El Comunismo Libertario en La Sierra de Baza

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El Comunismo Libertario en la

Sierra de Baza

Francisco José Fernández Andújar

1
EDITA: CNT-AIT GRANADA, MAYO 2022

[email protected]

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3
Introducción

El propósito del presente trabajo es mostrar la relación de determinadas formas


de vida locales con el ideario del anarquismo. Como apuntó David Graeber 1, el
anarquismo no se debe tanto al pensamiento de un teórico, como -asegura- que
ocurre en el marxismo, sino a unas prácticas o definiciones, susceptibles a reno-
varse o mejorarse, que se deben a los hechos o propuestas que propugnan, y no a
autorías. Ciertamente, teóricos del anarquismo como Bakunin o Kropotkin jamás
entendieron crear un pensamiento o una teoría social nueva, sino que observaron
ciertas prácticas pre-existentes y defendieron sus bases fundamentales -sus prin-
cipios- en diversos congresos de la Internacional y en varias publicaciones como el
ideal deseable en el conjunto de la sociedad humana. Así lo vemos en La conquis-
ta del pan:

"En efecto, junto con esa corriente individualista vemos en toda la historia moder-
na, por una parte, la tendencia a conservar todo lo que resta del comunismo par-
cial de la antigüedad, y por otra a restablecer el principio comunista en las mil y
una manifestaciones de la vida.

En cuanto los municipios de los siglos X, XII y XII consiguieron emanciparse del se-
ñor laico o religioso, dieron inmediatamente gran extensión al trabajo en común, al
consumo en común. (...)

Todo eso ha desaparecido. Pero el municipio rural aún lucha por mantener los últi-
mos vestigios de ese comunismo, y lo consigue mientras el Estado no introduce su
abrumadora espada en la balanza.

Al mismo tiempo surgen, bajo mil diversos aspectos, nuevas organizaciones basa-
das en el mismo principio de a cada uno según sus necesidades, porque sin cierta
dosis de comunismo no podrían subsistir las sociedades actuales."2

Existen ejemplos de relacionar muchos casos históricos y actuales con el anar-


quismo. Tal es el caso de Prehistoria del anarquismo de Angel J. Cappelletti3, Áfri-
ca Rebelde de Sam Mbah e Igariwey4, Utopías y Anarquismo de Víctor García (pseu-
dónimo de Germinal Gracia)5 o Formas de vida en común sin Estado ni autoridad,
de Émile Armand6. En nuestro trabajo, vamos a mostrar otro ejemplo de este tipo
de relaciones con un caso concreto: ciertas localidades de la Sierra de Baza, y en
concreto, por mencionarse en la prensa libertaria, la localidad de Los Rodeos.

Al respecto, y como hicieron los autores anteriormente citados, nos apoyaremos


en una distinción que realiza Carlos Taibo entre las denominaciones "anarquista"
y "libertario", entendiendo lo primero como lo referente al movimiento social acti-
vo, revolucionario y militante, con una condición más doctrinal y política; y lo se-
1 David GRAEBER: Fragmentos de antropología anarquista, Barcelona, Virus, 2011, págs. 10-12.
2 Piotr KROPOTKIN: La conquista del pan, Buenos Aires, Utopía Libertaria, 2005, pág. 43.
3 Ángel J. CAPPELLETTI: Prehistoria del Anarquismo, Madrid, Queimada, 1983.
4 Sam MBAH e I. E. IGARIWEY: África rebelde, Barcelona, Alikornio, 2000.
5 Víctor GARCÍA: Utopías y anarquismo, Madrid, Madre Tierra y Fundación Anselmo Lorenzo, 1992.
6 Emile ARMAND: Historia de las experiencias de vida en común sin Estado ni autoridad, Barcelona, Hacer, 1982.

4
gundo en cuanto a los valores y compromisos en la vida cotidiana 7. Si bien se debe
reconocer que anarquista y libertario son sinónimos exactos, es verdad que una
tiene una connotación más militante y doctrinal, mientras que la otra se remite
más a actitudes y emociones. Una y otra tienen todos estos componentes, pero en
distintos grados. En cualquier caso, sí compartimos la diferencia entre individuos
y grupos más activos que otros más pasivos, pero, se definan o no como anarquis-
tas, siguen sus principios en la práctica cotidiana de sus vidas, en distintos gra-
dos, pues, al corresponderse a sociedades formadas al margen del anarquismo, es
natural los matices y contradicciones que, pese a ello, despertaron el interés de
muchos militantes ácratas. Consideramos que existió un ejemplo de todo esto en
la Sierra de Baza, en la provincia de Granada.

Para mostrar todo esto, en este trabajo vamos a utilizar la siguiente metodología:
relatar, primero, lo que es la Sierra de Baza, su idiosincrasia geográfica y social,
utilizando algunas referencias bibliográficas, para dar a conocer este lugar al lec-
tor no familiarizado. Posteriormente, haremos otro uso bibliográfico para explicar
lo que es el concepto de comunismo libertario para los anarquistas españoles, y,
utilizando archivos y hemerotecas, relatar cómo se aplicó en la retaguardia grana-
dina durante el conflicto conocido popularmente como la Guerra Civil, y cómo fue
en el caso concreto de Los Rodeos y, presumimos, por compartir la mayoría de las
características que vamos a relatar, buena parte de la Sierra de Baza. En este senti-
do, usaremos algunas referencias en medios digitales para mostrar cómo era anti-
guamente la vida cotidiana en este territorio, que explica la identificación que
hubo, sin necesidad de una verdadera introducción teórica, para aplicar los con-
ceptos libertarios.

La Sierra de Baza: marginalidad geográfica y ruralidad periférica

La Sierra de Baza se localiza al este de la provincia de Granada, en la parte sur de


la localidad de Baza, y al norte de Sierra Nevada. Dentro de su espacio geográfico
encontramos, en la actualidad, cinco municipios: Baza, Caniles, Gor, Dólar y Valle
del Zalabí. Charches, que en las últimas décadas es el pueblo de la Sierra de Baza
con mayor población, se encuentra en este último municipio, fruto de la unión, re -
lativamente reciente, de tres localidades cuya capitalidad reside en Alcudia de
Guadix. El Altiplano granadino es una zona alta y generalmente árida, pero con al-
gunas vegas y valles de gran riqueza. Dentro de este contexto seco, la Sierra de
Baza es una región húmeda y bastante más forestada que su entorno, pero de ac -
ceso remoto y difícil8. Su economía se fundamenta, tradicionalmente, en la gana-
dería, en una agricultura de subsistencia, cierta actividad de caza, recolección de
distintos productos (hierbas medicinales, setas, frutos, leña...), una incipiente api-
cultura, y, finalmente, una esperanza, por el momento sin éxito, de turismo rural 9.
Desde siempre ha sido una economía de subsistencia, alejada de la dinámica de la
economía nacional e internacional. A duras penas se puede apreciar una conexión

7 Carlos TAIBO: Los olvidados de los olvidados, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2018, pág. 13.
8 Francisco Bruno NAVARRO REYES: Parque Natural "Sierra de Baza", Granada, Universidad de Granada y Con-
sejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, 1995, págs. 11, 13, 24-27.
9 Ibid, págs. 65-74.

5
a nivel provincial, si bien en este caso sí se puede hablar de una pequeña activi-
dad. El capitalismo, que domina la economía internacional, apenas supone nada
en esta zona. Y siendo más hegemónico el capitalismo, y más marginal la Sierra
de Baza, el proceso natural en los dos últimos siglos ha sido el aumento del aban-
dono y de la despoblación.

En la historiografía se ha hablado con frecuencia de la diversidad existente dentro


de la sociedad rural española: labradores, colonos, caciques, propietarios (presen-
tes o distantes), campesinos..., asimismo se ha distinguido aquellas zonas empo -
brecidas de las más afortunadas, y las tierras de secano de las de regadío. Sabe-
mos que la Ley de Términos Municipales de la II República creó serios conflictos y
polémicas, porque impedía que los vecinos de municipios de tierras pobres pudie-
ran ir a trabajar en los municipios con tierras más ricas y variadas, lo cual mues -
tra que existen profundas desigualdades geográfica-econçomicas. Sin embargo,
pese a mencionarse la diferencia de los lugares de montaña de los llanos (que nos
recuerda al memorable trabajo de Fernand Braudel sobre el Mediterráneo), la his-
toriografía se ha centrado en el potencial y riqueza de las tierras bajas frente a la
pobreza de la alta montaña, mencionando solo de pasada (si es que se menciona)
otros condicionantes importantes, como es la distancia y lo que todo ello supone,
que no se limita tan solo al transporte, sino también a toda la vida cotidiana: co-
municaciones, comercio, servicios, vecindad... A todo esto queremos denominar
"ruralidad periférica". Su alejamiento y dificultades lo mantienen en una margina -
lidad incluso dentro del mundo rural. La vega de Granada, de gran nivel producti-
vo, está muy cerca de una ciudad llena de infraestructuras y medios para comer-
cializar y usar dicha producción. La Sierra de Baza tiene numerosas zonas que no
se quedan atrás en la fertilidad y tamaño de tierras, así como una minería notable,
pero la distancia, no ya con grandes ciudades, sino con pueblos bien comunica-
dos, es tan enorme que su economía y vida cotidiana tiene que ser de subsisten-
cia. La propia forma montañosa hace casi imposible crear vías de comunicación
eficientes y rápidas. En toda la Sierra de Baza solo hay una sola iglesia como tal: la
de Rejano; hubo otra en Los Moros, creada en el siglo XIX y ya abandonada; en
tiempos más remotos hubo otros templos en Los Mellizos y Las Balsillas, pero
desaparecieron; hay una ermita en Bastidas; en El Tesorero hubo una escuela pero
ningún templo, seguramente porque esto segundo requería un esfuerzo institucio-
nal "exterior". La "ruralidad periférica" sufre el proceso histórico general del aban-
dono rural que se ha dado en el siglo XX, marcado por la poca variedad laboral, la
falta de servicios (o precariedad de otros), las dificultades del transporte y de las
comunicaciones, y también cierta monotonía, pero en la "periferia rural" todos es-
tos factores se agravan, ya que cada aldea no dispone del conjunto de elementos
que suele ser habitual en los pueblos, sino, acaso, de uno o dos en concreto, sien-
do necesario el uso en conjunto de toda la zona más cercana para compartirlo:
hornos, parroquias, escuelas... Naturalmente, las compras se hacían en zonas y fe-
rias, nunca en establecimientos, y el dinero rara vez se usaba. Las fiestas eran casi
siempre bailes y carnavales, usándose siempre alguna casa particular, pues no
existían edificios públicos. Acaso, la calle.

En el pasado, la Sierra de Baza contó con presencia humana, que se remonta, al


menos, desde el Neolítico. Pero en la actualidad, es una enorme zona altamente
despoblada, con multitud de antiguos y pequeños pueblos abandonados. Por 1970

6
aún vivían en la Sierra unas 5.000 personas, con cuatro cementerios en Los Melli-
zos, Las Balsillas, El Moro y Rejano. Todo esto en 53.649 hectáreas.

Las aldeas que en total existieron (ponemos entre paréntesis si tiene población ac-
tual, indicando también si está en estado de abandono) son, según la interesante
página web de la revista digital Proyecto Parque de Sierra de Baza: Bailén (parcial-
mente habitada con una docena de casas), Las Balsillas (localidad abandonada, se
conserva una casa grande para cazadores y visitantes, y el cementerio sigue sien-
do visitado y cuidado), Bastidas (abandona, hubo intentos recientes de rehabilita-
ción como albergue rural, sin éxito), Benacebada (unas 300 personas en las tempo-
radas altas, es la población más alta dentro del municipio de Baza), Cañada del Gi-
tano (abandonada, en verano usan sus edificaciones algunos pastores), Casas de
Don Diego (abandonada pese a su rehabilitación moderna, algún uso de pastores
de paso), Casas de Santaolalla (abandonada pese a ser antiguamente una pobla-
ción importante en la sierra, hoy solo se utiliza un cortijo por los pastores), El Ce-
rrón (con cuatro casas, solo una está en uso), Los Corrales (20 vecinos), Los Corti-
jillos (una pequeña población actual), Don Martín (que tenía dos núcleos de pobla-
ción, uno el de Don Martín como tal, y otro El Zambombo, los dos abandonados
hoy, contaba con una mina de hierro ya agotada), Las Juntas (107, pertenecen a
Gor), Los Mellizos (abandonada); El Moro (abandonada, cuenta con un cementerio
y una ermita en proyecto de rehabilitación); Los Olmos (una vivienda habitada
todo el año, y resurgir de otras casas como segunda vivienda); Pocopán (abando-
nada); La Rambla del Agua (tras sufrir abandono absoluto, ha sido repoblada con
éxito por vecinos, de edad avanzada); El Raposo (solo el gran cortijo principal es
usado, fundamentalmente por cazadores, mientras que el resto de la aldea, con
casas mineras con estilo colonial alemán, está en ruinas y abandono); El Rejano
(100 familias aproximadamente); Los Rodeos (dos familias permanentes, y ocupa-
ción estacional bastante mayor, parece que llegando a los antiguos niveles de 50
familias); Royo del Serval (30 personas aproximadamente); Tablas (abandonada y
en ruinas, salvo por algún uso de pastores); La Tejera (abandonada); El Tesorero
(enorme y bellísimo pueblo minero, totalmente abandonado). En la página web no
se señala a Charches ni otras poblaciones como Balax (107 habitantes), muy cerca
de El Rejano. Con todo, nosotros podemos afirmar que estos datos pueden resul-
tar algo optimistas, quizás debido a que ya tiene unos años, pues hoy existen al -
gunas noticias con informaciones bastantes más pesimistas. Pese a su extraordi-
naria exhaustividad, es difícil rastrear la totalidad de este territorio tan complejo
como marginado10.

Tenemos, pues, un desolador ejemplo de lo que el propio Carlos Taibo ha denomi-


nado la "Iberia vaciada", que supuso una publicación propia por su parte 11. Se tra-
ta del problema del despoblamiento de la España rural, víctima del abandono ins-
titucional y de la incompatibilidad de la forma de vida de la sierra con el capitalis-
mo. Hemos contado once zonas pobladas (sin contar Charches), de las cuales ape-
10 Para todos estos datos, nos hemos apoyado en la página web de la revista digital "Proyecto de la Sierra de Baza", en
diferentes entradas que contienen sobre cada localidad o zona en su sección de "Municipios y aldeas": https://sierra-
debaza.org/secciones/municipios-y-aldeas/aldeas. Consultado repetidas veces en los meses de Enero y Febrero de
2022. También ha servido como apoyo el libro de Bruno Navarro. En 2015 se anunció en la prensa un incendio en
la Sierra de Baza, cuya alarma se dio por la "única" vecina de Los Rodeos, en palabras del Ayuntamiento de Cani -
les.
11 Carlos TAIBO: Iberia vaciada, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2021.

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nas tres llegan a superar el centenar de la población; otras seis están abandonadas
pero cuentan con algún uso de visitantes (pastores, cazadores y refugios foresta-
les); y siete están en total abandono, y en general también en ruinas. En algunos
de estos casos son poblaciones que antiguamente superaban los doscientos habi-
tantes de largo. El éxodo, según las descripciones que leemos en la citada página
web, se dio principalmente durante el franquismo, con la población rural mar-
chando hacia la ciudad: el fenómeno se desarrolla en un contexto de urbanización
pero, sobre todo, de inserción en el modo de vida capitalista, frente a formas tra-
dicionales de subsistencia, que supuso territorios como la Sierra de Baza.

El concepto del comunismo libertario entre los anarquistas españoles

A nivel "oficial" la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), sindicato anarquista


que protagonizó buena parte de la vida española en la primera mitad del siglo XX,
detalló el concepto de Comunismo Libertario en su Congreso de Mayo de 1936 en
Zaragoza, que ya se aceptaba, de facto, desde su fundación en 1910, pero de una
manera generalmente vaga en lo que son referencias a la "emancipación obrera" y
su carácter "libertario". Entonces, se remitían a los numerosos libros y folletos que
ya existían y del que entendían que solo cabe dar la mayor difusión posible. Pero,
ante el sentimiento de acercarse un estallido revolucionario en 1936, los cenetis-
tas sintieron la necesidad de describir no solo el concepto de Comunismo Liberta-
rio, sino de detallarlo y hasta señalar los pasos a dar en el proceso revolucionario.
En el presente trabajo solo vamos a rescatar las partes esenciales de aquel impor-
tante Dictamen que afecta de alguna manera a lo que ocurrió en la Sierra de Baza
durante la Guerra Civil.

En lo que nos interesa en el presente trabajo, lo esencial que define la idea del Co -
munismo Libertario es el libre acceso a los recursos: "dar a cada ser humano lo
que exijan sus necesidades, sin que en la satisfacción de las mismas tenga otras li-
mitaciones que las impuestas por las necesidades de la nueva economía creada". Lo
cual supone, en contrapartida, que se debe solicitar a "cada ser humano la aporta-
ción máxima de sus esfuerzos a tenor de las necesidades de la sociedad, teniendo
en cuenta las condiciones físicas y morales de cada individuo"12. En este marco, so-
bresalen tres conceptos: el Individuo, la Comuna y la Federación. Las competen-
cias sociales entre estos tres grados se aclaran de la siguiente forma:

"Los habitantes de una Comuna discutirán entre sí sus problemas internos: produc-
ción, consumo, instrucción, higiene y cuanto sea necesario para el desenvolvimien-
to moral y económico de la misma. Cuando se trate de problemas que afecten a
toda una comarca o provincia, han de ser las Federaciones quienes deliberen, y en
las reuniones y asambleas que éstas celebren estarán representadas todas las co-
munas, cuyos delegados aportarán los puntos de vista previamente aprobados en
ellas."13

12 C.N.T.: El congreso confederal de Zaragoza, Madrid, Zero, 1978, pág. 230.


13 Ibid, págs. 234-235.

8
El individuo tiene plena autonomía en cuanto todo aquello que no lo relaciona con
los demás. Y, de hecho, el concepto de Comunismo Libertario es "incompatible
con todo régimen de corrección, hecho que implica la desaparición del actual siste-
ma de justicia correccional, y por lo tanto, los instrumentos de castigo (cárceles,
presidios, etc.)"14. De manera semejante se trata la cuestión religiosa: "La religión,
manifestación puramente subjetiva del ser humano, será reconocida en cuanto
permanezca relegada al sagrario de la conciencia individual, pero en ningún caso
podrá ser considerada como forma de ostentación pública ni de coacción moral ni
intelectual. Los individuos serán libres para concebir cuantas ideas morales tengan
por conveniente, desapareciendo todos los ritos"15. Ciertamente, el modelo de esta-
tutos de constitución de colectividad durante la revolución desatada tras el golpe
militar reconocía ciertos derechos del individuo frente a la colectividad, pese a la
decidida intención de abolir la propiedad privada, lo que supuso posicionarse de
la siguiente manera:

"La Colectividad tiende a la abolición absoluta del sistema del salario y de todo lo
que represente esclavitud, por lo que abogará contra el derecho de propiedad indi-
vidual, y también trabajará por la incautación y expropiación de las tierras, sobre
todo de aquellas que no sean cultivadas por sus mismos dueños o familiares de és-
tos, que vivan en comunidad de intereses, sin hombres a sueldo. Igualmente procu-
rará garantizar el trabajo individual muy especialmente en Colonos y pequeños
propietarios, aunque estará siempre contra la creación de nuevos propietarios, co-
operando constantemente en todo lo que tienda a la abolición total del sistema ini -
cuo de la propiedad privada."16

Entre otros autores de la ponencia del Congreso de Mayo de 1936, destacaron Fe-
derica Montseny e Isaac Puente. Este último es autor de un importante folleto teó-
rico, titulado El Comunismo Libertario, en cuyas páginas definió el concepto que
dio título a su tratado como "la organización de la sociedad sin Estado y sin pro-
piedad particular. Para esto no hay necesidad de inventar nada ni de crear ningún
organismo nuevo. Los núcleos de organización, alrededor de los cuales se organiza-
rá la vida económica futura, están ya presentes en la sociedad actual: son el sindi -
cato y el municipio libres". Y concreta por qué valen: "El sindicato, donde hoy se
agrupan espontáneamente los obreros de las fábricas y de todas las explotaciones
colectivistas. Y el municipio libre, asamblea de antiguo abolengo, en el que espontá-
neamente también, se agrupan los vecinos de los pueblos y aldeas, y que ofrece
cauce a la solución de todos los problemas de convivencia en el campo".

El único añadido sería el de la libre federación: "Ambos organismos, con normas


federativas y democráticas, serán soberanos en sus decisiones, sin estar tutelados
por ningún organismo superior, sino solamente obligados a confederarse entre sí,
por coacción económica de los organismos de relación y de comunicación, constitui-
dos en Federaciones de Industria"17.
14 Ibid, pág. 236.
15 Ibid, pág. 238.
16 Memorias del Congreso de Constitución de la Federación Regional de Campesinos de Andalucía, celebrado en
Baza (Granada) en los días 15 y 16 de Julio de 1937, Sueca, Federación Regional de Campesinos de Andalucía,
1937, pág. 104.
17 Isaac PUENTE: El comunismo libertario y otras proclamas insurreccionales y naturistas, Bilbao, Likiniano Elkar-
tea, 2003, pág. 24.

9
Estas fueron las ideas del Comunismo Libertario que concibieron los anarquistas
españoles y que ciertamente llegaron a grandes masas de trabajadores en los años
treinta, gracias a los potentes medios de difusión que suponían no solo la prensa
libertaria, sino los propios grupos ácratas, los sindicatos y sus militantes, con to-
das las formas de socialización habituales.

La ruralidad en el anarquismo español y granadino

La historiografía, no solo las conversaciones coloquiales, ha seguido interpretacio-


nes más bien superficiales de las teorías marxistas y anarquistas respecto a la
cuestión campesina. De esta manera se dice que el marxismo, con Marx a la cabe-
za, consideraba a los campesinos como elementos reaccionarios 18, mientras que el
anarquismo, con Bakunin en primera línea, entendía que podían ser tan revolucio-
narios como los trabajadores mismos 19. En consecuencia los movimientos marxis-
tas, sus historiadores e intelectuales, y con ellos la influencia posterior de sus teo-
rías, han visto al anarquismo como un movimiento campesino, y a menudo como
atrasado20. En consecuencia, se considera que la importancia del anarquismo en
España se debe a que este país ha sido fundamentalmente agrario en los siglos
XIX y XX y que los ácratas españoles se ha nutrido fundamentalmente de campesi -
nos. Todo esto contrasta con todas las investigaciones históricas realizadas con
fuentes, datos y hechos: el anarquismo en España (y también en otras partes del
mundo) predominó en entornos urbanos e industriales, y aún en los lugares con
una fuerza mayor en el campo, fue desde la ciudad donde se desarrollaba princi-
palmente el movimiento y sus organizaciones. El anarquismo español tuvo buena
parte de sus fuerzas en la Cataluña industrial, en el Levante obrero o en el Madrid
urbano. Pero incluso en Andalucía, pese a las masas campesinas existentes en Se -
villa, Cádiz o Málaga, el movimiento siempre fue protagonizado por las capitales
urbanas. El caso de Granada es un ejemplo muy claro.

Este predominio urbano, a veces, fue desequilibrado en aquellos lugares donde el


movimiento anarquista campesino era predominante. Así lo dice Antonio Rosado
en un Congreso de campesinos cenetistas andaluces, celebrado ya durante la gue-
rra:

"Quizás no me equivoque al decir que el setenta por ciento del proletariado anda-
luz es auténticamente campesino, que la mayor fuerza de nuestra Organización
Confederal en Andalucía estuvo siempre en el campo y que, a pesar de esto, no
pondré en mis palabras nada de más si afirmo aquí que en nuestra región predo-
minó siempre la Organización Industrial sobre la Campesina, en eso de regir el
desenvolvimiento de la misma, marchando siempre los organismos de campesinos

18 Carlos MARX: El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, Madrid, Fundación Federico Engels, 2003, págs. 106-107.
19 Michel BAKOUNINE: Federalismo, socialismo y antiteologismo. Cartas sobre el patriotismo, Valencia, F. Sempe-
re, s.d., págs. 48-49.
20 Eric J. HOBSBAWM: Rebeldes Primitivos, Barcelona, Ariel, 1983, pág. 144.

10
a pesar de la superioridad de sus fuerzas del brazo de los organismos industriales,
como hermanos menores."21

En Granada esta superioridad campesina no se dio. De hecho, la necesidad de ex-


tenderse en el campo y por toda la provincia quizás explique la oposición de la Fe-
deración Local de Granada a la mayoría del Pleno Regional que abolió las federa-
ciones provinciales22. Sin estas federaciones, los sindicatos contactaban directa-
mente al Comité de la Federación Regional de Andalucía, sin pasar por una Fede-
ración Provincial. Esto preocupaba a Granada capital porque era frecuente que
muchos sindicatos de la provincia de Granada tuvieran contacto con la Regional
de Andalucía y no con ellos. Esto era fácil de solucionar con aquellos pueblos cer-
ca de Granada capital, pero no con los más lejanos. Se dependía de la asistencia
de estos sindicatos a los plenos regionales, o de que el comité regional informase
expresamente, o que se publicara alguna nota en la prensa libertaria, lo cual no
siempre ocurría. Si es que se constituía, ya que mientras la Federación Local de
Granada se mostraba eficaz para constituir sindicatos por la provincia, por poder
asistir directamente y ofrecer todo tipo de apoyos, el Comité Regional se en-
contraba distante y a menudo desbordado. Lo que producía dificultades obvias
para extender la organización confederal a zonas donde no existiese y no llegase
la propaganda escrita con facilidad, o militantes nuevos. Estas eran, por lo gene-
ral, las zonas rurales.

No en vano, la actitud de algunos militantes importantes en la Federación Local de


Granada era la de un entusiasta apoyo y atención a los sindicatos rurales de la
provincia. Así lo vemos en Antonio Morales Guzmán, malagueño afincado en Gra-
nada, que de joven sí fue peón agrario. Escribió a principios de 1936 sobre la vida
del campesino que él bien conocía, en sus aspectos más tenebrosos por el caci-
quismo, el paro forzoso y los presidios 23. Más adelante será el cronista de la im-
portante gira que la CNT granadina realizó sobre diversos pueblos de su provincia
en 1936 (que ya intentó por 1931, con relativo éxito, pero el esfuerzo fue parcial
por la vertiginosa actividad desplegada por la capital), con la participación de ora-
dores de gran prestigio nacional, como Mauro Bajatierra 24. En esta ocasión se tuvo
una actitud más calculadora y pausada, y se estaba llegando a más localidades
que antes. La irrupción de la guerra frenó esta expansión. Se entendía que sin el
campo cualquier intento de transformación económica revolucionaria era inviable.
Asimismo, el predominio socialista en el agro granadino era fácil de cambiar, ya
que a menudo se sustentaba en el simple desconocimiento de la organización con-
federal y de los ideales libertarios, lo que conllevaba que no existiese un movi-
miento ácrata en un pueblo. En cuanto aparecía públicamente una organización li-
bertaria, era fácil el establecimiento de un sindicato, biblioteca o centro cultural,
grupo de Juventudes Libertarias, y hasta de la Federación Anarquista Ibérica: el
conjunto de todo esto, con sus diversas comisiones vecinales y de apoyo a presos,
suponía un "movimiento". La CNT predominaba y servía de principal nexo público
de acercamiento, pero las preocupaciones laborales jamás fueron las únicas, y por
21 Memorias del Congreso de Constitución: pág. 40.
22 "En el Congreso de la Regional Andaluza empiezan las discusiones sobre aspectos constructivos", CNT, 31 de Mar -
zo de 1933, págs. 1 y 4.
23 MORALES GUZMÁN: "Acosados por el hambre", Solidaridad Obrera, 19 de Febrero de 1936, pág. 7.
24 MORALES GUZMÁN: "Propaganda que se realiza", Solidaridad Obrera, 23 de Abril de 1936, pág. 4; El Defensor
de Granada, 29 de Marzo de 1936, pág. 2.

11
ello proliferaban iniciativas con todo tipo de funciones. La existencia de un movi-
miento sindical socialista que no conocía otra alternativa aconsejaba un acerca-
miento de forma laboral y la experiencia de los anarquistas granadinos era que los
trabajadores afiliados a la UGT se pasaban en masa a la Confederación tan pronto
como se celebraba un mitin o acto de propaganda, tal como se vio en localidades
como Motril o Albolote25.

Lo cierto es que, teóricamente, el anarquismo en general, y el granadino en parti-


cular defendía la figura del campesino y el interés de su lucha. El semanario Hom-
bres Libres, la publicación ácrata más duradera en Granada, que se editó durante
la guerra, se esforzó en la cuestión agraria y opinaba sobre las razones de la re-
beldía andaluza26. Y en otra parte, se declaraba que en "los pueblos de Granada
existen muchos campesinos que sin saberlo viven en anarquía, en plena libertad de
trabajo y reparten sus alimentos con aquellos que no pueden producirlos."27 Lo que
suponía, para los ácratas granadinos, una identificación de ciertas formas del
mundo rural con el anarquismo. Así ocurría antes de la guerra, cuando manifies-
tan, tras un viaje al pueblo de La Peza, que los cenetistas y la CNT son percibidos
en el campo como sus iguales: "Ya viene la C.N.T. a hablar de lo nuestro, estos no
traen anillos en la mano." Y nuevamente hacen referencia a la coincidencia en las
aspiraciones, donde casa bien el ideal moral de la sencillez y humildad de ambas
visiones del mundo: "Nosotros queremos justicia, comer todos los días y que no
haya alcalde ni juez"28. Lo que no supone una vuelta a tiempos pasados: el futuro
debe reformularse, pero bajo unos principios, anárquicos y populares, que en par-
te beben de resistencias y modos de vivir propios del pasado y del presente. Esto
nos recuerda a lo dicho por Taibo cuando se refiere a "libertario" y "anarquista".

El anarquismo en la Sierra de Baza

Como hemos mencionado, en la provincia de Granada el anarquismo fue predomi-


nante y mayoritario en las zonas urbanas e industriales, y algunos núcleos rura-
les. Si bien tuvo una hegemonía general en el siglo XIX, la introducción de la UGT
en instituciones estatales como los Jurados Mixtos, Comités Paritarios o Bolsas de
Trabajo de los Ayuntamientos, así como la tolerancia y hasta participación en la
Dictadura de Primo de Rivera, produjo que el socialismo recuperara varios secto-
res laborales, en especial el agrario, donde se dio una conjunción Ayuntamiento-
Sindicato-Bolsa de Trabajo29.

25 Solidaridad Obrera, 8 de Septiembre de 1932, pág. 6; Amadeo PÉREZ: "La pasada huelga y nuestra detención gu -
bernativa", La Tierra, 7 de Diciembre de 1932, pág. 2.
26 Destacamos, por ejemplo, la editorial del número 33: "La autonomía regional anhelo del proletariado", Hombres Li-
bres, 23 de Julio de 1937, pág. 6.
27 Juan ALBAYCÍN: "El Anarquismo en los pueblos de Granada", Hombres Libres, 7 de Enero de 1938, pág. 1.
28 Francisco CRESPO: "En La Peza se implanta el Comunismo Libertario", CNT, 3 de Diciembre de 1932, pág. 1.
29 La bibliografía sobre el movimiento obrero en Granada en el siglo XX, donde se puede corroborar estas afirmacio -
nes en todo su contenido, es abundante pero tiene sus principales referencias en: José Antonio ALARCÓN CABA-
LLERO: El movimiento obrero en Granada en la II República (1931-1936), Granada, Diputación Provincial de
Granada, 1990; Antonio María CALERO AMOR: Historia del movimiento obrero en Granada (1909-1923), Ma-
drid, Editorial Tecnos, 1973; Mario LÓPEZ MARTÍNEZ: Orden público y luchas agrarias en Andalucía: Granada
1931-1936, Madrid, Ediciones Libertarias, 1995.

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En los años treinta, el anarquismo dominaba lugares como Granada capital, Mara-
cena, Pinos Genil, Pinos Puente, Lanjarón, Motril (tras el paso en bloque en 1932) y
algunas otras localidades, especialmente por la vega o cercanas a la capital. En
otros lugares, contaba con sindicatos fuertes pero no hegemónicos y en inferiori-
dad respecto a la UGT, como por ejemplo en Alhama de Granada, Guadix (a partir
del Bienio Negro), Iznalloz y otras localidades de la vega30.

Conocemos la existencia de un sindicato de la CNT en la Sierra de Baza poco antes


de la Guerra Civil, en marzo de 1936, gracias a una carta de quien presuponemos
que es un militante de esa entidad, la de Campesinos de Benacebada, Amador
Martínez. Es probable que existieran más, pero documentalmente solo hemos co-
nocido este caso. En la mencionada carta, de Septiembre de 1936, se relata la rea-
lidad de Benacebada, para solicitar apoyo con el que expandir las ideas libertarias.
Citamos la mención de la constitución del sindicato antes del golpe militar:

"Nuestra Confederación alcanza potencia y se extiende por doquier. Lo prueba, que


hasta ha tomado arraigo en lo mas alto de la tierra de Baza (Granada), donde des-
de el mes de marzo esta constituido un Sindicato de Campesinos.

Es menester que los camaradas de esta Regional se tomen interés por nosotros, ya
que vivimos aislados. La correspondencia nos llega muy de tarde en tarde; apenas
hay medios de comunicación ni tenemos asistencia médica. En suma, que vivimos
rodeados de incomodidades.

Es de desear que los compañeros de la provincia que les sea posible hacerlo nos
ayuden facilitándonos también propaganda para que también por estos lugares
apartados de las grandes vías de comunicación, pueda crearse conciencia liberta-
ria."31

Es una muestra clara de lo que hemos mencionado de "ruralidad periférica". En el


mundo rural no es lo mismo una localidad cercana a la capital, a otra conectada a
modernas vías de comunicación, a otras sin estas vías, y no digamos ya las remo -
tas o que se encuentran en alta montaña. Como es el caso de la Sierra de Baza: le-
jana y serrana.

Pero ciertamente es durante la guerra cuando los anarquistas comienzan una ver-
dadera expansión por el Altiplano, apoyándose en los pocos sindicatos que ya
existían, pero también con la llegada de los evadidos granadinos y de los milicia -
nos venidos desde el Levante. Es así como el pequeño núcleo existente en Baza,
casi clandestino en los años de la II República 32, tiene ahora cuatro sindicatos: Ma-
dera, Campesinos, Artes Blancas y Espartería, con dos secciones en Aguja y Textil.

30 Más detalles en mi investigación sobre la historia del anarquismo en Granada: Francisco José FERNÁNDEZ AN-
DÚJAR: De la teoría a la práctica, Tesis doctoral, Universidad de Granada, 2021.
31 Amador MARTÍNEZ:"Benacebada (Granada)", Solidaridad Obrera, 25 de Septiembre de 1936, pág. 6.
32 En Octubre de 1932 se intentó constituir el sindicato de la CNT en Baza, pero recibió el boicot de las autoridades y
de la UGT, según "El enemigo de siempre", CNT, 6 de Diciembre de 1932, pág. 3. El propio Cecilio Hernández fue
militante, desde principios de los años treinta, de la CNT y de las Juventudes Libertarias. Era bastetano y vivía en
Baza por entonces. Fecha su ingreso en 1931, por lo que la noticia no tuvo en cuenta un intento anterior, o bien la
memoria de Cecilio falló en dicho dato. Cecilio HERNÁNDEZ MORCILLO: Entrevista, parte primera. Granada,
Archivo CNT-AIT Granada, 9 de Julio de 1997.

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Con orgullo de su nuevo potencial, presumen que el Sindicato Campesino ha lle-
nado 500 vagones llenos de trigo, cebada y patatas, triplicando lo producido el
año anterior (Enero de 1936). Se ha recogido la aceituna y se ha repartido equitati -
vamente entre las familias. En el sector textil se trabaja sin jefes en las fábricas.
Asimismo, en la Comarca de Baza se han organizado sindicatos de la CNT en Ca-
niles, Benamaurel, Cortes de Baza, Cuevas del Campo, Cucharetas, Campo Cáma-
ra, La Teja, Cuevas del Mosco, Carramaiza, Los Alejos y Rambla de Valcabra. Y
menciona algunos de la Sierra de Baza: Benacebada, Los Rodeos, Barriada del Te-
sorero, Rejano, Las Balsillas, Las Juntas, Los Olmos y Sierra de Baza (en general) 33.
Lo que supone una proporción enorme que muestra el buen arraigo del anarquis-
mo y de la CNT en la zona, si bien hay que señalar que se trata de una zona con
poca presencia humana, y que estos sindicatos deben ser pequeños.

En las memorias del congreso de la constitución de la Federación Regional de


Campesinos de Andalucía se relata los sindicatos de la CNT presentes en el comi-
cio, y existen varios de la Sierra de Baza, si bien están divididos en distintas co -
marcales. En la Comarcal de Guadix vemos tan solo a Charches. En la Comarcal de
Baza están Rodeos de Baza con 47 afiliados y con J. López Martínez como delega-
do; Benacebada con 130 miembros y como representante a J. Gómez Miranda (uno
de los más activos del congreso); El Tesorero con 50 cotizantes; Los Olmos con
1634. Algunos de estos sindicatos aparecen tarde y en el propio congreso se men-
ciona que, por estar en labores del campo, no han podido acudir ni todos los dele -
gados ni todos los sindicatos organizados.

Durante este Congreso se publica una nota de prensa relatando las bases de socia-
lización de la industria y de la agricultura. Cada pueblo expone sus necesidades y
la conveniencia de intercambiar productos por medio de comisiones. La ponencia
aprobada respecto las posiciones a seguir en el proceso revolucionario cita a Los
Rodeos, en la Sierra de Baza:

"Este pueblo tiene sin haberse dirigido por ninguna norma, la vida del mayor avan-
ce renovador de los pueblos. Vive en pleno comunismo libertario. Su número peque-
ño y con el establecimiento de comunas, es el complemento de una solidaridad que
prueba hasta donde llega la perfección de lo que predecimos son notas más que
halagüeñas para no ceder un ápice de nuestra gloriosa revolución."35

Durante la Guerra Civil, pese a las dificultades propias de la prensa libertaria pro-
vincial y del carácter marginal del territorio, tenemos otras noticias de la Sierra de
Baza, tanto en periódicos como en testimonios. En una entrevista conservada en
una grabación, Cecilio Hernández, que luchó en la Columna Maroto y que fue uno
de los Niños de la Noche, relata que fueron a la Sierra de Baza junto a un miembro
del Comité Regional de la CNT de Andalucía y con el alcalde de Baza, para frenar
un duro enfrentamiento entre dos pueblos de la Sierra. Uno de ellos es Benaceba-
da, y el otro no recuerda el nombre. Pudieron comprobar que habían fascistas in-
filtrados, por lo que se tuvo que dar algunas órdenes de detenciones. Según el en-

33 "La Federación Local-Comarcal de Baza, construye y labora por la Revolución", Hombres Libres, 22 de Enero de
1937, pág. 5.
34 Memorias del Congreso de Constitución..., pág. 17.
35 R., "Un importante Congreso Confederal en Baza", Hombres Libres, 26 de Febrero de 1937, pág. 5.

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trevistado, un supuesto compañero anarquista de confianza resultó ser el fascista
más importante del lugar36. Por otra parte, conocemos un ingreso económico del
sindicato de Los Rodeos para el sostenimiento de Hombres Libres, con 5,35 pese-
tas en los meses de Octubre y Noviembre 37. No hemos registrado más noticias,
pero esto no quiere decir que no existiesen más actividades y hechos revelantes
en su momento. Pero bien sabemos que no todas las actividades se registraban y
los retos historiográficos que suponen las poblaciones menos privilegiadas. En ge-
neral, el mundo rural periférico no necesitaba estos registros, y de hecho, la for-
ma de vida requería poco uso de la escritura. Es por ello que podemos estar segu-
ro que queda mucho conocer de los hechos históricos ocurridos en la zona.

En cualquier caso, por las noticias que tenemos de los congresos campesinos an-
daluces, sabemos que existió una notable presencia libertaria en la Sierra de Baza
que, por lo menos en Los Rodeos, realizó una notable profundización revoluciona-
ria. Y ahora veremos por qué esto fue tan sencillo y "espontáneo" en esta locali-
dad.

Los Rodeos en el franquismo

Según la página web Proyecto Parque Sierra de Baza 38, Los Rodeos tuvo unas se-
tenta casas activas en los años treinta, lo que supondría una población de unos
300 habitantes. Antes hemos visto mencionado en el Congreso Campesino de
Baza unos 47 afiliados, lo que supondría una sexta parte del total de la población,
incluyendo mujeres y niños, durante la guerra. Es una cifra muy alta que lleva a
suponer que la CNT era la organización hegemónica en la localidad durante el pe-
ríodo "revolucionario" o de la "Guerra Civil".

En la citada entrada digital, se hace mención que la fragua y la herrería de Los Ro-
deos eran las referencias de toda la zona, y existían, también, talleres artesanales
de telares y madera. Por entonces se tomaba gran estima hacia algunos productos
de Los Rodeos, tales como manteles, mantas, jarapas, telas para el pan y costales
para la harina. En los meses de Octubre y Noviembre, cuando escaseaba el trabajo,
se juntaban los vecinos para arreglar en común los caminos, acequias y balsas. En
Invierno se hacían sogas, aparejos para los animales y útiles de madera para las
casas y el campo. Los vecinos, en el siglo XIX, desviaron el curso de un río perfo-
rando una roca, ganando así un terreno que pasó a manos comunales. A partir de
ahí se construyó un salto de agua, utilizando el artificial cauce. Estos logros colec-
tivos produjeron un hondo sentimiento de humanidad, hospitalidad y solidaridad.
No es de extrañar, de este modo, la conjunción de ciertos sentimientos colectivos
y comunales, con los ideales anárquicos que propugnaban los libertarios españo-
les.

36 Cecilio HERNÁNDEZ MORCILLO: Entrevista, parte cuarta. Granada, Archivo CNT-AIT Granada, 9 de Julio de
1997.
37 Hombres Libres, 14 de Enero de 1938, pág. 3.
38 https://sierradebaza.org/secciones/municipios-y-aldeas/aldeas/los-rodeos. Consultado el 15 de Febrero de 2022.
Todo lo que se relata en las siguientes líneas se obtiene de esta entrada.

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En la mencionada página web relatan que sus habitantes "vivían en una economía
de casi auto subsistencia, vivían de lo que producían sus tierras: fundamentalmen-
te lentejas, trigo de diferentes calidades, cebada para los animales y patatas, lo que
se complementaba con una importante cabaña ganadera de ovejas y cabras, que
pastaban en toda la zona". Pero también se divertían con unos carnavales propios,
que como bien sabemos por el conocido trabajo de Bajtin 39, en tiempos remotos
eran unas fiestas completamente irreverentes y desafiantes con la mentalidad ofi-
cial y el orden establecido. En Los Rodeos, en estos tiempos, consistían básica-
mente en celebrar bailes con disfraces por las casas. Si bien en el siglo XX estas
fiestas ya no eran tan desafiantes como describieron varios autores, es cierto que
su espíritu rebelde persistía en diversos modos, lo que llevó a la Dictadura fran-
quista a prohibirlas en general, y en el caso de Los Rodeos, concretamente con las
máscaras. La población desafiaba con frecuencia estas prohibiciones franquistas.

Con todo lo que hemos relatado, cabe pensar en las referidas viejas propuestas
historiográficas, generalmente de carácter marxista y no exentas de hostilidad y
prejuicios políticos, que señalaban al anarquismo como consecuencia del mundo
rural existente en el Antiguo Régimen, inviable en la sociedad moderna. El famoso
historiador Eric Hobsbawm es solo uno de los más conocidos exponentes de estas
propuestas, con su famoso Rebeldes primitivos40, pero solo es la punta de un ice-
berg inmenso. Pero, como se sabe, los constantes estudios del anarquismo espa-
ñol han mostrado el carácter moderno de su ideología y movimiento, y la natura-
leza urbana e industrial de sus masas activistas 41. En el texto de Assumpta Casti-
llo, se señala la aceptación de la conquista de las máquinas y no su destrucción,
una cultura civilizadora, un ambiente sincrético y fraccionario, y una concepción
del individuo como base esencial dentro de la comunidad.

Quisiéramos insistir que este trabajo, que resalta la presencia del anarquismo en
un área rural -especialmente marginada- como es la Sierra de Baza, no puede su-
poner un apoyo a ciertas versiones historiográficas ya superadas del anarquismo
como un fenómeno "atrasado" o "campesino". Ni siquiera aunque tenga una con-
notación positiva. Bueno o malo, el movimiento libertario, pese a su reivindicación
anticapitalista de lo rural, se desarrolló en entornos urbanos y bebió de importan-
tes fuentes ideológicas como la versión más humanista de la Ilustración, cuyo ca-
rácter rural es dudoso. Solo un contexto de asociacionismo en sociedades moder-
nas que no tienen nada que ver con asambleas comunales rurales o antiguos gre-
mios; la democratización y popularización de las manifestaciones políticas indivi-
duales y asociativas; la proliferación de la prensa escrita y de escuelas modernas;
la aceptación de la razón y de los ideales de la Revolución Francesa; el estableci-
miento de organizaciones federadas y con funciones establecidas por escrito y
acuerdos regulares; y otras muchas condiciones más pudieron promover el anar-
quismo en España en su historia contemporánea. Dentro de ese mundo moderno,
existía el sector rural, pero exento de la mentalidad hegemónica presente en el
Antiguo Régimen.

39 Mijail BAJTIN: La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento, Madrid, Alianza, 1999.
40 Eric J. HOBSBAWM: Rebeldes Primitivos, Barcelona, Ariel, 1983, págs. 117-144.
41 Assumpta CASTILLO CÁÑIZ: "Todo es nuevo, como nueva es la idea, como nuevo es el principio, como nueva es
la vida: Hacia un estudio del anarquismo como fenómeno de la modernidad", Culturas políticas en la contempora-
neidad, Valencia, Universitat de València, 2015, págs. 167-170.

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Conclusiones

Primero. Las características sociales y económicas de la Sierra de Baza eran propi-


cias con las propuestas del comunismo libertario descrito por los anarquistas es-
pañoles, y así se llevó a cabo durante el período en el que el anarquismo se pudo
manifestar públicamente en aquel territorio.

Segundo. Estas características y la realidad geográfica de la zona son incompati-


bles con una economía capitalista tendente a la acumulación y competencia, prin-
cipalmente porque en dicha competición la Sierra se encuentra en clara desventa -
ja. El resultado es la despoblación y el abandono que se ha ido produciendo en la
segunda mitad del siglo XX.

Tercero. La hegemonía política y económica no supone la inexistencia de esfuer-


zos alternativos tendentes a la recuperación de la vida en la Sierra de Baza bajo
parámetros distintos, pues los cambios de tendencias siguen transcurriendo en el
desarrollo histórico que seguimos protagonizando hoy en día. Más cuando existen
fundamentos que anuncian los problemas técnicos para mantener el consumo de
energía que ha caracterizado el último siglo, y que pueden suponer un decreci-
miento forzoso a medio y largo plazo 42. En cualquier caso, la memoria de un pasa-
do alternativo que de no haber perdido la guerra pudo haberse transformado en
una nueva tendencia, nos enseña que ninguna hegemonía es absoluta y se pueden
dar alternativas, sin duda con ciertos esfuerzos, que pueden suponer la recupera-
ción y conservación de zonas como la Sierra de Baza, con sus particularidades e
idiosincrasia.

Fuentes

Bibliografía:

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República (1931-1936), Granada, Diputación Provincial de Granada, 1990.
- Emile ARMAND: Historia de las experiencias de vida en común sin Estado ni auto-
ridad, Barcelona, Hacer, 1982.
- Mijail BAJTIN: La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento, Madrid,
Alianza, 1999.
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triotismo, Valencia, F. Sempere, s.d.
- Antonio María CALERO AMOR: Historia del movimiento obrero en Granada
(1909-1923), Madrid, Editorial Tecnos, 1973.
- Ángel J. CAPPELLETTI: Prehistoria del Anarquismo, Madrid, Queimada, 1983.
- Assumpta CASTILLO CÁÑIZ: "Todo es nuevo, como nueva es la idea, como nuevo
es el principio, como nueva es la vida: Hacia un estudio del anarquismo como fe -
42 Antonio TURIEL:Petrocalipsis, Madrid, Alfabeto, 2021.

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nómeno de la modernidad", Culturas políticas en la contemporaneidad, Valencia,
Universitat de València, 2015, págs. 167-170.
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- Víctor GARCÍA: Utopías y anarquismo, Madrid, Madre Tierra y Fundación Ansel-
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- David GRAEBER: Fragmentos de antropología anarquista, Barcelona, Virus, 2011.
- Piotr KROPOTKIN: La conquista del pan, Buenos Aires, Utopía Libertaria, 2005.
- Mario LÓPEZ MARTÍNEZ: Orden público y luchas agrarias en Andalucía: Granada
1931-1936, Madrid, Ediciones Libertarias, 1995.
- Carlos MARX: El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, Madrid, Fundación Federico
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- Sam MBAH e I. E. Igariwey: África rebelde, Barcelona, Alikornio, 2000.
- Memorias del Congreso de Constitución de la Federación Regional de Campesinos
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- Carlos TAIBO: Los olvidados de los olvidados, Madrid, Los Libros de la Catarata,
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- Antonio TURIEL: Petrocalipsis, Madrid, Alfabeto, 2021.

Hemeroteca:

- CNT.
- El Defensor de Granada.
- Hombres Libres.
- La Tierra.
- Solidaridad Obrera.

Grabación:

- Entrevista a Cecilio Hernández Morcillo, grabación en cuatro partes realizada el


9 de Julio de 1997 y conservada en el Archivo de la CNT-AIT Granada.

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