalar con precisión

¿cuál es el nivel óptimo de bienestar físico, mental y social? que deben tener los
individuos y grupos sociales, para desarrollar al máximo sus potencialidades. Esto
se debe a que las necesidades y aspiraciones, varían de una persona a otra y de
una comunidad a otra, según las situaciones socioeconómicas, los marcos
culturales e ideológicos y el medio ambiente predominantes. Todo lo anterior
resulta en gran medida del modo de producción dominante en las distintas
formaciones sociales, y de la forma en que los individuos y grupos sociales se
insertan en el aparato productivo en un momento histórico determinado.

Antes que la Organización Mundial de la Salud basara su concepto de salud en los


aspectos físico, mental y social, los biologistas la definían sólo en función del
aspecto físico. Esta teoría ha sido llamada TRIADA ECOLÓGICA debido a que en
su concepción intervienen tres elementos: el huésped, el ambiente y el agente
causal.

TRIADA ECOLÓGICA

El hombre es un organismo, que al habitar en un ambiente se expone a la acción


de los agentes causales de enfermedad con los cuales interactúa y lo hacen
hospedero de la enfermedad, entendida como la alteración o desequilibrio
netamente físico. La teoría de la triada ecológica, considera la salud como un
evento de la naturaleza sin reconocer la influencia que el hombre ejerce en su
resultado; es decir, para los biologístas sólo existían CAUSAS naturales que
producían EFECTOS ORGÁNICOS independientes de las circunstancias y
acciones del hombre.
La salud así definida, estaba enmarcada en un contexto histórico con las
circunstancias de la época, pues aún no se racionalizaba la influencia que ejercía
la sociedad. Sin embargo, el aporte de la teoría es valioso, pues desde entonces
señaló la importancia del ambiente en la resultante salud, la cual está hoy más
vigente que nunca debido a los problemas que a escala mundial hay sobre
contaminación.

Luego de la triada de los biologistas la OMS lanzó su teoría sobre la salud al


considerar incompleta la de los Biologistas, que sólo contemplaba el aspecto
físico. Afirmaron que se habían desconocido otros aspectos importantes de la
dimensión humana, tales como el aspecto mental y social. Sin embargo, al
analizar la definición de la OMS, se observa que en ella solo se incluye al ser
humano en sus dimensiones internas, dejándolo sin un entorno o medio ambiente
en el que se sostiene y que le garantiza su supervivencia como especie.

Se puede aquí concluir que las dos teorías son complementarias y más aún,
cuando en la actualidad el ambiente cobra la máxima atención e importancia en
todas las políticas de la humanidad para garantizar su conservación.

HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD

Leavell y Clarck en 1965 establecen un esquema para tratar de explicar el


desarrollo natural de la enfermedad.

Período pre patogénico


Período de interacción entre factores endógenos y exógenos que trae como
resultado el que se permita facilitar que se reproduzca y se desarrolle la
enfermedad.

Período patogénico sub clínico

Se expresan lesiones anatómicas o funcionales sin expresiones clínicas claras. Se


puede detectar por exámenes clínicos en forma causal o por tamizaje.

Período prodrómico

Manifestaciones generales, confusas que hacen difícil hacer un diagnostico


exacto.

Período clínico

La enfermedad se manifiesta por signos y síntomas que facilitan su diagnóstico y


manejo.

Período de resolución

La enfermedad evoluciona hacia la curación con o sin secuelas, a la muerte o a la


cronicidad

NIVELES DE PREVENCION

NIVEL PRIMARIO:

Es el conjunto de acciones destinadas a impedir la aparición o a disminuir la


probabilidad de ocurrencia de la enfermedad.

Se actúa durante el período pre patogénico, modificando los factores de riesgo


(cambios en la dieta, prescripción de ejercicio, uso de cinturón de seguridad en el
automóvil, etc.) o previniendo la acción del agente etiológico (inmunizaciones,
potabilización del agua, etc.). Podemos dividir a estas acciones en dos clases:
Consiste en acciones destinadas a detener la evolución de la enfermedad durante
la fase pre sintomática.

NIVEL SECUNDARIO:

Son fundamentalmente las llamadas pruebas de Tamizaje o screening. Permiten


la llamada detección precoz, que con frecuencia pero no siempre va acompañada
de menor morbimortalidad

si se realiza el tratamiento precoz (en ambos casos “precoz” se refiere a


diagnóstico y tratamiento durante esta fase pre sintomática y sintomática aguda)
Se define como el conjunto de acciones que intentan modificar favorablemente la
evolución de una enfermedad en su fase sintomática crónica, o de sus secuelas.
Incluye el tratamiento y la rehabilitación de una enfermedad y de sus secuelas
disminuyendo o impidiendo la progresión de las mismas, mejorando la calidad de
vida y retardando la muerte del paciente.

BIBLIOGRAFIA

1. Ana Lía Kornblit y Ana María Mendes Diz. La Salud y la Enfermedad: Aspectos

biológicos y sociales. [en línea] accesado 15 de abril 2012] Disponible en:

http://www.cucaicor.com.ar/datos/KORNBLIT-Ana-Lia-y-MENDES-DIZ-Ana-El-
procesosalud-enfermedad.pdf

2. Castellanos, Pedro Luis; Sobre el Concepto de Salud Enfermedad, Bol.


Epidemiológico

OPS. 1990; vol. 10, Nº 4. [en línea] accesado 15 de abril 2012] Disponible en:

http://estatico.buenosaires.gov.ar/areas/salud/dircap/mat/matbiblio/castellanos.pdf
3. Vergara Quintero, María del Carmen, Tres concepciones históricas del Proceso
saludenfermedad,

revista Hacia la Promoción de la Salud, Volumen 12, Enero - Diciembre

2007, págs. 41 – 50 [en línea] accesado 15 de abril 2012] Disponible en:

http://promocionsalud.ucaldas.edu.co/downloads/Revista%2012_4.pdf
TRES CONCEPCIONES HISTÓRICAS DEL PROCESO SALUD - ENFERMEDAD

María del Carmen Vergara Quintero**

Recibido en agosto 31 de 2007, aceptado en septiembre 28 de 2007

Resumen

El poder sobre la vida y la muerte ha estado vinculado a los dioses, porque ellos
son entidades externas al mundo de las cosas, son ellos quienes pueden obrar
sobre las fuerzas que las animan. Pero los seres humanos han contado con
embajadores quienes tienen influencia con los dioses o, a la manera de

Prometeo, han podido robarles sus poderes. Los mediums o medicums, esos
sacerdotes del cuerpo, poseen los secretos de los dioses y en virtud de ese poder
tienen acceso, casi sin límites, a nuestro cuerpo: nos desnudan, nos tocan, abren
nuestras entrañas, nos administran sus brebajes misteriosos y, después de que
hemos perdido esos 21 gramos*** que nos mantienen con vida, declaran
oficialmente que estamos muertos.

En ese tránsito entre el nacimiento y el último suspiro, la enfermedad es una


premonición del fin y la salud nos aproxima a la eternidad, es por ello que la salud
es y ha sido la gran persecución de la humanidad, porque evita o retarda la
fatalidad de la muerte, por extensión o metáfora, la salud transita desde lo
individual hasta lo social y lo cósmico (1). Ahora bien, la salud como proceso vital
del hombre no ha sido ajena a los cambios epistemológicos por los cuales ha
atravesado la ciencia, lo que ha hecho que el concepto haya evolucionado o
involucionado dependiendo de los paradigmas en los que en ocasiones nos
ubicamos. De dicha evolución epistemológica me ocuparé en este trabajo y para
ello analizaré los cambios del término “salud” desde “la concepción tradicional”
hasta la “concepción posmoderna”.
El concepto de salud ha cambiado significativamente a lo largo del tiempo.

La conceptualización de la OMS en la primera mitad de siglo XX entendía la salud


“como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo como la
ausencia de afecciones o enfermedades”, lo que permite comprender la salud no
solamente desde los equilibrios biológicos, sino como un sistema de valores, como
noción que la gente usa para interpretar sus relaciones con el orden social

. Estos conceptos han evolucionado y hoy se entiende la salud como un recurso


para la vida y no el objetivo de la vida, en el cual, estar sano es “la capacidad (...)
para mantener un estado de equilibrio apropiado a la edad y a las necesidades

sociales”

Conocer el estado de salud de los individuos es estudiar los diferentes


determinantes relacionados con la biología de la persona, con el medio ambiente,
con el sistema de salud que le atiende y con los estilos de vida que caracterizan
su comunidad y, por consiguiente, con su cultura, de acuerdo con Dever (citado
por Mariano, H; Ramos, M. y Fernández. A.) (3).

Las representaciones y prácticas de salud no son hechos aislados ni espontáneos,


pues tienen un desarrollo y una ubicación en el tiempo y en el espacio, en
estrecha relación con la realidad económica, política, social y cultural de una
comunidad o de un grupo social. Por ello, la problemática de la salud no debe
afrontarse en forma individual, sino dentro de la sociedad de la cual hace parte
cada persona. De acuerdo con Torres, T., 2004 (4), los estudios sobre la salud y la
enfermedad pueden ser abordados de diversas formas. Una de éstas, puede ser a
la luz de la visión Emic o etic, (la visión émica permite acceder a información que
se encuentra más allá de las apariencias que se pueden observar en las pautas de
interacción, las costumbres y las creencias, lo cual permite entender el sentido que
éstas pueden tener para la gente que las vive. Por contraste, el término ética
designa la visión médica o desde afuera.

De otro lado, retomando a Kleinman, 1980 (citado por Torres, T. 2004)(4) teniendo
como base: la patología (disease), el padecimiento (illness) y la enfermedad
(sickness), se puede establecer e interpretar los conceptos de salud y de
enfermedad, entendiendo la patología como el mal funcionamiento de procesos
biológicos o psicológicos, la cual designa las anormalidades funcionales o
estructurales de base orgánica; la enfermedad que se relaciona con las
dimensiones sociales de la persona, en donde se insertan los procesos de la
patología y a sus paradigmas ideológicas, sociopolíticas y económicas y; el
padecimiento que incluye procesos de atención, percepción, respuesta afectiva,
cognición y valoración directa ante la enfermedad y sus manifestaciones según
Kleinman (5,6,). La salud puede ser pensada como un hecho social que atraviesa
la organización cultural, puesto que alrededor de ella se elaboran las culturas
médicas locales y se construyen los diferentes sistemas de cuidado encargados
de vigilar la salud de las personas y los grupos (Suárez, R. 2001:1, citado en
Vergara, Q. MC. 2006) (1).
EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO SALUD-ENFERMEDAD

1. Concepción tradicional

Desde los albores de la humanidad, el ser humano ha hecho esfuerzos de diversa


naturaleza por mantener su salud, y desde la antigüedad se ha considerado que
existen personas con capacidades para restablecerla, para quienes la mayoría de
las explicaciones acerca de la salud y la enfermedad, se fundamentaban en la
existencia de dioses que curaban y en las virtudes mágicas de encantamientos y
hechizos. En las culturas primitivas, el brujo era curandero por dos virtudes: por su
conocimiento de plantas y preparación de brebajes y por su cercanía con los
dioses. Las plantas de donde se extraían las infusiones y los bebedizos eran
albergue de los espíritus de los dioses, que debían ser invocados mediante
ceremonias y rituales.

Galeno, nacido en el año 131 A.C., se preguntaba por la causa de las alteraciones
de la salud y cuestionaba la presencia de los dioses en la enfermedad. De esta
forma, con el naturalismo hipocrático y con el racionalismo de la minoría ilustrada
a la que pertenecía, se rechazó enérgicamente la doctrina de quienes querían
introducir en la estructura de la enfermedad un elemento sobrenatural. Sin
embargo, en la Edad Media se recurre nuevamente al influjo religioso en la
presencia de la salud y de la enfermedad (7).

En la edad moderna, con el auge de la ciencia, se desarrolló de forma significativa


la ciencia anatómica y se produjeron grandes avances en el descubrimiento de
principios anatomofisiológicos, y químicos, entre otros, vinculados a las
alteraciones de la salud. En este mismo período parece abandonarse la creencia
de que en dichas alteraciones hay una relación causal con el castigo de los
dioses, los malos espíritus y los demonios.

En suma, se puede decir que, en la edad moderna hay un privilegiado interés


natural por el cuerpo humano.
El invento del microscopio, a finales del siglo XVII, permitió profundizar en los
aspectos biológicos de la enfermedad. Por otro lado, con el advenimiento de la
Revolución Industrial y los avances técnicocientíficos de la época, se identificaron
causas en el medio ambiente y se empezó a tener en cuenta, no sólo los aspectos
biológicos y físicos, sino los económicos, sociales y políticos relacionados con la
salud (8).

Con el surgimiento de la teoría microbiana en 1876, se reforzó la idea según la


cual, la enfermedad estaba determinada por aspectos medioambientales y, en
este caso, por la acción de un agente externo de tipo biológico. Cuando el hombre
descubrió la causa microbiana de la enfermedad, con éste creyó haber encontrado
el origen de todos los procesos patológicos. Así adquirió un nuevo concepto con
base en el cual, le atribuyó una causa a la enfermedad. Esto le permitió hablar de
la “unicausalidad”.

Durante el siglo XIX, las ideas de la Revolución Francesa, el surgimiento del


socialismo y los aportes de Virchow y Pasteur, hicieron que la perspectiva
biologicista comenzara a tomar en cuenta la dimensión social y política de los
fenómenos de enfermedad.

Entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, el desarrollo
de los conceptos sobre agentes infecciosos e inmunidad, condujo a una
transformación del enfoque de los estudios médicos, lo que llevó a hacer especial
énfasis en las fuentes ambientales de microorganismos y las formas de
transmisión de las infecciones.

Desde esta perspectiva, el modelo causal simple se transforma en un modelo en


el que la tríada huésped (Guest), hospedero (Host) y ambiente, participan en
procesos de interacción recíproca. Este modelo es considerado como el modelo
epidemiológico clásico, que aún hoy continúa privilegiado por la racionalidad
científica moderna (9).

Los avances propiciados por las ciencias naturales, influyeron de manera


significativa en la concepción sobre la salud y la enfermedad, de tal manera que
para el diagnóstico, el tratamiento y el control de la enfermedad, primaron los
criterios de objetividad y validez planteados por los positivistas y el interés se
centró en las relaciones de deducibilidad entre los enunciados, a partir de los
cuales se describen observaciones, se refutan o confirman leyes, hipótesis o
teorías. Esta perspectiva está sustentada en las posibilidades de explicación,
predicción y control, propias de las ciencias naturales.

Desde el punto de vista del epidemiólogo, el concepto de “hospedero” es un


elemento importante del concepto de “inmunidad”. El concepto de “hospedero”
hizo suyo el énfasis que Hipócrates hacía en la constitución y susceptibilidad,
expresado en la teoría de los humores, y obligó a los científicos y a los médicos a
prestar especial atención al hospedero, del mismo modo como se la prestaban al
huésped. El hospedero había sido siempre el objeto primordial del estudio médico.

No obstante, el interés se había centrado en las manifestaciones del trastorno


antes que en la propia capacidad del hospedero de controlar las manifestaciones
del mismo (7).

A finales del siglo XIX y comienzos del XX, se empieza a observar un


desplazamiento de la concepción biológica de la salud, hacia una idea de salud
como un factor de desarrollo. El proceso biológico se empezó a mirar como un
hecho ligado a las condiciones que rodean la vida humana, y la epidemiología se
vio abocada a cambiar de la unicausalidad hacia la multicausalidad.

En 1946, surge la definición de salud enunciada por la Organización Mundial de la


Salud –OMS–: “El estado de completo bienestar físico, mental y social y no
solamente la ausencia de enfermedad”. Antes de esta definición, se consideraba
sano al individuo que no presentaba molestias o síntomas, es decir, a quien
estaba libre de una enfermedad visible.

Muchos criticaron a la OMS la idea de completo estado de bienestar, ya que ésta


idea parece irreal: salud y enfermedad no serían categorías ni estados nítidamente
diferenciados, sino parte de un continuo, de un equilibrio permanente de diversos
factores naturales y sociales en continua interacción.

De acuerdo con Molina, G (citado por Bersh, D. 1987) (10), el concepto de “salud”
tampoco es estático ni ahistórico: cambia de acuerdo con las ideas dominantes de
cada sociedad. Se reconoce hoy desde diferentes posturas que, en cualquier
sociedad la definición del término “salud” no es estrictamente biológica, sino
primariamente social.

En los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, se hizo hincapié en las
estrategias de desarrollo económico, antes que en la inversión social en esferas,
tales como la salud y la educación. Sin embargo, los países, las organizaciones
donantes y las universidades, emprendieron actividades relacionadas con la salud
y la educación, especialmente en América Latina. A pesar de los esfuerzos
realizados, los análisis periódicos de las condiciones mundiales, efectuados por
gobiernos nacionales, organismos internacionales y otros observadores, revelaron
que existen aún grandes grupos de población compuestos por personas pobres,
enfermas o analfabetas, parcial o completamente marginadas de sus economías
nacionales, tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo;
aunque las condiciones son especialmente desoladoras en estos últimos.

En 1973, cuando Laframboise (11) propuso un marco conceptual para el campo


de la salud, se diseñó un plan para las décadas de los ochenta y los noventa. Este
enfoque, conocido más tarde como concepto de campo de salud, e incluido en un
trabajo del gobierno canadiense que fue la base sobre la que se proyectó la
política sanitaria del país, implica que la salud está determinada por una variedad
de factores que se pueden agrupar en cuatro grandes grupos: estilo de vida,
medio ambiente, organización de la atención de la salud, y biología humana.

Blum, (citado por Bersh (1987)) (10), muestra cómo los anteriores factores se
relacionan y se modifican mediante un círculo envolvente formado por la
población, los sistemas culturales, la salud mental, el equilibrio ecológico y los
recursos naturales. Por su parte, Lalonde y Dever (citados por Quevedo, E.
(1992)) (9), sostienen que los cuatro factores son igualmente importantes, de
modo que para lograr un estado de salud es necesario que estos factores estén en
equilibrio.

El propósito fundamental de este enfoque es la preservación de la salud. Al


respecto se necesita que el enfoque mecanicista o reduccionista sobre la salud y
la enfermedad, sea complementado desde una perspectiva más amplia con un
enfoque psicobiológico y social del ser humano. Es decir, que tenga en cuenta que
la humanidad, con su cuota inicial de genes, atraviesa una vida de complejas
transacciones internas y externas que hasta ahora sólo conocemos vagamente.

Es clara la necesidad de un encuadre teórico que considere como agentes nocivos


no solamente los físicos, químicos o biológicos, sino que también incluya el ruido,
la fatiga de avión, el estrés ocupacional, la violencia doméstica, la falta de amor
paterno o materno, los conflictos sexuales, como factores perniciosos para la
salud, tal como lo plantea Gordis, L. (1980)(12).

Agrega Bersh (1987), -apoyándose en las ideas de Blum- (…), que el fenómeno
de la salud debe entenderse como “el proceso de variaciones ininterrumpidas, que
acompañan el fenómeno vital del hombre, las cuales son producidas o influidas
por factores hereditarios, de comportamiento y ambientales, así como por factores
o acciones provenientes de los servicios de salud.” Los efectos que tales
variaciones producen en el fenómeno vital, se reflejan en el grado de éxito que
este fenómeno tiene en el cumplimiento de su fin: mantener la salud.

El debate no culmina con los planteamientos de Blum y Bersh. Antes de este


debate, había surgido un enfoque holístico con respecto a los factores
determinantes de la salud, los cuales procuran integrar las áreas de la salud con la
economía de la salud, los procesos políticos y los factores socioculturales. En
1992, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, vincula la salud y el
desarrollo y las concibe desde la perspectiva del desarrollo humano, reconociendo
la importancia de las variables socioeconómicas en la salud de las poblaciones.
En este momento histórico, parece darse un tránsito hacia una perspectiva
epistemológica social, ya que se deja de pensar al hombre como ser individual y
exclusivamente biológico, y se describe con base en un paradigma social, donde
las relaciones entre los individuos se convierten en el objeto de estudio.

2. Concepción moderna

En los años noventa, se inicia el estudio de la salud desde las representaciones


sociales que tienen los individuos y la sociedad en general. Herzlich, citada por
Viveros, M. 1993 (13), señala cómo los individuos se expresan a propósito de la
salud y la enfermedad en un lenguaje elaborado a partir de la relación que
establecen con la sociedad. Es así como en la actualidad se abre paso a un
análisis de la salud y la enfermedad, no como entidades cuya definición es
evidente, sino como el resultado de procesos sociales, elaboraciones intelectuales
y continuos intercambios de la colectividad.

Se puede mostrar que la representación no es solamente un esfuerzo por formular


un saber más o menos coherente, sino también una interpretación y una búsqueda
de sentido. Igualmente, la tradición antropológica muestra la existencia, en toda
sociedad, de un discurso sobre la enfermedad indisociable del conjunto de
construcciones mentales, expresión y vía de acceso privilegiada al conjunto de
concepciones, valores y relaciones de sentido de esta sociedad (Viveros, M. 1993)
(13).

Ahora bien, pese a los continuos cambios en la concepción de la salud y la


enfermedad, en la práctica, parece seguir predominando, con cierto grado de
generalidad, el modelo biomédico.

Este modelo, sin embargo, ha entrado en crisis, a partir de la crítica de su


deshumanización y su racionalidad exclusivamente técnico-instrumental.

En todo caso, sigue predominando un concepto perteneciente a la racionalidad


científica que concede mayor relevancia a los factores biológicos y que se interesa
más por la enfermedad y la rehabilitación. Esta racionalidad asume que, tanto la
salud como la enfermedad intervienen en la realidad objetiva del cuerpo, mientras
se da la espalda a las mediaciones culturales y sociales que acompañan al
sufrimiento humano (9).

Es de resaltar que ya para 1943 con Hovvase, R. (citado por Canguilhem, G.


1978) (14), asumía que estar enfermo significa ser perjudicial, o indeseable, o
socialmente desvalorizado, etc. Inversamente, lo que es deseado en la salud es,
desde el punto de vista fisiológico, evidente, y este hecho da al concepto de
“enfermedad física” un sentido relativamente estable.

Sin embargo, la ciencia médica no consiste en especular sobre estos conceptos


vulgares para obtener un concepto general de la enfermedad, sino que su propia
tarea consiste en determinar, cuáles son los fenómenos vitales a propósito de los
cuales los hombres se declaran enfermos, cuáles son sus orígenes, sus leyes de
evolución y las acciones que los modifican. El concepto general de “valor” se ha
especificado en una multitud de conceptos de existencia. Pero, a pesar de la
aparente desesperación del juicio del valor en esos conceptos empíricos, el
medico sigue hablando de enfermedades, porque la actividad médica por el
interrogatorio clínico y por su terapéutica está relacionada con el enfermo y con
sus juicios de valor.

Afirma Canguilhem, G.(1978)(14) que es evidente como los médicos siguen


siendo las personas que menos investigan el sentido de las palabras “salud” y
“enfermedad”, dado que sólo importan los fenómenos vitales y no las ideas del
medio ambiente social, de allí que la enfermedad sea vista como un valor virtual
cargado de todos los valores negativos posibles.

Lo anterior y la magnitud de los problemas actuales en salud, han conducido al


intento de comprender el problema de la salud y la enfermedad desde otros
referentes. Se podría pensar en una perspectiva postepistemológica que de
cabida a categorías centrales de la vida y sus relaciones con la sociedad, que
posibiliten un horizonte más integral de la salud humana.
3. Concepción Posmoderna

En la postepistemología, desde los años setenta en adelante, se han recuperado


los aspectos positivos de las versiones epistemológicas anteriores, el ideal de
precisión y de claridad conceptuales, la historia, la pragmática, el lenguaje, se
destaca la comprensión de la realidad y específicamente de las realidades
humanas socialmente constituidas.

No se niega que haya relaciones causales, ni tampoco se niega en principio que


haya cambios de carácter histórico. Sin embargo, tanto las relaciones causales
como los desarrollos diacrónicos, se entienden en función de relaciones de
significación y de formaciones sincrónicas; se opone así al causalismo y al
historicismo.

Foucault, a través de obras El nacimiento de la clínica (1978)(15), Arqueología del


saber (1979)(16), Las palabras y las cosas: una arqueología del saber humano
(1979)(17), e Historia de la locura en la época clásica (2000)(18), muestra que
nuestras experiencias prácticas y discursos sobre el enfermo, el loco, el
delincuente o la sexualidad son inventos recientes que han aparecido a partir de
ciertas relaciones entre el saber y el poder que las han hecho posibles, de tal
manera que si estas disposiciones que han permitido su emergencia
desaparecieran, se llevarían consigo dichas realidades.

Es así como Foucault (1978) (15) en “El nacimiento de la clínica” hace una
arqueología de la mirada en la medida en que cada formación-médico histórica,
modula una luz primordial y constituye un espacio de visibilidad de la enfermedad,

poniendo de relieve los síntomas, unas veces como la clínica, otras como la
anatomía patológica; y por otro lado, devuelve al ojo la profundidad y al mal un
volumen “la enfermedad como la autopsia de lo vivo”. Para Foucault, la
enfermedad inicia en una organización, jerarquización dada por las familias, el
género y las especies.

Actualmente, el post-estructuralismo mantiene una relación de continuidad y


reconceptualización con las diferentes versiones del estructuralismo, dado que
toma de éste el concepto de “estructuras sociales profundas”; rechaza las
definiciones empiricistas de lo que construye la estructura social, y mantiene un
especial interés por el lenguaje como estructura semiótica. El ser humano es
considerado como resultado de prácticas discursivas, de igual modo la conducta
es vista como el esfuerzo por decirlo de alguna manera.

El post-estructuralismo asume que los gestos tienen sentido, y que todo lo que el
ser humano organiza en torno suyo, en objetos, ritos, costumbres, discursos o
literatura, constituye un sistema coherente de signos (Foucault, M. 1979)(17).

Desde la semiología se abre un horizonte que permite un acercamiento a las


creencias y prácticas en salud, en diferentes contextos históricosculturales que
hacen posible la comprensión de sus contenidos ideológicos en relación con otras
praxis sociales y visiones culturales.

En este momento, nos encontramos ante un cambio paulatino, donde los


conceptos de “salud” y “enfermedad” pueden tomar un giro mediante la
construcción de nuevas posiciones desde el lenguaje de las sociedades, pues se
concibe el lenguaje como el centro del proceso de conocer, actuar y vivir.

No obstante, no se puede hablar en cualquier época de cualquier cosa, pues no es


fácil decir algo nuevo: no basta con abrir los ojos, con prestar atención, o con
adquirir conciencia. Lo que se busca no es manejar los discursos como conjuntos
de elementos significantes que remiten a contenidos o a representaciones, sino
como prácticas que forman sistemáticamente los objetos de los cuales hablan 18).
Es indudable que los discursos están formados por signos, pero realmente lo que
ocurre es el uso del signo que se ve superado con la carga de significaciones que
cada uno le atribuye, y hace que se vuelva difícil ser analizado sólo desde la
palabra, y en ese sentido, pone un reto a las ciencias sociales y médicas, pues es
importante descifrar la carga de significaciones que las personas le añaden para
poder comprender los conceptos de “salud” y “enfermedad

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