La Pirámide
La Pirámide
Dimensión Interna: Primero la empresa debe asegurarse de que está cumpliendo con la ley y está
teniendo una conducta ética guiada por los valores y la transparencia. Como siguiente paso, la
compañía debe ser responsable con sus colaboradores y debe asegurarse que está desarrollando
al máximo el potencial de su capital humano que es el que finalmente hace posible el negocio.
Dimensión Externa: Al salir de la “empresa” debe seguirse una secuencia lógica, de lo más
cercano a lo más externo y lejano a ella. Es decir, se debe comenzar a trabajar con aquellos
públicos interesados más cercanos a la empresa y su entorno cercano. Como primer paso, debe
pensarse en la proyección a las familias de los colaboradores para luego pensar en las
comunidades en donde se encuentran inmersas las empresas y finalmente en relación con el
estado.
Ambas dimensiones son importantes pero debe respetarse el orden de trabajar siempre “de
adentro hacia fuera”, ya que la dimensión interna es crítica para darle credibilidad y sentido a la
estrategia de RSE y a las inversiones sociales y ambientales que se realicen como parte de la
dimensión externa.
Para ilustrar el orden en que debe abordarse la estrategia de RSE, CentraRSE ha desarrollado una
Pirámide de RSE. Esta pirámide que incluye tanto la dimensión interna como la externa, se
muestra a continuación:
RSE
Este no es un fenómeno extraño y su aparición obedece a múltiples factores, entre los que se
encuentran el creciente protagonismo que ha adquirido el sector empresarial en el escenario
mundial. En la actualidad, existen grandes corporaciones que operan a escala mundial y manejan
presupuestos y movilizan más recursos que varios estados-nación. El impacto que éstas generan
en las sociedades es mucho más visible con los avances tecnológicos y la velocidad de la
información. Con el paso del tiempo, las empresas han adquirido más poder y como contraparte
han asumido mayores responsabilidades.
Esas responsabilidades son las que las obligan a tomar iniciativa en el proceso de desarrollo de
mejores condiciones de vida para el entorno en el que operan. Su responsabilidad se ha expandido
desde el interior de la empresa, con los colaboradores y accionistas, hasta las comunidades, el
medio ambiente y los gobiernos locales y nacionales de los países en los que mantienen
operaciones. Por otra parte, los mercados que consumen sus productos son cada vez más
vigilantes del cumplimiento de estándares sociales y ambientales, e imponen cada vez con más
fuerza “aranceles éticos” para la entrada de nuevas empresas o para la permanencia en el
mercado.
El fenómeno no es exclusivo de las empresas grandes y las transnacionales, pues los beneficios
que han logrado las empresas que tienen políticas de RSE han motivado una corriente mayor en la
que los pequeños también tienen un rol y una responsabilidad que asumir, de lo contrario, pierden
un elemento fundamental de competitividad y se enfrentan a una inestabilidad autogenerada por
una gestión incompleta.
Los niveles de desarrollo de la RSE en cada país son distintos, sin embargo, es probable que nos
encaminemos hacia un estándar internacional que probablemente termine tan fuertemente
impregnado en la gestión de los negocios del futuro como lo está la contabilidad o el marketing en
nuestros tiempos.
La RSE implica que las empresas adopten una postura activa a favor de la sostenibilidad de sus
operaciones, preocupándose por el bienestar de sus colaboradores y las familias de estos, por la
transparencia de sus actividades, las buenas relaciones con sus clientes, proveedores y finalmente
con la comunidad y el medio ambiente. Las empresas no pueden permanecer como “islas de
riqueza en un mar de pobreza”, pues el riesgo que esto implica para sus negocios es muy grande
en términos de sostenibilidad. La RSE es el rol que le toca jugar a las empresas a favor del
Desarrollo Sostenible, es decir, a favor del equilibrio entre el crecimiento económico, el bienestar
social y el aprovechamiento de los recursos naturales y el medio ambiente. Este equilibrio es vital
para la operación de los negocios y las empresas deben pasar, de ser el problema, a formar parte
de la solución.
EJES
Considerando la amplitud y múltiples prácticas que existen de RSE, CentraRSE las ha clasificado
en siete ejes:
5. Medio ambiente: Respeto y cuidado del entorno natural, en la forma como de hacen negocios,
logrando mejor uso de sus insumos, reduciendo emisiones y residuos, generando mayor eficiencia,
y produciendo mas con menos.
7. Estado: Participar en el diseño de políticas estatales y hacer alianzas para ejecutar proyectos
conjuntos con gobiernos locales o centrales, para el propósito de ampliar el impacto de buenas
prácticas a nivel nacional.
2. Medición y Evaluación
Es importante realizar un diagnóstico de cómo se encuentra la empresa en cada una de las áreas o
ejes de RSE. Los resultados de esta evaluación, permitirán a la empresa conocer el nivel de
desarrollo del tema dentro de la organización y el trabajo que se ha realizado a la fecha en cada
uno de los ejes de RSE.
4. Incorporación
Esta etapa se refiere a poner en marcha la estrategia de RSE y trabajar con los diferentes ejes de
acción.
5. Comunicación
Una vez se pone en práctica la estrategia de RSE, es necesario sistematizar las experiencias,
monitorear los logros, recopilar las lecciones aprendidas y comunicar todos estos hallazgos tanto a
nivel interno con los colaboradores como a nivel de los públicos interesados y la sociedad en
general.
>> Consulte nuestro Menú de Servicios que va de la mano con este ciclo de incorporación.
IMPORTANCIA
En el mundo globalizado que vivimos, cada vez existe mejor información y los clientes se vuelven
más sofisticados, y el “cómo” se vuelve tan importante como el “resultado final”, lo cual el cliente
premia o castiga. Una empresa que se perfila como responsable socialmente, logra mejor imagen
lo cual atrae más clientes y definitivamente como mencionamos anteriormente, resulta en una
mayor lealtad del cliente. Los mercados, y no solo los mercados internacionales de nuestros
productos que comienzan a exigir al RSE, sino los mercados financieros y otros proveedores de
servicios, ya ponen como requisito la RSE. Así que la RSE nos permite también, mejor acceso a
mercados.
Para el país:
Al analizar la RSE, podemos apreciar que ésta, es el eje que atraviesa estos tres pilares.
Promueve el bienestar social, iniciando por los colaboradores de las empresas hasta llegar a las
comunidades. La RSE se convierte en una ventaja competitiva para las empresas que la
implementan correctamente, y finalmente esa implementación requiere de la incorporación de
principios como la Eco-Eficiencia que van orientados a lograr un balance ambiental, al ser
responsables con el medio ambiente.
Podemos concluir que la responsabilidad social empresarial es la herramienta por medio de la cual
las empresas contribuyen al desarrollo sostenible en una conducta de mutuo beneficio.
¿QUE ES LA RSE?
1. ORIGEN DE LA RSE
2. ¿QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
EMPRESARIAL?
3. LA INTEGRACIÓN DE LA RSE EN LA ESTRATEGIA
DEL NEGOCIO EMPRESARIAL
4. EL MASTER DE RESPONSABILIDAD SOCIAL
EMPRESARIAL DEL IRSE
1. ORIGEN DE LA RESPONSABILIDAD
SOCIAL EMPRESARIAL
Todas estas cuestiones hacen que a lo largo del presente siglo XXI la
Empresa quedará configurada como la mayor institución social y el más
importante motor de cambio y de progreso de las sociedades . Ello hasta el
punto de considerar que en la realidad podría darse un “desplazamiento” hacia
la Empresa de muchas de las funciones que tradicionalmente habían quedado
atribuidas al Estado, lo que sin lugar a dudas pone en crisis el concepto
tradicional de la Empresa como entidad creada con la exclusiva misión de
lograr la maximización de los beneficios y de los excedentes empresariales.
En el marco de una economía tan competitiva como la actual para que las
empresas logren un satisfactorio nivel de beneficios, hoy más que nunca
deben de estar en permanente “alerta” a las necesidades y tendencias que
el propio mercado demanda, haciendo “prospectiva” de aquellas que
pudiera demandar en el futuro . En un mercado de economía global, uno de
los principales requisitos para el crecimiento empresarial pasa sin lugar a
dudas por la mejora de la reputación de las empresas y su constante
modernización.
Por tales razones, resulta necesario que las empresas y en especial las
Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) que
constituyen el sector empresarial más
importante de nuestro país, vayan adaptando sus
estructuras mediante la realización de un
proceso de acercamiento y convergencia con el
resto de empresas de la Unión Europea , algo que
hoy día solo puede hacerse efectivo mediante la
puesta en marcha de las siguientes acciones:
• A nivel COMERCIAL :
• A nivel LEGAL :
• A nivel LABORAL :
• A nivel FINANCIERO :
Existen muchas empresas que aún sin saberlo, conociendo las tendencias del
mercado vienen desde hace años realizando toda una serie de prácticas que
constituyen por sí mismas fuente de RSE. En muchos casos ni tan siquiera
dichas empresas son conscientes de que su actitud constituye un
comportamiento ético y socialmente responsable, tan solo percibían que este
tipo de actitud les daba sencillamente buenos resultados.
DE MICROSOFT A LA FUNDACIÓN
Gates, pionero de las nuevas tecnologías, anunció también que además de su dinero había
decidido aportar su tiempo. Se propone abandonar Microsoft y dedicarse totalmente a la
fundación, que está concentrada en combatir el SIDA, la malaria y la tuberculosis, y que ha
salvado cerca de medio millón de vidas en pocos años.
A sus nuevos aportes a institutos de investigación anti-SIDA del mundo les ha puesto como
condición que los investigadores colaboren entre sí y compartan informaciones y resultados
para apurar así la obtención de vacunas.
The Economist editorializa: si usted quiere ser un verdadero filántropo, gaste su dinero
rápido, haga tanto bien como pueda ahora, cuando está vivo, y deje de lado la posteridad.
El The Wall Street Journal (21 de agosto) refiere uno de tantos casos: Laifer, gerente de un
fondo de inversión sensibilizado por la malaria, que causa un millón de muertes anuales, el
75 por ciento de ellas de madres embarazadas y chicos en África, estimó que con 10.000
dólares podía protegerse una aldea típica de mil personas, dotándolos de redes, insecticidas,
medicamentos, etcétera. Y creó cinco zonas libres de malaria en Ghana, Nigeria y Kenya.
La ONG Civic Ventures encontró que el 60 por ciento de las personas de 50 a 70 años
quisieran emplear su próxima etapa de vida en mejorar la calidad de vida en sus
comunidades.
Se necesitan, claramente, cambios de fondo, a través de una gran alianza por una economía
mundial inclusiva y con oportunidades para todos.
Hoy, bajo la presión de la opinión pública, los consumidores y los pequeños inversores, se
fortalece en muchos países desarrollados una visión exigente de la RSE, que está dando el
salto de las relaciones públicas a políticas efectivamente protectoras del medio ambiente:
certificaciones de RSE, empresas familiarmente responsables, balances sociales, diversidad
cultural en la fuerza de trabajo, inversión en la comunidad. Tener RSE reporta ventajas
nítidas a las empresas.
Con razón dice Michael Porter que la RSE es clave para la competitividad, alinea objetivos
sociales y económicos y mejora los proyectos de largo plazo de una compañía. En efecto:
el 90 por ciento de la población de Estados Unidos opina que las empresas deben ser
conscientes de su impacto en el medio ambiente y el 70 por ciento de los europeos, que la
RSE es importante al comprar un producto.
En la región hay muy meritorios esfuerzos en esta dirección, pero falta muchísimo, y frente
a las graves cifras de deuda social acumulada las empresas deberían profundizar la acción
de RSE, articular alianzas estratégicas y apoyar sólidamente las políticas públicas de
desarrollo social, salud, educación, y otras áreas clave para enfrentar la pobreza y mejorar
la equidad. Para ello será necesario ir más allá de los modelos tradicionales.
Considerar la RSE en la cadena de valor fortalece no sólo al negocio, sino también las
capacidades de sus proveedores y clientes para que sean socialmente responsables. Porque
la cadena empieza y termina con ellos, desde la consecución de materias primas para
proveedores hasta el producto terminado que se entrega al cliente final.
Desde este punto de vista se genera valor para el consumidor, porque se tienen en cuenta
sus derechos como tal, la información sobre los efectos colaterales del consumo, si es
reciclable o no, los contenidos del etiquetado, las prácticas de marketing, difusión y venta
que se utilizan, así como el postconsumo.
Lo segundo es tener en cuenta la importancia de la comunidad, ya que en ella se encuentran
los clientes, empleados, quienes entregan las licencias para operar. De una forma u otra
forma, toda actividad en la cadena de valor de una compañía impacta a las comunidades en
donde se encuentra instalada. Sin embargo, no sólo la actividad de la compañía tiene
efectos en la sociedad, sino también a la inversa. En este escenario, según Porter, “la mutua
dependencia entre las corporaciones y la sociedad implica que las decisiones
de negocios deben seguir el principio de valor compartido”. La idea es que el
beneficio para la empresa, también genere valor para la sociedad. Porque si
sólo una de las partes se favorece a expensas de la otra, las ganancias a corto
plazo serán por un tiempo para la primera, pero no prosperarán en el largo
plazo.
Por otra parte, el criterio para que la empresa se involucre con temas de la
comunidad es la identificación de problemas y su intención de colaborar, lo
que podría constituir una oportunidad para que la empresa logre una ventaja
competitiva. Por lo tanto, este reconocimiento de la empresa depende no sólo
de la gestión de la cadena de valor, sino también de la colaboración que
puedan aportar a la comunidad y a los demás grupos de interés de la empresa.
Para que los miembros de una empresa no se queden sólo en palabras y buenas intenciones,
es necesario que tengan en cuenta que cada uno de los procesos de la producción debe estar
en línea respecto del concepto de RSE.
En una compañía, la estrategia debe trascender la mera intención de mejorar sus prácticas,
es necesario que realice algo que la distinga de su competencia de modo que reduzca sus
costos y satisfaga mejor a sus clientes. Es por eso que la implementación de la RSE en la
cadena de valor, puede ser una oportunidad que surge a partir de la incorporación de
indicadores económicos, sociales y ambientales en toda ella. Y esto puede ser un aporte
estratégico para la innovación en la empresa, porque “la RSE más estratégica ocurre cuando
una empresa añade una dimensión social (y ambiental) a su propuesta de valor,
convirtiendo el impacto social (y ambiental) en una parte integral de la estrategia” (Porter,
1985).
Fuente: PrOhumana.cl
La comunicación responsable
La importancia de la comunicación reside en su capacidad de generar valor. De hecho, es el
instrumento que permite que algo se conozca y se comercialice.
Es esencial reflexionar acerca del valor social que generan las diversas comunicaciones,
independientemente de que sean externas o internas. La aportación de valor que conlleva la
comunicación se hará siempre efectiva si le damos respuestas a aquellas preguntas que nos
hace. Obviamente, hablamos de efectos positivos que promuevan aspectos tales como el
respeto a la diversidad, al pluralismo, a la condición humana.
Orientar la comunicación hacia esos aspectos no contradice los fines comerciales de una
organización, de una empresa. Más bien los refuerza y promueve más allá del corto plazo.
La publicidad, el marketing; las Relaciones Públicas planificadas y practicadas en esa
dirección son herramientas muy eficaces que, además de contribuir a la generación de
valor, posicionan al emisor de una manera clara y sin dudas diferente.
A medida que la RSE avanza en su conocimiento y aplicación surgen algunas dudas con
relación a la difusión que las empresas deben o no hacer de su política en tal sentido.
Por temor a que las acciones de RSE sean tomadas como acciones publicitarias, muchas
compañías optan por mantener un perfil bajo y no comunicarlas. Consideran que es mejor
que estas acciones “hablen por sí solas” o que “las cuente un tercero”, en lugar de que sea
la propia empresa quien dice de qué manera gestiona y aplica la RSE.
Podríamos decir que la RSE se transmite “sola”, ya que con ella va toda la empresa como
una unidad indivisible. Una firma no es solamente su marketing, su publicidad, ni su
relación con la prensa. Tampoco es exclusivamente el producto o servicio que ofrece. La
empresa es todo lo que hace y todo lo que, por hacer, transmite. Así es percibida y aceptada
por los clientes y sus públicos.
No obstante, una empresa deberá dar a conocer lo que hace con RSE. Primero deberá
reconocerse en este camino: así, respondiéndose aquellas seis preguntas, seguramente
encontrará el momento y determinará los públicos a quienes comunicar y los medios más
idóneos para hacerlo.
La Responsabilidad Social Empresaria debe comunicarse. Y quien gestiona con esta mirada
debe comunicar que así lo hace. La RSE es ante todo un modelo de gestión y, si
consideramos que tiene que ver con todos los públicos con los que la empresa se relaciona
y que produce valor al generar cambios en el entorno, seguramente será bueno intentar
contagiar estos conceptos y prácticas.
Fuente: IARSE
Una empresa socialmente responsable no sólo realiza acciones que afectan positivamente a
su mundo interno, sino que también genera consecuencias benéficas para toda la sociedad.
Aplicando una política adecuada de RSE desde dentro de la misma organización se pueden
lograr cambios internos que afectan, de una u otra forma, al ámbito externo, por ende a toda
la sociedad.
En este contexto, la gerencia de una organización no debe olvidar nunca que sus
trabajadores son parte fundamental del negocio, y que por lo mismo, la preocupación por
ellos es trascendental.
La capacitación profesional dentro de una empresa debe ser constante, sin embargo los
altos mandos no tienen que olvidar que el crecimiento personal y educativo de un empleado
también es importante y va más allá del aspecto laboral.
Estas actividades tienen por objetivo fomentar una sociedad responsable, y la idea de
educar a los empleados en torno a estos temas, es que, primero aprendan lo enseñado y lo
practiquen, y segundo, que sean capaces de traspasar los conocimientos adquiridos a sus
familias y entorno.
De esta forma se genera una reacción en cadena que parte con la empresa que se preocupa
de enseñar temas sociales culturales; posteriormente pasa por el trabajador quien adquiere
estos conocimientos, y finalmente lo aprendido es adoptado por su familia, completándose
el círculo con el traspaso de la información a la comunidad.
La tarea hoy día no es fácil, ya que es un concepto más bien actual que está tomando forma
de a poco, y que se está posicionando a través de los muchos esfuerzos de organismos que
permanentemente se refieren a ella.
Es por ello que surge la necesidad de diseñar estrategias de RSE para cada empresa, sea
grande, mediana o pequeña, la cual debe estar bien enfocada.
Si bien no es una tarea sencilla cuando se tiene un espectro tan amplio de temas albergados
bajo el paraguas de la responsabilidad social de la empresa, existen diversas entidades que
cumplen con la labor de guiar de la mejor manera las prácticas de RSE.
Las asesorías, las capacitaciones, entre otras, son las herramientas a través de las cuales las
empresas pueden acceder a tener una idea más clara de cómo se aplica la RSE, pero más
aún, aportan las líneas para mantenerla como concepto central a largo plazo dentro de la
compañía.
Además de los beneficios laborales que significa tener escolaridad completa, los beneficios
personales son los que priman, ya que aumentará el autoestima, se desarrollaran nuevos
conocimientos, habilidades personales y sociales, y, por ende, existirán trabajadores más
felices y conformes consigo mismos.
Por otra parte, el potenciar que toda persona tenga acceso a terminar sus estudios
secundarios, constituirá un elemento central para el logro de la disminución de la
desigualdad social.
Es importante, entonces, que las empresas tomen un rol protagónico a la hora de apoyar a
sus trabajadores en lo que a nivel educacional respecta, ya que es una vía apropiada para
aumentar los logros en la productividad y competitividad, acordes al buen desarrollo
económico de las empresas.
Si se logra establecer como parte de la responsabilidad de las empresas el colaborar con sus
trabajadores a tener un mayor acceso a la escolaridad o término de ésta, sin duda que se
potenciarán las capacidades de los empleados, las que les permitirán adquirir, fomentar y
reorientar sus competencias personales, sociales, económicas y culturales, a fin de
facilitarles su inserción y participación eficiente y responsable en los procesos de cambio,
tanto de las empresas como de la sociedad en general.
Fuente: Fundación PROhumana
Hoy los empresarios con una visión más amplia del mundo y del lugar que ocupan sus
organizaciones en él, buscan redefinir el rol de las empresas en la sociedad actual, más
exigente e informada, con una capacidad de presión cada vez mayor.
Los gobiernos corporativos y distintos niveles gerenciales están siendo bombardeados con
directrices, normas, estándares y guías de RSE que pueden ser aplicados en la gestión de
sus negocios. Grandes empresas crean gerencias de RSE, otras tantas incorporan el tema en
las gerencias de comunicaciones o marketing, los medios de comunicación prestan cada vez
más atención a esta temática y hasta los premios y ranking relacionados con un desempeño
socialmente responsable se ponen de moda.
Este escenario nos puede llevar a pensar que los líderes empresariales han entendido
cabalmente el espíritu de un modelo de empresa sustentado en la RSE. Sin embargo,
también es posible pensar que estos líderes estén cometiendo el error que siempre se
comente en sociedades menos desarrolladas como la nuestra, copiar modelos, en su forma
pero no en su fondo.
¿Es posible pedirle a empresarios locales pensar en el bien común?, cuando vivimos en una
sociedad cada vez más individualista, ¿es posible esperar que las empresas erradiquen
prácticas discriminatorias?, si vivimos en una sociedad profundamente clasista y
discriminadora, ¿es posible esperar que en las empresas se premie con ascensos o mejores
condiciones salariales a los trabajadores según sus méritos?, si vivimos en una sociedad
donde la meritocracia no se premia y el lugar donde se vive, el apellido o la apariencia son
los factores que siguen influyendo en el éxito profesional.
¿Es posible exigirle a las empresas liderar la protección medio ambiental?, si la ciudadanía
no tienen consciencia del impacto que provocan las actividades humanas sobre el medio
ambiente.
El panorama parece poco alentador, sin embargo, más que buscar respuestas categóricas,
estas interrogantes nos deben llevar a pensar cuánto trabajo y tiempo nos tomará la
construcción de empresas que efectivamente den cuenta y se gestionen según parámetros
económicos, sociales y ambientales.
La sociedad tiene problemas, razón por la cuál no quiere promesas sino soluciones, sin
importar de dónde vengan. Tomando esto en cuenta, es fundamental asumir que la
responsabilidad social no es una nueva forma de relaciones públicas. Ella requiere de una
gerencia inteligente que lleve a cabo acciones antes de comunicarlas.
“La nueva realidad empresarial, pública y privada, se enfrenta a múltiples audiencias que
utilizan los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales, la academia y
las autoridades entre otros grupos de presión para hacer escuchar nacional e
internacionalmente su opinión e influir en la conducción empresarial. Por ello, el desafío
hoy, es hacer de la competitividad una ventaja sostenible y ello sólo es posible si le
incorporamos al concepto de competitividad, una visión responsable” La misión de una
empresa sustentable es la creación del bienestar y ello exige descubrir la sincera
sensibilidad por las inquietudes de la comunidad y el país.
Las claves para comunicar las estrategias de responsabilidad social están en tener un
objetivo y un territorio definido, una actitud positiva, vale decir, es tratar temas que
atraigan a los medios, lograr cambios radicales y no mercadeo de la empresa. Es necesario
diseñar un modelo de organización y gobierno de la empresa, simétrico y consistente con la
actuación, orientado a la ejecución del plan de negocios de la empresa pero armonizado con
los intereses de la sociedad a la que pertenecemos, “No sólo la motivación debe ser
altruista. Para que tenga sostenibilidad debe estar combinado con el mundo interior de la
empresa”
Las empresas deben abrir una cuenta de ahorro y depositar confianza, hechos tangibles de
reputación. El proceso de comunicar las estrategias de responsabilidad social es un
seguro de vida porque generan confianza en la sociedad donde ella opera. “El trabajo
está en generar más cantidad del recurso “confianza” para colocarlos en la cuenta de ahorro
de nuestra reputación”.
A través de los años las sociedades han comenzado a exigirle a las empresas mínimos en su
actuar, y se han dado cuenta también, que las empresas exitosas no necesariamente son
aquellas que generan grandes ganancias, sino que son las que demuestran su liderazgo a
través de un manejo adecuado de los aspectos sociales, ambientales, laborales, etcétera.
Como una forma de avalar esta aseveración y de entregarle a la RSE un papel fundamental
dentro de las sociedades y economías de todo el mundo, la evaluación de organismos
internacionales ha establecido estándares de calidad que se han ido formalizando mediante
certificaciones como la SA 8000 o el WRAP.
En este contexto es fundamental que las empresas entiendan que el éxito que puedan lograr
va más allá de las ganancias que generen, sino que aplicando políticas de RSE adecuadas
pueden destacar dentro de los mercados altamente competitivos.
Las empresas deben ser responsables socialmente, no sólo porque una norma o ley se los
impone, sino porque dentro de este tema es necesario entender concientemente los efectos
positivos que la RSE puede generar.
En la actualidad, no todos los sectores de la economía han logrado dimensionar los alcances
que posee la RSE, por lo mismo ha sido necesario crear e implementar normas que regulen
el tema en el ámbito nacional e internacional.
Es así como se informó que a partir de octubre de 2008, en todo el mundo, se comenzará a
aplicar la norma ISO 26.000, la cual pretende regular la responsabilidad social en las
organizaciones.
Esta norma no sólo generará beneficios directos dentro de las empresas, sino que además,
su ejecución provocará beneficios reales en la población, en la calidad de vida de las
personas, en el medio ambiente, entre otras variables.
No sirven los aportes monetarios o las donaciones que atiendan a carencias específicas
y que no tengan una conciencia real de aporte, ya que éstas generalmente producen
limitaciones debido a que se puede producir una dependencia por parte de la comunidad, y
así las empresas pasarían a tener un rol más paternalista.
La inversión social por parte de la empresa va más ligada a una inversión dirigida a generar
capacidades en los individuos que conforman la comunidad, que les permita acceder a
mayores posibilidades en mejorar su calidad de vida, y que además estén acordes al
cuidado del medio ambiente, y que sean perdurables en el tiempo.
Pero más fundamental aún es que la inversión social debe tener un seguimiento por parte de
la empresa, ya que la pieza esencial para que esta inversión sea provechosa, material,
económica o social, es que exista una constante observación en el tiempo, sobre los
resultados y las metas que se impusieron en un comienzo.
Las formas por medio de las cuales las organizaciones pueden invertir socialmente en una
comunidad son variadas.
Los materiales representan las cosas físicas que pueden producir grandes cambios en la
vida cotidiana de un cierto grupo de personas, mejorando su calidad de vida.
Las económicas, que tiene relación con la inversión monetaria, con sumas de dinero, a
través de las cuales las compañías hacen un mayor esfuerzo, ya que a veces esta inversión
les significará pérdidas en lo financiero, pero grandes logros que irán directamente en
beneficio de la comunidad; y también están las inversiones comunitarias, directamente
sociales, las que se representan en actividades ligadas a entregar beneficios relacionados
con en el bienestar personal, las cuales favorecen a la comunidad en un ámbito más
personal.
Sea cual sea la inversión, las empresas deben adquirir como parte de sus responsabilidades
dirigidas a lo social, el hecho de que de algún u otro modo, todas sus actividades afectarán
a la comunidad, y por ende deben invertir y preocuparse por ella.
Fuente: Fundación PROhumana
Respecto de las causas que han influido en esta apertura, Chavarri otorga gran mérito a la
difusión mediática del concepto, a experiencias y casos concretos que han servido como
"espejo" para muchas empresas. "No obstante, lo más significativo obedece a exigencias
efectuadas por sus clientes, inversionistas o consumidores.
Para el caso de las Pymes exportadoras la influencia viene de la mano del cumplimiento de
estándares ambientales y laborales nacionales e internacionales, como también de la
exigencia de certificaciones o normas ISO y, muy especialmente, de las exigencias de los
clientes y consumidores de los destinos de nuestras exportaciones hacia países más
desarrollados", afirma la subdirectora ejecutiva de PROHumana.
Por lo tanto, en el caso concreto de las pymes, sería incorrecto pensar que son ajenas a estas
prácticas, ya que ellas también se pueden beneficiar de un aumento en su competitividad al
incorporar prácticas de RSE a su organización.
Fuente : PROhumana
Frente a la pregunta “¿Puede influir como consumidor en la manera como una empresa es
socialmente responsable?”, los resultados no han mostrado grandes avances en los últimos
seis años. Quienes dicen que sí aumentaron levemente desde el 2002 (51%) hasta el 2008
(58%), mientras quienes no creen poder influir fluctuaron desde un 39% a un 37% en el
mismo período.
Además, al preguntar en forma abierta sobre los motivos por los que castigaría a alguna
empresa, un 16% respondió espontáneamente “no castigaría nunca”, convirtiéndola en la
opción más mencionada. Finalmente, y en línea con la pasividad mostrada en las preguntas
anteriores, un 65% de los chilenos “no ha considerado” premiar a una empresa socialmente
responsable.
Estos resultados debieran llamarnos la atención sobre hacia dónde estamos dirigiendo
nuestros esfuerzos y por qué ellos no han sido suficientes para concretar un cambio cultural
significativo en la mente de nuestros consumidores. ¿Qué pasa? ¿Qué nos falta? Debemos
reflexionar entonces sobre el rol que hemos jugado y que debiéramos jugar, tanto como
empresas como organización dedicada al tema, en el impulso del consumo responsable.
Esta pasividad reflejada en los números de la encuesta Mori 2008 es un dato muy relevante
a tomar en cuenta en nuestro próximo actuar.
No debemos olvidar que son las personas, especialmente en su rol como consumidores,
quienes están llamadas a “hacer carne” los esfuerzos de las compañías que trabajan por
lograr la sustentabilidad económica, social y ambiental.
Por: León Guzmán G.
Gerente General
Acción RSE
Empresa y Reciclaje
Para nadie es novedad el concepto de reciclaje. De alguna u otra manera se ha intentado
insertar en los actos cotidianos, el hecho de re utilización de los materiales nobles, y de los
no tanto, para no continuar con la sobre explotación de estos.
Desde un punto de vista práctico, los trabajadores deben contar con diferentes contenedores
para depositar y separar los residuos sólidos, mismos que pueden reciclarse y reutilizarse en
forma productiva, de manera que se transformen y re utilicen. Con ello además, se crear
conciencia en los que forman parte de la empresa.
Ejemplo de reutilización es, por ejemplo, que con los residuos de madera se elaboren
muebles y utensilios de limpieza, con el vidrio se formen nuevos envases, el metal se funde
y se pueden crear nuevas piezas metálicas y el aluminio se convierte en latas de diversos
productos.
Por otra parte, estas acciones mínimas de conciencia con el medio ambiente, la pueden
realizar todas las empresas, sin distinción de tamaño ni cantidad de trabajadores o ingresos,
ya que sólo se trata de ir gestionando y ejecutando actitudes que marcarán la diferencia en
el futuro.
Se traduce entonces que las empresas tienen una relación estrecha con el tema del
Calentamiento Global, ya que son parte importante en su desencadenamiento o detención.
Por tanto son éstas, o más bien quienes las dirigen, quienes deben asumir un rol activo y
estar concientes de que juegan un papel fundamental en el proceso de revertir el
Calentamiento Global.
Las grandes compañías, entonces, tienen un gran reto por delante: demostrar que les
interesa nuestro planeta y que harán sus mayores esfuerzos por cuidarlo y defenderlo,
velando por el bienestar de toda la sociedad.
Ésta es la oportunidad para que el empresariado demuestre que es una pieza más del
engranaje social, y que por ello se hará cargo del rol que le corresponde para el buen
funcionamiento de éste, tomando decisiones a tiempo y sobre todo desinteresadas de
ganancias propias.
Un ejemplo de ello es que en materia regional el foco está puesto en la integración de las
buenas prácticas en la cadena de valor de las empresas, dice León Guzmán, gerente general
de Acción RSE. "Se está discutiendo fuertemente cómo instalar modelos de RSE en las
pymes. Este tema se cruza transversalmente con otro: los negocios inclusivos o en la base
de la pirámide. En Acción RSE estamos trabajando en esta materia, revisando el
aprendizaje de las experiencias exitosas, ya que estos negocios tienen una mecánica
distinta. Y, sin duda, constituyen una oportunidad para enfrentar la pobreza".
A nivel global, asegura León Guzmán, actualmente se está revisando el concepto de RSE.
"Existe mucho mayor conciencia en que esta mirada ética de los negocios está generando
una discusión sobre qué es lo que significa hacer empresa. Dos grandes preocupaciones son
la reducción de la pobreza y el calentamiento global, temas que seguirán muy fuerte en los
próximos meses".
Según Guzmán, el año 2007 deja una mayor conciencia sobre la necesidad de cambiar la
manera en que se estaban haciendo los negocios. En este sentido, acota, hay importantes
desafíos. "Una parte importante de las empresas no se ha movido con la velocidad que el
mercado demanda. Por otra parte, pienso que el sistema financiero chileno está en deuda en
esta materia, como también el Estado, que está bastante lento y aún no encuentra su rol para
promover la RSE".
Agenda 2008
Los temas que marcarán el debate de la RSE a nivel global en 2008 se concentrarán en los
aspectos laborales, tanto del empleo directo como los que tienen relación con la cadena de
negocios. Así lo afirma la presidenta ejecutiva de Fundación PROhumana, Soledad
Teixidó. "En relación con lo ambiental, seguramente el uso del agua y su consumo
responsable será otro tema que dominará la agenda global. También todo lo que está
relacionado con los green business".
Soledad Teixidó también señala que surgirán temas que se vinculan con las alianzas
estratégicas entre los negocios, gobiernos y ONG, para dar solución a la pobreza, tanto
local como global. "Otro tema que aún lo sentimos lejano, pero que estoy segura marcará el
2008, serán las migraciones que se están dando a nivel global, las que influyen tanto en lo
político local como global, y en la sustentabilidad de los negocios. Por último, todo lo
relacionado con la tecnología también será relevante, tanto como un medio para ser más
eficientes como para mejorar las comunicaciones y generar mayor participación; pero
también será protagonista en la generación de empleo, especialmente en lugares menos
urbanos, ya que ésta permitirá generar trabajo en zonas de más difícil acceso".
En opinión de Teixidó, los desafíos para las organizaciones vinculadas a la RSE serán
comprender desde una mirada más estratégica lo que significa el desarrollo de mercados
competitivos, pero sustentables y responsables. "Por otro lado, pasar de una etapa de
sensibilización y reflexión más primaria a un análisis más complejo dentro de lo que es el
contexto global, en el que se desarrollan los negocios, y qué rol juega en esta etapa la
RSE".
Fuente: Desafío 2008
Estos deberes éticos constituyen un común denominador que deberían poseer todos los
miembros del empresariado en su ejercicio profesional y de negocios, por lo cual es
necesario que todos tomen conciencia de su importancia.
Esta compilación tiene por objetivo definir la ética que debe primar en el empresariado en
general, como una forma de autorregulación que genere un clima de negocios cada vez más
seguro y estable a nivel macro.
Es por ello que se debe derribar la creencia que los códigos y deberes éticos son sólo para
empresas grandes, que tienen gran cantidad de empleados y que facturan grandes sumas; o
que por otro lado, son solamente las empresas de países desarrollados o con altos
estándares laborales las que deben llevarlos a la práctica.
Las empresas, al margen de su tamaño, facturación, procedencia, industria, entre otras
características, deben estar concientes de la importancia de la contribución que significa
generar sus propios códigos de ética, al margen de que existan códigos generales para tosas
las organizaciones por igual.
Se debe generar entonces una necesidad en el sector empresarial de formular sus propios
códigos de ética con el fin de generar un mayor desarrollo sustentable y una permanencia
de las buenas prácticas dentro de sus actividades.
Fuente: El Mercurio