Cuidados Enfermeros Culturalmente Diferentes
Cuidados Enfermeros Culturalmente Diferentes
Cuidados Enfermeros Culturalmente Diferentes
RESUMEN
INTRODUCCION
Cada individuo interioriza y aplica su cuidado según sus costumbres, sus creencias, y desde
el inicio del mundo estas técnicas de alguna manera les ha servido para sobrevivir y
mantenerse en el tiempo. Por consiguiente, los Cuidados de Enfermería deben tener
presente estos postulados. En este sentido, el trabajo realizado en el campo de la Enfermería
se destaca Dra. Madeleine Leininger que desarrolló la Teoría de los Cuidados Culturales,
que trata de la importancia de brindar un Cuidado de Enfermería, según sea la cultura del
paciente al que se le esté brindando un cuidado de salud. 1,2,3,4
Consecuentemente, es necesario que los enfermeros en Cuba tengan presente en su actuar
las prácticas, expresiones, actitudes, significados del cuidado; pues cuando ellos dominan
las costumbres, creencias religiosas, hábitos alimenticios, valores y los patrones del cuidado
y de salud, los Cuidados de Enfermería son más útiles e integrales. Por lo tanto, el principal
propósito de este artículo es reflexionar sobre la importancia y relevancia del cuidado
cultural en las prácticas de Enfermería.
DESARROLLO
Desde épocas muy remotas hasta nuestros días, ha existido un desarrollo acelerado en la
sociedad humana, en la que se destacan los avances médicos tanto a nivel mundial como
nacional; en ellos, el hombre tiene en sus manos todo el conocimiento de una ciencia
encargada de resolver o investigar el desequilibrio entre el proceso salud–enfermedad con
el entorno en que vivimos, pero aún existe una fuerte inclinación de la conciencia social en
resolver problemas de salud mediados por creencias religiosas de cualquier vertiente. Esto
se debe, sin dudas, a los valores culturales trasmitidos de generación en generación que
influyen en el actuar de los seres humanos.
El término Cultura ha sido definido en más de 200 formas; sin embargo, fue
conceptualizado por primera vez, según registra la historia por Sir Edward Tylor (1871),
quien sostuvo que la cultura se refiere a la inclusión de conocimientos, creencias, arte,
moralidad, leyes, costumbres y cualquier otra destreza y hábitos que adquieren los seres
humanos en cuanto a miembros de la sociedad. 5
Entre los años 1950 y 1960, señaló la existencia de varias áreas comunes de conocimiento y
de interés científico-teórico entre la Enfermería y la Antropología; formuló diversos
conceptos, teorías, prácticas y principios de la Enfermería transcultural. Nursing and
Anthropology: Two Worlds to Blend, fue su primer libro publicado sobre Enfermería
Transcultural, que sentó las bases del desarrollo de este campo del conocimiento, de su
propia teoría y de la asistencia sanitaria basada en las diferencias culturales. 1,2
s culturales, creencias y modo de vida de los individuos, grupos o instituciones con el fin de
suministrar o apoyar servicios de bienestar o cuidados sanitarios significativos,
provechosos y satisfactorios. 1,8,9
Se entiende por padecer la forma individual y personal como cada uno enfrenta su
problema de salud, sea o no sea enfermedad. Por lo tanto, debemos distinguir entre
enfermedades y padeceres. 10
La enfermedad es una construcción intelectual, en la que se reúnen: las causas, los procesos
a través de los cuales se manifiesta en el cuerpo, los signos y síntomas que produce, y las
lesiones del organismo o de la vida que pueden existir como su sustento. Así, cada sistema
médico elabora intelectualmente sus enfermedades y las llama de formas tan variadas
como: caída de la mollera, tlazol, o infarto del miocardio. 10
Por otro lado, el padecer es la forma personal como el individuo vive su problema de salud.
Por ejemplo, la manera que los individuos enfrentan un problema de salud se diferencia por
las influencias culturales de estos; es decir, un paciente con una enfermedad cardiovascular
X en Cuba actúa o enfrenta su problema de salud diferente a un individuo que vive en
Canadá, debido a que los sistemas culturales son disímiles. Por consiguiente, para el
personal de Enfermería es de vital importancia considerar los factores culturales que rigen
la convivencia de las personas.
La Enfermería cubana debe tener en cuenta los enfoques de brindar cuidados de salud
coherente con los valores culturales de los individuos o grupo bajo asistencia, porque el
padecer rige el comportamiento humano, sobre todo, en términos de salud. Por lo tanto,
comprender que en el cuadro religioso cubano influyen de modo determinante el conjunto
de pueblos de procedencia española, con su cultura y religión católica, y los pueblos
africanos traídos en condiciones de esclavos y que eran portadores de culturas tribales,
generalmente, llamados cultos sincréticos. El resultado radica en la herencia de nuestras
raíces y que hoy tienen vital relevancia. Aunque en Cuba se practican otras tantas
religiones.
Leininger sostiene que las principales consecuencias de no tener presente los enfoque
culturales en los sistemas de asistencia de enfermería son:
b) Los diagnósticos médicos y de enfermería que no tienen en cuenta los factores culturales
producen resultados desfavorables, en ocasiones, con consecuencias graves. 1,2
CONCLUSIONES
Los últimos datos que se conocen sobre el número de extranjeros en España los
aporta el Instituto Nacional de Estadística (2008): son ya 5,22 millones los
extranjeros residentes en España, representando el 8,5% del total de la población
española, que alcanza los 46,06 millones. Este permanente cambio en la
composición cultural de la sociedad en los últimos años se ve reflejado en
múltiples aspectos, especialmente en los servicios públicos. En la Sanidad se está
observando un aumento en el porcentaje de pacientes extranjeros, un hecho que
está suponiendo un importante reto para todo el sistema y para los profesionales
de la salud, en especial para el personal de Enfermería, al encontrarse en la
primera línea de contacto y asistencia a estos nuevos usuarios.
Este aumento de extranjeros en nuestro país está produciendo el asentamiento
creciente de grupos culturales de todas las partes del mundo; con sus costumbres,
sus tradiciones, sus valores, sus creencias y su visión del mundo, de la vida, de la
muerte y del proceso salud-enfermedad, de cómo se enferma, cómo se sana,
quién puede sanar, qué hacer y qué no hacer para sanar, etc. (Plaza del Pino et
al, 2005)
Pensar que esta diversidad cultural es un problema no es una idea aislada, son
muchos los que ven a los otros como portadores de enfermedades, pobreza, falta
de educación y se les rechaza pensando que pueden manifestar comportamientos
o conductas antisociales (Soriano, 2007). Los trabajadores de la Sanidad Pública
no pueden elegir a quién atienden y, en su mayor parte, los inmigrantes tampoco
eligen dónde quieren ser atendidos así que, tanto unos como otros, necesitan
entenderse mutuamente.
Los recursos sanitarios son los mismos para toda la población (extranjera y
autóctona), aunque existe algún dispositivo de emergencia específico para la
población inmigrante para casos excepcionales, así mismo, para responder a las
particularidades sociales, lingüísticas y culturales de los colectivos inmigrantes se
está introduciendo dispositivos de apoyo que en este momento todavía resultan
muy escasos y excepcionales.
Las necesidades sanitarias de la población inmigrante son diversas y varían en
función del tiempo de residencia, las condiciones socio-laborales, el nivel cultural,
el estatus jurídico, el manejo del idioma, etc. las necesidades sanitarias irán
evolucionando conforme su tiempo de residencia se hace más largo y a medida
que su situación socio-económica se acerque o iguale a la de la población
autóctona.
Para muchos inmigrantes, en su primer periodo de estancia en nuestro país, hay
un retroceso en las condiciones de vida comparándolas con las que tenían en el
país de origen; alimentación, higiene, hacinamiento, etc. La escasez de recursos
económicos y la ausencia total o parcial de la red de apoyo social van a ser dos
elementos claves para su bienestar físico y mental. Junto a los factores culturales
existen otros como la pobreza, la privación y la exclusión social que influyen en un
estado de salud negativo, incrementándose este hecho entre las minorías étnicas
y colectivos de inmigrantes cuando se añaden los efectos de la xenofobia y del
prejuicio social.
Foto de Emilo González
El reto de cuidar en una sociedad multicultural a menudo fracasa porque falla la
comunicación, por ignorancia, por actitudes negativas o incluso por rechazo hacia
la diferencia cultural (Vilá, 2004), porque somos incapaces de comunicarnos con el
diferente, de comunicarnos con el paciente diferente, incapacidad que se traduce
en el fracaso del más importante acto de comunicación que realiza el profesional
de Enfermería: el cuidado. En la sociedad multicultural el éxito en la comunicación
intercultural de los profesionales de Enfermería con sus pacientes es clave.
Iglesias (1999) define comunicación intercultural como el proceso simbólico,
interpretativo, transaccional y contextual en que un cierto nivel de diferencia entre
las personas es suficientemente importante para crear interpretaciones y
expectativas diferentes acerca de lo que se considera conductas competentes que
se deben utilizar para crear significados compartidos.
Por otro lado, no hay que olvidar que la cultura juega un papel fundamental en el
proceso salud-enfermedad, cada cultura delimita o construye un conjunto peculiar
de respuestas al proceso salud-enfermedad que otorgan la condición de enfermo,
incorporando a su vez en las personas, interpretaciones y actitudes que inducen a
vivir la enfermedad de una determinada manera (Spector, 2001), en torno a esta
misma idea, Marie-Françoise Collière (1993) afirma que existe un relativismo
cultural inherente en todas las concepciones de salud y de enfermedad. Los
profesionales de Enfermería han de tener en cuenta que en el desarrollo de su
trabajo confluyen, al menos, tres culturas (Fuller, 2003); la cultura del paciente, su
propia cultura y la cultura de la organización donde trabaja, en este contexto
cultural múltiple el profesional tiene que ser capaz de establecer un diálogo entre
ellas y buscar puntos de encuentro, en muchas ocasiones la enfermera representa
el único enlace para conseguir conectar las necesidades del paciente y las
necesidades de la organización y, de esta manera, poder salvar lo que
Macpherson (1999) (citado por Fuller, 2003: 193) define como racismo
institucional; la falta colectiva de una organización de proporcionar servicio
apropiado y profesional a determinados individuos debido a su color, cultura u
origen étnico. Para poder realizar esta función mediadora, por un lado, y
proveedora de un servicio apropiado y profesional, por otro, la enfermera ha de
formarse en lo que los anglosajones denominan cultural sensivity o cultural
competency, en castellano se han traducido ambos como Competencia Cultural.
En este contexto, los profesionales sanitarios para afrontar con garantías el
cuidado en la sociedad multicultural no sólo deberán ser capaces de comunicarse
eficazmente con el paciente con otros usos culturales, sino que además deberá
conocer y tener en cuenta sus condicionantes culturales respecto al proceso
salud-enfermedad.
La formación de los profesionales. La situación académica actual.
FUENTES TEORICAS:
La enfermería transcultural va mas allá de los conocimientos y hace uso del saber
de los cuidados enfermeros culturales para practicar cuidados culturalmente
congruentes y responsables Leininger declara que con el tiempo habrá un nuevo
tipo de práctica enfermera que reflejara los distintos tipos de enfermería, los
cuales se definirán y basaran en la cultura y serán específicos para guiar los
cuidados enfermeros dirigidos a individuos, familias, grupos e instituciones. Afirma
que a cultura y el cuidado son los medios más amplios para conceptualizar y
entender a las personas este saber es imprescindible para la formación y la
práctica enfermeras.
Leininger defiende que, así como la enfermería es significativa para los pacientes
y para las enfermeras de todo el mundo el saber de la enfermería transcultural y
sus competencias serán imprescindibles para orientar las decisiones y las
acciones de las enfermeras y así obtener resultados buenos y eficaces.