Cuidados Enfermeros Culturalmente Diferentes

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CUIDADOS ENFERMEROS CULTURALMENTE DIFERENTES

El CUIDADO CULTURAL DE ENFERMERIA. NECESIDAD Y RELEVANCIA

MSc. Juan A. Castillo Mayedo. [email protected]

Lic. en Enfermería. Master en Enfermería. Miembro adjunto de la SOCUENF. Profesor


Auxiliar. Aspirante al grado científico de Dr. C de la Enfermería

RESUMEN

El Cuidado Cultural de Enfermería ha emergido como un importante tópico en la Ciencia


de la Enfermería, porque cuando los enfermeros conocen los valores culturales, creencias y
modo de vida de los individuos, el cuidado que se brinda es mucho más provechoso e
integral. El propósito de este artículo fue reflexionar sobre la importancia y relevancia del
cuidado cultural en las prácticas de Enfermería. Los textos obtenidos de los documentos
analizados fueron interpretados usando la lógica de análisis de datos de la investigación
cualitativa. Fueron divididos en unidades de significados similares, agrupados y resumidos.
Este artículo aumentó la comprensión sobre la importancia y relevancia del cuidado cultural
en los sistemas de Enfermería en Cuba, que indudablemente fortalece el papel de los
enfermeros en la práctica clínica. En este sentido, los valores, las creencias espirituales y
elementos culturales no pueden estar ausentes a los fenómenos de la práctica de enfermería.

Palabras clave: Cuidado Cultural, Enfermería.

INTRODUCCION

El Cuidado Cultural de Enfermería es un oportuno y relevante campo para el estudio y las


prácticas de enfermería. 1, 2 De hecho, la relevancia del cuidado cultural en los sistemas de
asistencia de Enfermería permite al profesional de esta disciplina realizar un análisis
integral del individuo, teniendo en cuenta tanto la enfermedad, así como los aspectos
socioculturales y religiosos del paciente.

Cada individuo interioriza y aplica su cuidado según sus costumbres, sus creencias, y desde
el inicio del mundo estas técnicas de alguna manera les ha servido para sobrevivir y
mantenerse en el tiempo. Por consiguiente, los Cuidados de Enfermería deben tener
presente estos postulados. En este sentido, el trabajo realizado en el campo de la Enfermería
se destaca Dra. Madeleine Leininger que desarrolló la Teoría de los Cuidados Culturales,
que trata de la importancia de brindar un Cuidado de Enfermería, según sea la cultura del
paciente al que se le esté brindando un cuidado de salud. 1,2,3,4
Consecuentemente, es necesario que los enfermeros en Cuba tengan presente en su actuar
las prácticas, expresiones, actitudes, significados del cuidado; pues cuando ellos dominan
las costumbres, creencias religiosas, hábitos alimenticios, valores y los patrones del cuidado
y de salud, los Cuidados de Enfermería son más útiles e integrales. Por lo tanto, el principal
propósito de este artículo es reflexionar sobre la importancia y relevancia del cuidado
cultural en las prácticas de Enfermería.

DESARROLLO

Desde épocas muy remotas hasta nuestros días, ha existido un desarrollo acelerado en la
sociedad humana, en la que se destacan los avances médicos tanto a nivel mundial como
nacional; en ellos, el hombre tiene en sus manos todo el conocimiento de una ciencia
encargada de resolver o investigar el desequilibrio entre el proceso salud–enfermedad con
el entorno en que vivimos, pero aún existe una fuerte inclinación de la conciencia social en
resolver problemas de salud mediados por creencias religiosas de cualquier vertiente. Esto
se debe, sin dudas, a los valores culturales trasmitidos de generación en generación que
influyen en el actuar de los seres humanos.

El término Cultura ha sido definido en más de 200 formas; sin embargo, fue
conceptualizado por primera vez, según registra la historia por Sir Edward Tylor (1871),
quien sostuvo que la cultura se refiere a la inclusión de conocimientos, creencias, arte,
moralidad, leyes, costumbres y cualquier otra destreza y hábitos que adquieren los seres
humanos en cuanto a miembros de la sociedad. 5

Asimismo, un siglo más tarde, en el campo de la Enfermería la Dra.C Madeleine Leininger


(1978) define cultura como el conocimiento que se adquiere y trasmite acerca de una
cultura con sus valores, creencias, reglas de comportamiento y prácticas en el estilo de vida,
que orienta estructuralmente a un grupo determinado en sus pensamientos y actividades. 1
Esta investigadora afirmó que era de vital importancia para el personal de Enfermería tener
en cuenta la dimensión cultural en el actuar asistencial.

Leininger nació en Sutton, Nebraska, inició su carrera profesional después de diplomarse en


la Escuela de Enfermería de St. Anthony, en Denver. Es la fundadora de la Enfermería
Transcultural y fue la primera enfermera profesional con preparación universitaria en esta
especialidad, además obtuvo un Doctorado en Antropología Cultural y Social. 6, 7

Entre los años 1950 y 1960, señaló la existencia de varias áreas comunes de conocimiento y
de interés científico-teórico entre la Enfermería y la Antropología; formuló diversos
conceptos, teorías, prácticas y principios de la Enfermería transcultural. Nursing and
Anthropology: Two Worlds to Blend, fue su primer libro publicado sobre Enfermería
Transcultural, que sentó las bases del desarrollo de este campo del conocimiento, de su
propia teoría y de la asistencia sanitaria basada en las diferencias culturales. 1,2

Resultado de la imbricación entre Antropología y Enfermería surge la dimensión cultural


del cuidado enfermero. La relevancia radica en que los valores culturales de los individuos
brindan información de sus costumbres y de la cosmovisión de un grupo en particular. Por
ello, Leininger sostiene que los cuidados culturales de Enfermería son todos los actos y
decisiones de asistencia, apoyo, facilitación o capacitación que se ajustan cognitivamente a
los valore

s culturales, creencias y modo de vida de los individuos, grupos o instituciones con el fin de
suministrar o apoyar servicios de bienestar o cuidados sanitarios significativos,
provechosos y satisfactorios. 1,8,9

Para entender y comprender a los individuos y su manera de enfrentar un problema de


salud, resulta importante que los enfermeros tengan presentes dos enfoques que brinda la
Antropología, es decir, a que nos referimos cuando hablamos de Padecer y Enfermar.

Se entiende por padecer la forma individual y personal como cada uno enfrenta su
problema de salud, sea o no sea enfermedad. Por lo tanto, debemos distinguir entre
enfermedades y padeceres. 10

La enfermedad es una construcción intelectual, en la que se reúnen: las causas, los procesos
a través de los cuales se manifiesta en el cuerpo, los signos y síntomas que produce, y las
lesiones del organismo o de la vida que pueden existir como su sustento. Así, cada sistema
médico elabora intelectualmente sus enfermedades y las llama de formas tan variadas
como: caída de la mollera, tlazol, o infarto del miocardio. 10

Por otro lado, el padecer es la forma personal como el individuo vive su problema de salud.
Por ejemplo, la manera que los individuos enfrentan un problema de salud se diferencia por
las influencias culturales de estos; es decir, un paciente con una enfermedad cardiovascular
X en Cuba actúa o enfrenta su problema de salud diferente a un individuo que vive en
Canadá, debido a que los sistemas culturales son disímiles. Por consiguiente, para el
personal de Enfermería es de vital importancia considerar los factores culturales que rigen
la convivencia de las personas.

La Enfermería cubana debe tener en cuenta los enfoques de brindar cuidados de salud
coherente con los valores culturales de los individuos o grupo bajo asistencia, porque el
padecer rige el comportamiento humano, sobre todo, en términos de salud. Por lo tanto,
comprender que en el cuadro religioso cubano influyen de modo determinante el conjunto
de pueblos de procedencia española, con su cultura y religión católica, y los pueblos
africanos traídos en condiciones de esclavos y que eran portadores de culturas tribales,
generalmente, llamados cultos sincréticos. El resultado radica en la herencia de nuestras
raíces y que hoy tienen vital relevancia. Aunque en Cuba se practican otras tantas
religiones.

De hecho, el personal de Enfermería debe tener presente al brindar asistencia las


características de las prácticas religiosas más extendidas en Cuba, descritas a continuación:

a) Se realizan sistemáticamente, con asistencia no regular a templos u otros locales de


cultos o con la simple posesión de símbolos religiosos. (Ninguna expresión religiosa ha
alcanzado fuerzas para decidir la política o moral de la sociedad). 11
b) Marcado sincretismo, cuyas raíces principales provinieron del catolicismo español y los
cultos de los negros africanos. Las principales festividades religiosas se realizaban a figuras
sincretizadas entre santos y vírgenes católicas y deidades africanas. 11

c) Las principales motivaciones religiosas están relacionadas con problemas concretos,


como salud, protección de las personas y solución de los problemas de la vida cotidiana.
(No es frecuente una expectativa explícita de una vida post-mortem, donde predomina el
carácter utilitario de la conducta religiosa). 11

Aunque en el contenido de las creencias y prácticas religiosas estén presentes símbolos,


ideas y representaciones en particular del catolicismo, la santería y el espiritismo, esto no
significa que los creyentes de este tipo practiquen una expresión específica. Lo más
característico reside en lo mágico y supersticioso. Por lo tanto, resulta pertinente que la
Enfermería cubana incremente las investigaciones en este campo del saber, de manera que
contribuya a potencializar la calidad del cuidado enfermero en su dimensión cultural en el
contexto cubano.

¿Qué puede suceder si no tenemos en cuenta los enfoques culturales?

Leininger sostiene que las principales consecuencias de no tener presente los enfoque
culturales en los sistemas de asistencia de enfermería son:

a) Los pacientes que reciben cuidados de enfermería que no concuerdan razonablemente


con sus creencias, valores y estilos de vida mostrarán síntomas de conflictos culturales,
insatisfacción, tensión, así como preocupaciones éticas o morales. 1, 2

b) Los diagnósticos médicos y de enfermería que no tienen en cuenta los factores culturales
producen resultados desfavorables, en ocasiones, con consecuencias graves. 1,2

En resumen, la dimensión cultural del cuidado de Enfermería ha sido un tema muy


estudiado en el mundo, pero, en nuestro país no. Es necesario para todos los profesionales
de la salud, comprender y estudiar los fenómenos religiosos y culturales de los individuos,
familias y comunidades para de esta forma poder entender el comportamiento hacia los
problemas de salud; teniendo en consideración, al brindar cuidados a individuos, los
siguientes dominios inseparables a) Patrón cultural, b) Patrones de Salud, c) Patrones del
Cuidado. De hecho, en el bello arte de brindar cuidados se debe tener presente que existen
enfermos y no enfermedades, cada paciente es un mundo aparte.

CONCLUSIONES

Se considera que la existencia de un enfoque del cuidado cultural en el sistema de atención


de Enfermería, indudablemente fortalece el papel del enfermero en la práctica asistencial.
Por consiguiente, los valores, creencias y prácticas culturales no pueden ser fenómenos
ajenos en las prácticas de Enfermería. Además el conocimiento cultural es un patrón
indispensable en los sistemas de asistencia de Enfermería.
FORMACIÓN DE LOS PROFESIONALES DE ENFERMERÍA: CUIDAR
EN LA SOCIEDAD MULTICULTURAL DEL SIGLO XXI.

Posted by Dr. Fernando Plaza en 30 julio, 2011

El papel de la cultura es fundamental en el proceso salud-enfermedad. En las


sociedad en las que conviven personas que tienen diferentes referentes culturales,
los profesionales de enfermería deberán estar capacitados para comunicarse
eficazmente con estos pacientes y, además, deberán conocer y tener en cuenta
sus condicionantes culturales respecto al proceso salud y enfermedad.
Considerando imprescindible la adquisición por parte de los enfermeros y
enfermeras de estos conocimientos culturales, se ha llevado a cabo una
investigación con objeto de conocer los contenidos en competencia cultural y
competencia comunicativa intercultural que ofrece la formación reglada de los
futuros profesionales enfermeros. Los resultados de la misma informan de un
déficit de estos conocimientos en los programas y en las informaciones que
reciben estos futuros profesionales. Los autores del artículo haciéndose eco de la
importancia de estos contenidos, hacen una propuesta para formar a los nuevos
profesionales del cuidado en competencias que les permita actuar en sociedades
culturalmente plurales.

Artículo publicado en la Revista Index de Enfermería. 2009; 18: 190-194.

Los últimos datos que se conocen sobre el número de extranjeros en España los
aporta el Instituto Nacional de Estadística (2008): son ya 5,22 millones los
extranjeros residentes en España, representando el 8,5% del total de la población
española, que alcanza los 46,06 millones. Este permanente cambio en la
composición cultural de la sociedad en los últimos años se ve reflejado en
múltiples aspectos, especialmente en los servicios públicos. En la Sanidad se está
observando un aumento en el porcentaje de pacientes extranjeros, un hecho que
está suponiendo un importante reto para todo el sistema y para los profesionales
de la salud, en especial para el personal de Enfermería, al encontrarse en la
primera línea de contacto y asistencia a estos nuevos usuarios.
Este aumento de extranjeros en nuestro país está produciendo el asentamiento
creciente de grupos culturales de todas las partes del mundo; con sus costumbres,
sus tradiciones, sus valores, sus creencias y su visión del mundo, de la vida, de la
muerte y del proceso salud-enfermedad, de cómo se enferma, cómo se sana,
quién puede sanar, qué hacer y qué no hacer para sanar, etc. (Plaza del Pino et
al, 2005)
Pensar que esta diversidad cultural es un problema no es una idea aislada, son
muchos los que ven a los otros como portadores de enfermedades, pobreza, falta
de educación y se les rechaza pensando que pueden manifestar comportamientos
o conductas antisociales (Soriano, 2007). Los trabajadores de la Sanidad Pública
no pueden elegir a quién atienden y, en su mayor parte, los inmigrantes tampoco
eligen dónde quieren ser atendidos así que, tanto unos como otros, necesitan
entenderse mutuamente.
Los recursos sanitarios son los mismos para toda la población (extranjera y
autóctona), aunque existe algún dispositivo de emergencia específico para la
población inmigrante para casos excepcionales, así mismo, para responder a las
particularidades sociales, lingüísticas y culturales de los colectivos inmigrantes se
está introduciendo dispositivos de apoyo que en este momento todavía resultan
muy escasos y excepcionales.
Las necesidades sanitarias de la población inmigrante son diversas y varían en
función del tiempo de residencia, las condiciones socio-laborales, el nivel cultural,
el estatus jurídico, el manejo del idioma, etc. las necesidades sanitarias irán
evolucionando conforme su tiempo de residencia se hace más largo y a medida
que su situación socio-económica se acerque o iguale a la de la población
autóctona.
Para muchos inmigrantes, en su primer periodo de estancia en nuestro país, hay
un retroceso en las condiciones de vida comparándolas con las que tenían en el
país de origen; alimentación, higiene, hacinamiento, etc. La escasez de recursos
económicos y la ausencia total o parcial de la red de apoyo social van a ser dos
elementos claves para su bienestar físico y mental. Junto a los factores culturales
existen otros como la pobreza, la privación y la exclusión social que influyen en un
estado de salud negativo, incrementándose este hecho entre las minorías étnicas
y colectivos de inmigrantes cuando se añaden los efectos de la xenofobia y del
prejuicio social.
Foto de Emilo González
El reto de cuidar en una sociedad multicultural a menudo fracasa porque falla la
comunicación, por ignorancia, por actitudes negativas o incluso por rechazo hacia
la diferencia cultural (Vilá, 2004), porque somos incapaces de comunicarnos con el
diferente, de comunicarnos con el paciente diferente, incapacidad que se traduce
en el fracaso del más importante acto de comunicación que realiza el profesional
de Enfermería: el cuidado. En la sociedad multicultural el éxito en la comunicación
intercultural de los profesionales de Enfermería con sus pacientes es clave.
Iglesias (1999) define comunicación intercultural como el proceso simbólico,
interpretativo, transaccional y contextual en que un cierto nivel de diferencia entre
las personas es suficientemente importante para crear interpretaciones y
expectativas diferentes acerca de lo que se considera conductas competentes que
se deben utilizar para crear significados compartidos.
Por otro lado, no hay que olvidar que la cultura juega un papel fundamental en el
proceso salud-enfermedad, cada cultura delimita o construye un conjunto peculiar
de respuestas al proceso salud-enfermedad que otorgan la condición de enfermo,
incorporando a su vez en las personas, interpretaciones y actitudes que inducen a
vivir la enfermedad de una determinada manera (Spector, 2001), en torno a esta
misma idea, Marie-Françoise Collière (1993) afirma que existe un relativismo
cultural inherente en todas las concepciones de salud y de enfermedad. Los
profesionales de Enfermería han de tener en cuenta que en el desarrollo de su
trabajo confluyen, al menos, tres culturas (Fuller, 2003); la cultura del paciente, su
propia cultura y la cultura de la organización donde trabaja, en este contexto
cultural múltiple el profesional tiene que ser capaz de establecer un diálogo entre
ellas y buscar puntos de encuentro, en muchas ocasiones la enfermera representa
el único enlace para conseguir conectar las necesidades del paciente y las
necesidades de la organización y, de esta manera, poder salvar lo que
Macpherson (1999) (citado por Fuller, 2003: 193) define como racismo
institucional; la falta colectiva de una organización de proporcionar servicio
apropiado y profesional a determinados individuos debido a su color, cultura u
origen étnico. Para poder realizar esta función mediadora, por un lado, y
proveedora de un servicio apropiado y profesional, por otro, la enfermera ha de
formarse en lo que los anglosajones denominan cultural sensivity o cultural
competency, en castellano se han traducido ambos como Competencia Cultural.
En este contexto, los profesionales sanitarios para afrontar con garantías el
cuidado en la sociedad multicultural no sólo deberán ser capaces de comunicarse
eficazmente con el paciente con otros usos culturales, sino que además deberá
conocer y tener en cuenta sus condicionantes culturales respecto al proceso
salud-enfermedad.
La formación de los profesionales. La situación académica actual.

La formación en Competencia Cultural forma parte de los estudios de grado y


postgrado de Enfermería en países como Estado Unidos, Canadá, Reino Unido o
Australia, entre otros. En estos países existen algunos hospitales en los que
incluso se llegan a desarrollar entrenamientos específicos en competencia cultural
para profesionales y sólo se seleccionan aquellos que poseen formación
específica en este campo, como es el caso de la ciudad de Nueva York (Brooks,
2001).
En la actualidad, la situación en España es bien distinta. Para conocer las
competencias que se esperan de una enfermera para su desarrollo profesional
óptimo en la sociedad multicultural hemos indagado en El Libro Blanco del Título
de Grado de Enfermería (ANECA, 2005), informe llevado a cabo por una red de
universidades españolas con el objetivo explícito de realizar estudios y supuestos
prácticos útiles en el diseño del nuevo Título de Grado de Enfermería adaptado al
Espacio Europeo de Educación Superior. En el Informe se analizan tanto las
competencias transversales o genéricas (que hacen referencia a la formación de
cualquier universitario en sentido genérico y que, por tanto, deben ser adquiridas
por los universitarios independientemente de los estudios que cursen) como las
competencias específicas de Enfermería. Para elaborar este informe se sometió a
estudio la valoración de la importancia de cada una de las competencias para el
desarrollo del campo de trabajo de Enfermería, valorando de 1 a 4 según se
considere la competencia que tiene nada (1), poco (2), bastante (3) o mucha
importancia (4) para una enfermera. Se recogieron 2105 encuestas, en las que
atendiendo a la principal labor profesional desarrollada, el 48% corresponden a
profesionales asistenciales de enfermería, el 16.2% a empleadores y el 32.6% a
profesores (el 3.1% son datos perdidos en cuanto a esta información). Exponemos
a continuación aquellas competencias que hacen alusión al trabajo en una
sociedad multicultural.
Entre las competencias transversales o genéricas aparecen las siguientes:
– CG22. Apreciación de la diversidad y la multiculturalidad. Valorada como muy
importante por un 40% de la muestra.
– CG23. Habilidad para trabajar en un contexto internacional. Valorada como muy
importante sólo por un 13% de la muestra.
– CG24. Conocimiento de culturas y costumbres de otras culturas. Valorada como
muy importante sólo por un 15% de la muestra.
A destacar también que tan sólo el 11% de los encuestados consideran el
conocimiento de una segunda lengua de mucha importancia para el desarrollo de
su labor profesional, el 49.5% lo consideran como bastante importante. Lo mismo
ocurre con la habilidad para trabajar en un contexto internacional (50.3%) y con el
conocimiento y costumbres de otras culturas (51.4%). En cuanto a las diferencias
en la consideración de importancia por grupos: La CG22 (Apreciación de la
diversidad y la multiculturalidad) los docentes la consideran de mucha importancia
superando en un 19% a los asistenciales y a los directivos, la CG23 (Habilidad
para trabajar en contexto internacional) y la CG24 (Conocimiento de otras culturas
y sus costumbres) también los docentes la valoran algo más.
Respecto a las competencias específicas de Enfermería sólo hemos encontrado
una perteneciente al Grupo 1 de competencias asociadas con valores
profesionales y el papel de la enfermera que puede tener relación con el trabajo en
espacios multiculturales:
– CE02. Capacidad para trabajar de una manera holística, tolerante, sin
enjuiciamientos, cuidadosa y sensible, asegurando que los derechos, creencias y
deseos de los diferentes individuos o grupos no se vean comprometidos. Valorada
como muy importante por un 71% de la muestra.
Esta competencia se encuentra la séptima de un total de 40 en cuanto a
consideración de importancia. Por grupos, los docentes la consideran de mucha
importancia superando en un 11% a los asistenciales y en un 13% a los directivos.
Pese a no ser una competencia referida específicamente al trabajo con pacientes
con usos culturales distintos al cuidador es la que más se acerca a lo que se
podría denominar competencia cultural. Por el contrario, en el Grupo V de
competencias interpersonales y de comunicación no hay alusiones a
competencias de relaciones interpersonales y comunicación en un entorno
multicultural.
Con estos datos se puede afirmar que en este momento existe un escaso interés
desde la Enfermería en sus ámbitos académico, profesional y gestor en la
formación de profesionales capacitados para desarrollar su trabajo en entornos
multiculturales (hay que reconocer que entre los docentes este interés es
levemente superior).
A partir de la última década han comenzado a aparecer cursos especializados en
los cuidados culturales y comienzan a proponerse otras iniciativas por parte del
colectivo enfermero como es el caso de la revista “Cultura de los Cuidados”, la
Asociación de Historia y Antropología de los cuidados, fundaciones de apoyo
como la Fundación Index de Enfermería, así como Programas de Doctorado
específicos como el de Enfermería y Cultura de los Cuidados desarrollado por el
Departamento de Enfermería de la Universidad de Alicante. Recientemente
algunos departamentos de Enfermería de universidades españolas están
introduciendo como asignatura optativa o de libre configuración contenidos que
relacionan Enfermería y cultura, predominando el enfoque antropológico y
culturalista e incidiendo escasamente en capacitar a los nuevos profesionales de
herramientas para afrontar la comunicación intercultural.
Estudios en España sobre el cuidado en la sociedad multicultural.
Cada vez son más los investigadores que ven en la sociedad multicultural que se
está construyendo una oportunidad y un reto; oportunidad para el conocimiento de
creencias y valores en salud de otras culturas, conocer los condicionantes del
paciente contextualizándolo en su propia cultura, comprenderlos desde su
perspectiva, de entender qué es la salud y la enfermedad para estos individuos de
cara a optimizar la relación persona a persona con ellos (Tarres, 2001) y un reto
en el desarrollo de una atención sanitaria que respete estas singularidades ya que
estamos obligados a plantearnos en un futuro inmediato nuevas estrategias de
atención y organización de los servicios sanitarios (Balbo, 2004).
Se están realizando numerosas investigaciones en las que se combinan las
Ciencias Sanitarias y la Antropología como medio para llegar a comprender en el
ámbito sanitario a las personas y grupos con pautas culturales diferentes, ya que
no es posible respetar sin conocer, debe profundizarse en el conocimiento de la
comunidad plural en la que vivimos (Siles y cols, 1999). Estos estudios resaltan
que el cuidado transcultural es para la Enfermería un nuevo reto profesional que
implica asumir un modelo de práctica profesional centrada en la aplicación de
cuidados integrales y holísticos, desmarcada del modelo biomédico (Moreno,
2003; Plaza-del Pino et al, 2005). Pero al igual que en la universidad, son
prácticamente inexistentes los estudios centrados en la capacitación comunicativa
intercultural de los profesionales.
Algunas de las “subdisciplinas” que la profesión enfermera ha comenzado a
emplear desde hace unos años que hacen referencia a los cuidados culturales
son: la “Enfermería Transcultural”, los “Cuidados Globales de Enfermería” y la
“Enfermería Antropológica” cuyos objetivos principales se centran en asegurarse
de que las necesidades en cuidados culturales de la sociedad global sean tratadas
por profesionales de los cuidados “culturalmente competentes” o que ejerzan la
“competencia cultural aplicada a los cuidados”. Las tres enfatizan en el estudio
comparativo y sistemático intercultural para identificar las diferencias culturales
que dan lugar a distintas formas de practicar y sentir los cuidados (Lillo et al,
2004).
En el mundo anglosajón, donde si existe un gran interés desde hace décadas en
este campo y una implicación de todos los sectores de la Enfermería, existen
certificaciones profesionales, formación universitaria, sociedades científicas,
centros e institutos de investigación gubernamentales y universitarios, premios
estatales y programas hospitalarios específicos que abordan los cuidados a
personas de culturas distintas a las del profesional sanitario, aunque no hemos
encontrado ningún caso de programas formativos que capaciten a los
profesionales para tener éxito en la comunicación con personas de otras culturas.
En la realidad multicultural donde la Enfermería desarrolla su labor, los cuidados
tienen que evolucionar hacia un abordaje holístico, donde el entendimiento de los
valores y percepciones del paciente sobre su salud sea algo imprescindible, la
diversidad de cuidados que brinde el profesional no será de calidad a menos que
las experiencias vitales de sus pacientes, así como sus propias interacciones con
el ambiente que les rodea, estén cubiertas, sean entendidas, analizadas y
articuladas como afirman Ibarra y Siles (2006). La labor de los profesionales
sanitarios debe ser sensible a la diversidad cultural de las poblaciones a las que
presta sus servicios, y aplicar sus conocimientos científicos adaptados a esa
pluralidad (Lane, 2003). Esta sensibilidad cultural positiva necesaria en los
profesionales de Enfermería se puede aprender, por lo que abordar una formación
específica en este campo es de gran importancia para poder atender y cuidar
adecuadamente a la universalidad de pacientes que se puedan tener; conociendo
otras culturas, otras maneras de vivir el proceso salud-enfermedad, las teorías y
modelos enfermeros que profundizan en los cuidados culturales, la competencia
cultural en Enfermería, fomentando el contacto intercultural, mejorando y
adaptando los cuidados enfermeros y de esta forma ganar en convivencia, respeto
cultural y calidad en los cuidados (Plaza-del Pino y Soriano, 2008).
Pero además creemos que hay que ir más allá: hay que formar a las enfermeras y
enfermeros tanto en los estudios de grado y postgrado como en la formación
continuada en los centros de trabajo para conseguir que sean competentes no
sólo culturalmente (bajo ese prisma antropologicista) sino además competentes
para tener éxito en la comunicación intercultural.
Entendemos al igual que Ibarra y Siles (2006) el cuidado como un acto
comunicativo por lo que consideramos que es de gran importancia en esta
sociedad multicultural el desarrollo de la Competencia Comunicativa Intercultural
en el personal de Enfermería, este concepto desarrollado principalmente en el
ámbito educativo que se define como el conjunto de habilidades cognitivas y
afectivas para manifestar comportamientos apropiados y efectivos en un contexto
social y cultural determinado, que favorezcan un grado de comunicación
suficientemente eficaz, pretendiendo llegar a ser capaces de comprender y
comunicarse con los otros (Vilà, 2004), ha de tenerse en cuenta en la formación
de los profesionales de Enfermería.
En este contexto, los profesionales sanitarios para afrontar con garantías el
cuidado en la sociedad multicultural no sólo deberán ser capaces de comunicarse
eficazmente con el paciente con otros usos culturales, sino que además deberá
conocer y tener en cuenta sus condicionantes culturales respecto al proceso
salud-enfermedad.
– Componente cognitivo.
El conocimiento, comprensión y conciencia de todos aquellos elementos culturales
y comunicativos, tanto propios como de los otros, que promuevan una
comunicación efectiva Para que este conocimiento cultural sea competente debe
incluir las variaciones en lengua, los símbolos y los estilos de la comunicación
(Gilbert, 2006).
La Enfermería tendrá además que valorar las influencias y la identificación del
paciente con su grupo cultural a través del análisis de lo que Purnell (2002)
denomina características primarias y secundarias, analizando las similitudes y
diferencias culturales en el campo de la salud y la comunicación, aprendiendo con
el otro más que sobre el otro, siendo fundamental el conocimiento de los propios
valores y prejuicios que cada uno tiene hacia otras culturas y una exploración
profunda de la propia, lo que Campinha-Bacote (1999) llama conciencia cultural,
ya que para superar los prejuicios y huir de los estereotipos se tiene que partir del
conocimiento entre iguales; no se puede respetar lo que no se entiende o se
desconoce.
– Componente afectivo.
Las habilidades de emitir respuestas emocionales positivas y controlar aquellas
emociones que pueden perjudicar el proceso comunicativo intercultural (Vilá,
2006), como conseguir controlar la ansiedad ante el encuentro intercultural,
desarrollar la capacidad de empatía, etc. son importantes, aunque lo que
considero más relevante para la Enfermería dentro del componente afectivo es el
deseo cultural: Tener motivación hacia el encuentro intercultural, a conocer y
aprender de otras realidades culturales.
– Componente comportamental.
Dentro del conjunto de conductas, habilidades verbales y no verbales que se
traducirán en una comunicación apropiada y efectiva, somos de la opinión que la
relación enfermera-paciente se tiene que establecer desde una posición de
igualdad, como aconseja Rodrigo (1999), evitando paternalismos o victimismos.
Para la Enfermería es fundamental la flexibilidad comportamental de la que habla
Vilá (2006), para adaptar las actuaciones, expresiones y cuidados al contexto
cultural en el que se den.
Nuestra propuesta formativa
A modo de conclusión final, y siguiendo el concepto de Competencia
Comunicativa Intercultural aplicado a los profesionales de Enfermería,
presentamos de forma esquemática aquellos aspectos más relevantes que
consideramos que deberían incluirse en la formación de los profesionales de
Enfermería para capacitarlos y hacerlos competentes para el cuidado en una
sociedad multicultural.
– Conocimientos.
* Acercamiento a las teorías y modelos interculturales desarrollados en el campo
de la Enfermería: el modelo de Madeleine Leininger de Enfermería Transcultural,
Rachel Spector y su Teoría de las tradiciones culturales en Salud, el Modelo de
Competencia Cultural en Enfermería de Larry Purnell, etc. para llegar a ser
capaces de valorar las influencias y la identificación del paciente con su grupo
cultural.
* Acercamiento a los usos, tradiciones y costumbres de los grupos culturales más
numerosos como manera de superación de los prejuicios y estereotipos sociales
partiendo del conocimiento entre iguales.
* Conocimiento de técnicas de comunicación tanto de lenguaje verbal como no
verbal.
– Actitudes.
* Formación en el desarrollo de respuestas emocionales positivas ante el
encuentro intercultural como conseguir controlar la ansiedad, desarrollar la
capacidad de empatía, la motivación, etc.
– Habilidades.
* Conseguir adaptar las actuaciones, expresiones y cuidados al contexto cultural
en el que se dan, dominando tanto la comunicación verbal como no verbal y
partiendo del respeto cultural.
* Para el establecimiento de la interacción personal enfermera-paciente,
independientemente del origen cultural del paciente, los profesionales de
Enfermería necesitan, además, dominar técnicas de comunicación, habilidades
sociales, competencias interpersonales, competencias lingüísticas, etc.

Hoy en día acercarse a otras culturas, a otras cosmovisiones, a otras formas de


pensar, de sentir y de actuar no es algo opcional, sino vital e imprescindible para
una convivencia enriquecedora y pacífica (Soriano, 2007). Se requiere de nosotros
la atención a nuevas demandas en contextos más complejos donde se hace
necesario conocer otras formas de entender el proceso salud/enfermedad, así
como entender las repercusiones del proceso migratorio en la salud de los
inmigrantes (Moreno, González, 2005).
El cuidado es, sobre todo, un acto comunicativo, el encuentro con el “otro”, el
corazón del trabajo de la Enfermería, y es a través del cuidado como se busca
desarrollar relaciones significativas y respetuosas con los pacientes. En el caso de
pacientes extranjeros, los profesionales deberán esforzarse en completar su
formación con el conocimiento cultural e incluir ese conocimiento en su rol
enfermero, necesitará desarrollar una mentalidad más global donde sea capaz de
ver el mundo a través de los ojos de otros, ser capaces de conocer con el otro
más que sobre el otro. Se hace fundamental para asegurar el éxito del cuidado en
la sociedad multicultural formar a los profesionales de Enfermería en competencia
para la comunicación intercultural.
MADELEINE LEININGER
“CUIDADOS CULTURALES: TEORÍA DE LA DIVERSIDAD Y LA
UNIVERSALIDAD”

LEININGER, es la fundadora de la enfermería transcultural y líder en la teoría de


los cuidados a las personas enfermería transcultural fue la primera enfermera
profesional con preparación universitaria que obtuvo un premio en antropología
cultural y social nació en Sutton Nebraska y comenzó su carrera como enfermera
después de haberse diplomado en al escuela de enfermería de san Antony
denver.

FUENTES TEORICAS:

Leininger se baso en la disciplina de la antropología y de la enfermería definió la


enfermería transcultural como un área principal de la enfermería que se centra en
el estudio comparativo y ene l análisis de las diferentes culturas y subculturas del
mundo con respecto a los valores sobre los cuidados, la expresión y las creencias
de la salud y la enfermedad, y el modelo de conducta, cuyo propósito consiste en
concebir un saber científico y humanístico para que proporcioné una práctica de
cuidados enfermeros específicos para la cultura y una práctica de cuidados
enfermeros universales de la cultura.

La enfermería transcultural va mas allá de los conocimientos y hace uso del saber
de los cuidados enfermeros culturales para practicar cuidados culturalmente
congruentes y responsables Leininger declara que con el tiempo habrá un nuevo
tipo de práctica enfermera que reflejara los distintos tipos de enfermería, los
cuales se definirán y basaran en la cultura y serán específicos para guiar los
cuidados enfermeros dirigidos a individuos, familias, grupos e instituciones. Afirma
que a cultura y el cuidado son los medios más amplios para conceptualizar y
entender a las personas este saber es imprescindible para la formación y la
práctica enfermeras.

Leininger defiende que, así como la enfermería es significativa para los pacientes
y para las enfermeras de todo el mundo el saber de la enfermería transcultural y
sus competencias serán imprescindibles para orientar las decisiones y las
acciones de las enfermeras y así obtener resultados buenos y eficaces.

- ENFERMERIA TRANSCULTURAL: Se refiere a las enfermeras que están


formadas en enfermería transcultural y que tienen como labor desarrollar el saber
y la práctica de la enfermería transcultural.

- ENFERMERIA INTERCULTURAL: Se refiere a las enfermeras que usan


conceptos antropológicos medico o aplicados; la mayor parte de ellas no están
autorizadas a desarrollar la teoría de la enfermería transcultural ni a llevar a cabo
practicas basadas en la investigación.
Según Leininger, la enfermera transcultural es una enfermera diplomada, que es
capaz de aplicar conceptos generales principios y prácticas de la enfermería
transcultural creados por las enfermeras transculturales especialistas por otro lado
Leinninger defiende y promueve una teoría nueva y diferente, y no la teoría
tradicional de la enfermería, que normalmente se define como un conjunto de
conceptos relacionados entre sí de forma lógica y proposiciones hipotéticas que se
pueden probar a fin de explicar o predecir un hecho, fenómeno o situación. En
cambio, Leininger defiende la teoría como el descubrimiento sistemático y creativo
del conocimiento de un campo de interés o de un fenómeno que parecen
relevantes para entender o explicar fenómenos desconocidos.

Leininger, creo la teoría de la diversidad y universalidad de los cuidados culturales


enfermeros, que tienen sus simientos en la creencia de que las personas de
diferentes culturas pueden informar y guiar a los profesionales y de este modo,
podrán recibir el tipo de atención sanitaria que deseen y necesiten de estos
profesionales. La cultura representan los modelos de su vida sistematizados y los
valores de las personas que influyen en sus decisiones y acciones. POR TANTO,
LA TEORIA ESTA ENFOCADA PARA QUE LAS ENFERMERAS DESCUBRAN Y
ADQUIERAN EL CONOCIMIENTOS ACERCA DEL MUNDO DEL PACIENTE Y
PARA QUE ESTAS HAGASN USO DE SUS PUNTOS DE VISTAS INTERNOS,
SUS CONOCIEMIENTOS Y PRACTICA, TODO CON LA ETICA ADECUADA.

No obstante Leininger anima a obtener el conocimiento del interior de las personas


o culturales, ya que este conocimiento tiene mayor credibilidad. La teoría no tiene
que ser necesariamente intermedia ni una gran teoría, aunque si se debe
interpretar como una teoría holística o como una teoría de campos específicos de
interés.

Hasta la fecha, Leininger ha estudiado varias culturas en profundidad y otras


tantas en colaboración con estudiantes universitarios y licenciados, y profesores
por medio de método cualitativo de investigación. A explicado 130 principios
diferentes de los cuidaos en 56 culturas teniendo cada una diferentes significados,
experiencias culturales y usos que hacen las personas de culturas parecidas o
diversas. Leininger afirmo que el objetivo de la teoría de los cuidados consiste en
proporcionar cuidados que sean coherentes con la cultura. Considera que las
enfermeras deben trabajar de tal modo que se explique el uso de los cuidados y
significados, y así los cuidados culturales valores, creencias y modos de vida
pueden facilitar bases fiables y exactas para planificar e implementar eficazmente
los cuidados específicos de la cultura y para identificar.

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