Parte 1
Parte 1
El narrador
Una narración es el relato de una historia constituida por acciones que algunos
personajes realizan, o que les suceden, en un tiempo y lugar determinados. En las
narraciones, el encargado de referir los hechos y ubicarlos en el tiempo y en el espacio es el
narrador. Es una voz ficcional.
El narrador puede conocer los hechos en forma parcial o total y narrarlos de distintas
maneras: en general, en primera o tercera personas gramaticales. Estos dos aspectos (quién
narra y cuánto sabe de lo que narra) ponen en manifiesto el punto de vista.
El narrador no debe confundirse con el autor, una persona real que existe fuera de la
ficción, aunque no se conozca su nombre.
La estructura de la narración
Las acciones de una narración se relacionan entre sí porque una sucede después de la
otra, es decir, respetando un orden temporal. Pero también están encadenadas según un
orden lógico, porque una es causa o consecuencia de las otras.
Historia y relato
Las narraciones literarias crean una realidad ficcional: aunque representen un mundo tal
como lo conocemos, ese mundo creado es una construcción de la imaginación, que obedece a
sus propias reglas. Así, un personaje no tiene por qué actuar como esperamos que actúe en el
mundo real, porque sus acciones siguen las leyes del relato y no las leyes de la vida. Hay relatos
en los que se presentan hechos o situaciones sobrenaturales que no pueden explicarse (un objeto
habla con un niño, un cambio climático inesperado produce pánico en un pueblo, etc.). Estos
elementos “anómalos” irrumpen en un mundo “normal”, y esto los vuelve particularmente
perturbadores. Estos relatos en los que no hay respuesta para lo sobrenatural se llaman
fantásticos, y se diferencian de los relatos maravillosos en que lo sobrenatural (objetos con
poderes, príncipes convertidos en animales por un encantamiento) es aceptado por el lector.
El teórico Tzvetan Todorov plantea: “es necesario que el texto obligue al lector a
considerar el mundo de los personajes como un mundo de personas reales, y a vacilar entre una
explicación natural y una explicación sobrenatural de los acontecimientos evocados”.
Para generar suspenso y un clima inquietante, se emplean diversos recursos. Por ejemplo,
los sucesos transcurren en ambientes sombríos, envueltos en la niebla o sumidos en la oscuridad
(fenómenos que refuerzan la ida de ambigüedad); hay personajes siniestros o que generan
extrañeza. Esto hace que muchas veces se emparente este género con el de terror o con la novela
gótica. Esta última se caracteriza por historias ambientadas en castillos medievales, donde
generalmente habitan personajes monstruosos. Sin embargo, en este tipo de relatos los
acontecimientos pueden ser explicados racionalmente, no así en el género fantástico.
El tema del espejo es un tópico frecuente. Este elemento aparece como un modo de hacer
creíble la transformación de lo conocido en desconocido.
El tema del doble es fundamental en los relatos fantásticos del siglo XIX, y serelaciona
con el bien y el mal como figuras contrapuestas. Durante mucho tiempo, estas figuras
aparecieron desdobladas, por ejemplo, se personificaban en ángeles y demonios. Luego, el bien
y el mal comienzan a verse como fuerzas que conviven en el individuo. Así, por ejemplo, el doctor
Jekyll y logra plasmar esta dualidad al transformarse en Hyde.
El retrato oval, de Edgar Allan Poe
Según toda apariencia, el castillo había sido recientemente abandonado, aunque temporariamente.
Nos instalamos en una de las habitaciones más pequeñas y menos suntuosamente amuebladas.
Estaba situada en una torre aislada del resto del edificio. Su decorado era rico, pero antiguo y
sumamente deteriorado. Los muros estaban cubiertos de tapicerías y adornados con numerosos
trofeos heráldicos de toda clase, y de ellos pendían un número verdaderamente prodigioso de
pinturas modernas, ricas de estilo, encerradas en sendos marcos dorados, de gusto arabesco.
Me produjeron profundo interés, y quizá mi incipiente delirio fue la causa, aquellos cuadros colgados
no solamente en las paredes principales, sino también en una porción de rincones que la arquitectura
caprichosa del castillo hacia inevitable; hice a Pedro cerrar los pesados postigos del salón, pues ya
era hora avanzada, encender un gran candelabro de muchos brazos colocado al lado de mi cabecera,
y abrir completamente las cortinas de negro terciopelo, guarnecidas de festones, que rodeaban el
lecho. Quíselo así para poder, al menos, si no reconciliaba el sueño, distraerme alternativamente
entre la contemplación de estas pinturas y la lectura de un pequeño volumen que había encontrado
sobre la almohada y que trataba de su crítica y su análisis.
Leí largo tiempo; contemplé las pinturas religiosas devotamente; las horas huyeron, rápidas y
silenciosas, y llegó la media noche. La posición del candelabro me molestaba, y extendiendo la mano
con dificultad para no turbar el sueño de mi criado, lo coloqué de modo que arrojase la luz de lleno
sobre el libro. Pero este movimiento produjo un efecto completamente inesperado. La luz de sus
numerosas bujías dio de pleno en un nicho del salón que una de las columnas del lecho había hasta
entonces cubierto con una sombra profunda. Vi envuelto en viva luz un cuadro que hasta entonces
no advirtiera. Era el retrato de una joven ya formada, casi mujer. Lo contemplé rápidamente y cerré
los ojos. ¿Por qué? no me lo expliqué al principio; pero, en tanto que mis ojos permanecieron
cerrados, analicé rápidamente el motivo que me los hacía cerrar. Era un movimiento involuntario
para ganar tiempo y recapacitar, para asegurarme de que mi vista no me había engañado, para
calmar y preparar mi espíritu a una contemplación más fría y más serena. Al cabo de algunos
momentos, miré de nuevo el lienzo fijamente.
No era posible dudar, aun cuando lo hubiese querido; porque el primer rayo de luz al caer sobre el
lienzo, había desvanecido el estupor delirante de que mis sentidos se hallaban poseídos, haciéndome
volver repentinamente a la realidad de la vida. El cuadro representaba, como ya he dicho, a una
joven. se trataba sencillamente de un retrato de medio cuerpo, todo en este estilo, que se llama, en
lenguaje técnico, estilo de viñeta; había en él mucho de la manera de pintar de Sully en sus cabezas
favoritas. Los brazos, el seno y las puntas de sus radiantes cabellos, pendíanse en la sombra vaga,
pero profunda, que servía de fondo a la imagen. El marco era oval, magníficamente dorado, y de un
bello estilo morisco. Tal vez no fuese ni la ejecución de la obra, ni la excepcional belleza de su
fisonomía lo que me impresionó tan repentina y profundamente. No podía creer que mi imaginación,
al salir de su delirio, hubiese tomado la cabeza por la de una persona viva.
Empero, los detalles del dibujo, el estilo de viñeta y el aspecto del marco, no me permitieron dudar
ni un solo instante. Abismado en estas reflexiones, permanecí una hora entera con los ojos fijos en
el retrato. Aquella inexplicable expresión de realidad y vida que al principio me hiciera estremecer,
acabó por subyugarme. Lleno de terror respeto, volví el candelabro a su primera posición, y habiendo
así apartado de mi vista la causa de mi profunda agitación, me apoderé ansiosamente del volumen
que contenía la historia y descripción de los cuadros.
Busqué inmediatamente el número correspondiente al que marcaba el retrato oval, y leí la extraña y
singular historia siguiente:
“Era una joven de peregrina belleza, tan graciosa como amable, que en mal hora amó al pintor y, se
desposó con él.
“Él tenía un carácter apasionado, estudioso y austero, y había puesto en el arte sus amores; ella,
joven, de rarísima belleza, todo luz y sonrisas, con la alegría de un cervatillo, amándolo todo, no
odiando más que el arte, que era su rival, no temiendo más que la paleta, los pinceles y demás
instrumentos importunos que le arrebataban el amor de su adorado. Terrible impresión causó a la
dama oír al pintor hablar del deseo de retratarla. Mas era humilde y sumisa, y sentóse
pacientemente, durante largas semanas, en la sombría y alta habitación de la torre, donde la luz se
filtraba sobre el pálido lienzo solamente por el cielo raso.
"El artista cifraba su gloria en su obra, que avanzaba de hora en hora, de día en día. "Y era un hombre
vehemente, extraño, pensativo y que se perdía en mil ensueños; tanto que no veía que la luz que
penetraba tan lúgubremente en esta torre aislada secaba la salud y los encantos de su mujer, que se
consumía para todos excepto para él.
"Ella no obstante, sonreía más y más, porque veía que el pintor, que disfrutaba de gran fama,
experimentaba un vivo y ardiente placer en su tarea, y trabajaba noche y día para trasladar al lienzo
la imagen de la que tanto amaba, la cual de día en día tornábase más débil y desanimada. Y, en
verdad, los que contemplaban el retrato, comentaban en voz baja su semejanza maravillosa, prueba
palpable del genio del pintor, y del profundo amor que su modelo le inspiraba. Pero, al fin, cuando el
trabajo tocaba a su término, no se permitió a nadie entrar en la torre; Porque el pintor había llegado
a enloquecer por el ardor con que tomaba su trabajo, y levantaba los ojos rara vez del lienzo, ni aun
para mirar el rostro de su esposa. Y no podía ver que los colores que extendía sobre el lienzo
borrábanse de las mejillas de la que tenía sentada a su lado. Y cuando muchas semanas hubieron
transcurrido, y no restaba por hacer más que una cosa muy pequeña, sólo dar un toque sobre la boca
y otro sobre los ojos, el alma de la dama palpitó aún, como la llama de una lámpara que está próxima
a extinguirse. y entonces el pintor dio los toques, y durante un instante quedó en éxtasis ante el
trabajo que había ejecutado; pero un minuto después, estremeciéndose, palideció intensamente
herido por el terror, y gritando con voz terrible: “-¡En verdad esta es la vida misma!”- Se volvió
bruscamente para mirar a su bien amada,... ¡Estaba muerta!”.
Actividades
2) Preparen en sus carpetas dos listas con palabras del cuento: las que se vinculan por su
significado con la luz y las que se relacionan con la oscuridad.
3) Reescriban en la carpeta las siguientes frases, con palabras que utilicen habitualmente.
a) “Las horas huyeron, rápidas y silenciosas”
b) “…la arquitectura caprichosa del castillo…”
c) “Abismado en estas reflexiones…”
d) “…la luz se filtraba sobre el pálido lienzo”
4) Subrayen con dos colores distintos las palabras y expresiones extraídas de los últimos
párrafos del cuento que se relacionen por su significado con la muerte y la vida.
llena de alegría – sombría – pálido lienzo – torre aislada – lúgubremente – luz – secaba la
salud – se consumía – vivo y ardiente de placer – noche – día – débil – desanimada – el alma
vaciló – extinguirse – última pincelada – éxtasis – se puso pálido
EL ALMOHADON DE PLUMAS, de Horacio Quiroga
Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido
heló sus soñadas niñerías de novia. Lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero
estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la
alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente,
sin darlo a conocer.
Durante tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera
ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incautaternura; pero
el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso
—frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado.
Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altasparedes, afirmaba aquella
sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, lospasos hallaban eco en toda la
casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar
un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin quererpensar en
nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días
y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardínapoyada en el brazo de él.
Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por
la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente
todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos
fueron retardándose, y aún quedólargo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una
palabra.
Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El
médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
—No sé —le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja—. Tiene una grandebilidad
que no me explico, y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida.
Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima,
completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte.
Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin
oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida.
Paseábase sin cesar de un extremo a otro, conincansable obstinación. La alfombra ahogaba sus
pesos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando
a su mujer cada vez que caminabaen su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron
luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la
alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando
fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
—¡Jordán! ¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.Jordán
Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de
estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido,
acariciándola temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobrelos
dedos, que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa,
desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consultaAlicia
yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La
observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor.
—Pst... —se encogió de hombros desalentado su médico—. Es un caso serio... poco hayque
hacer...
Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en
las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida,
en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre.
Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomadaen la cama con un millón de kilos
encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza.
No quiso que le tocaran la cama, ni aún quele arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares
avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente
por la colcha.
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces
continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico dela casa,
no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado delos eternos
pasos de Jordán.
Murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato
extrañada el almohadón.
—¡Señor! —llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay manchas que parecen desangre.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor
Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un
grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós: —sobre el
fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso,
una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenasse le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca—su
trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi
imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin dada su desarrollo, pero desde
que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había
vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas
condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente
favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.
Actividades
2) Completa la siguiente línea de tiempo, de acuerdo con la lógica temporal utilizando las acciones
que se listan a continuación:
En todas las épocas, las personas han disfrutado de historias que les provocaban miedo,
terroro escozor.
Algunas de ellas se creaban para explicar fenómenos desconocidos que causaban temor
y daban así origen a leyendas.
Otras, en cambio, tenían una finalidad didáctica (por ejemplo, convencer a los chicos
para que se porten bien). Sin embargo, con el tiempo las historias de terror se fueron
constituyendo en ungénero distinto con características propias.
Lo fundamental pasó a ser el efecto que producen en el lector. Así, estos relatos causan
inquietud y escalofrío, permiten explorar los temores de los seres humanos y experimentar
sensaciones nuevas. Para eso utilizan, recurren o explotan tres recursos básicos:
El suspenso, que consiste en anticipar que algo terrible está por suceder.
La sorpresa, al introducir repentinamente un elemento que asusta.
El horror, al enfrentar al lector con elementos naturales o
sobrenaturales,generalmente desagradables.
Temáticas y atmósferas
Existen múltiples temas que han sido materia de relatos de terror. Algunos de los
más frecuentes son la muerte (casos de fantasmas o de seres “no muertos” como
momias, vampiros, zombies, etc.); la pérdida de la integridad física o psíquica (la vejez y
la locura, por ejemplo); la encarnación del mal (bestias o demonios); el inconsciente
(casos de doble personalidad, pérdida de identidad, hipnosis).
Los espacios suelen ser lugares desolados y sombríos en donde los personajes
pueden perderse o descubrir algún misterio (sórdidos castillos, fríos cementerios, casas
abandonadas). La noche y las tormentas son los momentos privilegiados debido a la
oscuridad y a las circunstancias amenazadoras e imprevisibles. De esta forma se
construye un escenario terrorífico que prepara al lector para el hecho fuera de lo normal
que sucederá.
En muchos cuentos se plantea una incertidumbre: el personaje e incluso el lector
no entiende lo que está pasando, pues algo extraño o sobrenatural irrumpe en el mundo
conocido y aquello que es desconocido, que no se puede explicar, es lo que produce
miedo.
LA DAMA DE BLANCO
El joven dobló por la calle Juncal, como todos los últimos sábados por la noche. Desde que Lucía lo
había dejado, se había vuelto su recorrido habitual. El aire que salía de su boca se convertía en humo
al encontrarse con el frío de agosto. Al llegar a la esquina de Junín, algo lo motivó a cambiar de rumbo
y unos metros más adelante, vio a una muchacha. Llevaba un vestido de un blanco radiante. El joven
no pudo frenar el impulso de invitarla a tomar algo y darle su abrigo para protegerla. Entraron a “La
Biela”, un bar tradicional del barrio de Recoleta.
Él no sabía con qué tema empezar la conversación. Tenía miedo de quedar en ridículo o espantarla.
Se le ocurrió que la música era un buen tema. Así se enteró de que a ella le gustaba la música clásica
y sabía tocar el piano. Cuando les trajeron el café supo su nombre: Luz María.
El joven notó que los hombres que estaban en el bar los miraban y murmuraban. No le pareció
extraño siendo Luz María tan hermosa. Él se ofreció a acompañarla hasta la casa y en el puesto de
flores de la calle Posadas, le compró un ramo de rosas. En el umbral de la puerta, entre miradas y
sonrisas, la besó. Sintió un escalofrío y volvió a su casa pensando en ella.
Al día siguiente, decidió sorprenderla. Tocó el timbre de su casa y una señora mayor le abrió la puerta.
Él le preguntó por Luz María y, entre llantos y gritos, recibió una respuesta inesperada. Su dama de
blanco había muerto treinta años atrás.
Corrió al cementerio sin poder creer en las palabras de aquella mujer. Los nombres escritos en las
lápidas le lastimaban los ojos. Su desesperada búsqueda llegó a su fin frente al nombre Luz María
grabado en el mármol. Cerró los ojos porque ya no quedaba nada por ver. Cuando el vacío del mundo
se había hecho más grande, el aroma de las rosas se hizo presente y el joven volvió a sentir el mismo
escalofrío de la noche anterior.
El sereno del Cementerio de La Recoleta declaró que era habitual, desde hacía treinta años, ver
pasear a Luz María vestida de blanco los sábados por la noche.
Actividades
1. Creando suspenso
En esta leyenda aparecen varios elementos que, combinados, crean un clima de suspenso. Vamos a
rastrear algunos de ellos:
¿En qué época del año sucede la historia?, ¿en qué momento del día el joven conoce a la dama de
blanco?, ¿en qué barrio de la Capital Federal están los personajes?, ¿qué hay en ese barrio?
b. El joven siente un vacío en dos escenas: cuando no sabe qué decirle a Luz María en el bar
y cuando ve su nombre escrito en el mármol en el cementerio. Vuelvan a leer la leyenda
y encuentren cómo se llena el vacío, fíjense qué siente el joven en cada caso.
Pistas: Uno de los elementos que llenan el vacío se puede escuchar. El otro, se puede oler
c. ¿Qué se les ocurre que sucederá en estas situaciones? Completen, como en el ejemplo:
Se dice que esta criatura es una persona y muchas a la vez. Cuando logró
escaparse de la casa de Víctor, se dio cuenta de que ningún ser humano
se atrevía a acercarse a él. Por eso, se recluyó en una cueva oscura y fría.
Como se sentía muy solo, regresó a pedirle a Víctor que le creara una
compañera. Pero Víctor se negó y la criatura se enfureció…
1. ¿Por qué creen que se dice que Frankenstein es una persona y muchas a la
vez?
La criatura, enfurecida, decidió causar la muerte de las personas más queridas por Víctor. Él,
desesperado por estos asesinatos, juró vengarse, mientras lloraba a sus muertos en el cementerio.
El texto que van a leer ahora forma parte de la novela. Es el juramento devenganza de
Víctor:
Por la tierra sagrada sobre la que me arrodillo, por las sombras que flotan a mi alrededor,
por el profundo y eterno dolor que siento, juro por ti, oh noche, y por los espíritus que te
habitan, perseguir a ese demonio que provocó esta desgracia, hasta que él o yo caigamos en un
combate a muerte. Sólo por esta razón seguiré viviendo; para llevar a cabo esta deseada
venganza volveréa ver el sol y pisar el verde, cosas que de otro modo desaparecerían de mi
mirada para siempre.
Datos curiosos
El texto que van a leer ahora forma parte de la novela. Son las palabras de
alguien quevio a Mr. Hyde:
No es fácil describirlo. Hay algo en su apariencia que no encaja; algo desagradable, algo
completamente detestable. Nunca vi un hombre que me repugnase tanto, pero aún no sé
bien por qué. Debe ser deforme en algún lugar; da una fuerte sensación de deformidad,
aunque no se pueda señalar exactamente dónde. Tiene una apariencia anormal, pero no
consigo nombrar nada que esté fuera de lugar. No, señor, no puedo hacerlo; no puedo
describirlo. No es por falta de memoria ya que puedo decir que es como si lo estuviera viendo
en este mismo momento.
o Los textos que nos dicen cómo son los personajes, que nos
dan características deobjetos o que nos ayudan a imaginar
lugares se llaman descripciones.
ACTIVIDADES
2. Sin palabras
El personaje que trata de describir a Mr. Hyde dice que no es fácil hacerlo. ¿Por qué?
Marquen la respuesta correcta en el casillero.
a) Porque no recuerda su apariencia con claridad___
b) Porque no puede determinar qué es exactamente lo que le provoca
repugnancia___
c) Porque tiene miedo de que Hyde se ofenda___
3. Opuestos
El doctor Jekyll y Mr. Hyde tienen personalidades opuestas, uno encarna la maldad y el
otro, la bondad. Uno es amable y el otro, grosero, uno inocente y el otro, culpable.
Las palabras que tienen significados opuestos, como bueno y malo, se llaman
antónimos. En cambio, las que tienen significados parecidos se llaman sinónimos, por
ejemplo: horrible y espantoso. ¿Se les ocurre algún sinónimo de oculto?
Drácula
El Conde Drácula es uno de los
personajes más misteriosos de la Historia. Se
ha escrito mucho sobre él, se han hecho
muchas películas, dibujos animados, óperas,
obras de teatro, etcétera. La novela que lleva
su nombre fue escrita por el irlandés Bram
Stoker en 1897. La historia comienza cuando
el abogado Jonathan Harker es contratado
por el conde Drácula para que lo ayude a
comprar unas propiedades en Londres,
Inglaterra. Porese motivo, Jonathan viaja a
Transilvania y se hospeda en el castillo del
conde.
Unos días después, Jonathan nota que su anfitrión actúa de manera muy
extraña. En elsiguiente fragmento conocerán algunas de sus rarezas.
Imaginen que ustedes forman parte de la historia de Drácula. Cuenten su experiencia de la noche de
tormenta en la que llegaron al castillo de Drácula. Para eso, pueden comenzar por contestar las
siguientes preguntas: ¿Iban de noche, en un auto, una moto o un caballo? La tormenta era cada vez
más fuerte. De pronto, a la vuelta del camino, vieron un castillo. ¿Cómo eran sus puertas? ¿Y las
ventanas? ¿Se veía alguna luz? A pesar del miedo que les causaba esa edificación, tocaron a la puerta.
¿Cómo era el extraño personaje que los recibió? Entraron, con un nudo en la garganta. ¿Qué vieron
en la gran sala? ¿Qué olieron? ¿Qué ruidos escucharon? ¿Hacía frío o calor? El personaje les sirvió
una bebida en un vaso. ¿Qué gusto tenía? Luego, los llevó a una habitación. ¿Qué muebles había?
¿Cómo eran las paredes? ¿Y las ventanas? No sin preocupación, se acostaron. ¿Qué pasó después?
Finalmente, huyeron. ¿Cómo lograron escapar del castillo?
Después de contestar a las preguntas, en una hoja aparte escriban su historia y pónganle un título.
Cuando terminen de escribir, revisen el borrador y fíjense si:
- al leerla nuevamente, pueden imaginar cada uno de los momentos y lugares de la historia,
- los lectores van a comprender que el personaje que les abrió la puerta es nada más ni nada
menos que el famoso conde Drácula
- el título que inventaron da muchas ganas de leer la historia pero no revela todo lo que
sucedió.